Un cuento de Navidad... al estilo Castle

MENSAJE DE 2014. FIC YA TERMINADO. Este fic contiene dos escenas de contenido sexual, una suave y otra muy explícita previamente señalada y advertida. Por ello NO pongo el (+18).


19 DE NOVIEMBRE (DÍA DE PUBLICACIÓN, NO ES EL TÍTULO DEL CAPÍTULO)

-¡Wow Castle, tú si que sabes decorar una casa en Navidad! –Miré con admiración el loft, parecía sacado de un cuento de navidad. Él me sonrió desde donde estaba, junto a una maqueta navideña con un tren que por supuesto podía dirigirse. Me acerqué a él y me agaché a su lado, llevaba puesto un gorro de Santa Claus, no pude evitar reírme.

-¿Le gusta mi gorrito, inspectora? No sabe lo bien que me queda sin llevar nada más. –Dijo alzando las cejas, negué con la cabeza, la verdad es que la imagen que se me venía a la cabeza no era precisamente erótica, más bien cómica.
-¿Y Alexis? –Pregunté. Me miró alegremente, siendo su forma de decirme que no tenía nada de que preocuparme. Castle había estado triste estos días, Alexis había cambiado bastante y esa relación padre e hija de la que él se sentía tan orgulloso parecía que se había evaporado. Me dolía verlo así.
–Ha salido con sus amigas, a hacer los recados navideños de última hora. Hablamos esta mañana, cuando llegó. Está todo bien, de verdad. –Le sonreí.
-¿Y Martha?
-De compras también. Sigue sintiéndose culpable por lo de la cena. –Dijo haciendo unas comillas con los dedos. –Quiere hacerle un regalo a tu padre. –Añadió.
-No es necesario. Mi padre tampoco estuvo bien en la cena, ya le he dicho a tu madre que está todo bien. –Dije preocupada. Esa cena me había valido una discusión con Castle que había estado a punto de destruir lo nuestro;  Martha me había pedido disculpas mis veces, pero seguía sin creerme cuando le decía que todo estaba bien. Él se encogió de hombros, quitándole importancia.
-No te preocupes, ella es así, seguramente le hará un bonito regalo y después sentirá que su deuda está saldada.
-No hay ninguna deu…
-Lo sé, lo sé, pero ella no piensa igual. Ya sabes lo melodramática que es, lo lleva en la sangre.
-Sí, y alguien lo ha heredado… -Me miró con falsa cara de indignación.
-¿Yo?
-Oh vamos, ya no recuerdas como te pusiste cuando ella hizo su primer monólogo, o cuando Alexis empezó las prácticas con Lanie o…
-Vale, lo capto. –Me cortó y siguió jugando con su tren, ignorándome. Sonreí, me mordí suavemente el labio y lo abracé desde atrás.
-¿Ves lo que quiero decir? –Susurré en su oído. –Vamos Castle, ¿por qué no sueltas ese trenecito y jugamos a otra cosa? Aprovechemos que estamos solos.
-El carácter melodramático de la familia Rogers puede ser contagioso, no quiero que te arriesgues. –Comentó, aunque dejó el mando del tren en la mesa, dándose la vuelta, abrazándome por la cintura, me encogí de hombros.
-Me arriesgaré.
-¿Segura? –Acercó lentamente su boca a la mía, entremezclándose los dos alientos.
-Segura. –Susurré, con voz sexy. Me besó, tanteando, probándome. Gemí en su boca y mis manos fueron a su pelo, le quité el ridículo gorro, se separó con suavidad, me reí, divertida. –Quiero hacer el amor con Richard Castle, no con Santa Claus. –Él también se rió y me tomó de la mano, llevándome al dormitorio. Es una lástima que justo cuando traspasamos la puerta sonara mi móvil, era Esposito. Castle me miró suplicante, rodeé su cuello con mis brazos, dándole un corto beso en los labios.

-Lo siento Castle, pero tenemos que trabajar. –Puso cara de niño pequeño, le sonreí. – Alégrate, es uno de los que te gustan.
-No hay caso en el mundo que me guste más que lo que íbamos a hacer. –Masculló mientras que me seguía hasta la puerta principal.
-¿Estás seguro? –Él asintió con la cabeza, cruzándose de brazos, realmente era como un niño. –Entonces te dará igual que te diga que la victima es Santa Claus. -Se le iluminaron los ojos y cogió su abrigo, ansioso.
-¿Nos vamos?

20 DE NOVIEMBRE

Durante el trayecto lo noté raro, estaba… simplemente callado, no hablaba y eso era muy raro en él. Aproveché un semáforo en rojo para girarme y mirarlo.

-¿Qué te pasa, Castle? –Me miró con tristeza, empecé a preocuparme, murmuró algo ininteligible, me acerqué más a él, intentando entender. –Castle, no te entiendo.
-Es solo que… acabo de entender lo que me has dicho antes y… Kate, han matado a Santa Claus. –Me dijo como si fuera obvio, con ojitos de cara degollado. Volví a mirar el frente, intentando de todas las maneras posibles no poner los ojos en blanco. No hablamos más, llegamos al parque donde ya nos esperaban Lanie y Esposito, Ryan estaba más alejado hablando con los testigos, una pareja con una niña pequeña que se aferraba aterrorizada y llorosa a la mano de su madre. Me dio lástima, la última imagen que un niño quiere tener es la de Santa Claus muerto en la nieve. Miré a mi lado, Castle miraba triste a la víctima, si no fuera por lo que habíamos estado a punto de hacer antes de que nos interrumpieran diría que es tan niño como la testigo. Lanie lo miró, sorprendida.

-¿Va todo bien, Castle?
-Han matado a Santa Claus. –Murmuró. Intercambié una mirada con mi amiga y ambas suspiramos.
-¿Lo habéis identificado? -Pregunté.
Esposito se acercó a nosotros. –No tiene documentación, no sabemos su nombre ni su dirección.
-¡Venga ya! Está claro quién es. –Castle empezó a exasperarme. Le lancé una de mis miradas, se calló al instante.
-¿Causa de la muerte?
-Tendré que hacerle la autopsia, pero todo apunta a que estás dos de aquí… -Señaló dos heridas de bala en el pecho y el abdomen de la víctima. -… tienen algo que ver.
-¿Habéis hablado con los testigos?
-Estaban haciendo ángeles en la nieve cuando de repente Santa Claus cayó del cielo, muerto. –Ryan cerró su libreta, lo miré, pidiéndole una explicación.

-Lo que oyes. La niña se reía y de repente Santa cae del cielo, ¿no es horrible?
-¿Verdad que sí?, ¿Quién va a traer los regalos a los niños ahora?
-¡Oh, Dios! –Me levanté, tratando de contener la calma, Castle sabía ponerme de los nervios, eran años de prácticas. –Lanie llámame cuando esté lista la autopsia. Vosotros, preguntad por los alrededores a ver si alguien ha visto alguo y publicad su foto, necesitamos identificarlo cuanto antes.

Castle se mordió la lengua, pero me miró como un niño mira a su profesora, esperando permiso para hablar, levanté un dedo, advirtiéndole.

-Castle, como digas una sola vez más que es Santa Claus te mando a casa, ¿entendido?
-No es eso. –Me miró molesto, los demás intercambiamos miradas de incredulidad. –En serio. –Protestó.
-Está bien, ¿qué?
-Es solo que… ¿nadie se ha fijado que estamos en un parque y no hay ningún edificio desde donde tirar el cuerpo?
-Pues…
-¿Qué quieres decir Castle? –Esposito lo vio venir.
-Pues solo se me ocurre algo… pero no os vas a gustar, sobre todo a ti. –Dijo mirándome, lo insté a continuar.
-Tuvo que caer desde su trine…
-¡Andando! –Me siguió sin chistar, ya había conseguido ponerme de mal humor para el resto de la noche. Oí a mis compañeros hablar detrás de nosotros.

-Pobre Castle.
-Pobre Beckett, este caso le va a resultar insoportable.
-¡Diez pavos a que lo manda a casa en menos de dos horas!
-¡Hecho!

Los capítulos no tienen nombre, los días son para llevar la cuenta Gracias por leer