Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
+2
Ruth Maria
Emily Claire
6 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 4 de 6.
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
uyyyy llevaba unos días ya sin comentar por aquí la historia...
Kate tiene que hablar con Rick y decirle lo que ha "descubierto" porque sino van a tener bronca, jejejjejeje
me encanta
Kate tiene que hablar con Rick y decirle lo que ha "descubierto" porque sino van a tener bronca, jejejjejeje
me encanta
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
capítulo 22
Buenos días a todos.
Solo quiero decir Gracias.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo22
POV RICK
Estuve durante un buen tiempo pensando en la conversación con Kate. Y me dolía mucho tener que darle la razón. Era feliz estando como estaba, pero, siempre hay un pero… esa espinita aquí clavada permanecerá en mi corazón. Seria todo tan distinto de saber que había una solución a mi problema, si la hubiera seria magnifico, aunque siempre cabía la idea de alguna nueva tecnología. Pero hablar de cosas hipotéticas dolía, porque no existía nada que hacer en este momento, sino mis médicos ya me lo habrían comunicado.
Un fin de semana que quería pasar con ella feliz, sin pensar en nada malo se convirtió en algo que prefería olvidar. Discutimos por primera vez y eso hizo que pasáramos la noche separados. Quería olvidar, acabar la noche de la mejor forma posible y no pensar. En unas horas volvería a la academia y nadie sabía el tiempo que estaríamos sin vernos esta vez. Esos pensamientos me entristecían, me reconcomían por dentro y me sentía muy mal por haber discutido con ella. Ahora más que nunca la necesitaba, y es cierto, quizá fuera egoísta por quererla a mi lado, pero ella era la única que conseguía que yo olvidara y quisiera ser feliz, pero a su lado.
Cuando llamaron al timbre imagine que era ella. Pensaba llamarla y se me había anticipado, mientras yo preparaba el salón de mi casa con velas y algunas flores frescas del jardín. También enfrié una botella de vino y tenía dos copas listas para ser servidas junto al sofá. Imagine que ella, al igual que yo también tendría remordimientos de nuestra discusión y deseábamos hacer las paces lo antes posible, de ahí que se adelantara a mis hechos. Pero los nervios me gastaron una mala pasada, le hable mal y no se lo merecía. Cuando viera su reacción sabría cómo comportarme, aunque estaba claro que aquello se merecía una disculpa por mi parte.
Inhale todo el aire que pude para llenarme de confianza y fuerza, fui a la puerta y la abrí sin pensar. Efectivamente, era ella, con una simple camiseta púrpura y un vaquero que se aferraba a sus piernas como un guante. Estaba tan preciosa, como siempre… pero faltaba algo… le faltaba una sonrisa, esa que siempre llevaba puesta, y hoy no estaba, había desaparecido por mi culpa.
- Hola – me saludo seria.
- Hola – respondí haciéndome a un lado para dejar que entrara. Me sentía como un auténtico patán, yo preparando una cita romántica cuando estábamos los dos bastante tristes.
- Rick yo… - intento iniciar una conversación, pero como buen caballero, debía disculparme yo primero.
- Lo siento. Perdona por cómo te hable antes Kate. En serio, me comporte mal contigo, pero aun reacciono mal ante el tema de mi lesión, e intento evitarlo para no remover el dolor que me causa. Lo comprendes ¿verdad?
- Pero…
- No, por favor. Olvídalo, me comporte como un crio, lo sé. Vamos a dejarlo y disfrutemos del tiempo del que disponemos - dije casi suplicándole – es muy poco y no es justo que lo desperdiciemos con discusiones. ¿Me perdonas?
Entendí que ella quería decir algo, pero asintió con la cabeza sin hablar. Se abrazó a mí con tanta fuerza que me sorprendió. Pero le devolví el abrazo, envolviéndola con mis brazos al tiempo que la atraía hacia mi cuerpo, para sentirla por entero.
- Yo también lo siento.
- Shh… no ha sucedido, ¿vale? Disfrutemos de la noche - dije sonriendo y dándole pasó al salón donde vio toda la parafernalia que organice antes de su llegada.
- ¿Pero qué has hecho Rick? Estás loco – dijo con la boca abierta al ver todos los globos con flores y las velas iluminando la estancia y dándole un toque romántico - ¿Qué has preparado?
- No es nada, solo unas copas de vino - dije prendiendo su mano para acceder a la estancia juntos. Me senté en el sofá y de un certero “tirón” la senté sobre mis piernas
- No me gusta que estemos enfadados, me pone muy triste.
- A mí tampoco me gusta cariño - dije dejando un beso en su hombro.
- Había pensado que este fin de semana sería distinto.
- Aun podemos hacerlo distinto – dije con una sonrisa de lado a lado, sonrisa que me devolvió besándome la punta de la nariz.
El beso fue bajando despacio, primero su labio superior, mientras ella se quedaba esperando que fuera a más. Me separé despacio solo un segundo para volver a besarla pero esta vez su labio inferior y acabar atrapándolo lo que la hizo suspirar de anticipación.
Me separé de nuevo, quedando muy cerca de sus labios, sin tocarlos. Sentíamos la respiración el uno del otro como se mezclaba. Pero esa diminuta separación duro poco, hasta que no soporto más el ansia y Kate se abrazó a mi cuello para empujar mi cabeza hacia la suya, atrayéndome a un beso que me dejo sin respiración.
Su lengua en mi boca, investigaba cada pequeño rincón, mientras yo la dejaba hacer. Hasta que fue mi turno. Explore su boca, pero no me detuve ahí y seguí por su mandíbula hasta llegar a su pulso y allí me detuve hasta que deje buena muestra de mi afecto.
- Rick – protesto arrugando el ceño, pero sin separarse de mí contacto.
- Solo quiero que me recuerdes durante toda la semana - dije sonriéndole mientras Kate suspiraba en mi cuello – tú y todo aquel que se acerque.
- Entonces creo que tendré que hacer algo para que tú también me recuerdes a mí - dijo muy sensual. Me imagine con jersey de cuello alto durante toda la semana, pero sus intenciones iban más allá de mi cuello.
Se levantó de mis piernas y me empujó con sus dedos apoyados en mi pecho hasta que mi espalda toco el respaldo del sofá. Cuando estuve recostado mirándola fijamente, vi como sus ojos refulgían cual pantera a punto de atacar a su presa. Me había dejado boquiabierto y la boca se me estaba secando. Todo lo contrario de otro punto algo más abajo. Aquello me estaba poniendo a cien. No sé qué tenía esa mujer, solo una mirada y yo ya estaba dispuesto para lo que quisiera hacer o que le hiciera.
No perdió en ningún momento el contacto visual, me miraba fijamente mientras sus manos, adiestradas sabiamente, seguían su trabajo, desabrochando la cintura del pantalón vaquero. Una vez que encontró lo que buscaba, se dedicó a juguetear con mi miembro ya erecto ante la próxima afrenta. Sus toques eran suaves y con cada uno de ellos, una descarga eléctrica cruzaba mi espalda. Después con sabios movimientos, se deshizo de todas las barreras y sin saber cómo, mi pantalón y mi bóxer habían desaparecido. Y digo que no se como, porque en esos momentos, yo me concentraba en no dejar de respirar, soy un hombre y no podemos hacer dos cosas a la vez, nuestro cerebro no da para más y la tortura a la que era sometido, me tenía totalmente ausente de mi persona. Disfrutaba sus toques, sus caricias, sus suaves besos y lengüetazos. Aquella situación se estaba escapando de mis manos, hacía rato que la cordura desapareció y ronroneaba cual gatito frente a un plato de leche, al tiempo que suspiraba para que aquello no acabara antes de empezar. Tenía las manos frías, pero precisamente ese tacto helado junto al calor que desprendía esa parte de mi cuerpo era tremendamente excitante.
- Kate… esto es una nueva tortura china… tienes las manos heladas.
- ¿Ah sí? - dijo con una cara de pícara - ¿Quieres que pare?
- No, nunca, sigue… no pares por Dios – le suplique.
Mi miembro entre sus manos subía y bajaba de forma rápida, de la base hasta su fin, a veces estrechando las manos, a veces aflojándolas. Yo estaba ya fuera de si y mis manos apretaban fuertemente el sofá para soportar aquello y que no acabara de forma precipitada. Ella sonreía al ver mi cara contraída por el placer.
- Creo que voy a parar… parece que no te gusta – dijo mientras no me perdía de vista.
- Ni se te ocurra… no ahora – le respondí abriendo los ojos y contemplando la escena que tenía frente a mí - Kate… no creo que…
Iba a decirle que no aguantaría el embiste mucho tiempo más cuando vi como sus manos bajaban hasta mis testículos y los amasaban, mientras su boca ocupaba el lugar abandonado. La sensación fue tan fuerte que grite una maldición en voz alta, cosa que le hizo mucha gracia.
- Maldita sea Kate… ¿Dónde has aprendido esto? ¡Dios! –
- ¿Acaso te aburre? – respondió delicadamente, pero sin abandonar su tarea.
Y no se apiado de mí, sino que siguió con su tortura. A su boca se unían sus manos en mi escroto, estrujando y masajeando la zona, a lo que solo podía responder gimiendo debido al temblor que invadió mis piernas, y luego subió a mi estómago, estaba sometido a tal presión que estaba a punto de descargar en su boca, pero quería sentirme dentro de ella, que disfrutara tanto como yo ese momento, que compartiéramos el maravilloso orgasmo que se avecinaba y que estaba más cerca en cada movimiento suyo.
- Nena… ven – dije tirando de ella para que me soltara. Aquello era maravilloso, pero quería compartirlo con ella, se lo merecía por lo que me había hecho sentir – Quiero disfrutarlo contigo, por favor… Ven mi amor, vamos a cruzar el arcoíris juntos.
Eso le hizo mucha gracia y abandono su posición riendo mientras se iba despojando de su ropa. Mientras y sin perder de vista el maravilloso espectáculo que era su cuerpo, alcance mis pantalones, donde recordaba llevar un preservativo, que halle y me puse. Intentaba mantenerme en calma, pero con la vista que tenía era complicado. Era perfecta, todo su cuerpo estaba proporcionado y la academia había forjado sus piernas y brazos. Estaba algo más musculada y también su vientre se aplano en ese interludio de tiempo que no compartimos.
Yo seguía agarrando fuertemente los cojines del sofá, para aguantar la tensión. Cuando lentamente, tomo posición y sentándose sobre mi erección paso a formar parte de mi. La sensación fue tal que me estremecí de pies a cabeza, no quedo ni un solo poro de mi piel sin erizar. Mientras se acomodaba a mi tamaño, desabotonaba mi camisa y los roces de sus dedos en el vello de mi pecho eran suaves descargas eléctricas que me invadían. Intentaba imprimir movimiento, pero no me lo permitía. Sus caderas me tenían preso, mientras me besaba el cuello y el pecho dejando un recorrido húmedo a su paso.
La notaba tan húmeda y preparada para mí que no dejaba de sorprenderme. Casi ni la había tocado y estaba preparada para recibirme. Eso solo podía indicar una cosa, ella disfrutaba tanto como yo de esos momentos. Después de unos movimientos de sus caderas yo estaba al borde del final y no quería, pero era una sensación tan maravillosa que debía permitir que culminara. Temía por no complacerla a ella, pero sus jadeos y su respiración me indicaban que los dos estamos cruzando el mismo terreno.
Nuestro galope fue incrementando su velocidad y aquello acababa, quise ayudarla y busque entre nuestros cuerpos hasta que encontré el botón exacto donde aplicar una leve presión y al notar como su interior se abrazaba a mí, yo también termine llegando al orgasmo más impresionante que he vivido jamás. Escuche su grito junto a mi oído, al igual que ella escucho el mío y terminamos los dos rendidos apoyados el uno en el otro, compartiendo sudor, respiración y aliento.
- Ha sido… - dijo entre suspiros con la respiración entrecortada.
- Impresionante - dije acabando la frase por ella.
- Totalmente.
- Kate, no sé qué haces conmigo… soy adicto a tu piel.
- Eso espero - dijo golpeándome el pecho.
- Será mejor que nos vayamos a la cama - dije y vi como Kate me miraba extrañada - ¿O prefieres que llegue mi madre y nos vea así? Creo que esto superaría a las otras dos veces que hemos sido pillados “in fraganti” – le dije sacándole los colores imaginando la situación.
La agarré con fuerza por la cintura levantándola y lleve hasta la cama. Pare en el baño, me deshice del preservativo, me asee y volví al salón a recuperar la ropa esparcida por la habitación.
Cuando volví a la habitación Kate estaba confortablemente acurrucada y tapada con la sabana, mirando mis movimientos por la habitación. Sonreía y no perdía de vista cierta parte de mi anatomía.
- ¿Te gusta lo que ves? – pregunte al pillarla mirándome descaradamente.
- No está mal… - respondió torciendo el labio.
- Serás… - eso provoco un ataque indiscriminado de cosquillas por mi parte al que ella respondió gritando cada vez que alcanzaba algún punto estratégico.
- Para Rick, para… - decía entre carcajadas – No, ahí no, por favor… para…
Y al ver que ya no soportaba más, la bese. Era algo tan grande lo que sentía por ella, que ninguna palabra podía explicarlo.
- Anda, ven aquí conmigo – le dije preparándome para que acercara su espalda a mi pecho. Desnudos, sin estorbos más que el de la sabana cubriéndonos, fuimos relajándonos y dejando que todas nuestras terminaciones nerviosas, activas aun por los momentos vividos.
- Buenas noches.
- Buenas noches cariño.
Cerré los ojos y di gracias a quien tuviera que dárselas por tener la oportunidad de disfrutarla, y de disfrutar de esto que teníamos y que había llenado mi vida, vacía de sentido semanas atrás.
CONTINUARÁ…
Que tengáis un gran fin de semana, nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
Solo quiero decir Gracias.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo22
POV RICK
Estuve durante un buen tiempo pensando en la conversación con Kate. Y me dolía mucho tener que darle la razón. Era feliz estando como estaba, pero, siempre hay un pero… esa espinita aquí clavada permanecerá en mi corazón. Seria todo tan distinto de saber que había una solución a mi problema, si la hubiera seria magnifico, aunque siempre cabía la idea de alguna nueva tecnología. Pero hablar de cosas hipotéticas dolía, porque no existía nada que hacer en este momento, sino mis médicos ya me lo habrían comunicado.
Un fin de semana que quería pasar con ella feliz, sin pensar en nada malo se convirtió en algo que prefería olvidar. Discutimos por primera vez y eso hizo que pasáramos la noche separados. Quería olvidar, acabar la noche de la mejor forma posible y no pensar. En unas horas volvería a la academia y nadie sabía el tiempo que estaríamos sin vernos esta vez. Esos pensamientos me entristecían, me reconcomían por dentro y me sentía muy mal por haber discutido con ella. Ahora más que nunca la necesitaba, y es cierto, quizá fuera egoísta por quererla a mi lado, pero ella era la única que conseguía que yo olvidara y quisiera ser feliz, pero a su lado.
Cuando llamaron al timbre imagine que era ella. Pensaba llamarla y se me había anticipado, mientras yo preparaba el salón de mi casa con velas y algunas flores frescas del jardín. También enfrié una botella de vino y tenía dos copas listas para ser servidas junto al sofá. Imagine que ella, al igual que yo también tendría remordimientos de nuestra discusión y deseábamos hacer las paces lo antes posible, de ahí que se adelantara a mis hechos. Pero los nervios me gastaron una mala pasada, le hable mal y no se lo merecía. Cuando viera su reacción sabría cómo comportarme, aunque estaba claro que aquello se merecía una disculpa por mi parte.
Inhale todo el aire que pude para llenarme de confianza y fuerza, fui a la puerta y la abrí sin pensar. Efectivamente, era ella, con una simple camiseta púrpura y un vaquero que se aferraba a sus piernas como un guante. Estaba tan preciosa, como siempre… pero faltaba algo… le faltaba una sonrisa, esa que siempre llevaba puesta, y hoy no estaba, había desaparecido por mi culpa.
- Hola – me saludo seria.
- Hola – respondí haciéndome a un lado para dejar que entrara. Me sentía como un auténtico patán, yo preparando una cita romántica cuando estábamos los dos bastante tristes.
- Rick yo… - intento iniciar una conversación, pero como buen caballero, debía disculparme yo primero.
- Lo siento. Perdona por cómo te hable antes Kate. En serio, me comporte mal contigo, pero aun reacciono mal ante el tema de mi lesión, e intento evitarlo para no remover el dolor que me causa. Lo comprendes ¿verdad?
- Pero…
- No, por favor. Olvídalo, me comporte como un crio, lo sé. Vamos a dejarlo y disfrutemos del tiempo del que disponemos - dije casi suplicándole – es muy poco y no es justo que lo desperdiciemos con discusiones. ¿Me perdonas?
Entendí que ella quería decir algo, pero asintió con la cabeza sin hablar. Se abrazó a mí con tanta fuerza que me sorprendió. Pero le devolví el abrazo, envolviéndola con mis brazos al tiempo que la atraía hacia mi cuerpo, para sentirla por entero.
- Yo también lo siento.
- Shh… no ha sucedido, ¿vale? Disfrutemos de la noche - dije sonriendo y dándole pasó al salón donde vio toda la parafernalia que organice antes de su llegada.
- ¿Pero qué has hecho Rick? Estás loco – dijo con la boca abierta al ver todos los globos con flores y las velas iluminando la estancia y dándole un toque romántico - ¿Qué has preparado?
- No es nada, solo unas copas de vino - dije prendiendo su mano para acceder a la estancia juntos. Me senté en el sofá y de un certero “tirón” la senté sobre mis piernas
- No me gusta que estemos enfadados, me pone muy triste.
- A mí tampoco me gusta cariño - dije dejando un beso en su hombro.
- Había pensado que este fin de semana sería distinto.
- Aun podemos hacerlo distinto – dije con una sonrisa de lado a lado, sonrisa que me devolvió besándome la punta de la nariz.
El beso fue bajando despacio, primero su labio superior, mientras ella se quedaba esperando que fuera a más. Me separé despacio solo un segundo para volver a besarla pero esta vez su labio inferior y acabar atrapándolo lo que la hizo suspirar de anticipación.
Me separé de nuevo, quedando muy cerca de sus labios, sin tocarlos. Sentíamos la respiración el uno del otro como se mezclaba. Pero esa diminuta separación duro poco, hasta que no soporto más el ansia y Kate se abrazó a mi cuello para empujar mi cabeza hacia la suya, atrayéndome a un beso que me dejo sin respiración.
Su lengua en mi boca, investigaba cada pequeño rincón, mientras yo la dejaba hacer. Hasta que fue mi turno. Explore su boca, pero no me detuve ahí y seguí por su mandíbula hasta llegar a su pulso y allí me detuve hasta que deje buena muestra de mi afecto.
- Rick – protesto arrugando el ceño, pero sin separarse de mí contacto.
- Solo quiero que me recuerdes durante toda la semana - dije sonriéndole mientras Kate suspiraba en mi cuello – tú y todo aquel que se acerque.
- Entonces creo que tendré que hacer algo para que tú también me recuerdes a mí - dijo muy sensual. Me imagine con jersey de cuello alto durante toda la semana, pero sus intenciones iban más allá de mi cuello.
Se levantó de mis piernas y me empujó con sus dedos apoyados en mi pecho hasta que mi espalda toco el respaldo del sofá. Cuando estuve recostado mirándola fijamente, vi como sus ojos refulgían cual pantera a punto de atacar a su presa. Me había dejado boquiabierto y la boca se me estaba secando. Todo lo contrario de otro punto algo más abajo. Aquello me estaba poniendo a cien. No sé qué tenía esa mujer, solo una mirada y yo ya estaba dispuesto para lo que quisiera hacer o que le hiciera.
No perdió en ningún momento el contacto visual, me miraba fijamente mientras sus manos, adiestradas sabiamente, seguían su trabajo, desabrochando la cintura del pantalón vaquero. Una vez que encontró lo que buscaba, se dedicó a juguetear con mi miembro ya erecto ante la próxima afrenta. Sus toques eran suaves y con cada uno de ellos, una descarga eléctrica cruzaba mi espalda. Después con sabios movimientos, se deshizo de todas las barreras y sin saber cómo, mi pantalón y mi bóxer habían desaparecido. Y digo que no se como, porque en esos momentos, yo me concentraba en no dejar de respirar, soy un hombre y no podemos hacer dos cosas a la vez, nuestro cerebro no da para más y la tortura a la que era sometido, me tenía totalmente ausente de mi persona. Disfrutaba sus toques, sus caricias, sus suaves besos y lengüetazos. Aquella situación se estaba escapando de mis manos, hacía rato que la cordura desapareció y ronroneaba cual gatito frente a un plato de leche, al tiempo que suspiraba para que aquello no acabara antes de empezar. Tenía las manos frías, pero precisamente ese tacto helado junto al calor que desprendía esa parte de mi cuerpo era tremendamente excitante.
- Kate… esto es una nueva tortura china… tienes las manos heladas.
- ¿Ah sí? - dijo con una cara de pícara - ¿Quieres que pare?
- No, nunca, sigue… no pares por Dios – le suplique.
Mi miembro entre sus manos subía y bajaba de forma rápida, de la base hasta su fin, a veces estrechando las manos, a veces aflojándolas. Yo estaba ya fuera de si y mis manos apretaban fuertemente el sofá para soportar aquello y que no acabara de forma precipitada. Ella sonreía al ver mi cara contraída por el placer.
- Creo que voy a parar… parece que no te gusta – dijo mientras no me perdía de vista.
- Ni se te ocurra… no ahora – le respondí abriendo los ojos y contemplando la escena que tenía frente a mí - Kate… no creo que…
Iba a decirle que no aguantaría el embiste mucho tiempo más cuando vi como sus manos bajaban hasta mis testículos y los amasaban, mientras su boca ocupaba el lugar abandonado. La sensación fue tan fuerte que grite una maldición en voz alta, cosa que le hizo mucha gracia.
- Maldita sea Kate… ¿Dónde has aprendido esto? ¡Dios! –
- ¿Acaso te aburre? – respondió delicadamente, pero sin abandonar su tarea.
Y no se apiado de mí, sino que siguió con su tortura. A su boca se unían sus manos en mi escroto, estrujando y masajeando la zona, a lo que solo podía responder gimiendo debido al temblor que invadió mis piernas, y luego subió a mi estómago, estaba sometido a tal presión que estaba a punto de descargar en su boca, pero quería sentirme dentro de ella, que disfrutara tanto como yo ese momento, que compartiéramos el maravilloso orgasmo que se avecinaba y que estaba más cerca en cada movimiento suyo.
- Nena… ven – dije tirando de ella para que me soltara. Aquello era maravilloso, pero quería compartirlo con ella, se lo merecía por lo que me había hecho sentir – Quiero disfrutarlo contigo, por favor… Ven mi amor, vamos a cruzar el arcoíris juntos.
Eso le hizo mucha gracia y abandono su posición riendo mientras se iba despojando de su ropa. Mientras y sin perder de vista el maravilloso espectáculo que era su cuerpo, alcance mis pantalones, donde recordaba llevar un preservativo, que halle y me puse. Intentaba mantenerme en calma, pero con la vista que tenía era complicado. Era perfecta, todo su cuerpo estaba proporcionado y la academia había forjado sus piernas y brazos. Estaba algo más musculada y también su vientre se aplano en ese interludio de tiempo que no compartimos.
Yo seguía agarrando fuertemente los cojines del sofá, para aguantar la tensión. Cuando lentamente, tomo posición y sentándose sobre mi erección paso a formar parte de mi. La sensación fue tal que me estremecí de pies a cabeza, no quedo ni un solo poro de mi piel sin erizar. Mientras se acomodaba a mi tamaño, desabotonaba mi camisa y los roces de sus dedos en el vello de mi pecho eran suaves descargas eléctricas que me invadían. Intentaba imprimir movimiento, pero no me lo permitía. Sus caderas me tenían preso, mientras me besaba el cuello y el pecho dejando un recorrido húmedo a su paso.
La notaba tan húmeda y preparada para mí que no dejaba de sorprenderme. Casi ni la había tocado y estaba preparada para recibirme. Eso solo podía indicar una cosa, ella disfrutaba tanto como yo de esos momentos. Después de unos movimientos de sus caderas yo estaba al borde del final y no quería, pero era una sensación tan maravillosa que debía permitir que culminara. Temía por no complacerla a ella, pero sus jadeos y su respiración me indicaban que los dos estamos cruzando el mismo terreno.
Nuestro galope fue incrementando su velocidad y aquello acababa, quise ayudarla y busque entre nuestros cuerpos hasta que encontré el botón exacto donde aplicar una leve presión y al notar como su interior se abrazaba a mí, yo también termine llegando al orgasmo más impresionante que he vivido jamás. Escuche su grito junto a mi oído, al igual que ella escucho el mío y terminamos los dos rendidos apoyados el uno en el otro, compartiendo sudor, respiración y aliento.
- Ha sido… - dijo entre suspiros con la respiración entrecortada.
- Impresionante - dije acabando la frase por ella.
- Totalmente.
- Kate, no sé qué haces conmigo… soy adicto a tu piel.
- Eso espero - dijo golpeándome el pecho.
- Será mejor que nos vayamos a la cama - dije y vi como Kate me miraba extrañada - ¿O prefieres que llegue mi madre y nos vea así? Creo que esto superaría a las otras dos veces que hemos sido pillados “in fraganti” – le dije sacándole los colores imaginando la situación.
La agarré con fuerza por la cintura levantándola y lleve hasta la cama. Pare en el baño, me deshice del preservativo, me asee y volví al salón a recuperar la ropa esparcida por la habitación.
Cuando volví a la habitación Kate estaba confortablemente acurrucada y tapada con la sabana, mirando mis movimientos por la habitación. Sonreía y no perdía de vista cierta parte de mi anatomía.
- ¿Te gusta lo que ves? – pregunte al pillarla mirándome descaradamente.
- No está mal… - respondió torciendo el labio.
- Serás… - eso provoco un ataque indiscriminado de cosquillas por mi parte al que ella respondió gritando cada vez que alcanzaba algún punto estratégico.
- Para Rick, para… - decía entre carcajadas – No, ahí no, por favor… para…
Y al ver que ya no soportaba más, la bese. Era algo tan grande lo que sentía por ella, que ninguna palabra podía explicarlo.
- Anda, ven aquí conmigo – le dije preparándome para que acercara su espalda a mi pecho. Desnudos, sin estorbos más que el de la sabana cubriéndonos, fuimos relajándonos y dejando que todas nuestras terminaciones nerviosas, activas aun por los momentos vividos.
- Buenas noches.
- Buenas noches cariño.
Cerré los ojos y di gracias a quien tuviera que dárselas por tener la oportunidad de disfrutarla, y de disfrutar de esto que teníamos y que había llenado mi vida, vacía de sentido semanas atrás.
CONTINUARÁ…
Que tengáis un gran fin de semana, nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
se han reconciliado y de que manera!!!!!!!!
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 23
Buenos días a todos. Ayer no pude subir avise por twitter que es por el único medio que tengo para poder informaros cuando pasan cosas así. Pero ayer también prometí que el capítulo de ayer lo subiría hoy y lo prometido es deuda.
Gracias a todos por ser comprensibles y pacientes.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 23
POV KATE
Abrí los ojos al notar unos labios besándome la espalda desnuda y durante unos breves instantes recordé la noche que había pasado con él. Ojala solo fuera la primera de muchas, no quería dejarlo escapar, porque nunca había sentido lo que sentía con esa magnífica persona que era Richard Castle.
Cuando esos suaves labios pasaron al hombro, me estremecí, pero cuando llegaron al cuello, despertaron mis sentidos, y algo más.
- Mira, el caballero se despertó juguetón… bien, eso me gusta – dije dándome la vuelta para verlo cara a cara - Buenos días dormilón.
- Buenos días – dijo cerrando los ojos para disfrutar más profundamente del beso que le di - Me encanta despertar y ver que estas a mi lado.
Pasé mi mano por su mandíbula donde crecían ya unos pocos pelos. Me gustaba así, algo más desenfadado, pero nunca se lo había dicho. Me gustaba recién levantado con el pelo revuelto, los ojos aún medio cerrados pero que dejaban ver un atisbo de ese azul tan impresionante que me recordaba el mar.
Le acaricié tiernamente la cara y él cerro los ojos para disfrutar mejor la caricia. Parecía tan necesitado de comprensión, y verlo así, tan normal, tan accesible, tan tierno, tan guapo… Me dejaba ver que quizás era la mitad que necesitaba en mi vida. No me consideraba la mitad de nada, pero si algo me faltaba, era un hombre como él, que complementara mis fallos o defectos. O quizá quien me animara a llevar a cabo una locura en mis rachas donde la cordura era todo.
- Me encanta estar así… tranquilos, relajados, sin pensar. Nunca había estado así con nadie, con esa total tranquilidad y confianza.
- ¿Y no te parece que ya era hora? - dijo sacando una risita de mis labios.
- Mira quien fue a hablar, según tu madre, no te conocía novia. ¿Demasiado ocupado para buscar? o quizá ¿poco interesado en hacerlo?
- Sera que te esperaba a ti - dijo cambiando su semblante a persona seria, aunque fuera difícil tomarlo en el serio con el pelo tan desordenado y con esos ojitos de sueño.
- Buena respuesta, es más, creo que es la mejor que me han dado.
- Claro… por eso estás conmigo, porque soy el mejor.
- No necesitas abuela ¿verdad cariño? - dije riéndome.
- ¿Qué? ¿Acaso dudas de mí? Soy o no el mejor, venga no puedes negarlo - dijo haciéndose el enojado.
- No tengo dudas al respeto - dije antes de besarlo.
Porque desde que le conocía, no solo había sacado el coraje para hablar con mi padre y hablarle de mi sueño, sino que además, estaba en la academia de policía y tenía a un hombre maravilloso a mi lado. Alguien por quien seguir viviendo, y esperando los fines de semana de permiso para vernos. Porque me hacía sentir única y especial, porque además, estaba la premisa de nuestra compatibilidad en el sexo, con él siempre estaba dispuesta y siempre salía satisfecha y no con algún otro que prefería olvidar. Y porque no me cansaba nunca de besarlo, porque su boca siempre me sabía bien y siempre me trasmitía tranquilidad, cariño, estima, dulzura… Demasiado bonito, pero si, había encontrado al hombre perfecto para mí. Y temía perderlo.
- Te quiero – dijo, como si hubiera estado viendo fotograma a fotograma mis pensamientos, mis temores y afirmaciones. Porque en ellos, estaba esa afirmación, aunque no usara exactamente esas palabras. Estaba claro que yo también tenía esos sentimientos hacia él y que a lo mejor no los había expresado por miedo.
Sin duda yo también lo quería, y sabía que algún día deberíamos expresar y explicar cómo nos sentíamos. Pero escucharlo en sus labios, decirlo era como si de repente todo fuera mucho más real, más palpable, más sólido. Y eso me asusto.
- Kate ¿estás bien? - dijo al ver que yo no respondía.
- Si… si todo bien, solo que yo… - lo podía explicarle mis miedos a ese hombre que me había abierto el corazón.
- No hace falta que digas nada, pero yo, veras, necesitaba decírtelo, quería que supieras lo que siento por ti. Esto no es algo casual o pasajero, yo hace tiempo que sentía cosas y ahora pensé que era un buen momento para decírtelas.
- Pero yo…
- No, tranquila, comprendo que tu no puedas sentir igual… - estaba tergiversando mi silencio y no quería martirizarlo más, así que le puse un dedo delante de los labios para que callara.
- Déjame hablar – le dije sonriéndole – solo es que no esperaba que me lo dijeras ahora, en este momento. Lo cierto es que mientras me besabas estaba pensando en eso, en lo bien que estamos juntos, en cómo nos complementamos, en como sabes lo que quiero y necesito sin que yo te lo diga. Imagino que es lo mismo que has dicho tú, pero con otras palabras. Aunque en el fondo, es lo mismo, que yo también te quiero, que eres muy importante para mi Rick… quiero que lo sepas.
- Lo sé - dijo cuándo le quite la mano de su boca y vi esa sonrisa emocionada.
Rick rodó quedando encima de mí atrapándome con su cuerpo en la cama. Pero al girar la vista vi el reloj y comprendí el día que era y esa mañana tenía un compromiso muy importante, por lo que me separé de él empujándole con mi mano en su pecho.
- Rick…
- ¿Qué? – dijo mirándome extrañado.
- Vamos a llegar tarde… te recuerdo que tienes partido.
- Me da igual… no puedes hablarme de eso cuando te tengo así - dijo casi con un gruñido de frustración.
- Venga campeón, levántate - dije imponiendo un poco de cordura al momento, golpeándole suavemente con la almohada mientras me levantaba desnuda de la cama. Cuando me gire para buscar mi ropa interior, le vi quieto en la cama, mirándome fijamente.
- Se acabó el espectáculo – le dije mientras le señalaba el baño - a la ducha – le dije entrando en el baño en primer lugar.
Llegamos al partido entre risas, cogidos de la mano, hablando tranquilamente de cualquier banalidad. Parecíamos dos adolescentes enamorados, besándonos a cada momento sin mediar excusa de por medio. Éramos felices y nos gustaba demostrarlo.
- Katie… Katie… - escuché como me llamaban a mi espalda, conocía esa voz muy bien. Era mi pequeña que venía corriendo hacia mí. La cogí en brazos y la abracé con todas mis fuerzas. Era mi niña, a su temprana edad había vivido demasiado y ahora era feliz jugando a futbol. Además, era la personita más importante de mi vida, aunque ahora tuviera a Rick, ella siempre estaría ahí, y en la academia la extrañaba muchísimo.
- Hola princesa. ¿Lista para jugar?
- Si… Hoy vamos a ser los mejores desde el principio. Haremos todo lo que nos ha dicho Rick y ganaremos, seguro – dijo chocando la mano con Rick que la escucho hacer esa afirmación y sonrió feliz.
Me gustaba verlos así, que tuvieran cosas en común y que se tuvieran el uno al otro. Ya que yo les faltaba, al menos ellos podían seguir viéndose y jugando juntos. Además, Rick la llevaba a casa después del entreno y así de paso ayudaba a mi padre y yo se lo agradecía de corazón.
- Venga vamos - dijo Rick dándole una patada en el culo de forma divertida - espero que nos animes mucho.
- Eso no lo dudes – le respondí guiñándole un ojo.
- ¿Qué me das si ganamos? – me pregunto al oído cuando me acerque a desearle suerte y darle un último beso.
- ¿Yo? Serás tú si acaso, quien me tenga que dar algo a mi… yo vengo a animarte… lo menos que puedes hacer es recompensarme por ello.
- Mmm, cierto. Pensaré en algo… todavía nos queda una noche por delante.
- A ver si me demuestras lo ingenioso que eres – le dije mientras me gruñía en respuesta.
Los deje a los dos camino de vestuarios donde se reunirían todos y yo después de preguntar le Sophie he ubicar a mi padre, fui en su busca. Me costó un poco, pues las gradas del colegio estaban llenas, pero finalmente di con él.
- Hola cariño, te veo contenta. Habéis hablado.
- Papa…
- No se lo has contado ¿verdad?
- No quiere hablar del tema. Cuando le llamen será el quien tome la decisión y yo no tendré nada que ver con eso.
- Kate eso es ir por la espalda y tú siempre has dado la cara frente a la adversidad.
- Ahora estamos bien, yo solo tengo unos días de permiso, déjame disfrutarlos, por favor. Que yo haya mediado para que le tengan en cuenta para el programa de prueba, no quiere decir que vayan a llamarle y si lo llaman finalmente, el será quien tome la decisión. Así que no voy a decirle nada.
- Bien… - dijo levantando las manos dándose por vencido - pero si le llaman y acepta, y se recupera y vuelve a Europa, entonces será tarde para arrepentirse y puede que lo pierdas.
- Eso son muchos peros Papa… ya se verá. Vamos a disfrutar del partido.
Quise poner atención al partido, pero mi mente estaba en otro lado. Le estaba guardando un secreto y eso no me parecía bien, pero en estos momentos no tenía el suficiente valor para afrontarlo. Como dijo en la película “Lo que el viento se llevó” Scarlata O´hara, ya lo pensare mañana, ahora quería disfrutar el momento.
El partido fue mucho mejor que el primero, lo cierto es que habían mejorado y cuando consiguieron meter un gol, fue todo una victoria para ellos, se les veía muy contentos. Pero siguió la segunda parte y a pesar de ver muy cansados a los chicos, Rick no dejaba de animarlos y cuando estaba a punto de finalizar el partido, los del equipo contrario marcaron y acabo el partido con un empate, aunque a los chicos les supo a victoria.
Fue un partido duro y en el que los dos equipos habían trabajado mucho, sudaban y a pesar del cansancio, se les veía felices, contentos de haber cumplido con lo que les había enseñado su entrenador, quien también estaba contento de haber conseguido no solo ese gol, sino ver a los chicos felices por haber jugado.
- Hola - dijo acercándose a mí y besándome con cara de felicidad. No le conocía aun esa cara de plenitud, de alegría por el trabajo bien hecho. Estaba pletórico y se veía en sus ojos - ¿Has visto que bien jugaron los chicos?
- Si, ya lo he visto… lo habéis hecho genial - dije volviendo a besarlo.
- Eso ha sido gracias a ti… nos has traído suerte, a partir de hoy no puedes perderte ningún partido - dijo abrazándome.
- Venga Rick, no seas niño, el primer partido vine y perdisteis.
- Bueno, pero eso día… yo no sabía que estabas, así que no cuenta. No sabes lo que ayuda que este tu chica… tenía que saber que estabas para poder impresionarte.
- Eres un caso - dije riéndome mientras volvía a besarlo.
- Katie ¿has visto? – dijo Sophie que había venido junto a nosotros después de celebrar el empate con sus amiguitos.
- Si cariño, habéis jugado muy bien. Ahora vamos a celebrarlo ¿quieres?
- Si - dijo saltando y gritando feliz.
Esa era mi familia, y verlos a todos juntos, sonriendo me hizo sentirme especial, importante, afortunada por tenerlos.
Después de que Sophie y Rick fueran a ducharse y recoger sus cosas, nos fuimos a un Burger cercano para cumplir con la promesa que le hice a mi hermanita. Gracias a la ayuda de Rick con la niña, mi padre y estaban cogiendo confianza y eso me encantaba. Verlos juntos, hablando y compartiendo anécdotas, era algo estupendo. Mis dos hombres eran perfectos. No podía pedir más.
- ¿Papa, has visto como Thomas ha marcado el gol? Todos hemos jugado muy bien ¿a que si Rick?
- Lo habéis hecho genial todos, estoy muy orgulloso de vuestros avances.
- El próximo partido, lo ganamos - dijo muy segura mi pequeña.
- Seguro, si jugáis como hoy, ganaremos - dijo Rick acariciándole la cabeza.
De repente sonó el teléfono de Rick y este lo miró algo extrañado. Lo veía como muy extrañado al leer el nombre de la pantalla del móvil.
- Lo siento… debo responder, es de la federación. - dijo levantándose para retirarse y no molestarnos con su conversación.
- Ahí está la tormenta - dijo mi padre mirándome, y lo sabía, tenía razón, esa era la temida llamada que estaba esperando que recibiera desde que decidí que al igual que yo, él también tenía derecho a luchar por sus sueños y que si no lo hacía, parte de él, moriría y no quería verlo resentido el día de mañana por lo que pudo haber sido y no fue. Él también se merecía luchar por su sueño.
Solo suplicaba al cielo, no haberme equivocado poniendo su nombre en la lista de voluntarios para probar una nueva técnica en la curación de tendones y músculos de deportistas.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir leyendo, nos vemos mañana con un nuevo capítulo.
Por cierto para los que preguntáis son 42 capítulos la historia. Vamos por un poco más de la mitad.
Gracias de nuevo y que paséis un gran día.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias a todos por ser comprensibles y pacientes.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 23
POV KATE
Abrí los ojos al notar unos labios besándome la espalda desnuda y durante unos breves instantes recordé la noche que había pasado con él. Ojala solo fuera la primera de muchas, no quería dejarlo escapar, porque nunca había sentido lo que sentía con esa magnífica persona que era Richard Castle.
Cuando esos suaves labios pasaron al hombro, me estremecí, pero cuando llegaron al cuello, despertaron mis sentidos, y algo más.
- Mira, el caballero se despertó juguetón… bien, eso me gusta – dije dándome la vuelta para verlo cara a cara - Buenos días dormilón.
- Buenos días – dijo cerrando los ojos para disfrutar más profundamente del beso que le di - Me encanta despertar y ver que estas a mi lado.
Pasé mi mano por su mandíbula donde crecían ya unos pocos pelos. Me gustaba así, algo más desenfadado, pero nunca se lo había dicho. Me gustaba recién levantado con el pelo revuelto, los ojos aún medio cerrados pero que dejaban ver un atisbo de ese azul tan impresionante que me recordaba el mar.
Le acaricié tiernamente la cara y él cerro los ojos para disfrutar mejor la caricia. Parecía tan necesitado de comprensión, y verlo así, tan normal, tan accesible, tan tierno, tan guapo… Me dejaba ver que quizás era la mitad que necesitaba en mi vida. No me consideraba la mitad de nada, pero si algo me faltaba, era un hombre como él, que complementara mis fallos o defectos. O quizá quien me animara a llevar a cabo una locura en mis rachas donde la cordura era todo.
- Me encanta estar así… tranquilos, relajados, sin pensar. Nunca había estado así con nadie, con esa total tranquilidad y confianza.
- ¿Y no te parece que ya era hora? - dijo sacando una risita de mis labios.
- Mira quien fue a hablar, según tu madre, no te conocía novia. ¿Demasiado ocupado para buscar? o quizá ¿poco interesado en hacerlo?
- Sera que te esperaba a ti - dijo cambiando su semblante a persona seria, aunque fuera difícil tomarlo en el serio con el pelo tan desordenado y con esos ojitos de sueño.
- Buena respuesta, es más, creo que es la mejor que me han dado.
- Claro… por eso estás conmigo, porque soy el mejor.
- No necesitas abuela ¿verdad cariño? - dije riéndome.
- ¿Qué? ¿Acaso dudas de mí? Soy o no el mejor, venga no puedes negarlo - dijo haciéndose el enojado.
- No tengo dudas al respeto - dije antes de besarlo.
Porque desde que le conocía, no solo había sacado el coraje para hablar con mi padre y hablarle de mi sueño, sino que además, estaba en la academia de policía y tenía a un hombre maravilloso a mi lado. Alguien por quien seguir viviendo, y esperando los fines de semana de permiso para vernos. Porque me hacía sentir única y especial, porque además, estaba la premisa de nuestra compatibilidad en el sexo, con él siempre estaba dispuesta y siempre salía satisfecha y no con algún otro que prefería olvidar. Y porque no me cansaba nunca de besarlo, porque su boca siempre me sabía bien y siempre me trasmitía tranquilidad, cariño, estima, dulzura… Demasiado bonito, pero si, había encontrado al hombre perfecto para mí. Y temía perderlo.
- Te quiero – dijo, como si hubiera estado viendo fotograma a fotograma mis pensamientos, mis temores y afirmaciones. Porque en ellos, estaba esa afirmación, aunque no usara exactamente esas palabras. Estaba claro que yo también tenía esos sentimientos hacia él y que a lo mejor no los había expresado por miedo.
Sin duda yo también lo quería, y sabía que algún día deberíamos expresar y explicar cómo nos sentíamos. Pero escucharlo en sus labios, decirlo era como si de repente todo fuera mucho más real, más palpable, más sólido. Y eso me asusto.
- Kate ¿estás bien? - dijo al ver que yo no respondía.
- Si… si todo bien, solo que yo… - lo podía explicarle mis miedos a ese hombre que me había abierto el corazón.
- No hace falta que digas nada, pero yo, veras, necesitaba decírtelo, quería que supieras lo que siento por ti. Esto no es algo casual o pasajero, yo hace tiempo que sentía cosas y ahora pensé que era un buen momento para decírtelas.
- Pero yo…
- No, tranquila, comprendo que tu no puedas sentir igual… - estaba tergiversando mi silencio y no quería martirizarlo más, así que le puse un dedo delante de los labios para que callara.
- Déjame hablar – le dije sonriéndole – solo es que no esperaba que me lo dijeras ahora, en este momento. Lo cierto es que mientras me besabas estaba pensando en eso, en lo bien que estamos juntos, en cómo nos complementamos, en como sabes lo que quiero y necesito sin que yo te lo diga. Imagino que es lo mismo que has dicho tú, pero con otras palabras. Aunque en el fondo, es lo mismo, que yo también te quiero, que eres muy importante para mi Rick… quiero que lo sepas.
- Lo sé - dijo cuándo le quite la mano de su boca y vi esa sonrisa emocionada.
Rick rodó quedando encima de mí atrapándome con su cuerpo en la cama. Pero al girar la vista vi el reloj y comprendí el día que era y esa mañana tenía un compromiso muy importante, por lo que me separé de él empujándole con mi mano en su pecho.
- Rick…
- ¿Qué? – dijo mirándome extrañado.
- Vamos a llegar tarde… te recuerdo que tienes partido.
- Me da igual… no puedes hablarme de eso cuando te tengo así - dijo casi con un gruñido de frustración.
- Venga campeón, levántate - dije imponiendo un poco de cordura al momento, golpeándole suavemente con la almohada mientras me levantaba desnuda de la cama. Cuando me gire para buscar mi ropa interior, le vi quieto en la cama, mirándome fijamente.
- Se acabó el espectáculo – le dije mientras le señalaba el baño - a la ducha – le dije entrando en el baño en primer lugar.
Llegamos al partido entre risas, cogidos de la mano, hablando tranquilamente de cualquier banalidad. Parecíamos dos adolescentes enamorados, besándonos a cada momento sin mediar excusa de por medio. Éramos felices y nos gustaba demostrarlo.
- Katie… Katie… - escuché como me llamaban a mi espalda, conocía esa voz muy bien. Era mi pequeña que venía corriendo hacia mí. La cogí en brazos y la abracé con todas mis fuerzas. Era mi niña, a su temprana edad había vivido demasiado y ahora era feliz jugando a futbol. Además, era la personita más importante de mi vida, aunque ahora tuviera a Rick, ella siempre estaría ahí, y en la academia la extrañaba muchísimo.
- Hola princesa. ¿Lista para jugar?
- Si… Hoy vamos a ser los mejores desde el principio. Haremos todo lo que nos ha dicho Rick y ganaremos, seguro – dijo chocando la mano con Rick que la escucho hacer esa afirmación y sonrió feliz.
Me gustaba verlos así, que tuvieran cosas en común y que se tuvieran el uno al otro. Ya que yo les faltaba, al menos ellos podían seguir viéndose y jugando juntos. Además, Rick la llevaba a casa después del entreno y así de paso ayudaba a mi padre y yo se lo agradecía de corazón.
- Venga vamos - dijo Rick dándole una patada en el culo de forma divertida - espero que nos animes mucho.
- Eso no lo dudes – le respondí guiñándole un ojo.
- ¿Qué me das si ganamos? – me pregunto al oído cuando me acerque a desearle suerte y darle un último beso.
- ¿Yo? Serás tú si acaso, quien me tenga que dar algo a mi… yo vengo a animarte… lo menos que puedes hacer es recompensarme por ello.
- Mmm, cierto. Pensaré en algo… todavía nos queda una noche por delante.
- A ver si me demuestras lo ingenioso que eres – le dije mientras me gruñía en respuesta.
Los deje a los dos camino de vestuarios donde se reunirían todos y yo después de preguntar le Sophie he ubicar a mi padre, fui en su busca. Me costó un poco, pues las gradas del colegio estaban llenas, pero finalmente di con él.
- Hola cariño, te veo contenta. Habéis hablado.
- Papa…
- No se lo has contado ¿verdad?
- No quiere hablar del tema. Cuando le llamen será el quien tome la decisión y yo no tendré nada que ver con eso.
- Kate eso es ir por la espalda y tú siempre has dado la cara frente a la adversidad.
- Ahora estamos bien, yo solo tengo unos días de permiso, déjame disfrutarlos, por favor. Que yo haya mediado para que le tengan en cuenta para el programa de prueba, no quiere decir que vayan a llamarle y si lo llaman finalmente, el será quien tome la decisión. Así que no voy a decirle nada.
- Bien… - dijo levantando las manos dándose por vencido - pero si le llaman y acepta, y se recupera y vuelve a Europa, entonces será tarde para arrepentirse y puede que lo pierdas.
- Eso son muchos peros Papa… ya se verá. Vamos a disfrutar del partido.
Quise poner atención al partido, pero mi mente estaba en otro lado. Le estaba guardando un secreto y eso no me parecía bien, pero en estos momentos no tenía el suficiente valor para afrontarlo. Como dijo en la película “Lo que el viento se llevó” Scarlata O´hara, ya lo pensare mañana, ahora quería disfrutar el momento.
El partido fue mucho mejor que el primero, lo cierto es que habían mejorado y cuando consiguieron meter un gol, fue todo una victoria para ellos, se les veía muy contentos. Pero siguió la segunda parte y a pesar de ver muy cansados a los chicos, Rick no dejaba de animarlos y cuando estaba a punto de finalizar el partido, los del equipo contrario marcaron y acabo el partido con un empate, aunque a los chicos les supo a victoria.
Fue un partido duro y en el que los dos equipos habían trabajado mucho, sudaban y a pesar del cansancio, se les veía felices, contentos de haber cumplido con lo que les había enseñado su entrenador, quien también estaba contento de haber conseguido no solo ese gol, sino ver a los chicos felices por haber jugado.
- Hola - dijo acercándose a mí y besándome con cara de felicidad. No le conocía aun esa cara de plenitud, de alegría por el trabajo bien hecho. Estaba pletórico y se veía en sus ojos - ¿Has visto que bien jugaron los chicos?
- Si, ya lo he visto… lo habéis hecho genial - dije volviendo a besarlo.
- Eso ha sido gracias a ti… nos has traído suerte, a partir de hoy no puedes perderte ningún partido - dijo abrazándome.
- Venga Rick, no seas niño, el primer partido vine y perdisteis.
- Bueno, pero eso día… yo no sabía que estabas, así que no cuenta. No sabes lo que ayuda que este tu chica… tenía que saber que estabas para poder impresionarte.
- Eres un caso - dije riéndome mientras volvía a besarlo.
- Katie ¿has visto? – dijo Sophie que había venido junto a nosotros después de celebrar el empate con sus amiguitos.
- Si cariño, habéis jugado muy bien. Ahora vamos a celebrarlo ¿quieres?
- Si - dijo saltando y gritando feliz.
Esa era mi familia, y verlos a todos juntos, sonriendo me hizo sentirme especial, importante, afortunada por tenerlos.
Después de que Sophie y Rick fueran a ducharse y recoger sus cosas, nos fuimos a un Burger cercano para cumplir con la promesa que le hice a mi hermanita. Gracias a la ayuda de Rick con la niña, mi padre y estaban cogiendo confianza y eso me encantaba. Verlos juntos, hablando y compartiendo anécdotas, era algo estupendo. Mis dos hombres eran perfectos. No podía pedir más.
- ¿Papa, has visto como Thomas ha marcado el gol? Todos hemos jugado muy bien ¿a que si Rick?
- Lo habéis hecho genial todos, estoy muy orgulloso de vuestros avances.
- El próximo partido, lo ganamos - dijo muy segura mi pequeña.
- Seguro, si jugáis como hoy, ganaremos - dijo Rick acariciándole la cabeza.
De repente sonó el teléfono de Rick y este lo miró algo extrañado. Lo veía como muy extrañado al leer el nombre de la pantalla del móvil.
- Lo siento… debo responder, es de la federación. - dijo levantándose para retirarse y no molestarnos con su conversación.
- Ahí está la tormenta - dijo mi padre mirándome, y lo sabía, tenía razón, esa era la temida llamada que estaba esperando que recibiera desde que decidí que al igual que yo, él también tenía derecho a luchar por sus sueños y que si no lo hacía, parte de él, moriría y no quería verlo resentido el día de mañana por lo que pudo haber sido y no fue. Él también se merecía luchar por su sueño.
Solo suplicaba al cielo, no haberme equivocado poniendo su nombre en la lista de voluntarios para probar una nueva técnica en la curación de tendones y músculos de deportistas.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir leyendo, nos vemos mañana con un nuevo capítulo.
Por cierto para los que preguntáis son 42 capítulos la historia. Vamos por un poco más de la mitad.
Gracias de nuevo y que paséis un gran día.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
capítulo 24
Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo. Gracias a todos por leer y dejar vuestros comentarios.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 24
POV KATE
A su vuelta, no dio ninguna explicación, siguió todo como si tal cosa, como si no hubiera pasado nada. Estuvimos celebrando tranquilamente y mientras la tarde avanzaba, mi curiosidad crecía. Nos despedimos de todos y volvimos a su casa para descansar y estar juntos los últimos momentos que nos quedaban, la despedida estaba cerca.
Nos acomodamos en el sofá, abrazados y callados. Hasta no soporte más la intriga y a pesar de no querer mostrar mi conocimiento del tema, tenía que saber que pensaba.
- ¿Estás bien? Estás muy callado.
- Si - dijo besando mi cabeza que estaba apoyada en su hombro.
- Desde la llamada…. estas ausente.
- Nada, no te preocupes, es que no la esperaba.
- ¿Buenas noticias?
- Aún no lo sé.
- Que misterioso estas.
- Kate no estoy preparado para hablar de ello.
- Bueno.
No quería presionarlo, el me apoyo a mí en su momento y ahora era mi turno, fuera cual fuera su decisión, yo estaría a su lado.
- Estoy algo cansado…. será mejor que nos vayamos a dormir - dijo levantándose y ayudándome a mí para que hiciera lo mismo.
Me tumbe a su lado en la cama y enseguida me atrajo hacia su cuerpo cálido. Cerré los ojos y lo abracé con todas mis fuerzas pero tardé demasiado para dormirme.
Al día siguiente el despertador me sobresalto. Había llegado el momento de volver y sería complicado, lo iba a echar de menos…
Me di la vuelta para darle los buenos días, pero no estaba ahí. Me incorpore quedando sentada en la cama, coloque el pelo como pude para evitar que me tapara la cara y me levanté en su búsqueda.
Lo encontré en la cocina preparando el desayuno y eso me hizo sonreír. Me acerque despacio a donde se encontraba hasta llegar a su espalda y abrazarme a él como si fuera un salvavidas.
- Hola cariño.
- Hola - dijo girándose y besándome con ganas.
- ¿Y esto? – le pregunte señalando la mesa llena de cosas ricas que había preparado para desayunar.
- Quería hacerte un buen desayuno para que te acordaras de mí.
- Me acuerdo de ti sin nada de esto.
- Lo sé, pero por si acaso, tengo algo para ti. Lo compre hace una semana pero como no pudiste venir pues… - dijo rebuscando en su bolsillo y sacando una caja alargada.
Abrí intrigada la caja y ahí estaba, era preciosa, era una pulsera muy bonita de plata con un colgante de un elefante y una pequeña plaquita que ponía “R&K”.
- Tu hermana me dijo que te gustaban los elefantes - pero no lo deje seguir y me tiré a su cuello agarrándole con fuerza y besándolo - Parece que te ha gustado.
- ¿Parece? Me ha encantado - dije volviendo a besarlo – es maravillosa Rick.
- Recuérdame que tenga más detalles de estos - dijo haciéndome reír – me gusta tu reacción.
- Muchas gracias. Me encanta - dije dándosela para que me ayudara a ponérmela.
-Bien ahora vamos a desayunar que ya es hora-dijo golpeándome suavemente el culo.
Cuando llego la hora de la despedida, me di cuenta de dos cosas. Que era la vez que más me estaba costando separarme de él y otra cosa fue que la próxima vez que saliera quizás todo hubiera acabado y que me quedaba muy poco tiempo para estar con él. Tenía tantas preguntas en la cabeza.
POV RICK
¡Me costó tantísimo separarme de ella! y noté que a ella le pasaba igual. Cada vez se hacía más complicado pensarlo y por supuesto llevarlo a cabo.
Esa es una de las cosas que me estaba golpeando con fuerza cuando pensaba en aquella llamada. No sabía si estaba preparado, quizás ya me había hecho a la idea de seguir la vida tal cual la tenía ahora.
Entré en casa y fui directo a por mí café, porque necesitaba pensar y que mejor que con un buen café para hacerlo. Fui recordando la llamada… esa llamada que podía poner mi vida patas para arriba.
“Cuando vi quién era el que me llamaba me quedé completamente paralizado. Hacía ya casi un mes que no sabía de él… desde que decidí volver a casa y dejar todo atrás… desde que me di por vencido.
- ¿Castle?
- Si soy yo – respondí cogiendo aire.
- Parece que ha pasado un mundo desde que…
- Desde que me fui.
- Si. Te he echado de menos hermano.
- ¡Oh! me llamas para saludar… me alegro, pensé que te habías olvidado de mí.
- He tenido mucho trabajo, lo siento…
- Bien.
- Pero la verdad es que te llamaba por trabajo.
- ¿Trabajo? ¿Desde cuando un maestro necesita representante?
- No es por eso. Estoy en Nueva York y me gustaría hablar contigo.
- No tengo nada de…
- ¡Vamos Castle! somos amigos. Tengo que contarte algo que puede que te interese.
- No creo…
- No digas nada hasta que me hayas escuchado.
- Puedes decírmelo ahora.
- ¿Por teléfono?
- Si… si quieres tener alguna oportunidad de que te escuche dímelo ahora.
- Vale, vale. He encontrado un laboratorio que está haciendo experimentos sobre lesiones como la tuya y me gustaría que hablaras con ellos, ellos creen que pueden conseguir curarte Rick… podrías volver a jugar - sentí una patada en todo el estómago ¿porque ahora? ¿Porque me salía con estas? - Castle ¿Estás ahí?
- No puedo, no quiero, no estoy preparado.
- Rick escúchame. Solo tienes que ir. Hacerte unas pruebas y puedes volver a seguir con tu sueño.
- No quiero volver ahí, tú más que nadie sabes por lo que pase, no puedo volver a llevarme una desilusión.
- Castle no tienes nada que perder. Si lo consigues… - pero y si no quería conseguirlo ahora.
- No lo sé…
- Bien, te llamo en un par de días, si tú no me llamas antes. Pero te prometo que tienes muchas posibilidades de recuperarte y podrás volver enseguida a Europa, cualquier equipo te querría. Lucha Rick y lo conseguirás.
- Te llamaré.
- Bien, espero tu llamada y si no la hare yo. Piénsalo tío, esto puede cambiar tu vida.
No sabía lo que podía llegar a cambiarme. Si él supiera lo que me había costado estar como estaba ahora, pero luego, estaba la posibilidad de jugar y me volvía loco solamente el pensarlo.
Escuché como abrían la puerta y mi madre apareció frente a mí. Se acercó y se sirvió un café, para sentarse finalmente junto a mí. Pero ese silencio le duro poco.
- ¿Qué tal tu fin de semana? Os he dejado la casa para vosotros solos.
- Sí y te lo agradezco.
- ¿Entonces?
- Muy bien madre.
- Entonces, ¿porque pareces una pasa arrugada?
- Ayer recibí una llamada que me devolvió al pasado.
- ¿Una llamada?
- Si, de Damián Westlake.
- ¿Tu representante?
- Si.
- ¿Qué quería?
-Por lo visto hay un estudio que puede ayudar con mi lesión, cree que podría volver a jugar -dije mirando mi taza, como si ella tuviera la respuesta.
- Pero -dijo y yo la miré extrañado - hay un pero ahí. ¿Por qué no estas contento?
- Creo que ya me había hecho la idea. No sé si quiero volver a ese mundo.
- Cariño, tienes miedo, te conozco. Si solo fuera por eso ya habrías dicho que sí. Es por Kate ¿no?
- Mama yo la quiero…no pensé que podría ser feliz sin el fútbol y lo soy.
- Pero no lo eres del todo.
- No lo sé… solo sé que si dejo pasar esta oportunidad, quizás algún día… me arrepienta, pero no quiero perderla.
- No tienes por qué hacerlo.
- Mama si ya me cuesta verla un par de fines de semanas al mes, imagínate si nos vemos tres o cuatro veces al año. No podría vivir así, no puedo…
- No puedes que… - sabía lo que quería decir, pretendía que me llevara a Kate conmigo.
- No puedo pedirle que se venga conmigo porque dirá que no.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque la conozco y por eso me enamoré de ella, porque lucha por lo que quiere. Tengo miedo de dejar algo tan bonito atrás por algo que no sé si me volverá a hacer feliz.
- Pues eso solo lo puedes solucionar tú. Además quizás no sabes si funcionara. Yo creo que deberías hacerte las pruebas. A parte de tu elección, sea cual sea esta, creo que eso puede ayudarte para tú día a día.
- Entonces…
- Entonces nada hijo. No pienso ayudarte más de lo que ya te he ayudado, esa decisión la tienes que tomar tu solo… aunque creo que en cuanto la tomes, tienes que hablar con ella.
- ¿Cómo sabes que no he hablado con ella?
- Por qué sabías lo que te iba a decir.
- Que aceptase.
- Pues ya sabes su opinión.
- No me vale. Ella nunca permitiría que pasara por alto algo así. Tengo que decidirlo yo, no ella.
- En eso tienes razón, pero una vez que te decidas, no habrá marcha atrás - dijo levantándose y besándome la cabeza antes de salir de la cocina y dejarme allí aún con más dudas de las que tenía anteriormente, pero tenía que darle la razón, solo yo podía tomar esa decisión…
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por llegar hasta aquí y como siempre los mensajes son bienvenidos.
Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 24
POV KATE
A su vuelta, no dio ninguna explicación, siguió todo como si tal cosa, como si no hubiera pasado nada. Estuvimos celebrando tranquilamente y mientras la tarde avanzaba, mi curiosidad crecía. Nos despedimos de todos y volvimos a su casa para descansar y estar juntos los últimos momentos que nos quedaban, la despedida estaba cerca.
Nos acomodamos en el sofá, abrazados y callados. Hasta no soporte más la intriga y a pesar de no querer mostrar mi conocimiento del tema, tenía que saber que pensaba.
- ¿Estás bien? Estás muy callado.
- Si - dijo besando mi cabeza que estaba apoyada en su hombro.
- Desde la llamada…. estas ausente.
- Nada, no te preocupes, es que no la esperaba.
- ¿Buenas noticias?
- Aún no lo sé.
- Que misterioso estas.
- Kate no estoy preparado para hablar de ello.
- Bueno.
No quería presionarlo, el me apoyo a mí en su momento y ahora era mi turno, fuera cual fuera su decisión, yo estaría a su lado.
- Estoy algo cansado…. será mejor que nos vayamos a dormir - dijo levantándose y ayudándome a mí para que hiciera lo mismo.
Me tumbe a su lado en la cama y enseguida me atrajo hacia su cuerpo cálido. Cerré los ojos y lo abracé con todas mis fuerzas pero tardé demasiado para dormirme.
Al día siguiente el despertador me sobresalto. Había llegado el momento de volver y sería complicado, lo iba a echar de menos…
Me di la vuelta para darle los buenos días, pero no estaba ahí. Me incorpore quedando sentada en la cama, coloque el pelo como pude para evitar que me tapara la cara y me levanté en su búsqueda.
Lo encontré en la cocina preparando el desayuno y eso me hizo sonreír. Me acerque despacio a donde se encontraba hasta llegar a su espalda y abrazarme a él como si fuera un salvavidas.
- Hola cariño.
- Hola - dijo girándose y besándome con ganas.
- ¿Y esto? – le pregunte señalando la mesa llena de cosas ricas que había preparado para desayunar.
- Quería hacerte un buen desayuno para que te acordaras de mí.
- Me acuerdo de ti sin nada de esto.
- Lo sé, pero por si acaso, tengo algo para ti. Lo compre hace una semana pero como no pudiste venir pues… - dijo rebuscando en su bolsillo y sacando una caja alargada.
Abrí intrigada la caja y ahí estaba, era preciosa, era una pulsera muy bonita de plata con un colgante de un elefante y una pequeña plaquita que ponía “R&K”.
- Tu hermana me dijo que te gustaban los elefantes - pero no lo deje seguir y me tiré a su cuello agarrándole con fuerza y besándolo - Parece que te ha gustado.
- ¿Parece? Me ha encantado - dije volviendo a besarlo – es maravillosa Rick.
- Recuérdame que tenga más detalles de estos - dijo haciéndome reír – me gusta tu reacción.
- Muchas gracias. Me encanta - dije dándosela para que me ayudara a ponérmela.
-Bien ahora vamos a desayunar que ya es hora-dijo golpeándome suavemente el culo.
Cuando llego la hora de la despedida, me di cuenta de dos cosas. Que era la vez que más me estaba costando separarme de él y otra cosa fue que la próxima vez que saliera quizás todo hubiera acabado y que me quedaba muy poco tiempo para estar con él. Tenía tantas preguntas en la cabeza.
POV RICK
¡Me costó tantísimo separarme de ella! y noté que a ella le pasaba igual. Cada vez se hacía más complicado pensarlo y por supuesto llevarlo a cabo.
Esa es una de las cosas que me estaba golpeando con fuerza cuando pensaba en aquella llamada. No sabía si estaba preparado, quizás ya me había hecho a la idea de seguir la vida tal cual la tenía ahora.
Entré en casa y fui directo a por mí café, porque necesitaba pensar y que mejor que con un buen café para hacerlo. Fui recordando la llamada… esa llamada que podía poner mi vida patas para arriba.
“Cuando vi quién era el que me llamaba me quedé completamente paralizado. Hacía ya casi un mes que no sabía de él… desde que decidí volver a casa y dejar todo atrás… desde que me di por vencido.
- ¿Castle?
- Si soy yo – respondí cogiendo aire.
- Parece que ha pasado un mundo desde que…
- Desde que me fui.
- Si. Te he echado de menos hermano.
- ¡Oh! me llamas para saludar… me alegro, pensé que te habías olvidado de mí.
- He tenido mucho trabajo, lo siento…
- Bien.
- Pero la verdad es que te llamaba por trabajo.
- ¿Trabajo? ¿Desde cuando un maestro necesita representante?
- No es por eso. Estoy en Nueva York y me gustaría hablar contigo.
- No tengo nada de…
- ¡Vamos Castle! somos amigos. Tengo que contarte algo que puede que te interese.
- No creo…
- No digas nada hasta que me hayas escuchado.
- Puedes decírmelo ahora.
- ¿Por teléfono?
- Si… si quieres tener alguna oportunidad de que te escuche dímelo ahora.
- Vale, vale. He encontrado un laboratorio que está haciendo experimentos sobre lesiones como la tuya y me gustaría que hablaras con ellos, ellos creen que pueden conseguir curarte Rick… podrías volver a jugar - sentí una patada en todo el estómago ¿porque ahora? ¿Porque me salía con estas? - Castle ¿Estás ahí?
- No puedo, no quiero, no estoy preparado.
- Rick escúchame. Solo tienes que ir. Hacerte unas pruebas y puedes volver a seguir con tu sueño.
- No quiero volver ahí, tú más que nadie sabes por lo que pase, no puedo volver a llevarme una desilusión.
- Castle no tienes nada que perder. Si lo consigues… - pero y si no quería conseguirlo ahora.
- No lo sé…
- Bien, te llamo en un par de días, si tú no me llamas antes. Pero te prometo que tienes muchas posibilidades de recuperarte y podrás volver enseguida a Europa, cualquier equipo te querría. Lucha Rick y lo conseguirás.
- Te llamaré.
- Bien, espero tu llamada y si no la hare yo. Piénsalo tío, esto puede cambiar tu vida.
No sabía lo que podía llegar a cambiarme. Si él supiera lo que me había costado estar como estaba ahora, pero luego, estaba la posibilidad de jugar y me volvía loco solamente el pensarlo.
Escuché como abrían la puerta y mi madre apareció frente a mí. Se acercó y se sirvió un café, para sentarse finalmente junto a mí. Pero ese silencio le duro poco.
- ¿Qué tal tu fin de semana? Os he dejado la casa para vosotros solos.
- Sí y te lo agradezco.
- ¿Entonces?
- Muy bien madre.
- Entonces, ¿porque pareces una pasa arrugada?
- Ayer recibí una llamada que me devolvió al pasado.
- ¿Una llamada?
- Si, de Damián Westlake.
- ¿Tu representante?
- Si.
- ¿Qué quería?
-Por lo visto hay un estudio que puede ayudar con mi lesión, cree que podría volver a jugar -dije mirando mi taza, como si ella tuviera la respuesta.
- Pero -dijo y yo la miré extrañado - hay un pero ahí. ¿Por qué no estas contento?
- Creo que ya me había hecho la idea. No sé si quiero volver a ese mundo.
- Cariño, tienes miedo, te conozco. Si solo fuera por eso ya habrías dicho que sí. Es por Kate ¿no?
- Mama yo la quiero…no pensé que podría ser feliz sin el fútbol y lo soy.
- Pero no lo eres del todo.
- No lo sé… solo sé que si dejo pasar esta oportunidad, quizás algún día… me arrepienta, pero no quiero perderla.
- No tienes por qué hacerlo.
- Mama si ya me cuesta verla un par de fines de semanas al mes, imagínate si nos vemos tres o cuatro veces al año. No podría vivir así, no puedo…
- No puedes que… - sabía lo que quería decir, pretendía que me llevara a Kate conmigo.
- No puedo pedirle que se venga conmigo porque dirá que no.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque la conozco y por eso me enamoré de ella, porque lucha por lo que quiere. Tengo miedo de dejar algo tan bonito atrás por algo que no sé si me volverá a hacer feliz.
- Pues eso solo lo puedes solucionar tú. Además quizás no sabes si funcionara. Yo creo que deberías hacerte las pruebas. A parte de tu elección, sea cual sea esta, creo que eso puede ayudarte para tú día a día.
- Entonces…
- Entonces nada hijo. No pienso ayudarte más de lo que ya te he ayudado, esa decisión la tienes que tomar tu solo… aunque creo que en cuanto la tomes, tienes que hablar con ella.
- ¿Cómo sabes que no he hablado con ella?
- Por qué sabías lo que te iba a decir.
- Que aceptase.
- Pues ya sabes su opinión.
- No me vale. Ella nunca permitiría que pasara por alto algo así. Tengo que decidirlo yo, no ella.
- En eso tienes razón, pero una vez que te decidas, no habrá marcha atrás - dijo levantándose y besándome la cabeza antes de salir de la cocina y dejarme allí aún con más dudas de las que tenía anteriormente, pero tenía que darle la razón, solo yo podía tomar esa decisión…
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por llegar hasta aquí y como siempre los mensajes son bienvenidos.
Nos vemos el viernes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
que dilema en el que esta rick...y todo por intervención de kate..que decision podra tomar rick...seguira detras de su sueño..o su sueño habra cambiado con kate...sigueeeee
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 25
Buenos días, siento la tardanza pero hasta ahora me ha sido imposible pero como lo prometido es deuda aquí estoy con un nuevo capítulo.
Gracias a todos por vuestros comentarios sois increíbles.
También y como no darle las gracias a mi compañera por estar ahí y hacer todo lo posible para ayudarme sin ti esto no sería igual.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 25
POV RICK
Lo había pensado durante toda la noche. Y solo conseguí que me entrara dolor de cabeza. Pensé sobre todo en las palabras de mi madre, tenía razón en una cosa, decidiera lo que decidiera sobre mi futuro, no tenía que ver con mi salud. Quería estar bien y si esa operación conseguía que lo estuviera pues lo iba a hacer.
Agarre el móvil con fuerza y marque el número que en cierto modo tenía ya olvidado.
- Westlake.
- Damián, soy Castle.
- Estaba esperando tu llamada, me alegro de escucharte.
- Me gustaría hablar sobre el tema, pero cara a cara.
- Perfecto. ¿Nos vemos en la cafetería de la universidad? – allí había firmado mi contrato para mi despegue, allí fue donde emprendí mi carrera en Europa.
- Perfecto. Allí en media hora.
- Te espero.
Fui el primero en llegar al lugar. Me senté en una mesa cercana a la puerta y recordé perfectamente la última vez que estuve ahí. Fue el principio de mi carrera y ahora, unos años después, estaba de nuevo en el mismo lugar, con mi sueño roto.
- Hola amigo - dijo Damián entrando y dándome un abrazo. Es verdad que lo había considerado un gran amigo, pero hacía mucho que no sabía de él.
- Hola ¿Cuánto tiempo?
- Demasiado.
- Sé que tenía que haberte llamado, pero tenía mucho lio. ¿Has visto el chico maravilla nuevo?
- Si claro.
- Lo llevo yo y es una pesadilla. Nada que ver contigo que nunca me te metías en líos.
- Yo solo quería jugar.
- Y ahora podrías, espero que hayas elegido volver.
- No he tomado aún una decisión. Pero quiero operarme o hacer las pruebas necesarias.
- ¿Pero no vas a volver?
- No lo sé. Depende de cómo me sienta y como vaya todo. Si sale bien ya lo pensaré…
- ¿En serio? Venga Rick, ese chico que vivía por y para jugar, no puede ser que hayas abandonado. Te conozco Rick y si pudieras, ahora mismo estarías en el terreno de juego tras una pelota.
- Damián…
- Vale, de acuerdo. Te hare la misma pregunta cuando estés recuperado.
- No se sabe si funcionara o si seré acto para la operación, estamos hablando sin saber aun si funcionara o no.
- Lo hará, ya verás. Te lo mereces y el fútbol merece volver a disfrutar de tu juego, no puedes irte tan pronto, no es justo.
- Ya - dije tragando saliva… lo cierto es que tenía las lágrimas a punto de salir, exactamente igual al día que me hicieron saber que valía y que mi juego era el que buscaban allí donde todos mis sueños eran posibles- Bueno, cambiemos de tema. Me he enterado de que entrenas a un equipo de niños. No me lo puedo creer - dijo riéndose y sacándome una sonrisa - dime que al menos es un equipo ganador - dijo riéndose y aliviando la conversación anterior.
Estaba preparado para luchar por mi rodilla, por una vida mejor y quizás él tenía razón, el fútbol era mi vida, mi sueño, era lo que siempre había querido, pero ahora Kate estaba en mi vida y ella me hacía feliz, tan feliz como era cuando jugaba ¿Podía dejarla atrás y volver a luchar por mi sueño? ¿Podría dejar mi sueño y luchar con la ayuda de Kate? Ojala pudiera tener las dos cosas.
POV KATE
Estaba bastante distraída porque no podía dejar de pensar en lo que Rick tenía que estar decidiendo en estos momentos. No quería negarle el placer de cumplir sus sueños, pero era egoísta, no sabía si podría seguir viviendo sin él.
Hoy tocaba defensa personal y pensar en Rick no me estaba ayudando en nada. No me concentraba en la pelea y había recibido más de lo debido. Estaba dolorida y avergonzada por mis peleas tan malas. Pero lo único en lo que pensaba era en acabar de una vez para ir a hablar con Rick, quería escuchar su voz o ver su forma de escribir para encontrar algo que me dijera si ya se había decidido en abandonarme o no. Que egoísta soy, pensé, no me estaba abandonado, solo cumplía sus sueños, como yo lo había hecho, ahora me tocaba a mi apoyarlo a él tanto como él lo hizo conmigo.
- Beckett - dijo Royce y por su cara no era la primera vez que me llamaba.
- Si señor - dijo tragando saliva.
- Tú te quedas. Quiero que empieces a estar más atenta en las clases - dijo muy serio y yo suspiré porque ahora por las prisas iba a tardar mucho más.
Sentí como Espo me daba un apretón en el hombro justo antes de salir y Ryan le siguió dedicándome unas palabras.
- Suerte… creo que hoy dormirás como un angelito - dijo con una sonrisa y yo le miré con cara de sorna haciendo que le cambiara la cara - lo siento - dijo antes de irse.
- Bien ahora que estamos solos vas a aprender a darlo todo en cada clase. No me vale que un día seas la mejor y luego no hagas nada durante el resto de clases.
- ¿Qué voy a tener que hacer señor?
- De momento empezarás haciendo 50 flexiones y 50 abdominales. Luego vendrá lo mejor.
Solté todo el aire que tenía retenido y me tiré al suelo para cumplir sus órdenes. Acabé los ejercicios cansada, pero con rabia, porque yo sola me lo había buscado y metido en este lío.
- Bien, vamos a salir a correr un rato.
- Pero está lloviendo señor – dije, pero al instante comprendí que eso a él no le importaba - sí señor.
Salimos a la zona de entrenamiento y la lluvia me caló enseguida. El terreno estaba bastante mal, pero poco a poco nos fuimos alejando de la zona de entrenamiento y metiéndonos en una zona boscosa que se utilizaba para hacer simulacros.
El barro me hacía complicado mover las piernas y cada vez notaba más el cansancio en mi cuerpo. La camiseta se me pegaba completamente empapada pero luchaba contra todo para seguirle el ritmo. Los rayos iluminaban el camino, pero no lo suficiente.
La noche había llegado y apenas podía distinguir nada a unos metros de mí. Las piernas me pesaban, pero el miedo no seguirle el paso hizo que tirara aún con más fuerzas y le alcanzara.
Tal era mi ímpetu, que tropecé con algo y caí al suelo llenándome aún más de barro. El dolor y la rabia a partes iguales me estaban matando. Escuche unos pasos que se acercaban, e intenté levantarme pero la muñeca y el tobillo me fallaron, el dolor me invadió y a pesar de mis intentos no era capaz de levantarme
- ¿Estas bien? – dijo el sargento Royce
- Crees que estoy bien - le grite con toda la rabia que el dolor me provocaba.
Sabía que no podía hablarle así a mi superior, y seguramente esto me traería problemas pero me daba igual. Ahora estaba herida, embarrada, tenía frio y me dolía demasiado para andar con lindezas. Seguramente eso me sacaría de la academia, pero fue culpa mía, por no centrarme en el entreno… todo era por mi culpa.
- Vamos - dijo ayudándome a levantarme.
Lo intente, pero era imposible apoyar mi mano y mucho menos el pie en el suelo. Aquello tenía muy mala pinta.
- No puedo apoyarlo.
- Vamos, estamos cerca de la enfermería - dijo agarrándome por la cintura con fuerza y apoyándome en él, conseguimos llegar enseguida a la enfermería.
Cuando nos vieron llegar, enseguida dos enfermeras se hicieron cargo de mí, estaba temblando, me dolía terriblemente y tenía ganas de llorar, pero me aguante. Me sentaron en una silla de ruedas y me metieron dentro de una sala donde me desnudaron y me metieron en una ducha, me ayudaron a lavarme y después, una vez seca y vestida con una bata de clínica, me metieron en una cama donde espere la llegada del doctor.
- Por suerte, no hay nada roto. La muñeca se te ha abierto y en el tobillo tienes un esguince muy feo.
- ¿Cuándo podré volver a entrenar?
- Dos semanas mínimo. Yo recomendaría un mes pero…
- ¡Un mes! ni de coña. Volveré antes.
- Si no te lo tomas con calma, será peor - dijo Royce con voz autoritaria - espero que esto te lo tomes más en serio que la clase de esta tarde. Porque si no te recuperas rápido, no podrás presentarte a las finales.
- Bien, me quedo aquí, pero, al menos podría ir a las clases teóricas y asistir a las prácticas, saber cómo van las cosas.
- Bueno, por mi está bien. Pero creo que estos primeros días deberías irte a casa. Algo te tiene ausente, así que vuelve allí, arréglalo y luego si vuelves a la academia que sea en plenitud de facultades, sino, no hace falta que vueltas.
- Sí señor.
Quizás tuviera razón. Tenía que hablar con Rick de una vez por todas de todo esto para seguir adelante, para concentrarme en esto tenía que liberarme de aquello tenía que saber que pasaba por su cabeza, saber cuál iba a ser mi futuro y si él iba a estar en él.
CONTINUARÁ…
Nos vemos mañana con un nuevo capítulo, gracias a todos por seguir ahí.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias a todos por vuestros comentarios sois increíbles.
También y como no darle las gracias a mi compañera por estar ahí y hacer todo lo posible para ayudarme sin ti esto no sería igual.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 25
POV RICK
Lo había pensado durante toda la noche. Y solo conseguí que me entrara dolor de cabeza. Pensé sobre todo en las palabras de mi madre, tenía razón en una cosa, decidiera lo que decidiera sobre mi futuro, no tenía que ver con mi salud. Quería estar bien y si esa operación conseguía que lo estuviera pues lo iba a hacer.
Agarre el móvil con fuerza y marque el número que en cierto modo tenía ya olvidado.
- Westlake.
- Damián, soy Castle.
- Estaba esperando tu llamada, me alegro de escucharte.
- Me gustaría hablar sobre el tema, pero cara a cara.
- Perfecto. ¿Nos vemos en la cafetería de la universidad? – allí había firmado mi contrato para mi despegue, allí fue donde emprendí mi carrera en Europa.
- Perfecto. Allí en media hora.
- Te espero.
Fui el primero en llegar al lugar. Me senté en una mesa cercana a la puerta y recordé perfectamente la última vez que estuve ahí. Fue el principio de mi carrera y ahora, unos años después, estaba de nuevo en el mismo lugar, con mi sueño roto.
- Hola amigo - dijo Damián entrando y dándome un abrazo. Es verdad que lo había considerado un gran amigo, pero hacía mucho que no sabía de él.
- Hola ¿Cuánto tiempo?
- Demasiado.
- Sé que tenía que haberte llamado, pero tenía mucho lio. ¿Has visto el chico maravilla nuevo?
- Si claro.
- Lo llevo yo y es una pesadilla. Nada que ver contigo que nunca me te metías en líos.
- Yo solo quería jugar.
- Y ahora podrías, espero que hayas elegido volver.
- No he tomado aún una decisión. Pero quiero operarme o hacer las pruebas necesarias.
- ¿Pero no vas a volver?
- No lo sé. Depende de cómo me sienta y como vaya todo. Si sale bien ya lo pensaré…
- ¿En serio? Venga Rick, ese chico que vivía por y para jugar, no puede ser que hayas abandonado. Te conozco Rick y si pudieras, ahora mismo estarías en el terreno de juego tras una pelota.
- Damián…
- Vale, de acuerdo. Te hare la misma pregunta cuando estés recuperado.
- No se sabe si funcionara o si seré acto para la operación, estamos hablando sin saber aun si funcionara o no.
- Lo hará, ya verás. Te lo mereces y el fútbol merece volver a disfrutar de tu juego, no puedes irte tan pronto, no es justo.
- Ya - dije tragando saliva… lo cierto es que tenía las lágrimas a punto de salir, exactamente igual al día que me hicieron saber que valía y que mi juego era el que buscaban allí donde todos mis sueños eran posibles- Bueno, cambiemos de tema. Me he enterado de que entrenas a un equipo de niños. No me lo puedo creer - dijo riéndose y sacándome una sonrisa - dime que al menos es un equipo ganador - dijo riéndose y aliviando la conversación anterior.
Estaba preparado para luchar por mi rodilla, por una vida mejor y quizás él tenía razón, el fútbol era mi vida, mi sueño, era lo que siempre había querido, pero ahora Kate estaba en mi vida y ella me hacía feliz, tan feliz como era cuando jugaba ¿Podía dejarla atrás y volver a luchar por mi sueño? ¿Podría dejar mi sueño y luchar con la ayuda de Kate? Ojala pudiera tener las dos cosas.
POV KATE
Estaba bastante distraída porque no podía dejar de pensar en lo que Rick tenía que estar decidiendo en estos momentos. No quería negarle el placer de cumplir sus sueños, pero era egoísta, no sabía si podría seguir viviendo sin él.
Hoy tocaba defensa personal y pensar en Rick no me estaba ayudando en nada. No me concentraba en la pelea y había recibido más de lo debido. Estaba dolorida y avergonzada por mis peleas tan malas. Pero lo único en lo que pensaba era en acabar de una vez para ir a hablar con Rick, quería escuchar su voz o ver su forma de escribir para encontrar algo que me dijera si ya se había decidido en abandonarme o no. Que egoísta soy, pensé, no me estaba abandonado, solo cumplía sus sueños, como yo lo había hecho, ahora me tocaba a mi apoyarlo a él tanto como él lo hizo conmigo.
- Beckett - dijo Royce y por su cara no era la primera vez que me llamaba.
- Si señor - dijo tragando saliva.
- Tú te quedas. Quiero que empieces a estar más atenta en las clases - dijo muy serio y yo suspiré porque ahora por las prisas iba a tardar mucho más.
Sentí como Espo me daba un apretón en el hombro justo antes de salir y Ryan le siguió dedicándome unas palabras.
- Suerte… creo que hoy dormirás como un angelito - dijo con una sonrisa y yo le miré con cara de sorna haciendo que le cambiara la cara - lo siento - dijo antes de irse.
- Bien ahora que estamos solos vas a aprender a darlo todo en cada clase. No me vale que un día seas la mejor y luego no hagas nada durante el resto de clases.
- ¿Qué voy a tener que hacer señor?
- De momento empezarás haciendo 50 flexiones y 50 abdominales. Luego vendrá lo mejor.
Solté todo el aire que tenía retenido y me tiré al suelo para cumplir sus órdenes. Acabé los ejercicios cansada, pero con rabia, porque yo sola me lo había buscado y metido en este lío.
- Bien, vamos a salir a correr un rato.
- Pero está lloviendo señor – dije, pero al instante comprendí que eso a él no le importaba - sí señor.
Salimos a la zona de entrenamiento y la lluvia me caló enseguida. El terreno estaba bastante mal, pero poco a poco nos fuimos alejando de la zona de entrenamiento y metiéndonos en una zona boscosa que se utilizaba para hacer simulacros.
El barro me hacía complicado mover las piernas y cada vez notaba más el cansancio en mi cuerpo. La camiseta se me pegaba completamente empapada pero luchaba contra todo para seguirle el ritmo. Los rayos iluminaban el camino, pero no lo suficiente.
La noche había llegado y apenas podía distinguir nada a unos metros de mí. Las piernas me pesaban, pero el miedo no seguirle el paso hizo que tirara aún con más fuerzas y le alcanzara.
Tal era mi ímpetu, que tropecé con algo y caí al suelo llenándome aún más de barro. El dolor y la rabia a partes iguales me estaban matando. Escuche unos pasos que se acercaban, e intenté levantarme pero la muñeca y el tobillo me fallaron, el dolor me invadió y a pesar de mis intentos no era capaz de levantarme
- ¿Estas bien? – dijo el sargento Royce
- Crees que estoy bien - le grite con toda la rabia que el dolor me provocaba.
Sabía que no podía hablarle así a mi superior, y seguramente esto me traería problemas pero me daba igual. Ahora estaba herida, embarrada, tenía frio y me dolía demasiado para andar con lindezas. Seguramente eso me sacaría de la academia, pero fue culpa mía, por no centrarme en el entreno… todo era por mi culpa.
- Vamos - dijo ayudándome a levantarme.
Lo intente, pero era imposible apoyar mi mano y mucho menos el pie en el suelo. Aquello tenía muy mala pinta.
- No puedo apoyarlo.
- Vamos, estamos cerca de la enfermería - dijo agarrándome por la cintura con fuerza y apoyándome en él, conseguimos llegar enseguida a la enfermería.
Cuando nos vieron llegar, enseguida dos enfermeras se hicieron cargo de mí, estaba temblando, me dolía terriblemente y tenía ganas de llorar, pero me aguante. Me sentaron en una silla de ruedas y me metieron dentro de una sala donde me desnudaron y me metieron en una ducha, me ayudaron a lavarme y después, una vez seca y vestida con una bata de clínica, me metieron en una cama donde espere la llegada del doctor.
- Por suerte, no hay nada roto. La muñeca se te ha abierto y en el tobillo tienes un esguince muy feo.
- ¿Cuándo podré volver a entrenar?
- Dos semanas mínimo. Yo recomendaría un mes pero…
- ¡Un mes! ni de coña. Volveré antes.
- Si no te lo tomas con calma, será peor - dijo Royce con voz autoritaria - espero que esto te lo tomes más en serio que la clase de esta tarde. Porque si no te recuperas rápido, no podrás presentarte a las finales.
- Bien, me quedo aquí, pero, al menos podría ir a las clases teóricas y asistir a las prácticas, saber cómo van las cosas.
- Bueno, por mi está bien. Pero creo que estos primeros días deberías irte a casa. Algo te tiene ausente, así que vuelve allí, arréglalo y luego si vuelves a la academia que sea en plenitud de facultades, sino, no hace falta que vueltas.
- Sí señor.
Quizás tuviera razón. Tenía que hablar con Rick de una vez por todas de todo esto para seguir adelante, para concentrarme en esto tenía que liberarme de aquello tenía que saber que pasaba por su cabeza, saber cuál iba a ser mi futuro y si él iba a estar en él.
CONTINUARÁ…
Nos vemos mañana con un nuevo capítulo, gracias a todos por seguir ahí.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
super el capitulo....ahora se viene la encrucijada del futuro...mira quien decia de dejarlos tranquilos y disfrutando de su amor...ya esta empezando a enredar los...,,continua..
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Capítulo 26
Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo. Gracias a todos por estar ahí y por vuestros comentarios vosotros hacéis que este largo camino sea muy ameno y que disfrute de cada momento. Gracias por vuestro apoyo y vuestros comentarios.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 26
POV RICK
Me desperté con las ideas algo más claras, más seguro de mi intención de recuperarme. Ojala no me llevara una nueva desilusión con todo esto. Me levanté y enseguida me hice mi café mañanero. Cuando lo tuve en la taza y “esnife” ese olor, cerré los ojos para disfrutarlo.
- ¿Pareces contento? - dijo mi madre apareciendo de repente por la puerta de la calle.
- ¿En serio? Madre estas horas no son… - le dije reprendiéndola.
- ¡Ey! aquí la madre soy yo – se defendió para luego besarme y de paso quitarme la taza de las manos para llevársela a los labios - me gusta como haces el café… quizá debas pensar en dedicarte a ello.
- Es una opción – le dije con sorna.
- Oye no me has respondido, ¿porque estas tan feliz?
- No más de lo normal.
- A mí no me engañes.
- Ayer hablé con Damián y acepte someterme a las primeras pruebas para optar al experimento. Solo eso madre.
- ¿Aun no te has decidido sobre tu futuro?
- No quiero adelantarme, solo eso. No quiero hacerme ilusiones para luego…
- Al menos hablas sobre ello de otro modo… con ilusión… como cuando eras un niño.
En ese instante sonó mi teléfono sobresaltándome y terminando la conversación que tenía con mi madre
- ¿Si? – respondí intrigado.
- Rick - dijo una voz conocida al otro lado.
- Hola Jim, ¿Va todo bien?
- Más o menos. Tengo que llevar a Sophie al colegio pero tengo que ir a por Kate a la Academia.
- ¿A por Kate? ¿Sucedió algo? – Enseguida vinieron a mi mente multitud de desastres protagonizados por ella, lo que me asusto terriblemente.
- ¡Ah sí! perdona. Ayer mi hija tuvo un pequeño accidente y pasará unos días en casa, pero no es grave - pero cuando me dijo eso, el corazón empezó a galopar como si estuviera corriendo una carrera de obstáculos, iba a mil por horas…necesitaba saber a ciencia cierta que estaba bien - ¿Puedes llevarte a Sophie al cole contigo?
- Por supuesto, la recojo en diez minutos ¿vale?
- Vale. Gracias Rick.
- De nada hombre, estaré allí enseguida - dijo justo antes de colgar.
- ¿Todo bien?
- Kate… le ha pasado algo… no es grave ¿verdad?
- No te preocupes, seguro que está bien, es algo metepatas, pero no hay porque asustarse.
- Me gustaría verla, pero tengo que ir a trabajar.
- Si te cuadra con tu horario, trae a Sophie del cole y así la ves.
- De acuerdo Jim… nos vemos.
Pero por mi cabeza se paseaban miles de posibles accidentes, debí quedarme blanco como la pared porque mi madre me miraba con los ojos asustados, preguntándose por lo sucedido.
- Necesito verla, por mucho que sepa que está bien, necesito verlo con mis propios ojos.
- Eso es amor cariño - dijo mi madre besándome la mejilla - Si me dejas a mi, te consigo el día libre.
- Madre…
- Tú déjame a mí.
- Tengo que llevar a Sophie de todas formas.
- Yo puedo llevarla.
- Pero… se lo he prometí a Jim y no sé si…
- Cariño todo estará bien. Tú ves a verla ¿sí?
- Gracias madre – la bese en la mejilla y subí corriendo para vestirme, necesitaba verla, sentía una fuerte presión que casi no me dejaba respirar, aunque supuse que era una crisis de ansiedad. Salí corriendo hacia la Academia, Jim estaría allí también pero el poder de saber…mi corazón me atraía hacia ella sin poder ni si quiera reaccionar. Cuando llegue vi a Jim salir de la puerta de la Academia y tras él, iba una Kate con una muleta y una muñequera en la otra mano. Aun así, estaba tan guapa, era como ver un ángel. Y aquí, en este momento me doy cuenta de lo que perdería si quisiera buscar mis sueños. Era tan perfecta…y estaba tan enamorado…nunca antes había estado así con nadie, nunca me había sentido así. Deje el pensamiento a un lado y me dirigí corriendo a donde Kate se marchaba.
La paré justo cuando iba a entrar en el coche de su padre. La agarré por el brazo con cuidado girándola haciendo que quedáramos cara a cara. En cuanto Kate me vio, vi como su cara se iluminaba y se lanzó a mis brazos.
Nos quedamos abrazados como si fuéramos solo uno. No quería separarme de ella en ningún momento. Sentía se cara allí escondida en mi cuello y me sentía tan bien, era tan natural, nuestros cuerpos encajaban tan bien que era perfecto.
-Rick…siento interrumpir pero ¿Dónde está Sophie?
-Oh eso…lo siento mucho Jim-dije bajando la mirada y agarrando a Kate de la mano-mi madre se ofreció para llevarla porque necesitaba ver que Kate estaba bien y siento…lo siento de verdad no he cumplido con lo que pediste pero…
-No está bien. Fui un tonto al decirte que Kate estaba mal y no entender que quisieras verla.
-Gracias por entenderlo-dije sonriendo mientras miraba a Kate y le acariciaba la mano.
-Si quieres os llevo a los dos a casa.
-Pero Rick tendrá que ir a trabajar.
-Hoy tengo el día libre.
-¿En serio?
-Bueno mi madre se iba a inventar alguna excusa-dije riéndome.
Fuimos en el coche ambos en la parte de atrás. No nos dejábamos de acariciar y de mirar mientras nos sonreíamos y nos decíamos algunas tonterías. Pero no podía dejar de mirar sus labios, lo que quería era besarla con todas mis ganas pero estaba su padre y eso hacía que me diera algo de vergüenza hacerlo y estaba intentando aguantar hasta que pudiéramos estar solos.
Llegamos a casa de Kate y entramos los tres juntos. Jim enseguida nos ofreció un café a cada uno. Nos sentamos en el sofá y no podía dejar de acariciarle con cuidado su mano mala. No quería hacerle daño pero necesitaba hacerle sentir bien.
-Bueno chicos ya que está aquí Rick, yo aprovecho para irme a trabajar.
-La verdad es que no hace falta que os quedéis ninguno-dijo Kate.
-Pero yo quiero…-dije mirándole muy serio, intentando que entendiera en mi mirada lo que necesitaba.
-Bueno os dejo chicos-dijo Jim llevando su taza a la cocina y saliendo por la puerta.
En cuanto la puerta se cerró no pude más y acerque mis labios a los de Kate despacio, muy despacio solo en una pequeña caricia. Kate suspiro en el beso permitiéndome profundizarlo atrapando sus labios entre los míos. No podía dejar de sonreír al sentirla así quieta solo disfrutando de lo que mis labios hacían con los suyos.
Pero supongo que se cansó de quedarse parada porque de repente sentí como su mano atraía mi cara más hacia la suya y su lengua sin previo aviso se introducía en la mía volviéndome completamente loco. Nuestra lenguas se entrelazaron bailando juntas pegadas casi de forma agresiva, se mezclaban y luchaban entre ellas, era una guerra por conseguir más y más en cada contacto.
Nos separamos despacio los pulmones me quemaban por la falta de aire pero aun así yo no podía dejar de sonreír como un loco y de mirarla como si fuera una alucinación. Y en momentos como este, olvidaría todo por ella, porque esta felicidad que siento… nunca antes la he sentido, ni siquiera el fútbol creo que llegara dármela nunca. Ella, solo una persona, una mujer hermosa e increíble me daba todo lo que necesitaba… solo con mirarme, tocarme, besarme me hacía sonreír como un tonto… con ella puedo ser feliz… lo sé.
- ¿En qué piensas?
- En las ganas que tenía de besarte - dije sonriendo mientras la volvía a besar. En realidad no era una mentira, lo he deseado desde que la vi hace un rato y hasta que no he pude hacerlo no me di cuenta de lo bien que me sentía a su lado.
- Siento que te asustarás.
- Bueno… estaba muy preocupado por ti - dije volviendo a acariciarle su muñeca. - ¿Puedes contarme que fue lo que paso?
- Yo… me resbale mientras corría. Nada del otro mundo.
- ¿Entonces te quedas aquí unos días? - pregunté alegremente, porque no podía negar estar feliz de tenerla cerca de mí y más en este momento en que tenía que decidir… si ella estaba conmigo era mejor que estar lejos de ella. Si estaba muy bien con ella, así cerquita cuando tome la decisión sabré perfectamente a qué atenerme. Tendria que decidir si esto me hacía completamente feliz tanto para dejar atrás mis sueños o sí, a pesar de todo, siempre tendría esa espinita en mi pecho y necesitaba quitármela para seguir adelante.
- Sí, pero pocos. Dos o tres a lo sumo.
- Pero si no puedes…
- Quiero estar allí, asistiré aunque sea de oyente - dijo acariciándome la mano y yo me sentí fatal. Yo aquí deseando pasar tiempo con ella y ella solo pensaba en volver. Supuse que el antiguo yo pensaría como ella, ahora no estaba tan seguro… ahora no sabía si elegiría jugar o estar con ella. ¿He cambiado tanto? - ¿Estas bien?
- Si claro - dijo sonriendo de forma fingida, porque la verdad, no estaba del todo bien. Y para colmo estaba la decisión, creí que ya no podía esperar más, tenía que comentarle lo sucedido pasado durante ese par de días separados… aunque sabía cuál sería su respuesta… ella nunca me alejaría de mis sueños, aunque quizás necesitara una respuesta distinta por su parte no creo que recibiera la que yo quería – Kate tengo que contarte algo - dije mirando hacia el suelo sin mirarla, llegó la hora de la verdad y aún no sabía que era lo que iba a hacer.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por vuestro apoyo y por leer. Que paséis un gran fin de semana y nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 26
POV RICK
Me desperté con las ideas algo más claras, más seguro de mi intención de recuperarme. Ojala no me llevara una nueva desilusión con todo esto. Me levanté y enseguida me hice mi café mañanero. Cuando lo tuve en la taza y “esnife” ese olor, cerré los ojos para disfrutarlo.
- ¿Pareces contento? - dijo mi madre apareciendo de repente por la puerta de la calle.
- ¿En serio? Madre estas horas no son… - le dije reprendiéndola.
- ¡Ey! aquí la madre soy yo – se defendió para luego besarme y de paso quitarme la taza de las manos para llevársela a los labios - me gusta como haces el café… quizá debas pensar en dedicarte a ello.
- Es una opción – le dije con sorna.
- Oye no me has respondido, ¿porque estas tan feliz?
- No más de lo normal.
- A mí no me engañes.
- Ayer hablé con Damián y acepte someterme a las primeras pruebas para optar al experimento. Solo eso madre.
- ¿Aun no te has decidido sobre tu futuro?
- No quiero adelantarme, solo eso. No quiero hacerme ilusiones para luego…
- Al menos hablas sobre ello de otro modo… con ilusión… como cuando eras un niño.
En ese instante sonó mi teléfono sobresaltándome y terminando la conversación que tenía con mi madre
- ¿Si? – respondí intrigado.
- Rick - dijo una voz conocida al otro lado.
- Hola Jim, ¿Va todo bien?
- Más o menos. Tengo que llevar a Sophie al colegio pero tengo que ir a por Kate a la Academia.
- ¿A por Kate? ¿Sucedió algo? – Enseguida vinieron a mi mente multitud de desastres protagonizados por ella, lo que me asusto terriblemente.
- ¡Ah sí! perdona. Ayer mi hija tuvo un pequeño accidente y pasará unos días en casa, pero no es grave - pero cuando me dijo eso, el corazón empezó a galopar como si estuviera corriendo una carrera de obstáculos, iba a mil por horas…necesitaba saber a ciencia cierta que estaba bien - ¿Puedes llevarte a Sophie al cole contigo?
- Por supuesto, la recojo en diez minutos ¿vale?
- Vale. Gracias Rick.
- De nada hombre, estaré allí enseguida - dijo justo antes de colgar.
- ¿Todo bien?
- Kate… le ha pasado algo… no es grave ¿verdad?
- No te preocupes, seguro que está bien, es algo metepatas, pero no hay porque asustarse.
- Me gustaría verla, pero tengo que ir a trabajar.
- Si te cuadra con tu horario, trae a Sophie del cole y así la ves.
- De acuerdo Jim… nos vemos.
Pero por mi cabeza se paseaban miles de posibles accidentes, debí quedarme blanco como la pared porque mi madre me miraba con los ojos asustados, preguntándose por lo sucedido.
- Necesito verla, por mucho que sepa que está bien, necesito verlo con mis propios ojos.
- Eso es amor cariño - dijo mi madre besándome la mejilla - Si me dejas a mi, te consigo el día libre.
- Madre…
- Tú déjame a mí.
- Tengo que llevar a Sophie de todas formas.
- Yo puedo llevarla.
- Pero… se lo he prometí a Jim y no sé si…
- Cariño todo estará bien. Tú ves a verla ¿sí?
- Gracias madre – la bese en la mejilla y subí corriendo para vestirme, necesitaba verla, sentía una fuerte presión que casi no me dejaba respirar, aunque supuse que era una crisis de ansiedad. Salí corriendo hacia la Academia, Jim estaría allí también pero el poder de saber…mi corazón me atraía hacia ella sin poder ni si quiera reaccionar. Cuando llegue vi a Jim salir de la puerta de la Academia y tras él, iba una Kate con una muleta y una muñequera en la otra mano. Aun así, estaba tan guapa, era como ver un ángel. Y aquí, en este momento me doy cuenta de lo que perdería si quisiera buscar mis sueños. Era tan perfecta…y estaba tan enamorado…nunca antes había estado así con nadie, nunca me había sentido así. Deje el pensamiento a un lado y me dirigí corriendo a donde Kate se marchaba.
La paré justo cuando iba a entrar en el coche de su padre. La agarré por el brazo con cuidado girándola haciendo que quedáramos cara a cara. En cuanto Kate me vio, vi como su cara se iluminaba y se lanzó a mis brazos.
Nos quedamos abrazados como si fuéramos solo uno. No quería separarme de ella en ningún momento. Sentía se cara allí escondida en mi cuello y me sentía tan bien, era tan natural, nuestros cuerpos encajaban tan bien que era perfecto.
-Rick…siento interrumpir pero ¿Dónde está Sophie?
-Oh eso…lo siento mucho Jim-dije bajando la mirada y agarrando a Kate de la mano-mi madre se ofreció para llevarla porque necesitaba ver que Kate estaba bien y siento…lo siento de verdad no he cumplido con lo que pediste pero…
-No está bien. Fui un tonto al decirte que Kate estaba mal y no entender que quisieras verla.
-Gracias por entenderlo-dije sonriendo mientras miraba a Kate y le acariciaba la mano.
-Si quieres os llevo a los dos a casa.
-Pero Rick tendrá que ir a trabajar.
-Hoy tengo el día libre.
-¿En serio?
-Bueno mi madre se iba a inventar alguna excusa-dije riéndome.
Fuimos en el coche ambos en la parte de atrás. No nos dejábamos de acariciar y de mirar mientras nos sonreíamos y nos decíamos algunas tonterías. Pero no podía dejar de mirar sus labios, lo que quería era besarla con todas mis ganas pero estaba su padre y eso hacía que me diera algo de vergüenza hacerlo y estaba intentando aguantar hasta que pudiéramos estar solos.
Llegamos a casa de Kate y entramos los tres juntos. Jim enseguida nos ofreció un café a cada uno. Nos sentamos en el sofá y no podía dejar de acariciarle con cuidado su mano mala. No quería hacerle daño pero necesitaba hacerle sentir bien.
-Bueno chicos ya que está aquí Rick, yo aprovecho para irme a trabajar.
-La verdad es que no hace falta que os quedéis ninguno-dijo Kate.
-Pero yo quiero…-dije mirándole muy serio, intentando que entendiera en mi mirada lo que necesitaba.
-Bueno os dejo chicos-dijo Jim llevando su taza a la cocina y saliendo por la puerta.
En cuanto la puerta se cerró no pude más y acerque mis labios a los de Kate despacio, muy despacio solo en una pequeña caricia. Kate suspiro en el beso permitiéndome profundizarlo atrapando sus labios entre los míos. No podía dejar de sonreír al sentirla así quieta solo disfrutando de lo que mis labios hacían con los suyos.
Pero supongo que se cansó de quedarse parada porque de repente sentí como su mano atraía mi cara más hacia la suya y su lengua sin previo aviso se introducía en la mía volviéndome completamente loco. Nuestra lenguas se entrelazaron bailando juntas pegadas casi de forma agresiva, se mezclaban y luchaban entre ellas, era una guerra por conseguir más y más en cada contacto.
Nos separamos despacio los pulmones me quemaban por la falta de aire pero aun así yo no podía dejar de sonreír como un loco y de mirarla como si fuera una alucinación. Y en momentos como este, olvidaría todo por ella, porque esta felicidad que siento… nunca antes la he sentido, ni siquiera el fútbol creo que llegara dármela nunca. Ella, solo una persona, una mujer hermosa e increíble me daba todo lo que necesitaba… solo con mirarme, tocarme, besarme me hacía sonreír como un tonto… con ella puedo ser feliz… lo sé.
- ¿En qué piensas?
- En las ganas que tenía de besarte - dije sonriendo mientras la volvía a besar. En realidad no era una mentira, lo he deseado desde que la vi hace un rato y hasta que no he pude hacerlo no me di cuenta de lo bien que me sentía a su lado.
- Siento que te asustarás.
- Bueno… estaba muy preocupado por ti - dije volviendo a acariciarle su muñeca. - ¿Puedes contarme que fue lo que paso?
- Yo… me resbale mientras corría. Nada del otro mundo.
- ¿Entonces te quedas aquí unos días? - pregunté alegremente, porque no podía negar estar feliz de tenerla cerca de mí y más en este momento en que tenía que decidir… si ella estaba conmigo era mejor que estar lejos de ella. Si estaba muy bien con ella, así cerquita cuando tome la decisión sabré perfectamente a qué atenerme. Tendria que decidir si esto me hacía completamente feliz tanto para dejar atrás mis sueños o sí, a pesar de todo, siempre tendría esa espinita en mi pecho y necesitaba quitármela para seguir adelante.
- Sí, pero pocos. Dos o tres a lo sumo.
- Pero si no puedes…
- Quiero estar allí, asistiré aunque sea de oyente - dijo acariciándome la mano y yo me sentí fatal. Yo aquí deseando pasar tiempo con ella y ella solo pensaba en volver. Supuse que el antiguo yo pensaría como ella, ahora no estaba tan seguro… ahora no sabía si elegiría jugar o estar con ella. ¿He cambiado tanto? - ¿Estas bien?
- Si claro - dijo sonriendo de forma fingida, porque la verdad, no estaba del todo bien. Y para colmo estaba la decisión, creí que ya no podía esperar más, tenía que comentarle lo sucedido pasado durante ese par de días separados… aunque sabía cuál sería su respuesta… ella nunca me alejaría de mis sueños, aunque quizás necesitara una respuesta distinta por su parte no creo que recibiera la que yo quería – Kate tengo que contarte algo - dije mirando hacia el suelo sin mirarla, llegó la hora de la verdad y aún no sabía que era lo que iba a hacer.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por vuestro apoyo y por leer. Que paséis un gran fin de semana y nos vemos el lunes con un nuevo capítulo.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
como lo dejas en la mejor parte...cuando rick.. le va a contar ...que gran capitulo...la reaccion de rick ante lo que le paso a kate fue de muerte...y ahora de que pende este futuro..y para colmo tendre que esperar hasta el lunes...que fin de semana maaaaasssssssssssssssssssssssss largo... sigue
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 27
Buenos días a todos. Hoy con más ganas que nunca quiero daros las gracias por todo el apoyo que me dais. Mil gracias por comentar eso me anima a seguir escribiendo día a día. Para agradeceros que hayamos llegado hasta aquí, mañana habrá un capítulo más. Por lo tanto esta semana habrá cinco capítulos. Si seguimos así todos juntos todo será mucho más rápido.
Gracias por supuesto a mi compañera por su labor, sin ella sería imposible que pudiera daros ese capítulo extra.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 27
POV KATE
Llegó el momento que había estado esperando durante mucho tiempo. Por una parte… esperaba que me dijera que iba va a cumplir su sueño, por eso había dado el primer paso pero… ahora en momentos como ese en el que estaba con él me encantaría que se quedara conmigo. Si, era muy egoísta pero no podía evitarlo al sentir como mi corazón estaba saltando por saber cual era su decisión, por saber si tenía que empezar a acostumbrarme a estar sin él.
- Kate yo… el otro día… no sé por dónde empezar.
- ¿Por el principio? - dije haciéndole reír - Castle pase lo que pase estoy aquí.
- El otro día recibí una notica, hay unas pruebas experimentales que puedan ayudarme con esta rodilla - dijo y vi como levantaba la cabeza y me miraba, sabía lo que venía ahora, me diría que volvería a Europa a triunfar, a cumplir su sueño, y yo tendría que poner buena cara y apoyarlo aunque fuera lo más complicado que hiciera en mi vida.
- Eso está muy bien ¿no? - dije al ver que le costaba continuar.
- No es solo eso. Si todo sale bien… tengo una oportunidad de volver a intentarlo… de volver a luchar entre los más grandes… hay una posibilidad de volver a jugar - dijo mirándome muy serio, estaba nervioso.
- Rick eso está bien… es lo que querías ¿no?
- Yo… no quiero ilusionarme. Quiero esperar a la resolución de las pruebas.
- Haces bien, pero no está mal pensar más allá. Es normal que quieras cumplir tus sueños - dije mirando hacia el suelo, era mucho más complicado de lo que pensaba que sería. No podía mirarle a los ojos porque si le miraba le rogaría que se quedara aquí conmigo… que yo podría hacerle feliz. Pero no podía hacerlo, porque si se quedaba, algún día se arrepentiría y sería yo la que lo pagaría. Él debía hacerlo, luego lo nuestro… solo el destino sabría que tenía planeado para nosotros.
- Kate aun no me he decidido.
- Ya, tienes miedo, es normal.
- No… es que no estoy seguro de hacerlo.
- Pero…
- No sé si es lo que necesito en este momento… no quiero dejarte Kate. Estoy tan bien ahora que… - dijo mirándome y pude ver lágrimas acumuladas en sus ojos, sentí una fuerte presión en el pecho. Porque él me quería eso lo tenía tan claro. Y ver que le costaba elegir entre yo y sus sueños era tan bonito, que hizo que me sintiera emocionada, y ya no pude contener más las lágrimas y me abracé a él para intentar ocultárselas.
- ¿Lo dejamos para cuando tengas la certeza de que… de que todo va bien?
- Bien - dijo sonriéndome mientras me acariciaba la cara quitándome las lágrimas que no había podido controlar.
Nos quedamos abrazados durante un buen rato completamente en silencio. Sabía que ambos teníamos mucho que decir pero en este momento nos valía con el silencio, a ambos nos venía bien.
De repente empezó a sonar su teléfono y se levantó para cogerlo. Cuando vio quién llamaba me hizo un gesto con la cabeza, se volvió a sentar a mi lado y puso el altavoz.
- Hola madre.
- Hola cariño. Ya te he conseguido el día libre.
- Gracias. ¿Qué se supone que le has dicho?
- Que estabas con una gastroenteritis increíble. Vamos que no podías ni salir del baño - dijo tan tranquila haciéndome reír. Miré a Rick, estaba algo sonrojado.
- Madre ¿no podías haberte inventado otra cosa?
- ¿Qué? Era lo más fácil y eso te dará un par de días para pasar con esa hermosa novia tuya -dijo haciendo que me sonrojara.
- Hola Martha - dije casi en un susurro.
- Hola Darling. ¿Cómo estás?
- Bien, muy bien, solo es un pequeño esguince. He pasado por cosas peores.
- Tú eres demasiado fuerte cariño. Espero que mi hijo sea bueno y te cuide, sino lo de la gastroenteritis será poco cuando lo pille.
- Oye - dijo Rick quejándose mientras yo me reía. Pero no pude evitar acariciarle el cuello tiernamente mientras dejaba un beso en su mejilla.
- Me cuida muy bien Martha.
- Bien, que lo paséis bien chicos y aprovechad el tiempo.
- Si madre… nos vemos más tarde.
- Nos vemos más tarde.
Colgó y volvimos a recostarnos en el sofá no dejábamos de acariciarnos y besarnos en todo el día. No podía entrenar, no podía salir, pero solo estando así, tumbados en el sofá me bastaba… porque no podía pedir mejor compañía.
Comimos los dos solos y volvimos a sentarnos los dos muy juntos. Estuvimos allí muy mimosos el uno con el otro hasta que sonó la puerta de la entrada y entro un torbellino corriendo hacia nosotros.
Enseguida sentí sus bracitos sobre mi cuerpo haciéndome sonreír. La atraje hacia mí hasta que quedo tumbada sobre mí gritando como loca.
- Cuidado Sophie - dijo mi padre apareciendo por detrás.
- No pasa nada papa - dije sonriendo mientras le quitaba el pelo de la cara a mi princesa.
- ¿A mí no me saludas? - preguntó Rick poniendo morritos.
- No.
- Pero…
- Tu madre me ha dicho que estas malito de la barriga y que se pega… no quiero que me lo pegues - dijo levantándose y huyendo de Rick que corría detrás de ella para atraparla. No podía dejar de reír a la vez que lo hacía mi padre. Compartimos una sonrisa y me di cuenta de que por fin después de dos largos años había recuperado del todo a mi padre.
Rick volvió con Sophie en brazos pataleando y la tumbo entre los dos mientras no dejábamos ninguno de reír.
- Katie dile que me suelte… - dijo como podía por el ataque de risa.
- Rick no seas niño - dije golpeándole suavemente con mi mano buena.
- Bueno tu enana vete a lavar que yo voy a hacer la cena para todos. Te quedas ¿no Rick?
- Claro, si me invitas.
- Pues entonces está hecho - dijo desapareciendo en la cocina.
-La verdad, es que no suele cocinar, le caes muy bien si lo hace.
- Le caigo fenomenal. ¿Lo dudabas? - dijo besándome suavemente en los labios y levantándose.
- ¿Adónde vas?
- Voy a ayudar a tu padre. Tu quédate ahí - dijo haciendo un gesto cómico y casi cayéndose contra la mesa. No pude evitar reírme de él y el me respondió con una mirada de esas que hacía que aún me riera más si era posible.
Cenamos en familia entre sonrisas. La verdad es que me estaba mal acostumbrando a las cenas en la Academia en la que todos estábamos tan cansados ya que no podíamos ni mantener una buena conversación. Pero el estar aquí, con la gente a la que quiero, verlos así de felices juntos y compenetrados, me hacía muy feliz. Cuando acabamos sonó un pitido y Rick se levantó para contestar al teléfono. Se disculpó y se levantó para poder hablar. Mis pensamientos se fueron a la conversación que habíamos tenido hacía apenas una horas.
- Cariño ¿estás bien?
- Si papa, muy bien.
- Bien, me alegro. La pequeñaja y yo nos vamos a acostar y os dejamos solos.
- Vale.
- ¡Ey! vamos que mañana no te querrás levantar para ir al cole.
- Vale - dijo a regañadientes levantándose y dándome un beso - buenas noches Katie.
- Buenas noches cariño – le dije dejándola ir.
De repente sentí como una presencia llegaba a mi espalda y sentí como me abrazaban por detrás dejando un beso en mi cuello.
- ¿Estas bien?
- Si claro. Solo algo cansada. ¿Quién era? - pregunté casi sin querer saber en realidad.
- Gina.
- ¿Gina?
- La jefa de estudios del colegio.
- Ya, solo que para que te llamaba - dije sin poder evitar soltar un deje de molestia.
- ¿Estas celosa?
- ¿Yo? No.
- Vamos Kate, no pasa nada porque lo estés - dijo con esa sonrisa chulesca que tanto me atraía y solo para que se callara lo atraje hacia mí para besarlo. Cuando nos separamos me sonrió y me susurró en el oído - yo solo tengo ojos para una mujer - dijo haciendo que me estremeciera.
- Quédate - dije sin pesar.
- ¿Qué? - dijo extrañado mirándome sin entender o más bien pidiéndome, suplicándome que me explicara.
- Yo… que te quedes a dormir - dije tragando saliva. ¿Había pensado en que le había pedido que se quedara aquí conmigo? ¿Había pensado que le pedía que dejara su sueño atrás? Para eso no era lo suficientemente valiente.
- Claro… bueno…
- ¿Qué?
- No quiero que tu padre…
- Venga ya Rick ¿de verdad piensas que cuando me quedo en tu casa, mi padre se piensa que dormimos separados o algo?
- No yo… no quiero que se moleste. Es distinto, es su casa.
- Si no quieres quedarte no hace falta que…
- Si quiero, vale - dijo abrazándose a mis piernas. Estaba allí arrodillado abrazado a mis piernas y mirándome con tanta adoración que solo pensé en besarlo y disfrutar de él todo lo posible.
- ¿Entonces?
- Me quedo - dijo sonriéndome. Se levantó y me agarró cogiéndome en brazos sorprendiéndome y me llevo hasta mi habitación. Me tumbo allí y él se tumbó a mi lado abrazándome sin dejar de acariciarme.
- Gracias.
- ¿Por qué? - preguntó mirándome.
- Por aparecer en mi vida. Cada minuto ha valido la pena. Quiero que lo sepas.
- Yo también estoy feliz de conocerte. Yo también estoy feliz de poder estar aquí ahora contigo Kate. Así que yo también tengo que darte las gracias… porque sin duda me has enseñado a ser feliz de otra forma que nunca antes había experimentado.
- Entonces mejor simplemente disfrutemos del tiempo juntos y dejemos de pensar en el futuro.
- Por el presente.
- Por el presento - dije sonriéndole y besándole para sellar nuestro compromiso.
CONTINUARÁ…
Mil gracias de nuevo por seguir leyendo y nos vemos mañana con un nuevo capítulo, espero no olvidarme jaja.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias por supuesto a mi compañera por su labor, sin ella sería imposible que pudiera daros ese capítulo extra.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 27
POV KATE
Llegó el momento que había estado esperando durante mucho tiempo. Por una parte… esperaba que me dijera que iba va a cumplir su sueño, por eso había dado el primer paso pero… ahora en momentos como ese en el que estaba con él me encantaría que se quedara conmigo. Si, era muy egoísta pero no podía evitarlo al sentir como mi corazón estaba saltando por saber cual era su decisión, por saber si tenía que empezar a acostumbrarme a estar sin él.
- Kate yo… el otro día… no sé por dónde empezar.
- ¿Por el principio? - dije haciéndole reír - Castle pase lo que pase estoy aquí.
- El otro día recibí una notica, hay unas pruebas experimentales que puedan ayudarme con esta rodilla - dijo y vi como levantaba la cabeza y me miraba, sabía lo que venía ahora, me diría que volvería a Europa a triunfar, a cumplir su sueño, y yo tendría que poner buena cara y apoyarlo aunque fuera lo más complicado que hiciera en mi vida.
- Eso está muy bien ¿no? - dije al ver que le costaba continuar.
- No es solo eso. Si todo sale bien… tengo una oportunidad de volver a intentarlo… de volver a luchar entre los más grandes… hay una posibilidad de volver a jugar - dijo mirándome muy serio, estaba nervioso.
- Rick eso está bien… es lo que querías ¿no?
- Yo… no quiero ilusionarme. Quiero esperar a la resolución de las pruebas.
- Haces bien, pero no está mal pensar más allá. Es normal que quieras cumplir tus sueños - dije mirando hacia el suelo, era mucho más complicado de lo que pensaba que sería. No podía mirarle a los ojos porque si le miraba le rogaría que se quedara aquí conmigo… que yo podría hacerle feliz. Pero no podía hacerlo, porque si se quedaba, algún día se arrepentiría y sería yo la que lo pagaría. Él debía hacerlo, luego lo nuestro… solo el destino sabría que tenía planeado para nosotros.
- Kate aun no me he decidido.
- Ya, tienes miedo, es normal.
- No… es que no estoy seguro de hacerlo.
- Pero…
- No sé si es lo que necesito en este momento… no quiero dejarte Kate. Estoy tan bien ahora que… - dijo mirándome y pude ver lágrimas acumuladas en sus ojos, sentí una fuerte presión en el pecho. Porque él me quería eso lo tenía tan claro. Y ver que le costaba elegir entre yo y sus sueños era tan bonito, que hizo que me sintiera emocionada, y ya no pude contener más las lágrimas y me abracé a él para intentar ocultárselas.
- ¿Lo dejamos para cuando tengas la certeza de que… de que todo va bien?
- Bien - dijo sonriéndome mientras me acariciaba la cara quitándome las lágrimas que no había podido controlar.
Nos quedamos abrazados durante un buen rato completamente en silencio. Sabía que ambos teníamos mucho que decir pero en este momento nos valía con el silencio, a ambos nos venía bien.
De repente empezó a sonar su teléfono y se levantó para cogerlo. Cuando vio quién llamaba me hizo un gesto con la cabeza, se volvió a sentar a mi lado y puso el altavoz.
- Hola madre.
- Hola cariño. Ya te he conseguido el día libre.
- Gracias. ¿Qué se supone que le has dicho?
- Que estabas con una gastroenteritis increíble. Vamos que no podías ni salir del baño - dijo tan tranquila haciéndome reír. Miré a Rick, estaba algo sonrojado.
- Madre ¿no podías haberte inventado otra cosa?
- ¿Qué? Era lo más fácil y eso te dará un par de días para pasar con esa hermosa novia tuya -dijo haciendo que me sonrojara.
- Hola Martha - dije casi en un susurro.
- Hola Darling. ¿Cómo estás?
- Bien, muy bien, solo es un pequeño esguince. He pasado por cosas peores.
- Tú eres demasiado fuerte cariño. Espero que mi hijo sea bueno y te cuide, sino lo de la gastroenteritis será poco cuando lo pille.
- Oye - dijo Rick quejándose mientras yo me reía. Pero no pude evitar acariciarle el cuello tiernamente mientras dejaba un beso en su mejilla.
- Me cuida muy bien Martha.
- Bien, que lo paséis bien chicos y aprovechad el tiempo.
- Si madre… nos vemos más tarde.
- Nos vemos más tarde.
Colgó y volvimos a recostarnos en el sofá no dejábamos de acariciarnos y besarnos en todo el día. No podía entrenar, no podía salir, pero solo estando así, tumbados en el sofá me bastaba… porque no podía pedir mejor compañía.
Comimos los dos solos y volvimos a sentarnos los dos muy juntos. Estuvimos allí muy mimosos el uno con el otro hasta que sonó la puerta de la entrada y entro un torbellino corriendo hacia nosotros.
Enseguida sentí sus bracitos sobre mi cuerpo haciéndome sonreír. La atraje hacia mí hasta que quedo tumbada sobre mí gritando como loca.
- Cuidado Sophie - dijo mi padre apareciendo por detrás.
- No pasa nada papa - dije sonriendo mientras le quitaba el pelo de la cara a mi princesa.
- ¿A mí no me saludas? - preguntó Rick poniendo morritos.
- No.
- Pero…
- Tu madre me ha dicho que estas malito de la barriga y que se pega… no quiero que me lo pegues - dijo levantándose y huyendo de Rick que corría detrás de ella para atraparla. No podía dejar de reír a la vez que lo hacía mi padre. Compartimos una sonrisa y me di cuenta de que por fin después de dos largos años había recuperado del todo a mi padre.
Rick volvió con Sophie en brazos pataleando y la tumbo entre los dos mientras no dejábamos ninguno de reír.
- Katie dile que me suelte… - dijo como podía por el ataque de risa.
- Rick no seas niño - dije golpeándole suavemente con mi mano buena.
- Bueno tu enana vete a lavar que yo voy a hacer la cena para todos. Te quedas ¿no Rick?
- Claro, si me invitas.
- Pues entonces está hecho - dijo desapareciendo en la cocina.
-La verdad, es que no suele cocinar, le caes muy bien si lo hace.
- Le caigo fenomenal. ¿Lo dudabas? - dijo besándome suavemente en los labios y levantándose.
- ¿Adónde vas?
- Voy a ayudar a tu padre. Tu quédate ahí - dijo haciendo un gesto cómico y casi cayéndose contra la mesa. No pude evitar reírme de él y el me respondió con una mirada de esas que hacía que aún me riera más si era posible.
Cenamos en familia entre sonrisas. La verdad es que me estaba mal acostumbrando a las cenas en la Academia en la que todos estábamos tan cansados ya que no podíamos ni mantener una buena conversación. Pero el estar aquí, con la gente a la que quiero, verlos así de felices juntos y compenetrados, me hacía muy feliz. Cuando acabamos sonó un pitido y Rick se levantó para contestar al teléfono. Se disculpó y se levantó para poder hablar. Mis pensamientos se fueron a la conversación que habíamos tenido hacía apenas una horas.
- Cariño ¿estás bien?
- Si papa, muy bien.
- Bien, me alegro. La pequeñaja y yo nos vamos a acostar y os dejamos solos.
- Vale.
- ¡Ey! vamos que mañana no te querrás levantar para ir al cole.
- Vale - dijo a regañadientes levantándose y dándome un beso - buenas noches Katie.
- Buenas noches cariño – le dije dejándola ir.
De repente sentí como una presencia llegaba a mi espalda y sentí como me abrazaban por detrás dejando un beso en mi cuello.
- ¿Estas bien?
- Si claro. Solo algo cansada. ¿Quién era? - pregunté casi sin querer saber en realidad.
- Gina.
- ¿Gina?
- La jefa de estudios del colegio.
- Ya, solo que para que te llamaba - dije sin poder evitar soltar un deje de molestia.
- ¿Estas celosa?
- ¿Yo? No.
- Vamos Kate, no pasa nada porque lo estés - dijo con esa sonrisa chulesca que tanto me atraía y solo para que se callara lo atraje hacia mí para besarlo. Cuando nos separamos me sonrió y me susurró en el oído - yo solo tengo ojos para una mujer - dijo haciendo que me estremeciera.
- Quédate - dije sin pesar.
- ¿Qué? - dijo extrañado mirándome sin entender o más bien pidiéndome, suplicándome que me explicara.
- Yo… que te quedes a dormir - dije tragando saliva. ¿Había pensado en que le había pedido que se quedara aquí conmigo? ¿Había pensado que le pedía que dejara su sueño atrás? Para eso no era lo suficientemente valiente.
- Claro… bueno…
- ¿Qué?
- No quiero que tu padre…
- Venga ya Rick ¿de verdad piensas que cuando me quedo en tu casa, mi padre se piensa que dormimos separados o algo?
- No yo… no quiero que se moleste. Es distinto, es su casa.
- Si no quieres quedarte no hace falta que…
- Si quiero, vale - dijo abrazándose a mis piernas. Estaba allí arrodillado abrazado a mis piernas y mirándome con tanta adoración que solo pensé en besarlo y disfrutar de él todo lo posible.
- ¿Entonces?
- Me quedo - dijo sonriéndome. Se levantó y me agarró cogiéndome en brazos sorprendiéndome y me llevo hasta mi habitación. Me tumbo allí y él se tumbó a mi lado abrazándome sin dejar de acariciarme.
- Gracias.
- ¿Por qué? - preguntó mirándome.
- Por aparecer en mi vida. Cada minuto ha valido la pena. Quiero que lo sepas.
- Yo también estoy feliz de conocerte. Yo también estoy feliz de poder estar aquí ahora contigo Kate. Así que yo también tengo que darte las gracias… porque sin duda me has enseñado a ser feliz de otra forma que nunca antes había experimentado.
- Entonces mejor simplemente disfrutemos del tiempo juntos y dejemos de pensar en el futuro.
- Por el presente.
- Por el presento - dije sonriéndole y besándole para sellar nuestro compromiso.
CONTINUARÁ…
Mil gracias de nuevo por seguir leyendo y nos vemos mañana con un nuevo capítulo, espero no olvidarme jaja.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
no lo puedo creer esta semana 5 capitulos...fenomenal...que buen capitulo...no quiero imaginar nada de lo que pueda suceder..solo el presente..sigueeee
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 28
Buenos días, lo prometido es deuda y aquí os dejo con un nuevo capítulo de la historia. Espero que os guste.
Hoy quiero que me dejéis que haga una dedicación especial a Always1514 porque es hoy su cumpleaños. Muchas felicidades Julia que disfrutes de tu cumpleaños y este es mi humilde regalo.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 28
POV KATE
No sabía dónde me encontraba, ni hacia donde me dirigía. Solo corría y corría sin parar de hacerlo. Estaba asfixiada por el esfuerzo y quería parar, pero por mucho que lo intentaba no podía.
De repente vi a donde me dirigía, era el aeropuerto de la Guardia en Nueva York. Había mucha gente por todos lados, pero aunque quería ir más despacio, no dejaba de acelerar cada vez más y más. Un montón de gente se ponía en mitad de mi camino y por mucho que quería mis piernas no me respondían y seguían acercándose hacia ellos a grandes zancadas. Intenté gritar para que se apartaran, pero la voz no salía de mi cuerpo y de repente el choque ya era imposible de evitar. Cerré los ojos y me cubrí con las manos la cara pero tras varios segundos así no sentía nada. Cuando volví a abrir los ojos veía que ya no había nada, ni nadie, en mi camino. Era un pasillo largo y estrecho, completamente vació. Seguía corriendo sin saber muy bien por qué y de repente salía a una larga pista, donde veía como un avión estaba dispuesto a despegar. Salí corriendo tras él, ese era mi destino, eso era lo que quería, detenerlo. Pero el avión empezaba a coger altura y mis piernas se paraban de golpe, entonces lo vi… era Rick en una de las ventanas del avión, se iba y yo no podía hacer nada por evitarlo.
Desperté de golpe, mi pulso estaba acelerado como si de verdad hubiera estado corriendo y un sudor frío recorría todo mi cuerpo. Sentí una punzada en la muñeca al intentar levantarme y entonces lo escuché.
- Kate tranquila… solo ha sido una pesadilla - dijo mientras me acariciaba suavemente el pelo y me atraía hacia él dejando caer mi cabeza contra su hombro y allí me quedé sollozando por ese maldito sueño que dentro de poco se iba a convertir en realidad.
- No te has ido… no te has ido… - era lo único que podía repetir, mi voz se amortiguaba contra su pecho pero eso no evito que me escuchara.
- Kate no me voy a ningún lado. ¿A dónde querías que fuera? - pregunto mirándome a la cara y yo solo pude evitar su mirada - Kate…
- Solo… pensé que te habrías ido.
- ¿Ido?
- Por mi padre.
- Am - dijo creyéndome y yo suspiré porque así fuera y me abracé de nuevo con todas mis fuerzas a él - no me he ido y ahora menos Kate… voy a estar aquí contigo - dijo besándome sobre mi pelo haciendo casi… que me lo creyera, pero sabía que tarde o temprano se iría… y no habría marcha atrás.
Estaba completamente tumbada contra su pecho abrazada a él como si fuera un tronco en el mar y fuera lo único que tuviera para mantenerme a flote. Él me acariciaba el pelo de forma tan cariñosa… nunca antes me había sentido así, no al menos con un hombre. Él lo era todo para mí, ojala nos hubiéramos conocido en otro momento. Pero ahora nuestro futuro estaba en juego y por desgracia estaríamos separados por miles de kilómetros. Teníamos que estar separados porque no era el momento para ello, nuestros futuros laborales, nuestros sueños era lo que ambos necesitábamos en este momento. Si nos hubiéramos conocido dentro de cinco, diez años quizás ya estuviéramos lo suficientemente asentados para poder ser felices, para poder estar juntos.
- Kate…
- Um…
- ¿Estas mejor?
- Si, mucho mejor - dije dedicándole una sonrisa triste - ¿Qué hora es?
- Son las siete.
- ¡Oh! será mejor que me levanté y prepare el desayuno para todos - dije incorporándome quedando sentada sobre la cama, hasta que sentí un fuerte dolor en el pie cuando quise levantarme haciéndome recordar, porque estaba aquí.
- Kate con cuidado - dijo Rick levantándose por el otro lado y dando la vuelta a la cama hasta quedar arrodillado delante de mí, mirándome el tobillo - lo tienes bastante hinchado, será mejor que te pongas un poco de hielo mientras yo - dijo remarcando el pronombre personal -me ocupo del desayuno.
- Bien - dije dejándome ayudar mientras me llevaba hasta la isla de la cocina donde podía estar cerca de él.
Cogió un trapo donde metió un par de hielos y me lo ató con un nudo suave sobre el pie. Después tras dedicarme una sonrisa que hacía que mi corazón saltase, se puso manos a la obra con el desayuno para todos. Verlo así, moviéndose como pez en el agua en mi cocina, me hizo sonreír. Nunca me lo había imaginado así como todo un amo de casa, haciendo el desayuno para mi familia. No podía dejar de sonreír al verlo moviéndose de un lado para otro con todo el pelo desordenado, estaba tan guapo y yo tan locamente enamorada de él que no podía evitarlo.
- Toma prueba esto - dijo colocándome un trozo de beicon en la boca. Lo saboreé cerrando los ojos cuando empecé a masticarlo y todos los sabores explotaron en mi boca junto al estallido de un beicon perfectamente hecho.
- Um… está buenísimo.
- ¿Si? - preguntó con una sonrisa pícara y junto nuestros labios en un beso que sin duda me encanto y sorprendió a partes iguales - la verdad es que sí que esta bueno - dijo volviéndome a besar colocando suavemente su mano sobre mi mejilla para mantenerme ahí cerca compartiendo un gran beso, un gran beso de buenos días.
Nos separamos ambos sonriendo. Se giró para seguir haciendo la comida y le golpee su gran y perfecto trasero con el trapo de cocina que tenía más cerca. ¡Dios! en estos momentos tenía tantas ganas de besarlo y hacerle el amor. Me volvía tan loca que estaría dispuesta a hacer cualquier locura, pero los sonidos de unos pasos, me devolvieron a la realidad.
- Hola - dijo mi padre sorprendido al vernos allí a los dos.
- Hola - dijo Rick tragando saliva - he preparado el desayuno para todos.
- ¡Oh! Gracias - dijo mi padre golpeándole el hombro de forma amistosa - no hacía falta que te molestaras.
- Bueno era para agradeceros la cena de ayer - dijo preparando la comida para todos.
- Sophie ¿Qué te pasa? Estás muy silenciosa.
- Estoy cansada.
- ¿Solo eso? - dijo haciéndole cosquillas para sacarle una sonrisa.
- Si… solo… estoy nerviosa por un examen.
- Te saldrá bien. Ya lo verás - dije y vi cómo se relajaba.
- Bien, nosotros ahora nos vamos al cole, ¿verdad?
- Si - dijo levantándose y dándonos un beso a todos antes de colocarse su mochila.
- Oye y no te chives sobre mí - dijo Rick bromeando.
- Eres un mentiroso, ya veo lo malo que estas.
- Estoy malísimo - dijo revolcándose por el suelo haciendo el payaso y sacando una risa estrepitosa de mi pequeña.
- Yo cuido tu secreto - dijo yéndose con una sonrisa.
Rick se levantó despacio del suelo y se acercó hasta donde estaba, sentándose a mi lado. No dejaba de acariciarme haciéndome sentir bien, tan bien que no pude evitar cerrar los ojos.
- No hace falta que te quedes por mí. Estoy bien - dije abriendo despacio los ojos.
- Sé que estás bien. Soy yo el que esta enfermito - dijo poniéndome morritos y haciéndome reír.
- Rick…
- Lo sé. Solo quiero pasar un par de días contigo, así juntitos. Si quieres volver a la Academia el fin de semana vamos a pasar poco tiempo a solas así que… soy un egoísta pero me da igual. Quiero estar aquí contigo - dijo besándome suavemente en el cuello haciéndome suspirar.
- Me alegro que quieras.
- ¿Has visto? tú también quieres… no puedes negarlo - dijo haciéndome reír a carcajadas - oye no te rías, que es verdad, te mueres por mis huesos ¿a que sí?
-Sí, me muero por tus huesos - dije intentando no reírme a carcajadas.
- Y como soy tan bueno, soy todo tuyo - dijo haciendo aspavientos con las manos señalando su cuerpo.
- ¿Ah sí? ¿Y que vas a hacer para demostrarme que eres todo mío? - dije sensualmente provocándole y por supuesto lo conseguí. Me miró casi como si se le fueran a salir los ojos de la cara.
- ¿De verdad? ¿Aquí?
- Sí ¿qué pasa? No eras todo para mí.
- Soy todo… todo para ti - dijo levantándose corriendo y cogiéndome en brazos para llevarme a la cama. Pero lo paré al empezar a reírme.
- ¡Ey! ahora te ríes de mí - dijo haciéndose el ofendido.
- Rick… - dije intentando que me mirara - ahora mismo no… pero podrías ayudarme a hacer otra cosa.
- ¿Qué cosa?
-Me gustaría tomar una buena ducha pero… - no me dejo acabar cuando ya me tenía cogida entre sus brazos y me llevaba hacia el baño. Sin duda íbamos a darle un buen uso al baño no solo una ducha relajante y necesaria, con él, cualquier lugar era apropiado.
CONTINUARÁ…
Mil gracias a todos por seguir leyendo y seguir comentando, sois únicos y por vosotros merece la pena comerse la cabeza para sacar algo medio digno para ser publicado. Que paséis un gran día y nos vemos mañana con otro más.
XXOO
Twitter: tamyalways
Hoy quiero que me dejéis que haga una dedicación especial a Always1514 porque es hoy su cumpleaños. Muchas felicidades Julia que disfrutes de tu cumpleaños y este es mi humilde regalo.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 28
POV KATE
No sabía dónde me encontraba, ni hacia donde me dirigía. Solo corría y corría sin parar de hacerlo. Estaba asfixiada por el esfuerzo y quería parar, pero por mucho que lo intentaba no podía.
De repente vi a donde me dirigía, era el aeropuerto de la Guardia en Nueva York. Había mucha gente por todos lados, pero aunque quería ir más despacio, no dejaba de acelerar cada vez más y más. Un montón de gente se ponía en mitad de mi camino y por mucho que quería mis piernas no me respondían y seguían acercándose hacia ellos a grandes zancadas. Intenté gritar para que se apartaran, pero la voz no salía de mi cuerpo y de repente el choque ya era imposible de evitar. Cerré los ojos y me cubrí con las manos la cara pero tras varios segundos así no sentía nada. Cuando volví a abrir los ojos veía que ya no había nada, ni nadie, en mi camino. Era un pasillo largo y estrecho, completamente vació. Seguía corriendo sin saber muy bien por qué y de repente salía a una larga pista, donde veía como un avión estaba dispuesto a despegar. Salí corriendo tras él, ese era mi destino, eso era lo que quería, detenerlo. Pero el avión empezaba a coger altura y mis piernas se paraban de golpe, entonces lo vi… era Rick en una de las ventanas del avión, se iba y yo no podía hacer nada por evitarlo.
Desperté de golpe, mi pulso estaba acelerado como si de verdad hubiera estado corriendo y un sudor frío recorría todo mi cuerpo. Sentí una punzada en la muñeca al intentar levantarme y entonces lo escuché.
- Kate tranquila… solo ha sido una pesadilla - dijo mientras me acariciaba suavemente el pelo y me atraía hacia él dejando caer mi cabeza contra su hombro y allí me quedé sollozando por ese maldito sueño que dentro de poco se iba a convertir en realidad.
- No te has ido… no te has ido… - era lo único que podía repetir, mi voz se amortiguaba contra su pecho pero eso no evito que me escuchara.
- Kate no me voy a ningún lado. ¿A dónde querías que fuera? - pregunto mirándome a la cara y yo solo pude evitar su mirada - Kate…
- Solo… pensé que te habrías ido.
- ¿Ido?
- Por mi padre.
- Am - dijo creyéndome y yo suspiré porque así fuera y me abracé de nuevo con todas mis fuerzas a él - no me he ido y ahora menos Kate… voy a estar aquí contigo - dijo besándome sobre mi pelo haciendo casi… que me lo creyera, pero sabía que tarde o temprano se iría… y no habría marcha atrás.
Estaba completamente tumbada contra su pecho abrazada a él como si fuera un tronco en el mar y fuera lo único que tuviera para mantenerme a flote. Él me acariciaba el pelo de forma tan cariñosa… nunca antes me había sentido así, no al menos con un hombre. Él lo era todo para mí, ojala nos hubiéramos conocido en otro momento. Pero ahora nuestro futuro estaba en juego y por desgracia estaríamos separados por miles de kilómetros. Teníamos que estar separados porque no era el momento para ello, nuestros futuros laborales, nuestros sueños era lo que ambos necesitábamos en este momento. Si nos hubiéramos conocido dentro de cinco, diez años quizás ya estuviéramos lo suficientemente asentados para poder ser felices, para poder estar juntos.
- Kate…
- Um…
- ¿Estas mejor?
- Si, mucho mejor - dije dedicándole una sonrisa triste - ¿Qué hora es?
- Son las siete.
- ¡Oh! será mejor que me levanté y prepare el desayuno para todos - dije incorporándome quedando sentada sobre la cama, hasta que sentí un fuerte dolor en el pie cuando quise levantarme haciéndome recordar, porque estaba aquí.
- Kate con cuidado - dijo Rick levantándose por el otro lado y dando la vuelta a la cama hasta quedar arrodillado delante de mí, mirándome el tobillo - lo tienes bastante hinchado, será mejor que te pongas un poco de hielo mientras yo - dijo remarcando el pronombre personal -me ocupo del desayuno.
- Bien - dije dejándome ayudar mientras me llevaba hasta la isla de la cocina donde podía estar cerca de él.
Cogió un trapo donde metió un par de hielos y me lo ató con un nudo suave sobre el pie. Después tras dedicarme una sonrisa que hacía que mi corazón saltase, se puso manos a la obra con el desayuno para todos. Verlo así, moviéndose como pez en el agua en mi cocina, me hizo sonreír. Nunca me lo había imaginado así como todo un amo de casa, haciendo el desayuno para mi familia. No podía dejar de sonreír al verlo moviéndose de un lado para otro con todo el pelo desordenado, estaba tan guapo y yo tan locamente enamorada de él que no podía evitarlo.
- Toma prueba esto - dijo colocándome un trozo de beicon en la boca. Lo saboreé cerrando los ojos cuando empecé a masticarlo y todos los sabores explotaron en mi boca junto al estallido de un beicon perfectamente hecho.
- Um… está buenísimo.
- ¿Si? - preguntó con una sonrisa pícara y junto nuestros labios en un beso que sin duda me encanto y sorprendió a partes iguales - la verdad es que sí que esta bueno - dijo volviéndome a besar colocando suavemente su mano sobre mi mejilla para mantenerme ahí cerca compartiendo un gran beso, un gran beso de buenos días.
Nos separamos ambos sonriendo. Se giró para seguir haciendo la comida y le golpee su gran y perfecto trasero con el trapo de cocina que tenía más cerca. ¡Dios! en estos momentos tenía tantas ganas de besarlo y hacerle el amor. Me volvía tan loca que estaría dispuesta a hacer cualquier locura, pero los sonidos de unos pasos, me devolvieron a la realidad.
- Hola - dijo mi padre sorprendido al vernos allí a los dos.
- Hola - dijo Rick tragando saliva - he preparado el desayuno para todos.
- ¡Oh! Gracias - dijo mi padre golpeándole el hombro de forma amistosa - no hacía falta que te molestaras.
- Bueno era para agradeceros la cena de ayer - dijo preparando la comida para todos.
- Sophie ¿Qué te pasa? Estás muy silenciosa.
- Estoy cansada.
- ¿Solo eso? - dijo haciéndole cosquillas para sacarle una sonrisa.
- Si… solo… estoy nerviosa por un examen.
- Te saldrá bien. Ya lo verás - dije y vi cómo se relajaba.
- Bien, nosotros ahora nos vamos al cole, ¿verdad?
- Si - dijo levantándose y dándonos un beso a todos antes de colocarse su mochila.
- Oye y no te chives sobre mí - dijo Rick bromeando.
- Eres un mentiroso, ya veo lo malo que estas.
- Estoy malísimo - dijo revolcándose por el suelo haciendo el payaso y sacando una risa estrepitosa de mi pequeña.
- Yo cuido tu secreto - dijo yéndose con una sonrisa.
Rick se levantó despacio del suelo y se acercó hasta donde estaba, sentándose a mi lado. No dejaba de acariciarme haciéndome sentir bien, tan bien que no pude evitar cerrar los ojos.
- No hace falta que te quedes por mí. Estoy bien - dije abriendo despacio los ojos.
- Sé que estás bien. Soy yo el que esta enfermito - dijo poniéndome morritos y haciéndome reír.
- Rick…
- Lo sé. Solo quiero pasar un par de días contigo, así juntitos. Si quieres volver a la Academia el fin de semana vamos a pasar poco tiempo a solas así que… soy un egoísta pero me da igual. Quiero estar aquí contigo - dijo besándome suavemente en el cuello haciéndome suspirar.
- Me alegro que quieras.
- ¿Has visto? tú también quieres… no puedes negarlo - dijo haciéndome reír a carcajadas - oye no te rías, que es verdad, te mueres por mis huesos ¿a que sí?
-Sí, me muero por tus huesos - dije intentando no reírme a carcajadas.
- Y como soy tan bueno, soy todo tuyo - dijo haciendo aspavientos con las manos señalando su cuerpo.
- ¿Ah sí? ¿Y que vas a hacer para demostrarme que eres todo mío? - dije sensualmente provocándole y por supuesto lo conseguí. Me miró casi como si se le fueran a salir los ojos de la cara.
- ¿De verdad? ¿Aquí?
- Sí ¿qué pasa? No eras todo para mí.
- Soy todo… todo para ti - dijo levantándose corriendo y cogiéndome en brazos para llevarme a la cama. Pero lo paré al empezar a reírme.
- ¡Ey! ahora te ríes de mí - dijo haciéndose el ofendido.
- Rick… - dije intentando que me mirara - ahora mismo no… pero podrías ayudarme a hacer otra cosa.
- ¿Qué cosa?
-Me gustaría tomar una buena ducha pero… - no me dejo acabar cuando ya me tenía cogida entre sus brazos y me llevaba hacia el baño. Sin duda íbamos a darle un buen uso al baño no solo una ducha relajante y necesaria, con él, cualquier lugar era apropiado.
CONTINUARÁ…
Mil gracias a todos por seguir leyendo y seguir comentando, sois únicos y por vosotros merece la pena comerse la cabeza para sacar algo medio digno para ser publicado. Que paséis un gran día y nos vemos mañana con otro más.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
Que sorpresa leerte un martes!!! La pesadilla de Kate se convertira en realidad o no??? Mmmmm interesante... Me gusta
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Lo que hay detrás de los sueños-Tamyalways (Final subido)
OHH si ohh si ohh si..sera la mejor semana..martes con capitulo nuevo...genial ...se hará realidad la pesadilla de kate ...no quiero pensar y no quiero creer..solo me dejare sorprender ...nos vemos mañana-
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
capítulo 29
Buenos días a todos, os dejo con un nuevo capítulo. Gracias a todos por vuestros mensajes y ya sabéis si es el cumple de alguien avisadme me encanta felicitar
Gracias a mi compañera por su trabajo a pesar de todo. Gracias siempre.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 29
POV KATE
Nos metimos en la ducha, donde me dejo sentada sobre un pequeño asiento que tenía esta y poco a poco empezó a desnudarme con sus grandes manos, sin dejar de mirarme con esa mirada tan pura, con ese toque, entre juguetón y dulce que tan loca me volvía.
Me quitó con suavidad la camiseta para luego pasar a los pantalones, así como las vendas que llevaba en mi muñeca y tobillo. Cuando me terminó de desnudar, se quitó el la ropa rápidamente y le dio al agua hasta que consiguió la temperatura perfecta para ambos.
Cogió la esponja y tras esparcir una buena cantidad de mi gel con olor a cerezas, me lo paso suavemente, primero por mis piernas con cuidado para no lastimarme el pie malo. Me la paso con tanta delicadeza que casi se me saltan las lágrimas.
Poco a poco fue lavándome todas las partes de mi cuerpo, cada centímetro de él, lo cuido con tanta delicadeza, con tanto amor. Cuando acabo me ayudó a levantarme con cuidado y me apoye en él para evitar apoyar todo mi peso en el pie inflamado. Y juntos nos colocamos debajo del chorro del agua para quitar el jabón de mi cuerpo. Me agarré con fuerza a su cuello y su cercanía y el calor del agua de la ducha hizo que mi cuerpo reaccionara. Lo acerque más a mí para sentir su cuerpo caliente sobre el mío. Lo abracé un poco y entonces lo besé con todas mis fuerzas. Solo quería besarlo y sentirlo dentro de mí. Todo mi cuerpo me pedía a gritos una cura para este calor que estaba haciendo que mi cuerpo ardiera en deseo.
- Te necesito Rick.
- Pero…
- Sin peros… estamos solos y te necesito - dije volviendo a besarlo con todas mis ganas suspirando en sus labios cuando su boca se abrió permitiéndome la entrada en su boca.
Su lengua se unió a la mía haciendo que una corriente eléctrica me recorriera el cuerpo entero. Y entonces, cuando nuestras lenguas entraron en contacto y nuestros cuerpos estaban tan pegados, Rick empezó a reaccionar… y de qué manera. Sentía su cuerpo sobre el mío con fuerza haciendo que mi cuerpo chocara contra las frías baldosas, logrando estremecer mi cuerpo con el frío.
Nos separamos, pero seguía sintiendo su boca sobre mi cuello, sacándome de mi, ruidos que no podía controlar de ninguna manera. Estaba a punto de explosionar y la única manera de hacerlo era teniéndolo dentro.
Sus manos en mi pecho, su boca y su lengua en mi cuello y mis piernas estaban como gelatina, tanto es así que busque contacto para no caerme, cuando de repente apoye el pie en el suelo haciendo que saltara por el dolor.
- Kate ¿estás bien? - pregunto Rick al escuchar mi gritó de dolor.
- Sí, es mi pie, lo apoye sin querer.
- Será mejor que lo dejemos.
- No, no quiero - dije atrayéndolo más hacia mí.
- Kate, podemos llevarlo hacia otro lugar donde estaremos más a gusto ambos. Donde puedas estar sentada sin temor a apoyar ese pie.
- Estoy bien. Y te necesito aquí y ahora Rick - dije agarrándole del cuello y mordiéndole el labio superior haciéndole perder el control de nuevo.
Pero esta vez coloco sus manos en mis glúteos haciéndome levantar mis piernas y me agarré como pude a su cuello y a su cintura y él volvió a apoyarme en los azulejos fríos para mantenerme mejor en el aire y sin previo aviso me penetró de golpe haciéndome gritar de placer.
- ¡Dios Rick!
- No sabes cuánto me pone que grites mi nombre.
- Pues si quieres que lo hagas más no pares - dije instigándole a seguir mientras él me mordía el lóbulo de la oreja haciendo que se moviera y de qué manera.
Lo sentía tan profundo dentro de mí que no iba a poder aguantar mucho más. El agua apagaba un poco el sonido que hacían nuestros cuerpos cuando entraban en contacto pero no tapar mis gritos al sentirlo tan dentro de mí, al estar tan cerca de la bendita liberación.
- Rick necesito que vengas conmigo…
- Tranquila… estoy igual de cerca - dijo moviéndose cada vez más y más rápido perdiendo casi el control hasta que no pude más y sentí como la electricidad me recorría desde los dedos de los pies por todo mi cuerpo. Mis paredes se cerraban en su eje estallando y viendo estrellas por doquier.
- Rick… - grite en el momento del éxtasis y en ese momento sentí como me llenaba con su esperma haciendo que volviera a llegarme un nuevo orgasmo quedando exhausta.
Él, como pudo, mantuvo su peso junto al mío. Contra la pared que ahora era mucho más resbaladiza que antes por el vaho de la ducha. Me dejo con cuidado en el suelo de la ducha y sin apoyar el pie me mantuve como pude, porque mis piernas aún estaban temblando por lo sucedido.
Cerró el grifo y cogió un par de toallas, con una se secó él rápidamente y después de nuevo, con suavidad, me secó y me cogió en brazos, me llevo hacia la habitación que había sido mía desde que nací y que el día anterior había compartido con el que hasta ahora el hombre de mi vida.
Con mucho cuidado me puso la ropa interior limpia y luego una camiseta larga. Me tumbe en la cama y con un gesto hice que él se tumbara a mi lado aún desnudo, solo cubierto con la toalla. Se recostó sobre la cama y me tumbé contra su pecho apoyando mi cabeza, donde su corazón latía con fuerza.
- Eres increíble, lo sabes ¿no?
- Pues claro - dijo en tono de broma haciendo que ambos nos riéramos.
- Rick, lo digo en serio. Ha sido para mí como un oasis en medio del desierto. Has llegado para darme lo que necesitaba. Por eso eres increíble, por conseguir algo de mí que ni siquiera esperaba poder conseguir.
-Kate…
- No déjame acabar. Eres importante para mí pero… sé que tienes que hacerlo - fue a protestar pero volví a interrumpirlo - sé que dije que no íbamos a hablar de ello pero… necesito hacerlo. Eres importante para mí, más de lo que piensas, pero… sé que tienes que hacerlo - dije mirándole a los ojos - tienes que hacerlo porque es lo que tú necesitas. Me encanta esto que tenemos pero quizás no era el momento para ello, quizá en otro momento esto… sería increíble. Pero tienes que luchar por tus sueños, porque de sueños es de lo que vivimos Rick.
- Ya no sé qué es lo que quiero.
- Si la sabes.
- Lo sé pero ahora… es distinto Kate. Te tengo a ti y…
- Lo sé - dije acariciándole su mejilla - lo sé… pero no puedo impedirte que cumplas tus sueños. No puedo hacerlo. Tienes que volar, tienes que hacerlo porque, sino, algún día me lo echarás en cara y no quiero. No quiero alejarte de tus sueños.
- Pero podemos… intentarlo ¿no?
- Rick yo…
- Por favor - dijo suplicándome con lágrimas en los ojos.
- No puedo… no puedo estar contigo y verte con suerte tres veces al año. No puedo hacerlo. Te quiero Rick, pero…, no es justo para ninguno de los dos - lo vi asentir y como sus lágrimas caían por su rostro. Yo tampoco podía evitar que las lágrimas cayeran por el mío. Me apoye contra su pecho y mis lágrimas mojaron su pecho desnudo haciendo que su piel se pusiera de gallina.
- Lo entiendo… pero te quiero Kate - dijo levantándome y uniendo nuestros labios en un beso tierno lleno de amor y de promesas que perduraran para siempre en la vida, siempre en mi corazón.
- ¿Y ahora? - pregunté con miedo de saber la respuesta.
- Ahora si me lo permites yo… quiero estar a tu lado. Quiero disfrutar de cada minuto contigo Kate… - yo solo pude abrazarlo con fuerza - Esto es lo más difícil que he hecho en mi vida Kate… lo más difícil - nos abrazamos sin parar de llorar.
Era una conversación que no podíamos aparcar más, teníamos que tenerla y todo su amor, todo su apoyo, toda su ternura me ayudo a dar el paso. A pesar de querer ser egoísta no podía, porque lo quería tanto que no quería hacer nada que pudiera hacerle daño, tenía que hacer lo que yo pensaba que era lo mejor para él.
Solo esperaba… confiaba ahora más que nunca en este dichoso destino, creí más que nunca en el amor y en las parejas perfectas… por eso solo suplicaba que algún día pudiéramos rencontrarnos y seguir teniendo los sentimientos que teníamos ahora, que siguiéramos siendo el uno para el otro. Pero eso solo el tiempo lo diría, ahora tenía que dejarlo ir… ahora tenía que dejarlo marchar con todo el dolor de mi corazón.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir y nos vemos el viernes con un nuevo capítulo, recordad que los comentarios siempre son bienvenidos.
Por cierto ya me he puesto con la historia de la octava temporada pero por ahora no tengo nombre se admiten ideas. Ya os iré contando algo más sin meterme mucho sino no hay sorpresas.
XXOO
Twitter: tamyalways
Gracias a mi compañera por su trabajo a pesar de todo. Gracias siempre.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 29
POV KATE
Nos metimos en la ducha, donde me dejo sentada sobre un pequeño asiento que tenía esta y poco a poco empezó a desnudarme con sus grandes manos, sin dejar de mirarme con esa mirada tan pura, con ese toque, entre juguetón y dulce que tan loca me volvía.
Me quitó con suavidad la camiseta para luego pasar a los pantalones, así como las vendas que llevaba en mi muñeca y tobillo. Cuando me terminó de desnudar, se quitó el la ropa rápidamente y le dio al agua hasta que consiguió la temperatura perfecta para ambos.
Cogió la esponja y tras esparcir una buena cantidad de mi gel con olor a cerezas, me lo paso suavemente, primero por mis piernas con cuidado para no lastimarme el pie malo. Me la paso con tanta delicadeza que casi se me saltan las lágrimas.
Poco a poco fue lavándome todas las partes de mi cuerpo, cada centímetro de él, lo cuido con tanta delicadeza, con tanto amor. Cuando acabo me ayudó a levantarme con cuidado y me apoye en él para evitar apoyar todo mi peso en el pie inflamado. Y juntos nos colocamos debajo del chorro del agua para quitar el jabón de mi cuerpo. Me agarré con fuerza a su cuello y su cercanía y el calor del agua de la ducha hizo que mi cuerpo reaccionara. Lo acerque más a mí para sentir su cuerpo caliente sobre el mío. Lo abracé un poco y entonces lo besé con todas mis fuerzas. Solo quería besarlo y sentirlo dentro de mí. Todo mi cuerpo me pedía a gritos una cura para este calor que estaba haciendo que mi cuerpo ardiera en deseo.
- Te necesito Rick.
- Pero…
- Sin peros… estamos solos y te necesito - dije volviendo a besarlo con todas mis ganas suspirando en sus labios cuando su boca se abrió permitiéndome la entrada en su boca.
Su lengua se unió a la mía haciendo que una corriente eléctrica me recorriera el cuerpo entero. Y entonces, cuando nuestras lenguas entraron en contacto y nuestros cuerpos estaban tan pegados, Rick empezó a reaccionar… y de qué manera. Sentía su cuerpo sobre el mío con fuerza haciendo que mi cuerpo chocara contra las frías baldosas, logrando estremecer mi cuerpo con el frío.
Nos separamos, pero seguía sintiendo su boca sobre mi cuello, sacándome de mi, ruidos que no podía controlar de ninguna manera. Estaba a punto de explosionar y la única manera de hacerlo era teniéndolo dentro.
Sus manos en mi pecho, su boca y su lengua en mi cuello y mis piernas estaban como gelatina, tanto es así que busque contacto para no caerme, cuando de repente apoye el pie en el suelo haciendo que saltara por el dolor.
- Kate ¿estás bien? - pregunto Rick al escuchar mi gritó de dolor.
- Sí, es mi pie, lo apoye sin querer.
- Será mejor que lo dejemos.
- No, no quiero - dije atrayéndolo más hacia mí.
- Kate, podemos llevarlo hacia otro lugar donde estaremos más a gusto ambos. Donde puedas estar sentada sin temor a apoyar ese pie.
- Estoy bien. Y te necesito aquí y ahora Rick - dije agarrándole del cuello y mordiéndole el labio superior haciéndole perder el control de nuevo.
Pero esta vez coloco sus manos en mis glúteos haciéndome levantar mis piernas y me agarré como pude a su cuello y a su cintura y él volvió a apoyarme en los azulejos fríos para mantenerme mejor en el aire y sin previo aviso me penetró de golpe haciéndome gritar de placer.
- ¡Dios Rick!
- No sabes cuánto me pone que grites mi nombre.
- Pues si quieres que lo hagas más no pares - dije instigándole a seguir mientras él me mordía el lóbulo de la oreja haciendo que se moviera y de qué manera.
Lo sentía tan profundo dentro de mí que no iba a poder aguantar mucho más. El agua apagaba un poco el sonido que hacían nuestros cuerpos cuando entraban en contacto pero no tapar mis gritos al sentirlo tan dentro de mí, al estar tan cerca de la bendita liberación.
- Rick necesito que vengas conmigo…
- Tranquila… estoy igual de cerca - dijo moviéndose cada vez más y más rápido perdiendo casi el control hasta que no pude más y sentí como la electricidad me recorría desde los dedos de los pies por todo mi cuerpo. Mis paredes se cerraban en su eje estallando y viendo estrellas por doquier.
- Rick… - grite en el momento del éxtasis y en ese momento sentí como me llenaba con su esperma haciendo que volviera a llegarme un nuevo orgasmo quedando exhausta.
Él, como pudo, mantuvo su peso junto al mío. Contra la pared que ahora era mucho más resbaladiza que antes por el vaho de la ducha. Me dejo con cuidado en el suelo de la ducha y sin apoyar el pie me mantuve como pude, porque mis piernas aún estaban temblando por lo sucedido.
Cerró el grifo y cogió un par de toallas, con una se secó él rápidamente y después de nuevo, con suavidad, me secó y me cogió en brazos, me llevo hacia la habitación que había sido mía desde que nací y que el día anterior había compartido con el que hasta ahora el hombre de mi vida.
Con mucho cuidado me puso la ropa interior limpia y luego una camiseta larga. Me tumbe en la cama y con un gesto hice que él se tumbara a mi lado aún desnudo, solo cubierto con la toalla. Se recostó sobre la cama y me tumbé contra su pecho apoyando mi cabeza, donde su corazón latía con fuerza.
- Eres increíble, lo sabes ¿no?
- Pues claro - dijo en tono de broma haciendo que ambos nos riéramos.
- Rick, lo digo en serio. Ha sido para mí como un oasis en medio del desierto. Has llegado para darme lo que necesitaba. Por eso eres increíble, por conseguir algo de mí que ni siquiera esperaba poder conseguir.
-Kate…
- No déjame acabar. Eres importante para mí pero… sé que tienes que hacerlo - fue a protestar pero volví a interrumpirlo - sé que dije que no íbamos a hablar de ello pero… necesito hacerlo. Eres importante para mí, más de lo que piensas, pero… sé que tienes que hacerlo - dije mirándole a los ojos - tienes que hacerlo porque es lo que tú necesitas. Me encanta esto que tenemos pero quizás no era el momento para ello, quizá en otro momento esto… sería increíble. Pero tienes que luchar por tus sueños, porque de sueños es de lo que vivimos Rick.
- Ya no sé qué es lo que quiero.
- Si la sabes.
- Lo sé pero ahora… es distinto Kate. Te tengo a ti y…
- Lo sé - dije acariciándole su mejilla - lo sé… pero no puedo impedirte que cumplas tus sueños. No puedo hacerlo. Tienes que volar, tienes que hacerlo porque, sino, algún día me lo echarás en cara y no quiero. No quiero alejarte de tus sueños.
- Pero podemos… intentarlo ¿no?
- Rick yo…
- Por favor - dijo suplicándome con lágrimas en los ojos.
- No puedo… no puedo estar contigo y verte con suerte tres veces al año. No puedo hacerlo. Te quiero Rick, pero…, no es justo para ninguno de los dos - lo vi asentir y como sus lágrimas caían por su rostro. Yo tampoco podía evitar que las lágrimas cayeran por el mío. Me apoye contra su pecho y mis lágrimas mojaron su pecho desnudo haciendo que su piel se pusiera de gallina.
- Lo entiendo… pero te quiero Kate - dijo levantándome y uniendo nuestros labios en un beso tierno lleno de amor y de promesas que perduraran para siempre en la vida, siempre en mi corazón.
- ¿Y ahora? - pregunté con miedo de saber la respuesta.
- Ahora si me lo permites yo… quiero estar a tu lado. Quiero disfrutar de cada minuto contigo Kate… - yo solo pude abrazarlo con fuerza - Esto es lo más difícil que he hecho en mi vida Kate… lo más difícil - nos abrazamos sin parar de llorar.
Era una conversación que no podíamos aparcar más, teníamos que tenerla y todo su amor, todo su apoyo, toda su ternura me ayudo a dar el paso. A pesar de querer ser egoísta no podía, porque lo quería tanto que no quería hacer nada que pudiera hacerle daño, tenía que hacer lo que yo pensaba que era lo mejor para él.
Solo esperaba… confiaba ahora más que nunca en este dichoso destino, creí más que nunca en el amor y en las parejas perfectas… por eso solo suplicaba que algún día pudiéramos rencontrarnos y seguir teniendo los sentimientos que teníamos ahora, que siguiéramos siendo el uno para el otro. Pero eso solo el tiempo lo diría, ahora tenía que dejarlo ir… ahora tenía que dejarlo marchar con todo el dolor de mi corazón.
CONTINUARÁ…
Gracias a todos por seguir y nos vemos el viernes con un nuevo capítulo, recordad que los comentarios siempre son bienvenidos.
Por cierto ya me he puesto con la historia de la octava temporada pero por ahora no tengo nombre se admiten ideas. Ya os iré contando algo más sin meterme mucho sino no hay sorpresas.
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
- Mensajes : 780
Fecha de inscripción : 04/09/2015
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Temas similares
» A salvo-Tamyalways Final Subido
» Presunto inocente-Tamyalways-Final Subido
» Vacaciones en Roma-Tamyalways-Final subido
» Quiero una familia-Tamyalways-Final Subido
» La última copa-Tamyalways-Final Subido
» Presunto inocente-Tamyalways-Final Subido
» Vacaciones en Roma-Tamyalways-Final subido
» Quiero una familia-Tamyalways-Final Subido
» La última copa-Tamyalways-Final Subido
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 4 de 6.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.