MI VIDA SIN TI, Epílogo
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Cata Castillo
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Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me encanta!! No puedo esperar al momento en el que se miren a la cara e intercambien sus palabras!!
eli1213- Escritor novato
- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 12/04/2013
Edad : 24
Localización : España
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Nos podrias dar una fecha estimada para el siguiente capitulo
roy-rogers- Ayudante de policia
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 04/12/2012
Edad : 41
Localización : bilbao
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Primera vez q comento, x favor continua pronto, me encana...
anfrig- Ayudante de policia
- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 08/02/2013
Localización : VIGO
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
deseando leer el proximo......... te tengo que decir Cata que mientras leia no paraba de mover la pierna HISTERICA!!!!! ajajajajaja
madre mia.... qe tension tenia encima >.<
madre mia.... qe tension tenia encima >.<
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Cata:
(Inclinación de cuerpo, saludo a la reina)
Sublime. Alucino contigo. Genial. Mágico. Me tienes enganchada lo leí ayer entero, estaba perdida después de estar fuera de juego todo este mes.
Eres una artista!!!
(Nueva inclinación)
Así se escribe!!!
(Inclinación de cuerpo, saludo a la reina)
Sublime. Alucino contigo. Genial. Mágico. Me tienes enganchada lo leí ayer entero, estaba perdida después de estar fuera de juego todo este mes.
Eres una artista!!!
(Nueva inclinación)
Así se escribe!!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Cuando tienes planeado subir el otro?? Me encanta tu fic,enhorabuena eres una gran escritora.
yamicastkett- Actor en Broadway
- Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Edad : 31
Localización : alicante
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Muchas gracias por todos vuestros comentarios, de verdad que me habéis hecho sonrojar El capítulo 13 ya está listo e iba a ponerlo hoy, pero despues de un día espantoso, me he dejado el pen donde lo tengo escrito, en el trabajo, así que al final lo pondré mañana martes como es habitual. Intentaré ponerlo a primera hora de la tarde.
De nuevo muchas gracias por leer y por esos comentarios maravillosos
De nuevo muchas gracias por leer y por esos comentarios maravillosos
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Cata Castillo escribió:Muchas gracias por todos vuestros comentarios, de verdad que me habéis hecho sonrojar El capítulo 13 ya está listo e iba a ponerlo hoy, pero despues de un día espantoso, me he dejado el pen donde lo tengo escrito, en el trabajo, así que al final lo pondré mañana martes como es habitual. Intentaré ponerlo a primera hora de la tarde.
De nuevo muchas gracias por leer y por esos comentarios maravillosos
Vamos a tener que regalarte un USB de esos con forma de llave para que lo pongas en el llavero de tu C3
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¿Eres adivina? Justamente tengo el fic en un pen con forma de llave . pero el C3 hoy se ha quedado en el garaje porque hoy le tocaba al compi llevar el coche. Hay que economizar así que tampoco me hubiese servido tenerlo en el llavero. La edad que no perdona. Hasta mañana.Anver escribió:Cata Castillo escribió:Muchas gracias por todos vuestros comentarios, de verdad que me habéis hecho sonrojar El capítulo 13 ya está listo e iba a ponerlo hoy, pero despues de un día espantoso, me he dejado el pen donde lo tengo escrito, en el trabajo, así que al final lo pondré mañana martes como es habitual. Intentaré ponerlo a primera hora de la tarde.
De nuevo muchas gracias por leer y por esos comentarios maravillosos
Vamos a tener que regalarte un USB de esos con forma de llave para que lo pongas en el llavero de tu C3
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Danos un spoiler o un pequeño resumen , ponos los dientes largos por fa
roy-rogers- Ayudante de policia
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 04/12/2012
Edad : 41
Localización : bilbao
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
sigueeeeeeee aver ese reencuentrooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¿Y se te tenía que olvidar justamente cuando viene lo mejor?
Pues nada, a esperar a mañana.
Pues nada, a esperar a mañana.
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
COMORRRRRRRR ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
No me lo puedo creer, yo trasnochando, por esperar a leer, y te dejas el usb en la oficina, pero te das cuen que si te lo coge alguien nos quedamos sin el capítulo más esperado de todo el universo fic.
Como me puedes hacer esto, hoy si que me he caído de la silla. y mañana tengo que salir de viaje, tu te das cuen que tengo que hacerme del orden de 4oo Km y no voy a dejar de pensar en lo que has escrito y no he podido leer ????
Si tu memoria es mala, pues cuelgatelo del cuello, así siempre lo llevarás encima, y no pasarán estas cosas.
Bueno pues cuando puedas, quieras o te apetezca, pero sigue escribiendo y subiendo capítulos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
No me lo puedo creer, yo trasnochando, por esperar a leer, y te dejas el usb en la oficina, pero te das cuen que si te lo coge alguien nos quedamos sin el capítulo más esperado de todo el universo fic.
Como me puedes hacer esto, hoy si que me he caído de la silla. y mañana tengo que salir de viaje, tu te das cuen que tengo que hacerme del orden de 4oo Km y no voy a dejar de pensar en lo que has escrito y no he podido leer ????
Si tu memoria es mala, pues cuelgatelo del cuello, así siempre lo llevarás encima, y no pasarán estas cosas.
Bueno pues cuando puedas, quieras o te apetezca, pero sigue escribiendo y subiendo capítulos.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Hola! Lo prometido es deuda y aquí tenéis el nuevo capítulo. Por fin llegó el momento tan esperado. Le he dado muchas vueltas y esto es lo que me ha salido. Espero cumplir vuestras expectativas. Muchas gracias por leer y comentar. Espero que os guste y que tengáis una buena semana.
“Siempre imaginé que el Paraíso,
sería algún tipo de biblioteca”
Jorge Luis Borges
¡Feliz día del libro!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 13:
“Si no hubiera infierno seríamos como los animales;
sin infierno, no hay dignidad”
Flannery O´Connor
Castle se levantó temprano, pues aunque la conversación con Gates del día anterior, le había sosegado mucho, estaba impaciente por empezar el nuevo día. Había pensado mucho y a medida que pasaban las horas, cada vez se sentía más optimista. En principio se había sentido traicionado por Kate, Gates y todo aquel que hubiese participado en el plan que la apartó de su lado, pero con la cabeza más fría llegó a la conclusión de que ella no lo hubiese abandonado, si realmente no hubiese sido necesario. Ahora solo podía pensar en volver a estrecharla entre sus brazos, para no volverla a soltar nunca y en conocer a su niño.
Cuando salió de su casa, después de despedirse de su madre y de su hija, paró un taxi que pasaba por la calle. Estuvo a punto de darle al taxista la dirección del cementerio, cuando recordó que ya no era necesario ir allí. No pudo evitar sentirse un poco ridículo, por la cantidad de horas que había pasado hablando con una sepultura vacía. A saber que habrían enterrado en lugar de Kate y Jim. Tendrían que quitar las lápidas.
Llegó al juzgado y no le sorprendió ver allí muchos más periodistas y curiosos que en días anteriores. Menos mal que pudo llegar hasta la puerta donde se formaba la cola para entrar y su buena amiga Rosemary, que lo vio llegar le hizo señas para que se pusiera con ella.
- Es mi hijo – le dijo tranquilamente a los que la seguían en la cola – ya les avisé que estaba al llegar.
Castle sonrió y se agachó para besar cariñosamente a la señora en la mejilla.
- Gracias – le dijo al oído – más que mi madre eres mi hada madrina.
- ¿Has podido verla? – le preguntó con curiosidad.
- Aun no, no sé si volverá a declarar hoy, si no es así espero poder verla pronto – dijo recordando lo que le había prometido Gates, la noche anterior.
Se abrieron las puertas y el público fue pasando al interior del recinto, a través del arco de seguridad.
Castle y Rosemary se sentaron en el mismo sitio de siempre y se dispusieron a esperar que comenzara el juicio. Estaba previsto que fuese a las ocho.
Llegaron los abogados, el fiscal y los componentes del jurado que fueron tomando asiento en sus lugares correspondientes. A continuación llegó el acusado, custodiado por dos policías y ya por último y como era habitual, entró el juez que fue anunciado por un alguacil, y dio comienzo la sesión.
Castle observaba a Bracken con odio, pensando que por su culpa había tenido que separarse de Kate durante meses, obligándola a esconderse, a saber en qué lugar del país, y que por su culpa también se había perdido el nacimiento y los primeros meses de la vida de su hijo. Solo le deseaba lo peor, que lo condenaran a cadena perpetua y que se pudriera en el más profundo de los infiernos.
El senador permanecía impasible, era más que evidente, que después de la impresión del día anterior, había vuelto a poner su habitual cara de prepotente, dispuesto a escuchar lo que de él se tenía que decir en ese día, y seguramente pensando que después de la sorpresa que se llevó, ya nada más podía sorprenderlo.
Pero estaba equivocado, si se le descompuso la cara cuando apareció Becket, cuando el fiscal llamó a declarar a Shannon Miles, casi le da un ataque al corazón. Castle a pesar de no perderlo de vista, había ido tomando algunas notas, y se apresuró a apuntar el nombre de la testigo.
Una mujer de unos treinta años, alta, rubia, muy atractiva y bastante exuberante entró en la sala. Levantó la mano y juró sobre la biblia, tal como habían hecho todos y cada uno de los testigos que habían pasado por allí.
Castle miraba de la testigo a Bracken y viceversa, como si fuese un partido de tenis y se dispuso a escuchar. El fiscal empezó a hablar y a explicar que Shannon Miles, había sido secretaria personal y amante de Bracken.
La testigo que detrás de su apariencia de muñeca hinchable, escondía una mente privilegiada, empezó a relatar hechos que comprometían al senador en un montón de delitos, muchos de ellos ya se habían visto en el juicio, pero de otros se hablaba por primera vez. Castle tomaba apuntes a marchas forzadas y para su enorme satisfacción vio como por fin se le borraba a Bracken esa prepotente sonrisilla que lo había acompañado durante todo el juicio.
Shannon Miles, había empezado a sospechar que el senador quería acabar con su vida, cuando este descubrió que no era tan tonta como podía parecer y que además sabía demasiado. La mujer empezó a fotocopiar documentos comprometedores, a grabar conversaciones y a guardar todo aquello que pudiese servirle como garantía de vida.
Ella fue más lista que él, y cuando empezó a oír rumores de que iban a imputarlo por varios cargos de corrupción, se presentó en la fiscalía con todo su valioso material. Se supo que querían acabar con su vida, del mismo modo que se supo que querían matar a Kate Becket, aunque el fiscal no dio nombres, ni comentó que tenían un chivato en la cárcel, para preservar la seguridad de este.
Así que igual que pasó con Becket, hicieron con ella, el accidente que Bracken pensaba que terminaría con su vida fue amañado y Shannon Miles terminó también en el programa oficial de protección de testigos, escondida en algún lugar del país.
Aquella mañana en el juzgado, todo sucedió muy deprisa. Después de la declaración de este segundo testigo sorpresa, de contestar a todas las preguntas que le hizo el fiscal y de presentar todas las pruebas que había aportado, se hizo un descanso de media hora, para seguir después con las preguntas que harían los abogados defensores.
Estos se habían visto tan sorprendidos, por la aparición de Shannon Miles, que pocas preguntas fueron capaces de hacer. La cara de Bracken, era una autentica oda a la desesperación, tal como vaticinó el fiscal, por fin le dieron el golpe de gracia al senador. Una vez terminada la declaración y las tandas de preguntas, volvieron a subir a Bracken al estrado.
El fiscal le hizo acusaciones que no fue capaz de rebatir. Había perdido el aplomo que lo había acompañado durante todo el proceso, estaba nervioso y más de una vez hizo intento de contestar con un ataque, pero el fiscal no le dio tregua, siguió preguntando y afirmando hechos, poniéndolo en evidencia. Le dio una auténtica paliza, Bracken no sabía por donde salir, estaba cada vez más pálido.
Una vez que el fiscal hubo terminado, fue uno de los abogados defensores quien se levantó para intentar salvar la situación que se les había ido de las manos. Pero ya poco pudo hacer, no hubo manera de refutar ningún argumento de los que se habían expuesto.
Cuando terminó, volvió a tomar la palabra el fiscal, que anunció que la fiscalía no tenía más testigos que presentar. El juez se volvió a la defensa que dijeron lo mismo, que ya no había más testigos, con lo que el juicio se daba por finalizado. Ya solo quedaba la decisión del jurado, que en seguida que se anunció el fin del proceso, se retiró a deliberar.
A Castle, le hubiese encantado en ese momento fotografiar la cara de Bracken para que Kate pudiese verla. Por fin y después de mucho, él sabía que se había hecho justicia, porque después de lo acontecido esa mañana, estaba más que claro que el senador era culpable de todos y cada uno de los delitos de los que se le había acusado.
Lo vio salir de la sala, custodiado por dos agentes, cabizbajo y sin esa sonrisa que Castle había llegado a aborrecer. El público empezó también a desalojar el recinto. Castle se volvió hacia Rosemary, que le dijo con alegría:
- Parece que por fin se va a hacer justicia, muchacho, ya nos podemos ir a casa a descansar, y tú a encontrarte con tu amor.
- Si – dijo con una gran sonrisa – me parece mentira que todo haya terminado y además de esta manera – y metiéndose la mano en el bolsillo interior de la chaqueta, sacó una cartera de la que extrajo una tarjeta de visita que le entregó a la señora – aquí está mi dirección y números de teléfono, no dude en llamarme si alguna vez necesita algo.
- ¿Eres escritor? – preguntó Rosemary, que no tenía ni la menor idea de quien era Richard Castle – ¿eres bueno?
- Dicen que no escribo mal del todo – le contestó sonriente.
- ¿Por eso tomabas tantas notas?, ¿Vas a escribir un libro?
- Eso quisiera, espero haberlo anotado todo y que no se me haya olvidado nada.
- Saca esa libreta tuya y déjamela – le dijo con determinación.
Castle sacó la libreta y se la dio junto con el bolígrafo. Rosemary buscó una hoja en blanco y allí anotó, su nombre y apellidos, su dirección y su número de teléfono.
- Supongo que volveremos a vernos cuando sea el veredicto del jurado, pero si no es así, no dudes en llamarme o visitarme si necesitas algo. Todo lo que se ha dicho en esta sala, se ha quedado registrado aquí – dijo señalando su cabeza.
- Tenga por seguro que iré a visitarla – dijo Castle que le había tomado un sincero afecto a la señora – ahora debo irme – y agachándose le dio un beso en la mejilla.
- Ve, muchacho – dijo con nostalgia – ve a buscar a tu amor.
Salió de la audiencia. Muchos curiosos y muchos periodistas estaban por el lugar. Castle que siempre había tratado de pasar desapercibido se desvió por una calle lateral, buscando una zona más tranquila. Sacó el teléfono y llamó a su casa. Habló con su madre y su hija y les dijo que se iba a acercar a la comisaria a hablar con Gates, para ver si había encontrado la manera de que tuviese un encuentro con Kate, además también quería darle la noticia a los chicos, si estaban allí, de la humillación que Bracken había sufrido ese día y que era más que seguro que fuera condenado a muchos años de prisión.
Llegó a la 12th y subió a la planta de homicidios, saludando a todo el que se encontraba con una sonrisa, que era correspondida por todos, ya se habían enterado de que Kate Becket estaba viva y se alegraban por ello. A pesar de que nadie sabía que eran pareja, aunque más de uno sospechaba algo, si conocían la amistad que los unía.
Ryan y Esposito acababan de llegar de la escena de un crimen y no habían tenido noticia de los últimos acontecimientos en el juzgado. Las persianas del despacho de Gates estaban bajadas, pero se percibía luz a través de ellas, así que era evidente que el capitán estaba allí.
- ¡Hola chicos! – los saludó sonriente.
- ¡Hombre Castle!, ¿Qué te trae por aquí?, ¿No ibas a estar en el juzgado? – preguntó Ryan.
- ¡Se acabó! – dijo alegre – ¡por fin se acabó todo! El maldito juicio ha terminado.
- ¿Ya?, pero, ¿Tan pronto? – preguntó Esposito con sorpresa.
- No os podéis ni imaginar lo que ha ocurrido esta mañana allí, ha sido todo un espectáculo.
- Pues no te demores y cuéntanoslo todo – dijo Ryan expectante.
- Eso, Castle – dijo de pronto Karpowsky que estaba por allí y había visto llegar a Castle y oído como éste empezaba a hablar del juicio – cuéntanoslo todo.
Castle se sentó en el borde de la mesa y empezó a contar a un grupo que cada vez se hacía más numeroso lo que él llamó, la última y estrepitosa humillación de Bracken. Contaba tan bien y con tanto entusiasmo lo que había presenciado esa mañana, que tenía un público atento e interesado que no se dio cuenta de como el capitán Gates salía de su despacho dispuesta a echarles la bronca por estar allí todos perdiendo el tiempo.
Pero antes de abrir la boca, ella misma se vio conquistada por la narración del escritor. Este siguió contando lo que había ocurrido sin dejarse ningún detalle, hasta que terminó provocando los aplausos de todos los presentes.
Todos habían sentido mucho la supuesta muerte de la inspectora y se habían indignado al conocer el causante de la misma. Algunos habían sabido que también era el responsable de la muerte de Montgomery, así que habían seguido el juicio con interés y se alegraron cuando Castle les contó que el culpable por fin iba a pagar por todo lo que había hecho.
- Bien señores – interrumpió Gates las muestras de júbilo – todos estamos felices con las noticias que nos ha traído el señor Castle, pero creo que es hora de que nos pongamos a trabajar.
- Claro señor – dijeron sorprendidos por haber sido pillados in fraganti, aunque Gates no parecía estar muy enfadada.
- Señor Castle – dijo dirigiéndose a este – si no le importa pasar a mi despacho…
- Por supuesto – dijo Castle que se levantó de la mesa para seguirla.
Gates lo invitó a sentarse.
- Ya le he escuchado contar como por fin Bracken va a terminar pudriéndose en una prisión de máxima seguridad.
- Si – dijo con una amplia sonrisa – por fin se hizo justicia.
- Le tengo buenas noticias señor Castle.
- ¿Sí? – preguntó ilusionado intuyendo lo que le iba a decir.
- He podido hablar con un responsable del programa de protección de testigos, y me ha dicho que aunque aún no es conveniente que la inspectora Becket deje de estar escondida, si se le permite una visita, pero debe mantenerse en silencio, nadie debe saberlo.
- Por supuesto que no, ¿Cuándo podré verla?
- Un vehículo lo recogerá esta tarde en esta dirección – le entregó un papel con ella escrita – y le llevará a donde está.
- Gracias señor, muchas gracias.
- No tiene por qué darlas, de verdad que me alegra de que puedan reencontrase al fin.
- Lo sé – dijo Castle – ahora será mejor que me marche y muchas gracias de nuevo.
Salió del despacho. Los chicos se acercaron a preguntarle si iría a verla, pero él les dijo que tenía que marcharse y que no podía contarles nada. Ellos insistieron curiosos y Castle que sabía que era observado por Gates alzó el pulgar con mucho disimulo para darles a entender que todo había salido bien. Sus amigos le respondieron con una gran sonrisa.
Castle salió feliz y nervioso de la 12th. Iba a volver a verla después de casi un año. Le parecía que estaba viviendo una especie de sueño. Después de escuchar la declaración del otro testigo protegido esa mañana en el juicio y escuchar todas las barbaridades que Bracken había sido capaz de hacer, y el número de muertes de las que era responsable, comprendía que Kate no había tenido más remedio que hacer lo que hizo.
Él lo había pasado fatal pensando que la había perdido para siempre, pero ahora no podía menos que alegrarse de la dolorosa decisión que ella se había visto obligada a tomar. No había resentimientos, solo unas inmensas ganas de verla y abrazarla.
Llegó a su casa. Allí estaban su madre y su hija a las que también les contó lo ocurrido esa mañana, mientras se dirigía a su habitación.
- ¡Hijo, por Dios! – se quejó Martha – ¿no sería mejor sentarnos y nos lo cuentas todo con tranquilidad?
- No tengo tiempo – se excusó – el capitán Gates lo ha arreglado todo para que pueda hacerle una visita a Kate. Me recogerán dentro de una hora.
- Pero ni siquiera has comido – protestó su madre.
- ¡Y qué más da eso ahora! – dijo mientras sacaba una bolsa de viaje y empezaba a meter alguna ropa, útiles de aseo y otros objetos personales.
- ¿Para qué te llevas ropa? – preguntó Alexis sorprendida.
- Hija – Castle se paró – voy a ver a Kate y a mi hijo. Ella no puede salir y no sé cuanto tiempo tendrá que seguir escondida, así que me voy a quedar con ella, no voy a salir del lugar donde este hasta que ellos salgan conmigo, ¿lo entendéis, verdad?
- Claro que sí, papá – dijo Alexis emocionada.
- No creo que pueda comunicarme con vosotras, pero estaré bien.
- Tienes que ir con ella, querido – dijo su madre – pero aunque me digas pesada voy a prepararte aunque sea un sándwich – y salió hacia la cocina mientras su hijo terminaba de hacer la bolsa.
Comió con ellas y se despidió con un beso a cada una, pues debía coger un taxi, hasta el lugar donde lo recogerían.
- Dale un beso a Kate de nuestra parte, papá, y al bebé – dijo Alexis emocionada – estoy deseando conocerlo.
- Y yo, hija, y yo.
Llegó a la dirección que le habían indicado y se dispuso a esperar. No tuvo que hacerlo por mucho tiempo. Apenas unos minutos más tarde, apareció una furgoneta negra con cristales tintados que se paró justo delante de donde él estaba. Se abrió la puerta del copiloto y se bajó una mujer atractiva de cabellos cortos y de color castaño rojizo. A Castle le resultó familiar, pero no fue capaz de ubicarla.
- ¿Señor Castle? – preguntó la mujer.
- Sí, soy yo.
- ¡Hola!, soy Pamela Edwards – dijo tendiéndole la mano, que Castle aceptó y mirando sonriente la bolsa de viaje que este llevaba – suba atrás, voy a llevarle con ella.
* * * * * * * * *
"La alegría más grande es la inesperada."
Sófocles
Desde el momento en que a Kate le comunicaron que a Castle le habían dado permiso para visitarla, se puso tan nerviosa, que empezó a comportarse igual que una adolescente que fuese a tener su primera cita. No sabía que ropa ponerse y no sabía si a Castle, le gustaría su ropa hippie.
La ropa que Pam le trajo para el juicio eran dos trajes de chaqueta pantalón demasiado formales y serios, aunque más acorde con su estilo de siempre. Ella quería estar guapa para él, y no sabía que ponerse. Al final se decidió por un pantalón vaquero, claro que no era los que ella acostumbraba a llevar tipo pitillo, sino más anchos y una blusa blanca bordada que le quedaba muy bien.
Su padre la miraba sonriente, cada vez que se probaba un conjunto, se acercaba para pedirle opinión de cómo le quedaba, y él siempre le decía que estaba muy guapa. Ricky dormía la siesta, totalmente ajeno al nerviosismo de su madre y a la llegada de su padre al que iba a ver por primera vez.
Se oyó ruido en la puerta y como alguien entraba en el piso.
- ¡Ay papá! – dijo nerviosa – ya está aquí, ¿Qué le digo?
- ¿Qué, que le dices? – dijo su padre con una carcajada – hija, por Dios, hace un año que no le ves, dale un abrazo y un buen beso, tenéis que recuperar el tiempo perdido.
Pam entró sonriente en el cuarto de ella.
- Te espera en la sala, anda ve con él que nosotros nos quedamos aquí – dijo encendiendo la televisión que había en el cuarto, y bajando el volumen para no despertar al niño – siéntate Jim – lo invitó señalando el otro sillón que allí había – que estos van a tener para rato.
Kate salió del cuarto y se dirigió al salón. Allí, dándole la espalda estaba él, Richard Castle, el hombre de su vida y padre de su hijo. Fue como si notara su presencia y se volvió a mirarla, ella estaba en el dintel de la puerta, mirándolo. Estaba preciosa, muy delgada, la piel bronceada y con el cabello más corto, como cuando se conocieron y aun así le pareció muy frágil.
Kate sentía que el corazón se le iba a salir del pecho de lo fuerte que le latía, le sorprendía que no se le viese saltar por fuera de la ropa. Allí estaba él, mirándola con atención y una mezcla de alivio y tristeza en sus ojos. Estaba tan delgado, que la ropa le parecía demasiado grande y esas ojeras le daban un aire tan decaído. Se sintió tan culpable, que no pudo evitar echarse a llorar.
Temblorosa y con la voz entrecortada, le fue diciendo mientras se acercaba a él:
- Perdóname Castle, perdóname, lo siento, lo siento mucho yo no quería irme así, pero no tuve más remedio que hacerlo, dijeron que era lo mejor, pero yo no quería, lo siento tanto, perdóname todo lo que te he hecho sufrir…
Castle siente de pronto, una enorme paz dentro de él, todo ha terminado, no le tiene rencor, no la culpa, solo la ama y percibe como ella lo ama a él. Se acerca, le toma la cara entra las manos y la besa dulcemente en los labios.
Le besa los ojos, intenta limpiar cada lágrima que le corre por la cara con sus besos, le acaricia el pelo... la rodea con sus brazos y la abraza, con fuerza, con posesión, casi la levanta del suelo en ese abrazo infinito que lleva tanto tiempo, esperando ser abrazo... Sólo acierta a decirle, una y otra vez: “Kate, Kate, mi vida, mi vida... mi amor...”.
Ella se refugia en él, reconociendo su cuerpo y su olor, por fin vuelve a sentirse segura, ya no tiene voluntad, no quiere tenerla, solo quiere lo que él quiera... sólo desea lo que él desee y se entrega a sus besos y a sus caricias.
Durante un instante eterno, el mundo desaparece a su alrededor, mientras ellos continúan ese beso sin fin. Este momento que están viviendo es intemporal, no hay miedo, no hay dolor, no hay rencor, solo amor y ternura. Están durante un largo rato besándose sin descanso, luego se abrazan y se sientan en el sofá y cogidos de las manos se miran a los ojos, a esos ojos que están empezando a recuperar el brillo, que están volviendo a ser mirada, a ser sueño, a ser complicidad, a ser pasión.
Castle le suelta las manos un instante y no le permite hablar, poniéndole suavemente el dedo sobre los labios. Se saca una cajita de terciopelo azul marino del bolsillo interior de la chaqueta y abriéndola se la enseña.
- Este era mi regalo para nuestro primer aniversario, espero que lo aceptes, para que por fin este donde debe estar.
Ella fue incapaz de hablar, las lágrimas corrían por sus mejillas, pero extendió la mano esperando que él le pusiera el anillo y asintiendo con la cabeza, dándole el sí, a su muda proposición de matrimonio. Castle le colocó el anillo y terminó, primero besando su mano para pasar después a besar tiernamente sus labios.
- Yo también tenía un regalo para ti – dijo ella que desconocía que Castle sabía que tenía un hijo.
- Lo sé, lo vi en tu casa – dijo con tristeza – y créeme que fue horrible cuando creí que además de haberte perdido a ti, también había perdido a mi hijo.
- ¡Oh Castle!, lo siento tanto – y de nuevo empezó a llorar.
- Ya no más llanto Kate, ya no más – dijo Castle mientras le besaba las mejillas de nuevo, para secarle las lágrimas – ya se acabó todo, estamos juntos por fin y eso es lo que importa.
- Tengo tantas cosas que contarte – suspiró ella refugiándose en el pecho de Castle que la abraza con cariño.
- Tenemos toda la vida para hacerlo – dijo él.
- Ricky está durmiendo la siesta, ven, vamos a verlo – dijo levantándose del sofá y tirando de la mano de él para que también se levantara.
- ¿Lo has llamado como yo? – preguntó sin poder evitar la sonrisa.
- Que mejor nombre que el de su padre podría haberle puesto.
En ese momento llamaron suavemente a la puerta y Jim Becket asomó la cabeza.
- Perdonad que os interrumpa, pero aquí hay alguien que quiere conocer a su papá.
- Jim – dijo Castle – me alegro mucho de volver a verte.
- Y yo a ti, muchacho – dijo mientras entraba en la habitación con Ricky en los brazos.
El bebé iba vestido con un pelele celeste con los puños, los botones delanteros y el cuello blancos. En cuanto la vio, le echó los bracitos para que lo cogiera.
- Ven mi amor, ven con mami – dijo cogiéndolo.
Ya en los brazos de ella, miró a Castle con atención. Este los miraba emocionados, había recreado esa situación mil veces en su imaginación desde que supo que Kate estaba embarazada y ahora era real.
- Mira mi vida – le decía Kate al niño – este es tu papá, ha venido a conocerte y a quedarse con nosotros para siempre.
- ¡Hola! – dijo Castle con los ojos brillantes, ver por primera vez a su hijo, con casi ocho meses, lo había emocionado hasta límites insospechados – ¡Hola campeón, soy tu papá!
Ricky haciendo gala de su simpatía innata, extendió los brazos hacia Castle, que lo cogió y lo besó y abrazó repetidas veces.
Kate y Jim, miraban la tierna escena emocionados.
- Es un niño precioso – dijo – mi madre y Alexis están deseando conocerlo. Todos te han echado mucho de menos y están deseando que vuelvas – mientras hablaba, Ricky lo miraba atentamente, como si entendiera todas y cada una de sus palabras.
- Yo también os he echado mucho de menos a todos, y estoy deseando poder salir de aquí de una vez.
Volvieron a sentarse en el sofá. Castle con Ricky en el regazo que se había quedado de lo más tranquilo en brazos de su padre mientras jugaba con algunos de sus juguetes, y Kate junto a él, que pasó el brazo por encima de sus hombros y la atrajo en un abrazo.
- ¿Cuándo tienes que irte? – le preguntó temerosa de que pronto llegara la hora de la separación.
- No pienso ir a ningún lado – contestó él con seguridad.
- Pero, ¿puedes quedarte con nosotros? – preguntó ilusionado.
- No lo sé, pero no pienso salir de aquí hasta que salgamos todos juntos, si tú tienes que estar escondida yo me escondo contigo.
- Pero, ¿y tu familia?
- Vosotros sois mi familia – dijo con decisión – mi madre y Alexis saben dónde estoy y están completamente de acuerdo en que me quede aquí.
- Ya veo que se ha auto invitado a quedarse – dijo Pam que entraba en la sala en ese momento con una sonrisa en la cara – me parece bien, acabo de hablar con un compañero y me ha contado que el juicio está ya visto para sentencia. No creo que tengamos que seguir aquí mucho más tiempo.
- ¿Ya se ha acabado todo?, ¿Qué ha pasado? – preguntó Kate con curiosidad.
- Pues después de la sorpresa que Bracken y yo también, nos llevamos con tu aparición estelar de ayer – dijo Castle con una gran sonrisa y acercándose a darle un besito en los labios – lo de hoy ha sido espectacular, ojala hubieses estado presente para verle la cara al mal bicho ese.
Castle les fue contando con todo lujo de detalles lo que había ocurrido aquella mañana en la sesión del juicio. Mientras hablaba se levantaba a cada rato a recoger los juguetes que Ricky tiraba al suelo y cuando este empezaba a protestar porque se aburría interrumpía su charla para alzarlo en el aire o hacerle cosquillas, lo que tenía al pequeño totalmente cautivado.
Kate casi aplaude cuando Castle terminó de contar todo, estaba feliz porque sabía que toda su pesadilla llegaba a su fin.
Su padre notó entonces el anillo en su dedo y preguntó:
- ¿Y ese anillo?
- Es mi regalo de primer aniversario con Rick, me lo debía desde hace tiempo – dijo Kate sonriente – nos vamos a casar – dijo mirándolo con infinito amor.
- En cuanto salgamos de aquí, empezamos a preparar la boda – especificó Castle.
- ¡Enhorabuena hija! – la felicitó su padre – me alegro mucho por los dos.
- Yo también me alegro mucho – dijo Pam – espero que me invitéis a la boda.
- Por supuesto que si – dijo Kate, que apreciaba sinceramente a Pam – además ya sabes que tienes que pintar el nuevo cuarto de Ricky.
- Estaré encantada de hacerlo – dijo Pam con una sonrisa.
La agente se ofreció a preparar la cena de todos, mientras ellos seguían conversando. Llegó con un bol con puré de verduras para Ricky, y cuando el niño lo vio, casi le hace la ola de la alegría que le entró. Castle quiso darle de cenar él. Lo sentó en su trona y Kate le puso un babero de Bob Esponja y antes de que su padre metiese la cuchara en el puré, él ya tenía la boca abierta.
- Parece que mi niño tiene hambre, ¿eh? – dijo Castle en tono cariñoso.
- Tu niño siempre tiene hambre – dijo Kate con una gran sonrisa – la mejor forma de ganárselo es dándole de comer.
Ricky tragaba a bastante más velocidad, de la que su padre metía la cuchara en el bol, lo que provocó las alegres carcajadas de Castle. Terminó de comer su papilla y luego aplaudió ante la compota de fruta que se terminó enseguida.
- Pues para lo que traga no es un bebé que este muy gordito – dijo Castle.
- Cuando lo veas gatear, lo entenderás – dijo Kate.
Y es que desde que Ricky aprendió a gatear era como un pequeño bólido que se metía por todas partes. Ya estaba lista la comida de los adultos que cenaron tranquilamente, mientras Ricky “leía” y de vez en cuando mordía, un cuento blandito que le había regalado Gates en una de sus visitas.
Cuando terminaron de cenar, Jim se ofreció a recoger la cocina. Kate anunció que ellos se iban al cuarto, pues querían estar tranquilos. Se recostaron en la cama, Ricky cómodamente sentado sobre su padre y de lo más entretenido con los botones de su camisa. Mientras el bebé jugueteaba, ellos simplemente se besaban, no podían parar de hacerlo. Por varias veces Kate le había dicho que tenía muchas cosas que contarle pero él le decía que ya habría tiempo.
Llamaron a la puerta y Jim asomó la cabeza.
- Si queréis puedo llevarme la cuna de Ricky a mi habitación y cuidar de él esta noche.
- Muchas gracias Jim, pero esta noche no – contestó Castle con una sonrisa – quizás mañana.
- Como queráis, buenas noches.
Él se volvió hacia ella,
- Espero que no te importe, pero no quería separarme de él tan pronto.
- ¿Importarme? – dijo Kate – he soñado con los tres así un millón de veces, entiendo que quieras estar con Ricky, necesitáis estar juntos – y se acercó a besarlo.
Estuvieron un rato más jugando con el niño, hasta que empezó a dar muestras de cansancio. Castle se encargó de cambiarle el pañal y acunarlo hasta que se durmió mientras Kate pasaba al baño a asearse y a ponerse una camiseta larga para dormir. Cuando salió el bebé dormía plácidamente en su cuna. Ahora fue el turno de él de pasar al baño, y salir con el pijama puesto.
Cuando sale ve a Kate ya acostada, está haciendo verdaderos esfuerzos por no dormirse. Castle le sonríe, y se mete en la cama con ella, abrazándola. La besa en los labios, y le dice:
- Buenas noches mi amor, vamos a dormir... creo que por primera vez en mucho tiempo, los dos vamos a dormir profundamente.
Kate, solo le sonríe y se pega a él. Ambos se quedan dormidos. Las protestas del bebé los despiertan a la mañana siguiente. Como vaticinó Castle han dormido toda la noche del tirón, algo que no hacían desde hace mucho tiempo.
Kate se levanta para traer el desayuno de los tres. El primero por supuesto es Ricky que una vez desayunado y cambiado se queda en la cama sentado entre las piernas de su madre, mientras ella y Castle desayunan. Cuando terminan sale a dejar la bandeja y le dice a él.
- Mi padre y Pam sacan todas las mañanas a Ricky al parque, ¿quieres ir con ellos hoy?
- Mejor no – dijo él – Ricky puede ir como todos los días con ellos y nosotros les esperamos aquí, aún estoy cansado, ¿tú no?
- Claro que estoy cansada – dijo con una pícara sonrisa mientras vestía al niño para salir – despídete de papá, cariño que el abuelo y Pam te van a llevar de paseo.
Castle besa al bebé y Kate lo lleva fuera de la habitación. Cuando vuelve le ve metido en la cama sonriente, ella observa que se ha quitado el pijama. Pasa al baño, se asea un poco, se pone perfume y se desnuda, cubriéndose solo con una bata.
Se acerca al filo de la cama y sensualmente se quita la bata ante la mirada apasionada de él. Tímidamente le dice:
- Estoy tan delgada, que no sé si te voy a gustar...
Castle se incorpora, la agarra por la cintura y besándole el vientre le dice:
- Eres la mujer más bella del universo... lo mismo es que esté delgada o llenita... además mi amor yo tampoco me veo demasiado bien... Ven aquí.
- Déjame a mí, tengo que compensarte por tantas noches que te he robado.
- ¿Ah sí?... pues soy todo tuyo inspectora, empieza a pagarme todo lo que me debes.
Ella se arrodilla a su lado en la cama y comienza a recorrer el cuerpo amado con sus labios, no lo besa, simplemente lo reconoce, lo recuerda... se mueve despacio por cada rincón, palmo a palmo... se detiene en aquellas zonas que ella sabe tan sensibles, el cuello, el lóbulo de las orejas, los pezones, el vientre, el interior de sus muslos... y en esos lugares, no solo acaricia con los labios, sino también con la punta de su lengua...y se recrea en ellos dibujando círculos... Castle se siente en el séptimo cielo, solo acierta a suspirar y a decirle: “Ay Kate ¿qué me haces?... ¿qué me haces?”
Kate continua acariciando a su amor, se ha colocado sobre él, y ahora son sus manos las que también participan del ritual amoroso, y su cuerpo y sus pechos los que acarician suavemente la piel de él.
Castle está como loco, nunca la había sentido tan entregada, tan dedicada a hacerlo feliz. Le coge la cara y la besa con pasión, su lengua explora con ansiedad la boca de ella, le mordisquea suavemente los labios y ronco de pasión le dice: “Déjame ahora a mí, no voy a poder contenerme mucho más”...
Ella se recuesta a su lado y le sonríe: “Amor demuéstrame como me quieres”... Castle comienza a besarla, a acariciarla, a mover sus manos varoniles, con sutileza, con sabiduría por el cuerpo de su mujer... Ella se va a morir de placer, solo jadea y suspira con los ojos cerrados.
Castle ya no resiste y se coloca entre sus piernas, ella lo recibe con ansiedad, enlaza sus piernas en torno a él, y le dice en un susurro:
- Bienvenido a casa, mi amor.
Provocando en él un gemido y que entre más en ella, que arquea su cuerpo queriendo tenerlo más dentro, aún más dentro...
Él se entrega por completo, al verla tan suya la abraza con fuerza, y se mueve casi con violencia, siente como Kate aprieta sus piernas con más fuerza alrededor de su cuerpo, la besa con pasión y con un grito conjunto, ambos alcanzan el clímax...
Permanecen un rato así, unidos, siendo solo uno... hasta que el peso de él se hace un poco incómodo para ella. Entonces se separan, se besan de nuevo y se quedan juntos, abrazados, compartiendo un largo silencio, que dice mucho más, que miles de palabras.
Castle la pone sobre él y comienza a besarla, al tiempo que le dice: “Te quiero, ya no nos separaremos nunca más”... y prosigue con sus besos y caricias, para envolverla de nuevo en sus redes de amor y de pasión, esas redes que la soñaron tantas noches y que ahora sentían su sueño hecho realidad.
CONTINUARÁ…
“Siempre imaginé que el Paraíso,
sería algún tipo de biblioteca”
Jorge Luis Borges
¡Feliz día del libro!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 13:
“Si no hubiera infierno seríamos como los animales;
sin infierno, no hay dignidad”
Flannery O´Connor
Castle se levantó temprano, pues aunque la conversación con Gates del día anterior, le había sosegado mucho, estaba impaciente por empezar el nuevo día. Había pensado mucho y a medida que pasaban las horas, cada vez se sentía más optimista. En principio se había sentido traicionado por Kate, Gates y todo aquel que hubiese participado en el plan que la apartó de su lado, pero con la cabeza más fría llegó a la conclusión de que ella no lo hubiese abandonado, si realmente no hubiese sido necesario. Ahora solo podía pensar en volver a estrecharla entre sus brazos, para no volverla a soltar nunca y en conocer a su niño.
Cuando salió de su casa, después de despedirse de su madre y de su hija, paró un taxi que pasaba por la calle. Estuvo a punto de darle al taxista la dirección del cementerio, cuando recordó que ya no era necesario ir allí. No pudo evitar sentirse un poco ridículo, por la cantidad de horas que había pasado hablando con una sepultura vacía. A saber que habrían enterrado en lugar de Kate y Jim. Tendrían que quitar las lápidas.
Llegó al juzgado y no le sorprendió ver allí muchos más periodistas y curiosos que en días anteriores. Menos mal que pudo llegar hasta la puerta donde se formaba la cola para entrar y su buena amiga Rosemary, que lo vio llegar le hizo señas para que se pusiera con ella.
- Es mi hijo – le dijo tranquilamente a los que la seguían en la cola – ya les avisé que estaba al llegar.
Castle sonrió y se agachó para besar cariñosamente a la señora en la mejilla.
- Gracias – le dijo al oído – más que mi madre eres mi hada madrina.
- ¿Has podido verla? – le preguntó con curiosidad.
- Aun no, no sé si volverá a declarar hoy, si no es así espero poder verla pronto – dijo recordando lo que le había prometido Gates, la noche anterior.
Se abrieron las puertas y el público fue pasando al interior del recinto, a través del arco de seguridad.
Castle y Rosemary se sentaron en el mismo sitio de siempre y se dispusieron a esperar que comenzara el juicio. Estaba previsto que fuese a las ocho.
Llegaron los abogados, el fiscal y los componentes del jurado que fueron tomando asiento en sus lugares correspondientes. A continuación llegó el acusado, custodiado por dos policías y ya por último y como era habitual, entró el juez que fue anunciado por un alguacil, y dio comienzo la sesión.
Castle observaba a Bracken con odio, pensando que por su culpa había tenido que separarse de Kate durante meses, obligándola a esconderse, a saber en qué lugar del país, y que por su culpa también se había perdido el nacimiento y los primeros meses de la vida de su hijo. Solo le deseaba lo peor, que lo condenaran a cadena perpetua y que se pudriera en el más profundo de los infiernos.
El senador permanecía impasible, era más que evidente, que después de la impresión del día anterior, había vuelto a poner su habitual cara de prepotente, dispuesto a escuchar lo que de él se tenía que decir en ese día, y seguramente pensando que después de la sorpresa que se llevó, ya nada más podía sorprenderlo.
Pero estaba equivocado, si se le descompuso la cara cuando apareció Becket, cuando el fiscal llamó a declarar a Shannon Miles, casi le da un ataque al corazón. Castle a pesar de no perderlo de vista, había ido tomando algunas notas, y se apresuró a apuntar el nombre de la testigo.
Una mujer de unos treinta años, alta, rubia, muy atractiva y bastante exuberante entró en la sala. Levantó la mano y juró sobre la biblia, tal como habían hecho todos y cada uno de los testigos que habían pasado por allí.
Castle miraba de la testigo a Bracken y viceversa, como si fuese un partido de tenis y se dispuso a escuchar. El fiscal empezó a hablar y a explicar que Shannon Miles, había sido secretaria personal y amante de Bracken.
La testigo que detrás de su apariencia de muñeca hinchable, escondía una mente privilegiada, empezó a relatar hechos que comprometían al senador en un montón de delitos, muchos de ellos ya se habían visto en el juicio, pero de otros se hablaba por primera vez. Castle tomaba apuntes a marchas forzadas y para su enorme satisfacción vio como por fin se le borraba a Bracken esa prepotente sonrisilla que lo había acompañado durante todo el juicio.
Shannon Miles, había empezado a sospechar que el senador quería acabar con su vida, cuando este descubrió que no era tan tonta como podía parecer y que además sabía demasiado. La mujer empezó a fotocopiar documentos comprometedores, a grabar conversaciones y a guardar todo aquello que pudiese servirle como garantía de vida.
Ella fue más lista que él, y cuando empezó a oír rumores de que iban a imputarlo por varios cargos de corrupción, se presentó en la fiscalía con todo su valioso material. Se supo que querían acabar con su vida, del mismo modo que se supo que querían matar a Kate Becket, aunque el fiscal no dio nombres, ni comentó que tenían un chivato en la cárcel, para preservar la seguridad de este.
Así que igual que pasó con Becket, hicieron con ella, el accidente que Bracken pensaba que terminaría con su vida fue amañado y Shannon Miles terminó también en el programa oficial de protección de testigos, escondida en algún lugar del país.
Aquella mañana en el juzgado, todo sucedió muy deprisa. Después de la declaración de este segundo testigo sorpresa, de contestar a todas las preguntas que le hizo el fiscal y de presentar todas las pruebas que había aportado, se hizo un descanso de media hora, para seguir después con las preguntas que harían los abogados defensores.
Estos se habían visto tan sorprendidos, por la aparición de Shannon Miles, que pocas preguntas fueron capaces de hacer. La cara de Bracken, era una autentica oda a la desesperación, tal como vaticinó el fiscal, por fin le dieron el golpe de gracia al senador. Una vez terminada la declaración y las tandas de preguntas, volvieron a subir a Bracken al estrado.
El fiscal le hizo acusaciones que no fue capaz de rebatir. Había perdido el aplomo que lo había acompañado durante todo el proceso, estaba nervioso y más de una vez hizo intento de contestar con un ataque, pero el fiscal no le dio tregua, siguió preguntando y afirmando hechos, poniéndolo en evidencia. Le dio una auténtica paliza, Bracken no sabía por donde salir, estaba cada vez más pálido.
Una vez que el fiscal hubo terminado, fue uno de los abogados defensores quien se levantó para intentar salvar la situación que se les había ido de las manos. Pero ya poco pudo hacer, no hubo manera de refutar ningún argumento de los que se habían expuesto.
Cuando terminó, volvió a tomar la palabra el fiscal, que anunció que la fiscalía no tenía más testigos que presentar. El juez se volvió a la defensa que dijeron lo mismo, que ya no había más testigos, con lo que el juicio se daba por finalizado. Ya solo quedaba la decisión del jurado, que en seguida que se anunció el fin del proceso, se retiró a deliberar.
A Castle, le hubiese encantado en ese momento fotografiar la cara de Bracken para que Kate pudiese verla. Por fin y después de mucho, él sabía que se había hecho justicia, porque después de lo acontecido esa mañana, estaba más que claro que el senador era culpable de todos y cada uno de los delitos de los que se le había acusado.
Lo vio salir de la sala, custodiado por dos agentes, cabizbajo y sin esa sonrisa que Castle había llegado a aborrecer. El público empezó también a desalojar el recinto. Castle se volvió hacia Rosemary, que le dijo con alegría:
- Parece que por fin se va a hacer justicia, muchacho, ya nos podemos ir a casa a descansar, y tú a encontrarte con tu amor.
- Si – dijo con una gran sonrisa – me parece mentira que todo haya terminado y además de esta manera – y metiéndose la mano en el bolsillo interior de la chaqueta, sacó una cartera de la que extrajo una tarjeta de visita que le entregó a la señora – aquí está mi dirección y números de teléfono, no dude en llamarme si alguna vez necesita algo.
- ¿Eres escritor? – preguntó Rosemary, que no tenía ni la menor idea de quien era Richard Castle – ¿eres bueno?
- Dicen que no escribo mal del todo – le contestó sonriente.
- ¿Por eso tomabas tantas notas?, ¿Vas a escribir un libro?
- Eso quisiera, espero haberlo anotado todo y que no se me haya olvidado nada.
- Saca esa libreta tuya y déjamela – le dijo con determinación.
Castle sacó la libreta y se la dio junto con el bolígrafo. Rosemary buscó una hoja en blanco y allí anotó, su nombre y apellidos, su dirección y su número de teléfono.
- Supongo que volveremos a vernos cuando sea el veredicto del jurado, pero si no es así, no dudes en llamarme o visitarme si necesitas algo. Todo lo que se ha dicho en esta sala, se ha quedado registrado aquí – dijo señalando su cabeza.
- Tenga por seguro que iré a visitarla – dijo Castle que le había tomado un sincero afecto a la señora – ahora debo irme – y agachándose le dio un beso en la mejilla.
- Ve, muchacho – dijo con nostalgia – ve a buscar a tu amor.
Salió de la audiencia. Muchos curiosos y muchos periodistas estaban por el lugar. Castle que siempre había tratado de pasar desapercibido se desvió por una calle lateral, buscando una zona más tranquila. Sacó el teléfono y llamó a su casa. Habló con su madre y su hija y les dijo que se iba a acercar a la comisaria a hablar con Gates, para ver si había encontrado la manera de que tuviese un encuentro con Kate, además también quería darle la noticia a los chicos, si estaban allí, de la humillación que Bracken había sufrido ese día y que era más que seguro que fuera condenado a muchos años de prisión.
Llegó a la 12th y subió a la planta de homicidios, saludando a todo el que se encontraba con una sonrisa, que era correspondida por todos, ya se habían enterado de que Kate Becket estaba viva y se alegraban por ello. A pesar de que nadie sabía que eran pareja, aunque más de uno sospechaba algo, si conocían la amistad que los unía.
Ryan y Esposito acababan de llegar de la escena de un crimen y no habían tenido noticia de los últimos acontecimientos en el juzgado. Las persianas del despacho de Gates estaban bajadas, pero se percibía luz a través de ellas, así que era evidente que el capitán estaba allí.
- ¡Hola chicos! – los saludó sonriente.
- ¡Hombre Castle!, ¿Qué te trae por aquí?, ¿No ibas a estar en el juzgado? – preguntó Ryan.
- ¡Se acabó! – dijo alegre – ¡por fin se acabó todo! El maldito juicio ha terminado.
- ¿Ya?, pero, ¿Tan pronto? – preguntó Esposito con sorpresa.
- No os podéis ni imaginar lo que ha ocurrido esta mañana allí, ha sido todo un espectáculo.
- Pues no te demores y cuéntanoslo todo – dijo Ryan expectante.
- Eso, Castle – dijo de pronto Karpowsky que estaba por allí y había visto llegar a Castle y oído como éste empezaba a hablar del juicio – cuéntanoslo todo.
Castle se sentó en el borde de la mesa y empezó a contar a un grupo que cada vez se hacía más numeroso lo que él llamó, la última y estrepitosa humillación de Bracken. Contaba tan bien y con tanto entusiasmo lo que había presenciado esa mañana, que tenía un público atento e interesado que no se dio cuenta de como el capitán Gates salía de su despacho dispuesta a echarles la bronca por estar allí todos perdiendo el tiempo.
Pero antes de abrir la boca, ella misma se vio conquistada por la narración del escritor. Este siguió contando lo que había ocurrido sin dejarse ningún detalle, hasta que terminó provocando los aplausos de todos los presentes.
Todos habían sentido mucho la supuesta muerte de la inspectora y se habían indignado al conocer el causante de la misma. Algunos habían sabido que también era el responsable de la muerte de Montgomery, así que habían seguido el juicio con interés y se alegraron cuando Castle les contó que el culpable por fin iba a pagar por todo lo que había hecho.
- Bien señores – interrumpió Gates las muestras de júbilo – todos estamos felices con las noticias que nos ha traído el señor Castle, pero creo que es hora de que nos pongamos a trabajar.
- Claro señor – dijeron sorprendidos por haber sido pillados in fraganti, aunque Gates no parecía estar muy enfadada.
- Señor Castle – dijo dirigiéndose a este – si no le importa pasar a mi despacho…
- Por supuesto – dijo Castle que se levantó de la mesa para seguirla.
Gates lo invitó a sentarse.
- Ya le he escuchado contar como por fin Bracken va a terminar pudriéndose en una prisión de máxima seguridad.
- Si – dijo con una amplia sonrisa – por fin se hizo justicia.
- Le tengo buenas noticias señor Castle.
- ¿Sí? – preguntó ilusionado intuyendo lo que le iba a decir.
- He podido hablar con un responsable del programa de protección de testigos, y me ha dicho que aunque aún no es conveniente que la inspectora Becket deje de estar escondida, si se le permite una visita, pero debe mantenerse en silencio, nadie debe saberlo.
- Por supuesto que no, ¿Cuándo podré verla?
- Un vehículo lo recogerá esta tarde en esta dirección – le entregó un papel con ella escrita – y le llevará a donde está.
- Gracias señor, muchas gracias.
- No tiene por qué darlas, de verdad que me alegra de que puedan reencontrase al fin.
- Lo sé – dijo Castle – ahora será mejor que me marche y muchas gracias de nuevo.
Salió del despacho. Los chicos se acercaron a preguntarle si iría a verla, pero él les dijo que tenía que marcharse y que no podía contarles nada. Ellos insistieron curiosos y Castle que sabía que era observado por Gates alzó el pulgar con mucho disimulo para darles a entender que todo había salido bien. Sus amigos le respondieron con una gran sonrisa.
Castle salió feliz y nervioso de la 12th. Iba a volver a verla después de casi un año. Le parecía que estaba viviendo una especie de sueño. Después de escuchar la declaración del otro testigo protegido esa mañana en el juicio y escuchar todas las barbaridades que Bracken había sido capaz de hacer, y el número de muertes de las que era responsable, comprendía que Kate no había tenido más remedio que hacer lo que hizo.
Él lo había pasado fatal pensando que la había perdido para siempre, pero ahora no podía menos que alegrarse de la dolorosa decisión que ella se había visto obligada a tomar. No había resentimientos, solo unas inmensas ganas de verla y abrazarla.
Llegó a su casa. Allí estaban su madre y su hija a las que también les contó lo ocurrido esa mañana, mientras se dirigía a su habitación.
- ¡Hijo, por Dios! – se quejó Martha – ¿no sería mejor sentarnos y nos lo cuentas todo con tranquilidad?
- No tengo tiempo – se excusó – el capitán Gates lo ha arreglado todo para que pueda hacerle una visita a Kate. Me recogerán dentro de una hora.
- Pero ni siquiera has comido – protestó su madre.
- ¡Y qué más da eso ahora! – dijo mientras sacaba una bolsa de viaje y empezaba a meter alguna ropa, útiles de aseo y otros objetos personales.
- ¿Para qué te llevas ropa? – preguntó Alexis sorprendida.
- Hija – Castle se paró – voy a ver a Kate y a mi hijo. Ella no puede salir y no sé cuanto tiempo tendrá que seguir escondida, así que me voy a quedar con ella, no voy a salir del lugar donde este hasta que ellos salgan conmigo, ¿lo entendéis, verdad?
- Claro que sí, papá – dijo Alexis emocionada.
- No creo que pueda comunicarme con vosotras, pero estaré bien.
- Tienes que ir con ella, querido – dijo su madre – pero aunque me digas pesada voy a prepararte aunque sea un sándwich – y salió hacia la cocina mientras su hijo terminaba de hacer la bolsa.
Comió con ellas y se despidió con un beso a cada una, pues debía coger un taxi, hasta el lugar donde lo recogerían.
- Dale un beso a Kate de nuestra parte, papá, y al bebé – dijo Alexis emocionada – estoy deseando conocerlo.
- Y yo, hija, y yo.
Llegó a la dirección que le habían indicado y se dispuso a esperar. No tuvo que hacerlo por mucho tiempo. Apenas unos minutos más tarde, apareció una furgoneta negra con cristales tintados que se paró justo delante de donde él estaba. Se abrió la puerta del copiloto y se bajó una mujer atractiva de cabellos cortos y de color castaño rojizo. A Castle le resultó familiar, pero no fue capaz de ubicarla.
- ¿Señor Castle? – preguntó la mujer.
- Sí, soy yo.
- ¡Hola!, soy Pamela Edwards – dijo tendiéndole la mano, que Castle aceptó y mirando sonriente la bolsa de viaje que este llevaba – suba atrás, voy a llevarle con ella.
* * * * * * * * *
"La alegría más grande es la inesperada."
Sófocles
Desde el momento en que a Kate le comunicaron que a Castle le habían dado permiso para visitarla, se puso tan nerviosa, que empezó a comportarse igual que una adolescente que fuese a tener su primera cita. No sabía que ropa ponerse y no sabía si a Castle, le gustaría su ropa hippie.
La ropa que Pam le trajo para el juicio eran dos trajes de chaqueta pantalón demasiado formales y serios, aunque más acorde con su estilo de siempre. Ella quería estar guapa para él, y no sabía que ponerse. Al final se decidió por un pantalón vaquero, claro que no era los que ella acostumbraba a llevar tipo pitillo, sino más anchos y una blusa blanca bordada que le quedaba muy bien.
Su padre la miraba sonriente, cada vez que se probaba un conjunto, se acercaba para pedirle opinión de cómo le quedaba, y él siempre le decía que estaba muy guapa. Ricky dormía la siesta, totalmente ajeno al nerviosismo de su madre y a la llegada de su padre al que iba a ver por primera vez.
Se oyó ruido en la puerta y como alguien entraba en el piso.
- ¡Ay papá! – dijo nerviosa – ya está aquí, ¿Qué le digo?
- ¿Qué, que le dices? – dijo su padre con una carcajada – hija, por Dios, hace un año que no le ves, dale un abrazo y un buen beso, tenéis que recuperar el tiempo perdido.
Pam entró sonriente en el cuarto de ella.
- Te espera en la sala, anda ve con él que nosotros nos quedamos aquí – dijo encendiendo la televisión que había en el cuarto, y bajando el volumen para no despertar al niño – siéntate Jim – lo invitó señalando el otro sillón que allí había – que estos van a tener para rato.
Kate salió del cuarto y se dirigió al salón. Allí, dándole la espalda estaba él, Richard Castle, el hombre de su vida y padre de su hijo. Fue como si notara su presencia y se volvió a mirarla, ella estaba en el dintel de la puerta, mirándolo. Estaba preciosa, muy delgada, la piel bronceada y con el cabello más corto, como cuando se conocieron y aun así le pareció muy frágil.
Kate sentía que el corazón se le iba a salir del pecho de lo fuerte que le latía, le sorprendía que no se le viese saltar por fuera de la ropa. Allí estaba él, mirándola con atención y una mezcla de alivio y tristeza en sus ojos. Estaba tan delgado, que la ropa le parecía demasiado grande y esas ojeras le daban un aire tan decaído. Se sintió tan culpable, que no pudo evitar echarse a llorar.
Temblorosa y con la voz entrecortada, le fue diciendo mientras se acercaba a él:
- Perdóname Castle, perdóname, lo siento, lo siento mucho yo no quería irme así, pero no tuve más remedio que hacerlo, dijeron que era lo mejor, pero yo no quería, lo siento tanto, perdóname todo lo que te he hecho sufrir…
Castle siente de pronto, una enorme paz dentro de él, todo ha terminado, no le tiene rencor, no la culpa, solo la ama y percibe como ella lo ama a él. Se acerca, le toma la cara entra las manos y la besa dulcemente en los labios.
Le besa los ojos, intenta limpiar cada lágrima que le corre por la cara con sus besos, le acaricia el pelo... la rodea con sus brazos y la abraza, con fuerza, con posesión, casi la levanta del suelo en ese abrazo infinito que lleva tanto tiempo, esperando ser abrazo... Sólo acierta a decirle, una y otra vez: “Kate, Kate, mi vida, mi vida... mi amor...”.
Ella se refugia en él, reconociendo su cuerpo y su olor, por fin vuelve a sentirse segura, ya no tiene voluntad, no quiere tenerla, solo quiere lo que él quiera... sólo desea lo que él desee y se entrega a sus besos y a sus caricias.
Durante un instante eterno, el mundo desaparece a su alrededor, mientras ellos continúan ese beso sin fin. Este momento que están viviendo es intemporal, no hay miedo, no hay dolor, no hay rencor, solo amor y ternura. Están durante un largo rato besándose sin descanso, luego se abrazan y se sientan en el sofá y cogidos de las manos se miran a los ojos, a esos ojos que están empezando a recuperar el brillo, que están volviendo a ser mirada, a ser sueño, a ser complicidad, a ser pasión.
Castle le suelta las manos un instante y no le permite hablar, poniéndole suavemente el dedo sobre los labios. Se saca una cajita de terciopelo azul marino del bolsillo interior de la chaqueta y abriéndola se la enseña.
- Este era mi regalo para nuestro primer aniversario, espero que lo aceptes, para que por fin este donde debe estar.
Ella fue incapaz de hablar, las lágrimas corrían por sus mejillas, pero extendió la mano esperando que él le pusiera el anillo y asintiendo con la cabeza, dándole el sí, a su muda proposición de matrimonio. Castle le colocó el anillo y terminó, primero besando su mano para pasar después a besar tiernamente sus labios.
- Yo también tenía un regalo para ti – dijo ella que desconocía que Castle sabía que tenía un hijo.
- Lo sé, lo vi en tu casa – dijo con tristeza – y créeme que fue horrible cuando creí que además de haberte perdido a ti, también había perdido a mi hijo.
- ¡Oh Castle!, lo siento tanto – y de nuevo empezó a llorar.
- Ya no más llanto Kate, ya no más – dijo Castle mientras le besaba las mejillas de nuevo, para secarle las lágrimas – ya se acabó todo, estamos juntos por fin y eso es lo que importa.
- Tengo tantas cosas que contarte – suspiró ella refugiándose en el pecho de Castle que la abraza con cariño.
- Tenemos toda la vida para hacerlo – dijo él.
- Ricky está durmiendo la siesta, ven, vamos a verlo – dijo levantándose del sofá y tirando de la mano de él para que también se levantara.
- ¿Lo has llamado como yo? – preguntó sin poder evitar la sonrisa.
- Que mejor nombre que el de su padre podría haberle puesto.
En ese momento llamaron suavemente a la puerta y Jim Becket asomó la cabeza.
- Perdonad que os interrumpa, pero aquí hay alguien que quiere conocer a su papá.
- Jim – dijo Castle – me alegro mucho de volver a verte.
- Y yo a ti, muchacho – dijo mientras entraba en la habitación con Ricky en los brazos.
El bebé iba vestido con un pelele celeste con los puños, los botones delanteros y el cuello blancos. En cuanto la vio, le echó los bracitos para que lo cogiera.
- Ven mi amor, ven con mami – dijo cogiéndolo.
Ya en los brazos de ella, miró a Castle con atención. Este los miraba emocionados, había recreado esa situación mil veces en su imaginación desde que supo que Kate estaba embarazada y ahora era real.
- Mira mi vida – le decía Kate al niño – este es tu papá, ha venido a conocerte y a quedarse con nosotros para siempre.
- ¡Hola! – dijo Castle con los ojos brillantes, ver por primera vez a su hijo, con casi ocho meses, lo había emocionado hasta límites insospechados – ¡Hola campeón, soy tu papá!
Ricky haciendo gala de su simpatía innata, extendió los brazos hacia Castle, que lo cogió y lo besó y abrazó repetidas veces.
Kate y Jim, miraban la tierna escena emocionados.
- Es un niño precioso – dijo – mi madre y Alexis están deseando conocerlo. Todos te han echado mucho de menos y están deseando que vuelvas – mientras hablaba, Ricky lo miraba atentamente, como si entendiera todas y cada una de sus palabras.
- Yo también os he echado mucho de menos a todos, y estoy deseando poder salir de aquí de una vez.
Volvieron a sentarse en el sofá. Castle con Ricky en el regazo que se había quedado de lo más tranquilo en brazos de su padre mientras jugaba con algunos de sus juguetes, y Kate junto a él, que pasó el brazo por encima de sus hombros y la atrajo en un abrazo.
- ¿Cuándo tienes que irte? – le preguntó temerosa de que pronto llegara la hora de la separación.
- No pienso ir a ningún lado – contestó él con seguridad.
- Pero, ¿puedes quedarte con nosotros? – preguntó ilusionado.
- No lo sé, pero no pienso salir de aquí hasta que salgamos todos juntos, si tú tienes que estar escondida yo me escondo contigo.
- Pero, ¿y tu familia?
- Vosotros sois mi familia – dijo con decisión – mi madre y Alexis saben dónde estoy y están completamente de acuerdo en que me quede aquí.
- Ya veo que se ha auto invitado a quedarse – dijo Pam que entraba en la sala en ese momento con una sonrisa en la cara – me parece bien, acabo de hablar con un compañero y me ha contado que el juicio está ya visto para sentencia. No creo que tengamos que seguir aquí mucho más tiempo.
- ¿Ya se ha acabado todo?, ¿Qué ha pasado? – preguntó Kate con curiosidad.
- Pues después de la sorpresa que Bracken y yo también, nos llevamos con tu aparición estelar de ayer – dijo Castle con una gran sonrisa y acercándose a darle un besito en los labios – lo de hoy ha sido espectacular, ojala hubieses estado presente para verle la cara al mal bicho ese.
Castle les fue contando con todo lujo de detalles lo que había ocurrido aquella mañana en la sesión del juicio. Mientras hablaba se levantaba a cada rato a recoger los juguetes que Ricky tiraba al suelo y cuando este empezaba a protestar porque se aburría interrumpía su charla para alzarlo en el aire o hacerle cosquillas, lo que tenía al pequeño totalmente cautivado.
Kate casi aplaude cuando Castle terminó de contar todo, estaba feliz porque sabía que toda su pesadilla llegaba a su fin.
Su padre notó entonces el anillo en su dedo y preguntó:
- ¿Y ese anillo?
- Es mi regalo de primer aniversario con Rick, me lo debía desde hace tiempo – dijo Kate sonriente – nos vamos a casar – dijo mirándolo con infinito amor.
- En cuanto salgamos de aquí, empezamos a preparar la boda – especificó Castle.
- ¡Enhorabuena hija! – la felicitó su padre – me alegro mucho por los dos.
- Yo también me alegro mucho – dijo Pam – espero que me invitéis a la boda.
- Por supuesto que si – dijo Kate, que apreciaba sinceramente a Pam – además ya sabes que tienes que pintar el nuevo cuarto de Ricky.
- Estaré encantada de hacerlo – dijo Pam con una sonrisa.
La agente se ofreció a preparar la cena de todos, mientras ellos seguían conversando. Llegó con un bol con puré de verduras para Ricky, y cuando el niño lo vio, casi le hace la ola de la alegría que le entró. Castle quiso darle de cenar él. Lo sentó en su trona y Kate le puso un babero de Bob Esponja y antes de que su padre metiese la cuchara en el puré, él ya tenía la boca abierta.
- Parece que mi niño tiene hambre, ¿eh? – dijo Castle en tono cariñoso.
- Tu niño siempre tiene hambre – dijo Kate con una gran sonrisa – la mejor forma de ganárselo es dándole de comer.
Ricky tragaba a bastante más velocidad, de la que su padre metía la cuchara en el bol, lo que provocó las alegres carcajadas de Castle. Terminó de comer su papilla y luego aplaudió ante la compota de fruta que se terminó enseguida.
- Pues para lo que traga no es un bebé que este muy gordito – dijo Castle.
- Cuando lo veas gatear, lo entenderás – dijo Kate.
Y es que desde que Ricky aprendió a gatear era como un pequeño bólido que se metía por todas partes. Ya estaba lista la comida de los adultos que cenaron tranquilamente, mientras Ricky “leía” y de vez en cuando mordía, un cuento blandito que le había regalado Gates en una de sus visitas.
Cuando terminaron de cenar, Jim se ofreció a recoger la cocina. Kate anunció que ellos se iban al cuarto, pues querían estar tranquilos. Se recostaron en la cama, Ricky cómodamente sentado sobre su padre y de lo más entretenido con los botones de su camisa. Mientras el bebé jugueteaba, ellos simplemente se besaban, no podían parar de hacerlo. Por varias veces Kate le había dicho que tenía muchas cosas que contarle pero él le decía que ya habría tiempo.
Llamaron a la puerta y Jim asomó la cabeza.
- Si queréis puedo llevarme la cuna de Ricky a mi habitación y cuidar de él esta noche.
- Muchas gracias Jim, pero esta noche no – contestó Castle con una sonrisa – quizás mañana.
- Como queráis, buenas noches.
Él se volvió hacia ella,
- Espero que no te importe, pero no quería separarme de él tan pronto.
- ¿Importarme? – dijo Kate – he soñado con los tres así un millón de veces, entiendo que quieras estar con Ricky, necesitáis estar juntos – y se acercó a besarlo.
Estuvieron un rato más jugando con el niño, hasta que empezó a dar muestras de cansancio. Castle se encargó de cambiarle el pañal y acunarlo hasta que se durmió mientras Kate pasaba al baño a asearse y a ponerse una camiseta larga para dormir. Cuando salió el bebé dormía plácidamente en su cuna. Ahora fue el turno de él de pasar al baño, y salir con el pijama puesto.
Cuando sale ve a Kate ya acostada, está haciendo verdaderos esfuerzos por no dormirse. Castle le sonríe, y se mete en la cama con ella, abrazándola. La besa en los labios, y le dice:
- Buenas noches mi amor, vamos a dormir... creo que por primera vez en mucho tiempo, los dos vamos a dormir profundamente.
Kate, solo le sonríe y se pega a él. Ambos se quedan dormidos. Las protestas del bebé los despiertan a la mañana siguiente. Como vaticinó Castle han dormido toda la noche del tirón, algo que no hacían desde hace mucho tiempo.
Kate se levanta para traer el desayuno de los tres. El primero por supuesto es Ricky que una vez desayunado y cambiado se queda en la cama sentado entre las piernas de su madre, mientras ella y Castle desayunan. Cuando terminan sale a dejar la bandeja y le dice a él.
- Mi padre y Pam sacan todas las mañanas a Ricky al parque, ¿quieres ir con ellos hoy?
- Mejor no – dijo él – Ricky puede ir como todos los días con ellos y nosotros les esperamos aquí, aún estoy cansado, ¿tú no?
- Claro que estoy cansada – dijo con una pícara sonrisa mientras vestía al niño para salir – despídete de papá, cariño que el abuelo y Pam te van a llevar de paseo.
Castle besa al bebé y Kate lo lleva fuera de la habitación. Cuando vuelve le ve metido en la cama sonriente, ella observa que se ha quitado el pijama. Pasa al baño, se asea un poco, se pone perfume y se desnuda, cubriéndose solo con una bata.
Se acerca al filo de la cama y sensualmente se quita la bata ante la mirada apasionada de él. Tímidamente le dice:
- Estoy tan delgada, que no sé si te voy a gustar...
Castle se incorpora, la agarra por la cintura y besándole el vientre le dice:
- Eres la mujer más bella del universo... lo mismo es que esté delgada o llenita... además mi amor yo tampoco me veo demasiado bien... Ven aquí.
- Déjame a mí, tengo que compensarte por tantas noches que te he robado.
- ¿Ah sí?... pues soy todo tuyo inspectora, empieza a pagarme todo lo que me debes.
Ella se arrodilla a su lado en la cama y comienza a recorrer el cuerpo amado con sus labios, no lo besa, simplemente lo reconoce, lo recuerda... se mueve despacio por cada rincón, palmo a palmo... se detiene en aquellas zonas que ella sabe tan sensibles, el cuello, el lóbulo de las orejas, los pezones, el vientre, el interior de sus muslos... y en esos lugares, no solo acaricia con los labios, sino también con la punta de su lengua...y se recrea en ellos dibujando círculos... Castle se siente en el séptimo cielo, solo acierta a suspirar y a decirle: “Ay Kate ¿qué me haces?... ¿qué me haces?”
Kate continua acariciando a su amor, se ha colocado sobre él, y ahora son sus manos las que también participan del ritual amoroso, y su cuerpo y sus pechos los que acarician suavemente la piel de él.
Castle está como loco, nunca la había sentido tan entregada, tan dedicada a hacerlo feliz. Le coge la cara y la besa con pasión, su lengua explora con ansiedad la boca de ella, le mordisquea suavemente los labios y ronco de pasión le dice: “Déjame ahora a mí, no voy a poder contenerme mucho más”...
Ella se recuesta a su lado y le sonríe: “Amor demuéstrame como me quieres”... Castle comienza a besarla, a acariciarla, a mover sus manos varoniles, con sutileza, con sabiduría por el cuerpo de su mujer... Ella se va a morir de placer, solo jadea y suspira con los ojos cerrados.
Castle ya no resiste y se coloca entre sus piernas, ella lo recibe con ansiedad, enlaza sus piernas en torno a él, y le dice en un susurro:
- Bienvenido a casa, mi amor.
Provocando en él un gemido y que entre más en ella, que arquea su cuerpo queriendo tenerlo más dentro, aún más dentro...
Él se entrega por completo, al verla tan suya la abraza con fuerza, y se mueve casi con violencia, siente como Kate aprieta sus piernas con más fuerza alrededor de su cuerpo, la besa con pasión y con un grito conjunto, ambos alcanzan el clímax...
Permanecen un rato así, unidos, siendo solo uno... hasta que el peso de él se hace un poco incómodo para ella. Entonces se separan, se besan de nuevo y se quedan juntos, abrazados, compartiendo un largo silencio, que dice mucho más, que miles de palabras.
Castle la pone sobre él y comienza a besarla, al tiempo que le dice: “Te quiero, ya no nos separaremos nunca más”... y prosigue con sus besos y caricias, para envolverla de nuevo en sus redes de amor y de pasión, esas redes que la soñaron tantas noches y que ahora sentían su sueño hecho realidad.
CONTINUARÁ…
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
aaaaaah un capítulooooo MAGNIFICOOOOO ¡ssiii ahora sii ya estan juntos definitivamentee!!!!
como me alegro por los dos despues de tanto tiempo separados...
en fin me ha gustado muchisimo el capi sigueee prontooo plisssss que ya quiero leerla contiii
como me alegro por los dos despues de tanto tiempo separados...
en fin me ha gustado muchisimo el capi sigueee prontooo plisssss que ya quiero leerla contiii
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Por fin llegó el gran momento, ya están juntos los tres. Me imaginaba que no se iba a conformar solo con verla y que querría quedarse con ellos hasta que pudiese llevárselo a su casa. Ahora a contarse lo que ha sido su vida el tiempo que han estado separados y a ver el reportaje de fotos que Kate le estaba preparando.
Me ha encantado el capítulo. Espero que puedas continuar pronto.
Me ha encantado el capítulo. Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Excelente, magnifico, increible reencuentro, me encanto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, por fin!!!!!!!!!!!
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
no podría haberme sentido más agusto leyendo el reencuentro. Lo he disfrutado muchisimo!
Ha estado perfectamente coordinado y narrado todo y cada uno de los acontecimientos ^_^
El detalle de que Castle no acepte que Jim se lleve al pequeño Ricky la primera noche hace mucho por tu parte, donde demuestra un personaje entregado a su familia y no dejandose llevar por la lujuria que sentiria al ver de nuevo a Kate.
Espectacular! ^^ Enhorabuena
PS: quiero el capi siguiente jiji
Ha estado perfectamente coordinado y narrado todo y cada uno de los acontecimientos ^_^
El detalle de que Castle no acepte que Jim se lleve al pequeño Ricky la primera noche hace mucho por tu parte, donde demuestra un personaje entregado a su familia y no dejandose llevar por la lujuria que sentiria al ver de nuevo a Kate.
Espectacular! ^^ Enhorabuena
PS: quiero el capi siguiente jiji
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Pereciosooo siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Simplemente has conseguido en mí que... Dios emocionada que me has puesto hasta el bello de punta, por fin conoce a su papi y como es normal lo que más desea es estar con su hijo. Aunque despues el ratito con su ¡prometida te lo puedes creer! nunca viene mal. Nada muy romantico y muy bonito. Sin olvidar la parte en la que ya casi Bracken esta entre rejas.
Nada que me quito el sombrero ante ti una y dos y tres más, las que haga falta. ¡Genial!
Nada que me quito el sombrero ante ti una y dos y tres más, las que haga falta. ¡Genial!
Invitado- Invitado
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me ha encantado, y Kate llorando sintiendose culpable cuando ella tambien era una victima de las circunstancia, se me han saltado hasta a mi las lagrimas de verlo. Y sobre todo el encuentro entre padre e hijo. Muy real y muy tierno que Rick no quisiera que Jim se llevase al niño, esa primera noche lo que el necesitaba era estar con Kate, pero la Kate madre de su hijo, y con su hijo.
No se por donde vas a continuar la historia pero yo ahora mismo me doy por satisfecha con este posible final. Solo me faltaria la confirmacion de la sentencia de Bracken y la vueltan de Kate a la com,isaria.
No se por donde vas a continuar la historia pero yo ahora mismo me doy por satisfecha con este posible final. Solo me faltaria la confirmacion de la sentencia de Bracken y la vueltan de Kate a la com,isaria.
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Estos últimos capítulos están siendo increíbles, más de lo que ya de por sí lleva siendo toda la historia.
Con este capítulo has conseguido emocionarme leyendo escenas como el reencuentro de los dos o esa primera vez que Castle ve a su hijo.
Me encanta como has llevado todo el caso de Braken, lo real que ha parecido el juicio y lo bien elaborado que ha estado.
Por cierto, el personaje de la señora Rosemary me encanta, es esa típica señora entrañable a la que se le coge cariño solo con verla.
El momento en que Castle va a contarle todo lo sucedido a sus compañeros me ha gustado mucho, sobre todo por le hecho de que Gates se vuelve una más y se queda a escucharlo.
Me encanta como Castle no se quiere separar de su hijo, quiero darle de comer, cambiarlo e incluso quiere que este con ellos esa noche. Ese lado de Castle de padrazo es mi favorito.
La escena final de la pareja ha sido preciosa, se lo merecían.
Fantástico Cata. Lo acabo de leer y ya estoy deseando leer el siguiente
Con este capítulo has conseguido emocionarme leyendo escenas como el reencuentro de los dos o esa primera vez que Castle ve a su hijo.
Me encanta como has llevado todo el caso de Braken, lo real que ha parecido el juicio y lo bien elaborado que ha estado.
Por cierto, el personaje de la señora Rosemary me encanta, es esa típica señora entrañable a la que se le coge cariño solo con verla.
El momento en que Castle va a contarle todo lo sucedido a sus compañeros me ha gustado mucho, sobre todo por le hecho de que Gates se vuelve una más y se queda a escucharlo.
Me encanta como Castle no se quiere separar de su hijo, quiero darle de comer, cambiarlo e incluso quiere que este con ellos esa noche. Ese lado de Castle de padrazo es mi favorito.
La escena final de la pareja ha sido preciosa, se lo merecían.
Fantástico Cata. Lo acabo de leer y ya estoy deseando leer el siguiente
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Bueno, bueno, bueno, ....................... no tengo palabras ¡¡¡¡¡¡¡¡
No se si pedirte más capítulos o dejar que lo finalices aquí, por que no tiene desperdicio, ............ yo diría que es perfecto, simplemente perfecto, está tan lleno de matices que no sabría cual remarcar o cual dejar en el tintero, por que el comentario sería tan largo como el relato, no hay desperdicio, no se puede cortar por ningún lado, lo has bordado, simple y llanamente.
Lo único que te pido es que cuentes algo más de la señora Rosmary, no se que Beckett investigue qué pasó con su suicidio, que la inviten a la boda y le presenten a su hijo, que Castle le regale la colección completa de sus libros, o que la ayude a mantenerse para que no pase necesidades, no se cualquier cosa, pues es lo único que quedaría por rematar, claro está que si sigues más capítulos, tampoco me parece mal, jajajajajajajajajaja
Bueno a la espera de lo que estimes oportuno hacer, te envío muchos BESOTESSSSSSSSSSSSSSS
No se si pedirte más capítulos o dejar que lo finalices aquí, por que no tiene desperdicio, ............ yo diría que es perfecto, simplemente perfecto, está tan lleno de matices que no sabría cual remarcar o cual dejar en el tintero, por que el comentario sería tan largo como el relato, no hay desperdicio, no se puede cortar por ningún lado, lo has bordado, simple y llanamente.
Lo único que te pido es que cuentes algo más de la señora Rosmary, no se que Beckett investigue qué pasó con su suicidio, que la inviten a la boda y le presenten a su hijo, que Castle le regale la colección completa de sus libros, o que la ayude a mantenerse para que no pase necesidades, no se cualquier cosa, pues es lo único que quedaría por rematar, claro está que si sigues más capítulos, tampoco me parece mal, jajajajajajajajajaja
Bueno a la espera de lo que estimes oportuno hacer, te envío muchos BESOTESSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
pues que porfin un rencuentro maravilloso, no solo con kate que a su vez fue increible, sino que con su precioso bebe, ahora queda ver el rencuentro de toda la familia, me gustaria ver como reaciona lanie tambien =P.
espero que continues pronto, y como dije antes me encanta tu fic es simplememte genial.
espero que continues pronto, y como dije antes me encanta tu fic es simplememte genial.
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Que ganas tenia de ponerme al día con tu fic. Es increible y maravilloso y que angustia he tenido hasta el reencuentro que es precioso por supuesto. Sigue pronto.
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
Fecha de inscripción : 06/02/2012
Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
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