EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
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EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Nov 06, 2013 5:13 am
Edit: Despues de recibir muchas peticiones para que continuase con la historia, finalmente me he animado!! Antes de nada, he decidido que éste fanfic serán capítulos bastante largos, y los iré publicando cuando buenamente pueda. Como muchas ya sabeis, tambien estoy escribiendo otro ( que publico todas las semanas, pero que es más cortito) , y ademas estoy en 3º de carrera estudiando ciencias sanitarias, y no tengo tiempo para casi nada.
Os pongo en situación: Éste es un fanfic en el que Kate, Rick son adolescentes, amigos de toda la vida. El resto de personajes ( Lanie, Martha, Expo...) salen también, pero la historia se centra principalmente en nuestra parejita favorita...
ESPERO QUE OS GUSTEEEE!!!
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CAPITULO 1
Es de noche.
Una joven está tumbada en la playa. Sus cabellos, largos y rizados, se reparten por la arena, formando una especie de halo divino. Sus ojos, verdes como un pinar, otean el horizonte en busca de un barco que la distraiga con su lento movimiento. De pronto, dos plateadas lágrimas brotan de sus ojos .Tímidas, éstas caen lentamente alrededor de su rostro, dejando tras de sí un rastro de húmeda tristeza. Sus pies, solo calzados con unas chanclas, son mojados suavemente por las olas que llegan hasta la orilla.
Cierra los ojos, y deja que nuevas lágrimas empapen su mirada. De repente, unos brazos rodean su cuerpo por la espalda y ella echa la cabeza para atrás lentamente, hasta recostarla sobre el hombro de Rick, que ha acudido a su llamada tan rápido como ella esperaba de él.
Rick era su mejor amigo desde que eran unos niños de preescolar. Habían pasado todo juntos, pasando por los primeros granos hasta el primer beso. Ella sabía que ante cualquier dificultad, él siempre iba a estar allí…
Y allí estaba.
Abrazándola, dejándola llorar en su hombro, susurrándola palabras de alivio, cuando horas antes le había insultado de la peor manera, le había jurado no volver a hablarle…pero había ido. A pesar de que le había tratado de aquella manera…
-Kate, nunca vuelvas a hacer esto. No trates de volver a irte de mi vida.
-Nunca más Rick...nunca más. Te necesito en mi vida.
Aquella frase, que en oídos de cualquiera hubiese sido una declaración de amor eterno, para ellos es algo habitual. Desde niños, su amistad siempre ha estado fuera de los cánones establecidos. Ambos saben que aquel lazo de amistad que les une es único, y no se plantean nada más, a modo de pacto silencioso. Cuando eran niños era más sencillo, pero ahora, ella con 16 años y él con casi 18, los sentimientos entre ellos son cada día más innegables. Y el pacto silencioso cada vez tiene menos de silencioso, y más de doloroso.
Rick y Kate son como dos piezas de un puzle que jamás nadie hubiese sospechado que encajarían.
Ella, una chica alta y delgada, con una elegancia innata que hace que sea la envidia del instituto. Su pelo, siempre bien arreglado, su maquillaje siempre correcto, su ropa siempre pulcra y sus modales siempre exquisitos. Pero debajo que aquella elegancia, solo hay inseguridad. Para no destacar más de lo imprescindible, escucha las canciones de moda, para reservar muy celosamente su pasión por el punk y el rock. A todo aquel que se le pregunte, le dirá que es una gran amante de la literatura, cuando en realidad su sueño es entrar en una academia de policía tras graduarse. Es irónica y le encanta decir cosas inapropiadas delante de Rick para provocarle o incluso escandalizarle.
Por otra parte, Rick es todo lo contrario: Su pelo siempre alborotado, chupa de cuero negra en perfecta sintonía con su moto, ruidosa. Su sonrisa, siempre con ese toque de ironía y chulería que hacía que todas las chicas se mueran por sus huesos. De complexión ancha desde siempre, compensa su ligero sobrepeso con entrenamientos deportivos de todo tipo: Defensa personal, atletismo, natación… Pero debajo de aquel macarra de barrio, se encuentra un gran amante de la literatura, que finge ser un gran amante de la música rock, cuando la realidad es que se emociona con las canciones de Adele.
Y es que Kate complementa con sus pasiones la fachada que Rick debe tener ante el mundo, mientras que Rick enriquece la imagen de Kate de puertas a fuera con sus verdaderas aficiones.
Ambos viven en dos casas contiguas, tras las cuales se encuentra una pequeña cala solo accesible desde el jardín de sus respectivas casas. Por supuesto que había otras playas en la pequeña ciudad donde viven, pero aquella arena blanca franqueada por las altas rocas del acantilado, hace de aquel lugar algo mágico. Y para ellos, siempre ha sido un refugio.
Aquella tarde, habían discutido más intensamente que nunca. La realidad es que hacía tiempo que se peleaban a menudo, pero a pesar de que era algo que odiaban con todo su corazón, también era algo que necesitaban. Era la única manera que tenían para decirse las cosas que calmadamente nunca dirían. Ella es demasiado orgullosa para decirle lo que siente. Y él tiene demasiado miedo a perderla. Siempre se han necesitado.
Como de costumbre, la razón en la bronca de ese día la tenían ambos, o ninguno. Ella había pillado a la novia de Rick, Meredith, besándose con un niño bien en la puerta de su casa. Kate le pegó un puñetazo en un ojo. Horas más tarde, Rick se presentó en casa de Kate tan furioso que casi se podía ver salir vapor de entre los mechones rebeldes de su flequillo. Y cuando ella le explicó lo ocurrido, él tuvo la desafortunada idea de responder “Ya sé que Mer me engaña con el tipo ese desde hace un tiempo, pero aunque ella no me importe, y yo no la importe a ella, no tengo a nadie mejor. Pero ¿A ti qué coño te importa? ” .Tras la pregunta retórica , hubo un momento tenso de silencio, lo suficientemente largo para que Rick viese la furia de Kate estallar en sus ojos. Ambos sabían la respuesta a esa pregunta.
El final de la pelea había sido ella echándole de su casa, gritándole que no quería volver a saber nada de él jamás.
Pero cuando Kate recibió la llamada del hospital, diciendo que su hermana menor Jenn había vuelto a tener una recaída en la anorexia, y que la iban a tener que volver a poner la alimentación por sonda, la necesidad del olor a cuero viejo de la chupa de Rick fue mayor que su orgullo.
-¿Quieres que te lleve al hospital? - Susurra Rick al oído de ella, después de unos minutos de silencio tras las dos frases que habían cruzado cuando él llegó.
-No…Mi padre está allí, y solo iba a estorbar. Y tampoco puedo. – Dice ella a un volumen apenas audible tras el ruido de las olas. Un puchero sale de su pecho, vestigio del llanto del que había sido presa unos minutos antes.
-Ya…ya… - Susurra Rick contra el cabello rizado de ella.
Después de tantos años estando en la vida del otro, ambos han adquirido trucos o secretos para ayudar al otro en momentos críticos, hasta el punto de saber lo que necesita el otro en cada momento. Cogiéndola como si de un bebé se tratase, Rick se sienta en perpendicular a ella y acomoda la cabeza de ella en su brazo, y comienza a mecerse lentamente.
Kate se acomoda silenciosamente entre los pliegues de la chaqueta de él, y tarda pocos minutos en quedarse dormida por culpa del cansancio por la discusión y posteriormente la tensión, el sonido del mal y el olor de Rick. Cuando el cuerpo de Kate es un peso muerto sobre el regazo de Rick, él sonríe con dulzura, la coge en brazos, y comienza a andar hacia su propia casa. No es la primera vez que Kate se queda redonda tras un día difícil. “Suerte que no he cerrado la puerta con llave” piensa él, mientras entra en casa y la deja sobre su colchón y la tapa con la manta que ella le regaló años antes, de color negro con dibujos en rojo y azul. Sale de la habitación sin hacer ruido con la puerta, sale corriendo a casa de Kate y coge su bolso, cierra la puerta con llave y vuelve a casa. Al entrar, cuelga el bolso en el perchero y va a la cocina a preparar dos infusiones de manzana y cereza, la favorita de ambos. Cuando el agua está a punto de hervir, las llaves suenan en la puerta de entrada de la casa.
-Hola, madre.
-Hola hijo, ¿Qué haces?
-Preparar unas infusiones para Kate y para mí. Ha tenido un mal día, y se ha quedado dormida. Está en la habitación.
-¿Otra vez Jenn? – pregunta Martha mira por la ventana en dirección al jardín de la casa de los Beckett.
-Si… y bueno, también que hemos discutido. Pero la verdad es que ella tenía razón, como de costumbre.
-A ver…- Martha deja el bolso sobre la encimera de la cocina y retira la cacerola con agua burbujeante del fuego- Cuéntame.
- Kate se ha enterado de que Meredith me engaña con el pijo ese y ella muy amablemente le ha dejado el ojo como una berenjena – Dice Rick aguantando la risa.
-Ay, Dios…- Martha ahoga una carcajada para no despertar a Kate mordiendo el trapo de cocina que tenía junto a la mano- Quizá deberías haber dejado a Meredith antes de que te diese igual.
-Lo peor es que en lugar de ir a casa de Kate y aplaudirla, la he montado el pollo por pegar a Meredith. La verdad es que estaba cabreado por haberse metido en un problema así por alguien que a mí me da igual. Ya lo sabes, solo estoy con ella para no pensar en….
–Sí, sí - Martha hizo un gesto de desdén con la mano, como diciendo que ni se molestase en acabar la frase.
-Mamá, gracias. Eres la única madre del mundo a la que su hijo puede usar de confidente.
-Tienes suerte de que esté más loca que tú.
-Quiero añadir algo- Kate asomó la cabeza por la puerta de la cocina con el pelo revuelto – Eres la única madre del mundo que cuida de la vecina como si fuese también su hija.
-Hola, Fuerza de la Naturaleza – Saluda alegremente Rick mientras alborota aún más los rizos de Kate – Le estaba contando a mamá tu momento de canguro boxeador contra la cara de Mer.
-Ya... ¿Ya no estás enfadado? – Dice ella con precaución mientras le mira, con los ojos llenos de rimmel corrido por las lágrimas y la siesta improvisada
-Anda, deja tu actuación para otro momento, llevas el suficiente tiempo detrás de la puerta para haber oído que tienes razón. Reconozco el tintineo de tu collar y tus pisadas mejor que un indio americano el paso de los bisontes. La única diferencia es que tú no necesitas una manada para arrasar un campamento.
-Puto- Responde ella sacándole la lengua.
-¿Esas tenemos, monstruito? – Kate sonríe nerviosa, ya preparada para salir corriendo. Pero Rick es más rápido y la coge como un saco de patatas y la carga al hombro.
-¡Noooooo! ¡Suéltame, Alex! – Kata patalea mientras él la lleva al sofá para hacerla inmovilizarla.
-¡¡Vuelve a llamarme Alex y desatarás la Ira del Dragón!! – Exclama Rick con voz de falsa furia mientras la tira sobre el sofá.
-¡¡ AAAALEEEEEXAAAAANDEEEEEEER !!-Grita ella a escasos centímetros de la cara de él. Pero cuando ella la va a empezar a hacer cosquillas, cosa que ella odia, Kate le hace una pinza en la nariz con los dedos, haciéndole gritar.
-¡¡AAAUUU!! ¡¡Manzanasmanzanasmanzanaaaaassss!! – La palabra “Manzanas” era el modo de rendirse de Rick.
-Sois adorables – Dice Martha con las infusiones ya servidas en la mano , dejándolas sobre la mesa de enfrente del sofá- Kate, el tuyo es éste, con dos cucharadas de azúcar.
-Gracias , mamá- Responde Kate, sentándose en el sofá, en el que estaba tumbada con las piernas sobre el respaldo tras la lucha.
Desde que la madre de Kate murió hacía 6 años, cuando ella tenía 10 años y Jenn 8 años, Martha había cuidado de ellas y de su padre como si fuesen una gran familia. Ya hacía tiempo que Kate llamaba a Martha “mamá”. Jenn no tenía el mismo trato cercano con ella, puesto que nunca fue capaz de superar la muerte de Johanna, su verdadera madre. Sus problemas con la anorexia habían comenzado meses después de su muerte, y aún ahora, ella seguía atormentada por el pasado.
-¿Qué hacemos, Becks? –Dice Rick mientras acaricia suavemente su espalda con un dedo, dibujando un espiral.
-Antes de nada, ir a por mi bolso, que está en casa.
-Vamos a hacer magia – Responde él, silbando la melodía de los sinsajos de “Los juegos del hambre”. Segundos más tarde, detrás de su cabeza, el móvil de Kate reproduce la misma melodía.
Tras unos segundos de silencio, Kate se echa a reir.
-Adoro esa aplicación. Y te adoro a ti, que me has librado de levantarme del sofá. Pero seguro que te has olvidado del pijama – Era una regla no escrita que si estaban en la casa del otro después de las 10 se quedaban a dormir. Y eran las 11
-Tienes uno aquí.
-¿Y el cepillo de dientes?
-Te he comprado uno rosa.
-¿Y el maquillaje?
-En el bolso tienes tu kit de emergencia.
-Pero no tengo ropa para mañana….
-Tienes ropa interior limpia en mi cajón, y mi cajón de camisetas está invadido por tu colección de camisas floreadas.
-Oye, que mi cajón de camisetas ahora mismo es más heavy que una lluvia de hachas – Dice Kate levantándose del sofá de un salto – Voy a ponerme el pijama y a desmaquillarme.
-¡¡ Nooooo por favooooor no te desmaquilleeeees!! –Grita Rick desde el sofá - ¡¡ Que me vas a matar del susto!!
-Imbécil – Dice Kate, asomándose por la puerta del cuarto de baño frotándose un ojo con un algodón empapado en un líquido azul.
Al rato, cuando Kate sale de la habitación de Rick ya vestida con el pijama y con la cara lavada, cenan todos en silencio. Cuando terminan, Kate mete su plato en el lavavajillas y sin mediar palabra con nadie, se mete en el cuarto de Rick.
-¿Qué te pasa? – Dice Rick al entrar en la habitación, sentándose junto a Kate en la cama– O mejor dicho, ¿Qué he hecho?
-No has hecho nada, solo has dicho la verdad.
-Ay, Dios…
-Rick, ¿Tan fea soy?
-¿Me estás diciendo en serio que ésto es por lo que te he dicho antes del maquillaje? – Dice Rick, cogiendo de las manos a Kate- ¡¡Era broma!!
- No, es cierto. Soy fea. Y mucho. –Susurra Kate, tumbándose en la cama y mirando al techo. Rick se tumba boca abajo a su lado.
-No es cierto, Kate. Eres preciosa. Joder, eres preciosísima. ¿Pero cómo puedes pensar eso? – Dice Rick con un tono de voz entre desesperación y ofensa, mirándola a los ojos.
- Si, hombre, ¿Entonces cómo explicas que teniendo 16 años no le guste a ningún chico? Todos los chicos a los que creía que les gustaba han acabado alejándose de mí.
-Pero esos tíos eran unos gilipollas. Eras demasiado buena para ellos- Dice Rick, dejando de mirar a Kate y sentándose en la cama.
-Meredith es también una gilipollas. Y estás saliendo con ella.
-Estaba.- Dice Rick , hablando mientras mira con excesiva atención las puntas de sus calcetines – Cuando me has echado de tu casa y me he calmado me he dado cuenta de que tenías razón. Y he ido a su casa a romper con ella. Y bueno, también a romperle la nariz al pijo de los cojones ese.
-Lo siento, Richard…Sé que la querías mucho.
-Creí que la quería. Pero no, yo nunca la he querido. Ya hace meses que sé que me engaña y aun así no la dejé…porque tengo miedo a quedarme solo.
-Tu nunca vas a estar solo. Me tienes a mi. Bueno, y a la próxima chica que se te ponga por delante. Sabes perfectamente que puedes tener a la chica que te de la gana. Las tienes a todas locas.
-No te creas…
-Anda, vámonos a dormir. Si es que no te espanto con ésta cara de búho loco que tengo.
-Katherine Beckett. Ya. Si te digo que eres la más guapa de….
-…me estarías mintiendo como un bellaco, así que mejor cállate. No me gustan las mentiras.
-Vale, Kate. – Dice Rick, acurrucándose en la cama, con voz cansada.- Buenas noches princesa.
-Más bien orco.
-Callate, Kate, o te echo de casa. Basta ya de tonterías. No me tires de la lengua- La voz ronca de Rick retumba contra la pared. Kate, impactada, se queda en silencio y cierra los ojos para intentarse dormir.
“Kate, si me tirases de la lengua, sabrías que solo hay una mujer a la que querría para mí, y es la que está durmiendo a mi lado. La misma que duerme a mi lado casi cada noche, la misma que confió que un día se dé cuenta de que estoy aquí, y que mi corazón late por ella” , piensa Rick, mientras acaricia el pelo de Kate lentamente, cuando la respiración de ella se acompasa y él sabe que está dormida. Y ese es el último recuerdo antes de que él caiga profundamente dormido.
Kate abre un ojo a las 3:30 de la madrugada con la boca completamente seca. Se levanta de la cama sigilosamente, y agradece mentalmente el sueño profundo de Rick, pues lamentaría mucho que se despertase por su culpa. Sale de puntillas de la habitación y, solo iluminada por la luz de luna que entra por la ventana, se sirve un vaso de agua y se lo bebe lentamente, sentada en la encimera. Igual de sigilosamente vuelve a la habitación y se vuelve a subir a la cama.
Se queda unos instantes mirando a Rick mientras duerme. Desde que era pequeño, Rick nunca había podido dormir con pijama, así que duerme con un pantalón corto de baloncesto y sin camiseta. Aun así, unas perlas de sudor asoman por su frente, y un par de mechones de pelo se le han pegado sobre la frente. Con cuidado, Kate retira con los dedos los mechones de su frente, pero sin querer le hace cosquillas en la nariz con uno de sus largos rizos, lo que provoca que Rick encoja la nariz y haga un par de muecas en sueños. Kate se ríe en silencio, mirándole con ternura. Se recoge el pelo con una mano mientras se acerca a unos centímetros del cuello de él, y con los ojos cerrados, respira su olor. Para ella es casi como “Su droga”: es adictivo y le acelera el corazón. Después, se tumba a su lado, colocando su cara mirando hacia la de Rick, y le observa en silencio. Empieza a susurrar, sabiendo que él no escucha:
-Puede que no sea tan fea. Pero desde luego nunca sería ni minimamente atractiva para ti, Richard Castle. Estás completamente fuera de mi alcance. Si supieses que solo quiero tener novio para no pensar en ti, estos momentos se terminarían para siempre. Y eso no puede ocurrir. Te necesito. Lo necesito. Eres mi kriptonita.
En el sueño de Rick, como cada noche que Kate se le declaraba mientras él dormía, aparecía Kate declarándole su amor. Lo que él no sabía era que lo que él veía en su sueño estaba ocurriendo más allá del telón de Morfeo.
Kate cerró los ojos y tardó solo unos instantes en quedarse dormida.
El olor a café recién hecho despierta a Kate unas horas más tarde. A lo lejos, oye el agua cayendo en la ducha, y la voz amortiguada de Rick cantando a pleno pulmón en la ducha.“ Believe” de Cher. Al reconocer la canción, Kate no puede evitar sufrir una carcajada incontrolable.
“Qué bien….”-piensa- “Material de calidad para chantajearle hoy para que me lleve en moto a clase”.
La verdad es que Rick canta muy bien. Claro que Cher no es precisamente su registro vocal.
Rick entra unos segundos más tarde en la habitación con una toalla enrollada en la cabeza, el pecho descubierto y cubierto de cintura para abajo con una toalla ridículamente pequeña. Kate levanta una ceja al verle entrar.
-Eh….pensaba que estabas durmiendo todavía.
-Buenos días, Carmen Miranda – Dice Kate, arqueando aún más la ceja.
-Buenos días, princesa Anna – Dice Rick, llamándola como la princesa de la película de Frozen. Cuando la vieron, un par de días antes, Rick dijo que una de las princesas era igual que ella, especialmente recién levantada.- Emm…. ¿Llevas mucho tiempo despierta?
-Oh, no, me acabo de despertar ahora mismo – Dice ella con tono inocente.- ¿Eso que huelo es café? ¿A quién tengo que seducir para que me traiga el café a la cama?
-A mí. ¿Me vas a seducir con esos pelos de gatita furiosa, o con esas legañas del tamaño de tortelinnis?
-¿Y si te pongo carita de pena?
-Bueeeeno vaaaaaaale – Dice Rick, saliendo al salón sin vestir - ¿Lo de siempre?
-Tiiiiii – responde Kate con voz de niña pequeña, poniéndose de pie de un salto para irse a dar a una breve ducha que acaba convirtiéndose en una intensa, con lavado de pelo y mascarilla incluida. Se seca rápidamente y se pone una blusa lisa de color verde pastel y los vaqueros del día anterior .
-Señorita – Dice Rick entrando en la habitación con una taza de porcelana con tapa, parecida a la de los vasos de papel de las franquicias- café con leche desnatada y sirope de vainilla. Mientras ella se duchaba, le ha dado tiempo a vestirse. Una camiseta negra sin mangas, lo que destaca sus enormes brazos, y un vaquero ligeramente caído.
-¡¡¡Qué ricooooo!!! – Exclama ella mientras empieza a darle sorbitos.
-¿Sabes que vas a llegar tarde a clase, verdad?
-No, voy a llegar bien. Me vas a llevar en la moto.
-No, Beckett. Ya lo sabes, me da miedo que te pase algo.
-Do you belieeeve in life…after love….? – empieza a cantar Kate riéndose.
-Te odio un tantíto así- dice Rick gruñendo mientras separa los brazos- Pero ponte mi casco.
-Me quieres y lo sabes – Dice ella recogiéndose el pelo en una trenza para que no le moleste aunque esté mojado
-Te quiero más de lo que crees – responde él, mirándola a los ojos desde el otro lado de la habitación.
En ese instante, Kate siente como si Rick le estuviese leyendo el pensamiento en ese mismo instante, como si pudiese leer el deseo que tiene de dar las dos zancadas que la separan de su cuerpo. Como si pudiese saber todas las noches que le ha susurrado la verdad mientras dormía. Y no puede evitar bajar la mirada y salir al salón disimulando.
-Venga, venga, que tenemos prisa y aún tengo que pasar a por mis libros de clase a casa. Vamos a prepararnos para salir.
-S…sí.- Balbucea él desde la habitación, aún con el corazón en el cuello y la respiración entrecortada por la emoción. – Anda, sécate el pelo y yo voy a por tu mochila.
-Ok, gracias.
En cuanto Rick sale por la puerta, Kate vuela hacia el cuarto de baño para secarse la trenza ligeramente con el secador mientras que con la otra mano se pone antiojeras y se pinta la raya de los ojos. En cuando Rick vuelve, se cuelgan cada uno su respectiva mochila, Kate coge su bolso y salen por la puerta.
Kate adora que Rick la lleve en moto a cualquier sitio. El instituto no está especialmente lejos, pero siempre que Kate tiene ocasión le hace chantajes inocentes para conseguirlo, puesto que a él le da miedo. Para él, el viaje en moto es un peligro innecesario que no le gusta correr. Para ella, es la única ocasión que tiene, estando él consciente, de abrazarle y respirar su aroma durante los minutos que dure el viaje. Además, todas sus amigas se mueren de envidia. Para todo el resto, somos un dúo peculiar: Inseparables, pero completamente opuestos.
Cuando llegan a su destino, Kate se baja de un salto y le mira con alegría. Bajo el casco viejo, se ve la mandíbula apretada de Rick, que la mira con cierto resentimiento.
-¡¡¡Adióooooos Rick!!! –Grita ella mientras le lanza el casco al vuelo y corre a la puerta.
-¡¡Ehh!! –Grita él- Al menos dame un beso, petarda insoportable
Ella corre otra vez hacia la moto y se encarama para darle un lento beso en la mejilla. Una sonrisa inocente se dibuja en la cara de él, y se sonroja ligeramente.
-Anda, tira para clase…ahora entro yo cuando aparque la moto.- Dice él mirando hacia otro lado.
A la salida de clase, Kate y su mejor amiga, Lanie, salen de clase y van andando hasta casa de Rick, como cada viernes, para comer allí. Desde que eran niños Kate, su hermana y Rick seguían esa costumbre debido a que el padre de Kate salía más tarde del trabajo de lo habitual, y así se aseguraba de que Kate, y especialmente Jenn , que tenía tantos problemas con la comida, estuviesen bien cuidadas. Años más tarde se unió Lanie, y actualmente es uno de los mejores momentos de la semana para todos.
Dos motos rugieron a su lado cuando iban bajando la cuesta que llevaba a la calle donde está la casa de Rick y de Kate.
-La moto negra es la de Rick, pero ¿De quién es la moto roja? – Pregunta Lanie a Kate.
-¿Te soy sincera? No tengo ni idea.
Minutos más tarde, Lanie y Kate llegan a la casa de Rick, y Kate se desvía un momento para dejar sus cosas de clase en casa. Tras ello, llaman a la puerta, donde Rick las recibe sin camiseta y con un delantal.
-Rick, te pasas el día sin camiseta, pareces Mario Casas- Dice Kate mientras entra en casa y le pega un pequeño azote jugando.
-Es que sé que te pone mi pelo en el pecho. Ya sabes, “El hombre como el oso…”
-Déjate de idioteces. ¿Qué hay de comer? –Responde Kate colgando el bolso y la chaqueta en el perchero, para así tener una oportunidad de que Rick no viese su notable sonrojo.
-Mi especialidad….
-Spaggettis con tomate de bote – Responden a coro Kate y Lanie riéndose.
-Eh, eh…. Hoy también lleva salchichas – Dice Rick riéndose, fingiendo estar ofendido.
-¿Y quién es ese? – Pregunta Lanie, señalando disimuladamente al extraño invitado, que está sentado en el sofá con una cerveza en la mano.
-¡¡Eh, Javi!! –Llama Rick a su amigo- Ven a que te presente…
-Ya me presento yo solito, bro. Hola, soy Javier Espósito, un colega de Rick de clase. Vine a vivir aquí hace un par de meses, pero solo conozco a Castle. Soy tan idiota que me he dejado las llaves de casa, y bueno, Rick me ha dicho que iba a comer con unas amigas en casa y….espero que no os importe.
-Oh, no te preocupes, ¿Verdad, Lanie? –Dice Kate dándole un codazo a su amiga, que se ha quedado fijamente mirando al chico.- Bueno, que no nos han presentado…Yo soy Kate Beckett.
-Yo soy París Lan. Digooooo Lan Parisie. Digo….- empieza a balbucear Lanie.
-Ella es Lanie Parish.-Responde Kate, volviendo a pegar un codazo a su amiga, ésta vez en las costillas- Y normalmente sabe hablar.
-Encantado, Lanie – Dice Javi, dándole dos besos.
-Ehh….iguana bisonte….. digooooo igualmente. – Responde Lanie. A pesar de su piel morena, sus mejillas se ven sonrojadas.
Kate coge a Rick por el brazo y se lo lleva a la cocina.
-Por favor, dime que falta mucho para que esté la comida – Dice Kate, riéndose mientras mira a su amiga en la distancia.
-Pero si se nota que está pasándolo fatal.
-Conozco a Lanie. Acaba de tener un flechazo con tu amigo.
-Pues está soltero. Y busca novia. Y le ha dado dos besos a ella y a ti no. Pa mi caquí hay tomate, niña – Dice Rick hablando como una maruja.
-Si te parece, les dejamos en la playa después de comer y…si no te importa….
-Sí, te llevo al hospital para ver a Jenny. ¿Has sabido algo de ella?
-Mi padre me ha mandado un par de mensajes. –Dice ella sonriendo porque él la haya leído el pensamiento- Al final no le han puesto la nutrición por sonda porque no se está resistiendo a comer, pero que o gana al menos 10 kilos o se nos va.
Unas lágrimas comienzan a brotar de los ojos de Kate, y Rick se apresura a abrazarla. Rick siempre ha tenido la mágica facultad de calmar a Kate incluso en los peores momentos. Cuando se murió su madre y Jenny cayó enferma, Kate lloraba cada noche en su cama. Desde su habitación, Rick podía verla. Un día no aguantó más y saltó por la ventana y picó en la ventana de ella. Kate le miró con los ojos enrojecidos de llorar y le abrió la ventana con extrañeza. Él simplemente entró y se tumbó con ella en la cama, y la abrazó hasta que se quedó dormida. A la mañana siguiente, el padre de Kate les encontró dormidos y abrazados, llamó a Martha y tras despertarles, y esperar ambos una bronca, lo único que recibieron fue un desayuno en familia y la advertencia de que la próxima vez, avisasen.
-Kate, ésta vez sí se va a poner bien. Ya lo verás.
-Yo ya he perdido toda esperanza…- susurra Kate apretándose más contra el pecho de Rick- tengo asumido que voy a perder a otro miembro de mi familia.
-NO – Exclama Rick, mirándola a los ojos- Ahora mismo ella necesita que seas positiva por ella. Necesita que le digas que lo va a superar. Tienes que ser fuerte por ella.
-Tienes razón. Perdón.
-Perdóname tú a mí por haberme puesto tan brusco.
-Has hecho bien en ponerte así. Ya sabes que cuando la tormenta estalla sobre mi cabeza, ya no hay quien me saque de ahí. Eres mi ángel de la guardia.
-Y tu psicólogo.
-También mi psicólogo – Responde Kate, haciendo ese giro de ojos que solo ella sabía hacer tan bien.
Tras acabar de cocerse la pasta y haber rebañado hasta la cacerola, Lanie y Javi se levantan a recoger la mesa, con el claro fin de tener un tiempo para ellos. Kate y Rick aprovechan ese tiempo para lavarse los dientes y prepararse para ir al hospital.
-Lanie y Javi, Kate y yo nos vamos al hospital a ver a Jenny. Lanie, sabes dónde están las llaves. Cuando os vayáis, cerrad. Si queréis ir a la playa, podéis ir. Ya sabes, lo de siempre.
Rick pone en marcha la moto y Kate se sienta detrás de él. Hasta el hospital se tarda unos 15 minutos, tiempo que Kate emplea para relajarse con el suave aroma del cuero y el olor propio de Rick, que actúa como tranquilizante para ella. Cuando llegan a la puerta y Rick aparca, a Kate se le ha hecho demasiado corto el viaje. Suben hasta la planta donde está su hermana y entran en la habitación que le ha sido asignada esa vez.
Jenny está sentada, jugando a las cartas con otro muchacho. Su pelo, rubio y rizado, le cae por la espalda, sujeto en una coleta. Sus ojeras y sus dedos finos como agujas le dan el aspecto de una muñeca rota.
-Hola, Jenn – Saluda Kate desde la puerta.
-¡Kate! No te esperaba – Sonríe ella, casi con culpabilidad. – Él es mi compañero de habitación. Se llama Kevin.
-Encantada, Kevin. Soy la hermana de Jenn, y bueno, éste es…-Dice Kate, en el preciso instante en el que Rick entra, pues se había quedado atrás.
-¡Rick! –Exclama Jenn, levantándose de la cama, abrazándole y besuqueándole la cara.
-Vaya, vaya, hermanita… ¡Y a mí ni un triste abrazo! - Dice Kate, fingiéndose ofendida.
-Tienes razón… -Dice Jenn - ¡Ven aquí!
Jenn empuja a su hermana a la cama de la habitación, besuqueándola con aún más entusiasmo. En ese momento, una voz grave, bien conocida por ambas, suena a sus espaldas.
-Tened cuidado, par de cabras locas – Dice Jim , dando una palmada amistosa en el hombro de Rick.
-Hola, papá – Saluda Kate , levantándose de la cama y dándole un beso y un abrazo.
-Jenn, vuelve a la partida de cartas, anda. Tu amigo está esperando – Dice Rick. Sabe tan bien como Kate o Jim que no debe moverse más de lo necesario, y ya lo ha hecho.
-No te preocupes- Dice Kevin. – Puedo esperar el tiempo que haga falta. Al fin y al cabo, nos quedan varios días ingresados.
La voz trémula de Kevin hace que un sentimiento compasivo nazca en el corazón de Kate. Está tan delgado como Jenn, pero en él se nota aún más por su aspecto enfermizo.
De pronto Kate se pregunta qué le pasará a aquel niño, que debe tener la edad de Jenn. Como si Kevin le hubiese leído la mente, comienza a hablar.
-Estoy aquí porque tenía apendicitis, pero la cosa se complicó y tengo el intestino fastidiado. ¡Uy, perdón! Quería decir dañado.
La inocencia de aquel chico era tan genuina, que Kate no tardó en unir cabos. Jenn siempre había sido muy reservada con los desconocidos, y en 24 horas hospitalizada, había hecho un nuevo amigo. Solo una persona tan transparente como aquel chaval podía haberse colado en el corazón de su hermanita. Y se notaba que a Jenn le gustaba tanto como Kevin le gustaba ella.
Durante toda la visita, Rick estuvo tan atento como siempre, manteniendo una conversación distendida con todos, sonriendo y abrazando a Kate para hacerla sentir menos vulnerable ante la visible enfermedad de su hermana. Tras un rato charlando y una despedida efusiva, Rick y Kate bajaron a por la moto para volver a casa.
-Hoy el amor está en el aire –Dice Kate mientras bajan por el ascensor hacia el parking.
-¿P…por? – Dice él, nervioso.
-Mi hermana y ese chico, Kevin. Jenn es demasiado reservada para abrirse así como así a un chaval que acaba de conocer. Y él se deshace en atenciones con ella, e incluso la cuida. ¿Te has dado cuenta cómo le ha insistido a Jenn para que se terminase las galletas de la merienda? Ha conseguido lo que mi padre y yo no hemos conseguido en casa durante años.
-Y luego están Javi y Lanie.-Continúa él – Hace un rato Javi me ha mandado un mensaje para decir que han cerrado la puerta y que se iban al cine.
-La primavera la sangre altera, parece- dice ella, poniéndose el casco – Y nosotros ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos a casa?
-Mmm…verás…quería pedirte ayuda en algo- Responde él, cogiéndola de las manos.
-¿Qué pasa? – Kate se quita el casco para oírle mejor y se sienta en una maceta enorme que hay junto a la moto. Kate siente como sus orejas se tornan rojas mientras por su mente pasan mil ideas locas
-Como ya sabes, me gradúo en el instituto en unos meses y… bueno, me preguntaba si te importaría… ¿Ayudarme a elegir la ropa? – Dice él casi dudando – Mi madre me dio dinero para que me comprase, y cito textualmente “Todo lo que Kate piense que vas a necesitar”
-Por supuesto que te voy a ayudar, bobo. Si fuese por ti irías con botas militares y una camiseta de Iron Maiden. Parece mentira que solo te pongas camisetas de grupos que detestas. Venga, que si te portas bien te doy una pista sobre tu regalo de cumpleaños.
-¿Ya lo has comprado? Pero si hoy es 1 de marzo, aún falta un mes.
-Es que es tu 18 cumpleaños, así que quería que fuese especial. Además, sé que es probable que sea el último que pasemos juntos.
-¿Pero y esa gilipollez, Kate? Sabes perfectamente que la universidad a la que voy está a una hora escasa de aquí. Voy a ir y venir de casa todos los días.
-Eso dices. Pero la realidad es que en la universidad conocerás a gente nueva y te olvidarás de mí.
-Kate, por favor, ni siquiera te atrevas a decir eso. –Rick entrelaza sus dedos con los de Kate. No quiere soltarla. Nunca. La mira intensamente a los ojos, y por un momento, piensa en confesar su devoción por ella, pero la razón le hace bajar la cabeza – Nunca, jamás, me voy a olvidar de ti.
-Ya veremos – Responde Kate avergonzada por tanta intensidad. “Si Rick supiese lo que se me cruza en esos momentos por la mente, le perdería para siempre”
Ambos se ponen los cascos y surcan la ciudad rumbo al centro comercial. Al llegar allí, Rick aparca la moto y suben a la zona de tiendas de ropa. Tras andar unos pocos pasos, entran en una tienda de moda formal para hombres.
-Kate, ¿Estás segura de que un traje es lo adecuado?
-Que sí, pesado. Que vas a causar sensación en las nenas. Ya verás. ¿Has pensado a quien vas a invitar al baile de graduación?
-Iba a ir con Meredith, pero obviamente no me van a dejar entrar con una víbora venenosa a un recinto lleno de gente.- Rick levanta una ceja y las carcajadas de Kate escandalizan a los dependientes snob de la tienda.
-Bueno, dejando a las zorras, perras y demás…tienes que pensar en una alternativa. Vas a ser el rey del baile fijo. Varias chicas de mi clase me han pedido tu teléfono tantas veces que ya se me están acabando las excusas.
-No, si en realidad a Mer la iba a llevar por compromiso. Yo quiero ir con otra persona desde siempre.
-Pues pídeselo. Te va a decir que sí fijo. ¿Es Gina? ¿O es la chica esa tan guapa que va un curso por detrás de ti?
-No se lo voy a pedir, me va a decir que no. Ella nunca se fijaría en mí. Está fuera de mi alcance. – Rick mira hacia abajo mientras selecciona un par de camisas de distintos tonos de azul.
Kate se da la vuelta con la excusa de buscar un traje de su talla, justo a tiempo de evitar que Rick vea sus lágrimas. No quiere hablar sobre el por qué, porque si él le pregunta, ¿Qué le iba a decir? “No mira, Rick, lloro porque me acabas de quitar la poca esperanza de tener nada contigo. Quieres a otra chica. Sé lo que sientes por esa chica, porque yo siento lo mismo por ti”
Cuando por fin sus ojos se secan, Kate ya tiene 3 trajes diferentes, varias corbatas y un par de zapatos de traje.
-Vas a ir hecho un dandi – Dice Kate cabizbaja, mientras le alarga todo y le empuja a los probadores, añadiendo un par de camisas blancas a las que había elegido Castle.
Al poco rato, sale Rick vestido con un traje de color negro completo, con una camisa azul y una corbata negra completa. Kate, que está fuera sentada en una butaca, se le queda mirando fijamente al salir del probador.
-¿Que? ¿Voy mal?
-Al contrario – Dice Kate, sin separar la vista de él – Estás increíble…Te sienta fenomenal el azul. A juego con tus ojos.
-¿Mejor que la chupa de cuero y las cadenas?
-Sabes que tengo debilidad por esa chaqueta pero…es que vestido elegante eres realmente imponente.
Tras probarse todos los trajes con distintas camisas y corbatas , finalmente Rick se lleva un par de camisas, otro par de corbatas, unos zapatos y un traje negro básico. Tras pagar, se van a dar una vuelta por el centro comercial. Kate tiene debilidad por la ropa, y entra en varias tiendas a cotillear, y acaba comprándose un par de camisas y unos botines de tacón negro. Para cuando quieren volver a casa, ha llegado la hora de la cena, así que suben a la planta de restauración.
-Muchas gracias, Katy –Dice Rick mientras la coge de la cintura y le planta un beso en la mejilla- Como nos hemos gastado menos de lo que mi madre había estimado, te invito a cenar al restaurante italiano.
-¿En serio?
-Que sí, idiota. Vamos.
Entran en el restaurante y se sientan en una pequeña mesa alejada de la puerta. Las luces tenues de las velas que iluminan el restaurante brillan en las pupilas de ambos. El silencio y la música ambiental suave invitan a permanecer en silencio, lo que dota a la escena de un toque íntimo y casi místico.Aunque Kate está leyendo la carta, es incapaz de dejar de mirar a Rick. Las llamas de las velas combinadas con el azul cielo de su iris da la impresión de ser un hielo ardiendo , imagen completamente hipnótica e irresistible para Kate. Rick por otra parte tampoco puede evitar mirar disimuladamente a Kate. Su pelo brillante y rizado refleja parte de la luz de las velas, haciendo que brille con luz propia, y sus ojos parecen de un color oliva más intenso de lo habitual, dando la impresión de haber sido coloreados por un fino pincel de acuarela. A pesar de las miradas furtivas de uno y de otro, como si de una coreografía se tratase, sus pupilas no llegan a descubrir las del otro mirando con fascinación.
Kate pide unos torchietti con salsa pesto, y Rick se decanta por una pizza calzzone.
No paran de hablar en toda la cena, aunque lo hacen casi susurrando con tal de no romper el silencio del restaurante, que está casi vacío. A ese tono de voz, cualquier cosa que dice el otro suena como si tratase de seducir al otro, lo que hace que sus manos fuesen aproximándose centímetro a centímetro por la mesa hasta estar tan cerca que pueden sentir el calor de la mano del otro.
Cuando acaban de comer, Rick paga la cuenta y salen del local. Al atravesar la puerta, ambos se sienten aturdidos por el repentino ruido ambiental, las voces y la luz. Comienzan a caminar lentamente en silencio cogidos de la mano hasta acostumbrarse a los estímulos del mundo. Para cuando llegan al aparcamiento, ambos ya se han puesto la coraza de “amigos” y han escondido el corazón enamorado del otro, antes de que alguno de los dos descubra la verdad.
Kate guarda las bolsas en el espacio de debajo del asiento de la moto mientras Rick se pone el casco y se sube tembloroso. Por suerte para él, el centro comercial está muy cerca de sus casas, puesto que si ya le da miedo llevar a Kate de día en la moto, de noche se torna en un pánico terrible. Incluso a pesar del corto trayecto, cuando Rick se baja de la moto, su mandíbula está tan apretada que apenas puede hablar. Ambos entran en la casa de Kate para pasar allí la noche. Kate deja su bolso sobre la mesa de comedor, se descalza y se sienta en el sofá, acurrucándose en una esquina. Rick también se quita las botas y deja las bolsas sobre la mesa. Después se tumba detrás de ella, con la espalda apoyada en el respaldo, abrazándola por la espalda, y le susurra al oído:
-Kate, te quiero mucho – Dice Rick, conteniendo el aliento, esperando una respuesta negativa, como ser expulsado de la casa de ella, o algo peor, ser expulsado de su vida. Pero Kate , ya convencida de que él ama a una chica misteriosa, malinterpreta lo que Rick le dice y le responde como cuando otras veces él se lo dice como amigo:
-Yo también te quiero tontorrón.
Y Rick se queda con el corazón roto porque ella ni siquiera contemple que él pueda quererla como más que una amiga. Y acariciando su pelo dorado, una lágrima solitaria brota en uno de sus ojos.
Os pongo en situación: Éste es un fanfic en el que Kate, Rick son adolescentes, amigos de toda la vida. El resto de personajes ( Lanie, Martha, Expo...) salen también, pero la historia se centra principalmente en nuestra parejita favorita...
ESPERO QUE OS GUSTEEEE!!!
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CAPITULO 1
Es de noche.
Una joven está tumbada en la playa. Sus cabellos, largos y rizados, se reparten por la arena, formando una especie de halo divino. Sus ojos, verdes como un pinar, otean el horizonte en busca de un barco que la distraiga con su lento movimiento. De pronto, dos plateadas lágrimas brotan de sus ojos .Tímidas, éstas caen lentamente alrededor de su rostro, dejando tras de sí un rastro de húmeda tristeza. Sus pies, solo calzados con unas chanclas, son mojados suavemente por las olas que llegan hasta la orilla.
Cierra los ojos, y deja que nuevas lágrimas empapen su mirada. De repente, unos brazos rodean su cuerpo por la espalda y ella echa la cabeza para atrás lentamente, hasta recostarla sobre el hombro de Rick, que ha acudido a su llamada tan rápido como ella esperaba de él.
Rick era su mejor amigo desde que eran unos niños de preescolar. Habían pasado todo juntos, pasando por los primeros granos hasta el primer beso. Ella sabía que ante cualquier dificultad, él siempre iba a estar allí…
Y allí estaba.
Abrazándola, dejándola llorar en su hombro, susurrándola palabras de alivio, cuando horas antes le había insultado de la peor manera, le había jurado no volver a hablarle…pero había ido. A pesar de que le había tratado de aquella manera…
-Kate, nunca vuelvas a hacer esto. No trates de volver a irte de mi vida.
-Nunca más Rick...nunca más. Te necesito en mi vida.
Aquella frase, que en oídos de cualquiera hubiese sido una declaración de amor eterno, para ellos es algo habitual. Desde niños, su amistad siempre ha estado fuera de los cánones establecidos. Ambos saben que aquel lazo de amistad que les une es único, y no se plantean nada más, a modo de pacto silencioso. Cuando eran niños era más sencillo, pero ahora, ella con 16 años y él con casi 18, los sentimientos entre ellos son cada día más innegables. Y el pacto silencioso cada vez tiene menos de silencioso, y más de doloroso.
Rick y Kate son como dos piezas de un puzle que jamás nadie hubiese sospechado que encajarían.
Ella, una chica alta y delgada, con una elegancia innata que hace que sea la envidia del instituto. Su pelo, siempre bien arreglado, su maquillaje siempre correcto, su ropa siempre pulcra y sus modales siempre exquisitos. Pero debajo que aquella elegancia, solo hay inseguridad. Para no destacar más de lo imprescindible, escucha las canciones de moda, para reservar muy celosamente su pasión por el punk y el rock. A todo aquel que se le pregunte, le dirá que es una gran amante de la literatura, cuando en realidad su sueño es entrar en una academia de policía tras graduarse. Es irónica y le encanta decir cosas inapropiadas delante de Rick para provocarle o incluso escandalizarle.
Por otra parte, Rick es todo lo contrario: Su pelo siempre alborotado, chupa de cuero negra en perfecta sintonía con su moto, ruidosa. Su sonrisa, siempre con ese toque de ironía y chulería que hacía que todas las chicas se mueran por sus huesos. De complexión ancha desde siempre, compensa su ligero sobrepeso con entrenamientos deportivos de todo tipo: Defensa personal, atletismo, natación… Pero debajo de aquel macarra de barrio, se encuentra un gran amante de la literatura, que finge ser un gran amante de la música rock, cuando la realidad es que se emociona con las canciones de Adele.
Y es que Kate complementa con sus pasiones la fachada que Rick debe tener ante el mundo, mientras que Rick enriquece la imagen de Kate de puertas a fuera con sus verdaderas aficiones.
Ambos viven en dos casas contiguas, tras las cuales se encuentra una pequeña cala solo accesible desde el jardín de sus respectivas casas. Por supuesto que había otras playas en la pequeña ciudad donde viven, pero aquella arena blanca franqueada por las altas rocas del acantilado, hace de aquel lugar algo mágico. Y para ellos, siempre ha sido un refugio.
Aquella tarde, habían discutido más intensamente que nunca. La realidad es que hacía tiempo que se peleaban a menudo, pero a pesar de que era algo que odiaban con todo su corazón, también era algo que necesitaban. Era la única manera que tenían para decirse las cosas que calmadamente nunca dirían. Ella es demasiado orgullosa para decirle lo que siente. Y él tiene demasiado miedo a perderla. Siempre se han necesitado.
Como de costumbre, la razón en la bronca de ese día la tenían ambos, o ninguno. Ella había pillado a la novia de Rick, Meredith, besándose con un niño bien en la puerta de su casa. Kate le pegó un puñetazo en un ojo. Horas más tarde, Rick se presentó en casa de Kate tan furioso que casi se podía ver salir vapor de entre los mechones rebeldes de su flequillo. Y cuando ella le explicó lo ocurrido, él tuvo la desafortunada idea de responder “Ya sé que Mer me engaña con el tipo ese desde hace un tiempo, pero aunque ella no me importe, y yo no la importe a ella, no tengo a nadie mejor. Pero ¿A ti qué coño te importa? ” .Tras la pregunta retórica , hubo un momento tenso de silencio, lo suficientemente largo para que Rick viese la furia de Kate estallar en sus ojos. Ambos sabían la respuesta a esa pregunta.
El final de la pelea había sido ella echándole de su casa, gritándole que no quería volver a saber nada de él jamás.
Pero cuando Kate recibió la llamada del hospital, diciendo que su hermana menor Jenn había vuelto a tener una recaída en la anorexia, y que la iban a tener que volver a poner la alimentación por sonda, la necesidad del olor a cuero viejo de la chupa de Rick fue mayor que su orgullo.
-¿Quieres que te lleve al hospital? - Susurra Rick al oído de ella, después de unos minutos de silencio tras las dos frases que habían cruzado cuando él llegó.
-No…Mi padre está allí, y solo iba a estorbar. Y tampoco puedo. – Dice ella a un volumen apenas audible tras el ruido de las olas. Un puchero sale de su pecho, vestigio del llanto del que había sido presa unos minutos antes.
-Ya…ya… - Susurra Rick contra el cabello rizado de ella.
Después de tantos años estando en la vida del otro, ambos han adquirido trucos o secretos para ayudar al otro en momentos críticos, hasta el punto de saber lo que necesita el otro en cada momento. Cogiéndola como si de un bebé se tratase, Rick se sienta en perpendicular a ella y acomoda la cabeza de ella en su brazo, y comienza a mecerse lentamente.
Kate se acomoda silenciosamente entre los pliegues de la chaqueta de él, y tarda pocos minutos en quedarse dormida por culpa del cansancio por la discusión y posteriormente la tensión, el sonido del mal y el olor de Rick. Cuando el cuerpo de Kate es un peso muerto sobre el regazo de Rick, él sonríe con dulzura, la coge en brazos, y comienza a andar hacia su propia casa. No es la primera vez que Kate se queda redonda tras un día difícil. “Suerte que no he cerrado la puerta con llave” piensa él, mientras entra en casa y la deja sobre su colchón y la tapa con la manta que ella le regaló años antes, de color negro con dibujos en rojo y azul. Sale de la habitación sin hacer ruido con la puerta, sale corriendo a casa de Kate y coge su bolso, cierra la puerta con llave y vuelve a casa. Al entrar, cuelga el bolso en el perchero y va a la cocina a preparar dos infusiones de manzana y cereza, la favorita de ambos. Cuando el agua está a punto de hervir, las llaves suenan en la puerta de entrada de la casa.
-Hola, madre.
-Hola hijo, ¿Qué haces?
-Preparar unas infusiones para Kate y para mí. Ha tenido un mal día, y se ha quedado dormida. Está en la habitación.
-¿Otra vez Jenn? – pregunta Martha mira por la ventana en dirección al jardín de la casa de los Beckett.
-Si… y bueno, también que hemos discutido. Pero la verdad es que ella tenía razón, como de costumbre.
-A ver…- Martha deja el bolso sobre la encimera de la cocina y retira la cacerola con agua burbujeante del fuego- Cuéntame.
- Kate se ha enterado de que Meredith me engaña con el pijo ese y ella muy amablemente le ha dejado el ojo como una berenjena – Dice Rick aguantando la risa.
-Ay, Dios…- Martha ahoga una carcajada para no despertar a Kate mordiendo el trapo de cocina que tenía junto a la mano- Quizá deberías haber dejado a Meredith antes de que te diese igual.
-Lo peor es que en lugar de ir a casa de Kate y aplaudirla, la he montado el pollo por pegar a Meredith. La verdad es que estaba cabreado por haberse metido en un problema así por alguien que a mí me da igual. Ya lo sabes, solo estoy con ella para no pensar en….
–Sí, sí - Martha hizo un gesto de desdén con la mano, como diciendo que ni se molestase en acabar la frase.
-Mamá, gracias. Eres la única madre del mundo a la que su hijo puede usar de confidente.
-Tienes suerte de que esté más loca que tú.
-Quiero añadir algo- Kate asomó la cabeza por la puerta de la cocina con el pelo revuelto – Eres la única madre del mundo que cuida de la vecina como si fuese también su hija.
-Hola, Fuerza de la Naturaleza – Saluda alegremente Rick mientras alborota aún más los rizos de Kate – Le estaba contando a mamá tu momento de canguro boxeador contra la cara de Mer.
-Ya... ¿Ya no estás enfadado? – Dice ella con precaución mientras le mira, con los ojos llenos de rimmel corrido por las lágrimas y la siesta improvisada
-Anda, deja tu actuación para otro momento, llevas el suficiente tiempo detrás de la puerta para haber oído que tienes razón. Reconozco el tintineo de tu collar y tus pisadas mejor que un indio americano el paso de los bisontes. La única diferencia es que tú no necesitas una manada para arrasar un campamento.
-Puto- Responde ella sacándole la lengua.
-¿Esas tenemos, monstruito? – Kate sonríe nerviosa, ya preparada para salir corriendo. Pero Rick es más rápido y la coge como un saco de patatas y la carga al hombro.
-¡Noooooo! ¡Suéltame, Alex! – Kata patalea mientras él la lleva al sofá para hacerla inmovilizarla.
-¡¡Vuelve a llamarme Alex y desatarás la Ira del Dragón!! – Exclama Rick con voz de falsa furia mientras la tira sobre el sofá.
-¡¡ AAAALEEEEEXAAAAANDEEEEEEER !!-Grita ella a escasos centímetros de la cara de él. Pero cuando ella la va a empezar a hacer cosquillas, cosa que ella odia, Kate le hace una pinza en la nariz con los dedos, haciéndole gritar.
-¡¡AAAUUU!! ¡¡Manzanasmanzanasmanzanaaaaassss!! – La palabra “Manzanas” era el modo de rendirse de Rick.
-Sois adorables – Dice Martha con las infusiones ya servidas en la mano , dejándolas sobre la mesa de enfrente del sofá- Kate, el tuyo es éste, con dos cucharadas de azúcar.
-Gracias , mamá- Responde Kate, sentándose en el sofá, en el que estaba tumbada con las piernas sobre el respaldo tras la lucha.
Desde que la madre de Kate murió hacía 6 años, cuando ella tenía 10 años y Jenn 8 años, Martha había cuidado de ellas y de su padre como si fuesen una gran familia. Ya hacía tiempo que Kate llamaba a Martha “mamá”. Jenn no tenía el mismo trato cercano con ella, puesto que nunca fue capaz de superar la muerte de Johanna, su verdadera madre. Sus problemas con la anorexia habían comenzado meses después de su muerte, y aún ahora, ella seguía atormentada por el pasado.
-¿Qué hacemos, Becks? –Dice Rick mientras acaricia suavemente su espalda con un dedo, dibujando un espiral.
-Antes de nada, ir a por mi bolso, que está en casa.
-Vamos a hacer magia – Responde él, silbando la melodía de los sinsajos de “Los juegos del hambre”. Segundos más tarde, detrás de su cabeza, el móvil de Kate reproduce la misma melodía.
Tras unos segundos de silencio, Kate se echa a reir.
-Adoro esa aplicación. Y te adoro a ti, que me has librado de levantarme del sofá. Pero seguro que te has olvidado del pijama – Era una regla no escrita que si estaban en la casa del otro después de las 10 se quedaban a dormir. Y eran las 11
-Tienes uno aquí.
-¿Y el cepillo de dientes?
-Te he comprado uno rosa.
-¿Y el maquillaje?
-En el bolso tienes tu kit de emergencia.
-Pero no tengo ropa para mañana….
-Tienes ropa interior limpia en mi cajón, y mi cajón de camisetas está invadido por tu colección de camisas floreadas.
-Oye, que mi cajón de camisetas ahora mismo es más heavy que una lluvia de hachas – Dice Kate levantándose del sofá de un salto – Voy a ponerme el pijama y a desmaquillarme.
-¡¡ Nooooo por favooooor no te desmaquilleeeees!! –Grita Rick desde el sofá - ¡¡ Que me vas a matar del susto!!
-Imbécil – Dice Kate, asomándose por la puerta del cuarto de baño frotándose un ojo con un algodón empapado en un líquido azul.
Al rato, cuando Kate sale de la habitación de Rick ya vestida con el pijama y con la cara lavada, cenan todos en silencio. Cuando terminan, Kate mete su plato en el lavavajillas y sin mediar palabra con nadie, se mete en el cuarto de Rick.
-¿Qué te pasa? – Dice Rick al entrar en la habitación, sentándose junto a Kate en la cama– O mejor dicho, ¿Qué he hecho?
-No has hecho nada, solo has dicho la verdad.
-Ay, Dios…
-Rick, ¿Tan fea soy?
-¿Me estás diciendo en serio que ésto es por lo que te he dicho antes del maquillaje? – Dice Rick, cogiendo de las manos a Kate- ¡¡Era broma!!
- No, es cierto. Soy fea. Y mucho. –Susurra Kate, tumbándose en la cama y mirando al techo. Rick se tumba boca abajo a su lado.
-No es cierto, Kate. Eres preciosa. Joder, eres preciosísima. ¿Pero cómo puedes pensar eso? – Dice Rick con un tono de voz entre desesperación y ofensa, mirándola a los ojos.
- Si, hombre, ¿Entonces cómo explicas que teniendo 16 años no le guste a ningún chico? Todos los chicos a los que creía que les gustaba han acabado alejándose de mí.
-Pero esos tíos eran unos gilipollas. Eras demasiado buena para ellos- Dice Rick, dejando de mirar a Kate y sentándose en la cama.
-Meredith es también una gilipollas. Y estás saliendo con ella.
-Estaba.- Dice Rick , hablando mientras mira con excesiva atención las puntas de sus calcetines – Cuando me has echado de tu casa y me he calmado me he dado cuenta de que tenías razón. Y he ido a su casa a romper con ella. Y bueno, también a romperle la nariz al pijo de los cojones ese.
-Lo siento, Richard…Sé que la querías mucho.
-Creí que la quería. Pero no, yo nunca la he querido. Ya hace meses que sé que me engaña y aun así no la dejé…porque tengo miedo a quedarme solo.
-Tu nunca vas a estar solo. Me tienes a mi. Bueno, y a la próxima chica que se te ponga por delante. Sabes perfectamente que puedes tener a la chica que te de la gana. Las tienes a todas locas.
-No te creas…
-Anda, vámonos a dormir. Si es que no te espanto con ésta cara de búho loco que tengo.
-Katherine Beckett. Ya. Si te digo que eres la más guapa de….
-…me estarías mintiendo como un bellaco, así que mejor cállate. No me gustan las mentiras.
-Vale, Kate. – Dice Rick, acurrucándose en la cama, con voz cansada.- Buenas noches princesa.
-Más bien orco.
-Callate, Kate, o te echo de casa. Basta ya de tonterías. No me tires de la lengua- La voz ronca de Rick retumba contra la pared. Kate, impactada, se queda en silencio y cierra los ojos para intentarse dormir.
“Kate, si me tirases de la lengua, sabrías que solo hay una mujer a la que querría para mí, y es la que está durmiendo a mi lado. La misma que duerme a mi lado casi cada noche, la misma que confió que un día se dé cuenta de que estoy aquí, y que mi corazón late por ella” , piensa Rick, mientras acaricia el pelo de Kate lentamente, cuando la respiración de ella se acompasa y él sabe que está dormida. Y ese es el último recuerdo antes de que él caiga profundamente dormido.
Kate abre un ojo a las 3:30 de la madrugada con la boca completamente seca. Se levanta de la cama sigilosamente, y agradece mentalmente el sueño profundo de Rick, pues lamentaría mucho que se despertase por su culpa. Sale de puntillas de la habitación y, solo iluminada por la luz de luna que entra por la ventana, se sirve un vaso de agua y se lo bebe lentamente, sentada en la encimera. Igual de sigilosamente vuelve a la habitación y se vuelve a subir a la cama.
Se queda unos instantes mirando a Rick mientras duerme. Desde que era pequeño, Rick nunca había podido dormir con pijama, así que duerme con un pantalón corto de baloncesto y sin camiseta. Aun así, unas perlas de sudor asoman por su frente, y un par de mechones de pelo se le han pegado sobre la frente. Con cuidado, Kate retira con los dedos los mechones de su frente, pero sin querer le hace cosquillas en la nariz con uno de sus largos rizos, lo que provoca que Rick encoja la nariz y haga un par de muecas en sueños. Kate se ríe en silencio, mirándole con ternura. Se recoge el pelo con una mano mientras se acerca a unos centímetros del cuello de él, y con los ojos cerrados, respira su olor. Para ella es casi como “Su droga”: es adictivo y le acelera el corazón. Después, se tumba a su lado, colocando su cara mirando hacia la de Rick, y le observa en silencio. Empieza a susurrar, sabiendo que él no escucha:
-Puede que no sea tan fea. Pero desde luego nunca sería ni minimamente atractiva para ti, Richard Castle. Estás completamente fuera de mi alcance. Si supieses que solo quiero tener novio para no pensar en ti, estos momentos se terminarían para siempre. Y eso no puede ocurrir. Te necesito. Lo necesito. Eres mi kriptonita.
En el sueño de Rick, como cada noche que Kate se le declaraba mientras él dormía, aparecía Kate declarándole su amor. Lo que él no sabía era que lo que él veía en su sueño estaba ocurriendo más allá del telón de Morfeo.
Kate cerró los ojos y tardó solo unos instantes en quedarse dormida.
El olor a café recién hecho despierta a Kate unas horas más tarde. A lo lejos, oye el agua cayendo en la ducha, y la voz amortiguada de Rick cantando a pleno pulmón en la ducha.“ Believe” de Cher. Al reconocer la canción, Kate no puede evitar sufrir una carcajada incontrolable.
“Qué bien….”-piensa- “Material de calidad para chantajearle hoy para que me lleve en moto a clase”.
La verdad es que Rick canta muy bien. Claro que Cher no es precisamente su registro vocal.
Rick entra unos segundos más tarde en la habitación con una toalla enrollada en la cabeza, el pecho descubierto y cubierto de cintura para abajo con una toalla ridículamente pequeña. Kate levanta una ceja al verle entrar.
-Eh….pensaba que estabas durmiendo todavía.
-Buenos días, Carmen Miranda – Dice Kate, arqueando aún más la ceja.
-Buenos días, princesa Anna – Dice Rick, llamándola como la princesa de la película de Frozen. Cuando la vieron, un par de días antes, Rick dijo que una de las princesas era igual que ella, especialmente recién levantada.- Emm…. ¿Llevas mucho tiempo despierta?
-Oh, no, me acabo de despertar ahora mismo – Dice ella con tono inocente.- ¿Eso que huelo es café? ¿A quién tengo que seducir para que me traiga el café a la cama?
-A mí. ¿Me vas a seducir con esos pelos de gatita furiosa, o con esas legañas del tamaño de tortelinnis?
-¿Y si te pongo carita de pena?
-Bueeeeno vaaaaaaale – Dice Rick, saliendo al salón sin vestir - ¿Lo de siempre?
-Tiiiiii – responde Kate con voz de niña pequeña, poniéndose de pie de un salto para irse a dar a una breve ducha que acaba convirtiéndose en una intensa, con lavado de pelo y mascarilla incluida. Se seca rápidamente y se pone una blusa lisa de color verde pastel y los vaqueros del día anterior .
-Señorita – Dice Rick entrando en la habitación con una taza de porcelana con tapa, parecida a la de los vasos de papel de las franquicias- café con leche desnatada y sirope de vainilla. Mientras ella se duchaba, le ha dado tiempo a vestirse. Una camiseta negra sin mangas, lo que destaca sus enormes brazos, y un vaquero ligeramente caído.
-¡¡¡Qué ricooooo!!! – Exclama ella mientras empieza a darle sorbitos.
-¿Sabes que vas a llegar tarde a clase, verdad?
-No, voy a llegar bien. Me vas a llevar en la moto.
-No, Beckett. Ya lo sabes, me da miedo que te pase algo.
-Do you belieeeve in life…after love….? – empieza a cantar Kate riéndose.
-Te odio un tantíto así- dice Rick gruñendo mientras separa los brazos- Pero ponte mi casco.
-Me quieres y lo sabes – Dice ella recogiéndose el pelo en una trenza para que no le moleste aunque esté mojado
-Te quiero más de lo que crees – responde él, mirándola a los ojos desde el otro lado de la habitación.
En ese instante, Kate siente como si Rick le estuviese leyendo el pensamiento en ese mismo instante, como si pudiese leer el deseo que tiene de dar las dos zancadas que la separan de su cuerpo. Como si pudiese saber todas las noches que le ha susurrado la verdad mientras dormía. Y no puede evitar bajar la mirada y salir al salón disimulando.
-Venga, venga, que tenemos prisa y aún tengo que pasar a por mis libros de clase a casa. Vamos a prepararnos para salir.
-S…sí.- Balbucea él desde la habitación, aún con el corazón en el cuello y la respiración entrecortada por la emoción. – Anda, sécate el pelo y yo voy a por tu mochila.
-Ok, gracias.
En cuanto Rick sale por la puerta, Kate vuela hacia el cuarto de baño para secarse la trenza ligeramente con el secador mientras que con la otra mano se pone antiojeras y se pinta la raya de los ojos. En cuando Rick vuelve, se cuelgan cada uno su respectiva mochila, Kate coge su bolso y salen por la puerta.
Kate adora que Rick la lleve en moto a cualquier sitio. El instituto no está especialmente lejos, pero siempre que Kate tiene ocasión le hace chantajes inocentes para conseguirlo, puesto que a él le da miedo. Para él, el viaje en moto es un peligro innecesario que no le gusta correr. Para ella, es la única ocasión que tiene, estando él consciente, de abrazarle y respirar su aroma durante los minutos que dure el viaje. Además, todas sus amigas se mueren de envidia. Para todo el resto, somos un dúo peculiar: Inseparables, pero completamente opuestos.
Cuando llegan a su destino, Kate se baja de un salto y le mira con alegría. Bajo el casco viejo, se ve la mandíbula apretada de Rick, que la mira con cierto resentimiento.
-¡¡¡Adióooooos Rick!!! –Grita ella mientras le lanza el casco al vuelo y corre a la puerta.
-¡¡Ehh!! –Grita él- Al menos dame un beso, petarda insoportable
Ella corre otra vez hacia la moto y se encarama para darle un lento beso en la mejilla. Una sonrisa inocente se dibuja en la cara de él, y se sonroja ligeramente.
-Anda, tira para clase…ahora entro yo cuando aparque la moto.- Dice él mirando hacia otro lado.
A la salida de clase, Kate y su mejor amiga, Lanie, salen de clase y van andando hasta casa de Rick, como cada viernes, para comer allí. Desde que eran niños Kate, su hermana y Rick seguían esa costumbre debido a que el padre de Kate salía más tarde del trabajo de lo habitual, y así se aseguraba de que Kate, y especialmente Jenn , que tenía tantos problemas con la comida, estuviesen bien cuidadas. Años más tarde se unió Lanie, y actualmente es uno de los mejores momentos de la semana para todos.
Dos motos rugieron a su lado cuando iban bajando la cuesta que llevaba a la calle donde está la casa de Rick y de Kate.
-La moto negra es la de Rick, pero ¿De quién es la moto roja? – Pregunta Lanie a Kate.
-¿Te soy sincera? No tengo ni idea.
Minutos más tarde, Lanie y Kate llegan a la casa de Rick, y Kate se desvía un momento para dejar sus cosas de clase en casa. Tras ello, llaman a la puerta, donde Rick las recibe sin camiseta y con un delantal.
-Rick, te pasas el día sin camiseta, pareces Mario Casas- Dice Kate mientras entra en casa y le pega un pequeño azote jugando.
-Es que sé que te pone mi pelo en el pecho. Ya sabes, “El hombre como el oso…”
-Déjate de idioteces. ¿Qué hay de comer? –Responde Kate colgando el bolso y la chaqueta en el perchero, para así tener una oportunidad de que Rick no viese su notable sonrojo.
-Mi especialidad….
-Spaggettis con tomate de bote – Responden a coro Kate y Lanie riéndose.
-Eh, eh…. Hoy también lleva salchichas – Dice Rick riéndose, fingiendo estar ofendido.
-¿Y quién es ese? – Pregunta Lanie, señalando disimuladamente al extraño invitado, que está sentado en el sofá con una cerveza en la mano.
-¡¡Eh, Javi!! –Llama Rick a su amigo- Ven a que te presente…
-Ya me presento yo solito, bro. Hola, soy Javier Espósito, un colega de Rick de clase. Vine a vivir aquí hace un par de meses, pero solo conozco a Castle. Soy tan idiota que me he dejado las llaves de casa, y bueno, Rick me ha dicho que iba a comer con unas amigas en casa y….espero que no os importe.
-Oh, no te preocupes, ¿Verdad, Lanie? –Dice Kate dándole un codazo a su amiga, que se ha quedado fijamente mirando al chico.- Bueno, que no nos han presentado…Yo soy Kate Beckett.
-Yo soy París Lan. Digooooo Lan Parisie. Digo….- empieza a balbucear Lanie.
-Ella es Lanie Parish.-Responde Kate, volviendo a pegar un codazo a su amiga, ésta vez en las costillas- Y normalmente sabe hablar.
-Encantado, Lanie – Dice Javi, dándole dos besos.
-Ehh….iguana bisonte….. digooooo igualmente. – Responde Lanie. A pesar de su piel morena, sus mejillas se ven sonrojadas.
Kate coge a Rick por el brazo y se lo lleva a la cocina.
-Por favor, dime que falta mucho para que esté la comida – Dice Kate, riéndose mientras mira a su amiga en la distancia.
-Pero si se nota que está pasándolo fatal.
-Conozco a Lanie. Acaba de tener un flechazo con tu amigo.
-Pues está soltero. Y busca novia. Y le ha dado dos besos a ella y a ti no. Pa mi caquí hay tomate, niña – Dice Rick hablando como una maruja.
-Si te parece, les dejamos en la playa después de comer y…si no te importa….
-Sí, te llevo al hospital para ver a Jenny. ¿Has sabido algo de ella?
-Mi padre me ha mandado un par de mensajes. –Dice ella sonriendo porque él la haya leído el pensamiento- Al final no le han puesto la nutrición por sonda porque no se está resistiendo a comer, pero que o gana al menos 10 kilos o se nos va.
Unas lágrimas comienzan a brotar de los ojos de Kate, y Rick se apresura a abrazarla. Rick siempre ha tenido la mágica facultad de calmar a Kate incluso en los peores momentos. Cuando se murió su madre y Jenny cayó enferma, Kate lloraba cada noche en su cama. Desde su habitación, Rick podía verla. Un día no aguantó más y saltó por la ventana y picó en la ventana de ella. Kate le miró con los ojos enrojecidos de llorar y le abrió la ventana con extrañeza. Él simplemente entró y se tumbó con ella en la cama, y la abrazó hasta que se quedó dormida. A la mañana siguiente, el padre de Kate les encontró dormidos y abrazados, llamó a Martha y tras despertarles, y esperar ambos una bronca, lo único que recibieron fue un desayuno en familia y la advertencia de que la próxima vez, avisasen.
-Kate, ésta vez sí se va a poner bien. Ya lo verás.
-Yo ya he perdido toda esperanza…- susurra Kate apretándose más contra el pecho de Rick- tengo asumido que voy a perder a otro miembro de mi familia.
-NO – Exclama Rick, mirándola a los ojos- Ahora mismo ella necesita que seas positiva por ella. Necesita que le digas que lo va a superar. Tienes que ser fuerte por ella.
-Tienes razón. Perdón.
-Perdóname tú a mí por haberme puesto tan brusco.
-Has hecho bien en ponerte así. Ya sabes que cuando la tormenta estalla sobre mi cabeza, ya no hay quien me saque de ahí. Eres mi ángel de la guardia.
-Y tu psicólogo.
-También mi psicólogo – Responde Kate, haciendo ese giro de ojos que solo ella sabía hacer tan bien.
Tras acabar de cocerse la pasta y haber rebañado hasta la cacerola, Lanie y Javi se levantan a recoger la mesa, con el claro fin de tener un tiempo para ellos. Kate y Rick aprovechan ese tiempo para lavarse los dientes y prepararse para ir al hospital.
-Lanie y Javi, Kate y yo nos vamos al hospital a ver a Jenny. Lanie, sabes dónde están las llaves. Cuando os vayáis, cerrad. Si queréis ir a la playa, podéis ir. Ya sabes, lo de siempre.
Rick pone en marcha la moto y Kate se sienta detrás de él. Hasta el hospital se tarda unos 15 minutos, tiempo que Kate emplea para relajarse con el suave aroma del cuero y el olor propio de Rick, que actúa como tranquilizante para ella. Cuando llegan a la puerta y Rick aparca, a Kate se le ha hecho demasiado corto el viaje. Suben hasta la planta donde está su hermana y entran en la habitación que le ha sido asignada esa vez.
Jenny está sentada, jugando a las cartas con otro muchacho. Su pelo, rubio y rizado, le cae por la espalda, sujeto en una coleta. Sus ojeras y sus dedos finos como agujas le dan el aspecto de una muñeca rota.
-Hola, Jenn – Saluda Kate desde la puerta.
-¡Kate! No te esperaba – Sonríe ella, casi con culpabilidad. – Él es mi compañero de habitación. Se llama Kevin.
-Encantada, Kevin. Soy la hermana de Jenn, y bueno, éste es…-Dice Kate, en el preciso instante en el que Rick entra, pues se había quedado atrás.
-¡Rick! –Exclama Jenn, levantándose de la cama, abrazándole y besuqueándole la cara.
-Vaya, vaya, hermanita… ¡Y a mí ni un triste abrazo! - Dice Kate, fingiéndose ofendida.
-Tienes razón… -Dice Jenn - ¡Ven aquí!
Jenn empuja a su hermana a la cama de la habitación, besuqueándola con aún más entusiasmo. En ese momento, una voz grave, bien conocida por ambas, suena a sus espaldas.
-Tened cuidado, par de cabras locas – Dice Jim , dando una palmada amistosa en el hombro de Rick.
-Hola, papá – Saluda Kate , levantándose de la cama y dándole un beso y un abrazo.
-Jenn, vuelve a la partida de cartas, anda. Tu amigo está esperando – Dice Rick. Sabe tan bien como Kate o Jim que no debe moverse más de lo necesario, y ya lo ha hecho.
-No te preocupes- Dice Kevin. – Puedo esperar el tiempo que haga falta. Al fin y al cabo, nos quedan varios días ingresados.
La voz trémula de Kevin hace que un sentimiento compasivo nazca en el corazón de Kate. Está tan delgado como Jenn, pero en él se nota aún más por su aspecto enfermizo.
De pronto Kate se pregunta qué le pasará a aquel niño, que debe tener la edad de Jenn. Como si Kevin le hubiese leído la mente, comienza a hablar.
-Estoy aquí porque tenía apendicitis, pero la cosa se complicó y tengo el intestino fastidiado. ¡Uy, perdón! Quería decir dañado.
La inocencia de aquel chico era tan genuina, que Kate no tardó en unir cabos. Jenn siempre había sido muy reservada con los desconocidos, y en 24 horas hospitalizada, había hecho un nuevo amigo. Solo una persona tan transparente como aquel chaval podía haberse colado en el corazón de su hermanita. Y se notaba que a Jenn le gustaba tanto como Kevin le gustaba ella.
Durante toda la visita, Rick estuvo tan atento como siempre, manteniendo una conversación distendida con todos, sonriendo y abrazando a Kate para hacerla sentir menos vulnerable ante la visible enfermedad de su hermana. Tras un rato charlando y una despedida efusiva, Rick y Kate bajaron a por la moto para volver a casa.
-Hoy el amor está en el aire –Dice Kate mientras bajan por el ascensor hacia el parking.
-¿P…por? – Dice él, nervioso.
-Mi hermana y ese chico, Kevin. Jenn es demasiado reservada para abrirse así como así a un chaval que acaba de conocer. Y él se deshace en atenciones con ella, e incluso la cuida. ¿Te has dado cuenta cómo le ha insistido a Jenn para que se terminase las galletas de la merienda? Ha conseguido lo que mi padre y yo no hemos conseguido en casa durante años.
-Y luego están Javi y Lanie.-Continúa él – Hace un rato Javi me ha mandado un mensaje para decir que han cerrado la puerta y que se iban al cine.
-La primavera la sangre altera, parece- dice ella, poniéndose el casco – Y nosotros ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos a casa?
-Mmm…verás…quería pedirte ayuda en algo- Responde él, cogiéndola de las manos.
-¿Qué pasa? – Kate se quita el casco para oírle mejor y se sienta en una maceta enorme que hay junto a la moto. Kate siente como sus orejas se tornan rojas mientras por su mente pasan mil ideas locas
-Como ya sabes, me gradúo en el instituto en unos meses y… bueno, me preguntaba si te importaría… ¿Ayudarme a elegir la ropa? – Dice él casi dudando – Mi madre me dio dinero para que me comprase, y cito textualmente “Todo lo que Kate piense que vas a necesitar”
-Por supuesto que te voy a ayudar, bobo. Si fuese por ti irías con botas militares y una camiseta de Iron Maiden. Parece mentira que solo te pongas camisetas de grupos que detestas. Venga, que si te portas bien te doy una pista sobre tu regalo de cumpleaños.
-¿Ya lo has comprado? Pero si hoy es 1 de marzo, aún falta un mes.
-Es que es tu 18 cumpleaños, así que quería que fuese especial. Además, sé que es probable que sea el último que pasemos juntos.
-¿Pero y esa gilipollez, Kate? Sabes perfectamente que la universidad a la que voy está a una hora escasa de aquí. Voy a ir y venir de casa todos los días.
-Eso dices. Pero la realidad es que en la universidad conocerás a gente nueva y te olvidarás de mí.
-Kate, por favor, ni siquiera te atrevas a decir eso. –Rick entrelaza sus dedos con los de Kate. No quiere soltarla. Nunca. La mira intensamente a los ojos, y por un momento, piensa en confesar su devoción por ella, pero la razón le hace bajar la cabeza – Nunca, jamás, me voy a olvidar de ti.
-Ya veremos – Responde Kate avergonzada por tanta intensidad. “Si Rick supiese lo que se me cruza en esos momentos por la mente, le perdería para siempre”
Ambos se ponen los cascos y surcan la ciudad rumbo al centro comercial. Al llegar allí, Rick aparca la moto y suben a la zona de tiendas de ropa. Tras andar unos pocos pasos, entran en una tienda de moda formal para hombres.
-Kate, ¿Estás segura de que un traje es lo adecuado?
-Que sí, pesado. Que vas a causar sensación en las nenas. Ya verás. ¿Has pensado a quien vas a invitar al baile de graduación?
-Iba a ir con Meredith, pero obviamente no me van a dejar entrar con una víbora venenosa a un recinto lleno de gente.- Rick levanta una ceja y las carcajadas de Kate escandalizan a los dependientes snob de la tienda.
-Bueno, dejando a las zorras, perras y demás…tienes que pensar en una alternativa. Vas a ser el rey del baile fijo. Varias chicas de mi clase me han pedido tu teléfono tantas veces que ya se me están acabando las excusas.
-No, si en realidad a Mer la iba a llevar por compromiso. Yo quiero ir con otra persona desde siempre.
-Pues pídeselo. Te va a decir que sí fijo. ¿Es Gina? ¿O es la chica esa tan guapa que va un curso por detrás de ti?
-No se lo voy a pedir, me va a decir que no. Ella nunca se fijaría en mí. Está fuera de mi alcance. – Rick mira hacia abajo mientras selecciona un par de camisas de distintos tonos de azul.
Kate se da la vuelta con la excusa de buscar un traje de su talla, justo a tiempo de evitar que Rick vea sus lágrimas. No quiere hablar sobre el por qué, porque si él le pregunta, ¿Qué le iba a decir? “No mira, Rick, lloro porque me acabas de quitar la poca esperanza de tener nada contigo. Quieres a otra chica. Sé lo que sientes por esa chica, porque yo siento lo mismo por ti”
Cuando por fin sus ojos se secan, Kate ya tiene 3 trajes diferentes, varias corbatas y un par de zapatos de traje.
-Vas a ir hecho un dandi – Dice Kate cabizbaja, mientras le alarga todo y le empuja a los probadores, añadiendo un par de camisas blancas a las que había elegido Castle.
Al poco rato, sale Rick vestido con un traje de color negro completo, con una camisa azul y una corbata negra completa. Kate, que está fuera sentada en una butaca, se le queda mirando fijamente al salir del probador.
-¿Que? ¿Voy mal?
-Al contrario – Dice Kate, sin separar la vista de él – Estás increíble…Te sienta fenomenal el azul. A juego con tus ojos.
-¿Mejor que la chupa de cuero y las cadenas?
-Sabes que tengo debilidad por esa chaqueta pero…es que vestido elegante eres realmente imponente.
Tras probarse todos los trajes con distintas camisas y corbatas , finalmente Rick se lleva un par de camisas, otro par de corbatas, unos zapatos y un traje negro básico. Tras pagar, se van a dar una vuelta por el centro comercial. Kate tiene debilidad por la ropa, y entra en varias tiendas a cotillear, y acaba comprándose un par de camisas y unos botines de tacón negro. Para cuando quieren volver a casa, ha llegado la hora de la cena, así que suben a la planta de restauración.
-Muchas gracias, Katy –Dice Rick mientras la coge de la cintura y le planta un beso en la mejilla- Como nos hemos gastado menos de lo que mi madre había estimado, te invito a cenar al restaurante italiano.
-¿En serio?
-Que sí, idiota. Vamos.
Entran en el restaurante y se sientan en una pequeña mesa alejada de la puerta. Las luces tenues de las velas que iluminan el restaurante brillan en las pupilas de ambos. El silencio y la música ambiental suave invitan a permanecer en silencio, lo que dota a la escena de un toque íntimo y casi místico.Aunque Kate está leyendo la carta, es incapaz de dejar de mirar a Rick. Las llamas de las velas combinadas con el azul cielo de su iris da la impresión de ser un hielo ardiendo , imagen completamente hipnótica e irresistible para Kate. Rick por otra parte tampoco puede evitar mirar disimuladamente a Kate. Su pelo brillante y rizado refleja parte de la luz de las velas, haciendo que brille con luz propia, y sus ojos parecen de un color oliva más intenso de lo habitual, dando la impresión de haber sido coloreados por un fino pincel de acuarela. A pesar de las miradas furtivas de uno y de otro, como si de una coreografía se tratase, sus pupilas no llegan a descubrir las del otro mirando con fascinación.
Kate pide unos torchietti con salsa pesto, y Rick se decanta por una pizza calzzone.
No paran de hablar en toda la cena, aunque lo hacen casi susurrando con tal de no romper el silencio del restaurante, que está casi vacío. A ese tono de voz, cualquier cosa que dice el otro suena como si tratase de seducir al otro, lo que hace que sus manos fuesen aproximándose centímetro a centímetro por la mesa hasta estar tan cerca que pueden sentir el calor de la mano del otro.
Cuando acaban de comer, Rick paga la cuenta y salen del local. Al atravesar la puerta, ambos se sienten aturdidos por el repentino ruido ambiental, las voces y la luz. Comienzan a caminar lentamente en silencio cogidos de la mano hasta acostumbrarse a los estímulos del mundo. Para cuando llegan al aparcamiento, ambos ya se han puesto la coraza de “amigos” y han escondido el corazón enamorado del otro, antes de que alguno de los dos descubra la verdad.
Kate guarda las bolsas en el espacio de debajo del asiento de la moto mientras Rick se pone el casco y se sube tembloroso. Por suerte para él, el centro comercial está muy cerca de sus casas, puesto que si ya le da miedo llevar a Kate de día en la moto, de noche se torna en un pánico terrible. Incluso a pesar del corto trayecto, cuando Rick se baja de la moto, su mandíbula está tan apretada que apenas puede hablar. Ambos entran en la casa de Kate para pasar allí la noche. Kate deja su bolso sobre la mesa de comedor, se descalza y se sienta en el sofá, acurrucándose en una esquina. Rick también se quita las botas y deja las bolsas sobre la mesa. Después se tumba detrás de ella, con la espalda apoyada en el respaldo, abrazándola por la espalda, y le susurra al oído:
-Kate, te quiero mucho – Dice Rick, conteniendo el aliento, esperando una respuesta negativa, como ser expulsado de la casa de ella, o algo peor, ser expulsado de su vida. Pero Kate , ya convencida de que él ama a una chica misteriosa, malinterpreta lo que Rick le dice y le responde como cuando otras veces él se lo dice como amigo:
-Yo también te quiero tontorrón.
Y Rick se queda con el corazón roto porque ella ni siquiera contemple que él pueda quererla como más que una amiga. Y acariciando su pelo dorado, una lágrima solitaria brota en uno de sus ojos.
Última edición por KFragantCherry el Lun Feb 24, 2014 12:25 pm, editado 2 veces
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por Teresita_yocastle$$NYPD Miér Nov 06, 2013 5:20 am
ah ah ah ah 
perfecto 
me ha gustado mucho muchooooooo 
pero es muy corto
perfecto me ha gustado mucho muchooooooo pero es muy corto
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por MARIAFV Miér Nov 06, 2013 5:26 am
ME ha encantado!!!, por qué no lo continuas??? esta muy chulo!!!
MARIAFV- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Nov 06, 2013 5:43 am
Mi idea es seguir con mi otro fanfic, ésto solo era un microrrelato para entretenerme
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por MARIAFV Miér Nov 06, 2013 7:12 am
Que pena!! bueno aún así sigue estando genial, y tu otro fic igual!caskett_adicta escribió:Mi idea es seguir con mi otro fanfic, ésto solo era un microrrelato para entretenerme
MARIAFV- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por caskett_10fogue Miér Nov 06, 2013 7:59 am
Joooo! Pues ojalá que continuara, esta muy bien y creo que podrías sacar una buena historia
caskett_10fogue- Actor en Broadway
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Nov 06, 2013 8:15 am
Me alegro que os guste! A lo mejor cuando acabe el otro ( que me falta aun mucho) me animo a seguir con éste...
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por caskett_10fogue Miér Nov 06, 2013 8:44 am
Cual es el otro?
caskett_10fogue- Actor en Broadway
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Nov 06, 2013 9:35 am
Está en mi firma, se llama "During the storm"
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por caskett_10fogue Miér Nov 06, 2013 10:28 am
Ains es verdad si me lo estoy leyendo!
caskett_10fogue- Actor en Broadway
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por cururi Miér Nov 06, 2013 12:21 pm
ehhh yo tambien opino k seria genial como fic asi k cuando puedas continualo!
cururi- As del póker
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Nov 06, 2013 12:22 pm
Muchas gracias! La verdad es que tanta insistencia me está animando...como ya he acabado el otro ( aunque lo siga publicando hasta dentro de bastante) , voy a intentar continuar éste, aunque no se si lo haré al final, porque no sabría muy bien como continuar....¡Pero no sabeis lo mucho que me anima que os guste!
De todas formas, tengo ya otro en mente para cuando acabe de publicar el otro
De todas formas, tengo ya otro en mente para cuando acabe de publicar el otro
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por castle&beckett..cris Miér Nov 06, 2013 3:04 pm
SIGUELOOO
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por _Caskett_ Jue Nov 14, 2013 4:44 am
Cortito pero precioso. Me a encantado.
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por caskett_10fogue Dom Dic 15, 2013 11:18 am
Ahora que ya has acabado el otro... Por favor sigue con esteeeee!!!!
caskett_10fogue- Actor en Broadway
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Vie Ene 17, 2014 10:45 am
Os informo de que finalmente, me voy a animar a continuar éste fanfic!! Empezaré la semana que viene, y lo iré publicando , y seguiré escribiendo el de " Una historia para Johanna"
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por Verispu Vie Ene 17, 2014 10:57 am
Sigue me encantan las historias donde ellos se conocen de toda la vida y son mas jovenes!
Verispu- As del póker
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Mar Feb 11, 2014 12:47 pm
CHICAS, LO PROMETIDO ES DEUDA!!! Ya teneis el primer capítulo de ésta historia!! Fuisteis muchas las que me pedisteis que continuase, y me he aventurado a escribir capítulos laaaaaaaaaaaaaaaaaaaargos jajajajajaja ESPERO QUE OS GUSTE!!!
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por Caskett_Dever Miér Feb 12, 2014 4:23 am
ME ENCANTAAAAA! Sigueeeeee.
Escribes muy bieeeeen.
Escribes muy bieeeeen.
Caskett_Dever- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Feb 12, 2014 5:09 am
Caskett_Dever escribió:ME ENCANTAAAAA! Sigueeeeee.
Escribes muy bieeeeen.
Muchas gracias !!
Intentaré publicar el siguiente cuanto antes, pero tardaré un tiempo...jajaja
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por Verispu Miér Feb 12, 2014 9:30 am
Pero el siguiente para cuando? 
Verispu- As del póker
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por stanathan_caskett Miér Feb 12, 2014 10:44 am
Sigue prontoooo por favorrr
stanathan_caskett- As del póker
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Feb 12, 2014 11:21 am
Verispu escribió:Pero el siguiente para cuando?
Lo que tarde en escribirlo, que será un tiempo largo!! jajaja
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por KFragantCherry Miér Feb 12, 2014 11:21 am
stanathan_caskett escribió:Sigue prontoooo por favorrr
Lo antes que pueda
KFragantCherry- Ayudante de policia
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Re: EXTRA EXTRA- Frente al mar. Cap 2 (24/02/14)
por choleck Jue Feb 13, 2014 3:48 am
Ya te he encontrado! escribes de maravilla, me ha encantado y me alegra que te hayas decidido a seguirlo, me gustaría ver esa fiesta y que no tarden mucho en darse un par de picos 
Intentaré ponerme al día con tus otros fic.
escribes de maravilla, me ha encantado y me alegra que te hayas decidido a seguirlo, me gustaría ver esa fiesta y que no tarden mucho en darse un par de picos Intentaré ponerme al día con tus otros fic.
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