Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
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Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Hola, muy buenas a todos!! Hacía meses que no me pasaba por este apartado del foro y más tiempo incluso que no escribía nada. La verdad es que la idea de esta historia se me ocurrió hace unos meses, pero la abandoné hasta el día de hoy
Bueno, sin más dilación, os dejo con mi nueva historia. Espero que os guste!!
________________________________________
El despertador sonó a la misma hora de siempre, tan pronto que hasta al alba se le pegaban las sábanas. Se desperezó lentamente y se fue a la ducha no sin antes bostezar ruidosamente. Que más daba hacer ruido, a las únicas que podía despertar era a las arañas. La ducha no fue tan larga como hubiera querido pero tenía los minutos contados para llegar puntual al trabajo. Se vistió con una simple camisa blanca y unos pantalones negros, a conjunto con unos tacones de ese mismo color.
Salió de su pequeña casa situada en un pueblo perdido de Estados Unidos no sin antes coger el bolso y las llaves del coche.
Al llegar a la oficina saludó al vigilante de la puerta con un gesto de cabeza, y él se lo devolvió con una sonrisa. Llegó hasta su despacho y colgó el abrigo en el perchero, para luego sentarse en su silla y mirar la pantalla del ordenador durante todo el día.
Se estaba empezando a acostumbrar a esto de trabajar en una oficina, resultaba muy difícil a veces, eso de quedarse sentada haciendo cuentas durante muchas horas seguidas, no era su vocación y realmente lo odiaba, pero allí era un buen lugar para mantenerse a salvo.
Hacía un año que se había mudado a esa ciudad, no por voluntad propia, sino por su propia seguridad. Le había dolido mucho dejar a sus amigos en Nueva York, más bien la había destruido. Irse sin despedirse, así, de un día para otro, pero la alternativa era mucho peor. También se acordaba de su antiguo trabajo, su verdadera vocación, aunque también la causa por la cual le habían metido en programa de protección de testigos. El caso de su madre se había complicado muchísimo y eso había hecho que ella estuviese en el punto de mira. Abrió el segundo cajón de su escritorio y sacó un marco de fotos dónde salían ella, Lanie, Esposito y Ryan, en un bar donde solían ir, el día que celebraban el cumpleaños de su mejor amiga. Fue semanas antes de marcharse.
Su vida ahora había cambiado mucho. Ahora trabajaba como administrativa en una empresa, la cual se encontraba en la ciudad, a una media hora de donde ella vivía. Vivía en una casa. No era muy grande para una familia, pero a ella le sobraban metros cuadrados. Tenía una amiga, Amber, la cual conoció su primer día en la ciudad, ya que era su vecina del lado. Era una persona muy simpática y divertida y cuando estaba con ella se olvidaba por un rato de su antigua vida en Nueva York, pero por muy bien que se lo pasara con ella, era incapaz de olvidar.
Echaba de menos a su padre, aunque no hablaran mucho cuando estaba en Nueva York, al fin y al cabo era su padre, y en parte le habría de haber hecho caso cuando le sugirió que abandonara el caso que tantos problemas le estaba trayendo. Si hubiera podido hablar con la Kate de esos tiempos, ella también se lo hubiera sugerido en vez de hacer sufrir a sus seres queridos con la ficticia muerte de la ex policía.
Al salir de la oficina pensó en pasarse por la librería del al lado de su casa y comprarse algún libro para entretenerse y dejar de pensar en lo mismo todo el día. Aparcó el coche en el parking de su casa y se fue andando hasta dicha librería. Cuando estaba a pocos metros de la puerta se dio cuenta de que la librería estaba a rebosar de gente. Pensó en dar media vuelta e ir otro día a comprar el libro, pero una fuerza interior le sugirió que entrara.
Y ahí se encontraba, intentando pasar entre la multitud de gente que estaba haciendo cola para que algún escritor le firmara su última obra. Empezó a mirar libros, de todos los géneros menos novela policíaca, pues bien sabía que eso le recordaría a su pasado. Tras una hora de búsqueda, pensó que lo mejor sería dejarlo para otro día y volver a casa. Pero algo la retuvo. Había una pila de libros que estaban puestos en el centro de la pequeña librería para captar la atención del público. Se acercó hasta la pila y leyó el resumen de atrás. Policíaca. Estaba por dejarlo en su sitio cuando alguien se acercó.
-Me han dicho que ese libro está muy bien. –La voz del hombre era cálida y reconfortante. Ella se giró para verle la cara. Esa cara le sonaba y no sabía de dond... ¡Era el escritor de ese mismo libro!
-Y eso me lo dice su escritor... –Dije con una pizca de enfado.
-Qué mejor recomendación de la persona que lo ha escrito. –Sonrió. –Soy Richard Castle, por si no lo habías leído en la portada. –Ese tal Richard Castle era todo un arrogante, pero tenía algo que le atraía.
-Ka... Jennifer Johnson. –Casi le desvelo mi verdadera identidad.
-Vaya, bonito nombre, Jennifer. –Me volvió a sonreír, y su sonrisa podía conmigo. -¿Te gustaría ir a tomar un café o algo ahora mismo y conocernos mejor?
-Eh, yo, la verdad es que ahora mismo no puedo. –Las últimas palabras salieron disparadas de mi boca.
-Vaya es una pena. –Puso cara de fastidio. Cogió uno de sus libros y escribió algo. Luego me lo entregó. -¿Quizás otro día? –Me sonrió por enésima vez y me entregó el libro. –Un placer haberte conocido Jennifer. –Y con esa última frase, se fue.
Abrí el libro para ver qué había escrito cuando leió:
Por ser una de esas personas que da gusto conocer...
Debajo de la frase había escrito su número de teléfono y su firma.
Sin más remedio, fue hasta la caja a pagar el libro y volvió a su casa, donde, casi sin darse cuenta, se sumergió en la lectura de aquel libro escrito por ese tal Richard Castle, el cual la había hechizado como nadie nunca había hecho.
Bueno, sin más dilación, os dejo con mi nueva historia. Espero que os guste!!
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El despertador sonó a la misma hora de siempre, tan pronto que hasta al alba se le pegaban las sábanas. Se desperezó lentamente y se fue a la ducha no sin antes bostezar ruidosamente. Que más daba hacer ruido, a las únicas que podía despertar era a las arañas. La ducha no fue tan larga como hubiera querido pero tenía los minutos contados para llegar puntual al trabajo. Se vistió con una simple camisa blanca y unos pantalones negros, a conjunto con unos tacones de ese mismo color.
Salió de su pequeña casa situada en un pueblo perdido de Estados Unidos no sin antes coger el bolso y las llaves del coche.
Al llegar a la oficina saludó al vigilante de la puerta con un gesto de cabeza, y él se lo devolvió con una sonrisa. Llegó hasta su despacho y colgó el abrigo en el perchero, para luego sentarse en su silla y mirar la pantalla del ordenador durante todo el día.
Se estaba empezando a acostumbrar a esto de trabajar en una oficina, resultaba muy difícil a veces, eso de quedarse sentada haciendo cuentas durante muchas horas seguidas, no era su vocación y realmente lo odiaba, pero allí era un buen lugar para mantenerse a salvo.
Hacía un año que se había mudado a esa ciudad, no por voluntad propia, sino por su propia seguridad. Le había dolido mucho dejar a sus amigos en Nueva York, más bien la había destruido. Irse sin despedirse, así, de un día para otro, pero la alternativa era mucho peor. También se acordaba de su antiguo trabajo, su verdadera vocación, aunque también la causa por la cual le habían metido en programa de protección de testigos. El caso de su madre se había complicado muchísimo y eso había hecho que ella estuviese en el punto de mira. Abrió el segundo cajón de su escritorio y sacó un marco de fotos dónde salían ella, Lanie, Esposito y Ryan, en un bar donde solían ir, el día que celebraban el cumpleaños de su mejor amiga. Fue semanas antes de marcharse.
Su vida ahora había cambiado mucho. Ahora trabajaba como administrativa en una empresa, la cual se encontraba en la ciudad, a una media hora de donde ella vivía. Vivía en una casa. No era muy grande para una familia, pero a ella le sobraban metros cuadrados. Tenía una amiga, Amber, la cual conoció su primer día en la ciudad, ya que era su vecina del lado. Era una persona muy simpática y divertida y cuando estaba con ella se olvidaba por un rato de su antigua vida en Nueva York, pero por muy bien que se lo pasara con ella, era incapaz de olvidar.
Echaba de menos a su padre, aunque no hablaran mucho cuando estaba en Nueva York, al fin y al cabo era su padre, y en parte le habría de haber hecho caso cuando le sugirió que abandonara el caso que tantos problemas le estaba trayendo. Si hubiera podido hablar con la Kate de esos tiempos, ella también se lo hubiera sugerido en vez de hacer sufrir a sus seres queridos con la ficticia muerte de la ex policía.
Al salir de la oficina pensó en pasarse por la librería del al lado de su casa y comprarse algún libro para entretenerse y dejar de pensar en lo mismo todo el día. Aparcó el coche en el parking de su casa y se fue andando hasta dicha librería. Cuando estaba a pocos metros de la puerta se dio cuenta de que la librería estaba a rebosar de gente. Pensó en dar media vuelta e ir otro día a comprar el libro, pero una fuerza interior le sugirió que entrara.
Y ahí se encontraba, intentando pasar entre la multitud de gente que estaba haciendo cola para que algún escritor le firmara su última obra. Empezó a mirar libros, de todos los géneros menos novela policíaca, pues bien sabía que eso le recordaría a su pasado. Tras una hora de búsqueda, pensó que lo mejor sería dejarlo para otro día y volver a casa. Pero algo la retuvo. Había una pila de libros que estaban puestos en el centro de la pequeña librería para captar la atención del público. Se acercó hasta la pila y leyó el resumen de atrás. Policíaca. Estaba por dejarlo en su sitio cuando alguien se acercó.
-Me han dicho que ese libro está muy bien. –La voz del hombre era cálida y reconfortante. Ella se giró para verle la cara. Esa cara le sonaba y no sabía de dond... ¡Era el escritor de ese mismo libro!
-Y eso me lo dice su escritor... –Dije con una pizca de enfado.
-Qué mejor recomendación de la persona que lo ha escrito. –Sonrió. –Soy Richard Castle, por si no lo habías leído en la portada. –Ese tal Richard Castle era todo un arrogante, pero tenía algo que le atraía.
-Ka... Jennifer Johnson. –Casi le desvelo mi verdadera identidad.
-Vaya, bonito nombre, Jennifer. –Me volvió a sonreír, y su sonrisa podía conmigo. -¿Te gustaría ir a tomar un café o algo ahora mismo y conocernos mejor?
-Eh, yo, la verdad es que ahora mismo no puedo. –Las últimas palabras salieron disparadas de mi boca.
-Vaya es una pena. –Puso cara de fastidio. Cogió uno de sus libros y escribió algo. Luego me lo entregó. -¿Quizás otro día? –Me sonrió por enésima vez y me entregó el libro. –Un placer haberte conocido Jennifer. –Y con esa última frase, se fue.
Abrí el libro para ver qué había escrito cuando leió:
Por ser una de esas personas que da gusto conocer...
Debajo de la frase había escrito su número de teléfono y su firma.
Sin más remedio, fue hasta la caja a pagar el libro y volvió a su casa, donde, casi sin darse cuenta, se sumergió en la lectura de aquel libro escrito por ese tal Richard Castle, el cual la había hechizado como nadie nunca había hecho.
Última edición por rikala el Vie Dic 11, 2015 8:20 am, editado 32 veces
rikala- Escritor - Policia
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Jo...ya echo de menos a lanie...ME ENCAAANTAAAA es decir...tu fic no echar de menos a lanie...me estoy enrrollando enfin sigueeeeee!!
alba_caskett52- As del póker
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Me gusta vas empezando bien pero me da pena que se haya tenido que ir de NY pero bueno sigueee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
alba_caskett52 escribió:Jo...ya echo de menos a lanie...ME ENCAAANTAAAA es decir...tu fic no echar de menos a lanie...me estoy enrrollando enfin sigueeeeee!!
Jajaja me alegro que te guste, el fic, no echar de menos a Lanie espero tener el siguiente el domingo pero no prometo nada!
rikala- Escritor - Policia
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
love.C.and.B.mabel12 escribió:Me gusta vas empezando bien pero me da pena que se haya tenido que ir de NY pero bueno sigueee
Bueno, en mi imaginación donde ella se encuentra está cerca de NY, aunque no lo mencionara
Sigo en cuanto pueda!
rikala- Escritor - Policia
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Hola buenas, he vuelto!!
Antes de nada, gracias por leer y comentar ese caos de fic mío, de verdad, se agradece
Luego quería felicitar a todas las madres de mundo entero por su día, y que cada una acabe el día fenomenalmente
Y ahora, sin entrenerme más, os dejo con el sigueinte capítulo. Espero que os guste!!
_________________________________________
Eran las tres de la mañana cuando se acabó el libro. No era consciente de la hora que era, pues la trama de la historia le había retenido en el sofá durante vete a saber tu cuantas horas. Hacía meses que no leía ningún libro de policías, ahora leía más libros de ciencia-ficción o clásicos.
Cerró el libro y lo abrazó durante unos instantes, mientras comparaba la ficción con su antigua vida. Dios, ¡como echaba de menos esa vida! Estuvo unos segundos más soñando despierta y luego cogió el libro por la primera página y volvió a leer la frase que ese Richard Castle le había escrito junto con su número de teléfono.
-Mañana lo llamo. –Dijo en un susurro y luego dejó el libro en la mesita de café y se fue a su cama a dormir.
A la mañana siguiente se despertó a la hora de siempre e hizo el mismo ritual de cada mañana: se duchó, se vistió, desayunó y se fue a su aburrido trabajo.
A media mañana, antes de marcharse a comer, cogió su móvil y marcó el número del escritor, pero luego se lo pensó mejor.
Ella se estaba escondiendo de una persona con mucho poder en Estados Unidos, y él, según había leído por internet en el trabajo, era un famosísimo escritor conocido mundialmente, el cual seguramente tenía paparazzis siguiéndole día sí día también.
Bloqueó el móvil y lo dejó encima de la mesa. Miró la hora. Ya era su hora de comer. Cogió el móvil y el bolso y se marchó de la oficina para irse al restaurante al que siempre iba. Pidió el menú del día y mientras esperaba su pedido volvió a marcar el número del escritor. Volvió a pensar en las consecuencias. ¿Es qué nunca podría hacer lo que le apeteciera? Así que sin más preámbulos le dio a la tecla de marcar y esperó a que el escritor cogiera el teléfono.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
A la mañana siguiente cuando se despertó en ese pequeño, pero apañado hotel, lo primero que hizo fue mirar el móvil. Nada. Ni una sola llamada o mensaje de ella.
Después de esa pequeña decepción se metió en la ducha, se afeitó y se vistió para luego marcharse a la siguiente firma de libros.
Se metió en el coche con chófer que le habían asignado y volvió a mirar el móvil. Ni una noticia de esa mujer que había tenido el gusto de conocer. Jennifer Johnson. Había algo en su mirada que reflejaba dolor.
Después de horas y horas de firmar libros y sonreír a sus fans, fue la hora de comer. Le llevaron a un restaurante cercano. Para ser un pequeño restaurante, tenían la mejor comida que jamás había probado. Después de haberse hecho unas cuantas fotos con el chef y los camareros y de haber firmado unos cuantos ejemplares de sus libros, volvió a la librería de la mañana para seguir haciendo su trabajo.
Después de unas cinco firmas su móvil sonó y se dio cuenta de que era un número desconocido, probablemente era Jennifer. En ese momento no podía contestar llamadas, así que denegó la llamada y decidió llamarla luego.
Tras tres horas atendiendo a sus fans, la firma se dio por concluida y con ello su tiempo libre aumentó.
Cogió su móvil en el coche y marcó el último número que le había llamado. Tras tres pitidos la voz de una mujer contestó.
-¿Diga? –Respondió la mujer.
-Eh hola, ¿Eres Jennifer? –Preguntó por si acaso no era ella, aunque la voz era la misma que recordaba.
-Sí, y tu eres Richard. –Respondió ella.
-Tu puedes llamarme Rick, si quieres. –Dijo él amablemente.
-Vale. –Se hizo un silencio incómodo donde ninguno de los dos sabía cuando formular la pregunta. –Por cierto, me leí tu libro. –Habló después de ese instante.
-Espero que te gustara. ¿Qué te parecería quedar en alguna cafetería y hablar de ello? –No pudo aguantar más y soltó la pregunta.
-Emm, claro, ¿por qué no? ¿Dónde quedamos?
-No lo sé, la verdad es que no me conozco muy bien la ciudad así que mejor elige tu.
-Vale, pues hay una cafetería al lado de la calle principal que está muy bien. –Propuso. –Ahora te envío la dirección exacta.
-Vale, muchas gracias Jennifer, nos vemos allí – Se despidió él
-De nada, ahora te lo envío. Adiós. –Se despidió
-Hasta luego. –Y colgó.
Dos minutos después recibió un mensaje de Jennifer con la dirección, y él inmediatamente se la dio al chófer, quien asintió y empezó a conducir por las calles de esa pequeña ciudad estadounidense.
Tardaron un cuarto de hora aproximadamente en llegar. Rick se despidió del chófer, Mike y quedaron en que ya le llamaría para que viniera a recogerle.
Y en la puerta de esa cafetería la cual los jóvenes de hoy en día la denominarían vintage se encontraba Jennifer Johnson, aquella mujer que le había dejado anonado en cuanto la vio en aquella librería durante su firma de libros. En esos momentos estaba algo distraída mirando el móvil, así que no le vio llegar.
-Hola. –Saludó él primero.
-Vaya, hola, no te había visto. –Saludó ella. Hubo un instante donde ninguno de los dos sabía qué hacer: ¿se daban un beso en la mejilla, se abrazaban o se daban la mano? Al final no hicieron nada y entraron.
Pidieron cada uno un café al joven camarero que les atendió y empezaron a hablar.
-¿Entonces al final te decantaste por coger mi libro? –Sonrió el escritor pensando en que no le dejó otra opción.
-Bueno, más bien casi me obligaste a comprarlo. –Jennifer también sonrió. -¿Siempre obligas a tus fans a comprar tus libros?
-Así que te consideras mi fan... ¿Te gustó el libro? –Llegó el camarero con los cafés y se fue.
-Sí, la verdad es que la trama está muy bien y hacía mucho tiempo que no leía ningún libro de ese género. –Explicó.
-Vaya, pues me alegro que retomaras ese género con mi libro. –Ambos se sonrieron y se miraron a los ojos durante un breve segundo. -¿A qué te dedicas? –Cambió de tema.
-Trabajo de administrativa en una empresa de la ciudad. –Fingió una sonrisa.
-Vaya, veo que no es tu vocación.
-¿Por qué piensas eso? –Preguntó simulando duda.
-Tu lenguaje corporal me indica que lo haces para ir tirando, no para disfrutar.
-Vaya, veo que te fijas bien. –Inconscientemente levantó la ceja de una manera que al escritor le pareció muy divertida.
Se pasaron dos horas en la cafetería hablando de temas triviales y también conociéndose un poco.
Jennifer le explicó que ella había llegado a la ciudad el año pasado ya que había encontrado trabajo. Le dijo que vivía en las afueras, en un pequeño pueblo muy tranquilo y con gente muy agradable, entre ella, Amber, que des del principio se había mostrado muy simpática con ella.
Por otro lado, Rick le contó que vivía en Nueva York con su madre y su hija Alexis, de dieciséis años, la cual era muy inteligente. También le explicó un poco las galas y ceremonias donde tenía que asistir y sonreír a la gente tan superficial que había a veces.
Cuando vieron que había anochecido decidieron pagar la cuenta, de la cual se encargó Rick y salieron de la cafetería.
-Vaya, ha sido muy agradable hablar contigo. –Dijo él una vez fuera. –Voy a llamar a mi chófer Mike para que me lleve de vuelta al hotel.
-Si quieres te puedo llevar yo, tengo el coche cerca de aquí y no me importa llevarte. –Se ofreció la chica.
-Vaya, muchas gracias, la verdad, pero no querría ser molestia...
-No lo eres, así que dime el hotel donde te alojas y te llevo. –Puso cara de ir enserio aunque lo hacía para bromear. Él le dijo el nombre del hotel y fueron a buscar el coche.
Tardaron unos diez minutos en llegar y Jennifer aparcó justo en la puerta.
-Muchas gracias por traerme, y por la compañía.
-Gracias a ti por el café. –Dijo ella con una sonrisa.
-¿Quedamos otro día? –Sugirió el escritor.
-Claro, por qué no, ya me dirás.
-De acuerdo, te llamo en cuanto tenga un hueco. –Hice el gesto de firmar libros. Ella sonrió. –Hasta luego.
-Adiós.
Antes de nada, gracias por leer y comentar ese caos de fic mío, de verdad, se agradece
Luego quería felicitar a todas las madres de mundo entero por su día, y que cada una acabe el día fenomenalmente
Y ahora, sin entrenerme más, os dejo con el sigueinte capítulo. Espero que os guste!!
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Eran las tres de la mañana cuando se acabó el libro. No era consciente de la hora que era, pues la trama de la historia le había retenido en el sofá durante vete a saber tu cuantas horas. Hacía meses que no leía ningún libro de policías, ahora leía más libros de ciencia-ficción o clásicos.
Cerró el libro y lo abrazó durante unos instantes, mientras comparaba la ficción con su antigua vida. Dios, ¡como echaba de menos esa vida! Estuvo unos segundos más soñando despierta y luego cogió el libro por la primera página y volvió a leer la frase que ese Richard Castle le había escrito junto con su número de teléfono.
-Mañana lo llamo. –Dijo en un susurro y luego dejó el libro en la mesita de café y se fue a su cama a dormir.
A la mañana siguiente se despertó a la hora de siempre e hizo el mismo ritual de cada mañana: se duchó, se vistió, desayunó y se fue a su aburrido trabajo.
A media mañana, antes de marcharse a comer, cogió su móvil y marcó el número del escritor, pero luego se lo pensó mejor.
Ella se estaba escondiendo de una persona con mucho poder en Estados Unidos, y él, según había leído por internet en el trabajo, era un famosísimo escritor conocido mundialmente, el cual seguramente tenía paparazzis siguiéndole día sí día también.
Bloqueó el móvil y lo dejó encima de la mesa. Miró la hora. Ya era su hora de comer. Cogió el móvil y el bolso y se marchó de la oficina para irse al restaurante al que siempre iba. Pidió el menú del día y mientras esperaba su pedido volvió a marcar el número del escritor. Volvió a pensar en las consecuencias. ¿Es qué nunca podría hacer lo que le apeteciera? Así que sin más preámbulos le dio a la tecla de marcar y esperó a que el escritor cogiera el teléfono.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
A la mañana siguiente cuando se despertó en ese pequeño, pero apañado hotel, lo primero que hizo fue mirar el móvil. Nada. Ni una sola llamada o mensaje de ella.
Después de esa pequeña decepción se metió en la ducha, se afeitó y se vistió para luego marcharse a la siguiente firma de libros.
Se metió en el coche con chófer que le habían asignado y volvió a mirar el móvil. Ni una noticia de esa mujer que había tenido el gusto de conocer. Jennifer Johnson. Había algo en su mirada que reflejaba dolor.
Después de horas y horas de firmar libros y sonreír a sus fans, fue la hora de comer. Le llevaron a un restaurante cercano. Para ser un pequeño restaurante, tenían la mejor comida que jamás había probado. Después de haberse hecho unas cuantas fotos con el chef y los camareros y de haber firmado unos cuantos ejemplares de sus libros, volvió a la librería de la mañana para seguir haciendo su trabajo.
Después de unas cinco firmas su móvil sonó y se dio cuenta de que era un número desconocido, probablemente era Jennifer. En ese momento no podía contestar llamadas, así que denegó la llamada y decidió llamarla luego.
Tras tres horas atendiendo a sus fans, la firma se dio por concluida y con ello su tiempo libre aumentó.
Cogió su móvil en el coche y marcó el último número que le había llamado. Tras tres pitidos la voz de una mujer contestó.
-¿Diga? –Respondió la mujer.
-Eh hola, ¿Eres Jennifer? –Preguntó por si acaso no era ella, aunque la voz era la misma que recordaba.
-Sí, y tu eres Richard. –Respondió ella.
-Tu puedes llamarme Rick, si quieres. –Dijo él amablemente.
-Vale. –Se hizo un silencio incómodo donde ninguno de los dos sabía cuando formular la pregunta. –Por cierto, me leí tu libro. –Habló después de ese instante.
-Espero que te gustara. ¿Qué te parecería quedar en alguna cafetería y hablar de ello? –No pudo aguantar más y soltó la pregunta.
-Emm, claro, ¿por qué no? ¿Dónde quedamos?
-No lo sé, la verdad es que no me conozco muy bien la ciudad así que mejor elige tu.
-Vale, pues hay una cafetería al lado de la calle principal que está muy bien. –Propuso. –Ahora te envío la dirección exacta.
-Vale, muchas gracias Jennifer, nos vemos allí – Se despidió él
-De nada, ahora te lo envío. Adiós. –Se despidió
-Hasta luego. –Y colgó.
Dos minutos después recibió un mensaje de Jennifer con la dirección, y él inmediatamente se la dio al chófer, quien asintió y empezó a conducir por las calles de esa pequeña ciudad estadounidense.
Tardaron un cuarto de hora aproximadamente en llegar. Rick se despidió del chófer, Mike y quedaron en que ya le llamaría para que viniera a recogerle.
Y en la puerta de esa cafetería la cual los jóvenes de hoy en día la denominarían vintage se encontraba Jennifer Johnson, aquella mujer que le había dejado anonado en cuanto la vio en aquella librería durante su firma de libros. En esos momentos estaba algo distraída mirando el móvil, así que no le vio llegar.
-Hola. –Saludó él primero.
-Vaya, hola, no te había visto. –Saludó ella. Hubo un instante donde ninguno de los dos sabía qué hacer: ¿se daban un beso en la mejilla, se abrazaban o se daban la mano? Al final no hicieron nada y entraron.
Pidieron cada uno un café al joven camarero que les atendió y empezaron a hablar.
-¿Entonces al final te decantaste por coger mi libro? –Sonrió el escritor pensando en que no le dejó otra opción.
-Bueno, más bien casi me obligaste a comprarlo. –Jennifer también sonrió. -¿Siempre obligas a tus fans a comprar tus libros?
-Así que te consideras mi fan... ¿Te gustó el libro? –Llegó el camarero con los cafés y se fue.
-Sí, la verdad es que la trama está muy bien y hacía mucho tiempo que no leía ningún libro de ese género. –Explicó.
-Vaya, pues me alegro que retomaras ese género con mi libro. –Ambos se sonrieron y se miraron a los ojos durante un breve segundo. -¿A qué te dedicas? –Cambió de tema.
-Trabajo de administrativa en una empresa de la ciudad. –Fingió una sonrisa.
-Vaya, veo que no es tu vocación.
-¿Por qué piensas eso? –Preguntó simulando duda.
-Tu lenguaje corporal me indica que lo haces para ir tirando, no para disfrutar.
-Vaya, veo que te fijas bien. –Inconscientemente levantó la ceja de una manera que al escritor le pareció muy divertida.
Se pasaron dos horas en la cafetería hablando de temas triviales y también conociéndose un poco.
Jennifer le explicó que ella había llegado a la ciudad el año pasado ya que había encontrado trabajo. Le dijo que vivía en las afueras, en un pequeño pueblo muy tranquilo y con gente muy agradable, entre ella, Amber, que des del principio se había mostrado muy simpática con ella.
Por otro lado, Rick le contó que vivía en Nueva York con su madre y su hija Alexis, de dieciséis años, la cual era muy inteligente. También le explicó un poco las galas y ceremonias donde tenía que asistir y sonreír a la gente tan superficial que había a veces.
Cuando vieron que había anochecido decidieron pagar la cuenta, de la cual se encargó Rick y salieron de la cafetería.
-Vaya, ha sido muy agradable hablar contigo. –Dijo él una vez fuera. –Voy a llamar a mi chófer Mike para que me lleve de vuelta al hotel.
-Si quieres te puedo llevar yo, tengo el coche cerca de aquí y no me importa llevarte. –Se ofreció la chica.
-Vaya, muchas gracias, la verdad, pero no querría ser molestia...
-No lo eres, así que dime el hotel donde te alojas y te llevo. –Puso cara de ir enserio aunque lo hacía para bromear. Él le dijo el nombre del hotel y fueron a buscar el coche.
Tardaron unos diez minutos en llegar y Jennifer aparcó justo en la puerta.
-Muchas gracias por traerme, y por la compañía.
-Gracias a ti por el café. –Dijo ella con una sonrisa.
-¿Quedamos otro día? –Sugirió el escritor.
-Claro, por qué no, ya me dirás.
-De acuerdo, te llamo en cuanto tenga un hueco. –Hice el gesto de firmar libros. Ella sonrió. –Hasta luego.
-Adiós.
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Me gusta esta historia y espero que sigas escribiendo cuando tengas un poco de tiempo
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
love.C.and.B.mabel12 escribió:Me gusta esta historia y espero que sigas escribiendo cuando tengas un poco de tiempo
Me alegra que te guste!! Inetnto sacar tiempo de donde no hay para seguir escribiendo, pero es imposible Espero tenerbel sigueibte este domingo
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Vale tu tomate tu tiempo mientras un día cuelgues nuevo capítulo yo encantada
love.C.and.B.Marbele- As del póker
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Edad : 23
Localización : barcelona
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Holaa! Siento no haber subido capítulo la semana pasada, pero estoy saturada de trabajo . Una ez más, muchas gracias por leer, se agradece micho! Aquí os dejo el siguiente capítulo, el cual espero que os guste! Nos vemos!
________________________________
Después del trabajo al día siguiente, la ex policía había quedado con su amiga Amber en su casa para tomar algo como hacían de vez en cuando. Un día quedaban en casa de una, y al otro, en casa de la otra. También era un buen momento para hablar y ponerse al día sobre la actualidad de sus vidas. Amber estaba casada con Matt, el cual conoció en la universidad, también tenía un hijo, Alex, el cual con sus ocho añitos ya estaban hecho un hombrecito.
Y ahí se encontraba Kate, delante de la puerta de casa de Amber esperando a que esta le abriera. Quien abrió fue Matt, el cual era raro que a esas horas hubiera vuelto de trabajar.
-Hola Matt, ¿está Amber? –Preguntó Kate después de que el marido de su amiga cerrara la puerta.
-Sí, ahora baja. Es que a Alex se ha caído en el jardín y le está desinfectando la herida. –Explicó Matt. –Pasa y ponte cómoda. –Le ofreció.
Kate entró a su gran salón y se sentó en el sofá mientras esperaba a que su amiga bajara.
-¿Qué tal todo, Matt? ¿El trabajo bien?
-Sí, bien, aunque últimamente la faena disminuye aunque vamos tirando en la oficina. ¿Y tú?
-Yo ahora mismo al contrario. Creo que mi jefe se debe pensar que soy la única que trabaja allí porque todo el papeleo acaba en mi escritorio. –En ese momento bajó Amber con cara de preocupación.
-¡Hola Kate! Perdona por el retraso.
-¡Hey! No pasa nada, Matt ya me ha contado lo de Alex en el jardín.
-Sí, supongo que son cosas de niños. –Matt había salido al jardín y se había sentado en el sofá de fuera mientras se tomaba una cerveza.
-¿Todo bien? Te veo preocupada. –La verdad es que Amber parecía como si estuviese en otro mundo.
-Sí, todo bien... Es solo que la sangre me marea un poco. Vamos a la cocina y así les dejamos a los chicos el salón que creo que hoy hay partido. –Amber sonrió a Kate y se fueron las dos a la cocina.
-¿Qué tal Jennifer? Hacía días que no hablábamos.
-Bien...
-Ese bien suena a que algo, apuesto que bueno, te ha pasado en estos últimos días. –A veces Amber le recordaba tanto a Lanie.
-Puede ser... –Le gustaba hacer sufrir a su amiga para que se exasperase.
-¡Dios Jen, desembucha de una vez! Quiero saber nombre, profesión, como os conocisteis.... Vamos en resumen, quiero saberlo todo.
-Vale, vale, ahora te lo cuento. Se llama Richard Castle y es...
-¡¿No me digas que es el escritor?! –Kate asiente. –¿Te has ligado a un novelista famoso?¿Y cómo os conocisteis? –Kate le cuenta la breve historia de como se conocieron mientras su amiga iba poniendo caras de sorpresa y alegría.
-Y cuando llegasteis a su hotel os acostasteis. –Suelta Amber al acabar de explicar el momento en el que Kate acompañó a Rick a su hotel.
-Sí, espera, ¿qué? No, ¡claro que no! Pero Amber, por el amor de dios, ¡si nos acabamos de conocer!
-Bueno qué, ¡ni que fuera tan raro! –Ambas se empezaron a reír a carcajadas durante unos minutos.
Media hora después aparecieron Matt y Alex en la cocina.
-Mami, el partido se ha suspendido hasta dentro de una semana. –Explica el niño.
-Vaya, bueno, pues la semana que viene lo veis. –Le consuela su madre. –¿No le dices nada a Kate?
-¡Hola Kate! –Saluda el niño con efusividad.
-Hola Alex, ¿Qué tal?
-Bien.
-Venimos a hacer la cena. ¿Supongo que te quedas a cenar no, Jennifer? –Pregunta Matt.
-Bueno, yo iba a irme a cas...
-Anda quédate mujer. A mi me da igual cocinar para tres que para cuatro. –Dice Matt con una sonrisa.
-Bueno, pues si insistís, entonces me quedo.
Matt “echó” a las mujeres de la cocina para poder preparar la cena con la ayuda de Alex, el cual parecía todo un chef ayudando a su padre. Mientras, Amber y Kate se fueron al banco del jardín mientras se tomaban una copa de vino tinto y seguían conversando.
-Bueno, ¿Y cuando lo volverás a ver? –Preguntó de repente Amber.
-No lo sé. Él está ahora de gira por su nuevo libro así que va de un lado para otro. –Lo dijo con cierto tono de fastidio, el cual Amber pilló a la primera.
-Veo que te gusta...
-¿Por qué dices eso?
-El tono que has utilizado antes de jo, ahora el no está y no se que hacer. –Amber imitó el tono de una niña pequeña.
En ese momento apareció Alex diciendo que la cena ya estaba hecha y que ya podían ir a cenar. En la mesa ya se encontraba la comida servida y Matt estaba ya sentado esperando.
Se pusieron a hablar de temas triviales, aunque también hablaron de Alex y de lo mayor que se estaba haciendo. El niño era muy risueño y siempre estaba hablando aunque parecía que aquella noche se le hubiera comido la lengua el gato.
Cuando acabaron de cenar, Kate ayudó a recoger a la familia y después de darles las gracias por la cena, se despidió de todos ellos y se fue a su casa.
Una vez allí se permitió el lujo de darse un buen baño mientras leía otro libro del que había pasado a ser su escritor favorito. Después de una media hora de relajación salió de la bañera y se vistió con ropa ancha. Bajo al piso inferior y se puso la televisión para ver alguna de esas series graciosas que solían dar a esas horas. Puso la tetera al fuego y esperó a tener su té listo. Luego volvió al sofá y siguió viendo la serie.
Cinco minutos después su móvil empezó a vibrar. Lo cogió y vio que tenía dos mensajes de Rick.
-“Hola Jennifer” “Por fin puedo enviarte un mensaje”
-“Hola Rick” “¿Más firmas?”
-“La verdad es que sí” “Supongo que es lo que tiene sacar un libro nuevo”
-“Gajes del oficio, supongo” “¿Todo bien, por eso?”
-“Sí, si por cansado que acabe, me encanta lo que hago” “¿Y tu qué tal Jen?”
-“Bien, aquí viendo un rato la tele”
-“Eso de vez en cuando está bien” “Por cierto, el domingo me marcho a otra ciudad y mañana por la noche tengo un hueco así que me preguntaba si querías quedar para cenar”
-“Claro, me encantaría” “¿Dónde quieres ir?”
-“Pues la verdad es que no lo sé. Mañana investigo restaurantes donde podamos ir.”
-“¿Y por qué no te vienes a mi casa y cenamos algo aquí?”
-“Yo por mí encantado, pero tampoco querría ser molestia.”
-“No hay ningún problema. Además, me apetece cocinar.”
-“En ese caso acepto.” “Aunque necesito la dirección.”
Kate le dio su dirección y ya se despidieron hasta el día siguiente. Después de apagar el móvil, lavó la taza y ya se fue a la cama, ya pensando en que cocinaría al día siguiente.
________________________________
Después del trabajo al día siguiente, la ex policía había quedado con su amiga Amber en su casa para tomar algo como hacían de vez en cuando. Un día quedaban en casa de una, y al otro, en casa de la otra. También era un buen momento para hablar y ponerse al día sobre la actualidad de sus vidas. Amber estaba casada con Matt, el cual conoció en la universidad, también tenía un hijo, Alex, el cual con sus ocho añitos ya estaban hecho un hombrecito.
Y ahí se encontraba Kate, delante de la puerta de casa de Amber esperando a que esta le abriera. Quien abrió fue Matt, el cual era raro que a esas horas hubiera vuelto de trabajar.
-Hola Matt, ¿está Amber? –Preguntó Kate después de que el marido de su amiga cerrara la puerta.
-Sí, ahora baja. Es que a Alex se ha caído en el jardín y le está desinfectando la herida. –Explicó Matt. –Pasa y ponte cómoda. –Le ofreció.
Kate entró a su gran salón y se sentó en el sofá mientras esperaba a que su amiga bajara.
-¿Qué tal todo, Matt? ¿El trabajo bien?
-Sí, bien, aunque últimamente la faena disminuye aunque vamos tirando en la oficina. ¿Y tú?
-Yo ahora mismo al contrario. Creo que mi jefe se debe pensar que soy la única que trabaja allí porque todo el papeleo acaba en mi escritorio. –En ese momento bajó Amber con cara de preocupación.
-¡Hola Kate! Perdona por el retraso.
-¡Hey! No pasa nada, Matt ya me ha contado lo de Alex en el jardín.
-Sí, supongo que son cosas de niños. –Matt había salido al jardín y se había sentado en el sofá de fuera mientras se tomaba una cerveza.
-¿Todo bien? Te veo preocupada. –La verdad es que Amber parecía como si estuviese en otro mundo.
-Sí, todo bien... Es solo que la sangre me marea un poco. Vamos a la cocina y así les dejamos a los chicos el salón que creo que hoy hay partido. –Amber sonrió a Kate y se fueron las dos a la cocina.
-¿Qué tal Jennifer? Hacía días que no hablábamos.
-Bien...
-Ese bien suena a que algo, apuesto que bueno, te ha pasado en estos últimos días. –A veces Amber le recordaba tanto a Lanie.
-Puede ser... –Le gustaba hacer sufrir a su amiga para que se exasperase.
-¡Dios Jen, desembucha de una vez! Quiero saber nombre, profesión, como os conocisteis.... Vamos en resumen, quiero saberlo todo.
-Vale, vale, ahora te lo cuento. Se llama Richard Castle y es...
-¡¿No me digas que es el escritor?! –Kate asiente. –¿Te has ligado a un novelista famoso?¿Y cómo os conocisteis? –Kate le cuenta la breve historia de como se conocieron mientras su amiga iba poniendo caras de sorpresa y alegría.
-Y cuando llegasteis a su hotel os acostasteis. –Suelta Amber al acabar de explicar el momento en el que Kate acompañó a Rick a su hotel.
-Sí, espera, ¿qué? No, ¡claro que no! Pero Amber, por el amor de dios, ¡si nos acabamos de conocer!
-Bueno qué, ¡ni que fuera tan raro! –Ambas se empezaron a reír a carcajadas durante unos minutos.
Media hora después aparecieron Matt y Alex en la cocina.
-Mami, el partido se ha suspendido hasta dentro de una semana. –Explica el niño.
-Vaya, bueno, pues la semana que viene lo veis. –Le consuela su madre. –¿No le dices nada a Kate?
-¡Hola Kate! –Saluda el niño con efusividad.
-Hola Alex, ¿Qué tal?
-Bien.
-Venimos a hacer la cena. ¿Supongo que te quedas a cenar no, Jennifer? –Pregunta Matt.
-Bueno, yo iba a irme a cas...
-Anda quédate mujer. A mi me da igual cocinar para tres que para cuatro. –Dice Matt con una sonrisa.
-Bueno, pues si insistís, entonces me quedo.
Matt “echó” a las mujeres de la cocina para poder preparar la cena con la ayuda de Alex, el cual parecía todo un chef ayudando a su padre. Mientras, Amber y Kate se fueron al banco del jardín mientras se tomaban una copa de vino tinto y seguían conversando.
-Bueno, ¿Y cuando lo volverás a ver? –Preguntó de repente Amber.
-No lo sé. Él está ahora de gira por su nuevo libro así que va de un lado para otro. –Lo dijo con cierto tono de fastidio, el cual Amber pilló a la primera.
-Veo que te gusta...
-¿Por qué dices eso?
-El tono que has utilizado antes de jo, ahora el no está y no se que hacer. –Amber imitó el tono de una niña pequeña.
En ese momento apareció Alex diciendo que la cena ya estaba hecha y que ya podían ir a cenar. En la mesa ya se encontraba la comida servida y Matt estaba ya sentado esperando.
Se pusieron a hablar de temas triviales, aunque también hablaron de Alex y de lo mayor que se estaba haciendo. El niño era muy risueño y siempre estaba hablando aunque parecía que aquella noche se le hubiera comido la lengua el gato.
Cuando acabaron de cenar, Kate ayudó a recoger a la familia y después de darles las gracias por la cena, se despidió de todos ellos y se fue a su casa.
Una vez allí se permitió el lujo de darse un buen baño mientras leía otro libro del que había pasado a ser su escritor favorito. Después de una media hora de relajación salió de la bañera y se vistió con ropa ancha. Bajo al piso inferior y se puso la televisión para ver alguna de esas series graciosas que solían dar a esas horas. Puso la tetera al fuego y esperó a tener su té listo. Luego volvió al sofá y siguió viendo la serie.
Cinco minutos después su móvil empezó a vibrar. Lo cogió y vio que tenía dos mensajes de Rick.
-“Hola Jennifer” “Por fin puedo enviarte un mensaje”
-“Hola Rick” “¿Más firmas?”
-“La verdad es que sí” “Supongo que es lo que tiene sacar un libro nuevo”
-“Gajes del oficio, supongo” “¿Todo bien, por eso?”
-“Sí, si por cansado que acabe, me encanta lo que hago” “¿Y tu qué tal Jen?”
-“Bien, aquí viendo un rato la tele”
-“Eso de vez en cuando está bien” “Por cierto, el domingo me marcho a otra ciudad y mañana por la noche tengo un hueco así que me preguntaba si querías quedar para cenar”
-“Claro, me encantaría” “¿Dónde quieres ir?”
-“Pues la verdad es que no lo sé. Mañana investigo restaurantes donde podamos ir.”
-“¿Y por qué no te vienes a mi casa y cenamos algo aquí?”
-“Yo por mí encantado, pero tampoco querría ser molestia.”
-“No hay ningún problema. Además, me apetece cocinar.”
-“En ese caso acepto.” “Aunque necesito la dirección.”
Kate le dio su dirección y ya se despidieron hasta el día siguiente. Después de apagar el móvil, lavó la taza y ya se fue a la cama, ya pensando en que cocinaría al día siguiente.
rikala- Escritor - Policia
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Sigue quiero ver como va las cosas entre rick y Kate.
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Lo siento, lo siento, lo siento Siento haber tardado estas tres semanas, pero los examenes me han dejado K.O. y necesitaba dormir a lo bestia. Bueno, a todo esto, muchísimas gracias por leer y comentar y aquí os traigo el cuarto capítulo.... Espero que os guste
__________________________________________________________
El despertador sonó a la hora que sonaba el fin de semana: es decir, a las nueve y media. Kate apagó con un golpe seco el sonido procedente de esa máquina que te provoca mal humor. Se estiró ruidosamente y se quedó tendida en la cama, con los ojos cerrados, pero despierta.
-Hoy no voy a hacer nada. –Dijo para ella misma, aunque las únicas que la escucharon fueron las arañas. –¡Mierda! –Kate se levantó de repente, acordándose del plan de esa misma noche. –Tengo que ir a comprar, a preparar, ¿y qué cocino yo ahora? –Había empezado a hablar sola, como si de aquella manera pudiera encontrar la respuesta a sus preguntas. –Tengo que llamar a Amber, bueno quizá más tarde, ahora estará durmiendo.
Bajó a la cocina y se hizo unas tostadas y su imprescindible café. Mientras comía iba mirando por el móvil recetas posibles: cocina para una principiante que no quiere quemar su horno. Era todo horrible así que bloqueó la pantalla, lavó lo que había utilizado y se puso ropa de deporte para salir un rato a correr y despejar su mente.
Estuvo corriendo por todo el pueblo una hora y cuando regresó a su casa se dio una ducha rápida y recorrió los pocos metros que había para llegar a casa de su amiga. Picó al timbre rezando porque estuviesen en casa. Y sus rezos funcionaron, pues a los pocos segundos le abrió Amber.
-Hey Jen, ¿qué haces aquí? –Pregunto de lo más extrañada.
-Necesito tu ayuda. –Amber acabó de abrir la puerta y dejó entrar a su amiga y después se dirigieron directamente a la barra de la cocina.
-A ver, ¿qué has hecho ya, Jen?
-Pues ayer Rick y yo empezamos a hablar pero por Whatsapp y entonces me dijo que el domingo era el último día que se quedaba por aquí y si quería ir a cenar con él esta noche...
-Y supongo que tu problema es que no sabes que ponerte.
-Mierda, en eso no había pensado... Pero no, ese no es mi problema. Rick, al no conocerse del todo la ciudad, me dijo que ya buscaría algún restaurante para ir a cenar, y yo, para no hacerle trabajar me ofrecí a cenar en mi casa... Y no sé que cocinar. –Lo último lo dijo con fastidio en su voz.
-Vale, antes de nada, vas a tener una cita con un hombre, que además de ser guapo, es escritor superventas. Y además la cita es en tu casa... Ya sé donde acabareis la cena. –Toda esa intervención la hizo con un retintín en su voz.
-¡No nos vamos a acostar! Solo somos amigos. ¿Y ahora me podrías decir qué narices puedo cocinar?
-Vale, vale, tampoco te pongas así. A ver. Aquí tengo un libro de cocina que me regaló Matt hace unos años y quizá te pueda servir. –Dijo mientras buscaba dicho libro. –Mira aquí está. Toma, ya me lo devolverás. –Y se lo entregó a su amiga.
-Vale, muchas gracias Amber. No sé que haría sin ti.
-Llorar.
-Pero de alegría. –Bromeó la ex policía.
-Yaa yaa....
-Bueno me voy que tengo que ir a comprar los ingredientes y empezar a prepararlo todo.
-Anda adiós... Ah, quiero detalles. Me encantan los detalles.
-¡Lo que tu digas! Adiós –Se despidió y salió de casa de su amiga.
Se subió a su coche y condujo hasta el supermercado más cercano. Allí compro todo lo que necesitaba y una vez pagado, se dirigió hasta su casa de nuevo. Ordenó la comida y dejó lo que era de nevera y luego se puso a limpiar un poco la casa.
Tardó cerca de dos horas y media en acabar de limpiar un poco a fondo y orgullosa por el resultado, se preparó un sandwich para comer. Media hora después de haber acabado la comida empezó con la preparación, ya que si no, no le daba tiempo.
Se pasó toda la tarde leyendo el libro de recetas y cocinando a la vez e incluso tuvo que llamar a Amber un par de veces para pedirle consejo. Una vez la comida estaba en el horno, se dio una ducha rápida y se vistió con un vestido negro bastante ajustado y unos tacones. Se maquilló levemente y se puso un poco de colonia, y bajó a poner la mesa. Justo cuando estaba a punto de coger los cubiertos, picaron a la puerta. Kate la abrió y recibió a Rick, el cual llegaba pronto.
-Vaya, hola Rick. Llegas pronto. –Rick iba vestido con un traje negro y camisa roja, y una corbata del mismo color que el traje.
-Hola Jen. No dijiste a las ocho? –Se abrazaron rápidamente y Rick entró.
-Vaya, ¿ya son las ocho? –Rick asintió. –Qué rápido ha pasado la tarde.
-Tienes una casa muy bonita. –Dijo Rick mientras miraba a todos lados. Kate asintió y se sonrojó levemente. Justo en ese instante, se acordó de que tenía que poner la mesa.
-Tengo que poner la mesa. Siéntate en el sofá, si quieres.
-Mejor te ayudo. Dime que pongo y de donde lo saco. –Sonrió con esa sonrisa que descolocaba a Kate.
-No hace falta, de verdad. –Consiguió decir Kate después de unos segundos.
-Insisto. Además, ya que me has invitado, quiero ayudar. –Ambos se fueron a la cocina y Kate le empezó a decir dónde se encontraban las cosas que debía coger.
Rick, muy eficiente, fue colocando los cubiertos, los vasos, los platos y las servilletas que Kate le iba diciendo que cogiera, mientras ella sacaba la comida de horno y la servía en una gran fuente de servir.
-Puedes sentarte si quieres, Rick. Ahora traigo la cena.
-Vale. –Rick se sentó y esperó a que llegara Kate, la cual llegó a los pocos segundos y sirvió una buena ración de comida a cada uno. –Vaya, esto tiene muy buena pinta.
-Eso espero, porque la verdad es que yo no toco mucho la cocina. –Rick ya se había metido el primer bocado a la cena.
-Pues la verdad es que para no tocar mucho la cocina, esto está exquisito. –Dijo una vez se tragó el trozo. Kate sonrió.
Ambos empezaron a comer mientras hablaban de las firmas de Rick, del trabajo de Kate y de temas triviales en general. A media cena, Rick dijo:
-Y una mujer como tu, supongo que tendrá pareja...
-Pues la verdad es que no. –Respondió Kate después de haber conseguido tragarse el trozo de comida.
-¿De verdad que no? Jen, seguro que tienes más pretendientes que dedos en la mano.
-Si los hay, los ignoro. Ahora mismo no quiero ninguna relación. –Pudo fijarse en que la cara de Rick pasaba de alegría a desánimo en pocos segundos.
Siguieron hablando de otros temas y luego comieron el postre, el cual Rick también elogió.
Al acabar la cena, se fueron al sofá y se sirvieron una copa, mientras seguían conversando.
-El otro día me dijiste que tenías una hija.
-Sí, Alexis. Tiene 16 años y es una pelirroja demasiado inteligente e incluso más madura que yo. Aunque eso no es muy difícil. –A Rick se le notaba de lejos el orgullo que sentía por su hija.
-Se nota de lejos que estás muy orgulloso de ella.
-No es para menos. No ha tenido una infancia normal al no tener a su madre cerca nunca. Aunque yo siempre he intentado ser las dos figuras paternales, hay cosas que solo entienden las mujeres, y yo nunca he podido hacer nada contra ello.
Tras una hora conversando sobre Alexis, la madre de esta y todo por lo que pasó Rick durante el divorcio con esta, Rick decidió que era hora de irse, pues al día siguiente tenía que madrugar.
-La cena ha estado espectacular, Jen. Me ha encantado.
-Muchas gracias, Rick. Me alegro. –Kate sonrió y le miró a los ojos. Él hizo lo mismo, y se quedaron los dos así unos minutos.
-Sé que antes has dicho que no querías nada con nadie, pero mañana me marcho y antes tengo que hacer algo. –Esto lo dijo tan rápido que Kate solo entendió algunas palabras. Rick agarró a Kate por la espalda y la besó apasionadamente. Kate al principio se quedó en shock, luego le dejó que la besará y luego le apartó, todo eso en menos de treinta segundos.
-Eh Rick, yo no... Necesito contarte algo.
__________________________________________________________
El despertador sonó a la hora que sonaba el fin de semana: es decir, a las nueve y media. Kate apagó con un golpe seco el sonido procedente de esa máquina que te provoca mal humor. Se estiró ruidosamente y se quedó tendida en la cama, con los ojos cerrados, pero despierta.
-Hoy no voy a hacer nada. –Dijo para ella misma, aunque las únicas que la escucharon fueron las arañas. –¡Mierda! –Kate se levantó de repente, acordándose del plan de esa misma noche. –Tengo que ir a comprar, a preparar, ¿y qué cocino yo ahora? –Había empezado a hablar sola, como si de aquella manera pudiera encontrar la respuesta a sus preguntas. –Tengo que llamar a Amber, bueno quizá más tarde, ahora estará durmiendo.
Bajó a la cocina y se hizo unas tostadas y su imprescindible café. Mientras comía iba mirando por el móvil recetas posibles: cocina para una principiante que no quiere quemar su horno. Era todo horrible así que bloqueó la pantalla, lavó lo que había utilizado y se puso ropa de deporte para salir un rato a correr y despejar su mente.
Estuvo corriendo por todo el pueblo una hora y cuando regresó a su casa se dio una ducha rápida y recorrió los pocos metros que había para llegar a casa de su amiga. Picó al timbre rezando porque estuviesen en casa. Y sus rezos funcionaron, pues a los pocos segundos le abrió Amber.
-Hey Jen, ¿qué haces aquí? –Pregunto de lo más extrañada.
-Necesito tu ayuda. –Amber acabó de abrir la puerta y dejó entrar a su amiga y después se dirigieron directamente a la barra de la cocina.
-A ver, ¿qué has hecho ya, Jen?
-Pues ayer Rick y yo empezamos a hablar pero por Whatsapp y entonces me dijo que el domingo era el último día que se quedaba por aquí y si quería ir a cenar con él esta noche...
-Y supongo que tu problema es que no sabes que ponerte.
-Mierda, en eso no había pensado... Pero no, ese no es mi problema. Rick, al no conocerse del todo la ciudad, me dijo que ya buscaría algún restaurante para ir a cenar, y yo, para no hacerle trabajar me ofrecí a cenar en mi casa... Y no sé que cocinar. –Lo último lo dijo con fastidio en su voz.
-Vale, antes de nada, vas a tener una cita con un hombre, que además de ser guapo, es escritor superventas. Y además la cita es en tu casa... Ya sé donde acabareis la cena. –Toda esa intervención la hizo con un retintín en su voz.
-¡No nos vamos a acostar! Solo somos amigos. ¿Y ahora me podrías decir qué narices puedo cocinar?
-Vale, vale, tampoco te pongas así. A ver. Aquí tengo un libro de cocina que me regaló Matt hace unos años y quizá te pueda servir. –Dijo mientras buscaba dicho libro. –Mira aquí está. Toma, ya me lo devolverás. –Y se lo entregó a su amiga.
-Vale, muchas gracias Amber. No sé que haría sin ti.
-Llorar.
-Pero de alegría. –Bromeó la ex policía.
-Yaa yaa....
-Bueno me voy que tengo que ir a comprar los ingredientes y empezar a prepararlo todo.
-Anda adiós... Ah, quiero detalles. Me encantan los detalles.
-¡Lo que tu digas! Adiós –Se despidió y salió de casa de su amiga.
Se subió a su coche y condujo hasta el supermercado más cercano. Allí compro todo lo que necesitaba y una vez pagado, se dirigió hasta su casa de nuevo. Ordenó la comida y dejó lo que era de nevera y luego se puso a limpiar un poco la casa.
Tardó cerca de dos horas y media en acabar de limpiar un poco a fondo y orgullosa por el resultado, se preparó un sandwich para comer. Media hora después de haber acabado la comida empezó con la preparación, ya que si no, no le daba tiempo.
Se pasó toda la tarde leyendo el libro de recetas y cocinando a la vez e incluso tuvo que llamar a Amber un par de veces para pedirle consejo. Una vez la comida estaba en el horno, se dio una ducha rápida y se vistió con un vestido negro bastante ajustado y unos tacones. Se maquilló levemente y se puso un poco de colonia, y bajó a poner la mesa. Justo cuando estaba a punto de coger los cubiertos, picaron a la puerta. Kate la abrió y recibió a Rick, el cual llegaba pronto.
-Vaya, hola Rick. Llegas pronto. –Rick iba vestido con un traje negro y camisa roja, y una corbata del mismo color que el traje.
-Hola Jen. No dijiste a las ocho? –Se abrazaron rápidamente y Rick entró.
-Vaya, ¿ya son las ocho? –Rick asintió. –Qué rápido ha pasado la tarde.
-Tienes una casa muy bonita. –Dijo Rick mientras miraba a todos lados. Kate asintió y se sonrojó levemente. Justo en ese instante, se acordó de que tenía que poner la mesa.
-Tengo que poner la mesa. Siéntate en el sofá, si quieres.
-Mejor te ayudo. Dime que pongo y de donde lo saco. –Sonrió con esa sonrisa que descolocaba a Kate.
-No hace falta, de verdad. –Consiguió decir Kate después de unos segundos.
-Insisto. Además, ya que me has invitado, quiero ayudar. –Ambos se fueron a la cocina y Kate le empezó a decir dónde se encontraban las cosas que debía coger.
Rick, muy eficiente, fue colocando los cubiertos, los vasos, los platos y las servilletas que Kate le iba diciendo que cogiera, mientras ella sacaba la comida de horno y la servía en una gran fuente de servir.
-Puedes sentarte si quieres, Rick. Ahora traigo la cena.
-Vale. –Rick se sentó y esperó a que llegara Kate, la cual llegó a los pocos segundos y sirvió una buena ración de comida a cada uno. –Vaya, esto tiene muy buena pinta.
-Eso espero, porque la verdad es que yo no toco mucho la cocina. –Rick ya se había metido el primer bocado a la cena.
-Pues la verdad es que para no tocar mucho la cocina, esto está exquisito. –Dijo una vez se tragó el trozo. Kate sonrió.
Ambos empezaron a comer mientras hablaban de las firmas de Rick, del trabajo de Kate y de temas triviales en general. A media cena, Rick dijo:
-Y una mujer como tu, supongo que tendrá pareja...
-Pues la verdad es que no. –Respondió Kate después de haber conseguido tragarse el trozo de comida.
-¿De verdad que no? Jen, seguro que tienes más pretendientes que dedos en la mano.
-Si los hay, los ignoro. Ahora mismo no quiero ninguna relación. –Pudo fijarse en que la cara de Rick pasaba de alegría a desánimo en pocos segundos.
Siguieron hablando de otros temas y luego comieron el postre, el cual Rick también elogió.
Al acabar la cena, se fueron al sofá y se sirvieron una copa, mientras seguían conversando.
-El otro día me dijiste que tenías una hija.
-Sí, Alexis. Tiene 16 años y es una pelirroja demasiado inteligente e incluso más madura que yo. Aunque eso no es muy difícil. –A Rick se le notaba de lejos el orgullo que sentía por su hija.
-Se nota de lejos que estás muy orgulloso de ella.
-No es para menos. No ha tenido una infancia normal al no tener a su madre cerca nunca. Aunque yo siempre he intentado ser las dos figuras paternales, hay cosas que solo entienden las mujeres, y yo nunca he podido hacer nada contra ello.
Tras una hora conversando sobre Alexis, la madre de esta y todo por lo que pasó Rick durante el divorcio con esta, Rick decidió que era hora de irse, pues al día siguiente tenía que madrugar.
-La cena ha estado espectacular, Jen. Me ha encantado.
-Muchas gracias, Rick. Me alegro. –Kate sonrió y le miró a los ojos. Él hizo lo mismo, y se quedaron los dos así unos minutos.
-Sé que antes has dicho que no querías nada con nadie, pero mañana me marcho y antes tengo que hacer algo. –Esto lo dijo tan rápido que Kate solo entendió algunas palabras. Rick agarró a Kate por la espalda y la besó apasionadamente. Kate al principio se quedó en shock, luego le dejó que la besará y luego le apartó, todo eso en menos de treinta segundos.
-Eh Rick, yo no... Necesito contarte algo.
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Está muy Interesante esta historia y yo me la estaba perdiendo
A ver que es eso que le quiere contar Kate, ¿le dirá quien es realmente?
Espero que puedas continuar pronto
A ver que es eso que le quiere contar Kate, ¿le dirá quien es realmente?
Espero que puedas continuar pronto
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Yaye escribió:Está muy Interesante esta historia y yo me la estaba perdiendo
A ver que es eso que le quiere contar Kate, ¿le dirá quien es realmente?
Espero que puedas continuar pronto
Me alegra que te guste esta historia
Espero tener el próximo capítulo mañana y así poder saber que le cuenta Kate a Rick
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Hola buenas! Como poder comprobar me ha dado tiempo a acabar el siguiente capítulo a tiempo. Tengo que decir que es un poco más corto, pero es más intenso, creo yo. Bueno, sin más preámbulos, aquí os lo dejo. Espero que os guste
___________________________________
Rick la miró desconcertado, pues se esperaba antes una bofetada que esas palabras. ¿Qué tendría que contarle que parecía ser tan importante? Se volvieron a sentar en el sofá, uno al lado del otro, ambos con el rostro serio.
Se quedaron callados unos minutos, Kate miraba hacia el suelo, con la mirada perdida, pensando en cómo contarle tal información al hombre que tenía al lado. Por otro lado Rick la miraba fijamente, esperando a que se tomara su tiempo y le contara aquello que parecía tan importante.
Kate respiró hondo un par de veces y subió la mirada hasta los ojos de Rick. Éste le sonrió y Kate se vio capaz de contarle la verdad.
-Contándote esto, te estoy poniendo en peligro. Si no quieres...
-Asumiré las consecuencias.
~~FLASHBACK~~
-Creo que Kate tendría que dejar el caso. –Imploró Ryan.
-No creo que eso sea lo mejor ahora. Estamos empezando a tener pruebas del mismísimo Senado, y eso no puede ser un mera coincidencia de la vida. –Le replicó su compañero.
Ambos discutían sobre el caso que había llevado a Kate a ser policía, el caso que llevaba una década sin haber podido ser resuelto. Estaban en la sala de descanso de la comisaría, mientras Beckett se encontraba en otra sala hablando con un hombre.
EN LA OTRA SALA...
-¿Me está diciendo que finja mi muerte y deje toda mi vida?
-Mire inspectora, lo que aquí está investigando, le va a llevar muchos problemas, hasta tal punto de que los riesgos aumenten hasta tal punto que no le haga falta fingir su muerte. –Kate le empezó a prestar atención. –Siento ser tam duro, pero necesito que usted lo comprenda para poder empezar con la operación.
-¿Y cómo se que mi padre, mis compañeros y mis amigos van a estar bien?
-Estaremos vigilando a las personas de su entorno para comprobar que no están en peligro. Se lo puedo garantizar. –El hombre, que se llamaba Charles, se mostraba seguro cada vez que hablaba.
-En ese caso, acepto. –Charles sonrió satisfecho. –Aunque me tiene que asegurar que seguirán investigando de manera discreta el caso. –Charles se lo pensó unos segundos.
-De acuerdo. Asignaré a un equipo para que lo investiguen.
~~FIN DEL FLASHBACK~~
-Así que tu verdadero nombre no es Jennifer Johnson, sino Katherine Beckett. –Dijo un Rick muy desconcertado. Kate asintió. -¿Y cómo consiguieron hacer fingir tu muerte?
-Ahí se necesitó un poco más de trabajo. Cuando salí de esa sala, mis compañeros me preguntaron qué quería Charles y a mi me dijo el mismo que les contara que él era un testigo de un hombre que había matado a sus vecinos. Empezamos a investigar al presunto sospechoso y le localizamos. Primero entraron los SWAT y tras ellos entré yo, con la mala suerte de pisar donde no debía y que me explotara una bomba.
-Pero está claro que la bomba no explotó.
-No. Antes de entrar al edificio, les dije a mis compañeros que cubrieran todas las entradas y salidas del edificio, así que ellos no estaban cuando eso sucedió.
-¿Y qué sucedió? –Preguntó Rick con mucha curiosidad.
-Primero me sacaron del edificio por el terrado y tuve que saltar al otro edificio y bajar hasta el parking, donde un coche con los cristales tintados me esperaba. Mientras tanto, en el otro edificio los SWAT lo tenían de tal manera que explotaron un explosivo sin que nadie resultara herido, bueno, menos yo, que supuestamente era a la que le había explotado la bomba.
-¿Y tú qué hiciste luego?
-Fui en ese coche unas cuantas manzanas, hasta que llegamos a un descampado, donde me dieron un coche nuevo con la matrícula de este estado, y las llaves de esta casa. Conduje sin parar hasta llegar a un motel, donde me teñí el pelo y descansé un poco. A la mañana siguiente conduje las dos horas que me quedaban hasta este pueblo y empecé mi nueva vida. Otra cosa que fue muy dura para mi fue tener que ver mi muerte anunciada en la televisión mientras veía a mis seres queridos al fondo de la pantalla, llorando. –Kate no se había dado cuenta que mientras narraba la historia se había puesto a llorar. Rick le secó las lágrimas con sus dedos pulgares y la abrazó sin decir ni una palabra. Kate empezó a sollozar cada vez más fuerte, y Rick le acariciaba la cabeza como hacía con Alexis cuando era pequeña.
-Jen, digo Kate. –Kate le miró. –Te juro que haré lo que haga falta para que puedas volver con tus seres queridos, ¿me oyes? Lo que sea. Y la siguió abrazando hasta que se tranquilizó más.
-Gracias por entenderlo. Eres la primera persona que le cuento esto y nunca pensé que me costaría tanto revivir tantos recuerdos.
-No pasa nada, Kate. Tu secreto está a salvo conmigo. Te lo prometo. –Se quedaron abrazados unos minutos, hasta que Rick se dio cuenta de la hora que era. –Je.. Kate, creo que debería volver al hotel. –Kate asintió pero se le notaba que no estaba bien. Rick se levantó y cuando estuvo a punto de abrir la puerta, Kate habló.
-Rick. –Éste se giró. –¿Podrías quedarte esta noche a dormir? –Rick se sorprendió por la proposición pero sonrió y asintió.
Rick cogió a Kate de la mano y ambos subieron a la habitación. Kate se fue al baño a cambiarse mientras Rick se quitaba la roba hasta quedarse en calzoncillos para estar más cómodo. Cuando Kate salió del baño, los dos se metieron en la cama y cuando Rick se estaba a punto de dormir, escuchó un gracias de Kate.
___________________________________
Rick la miró desconcertado, pues se esperaba antes una bofetada que esas palabras. ¿Qué tendría que contarle que parecía ser tan importante? Se volvieron a sentar en el sofá, uno al lado del otro, ambos con el rostro serio.
Se quedaron callados unos minutos, Kate miraba hacia el suelo, con la mirada perdida, pensando en cómo contarle tal información al hombre que tenía al lado. Por otro lado Rick la miraba fijamente, esperando a que se tomara su tiempo y le contara aquello que parecía tan importante.
Kate respiró hondo un par de veces y subió la mirada hasta los ojos de Rick. Éste le sonrió y Kate se vio capaz de contarle la verdad.
-Contándote esto, te estoy poniendo en peligro. Si no quieres...
-Asumiré las consecuencias.
~~FLASHBACK~~
-Creo que Kate tendría que dejar el caso. –Imploró Ryan.
-No creo que eso sea lo mejor ahora. Estamos empezando a tener pruebas del mismísimo Senado, y eso no puede ser un mera coincidencia de la vida. –Le replicó su compañero.
Ambos discutían sobre el caso que había llevado a Kate a ser policía, el caso que llevaba una década sin haber podido ser resuelto. Estaban en la sala de descanso de la comisaría, mientras Beckett se encontraba en otra sala hablando con un hombre.
EN LA OTRA SALA...
-¿Me está diciendo que finja mi muerte y deje toda mi vida?
-Mire inspectora, lo que aquí está investigando, le va a llevar muchos problemas, hasta tal punto de que los riesgos aumenten hasta tal punto que no le haga falta fingir su muerte. –Kate le empezó a prestar atención. –Siento ser tam duro, pero necesito que usted lo comprenda para poder empezar con la operación.
-¿Y cómo se que mi padre, mis compañeros y mis amigos van a estar bien?
-Estaremos vigilando a las personas de su entorno para comprobar que no están en peligro. Se lo puedo garantizar. –El hombre, que se llamaba Charles, se mostraba seguro cada vez que hablaba.
-En ese caso, acepto. –Charles sonrió satisfecho. –Aunque me tiene que asegurar que seguirán investigando de manera discreta el caso. –Charles se lo pensó unos segundos.
-De acuerdo. Asignaré a un equipo para que lo investiguen.
~~FIN DEL FLASHBACK~~
-Así que tu verdadero nombre no es Jennifer Johnson, sino Katherine Beckett. –Dijo un Rick muy desconcertado. Kate asintió. -¿Y cómo consiguieron hacer fingir tu muerte?
-Ahí se necesitó un poco más de trabajo. Cuando salí de esa sala, mis compañeros me preguntaron qué quería Charles y a mi me dijo el mismo que les contara que él era un testigo de un hombre que había matado a sus vecinos. Empezamos a investigar al presunto sospechoso y le localizamos. Primero entraron los SWAT y tras ellos entré yo, con la mala suerte de pisar donde no debía y que me explotara una bomba.
-Pero está claro que la bomba no explotó.
-No. Antes de entrar al edificio, les dije a mis compañeros que cubrieran todas las entradas y salidas del edificio, así que ellos no estaban cuando eso sucedió.
-¿Y qué sucedió? –Preguntó Rick con mucha curiosidad.
-Primero me sacaron del edificio por el terrado y tuve que saltar al otro edificio y bajar hasta el parking, donde un coche con los cristales tintados me esperaba. Mientras tanto, en el otro edificio los SWAT lo tenían de tal manera que explotaron un explosivo sin que nadie resultara herido, bueno, menos yo, que supuestamente era a la que le había explotado la bomba.
-¿Y tú qué hiciste luego?
-Fui en ese coche unas cuantas manzanas, hasta que llegamos a un descampado, donde me dieron un coche nuevo con la matrícula de este estado, y las llaves de esta casa. Conduje sin parar hasta llegar a un motel, donde me teñí el pelo y descansé un poco. A la mañana siguiente conduje las dos horas que me quedaban hasta este pueblo y empecé mi nueva vida. Otra cosa que fue muy dura para mi fue tener que ver mi muerte anunciada en la televisión mientras veía a mis seres queridos al fondo de la pantalla, llorando. –Kate no se había dado cuenta que mientras narraba la historia se había puesto a llorar. Rick le secó las lágrimas con sus dedos pulgares y la abrazó sin decir ni una palabra. Kate empezó a sollozar cada vez más fuerte, y Rick le acariciaba la cabeza como hacía con Alexis cuando era pequeña.
-Jen, digo Kate. –Kate le miró. –Te juro que haré lo que haga falta para que puedas volver con tus seres queridos, ¿me oyes? Lo que sea. Y la siguió abrazando hasta que se tranquilizó más.
-Gracias por entenderlo. Eres la primera persona que le cuento esto y nunca pensé que me costaría tanto revivir tantos recuerdos.
-No pasa nada, Kate. Tu secreto está a salvo conmigo. Te lo prometo. –Se quedaron abrazados unos minutos, hasta que Rick se dio cuenta de la hora que era. –Je.. Kate, creo que debería volver al hotel. –Kate asintió pero se le notaba que no estaba bien. Rick se levantó y cuando estuvo a punto de abrir la puerta, Kate habló.
-Rick. –Éste se giró. –¿Podrías quedarte esta noche a dormir? –Rick se sorprendió por la proposición pero sonrió y asintió.
Rick cogió a Kate de la mano y ambos subieron a la habitación. Kate se fue al baño a cambiarse mientras Rick se quitaba la roba hasta quedarse en calzoncillos para estar más cómodo. Cuando Kate salió del baño, los dos se metieron en la cama y cuando Rick se estaba a punto de dormir, escuchó un gracias de Kate.
rikala- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Oh, que bonito. A ver ahora como consigue Rick que Kate recupere su vida pronto y que pueda volver con todos sus seres queridis .
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
06.21.201519:33:44
Hola soy nueva en el foro y tu historia esta muy chevere por favor continua....
Hola soy nueva en el foro y tu historia esta muy chevere por favor continua....
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Muchas gracias por leer!Yaye escribió:Oh, que bonito. A ver ahora como consigue Rick que Kate recupere su vida pronto y que pueda volver con todos sus seres queridis .
Espero que puedas continuar pronto.
A ver, a veer.... Todavía queda mucha histora :p
Mañana me pongo con el siguiente y espero tenerlo acabado pronto. La semana pasada no pude actualizar porque estaba en Alemania y me fue imposible escribir
rikala- Escritor - Policia
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Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
En menos de tres días espero tenerlo acabadocastle&beckett..cris escribió:Sigueee
Gracias por leer
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Antes de nada, bienvenida al foro! Si necesitas ayuda solo envíame un mensajeBRIGITTEALWAYSBELIEVE escribió:06.21.201519:33:44
Hola soy nueva en el foro y tu historia esta muy chevere por favor continua....
Muchísimas gracias por leer mi historia y me alegra que te guste!
rikala- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Buenas! Aquí estoy de vuelta tras dos semanas sin actualizar. Lo siento, estaba de viaje en Alemania y me fue imposible escribir des del móvil. Bueno, sin alargarme más, aquí tenéis el siguiente capítulo. Espero que os guste
__________________________________
La ex-policía se despertó con el olor a café y tostadas. Se sentó en la cama y miró a su alrededor, mientras intentaba recordar la noche anterior. Ese Flashback llegó segundos después, cuando recordó el momento en que le había contado a Rick su secreto más guardado. Luego se acordó cuando ella le pidió al escritor que durmiera con ella, y, sin quererlo, se sonrojó.
Se vistió rápidamente y bajó a la cocina donde se encontraba Rick, el cual estaba acabando de preparar el desayuno mientras silbaba una canción cualquiera.
-Buenos días. –Se limitó a decir ella. En esos momentos, no sabía en que posición se encontraban ellos dos. ¿Quizá debía besarle?¿O sería mejor esperar a ver qué hacía él?
-Buenos días. ¿Has dormido bien? –Rick se acercó y le dio un beso en la mejilla. Kate asintió. –Me alegro. –Sonrió. –Me he tomado la molestia de preparar el desayuno sin preguntártelo antes. Bueno, la verdad es que te lo iba a subir a la habitación pero te has adelantado.
-Vaya, de verdad que no hacía falta nada de esto, pero gracias. –Kate agachó la cabeza.
-No es nada. Además, cuando mi hija Alexis pasa una mala noche, solo el desayuno le relaja.
-¿He pasado mala noche? –Le preguntó extrañada, pues no recordaba haber tenido pesadillas, más bien esa fue la única noche que no había tenido.
-Bueno, hubo un rato que no dejabas de moverte pero luego te relajaste y volviste a dormir plácidamente.
-Lo siento si te desperté. –Mientras decía eso, ambos se dirigían a la mesa con su desayuno.
-No te preocupes, ya estaba despierto. –Kate le miró extrañada. –La inspiración viene cuando menos te lo esperas, así que empecé a escribir en las notas del móvil.
-¿Así que es verdad eso que dicen que los escritores son como murciélagos?
-Supongo que sí. O al menos yo sí. –Y ambos se rieron. Pasaron el rato del desayuno tranquilos, hablando de temas triviales y comiéndose el desayuno preparado por el escritor.
Nada más acabar el escritor recibió una llamada de su chófer, el cual le decía que le venía a recoger en veinte minutos para llevarlo al aeropuerto. Mientras esperaban a Mike se sentaron en el sofá a ver la tele, aunque ninguno de los dos le hacía mucho caso.
Rick pensaba en cómo podía ayudar a Kate para volver a su ciudad y para poder volver a ver a sus amigos de nuevo. Se le ocurrió una idea que podía funcionar, pero para poder llevarla a cabo necesitaría ayuda de sus contactos.
Mientras, Kate pensaba en cómo Rick había sido tan solidario con ella tras explicarle su secreto. Luego se planteó que Rick igual no era la persona que ella creía e igual se encontraba en peligro. Descartó esa idea de inmediato.
El móvil de Rick interrumpió los pensamientos de ambos.
-Mike está fuera. Debo irme. –Anunciaba mientras miraba el móvil.
-Claro, te acompaño hasta la puerta. –Se levantaron y se dirigieron hasta la puerta principal.
-Te llamo en cuanto pueda. –Kate asintió. Estuvieron unos segundos mirándose a los ojos hasta que ninguno de los pudo evitarlo y se besaron. Fue un beso esperado, con mucha pasión y romanticismo y el cual el único obstáculo con el que se encontraron fue con la falta de aire. En cuanto se separaron, se sonrieron y Kate abrió la puerta.
-Espero tu llamada. –Dijo ésta, aún sonriendo.
-No lo dudes que lo haré. –El escritor le guiñó un ojo y salió sonriendo. Antes de cerrar la puerta del coche sonrió a Kate por última vez y Kate le devolvió esa sonrisa. Una vez el coche arrancó, Amber salió corriendo de su casa en dirección a casa de la ex-policía y a Kate no le dio tiempo a cerrar la puerta antes de que ella entrara en su casa.
-Como si estuvieras en tu casa. –Dijo Kate mientras cerraba la puerta y esperándose la charla de su amiga.
-¿Qué hacía Richard Castle saliendo de tu casa con una sonrisa a las nueve y dos de la mañana?
-Yo esperaba un hola Jen o algo por el estilo.
-No estoy para eso ahora mismo... Y no me cambies de tema y responde a mi pregunta. –Kate necesitaba una excusa rápida para justificar la estancia de Rick en su casa ayer por la noche, sin tenerle que explicarle que necesitaba dormir con alguien al lado.
-Cenamos tranquilamente y luego tomamos unas copas y se hizo tarde. Rick llamó a su chófer para que le llevara de vuelta a su hotel pero este no respondió, lo cual era lógico, pues eran las dos de la mañana. –La verdad es que era una excusa penosa, pero parecía que Amber se lo tragaba. –Así que le ofrecí a Rick dormir en el sofá y probar a llamar a su chófer hoy a la mañana. Por cierto, ¿Me has estado vigilando o algo por el estilo?
-¿Yo? ¡Por supuesto que no!
-¿Y entonces como sabías la hora exacta que ha salido Rick esta mañana?
-Vale, jo, quizás estaba mirando casualmente por la ventana en el momento en el que él salía y quizás he mirado el reloj por curiosidad. –Amber miró a Kate con cara de culpabilidad, mientras ponía una media sonrisa.
-Bueno, esta vez te lo perdono. –Amber sonrió de oreja a oreja. -¿Quieres tomar un café o un té o algo?
-No, acabo de desayunar, pero gracias. –Dijo Amber. –Me vuelvo a mi casa que tengo que llevar a Alex al partido.
-Tu solo vienes a lo que vienes. –Le acusó Kate mirándola con los ojos entrecerrados. –Anda, vete ya antes de que te tenga más rencor. –Ambas se dirigieron a la puerta.
-¡Adiós Jen!
-¡Adiós Amber! Que le vaya bien el partido a Alex. –Lo último ya lo dijo cuando Amber había salido ya de su casa.
Una vez sola en casa, se puso a lavar los platos de la noche anterior y a limpiar un poco la casa. No tardó mucho así que cuando acabó se dio una ducha rápida y se puso a preparar la comida.
Una vez tenía ya su plato servido, se puso a comer, pero el teléfono empezó a sonar.
-¿Sí?
-¡Hola Ka... Jen!
-Mientras no sepan con quien hablas puedes llamarme Kate, aunque ahora sígueme llamando Jen.
-Vale, lo capto. –Dijo el escritor.
-¿Ya has llegado?
-Sí, esta ciudad está muy bien, aunque me faltas tu en ella para ser perfecta. –Kate sonrió en cuanto escuchó eso.
-Como se nota que eres escritor...
-Y que tengo con quien inspirarme...
-Bueno... No se yo si soy una buena inspiración.
-Si no lo fueras, no tendría escrito tres posibles páginas de una futura novela.
-¡¿Qué?!
-Ayer cuando me vino la inspiración, fue con solo verte dormir. –Explicó el escritor. Pasaron unos largos segundos y Kate seguía sin responder. -¿Jen? ¿Sigues ahí?
-Eh, vaya Rick, no se que decir. –Kate se había quedado perpleja ante las explicaciones del escritor.
-Esto no tiene porque ser una novela, simplemente es un escrito como muchos otros que hago. –El escritor se justificó.
-Me gustaría leerlo cuando lo acabes. –Kate no estaba molesta, más bien al contrario, se sentía satisfecha y orgullosa de poder ser inspiración de ese escritor.
-Te lo traeré en mano si hace falta. –Dijo Rick. –Me reclaman por aquí, Jen. Ya hablaremos.
-Claro, que tengas buenas firmas. –Y ambos colgaron.
__________________________________
La ex-policía se despertó con el olor a café y tostadas. Se sentó en la cama y miró a su alrededor, mientras intentaba recordar la noche anterior. Ese Flashback llegó segundos después, cuando recordó el momento en que le había contado a Rick su secreto más guardado. Luego se acordó cuando ella le pidió al escritor que durmiera con ella, y, sin quererlo, se sonrojó.
Se vistió rápidamente y bajó a la cocina donde se encontraba Rick, el cual estaba acabando de preparar el desayuno mientras silbaba una canción cualquiera.
-Buenos días. –Se limitó a decir ella. En esos momentos, no sabía en que posición se encontraban ellos dos. ¿Quizá debía besarle?¿O sería mejor esperar a ver qué hacía él?
-Buenos días. ¿Has dormido bien? –Rick se acercó y le dio un beso en la mejilla. Kate asintió. –Me alegro. –Sonrió. –Me he tomado la molestia de preparar el desayuno sin preguntártelo antes. Bueno, la verdad es que te lo iba a subir a la habitación pero te has adelantado.
-Vaya, de verdad que no hacía falta nada de esto, pero gracias. –Kate agachó la cabeza.
-No es nada. Además, cuando mi hija Alexis pasa una mala noche, solo el desayuno le relaja.
-¿He pasado mala noche? –Le preguntó extrañada, pues no recordaba haber tenido pesadillas, más bien esa fue la única noche que no había tenido.
-Bueno, hubo un rato que no dejabas de moverte pero luego te relajaste y volviste a dormir plácidamente.
-Lo siento si te desperté. –Mientras decía eso, ambos se dirigían a la mesa con su desayuno.
-No te preocupes, ya estaba despierto. –Kate le miró extrañada. –La inspiración viene cuando menos te lo esperas, así que empecé a escribir en las notas del móvil.
-¿Así que es verdad eso que dicen que los escritores son como murciélagos?
-Supongo que sí. O al menos yo sí. –Y ambos se rieron. Pasaron el rato del desayuno tranquilos, hablando de temas triviales y comiéndose el desayuno preparado por el escritor.
Nada más acabar el escritor recibió una llamada de su chófer, el cual le decía que le venía a recoger en veinte minutos para llevarlo al aeropuerto. Mientras esperaban a Mike se sentaron en el sofá a ver la tele, aunque ninguno de los dos le hacía mucho caso.
Rick pensaba en cómo podía ayudar a Kate para volver a su ciudad y para poder volver a ver a sus amigos de nuevo. Se le ocurrió una idea que podía funcionar, pero para poder llevarla a cabo necesitaría ayuda de sus contactos.
Mientras, Kate pensaba en cómo Rick había sido tan solidario con ella tras explicarle su secreto. Luego se planteó que Rick igual no era la persona que ella creía e igual se encontraba en peligro. Descartó esa idea de inmediato.
El móvil de Rick interrumpió los pensamientos de ambos.
-Mike está fuera. Debo irme. –Anunciaba mientras miraba el móvil.
-Claro, te acompaño hasta la puerta. –Se levantaron y se dirigieron hasta la puerta principal.
-Te llamo en cuanto pueda. –Kate asintió. Estuvieron unos segundos mirándose a los ojos hasta que ninguno de los pudo evitarlo y se besaron. Fue un beso esperado, con mucha pasión y romanticismo y el cual el único obstáculo con el que se encontraron fue con la falta de aire. En cuanto se separaron, se sonrieron y Kate abrió la puerta.
-Espero tu llamada. –Dijo ésta, aún sonriendo.
-No lo dudes que lo haré. –El escritor le guiñó un ojo y salió sonriendo. Antes de cerrar la puerta del coche sonrió a Kate por última vez y Kate le devolvió esa sonrisa. Una vez el coche arrancó, Amber salió corriendo de su casa en dirección a casa de la ex-policía y a Kate no le dio tiempo a cerrar la puerta antes de que ella entrara en su casa.
-Como si estuvieras en tu casa. –Dijo Kate mientras cerraba la puerta y esperándose la charla de su amiga.
-¿Qué hacía Richard Castle saliendo de tu casa con una sonrisa a las nueve y dos de la mañana?
-Yo esperaba un hola Jen o algo por el estilo.
-No estoy para eso ahora mismo... Y no me cambies de tema y responde a mi pregunta. –Kate necesitaba una excusa rápida para justificar la estancia de Rick en su casa ayer por la noche, sin tenerle que explicarle que necesitaba dormir con alguien al lado.
-Cenamos tranquilamente y luego tomamos unas copas y se hizo tarde. Rick llamó a su chófer para que le llevara de vuelta a su hotel pero este no respondió, lo cual era lógico, pues eran las dos de la mañana. –La verdad es que era una excusa penosa, pero parecía que Amber se lo tragaba. –Así que le ofrecí a Rick dormir en el sofá y probar a llamar a su chófer hoy a la mañana. Por cierto, ¿Me has estado vigilando o algo por el estilo?
-¿Yo? ¡Por supuesto que no!
-¿Y entonces como sabías la hora exacta que ha salido Rick esta mañana?
-Vale, jo, quizás estaba mirando casualmente por la ventana en el momento en el que él salía y quizás he mirado el reloj por curiosidad. –Amber miró a Kate con cara de culpabilidad, mientras ponía una media sonrisa.
-Bueno, esta vez te lo perdono. –Amber sonrió de oreja a oreja. -¿Quieres tomar un café o un té o algo?
-No, acabo de desayunar, pero gracias. –Dijo Amber. –Me vuelvo a mi casa que tengo que llevar a Alex al partido.
-Tu solo vienes a lo que vienes. –Le acusó Kate mirándola con los ojos entrecerrados. –Anda, vete ya antes de que te tenga más rencor. –Ambas se dirigieron a la puerta.
-¡Adiós Jen!
-¡Adiós Amber! Que le vaya bien el partido a Alex. –Lo último ya lo dijo cuando Amber había salido ya de su casa.
Una vez sola en casa, se puso a lavar los platos de la noche anterior y a limpiar un poco la casa. No tardó mucho así que cuando acabó se dio una ducha rápida y se puso a preparar la comida.
Una vez tenía ya su plato servido, se puso a comer, pero el teléfono empezó a sonar.
-¿Sí?
-¡Hola Ka... Jen!
-Mientras no sepan con quien hablas puedes llamarme Kate, aunque ahora sígueme llamando Jen.
-Vale, lo capto. –Dijo el escritor.
-¿Ya has llegado?
-Sí, esta ciudad está muy bien, aunque me faltas tu en ella para ser perfecta. –Kate sonrió en cuanto escuchó eso.
-Como se nota que eres escritor...
-Y que tengo con quien inspirarme...
-Bueno... No se yo si soy una buena inspiración.
-Si no lo fueras, no tendría escrito tres posibles páginas de una futura novela.
-¡¿Qué?!
-Ayer cuando me vino la inspiración, fue con solo verte dormir. –Explicó el escritor. Pasaron unos largos segundos y Kate seguía sin responder. -¿Jen? ¿Sigues ahí?
-Eh, vaya Rick, no se que decir. –Kate se había quedado perpleja ante las explicaciones del escritor.
-Esto no tiene porque ser una novela, simplemente es un escrito como muchos otros que hago. –El escritor se justificó.
-Me gustaría leerlo cuando lo acabes. –Kate no estaba molesta, más bien al contrario, se sentía satisfecha y orgullosa de poder ser inspiración de ese escritor.
-Te lo traeré en mano si hace falta. –Dijo Rick. –Me reclaman por aquí, Jen. Ya hablaremos.
-Claro, que tengas buenas firmas. –Y ambos colgaron.
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Re: Buscando una nueva vida (Actualizado 11/12/2015)
Se me había pasado comentarte el capítulo
Parece que estos dos han congeniado muy bien, y ha bastado una sola noche viéndola dormir para que la inspiración llegue a él.
Que será lo que se le ha ocurrido a Rick? Un cambio de look a lo radical para que pueda volver a verlos a todos y que pueda estar con él??
Que ganas de leer el siguiente
Parece que estos dos han congeniado muy bien, y ha bastado una sola noche viéndola dormir para que la inspiración llegue a él.
Que será lo que se le ha ocurrido a Rick? Un cambio de look a lo radical para que pueda volver a verlos a todos y que pueda estar con él??
Que ganas de leer el siguiente
Yaye- Escritor - Policia
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