MI VIDA SIN TI, Epílogo
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007Castle
Cata Castillo
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡ya llevo dos pañuelos usadoooss! soy muy sensible pobre Rick lo esta pasando fatal
y Kate bueno ahora ya tiene al pequeño Rick que tiernos madre e hijo y que deje de pensar ya que Rick la va a olvidar Rick la quiere muchissimoo jje
en fin sigueee prontoo plisss que ya quiero leer la contiii
y Kate bueno ahora ya tiene al pequeño Rick que tiernos madre e hijo y que deje de pensar ya que Rick la va a olvidar Rick la quiere muchissimoo jje
en fin sigueee prontoo plisss que ya quiero leer la contiii
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Kate, Kate déjate de paranoias que no está el pobre Castle para pensar en meter a otra en la cama. Me ha dejado alucinada lo directo que ha sido Jim...si es que cuando su hija se pone cabezota...Ains, pobres, espero que los reencuentres pronto.
Zeny_Mackenzie- Moderador
- Mensajes : 1226
Fecha de inscripción : 07/06/2011
Edad : 41
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
agecastbet escribió:Me encanta el bebé, así buenecito y tranquilo, bien alimentado, lo malo es que el tipo éste encima retrasa más el reencuentro de nuestra pareja.
Ya se me está haciendo largo hasta a mi, es que no te puedes cargar al tipejo de una vez, qué más da que se muera en la cárcel o en la cama de un hospital, con tal de que se muera de una santa vez, y si no voy yo y lo remato......... tio pesado, hasta para morirse, jajajajajajajaja
Por lo demás muy buena la historia, muy triste la recogida de Lanie y Castle del apartamento de Kate, triste también por Alexis y su abuela que al fin y al cabo ha perdido también a su nieto. Incluso Gates está impaciente por volver a ver a su inspectora, aunque tenga que aguantar a Castle.
Lo que no nos cuentas en tu historia es si Gates sabe del bebé, por que ella podría hacer algo para que Castle mejore de su tristeza.
Siguelo pronto que ya tengo mono del bebé y de ver a sus padres juntos, que a este paso Castle se va a encontrar con alguna pájara que se le lleve al huerto, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSS
¡Hola! Ante todo, gracias por comentar y me alegro de que te guste la historia, aunque sea, un poco demasiado lacrimógena. Hasta a mi se me está haciendo pesada la separación, pero es que no veo el momento de juntarlos Ciertamente, siempre es triste cuando se recogen los objetos personales de un ser querido que ha muerto. En cuanto a Bracken, ya sabes lo que dice el refrán "Bicho malo, nunca muere" y este bicho es malo, malo de verdad, claro que si tu te ofreces a matarlo, tendriamos que negociarlo.
En cuanto a tu pregunta, Gates se entera en el segundo capítulo de la historia que Kate está embarazada, cuando Kate recuerda como le avisó Gates de que la amenazaban de muerte y tuvieron que planearlo todo. Lo que no sabe es que Castle se ha enterado, porque Kate le dijo que nadie sabía de su embarazo, y ella no sabe que Castle ha encontrado la ecografía. ¡Huy!, espero haberte aclarado algo y no liarte más. Muchas gracias por leer.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Vaya!! Qué rápido pasa el tiempo y qué largo se me hace esperando al reencuentro... Pobrecicos
Gracias por compartirlo, ¡continua pronto!
Gracias por compartirlo, ¡continua pronto!
girl_4_charmed- Actor en Broadway
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 24/09/2011
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Que ganas de que llegue el día del juicio. Te ha quedado muy bien el capítulo.
Continúa pronto.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Creo que voy a por los pañuelos
Lo bueno es que a medida que pasa el tiempo su reencuentro esta mas cerca... Esperemos que Ricky no crezca mucho...
CONTINUA PRONTO!
Lo bueno es que a medida que pasa el tiempo su reencuentro esta mas cerca... Esperemos que Ricky no crezca mucho...
CONTINUA PRONTO!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me ha encantado fabuloso. Sigue pronto porfavor
yamicastkett- Actor en Broadway
- Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 29/12/2012
Edad : 31
Localización : alicante
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Ha sido delicioso leerte como siempre, aunque he llorado lo mio leyendo la parte de Castle pobrecito lo que está sufriendo, Kate al menos tiene al bebé, bueno cuando decidas reunirlos nos tienes que dar una buena ración de unicornios y arcos iris de colores y todo eso que empalaga a algunos pero a mi me hace más feliz que una perdiz para compensar tanto llanto ¿vale?
macucaro- Ayudante de policia
- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 15/02/2013
Localización : Sevilla
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
cada capítulo se pone más interesante. Sigue así porque estoy deseando leer la continuación
suika- Escritor novato
- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 26/03/2012
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Aunque aun no se hayan reencontrado los dos, a mi cada capítulo me encanta. Castle esta hundido después de haber visto la ecografía de su hijo, el pobre, da pena verlo así. Y Espo que burro puede llegar a ser, menos mal que esta Lanie para pararle los pies.
El pequeño Ricky me encanta, parece tan bueno y me lo imagino con la carita de su padre y se me cae la baba jaja
Espero que no tardes en unirlos, porque con todas las locas que van detrás de Castle, como Beckett tarde mucho en volver se lo encuentra con otra.
Genial cata.
El pequeño Ricky me encanta, parece tan bueno y me lo imagino con la carita de su padre y se me cae la baba jaja
Espero que no tardes en unirlos, porque con todas las locas que van detrás de Castle, como Beckett tarde mucho en volver se lo encuentra con otra.
Genial cata.
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
He leido tu magnifico fic en lo q me ha parecido un segundo...es tan bueno q se me hace ameno leerlo en los primeros capitulos se me ha parado el corazon cuando he leido q kate habia muerto y he soltado alguna q otra lagrimilla
Bueno voy ha parar ya q soy una charlatana...me encanta sigue asi
PD:se me olvidaba hoy cuando ya habia leido el fic he escuchado una cancion q creo q le va muy bien aqui os dejo la direccion por si quereis escucharla se llama llueve por dentro de luis fonsi
http://m.youtube.com/watch?v=dgFgGrljh1I&desktop_uri=%2Fwatch%3Fv%3DdgFgGrljh1I
Bueno voy ha parar ya q soy una charlatana...me encanta sigue asi
PD:se me olvidaba hoy cuando ya habia leido el fic he escuchado una cancion q creo q le va muy bien aqui os dejo la direccion por si quereis escucharla se llama llueve por dentro de luis fonsi
http://m.youtube.com/watch?v=dgFgGrljh1I&desktop_uri=%2Fwatch%3Fv%3DdgFgGrljh1I
celiabeckett41319- Escritor novato
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 20/02/2013
Edad : 26
Localización : toledo
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Cata... nos tienes ahí deseando leer el siguiente... como eres...
En fin... tomate tu tiempo porque te esta quedando genial...
En fin... tomate tu tiempo porque te esta quedando genial...
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me he leido los 7 del tiron....... me encata esperando el proximo con ansias
trinity640- Actor en Broadway
- Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 47
Localización : Andalucia
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
[quote="Cata Castillo"]
Dime cúando y dónde y allí estaré, para darle lo que se merece a ese ............ mamón, mira que le he tomado tirria, jajajajajajajaja
Claro que me lo has aclarado, podía imaginar que era así pero sólo imaginarlo, ahora lo sé de cierto y eso me gusta, por que la historia la cuadro mejor, lo único que espero es que Castle pueda saber o llegar a intuir la posibilidad de que Kate esté bien, junto con su hijo. No sé alguna pistilla que se le escape a Gates o a alguien, con tal de que la espere y no se vaya con alguna pelandusca, jajajajaja
Sigue en cuantisque puedas, que estoy de los nervios, no me gustan las esperas y cuando son tan duras como ésta menos, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet escribió:Me encanta el bebé, así buenecito y tranquilo, bien alimentado, lo malo es que el tipo éste encima retrasa más el reencuentro de nuestra pareja.
¡Hola! Ante todo, gracias por comentar y me alegro de que te guste la historia, aunque sea, un poco demasiado lacrimógena. Hasta a mi se me está haciendo pesada la separación, pero es que no veo el momento de juntarlos Ciertamente, siempre es triste cuando se recogen los objetos personales de un ser querido que ha muerto. En cuanto a Bracken, ya sabes lo que dice el refrán "Bicho malo, nunca muere" y este bicho es malo, malo de verdad, claro que si tu te ofreces a matarlo, tendriamos que negociarlo.
En cuanto a tu pregunta, Gates se entera en el segundo capítulo de la historia que Kate está embarazada, cuando Kate recuerda como le avisó Gates de que la amenazaban de muerte y tuvieron que planearlo todo. Lo que no sabe es que Castle se ha enterado, porque Kate le dijo que nadie sabía de su embarazo, y ella no sabe que Castle ha encontrado la ecografía. ¡Huy!, espero haberte aclarado algo y no liarte más. Muchas gracias por leer.
Dime cúando y dónde y allí estaré, para darle lo que se merece a ese ............ mamón, mira que le he tomado tirria, jajajajajajajaja
Claro que me lo has aclarado, podía imaginar que era así pero sólo imaginarlo, ahora lo sé de cierto y eso me gusta, por que la historia la cuadro mejor, lo único que espero es que Castle pueda saber o llegar a intuir la posibilidad de que Kate esté bien, junto con su hijo. No sé alguna pistilla que se le escape a Gates o a alguien, con tal de que la espere y no se vaya con alguna pelandusca, jajajajaja
Sigue en cuantisque puedas, que estoy de los nervios, no me gustan las esperas y cuando son tan duras como ésta menos, jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
¡Hola! Por fin viernes. De nuevo quiero dar las gracias, a todos los que leéis y comentáis. Os dejo el capítulo de hoy, parece que poco a poco se va acercando el momento más deseado.
Espero que os guste y ¡Feliz fin de semana!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 8:
“Todos los cambios, aun los más ansiados,
llevan consigo cierta melancolía”.
Anatole France
Cinco largos meses tardo William H. Bracken en recuperarse casi del todo y salir del hospital para volver a su celda, en la prisión donde había estado encarcelado desde que lo detuvieron.
En todo ese tiempo, abogados y fiscales habían sido capaces de preparar todo lo referente al juicio, y como el senador se encontraba ya en bastante buena condición física, se puso la fecha, para un mes después de que le dieran el alta.
En la comisaría, Castle y los chicos, recibieron la noticia con alegría. Todos querían ver al senador entre rejas. El trabajo que Gates, le había asignado al escritor, estaba ya terminado. Castle sabía que había sido un esfuerzo en vano, ya que estaba más que seguro que ninguna de esas personas a las que Kate encarceló en el pasado, tenían que ver con su muerte, pero como no quería que el capitán lo echase de la comisaría había seguido con la investigación, hasta que lo terminó todo, dejándolo organizado, archivado y actualizado.
Tanto Castle, como Ryan y Esposito, estaban convencidos, que había sido Bracken, de alguna manera, el culpable de la muerte de Kate, así que intentaban averiguar algo, pero sin llamar mucho la atención, temerosos de que alguien los descubriese y no tuviesen más remedio que dejar de hacerlo.
Castle tenía pendiente algunas giras para presentar sus libros en algunos puntos del país, además de alguna que otra fiesta, a la que Gina y Paula le obligaban a asistir. Cuando se enteró de la fecha del juicio, fue a hablar con ambas mujeres, para avisarles que a partir de ese día no contaran con él para nada. Las dos lo miraron molestas, pensando que compromiso tan importante tendría el escritor, que por supuesto no les había dicho nada, y le dieron el calendario con las fechas de los eventos a los que no podría faltar y que como el pidió no coincidían con el juicio.
A pesar de haber terminado, Castle seguía yendo de vez en cuando a la 12th. Gates no protestaba, se había acostumbrado a verlo por allí. Algunas veces lo mandaba con los chicos a investigar por la calle o a alguna escena del crimen. Tenerlo por allí se había convertido en costumbre y más de una vez, les resultaba de mucha utilidad, pues seguía exponiendo sus teorías que en muchas ocasiones, resultaron ciertas.
De todas maneras, Gates estaba más que ocupada con lo que se le venía encima. Sabía que algún abogado iría a California a preparar a Becket para el juicio, y no quería ni pensar en cómo iban a reaccionar el escritor, y sus dos detectives, cuando se enterasen que Kate Becket estaba viva.
Aunque no mantenía contacto con la detective, si había podido informarse del estado en que se encontraba, y sabía que tanto la detective, como su padre, y su hijo estaban en perfectas condiciones y se alegraba mucho por ello.
Ya era tarde y salió de su despacho. Castle se estaba despidiendo de los chicos, avisándoles que tardaría unos días en volver, pues tenía una gira de presentación, por varias ciudades, pero que para el juicio, estaría de vuelta.
Esposito le decía, que no se retrasase, pues ellos no podrían asistir a causa del trabajo y lo necesitaban allí para que estuviese al tanto de como transcurría el proceso y les contase todo lo que pasara.
Gates, se despidió de Castle, pues se empapó de toda la conversación y mientras se dirigía al ascensor, no podía dejar de pensar, en cómo se sentiría el escritor y que cara se le pondría, el día que llamaran a Katherine Becket como testigo de la acusación.
Castle llegó a su casa, donde lo recibió Martha cariñosamente. Abrazó y besó a su madre y como cada día desde que murió Kate, agradeció tenerla con él. Gracias a ella, se había sentido más consolado y arropado. Al estar Alexis en la universidad, si no hubiese sido por la paciencia y el cariño de su madre, se hubiese vuelto loco.
- ¿Tienes hambre? – le preguntó a su hijo como hacía cada día, Richard no solo había perdido el apetito desde que Kate se fuera, sino unos cuantos kilos.
- Todavía no – respondió – ahora tengo que hacer la maleta, recuerda que mañana salgo para Chicago
- Lo había olvidado, ¿te acompañan Gina y Paula? – le preguntó su madre.
- Paula tenía otro compromiso, pero Gina si viene conmigo – dijo con tono molesto – al parecer no se fía de mí y de mis contestaciones cuando me pregunten como estoy y como me ha afectado la muerte de Kate – dijo serio.
- ¿A ella no le has contado lo de la ecografía que encontraste?, ¿cierto?
- Por supuesto que no, solo lo sabemos nosotros y los chicos, lo único que faltaba es que hiciera publicidad con mi hijo.
- No creo que se atreviera, sería espantoso – dijo Martha con un escalofrío. Ella también llevaba mal lo de la pérdida de Kate y del bebé.
- No te creas, madre, sería capaz de editar una nueva colección de cuentos y usarme para promocionarla, porque serían los cuentos que yo le hubiese contado a mi hijo.
- Hijo, no digas eso, me parece espantoso.
- Espantosa es la afición que le tiene al dinero – dijo yendo hacia su habitación a preparar la maleta.
Había quedado con Gina en el aeropuerto, y allí se vieron a primera hora de la mañana. Esta como hacía siempre, lo saludo sonriente y con un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios, que Richard no fue capaz de rechazar.
A Gina siempre le había gustado Castle, más que enamoramiento era atracción física. Sabía lo que era acostarse con él y a ella le gustaba, porque era uno de los pocos hombres, con los que había estado que se preocupaba más de satisfacer a su pareja que de su propia satisfacción. Le gustaba acostarse con él, disfrutaba haciéndolo, era del mejor sexo que había tenido nunca.
Ella sabía que él, nunca había estado enamorado de ella, ni siquiera de Meredith, que era la madre de su hija, pero sabía que si lo había hecho de aquella detective y supo que se enamoró de ella, casi desde el mismo momento de conocerla y eso le dio coraje, y no es porque ella lo estuviese de él, más que nada estaba encaprichada.
Cuando supo que vivían juntos y veía que de un momento a otro anunciarían su compromiso, le entraron unas tremendas ganas de comprometerlo, dándole exactamente lo mismo saber que estaba en una relación formal con otra mujer y más de una vez y en alguna fiesta se le había insinuado, a ver si lo hacía caer en sus redes y tener un escarceo con él. Al fin y al cabo, él tenía una merecida fama de mujeriego, que su detective debía conocer, que más daba que tuvieran una aventura, ella seguro que más tarde o más temprano lo perdonaría.
Cuando ella murió y Gina vio a que lamentable estado había quedado reducido el escritor, le dio mucha rabia, pues sabía que si hubiese sido ella la fallecida, a él poco menos que le hubiese dado igual. Así que se había autoimpuesto el objetivo de volver hacer caer a Rick Castle en sus redes. Lo había intentado en alguna que otra fiesta, pero él estaba tan perturbado y triste que ni siquiera fue capaz de identificar los avances que ella le hacía. Fue por eso que pensó en esperar a una mejor ocasión, cuando se le metía una idea entre ceja y ceja, no desistía hasta salirse con la suya, y decidió que en esa gira que empezaría en Chicago, ella volvería al ataque y recuperaría a su ex marido.
Cuando aterrizaron en Chicago, los esperaba una limusina que los llevó al hotel. Ella se había inventado una historia, para excusar que las habitaciones no eran una para cada uno, como él esperaba, sino una suite que compartirían los dos.
A Castle no le hizo mucha gracia tener que compartir la suite con Gina, y se acordó de la que compartió con Kate cuando la acompaño a Los Ángeles, pero aun conociendo a su ex desde hacía tiempo, no fue capaz de ver la malicia de su acto.
Esa misma tarde ya tenían una firma de libros, así que después de dejar las maletas en la habitación, Castle le comentó que comería algo en la cafetería del hotel, y que después de asearse un poco, podían ir hasta la librería donde sería el acto.
Tal como dijo, hizo. La misma limusina, que había sido contratada por la editorial, los esperaba en la puerta y los llevó hasta la librería donde había ya una larga cola de personas esperando.
La tarde pasó lenta y cuando al cabo de más de cuatro horas, acabó de firmar ejemplares de las dos últimas novelas de Nikki Heat, además de la mano dormida, tenía las piernas entumecidas, de haber estado tanto tiempo sentado.
Cuando salió de la librería después de despedirse del dueño, y vio la limusina esperando le dijo a Gina que se volvía al hotel dando un paseo, que necesitaba despejarse un poco y estirar las piernas. Ella en seguida despidió al chofer y le dijo que se iba con él, que le miró los pies y le dijo que era un largo paseo, para sus zapatos de tacón de aguja, a lo que ella le contestó que si se cansaba mucho siempre podía tomar un taxi, pero no quería perderlo de vista.
Anduvieron un buen rato y llegaron a una zona de bares y restaurantes. Gina tiró de él hasta una trattoría diciendo que se moría por un buen plato de pasta. No fue capaz de negarse y pensó que así también él comía algo, Gina pidió una botella de vino, y él pidió agua ante la cara de extrañeza de ella, que ya le había servido una copa empeñada en alegrarlo un poco pues quería poner en marcha su plan de seducción esa misma noche. Intentó que bebiera, pero no lo consiguió. Castle le había prometido a Kate no beber y se mantenía fiel a esa promesa, claro que a su ex no le dijo nada, solo le dijo que le habían mandado unas pastillas para la ansiedad y que no era recomendable mezclarlas con alcohol.
Cenaron tranquilos y Gina, se pasó un poco con el vino. Cuando salieron del restaurante empezó a reír sin motivo y a dar más de un traspiés, por lo que para disgusto de Castle, que le hubiese apetecido seguir paseando, no tuvieron más remedio que tomar un taxi.
Al llegar al hotel, cada uno se metió a su habitación con su propio baño. Gina que no estaba tan borracha, se lavó los dientes, se puso un sugerente camisón semitransparente y un par de gotas de perfume y se dirigió a la habitación de él.
Castle, que también se había lavado los dientes estaba ya con su pijama puesto, cuando sintió una tenue llamada a la puesta y que en seguida esta se abría, sorprendiéndolo.
- ¿Te ocurre algo Gina?, ¿te sientes mal?
- No, no – dijo ella – solo quería disculparme por haberme puesto tan patosa con el vino, menos mal que ya se me ha pasado, me dio el aire y me mejoré.
- ¡Ah!, pues me alegro, ahora si no te importa me gustaría dormir – dijo acercándose e indicándole la puerta.
- Yo sé otra cosa que podríamos hacer mejor que dormir, Ricky – dijo insinuante – como antes, ya sabes lo bien que nos compenetramos, podemos divertirnos un rato.
Castle la miró horrorizado al principio, ella no le hizo caso y se acercó a él, echándole los brazos al cuello y empezando a besarlo. La primera intención de él, fue rechazarla, sentía que estaba traicionando a Kate, no le apetecía, pero entonces recordó que Kate había muerto, que hacía casi un año que ella ya no estaba y que no tendría nada de malo que él estuviese un rato con Gina. No engañaba a nadie, Kate estaba muerta y él tenía que seguir viviendo.
Los labios de Gina seguían insistiendo mientras que sus manos empezaban a desabrocharle la camisa del pijama. Él se dejó a hacer, empezó a responder al beso y en seguida tuvo dentro de su boca la lengua de Gina jugueteando con su propia lengua. No sentía que fuese Gina quien lo besaba, sentía los besos de Kate, sus manos por la espalda y el torso, pero pensó que era normal, era la primera vez desde que ella no estaba.
Gina, por su parte estaba cada vez más entusiasmada, se esperaba un rechazo por parte de él, y le sorprendió que empezara a responderle.
No es que los besos y las manos de Rick se comportasen con la pasión que recordaba de otras veces, pero por algo había que empezar.
Ya le había quitado la camisa del pijama y al desatar el cordón del pantalón este cayó al suelo, dejándolo completamente desnudo, pues no llevaba ropa interior.
- ¡Vamos a la cama Rick, vamos a la cama! – dijo con voz apasionada.
Se tumbó y ella se despojó de su camisón quedando también desnuda y se tumbó sobre él, para seguir besándolo y acariciándolo por todo el cuerpo. Gina estaba cada vez más excitada, pero Castle seguía igual, era como si fuese inmune a las atrevidas caricias que su ex mujer le prodigaba y que él trataba de devolver, cada vez con menos ganas.
- ¿Qué te pasa Rick?, ¿Estás cansado?, ¿es eso?
- No Gina, no es cansancio, es solo que no puedo.
- ¿Estás enfermo?, ¿Serán las pastillas esas que tomas?
- No, no son las pastillas – dijo Rick, pues no había ningunas pastillas.
- ¿Entonces qué demonios te ocurre? – dijo mosqueada porque estaba más que excitada y veía que él no tenía ningún interés en satisfacerla.
- Lo siento Gina – dijo levantándose y poniéndose los pantalones del pijama – pero no puedo hacerlo, aun no estoy preparado, será mejor que te vayas – y le acercó el camisón.
Ella se levantó de la cama indignada y se puso el camisón.
- ¿Qué no estás preparado?, tu musa hace casi un año que se murió, y no va a volver nunca más, ¿piensas guardarle la ausencia eternamente?
- No sé si le guardaré la ausencia eternamente o la semana que viene me da por ahí, me entran las ganas y me voy de putas para desahogarme, pero ahora y en este momento no puedo hacerlo.
- ¿Acaso me estas comparando con una puta? – dijo indignada.
- No, no te comparo con nada, es que no puedo, ¿entiendes?, no puedo – dijo más que molesto.
- ¿Es que ahora eres impotente Ricky? – dijo con maldad.
- Pues a lo mejor si – dijo cansado – me he vuelto impotente y ahora vuelve a tu cuarto y a ver si podemos dormir algo.
Gina se volvió a su habitación echando chispas, era la primera vez que la rechazaban. Al día siguiente Castle le comentó que había conseguido una habitación individual, a partir de ese momento en los demás hoteles que visitaron durante la gira, tuvieron habitaciones separadas.
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.”
Pablo Neruda
Aprovechando que hacía un precioso día, Kate había salido a pasear con Ricky por la playa, llevándolo como era habitual en su manta canguro. El bebé cumpliría en unos días seis meses, y se había convertido en la alegría de la casa y sobre todo de su madre, a la que había devuelto las ganas de vivir y de reír. Era un niño alegre y sociable, a todos sonreía, era feliz empezando a descubrir el mundo que le rodeaba. Le encantaba que su mamá lo pusiese en una alfombra en el suelo, rodeado de sus juguetes favoritos. Le llamaban mucho la atención los sonidos y colores.
Como decía Kate, era igual de charlatán que su padre, pues cuando empezaba a balbucear y a canturrear era difícil mantenerlo callado. Aún seguía amamantándolo, aunque había empezado a darle una alimentación suplementaria.
Kate era feliz con su bebé, al que adoraba. Del mismo modo al abuelo Jim y a Pam se les caía la baba con el crío. Había descubierto el inmenso placer de coger objetos y arrojarlos y tenía a los tres adultos agotados de tanto agacharse.
El niño se parecía extraordinariamente a su padre y Kate daba gracias al cielo por tenerlo con ella, pues tener a su hijo le había hecho mucho más llevadera la separación de Castle y la larga espera hasta el juicio.
Kate le había hecho muchas fotos al niño. Cada momento, cada sonrisa, procuraba guardarla en la cámara que siempre llevaba consigo. Además le había seguido haciendo una foto cada día, que tenía organizadas en carpetas. Los seis meses de vida de Ricky estaban perfectamente documentados, para que su padre lo viese, en un futuro que ella esperaba que no fuese muy lejano.
Volvió hasta la casa, el niño se le había quedado dormido con el balanceo de su paso, y quería acostarlo en su cuna, donde estaría más cómodo. Entró por el porche acristalado que servía de estudio de Pam, y sonrió al ver la cantidad de retratos que esta había hecho de su hijo, ni un príncipe tenía tantos cuadros dedicados a él.
Escuchó voces en el salón y hasta allí se dirigió, para ver quién era. Le sorprendió ver a una pareja de unos treinta y tantos años, allí sentados hablando con su padre y con Pam.
- ¡Hola Meg! – la saludó su compañera – estos son unos abogados que han venido hasta aquí para hablar contigo.
- ¿Abogados? – preguntó ella un poco confusa – ¿ya va a ser el juicio?
- Si hija, en menos de un mes podrás volver – dijo Jim feliz – al menos eso creo.
- Voy a acostar a Ricky, se ha quedado dormido a mitad del paseo – dijo casi sin saludar y dirigiéndose a la habitación del bebé para volver al poco rato con el intercomunicador en la mano, que colocó en el mueble cercano.
- Estos son Alice Forrester y Cary Stewart – dijo Pam señalándolos y presentándole a los dos abogados – ellos se van a encargar de prepararte para que testifiques contra Bracken.
- ¿Ya se recuperó del infarto cerebral que le dio? – preguntó por pura curiosidad más que por interés en su salud.
- Si – dijo Alice, que era una agradable y sonriente mujer afroamericana – después de meses de rehabilitación, ya ha vuelto a su celda en la prisión de máxima seguridad donde está internado en espera del juicio.
A Kate hace ya tiempo que le rondaba por la cabeza, la idea de que quizás no ha estado realmente en peligro, de que su desaparición del mundo y separación de su vida, ha sido algo exagerada. Nunca lo había comentado con Pam, pues sabía que la mujer había hecho lo que le habían mandado y no tenía ninguna queja de ella, al contrario, se había convertido en una de sus mejores amigas, ni tampoco a su padre, por no preocuparlo más. Así que no pudo evitar preguntar:
- ¿Y todo esto por lo que he tenido que pasar ha merecido la pena?, ¿realmente estaba en peligro?
- Sí que lo estaba – dijo serio Cary – el senador Bracken es un hombre poderoso, ahora parece que después del infarto cerebral y algunas secuelas que le han quedado, está un poco más tranquilo, pero desde prisión fue capaz de urdir, no solo su asesinato sino el de otro testigo importante.
- ¿Hay otra persona escondida como yo?
- La hay – dijo Alice sin especificar mucho – en estos momento otros abogados que trabajan como nosotros, para el fiscal general del estado están con esa persona preparándola para el juicio, igual que estamos nosotros aquí.
- ¿Y también ha muerto de repente? – preguntó Kate un poco extrañada.
- Ha muerto en otro accidente – dijo Pam – y en principio nada hace sospechar que estáis los dos vivos. Bracken cree que se ha salido con la suya y a pesar de eso, parece ser que ha seguido manteniendo gente vigilando vuestro entorno, posiblemente para ver si reaparecíais de manera sospechosa.
- ¿Han estado vigilando a Castle? – preguntó enseguida Kate preocupada.
- No sabríamos decirle con exactitud – dijo Alice – pero nos consta que han estado pendiente no solo del señor Castle, sino de sus compañeros policías y su amiga la forense. Lo decimos porque nosotros tampoco los hemos perdido de vista.
- Así que realmente he estado en peligro – dijo Kate sin poder evitar estremecerse.
- Si – dijo Pam – todos entendemos que sacarte de Nueva York simulando tu muerte, fue la decisión más drástica y dolorosa, pero también la más acertada. Ese hombre hubiese terminado saliéndose con la suya, y si no te hubiese llegado a matar en un accidente, este podría haberte provocado un aborto, y con toda probabilidad hubiese atacado a tus puntos débiles, tu pareja, su familia, tu padre, tus amigos. Ahora estas a salvo y ha llegado la hora de terminar con él.
- ¿Qué tengo que hacer? – dijo sentándose junto a los abogados.
Estos empezaron a explicarle los numerosos cargos que había contra Bracken, todo de lo que se le acusaba. Le preguntaron por su investigación personal, sobre el asesinato de su madre.
Jim Becket estaba sentado al lado de su hija. Como abogado no quería perderse un detalle de toda aquella maraña legal, que tan bien entendía.
Kate les fue explicando todo lo que había ido descubriendo poco a poco, desde que a Castle se le ocurrió inmiscuirse en el caso de su madre. Jim estaba asombrado de todo lo que había pasado su hija en los últimos años, todo lo que ella y Castle habían sido capaces de descubrir, las muertes de Dick Coonan, Ranglan y McAllister y como Roy Montgomery también había estado involucrado, aunque al final dio su vida por protegerla.
- Hija, es increíble todo lo que cuentas – dijo Jim – no salgo de mi asombro. Pero ¿Cómo se le ocurrió a Castle meterse a investigar donde no le llamaban?, ¿Es consciente de todo lo que ha armado?
- Ya sabes cómo es papá – dijo ella suspirando e intentando disculparlo – lo hizo por mí, pensó que con su dinero y sus amistades, sobre todo con un forense muy bueno, podría ayudarme a resolverlo de una vez por todas, sin sospechar ni él ni yo, que no había sido un acto de delincuencia aislado sino parte de una gran trama, imagino que si se hubiese imaginado donde se metía, no habría insistido tanto, aunque por otra parte con lo insistente que es, dudo mucho que hubiese abandonado.
- Por mucho que ese hombre te quiera fue un irresponsable al meterse donde no le llamaron – dijo con cierta indignación Jim Becket – estuvieron a punto de matarte por eso en el funeral de Montgomery, no quiero ni recordarlo, me pongo enfermo solo de pensar lo cerca que estuve de perderte.
- Castle no tuvo toda la culpa – lo defendió ella con lealtad – aunque se metió donde no debía, todo esto hubiese pasado igual. Ranglan me llamó un tiempo después, así que aunque él no hubiera intervenido, yo habría seguido investigando por mi cuenta y riesgo desde el momento que Ranglan me dio una pista de por donde seguir, no hay que culpar a nadie, esto pasó y el culpable ya está en la cárcel.
- Y nosotros vamos a encargarnos de que no vuelva a salir jamás – dijo Alice categórica – ahora debemos seguir trabajando en esto.
Y eso es lo que hicieron. Durante varias horas estuvieron ensayando sobre posibles preguntas que los abogados defensores de Bracken podrían hacerle, alguna rebuscada y con bastante mala intención, pero querían tenerlo todo preparado hasta el más mínimo detalle, para que nada la tomase por sorpresa.
Fue Ricky quien interrumpió la larga sesión de trabajo cuando se oyó su balbuceo por el intercomunicador, señal que se había despertado. Kate fue a levantarse para atenderlo, pero Jim se le adelantó.
- Sigue tú con ellos y yo voy a ver como está.
- Habrá que cambiarlo y pronto empezará a protestar porque tendrá hambre.
- No te preocupes – dijo el abuelo – yo lo cambio y lo traigo aquí.
Kate volvió a prestar atención a lo que Cary hablaba en ese momento, aunque hubiese preferido levantarse para ocuparse de su hijo. A los pocos minutos entró este en el salón en brazos de su abuelo, vestido con un alegre mono de color amarillo brillante, con los puños, el cuello y la planta de los pies naranja, que lo hacía parecer un simpático pollito. El crío miró con atención a las dos personas extrañas, aunque lejos de asustarse le dedicó la mejor de sus sonrisas. Alice, que adoraba a los niños, no se pudo resistir al encantador chiquillo y levantándose se dirigió al bebé diciendo con una sonrisa:
- ¿Y quién es este niño tan precioso?
- Ababababa – respondió Ricky que sin cortarse ni un pelo le echó los brazos a la sonriente abogada que no dudó en cogerlo.
- ¡Que gracioso y que simpático! – dijo Alice con una sonrisa tomando al niño de brazos de su abuelo y haciéndole carantoñas.
- Si – dijo Kate sonriente, llamando la atención de su hijo al hablar – no extraña nada y se va con cualquiera, es igual de zalamero que su padre.
Ricky se había vuelto al oír a su madre, que sonreía orgullosa a la demostración de simpatía de su hijo, y le echó los brazos, balbuceando con alegría.
- ¡Ea! – dijo Alice – ya ha visto a su mamá y se ha olvidado de las visitas – y le entregó el niño a Kate, despidiéndose de él, con un beso en la cabecita.
Kate recibió a su hijo dándole un sonoro beso en la mejilla, que hizo reír a carcajadas a Ricky.
- Ya le he cambiado el pañal – intervino Jim – ¿Vamos a seguir trabajando o descansamos para comer? – preguntó al ver la hora que era.
- Si queréis paramos y lo dejamos para después de comer – dijo Cary y mirando a su compañera – deberíamos buscar algún sitio por aquí para almorzar algo…
- Pensaba preparar lasaña al pesto – intervino Jim, que era bastante cocinillas – si os apetece podéis comer aquí con nosotros – los invitó.
- Por mi encantada – dijo Alice – ¿Qué opinas tú, Cary?
- Pues encantado también – dijo sonriente – se está muy bien aquí y podemos seguir un rato más mientras usted hace la comida, si no le importa claro.
- Por supuesto que no – dijo Jim – pongo el agua a hervir y vuelvo con vosotros, no quiero perderme nada de lo que digáis.
Kate se sentó con Ricky en su regazo y le dio una pelota blandita de varios colores y texturas que sonaba al moverla. El niño estuvo un buen rato entretenido con el juguete, mientras su madre atendía a la charla de los dos abogados, hasta que se cansó y lanzó la pelota al suelo, con bastante buen tino, lo que hizo sonreír a todos.
- Tiene madera de pitcher el chaval – dijo Cary sonriendo pues le había pasado la pelota justo por al lado.
- Si – dijo Jim riendo también – eso le viene de parte de su familia materna – dijo con orgullo, pues tanto su hija como él, eran buenos jugadores.
Pam se levantó a coger la pelota y volvió a dársela pero como Ricky ya se había aburrido y había visto que había hecho gracia, volvió a tirarla de nuevo.
Esta vez fue Kate con él en brazos, quien se levantó a coger la pelota y volvió a dársela, reprendiéndolo cariñosamente. Pero el crío estaba ya harto y volvió a tirar la pelota y a protestar, señal de que tenía hambre.
- Bueno, creo que es hora de parar – dijo Alice con una sonrisa y haciéndole monerías al niño.
- Si, así yo mientras hago la comida, que quiero enterarme bien de todo.
Jim se fue a la cocina a preparar el almuerzo de todos, incluido el de Ricky que una vez que estuvo lista su papilla, fue sentado en su trona y se dispuso alegremente a comérselo todo. Era un tragón tremendo y cuando estaba comiendo no había nada ni nadie que pudiese distraerlo.
Más de una vez, su madre o su abuelo le gastaban bromas y cuando le acercaban la cuchara con papilla, no terminaban de acercársela a la boca y se la retiraban. Él abría una boca enorme, pero cuando no le llegaba la comida, se pillaba unos cabreos monumentales y protestaba poniendo los famosos morritos Castle, con lo que a su madre se le caía la baba, nada más verlo.
Cuando termino de comer, ya la comida de los mayores estaba lista, así que lo sentaron al lado de los adultos con varios juguetes, con los que estuvo entretenido mientras estos comían y charlaban amigablemente.
Los dos abogados eran bastante agradables y les estuvieron contando a todos de Nueva York y de otros casos interesantes en los que habían trabajado. También le informaron que Castle se había ofrecido como testigo para declarar, pues de alguna manera había adivinado la autoría de su asesinato, pero que ellos le habían dado largas, pues sabían que ella estaba escondida en algún lugar del país.
A Kate se le saltaron las lágrimas de emoción al saber que de algún modo él seguía pendiente de ella y que había tomado el relevo buscando justicia no solo para su madre sino también para ella.
Después de comer y tomar café, siguieron hablando un buen rato, mientras que Ricky jugaba en la alfombra que había en el salón con sus juguetes, hasta que empezó a cabecear y Kate se lo llevó para acostarlo en su cuna y con el niño ya durmiendo su siesta, reanudaron el trabajo.
La rutina de ese día se repitió durante casi una semana. Al término de esta consideraron que Kate estaba perfectamente preparada para declarar y ellos se despidieron de ella, diciéndole, que fuese preparando su equipaje pues cuando menos se lo esperase la avisarían para volver a Nueva York.
Kate no pudio evitar ponerse nerviosa ante esta noticia. Volver a la ciudad y verlo a él, era lo que más deseaba en ese momento, pero no podía evitar sentir miedo de la nueva situación que se le presentaba por delante, miedo a que Castle la hubiese olvidado, miedo a no ser capaz de volver a su vida de antes, miedo a volver a ser Katherine Becket.
CONTINUARÁ…
Espero que os guste y ¡Feliz fin de semana!
AVISO: Aunque los principales personajes pertenecen a Andrew Marlowe, otros que aparecen y todos los lugares y situaciones que se describen en esta historia, son producto de mi imaginación. Si por alguna casualidad, algo resultara conocido de haberlo leído en otro fic de Castle, es pura coincidencia. Si al narrar algo, cometo algún error sobre algún tema de los tratados, ruego que disculpéis mi ignorancia y mi atrevimiento a escribir sobre ello.
Capítulo 8:
“Todos los cambios, aun los más ansiados,
llevan consigo cierta melancolía”.
Anatole France
Cinco largos meses tardo William H. Bracken en recuperarse casi del todo y salir del hospital para volver a su celda, en la prisión donde había estado encarcelado desde que lo detuvieron.
En todo ese tiempo, abogados y fiscales habían sido capaces de preparar todo lo referente al juicio, y como el senador se encontraba ya en bastante buena condición física, se puso la fecha, para un mes después de que le dieran el alta.
En la comisaría, Castle y los chicos, recibieron la noticia con alegría. Todos querían ver al senador entre rejas. El trabajo que Gates, le había asignado al escritor, estaba ya terminado. Castle sabía que había sido un esfuerzo en vano, ya que estaba más que seguro que ninguna de esas personas a las que Kate encarceló en el pasado, tenían que ver con su muerte, pero como no quería que el capitán lo echase de la comisaría había seguido con la investigación, hasta que lo terminó todo, dejándolo organizado, archivado y actualizado.
Tanto Castle, como Ryan y Esposito, estaban convencidos, que había sido Bracken, de alguna manera, el culpable de la muerte de Kate, así que intentaban averiguar algo, pero sin llamar mucho la atención, temerosos de que alguien los descubriese y no tuviesen más remedio que dejar de hacerlo.
Castle tenía pendiente algunas giras para presentar sus libros en algunos puntos del país, además de alguna que otra fiesta, a la que Gina y Paula le obligaban a asistir. Cuando se enteró de la fecha del juicio, fue a hablar con ambas mujeres, para avisarles que a partir de ese día no contaran con él para nada. Las dos lo miraron molestas, pensando que compromiso tan importante tendría el escritor, que por supuesto no les había dicho nada, y le dieron el calendario con las fechas de los eventos a los que no podría faltar y que como el pidió no coincidían con el juicio.
A pesar de haber terminado, Castle seguía yendo de vez en cuando a la 12th. Gates no protestaba, se había acostumbrado a verlo por allí. Algunas veces lo mandaba con los chicos a investigar por la calle o a alguna escena del crimen. Tenerlo por allí se había convertido en costumbre y más de una vez, les resultaba de mucha utilidad, pues seguía exponiendo sus teorías que en muchas ocasiones, resultaron ciertas.
De todas maneras, Gates estaba más que ocupada con lo que se le venía encima. Sabía que algún abogado iría a California a preparar a Becket para el juicio, y no quería ni pensar en cómo iban a reaccionar el escritor, y sus dos detectives, cuando se enterasen que Kate Becket estaba viva.
Aunque no mantenía contacto con la detective, si había podido informarse del estado en que se encontraba, y sabía que tanto la detective, como su padre, y su hijo estaban en perfectas condiciones y se alegraba mucho por ello.
Ya era tarde y salió de su despacho. Castle se estaba despidiendo de los chicos, avisándoles que tardaría unos días en volver, pues tenía una gira de presentación, por varias ciudades, pero que para el juicio, estaría de vuelta.
Esposito le decía, que no se retrasase, pues ellos no podrían asistir a causa del trabajo y lo necesitaban allí para que estuviese al tanto de como transcurría el proceso y les contase todo lo que pasara.
Gates, se despidió de Castle, pues se empapó de toda la conversación y mientras se dirigía al ascensor, no podía dejar de pensar, en cómo se sentiría el escritor y que cara se le pondría, el día que llamaran a Katherine Becket como testigo de la acusación.
Castle llegó a su casa, donde lo recibió Martha cariñosamente. Abrazó y besó a su madre y como cada día desde que murió Kate, agradeció tenerla con él. Gracias a ella, se había sentido más consolado y arropado. Al estar Alexis en la universidad, si no hubiese sido por la paciencia y el cariño de su madre, se hubiese vuelto loco.
- ¿Tienes hambre? – le preguntó a su hijo como hacía cada día, Richard no solo había perdido el apetito desde que Kate se fuera, sino unos cuantos kilos.
- Todavía no – respondió – ahora tengo que hacer la maleta, recuerda que mañana salgo para Chicago
- Lo había olvidado, ¿te acompañan Gina y Paula? – le preguntó su madre.
- Paula tenía otro compromiso, pero Gina si viene conmigo – dijo con tono molesto – al parecer no se fía de mí y de mis contestaciones cuando me pregunten como estoy y como me ha afectado la muerte de Kate – dijo serio.
- ¿A ella no le has contado lo de la ecografía que encontraste?, ¿cierto?
- Por supuesto que no, solo lo sabemos nosotros y los chicos, lo único que faltaba es que hiciera publicidad con mi hijo.
- No creo que se atreviera, sería espantoso – dijo Martha con un escalofrío. Ella también llevaba mal lo de la pérdida de Kate y del bebé.
- No te creas, madre, sería capaz de editar una nueva colección de cuentos y usarme para promocionarla, porque serían los cuentos que yo le hubiese contado a mi hijo.
- Hijo, no digas eso, me parece espantoso.
- Espantosa es la afición que le tiene al dinero – dijo yendo hacia su habitación a preparar la maleta.
Había quedado con Gina en el aeropuerto, y allí se vieron a primera hora de la mañana. Esta como hacía siempre, lo saludo sonriente y con un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios, que Richard no fue capaz de rechazar.
A Gina siempre le había gustado Castle, más que enamoramiento era atracción física. Sabía lo que era acostarse con él y a ella le gustaba, porque era uno de los pocos hombres, con los que había estado que se preocupaba más de satisfacer a su pareja que de su propia satisfacción. Le gustaba acostarse con él, disfrutaba haciéndolo, era del mejor sexo que había tenido nunca.
Ella sabía que él, nunca había estado enamorado de ella, ni siquiera de Meredith, que era la madre de su hija, pero sabía que si lo había hecho de aquella detective y supo que se enamoró de ella, casi desde el mismo momento de conocerla y eso le dio coraje, y no es porque ella lo estuviese de él, más que nada estaba encaprichada.
Cuando supo que vivían juntos y veía que de un momento a otro anunciarían su compromiso, le entraron unas tremendas ganas de comprometerlo, dándole exactamente lo mismo saber que estaba en una relación formal con otra mujer y más de una vez y en alguna fiesta se le había insinuado, a ver si lo hacía caer en sus redes y tener un escarceo con él. Al fin y al cabo, él tenía una merecida fama de mujeriego, que su detective debía conocer, que más daba que tuvieran una aventura, ella seguro que más tarde o más temprano lo perdonaría.
Cuando ella murió y Gina vio a que lamentable estado había quedado reducido el escritor, le dio mucha rabia, pues sabía que si hubiese sido ella la fallecida, a él poco menos que le hubiese dado igual. Así que se había autoimpuesto el objetivo de volver hacer caer a Rick Castle en sus redes. Lo había intentado en alguna que otra fiesta, pero él estaba tan perturbado y triste que ni siquiera fue capaz de identificar los avances que ella le hacía. Fue por eso que pensó en esperar a una mejor ocasión, cuando se le metía una idea entre ceja y ceja, no desistía hasta salirse con la suya, y decidió que en esa gira que empezaría en Chicago, ella volvería al ataque y recuperaría a su ex marido.
Cuando aterrizaron en Chicago, los esperaba una limusina que los llevó al hotel. Ella se había inventado una historia, para excusar que las habitaciones no eran una para cada uno, como él esperaba, sino una suite que compartirían los dos.
A Castle no le hizo mucha gracia tener que compartir la suite con Gina, y se acordó de la que compartió con Kate cuando la acompaño a Los Ángeles, pero aun conociendo a su ex desde hacía tiempo, no fue capaz de ver la malicia de su acto.
Esa misma tarde ya tenían una firma de libros, así que después de dejar las maletas en la habitación, Castle le comentó que comería algo en la cafetería del hotel, y que después de asearse un poco, podían ir hasta la librería donde sería el acto.
Tal como dijo, hizo. La misma limusina, que había sido contratada por la editorial, los esperaba en la puerta y los llevó hasta la librería donde había ya una larga cola de personas esperando.
La tarde pasó lenta y cuando al cabo de más de cuatro horas, acabó de firmar ejemplares de las dos últimas novelas de Nikki Heat, además de la mano dormida, tenía las piernas entumecidas, de haber estado tanto tiempo sentado.
Cuando salió de la librería después de despedirse del dueño, y vio la limusina esperando le dijo a Gina que se volvía al hotel dando un paseo, que necesitaba despejarse un poco y estirar las piernas. Ella en seguida despidió al chofer y le dijo que se iba con él, que le miró los pies y le dijo que era un largo paseo, para sus zapatos de tacón de aguja, a lo que ella le contestó que si se cansaba mucho siempre podía tomar un taxi, pero no quería perderlo de vista.
Anduvieron un buen rato y llegaron a una zona de bares y restaurantes. Gina tiró de él hasta una trattoría diciendo que se moría por un buen plato de pasta. No fue capaz de negarse y pensó que así también él comía algo, Gina pidió una botella de vino, y él pidió agua ante la cara de extrañeza de ella, que ya le había servido una copa empeñada en alegrarlo un poco pues quería poner en marcha su plan de seducción esa misma noche. Intentó que bebiera, pero no lo consiguió. Castle le había prometido a Kate no beber y se mantenía fiel a esa promesa, claro que a su ex no le dijo nada, solo le dijo que le habían mandado unas pastillas para la ansiedad y que no era recomendable mezclarlas con alcohol.
Cenaron tranquilos y Gina, se pasó un poco con el vino. Cuando salieron del restaurante empezó a reír sin motivo y a dar más de un traspiés, por lo que para disgusto de Castle, que le hubiese apetecido seguir paseando, no tuvieron más remedio que tomar un taxi.
Al llegar al hotel, cada uno se metió a su habitación con su propio baño. Gina que no estaba tan borracha, se lavó los dientes, se puso un sugerente camisón semitransparente y un par de gotas de perfume y se dirigió a la habitación de él.
Castle, que también se había lavado los dientes estaba ya con su pijama puesto, cuando sintió una tenue llamada a la puesta y que en seguida esta se abría, sorprendiéndolo.
- ¿Te ocurre algo Gina?, ¿te sientes mal?
- No, no – dijo ella – solo quería disculparme por haberme puesto tan patosa con el vino, menos mal que ya se me ha pasado, me dio el aire y me mejoré.
- ¡Ah!, pues me alegro, ahora si no te importa me gustaría dormir – dijo acercándose e indicándole la puerta.
- Yo sé otra cosa que podríamos hacer mejor que dormir, Ricky – dijo insinuante – como antes, ya sabes lo bien que nos compenetramos, podemos divertirnos un rato.
Castle la miró horrorizado al principio, ella no le hizo caso y se acercó a él, echándole los brazos al cuello y empezando a besarlo. La primera intención de él, fue rechazarla, sentía que estaba traicionando a Kate, no le apetecía, pero entonces recordó que Kate había muerto, que hacía casi un año que ella ya no estaba y que no tendría nada de malo que él estuviese un rato con Gina. No engañaba a nadie, Kate estaba muerta y él tenía que seguir viviendo.
Los labios de Gina seguían insistiendo mientras que sus manos empezaban a desabrocharle la camisa del pijama. Él se dejó a hacer, empezó a responder al beso y en seguida tuvo dentro de su boca la lengua de Gina jugueteando con su propia lengua. No sentía que fuese Gina quien lo besaba, sentía los besos de Kate, sus manos por la espalda y el torso, pero pensó que era normal, era la primera vez desde que ella no estaba.
Gina, por su parte estaba cada vez más entusiasmada, se esperaba un rechazo por parte de él, y le sorprendió que empezara a responderle.
No es que los besos y las manos de Rick se comportasen con la pasión que recordaba de otras veces, pero por algo había que empezar.
Ya le había quitado la camisa del pijama y al desatar el cordón del pantalón este cayó al suelo, dejándolo completamente desnudo, pues no llevaba ropa interior.
- ¡Vamos a la cama Rick, vamos a la cama! – dijo con voz apasionada.
Se tumbó y ella se despojó de su camisón quedando también desnuda y se tumbó sobre él, para seguir besándolo y acariciándolo por todo el cuerpo. Gina estaba cada vez más excitada, pero Castle seguía igual, era como si fuese inmune a las atrevidas caricias que su ex mujer le prodigaba y que él trataba de devolver, cada vez con menos ganas.
- ¿Qué te pasa Rick?, ¿Estás cansado?, ¿es eso?
- No Gina, no es cansancio, es solo que no puedo.
- ¿Estás enfermo?, ¿Serán las pastillas esas que tomas?
- No, no son las pastillas – dijo Rick, pues no había ningunas pastillas.
- ¿Entonces qué demonios te ocurre? – dijo mosqueada porque estaba más que excitada y veía que él no tenía ningún interés en satisfacerla.
- Lo siento Gina – dijo levantándose y poniéndose los pantalones del pijama – pero no puedo hacerlo, aun no estoy preparado, será mejor que te vayas – y le acercó el camisón.
Ella se levantó de la cama indignada y se puso el camisón.
- ¿Qué no estás preparado?, tu musa hace casi un año que se murió, y no va a volver nunca más, ¿piensas guardarle la ausencia eternamente?
- No sé si le guardaré la ausencia eternamente o la semana que viene me da por ahí, me entran las ganas y me voy de putas para desahogarme, pero ahora y en este momento no puedo hacerlo.
- ¿Acaso me estas comparando con una puta? – dijo indignada.
- No, no te comparo con nada, es que no puedo, ¿entiendes?, no puedo – dijo más que molesto.
- ¿Es que ahora eres impotente Ricky? – dijo con maldad.
- Pues a lo mejor si – dijo cansado – me he vuelto impotente y ahora vuelve a tu cuarto y a ver si podemos dormir algo.
Gina se volvió a su habitación echando chispas, era la primera vez que la rechazaban. Al día siguiente Castle le comentó que había conseguido una habitación individual, a partir de ese momento en los demás hoteles que visitaron durante la gira, tuvieron habitaciones separadas.
* * * * * * * * *
“Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.”
Pablo Neruda
Aprovechando que hacía un precioso día, Kate había salido a pasear con Ricky por la playa, llevándolo como era habitual en su manta canguro. El bebé cumpliría en unos días seis meses, y se había convertido en la alegría de la casa y sobre todo de su madre, a la que había devuelto las ganas de vivir y de reír. Era un niño alegre y sociable, a todos sonreía, era feliz empezando a descubrir el mundo que le rodeaba. Le encantaba que su mamá lo pusiese en una alfombra en el suelo, rodeado de sus juguetes favoritos. Le llamaban mucho la atención los sonidos y colores.
Como decía Kate, era igual de charlatán que su padre, pues cuando empezaba a balbucear y a canturrear era difícil mantenerlo callado. Aún seguía amamantándolo, aunque había empezado a darle una alimentación suplementaria.
Kate era feliz con su bebé, al que adoraba. Del mismo modo al abuelo Jim y a Pam se les caía la baba con el crío. Había descubierto el inmenso placer de coger objetos y arrojarlos y tenía a los tres adultos agotados de tanto agacharse.
El niño se parecía extraordinariamente a su padre y Kate daba gracias al cielo por tenerlo con ella, pues tener a su hijo le había hecho mucho más llevadera la separación de Castle y la larga espera hasta el juicio.
Kate le había hecho muchas fotos al niño. Cada momento, cada sonrisa, procuraba guardarla en la cámara que siempre llevaba consigo. Además le había seguido haciendo una foto cada día, que tenía organizadas en carpetas. Los seis meses de vida de Ricky estaban perfectamente documentados, para que su padre lo viese, en un futuro que ella esperaba que no fuese muy lejano.
Volvió hasta la casa, el niño se le había quedado dormido con el balanceo de su paso, y quería acostarlo en su cuna, donde estaría más cómodo. Entró por el porche acristalado que servía de estudio de Pam, y sonrió al ver la cantidad de retratos que esta había hecho de su hijo, ni un príncipe tenía tantos cuadros dedicados a él.
Escuchó voces en el salón y hasta allí se dirigió, para ver quién era. Le sorprendió ver a una pareja de unos treinta y tantos años, allí sentados hablando con su padre y con Pam.
- ¡Hola Meg! – la saludó su compañera – estos son unos abogados que han venido hasta aquí para hablar contigo.
- ¿Abogados? – preguntó ella un poco confusa – ¿ya va a ser el juicio?
- Si hija, en menos de un mes podrás volver – dijo Jim feliz – al menos eso creo.
- Voy a acostar a Ricky, se ha quedado dormido a mitad del paseo – dijo casi sin saludar y dirigiéndose a la habitación del bebé para volver al poco rato con el intercomunicador en la mano, que colocó en el mueble cercano.
- Estos son Alice Forrester y Cary Stewart – dijo Pam señalándolos y presentándole a los dos abogados – ellos se van a encargar de prepararte para que testifiques contra Bracken.
- ¿Ya se recuperó del infarto cerebral que le dio? – preguntó por pura curiosidad más que por interés en su salud.
- Si – dijo Alice, que era una agradable y sonriente mujer afroamericana – después de meses de rehabilitación, ya ha vuelto a su celda en la prisión de máxima seguridad donde está internado en espera del juicio.
A Kate hace ya tiempo que le rondaba por la cabeza, la idea de que quizás no ha estado realmente en peligro, de que su desaparición del mundo y separación de su vida, ha sido algo exagerada. Nunca lo había comentado con Pam, pues sabía que la mujer había hecho lo que le habían mandado y no tenía ninguna queja de ella, al contrario, se había convertido en una de sus mejores amigas, ni tampoco a su padre, por no preocuparlo más. Así que no pudo evitar preguntar:
- ¿Y todo esto por lo que he tenido que pasar ha merecido la pena?, ¿realmente estaba en peligro?
- Sí que lo estaba – dijo serio Cary – el senador Bracken es un hombre poderoso, ahora parece que después del infarto cerebral y algunas secuelas que le han quedado, está un poco más tranquilo, pero desde prisión fue capaz de urdir, no solo su asesinato sino el de otro testigo importante.
- ¿Hay otra persona escondida como yo?
- La hay – dijo Alice sin especificar mucho – en estos momento otros abogados que trabajan como nosotros, para el fiscal general del estado están con esa persona preparándola para el juicio, igual que estamos nosotros aquí.
- ¿Y también ha muerto de repente? – preguntó Kate un poco extrañada.
- Ha muerto en otro accidente – dijo Pam – y en principio nada hace sospechar que estáis los dos vivos. Bracken cree que se ha salido con la suya y a pesar de eso, parece ser que ha seguido manteniendo gente vigilando vuestro entorno, posiblemente para ver si reaparecíais de manera sospechosa.
- ¿Han estado vigilando a Castle? – preguntó enseguida Kate preocupada.
- No sabríamos decirle con exactitud – dijo Alice – pero nos consta que han estado pendiente no solo del señor Castle, sino de sus compañeros policías y su amiga la forense. Lo decimos porque nosotros tampoco los hemos perdido de vista.
- Así que realmente he estado en peligro – dijo Kate sin poder evitar estremecerse.
- Si – dijo Pam – todos entendemos que sacarte de Nueva York simulando tu muerte, fue la decisión más drástica y dolorosa, pero también la más acertada. Ese hombre hubiese terminado saliéndose con la suya, y si no te hubiese llegado a matar en un accidente, este podría haberte provocado un aborto, y con toda probabilidad hubiese atacado a tus puntos débiles, tu pareja, su familia, tu padre, tus amigos. Ahora estas a salvo y ha llegado la hora de terminar con él.
- ¿Qué tengo que hacer? – dijo sentándose junto a los abogados.
Estos empezaron a explicarle los numerosos cargos que había contra Bracken, todo de lo que se le acusaba. Le preguntaron por su investigación personal, sobre el asesinato de su madre.
Jim Becket estaba sentado al lado de su hija. Como abogado no quería perderse un detalle de toda aquella maraña legal, que tan bien entendía.
Kate les fue explicando todo lo que había ido descubriendo poco a poco, desde que a Castle se le ocurrió inmiscuirse en el caso de su madre. Jim estaba asombrado de todo lo que había pasado su hija en los últimos años, todo lo que ella y Castle habían sido capaces de descubrir, las muertes de Dick Coonan, Ranglan y McAllister y como Roy Montgomery también había estado involucrado, aunque al final dio su vida por protegerla.
- Hija, es increíble todo lo que cuentas – dijo Jim – no salgo de mi asombro. Pero ¿Cómo se le ocurrió a Castle meterse a investigar donde no le llamaban?, ¿Es consciente de todo lo que ha armado?
- Ya sabes cómo es papá – dijo ella suspirando e intentando disculparlo – lo hizo por mí, pensó que con su dinero y sus amistades, sobre todo con un forense muy bueno, podría ayudarme a resolverlo de una vez por todas, sin sospechar ni él ni yo, que no había sido un acto de delincuencia aislado sino parte de una gran trama, imagino que si se hubiese imaginado donde se metía, no habría insistido tanto, aunque por otra parte con lo insistente que es, dudo mucho que hubiese abandonado.
- Por mucho que ese hombre te quiera fue un irresponsable al meterse donde no le llamaron – dijo con cierta indignación Jim Becket – estuvieron a punto de matarte por eso en el funeral de Montgomery, no quiero ni recordarlo, me pongo enfermo solo de pensar lo cerca que estuve de perderte.
- Castle no tuvo toda la culpa – lo defendió ella con lealtad – aunque se metió donde no debía, todo esto hubiese pasado igual. Ranglan me llamó un tiempo después, así que aunque él no hubiera intervenido, yo habría seguido investigando por mi cuenta y riesgo desde el momento que Ranglan me dio una pista de por donde seguir, no hay que culpar a nadie, esto pasó y el culpable ya está en la cárcel.
- Y nosotros vamos a encargarnos de que no vuelva a salir jamás – dijo Alice categórica – ahora debemos seguir trabajando en esto.
Y eso es lo que hicieron. Durante varias horas estuvieron ensayando sobre posibles preguntas que los abogados defensores de Bracken podrían hacerle, alguna rebuscada y con bastante mala intención, pero querían tenerlo todo preparado hasta el más mínimo detalle, para que nada la tomase por sorpresa.
Fue Ricky quien interrumpió la larga sesión de trabajo cuando se oyó su balbuceo por el intercomunicador, señal que se había despertado. Kate fue a levantarse para atenderlo, pero Jim se le adelantó.
- Sigue tú con ellos y yo voy a ver como está.
- Habrá que cambiarlo y pronto empezará a protestar porque tendrá hambre.
- No te preocupes – dijo el abuelo – yo lo cambio y lo traigo aquí.
Kate volvió a prestar atención a lo que Cary hablaba en ese momento, aunque hubiese preferido levantarse para ocuparse de su hijo. A los pocos minutos entró este en el salón en brazos de su abuelo, vestido con un alegre mono de color amarillo brillante, con los puños, el cuello y la planta de los pies naranja, que lo hacía parecer un simpático pollito. El crío miró con atención a las dos personas extrañas, aunque lejos de asustarse le dedicó la mejor de sus sonrisas. Alice, que adoraba a los niños, no se pudo resistir al encantador chiquillo y levantándose se dirigió al bebé diciendo con una sonrisa:
- ¿Y quién es este niño tan precioso?
- Ababababa – respondió Ricky que sin cortarse ni un pelo le echó los brazos a la sonriente abogada que no dudó en cogerlo.
- ¡Que gracioso y que simpático! – dijo Alice con una sonrisa tomando al niño de brazos de su abuelo y haciéndole carantoñas.
- Si – dijo Kate sonriente, llamando la atención de su hijo al hablar – no extraña nada y se va con cualquiera, es igual de zalamero que su padre.
Ricky se había vuelto al oír a su madre, que sonreía orgullosa a la demostración de simpatía de su hijo, y le echó los brazos, balbuceando con alegría.
- ¡Ea! – dijo Alice – ya ha visto a su mamá y se ha olvidado de las visitas – y le entregó el niño a Kate, despidiéndose de él, con un beso en la cabecita.
Kate recibió a su hijo dándole un sonoro beso en la mejilla, que hizo reír a carcajadas a Ricky.
- Ya le he cambiado el pañal – intervino Jim – ¿Vamos a seguir trabajando o descansamos para comer? – preguntó al ver la hora que era.
- Si queréis paramos y lo dejamos para después de comer – dijo Cary y mirando a su compañera – deberíamos buscar algún sitio por aquí para almorzar algo…
- Pensaba preparar lasaña al pesto – intervino Jim, que era bastante cocinillas – si os apetece podéis comer aquí con nosotros – los invitó.
- Por mi encantada – dijo Alice – ¿Qué opinas tú, Cary?
- Pues encantado también – dijo sonriente – se está muy bien aquí y podemos seguir un rato más mientras usted hace la comida, si no le importa claro.
- Por supuesto que no – dijo Jim – pongo el agua a hervir y vuelvo con vosotros, no quiero perderme nada de lo que digáis.
Kate se sentó con Ricky en su regazo y le dio una pelota blandita de varios colores y texturas que sonaba al moverla. El niño estuvo un buen rato entretenido con el juguete, mientras su madre atendía a la charla de los dos abogados, hasta que se cansó y lanzó la pelota al suelo, con bastante buen tino, lo que hizo sonreír a todos.
- Tiene madera de pitcher el chaval – dijo Cary sonriendo pues le había pasado la pelota justo por al lado.
- Si – dijo Jim riendo también – eso le viene de parte de su familia materna – dijo con orgullo, pues tanto su hija como él, eran buenos jugadores.
Pam se levantó a coger la pelota y volvió a dársela pero como Ricky ya se había aburrido y había visto que había hecho gracia, volvió a tirarla de nuevo.
Esta vez fue Kate con él en brazos, quien se levantó a coger la pelota y volvió a dársela, reprendiéndolo cariñosamente. Pero el crío estaba ya harto y volvió a tirar la pelota y a protestar, señal de que tenía hambre.
- Bueno, creo que es hora de parar – dijo Alice con una sonrisa y haciéndole monerías al niño.
- Si, así yo mientras hago la comida, que quiero enterarme bien de todo.
Jim se fue a la cocina a preparar el almuerzo de todos, incluido el de Ricky que una vez que estuvo lista su papilla, fue sentado en su trona y se dispuso alegremente a comérselo todo. Era un tragón tremendo y cuando estaba comiendo no había nada ni nadie que pudiese distraerlo.
Más de una vez, su madre o su abuelo le gastaban bromas y cuando le acercaban la cuchara con papilla, no terminaban de acercársela a la boca y se la retiraban. Él abría una boca enorme, pero cuando no le llegaba la comida, se pillaba unos cabreos monumentales y protestaba poniendo los famosos morritos Castle, con lo que a su madre se le caía la baba, nada más verlo.
Cuando termino de comer, ya la comida de los mayores estaba lista, así que lo sentaron al lado de los adultos con varios juguetes, con los que estuvo entretenido mientras estos comían y charlaban amigablemente.
Los dos abogados eran bastante agradables y les estuvieron contando a todos de Nueva York y de otros casos interesantes en los que habían trabajado. También le informaron que Castle se había ofrecido como testigo para declarar, pues de alguna manera había adivinado la autoría de su asesinato, pero que ellos le habían dado largas, pues sabían que ella estaba escondida en algún lugar del país.
A Kate se le saltaron las lágrimas de emoción al saber que de algún modo él seguía pendiente de ella y que había tomado el relevo buscando justicia no solo para su madre sino también para ella.
Después de comer y tomar café, siguieron hablando un buen rato, mientras que Ricky jugaba en la alfombra que había en el salón con sus juguetes, hasta que empezó a cabecear y Kate se lo llevó para acostarlo en su cuna y con el niño ya durmiendo su siesta, reanudaron el trabajo.
La rutina de ese día se repitió durante casi una semana. Al término de esta consideraron que Kate estaba perfectamente preparada para declarar y ellos se despidieron de ella, diciéndole, que fuese preparando su equipaje pues cuando menos se lo esperase la avisarían para volver a Nueva York.
Kate no pudio evitar ponerse nerviosa ante esta noticia. Volver a la ciudad y verlo a él, era lo que más deseaba en ese momento, pero no podía evitar sentir miedo de la nueva situación que se le presentaba por delante, miedo a que Castle la hubiese olvidado, miedo a no ser capaz de volver a su vida de antes, miedo a volver a ser Katherine Becket.
CONTINUARÁ…
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Me has dejado sin palabras. Un gran capítulo, me ha encantado. Deseando que regresen pronto a NY.
Continúa pronto.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
CONTINUAA!
Odio a Gina, mira que meterle mano..
Odio a Gina, mira que meterle mano..
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
ME ENCANTA! Sigue pronto, pls!
EverKB- Ayudante de policia
- Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 13/01/2013
Edad : 26
Localización : NYC
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Buenisimoo sigue pronto! Por fin vuelven a NY q ganas de ver el esperado reencuentro entre nuestra parejitaaa!
Continua, me encantaaa!!
Continua, me encantaaa!!
L-beckett41319- As del póker
- Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 23/02/2013
Edad : 28
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
uooo fatla poco para que kate regrese a Nueva York!! espero que pronto se reencuentre con Rick ains es una preciosidad el pequeño Rick
agh y esa Gina ¡me cae mal! ¡que no se le acerce a Rick! jeje
en fin esto esta muy interesantee asi que siguee prontoo plisss estaré aquí esperandoo la contii
agh y esa Gina ¡me cae mal! ¡que no se le acerce a Rick! jeje
en fin esto esta muy interesantee asi que siguee prontoo plisss estaré aquí esperandoo la contii
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
No sé como lo haces pero siempre consigues dejarme sin palabras, Cata.
Me he enamorado del pequeño Ricky, que niño más gracioso
Parece que el reencuentro de Beckett y Castle cada día está más cerca.
Lo de Gina no me ha extrañado, no sé porque me imaginaba que sería capaz de algo así. Le ha faltado tiempo para organizarlo todo en el viaje de tal forma que no se separara de Castle en ingún momento.
Espero que la bajada de guardia de Castle no le sirva a Gina para usarlo en su contra cuando Beckett vuelva.
Genial Cata
Me he enamorado del pequeño Ricky, que niño más gracioso
Parece que el reencuentro de Beckett y Castle cada día está más cerca.
Lo de Gina no me ha extrañado, no sé porque me imaginaba que sería capaz de algo así. Le ha faltado tiempo para organizarlo todo en el viaje de tal forma que no se separara de Castle en ingún momento.
Espero que la bajada de guardia de Castle no le sirva a Gina para usarlo en su contra cuando Beckett vuelva.
Genial Cata
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Hola llevo lellendo tu fic desde el principio y nunca me había animado a comentar, pero tengo que decir que al principio no lo leí con de
masiado entusiasmo pero despúes me fue gustando cada dia más. Me gusta mucho como lo estas llevando pero tengo que decir: te queda mucho para juntarlos porque lo estoy pasando mal por le pobre rick lo esta pasando fatal se que ella también pero por lo menos tiene a Riky.
masiado entusiasmo pero despúes me fue gustando cada dia más. Me gusta mucho como lo estas llevando pero tengo que decir: te queda mucho para juntarlos porque lo estoy pasando mal por le pobre rick lo esta pasando fatal se que ella también pero por lo menos tiene a Riky.
trolido- As del póker
- Mensajes : 387
Fecha de inscripción : 04/12/2012
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
Por fin vamos viendo la luz al final del tunel queda menos para el reencuentro,seguro que Rick al principio quedará en estado de schok cuando vea que Kate está viva pero supongo que sera momentaneo sobre todo cuando vea a su pequeño Ricky que tal como lo describes me recuerda a mi hermano el pequeño (todo lo pequeño que se es con 33) cuando era bebe !!! era adorable !!!
Como me he alegrado de que la petarda de Gina no se haya salido con la suya, que bajo hay que caer para aprovecharse de una persona con los ánimos tan por los suelos !!! bien por Rick !!!
Esperando el próximo capitulo ansiosamente
Como me he alegrado de que la petarda de Gina no se haya salido con la suya, que bajo hay que caer para aprovecharse de una persona con los ánimos tan por los suelos !!! bien por Rick !!!
Esperando el próximo capitulo ansiosamente
macucaro- Ayudante de policia
- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 15/02/2013
Localización : Sevilla
Re: MI VIDA SIN TI, Epílogo
me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
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