Castle en verdaderos apuros 1ª parte, 2ª parte 4 ª parte final

Beckett_Castle_Alba escribió:No sé que pretende Gates y el alcalde con todo esto de tener a Beckett al margen cuando podría resultar de ayuda y solo va a empeorar la situación entre ellos dos, tengo curiosidad por saber como se lo explicará Castle a Beckett.

Me gustó mucho el capítulo, espero que lo continues pronto

A Gates solemos ponerla de "dura", así la narración es más amena. Por lo menos es lo que intento, encantada que te haya gustado

silvanalino escribió:que bueno se esta poniendo estooooooooooooooooooo
gates disfruta hacer esto...pero kate ira a la fiesta, estoy segura!!!!!
sigue cuando puedas por favor que ademas de ver que son varios capitulos y estoy contenta por eso, quiero ver que pasa!!!!!!

No sufras que no tardaré en subir otro cap.
Sólo dejo espacio entre los cap, para dar tiempo a leer.
Ya he comentado en otro apartado, que a mi ME FALTAN HORAS, para leer, y por supuesto para escribir.

No doy mas de si.
Gracias por comentar

Zeny_Mackenzie escribió:!Qué se lo digaa!! Me encanta el relato!

Uyyy, que dificil lo tiene para decirselo

Ya veremos lo que pasa, sólo un poco de paciencia

Como vuelva a leer en tus frases las palabras aburrir y fic tracicional juntas... creo que voy a hablar seriamente contigo

[quote:"marypaz"]"Mi manera de enfocar siempre es muy "tradicional" No me sale de otra manera."[/quote]

marypaz... ¿como se te ocurre que nos pueden aburrir tus historias?
Enfoca como te dé las ganas tus historias... que por aquí hay una panda de seguidoras tuyas (en las que me incluyo). que no se pierden un fan-fic tuyo.

Siempre sacas mil y una maneras de enfocar la relación Castle-Beckett.

¿Le contará la verdad a Beckett? Él ya sabe cómo se las gasta ella si le miente. Y por muy enamorada que esté... Beckett es Beckett.

Así se hace.

En serio era un capitulo largo??? Porque a mi se me ha hecho cortísimo...

qwerty escribió:Como vuelva a leer en tus frases las palabras aburrir y fic tracicional juntas... creo que voy a hablar seriamente contigo

[quote:"marypaz"]"Mi manera de enfocar siempre es muy "tradicional" No me sale de otra manera."

marypaz... ¿como se te ocurre que nos pueden aburrir tus historias?
Enfoca como te dé las ganas tus historias... que por aquí hay una panda de seguidoras tuyas (en las que me incluyo). que no se pierden un fan-fic tuyo.

Siempre sacas mil y una maneras de enfocar la relación Castle-Beckett.

¿Le contará la verdad a Beckett? Él ya sabe cómo se las gasta ella si le miente. Y por muy enamorada que esté... Beckett es Beckett.[/quote]

Pues la verdad es que sí temo aburriros, porque me veo demasiado tradicional.

Es verdad que me gusta ponerlos en situaciones, que no han salido en la serie. Me gustan este tipo de aventuras. Eludo casi siempre las escenas calientes, porque... no creo que me salieran bien.
Además que hay quienes las describen estupendamente, o sea que procuro hacer algo un poco diferente sin dejar de ser ellos.

Gracias por tus palabras.

Anver escribió:

Así se hace.

Muchisimas gracias!!!

Cata Castillo escribió:Estoy estresada ante tantas historias. Acabo de leer y ponerme al día con esta. Como siempre está de lo más interesante. A ver como Castle se las apaña en esta situación tan comprometida en la que se ve por culpa de Gates y de su amigo.

Ssiiii, tienes toda la razón, en los últimos días se han subido un montón de fics muy buenos. Ya comenté que me faltan horas para leer y por supuesto para escribir.
Pero, tranquilas que todo ya está en marcha....

Gracias por comentar y por leer, eso siempre ayuda a tener ganas de seguir publicando fics nuevos

mery_caskett escribió:En serio era un capitulo largo??? Porque a mi se me ha hecho cortísimo...

Es buena señal que te pareciera corto.

Gracias por comentar, de verdad que se agradecn mucho vuestras palabras

TITULO: Castle en verdaderos apuros 3ª parte
ESCRITO POR: marypaz


Permaneció callado durante unos momentos.

Estaban en el sofá los dos pendientes de sus actos. En la cara de Kate una mirada interrogadora.

En la de Castle se escondía un temor desmesurado. Temía perderla de nuevo si le escondía sus actos.

.- Kate… verás, ante todo necesito que sepas que eres lo más importante de mi vida. Que nunca haría nada que pudiera dañarte. Y no obstante me esperan unos días bastante especiales, en los que no podré estar a tu lado todas las horas que quisiera.
Pudo notar que Kate respiraba aliviada.

.- Menos mal, por unos momentos creí que estabas metido en algún asunto como otras veces en busca de personajes, y habían surgido problemas.

Kate ignorante de lo que realmente estaba pasando por la cabeza del escritor, se acurrucó entre sus brazos, mientras buscaba ávidamente sus caricias. Y aunque todo parecía estar dentro de la normalidad, ya que Castle continuó con sus mimos, el instinto policial de Beckett, le alertó de que algo fuera de lo corriente estaba sucediendo. Los arrumacos se sucedieron como otras muchas veces desde que ella dio el primer paso en la relación, y en cambio ahora le parecían diferentes. No eran tan apasionados. Les faltaba ese toque especial que Castle sabia imprimir en todas sus acciones.

Kate llegó a pensar que tantos años siendo policía, no sabía actuar como una mujer normal y corriente, sin tener que buscar en todas las acciones, un justificante para descubrir lo que se pudiera esconder. Tras tantos años interrogando a maleantes, no cabía duda que la había marcado. Trató de quitarse de la cabeza, esa sensación que la estaba martirizando, sin poder evitarlo.

Permanecieron estrechamente abrazados en el sofá, sintiendo los latidos galopantes de sus corazones. Castle resiguió su rostro con un dedo y se levantó dispuesto a preparar la mesa para comer lo que había traído.
Kate le observaba como lo haría con alguien a quien quisiera hacer un interrogatorio. Acostumbrada como estaba a este tipo de escenas en la Comisaría, supo que Castle tenía alguna dificultad, que por el motivo que fuera no quería desvelar. Lo primero que se le vino a la cabeza, fue que estaba metido en algún lio, de los que ella le había sacado en más de una ocasión, y eso ya había quedado descartado.

Estaba intranquila pero no quería forzarle, necesitaba que fuera él, quien decidiera explicarle lo que le inquietaba. Y se dijo a sí misma que tendría que aprender a ser una mujer. Solo una mujer enamorada, dejó atrás su placa, y ahora tenía que aprender a comportarse como lo hacían la mayoría de las chicas de su edad. La cosa a simple vista parecía fácil, pero Kate sabía que no lo era, que tendría que luchar contra los instintos que tenía profundamente arraigados en ella, desde muchos años atrás.

Se sentó frente a él para comer, mientras seguía estudiándole disimuladamente en busca de algo que le revelara si de verdad existía algún motivo para preocuparse o todo eran imaginaciones suyas.

Ciertamente estaba librando una batalla consigo misma, y no era agradable.
Buscaba algún acto en el que Castle se delatara. De momento no llegó, y Kate tuvo la certeza, que lo mejor era dejar a que el escritor encontrara el instante más apropiado. Tendría paciencia, y desde luego no dejaría de observarle.

Movió la cabeza como si estuviera recriminándose por aquellos pensamientos. Por suerte Castle estaba tan metido en sus pensamientos, que no advirtió en ningún momento que fuera objeto de análisis por parte de Kate.
= = = = = = = == = = == = = = =


Castle todos los días al salir de su casa buscaba afanosamente en el buzón de correos por si recibía la invitación del Alcalde. Cuando llegó, la leyó cuidadosamente. Tal como le indicaran, era exclusivamente para él. Venía su nombre escrito con la elegante letra inglesa y en relieve.

Bien, ya había llegado el tan esperado y temido momento de entrar en acción.

Lo primero sería enseñarle a Kate aquella cartulina que le convocaba para asistir durante tres noches, a la presentación de una importante firma de aparatos informáticos de última gama, cuya asistencia era sólo para personas adineradas, y lo recaudado iría a parar a las arcas de una ONG, de las más necesitadas. Era un nuevo sistema de darse a conocer y promocionar las ventas, dando la sensación al público en general, de un altruismo que decía mucho en su favor.

Castle se imaginó al Alcalde haciendo sus funciones, y luego pensó en cómo iba a desenvolverse, sin despertar ninguna sospecha. Se daba cuenta que ahora que ya tenía en sus manos la tarjeta con su nombre, estaba menos dispuesto a ir.
Y recordó la escena en el despacho de Gates.
No tenía escapatoria.

Probablemente si hubiera ido acompañado de Ryan y Expósito y por supuesto con la inspectora Beckett, no se sentiría tan abandonado a su suerte. Y lo que más le dolía era el engaño a que tendría que someter a Kate.

Tras leerla varias veces, la puso en la parte interior de su americana, quería llevarla encima, para cuando fuera a pasar la noche en casa de Kate podérsela enseñar.
Sabía que aquella noche se encontrarían en su casa, deseaba y temía el momento en el que tenía dos opciones, explicarle toda la verdad, - ignorando las ordenes de Gates - o mantenerla ignorante y alejada por completo. Esperaba que ya se le ocurriera alguna cosa, se suponía que era una persona con dotes especiales para forjar situaciones extrañas. Ahora era el momento de demostrarlo no en una novela, lo tenía que hacer en la vida real.

Al entrar en casa de Kate aquella noche, supo enseguida que sería especial, la casa estaba sumida en una semioscuridad agradable, relajante, las luces de las velas aromáticas titilaban parpadeantes puestas estratégicamente por toda la sala. Incluso pudo oír una música de fondo, las voces parecían sacadas de un lugar en plena naturaleza ya que se escuchaban al fondo el trinar de los pájaros y el rumor del agua. No tuvo tiempo de pensar en nada, pues enseguida tuvo el cuerpo de Kate entre sus brazos, mientras le besaba delicadamente en la comisura de los labios.

Volvió a ser para ellos dos una noche mágica. Descubrirse mutuamente como lo estaban haciendo a todos los niveles, les daba una paz y una serenidad que nunca antes de ahora la podían imaginar. El sexo había dejado de ser sólo sexo, para convertirse en un vehículo que cargaba con todas sus emociones. Castle notaba sobre su hombro la cabeza de Kate, como también su respiración acompasada debida al profundo sueño que la envolvía. Él en cambio estaba pensando en la manera que mañana debería decirle que durante tres noches estaría fuera.

En el desayuno por fin Castle, tuvo la valentía de ser “casi” sincero. Le dijo que el Alcalde, le había invitado a esa fiesta especial con fines benéficos, asegurando que su presencia, atraería a más de uno que quisiera conocerle personalmente. Y le enseñó la cartulina, donde quedaba muy claro que la invitación era sólo para él. Castle estaba pendiente de la reacción de Beckett. Ella siguió comiendo, sin dar ninguna importancia, sólo le comentó.

.- Bueno, es todo un honor para ti esa invitación, imagino que debes sentirte muy satisfecho, serás el blanco de muchas miradas. Pero tú ya estás acostumbrado a este tipo de eventos. Yo me sentiría muy incómoda en esta situación.

Respiró aliviado al ver la actitud positiva de Beckett. Esperaba muchas preguntas, cosa que le aterraba ya que conocía su manera de interrogar a la gente, sacando siempre la información deseada.


.- Esta noche no vendré, tendré que ir a casa y vestirme apropiadamente para la ocasión. Y después imagino que la fiesta terminará tarde, iré directamente a mi casa.
.- Ah no… de eso nada, te estaré esperando para que me cuentes con detalle cómo ha ido todo.

.- Supongo que será muy tarde…-empezó a decir -

.- Me da igual, y si estoy dormida, quiero que me despiertes para estar al corriente. –Lo dijo con un mohín encantador, capaz de derretir al hombre más frío, y no era su caso precisamente-


Kate le miraba inquisitivamente, necesitaba saber qué asunto era el que tenía tan preocupado al escritor, y la única manera era observarlo durante el mayor tiempo posible. Aunque intentaba que su mirada no demostrara nada de sus verdaderos instintos policiales, que aún permanecían intactos muy dentro de si misma. Por la expresión de Castle, supo enseguida que algo le tenía preocupado. Esperaba alguna palabra por su parte, algún comentario que le diera a ella una pista. No sucedió nada de esto. Tampoco se le escapó a Kate que en la mirada del escritor existía algo diferente, que no sabía como catalogar. Parecía que de alguna manera estaba temiendo aquella reunión, y lo descartó por la simple razón, que Richard Castle era un hombre al que estas fiestas donde podía lucirse, le encantaban.

Tendría paciencia, y esperaría que al volver pudiera explicarle cómo se había desarrollado la noche.
= = = = = = = == = = = = = =


Cuando Castle entró en el salón de actos del Ayuntamiento, lo hizo como si se tratara de la presentación de uno de sus libros. Seguro de sí mismo, con su mejor sonrisa, y buscando con la mirada a alguna cara conocida. Al único que vio fue al Alcalde, que en cuanto le descubrió fue a saludarle. No hablaron casi, sólo en el apretón de manos fue más cálido que de costumbre, igual que su sonrisa, mientras musitaba casi imperceptiblemente “Suerte”
= = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = =


En la fiesta Castle estuvo pendiente de los rumores, de las conversaciones y no tardó en catalogar de entre los asistentes a las personas que le podían proporcionar esas joyas que quería comprar. Actuaba como tenía por costumbre, con su habitual desparpajo y simpatía, no cabía duda que su encanto siempre le iba a su favor. Hizo un recorrido rápido entre lo asistentes, y no tuvo ninguna duda de quienes podían ser los que se dedicaban al “negocio”, eran una pareja de mediana edad, y ella lucía un juego discreto de collar y pendientes, eran zafiros y pequeños diamantes que refulgían con las luces del salón.


Aquellas joyas parecían un anuncio, eran como un reclamo, su astucia de escritor le hizo pensar que él, lo describiría tal como estaba sucediendo. Desde luego podía equivocarse, no obstante algo le decía que debía arriesgarse. Se acercó a ellos, elogiando el gusto exquisito, preguntando enseguida dónde podía conseguir algo semejante, para una persona muy especial, - añadió- Sabía poner énfasis en sus palabras y lo hizo argumentando que le gustaría un juego parecido al que llevaba, pero donde dominaran pequeñas esmeraldas.

La pareja dijo tener algo precioso para él, pero estaba en la caja fuerte del hotel “La Esperanza” donde se alojaban, mencionando que estaba muy cercano. Le sugerían que fuera con ellos al salir de allí, donde podría elegir entre varios juegos, a cual más bonito, y podrían cerrar el trato. Al ser un hombre tan conocido, era una ventaja pues no les hacía falta comprobar la identidad.

Castle pensó que todo se iba sucediendo de una manera muy lógica. Que fuera un hombre conocido sin duda era una ventaja, y por primera vez entendió la postura del Alcalde al pedirle su ayuda.

Se les acercó una camarera ofreciendo bebidas. Aquella mujer era una verdadera belleza, tanto de cuerpo como su rostro, sus ojos tenían ese color verdoso indefinido, que le recordaron a Kate. ¿Se le estaba insinuando? Aquella sonrisa al ofrecerle la bebida, le pareció que le brindaba algo más que una copa de frio champan. Recordó a tiempo que estaba, cumpliendo una misión. Allí estaba la camarera mirándole fijamente. Podía ser un enlace.

Sopesaba las palabras de la pareja de las joyas, dudando de lo que tenía que hacer. Sabía que no era buena idea ir solo a lo que se podía convertir en una trampa. Su mirada y su sonrisa estaban pendientes de la camarera que continuaba ofreciéndole bebidas. Inconscientemente buscó sus ojos, diciéndose a sí mismo que eran casi una réplica de los de Kate. ¿Tan enamorado estaba, que veía en todas las mujeres un parecido con la inspectora? Desde luego que lo estaba, pero ahora tenía que dar una respuesta a la pareja.

.- ¿Podríamos dejarlo para mañana? – dijo confiando que le dijeran que si –
.- Imposible Sr. Castle, nosotros seguramente ya no estaremos por aquí, nos esperan en otro lugar. Siempre procuramos asistir a este tipo de fiestas benéficas, nuestro aporte económico suele ser importante.

Aquellas palabas coincidían con lo que le había explicado la jefa Gates, que eran gente muy escurridiza.

.- Bien, no tengo inconveniente, pero tendré que ir a buscar el dinero en efectivo. En realidad no quiero que quede constancia de este gasto en ningún lugar. Debería sacar el dinero desde dos lugares diferentes.

A nadie le extrañaría este comentario. Hasta los más pudientes, intentaban esconder al fisco este tipo de gastos.

-. A nosotros también nos interesa que se haga de esta manera más cómoda para todos.- dijo el hombre sonriendo, satisfecho ante la vista de una posible venta-

Bien. Ahora o nunca pensó Castle. Buscó con la mirada al Alcalde, éste tenía que saber que iba al hotel con aquella pareja. Sus ojos tropezaron con los de la camarera, que parecía estar más pendiente de las conversaciones, que de ofrecer bebidas. De pronto se repitió la corazonada, que ella podía ser una policía infiltrada, que le estaba protegiendo, cuando se acercó otra vez a él, para alcanzarle una bebida.

Se miraron fijamente. Estaba en lo cierto, aquella despampanante mujer, le estaba mirando igual que lo hacía Kate, en los interrogatorios, fijamente sin parpadear. Luego bajó las pestañas, como si asintiera a una pregunta no formulada, y Castle se arriesgó, conservando su sonrisa de chico bueno, que fascinaba a la gente, murmurando con un hilo de voz. “Vamos al hotel La Esperanza” – mientras dejaba su copa vacía en la bandeja -

Si la camarera no era una policía, pensaría que le estaba indicando un lugar para una cita amorosa. Cosa que tampoco parecía tan descabellada. Se miraron por unos momentos, y como si no hubiera escuchado nada, volvió a ofrecer bebidas a otros asistentes. Ahora estaba ofreciendo las bebidas a dos hombres jóvenes. Seguro que eran policías, pensó el escritor. Para Castle todo empezaba a tomar consistencia.

Era arriesgado pero sabía que era una manera de atrapar a la banda de traficantes. Antes de salir del salón, pudo ver a la camarera como estaba ofreciendo bebidas al Alcalde. Imaginó que podía estar hablando de él, y de la pareja que se irían juntos al hotel.

De ahora en adelante, tendría que actuar de una manera convincente, era consciente que todas sus acciones debería retrasarlas al máximo, por si la camarera formaba parte de la policía, tuviera tiempo de preparar la redada.

Le ayudaría la excusa de tener que sacar dinero en dos lugares diferentes. Pensó que era una estratagema, que entraba dentro de lo normal. Nadie va por el mundo cargado de dinero en efectivo. Y muchas eran las personas que no aceptaban los pagos en cheques bancarios.

Se acercó a la pareja que lo había citado en el hotel, encantadoramente para anunciarle que iba a sacar el dinero, en dos cajeros distintos.

.- Señor Castle, nosotros gustosamente le acompañaremos a donde haga falta, en cuanto haya concluido su ruta, podemos ir juntos en nuestro coche hasta el hotel.

Desde luego para él, aquella invitación era la puerta que le abriría el acceso a todo el entramado de lo que escondía aquella banda de traficantes en joyas. Todo se estaba resolviendo de la mejor manera.

Confiaba en que la policía estuviera a punto de intervenir, sólo era cuestión de alargar al máximo tanto el proceso rutinario por los cajeros y luego la entrevista, en el hotel para dar tiempo a los agentes para intervenir.
Rezaba interiormente, para que todo saliera de la mejor manera posible. Se estaba metiendo en la boca del lobo, toda su esperanza se centraba en que la camarera hubiera adivinado su estrategia.

Tenía que ser así, porque ahora que había encontrado al verdadero amor de su vida, no le apetecía ni pizca perderlo.


Continua.

ayyyyss qué emoción! me has dejado intrigadísimaa! me muero por saber si la camarera es o no es una poli!! al principio había llegado a pensar que la camarera ERA Kate!!
muy muy buenoo, continúa pronto por favooorr!

castleaddictedforlife escribió:ayyyyss qué emoción! me has dejado intrigadísimaa! me muero por saber si la camarera es o no es una poli!! al principio había llegado a pensar que la camarera ERA Kate!!
muy muy buenoo, continúa pronto por favooorr!

Que alegría que hayas pensado que la camarera era Kate, ya que esta era mi intención.... un poco de suspense siempre va bien.
Ya solo falta un capitulo para saber el final.

Cata Castillo escribió:Interesantísimo Marypaz, ya estoy deseando saber como se soluciona todo, un gran capítulo.

gracias guapa, da gusto escribir para gente como vosotras que siempre encontrais bien lo que habies leido. De vez en cuando de verdad que me encantaría me dijerais, algún fallo, que seguro que como las meigas HAYLAS....

Pense que era ella!!! Lo tiene que ayudar. El le tuvo que contar y ella fue por su cuenta
Sigue cuando puedas que quiero saber como se soluciona y que no lo lastimen

Me gusta muchisimo esta historia, el caso parece interesante, tengo ganas de saber como se resuelvo esto y que dirá Kate

impresionante fic me gusta

silvanalino escribió:Pense que era ella!!! Lo tiene que ayudar. El le tuvo que contar y ella fue por su cuenta
Sigue cuando puedas que quiero saber como se soluciona y que no lo lastimen

Gracias.... y no sufras que mañana ya subo lo que falta.

Beckett_Castle_Alba escribió:Me gusta muchisimo esta historia, el caso parece interesante, tengo ganas de saber como se resuelvo esto y que dirá Kate

Me alegro que te guste el argumento, a veces no se sabe qué poner que sea nuevo e interesante.
Mañana ya viene el final.
Gracias por comentar

Teresita_yocastle$$NYPD escribió:impresionante fic me gusta

Es todo un gusto escribir para personas como vosotras, que os entusiasmais con los fics
Gracias por comentar.

contrabando de joyas!!! me encanta!!! me tienes super enganchada, q ganas de q subas la siguiente parte!!!

Si.... ahora contrabando de joyas, ya veremos en que lío los meto en el próximo fic.

Ya he de empezar a pensar en otro, porque mañana subiré la parte final de éste.

Muchas gracias por tus palabras, la verdad es que sin vuestros comentarios sería más aburrido escribir. Siempre es un aliciente saber que leeis y si encima os gusta, mejor que mejor.

TITULO: Castle en verdaderos apuros 4ª parte (final)
ESCRITO POR. marypaz

El escritor actuaba con parsimonia retrasando al máximo sus acciones, para que el equipo de rescate tuviera tiempo para organizarse, y efectuar una aparición sorprendente en el hotel. Todo esto suponiendo que la camarera fuera una policía camuflada y hubiera captado su mensaje.

Mil incógnitas se agolparon en su cabeza. ¿Y si estaba en un error? ¿Qué pasaría si nadie venía en su ayuda? Perder el dinero no era lo que más le inquietaba y aunque no fuera su principal preocupación, tampoco era para pasarlo por alto por completo. No pudo evitar pesar en Kate. Recordó infinidad de casos en que los dos habían participado, no saliendo siempre victoriosos. Procuró no atormentarse, calculaba que ya tenía en su poder suficiente dinero para pagar las joyas, como aún no sabía cuales elegiría, el precio podría oscilar. No llevar suficiente dinero encima siempre sería algo que le iría a favor, para volver a salir en busca de más moneda en metálico, y ganar un tiempo precioso.

No obstante se daba cuenta que se sentía completamente desprotegido, al estar con aquella pareja a solas. Si descubrían que todo era un complot para atraparlos en plena transacción comercial, ignoraba de lo que serían capaces Ya era tarde para preguntarse si estaban dispuestos para acabar con su vida. Esperaba que no tuvieran que recurrir a esta fase.

Le recorrió un sudor frío sólo al imaginar la escena. Ya había visto demasiados casos, en que las victimas aparecían con un balazo, porque la policía había llegado demasiado tarde.

Ya en el hotel, la pareja se deshacía en comentarios, elogiaban sus libros, asegurando los habían leído todos, sabían adular, y mientras la mujer sacaba de un maletín varios juegos de pendientes y collares, que era lo que había pedido el escritor, el hombre pidió por teléfono, una botella de champan. – para celebrar su buen gusto y cerrar el trato entre caballeros, dijo –

Descartó los pensamientos nefastos que habían acudido a su cabeza, asegurándose a si mismo, que todo era debido a su fértil imaginación de escritor.

Castle trató de serenarse mienttras miraba fascinado las joyas, les explicó que eran para una mujer muy especial, y desde luego repitió que quería algo que hiciera juego con el color de sus ojos. Notaba que el corazón le latía muy deprisa, y poco a poco se dio cuenta que los nervios le podían traicionar. Por unos momentos llegó a pensar que en cuanto entraran al hotel, allí estaría la policía esperándoles. Y no ocurrió nada de esto. Por lo tanto tenía que alargar todo cuanto le fuera posible su estancia en aquella habitación, pues en cuanto saliera, ya no podría demostrar que acababa de hacer un trato con unos delincuentes, que se dedicaban a robar joyas, que luego las transformaban para que no pudieran ser reconocidas.

Unos golpes en la puerta, anunciaron que ya les traían las bebidas.

Al abrirse la puerta, una camarera, entró arrastrando la mesa con ruedas, encima en una cubitera con hielo, venía la bebida junto con las copas. Lo dejó todo en el centro de la habitación.

Castle por unos momentos creyó que iba a tener un infarto. Delante de él estaba Kate, uniformada de camarera, la cofia blanca recogía su pelo, y llevaba un vestido azul marino, con un discreto delantal blanco, sus zapatos de tacón, la hacían mover despacio. Con una gran sonrisa les dijo

.- Si desean alguna cosa más, el hotel estará encantado de servirles lo que deseen. Yo misma con mucho gusto me encargaré de hacérselo llegar.

Castle no salía de su asombro. Tenía que actuar con rapidez. Era Kate la que estaba allí, usurpando el lugar de alguien que se llamaba Maggie, ese era el nombre que lucía en su tarjeta de identificación.

.- Creo que a este brindis, no le vendría nada mal, unos canapés de acompañamiento. – Dijo encarándose a la pareja - ¿Les parece bien? Correrá de mi cuenta, será más amena la espera, la verdad es que estoy indeciso, hay tanto dónde escoger, que no sé por cual decidirme.

Intentaba hablar pausadamente, y evitó en todo momento mirar a los ojos a la camarera, que esperaba pacientemente la decisión. Las preguntas acudieron a su cabeza como si se tratara de un ejército bien organizado. ¿Qué demonios hacía allí Beckett? ¿Y por qué estaba representando el papel de camarera? ¿Quién era “Maggie”? No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, pero enseguida comprendió que tenerla tan cerca, le daba un respiro, al saber con seguridad que no estaba solo en el caso.
Se extrañó de oír su propia voz, pidiéndole a ella los canapés. Esta era la manera más segura, para que volviera a la habitación. Se apartó para dejar paso a Kate y que pudiera salir por la puerta. Él, aparentando una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir, volvió a mirar con atención las joyas que le estaban enseñando. Tenía que demostrar sus dudas. Las puso en su mano, y las miró detenidamente. Finalmente preguntó:

.- ¿Cual me aconsejan?
Estaba alargando cuanto podía aquella cita.

La mujer le dijo que los dos que había elegido eran preciosos, y que el precio era casi el mismo. En cuanto a la calidad tampoco existían diferencias.
Castle no se enteraba de nada de lo que le decían. Estaba pendiente de oír los golpes en la puerta, y de ver de nuevo a Kate. Ya imaginaba que vendría con refuerzos.

En efecto se oyó un ruido.

No fueron precisamente unos golpes discretos. La puerta se abrió de golpe, y entraron tres hombres con chalecos antibalas, y armados con revólveres, que apuntando a la pareja de traficantes, los esposaron. Detrás de los policías, estaba la camarera del Salón de actos del ayuntamiento. Ya no llevaba el uniforme, ahora como los demás venía, equipada para un asalto en toda regla.
Sucedió todo muy rápido.

Él tuvo que sentarse en una de las butacas, los nervios contenidos durante tanto tiempo, le estaban pasando factura a su cuerpo. Las piernas le temblaban.

Oyó que los policías les leían sus derechos a los delincuentes. Era como si escuchara una letanía monocorde. Se sabía de memoria todas aquellas palabras. Había cumplido con su misión. Se habían apresado a dos peces gordos de aquella banda gracias a él. El Alcalde ya no podría usar en lo sucesivo la artimaña que le debía algún favor.

Se plantó ante él la camarera del Ayuntamiento. Le estaba mirando muy sonriente, mientras le alargaba la mano.

.- Soy la detective Amanda Jumper. Le felicito señor Castle, ha hecho un trabajo brillante.

.- La verdad es que por unos momentos tuve mis recelos en si me habría equivocado de persona. Todo el tiempo que hemos estado en esta habitación, francamente han puesto a prueba mis nervios.

.- Es natural.- dijo amablemente - Su misión ha terminado y puedo asegurarle que con éxito. Es un hombre con suerte, la camarera que ha venido a traerles las bebidas, me ha pedido como favor especial, poder entrar a saludarle y pedirle un autógrafo. Le he dicho que no tendría inconveniente.

Castle por unos momentos se quedó sin habla. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Kate había ido allí pero sin darse a conocer. Actuó simplemente como si fuera una empleada del lugar. Nada tenía sentido para él.

.- Ningún inconveniente desde luego. Firmaré todo lo que pida. – La policía nunca sabría hasta qué punto eran ciertas sus palabras –

Una cosa le quedó muy clara, Kate había acudido allí sólo para que supiera que estaba a su lado. En ningún momento se dio a conocer como la inspectora que había sido hasta poco tiempo atrás.

Vio como se iban los delincuentes custodiados por los agentes. Los podía ver dirigiéndose camino del ascensor, y paseó la mirada por el largo pasillo en busca de Kate. Ella no asomó por allí, hasta que todos hubieron desaparecido del campo visual.

Castle estaba en el dintel de la puerta, esperándola impaciente. Cuando vio que se acercaba por el lado opuesto al que se habían ido los policías y los detenidos, por primera vez se sintió a salvo.

A salvo por no tener que seguir mintiéndole.

A salvo porque su trabajo ya había terminado de la mejor manera posible.

Y también a salvo por tenerla tan cerca. Ahora vendrían un montón de preguntas.

Ella se acercó hasta él, sonriente. Se había quitado la ropa de camarera y venía vestida con unos vaqueros y una camiseta. Sin esperar a que Castle le dijera que podía entrar, lo hizo cerrando la puerta y apoyándose en ella. Después se acercó a él, pasándole los brazos por el cuello para besarle.

.- Por fin te veo fuera de peligro – le dijo sin separarse ni un milímetro del escritor-

.- Tendrás que explicarme muchas cosas. Mi cabeza no para de dar vueltas, pensando cómo has llegado hasta mí precisamente en el momento en que más te necesitaba Te aseguro que cuando has entrado con las bebidas, he dejado de sentirme vulnerable. Sabía que me ibas a ayudar.

.- Bueno digamos que tu mente de escritor está sacando un poco las cosas de contexto. Sólo he suplantado a la camarera unos minutos, los justos para que tú supieras que la rueda policial ya estaba en marcha.

.- Desde cuándo sabías lo que de verdad se estaba tramando.

.- En realidad aún no lo sé con certeza. Lo único que sabía era que a esta hora más o menos estarías en este lugar y podías correr algún riesgo. Hace pocos días estuviste en la Comisaría, ¿No es cierto?

.- Si. Pero excepto el Alcalde y Gates nadie más sabía que era el anzuelo para atrapar a estos delincuentes.

.- En esto te equivocas querido Sherlok Holmes, yo empecé a hacer indagaciones desde el día que me dijiste que tendrías que ausentarte durante tres noches. Hablé con Ryan y Expósito, que no pudieron darme noticias directas, sólo que estuviste hablando con la Jefa durante un buen rato, y luego te fuiste sin despedirte de ellos. Quedaba patente que ocultabais algo. Y ellos por su cuenta hicieron muchas averiguaciones. Aunque la clave me la diste tú mismo al enseñarme la invitación del Alcalde.

.- Elemental querido Watson – dijo Castle sonriendo – Pero espera un momento.

Se separó de ella, para hacer una llamada desde el teléfono interno de la habitación. Les dijo quien era, y que deseaba quedarse allí hasta la mañana siguiente y pidió los canapés que Kate por razones obvias no había podido pedir.

.- Si no tienes inconveniente, pasaremos la noche aquí, el lugar no está nada mal, y nos merecemos un premio. Y ahora mientras no llegue la auténtica camarera, quiero me expliques con detalle, la manera que conseguiste usurpar la identidad de esa chica. Si el traficante no llega a pedir bebida, ¿ cómo te las hubieras arreglado para entrar en esta habitación?

Kate puso los ojos en blanco.

.- Tanto tiempo trabajando con policías ¿y aún no sabes trucos? Hubiera entrado diciendo que era obsequio del hotel. Suelen hacerlo con las personas VIP.

.- Hasta aquí todo correcto, pero tú venías con un acreditativo con un nombre específico. ¿Lo robaste amordazando a la verdadera Maggie?

.- Tu mente de escritor a veces no te deja pensar con claridad. Mira…de manera secreta aquí han participado por separado, Ryan, Expósito y Lanie. Ella es amiga de la camarera. Es una casualidad de esas que se dan entre un millón. Digamos que tuvimos mucha suerte. Nuestros amigos estaban enterados de toda la organización policial. Ellos no dejaron de trabajar en el caso sin que Gates se enterara. La Jefa creo que ignora que entre nosotros solemos ayudarnos y protegernos en casos desesperados. Tú estabas vigilado por desconocidos, que de manera extra oficial, mantenían al corriente a Ryan y Expósito, sabían cuales eran todos los pasos. Estuviste muy acertado al decirle a la camarera a qué hotel os dirigíais.

Castle la miraba embobado ante toda la organización que Kate había montado a sus espaldas. Ella le sonrió provocadoramente, al ver la cara estupefacta del escritor.

.- Y aquí es donde aparece esa hada llamada Destino. Lanie entró en acción pidiéndole a su amiga, un favor muy especial. Para la Maggie, yo soy una de esas mujeres que van a la caza de hombres famosos, por el simple hecho de pedir un autógrafo en uno de tus libros. Le dijo que tan sólo tenía que dejarme usar el uniforme del hotel, y su identificación. Tuvo que asegurarle que yo era una persona medio loca por ti, pero totalmente inofensiva.

Castle arrugó en entrecejo.

.- ¿Tan fácil fue usurpar la identidad de otra persona, aunque solo fuera por unos momentos?

.- ¿Fácil? - Preguntó airada Kate - Te aseguro que este pequeño detalle te va a costar bastante más dinero del que te imaginas. Sobornar a la gente tiene esos inconvenientes.

.- Lo doy por bien empleado, te lo aseguro. Además mi miedo ya ha desaparecido en todos los aspectos. Me dolía tener que engañarte.

.- Lo sé. Me di cuenta de ello al verte tan preocupado. Ese fue el principal motivo por el que me puse en contacto con Ryan y Expósito. Sabía que me ayudarían si se lo pedía. Estuvieron trabajando con mucha habilidad, para no despertar sospechas. Bueno…aquí está resumida toda la historia.

Castle parecía que aún no había asimilado todo lo que le había explicado Kate. Pero de algo estaba muy seguro por lo que se atrevió a decirle.

.- ¿Te das cuenta, que llevas muy dentro de ti, la sangre policial que te ha hecho ser una de las mejores de tu campo? ¿Estás segura que serás capaz de renunciar a todo ello?

.- Lo he hecho por ti - le dijo mientras le miraba sonriente – Aunque he de reconocer que me he sentido muy a gusto en mi papel.

Los golpes en la puerta dejaron sin respuesta a Castle. Abrió y entró una camarera, con los canapés que pidió momentos antes. Kate discretamente se había ido al baño. No quería que la pudieran reconocer, pensó que aunque pareciera una insensatez, era mejor que nadie la relacionara con el escritor en aquel lugar.

A los ojos del personal del hotel, aquel escritor famoso, que solía tener aventuras con estupendas mujeres, no era una excepción que la pasara acompañado de una mujer.

Y por supuesto estaban en lo cierto.

Aquella noche sería algo muy especial entre ellos, porque habían añadido otro elemento a su relación: La preocupación y el temor del peligro en que se pudieran encontrar.

Se miraron como si estuvieran analizándose mutuamente.

El deseo era algo que ninguno de los dos quería esconder y sabían que tenían muchas horas para disfrutarlas.

.- No tenía intención de pasar la noche fuera de casa. Ni cepillo de dientes, ni nada de uso personal.

.- Te aseguro que en el baño encontrarás todo lo que necesites. Tú y yo creo que no necesitamos nada más. Seremos dos cuerpos en la penumbra que se olvidarán de sus miedos, y saciarán sus deseos. Necesitamos un encuentro apasionado para borrar esos temores que durante días me han tenido con el corazón en un puño.

La mirada de Kate disipó todos los temores.

Les esperaban unas horas muy especiales. Los dos lo sabían, y sin palabras dejaron volar su imaginación, buscando en sus cuerpos aquello que les traería la comunicación más íntima y perfecta entre ellos.


FIN
Junio 2012