Treinta días (Día 30)
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Treinta días (Día 30)
Hola a todos! ^^ Llevo ya unos meses aquí en el foro, pero es la primera vez que se me ocurre poner aquí un fanfic. Soy nueva en esto de escribir cosos de Castle. Nunca he escrito un fanfic de ellos, así que no sé muy bien si me va a salir como a mi me gustaría. Pero bueno, lo he intentado jajaja. Si veis que me sale como el culo crucificadme y tal, aunque antes preferiría que me dierais vuestros puntos de vista y tal, cualquier crítica constructiva se agradece! :3 Y bueno, voy a dejar de enrollarme y a colgar esto jajajaja.
Antes os epxlico cómo va esto. es una especie de desafío que vi por tumblr (igual a alguno/a le suena). Es el 30 Day OTP Challenge, bastante curioso de hacer así que os animo y tal, que mola mucho ^^. La página es esta http://ericandy.tumblr.com/post/26596382488/ericandys-30-day-otp-challenge. De todos modos voy a colgar aquí el índice para que os hagáis una idea de cómo va a ser:
1. Holding hands (página 1)
2. Cuddling somewhere (página 2)
3. Gaming/watching a movie (página 3)
4. On a date (página 4)
5. Kissing (página 5)
6. Wearing eachothers’ clothes (página 6)
7. Cosplaying (página 6)
8. Shopping (página 7)
9. Hanging out with friends (página 7)
10. With animal ears (página 8 )
11. Wearing kigurumis (página 9)
12. Making out (página 10)
13. Eating icecream (página 10)
14. Genderswapped (página 11)
15. In a different clothing style (página 12)
16. During their morning ritual(s) (página 13)
17. Spooning (página 14)
18. Doing something together (página 14)
19. In formal wear (página 15)
20. Dancing (página 16)
21. Cooking/baking (página 16)
22. In battle, side-by-side (página 17)
23. Arguing (página 18)
24. Making up afterwards (página 18)
25. Gazing into eachothers’ eyes (página 20)
26. Getting married (página 21)
27. On one of their birthdays (página 22)
28. Doing something ridiculous (página 22)
29. Doing something sweet (página 23)
30. Doing something hot (página 24)
Intentaré ir a uno por día (ahí esta la magia de esto jajaja). No tienen por que ir en la misma linea temporal ni seguir una trama de continuación, simplemente es un momento por día. Así que bueno, sin más dilación, aquí os va! :3
***
Día 1: Manos
A ella le encanta sentir su mano sobre la suya. Sentir cómo sus dedos encajan de manera perfecta entre los suyos como si dios les hubiera creado siguiendo un patrón a medida como si formaran parte de un mismo puzzle. Como si estuvieran predestinados desde incluso antes de nacer a que esa perfecta armonía solo pudiera conseguirse entre los dos. Y eso a Kate le eriza cada centímetro de su piel porque, aunque ella nunca se ha considerados una creyente en el destino ni esas mierdas puramente mitológicas y primigenias, le está resultando bastante complicado desde hace unos meses no echar por tierra todos sus esquemas idealizados sobre lo mecanicista que es el mundo. Y eso le asusta, básicamente porque ninguna persona ha conseguido cambiarla de una manera tan, tan radical.
También en parte es culpa de ella. Lo malo de ser poli es que acabas por dejar de creer en las coincidencias. Y todo eso que lleva desde hace cuatro años era una de ellas y muy grande. Demasiado. Lo inevitable era terminar teniendo esta clase de monólogos interiores.
-Beckett –su monólogo se ve interrumpido por una voz exterior. Articula un sonido de interrogación, dirigiendo su mirada desde sus manos entrelazadas hacia sus ojos-. No me mires mal, pero… –ruega, parece dubitativo- hay veces en las que no sé si solo me estas agarrando la mano o realmente lo que estás haciendo es usar tu sutileza para pedirme que nos enrollemos.
La policía ahoga una carcajada, le resulta hasta adorable esa torpeza innata que tiene para cargarse cualquier clímax más o menos romántico- Venga ya, Castle. ¿Eres escritor y no eres capaz de usar tu imaginación en un momento así? –lo mira con sorna y cierta tentación, haciendo fugaces viajes de sus ojos a sus labios y viceversa.
-¿Te recuerdo cómo nos despedimos hace unas semanas? –pregunta, burlón.
-¿Te recuerdo quién lo inventó?
Castle desiste, no contestando. En su lugar, suelta un bufido de desaprobación en un intento de parecer enfadado que Beckett toma a la ligera. La incipiente sonrisa del escritor en medio de su pobre cara de póker esclarece de todas las maneras posibles sus intenciones y Kate lo único que puede hacer ante ese gesto es derretirse por dentro admirando lo terriblemente tierno que es su novio. Ella sonríe, complacida, acurrucándose sobre su pecho. Castle no tarda en rodear su cintura con sus brazos, aferrando más su posición, acercándola más hacia su cuerpo y ella se deja, sentándose entre sus piernas. Le encanta cuando acaban los dos tirados en el sofá, de esa manera. Se sentía segura entre los brazos del escritor. Cuando Kate se quiere dar cuenta, otra vez esta jugueteando con las manos del otro, sobre su estómago. Él suelta una carcajada y ella le sigue.
-¿Sabes qué? –susurra ella, en voz baja, lo suficiente para obligar al escritor a acercarse más, hasta tener sus labios a poco más de medio centímetro de los suyos. Nota cómo el clímax vuelve a formarse- Tenerte así me reconforta, Castle –confiesa, observando sus manos-. Siempre lo ha hecho –traga saliva, le entra un curioso pero placentero cosquilleo en el estómago cuando nota sus pulgares haciendo masajes circulares sobre el dorso de sus manos. Esta es la clase de detalles que provocan que a Kate le cueste asimilar que están juntos, porque lo que siente está cerca de parecer un sueño, es demasiada perfección asentada en la realidad-. Siempre que me encontraba mal, bien por lo de mi madre o por cualquier otra cosa me ayudaba mucho que me cogieras de la mano y me dijeras que todo iba a salir bien. No sé por qué, pero hacías que todo fuera mucho más fácil.
Kate puede notar la sonrisa de Castle sobre su frente. Realmente, es así. En esos momentos, sentir el roce de su piel contra la suya cuando le daba la mano provocaba que de repente el peso del mundo se redujese de manera casi inverosímil. Que la tensión del ambiente se deshiciera, igual no totalmente, pero si lo suficiente como para que empezara a respirar tranquila e incluso sonreír. Sentir que pisaba sobre tierra firme.
Y bueno, ahora también. Solo que ahora es mucho más sencillo.
-Por eso –continúa- no puedo evitar agarrarte la mano siempre que puedo. Porque me recuerdas a todos esos momentos en los que me estaba ahogando con mis propios miedos y venías tú a sacarme de toda esa mierda –acaricia suavemente la palma de la mano de Castle con las yemas de sus dedos, casi al mismo ritmo que sus respiraciones-. Hasta hace nada, prácticamente, no he dejado de sentirme sola.
Rick la mira como si no le contase nada nuevo, como si él ya lo supiese y ella casi se asombra de lo mucho que él la conoce- Pero no estás sola. Nunca lo has estado.
-Y lo sé, pero es difícil darse cuenta cuando ves como todo tu mundo se viene abajo. Y pensaba que siempre iba a ser así, hasta que un día apareciste en mi vida. No sabía cómo, pero llegué a un punto en el que me di cuenta de que tenerte a mi lado hacía que me olvidase de todo eso. Sobre todo cuando me dabas la mano.
-Vaya –murmura, medio sorprendido, conservando el intimismo de aquella situación-. Qué bonito.
-No te lo esperabas, ¿eh?
-La verdad es que no. Quiero decir –se incorpora levemente, deslizándose hacia atrás para recostar mejor a su novia, hasta poder apoyar su barbilla sobre su cabeza-, siempre he intentado animarte cuando te veía así, ¿sabes? Porque pareces una personas fuerte. No, eres una persona fuerte. Pero en esos momentos, aunque te esforzaras por mantener esa imagen, te caías. Te estabas derrumbando. Y no sabes lo frustrante que era para mí verte así y no saber cómo hacer que levantaras cabeza. Por eso te daba la mano.
-¿Y eso qué significaba para ti?
-Cuando le das la mano a alguien estás creando una especie de vínculo. Es un símbolo de unión que dependiendo de las personas y del contexto, tiene un significado u otro.
-¿Y en nuestro contexto? ¿Qué significaba?
Richard entrelaza sus dedos con los de Beckett- Una promesa.
-¿Promesa?
-Promesa de que no te iba a dejar sola. Es una unión, ¿no? –Beckett asiente levemente por debajo de la barbilla de Castle- Y de que cada vez que te viera perdida, te daría la mano para hacerte entender que nunca ibas a caer. Que estaría ahí para levantarte.
-Eso sí que ha sido bonito –responde sin ocultar el orgullo ante las palabras del escritor. Esta es una de esas veces en las que Beckett se responde a sí misma cuando se pregunta qué tendrá Castle para despertar en su interior todas esas emociones que la hacen ponerla el organismo del derecho y del revés y de todas las formas posibles como si estuviera dejándose llevar por un huracán.
-A que sí –responde, jactancioso e ilusionado-. Soy genial.
-Vale, escritor, no te lo creas tanto –ambos se ríen, él estrecha más el contacto, arropándola con más fuerza entre sus brazos. Beckett sigue sin soltarle las manos.
-¿Pero ha funcionado o no?
Sonríe como pocas veces lo ha hecho, asintiendo- La pena es que no creo que nunca llegues a hacerte una idea de cómo me has hecho sentir todo este tiempo.
-Ya, bueno. Puede que no.
Ambos se quedan en silencio, y eso les basta. Beckett puede sentir los latidos del corazón de Castle sobre su espalda, su respiración y cómo su pecho sube y baja. El calor que le transmite y está segura de que puede pasarse horas y horas así. Incluso días porque se siente segura y protegida. Como siempre le ha hecho sentir. Siempre desde que un día a Castle se le ocurrió agarrar su mano cuando lo veía todo negro.
Y sabe que, solo con eso, podría vivir como la persona más feliz del mundo en lo que le resta de vida.
-Ni tú tampoco te la harás conmigo –finaliza Castle.
***
Espero que os haya gustado! ^^ Mañana más :3.
Antes os epxlico cómo va esto. es una especie de desafío que vi por tumblr (igual a alguno/a le suena). Es el 30 Day OTP Challenge, bastante curioso de hacer así que os animo y tal, que mola mucho ^^. La página es esta http://ericandy.tumblr.com/post/26596382488/ericandys-30-day-otp-challenge. De todos modos voy a colgar aquí el índice para que os hagáis una idea de cómo va a ser:
1. Holding hands (página 1)
2. Cuddling somewhere (página 2)
3. Gaming/watching a movie (página 3)
4. On a date (página 4)
5. Kissing (página 5)
6. Wearing eachothers’ clothes (página 6)
7. Cosplaying (página 6)
8. Shopping (página 7)
9. Hanging out with friends (página 7)
10. With animal ears (página 8 )
11. Wearing kigurumis (página 9)
12. Making out (página 10)
13. Eating icecream (página 10)
14. Genderswapped (página 11)
15. In a different clothing style (página 12)
16. During their morning ritual(s) (página 13)
17. Spooning (página 14)
18. Doing something together (página 14)
19. In formal wear (página 15)
20. Dancing (página 16)
21. Cooking/baking (página 16)
22. In battle, side-by-side (página 17)
23. Arguing (página 18)
24. Making up afterwards (página 18)
25. Gazing into eachothers’ eyes (página 20)
26. Getting married (página 21)
27. On one of their birthdays (página 22)
28. Doing something ridiculous (página 22)
29. Doing something sweet (página 23)
30. Doing something hot (página 24)
Intentaré ir a uno por día (ahí esta la magia de esto jajaja). No tienen por que ir en la misma linea temporal ni seguir una trama de continuación, simplemente es un momento por día. Así que bueno, sin más dilación, aquí os va! :3
***
Día 1: Manos
A ella le encanta sentir su mano sobre la suya. Sentir cómo sus dedos encajan de manera perfecta entre los suyos como si dios les hubiera creado siguiendo un patrón a medida como si formaran parte de un mismo puzzle. Como si estuvieran predestinados desde incluso antes de nacer a que esa perfecta armonía solo pudiera conseguirse entre los dos. Y eso a Kate le eriza cada centímetro de su piel porque, aunque ella nunca se ha considerados una creyente en el destino ni esas mierdas puramente mitológicas y primigenias, le está resultando bastante complicado desde hace unos meses no echar por tierra todos sus esquemas idealizados sobre lo mecanicista que es el mundo. Y eso le asusta, básicamente porque ninguna persona ha conseguido cambiarla de una manera tan, tan radical.
También en parte es culpa de ella. Lo malo de ser poli es que acabas por dejar de creer en las coincidencias. Y todo eso que lleva desde hace cuatro años era una de ellas y muy grande. Demasiado. Lo inevitable era terminar teniendo esta clase de monólogos interiores.
-Beckett –su monólogo se ve interrumpido por una voz exterior. Articula un sonido de interrogación, dirigiendo su mirada desde sus manos entrelazadas hacia sus ojos-. No me mires mal, pero… –ruega, parece dubitativo- hay veces en las que no sé si solo me estas agarrando la mano o realmente lo que estás haciendo es usar tu sutileza para pedirme que nos enrollemos.
La policía ahoga una carcajada, le resulta hasta adorable esa torpeza innata que tiene para cargarse cualquier clímax más o menos romántico- Venga ya, Castle. ¿Eres escritor y no eres capaz de usar tu imaginación en un momento así? –lo mira con sorna y cierta tentación, haciendo fugaces viajes de sus ojos a sus labios y viceversa.
-¿Te recuerdo cómo nos despedimos hace unas semanas? –pregunta, burlón.
-¿Te recuerdo quién lo inventó?
Castle desiste, no contestando. En su lugar, suelta un bufido de desaprobación en un intento de parecer enfadado que Beckett toma a la ligera. La incipiente sonrisa del escritor en medio de su pobre cara de póker esclarece de todas las maneras posibles sus intenciones y Kate lo único que puede hacer ante ese gesto es derretirse por dentro admirando lo terriblemente tierno que es su novio. Ella sonríe, complacida, acurrucándose sobre su pecho. Castle no tarda en rodear su cintura con sus brazos, aferrando más su posición, acercándola más hacia su cuerpo y ella se deja, sentándose entre sus piernas. Le encanta cuando acaban los dos tirados en el sofá, de esa manera. Se sentía segura entre los brazos del escritor. Cuando Kate se quiere dar cuenta, otra vez esta jugueteando con las manos del otro, sobre su estómago. Él suelta una carcajada y ella le sigue.
-¿Sabes qué? –susurra ella, en voz baja, lo suficiente para obligar al escritor a acercarse más, hasta tener sus labios a poco más de medio centímetro de los suyos. Nota cómo el clímax vuelve a formarse- Tenerte así me reconforta, Castle –confiesa, observando sus manos-. Siempre lo ha hecho –traga saliva, le entra un curioso pero placentero cosquilleo en el estómago cuando nota sus pulgares haciendo masajes circulares sobre el dorso de sus manos. Esta es la clase de detalles que provocan que a Kate le cueste asimilar que están juntos, porque lo que siente está cerca de parecer un sueño, es demasiada perfección asentada en la realidad-. Siempre que me encontraba mal, bien por lo de mi madre o por cualquier otra cosa me ayudaba mucho que me cogieras de la mano y me dijeras que todo iba a salir bien. No sé por qué, pero hacías que todo fuera mucho más fácil.
Kate puede notar la sonrisa de Castle sobre su frente. Realmente, es así. En esos momentos, sentir el roce de su piel contra la suya cuando le daba la mano provocaba que de repente el peso del mundo se redujese de manera casi inverosímil. Que la tensión del ambiente se deshiciera, igual no totalmente, pero si lo suficiente como para que empezara a respirar tranquila e incluso sonreír. Sentir que pisaba sobre tierra firme.
Y bueno, ahora también. Solo que ahora es mucho más sencillo.
-Por eso –continúa- no puedo evitar agarrarte la mano siempre que puedo. Porque me recuerdas a todos esos momentos en los que me estaba ahogando con mis propios miedos y venías tú a sacarme de toda esa mierda –acaricia suavemente la palma de la mano de Castle con las yemas de sus dedos, casi al mismo ritmo que sus respiraciones-. Hasta hace nada, prácticamente, no he dejado de sentirme sola.
Rick la mira como si no le contase nada nuevo, como si él ya lo supiese y ella casi se asombra de lo mucho que él la conoce- Pero no estás sola. Nunca lo has estado.
-Y lo sé, pero es difícil darse cuenta cuando ves como todo tu mundo se viene abajo. Y pensaba que siempre iba a ser así, hasta que un día apareciste en mi vida. No sabía cómo, pero llegué a un punto en el que me di cuenta de que tenerte a mi lado hacía que me olvidase de todo eso. Sobre todo cuando me dabas la mano.
-Vaya –murmura, medio sorprendido, conservando el intimismo de aquella situación-. Qué bonito.
-No te lo esperabas, ¿eh?
-La verdad es que no. Quiero decir –se incorpora levemente, deslizándose hacia atrás para recostar mejor a su novia, hasta poder apoyar su barbilla sobre su cabeza-, siempre he intentado animarte cuando te veía así, ¿sabes? Porque pareces una personas fuerte. No, eres una persona fuerte. Pero en esos momentos, aunque te esforzaras por mantener esa imagen, te caías. Te estabas derrumbando. Y no sabes lo frustrante que era para mí verte así y no saber cómo hacer que levantaras cabeza. Por eso te daba la mano.
-¿Y eso qué significaba para ti?
-Cuando le das la mano a alguien estás creando una especie de vínculo. Es un símbolo de unión que dependiendo de las personas y del contexto, tiene un significado u otro.
-¿Y en nuestro contexto? ¿Qué significaba?
Richard entrelaza sus dedos con los de Beckett- Una promesa.
-¿Promesa?
-Promesa de que no te iba a dejar sola. Es una unión, ¿no? –Beckett asiente levemente por debajo de la barbilla de Castle- Y de que cada vez que te viera perdida, te daría la mano para hacerte entender que nunca ibas a caer. Que estaría ahí para levantarte.
-Eso sí que ha sido bonito –responde sin ocultar el orgullo ante las palabras del escritor. Esta es una de esas veces en las que Beckett se responde a sí misma cuando se pregunta qué tendrá Castle para despertar en su interior todas esas emociones que la hacen ponerla el organismo del derecho y del revés y de todas las formas posibles como si estuviera dejándose llevar por un huracán.
-A que sí –responde, jactancioso e ilusionado-. Soy genial.
-Vale, escritor, no te lo creas tanto –ambos se ríen, él estrecha más el contacto, arropándola con más fuerza entre sus brazos. Beckett sigue sin soltarle las manos.
-¿Pero ha funcionado o no?
Sonríe como pocas veces lo ha hecho, asintiendo- La pena es que no creo que nunca llegues a hacerte una idea de cómo me has hecho sentir todo este tiempo.
-Ya, bueno. Puede que no.
Ambos se quedan en silencio, y eso les basta. Beckett puede sentir los latidos del corazón de Castle sobre su espalda, su respiración y cómo su pecho sube y baja. El calor que le transmite y está segura de que puede pasarse horas y horas así. Incluso días porque se siente segura y protegida. Como siempre le ha hecho sentir. Siempre desde que un día a Castle se le ocurrió agarrar su mano cuando lo veía todo negro.
Y sabe que, solo con eso, podría vivir como la persona más feliz del mundo en lo que le resta de vida.
-Ni tú tampoco te la harás conmigo –finaliza Castle.
***
Espero que os haya gustado! ^^ Mañana más :3.
Última edición por iamaplatypus el Sáb Ene 26, 2013 12:37 pm, editado 30 veces
Re: Treinta días (Día 30)
Me ha gustado mucho! Ha sido una escena muy bonita y muy tierna
Me alegro de que te hayas animado a escribir! Estoy deseando leer el capítulo de mañana
Me alegro de que te hayas animado a escribir! Estoy deseando leer el capítulo de mañana
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Treinta días (Día 30)
Que momentazo, vaya conversación, es preciosa me ha encantado, emocionado
Gracias por animarte!!!
Gracias por animarte!!!
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Treinta días (Día 30)
Me ha gustado. Sigue
nita85- As del póker
- Mensajes : 455
Fecha de inscripción : 20/05/2012
Edad : 38
Localización : Málaga
Re: Treinta días (Día 30)
Leyendo los titulos tengo ganas de que llegue el dia 30 y el 5
Esta demasiado genial para expresar con palabras asi que te lo expresare a mi manera dklfasjldkhgldasjhfjklscvbnasdjlfbhgaedbvgasjldknvjklsdfbvzsdkljvbzjklxc <----
Esta demasiado genial para expresar con palabras asi que te lo expresare a mi manera dklfasjldkhgldasjhfjklscvbnasdjlfbhgaedbvgasjldknvjklsdfbvzsdkljvbzjklxc <----
PartnersAlways- As del póker
- Mensajes : 373
Fecha de inscripción : 26/11/2012
Re: Treinta días (Día 30)
Guau, no tenía ni idea que tuviéramos por aquí a otra gran escritora.
Ha sido una de las conversaciones más románticas que he leido de la pareja,conforme iba leyendo me imaginaba aquella escena del 5x03 del beso con las manos, ha sido precioso
Me encanta lo que significa para ambos el contacto con las manos del otro, es muy tierno.
Tu idea es genial, me vas a tener por aquí todos los días
Ha sido una de las conversaciones más románticas que he leido de la pareja,conforme iba leyendo me imaginaba aquella escena del 5x03 del beso con las manos, ha sido precioso
Me encanta lo que significa para ambos el contacto con las manos del otro, es muy tierno.
Tu idea es genial, me vas a tener por aquí todos los días
Re: Treinta días (Día 30)
WoW! demasiado genial...me ha encantado super tierna; solo puedo decirte que me enamore de tu fic ...esperare con ansias el próximo capitulo sigue pronto si no
en fin Gracias por subirlo..
en fin Gracias por subirlo..
Maria_ARM- Escritor novato
- Mensajes : 47
Fecha de inscripción : 20/12/2012
Edad : 28
Localización : Venezuela
Re: Treinta días (Día 30)
Esto promete.............mucho, mucho¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Sigue, tengo mucha expectación, ante lo que venga.
Sigue, tengo mucha expectación, ante lo que venga.
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Treinta días (Día 30)
Wow... Es una escena realmente hermosa y romántica.
El significado del contacto de las manos es muy profundo para ambos.
¿Dices que primera vez que escribes un fic de Castle?
Pues no parece. Te expresas muy bien.
Yo aquí estaré esperando tus capítulos.
El significado del contacto de las manos es muy profundo para ambos.
¿Dices que primera vez que escribes un fic de Castle?
Pues no parece. Te expresas muy bien.
Yo aquí estaré esperando tus capítulos.
Re: Treinta días (Día 30)
Hay que bonitoooo me ha encantado por favor sigue.
Es un fic muy romántico me he emocionado y todo yo quiero algo así en la serie
Es un fic muy romántico me he emocionado y todo yo quiero algo así en la serie
Re: Treinta días (Día 30)
Ha sido, PRECIOSO, Alba tiene razón, eres una estupenda escritora...
Me ha encantado, a mi también me verás por aquí mañana, y pasado, y el otro...jejejeje. Te estaré esperando.
Me ha encantado, a mi también me verás por aquí mañana, y pasado, y el otro...jejejeje. Te estaré esperando.
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
- Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Edad : 26
Localización : Ceuta (España)
Re: Treinta días (Día 30)
sigueeeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Treinta días (Día 30)
Lo primero de todo es que el desafío me parece muy interesante, mola.
y este capítulo es precioso.
Escribes muy bien, me he sentido como si estuviera dentro de la escena.
lo mejor de todo es que hay 30 capitulos y vas a hacernos disfrutar con ellos cada día ( o ese es el plan no? jajaja)
y este capítulo es precioso.
Escribes muy bien, me he sentido como si estuviera dentro de la escena.
lo mejor de todo es que hay 30 capitulos y vas a hacernos disfrutar con ellos cada día ( o ese es el plan no? jajaja)
Re: Treinta días (Día 30)
La verdad, es que está idea la había visto en Tumblr y me había llamado la atención. Me alegro que alguien del foro se haya animado a hacerla, el primer capitulo te doí un 10, que monos los dos. Ese plan es el que me gustaría ver en la serie, no en contenido sexual ni mucho menos, sino el punto que tu nos has sabído dar, con besos y caricias. Me ha encantado. Espero el siguiente con muchas ganas...
Invitado- Invitado
Re: Treinta días (Día 30)
me encanta esta idea.....de tener un fic nuevo todos los dias
muy lindo este fic!!!!
muy lindo este fic!!!!
Re: Treinta días (Día 30)
Sigue!!! esto me encanta
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Re: Treinta días (Día 30)
Me encanta!! Me gusta la idea de este Fic
Tengo ganas ya de leer el de mañana
Tengo ganas ya de leer el de mañana
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Treinta días (Día 30)
wooo! me ha encantado hasta mañana! espero que lo de ampliar los 30 días se pueda negociar,
Re: Treinta días (Día 30)
Guau! Super bonito ORNITORRINCO!
De verdad, me encanto, enhorabuena..
De verdad, me encanto, enhorabuena..
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Treinta días (Día 30)
Que bonito el significado que le ha dado al gesto de cogerle de la mano. Me ha encantado.
A la espera del siguiente día.
A la espera del siguiente día.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Treinta días (Día 30)
Venga, entro y me encuentro todos estos comentarios y asdsafsdsfd haceis que me muera de amor y de todo. Muchisimas gracias, de verdad . Sois unos encantos (L).
Y bueno, segundo día, aquí os viene otro capítulo. Espero no defraudar y eso, y sobre todo espero que os guste. Ale, por vosotros (L).
Pd.: habeis visto el titulo? Es una canción de 3 Doors Down, preciosa. Os la recomiendo que la escucheis, y más mientras leeis esto. Me ha ayudado bastante a inspirarme mientras lo escribía ^^.
***
Día 2: Your arms feel like home
Él nunca ha estado en ese tipo de situación. Ni pensaba que algún día podría verse envuelto en algo parecido. Pero ahí está, respirando incomodidad y quieto como si fuera una maceta, sin saber qué hacer ni qué decir. Bendita la hora que se le ocurrió proponer en un leve tono de súplica “¿puedo ir contigo?” sin siquiera pensar en qué pasaría. Pero bueno, la cosa es bastante obvia y fácil de imaginar. Se muerde el labio, mirando de un lado para otro, fijando su mirada esporádicamente en su compañera que permanece casi tan inmóvil como él.
Lo que aún no es capaz de asimilar es por qué ella asintió la cabeza casi sin replanteárselo. Como si estuviera totalmente segura. Le habría pillado con la guardia baja, supone Castle. Pero aun así, se siente todo un invasor de esa privacidad que Beckett hasta hace pocas horas se seguía guardando para sí misma. Aunque en cierto modo al escritor le reconforta porque una cosa es creer que la mujer que te vuelve loco y te da una razón para seguir abriéndote paso día a día confíe en ti.
Otra muy distinta es saberlo. Porque en esos momentos Castle siente que puede tocar las estrellas. Llevar casi cuatro años con la mujer que vive en su propia fortaleza inalienable y que un buen día te des cuenta de que poco a poco se va abriendo a ti… venga. Eso es su propio elixir de la vida. Se siente demasiado especial al saber que ni siquiera Josh tuvo ese privilegio.
-Pensarás que estoy hecha una gilipollas, Castle –masculla Beckett. Rick puede apreciar en su tono las casi incontenibles ganas de echarse a llorar.
-No –se acerca lentamente a ella, por la espalda y consigue ver mejor el nombre de su madre tallado en aquella lápida. Por alguna razón siente una severa conexión empática que alivia al escritor, porque pocas veces consigue entender qué tiene que decirle o hacerle a Beckett realmente-. No lo eres –la espalda de su compañera ya roza levemente su pecho, titubea antes de encontrar las palabras adecuadas-. Tengo bastante mejor gusto a la hora de elegir mis musas. Te aseguro que son de todo menos gilipollas.
Beckett medio reprime una carcajada, Castle cree que por respeto a su madre. Eso hace que se le ilumine el rostro- Te juro que siempre estoy intentando no parecer débil. De verdad. Pero–
-Kate –interrumpe, en tono cortante y rotundo-. No eres débil, eres humana. Estarás harta de oírme que me pareces una persona extraordinaria. Y valiente. Y nunca me cansaría de recordártelo. Muchas veces hasta tengo envidia porque sé que si yo estuviera en tu misma situación ya me habría caído muchísimo antes de intentar aguantar todo lo que has vivido –traga saliva, empieza a apreciar una extraña tensión que crece por momentos en el ambiente-. Ha sido difícil, muy difícil. Eso es todo. Y todos tenemos derecho a darnos un respiro y recordarnos que no somos dioses.
Kate ladea un poco la cabeza, lo justo para que Castle se le cuenta de que se está esforzando por sonreírle, con las mejillas empapadas en lágrimas y los ojos enrojecidos temblorosos por echarse a llorar de nuevo. Ha sido demasiado difícil. La última vez que Kate pisó un cementerio casi acaba muriendo. Es como volver a vivir un recuerdo del que luchas por deshacerte. Pero ahí está, firme y de pie apabullada por a saber cuántas sensaciones, y aun así no se cae, solo flaquea un poco. Es totalmente admirable a los ojos de Castle, que se siente orgulloso de su musa.
Con miedo, el escritor posa su mano sobre el hombro de la inspectora, lentamente, sintiendo que de algún modo le está invadiendo su espacio personal. La tensión sigue creciendo, Castle respira profundamente, nervioso e intenta seguir reconfortándola. Hace suaves masajes circulares en su hombro con su pulgar, asegurándose de que Kate no va a reaccionar de manera brusca. Él sabe cómo van estas cosas. Sabe cómo es ella y prácticamente está esperando que Beckett se deshaga de ese contacto.
Pero Beckett no hace nada. Ni dice nada. Rick empieza a respirar más profundamente, relajado, con una leve preocupación porque nota que la tensión no desaparece. Desliza su mano lentamente, casi acariciando parte de la espalda de Beckett para alejarse de ese espacio personal.
Cuando el calor sobre su piel se hace inapreciable, se dispone a alejarse para darle espacio –supone que es lo correcto en estos casos, al menos para ella-. Pero al cabo de un instante siente que no puede moverse más. Y se queda totalmente en blanco, sin ser capaz de reaccionar.
En algún momento, Beckett en un acto casi reflejo rodea la cintura de Castle, con fuerza, y la situación para a ser algo totalmente inconcebible. El escritor siente como la ficción empieza a mezclarse con la inmediata realidad. En medio de aquella confusión y cuando él está empezando a recuperar el control sobre todas sus partes móviles y a darse cuenta de que no ha perdido la razón, Beckett se separa con una imperceptible rapidez.
-Perdón –murmura mirando al suelo, con timidez, a Castle le parece casi inaudible- Yo… bueno, es que… –traga saliva, alejándose y desviando su atención hacia cualquier punto, Castle se da cuenta de cómo esquiva su mirada- Perdón.
Rick vuelve a acortar la distancia, situándose enfrente de ella, a pocos centímetros. Lleva una mano a su hombro, volviendo a barrer el espacio personal, intentando captar su atención. Cuando vuelve a ver a Beckett sosteniéndole la mirada, la sonríe, despreocupado y firme. En un arrebato de valentía, sin quitar la mano de su hombro y esperando a no ser castigado por lo que va a hacer, la termina de acercar con el brazo que le queda libre, rodeando su espalda. Con el otro, su cuello. Siente a Beckett tensa bajo su contacto y se pregunta cuándo va a dejar de estar tan a la defensiva. Cuando va a empezar a respirar tranquila, porque eso le duele hasta a él.
Pero cuando nota cómo ella se amolda a su cuerpo, sin oponer resistencia ni uno de sus ataques de agresividad, las dudas empiezan a despejarse. Sonríe aún más cuando la detective acaba por afianzar ese abrazo envolviendo a Castle entre sus brazos. Y Castle jura que en ese momento lo único que existe es la perfección. El mariposeo en el estómago, el corazón que da pequeños vuelcos y el calor que irradia Beckett que hace que parezca que queda poco menos de un mes para que llegue el invierno. Todo ahora mismo es comodidad y la tensión va disminuyendo por momentos.
Se quedan así durante dos o tres minutos, en silencio. En algún punto Castle ha empezado a acariciar suavemente la espalda de su compañera sin ser muy consciente de ello, y en algún punto ella ha decidido imitarle. Para Castle todo es un paraíso de emociones en el que el tiempo se ha detenido, demasiado idealizado, tanto que hasta le da miedo -ni sus libros podrían llegar a rozar la perfección de esto-. Castle sigue sobrevolando su mundo de ensueño hasta que Beckett rompe el momento preguntando en un susurro cerca de su oído:
-¿Por qué querías venir?
-Porque soy tu compañero. ¿Cuándo me has visto dejarte sola?
-¿Y lo hubieras hecho si te lo hubiese pedido?
-Bueno, este es… un caso especial –se relame con labios, sonriendo-. No quería meterme demasiado en lo que no es asunto mío así que… probablemente no. O quizá hubiera intentado insistir un par de veces –rectifica-. Me conoces, ya sabes lo pesado que soy.
Castle nota a Beckett ciñéndose más a su cuerpo, acurruando su cabeza sobre su hombro, desde ahí puede sentir sus labios formando una sonrisa. El escritor se dice a sí mismo que esta noche y otras tantas más va a soñar con esto, porque es demasiado increíble como para olvidarlo en lo que queda de año. Y no le importa. Se pregunta de vez en cuando si será sano sentir todo lo que siente por ella, pero realmente no le importa. Solo se deja llevar. A él le basta con hacerla sentir protegida cuando más lo necesita.
Y cuando la abraza para hacerla sentir protegida, él también se siente protegido.
-Gracias por ser tan pesado, Castle.
-Siempre.
***
Espero que haya rozado al menos vuestras expectativas! ^^
Ya sabéis, mañana más :3. Y de nuevo, muchísimas gracias por los comentarios, sois unos/as amores <33.
Y bueno, segundo día, aquí os viene otro capítulo. Espero no defraudar y eso, y sobre todo espero que os guste. Ale, por vosotros (L).
Pd.: habeis visto el titulo? Es una canción de 3 Doors Down, preciosa. Os la recomiendo que la escucheis, y más mientras leeis esto. Me ha ayudado bastante a inspirarme mientras lo escribía ^^.
***
Día 2: Your arms feel like home
Él nunca ha estado en ese tipo de situación. Ni pensaba que algún día podría verse envuelto en algo parecido. Pero ahí está, respirando incomodidad y quieto como si fuera una maceta, sin saber qué hacer ni qué decir. Bendita la hora que se le ocurrió proponer en un leve tono de súplica “¿puedo ir contigo?” sin siquiera pensar en qué pasaría. Pero bueno, la cosa es bastante obvia y fácil de imaginar. Se muerde el labio, mirando de un lado para otro, fijando su mirada esporádicamente en su compañera que permanece casi tan inmóvil como él.
Lo que aún no es capaz de asimilar es por qué ella asintió la cabeza casi sin replanteárselo. Como si estuviera totalmente segura. Le habría pillado con la guardia baja, supone Castle. Pero aun así, se siente todo un invasor de esa privacidad que Beckett hasta hace pocas horas se seguía guardando para sí misma. Aunque en cierto modo al escritor le reconforta porque una cosa es creer que la mujer que te vuelve loco y te da una razón para seguir abriéndote paso día a día confíe en ti.
Otra muy distinta es saberlo. Porque en esos momentos Castle siente que puede tocar las estrellas. Llevar casi cuatro años con la mujer que vive en su propia fortaleza inalienable y que un buen día te des cuenta de que poco a poco se va abriendo a ti… venga. Eso es su propio elixir de la vida. Se siente demasiado especial al saber que ni siquiera Josh tuvo ese privilegio.
-Pensarás que estoy hecha una gilipollas, Castle –masculla Beckett. Rick puede apreciar en su tono las casi incontenibles ganas de echarse a llorar.
-No –se acerca lentamente a ella, por la espalda y consigue ver mejor el nombre de su madre tallado en aquella lápida. Por alguna razón siente una severa conexión empática que alivia al escritor, porque pocas veces consigue entender qué tiene que decirle o hacerle a Beckett realmente-. No lo eres –la espalda de su compañera ya roza levemente su pecho, titubea antes de encontrar las palabras adecuadas-. Tengo bastante mejor gusto a la hora de elegir mis musas. Te aseguro que son de todo menos gilipollas.
Beckett medio reprime una carcajada, Castle cree que por respeto a su madre. Eso hace que se le ilumine el rostro- Te juro que siempre estoy intentando no parecer débil. De verdad. Pero–
-Kate –interrumpe, en tono cortante y rotundo-. No eres débil, eres humana. Estarás harta de oírme que me pareces una persona extraordinaria. Y valiente. Y nunca me cansaría de recordártelo. Muchas veces hasta tengo envidia porque sé que si yo estuviera en tu misma situación ya me habría caído muchísimo antes de intentar aguantar todo lo que has vivido –traga saliva, empieza a apreciar una extraña tensión que crece por momentos en el ambiente-. Ha sido difícil, muy difícil. Eso es todo. Y todos tenemos derecho a darnos un respiro y recordarnos que no somos dioses.
Kate ladea un poco la cabeza, lo justo para que Castle se le cuenta de que se está esforzando por sonreírle, con las mejillas empapadas en lágrimas y los ojos enrojecidos temblorosos por echarse a llorar de nuevo. Ha sido demasiado difícil. La última vez que Kate pisó un cementerio casi acaba muriendo. Es como volver a vivir un recuerdo del que luchas por deshacerte. Pero ahí está, firme y de pie apabullada por a saber cuántas sensaciones, y aun así no se cae, solo flaquea un poco. Es totalmente admirable a los ojos de Castle, que se siente orgulloso de su musa.
Con miedo, el escritor posa su mano sobre el hombro de la inspectora, lentamente, sintiendo que de algún modo le está invadiendo su espacio personal. La tensión sigue creciendo, Castle respira profundamente, nervioso e intenta seguir reconfortándola. Hace suaves masajes circulares en su hombro con su pulgar, asegurándose de que Kate no va a reaccionar de manera brusca. Él sabe cómo van estas cosas. Sabe cómo es ella y prácticamente está esperando que Beckett se deshaga de ese contacto.
Pero Beckett no hace nada. Ni dice nada. Rick empieza a respirar más profundamente, relajado, con una leve preocupación porque nota que la tensión no desaparece. Desliza su mano lentamente, casi acariciando parte de la espalda de Beckett para alejarse de ese espacio personal.
Cuando el calor sobre su piel se hace inapreciable, se dispone a alejarse para darle espacio –supone que es lo correcto en estos casos, al menos para ella-. Pero al cabo de un instante siente que no puede moverse más. Y se queda totalmente en blanco, sin ser capaz de reaccionar.
En algún momento, Beckett en un acto casi reflejo rodea la cintura de Castle, con fuerza, y la situación para a ser algo totalmente inconcebible. El escritor siente como la ficción empieza a mezclarse con la inmediata realidad. En medio de aquella confusión y cuando él está empezando a recuperar el control sobre todas sus partes móviles y a darse cuenta de que no ha perdido la razón, Beckett se separa con una imperceptible rapidez.
-Perdón –murmura mirando al suelo, con timidez, a Castle le parece casi inaudible- Yo… bueno, es que… –traga saliva, alejándose y desviando su atención hacia cualquier punto, Castle se da cuenta de cómo esquiva su mirada- Perdón.
Rick vuelve a acortar la distancia, situándose enfrente de ella, a pocos centímetros. Lleva una mano a su hombro, volviendo a barrer el espacio personal, intentando captar su atención. Cuando vuelve a ver a Beckett sosteniéndole la mirada, la sonríe, despreocupado y firme. En un arrebato de valentía, sin quitar la mano de su hombro y esperando a no ser castigado por lo que va a hacer, la termina de acercar con el brazo que le queda libre, rodeando su espalda. Con el otro, su cuello. Siente a Beckett tensa bajo su contacto y se pregunta cuándo va a dejar de estar tan a la defensiva. Cuando va a empezar a respirar tranquila, porque eso le duele hasta a él.
Pero cuando nota cómo ella se amolda a su cuerpo, sin oponer resistencia ni uno de sus ataques de agresividad, las dudas empiezan a despejarse. Sonríe aún más cuando la detective acaba por afianzar ese abrazo envolviendo a Castle entre sus brazos. Y Castle jura que en ese momento lo único que existe es la perfección. El mariposeo en el estómago, el corazón que da pequeños vuelcos y el calor que irradia Beckett que hace que parezca que queda poco menos de un mes para que llegue el invierno. Todo ahora mismo es comodidad y la tensión va disminuyendo por momentos.
Se quedan así durante dos o tres minutos, en silencio. En algún punto Castle ha empezado a acariciar suavemente la espalda de su compañera sin ser muy consciente de ello, y en algún punto ella ha decidido imitarle. Para Castle todo es un paraíso de emociones en el que el tiempo se ha detenido, demasiado idealizado, tanto que hasta le da miedo -ni sus libros podrían llegar a rozar la perfección de esto-. Castle sigue sobrevolando su mundo de ensueño hasta que Beckett rompe el momento preguntando en un susurro cerca de su oído:
-¿Por qué querías venir?
-Porque soy tu compañero. ¿Cuándo me has visto dejarte sola?
-¿Y lo hubieras hecho si te lo hubiese pedido?
-Bueno, este es… un caso especial –se relame con labios, sonriendo-. No quería meterme demasiado en lo que no es asunto mío así que… probablemente no. O quizá hubiera intentado insistir un par de veces –rectifica-. Me conoces, ya sabes lo pesado que soy.
Castle nota a Beckett ciñéndose más a su cuerpo, acurruando su cabeza sobre su hombro, desde ahí puede sentir sus labios formando una sonrisa. El escritor se dice a sí mismo que esta noche y otras tantas más va a soñar con esto, porque es demasiado increíble como para olvidarlo en lo que queda de año. Y no le importa. Se pregunta de vez en cuando si será sano sentir todo lo que siente por ella, pero realmente no le importa. Solo se deja llevar. A él le basta con hacerla sentir protegida cuando más lo necesita.
Y cuando la abraza para hacerla sentir protegida, él también se siente protegido.
-Gracias por ser tan pesado, Castle.
-Siempre.
***
Espero que haya rozado al menos vuestras expectativas! ^^
Ya sabéis, mañana más :3. Y de nuevo, muchísimas gracias por los comentarios, sois unos/as amores <33.
Re: Treinta días (Día 30)
que bonito
trinity640- Actor en Broadway
- Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 47
Localización : Andalucia
Re: Treinta días (Día 30)
Precioso =)
Tienes mucho talento, como me alegro de que te hayas animado a subir estas pequeñas historias
Tienes mucho talento, como me alegro de que te hayas animado a subir estas pequeñas historias
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