¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
MUY, MUY bueno el capi. cada vez lo haces mejor, lo malo es que cada vez me urge más seguir leyendo. así que ya lo sabes, sigueeeeeeee.
BESOTESSSSSSSSSSSSS
BESOTESSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
AlwaysSerenity escribió:Este ha sido largo Me encanta!!
A ver si lo adivino...el final de la cancion puede ser un proposicion de casamiento?
CONTINUA PRONTO!!
Muchas gracias por comentar Me alegro de que te guste.
Um.... puede que sea o puede que no.... Pronto lo sabreis buajajajajaj
Ahora subo el siguiente, es algo más corto, pero me gustó mucho el final y creo que era lo correcto cortarlo ahí. Un beso y espero que tmb te guste
KateC_17 escribió:ooooooh magnifico capitulooooo ains me gusta como trata Kate a su hermano son monos y Aarón es tan cuqui (no como el mio que es tan tonto )
en fin me gustó muchisimo el capi y plissss sube la conti pronto jiji que la estaré esperandooo
Muchas gracias por comentar!!! Me alegro de que te gustara ejjeje
Siempre me imagine como trataría Kate a un hermano y creo que lo voy plasmando bastante bien... (El mío tampoco es que sea el mejor, pero le adoro )
Espero que te guste el siguiente capitulo
trolido escribió:A mi me a gustado como siempre sigue prono
Creo que es la primera vez que te veo por aqui. Muchas gracias por comentar. Me alegro de que te guste el fic
Ahora subo el siguiente capi, espero que te guste
_Casckett_ escribió:Me encanta, continua pronto
Gracias por comentar, ahora subo el siguiente. Espero que te guste !!
castle&beckett..cris escribió:siguelooooo me encantaaa
Gracias por comentar!! Ahora subo el siguiente, espero que te guste
fancastlefati94 escribió:Tienes un don para escribir me encanta tu historia siguela por favor adios me encanta eres muy buena escribiendo
Un don para escribir?? Lo dudo, para eso estan todas las escritoras maravillosas de este foro, no yo.
Muchas gracias por comentar y me alegro de que te guste. Ahora subo el siguiente, espero que sea de tu agrado !! Un beso
Delta5 escribió:Muy bonito, me encanta, continúa.
Muchas gracias por comentar. Ahora subo el siguiente, espero que te guste
agecastbet escribió:MUY, MUY bueno el capi. cada vez lo haces mejor, lo malo es que cada vez me urge más seguir leyendo. así que ya lo sabes, sigueeeeeeee.
BESOTESSSSSSSSSSSSS
Muchas gracias
Te urge leerlo?? Aiiiinsss que bieeen!!!! Ahora mismo subo el siguiente, es algo más crto pero creo que debía cortarlo ahí. Espero que te guste !! Un besoo
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Bueno, otro día más, otro capitulo más. Espero que os guste tanto como el anterior, y se que es algo más cortito, pero me gusta como acabó y preferí no seguirle más. Ya me diréis despues de leerlo si hize bien en cortarlo ahí o no jejejje. Un beso, y disfrutad de la lectura tanto como yo de la escritura :D
Pasaron las horas y con ella la mañana. Kate se la había pasado entera, en el piso de arriba componiendo la canción mientras vigilaba a Alexis y su reacción después del tratamiento. Estaba concentrada en la canción, cuando a la joven pelirroja le dio una sacudida. Enseguida dejó la guitarra y se acercó a ella con rapidez. La miró a los ojos y comprobó que les tenía rojos.
- Mierda – Musitó. Buscó en una de las estanterías un recipiente donde poder poner agua y cuando lo encontró se fue al baño y lo llenó. Volvió al lugar donde estaba Alexis tumbada y depositó el vaso en el brazo del sofá. Puso rumbo a la cocina, bajando las escaleras a toda velocidad, provocando que casi se cayera rodando por ellas y cogió un paño. Subió de nuevo y mojó el paño en el vaso con agua. Lo escurrió quitando el agua sobrante y se lo pasó por la frente a la joven, con mucho cuidado. Volvió a mojar el trapo, lo escurrió y se lo pasó por al frente. Así estuvo durante 30 minutos, notando como Alexis mejoraba. Al poco rato, la joven abrió los ojos. Estaba perdida. No sabía lo que había pasado pero el ver a la detective a su lado la reconfortó. Se incorporó con la ayuda de Kate y tras parpadear un par de veces, habló.
- ¿Qué me ha pasado? – Preguntó poniéndose la mano en la frente.
- Tuviste una mala reacción – Le contestó sonriendo.
- ¿Por qué? – Preguntó asustada.
- No lo se – La agarró la mano, gesto que agradeció la pelirroja tranquilizándose – Luego le preguntaré a Aarón si hubo algún problema mientras te inyectaba, pero ahora descansa. Yo estoy aquí al lado. Si necesitas algo avísame – La dio un beso en la frente y se apartó del sofá, cogiendo la guitarra. Alexis se recostó de nuevo en el sofá y cerró los ojos.
- Gracias – Dijo a los pocos minutos.
- No tienes que darlas – Sonrió de nuevo.
Alexis maldijo el día en que se la ocurrió empezar a tomar drogas. No sabía como había acabado así, pero agradeció el tener a Kate a su lado. Cuando despertó, vio la preocupación en sus ojos. Entonces recapacitó y se dio cuenta de que se estaba jugando la vida cuando empezó a tomarlas. Pero entonces no se daba cuenta. Lo veía como una simple diversión sin peligro alguno. Se imaginó lo mal que lo debió de pasar para que Beckett las hubiera tomado. Y ahora, se maldijo a si misma por haber sido tan estúpida y caer en la tentación.
De repente, sintió un enorme dolor de cabeza, pensaba que la iba a explotar, pero el suave sonido de la guitarra hizo que poco a poco cayera en los brazos de Morfeo.
Mientras, una Kate más tranquila, seguía desahogándose con su voz y su guitarra. Hacía mucho tiempo que no tocaba la guitarra. Algún día después de un duro caso, se ponía a tocarla en su apartamento, al salir de la ducha. Pero había perdido mucha práctica y la costaba tocarla. Pero hoy, al pensar para qué iba a usar su hermano la canción, su mente se coordinó a la perfección con sus articulaciones, creando un hermoso sonido con el cual empezaría la canción.
-----------------------------------
Un viento congelador recorría las calles de Santovenia, provocando que nuestros amigos se quedaran en casa. A ninguno le apetecía pasar frío y mucho menos bajo la lluvia. Por la mañana, el día parecía perfecto. Un sol radiante entraba por cualquier lugar, sin ninguna nube para molestar, pero a medida que pasaban las horas, el tiempo empeoró y un gran manto de lluvia cubrió el pueblo entero.
En el salón, acurrucados con mantas, se encontraban todos, viendo la televisión. Hoy habían decidido dejarla en Español, para intentar comprender lo que decían, pero les era imposible. Los únicos que entendían algo eran los hermanos.
Kate, apoyaba su cabeza en el hombro del escritor, mientras este, tenía un brazo por encima de ella, de forma que ambos estaban en una postura cómoda. Apenas prestaba atención al programa que se retransmitía en el aparato. Estaba pensado que podían hacer. No había venido a pasar las Navidades en España, acurrucada en los brazos de Castle. Si estuviera en otro lugar u otro momento, la encantaría estar de esa forma. No había otro lugar dónde quisiera estar, pero debía aprovechar su tiempo allí. De pronto, se le ocurrió algo.
- Como veo que nos estamos quedando dormidos, se me ha ocurrido que podemos hacer para pasar la tarde – Dijo bastante animada, con un brillo especial en los ojos del que solo se dio cuenta el escritor.
Al escuchar la idea de la detective, nadie puso ninguna pega, y poco a poco todos se fueron levantando de los sofás para salir al hall. Allí, Kate había depositado las cajas y bolsas que bajó la primera mañana que estuvieron en España, con la ayuda de Jenny y Avril. Aarón fue a la cocina a por un cúter y lo usó para abrir las cajas. Cuando se deshizo del celo, vació las cajas, dejando asombrados a todos. Por el tamaño de las piezas, era un árbol enorme. Si, era falso, pero era enorme. Cuando montaron las piezas de la base, Kate miro a Aarón que le sonrió. Entre todos, montaron el resto del árbol. Medía unos dos metros, pero sin ningún adorno quedaba muy soso. Los hermanos se acercaron a otra de las cajas y empezaron a sacar un sin fin de objetos. Unos pequeños, otros medianos y por último los más grandes pero de todos los colores. Desde el rojo más llamativo hasta el azul más pálido pasando por el resto de colores. El escritor, emocionado, había empezado a colocar adornos en el primer sitio que pillaba del árbol, con una sonrisa enorme en la cara. Pero Kate le agarró del brazo y le paró. Ella negó con la cabeza, mostrándole unas luces de colores enroscadas. Él sonrió como un niño que acaba de romper un plato, y quitó todos y cada uno de los adornos que puso, mientras Aarón, Espósito y Ryan colocaban las bombillas. Una vez colocadas en el árbol, Lanie acercó el grupo de enchufes y las fue conectando una a una. Kate se acercó al interruptor para apagar la luz y una vez hecho, le hizo una señal a Lanie para que encendiera el pequeño botón rojo de la caja blanca donde estaban conectadas las pequeñas bombillas que iluminaban el árbol. La escena era preciosa. Y las pequeñas lucecitas iluminaban todo el hall. La detective miró a Castle quien estaba fascinado tenía un brillo especial en los ojos y su cara había tomado cierto color a… a muchos colores. Las lucecitas se reflejaban en la cara de todos. Decidieron colocar los adornos de esa forma, sin apagar las bombillas y sin encender la luz. Después de un buen rato, Alexis colocaba el último adorno en el árbol. La estrella fugaz. Kate desde pequeñita la había colocado ella, pues era tradición en su casa que el más pequeño de la familia la pusiera y, como en ese momento era Alexis, fue ella quien la colocó. Había quedado hermoso. Entre la mezcla de las bombillas y los adornos, la escena era preciosa. Se quedaron admirando el árbol durante unos minutos y Kate, sintió una fuerza de atracción enorme hacía Castle. No sabía porque. No sabía si era la emoción, el ambiente que había adquirido la sala o simplemente las ganas de besarle, pero sin que él se lo esperara, le agarró la cara con las manos y le besó. Él accedió enseguida, pasó sus manos a las caderas de su novia y ambos se besaron bajo las pequeñas lucecitas que les iluminaban. Era un momento mágico, que por desgracias, fue interrumpido por los aplausos de sus amigos. Pero a ellos les dio igual. Siguieron besándose hasta que notaron como les faltaba el aire. Cuando se separaron, ocho pares de ojos les miraban, con una sonrisa cada uno. Ambos se pusieron colorados y el escritor se llevó una mano a la nuca y miro al techo, soltando una carcajada al cabo de unos segundos, contagiándosela al resto. Decoraron el resto de la casa sin prisa, disfrutando del momento. Kate y Rick se encargaron de la cocina, colocando un pequeño arbolito decorado con adornitos diminutos y lucecitas, también pequeñas. Pusieron por el techo, colgando guirnaldas de colores verde y rojo y pusieron pequeños colgantes por los armarios. Aarón y Avril, subieron al piso de arriba, decorando cada rincón que encontraban con objetos que venían en las cajas. Jenny y Ryan se asignaron el salón, y Espósito y Lanie las habitaciones. Por otro lado, Martha y Alexis escogieron decorar la entrada por fuera. Pusieron una especia de gelatina pegada en la puerta de cristal en la que ponía: “Feliz Navidad” y algunos muñequitos de nieve y papa noel.
Media hora después, se reunieron todos juntos de nuevo en el hall, y se colocaron alrededor del árbol. Kate sacó de una de las bolsas un marcó de fotos. Lo colocó en una mesa de cristal y todos se acercaron a ver la foto. Estaba ella, su hermano y sus padres, con el árbol detrás. Todos sonrientes. Cuando la dejó sobre la mesa, sonrió y fue hacia su habitación, trayendo consigo otro marco de fotos, pero este estaba vacío. La miraron interrogantes y ella sacó su móvil.
- Creo que hay que ir renovando las fotos – Colocó el móvil encima de la mesita de cristal, puso el temporizador y les mandó a todos ponerse alrededor del árbol. Evidentemente se pusieron por parejas y cuando la detective vio que todos se habían colocado, pulso sobre la pantalla y la cuenta atrás comenzó. Se acercó rápidamente al grupo y se pegó a Castle. Él pasó una mano por encima de su hombro y la abrazó. Diez segundos después, Kate se acercó al móvil y observó la foto. Sonrió al instante y se la mostró a sus amigos que también mostraron felicidad al verla. Había quedado estupenda. Agachados, estaban Ryan y Jenny, cogidos de la mano. A su derecha, Espósito y Lanie. Ella tenía cogido a él del brazo. A su izquierda estaban Martha y Alexis ambas sonrientes. Arriba se encontraban las dos parejas restantes. A la izquierda, Aarón y Avril. Él la abrazaba por detrás y ella se apoyaba con cuidado sobre él. Y a la derecha estaban Rick y Kate, ella tenía una mano metida en el bolsillo trasero de él, pero no se observaba y él tenía un brazo por encima del hombro de ella, abrazándola con infinita ternura. Desde luego, adoraban esa foto. Todos y cada uno de los presentes en ella. Y esta, sería uno de los primeros recuerdos que tendrán de estas únicas y especiales Navidades.
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Pasaron las horas y con ella la mañana. Kate se la había pasado entera, en el piso de arriba componiendo la canción mientras vigilaba a Alexis y su reacción después del tratamiento. Estaba concentrada en la canción, cuando a la joven pelirroja le dio una sacudida. Enseguida dejó la guitarra y se acercó a ella con rapidez. La miró a los ojos y comprobó que les tenía rojos.
- Mierda – Musitó. Buscó en una de las estanterías un recipiente donde poder poner agua y cuando lo encontró se fue al baño y lo llenó. Volvió al lugar donde estaba Alexis tumbada y depositó el vaso en el brazo del sofá. Puso rumbo a la cocina, bajando las escaleras a toda velocidad, provocando que casi se cayera rodando por ellas y cogió un paño. Subió de nuevo y mojó el paño en el vaso con agua. Lo escurrió quitando el agua sobrante y se lo pasó por la frente a la joven, con mucho cuidado. Volvió a mojar el trapo, lo escurrió y se lo pasó por al frente. Así estuvo durante 30 minutos, notando como Alexis mejoraba. Al poco rato, la joven abrió los ojos. Estaba perdida. No sabía lo que había pasado pero el ver a la detective a su lado la reconfortó. Se incorporó con la ayuda de Kate y tras parpadear un par de veces, habló.
- ¿Qué me ha pasado? – Preguntó poniéndose la mano en la frente.
- Tuviste una mala reacción – Le contestó sonriendo.
- ¿Por qué? – Preguntó asustada.
- No lo se – La agarró la mano, gesto que agradeció la pelirroja tranquilizándose – Luego le preguntaré a Aarón si hubo algún problema mientras te inyectaba, pero ahora descansa. Yo estoy aquí al lado. Si necesitas algo avísame – La dio un beso en la frente y se apartó del sofá, cogiendo la guitarra. Alexis se recostó de nuevo en el sofá y cerró los ojos.
- Gracias – Dijo a los pocos minutos.
- No tienes que darlas – Sonrió de nuevo.
Alexis maldijo el día en que se la ocurrió empezar a tomar drogas. No sabía como había acabado así, pero agradeció el tener a Kate a su lado. Cuando despertó, vio la preocupación en sus ojos. Entonces recapacitó y se dio cuenta de que se estaba jugando la vida cuando empezó a tomarlas. Pero entonces no se daba cuenta. Lo veía como una simple diversión sin peligro alguno. Se imaginó lo mal que lo debió de pasar para que Beckett las hubiera tomado. Y ahora, se maldijo a si misma por haber sido tan estúpida y caer en la tentación.
De repente, sintió un enorme dolor de cabeza, pensaba que la iba a explotar, pero el suave sonido de la guitarra hizo que poco a poco cayera en los brazos de Morfeo.
Mientras, una Kate más tranquila, seguía desahogándose con su voz y su guitarra. Hacía mucho tiempo que no tocaba la guitarra. Algún día después de un duro caso, se ponía a tocarla en su apartamento, al salir de la ducha. Pero había perdido mucha práctica y la costaba tocarla. Pero hoy, al pensar para qué iba a usar su hermano la canción, su mente se coordinó a la perfección con sus articulaciones, creando un hermoso sonido con el cual empezaría la canción.
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Un viento congelador recorría las calles de Santovenia, provocando que nuestros amigos se quedaran en casa. A ninguno le apetecía pasar frío y mucho menos bajo la lluvia. Por la mañana, el día parecía perfecto. Un sol radiante entraba por cualquier lugar, sin ninguna nube para molestar, pero a medida que pasaban las horas, el tiempo empeoró y un gran manto de lluvia cubrió el pueblo entero.
En el salón, acurrucados con mantas, se encontraban todos, viendo la televisión. Hoy habían decidido dejarla en Español, para intentar comprender lo que decían, pero les era imposible. Los únicos que entendían algo eran los hermanos.
Kate, apoyaba su cabeza en el hombro del escritor, mientras este, tenía un brazo por encima de ella, de forma que ambos estaban en una postura cómoda. Apenas prestaba atención al programa que se retransmitía en el aparato. Estaba pensado que podían hacer. No había venido a pasar las Navidades en España, acurrucada en los brazos de Castle. Si estuviera en otro lugar u otro momento, la encantaría estar de esa forma. No había otro lugar dónde quisiera estar, pero debía aprovechar su tiempo allí. De pronto, se le ocurrió algo.
- Como veo que nos estamos quedando dormidos, se me ha ocurrido que podemos hacer para pasar la tarde – Dijo bastante animada, con un brillo especial en los ojos del que solo se dio cuenta el escritor.
Al escuchar la idea de la detective, nadie puso ninguna pega, y poco a poco todos se fueron levantando de los sofás para salir al hall. Allí, Kate había depositado las cajas y bolsas que bajó la primera mañana que estuvieron en España, con la ayuda de Jenny y Avril. Aarón fue a la cocina a por un cúter y lo usó para abrir las cajas. Cuando se deshizo del celo, vació las cajas, dejando asombrados a todos. Por el tamaño de las piezas, era un árbol enorme. Si, era falso, pero era enorme. Cuando montaron las piezas de la base, Kate miro a Aarón que le sonrió. Entre todos, montaron el resto del árbol. Medía unos dos metros, pero sin ningún adorno quedaba muy soso. Los hermanos se acercaron a otra de las cajas y empezaron a sacar un sin fin de objetos. Unos pequeños, otros medianos y por último los más grandes pero de todos los colores. Desde el rojo más llamativo hasta el azul más pálido pasando por el resto de colores. El escritor, emocionado, había empezado a colocar adornos en el primer sitio que pillaba del árbol, con una sonrisa enorme en la cara. Pero Kate le agarró del brazo y le paró. Ella negó con la cabeza, mostrándole unas luces de colores enroscadas. Él sonrió como un niño que acaba de romper un plato, y quitó todos y cada uno de los adornos que puso, mientras Aarón, Espósito y Ryan colocaban las bombillas. Una vez colocadas en el árbol, Lanie acercó el grupo de enchufes y las fue conectando una a una. Kate se acercó al interruptor para apagar la luz y una vez hecho, le hizo una señal a Lanie para que encendiera el pequeño botón rojo de la caja blanca donde estaban conectadas las pequeñas bombillas que iluminaban el árbol. La escena era preciosa. Y las pequeñas lucecitas iluminaban todo el hall. La detective miró a Castle quien estaba fascinado tenía un brillo especial en los ojos y su cara había tomado cierto color a… a muchos colores. Las lucecitas se reflejaban en la cara de todos. Decidieron colocar los adornos de esa forma, sin apagar las bombillas y sin encender la luz. Después de un buen rato, Alexis colocaba el último adorno en el árbol. La estrella fugaz. Kate desde pequeñita la había colocado ella, pues era tradición en su casa que el más pequeño de la familia la pusiera y, como en ese momento era Alexis, fue ella quien la colocó. Había quedado hermoso. Entre la mezcla de las bombillas y los adornos, la escena era preciosa. Se quedaron admirando el árbol durante unos minutos y Kate, sintió una fuerza de atracción enorme hacía Castle. No sabía porque. No sabía si era la emoción, el ambiente que había adquirido la sala o simplemente las ganas de besarle, pero sin que él se lo esperara, le agarró la cara con las manos y le besó. Él accedió enseguida, pasó sus manos a las caderas de su novia y ambos se besaron bajo las pequeñas lucecitas que les iluminaban. Era un momento mágico, que por desgracias, fue interrumpido por los aplausos de sus amigos. Pero a ellos les dio igual. Siguieron besándose hasta que notaron como les faltaba el aire. Cuando se separaron, ocho pares de ojos les miraban, con una sonrisa cada uno. Ambos se pusieron colorados y el escritor se llevó una mano a la nuca y miro al techo, soltando una carcajada al cabo de unos segundos, contagiándosela al resto. Decoraron el resto de la casa sin prisa, disfrutando del momento. Kate y Rick se encargaron de la cocina, colocando un pequeño arbolito decorado con adornitos diminutos y lucecitas, también pequeñas. Pusieron por el techo, colgando guirnaldas de colores verde y rojo y pusieron pequeños colgantes por los armarios. Aarón y Avril, subieron al piso de arriba, decorando cada rincón que encontraban con objetos que venían en las cajas. Jenny y Ryan se asignaron el salón, y Espósito y Lanie las habitaciones. Por otro lado, Martha y Alexis escogieron decorar la entrada por fuera. Pusieron una especia de gelatina pegada en la puerta de cristal en la que ponía: “Feliz Navidad” y algunos muñequitos de nieve y papa noel.
Media hora después, se reunieron todos juntos de nuevo en el hall, y se colocaron alrededor del árbol. Kate sacó de una de las bolsas un marcó de fotos. Lo colocó en una mesa de cristal y todos se acercaron a ver la foto. Estaba ella, su hermano y sus padres, con el árbol detrás. Todos sonrientes. Cuando la dejó sobre la mesa, sonrió y fue hacia su habitación, trayendo consigo otro marco de fotos, pero este estaba vacío. La miraron interrogantes y ella sacó su móvil.
- Creo que hay que ir renovando las fotos – Colocó el móvil encima de la mesita de cristal, puso el temporizador y les mandó a todos ponerse alrededor del árbol. Evidentemente se pusieron por parejas y cuando la detective vio que todos se habían colocado, pulso sobre la pantalla y la cuenta atrás comenzó. Se acercó rápidamente al grupo y se pegó a Castle. Él pasó una mano por encima de su hombro y la abrazó. Diez segundos después, Kate se acercó al móvil y observó la foto. Sonrió al instante y se la mostró a sus amigos que también mostraron felicidad al verla. Había quedado estupenda. Agachados, estaban Ryan y Jenny, cogidos de la mano. A su derecha, Espósito y Lanie. Ella tenía cogido a él del brazo. A su izquierda estaban Martha y Alexis ambas sonrientes. Arriba se encontraban las dos parejas restantes. A la izquierda, Aarón y Avril. Él la abrazaba por detrás y ella se apoyaba con cuidado sobre él. Y a la derecha estaban Rick y Kate, ella tenía una mano metida en el bolsillo trasero de él, pero no se observaba y él tenía un brazo por encima del hombro de ella, abrazándola con infinita ternura. Desde luego, adoraban esa foto. Todos y cada uno de los presentes en ella. Y esta, sería uno de los primeros recuerdos que tendrán de estas únicas y especiales Navidades.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Me encanta, continúa.
Delta5- Escritor - Policia
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Localización : Ciudadano del Mundo
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Te perdono que lo dejes ahi si subes pronto el siguiente
Ha sido todo muy bonito, ahora ya tienen una nueva familia formada, Kate no tiene un hermano, tiene a cuatro mas, una semi-madre, una semi-hija, una cuñada y un novio que la ama...
Ya sabes, continua pronto, que ahora tienes vacaciones
Ha sido todo muy bonito, ahora ya tienen una nueva familia formada, Kate no tiene un hermano, tiene a cuatro mas, una semi-madre, una semi-hija, una cuñada y un novio que la ama...
Ya sabes, continua pronto, que ahora tienes vacaciones
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Me encaaaantaaaa sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
me encanta, continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
PRECIOSO EL CAPITULO, no se nota que lo hayas cortado, es genial que piense que hay que ir renovando las fotos, por que la familia crece, jajajajaja
Eso sí no me olvido de la canción que ha compuesto para su hermano y quién sabe si no también para Castle y ella, jajajajajaja claro que después del morreo que se han dado no se si le va a hacer falta, jajajajaja
Muy bien esto mejora, por lo menos ya no está tan triste ni le da tantas vueltas a la cabeza.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Eso sí no me olvido de la canción que ha compuesto para su hermano y quién sabe si no también para Castle y ella, jajajajajaja claro que después del morreo que se han dado no se si le va a hacer falta, jajajajaja
Muy bien esto mejora, por lo menos ya no está tan triste ni le da tantas vueltas a la cabeza.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Delta5 escribió:Me encanta, continúa.
Muchas Gracias por comentar!! Ahora subiré otro capitulo, espero que te guste.
AlwaysSerenity escribió:Te perdono que lo dejes ahi si subes pronto el siguiente
Ha sido todo muy bonito, ahora ya tienen una nueva familia formada, Kate no tiene un hermano, tiene a cuatro mas, una semi-madre, una semi-hija, una cuñada y un novio que la ama...
Ya sabes, continua pronto, que ahora tienes vacaciones
Jjejeje pues muchas gracias =) Ahora subo el siguiente.
Me alegro de que te guste, y la parte de la familia, me e emocionado y todo. Sii jejeje vacaciones pero no muchaas jopee jajajaja
Espero que te guste el siguiente capitulo
castle&beckett..cris escribió:Me encaaaantaaaa sigueee
Graaciaaas por comentar =)
_Casckett_ escribió:me encanta, continua pronto.
Graaciaas por comentar =)
agecastbet escribió:PRECIOSO EL CAPITULO, no se nota que lo hayas cortado, es genial que piense que hay que ir renovando las fotos, por que la familia crece, jajajajaja
Eso sí no me olvido de la canción que ha compuesto para su hermano y quién sabe si no también para Castle y ella, jajajajajaja claro que después del morreo que se han dado no se si le va a hacer falta, jajajajaja
Muy bien esto mejora, por lo menos ya no está tan triste ni le da tantas vueltas a la cabeza.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Muchas graciaas por comentar =) Me alegro de que te haya gustado. A mi me encanto la parte de la foto, creo que fue mmuy bonita. Jjajaja la canción vendrá en capítulos más adelante.
Creo que es momento de que vengan los tiempos felices y se queden detras los tristes durante un tiempo. jejejej Espero que os guste el siguiente!!!
RcKb- As del póker
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Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 25
Localización : NY, Sacramento & Tokyo
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Aqui os dejo otro capitulo, espero que os guste!! Siento no haberla subido antes, pero hoy a sido mi cumpleaños y he estado bastante entretenida A partir de ahora, vendrán bastantes momentos felices. Creo que ya han sufrido suficiente jejjeje Bueno a lo que voy, que muchísimas gracias por todos los que comentáis. Es de gran ayudar entrar al foro y ver los comentarios. Tambien dar las gracias a los que lees y no comentáis, pues hacéis que mis visitas suban. Muchisimas gracias a todos y, disfrutad leyendo!!! Un besaaazoo enorme para todos
Pasaron los días y llegó el fin de semana. Lo habían pasado en grande decorando el árbol hacía unos días, pero ¿que es del árbol sin regalos?
Después de comer decidieron que cogerían el coche para ir a la ciudad. Sería la primera vez, excepto para los hermanos, que visitaban la ciudad y estaban ansiosos. Por la mañana, cada uno se dedicaba a sus prioridades.
Aarón y Kate, siguieron con el tratamiento de Alexis, pero ahora con mucho más cuidado, pues la sacudida de la otra vez no podía significar nada bueno. Muchos días era Kate la que se quedaba con la joven y así tenía tiempo para dedicarle a la canción. La pelirroja no dio ninguna otra señal sospechosa durante los días que transcurrieron y los hermanos se fueron tranquilizando después del susto.
Por otro lado, el escritor pensaba que esa mañana no iba a acabar nunca. Normalmente ya se aburría solo, en su habitación. Algunos días escribía, otros se ponía a jugar con su móvil y otros se los pasaba en la cama, tumbado y reflexionando. Pero aquella mañana sería mortífera. No solo estaba presente el aburrimiento común de todos los días, si no que se sumaba las ganas de ir a Valladolid de esa tarde. Pensó que se haría viejo, y la mañana todavía no habría terminado. Buscó algo para entretenerse, pero no encontraba nada y su pesadez iba aumentando. Probó a dibujar, pero nunca fue su punto fuerte, y enseguida lo dejó.
Acabó harto de estar en la habitación sin hacer nada a si que decidió ir a la cocina. Allí estaba su madre, tomando un delicioso chocolate caliente para entrar en calor. Se sentó a su lado y la saludó, gesto que ella también hizo al verle. Miró hacia una cazuela roja que había en el fuego y la preguntó con la mirada si allí estaba el chocolate. Martha asintió y fue a por un vaso para llenarle. Una vez lo tuvo hasta arriba, volvió a la mesa y se sentó al lado de su madre.
Durante varios minutos estuvieron en silencio. Cada uno estaba sumido en sus pensamientos hasta que el escritor habló.
- ¿Sabes que están tramando Kate y Alexis?
- Querido, ¿Cuántas veces te hemos dicho Alexis y yo que no te metas en temas de mujeres? – Contestó su madre.
- Muchas madre, pero me preocupan – Dijo tomando un sorbo de chocolate.
- ¿Te preocupan? ¿Por qué? – Dijo ella muy tranquila.
- No se. Pero creo que están metidas en algo gordo y no me lo quieren contar. No sabes nada ¿verdad? – Preguntó mirando fijamente a Martha. Ella se limitó a negar con la cabeza mientras bebía de la taza – Hable con Aarón un día. Me dijo que si que estaba pasando algo, pero que lo tenían controlado. Eso quiere decir que es peligroso.
- Richard, no creo que sea nada peligroso. Si lo fuera, Alexis te lo habría dicho – Dijo ella con el fin de tranquilizarse.
- ¿Y si no lo ha hecho? Madre, si la pasa algo a Alexis te juro que…
- Lo se – Le interrumpió – Jamás te lo perdonarías. No creo que esté metida en algo grave, pero aunque fuera así, esta en buenas manos – Se levantó de la mesa. Dio un beso en el pelo a su hijo y salió de la cocina, dejando antes la taza en el fregadero.
Castle se quedó pensativo. Se le pasó por la cabeza la idea de volver a subir, pero recapacitó y decidió quedarse abajo, pues si subía, correría peligro de muerte. Además, Kate le había pedido espacio pues tenía que “hacer una cosa” aunque con la pista que le dio y los pequeños sonidos de guitarra que llegaban al piso de abajo, imaginó que se trataba de música.
Mientras tanto, en una planta más arriba, la detective estaba concentrada en la letra de la canción haciendo algunos ajustes para que quedara perfecta. La joven pelirroja se quedó asombrada. Kate tenía una preciosa voz y toca la guitarra genial. Se la imagino con su edad cantando en conciertos. Habría descartado la idea a la primera, pues Kate no era de esa clase de personas que muestran su don a todo el mundo. Pero nunca se lo había planteado. Nunca había pensado, ni siquiera había pasado por su cabeza, que Beckett supiera tocar la guitarra.
- ¿Desde cuando tocas la guitarra? – No podía aguantar más y terminó preguntando.
- La primera vez que toqué la guitarra tenía 12 años, pero cuando aprendí a tocarla de verdad tenía 14 – Dijo mientras seguía concentrada en la canción.
- ¿Se tarda dos años en aprender a tocar la guitarra? – Preguntó interesada.
- Si y no. Depende de ti y de las ganas que tengas de aprender. La verdad es que yo nunca he asistido a clases a si que no te lo puedo decir con exactitud. Me regalaron una guitarra a los doce y al principio estaba muy emocionada. Siempre quise tener una pero al final me acabé cansando de ella porque apenas sabía tocar nada. Pero luego murió mi madre y la única vía de escape para mi rabia y sufrimiento que tenía era la música, me encerré en mi cuarto durante varias semanas y dedicando 12 horas diarias como poco, acabé tocando la guitarra como una experta a los 14 – Al terminar su relato, se giró para quedar de frente con Alexis y la sonrió.
- ¿Tu madre murió cuando tenías 14? – Entonces Alexis se dio cuenta de la pregunta que había hecho. La dijo sin pensarlo y ahora daba lo que fuera por no haberla pronunciado.
- Si, tenía 14 años, a tres meses de cumplir 15. Y si, tu padre te dijo a los 18 porque yo le dije a los 18 – Alexis la miró con cara confundida y siguió hablando – Odio que la gente sienta pena por mi. Me hacen sentir como una persona indefensa ante el mundo, y no lo soy. A si que, si ya la sienten cuando digo que murió cuando tenía 18, imagínate si digo que murió cuando tenía 14 – Se encogió de hombros y la tendió la mano, para que se levantara con ella y bajaran las dos al piso de abajo a comer.
Varias horas después, Castle montaba en la furgoneta y cerraba la puerta para que Kate pudiera arrancarla y poner rumbo a la ciudad. El viaje se les hizo más corto de lo que pensaban pero a mitad camino, Aarón les había tapado los ojos a todos con diversos pañuelos. Los hermanos habían planeado aquello para que no pudieran ver nada durante el camino y así la sorpresa fuera mayor. Llegaron a la plaza mayor, y la pequeña de los Beckett metió la furgoneta en un garaje subterráneo. Entre ella y su hermano, ayudaron a bajar del vehículo a todos y a subir las escaleras hasta llegar a la superficie. Una vez allí, les dieron permiso para quitarse los pañuelos. Ninguno tenía palabras para describir lo que veían. Era simplemente hermoso. En medio de la plaza, una estatua de un jinete montado sobre su caballo. A la izquierda de este un árbol gigante de 8 metros. No era ni la mitad que el de Nueva York, pero era completamente diferente. Estaba decorado con lucecitas de colores y millones de adornos. Un belén gigante, ocupaba el resto de la plaza junto a un carrusel típico de aquellas fechas. Pero todo con infinitas luces que te daban una sensación de calidez y compañía. Si te fijaban en las personas, la mayoría eran familias con renacuajos correteando a su alrededor o grupos de amigos, como ellos, que pasaban las fiestas juntos. Nueva York era la típica ciudad que nunca duerme, llena siempre de incesables sonidos, la mayoría molestos. En cambio, Valladolid era más especial. Más tranquila, sin tanto alborota, con mucha más historia y lugares que observar. El ayuntamiento estaba iluminado durante casi toda la noche. Los colores variaban. Algunas veces era azul, otra verde y otras era rojo, pero siempre quedaba elegante debido a su estructura.
Había seis calles para abandonar la plaza y tomaron una de ella que les llevaron hasta unas calles que estaban entrelazadas entre sí, llenas de tiendas de todo tipo. Desde una con artículos de belleza hasta otra con todo tipo de libros, pasando por tiendas de ropa, artículos de informática y cualquier cosa que necesitaras.
- Nos dividiremos en dos grupos ya que no sabéis Español – Dijo Aarón – Y nos iremos turnando para poder comprar cosas a todos sin que estén presentes. Para empezar, los hombres vendréis conmigo y las mujeres iréis con mi hermana – Se acercó a Kate y miró su reloj de muñeca – ¿Quedamos en la estatua de la plaza a las 19:00? – Preguntó comprobando que eran las 17:30.
- Me parece bien. Nos vemos en un rato – Se despidieron y se dispersaron entre la multitud, yendo cada grupo por un lugar diferente. Las mujeres empezaron por las tiendas de informática. La más interesada era Kate, pues estaba segura que allí encontraría algo para Castle. Dieron varias vueltas mientras iban encontrando cosas adecuadas para las personas a las que estaban destinadas. Salieron de la tienda con varias bolsas y se fueron hacia “la calle de la ropa” como la llamaba Beckett. Estaba repleta de gente, que en estas fiestas se preparaba con todo tipo de regalos, al igual que ellas. Hubo un momento en el que se cruzaron con los chicos, pero ellos no las vieron. Iban muy concentrados mirando todos los escaparates que ni las vieron cruzar. Solo fue Aarón el que se percató de ellas. Al cruzarse con la mirada de su hermana, levantó el brazo saludando con la mano. Kate, imitó el gesto, y siguieron cada grupo por su camino. Todavía les quedaba un rato para encontrarse todos juntos y cambiar los grupos.
Media hora después, los hombres esperaban impacientes la llegada de ellas. Habían quedado a las 19:00 y ya eran y veinte. Hartos de esperar, decidieron llamarlas y Aarón sacó su móvil, puso el altavoz y marcó el número de su hermana.
Muertas de frió, pero degustando una de las mejores explosiones de sabor que se haya podido tener jamás, Kate, Avril, Lanie, Jenny, Alexis y Martha disfrutaban de sus “Smooys”. Iban cargadas con montones de bolsas, pero aun así lograban tener las dos manos libres para tomar su helado, colocando las bolsas en doblez de los codos. La detective se sobresaltó al notar la vibración de su móvil y lo sacó con rapidez. Era su hermano. Al principio se extrañó, pero inmediatamente miró la hora y se dio cuenta de que iban con 20 minutos de retraso. Se apresuró a contestar.
- Beckett – Sabía de sobra que era su hermano la que llamaba, y que no tenía que usar su apellido para contestar al móvil como en el trabajo, pero la costumbre es la costumbre.
- ¿Se puede saber dónde estáis? – Dijo algo enfadado.
- Pues… entrando a la plaza mayor ¿Por qué? – Dijo haciéndose la tonta.
- Porque llegáis 20 minutos tarde.
- ¿20? – Dijo tomando otra cucharada del helado.
- Si, 20 a si que daros prisa – Dijo mirando al resto de los hombres.
- A su órdenes mi capitán – Y dicho esto colgó, informando al resto que habían conseguido picar a los chicos.
A los pocos minutos, las mujeres aparecían ante los hombres, con una tarrina rosa en la mano y muchas bolsas colgadas de los brazos. Ninguno dijo nada y esperaron a que ellas tomaran la iniciativa de hablar.
- Hola – Dijo Kate de lo más tranquila.
- ¿Sabéis lo que es la puntualidad? – Preguntó Aarón de burla.
- Yo si, ¿Y tú? – Contesto ella en el mismo tono.
- Pues claro, y parece que tenemos distintas definiciones porque habéis llegado 20 minutos tarde.
- Ya lo sabemos pesado, pero se nos pasó el tiempo – Dijo ella sonriendo.
- ¿Qué es eso? – preguntó curioso el escritor.
- Una especie de helado, ¿Quieres probar? – Le dijo Alexis.
- Claro – Tomó la cuchara que traía su hija de la mano y lo probó – Ummm esta riquísimo. ¿Qué tiene? – Dijo al fijarse que tenía virutitas marrones oscuras y una especie de salsa pringosa, también marrón por todo el helado.
- Virutas de chocolate y chocolate fundido.
- Ala y ¿Podéis escoger lo que queráis? – Preguntó al observar el helado de su novia y comprobar que tenía otras cosas.
- Aja – Asintió Kate mientras se metía otra cucharada en la boca.
- ¡Yo también quiero uno! – Dijo el escritor casi gritando, poniendo morritos y cruzándose de brazos, como un niño pequeño. Esto provocó la risa de todos mientras caminaban de camino a la heladería para comprar “Smooys” para el resto.
40
Pasaron los días y llegó el fin de semana. Lo habían pasado en grande decorando el árbol hacía unos días, pero ¿que es del árbol sin regalos?
Después de comer decidieron que cogerían el coche para ir a la ciudad. Sería la primera vez, excepto para los hermanos, que visitaban la ciudad y estaban ansiosos. Por la mañana, cada uno se dedicaba a sus prioridades.
Aarón y Kate, siguieron con el tratamiento de Alexis, pero ahora con mucho más cuidado, pues la sacudida de la otra vez no podía significar nada bueno. Muchos días era Kate la que se quedaba con la joven y así tenía tiempo para dedicarle a la canción. La pelirroja no dio ninguna otra señal sospechosa durante los días que transcurrieron y los hermanos se fueron tranquilizando después del susto.
Por otro lado, el escritor pensaba que esa mañana no iba a acabar nunca. Normalmente ya se aburría solo, en su habitación. Algunos días escribía, otros se ponía a jugar con su móvil y otros se los pasaba en la cama, tumbado y reflexionando. Pero aquella mañana sería mortífera. No solo estaba presente el aburrimiento común de todos los días, si no que se sumaba las ganas de ir a Valladolid de esa tarde. Pensó que se haría viejo, y la mañana todavía no habría terminado. Buscó algo para entretenerse, pero no encontraba nada y su pesadez iba aumentando. Probó a dibujar, pero nunca fue su punto fuerte, y enseguida lo dejó.
Acabó harto de estar en la habitación sin hacer nada a si que decidió ir a la cocina. Allí estaba su madre, tomando un delicioso chocolate caliente para entrar en calor. Se sentó a su lado y la saludó, gesto que ella también hizo al verle. Miró hacia una cazuela roja que había en el fuego y la preguntó con la mirada si allí estaba el chocolate. Martha asintió y fue a por un vaso para llenarle. Una vez lo tuvo hasta arriba, volvió a la mesa y se sentó al lado de su madre.
Durante varios minutos estuvieron en silencio. Cada uno estaba sumido en sus pensamientos hasta que el escritor habló.
- ¿Sabes que están tramando Kate y Alexis?
- Querido, ¿Cuántas veces te hemos dicho Alexis y yo que no te metas en temas de mujeres? – Contestó su madre.
- Muchas madre, pero me preocupan – Dijo tomando un sorbo de chocolate.
- ¿Te preocupan? ¿Por qué? – Dijo ella muy tranquila.
- No se. Pero creo que están metidas en algo gordo y no me lo quieren contar. No sabes nada ¿verdad? – Preguntó mirando fijamente a Martha. Ella se limitó a negar con la cabeza mientras bebía de la taza – Hable con Aarón un día. Me dijo que si que estaba pasando algo, pero que lo tenían controlado. Eso quiere decir que es peligroso.
- Richard, no creo que sea nada peligroso. Si lo fuera, Alexis te lo habría dicho – Dijo ella con el fin de tranquilizarse.
- ¿Y si no lo ha hecho? Madre, si la pasa algo a Alexis te juro que…
- Lo se – Le interrumpió – Jamás te lo perdonarías. No creo que esté metida en algo grave, pero aunque fuera así, esta en buenas manos – Se levantó de la mesa. Dio un beso en el pelo a su hijo y salió de la cocina, dejando antes la taza en el fregadero.
Castle se quedó pensativo. Se le pasó por la cabeza la idea de volver a subir, pero recapacitó y decidió quedarse abajo, pues si subía, correría peligro de muerte. Además, Kate le había pedido espacio pues tenía que “hacer una cosa” aunque con la pista que le dio y los pequeños sonidos de guitarra que llegaban al piso de abajo, imaginó que se trataba de música.
Mientras tanto, en una planta más arriba, la detective estaba concentrada en la letra de la canción haciendo algunos ajustes para que quedara perfecta. La joven pelirroja se quedó asombrada. Kate tenía una preciosa voz y toca la guitarra genial. Se la imagino con su edad cantando en conciertos. Habría descartado la idea a la primera, pues Kate no era de esa clase de personas que muestran su don a todo el mundo. Pero nunca se lo había planteado. Nunca había pensado, ni siquiera había pasado por su cabeza, que Beckett supiera tocar la guitarra.
- ¿Desde cuando tocas la guitarra? – No podía aguantar más y terminó preguntando.
- La primera vez que toqué la guitarra tenía 12 años, pero cuando aprendí a tocarla de verdad tenía 14 – Dijo mientras seguía concentrada en la canción.
- ¿Se tarda dos años en aprender a tocar la guitarra? – Preguntó interesada.
- Si y no. Depende de ti y de las ganas que tengas de aprender. La verdad es que yo nunca he asistido a clases a si que no te lo puedo decir con exactitud. Me regalaron una guitarra a los doce y al principio estaba muy emocionada. Siempre quise tener una pero al final me acabé cansando de ella porque apenas sabía tocar nada. Pero luego murió mi madre y la única vía de escape para mi rabia y sufrimiento que tenía era la música, me encerré en mi cuarto durante varias semanas y dedicando 12 horas diarias como poco, acabé tocando la guitarra como una experta a los 14 – Al terminar su relato, se giró para quedar de frente con Alexis y la sonrió.
- ¿Tu madre murió cuando tenías 14? – Entonces Alexis se dio cuenta de la pregunta que había hecho. La dijo sin pensarlo y ahora daba lo que fuera por no haberla pronunciado.
- Si, tenía 14 años, a tres meses de cumplir 15. Y si, tu padre te dijo a los 18 porque yo le dije a los 18 – Alexis la miró con cara confundida y siguió hablando – Odio que la gente sienta pena por mi. Me hacen sentir como una persona indefensa ante el mundo, y no lo soy. A si que, si ya la sienten cuando digo que murió cuando tenía 18, imagínate si digo que murió cuando tenía 14 – Se encogió de hombros y la tendió la mano, para que se levantara con ella y bajaran las dos al piso de abajo a comer.
Varias horas después, Castle montaba en la furgoneta y cerraba la puerta para que Kate pudiera arrancarla y poner rumbo a la ciudad. El viaje se les hizo más corto de lo que pensaban pero a mitad camino, Aarón les había tapado los ojos a todos con diversos pañuelos. Los hermanos habían planeado aquello para que no pudieran ver nada durante el camino y así la sorpresa fuera mayor. Llegaron a la plaza mayor, y la pequeña de los Beckett metió la furgoneta en un garaje subterráneo. Entre ella y su hermano, ayudaron a bajar del vehículo a todos y a subir las escaleras hasta llegar a la superficie. Una vez allí, les dieron permiso para quitarse los pañuelos. Ninguno tenía palabras para describir lo que veían. Era simplemente hermoso. En medio de la plaza, una estatua de un jinete montado sobre su caballo. A la izquierda de este un árbol gigante de 8 metros. No era ni la mitad que el de Nueva York, pero era completamente diferente. Estaba decorado con lucecitas de colores y millones de adornos. Un belén gigante, ocupaba el resto de la plaza junto a un carrusel típico de aquellas fechas. Pero todo con infinitas luces que te daban una sensación de calidez y compañía. Si te fijaban en las personas, la mayoría eran familias con renacuajos correteando a su alrededor o grupos de amigos, como ellos, que pasaban las fiestas juntos. Nueva York era la típica ciudad que nunca duerme, llena siempre de incesables sonidos, la mayoría molestos. En cambio, Valladolid era más especial. Más tranquila, sin tanto alborota, con mucha más historia y lugares que observar. El ayuntamiento estaba iluminado durante casi toda la noche. Los colores variaban. Algunas veces era azul, otra verde y otras era rojo, pero siempre quedaba elegante debido a su estructura.
Había seis calles para abandonar la plaza y tomaron una de ella que les llevaron hasta unas calles que estaban entrelazadas entre sí, llenas de tiendas de todo tipo. Desde una con artículos de belleza hasta otra con todo tipo de libros, pasando por tiendas de ropa, artículos de informática y cualquier cosa que necesitaras.
- Nos dividiremos en dos grupos ya que no sabéis Español – Dijo Aarón – Y nos iremos turnando para poder comprar cosas a todos sin que estén presentes. Para empezar, los hombres vendréis conmigo y las mujeres iréis con mi hermana – Se acercó a Kate y miró su reloj de muñeca – ¿Quedamos en la estatua de la plaza a las 19:00? – Preguntó comprobando que eran las 17:30.
- Me parece bien. Nos vemos en un rato – Se despidieron y se dispersaron entre la multitud, yendo cada grupo por un lugar diferente. Las mujeres empezaron por las tiendas de informática. La más interesada era Kate, pues estaba segura que allí encontraría algo para Castle. Dieron varias vueltas mientras iban encontrando cosas adecuadas para las personas a las que estaban destinadas. Salieron de la tienda con varias bolsas y se fueron hacia “la calle de la ropa” como la llamaba Beckett. Estaba repleta de gente, que en estas fiestas se preparaba con todo tipo de regalos, al igual que ellas. Hubo un momento en el que se cruzaron con los chicos, pero ellos no las vieron. Iban muy concentrados mirando todos los escaparates que ni las vieron cruzar. Solo fue Aarón el que se percató de ellas. Al cruzarse con la mirada de su hermana, levantó el brazo saludando con la mano. Kate, imitó el gesto, y siguieron cada grupo por su camino. Todavía les quedaba un rato para encontrarse todos juntos y cambiar los grupos.
Media hora después, los hombres esperaban impacientes la llegada de ellas. Habían quedado a las 19:00 y ya eran y veinte. Hartos de esperar, decidieron llamarlas y Aarón sacó su móvil, puso el altavoz y marcó el número de su hermana.
Muertas de frió, pero degustando una de las mejores explosiones de sabor que se haya podido tener jamás, Kate, Avril, Lanie, Jenny, Alexis y Martha disfrutaban de sus “Smooys”. Iban cargadas con montones de bolsas, pero aun así lograban tener las dos manos libres para tomar su helado, colocando las bolsas en doblez de los codos. La detective se sobresaltó al notar la vibración de su móvil y lo sacó con rapidez. Era su hermano. Al principio se extrañó, pero inmediatamente miró la hora y se dio cuenta de que iban con 20 minutos de retraso. Se apresuró a contestar.
- Beckett – Sabía de sobra que era su hermano la que llamaba, y que no tenía que usar su apellido para contestar al móvil como en el trabajo, pero la costumbre es la costumbre.
- ¿Se puede saber dónde estáis? – Dijo algo enfadado.
- Pues… entrando a la plaza mayor ¿Por qué? – Dijo haciéndose la tonta.
- Porque llegáis 20 minutos tarde.
- ¿20? – Dijo tomando otra cucharada del helado.
- Si, 20 a si que daros prisa – Dijo mirando al resto de los hombres.
- A su órdenes mi capitán – Y dicho esto colgó, informando al resto que habían conseguido picar a los chicos.
A los pocos minutos, las mujeres aparecían ante los hombres, con una tarrina rosa en la mano y muchas bolsas colgadas de los brazos. Ninguno dijo nada y esperaron a que ellas tomaran la iniciativa de hablar.
- Hola – Dijo Kate de lo más tranquila.
- ¿Sabéis lo que es la puntualidad? – Preguntó Aarón de burla.
- Yo si, ¿Y tú? – Contesto ella en el mismo tono.
- Pues claro, y parece que tenemos distintas definiciones porque habéis llegado 20 minutos tarde.
- Ya lo sabemos pesado, pero se nos pasó el tiempo – Dijo ella sonriendo.
- ¿Qué es eso? – preguntó curioso el escritor.
- Una especie de helado, ¿Quieres probar? – Le dijo Alexis.
- Claro – Tomó la cuchara que traía su hija de la mano y lo probó – Ummm esta riquísimo. ¿Qué tiene? – Dijo al fijarse que tenía virutitas marrones oscuras y una especie de salsa pringosa, también marrón por todo el helado.
- Virutas de chocolate y chocolate fundido.
- Ala y ¿Podéis escoger lo que queráis? – Preguntó al observar el helado de su novia y comprobar que tenía otras cosas.
- Aja – Asintió Kate mientras se metía otra cucharada en la boca.
- ¡Yo también quiero uno! – Dijo el escritor casi gritando, poniendo morritos y cruzándose de brazos, como un niño pequeño. Esto provocó la risa de todos mientras caminaban de camino a la heladería para comprar “Smooys” para el resto.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Que bonito. Sigue pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muy buen capítulo, me ha gustado mucho, sigueee.
Delta5- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
aaaah me habia perdido el capi anterior bueno almenos hoy leo doble jeje
muy diver el capi me ha gustadoooo muchooo jeje asi que sube la contii prontooo plisss que ya quiero leerla
muy diver el capi me ha gustadoooo muchooo jeje asi que sube la contii prontooo plisss que ya quiero leerla
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Yaye escribió:Que bonito. Sigue pronto.
Muchas gracias por comentar
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Delta5 escribió:Muy buen capítulo, me ha gustado mucho, sigueee.
Me alegro de que te guste Gracias por comentar
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
KateC_17 escribió:aaaah me habia perdido el capi anterior bueno almenos hoy leo doble jeje
muy diver el capi me ha gustadoooo muchooo jeje asi que sube la contii prontooo plisss que ya quiero leerla
Jejejje Me alegro de que te guste. Es un placer escribir para todos vosotros. Muchas gracias por comentar
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
_Casckett_ escribió:me encanta, continua pronto
Muchas gracias por comentar!!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
AlwaysSerenity escribió:CONTINUAAA
Jjeje Gracias por comentar!!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Se que soy muy repetitiva, pero muchas gracias a todos por comentar. Es un gran alivio ver que los comentarios son positivos, pero aun así, si alguien cree que debo cambiar algo, acepto cualquier tipo de crítica. Un besazo para todos y espero que os guste
Tras volver a la tienda de los “Smooys” y comprar uno para cada hombre, decidieron entre todos dejar el resto de las compras para otro día y aprovechar del resto de la tarde-noche. Dieron un paseo mientras se terminaban los helados, disfrutando del paisaje y del ambiente. Se respiraba ajetreo y felicidad. Era una sensación muy diferente a la ciudad americana y les estaba encantando. Anduvieron durante un largo tiempo, hasta que acabaron en la puerta de un bar. Todos se habían acabado sus helados a si que entraron a tomar algo, para celebrar que estaban allí, todos bien. Sanos y salvos. Y así lo hicieron. Entraron dentro y mientras Kate les explicaba lo que era las tapas, Aarón iba pidiendo. Se sentaron en una mesa y a los pocos minutos, el camarero se acercó a ellos, con 7 copas de vino, una botella de agua, una fanta de naranja y un vaso de mosto, lo dejó en la mesa y se marchó a la barra de nuevo. Castle miró interrogativo a los hermanos quienes se cogían, él la fanta y ella el vaso de mosto.
- Tengo que conducir de vuelta a Santovenia y no creo que queráis tener un accidente – Le sonrió.
- Y a mi me han prohibido tomar alcohol hasta que tenga las heridas curadas – Se encogió de hombros, mostrando indignación.
- Tómatelo como un castigo por haber sido tan toca narices – Le dijo ella, dándole una colleja.
- ¡Eh! ¿Para qué me das?
- Me apetecía – Se levantó de la mesa y se aclaró la voz – Un brindis, por nosotros – Sonrió levantando su vaso, gesto que imitaron el resto.
- Por todos nosotros – Dijo el escritor - Los conocidos hace tiempo – Miró a todos los que trabajaban en la comisaría y a sus respectivas parejas – Y los conocidos no hace tanto tiempo – Ahora, miró a Aarón y Avril.
Chocaron los vasos formando un ruido que en alguna ocasión habría sido molesto, pero esta vez era un sonido que juntaba los corazones de todos los que estaban presentes. Hacia colisionar las almas de cada uno, prometiendo de alguna forma, que estarían siempre juntos. Unidos.
Eran una combinación algo extraña. Un hispano, formado en el ejército que ahora es un detective de homicidios. Otro hombre, más débil pero se volvía lo opuesto cuando se trataba de sus amigos o familia que también trabaja en la comisaría. Su mujer, una bella persona, tanto por fuera como por dentro. Una mujer muy guapa, que se mostraba dura hacía el exterior, pero muy frágil una vez que la conocías, compañera de los dos primeros. Otra mujer algo más mayor que el resto, pero una gran persona y actriz habitaba dentro de ella. Un hombre guapo, rico y bondadoso, escritor de novelas y apasionado de la lectura. Su hija, una joven pelirroja universitaria estudiosa. Un hombre dedicado a la pintura, con una reciente herida, pero preocupado al 100% de su hermana pequeña. Su novia, una hermosa mujer que trabaja junto a él. Y por último, una mujer hispana también, dedicada a la criminología como forense. Si, si te parabas a pensarlo, eran una combinación rara pero a pesar de sus grandes diferencias, sabían perfectamente que esa amistad nada ni nadie la podía separar. Era como las fichas de dominó. Si cae uno, caen todos. O, puede que solo caiga ese uno, pero el resto estén a su lado, para ayudarles a subir de nuevo.
Este es un momento de la vida, en el que te alegras de todo lo que ha sucedido en tu pasado. Absolutamente de todo, pues si algo no hubiera ocurrido, nada de lo que tienes ahora, estaría contigo. Verte rodeada de todas estas personas que sabes que nunca te abandonaran te transmite una sensación de calidez y armonía. Sientes que compagináis todos, cada uno con sus defectos y virtudes. Pero que sin ellos no serían los mismos. Es en este momento, cuando la detective a pesar de todo lo que sufrió y de lo mucho que desearía que su madre siguiera aquí con ella, siente que ha encontrado su sitio en la vida y mira al pasado con una sonrisa en la cara y no con los ojos humedecidos. Se encuentra rodeada de las personas a las que más quiere, y las que más la quieren a ella. Les mira a todos como sonríen y se divierten bebiendo cada uno de su vaso o copa y sonríe ella también por enésima vez este día. Vuelve a ser feliz. Completamente feliz, y hacía mucho tiempo que no se sentía así. El mismo tiempo que hacía que no veía a su madre. Poco después de que muriera, se acordó de una frase que la dijo millones de veces cuando seguía con ella. “Nunca permitas que las lágrimas de tu pasado, borren las sonrisas de tu presente” Ahora era cuando cumplía aquella frase. Miraría siempre al pasado, pero con una sonrisa por mucho que la costara, porque tenía motivos por los que estar feliz.
Después de brindar, se sentaron de nuevo en la mesa y esperaron a que el camarero les trajera las tapas. Los del otro lado del charco las miraron con cara extraña cuando llegaron a la mesa pero no se negaron a probarlas. Y habían hecho bien al aceptar comerlas. Estaban riquísimas. Era poca cosa, pues los hermanos les habían explicado que era como un entrante para la comida, pero que aquí en España las usaban para picar de bar en bar.
Al cabo de un rato, el camarero les trajo un plato de jamón. Kate se emocionó al verlo. Hacía mucho que no le comía y a decir verdad, echaba de menos su sabor. Cuando el camarero se fue, Aarón les invito a probarlo y en cuanto se metieron el primer cacho en la boca, querían repetir.
Tras acabar de comer las tapas y charlar un rato, se marcharon y siguieron caminando por las calles, ahora más pobladas. Eran alrededor de las 22:00 y había mucha gente por la calle paseando mientras ven las luces que decoran la ciudad. Y ellos se unieron. Caminaron por las calles observando los decorados de esta. Eran muy bonitos. No tan estrafalarios como Nueva York pero quedaba precioso. Era más fino, más refinado y les estaba fascinando. Vieron en una calle un puesto de castañas asadas y como les habían prometido el día que les invitaron a venir a España, compraron un cartucho para cada uno. Castle peló una y se la metió en la boca entera. En seguida estaba saltando y agitando la mano como si fuera un abanico hacía su boca. Cuando la consiguió tragar sin que su garganta ardiera, miró al resto que se estaban riendo a carcajada limpia. Al momento él también se estaba desternillando recordando cómo había sido tan tonto de meterse una castaña recién sacada de fuego en la boca. Cuando se tranquilizaron, siguieron con su camino comiendo las castañas. Al poco rato, tanto Kate como Rick se habían terminado las suyas y el último metió las manos en los bolsillos de su chaqueta. La detective se agarró de su brazo y caminaron juntos. Aarón al verles, sacó su móvil y les pidió al resto que se apartaran un poco de ellos. En el momento perfecto, pulso a la camarita de la pantalla e inmortalizó el momento. La foto había quedado preciosa. Los dos agarrados justo debajo de una de las luces de la ciudad. Contento con el resultado, guardó su móvil y se aproximaron a ellos, que no se habían enterado de que les habían sacado una foto.
Hacia las doce de la noche, decidieron volver a Santovenia. Pusieron rumbo al aparcamiento y a los 20 minutos estaban de camino al pueblo. En el coche, siguieron charlando y agradeciendo a los hermanos por haberles traído a España. Llegaron a casa un rato después y se sentaron en la cocina. Encendieron la televisión y fueron guardando los regalos, cada uno en su habitación para que no lo vieran el resto. Una vez que todos los regalos estuvieron guardados, la detective se preparó una taza de leche, preguntando si alguien más quería una. Alexis se unió a ella y metieron a calentar dos tazas al microondas. Cogieron el cola-cao y lo llevaron a la mesa donde estaban todos sentado. Cuando el aparato empezó a pitar, Kate se levantó de la mesa, cogió ambas tazas y le tendió una a la joven que charlaba animadamente con su abuela. Entonces Kate decidió llamar a Gates para decirla que dejara de investigar. Estos días se lo había pasado tan bien, que el tema de la investigación se le había olvidado y sus vidas corrían peligro. Era un asunto más que urgente a si que se aparató del resto y sacó su móvil del bolsillo. Marco el número de su jefa y espero a que contestara a la llamada.
- Gates.
- Soy Beckett señor.
- Inspectora Beckett – Dijo abriendo un cajón de su escritorio donde tenía todo lo relacionado con ella.
- Señor, he tomado una decisión. Si seguimos investigando, mi vida y la de mis seres queridos corren peligro a si que la voy a pedir que abandone el caso – Le anunció toda seria. Gates no daba crédito a las palabras que acaba de escuchar. No viniendo de ella. Se esperaba que Beckett la hubiera dicho que siguieran investigando hasta encontrar a los culpables, pero la había dicho todo lo contrario. La había pedido que abandonara la investigación.
- Inspectora Beckett – Se aclaró la voz e intentó sonar lo más formal posible – Entiendo que quiera proteger a los suyos, pero necesitamos seguir con la investigación si quiere encontrar a los culpable.
- Mire Señor, no quiero faltarle al respeto pero es mi vida la que corre peligro y yo decidiré que hacer con la investigación.
Sabía que se estaba jugando su puesto como detective. Enfrentarse así a su superior y más aún a Gates, estaba segura de que la mandaría a dirigir tráfico pero no iba a permitir que nadie le quitara la vida y mucho menos a su hermano. Tenía que arriesgarse.
En cambio, a la capitana le sorprendió aquel cambio y encima la plantaba cara. La esperaría una buena charla cuando volvieran de las vacaciones, pero por ahora la haría caso. También creía que era lo mejor, al menos hasta que la inspectora estuviera también presente y no a miles de km de distancia.
- Ya hablaremos cuando esté presente inspectora. Hasta entonces, estaré dispuesta a apartar la investigación – Dijo tras permanecer unos minutos en silencio.
- Gracias Señor – Entonces Gates cortó la comunicación, dejando a Beckett con las palabras en la boca. Miró el teléfono y tras soltar un pequeño “Wow” Regresó a la cocina a dar la noticia a todos.
Al igual que ella, se quedaron asombrados del gran cambio de actitud de Gates. Se esperaban que siguiera investigando y que la hubiera echado una reprimenda a Beckett tras plantarla cara, pero todo lo contrario. Estuvo de acuerdo con ella de apartar la investigación al menos hasta que estuvieran de vuelta a Nueva York. Pero Aarón pudo ver el sufrimiento tras la sonrisa de su hermana. Sabía lo mucho que la estaba costando apartarse de la investigación de su madre y encima lo hacía para salvarle la vida. Se acercó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas. Ella al principio se sorprendió de aquel gesto de su hermano, pero enseguida pasó sus brazos alrededor de su espalda.
- Gracias – Dijo Aarón, separándose un poco de su hermana y cogiendo su cara con las manos. Ella le sonrió y le volvió a abrazar mostrándole de esa singular forma lo mucho que le quería.
Siguieron hablando un rato hasta que se hizo tarde y poco a poco se fueron marchando a sus habitaciones.
En una de ellas, una pareja hablaba animadamente sobre lo sucedido ese día. Ambos se lo habían pasado verdaderamente bien junto a las personas que querían y con las que se encontraban a gusto. El hombre se acercó a ella y la abrazó por detrás. La mujer se estaba quitando los accesorios que se había puesto y cuando hubo terminado, se giró quedando frente a frente.
- ¿Estas bien? – Preguntó él, preocupado tras lo sucedido los últimos momentos.
- Mejor que nunca – Contestó ella, sonriendo y acercándose peligrosamente a sus labios. Se quedaron así unos segundos hasta que no pudieron aguantar más y se besaron apasionadamente, acabando en la cama demostrándose todo su amor.
41
Tras volver a la tienda de los “Smooys” y comprar uno para cada hombre, decidieron entre todos dejar el resto de las compras para otro día y aprovechar del resto de la tarde-noche. Dieron un paseo mientras se terminaban los helados, disfrutando del paisaje y del ambiente. Se respiraba ajetreo y felicidad. Era una sensación muy diferente a la ciudad americana y les estaba encantando. Anduvieron durante un largo tiempo, hasta que acabaron en la puerta de un bar. Todos se habían acabado sus helados a si que entraron a tomar algo, para celebrar que estaban allí, todos bien. Sanos y salvos. Y así lo hicieron. Entraron dentro y mientras Kate les explicaba lo que era las tapas, Aarón iba pidiendo. Se sentaron en una mesa y a los pocos minutos, el camarero se acercó a ellos, con 7 copas de vino, una botella de agua, una fanta de naranja y un vaso de mosto, lo dejó en la mesa y se marchó a la barra de nuevo. Castle miró interrogativo a los hermanos quienes se cogían, él la fanta y ella el vaso de mosto.
- Tengo que conducir de vuelta a Santovenia y no creo que queráis tener un accidente – Le sonrió.
- Y a mi me han prohibido tomar alcohol hasta que tenga las heridas curadas – Se encogió de hombros, mostrando indignación.
- Tómatelo como un castigo por haber sido tan toca narices – Le dijo ella, dándole una colleja.
- ¡Eh! ¿Para qué me das?
- Me apetecía – Se levantó de la mesa y se aclaró la voz – Un brindis, por nosotros – Sonrió levantando su vaso, gesto que imitaron el resto.
- Por todos nosotros – Dijo el escritor - Los conocidos hace tiempo – Miró a todos los que trabajaban en la comisaría y a sus respectivas parejas – Y los conocidos no hace tanto tiempo – Ahora, miró a Aarón y Avril.
Chocaron los vasos formando un ruido que en alguna ocasión habría sido molesto, pero esta vez era un sonido que juntaba los corazones de todos los que estaban presentes. Hacia colisionar las almas de cada uno, prometiendo de alguna forma, que estarían siempre juntos. Unidos.
Eran una combinación algo extraña. Un hispano, formado en el ejército que ahora es un detective de homicidios. Otro hombre, más débil pero se volvía lo opuesto cuando se trataba de sus amigos o familia que también trabaja en la comisaría. Su mujer, una bella persona, tanto por fuera como por dentro. Una mujer muy guapa, que se mostraba dura hacía el exterior, pero muy frágil una vez que la conocías, compañera de los dos primeros. Otra mujer algo más mayor que el resto, pero una gran persona y actriz habitaba dentro de ella. Un hombre guapo, rico y bondadoso, escritor de novelas y apasionado de la lectura. Su hija, una joven pelirroja universitaria estudiosa. Un hombre dedicado a la pintura, con una reciente herida, pero preocupado al 100% de su hermana pequeña. Su novia, una hermosa mujer que trabaja junto a él. Y por último, una mujer hispana también, dedicada a la criminología como forense. Si, si te parabas a pensarlo, eran una combinación rara pero a pesar de sus grandes diferencias, sabían perfectamente que esa amistad nada ni nadie la podía separar. Era como las fichas de dominó. Si cae uno, caen todos. O, puede que solo caiga ese uno, pero el resto estén a su lado, para ayudarles a subir de nuevo.
Este es un momento de la vida, en el que te alegras de todo lo que ha sucedido en tu pasado. Absolutamente de todo, pues si algo no hubiera ocurrido, nada de lo que tienes ahora, estaría contigo. Verte rodeada de todas estas personas que sabes que nunca te abandonaran te transmite una sensación de calidez y armonía. Sientes que compagináis todos, cada uno con sus defectos y virtudes. Pero que sin ellos no serían los mismos. Es en este momento, cuando la detective a pesar de todo lo que sufrió y de lo mucho que desearía que su madre siguiera aquí con ella, siente que ha encontrado su sitio en la vida y mira al pasado con una sonrisa en la cara y no con los ojos humedecidos. Se encuentra rodeada de las personas a las que más quiere, y las que más la quieren a ella. Les mira a todos como sonríen y se divierten bebiendo cada uno de su vaso o copa y sonríe ella también por enésima vez este día. Vuelve a ser feliz. Completamente feliz, y hacía mucho tiempo que no se sentía así. El mismo tiempo que hacía que no veía a su madre. Poco después de que muriera, se acordó de una frase que la dijo millones de veces cuando seguía con ella. “Nunca permitas que las lágrimas de tu pasado, borren las sonrisas de tu presente” Ahora era cuando cumplía aquella frase. Miraría siempre al pasado, pero con una sonrisa por mucho que la costara, porque tenía motivos por los que estar feliz.
Después de brindar, se sentaron de nuevo en la mesa y esperaron a que el camarero les trajera las tapas. Los del otro lado del charco las miraron con cara extraña cuando llegaron a la mesa pero no se negaron a probarlas. Y habían hecho bien al aceptar comerlas. Estaban riquísimas. Era poca cosa, pues los hermanos les habían explicado que era como un entrante para la comida, pero que aquí en España las usaban para picar de bar en bar.
Al cabo de un rato, el camarero les trajo un plato de jamón. Kate se emocionó al verlo. Hacía mucho que no le comía y a decir verdad, echaba de menos su sabor. Cuando el camarero se fue, Aarón les invito a probarlo y en cuanto se metieron el primer cacho en la boca, querían repetir.
Tras acabar de comer las tapas y charlar un rato, se marcharon y siguieron caminando por las calles, ahora más pobladas. Eran alrededor de las 22:00 y había mucha gente por la calle paseando mientras ven las luces que decoran la ciudad. Y ellos se unieron. Caminaron por las calles observando los decorados de esta. Eran muy bonitos. No tan estrafalarios como Nueva York pero quedaba precioso. Era más fino, más refinado y les estaba fascinando. Vieron en una calle un puesto de castañas asadas y como les habían prometido el día que les invitaron a venir a España, compraron un cartucho para cada uno. Castle peló una y se la metió en la boca entera. En seguida estaba saltando y agitando la mano como si fuera un abanico hacía su boca. Cuando la consiguió tragar sin que su garganta ardiera, miró al resto que se estaban riendo a carcajada limpia. Al momento él también se estaba desternillando recordando cómo había sido tan tonto de meterse una castaña recién sacada de fuego en la boca. Cuando se tranquilizaron, siguieron con su camino comiendo las castañas. Al poco rato, tanto Kate como Rick se habían terminado las suyas y el último metió las manos en los bolsillos de su chaqueta. La detective se agarró de su brazo y caminaron juntos. Aarón al verles, sacó su móvil y les pidió al resto que se apartaran un poco de ellos. En el momento perfecto, pulso a la camarita de la pantalla e inmortalizó el momento. La foto había quedado preciosa. Los dos agarrados justo debajo de una de las luces de la ciudad. Contento con el resultado, guardó su móvil y se aproximaron a ellos, que no se habían enterado de que les habían sacado una foto.
Hacia las doce de la noche, decidieron volver a Santovenia. Pusieron rumbo al aparcamiento y a los 20 minutos estaban de camino al pueblo. En el coche, siguieron charlando y agradeciendo a los hermanos por haberles traído a España. Llegaron a casa un rato después y se sentaron en la cocina. Encendieron la televisión y fueron guardando los regalos, cada uno en su habitación para que no lo vieran el resto. Una vez que todos los regalos estuvieron guardados, la detective se preparó una taza de leche, preguntando si alguien más quería una. Alexis se unió a ella y metieron a calentar dos tazas al microondas. Cogieron el cola-cao y lo llevaron a la mesa donde estaban todos sentado. Cuando el aparato empezó a pitar, Kate se levantó de la mesa, cogió ambas tazas y le tendió una a la joven que charlaba animadamente con su abuela. Entonces Kate decidió llamar a Gates para decirla que dejara de investigar. Estos días se lo había pasado tan bien, que el tema de la investigación se le había olvidado y sus vidas corrían peligro. Era un asunto más que urgente a si que se aparató del resto y sacó su móvil del bolsillo. Marco el número de su jefa y espero a que contestara a la llamada.
- Gates.
- Soy Beckett señor.
- Inspectora Beckett – Dijo abriendo un cajón de su escritorio donde tenía todo lo relacionado con ella.
- Señor, he tomado una decisión. Si seguimos investigando, mi vida y la de mis seres queridos corren peligro a si que la voy a pedir que abandone el caso – Le anunció toda seria. Gates no daba crédito a las palabras que acaba de escuchar. No viniendo de ella. Se esperaba que Beckett la hubiera dicho que siguieran investigando hasta encontrar a los culpables, pero la había dicho todo lo contrario. La había pedido que abandonara la investigación.
- Inspectora Beckett – Se aclaró la voz e intentó sonar lo más formal posible – Entiendo que quiera proteger a los suyos, pero necesitamos seguir con la investigación si quiere encontrar a los culpable.
- Mire Señor, no quiero faltarle al respeto pero es mi vida la que corre peligro y yo decidiré que hacer con la investigación.
Sabía que se estaba jugando su puesto como detective. Enfrentarse así a su superior y más aún a Gates, estaba segura de que la mandaría a dirigir tráfico pero no iba a permitir que nadie le quitara la vida y mucho menos a su hermano. Tenía que arriesgarse.
En cambio, a la capitana le sorprendió aquel cambio y encima la plantaba cara. La esperaría una buena charla cuando volvieran de las vacaciones, pero por ahora la haría caso. También creía que era lo mejor, al menos hasta que la inspectora estuviera también presente y no a miles de km de distancia.
- Ya hablaremos cuando esté presente inspectora. Hasta entonces, estaré dispuesta a apartar la investigación – Dijo tras permanecer unos minutos en silencio.
- Gracias Señor – Entonces Gates cortó la comunicación, dejando a Beckett con las palabras en la boca. Miró el teléfono y tras soltar un pequeño “Wow” Regresó a la cocina a dar la noticia a todos.
Al igual que ella, se quedaron asombrados del gran cambio de actitud de Gates. Se esperaban que siguiera investigando y que la hubiera echado una reprimenda a Beckett tras plantarla cara, pero todo lo contrario. Estuvo de acuerdo con ella de apartar la investigación al menos hasta que estuvieran de vuelta a Nueva York. Pero Aarón pudo ver el sufrimiento tras la sonrisa de su hermana. Sabía lo mucho que la estaba costando apartarse de la investigación de su madre y encima lo hacía para salvarle la vida. Se acercó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas. Ella al principio se sorprendió de aquel gesto de su hermano, pero enseguida pasó sus brazos alrededor de su espalda.
- Gracias – Dijo Aarón, separándose un poco de su hermana y cogiendo su cara con las manos. Ella le sonrió y le volvió a abrazar mostrándole de esa singular forma lo mucho que le quería.
Siguieron hablando un rato hasta que se hizo tarde y poco a poco se fueron marchando a sus habitaciones.
En una de ellas, una pareja hablaba animadamente sobre lo sucedido ese día. Ambos se lo habían pasado verdaderamente bien junto a las personas que querían y con las que se encontraban a gusto. El hombre se acercó a ella y la abrazó por detrás. La mujer se estaba quitando los accesorios que se había puesto y cuando hubo terminado, se giró quedando frente a frente.
- ¿Estas bien? – Preguntó él, preocupado tras lo sucedido los últimos momentos.
- Mejor que nunca – Contestó ella, sonriendo y acercándose peligrosamente a sus labios. Se quedaron así unos segundos hasta que no pudieron aguantar más y se besaron apasionadamente, acabando en la cama demostrándose todo su amor.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Lo llevas muy bien, aunque lo de escoger el pueblo de Santovenía en plena Vía de la Plata en Zamora, me sorprende un poco. Sigueeee.
Delta5- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
muy bueno el capi me ha impresionado que Kate abandonase el caso pero ella solo quiere cuidar de sus seres queridos que tierno
en fin me ha gustado mucho el capi asi que sube la contii prontoo plisss me muero de ganas de leer la contiii
en fin me ha gustado mucho el capi asi que sube la contii prontoo plisss me muero de ganas de leer la contiii
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Delta5 escribió:Lo llevas muy bien, aunque lo de escoger el pueblo de Santovenía en plena Vía de la Plata en Zamora, me sorprende un poco. Sigueeee.
Muchas gracias por leer y comentar. Decidí traerles a Santovenia de Pisuerga porque yo he vivido un tiempo allí y es un sitio precioso. Y no es Santovenia de Zamora sino de Valladolid jejeje
RcKb- As del póker
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