SUEÑOS REVELADORES 1ª parte y 2ª parte (final)

TITULO: Sueños reveladores (1ª parte)
AUTORA: Marypaz

En primer lugar quiero aclarar que se trata de un relato más o menos desenfadado, donde las cosas relacionadas con la ciencia onírica, es pura especulación mía. Me he basado en datos escogidos al azar, pero que en ningún momento se pueden basar científicamente.



Richard Castle estaba sentado ante su ordenador, y en sus manos sostenía un bolígrafo, que se obstinaba en moverlo con minuciosa precisión, tamborileando sobre la mesa, siguiendo un compás imaginario.
Su ceño fruncido y la seriedad de su rostro mostraban sin duda que su pensamiento se hallaba muy lejos de allí. Tenía que tomar una decisión, y sabía que aunque le costara, debería hacerlo y cuanto antes mejor.
Abandonar su casa, su entorno por unos días, pero sobre todo lo más angustiante era alejarse de Kate. Y ella tenía que ser la primera en saber de esta decisión.
Las Musas habían vuelto a su cabeza, y no era el momento propicio para ignorarlas. Llevaba ya demasiado sin dedicarle a la escritura el tiempo necesario para escribir una buena novela. Le vino a la memoria la conversación que tuvo con Kate, muy pocos días antes, mientras estaban en su apartamento. Recordaba lo sucedido, se había quedado en su memoria como si lo hubieran marcado a fuego. Esto suele ocurrir cuando lo vivido nos acapara por competo todos nuestros sentimientos.
“.- Kate me tienes tan atrapado, que no consigo centrarme en ninguna buena historia, a este paso voy a perder el hábito de escribir.
.- Por favor Rick, no me hagas sentir culpable de esto. Deberías pensar que incluso los más grandes autores, tienen sus baches. No sólo en la escritura, en todos los campos artísticos, seguro que sucede algo similar. No es como nosotros en la Comisaría, que cuando nos llega un caso, nos sirven en bandeja el trabajo que tenemos que realizar.
Su voz sonaba mimosa, como siempre que tras un encuentro donde se demostraban sus sentimientos más íntimos, dedicaban unos momentos a sus confidencias.
.- Kate…de verdad que tú has sido lo más maravilloso que me ha pasado, pero me doy cuenta, que parece como si mi habitual tendencia a expresarme a través de la escritura, hubiera desaparecido.
Kate se quedó callada, se incorporó sobre su codo, para poderlo mirar a los ojos. Le sonrió, mientras con el dedo índice, repasaba meticulosamente su pecho. Era una caricia dulce, era como si con aquel roce casi imperceptible, ella quisiera devolverle la confianza como escritor.
.- Te entiendo perfectamente. Y aunque me alegra ser la causa de tu falta de inspiración, lo acepto. Me parece que tendremos que espaciar nuestros encuentros, para dejarte más tiempo libre.
Castle ante las palabras de Kate no pudo evitar, exhalar un suspiro de alivio. La acercó hasta él, para besarla muy despacio. Este acercamiento hizo que sintiera sobre su tórax desnudo, la tibieza de los pechos de Kate. La abrazó mientras le murmuraba
.- Así me va a costar mucho concentrarme en algo que no seas tú.
.- Esto será la despedida. Te concedo el privilegio de decidir cuántas horas necesitas para centrarte en tu nueva novela, y yo, en cuanto empieces a teclear, te prometo desparecer, para dejar tu mente libre de mi perniciosa presencia –
Las últimas palabras, las dijo intentando ocultar un poco la desilusión que sentía ante una separación.-
.- Sabes que te quiero, y lo que significas en mi vida. Pero si he de ser sincero, encuentro a faltar esas horas pasadas escribiendo frenéticamente ante el ordenador.”
Esta había sido la charla que mantuvieron pocas horas antes, Kate le dijo que se iba a su casa, y que hasta que él, no tuviera encauzada la trama de su próxima novela, ella se mantendría al margen.
La conversación había ocurrido hacía escasamente unas horas y se daba cuenta de lo difícil que le resultaría mantenerse alejado de ella, pero por otra parte también comprendía que era lo mejor que podían hacer.
Se sentía mal, porque en realidad no le había dicho la verdad, por lo menos no por completo. En su cabeza ya tenía urdido el argumento, y esta vez en su novela habría un protagonista masculino. Y para describirlo con exactitud, necesitaba estar ingresado en una clínica especializada en los trastornos oníricos.
Tenía suficientes contactos para conseguir que durante unos días permaneciera monitorizado, durante las horas de sueño. Quería que alguien experto, le hipnotizara si llegaba el caso, para poder escribir durante aquellas horas, y bajo el influjo de una mente enferma, describir con toda la crudeza, y el realismo que requería, cómo actuaba una mente distorsionada, una mente a la que él, durante horas habría entrenado para ser un asesino. Necesitaba ponerse en la piel de este ser enfermizo, por su sed de maldad.
Hasta ahora había descrito asesinatos, pero nunca lo había hecho bajo la perspectiva de un ser enfermo. Había estado leyendo en los últimos días bastantes artículos sobre casos de personas que pasaban desapercibidas, durante el día, que parecían normales, y que una vez fueron detenidas, aseguraban que su actuación era debida a que de pronto una fuerza poderosa los impulsaba a cometer las acciones más impropias, de lo que eran en realidad.
Castle pensó que aquel podía ser un buen tema, si sabía aderezarlo con escenas un poco subidas de tono. Lo último para él, no tenía secretos, nunca los había tenido. En cambio lo que quería escribir ahora…necesitaría de toda su imaginación, porque además necesitaba que el lector cuando lo leyera, se quedara con la incógnita de si aquel ser, actuaba como lo hacía, por esconder sus tendencias malévolas , y era como una válvula de escape, a sus necesidades no cumplidas.
Esta vez la novela la enfocaría en una vertiente distinta a lo que había escrito hasta el momento. Sería una novela policiaca, con tintes exageradamente crueles. El protagonista por una vez quería que fuese el villano, el malo al que la policía metía entre rejas para el resto de sus días, y al lector debería parecerle justo, para poder aceptarlo de buen grado.
También debería describir a alguien, aunque no tomara todo el protagonismo en el argumento, a un sujeto ceñido por completo a la sociedad, un ser claro, y transparente que ayudara a la protagonista a superar el miedo que durante toda la novela, quedaría reflejado de manera muy explícita. Con este personaje no tenía dudas, sería ese hombre enamorado que se mantendría oculto durante toda la novela, saldría prácticamente al final de la misma para salvar a la mujer enamorada del malvado.
Sabía que cuando llegara el momento de describir todas estas sensaciones, sólo debería fijarse en su propia vida y en la de Kate. Esta pareja, no obstante debería quedar en un segundo plano, completamente opacados por el personaje, libertino y enfermo.
En su cabeza tenía muy claros todos los personajes, ahora sólo le faltaba encontrar la manera de describir correctamente, a ese intruso enfermizo capaz de cometer las peores fechorías.
Para urdir todo esto, necesitaba estar alejado de Kate, quería ponerse en la piel del protagonista, y necesitaba estar ingresado en una clínica especializada, en trastornos mentales. Sabía que podía contar con más de un amigo médico para que lo ingresara, y hacer este tipo de averiguaciones.
Sólo se sentía mal, porque había tenido que engañar a Kate, la conocía y sabía que habría intentado disuadirle para que no se arriesgara en este tipo de pruebas, por lo que la última parte del trato, ella lo ignoraba.
Se había documentado a fondo en estas personas que actuaban inducidas por sus sueños. Los médicos que los atendían estaban pendientes de sus reacciones durante el día, para contrastarlos con los datos recibidos durante sus horas de sueños. No se podían captar las imágenes, pero sí que quedaba una constancia, porque incluso los llegaban a despertar, para que el paciente explicara detalladamente el sueño, y ellos se dedicaban a mezclar el sueño con aquel gráfico, que se mostraba oscilante. Siempre que surgía un pico elevado en el monitor, sabían que el durmiente se encontraba en una situación desesperada. Estos detalles eran los que después de un profundo estudio, les daba un poco de luz sobre la manera de comportarse durante el día.
Aquellas imágenes muchas veces desaparecían, pero nadie dudaba que permanecían latentes, dispuestas a salir a la superficie, por muy escondidas que estuvieran. Podían adivinar con antelación, si aquel hombre que estaba monitorizado durante la noche, era o no un asesino en potencia.
Castle quería que su protagonista tuviera algo que ver con los personajes de Jekyll y Hyde, él quería mostrar a un ser atormentado, que la única redención le llegaría a través de una mujer. Castle no quería que su protagonista, fuera como en la película. Quería que el amor triunfara ante todas las adversidades, pero para plantear esta trama, quería explicar detalladamente sus sueños, y su manera de proceder.
El ingreso en aquella clínica especializada en los trastornos oníricos, ya le esperaba un doctor, por recomendación de un amigo suyo.
.- Sr. Castle, ante todo quiero que sepa que soy un gran admirador de sus obras, mi mujer me incitó a leerlas, y casi por complacerla empecé a leerlas, y luego han sido como una droga. Se lo digo no sólo por halagarle, sino porque me parece una idea estupenda lo que pretende llevar a cabo.
.- Me alegra, tener a alguien que comprende mis ansias al querer escribir sobre algo tan delicado, como es la mente humana. Me será de gran ayuda saber que se lo toma con el mismo interés que yo mismo.
.- Que haya venido con al ánimo dispuesto a colaborar, es lo más importante, y, procuraremos que lea y vea películas con este tema en concreto, antes de irse a dormir. Las escenas vistas en estos momentos, le pueden ser de ayuda a soñar lo que pretende, para luego describirlo magistralmente como lo suele hacer siempre.
.- Creí que esto sólo eran simples conjeturas.
.- Hay un poco de todo. Déjelo en mis manos, y después de los sueños tendremos una charla.
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Kate procuraba seguir con su vida, como si nada hubiera ocurrido.
Antes vivía sin Castle, y no sucedía nada. Tenía vida propia, ahora que su compañero desapareciera unos días, se decía que no tenía que repercutir para nada en su vida, ni en su trabajo. Y sentada ante su mesa, miraba sin ver todo lo que la rodeaba. Vio entrar a Ryan y Expósito, que levantaron la mano en señal de saludo. Ellos dos se miraron, ya se habían preguntado bastante perplejos, a qué se debía una ausencia tan prolongada del escritor, aquello no era nada normal, y mucho menos lo fue la respuesta que les dio la Inspectora, que no sabía nada. Aunque pareciera muy convincente, a ellos no les engañaba, seguro que estaba al corriente, pero enseguida comprendieron que la inspectora se había encerrado en su urna, no dejando entrar ni salir ella misma de allí dentro. Probablemente si hubieran tenido que ir en busca de delincuentes, teniendo que patear la calle, no se estarían haciendo estas preguntas pero tener que estar encerrados dentro de la comisaria recopilando y archivando papeles, les daba más tiempo para sus elucubraciones. No decían nada en voz alta, aunque con sus miradas interrogadoras lo decían todo.
Captaron enseguida que el móvil de Kate sonó, y mantuvo una corta charla, después de acercó a ellos.
.- Chicos he de salir unos momentos, si la jefa pregunta por mí, dadle cualquier excusa, pero que sea creíble ¿de acuerdo?
Ambos asintieron, y de mutuo acuerdo no hicieron preguntas, sabían de antemano que ella no les iba a dar ninguna explicación. Cuando estuvo lejos de la mesa Ryan preguntó
.- ¿Tú crees que esta llamada tiene algo que ver con la ausencia de Castle?
.- Me apuesto cinco pavos a que sí. Aunque no creo que sea nada importante, se la veía muy tranquila. De no ser así seguro que nos habría pedido ayuda. Seguro que ha sido él y la ha citado para verse en algún lugar.
Chocaron los nudillos, deseando que la jefa no asomara la cabeza y notara la ausencia de Beckett.
Mientras Kate conducía hasta la dirección que le dieran por teléfono, su pensamiento no paraba de hacerse la misma pregunta. Por teléfono el doctor Max Hermann, le dijo que sería conveniente que se personara en la clínica. Le aseguró que necesitaba su presencia. Mencionó a Castle, pero sin dar explicaciones. Ella hubiera querido preguntar muchas cosas, pero se hubo de conformar con saber a qué dirección tenía que ir. Desde el despacho no podía aclarar nada.
Y el trayecto hasta el lugar, se convirtió en una especie de calvario imaginando mil cosas diferentes. ¿Castle estaba enfermo y ella no sabía nada? Pronto saldría de dudas.
Entró por la puerta principal, el vestíbulo era redondo y en un panel estaban los indicadores del piso, del médico y a qué se dedicaban cada uno de ellos.
En la quinta planta estaba el nombre de Max Hermann, doctor neurólogo. En letras pequeñas la placa rezaba “Trastornos oníricos”
Miró el papel donde lo tenía apuntado, y ante su asombro vio que no se había equivocado. Aquel medico era especialista en cuestiones relacionadas con los sueños.
Y de inmediato se preguntó, qué diablos hacía allí Castle, ya que según le dijera Hermann, había sido él, el que pidió que la llamaran. No tuvo ninguna duda que todo aquello, formaba parte del plan del escritor, para el argumento de su nueva novela.
Nada tendría de especial, si la hubiera llamado el propio escritor, pero que fuera un médico, esto ya la había puesto nerviosa. No pudo saber nada concreto porque la llamada la recibió en la Comisaria, y no quería arriesgarse a hacer comentarios.
Se daba cuenta que la carcomía la curiosidad.
Al salir del ascensor, se encontró en un largo pasillo de un tono muy claro, que sin ser blanco, con fluorescentes en toda la largura del corredor conseguían que su luz reverberara, dando aún más claridad. A ambos lados había puertas cerradas, y allí reinaba el más absoluto silencio.
Tras caminar por el lugar llegó a una puerta, donde una placa rezaba “Dr. Max Hermann” Miró la dirección y el nombre que se había anotado en la comisaria, y supo que ya había llegado al lugar indicado. Llamó con los nudillos y tras oír “adelante” entró. Tenía ante sí a un hombre de mediana edad, que se levantó en cuanto hubo cruzado el dintel.
.- Supongo que es Kate Beckett. – Siéntese, dijo en un tono amigable- Imagino que debe sentir curiosidad, ante mi llamada.
.- En efecto, estoy intrigada no puedo negarlo, y también asustada.
Se quedó por unos momentos callada, esperaba alguna reacción por parte de aquel médico, y viendo que se mantenía en silencio siguió
.- Quiero la verdad, dado que en mi profesión no me apetece tener que ir descubriendo poco a poco lo sucedido, por lo que me gustaría que por su parte usted actuara con la máxima claridad y brevedad posible.
.- Me gusta su manera de enfocar las cosas y no se preocupe, iré directo al grano siempre y cuando usted me diga qué es lo que sabe exactamente de todo este asunto.
CONTINUA

sigueeeeeee plisssss

sigueeeee

Vale guapas, ya sigo, estoy en ello, gracias por leer y comentar.

Wow, vaya ocurrencias las de Castle. Espero que Kate no se moleste mucho cuando se entere de lo que ha planeado Rick.

Me encanta la historia que quieres transmitir en este fic. Espero que puedas continuar pronto.

Echaba de menos leer una nueva historia tuya.
Este nuevo fic tiene muy buena, la idea de Castle para su nueva novela me gusta, muy típico de él ingresar en esa clínica para documentarse.
Espero que sigas pronto.

Ya se terminó, no hay más explicaciones¡¡¡¡, qué manera de volvernos a todos gatos, espero que no nos maten por ser curiosos, pero ¿cuándo sigue el relato?, porque ya no puedo más con la curiosidad. SIGUE PRONTO, BESOTESSSSSSSS

Muchas gracias por vuestros comentarios, y ya sólo me falta repasar el final y lo mando enseguida. Espero que os guste, a mi el tema de los sueños me apasiona veremos si lo he sabido transmitir bien.

Magnifico sigue no me dejes asi

Muchas gracias por seguir leyendo.... pronto subiré lo que falta

Ei marypaz, hacía tiempo que no te leía. La verdad es que hace tiempo que soy yo la que no lee demasiado en el apartado de fics.

Como siempre, da gusto seguir tus historias. Has empezado la historia con un lado "oscuro" tanto de lo que quiere experimentar Castle como el punto de vista de la nueva historia.

Esta vez me has dejado la intriga de si vas a sacar tu lado Jeckyll o vas a acabarla con tu lado Hide. Conozco tu tendencia pero...

aquí estaré esperando la continuación

Gracias qwerty, yo soy de las que posteo poco, por falta de tiempo entre otras cosas.
Y me alegra saber que hayas sentido intriga, eso es bueno para las que escribimos, espero que no te defraude el final que estoy a punto de subir.

TITULO. Sueños reveladores ( 2ª parte)
Autora: Marypaz

.- Parece ser que los dos conocemos al escritor Richard Castle, y es este el motivo por el que, me ha llamado hace un rato a mi lugar de trabajo, casi exigiéndome que viniera lo antes posible, a esta dirección. Que por cierto no se puede imaginar la sorpresa que he sentido al ver que se trataba de una clínica privada.
El médico se levantó y recogió un dosier para buscar unos papeles.
.- Bueno señorita Beckett, ya veo que el escritor no le mencionó para nada, el proyecto que se traía entre manos, para desarrollar su próxima novela.
Kate Beckett, se sintió incómoda ante la pegunta, pues se daba cuenta, que estaba al margen por completo de lo que pensaba hacer Castle. Salió su vena policial. La verdad era el mejor argumento.
.- Tan sólo sé, que necesitaba estar un poco apartado de su vida cotidiana, para poder dedicarse a escribir, sin ninguna traba. No quería nada que lo distrajera. De común acuerdo decidimos mantenernos alejados durante un tiempo prudencial. ¿Le basta con esta respuesta?
.- Me ayudará en el futuro. Pero antes como médico quiero explicarle una serie de cosas. Es un caso muy especial, nunca se deben hacer este tipo de revelaciones a nadie, forma parte de nuestro juramento. Pero ya le he dicho que esta vez es un caso excepcional. Su presencia es de vital importancia para Castle.
.- ¿Richard Castle está ingresado en esta clínica? – Preguntó visiblemente alarmada-
.- Sí. Pero no se asuste. No está enfermo. Vino hasta aquí para someterse a un tratamiento especial. Según me confesó necesitaba meterse de lleno en la cabeza de un criminal, para saber cuáles eran los motivos que lo obligaban a matar.
.- ¿Se puede hacer esto? – Preguntó con incredulidad, mientras hacía un mohín escéptico-
.- Con el tratamiento adecuado, podemos inducir al paciente a que sueñe con lo que le atosiga. Normalmente lo que practicamos antes de que se duerman, son las visualizaciones de las cosas que les preocupa, para después una vez despierto, poderlas analizar y solucionar. En este caso, Richard Castle precisamente necesitaba, según me dijo, todo lo contrario. Él quería soñar y meterse en la mente de un criminal, para poder escribir las descripciones rigurosamente.
Beckett, miraba al médico intentando no demostrar la angustia que iba sintiendo a medida que él, le exponía a lo que Castle había ido a la clínica. Por fin le preguntó, ya sin ningún tipo de disimulo.
.- ¿Corre peligro?
.- De momento no. Pero ha surgido algo que no esperábamos ni él, ni yo. Llevamos unos días estudiando sus sueños, es un trabajo pesado para ambos, ya que hemos de estar los dos en la misma sintonía. Mientras él duerme conectado a los monitores para estos casos y sueña, yo estoy pendiente de su gráfica, y lo despierto cuando veo que hay algo que le está mandando mensajes, subliminales alterando visiblemente el ritmo cardiaco. Entonces él me cuenta lo que ha vivido en sueños, valorando una vez despierto, si aquello se puede describir de una manera llana, y entendible para los lectores. En sueños, él asume una personalidad malvada, que luego la pasará al sujeto de la novela.
.- En realidad, nada me extraña de Castle, es capaz de cualquier argucia para conseguir lo que quiere. Y mi pregunta es. ¿Por qué estoy aquí?
.- Después de repasar las escenas que describe con todo detalle, el escritor se queda completamente hundido al comprobar que en su subconsciente yace un posible asesino. Él sabe que esto sucede porque ha estado preparando cuidadosamente su mente a través de hipnosis, para que salga el diablo que todos llevamos dentro. Tenemos más de una manera para inducir los sueños a situaciones de verdaderos peligros, y aquí es cuando por motivos de supervivencia, un ser humano normal y pacífico, se puede convertir en un salvaje que no dudaría en matar, si con ello salvara su propia vida.
.- Sigo sin ver que hago en todo este embrollo. Imagino que Castle se sentirá satisfecho si ha logrado lo que se proponía. Ya tendrá material para su próximo libro. Seguro que será otro éxito.
.- La complicación ha surgido, cuando en dos ocasiones en sus sueños la llamaba a usted. Al despertar, le pregunté quién era esa mujer, que de alguna manera interfería en sus imágenes oniricas.
.- O sea que la inspectora Beckett, incluso soñando le infunde respeto como agente de Policía – preguntó intentando esconder un deje de alegría.-
.-Pues me temo que así es. Fue él, quien me dijo que la llamara, para que se pasara por aquí, y la pudiera poner al corriente de lo que le pasa. En uno de sus sueños ocurrió algo imprevisto, y a partir de ese momento, él ha querido que usted esté al corriente de todo.
Beckett suspiró aliviada ante las palabras del doctor, en algún momento había llegado a imaginar que su ingreso era debido a alguna enfermedad grave.
.- Dónde está ahora el escritor – preguntó sin disimular su impaciencia –
.- Venga
El médico se levantó y salieron al pasillo caminando hasta el final, donde pudo constatar que dos de las puertas eran diferentes a las otras. Entraron en una de ellas, y comprobó que era como una ante cámara a una habitación. Estaba completamente a oscuras, y en una mesa había un monitor, en el que parpadeaban unas luces. Luego sin encender la luz, el médico abrió un poco una persiana metálica, y allí pudo ver a Castle, tumbado en una cama, con los electrodos puestos en su cabeza y en su pecho, pudo ver el cuerpo casi desnudo, tapado por una liviana sábana.
Le impresionó verlo de aquella manera. Allí estaba indefenso y dejando al descubierto una parte de su mente prácticamente a unos desconocidos. Enseguida supo que haría lo necesario para ayudarlo en lo que hiciera falta.
.- Mueve mucho los ojos, aún que los tiene cerrados, se nota el parpadeo – Dijo Beckett, que estaba pendiente de todos los detalles que rodeaban a Castle.
.- Si, y si se fija en el monitor, verá que la gráfica se mueve con celeridad. Está en pleno sueño y es muy probable que lo que está viviendo sea desagradable. No es la primera vez que esto le sucede. Ahora mi trabajo consiste en despertarle, para que antes de que se le borren las imágenes pueda describir todos los sentimientos que le están produciendo este estrés. Voy a entrar para que me haga la descripción exacta de lo que acaba de vivir. Cuando esté más sosegado y hayamos grabado sus palabras, le diré que ha venido porque él, en sus sueños no ha hecho más que llamarla. ¿Está de acuerdo?
Kate Beckett se quedó por unos momentos sin saber qué responder, vio al médico como entraba en el pequeño dormitorio.
Miró el cuerpo a través del cristal que seguía moviéndose inquieto, y enseguida pudo ver como el médico se sentaba en el borde la cama, y le hablaba con la grabadora en la mano, para poder tener todas las referencias. Ella no oía la conversación, el doctor estaba de espaldas a la ventana, por lo que su visión era Richard Castle sentado en la cama, mientras se pasaba una mano por la frente. Pudo comprobar que su mirada denotaba miedo. Nunca lo había visto bajo aquel aspecto. Ella tenía de Castle una imagen diferente, la de un hombre seguro de sí mismo, un hombre rodeado de bonitas mujeres, también la de un escritor famoso, al que todos le rendían pleitesía. Para contrarrestar todo esto, estaba la faceta de un padre cariñoso y preocupado por su hija. En definitiva Kate pensó que con todas estas virtudes, no le extrañaba que quisiera someterse a este tipo de tratamiento, para reflejar mejor sus descripciones. Y la pregunta que le vino a la cabeza fue. ¿“Merecía la pena, todo este sacrificio para poder llegar a ser el mejor escritor de su tiempo”?
El Castle que estaba viendo no se parecía en nada al que ella recordaba de los primeros años que trabajaron juntos, ni tampoco al Rick, que en la cama la hacía sentir como una fémina en celo, en busca de sus caricias. Desde luego que la halagó que la hubiera llamado, pero de pronto sentía miedo. Aquel experimento proporcionaría al escritor, quizás una trama fabulosa para su próxima novela, pero… si desde luego que existía un pero. Tendría que hablar con el médico para asegurarse, que no le había dañado la mente.
Necesitaba hablar con él. Lo trataría son sutileza pero en el fondo intentaría descubrir su verdadero estado de ánimo, seguiría el mismo procedimiento de los interrogatorios que usaba en la Comisaría.
Vio cómo el doctor, se levantaba y se dirigía hasta donde estaba ella, viendo la escena a través de la ventana en aquella recámara oscura. En cuanto entró el médico tras cerrar la puerta se encaró a ella.
.- Bueno, tengo la grabación aquí, pensaba dejársela escuchar, pero me parece que es innecesario. Entre y hable con él. Yo les dejo para que tengan toda la intimidad. De lo que decidan, veremos si continuamos con estos sueños inducidos, o por el contrario los damos ya por terminados. Usted con sus preguntas seguro que puede sonsacarle cosas de las que el escritor guarda en lo más hondo. Esas cosas que a veces no nos atrevemos ni tan sólo a pensar, por lo disparatadas que nos resultan. La hipnosis ayuda, pero tampoco es la panacea que lo soluciona todo. Le he dicho que la había llamado, y que estaba aquí. Él la espera.
El médico salió cerrando la puerta, volviendo a dejar a oscuras el recinto, ella se acercó a la persiana de fino metal, y separó un poco las láminas horizontales, para poder ver de nuevo a Castle. Estaba sentado en la cama, ya sin los electrodos, en aquellos momentos estaba alisando la sábana que lo cubría.
Se armó de valor, y entró sin saber exactamente cómo debía actuar. Caminó teniendo la mirada fija en el escritor. Él le tendió los brazos, y ya no tuvo dudas, se refugió en ellos, como tantas veces lo había hecho últimamente.
.- Rick, a veces eres temerario. Pero eso tú ya lo sabes – le reprochó –
.- Tienes razón, necesitaba hacer este experimento para poder desarrollar la novela con los máximos detalles verídicos. Y me parece que no ha salido bien del todo.
.- ¿Qué te ha fallado?
.- Yo. No contaba que en mi cabeza estuvieras tan arraigada, como para que incluso hipnotizado y sedado, salieras en mis sueños. No sé si podrás entenderlo.
.- Intenta explicarte - susurró muy quedo en su oído, mientras le besaba cálidamente-
.- En mis sueños, yo me había convertido en un asesino, buscaba de una manera procaz, hacer el daño más absoluto. Mi intención era matar. Y sentía esa sed de sangre, que deben sentir los asesinos en serie. Pero cuando iba realizar el crimen, aparecías tú. Venías hasta mí, me sonreías mientras me ofrecías tus caricias, pero yo me daba cuenta que mis ansias criminales, no habían desaparecido por completo. En uno de mis sueños llegué a cometer el crimen.
Se calló, mientras se pasaba la mano por la frente.
.- Entonces fue cuando el mundo se desmoronó a mi alrededor, al darme cuenta de lo ocurrido. Tenía tu cuerpo inerte entre mis brazos, y lo besaba como si con mis caricias pudiera devolverte la vida. En este sueño volví a sentir el mismo dolor, del día que en el entierro de Montgomery te supliqué que no me dejaras, y te dije que te quería. Cuando me despertó el doctor Hermann, temblaba como una hoja. Temblaba de miedo, porque en aquellos momentos me daba cuenta, de que si aquello llegaba a ocurrir alguna vez, no tendría otra opción que el suicidio. Yo, convertido en tu asesino. No lo podría soportar. Al despertar y explicarlo todo detalladamente al doctor, me di cuenta de mi gran error. Yo necesitaba que la mente criminal desapareciera, dejando paso a un sentimiento más sublime. Y en cambio nada de eso sucedía. Mi mente se había convertido en un caos, cosa que expliqué detalladamente al doctor Hermann. Me sentía fatigado, y sin ganas de vivir después del sueño. Según las conversaciones que tenemos grabadas, en cuanto entraba en la fase profunda, te llamaba, requería tu presencia. Te necesitaba mientras soñaba e incluso así, la mente retorcida y enferma del sujeto acababa con tu vida.
Hubo un silencio. Kate sabía que tenía que decirle algo que hiciera desaparecer su sentimiento de culpa.
.- Era un sueño, estabas bajo hipnosis y concienciado para asesinar. Esto en la vida real, nunca sucederá, y lo sabes. – Trató de animarlo –
Le pasó las manos por los cabellos, su frente estaba perlada de sudor al recordar las escenas. Después ella buscó sus labios para besarlos despacio. Y acabó abrazando el cuerpo medio desnudo.
Quería infundirle una confianza, de la que ella misma estaba muy necesitada en aquellos momentos, ante todo lo expuesto.
.- Rick, creo que deberías dar por terminado este asunto. Todas tus conversaciones el doctor las tiene grabadas, y te servirán a la hora de redactar las escenas en tu novela, que no dudo será otro gran éxito.-
.- Creo que tienes razón. Todo lo sucedido está registrado y por supuesto será mi fuente a la hora de escribir.
.- De acuerdo, en cuanto salgas de aquí iremos a mi casa, y allí podrás empezar a trabajar. Voy a hablar con el doctor para decirle la decisión que has tomado.
Cuando entró en el despacho, le explicó lo que habían acordado, que Castle daba por terminado el experimento, y se quería ir hoy mismo a su casa.
El médico, por unos momentos se quedó mirando a aquella mujer resuelta, que le estaba proponiendo que diera vía libre a Castle para salir de la clínica. Se pasó la mano por la barbilla.
.- Hay un pequeño inconveniente, Richard Castle de momento no puede abandonar así de pronto su estancia aquí.
Kate le miró interrogante
.- Durante estos días ha estado sometido a un tratamiento, - que él mismo solicitó, dijo recalcando bien las palaras – Por lo menos debe quedar en observación durante unos días más, para asegurarnos que su mente no ha sufrido ningún daño.
Al ver la cara de espanto de Kate se apresuró a añadir
.- No se alarme, no corre ningún peligro. Sólo será cuestión de tiempo y debemos asegurarnos que vuelve a ser el de antes. Supongo que le habrá contado que en uno de sus sueños llegó a cometer el crimen.
.- En efecto. Pero era un sueño, todos a veces tenemos visiones que en la realidad nos parecerían impensables. He hablado con él, y lo he visto como siempre.
El médico, antes de replicar pensó muy detenidamente sus palabras.
.. No puedo dejarlo partir, hasta que esté seguro de que vuelve a ser el de antes. Necesitaré por lo menos dos o tres días, para tenerlo monitorizado durante sus sueños, que a partir de ahora serán sin ningún tipo de coacción. Ni hipnosis, ni alucinógenos. Necesito saber con exactitud cuáles son sus sueños cuando no están sometidos a ninguna manipulación. Usted es una mujer inteligente, y sabrá comprender que si lo dejo salir sin estar seguro de si esta experiencia le ha afectado de alguna manera, podemos hundir nuestras carreras respectivas, cosa que no beneficiaría a ninguno de los dos.
Beckett, le escuchó atentamente. Comprendía que tenía razón, pero por otra parte, sabía que Castle se sentiría mucho mejor en su casa que aquí en la clínica. Por lo que se arriesgó a decir
.- Quizás estando en mi casa, vigilado constantemente, le ayudaría más que si se queda aquí prisionero.
.- No es un prisionero, él, vino por su propia voluntad, no lo olvide.
.- Desde luego que no, pero creo en casa estaría más a gusto.
.- Imagine que por un momento, él intentara hacerle daño, como lo hizo en el sueño
.- Voy armada - Replicó con rapidez-
.- Eso aún empeora más las cosas. ¿Le dispararía, para protegerse?
Comprendió que estaba atrapada, por lo que resignadamente tuvo que responder.
.- De acuerdo, usted gana. Lo dejaré aquí, pero como máximo tres días. Haga lo imposible para devolver a Castle su personalidad, suponiendo que como teme, la haya cambiado.
.- Bien. Ahora imagino que necesitará hablar con él, para explicarle la decisión que acabamos de tomar. Vaya preparada, porque no le será fácil convencerle para que siga internado unos días más.
Y mientras iban saliendo camino del lugar donde estaba Castle, le dijo
.- Le espera una tarea ardua, espero que encuentre la mejor manera de hacérselo comprender a su compañero. – Se paró unos momentos antes de entrar en la habitación - ¿Desde cuándo están juntos?- Y tras un corto silencio añadió- No es obligatorio que me responda si le incomoda.
.- Bueno, la verdad es que llevamos pocos meses. En el trabajo aún no lo sabe nadie, aunque imagino que todos lo sospechan. Queremos dar tiempo al tiempo.
.- Le deseo toda la suerte del mundo
Habían llegado el lugar donde Castle permanecía impaciente a que Kate volviera con la buena noticia de su marcha, esperaba que vendría acompañada por el médico. Se extrañó al verla entrar a ella sola.
.- ¿Dónde está el doctor, Hermann? Necesito volver a mi antigua habitación, para poder vestirme. Supongo que habrás venido en coche.
Kate se quedó mirándole fijamente, lo que iba a decirle seguro que no le gustaría nada, por lo que intentó que su voz sonara suave y apacible.
. – Verás Rick, ha surgido un pequeño problema.
Le miró para ver la cara que ponía el escritor, y como buen jugador de póker, su rostro se mantenía impasible
.- ¿Qué ocurre?
.- Deberás quedarte aquí unos días, para seguir con tus sueños, pero esta vez, sin ningún tipo de inducción. Se quiere asegurar el doctor que tu mente vuelve a ser la de antes. Que nada de lo ocurrido en estos días ha afectado tu sistema nervioso.
.- ¿Quieres decir que volveré a dormir con los electrodos puestos, para saber cuáles son mis sueños?
.- Más o menos creo que sí. Lo siento yo también tenía ganas de tenerte en casa – Era lo único que se le ocurrió decir al ver la cara de desilusión de Castle. Y añadió – Puedes estar contento, tienes el material que deseabas para tu novela.
.- Sí, tienes razón, debería estarlo al fin y al cabo todo fue idea mía. Pero como suele ocurrir en la vida, no siempre proporciona felicidad la consecución de nuestros deseos. En estos momentos si pudiera daría marcha atrás.
.- ¿Por qué? – Preguntó llena de curiosidad-
.- No me ha gustado descubrir que todos somos en potencia unos posibles asesinos. Creo que era lo último que esperaba. Yo me veía por encima de esas mentes criminales.
.- Rick, no me lo hagas más difícil. He dejarte aquí unos días, pero te aseguro que cuando vuelvas a casa, seremos los de antes.
Le abrazó, quedándose con las ganas lógicas de seguir con más caricias, pero se abstuvo. No era el lugar ni el momento adecuado.
Castle, después de besarla y acariciar su rostro le murmuró
.- Te aseguro que esta noche, el doctor Hermann, tendrá trabajo con mis sueños. Me parece que serán de lo más erótico. Siento unos deseos enormes de hacer el amor contigo, y seguro que mi mente tan ávida de tus caricias, esta noche se volcará oníricamente en tu cuerpo. Creo que lo voy a escandalizar, porque cuando me pregunte, le explicaré detalladamente, nuestro encuentro.
Castle, la acercó para acariciarla, le retiró los cabellos y con las dos manos sostuvo su rostro mientras con los pulgares recorría parte de aquella cara, que en aquellos momentos le devolvía una mirada llena de amor, pudo ver en aquellos ojos, el mismo deseo que sentía él, al tenerla tan cerca. La besó mientras descansaba su mano en la espalda para que no se apartara, necesitaba sentir el cuerpo de ella junto al suyo.
Kate sonrió satisfecha, aquel era el hombre que ella conocía. Estaba segura que en un par de días volverían a estar juntos.
Al salir fue directa al despacho del doctor Hermann, para asegurarle que Castle había comprendido por completo que era necesario quedarse unos días más, para su propia seguridad.
FIN

Buen final de la historia.
Me gusta lo detallado que lo has escrito, parecía que realmente estaba viendo una clínica y a un doctor explicando a la pareja de su paciente lo que Castle había querido hacer, como habían sido sus sueños y el inconveniente de suspenderlo todo y volver a casa.
El final me gusta mucho, típico de Castle, me imagino la cara de doctor si se llega a cumplir el sueño que Castle asegura que tendrá por la noche jajaja
¡Muy buena historia marypaz!

De verdad que me alegro mucho si te ha gustado.
Gracias por leer y comentar. Saludos!!!!

Una gran historia. Me ha gustado mucho el final. Espero que Castle no haya quedado muy tocado, jejejeje, aunque eso quedará a nuestra imaginación.

Gracias por compartir la historia con tod@s nosotr@s.

preciosoo

Muchas gracias a vosotras que leeis y dejais un comentario, ya se que a veces cuesta, a mi me pasa con muchos fics muy buenos que hay por aqui. Siempre digo lo mismo, no es nada personal, simplemente falta de tiempo, incluso para leer, sobre todo los que tienen muchos capitulos. si no se siguen día a día se pierde el hilo de la trama.
Es casi una disculpa, por no comentar en fics que son muy buenos.

Muy bonita historia, te ha quedado genial.

Cata Castillo escribió:Como siempre es un placer leer una historia tuya. Esta, como todas las demás me ha gustado bastante.

Muchas gracias Cata Castillo. Me alegra que te haya gustado, ciertamente que el listón en este foro está muy alto. Hay muy buenas escritoras, y de fics muy largos que es lo que más suele gustar.

Me a gustado mucho, continua pronto.

_Casckett_ escribió:Me a gustado mucho, continua pronto.

Este fic ya lo doy por acabado, empezaré a pensar en otro.Gracias por comentar

Guau, lastima que haya acabado. Me ha sorprendido y encantado como has llevado el tema. Genial.

anaforo escribió:Guau, lastima que haya acabado. Me ha sorprendido y encantado como has llevado el tema. Genial.

Gracias por leer y comentar, y estoy satisfecha si te ha gustado. A veces cuesta encontrar algo que llame la atención y que guste. ¡Hasta el próximo!