TE APRENDÍ A AMAR
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 38
POV KATE
Ahí estaba de nuevo a su lado, después de hacerme los dichosos análisis, volví a su lado porque era donde tenía que estar, donde quería estar. Apenas lo veía despierto apenas unos minutos, por culpa de los medicamentos. Entendía en parte porque no quería venir aquí, él quería aguantar el máximo tiempo posible fuera de estas cuatro paredes, pero no me arrepentía de haberlo traído. Solo unos días más y quizás ya no hubiera habido ninguna esperanza, aunque hubiera pocas, existían y mientras hubiera vida, habría posibilidades de salir de aquella pesadilla. Lanie después de mi paso por urgencias, donde me atendieron, se había ido a su casa, debía descansar porque al día siguiente le esperaba otro duro día de trabajo.
Pasados unos minutos, estaba cansada de estar allí sentada, dando miles de vueltas buscando la forma de colocarme para estar a gusto, pero no había manera, aquel sillón era el más incómodo del mundo. Estaba a punto de quejarme cuando se abrió la puerta y me quedé estupefacta al ver quien era, no me lo podía creer.
- Martha…
- Hola querida.
- ¿Esta…?
- Si. Está aquí - dijo entrando y dejando pasar a un hombre alto, fuerte, que sin duda tenía que ser el padre de Rick porque esos ojos… esos ojos sin duda eran los mismos que los de mi marido – Kate, él es James, el padre de Rick, James ella es Kate, la mujer de mi hijo.
- Nuestro hijo - le corrigió - encantado de conocerte, aunque me hubiera gustado que fuera en otras circunstancias - dijo mientras me daba amablemente la mano a forma de saludo. Su mirada destilaba sinceridad, quizás de verdad quisiera a Rick pero la vida a veces es demasiado complicada y puede con nosotros, nos supera.
- ¿Cómo está? - preguntó Martha acercándose al lado de su hijo.
- Con los efectos del tratamiento, está casi todo el tiempo dormido.
- Pero…
- Se pondrá bien, tiene que ponerse - dije mordiéndome el labio intentando aguantar las lágrimas que esos días salían con tanta facilidad.
- Quiero hacerme las pruebas ya. No quiero perder un minuto más por si tenemos que buscar otro posible donante.
- ¿Otro posible? - pregunté extrañada.
- Ojala pueda hacerlo yo, pero si no… haré lo posible por encontrar a alguien, tengo un hijo y quizás… cuando se entere de todo esto me odiara, pero… seguro que si sabe que puede ayudar, lo hará, es buena persona. Incluso tengo dos nietos que… haré lo que haga falta.
- Bien, ya tenemos algo que no teníamos hace unas horas… opciones - dije abrazándola para transmitirle todo mi apoyo, ahora tenía que ser la fuerte porque para mí esto era duro, pero imaginaba que para una madre seria lo peor que te puede pasar en la vida.
- Bien.
-Quédate con él, yo le acompaño Sr. Smith.
- James, por favor – dijo sonriendo – Perfecto, vamos.
Salimos por la puerta en busca de Alex para que se encargara de hacerle las pruebas de compatibilidad lo más rápido posible, teníamos poco tiempo que perder… a Rick le quedaba muy poco tiempo.
- Entonces… ¿estas casada con mi hijo?
- Si, hace solo tres semanas.
- Oh… me alegro. – dijo. Se le veía nervioso, sin saber cómo afrontar el tema – ¿Y tú sabes lo que opina tu marido de mí? – dijo directo… en eso mi marido se le parecía. Siempre directo al grano, sin preámbulos…
- No le odia, si es eso lo que pregunta, solo necesita que le expliquen algunas cosas.
-Y lo haré, aunque creo que cualquier excusa que le de no va a ser válida. Solo he sido un idiota, un cobarde que tenía miedo a perder, y ya estaba perdiendo cuando me aleje de él.
-Si lo hizo James, tiene un hijo increíble.
-Si, eso es lo único que me reconforta. Que Martha supo hacer lo que yo no tuve valor de hacer.
- Es por aquí… - dije tomando el camino al cuarto donde solía estar Alex. Solo que cuando di la vuelta en una esquina, ahí estaba la enfermera, esa mujer tenía el don de la oportunidad, siempre estaba cerca cuando la necesitabas.
- Alex – le dije al verla – a ti te buscaba.
- Hola Kate, pues ya somos dos. También andaba en en tu busca, tengo tus resultados y…
- Alex eso puede esperar. Te presento a James, el padre de Rick. Quiere hacerse las pruebas de compatibilidad.
- ¡Dios mío! Escuchaste mis plegarias, encantada señor, si me acompaña… - dijo sonriendo - es tan guapo como su hijo, ¿sabia? – dijo con su habitual desparpajo.
- Gracias - dijo James algo tímido... no estaba acostumbrado al humor de nuestra amiga enfermera…
- Sígame - dijo Alex llevándose a James.
Yo volví sobre mis pasos para retornar a la habitación de Rick, sabía que no estaba solo pero necesitaba estar allí cuando se despertara, quería aprovechar cada minuto que estuviera despierto.
Cuando llegue, estaba entreabierta la puerta y escuché como Rick hablaba con su madre. Oí mi nombre y me quede parada. Podía ser interesante…
- Kate es la mujer de mi vida madre, y no quiero que sufra, sé que no te gusta el tema, pero… si me pasa algo… quiero que cuides de ella.
- No digas eso Richard… - dijo Martha - no quiero que pienses en esas cosas.
- Pero…
- No hay peros que valgan. Ya está aquí tu padre, así que solo hay que esperar un poco, a ver si al menos sirve de algo después de 42 años sin hacer nada. Además, quiere conocerte, tu dirás que quieres… ahora tú tienes la palabra.
- Ya… - dijo a media voz, parecía desanimado y no debía, no ahora que estaba ahí su padre.
Era hora de entrar en escena, como diría mi suegra, no debía desanimarse. No ahora que estaba en camino la curación… el inicio de una nueva vida juntos y volver al trabajo y a disfrutar de nuestra compañía.
- Hola - dije sonriendo. Cuando me vio, se le ilumino la cara y eso me hizo sentir especial.
- Hola preciosa - dijo tirando de mi mano para que me agachara y deposito un suave beso en mis labios. Quise separarme pero me agarro con fuerza para dejar un beso tras otro.
- Bueno chicos, os dejo un rato solos - dijo Martha riéndose, mientras se levantaba de la silla y salía de la habitación.
- Por favor Rick ¡qué vergüenza! – exclame sonrojándome y separándome de él.
- ¿Qué pasa? Eres mi mujer, y te echaba mucho de menos.
- Vale, pero tu madre… ha hecho un largo viaje y le apetecía estar contigo.
- Y a mí, pero también contigo… pero con esta medicación…
- Lo sé, pero eso hace que te sientas mejor. Tu padre está haciéndose las pruebas de compatibilidad y cuando te hagan el trasplante podremos pasar mucho tiempo juntos.
- ¿Lo has visto? – me pregunto susurrándome, como pensando que estuviera tras la puerta.
- Si. Se parece mucho a ti.
- Si… ¿Cómo es?
- Haber… no me dio mucho tiempo a fijarme, pero es alto, tiene el pelo ceniza y unos ojos azules igual a los tuyos.
- ¿Sabes? es una tontería y no debería importarme pero… me gustaría que se sintiera orgulloso de mí… y no sé porque, pero me importa lo que piense.
- Estará muy orgulloso, yo lo estoy - dije volviendo a besarlo.
- Si todo va bien, podrían quitarme esta porquería de medicación. No quiero estar todo el día dormido.
- Rick es…
- ¿Lo mejor? – Grito enfadado - Es una mierda, quiero estar despierto más de un par de horas al día-dijo bajando la voz casi en un susurro.
- Veré que puedo hacer, pero hasta entonces intenta no exaltarte, ¿vale?
- Si, jefa… - respondió bajando la voz.
- Te quiero Rick – le dije acercándome a su oído. No podía evitarlo, ahora me apetecía decírselo a cada momento y ver como su cara se trasformaba.
- No sabes lo que me haces sentir cuando me dices esas cosas - dijo haciéndonos reír - yo también te quiero. Y aunque te cueste creerlo, estos medicamentos no me quitan para nada el deseo que despiertas en mí - dijo levantando las cejas haciéndome reír.
- Rick no, me has oído antes y te lo repito ahora, No.
- Venga… por favor, no seas aguafiestas - dijo haciéndose el enfadado.
- Dentro de poco, podremos recuperar el tiempo perdido - dije susurrándole en el oído, cuando me separé vi como tenía los ojos cerrados y su labio inferior entre sus dientes - Eres un caso - dije riéndome.
- Y tu mi perdición - dijo besándome el cuello.
- Castle para…
- Y si no quiero…
- Rick… - pero no me dio tiempo a contestar cuando se abrió la puerta de nuevo apareciendo Martha y haciendo que nos separáramos rápidamente - os dejo un rato, voy a tomar algo - dije intentando ocultar la risa al ver a Rick frustrado. Le di un beso en los labios antes de salir y lo deje allí frustrado, y algo enfadado.
Salí al exterior y me encontré a James hablando con Alex. Me acerque despacio a ellos y carraspeé para hacerme notar. Ambos enseguida se giraron hacia mí.
- ¿Todo bien? - pregunté con miedo.
-Todavía no sabemos nada. Pero pronto los tendremos, solo podemos esperar - dijo Alex con esa sonrisa que le caracterizaba siempre.
- Bien - dije sonriendo intentando calmar al padre de Rick que se le veía muy nervioso - ahora podemos ir a ver a Rick si quieres, está despierto…
- Yo… prefiero…
- Estará contento de verte.
- Tengo… tengo miedo.
- Él también.
- Bien, pero necesito un segundo.
- Pues mientras tanto, Kate ¿puedo hablar un momento contigo a solas?
- Claro - dije mirándole extrañada, le dedique una sonrisa a James y me fui tras Alex.
- Verás… tengo los resultados de tus pruebas. No es grave, pero tienes anemia Kate, y tienes que cuidarla. No puedes seguir así…
- Pero si estoy bien Alex… en serio.
- Sí, pero tu cuerpo no puede con todo. Así que tienes que descansar más, comer más y mejor y tienes que tomarte algunas vitaminas. En una semana o así te repetiré el análisis a ver si vamos mejorando, sino tendrás que medicarte. Pero, como te vas a portar bien, no voy a tener que hacer nada que no quieras ¿verdad?
-Vale, vale… - dije resignada - pero ni una palabra a Rick, solo le faltaría tener que andar preocupado por mí.
- Bien, mientras te portes bien, no diré nada, pero como vea que no comes, o no descansas en condiciones… te mandare al doctor. Ahora Martha está aquí y puede ayudarte. Haz turnos con ella.
- Pareces mi madre - dije haciéndola reír - bueno te dejo antes de que Rick se duerma. Por cierto, me gustaría hablar con el doctor Carter, es por la medicación.
- ¿Porque? ¿Se siente mal acaso?
- No sé, se encuentra muy cansado todo el rato y solo dice que no se quiere dormir.
- Pero ahora es lo mejor para él.
- Lo sé. Pero ya sabes lo cabezota que es, alguien tiene que hacerle entrar en razón.
- Creo que eso solo puedes hacerlo tú, de todos modos, hablare con el doctor - dijo sonriéndome y dejándome allí parada como una idiota.
CONTINUARÁ…
POV KATE
Ahí estaba de nuevo a su lado, después de hacerme los dichosos análisis, volví a su lado porque era donde tenía que estar, donde quería estar. Apenas lo veía despierto apenas unos minutos, por culpa de los medicamentos. Entendía en parte porque no quería venir aquí, él quería aguantar el máximo tiempo posible fuera de estas cuatro paredes, pero no me arrepentía de haberlo traído. Solo unos días más y quizás ya no hubiera habido ninguna esperanza, aunque hubiera pocas, existían y mientras hubiera vida, habría posibilidades de salir de aquella pesadilla. Lanie después de mi paso por urgencias, donde me atendieron, se había ido a su casa, debía descansar porque al día siguiente le esperaba otro duro día de trabajo.
Pasados unos minutos, estaba cansada de estar allí sentada, dando miles de vueltas buscando la forma de colocarme para estar a gusto, pero no había manera, aquel sillón era el más incómodo del mundo. Estaba a punto de quejarme cuando se abrió la puerta y me quedé estupefacta al ver quien era, no me lo podía creer.
- Martha…
- Hola querida.
- ¿Esta…?
- Si. Está aquí - dijo entrando y dejando pasar a un hombre alto, fuerte, que sin duda tenía que ser el padre de Rick porque esos ojos… esos ojos sin duda eran los mismos que los de mi marido – Kate, él es James, el padre de Rick, James ella es Kate, la mujer de mi hijo.
- Nuestro hijo - le corrigió - encantado de conocerte, aunque me hubiera gustado que fuera en otras circunstancias - dijo mientras me daba amablemente la mano a forma de saludo. Su mirada destilaba sinceridad, quizás de verdad quisiera a Rick pero la vida a veces es demasiado complicada y puede con nosotros, nos supera.
- ¿Cómo está? - preguntó Martha acercándose al lado de su hijo.
- Con los efectos del tratamiento, está casi todo el tiempo dormido.
- Pero…
- Se pondrá bien, tiene que ponerse - dije mordiéndome el labio intentando aguantar las lágrimas que esos días salían con tanta facilidad.
- Quiero hacerme las pruebas ya. No quiero perder un minuto más por si tenemos que buscar otro posible donante.
- ¿Otro posible? - pregunté extrañada.
- Ojala pueda hacerlo yo, pero si no… haré lo posible por encontrar a alguien, tengo un hijo y quizás… cuando se entere de todo esto me odiara, pero… seguro que si sabe que puede ayudar, lo hará, es buena persona. Incluso tengo dos nietos que… haré lo que haga falta.
- Bien, ya tenemos algo que no teníamos hace unas horas… opciones - dije abrazándola para transmitirle todo mi apoyo, ahora tenía que ser la fuerte porque para mí esto era duro, pero imaginaba que para una madre seria lo peor que te puede pasar en la vida.
- Bien.
-Quédate con él, yo le acompaño Sr. Smith.
- James, por favor – dijo sonriendo – Perfecto, vamos.
Salimos por la puerta en busca de Alex para que se encargara de hacerle las pruebas de compatibilidad lo más rápido posible, teníamos poco tiempo que perder… a Rick le quedaba muy poco tiempo.
- Entonces… ¿estas casada con mi hijo?
- Si, hace solo tres semanas.
- Oh… me alegro. – dijo. Se le veía nervioso, sin saber cómo afrontar el tema – ¿Y tú sabes lo que opina tu marido de mí? – dijo directo… en eso mi marido se le parecía. Siempre directo al grano, sin preámbulos…
- No le odia, si es eso lo que pregunta, solo necesita que le expliquen algunas cosas.
-Y lo haré, aunque creo que cualquier excusa que le de no va a ser válida. Solo he sido un idiota, un cobarde que tenía miedo a perder, y ya estaba perdiendo cuando me aleje de él.
-Si lo hizo James, tiene un hijo increíble.
-Si, eso es lo único que me reconforta. Que Martha supo hacer lo que yo no tuve valor de hacer.
- Es por aquí… - dije tomando el camino al cuarto donde solía estar Alex. Solo que cuando di la vuelta en una esquina, ahí estaba la enfermera, esa mujer tenía el don de la oportunidad, siempre estaba cerca cuando la necesitabas.
- Alex – le dije al verla – a ti te buscaba.
- Hola Kate, pues ya somos dos. También andaba en en tu busca, tengo tus resultados y…
- Alex eso puede esperar. Te presento a James, el padre de Rick. Quiere hacerse las pruebas de compatibilidad.
- ¡Dios mío! Escuchaste mis plegarias, encantada señor, si me acompaña… - dijo sonriendo - es tan guapo como su hijo, ¿sabia? – dijo con su habitual desparpajo.
- Gracias - dijo James algo tímido... no estaba acostumbrado al humor de nuestra amiga enfermera…
- Sígame - dijo Alex llevándose a James.
Yo volví sobre mis pasos para retornar a la habitación de Rick, sabía que no estaba solo pero necesitaba estar allí cuando se despertara, quería aprovechar cada minuto que estuviera despierto.
Cuando llegue, estaba entreabierta la puerta y escuché como Rick hablaba con su madre. Oí mi nombre y me quede parada. Podía ser interesante…
- Kate es la mujer de mi vida madre, y no quiero que sufra, sé que no te gusta el tema, pero… si me pasa algo… quiero que cuides de ella.
- No digas eso Richard… - dijo Martha - no quiero que pienses en esas cosas.
- Pero…
- No hay peros que valgan. Ya está aquí tu padre, así que solo hay que esperar un poco, a ver si al menos sirve de algo después de 42 años sin hacer nada. Además, quiere conocerte, tu dirás que quieres… ahora tú tienes la palabra.
- Ya… - dijo a media voz, parecía desanimado y no debía, no ahora que estaba ahí su padre.
Era hora de entrar en escena, como diría mi suegra, no debía desanimarse. No ahora que estaba en camino la curación… el inicio de una nueva vida juntos y volver al trabajo y a disfrutar de nuestra compañía.
- Hola - dije sonriendo. Cuando me vio, se le ilumino la cara y eso me hizo sentir especial.
- Hola preciosa - dijo tirando de mi mano para que me agachara y deposito un suave beso en mis labios. Quise separarme pero me agarro con fuerza para dejar un beso tras otro.
- Bueno chicos, os dejo un rato solos - dijo Martha riéndose, mientras se levantaba de la silla y salía de la habitación.
- Por favor Rick ¡qué vergüenza! – exclame sonrojándome y separándome de él.
- ¿Qué pasa? Eres mi mujer, y te echaba mucho de menos.
- Vale, pero tu madre… ha hecho un largo viaje y le apetecía estar contigo.
- Y a mí, pero también contigo… pero con esta medicación…
- Lo sé, pero eso hace que te sientas mejor. Tu padre está haciéndose las pruebas de compatibilidad y cuando te hagan el trasplante podremos pasar mucho tiempo juntos.
- ¿Lo has visto? – me pregunto susurrándome, como pensando que estuviera tras la puerta.
- Si. Se parece mucho a ti.
- Si… ¿Cómo es?
- Haber… no me dio mucho tiempo a fijarme, pero es alto, tiene el pelo ceniza y unos ojos azules igual a los tuyos.
- ¿Sabes? es una tontería y no debería importarme pero… me gustaría que se sintiera orgulloso de mí… y no sé porque, pero me importa lo que piense.
- Estará muy orgulloso, yo lo estoy - dije volviendo a besarlo.
- Si todo va bien, podrían quitarme esta porquería de medicación. No quiero estar todo el día dormido.
- Rick es…
- ¿Lo mejor? – Grito enfadado - Es una mierda, quiero estar despierto más de un par de horas al día-dijo bajando la voz casi en un susurro.
- Veré que puedo hacer, pero hasta entonces intenta no exaltarte, ¿vale?
- Si, jefa… - respondió bajando la voz.
- Te quiero Rick – le dije acercándome a su oído. No podía evitarlo, ahora me apetecía decírselo a cada momento y ver como su cara se trasformaba.
- No sabes lo que me haces sentir cuando me dices esas cosas - dijo haciéndonos reír - yo también te quiero. Y aunque te cueste creerlo, estos medicamentos no me quitan para nada el deseo que despiertas en mí - dijo levantando las cejas haciéndome reír.
- Rick no, me has oído antes y te lo repito ahora, No.
- Venga… por favor, no seas aguafiestas - dijo haciéndose el enfadado.
- Dentro de poco, podremos recuperar el tiempo perdido - dije susurrándole en el oído, cuando me separé vi como tenía los ojos cerrados y su labio inferior entre sus dientes - Eres un caso - dije riéndome.
- Y tu mi perdición - dijo besándome el cuello.
- Castle para…
- Y si no quiero…
- Rick… - pero no me dio tiempo a contestar cuando se abrió la puerta de nuevo apareciendo Martha y haciendo que nos separáramos rápidamente - os dejo un rato, voy a tomar algo - dije intentando ocultar la risa al ver a Rick frustrado. Le di un beso en los labios antes de salir y lo deje allí frustrado, y algo enfadado.
Salí al exterior y me encontré a James hablando con Alex. Me acerque despacio a ellos y carraspeé para hacerme notar. Ambos enseguida se giraron hacia mí.
- ¿Todo bien? - pregunté con miedo.
-Todavía no sabemos nada. Pero pronto los tendremos, solo podemos esperar - dijo Alex con esa sonrisa que le caracterizaba siempre.
- Bien - dije sonriendo intentando calmar al padre de Rick que se le veía muy nervioso - ahora podemos ir a ver a Rick si quieres, está despierto…
- Yo… prefiero…
- Estará contento de verte.
- Tengo… tengo miedo.
- Él también.
- Bien, pero necesito un segundo.
- Pues mientras tanto, Kate ¿puedo hablar un momento contigo a solas?
- Claro - dije mirándole extrañada, le dedique una sonrisa a James y me fui tras Alex.
- Verás… tengo los resultados de tus pruebas. No es grave, pero tienes anemia Kate, y tienes que cuidarla. No puedes seguir así…
- Pero si estoy bien Alex… en serio.
- Sí, pero tu cuerpo no puede con todo. Así que tienes que descansar más, comer más y mejor y tienes que tomarte algunas vitaminas. En una semana o así te repetiré el análisis a ver si vamos mejorando, sino tendrás que medicarte. Pero, como te vas a portar bien, no voy a tener que hacer nada que no quieras ¿verdad?
-Vale, vale… - dije resignada - pero ni una palabra a Rick, solo le faltaría tener que andar preocupado por mí.
- Bien, mientras te portes bien, no diré nada, pero como vea que no comes, o no descansas en condiciones… te mandare al doctor. Ahora Martha está aquí y puede ayudarte. Haz turnos con ella.
- Pareces mi madre - dije haciéndola reír - bueno te dejo antes de que Rick se duerma. Por cierto, me gustaría hablar con el doctor Carter, es por la medicación.
- ¿Porque? ¿Se siente mal acaso?
- No sé, se encuentra muy cansado todo el rato y solo dice que no se quiere dormir.
- Pero ahora es lo mejor para él.
- Lo sé. Pero ya sabes lo cabezota que es, alguien tiene que hacerle entrar en razón.
- Creo que eso solo puedes hacerlo tú, de todos modos, hablare con el doctor - dijo sonriéndome y dejándome allí parada como una idiota.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
- Mensajes : 331
Fecha de inscripción : 22/12/2014
Edad : 27
Localización : Paraguay
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Me gusta espero que Rick no muera por que si no me quedaré en sock, sigue cuando puedas
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Edad : 23
Localización : barcelona
Re: TE APRENDÍ A AMAR
10:19:3808.14.2015
wow esta fabuloso.... ahora crecen las esperanzas para rick...y una prolongacion de vida con kate...que felicidad
asi que por favor por fitasssssss continua pronto
wow esta fabuloso.... ahora crecen las esperanzas para rick...y una prolongacion de vida con kate...que felicidad
asi que por favor por fitasssssss continua pronto
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 39
POV RICK
Estaba con mi madre y me contaba anécdotas varias que le sucedieron buscando a mi padre. ¡Vaya privilegio el mío! tener aun a mi madre conmigo, a mi lado, era una de las mejores delicias de la vida. Notaba como mi cuerpo se cansaba, como empezaba a aparecer la fatiga y mis ojos luchaban una cruel guerra para permanecer abiertos, necesitaba estar despierto… aunque más que despierto, precisaba pasar más momentos como estos, buenos instantes para poder llenarme de fuerza, de ánimo, de valor para enfrentar lo que aún tenía delante, una lucha encarnizada contra el tiempo, a favor de la vida.
La puerta se abrió, apareció por ella la sonrisa más bonita del mundo que iluminó toda la habitación. Sonreí al verla, era la mujer más hermosa, y era mi mujer.
- Hola cariño - dijo sonriéndome – te traigo a alguien que quería verte - dijo dando paso a un hombre, alto, de pelo canoso y los ojos azules un azul profundo. Me sonaban esos ojos, eran los que veía cada mañana en el espejo.
De forma refleja, mi cuerpo se tensó y la sonrisa desapareció de mi cara. Sabía que estaba aquí para ayudarme pero… no podía darle nada, en cuanto a él, mi corazón estaba hueco, no sé si alguna vez podría ofrecerle el amor que parecía ofrecerme, en estos momentos no. Porque el tiempo para él había volado. Además, de que ahora mismo, era un don muy valioso del que no disponía para perderlo con él, no era alguien importante en mi vida. A pesar de todo lo que estaba haciendo, para mí seguía siendo un hombre que nos abandonó, tanto a mi madre como a mí. Agarré con fuerza la mano que siempre estuvo a mi lado en esos momentos, la mano de la persona que había sufrido tanto como yo por culpa de esa persona, quise cogerle la mano a modo de protección, para evitarle más daño del que hizo en su día.
- Hola - dijo nervioso acercándose y ofreciendo esa mano que ahora ya no quería. Y ahí se quedó, en el aire, tan sola y abandonada como estuvo mi madre durante el parto, la niñez y la adolescencia de mi vida, sola. Ahí estuvo bastantes segundos, hasta que se dio cuenta de que ahí se quedaría sin el abrigo de la mía que sostenía la de mi madre.
- Rick… - me regaño Kate, pero la miré con mala cara, callando cualquier comentario que pudiera hacer al respeto… en ese espacio de mi corazón, ni ella tenía entrada.
- Estoy cansado, si no os molesta, prefiero quedarme solo.
Mi madre me dio un beso en la mejilla y salió detrás de él, que ni siquiera había tenido tiempo de cerrar la puerta tras su entrada. Kate se quedó cruzada de brazos mirándome enfadada.
- ¿Qué? ¿Vas a jugar mucho más al niño pequeño y mal criado? – Me pregunto molesta por mi comportamiento - No tenías que haberlo tratado así.
- Yo… no quiero verlo. Solo me hace recordar la soledad y el abandono que vivimos mi madre y yo. Kate, tú no puedes entenderlo... No quiero volver a ser ese niño que se quedaba días y días esperando ver si entraba por la puerta – pare mientras a mi mente venían esos días tan tristes de mi infancia - hasta que me di cuenta de que nunca vendría. ¿Sabes por qué me apellido Castle?
- No.
- Por él - dije riéndome irónicamente - fue el apellido falso que le dio a mi madre, Alexander Castle – Ahora sentía rabia y mis palabras iban cargadas de ella - Hasta que mi madre se dio cuenta de que no existía… no sabes cuánto sufrió – paro para coger aire y tumbarse en la cama, una vez acomodado siguió hablando - Pensé que podría… pero no, ahora que lo he visto no puedo, es superior a mí.
- Si lo odias tanto, si es tanta tu inquina hacia el ¿Por qué recordarlo? ¿Por qué usar ese apodo que te lo recuerda? – me pregunto acercándose y colocándose en el lugar que hacía unos segundos ocupaba mi madre.
-Por si escuchaba algún día nombrarme, que supiera que conocía su mentira, su engaño. Era mi forma de hacérselo saber, era mi forma de llevar esa carga que tengo desde que era un niño. Para no olvidar todo ese dolor. Ahí era cuando necesitaba a mi padre, ahora no me interesa tener uno, ya no lo necesito.
- Entiendo que… que te sientas así. Pero está aquí por ti Rick. Esta aquí para ayudar y eso…
- ¿Y eso le da derecho para desaparecer durante cuarenta años? No así que no pude esperar que me tire a sus brazos, no puedo hacerlo.
- De acuerdo, no voy a obligarte, está bien. Pero no te pongas así, no quiero que te alteres. Si no quieres verlo… - dijo mientras cogía mi mano para trasmitirme su apoyo incondicional.
- No puedo, no en este momento - dije sin poder evitar las lágrimas.
- Vale, estoy aquí contigo ¿me oyes? - dijo limpiándome las lágrimas dejando leves besos sobre mi mejilla.
- Kate yo…
- Ya… no hablemos más - dijo besándome con suavidad en los labios. Sentirlos sobre los míos hizo que me olvidara de todo y todos, solo podía pensar en ella, y en cómo sentía sus labios sobre los míos.
- ¡Uf! ¿Cómo lo haces para borrar de un plumazo todo lo malo? - dije sonriendo al separarse de mí.
-Mira… veras, estuve pensando, y bueno… la verdad es que… yo, creo, me parece que tengo muchas ganas de… ya sabes - dijo sonriéndome con cara de pícara.
- Kate, espera, ¿y me lo dices ahora? - dije haciendo el amago de levantarme, consiguiendo con eso que se riera… así me gustaba verla, contenta.
- Rick… - dijo sin parar de reír - tenemos que esperar un poco, quizás cuando todo salga bien antes de irnos podíamos…
- No puedo esperar tanto - dije tirando de ella hasta conseguir que se tumbara a mi lado.
- Tendrás que esperar - dijo sonriéndome de forma pícara, había caído entre mis brazos, podía olerle el pelo que caía suavemente sobre sus hombros. Mi entrepierna estaba a la altura de su trasero, ella podía sentir como no iba de broma, el pequeño Ricky estaba disponible, porque solo olerla, mi cuerpo a pesar del cansancio y la medicación reaccionaba. Empecé a lamerle el lóbulo de la oreja y jugaba con él, mientras mis mano se apoderaban de uno de sus pechos sobre la ropa.
- Cuando recupere un poco de resuello, te vas a enterar bandida – dije mordiéndole el cuello, cual vampiro sediento, con mi lengua, con mis dientes… le hacía saber que no iba de broma.
POV KATE
Me tumbe a su lado y él enseguida me atrajo hacia su cuerpo. No podía dejar de acariciarlo, de besarlo. Nunca antes me había sentido así, lo necesitaba a cada minuto, cuando no estaba a su lado me costaba respirar, dormir, sonreír… Él lo era todo para mí… y cuando pensaba que llegaría un momento que no podría tenerlo a mi lado, me desesperaba, no podría vivir sin él, estaba claro. La gente me decía que no me quedaría más remedio que acostumbrarme, pero no, no podría hacerlo.
- ¡Ey! deja de pensar - dijo sonriéndome.
- Te quiero, ¿sabes? – no podía evitarlo, era mirarlo y que esas palabras salieran de mi boca. Se había convertido casi en una acto reflejo.
- Lo sé. Pero ¿a que no sabes que yo te quiero más? – ahí estaba, tomándome el pelo y riendo a pesar de estar enfermo, de acabar de conocer a su padre, de estar medicado y sufriendo dolores horribles. El seguía haciéndome reír.
- Claro, en algo tendrás que ganar - dije riéndome.
- Serás… - dijo mientras sus manos me atacaban en sitios clave para darme mi merecido a base de cosquillas. No podía dejar de revolverme sin parar de reír y quedándome casi sin respiración.
- Para Rick, por favor… vale ya, para…
- ¿Qué me das a cambio? - dijo continuando con la tortura.
- Lo que quieras.
- Pues quiero… quiero que hables con Alex…
- ¿Para qué? – le respondí arrugando el entrecejo, ¿Qué querría ahora de la enfermera?
- Para que me quite la medicación…
- Rick no voy a hacer eso - dije poniéndome seria.
- Kate no puedo…
- Esperemos a los resultados de las pruebas y luego ya… lo pensaremos ¿vale?
- Bueno… Vale - dijo cerrando los ojos mientras yo no dejaba de acariciarle.
- ¿Estás cansado cariño?
- Sí, mucho… pero no quiero estarlo.
- Descansa, tenemos tiempo de sobra para estar juntos.
- ¿Cómo estas tan segura?
- Tengo un buen presentimiento. Sé que en unos meses estaremos de vuelta en la comisaria resolviendo casos juntos y que luego… podremos tomarnos unas vacaciones.
- ¿A dónde te gustaría ir?
- Me da igual mientras sea contigo.
- Me gusta ese destino -dijo sonriéndome pero con los ojos ya medio cerrados por el cansancio que le provocaba la medicación para quitarle el dolor.
- Duérmete mi amor, yo estoy aquí contigo… protegiéndote de los malos sueños…
- No voy a tener malos sueños, porque voy a soñar contigo… mi musa… mi amiga… mi mujer… mi vida - dijo con una sonrisa justo antes de cerrar los ojos y quedarse completamente dormido.
Me quedé observando lo tranquilo que estaba mientras dormía, parecía que nada malo estuviera pasando, que el maldito cáncer no estaba corriendo por su cuerpo matándolo poco a poco… destruyendo cada célula buena de su cuerpo.
Trague saliva para mantener mis lágrimas bajo control y besé suavemente sus labios antes de levantarme. Estaba cansada pero no podía dormir hasta que no supiera a ciencia cierta que James podía ser un donante para Rick.
Salí al exterior y me encontré con Martha y James hablando tranquilamente. Me había olvidado por completo de lo que había pasado hacía solo apenas unos minutos, horas… no tenía ya ni noción del tiempo. Me acerque a ellos y cuando me vieron ambos rehuyeron mirarme.
- ¿Todo bien? – pregunte. Mi intención era disculparme con James… verdaderamente, Rick había sido muy descortés con él, pero en estos momentos, no podía recriminárselo.
- Si-contestaron ambos a la vez, me quede mirándolos extrañada.
- James siento mucho… - intente disculparme.
-No Kate, tranquila, está bien. Entiendo que no quiera verme y me lo esperaba, solo… quizás siempre se tiene esperanza.
- Es bueno tener esperanza - dije dedicándole una sonrisa triste - estoy segura que al final acabara aceptándote. Solo necesita conocerte un poco, pasar más tiempo contigo, necesita encontrar algo buena en esta relación…
- Lo sé. No es fácil ver a tu padre cuarenta años después. He sido un mal padre… no puedo reprocharle lo que paso ahí dentro, me lo merecía.
- Demuéstrale que puede confiar en ti, que puedes ser un buen padre, o al menos un buen amigo, de momento, algo es algo. Dale tiempo y verás como todo irá bien.
- Ahora comprendo a mi hijo y porque se casó contigo - dijo sonriéndome - eres una buena mujer, me alegra que te encontrara.
- Gracias James, pero la suerte fue mía.
- Disculpen… - dijo Alex apareciendo por detrás.
- No te disculpes Alex, ¿alguna novedad? - pregunté entusiasmada.
- Si… pero yo… lo siento, pero… no son compatibles, no puede ser su donante.
- Pero… - sentí como el mundo se me venía encima, él era mi esperanza, era la esperanza de todos. No podía ser que no… no podía escuchar un no, esto era superior a mí.
- Kate lo siento, tranquila, buscaremos...
- Y ahora - dije llorando sin poder parar, sabía que tenía que ser fuerte por Martha, por Rick pero toda la esperanza que tenía se había venido abajo con una siempre palabra NO.
- Llamaré a mi hijo, mañana por la noche estará aquí. Sé que ayudara a Rick con los ojos cerrados, gracias a Dios tengo dos grandes hijos.
- Pero y si no…
- Lo hará. No perdamos aun la esperanza.
- No sé si…
- ¡Ey Kate! - dijo Martha abrazándome - no nos vamos a rendir, mientras Rick respire hay esperanza.
- Pero cada día que pasa… no quiero… Martha no puedo vivir sin él - dije llorando desconsoladamente.
- Vamos Kate, mañana saldrá todo mejor, ya lo verás… - dijo Alex abrazándome, intentando reconfortarme.
Y en esos momentos de desesperación, note como no podía aguantar más, como si mi cuerpo no pudiera sujetarme, como si nada pudiera sostener mi peso. Cerré los ojos para coger aire… y todo se apagó.
CONTINUARÁ…
POV RICK
Estaba con mi madre y me contaba anécdotas varias que le sucedieron buscando a mi padre. ¡Vaya privilegio el mío! tener aun a mi madre conmigo, a mi lado, era una de las mejores delicias de la vida. Notaba como mi cuerpo se cansaba, como empezaba a aparecer la fatiga y mis ojos luchaban una cruel guerra para permanecer abiertos, necesitaba estar despierto… aunque más que despierto, precisaba pasar más momentos como estos, buenos instantes para poder llenarme de fuerza, de ánimo, de valor para enfrentar lo que aún tenía delante, una lucha encarnizada contra el tiempo, a favor de la vida.
La puerta se abrió, apareció por ella la sonrisa más bonita del mundo que iluminó toda la habitación. Sonreí al verla, era la mujer más hermosa, y era mi mujer.
- Hola cariño - dijo sonriéndome – te traigo a alguien que quería verte - dijo dando paso a un hombre, alto, de pelo canoso y los ojos azules un azul profundo. Me sonaban esos ojos, eran los que veía cada mañana en el espejo.
De forma refleja, mi cuerpo se tensó y la sonrisa desapareció de mi cara. Sabía que estaba aquí para ayudarme pero… no podía darle nada, en cuanto a él, mi corazón estaba hueco, no sé si alguna vez podría ofrecerle el amor que parecía ofrecerme, en estos momentos no. Porque el tiempo para él había volado. Además, de que ahora mismo, era un don muy valioso del que no disponía para perderlo con él, no era alguien importante en mi vida. A pesar de todo lo que estaba haciendo, para mí seguía siendo un hombre que nos abandonó, tanto a mi madre como a mí. Agarré con fuerza la mano que siempre estuvo a mi lado en esos momentos, la mano de la persona que había sufrido tanto como yo por culpa de esa persona, quise cogerle la mano a modo de protección, para evitarle más daño del que hizo en su día.
- Hola - dijo nervioso acercándose y ofreciendo esa mano que ahora ya no quería. Y ahí se quedó, en el aire, tan sola y abandonada como estuvo mi madre durante el parto, la niñez y la adolescencia de mi vida, sola. Ahí estuvo bastantes segundos, hasta que se dio cuenta de que ahí se quedaría sin el abrigo de la mía que sostenía la de mi madre.
- Rick… - me regaño Kate, pero la miré con mala cara, callando cualquier comentario que pudiera hacer al respeto… en ese espacio de mi corazón, ni ella tenía entrada.
- Estoy cansado, si no os molesta, prefiero quedarme solo.
Mi madre me dio un beso en la mejilla y salió detrás de él, que ni siquiera había tenido tiempo de cerrar la puerta tras su entrada. Kate se quedó cruzada de brazos mirándome enfadada.
- ¿Qué? ¿Vas a jugar mucho más al niño pequeño y mal criado? – Me pregunto molesta por mi comportamiento - No tenías que haberlo tratado así.
- Yo… no quiero verlo. Solo me hace recordar la soledad y el abandono que vivimos mi madre y yo. Kate, tú no puedes entenderlo... No quiero volver a ser ese niño que se quedaba días y días esperando ver si entraba por la puerta – pare mientras a mi mente venían esos días tan tristes de mi infancia - hasta que me di cuenta de que nunca vendría. ¿Sabes por qué me apellido Castle?
- No.
- Por él - dije riéndome irónicamente - fue el apellido falso que le dio a mi madre, Alexander Castle – Ahora sentía rabia y mis palabras iban cargadas de ella - Hasta que mi madre se dio cuenta de que no existía… no sabes cuánto sufrió – paro para coger aire y tumbarse en la cama, una vez acomodado siguió hablando - Pensé que podría… pero no, ahora que lo he visto no puedo, es superior a mí.
- Si lo odias tanto, si es tanta tu inquina hacia el ¿Por qué recordarlo? ¿Por qué usar ese apodo que te lo recuerda? – me pregunto acercándose y colocándose en el lugar que hacía unos segundos ocupaba mi madre.
-Por si escuchaba algún día nombrarme, que supiera que conocía su mentira, su engaño. Era mi forma de hacérselo saber, era mi forma de llevar esa carga que tengo desde que era un niño. Para no olvidar todo ese dolor. Ahí era cuando necesitaba a mi padre, ahora no me interesa tener uno, ya no lo necesito.
- Entiendo que… que te sientas así. Pero está aquí por ti Rick. Esta aquí para ayudar y eso…
- ¿Y eso le da derecho para desaparecer durante cuarenta años? No así que no pude esperar que me tire a sus brazos, no puedo hacerlo.
- De acuerdo, no voy a obligarte, está bien. Pero no te pongas así, no quiero que te alteres. Si no quieres verlo… - dijo mientras cogía mi mano para trasmitirme su apoyo incondicional.
- No puedo, no en este momento - dije sin poder evitar las lágrimas.
- Vale, estoy aquí contigo ¿me oyes? - dijo limpiándome las lágrimas dejando leves besos sobre mi mejilla.
- Kate yo…
- Ya… no hablemos más - dijo besándome con suavidad en los labios. Sentirlos sobre los míos hizo que me olvidara de todo y todos, solo podía pensar en ella, y en cómo sentía sus labios sobre los míos.
- ¡Uf! ¿Cómo lo haces para borrar de un plumazo todo lo malo? - dije sonriendo al separarse de mí.
-Mira… veras, estuve pensando, y bueno… la verdad es que… yo, creo, me parece que tengo muchas ganas de… ya sabes - dijo sonriéndome con cara de pícara.
- Kate, espera, ¿y me lo dices ahora? - dije haciendo el amago de levantarme, consiguiendo con eso que se riera… así me gustaba verla, contenta.
- Rick… - dijo sin parar de reír - tenemos que esperar un poco, quizás cuando todo salga bien antes de irnos podíamos…
- No puedo esperar tanto - dije tirando de ella hasta conseguir que se tumbara a mi lado.
- Tendrás que esperar - dijo sonriéndome de forma pícara, había caído entre mis brazos, podía olerle el pelo que caía suavemente sobre sus hombros. Mi entrepierna estaba a la altura de su trasero, ella podía sentir como no iba de broma, el pequeño Ricky estaba disponible, porque solo olerla, mi cuerpo a pesar del cansancio y la medicación reaccionaba. Empecé a lamerle el lóbulo de la oreja y jugaba con él, mientras mis mano se apoderaban de uno de sus pechos sobre la ropa.
- Cuando recupere un poco de resuello, te vas a enterar bandida – dije mordiéndole el cuello, cual vampiro sediento, con mi lengua, con mis dientes… le hacía saber que no iba de broma.
POV KATE
Me tumbe a su lado y él enseguida me atrajo hacia su cuerpo. No podía dejar de acariciarlo, de besarlo. Nunca antes me había sentido así, lo necesitaba a cada minuto, cuando no estaba a su lado me costaba respirar, dormir, sonreír… Él lo era todo para mí… y cuando pensaba que llegaría un momento que no podría tenerlo a mi lado, me desesperaba, no podría vivir sin él, estaba claro. La gente me decía que no me quedaría más remedio que acostumbrarme, pero no, no podría hacerlo.
- ¡Ey! deja de pensar - dijo sonriéndome.
- Te quiero, ¿sabes? – no podía evitarlo, era mirarlo y que esas palabras salieran de mi boca. Se había convertido casi en una acto reflejo.
- Lo sé. Pero ¿a que no sabes que yo te quiero más? – ahí estaba, tomándome el pelo y riendo a pesar de estar enfermo, de acabar de conocer a su padre, de estar medicado y sufriendo dolores horribles. El seguía haciéndome reír.
- Claro, en algo tendrás que ganar - dije riéndome.
- Serás… - dijo mientras sus manos me atacaban en sitios clave para darme mi merecido a base de cosquillas. No podía dejar de revolverme sin parar de reír y quedándome casi sin respiración.
- Para Rick, por favor… vale ya, para…
- ¿Qué me das a cambio? - dijo continuando con la tortura.
- Lo que quieras.
- Pues quiero… quiero que hables con Alex…
- ¿Para qué? – le respondí arrugando el entrecejo, ¿Qué querría ahora de la enfermera?
- Para que me quite la medicación…
- Rick no voy a hacer eso - dije poniéndome seria.
- Kate no puedo…
- Esperemos a los resultados de las pruebas y luego ya… lo pensaremos ¿vale?
- Bueno… Vale - dijo cerrando los ojos mientras yo no dejaba de acariciarle.
- ¿Estás cansado cariño?
- Sí, mucho… pero no quiero estarlo.
- Descansa, tenemos tiempo de sobra para estar juntos.
- ¿Cómo estas tan segura?
- Tengo un buen presentimiento. Sé que en unos meses estaremos de vuelta en la comisaria resolviendo casos juntos y que luego… podremos tomarnos unas vacaciones.
- ¿A dónde te gustaría ir?
- Me da igual mientras sea contigo.
- Me gusta ese destino -dijo sonriéndome pero con los ojos ya medio cerrados por el cansancio que le provocaba la medicación para quitarle el dolor.
- Duérmete mi amor, yo estoy aquí contigo… protegiéndote de los malos sueños…
- No voy a tener malos sueños, porque voy a soñar contigo… mi musa… mi amiga… mi mujer… mi vida - dijo con una sonrisa justo antes de cerrar los ojos y quedarse completamente dormido.
Me quedé observando lo tranquilo que estaba mientras dormía, parecía que nada malo estuviera pasando, que el maldito cáncer no estaba corriendo por su cuerpo matándolo poco a poco… destruyendo cada célula buena de su cuerpo.
Trague saliva para mantener mis lágrimas bajo control y besé suavemente sus labios antes de levantarme. Estaba cansada pero no podía dormir hasta que no supiera a ciencia cierta que James podía ser un donante para Rick.
Salí al exterior y me encontré con Martha y James hablando tranquilamente. Me había olvidado por completo de lo que había pasado hacía solo apenas unos minutos, horas… no tenía ya ni noción del tiempo. Me acerque a ellos y cuando me vieron ambos rehuyeron mirarme.
- ¿Todo bien? – pregunte. Mi intención era disculparme con James… verdaderamente, Rick había sido muy descortés con él, pero en estos momentos, no podía recriminárselo.
- Si-contestaron ambos a la vez, me quede mirándolos extrañada.
- James siento mucho… - intente disculparme.
-No Kate, tranquila, está bien. Entiendo que no quiera verme y me lo esperaba, solo… quizás siempre se tiene esperanza.
- Es bueno tener esperanza - dije dedicándole una sonrisa triste - estoy segura que al final acabara aceptándote. Solo necesita conocerte un poco, pasar más tiempo contigo, necesita encontrar algo buena en esta relación…
- Lo sé. No es fácil ver a tu padre cuarenta años después. He sido un mal padre… no puedo reprocharle lo que paso ahí dentro, me lo merecía.
- Demuéstrale que puede confiar en ti, que puedes ser un buen padre, o al menos un buen amigo, de momento, algo es algo. Dale tiempo y verás como todo irá bien.
- Ahora comprendo a mi hijo y porque se casó contigo - dijo sonriéndome - eres una buena mujer, me alegra que te encontrara.
- Gracias James, pero la suerte fue mía.
- Disculpen… - dijo Alex apareciendo por detrás.
- No te disculpes Alex, ¿alguna novedad? - pregunté entusiasmada.
- Si… pero yo… lo siento, pero… no son compatibles, no puede ser su donante.
- Pero… - sentí como el mundo se me venía encima, él era mi esperanza, era la esperanza de todos. No podía ser que no… no podía escuchar un no, esto era superior a mí.
- Kate lo siento, tranquila, buscaremos...
- Y ahora - dije llorando sin poder parar, sabía que tenía que ser fuerte por Martha, por Rick pero toda la esperanza que tenía se había venido abajo con una siempre palabra NO.
- Llamaré a mi hijo, mañana por la noche estará aquí. Sé que ayudara a Rick con los ojos cerrados, gracias a Dios tengo dos grandes hijos.
- Pero y si no…
- Lo hará. No perdamos aun la esperanza.
- No sé si…
- ¡Ey Kate! - dijo Martha abrazándome - no nos vamos a rendir, mientras Rick respire hay esperanza.
- Pero cada día que pasa… no quiero… Martha no puedo vivir sin él - dije llorando desconsoladamente.
- Vamos Kate, mañana saldrá todo mejor, ya lo verás… - dijo Alex abrazándome, intentando reconfortarme.
Y en esos momentos de desesperación, note como no podía aguantar más, como si mi cuerpo no pudiera sujetarme, como si nada pudiera sostener mi peso. Cerré los ojos para coger aire… y todo se apagó.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Edad : 27
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Joder con el capítulo, al final vas ha hacerme llorar y todo... Jajajaja sigue cuando puedas
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Localización : barcelona
Re: TE APRENDÍ A AMAR
08.15.201521:37:27
que triste me a dejado este capitulo..yo que creía que había una esperanza con el papa de rick y ahora nada... eso no se vale rick tiene que recuperarse...
esta muy bueno apesar de este trago amargo asi que por fis continua y dale esperanzas
que triste me a dejado este capitulo..yo que creía que había una esperanza con el papa de rick y ahora nada... eso no se vale rick tiene que recuperarse...
esta muy bueno apesar de este trago amargo asi que por fis continua y dale esperanzas
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 40
POV KATE
Me desperté desorientada sin saber muy bien donde me encontraba. Cuando abrí los ojos reconocí el hospital. Mil suplicas aparecieron en mi mente, rezaba porque todo hubiera sido un sueño, una pesadilla. Pero en ese momento me encontré con la mirada preocupada de Martha y volví a derrumbarme al darme cuenta de que no había sido un sueño, que todo era real… que Rick día a día perdía más posibilidades de vivir, de quedarse a mi lado, al lado de su madre.
- Kate ¿te encuentras bien? Te has desmayado y Alex junto con James te han traído aquí para que descanses.
Intente levantarme pero todo me daba vuelta, con ayuda de Martha me volví a tumbar en la cama de hospital en la que me encontraba y cerré los ojos intentando que todo volviera a la normalidad. Cuando los abrí de nuevo, todo había vuelto a su lugar, ya nada daba vueltas. Tome una bocanada de aire para intentar relajarme. Cuando lo expulse, intente de nuevo volver a incorporarme, pero no me dejaron. Por la puerta apareció Alex seguida de Lanie… ahora sí que estaba en problemas, porque no me iba a dejar moverme de la cama, la conocía y a cabezona no le ganaba nadie. Si ella se proponía algo, nada se lo impedía.
- Kate… por Dios, ¿Cómo estás?
- Bien – la tranquilice… solo me faltaba que se pusiera histérica - solo algo mareada. Pero tengo… que volver… - dije intentado volver a levantarme pero Lanie me sujeto con fuerza en la cama para que no lo hiciera. En una situación normal no hubiera podido hacer nada para impedirme levantarme pero mi cuerpo estaba cansado, derrotado, apenas podía moverme sin que me costara un mundo hacerlo.
- Tienes que descansar – me dijo muy seria – sino voy a atarte… así que elige.
- No puedo, tengo que estar con él.
- Está dormido, y tú tienes que hacer lo mismo si no quieres enfermar Kate. Tienes que tomarte un respiro o serás tú la que tendrás que quedarte ingresada. Tú cuerpo se ha colapsado, sin olvidar la anemia que tienes – fui a hablar, pero no me dejo de nuevo – sí, vi tus análisis señorita… bueno, ahora ya señora – dijo bromeando - necesitas descansar y luego comer bien. Hasta que no lo hagas no estarás en condiciones para cuidar a nadie y mucho menos de tu marido. Si quieres cuidarle, antes tienes que hacerlo tú.
Sabía muy bien donde dar para que le hiciera caso, sabía que lo único que me importaba ahora mismo era él, solo él era mi prioridad en este momentos, nada ni nadie más me importaba ni siquiera yo misma.
- Bien, pero solo un par de horas – le dije intentando convencerla - luego volveré con él.
- Kate… - intento llamar mi atención, pero yo estaba demasiado preocupada por Rick en ese instante.
- Lanie… - dije retándola.
- Vale ya, un par de horas mínimo. Luego comerás algo y si terminas lo que te traigan, te permitiré levantarte para ir a verlo, no me obligues a atarte. Al menos habrás descansado un poco, me oyes. Nada de ejercicio por ahora, nada de intentar mover peso. Tienes que cuidarte, esto solo ha sido un pequeño susto, si sigues así tendrás graves problemas Kate, y recuerda que ahora lo importante es que Rick este bien y el solo estará bien si lo estás tú.
- Vale, vale… Lo haré… pero cuando él este fuera de peligro. Mientras tanto solo me importa él, es lo único que importa ahora.
- Kate si él supiera todo lo que esta pasando, no dejaría que lo hicieras. Tienes que cuidarte por él. No puedes dejar de pensar en ti. Imagínate que él se recupera y tenéis que quedaros por ti.
- Lo haré… intentaré dormir y comer más ¿vale? Pero no podéis alejarme de él porque entonces sí que enfermaré.
- No pretendemos hacerlo – dijo mirando a Alex y Martha que asentían a todo lo que ella decía.
- ¿Dónde está James? - dije buscándolo con la mirada.
- Está intentando hacer venir a su hijo. Cuando llegue hablara con él para que se haga las pruebas. Aún hay esperanzas Kate, mi hijo es fuerte y va a luchar hasta que llegue ese donante… lo sé lo va a lograr.
- Eso espero - dije mirando hacia abajo hacia mis manos, donde apenas me quedaban más uñas que devorar de los nervios.
POV RICK
Me desperté sobresaltado. Acababa de tener una pesadilla donde Kate recibía un disparo y yo no conseguía salvarla. Pero gracias a Dios todo fue una pesadilla, pero al despertar y no verla a mi lado, me preocupe. Intenté levantarme, pero no podía, con tanto cable, tubo y agujas, fallé al primer intento. Pero no desesperé, y volví a intentar levantarme. Cuando lo conseguí vi cómo se abría la puerta y sonreí esperando que fuera Kate quien entrara por esa puerta, pero me sorprendió ver a Lanie.
- Lanie, hola… ¿Está bien Kate?
- Yo también me alegro de verte - dijo sonriéndome y ayudándome a colocarme en la cama de nuevo.
- No has respondido a mi pregunta.
-Está bien, la mande a descansar.
- ¡Oh! Bien, solo tu podías convencerla - dije riéndome.
- Era eso, o yo mismo la drogaba para que descansara.
- Me alegro de que lo hicieras - dije mirándola como colocaba de nuevo todo lo que colgaba de una maquina conectada a mí. Estaba triste que no estuviera conmigo y supongo que mi rostro lo debía decir claramente.
- No pareces muy contento.
- No… yo… estoy bien – intente mentirle.
- Castle… nos conocemos… ¿Qué sucede?
- He tenido una pesadilla. Disparaban a Kate y yo… me asuste, necesitaba verla, para saber que está bien.
- Estará aquí en un par de horas, ya sabes cómo es, no aguantara mucho lejos de ti.
- ¡Dios! Lanie… Nunca pensé que… no podía imaginarme jamás estar con ella - dije sonriendo como un idiota – y ahora, que es una realidad… no te lo puedes ni imaginar, es mucho mejor de lo que pensaba. Es tan especial… tan única.
- Sabía que estabas loco por ella – dijo sentándose en el lugar que hasta hacia unos momentos ocupaba Kate.
- Creo que no era bueno ocultándolo ¿verdad?
- En realidad cuando eras un idiota lo hacías muy bien. Pero cuando la seguías como un perrito faldero lo dejabas demasiado claro - dijo haciéndonos reír.
- Lanie yo… necesito pedirte algo.
- Dime… pero conste que no voy a casarme contigo… aprecio mucho mi cuello y Kate me lo partiría… - los dos rompimos en risas… como se notaba el compañerismo y el buen rollo. Después se puso seria y me respondió - Lo que sea, ya lo sabes.
- Si… esto acaba mal.
- Que no lo va a hacer.
- Ya, pero… si pasara… no la dejes sola. Cuídala.
- Sabes que no podría abandonarla, es mi amiga, la considero casi como una hermana. Nunca la dejaría.
- Necesito que… a ver… no sé cómo explicarme… es que no quiero que me olvide. Pero a la vez, me gustaría que encontrara a alguien, que volviera a ser feliz. Este mundo no merece perderse esa sonrisa - dije conteniendo las lágrimas - quiero que sea feliz, quiero que si falto, ella pueda vivir, que rehaga su vida.
- Lo intentaré.
- Bien. Gracias
Cuando paramos de hablar la puerta se volvió a abrir y entró mi madre. Se le veía algo más apagada que hacía unas horas, cuando la vi. Miré a Lanie por si me estaban ocultando algo, y si… pude notar esa pequeña nota de preocupación en la cara de mi compañera.
- ¿Qué pasa? Me estáis ocultando algo… lo noto ¿Es sobre Kate?
- ¿Qué? No ¿Qué dices? ya te dije que Kate estaba bien - dijo Lanie pero notaba que me mentía en algo.
- Madre… - a ella si la tenía calada… ella sabía que me diría la verdad.
- No es Kate. Rick cariño… las pruebas… - no termino de decirlo y acabo bajando la vista.
- No somos compatibles - dije mirando a ambas que no sabían muy bien donde poner los ojos para no echarse a llorar - no se para que me hice ilusiones, era imposible que apareciera ahora de la nada para salvarme la vida, era de locos, era como una película de esas ñoñas – dije enfadado.
- Veras cariño, tu padre… bueno… James - dijo al ver cómo la miraba – está intentando buscar a tu hermano para que te ayude.
- ¿Mi hermano? – respondí extrañado. La primera noticia que yo pudiera tener un hermano. Aquello parecía un cuento de esos misteriosos donde no hacen más que aparecer personajes de la nada, y que después de mucho lio, terminan siendo los culpables de todo. Mi vida se estaba convirtiendo en un folletín y cada vez era peor.
- Sí, tienes un hermano. Él quizás pueda ser tu donante, no pierdas aún la esperanza.
- ¿Kate lo sabe? – pregunte intrigado.
- Rick… - dijo Lanie, pero la interrumpí. No me estaban diciendo algo y yo lo podía ver en sus ojos, en sus rostros, en todo el misterio que estaba rondando aquella absurda conversación.
- Lo sabe, por eso no está aquí ¿Dónde está? – Ahí estaba el meollo de la historia… Kate no estaba a mi lado y eso quería decir que le había pasado algo. A mí no podían mentirme.
- Esta… - intento decirme mi madre, sin mirarme a los ojos.
- No me digas que descansando. Quiero saber dónde está, exijo verla ahora mismo.
- Rick cariño… - mi madre otra vez… lo veía en su cara, algo no funcionaba.
- Madre – le dije ya enfadado. Aquella discusión estúpida estaba cansándome mucho, me sentía agotado y mis ojos, otra vez querían cerrarse.
- Bien. Espera que vaya a por una silla – dijo Lanie cuando comprendió que no podrían pararme.
Me llevaron en una silla de ruedas hasta una puerta cerrada, una habitación del hospital. De repente sentí una fuerte presión en el pecho, Kate estaba ingresada… ¿Qué le había sucedido? Miré con pánico a las dos mujeres que me acompañaban y parece que ambas se apiadaron de mí.
- Rick antes no te mentí. Kate está bien, solo necesita descansar. Últimamente ha sufrido mucho, come poco, duerme poco y… su cuerpo se ha resentido. Cuando se enteró de que… no eras compatible con tu padre se desmayó. Solo necesita descansar, algo de comida y ya está. Así que no te preocupes, solamente es cansancio y algo de anemia.
- ¿Entonces…?
- Está bien. Pasa y compruébalo por ti mismo - dijo sonriéndome. Esa sonrisa si era de verdad entera y no a medias… Kate estaba bien, solamente algo cansada. Pero ahí estaba yo, ahora me tocaba a mí devolverle algo de todo lo que estaba haciendo. No iba a separarme de ella y la obligaría a comer y descansar. A mí me haría caso.
Entré empujado por mi madre, me dejo "aparcado" muy cerca de donde se encontraba mi Kate. Si, mía… y me arrime a la cama donde dormía. ¿Cuánto hacía que no dormía en condiciones? Y todo por mi culpa, yo había sido el culpable de todo esto. Escuché como la puerta se cerraba a mi espalda y supe que estábamos a solas. Con sumo cuidado agarré su mano, con suavidad, intentando no despertarla. Yo la quería, quería lo mejor para ella y ahora se encontraba en una cama de hospital y todo por mi culpa. Había dejado de cuidarse por cuidarme a mí. No cuide de mi esposa y eso me dolía en el alma. Estaba pidiendo a todos mis amigos que la cuidaran, y yo, la descuide… ironías del destino.
Hasta ese instante, no me fije, no me di cuenta de su pérdida de peso, de que apenas comía y si lo hacía, era a deshora. Mi falta de apetito, la hizo olvidar el suyo, si yo me hubiera obligado a comer más, ella también lo hubiera hecho. Además, estaba claro, las ojeras en sus ojos eran oscuras, a falta de horas de sueño reparador, en una cama y no en una butaca. Y todo era por estar todo el día y noche a mi lado, cuidándome, preocupándose por mí. Yo tenía que haber cuidado de ella, y ahora…
Llevé su mano hacia mi boca dejando un suave beso en su mano. En este momento pensaba en como hubiera sido su vida si nunca hubiera sabido lo mío. Ahora mismo estaría salvando el mundo y no aquí en esta cama donde parecía tan pequeña y frágil. Solo podía pensar en eso y en que todo esto acabara para que ya pudiera descansar, necesitaba que descansara y descansar yo también. La quería, por encima de todo y quería que dejara de sufrir. Si supiera a ciencia cierta que ella dejaría de sufrir con mi desaparición, ahora mismo me quitaría de en medio. Pero sabía que su sufrimiento no terminaría así, sabía que sufriría una y mil veces más y todo por mi culpa.
¿Qué podía hacer para ahorrarle todo este dolor? ¿Qué podía hacer para que dejara de sufrir por mí y se centrara en ella?
- ¡Dios mío! si alguien sabe la respuesta que me la grite, que me de alguna señal para saber lo que tengo que hacer. Necesito algo que me ayude porque si no me voy a volver completamente loco – dije en voz alta ante mi desesperación.
CONTINUARÁ…
POV KATE
Me desperté desorientada sin saber muy bien donde me encontraba. Cuando abrí los ojos reconocí el hospital. Mil suplicas aparecieron en mi mente, rezaba porque todo hubiera sido un sueño, una pesadilla. Pero en ese momento me encontré con la mirada preocupada de Martha y volví a derrumbarme al darme cuenta de que no había sido un sueño, que todo era real… que Rick día a día perdía más posibilidades de vivir, de quedarse a mi lado, al lado de su madre.
- Kate ¿te encuentras bien? Te has desmayado y Alex junto con James te han traído aquí para que descanses.
Intente levantarme pero todo me daba vuelta, con ayuda de Martha me volví a tumbar en la cama de hospital en la que me encontraba y cerré los ojos intentando que todo volviera a la normalidad. Cuando los abrí de nuevo, todo había vuelto a su lugar, ya nada daba vueltas. Tome una bocanada de aire para intentar relajarme. Cuando lo expulse, intente de nuevo volver a incorporarme, pero no me dejaron. Por la puerta apareció Alex seguida de Lanie… ahora sí que estaba en problemas, porque no me iba a dejar moverme de la cama, la conocía y a cabezona no le ganaba nadie. Si ella se proponía algo, nada se lo impedía.
- Kate… por Dios, ¿Cómo estás?
- Bien – la tranquilice… solo me faltaba que se pusiera histérica - solo algo mareada. Pero tengo… que volver… - dije intentado volver a levantarme pero Lanie me sujeto con fuerza en la cama para que no lo hiciera. En una situación normal no hubiera podido hacer nada para impedirme levantarme pero mi cuerpo estaba cansado, derrotado, apenas podía moverme sin que me costara un mundo hacerlo.
- Tienes que descansar – me dijo muy seria – sino voy a atarte… así que elige.
- No puedo, tengo que estar con él.
- Está dormido, y tú tienes que hacer lo mismo si no quieres enfermar Kate. Tienes que tomarte un respiro o serás tú la que tendrás que quedarte ingresada. Tú cuerpo se ha colapsado, sin olvidar la anemia que tienes – fui a hablar, pero no me dejo de nuevo – sí, vi tus análisis señorita… bueno, ahora ya señora – dijo bromeando - necesitas descansar y luego comer bien. Hasta que no lo hagas no estarás en condiciones para cuidar a nadie y mucho menos de tu marido. Si quieres cuidarle, antes tienes que hacerlo tú.
Sabía muy bien donde dar para que le hiciera caso, sabía que lo único que me importaba ahora mismo era él, solo él era mi prioridad en este momentos, nada ni nadie más me importaba ni siquiera yo misma.
- Bien, pero solo un par de horas – le dije intentando convencerla - luego volveré con él.
- Kate… - intento llamar mi atención, pero yo estaba demasiado preocupada por Rick en ese instante.
- Lanie… - dije retándola.
- Vale ya, un par de horas mínimo. Luego comerás algo y si terminas lo que te traigan, te permitiré levantarte para ir a verlo, no me obligues a atarte. Al menos habrás descansado un poco, me oyes. Nada de ejercicio por ahora, nada de intentar mover peso. Tienes que cuidarte, esto solo ha sido un pequeño susto, si sigues así tendrás graves problemas Kate, y recuerda que ahora lo importante es que Rick este bien y el solo estará bien si lo estás tú.
- Vale, vale… Lo haré… pero cuando él este fuera de peligro. Mientras tanto solo me importa él, es lo único que importa ahora.
- Kate si él supiera todo lo que esta pasando, no dejaría que lo hicieras. Tienes que cuidarte por él. No puedes dejar de pensar en ti. Imagínate que él se recupera y tenéis que quedaros por ti.
- Lo haré… intentaré dormir y comer más ¿vale? Pero no podéis alejarme de él porque entonces sí que enfermaré.
- No pretendemos hacerlo – dijo mirando a Alex y Martha que asentían a todo lo que ella decía.
- ¿Dónde está James? - dije buscándolo con la mirada.
- Está intentando hacer venir a su hijo. Cuando llegue hablara con él para que se haga las pruebas. Aún hay esperanzas Kate, mi hijo es fuerte y va a luchar hasta que llegue ese donante… lo sé lo va a lograr.
- Eso espero - dije mirando hacia abajo hacia mis manos, donde apenas me quedaban más uñas que devorar de los nervios.
POV RICK
Me desperté sobresaltado. Acababa de tener una pesadilla donde Kate recibía un disparo y yo no conseguía salvarla. Pero gracias a Dios todo fue una pesadilla, pero al despertar y no verla a mi lado, me preocupe. Intenté levantarme, pero no podía, con tanto cable, tubo y agujas, fallé al primer intento. Pero no desesperé, y volví a intentar levantarme. Cuando lo conseguí vi cómo se abría la puerta y sonreí esperando que fuera Kate quien entrara por esa puerta, pero me sorprendió ver a Lanie.
- Lanie, hola… ¿Está bien Kate?
- Yo también me alegro de verte - dijo sonriéndome y ayudándome a colocarme en la cama de nuevo.
- No has respondido a mi pregunta.
-Está bien, la mande a descansar.
- ¡Oh! Bien, solo tu podías convencerla - dije riéndome.
- Era eso, o yo mismo la drogaba para que descansara.
- Me alegro de que lo hicieras - dije mirándola como colocaba de nuevo todo lo que colgaba de una maquina conectada a mí. Estaba triste que no estuviera conmigo y supongo que mi rostro lo debía decir claramente.
- No pareces muy contento.
- No… yo… estoy bien – intente mentirle.
- Castle… nos conocemos… ¿Qué sucede?
- He tenido una pesadilla. Disparaban a Kate y yo… me asuste, necesitaba verla, para saber que está bien.
- Estará aquí en un par de horas, ya sabes cómo es, no aguantara mucho lejos de ti.
- ¡Dios! Lanie… Nunca pensé que… no podía imaginarme jamás estar con ella - dije sonriendo como un idiota – y ahora, que es una realidad… no te lo puedes ni imaginar, es mucho mejor de lo que pensaba. Es tan especial… tan única.
- Sabía que estabas loco por ella – dijo sentándose en el lugar que hasta hacia unos momentos ocupaba Kate.
- Creo que no era bueno ocultándolo ¿verdad?
- En realidad cuando eras un idiota lo hacías muy bien. Pero cuando la seguías como un perrito faldero lo dejabas demasiado claro - dijo haciéndonos reír.
- Lanie yo… necesito pedirte algo.
- Dime… pero conste que no voy a casarme contigo… aprecio mucho mi cuello y Kate me lo partiría… - los dos rompimos en risas… como se notaba el compañerismo y el buen rollo. Después se puso seria y me respondió - Lo que sea, ya lo sabes.
- Si… esto acaba mal.
- Que no lo va a hacer.
- Ya, pero… si pasara… no la dejes sola. Cuídala.
- Sabes que no podría abandonarla, es mi amiga, la considero casi como una hermana. Nunca la dejaría.
- Necesito que… a ver… no sé cómo explicarme… es que no quiero que me olvide. Pero a la vez, me gustaría que encontrara a alguien, que volviera a ser feliz. Este mundo no merece perderse esa sonrisa - dije conteniendo las lágrimas - quiero que sea feliz, quiero que si falto, ella pueda vivir, que rehaga su vida.
- Lo intentaré.
- Bien. Gracias
Cuando paramos de hablar la puerta se volvió a abrir y entró mi madre. Se le veía algo más apagada que hacía unas horas, cuando la vi. Miré a Lanie por si me estaban ocultando algo, y si… pude notar esa pequeña nota de preocupación en la cara de mi compañera.
- ¿Qué pasa? Me estáis ocultando algo… lo noto ¿Es sobre Kate?
- ¿Qué? No ¿Qué dices? ya te dije que Kate estaba bien - dijo Lanie pero notaba que me mentía en algo.
- Madre… - a ella si la tenía calada… ella sabía que me diría la verdad.
- No es Kate. Rick cariño… las pruebas… - no termino de decirlo y acabo bajando la vista.
- No somos compatibles - dije mirando a ambas que no sabían muy bien donde poner los ojos para no echarse a llorar - no se para que me hice ilusiones, era imposible que apareciera ahora de la nada para salvarme la vida, era de locos, era como una película de esas ñoñas – dije enfadado.
- Veras cariño, tu padre… bueno… James - dijo al ver cómo la miraba – está intentando buscar a tu hermano para que te ayude.
- ¿Mi hermano? – respondí extrañado. La primera noticia que yo pudiera tener un hermano. Aquello parecía un cuento de esos misteriosos donde no hacen más que aparecer personajes de la nada, y que después de mucho lio, terminan siendo los culpables de todo. Mi vida se estaba convirtiendo en un folletín y cada vez era peor.
- Sí, tienes un hermano. Él quizás pueda ser tu donante, no pierdas aún la esperanza.
- ¿Kate lo sabe? – pregunte intrigado.
- Rick… - dijo Lanie, pero la interrumpí. No me estaban diciendo algo y yo lo podía ver en sus ojos, en sus rostros, en todo el misterio que estaba rondando aquella absurda conversación.
- Lo sabe, por eso no está aquí ¿Dónde está? – Ahí estaba el meollo de la historia… Kate no estaba a mi lado y eso quería decir que le había pasado algo. A mí no podían mentirme.
- Esta… - intento decirme mi madre, sin mirarme a los ojos.
- No me digas que descansando. Quiero saber dónde está, exijo verla ahora mismo.
- Rick cariño… - mi madre otra vez… lo veía en su cara, algo no funcionaba.
- Madre – le dije ya enfadado. Aquella discusión estúpida estaba cansándome mucho, me sentía agotado y mis ojos, otra vez querían cerrarse.
- Bien. Espera que vaya a por una silla – dijo Lanie cuando comprendió que no podrían pararme.
Me llevaron en una silla de ruedas hasta una puerta cerrada, una habitación del hospital. De repente sentí una fuerte presión en el pecho, Kate estaba ingresada… ¿Qué le había sucedido? Miré con pánico a las dos mujeres que me acompañaban y parece que ambas se apiadaron de mí.
- Rick antes no te mentí. Kate está bien, solo necesita descansar. Últimamente ha sufrido mucho, come poco, duerme poco y… su cuerpo se ha resentido. Cuando se enteró de que… no eras compatible con tu padre se desmayó. Solo necesita descansar, algo de comida y ya está. Así que no te preocupes, solamente es cansancio y algo de anemia.
- ¿Entonces…?
- Está bien. Pasa y compruébalo por ti mismo - dijo sonriéndome. Esa sonrisa si era de verdad entera y no a medias… Kate estaba bien, solamente algo cansada. Pero ahí estaba yo, ahora me tocaba a mí devolverle algo de todo lo que estaba haciendo. No iba a separarme de ella y la obligaría a comer y descansar. A mí me haría caso.
Entré empujado por mi madre, me dejo "aparcado" muy cerca de donde se encontraba mi Kate. Si, mía… y me arrime a la cama donde dormía. ¿Cuánto hacía que no dormía en condiciones? Y todo por mi culpa, yo había sido el culpable de todo esto. Escuché como la puerta se cerraba a mi espalda y supe que estábamos a solas. Con sumo cuidado agarré su mano, con suavidad, intentando no despertarla. Yo la quería, quería lo mejor para ella y ahora se encontraba en una cama de hospital y todo por mi culpa. Había dejado de cuidarse por cuidarme a mí. No cuide de mi esposa y eso me dolía en el alma. Estaba pidiendo a todos mis amigos que la cuidaran, y yo, la descuide… ironías del destino.
Hasta ese instante, no me fije, no me di cuenta de su pérdida de peso, de que apenas comía y si lo hacía, era a deshora. Mi falta de apetito, la hizo olvidar el suyo, si yo me hubiera obligado a comer más, ella también lo hubiera hecho. Además, estaba claro, las ojeras en sus ojos eran oscuras, a falta de horas de sueño reparador, en una cama y no en una butaca. Y todo era por estar todo el día y noche a mi lado, cuidándome, preocupándose por mí. Yo tenía que haber cuidado de ella, y ahora…
Llevé su mano hacia mi boca dejando un suave beso en su mano. En este momento pensaba en como hubiera sido su vida si nunca hubiera sabido lo mío. Ahora mismo estaría salvando el mundo y no aquí en esta cama donde parecía tan pequeña y frágil. Solo podía pensar en eso y en que todo esto acabara para que ya pudiera descansar, necesitaba que descansara y descansar yo también. La quería, por encima de todo y quería que dejara de sufrir. Si supiera a ciencia cierta que ella dejaría de sufrir con mi desaparición, ahora mismo me quitaría de en medio. Pero sabía que su sufrimiento no terminaría así, sabía que sufriría una y mil veces más y todo por mi culpa.
¿Qué podía hacer para ahorrarle todo este dolor? ¿Qué podía hacer para que dejara de sufrir por mí y se centrara en ella?
- ¡Dios mío! si alguien sabe la respuesta que me la grite, que me de alguna señal para saber lo que tengo que hacer. Necesito algo que me ayude porque si no me voy a volver completamente loco – dije en voz alta ante mi desesperación.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
08.17.2015 09:38:13
omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg omg ...este capitulo estuvo de infarto ... no puedo parar de:cryingbaby: .... por favor arreglalo..salvalo... ...por fis contuna prontisisisisisisimo...
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BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Joder me estás haciendo llorar y yo nunca he llorado con una historia, sigueeee
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 41
POV RICK
Kate seguía dormida eso tenía que ser muy buena señal. Yo, sentado en mi silla de ruedas sin dejar de mirarla y de acariciarle la mano. Ahora me tocaba a mí cuidar de ella.
Escuche el sonido de la puerta al abrirse y entró mi madre que se sentó a mi lado en la butaca que se encontraba al lado de la cama de Kate. Se quedó un rato en silencio, me miraba preocupada, preguntándome con sus ojos pero yo estaba inmerso aun en mis pensamientos para conseguir que Kate se recuperara. A pesar de eso empezaba a sentir un dolor insoportable en los huesos, como si pesaran más de lo normal. Mi cuerpo se estaba quejando y dolía cada vez más.
- Rick, tienes que volver para que te den tus medicamentos.
- No – dije rotundamente.
- Cariño….
- No pienso tomarme nada que me de sueño, tengo que cuidar de Kate. Si acaso pide un calmante a Alex, me duele la cabeza – le mentí.
- Así no la cuidas. Si ella se levanta y ve que has dejado de tomarte la medicación…
- Me da igual, que se enfade si quiere. No pienso tomarlo más.
- Pero si tú mismo acabas de decir que…
- Nada de peros. Ahora estoy muy seguro de que quizás me quede demasiado poco, y no pienso pasarlo dormido.
- Pero vendrá tu padre y…
- Ese no es mi padre - dije enfadado.
- Si lo es. No se ha portado como tal pero ahora va a ayudarte. Vas a salir de esta y luego si quieres le reclamas todo lo que quieras.
- No voy a moverme de aquí.
- Bueno pues pediré que te traigan aquí una cama – dijo impotente al comprobar que no conseguiría moverme.
- No pienso tomarme nada de todos modos.
- Vale - dijo resignada - pero te traerán una cama para que al menos estés más a gusto. Esa silla no tiene que ser muy cómoda.
- Tengo la de Kate.
- Rick cariño, por favor… no hagas eso. No te cierres…
- No voy a separarme de ella madre - dije sin darme cuenta que las lágrimas salían solas de mis ojos - necesito estar a su lado. Sé que todos tenéis esperanzas porque si no, no podríais estar aquí. Yo también quiero tenerlas pero… tristemente, soy realista y las posibilidades, si ya eran pocas cuando llegue aquí, ahora son casi nulas. No quiero estar dormido, no… solo quiero estar con ella.
- Lo comprendo - dijo mi madre triste.
- Madre yo… - no quería menospreciarla, no se lo merecía, pero no me salían las palabras.
- Sé que también quieres estar conmigo, tranquilo, no me siento mal por eso. Sé que la quieres, nunca antes te había visto así. Lo vuestro es tan bonito, es precioso cariño. Haberos enamorado así, luchar juntos ante todo esto, como os miráis, como os cuidáis el uno al otro. No me enfado porque quieras estar a su lado, y no voy a decirte nada más sobre tus medicinas, solo te pido que no dejes de luchar, de creer, de soñar…no te rindas todavía Richard - dijo con lágrimas que le limpie despacio dejando pequeñas caricias en su rostro.
-No quiero, ni puedo dejar de luchar. Pero intento pasar el mayor tiempo posible con ella, con vosotros. No me voy a rendir pero necesito tenerla a mi lado, disfrutar de ella. De que me sirve tenerla, teneros a vosotros, si estoy todo el día dormido. No puedo, no quiero dormir más. Siento que algún día dormiré y ya no me despertaré. Tengo mucho miedo mama, tengo miedo de morirme, tengo miedo de dejaros solas a las dos – en ese momento yo también lloraba y apoye la cabeza en el cuerpo de mi madre que estaba de pie a mi lado. Ella me acariciaba la cabeza, donde antes brillaba mi pelo y donde ahora brillaba una horrible calva, a pesar de que estuvieran saliendo algunos pelos pequeños y débiles - Te quiero mucho madre.
- Yo también mi pequeño - dijo abrazándome con fuerza, y me deje llevar, había conseguido estar fuerte durante mi enfermedad, pero ahora más que nunca tenía miedo, pánico a morirme. Tenía miedo de no poder estar con ellas, de no poder ver sus sonrisas…
De repente Kate empezó a removerse en la cama y mi madre me dio un beso en la mejilla justo antes de limpiarme las lágrimas e irse para dejarnos solos. Me arrime más a la cama y empecé a dejar suaves besos por el dorso de su mano que seguía sujetando con delicadeza como si se fuera a romper.
- Mmm… ¿Dónde estoy? - despertó mirándome algo desorientada.
- Estás en el hospital cariño, te desmayaste – le dije bajito.
- ¿Qué haces aquí? - dijo levantándose de golpe al darse cuenta de todo.
- Cuidándote - dije mirándola a los ojos con intensidad.
- Rick… no deberías…
- Kate quiero y necesito hacerlo.
Se levantó sentándose en la cama. Luego se sentó sobre mí colocando su cabeza en mi hombro. Le acaricie el pelo tranquilizándola, sabía que era lo que le había venido a la cabeza, y que tendría miedo, tanto como tenía yo.
- ¿Estamos bien? – pregunto tímidamente.
- Claro cariño… - le respondí.
- Perdona por no decirte nada, pero… no quería preocuparte.
- Lo sé. Pero no vuelvas a hacerlo, que luego me preocupo más pensando que es lo que me ocultas. ¿Vale? – le dije serio para que comprendiera el motivo de mis palabras.
- ¿Cómo te enteraste?
- Tuve que sacárselo a punta de pistola - dije haciéndonos reír a ambos.
- Me alegra que estés aquí - dijo besándome suavemente los labios, y me perdí en ellos feliz de poder sentirlos una vez más sobre los míos - ¿No deberías estar en la cama? – pregunto preocupada.
- No, tenía que estar aquí contigo.
- Ya descanse suficiente, estoy bien. Te toca a ti, tienes… - se estaba poniendo mandona… así que la interrumpí.
- Será mejor que compartamos cama - dije subiendo las cejas y sonriéndole de forma pícara.
- Puede, pero nada divertido señor Castle, le recuerdo que estamos en un hospital.
- Prometido señora Castle - era la primera vez que lo decía y sonaba tan bien que no pude evitar repetirlo - señora Castle… me gusta.
- ¿Te gusta cómo suena?
- Me encanta. Eres mi esposa, mi mujer… y soy muy feliz por ello.
- Yo también – dije, pero veía tristeza en sus ojos, aunque no quise decir nada y solo la volví a besar.
- Kate he dejado la medicación.
- Pero…
- Eso solo me daba sueño, no me iba a salvar.
- Pero te quitaba el dolor. Hacía que no te sintieras mal.
- Pero me perdía muchas cosas, perdía pasar tiempo contigo. Así que…
- Bien – dijo comprendiendo el motivo que le acababa de explicar- Haz lo que quieras, pero si empiezas a sentirte mal…
- Tranquila - dije volviendo a besarla, mientras acariciaba sus piernas desnudas por la bata de hospital. La verdad es que era muy fea, pero ahora mismo me daba igual, me dejaba sentir su piel, ver sus largas piernas que me hacía sentir completamente vivo, a pesar del cansancio que me pesaba - quiero hacerte mía Kate.
- Y yo quiero serlo - dijo besándome con fuerza, con pasión, y sentí que el corazón se me iba a salir de pecho.
La tumbe con cuidado en la cama colocándome a su lado y seguí besándola por el cuello, su hombro, y de nuevo sus labios. Estaba empezando sentir como mi cuerpo reaccionaba a su cercanía, a sus besos, a sus caricias… cuando escuchamos una voz algo cohibida.
- Vengo a… ¡oh! lo siento, vuelvo en un rato - dijo una enfermera saliendo tan deprisa como había entrado.
Miré a Kate y estaba roja como un tomate y tapándose como podía con la sábana de la cama yo no pude evitar reírme a carcajadas.
- Tonto, no te rías - dijo golpeándome el brazo - ¡qué vergüenza! me quiero morir - dijo tapándose la cara con las sabanas haciendo que aún me riera más.
-Estás guapísima cuando te pones así de sonrojada - dije quitándole las manos de la cara para poder verla mejor. Nos quedamos mirando durante unos segundos a los ojos hasta que no pude más y la besé. Pero esta vez no era pasional, era un beso cargado de amor. Nos besamos despacio como con miedo… solo el roce de nuestros labios, una pequeña caricia, que hacía que mi corazón saltara de alegría. La atraje hacia mí acariciándole la cara suavemente apartando su pelo mientras mis labios atrapaban a los suyos. Esto era lo que me hacía sentir vivo, esto era lo que me hacía sentir lleno de vida y lo que me llenaba de la fuerza necesaria para ganar esta dura batalla Nos separamos despacio sin dejar de sonreírnos y mirándonos con tanta adoración que sentía que estaba en el cielo y que ella era mi ángel de la guardia.
- Te quiero… te quiero… te quiero - dijo dejando pequeños besos sobre mis labios entre cada palabra.
- Yo también te quiero.
- ¡Uf! ahora me siento frustrada - dijo haciéndome reír.
- Si quieres te ayudo a deshacerte de esa frustración.
- Sí, claro… para que vuelva a entrar la enfermera -dijo enfadada.
- Podemos quizás conseguir algo de tiempo a solas. A lo mejor se puede poner un papelito de no molestar como en los hoteles.
- Sí, claro, y pedir cava al servicio de habitaciones - dijo riéndose.
- Déjame a mí, quizá pueda hacer valer mis amistades. Pero de esta noche no te escapas - dije besándola de nuevo con fuerzas renovadas.
- Mmm… ¿y qué es lo que me vas hacer?
- ¿Quieres saberlo? - dije besándole el cuello haciéndole suspirar mientras mordía el lóbulo de su oreja que sabía le encantaba - voy a besar cada parte de tu cuerpo, sin dejar ninguna sin degustar. Luego voy a hacerte el amor, hasta que grites mi nombre, que sin duda callaré besando tus labios una y otra vez. Porque no pienso dejar de besarte en ningún momento. Voy a hacerte sentir con cada parte de mi cuerpo, con cada beso, con cada caricia. Voy a hacer que la noche sea inolvidable, eso te lo prometo - dije mordiéndole el lóbulo de nuevo haciéndola gemir.
Me coloque sobre ella y le bese con fuerza. En estos momentos yo tampoco estaba para muchos trotes, me dolía más la cabeza y notaba mi cuerpo muy pesado. Yo también la necesitaba, y solo escucharla gemir, ver como temblaba ante mis caricias, hacía que me pusiera a cien…
- ¿Puedo pasar? - dijo entrado Lanie, la cual empezó a reírse nada más vernos -chicos estáis muy mal, de verdad… ¿os parece normal?
Yo volví a reírme y Kate frustrada de nuevo cogió una almohada y se la lanzó a su amiga que tampoco dejaba de reír.
- Dudo de sus amistades señor Castle… sobre todo teniendo yo unas tan chismosas – dijo Kate aun algo enfadada por la interrupción de su amiga – ¿es que en este lugar no hay una sola persona que sepa llamar a la puerta antes de abrir? Un poco de intimidad por favor… que este hombre tiene necesidades y esta mujer también…
Los tres rompimos en carcajadas frente a la afirmación de Kate, que cuando se lo proponía, sabia ser muy convincente.
CONTINUARÁ…
POV RICK
Kate seguía dormida eso tenía que ser muy buena señal. Yo, sentado en mi silla de ruedas sin dejar de mirarla y de acariciarle la mano. Ahora me tocaba a mí cuidar de ella.
Escuche el sonido de la puerta al abrirse y entró mi madre que se sentó a mi lado en la butaca que se encontraba al lado de la cama de Kate. Se quedó un rato en silencio, me miraba preocupada, preguntándome con sus ojos pero yo estaba inmerso aun en mis pensamientos para conseguir que Kate se recuperara. A pesar de eso empezaba a sentir un dolor insoportable en los huesos, como si pesaran más de lo normal. Mi cuerpo se estaba quejando y dolía cada vez más.
- Rick, tienes que volver para que te den tus medicamentos.
- No – dije rotundamente.
- Cariño….
- No pienso tomarme nada que me de sueño, tengo que cuidar de Kate. Si acaso pide un calmante a Alex, me duele la cabeza – le mentí.
- Así no la cuidas. Si ella se levanta y ve que has dejado de tomarte la medicación…
- Me da igual, que se enfade si quiere. No pienso tomarlo más.
- Pero si tú mismo acabas de decir que…
- Nada de peros. Ahora estoy muy seguro de que quizás me quede demasiado poco, y no pienso pasarlo dormido.
- Pero vendrá tu padre y…
- Ese no es mi padre - dije enfadado.
- Si lo es. No se ha portado como tal pero ahora va a ayudarte. Vas a salir de esta y luego si quieres le reclamas todo lo que quieras.
- No voy a moverme de aquí.
- Bueno pues pediré que te traigan aquí una cama – dijo impotente al comprobar que no conseguiría moverme.
- No pienso tomarme nada de todos modos.
- Vale - dijo resignada - pero te traerán una cama para que al menos estés más a gusto. Esa silla no tiene que ser muy cómoda.
- Tengo la de Kate.
- Rick cariño, por favor… no hagas eso. No te cierres…
- No voy a separarme de ella madre - dije sin darme cuenta que las lágrimas salían solas de mis ojos - necesito estar a su lado. Sé que todos tenéis esperanzas porque si no, no podríais estar aquí. Yo también quiero tenerlas pero… tristemente, soy realista y las posibilidades, si ya eran pocas cuando llegue aquí, ahora son casi nulas. No quiero estar dormido, no… solo quiero estar con ella.
- Lo comprendo - dijo mi madre triste.
- Madre yo… - no quería menospreciarla, no se lo merecía, pero no me salían las palabras.
- Sé que también quieres estar conmigo, tranquilo, no me siento mal por eso. Sé que la quieres, nunca antes te había visto así. Lo vuestro es tan bonito, es precioso cariño. Haberos enamorado así, luchar juntos ante todo esto, como os miráis, como os cuidáis el uno al otro. No me enfado porque quieras estar a su lado, y no voy a decirte nada más sobre tus medicinas, solo te pido que no dejes de luchar, de creer, de soñar…no te rindas todavía Richard - dijo con lágrimas que le limpie despacio dejando pequeñas caricias en su rostro.
-No quiero, ni puedo dejar de luchar. Pero intento pasar el mayor tiempo posible con ella, con vosotros. No me voy a rendir pero necesito tenerla a mi lado, disfrutar de ella. De que me sirve tenerla, teneros a vosotros, si estoy todo el día dormido. No puedo, no quiero dormir más. Siento que algún día dormiré y ya no me despertaré. Tengo mucho miedo mama, tengo miedo de morirme, tengo miedo de dejaros solas a las dos – en ese momento yo también lloraba y apoye la cabeza en el cuerpo de mi madre que estaba de pie a mi lado. Ella me acariciaba la cabeza, donde antes brillaba mi pelo y donde ahora brillaba una horrible calva, a pesar de que estuvieran saliendo algunos pelos pequeños y débiles - Te quiero mucho madre.
- Yo también mi pequeño - dijo abrazándome con fuerza, y me deje llevar, había conseguido estar fuerte durante mi enfermedad, pero ahora más que nunca tenía miedo, pánico a morirme. Tenía miedo de no poder estar con ellas, de no poder ver sus sonrisas…
De repente Kate empezó a removerse en la cama y mi madre me dio un beso en la mejilla justo antes de limpiarme las lágrimas e irse para dejarnos solos. Me arrime más a la cama y empecé a dejar suaves besos por el dorso de su mano que seguía sujetando con delicadeza como si se fuera a romper.
- Mmm… ¿Dónde estoy? - despertó mirándome algo desorientada.
- Estás en el hospital cariño, te desmayaste – le dije bajito.
- ¿Qué haces aquí? - dijo levantándose de golpe al darse cuenta de todo.
- Cuidándote - dije mirándola a los ojos con intensidad.
- Rick… no deberías…
- Kate quiero y necesito hacerlo.
Se levantó sentándose en la cama. Luego se sentó sobre mí colocando su cabeza en mi hombro. Le acaricie el pelo tranquilizándola, sabía que era lo que le había venido a la cabeza, y que tendría miedo, tanto como tenía yo.
- ¿Estamos bien? – pregunto tímidamente.
- Claro cariño… - le respondí.
- Perdona por no decirte nada, pero… no quería preocuparte.
- Lo sé. Pero no vuelvas a hacerlo, que luego me preocupo más pensando que es lo que me ocultas. ¿Vale? – le dije serio para que comprendiera el motivo de mis palabras.
- ¿Cómo te enteraste?
- Tuve que sacárselo a punta de pistola - dije haciéndonos reír a ambos.
- Me alegra que estés aquí - dijo besándome suavemente los labios, y me perdí en ellos feliz de poder sentirlos una vez más sobre los míos - ¿No deberías estar en la cama? – pregunto preocupada.
- No, tenía que estar aquí contigo.
- Ya descanse suficiente, estoy bien. Te toca a ti, tienes… - se estaba poniendo mandona… así que la interrumpí.
- Será mejor que compartamos cama - dije subiendo las cejas y sonriéndole de forma pícara.
- Puede, pero nada divertido señor Castle, le recuerdo que estamos en un hospital.
- Prometido señora Castle - era la primera vez que lo decía y sonaba tan bien que no pude evitar repetirlo - señora Castle… me gusta.
- ¿Te gusta cómo suena?
- Me encanta. Eres mi esposa, mi mujer… y soy muy feliz por ello.
- Yo también – dije, pero veía tristeza en sus ojos, aunque no quise decir nada y solo la volví a besar.
- Kate he dejado la medicación.
- Pero…
- Eso solo me daba sueño, no me iba a salvar.
- Pero te quitaba el dolor. Hacía que no te sintieras mal.
- Pero me perdía muchas cosas, perdía pasar tiempo contigo. Así que…
- Bien – dijo comprendiendo el motivo que le acababa de explicar- Haz lo que quieras, pero si empiezas a sentirte mal…
- Tranquila - dije volviendo a besarla, mientras acariciaba sus piernas desnudas por la bata de hospital. La verdad es que era muy fea, pero ahora mismo me daba igual, me dejaba sentir su piel, ver sus largas piernas que me hacía sentir completamente vivo, a pesar del cansancio que me pesaba - quiero hacerte mía Kate.
- Y yo quiero serlo - dijo besándome con fuerza, con pasión, y sentí que el corazón se me iba a salir de pecho.
La tumbe con cuidado en la cama colocándome a su lado y seguí besándola por el cuello, su hombro, y de nuevo sus labios. Estaba empezando sentir como mi cuerpo reaccionaba a su cercanía, a sus besos, a sus caricias… cuando escuchamos una voz algo cohibida.
- Vengo a… ¡oh! lo siento, vuelvo en un rato - dijo una enfermera saliendo tan deprisa como había entrado.
Miré a Kate y estaba roja como un tomate y tapándose como podía con la sábana de la cama yo no pude evitar reírme a carcajadas.
- Tonto, no te rías - dijo golpeándome el brazo - ¡qué vergüenza! me quiero morir - dijo tapándose la cara con las sabanas haciendo que aún me riera más.
-Estás guapísima cuando te pones así de sonrojada - dije quitándole las manos de la cara para poder verla mejor. Nos quedamos mirando durante unos segundos a los ojos hasta que no pude más y la besé. Pero esta vez no era pasional, era un beso cargado de amor. Nos besamos despacio como con miedo… solo el roce de nuestros labios, una pequeña caricia, que hacía que mi corazón saltara de alegría. La atraje hacia mí acariciándole la cara suavemente apartando su pelo mientras mis labios atrapaban a los suyos. Esto era lo que me hacía sentir vivo, esto era lo que me hacía sentir lleno de vida y lo que me llenaba de la fuerza necesaria para ganar esta dura batalla Nos separamos despacio sin dejar de sonreírnos y mirándonos con tanta adoración que sentía que estaba en el cielo y que ella era mi ángel de la guardia.
- Te quiero… te quiero… te quiero - dijo dejando pequeños besos sobre mis labios entre cada palabra.
- Yo también te quiero.
- ¡Uf! ahora me siento frustrada - dijo haciéndome reír.
- Si quieres te ayudo a deshacerte de esa frustración.
- Sí, claro… para que vuelva a entrar la enfermera -dijo enfadada.
- Podemos quizás conseguir algo de tiempo a solas. A lo mejor se puede poner un papelito de no molestar como en los hoteles.
- Sí, claro, y pedir cava al servicio de habitaciones - dijo riéndose.
- Déjame a mí, quizá pueda hacer valer mis amistades. Pero de esta noche no te escapas - dije besándola de nuevo con fuerzas renovadas.
- Mmm… ¿y qué es lo que me vas hacer?
- ¿Quieres saberlo? - dije besándole el cuello haciéndole suspirar mientras mordía el lóbulo de su oreja que sabía le encantaba - voy a besar cada parte de tu cuerpo, sin dejar ninguna sin degustar. Luego voy a hacerte el amor, hasta que grites mi nombre, que sin duda callaré besando tus labios una y otra vez. Porque no pienso dejar de besarte en ningún momento. Voy a hacerte sentir con cada parte de mi cuerpo, con cada beso, con cada caricia. Voy a hacer que la noche sea inolvidable, eso te lo prometo - dije mordiéndole el lóbulo de nuevo haciéndola gemir.
Me coloque sobre ella y le bese con fuerza. En estos momentos yo tampoco estaba para muchos trotes, me dolía más la cabeza y notaba mi cuerpo muy pesado. Yo también la necesitaba, y solo escucharla gemir, ver como temblaba ante mis caricias, hacía que me pusiera a cien…
- ¿Puedo pasar? - dijo entrado Lanie, la cual empezó a reírse nada más vernos -chicos estáis muy mal, de verdad… ¿os parece normal?
Yo volví a reírme y Kate frustrada de nuevo cogió una almohada y se la lanzó a su amiga que tampoco dejaba de reír.
- Dudo de sus amistades señor Castle… sobre todo teniendo yo unas tan chismosas – dijo Kate aun algo enfadada por la interrupción de su amiga – ¿es que en este lugar no hay una sola persona que sepa llamar a la puerta antes de abrir? Un poco de intimidad por favor… que este hombre tiene necesidades y esta mujer también…
Los tres rompimos en carcajadas frente a la afirmación de Kate, que cuando se lo proponía, sabia ser muy convincente.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
08.19.2015 08:31:38
estuvo genial...menos triste que el anterior...fantasticamente maravilloso...pero que cruel...un poquito de intimidad por favorrrrrrr ... o hay que sacar las ...asi que por favor continua algo impaciente acabando de subir un nuevo capitulo pero no puedo aguantar por saber que mas va a pasar..asi que si sigues muuuuyyyyy prontisisisisimo te lo agradezco ....
estuvo genial...menos triste que el anterior...fantasticamente maravilloso...pero que cruel...un poquito de intimidad por favorrrrrrr ... o hay que sacar las ...asi que por favor continua algo impaciente acabando de subir un nuevo capitulo pero no puedo aguantar por saber que mas va a pasar..asi que si sigues muuuuyyyyy prontisisisisimo te lo agradezco ....
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Es una historia triste pero dulce a la vez! y espero de todo corazon que el amor gane en esta batalla, que Rick consiga ese famoso donante para que puedan ser felices como se merecen y puedan tener la familia que tanto añoran!!
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 42
POV KATE
Se abrió la puerta de la habitación que me habían adjudicado después de mi desmayo, ya me encontraba bien, solo precisaba dormir unas horas a pierna suelta y comer algo. Tanto Alex, como Lanie eran unas exageradas y montaron un cirio impresionante por un poco de cansancio. Apareció Rick con una sonrisa que le iluminaba el rostro, incluso parecía otro, estaba resplandeciente. Se acercó despacio a mi cama y se tumbo a mi lado, me beso suavemente y me dijo:
- Lo he conseguido – tenía la misma sonrisa que tendría un gato después de atrapar un ratón.
- ¿Si?
- Tenemos un par de horas para nosotros, completamente solos. Nadie nos va a molestar -dijo justo en mi oído a la vez que me mordisqueaba el lóbulo. Mi sangre se calentaba solo con su contacto.
- ¿Cómo…?
- Eso da igual… lo importante es que lo he conseguido.
- Les has dicho que…
- Creo que no hacía falta - dijo riéndose.
- ¡Dios mío! qué vergüenza, creo que no voy a poder mirar a tu madre, ni a Alex a los ojos en lo que me queda de vida… vaya ridículo, no deberías haberlo hecho… que van a pensar de nosotros -dije y Rick empezó a reírse de mi - ¡Ey! - dije golpeándole el pecho.
- Me gusta cuando te sonrojas, cuando te avergüenzas, ese color te sienta tan bien en la cara... Pero ¿sabes lo que más me gusta? -dijo atacando mi cuello y haciendo que suspirara - me gusta cuando te olvidas de todo, cuando te centras en ti y en mí, juntos. Sin pensar, solo disfrutando el momento.
Le bese con fuerza atrayéndolo hacia mí, le necesitaba, precisaba sentirlo lo más cerca posible. Quería quitarle la ropa, que me hiciera suya… todo mi cuerpo lo pedía a gritos.
- ¡Dios Kate! quiero besarte mil veces – dijo poniéndose manos a la obra. Era algo especial esa sintonía que teníamos. No sé cómo, pero sabía exactamente donde acariciarme, donde poner sus labios para que yo disfrutara y sintiera esa unión.
Sentí como bajaba por mi estómago dejando besos por cada zona, sin dejar de mirarme a los ojos, viendo como disfrutaba de las sensaciones que me producían sus caricias. Mientras yo, en esos ojos tan azules, veía todo lo que el sentía al proporcionarme placer. Me sentía tan amada, deseada, segura, viva.
Poco a poco me fui quedando sin ropa interior, mientras él seguía con su bata del hospital y los slips. Bajó hasta donde más lo necesitaba dejando allí también besos y pequeños mordiscos provocándome suspiros de necesidad. Quise acelerar un poco para que acabara esa tortura y coloque mi mano sobre su cabeza dirigiéndole hacia donde más lo necesitaba y pude sentir su sonrisa sobre mis partes más íntimas. Eso me proporciono un roce tan especial que en ese momento pensé llegar al clímax, pero solo era el principio. Empezó a mover su boca hasta llegar a mi clítoris haciéndome saltar ante la inesperada intromisión de dos de sus dedos en mi cavidad vaginal y empezó a moverlos tan deprisa mientras no perdía la succión sobre mi clítoris. Una fuerte sacudida interior empezó a recorrer todo mi cuerpo. Era el mejor orgasmo que había notado en mi vida, tanto, que me fue imposible evitar un quejido de placer a la vez que su nombre caía de mis labios en un suspiro.
Lo sentí de nuevo subiendo por mi cuerpo, besando cada parte por donde pasaba. Cuando llego a mi pecho le dio una ración extra de mimos a cada uno de ellos haciéndome gemir de nuevo. Poco a poco fue subiendo hasta llegar a mi cuello y allí se detuvo besándome, lamiéndome y dejando pequeños mordiscos justo en mi cuello, seguro que voy a ir marcada unos días pensé mientras disfrutaba. Poco a poco arrimo su boca a mi odio y solo sentir un cálido aliento hizo que me estremeciera.
- Te quiero - susurro casi en un suspiro y ya no me pude resistir más a la tentación. Era mi turno para hacerle saber lo que podía hacer una mujer enamorada.
De forma salvaje, le quite la bata del hospital y sus slips. Cuando deje al descubierto sus partes, me dio por pensar en Ricky y en su timidez la primera noche que dormimos juntos, lo que me hizo sonreír.
- ¿De qué te ríes ahora? – me pregunto al verme tan sonriente.
- Creo que el "pequeño Ricky" ya me conoce, no es tan tímido como la primera vez – le dije haciéndonos reír a los dos.
- Ahora no pierde oportunidad de saludarte – dijo mirándome con una sonrisa en la cara.
Me coloque sobre él, me incline y el "pequeño Ricky" volvió a demostrarme su alegría al verme. Estaba preparado para mí, así que con mi boca y mi lengua tuve una larga conversación con él. Escuchaba los suspiros y la rápida respiración de Rick y eso me calentaba también a mí. Notar lo que provocaba en su cuerpo, me excitaba tanto o más que cuando me poseía.
Escuchando sus jadeos, comprendí que aquello no duraría mucho más, así que me coloque a su lado y ambos nos acercamos. Inmediatamente tenía a mi marido pegado a mi espalda y con su erección a punto de entrar en mi interior. Cuando accedió desde atrás, pude notar mejor la longitud y eso me provoco un placer sublime.
- ¡Oh Dios! -suspiré al sentir como me llenaba por completo. Nos quedamos ambos así parados, solo sintiéndonos durante un momento. Intentando alargar ese momento de pasión, de deseo, de amor.
Poco a poco fui moviéndome despacio, al igual que él. Lo necesitaba tanto, lo quería y lo deseaba tanto que no quería perderme en toda esta pasión que nos estaba consumiendo, pero por un momento vino a mi mente que podía ser la última vez que pudiéramos hacer el amor y sentí como unas lágrimas furtivas caían por mi rostro sin poder pararlas.
- Kate… ¿te hice daño? – pregunto preocupado.
- No pares… - casi le grite, moviéndome más rápido sacando un fuerte gemido de su boca.
- Kate pero…
- No pares… no pares nunca… te quiero - dije y le besé porque quería que ese momento fuera eterno, quería que nunca acabara, pero sobre todo quería que fuera especial, quería que fuera completamente mágico.
Rick me abrazó con fuerza atrayendo hacia su pecho mientras él también se unió a este baile que nos estaba volviendo locos, que nos estaba llevando al punto álgido de la pasión desbordada. Sentí como cada vez aceleraba más y más las embestidas como si tuviera la necesidad de acabar, como si ya no pudiera aguantar más.
Me uní al movimiento, haciendo que las embestidas aumentaran y que la penetración fuera cada vez más profunda volviéndome loca. Mi cuerpo entraba en ebullición, me sentía tan cerca del final, que no sabía si aguantaría hasta que el tuviera su orgasmo. Notaba como mi piel estaba pegajosa contra la suya, caliente por la cantidad de placer que me estaba haciendo sentir.
Note como una especie de electricidad volvía a correr por mi cuerpo. Sabía que ya estaba llegando. Aumentamos un poco más el ritmo y cuando sentí como Rick tocaba justo sobre mi clítoris con sus manos caí rendida a la pasión que corría por todo mi cuerpo, llegando a mi segundo orgasmo. Tenía razón, sin duda esta noche iba a ser magnifica.
No conseguía recuperarme, cuando vi que cambiaba nuestras posiciones dejándome sobre la cama y pude sentir su miembro aún duro en mi interior y casi sin poder hacerme a la idea sentí como volvía a embestir con más fuerza, mucho más profundo, y con eso hacía que mi orgasmo se alargará, haciéndome creer que no podría soportarlo… me sentía tan excitada y sensible que solo un roce me hacía sentir a punto de explotar. Aumento el ritmo ya más descontrolado. Veía su piel brillando de sudor, sus ojos oscurecidos mirándome en todo momento y su respiración agitada, estaba cerca, así que decidí levantar mis `piernas rodeando su cintura profundizando más la penetración, y solo con dos o tres movimientos más termino llenándome de su semilla. Vi como cerraba los ojos con fuerza y como susurraba mi nombre, eso me gustó tanto, que explote en un nuevo orgasmo que me consumió por completo.
Rick cayó rendido encima de mí, sin dejar en ningún momento de besarme despacio en mi hombro y mi cuello haciéndome cosquillas. Todavía lo tenía dentro y no quería que se desconectara de mi cuerpo, no todavía, quería estar así un poco más, abrazados, sintiéndonos.
Rick se levantó y nos quedamos mirándonos durante unos segundos, con nuestros rostros sonrientes. Rick intentó levantarse, pero se lo impedí abrazándole de nuevo, fuerte contra mi pecho.
- Rick no te levantes.
- Pero… te estaré aplastando…
- Necesito sentirte un poco más, no te muevas…
- No tenemos mucho tiempo antes de que…
- Me da igual…quédate aquí conmigo.
- Mmm… sabes esto ha sido mucho mejor que cualquier cosa que pueda haber soñado en la vida – dijo levantando las cejas de forma insinuante.
- ¿Si?
- Lo único es que en mis sueños vestías distinto, llevabas un uniforme de enfermera.
- Sí, claro, por ahí sí que no paso.
- Da igual, eres la mejor enfermera que nunca haya podido imaginar. Y sin duda la más sexy -dijo besándome el cuello y no pude evitar gemir ya que aún tenía mi cuerpo demasiado sensible por lo que acababa de suceder.
- Rick… ¿sabes? – le dije pensativa.
- Mmm… - ronroneo en mi oído. Sentía su peso y notaba que estaba relajado, tranquilo. A la par que cansado por el ejercicio.
- En la comisaria siempre estabas hablando con los chicos sobre tus ligues de los sábados por la noche…
- Kate… ¿no estarás celosa ahora?
- Me da igual lo que hiciste antes… ahora eres mío – le dije riendo – no estoy celosa… solo quería preguntarte si fueron ellas las que te enseñaron como conseguir lo que has hecho hoy conmigo.
- No Kate, lo que contaba a los chicos eran mis correrías de joven, desde que te conocí, no tuve ojos para nadie más.
Me quede callada, pensativa… no podía creerme lo que acababa de confesarme, ¿hacia dos años que se acostaba con una mujer?
- Venga… yo estaba con Josh, ya lo sabes… no me creo que hiciera tanto tiempo que no…
- Bueno…alguna a habido no soy un santo, tenía mis necesidades pero…el último año sobre todo…me iba con mujeres pero al final…no podía…pensaba en ti en todo momento Kate - dijo dejando de mirarme y poniéndose a mi lado.
- Pero… - era algo insólito, nunca jamás pensé que pudiera tener unos sentimientos tan grandes hacia mí.
- Sé que tú estabas con Josh, y me dolía, pero no podía hacer nada para pararlo. Tú no conocías mis sentimientos, no era más que tu compañero y tu segundo. Además de chincharte y hacerte perder la paciencia, no optaba a más. Así que me conformaba.
Me acerque a él, se le veía lejano al momento que acabábamos de vivir ambos y ahora yo, por una simple pregunta, me sentía culpable por haberle recordado que no hacía mucho yo estaba con otro hombre… pero eso me hizo pensar… y le dije abiertamente, mientras me apoyada sobre su pecho, me acerque a su boca con mis labios.
- Pues yo también tengo que confesarte algo… - dije dejando un suave beso en esos labios que aún tenían sabor a mí.
- Es igual Kate, ahora estamos juntos… estás conmigo… me basta. De verdad… no te preocupes – dijo queriéndome evitar el mal momento que yo le había provocado.
- En serio… déjame… - en esos momentos capte su atención y me miró fijamente, interesándose por mi confesión.
- Como quieras…
- Es la primera vez que siento un orgasmo como este… nunca tuve más de dos juntos y desde luego jamás dos con tal intensidad. Pero lo que nunca me paso fue conseguir tres y de tal magnitud… eres un campeón… a pesar de todo, has logrado lo que nadie logro – vi como su cara seria se convertía en sonriente – palabra de policía – dije levantando mi mano derecha como cuando jure guardar y hacer guardar la ley y el orden en la academia. Él sabía que eso era sagrado para mí, al igual que lo era para él. Me devolvió el beso y dijo:
- ¿Crees que tenemos tiempo para otro?
- No lo creo….
- Pues la verdad… es que no me importaría uno rapidito.
- Contigo no quiero rapiditos, quiero que dure mucho tiempo Rick - me miró extrañado a los ojos, pero con una sonrisa en la cara.
- Me encantaría poderte hacer el amor durante horas y horas Kate. Esto… es lo mejor que me ha pasado nunca. Sabes que para mí esto no es solo sexo ¿verdad?
- Lo sé - dije y le volví a besar.
Había estado a punto de romper la magia… pero conseguí recuperarla.
De todos modos, me quedaba con la confesión de que durante el último año, fue incapaz de tener relaciones con cualquier otra mujer, porque estaba enamorado de mí. Eso sería algo que llevaría en el corazón mientras viviera, porque ese amor, su amor, era único y especial.
CONTINUARÁ…
POV KATE
Se abrió la puerta de la habitación que me habían adjudicado después de mi desmayo, ya me encontraba bien, solo precisaba dormir unas horas a pierna suelta y comer algo. Tanto Alex, como Lanie eran unas exageradas y montaron un cirio impresionante por un poco de cansancio. Apareció Rick con una sonrisa que le iluminaba el rostro, incluso parecía otro, estaba resplandeciente. Se acercó despacio a mi cama y se tumbo a mi lado, me beso suavemente y me dijo:
- Lo he conseguido – tenía la misma sonrisa que tendría un gato después de atrapar un ratón.
- ¿Si?
- Tenemos un par de horas para nosotros, completamente solos. Nadie nos va a molestar -dijo justo en mi oído a la vez que me mordisqueaba el lóbulo. Mi sangre se calentaba solo con su contacto.
- ¿Cómo…?
- Eso da igual… lo importante es que lo he conseguido.
- Les has dicho que…
- Creo que no hacía falta - dijo riéndose.
- ¡Dios mío! qué vergüenza, creo que no voy a poder mirar a tu madre, ni a Alex a los ojos en lo que me queda de vida… vaya ridículo, no deberías haberlo hecho… que van a pensar de nosotros -dije y Rick empezó a reírse de mi - ¡Ey! - dije golpeándole el pecho.
- Me gusta cuando te sonrojas, cuando te avergüenzas, ese color te sienta tan bien en la cara... Pero ¿sabes lo que más me gusta? -dijo atacando mi cuello y haciendo que suspirara - me gusta cuando te olvidas de todo, cuando te centras en ti y en mí, juntos. Sin pensar, solo disfrutando el momento.
Le bese con fuerza atrayéndolo hacia mí, le necesitaba, precisaba sentirlo lo más cerca posible. Quería quitarle la ropa, que me hiciera suya… todo mi cuerpo lo pedía a gritos.
- ¡Dios Kate! quiero besarte mil veces – dijo poniéndose manos a la obra. Era algo especial esa sintonía que teníamos. No sé cómo, pero sabía exactamente donde acariciarme, donde poner sus labios para que yo disfrutara y sintiera esa unión.
Sentí como bajaba por mi estómago dejando besos por cada zona, sin dejar de mirarme a los ojos, viendo como disfrutaba de las sensaciones que me producían sus caricias. Mientras yo, en esos ojos tan azules, veía todo lo que el sentía al proporcionarme placer. Me sentía tan amada, deseada, segura, viva.
Poco a poco me fui quedando sin ropa interior, mientras él seguía con su bata del hospital y los slips. Bajó hasta donde más lo necesitaba dejando allí también besos y pequeños mordiscos provocándome suspiros de necesidad. Quise acelerar un poco para que acabara esa tortura y coloque mi mano sobre su cabeza dirigiéndole hacia donde más lo necesitaba y pude sentir su sonrisa sobre mis partes más íntimas. Eso me proporciono un roce tan especial que en ese momento pensé llegar al clímax, pero solo era el principio. Empezó a mover su boca hasta llegar a mi clítoris haciéndome saltar ante la inesperada intromisión de dos de sus dedos en mi cavidad vaginal y empezó a moverlos tan deprisa mientras no perdía la succión sobre mi clítoris. Una fuerte sacudida interior empezó a recorrer todo mi cuerpo. Era el mejor orgasmo que había notado en mi vida, tanto, que me fue imposible evitar un quejido de placer a la vez que su nombre caía de mis labios en un suspiro.
Lo sentí de nuevo subiendo por mi cuerpo, besando cada parte por donde pasaba. Cuando llego a mi pecho le dio una ración extra de mimos a cada uno de ellos haciéndome gemir de nuevo. Poco a poco fue subiendo hasta llegar a mi cuello y allí se detuvo besándome, lamiéndome y dejando pequeños mordiscos justo en mi cuello, seguro que voy a ir marcada unos días pensé mientras disfrutaba. Poco a poco arrimo su boca a mi odio y solo sentir un cálido aliento hizo que me estremeciera.
- Te quiero - susurro casi en un suspiro y ya no me pude resistir más a la tentación. Era mi turno para hacerle saber lo que podía hacer una mujer enamorada.
De forma salvaje, le quite la bata del hospital y sus slips. Cuando deje al descubierto sus partes, me dio por pensar en Ricky y en su timidez la primera noche que dormimos juntos, lo que me hizo sonreír.
- ¿De qué te ríes ahora? – me pregunto al verme tan sonriente.
- Creo que el "pequeño Ricky" ya me conoce, no es tan tímido como la primera vez – le dije haciéndonos reír a los dos.
- Ahora no pierde oportunidad de saludarte – dijo mirándome con una sonrisa en la cara.
Me coloque sobre él, me incline y el "pequeño Ricky" volvió a demostrarme su alegría al verme. Estaba preparado para mí, así que con mi boca y mi lengua tuve una larga conversación con él. Escuchaba los suspiros y la rápida respiración de Rick y eso me calentaba también a mí. Notar lo que provocaba en su cuerpo, me excitaba tanto o más que cuando me poseía.
Escuchando sus jadeos, comprendí que aquello no duraría mucho más, así que me coloque a su lado y ambos nos acercamos. Inmediatamente tenía a mi marido pegado a mi espalda y con su erección a punto de entrar en mi interior. Cuando accedió desde atrás, pude notar mejor la longitud y eso me provoco un placer sublime.
- ¡Oh Dios! -suspiré al sentir como me llenaba por completo. Nos quedamos ambos así parados, solo sintiéndonos durante un momento. Intentando alargar ese momento de pasión, de deseo, de amor.
Poco a poco fui moviéndome despacio, al igual que él. Lo necesitaba tanto, lo quería y lo deseaba tanto que no quería perderme en toda esta pasión que nos estaba consumiendo, pero por un momento vino a mi mente que podía ser la última vez que pudiéramos hacer el amor y sentí como unas lágrimas furtivas caían por mi rostro sin poder pararlas.
- Kate… ¿te hice daño? – pregunto preocupado.
- No pares… - casi le grite, moviéndome más rápido sacando un fuerte gemido de su boca.
- Kate pero…
- No pares… no pares nunca… te quiero - dije y le besé porque quería que ese momento fuera eterno, quería que nunca acabara, pero sobre todo quería que fuera especial, quería que fuera completamente mágico.
Rick me abrazó con fuerza atrayendo hacia su pecho mientras él también se unió a este baile que nos estaba volviendo locos, que nos estaba llevando al punto álgido de la pasión desbordada. Sentí como cada vez aceleraba más y más las embestidas como si tuviera la necesidad de acabar, como si ya no pudiera aguantar más.
Me uní al movimiento, haciendo que las embestidas aumentaran y que la penetración fuera cada vez más profunda volviéndome loca. Mi cuerpo entraba en ebullición, me sentía tan cerca del final, que no sabía si aguantaría hasta que el tuviera su orgasmo. Notaba como mi piel estaba pegajosa contra la suya, caliente por la cantidad de placer que me estaba haciendo sentir.
Note como una especie de electricidad volvía a correr por mi cuerpo. Sabía que ya estaba llegando. Aumentamos un poco más el ritmo y cuando sentí como Rick tocaba justo sobre mi clítoris con sus manos caí rendida a la pasión que corría por todo mi cuerpo, llegando a mi segundo orgasmo. Tenía razón, sin duda esta noche iba a ser magnifica.
No conseguía recuperarme, cuando vi que cambiaba nuestras posiciones dejándome sobre la cama y pude sentir su miembro aún duro en mi interior y casi sin poder hacerme a la idea sentí como volvía a embestir con más fuerza, mucho más profundo, y con eso hacía que mi orgasmo se alargará, haciéndome creer que no podría soportarlo… me sentía tan excitada y sensible que solo un roce me hacía sentir a punto de explotar. Aumento el ritmo ya más descontrolado. Veía su piel brillando de sudor, sus ojos oscurecidos mirándome en todo momento y su respiración agitada, estaba cerca, así que decidí levantar mis `piernas rodeando su cintura profundizando más la penetración, y solo con dos o tres movimientos más termino llenándome de su semilla. Vi como cerraba los ojos con fuerza y como susurraba mi nombre, eso me gustó tanto, que explote en un nuevo orgasmo que me consumió por completo.
Rick cayó rendido encima de mí, sin dejar en ningún momento de besarme despacio en mi hombro y mi cuello haciéndome cosquillas. Todavía lo tenía dentro y no quería que se desconectara de mi cuerpo, no todavía, quería estar así un poco más, abrazados, sintiéndonos.
Rick se levantó y nos quedamos mirándonos durante unos segundos, con nuestros rostros sonrientes. Rick intentó levantarse, pero se lo impedí abrazándole de nuevo, fuerte contra mi pecho.
- Rick no te levantes.
- Pero… te estaré aplastando…
- Necesito sentirte un poco más, no te muevas…
- No tenemos mucho tiempo antes de que…
- Me da igual…quédate aquí conmigo.
- Mmm… sabes esto ha sido mucho mejor que cualquier cosa que pueda haber soñado en la vida – dijo levantando las cejas de forma insinuante.
- ¿Si?
- Lo único es que en mis sueños vestías distinto, llevabas un uniforme de enfermera.
- Sí, claro, por ahí sí que no paso.
- Da igual, eres la mejor enfermera que nunca haya podido imaginar. Y sin duda la más sexy -dijo besándome el cuello y no pude evitar gemir ya que aún tenía mi cuerpo demasiado sensible por lo que acababa de suceder.
- Rick… ¿sabes? – le dije pensativa.
- Mmm… - ronroneo en mi oído. Sentía su peso y notaba que estaba relajado, tranquilo. A la par que cansado por el ejercicio.
- En la comisaria siempre estabas hablando con los chicos sobre tus ligues de los sábados por la noche…
- Kate… ¿no estarás celosa ahora?
- Me da igual lo que hiciste antes… ahora eres mío – le dije riendo – no estoy celosa… solo quería preguntarte si fueron ellas las que te enseñaron como conseguir lo que has hecho hoy conmigo.
- No Kate, lo que contaba a los chicos eran mis correrías de joven, desde que te conocí, no tuve ojos para nadie más.
Me quede callada, pensativa… no podía creerme lo que acababa de confesarme, ¿hacia dos años que se acostaba con una mujer?
- Venga… yo estaba con Josh, ya lo sabes… no me creo que hiciera tanto tiempo que no…
- Bueno…alguna a habido no soy un santo, tenía mis necesidades pero…el último año sobre todo…me iba con mujeres pero al final…no podía…pensaba en ti en todo momento Kate - dijo dejando de mirarme y poniéndose a mi lado.
- Pero… - era algo insólito, nunca jamás pensé que pudiera tener unos sentimientos tan grandes hacia mí.
- Sé que tú estabas con Josh, y me dolía, pero no podía hacer nada para pararlo. Tú no conocías mis sentimientos, no era más que tu compañero y tu segundo. Además de chincharte y hacerte perder la paciencia, no optaba a más. Así que me conformaba.
Me acerque a él, se le veía lejano al momento que acabábamos de vivir ambos y ahora yo, por una simple pregunta, me sentía culpable por haberle recordado que no hacía mucho yo estaba con otro hombre… pero eso me hizo pensar… y le dije abiertamente, mientras me apoyada sobre su pecho, me acerque a su boca con mis labios.
- Pues yo también tengo que confesarte algo… - dije dejando un suave beso en esos labios que aún tenían sabor a mí.
- Es igual Kate, ahora estamos juntos… estás conmigo… me basta. De verdad… no te preocupes – dijo queriéndome evitar el mal momento que yo le había provocado.
- En serio… déjame… - en esos momentos capte su atención y me miró fijamente, interesándose por mi confesión.
- Como quieras…
- Es la primera vez que siento un orgasmo como este… nunca tuve más de dos juntos y desde luego jamás dos con tal intensidad. Pero lo que nunca me paso fue conseguir tres y de tal magnitud… eres un campeón… a pesar de todo, has logrado lo que nadie logro – vi como su cara seria se convertía en sonriente – palabra de policía – dije levantando mi mano derecha como cuando jure guardar y hacer guardar la ley y el orden en la academia. Él sabía que eso era sagrado para mí, al igual que lo era para él. Me devolvió el beso y dijo:
- ¿Crees que tenemos tiempo para otro?
- No lo creo….
- Pues la verdad… es que no me importaría uno rapidito.
- Contigo no quiero rapiditos, quiero que dure mucho tiempo Rick - me miró extrañado a los ojos, pero con una sonrisa en la cara.
- Me encantaría poderte hacer el amor durante horas y horas Kate. Esto… es lo mejor que me ha pasado nunca. Sabes que para mí esto no es solo sexo ¿verdad?
- Lo sé - dije y le volví a besar.
Había estado a punto de romper la magia… pero conseguí recuperarla.
De todos modos, me quedaba con la confesión de que durante el último año, fue incapaz de tener relaciones con cualquier otra mujer, porque estaba enamorado de mí. Eso sería algo que llevaría en el corazón mientras viviera, porque ese amor, su amor, era único y especial.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
08.20.2015 22:47:39
Te pasaste con este capitulo estuvo hipermegasensacional...espero esa alegria y ese amor dure para rato...asi que por favor que aparezca un donate compatible con rick ....
repito lo anterior se que es mucho pedir pero por favor no te ausentes mucho y continua pronto... ...
Te pasaste con este capitulo estuvo hipermegasensacional...espero esa alegria y ese amor dure para rato...asi que por favor que aparezca un donate compatible con rick ....
repito lo anterior se que es mucho pedir pero por favor no te ausentes mucho y continua pronto... ...
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Localización : BOGOTA
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 43
POV MARTHA
Estaba en la cafetería esperando a James, había salido a esperar a su hijo que estaba llegando con sus nietos. No querría estar ahora mismo en su piel, cuando le contara a su hijo su aventura conmigo, la existencia de Richard y mucho menos, que le había estado engañando durante tantos años. Estaba allí con mi café cuando le vi entrar, un hombre de unos 40 años y dos niños pequeños. Se acercaron donde me encontraba y quise que me tragara la tierra.
- Hola – dijeron James y ese otro hombre, que seguía con los dos críos cogidos de la mano.
- Hola – respondí levantándome y apretando la mano que me ofrecía el que imagine seria su hijo.
- Martha él es mi hijo Alexander - me quedé mirándolo al escuchar aquel nombre, el nombre que me dijo que era el suyo, hacía ya cuarenta y tantos años.
- Encantado - dijo con una sonrisa sin saber muy bien lo que le esperaba.
- Cariño, siéntate tengo que hablar contigo.
- James si me permites yo me llevo a los niños – le dije cuando comprendí que aún no le había contado todo lo que pasaba.
- No, quédate - dijo mirándome casi suplicante. Estaba asustado, lo veía en sus ojos, y lo cierto es que no había para menos.
- Pero los niños… - dije volviendo a sentarme. Me había pillado y no podía escapar… hasta que a lo lejos, vi como nuestra amiga la enfermera entraba en la cafetería. Así que la llame suplicando al cielo que pudiera ayudarme.
- Alex - la llamé cuando la vi llegar. No quería ponerla en un compromiso… pero… que otra cosa podía hacer.
- Hola Marta – dijo sonriéndome cordialmente.
- ¿Puedes hacerme un favor? – le suplique.
- Claro mujer… Lo que quieras.
- Puedes quedarte un momentito con los nietos de James. Solo serán unos minutos – me miro extrañada, pero al ver mi cara de súplica, no pudo resistirse.
- Claro. Hola chicos ¿Cómo os llamáis? – les pregunto agachándose para ponerse a su altura y así poder coger confianza con ellos.
- Ella es Emma y yo soy Edgar – dijo el chico muy serio mirando a su padre y abuelo.
- Encantada, yo soy Alex. ¿Os apetece venir conmigo? nos tomaremos un helado ¿vale? – les dijo sonriendo… esa chica valía para todo…
- ¿Podemos papa? – preguntaron los niños nerviosos por aceptar lo antes posible.
- Claro - dijo el padre besando la cabeza a su hijo mientras le sonreía.
De este modo, la simpática enfermera, salió de la mano con los dos niños hacia la barra a pedir un helado para los niños.
Cuando nos quedamos solos, vi como James intentaba aclarar sus ideas pero… no encontraba las palabras exactas para poder expresar todo lo que tenía que contarle a su hijo, y era comprensible.
- Papa ¿Qué pasa? – Pregunto inquieto - Me estas asustando.
- Hijo, veras yo… tengo que contarte algo. Antes de nada quiero pedirte perdón por haberlo ocultado durante tantos años, pero… es que…
- Al grano, por favor.
- Yo… yo conocí a Martha hace muchos años, tú aún no habías nacido… ni siquiera sabía de tu existencia. Yo estaba pasando por un mal momento… tu madre…
-¿Tuviste una aventura? ¿Eso quieres decirme? – pregunto directo Alexander mirándole de forma seria. Como si ya se imaginara todo lo que sucedía.
- Tu madre y yo habíamos discutido… estaba algo…
- A mí Papa, no me tienes que dar explicaciones sobre eso. A quien deberías pedir disculpas es a Mama – le respondió muy serio y con cara de pocos amigos.
- Y lo hare si es necesario, ella no sabe nada de todo esto aún. Pero no es por eso. No te lo hubiera contado si no… si no necesitara tu ayuda. Veras, me gustaría que me hicieras un favor muy grande.
- ¿Qué tipo de favor Papa?
- Veras, Martha y yo… tuvimos un hijo. Es… de tu edad y yo…
- ¿Qué? – hasta ese momento había mantenido la calma. Se le veía un muchacho educado y tranquilo, exactamente como yo recordaba a James, cuando lo conocí.
- Siento no habértelo dicho antes, pero tenía miedo a perderos.
- ¿Me estás diciendo que abandonaste a tu hijo? ¿Cómo pudiste? Siempre te tuve como modelo de padre, y créeme nunca abandonaría a mis hijos
Ya sabes todo lo que me costó conseguir la custodia compartida de mis hijos, para que nadie pudiera quitármelos y ahora ¿tú me dices que tienes otro hijo del cual no has sabido nada en todos estos años? – lo había dicho casi sin coger aire, se está enfadando y se notaba en sus facciones, su rostro empezaba a enrojecer e iba levantando la voz por momentos.
- Sé que es difícil de entender pero…
- No Papa, no puedo entenderlo. Sabes lo que he luchado por tener a mis hijos conmigo. No puedo creer cómo pudiste abandonar a tu hijo.
- Lo siento. Me merezco tu enfado, pero él no – le dijo haciéndolo callar al momento con su afirmación.
- Claro que no, él no tiene culpa – respondió algo más tranquilo.
- No la tiene, por eso te he pedido que vinieras, para que nos ayudaras – dijo mirándome a mí, a lo cual asentí cuando Alexander también me miro.
- ¿Qué pasa?
Vi como tragaba saliva, le costaba hablar de ello. Sabía que le importa Richard, su único problema era que había sido un cobarde y ahora que podía perderlo de verdad, se sentía mal.
- Mi hijo… nuestro hijo está enfermo – dije tomando la palabra por primera vez.
- ¿Enfermo? – pregunto arrugando el entrecejo, como solía hacer muchas veces Rick.
- Veras… Tiene leucemia, se está muriendo - dije sin poder evitar las lágrimas, como sucedía últimamente -necesita un trasplante de médula. Tu padre y yo… pensamos que seriamos compatibles, pero no ha sido así. También se han hecho las pruebas de compatibilidad todos sus amigos pero no hubo suerte. Así que tu padre, pensó en ti. Siento que tengas que saber de la existencia de tu hermano en esta situación… pero… - instantáneamente me interrumpió para aceptar.
- Claro que lo haré. Me haré las pruebas necesarias, faltaría… Y llamaré a Mary… para pedirle permiso, para que los niños también se las hagan. Lo ayudaré sin dudarlo… pero me gustaría luego… me gustaría luego conocerlo, si no te molesta Martha.
Me gusto que se dirigiera a mí… pidiéndome permiso de esa forma tan bonita para conocer a su hermano. Eso demostraba lo buena persona que era, incluso ofreciendo que sus propios hijos se hicieran las pruebas para ver si la compatibilidad era positiva.
- Por supuesto. Le encantara conocerte – le respondí sonriendo abiertamente.
- Tú… ¿ya lo conoces Papa?
- Si – dijo bajando la mirada – Y no me ha perdonado todo lo que le he hecho, o mejor dicho, lo que no he hecho por él, en todo este tiempo.
- Lo siento… pero también le comprendo…
- Yo también lo hago. Me gustaría que todo esto saliera bien e… intentar arreglar las cosas, pero es difícil.
- Suerte papa, la vas a necesitar – miro hacia la barra, donde los niños degustaban un helado cada uno junto a Alex que les escuchaba atentamente - pero pase lo que pase, yo si quiero tener relación con él. Siempre quise tener un hermano. Pase lo que pase quiero que se lo cuentes a mama, que no la engañes más y que aceptes tu responsabilidad.
- Lo hare, pero no sé cómo se lo va a tomar…
- Bien, haré unas llamadas y nos pondremos manos a la obra. No hay tiempo que perder – dije al ver como la cosa iba por derroteros que a mí no me incumbían.
- Luego ya lo conoceré. La verdad es que me hace mucha ilusión - dijo sonriendo y levantándose para unirse a sus hijos.
La cosa había ido bien, mi niño todavía tenía posibilidades y eso me valía para seguir luchando, para poder sonreír a la vida un poco más. Me levanté y sentí la mano de James deteniéndome.
- ¿Todo bien? – me pregunto serio.
- Sí, voy a contárselo a Rick – le respondí.
- Bien.
- Siento mucho… que todo haya ido así.
- Algún día tenía que pasar, merezco un poco de su odio.
- Nadie merece el odio de un hijo - dije dedicándole una sonrisa por primera vez y abandone la cafetería en busca de mi pequeño para darle las buenas noticias.
POV RICK
Estaba feliz, había conseguido olvidarme de todo por unas horas. Pero ahora estaba agotado. Mi cuerpo estaba pagando las consecuencias del exceso de ejercicio. Me dolía mucho la espalda, las piernas y estaba totalmente agotado. La cabeza volvía a dolerme horriblemente, pero viendo la sonrisa de Kate a mi lado, olvidaba todos los dolores y solo podía devolverle un poco del esfuerzo que ella estaba haciendo por mí.
Cerré los ojos, al sentir como me acariciaba suavemente la cabeza, note que el dolor cedía de forma suave y dulce. Ambos estábamos tumbados, vestidos, tras pasar un buen rato, juntos.
- ¿Estás bien? – me pregunto.
- Si, tranquila - respondí entreabriendo los ojos mirándola mientras me sonreía.
- Estas nervioso ¿verdad?
- Bueno, sí, un poco. No todo el mundo conoce a un hermano que tiene cuarenta y tantos años - dije haciéndola reír.
- Es un poco raro, la verdad.
- Bueno… yo soy raro.
- Sí ¿verdad? Te pega mucho - dijo riéndose.
- Oye… - dije haciéndome el enfadado.
- Seguro que os caéis bien, ya verás.
- No sé. ¿Te imaginas que es todo lo contrario a mí? ¡Uf! me lo imagino serio, un banquero o algo así… creo que me odiara y no entenderá mis chistes.
- Pues yo creo se reirá, aunque sea de ti.
- Muy graciosa – le dije achuchándola en mis brazos.
Justo en ese instante, escuchamos como golpeaban la puerta. Ambos nos levantamos, yo quedando sentado mientras ella se ponía de pie y se colocaba su ropa arrugada de haber estado tumbada junto a mí.
- Adelante - dijo Kate mirándome, se le veía algo nerviosa también.
Cuando se abrió, entró un hombre de mi edad, moreno y ojos azules, la verdad es que nos parecíamos bastante. Era alto, se cuidaba, porque mantenía un buen tipo. Se le veía también nervioso y no dejaba de mirarme, eso hizo que me sintiera un poco incómodo.
- Hola, me llamo Alexander – se presentó.
- Yo… - me quede completamente mudo. Tenía razón Kate, sin duda esto era muy raro.
- Disculpa… es una situación algo extraña. Él es Rick - dijo Kate tomando la palabra - y yo soy Kate - acercándose a él y ofreciéndole su mano.
- Es mi mujer - dije al ver como la miraba. Me estaba poniendo celoso de mi propio hermano. Estaba como loco, pero esa mujer, después de dos horribles años de penitencia, era mía, solamente mía.
- ¡Oh! Disculpa… - dijo saliendo de su ensimismamiento - Encantado. Yo… quiero decirte antes de nada que acabo de enterarme de que tengo un hermano así que esto es un poco…
- Raro – acabamos la frase Kate y yo al unísono… la escena fue de lo más graciosa, por lo que los tres nos pusimos a reír.
- Creo que voy a dejaros, para que os pongáis al día. Nos vemos luego - dijo besándome en los labios antes de salir.
Cuando Kate cerró la puerta, hice un gesto para que mi hermano se sentara en la silla que había junto a mi cama para que pudiéramos hablar más tranquilos y cómodos.
- Yo… siento mucho que mi padre… nuestro padre te abandonara. Si yo lo hubiera sabido antes, ten por seguro que hubiera hecho lo necesario para que pudieras contar con él.
- Tú no tienes la culpa - dije sonriéndole - él pensó que tenía que elegir y os eligió a tu madre y a ti, de eso ninguno de los dos tenemos la culpa.
- No tenía que haber elegido, por lo menos en cuanto a ti se refiere. Un hijo es un hijo… es para toda la vida.
- ¿Eres padre? – le pregunte.
- Sí, de dos niños. Luego cuando puedan quieren conocerte. Les he hablado ahora de ti y les parece chulo tener a un tío poli.
- Bueno no es tan chulí - dije riéndome - ¿A qué te dedicas?
- Lo mío no es tan "chulí". Soy profesor de Universidad.
- Deben estar muy orgullosos de ti.
- Lo están, son unos críos increíbles. Veras… Estoy divorciado y he luchado por tenerlos conmigo, por la custodia compartida. Por eso, por eso, me cuesta entender lo que mi padre hizo contigo.
- Ya… a mí me dolió durante bastante tiempo… pero al final me hice a la idea de que no iba a tener padre. Supongo que lo supere y ahora… "Sorpresa" – dije poniendo cara de payaso.
- Ahora sigues sin querer tener uno imagino.
- Me cuesta… más que por el daño que me hizo a mí, me importa el que hizo a mi madre. Ella me vio sufrir por su ausencia y sufrió por mí. Por eso… no sé si podre perdonarle.
- Te comprendo. Pero… al menos, a mí me gustaría seguir viéndote.
- Claro. Me encanta tener un hermano - dije sonriendo y ofreciéndole mi mano. Pero él se levantó y me abrazo con fuerza.
- Sé que todo va a salir bien. Veras… vamos a poder recuperar el tiempo perdido. Siempre quise tener un hermano y aunque ahora ya sea mayor… él saber que existes, me ha hecho mucha ilusión.
- Estaré contento de conocerte y de conocer a tus chicos.
- Creo que te llevaras bien con mi chico… yo no sabía de donde salía esa pasión por ser policía… y mira, resulta que se parecía a su tío. Además, y le gusta hacer bromas, contar chistes, es un graciosillo. Me han contado que tú también eres así, os llevaréis bien, ya verás -dijo sonriéndome.
No pude evitar sonreír, porque a pesar de todo ahora más que nunca no me sentía solo. Tenía una familia, una familia mucho mayor de la que siempre había imaginado. Quería disfrutar de mi nueva familia, de esta vida que tenía ahora… quería disfrutar de la compañía, esa que siempre me había faltado. Sin saberlo, ya había perdonado a mi padre.
CONTINUARÁ…
POV MARTHA
Estaba en la cafetería esperando a James, había salido a esperar a su hijo que estaba llegando con sus nietos. No querría estar ahora mismo en su piel, cuando le contara a su hijo su aventura conmigo, la existencia de Richard y mucho menos, que le había estado engañando durante tantos años. Estaba allí con mi café cuando le vi entrar, un hombre de unos 40 años y dos niños pequeños. Se acercaron donde me encontraba y quise que me tragara la tierra.
- Hola – dijeron James y ese otro hombre, que seguía con los dos críos cogidos de la mano.
- Hola – respondí levantándome y apretando la mano que me ofrecía el que imagine seria su hijo.
- Martha él es mi hijo Alexander - me quedé mirándolo al escuchar aquel nombre, el nombre que me dijo que era el suyo, hacía ya cuarenta y tantos años.
- Encantado - dijo con una sonrisa sin saber muy bien lo que le esperaba.
- Cariño, siéntate tengo que hablar contigo.
- James si me permites yo me llevo a los niños – le dije cuando comprendí que aún no le había contado todo lo que pasaba.
- No, quédate - dijo mirándome casi suplicante. Estaba asustado, lo veía en sus ojos, y lo cierto es que no había para menos.
- Pero los niños… - dije volviendo a sentarme. Me había pillado y no podía escapar… hasta que a lo lejos, vi como nuestra amiga la enfermera entraba en la cafetería. Así que la llame suplicando al cielo que pudiera ayudarme.
- Alex - la llamé cuando la vi llegar. No quería ponerla en un compromiso… pero… que otra cosa podía hacer.
- Hola Marta – dijo sonriéndome cordialmente.
- ¿Puedes hacerme un favor? – le suplique.
- Claro mujer… Lo que quieras.
- Puedes quedarte un momentito con los nietos de James. Solo serán unos minutos – me miro extrañada, pero al ver mi cara de súplica, no pudo resistirse.
- Claro. Hola chicos ¿Cómo os llamáis? – les pregunto agachándose para ponerse a su altura y así poder coger confianza con ellos.
- Ella es Emma y yo soy Edgar – dijo el chico muy serio mirando a su padre y abuelo.
- Encantada, yo soy Alex. ¿Os apetece venir conmigo? nos tomaremos un helado ¿vale? – les dijo sonriendo… esa chica valía para todo…
- ¿Podemos papa? – preguntaron los niños nerviosos por aceptar lo antes posible.
- Claro - dijo el padre besando la cabeza a su hijo mientras le sonreía.
De este modo, la simpática enfermera, salió de la mano con los dos niños hacia la barra a pedir un helado para los niños.
Cuando nos quedamos solos, vi como James intentaba aclarar sus ideas pero… no encontraba las palabras exactas para poder expresar todo lo que tenía que contarle a su hijo, y era comprensible.
- Papa ¿Qué pasa? – Pregunto inquieto - Me estas asustando.
- Hijo, veras yo… tengo que contarte algo. Antes de nada quiero pedirte perdón por haberlo ocultado durante tantos años, pero… es que…
- Al grano, por favor.
- Yo… yo conocí a Martha hace muchos años, tú aún no habías nacido… ni siquiera sabía de tu existencia. Yo estaba pasando por un mal momento… tu madre…
-¿Tuviste una aventura? ¿Eso quieres decirme? – pregunto directo Alexander mirándole de forma seria. Como si ya se imaginara todo lo que sucedía.
- Tu madre y yo habíamos discutido… estaba algo…
- A mí Papa, no me tienes que dar explicaciones sobre eso. A quien deberías pedir disculpas es a Mama – le respondió muy serio y con cara de pocos amigos.
- Y lo hare si es necesario, ella no sabe nada de todo esto aún. Pero no es por eso. No te lo hubiera contado si no… si no necesitara tu ayuda. Veras, me gustaría que me hicieras un favor muy grande.
- ¿Qué tipo de favor Papa?
- Veras, Martha y yo… tuvimos un hijo. Es… de tu edad y yo…
- ¿Qué? – hasta ese momento había mantenido la calma. Se le veía un muchacho educado y tranquilo, exactamente como yo recordaba a James, cuando lo conocí.
- Siento no habértelo dicho antes, pero tenía miedo a perderos.
- ¿Me estás diciendo que abandonaste a tu hijo? ¿Cómo pudiste? Siempre te tuve como modelo de padre, y créeme nunca abandonaría a mis hijos
Ya sabes todo lo que me costó conseguir la custodia compartida de mis hijos, para que nadie pudiera quitármelos y ahora ¿tú me dices que tienes otro hijo del cual no has sabido nada en todos estos años? – lo había dicho casi sin coger aire, se está enfadando y se notaba en sus facciones, su rostro empezaba a enrojecer e iba levantando la voz por momentos.
- Sé que es difícil de entender pero…
- No Papa, no puedo entenderlo. Sabes lo que he luchado por tener a mis hijos conmigo. No puedo creer cómo pudiste abandonar a tu hijo.
- Lo siento. Me merezco tu enfado, pero él no – le dijo haciéndolo callar al momento con su afirmación.
- Claro que no, él no tiene culpa – respondió algo más tranquilo.
- No la tiene, por eso te he pedido que vinieras, para que nos ayudaras – dijo mirándome a mí, a lo cual asentí cuando Alexander también me miro.
- ¿Qué pasa?
Vi como tragaba saliva, le costaba hablar de ello. Sabía que le importa Richard, su único problema era que había sido un cobarde y ahora que podía perderlo de verdad, se sentía mal.
- Mi hijo… nuestro hijo está enfermo – dije tomando la palabra por primera vez.
- ¿Enfermo? – pregunto arrugando el entrecejo, como solía hacer muchas veces Rick.
- Veras… Tiene leucemia, se está muriendo - dije sin poder evitar las lágrimas, como sucedía últimamente -necesita un trasplante de médula. Tu padre y yo… pensamos que seriamos compatibles, pero no ha sido así. También se han hecho las pruebas de compatibilidad todos sus amigos pero no hubo suerte. Así que tu padre, pensó en ti. Siento que tengas que saber de la existencia de tu hermano en esta situación… pero… - instantáneamente me interrumpió para aceptar.
- Claro que lo haré. Me haré las pruebas necesarias, faltaría… Y llamaré a Mary… para pedirle permiso, para que los niños también se las hagan. Lo ayudaré sin dudarlo… pero me gustaría luego… me gustaría luego conocerlo, si no te molesta Martha.
Me gusto que se dirigiera a mí… pidiéndome permiso de esa forma tan bonita para conocer a su hermano. Eso demostraba lo buena persona que era, incluso ofreciendo que sus propios hijos se hicieran las pruebas para ver si la compatibilidad era positiva.
- Por supuesto. Le encantara conocerte – le respondí sonriendo abiertamente.
- Tú… ¿ya lo conoces Papa?
- Si – dijo bajando la mirada – Y no me ha perdonado todo lo que le he hecho, o mejor dicho, lo que no he hecho por él, en todo este tiempo.
- Lo siento… pero también le comprendo…
- Yo también lo hago. Me gustaría que todo esto saliera bien e… intentar arreglar las cosas, pero es difícil.
- Suerte papa, la vas a necesitar – miro hacia la barra, donde los niños degustaban un helado cada uno junto a Alex que les escuchaba atentamente - pero pase lo que pase, yo si quiero tener relación con él. Siempre quise tener un hermano. Pase lo que pase quiero que se lo cuentes a mama, que no la engañes más y que aceptes tu responsabilidad.
- Lo hare, pero no sé cómo se lo va a tomar…
- Bien, haré unas llamadas y nos pondremos manos a la obra. No hay tiempo que perder – dije al ver como la cosa iba por derroteros que a mí no me incumbían.
- Luego ya lo conoceré. La verdad es que me hace mucha ilusión - dijo sonriendo y levantándose para unirse a sus hijos.
La cosa había ido bien, mi niño todavía tenía posibilidades y eso me valía para seguir luchando, para poder sonreír a la vida un poco más. Me levanté y sentí la mano de James deteniéndome.
- ¿Todo bien? – me pregunto serio.
- Sí, voy a contárselo a Rick – le respondí.
- Bien.
- Siento mucho… que todo haya ido así.
- Algún día tenía que pasar, merezco un poco de su odio.
- Nadie merece el odio de un hijo - dije dedicándole una sonrisa por primera vez y abandone la cafetería en busca de mi pequeño para darle las buenas noticias.
POV RICK
Estaba feliz, había conseguido olvidarme de todo por unas horas. Pero ahora estaba agotado. Mi cuerpo estaba pagando las consecuencias del exceso de ejercicio. Me dolía mucho la espalda, las piernas y estaba totalmente agotado. La cabeza volvía a dolerme horriblemente, pero viendo la sonrisa de Kate a mi lado, olvidaba todos los dolores y solo podía devolverle un poco del esfuerzo que ella estaba haciendo por mí.
Cerré los ojos, al sentir como me acariciaba suavemente la cabeza, note que el dolor cedía de forma suave y dulce. Ambos estábamos tumbados, vestidos, tras pasar un buen rato, juntos.
- ¿Estás bien? – me pregunto.
- Si, tranquila - respondí entreabriendo los ojos mirándola mientras me sonreía.
- Estas nervioso ¿verdad?
- Bueno, sí, un poco. No todo el mundo conoce a un hermano que tiene cuarenta y tantos años - dije haciéndola reír.
- Es un poco raro, la verdad.
- Bueno… yo soy raro.
- Sí ¿verdad? Te pega mucho - dijo riéndose.
- Oye… - dije haciéndome el enfadado.
- Seguro que os caéis bien, ya verás.
- No sé. ¿Te imaginas que es todo lo contrario a mí? ¡Uf! me lo imagino serio, un banquero o algo así… creo que me odiara y no entenderá mis chistes.
- Pues yo creo se reirá, aunque sea de ti.
- Muy graciosa – le dije achuchándola en mis brazos.
Justo en ese instante, escuchamos como golpeaban la puerta. Ambos nos levantamos, yo quedando sentado mientras ella se ponía de pie y se colocaba su ropa arrugada de haber estado tumbada junto a mí.
- Adelante - dijo Kate mirándome, se le veía algo nerviosa también.
Cuando se abrió, entró un hombre de mi edad, moreno y ojos azules, la verdad es que nos parecíamos bastante. Era alto, se cuidaba, porque mantenía un buen tipo. Se le veía también nervioso y no dejaba de mirarme, eso hizo que me sintiera un poco incómodo.
- Hola, me llamo Alexander – se presentó.
- Yo… - me quede completamente mudo. Tenía razón Kate, sin duda esto era muy raro.
- Disculpa… es una situación algo extraña. Él es Rick - dijo Kate tomando la palabra - y yo soy Kate - acercándose a él y ofreciéndole su mano.
- Es mi mujer - dije al ver como la miraba. Me estaba poniendo celoso de mi propio hermano. Estaba como loco, pero esa mujer, después de dos horribles años de penitencia, era mía, solamente mía.
- ¡Oh! Disculpa… - dijo saliendo de su ensimismamiento - Encantado. Yo… quiero decirte antes de nada que acabo de enterarme de que tengo un hermano así que esto es un poco…
- Raro – acabamos la frase Kate y yo al unísono… la escena fue de lo más graciosa, por lo que los tres nos pusimos a reír.
- Creo que voy a dejaros, para que os pongáis al día. Nos vemos luego - dijo besándome en los labios antes de salir.
Cuando Kate cerró la puerta, hice un gesto para que mi hermano se sentara en la silla que había junto a mi cama para que pudiéramos hablar más tranquilos y cómodos.
- Yo… siento mucho que mi padre… nuestro padre te abandonara. Si yo lo hubiera sabido antes, ten por seguro que hubiera hecho lo necesario para que pudieras contar con él.
- Tú no tienes la culpa - dije sonriéndole - él pensó que tenía que elegir y os eligió a tu madre y a ti, de eso ninguno de los dos tenemos la culpa.
- No tenía que haber elegido, por lo menos en cuanto a ti se refiere. Un hijo es un hijo… es para toda la vida.
- ¿Eres padre? – le pregunte.
- Sí, de dos niños. Luego cuando puedan quieren conocerte. Les he hablado ahora de ti y les parece chulo tener a un tío poli.
- Bueno no es tan chulí - dije riéndome - ¿A qué te dedicas?
- Lo mío no es tan "chulí". Soy profesor de Universidad.
- Deben estar muy orgullosos de ti.
- Lo están, son unos críos increíbles. Veras… Estoy divorciado y he luchado por tenerlos conmigo, por la custodia compartida. Por eso, por eso, me cuesta entender lo que mi padre hizo contigo.
- Ya… a mí me dolió durante bastante tiempo… pero al final me hice a la idea de que no iba a tener padre. Supongo que lo supere y ahora… "Sorpresa" – dije poniendo cara de payaso.
- Ahora sigues sin querer tener uno imagino.
- Me cuesta… más que por el daño que me hizo a mí, me importa el que hizo a mi madre. Ella me vio sufrir por su ausencia y sufrió por mí. Por eso… no sé si podre perdonarle.
- Te comprendo. Pero… al menos, a mí me gustaría seguir viéndote.
- Claro. Me encanta tener un hermano - dije sonriendo y ofreciéndole mi mano. Pero él se levantó y me abrazo con fuerza.
- Sé que todo va a salir bien. Veras… vamos a poder recuperar el tiempo perdido. Siempre quise tener un hermano y aunque ahora ya sea mayor… él saber que existes, me ha hecho mucha ilusión.
- Estaré contento de conocerte y de conocer a tus chicos.
- Creo que te llevaras bien con mi chico… yo no sabía de donde salía esa pasión por ser policía… y mira, resulta que se parecía a su tío. Además, y le gusta hacer bromas, contar chistes, es un graciosillo. Me han contado que tú también eres así, os llevaréis bien, ya verás -dijo sonriéndome.
No pude evitar sonreír, porque a pesar de todo ahora más que nunca no me sentía solo. Tenía una familia, una familia mucho mayor de la que siempre había imaginado. Quería disfrutar de mi nueva familia, de esta vida que tenía ahora… quería disfrutar de la compañía, esa que siempre me había faltado. Sin saberlo, ya había perdonado a mi padre.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 44
POV KATE
Estaba nerviosa esperando los resultados a las pruebas de compatibilidad. No podía dejar de dar vueltas por la habitación sin poder parar. Los médicos nos había dejado claro que aunque fueran compatibles había pocas, muy pocas probabilidades de que funcionara porque el tiempo se nos había echado encima…pero mientras hubiera esperanzas yo iba a creer con todas mis fuerzas en ellas.
- Kate para un poco me estas mareando - dijo Rick con una sonrisa nerviosa. Le sonreí y fui a sentarme a su lado, enseguida me atrajo hacia su cuerpo agarrándome por la cintura y dejo un suave beso en mi cabeza haciéndome cerrar los ojos. Solo quería estar con él… ¿era mucho pedir?
- Estoy nerviosa.
- Lo sé. Yo también, pero es tontería ponerse nervioso. Cuando ya abran esa puerta te doy permiso para que lo hagas - dijo haciéndome reír.
- Te quiero.
- Yo también…nunca lo olvides - dijo poniéndose de repente serio. No sabía muy bien que decirle para hacerle entender que lo sabía… pero justo en ese momento.
- Hola chicos - dijo Alex entrando con el médico. ¿Y que era eso que llevaba en la cara? Una sonrisa, eso tenía que ser buenas noticias ¿No?
- Hola - dijo el doctor Carter - tengo los resultados y hay un donante para ti Rick.
- ¿Si? - dijo emocionado, por primera vez, con auténtica esperanza.
- Sí, Edgar Smith.
- ¿Edgar?
- Si, el niño pequeño.
- Oh…
- Tu sobrino Rick - dije abrazándole con lágrimas en los ojos, ya estaba perdiendo las esperanzas de que por fin llegara una buena noticia. Todo podía salir mal pero ahora había un rayo de esperanza y me iba a aferrar a él.
- Esto… esto es increíble.
- Lo es… es un rayo de esperanza - dijo Alex sonriéndonos.
- Yo tengo que deciros que… a pesar de todo… es muy complicado que el trasplante funcioné. Puede, que tu cuerpo no lo acepte, incluso puede que no funcione la operación porque tu cuerpo está muy perjudicado.
- Lo sé… pero es la última oportunidad que tengo. Si no lo hago moriré así que… tengo que hacerlo.
- Lo prepararé todo para que mañana mismo, puedas entrar en quirófano. Hasta entonces disfruta de tu familia, te lo mereces campeón - dijo el médico y Rick se levantó y se abrazo a él sorprendiéndolo y luego abrazo a Alex.
- Gracias a los dos, gracias a todos de verdad me habéis tratado increíblemente. Me habéis hecho sentir bien a pesar de todo.
- Gracias a ti Rick… conocer a gente como tu es todo un regalo - dijo Alex casi llorando - bueno vamos a avisar al resto de tu familia. Tenemos que preparar al niño para la operación y hacerle algunas pruebas.
- Ok. Gracias chicos. Y tened por seguro que pienso disfrutar de esta noche - dijo mirándome y haciendo que me sonroja al máximo.
Estaba tan feliz, pero a la vez tan asustada. Había llegado el momento de la verdad, ahora teníamos esperanzas lo que hace apenas unos días era casi impensable pero… todo podía acabar mañana, podía irse de mi vida y eso hizo que mi corazón se asustara solo de pensarlo.
- ¡Ey! ¿Estás bien? - me pregunto preocupado acariciándome tiernamente la cara con sus grandes manos.
- Sí, pero… - ¿le digo lo que está pasando por mi cabeza?
- ¿Qué? Puedes contarme lo que sea preciosa.
- Tengo miedo.
-Y yo también mi amor, es normal. Pero no queda otra ¿no?
- No.
- Entonces vamos a luchar hasta el final. Vamos a tener esperanzas y con la fuerza de los dos y de todos los que nos quieren vamos a sacar esto adelante.
- Rick pero… ¿y si te pierdo…?
- No me vas a perder.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque he nacido para estar contigo… y todavía no he podido disfrutarte. No puedo irme ahora que te tengo… mi corazón late fuerte cuando estas a mi lado Kate… si tú estás aquí no puede pasarme nada malo - dijo emocionándome. Aunque yo no pudiera demostrárselo con las palabras como él, podía demostrárselo de otra manera, así que me agarré a su cuello acercándolo a mí y le bese, le bese diciéndole con cada caricia de mis labios cada sentimiento que tenía cuando lo sentía cerca… le decía cuán importante era para mí, y lo que le necesitaba. No podía vivir sin él y me iba a aferrarme tanto como él se estaba aferrando a la vida, a una vida juntos.
Estuvimos un buen rato, hasta que empezó a llegar nuestra familia. Iban a darle la vida a Rick de nuevo y eso, eso era mucho más que cualquier otra cosa. Lo vi feliz, relajado con su hermano y con sus sobrinos. Sin duda Alexander tenía razón Edgar enseguida se hizo con su tío, eran tan para cual no era difícil de entender como él precisamente él iba a ser su donante.
Aproveche el bullicio de gente y salí fuera de la habitación. Necesitaba estar sola para poder afrontar a lo del día siguiente. Solo quedaban unas cuantas horas y mi futuro se decidiría pero… había un futuro para mí sin él. No podía imaginármelo, ya casi no recordaba un buen momento sin él… ¿cómo iba a poder ser de nuevo feliz? No, no podría serlo.
Estuve un buen rato sentada en la puerta del hospital. El aire libre me ayudaría pensé, pero no. Estaba allí sola, con la mirada en el infinito intentando no pensar, cuando sentí como alguien se sentaba a mi lado. Cuando me giré me encontré con mi amiga.
- Kate ¿estás bien?
- Si… no… no lo sé.
- ¿A pasado algo?
- Sí, Rick tiene… donante.
- Cariño eso es bueno, es muy bueno - dijo abrazándome, sonriendo, cuando se separó vio que yo no sonreía - Cariño ¿que está mal con eso?
- Que… - dije llorando, no podía sacar esto que me estaba matando una vez más.
- Kate…
- No quiero perderlo…no puedo…. - dije llorando mientras escondía mi cara en su hombro... no podía dejar de pensar en eso. Todo podía salir bien, pero también podía ser que mañana estuviera sola para siempre sin él… era una realidad de la que no estaba preparada.
- Kate cariño, no sabemos qué va a pasar. Tenemos que esperar… no está en nuestras manos pero estaremos ahí apoyándole… nuestro apoyo le llegara y eso le ayudara. No te derrotes antes de que pasa nada.
- Pero… no puedo quitármelo de la cabeza…
- ¡Ey! pase lo que pase estaré ahí contigo… siempre ¿me oyes amiga?
- Lo sé.
- Vamos a tomarnos un buen café… vas a necesitarlo las próximas horas, van a ser largas.
- Si. Quedan unas horas y… me gustaría pasarlas a su lado.
- Lo sé pero antes necesitas un momento para reponerte.
Me levanté limpiándome con fuerza las lágrimas mientras la seguía hasta la cafetería. A veces, sobre todo, en momentos como estos, agradecía tenerla como amiga… solo ella podía ayudarme en estas situaciones. Aunque normalmente no me invitaba a un café.
Nos sentamos en la cafetería con el aire acondicionado a tope por el calor que hacía fuera. Pero a pesar de todo cogí mi café caliente y me lo tomé en pequeños sorbos intentando relajarme… aunque eso fuera imposible…
- Kate, has vivido mucho con él.
- Sí, ha sido poco tiempo pero he vivido mil veces más que en dos años con Josh.
- La verdad es que…no os he visto mucho juntos pero… te veo… y te miro a los ojos… y veo lo feliz que eres cuando hablas de él… la misma felicidad que veía cuando él hablaba de ti… bueno, cuando aún habla de ti. Él está preocupado por ti Kate… esta aterrado más que por morir, por las personas que deja aquí. Está preocupado por ti y por su madre. Él necesita saber que estaréis bien si algo falla.
- No podré estar bien… es imposible…
- Cariño… sé que iba a ser muy difícil, pero el tiempo… lo cura todo.
- Nada curaría nunca su ausencia - dije levantando la voz, suspiré bajando la cara. Sabía que Lanie solo quería ayudarme pero… una vida sin él nunca iba a ser fácil… nunca iba a ser igual…
- Cielo… no te cierres en banda, no es bueno para ti.
- No, lo sé, lo siento Lanie, yo… solo… sé que va a vivir… tiene que hacerlo.
- Bien pensemos en positivo, en ello - dijo sonriéndome.
Ambas nos quedamos un rato en silencio, agarradas de la mano ella intentando transmitirme todo su apoyo y yo… intentando apoderarme de él. A lo lejos, vi como Alex se acercaba con una sonrisa en la cara y unos papeles. Enseguida me puse de pie para enfrentarla.
- Alex ¿pasa algo?
- Si… bueno… no tiene que ver con Rick… bueno en algo si… pero es más contigo.
- ¡Ah! - suspiré.
Me hizo sentarme y ella se sentó enfrente justo al lado de Lanie. Se quedó un rato en silencio sin decir nada, y empecé a preocuparme.
- ¿Eso que tomas es café?
- Si. ¿Quieres uno?
- No, solo… disfrútalo… durante un tiempo no podrás tomarlo.
- ¿Soy alérgica o algo? - dije a modo de broma.
- No, Kate… estas embarazada.
CONTINUARÁ…
POV KATE
Estaba nerviosa esperando los resultados a las pruebas de compatibilidad. No podía dejar de dar vueltas por la habitación sin poder parar. Los médicos nos había dejado claro que aunque fueran compatibles había pocas, muy pocas probabilidades de que funcionara porque el tiempo se nos había echado encima…pero mientras hubiera esperanzas yo iba a creer con todas mis fuerzas en ellas.
- Kate para un poco me estas mareando - dijo Rick con una sonrisa nerviosa. Le sonreí y fui a sentarme a su lado, enseguida me atrajo hacia su cuerpo agarrándome por la cintura y dejo un suave beso en mi cabeza haciéndome cerrar los ojos. Solo quería estar con él… ¿era mucho pedir?
- Estoy nerviosa.
- Lo sé. Yo también, pero es tontería ponerse nervioso. Cuando ya abran esa puerta te doy permiso para que lo hagas - dijo haciéndome reír.
- Te quiero.
- Yo también…nunca lo olvides - dijo poniéndose de repente serio. No sabía muy bien que decirle para hacerle entender que lo sabía… pero justo en ese momento.
- Hola chicos - dijo Alex entrando con el médico. ¿Y que era eso que llevaba en la cara? Una sonrisa, eso tenía que ser buenas noticias ¿No?
- Hola - dijo el doctor Carter - tengo los resultados y hay un donante para ti Rick.
- ¿Si? - dijo emocionado, por primera vez, con auténtica esperanza.
- Sí, Edgar Smith.
- ¿Edgar?
- Si, el niño pequeño.
- Oh…
- Tu sobrino Rick - dije abrazándole con lágrimas en los ojos, ya estaba perdiendo las esperanzas de que por fin llegara una buena noticia. Todo podía salir mal pero ahora había un rayo de esperanza y me iba a aferrar a él.
- Esto… esto es increíble.
- Lo es… es un rayo de esperanza - dijo Alex sonriéndonos.
- Yo tengo que deciros que… a pesar de todo… es muy complicado que el trasplante funcioné. Puede, que tu cuerpo no lo acepte, incluso puede que no funcione la operación porque tu cuerpo está muy perjudicado.
- Lo sé… pero es la última oportunidad que tengo. Si no lo hago moriré así que… tengo que hacerlo.
- Lo prepararé todo para que mañana mismo, puedas entrar en quirófano. Hasta entonces disfruta de tu familia, te lo mereces campeón - dijo el médico y Rick se levantó y se abrazo a él sorprendiéndolo y luego abrazo a Alex.
- Gracias a los dos, gracias a todos de verdad me habéis tratado increíblemente. Me habéis hecho sentir bien a pesar de todo.
- Gracias a ti Rick… conocer a gente como tu es todo un regalo - dijo Alex casi llorando - bueno vamos a avisar al resto de tu familia. Tenemos que preparar al niño para la operación y hacerle algunas pruebas.
- Ok. Gracias chicos. Y tened por seguro que pienso disfrutar de esta noche - dijo mirándome y haciendo que me sonroja al máximo.
Estaba tan feliz, pero a la vez tan asustada. Había llegado el momento de la verdad, ahora teníamos esperanzas lo que hace apenas unos días era casi impensable pero… todo podía acabar mañana, podía irse de mi vida y eso hizo que mi corazón se asustara solo de pensarlo.
- ¡Ey! ¿Estás bien? - me pregunto preocupado acariciándome tiernamente la cara con sus grandes manos.
- Sí, pero… - ¿le digo lo que está pasando por mi cabeza?
- ¿Qué? Puedes contarme lo que sea preciosa.
- Tengo miedo.
-Y yo también mi amor, es normal. Pero no queda otra ¿no?
- No.
- Entonces vamos a luchar hasta el final. Vamos a tener esperanzas y con la fuerza de los dos y de todos los que nos quieren vamos a sacar esto adelante.
- Rick pero… ¿y si te pierdo…?
- No me vas a perder.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque he nacido para estar contigo… y todavía no he podido disfrutarte. No puedo irme ahora que te tengo… mi corazón late fuerte cuando estas a mi lado Kate… si tú estás aquí no puede pasarme nada malo - dijo emocionándome. Aunque yo no pudiera demostrárselo con las palabras como él, podía demostrárselo de otra manera, así que me agarré a su cuello acercándolo a mí y le bese, le bese diciéndole con cada caricia de mis labios cada sentimiento que tenía cuando lo sentía cerca… le decía cuán importante era para mí, y lo que le necesitaba. No podía vivir sin él y me iba a aferrarme tanto como él se estaba aferrando a la vida, a una vida juntos.
Estuvimos un buen rato, hasta que empezó a llegar nuestra familia. Iban a darle la vida a Rick de nuevo y eso, eso era mucho más que cualquier otra cosa. Lo vi feliz, relajado con su hermano y con sus sobrinos. Sin duda Alexander tenía razón Edgar enseguida se hizo con su tío, eran tan para cual no era difícil de entender como él precisamente él iba a ser su donante.
Aproveche el bullicio de gente y salí fuera de la habitación. Necesitaba estar sola para poder afrontar a lo del día siguiente. Solo quedaban unas cuantas horas y mi futuro se decidiría pero… había un futuro para mí sin él. No podía imaginármelo, ya casi no recordaba un buen momento sin él… ¿cómo iba a poder ser de nuevo feliz? No, no podría serlo.
Estuve un buen rato sentada en la puerta del hospital. El aire libre me ayudaría pensé, pero no. Estaba allí sola, con la mirada en el infinito intentando no pensar, cuando sentí como alguien se sentaba a mi lado. Cuando me giré me encontré con mi amiga.
- Kate ¿estás bien?
- Si… no… no lo sé.
- ¿A pasado algo?
- Sí, Rick tiene… donante.
- Cariño eso es bueno, es muy bueno - dijo abrazándome, sonriendo, cuando se separó vio que yo no sonreía - Cariño ¿que está mal con eso?
- Que… - dije llorando, no podía sacar esto que me estaba matando una vez más.
- Kate…
- No quiero perderlo…no puedo…. - dije llorando mientras escondía mi cara en su hombro... no podía dejar de pensar en eso. Todo podía salir bien, pero también podía ser que mañana estuviera sola para siempre sin él… era una realidad de la que no estaba preparada.
- Kate cariño, no sabemos qué va a pasar. Tenemos que esperar… no está en nuestras manos pero estaremos ahí apoyándole… nuestro apoyo le llegara y eso le ayudara. No te derrotes antes de que pasa nada.
- Pero… no puedo quitármelo de la cabeza…
- ¡Ey! pase lo que pase estaré ahí contigo… siempre ¿me oyes amiga?
- Lo sé.
- Vamos a tomarnos un buen café… vas a necesitarlo las próximas horas, van a ser largas.
- Si. Quedan unas horas y… me gustaría pasarlas a su lado.
- Lo sé pero antes necesitas un momento para reponerte.
Me levanté limpiándome con fuerza las lágrimas mientras la seguía hasta la cafetería. A veces, sobre todo, en momentos como estos, agradecía tenerla como amiga… solo ella podía ayudarme en estas situaciones. Aunque normalmente no me invitaba a un café.
Nos sentamos en la cafetería con el aire acondicionado a tope por el calor que hacía fuera. Pero a pesar de todo cogí mi café caliente y me lo tomé en pequeños sorbos intentando relajarme… aunque eso fuera imposible…
- Kate, has vivido mucho con él.
- Sí, ha sido poco tiempo pero he vivido mil veces más que en dos años con Josh.
- La verdad es que…no os he visto mucho juntos pero… te veo… y te miro a los ojos… y veo lo feliz que eres cuando hablas de él… la misma felicidad que veía cuando él hablaba de ti… bueno, cuando aún habla de ti. Él está preocupado por ti Kate… esta aterrado más que por morir, por las personas que deja aquí. Está preocupado por ti y por su madre. Él necesita saber que estaréis bien si algo falla.
- No podré estar bien… es imposible…
- Cariño… sé que iba a ser muy difícil, pero el tiempo… lo cura todo.
- Nada curaría nunca su ausencia - dije levantando la voz, suspiré bajando la cara. Sabía que Lanie solo quería ayudarme pero… una vida sin él nunca iba a ser fácil… nunca iba a ser igual…
- Cielo… no te cierres en banda, no es bueno para ti.
- No, lo sé, lo siento Lanie, yo… solo… sé que va a vivir… tiene que hacerlo.
- Bien pensemos en positivo, en ello - dijo sonriéndome.
Ambas nos quedamos un rato en silencio, agarradas de la mano ella intentando transmitirme todo su apoyo y yo… intentando apoderarme de él. A lo lejos, vi como Alex se acercaba con una sonrisa en la cara y unos papeles. Enseguida me puse de pie para enfrentarla.
- Alex ¿pasa algo?
- Si… bueno… no tiene que ver con Rick… bueno en algo si… pero es más contigo.
- ¡Ah! - suspiré.
Me hizo sentarme y ella se sentó enfrente justo al lado de Lanie. Se quedó un rato en silencio sin decir nada, y empecé a preocuparme.
- ¿Eso que tomas es café?
- Si. ¿Quieres uno?
- No, solo… disfrútalo… durante un tiempo no podrás tomarlo.
- ¿Soy alérgica o algo? - dije a modo de broma.
- No, Kate… estas embarazada.
CONTINUARÁ…
Cecifillion<3- As del póker
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Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
00:14:37 08.23.2015
La noticia que hacia falta...kate embarazada es genial ... que gran giro a dado este fic en tan solo un capitulo...que bueno que el hermano de rick acepto asi no mas sin pensarlo...ahora es momento de que todo se arregle y que el trasplante funcione...muchas gracias por el cap que nos regalas...y por favor continua muuuuyyyy prooooonto...
La noticia que hacia falta...kate embarazada es genial ... que gran giro a dado este fic en tan solo un capitulo...que bueno que el hermano de rick acepto asi no mas sin pensarlo...ahora es momento de que todo se arregle y que el trasplante funcione...muchas gracias por el cap que nos regalas...y por favor continua muuuuyyyy prooooonto...
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Soy nueva por acá y he pasado todo el día leyendo para así ponerme al día. Está muy buena la trama y aparte, escribís excelente. Continua por favor...
psichobitch2- Escritor novato
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 45
POV KATE
Me quede completamente helada, no me esperaba esto y mucho menos ahora… ¿era el mejor momento? La verdad es que no hay ningún momento perfecto para ello, cuando viene, viene pero… esto no me lo esperaba.
- Kate felicidades - dijo Lanie levantándose y abrazándome con fuerza mientras yo seguía como una estatua.
- Kate ¿no estás contenta? - pregunto Alex muy seria, mirándome.
- Yo… no sé… no me lo esperaba. ¿Cómo?
- ¿Te lo tengo que explicar amiga? – pregunto Lanie riéndose.
- ¡Ays! Lanie… no me refiero a eso.
- ¿Kate usaste protección? - pregunto Alex de forma profesional.
- Bueno… no.
- ¿Entonces? Kate si no usas protección pasan estas cosas querida.
- A ver, lo sé, no soy tonta. Pero pensé… bueno Rick pensaba que la quimio lo dejo estéril.
- Si podría suceder, pero también podría ser que no, eso no es una ciencia exacta… depende del hombre, de la cantidad de quimio, del lugar donde se halle el cáncer, son muchas cosas que pueden jugar en favor y en contra. Además con la poca quimio que recibió era muy complicado que sucediera así. De todos modos, si no querías ese niño, deberías haber tomado medidas.
- Si te soy sincera Alex, no había ni pensado en tener relaciones con mi marido, debido a la situación, ya sabes… es más, la primera noche… el no pudo… nada, que fue todo un cumulo de situaciones. ¿Y ahora…?
- ¿Ahora qué? Ahora a cuidarse… a cuidar de ese bebe… de vuestro bebe Kate - dijo Lanie acariciándome.
- Yo… no sé si estoy preparada.
- Nadie lo está nunca Kate. Pero estoy segura que serás una gran madre.
- Yo… ¿debería decírselo? – pregunte aun sin tener muy claro que hacer.
- Claro. Eso le dará ánimos.
- O puede derrumbarlo. Si piensa en que se perderá la vida de su hijo, a lo mejor se viene abajo.
- Kate… creo que será feliz si lo sabe… puede durarle mucho esa felicidad o un rato… pero será feliz… si pasa lo peor, que esperemos que no. Creo que deberías decírselo pero… eso solo depende de ti.
- Ahora sí que no le puede pasar algo… yo no sé… lo necesito para cuidar de mi niño… de nuestro niño.
-Os merecéis ser felices Kate, y si existe alguien en este mundo… un Dios o lo que sea, tiene que ayudaros… solo tenéis que tener fe… solo tenéis que estar ahí y apoyaros el uno al otro.
- Voy a ser madre - dije con una sonrisa nerviosa… no me lo podía creer… iba a darle un hijo al hombre de mi vida, a mi marido.
- Anda… creo que es hora de que te vayas con él.
- Si. Gracias por todo chicas.
- Si. Gracias por todo chicas.
-Estaremos contigo el tiempo que dure la operación y después… seguiremos ahí… cerca.
- Si - dijo Alex - y por favor Kate… sé que es duro, pero tienes que ser fuerte, fuerte por ese bebe que tienes dentro.
- Si lo seré - dije sonriendo.
Fui pasillo adelante hacia la habitación de Rick sin dejar de tocarme la barriga… aún no se notaba nada y tardaría mucho en hacerlo, pero ahora… sabía que tenía que luchar con más fuerza que nunca… iba a ser madre y aunque nunca había pensado en ello, ahora mismo era lo mejor que me podía pasar y encima un hijo con él… un hijo con el hombre de mi vida… un hijo con el hombre que ha hecho que mi vida de un giro de 360 grados, pensé.
Entré en su habitación, estaba tranquilo riéndose junto a su sobrino y su hermano, sus salvadores. Pasaron de no conocerse, a ser la personita que iba a salvarlo. No pude evitar sonreír al verlos así, tan relajados… sonrientes.
- Hola - dijo mirándome con una sonrisa de adoración y me sonrojé.
- Hola.
- Edgar vamos.
- Papi no quiero.
- Anda vamos pesado - dijo cogiendo a su hijo sobre su hombro haciéndole reír. Eso me hizo pensar en mi futuro hijo y en Rick con él… sería un gran padre… el mejor.
- ¿Estas bien? – pregunto viendo como salían su hermano y sobrinos de su habitación.
- Si - dije extrañada.
- Te fuiste y pensé que algo iba mal.
- No, tranquilo. Solo… necesitaba un café.
- Oh… a mí no me dejan - dijo haciendo un mohín y yo lo bese para borrarlo de su cara dibujando una hermosa sonrisa – pero ese beso sabía a café, que rico, quiero más.
- ¿Qué tal todo? – le pregunte sentándome a su lado.
- Bien, son increíbles.
- Me alegro.
- Pero te he echado de menos - dijo abrazándose a mi cintura y atrayéndome hacia él dejando un suave beso sobre mi estómago. Sentí un montón de cosquillas al sentir allí sus labios.
- Yo también.
- ¿Dónde has estado?
- Tomando un café con Lanie.
- ¡Oh! bien.
- Rick yo…
- ¿Qué?
- Tengo que contarte algo.
- Si es malo, prefiero no oírlo.
- No sé, según se mire… - le dije mirándolo, estaba intrigado – pero malo del todo, no es… - dije riendo.
- Bien… entonces suelta que me tienes intrigado.
- Es que… me acaban de decir que…
- Vamos Kate suéltalo.
- Que estoy embarazada…estamos esperando un hijo Rick - dije de golpe. Le mire seria y allí estaba, con la boca abierta y con lágrimas cayendo por sus mejillas - Rick di algo.
- Es… la mejor noticia que me podían dar - dijo levantándose y abrazándome con fuerza. Los dos rompimos a llorar pero esta vez de felicidad, de dos personas enamoradas que iban a ser padres. Además sabía lo importante que era para él… y eso me hacía aún mucho más feliz a mí.
- Vas a ser padre - dije mirándole sonriendo como nunca antes.
- Vamos a ser padres - dijo besándome una y otra vez sin parar de sonreír.
- Te quiero.
- Y yo a ti, Kate.
- Tenía miedo.
- ¿Miedo?
- Miedo a tu reacción, a que esto no te ayudara…
- Kate soy feliz pase lo que pase. Ahora voy a luchar como un jabato para quedarme más aún si es posible. Para nada me voy a querer ir sabiendo lo que dejo aquí. Esto me da aún más fuerza para luchar, porque quiero vivir mucho más de este sueño… quiero ser feliz mucho más tiempo a tu lado… tu eres mi amuleto Kate… la fuerza… mi fuerza para luchar.
Y lo besé, lo besé como si no hubiera mañana porque estaba completamente enamorada de ese hombre, dulce y tierno que me tenía completamente loca. Lo quería y ambos lucharíamos por él… tanto yo como este pequeño que crecía dentro de mí daríamos todo de nosotros para tenerlo a nuestro lado ahora y siempre.
- ¿Cómo vamos a llamarlo? ¿Te lo imaginas? ¿Sera niño o niña? - preguntaba sin parar todo emocionado.
- ¡Ey! para el carro, vale. Apenas estamos de semanas, queda mucho.
- Ya - respondió de repente poniéndose serio.
- ¿Qué pasa Rick?
- Me encantaría poder vivir todos esos momentos, cada momento, pero no sé si…
-Hey vamos a vivirlo los tres juntos.
-Eso espero…
-Bien, podemos si quieres elegir ahora los nombres. ¿Qué le pondrías si fuera niña?
- Si fuera niña no tengo dudas.
- ¿Ah no? - pregunté sorprendida.
- Me gustaría que se llamara Johanna - lo miré sorprendida con lágrimas en los ojos.
- Rick no tienes…
- Me gusta… y te recordara a ella. Creo que es prefecto. Sería como la forma de hacerle partícipe de esta nieta y mi forma de darle las gracias por traerte a este mundo… - dijo besándome.
- Gracias, no lo había pensado pero… me gusta - dije sonriéndole - ¿Y si es niño?
- Te toca a ti.
- Me gustaría… que se llamara como su padre.
- En serio… el pequeño Ricky ya sabes quién es no sé si…
- Rick - dije golpeándole suavemente en el hombro.
- Rick Junior… me gusta - dijo soñador como si pudiera verlo.
- A mí también me gusta… vas a ser un gran padre.
- Y tú la mejor madre.
- ¿Eso crees?
- No lo creo, lo sé. Eres la persona más increíble del mundo, incluso con esa personita que llevas dentro… estoy seguro que te desvivirás por él.
- O ella.
- O ella - dijo besándome.
- ¿Cómo…como te lo imaginas?
- Si es niña… me la imagino con tu pelo… siempre me ha gustado tu pelo… me encanta lo natural que es… me gusta tocarlo, me gusta olerlo… sin duda tendría que usar tu champú… -dijo haciéndome reír - me la imagino pequeñita… morenita… con tu sonrisa… y esos ojos tuyos que me tienen completamente hipnotizado… si es así, será preciosa. Bueno si se parece un poco a mí tampoco estará nada mal.
- No claro - dije riéndome - y es niño.
- Si es niña será mi princesita y si es niño será mi príncipe. Me lo imagino moreno con el pelo de su padre - dijo poniendo caras, haciendo reír a carcajadas mientras me abrazaba a él - y tendría esa sonrisa tuya…
- Y tus ojos… me gustaría que sacara tus ojos…
- ¿Te gustan mis ojos?
- ¿Estas de broma? Tienes lo ojos más azules que conozco… me pierdo en la profundidad de tu mirada… son increíbles.
- Pues son reales - dijo besándome.
Estábamos muy bien, tan tranquilos que nada ni nadie debía molestarnos…pero parece que no quisieron hacernos caso porque de repente dieron en la puerta y entró el Doctor Carter con dos enfermeras entre ella estaba Alex.
- Siento interrumpir chicos, pero ha llegado la hora.
- ¿Ya? - pregunté con cara de sorpresa, no podía creerme que hubiera pasado ya todo el tiempo… no podía creerme que hubiera llegado ya el momento. Pero era algo normal cuando estaba con él, perdía la noción del tiempo… y eso era porque estábamos a gusto juntos.
- Lo siento pero…
- Está bien. Nos vemos en unas horas, ¿vale Kate?
- Prométemelo.
- Kate.
- Prométemelo.
- Te lo prometo - dijo tocándome la barriga y yo coloque mi mano sobre la suya intentándole dar entre dos las fuerzas necesarias para poder salir de esta, para que pudiera volver con nosotros cuanto antes.
- Te quiero.
- Yo también te quiero Kate, nunca lo olvides.
- Nunca lo olvidare - dije sin poder dejar de llorar como una niña pequeña. Sentí como Lanie se acercaba a mí y me abrazaba mientras la camilla de Rick salía de la habitación camino del quirófano. En el último momento salí corriendo pasillo adelante y paré la camilla justo antes de entrar, para besarlo una y otra vez, con todas mis ganas…. quería recordar sus besos… sus cálidos labios por el resto de mi vida…
Me separé de él pero no quite mi mirada manchada por las lágrimas hasta que no lo perdí por completo de vista y entonces es cuando me derrumbe por completo tirada en el suelo envolviendo mi cuerpo entre mis brazos y llorando de forma desconsolada porque este día podía matar una parte de mi para siempre.
CONTINUARA…
POV KATE
Me quede completamente helada, no me esperaba esto y mucho menos ahora… ¿era el mejor momento? La verdad es que no hay ningún momento perfecto para ello, cuando viene, viene pero… esto no me lo esperaba.
- Kate felicidades - dijo Lanie levantándose y abrazándome con fuerza mientras yo seguía como una estatua.
- Kate ¿no estás contenta? - pregunto Alex muy seria, mirándome.
- Yo… no sé… no me lo esperaba. ¿Cómo?
- ¿Te lo tengo que explicar amiga? – pregunto Lanie riéndose.
- ¡Ays! Lanie… no me refiero a eso.
- ¿Kate usaste protección? - pregunto Alex de forma profesional.
- Bueno… no.
- ¿Entonces? Kate si no usas protección pasan estas cosas querida.
- A ver, lo sé, no soy tonta. Pero pensé… bueno Rick pensaba que la quimio lo dejo estéril.
- Si podría suceder, pero también podría ser que no, eso no es una ciencia exacta… depende del hombre, de la cantidad de quimio, del lugar donde se halle el cáncer, son muchas cosas que pueden jugar en favor y en contra. Además con la poca quimio que recibió era muy complicado que sucediera así. De todos modos, si no querías ese niño, deberías haber tomado medidas.
- Si te soy sincera Alex, no había ni pensado en tener relaciones con mi marido, debido a la situación, ya sabes… es más, la primera noche… el no pudo… nada, que fue todo un cumulo de situaciones. ¿Y ahora…?
- ¿Ahora qué? Ahora a cuidarse… a cuidar de ese bebe… de vuestro bebe Kate - dijo Lanie acariciándome.
- Yo… no sé si estoy preparada.
- Nadie lo está nunca Kate. Pero estoy segura que serás una gran madre.
- Yo… ¿debería decírselo? – pregunte aun sin tener muy claro que hacer.
- Claro. Eso le dará ánimos.
- O puede derrumbarlo. Si piensa en que se perderá la vida de su hijo, a lo mejor se viene abajo.
- Kate… creo que será feliz si lo sabe… puede durarle mucho esa felicidad o un rato… pero será feliz… si pasa lo peor, que esperemos que no. Creo que deberías decírselo pero… eso solo depende de ti.
- Ahora sí que no le puede pasar algo… yo no sé… lo necesito para cuidar de mi niño… de nuestro niño.
-Os merecéis ser felices Kate, y si existe alguien en este mundo… un Dios o lo que sea, tiene que ayudaros… solo tenéis que tener fe… solo tenéis que estar ahí y apoyaros el uno al otro.
- Voy a ser madre - dije con una sonrisa nerviosa… no me lo podía creer… iba a darle un hijo al hombre de mi vida, a mi marido.
- Anda… creo que es hora de que te vayas con él.
- Si. Gracias por todo chicas.
- Si. Gracias por todo chicas.
-Estaremos contigo el tiempo que dure la operación y después… seguiremos ahí… cerca.
- Si - dijo Alex - y por favor Kate… sé que es duro, pero tienes que ser fuerte, fuerte por ese bebe que tienes dentro.
- Si lo seré - dije sonriendo.
Fui pasillo adelante hacia la habitación de Rick sin dejar de tocarme la barriga… aún no se notaba nada y tardaría mucho en hacerlo, pero ahora… sabía que tenía que luchar con más fuerza que nunca… iba a ser madre y aunque nunca había pensado en ello, ahora mismo era lo mejor que me podía pasar y encima un hijo con él… un hijo con el hombre de mi vida… un hijo con el hombre que ha hecho que mi vida de un giro de 360 grados, pensé.
Entré en su habitación, estaba tranquilo riéndose junto a su sobrino y su hermano, sus salvadores. Pasaron de no conocerse, a ser la personita que iba a salvarlo. No pude evitar sonreír al verlos así, tan relajados… sonrientes.
- Hola - dijo mirándome con una sonrisa de adoración y me sonrojé.
- Hola.
- Edgar vamos.
- Papi no quiero.
- Anda vamos pesado - dijo cogiendo a su hijo sobre su hombro haciéndole reír. Eso me hizo pensar en mi futuro hijo y en Rick con él… sería un gran padre… el mejor.
- ¿Estas bien? – pregunto viendo como salían su hermano y sobrinos de su habitación.
- Si - dije extrañada.
- Te fuiste y pensé que algo iba mal.
- No, tranquilo. Solo… necesitaba un café.
- Oh… a mí no me dejan - dijo haciendo un mohín y yo lo bese para borrarlo de su cara dibujando una hermosa sonrisa – pero ese beso sabía a café, que rico, quiero más.
- ¿Qué tal todo? – le pregunte sentándome a su lado.
- Bien, son increíbles.
- Me alegro.
- Pero te he echado de menos - dijo abrazándose a mi cintura y atrayéndome hacia él dejando un suave beso sobre mi estómago. Sentí un montón de cosquillas al sentir allí sus labios.
- Yo también.
- ¿Dónde has estado?
- Tomando un café con Lanie.
- ¡Oh! bien.
- Rick yo…
- ¿Qué?
- Tengo que contarte algo.
- Si es malo, prefiero no oírlo.
- No sé, según se mire… - le dije mirándolo, estaba intrigado – pero malo del todo, no es… - dije riendo.
- Bien… entonces suelta que me tienes intrigado.
- Es que… me acaban de decir que…
- Vamos Kate suéltalo.
- Que estoy embarazada…estamos esperando un hijo Rick - dije de golpe. Le mire seria y allí estaba, con la boca abierta y con lágrimas cayendo por sus mejillas - Rick di algo.
- Es… la mejor noticia que me podían dar - dijo levantándose y abrazándome con fuerza. Los dos rompimos a llorar pero esta vez de felicidad, de dos personas enamoradas que iban a ser padres. Además sabía lo importante que era para él… y eso me hacía aún mucho más feliz a mí.
- Vas a ser padre - dije mirándole sonriendo como nunca antes.
- Vamos a ser padres - dijo besándome una y otra vez sin parar de sonreír.
- Te quiero.
- Y yo a ti, Kate.
- Tenía miedo.
- ¿Miedo?
- Miedo a tu reacción, a que esto no te ayudara…
- Kate soy feliz pase lo que pase. Ahora voy a luchar como un jabato para quedarme más aún si es posible. Para nada me voy a querer ir sabiendo lo que dejo aquí. Esto me da aún más fuerza para luchar, porque quiero vivir mucho más de este sueño… quiero ser feliz mucho más tiempo a tu lado… tu eres mi amuleto Kate… la fuerza… mi fuerza para luchar.
Y lo besé, lo besé como si no hubiera mañana porque estaba completamente enamorada de ese hombre, dulce y tierno que me tenía completamente loca. Lo quería y ambos lucharíamos por él… tanto yo como este pequeño que crecía dentro de mí daríamos todo de nosotros para tenerlo a nuestro lado ahora y siempre.
- ¿Cómo vamos a llamarlo? ¿Te lo imaginas? ¿Sera niño o niña? - preguntaba sin parar todo emocionado.
- ¡Ey! para el carro, vale. Apenas estamos de semanas, queda mucho.
- Ya - respondió de repente poniéndose serio.
- ¿Qué pasa Rick?
- Me encantaría poder vivir todos esos momentos, cada momento, pero no sé si…
-Hey vamos a vivirlo los tres juntos.
-Eso espero…
-Bien, podemos si quieres elegir ahora los nombres. ¿Qué le pondrías si fuera niña?
- Si fuera niña no tengo dudas.
- ¿Ah no? - pregunté sorprendida.
- Me gustaría que se llamara Johanna - lo miré sorprendida con lágrimas en los ojos.
- Rick no tienes…
- Me gusta… y te recordara a ella. Creo que es prefecto. Sería como la forma de hacerle partícipe de esta nieta y mi forma de darle las gracias por traerte a este mundo… - dijo besándome.
- Gracias, no lo había pensado pero… me gusta - dije sonriéndole - ¿Y si es niño?
- Te toca a ti.
- Me gustaría… que se llamara como su padre.
- En serio… el pequeño Ricky ya sabes quién es no sé si…
- Rick - dije golpeándole suavemente en el hombro.
- Rick Junior… me gusta - dijo soñador como si pudiera verlo.
- A mí también me gusta… vas a ser un gran padre.
- Y tú la mejor madre.
- ¿Eso crees?
- No lo creo, lo sé. Eres la persona más increíble del mundo, incluso con esa personita que llevas dentro… estoy seguro que te desvivirás por él.
- O ella.
- O ella - dijo besándome.
- ¿Cómo…como te lo imaginas?
- Si es niña… me la imagino con tu pelo… siempre me ha gustado tu pelo… me encanta lo natural que es… me gusta tocarlo, me gusta olerlo… sin duda tendría que usar tu champú… -dijo haciéndome reír - me la imagino pequeñita… morenita… con tu sonrisa… y esos ojos tuyos que me tienen completamente hipnotizado… si es así, será preciosa. Bueno si se parece un poco a mí tampoco estará nada mal.
- No claro - dije riéndome - y es niño.
- Si es niña será mi princesita y si es niño será mi príncipe. Me lo imagino moreno con el pelo de su padre - dijo poniendo caras, haciendo reír a carcajadas mientras me abrazaba a él - y tendría esa sonrisa tuya…
- Y tus ojos… me gustaría que sacara tus ojos…
- ¿Te gustan mis ojos?
- ¿Estas de broma? Tienes lo ojos más azules que conozco… me pierdo en la profundidad de tu mirada… son increíbles.
- Pues son reales - dijo besándome.
Estábamos muy bien, tan tranquilos que nada ni nadie debía molestarnos…pero parece que no quisieron hacernos caso porque de repente dieron en la puerta y entró el Doctor Carter con dos enfermeras entre ella estaba Alex.
- Siento interrumpir chicos, pero ha llegado la hora.
- ¿Ya? - pregunté con cara de sorpresa, no podía creerme que hubiera pasado ya todo el tiempo… no podía creerme que hubiera llegado ya el momento. Pero era algo normal cuando estaba con él, perdía la noción del tiempo… y eso era porque estábamos a gusto juntos.
- Lo siento pero…
- Está bien. Nos vemos en unas horas, ¿vale Kate?
- Prométemelo.
- Kate.
- Prométemelo.
- Te lo prometo - dijo tocándome la barriga y yo coloque mi mano sobre la suya intentándole dar entre dos las fuerzas necesarias para poder salir de esta, para que pudiera volver con nosotros cuanto antes.
- Te quiero.
- Yo también te quiero Kate, nunca lo olvides.
- Nunca lo olvidare - dije sin poder dejar de llorar como una niña pequeña. Sentí como Lanie se acercaba a mí y me abrazaba mientras la camilla de Rick salía de la habitación camino del quirófano. En el último momento salí corriendo pasillo adelante y paré la camilla justo antes de entrar, para besarlo una y otra vez, con todas mis ganas…. quería recordar sus besos… sus cálidos labios por el resto de mi vida…
Me separé de él pero no quite mi mirada manchada por las lágrimas hasta que no lo perdí por completo de vista y entonces es cuando me derrumbe por completo tirada en el suelo envolviendo mi cuerpo entre mis brazos y llorando de forma desconsolada porque este día podía matar una parte de mi para siempre.
CONTINUARA…
Cecifillion<3- As del póker
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Fecha de inscripción : 22/12/2014
Edad : 27
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
08.24.2015 23:30:04
Ha sido el mejor y el mas triste capitulo...por fin otro sueño cumplido para rick...ahora llega el momento de luchar...asi que por fa ayudalo a luchar... ---continua pronto que siempre es un placer leer este fic y lo que provocas...
hay dios que emociiiiiiioooooonnnnnnnnnn se que es pedir mucho pero no aguanto por el otro...
Ha sido el mejor y el mas triste capitulo...por fin otro sueño cumplido para rick...ahora llega el momento de luchar...asi que por fa ayudalo a luchar... ---continua pronto que siempre es un placer leer este fic y lo que provocas...
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BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Espero que sean buena con nosotros!! un amor como estos no puede morir asi como asi, Rick debe tener otra oportunidad al lado de Kate para poder ser felices en toda regla, sobre todo ahora que van a tener un hijo.
Este niño le permitirá sobrellevar el proceso de recuperación para al fin ver sus sueños hechos realidad!!
Este niño le permitirá sobrellevar el proceso de recuperación para al fin ver sus sueños hechos realidad!!
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Amo totalmente este fic!!! *----*
Regularmente sigo este fic por Fanfiction y lo comentaba en Twitter! Pero perdí el teléfono y todas las cuentas! :'(
Pero ni loca me pierdo un solo capítulo! <3 &&' ahora que esta en la mejor parte.. Estoy mas que ansiosa por el siguiente!! :3
- Joss Meneses! :*
Regularmente sigo este fic por Fanfiction y lo comentaba en Twitter! Pero perdí el teléfono y todas las cuentas! :'(
Pero ni loca me pierdo un solo capítulo! <3 &&' ahora que esta en la mejor parte.. Estoy mas que ansiosa por el siguiente!! :3
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CaskettJD- Escritor novato
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Fecha de inscripción : 24/08/2015
Re: TE APRENDÍ A AMAR
Capítulo 46
POV KATE
Me desperté de golpe, me faltaba el aire y sentía una presión en todo mi cuerpo…en mi corazón. Sentía como que me faltaba el aire y que todo a mí alrededor me apretaba, me sentía encerrada…
- Kate… Kate…
Abrí los ojos y empecé a respirar de forma exagerada… intentando que entrara aire en mis pulmones pero por mucho que lo intentaba no conseguía recuperarme de esa falta de aire.
- Kate… respira tranquila vale… tienes que relajarte… respira despacio… así hazlo como yo -decía Lanie a mi lado agarrándome por la mano.
Cuando conseguí recuperar mi respiración me incorpore, quedándome sentada sobre la cama donde me hallaba. Después intente levantarme, pero Martha que me miraba con cara de susto me lo impidió.
- ¿Pasa algo? ¿Esta Rick bien? - dije volviendo a alterarme.
- Cariño… Rick sigue en el quirófano… todo va bien, no debes preocuparte… tienes que relajarte vale…
- Pero…
- Kate si no lo haces por ti al menos hazlo por el niño que estas esperando – dijo Lanie muy seria.
- ¿Hijo? - preguntó Martha mirando tanto a Lanie como a mí.
- Veras… Martha me hubiera gustado que te enteraras de otra manera - dije mirando con disgusto a Lanie - pero… vas a ser Abuela.
- ¡Oh querida! - dijo abrazándome con fuerza - es la mejor noticia que podías darme. ¿Mi hijo lo sabe?
- Sí, se lo dije antes de despedirnos… estaba muy feliz.
- Me alegro mucho por vosotros - dijo volviendo a abrazarme - ahora quiero que te tumbes ahí y no te muevas, tienes que cuidar de mi nieta.
- O nieto – le recalco Lanie.
- Espero que sea niña, así podre peinarla y vestirla y ponerle un montón de pelucas… no sabes lo que se quejaba Rick cuando era pequeño - dijo haciéndonos reír a todos.
- ¿Qué me ha pasado? – dije mirando la cama y la habitación. No recordaba haber entrado allí.
- Has sufrido un crisis de ansiedad… tienes que relajarte porque eso puede afectar al feto.
- Lo siento, intentaré relajarme, aunque no es fácil, con la situación.
- Pues hazlo… yo estaré aquí contigo todo el tiempo.
- Gracias - dije sonriéndole.
- Yo también me quedo, total allí en la puerta del quirófano, no soluciono nada.
- Gracias Martha.
- Tranquila hija… porque, ¿sabes que para mí ya lo eres? eres mi familia y ahora más que nunca. Siempre cuidaré de ti.
Sentí con Martha como si estuviera con mi propia madre… me di cuenta en ese instante que habría otro momento importante en el que iba a echarla mucho en falta… pero la sentía aquí, justo a mi lado, en el interior de mi corazón, y siempre iba a estar ahí conmigo… protegiéndome, de todo lo malo, como si fuera mi ángel de la guarda.
Pasaban las horas y a pesar de tener a Martha a mi lado o a Lanie empecé a sentir de nuevo una fuerte presión en el pecho…se acercaba ya la hora de acabar la operación y sentía miedo…miedo a que no hubiera salido bien. Intentaban ayudarme en que no pensara, pero no podía… mi marido… mi amigo… el hombre de mi vida… el padre de mi hijo. Como no iba a pensar en él cuando era la persona más importante de mi vida.
De repente se abrió la puerta y pensé que era noticias pero era mi padre que entraba preocupado y se abrazó a mí con fuerza. Martha y Lanie se levantaron y se fueron sin decir ni una palabra. Me abracé a él como si hiciera un mundo que no nos veíamos.
- Papa.
- ¿Por qué no me dijiste que estabais aquí?
- Yo… me olvide por completo, yo solo…
- Vale tranquila. ¿Qué te paso?
- Un crisis de ansiedad, pero estoy bien.
- Me alegro. Cuídate. Cariño… no quiero que esto… te haga enfermar. Sé de qué hablo y perder a tu madre, casi hizo que me fuera con ella… no quiero que pases por lo mismo.
- Papa, él va a estar bien.
- Lo sé pero…
- Lo estará… lo siento aquí - dije presionando mi pecho.
Pensé en contarle lo de mi futura maternidad, después de todo Martha ya lo sabía, creí que él también se merecía saberlo y a lo mejor, hablar con él de eso, haría que dejara la preocupación a un lado por un momento.
- Papa… tengo que decirte algo.
- ¿Qué pasa? No me asustes cariño.
- Yo… estoy embarazada - dije emocionada - vas a ser abuelo - dije sonriéndole a la vez que lloraba de emoción y vi como su cara se iluminaba y me abrazaba con fuerza. Sentí que él también lloraba al ver como mi camiseta se mojaba con sus lágrimas.
- Cariño… me haces muy feliz.
- Gracias… yo también lo soy.
- Desde cuando…
- Me he enterado hace unas horas… justo antes de…
- Cariño todo va a salir bien, ahora estoy seguro - dijo abrazándome como cuando era una niña… la pequeña de papa.
Me sentí segura en sus brazos como me sentía en los de Rick… no sabía que me deparaba en el futuro pero una cosa tenía clara, no iba a estar sola, ni yo, ni este bebe que esperaba, no íbamos a estar nunca solos… teníamos una familia que nos arroparía siempre, pero si él no estaba siempre faltaría algo en mi corazón, en mi vida, habría una agujero muy profundo que me dejaría para siempre su perdida.
- Kate - dijo Martha entrando - parece que van a salir.
Me levanté de un salto y salí corriendo literalmente hacia la puerta por donde debía salir Rick del quirófano. Cuando lo vi… sentí una presión en mi pecho, estaba muy blanco, tan quieto… pero podía escuchar su latido en la máquina que llevaba adosada y eso me tranquilizó. De momento estaba vivo, de momento luchaba con todas sus fuerzas por quedarse conmigo, por quedarse con su nueva familia.
Lo seguí hasta que lo metieron en la UCI, donde no me dejaron entrar, lo seguí con la mirada a través del cristal hasta que lo dejaron en una cama tumbado, rodeado de un montón de tubos y maquinas. Salió el doctor Carter y me lancé a por él sin dejarle casi ni salir.
- ¿Cómo está? ¿Cómo ha salido todo?
- Tranquila Kate… la operación… se ha complicado un poco, estaba muy débil, pero… ha salido de ella y eso es bueno. Ahora tenemos que esperar… las próximas 48 horas son muy importante para saber si acepta o no el trasplante.
- Y si no lo acepta.
- No podremos hacer nada. Le despertaremos para que puedas despedirte de él… pero es lo máximo que se podía hacer. Pero no pensemos mal… esperemos. ¿Vale Kate? 48 horas, si todo va bien y no aparecen complicaciones, tendrá muchas oportunidades… eso no signifique que más adelante lo rechace, pero cuando llegue el momento lo afrontaremos.
- Gracias doctor. Gracias por todo lo que han hecho por nosotros.
- Es mi trabajo.
- Ya pero… se han portado muy bien con todos, no se han dado por vencidos. Así que muchas gracias - dije abrazándole, porque me había dado esperanzas y este momento era lo que más necesitaba.
Me giré y me abracé a Martha con una sonrisa en la cara, estaba feliz sabía que solo habíamos ganado una batalla pero en estos momentos era bastante.
James apareció con cara preocupada.
- ¿Cómo está?... vengo de ver a Edgar…
- Vivo… está vivo y eso es bueno - dije con lágrimas en la cara - ¿Cómo está el peque?
- Dormido, pero todo está bien.
- Me alegro… es un héroe.
- Sí, no sabes lo que va a fardar de ello con sus amigos del cole - dijo James sonriendo.
- Me gustaría agradecérselo.
- Tardará aún en despertar.
- Bien, ¿me avisarás cuando pueda…?
- Claro, claro… tranquila.
De repente apareció Alex, con cara cansada y una leve sonrisa, sin duda por la pequeña victoria que acabábamos de vivir.
- Alex… - le dije sin saber muy bien si reír o llorar.
- Hola Kate.
- ¿Cómo ha ido…?
- ¡Uf! he sufrido por él, durante un momento, parecía que se nos iba pero… me ha demostrado una vez más lo luchador y lo fuerte que es - dijo mirándole a través del cristal.
- ¿Cuándo podré estar con él?
- En unas horas, pero solo podréis entrar de uno en uno. Y no durante mucho tiempo, no queremos que haya ninguna infección, no la soportaría, está muy débil y no queremos correr ningún riesgo. Mascarillas, sin besos y sin tocaros, a no ser con guantes, de momento. Ahora debemos ir con sumo cuidado.
- Bien, haré lo que me digáis pero necesito tocarlo, necesito estar cerca, saber que está bien.
- Y yo no pienso impedírtelo, creo que le vendrá bien, pero… con cuidado.
- Lo tendré, nunca haría nada que le hiciera daño.
- Rezad todos… estos días son los más importantes. Si sale de estas 48 horas, tenemos muchas posibilidades.
- Ya, pero hay posibilidades de que vuelva a…
- ¿A rechazarlo? No creo, de todos modos, no pensemos en ello, además a pesar de que pueda ocurrir, nos dará algo de tiempo… para pasar con él. Si lo rechaza ya sea ahora o después no habrá nada que hacer. Solo tendréis unos días con él pero nada más… esperar algo más seria un milagro.
- Él creía en los milagros… y yo pienso creer por él.
- Me gusta verte así de fuerte.
- Será porque hay una parte de él dentro de mí - dije haciendo reír a todos.
- ¿Qué significa eso? - preguntó James extrañado.
- ¡Oh! vas a ser de nuevo abuelo - dije sonriendo, con una sonrisa única que solo puede darte el conocimiento de ser madre… de saber que un pequeño ser estaba creciendo en tu interior…un pequeño ser creado por los dos, creado por un gran amor… un amor para siempre.
CONTINUARÁ…
Gracias a tod@s por comentar y seguir la historia...
POV KATE
Me desperté de golpe, me faltaba el aire y sentía una presión en todo mi cuerpo…en mi corazón. Sentía como que me faltaba el aire y que todo a mí alrededor me apretaba, me sentía encerrada…
- Kate… Kate…
Abrí los ojos y empecé a respirar de forma exagerada… intentando que entrara aire en mis pulmones pero por mucho que lo intentaba no conseguía recuperarme de esa falta de aire.
- Kate… respira tranquila vale… tienes que relajarte… respira despacio… así hazlo como yo -decía Lanie a mi lado agarrándome por la mano.
Cuando conseguí recuperar mi respiración me incorpore, quedándome sentada sobre la cama donde me hallaba. Después intente levantarme, pero Martha que me miraba con cara de susto me lo impidió.
- ¿Pasa algo? ¿Esta Rick bien? - dije volviendo a alterarme.
- Cariño… Rick sigue en el quirófano… todo va bien, no debes preocuparte… tienes que relajarte vale…
- Pero…
- Kate si no lo haces por ti al menos hazlo por el niño que estas esperando – dijo Lanie muy seria.
- ¿Hijo? - preguntó Martha mirando tanto a Lanie como a mí.
- Veras… Martha me hubiera gustado que te enteraras de otra manera - dije mirando con disgusto a Lanie - pero… vas a ser Abuela.
- ¡Oh querida! - dijo abrazándome con fuerza - es la mejor noticia que podías darme. ¿Mi hijo lo sabe?
- Sí, se lo dije antes de despedirnos… estaba muy feliz.
- Me alegro mucho por vosotros - dijo volviendo a abrazarme - ahora quiero que te tumbes ahí y no te muevas, tienes que cuidar de mi nieta.
- O nieto – le recalco Lanie.
- Espero que sea niña, así podre peinarla y vestirla y ponerle un montón de pelucas… no sabes lo que se quejaba Rick cuando era pequeño - dijo haciéndonos reír a todos.
- ¿Qué me ha pasado? – dije mirando la cama y la habitación. No recordaba haber entrado allí.
- Has sufrido un crisis de ansiedad… tienes que relajarte porque eso puede afectar al feto.
- Lo siento, intentaré relajarme, aunque no es fácil, con la situación.
- Pues hazlo… yo estaré aquí contigo todo el tiempo.
- Gracias - dije sonriéndole.
- Yo también me quedo, total allí en la puerta del quirófano, no soluciono nada.
- Gracias Martha.
- Tranquila hija… porque, ¿sabes que para mí ya lo eres? eres mi familia y ahora más que nunca. Siempre cuidaré de ti.
Sentí con Martha como si estuviera con mi propia madre… me di cuenta en ese instante que habría otro momento importante en el que iba a echarla mucho en falta… pero la sentía aquí, justo a mi lado, en el interior de mi corazón, y siempre iba a estar ahí conmigo… protegiéndome, de todo lo malo, como si fuera mi ángel de la guarda.
Pasaban las horas y a pesar de tener a Martha a mi lado o a Lanie empecé a sentir de nuevo una fuerte presión en el pecho…se acercaba ya la hora de acabar la operación y sentía miedo…miedo a que no hubiera salido bien. Intentaban ayudarme en que no pensara, pero no podía… mi marido… mi amigo… el hombre de mi vida… el padre de mi hijo. Como no iba a pensar en él cuando era la persona más importante de mi vida.
De repente se abrió la puerta y pensé que era noticias pero era mi padre que entraba preocupado y se abrazó a mí con fuerza. Martha y Lanie se levantaron y se fueron sin decir ni una palabra. Me abracé a él como si hiciera un mundo que no nos veíamos.
- Papa.
- ¿Por qué no me dijiste que estabais aquí?
- Yo… me olvide por completo, yo solo…
- Vale tranquila. ¿Qué te paso?
- Un crisis de ansiedad, pero estoy bien.
- Me alegro. Cuídate. Cariño… no quiero que esto… te haga enfermar. Sé de qué hablo y perder a tu madre, casi hizo que me fuera con ella… no quiero que pases por lo mismo.
- Papa, él va a estar bien.
- Lo sé pero…
- Lo estará… lo siento aquí - dije presionando mi pecho.
Pensé en contarle lo de mi futura maternidad, después de todo Martha ya lo sabía, creí que él también se merecía saberlo y a lo mejor, hablar con él de eso, haría que dejara la preocupación a un lado por un momento.
- Papa… tengo que decirte algo.
- ¿Qué pasa? No me asustes cariño.
- Yo… estoy embarazada - dije emocionada - vas a ser abuelo - dije sonriéndole a la vez que lloraba de emoción y vi como su cara se iluminaba y me abrazaba con fuerza. Sentí que él también lloraba al ver como mi camiseta se mojaba con sus lágrimas.
- Cariño… me haces muy feliz.
- Gracias… yo también lo soy.
- Desde cuando…
- Me he enterado hace unas horas… justo antes de…
- Cariño todo va a salir bien, ahora estoy seguro - dijo abrazándome como cuando era una niña… la pequeña de papa.
Me sentí segura en sus brazos como me sentía en los de Rick… no sabía que me deparaba en el futuro pero una cosa tenía clara, no iba a estar sola, ni yo, ni este bebe que esperaba, no íbamos a estar nunca solos… teníamos una familia que nos arroparía siempre, pero si él no estaba siempre faltaría algo en mi corazón, en mi vida, habría una agujero muy profundo que me dejaría para siempre su perdida.
- Kate - dijo Martha entrando - parece que van a salir.
Me levanté de un salto y salí corriendo literalmente hacia la puerta por donde debía salir Rick del quirófano. Cuando lo vi… sentí una presión en mi pecho, estaba muy blanco, tan quieto… pero podía escuchar su latido en la máquina que llevaba adosada y eso me tranquilizó. De momento estaba vivo, de momento luchaba con todas sus fuerzas por quedarse conmigo, por quedarse con su nueva familia.
Lo seguí hasta que lo metieron en la UCI, donde no me dejaron entrar, lo seguí con la mirada a través del cristal hasta que lo dejaron en una cama tumbado, rodeado de un montón de tubos y maquinas. Salió el doctor Carter y me lancé a por él sin dejarle casi ni salir.
- ¿Cómo está? ¿Cómo ha salido todo?
- Tranquila Kate… la operación… se ha complicado un poco, estaba muy débil, pero… ha salido de ella y eso es bueno. Ahora tenemos que esperar… las próximas 48 horas son muy importante para saber si acepta o no el trasplante.
- Y si no lo acepta.
- No podremos hacer nada. Le despertaremos para que puedas despedirte de él… pero es lo máximo que se podía hacer. Pero no pensemos mal… esperemos. ¿Vale Kate? 48 horas, si todo va bien y no aparecen complicaciones, tendrá muchas oportunidades… eso no signifique que más adelante lo rechace, pero cuando llegue el momento lo afrontaremos.
- Gracias doctor. Gracias por todo lo que han hecho por nosotros.
- Es mi trabajo.
- Ya pero… se han portado muy bien con todos, no se han dado por vencidos. Así que muchas gracias - dije abrazándole, porque me había dado esperanzas y este momento era lo que más necesitaba.
Me giré y me abracé a Martha con una sonrisa en la cara, estaba feliz sabía que solo habíamos ganado una batalla pero en estos momentos era bastante.
James apareció con cara preocupada.
- ¿Cómo está?... vengo de ver a Edgar…
- Vivo… está vivo y eso es bueno - dije con lágrimas en la cara - ¿Cómo está el peque?
- Dormido, pero todo está bien.
- Me alegro… es un héroe.
- Sí, no sabes lo que va a fardar de ello con sus amigos del cole - dijo James sonriendo.
- Me gustaría agradecérselo.
- Tardará aún en despertar.
- Bien, ¿me avisarás cuando pueda…?
- Claro, claro… tranquila.
De repente apareció Alex, con cara cansada y una leve sonrisa, sin duda por la pequeña victoria que acabábamos de vivir.
- Alex… - le dije sin saber muy bien si reír o llorar.
- Hola Kate.
- ¿Cómo ha ido…?
- ¡Uf! he sufrido por él, durante un momento, parecía que se nos iba pero… me ha demostrado una vez más lo luchador y lo fuerte que es - dijo mirándole a través del cristal.
- ¿Cuándo podré estar con él?
- En unas horas, pero solo podréis entrar de uno en uno. Y no durante mucho tiempo, no queremos que haya ninguna infección, no la soportaría, está muy débil y no queremos correr ningún riesgo. Mascarillas, sin besos y sin tocaros, a no ser con guantes, de momento. Ahora debemos ir con sumo cuidado.
- Bien, haré lo que me digáis pero necesito tocarlo, necesito estar cerca, saber que está bien.
- Y yo no pienso impedírtelo, creo que le vendrá bien, pero… con cuidado.
- Lo tendré, nunca haría nada que le hiciera daño.
- Rezad todos… estos días son los más importantes. Si sale de estas 48 horas, tenemos muchas posibilidades.
- Ya, pero hay posibilidades de que vuelva a…
- ¿A rechazarlo? No creo, de todos modos, no pensemos en ello, además a pesar de que pueda ocurrir, nos dará algo de tiempo… para pasar con él. Si lo rechaza ya sea ahora o después no habrá nada que hacer. Solo tendréis unos días con él pero nada más… esperar algo más seria un milagro.
- Él creía en los milagros… y yo pienso creer por él.
- Me gusta verte así de fuerte.
- Será porque hay una parte de él dentro de mí - dije haciendo reír a todos.
- ¿Qué significa eso? - preguntó James extrañado.
- ¡Oh! vas a ser de nuevo abuelo - dije sonriendo, con una sonrisa única que solo puede darte el conocimiento de ser madre… de saber que un pequeño ser estaba creciendo en tu interior…un pequeño ser creado por los dos, creado por un gran amor… un amor para siempre.
CONTINUARÁ…
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Cecifillion<3- As del póker
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Re: TE APRENDÍ A AMAR
Que bonito me he leído unos cuantos capítulos de golpe y me ha encanta f o espero poder leer cuando antes .
love.C.and.B.Marbele- As del póker
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