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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)

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Ruth Maria
Emily Claire
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)

Mensaje por tamyalways Jue Oct 29, 2015 9:52 pm

Buenos días, hoy como cada vez que empiezo una historia es un día especial. Es un día de nervios y emociones para ver como acogéis la historia, para saber si va o no a gustaros. Hoy de momento solo espero que le deis una oportunidad creo que os puede llegar a gustar.
Muchas gracias a Ladydkl por acompañarme una vez más en una nueva aventura, sé que irá bien porque está aquí apoyándome siempre. Gracias por aceptar y estar dentro del equipo.
Sin más…os dejo con el capítulo.
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 1

POV RICK

Llegaba de nuevo a mi lugar de origen, mi casa… donde nací hacía ya 27 años. Pase toda una vida aquí, hasta que mi todo cambio y mi destino me llevo a Europa para cumplir un sueño, que acabaría volviéndose pesadilla.
Pero un día mi sueño se truncó y tuve que volver a mis raíces. Y aquí estoy de nuevo, en mi casa… en mi hogar para reiniciar una vida nueva, que esperaba poder llenar de nuevos sueños que cumplir un día de estos… porque siempre he necesitado de metas para superarme y ahora… no dispongo de ellas, simplemente intento vivir el día a día casi sin ilusión, sin ningún objetivo que me haga querer ser mejor.
Siempre me he descrito como una persona competitiva, y de eso he vivido, de querer ser el mejor día a día, porque necesitaba estar entre los mejores para poder jugar en la elite. Y ahora ya no soy nada, al menos nada parecido a lo que era.
Cuando todo acabo… me di cuenta de que no podría volver a ser “yo”, el de antes. Por eso pensé en volver, a casa, a mis raíces… ya no tenía ninguna ilusión por esta allí, lejos de los míos. Además, mi madre me quería cerca, y la verdad es que no me vendría mal su compañía.
Así que aquí estoy, llegando a esta ciudad que me vio nacer y que tanto me dio, pero de la que salí un día para poder cumplir un sueño, que resultó ser etéreo, que duró muy poco para mi gusto… que se truncó justo cuando mi carrera estaba despegando.
Escuché mi nombre a lo lejos, mientras iba en busca de mi equipaje. Y allí, estaba mi madre, la maravillosa y llena de vida Martha Rodgers. Hacía ya un par de años que la vi por última vez, cuando se acercó al viejo continente donde me hallada a visitarme. Pasaron ya cinco años que me fui de aquí y aunque siempre dije que volvería, aunque fuera en vacaciones, nunca lo hice y ahora tras un último año horroroso, en el que había luchado por ser el de antes… en el que tenía esperanzas de recuperarme… aquí estoy de nuevo, en el hogar que me vio nacer.
Cuando pase el control de pasaportes, sentí esos brazos de mi madre y note como una emoción que me envolvía. La quería mucho aunque nunca hubiéramos estado unidos en demasía, siempre me escuchaba y daba muy buenos consejos… siempre me dejo volar y me apoyo para cumplir mis sueños. Pero este en este año de dolor… de soledad, necesité de ella pero… nunca me atreví a decírselo. Ahora al sentir su abrazo, no pude evitar emocionarme y dejar que dos lágrimas furtivas salieran de mis ojos.
- Cariño… cuanto tiempo – me dijo mientras seguía su abrazo.
- Si madre – le respondí al oído mientras me separaba para mirarme de arriba abajo inspeccionándome.
- Me alegro de que decidieras venir, estás flaco… voy a tener que alimentarte bien.
- Bueno, yo también me alegro – mire a mi alrededor y arrugue el entrecejo - Todo esto ha cambiado un poco, ¿verdad?
- No tanto cariño. Venga… Vamos a casa - dijo y sentí que a pesar de querer huir de este lugar durante un tiempo… siempre había sido mi hogar y quizás ahora pudiera volver a serlo… quizá pudiera encontrar de nuevo esa paz que necesitaba, por fin mi lugar para quedarme y echar raíz.
Por el camino no dejaba de hablarme como siempre… había cosas que no cambiaban. En cambio, mi vida lo había hecho por completo hacia un año y dos meses, cuando ocurrió todo. Ahora no soy el chico gracioso y divertido del grupo, ya no soy el ligón, no soy el que siempre sonríe, porque ese Rick se terminó, se había quedo allí donde todo pasó. Ese día murió.
Cuando llegamos a la que había sido mi casa desde la infancia, todo era distinto, olía diferente, absolutamente nada seguía en su lugar. Mi habitación ya ni si quiera existía. Estaba claro que el ciclón Martha paso por allí con su fuerza y determinación.
- Lo siento mucho – dijo a modo de excusa - pero necesitaba un gimnasio y…
- ¿Cuántas veces los has usado madre? – Pregunte conociendo la respuesta de antemano.
- ¿Un par de veces? Es que es demasiado para mí - dijo sonriendo - te he preparado la habitación de invitados.
Pero yo no tenía ni ganas de sonreír, y mucho menos de discutir con ella. Así que la seguí al que sería mi rincón el tiempo que estuviera allí.
- Tranquila, que me quedaré poco tiempo, en cuanto consiga un trabajo…
- Ya lo tienes cariño… - me respondió decidida - te he conseguido uno.
- Mama… - le recrimine… no iba a dejar perder tiempo, ni instalarme siquiera.
- Te va a gustar. Es sobre lo que te gusta, de lo tuyo...
- Madre la verdad es que… - como explicarle que no quería dedicarme a nada que tuviera que ver con el deporte, que me dolía, que me recordaba mi sueño frustrado y me hacía sentir fracasado.
- Hijo, ese mundo es bonito, tú lo conoces, lo disfrutaste un día. Además eres profesor titulado, por lo tanto, puedes hacerlo.
- ¿Qué quieres decir?
- Que te he conseguido un puesto de profesor de gimnasia en tu colegio. Y además te he ofrecido como entrenador de equipo del colegio, Dios sabe que les falta tu mano... los estuve viendo y son un fracaso de equipo.
- Madre no – intente interrumpirla, pero ya sabía que no podía detener a Martha Rodgers si tenía una decisión tomada.
- ¡Vamos! a los niños les hará ilusión, además, si no les ayudas, no podrán participar en el torneo este año, no puedes hacerles eso - dijo desapareciendo sin dejarme acabar.
Estaba completamente hundido, quería huir de todo y mi madre, va y me vuelve a meter de lleno en ese mundo. La verdad es que estaba muy enfadado, no con ella, si no con la vida, por haberme traído aquí lejos de todo lo que me hacía feliz… de todo lo que me hacía ser el Richard Castle que todo el mundo quería… ahora solo era un sombra de ese Castle que fui.
Ahí estaba, en lo que sería mi nueva habitación, esperaba que por poco tiempo, aunque, la verdad, es que no lo sabía exactamente. Me deje caer sobre la cama y cerré los ojos. Ojala al abrirlos todo esto desapareciera y todo fuera como hace dos años, cuando pensé que nada ni nadie podía pararme, cuando mi sueño estaba cumpliéndose. Pero abrí los ojos y allí estaba, en mi antigua casa… y sin ningún motivo que me levantara el ánimo.

POV KATE
Mis apuntes estaban esparcidos sobre la mesa, me hallaba rodeada de ellos, hojas y más hojas con resúmenes, anagramas y sinopsis. Estaba cansada, pero tenía que darlo todo para los futuros exámenes, los últimos ya, aprobarlos y terminar de una vez por todas. Sabía qué era lo que de verdad quería hacer con mi vida. Estaba estudiando algo que sabía que no era lo que de verdad me gustaba… lo que de verdad quería hacer.
Pero ser hija de dos abogados lo hacía complicado, el tener que hacerlo tú también, estar a la altura de tus predecesores, en un principio… quise hacerlo para sentir su orgullo, pero ahora, tras la marcha de mi madre, ya no estaba tan segura de querer hacerlo… ya no sentía esa seguridad de querer ejercer, pero necesitaba acabar, porque era como una manera de demostrarles que estaba a su altura, que me sentía orgullosa de ellos. Además estudiar lo mismo que ella, por lo que se desvivía, hacía que la notara más cerca, más unida a esa persona que había desaparecido de una forma brutal de mi vida…
Pero lo que más me acercaba a ella lo que más me recordaba a esa personita tan amada por mí, que ese momento, veía por la ventana que venía corriendo hasta la casa. Entro cual vendaval y me saludo con su voz cantarina.
- Hola Katie – me dijo abrazándome, como hacia siempre al llegar a casa.
- Hola preciosa - dije acariciando su melena negra y suave, exactamente igual a la de mi madre.
- Mañana empiezo el cole – me dijo mientras se servía un vaso de zumo de la nevera – estoy nerviosa.
- Pero… ¿Tienes ganas? – le pregunte, sabiendo su respuesta de antemano.
- Si… aunque… no pueda jugar en el equipo – era algo que deseo siempre, pero ser chica no le ayudaba, aun vivíamos en la era prehistórica, en cuanto al futbol se trataba.
- Lo sé cariño… sé que quieres hacerlo pero… bueno siempre podemos jugar nosotras dos, ¿quieres?
- Vale… pero me apetecía hacerlo en el equipo.
- Bien - tendría que estar estudiando, pensé, pero salir un poco, hacer ejercicio y pasar tiempo con ella conseguiría desatascarme esta cabeza mía, a la que ya no le entraba nada más, aunque quisiera – No soy el equipo de los chicos, pero puedo hacerte unos goles – le dije guiñándole un ojo – mientras, ella, entusiasmada sacaba el balón de su mochila - vamos a jugar un rato fuera ¿quieres?
- Vale, pero seré yo quien te marque a ti-dijo muy decidida.
Salimos al patio y durante un buen rato disfrutamos jugando. Cuando paso todo… decidí que tenía que volver a casa y pedir el traslado de Universidad a mi ciudad natal, fue sin duda la mejor decisión.
Mi hermana pequeña solo tenía seis años y perder a su madre con cuatro años había sido un verdadero drama para todos, pero ella… más que nadie notaba ese hueco que quedo en nuestra familia. ¿Cómo iba a quejarme? no podía hacerlo. Ella era solo un bebe prácticamente, no había podido disfrutar de su madre como yo lo había hecho… ella casi no llego a conocerla, a disfrutar esa gran persona, la gran mujer que tuvimos la suerte de tener como madre. Ahora me tocaba a mí cuidar de ella, ahora me tocaba enseñarle lo que era la vida… ocupar un poco del gran vacío que dejo cuando murió.
-Chicas estoy en casa - escuche gritar a mi padre al entrar en la casa. Nosotras nos encontrábamos en el jardín de atrás y él nos solía llamar al llegar. El también había sufrido lo suyo cuando murió mi madre, tomo un mal camino, del que le costó salir, pero ahora estaba recuperado, feliz y me ayudaba mucho con Sophie, además, había vuelto a trabajar, lo que le ayudo para tener la mente ocupada y recuperarse lo suficiente para volver a empezar a vivir como lo hacía antes, disfrutando de nosotras, jugando con la pequeña de la casa a futbol, su gran pasión y cocinando muchas de las veces en que yo me recluía en mi habitación para estudiar.
- Hola mis chicas - dijo besándome la cabeza, y se agacho para coger a Sophie que vino corriendo a saludarle. Veía como mi padre saludaba siempre a la pequeña de la casa, haciéndole cosquillas y parecía como si nada de aquel drama nos hubiera sucedido, como si el tiempo estuviera parado y al entrar encontrara a mi madre haciéndonos la cena.
Les deje solos y volví a encerrarme en la habitación, quería acabar con esto… con mis estudios, porque sabía la ilusión que les hacía a mis padres, pero luego… retomaría mi vida y algún día trabajaría de lo que realmente me llenaba, de lo que me gustaba y me hacía sentir bien. Note las lágrimas bañando mi cara, y me las seque con rabia, las pocas veces que me permitía llorar era cuando estaba sola, cuando nadie podía verme. No podía permitirme que me vieran bajando la guardia, no podía porque yo era la fuerte, la que asumió el papel de mama en la familia cuando ella nos dejó, ser el pilar que mantuviera a esta familia unida, en pie y fuerte para poder vivir y salir hacia adelante.

CONTINUARÁ…

Para que no se os haga muy larga la espera, mañana habrá un nuevo capítulo para que empecéis con la rutina de leer el fic…leer es bueno Wink
Gracias a todos los que habéis leído el primer capítulo y espero que no sea el último.
Los comentarios son siempre bien recibidos.
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Última edición por tamyalways el Vie Ene 08, 2016 9:51 pm, editado 1 vez
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Mensaje por alba_caskett Jue Oct 29, 2015 10:36 pm

Precioso... Deseando leer más!!! Saber que le pasó a Castle y ver como se conocen...

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Mensaje por castle&beckett..cris Jue Oct 29, 2015 11:20 pm

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Vie Oct 30, 2015 3:33 am

10.30.2015 09:33:36

quiero maaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssss Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap Happy Clap
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 2

Mensaje por tamyalways Vie Oct 30, 2015 10:43 pm

Buenos días, os dejo con el segundo capítulo la historia. Mil gracias a todos por la gran acogida sin vosotros esto no tendría ningún sentido. Espero que sigáis disfrutando de ella. Dar las gracias en especial a alba_caskett, castle&beckett..cris y BRIGITTEALWAYSBELIEVE por sus comentarios que ayudan a seguir Smile
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 2

POV RICK

Pensé en ir a dar un paseo para ver el cambio mi ciudad desde que me fui. Había un montón de gente por todos lados… en eso la cosa no había cambiado. Encontré un pequeño parque donde antes no había absolutamente nada y ahora estaba repleto de niños jugando en nuevas instalaciones para ellos y alguna tienda que había cambiado de negocio, pero por lo demás todo seguía igual… apenas se notaban los cambios, aunque no había estado fuera tanto tiempo como para que cambiara en demasía el lugar.
Pasé por una cafetería que me traía muy buenos recuerdos, pasé muchos inviernos, ahí sentado, tomando café y aún seguía como si se hubiera detenido el reloj del tiempo. Entré en el interior y todo estaba tal cual lo recordaba. Me senté cerca de la ventana, como solía hacer para poder observar el pasar de la gente, me encantaba contemplar sus idas y venidas… verlos sonreír, llorar, saltar, bailar… había tanto movimiento, podría decirse que ahí se contemplaba la vida. Así era esta ciudad, que termina metiéndose dentro de tu persona, te cambia te adaptas a ella y termina haciéndote falta cuando no estas allí.
Siempre ame este lugar, pero estaba demasiado lejos de donde podía cumplir mis sueños, por eso tuve que partir sin mirar atrás y abandonarla… hasta hoy, que me recupero él a mí, o yo a él, dependiendo de cómo se viera. Pero sabía que pertenecía a esa ciudad, al igual que ella era parte de mi persona. Eso decía mucho de mi carácter, fui capaz de irme, pero en cuanto me note mal, volví al inicio, para recuperar la estabilidad, las raíces, las ganas de empezar de cero, pero sin sueños, ahora la vida solo me deparaba realidad.
Tras tomarme el café, seguí mi paseo, pasó a paso y sin pensar hacia donde me dirigía. Y así, sin darme cuenta, acabe en la puerta del colegio al que debía incorporarme en un par de días. Tenía miedo porque nunca había llegado a ejercer como maestro de educación física a pesar de estar titulado y no sabía cómo se me darían los niños… y bueno, hacer algo relacionado con el deporte era algo para lo que no sabía si estaba preparado. Debería vencer el miedo recientemente adquirido, plantar cara a mi lesión y volver a moverme. Mi rodilla se resintió ante los últimos pasos y maldije el no haberme puesto la protección ajustable que me receto el médico. Me senté e intente darle algo de descanso, que últimamente necesitaba cada cierto tiempo en movimiento. Eso consiguió sacarme el mal humor y ponerme en mala predisposición para iniciar mi nuevo trabajo. Debería llenarme de buenas intenciones y paciencia si quería que fuera bien la etapa que estaba a punto de comenzar en mi vida. Una vida sin mí principal pasión, sin mi sueño…
Justo enfrente del colegio se hallaba un parque, pequeño, pero muy agradable, incluso disponía de un diminuto estanque y unos patos pastaban felices en él. Me senté en un banco desde el cual veía perfectamente la puerta del cole, había un montón de críos correteando a diestro y siniestro, disfrutando de sus últimos días de vacaciones, imagine que estarían recogiendo libros, horarios, uniformes...
Me sonreí para mis adentros al recordar lo poco que me costaba a mí el retorno al cole, porque eso significaba que volvían los partidos… volvía a jugar. Era competitivo, ya por aquella época. Cada vez que perdíamos me pasaba todo el día encerrado en mi cuarto de mal humor, repitiendo en mi mente todas las jugadas que había hecho, fueran buenas o malas. Lo cierto es que era un mal perdedor, recordé sonriendo. Era un parte de mi vida que disfruté mucho… el balón era lo único que me hacía sentir vivo… era mi amigo y compañero más fiel. Recuerdo tardes enteras entrenando solo, total, nadie me esperaba en casa… el balón me ayudaba a pasar esos momentos de soledad.
La verdad es que no puedo culpar a mi madre por eso… ella solo luchaba por mantenernos y para que pudiera tener una buena profesión en el futuro, pero… eso hacía que mis horas de soledad fueran muchas.
De repente mis pensamientos y mis recuerdos desaparecieron al sentir como algo chocaba con mis piernas. Cuando mire hacia el suelo, me encontré con un balón pegado a mis pies y no sé qué sentí en esos momentos… me dolía la situación por momentos, pensar en lo que hubiera podido hacer tiempo atrás y ahora apenas puedo levantar el pie para golpearlo.
- Perdona… ¿puede pasarnos el balón? - pregunta un niño mientras me mira, esperando mi respuesta.
Asentí y después de agacharme a cogerlo, se lo devolví, tras un rápido gracias desapareció por donde había venido, pero la situación me dejo ligeramente desubicado.
¿Cómo quiere mi madre que entrene a un grupo de niños? Me pregunte a mí mismo.
No podía… esto iba a superarme tanto física, como mentalmente… no podía hacer nada relacionado con mi vida anterior… Lo intentaría, pero el notar que ya no rindo al nivel de antes, me sumiría en una depresión aún más profunda de la que estaba afrontando.
Me levante forzando mi maltrecha rodilla y camine de vuelta a casa, era el lugar donde prefería estar en esos momentos tan duros, encerrarme en mi habitación y esperar a que todo se derrumbe de golpe y ya no haya nada más de lo que deba preocuparme.
Cuando llegue a mi destino, allí estaba mi madre, intente pasar desapercibido, pero eso con ella era imposible. Hay cosas que no cambian, me dije para mí mismo cuando la escuche saludarme.
-Hola, cariño... ¿Cómo te ha ido el día? – me pregunto sin dejar de remover una olla que estaba en el fuego.
- Fantástico - dije de forma irónica.
- ¡Oh! Venga Rick… ¿qué ha pasado?
- Nada madre, déjalo - dije cogiendo un botellín de agua de la nevera y me lo bebí del tirón.
- Cariño… verás como cuando empieces a trabajar, todo ira mejor, te sentirás bien y olvidaras.
- Si claro – le respondí, siguiéndole la corriente para no discutir con ella.
- Verás cómo ayudar a otros, te ayudara - dijo sonriendo - vas a volver a ser el mismo Ricky que eras.
Como podía decir eso, no tenía ni idea de cómo me sentía, no sabía cómo me hacía sentir el revivir una y otra vez mi paso por el colegio, mis triunfos en ese deporte que ya no volverían a repetirse.
- Mama - respondí ya enfadado.
- Pero… - no la deje acabar, explote con la persona que menos lo merecía.
- Mama no quiero entrenar a ese equipo y no lo hare… no me ayudaría para nada. No lo entiendes y no lo entenderás nunca, todo esto me está matando…
- Cariño aunque no lo creas te entiendo… ya sabes que mi sueño era ser una gran actriz y no lo he conseguido pero aun así, sigo peleando… es más, doy clases para que otros lo consigan y créeme no es tan malo, porque está relacionado con lo que me gusta – se acercó y tras colocarme el flequillo con los dedos, me acaricio la cara y siguió hablando - Entiendo que te duela al principio la idea de hacer eso… a mí también me dolió, pero créeme, al final te gustara.
- Madre no creo… - intente rectificarla, pero no me dejo.
- Cariño yo solo quiero lo mejor para ti. Y no voy a obligarte a nada, eres mayorcito ya… pero me gustaría recuperar a mi antiguo Ricky, ese que era tan feliz. No quiero verte amargado todo el día… eso es lo único que pretendía cuando te busque ese trabajo. Pero… haz lo que te haga feliz cariño, pero inténtalo, no te cierres al mundo… tienes que salir de todo esto - dijo dejándome allí parado sin saber muy bien que decir… sin saber que era lo que tenía que hacer realmente con mi vida.

POV KATE
Por fin había terminado el último examen, ahora solo tenía que esperar y simplemente, empezar mi nueva vida. Aun no le había comentado nada a mi padre y quizás no lo había hecho por miedo a su reacción, visto lo visto tras la muerte de mi madre que lo dejo sumido en la más profunda de las depresiones, cayendo incluso en la trampa del alcohol. Por eso temía su reacción y no me permití enfrentarlo hasta no haber terminado la carrera.
La verdad es que desde que supe de la muerte de mi madre… una vez racionalizado el dolor y la rabia contenida, tuve claro que era lo que quería hacer con mi vida. Solo lo retrase por mi padre, por el recuerdo de mi difunta madre y por supuesto, por Sophie. Pero ahora quería pensar en mí, quería hacer lo que de verdad quería… lo que de verdad me apetecía y me daba vida al mismo tiempo… solo esperaría unos días más… y después de recibir los resultados de mi carrera, haría público cuales eran mis intenciones.
Mi padre estaba bastante mejor, estable y medicado para afrontar la vida así como viniera, ahora podría cuidar de Sophie él solo, no le haría falta mi presencia. Además, era el momento apropiado, debía hacerlo ahora, porque si esperaba más, no lo haría nunca y precisaba por una vez en mi vida sentirme bien conmigo misma y hacer con mi vida lo que realmente siempre quise hacer.
- Katie - dijo Sophie, en cuanto entre por la puerta de casa, vino corriendo, dejando el regazo de mi padre donde se hallaba.
- ¿Qué tal todo cariño? - preguntó el nervioso al verme el rostro.
- Bien… creo que he acabado.
- Felicidades cariño, estoy muy orgulloso de ti - dijo abrazándome - y tu madre también lo estaría – añadió sonriéndome.
Pero yo aún no podía sonreír cuando hablaba de ella, cuando me la nombraban aun me dolía su perdida y su recuerdo. Era como si no quisiera asumir que se había ido para no volver. Ya no estaba conmigo… ni para celebrar mis éxitos, ni para apoyarme cuando falle, ni para hablar de todo y de nada…. ¿Quién no precisa de su madre en la vida? Y yo no era menos que nadie.
- Lo siento - dije disculpándome y encerrándome en la habitación para impedir que me vieran llorar… que me vieran mal por algo que no debería haber pasado… sentía una espina en mi pecho que no me dejaba ser feliz… que no me dejaba respirar tranquila, sabiendo que su asesino seguía libre. Necesitaba encontrar al culpable, hacerle pagar, quería saber a ciencia cierta lo que sucedió, porque alguien encontró oportuno dejarme a mí y a Sophie sin la persona más importante de nuestras vidas. Y había prometido que lo sabría, tarde o temprano encontraría a quien lo hizo y le haría pagar, me llevara el tiempo que me llevara, pero lo haría. Era mi forma de reaccionar frente al dolor y era lo único que conseguía sacarme de él, el saber que llevaría mis metas a cabo y sabría exactamente lo que sucedió.
- Katie – era Sophie llamando a la puerta y entrando. Vino hacia mí y sin decir nada, me abrazo fuerte, mientras notaba como ella también dejaba caer unas lágrimas sobre mi hombro.
No podía verme llorar a mí también, debía aguantar el tipo, por lo que apreté fuertemente los ojos para no dejar caer ni una lagrima más. Ella era la responsable de que no me volviera completamente loca, ella me mantenía en la tierra… ella era la que me sacaba las fuerzas necesarias para esperar… para aguantar… hasta que llegara el momento adecuado… ella me ayudaba en esta espera tan dolorosa.
- ¿Estas mejor? - pregunto enseñándome sus dientitos y esa sonrisa tan bonita que me recordaba tanto a ella.
- Mucho mejor, gracias cariño – le respondí intentando sonreír.
- Cuando yo estoy mal, tú también me das abrazos y me siento mejor - dijo mirándome muy seria y responsable - como cuando no me dejaron jugar - dijo poniéndose triste, y esta vez la abrace yo, porque me dolía que por una absurda norma burocrática, mi pequeña estuviera triste.

CONTINUARÁ…

Gracias a todos por llegar hasta aquí. Nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
Buen fin de semana pasado por agua 
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)

Mensaje por alba_caskett Sáb Oct 31, 2015 12:06 am

Gracias... Pero no hay porque darlas es una historia magnífica... Deseando seguir leyendo y viendo que pasa

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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)

Mensaje por castle&beckett..cris Sáb Oct 31, 2015 1:33 pm

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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 3

Mensaje por tamyalways Dom Nov 01, 2015 10:12 pm

Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo. Solo puedo daros las gracias por estar ahí. Por leer la historia y por participar de ella.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 3

POV RICK

Hoy empezaba a trabajar y lo cierto, es que no me apetecía nada, pero la charla del día anterior con mi madre me hizo recapacitar… me obligo a preguntarme sobre mi vida. Y la verdad, es que no tenía una respuesta sobre lo que me esperaba a partir de ahora, además… no quería ver mal a mi madre por mi culpa. Pensé: “voy a intentarlo” si la situación me superaba, tendría que dejarlo, pero como mínimo, debía darle una oportunidad… por ella, porque se lo merecía, ella dejo todo por mí, incluso su sueño…
Baje cojeando por las escaleras y ahí estaba, sentada tomándose un café, cosa que me sorprendió, porque no solía madrugar… raramente se levantaba antes de las once de la mañana.
- Hola cariño, buenos días - dijo tímidamente, dudando de mi respuesta, tras la charla del día anterior.
- Hola madre. Perdona… siento lo de ayer – le dije bajando la mirada arrepentido y avergonzado de mi comportamiento.
- No pasa nada hijo. Tienes el desayuno en el horno para que no se te enfrié - le miré extrañado ante eso - quería que empezaras bien el día – dijo con una amplia sonrisa, que le devolví agradecido.
Desayunamos juntos, charlando animadamente, dejando atrás la discusión del día de ayer. Cuando llegó el momento de irme, sentí un nudo en la boca del estómago. Era mi primer día de maestro, ejerciendo de una profesión que nunca me plantee que fuera a ser mi futuro, pero tampoco pensé que llegaría este día, en cambio, aquí estaba.
Sabía que mi carrera no duraría mucho, la vida de un deportista en activo, no suele ser muy larga, tres, quizá cuatro años a lo sumo, en plena forma me quedaban. Pero siempre pensé que estaría siempre relacionado con ello, quizás había llegado ese momento antes de lo que pensaba. Hoy tenía que demostrarme a mi mismo si servía o no para esto o tendría que buscarme la vida haciendo cualquier otra cosa para ganarme la vida.
Cuando llegue al colegio agradecí el llevar la protección en la rodilla, apenas había andado y ya sentía ese dolor que iría en aumento al pasar el día. Miraba a mi alrededor y lo cierto es que aquello era un pequeño caos, niños llorando, otros riendo, algunos corriendo por los pasillos, incluso padres soltando alguna lagrima por dejar a sus bebes por primera vez allí. Estaba completamente rodeado de ese caos, que me dio que pensar… ¿cómo tratarlos? ¿Cómo adultos, o como bebes?
Entré en la sala de profesores esperando encontrar algo de paz y todos estaban charlando unos con otros, seguramente me verían como “el nuevo”. Me costaría meterme en ese grupo, pero en cuanto me vio una mujer rubia, baja y bien parecida, para que negarlo, se acercó a mí.
- Hola, soy Gina. Hablamos por teléfono hace unos días, ¿me recuerdas?
- Si, la jefe de estudios, ¿verdad?
- Si, esa misma - dijo sonriéndome mientras me daba dos sonoros besos. Fue una sensación extraña, como si intentara conquistarme, se estaba insinuando de una forma bastante descarada, cuando enlazo su brazo con el mío y me acerco a la mesa donde estaban los demás profesores
- No sé muy bien que hacer… si pudieras ayudarme… - pensé que era mejor caerle bien, de momento le seguiría la corriente.
- ¡Oh! tranquilo. Te llevaré al gimnasio donde darás las clases. Después de acabar las clases, empieza el entrenamiento, que dura más o menos una hora. Por cierto, me ha dicho un pajarito que también vas a ocuparte del equipo… cruzare los dedos para que tengas suerte… no son muy buenos esos chicos… - dijo riendo de forma forzada.
- Bueno, no juzgues aun, yo… primero, quiero ver cómo me siento, según las sensaciones que experimente, veré si puedo hacerme con el equipo, pero si lo hago, te aseguro que sacare lo mejor de esos chicos.
- Espero que aceptes… a los niños le hará mucha ilusión que un profesional les entrene.
- Gracias, pero ya no estoy en activo…
- Era un halago hombre… - me dijo forzando una risa otra vez, no me gusto esa forma tan descarada de “intento de seducción” – Bueno, tú los conoces y luego decides. Están ilusionados por empezar el torneo. El año pasado fue terrible, por el profesor, era demasiado estricto con ellos y… los pobres lo pasaron mal. Espero que tengas en cuenta ante todo que son niños.
- Lo haré - dije queriendo acabar esa conversación lo antes posible.
Quería conocer mi nuevo lugar de trabajo, empezar cuanto antes, y dejar atrás esa sala de profesores que me parecía más una reunión de viejas para jugar una partida de canasta, que un grupo de adultos a punto de educar las mentes de esos niños.
La mañana fue agotadora, pero congenie con los chicos. Todo iba bastante bien y me sentía a gusto… y tranquilo, a pesar de mis miedos, lo estaba disfrutando. Sin darme cuenta, llego la hora del almuerzo y cuando me acerque al comedor, todos los maestros estaban sentados en una mesa larga. Gina estaba hablando con ellos, hasta que me vio y vino a mi lado, para estirarme, prendida de mi brazo, para que me sentara a su lado, cosa que acepte, algo reacio.
- Hola de nuevo Rick, ¿qué tal tu primer día?
- Agotado – le respondí.
- Es normal. Verás cómo al final todo irá mucho mejor – paro para inhalar y continuo con su alegato - Aunque con los niños nunca se sabe - dijo riéndose, mientras le devolvía una tímida sonrisa.
Me quede pensando removiendo la comida… mientras esa mujer hablaba y hablaba sin que yo le prestara mucha atención. La verdad es que no tenía ni idea de cómo motivar a los chicos.
- ¿Qué harás hoy con el equipo?
- Primero quiero conocerlos, presentarnos… y luego les dejaré pelotear un poco, echar un partido. Es lo mejor para luego situarlos en sus posiciones
- Bien… no es que sean muy buenos, ya te aviso… el año pasado no ganaron nada. Aunque nos da igual si no ganan, solo pretendemos que se diviertan, pero el antiguo entrenador les daba mucha caña y los pobres acabaron por poner excusas a la hora de ir al campo.
- No te preocupes… no les achucharé demasiado. Solo espero de ellos que se lo pasen bien y aprendan a jugar en equipo… ese será mi objetivo, el resto, si tiene que venir, vendrá…
- Me parece bien, pero si pueden ganar algún día… tampoco pasa nada - dijo riéndose.
- Lo intentaré - dije forzando una sonrisa.
El momento se acercaba, y la verdad, es que estaba muy nervioso. No sabía muy bien como entrenar a un equipo y mucho menos a uno de niños. Esos enanos estaban en una edad donde imitan todo lo que ven y les impresiona. Era un peligro el que pudieran tener un mal ejemplo conmigo. Debía medir mis palabras, mis hechos, mis enseñanzas…
Cuando acabe de comer y tras una última charla con Gina, que no dejaba de coquetear o al menos esa era mi impresión. En esos momentos de mi vida, no precisaba complicarme la vida con una compañera de trabajo. Aunque eso no era una excusa, esa mujer no me llamaba la atención en absoluto. En pocas palabras, no era mi tipo.
Cuando llegué al campo, donde estaban ya los niños esperándome, sentía unos nervios horrorosos. No sabía qué hacer, ¿cómo iba a enganchar lo suficiente a estos niños para que disfrutaran en el campo de juego? ¿Cómo explicarles que lo importante es pasarlo bien?
- Hola chicos - dije a media voz pero no conseguí llamar su atención, ellos seguían riendo y hablando como si yo no existiera – chicos - dije más alto.
A partir de ahí, ya me hice con su atención, callaron y me miraron. Ahí estaban esos chicos, pendientes de mis palabras, de mis movimientos, para imitarme, para aprender y me sentí pequeño e insignificante antes esos pequeños que en esos momentos de su vida eran pequeñas esponjas. Fuera lo que fuera lo que hiciera, iba a ser su espejo. Tendría que medirme, controlarme e intentar ser un ejemplo para ellos.
- Bien, hola chicos, soy Richard Castle, vuestro nuevo entrenador – todos aplaudieron y cuando volvió a hacerse el silencio, seguí hablando - Vamos a empezar conociéndonos, ¿os parece? Decirme vuestros nombres y en qué posición soléis jugar. Luego jugaremos un partido para que os pueda colocar y saber cómo estáis de forma. Pero antes de todo eso quiero dejar un par de cosas claras antes de empezar. El primer objetivo del equipo es disfrutar, si disfrutamos, podremos darnos por vencedores ¿de acuerdo? - dije serio, pero convencido de mis palabras y todos asintieron sonrientes – Bien, el otro objetivo es que seamos un equipo, todos somos importantes, la unión es la que nos hará vencedores. Así que si eso está claro, vamos a empezar, ¿quién quiere empezar? – dije con la voz un poco más alta para animarlos. Todos respondieron con un grito, acerque mi mano al centro del circulo que habíamos formado y todos los chicos me imitaron, y con nuestras manos unidas, gritamos para infundirnos ánimos.
El verlos sonrientes y con ganas de empezar, consiguió relajarme, sacar una sonrisa desde lo más profundo de mi corazón, porque me veía reflejado en esos niños… esa ilusión era la que tuve yo en su día, cuando era solo un crio.
Y en ese momento fue cuando comprendí las palabras de mi madre, comprendí lo que quiso explicarme el día anterior. Esos niños iban a ser mi futuro, en ellos pondría todo mi ánimo para que llegaran donde no pude llegar yo.
El partido fue bien, eran solo niños jugando, disfrutando de algo que les gustaba y eso consiguió que también yo me lo pasara bien arbitrando. Era solo una diversión para ellos y eso hizo que me relajara, no estaban preparados para competir, para luchar por ganar, pero, ¿qué había más bonito que ver a unos niños divertirse?
- Bueno chicos, lo dejamos por hoy – dije haciendo sonar un silbato que me había entregado Gina al hacerme responsable del cargo - Recordad los objetivos porque quiero que os lo aprendáis y empecéis a cumplirlos. Disfrutad y pasarlo bien, como lo habéis hecho hoy ¿vale chicos?
- ¡Si! - gritaron todos al unísono contentos y sonrientes.
- Bien, pues nos vemos mañana a la misma hora – les dije.
Eso fue una especie de frase mágica, pues todos salieron corriendo hacia las duchas. Se les veía felices y eso me hizo ser feliz a mí por un instante.
Empecé a recoger todos los conos y balones que habíamos utilizados y divise uno al otro extremo del campo. Fui hacia allí para recogerlo, y sentí como mi rodilla se resentía al agacharme. Un fuerte dolor me recorría toda la pierna cuando me agachaba, pero también cada vez que permanecía en pie durante largo rato. Levante la vista para cerciorarme de mi soledad, y me acerque hasta un pequeño tronco, me senté y estire las piernas, intentando bajar la intensidad de ese dolor, pero persistía.
A lo lejos, escuche como alguien llegaba, pero gracias a unos frondosos arbustos, no se me veía. Las causantes de ese ruido eran una niña y una mujer con un pequeño balón en sus manos. Aproveche mi escondite para obsérvalas.
Llevaban un rato jugando, esa niña disfrutaba con el balón entre sus pequeños pies, incluso más que los niños que acababa de entrenar. Era feliz golpeándolo con fuerza y la mujer que la acompañaba la ensalzaba, eso conseguía que la pequeña no solo se divirtiera, sino que se empeñara en mejorar.
La sonrisa de esa niña… me sonaba tanto ese gesto… era idéntica que la que tuve yo un día, cuando me quedaba solo tras el entrenamiento, cuando era solo un niño, cuando descubrí que mi sueño era despuntar en esa actividad. Esa niña sentía lo mismo que yo, sonreía y disfrutaba tanto como lo hice yo un día… ¿por qué no había venido al entrenamiento esa tarde, si le gusta tanto jugar?
Tenía que conseguir una respuesta a esa pregunta, no podía dejar pasar la oportunidad de enseñarle a esa niña todo lo que sabía, porque ella tenía la misma fuerza y las mismas ganas que tuve yo en su día, esa pequeña tenía que aprender y disfrutar como una niña que era…tenía que disfrutar de este mundo junto a todos los que amamos este juego.

CONTINUARA…

Gracias por llegar hasta aquí. Que tengáis un buen día y nos vemos el miércoles con un nuevo capítulo.
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Mensaje por alba_caskett Dom Nov 01, 2015 11:23 pm

No precisa complicarse la vida con una compañera de trabajo, pero seguro que estara encantado de "complicarsela" con la hermana de una alumna

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Lun Nov 02, 2015 3:14 am

11.02.2015 09:12:44

wow que buen capitulo,aunque sigo sin entender muchas cosas que se que mas adelante la historia ira solucionando...estoy de acuerdo con alba_caskett espero nada de complicaciones con gina Mad Facepalm Facepalm No No No No No No ...pero si muchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssss con kate Rolling Eyes Rolling Eyes ...por favor continua que esta buensisismo... Clap Clap Clap Thumb Thumb Thumb
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Mensaje por Emily Claire Lun Nov 02, 2015 8:40 am

Happy Clap Happy Clap siiii, me encanto tu nuevo fic. ya quiero que se conozcan, para que dejen de estar tan deprimidos. Ojala Sophie pronto pueda cumplir su sueño de jugar. Smile Smile
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 4

Mensaje por tamyalways Mar Nov 03, 2015 10:27 pm

Buenos días. Gracias a toda la gente nueva que se ha unido a esta aventura y gracias a todos los que empezasteis conmigo y que estáis aquí desde el inicio de todo, desde que empecé a escribir hace ya más de un año. De verdad nunca pensé que escribir pudiera darme tantas alegrías.
Gracias también a mi compañera por su trabajo, por su rapidez y por dar su toque mágico respetando la historia y los personajes.
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 4

POV RICK

Me incorpore con bastante dificultad, y me acerque a donde se encontraban. La niña seguía feliz dándole patadas al balón mientras la chica la miraba embelesada. No pude evitar fijarme en ellas, ahora que estaba cerca. La mujer era mucho más joven de lo que pensé, tendría unos veinte y algo, alta, atlética y con un precioso pelo castaño que se rizaba en sus puntas, era realmente guapa a pesar de no ir arreglada apenas, unos vaqueros, unas deportivas y sobre todo y lo que más me llamo la atención, unos ojos que tristes a pesar de estar sonriendo.
- Hola – me dijo la pequeña cuando vino hacia mí a recoger el balón que yo había interceptado.
- Hola pequeña - respondí pasándole la pelota - ¿Por qué no has venido al entrenamiento?
- No puedo jugar en el equipo - dijo triste.
La miré sin entender muy bien a que se refería, iba a preguntar el motivo, pero no me dio tiempo a hacerlo, se acercó la chica que la acompañaba y le dio la mano a la niña, acercándola a su cuerpo para protegerla. Se agacho junto a ella y pregunto:
- Sophie ¿qué sucede?
- Nada – le dije con una sonrisa, la misma que me dejo aquella criatura al verla manejar el balón con esa soltura - solo le pregunte porque no vino a la preparación del equipo de futbol. Disculpe, es que parece que le gusta y no lo hace nada mal.
- Bueno… a Sophie no le gusta mucho hablar con extraños, es algo tímida.
- ¡Oh! Discúlpame pequeña – dije mirando a esa niña que estaba escondida entre las piernas de esa chica.
- Además, el año pasado lo intento, y el entrenador, no la dejo, dijo que las chicas no servían para ese deporte.
- Pues me parece que si dijo esto, no te vio jugar, lo haces muy bien. ¿Y sabes por qué lo hizo?
- No - respondió la niña desde su escondite.
- No creo que el ser chica sea un buen motivo.
- Disculpe… ¿con quién tengo el placer de hablar? – me pregunto mirándome directamente a los ojos, señal que interprete como interés por el tema.
- Si, perdone, no me he presentado, soy Rick Castle - dije ofreciéndole mi mano y ella a pesar de estar dándole la mano a la niña, la soltó para apretar la mía - Soy el nuevo entrenador – Y un cosquilleo me recorrió la espalda, no sé si por haberme llamado entrenador, si por esos increíbles ojos que me miraban o por tocar la suave piel de aquella chica al estrecharle la mano.
- ¡Oh! Kate Beckett - dijo algo aturdida. En ese momento, se agacho y mirando a la pequeña le dijo - Sophie ve a jugar preciosa, que dentro de un momento volveremos a casa – le dijo, imagine que lo hizo para que pudiéramos hablar a solas los adultos.
- ¿Hay alguna cláusula que no le permita jugar? – volví a preguntar interesado en el tema.
- No sé qué decirle, la verdad es que siempre pensé que era un tema personal del entrenador.
- En el día de hoy ya he tenido el placer de conocer algunas de las cosas que hizo este hombre por aquí y no creo que fuera un muy buen profesional… aunque no quiero juzgar a quien no conozco - dije torciendo el labio en señal de disgusto - me gustaría saber si hay algo sobre eso en las normas. Creo que si no pone nada en contra, para mi será un placer tenerla en el equipo.
- ¿Por qué…? – pregunto la chica mirando a lo lejos como Sophie metía un gol de cabeza.
- Porque cuando la veo correr con el balón entre las piernas… me veo reflejado en ella. Tiene una relación con el balón bastante parecida a la que tuve yo en su día - dije sonriendo mientras miraba en la misma dirección que ella.
- A ella le haría ilusión jugar, pero… no quiero que se lleve otra decepción. Ya le ha bastado lo que ha sufrido hasta ahora… no se merece más palos.
- No sé mucho de leyes. Pero…. Quizá… - le dije sin perder de vista a la niña que seguía corriendo por el campo con el balón.
- Veré si puedo enterarme de eso.
- ¿Sabes a donde dirigirte?
- Déjame a mí. Estudiare las normas y si obvian el tema, veré si puedo traerla para que juegue, pero ¿Y si habla de eso?
- Si eso está reflejado así, me parece del todo injusto y anticuado. Se debería luchar para que eso cambiara. No es ético, ni moral el apartar a las mujeres de cualquier deporte por su sexo o por su condición. ¿Lo harías tú? – le pregunté al verla implicada en el tema.
- Si, porque no… - dijo mirándome a los ojos - ¿si me ayudas?
- Por supuesto, no soporto las injusticias, además, por alguien que juega así, vale la pena intentarlo.
- Perfecto.
- Ponga lo que ponga en esas normas, quiero verla mañana en el entrenamiento. Aunque no pueda jugar con el primer equipo, nadie le quitara el gusto de entrenar con nosotros.
- Muchas gracias, no sé cómo podría agradecérselo. Estará feliz cuando se lo diga -dijo sonriéndome, y esa sonrisa fue como si el sol saliera en medio de una tormenta, me deslumbro por completo. Tanto que me quede mudo y no supe cómo responder.- Mañana nos vemos – dijo mientras empezaba a alejarse a recoger a la pequeña Sophie.
- ¿Sabes la hora del entrenamiento? – era una pregunta estúpida, pero es que no sabía que decirle para alargar la conversación… no quería que se fuera, así que dije lo primero que se me ocurrió.
- Claro… aquí estaremos las dos – me dijo guiñándome un ojo.
- Perfecto – respondí quedándome ahí en medio contemplando el movimiento de ese pelo al alejarse y por supuesto sin poder perder de vista esas piernas tan magnificas como largas.
Esperaba que no tuviéramos que luchar con la junta directiva del colegio, y que todo hubiera sido fruto de una mala praxis del antiguo entrenador. Me parecía ridícula la idea de que en un colegio en pleno siglo XXl, en los Estados Unidos, se pudiera excluir a una niña de un juego por el simple hecho de ser fémina. En los colegios se debía enseñar igualdad, no discernir lo que era para chicos o chicas. Todos somos iguales ante la ley y por supuesto también en un terreno de juego.
No sabía con qué me encontraría mañana exactamente, o que averiguaría la señorita Beckett, pero lo que si sabía es que estaría de su lado sí o sí. Y no solo por tener a Sophie en el equipo, donde jugaría una buena baza debido a su rapidez y movimiento de piernas, sino también por tener cerca de esa preciosidad de compañía… que mujer.
Esos eran mis pensamientos mientras recogí los enseres del campo de juego y volví a casa, esta vez en autobús, pues mi rodilla no soportaba más ejercicio en ese día. Cuando entre, allí estaba Martha Rodgers, muy contenta dando vueltas de un lado para otro. Cuando me vio se acercó rápidamente para darme un sonoro beso en la mejilla.
-Hola madre.
- Hola hijo. ¿Qué tal todo? – dijo interesándose al no ver ninguna señal en mi rostro.
- Bien… es más, me atrevería a decir que mejor de lo que esperaba.
- ¡Oh! Cuanto me alegro cariño. Pero… ¿estás muy pensativo?
- Es que… he conocido a una niña… le gusta el fútbol, pero el año pasado no la dejaron jugar. Y madre… se la ve tan feliz jugando y me dio tanta pena el verla después de nuestro entrenamiento moviendo la pelota con esa soltura que he pensado… y…. quiero ayudarla.
- ¡Ah! Muy bien hijo… ¿Ves? Eres un encanto.
- ¿Qué? – le pregunte sin conseguir entender muy bien a que se refería.
- Nunca has podido con las injusticias – me respondió muy directa – y si ayudar a esa niña te hace sentir bien, adelante… ya sabes lo que tienes que hacer
Y después de decir eso y quedarse tan tranquila, se acercó, me dio otro sonoro beso en la mejilla y fue hacia la puerta, allí cogió su sombrero, su paraguas y sin mirar atrás dijo:
- Me tengo que ir, nos vemos luego cariño.
Me quede pensando en que hacer y cómo, aunque no sabía que hacer exactamente, es mas no creí poder mover pieza hasta no saber exactamente lo que ponían las normas de la competición.

POV KATE
Quería contarle a Sophie las buenas noticias pero tenía miedo de que al final no consiguiéramos nada y volviera a estar de nuevo sola y sin cumplir su sueño. Solo quería que ella fuera feliz y ella solo lo era con un balón en los pies.
Tenía claro desde antes de ver nada, quien era el responsable de lo sucedido el año anterior en el equipo de futbol, nunca me gusto ese hombre, no solo parecía amargado, sino que trataba mal a los chicos, el equipo estaba desganado y era debido a las normas de ese hombre que más que normas parecían un panfleto de adoctrinamiento del “Tercer Reich” de Hitler. Era un mal tío, y ya está. Pero Rick podía tener razón, quizás existiera algún “problema legal” escondido entre líneas.
Me senté frente a mi ordenador y después de buscar las normas del campeonato, las reglas del colegio, las pautas para la formación de equipos infantiles y cuanto pensé que podía hacerme falta, lo leí atentamente. Después de unas horas mi cabeza estaba hirviendo de datos, números, fechas y cláusulas. Y seguía sin encontrar sentido a la negativa del antiguo entrenador para que mi pequeña no jugara a su deporte favorito.
- Cariño ¿estás ahí? - dijo mi padre llamando a la puerta de mi cuarto antes de entrar.
- Hola papa, entra – le respondí dándole permiso para acceder a mi habitación. El entro y se acercó para besarme en la cabeza como siempre hacía, desde que era una niña.
- ¿Qué haces? – pregunto al verme enfrascada entre mis notas, el ordenador y una taza de café.
- Nada, me pico la curiosidad y estoy leyéndome las normas de los torneos de futbol infantiles en colegios.
- ¿Eh? – pregunto arrugando el entrecejo.
- Perdona, te explico… - dije cogiendo aire para exponerle lo sucedido - es que han cambiado de entrenador y quiere a Sophie en el equipo.
- ¿En serio? Eso suena muy bien, ¿no? – dijo con expresión alegre.
- Si… pero…
- No me gustan los “peros” – dijo mi padre al verme arrugar el entrecejo a mi ahora.
- Es que no pone nada en contra de que juegue una mujer, pero específica chicos de 7 a 8 años de edad.
- ¿Y? Nuestra pequeña esta en esa edad.
- Pero como nunca antes nadie se lo ha querido plantear, puede que alguien ponga alguna queja – aspire fuertemente colocándome el pelo de nuevo tras las orejas, como si eso me ayudara – ya sabes que las novedades no son muy bien vistas en ese deporte… los hombres sois un poco trogloditas en cuanto a que las mujeres invadamos vuestro espacio.
- Ya, pero no pone específicamente que no puedan jugar chicas ¿verdad? – me pregunto obviando mi comentario machista.
- No pero… - iba a explicárselo, pero no me dejo… como era su costumbre, y como buen abogado que era, tenía que exponer su opinión antes de que yo hablara.
- Bien, pues entiendo que no quieras dejar ni un atisbo de duda a nadie de que puede hacerlo.
- Eso es.
- Perfecto, dime si necesitas ayuda. Me alegro mucho que te hayas hecho ya con tu primer caso - dijo sonriendo orgulloso – eres igual que tu madre, siempre siguiendo la pista hasta el último confín de la tierra con tal de que nadie pudiera arrebatarle el caso si ella se encontraba en posesión de la verdad – y saliendo por la puerta, se volvió para decir - ¡Ah! la cena esta lista. Te estamos esperando.
- Voy – dije viéndole salir.
Si debía ser sincera, no lo pensé desde ese punto de vista. Nunca pensé en ejercer de abogada, ni siquiera lo era todavía pero… era mi primer caso y algo muy especial porque podía ayudar a mi niña en su empeño por jugar al futbol. No quería que nadie pudiera plantase delante de ella y le dijera que saliera del equipo. Había tiempo de pensar en ello y quizás debía consultarlo con Castle… Castle, me repetí mentalmente, me gusta cómo suena, me dije a mi misma.
Baje al comedor y allí estaban mi padre y mi niña sentados en la mesa esperándome. Acaricié la cabecita de Sophie y le di un beso antes de sentarme.
- Mañana ¿podrás llevarme al cole? – me pregunto mientras se servía la cena que había preparado papa.
- Claro cariño.
- ¿Cuándo sabrás los resultados?
- En un par de días.
- Muy bien, había pensado que bueno… no pueden ofrecerte mucho pero podías entrar a hacer una especie de prácticas en mi bufete, podríamos trabajar juntos - dijo muy contento y yo lamentaba mucho lo que iba a hacer pero… no podía seguir ocultando lo que quería hacer con mi vida.
- Papa yo…
-No hace falta que me respondas ahora – dijo aun sonriendo orgulloso.
- Papa… es que no es eso – trague saliva y me decidí a hablar ahora de una vez por todas - No voy a ir a ese bufete, ni a ningún otro.
- ¿Cómo? – exclamo levantando la vista del plato que le tenía ocupado y borrando inmediatamente la sonrisa de su rostro.
- Veras… yo… me he apuntado a la academia de policías – solté casi sin coger aire… no tenía que dejarlo hablar, sino estaba perdida, así que seguí con mi explicación - empiezo en un par de semanas.
Pero me sorprendió, porque se quedó mudo. No dijo ni una sola palabra, ni siquiera me miró, y de repente se levantó y subió las escaleras hasta su habitación, donde se encerró, sin decir ni una sola palabra.
Sabía que no se lo iba a tomar bien, pero necesitaba empezar a pensar en mí… había esperado mucho tiempo para hacerlo y ahora no volvería atrás… no quería, ni iba a hacerlo. Necesitaba hacerle entender a mi padre que todo iba a estar bien que era lo que quería, lo que necesitaba.
- Katie, ¿Qué le pasa a papa? – pregunto Sophie mientras dejaba de comer preocupada.
- Nada cariño, solo tiene que pensar.

CONTINUARÁ…
Gracias de nuevo a todos y que tengáis una gran semana. Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
Espero vuestros comentarios sobre el capítulo.
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Mensaje por alba_caskett Mar Nov 03, 2015 10:56 pm

Bueno ya se han conocido!!! Haber comp se va desarrollando la historia entre los tres... Y como se tomará Jim lo de que su hija quiera ser poli??? Mmmmm continúa

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Mensaje por Ruth Maria Miér Nov 04, 2015 1:36 am

Me gusta que rick se haya motivado con sophie! y es bueno que kate de una vez por todas haga lo que le gusta y si es entrar en la academia de policía perfecto!! Gina como siempre no me gusta para nada, espero que la niña entre en el equipo sin problemas!!

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Mensaje por castle&beckett..cris Jue Nov 05, 2015 6:06 am

Sigueee
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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Jue Nov 05, 2015 3:31 pm

21:30:47 11.05.2015

que ya sea viernes...quiero el siguiente capitulo...sigueee
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 5

Mensaje por tamyalways Jue Nov 05, 2015 10:08 pm

Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo de la historia pero antes como siempre daros las gracias por leer y vuestros mensajes que ayudan a seguir con muchas ganas.
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 5

POV KATE

No había dormido nada bien después de que mi padre se tomara tan mal la noticia de mi entrada en la Academia. La verdad es que no sabía cómo se lo había tomado. No había conseguido hablar con él, aunque yo tampoco puse mucho de mi parte por conseguirlo. Tenía miedo a su reacción y prefería no enfrentarme a él directamente… darle algo de tiempo antes de entrar, a pesar de que solo quedaban un par de semanas, así que no podía dejarle mucho espacio para pensar. Además, estaba Sophie que era como una esponja y absorbía todo el mal rollo cuando papa y yo discutíamos, pronto notaría la tensión y no quería que ella se viera afectada. Pero para eso aun quedaba algo de tiempo, lo primero era solucionar lo de Sophie, terminar lo que empecé.
Cuando llegue a la cocina, vi que el desayuno estaba preparado como cada mañana, mi padre antes de marcharse siempre nos lo dejaba allí, listo para nosotras dos. Tomé mi café, que ese día iba a necesitar más que nunca. Había dormido poco y tenía que estar en forma si quería rendir en el asunto que tenía entre manos.
- Hola – me dijo Sophie cuando entro en la cocina y me vio calentándome las manos con el café.
- Hola preciosa – le dije sonriendo.
- Tengo mucho sueño, ¿puedo quedarme en casa?
- No, hay que ir al cole, venga, espabila, tomate tu cacao y veras como el sueño se va.
- Ya lo sé, al menos vendrás a por mí al cole ¿no?
- Claro - dije sonriéndole.
No le contaría nada de momento a Sophie. Se iba a poner muy triste cuando se lo dijera. Desde la muerte de mama, se había apoyado totalmente en mí, tanto que a veces pensaba que me veía más como una madre, que como una hermana. Quizás solo estaríamos juntas los fines de semana y eso sería muy doloroso. Quizás por eso… para recompensarla… intentaría que consiguiera su sueño.
Desayunamos en silencio y fuimos andando al cole, donde la deje. Tenía que ir a la universidad a recoger mis últimos resultados para dar por acabada esa fase de mi vida, y volver a empezar esta otra, donde estaría sola ante el peligro. Me sentía extraña, miraba todo con cierta añoranza, dejar todo eso atrás, no sería fácil.
Había aprobado todas las asignaturas, tenía el título de “Abogada” en mis manos, pero eso no me proporcionaba ninguna felicidad, lo llevaba igual que si fuera el correo de ayer… no sentía esa alegría que se supone que se debe sentir cuando te dan algo por lo que has estudiado durante tanto tiempo. Fue un largo camino, con mucho esfuerzo, pero no me sentía nada… mi sentimiento era más parecido a quitarme un catarro de encima… algo que te ha molestado y finalmente puedes olvidarlo.
Me detuve en la tienda donde compre no hacia mucho los uniformes del colegio de Sophie y después de dar unas vueltas decidí comprar al completo el equipamiento para el futbol. Sus botas, calcetines, espinilleras, camisetas, pantalones cortos y largos y por supuesto la chaqueta con el distintivo del colegio. La dependienta me miro de forma extraña, no hacía mucho me atendió ella misma y éramos dos chicas, ahora viendo lo que compraba me interrogo con la mirada pero no le respondí, sino que añadí a mi compra una mochila enorme para ponerlo todo dentro. Se quedó boquiabierta. Íbamos a revolucionar el colegio antes de que me fuera a la academia… En esos momentos si me sentí orgullosa de mi y por supuesto de mi pequeña.
Con este sentimiento fui a recoger a Sophie para llevarla a su primer día de entrenamiento, sin que ni siquiera ella lo supiera. Estaba deseando su reacción ante mi regalo.
- Hola enana – le dije sabiendo que ese apelativo cariñoso no le gustaba mucho.
- Hola Katie, y no me llames enana… ya soy mayor.
- Vale… ¿Qué tal el día? – le pregunte mientras la ayudaba con su mochila, donde cargaba los libros.
- Bien, ¿vamos a ver el entrenamiento? – pregunto esperando una negativa de mi parte.
- Claro – me miro extrañada, pero no dijo nada…
Cuando llegamos al campo se sentó en una de las gradas, donde nos sentábamos siempre para ver mejor, pero esta vez, seguí andando. Castle nos vio y nos dirigió una amplia sonrisa y nos saludó con la mano. Sophie no entendió porque seguía andando y después de hacer oídos sordos a su pregunta de a dónde iba, fue detrás de mí.
- Hola Sophie – le dijo Castle despeinándola con la mano.
- Hola – le respondió ella mirando desconfiada.
- Te ha dicho tu madre… - dijo empezó a decir Castle, hasta que le interrumpí.
- Soy su hermana - dije sonrojándome - y no… no le he dicho nada. Tengo que hablar contigo antes.
- ¡Oh! Disculpa, bien… pero… veras, mis chicos tienen que ponerse en forma ¿te gustaría unirte a nosotros?
- ¿En serio? – pregunto Sophie sorprendida.
- Si – dijo Castle mirándola fijamente.
- Claro, Katie ¿puedo? – me pregunto sonriendo. Asentí con la cabeza y le di la otra mochila que llevaba en una bolsa. Al verla no encontró palabras suficientes para demostrar todo lo que sentía, empezó a tartamudear y finalmente me dio un abrazo y salió corriendo a los vestuarios.
Cuando volvió, con su nueva vestimenta… estaba resplandeciente, feliz, nerviosa… sus ojos describían tanto sin hablar que hasta me emocione, si mi madre la hubiera visto, estaría muy orgullosa de ella.
Castle la acompaño al campo y después de reunir a los otros chicos les hablo con voz alta con dotes de mando.
- Bien, ¿quién le explica a Sophie cuáles son nuestros principales objetivos?
- Yo… - gritó un niño rubio - primer objetivo disfrutar y el segundo es compartir, somos un equipo.
- Muy bien Josh. Ahora quiero que os pongáis en pareja y tenéis que pasaros el balón según yo os vaya diciendo - dijo haciendo que todos se movieran rápidamente.
Ver como habían aceptado a Sophie, como una más, de una forma tan normal, era increíble y emocionante. Verla así feliz, me contagiaba a mi también de esa felicidad.
Castle les dio las órdenes oportunas y cuando vio que todo estaba organizado, se acercó donde yo me encontraba.
- ¿Entonces? – pregunto intrigado.
- No hay nada que se lo impida pero… quiero mandar un informe o algo a quien haga estos torneos para no tener problemas una vez que juegue.
- Lo que tú digas, por mi bien Kate - dijo sonriéndome.
Y por extraño que pareciera en esos momentos solo pude pensar que esa sonrisa le quedaba muy bien, estaba guapísimo cuando curvaba sus labios hacia arriba. Me regañe internamente por pensar en esas cosas e intente borrar de mi cara esa sonrisa tonta que se me había quedado.
- No sé si es lo mejor quería consultártelo.
- Si tú crees que es lo mejor, por mi está bien… además si eso significa que podre verte más me parece genial - dijo sonriéndome de nuevo y mientras iba hablando, el rubor iba invadiendo mis mejillas, se había insinuado de una forma tan evidente que quise volverme invisible.
- ¿No crees que será lanzar piedras al agua?
- No, estoy seguro que si los dos nos juntamos en un frente común, podemos conseguirlo - dijo muy seguro de sí mismo.
No lo conocía de nada pero… me gustaba y me atraía que defendiera así a Sophie, tendría mucho que agradecerle si eso funcionaba. Le acompañe durante todo el entrenamiento y comprobé lo contenta que estaba mi enana, estaba disfrutando tanto que cuando acabo, vino corriendo y estaba toda sudada, pero con una gran sonrisa en la cara.
- ¿Qué tal la experiencia?
- Genial, me lo he pasado guay – me dijo mientras se secaba con la toalla que le facilite.
- Ya te veo - dije riéndome al verla tan emocionada - tenemos que irnos a casa, necesitas una buena ducha - dije arrugando la nariz por el olor que desprendía, y eso la hizo reír.
Recogimos sus cosas para irnos cuando escuche como alguien me llamaba, cuando me giré me sorprendí al ver a Rick corriendo detrás de nosotras… o mejor dicho, intentando alcanzarnos.

POV RICK
Corrí como pude detrás de ellas, algo dentro de mí me decía que no las dejara escapar. No sabía que me pasaba pero me gustaba mucho esa chica y si Sophie era su hermana y sacaba mi lado más tierno… igual tendría posibilidades. ¿Cuánto tiempo hacía ya desde que sentía ningún interés en las mujeres? Mucho… muchísimo tiempo, desde antes de irme a Europa quizá, pero ella era distinta, ella valía la pena.
- Kate… - grité haciendo que parara y se giraran ambas hacia mí.
- ¿Si? - preguntó mirándome extrañada a ver mi forma de correr.
- ¿No ibas a despedirte de mí? - dije dedicándole esa sonrisa seductora que en su tiempo rompió corazones.
- Disculpa… adiós Rick - dijo intentando evitar la risa que le produjo mi pregunta y se giró dejándome de nuevo allí parado. No iba a darme facilidades…
- Espera… - insistí.
- ¿Qué sucede? – pregunto sin quitar la sonrisa de esos labios que tanto me atraían.
- Quieres… ¿te gustaría… tomar un café conmigo? O un té, o un refresco, no sé, qué es lo que tomas yo… - los nervios me estaban traicionando, había olvidado como insinuarme a una mujer, cuando antes tenía que esconderme para deshacerme de ellas… pero ella era distinta, ella era especial.
- ¿Me estas pidiendo…? – intento preguntarme, pero Sophie no perdía ripio de esa absurda conversación y yo no sabía cómo explicarme.
- No, solo… bueno si quieres… - notaba el calor invadir mis mejillas.
- Dile que si Katie… - dijo Sophie guiñándome un ojo.
- ¿Y bien? – insistí al no recibir respuesta.
- Un café estará bien – me respondió directa.
- ¿Quieres que te recoja? – pregunte.
- No hace falta, nos vemos en una hora en la puerta del colegio, hay una cafetería aquí cerca que hace muy buen café.
- Perfecto, aquí te espero entonces - dije con una sonrisa tonta que ocupaba todo mi rostro.
Pare un taxi para llegar a casa lo antes posible y me di una buena ducha, y ya con el tiempo justo intenté decidir que ponerme. Estaba nervioso, tenía una cita después de… demasiado tiempo. Y ella me gustaba… me gustaba de una manera distinta a cuando era un niñato con éxito, no sabía ni cómo ni porque pero era diferente. Me coloque un pantalón vaquero y una camiseta blanca, íbamos a tomar un café, tampoco es que fuéramos a salir a cenar o… bueno ese podía venir después si el café se me daba bien.
Cambie por lo menos cinco veces de indumentaria y ya estaba desesperado, así me puse lo primero que había sacado del armario, me revolví un poco el pelo para dejarlo perfecto y bajé las escaleras lo más rápido que me permitió mi rodilla…
- Hola hijo – escuche detrás de mi antes de salir por la puerta.
- Hola madre – le respondí rápido para que no me pillara, pero falle en el intento.
- ¿A dónde vas tan rápido?
- He quedado.
- ¡Oh! ¿Ya has hecho nuevos amigos?
- Algo así – no iba a darle explicaciones, primero porque ya no tenía edad de hacerlo y segundo porque si lo hacía igual me la encontraba de forma casual en el café. Antiguamente le encantaba vigilarme a lo lejos.
- ¿O tienes una cita? – preguntó, consiguiendo que me sonrojara. Era la misma sensación de cuando tu madre te pilla con tu primera novia enrollándote en el sofá del salón. Bochornoso.
- Madre… - quise despistar su atención, pero era complicado.
- ¿Qué? Me alegro si es una cita, cariño.
- No es una cita… - aunque a mí me encantaría, no estaba seguro de sí lo era - es solo una amiga.
- Y te gusta ¿no? – insistió.
- ¡Madre…! La acabo de conocer no sé si…
- Estás nervioso, así que te gusta.
- No lo estoy - dije intentando mantener mis piernas tranquilas y quietas.
- Ya, seguro… por eso llevas la camiseta al revés.
- ¿Qué? - mire hacia abajo y no solo llevaba la parte trasera delante, sino que la etiqueta la tenía visible en un lado… Estaba claro, temblaba como un flan… me gustaba mucho esa chica y no sabía prácticamente nada de ella - Gracias madre.
Y avergonzado, con un color rojo fresa en mis mejillas, le di un beso a mi madre y después de dar la vuelta al polo blanco que llevaba, salí disparado para no llegar tarde a mi cita con ella.

CONTINUARÁ…

Gracias por seguir hasta aquí. Mañana nuevo capítulo, veremos cómo les va en la primera cita.
Buen fin de semana
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)

Mensaje por alba_caskett Jue Nov 05, 2015 11:50 pm

como me gusta que se quiera "complicar" la vida con la hermana de una alumna jejjejejejjejejejeje

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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Vie Nov 06, 2015 12:38 am

06:36:42 11.06.2015

que buen capitulo el de hoy...pobre rick hasta la camisa se la puso al revés Laughing Laughing Laughing Laughing Laughing ...la primera cita ..que les deparara la primera cita, solo necesito que sea mañana para saberlo...sigueeeee Clap Clap Thumb Thumb Thumb Thumb
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 6

Mensaje por tamyalways Vie Nov 06, 2015 10:26 pm

Buenos días.
Mil gracias a todos por leer y comentar y agradezco todos los mensajes que me ayuden para mejorar. Lo intentaré cada día.
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 6

POV RICK

Finalmente llegue pronto. Debieron ser los nervios que me hicieron ver mal el reloj, que no dejaba de mirar una y otra vez inquieto. No podía dejar de moverme y temía que no apareciera. Tan tenso estaba que mi rodilla no dejaba de quejarse. Debía relajarme o no podría mantenerme de pie por mucho tiempo más. Igual cambio de opinión me dije al ver que era la hora ya y no estaba en la cafetería. Pero al levantar la vista, ahí estaba.
Iba con unos vaqueros ajustados y una camisa blanca, como si nos hubiéramos puesto de acuerdo con la indumentaria, eso me saco una gran sonrisa. Estaba tan guapa con el pelo recogido y dejando su cara libre, al descubierto. ¡Dios mío! me estaba comportando como un adolescente y ya no tenía edad para sentirme así.
- Hola - dijo acercándose lo justo.
- Hola - le respondí nervioso y ella hizo un gesto para que le siguiera.
La seguí y entramos al pequeño bar, donde según ella hacían los mejores cafés del mundo, y dio la casualidad que era mi bar… el bar donde solía esperar a mi madre cuando salía del colegio, donde desayunaba cuando ella no se levantaba a tiempo, o donde iba cuando estaba triste y me sentía solo.
- ¿Desde cuándo vienes aquí? - le pregunté intrigado.
- Desde que era una niña, era el preferido de mi madre - dijo con una sonrisa nostálgica.
- A mí me gustaba mucho también venir, cuando salía del entrenamiento, me encantan sus batidos - dije haciéndola reír – que raro que no hayamos coincidido nunca… o quizá si lo hicimos.
- Puede… ¿pedimos? - preguntó con un deje tímido.
Nos sentamos cada uno con nuestra copa en un silencio incomodo, ese tipo de silencio de cuando alguien te gusta y no sabes que decir, como una de esas citas a ciegas en las que te preguntas ¿Qué hago aquí?
- Entonces…. - dijimos los dos a la vez y ambos reímos de forma tímida.
Le cedí la palabra de forma educada y espere para ver que quería decirme, ella bajo la mirada, como pensando bien lo que iba a decir y de después de dar un sorbo a su batido, se atrevió a preguntar.
- ¿Eres maestro?
- La verdad es que nunca me plantee serlo. Tengo la carrera de filología, pero era más bien porque me gustaba escribir. Pero nunca me propuse que mi vida fuera dirigida a la enseñanza.
- ¿Entonces que querías ser?
- Bueno yo… - aquí llegaba mi momento drama, quería contárselo, pero me dolía hablar de ello.
- Si no quieres… - no iba a ponerle cortapisas en cuanto a sus preguntas, sino seria mal inicio. Se lo contaría y que pensara lo que quisiera.
- No está bien, tranquila, no pasa nada. Soy… bueno, fui, futbolista profesional… - dije tragando saliva, no eran momentos fáciles de rememorar.
- ¿Fuiste? – pregunto intrigada.
- Me lesione gravemente y ahora eso me impide jugar.
- ¡Oh! lo siento, no quise recordarte el mal trago. Tiene que ser duro…
- Si, lo es, pero pensé que iba a ser mucho más duro. La verdad es que si no fuera por mi madre, ni lo hubiera intentado. Ahora he descubierto que me gusta ver a esos niños con la misma ilusión que yo tenía por el fútbol, me recuerdan a mí infancia.
- Pero eso no ha sucedido aquí en América, sino me sonaría haber leído algo de ti en los periódicos y si te soy sincera, no me suena tu nombre. ¿Has estado fuera?
- Sí, para triunfar, debía irme a Europa y así lo hice, llevaba cinco años sin venir.
- ¡Uff! eso sí que ha tenido que ser fuerte…
- Bueno, si he de serte franco, no pensaba volver… por lo menos no para quedarme. Pero supongo que el destino estaba escrito así – mientras hablaba la miraba a los ojos, tenían una tonalidad preciosa, entre canela y verde, y la veía interesada en mi conversación - ¿Y tú, a que te dedicas?
- Hoy mismo recogí mi título de abogada – dijo con una agria sonrisa, no parecía estar feliz por su logro.
- Y ¿siempre quisiste ser abogada? - le pregunté y esta vez fue ella quien tuvo que tragar saliva.
- No… y la verdad es que no voy a dedicarme a ello.
- ¡Oh, oh! O sea, que si tengo algún problema ¿no vendrás en mi ayuda? - dije en tono de broma para destensar un poco la conversación.
- No… lo siento, tendrás que pagar a alguien para que te saque las castañas del fuego - dijo riéndose.
- Maldita sea - dije yo haciéndola reír de nuevo - Entonces… ¿por qué lo hiciste?
- Supongo que si eres hija de dos abogados…
- Tienes que ser abogado – dije terminando su frase.
- Algo así… pero no voy a ejercer, ahora me toca elegir a mí.
- ¿Y que es lo que eliges? - dije interesado.
- Me he apuntado a la Academia.
- ¿De idiomas? – dije intentando ser gracioso.
- No – respondió inmediatamente con una risa clara en su voz - a la de policía - me quede con la boca abierta, no esperaba esa respuesta.
- ¿Por qué? – pregunte intrigado y vi como miraba a su vaso, pareció pensar la respuesta y cuando levanto la vista, las lágrimas se agolpaban en esos preciosos ojos que hacia un instante estaban repletos de risa – Disculpa… mi intención no fue disgustarte…
- Mi madre… mataron a mi madre hace dos años – dijo tragando saliva difícilmente.
- ¡Oh Kate! lo siento – iba a disculparme de nuevo, pero no me salieron las palabras, metí la pata hasta el fondo con mi pregunta.
- Tranquilo supongo que necesito cerrar esa etapa de mi vida, pero cuesta...
- ¿Sola? – Tuve los mejores psicólogos pagados por el club donde jugaba y ni ellos habían conseguido que cerrara definitivamente esa puerta y empezara a vivir de nuevo, si estaba sola, sería muy complicado que ella superara una perdida tan dura como la de una madre.
- Si otros no lo hacen… ¿Por qué yo no?
- Pero… - iba a rebatirla pero… la entendía - te comprendo Kate – le dije tomando su mano que seguía agarrando su vaso, y vi cómo se dibujaba una sonrisa en ese bonito rostro que me miraba directamente a los ojos.
- Eres el primero que lo hace – y tuve que soltarla porque en ese momento tomo un largo sorbo de su batido… pero esa electricidad que nos unió momentáneamente fue como una descarga eléctrica, exactamente igual a cuando me dio la mano en el campo de futbol.
- Imagino que somos igual de cabezotas - dije intentando sacarle otra sonrisa - Tu padre…
- No lo entiende, no acepta lo que quiero yo.
- Kate tendrías que hablar con él, a lo mejor llegáis a un acuerdo.
- Da igual – dijo bajando la vista de nuevo - no lo entenderá.
- Comprendo, creo que os habéis juntado dos cabezotas- dije intentando sacarle una sonrisa de nuevo, pero no lo conseguí, por lo que seguí hablando - pero yo si lo entiendo.
- ¿Ah sí? - dijo levantando esos ojos que ahora sacaban destellos verdes en reacción a lo que acababa de decirle, estaba enojada conmigo.
- Sí Kate, compréndelo, ha perdido a su mujer. No quiere perder también a su hija.
- Lo sé… pero tengo que hacerlo, necesito hacerlo – sus ojos ya no estaban enfadados, ahora me pedían comprensión y deseaba tanto dársela. Mi instinto me decía que la abrazara, pero no era ni el momento, ni el lugar.
- Díselo así y verás… te comprenderá – le dije y recibí como respuesta una sonrisa llena de agradecimiento.
Dejamos los temas duros para otro momento y nos centramos en conocernos de otra manera dejando el drama que nos perseguía a ambos a un lado y centrándonos en algo más cotidiano y ameno. Me reí como hacía mucho tiempo no hacía, y me sentí muy a gusto con ella, la verdad es que todo había salido bastante bien y después de pagar, me ofrecí para acompañarla a casa, a lo que accedió. Por lo que paseando seguimos nuestra conversación.
- ¿Entonces tienes solo 22 años? - pregunté arrugando el entrecejo.
- Sí ¿me creías más vieja? – pregunto a su vez arrugando también el contorno de los ojos recriminándome mi insinuación.
- No, que va… bueno… si… no sé ¿Cuál es la mejor respuesta? - dije casi asustado. Pensaba haber metido la pata del todo con esa respuesta, cuando vi que se estaba riendo a carcajadas… - muy graciosa.
- Me halaga que pienses que soy mayor… o eso creo.
- Es una halago, de verdad, lo dije por tu forma de ser tan responsable -dije parando cuando vi que ella también lo hacía.
- Bueno, pues ya hemos llegado… esta es mi casa – dijo señalando una entrada de una casa con un bonito jardín.
- ¡Oh! Entonces… - se había terminado todo tan rápido, me pareció un abrir y cerrar de ojos y cuando mire el reloj comprendí mi error, llevamos juntos más de tres horas.
- Lo he pasado muy bien – me dijo con una tímida sonrisa… en ese gesto me recordó mucho a Sophie.
- Yo también, no recordaba cómo era divertirme. No pensé que fuera a pasarlo tan bien.
- ¿No te confiabas de mí? - dijo otra vez intentando ocultar una sonrisa, pero esta vez la pillé, estaba empezando a interpretar sus ojos, esos preciosos ojos que me tenían preso desde que llego al café.
- Muy graciosa. Mira… solo te diré que ha sido mucho mejor de lo que me esperaba - dije sonriéndole - tanto es así, que me gustaría invitarte mañana a cenar conmigo, si no tienes otros planes.
- No sé si… veras… quiero pasar tiempo con Sophie antes de…
- Pues que venga, a mí no me molesta – le dije con total sinceridad.
- ¿En serio? – Me pregunto para ver si estaba bromeando - Que cita más extraña.
- Yo no he dicho que sea una cita, solo que me lo he pasado tan bien que me gustaría repetir.
- Chico listo. Pues vale, si no te importa…
- ¿Estar rodeado de chicas guapas? Todo lo contrario “mon ami” – le dije usando un poco de francés que aprendí en Europa - pero con una condición.
- Ya me parecía a mí...
- ¿Tomamos algo juntos los dos solos después? – debía intentarlo, seguramente se negara, pero es que estaba tan relajado en su compañía…
- Rick…
- Solo una copa. Tengo que aprovechar el fin de semana – dije entornando los ojos para parecer muy triste ante una posible negativa.
- Está bien.
- Estupendo, os recojo a las 8 ¿te parece bien? – Accedió… increíble… eso me lleno el corazón de miles de luces de colores. Por favor… que me había hecho esa mujer en menos de 24 horas me había convertido en un muñeco en sus manos…
- Espera -dijo cuando me di la vuelta para volver a casa.
Trasteo un momento en su bolso y saco un bolígrafo. Con rapidez escribió su teléfono junto a su nombre en mi mano haciéndome cosquillas.
- Mi número – explico mirándome fijamente para ver mi reacción ante su tacto.
- Esto no es la primera vez que lo haces ¿eh?
- ¡Ey! ¿Alguien te dijo que era una santa? Porque si es así… - iba a borrar el número de mi mano, pero se lo impedí quitándola de su alcance.
- Tranquila, que no pienso que lo seas, y eso me gusta - dije acercándome hasta su oído antes de dejar un suave beso en su mejilla.
Me di la vuelta con una sonrisa de orgullo, dejándola en shock por mi atrevimiento, o eso era lo que yo pensaba, hasta que…
- Rick - gritó y cuando me giré vi cómo se acercaba con una sonrisa y muy decidida. Se puso de puntillas, coloco sus manos en mis mejillas y sentí sus labios sobre los míos.
Pensé que me estaban quemando por dentro. Apoye mis brazos sobre su cintura acercándola, hasta que note el roce de su cuerpo en el mío, disfrutando ese beso, saboreándolo y dejando que las sensaciones se repartieran por todas mis terminaciones nerviosas. Hasta que se separó despacio de mí mordiéndose el labio, de forma sensual.
- Por si no lo sabias, puedes considerarte un chico afortunado, porque nunca beso en la primera cita - dijo antes de darse la vuelta y emprender el camino hacia la puerta.
Y ahí me dejo, plantado en medio de ese zaguán, con una sonrisa tonta en mi rostro, intentando reaccionar ante ese magnífico beso que me había dejado sin aliento, completamente fascinado por mujer, por su forma de comportarse, por su indescriptible mirada…
Pero antes de que cerrara la puerta, conseguí reaccionar e imagine que pudo escuchar lo que le dije.
- Muy, muy afortunado – le grité sonriendo como un tonto.
Me giré sintiéndome vivo de nuevo y tome rumbo a casa pensando en lo afortunado que era y pensado en que mañana iba a ser una gran día… o por lo menos iba a hacer todo lo necesario para que así fuera.

CONTINUARÁ…

Gracias a todos por llegar hasta aquí, espero que os esté gustando la historia.
Que tengáis un gran fin de semana todos y nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
Me quedo esperando vuestros comentarios como siempre.
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Mensaje por BRIGITTEALWAYSBELIEVE Sáb Nov 07, 2015 12:48 am

11.07.2015 06:46:05

Love Love Love Love Love Love ohhhh que bonito capitulo, esperemos la reaccion de kate...quiero que ya sea la cita de mañana...quiero ser muuuuyyyy afortunada y leer el siguiente cap de esta bonita historia..sigueee pronto Clap Clap Clap Thumb Thumb Thumb
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Mensaje por alba_caskett Sáb Nov 07, 2015 2:11 am

Precioso!!!!!!!!

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Mensaje por castle&beckett..cris Sáb Nov 07, 2015 11:50 pm

Me enca taaaa sigeloo
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Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido) Empty Capítulo 7

Mensaje por tamyalways Dom Nov 08, 2015 9:26 pm

Buenos días, os dejo un nuevo capítulo de la historia. Vamos a ver cómo va la cita de tres que ha preparado Rick. No empecéis ya a enloquecer con lo que va a pasar todo a su debido tiempo, dejémoslo disfrutar un poco y nosotros con ellos Wink
Gracias a todos los que leéis cada día y en especial a los que dejáis cualquier mención aquí o en twitter. Y por supuesto a mi compañera, a ti mil gracias.
Los personajes no me pertenecen…

Capítulo 7

POV KATE

Me levante muy contenta ese día, y sabía que él era el “culpable”. Apenas lo conocía, pero me hacía sentir bien… estando con el volvía a ser yo, una chica directa y segura de sí misma. Estuve toda la mañana sola en casa porque Sophie estaba en casa de una amiguita y mi padre… trabajando como siempre. Le espere para hablar de una vez por todas. Tenía miedo por cómo podía acabar la conversación pero sabía que antes de irme quería hacerle entender, e irme lo mejor posible para disfrutar la experiencia y que nada pudiera afectarme.
En ese momento me vibró el móvil sacándome de mis pensamientos y sonreí al ver el destinatario del mensaje, sabía que era él. Desde que se fue, nos habíamos estado mandando mensajes inocentes que me hacían sonreír porque sabía que en ese momento él se estaba acordando de mí.
- ¿Estas lista para esta noche? Te estoy preparando una gran cita - reí en cuanto leí el mensaje.
- Espero que te lo estés currando.
- No sabes cuánto. Te prometo que merecerá la pena.
- Eso espero, es un gran esfuerzo tener que salir esta noche para escucharte hablar y hablar – teclee en mi móvil, bromeando. Su respuesta fue rápida, recibí un emoticono enfadado.
- Eres mala, pero me gusta - no pude evitar reír al leer el mensaje. Pero en ese instante entró mi padre y toda la hilaridad del momento, se cortó. Le mandé un mensaje de despedida rápido y me quede esperando a que mi padre diera el primer paso, pero el silencio reinaba, por lo que me arriesgue a darlo yo.
- Papa ¿podemos hablar?
- ¿Va a cambiar algo que lo hagamos?
- Por favor, papa…
- No, ¿va a cambiar en algo o no? - dijo enfadado.
- Lo siento… pero no.
- Pues entonces mejor no hablemos.
- Papa… necesito hacerlo… necesito seguir mi vida como Sophie y tú lo habéis hecho - vi la cara que puso y quizás me pase con esa afirmación.
- Esto no tiene que ver con seguir con tu vida.
- Entonces ¿qué es? – le pregunte molesta por su incomprensión.
- ¿Te acuerdas cuando me dijiste que tenía un problema?
- No compares esto con tu adicción.
- Es lo que es hija – me miraba irritado, y así no iba a recapacitar, era perder el tiempo, pero siguió hablando - Kate estás obsesionada con la muerte de tu madre, nosotros también la echamos de muchísimo de menos pero, como bien me dijiste en su día, tenemos que seguir adelante.
- Es lo que pretendo hacer… - respondí rápidamente.
-No, te has obsesionado con su muerte. ¿Crees que no sé qué hablas a menudo con los policías que llevaban el caso de tu madre? ¿Piensas que no sé qué estas investigándolo?
- Papa, eso es distinto, solo quiero saber lo que paso.
- Y por eso te vas a meter a policía, por eso vas a correr un peligro innecesario, sabiendo que Sophie y yo te necesitamos aquí.
- ¿Y yo? Lo que yo necesito no importa aquí ¿Verdad? No me comprendes en absoluto papa, tu visión de esto es egoísta.
- No, tu eres la que no entiendes - dijo dejándome allí, con la palabra en la boca. Estaba enfadada y golpee con fuerza la mesa. Lo hice sin pensar y después note el dolor en la mano.
Tenía que calmarme antes de ir a por Sophie, no podía dejar que me viera así. Ya le di la oportunidad a papa de que lo entendiera, si no lo hacía, me daba igual, pensaba hacerlo y nada, ni nadie iba a detenerme, ya no aplazaría más mi futuro.
La enana estaba feliz por salir a cenar conmigo y con su entrenador, nos arreglamos con esmero y a pesar de que ella le había contado nuestros planes a mi padre, no hizo ningún comentario, el seguía muy serio, sentado en su butaca, leyendo algunos documentos. Notaba de vez en cuando su mirada, como imagine que él notaba la mía, y sabía que la conversación no había terminado. Pero no iba a fastidiarme la noche, ni Rick, ni mucho menos Sophie, se lo merecían. Por lo que pensé que lo mejor sería que saliéramos a esperarlo, y así evitar una escena extraña estando mi padre presente. Sophie estaba contenta, se notaba que Rick también le había caído bien.
Lo vi acercarse con un par de rosas en la mano muy nervioso. Estaba muy guapo con un vaquero y una camisa azul que resaltaba sus ojos. Lo cierto es que era muy apuesto, alto, musculado y con esos lagos inmensos que destacaban en su rostro.
- Hola - dijo tímidamente entregándome una de las rosas y agachándose luego para dar la suya a Sophie, que lo miraba emocionada.
- ¿Es para mí? – pregunto tímidamente.
- Claro, por dejarme que os invite a cenar.
- Gracias – respondió evidentemente sonrojada - ¿has visto Katie?
- Si, es preciosa, gracias Rick, no tenías que molestarte -dije sin poder dejar de sonreír yo tampoco.
- Hola – me dijo solo mirándome a mí y se acercó para besarme suavemente la mejilla, muy cerca de mi boca, pero a la vez tan lejos.
Y sé que lo hacía por la presencia de la niña, pero me hubiera gustado tanto volver a encerrarme en sus labios y perderme en ellos. Pero todavía quedaba mucha noche y no pensaba irme a dormir sin volver a probarlos. Lo vi cómo me miraba intentando saber que era lo que me pasaba, pero antes de que pudiera preguntar, con una rápida mirada lo frené, comprendió que no era el momento y callo. Era increíble la complicidad que compartíamos conociéndonos tan poco, que pudiéramos entendernos solo con la mirada era sorprendente.
- Bueno, ¿nos vamos chicas? - dijo sonriendo. Y Sophie enseguida le ofreció su mano que muy diligentemente el agarro.
Llegamos al restaurante y se portó como todo como un caballero, me burle de sus modales, y el, se hizo el ofendido. La cena, la verdad, es que fue muy tranquila, aunque Sophie no dejaba de reír con las tonterías de Rick y yo, después de un rato de intentar controlarlos, deje de preocuparme y me uní a ellos.
- Esto está muy bueno - dijo Sophie masticando con la boca abierta.
- Sophie… esos modales, no se habla con la boca abierta.
- Lo siento.
Note bajo la mesa una mano sobre la rodilla y comprendí que era él. Lo miré, y esa sonrisa dirigida a mí me reconforto, me hizo sentir bien, cómoda, segura. Me podía relajar estando a su lado, era distinto, no había explicaciones que dar…
Porque solo había pensado en mi padre, pero Sophie… era una niña aun y quizás no lo entendiera… ella solo quería estar conmigo y ahora… no pasaríamos tanto tiempo juntas, o por lo menos, tanto como ella quisiera.
Lo cierto es que esos pensamientos no me estaban ayudando a disfrutar de la cena como debería. Por eso cuando se acabó y volvimos para dejar a Sophie en casa, fue como una liberación, no podía fingir más que no me encontraba bien, a gusto del todo.
- Cariño, mañana nos vemos - dije besándole el pelo, mientras la arropaba en la cama después de ayudarla con el pijama. Rick se quedó en la puerta del jardín esperándome no quería que se encontrara con mi padre en estas circunstancias.
Cuando me disponía a salir, escuche un ruido en la cocina, me gire y encontré a mi padre tomándose un vaso de agua en la cocina. Cruzamos miradas y quise abrazarlo porque me dolía en el alma estar así con él, pero después de…
- Pasa todo el tiempo que puedas con ella, pero eso no te va a compensar el que te vayas y la dejes.
- No la dejo – le respondí enfadada.
- ¿Ah no? ¿Cuánto la veras? ¿Una vez por semana? eso si llegas a verla...
- Papa… no tengo ganas de discutir.
- No, claro… tú no discutes, solo huyes de la realidad... - dijo dejando el vaso en la encimera y desapareciendo hacia el pasillo que daba a su habitación.
Estaba enfadada, frustrada y quizás no era bueno pagarlo con Rick, pero necesitaba desahogarme y a pesar de hacer tan poco tiempo que nos conocíamos, él era la mejor opción que tenía.
- Hola – le dije al salir y encontrarlo sentado en el zaguán.
- Hola – me respondió incorporándose - ¿Estás bien?
- Si solo… necesito una copa.
- Claro, ven… conozco un bar perfecto – me dijo ofreciéndome la mano, como hizo anteriormente con Sophie.
- No, gracias. Prefiero algún lugar donde podamos hablar tranquilos…
- En casa no hay nadie, si quieres… Pero ¿te sentirás cómoda? – asentí con la cabeza y entrelazó nuestros dedos y emprendió el camino.
El camino, no era largo y la noche acompañaba, me sentía a gusto cogida de su mano y a pesar del silencio, me sentí arropada. Cuando llegamos, di una rápida ojeada a la entrada. Lo cierto, es que la casa no pegaba mucho con él, pero si vivía con su madre y solo llevaba una semana en la ciudad, era comprensible que no fuera su estilo.
Me llevó al salón y me ofreció asiento en el sofá, mientras él iba a preparar las copas. Lo vi sirviéndonos y sentí que ya no podía resistirme más, llevaba toda la noche deseando fervientemente repetir ese beso que compartimos para verificar esa atracción mutua que teníamos el uno hacia el otro, en pocas palabras… lo necesitaba. Por lo que me levanté, fui hacia él y le estire con cuidado, le quite el vaso para depositarlo encima de una mesa, lo miré y a pesar de ver la duda en sus ojos, no dude de lo que iba a hacer.
Lo agarré del cuello con fuerza, acercándolo a mí, nuestros labios chocaron con fuerza, con desesperación y deseo, necesitaba sentirlo, notarlo fuerte contra mi cuerpo. El beso duró poco para mi gusto, imagine su sorpresa, pero al ver su sonrisa, en mi cara se dibujó otra igual. Solo esto me estaba saliendo bien esta semana… solo él.
- Ven preciosa…será mejor que hablemos – me dijo llevándome al sofá y trayendo con él los vasos con la bebida que había servido.
- ¿Podemos dejarlo para mañana? - dije mirándole casi suplicante.
- Claro… ¿quieres tomarte la copa o te llevo a casa?
- No quiero irme… te necesito esta noche – le dije sorprendiéndole.
- Kate, no creo que sea oportuno, mañana te arrepentirás…
- Solo a dormir, lo prometo.
- ¿Segura? – pregunto a pesar de desear más que yo ese contacto, lo veía en sus ojos, necesitaba el contacto, tanto o más que yo.
- Segurísima - dije mordiéndome el labio y agarrándole de la mano tirando de él.
- Como quieras, pero por favor, no te muerdas el labio así, o no respondo de mi - dijo sobre mi oído haciendo que me estremeciera – ni te imaginas lo que me provocas, y si solo quieres dormir - dijo con un movimiento de cejas y su pícara sonrisa me hizo reír.
Lo abracé con fuerza enterrando mi cara en su pecho, en su cuello e intente guardarme esta sensación para cuando la necesitara porque también iba a echarle en falta a él cuando entrara en la academia…
- Gracias - susurré en su oído. Nos separó para a continuación, tirar de mí hasta llegar a su habitación, abrió la puerta y me cedió el paso. Cuando entre comprendí que solo estaba de visita en casa de su madre, aun la maleta reposaba sobre una banqueta, no había nada personal en ese sitio, solo se encontraba la cama, presidiendo el lugar.
Me deshice de mi abrigo y cuando el empezó a desabotonarse la camisa, y vi esos pelos que asomaban, algo dentro de mí se despertó, entonces supe que esa noche iba a dormir poco.

CONTINUARÁ…

El miércoles nuevo capítulo de la historia, veremos a ver cómo sigue la noche hagan sus apuestas.
Gracias de verdad a todos por leer.
Espero vuestros comentarios.
Feliz LunesCastle XXOO
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Mensaje por alba_caskett Dom Nov 08, 2015 10:38 pm

si, dormir lo que se dice dormir poco o nada van a estar entretenidos en otros asuntos, a ver como lo llevan una vez que ella entre en la academia...

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