Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Capítulo 17
Castle se separó de Beckett sentándose rápidamente en la cama. Se llevó las manos a su cara, tapándosela con frustración. Kate al ver su reacción se incorporó también.
-Lo siento, lo siento… no debería de haberlo hecho –se disculpó el escritor mientras se peinaba el cabello hacia atrás con sus manos.
Kate sintió cómo la alegría que había sentido en su interior unos segundos antes, daba paso a la tristeza. Se arrepentía, Rick, se arrepentía.
-Yo… no sé, Kate, no sé por qué lo hice. Me dejé llevar, no debería de haberte besado. Lo siento. Yo…
-Nada, Rick. Olvídalo, Olvidémonos de esto. –Dijo sin mirarlo a la cara para que no viera en sus ojos la desilusión. –Mejor, vamos a dormir.
-Kate…
-Vamos a dormir, Rick. –Repitió. Castle salió de la cama y volvió a su sitio, junto a Sophie.
XXX
A la mañana siguiente, Sophie, fue quien se encargó de despertar a su madre y a Rick. Mientras la niña irradiaba alegría, los dos adultos no eran capaces de mirarse a la cara. Sobre todo, Kate. Cada vez que Rick intentaba hablar de lo ocurrido ella se lo impedía, restándole importancia.
-¿Qué vamos a hacer hoy, Rick? –preguntó Sophie cuando acabaron de desayunar.
-Lo siento, pequeña, pero me tengo que ir. –Confesó Castle.
-Jo
-Pero luego, voy a jugar contigo al parque, ¿te parece? –la niña asintió más contenta.
Kate limpiaba todo lo que habían ensuciado en el desayuno, pensando que el escritor solo huía. Pero, la verdad, es que Castle lo único que quería era llegar a su casa y asegurarse de que su madre estuviese bien.
XXX
Lo prometido es deuda, así que Rick llegó puntual al parque. Aún no habían llegado las Beckett. Una de las madres, con la que había coincido varias veces allí, se acercó a saludarlo. El escritor le devolvió el saludo educadamente.
Varios minutos habían pasado desde ese saludo pero, ahora, se encontraba metido en una conversación que no sabía cómo había llegado a ese punto. Sin duda alguna, esa mujer estaba coqueteándole sin disimulo alguno.
Beckett llegó al parque junto a su hija. Sophie comenzó a buscar a su amigo. Kate se sentó en el banco de siempre. A lo lejos, vio a Rick.
Y lo que vio, la desilusionó aún más. La decepción dejó paso a la tristeza. Castle hablaba muy amistosamente con una mujer, reía abiertamente como nunca había hecho con ella. Solo lo había visto así con su hija. Estaban ligando y sintió rabia por haberse enamorado de él. Por haberse enamorado de alguien que nunca la correspondería y que, esa noche, terminaría con esa mujer entre las sábanas. Él ya se lo había dicho. Solo buscaba sexo.
El escritor se despidió de la mujer cuando Sophie lo encontró. Jugaron los dos durante horas hasta que Castle se fue. Había quedado con su madre para cenar.
La despedida con Kate había sido más tensa y fría que cuando lo hicieron por la mañana. Castle notó que algo había cambiado en ella, empezando por su forma de mirarlo. Su mirada ya no era cercana.
XXX
Sábado 17 de mayo.
Los días que siguieron fueron muy tristes para Rick que veía el tiempo pasar sin conseguir esa ayuda para su madre. Con Kate ya solo se intercambiaban saludos. No habían vuelto a verse en otro sitio que no fuese el parque. Ella había rechazado siempre sus invitaciones excusándose con cualquier cosa.
Había decidido dar una oportunidad a sus sentimientos, como su madre le había aconsejado. Le había dicho que se sentía mal que por ella perdiese la oportunidad de estar con Kate. Y que, ella, estaría mejor si lo veía feliz. No tenía que centrarse en ella. Él también tenía que seguir con su vida a pesar de su enfermedad.
Su madre lo conocía demasiado bien y había logrado sacarle sus verdaderos sentimientos por Beckett. Él al principio había rechazado estar enamorándose de ella pero, al final, había tenido que aceptarlo.
El día antes las había invitado a pasar el fin de semana juntos y, así, tener una oportunidad de hablar con Kate, pero, de nuevo, lo había rechazado. Asegurándole que irían a pasar esos dos días a la cabaña de sus padres. Rick suspiró, tal vez, no tuviese ninguna posibilidad con ella.
XXX
Martha llevaba una hora dando vueltas en la cama sin querer levantarse y enfrentarse a otro nuevo día, un día menos en su cuenta atrás. Se levantó entonces para mirar el reloj, se tropezó con la alfombrilla y se cayó al suelo, causando un gran estrépito.
Castle subió deprisa a la habitación de su madre al escuchar el ruido.
—Madre, ¿qué pasa? —Rick encendió la luz y encontró a su madre tumbada en el suelo, con los ojos brillantes y, terriblemente, pálida. —Ven, vuelve a la cama. —La ayudó a incorporarse.
—Me he tropezado con esta maldita alfombra.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? —El escritor estaba francamente preocupado.
Martha hizo un gesto negativo con la cabeza, pero luego, ya sin poder contenerse, rompió a llorar entre los brazos de su hijo.
—Madre, ¿qué ocurre? ¿Qué te pasa? Todo va a salir bien, confía en mí. ¿Te encuentras mal? Estás tan pálida.
Pero la actriz no pudo responder. Empezó a temblar y enseguida se desplomó en los brazos de Richard.
-¡Madre, madre! -Castle la llamaba a gritos mientras transportaba el cuerpo inconsciente hasta la cama, dándole suaves cachetes en la cara para que se despertara. Sin embargo, viendo que no daba señales de vida, comenzó a preocuparse seriamente.
Rápidamente llamó una ambulancia. Estaba desesperado, la medicación no funcionaba, Su madre seguía sin volver en sí. Cogió de nuevo el móvil para volver a llamar a emergencia y justo en ese momento oyó que se acercaba la sirena de la ambulancia.
Rick corrió a abrir la puerta. En pocos minutos los hombres de urgencias colocaron a Martha en una camilla y se la llevaron acompañada de su hijo.
XXX
Después de toda la noche en el hospital, madre e hijo, regresaron a casa.
—Madre, ¿cómo te encuentras? — preguntó entrando en su casa, estrechándola con fuerza.
—Ahora estoy bien —Martha esbozó una pequeña sonrisa.
—Y muy cansada, tienes que descansar un poco —le dijo. Acompañó a su madre hasta su habitación y la ayudó a acostarse. Se quedó con ella, acariciando suavemente su cabello, hasta que se durmió. Se levantó, le dio un suave beso en la mejilla y salió.
Richard caminó despacio hasta el sofá, dejándose caer. Sin fuerzas. Sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas y éstas comenzaban a salir de ellos sin parar. Llorando desconsoladamente. Apretando uno de los cojines contra su pecho. Desahogándose. Dándose un respiro, mostrando cuan roto estaba por dentro. Y entre lágrimas, recordó las palabras de aquella enfermera, que había estado consolándolo en la sala de espera, le había dicho:
—Los médicos han dicho que está cerca de la fase terminal y que pronto será necesario ingresarla, porque tendrán que monitorizarla para asegurarse de que todas las constantes siguen normales, pero si no se encuentra un corazón cuanto antes… — dijo la chica, que acababa de salir de donde su madre estaba siendo atendida. No pudo terminar la frase, porque ahora ella también estaba sollozando. Era nueva en eso y era la primera vez que daba una noticia de ese tipo.
Richard, tenía la terrible sensación de que no conseguirían salvarla y sabía que su vida dejaría de tener sentido.
XXX
Ya habían pasado ocho días desde la última vez que había hablado con Kate, y Rick empezaba a estar seriamente preocupado. ¿Qué podía haber pasado? ¿El beso? No era propio de ella no llevar a su hija ella misma al parque por tantos días. Dejando a cargo eso a sus abuelos.
Le había dejado mil mensajes en el buzón de voz, pero no le había devuelto ninguna llamada. También le había mandado SMS, pero tampoco los había contestado.
Podía ser que no quisiera volver a dirigirle la palabra ni verlo, al haberse creído que quería propasarse con ella. Ser una más entre todas esas mujeres que pasaban por su cama. Se arrepintió de habérselo contado. No significaba eso para él.
Rick estaba en la cama, todavía el sueño no había podido con él, sin encontrar respuesta a sus preguntas. Se volvió hacia el otro lado y se subió las mantas para intentar dormir. Vio el móvil en su mesilla y lo cogió. La llamaría, quizás, tuviese más suerte esta vez.
XXX
-Creo que tu comportamiento con Rick está siendo exagerado. –Opinó Johanna. Kate rodó los ojos. –Él te ha ayudado en todo y ahora, ¿lo ignoras?
Beckett volvió la cabeza hacia el otro lado. En ese preciso instante sonó el móvil de Kate. Johanna se levantó y lo cogió mirando el nombre que aparecía en la pantalla. Se lo tendió a su hija.
—Kate, es Rick. –Su hija tomó el móvil y lo tiró en el sofá. -¿No vas a contestar? –Ante la negativa de ésta. Decidió atender ella. –Hola, Rick –saludó –No, soy Johanna. Bien, bien, estamos bien –Johanna miraba a Kate, recriminándola por no haber querido atenderlo. –Un momento –le pidió. – Quiere hablar contigo. –Se dirigió a su hija.
Beckett, aún demasiado enfadada con el escritor, gritó:
—¡No quiero hablar con él!¡Dile que me deje en paz!
Johanna caminó hasta la cocina, alejándose de su hija y un poco violenta por la situación dijo que Kate tenía mucho que hacer y que no podía ponerse al teléfono. Pero Castle había oído los gritos de la abogada al otro lado de la línea y se había quedado turbado
-¡Soy un idiota! —se dijo tras colgar el teléfono. —¡No soy más que un idiota! -Se tumbó en la cama con la cabeza entre las manos, pero, pasados los primeros momentos de desconsuelo, la rabia reemplazó a la angustia: en el fondo no había hecho nada tan malo como para merecerse esa reacción por parte de ella. Muchas personas se besaban y eso no tenía que significar nada. Además, él no había ido más allá y se había disculpado. Era ella quien estaba teniendo una reacción desmedida: lo había evitado e ignorado por días y ahora no quería ni hablarle por teléfono. No, eso no era en absoluto justo.
Decidido a borrar a Kate de su mente y de su corazón. Se volvería concentrar en su madre y solo en su madre.
XXX
-¿Por qué has hecho eso? –le reprochó su madre. -¿Sabes que te ha escuchado, no?
-Me da igual. –Dijo Kate sin mirarla a los ojos.
-No, no te da igual y te vas a arrepentir. –Johanna paró al ver como los ojos de su hija se humedecían. -¿Qué pasa, Katie? –Se acercó a ella y tomó una de sus manos entre las de ellas. Dándole apoyo y fuerzas para que se abriera a ella. –Sabes que estoy aquí… -dijo en tono suave.
Beckett miró a su madre y dos lágrimas cayeron por su mejilla. –Pasa que me he enamorado de Rick y que para él no soy nada. No siente nada por mí y si pasase algo no iría más allá de una noche. De ser un número más en su lista. –Cogió aire y lo expulsó lentamente intentando tranquilizarse un poco.- Pasa que después de haberme besado, se arrepintió y el día después lo encuentro ligando con otra delante de mis narices… -su madre le limpió las lágrimas.
-Katie, cariño, a lo mejor si hablas con él…
-No, mamá, no voy a hablar con él. Yo solo lo quiero lejos. Sé que de Sophie no puedo alejarlo, ella lo adora, por eso no voy al parque para que ellos se vean allí, pero yo no puedo tenerlo cerca… No quiero enamorarme más –sollozó. –Tengo que olvidarme de él y si estoy con él todo el tiempo va a ser imposible. –Johanna abrazó a su hija y no dijo nada más.
XXX
Hacía media hora que su hija había salido con sus padres para ir al parque, como llevaba haciéndolo casi dos semanas, cuando escuchó el timbre de la puerta. Se levantó del sofá, dejando el mando de la televisión en la mesita, y fue a abrir. Se quedó sin palabras al ver quién estaba detrás de la puerta. Los nervios le jugaron una mala pasada, no era capaz de pronunciar palabra. –Sophie no está –balbuceó.
-Lo sé. –Contestó en tono serio. –Y tranquila –dijo viendo su estado de nerviosismo –no he venido para preguntar por tu comportamiento ni nada de eso. Te vengo a traer esto –tendió un sobre. Aún seguía en la puerta. –Es la citación para el juicio. Es dentro de dos días. El viernes. Supongo que mañana le llegará a él la carta. Repasa con tu abogada todo lo que hablamos con el juez.
La abogada, con la carta abierta en sus manos, sintió cómo su corazón se aceleraba al escuchar las palabras “Juicio. Dos días”
-Adiós –Se despidió Castle sin esperar a que ella dijese nada.
Cuando Kate reaccionó las puertas del ascensor se cerraron. Cerró la puerta. Apoyó su espalda en ella y se dejó caer. Lloró, en dos días todo se solucionaría con Sophie o su vida dejaría de tener sentido para siempre. Solo en pensar en la posibilidad de perderla, la aterraba.
En ese instante echó más que nunca de menos a Rick que en todos esos días, con él todo sería más fácil. Ella había decidido alejarse y ahora no podía pedirle nada. No podía abrazarse a él hasta lograr tranquilizarse.
Espero haberos sorprendido en algo, al menos...
PD: para el parque de atracciones del capítulo anterior me fije en Isla Mágica, he ido tantas veces allí que me lo sé de memoria. Era mejor que ponerme a buscar uno de allí y mucho más fácil al conocerlo y saber cómo es. Es un parque temático y va sobre piratas y todo eso... Se me olvidó ponerlo el otro día
¡Feliz año nuevo!
Caskett23- As del póker
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Que ingrata kate! Como lo ha alejado de ella cuando más lo necesita. La situación de Martha muy complicada espero saber pronto el desenlace.
Ruth Maria- Policia de homicidios
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Cada vez me da más penita Martha, espero que ese corazón no llegue cuando ya sea tarde
Me parece un poco desmedido el comportamiento que está teniendo Kate con Rick, esa forma de ignorarlo y no querer saber nada de él sin nisiquera hablarlo y más aún sin el saber por qué.
Que pronto ha llegado el día del juicio, esperemos que todo salga bien.
Me parece un poco desmedido el comportamiento que está teniendo Kate con Rick, esa forma de ignorarlo y no querer saber nada de él sin nisiquera hablarlo y más aún sin el saber por qué.
Que pronto ha llegado el día del juicio, esperemos que todo salga bien.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
sigue pronto que tengo el corazón en un puño
trolido- As del póker
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Caskett_Dever- Ayudante de policia
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
bello pero triste... continua pronto y Feliz año nuevo!!!
cururi- As del póker
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
muy muy lindo cap. todo muy bien narrado como siempre, hasta lo veo todo en mi cabeza
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
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Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
moxaCaSkett(sariita) escribió:muy muy lindo cap. todo muy bien narrado como siempre, hasta lo veo todo en mi cabeza
oh, gracias
Feliz año! Graciascururi escribió:bello pero triste... continua pronto y Feliz año nuevo!!!
Todo no podía ir bien...Caskett_Dever escribió:>
intentaré que cómo máximo sea el sábado... jejetrolido escribió:sigue pronto que tengo el corazón en un puño
Gracias! Feliz año!lauracastlebeckett escribió:Me encanta! Continua pronto y FELIZ AÑO:)
Martha no sé, pero supongo que pronto se sabrá, no sé cuántos capis pero no creo que sean muchos.Yaye escribió:Cada vez me da más penita Martha, espero que ese corazón no llegue cuando ya sea tarde
Me parece un poco desmedido el comportamiento que está teniendo Kate con Rick, esa forma de ignorarlo y no querer saber nada de él sin nisiquera hablarlo y más aún sin el saber por qué.
Que pronto ha llegado el día del juicio, esperemos que todo salga bien.
Sí, pero si lo tiene cerca es más difícil, pero sí, es desmedido.
intentaré que sea prontocastle&beckett..cris escribió:Sigueee
Ella lo que quiere es no enamorarse más y olvidarse y si lo tiene cerca pues difícil...Ruth Maria escribió:Que ingrata kate! Como lo ha alejado de ella cuando más lo necesita. La situación de Martha muy complicada espero saber pronto el desenlace.
Caskett23- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
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Localización : Cádiz
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Como lo he pasado cuando he contestado los comentarios en FF lo pongo por aquí también. Me parece que es lo justo...
Es la última escena del siguiente capítulo (lo único que llevo escrito)
- Siguiente capítulo:
- Abrazó a la abogada, por la cintura con fuerza, escondiendo su rostro en su cuello dejando fluir sus lágrimas. Rompiendo a llorar, desahogándose. Kate no quiso decir nada, dejó que llorase en su hombro. Que dejase todo ese dolor salir. Apretó más el agarre y acarició su pelo.////
¿Y sabes por qué no quería? –Kate negó con la cabeza sintiendo como su corazón se encogía. –Porque yo solo tenía ojos para ti. Yo solo quería estar contigo. –Dos lágrimas escaparon de los ojos de la abogada, al escuchar el pasado en aquellas palabras y no el presente. –Quería y quiero -se corrigió mientras retiraba las lágrimas de las mejillas de Beckett. Kate levantó su mirada encontrándose con la del escritor que la miraba sonriendo tímidamente. Castle colocó su mano derecha en la nuca de Beckett y la atrajo hacia él, despacio, parando justamente, cuando sus labios casi se rozaban
Es la última escena del siguiente capítulo (lo único que llevo escrito)
Caskett23- As del póker
- Mensajes : 337
Fecha de inscripción : 30/03/2013
Edad : 30
Localización : Cádiz
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Muy tierna la parte que nos estas adelantando!
Ruth Maria- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Peeeeeeeeeeeeeero que no te había comentado, amos amos y amos. Que te voy a decir si me tienes enamorá de tus historias, bueno me gustó mucho el giro que le diste porque no puede ser taaaan fácil, aunque Kate se piense que no la quiere o le gusta como, tú elijas se ha cerrado en banda a ver como se arregla,cuando ha ido Rick a s casa creía que era para otra cosa pero no, y me has descuadrado jaja peeeeeeeeero ahora he leído el adelanto...Y lo de Martha que pena cuando se ha desmayado me temía lo peor, pero tampoco me puedo alegrar porque le queda nada y no aparece nadie. Sube que me muerdo las uñas contigo más de lo que melas muerdo ya .Gracias y un beso.
dcastle- As del póker
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Fecha de inscripción : 25/10/2012
Edad : 28
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Cuando subes el próximo capítulo??
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
jajaja no, pero ya ves, que en el próximo capi si es esa cosa jajaja Besosdoricastle escribió:Peeeeeeeeeeeeeero que no te había comentado, amos amos y amos. Que te voy a decir si me tienes enamorá de tus historias, bueno me gustó mucho el giro que le diste porque no puede ser taaaan fácil, aunque Kate se piense que no la quiere o le gusta como, tú elijas ;)se ha cerrado en banda a ver como se arregla,cuando ha ido Rick a s casa creía que era para otra cosa pero no, y me has descuadrado jaja peeeeeeeeero ahora he leído el adelanto...Y lo de Martha que pena cuando se ha desmayado me temía lo peor, pero tampoco me puedo alegrar porque le queda nada y no aparece nadie. Sube que me muerdo las uñas contigo más de lo que melas muerdo ya .Gracias y un beso.
No sé, me queda releerlo y corregir algunas cosas... pero no estoy teniendo mucho tiempo...Ruth Maria escribió:Cuando subes el próximo capítulo??
Caskett23- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Edad : 30
Localización : Cádiz
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
ACTUAAAAAAAALIZAAAAAAA YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA NECSITO SABERR QUE PASAAA ME COMO LAS UÑAAASrfuiodpajmpe
me encanta dios, sigue prontito y mencantaaaaaaaaaaaaaaaa
me encanta dios, sigue prontito y mencantaaaaaaaaaaaaaaaa
Apocalipsis.- As del póker
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Fecha de inscripción : 08/08/2013
Edad : 27
Localización : Vivo con David el Nomo :3
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Que ganas al ver el adelanto de leer el siguiente capítulo
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Después de revisarlo rápido... ni me quiero imaginar lo que ahí se puede leer... aquí está.
En principio, iba a escribir un poco más sobre el juicio pero es algo que yo no tengo mucha idea y para cometer error tras error, solo puse lo esencial...
Viernes 23 de mayo
5 am
No había logrado conciliar el sueño en toda lo noche pensando que esa podría ser la última noche con su hija. Sophie, que dormía abrazada a su madre ajena a todo lo que ocurría a su alrededor, había saltado de alegría cuando Kate le había pedido que durmiese con ella.
Ahí estaba, en la cama, mirando al techo y suspirando. Llorando en silencio. Todo había salido bien hasta ahora y parecía que habían logrado que el juicio no fuese manipulado por Dan, pero eso no hacía que dejase de sentir miedo. Terror por perder a la persona más importante de su vida. Siempre podía salir algo mal. Algo que hiciera que todo se desestabilizase y que la balanza se inclinara a favor de la parte contraria. No podría resistir algo así. Sophie era su alegría, su fuerza, su vida.
Apretó más el agarre con su hija, queriendo sentirla más. Exhaló todo el aire que contenía sus pulmones despacio. Intentando tranquilizase pero no lo consiguió. Comenzó a llorar con más fuerzas.
Tomó el móvil entre sus manos. Buscó un número en su agenda, estuvo tentada a llamar pero en el último momento pulsó la tecla “atrás”. No podía llamarlo, no después de cómo se había comportado y saber que él había escuchado sus gritos. Además, lo despertaría. Era demasiado tarde.
Kate Beckett mentiría si dijese que no había esperado y deseado un nuevo acercamiento por parte de Richard. Lo había deseado con toda su alma, pero no había llegado. Y lo entendía. Entendía que él se hubiese mantenido al margen. Era lo que se merecía.
Miró la hora y vio que eran más de las 5 y media. Ya no aguantaba más acostada en la cama pensando en todas las posibilidades como resultado para el juicio. Se levantó y se dirigió al baño. Tal vez una ducha de agua caliente le vendría bien.
Como un día más, como si fuese un día normal, Kate acompañó a su hija en la puerta del colegio, junto a sus guardaespaldas.
Se agachó para intentar igualar las estaturas. –¿Le das un beso a mami? –le pedio intentando que su hija no notase la tristeza en su voz. La niña asintió y le dio varios besos en la mejilla a su madre. Kate sonrió y abrazó a su hija con todas sus fuerzas, limpiado rápidamente las lágrimas que habían brotado de sus ojos antes de separarse. –Cariño, te quiero mucho, mucho, mucho. Recuérdalo siempre, ¿vale? –La niña asintió feliz.
-Yo también te quiero mucho, mucho, mami. –Sonrió. Beckett volvió a abrazarla antes de ponerse de pie. El timbre acababa de pitar y su hija debía de entrar a clases.
Esperó, para irse, hasta que la niña se perdió por la puerta de aquel edificio.
Al otro lado de la ciudad, Richard Castle pensaba también en el juicio. Él tampoco había pasado buena noche. Tener el respaldo del Alcalde le daba seguridad pero, en un caso como este, nunca tenía todas las posibilidades a su favor. Siempre podrían salir con algo que ninguno había imaginado y hacer que todo el trabajo que habían realizado se fuese al traste.
Habían intentado acaparar todos los caminos, pero siempre se escapaba alguno.
Intentó imaginar cómo podía sentirse Kate si él, que solo conocía a la niña de unos meses, se sentía así. Nervioso e intranquilo. Aterrado. En ese momento, se arrepintió de no haber intentado una vez más hablar con la abogada. A lo mejor con su apoyo… No, desechó la idea rápidamente. Ella había dejado bien claro que no quería saber nada de él y que quería que “la dejase en paz”.
Beckett, junto a su abogada y sus padres, esperaban a que el juicio comenzase. Johanna pasaba uno de sus brazos por la espalda de su hija, intentado transmitirle fuerzas, pero ella misma estaba demasiado nerviosa.
Lo intentaba ocultar y animaba a su hija con palabras de “todo va a salir bien” “Recuerda que el Alcalde está de tu lado” “Dan no ha podido manipular nada”. Pero todo era en vano. En circunstancias como ésa, las palabras, no sirven de mucho.
-¿Vendrá? –preguntó mirando alternativamente a sus padres. Johanna y Jim se miraron si saber qué decir. Ninguno de los dos sabía si lo haría y dado que no había intentado acercase a Kate, tenían sus dudas. Aunque sí había ido al parque a jugar con Sophie. Beckett vio la duda en los ojos de sus padres y suspiró.
Los tres miraban a un punto indefinido del pasillo. Sin fijarse siquiera en lo que estaban mirando. Tan solo sintiendo como el tiempo a su alrededor pasaba por el Tic-tac del reloj que tenían justo encima de sus cabezas, colgados en la pared.
-Buenos días. –Los saludó Castle cuando hubo llegado a su altura. Jim, Johanna y Kate giraron su cabeza hacia el lado de dónde provenía la voz.
-Buenos días, Richard –dijo la abogada contratada para representar a Kate, estrechando su mano con la de él.
Jim fue el segundo en saludarlo. Johanna lo hizo después de su marido, ésta no le estrechó la mano, lo abrazó.
Martha que acompañaba a su hijo, aprovechó ese momento para darle ánimos a Beckett. Desde que había visto al escritor se había puesto más nerviosa por su presencia pero algo dentro de ella, se tranquilizó.
-Buenos días, Kate –la saludó cordialmente ofreciéndole su mano. Ésta se la estrechó, aunque hubiese deseado que la hubiera saludado con un abrazo, como a su madre. Eso era lo que realmente necesitaba, un abrazo de Rick, lo necesitaba desde que había recibido la notificación del juicio.
La hora del juicio llegó y las puertas de la sala, donde se celebraría éste, fueron abiertas. Cada uno caminó por el pasillo en silencio en busca de su asiento. Jim y Johanna abrazaron a su hija antes de sentarse. Rick, que estaba detrás de estos, la cogió de la mano evitando que tomase el lugar a lado de su abogada.
-Kate –la llamó y sus miradas conectaron –todo va a salir bien. - Acarició su brazo con su otra mano y Kate sonrió tristemente.
-Gracias, Rick. –Contestó intentando controlar las lágrimas que se agolpaban de nuevo en sus ojos.
Cuando el juez estuvo en la sala, el secretario comenzó leyendo las razones de aquel encuentro.
Al ser el demandante, Dan, su abogado era el primero en empezar pero se vio interrumpido por el juez.
-Antes de empezar quiero aclarar algunos puntos. Éste será un juicio especial, entre otras cosas se deliberará hoy. Así, se evitará que el jurado se sobornado como ya se ha intentado hacer por una de las partes. He de decir que esto conllevara una multa económica. Por lo mismo motivo, es que han sido avisados con tan poco tiempo de antelación.
El juez Montgomery siguió hablando hasta que le cedió el turno al abogado de Dan.
Estos se acogieron al hecho de que Kate lo había privado del derecho de estar cerca de su hija durante todos esos años. No fue un abandono. Además, según Dan, él se había enterado de su embarazo por casualidad. Ella se lo había intentado ocultar.
La abogada de la defensa protestó y argumentó que si era así, ¿por qué no lo había denunciado? No constaba nada y si, de verdad, hubiese quería acercase a su hija lo habría hecho.
Dos horas habían pasado cuando la denuncia del intento de secuestro por parte de Dan salió a relucir. Eso, sin duda ayudó mucho y dejó a la parte demandante sin palabras. Gracias al testimonio de Rick y de dos personas que habían presenciado desde la distancia aquel hecho.
Una hora después, el jurado salió de la sala para dirigirse a deliberar. Las sensaciones del juicio eran buenas para la parte denunciada. No tardaron mucho en llegar a un acuerdo, pues 45 minutos después volvían a entrar en la sala para escuchar el veredicto.
Kate estaba tan nerviosa que no lograba entender todas las palabras que recitaba el portavoz del jurado. Solo cuando escuchó “Por lo tanto, la custodia total y completa de Sophie Beckett queda bajo la responsabilidad de Katherine Beckett”, se dejó caer en su silla, aún no sabía cómo sus piernas la habían sostenido durante todo ese tiempo. Y escuchó decir algo como que Dan no tenía ningún derecho sobre la niña al ser considerado un peligro por el intento de secuestro y la total desaparición de la vida de la pequeña por esos casi 4 años que tenía Sophie.
Cuando el juez desapareció de la sala, Kate se abrazó a la abogada agradeciéndole sus servicios. Jim y Johanna corrieron a abrazar a su hija, felices por el resultado.
Martha también lo hizo. Rick se acercó y agradeció a la abogada. Observó cómo Kate y su madre se volvían a abrazar y la alegría que reflejaban los ojos de Beckett. Nada que ver con lo que reflejaban unas horas antes.
Johanna se dio cuenta y ánimo a su hija para que le dijese algo. Al fin de cuentas, sin la ayuda de Castle no lo habrían conseguido. Beckett caminó los tres pasos que la separaban de él, despacio. Nerviosa. Dudosa. Sin saber qué hacer o qué decir, pero cuando lo tuvo, justo, en frente. Lo tuvo claro, actuó por instintito y lo abrazó.
-Gracias, Rick. Gracias por todo. Sin ti nunca lo habría conseguido. –Agradeció sin separarse de él.
Éste, que lo había tomado por sorpresa, le devolvió el abrazo unos segundos después. –De nada, yo solo hice lo que tenía que hacer.
Kate se separó un poco ruborizada por haberlo abrazado allí, delante de todos. Rick le sonreía y todos aquellos ojos puestos en ella, le dio igual. Sonrió.
-Os invito a comer para celebrar el resulto –dijo el escritor saliendo de la sala. Los demás aceptaron. Después de todos los nervios, merecían pasar un buen rato.
Kate agarró la mano de Castle, haciendo que ellos dos se retrasaran del grupo de sus padres. –Rick, yo quería… -no pudo continuar, ya que sintió cómo alguien la agarraba con fuerza del brazo y la giraba violentamente.
-No te creas que has ganado –gritó Dan apretando su agarré en el brazo de Beckett. –Puedes que hayas ganado esta vez pero aún no he terminado. –Rick empujó a Dan haciendo que soltara a Kate.
-No la toques. –Le advirtió. –No tienes nada qué hacer, por mucho que recurras no lograras que te den su custodia.
-Tú no te metas –avisó. –Esto es algo entre ésa –dijo despectivamente –y yo. Tú no pintas nada por mucho que te la estés tirando. –Richard apretó sus puños con fuerza, provocando que sus nudillos se pusieran blanco.
-No hables así de ella. –recriminó. -Aquí el que no tienes ningún derecho eres tú.
-Haré que te quiten la custodia de MI hija por puta –gritó. Rick no pudo aguantarse más y levantó su puño para golpearlo pero Kate se puso delante.
-No, Rick, si lo haces conseguirás que te encarcelen por agresión. Eso es lo que él quiere. Recuerda donde estamos. No lo hagas, no merece la pena, por favor. Vámonos. –Castle la miró. –Vamos a recoger a Sophie y a comer. Por favor.
Richard apartó a Kate con suavidad y se acercó a Dan de forma amenazadora. –No te atrevas a volver a hablar de ella de esa manera o te juro que te arrepentirás. –Lo empujó y tomó a Beckett de la mano. –Vamos, deben de estar esperándonos.
-Gracias –dijo cuando se hubieron alejado de Dan lo suficiente. –Gracias por defenderme.
-Siempre –respondió ahora más relajado. Los dos se miraron y sonrieron.
Martha, Richard, Johanna, Jim y Katherine esperaban a que Sophie saliera del colegio. Kate se moría de ganas por ver su sonrisa y volverla abrazar. Se le estaban haciendo los minutos eternos.
Escuchó el timbre de salida y, Beckett, dio unos pasos más adelante, deseosa de tenerla ya entre sus brazos. Niños de todas las edades comenzaron a salir a los pocos segundos. Kate buscaba con la mirada a su pequeña. Hasta que por fin la vio bajar las escaleras. Corrió hasta alcanzarla bajando en último escalón.
-Cariño, -la saludó tomándola en sus brazos. –qué ganas tenía de verte. –Besó varias veces a su hija por toda la cara, provocando que su hija riera.
-Me has echado de menos, mami. –Dijo la niña entre risas por la efusividad con la que su madre la estaba saludando.
-Mucho, mucho. Más que nunca, cariño. –Le dio un beso en la mejilla y la apretó contra su pecho. –Estoy tan contenta, Sophie. Mira –señaló donde estaban todos los demás. –Han venido a recogerte también. ¿Vamos? –la niña asintió feliz. No faltaba ninguno.
Sus abuelos fueron los primeros en saludarla. –Rick –lo llamó la pequeña, agarrándose a sus piernas –tú también has venido.
El escritor se agachó. –Claro, pequeña. –la niña sonrió. Castle la abrazó.
-¿Tú también más echado mucho de menos hoy? –preguntó con una sonrisa.
-Mucho, mucho de menos.
-Todos me habéis echado mucho de menos hoy –sentenció levantando sus bracitos y riendo.
Su madre se arrodilló junto a ellos. –Porque todos te queremos mucho, cariño.
-Yo también os quiero mucho. –Sophie se abalanzó sobre Rick y Kate, abrazando a los dos a la vez. Castle pasó uno de sus brazos por detrás de la espalda Kate, atrayéndola a ellos, mientras abrazaba con el otro a la niña. Ella hizo lo mismo.
Los tres adultos observaron la escena entre miradas cómplices entre ellos.
-Sophie… -dijo Castle.
-No, mami, dile que se quede. Yo quiero que se quede. ¿Es porque nos reímos de ti por llorar? –inquirió. –Era broma, Rick. Porfi, porfi. –Sophie buscó la mirada de su madre para que la ayudase.- Venga, mami, díselo.
La abogada los miró a los dos sin saber qué decir. Intuía que si Castle rechazaba quedarse era por lo que había pasado entre ellos. Se quedó callada sin saber qué decir. Ni ella misma sabía si prefería que se quedase o no.
-Mama de Rick, ayúdame tú. Dile que se quede conmigo. Yo quiero jugar y ver pelis con él. –Pidió con voz llorosa por la negativa de su amigo y la falta de ayuda.
-Richard… -comenzó a decir Martha siendo interrumpida por su hijo.
-No, madre, sabes que no puedo. –Sentenció. –Lo siento, pequeña, de verdad. Pero esta vez no va a poder ser.
-Jo –se quejó cruzándose de brazos enfadada y agachando la cabeza.
-Sophie… -la llamó Rick pero la niña no le hizo caso.
-Bueno, querido, si es por eso, ella puede ir a dormir contigo. Claro, si tú estás de acuerdo. –Miro a Katherine. Martha sabía que su hijo, más que nada, rechazaba la invitación por no dejarla sola. Desde el último desmayo casi no se había despegado de ella.
-Yo, bueno, supongo que sí. –Dijo dubitativa, ella también quería pasar la noche con su hija, dormir abrazadas. Era lo que más le apetecía después de lo mal que lo había pasado los últimos días.
-¿Puedo? –preguntó Sophie a Rick, levantando la mirada, tenía los ojos llorosos.
-Claro, pequeña, puedes. –Sonrió y abrió los brazos para que la niña lo abrazase.
-Mami, entonces, ¿sí puedo?
-Sí –dijo con un deje de tristeza en su voz. Sonrió para ocultarlo.
-¡Bien! –gritó la pequeña saltando de alegría.
Siguieron hablando un poco más hasta que empezó a anochecer y decidieron que era hora de irse.
Martha, Rick y Sophie fueron a la casa de la abogada antes de irse al lotf para coger el pijama y las cosas necesarias para que la pequeña pasase la noche con ellos.
Kate tomó a su hija en brazos para despedirse de ella. –Bueno, cariño, pórtate bien, ¿eh? –la niña asintió. - ¿Me das un abrazo? –Sophie se abalanzó sobre ella, abrazándola.
-¿Vamos? –le preguntó Rick, cuando se separaron. La pequeña asintió pero al llegar a la puerta y ver que su madre se quedaba allí sola, se volvió y se agarró a sus piernas.
-Sophie…
-Mami, yo… vente a dormir con nosotros. No quiero que te quedes solita.
-Yo no sé si…
-Tonterías –intervino la actriz. –claro que puedes.
Beckett miró a Richard que le sonrió. –Bien, ahora vuelvo entonces. ¡Gracias! –exclamó perdiéndose por el pasillo. Al final, si iba a pasar la noche con su hija. Aunque cuando se dio cuenta que también lo haría con Rick, se puso nerviosa. La última vez no había acabado demasiado bien.
Después de cenar y de dos películas vista, la niña, por fin se quedó dormida. Los tres, Rick, Kate y Sophie, dormían juntos en la cama del escritor. La niña en medio.
Castle se separó de la pequeña, que lo abrazaba, y se levantó.
Kate se irguió al notarlo. –Tengo que hacer algo. Estaré en mi despacho –señaló la puerta que estaba en frente de él.
-Rick, si tenías que hacer algo, deberías de haberlo dicho y no nos habríamos quedado….
-No te preocupes, no es algo demasiado importante- Le sonrió y salió de la habitación.
Cuando se sentó en su silla, suspiró. No es que tuviese que hacer algo, es que necesitaba salir de ahí. Necesitaba estar solo y desahogarse. Encendió el ordenador y comenzó a escribir todo lo que sentía en ese momento. Necesitaba sacar todo el dolor que tenía adentro. Un día más, un día menos para su madre.
Se dirigió a la cocina a buscar algo de alcohol para beber después de unos minutos. Eso lo ayudaría a olvidar la pesadilla que estaba viviendo.
Kate se despertó un par de horas después, algo desorientada por estar durmiendo en una cama que no era la de ella.
Se acercó más a su hija y notó que ésta estaba casi en el borde. Se irguió y buscó a Rick, pero no estaba. Miró hacia la dirección por donde se había ido y vi la luz que salía por la rendija de la puerta. Con cuidado de no despertar a su hija, salió de la cama.
Abrió la puerta que comunica la habitación de Castle con el despacho. Lo vio allí, sentado en su silla frente al ordenador, con una botella de Bourbon al lado. El vaso, medio vacío, en su mano izquierda. Richard tenía los ojos rojos e hinchados, seguros por haber estado ese par de horas llorando. Varias lágrimas resbalaban por su mejilla.
Kate no sabía qué hacer. Se debatía entre acercarse y abrazarlo o volver a la habitación y hacer como si nada. No podía hacer lo segundo, él siempre había estado para ella. Ahora le tocaba a ella estar para él.
-Rick… -lo llamó en un susurro. Éste giró su cara, encontrándosela en la puerta, caminando despacio hacia él. Con miedo de estarse equivocando. Agachó la pantalla del ordenador y se levantó para ir a su encuentro.
Abrazó a la abogada con todas sus fuerzas, escondiendo su rostro en su cuello dejando fluir sus lágrimas. Rompiendo a llorar, desahogándose. Kate no quiso decir nada, dejó que llorase en su hombro. Que dejase todo ese dolor salir. Apretó más el agarre y acarició su pelo.
Ninguno de los dos sabía cuánto tiempo habían estado ahí, de pie en medio del despacho, abrazados mientras Castle lloraba.
Más calmado el escritor se separó. –Lo siento –se disculpó mirándola a los ojos y veo que ella también tenía los ojos rojos e irritados. Había estado conteniendo sus lágrimas.
-Rick… no hace falta que te disculpes, es más no tienes que hacerlo. ¿Hace falta que te recuerde quién es la llorona de los dos? –preguntó señalando a ambos, intentando sacarle una sonrisa a Castle. Lo consiguió, consiguió que Castle sonriera tímidamente. -¿Quieres hablar? –Limpiaba las lágrimas secas del rostro del escritor.
Castle la tomó de las manos y se dirigió con ella a uno de los dos sillones que tenía en su despacho. Se sentó y tiró de ella para que quedase sentada en sus piernas, de lado. –Necesito sentirte cerca –confesó –pero si quieres puedo acercarte el otro sillón –lo señaló, estaba justo en frente de ellos. –Si te sientes incómoda…
-No hace falta, así está bien. –Apoyó su cabeza en su hombro, pasando uno de sus brazos por detrás del cuello del escritor y posando su otra mano en el pecho del hombre. Abrazándolo.
El escrito tomó aire llenando sus pulmones y luego lo expulsó todo en un suspiro. –Es difícil, Kate, es muy difícil hablar de esto para mí. Decirlo en voz alta es asumir que va a suceder y no puedo… -terminó de decir con la voz quebrada, rompiendo de nuevo a llorar.
Beckett se incorporó en sus piernas, acarició sus mejillas, enjugando así sus lágrimas. -Shh… Rick, no tienes por qué hacerlo sino quieres o no te ves con fuerzas. Yo estaré aquí cuando estés listo. Esperaré todo lo que haga falta. Sea lo que sea no estás solo, ¿vale? -Richard asintió.
-Gracias. –Agradeció de todo corazón.
-No tienes que darlas. No después de todo lo que has hecho por nosotras. –Castle tomó una de sus manos y la llevó hasta sus labios depositando un beso en ella. –Rick,… yo, yo siento mi comportamiento de todos estos días. No te merecías esa reacción por mi parte.
-¿Fue por el beso? –fue lo único que atinó a preguntar.
-No, bueno, en parte sí pero no fue por el beso en sí. –Castle la miró confuso y arrugó el entrecejo. Kate suspiró dándose tiempo para comenzar la explicación. –Fue por lo que vi al día siguiente –Viendo que Castle seguía sin comprender, siguió: -cuando llegué al parque te ve coquetear con una mujer y…
-Y te pusiste celosa –terminó Rick con una sonrisa.
-No, bueno, sí. Sí, me puse celosa –confeso- Y sé que no tengo derechos porque tú y yo no somos nada. Tan solo me besaste y luego te arrepentiste –El nudo que se le estaba formando en la garganta hizo que parase para que su voz no se resquebrajara.
El escritor llevó una de sus manos a su sien, masajeándola. –Kate, yo, yo no me arrepiento de haberte besado, sé que dije eso pero no es así. Es más complicado de lo que parece. Solo puedo decirte que, desde ese día, no ha habido una sola noche que no lo recuerde. Y por esa mujer de la que hablas… no, ella sí estaba intentando ligar conmigo pero –añadió cuando vio que la abogada quería intervenir –solo estaba intentando ser simpático. Y aunque insinuó varias veces que le diese mi número no lo hice, al igual que rechacé sus invitaciones.
-¿De verdad? –preguntó sorprendida. Richard asintió.
-Si hubiese querido, habría pasado la noche con ella pero no podía ni quería. ¿Y sabes por qué no quería? –Kate negó con la cabeza sintiendo como su corazón se encogía. –Porque yo solo tenía ojos para ti. Yo solo quería estar contigo. –Dos lágrimas escaparon de los ojos de la abogada, al escuchar el pasado en aquellas palabras y no el presente. –Quería y quiero -se corrigió mientras retiraba las lágrimas de las mejillas de Beckett. Kate levantó su mirada encontrándose con la del escritor que la miraba sonriendo tímidamente. Castle colocó su mano derecha en la nuca de Beckett y la atrajo hacia él despacio, parando justamente, cuando sus labios casi se rozaban. Pidiéndole permiso con la mirada. Kate asintió y terminó con los pocos centímetros que separaban sus labios. Primero se rozaron tímidamente, como teniendo miedo de pasar al siguiente paso y profundizar el beso, pero Kate suspiró y Castle no lo soportó más, se adentró en su boca, besándola como había querido hacer desde aquel primer beso.
-No me digas que te arrepientes, por favor –le suplicó después de separase, juntando su frente con la de él.
-No, Kate, claro que no. –Contestó volviendo a cerrar la distancia entre sus labios.
Beckett sonrió sobre sus labios de Rick. -¿Qué? –preguntó sin dejar de sonreír cuando se dio cuenta que él la miraba fijamente.
-Nada, solo que me gusta tu sonrisa. –Ese simple comentario hizo que la sonrisa de la abogada se agrandara más. Se abrazó a él, metiendo su cara en su cuello.
-He soñado tanto con este momento que me parece mentira y más después de…
El escritor la calló poniendo un dedo sobre sus labios. –Yo también he soñado con esto. Tú y Sophie sois lo mejor que me ha pasado.
Beckett pasó su dedo índice por los ojos hinchados de Richard. –Quiero estar para ti, Rick. Quiero ayudarte.
-Ya lo haces, Kate, créeme. –Le dio un suave beso en el cuello. –Más de lo que te imaginas.
La abogada puso su rostro en su pecho y se abrazó a él. Castle, rodeó su cintura con sus brazos.
-Creo que deberíamos ir a dormir. –Agregó Castle que peinaba con sus dedos el cabello de la abogada.
-Quiero estar un poco más así, abrazada a ti. –se acomodó de nuevo en su cuerpo.
-Podemos dormir abrazados. Es lo que más deseo ahora mismo. –Kate le dio un tierno beso y acarició su mejilla.
-Es una gran idea, Rick. –Fue a levantarse, pero Castle se lo impidió. Cogiéndola él en brazos para llevarla a la habitación.
En principio, iba a escribir un poco más sobre el juicio pero es algo que yo no tengo mucha idea y para cometer error tras error, solo puse lo esencial...
Capítulo 18
Viernes 23 de mayo
5 am
No había logrado conciliar el sueño en toda lo noche pensando que esa podría ser la última noche con su hija. Sophie, que dormía abrazada a su madre ajena a todo lo que ocurría a su alrededor, había saltado de alegría cuando Kate le había pedido que durmiese con ella.
Ahí estaba, en la cama, mirando al techo y suspirando. Llorando en silencio. Todo había salido bien hasta ahora y parecía que habían logrado que el juicio no fuese manipulado por Dan, pero eso no hacía que dejase de sentir miedo. Terror por perder a la persona más importante de su vida. Siempre podía salir algo mal. Algo que hiciera que todo se desestabilizase y que la balanza se inclinara a favor de la parte contraria. No podría resistir algo así. Sophie era su alegría, su fuerza, su vida.
Apretó más el agarre con su hija, queriendo sentirla más. Exhaló todo el aire que contenía sus pulmones despacio. Intentando tranquilizase pero no lo consiguió. Comenzó a llorar con más fuerzas.
Tomó el móvil entre sus manos. Buscó un número en su agenda, estuvo tentada a llamar pero en el último momento pulsó la tecla “atrás”. No podía llamarlo, no después de cómo se había comportado y saber que él había escuchado sus gritos. Además, lo despertaría. Era demasiado tarde.
Kate Beckett mentiría si dijese que no había esperado y deseado un nuevo acercamiento por parte de Richard. Lo había deseado con toda su alma, pero no había llegado. Y lo entendía. Entendía que él se hubiese mantenido al margen. Era lo que se merecía.
Miró la hora y vio que eran más de las 5 y media. Ya no aguantaba más acostada en la cama pensando en todas las posibilidades como resultado para el juicio. Se levantó y se dirigió al baño. Tal vez una ducha de agua caliente le vendría bien.
XXX
Como un día más, como si fuese un día normal, Kate acompañó a su hija en la puerta del colegio, junto a sus guardaespaldas.
Se agachó para intentar igualar las estaturas. –¿Le das un beso a mami? –le pedio intentando que su hija no notase la tristeza en su voz. La niña asintió y le dio varios besos en la mejilla a su madre. Kate sonrió y abrazó a su hija con todas sus fuerzas, limpiado rápidamente las lágrimas que habían brotado de sus ojos antes de separarse. –Cariño, te quiero mucho, mucho, mucho. Recuérdalo siempre, ¿vale? –La niña asintió feliz.
-Yo también te quiero mucho, mucho, mami. –Sonrió. Beckett volvió a abrazarla antes de ponerse de pie. El timbre acababa de pitar y su hija debía de entrar a clases.
Esperó, para irse, hasta que la niña se perdió por la puerta de aquel edificio.
XXX
Al otro lado de la ciudad, Richard Castle pensaba también en el juicio. Él tampoco había pasado buena noche. Tener el respaldo del Alcalde le daba seguridad pero, en un caso como este, nunca tenía todas las posibilidades a su favor. Siempre podrían salir con algo que ninguno había imaginado y hacer que todo el trabajo que habían realizado se fuese al traste.
Habían intentado acaparar todos los caminos, pero siempre se escapaba alguno.
Intentó imaginar cómo podía sentirse Kate si él, que solo conocía a la niña de unos meses, se sentía así. Nervioso e intranquilo. Aterrado. En ese momento, se arrepintió de no haber intentado una vez más hablar con la abogada. A lo mejor con su apoyo… No, desechó la idea rápidamente. Ella había dejado bien claro que no quería saber nada de él y que quería que “la dejase en paz”.
XXX
Beckett, junto a su abogada y sus padres, esperaban a que el juicio comenzase. Johanna pasaba uno de sus brazos por la espalda de su hija, intentado transmitirle fuerzas, pero ella misma estaba demasiado nerviosa.
Lo intentaba ocultar y animaba a su hija con palabras de “todo va a salir bien” “Recuerda que el Alcalde está de tu lado” “Dan no ha podido manipular nada”. Pero todo era en vano. En circunstancias como ésa, las palabras, no sirven de mucho.
-¿Vendrá? –preguntó mirando alternativamente a sus padres. Johanna y Jim se miraron si saber qué decir. Ninguno de los dos sabía si lo haría y dado que no había intentado acercase a Kate, tenían sus dudas. Aunque sí había ido al parque a jugar con Sophie. Beckett vio la duda en los ojos de sus padres y suspiró.
Los tres miraban a un punto indefinido del pasillo. Sin fijarse siquiera en lo que estaban mirando. Tan solo sintiendo como el tiempo a su alrededor pasaba por el Tic-tac del reloj que tenían justo encima de sus cabezas, colgados en la pared.
-Buenos días. –Los saludó Castle cuando hubo llegado a su altura. Jim, Johanna y Kate giraron su cabeza hacia el lado de dónde provenía la voz.
-Buenos días, Richard –dijo la abogada contratada para representar a Kate, estrechando su mano con la de él.
Jim fue el segundo en saludarlo. Johanna lo hizo después de su marido, ésta no le estrechó la mano, lo abrazó.
Martha que acompañaba a su hijo, aprovechó ese momento para darle ánimos a Beckett. Desde que había visto al escritor se había puesto más nerviosa por su presencia pero algo dentro de ella, se tranquilizó.
-Buenos días, Kate –la saludó cordialmente ofreciéndole su mano. Ésta se la estrechó, aunque hubiese deseado que la hubiera saludado con un abrazo, como a su madre. Eso era lo que realmente necesitaba, un abrazo de Rick, lo necesitaba desde que había recibido la notificación del juicio.
La hora del juicio llegó y las puertas de la sala, donde se celebraría éste, fueron abiertas. Cada uno caminó por el pasillo en silencio en busca de su asiento. Jim y Johanna abrazaron a su hija antes de sentarse. Rick, que estaba detrás de estos, la cogió de la mano evitando que tomase el lugar a lado de su abogada.
-Kate –la llamó y sus miradas conectaron –todo va a salir bien. - Acarició su brazo con su otra mano y Kate sonrió tristemente.
-Gracias, Rick. –Contestó intentando controlar las lágrimas que se agolpaban de nuevo en sus ojos.
Cuando el juez estuvo en la sala, el secretario comenzó leyendo las razones de aquel encuentro.
Al ser el demandante, Dan, su abogado era el primero en empezar pero se vio interrumpido por el juez.
-Antes de empezar quiero aclarar algunos puntos. Éste será un juicio especial, entre otras cosas se deliberará hoy. Así, se evitará que el jurado se sobornado como ya se ha intentado hacer por una de las partes. He de decir que esto conllevara una multa económica. Por lo mismo motivo, es que han sido avisados con tan poco tiempo de antelación.
El juez Montgomery siguió hablando hasta que le cedió el turno al abogado de Dan.
Estos se acogieron al hecho de que Kate lo había privado del derecho de estar cerca de su hija durante todos esos años. No fue un abandono. Además, según Dan, él se había enterado de su embarazo por casualidad. Ella se lo había intentado ocultar.
La abogada de la defensa protestó y argumentó que si era así, ¿por qué no lo había denunciado? No constaba nada y si, de verdad, hubiese quería acercase a su hija lo habría hecho.
Dos horas habían pasado cuando la denuncia del intento de secuestro por parte de Dan salió a relucir. Eso, sin duda ayudó mucho y dejó a la parte demandante sin palabras. Gracias al testimonio de Rick y de dos personas que habían presenciado desde la distancia aquel hecho.
Una hora después, el jurado salió de la sala para dirigirse a deliberar. Las sensaciones del juicio eran buenas para la parte denunciada. No tardaron mucho en llegar a un acuerdo, pues 45 minutos después volvían a entrar en la sala para escuchar el veredicto.
Kate estaba tan nerviosa que no lograba entender todas las palabras que recitaba el portavoz del jurado. Solo cuando escuchó “Por lo tanto, la custodia total y completa de Sophie Beckett queda bajo la responsabilidad de Katherine Beckett”, se dejó caer en su silla, aún no sabía cómo sus piernas la habían sostenido durante todo ese tiempo. Y escuchó decir algo como que Dan no tenía ningún derecho sobre la niña al ser considerado un peligro por el intento de secuestro y la total desaparición de la vida de la pequeña por esos casi 4 años que tenía Sophie.
Cuando el juez desapareció de la sala, Kate se abrazó a la abogada agradeciéndole sus servicios. Jim y Johanna corrieron a abrazar a su hija, felices por el resultado.
Martha también lo hizo. Rick se acercó y agradeció a la abogada. Observó cómo Kate y su madre se volvían a abrazar y la alegría que reflejaban los ojos de Beckett. Nada que ver con lo que reflejaban unas horas antes.
Johanna se dio cuenta y ánimo a su hija para que le dijese algo. Al fin de cuentas, sin la ayuda de Castle no lo habrían conseguido. Beckett caminó los tres pasos que la separaban de él, despacio. Nerviosa. Dudosa. Sin saber qué hacer o qué decir, pero cuando lo tuvo, justo, en frente. Lo tuvo claro, actuó por instintito y lo abrazó.
-Gracias, Rick. Gracias por todo. Sin ti nunca lo habría conseguido. –Agradeció sin separarse de él.
Éste, que lo había tomado por sorpresa, le devolvió el abrazo unos segundos después. –De nada, yo solo hice lo que tenía que hacer.
Kate se separó un poco ruborizada por haberlo abrazado allí, delante de todos. Rick le sonreía y todos aquellos ojos puestos en ella, le dio igual. Sonrió.
XXX
-Os invito a comer para celebrar el resulto –dijo el escritor saliendo de la sala. Los demás aceptaron. Después de todos los nervios, merecían pasar un buen rato.
Kate agarró la mano de Castle, haciendo que ellos dos se retrasaran del grupo de sus padres. –Rick, yo quería… -no pudo continuar, ya que sintió cómo alguien la agarraba con fuerza del brazo y la giraba violentamente.
-No te creas que has ganado –gritó Dan apretando su agarré en el brazo de Beckett. –Puedes que hayas ganado esta vez pero aún no he terminado. –Rick empujó a Dan haciendo que soltara a Kate.
-No la toques. –Le advirtió. –No tienes nada qué hacer, por mucho que recurras no lograras que te den su custodia.
-Tú no te metas –avisó. –Esto es algo entre ésa –dijo despectivamente –y yo. Tú no pintas nada por mucho que te la estés tirando. –Richard apretó sus puños con fuerza, provocando que sus nudillos se pusieran blanco.
-No hables así de ella. –recriminó. -Aquí el que no tienes ningún derecho eres tú.
-Haré que te quiten la custodia de MI hija por puta –gritó. Rick no pudo aguantarse más y levantó su puño para golpearlo pero Kate se puso delante.
-No, Rick, si lo haces conseguirás que te encarcelen por agresión. Eso es lo que él quiere. Recuerda donde estamos. No lo hagas, no merece la pena, por favor. Vámonos. –Castle la miró. –Vamos a recoger a Sophie y a comer. Por favor.
Richard apartó a Kate con suavidad y se acercó a Dan de forma amenazadora. –No te atrevas a volver a hablar de ella de esa manera o te juro que te arrepentirás. –Lo empujó y tomó a Beckett de la mano. –Vamos, deben de estar esperándonos.
-Gracias –dijo cuando se hubieron alejado de Dan lo suficiente. –Gracias por defenderme.
-Siempre –respondió ahora más relajado. Los dos se miraron y sonrieron.
XXX
Martha, Richard, Johanna, Jim y Katherine esperaban a que Sophie saliera del colegio. Kate se moría de ganas por ver su sonrisa y volverla abrazar. Se le estaban haciendo los minutos eternos.
Escuchó el timbre de salida y, Beckett, dio unos pasos más adelante, deseosa de tenerla ya entre sus brazos. Niños de todas las edades comenzaron a salir a los pocos segundos. Kate buscaba con la mirada a su pequeña. Hasta que por fin la vio bajar las escaleras. Corrió hasta alcanzarla bajando en último escalón.
-Cariño, -la saludó tomándola en sus brazos. –qué ganas tenía de verte. –Besó varias veces a su hija por toda la cara, provocando que su hija riera.
-Me has echado de menos, mami. –Dijo la niña entre risas por la efusividad con la que su madre la estaba saludando.
-Mucho, mucho. Más que nunca, cariño. –Le dio un beso en la mejilla y la apretó contra su pecho. –Estoy tan contenta, Sophie. Mira –señaló donde estaban todos los demás. –Han venido a recogerte también. ¿Vamos? –la niña asintió feliz. No faltaba ninguno.
Sus abuelos fueron los primeros en saludarla. –Rick –lo llamó la pequeña, agarrándose a sus piernas –tú también has venido.
El escritor se agachó. –Claro, pequeña. –la niña sonrió. Castle la abrazó.
-¿Tú también más echado mucho de menos hoy? –preguntó con una sonrisa.
-Mucho, mucho de menos.
-Todos me habéis echado mucho de menos hoy –sentenció levantando sus bracitos y riendo.
Su madre se arrodilló junto a ellos. –Porque todos te queremos mucho, cariño.
-Yo también os quiero mucho. –Sophie se abalanzó sobre Rick y Kate, abrazando a los dos a la vez. Castle pasó uno de sus brazos por detrás de la espalda Kate, atrayéndola a ellos, mientras abrazaba con el otro a la niña. Ella hizo lo mismo.
Los tres adultos observaron la escena entre miradas cómplices entre ellos.
XXX
-Mami, -dijo para captar la atención de su madre que hablaba animadamente con Martha después de que sus abuelos se hubiesen ido. Solo quedaban ellos cuatro. Martha, Kate, Rick y Sophie. Estaban en una cafetería. –Mami, -repitió –Rick no quiere quedarse a dormir en casa y es viernes –se quejó. –Dile que se quede, ya hace muchos días que no lo hace.-Sophie… -dijo Castle.
-No, mami, dile que se quede. Yo quiero que se quede. ¿Es porque nos reímos de ti por llorar? –inquirió. –Era broma, Rick. Porfi, porfi. –Sophie buscó la mirada de su madre para que la ayudase.- Venga, mami, díselo.
La abogada los miró a los dos sin saber qué decir. Intuía que si Castle rechazaba quedarse era por lo que había pasado entre ellos. Se quedó callada sin saber qué decir. Ni ella misma sabía si prefería que se quedase o no.
-Mama de Rick, ayúdame tú. Dile que se quede conmigo. Yo quiero jugar y ver pelis con él. –Pidió con voz llorosa por la negativa de su amigo y la falta de ayuda.
-Richard… -comenzó a decir Martha siendo interrumpida por su hijo.
-No, madre, sabes que no puedo. –Sentenció. –Lo siento, pequeña, de verdad. Pero esta vez no va a poder ser.
-Jo –se quejó cruzándose de brazos enfadada y agachando la cabeza.
-Sophie… -la llamó Rick pero la niña no le hizo caso.
-Bueno, querido, si es por eso, ella puede ir a dormir contigo. Claro, si tú estás de acuerdo. –Miro a Katherine. Martha sabía que su hijo, más que nada, rechazaba la invitación por no dejarla sola. Desde el último desmayo casi no se había despegado de ella.
-Yo, bueno, supongo que sí. –Dijo dubitativa, ella también quería pasar la noche con su hija, dormir abrazadas. Era lo que más le apetecía después de lo mal que lo había pasado los últimos días.
-¿Puedo? –preguntó Sophie a Rick, levantando la mirada, tenía los ojos llorosos.
-Claro, pequeña, puedes. –Sonrió y abrió los brazos para que la niña lo abrazase.
-Mami, entonces, ¿sí puedo?
-Sí –dijo con un deje de tristeza en su voz. Sonrió para ocultarlo.
-¡Bien! –gritó la pequeña saltando de alegría.
Siguieron hablando un poco más hasta que empezó a anochecer y decidieron que era hora de irse.
Martha, Rick y Sophie fueron a la casa de la abogada antes de irse al lotf para coger el pijama y las cosas necesarias para que la pequeña pasase la noche con ellos.
Kate tomó a su hija en brazos para despedirse de ella. –Bueno, cariño, pórtate bien, ¿eh? –la niña asintió. - ¿Me das un abrazo? –Sophie se abalanzó sobre ella, abrazándola.
-¿Vamos? –le preguntó Rick, cuando se separaron. La pequeña asintió pero al llegar a la puerta y ver que su madre se quedaba allí sola, se volvió y se agarró a sus piernas.
-Sophie…
-Mami, yo… vente a dormir con nosotros. No quiero que te quedes solita.
-Yo no sé si…
-Tonterías –intervino la actriz. –claro que puedes.
Beckett miró a Richard que le sonrió. –Bien, ahora vuelvo entonces. ¡Gracias! –exclamó perdiéndose por el pasillo. Al final, si iba a pasar la noche con su hija. Aunque cuando se dio cuenta que también lo haría con Rick, se puso nerviosa. La última vez no había acabado demasiado bien.
XXX
Después de cenar y de dos películas vista, la niña, por fin se quedó dormida. Los tres, Rick, Kate y Sophie, dormían juntos en la cama del escritor. La niña en medio.
Castle se separó de la pequeña, que lo abrazaba, y se levantó.
Kate se irguió al notarlo. –Tengo que hacer algo. Estaré en mi despacho –señaló la puerta que estaba en frente de él.
-Rick, si tenías que hacer algo, deberías de haberlo dicho y no nos habríamos quedado….
-No te preocupes, no es algo demasiado importante- Le sonrió y salió de la habitación.
Cuando se sentó en su silla, suspiró. No es que tuviese que hacer algo, es que necesitaba salir de ahí. Necesitaba estar solo y desahogarse. Encendió el ordenador y comenzó a escribir todo lo que sentía en ese momento. Necesitaba sacar todo el dolor que tenía adentro. Un día más, un día menos para su madre.
Se dirigió a la cocina a buscar algo de alcohol para beber después de unos minutos. Eso lo ayudaría a olvidar la pesadilla que estaba viviendo.
XXX
Kate se despertó un par de horas después, algo desorientada por estar durmiendo en una cama que no era la de ella.
Se acercó más a su hija y notó que ésta estaba casi en el borde. Se irguió y buscó a Rick, pero no estaba. Miró hacia la dirección por donde se había ido y vi la luz que salía por la rendija de la puerta. Con cuidado de no despertar a su hija, salió de la cama.
Abrió la puerta que comunica la habitación de Castle con el despacho. Lo vio allí, sentado en su silla frente al ordenador, con una botella de Bourbon al lado. El vaso, medio vacío, en su mano izquierda. Richard tenía los ojos rojos e hinchados, seguros por haber estado ese par de horas llorando. Varias lágrimas resbalaban por su mejilla.
Kate no sabía qué hacer. Se debatía entre acercarse y abrazarlo o volver a la habitación y hacer como si nada. No podía hacer lo segundo, él siempre había estado para ella. Ahora le tocaba a ella estar para él.
-Rick… -lo llamó en un susurro. Éste giró su cara, encontrándosela en la puerta, caminando despacio hacia él. Con miedo de estarse equivocando. Agachó la pantalla del ordenador y se levantó para ir a su encuentro.
Abrazó a la abogada con todas sus fuerzas, escondiendo su rostro en su cuello dejando fluir sus lágrimas. Rompiendo a llorar, desahogándose. Kate no quiso decir nada, dejó que llorase en su hombro. Que dejase todo ese dolor salir. Apretó más el agarre y acarició su pelo.
Ninguno de los dos sabía cuánto tiempo habían estado ahí, de pie en medio del despacho, abrazados mientras Castle lloraba.
Más calmado el escritor se separó. –Lo siento –se disculpó mirándola a los ojos y veo que ella también tenía los ojos rojos e irritados. Había estado conteniendo sus lágrimas.
-Rick… no hace falta que te disculpes, es más no tienes que hacerlo. ¿Hace falta que te recuerde quién es la llorona de los dos? –preguntó señalando a ambos, intentando sacarle una sonrisa a Castle. Lo consiguió, consiguió que Castle sonriera tímidamente. -¿Quieres hablar? –Limpiaba las lágrimas secas del rostro del escritor.
Castle la tomó de las manos y se dirigió con ella a uno de los dos sillones que tenía en su despacho. Se sentó y tiró de ella para que quedase sentada en sus piernas, de lado. –Necesito sentirte cerca –confesó –pero si quieres puedo acercarte el otro sillón –lo señaló, estaba justo en frente de ellos. –Si te sientes incómoda…
-No hace falta, así está bien. –Apoyó su cabeza en su hombro, pasando uno de sus brazos por detrás del cuello del escritor y posando su otra mano en el pecho del hombre. Abrazándolo.
El escrito tomó aire llenando sus pulmones y luego lo expulsó todo en un suspiro. –Es difícil, Kate, es muy difícil hablar de esto para mí. Decirlo en voz alta es asumir que va a suceder y no puedo… -terminó de decir con la voz quebrada, rompiendo de nuevo a llorar.
Beckett se incorporó en sus piernas, acarició sus mejillas, enjugando así sus lágrimas. -Shh… Rick, no tienes por qué hacerlo sino quieres o no te ves con fuerzas. Yo estaré aquí cuando estés listo. Esperaré todo lo que haga falta. Sea lo que sea no estás solo, ¿vale? -Richard asintió.
-Gracias. –Agradeció de todo corazón.
-No tienes que darlas. No después de todo lo que has hecho por nosotras. –Castle tomó una de sus manos y la llevó hasta sus labios depositando un beso en ella. –Rick,… yo, yo siento mi comportamiento de todos estos días. No te merecías esa reacción por mi parte.
-¿Fue por el beso? –fue lo único que atinó a preguntar.
-No, bueno, en parte sí pero no fue por el beso en sí. –Castle la miró confuso y arrugó el entrecejo. Kate suspiró dándose tiempo para comenzar la explicación. –Fue por lo que vi al día siguiente –Viendo que Castle seguía sin comprender, siguió: -cuando llegué al parque te ve coquetear con una mujer y…
-Y te pusiste celosa –terminó Rick con una sonrisa.
-No, bueno, sí. Sí, me puse celosa –confeso- Y sé que no tengo derechos porque tú y yo no somos nada. Tan solo me besaste y luego te arrepentiste –El nudo que se le estaba formando en la garganta hizo que parase para que su voz no se resquebrajara.
El escritor llevó una de sus manos a su sien, masajeándola. –Kate, yo, yo no me arrepiento de haberte besado, sé que dije eso pero no es así. Es más complicado de lo que parece. Solo puedo decirte que, desde ese día, no ha habido una sola noche que no lo recuerde. Y por esa mujer de la que hablas… no, ella sí estaba intentando ligar conmigo pero –añadió cuando vio que la abogada quería intervenir –solo estaba intentando ser simpático. Y aunque insinuó varias veces que le diese mi número no lo hice, al igual que rechacé sus invitaciones.
-¿De verdad? –preguntó sorprendida. Richard asintió.
-Si hubiese querido, habría pasado la noche con ella pero no podía ni quería. ¿Y sabes por qué no quería? –Kate negó con la cabeza sintiendo como su corazón se encogía. –Porque yo solo tenía ojos para ti. Yo solo quería estar contigo. –Dos lágrimas escaparon de los ojos de la abogada, al escuchar el pasado en aquellas palabras y no el presente. –Quería y quiero -se corrigió mientras retiraba las lágrimas de las mejillas de Beckett. Kate levantó su mirada encontrándose con la del escritor que la miraba sonriendo tímidamente. Castle colocó su mano derecha en la nuca de Beckett y la atrajo hacia él despacio, parando justamente, cuando sus labios casi se rozaban. Pidiéndole permiso con la mirada. Kate asintió y terminó con los pocos centímetros que separaban sus labios. Primero se rozaron tímidamente, como teniendo miedo de pasar al siguiente paso y profundizar el beso, pero Kate suspiró y Castle no lo soportó más, se adentró en su boca, besándola como había querido hacer desde aquel primer beso.
-No me digas que te arrepientes, por favor –le suplicó después de separase, juntando su frente con la de él.
-No, Kate, claro que no. –Contestó volviendo a cerrar la distancia entre sus labios.
Beckett sonrió sobre sus labios de Rick. -¿Qué? –preguntó sin dejar de sonreír cuando se dio cuenta que él la miraba fijamente.
-Nada, solo que me gusta tu sonrisa. –Ese simple comentario hizo que la sonrisa de la abogada se agrandara más. Se abrazó a él, metiendo su cara en su cuello.
-He soñado tanto con este momento que me parece mentira y más después de…
El escritor la calló poniendo un dedo sobre sus labios. –Yo también he soñado con esto. Tú y Sophie sois lo mejor que me ha pasado.
Beckett pasó su dedo índice por los ojos hinchados de Richard. –Quiero estar para ti, Rick. Quiero ayudarte.
-Ya lo haces, Kate, créeme. –Le dio un suave beso en el cuello. –Más de lo que te imaginas.
La abogada puso su rostro en su pecho y se abrazó a él. Castle, rodeó su cintura con sus brazos.
XXX
-Creo que deberíamos ir a dormir. –Agregó Castle que peinaba con sus dedos el cabello de la abogada.
-Quiero estar un poco más así, abrazada a ti. –se acomodó de nuevo en su cuerpo.
-Podemos dormir abrazados. Es lo que más deseo ahora mismo. –Kate le dio un tierno beso y acarició su mejilla.
-Es una gran idea, Rick. –Fue a levantarse, pero Castle se lo impidió. Cogiéndola él en brazos para llevarla a la habitación.
Caskett23- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/03/2013
Edad : 30
Localización : Cádiz
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
ME ENCANTAAAAA!!!!! es precioso este fic y por fin hablaron... AMO TU FIC
asita24- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 07/09/2011
Edad : 35
Localización : Heredia, Costa Rica
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Hermosisimo me encanto mas tiernos esto dos! ese dan es un imbecil... ahora si van a parece una familia feliz! esperemos k martha les haga la segunda!
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
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Fecha de inscripción : 25/10/2013
Edad : 24
Localización : En el mundo de los sueños
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Simplemente ME ENCANTA....
me gusto la forma en que el la defendio ante Dan, bueno meencanto todo el capitulo, escribs de maravilla...continua pronto.Besoooossss
me gusto la forma en que el la defendio ante Dan, bueno meencanto todo el capitulo, escribs de maravilla...continua pronto.Besoooossss
Carelyn- As del póker
- Mensajes : 374
Fecha de inscripción : 30/04/2013
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Lindo, lindo la forma que le has dado a tu historia. El ver a rick tan vulnerable frente a kate, la forma en que ella lo apoya y como se sinceran los dos es increíble!! . Espero que falté poco para ver el desenlace de la historia de martha
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Por fin aceptan lo k sienten vaya! y k bien ha salido lo del juicio ojala hasta ahi kede el asunto! Ahora le toca a Kate ser el apoyo de Rick. Continua pf
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO
Que bonito... pero el tema de Martha me da pena. Por lo menos el juicio salió bien. Sigue cuando puedas. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
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Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
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