Ahora me toca a mí. (Capiítulo 3 - 1ª Parte / 11-11-13)

¡HOLAAA CARACOLAA! Este fic es una idea que se me ocurrió hace bastante tiempo, pero que hasta ayer no me animé a escribir... 

No tardaré mucho en actualizar, probablemente mañana tengáis un nuevo capi, pero no prometo nada  

Aquí os dejo el primer capítulo, espero que os guste
 

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                                                                        CAPÍTULO 1. 




Tras unas tortuosas horas llegamos al fin a casa. Meto la llave en la cerradura y empujo la puerta, pero antes de que me de tiempo a girarme para ayudarla, Beckett ya está entrando como un torbellino al interior.


Con un suspiro cierro la puerta y  observo  como Kate se las ingenia para abrir la puerta del frigorífico para sacar el agua. 


—Déjame ayudarte, anda. —me acerco a la cocina y la sirvo un vaso con agua con su correspondiente medicina.


—No necesito tu ayuda, Castle. —me dice, rechazando el vaso. 


—Kate... —suspiro con resignación.


—¿Qué? — sus preciosos ojos se clavan en mí con enfado.


—Por favor, no lo hagas más complicado. Mírate —la señalo—, necesitas ayuda y...


—Solo he tenido un pequeño accidente, a si que deja de tratarme como si estuviera inválida. 


—¡Es que estás inválida!


Se toma la medicación y sin contestarme, ni tan siquiera mirarme se encamina hacia el sofá. Una leve risa se escapa de mis labios al verla caminar (o más bien saltar) con solo la pierna derecha evitando apoyar la pierna escayolada, pero rápidamente la reprimo al recordar el susto que me ha dado hace unas horas. 


Me siento junto a ella en el sofá, pero dejando una distancia prudencial entre nosotros. Mi mano empieza a acariciar su brazo y siento como, poco a poco, ella se va relajando. Tras unos minutos en silencio me acerco más a ella, rodeándola con mi brazo y recostándola sobre mi pecho.  Poco a poco Kate se va quedando dormida en mis brazos a causa de la medicación. 


Me quedo unos minutos en esta posición, disfrutando del momento, hasta que empiezo a notar que Kate se revuelve incómoda y decido llevarla a la cama. 


Con cuidado de no moverla mucho ni de hacerla daño, la cojo en brazos y la meto (haciendo malabarismos para abrir las sábanas) en la cama. 


Una vez tumbada y arropada, la observo. Tiene la pierna derecha escayolada hasta casi la rodilla y la muñeca, derecha también, vendada; imposibilitando la utilización de muletas y obligando a Kate a usar sí o sí silla de ruedas para desplazarse. 


Kate se mueve un poco y emite una especie de suspiro seguido de palabras sin sentido que no llego a escuchar. Una especie de oleada de ternura me invade al ver esta cara frágil e indefensa de mi musa, y que raramente muestra. 


Me tumbo a su lado y, tras colocarla un mechón de pelo rebelde, la vuelvo a abrazar. 


Aunque lo intento, no soy capaz de dormir, por lo que me quedo mirando el techo mientras recuerdo el día de locos que he tenido hoy...




Unas horas antes...




Un fuerte golpe en el piso de arriba hace que despierte de golpe de mi magnífico y reconfortante sueño. 


—¿QUÉ HA SIDO ESO? —pregunto mientras me siento de golpe, algo aturdido aún por la perturbación de mi sueño. 


Un ''Está todo bajo control, querido'' de mi madre resuena por el loft y sé que, sea lo que sea que esté haciendo, no está bajo control, lo que me deja dos opciones:


         a) Salir de mi cómoda y calentita cama e ir como buen hijo ir a ver si mi madre necesita ayuda. 
         b) ''Confiar'' en mi madre y seguir durmiendo un ratito más.


Sin necesidad de recapacitarlo mucho, opto por la opción b. Me vuelvo a tumbar y compruebo que el lado de la cama de Kate está frío: indicante de que hace horas que se ha marchado. Miro el reloj y efectivamente, son las 11:00 de la mañana, a si que mi musa debe estar trabajando en estos momentos. 


Sonrío al imaginármela frente a la pizarra de las pruebas, con el ceño fruncido intentando resolver el caso. Cierro los ojos y me dispongo a soñar con esa imagen cuando el timbre de mi teléfono indica que alguien me está llamando. Seguramente sea Gina, metiéndome prisa para que la envié nuevos capítulos de el nuevo libro, razón por la cual estoy en mi cama tumbado y no en la comisaría... para ''escribir''. Pero soy escritor, y sin mi musa cerca, mi inspiración desaparece. Conclusión: Ya escribiré cuando Kate vuelva. 


El teléfono vuelve a sonar, y a la tercera vez, decido cogerlo. Lo descuelgo sin tan si quiera mirar quién es y la alarmada voz de Ryan no tarda en llegar a mis oídos. 


—¿¡¿Se puede saber para qué tienes un teléfono si no contestas cuando te llaman?!?


—Ehh... Para el carro amigo, estaba duchándome y no lo he oído. —decido mentir, total una pequeña mentirijilla no hace daño a nadie. —¿Qué pasa? ¿Qué no podéis vivir un solo día sin mi presencia y necesitáis mi astuta mente para que os ayude a resolver un caso?


—Es Beckett —dice Ryan al otro lado de la línea.


—¿La ha pasado algo? ¿Está bien? —mi tono de bromeo pasa a ser de preocupación al oír la respuesta de mi compañero.


—Si... Más o menos.... Estamos en el hospital, pero no te preocupes —se apresura a aclarar Ryan— No es nada grave...


Pero por mi mente ya se han pasado cientos de pensamientos oscuros. Es lo que tenemos los escritores: nuestra imaginación es increíble. Es unos segundos mi mente está llena de imágenes de Kate, de mi musa, de el amor de mi vida tirada en el suelo, sangrando, con un disparo atravesándola, en cada imagen, una parte del cuerpo diferente y viéndola retorcerse de dolor. 


—¿Castle?


No sé cómo, pero me las apaño para deshacer el nudo que me oprime la garganta para pronunciar un simple ''¿Qué la ha pasado?''


—Ha sido persiguiendo a un sospechoso... No sabemos muy bien como pero ha caído por unas escaleras. —Suspiro de alivio: No la han disparado. Pero la preocupación por mi musa sigue ahí. 


—¿Está bien? ¿Está inconsciente? —pregunto ansioso.


—No lo sabemos. Espo y yo acabamos de llegar al hospital, pero nadie nos dice nada.


—Esta bien... — respiro profundo, intentando organizar mi cabeza — Dime en que hospital estáis.


Una vez tengo la dirección me visto en tiempo récord y voy directo a la puerta, cuando la voz de mi madre me lo impide.


—¿Dónde vas así, hijo? ¿Y esa cara? ¿Ha pasado algo?


—Es Kate, está en el hospital... —veo la cara de pánico de mi madre y me apresuro a calmarla— No es nada grave, espero. Se ha caído por unas escaleras cuando perseguía a un sospechoso o algo así, no lo sé. —mi nerviosismo aumenta por segundos. —Necesito ver a Kate y comprobar que está bien, madre. En cuanto sepa algo te llamo. —intento fallidamente sonreír y dejando un beso en su mejilla salgo de el loft.


El camino al hospital se me hace eterno. Seguramente al llegar a casa me encuentre alguna multa por infringir varias normas de tráfico, pero eso no me preocupa ahora. Aún así tardo 27 infernales minutos en llegar a el hospital. 


Tras preguntarle a la recepcionista salgo disparado hacia la habitación de mi musa. La puerta está cerrada y fuera se encuentra Ryan, sentado en el suelo contra una pared, mirando un punto fijo. Cuando me ve se levanta e intenta sonreír para tranquilizarme, pero está demasiado nervioso y falla estrepitosamente. 


—¿Sabes algo? 


—No, sólo sé que está consciente por lo que me ha dicho una enfermera pero no sé nada más y... —juguetea con las manos, nervioso.


—Ryan, cálmate —le sujeto por los hombros y le obligo a mirarme—. Cuéntame lo que ha pasado, ¿vale? 


Con un suspiro comienza su discurso— Hemos seguido unas pistas que nos han llevado hasta un edificio en Brooklyn. El edificio estaba inhabitable por un incendio que hubo hace un par de años... Beckett, Espo y yo nos dividimos por pisos, con la mala suerte de que fue Beckett quien le encontró. Estaba en ático... Cuando el sospechoso la vio empezó a correr escaleras abajo, a si que Beckett nos avisó de que venía pero... —me mirá fijamente— No sé que pasó, solo sé que oímos gritos, de ella y del sospechoso, y el sonido de algo cayendo por las escaleras. Cuando subimos solo nos encontramos a Beckett inconsciente en el suelo; ni rastro de el sospechoso. 


Cierro los ojos, intentando despejar mi mente de insultos y distintas maneras de torturar a ese hombre que ha hecho daño a Kate. 


—¿Y Esposito? Por teléfono me has dicho que estaba aquí.


—Le han llamado de la comisaría, parece que han encontrado a nuestro sospechoso en una farmacia y ha ido a interrogarle. 


Un médico sale de la habitación de Kate. 


—¿Sois familiares de Katherine Beckett? 


—Yo soy su prometido —me pongo de pie — ¿Cómo está? 


—Ha tenido bastante suerte, dentro de lo que cabe. La caída no la ha ocasionado ningún daño cerebral, a pesar del golpe en la cabeza. Pero se ha fracturado la tibia y lastimado la muñeca derechas. La hemos escayolado la pierna como precaución y tendrá que estar así unas semanas, depende de como avance la paciente... Respecto a la muñeca no deben preocuparse, con que no la mueva mucho en una semana es suficiente. 


—Gracias doctor —digo, ligeramente aliviado. —¿Podemos pasar a verla?


—Claro — nos sonríe amablemente —. Mandaré a una enfermera con los papeles del alta. 


—Gracias —vuelvo a decir.


—Pasa tu primero —me dice Ryan. 


Sin pensármelo un segundo, entro por la puerta. En la habitación hay otra paciente, una mujer mayor que me saluda. Pero toda mi atención se centra en Kate. Mira distraída por la ventana hasta que se percata de mi presencia. Al verme sonríe, contagiándome a mí, que me acerco con una gran sonrisa plasmada en la cara y la beso en los labios.  


 —¿Sabes el susto que me has dado? Ni se le ocurra volver a hacerlo, inspectora. 


Ella apoya su frente contra la mía y suspira, con los ojos cerrados. 


—Lo siento Rick. No sé qué ha pasado, está todo tan confuso...


—Normal, me han dicho que te has dado un buen golpe en la cabeza, pero por suerte no tienes ningún daño grave —me separo de ella —. Eso refuerza mi teoría de que eres una cabezota... Y tú que te enfadabas porque te llamaba así... Pues mira, esa cabezota tuya te ha salvado la vida. ­—bromeo, intentando quitar hierro al asunto. Y parece que lo consigo porque una breve risa se escapa de sus labios y a mí me parece el sonido más bonito que he oído en mi vida. 


—¿Estás insinuando que tengo una cabeza grande, Castle? —me pregunta sonriendo.


—Disculpen —dice una enfermera al pasar con una silla de ruedas y unos papeles —Traigo los papeles de el alta... Si es tan amable —me los tiende sonriendo. Después de firmarlos, empieza a explicarnos (más a mí que a Kate) que medicación tiene que tomar, cada cuanto tiempo, que días tenemos que venir a una revisión, etc; pero sobre todo que Kate tiene que hacer reposo y debe tener a alguien cuidándola, lo que no la hace demasiado gracia. 


A partir de que la enfermera sale de la habitación, el humor de Kate decae considerablemente. Atrás quedan las sonrisas y risas de hace un momento. Intento animarla, pero no lo consigo. No entiendo que la ocurre, que ha podido decir la enfermera para que se ponga así. Se sube a la silla de ruedas a regañadientes, y tras despedirnos de la otra paciente, salimos de la habitación. Ryan nos escolta hasta la puerta del hospital y tras darle un beso en la mejilla a Beckett y sus deseos para que se recupere pronto, se marcha a la comisaría. 

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¡Heeey! Si habéis llegado hasta aquí abajo, tenéis mi amor incondicional. 

El comienzo no me gusta demasiado, pero la idea que tengo del fic es ver a Castle mimando un poco a Beckett (como hizo ella cuando él se fracturó la rodilla  )

Hablando de fracturas... No entiendo mucho, a si que todo lo que voy a escribir en el fic relacionado con temas médicos está sacado de internet. Si alguien sabe de medicina o ha sufrido alguna fractura y quiere aconsejarme, bienvenido sea  Ya sea por aqui o por mensaje privado. Toda ayuda es bienvenida. 

Pues nada, dejadme algún comentario bueno si os ha gustado; o malo si lo habéis odiado. Acepto críticas y tomatazos. 

¡Hasta la próxima actualizaciooooón! 

Muy bueno el fic, espero la continuación pronto.

Me ha gustado mucho . Sigueee

Sigueeeé preciosssoooo

Hey pues a mi si que me ha gustado, me quedo con la intriga de que le pasara a Kate. A ver si se porta bien y se deja cuidar por Rick. Sigue pronto please

Me encantaaaaaaaaaaaaa sigue pronto plis!!

A ver que pasa quiero ver ya a estos doos y castle cuidandola*^*

vamos vamos k se ve muy bueno continua ya kiero ver a ese castle todo regaloneon!!!

Sigueee

Pues por mi sigue! Eso de ver a Beckett al cuidado de Castle estara genial!

Me gusta¡¡¡¡¡ sigue pronto que esta muy interesante la cosa. jejejej    

Dije que actualizaría pronto y aquí estoy

En este capítulo me ha sucedido lo que a muchos otros escritores os habrá pasado, que tenía un montón de ideas pero no sabía muy bien como reflejarlas. A si que el resultado no me convence demasiado. A ver que os parece a vosotros 

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                                                                            CAPÍTULO 2.                                                                      




No se en qué momento de la noche me he quedado dormido, pero cuando me despierto unos tímidos rayos de sol se cuelan por la ventana, indicando el amanecer y alumbrando la estancia. Cuándo me giro para observar a Kate dormir, descubro que hace rato que se ha ido. 


Salgo rápidamente de la cama directo a la cocina, dónde unos ruidos me indican que hay alguien en ella. Me imagino a Kate maniobrando para hacerse un café y no puedo hacer otra cosa que resoplar fastidiado, ¿Por qué no me deja ayudarla?


Me sorprendo al comprobar que los ruidos de la cocina provienen de mi madre, haciendo uno de sus famosos Desayunos de Martha Rodgers, y no de Kate, quien se encuentra plácidamente dormida en una extraña postura en el sofá.


Tras dejar un casto beso en su frente, me acerco a mi madre. 


—¡Querido! —dice cuando me ve— ¿Qué haces tan temprano despierto? 


—Me preocupa más el hecho de que mi prometida esté en su estado durmiendo en ese incómodo sillón. 


—Oh, Katherine... Cuando he bajado sobre las 4 de la mañana a por un vaso de agua, ya estaba ahí sentada. Obviamente me he acercado a ella por si necesitaba algo, y me ha respondido que la pierna la molestaba y no podía estar quieta en la cama, a si que se ha venido al sofá para no despertarte.


—Será cabezota—murmuro con resignación. —Y tú madre, ¿No podías haberme despertado?


—¿Para qué? He estado con ella todo el rato, no he conseguido que comiera nada, pero al menos se ha tomado la medicación. Tú necesitabas descansar un poco, cariño. —me pellizca cariñosamente la mejilla y yo me aparto refunfuñando, como cuando era un niño. Mi madre sonríe y acto seguido, coge su desayuno y sube las escaleras. Un ''Os dejo solos querido'' es lo último que oigo. 


Me acerco lentamente al sofá y tras observar a mi musa unos segundo, decido despertarla.


Deposito un beso en su frente, luego en mejilla derecha para seguir por su nariz y posteriormente en su otra mejilla, reservándome el beso en los labios para el final. 


Las pestañas de Beckett comienzan a aletear rápidamente. Cuando sus ojos se han acostumbrado a la luz se quedan quietos observándome. 


—Buenos días, gruñona. —La acaricio la mejilla, intentando deshacer el hielo. 


Un simple mmm es todo lo que consigo de ella. Cuando la ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse, ella me ignora y lo intenta sola, apoyándose en la muñeca mala y cayendo de nuevo al sofá con un gesto de dolor grabado en su cara. 


La miro con preocupación, negando con la cabeza. 


—¿Estás bien? —no recibo respuesta por su parte— ¿Se puede saber que bicho te ha picado, Beckett? En el hospital estabas bien... Incluso bromeabas. Pero ha sido venir a casa y cambiar de humor. 


—Esta no es mi casa, Castle. —su mirada gélida me traspasa, congelándome.


Decido ignorarla. —Como si lo fuera. ¿Por qué te niegas a que te ayuden?


—Ese es el problema de todo esto. No quiero tu ayuda, puedo yo sola, no necesito la ayuda de nadie. 


—Claro, me lo acabas de demostrar hace un momento. Kate, no puedes ni levantarse sin ayuda... ¿Pretendes que te deje en tu apartamento sola a tu suerte? ¿Crees que podría hacer eso? Que poco me conoces. —me acerco a la ventana y me dedico a ver a los coches circular, intentando aplacar la rabia. 


Mis palabras parecen hacer mella en ella, que solo es capaz de vocalizar un Castle acompañado de un pequeño sollozo que elimina todo pequeño rastro de rabia que hubiera podido tener en mi interior.


Me acerco rápidamente a ella y me siento a su lado. No soy capaz de verla la cara (que se encuentra apoyada en sus manos que a su vez están apoyadas en sus rodillas), pero se que llora y eso me hace sentir el ser más ruin sobre la faz de la tierra. La abrazo, sintiéndote como sus lagrimas mojan mi camiseta. Apoyo mi barbilla sobre su cabeza tras depositar un beso en su pelo. 


—¿Qué te sucede, Kate? ¿Por qué no me dejas cuidarte?—digo, mientras la acuno entre mis brazos. 


Tras unos minutos en esta postura, sus sollozos van disminuyendo hasta desaparecer completamente. Cuando noto que se ha calmado, la separo cuidadosamente de mi y la obligo a mirarme. 


—Es... —suspira— Esto me trae demasiados recuerdos, ¿Sabes?


—¿Recuerdos? —la miro sin entender—¿Lo dices por cuando me fracturé la rodilla y tuviste que cuidarme? Se que no fueron unas semanas fáciles pero no sabía que guardaras tan malos recuerdos de ellas. 


Kate ríe ligeramente, mientras niega con la cabeza. 


—No es eso, Castle. Aunque no te niego que esas semanas fueron horribles —de pronto la sonrisa que iluminaba la sala hasta hace unos momentos desaparece —Todo esto... yo en el hospital, tú, el reposo, los medicamentos... Todo me recuerda a cuando me dispararon. Esos tres meses que estuve incapacitada en la cabaña de mi padre, con él cuidándome fueron un completo infierno... No sabes lo que era ver su cara de angustia cada vez que yo hacía un movimiento brusco y me tiraba minutos retorciéndome de dolor...


—Esos meses fueron los peores de mi vida —digo más para mí mismo que para ella— Pero sigo sin entenderte Kate. Comprendo lo de los recuerdos pero... ¿Por qué te niegas a que te mime?


—No quiero ser una carga para ti, Rick. No quiero que tengas que pasarte dos, tres, cuatro semanas, las que sean, pegado a mí, cuidándome. Tú no te darías cuenta pero tu cara cambió completamente cuando entró la enfermera con esa silla a la habitación. Pasaste de ser el Castle bromista del que estoy enamorada al Castle preocupado y serio. No sé, puede que suene estúpido e infantil —sonríe de lado— pero odio depender tanto de ti, tanto emocional como físicamente ahora mismo. 


—¿A sí? ¿Pues sabes qué? —contesto mientras me levanto.


—¿Qué?


—Que a mi me encanta encargarme de ti. Cuidarte y mimarte no es algo que odie hacer precisamente. ¿Sabes lo que voy a disfrutar yo estas semanas? No tienes ni idea, Katherine Beckett. —antes de que me pueda responder, la cojo en brazos— Seré tu chófer personal ya que te niegas a usar la silla. 


—Castle... —suspira aún en mis brazos— ¿No voy a hacerte cambiar de opinión, verdad?


—Veo que lo vas cogiendo. Tú cuidaste de mí y ahora es mi turno hacerlo. Seré su esclavo, señorita Beckett-futura-de-Castle.


—Está bien...—contesta riendo— pues empieza por dejarme en uno de los taburetes de la cocina. Tengo hambre, esclavo. 


La acomodo mejor en mis brazos y tras un ''El expreso Castle se pone en marcha'' y las risas de Beckett, doy una vuelta al salón imitando con la boca el sonido de un tren, para acabar dejándola cuidadosamente en la silla. 


—¿Qué desea desayunar, señorita? —digo tras hacer una exagerada reverencia.


—Umm... Déjame que piense... —siento sus manos agarrar mi camiseta y tirar de mí hasta acabar a escasos centímetros el uno de el otro— A ti.

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¿Qué os ha parecido? Espero que no lo hayáis odiado

Os aviso de que este es el último capítulo que tengo pensado escribir de drama, a partir de ahora todo será dulce y pasteloso.  

No creo que mañana me de tiempo a actualizar, pero este finde prometo subir otro capítulo  

¡Un besazo y muchas gracias por comentar! Me hace mucha ilusión y os adoro solo por el hecho de malgastar unos segundos de vuestro tiempo en comentar esta bazofia  


 

Pues a mi me ha gustado la verdad, y estoy deseando que empiece la parte pastelosa de la historia. Gracias y sigue prontito please

PRECIOSOOOO SIGUEEE

A mi me encanto me encanto me encanto!    Pocas veces se puede ver el lado fragil de Beckett y va a ser interesante descubrirlo!

Me gusta, esperando el siguiente!!!

Que bueno. Me encanta, continua pronto.

muy bueno    vamos k empiezen los mimos al por mayor!

¡Hola, hole, holi, holo, holu! Sí, lo sé, no se como tengo cara para presentarme aquí a actualizar después de casi dos semanas peeeeero es que estoy hasta arriba de exámenes y trabajos, y si a eso le sumamos que ando pachucha pues os haréis una idea del poco tiempo que tengo para escribir. Espero que no me odies demasiado y disfrutéis de lo poquitito que os traigo  

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                                                                      CAPÍTULO 3 (Parte 1)




—¿A si qué leyendo al enemigo, eh?.


Me sobresalto al escuchar esa voz en mi oído, pegando un pequeño respingo. 


—Castle, vuelve a asustarme así y te juro que te tragas el libro. 


—No me lo puedo creer, ¡He asustado a la dura Katherine Beckett!. Creo que ya puedo morir en paz. —dice, acomodándose a mi lado.


—Eres... —resoplo, guardándome la palabra para mí misma. Casi puedo oir a mi madre diciéndome ''Las señoritas no dicen palabrotas, Katie''. Eso es que ella no conoció a Castle, quien todavía porta una estúpida (y preciosa) sonrisa en su cara.—Claro que me has asustado, este libro es taaaan interesante que me tiene totalmente enganchada—digo, picándole.


Y lo consigo.


—Para tu información —dice, quitándome el nuevo libro de Alex Conrad* de las manos — , yo ya lo he leído, y no es taaaan bueno —me imita pobremente, ganándose una de mis miradas —. El final deja mucho que desear. 


—Bueno, pues para tu información —digo, recuperando mi libro—, a mí me encanta a si que te agradecería que me dejaras continuarlo.


—Está bien detective, si se pone así... —se levanta del sofá, con sus manos en alto en señal de rendición.


Sonrío victoriosa y vuelvo a sumergirme en la lectura. Noto como se sienta cuidadosamente en la mesa de café en la que tengo mi pierna mala apoyada. Con su mirada clavada en mí, continúo mi lectura, ignorándole, pero tras unos minutos me rindo a esos ojos azules que me vuelven loca y suspiro con resignación.


—¿Qué quieres?


—¿Quién... yo? —se señala y mira tras de sí, fingiendo no saber a quién me refiero.


—No, la nevera... ¡Claro que tú, Castle! Pareces un niño pequeño rogándole a su madre un juguete nuevo... ¿Qué quieres?


—Es que... —baja la mirada, privándome de ese azul cielo,  mientras dibuja círculos con el dedo sobre mi escayola—me tienes aquí... solito y aburrido mientras lees a otro escritor que no soy yo y... 


No puedo, simplemente, no puedo con esos morritos que pone al hablar, como si de un niño se tratase, y no puedo evitar sonreír con ternura al imaginarme a un mini Castle o a una mini Beckett haciéndo ese gesto. 


—Eres increíble... —me muerdo el labio mientras le observo —Está bien, Rick. ¿Qué quieres hacer?


—Podríamos jugar al fútbol —sugiere, ganándose un librazo en la cara.  —¡Auch! Que agresiva está usted hoy, detective. 


—Castle...—pronuncio su nombre en tono amenazador, con una mano sobre mi próximo proyectil: un cojín.


—Vale, ya lo pillo: Nada de bromas. 


—Podríamos hacer un maratón de Nébula 9. —sugiero, solo por picarle un poco más.


—¿Para luego llevarme un susto de muerte como la última vez? Ni loco. —niega con la cabeza.


De pronto sus ojos me miran con un brillo especial y una sonrisa traviesa aparece en su rostro. Dios mío, que se le habrá ocurrido ahora.


—¿Qué? —Castle se levanta, recorriendo la sala con la mirada, buscando algo. —¿Castle? ¿Qué se te ha ocurrido? —pregunto, pero él decide ignorarme.


—Toma —dice tendiéndome el libro que hace escasos minutos había impactado contra su cabeza, y dándome un beso en la frente —Lee mientras lo preparo todo —comienza a alejarse escaleras arriba—, me da igual.


Confundida abro el libro, pero en vez que continuar mi lectura me quedo observando extrañada las escaleras intentando averiguar que descabellada idea se habrá pasado por la cabeza de mi prometido. 

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*Alex Conrad es el escritor novato y amigo de Castle que aparece en el 3x21. Sí, ese que ''toma prestada'' a Beckett como musa y Castle se pone celosín y todos morimos de amor porque Beckett le dice que ella es chica de un solo escritor y él la dice que gracias y él que siempre y asdfghjkl   ¿Ya sabéis quien es, no? Jajaja

El capi es muy cortito, lo sé, pero mañana tengo un exámen y esto es todo lo que he podido escribir... Intentaré escribir la segunda parte esta semana... si no, el finde como muy tarde lo tendré  

Gracias por comentar

sigueeee

me ha gustadoooooooooooooooooooooooooo
continua   

Siguee

kjakjakjakj como le lanza el libro kjakjakjklj contiua pronto porfa

Muy bien, sigueeee.

Muy bueno, me encanta. Continua pronto.

continua que me he quedado con ganas de mas!!!!!!!!!!!!!