Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
bieeeeeeeeeeeeeeeeeen capi nuevo!!!! llevaba tiempo sin meterme y cuando lo he hecho tenia este regalito ^^^que tal si el próximo para reyes? o mejor para año nuevo XDD lo siento es que me encanta el fic y quiero seguir leyéndolo cuanto antes xDD
xonika- As del póker
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
quiero capitulo jou
cuando vais a subir
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CASKETT ALWAYS
Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
yocastleNYPD escribió:quiero capitulo jou
cuando vais a subir
Chicas opino lo mismo para cuando capitulo... No sé a quien le toca pero no nos tengan en ascuas por favor
Espero pronto la continuación, más ahora que ya saben como revertir el hechizo
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Vaya, yo que pensaba que ya habríais subido capítulo nuevo...
Vamos chicas, estoy deseando saber como solucionan este lío
Vamos chicas, estoy deseando saber como solucionan este lío
Sara Castle- Ayudante de policia
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
continualo prontooo!!
aver cuando se cambian de cuerpo y se pueden besar con "tranquilidad"
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castlefan :)- Escritor novato
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
¿No os habéis enterado aún? el Día de Reyes y el de Año Nuevo no han llegado. Hasta que no suba mi capítulo no llegan. Así que no os preocupéis más que para Reyes y Año Nuevo lo tenéis recién sacadito del horno. Y esto parece un monete de arroz, y tengo hambre. Así que ahí se queda :E
DmL- Actor en Broadway
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
en el calendario chino ya hemos entrado en un nuevo año así que... para cuándo OTRO CAPI?
Ahora en serio, estoy deseando saber como reaccionarán después de ese beso, no me hagáis sufrir más... plis!!
Ahora en serio, estoy deseando saber como reaccionarán después de ese beso, no me hagáis sufrir más... plis!!
Sara Castle- Ayudante de policia
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Localización : Delante del PC
Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Sara Castle escribió:en el calendario chino ya hemos entrado en un nuevo año así que... para cuándo OTRO CAPI?
Ahora en serio, estoy deseando saber como reaccionarán después de ese beso, no me hagáis sufrir más... plis!!
Opino lo mismo nos estan haciendo sufrir Para cuando otro capi??
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
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Capítulo 15 - Reflexiones en pijama de felpa.
Hola a todos!! Antes de nada: ¡¡FELIZ AÑO NUEVOO!!
De verdad espero, esperamos (las tres mosqueteras, claro está), que os guste lo que os disponéis a leer y que (ya fuese por exámenes, constipados, virus, y niños correteando por las paredes -entre otras cosas-) ha tardado tanto en quedar más o menos como queríamos que fuese. Pero sois geniales y aún así seguís leyendo capítulo tras capítulo, y comentando siempre. Por eso os merecéis un sincero 'gracias' y lo mejor de lo mejor (casi) recién salido de nuestras pervertidas mentes (y hoy más que nunca, ya veréis porquéSPOILERSPOILER)
Muchas gracias por tener tan buen gusto en cuanto a fics y, lo dicho:
FELIZ AÑO :3
EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:
“Claro, ¡Qué fácil es todo desde tu lado! Pues si tan listo crees que eres, dime ¿Crees que tú habrías llevado mi vida mejor que yo?”
“Indudablemente. Pero no estoy hablando de tu vida en general”
“¿Te refieres a nosotros? ¿Contigo? ¿Quieres decir que no he hecho las cosas bien contigo?”
“Sí”
“Ahá, vale ¿Y qué habrías hecho tú en mi lugar? Porque esto no es tan fácil, ¿Sabes?” – Le miró con los ojos llenos de furia. – “Venga, estoy deseando ver cuánto vas a cambiar mi vida, Richard Castle”
“Pues tal vez debería empezar haciendo algo que siempre has querido” – Dijo al mismo tiempo que ponía una mano en su mejilla y se alzó un poco para llegar a sus labios.
Instantáneamente, ella se pegó más a su cuerpo y le apretó la cabeza por la nuca para que no pudiera apartarse ni aun que quisiera.
Se besaron tan irracional y apasionadamente, que no se dieron cuenta de que se habían apoyado en un coche algo más fuerte de la cuenta y la alarma de éste había empezado a sonar.
Poco a poco, el beso se fue haciendo más suave, más tierno, aun que seguían con los ojos cerrados. Tal vez era por el miedo a que, si los abrían y veían que no era la situación adecuada, que ni siquiera estaban en el cuerpo adecuado, aquello pararía. Y no querían parar.
A pesar de lo raro que pueda parecer, besarse era la sensación más cercana a estar de nuevo en su propio cuerpo que habían experimentado en tiempo. Si bien el elevado nivel de estrógenos de Castle se notó en sus cambios de humor, ahora era el turno de Beckett en lidiar con la testosterona que emanaba del cuerpo que custodiaba su alma, no en un plano metafórico como había sucedido hasta entonces, sino en uno siniestramente literal. Beckett sintió el subidón típico de una situación como esa, pero lo que pasó a continuación demuestra que los hombres se dejan llevar por sus instintos más básicos, y era precisamente lo que estaba dispuesta a alegar para defenderse.
Beckett se encontraba casi dominada por el deseo de continuar, tal vez su alma añoraba su verdadero cuerpo y sin darse cuenta, empujaba el cuerpo de Castle contra el suyo propio en un vano intento de volver a su lugar y así es como acabaron contra un coche; a Castle se le estaba clavando el cierre del sujetador contra la puerta pero en ese momento le importaba más bien poco. Beckett seguía acercándose más y más, queriendo sentir más y al mover una de sus piernas chocó con la parte delantera del coche. Claro que ella no contaba con los kilos y la fuerza de más que llevaba a rastras últimamente, pero la alarma del coche se encargó de recordárselo. A los dos. A los demás conductores que se encontrasen en ese momento allí. Y probablemente a medio Nueva York.
Tuvieron mala suerte porque el guardia de seguridad no era de esos que en las películas nunca se enteran de nada. Este se tomaba muy en serio su trabajo y en cuanto oyó la alarma pensó que era su momento de gloria y debía estar a la altura porque desenfundó la linterna y la pistola y empezó a gritar un ‘¿quién anda ahí?’ digno de los mejores musicales.
Castle y Beckett abrieron los ojos y ella soltó un alarido. Después de montárselo con alguien no es nada agradable ver tu propia cara. Tomó nota. La próxima vez miraría a otro lado antes de abrir los ojos. ¿Próxima vez? ¿Ya estaba pensando en una próxima vez?
Cogió de la mano a Castle, que con los tacones y en estado de shock no se estaba desenvolviendo muy bien y tiró de elélla para salir cagando leches hacia el coche y rezar para que el guardia no les reconociese y no fuesen la comidilla de la comisaría al día siguiente.
A salvo. Por fin llegaron al piso de Beckett. Castle fue corriendo al dormitorio para, con un sonoro suspiro, hacer saber a todo el que pudiera haberle escuchado que acababa de quitarse los tacones. Beckett se asomó y le encontró estirado en la cama moviendo los dedos de los pies como si acabase de descubrirlos.
“Iba a abrir vino...” - Después del trayecto tan incómodo que habían vivido, necesitaba vino. Bueno, en realidad necesitaba volver a su cuerpo y seguir besándole pero el vino podría bastar. De momento. ¿Qué le estaba pasando?
“Sí, por favor.” contestó Castle incorporándose de la cama y yendo hacia el baño. “Ahora voy al salón...” Miró a Beckett y se ruborizó, iba a cambiarse de compresa y solo de pensarlo ya se ponía malo.
“Claro, te espero allí.” contestó sonriendo un poco. Fue al salón y le dio tiempo a poner un par de copas en la mesa cerca del sofá, preparar ‘Miss Agente Especial’, abrir la manta y ponerse el pijama de Castle. El hombre era lento. Muy lento.
Beckett acababa de empezar a servir el vino cuando oyó a Castle arrastrando los pies descalzos en dirección al sofá, donde se desplomó y justo después se dobló hasta formar un ovillo con su cuerpo. Beckett le miró con dulzura y de manera completamente inconsciente, estiró el brazo para acariciarle el hombro. OEGHEOÑAIGHEOIRGHEOÑR!!! Su cerebro se puso en marcha y dio la voz de alerta justo a tiempo. Sobresaltada, frunció el ceño y desvió la trayectoria de su mano en dirección a la botella de vino. Carraspeando anunció que iba a servirle.
“Gracias” contestó él con una sonrisa forzada por el dolor, mientras se incorporaba y se sentaba de manera más apropiada en el sofá. “¿Es bueno mezclar los calmantes para la regla con vino?”
“Sólo si después echas mano a un buen helado” bromeó Beckett mientras alzaba la copa para brindar.
Castle empezaba a sentirse cómodo. Miró alrededor descubriendo gratamente que no le importaría esperar otro ciclo lunar si hiciese falta. A excepción de lo inevitable que sería menstruar... ¿o le daría tiempo a encontrar a un cirujano dispuesto a practicar una castración en seres humanos? “¡¡OH DIOS MÍO Beckett!! ‘¿Miss Agente Especial?’ ¡Me encanta esa película! ¡¡Dale dale!!” dijo entusiasmado, arrimándose más a Beckett y enrollando la manta alrededor de los dos. El cuerpo de Beckett se tensó automáticamente a modo de respuesta. Olía a cerezas. Inspiró profundamente y se relajó contra su hombro. Poder permitirse los pequeños placeres típicos de “esos días” pero sin tener que sufrir los dolores era un auténtico gustazo.
“Castle... ¿estás llorando?” - la película estaba a punto de acabar y Beckett había reparado en una lágrima corriendo por su rostro hasta llegar a la comisura de los labios.
“¿Qué? ¿Yo? Yo soy un hombre, no lloro con estas películas Beckett, no seas ridícula.”
“Ya claro. Tampoco un ‘hombre’ - exageró el gesto de las comillas con las manos - se emociona al descubrir que íbamos a ver esa película, ni reprime las lágrimas, con poco éxito, si se me permite decirlo, mientras come helado como si no hubiera mañana.”
“Vale... he de reconocer que esta vez me ha gustado más la película. Me he sentido muy identificado con Sandra Bullock...” decía mientras se ponía rojo como un tomate.
“No pasa nada.” contestó ella limpiándole una lágrima que caía por su mejilla. “Creo que es algo muy dulce.”
Castle levantó la vista y se dio cuenta de que los ojos que veía sí, eran los suyos: azules, rasgados... pero no eran como siempre. No estaban como siempre, tenían algo especial. ¿Era esa la cara de bobo que se le ponía al estar tan cerca y siendo tan vulnerable a Kate? ¿o era el resultado de haber cambiado su alma por la de ella? ¿Nadie más se había dado cuenta? Cuando quiso darse cuenta, todo aquel hilo de pensamiento había desaparecido. Ahora tenía los ojos cerrados y sentía la leve presión de un beso en sus labios. Lo único en lo que podía pensar era que ahora estaban solos, ninguna alarma para interrumpirles y ningún tío de seguridad del que huir. Por otro lado, parecía que Beckett estaba pensando lo mismo porque en un movimiento rápido y sin separar los labios se puso encima de Castle. Este se las arregló para incorporarse lo suficiente como para girar un poco, dejando a Beckett con la espalda apoyada en el sofá, y quedando él esta vez encima. El beso que compartían era cada vez más y más intenso, estaba dejándoles casi sin aire. Castle aprovechó a respirar hondo mientras movía sus labios por el cuello de Beckett. Un pequeño gemido se perdió entre el sonido de los pequeños besos en el cuello. Castle no pudo resistirse y llevó la situación un poco más hacia el abismo. Se colocó mejor entre las piernas de Beckett y empezó a mover las caderas contra las de ella.
¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ Q U É ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! !
Justo en ese momento notó un bulto sospechoso donde no debía estar. Nada más que una vez, y SÓLO una vez hacía ya muchos años le había pasado algo similar cuando descubrió que Christina era Christian. Y jamás de los jamases afirmaría que había ocurrido. Por mucho que hubiese intentado borrar esos recuerdos de su mente, su cuerpo aún se acordaba y reaccionó de la misma manera que aquella vez. Su cuerpo se apartó del sofá como si acabasen de lanzarle un Avada Kedavra y le hubiesen empotrado contra la pared. Con los ojos abiertos como platos se quedó mirando a Beckett.
Beckett se levantó del sofá y se acercó a Castle con un ‘¿Qué acaba de pasar?’ mientras se colocaba un poco el pijama, que se le había retorcido mientras estabQUÉ COJON...?! Una de las manos de Beckett había rozado sin darse cuenta algo que sin duda llevaba despierto varios minutos con la intención de ser el protagonista de la noche. Beckett en ese momento entendió la reacción de Castle, más que nada porque ella intentó algo parecido. Con el inconveniente de que ella no podía alejarse de algo que tenía pegado a la entrepierna. OH DIOS MÍO. No podía estar pasándole eso. No a ella. No a ELLA. ¿Cómo **** iba a bajar eso?
“JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJA” Castle irrumpió los pensamientos de Beckett con una risa histérica, posiblemente debido a lo absurdo de ese momento. Beckett no recordaba haber sentido tanta vergüenza en toda su vida.
“¡¡Castle!! ¡Deja de reírte! ¿Qué hago?”
“JAJAJJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJA creo que voy a recordarte esta noche durante años y años. Hasta que me haga viejo y se me olvide. ¡Qué buena idea! La escribiré en algún sitio para poder seguir haciéndolo cuando eso ocurra.” Castle seguía muerto de risa en el suelo y Beckett no dejaba de dar saltitos de un lado a otro con expresión de ‘aySeñorllévamepronto’.
“¡Castlejoder! ¡Échame una mano!” dijo Beckett desesperada. Castle no pudo evitar pillar el doble sentido de esa frase.
“JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJJAJAA ¿EN SERIO, BECKETT? ¿EN SERIO? Jajajjajajajjajajajajajajajaj”
“¡CASTLE! YA. Para.Joder. O lo corto y soluciono el problema de raíz.” Beckett acertó eligiendo palabras.
“Pfff... a ver... date una ducha. Y piensa en otra cosa...” Castle se dio cuenta de que esa solución no le estaba gustando mucho a Beckett, a juzgar por la cara que estaba poniendo. “Yoooo... me voy a ir yendo a la cama... si necesitas algo avísame, vale?.” Dijo mientras huía en dirección a la cama para evitar la mirada asesina de Beckett.
‘Ui’ fue lo primero que consiguió pronunciar. Era todo un logro, teniendo en cuenta que su cabeza estaba reproduciendo algó más parecido al famoso agshajdgsgdfghkjjdjetwtfgfkkmwiaiwmyfhusjgf del fangirling, aunque aun no hubiese decidido si estaba haciendo fangirling o solo tenía un ataque de ansiedad como un piano.
Al segundo después de dejarse caer en la cama volvió a levantarse como un resorte. Necesitaba despejarse, salir, que le diese el aire y olvidar un rato todo aquello, pero Beckett aun estaba en la habitación y no le apetecía volver a cruzarse con ella ese día. Demasiado complicado.
Volvió a sentarse, esta vez más despacio y se llevó las manos a la cabeza.
‘Cómo hemos llegado a esto?’ se decía. ‘Hace pocos días aun hacía tres meses que no la veía, tenía que suplicar a los de comisaría para que me dijesen como estaba’
‘Te quiero. Te quiero Kate’ dónde había quedado aquello? Ella ni siquiera lo recordaba y eso lo hacía todo infinitamente complicado. Hacía pocos minutos que no había tenido ningún problema en lanzarse a por ella en el sofá, como si lo suyo fuera algo tan primario; pero solo estaba pasando por alto lo importante porque era desde el punto donde lo veía o... entendía ella todo.
‘No es el momento’ no. No era el momento para tratar algo tan importante con todo lo que llevaba días ocurriendo. Pero se lo debían, se lo... merecían, sí. Simplemente la quería demasiado como para dejarla creer que lo que había ocurrido minutos antes era lo que se esperaba de su relación. Jamás.
Escuchó el sonido del agua, ella ya había entrado en la ducha. Se había dedicado a tomárselo a broma delante de ella para restarle importancia, pero para ella todo esto la tenía, él no era el único que estaba pasando un tramo difícil.
Y entre el susurro del cuarto de al lado y el dolor de cabeza que tenía después de casi abrírsela con la mesa de comisaría por.. problemas taconeriles de los que Beckett nunca recibiría parte, se quedó dormido con la promesa de que al día siguiente pondría todas sus cartas sobre la mesa otra vez.
Al rato Beckett salió del baño. Había llevado un tiempo pero por fin lo había conseguido. Vio que Castle ya estaba dormido en una esquina de la cama. Ella se acostó justo en la otra, dejando entre los dos sitio suficiente como para Ryan y Esposito.
A la mañana siguiente, el timbre de la puerta les despertó. Beckett se levantó para abrir y Castle la siguió quedándose en el umbral del dormitorio para cotillear y ver quién era.
Beckett abrió sin mirar quien era para así evitar que siguieran tocando el timbre. Justo al ver quien estaba en el otro lado de la puerta se arrepintió. “¡¡¿Martha?!!”
“¿Rick?” contestó la mujer sorprendida de ver a su hijo abriendo la puerta del piso de Beckett, recién levantado.
“¿Madre? ¿Qué estás haciendo aquí?” gritó Castle saliendo del dormitorio.
“¿Beckett? ¿madre? ¿qué?” dijo Martha, desviando la mirada constantemente del uno al otro, sin entender nada.
“¡Castle calla!” se giró Beckett, lanzándole una mirada.
“¿Qué?”
“¿QUÉ?”
De verdad espero, esperamos (las tres mosqueteras, claro está), que os guste lo que os disponéis a leer y que (ya fuese por exámenes, constipados, virus, y niños correteando por las paredes -entre otras cosas-) ha tardado tanto en quedar más o menos como queríamos que fuese. Pero sois geniales y aún así seguís leyendo capítulo tras capítulo, y comentando siempre. Por eso os merecéis un sincero 'gracias' y lo mejor de lo mejor (casi) recién salido de nuestras pervertidas mentes (y hoy más que nunca, ya veréis porqué
Muchas gracias por tener tan buen gusto en cuanto a fics y, lo dicho:
FELIZ AÑO :3
EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:
“Claro, ¡Qué fácil es todo desde tu lado! Pues si tan listo crees que eres, dime ¿Crees que tú habrías llevado mi vida mejor que yo?”
“Indudablemente. Pero no estoy hablando de tu vida en general”
“¿Te refieres a nosotros? ¿Contigo? ¿Quieres decir que no he hecho las cosas bien contigo?”
“Sí”
“Ahá, vale ¿Y qué habrías hecho tú en mi lugar? Porque esto no es tan fácil, ¿Sabes?” – Le miró con los ojos llenos de furia. – “Venga, estoy deseando ver cuánto vas a cambiar mi vida, Richard Castle”
“Pues tal vez debería empezar haciendo algo que siempre has querido” – Dijo al mismo tiempo que ponía una mano en su mejilla y se alzó un poco para llegar a sus labios.
Instantáneamente, ella se pegó más a su cuerpo y le apretó la cabeza por la nuca para que no pudiera apartarse ni aun que quisiera.
Se besaron tan irracional y apasionadamente, que no se dieron cuenta de que se habían apoyado en un coche algo más fuerte de la cuenta y la alarma de éste había empezado a sonar.
Poco a poco, el beso se fue haciendo más suave, más tierno, aun que seguían con los ojos cerrados. Tal vez era por el miedo a que, si los abrían y veían que no era la situación adecuada, que ni siquiera estaban en el cuerpo adecuado, aquello pararía. Y no querían parar.
CAPÍTULO 15
REFLEXIONES EN PIJAMA DE FELPA
REFLEXIONES EN PIJAMA DE FELPA
A pesar de lo raro que pueda parecer, besarse era la sensación más cercana a estar de nuevo en su propio cuerpo que habían experimentado en tiempo. Si bien el elevado nivel de estrógenos de Castle se notó en sus cambios de humor, ahora era el turno de Beckett en lidiar con la testosterona que emanaba del cuerpo que custodiaba su alma, no en un plano metafórico como había sucedido hasta entonces, sino en uno siniestramente literal. Beckett sintió el subidón típico de una situación como esa, pero lo que pasó a continuación demuestra que los hombres se dejan llevar por sus instintos más básicos, y era precisamente lo que estaba dispuesta a alegar para defenderse.
Beckett se encontraba casi dominada por el deseo de continuar, tal vez su alma añoraba su verdadero cuerpo y sin darse cuenta, empujaba el cuerpo de Castle contra el suyo propio en un vano intento de volver a su lugar y así es como acabaron contra un coche; a Castle se le estaba clavando el cierre del sujetador contra la puerta pero en ese momento le importaba más bien poco. Beckett seguía acercándose más y más, queriendo sentir más y al mover una de sus piernas chocó con la parte delantera del coche. Claro que ella no contaba con los kilos y la fuerza de más que llevaba a rastras últimamente, pero la alarma del coche se encargó de recordárselo. A los dos. A los demás conductores que se encontrasen en ese momento allí. Y probablemente a medio Nueva York.
Tuvieron mala suerte porque el guardia de seguridad no era de esos que en las películas nunca se enteran de nada. Este se tomaba muy en serio su trabajo y en cuanto oyó la alarma pensó que era su momento de gloria y debía estar a la altura porque desenfundó la linterna y la pistola y empezó a gritar un ‘¿quién anda ahí?’ digno de los mejores musicales.
Castle y Beckett abrieron los ojos y ella soltó un alarido. Después de montárselo con alguien no es nada agradable ver tu propia cara. Tomó nota. La próxima vez miraría a otro lado antes de abrir los ojos. ¿Próxima vez? ¿Ya estaba pensando en una próxima vez?
Cogió de la mano a Castle, que con los tacones y en estado de shock no se estaba desenvolviendo muy bien y tiró de elélla para salir cagando leches hacia el coche y rezar para que el guardia no les reconociese y no fuesen la comidilla de la comisaría al día siguiente.
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A salvo. Por fin llegaron al piso de Beckett. Castle fue corriendo al dormitorio para, con un sonoro suspiro, hacer saber a todo el que pudiera haberle escuchado que acababa de quitarse los tacones. Beckett se asomó y le encontró estirado en la cama moviendo los dedos de los pies como si acabase de descubrirlos.
“Iba a abrir vino...” - Después del trayecto tan incómodo que habían vivido, necesitaba vino. Bueno, en realidad necesitaba volver a su cuerpo y seguir besándole pero el vino podría bastar. De momento. ¿Qué le estaba pasando?
“Sí, por favor.” contestó Castle incorporándose de la cama y yendo hacia el baño. “Ahora voy al salón...” Miró a Beckett y se ruborizó, iba a cambiarse de compresa y solo de pensarlo ya se ponía malo.
“Claro, te espero allí.” contestó sonriendo un poco. Fue al salón y le dio tiempo a poner un par de copas en la mesa cerca del sofá, preparar ‘Miss Agente Especial’, abrir la manta y ponerse el pijama de Castle. El hombre era lento. Muy lento.
Beckett acababa de empezar a servir el vino cuando oyó a Castle arrastrando los pies descalzos en dirección al sofá, donde se desplomó y justo después se dobló hasta formar un ovillo con su cuerpo. Beckett le miró con dulzura y de manera completamente inconsciente, estiró el brazo para acariciarle el hombro. OEGHEOÑAIGHEOIRGHEOÑR!!! Su cerebro se puso en marcha y dio la voz de alerta justo a tiempo. Sobresaltada, frunció el ceño y desvió la trayectoria de su mano en dirección a la botella de vino. Carraspeando anunció que iba a servirle.
“Gracias” contestó él con una sonrisa forzada por el dolor, mientras se incorporaba y se sentaba de manera más apropiada en el sofá. “¿Es bueno mezclar los calmantes para la regla con vino?”
“Sólo si después echas mano a un buen helado” bromeó Beckett mientras alzaba la copa para brindar.
Castle empezaba a sentirse cómodo. Miró alrededor descubriendo gratamente que no le importaría esperar otro ciclo lunar si hiciese falta. A excepción de lo inevitable que sería menstruar... ¿o le daría tiempo a encontrar a un cirujano dispuesto a practicar una castración en seres humanos? “¡¡OH DIOS MÍO Beckett!! ‘¿Miss Agente Especial?’ ¡Me encanta esa película! ¡¡Dale dale!!” dijo entusiasmado, arrimándose más a Beckett y enrollando la manta alrededor de los dos. El cuerpo de Beckett se tensó automáticamente a modo de respuesta. Olía a cerezas. Inspiró profundamente y se relajó contra su hombro. Poder permitirse los pequeños placeres típicos de “esos días” pero sin tener que sufrir los dolores era un auténtico gustazo.
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“Castle... ¿estás llorando?” - la película estaba a punto de acabar y Beckett había reparado en una lágrima corriendo por su rostro hasta llegar a la comisura de los labios.
“¿Qué? ¿Yo? Yo soy un hombre, no lloro con estas películas Beckett, no seas ridícula.”
“Ya claro. Tampoco un ‘hombre’ - exageró el gesto de las comillas con las manos - se emociona al descubrir que íbamos a ver esa película, ni reprime las lágrimas, con poco éxito, si se me permite decirlo, mientras come helado como si no hubiera mañana.”
“Vale... he de reconocer que esta vez me ha gustado más la película. Me he sentido muy identificado con Sandra Bullock...” decía mientras se ponía rojo como un tomate.
“No pasa nada.” contestó ella limpiándole una lágrima que caía por su mejilla. “Creo que es algo muy dulce.”
Castle levantó la vista y se dio cuenta de que los ojos que veía sí, eran los suyos: azules, rasgados... pero no eran como siempre. No estaban como siempre, tenían algo especial. ¿Era esa la cara de bobo que se le ponía al estar tan cerca y siendo tan vulnerable a Kate? ¿o era el resultado de haber cambiado su alma por la de ella? ¿Nadie más se había dado cuenta? Cuando quiso darse cuenta, todo aquel hilo de pensamiento había desaparecido. Ahora tenía los ojos cerrados y sentía la leve presión de un beso en sus labios. Lo único en lo que podía pensar era que ahora estaban solos, ninguna alarma para interrumpirles y ningún tío de seguridad del que huir. Por otro lado, parecía que Beckett estaba pensando lo mismo porque en un movimiento rápido y sin separar los labios se puso encima de Castle. Este se las arregló para incorporarse lo suficiente como para girar un poco, dejando a Beckett con la espalda apoyada en el sofá, y quedando él esta vez encima. El beso que compartían era cada vez más y más intenso, estaba dejándoles casi sin aire. Castle aprovechó a respirar hondo mientras movía sus labios por el cuello de Beckett. Un pequeño gemido se perdió entre el sonido de los pequeños besos en el cuello. Castle no pudo resistirse y llevó la situación un poco más hacia el abismo. Se colocó mejor entre las piernas de Beckett y empezó a mover las caderas contra las de ella.
¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ Q U É ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! !
Justo en ese momento notó un bulto sospechoso donde no debía estar. Nada más que una vez, y SÓLO una vez hacía ya muchos años le había pasado algo similar cuando descubrió que Christina era Christian. Y jamás de los jamases afirmaría que había ocurrido. Por mucho que hubiese intentado borrar esos recuerdos de su mente, su cuerpo aún se acordaba y reaccionó de la misma manera que aquella vez. Su cuerpo se apartó del sofá como si acabasen de lanzarle un Avada Kedavra y le hubiesen empotrado contra la pared. Con los ojos abiertos como platos se quedó mirando a Beckett.
Beckett se levantó del sofá y se acercó a Castle con un ‘¿Qué acaba de pasar?’ mientras se colocaba un poco el pijama, que se le había retorcido mientras estabQUÉ COJON...?! Una de las manos de Beckett había rozado sin darse cuenta algo que sin duda llevaba despierto varios minutos con la intención de ser el protagonista de la noche. Beckett en ese momento entendió la reacción de Castle, más que nada porque ella intentó algo parecido. Con el inconveniente de que ella no podía alejarse de algo que tenía pegado a la entrepierna. OH DIOS MÍO. No podía estar pasándole eso. No a ella. No a ELLA. ¿Cómo **** iba a bajar eso?
“JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJA” Castle irrumpió los pensamientos de Beckett con una risa histérica, posiblemente debido a lo absurdo de ese momento. Beckett no recordaba haber sentido tanta vergüenza en toda su vida.
“¡¡Castle!! ¡Deja de reírte! ¿Qué hago?”
“JAJAJJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJA creo que voy a recordarte esta noche durante años y años. Hasta que me haga viejo y se me olvide. ¡Qué buena idea! La escribiré en algún sitio para poder seguir haciéndolo cuando eso ocurra.” Castle seguía muerto de risa en el suelo y Beckett no dejaba de dar saltitos de un lado a otro con expresión de ‘aySeñorllévamepronto’.
“¡Castle
“JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJJAJAA ¿EN SERIO, BECKETT? ¿EN SERIO? Jajajjajajajjajajajajajajajaj”
“¡CASTLE! YA. Para.
“Pfff... a ver... date una ducha. Y piensa en otra cosa...” Castle se dio cuenta de que esa solución no le estaba gustando mucho a Beckett, a juzgar por la cara que estaba poniendo. “Yoooo... me voy a ir yendo a la cama... si necesitas algo avísame, vale?.” Dijo mientras huía en dirección a la cama para evitar la mirada asesina de Beckett.
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‘Ui’ fue lo primero que consiguió pronunciar. Era todo un logro, teniendo en cuenta que su cabeza estaba reproduciendo algó más parecido al famoso agshajdgsgdfghkjjdjetwtfgfkkmwiaiwmyfhusjgf del fangirling, aunque aun no hubiese decidido si estaba haciendo fangirling o solo tenía un ataque de ansiedad como un piano.
Al segundo después de dejarse caer en la cama volvió a levantarse como un resorte. Necesitaba despejarse, salir, que le diese el aire y olvidar un rato todo aquello, pero Beckett aun estaba en la habitación y no le apetecía volver a cruzarse con ella ese día. Demasiado complicado.
Volvió a sentarse, esta vez más despacio y se llevó las manos a la cabeza.
‘Cómo hemos llegado a esto?’ se decía. ‘Hace pocos días aun hacía tres meses que no la veía, tenía que suplicar a los de comisaría para que me dijesen como estaba’
‘Te quiero. Te quiero Kate’ dónde había quedado aquello? Ella ni siquiera lo recordaba y eso lo hacía todo infinitamente complicado. Hacía pocos minutos que no había tenido ningún problema en lanzarse a por ella en el sofá, como si lo suyo fuera algo tan primario; pero solo estaba pasando por alto lo importante porque era desde el punto donde lo veía o... entendía ella todo.
‘No es el momento’ no. No era el momento para tratar algo tan importante con todo lo que llevaba días ocurriendo. Pero se lo debían, se lo... merecían, sí. Simplemente la quería demasiado como para dejarla creer que lo que había ocurrido minutos antes era lo que se esperaba de su relación. Jamás.
Escuchó el sonido del agua, ella ya había entrado en la ducha. Se había dedicado a tomárselo a broma delante de ella para restarle importancia, pero para ella todo esto la tenía, él no era el único que estaba pasando un tramo difícil.
Y entre el susurro del cuarto de al lado y el dolor de cabeza que tenía después de casi abrírsela con la mesa de comisaría por.. problemas taconeriles de los que Beckett nunca recibiría parte, se quedó dormido con la promesa de que al día siguiente pondría todas sus cartas sobre la mesa otra vez.
Al rato Beckett salió del baño. Había llevado un tiempo pero por fin lo había conseguido. Vio que Castle ya estaba dormido en una esquina de la cama. Ella se acostó justo en la otra, dejando entre los dos sitio suficiente como para Ryan y Esposito.
A la mañana siguiente, el timbre de la puerta les despertó. Beckett se levantó para abrir y Castle la siguió quedándose en el umbral del dormitorio para cotillear y ver quién era.
Beckett abrió sin mirar quien era para así evitar que siguieran tocando el timbre. Justo al ver quien estaba en el otro lado de la puerta se arrepintió. “¡¡¿Martha?!!”
“¿Rick?” contestó la mujer sorprendida de ver a su hijo abriendo la puerta del piso de Beckett, recién levantado.
“¿Madre? ¿Qué estás haciendo aquí?” gritó Castle saliendo del dormitorio.
“¿Beckett? ¿madre? ¿qué?” dijo Martha, desviando la mirada constantemente del uno al otro, sin entender nada.
“¡Castle calla!” se giró Beckett, lanzándole una mirada.
“¿Qué?”
“¿QUÉ?”
DmL- Actor en Broadway
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
jajajajjajajjjajajajajajjajajajajajjaajjajjaj como siempre ALUCINANTE CAPITULO POR FIN CAPI NUEVO QUE FELIZ ESTOY
MUCHAS GRACIAS POR SUBIR FIC
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CASKETT ALWAYS
Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
este fic cada vez me gusta mas
me he muerto de risa con lo q le paso a beckett/castle jaja
y el final con martha sin entender nada
INCREIBLE EL CAPI..TODO EL FIC
continua pronto
lovercastle- Escritor novato
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
¡Que buena sorpresa después de tanto tiempo!
Seguid así chicas
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qwerty- Escritor - Policia
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Muchísimas gracias por subir otro capi. Me ha encantado!
Sara Castle- Ayudante de policia
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
¡Pobrecitos!!!! ¿Cuándo volverán a ser ellos mismos? Me tiene intrigada la manera en que va ha suceder, y cuales van a ser sus acciones. Formidable....
marypaz- Policia de homicidios
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Ho my god!!!!!! Me encanta! es genialll.
Como saldran de este lio? jajaja eso quiero saberlo
Espero que el proximo capi llegue pronto porque es genial, y ya lo echaba de menos.
Como saldran de este lio? jajaja eso quiero saberlo
Espero que el proximo capi llegue pronto porque es genial, y ya lo echaba de menos.
carly becket- Policia de homicidios
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Buenííííísimo, como siempre. Me encanta este fic. Es super, super, super...¡¡¡NO SÉ COMO DESCRIBIRLO!!! Es genial.
Buenííííísimo, como siempre. Me encanta este fic. Es super, super, super...¡¡¡NO SÉ COMO DESCRIBIRLO!!! Es genial.
caskett mola- Autor de best-seller
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Seguirlo pronto
Castle♥Beckett- Actor en Broadway
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
no habia leido este fic...no me puedor arrepentir mas de no haberlo empezado antes...es mortal, me encanta!!!seguir prontito porfa
lucia- As del póker
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Venga ya! no me digas que acaba aquí....
Evissima- As del póker
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
¡¡¡¡¡¡¡¡MARTA SIEMPRE APARECE!!!!!!!!!
Me encantó este capi chicas! A ver si en cuerpos cambiados dan el paso de una vez o por lo menos sienten lo que siente el otro al verle
Espero que no tardéis mucho con el próximo capi
Me encantó este capi chicas! A ver si en cuerpos cambiados dan el paso de una vez o por lo menos sienten lo que siente el otro al verle
Espero que no tardéis mucho con el próximo capi
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
este fic es INCREIBLE! no se como no lo habia visto antes... me habeis hehco reir un monton! jajajaaja sois las mejores porfaa seguid escribiendo pronto me muiero de ganas por ver que pasa! vuestros fieles lectores esperan nuevo capi gracias por el fic es genial
evameva124- Actor en Broadway
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Pwahahahaha aquí me tenéis de nuevo!! me gusta más cuando me toca escribir capítulo que a un tonto un lápiz!
Os explico: hace un rato me he tomado la segunda taza grande de café solo en el día de hoy, no es que me haya vuelto más majara aun
El martes, después de un mes de exámenes de la Universidad.. acabé, el plan era leerme todos los libros que tenía en la estantería para celebrarlo, pero justo entonces mi amadaReina Mora Desi subió el capítulo 15, así que aparqué los libros y me puse a escribir este como una posesa (me habría gustado terminarlo en 2 días, pero al día siguiente de acabar los exámenes volvía a clase, así que he ido chano chano). Resultado: es el doble de largo de lo normal. Cuando lo leáis veréis por qué, espero que os guste y os haya merecido la pena esos minutillos más de capítulo
y por último muuuuchas gracias por comentar o simplemente por seguir leyendo espero que capítulo os guste
EN EL CAPÍTULO ANTERIOR
Beckett abrió sin mirar quien era para así evitar que siguieran tocando el timbre. Justo al ver quien estaba en el otro lado de la puerta se arrepintió. “¡¡¿Martha?!!”
“¿Rick?” contestó la mujer sorprendida de ver a su hijo abriendo la puerta del piso de Beckett, recién levantado.
“¿Madre? ¿Qué estás haciendo aquí?” gritó Castle saliendo del dormitorio.
“¿Beckett? ¿madre? ¿qué?” dijo Martha, desviando la mirada constantemente del uno al otro, sin entender nada.
“¡Castle calla!” se giró Beckett, lanzándole una mirada.
“¿Qué?”
“¿QUÉ?”
Ambos se miraron invitándose mutuamente a ser el primero que abriese la boca ante una Martha que los miraba cada segundo más expectante. ‘Las damas primero’ decía Castle con la mirada, ‘Ahora el que tiene vagina eres tú, gilipollas’ le respondía Beckett. Ante el panorama los dos decidieron mirar a la pelirroja con una amplia sonrisa de no-te-preocupes-no-tenemos-un-cadáver-de-jirafa-debajo-de-la-cama esperando un posible bombardeo de preguntas.
- Estáis... estáis?
- Ehmm.. puedes ser más específica madre?- preguntó Castle con cautela recibiendo al segundo un manotazo por parte de Beckett.
- Beckett, eh.. Kate. Beckett. Me acabas de llamar madre?
- No.
La conversación de besugos silenciosa se prolongó durante unos eternos segundos más. No sabían si tenían que responder a si se estaban acostando juntos o si Beckett estaba teniendo problemas de ausencia de cariño maternal. Castle pareció decidir que debía hacerle justicia a su recién adquirida vagina (a la que por cierto aun no había cambiado la compresa desde la noche anterior y empezaba a asustarse por si tenía la bandera japonesa montada en el trasero) y comenzar él. Porque dejadme que os diga dos cosas sobre las exposiciones: que cuando antes empiezas antes acabas y si expones tú, las preguntas jodidas irán para tu compañero.
- Verás, estamos aquí reunidos..
- Quieres no hablar como si fueras un cura? - le susurró ella.
- Parad. Ahora! Se perfectamente lo que está pasando aquí. Lo lleváis escrito en la cara.
Se miraron mutuamente. Lo llevaban perfectamente escrito en una cara que no era la suya, eso hacía tan obvio que no estaban en su propio cuerpo. Sabía algo Martha de la adulesc..
- Se os ha roto el condón. Es eso, verdad? Si, verdad? Conozco esa mirada, cuando era joven me miraron muchas veces así. ‘Oye nena que se nos ha roto el condón, si te preguntan algo en el hospital tu y yo no..’ de ahí que no sepa quién es tu padre, chiquillo.
---------------------------------------
- Eso es definitivamente más entretenido que mis historias de la adolescencia. Ya verás como se queda Betty White cuando se lo cuente. Yo hice una obra con ella hace años, os he contado esa historia? Mi personaje era la sobr.. y no os importa. Lo entiendo. Está bien chiquillos, si me hubiese levantado siendo Martho/Ramón tampoco me importaría una obra..
¿Vosotros cuando os ponéis nerviosos no comenzáis a hablar muy deprisa? Pues Martha también es humana, y además es ella, por lo que en vez de afrontar la adulescencia ajena poniendo cara de vaca mirando al tren comenzó con un tremendo ataque de verborrea. Es como si estuviese esperando a que contasen la anécdota definitiva para tomarse lo más en serio posible todo aquello; que ella siempre había sido creyente de todo? Si. Que su hijo y su compañera habían hecho el truco del almendruco así de verdad de la buena? Pues también.
- Por eso saliste tan rápido de casa y llevas días sin pasarte? Dios Katherine, cielo! La próxima vez sabes que puedes contarme lo que sea.
- Próxima vez y un jamón! Que no, que yo no paso otra vez por la regla, ahora se lo que siente el cielo cuando llueve!! - ‘Con-lo-buena-que-debe-estar’ vocalizó con los labios - Sabes que no me deja mirar mientras me ducho? Ni cuando me visto! Y los tacones? Has visto esos zancos?!!? Estoy viviendo solo la parte mala, madre tienes que ayudarnos!!
- Hey! La parte mala de la que llevas días quejándote es con la que yo llevo media vida! Me has oído rechistar sobre todo eso de mear de pie y..!?
Mientras Martha trataba de calmar el ajetreo, Beckett quedó cabizbaja un segundo. Sabía que no era así pero a veces se comportaba como si el único problema de todo aquello para él fuese no poder verla desnuda. La noche anterior sin llegar más lejos, ella viviendo uno de los momentos más vergonzosos de su vida y Rick lo único que hizo fue mandarla a tomar una ducha fría. Cada vez se preguntaba más si ese ‘Te quiero’ del disparo fue solo porque creía que ella estaba muriendo.
- Dices que has leído libros sobre el cambio de cuerpos? - Su propia voz la despertó de su Torre Eiffel quinta nube a la derecha. Que Martha sabía del tema, decían?
- A ver.. leer.. lo que se dice leer.. pues no. He visto ‘este cuerpo no es el mío’ de Rachel McAdams. La película no estaba mal, pero es que Mean Girls puso el listón muy alto. Regina George, ella si que era... lo siento, me estoy yendo por las ramas.
‘Si. Digamos que en mi larga carrera de actriz he conocido a mucha gente a quien no haría justicia si solo llamara curiosa. He aprendido trucos de magos porque muchos de ellos querían usarme como cobaya ante el público, qué bonitas son las chinchillas!..lo siento, a lo que íbamos. La mayoría de ellos solo utilizaban su habilidad como trabajo, pero algunos me dio la impresión de que se lo tomaban más en serio que otros. Podría nombraros aquí mismo unas cuantas personas que me dieron mala espina, pero solo con uno de ellos conversé algo más. Recuerdo que cuando te vio escribiendo con tapones en los oídos en una esquina mientras yo saludaba a esa zorra de Morgana que me quitó el papel principal, Richard, él comenzó a enseñarme las fotos de su hija; decía que tenía un mes e iba sacándole la polaroid con su sonrisa a cada persona dispuesta a escucharlo, la verdad es que era una niña muy bonita.. ahora calculo que tendrá unos veinte años. Ah, el pobre Jack, estaba como unas maracas!’
- Espera! Has dicho Jack?
- Jack de Rèmy, si. Si no hubiese parecido tan bobalicón habría puesto los pelos de punta a una serpiente, no tenía mucho talento pero disfrutaba en grande con esas cosas. Os puedo echar una mano con esto, me se todos los... por qué haces aspavientos con los brazos?
- Es.. Martha! Jack fue nuestro primer sospechoso! Su hija aparecía en las cámaras de seguridad de la librería y... ay mi madre! Qué más puedes contarnos de ellos?
- Prff.. veamos. Ella pesaba 2.900 al nacer, estaba rosita, tenía un pequeño caracolillo negro en la cabeza, orejitas de pingüino (no me miréis así, lo dijo él), iba a enseñarle todo lo que sabía, pescar, quemar hormigas... y quería que creciese en el circo o algo así donde él trabajaba; si, eso! la sala de los espejos de las atracciones del gran circo! Ya me diréis quién encierra a su hijo como sala de juegos en una sala de espejos.
- Si no recuerdo mal tu me dejabas en el armario de los disfraces del teatro, madre.
- … Eran otros años.
- Y trabajó allí mucho tiempo? Crees que podríamos encontrar cualquier tipo de prueba en esa sala?
- Y si no qué opción nos queda, Castle? - dijo con su desde hacía días voz masculina.
Se miraron fijamente (otra vez. Qué más da? nos gusta el eyesex!) y antes de que se les notase la expresión marciana de cuando te das cuenta de que llevas diez minutos mirando tu cara y no tienes muy claro si eres narcisista o solo se te ha perdido el grano de ayer, tomaron una decisión. Ir. De todas formas.. qué más opciones tenían? Faltaban dos días para la luna llena y todos sabemos de alguien con prisa por devolver su vagina a la original portadora, y otro alguien por volver a hacer el número uno sentada.
- Crees que podrías llevarnos hasta allí, Martha?
- Creéis que podéis esperar hasta mediodía cuando salga de la peluquería?
--------------------------------------
- Sabes? Creo que todos los tíos en el mundo deberíais hacer una conferencia para decidir sobre añadir algún bolsillo a los trajes, o una riñonera! Aquí no me cabe ni la linterna. Oye, has visto..?
Beckett pegaba voces desde la otra habitación, histérica por tenerlo todo controlado si había suerte de averiguar algo sobre el cambio de almas. Castle en cambio, más aburrido que yo en clase de salud pública, que ya es decir, merodeaba por el salón dándole vueltas a como le podía sacar el tema amoroso-no-erótico-no-festivo a la detective con un mínimo de seriedad y sin espantarla.
Se golpeó el talón con un armario cerca del televisor, profiriendo alguna maldición de las que en Valencia llamamos ‘‘cagarse en la figa sa’ tía’’ entre otras variantes. Por curiosidad, ya que nunca había estado en esa zona de la casa más de 5 minutos decidió abrir el armario. Total, ella había hurgado en sus calzoncillos el primer día. Chincha, rabiña!
- Una guitarra? - se aseguró de que no había moros en la costa, seguro de haber encontrado la Atlántida Beckeril - oh, Nikki Heat tocando la guitarra desnuda, solo con tacones, para Rook en un búnker ruso, escondidos de la mafia y aprovechando cada segundo como si fuera el último. Ya estoy viendo el cartel de bestseller!
Continuó hablando solo y poniendo caras de ‘I’m-too-sexy-for-my-shirt’ hasta que avistó una pequeña carpeta azul. No debería hacerlo pero... joder, había visto sus calzoncillos de Naranjito! La abrió con cuidado, procurando no hacer ruido con la goma. Eran partituras para guitarra y versos. Una de Los Miserables! La Macarena? ah no! menos mal... desdobló con cuidado una hoja, la única que no estaba impresa y parecía hecha a mano. ‘No me fastidies que ella ha compuesto una canción’
Hey blue eyes, tomorrow became yesterday
What was can never be felt again I fell in love with you, over a smile so gold, I was through
Where'd you come from, why did you come from there
Got yourself a woman, do I even care I want you to want me, the way that I want you
Ain't it strange how God fixed a plan (To want the world to) find solace in the bodies of a woman and a man
Come to me close boy, take my hand
And we'll fly off to a magic land...
- No se si es triste o solo nostálgica. Blue eyes? I fell in love with you? Got yourself a woman?
- Qué te crees que haces?
La detective atravesó la habitación en pocas zancadas y enfurecida le arrancó la partitura de las manos.
- Esto es privado - le dijo con una voz que bien podría haber pertenecido al mismo Lucifer. Se la apuntó mentalmente para repetirla cuando volviese a su cuerpo.
---------------------------------------
- Whoa! Lo siento, yo solo.. - intentaba explicarse y calmar la tempestad mientras ella con movimientos bruscos devolvía todo a la carpeta y cerraba el armario de un portazo - no sabía que tocabas la guitarra. Desde hace mucho?
- No es asunto tuyo.
- Has compuesto tu eso?
- No. Es. Asunto. Tuyo!!!
Pero él no era idiota, la había ‘leído’ perfectamente el día que se conocieron y tras estos años se le había hecho tan sencillo como respirar. Estaba nerviosa y expectante. Esperaba que él se diese la vuelta y fuese a hacer el tonto en otra parte porque había encontrado algo muy importante para ella. Y si, podía hacerlo, podía dejarlo pasar; pero él era Rick Castle y ella su detective, así que ni se lo planteó como opción.
- Va sobre alguien en concreto?
- Castle.
- Está bien. Pero te gusta la música, no? - decidió intentarlo por otra vertiente, ya que si tiraba mucho de la cuerda bien sabía lo que podía pasar - la compusiste hace mucho? - preguntó con voz calmada intentando relajarla.
- Hará un.. par de veranos. Me aburría, ya sabes.
- Hm, cierto! Me fui unos meses a los Hamptons y te dejé sin nadie a quién regañar.
Lo que pretendió ser un comentario gracioso creó automáticamente una tensión palpable en la habitación. La risa jovial de Castle se apagó de inmediato al ver la expresión de Kate, que parecía que le hubiesen dado una puñalada por la espalda. Era su propia cara, sí, pero casi podía verla a ella, con sus ojos verdes preguntándole ‘por qué me haces esto?’
Eso encendió una pequeña bombilla su mente. La canción. Ojos azules. Aquel verano. Me enamoré de ti. Conseguiste a otra mujer.
- Kate?
- Qué?
Su voz se había vuelto irascible otra vez, pero era ahora o nunca.
Y ya había esperado bastante.
- Llevo tiempo queriendo hablar contigo de un asunto importante. El día que te dispararon...
- Tu crees que este es el momento? Con todo el lío que tenemos ya? - le cortó. Si hubiera sido un gato ya tendría todo el pelo erizado. Estaba ya no nerviosa, sino rozando la histeria.
- Pero es algo que necesit..
- He dicho que no es el momento!! Es que no me escuchas?!
- Por qué te pones así si no sabes lo que te voy a decir? No recuerdas nada pero ya te contaron lo que pasó, qué más te da? Ya tienes asumido eso, por qué no es el momento de hablar de ello ahora?
Y sabéis eso de cuando le preguntáis algo a alguien a la cara y os lo intenta ocultar? Como de repente te miran fijamente pidiendo clemencia, con los labios entreabiertos listos para pedirte por favor que lo dejes? Como se quedan como estatuas y pondrías la mano en el fuego por que han dejado de respirar? Es como si cada poro de su piel expirase miedo en su estado más puro.
Y otra vez el podría haberlo dejado pasar. Podría haber cedido a esas súplicas. Pero él era Richard Castle. Y ella era Katherine Beckett, que le había mentido a la cara y abandonado a su suerte tres largos meses esperando como un cachorro a que su amo fuese a recogerlo.
- He escuchado que intentaste salvarme.
- Si, yo eh.. escuchaste? No me recuerdas tirándote al suelo?
- No, no recuerdo mucho de nada. Recuerdo que estaba en el podio y de repente todo se volvió negro.
- No recuerdas... el disparo?
- No. Dicen que hay cosas que es mejor no recordar.
Esa mirada de entonces. Debió haber sabido interpretarla mejor, era la misma que le dirigía ahora solo que más suave, más convencida. Entonces su estado la protegía, ahora no tenía escudo en su poder para parar al escritor, que ya había comenzado a apretar los dientes de la rabia.
---------------------------------
- Me escuchaste, verdad?
Si las serpientes pudiesen hablar, ese sería justo su tono de voz. Beckett abrió los ojos como platos. No estaba lista para esa conversación.
- Qué?
- Tu. Me. Escuchaste.
- Castle escucha..
- Dijiste - subió el tono de voz, contrastando con el de Beckett que cada vez se hacía más tenue - que hay cosas que es mejor no recordar. Es eso lo que llevas haciendo todo el verano? Ignorándome porque no te conviene lo que siento para tu vida perfecta y jodidamente cuadriculada?
- Rick.. n-no te estaba ignorando, yo solo...
- Y una mierda que no! - las hormonas debían estar despidiéndose a lo grande de su último día de regla porque juraría que los ojos se le empezaban a humedecer - cada maldita vez que hago algo por ti!! No importa cuanto y cuántas veces me esfuerce, y lo peor es que aun dándome cuenta no puedo parar porque vivo para poner la mano en el fuego por ti y dar mil veces las gracias cada vez que me sonríes por ello!!!!
‘Y no podías haberme dicho que necesitabas tiempo, o simplemente que no es el tipo de relación que quieres con alguien como yo! No! Claro que no! Vamos a dejar a Castle meses viviendo pegado a su teléfono esperando recibir una mísera llamada que le diga que estoy bien!! Era eso lo que se te pasaba por la cabeza?’
- No!
- DESPUÉS DE TODO ES ESE EL RESPETO QUE MEREZCO PARA TI?
- NO!
A medida que avanzaba la conversación los gritos de Beckett se habían vuelto más desesperados, justo hasta el segundo que consiguió hacer callar al escritor, donde volvió a susurrar como una niña pequeña ‘no’ porque lo estaba entendiendo todo del revés.
Discutir en el cuerpo de Castle se le hacía extraño. No tenía pelo que revolver para darse tiempo. No tenía tacones para girar más rápido y hacer ruido en el parqué. No tenía tanto labio o uña que morder. Cansada y derrotada, se apoyó ligeramente en la pared y alzó los ojos hacia él, que no le daba tregua y la había seguido, volviendo a dejar solo un mísero medio metro de distancia entre ambos otra vez.
- Como quieres que no sienta nada por ti? Eres - suspiró - todas las.. cosas buenas que hay en este mundo.
Esa última parte la dijo más que susurrando. Habría sido una vergüenza que las paredes se enterasen de sus sentimientos, parecía pensar. Si hubiese estado en su cuerpo, al agachar la cabeza habría esquivado la mirada del escritor, pero lo único que hizo en ese vano intento de escapar a sus ojos fue mirar directamente a ellos. Con el cambio de almas también había cambiado la diferencia de altura, pequeña pero existente, y se encontró con sus propios ojos.
Era así como miraba ella a Castle cada vez que le decía algo que hacía saltar su corazón por los aires? Como si no se creyera lo que acababa de oír y casi suplicara más con los ojos? Era una sensación cálida, como de cualquier viajero que después de pasar años en las tierras invernales llegaba a su hogar y se sentaba junto al fuego.
- Kate
Sin darse cuenta habían trasladado la acalorada discusión a meros susurros. Estaban llegando a tal grado de conexión que prácticamente podían ver los ojos y oír las voces del otro en lugar de los de su cuerpo.
Castle estiró la palma de su mano izquierda.. de la mano de Beckett; y ésta, temblando, posó la de Castle justo encima. Mano con mano, dedo con dedo, un roce suave que ponía en evidencia la electricidad que fluía. Ella comenzó a rozar con su índice las yemas de los dedos de él y de vez en cuando haciendo dibujos en su mano, distraída, parecía querer buscar las palabras para la conversación que llevaban meses evitando.
- Yo solo... - se le entrecortaba la voz, y él la obligó a concentrarse entrecruzando todos los dedos. La agarraba con fuerza, haciéndole saber que era el momento. Ya no podían escapar de aquello.
- Yo solo quería ser lo suficientemente buena para ti.
Lo miró a los ojos buscando alguna reacción en él que la ayudase a continuar. Rick no abrió la boca en cambio, porque parecía que literalmente estuviese bebiendo de sus palabras.
- Nunca me ha importado lo que la gente pensase de mi, si estoy aun rota por lo de mi madre es asunto mío y nunca he intentado cambiar eso por nadie porque nunca ha habido nadie por quien mereciese la pena cambiarlo, ni siquiera por mi misma porque hasta ahora no he comprendido que puedo ser realmente feliz, pero.. tu eres demasiado importante como para que me conforme con tener ese tipo de relación contigo - Castle le dirigió una mirada inquisitiva, queriendo exprimir el significado de sus palabras al máximo para que el banquete emocional fuera perfecto - porque eres mi.. eh.. persona favorita.
Él tragó saliva.
- Mi persona favorita es Alexis.
Recibió el mensaje perfectamente. ‘No te estoy pidiendo que me digas que me aprecias, que me aprecias más que a nadie, porque a veces ni con eso es suficiente para lo que te estoy preguntando’
Ella tragó saliva.
Nunca había dicho esas palabras a nadie. A quién? Eran territorio sagrado. Tan extremadamente fáciles de pronunciar como cualquier otra, pero tan difíciles de dejar salir cuando su significado es tan cierto.
- Te quiero - balbuceó rápidamente.
- Estoy enamorada de ti.
Miró a Castle. Paralizado. Notó su mano comenzar a temblar mientras él reaccionaba poco a poco. Deshizo el sólido enredo de sus dedos y cogió su mano con delicadeza, como a una dama. Aunque en ese momento el tuviese poco de caballero y ella de dama.
Se la llevó a los labios apenas rozándola. Beckett, con suavidad, liberó un dedo del embrujo que aprovechó para acariciar la mejilla de él.
- Eso es todo lo que necesitaba escuchar.
Y como los dioses habrían hervido de rabia si el banquete emocional hubiese superado con creces a cualquiera de los que ellos tenían a diario, ahí llego Martha de su pequeña excursión para salvarlos de la ira de Zeus. Es broma. Estas cosas hay que tomárselas con humor, ya la mataréis luego, pero de momento la necesitamos para continuar la historia.
Lo que habría continuado con nuestra detective favorita (a menos que haya una gran fan de Rizzoli por estos lares) apoyando su frente contra la de nuestro escritor favorito (a menos que haya un fan de.. cualquier cosa. Que yo no me meto, pero ‘el frío acero vomitaba metal’ no es muy prosaico) y a saber qué clase de babosos y deseados menesteres más; fue sustituido por la pelirroja entrando por la puerta sin ser conocedora de cuántas personas habrían querido matarla en ese momento. La ignorancia es felicidad. Por eso espero de corazón que también ignore el peinado con una extraña y sospechosa forma.. de culo? ( quienes hayáis visto Drácula de Coppola sabréis a lo que me refiero) que le habían dejado en la peluquería.
O mejor, que se vea en el espejo. Castigo por interrumpir la posible fábrica de bebés.
--------------------
Si se hubiesen molestado en mirar esa mañana por la ventana se habrían dado cuenta de la que había caído la noche anterior. Estaba el suelo embarrado, los árboles goteando, y la noria por la que acababan de pasar ligeramente inundada.
Martha se había dado cuenta en el trayecto de que había cierta aversión hacia su persona mientras que entre ellos todo se había vuelto un espectáculo disimulado de sonrojeos.
- Sois como el agua y el azúcar - dijo a su hijo mientras Beckett informaba a Esposito por teléfono de lo que se disponían a buscar.
- Y la sal, madre. Como el agua y la sal. Electrolitos: búscalo en wikipedia, que con una Remedios Cervantes en el mundo hay suficiente.
- Si, también se dice así. Electrolitos míos, ya llegamos!
Justo detrás del carrusel se alzaba un bloque destartalado con el cartel de ‘Sala de los 1001 espejos’. Si el panorama ya no era lo bastante gris, la música que llegaba del edificio no hacía más que multiplicar las ganas de salir corriendo de allí.
Hasta el más inocente caballo del carrusel parecía perseguirles con la mirada, haciéndoles saber que estaban atrapados. Mentira, solo era la música.
Se centraron en entrar a la sala de espejos, fue sorprendentemente fácil ya que la cerradura no estaba echada, al contrario que con el resto de las atracciones, eso los hizo sospechar y Beckett se apresuró a ponerse delante y sacar la pistola, que aun sin la deseada riñonera había conseguido colocarse en el traje.
Aquello era un pequeño infierno. No sabían hacia donde iban y solo se veían reflejados de mil maneras en las paredes, lo que aumentaba la confusión y el miedo del pueblo llano a que la detective metiese la pata y acabasen con una bala en la cabeza.
- Así se me ve el pelo desde atrás? Nononono! He sido yo, baja esa pistola.
- Pues deja de darte golpes con las esquinas, estás metiendo ruido!
- No nos hemos dado un golpe con nada.
- Qué? Pero yo he escuchado algo.
Aprovechando el jaleo, alguien escondido aprovechaba para moverse entre los espejos. Un ligero sonido a suela de goma llegó al oido de Kate. Castle y Martha estaban parados. Eso hacía que no supiese donde mirar ya que todo lo que veía eran a ellos y muchos espejos reflejados en otros muchos espejos.
Ella alzó la pistola de nuevo tratando de escuchar algo más que sus propios latidos taladrándole los oídos. No era un pequeño infierno, era una locura de infierno.
- La hija de Jack decíais que tenía rizos negros? - susurró Martha.
- Si, por?
- Porque creo que tenemos compañía.
Os explico: hace un rato me he tomado la segunda taza grande de café solo en el día de hoy, no es que me haya vuelto más majara aun
El martes, después de un mes de exámenes de la Universidad.. acabé, el plan era leerme todos los libros que tenía en la estantería para celebrarlo, pero justo entonces mi amada
y por último muuuuchas gracias por comentar o simplemente por seguir leyendo espero que capítulo os guste
EN EL CAPÍTULO ANTERIOR
Beckett abrió sin mirar quien era para así evitar que siguieran tocando el timbre. Justo al ver quien estaba en el otro lado de la puerta se arrepintió. “¡¡¿Martha?!!”
“¿Rick?” contestó la mujer sorprendida de ver a su hijo abriendo la puerta del piso de Beckett, recién levantado.
“¿Madre? ¿Qué estás haciendo aquí?” gritó Castle saliendo del dormitorio.
“¿Beckett? ¿madre? ¿qué?” dijo Martha, desviando la mirada constantemente del uno al otro, sin entender nada.
“¡Castle calla!” se giró Beckett, lanzándole una mirada.
“¿Qué?”
“¿QUÉ?”
CAPÍTULO 16
PORQUE ÉL ERA RICHARD CASTLE. PORQUE ELLA ERA KATHERINE BECKETT.
PORQUE ÉL ERA RICHARD CASTLE. PORQUE ELLA ERA KATHERINE BECKETT.
Ambos se miraron invitándose mutuamente a ser el primero que abriese la boca ante una Martha que los miraba cada segundo más expectante. ‘Las damas primero’ decía Castle con la mirada, ‘Ahora el que tiene vagina eres tú, gilipollas’ le respondía Beckett. Ante el panorama los dos decidieron mirar a la pelirroja con una amplia sonrisa de no-te-preocupes-no-tenemos-un-cadáver-de-jirafa-debajo-de-la-cama esperando un posible bombardeo de preguntas.
- Estáis... estáis?
- Ehmm.. puedes ser más específica madre?- preguntó Castle con cautela recibiendo al segundo un manotazo por parte de Beckett.
- Beckett, eh.. Kate. Beckett. Me acabas de llamar madre?
- No.
La conversación de besugos silenciosa se prolongó durante unos eternos segundos más. No sabían si tenían que responder a si se estaban acostando juntos o si Beckett estaba teniendo problemas de ausencia de cariño maternal. Castle pareció decidir que debía hacerle justicia a su recién adquirida vagina (a la que por cierto aun no había cambiado la compresa desde la noche anterior y empezaba a asustarse por si tenía la bandera japonesa montada en el trasero) y comenzar él. Porque dejadme que os diga dos cosas sobre las exposiciones: que cuando antes empiezas antes acabas y si expones tú, las preguntas jodidas irán para tu compañero.
- Verás, estamos aquí reunidos..
- Quieres no hablar como si fueras un cura? - le susurró ella.
- Parad. Ahora! Se perfectamente lo que está pasando aquí. Lo lleváis escrito en la cara.
Se miraron mutuamente. Lo llevaban perfectamente escrito en una cara que no era la suya, eso hacía tan obvio que no estaban en su propio cuerpo. Sabía algo Martha de la adulesc..
- Se os ha roto el condón. Es eso, verdad? Si, verdad? Conozco esa mirada, cuando era joven me miraron muchas veces así. ‘Oye nena que se nos ha roto el condón, si te preguntan algo en el hospital tu y yo no..’ de ahí que no sepa quién es tu padre, chiquillo.
---------------------------------------
- Eso es definitivamente más entretenido que mis historias de la adolescencia. Ya verás como se queda Betty White cuando se lo cuente. Yo hice una obra con ella hace años, os he contado esa historia? Mi personaje era la sobr.. y no os importa. Lo entiendo. Está bien chiquillos, si me hubiese levantado siendo Martho/Ramón tampoco me importaría una obra..
¿Vosotros cuando os ponéis nerviosos no comenzáis a hablar muy deprisa? Pues Martha también es humana, y además es ella, por lo que en vez de afrontar la adulescencia ajena poniendo cara de vaca mirando al tren comenzó con un tremendo ataque de verborrea. Es como si estuviese esperando a que contasen la anécdota definitiva para tomarse lo más en serio posible todo aquello; que ella siempre había sido creyente de todo? Si. Que su hijo y su compañera habían hecho el truco del almendruco así de verdad de la buena? Pues también.
- Por eso saliste tan rápido de casa y llevas días sin pasarte? Dios Katherine, cielo! La próxima vez sabes que puedes contarme lo que sea.
- Próxima vez y un jamón! Que no, que yo no paso otra vez por la regla, ahora se lo que siente el cielo cuando llueve!! - ‘Con-lo-buena-que-debe-estar’ vocalizó con los labios - Sabes que no me deja mirar mientras me ducho? Ni cuando me visto! Y los tacones? Has visto esos zancos?!!? Estoy viviendo solo la parte mala, madre tienes que ayudarnos!!
- Hey! La parte mala de la que llevas días quejándote es con la que yo llevo media vida! Me has oído rechistar sobre todo eso de mear de pie y..!?
Mientras Martha trataba de calmar el ajetreo, Beckett quedó cabizbaja un segundo. Sabía que no era así pero a veces se comportaba como si el único problema de todo aquello para él fuese no poder verla desnuda. La noche anterior sin llegar más lejos, ella viviendo uno de los momentos más vergonzosos de su vida y Rick lo único que hizo fue mandarla a tomar una ducha fría. Cada vez se preguntaba más si ese ‘Te quiero’ del disparo fue solo porque creía que ella estaba muriendo.
- Dices que has leído libros sobre el cambio de cuerpos? - Su propia voz la despertó de su Torre Eiffel quinta nube a la derecha. Que Martha sabía del tema, decían?
- A ver.. leer.. lo que se dice leer.. pues no. He visto ‘este cuerpo no es el mío’ de Rachel McAdams. La película no estaba mal, pero es que Mean Girls puso el listón muy alto. Regina George, ella si que era... lo siento, me estoy yendo por las ramas.
‘Si. Digamos que en mi larga carrera de actriz he conocido a mucha gente a quien no haría justicia si solo llamara curiosa. He aprendido trucos de magos porque muchos de ellos querían usarme como cobaya ante el público, qué bonitas son las chinchillas!..lo siento, a lo que íbamos. La mayoría de ellos solo utilizaban su habilidad como trabajo, pero algunos me dio la impresión de que se lo tomaban más en serio que otros. Podría nombraros aquí mismo unas cuantas personas que me dieron mala espina, pero solo con uno de ellos conversé algo más. Recuerdo que cuando te vio escribiendo con tapones en los oídos en una esquina mientras yo saludaba a esa zorra de Morgana que me quitó el papel principal, Richard, él comenzó a enseñarme las fotos de su hija; decía que tenía un mes e iba sacándole la polaroid con su sonrisa a cada persona dispuesta a escucharlo, la verdad es que era una niña muy bonita.. ahora calculo que tendrá unos veinte años. Ah, el pobre Jack, estaba como unas maracas!’
- Espera! Has dicho Jack?
- Jack de Rèmy, si. Si no hubiese parecido tan bobalicón habría puesto los pelos de punta a una serpiente, no tenía mucho talento pero disfrutaba en grande con esas cosas. Os puedo echar una mano con esto, me se todos los... por qué haces aspavientos con los brazos?
- Es.. Martha! Jack fue nuestro primer sospechoso! Su hija aparecía en las cámaras de seguridad de la librería y... ay mi madre! Qué más puedes contarnos de ellos?
- Prff.. veamos. Ella pesaba 2.900 al nacer, estaba rosita, tenía un pequeño caracolillo negro en la cabeza, orejitas de pingüino (no me miréis así, lo dijo él), iba a enseñarle todo lo que sabía, pescar, quemar hormigas... y quería que creciese en el circo o algo así donde él trabajaba; si, eso! la sala de los espejos de las atracciones del gran circo! Ya me diréis quién encierra a su hijo como sala de juegos en una sala de espejos.
- Si no recuerdo mal tu me dejabas en el armario de los disfraces del teatro, madre.
- … Eran otros años.
- Y trabajó allí mucho tiempo? Crees que podríamos encontrar cualquier tipo de prueba en esa sala?
- Y si no qué opción nos queda, Castle? - dijo con su desde hacía días voz masculina.
Se miraron fijamente (otra vez. Qué más da? nos gusta el eyesex!) y antes de que se les notase la expresión marciana de cuando te das cuenta de que llevas diez minutos mirando tu cara y no tienes muy claro si eres narcisista o solo se te ha perdido el grano de ayer, tomaron una decisión. Ir. De todas formas.. qué más opciones tenían? Faltaban dos días para la luna llena y todos sabemos de alguien con prisa por devolver su vagina a la original portadora, y otro alguien por volver a hacer el número uno sentada.
- Crees que podrías llevarnos hasta allí, Martha?
- Creéis que podéis esperar hasta mediodía cuando salga de la peluquería?
--------------------------------------
- Sabes? Creo que todos los tíos en el mundo deberíais hacer una conferencia para decidir sobre añadir algún bolsillo a los trajes, o una riñonera! Aquí no me cabe ni la linterna. Oye, has visto..?
Beckett pegaba voces desde la otra habitación, histérica por tenerlo todo controlado si había suerte de averiguar algo sobre el cambio de almas. Castle en cambio, más aburrido que yo en clase de salud pública, que ya es decir, merodeaba por el salón dándole vueltas a como le podía sacar el tema amoroso-no-erótico-no-festivo a la detective con un mínimo de seriedad y sin espantarla.
Se golpeó el talón con un armario cerca del televisor, profiriendo alguna maldición de las que en Valencia llamamos ‘‘cagarse en la figa sa’ tía’’ entre otras variantes. Por curiosidad, ya que nunca había estado en esa zona de la casa más de 5 minutos decidió abrir el armario. Total, ella había hurgado en sus calzoncillos el primer día. Chincha, rabiña!
- Una guitarra? - se aseguró de que no había moros en la costa, seguro de haber encontrado la Atlántida Beckeril - oh, Nikki Heat tocando la guitarra desnuda, solo con tacones, para Rook en un búnker ruso, escondidos de la mafia y aprovechando cada segundo como si fuera el último. Ya estoy viendo el cartel de bestseller!
Continuó hablando solo y poniendo caras de ‘I’m-too-sexy-for-my-shirt’ hasta que avistó una pequeña carpeta azul. No debería hacerlo pero... joder, había visto sus calzoncillos de Naranjito! La abrió con cuidado, procurando no hacer ruido con la goma. Eran partituras para guitarra y versos. Una de Los Miserables! La Macarena? ah no! menos mal... desdobló con cuidado una hoja, la única que no estaba impresa y parecía hecha a mano. ‘No me fastidies que ella ha compuesto una canción’
Hey blue eyes, tomorrow became yesterday
What was can never be felt again I fell in love with you, over a smile so gold, I was through
Where'd you come from, why did you come from there
Got yourself a woman, do I even care I want you to want me, the way that I want you
Ain't it strange how God fixed a plan (To want the world to) find solace in the bodies of a woman and a man
Come to me close boy, take my hand
And we'll fly off to a magic land...
- No se si es triste o solo nostálgica. Blue eyes? I fell in love with you? Got yourself a woman?
- Qué te crees que haces?
La detective atravesó la habitación en pocas zancadas y enfurecida le arrancó la partitura de las manos.
- Esto es privado - le dijo con una voz que bien podría haber pertenecido al mismo Lucifer. Se la apuntó mentalmente para repetirla cuando volviese a su cuerpo.
---------------------------------------
- Whoa! Lo siento, yo solo.. - intentaba explicarse y calmar la tempestad mientras ella con movimientos bruscos devolvía todo a la carpeta y cerraba el armario de un portazo - no sabía que tocabas la guitarra. Desde hace mucho?
- No es asunto tuyo.
- Has compuesto tu eso?
- No. Es. Asunto. Tuyo!!!
Pero él no era idiota, la había ‘leído’ perfectamente el día que se conocieron y tras estos años se le había hecho tan sencillo como respirar. Estaba nerviosa y expectante. Esperaba que él se diese la vuelta y fuese a hacer el tonto en otra parte porque había encontrado algo muy importante para ella. Y si, podía hacerlo, podía dejarlo pasar; pero él era Rick Castle y ella su detective, así que ni se lo planteó como opción.
- Va sobre alguien en concreto?
- Castle.
- Está bien. Pero te gusta la música, no? - decidió intentarlo por otra vertiente, ya que si tiraba mucho de la cuerda bien sabía lo que podía pasar - la compusiste hace mucho? - preguntó con voz calmada intentando relajarla.
- Hará un.. par de veranos. Me aburría, ya sabes.
- Hm, cierto! Me fui unos meses a los Hamptons y te dejé sin nadie a quién regañar.
Lo que pretendió ser un comentario gracioso creó automáticamente una tensión palpable en la habitación. La risa jovial de Castle se apagó de inmediato al ver la expresión de Kate, que parecía que le hubiesen dado una puñalada por la espalda. Era su propia cara, sí, pero casi podía verla a ella, con sus ojos verdes preguntándole ‘por qué me haces esto?’
Eso encendió una pequeña bombilla su mente. La canción. Ojos azules. Aquel verano. Me enamoré de ti. Conseguiste a otra mujer.
- Kate?
- Qué?
Su voz se había vuelto irascible otra vez, pero era ahora o nunca.
Y ya había esperado bastante.
- Llevo tiempo queriendo hablar contigo de un asunto importante. El día que te dispararon...
- Tu crees que este es el momento? Con todo el lío que tenemos ya? - le cortó. Si hubiera sido un gato ya tendría todo el pelo erizado. Estaba ya no nerviosa, sino rozando la histeria.
- Pero es algo que necesit..
- He dicho que no es el momento!! Es que no me escuchas?!
- Por qué te pones así si no sabes lo que te voy a decir? No recuerdas nada pero ya te contaron lo que pasó, qué más te da? Ya tienes asumido eso, por qué no es el momento de hablar de ello ahora?
Y sabéis eso de cuando le preguntáis algo a alguien a la cara y os lo intenta ocultar? Como de repente te miran fijamente pidiendo clemencia, con los labios entreabiertos listos para pedirte por favor que lo dejes? Como se quedan como estatuas y pondrías la mano en el fuego por que han dejado de respirar? Es como si cada poro de su piel expirase miedo en su estado más puro.
Y otra vez el podría haberlo dejado pasar. Podría haber cedido a esas súplicas. Pero él era Richard Castle. Y ella era Katherine Beckett, que le había mentido a la cara y abandonado a su suerte tres largos meses esperando como un cachorro a que su amo fuese a recogerlo.
- He escuchado que intentaste salvarme.
- Si, yo eh.. escuchaste? No me recuerdas tirándote al suelo?
- No, no recuerdo mucho de nada. Recuerdo que estaba en el podio y de repente todo se volvió negro.
- No recuerdas... el disparo?
- No. Dicen que hay cosas que es mejor no recordar.
Esa mirada de entonces. Debió haber sabido interpretarla mejor, era la misma que le dirigía ahora solo que más suave, más convencida. Entonces su estado la protegía, ahora no tenía escudo en su poder para parar al escritor, que ya había comenzado a apretar los dientes de la rabia.
---------------------------------
- Me escuchaste, verdad?
Si las serpientes pudiesen hablar, ese sería justo su tono de voz. Beckett abrió los ojos como platos. No estaba lista para esa conversación.
- Qué?
- Tu. Me. Escuchaste.
- Castle escucha..
- Dijiste - subió el tono de voz, contrastando con el de Beckett que cada vez se hacía más tenue - que hay cosas que es mejor no recordar. Es eso lo que llevas haciendo todo el verano? Ignorándome porque no te conviene lo que siento para tu vida perfecta y jodidamente cuadriculada?
- Rick.. n-no te estaba ignorando, yo solo...
- Y una mierda que no! - las hormonas debían estar despidiéndose a lo grande de su último día de regla porque juraría que los ojos se le empezaban a humedecer - cada maldita vez que hago algo por ti!! No importa cuanto y cuántas veces me esfuerce, y lo peor es que aun dándome cuenta no puedo parar porque vivo para poner la mano en el fuego por ti y dar mil veces las gracias cada vez que me sonríes por ello!!!!
‘Y no podías haberme dicho que necesitabas tiempo, o simplemente que no es el tipo de relación que quieres con alguien como yo! No! Claro que no! Vamos a dejar a Castle meses viviendo pegado a su teléfono esperando recibir una mísera llamada que le diga que estoy bien!! Era eso lo que se te pasaba por la cabeza?’
- No!
- DESPUÉS DE TODO ES ESE EL RESPETO QUE MEREZCO PARA TI?
- NO!
A medida que avanzaba la conversación los gritos de Beckett se habían vuelto más desesperados, justo hasta el segundo que consiguió hacer callar al escritor, donde volvió a susurrar como una niña pequeña ‘no’ porque lo estaba entendiendo todo del revés.
Discutir en el cuerpo de Castle se le hacía extraño. No tenía pelo que revolver para darse tiempo. No tenía tacones para girar más rápido y hacer ruido en el parqué. No tenía tanto labio o uña que morder. Cansada y derrotada, se apoyó ligeramente en la pared y alzó los ojos hacia él, que no le daba tregua y la había seguido, volviendo a dejar solo un mísero medio metro de distancia entre ambos otra vez.
- Como quieres que no sienta nada por ti? Eres - suspiró - todas las.. cosas buenas que hay en este mundo.
Esa última parte la dijo más que susurrando. Habría sido una vergüenza que las paredes se enterasen de sus sentimientos, parecía pensar. Si hubiese estado en su cuerpo, al agachar la cabeza habría esquivado la mirada del escritor, pero lo único que hizo en ese vano intento de escapar a sus ojos fue mirar directamente a ellos. Con el cambio de almas también había cambiado la diferencia de altura, pequeña pero existente, y se encontró con sus propios ojos.
Era así como miraba ella a Castle cada vez que le decía algo que hacía saltar su corazón por los aires? Como si no se creyera lo que acababa de oír y casi suplicara más con los ojos? Era una sensación cálida, como de cualquier viajero que después de pasar años en las tierras invernales llegaba a su hogar y se sentaba junto al fuego.
- Kate
Sin darse cuenta habían trasladado la acalorada discusión a meros susurros. Estaban llegando a tal grado de conexión que prácticamente podían ver los ojos y oír las voces del otro en lugar de los de su cuerpo.
Castle estiró la palma de su mano izquierda.. de la mano de Beckett; y ésta, temblando, posó la de Castle justo encima. Mano con mano, dedo con dedo, un roce suave que ponía en evidencia la electricidad que fluía. Ella comenzó a rozar con su índice las yemas de los dedos de él y de vez en cuando haciendo dibujos en su mano, distraída, parecía querer buscar las palabras para la conversación que llevaban meses evitando.
- Yo solo... - se le entrecortaba la voz, y él la obligó a concentrarse entrecruzando todos los dedos. La agarraba con fuerza, haciéndole saber que era el momento. Ya no podían escapar de aquello.
- Yo solo quería ser lo suficientemente buena para ti.
Lo miró a los ojos buscando alguna reacción en él que la ayudase a continuar. Rick no abrió la boca en cambio, porque parecía que literalmente estuviese bebiendo de sus palabras.
- Nunca me ha importado lo que la gente pensase de mi, si estoy aun rota por lo de mi madre es asunto mío y nunca he intentado cambiar eso por nadie porque nunca ha habido nadie por quien mereciese la pena cambiarlo, ni siquiera por mi misma porque hasta ahora no he comprendido que puedo ser realmente feliz, pero.. tu eres demasiado importante como para que me conforme con tener ese tipo de relación contigo - Castle le dirigió una mirada inquisitiva, queriendo exprimir el significado de sus palabras al máximo para que el banquete emocional fuera perfecto - porque eres mi.. eh.. persona favorita.
Él tragó saliva.
- Mi persona favorita es Alexis.
Recibió el mensaje perfectamente. ‘No te estoy pidiendo que me digas que me aprecias, que me aprecias más que a nadie, porque a veces ni con eso es suficiente para lo que te estoy preguntando’
Ella tragó saliva.
Nunca había dicho esas palabras a nadie. A quién? Eran territorio sagrado. Tan extremadamente fáciles de pronunciar como cualquier otra, pero tan difíciles de dejar salir cuando su significado es tan cierto.
- Te quiero - balbuceó rápidamente.
- Estoy enamorada de ti.
Miró a Castle. Paralizado. Notó su mano comenzar a temblar mientras él reaccionaba poco a poco. Deshizo el sólido enredo de sus dedos y cogió su mano con delicadeza, como a una dama. Aunque en ese momento el tuviese poco de caballero y ella de dama.
Se la llevó a los labios apenas rozándola. Beckett, con suavidad, liberó un dedo del embrujo que aprovechó para acariciar la mejilla de él.
- Eso es todo lo que necesitaba escuchar.
Y como los dioses habrían hervido de rabia si el banquete emocional hubiese superado con creces a cualquiera de los que ellos tenían a diario, ahí llego Martha de su pequeña excursión para salvarlos de la ira de Zeus. Es broma. Estas cosas hay que tomárselas con humor, ya la mataréis luego, pero de momento la necesitamos para continuar la historia.
Lo que habría continuado con nuestra detective favorita (a menos que haya una gran fan de Rizzoli por estos lares) apoyando su frente contra la de nuestro escritor favorito (a menos que haya un fan de.. cualquier cosa. Que yo no me meto, pero ‘el frío acero vomitaba metal’ no es muy prosaico) y a saber qué clase de babosos y deseados menesteres más; fue sustituido por la pelirroja entrando por la puerta sin ser conocedora de cuántas personas habrían querido matarla en ese momento. La ignorancia es felicidad. Por eso espero de corazón que también ignore el peinado con una extraña y sospechosa forma.. de culo? ( quienes hayáis visto Drácula de Coppola sabréis a lo que me refiero) que le habían dejado en la peluquería.
O mejor, que se vea en el espejo. Castigo por interrumpir la posible fábrica de bebés.
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Si se hubiesen molestado en mirar esa mañana por la ventana se habrían dado cuenta de la que había caído la noche anterior. Estaba el suelo embarrado, los árboles goteando, y la noria por la que acababan de pasar ligeramente inundada.
Martha se había dado cuenta en el trayecto de que había cierta aversión hacia su persona mientras que entre ellos todo se había vuelto un espectáculo disimulado de sonrojeos.
- Sois como el agua y el azúcar - dijo a su hijo mientras Beckett informaba a Esposito por teléfono de lo que se disponían a buscar.
- Y la sal, madre. Como el agua y la sal. Electrolitos: búscalo en wikipedia, que con una Remedios Cervantes en el mundo hay suficiente.
- Si, también se dice así. Electrolitos míos, ya llegamos!
Justo detrás del carrusel se alzaba un bloque destartalado con el cartel de ‘Sala de los 1001 espejos’. Si el panorama ya no era lo bastante gris, la música que llegaba del edificio no hacía más que multiplicar las ganas de salir corriendo de allí.
- Spoiler:
- Ésta es la música que suena, si queréis ambientar un poco, poneos esta música bajita mientras leéis con calma
Hasta el más inocente caballo del carrusel parecía perseguirles con la mirada, haciéndoles saber que estaban atrapados. Mentira, solo era la música.
Se centraron en entrar a la sala de espejos, fue sorprendentemente fácil ya que la cerradura no estaba echada, al contrario que con el resto de las atracciones, eso los hizo sospechar y Beckett se apresuró a ponerse delante y sacar la pistola, que aun sin la deseada riñonera había conseguido colocarse en el traje.
Aquello era un pequeño infierno. No sabían hacia donde iban y solo se veían reflejados de mil maneras en las paredes, lo que aumentaba la confusión y el miedo del pueblo llano a que la detective metiese la pata y acabasen con una bala en la cabeza.
- Así se me ve el pelo desde atrás? Nononono! He sido yo, baja esa pistola.
- Pues deja de darte golpes con las esquinas, estás metiendo ruido!
- No nos hemos dado un golpe con nada.
- Qué? Pero yo he escuchado algo.
Aprovechando el jaleo, alguien escondido aprovechaba para moverse entre los espejos. Un ligero sonido a suela de goma llegó al oido de Kate. Castle y Martha estaban parados. Eso hacía que no supiese donde mirar ya que todo lo que veía eran a ellos y muchos espejos reflejados en otros muchos espejos.
Ella alzó la pistola de nuevo tratando de escuchar algo más que sus propios latidos taladrándole los oídos. No era un pequeño infierno, era una locura de infierno.
- La hija de Jack decíais que tenía rizos negros? - susurró Martha.
- Si, por?
- Porque creo que tenemos compañía.
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Se me ha echo eterno el capi xd,al fin esos dos han hablado algo,que se hayan aclarado eso ya es otra historia y si, a Martha es para matarla xd.
Porque dices que al escuchar esa cancion dan ganas de salir??porque por miedo seguro que no jajajaja.
Muy bien Andy,buen capitulo
Porque dices que al escuchar esa cancion dan ganas de salir??porque por miedo seguro que no jajajaja.
Muy bien Andy,buen capitulo
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
Gracias por subir otro capítulo!
Sara Castle- Ayudante de policia
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Re: Exchange of Souls ( DmL, rkel84, V_K) capítulo 20 (FIN)
ole ole capitulooooooooooooo nuevoo
ME HA ENCANTADO COMO SIEMPRE OS SUPERÁIS EN CADA CAPITULO MUCHAS GRACIAS POR SUBIR CAPI
ME HA ENCANTADO COMO SIEMPRE OS SUPERÁIS EN CADA CAPITULO MUCHAS GRACIAS POR SUBIR CAPI
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