Oportunidades perdidas...
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Oportunidades perdidas...
Mientras escribo mi otro fanfic, decidí subir este que ya tengo hecho, haber que os parece
Una noche de borrachera por parte de Beckett, un quizá tonto Castle, una proposición para jugar a "yo nunca he...", un momento de perder el control, Beckett mostrando su lado frágil, y muchas oportunidades para contarse sus secretos... ¿Darán el paso o el miedo podrá con ellos?
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Gira. Gira. Gira. Gira… Nada.
Gira. Gira. Gira. Gira… Nada.
Castle suspiró, frustrado, y dio un manotazo a la peonza con la que estaba jugando. Se suponía que debería estar escribiendo pero su inspiración se había ido y se había quedado en blanco. Castle se levantó, rodeó su mesa, se volvió a sentar... Nada. Sacudió la cabeza, desesperado. Fue a la cocina a por una cerveza, su mirada paseó por su despacho, estaba hecho un desastre: la basura rebosa pelotitas de papel, hay varias cajas de comida china, una o dos latas de cerveza arrugadas… y huele a humanidad. "Debería irme a los Hamptons: mar, soledad, tranquilidad… Es lo que necesito para escribir." Suspiró de nuevo (algo que últimamente hacía demasiado) y se agachó para empezar a recoger todo ese desorden un poco. Justo cuando iba a ir a coger una bolsa de basura sonó su móvil. "Salvadooo!" pensó, sonriendo:
- Richard Castle, escritor a tiempo parcial. ¿Dígame?
- ¿Señor Castle? – preguntó una voz insegura. Castle oyó ruido de gente hablando por el fondo.
- Hola, Brian. ¿Qué tal todo por el Old Haunt? – preguntó extrañado de que le llamara.
- Muy bien, señor. Pero, están aquí la señorita Beckett y su amiga la forense. La detective esta muy borracha, señor y su amiga esta ocupada con un… un "conocido".
Castle daba vueltas por el despacho, pensando por un momento si eso sería una broma:
- ¿La detective Beckett? ¿Estas seguro, Brian?
- Si, señor. Esa detective a la que acompaña a todos lados, esa que esta tan buen…
- Brian – le cortó Castle, enfadado.
- Lo siento, señor. La detective Beckett, Katherine Houghton Beckett – "¿¡Katherine QUE Beckett?!" pensó Castle – según su tarjeta, esta aquí y…. no en muy buenas condiciones, y como he visto que su amiga se iba a ir pensé que… no sabía a quien llamar.
- No pasa nada. Has hecho bien llamándome. Ahora voy a buscarla, intenta que beba agua.
- Esta bien, señor.
- Nos vemos en 10 minutos – y Castle colgó.
Cogió su Ferrari con un solo pensamiento en la cabeza: su musa… ¿Borracha? "Esto va a ser divertido…" pensó.
A los 10 minutos estaba saliendo de su Ferrari, aparcado delante del Old Haunt. Entró y vio una chica sentada en la barra con un vestido negro de encaje, con manga larga y un escote en la espalda de vértigo. Apartó la vista a duras penas y comenzó a buscar a la detective. Notó que un chaval con malas pintas se acercaba a la chica del vestido negro y pensó "No, chaval, desiste. Demasiada mujer para ti…" La chica apartó al tipo pero este seguía insistiendo, Castle no encontraba a Beckett por ningún lado y se estaba hartando del chavalín ese. Se acercó a ellos y al mirar a la chica del vestido se le escapó una exclamación de sorpresa:
- ¿¡Beckett?!
Oh, sí, estaba muy borracha pero también estaba IMPRESIONANTE. El chaval miró a Castle de arriba abajo y pasó de él.
- Venga, vamos, vente conmigo. Pasarás la mejor noche de tu vida.
Castle apretó los puños y, conteniéndose, le dijo:
- Oye, te ha dicho que no. Déjala en paz. – y se puso delante de Kate.
El chico se le acercó y estirándose para poder estar a mayor altura con respecto a Castle, que le sacaba una cabeza, le dijo:
- ¿Y quien me lo manda?
- El dueño de este bar, y si quieres volver, te aconsejo que te vayas… A-H-O-R-A – dijo Castle, pronunciando como si estuviese hablando con un niño pequeño.
El chico le volvió a mirar de arriba abajo, se lo pensó un momento y al cabo de un rato levantó las manos y dijo:
- Vale, tío, lo que tú digas… - y dando media vuelta se fue.
Castle miró a Beckett y le dijo:
- Kate, venga, vamos. Te voy a llevar a casa.
Ella asintió y se levantó, pero entre el alcohol y los taconazos que llevaba, perdió el equilibrio y Castle tuvo que sujetarla por la cintura. Beckett echó los brazos al cuello de Castle y se sujetó a él para no caerse. El escritor (a tiempo parcial) le acarició la mejilla y le dijo:
- ¿Se puede saber en que pensabas para beber tanto?
- Solo… solo quería divertirme un poco… Tú siempre lo haces mientras yo me quedo en casa pensando en t… Quería cambiar los papeles por una vez.
Castle apretó los labios, se había dado cuenta del arreglo que Beckett había intentado hacer sobre lo de pensar el él:
- Vamos, Kate, vayamos a tu casa.
Subieron al Ferrari, el viaje transcurrió en silencio. Castle podía sentir la mirada de Beckett en su cara, pero no hizo ni dijo nada. Llegaron al portal de Beckett y Castle le abrió la puerta para que bajara, entonces se dio cuenta de que se había quedado dormida; así que con mucho cuidado, le soltó el cinturón y la cogió en brazos. Beckett le abrazó y apoyó su cabeza en el hombro de Castle, suspirando.
Al llegar al loft de Beckett, Castle abrió la puerta y estaba entrando en la casa cuando sintió los labios de Beckett en su cuello.
- Kate… - murmuró – Kate, estás borracha.
La soltó lentamente, pero Beckett siguió besándole por el cuello.
- Solo un poco – susurró contra los labios del escritor.
Castle no pudo resistirse y la besó; con suavidad, disfrutando. Y cuando las manos de Beckett estaban ocupadas con los botones de su camisa, despertó del hechizo y, sujetando sus manos, la miró a los ojos y dijo:
- Kate, estas fatal. Vete a dormir, ¿vale?
Beckett comprendió que tenía razón y asintió. Castle la llevó a la cama, la ayudó con el vestido, le puso el pijama y la besó en la frente cuando ella ya estaba a punto de dormirse.
- Me voy a mi casa. Si necesitas algo no dudes en llamarme. – le susurró al oído.
Beckett murmuró algo y él salió de la habitación, pero antes de irse fue a su cocina a dejarle unas aspirinas encima de la encimera, las iba a necesitar al día siguiente. Cogió su iPhone y le mandó un whatsapp a Lanie: "Que buena amiga que te vas con un ligue y dejas a Beckett en el bar, sola y borrachísima." A los 5 segundos su pantalla se iluminó: "Sabvía qwue ioríass a ppor ella, eso sío chicco escritttor… Ponle la mano encxima y tye las verras con mi bisturíi" Castle se río, pensando "Hemos cambiado los papeles por una vez Beckett y yo, yo la rechazo como buena persona que soy, ¡y no paro de recibir amenazas!" "Lanie, duérmete que tu también vas buena…" Pin-pin "Estttoy prffecta, ¡es soklo la pantalla tactl!" Esta mujer, siempre tenía respuestas… "Seguro…" Bloqueó la pantalla tras mandar ese último mensaje al oír ruidos en la habitación de Beckett, Castle fue para allí y vio como Beckett salía corriendo de la cama, iba al baño y se ponía vomitar en el váter. Castle fue tras ella, le sujetó el pelo y cuando terminó le refrescó la cara.
- Rick… - dijo Beckett con la voz quebrada – Por favor, quédate conmigo…
- Ssshh, tranquila cariño – "¡Mierda, está borracha no sorda, Castle!" pensó – Kate, no me voy a ningún lado.
- Solo esta noche, por favor – le dijo, mirándole con ojos suplicantes.
- Kate – el chico escritor cogió su cara entre sus manos – Kate, estoy aquí, ¿vale? Toda la noche y lo que haga falta.
- Gracias – dijo con una sonrisa cansada.
- Siempre – susurró Castle.
Abrió los ojos lentamente, y los cerró inmediatamente. Un rayo de sol le daba en toda la cara. Giró la cabeza, huyendo de la luz como si fuera un vampiro y de repente se quedó totalmente quieta, viendo que estaba en el suelo del baño y que su cabeza estaba en el regazo de alguien. Miró para arriba y vio a Castle sentado, con la espalda apoyada en la pared, mirándola con cariño. Otro rayo de sol le daba en toda la cara haciendo que sus ojos brillaran. Le sonrió y se incorporó, demasiado bruscamente. La sensación de mareo llegó a Beckett rápidamente, se le nublaron los ojos y se tambaleó. Sintió unas manos en su cintura y su espalda, sujetándola. La sensación desapareció y sonrió levemente a Castle, que estaba preocupado:
- Deberías ducharte… Voy a prepararte un café – dijo Castle, todavía con el ceño fruncido. Beckett asintió. Necesitaba esa ducha desesperadamente.
Entró en la cocina 15 minutos después, guiada por el olor a café recién hecho, y en un momento en el que Castle se giró para coger el azúcar, ella se quedó mirando un chupetón que tenía él en el cuello; preguntándose si se lo había hecho ella. Castle notó su mirada y dijo:
- Tranquila, intentaste algo anoche, estabas tan borracha que tuve que pararte.
Ella suspiró, aliviada pero apenada a la vez:
- Eres todo un caballero. – dijo medio sonriendo.
Castle le sonrió tristemente, se acercó a Kate y besándola levemente en la frente, contestó:
- Sí… Quizá fui un tonto…
Se giró y se marchó, dejando a Beckett apoyada en la encimera de la cocina, con su olor metido en la nariz y confusa por su comentario.
Una noche de borrachera por parte de Beckett, un quizá tonto Castle, una proposición para jugar a "yo nunca he...", un momento de perder el control, Beckett mostrando su lado frágil, y muchas oportunidades para contarse sus secretos... ¿Darán el paso o el miedo podrá con ellos?
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Quizá fui un tonto...
Gira. Gira. Gira. Gira… Nada.
Gira. Gira. Gira. Gira… Nada.
Castle suspiró, frustrado, y dio un manotazo a la peonza con la que estaba jugando. Se suponía que debería estar escribiendo pero su inspiración se había ido y se había quedado en blanco. Castle se levantó, rodeó su mesa, se volvió a sentar... Nada. Sacudió la cabeza, desesperado. Fue a la cocina a por una cerveza, su mirada paseó por su despacho, estaba hecho un desastre: la basura rebosa pelotitas de papel, hay varias cajas de comida china, una o dos latas de cerveza arrugadas… y huele a humanidad. "Debería irme a los Hamptons: mar, soledad, tranquilidad… Es lo que necesito para escribir." Suspiró de nuevo (algo que últimamente hacía demasiado) y se agachó para empezar a recoger todo ese desorden un poco. Justo cuando iba a ir a coger una bolsa de basura sonó su móvil. "Salvadooo!" pensó, sonriendo:
- Richard Castle, escritor a tiempo parcial. ¿Dígame?
- ¿Señor Castle? – preguntó una voz insegura. Castle oyó ruido de gente hablando por el fondo.
- Hola, Brian. ¿Qué tal todo por el Old Haunt? – preguntó extrañado de que le llamara.
- Muy bien, señor. Pero, están aquí la señorita Beckett y su amiga la forense. La detective esta muy borracha, señor y su amiga esta ocupada con un… un "conocido".
Castle daba vueltas por el despacho, pensando por un momento si eso sería una broma:
- ¿La detective Beckett? ¿Estas seguro, Brian?
- Si, señor. Esa detective a la que acompaña a todos lados, esa que esta tan buen…
- Brian – le cortó Castle, enfadado.
- Lo siento, señor. La detective Beckett, Katherine Houghton Beckett – "¿¡Katherine QUE Beckett?!" pensó Castle – según su tarjeta, esta aquí y…. no en muy buenas condiciones, y como he visto que su amiga se iba a ir pensé que… no sabía a quien llamar.
- No pasa nada. Has hecho bien llamándome. Ahora voy a buscarla, intenta que beba agua.
- Esta bien, señor.
- Nos vemos en 10 minutos – y Castle colgó.
Cogió su Ferrari con un solo pensamiento en la cabeza: su musa… ¿Borracha? "Esto va a ser divertido…" pensó.
A los 10 minutos estaba saliendo de su Ferrari, aparcado delante del Old Haunt. Entró y vio una chica sentada en la barra con un vestido negro de encaje, con manga larga y un escote en la espalda de vértigo. Apartó la vista a duras penas y comenzó a buscar a la detective. Notó que un chaval con malas pintas se acercaba a la chica del vestido negro y pensó "No, chaval, desiste. Demasiada mujer para ti…" La chica apartó al tipo pero este seguía insistiendo, Castle no encontraba a Beckett por ningún lado y se estaba hartando del chavalín ese. Se acercó a ellos y al mirar a la chica del vestido se le escapó una exclamación de sorpresa:
- ¿¡Beckett?!
Oh, sí, estaba muy borracha pero también estaba IMPRESIONANTE. El chaval miró a Castle de arriba abajo y pasó de él.
- Venga, vamos, vente conmigo. Pasarás la mejor noche de tu vida.
Castle apretó los puños y, conteniéndose, le dijo:
- Oye, te ha dicho que no. Déjala en paz. – y se puso delante de Kate.
El chico se le acercó y estirándose para poder estar a mayor altura con respecto a Castle, que le sacaba una cabeza, le dijo:
- ¿Y quien me lo manda?
- El dueño de este bar, y si quieres volver, te aconsejo que te vayas… A-H-O-R-A – dijo Castle, pronunciando como si estuviese hablando con un niño pequeño.
El chico le volvió a mirar de arriba abajo, se lo pensó un momento y al cabo de un rato levantó las manos y dijo:
- Vale, tío, lo que tú digas… - y dando media vuelta se fue.
Castle miró a Beckett y le dijo:
- Kate, venga, vamos. Te voy a llevar a casa.
Ella asintió y se levantó, pero entre el alcohol y los taconazos que llevaba, perdió el equilibrio y Castle tuvo que sujetarla por la cintura. Beckett echó los brazos al cuello de Castle y se sujetó a él para no caerse. El escritor (a tiempo parcial) le acarició la mejilla y le dijo:
- ¿Se puede saber en que pensabas para beber tanto?
- Solo… solo quería divertirme un poco… Tú siempre lo haces mientras yo me quedo en casa pensando en t… Quería cambiar los papeles por una vez.
Castle apretó los labios, se había dado cuenta del arreglo que Beckett había intentado hacer sobre lo de pensar el él:
- Vamos, Kate, vayamos a tu casa.
Subieron al Ferrari, el viaje transcurrió en silencio. Castle podía sentir la mirada de Beckett en su cara, pero no hizo ni dijo nada. Llegaron al portal de Beckett y Castle le abrió la puerta para que bajara, entonces se dio cuenta de que se había quedado dormida; así que con mucho cuidado, le soltó el cinturón y la cogió en brazos. Beckett le abrazó y apoyó su cabeza en el hombro de Castle, suspirando.
Al llegar al loft de Beckett, Castle abrió la puerta y estaba entrando en la casa cuando sintió los labios de Beckett en su cuello.
- Kate… - murmuró – Kate, estás borracha.
La soltó lentamente, pero Beckett siguió besándole por el cuello.
- Solo un poco – susurró contra los labios del escritor.
Castle no pudo resistirse y la besó; con suavidad, disfrutando. Y cuando las manos de Beckett estaban ocupadas con los botones de su camisa, despertó del hechizo y, sujetando sus manos, la miró a los ojos y dijo:
- Kate, estas fatal. Vete a dormir, ¿vale?
Beckett comprendió que tenía razón y asintió. Castle la llevó a la cama, la ayudó con el vestido, le puso el pijama y la besó en la frente cuando ella ya estaba a punto de dormirse.
- Me voy a mi casa. Si necesitas algo no dudes en llamarme. – le susurró al oído.
Beckett murmuró algo y él salió de la habitación, pero antes de irse fue a su cocina a dejarle unas aspirinas encima de la encimera, las iba a necesitar al día siguiente. Cogió su iPhone y le mandó un whatsapp a Lanie: "Que buena amiga que te vas con un ligue y dejas a Beckett en el bar, sola y borrachísima." A los 5 segundos su pantalla se iluminó: "Sabvía qwue ioríass a ppor ella, eso sío chicco escritttor… Ponle la mano encxima y tye las verras con mi bisturíi" Castle se río, pensando "Hemos cambiado los papeles por una vez Beckett y yo, yo la rechazo como buena persona que soy, ¡y no paro de recibir amenazas!" "Lanie, duérmete que tu también vas buena…" Pin-pin "Estttoy prffecta, ¡es soklo la pantalla tactl!" Esta mujer, siempre tenía respuestas… "Seguro…" Bloqueó la pantalla tras mandar ese último mensaje al oír ruidos en la habitación de Beckett, Castle fue para allí y vio como Beckett salía corriendo de la cama, iba al baño y se ponía vomitar en el váter. Castle fue tras ella, le sujetó el pelo y cuando terminó le refrescó la cara.
- Rick… - dijo Beckett con la voz quebrada – Por favor, quédate conmigo…
- Ssshh, tranquila cariño – "¡Mierda, está borracha no sorda, Castle!" pensó – Kate, no me voy a ningún lado.
- Solo esta noche, por favor – le dijo, mirándole con ojos suplicantes.
- Kate – el chico escritor cogió su cara entre sus manos – Kate, estoy aquí, ¿vale? Toda la noche y lo que haga falta.
- Gracias – dijo con una sonrisa cansada.
- Siempre – susurró Castle.
-0o0o0o-
Beckett despertó con la agradable sensación de unas manos acariciando su pelo y su cara, y con la muy desagradable sensación de un resacón enorme y sabor a vómito en la boca.Abrió los ojos lentamente, y los cerró inmediatamente. Un rayo de sol le daba en toda la cara. Giró la cabeza, huyendo de la luz como si fuera un vampiro y de repente se quedó totalmente quieta, viendo que estaba en el suelo del baño y que su cabeza estaba en el regazo de alguien. Miró para arriba y vio a Castle sentado, con la espalda apoyada en la pared, mirándola con cariño. Otro rayo de sol le daba en toda la cara haciendo que sus ojos brillaran. Le sonrió y se incorporó, demasiado bruscamente. La sensación de mareo llegó a Beckett rápidamente, se le nublaron los ojos y se tambaleó. Sintió unas manos en su cintura y su espalda, sujetándola. La sensación desapareció y sonrió levemente a Castle, que estaba preocupado:
- Deberías ducharte… Voy a prepararte un café – dijo Castle, todavía con el ceño fruncido. Beckett asintió. Necesitaba esa ducha desesperadamente.
Entró en la cocina 15 minutos después, guiada por el olor a café recién hecho, y en un momento en el que Castle se giró para coger el azúcar, ella se quedó mirando un chupetón que tenía él en el cuello; preguntándose si se lo había hecho ella. Castle notó su mirada y dijo:
- Tranquila, intentaste algo anoche, estabas tan borracha que tuve que pararte.
Ella suspiró, aliviada pero apenada a la vez:
- Eres todo un caballero. – dijo medio sonriendo.
Castle le sonrió tristemente, se acercó a Kate y besándola levemente en la frente, contestó:
- Sí… Quizá fui un tonto…
Se giró y se marchó, dejando a Beckett apoyada en la encimera de la cocina, con su olor metido en la nariz y confusa por su comentario.
FIN
Última edición por lovecastlebeckett el Dom Mar 17, 2013 3:58 am, editado 2 veces
Re: Oportunidades perdidas...
me encanta continua este fic es muy bueno.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Oportunidades perdidas...
Ha estado muy bien, espero pronto poder leer de nuevo algo tuyo.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
Fantastico Siguelo si tiene continuación o escribe alguno más largo xdd.
Invitado- Invitado
Re: Oportunidades perdidas...
Demasiado caballero, para Kate, no la habría importado que se quedara un poquito más. MUY BUENO TU RELATO, ESPERO QUE LO SIGAS..........PRONTO¡¡¡¡
BESOTESSSSSSSSSSSSS
BESOTESSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Oportunidades perdidas...
si si siii continualooooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Oportunidades perdidas...
Después de tantas peticiones de que continué esta historia que yo ya daba por terminada, prometo que me lo pensaré. Tengo una idea rondando por la cabeza que creo que os gustará... No diré nada más pero, no dejéis de seguir esto
Re: Oportunidades perdidas...
Siii, continualo.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Oportunidades perdidas...
Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Re: Oportunidades perdidas...
lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
jajaja para mi es imposible olvidarme, a parte de que copio todas mis historias en una libreta, el colegio no me deja olvidarme de como se escribeDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Re: Oportunidades perdidas...
lovecastlebeckett escribió:jajaja para mi es imposible olvidarme, a parte de que copio todas mis historias en una libreta, el colegio no me deja olvidarme de como se escribeDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Di mejor, por ahora te es imposible olvidarte, ya veremos que pasa dentro de unos añitos. Para mi no el Colegio sino la Universidad, quedaron ya en el limbo de los recuerdos, jajaja.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
Si, bueno, de momento es imposible uf, por un lado te envidio pero por el otro... bendito sea el colegio o la uni! jajajaDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja para mi es imposible olvidarme, a parte de que copio todas mis historias en una libreta, el colegio no me deja olvidarme de como se escribeDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Di mejor, por ahora te es imposible olvidarte, ya veremos que pasa dentro de unos añitos. Para mi no el Colegio sino la Universidad, quedaron ya en el limbo de los recuerdos, jajaja.
Re: Oportunidades perdidas...
lovecastlebeckett escribió:Si, bueno, de momento es imposible uf, por un lado te envidio pero por el otro... bendito sea el colegio o la uni! jajajaDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja para mi es imposible olvidarme, a parte de que copio todas mis historias en una libreta, el colegio no me deja olvidarme de como se escribeDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Di mejor, por ahora te es imposible olvidarte, ya veremos que pasa dentro de unos añitos. Para mi no el Colegio sino la Universidad, quedaron ya en el limbo de los recuerdos, jajaja.
Ya, jajaja, pero si a ti te ofrecieran volver a tener 1 año pero olvidando todo lo aprendido hasta ahora, lo aceptarías? seguramente que no. Yo desde luego no y soy mucho mayor que tu. Volver a empezar otra vez en esta gincana de obstáculos que es la vida, que horror, quita, quita, jejeje. Si supieras la cantidad de gente que he conocido y que ya no están, empezando por una de mis hermanas. Prefiero quedarme como estoy.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
No, ni de coña. Ahí estoy contigo... La vida esta llena de piedras con las que tropiezas una y otra vez, el mérito esta en levantarse y seguir sonriendo después de cada caída. (Ole, que filosófico me quedó ) Siento oir eso, piensa que esta en un lugar mejorDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:Si, bueno, de momento es imposible uf, por un lado te envidio pero por el otro... bendito sea el colegio o la uni! jajajaDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja para mi es imposible olvidarme, a parte de que copio todas mis historias en una libreta, el colegio no me deja olvidarme de como se escribeDelta5 escribió:lovecastlebeckett escribió:jajaja mas bien las teclasDelta5 escribió:Pues vale que no digas nada, pero Ale, coge la plumilla y ponte al tajo.
Para el caso es lo mismo no? A mi por culpa de PC ya casi se me ha olvidado como se escribe a mano alzada, y vaya apuros que paso a veces.
Di mejor, por ahora te es imposible olvidarte, ya veremos que pasa dentro de unos añitos. Para mi no el Colegio sino la Universidad, quedaron ya en el limbo de los recuerdos, jajaja.
Ya, jajaja, pero si a ti te ofrecieran volver a tener 1 año pero olvidando todo lo aprendido hasta ahora, lo aceptarías? seguramente que no. Yo desde luego no y soy mucho mayor que tu. Volver a empezar otra vez en esta gincana de obstáculos que es la vida, que horror, quita, quita, jejeje. Si supieras la cantidad de gente que he conocido y que ya no están, empezando por una de mis hermanas. Prefiero quedarme como estoy.
Ahora me has hecho pensar y acabo de terminar de ver Target, por lo que me haces un favor jajaja sino, iba a estar comiéndome la cabeza con el capi una y otra vez. Seguiré haciéndolo pero tengo algo con lo que distraerme
Re: Oportunidades perdidas...
Como fuisteis muchos los que pedisteis una continuación he cambiado el título principal del fanfic para que se adapte a abmos capítulos Por petición popular traigo la continuación de esa noche de borrachera de Beckett. Sé que esta Beckett esta más relajada y menos a la defensiva, y sé que es poco real, pero me gustaría que por una vez Marlowe nos enseñara a una Kate despreocupada que deja sus traumas y miedos escondidos en un armario.
Al día siguiente del final de "Quizá fui un tonto", Castle se presenta para ver como esta su detective favorita y despues de un accidente culinario, comen juntos en un italiano y Castle le propone un "yo nunca he" pero sin alcohol que Beckett ya tuvo suficiente en su noche de juerga. ¿Le dirá Beckett que lo recuerda todo?
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Después de haberse pasado el resto del sábado de la cama al sillón y del sillón a la cama, con un dolor de cabeza impresionante, Beckett se levantó el domingo con fuerzas renovadas. Miró su casa, necesitaba una limpieza pero ella tampoco tenía ánimo como para limpiar en esos momentos. Se pasó una mano por el pelo, alborotándolo, y empezó a establecer prioridades… Lo primero, desayunar, estaba hambrienta. Encendió la radio mientras se preparaba el desayuno y bailó al son de "Disturbia", cantando mientras removía los huevos de la sartén.
Más avanzada la mañana, aún seguía con el pijama puesto y el pelo revuelto, pero miró satisfecha su piso: estaba limpio. En su mayor parte… Ahora en la radio sonaba a todo volumen "It's time" y cuando estaba en el mejor momento, bailando con la fregona, llamaron a la puerta. Paró de cantar, extrañada y miró la hora: 2:30 del mediodía. No esperaba visita. Volvieron a llamar y gritó "¡Ya voy!" mientras se peinaba un poco.
- Hola, Castle. ¿Qué pasa? – preguntó, sorprendida y contenta.
- Nada, venía a ver como se encontraba mi detective favorita y a proponerme para cocinero. – contestó mientras entraba.
- Sigues atascado escribiendo, ¿verdad?
- Mucho… Necesito inspiración y pensé que nada me vendría mejor que pasar el día con mi musa – dijo guiñándole el ojo a la detective. Ya se había adueñado de la cocina…
Beckett se encogió de hombros y entonces reparó en la mirada de Castle, fija en su camiseta de pijama, una ancha y rosa. Tan ancha que se le caía y dejaba medio hombro al descubierto. "¿Demasiado provocadora?" – Pensó – "Bah, que mire". Pusieron las costillas en el horno y siguiendo las indicaciones del chef Castle, esperaron en el sillón, con una copa de vino; a que se hicieran.
Estaban tan despistados, hablando de muchas cosas y discutiendo sobre los libros de Castle que se les pasó la hora del horno. De repente, empezó a pitar algo por toda la casa y los aspersores anti-incendios del techo saltaron, empapándoles.
- ¡Las costillas, Castle! – gritó Beckett mientras salía corriendo intentando recordar donde se apagaban los malditos aspersores que había obligado a instalar después de que su otro apartamento estallara. El pitido y el agua cesaron a la vez en cuanto Beckett pulsó el interruptor, y soltó un suspiro al ver el desastre que volvía ser su casa…
- Kate, lo siento mucho… Se me olvidaron las costillas totalmente… Te ayudare con todo este lío. – Beckett le hizo un gesto dándole a entender que no pasaba nada y juntos, con la música puesta otra vez, empezaron a recoger.
Era muy divertido ver a Castle bailando y oír sus desafinos mientras de fondo sonaba "Smile" de Avril Lavigne, pronto Beckett se dejó llevar por la risa y su lado más infantil y acabaron haciendo más el tonto que recogiendo. Castle encontró el libro de poesía que estaba leyendo Beckett en esos momentos, con suerte, no muy mojado. Lo abrió y con voz grave leyó el primer poema que encontró:
- Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
Mientras leía se fue acercando a Beckett, haciendo reverencias y dando vueltas. Kate estaba hipnotizada por la grave voz del escritor, que la rodeaba y transportaba a un lugar mágico:
- …pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Castle dejó de hacer tonterías y empezó a centrarse en el poema, recitándoselo a Beckett. Estaban muy juntos, podían sentir el calor del cuerpo de otro y oír sus respiraciones agitadas. Cada uno sumergido en todos los recuerdos y sentimientos que se estaban adueñando de su cuerpo gracias a la profunda voz de Castle. Era un gran narrador… El escritor se acercó más a ella, y sin mirar al libro, perdido en los ojos de Beckett, dijo los últimos versos, sintiéndose atraído más y más por los labios de la detective:
- Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Estaban a punto de tocarse los labios de ambos, deseándolo, el ambiente cargado de esa tensión sexual tan característica suya… ¡PLIN! El sonido del horno les hizo separarse, sobresaltados. Beckett se sonrojó y se quedó embobada mirando a Castle, el agua había hecho que su camiseta se pegara a su torso, marcándolo. No se paró a pensar que la suya debía de estar enseñando su sujetador, solo podía mirarle. Castle carraspeó y Kate apartó la vista, volviendo a recoger las cosas.
- Venga, detective. Deja eso y cámbiate, nos vamos a comer que las costillas creo que están un poco quemadas – dijo Castle, quitándole la fregona de las manos.
- ¿Un poco? – dijo Beckett con ironía – La próxima vez que alguien se ponga una alarma… - y le dio la espalda para ir a cambiarse. Al salir le tiró a Castle unos vaqueros y una camisa de su padre.
- Póntelos, no iras a salir a la calle así, ¿no? – Vio que el chico escritor la miraba con la pregunta de "¿de quién será esto?" escrita en los ojos. - ¡Venga! No tenemos todo el día.
Castle despertó de su ensoñación y se cambió. Comieron en un restaurante italiano bastante pequeño pero donde estaba todo muy rico.
Al salir Castle entrelazó su brazo con el de la detective y le susurró al oído:
- Apuesto a que nunca has robado en uno de esos – señaló con la cabeza unos grandes almacenes de esos que venden de todo.
- No, siempre he sido muy buena – contestó, sonriendo traviesamente.
- Sí… Un angelito – comentó el escritor con ironía. Beckett le dio un golpe suave en el brazo. – Te reto a hacerlo. Como un "yo nunca he" pero sin el alcohol que tu estas servida por una buena temporada.
Al decir eso Beckett hizo ademán de darle otra vez pero él escapó de ella y caminando de espaldas, la retaba con la mirada a negarse.
- No, Castle, soy policía. No pienso robar.
- Esta bien, no te atreves…
"Kate, no piques… Está jugando contigo" le decía la mente. Pero no soportaba que la retasen, y Castle lo sabía.
- Me las pagarás. – masculló mientras entraba en los grandes almacenes. Entró con los hombros caídos, arrastrando los pies…
- No vayas así, pareces una mendiga – dijo el escritor, acercándose a ella y colocándola en su postura erguida de siempre – Enséñales esos movimientos de bailarina – le susurró mientras la empujó para dentro. Beckett se estremeció pero entró. Castle la esperó fuera, apoyado en una farola, y la vio salir medio corriendo del local, aguantándose la risa. Caminaron un poco y al cabo de un rato, la detective blandió triunfal una tableta de chocolate.
- ¡Venga ya! Te doy la oportunidad de robar… ¿¡Y coges eso?! – dijo Castle, mirando entre cariñoso e indignado como Beckett abría la tableta.
- Me apetecía chocolate – dijo mientras mordía un trozo. – No cojas si no quieres, más para mí.
Se manchó de chocolate la comisura de un labio y Castle, sin pensar, alargó la mano y se lo limpió, chupándose él luego el chocolate de su dedo. Se miraron a los ojos con el deseo claramente reflejado, y Kate volvió a darle un mordisco a su trozo, sin dejar de mirarle. Se humedeció los labios y dijo:
- ¿Vamos a por un café? – Castle solo pudo asentir, con la vista todavía clavada en sus labios.
Entraron en un Starbucks y pidieron unos cafés que tomaron sentados en el borde de una fuente, volviendo a las bromas y las risas pero con la tensión creciendo entre ambos.
A Kate le cayó una gota de agua en la cara y Castle la intentó convencer de ir a un sitio resguardado pero ella no se movió:
- Tengo que preguntarte algo – dijo, todavía sentada en el borde – Más bien, contarte algo…
El escritor se sentó a su lado y esperó, serio. Empezó a llover con fuerza y Beckett abrió y cerró la boca varias veces. Iba a decirlo. Pero…
- ¿Sabes algo que nunca he hecho? – Castle la miró, sabiendo que no era eso lo que quería decir. Al final, se encogió de hombros, rindiéndose. – Bailar bajo la lluvia…
Se pusieron en pie y Castle, haciendo una reverencia, preguntó:
- ¿Me concede este baile, detective? – Beckett, riendo, le cogió la mano y empezaron a bailar y saltar en los charcos, como dos niños pequeños… Castle resbaló en uno y Kate le sujetó, haciendo que por décima vez en ese extraño día sus cuerpos volvieran a quedar muy cerca. Pero esta vez fue Castle el que rompió el momento empezando a tiritar.
Fueron de vuelta al loft de Beckett y una vez allí, entre bromas, se pusieron ropa seca y tomaron otra copa de vino:
- Bueno, detective, ha sido un placer… Nos vemos mañana en la comisaria.
- De ninguna manera, Castle, pretenderás que te deje salir tal y como estás. Acabas de tomar vino – ambos sabían que era una excusa muy mala – y con lo que llueve no te dejaré conducir. No se verá nada. Y ni loco consigues un taxi ahora, además es la 3ra vez que te cambias de ropa en un día.
- ¿Me prestas tu sillón, pues? – el escritor se sentó pero se levantó enseguida – Esta empapado… ¿Pretendes que duerma en la alfombra como un perro? – dijo, poniendo cara de cachorrito abandonado.
Kate se río y le dijo:
- No seas tonto, duerme conmigo pero te recuerdo que guardo la pistola en la mesilla.
Castle sonrió, burlón y preguntó mientras abrían la cama:
- ¿No la tenías debajo de la almohada?
Beckett se metió en la cama, y bostezando, se giró para responderle, volviendo a quedar muy cerca:
- Esa es otra. – se rieron y Castle se le acercó, haciendo que se tensase un poco pero solo le dio un suave beso en la frente y susurró:
- Dulces sueños, detective.
"¿Contigo a mi lado? Siempre" pensó Kate. Pero no dijo nada… Se acercó un poco más a Castle y se quedó dormida.
A la mañana siguiente se quedó mirando su espalda mientras el escritor se metía en el ascensor y le dedicó a Beckett una última sonrisa antes de que las puertas se cerrasen. La detective cerró la puerta de su loft y se apoyó contra ella, suspirando mientras se pasaba las manos por el pelo.
"Yo nunca te he dicho que me acuerdo de todo." Una simple frase que lo cambiaría todo. Y le había faltado el valor… Sacudió la cabeza y se preparó para ir a la comisaria con el peso de esa frase sobre sus hombros.
Al día siguiente del final de "Quizá fui un tonto", Castle se presenta para ver como esta su detective favorita y despues de un accidente culinario, comen juntos en un italiano y Castle le propone un "yo nunca he" pero sin alcohol que Beckett ya tuvo suficiente en su noche de juerga. ¿Le dirá Beckett que lo recuerda todo?
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Yo nunca he...
Después de haberse pasado el resto del sábado de la cama al sillón y del sillón a la cama, con un dolor de cabeza impresionante, Beckett se levantó el domingo con fuerzas renovadas. Miró su casa, necesitaba una limpieza pero ella tampoco tenía ánimo como para limpiar en esos momentos. Se pasó una mano por el pelo, alborotándolo, y empezó a establecer prioridades… Lo primero, desayunar, estaba hambrienta. Encendió la radio mientras se preparaba el desayuno y bailó al son de "Disturbia", cantando mientras removía los huevos de la sartén.
Más avanzada la mañana, aún seguía con el pijama puesto y el pelo revuelto, pero miró satisfecha su piso: estaba limpio. En su mayor parte… Ahora en la radio sonaba a todo volumen "It's time" y cuando estaba en el mejor momento, bailando con la fregona, llamaron a la puerta. Paró de cantar, extrañada y miró la hora: 2:30 del mediodía. No esperaba visita. Volvieron a llamar y gritó "¡Ya voy!" mientras se peinaba un poco.
- Hola, Castle. ¿Qué pasa? – preguntó, sorprendida y contenta.
- Nada, venía a ver como se encontraba mi detective favorita y a proponerme para cocinero. – contestó mientras entraba.
- Sigues atascado escribiendo, ¿verdad?
- Mucho… Necesito inspiración y pensé que nada me vendría mejor que pasar el día con mi musa – dijo guiñándole el ojo a la detective. Ya se había adueñado de la cocina…
Beckett se encogió de hombros y entonces reparó en la mirada de Castle, fija en su camiseta de pijama, una ancha y rosa. Tan ancha que se le caía y dejaba medio hombro al descubierto. "¿Demasiado provocadora?" – Pensó – "Bah, que mire". Pusieron las costillas en el horno y siguiendo las indicaciones del chef Castle, esperaron en el sillón, con una copa de vino; a que se hicieran.
Estaban tan despistados, hablando de muchas cosas y discutiendo sobre los libros de Castle que se les pasó la hora del horno. De repente, empezó a pitar algo por toda la casa y los aspersores anti-incendios del techo saltaron, empapándoles.
- ¡Las costillas, Castle! – gritó Beckett mientras salía corriendo intentando recordar donde se apagaban los malditos aspersores que había obligado a instalar después de que su otro apartamento estallara. El pitido y el agua cesaron a la vez en cuanto Beckett pulsó el interruptor, y soltó un suspiro al ver el desastre que volvía ser su casa…
- Kate, lo siento mucho… Se me olvidaron las costillas totalmente… Te ayudare con todo este lío. – Beckett le hizo un gesto dándole a entender que no pasaba nada y juntos, con la música puesta otra vez, empezaron a recoger.
Era muy divertido ver a Castle bailando y oír sus desafinos mientras de fondo sonaba "Smile" de Avril Lavigne, pronto Beckett se dejó llevar por la risa y su lado más infantil y acabaron haciendo más el tonto que recogiendo. Castle encontró el libro de poesía que estaba leyendo Beckett en esos momentos, con suerte, no muy mojado. Lo abrió y con voz grave leyó el primer poema que encontró:
- Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
Mientras leía se fue acercando a Beckett, haciendo reverencias y dando vueltas. Kate estaba hipnotizada por la grave voz del escritor, que la rodeaba y transportaba a un lugar mágico:
- …pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Castle dejó de hacer tonterías y empezó a centrarse en el poema, recitándoselo a Beckett. Estaban muy juntos, podían sentir el calor del cuerpo de otro y oír sus respiraciones agitadas. Cada uno sumergido en todos los recuerdos y sentimientos que se estaban adueñando de su cuerpo gracias a la profunda voz de Castle. Era un gran narrador… El escritor se acercó más a ella, y sin mirar al libro, perdido en los ojos de Beckett, dijo los últimos versos, sintiéndose atraído más y más por los labios de la detective:
- Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Estaban a punto de tocarse los labios de ambos, deseándolo, el ambiente cargado de esa tensión sexual tan característica suya… ¡PLIN! El sonido del horno les hizo separarse, sobresaltados. Beckett se sonrojó y se quedó embobada mirando a Castle, el agua había hecho que su camiseta se pegara a su torso, marcándolo. No se paró a pensar que la suya debía de estar enseñando su sujetador, solo podía mirarle. Castle carraspeó y Kate apartó la vista, volviendo a recoger las cosas.
- Venga, detective. Deja eso y cámbiate, nos vamos a comer que las costillas creo que están un poco quemadas – dijo Castle, quitándole la fregona de las manos.
- ¿Un poco? – dijo Beckett con ironía – La próxima vez que alguien se ponga una alarma… - y le dio la espalda para ir a cambiarse. Al salir le tiró a Castle unos vaqueros y una camisa de su padre.
- Póntelos, no iras a salir a la calle así, ¿no? – Vio que el chico escritor la miraba con la pregunta de "¿de quién será esto?" escrita en los ojos. - ¡Venga! No tenemos todo el día.
Castle despertó de su ensoñación y se cambió. Comieron en un restaurante italiano bastante pequeño pero donde estaba todo muy rico.
Al salir Castle entrelazó su brazo con el de la detective y le susurró al oído:
- Apuesto a que nunca has robado en uno de esos – señaló con la cabeza unos grandes almacenes de esos que venden de todo.
- No, siempre he sido muy buena – contestó, sonriendo traviesamente.
- Sí… Un angelito – comentó el escritor con ironía. Beckett le dio un golpe suave en el brazo. – Te reto a hacerlo. Como un "yo nunca he" pero sin el alcohol que tu estas servida por una buena temporada.
Al decir eso Beckett hizo ademán de darle otra vez pero él escapó de ella y caminando de espaldas, la retaba con la mirada a negarse.
- No, Castle, soy policía. No pienso robar.
- Esta bien, no te atreves…
"Kate, no piques… Está jugando contigo" le decía la mente. Pero no soportaba que la retasen, y Castle lo sabía.
- Me las pagarás. – masculló mientras entraba en los grandes almacenes. Entró con los hombros caídos, arrastrando los pies…
- No vayas así, pareces una mendiga – dijo el escritor, acercándose a ella y colocándola en su postura erguida de siempre – Enséñales esos movimientos de bailarina – le susurró mientras la empujó para dentro. Beckett se estremeció pero entró. Castle la esperó fuera, apoyado en una farola, y la vio salir medio corriendo del local, aguantándose la risa. Caminaron un poco y al cabo de un rato, la detective blandió triunfal una tableta de chocolate.
- ¡Venga ya! Te doy la oportunidad de robar… ¿¡Y coges eso?! – dijo Castle, mirando entre cariñoso e indignado como Beckett abría la tableta.
- Me apetecía chocolate – dijo mientras mordía un trozo. – No cojas si no quieres, más para mí.
Se manchó de chocolate la comisura de un labio y Castle, sin pensar, alargó la mano y se lo limpió, chupándose él luego el chocolate de su dedo. Se miraron a los ojos con el deseo claramente reflejado, y Kate volvió a darle un mordisco a su trozo, sin dejar de mirarle. Se humedeció los labios y dijo:
- ¿Vamos a por un café? – Castle solo pudo asentir, con la vista todavía clavada en sus labios.
Entraron en un Starbucks y pidieron unos cafés que tomaron sentados en el borde de una fuente, volviendo a las bromas y las risas pero con la tensión creciendo entre ambos.
A Kate le cayó una gota de agua en la cara y Castle la intentó convencer de ir a un sitio resguardado pero ella no se movió:
- Tengo que preguntarte algo – dijo, todavía sentada en el borde – Más bien, contarte algo…
El escritor se sentó a su lado y esperó, serio. Empezó a llover con fuerza y Beckett abrió y cerró la boca varias veces. Iba a decirlo. Pero…
- ¿Sabes algo que nunca he hecho? – Castle la miró, sabiendo que no era eso lo que quería decir. Al final, se encogió de hombros, rindiéndose. – Bailar bajo la lluvia…
Se pusieron en pie y Castle, haciendo una reverencia, preguntó:
- ¿Me concede este baile, detective? – Beckett, riendo, le cogió la mano y empezaron a bailar y saltar en los charcos, como dos niños pequeños… Castle resbaló en uno y Kate le sujetó, haciendo que por décima vez en ese extraño día sus cuerpos volvieran a quedar muy cerca. Pero esta vez fue Castle el que rompió el momento empezando a tiritar.
Fueron de vuelta al loft de Beckett y una vez allí, entre bromas, se pusieron ropa seca y tomaron otra copa de vino:
- Bueno, detective, ha sido un placer… Nos vemos mañana en la comisaria.
- De ninguna manera, Castle, pretenderás que te deje salir tal y como estás. Acabas de tomar vino – ambos sabían que era una excusa muy mala – y con lo que llueve no te dejaré conducir. No se verá nada. Y ni loco consigues un taxi ahora, además es la 3ra vez que te cambias de ropa en un día.
- ¿Me prestas tu sillón, pues? – el escritor se sentó pero se levantó enseguida – Esta empapado… ¿Pretendes que duerma en la alfombra como un perro? – dijo, poniendo cara de cachorrito abandonado.
Kate se río y le dijo:
- No seas tonto, duerme conmigo pero te recuerdo que guardo la pistola en la mesilla.
Castle sonrió, burlón y preguntó mientras abrían la cama:
- ¿No la tenías debajo de la almohada?
Beckett se metió en la cama, y bostezando, se giró para responderle, volviendo a quedar muy cerca:
- Esa es otra. – se rieron y Castle se le acercó, haciendo que se tensase un poco pero solo le dio un suave beso en la frente y susurró:
- Dulces sueños, detective.
"¿Contigo a mi lado? Siempre" pensó Kate. Pero no dijo nada… Se acercó un poco más a Castle y se quedó dormida.
A la mañana siguiente se quedó mirando su espalda mientras el escritor se metía en el ascensor y le dedicó a Beckett una última sonrisa antes de que las puertas se cerrasen. La detective cerró la puerta de su loft y se apoyó contra ella, suspirando mientras se pasaba las manos por el pelo.
"Yo nunca te he dicho que me acuerdo de todo." Una simple frase que lo cambiaría todo. Y le había faltado el valor… Sacudió la cabeza y se preparó para ir a la comisaria con el peso de esa frase sobre sus hombros.
Última edición por lovecastlebeckett el Sáb Feb 23, 2013 1:32 am, editado 1 vez
Re: Oportunidades perdidas...
Precioso, te ha quedado genial, y sin una solo fallo ortográfico como dios manda, jejeje. Bueno, uno solo pero es pequeño, al final , (se escribe Puertas no Puestas) jajaja.
Espero el siguiente a ver que pasa entre ellos!.
Espero el siguiente a ver que pasa entre ellos!.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Oportunidades perdidas...
¡dios seguro que despues Castle se entera o algo!
wuuuaaaaa ¿por que se lo ocultaste Kate? pliissss no hagas sufrir a Castle
en fin me gusta muchooo asi que sube la conti pliisss
estaré esperando el siguiente capi asi que ¡hasta la proximaaa!
wuuuaaaaa ¿por que se lo ocultaste Kate? pliissss no hagas sufrir a Castle
en fin me gusta muchooo asi que sube la conti pliisss
estaré esperando el siguiente capi asi que ¡hasta la proximaaa!
Re: Oportunidades perdidas...
Te ha quedado genial la continuación, espero que la continúes pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Oportunidades perdidas...
Me encanta continualo, que es muy bueno. Plis
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Oportunidades perdidas...
muy buena
la continuación,
siguela
pronto
la continuación,
siguela
pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Oportunidades perdidas...
Está muy bien el comienzo, la continuación tenemos que leerla, ¿ cómo sino vamos a saber si es buena o no ?, no se puede juzgar sin tener todos los datos. SIGUE PRONTO. BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Oportunidades perdidas...
M gusta como lo as continuado, cuando vas a seguir?
N.VLC- Escritor novato
- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 14/01/2013
Página 1 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
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