Encadenados (Segunda Parte) Capitulo 18

Venga va, Kate no seas pesimista que seguro que el pececillo entrará en razón. !!Me encanta!!

lo solucionas como sea Kate, vamos que eres una mujer de recursos¡¡¡¡
por cierto me encanta¡¡¡

Con lo bien que iba todo!!! Espero que Castle recapacite y le haga caso a sus amigo@s volviendo a la comisaría.

Me gusta mucho. Continúa pronto.

Las peleas y los enfados se arreglan, por lo menos éstos dos, EN LA CAMA¡¡¡¡ y para eso, ambos son expertos, así que espero con impaciencia lo que está por venir, por eso de si me equivoco o no. Sigue pronto. BESOTESSSSSSSSS

Muy bien, continua.

sigueee

Ahhhhh continuaaa!

¡diioooosss mioo que interesanteeee!
hace poco que me lo he leido y me ha gustado muchiiiisimooo
espero que Rick no se enfade demasiado
estaré esperando la contiii

Pobrecito Castle!!! Espero que Kate sepa cómo hacer que la perdone y puedan cumplir esa fantasía pendiente Además, ojalá el escritor no pierda el interés de entrar en ese nuevo equipo!!!
Me encanta, eres una artista!!!
Sigue pronto

Ya sabía yo que Castle se acabaría dando cuenta de que tramaban algo, que no es tonto. Espero que Kate no sé de por vencida, seguro que con un poco de paciencia consigue que Castle entre a formar parte del equipo.
Buen capítulo!

Aqui os dejo el siguiente capitulo de mi historia, espero que os guste.

Nota del autor: no alarmarse con las ultimas frases del capitulo. No es que de repente esta escritora haya comenzado a tener faltas de ortografia por un tubo, la culpa ha sido de uno de mis personajes que no se encontraba muy bien fisicamente y por eso habla... asi... jeje...

Capitulo 5

Lan – Vamos… tranquila. Ya verás como recapacita y todo se soluciona.

Kat – Pero es que… le he dicho que… sé que nos quiere con toda su alma y que se vuelca con nosotras y que es lo mejor que me ha podido pasar nunca, pero se que no es feliz… no como él se merece y yo ya no se como demostrarle lo mucho que lo quiero.

Lan – Kate… Castle sabe perfectamente lo mucho que lo quieres… todos los días, pero para lo que tú quieres no tienes solución… y lo sabes… aunque aceptará el trabajo.

Kat – Lo se, lo se. Yo mejor que nadie se como es… lo viví en mis carnes y aunque gracias a Richard empecé a encontrar el camino y ahora soy una mujer plena… ni siquiera la herida se cierra cuando consigues justicia… y se que a él le pasa lo mismo… aunque intente disimularlo y eso me da tanta rabia.

Lan – Cariño…

Kat – Él se esfuerza todos los días. La terapia en Londres fue lo mejor que le pudo pasar, pero no es suficiente… yo creo que si consegue sentirse útil ayudando a la gente… Palmer esta convencida de que sería un buen complemento al equipo que esta formando y yo se que es una gran oportunidad para él… no solo por el trabajo en sí… si no porque le ayudaría con sus novelas ¿Crees que los chicos le encontrarán?

Lan – Si…

En ese momento la detective miro al reloj y se levanto de la silla.

Kat - ¿Esta hora es? Es tardísimo… menos mal que el caso ha sido rápido gracias a los resultados de la autopsia. Voy a mandar a Karposky y Smith a detener al sospechoso para que lo interroguen y cierren el caso y luego voy a ir a por Mary.

Lan – Llama a Martha y Alexis y cuéntale lo que ha pasado.

Kat – Sí… lo haré mientras voy a por la niña.

Un par de horas después y ya en casa, mientras Alexis jugaba con su hermana en la alfombra del salón, Martha y Kate hablaban en el sofá.

Mar – Hija… en mi modesta opinión no tienes porque preocuparte por Richard. Ya sabes como es… como la gaseosa...

Ale – Estoy segura de que mi padre recapacitará y aceptará hablar con esa mujer.

Kat – Os veo demasiado optimistas. Tendríais que haber visto su cara esta mañana. ¿Creéis que me he equivocado en todo esto?

Mar – No. No te has equivocado hija… quizás en la forma… pero no en el fondo. Pero Kate… y tú también Alexis… se que hemos hablando muchas veces de este tema, pero… ese hombre… Simmons… quizás nunca aparezca de nuevo… o ya esté muerto y nosotras ni siquiera lo sepamos y Richard tampoco. Debemos asumir que nunca…

Kat – Para mí es muy difícil.

Mar – Y para nosotras también. Si hay alguna cosa que más desee en esta vida es que algún día encontréis a ese cerdo y pague por lo que le hizo a mi hijo, pero debemos asumir que quizás eso no ocurre nunca. Y aunque se que no podemos pedirle a Richard lo mismo, quizás si nosotras lo conseguimos eso le haga bien… aunque sea de manera inconsciente.

Ale – La abuela tiene razón.

En ese momento el móvil de la detective comenzó a sonar y esta se levanto para cogerlo.

Kat – Son los chicos.

Kate leyó el mensaje que Javi le enviaba y suspiró aliviada.

Kat – Acaba de llegar al Old Haunt. Lo han visto entrar mientras vigilaban en su coche.

Mar – Bueno… pues entonces será mejor que nos vayamos… ya verás como ellos lo traen a casa y habladlo…

Mientras tanto y después de discutir quien entraba primero… los dos detectives accedieron al local. Castle se había sentado en la barra y tomaba una cerveza con la mirada perdida. Se observaba claramente que había estado llorando, pero ahora su semblante parecía más tranquilo…

Ric – Vaya… mis amigos… los traidores.

Rya – Jo tío…

Exp – No digas eso.

Ric - ¿Qué pasa? La jefa os ha mandado…

Los dos detectives asintieron en silencio y se sentaron a ambos lados de su amigo.

Ric – Kate… ¿Estaba muy preocupada?

Exp – Si.

Ric – Yo intento… ¿Por qué…? ¿No veíais otra opción… verdad?

Rya – Verdad.

Ric - ¿Tan intransigente puedo…?

Rya – Si… si hasta ayer no habías querido ni subir a comisaría…

Ric – Eso es cierto… lo siento… no era por vosotros…

Rya – Ya…

Exp – Era por Gates…

Ric – No… tampoco era por ella. Ese lugar es muy especial para mí. Allí Kate y vosotros me enseñasteis muchas cosas y pase grandes momentos… algunas veces me cuesta trabajo aceptar que…

Exp – Que nunca volveremos a trabajar juntos los cuatro. Ya… a nosotros también nos pasa lo mismo… y a Kate.

En ese momento los tres hombres se quedaron un rato en silencio mientras saboreaban sus cervezas.

Ric - ¿Vosotros creéis que puedo hacer…?

Exp – Por supuesto tío… todos lo creemos. Si la mismísima Laura Palmer fue la que llego a la comisaría 12 preguntando por ti.

Ric – No se si podré… tengo que pensarlo y hablarlo con Kate… ahora mismo estoy hecho un lío… vamos a emborracharnos…

Rya - No se yo si es buena…

Exp – Kate nos puede…

Ric – Gallinas… sois unas gallinas. No es negociable. Vamos a emborracharnos… es mi bar y pago yo.

Un par… o tres o… horas después la detective Kate Beckett daba su enésimo paseo por el salón de su casa mientras que esperaba a que Castle viniese. Había acostado y dormido a su hija hacia una eternidad. A la niña le había extrañado que su padre no apareciese en toda la tarde – noche. Era muy lista y no se le escapaba una y Kate le había tenido que convencer para que se durmiese porque papa llegaría muy tarde de una reunión de trabajo y no podría ver sus nuevos dibujos de la escuela. ¿Dónde se habrán metido esos hombres? Espero que no estén…

Ric, Rya y Exp – (Cantando… no… destrozando los oídos) ¡El vino que tiene asunción no es blanco ni tinto ni tiene color! (Rancia canción de borrachos) ¡ASUNCIÓN… ASUNCIÓN…!

Kat – ¡No me lo puedo creer!

En ese momento abrió la puerta del loft y se encontró con los tres hombres de frente que venían en un estado… lamentable… bastante lamentable.

Ric – Hola mujecita… uy… que cara más mala tieeeees… es que… he traído a estos amigos… yo… hip… estoy borracho.

Kat – Eso ya lo veo.

Ric – No hace falta… hip… que me indiques el camino al zofá… hip… yo ya voy zolo.

Y se soltó del brazo de sus dos amigos… ya que venía apoyándose en ellos y… ellos en él para no caerse de la cogorza y comenzó a andar sujetándose como podía a los muebles…

Ric – Eztos muebles ze mueven…

En ese momento Kate se volvió hacia los dos detectives y comenzó a darle pequeños puñetazos en los brazos.

Kat – Pero… ¿Qué le habéis hecho? Me lo traéis a casa borracho… ¡Como una cuba!

Exp – Jo… no te pongas tan violenta.

Rya – Él nos obligo.

Kat – Largo de aquí si no queréis recibir más y… coged un taxi.

Y cerro la puerta con… cautela para no despertar a Mary. Cuando se volvió Castle había llegado hasta el sofá, pero seguía milagrosamente de pie junto a él. Su esposa se acercó y los dos se miraron…

Cas – Veo do Kates… uff… sé que… deberíamos… hip… hablar… peo es que estoy muy pedo… yo solo… te quieo mucho… a la do… Kates…

CONTINUARA…

Ja... Manhattan patria queridaaaaaaaa... Manhattan de mis amoreeeeeeees... quien estuviera en Manhattaaaaaaan... en algunas ocasiooooooooneeesss... muy bueno y no te preocupes por Castle, mi Kate no es de las que riñen...

¿Ninguna de las dos Kates riñe? Qué bueno el capítulo, !A por más!

Vaya cogorza que se han cogido los tres, jejejejeje. Espero que todo se arregle pronto.

Continúa pronto.

Jajajaa pobre Kate, ahora tendra que ahuantar a un muy borracho Castle...
Recapacitara este hombre? CONTINUA PRONTOO!

No si kate, ya sabemos que no es de las que riñen¡¡¡¡ pero es de las que se las guardan para mejor ocasión, y no se yo si para entonces Castle lo va a tener más fácil, para mí que cuando acabe con él, no sea él el que se baje los pantalones. JAJAJAJAJAJAJA
Esta seguro que lo mete en la bañera con ropa y todo...........

P.D. Se les olvidó, .... con el pin piribin pin pin, con el pan paraban pan pan, al que no le gusta el vino es un animal, es un animal, .... o no tiene un real.....

Me encanta esta historia!!!! Jajajajaja qué gracioso este Castle borracho!!!
Ya quiero ver cómo sigue esa conversación
Sigueeeeeeee!

Precioso, sigueeeee.

¿Dos Kate? Eso puede ser interesante jajaja
Que gracioso ha estado el final con Castle borracho.
Espero que lo continues pronto, tiene pinta que el siguiente capítulo va a estar muy bien.

jajajajajaj sugueeeeee

Bueno... mientras se termina de bajar el capitulo y asi poder verlo y mientras me sigo recuperando despues de varias horas de la promo del 15 (la medicacion no me funciona muy bien en estos casos jeje) os dejo un nuevo capitulo de mi historia.

Lo siento pero no va a haber conversacion borracho - do kates porque mi protagonista masculino esta demasiado perjudicado jeje. De todas formas el bochorno lo va a pasar... despues. Espero que os guste y gracias por vuestros comentarios.

Capitulo 6

Y dicho esto el escritor se despatarro (que bonito verbo despatarrarse) en el sofá cual largo era y en cero coma segundos comenzó a roncar ruidosamente. La detective suspiró resignada y se arrodillo en el suelo junto a su marido y durante unos segundos lo miro con infinita ternura. Cuando se acercó para darle un beso de buenas noches…

Kat – Uff… que mezcla más explosiva… cerveza… whisky… como huele… mejor dejo el beso para otro momento… ¡Que horror! ¿Yo… que voy a hacer contigo ahora?

Y como pudo lo acostó lo más cómodamente posible en el sofá y fue a buscar una manta para arroparlo para que no cogiese frio por la noche. Después se fue a su habitación e intento conciliar el sueño aunque estuvo toda la noche en un duerme vela insoportable. Un par de veces bajo de nuevo para ver si Castle seguía en el sofá y allí continuaba durmiendo la mona roncando escandalosamente.

A la mañana siguiente cuando el ojo izquierdo del escritor consintió abrirse, porque lo tenía pegado por las legañas (otra bonita palabra) que se le habían acumulado durante la noche debido a las consecuencias de la borrachera, lo primero que vieron sus ojos azules fue la sonrisa alegre y entusiasta de su hija de tres años y medio.

Mar – Hola papi… ¿Qué haces aquí?

Kat – Anda cariño… porque no le cuentas a la niña porque estas ahí…

La que había hablado era… su mujer… evidentemente desde la cocina donde estaba preparando el desayuno y el tono de su voz no había sonado nada halagüeño.

Ric – Udifsdifdifdfd… mi cabeza…

Mar - ¿Estas malito?

Ric – Yo… Kate ayúdame… algo así…

Mar - ¿Tienes fiebre?

Ric – No… pero no te preocupes… no es contagioso y se pasa en cuanto tu madre me prepare la medicina especial que tu abuela tiene para estos casos…

Mar - ¿Y porque no has dormido con mama si no es contagioso?

Mierda… mierda…

Ric – Porque… yo… Kate ayúdame…

Kat – Anda… deja a tu padre y ven aquí. Le duele mucho la cabeza porque anoche llego muy tarde de la reunión que tuvo y cogió… algo de frío.

La niña miro a sus padres de manera alternativa no muy convencida por las respuestas que estos le habían dado y encogiéndose de hombros llego hasta su silla especial para desayunar y comenzó a hacerlo. En ese momento Kate se acercó hasta su marido y se sentó en el sofá junto a él con la mezcla explosiva de Martha Rogers para este tipo de… enfermedades que tenia un color sospechosamente verde.

Kat – Anda, incorpórate y tómate la… medicina.

Cuando el escritor se incorporó… mucho más rápido de lo que debía…

Ric - ¡Oh mierda! ¡Mi salón es una noria a toda pastilla! ¡Mi salón es una noria!

Y tan rápido como sus piernas se lo permitieron se dirigió hacia el cuarto de baño donde por los ruidos que se oían, Kate y su hija pudieron comprobar con desagrado que Richard Edgar Castle estaba echando lo que había bebido la noche anterior por varias… aberturas (perdón por ser tan escatológica, aghhhhh.) La niña miró a su madre algo asustada y sorprendida por la reacción de su padre y la detective intuyó que su hija iba a llorar de un momento a otro.

Mar - ¿Papi ha dicho… mierda?

Sin poder contenerse Kate comenzó a reír nerviosamente por la situación contagiando así a su hija y evitando de esta forma que la niña llorara. Unos diez minutos después el escritor salió del cuarto de baño con la cara medio lavada y los dientes más o menos limpios e intentando recomponer su maltrecha situación.

Ric - ¿Os habéis estado riendo… de mí?

Kat – Es que estás patético y…

Y de nuevo comenzaron a reír.

Kat – Anda cariño. Sube a tu habitación despacio y ve preparando las cosas para asearte y vestirte que mami sube enseguida. Voy a acostar de nuevo a tu padre a ver si así se pone menos malito.

Mar – Si mami. Y que no se te olvide darle esa medicina verde. Debe ser horrible.

Cuando la niña desapareció escaleras arriba la detective se acercó hasta su marido y le dio un corto beso en la mejilla.

Kat - ¡Estas horrible!

Ric – Muchas gracias… mi cabeza y mi estómago han tenido mejores días. Que desastre soy. Mi hija me ha visto con una de las peores resacas de mi vida. Es bochornoso.

Kat – Anda vamos. Acuéstate en tu antigua cama.

Y cogió cariñosamente a su marido de la mano mientras que con la otra llevaba la medicina verde. Cuando llegaron a la habitación Castle se sentó en la cama y Kate le paso el vaso.

Ric – Es asqueroso.

Kat – Lo sé. Yo también lo he tomado un par de veces. Te acuerdas cuando estuvimos en… bueno… eso no viene al caso ahora. Eso es… despacio… que te vas a atragantar.

Ric – Aghhh… ¡Ya esta!

Cariñosamente la detective desnudo a su marido de medio cuerpo hacia arriba y le ayudo a acostarse arropándolo cariñosamente.

Kat - ¿Siguen los mareos?

Ric – Un… poco. Yo… lo siento. Debería…

Kat – Shh… ya hablaremos más tarde. Intenta dormir un poco más y hacemos lo que teníamos planeado para este día. Tengo medio día libre y cuando sea la hora…

Ric – Recogemos a la niña del colegio. Y después nos vamos con ella a comer en Central Park…

Kat – Si… y ahí hablamos.

Durante unos segundos se mantuvieron en silencio y después acercaron sus rostros para fundirse en un tierno beso en los labios.

Kat – Voy a ayudar a la niña. Seguro que ya ha puesto su dormitorio patas arriba. Hasta luego.

Ric – Hasta luego cariño.

Durante unos minutos el escritor se quedo observando el techo de su antigua habitación con mirada ausente mientras oía a su hija y a su esposa trajinar arriba. Unos minutos después de que las dos se marcharan del loft el sueño poco a poco le fue venciendo y se quedo dormido de nuevo. Unas tres horas después volvió a despertarse mucho más descansado y cuando se incorporo lentamente pudo comprobar con alivio que los mareos habían desaparecido, no así cierto desasosiego en su estómago así que decidió que de momento no iba a comer nada aquella mañana.

Despacio llego hasta el cuarto de baño y termino de desnudarse para meterse en la ducha. Cuando el agua caliente se puso en contacto con su piel un sonido placentero salió de su garganta y se paso prácticamente debajo de la ducha una bendita eternidad hasta que intuyo que ya era una verdadera pasa. Después salió y se enfundo en su albornoz mientras se limpiaba de nuevo los dientes para desechar cualquier tipo de recuerdo físico de la borrachera. Acto seguido se dirigió a su habitación y se puso ropa cómoda (hacia siglos que pasaba de los trajes y solo recurría a ellos cuando la ocasión lo requería) metió su portátil en la mochila y salió a la calle.

Una de las aficiones que había cogido de su estancia en Londres era escribir en la calle mientras Kate hacia ejercicio y una vez en Nueva York y cuando la inspiración no llegaba a las cuatro paredes de su despacho solía coger a Mary, salir y dirigirse a uno de los múltiples parques y jardines que había en Nueva York o una cafetería si hacía mal día y escribir allí. Esta vez se decidió por un parque que estaba cerca del colegio de su hija y cuando llego hasta allí se sentó en un banco y comenzó a escribir. De vez en cuando alzaba la cabeza y observaba fijamente alguna escena o persona de las que solían pasear por allí. Alguna vez había coincidido en el banco donde se sentaba a escribir con gente desconocida y solía entablar conversación con ellos convirtiéndose esto en una fuente de información e inspiración inagotable. Cuando llego la hora de ir a recoger a su hija volvió a meter el portátil en su mochila y se dirigió a la escuela.

Jen – Richard…

El escritor se acercó hasta la esposa de su amigo y los dos se saludaron con cariño.

Ric – Buenos días Jenny.

Jen – Buenos… días. ¿Cómo estas?

Ric – Ehhhh… más o menos. ¿Y Kevin?

Jen – Más o… menos. Cuando esta mañana Kate lo llamo para ir a trabajar parecía un muerto viviente por la casa.

Ric – Lo siento… ha sido todo culpa mía. Yo les obligue.

Jen – Creo que algo de eso le entendí anoche cuando llego a casa y se quedo dormido… en el sofá.

Ric – Culpa mía… repito…

Mar - ¡Papi!

CONTINUARA…

Yo tambien aprovechare a leerte mientras preparan la cena en mi casa, no tendremos subtitulos hasta dentro de un buen rato pero por lo menos os tenemos una vosotras las escritoras.

No había tenido tiempo de leer el anterior y comentarte cuando me encuentro con otro regalito.

Después de Manhattan patria querida que no le haya caído charla y encima le hayan dejado descansar es... ¿raro? jajaja

Bueno, después de todo lo que le has hecho sufrir al pobre, se merece que le dejen cogerse una cogorza espectacular de vez en cuando...

A la espera de tu próximo capi...