Nuestros días - Capítulo IX (02-02-13)

Hola. Me presento otra vez para intentar desarrollar mi segundo fic, primero multi capítulo. Espero sea de su agrado. Estaré atenta y abierta a sus críticas, opiniones y sugerencias.

Bueno, sin más que agregar acá les dejo un pequeño Prólogo de mi historia para que se hagan una idea de qué va.


PRÓLOGO
Habían transcurrido cerca de dos años desde aquella noche de tormenta en la que Kate se presentó empapada por la lluvia ante la puerta de Rick. Dos años en los que habían atravesado pequeñas crisis, como cualquier pareja normal, pero que habían sabido superar. Dos años en los que habían vivido experiencias inolvidables, experiencias que llevarían siempre con ellos, siempre.

Cuando todo parecía ser dicha plena para Richard y Katherine. Cuando decidieron dar pasos importantes en sus vidas. Cuando ya no habían dudas ni muros. Cuando sólo existían compromisos y planes de un futuro juntos. Cuando…

¿Lograrán cumplir sus sueños o se avecinarán nuevas sombras impidiéndoles alcanzar la felicidad?


Dios mediante, nos encontramos pronto con el primer capítulo =)

Hola. Gracias por sus comentarios. Acá les dejo el primer capítulo, sigue siendo un poco corto, pero espero que a medida que desarrolle la historia pueda presentarles capítulos más largos.

Hoy es uno de esas mañanas en las que doy gracias al cielo de haberla conocido, despertarme y verla dormir a mi lado es lo más increíble del mundo. Pienso que todo lo que he vivido durante mi existencia, lo bueno y lo malo, no ha sido más que el camino para llegar a ella. Ahora me doy cuenta lo equivocado que estaba cuando creía ser feliz, porque mi felicidad es Kate y definitivamente no se parece a nada que haya sentido antes con ninguna otra mujer. La observo dormir tan serena, tan delicada, y no puedo evitar sonreír. Es hermosa, muy hermosa, más que nadie, y es mía, sólo mía. Se me eriza la piel sólo de recordar la primera vez que la escuche decirme que me ama, fue durante una de nuestras tantas noches de amor y pasión. Escucharla susurrar un “te amo” ha sido lo más sublime, intenso, especial y único que han escuchado mis oídos; tan sublime, intenso, especial y único como lo es ella. Desde entonces, cada vez que escucho de su boca esas dos palabras siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, igual que esa primera vez. Estoy deseando dar un paso más en nuestra relación, pero temo que ella no esté preparada para ello, a veces creo que me grita con sus ojos que está lista, que está dispuesta, sin embargo, tengo miedo de asustarla, de que salga corriendo y se aleje de mí, eso no podría soportarlo. Hace dos meses compré un anillo de compromiso y durante esos dos meses lo he mantenido escondido en la caja de seguridad de mi despacho y no ha pasado un día sin que lo saque de su escondite y me siente a observarlo durante minutos, pensando en armarme de valor y dar el siguiente paso con ella. Uno de esos días mi madre me sorprendió en medio de mi rutina cotidiana y me aconsejó que no esperara más, que era hora de tomar el toro por los cuernos y enfrentar la situación, y al igual que los días anteriores y posteriores a ése, volví a guardar el anillo en su improvisada prisión.

Suena el despertador avisándonos que es hora de levantarnos para ir a trabajar. La veo removerse bajo las sábanas y estirarse como una niña pequeña para desperezarse. Lentamente abre los ojos y como cada mañana me regala su mirada limpia y una sonrisa que me invita a besarla y perderme en sus labios.

- Kate: “Buen día, Rick”.
- Rick: “Buen día, preciosa”.

Me acerco a ella y la beso en los labios, ella me responde, enreda sus dedos en mis cabellos cortos para hacer el beso más profundo. Nos separamos y nos quedamos mirando unos segundos. Me sonríe y se dispone a levantarse de la cama.

- Kate: “Creo que es hora de levantarse”.
- Rick: “Está bien, dúchate mientras preparo el desayuno. Te espero en la cocina”.

La observo dirigirse hacia el baño y simplemente no puedo despegar los ojos de ella, la miro embelesado hasta que desaparece detrás de la puerta. Reacciono y me levanto, y mientras voy a la cocina tomo una decisión, ¡hoy es el día!


Mientras me arreglo frente al espejo de la peinadora de la habitación de Rick pienso en él y en mí, llevamos aproximadamente dos años de relación, de feliz y sólida relación. Durante todo este tiempo he logrado superar todas mis dudas, estoy segura y dispuesta a dar un paso más con Richard, aunque no hemos hablado abiertamente del tema, creo que es el momento de avanzar. Aún “vivo” en mi apartamento pero son más días, con sus respectivas noches, los que estoy en el loft de Castle que los que paso en mi casa. La convivencia con Alexis y Martha es excelente. Alexis, con toda razón, tardó un poco en aceptar completamente nuestra relación, pero no necesité mucho tiempo para acercarme a ella y ganarme su confianza demostrándole que quiero a su papá y que no es un simple capricho y mucho menos una relación pasajera y superficial, que realmente lo amo. Porque es verdad, lo amo, lo amo más que a nada y fui capaz de decírselo, de decirle un “te amo” con todas sus letras y con todo lo que implica el verbo amar, y nada me ha hecho más feliz. Con Martha todo resultó mucho más fácil, me recibió con los brazos abiertos desde el primer momento, definitivamente ambas son personas fáciles de querer. La situación en la Comisaría sigue igual, sólo Kevin, Javier y Lanie saben de nuestro noviazgo. Aunque creo que la realidad es otra, mi relación con Rick es un secreto a voces, pues sospecho que todos se han dado cuenta de lo que pasa, incluyendo a la Capitana Gates, pero extrañamente, y para tranquilidad nuestra, nadie ha hecho preguntas ni comentarios acerca del tema. Un ruido detrás de mí hace que despierte de mi ensoñación y vuelva a la realidad, veo a Rick sonreírme a través del espejo e instantáneamente le devuelvo la sonrisa. Me mira fijamente hasta hacerme sentir nerviosa.

- Kate: “¿Pasa algo?”
- Rick: “Pasa todo. Tengo que preguntarte algo”.

Acá les dejo el segundo capítulo. La historia va un poco lenta, pero confío que muy pronto tome más ritmo.

CAPÍTULO II

Kate: -“¿Pasa algo?
Rick: -“Pasa todo. Tengo que preguntarte algo”.

No aparto mi mirada de sus ojos, frunce el ceño y se gira sobre el taburete quedando frente a mí. Mantengo mi mano derecha oculta detrás de mi espalda, me agacho delante de ella y nuestros rostros quedan a la misma altura. Siento cómo se tensa inmediatamente.

Kate: -“Me estás preocupando, ¿es algo serio?” – Pregunta intrigada.
Rick: -“Sí… No… Digo… Eh, es algo importante, muy importante” – Responde con nerviosismo.

Siento mariposas revolotear en mi estómago, creo que mis manos empiezan a sudar. ¿Qué será lo que quiere preguntarme? ¿Será lo qué imagino? ¿Lo hará ahora? Dios, ¡qué capacidad tiene para descontrolarme! Es tanto su poder sobre mí, que a menudo me pregunto dónde quedó la dura detective que controlaba todo y a todos. No sé dónde está esa mujer, sólo sé que la que está ahora frente a él agradece estar sentada porque le tiemblan las piernas y está a punto de desmayarse.

La noto muy nerviosa, aunque creo que no más que yo. Quién iba a pensar que Richard Castle, el famoso escritor, célebre tanto por sus libros como por sus abundantes conquistas, iba a tartamudear delante de una mujer. Pero es que ella no es cualquier mujer, ella es la mujer, mi mujer, y quiero que lo sea para siempre. Ella me sigue mirando fijamente, así que tomo aire y me repito mentalmente que es ahora o nunca.

Rick: -“¿Quieres tener una cena romántica conmigo esta noche?” – Pregunta cariñosamente. Kate permanece en silencio como si estuviera sorprendida por la pregunta – “¿Kate?”.
Kate: -“¿Eh? Sí, claro que quiero cenar contigo” – Pronuncia regalándole una sonrisa.
Rick: -“Bien” – Y le sonríe.

Entonces muevo la mano que tengo detrás de mi espalda, trayéndola al frente y le ofrezco lo que había mantenido oculto hasta ahora, una delicada rosa blanca. Ella la recibe y me sonríe, y con la otra mano me acaricia el rostro.

Kate: -“¿Adónde vas a llevarme?”.
Rick: -“No coma ansias, señorita detective” – Responde él, toma la mano que ella tiene sobre su mejilla y se la besa tiernamente.
Kate: “¿Se puede saber a qué se debe tanto misterio, señor escritor?” – Pregunta divertida.
Rick: “Esta noche lo sabrás” – Dice él levantando una ceja, le da un beso en la mejilla y se incorpora para salir de la habitación – “Te espero en la cocina” – Indica mientras se aleja.
Kate: -“En un minuto estoy contigo”.

Rick sale de la habitación dejándome en medio de un mar de sensaciones que me cuesta describir. Por un momento pensé que… Sacudo la cabeza y miro la rosa que me regaló, la acerco a mi nariz e inspiro. Impregno mis pulmones con el aroma que desprende, creo que estoy enloqueciendo porque siento que huele a él. Me giro nuevamente sobre el taburete, quedando otra vez de frente al espejo. Me miro fijamente y me pregunto qué será lo que está tramando mi escritor. Tendré que esperar hasta la noche para saberlo.

Desayunamos juntos como hacemos siempre que podemos, en medio de miradas y sonrisas. Parece que intentamos averiguar lo que está pasando por la cabeza del otro, pero ninguno pregunta nada. Nos limitamos a hablar de cosas sin importancia, para nosotros lo único importante es el tiempo que compartimos juntos. Terminamos de desayunar y, mientras yo me encargo de recoger la mesa, ella se encamina al cuarto para recoger sus cosas e irse a la comisaría. Esta mañana no iré con ella, le he dicho que voy a quedarme en casa porque tengo que escribir. La verdad es que necesito preparar todo para que esta noche sea inolvidable.

Salgo de la habitación y lo veo terminando de recoger la mesa, me quedo de pie a unos pasos de él y lo miro en silencio. Lo escucho tararear una canción mientras lava los platos que ensuciamos durante el desayuno. Aún está con su ropa de dormir y el cabello algo despeinado, no puedo dejar de mirarlo. Lo voy a extrañar, creo que ya lo extraño y todavía no he salido de la casa. Me acerco a él para despedirme.

Kate: -“Es hora de irme” – Le dice y lo besa en los labios.
Rick: -“Que te vaya bien, cariño” – Pronuncia él y le devuelve el beso.
Kate: -“Gracias. Nos vemos esta noche” – Da media vuelta para irse a trabajar.
Rick: -“Espera…” – Susurra y la atrae hacia él.
Kate: -“Se me hace tarde, Rick” – Protesta sin mucho convencimiento.
Rick: -“Sólo un momento más. Regálame otro beso, son muchas las horas que voy a estar sin verte” – Dice haciendo pucheros como niño pequeño.
Kate: -“Está bien, pero sólo uno” – Dice y sonríe sobre sus labios, y lo besa nuevamente.
Rick: -“Mmm… Ya no puedo vivir sin tus labios” – Murmura manteniendo su frente pegada a la de ella.
Kate:- “Eso se lo dirás a todas” – Bromea ella.
Rick: -“Es cierto” – Responde él y a ella se le borra la sonrisa – “Le digo a todas que no puedo vivir sin tus labios” – Aparece nuevamente una sonrisa en los labios de ella y vuelve a besarlo.
Kate: -“Bueno, ahora sí, tengo que irme. No me extrañes mucho” – Dice mientras sale por la puerta del loft.
Rick: -“Sabes que eso es imposible” – Grita él desde la puerta justo cuando ella sube al ascensor. Cierra la puerta y se recuesta en ella con una amplia sonrisa en sus labios.


Llego a comisaría, saludo a los chicos y me dirijo a mi escritorio, cuando llego hasta él me dejo caer en mi sillón, inmediatamente dirijo mis ojos hacia la silla vacía que está al lado del escritorio y suspiro sonoramente. ¿Cómo es posible que ya lo eche de menos si acabo de dejarlo? Sacudo la cabeza y me dispongo a ponerme al día con el trabajo pendiente. Veo a los chicos que se acercan.

Kevin: -“¿Dónde has dejado a Castle?” – Pregunta mientras se sienta en la silla de Rick.
Kate: -“Se ha quedado en casa” – Responde y comienza a ordenar unos papeles.
Javier: -“No me digas que lo has dejado castigado” – Dice Esposito de manera divertida. Kate le lanza una mirada que le hace desaparecer todo indicio de sonrisa.
Kate: -“Veo que tienen demasiado tiempo libre” – Dice la detective aguantando una sonrisa – “Aquí tienen algo para que se distraigan” – Les extiende la pila de papeles que tenía sobre el escritorio.
Kevin: -“Muchas gracias” – Pronuncia, dándole un codazo a su compañero. Esposito suelta un bufido y toma los papeles.
Kate: -“Voy a ver a Lanie. Llámenme si surge algo” – Dice mientras camina hacia el ascensor.
Javier: -“Sí, jefa” – Y ambos detectives se dirigen a sus respectivos escritorios.


Tengo que planearlo todo muy bien, no puede escapárseme ningún detalle. La comida, la bebida, el ambiente y la música tienen que ser perfectos, todo tiene que estar perfecto. Esta noche va a ser inolvidable para los dos. Voy a enamorar un poco más a mi detective, claro que sí. Debo poner en marcha mi plan para que todo salga como quiero.

Rick: -“Hola preciosa” – Rick envía un mensaje de texto al teléfono celular de Kate.
Kate: -“Hola precioso” – Contesta ella, haciendo que ambos sonrían.
Rick: -“¿Qué tal tu día?”
Kate: -“Bien, por los momentos no tenemos caso. Estoy visitando a Lanie”.
Rick: -“Saluda a la forense de mi parte”.
Kate: -“Está bien. ¿No se supone que deberías estar escribiendo?”
Rick: -“Eh… Sí, en eso estoy. Sólo quería decirte que pasaré a recogerte a las nueve por tu casa”.
Kate: -“De acuerdo, estaré esperándote”.
Rick: -“Ok, hasta esta noche. Te amo” – Se despide Richard.
Kate: -“Yo también” – Se despide ella.

Rick: -“No te imaginas lo que te espera esta noche, mi amor”.


Hablé un rato con Lanie y le conté sobre la cita que tengo esta noche con Rick. Le comenté lo tierno que fue en la mañana cuando me invitó a cenar y que yo había llegado a pensar que iba a decirme otra cosa. Lanie me aconsejó que me preparara porque más temprano que tarde ese momento llegaría. Cuando pienso en esa posibilidad se me estremece el corazón, hasta he llegado a imaginar cómo sería nuestra vida de casados. ¡Casados!, Rick y yo casados. Volví a la comisaría y terminé, junto a Esposito y Ryan, todo el papeleo pendiente. Las horas trascurrieron sin mayores sobresaltos y pronto llegó la hora de irme a casa. Sonreí durante todo el trayecto hasta mi apartamento pensando en él. Ahora estoy frente a la puerta de mi casa, metiendo la llave en la cerradura. Abro la puerta y lo que veo al otro lado me paraliza.


Espero les haya gustado. Y como siempre, gracias por leer =)

Les dejo la continuación de la historia. Espero no defraudarlos.

Abro la puerta y lo que veo al otro lado me paraliza.

CAPÍTULO 3

Las luces están apagadas. El único rastro de luz existente son dos líneas de velas blancas colocadas estratégicamente en el piso formando una especie de camino que se extiende desde la entrada del apartamento hasta la puerta de mi habitación. De fondo se oye una música suave que brinda mayor intimidad al ambiente. Esto tiene que ser obra de él. Entro y entrecierro los ojos para adaptarme a la falta de claridad, empiezo a avanzar lentamente y al pasar por la sala diviso una hoja de papel sobre la mesa auxiliar, la tomo y leo su contenido, “Sólo sigue la luz”. Definitivamente es él, reconozco inmediatamente su letra. Miro hacia los lados tratando de encontrarlo, pero nada, no hay rastros de él. No puedo evitar soltar una carcajada nerviosa, no paro de pensar qué será lo que está tramando mi escritor. Hago caso al mensaje de la nota y me dirijo hacia mi habitación.

Creo haber oído ruidos, eso significa que ya llegó. Espero que no se deje ganar por la curiosidad y me permita continuar con el plan. Ojalá que le guste mi sorpresa y no sienta que estoy invadiendo su privacidad. Debo apresurarme y actuar rápidamente antes de que salga de la habitación. Camino y reacomodo las velas del piso y coloco una nueva nota en el piso, justo en la entrada de su cuarto. Reviso que todo lo demás esté preparado y salgo lo más rápido que puedo.

Mientras me ducho no puedo dejar de pensar en él, es tan dulce. También pienso en el hermoso vestido que encontré tendido sobre la cama, además de dulce es detallista. Salgo del baño y me acerco a la cama para seguir admirando la bella prenda de vestir que descansa sobre ella, es impecablemente blanco, corto, sencillo y sobrio. Me apresuro a vestirme y arreglarme para no hacerlo esperar más de la cuenta, aunque sospecho que estoy más ansiosa que él. Me visto y para completar el atuendo me coloco unos accesorios y unas sandalias, por supuesto, de tacón altísimo. Decido dejarme el cabello suelto. Coloco unas gotas de perfume en mi cuello y me miro en el espejo, estoy lista.

La espero, miro el reloj, estoy impaciente. Quiero verla, ojalá le haya gustado el vestido. Hace sólo unos minutos que la sentí llegar pero creo que ha pasado una eternidad. Todo tiene que salir bien. Me acerco a la mesa y reviso que todo esté en su lugar. La comida sigue caliente, la bebida, las velas y las flores están en su lugar. Bien, parece que todo está en orden. Acomodo el cuello de mi camisa, vuelvo a mirar el reloj. “Cálmate, tienes que tranquilizarte” digo en voz alta. Dios, voy de mal en peor, ahora hasta hablo solo. ¿Qué estás haciendo conmigo, detective? Sacudo la cabeza y continúo mi espera.

Salgo de la habitación esperando encontrarlo, pero no es así, no está allí. Noto que ahora el camino de velas parte desde la puerta de la habitación hasta la puerta que da hacia la terraza, incluyendo las escaleras. Observo otro papel en el suelo e intuyo que es otra nota, lo recojo y lo leo, “Recuerda, sólo sigue la luz”. Sonrío y empiezo a andar, subo lentamente los escalones hasta llegar a la cima, abro la puerta, y entonces… tampoco está allí. El escenario se repite, otro camino de velas que se dirige hasta una mesa ubicada en el centro de la terraza rodeada por dos sillas. Sobre la mesa se encuentran dos platos con sus respectivas tapas que impiden ver su contenido y, en el medio, dos velas encendidas y una rosa blanca, similar a la que me regaló esta mañana, en un pequeño florero. Me acerco con pasos cortos y cuando estoy por llegar a la mesa se encienden cientos de lucecitas de colores alrededor, similares a las que se usan durante la Navidad, y sus reflejos aportan un toque de magia al lugar. Entonces siento su respiración en mi cuello y sus brazos rodeándome la cintura, no puedo evitar suspirar y cerrar los ojos ante el contacto.

Rick: -“Bienvenida” – Susurra él y siente cómo ella se tensa.
Kate: -“Hola” – Pronuncia ella de manera casi imperceptible. Se gira dentro de su abrazo quedando frente a él.
Rick: -“Espero que te haya gustado la sorpresa”.
Kate: -“Mucho, todo es tan hermoso” – Responde ella y recorre el lugar con su mirada – “¿Cómo se te ha ocurrido todo esto?” – Le interroga Kate.
Rick: -“Gracias a ti, tú me inspiras. Recuerda que eres mi musa” – Confiesa él, mirándola a los ojos. Ella se sonroja y le besa la mejilla.

Me besa la mejilla y cuando separa sus labios de mi rostro la miro fijamente y noto que se ha sonrojado ante mis palabras. ¡Qué bella es! No puedo dejar de mirarla y tampoco puedo evitar sonreír. El efecto de los destellos de las luces de colores sobre su vestido blanco la hace ver más hermosa. Quiero besarla, quiero decirle una vez más que la amo, que la necesito conmigo, que la necesito mía.

Nos miramos fijamente, está condenadamente atractivo, más atractivo que nunca. Definitivamente esa camisa blanca le queda fenomenal. Me sonríe y siento que me derrito. Él no sabe lo que provoca en mí y yo soy tan cobarde que no me he atrevido a decírselo. Rompe el abrazo y me ofrece la mano invitándome a sentarme. Como el caballero que es, rueda la silla para que me siente. Luego, rodea la mesa y se sienta frente a mí.

Rick: -“Estás más hermosa que de costumbre, si es que eso es posible” – Dice en voz baja.
Kate: -“Gracias. Y gracias también por el vestido” – Responde ella.
Rick: -“Espero que te haya gustado. En cuanto lo vi supe que tenía que ser para ti.
Kate: -“Es hermoso”.
Rick: -“No tanto como tú” – Dice él y ella sonríe – “Bueno Kate, te invité a cenar fuera y estamos fuera, ¿cierto?” – Comenta él, mirando a su alrededor.
Kate: -“Cierto”.
Rick: -“Ahora comamos, que se nos enfría la cena” – Y procede a levantar las tapas que cubren los platos. Ella se ríe cuando observa el contenido de los platos, una hamburguesa para cada uno – “De Remy, por supuesto. ¡Ah! Y sin cebollas, ya sabes, para no correr riesgos” – Aclara él.
Kate: -“No podría ser de otra manera” - Responde ella.
Rick: -“¡Uh! Se me olvidaba” – Dice él y se levanta rápidamente de su silla y se dirige hacia un extremo de la terraza y vuelve con par de malteadas.
Kate: -“El acompañante perfecto” – Comenta ella y comienzan a cenar.


Kate: -“Todo estuvo delicioso” – Dice Kate una vez que han terminado de comer.
Rick: -“Está haciendo un poco de frío, ¿te parece si bajamos?” – Consulta Richard.
Kate: -“Creo que es buena idea” – Y bajan al apartamento tomados de la mano.
Rick: - “¿Quieres bailar?” – Le susurra en el oído.
Kate: -“Sí” – Responde Kate y él la lleva hasta el centro del salón y lo convierten en una pista de baile improvisada.

Estoy abrazada a él mientras bailamos. Se siente tan bien estar entre sus brazos. Acerca su rostro al mío y sus labios buscan los míos. Lo ayudo a encontrarlos y me besa. Vuelven las mariposas, sospecho que nunca se han ido, creo que viven dentro de mí, listas para despertar cada vez que él me mira o me toca. Es increíble cómo, después de tanto tiempo, su simple cercanía me sobresalta y me eriza la piel. Separamos lentamente nuestros labios y nuestras frentes siguen unidas. Muevo la cabeza y la coloco justo en su cuello, aspiro su aroma y sencillamente me elevo. Él deposita tiernos besos sobre mi cabello. Y entonces, simplemente lo digo.

Kate: -“Te amo” – Murmura Kate sobre su cuello. Él detiene el baile y se separa ligeramente de ella.
Rick: -“Kate…” – Responde él y toma su rostro entre sus manos – “Yo también te amo, Kate. Te amo tanto” – Y la besa apasionadamente. Después de unos segundos eternos se separan y se miran a los ojos – “Quiero preguntarte algo” – Balbucea él absolutamente nervioso.
Kate: -“Está bien, dime” – Dice ella tan nerviosa como él. Rick la toma de la mano y la lleva hasta el sofá donde ambos se sientan frente a frente.
Rick: -“Desde hace mucho tiempo me di cuenta que eres tú con quien quiero estar, Kate. Quiero dormir abrazado a ti por las noches, verte todas las mañanas junto a mí. Desayunar contigo, respirar contigo, vivir contigo. Te necesito conmigo, mi amor. No puedo vivir sin ti” – Expresó Rick. Ambos tenían los ojos húmedos.
Kate: -“Castle…” – Susurró ella – “Yo sé que soy la persona más complicada del mundo, que te he hecho sufrir y tú no te lo mereces. Siempre has estado conmigo, para mí, y yo he sido muy egoísta contigo. Yo también me he dado cuenta que eres tú, que siempre has sido tú y siempre serás tú. Fijaste residencia en mi corazón y no puedo ni quiero sacarte de allí. Yo te amo, Castle. Perdóname por haber tardado tanto en decírtelo y por no repetírtelo a menudo. Nunca lo dudes, te amo” – Pronunció Kate. Tomó una de las manos de Rick y la colocó sobre su pecho para que sintiera el palpitar acelerado de su corazón – “Esto sólo lo provocas tú” – Le dijo mirándolo a los ojos. Ninguno podía evitar que las lágrimas mojaran sus rostros.
Rick: -“Katherine Beckett, ¿quieres casarte conmigo?” – Soltó Rick de golpe.
Kate: -“Sí” – Respondió ella de forma contundente, sin vacilaciones. Ambos sonrieron.
Rick: -“Te amo… te amo… te amo…” – Decía Richard mientras alternaba besos entre las frases – Richard se separó repentinamente de ella y metió una mano en su bolsillo – “Falta algo” – Dijo mientras sacaba una cajita de su bolsillo y la abría mostrándole el contenido Kate – “¿Me permites?” – Le preguntó mientras tomaba el anillo.
Kate: -“Claro que sí” – Dijo ella mientras extendía su mano y sonreía abiertamente. Rick tomó su mano y deslizó el anillo en el dedo anular – “Está precioso” – Pronunció Kate mirando el anillo.

Estamos abrazados en el sofá, yo estoy recostada sobre su pecho y él me abraza por la cintura. Constantemente riega besos por mi cabello. Observo el anillo y admiro su belleza. Es una hermosa joya de oro blanco. Es un aro liso que contiene seis brillantes a lo largo de la circunferencia. Estos simbolizan los seis años que llevamos juntos, los primeros cuatro como compañeros y los últimos dos como pareja, me ha explicado Rick. No hay dudas, debajo de esa fachada de hombre arrogante e inmaduro está el hombre más tierno que he conocido. Y es mío, no puedo ser más feliz.

No puedo creerlo, por fin lo he logrado. La mujer que amo está aquí, conmigo, entre mis brazos y lo más importante con una promesa de un futuro juntos. Cuando la escuché decir que me ama y que quiere casarse conmigo sentí una emoción indescriptible dentro de mí, una emoción que nunca sentí con ninguna otra mujer. La amo desesperada y profundamente, lo sé ahora más que nunca. Mi corazón no se equivocó cuando la eligió.

Rick: -“¿Eres feliz?” – Le preguntó de repente.
Kate: -“No alcanzas a imaginar cuánto. No me cambiaría por nada ni nadie” – Le respondió ella.
Rick: -“Gracias por amarme” – Le dijo él y la atrajo más hacia él.
Kate: -“Gracias a ti por esperarme” – Susurró ella. De repente sintió un temblor desagradable que la hizo estremecer y que no pasó desapercibido para él.
Rick: -“¿Pasa algo? ¿Estás bien?” – La separó de él y la miró a la cara alarmado.
Kate: -“Sí. No es nada, no te preocupes. Sólo ha sido un pequeño escalofrío” – Explicó ella tratando de sonreír para no preocuparlo más. Cuando la verdad era que tenía una sensación extraña en el cuerpo.
Rick: -“¿Te apetece un té?” – Preguntó él – “Tal vez te haga sentir mejor”.
Kate: -“Sí, es buena idea”.
Rick: -“Ya te lo traigo” – Dijo él levantándose para ir a la cocina.

No sé qué me pasa. No me siento bien, siento una opresión en el pecho y tengo dificultad para respirar. No quiero preocuparlo, hoy no, hoy menos que nunca. Seguramente ya se me pasará, deben ser todas las emociones que he vivido en tan poco tiempo. Ahora que lo pienso, no es la primera vez que me siento así, últimamente me he sentido más cansada de lo normal, sobre todo en el trabajo. Tengo menos resistencia al esfuerzo físico, especialmente cuando he tenido que correr detrás de algún sospechoso. No debe ser nada serio, en cuanto tenga tiempo iré al médico. Por los momentos, voy a cerrar los ojos, sé que así me sent…

Rick: -“Voy a apagar las velas y a prender las luces mientras está tu té” – Dice él desde la cocina. Después de hacerlo, se dirige a la sala con el té de Kate – “Amor, aquí está tu té como te gusta” – Expresa Richard acercándose al sofá. La ve con los ojos cerrados y sonríe, coloca el té en la mesa y se sienta en el borde del sofá – “Hey, dormilona. Aquí tengo tu té” – Le susurra en el oído. La nota pálida – “Tienes que tomártelo, te caerá bien” – Kate no se mueve. Empieza a preocuparse y nota su frente mojada, posa su mano en la frente de ella y la expresión en el rostro de él cambia significativamente. Su frente está fría y empapada en sudor – “¡Kate, Kate, despierta! ¡Kate, ¿qué te pasa?! ¡No me hagas esto! ¡Por favor, mírame! ¡Abre los ojos, mi amor!” – Grita él mientras la sacude enérgicamente.


Como siempre, gracias por leer =)
Espero sus comentarios.