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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por Delta5 Vie Nov 09, 2012 4:27 am

Lo que a mi me gustaría saber GERY, es como puedes comentar en el foro sin estar registrada, eso si que no lo entiendo, hay algún truco ó que. Awesome
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty To: @Beckett & @Delta5

Mensaje por Gery Vie Nov 09, 2012 6:54 am

@Beckett Wink Gracias mil una vez mas y claro que me encanta el libro, amo castle y tambien los libros de nikki heat, los he comprado todos, he leido frozen heat originalmente en ingles pero como mi idioma primero es el espanol, me agrada mucho haber encontrado esto y volver a leerlo de nuevo, esta vez en espanol, di con esto por casualidad en realidad, no sabia de este foro ni nada pero gracias por invitarme a formar parte de el Wink

@Delta5 No hay ningun truco, simplemente le di a Responder y me ha permitido comentar "como invitado" sino me equivoco lol

:PD Sorry! Pero no se como dar replay y hacer mention a ustedes directamente...

Gery
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por Delta5 Vie Nov 09, 2012 8:54 am

Gery escribió:@Beckett Wink Gracias mil una vez mas y claro que me encanta el libro, amo castle y tambien los libros de nikki heat, los he comprado todos, he leido frozen heat originalmente en ingles pero como mi idioma primero es el espanol, me agrada mucho haber encontrado esto y volver a leerlo de nuevo, esta vez en espanol, di con esto por casualidad en realidad, no sabia de este foro ni nada pero gracias por invitarme a formar parte de el Wink

@Delta5 No hay ningun truco, simplemente le di a Responder y me ha permitido comentar "como invitado" sino me equivoco lol

:PD Sorry! Pero no se como dar replay y hacer mention a ustedes directamente...

Cuando quieras responder a alguien en particular ó hacer mención a su mensaje, le das a citar arriba a la derecha del msg, y luego escribes a continuación de lo que salga. Así podras hacerlo sin mezclar a los destinatarios, tal cual hago yo ahora contigo y tu mensaje. Ó bien referirte a un nick en particular al principio de tu msg.

Si despues de enviado quisieras cambiar algo de lo escrito, le vuelves a dar en tu msg arriba a la derecha en Editar, y ya directamente lo cambias. Pero no se si estas opciones te salen sin estar registrada. Si lo hicieras, lo tendrías más fácil pues tendrías acceso eso y a enviar correos privados desde el foro si te interesara, y a recibirlos claro. Solo haciendo mención de tu nick, ó que el foro te mandara un correo cada vez que alguien te contestara, etc.

Saludos,
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Mensaje por suriñe Dom Nov 11, 2012 2:16 pm

Hola!
Llevo un tiempo siendo fan de esta serie y me he enganchado a los libros. Admiro el trabajo q estais haciendo y me gustaria colaborar en la traduccion. Si quereis. me lo decis. para avanzar un poco mas rapido...
Gracias de antemano

suriñe
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por lastral Mar Nov 13, 2012 7:39 am

suriñe escribió:Hola!
Llevo un tiempo siendo fan de esta serie y me he enganchado a los libros. Admiro el trabajo q estais haciendo y me gustaria colaborar en la traduccion. Si quereis. me lo decis. para avanzar un poco mas rapido...
Gracias de antemano

Buenas suriñe Very Happy , muchas gracias por el cumplido y por tu ofrecimiento a ayudarnos. Hablo en nombre de los tres para decirte que en estos momentos vamos bien organizados y sin agobios. Ya somos tres y añadir a alguien mas, yendo bien con las traducciones, seria liar mas la cosa; nos ha costado un tiempo adaptarnos a los ritmos de todos y retrasariamos mucho la traduccion si en estos momentos te unes.

Espero que lo comprendas y si, en otro momento, necesitamos ayuda por supuesto que te la pediriamos. Very Happy
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por lastral Jue Nov 15, 2012 8:49 am

Hola xicos:
Os traigo un la siguiente parte de esta historia, capitulo 4-parte 2.
Traducido por Lastral y Beckett
Revisado por Beckett y Delta5
Como siempre espero que os guste y que lo disfruteis. Muchas gracias a los que nos siguen y comentad.

CAPITULO 4-PARTE DOS

Ciertamente, parecían conocer a Jameson Rook en la recepción del Hotel Lenox. Después de un corto paseo desde la estación Back Bay Amtrak, los dos habían planeado dejar sus bolsos de equipaje para pasar la noche en la consigna y seguir adelante con su día, pero un maduro y sonriente caballero en cuya placa de identificación ponía “Cory”, dio la bienvenida al famoso escritor y les ofreció una moderna suite llamada “El cielo de la once” y el registro anticipado. Mirando desde su habitación, en la última planta, al paisaje de la Back Bay, Rook dijo a Nikki, “Solía venir mucho a este hotel porque está al lado de la PL (Biblioteca Pública).” Hizo un movimiento de cabeza hacia abajo a la Biblioteca Pública de Boston.

“Pasaba muchas horas allí trabajando en un romance.”

“¿Qué libro era?”

“No era un libro. Sandra, la de la sección de microfilms.”

“Te estás citando a ti mismo.”

“Antes también. Sandra resultó inmune a mis encantos.”

Su teléfono sonó. Era la profesora de música de Cynthia Heat del Conservatorio de Nueva Inglaterra, devolviendo su llamada disculpándose ya que no estaría disponible hasta la mañana siguiente. Rook fijó la hora de la reunión, le dio las gracias y colgó el teléfono.

“Por la presente declaro este día como un VRMEEUC.”

“¿Qué es un VRM… lo que sea?”

“Viaje Romántico Mientras Estamos En Un Caso. ¿Y te haces llamar detective?”

Habían salido a dar un paseo por la calle Newbury para elegir una de las miles de cafeterías que había por las aceras paras comer, pero en Boylston, cuando les llegó el olor de un camión ambulante vendiendo fideos con cerdo vietnamita y boles de arroz, la cafetería de Newbury perdió todas las posibilidades. Desempaquetaron la bolsa de papel blanco en el banco de un parque en Copley Square y empezaron su picnic improvisado. “Bonitas vistas,” dijo Rook, apuntando a la estatua de bronce en frente suyo.

“El culo de John Singleton Copley y una farmacia veinticuatro horas.” Puso su mano en su rodilla y añadió, “No lo haría de otro modo.” Al no recibir respuesta, repitió, “No lo haría de otro modo.”

“Nunca debí haberme ido de Nueva York.”

Rook dejó el bol de fideos en el banco para darle su total atención. “Mira, sé que no va con tu naturaleza el tomar los sentimientos como un paso atrás en medio de un caso. Especialmente en este. Confía en mí, sé que le pones todo tu esfuerzo, pero tienes que intentar ver esto como si fuera trabajo. Incluso si no lo sientes a cada segundo, tú estás investigando algo que mi instinto me dice que es importante. Y recuerda, ese escuadrón de esbirros difíciles de intimidar están en casa. Esta es una buena estrategia. En esencia es divide y vencerás.”

“Pues a mí no me lo parece.” Heat dejó a un lado su bol de arroz y revisó en su teléfono las noticias sobre la investigación mientas él comía. Una vez hubo acabado, no pudo enmascarar su decepción. “No han encontrado nada en la residencia.”

“Que mal. Casi me había preguntado si los residuos de limpieza del laboratorio podrían haber venido de allí, tienen que tener algunos componentes médicos en un sitio como ese.”

Ella negó con su cabeza. “Los Roach ya han revisado eso.”

“¿Sabes? Deberíamos tener un nombre como ese. Un alias comprimido como Raley y Ochoa, Roach.” Y añadió, “sólo que el nuestro sería romántico. Quiero decir, está el Bennifer, ¿no? También está el Brangelina. Nosotros podríamos ser…”

“¿Ya has acabado con esta relación?” Rió ella, pero él siguió.

“¿Rooki?... nah.”

“¿Podrías parar ya?”

“O qué tal… ¿Nooki? Humm, me gusta Nooki.”

“¿Así es cómo perdiste a la Señorita Microfilm? ¿Hablando así?”

Él bajó la cabeza. “Sí.”

La lluvia empezó a caer en Boston, así que recogieron sus cosas y se pusieron a cubierto en el Museo de Bellas Artes. Se lanzaron a través de la lluvia desde su taxi, pasando a un grupo de artistas callejeros en la acera que hacían obras políticas. Una de ellas era encantadora, una pintura acrílica, imaginativa, de un cerdo avaricioso con sombrero de copa y frac, fumando un puro. Esa captó la atención de Rook, pero mientras corría casi se tropieza con un puño de oro de tres pies de alto cerrado alrededor de unos cuantos billetes. “Vaya un modo de ir,” dijo a Nikki una vez habían llegado al vestíbulo. “Noqueado por El Puño del Capitalismo.”

Solo con entrar en el museo, notó que Nikki se había desprendido temporalmente de sus preocupaciones. Parecía animada, explicándole que ir al Museo de Bellas Artes se había convertido en un peregrinaje semanal cuando estuvo en la universidad de Northeastern. Le cogió del brazo y lo llevó a ver sus obras favoritas de la colección, incluyendo los óleos de Washington y Adams de Gilbert Stuart y The Dory de Winslow Homer. Paralizado, Rook dijo con reverencia, “ya sabes, su agua es la más real que puedas ver en una pintura.” Las de John Singer Sargent desencadenaron recuerdos cálidos de la copia de Clave, lirio, lirio, rosa que Rook había regalado a Nikki cuando empezaron a salir. Se besaron bajo Las Hijas de Edward Darley Boit, una obra maestra del periodo en el que el artista pintó a americanos expatriados en París. No parecía que a las tres hijas les importasen sus muestras de afecto en público.

Otro Sargent, cedido por un coleccionista, hablaba por sí solo. Pintado en París, era el retrato de Madame Ramón Subercaseaux.

“Nunca había visto este antes,” dijo Rook. “¿No es impresionante?” Pero una sombra había caído de nuevo en el comportamiento de Nikki. Todo lo que dijo fue un gruñido junto a un superficial “ajá” mientras se dirigía a la siguiente galería. Él se retrasó para volver a mirar el retrato. En él se capturaba a una joven elegante con pelo oscuro sentada a un piano vertical. Subercaseaux posaba vuelta al instrumento. Sus ojos melancólicos mirando hacia fuera, encontrando la mirada del espectador, una mano apoyada detrás de ella, en el teclado. La pintura evocaba el sentimiento de una pianista, interrumpida.

Rook siguió a Nikki, entendiendo su malestar con la pintura.

La lluvia había parado, y Nikki le preguntó cuánto odiaría que le arrastrase por un nostálgico tour por su alma mater (universidad) que estaba al cruzar la calle. “¿En un sábado de VRMEEUC?” preguntó. “En primer lugar, me encantaría.”

“¿Y en segundo?”

“Si digo que no, estaría despidiéndome de cualquier posibilidad de ir a un hotel por horas.”

“Puedes apostar.”

“¿Entonces a qué estamos esperando?” dijo.

Francamente, la opción del tour no le excitaba, pero no se arrepintió ni un poco, simplemente porque veía como la visita la animaba. Rook observó como Nikki se preocupaba por enseñarle todos los detalles de todos los puntos de interés. Lo coló por la entrada de artistas del Auditorio Blackman para ver donde, como estudiante de primero, había interpretado a Ophelia en Hamlet y a Cathleen, la criada de verano, en Larga Jornada hacía la Noche. En Churchill Hall, donde Heat había estudiado Justicia Criminal, se encontraron con las puertas cerradas, pero ella apuntó hacía el quinto piso para que él pudiera ver la ventana de su aula de Criminología. Mirando hacia arriba dijo, “fascinante, esa ventana,” después se volvió hacia ella, añadiendo, “ese hotel por horas ya puede ser ligeramente estridente.” Pagó esa broma teniendo que soportar una corta charla con el profesor de primer año de Literatura Medieval, con quién se tropezaron en el Starbucks del campus corrigiendo trabajos sobre Beowulf. Cruzando el patio les llevó hasta la estatua de bronce de Cy Young. Volviendo a su rol de guía, Nikki le informó orgullosa que estaban justo en el montículo donde Young había lanzado su primer juego perfecto cuando eso era el antiguo estadio de Huntington.

“Una foto para el recuerdo,” dijo, alcanzándole su Iphone.

Nikki rió. “Eres como un niño.”

“Ya me gustaría. Es para poder aparentar que sé algo de beisbol. Cuando creces sin padre, criado por una estrella de Broadway, hay ciertos vacíos. Te juro por Dios que hasta este momento pensaba que Cy Young era el compositor que escribió Big Spender.”

Ella lo fotografió imitando al legendario lanzador, interpretando signos del receptor. “Déjame hacerte un primer plano.” Hizo zoom sobre su cara y, a través del visor, lo vio mirando más allá de ella, frunciendo el ceño.

Nikki se dio la vuelta para ver a qué estaba reaccionando Rook y dijo, “Oh Dios mío… ¿Petar?”

El hombre delgado con un gorro de sherpa y unos tejanos rotos que pasaba por allí se detuvo. “¿Nikki?” Se quitó las gafas de sol y sonrió. “Dios mío, esto es una locura.”

Rook seguía allí, apoyando un hombro en el brazo de lanzamiento de Cy Young, mientras vio como Nikki y su viejo colega y ex novio se abrazaban. Y un poco demasiado entusiasmadamente para su gusto. Ahora se arrepentía del tour por el campus. Este tio, Petar, le había caído gordo desde el día que lo conoció el otoño pasado. Rook se auto convenció de que no era nada posesivo, celos irracionales de un viejo amor de ella. Aunque Nikki le había dicho que eso era precisamente lo que era. Petar Matic, su ex-croata, gritaba pijo europeo, y Rook no se creía que Nikki no lo viera. Para Rook, este productor de segmento de Later On!, un programa de medianoche de entrevistas, miraba hacia abajo al estilo de Fallon, posando como si sostuviera con su sola presencia el pulso de la comedia nocturna. Rook sabía que sólo había una cosa en la que Petar sostuviera el pulso cada noche, e intentó no imaginárselo.

“Oh, pero si James también está aquí,” dijo Petar, separándose por fin de Nikki.

“Es Jameson,” dijo Rook, pero Petar estaba demasiado ocupado dándole un abrazo varonil como para enterarse.

Nikki tocó su mejilla y dijo, “mírate, te has dejado barba de nuevo.”

“Sólo un rastrojo,” dijo Petar. “Es la nueva moda.”

“Con toda la rabia que hay en Macedonia,” dijo Rook. Petar parecía ajeno a la pulla y preguntó qué estaban haciendo allí. “Solo una escapada.” Rook pasó el brazo alrededor de los hombros de Nikki y dijo, “Estamos pasando algún tiempo a solas.”

“Pensé que le podría enseñar nuestros antiguos lugares,” dijo ella. “¿Qué hay de ti?”

“También estoy pasando el tiempo, pero solo.” Se rió de su propia broma y continuó, “vine desde Nueva York para pasar el día porque estoy invitado a una conferencia en un seminario de comunicación sobre el futuro de los programas nocturnos de entrevistas.”

“¿Del profesor Mulkerin?” preguntó Nikki.

“Sip. Es gracioso, a duras penas saqué un aprobado en su clase y ahora soy su alumno estrella.”

“Bien, ha estado genial verte,” dijo Rook, el equivalente verbal de mirarse el reloj.

“A ti también, Jim. De haberlo sabido, podríamos haber planeado cenar juntos.”

Nikki dijo, “¡Hagámoslo!” la sonrisa que dirigió a Rook sostenía la tarjeta del hotel por horas apretada entre los dientes.

Rook forzó una sonrisa. “Genial.”

En el taxi de vuelta al hotel, a falta de un cuchillo, Nikki cortó el silencio con la lengua. “¿Sabes lo que tienes, Rook? Envidia de Petar.”

“No me hagas reír.”

“Tienes algo en contra de él, y se nota.”

“Lo siento. Solo que no veía una cena con tu ex como parte de nuestro plan de viaje romántico. ¿Es esto la venganza por el masaje que me dio una profesional, que resultó ser atractiva?”

“Rook, era como una modelo de Victoria Secret sin las alas de ángel.”

“Tú también lo pensaste, ¿eh?”

“Tus celos son transparentes y exagerados. Olvídate de mi ex. Sí, Petar intentó volver conmigo el pasado otoño, pero acabé con eso.”

“¿Te tiró los tejos? Nunca me lo habías dicho.”

“Ahora sólo es un viejo amigo.” Se calló para echar un vistazo a la azotea del Prudential Center y dijo, “y sí, esto sigue siendo un viaje romántico. Pero solo para recordarte, ya que puedes haber estado demasiado traumatizado después de tu tiroteo, que Petar fue una gran ayuda para resolver el caso, y esta es mi oportunidad de darle las gracias.”

“¿Haciéndome invitarle a cenar?”

Ella miró por la ventana. “Premio para mí.”

Rook reservó una mesa en el Grill 23 por la simple razón de que, si era lo suficiente bueno para Spencer, también lo sería para él. Tras empezar con unas ostras y un extraordinario Cakebread Chardonay, la cena no fue un infierno puro para Rook. Quizá sólo el purgatorio. La mayoría del tiempo sonreía y escuchaba como Petar se pavoneaba de si mismo hablando sobre sus excitantes escenas detrás de las cámaras con los invitados de Later On! “Estoy muy cerca de conseguir el bombazo,” dijo, y bajó la voz.

“Brad y Angelina.”

“Guau,” dijo Nikki, “Brangelina.”

“Odio esos motes ñoños,” dijo Rook.

Petar se encogió de hombros. “Nikki, ¿te acuerdas de cómo nos llamaban? ¿Petnik?”

“¡Petnik!”, ella se echó a reír. “Oh, Dios mío. Petnik.” Rook cogió la cubitera y llenó su vaso, preguntándose qué demonios pasaba con los chicos abandonados y de ojos tristes que tanto atraían a las mujeres. ¿Qué era ese encanto mágico que tenía el fracaso y el pelo rebelde?

Después de un buen rato de conversación sobre sus recuerdos y la quinta oleada de Nikki revisando los mensajes de la comisaria, Petar salió de su ensimismamiento para observar que ella parecía preocupada. Nikki dejó el tenedor, con un trozo de un buen pato aún clavado en él y se limpió la boca con la servilleta. Las nubes que se habían alejado de ella, volvieron con un frente frío. Le contó a Petar sobre el nuevo desarrollo en el caso de su madre, deteniéndose sólo en el momento en el que les retiraban los platos.

A su favor y por una vez, Petar escuchó atentamente sin interrumpir. Su rostro se puso serio y sus ojos se llenaron con una vieja tristeza. Cuando Nikki terminó, negó con la cabeza y dijo, “No hay modo de que haya justicia para ti, ¿no?”

“Quizá pueda cerrar el caso algún día. ¿Pero justicia?” Acompañó la frase con un gesto de la mano.

“No sé cómo has podido afrontarlo, Nikki.” Apoyó la mano sobre su muñeca. “Fuiste muy fuerte.” Rook hizo un gesto para pedir la cuenta.

“Quizá esa fortaleza fue lo que hizo que rompiéramos.”

Él sonrió un poco y dijo, “¿Y no que te engañara?”

“Oh, es cierto.” Rió ella. “Eso también.”

Al salir, Nikki se excusó para ir al baño de señoras y Petar le agradeció a Rook por la agradable cena. “Eres un tio con suerte, Jameson Rook,” dijo, marcando la R, vestigio de su acento. “Llévalo por el lado correcto, ¿vale? Honestamente espero que tengas más suerte de la que yo tuve. Nunca pude atravesar ese muro protector suyo. Quizá tú no abandones.”

A pesar de sí mismo, Rook tuvo que admitir que quizá tuviera algo en común con el ex novio después de todo.

El aire de Abril había refrescado durante la noche, y mientras ellos esperaban en esa mañana de domingo en la acera del New England Conservatory para conocer a la profesora de su madre, Nikki pudo ver las volutas de vapor que salían de la nariz de Rook.

Le recordó a la respiración de Lauren Parry dentro de ese camión frigorífico, y se volvió para ver un bus que iba por la Avenida Huntington. Entonces ambos escucharon la música sintetizada seguida por una voz amplificada de hombre cantando la canción de Flashdance, Maniac. Los dos se giraron en redondo para ver de dónde procedía.

“Está arriba,” dijo la mujer de pelo canoso que se aproximada desde la parada de autobús. Ella apuntó a la ventana abierta del octavo piso del apartamento detrás de la entrada a la residencia del NEC, donde un hombre negro vestido con una camiseta roja de manga larga con un chaleco negro a juego y un sombrero, cantaba por el micro de su máquina de karaoke. “Ese es Luther.” Ella saludó hacia la ventana, y Luther le devolvió el saludo aún tambaleándose y cantando, su voz estruendosa retumbando por el edificio. “Cada mañana, cuando me ve, audiciona de este modo para el Conservatorio. Ya le dije una vez que no nos dedicábamos al pop, pero es impertérrito.” La profesora Yuki Shimizu extendió su mano y se presentó.

Los tres subieron por los desgastados escalones de mármol y entraron a través de unas puertas de madera al vestíbulo. “Supongo que saben que el NEC es un punto de referencia nacional,” dijo la profesora. “La institución privada de música más antigua de Estados Unidos. Y no, no estuve aquí cuando la abrieron, simplemente se nota este sentimiento.”

Mientras ellos firmaban en Seguridad, la profesora Yuki dijo, “perdóname por observarte, pero no lo puedo evitar. Eres igual a tu madre.” La sonrisa de la anciana le llenó toda la cara y animó a Nikki. “Tómatelo como un cumplido supremo, querida.”

“Hecho, profesora. Gracias.”

“Y dado que hoy es mi día libre, ¿qué tal si me llaman Yuki?”

“Y yo soy Nikki.”

“La mayoría de gente me llama Rook,” dijo. “Pero Jameson también está bien.”

“He leído sus artículos en las revistas.”

“Gracias,” dijo.

Un destello cruzó los ojos de la mujer. “No he dicho que me gustaran.” Hizo un guiño en dirección a Nikki y los condujo por un pasillo de la derecha. A pesar de las canas y sus cumplidos setenta y seis años, se dirigió con vitalidad y propósito, ni una pizca de lo que se pensaba que haría un día libre.

Al pasar junto a una sala de ensayos, un puñado de estudiantes esperaba su turno sentados con las piernas cruzadas en la alfombra marrón, al lado de sus mochilas y las fundas de sus instrumentos, escuchando sus Ipod’s. Desde dentro de la sala, el Bolero resonaba contra la puerta cerrada, todo percusión y exuberancia. Rook se inclinó y susurró a Nikki, lleno de sugerencia, “Mmm, Bolero.”

La profesora Shimizu, que iba unos pasos por delante, se paró y se giró. “¿Le gusta Ravel, señor Rook?” preguntó, claramente no teniendo problemas con su oído. “Es casi tan sexy como Flashdance, ¿eh?”

Los llevó escaleras abajo hacia la Biblioteca Firestone de Audio, donde había reservado una pequeña sala para hablar con tranquilidad y de forma privada. Una vez que se sentaron todos, se dirigió a Heat otra vez y dijo, “Nikki, ¿te convertiste en oficial de policía verdad? Demasiado para la teoría de la manzana que cae del árbol.”

“En realidad, había planeado convertirme en actriz,” dijo. “Fui a la universidad de Northearsten y estaba camino de sacarme la carrera en Artes Dramáticas cuando mi madre fue asesinada.”

La profesora Shimizu la sorprendió. La anciana se levantó y se acercó a la silla de Nikki, cogiendo sus manos entre las suyas. “No tengo palabras. Y ambas sabemos que no podrían llenar este vacío.”

Rook pudo ver a Nikki parpadeando cuando la mujer volvió a sentarse, así que empezó por ella. “Profesora, ¿podemos volver un momento a tu metáfora del manzano?”

Ella se giró a Nikki. “Escritores.”

“¿Notaste que su madre era prometedora como solista?”

“Vamos a hablar de los estudiantes en su totalidad, Jameson. La meta de esta institución no es solo crear artistas como quién hace salchichas. Esto es una escuela, pero también una comunidad. Hacemos hincapié en la colaboración y el crecimiento. Eso significa tanto artísticamente, como significa técnicamente, y, lo más importante, como persona. Todos tienen que estar conectados si quieren lograr la maestría.” La anciana profesora se giró para dirigirse a Nikki. “"En pocas palabras, su madre encarnaba esos valores como pocos que he visto en mis casi sesenta años aquí, tanto como estudiante como docente." Hizo una pausa de efecto y dijo, “¿Y luzco como alguien que te mentiría?” Heat y Rook rieron, pero la profesora siguió seria. “Su madre también me confundía, Nikki. Estudiaba, ensayaba, indagaba, experimentaba, y aún estudiaba y ensayaba un poco más. Todo para poder realizar su pasión, su sueño de convertirse en una pianista solista de primer grado. Sabía que lo lograría. Los docentes teníamos una apuesta sobre cuando conseguiría su primera prueba para la Deutsche Grammophon.”

“¿Qué pasó?” preguntó Rook.

“Pregunta errónea. Te refieres a ¿Qué demonios pasó?” Miró a Nikki y dijo, “Tú tampoco lo sabes, ¿verdad?”

“Por eso hemos venido a verte.”

“He visto este tipo de cosas antes, por supuesto. Pero normalmente es por alcohol, drogas o un hombre o mujer que los descarrilaba, o agotamiento, miedo escénico o enfermedad mental. Pero tu madre, simplemente se fue a Europa a pasar las vacaciones tras su graduación y…” La profesora levantó sus manos del regazo y las dejó caer. “Sin razón, sólo un desperdicio.”

Rook rompió el breve silencio. “¿En serio era tan talentosa?”

La vieja profesora sonrió. “Dímelo a mí.” Giró su silla hacia la consola de atrás y encendió el monitor de la televisión. “Luces, por favor,” dijo. Rook se levantó para encenderlas y puso su silla al lado de la de Nikki, enfrente de la pantalla. La imagen que apareció, de una cinta de 16 mm pasada a VHS hacia años, parpadeó y se aclaró. Oyeron aplausos y una joven profesora, Yuki Shimizu, con el pelo negro como el azabache y unos pantalones de traje de poliéster, subió a un podio. Las letras subtituladas ponían, “Sala de Recitales Keller, 22 de Febrero de 1971.” A su lado, Yuki susurró, “cualquiera podría haber cogido a Beethoven y perderse en el espectáculo. Escogí precisamente este por su simplicidad, así podréis ver todos sus matices.”

“Buenas noches,” dijo la profesora en la televisión. “Esta noche, tenemos un acto inusual. Pavane Opus 50, del compositor francés Gabriel Fauré, interpretada por dos de nuestros alumnos más sobresalientes, Leornard Frinck, tocando el violoncello, y al piano, Cynthia Trope.” Al escuchar el nombre de soltera de su madre, Nikki se acercó cuando la cámara enfocó a un estudiante exageradamente delgado con patillas y una explosión de cabello rebelde detrás del cello. Entonces la televisión mostró a Cynthia con un vestido negro formal y sin mangas, con el pelo castaño oscuro rozándole los hombros. Heat se aclaró la garganta con la visión. Rook sintió como si estuviera viendo doble.

La pieza empezó en el Steinway de cola, despacio, suavemente, lastimosamente; los elegantes brazos de Cynthia y sus delgados dedos recorriendo el teclado en galantes oleadas, entonces se le unió el cello en harmonía y contrapunto. “Una pequeña apreciación y me callo,” les dijo Yuki. “Esto es una pieza coral, pero en este arreglo, el piano se lleva esa parte. Es maravilloso lo que hace con él.”

Durante seis minutos se sentaron, hipnotizados, mirando y escuchando como la madre de Nikki, de sólo veinte años, se metía por debajo, dentro y a través del cello lastimero de su compañero con movimientos gráciles, tocando fluidamente y segura, su cuerpo balanceándose en conexión con la música, con el piano, en una imagen de equilibrio natural en el banco. Entonces la aterciopelada apertura se volvió bruscamente dramática, señalando la angustia, la tragedia y el desorden. El fluyo imperturbable de Cynthia se rompió con puñaladas estruendosas y atléticas en las piezas de marfil. Su cuello y los músculos de los brazos esculpidos en una definición nítida con cada conmoción que hacía, envolviendo la sala de recitales con golpes suaves y agitados antes de regresar a la perfección melódica, un baile majestuoso, con todo el efecto de su contribución, elevando la interpretación por encima del melodrama, plenamente consciente de la intención del compositor, que era sofisticado y melancólico. Al final, sus dedos tocaron gentilmente las notas en la suavidad, sin acabar de escucharse pero sintiéndolas. El solo final, su tierna creación conjuraba la visión de unos copos de nieve que caían suavemente de las ramas congeladas.

Durante el aplauso, su madre y el violonchelista se levantaron para hacer unas humildes reverencias. Rook se giró para ver a Nikki, esperando ver lágrimas brillando por sus mejillas en reflejo del vídeo. Pero no, eso sería melodramático. Su respuesta estaba en sintonía con su madre y la pieza, melancolía. Y anhelo.

“¿Queréis ver otro más?” dijo la profesora.

“Por favor,” dijo Nikki.

El vídeo continuó avanzando hasta que el dúo se sentó rápidamente para convertirse en trío cuando una compañera de clase se añadió con su violín. Heat y Rook, ambos reaccionaron a la vez. Rook dijo, “para la cinta.”
Nikki gritó, “no, no la pares, congélala. ¿Puedes congelarla?”

La profesora Shimizu pulsó el botón de pausa y la imagen de la violinista se congeló cuando alzaba su instrumento, revelando una pequeña cicatriz en el exterior de su muñeca.

“Es ella,” dijo Rook, expresando lo que Nikki ya sabía. “Esa violinista es nuestra Desconocida de la maleta.”
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por cris_beckett Lun Nov 19, 2012 4:03 am

Hola!! Es la primera vez que comento por aquí!! Les agradezco muchísimo y les felicito por el trabajo que estáis haciendo!!! La verdad es que los capítulos les están quedando geniales!
Gracias de nuevo y un saludo!!! Very Happy
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Mensaje por lastral Jue Nov 22, 2012 9:32 am

Ola chicos, de nuevo una nueva parte. La primera parte del capitulo 5:
Traducido por Lastral y Beckett
Revisado por Beckett y Delta5
Como siempre agradeceros que sigais esta historia, espero que os guste y la disfruteis.

CAPITULO 5-PARTE 1

Mientras el Acela Express corría veloz hacia la estación de Penn en Nueva York. Rook miraba por la ventana a una garza blanca pescando en un banco de mar salina a la orilla del Connecticut.

“Dios, desearía que dijeras algo,” dijo Heat.

“¿Qué quieres decir con ‘dijeras algo’?” Los ojos de él se levantaron hacia el archipiélago que punteaba en el horizonte, donde varias grandes mansiones sobresalían, cada una de ellas arraigada firmemente a las rocas de las islas dispersas en el mar. Más de un siglo atrás, millonarios procedentes de Nueva York y Filadelfia buscaron la soledad y privacidad para construir lo que ellos caprichosamente llamaron sus casas de verano, en aquellos montículos de granito, apropiándose de Long Island como si fuera el foso de un castillo. Este perfecto retiro le hizo a Rook reflexionar en el comentario de Petar la noche anterior sobre el muro defensivo de Nikki. Se giró para darle la cara a través de la mesa y dijo, “Creo que he sido un completo parlanchín desde Providence. ¿De verdad quieres oír más sobre mi teoría de porqué el ‘Bolero’ de Ravel es un éxito seguro para la seducción en la cama?”

“Rook.”

“Sin duda, la pieza de música más erótica de la historia. Excepto quizás por ‘Don’t Mess with My Toot Toot’.”

“Me estás volviendo loca, por lo que simplemente dilo. Si no me hubieses empujado a ir a Boston, nunca habríamos encontrado esta pista.” El teléfono de Nikki vibró y ella cogió una llamada del Detective Ochoa. “Eso es genial,” dijo y tomó algunas notas. Colgó y dijo, “actualizamos el caso. Una vez identificada Nicole Bernardin como nuestra Desconocida, los Roach ha localizado su casa. Está en la Avenida Payson, cerca del Parque Inwood. Ellos ahora van de camino hacia allí.”

“No hay nada como un domingo libre para los Roach.”

“O para Malcolm y Reynolds que se han prestado voluntarios para recogernos en la estación y llevarnos allí.” Ella comprobó su reloj por décima vez en los últimos minutos. “Todavía vamos a llegar antes que si hubiésemos esperado por un vuelo.”

Rook sonrió. “No puedo opinar sobre eso, pero me gustan Malcolm y Reynolds.”

Heat volvió a mirar las fotocopias que la profesora Shimizu la había hecho del archivo de estudiantes y las fotos del anuario de 1971 de Nicole Aimee Bernadin. Mientras Nikki estudiaba la cara de la joven estudiante francesa de violín en una de las fotos, riéndose alegremente con la madre de Nikki y Seiji Ozawa en Tanglewood, sintió la mirada de Rook.

“¿Sabes lo que no puedo quitarme de la cabeza?” dijo él. “Que tu madre nunca te la mencionara. Miremos más allá de lo obvio de que la mujer de la maleta de tu madre era una de sus compañeras de clase. Pero ellas no eran simplemente compañeras. El profesor dijo que tu madre y Nicole eran inseparables por aquel entonces. Amigas, compañeras de habitación –demonios, ellas incluso formaron su propio grupo de cámara. ¿Por qué piensas que nunca te habló sobre ella?”

Ella giró la página del anuario hacia otra foto de su madre y Nicole. Esta vez estaban en el Festival Cultural Francés de 1970 en el Hatch Shell en la Explanada del Charles River. La foto las había capturado mirándose entre ellas periféricamente mientras tocaban. El título decía. “Trope y Bernardin. Manteniendo el tempo,” pero para Nikki la mirada decía más. Si esto fuese en el presente, el título simplemente diría, “mejores amigas para siempre.”

Rook preguntó, “¿piensas que tuvieron alguna gran pelea?”

“¿Cómo iba a saberlo si ni siquiera sabía sobre ella?”

“Oye, tengo una teoría.”

“Estaba esperándola. ¿Estás seguro de que no quieres ponerte tu gorra sensorial?”

“Nicole Bernardin mató a tu madre.”

Ella simplemente le miro. “¿Y?”

“Espera, estoy formulando pensamientos… Y eso es por lo que Nicole tenía la maleta de tu madre.”

“Y entonces, ¿diez años más tarde, alguien más la mata a ella con el mismo modus operandi, y simplemente se le ocurre meterla dentro de esa misma maleta?”

“Oh,” dijo él, removiéndose en su asiento. “¿Y si…? ¿Y si el marido de Nicole fue el asesino de tu madre? Así es como ella terminó en la maleta de él.”

“Sabes, al menos eso tiene posibilidades.”

“¿De verdad?”

“Sí. Por lo que déjalo mientras lo tengas en la cabeza.” Ella cerró el archivo y se puso a mirar a los pantanos y bosques, sin fijarse realmente en ellos. Menos de un minuto había pasado cuando Rook estaba de vuelta, como si hubiese presionado el botón de reinicio. “Debe de haber alguna razón por la que tu propia madre nunca mencionara a tan buena amiga.”

“¿Rook?” dijo ella. “No hagas que te disparé.”

“¿Me callo?”

“Gracias.”

Él se concentró en la vista otra vez, vislumbrando la última de las islas solitarias de roca justo antes de que el tren entrara en un túnel y el muro de hormigón bloqueara la vista.

Aunque se tuvieron que desviar rodeando una zona helada montada en Dyckman debido a una fuga de gas causada por el terremoto, todavía lograron llegar en tiempo récord al apartamento de Nicole Bernardin situado en la sección más al norte de Manhattan. El edificio, era un esbelto adosado de dos pisos que daba al Parque Inwood Hill cruzando la avenida. Para un agente inmobiliario, sería una encantadora casa de estilo Tudor. El vecindario parecía seguro y de posición acomodada, el tipo de calle tranquila donde la gente cubre sus coches con fundas de lona y medios muretes rodean brillantes porches recién pintados. Heat y Rook entraron en la casa para encontrar una imagen completamente diferente.

Desde el vestíbulo de la entrada, y en cada dirección que miraron, el desorden era alarmante. Armarios y roperos estaban entreabiertos. Cuadros y fotos estaban arrancados de ganchos torcidos, con los marcos rotos oscilando contra revestimientos de madera y marcos de las puertas. Un antiguo armario chino en el comedor estaba tumbado, partido y abierto de un lado, con cristales de vidrio roto que lo rodeaban como cristales de hielo. Objetos de decoración cubrían todo el suelo como si todo el lugar hubiese sido sacudido. “Dime que esto no es del terremoto,” dijo Rook.

La detective Heat se puso un par de guantes azules. Raley le tendió a él un par y dijo, “no lo es a no ser que el terremoto anduviera por aquí rompiéndolo todo con unas botas de trabajo de la talla 38.”

El recorrer la casa saqueada envolvió a Nikki en otra sofocante nube de deja vú. Su propio apartamento –una vez la escena del crimen del asesinato de su madre- también había sido saqueado, aunque no tan completamente destrozado. El Detective Damon había llamado a eso una búsqueda interrumpida. En este caso habían revuelto todo sin parar hasta que el sujeto, o había encontrado lo que estaba buscando o se convenció de que nunca lo encontraría.

Ochoa se encontró con ella en la puerta cuando entraba en la habitación principal que estaba en la planta superior. Mientras ellos andaban por allí, y los técnicos de huellas estaban espolvoreando el pomo de cristal tallado de la puerta, ella le preguntó a su detective, “¿algún resto de sangre por alguna parte?”

Él sacudió la cabeza y dijo, “Tampoco hay evidencias de lucha. Aunque no sé como podrías ser capaz de confirmar eso al 100%, visto todo este desastre“.

Te puedo orientar sobre un 99,9 %, si eso es de ayuda,” dijo el jefe de la Unidad de Evidencias, Benigno DeJesus, mientras se levantaba tras estar arrodillado en la alfombra detrás de un colchón tirado. Los hombros de Nikki inmediatamente se relajaron cuando le vio. La escena del crimen estaba en unas excelentes manos.

“Detective DeJesus,” dijo ella. “¿A que debemos este honor en un domingo?”

Él bajo su máscara quirúrgica y sonrió. “No lo sé. Tenía planeado un día excelente sin acontecimientos notables cuando el detective Ochoa me llamó para contarme sobre este caso de…” él paró y entonces, en su típica manera discreta, continuó, “algún interés. Por lo que aquí estoy.” Ella lanzó a Ochoa una rápida mirada, preguntándose qué favor habría negociado Miguel para conseguir atraer al mejor hombre de evidencias del departamento y en su día libre, pero la cara hermética de Ochoa no revelaba nada.

DeJesus les guío a ella y a Rook en una visita para ver el conjunto de la casa, dándoles una valoración preliminar sobre el desorden constituido por la búsqueda de algo sin un asalto previo asociado a ello. Él señaló la segunda habitación, en la cual Nicole Bernardin había establecido una oficina. Esta había recibido la peor parte del registro. Usó su linterna para indicar cuatro delgadas marcas circulares donde los soportes de goma de un portátil habían permanecido antes de que se lo llevaran. El cable del cargador así como el cable USB que iba al disco duro robado, indicaban donde habían estado conectados al ordenador. Los cajones del escritorio y los archivadores estaban todos abiertos y vacíos, excepto por algunos trozos de papel. “El nivel de meticulosidad aquí me dice que quien quiera que buscó en la casa centró más su atención y cuidado aquí,” él dijo.

De vuelta a la habitación, el detective de Evidencias dijo que el propietario de este lugar no lo estaba compartiendo con un cónyuge. Todos los artículos del tocador, ropas, la comida de la cocina, y otras cosas, sugerían una mujer madura viviendo sola, aunque ella había mantenido una provisión de condones en la mesilla de noche y un nuevo cepillo de dientes, crema de afeitar, y un paquete de maquinillas de afeitar desechables en el armario del baño. Oyendo eso, Nikki y Rook se miraron de reojo entre ellos, cada uno tentativamente marcando un pensamiento no hablado de una lista mental sobre Cynthia Trope Heat y Nicole Aimee Bernardin. Todas las prescripciones en el armario de las medicinas coincidían con el nombre de Nicole, y las pocas fotos con los marcos rotos en el suelo mostraban a la víctima en Europa en varios momentos de su vida con personas que se asemejaban a padres y hermanos. Nikki se inclinó, curiosa por ver si su madre aparecía en alguna de ellas, pero no la vio. Ella se levantó y observó a Rook haciendo lo mismo en la sala de al lado.

Los Roach ya habían informado a DeJesus sobre los rastros de disolvente de laboratorio y la mugre de las vías del tren encontrado en su cuerpo, y él prometió que estaría pendiente, y también para coordinarse con Lauren Parry de la Oficina Forense, en las pruebas toxicológicas de Nicole Bernardin para su coincidencia con las prescripciones que usaba y algún otro descubrimiento que ella realizara en la víctima postmortem. Heat estaba contenta de dejarlo todo en las manos capacitadas de la Unidad de Evidencias, pero ella indagaría un poco más en solitario, quería hacer una vuelta por la casa antes de conducir de vuelta a la 20.

Una cosa que quería comprobar por curiosidad, fue satisfecha al encontrarla. En el armario del piso de abajo descubrió un juego completo de maletas, incluyendo una del tamaño exacto de la pieza robada a su madre. Todas estaban vacías, y no había espacio en el interior del armario para la maleta donde el cuerpo de la víctima había sido encontrado. Esto no era una información definitiva, pero hacía que disminuyese la probabilidad de que Nicole Bernardin hubiese estado en posesión de esa American Tourister, y por lo tanto esto la colocaba en un escalón inferior en la lista de asesinos potenciales de su madre. Un pensamiento agridulce para Heat ya que, diez años después, esa lista estaba todavía vacía.

El silencio que cayó en la oficina mientras la detective Heat actualizaba las Pizarras de los Asesinatos, fue tan completo, que el único sonido que se oía era el chirrido de su marcador en la superficie blanca mientras escribía en letras rojas: “1. ¿POR QUÉ MATAR A NICOLE BERNARDIN? 2. ¿POR QUÉ MATAR A NICOLE BERNARDIN AHORA?” Mientras escribía, dijo, “mientras la conexión entre el viejo asesinato y este nuevo se profundiza, tenemos que centrarnos en pensar no sólo sobre el porqué, sino también en la sincronización, los diez años de retraso habidos entre los dos.”

Se giró hacia la sala, donde Rook y su brigada formaban un semicírculo a su alrededor. Aunque ella les hubiera llamado en un sábado por la tarde, los detectives habían salido a la calle sin quejarse. De hecho, más allá de mostrar compromiso, ellos parecían contentos por poder ayudarla con todas sus fuerzas a resolver este caso. Algunos incluso, habían parado por el camino desde sus casas ó desde la casa de Inwood, para comprar comida para el grupo. Las cajas con panecillos, galletas, y ensaladas, descansaban detrás de ellos en el escritorio vacío de la ausente Sharon Hinesburg, quién tenía su teléfono apagado, una violación de las normas. Heat apuntó hacia la pizarra con la tapa del marcador. “Seguid trabajando sobre esto, ¿de acuerdo? Cuando todo esto encaje, será porque, habremos encontrado las respuestas a estas dos preguntas.”

La atención de todos estaba puesta en ella, pero sus ojos estaban clavados en las nuevas fotos que Nikki había puesto, y la profunda – y literalmente gráfica- historia, que ellas contaban. A la izquierda de la pizarra, la familiar pose de la muerte de la Desconocida, ahora Nicole Bernardin. Unos metros más lejos, en el lado derecho de la pizarra, la maleta de la madre de Nikki, llevando las iniciales de niña de Nikki, y la nueva añadidura, Nicole y Cynthia tocando hace cuarenta años en la Explanada. Esa conexión entre las dos víctimas reflejada en esa impactante foto, unido al sorprendente parecido de la joven Cynthia Trope Heat con su jefe de brigada, ponía dramáticamente de relieve los riesgos que ellos ya sentían.

“Ahora todos sabéis cual es la pista que encontramos en Boston,” dijo ella.

“Y que su apartamento ha sido asaltado y, lo más probable es que se hayan borrado las evidencias. Eso incluye, papeles, portátil, e incluso su correo. Ahora, la búsqueda en estos dos apartamentos –el de mi madre y ahora el de Nicole Bernardin- nos dice que este,” señaló a la Pizarra del Asesinato de su madre, “no fue probablemente un simple robo que salió mal. Alguien estuvo buscando tenazmente algo en ambos lugares.”

La mano de Feller se levantó. “¿Asumimos que es la misma persona?”

“No podemos asumir algo que aún no estamos seguros de saber. Tampoco sabemos todavía si el asaltante fue a por el mismo objeto. Todo lo que tenemos en común es el modus operandi, igual en los dos asesinatos.”

Rook dijo, “Tengo una opinión. Nicole era francesa. ¿Y si unos ladrones de joyas buscaban dos mitades de un mapa del tesoro?”

Malcolm mantuvo su cara inexpresiva y dijo, “Oh. Como en ‘La Pantera Rosa’.”

Rook estaba por decir sí, pero al sentir la mirada de todos dijo. “Bueno, es una posibilidad.”

Nikki continuó, “para que conste, todas las maletas de Nicole están aparentemente, así como todos sus cuchillos, que están en el porta cuchillos de madera. He asignado a un grupo de agentes para que pregunten a los vecinos y a los Agentes de Servicios Comunitarios, por si hubo alguna actividad inusual o vehículos extraños. Nosotros tenemos nuestro propio trabajo que hacer.”

En la Pizarra del Asesinato de Nicole, empezó una lista de nuevas tareas, colocando las iniciales de los detectives detrás de cada una. “Detective Ochoa, me gustaría que escarbaras en su vida personal. Mira lo típico; novios pasados y presentes; quejas de acosadores; ordenes de alejamiento; peleas familiares. Si tienes problemas en encontrar algo oficial, compruébalo con su peluquero. Te sorprenderías de lo que puedes aprender.”

“Como quizás qué hacer con esa esa calva,” dio Reynolds. “Me estás deslumbrando, hombre.”

“Detective Reynolds, tú contactaras de nuevo con los locales de juegos y clubs de carreras, ahora que tenemos identificado un nombre y una cara. Y también comprueba el servicio de citas de Internet. Mira si ella estaba registrada y si tuvo algún contacto que pudiera haber salido mal. Hazlo también con los casamenteros. Una mujer profesional pudo haber ído a por ellos.”

“¿Y qué sabemos sobre la profesión?” preguntó el detective Malcolm.

“Los membretes y las tarjetas de negocios que aparecieron en su casa indican que la víctima trabajaba como propietaria de su propio negocio como cazatalentos corporativos.” Heat lo leyó de una de las tarjetas. “‘El Grupo NAB. Búsqueda de ejecutivos discretos y confidenciales para industrias e instituciones a nivel mundial. “NAB deben de ser sus iniciales.”

Rhymer preguntó, “¿dirección?”

“Un buzón. Sin evidencias de oficinas. El número es un 8-8-8. Lo he puesto para comprobar ese número y otras cuentas de teléfono que ella tenía. El teléfono fijo, si alguna vez tuvo uno, se dio de baja. Y, como recordarás, no llevaba ningún móvil encima.”

Rook dijo, “¿sin móvil? Eso es como estar a un paso de las pinturas en las cuevas y las sanguijuelas medicinales.”

Heat pegó la tarjeta de negocios. “Tenía página de Internet, pero es una página indicando todo lo anterior además de una línea añadida, ‘Referencias y testimonios a petición’.”

Raley dijo, “suena como a frase de fachada o de un negocio casero.”

“Rales, trabaja ese hilo. Ponte tu corona de Rey de los medios audiovisuales y navega por el emplazamiento de los ejecutivos, testimonios de negocios, tú sabes sobre lo que estoy detrás.” Él asintió mientras apuntaba su nota. “Detective Feller, tú haz una búsqueda de sus impuestos federales y estatales. Eso también nos dirá si usaba un contable.”

“También seguiré el dinero,” dijo Feller.

“Como el sabueso que eres. Eso incluye todas las cuentas bancarias, cajas de seguridad de los bancos, tarjetas de crédito, créditos del trabajo, etc,”.

“Detective Malcolm, ¿Tienes un traje?”

“De un cumpleaños,” su compañero, Reynolds, le interrumpió.

“Lo que sea,” dijo Heat. “Nicole Bernardin era una francesa nacionalizada. Haz una excursión a Central Park y visita su consulado cuando abran. Averigua si ella les ha visitado. También haz una llamada al consulado Francés en Boston.” Indicó la foto de la Explanada. “Esto era para un programa cultural que ellos patrocinaron. Quizás ella siguiera en contacto. Averígualo.”

Rook levantó su mano. “¿Una idea?”

“Oigámosla,” dijo Nikki.

“Su portátil esta perdido, ¿Verdad?”

“Y su disco externo y Pendrives.”

“Correcto,” continuó él, “pero en mi propia experiencia viajando con un notebook, siempre hago copias de seguridad compulsivas, mediante archivos adjuntos que me envió a mi mismo ó sincronizándolo todo a un almacenamiento remoto de Internet a prueba de fallos como Dropbox.”

Heat dijo, “eso de hecho es una buena idea.”

“La segunda hoy,” dijo Rook.

Ochoa dijo, “te lo digo, el hombre tiene el poder. El poder de la Sangre Roach.”

“Detective Rhymer” dijo ella, “Tan pronto como nosotros finalicemos la sesión, tira abajo algunas puertas de los frikis de la Unidad de Ordenadores y Tecnología Informática para ver si ellos tienen algún genio que pueda encontrar algún rastro de si ella ha utilizado para respaldo de datos alguna Web de Internet.”

El detective, de voz suave proveniente del Sur, rindió homenaje a su alias de Opie preguntando educadamente. “Importa si pateo algunos culos, ¿aunque sea domingo?”

“Incluso mejor,” dijo la Detective Heat. “De esa manera, sabrán lo importante que es esto.”


Última edición por lastral el Lun Nov 26, 2012 4:24 am, editado 1 vez
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por anaforo Dom Nov 25, 2012 10:14 am

Sigue cuando puedas, gracias a ti, a tu traducción me estoy leyendo el cuarto libro y enterándome de todo lo que dice.
Gracias
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por Delta5 Dom Nov 25, 2012 10:36 am

anaforo escribió:Sigue cuando puedas, gracias a ti, a tu traducción me estoy leyendo el cuarto libro y enterándome de todo lo que dice.
Gracias

Cada jueves se sube la mitad de un capítulo, por lo que la próxima subida se realizara el jueves 29 de noviembre.

Saludos,
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por lastral Jue Nov 29, 2012 8:40 am

Hola chicos:
Ya estamos de vuelta como cada jueves con una nueva entrega de esta historia. Hoy toca la segunda parte del capitulo 5.
Traducido por Lastral y Beckett
Corregido por Delta5
Editado por Beckett
Como siempre esperamos vuestros comentarios y muchas gracias por seguirnos. Disfrutadlo y comentad.

CAPITULO 5-SEGUNDA PARTE

Después de cenar ellos llegaron al edificio del apartamento de Heat para encontrarse el ascensor teniendo todavía el cartel de fuera de servicio sellado en sus puertas. En el segundo descansillo de las escaleras, Rook paró momentáneamente para intercambiar el agarre de su bolsa Boston para pasar la noche. “Ahora sé porque estas se llaman equipaje de mano y no equipaje de subida.”

“¿Quieres que coja el tuyo?”

“No-no,” él dijo, alejando la mano de ella. “Yo simplemente consideraré esto como mi rehabilitación de hoy.”

“Déjame ver si puedo escribir la historia, chico Pulitzer. ¿Rehabilitación hoy, pícara enfermera de masajes mañana?”

“Ahora, hay una historia con un final feliz,” él dijo mientras reanudaba su ascenso.

Rook encontró un Hautes-Cotes de Nuits del 2007 en la parte de atrás de su nevera que él acuso a ella de habérselo escondido, y después se colocó detrás de Nikki en el sofá para mirar a través de los álbumes con ella. “Esto es todo lo que yo he dejado,” ella dijo, indicando la caja de banquero de recuerdos familiares en el suelo al lado suyo. “Yo ni siquiera sé que es lo que se perdió. Quien quiera que buscara en este apartamento la noche del asesinato consiguió el resto y debió haberlo dejado antes de que él fuera a por estas.”

“Nikki, si esto es duro para ti…”

“Por supuesto que es duro para mí. ¿Cómo no podría serlo?” Después ella descansó su palma en el muslo de él. “Eso es por lo que yo estoy contenta de tenerte aquí conmigo para pasar por esto.”

Ellos se besaron, cada uno probando el Burgundy en la lengua del otro.

Después él estudió la sala y la dio una pensativa mirada. “Siempre he querido preguntártelo, y nunca supe muy bien como.”

“Quieres decir, ¿preguntarme como pude vivir aquí después de su asesinato?” Cuando él reaccionó, ella dijo, “vamos Rook, la manera en que simplemente miras este lugar es la cosa más ridícula que he visto. Bueno, excepto desde la última vez que te gane al póker.” Él no respondió, sino que simplemente la miró.

Ella giró sus tobillos hacia la mesa del comedor y pasó sus dedos alrededor de los márgenes de una foto del álbum. “Es duro decir por qué. La gente me animaba a seguir adelante por aquel entonces. Pero marcharme de aquí era como si sintiese que la estuviera dejando. Quizás yo quiera mudarme algún día. Pero siempre parece correcto estar aquí. Este fue siempre mi hogar; esta es nuestra conexión.” Ella se levantó y dio palmas dos veces trayendo un cambio de humor. “¿Listo para mirar algunas aburridas fotos?”

Ellos empezaron despacio al principio, pasando páginas que empezaban con fotos individuales de sus padres y retratos del instituto con serias y payasas poses con familia, principalmente mayores. Fotos de su padre en la Universidad George Washington incluyendo unas cuantas instantáneas de él jugando al baloncesto de los Colonos y sujetando su diploma de la escuela de negocios en la repartición de estos en el DC Capitol Mall. Había numerosas fotos de su madre en el Conservatorio New England, principalmente en su piano Steinway o de pie delante de uno. Había incluso fotos de la Profesora Shimizu entregándola un ramo y un trofeo, pero sin instantáneas del dúo de cámara, excepto uno con Leonard Frick. Sin visualizar el Mejor Amigas con Nicole Bernardin. Cuando Nikki cerró la cubierta trasera del primer álbum. Rook dijo, “esto es como una mezcla del canal Syfy encontrándose con películas de toda la vida donde un desgarrón en el continuo espacio-tiempo elimina todas las pruebas de las mejores amigas.”

Ella le miro fijamente y dijo categóricamente, “eso es cierto. Eso es exactamente lo que parece.”

Pero eso la hizo sonsacar una sonrisa, y él dijo, “¿sabes lo que deberíamos hacer? Pan comido. Preguntar a tu padre.”

“No.”

“Pero de toda la gente, tu padre no…”

“No va a pasar. ¿De acuerdo? Por lo que déjalo.”

Su brusquedad le dejo sin palabras excepto por “¿Seguimos?”

El segundo álbum de la pareja contaba la crónica del cortejo de Jeff y Cynthia Heat, una joven pareja de trofeo en Europa, incluyendo París, pero todavía sin Nicole. Cuando Rook le preguntó si ella pudiera estar en la fiesta de la boda, Nikki le dijo que no había habido una. Producto de los años setenta, su padre y su madre habían sucumbido a un ataque de rebelión post-hippie y se fugaron. La siguiente serie de fotografías eran tomadas de una Nikki bebé en New York, incluyendo instantáneas de ella cuando apenas andaba, sosteniendo barras de hierro forjado del Parque Gramercy, atisbando a través de ellas con indignación por la lente. “Yo he visto esa expresión en muchos de los prisioneros que tú has puesto tras los barrotes.” Ella rió por eso pero entonces cerró el álbum. “¿Eso es todo? Vamos, esto está acercándose a la parte interesante.”

“Hemos terminado. El resto es principalmente yo en mi momento torpe y no vamos a hacer esto por tu entretenimiento o mi humillación. Tuve suficiente de eso en mi séptimo grado. De hecho sé que no hay signos de Nicole en estas.”

“Tengo otro loco pensamiento.”

“¿Tú? ¿Rook? Imagina eso,” ella dijo, rellenando sus vasos.

“De hecho, no se aleja mucho de esto. ¿Se te ha ocurrido a ti qué desde que averiguamos su nombre esta mañana tú, de hecho, eres tocaya de Nicole?” Él miró el impacto que eso jugo a través de la frente de ella. “Ah, no es loco ahora, ¿no?”

Ella lo arrojó y dijo, “excepto que mi nombre legal no es Nicole.”

“¿Y? Nikki, Nicole. No esta tan alejado. Tiene sentido, especialmente si ellas eran amigas tan cercanas... Aunque, desde esto,” él dijo, indicando el álbum de fotos, “Nicole se va pareciendo más a una amiga imaginaria.”

Nikki fue a su escritorio en la segunda habitación para hacer una llamada y hacer una ronda de e-mails en el progreso del caso, y cuando ella volvió, encontró a Rook con las piernas cruzadas en medio del suelo del salón.

“¿Qué piensas que estás haciendo?”

“Siendo incorregible, ¿Qué más? Es mi trabajo.” Él presiono el botón del play en el viejo reproductor de VHS y la pantalla de la televisión se encendió mostrando un vídeo de Nikki, sentada al lado de su madre en el piano. La fecha marcada decía: “16 de Julio de 1985.”

“De acuerdo, Rook, está bien, puedes apagarlo.”

“¿Qué edad tenías entonces?”

“Cinco. Hemos visto demasiado. Está bien.”

Un hombre de voz profunda salía desde fuera de la cámara. “¿Qué vas a tocar, Nikki?”

“¿Tu padre?” preguntó Rook. Ella se encogió de hombros como si no supiera quién y simplemente se quedo en el sitio, mirando.

En el vídeo de hace veinticinco años, una joven Nikki Heat, ataviada con un jersey amarillo, oscilaba sus pies de un lado a otro del banco y sonreía. Ella gritaba a la cámara, “voy a tocar Wolfgang Amadeus Mozart.” Rook esperaba empezar a escuchar “Twinkle, Twinkle, Twinkle, Little Star.” En su lugar, la chica miró a quien quiera que sujetara la cámara y confidencialmente anunciaba, “me gustaría tocas su Sonata número quince.” Cynthia inclinó su cabeza hacia ella para que empezara, y Nikki posicionó sus manos sobre el teclado, contando silenciosamente para ella misma, y empezando la pieza, la cual fue inmediatamente familiar para Rook. Él se movió más cerca de la televisión, impresionado por no decir menos. La pieza era difícil pero factible para manos pequeñas, y ella golpeaba todas las notas sin meter la pata, aunque su ritmo se sentía rutina, pero demonios, la niña solo tenía cinco años. Mientras que la pequeña niña continuaba tocando, su madre se inclinó cerca de ella y dijo, “precioso, Nikki. Pero no corras. Como Mozart dijo, ‘el espacio entre notas también es música’.”

Heat consintió a Rook este momento de excitación pero dio al botón de parar tan pronto como la canción terminó. Rook aplaudió, y lo hizo de verdad. Él se volvió al piano que cruzaba la habitación: El mismo, situado exactamente como había estado en el vídeo. “¿Todavía sabes la canción?”

“Olvídalo.”

“Vamos, hazlo por favor.”

“No, el show ha acabado.”

“¿Por favor?”

Nikki se sentó en el sofá y se posicionó lejos del piano. Su postura emanaba el ambiente que él recibió del Sargent pintado que ella había evitado en Boston. “Necesitas entender. Ni siquiera he abierto la tapa desde su asesinato.” Sus rasgos apretados y su complexión llevaban una leve palidez. “No puedo volver a tocarlo. Simplemente no puedo.”

Un par de sirenas se oyeron, gimiendo bajo su ventana en medio de la noche, y Nikki se agitó. Alguien se dirigía a urgencias o a la cárcel, como en esas canciones de los Eagles sobre que New York tenía tanto de cierto. La alarma en la mesita de noche leía las 3:26 de la mañana. Ella dejo caer un brazo hacia el lado de la cama de Rook y no encontró nada excepto sabanas frías.

“Por favor dime que no estás en Internet con porno,” ella dijo, atando un lazo por delante de su albornoz. Él se sentó con sus calzoncillos en la mesa del comedor de la oscura sala, su cara proyectada por la espeluznante luz lunar de la pantalla de su portátil.

“A mi manera, lo soy. Escritor de porno.” Él la miró. La punta de la cabecera de la cama no le hacía parecer algo menos loco. “¿Qué es eso tan malditamente satisfactorio sobre una búsqueda en Google? Es un poco como el sexo prohibido. Te preguntas, ¿Debería o no debería? Pero no puedes sacarlo de tu cabeza por lo que dices, al demonio con eso, y la siguiente cosa que sabes es que estas sudoroso y jadeando por la excitación mientras consigues exactamente lo que necesitas.”

“Mira si prefieres estar solo…”

Él giró su MacBook hacía ella para que pudiera ver los resultados de la búsqueda. “Leonard Frick. ¿Recuerdas el chico del violonchelo en el vídeo de tu madre?”

“De otra manera conocido como el violonchelista.”

“Que también tocó el clarinete en su trió de cámara con Nicole.
Multitalentoso.” Rook movió un dedo pulgar hacia la pantalla. “Leonard Frick, graduado por el Conservatorio de Nueva Inglaterra, está actualmente trabajando como principal clarinetista para la Orquesta Sinfónica de Queens.”

“De otra manera conocido como el clarinete principal.”

“Esto es por lo que deje el fagot. Demasiadas reglas.” Él se levantó. “Este tio tiene que conocer tanto a tu madre como a Nicole así como a cualquiera. Necesitamos ir a verle.”

“¿Ahora?”

“Por supuesto que no. Necesitamos vestirnos primero.”

Ella se apretó contra él y acaricio su culo con ambas manos, después tiró de él hacia ella por sus nalgas. “¿Ahora?”

Él desanudo el albornoz de ella y sintió su piel emanando calor por su pecho. “Supongo que podríamos volver a la cama. Ya sabes, por un rato. Todavía tenemos tiempo de verle de camino hacia la comisaría.”

A las siete y media de esa mañana, Heat y Rook esperaban en el paso de cebra fuera de su familiar Starbucks, sosteniendo tres cafés: uno para cada uno de ellos y otro para el conductor del servicio de coches de Rook, quien esperaba apoyado contra el parachoques del Lincoln negro en la 23 Este. El tráfico se paró y ellos consiguieron la señal para andar, pero a medio camino su conductor los llamó, “¡cabezas arriba!” Ellos oyeron el rugir de un motor y se giraron para encarar el morro de una furgoneta granate de pocos pies cortándoles desde abajo. Ellos saltaron hacia atrás a tiempo, y este cargo desde la intersección para ponerse en marcha otra vez. Agitados, corrieron mientras ellos todavía tenían el paso abierto.

“Joder Santo, asustasteis al infierno fuera de mí. ¿Estáis bien?”

Nikki vio que ella tenía una mancha de leche en la pierna, nada inusual para ella, y se la borró con una servilleta. “¿Qué estaba haciendo ese tio?” ella preguntó, “¿mandando un mensaje?”

“No, debía de estar borracho o drogado,” dijo su conductor. “Él te estaba mirando justo a ti.” Nikki paró de limpiarse la mancha y caminó hacia la curva para ver si ella podía conseguir una matrícula de la furgoneta. Se había ido hace mucho.

“¿Soy sospechoso?” preguntó Leonard Frick. Aquel niño flaco en esmoquin con la nube de pelo de lana de acero había engordado a lo largo de las décadas. Ahora, sentado enfrente de él en la sala de ensayo de la Escuela de Música de Aaron Copland en el Instituto Queens, Heat le echaba setenta y dos, y el único pelo en su cabeza era una perilla de plata enmarcada por los hoyuelos que parecían como paréntesis cuando él sonreía.

“No, señor,” dijo Nikki, “esto es puramente para el historial.”

Rook preguntó, “tú no las mataste ¿verdad?”

“Por supuesto que no.” Después él dijo a Nikki, “él no es policía, ¿verdad?”

“¿Qué le delata?” Eso trajo de vuelta los hoyuelos mientras Mr. Frick reía. Parecía feliz por la compañía y les contó como su carrera en la música había menguado y fluido desde los sesenta. Primero empezó lleno de trabajos como sustituto para algunas pequeñas orquestas sinfónicas en el Noroeste. Después un poco de desempleo probando por obligación hasta que aterrizó en un trabajo estable en algunas orquestas de Broadway, incluyendo ‘Phantom’, ‘Cats’, y ‘Thoroughly Modern Millie’ antes de establecerse en la Orquesta Sinfónica de Queen.

“Está bien, no es la de Nueva York Phil, pero es un grupo genial, beneficios sindicales y, además, una vez al año consigo tocar un solo de clarinete en la apertura del ‘Rhapsody in Blue’ de Gershwin. Merece la pena todo el viaje solo para sacar esa genial nota ascendente y ver cada cara en la orquesta romper en una sonrisa. Incluso los que tocan el fagot, y ellos son todo nuez.” Rook sonrió y asintió para darle la razón. Leonard le ofreció a Nikki sus condolencias. “Quería a tu madre, las quería a ambas, pero confía en mí, tu madre nos eclipsaba a todos nosotros. Y no estoy diciendo esto porque estuviese enamorado de ella. Todos los chicos lo estaban. Ella era guapa como tú. Y tenía este don especial, esta… fuerza que la hacía competitiva y la llevaba a sobresalir, pero también muy amable hacia sus compañeros de estudios. Nutriéndolos incluso. Y los conservatorios de música son notoriamente despiadados en ese nivel.”

“Déjame preguntarte sobre esto,” dijo Rook. “¿Había alguna fea rivalidad que pudo haber durado durante años?”

“Ninguna que yo supiera. Además, Cindy también estaba metida en la música para hacer enemigos o involucrarse en bastantes cosas. Esa chica trabajaba. Ella estudiaba cada genial grabación de piano- Horowitz, Gould, los que más. Siempre era la primera en el estudio de ensayo por la mañana y la última en irse por la noche.” Él se rió entre dientes. “Yo la manche de Pizza de Cappy un domingo e iba a ir a su mesa y tomarla el pelo, preguntarla que como podía vivir con ella misma, sin ensayar, y con un recital de Chopin al día siguiente. Después volví a mirar y vi que ella estaba moviendo sus dedos a lo largo de su salvamanteles como si fuese un maldito teclado.”

“Mr. Frick,” ella dijo, “¿sabe si alguien de aquel entonces tendría una razón para matarlas? ¿O a mi madre o a Nicole, o a ambas?” La respuesta de él fue el mismo no. “¿Ha contactado alguien con usted buscando a alguna de ellas?” De nuevo, fue un no.

Esto hacía sentir a Rook que había que dirigir la entrevista de vuelta al Calcetín Desparejado. “Usted era simplemente uno de muchos sobre los que hablar del impulso de Cynthia y su determinación.”

“Y talento,” dijo Leonard.

“¿Qué pasó?”

“Que me golpeen. Esto cambió así.” Él chasqueó sus dedos. “El cambio vino cuando Nicole invitó a Cindy a quedarse con su gente en Paris durante un par de semanas después de la graduación.” Él se volvió hacia Nikki, explicándose. “La familia Bernardin, ellos eran ricos. Los padres de Nicole ofrecieron pagar el viaje entero, y el plan era volver a tiempo para que tu madre hiciera sus pruebas para todas las orquestas sinfónicas que habían sido afortunadas de escucharla. Se suponía que ella estaría lejos por dos o tres semanas. Eso habría sido Junio de 1971. Ella no volvió hasta 1979.”

“Quizás ella tuvo oportunidades con orquestas por Europa.” Nikki sugirió.

Él sacudió su cabeza. “No. Cindy nunca audiciono para una orquesta allí o aquí. Nunca consiguió un contrato para grabar. Ella simplemente lo dejó.”

“¿Qué crees que la cambió?” Rook preguntó. “¿Fue Nicole?”

“Quizás. Pero no como una cosa de relación. A ellas las gustaban los hombres.” Él paró. “Excepto uno, y le estas mirando.” Y sonrió, después los hoyuelos se esfumaron. “Algo ocurrió por allí aquel verano. Cindy se alejó como una bola de fuego y dejo que todo se enfriara.” Sus compañeros de orquestra empezaron a llegar para el ensayo. Leonard se levantó y recogió su chaqueta de Solo Miembros de detrás de su silla. “Que es lo que yo daría por seguir teniendo una pizca del talento de tu madre.”

Rook llamó al conductor del servicio de coches que había contratado esa mañana para decirle que habían terminado, y el coche negro de ciudad apareció por la Puerta Tres del campus justo cuando él y Nikki terminaron su corta caminata en la Escuela Copland. “Te digo una cosa,” él dijo cuando se habían fusionado con el tráfico de camino a la comisaría. “La manera en la que describía a tu madre… impulsiva, competitiva, ¿pero qué nutría? La Profesora Shimizu estaba equivocada. La manzana no cayó tan lejos del árbol.”

“Rook, ¿te importaría sino seguimos?” Nikki bajó su ventana y cerró sus ojos, poniendo su cara en el viento mientras pensaba.

Después de casi dos kilómetros en silencio, el conductor dijo, “¿Mr. Rook? Desde que es lo suficientemente amable como para traerme un café, yo recogí un papel, si le gustaría leerlo.”

“Seguro, ¿por qué no?”

El conductor dobló su mano para darle el Legder. Rook esperaba el New York Times, pero un poco de sensacionalismo no hiere a nadie. Al menos eso es lo que pensó hasta que vio el titular en la primera página del tabloide. “Santo…”

Heat se medio giro desde la ventana. “¿Qué?” Entonces ella vio el titular por sí misma y arrancó el periódico de las manos de él y lo leyó, sin palabras por su cabreo.
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Mensaje por Delta5 Vie Nov 30, 2012 2:18 am

Si nadie dice nada es porque se supone que lo estamos haciendo muy bien, pero de vez en cuando una alabanza ó crítica ayuda a mejorar.

Que?, no se lanza nadie al ruedo?.

Un saludo para todos los que nos leen. Very Happy

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Mensaje por Castlefan10 Vie Nov 30, 2012 4:22 am

Delta5 escribió:Si nadie dice nada es porque se supone que lo estamos haciendo muy bien, pero de vez en cuando una alabanza ó crítica ayuda a mejorar.

Que?, no se lanza nadie al ruedo?.

Un saludo para todos los que nos leen. Very Happy


Lo estáis haciendo genial. Hacéis un trabajo increíble para los que somos muy impacientes (yo lo que es, después de leerme el tercero no he podido esperar hasta que salga en castellano). Gracias por todas las horas que metéis traduciendo el libro. Un gesto muy bonito. Muchas gracias, en serio. Os admiro. Smile

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Mensaje por Delta5 Vie Nov 30, 2012 5:00 am

Gracias Castlefan10, eso ayuda mucho te lo aseguro. sabemos que mucha gente nos lee, pero de vez en cuando te gusta que alguien te diga que le parece como lo estamos haciendo, creo que es algo humano, y si nos sacan algún defecto, pues mejor que mejor, así podremos corregirlo para sucesivas ediciones.

Además, no es seguro que Suma de Letras saque el año que viene la traducción oficial, eso depende de como le hayan ido las ventas de Heat Rises.

Otra vez gracias y un saludo,


Última edición por Delta5 el Miér Dic 05, 2012 3:32 am, editado 1 vez
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Mensaje por castlemaniac Miér Dic 05, 2012 12:59 am

Queria felicitaros por el trabajo que estais haciendo, para que todos los que tenemos un nivel de ingles bajo podamos leer Frozen Heat, sin tener que esperar un año o quizás mas para encontrarlo en español.
Lo que estáis haciendo por "amor al arte" no tiene precio.

Asi que al equipo de traductores felicidades sois unos craks Happy Clap
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Mensaje por cris_beckett Miér Dic 05, 2012 5:07 am

Muchas gracias por lo que están haciendo!! Si no fuera por ustedes no me estaría leyendo el libro Very Happy
Les está quedando increíble!!!
Gracias de nuevo y espero la siguiente parte
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Mensaje por lastral Jue Dic 06, 2012 8:01 am

Buenas chicos, tenemos otro capitulo. Esta es la primera parte del capitulo 6. Very Happy
Traducido por Lastral y Beckett
Corregido por Delta5
Editado por Beckett
Como siempre disfrutadlo y comentad. Muchas gracias por seguir esta historia y que siga así.

LA MUJER HELADA DESCONGELA UN C-C-CASO SIN RE-RE-RESOLVER

Exclusiva del Ledger

por Tam Svedja, veterana periodista metropolitana


Como si el descubrimiento macabro de la semana pasada de una mujer congelada dentro de un camión frigorífico en el Uper West Side no fuera suficiente para que los dientes de los Neoyorquinos castañeasen, ahora el espantoso caso ha tomado un rumbo aún más escalofriante. Fuentes exclusivas del Ledger con conocimientos sobre la investigación confirman que, la víctima apuñalada sin identificar, no sólo ha sido ya identificada como Nicole Aimeé Bernardin, de nacionalidad francesa con dirección en Inwood, sino que la maleta donde la policía la encontró perteneció en un tiempo a una víctima similar de apuñalamiento en un caso de 1999 que sigue sin resolverse. Los dos asesinatos llegaron ayer a un punto más extraño, cuando los investigadores averiguaron que mademoiselle Bernardin conocía a la victima anterior, Cynthia Trope Heat, que fue apuñalada en su apartamento de Gramercy Park en la víspera del Día de Acción de Gracias hace diez años. La hija de la Sr. Heat, Nikki Heat, detective de homicidios de la NYPD, y policía que salió como modelo de portada en un reciente artículo de una de las revistas más importantes, ha sido designada como responsable del caso por el capitán Wallace “Wally” Irons, cuyo acierto en la designación de Heat ya está dando rápidos resultados. ¿Son estos dos asesinatos una extraña coincidencia o es un asesinato en serie? El capitán Irons no estaba disponible para hacer comentarios, pero esta reportera puede sugerir uno: Cuando se trata de casos fríos, calentar globalmente, y descongelar localmente.

Heat dobló el periódico por la mitad y golpeó el asiento con él. Rook no solía escuchar maldecir a Nikki, pero esta era una de esas ocasiones. “Bien, esto simplemente apesta,” dijo ella, con los músculos de su mandíbula tensos y sus labios apretados en una fina línea.

Él tendría que haberlo sabido, pero dijo, “Bueno, al menos lo que pone está basado en hechos.”

“Ni aún así,” dijo ella. Un pensamiento la atravesó y le dirigió a Rook una mirada apreciativa. Y él sabía por qué. Ya habían pasado por esto con esa reportera.

“No, no soy la fuente de Tam Svedja.” Ella seguía con la vista fija, que lo hizo sentirse incómodo, al igual que había visto como ella lo había hecho con los sospechosos más duros en la sala de interrogatorios. “Antes de nada, ¿Cuándo lo podría haber hecho?”

“¿Durante tu sesión de búsqueda en Google en las primeras horas de esta mañana?”

“¡Ja!” cogió el Ledger de sus manos y miró la parte de arriba de la primera página. “Esta edición es anterior.” Se lo devolvió. “¿Además, por qué lo haría?”

Eso la frenó pero no la paró. “Bueno, tú y esa tal Tam Svedja, tu ligue sueco…”

“… tenemos una historia, lo sé. Sólo porque me acostase con ella un par de veces no me convierte en la fuente de todas sus historias.”

“Me dijiste que sólo fue una vez.”

“Es verdad.” Sonrió. “Quería decir que fue erase una vez. En una galaxia muy, muy lejana.” Cuando ella pareció aplacada, dijo “¿Quieres que la llame?”

“No.” Pero reflexionó, “Sí.” Pero su cara realmente decía que no.

La ciudad aún estaba afectada por el terremoto. El último edificio afectado forzó a su coche a girar por el puente Queensborought para atravesar el East River porque el túnel de Midtown estaba cerrado por las autoridades que controlan los puentes. El conductor sintonizó la emisora 10-10 WINS, que informaron que el túnel estaba cerrado porque había habido una misteriosa fuga de agua que había dejado bastante agua estancada en el túnel. “Fugas, parece que es el tema de esta mañana,” dijo Rook. A Nikki no le pareció divertido.

Después de dejar a Rook en la acera enfrente de las oficinas de Midtown del New York Ledger, Heat continuó hacía la comisaría, donde entró en el barullo de su brigada realizando sus asignaciones. Vio a Sharon Hinesburg cerrando rápidamente una página de compras en su ordenador, cambiándola por la página de inicio de la base de datos de huellas. “Te eché de menos ayer, detective Hinesburg.”

“Ya lo he oído. Es lo que me pasa por no encender el móvil el sábado por la noche.”

“No, eso es lo que me pasa a mí, que uno de mis detectives esté ilocalizable. ¿Soy lo suficientemente clara?” Hinesburg contestó con un exagerado saludo militar, que, como la mayoría de cosas que hacía, irritó profundamente a Nikki, pero lo dejó estar, ya le había aclarado las cosas. Le asignó que investigara el registro de llamadas de Nicole Bernardin buscando alguna pista y se dirigió a su escritorio.

Para su decepción, todo el ajetreo de la actividad de la comisaría era sólo el ruido de las ruedas de las sillas. Cada actualización que recibió- las huellas en la casa de Inwood, la posibilidad de conseguir un número de identificación fiscal, en clubes deportivos, en los registros de tarjetas de crédito –todo ello estaba vacío, retrasado o rechazado como pistas útiles. En otro caso, ella hubiera acudido a su sabiduría y a la experiencia ganada a través de los años para recordarse a sí misma que es imposible ver un rastro hasta que se muestra por sí solo. Hubiera recordado que los crímenes se resuelven a partir de paciencia y trabajo duro. Pero este no era un caso cualquiera. A pesar de que no sólo había conseguido identificar a la víctima, sino también encontrar una gran conexión con el caso sin resolver de su madre, Nikki quería aprovechar el avance, que inmediatamente estaría bien. Una década era mucho tiempo para ser paciente.

Rook entró con una sonrisa y un café para ella. “¿Has descubierto quién le filtró la información a Tam?” preguntó ella en voz baja después de llevarlo hacia la salita de descanso.

“Sí, y ni siquiera me he tenido que acostar con ella para averiguarlo. Tan sólo la he engañando pretendiendo que ya lo sabía. No sé si lo habías notado, pero Tam Svedja no es precisamente la más lista de la sala, incluso cuando es la única persona en la misma.”

“Muy ingenioso, Rook. Guárdatelo para tu próximo artículo. Todo lo que quiero saber es quién lo hizo.” Echó un vistazo por la zona buscando privacidad. “Es Irons, ¿verdad? Es muy obvio.”

“Bueno, ahí estás, usando una de tus ridículas teorías conspiratorias.”

“De acuerdo, vale, diviértete.”

Él se acarició la barbilla teatralmente, disfrutando de la oportunidad de devolverle a la gran detective algunas de sus propias palabras. “Prefiero trabajar con hechos antes de complacerme con meras conjeturas de una corazonada.”

“¿Quieres llevarte puesto ese café?”

“Fue Sharon Hinesburg.”

Heat aún estaba sopesando como lidiar con esa información cuando el capitán Irons la llamó a su oficina para que le informase sobre el caso. Aún sabiendo que el capitán tenía poca capacidad de atención, no la detuvo a simplificar su explicación a grandes rasgos desde el principio. “Desde que le llamé ayer desde Boston para decirle lo que Rook y yo descubrimos sobre nuestra Desconocida y su conexión con el caso de mi madre, nos hemos estado concentrando en todo lo que podamos encontrar sobre Nicole Bernardin.”

“¿Conseguisteis algo de marisco?”

“¿Disculpe, capitán?”

Iron se recostó en su silla de cuero y su peso causó que los muelles chirriasen. “Me encantan los productos de Boston, ir a Legal Seafood es una necesidad en cada viaje que hago allí.”

“Sí, es bastante conocido,” dijo ella, pero sólo para mantenerle ocupado mientras seguía con la investigación de un doble homicidio. “Ahora que tenemos la identidad de Nicole Bernardin, estamos ocupados siguiendo nuevas pistas. Hemos limitado las pruebas forenses de su casa, pero podemos rastrear otros aspectos de su vida a través de sus cuentas bancarias, tanto personales como las empresariales. No han dado aún sus frutos pero…”

“¿Rook escribió algo durante vuestra escapada?”

“¿Señor?”

“¿Alguna novedad sobre el artículo?” Irons se sentó en su silla con un ruido metálico. “Sólo es que el otro día mencionó que haría algo para seguir trabajando en el otro artículo, y me preguntaba si lo estaba haciendo o no.” Quizá Irons no tuviese tan poca capacidad de atención. Quizá sólo su atención recaía en otras cosas. “¿Has visto mi mención en el papel basura de esta mañana?

“Sí, lo he visto. De hecho, señor…”

“Deberías enseñárselo a Rook. Déjale ver como otros reporteros también se están ocupando del tema.”

No pasó desapercibido para ella que la preocupación de Irons sobre el artículo fuera que saliera mencionado. “Rook no sólo es consciente de este artículo, sino que sabe que la información se obtuvo por una filtración desde dentro de nuestra brigada.”

“¿Alguien de aquí se ha ido de la lengua con el Ledger?” Irons ladeó la cabeza y miró por encima del hombro de Nikki a través de la ventana que daba a la comisaría. “¿Sabes quién?”

Para cualquier otra persona, hubiese preferido la ignorancia. “Fue la detective Hinesburg,” dijo.

“¿Sharon? ¿Estás segura?”

“Sí, señor.”

“Ajá. Bueno, tenían que enterarse por alguien.” Le dio un trago a su taza de café, pareciendo no inmutarse por la filtración de información, y confirmándolo después de tragar sonoramente. “Probablemente es bueno que haya salido a la luz.”

“Discrepo, capitán.” A Heat no le gustó el aspecto de auto diversión que vio tras decir eso, pero siguió presionando. “Este caso está en un nivel donde no nos interesa que salga publicado y tener que lidiar con el circo que eso conlleva. No antes de que tengamos la oportunidad de comprobar las líneas de investigación actuales.”

“¿Sí? ¿Y cómo va eso, detective?” Su sonrisa empeoró la burla, desde su punto de vista. No sólo era desdeñosa, también representaba a una mente cerrada obtusa.

“Como le estaba diciendo… hasta ahora está siendo un proceso lento. Para ser realistas…” dijo, entonces se detuvo para dar más énfasis, sabiendo que su capitán venía de administración. Su experiencia policial venía de oficinas tranquilas en pisos numerados con dos dígitos en vez de la investigación a nivel de calle. Así que le ofreció una versión del discurso que se había preparado minutos antes. “… para hacer esto debidamente, necesitamos ser pacientes, trabajar con tenacidad, y entender que aún estamos en una fase muy temprana del caso.”

“¡Ja! Este caso ha estado 10 años abandonado.” Apartó su copia del Ledger, que se deslizó a través del escritorio hasta ella. “El periódico está en lo cierto. Esto no está frío, está congelado.” Se levantó, señalando que la reunión había acabado. “Dejemos airearlo un poco a ver si nos trae un poco de publicidad.” Claro, pensó Nikki. Como sus quince minutos de fama.

El teléfono de Sharon Hinesburg sonó cuando Heat pasaba por su lado. Oyó a la detective decir que estaría inmediatamente y vio como se dirigió con prisas al despacho del capitán, cerrando la puerta. Nikki se sentó para leer el informe de su escritorio, pero no se pudo resistir a girarse en su silla para ver por encima el despacho de Irons. Los Roach se acercaron a ella.

“Sólo para que lo sepas,” dijo Ochoa, “se me ocurrió buscar denuncias de acoso de Nicole Bernardin, y lo mismo con órdenes de protección. No he encontrado nada. Su peluquero tiene el lunes libre y está de acuerdo con reunirnos, así que me voy a su piso en West Village para ver si saco algo de utilidad.”

“Bien, mantenme informada,” dijo ella. Pero la pareja seguía ahí, así que esperó.

Raley se aclaró la garganta. “Sé que no te van los cotilleos.”

“Estás en lo cierto.”

“Pero tienes que saber esto,” dijo Ochoa. “Díselo, colega.”

“Se acuestan,” dijo Raley en un susurro. No se giró pero desvió sus ojos hacia Irons y Hinesburg. Heat paseó sus ojos hasta la pareja del despacho y vio a Irons moviendo un dedo hacia la detective Hinesbug, pero ambos parecían pensar que algo era divertido. “Viniendo esta mañana he visto a Wally dejándola en la esquina con la calle Amsterdam para no entrar juntos.”
Nikki recordó como Rook y ella solían hacer pantomimas como esa antes de ser una pareja pública, pero dijo, “eso no significa nada.”

“Se besaron antes de que ella saliera. Y fue toda una exploración de garganta.”

Sharon Hinesburg ilocalizable el domingo y la filtración a los medios que dejaban a Irons como un héroe, ahora todo tenía sentido, de un modo que enfurecía a Heat. Enfurecida por ser engañada por Hinesburg en primer lugar. Enfurecida porque Irons había cruzado la línea con un romance en la brigada. Enfurecida que, como resultado, se había creado una dinámica toxica en su equipo que ponía en peligro su caso. Y enfurecida, sobre todo, con ella misma por no haberlo visto venir. Pero se tomó un respiro y dijo, “los dos sabéis lo que opino sobre los cotilleos, así que esto no irá más allá.” Y entonces añadió, “pero mantenedme informada.”
Mientras los Roach se alejaban, Rook fue hasta su escritorio. “¿Le has dicho que ha sido Hinesburg?” Ella asintió y él dijo, “¿Crees que le va a tirar de la lengua?”

“Oh, cuenta con ello.”

“Escucha, Nikki, hay una cosa más sobre esta filtración” Y él expresó la preocupación que la había estado rondando desde el momento en el que había leído el artículo en el coche. “Imagino que tu padre lee los periódicos y mira las noticias, ¿no?”
Ella asintió solemnemente, sacó su teléfono móvil del bolsillo, y miró a la zona común de la comisaría. “Estaré fuera,” dijo Nikki.
“Necesito hacer una llamada personal.”


Nikki volvió a entrar en la comisaría diez minutos después de airearse un poco y preguntó a Rook si quería ir a Scarsdale. Él no dijo nada más que “claro”, para no hacer cambiar de opinión a Nikki sobre llevarle a conocer a su padre. Cuando el coche había ya cruzado Broadway adentrándose por la autopista de West Side, y él había comprobado que su asiento estaba asegurado adecuadamente, dijo, “¿Puedo decirte que estoy sorprendido de que me hayas pedido que venga?”

“No te sientas demasiado halagado. Te estoy utilizando.” El comentario de Nikki surgió sin contacto visual porque ella estaba concentrada en fijar su atención en la carretera en vez de en él. “Tú eres mi payaso para distraerle con tal de que las cosas no se atasquen.”

“De todos modos, es un gran honor. Gracias. ¿Que no se atasquen, cómo?”

“Con un poco de suerte, no tendrás que saberlo.”

“¿Tan mal va la cosa entre vosotros dos?” Que ella se encogiese de hombros no lo complació, así que preguntó, “¿Cuánto hace desde la última vez que lo viste?”

“Desde navidad, nos vemos en nuestros cumpleaños y para las principales vacaciones.” Rook dejó que el silencio trabajara por una vez. Estaba suficientemente seguro, había espacios nerviosos que debían ser rellenados. “Vivimos una relación de cartas y llamadas. Ya sabes, regalos por email en vez de regalos de verdad. Parece que funciona para los dos.” Se pasó rápidamente la lengua por los labios y se volvió a concentrar en la carretera. “O parecía.”

“¿No quieres que eso se encarrile?” preguntó. Heat dejó escapar una exhalación a través de sus dientes y dieron la vuelta en la rotonda de la calle 79 para coger la entrada que se había pasado en su distracción. Rook esperó hasta que volvieron al carril correcto. Fuera de su ventana, por el oeste, vio como las nubes de tormenta se convertían en enormes coliflores a través del Hudson. “¿Estuvisteis los dos siempre compitiendo?”

“No mucho. No ayudó que mis padres se divorciaran cuando estaba estudiando el semestre de la universidad en el extranjero. No me lo dijeron hasta que volví y para entonces él ya se había mudado.”

“¿Ese fue el verano antes de…?” Lo dejó inacabado.

“Sí. Él consiguió uno de esos apartamentos de larga estancia de la empresa. Aptos. El Roble, en Park Avenue. Entonces, después de que mamá fuese asesinada, papá no pudo soportarlo. Dejó el trabajó, se mudó a los suburbios y empezó su propio negocio autónomo aquí.”

“Estoy deseando poder conocerlo. Esto es algo grande para mí.”

“¿Y eso?”

“No sé… digamos que para futuras relaciones.”

Ahora sí que lo miró. “Echa el freno, figura. Esta visita es estrictamente para contarle de primera mano los nuevos avances del caso. No es… no sé qué.”

“¿El Padre de la Novia?”

“Detente ahí mismo.”

“La cuarta parte. Diane Keaton mete a Steve Martín en una limpieza de colon justo antes de la boda. Todo puede pasar, y pasa.”

“Puedo dejarte aquí y que vuelvas andando.”

“Eh, tú querías un payaso, tienes un payaso.”

Veinte minutos más tarde, se detuvieron en la entrada de un complejo de apartamentos que estaba a media milla del Hutchinson Parkway. Nikki tecleó unos números en el panel de seguridad y esperó, pasándose los dedos de ambas manos por el cabello. Un zumbido vibró en el pequeño altavoz del quiosco, y mientras la puerta rodaba a un lado, un trueno rugió en la distancia. Rook dijo, “¡Retumbe tu repleto vientre, escupe fuego, arroja agua!”

“¿Rook, en serio? ¿Vas a conocer a mi padre y estás citando El Rey Lear?”

“Ya sabes,” dijo, “no hay mayor incordio que un poli literato.”

Para Rook, el Jeffrey Heat que les estaba esperando con la puerta abierta tenía sólo una ligera semejanza con las fotos que había visto en el álbum familiar. Por supuesto, habían pasado muchos años desde que esas fotos capturaron a una versión más robusta del hombre, cuya vida había estado bajo su mando y cuyo futuro se cernía brillante, pero a los sesenta y uno, el tiempo no había envejecido a Jeff Heat, la vida lo hizo. Los miles de golpes de dolor y tristeza habían atemperado su agradable y jovial cara en una réplica en guardia, una que había llegado sin las ataduras de la confianza en sí mismo permanentemente inclinada hacia abajo, preparándose para el próximo golpe. Cuando llegó a estrechar la mano a Rook, su sonrisa era clasificable como un mejor esfuerzo; no era falsa, simplemente era incapaz de acceder a nada que pudiese pasar por simple placer. Como el abrazo que le dio a su hija, todo consistía en hacerlo lo mejor que pudiera.

Su apartamento tenía un aire beige. No estaba sólo limpio, sino que también estaba ordenado y era masculino. Todos los muebles tenían el mismo estilo, incluyendo la enorme pantalla de televisión en color, la indulgencia típica de un nuevo soltero. Preguntó si querían algo de beber, y hirió a Rook que Nikki pareciese casi una invitada como lo era él. Declinaron (las bebidas) y su padre escogió el sillón de cuero, estableciéndose en su centro de control flanqueado por mesas laterales, donde estaba su teléfono, los mandos de la televisión, una linterna, un escáner portátil, periódicos y un libro de bolsillo corto de Thomas L. Friedmans y Wayne Dyers.

“¿Estás en casa para comer, papá?”

“No he comido aún. ¿Sabes todo eso que has oído sobre el mercado de bienes? Pues es peor. Tuve que despedir a uno de mis agentes ayer.” Se inclinó para subir sus calcetines. Uno era negro, el otro, azul marino.

Si su padre sintió algo en la primera lectura sobre lo último acerca del caso de asesinato de su ex mujer en el periódico que tenía al lado, no lo demostró. En cambió, escuchó atentamente mientras Nikki le ponía al día sobre las particularidades del caso, el único signo de sus emociones vino cuando mencionó la comida con el detective oficial del caso, Carter Damon. “Era un idiota,” dijo. “E inútil. Ese payaso no podría encontrar arena en la playa.”

“Dime algo, papá. Todo el mundo dice que mamá y esta tal Nicole Bernardin era muy buenas amigas, pero nunca he oído nada sobre ella.” Su expresión siguió neutral, así que ella dijo, “Es un poco extraño, ¿no crees?”

“No realmente. Nunca me gustó, y tu madre lo sabía. Era una mala influencia, dejémoslo así. Después de mudarnos de nuevo a los Estados Unidos sobre un año antes de que nacieras, Nicole Bernardin estaba fuera de nuestras vidas. Un gran alivio.”

Nikki le informó sobre la visita al New England Conservatory y le describió el vídeo del recital de su madre. “Sabía que mamá podía tocar, pero uff, papá, nunca la había visto de esa manera.”

“Un talento desaprovechado. Eso es por lo que la molestaba todo el tiempo que estuvimos en Europa, que estaba desperdiciando su talento.”

“¿Así que los dos ya os conocíais allí hacia tiempo?” Preguntó Rook. “¿Cuándo os conocisteis tú y Cynthia?”

“En 1974, en el Festival de Cine de Cannes.”

“¿Estabas en la industria del cine? Nikki nunca ha mencionado esto.”

“No. Después de la escuela de negocios fui contratado por un gran grupo de inversión para ser su hombre en Europa. Mi trabajo consistía en encontrar pequeños hoteles para comprarlos y remodelarlos como boutiques de élite, básicamente copiando a Relais et Châteaux. Te lo diré, era un chollo de trabajo. Con 20 años, lleno de vitalidad, viajando por Italia, Francia, Suiza, la Alemania de Este –que es como la llamaban entonces- todo con una cuenta para gastos. ¿Estás seguro que no quieres un refresco? ¿Una cerveza, quizá?” preguntó esperanzado.

“No, gracias” dijo Rook. Se fijó en el anillo mojado en la mesa junto al sillón de Jeff y le apenó ver como deseaba poner una bebida fresca ahí.

“De todos modos, uno de nuestros inversores también ponía dinero en películas, y me llevó a esa increíble fiesta de cócteles que dio Fellini, el famoso director. Ahí estaba yo con grandes estrellas de cine como Robert Redford y Sophia Loren. Creo que Faye Dunaway también estaba, pero lo único que me importaba era la chica americana cerca del bar, que era preciosa, y tocaba a Gershwin mientras todos la ignoraban y bebían champán gratis. Nos enamoramos el uno del otro, pero tanto Cindy como yo viajábamos mucho. Cuando fuimos más en serio, empecé a trabajar en itinerarios cerca de donde estuviese ella haciendo sus galas.”

“¿Tocando en fiestas de alto standing?” preguntó Rook.

“Algunas, la mayoría de las veces pasaba una semana o un mes como tutora de música en directo para familias ricas en sus lujosas casas de vacaciones. Como dije, un desperdicio de talento. Todo habría sido tan diferente…” Un silencio sombrío cayó, marcado por los truenos y el golpeteo de la lluvia en el alféizar.

Nikki dijo, “probablemente deberíamos regresar ya.” Se empezó a levantar, pero Rook tenía otras ideas.

“¿Estaba asustada del foco de atención, quizá?”

“De ningún modo. Culpo a Nicole, la chica de las fiestas. Cada vez que sentía que finalmente la había convencido para que se lo tomase en serio de nuevo, Nicole aparecía como un demonio en su hombro, y lo próximo que sabía era que Cindy se había ido a St.Tropez, Mónaco o Chamoix, pagando su viaje vendiendo barato su talento.” Se dirigió a su hija. “Las cosas mejoraron cuando naciste. Teníamos el apartamento en Gramecy Park, tu madre se dedicó a criarte y le encantaba hacer eso. Te quería tanto.” Cuando dijo eso, algo del viejo Jeffrey Heat llegó a su cara y Rook pudo verlo en la misma línea de la mandíbula que veía cada vez que Nikki sonreía.

“Fueron unos tiempos muy felices,” dijo ella. “Para los tres.” Entonces cogió sus llaves.

“Sin embargo, esas cosas no duran, ¿no? Cuando cumpliste cinco años volvió a los viejos hábitos. Tutorizando a los niños de los neoyorquinos ricos, a veces se iba los fines de semana con sus familias o llegaba a horas fuera de lo normal, de noche incluso. Y nunca me habló de ello. Decía que necesitaba su independencia para hacer sus cosas. Me excluía.” Se paró, y como si estuviera tomando una decisión, dijo, “nunca te lo he dicho, pero llegué a tener la paranoia de que tu madre estaba teniendo una aventura.”

Nikki se pasó las llaves a su mano derecha. “Está bien, bueno, quizá este no sea el momento ni el lugar para entrar en esto.”

Rook preguntó, “¿Alguna vez le contaste a la policía que sospechaste eso?” Y notó un ligero golpe del codo de Nikki. Lo ignoró. “Parece que querrían saberlo.”

“No lo mencioné.”

“¿Porque ya os habíais divorciado?” Esta vez el codo golpeó más fuerte.

“Porque ya sabía que no tenía una aventura.” Cerró su boca y succionó sus mejillas. Entonces continuó con su labio inferior temblando. “Esto es difícil para mí, sobre todo después de lo que ha pasado.” Nikki se deslizó hacia delante en el sofá y extendió una mano para apoyarla en su rodilla. “Ahora estoy avergonzado, pero contraté a un detective privado para, hum, seguirla.” Y entonces, recobrándose un poco dijo, “no encontró nada, gracias a Dios.”
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Mensaje por castlemaniac Jue Dic 06, 2012 10:39 pm

muy buena traduccion, os vais superando.

Dentro de nada os contratan para la traduccion oficial.

Espero con ansisas al proximo jueves, tengo el libro en ingles pero intente leerlo con diccionario para traducir y me entero de la misa solo la mitad
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Mensaje por Delta5 Vie Dic 07, 2012 2:36 am

Gracias Castlemaniac, apoyos como el tuyo son los que nos dan fuerzas para continuar. Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 7622
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Mensaje por Kestrel Vie Dic 07, 2012 3:56 am

Muchísimas gracias por el trabajo tan duro que llevais a cabo chicos. Ayer mismo terminé de leer "Aumenta el calor" y vine corriendo al foro a ver si encontraba el siguiente, ¡¡y aquí está!! No podía esperar para seguir leyendo jaja.

De nuevo muchas gracias por vuestro trabajo. Happy Clap

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Mensaje por Delta5 Vie Dic 07, 2012 3:57 am

Gracias Kestrel por tu apoyo. Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 7622
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Mensaje por lastral Jue Dic 13, 2012 7:42 am

Buenas chicos: Very Happy
Ya estamos de vuelta con la segunda parte del capitulo 6.
Traducido por Lastral y Beckett
Corregido por Delta5
Editado por Beckett
Como siempre muchas gracias por seguir esta historia y por vuestros comentarios de apoyo, son una motivacion mas para seguirla. Disfrutad y comentad. Very Happy

CAPITULO 6-PARTE 2

Un rayo cayó con el estrepito de un cañón en los bosques, tras el complejo de apartamentos, haciendo que volvieran rápidamente al coche. Cuando entraron, Heat revisó su teléfono móvil y encontró una invitación de Don, su entrenador de combate. “¿Quieres compañía esta noche? S/N”

Rook preguntó, “¿Algo nuevo en el caso?”

Ella negó con la cabeza, tecleó “N” y puso en marcha el motor. Él debió haber leído su estado de ánimo, porque, para variar, Rook respetó su silencio todo el trayecto de vuelta a Manhattan.

La brigada estaba trabajando en el caso con diligencia, pero los resultados aún no lo hacían avanzar. Los consulados franceses de Nueva York y Boston, no tenían ningún contacto reciente con Nicole Bernardin, ni tenían constancia de su teléfono fijo, y las llamadas de su móvil eran las típicas peticiones de hora para hacer la manicura y pedicura. Ochoa volvió con la confirmación de dos llamadas extrañamente canceladas en el último minuto. Su estilista, quién lamentaba la pérdida de una de sus mejores clientas, dijo que era muy agradable, aunque últimamente parecía un poco distraída. Nada de utilidad para la búsqueda de su asesino. Rook cogió un taxi para volver a su loft, dejando a Heat actualizando las pizarras de asesinato. Desafortunadamente, poniendo marcas de verificación al lado de cada una de las viñetas, en vez de añadir nueva información.

Esa noche, las puertas del ascensor se abrieron para Nikki en el vestíbulo del edificio de Rook y salió una camilla de masajes sobre dos ruedas empujada por Salena, la chica de la rehabilitación. “¡Hiyee!” dijo, agitando un dedo con su mano libre haciendo que su tríceps se ondulase. “Es todo tuyo.”

“Vaya, gracias. Lo agradezco.” La última cosa que vio Heat fue una fila de dientes blancos y perfectos cuando la puerta se cerró, haciendo que pensase durante el ascenso en los gatos de Cheshire (el gato de Alicia en el país de las maravillas) y en cómo había visto sonrisas sin cabeza pero nunca una cabeza sin sonrisa.

Para cuando Rook salió de la ducha, ella ya había puesto en los platos los ingredientes de los entrantes que había comprado en Citarella y servido un poco de vino en la barra. “Pensé que nos quedaríamos aquí y haríamos algo relajado esta noche” dijo ella.

“Me parece bien.” Miró la etiqueta del vino y dijo, “Ohh, Pinot Grigio.”

“Sí, un acompañamiento perfecto con el aceite de árbol de té y las feromonas.” Chocaron las copas. “Me he cruzado con tu enfermera traviesa subiendo aquí. ¿Qué tal te ha ido tu “rehabilitación”? Y sí, eso eran comillas.”

“Lamentablemente, es la última. Pero la necesitaba después de todos esos codazos en las costillas que me has dado esta tarde.”

“¿En serio?” Clavó con su tenedor un trozo de prosciutto (jamón) y lo envolvió alrededor de una bola de mozzarella de búfala. “No parecía que fueras muy consciente de ellos. Recuerda, supuestamente eras el payaso que tenía que evitar que mi padre se quedase atascado.”

“Sí, fue un buen cambio de roles, ¿no era eso?”

Ella bajó el tenedor y se limpió los dedos con su servilleta. “¿Qué se supone que significa eso?”

“Bueno, estaba dispuesto a interferir por ti, pero como no estabas preguntando nada, lo hice yo.”

“Rook, no fuimos a hacer preguntas. Fui por cortesía hacia mi padre para informarle sobre el caso, ya que acabó saliendo en el periódico de tu antigua novia.”

“Ignoremos ese segundo comentario celoso que has hecho en menos de un minuto y centrémonos en la visita a tu padre.”

Mordisqueó una aceituna y puso el hueso junto a su plato. “Sí, fuimos allí con un propósito, pero él empezó a comentar cosas que hicieron que quisiera saber más. Su sospecha sobre una aventura era demasiado para pasarlo por alto. Cuando no dijiste nada asumí que estabas demasiado ocupada en asimilarlo emocionalmente así que cogí el relevo. ¿Nunca te lo mencionó?”

“Ya le oíste, dijo que no.”

“¿Y tú no tenías ni idea?”

Ella tomó otro sorbo de vino y miró las ondas que hacía en la superficie al mover la copa. “¿Puedo decirte algo?”

“Lo que sea, ya lo sabes.”

Se paró a reflexionar, imitando la expresión torturada de su padre horas antes. “Sí. Yo también sospeché que mi madre quizá tuviese una aventura.” Tomó otro trago. “No hasta que me hice mayor, en mi adolescencia, pero empecé a notar las mismas cosas que mi padre ha comentado esta tarde. Se iba mucho, a veces fines de semana o noches hasta tarde. Ya sabes, cuando estás en el instituto, sólo piensas en ti y te sientes enfadado y solitario. Entonces empecé a pensar si había algo más. La tensión entre mis padres también era un problema en ese apartamento. Incluso empecé a intentar coger el correo antes que ella para ver si encontraba alguna carta de un hombre o algo. Es una locura, pero en eso se convirtió.”

“¿Estaba viéndose con alguien?”

“Nunca lo supe.”

“¿Y nunca hablaste con ella sobre eso directamente?”

“Y como haría yo eso.”

“¿Y nunca se confió a ti? ¿Ni una pista?” Nikki le hizo un bufido burlón. “Hey, sólo preguntaba. Tenía la impresión de que tú y tu madre estabais unidas.”

“A nuestra manera, sí. Pero mi madre tenía un lado suyo muy privado. Fue la manzana de la discordia entre nosotras, incluso la noche en la que la mataron. ¿Sabes la razón por la que me fui del apartamento durante tanto rato antes de ir al súper? Necesitaba dar un paseo porque las cosas estaban muy tensas entre nosotras sobre su… como lo diría… separatismo. No me malinterpretes, mi madre era muy cálida y la quería mucho, no estoy invalidando eso. Pero… había una parte suya que se la guardaba totalmente para sí misma. Y a pesar de estar tan unidas, ella tenía ese muro que nos dividía.”

Entendiendo ahora porque Nikki se había negado a excavar en el pasado de su madre, Rook dijo, “No hay que avergonzarse. Todos tenemos nuestra privacidad, ¿no? Algunas personas erigen un poco más de protección a su alrededor que otros. Lo que hizo mi hombre, Sting, llamado ‘A Fortress Around Your Heart’ (Una Fortaleza Alrededor de tu Corazón).” Cogió una alcachofa con los dedos, se la comió y añadió, “Tú más que nadie deberías saber eso.”

Nikki frunció el ceño y lo miró pensativa. “¿Qué quieres decir?”

Él se atragantó, tosiendo por el vinagre, cuando se dio cuenta de su error. Intentando corregirlo dijo, “Nada. Olvídalo.” Pero ya lo había dejado caer.

“Demasiado tarde. ¿Exactamente qué debería saber?, ¿Ahora tú te has convertido en un experto escuchando rock clásico?”

“Bueno… vale, mira, todos tenemos aspectos que heredamos de nuestros padres. Yo tengo de mi madre la teatralidad temeraria y la impulsividad adorable. Sobre mi padre, no tengo ni idea. Ni siquiera sé quién es.” Esperando que con eso terminaría la discusión, pero estaba equivocado.

“Suéltalo, Rook. ¿Me estás diciendo que soy inaccesible?”

“No, en absoluto.” Se sintió atrapado en una discusión peligrosa en el que no quería estar y en lo que todo lo que él decía sonaba mal. Estúpidamente añadió, “no todo el tiempo.”

“¿Y cuando estoy inaccesible?”

Intentó esquivarlo. “No la mayoría del tiempo.”

“¿Cuándo, Rook?”

Viendo que no tenía escapatoria, escogió el camino de Robert Frost y fue a ello. “Vale, a veces últimamente cuando quiero abordar ciertos temas contigo, me congelas.”

“¿Piensas que soy fría?”

“No, pero sabes cómo dejarme helado.”

“¿Que te congelo, ese es el problema? Porque eso es ridículo. Eres la primera persona a la que oigo que dice eso sobre mí.”

“De hecho…”

Ella había empezado a tomar otro sorbo de vino, pero el color abandonó su cara y su vaso resonó contra la piedra fría de la barra. “”Es mejor que termines eso.” Sintiéndolo en su cuello, el cerebro de Rook buscaba una salida, pero todos los carteles decían No hay Salida. “Lo digo en serio, Rook. No puedes soltar algo así y retractarte, acaba de decirlo.” Ella lo fijó con esa imperturbable mirada de rayos X que él había visto como fundía a los sociópatas en los interrogatorios.

“Está bien. La otra noche en Boston, Petar y yo estuvimos hablando y…”

“¿Petar? ¿Estuviste hablando a mis espaldas de mí con Petar?”

“Un poco. Te habías ido al baño y yo estaba pensando en mis propios asuntos… quiero decir, ¿qué le iba a decir a Petar? De todos modos, fue él quien sacó el tema, sus palabras fueron que tú tenías un muro protector.”

“En primer lugar, creo que es muy rastrero por tu parte que metieses a Petar en eso de ese modo.”

“¡Fue él el que lo sacó!”

Ella lo ignoró, arrastrada por la ira y la liberación que le estaba dando. “Y segundo, yo al menos tendría la cautela de controlar un poco y valorar la privacidad y la discreción en vez de ser un imprudente, inmaduro y un idiota egocéntrico como tú.”

“Mira, todo esto salió mal.”

“No,” dijo, “Creo que finalmente ha salido.” Y cogió su chaqueta del respaldo de su taburete.

“¿A dónde vas?”

“No estoy segura. De repente siento la necesidad de tener un muro entre nosotros.” Y entonces se fue.


Don se llevó la peor parte. Buscando una salida para someter la rabia que corría por sus venas, Heat le envió un mensaje a su compañero de entrenamiento de combate, y treinta minutos después el ex marine aterrizó boca abajo en la colchoneta del gimnasio, sin poder tomar aire. Se irguió a cuatro patas, jadeando, pero Nikki se olió el farol. Él salió disparado contra su hombro, sus brazos cerrándose para atrapar sus piernas para derribarla. Antes de que pudiera hacerlo, ella se dejó caer y enganchó el codo en su axila, acto seguido se levantó de la colchoneta, levantándolo en el aire. Don aterrizó sobre su espalda con ella encima. Nikki saltó para ponerse en pie, jadeando, apartando las gotas de sudor de la punta de su nariz, a la vez que danzaba de un lado a otro, preparada para más. No, deseaba más.

Al final de la hora, los dos empapados en sudor, se inclinaron y se estrecharon la mano en el centro de la colchoneta. “¿Qué te pasa?” preguntó él. “Estás furiosa esta noche, ¿te he molestado en algo?”

“No, no eres tú. Tengo muchas cosas en la cabeza. Lo siento si te he usado de saco de boxeo.”

“Hey, cuando quieras. Me mantiene en forma.” Se secó el sudor de la cara con la camiseta y dijo, “¿Tienes energía de sobra para una cerveza o algo?”

Nikki dudó. El “o algo” significaba acostarse, y ambos lo sabían. Él lo hizo sonar como algo casual porque lo era. O al menos lo fue. Antes de conocer a Rook, Nikki y Don no tuvieron problemas durante dos años con el sexo en unas bases semi regulares. Ambos buscaban lo mismo, una relación física, sin compromiso y sin los problemas emocionales o los celos cuando uno de los dos lo dejaba. Cuando los dos querían, les iba bien. Cuando no, también. Nunca interfirió con sus sesiones de jiu-jitsu y Don no presionó ni puso mala cara durante los meses que ella había elegido estar exclusivamente con Rook, quién no sabía nada sobre sus arreglos con su compañero de combate. “Una cerveza estaría bien,” dijo en un impulso, sintiendo un temblor en su caja torácica que podía ser culpabilidad. Pero demonios, solo es una cerveza, decidió.

“No me importaría darme una ducha antes,” dijo él, quitándose la camiseta sudada. “Aquí no hay agua caliente. La cortaron después del terremoto, y supongo que la ciudad está bajo inspecciones.”

Volvió a notar el temblor, pero lo ignoró y dijo, “te puedes duchar en mi casa.”

Heat se quedó con la ropa del gimnasio pero se cambió la camiseta mojada, mientras Don se duchaba. Volvió a revisar su teléfono móvil para ver las novedades de la brigada sobre el caso, y no obtuvo nada más que tres mensajes de voz de Rook, que ignoró. En la nevera encontró un pack de cervezas e intentó decidir si beber ahí en la proximidad del dormitorio o salir a la Magic Bottle una vez que Don se pusiese presentable.

Se lavó la cara en el fregadero de la cocina para quitarse la sal del sudor en sus ojos. Mientras se secaba con una servilleta de papel, Nikki intentó averiguar qué estaba haciendo con Don en su apartamento. ¿Estaba buscando una salida? ¿La mera compañía de un amigo? ¿O estaba testeando otra vez sus antiguas costumbres de independencia para ver lo que se sentía? Se dijo a sí misma que si algo surgía durante la noche, no sería a pesar de Rook.

¿Cuándo tomó ese paso extra para invitar a Don? ¿Fue porque su relación era lo suficientemente profunda con él como para no temer que le hiciera preguntas o intentaría profundizar el tema a pesar de su oposición? ¿Estaba buscando adormecer su mente con sexo como escape?

Lo que le molestaba de Rook no era tanto que él hubiera presionado el botón caliente con la acusación de su muro, y después esconderse tras su ex novio. Fue que insistiera en hurgar en lugares que no eran de su incumbencia, escarbando de nuevo sobre secretos de familia que ella quería dar por terminados. Preguntando a su padre como si estuviera en la sala de interrogatorios de la comisaría… Y esta noche, presionándola para que hablase de la relación con su madre. ¿Cómo podría Nikki explicar algo así, todo lo que abarcaba, a él o a cualquiera? ¿Y por qué debería? ¿Tenía la obligación de compartir con Jameson Rook el modo en que su madre la hizo sentir cuando le vendó sus rodillas peladas? ¿O cómo lo dejó todo y la llevó a un espectáculo en Broadway cuando supo la fecha de su graduación? ¿O cómo enseñó a Nikki el placer de leer a Jane Austen o Victor Hugo? Y esa práctica, ya fuera en el piano o en otro aspecto de la vida, debería ser un viaje de descubrimiento. No se trata sólo de la música, sino sobre ella misma.

Ella no le podía contar todo eso. O no quería. Eso, y los cientos de miles de recuerdos aleatorios que fueron recorridos en lugares en los que Nikki raramente se aventuraba. Como la tapa del piano que cruzaba la habitación, esas eran puertas demasiado dolorosas para abrir. Quizá Rook tenía razón. Quizá sus defensas se habían constituido en un muro de fortaleza.

¿Era uno igual que el de su madre?

Y si lo era, ¿era realmente una deficiencia de carácter, o simplemente una valorable lección de vida más, que Cynthia Heat enseñó a su hija? Como demostrar como dejar que los espacios entre las notas debían respirar, porque también era música.

El agua de la ducha se paró, forzando a Nikki a preguntarse de que iba ese momento, porque no podía negar que se había puesto en una encrucijada. ¿Por qué? Pero, cuando la puerta del baño se abrió, Heat supo que no era la pregunta importante. La cuestión inmediata era que iba a hacer ella en esta noche llena de impulsos arriesgados.

Él llegó por el pasillo, con su piel brillante y llevando nada más que una toalla alrededor de la cintura. “Creo que has mencionado algo sobre una cerveza,” dijo. Antes de que ella pudiera agonizar demasiado, tiró del tirador de la nevera, abrió un par de botellas del pack y las puso sobre el mostrador entre ellos. Chocaron las botellas y tomaron un sorbo. “Mañana va a ser doloroso, seguro,” dijo él.

Se oyó un toque suave en la puerta. “¿Esperas a alguien?” dijo él dirigiéndose a la entrada.

Rook tenía llave, pero quizá estaba aprendiendo a ser discreto, así que le susurró, “no digas nada, sólo mira.” Ella rodeó el mostrador intentando pensar cómo manejar la introducción cuando la toalla de Don se deslizó y aterrizó en el suelo antes de que pudiera cogerla. Él se volvió hacía ella guiñando un ojo y una sonrisa traviesa y se inclinó para mirar por la mirilla.

El disparo de la escopeta hizo un agujero limpio y tiró a Don hacia atrás con tanta fuerza que cayó de cabeza a los pies de Nikki. Un flujo interminable de sangre salía de donde había estado su cara, trozos de su cerebro esparcidos por las piernas y la camiseta de Nikki.
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por lastral Jue Dic 20, 2012 8:26 am

Buenas chicos: Very Happy
Ya estamos de vuelta con la primera parte del capitulo 7.
Traducido por Lastral y Beckett
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Como siempre muchas gracias por seguir esta historia y por vuestros comentarios. Disfrutad y comentad. Very Happy

CAPITULO 7- PRIMERA PARTE

Si dejaba que el miedo entrase, la paralizaría. Por lo que si se paraba a contemplar el horror que había frente a ella, estaría acabada. Así que antes de que el tsunami de los sentimientos se abalanzara sobre Nikki y pudiera inmovilizarla, conectó el interruptor de policía, realizando su desconexión emocional. Se convirtió en todo baile y acción y se puso a trabajar.

Agachándose, Heat rodó hacia atrás en la alfombra, hacia donde la esquina del pasillo de entrada coincidía con el final del mostrador de la cocina, y apagó todas las luces. Una lámpara de mesa todavía seguía encendida en la sala de estar, pero cualquier oscuridad ayudaba para ocultarla. Protegida por el muro, Nikki se levantó sobre sus piernas temblorosas y cogió su Sig Sauer y el móvil de la encimera de granito. Su brazo chocó contra una de las cervezas y voló por la cocina, golpeando contra la puerta del horno. La botella estaba todavía girando cuando se arrodilló al lado de Don, marcando el 911, mientras presionaba dos dedos contra su carótida.

"911, ¿Cuál es su emergencia?"

"Soy la Detective Heat. Uno-Lincoln-Cuarenta (1L40), informando de un 10-13, oficial necesita ayuda, disparos." Con los ojos fijos en la puerta, Nikki habló todo lo bajo y calmada que pudo, dando su dirección y la calle que cruzaba. "Oficial caído, fallecido." Separó sus dedos del cuello de Don, limpiándose la sangre en sus pantalones cortos de gimnasia, y sujetó su Sig. "El tirador tiene un arma. Todavía está en libertad."

"La ayuda está en camino, Detective. ¿Puede describir al tirador?"

"No, no lo he visto"

Ante el escalofriante sonido de un arma cargándose al otro lado de la puerta. Nikki dejó caer el móvil en la alfombra. La luz procedente del pasillo exterior que se había estado filtrando por debajo de la puerta, quedo bloqueada, eclipsada por un movimiento. Desde el móvil en el suelo, una voz lejana seguía preguntando, "¿Detective Heat? ¿Detective? ¿Sigue ahí?" la voz se volvía más lejana mientras Heat retrocedía, volviéndose a cubrir agachada en la esquina, bajo el mostrador de la cocina. Manteniéndose en esta posición, se asomó por el borde justo cuando el cañón de una escopeta asomaba a través del agujero irregular que se había hecho en la madera. Volvió a arrodillarse pero esta vez con ambas manos apoyadas contra el muro en posición isósceles. "¡NYPD! ¡Tire el arma!" gritó.

El cañón ajustó su objetivo una pulgada hacia ella. Nikki se giró de vuelta a la esquina para cubrirse. Una ensordecedora explosión llenó la sala y desgarró fragmentos del muro que había detrás de ella. Antes de que él pudiera volver a recargar para otro disparo, Heat salió rodando, se preparó, y, con diez rápidos disparos, vació el cargador de su Sig en un punto en forma de diamante bajo la escopeta. Se escucharon los gemidos de un hombre, y el negro cañón se inclinó hacia arriba rozando, mientras se retiraba del agujero de la puerta. Pero en medio de las voces sordas de alarma de los vecinos, procedentes de muros y ventanas, escuchó recargarse otra vez la escopeta. Heat, saliendo de su escondite, se refugió en la oscuridad, hacia la entrada del comedor, cogiendo un nuevo cargador de 9 mm de la bolsa del gimnasio, que había dejado en una silla.

Mientras caminaba de puntillas hacia la entrada, con la espalda pegada al muro, las zapatillas de entrenamiento de Nikki, crujían sobre los pedazos del cristal de un espejo hecho añicos por la ráfaga de plomo. Se pegó contra el frío yeso al lado de la puerta de entrada para escuchar. Después de medio minuto, oyó suaves pisadas que se alejaban por la alfombra. Y luego de una pausa, un chirrido de bisagras y el golpe seco de una puerta de metal. Heat lo situó en la escalera de servicio en el pasillo de la izquierda. El ascensor estaba todavía fuera de servicio y el tirador estaba evitando las escaleras principales. O quería que ella pensara eso.

Heat oyó un pomo girarse y una puerta golpear contra una cadena de seguridad. Y la voz de una mujer que ella reconoció como la de su vecina, la señora Dunne diciendo, "no veo nada, Phil. Huele mal sin embargo. Ven aquí, ¿es pólvora lo que huelo?" Nikki lo tomó como una señal de que el tirador había dejado el pasillo, pero ella lo registró con precaución, arma en mano.

Fue primero hacia la derecha para asegurarse de que no la estaba engañando y se escondía en la escalera principal. Después de eliminar esto, Nikki se volvió a mover con su Sig sujeta por ambas manos, hacia la puerta de servicio con las bisagras chirriantes. Nikki pasó por encima de dos cartuchos de escopeta y luego a la señora Dunne con el rostro contraído contra la abertura de su puerta. Heat puso un dedo sobre su boca en señal de silencio, pero la mujer habló en un susurro tan alto como su voz normal. "¿Estás bien, Nikki?" Cuando ella no contestó, la vieja mujer dijo, "¿quieres que llame al 911?" Nikki asintió, simplemente para sacarla de allí, la señora Dunne dijo "OK," y finalmente se fue.

La posibilidad de tener que utilizar esa puerta tan chirriante no emocionó a Nikki, pero no tenía otra alternativa si quería seguirle. Las preguntas empezaron a silbar en su cabeza en milisegundos. ¿Y si él estaba esperando allí para cortarla por la mitad cuando abriera la puerta? ¿Y si no estaba solo? ¿Debería coger las escaleras principales en su lugar y esperar a cortarle en la calle? Todas las preguntas se dirigían hacia opciones nada buenas y signos de precaución. Apretó el oído contra el metal, pero no escuchó nada proveniente del otro lado, y el tiempo seguía corriendo. Las señales de precaución se dispararon otra vez, pero Nikki las ignoró.

Dio un paso atrás, golpeando la barra de cierre con su cadera para abrir la puerta, y salió al descansillo, en una posición en cuclillas con su arma levantada y la parte baja de su espalda pegada al muro de hormigón.
Allí estaba oscuro. Excepto por la luz de ambiente de la primera planta todas las bombillas situadas por encima de su cabeza estaban apagadas. Desenroscadas, imaginó. Quien quiera que hubiera hecho esto, tenía un plan.

Nikki escuchó para ver si oía algo. Respiración, movimiento, pisadas en las escaleras de metal, un gorgoteo estomacal,… pero no oyó nada. Nada excepto el plink del agua golpeando el rellano detrás suyo. ¿Agua? Incluso si el tejado filtraba, no había llovido en días, y no había cañerías expuestas en ese hueco de la escalera. Heat palpó el plano del metal ondulado hasta que la punta de su dedo encontró el goteo. Se frotó la punta de los dedos. Estaban pegajosos. No era agua, pensó. Sangre. Goteando desde arriba.
Podía esperar o avanzar.

Puesto que él estaba al acecho, esperando que ella bajara por las escaleras. Heat decidió intentar atraer su fuego y golpearle antes de que pudiera reanimarse. Una buena estrategia siempre que ella fuera rápida, tuviera un disparo claro, y él no tuviera otra arma. Para engañarle, ella giraría hacia la oscuridad que él había creado para su ventaja. Sintió el límite del umbral detrás de ella y localizó la pesada cuña de madera que el conserje utilizaba para el tope de las puertas. Levantándose, pero inclinada para mantenerse por debajo de la protección de la escalera de metal, se dirigió hacia el giro en el rellano como si fuese a bajar, pero en su lugar, lanzó la cuña hacia abajo.

Él inmediatamente disparó al señuelo. Heat giró en torno a la barandilla y disparó dos veces hacia arriba pero debió fallar porque le oyó correr escaleras arriba hacia el tejado, dos pisos por encima. Mientras le perseguía, Nikki oyó la puerta de metal de encima suyo abrirse y cerrarse de golpe.

En la parte superior se enfrentó a otro portazo pero con mayor vulnerabilidad al otro lado de esta puerta. Para entonces, él se podría haber puesto ha cubierto detrás de un respiradero o chimenea y estaría esperando a que ella apareciese. Pero cuando escuchó, le oyó andar alejándose de ella por la parte plana de la azotea. Tiró de la puerta abierta y salió corriendo, rezando para que él no tuviera un compañero.
La Detective Heat obtuvo su primera vista del tirador mientras este alcanzaba el extremo más alejado del tejado y se giraba para descender por la salida de incendios. Hombre de metro setenta y ocho, de fuerte constitución -posiblemente Caucásico- pero sin rasgos para identificarlo. Llevaba puesta una sudadera con capucha gris cubierta por una gorra negra de los Yankees y pasamontañas oscuro o una bufanda sobre su nariz y boca. Nikki también consiguió un vistazo de su arma, una escopeta recortada con una empuñadura tipo pistola, que sujetaba con las manos enguantadas. Él paró en el borde del tejado y la apuntó desde la escalera. Ella se tiró detrás de una chimenea, y él disparó y salpicó el ladrillo con la ráfaga de plomo.

A riesgo de perderle. Heat se precipitó por la otra salida de incendios, la única en la parte de atrás de su edificio. Suerte es una cosa, pero la exposición por descender en unas escaleras abiertas sobre un hombre con un arma sería presionar su suerte, y eso sería estúpido. Y mortal.
Ella alcanzó el botón de la escalera de mano en su carrera e hizo una bajada de un metro y medio hacia el callejón de los servicios y lo niveló contra el lado del edificio. Heat hizo un rápido reconocimiento de la esquina y se volvió a girar. Él no la estaba esperando; el estrecho camino entre los edificios estaba vacío. Después vio correr a alguien, Nikki se asomó otra vez y captó un destello de él corriendo por la acera. Ella corrió por la calle de servicio detrás de él.

Cuando Heat pasó a través de la puerta de la parte superior de la pendiente y miró hacia la acera, estaba vacía. Él no podía haber rodeado la esquina de Irving Place tan pronto. Corrió calle abajo hacia esta, pasando por la zona de construcción de unos edificios que estaban siendo renovados. Ralentizó el paso al final de la acera y se arrodilló en la esquina de la pared temporal de madera contrachapada y cuidadosamente miro ese trozo de acera, pero no vio a nadie. ¿Dónde podía haber ido? Se recordó del retrete cerca de la parte posterior del remolque de la construcción. Heat dio marcha atrás hacia esta, aproximándose con cautela. Pero tenía un candado. También lo tenía la puerta del remolque.
Volvió a la esquina y giró hacia el sur, hacia la calle 19 Este, moviéndose vigilante bajo el pasillo del andamiaje que rodeaba el edificio. Las sirenas se aproximaban, pero Nikki no podía perder la posibilidad de coger a su hombre dejando la persecución para volver y encontrarse con ellos.

Cuando alcanzó la esquina de la calle 19, se volvió a parar, y de nuevo no vio a ningún tirador. Un hombre que paseaba a un Chiguagua y un Golden Retrieve, se aproximaba desde el oeste, pero él le dijo que no había visto a nadie que coincidiera con la descripción. Ella le preguntó si podía ir a su edificio y decirle a la policía donde estaba, y él lo hizo. Después de que el paseante de perros siguiera andando, ella esperó. Nikki iba justo a abandonar y volver cuando lo oyó.

Sobre ella, uno de los tablones de los andamios crujió y una pizca de polvo cayó en cascada sobre el suelo a su lado. A no ser que Nueva York estuviese esperando otra réplica del terremoto, su asesino estaba escondido sobre ella, usando el andamio como una elevada ruta de escape.
Heat se agachó entre el enrejado de tubos de soporte y se retiró a la calle para ver si podía encontrarle. No, su vista estaba bloqueada por un blindaje de madera contrachapada a la altura de la cintura. La barrera protectora circulaba continuamente por todo el segundo piso del andamio, a medio camino de Park Avenue South, proporcionando un perfecto ocultamiento para él a lo largo del bloque. Andando despacio, dio marcha atrás en su camino hacia Irving Place regresando a la calle, a mitad de camino ya segura, Nikki Heat empezó a escalar por la tubería.

En el nivel del segundo piso, Heat empujó a través del cierre de la red de nylon, silenciosamente rodó por la barrera de madera contrachapada, y se puso de cuclillas detrás de un armario de herramientas que estaba encadenado a un poste. Apoyó su pistola y se asomó por la Jobox de metal. Allí, en el andamio, en la esquina más alejada del edificio, estaba arrodillada la oscura figura con la escopeta, esperando. Ella había conseguido llegar tan lejos como había podido cuando él disparó perdigones de plomo que golpearon la caja de herramientas como una lluvia de balas. Cuando Heat volvió a mirar, ya no estaba.

A través del zumbido en sus oídos, Nikki pudo oír el golpeteo de sus pies mientras corría lejos de los listones de madera. Ella le siguió. Parándose antes de doblar la esquina, Heat inspeccionó y lo vio al final del soporte justo cuando saltaba al vertedero de escombros en la acera. Heat llegó a la apertura, y justo mientras ella medía el riesgo de saltarlo metiéndose en su línea de fuego, el arma de él disparó, haciendo un agujero a través de las tablas del suelo, a un centímetro de donde ella estaba. Oyendo el chasquido metálico de una nueva recarga, Nikki saltó hacia el otro lado del tobogán. La siguiente ráfaga fue a parar al lugar exacto de donde ella se acababa de mover. No estando segura de donde colocarse, si simplemente alejase o adoptar sus posibilidades por la rampa disparando su arma, entonces oyó un helicóptero acercándose. Él también debió de haberlo oído porque alguien desde una ventana al otro lado de la calle gritaba, "está allí, ¿ve? Se está alejando."

Heat se cruzó sus brazos por delante y saltó con los pies primero dentro del vertedero. Se asomó con su arma lista, por encima de la bandeja de desechos y le pilló a medio camino de Park Avenue South, sosteniendo su escopeta.

Ella saltó el contenedor y se lanzó a su persecución. Estaba herido, por lo que Nikki hizo buen tiempo con él. Mientras alcanzaba la intersección, ella gritó, "¡NYPD, quieto!" Nikki tenía un perfecto punto de mira de él, también una alta probabilidad de disparo, pero un grupo riendo de estudiantes de universidad salió del Magic Bottle y la retuvo. Reanudando su persecución, ella corrió hacia la esquina y le vio ir hacia el norte, corriendo contra el flujo de coches del centro de la ciudad. Los semáforos estaban de parte de Nikki. Ella cruzó la calle fácilmente y le siguió, policía y asesino se pegaban a la acera de la división central. En la Calle 20 ella vio la parte delantera de su edificio repleta de vehículos de emergencia y luces intermitentes. Un coche azul y blanco estaba haciendo un giro para unirse a la fiesta, y ella le gritó, "¡Policía, aquí!" Ellos no se percataron de ella y siguieron conduciendo.

Pero el tirador la oyó. Él giró para mirar por encima de su hombro, y vio a Heat ganando terreno, y se hizo un blanco en movimiento, zigzagueando entre los espacios de las macetas a lo largo de la mediana, después se cambió hacia el carril de la parte alta de la ciudad, luego volvió a saltar hacia el carril que iba hacia el centro de la ciudad. Cruzando la intersección de la 21 Este, Nikki consiguió que le cortaran el paso una de estas limusinas Humvee extralargas para fiestas, entonces el conductor se dio cuenta demasiado tarde de que no tenía radio de giro para dar la vuelta. Él le hizo la peineta mientras ella se lo sacaba de encima rodeando el capó de su vehículo, y para cuando lo consiguió, su tirador la había adelantado casi un bloque.

Pero él empezó a ir más lento. En una de sus miradas por encima de su hombro, Heat pudo ver una creciente mancha roja en el pecho de su sudadera gris. En la Calle 22, él dejó de correr pero no de huir. Dirigió su arma a un taxista parado en un semáforo, que se bajó en el acto con las manos en alto. Su sospechoso se puso detrás del volante y pasó a través del rojo, saturando la cola de otra travesía de taxis, pero recobrándose después de una glorieta, se abalanzó sobre Nikki.

Heat dio un paso hacia arriba en la división central, pero él vino hacia ella de todos modos, rugiendo derecho hacia su lugar en la acera. Ella se preparó para un tiro, pero cuando él vio eso, hizo un giro con las ruedas totalmente a la derecha para echar a perder su objetivo, luego se colgó en cañón de su escopeta al lado de la ventana, listo para disparar una ráfaga mientras pasaba. En lugar de saltar a cubrirse, Nikki descaradamente se mantuvo firme, se aseguró que tenía campo libre a sus espaldas y disparo tres veces mientras él corría pasando. Dos en el parabrisas no le alcanzaron mientras que él sacudía el volante de nuevo para evadirlos, pero el tercer disparo, justo a través de la ventana abierta mientras él la pasaba, aterrizó en el interior. Vio la tela rasgarse por el cuello de la capucha a la altura de su hombro, y de repente su cabeza se torció fuertemente hacia un lado. Él zigzagueo locamente en su línea pero lo corrigió y continuó yendo a toda velocidad hacia la parte baja de la ciudad.

Nikki memorizó el número del taxi y empezó a caminar de vuelta a su casa.
Para el informe del tiroteo, también tomó nota de dónde estaba. Justo en frente del supermercado Morton Williams, exactamente donde su pesadilla comenzó 10 años atrás.
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Mensaje por nert Dom Dic 23, 2012 7:39 am

Cuantos capítulos son, la traducion es ta muy bien. Very Happy
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Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo - Página 2 Empty Re: Frozen Heat- traducido al español. Capitulo 20- Ultimo Capitulo

Mensaje por Beckett Dom Dic 23, 2012 10:49 am

En total son 20 capítulos.

¡Me alegro que te guste la traducción! ¡Estamos trabajando duro con ello!
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