Qué bonita la vida. (Capítulo 32) 07/05 TERMINADO

Pues acabo de descubrir el fic, bueno hace más de 3 horas y no he podido parar de leer hasta el último capítulo!

Es de los mejores fics que he leído, he reído, llorado y hasta me he enamorado!

Síguelo pronto por favor!!

Eres una gran escritora!!!! yo haría una peli de esta historia sin dudarlo!

DidiBcn escribió:Pues acabo de descubrir el fic, bueno hace más de 3 horas y no he podido parar de leer hasta el último capítulo!

Es de los mejores fics que he leído, he reído, llorado y hasta me he enamorado!

Síguelo pronto por favor!!

Eres una gran escritora!!!! yo haría una peli de esta historia sin dudarlo!

Vaya! Muchas gracias, no sé muy bien qué decir, lo siento.

Me alegra que te guste (espero que siga siendo así, jeje)

cururi escribió:Me a Facinado!!!! me encanto... lo ame     
esta kate k tiene k darse cuenta de las cosas por otras personas en vez de confiar un pokito! pobre rick todo desconsolado y kate toda tristona y culpable!!!! y la nena es la k lo pasa peor por la culpa de los grandes!!! espero k rick se de cuenta del daño k le hace a la niña! y k estos 2 porfavor... porfavor se den unos minutos para conversar!!!!
continua prontito porfis!

Creo que la conversación tienen que tenerla, para bien o para mal, ¿cuándo? No sé, pero la tendrán.

Carelyn escribió:Precioso!!! Me encanta.Ya hacia unos cuantos capis q no comentaba pero la verdad es que ha estado genial TODO. No se que decirte, solo que me ha encantado el capitulo y que espero con ansias el siguiente.
Me ha encantado el cap. Todo.Continuaaaaaaa

Gracias!! :)Espero que te siga "encantando" jeje

colombianita escribió:       ...esperando el siguiente!!!!!!

Lo dicho me encanta cada vez que mencionas a mi país!!!!

Bueno, no lo he mencionado mucho.. tenía pensado hacer algo más pero el capi ya era largo de por sí y se me dan demasiado mal las descripciones :/

trolido escribió:desde luego valió la pena la espera, un gran capitulo espero que las cosas vallan mejorando poquito a poco

Me alegro! :)Empeorar ya es muy complicado jeje

moxaCaSkett(sariita) escribió:sigue, a ver que pasa con kate

No creo que le sea muy fácil que la perdone

Ruth Maria escribió:Sera meter mucha presion para que subas el proximo capitulo?? Para Rick esta claro que trato mal a Sophie pero como sera su comportamiento con kate??

Tuve examen el miércoles y ayer día ocupado. Intentaré que sea pronto, pero no sé :/

Verispu escribió:Me gusto mucho como desarrollaste el capitulo, la manera de enterarse de lo de Marthe y mira por quien aclarando todo de una vez, pobre como va a cargar con ese remordimiento de conciencia, pero lo que si me dejo muy enojada fue la forma de comportarse de Rick con la niña y ahora el tambien tiene algo en que pensar, espero el siguiente capi con esa charla que hace tanto se deben! Continua pf!

Sí, aunque un poco cruel que fuese precisamente Ella quién se lo dijera. Bueno, creo que él ya se ha dado cuenta de su error. Ahora falta que le pida perdón a la niña.

castle&beckett..cris escribió:Preciosooo sigueloooo

Gracias!

Ruth Maria escribió:Excelente!! Sophie sufre al ver que su amigo es diferente pero las condiciones cambian. Kate tendrá que asumir las consecuencias de sus actos y sufrir un poco más por ser tan dura con rick, aunque ya huele a reconciliación !!

Sí? Ya? XD Pobre niña, ella no tiene mucha culpa en verdad de todo... Ahora muchas cosas sí que han cambiado, así que a ver.

Yaye escribió:Precioso, un gran capítulo. Me ga gustado mucho como has transmitido el dolor de ambos en esta situación. Y con ese final me has dejado ko, con ese vacío que le estaba haciendo a la pequeña y la desilusion de ésta al ver que ya no la quería.
Me he quedado con ganas de seguir leyendo más. Espero que puedas continuar pronto.

A mí me costó escribir ese final con la niña, pobre. Es la que menos culpa tiene. :/

agecastbet escribió:Bueno ya va siendo hora de que te deje un comentario, pues a pesar de que he ido leyendo todo lo que has escrito, no he tenido mucho tiempo para comentar en todos aquellos fics que sigo, precisamente por intentar leerlos todos y mantenerme informada de como van, evitando que se me quede alguno pendiente.
No tengo demasiada disponibilidad y entro a salto de mata,  deprisa y corriendo, pero hoy y a pesar de las horas, ya no puedo dejar de hacer un comentario, y esperando que el resto no se lo tomen a mal, ya iré haciendo lo mismo con todos, cuando tenga algo más de tiempo para dedicar.
Cómo he de decir que tus capítulos son de la medida apropiada y con una métrica estupendísima. No he visto a lo largo de todo el tiempo que llevas subiendo los capítulos, a nadie protestando por la longitud, debe de ser lo mismo por lo que dice el refrán, el burro grande, ande o no ande, pues tú pareces convencida de que hay alguien en contra de que nos deleites más que la mayoría de los compañeros escritores de fics. Sabes que me encantan los supercapítulos EXTRA, y además si son tan buenos e interesantes como este, aún más.
Desde el primer capítulo me enganchó tu historia, por ser tan diferente y a la vez tan semejante a los protagonistas, si no en la historia dentro de la serie, sí en su esencia, en la esencia de los protagonistas, en esa espléndida visión del alma de estos personajes. A la vez y mal que me pese (no por ti sino por la crueldad de la vida real) que sabes mezclar muy bien los buenos ratos y la complejidad de sus vivencias, con la cruda realidad que nos ofrece la vida, cuando pone mala cara. Manejas muy bien las situaciones, las reacciones de todos y cada uno de los personajes, sin sacarlos de su papel, pero con el trasfondo de sus personalidades, haciendo que se equivoquen una y otra vez, como pasa de verdad en la vida real.
Me tienes el corazón en un puño, lo sabes verdad?, no me gusta como se comportan unos con los otros, pero todo tiene su razón y su explicación, pero espero que tenga también la mejor solución, la que saque a flote y demuestre la verdad de los sentimientos, dejando de lado lo malo que ha habido de por medio. Aunque eso creo que empieza a tener cerca la solución, pues a pesar de todo no se olvidan y son incapaces de desentenderse de lo que les pasa. Todos tenemos la mala costumbre de equivocarnos, pero solo unos pocos aplican el perdón para corregir y enmendar los errores y admitir los propios. Todos aquellos que así lo hacen son los que consiguen llevar adelante sus sentimientos y conseguir la felicidad, esa que nos mantiene vivos y unidos a los que amamos.
Bueno creo que merezco el perdón por mi falta de comentarios anteriores, espero conseguir la absolución y como premio que nos subas el siguiente capítulo lo antes posible, jajajajajajaja
Espero poder seguir comentando tan rápido, pero si no lo hago no creas que es por falta de interés, sino por los imponderables que a veces nos surgen y que no nos dejan hacer lo que quisiéramos, sino lo que podemos.
Ya sabes impaciente por seguir leyendo y conocer todos los detalles de esa inminente reconciliación, pues creo que ya han cometido el error de separarse más veces de las necesarias, espero que hayan aprendido a perdonar más rápido, con cada fallo anterior.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

No pasa nada, comprendo que a veces no tenemos mucho tiempo. Lo del premio no sé, ya han pasado unos días y solo lo tengo empezado   Me has dejado sin saber qué decirte... GRACIAS! Sin palabras estoy jeje
A ver si sí han aprendido a perdonar rápido... o no jeje

anfrig escribió:Precioso!!! Me encanta, cada día mejor...
Ya hacia unos cuantos capis q no comentaba, lo siento mucho, pero cada día esta historia me gusta y emociona más. Espero q puedas continuar pronto, y muchas gracias...

No pasa nada jeje Y, como siempre, gracias a ti!

Lo primero es lo primero no te preocupes! de hecho rick debe arreglar las cosas con sophie porque la niña esta tan pequeña que no entiende lo que pasa, pero sigo insistiendo que a Kate le debe de costar un poco mas, lo hizo sufrir demasiado para que la perdone asi de facil

Ruth Maria escribió:Lo primero es lo primero no te preocupes! de hecho rick debe arreglar las cosas con sophie  porque la niña esta tan pequeña que no entiende lo que pasa, pero sigo insistiendo que a Kate le debe de costar un poco mas, lo hizo sufrir demasiado para que la perdone asi de facil

No creo que Rick se lo ponga muy fácil...

Capítulo 25

Sophie rodeó el cuello del escritor con sus pequeños bracitos, escondiendo su rostro ahí, aspirando ese aroma que tanto había echado de menos.

-¿Estás bien, pequeña? –preguntó cuando la niña sollozó y su cálido aliento chocó contra su piel. No tuvo por respuesta nada que no fuese otros cuantos sollozos más.  

Castle suspiró, se había pasado. Pasó su mano por toda la espalda de la niña, haciendo círculos. –Yo también te he echado de menos –le confesó en un susurro sobre su oído, recordando las palabras de antes de Sophie.  –Mucho de menos, amiga. –Besó el pelo de la niña, cosa que hizo que la pequeña despegara su rostro de su cuello, muy despacio, hasta poder mirarlo a los ojos.

Mientras, Kate, observaba la escena sin querer interrumpir, le debía eso a su hija, se limpiaba con el dorso de su mano izquierda las nuevas lágrimas que habían brotado de sus ojos.

-¿De verdad? –inquirió con hilo de voz mientras sorbía por la nariz. Castle asintió con una tímida sonrisa. –Entonces… -titubeó jugando con los dedos de sus manos, nerviosa.

-¿Entonces? –Rick alzó las cejas sin dejar de sonreír para animarla a seguir.

-Entonces, ¿sí me quieres? –Lo miró con miedo en sus ojos. Castle sintió un dolor en el pecho ante esa pregunta. ¿Tanto se había pasado?

-Claro que te quiero, pequeña. –La atrajo hacia él para abrazarla de nuevo. –Te quiero mucho, Sophie. Solo es que he sido un tonto antes. ¿Me perdonas? –le pidió tragando saliva para disipar el nudo que se le estaba formando en la garganta.

-Yo también te quiero mucho, Rick –declaró con una gran sonrisa en su carita. Arrugó la nariz, una graciosa mueca que había heredado de su madre, y besó varias veces su mejilla, dándole sonoros besos que luego Richard le devolvió feliz.

Kate sonría al ver a su hija tan feliz con los ojos aún irritados por el llanto. Sin atreverse a decir ni una sola palabra, para no romper aquella reconciliación.  

-Te he buscado mucho –le confesó Sophie.

-¿Sí? –preguntó con el entrecejo arrugado.

-Sí, pero tú estabas en el extranjero y no podía encontrarte. –Aclaró. Richard se quedó pensativo, si sabía que había estado fuera de Estados Unidos es que de verdad lo había buscado en serio. –Te he echado mucho de menos y te quiero mucho, Rick –Dijo antes de volver a rodear su cuello con sus brazos para fundirse en otro abrazo. Ahora más largo.

Tímidamente, Beckett, dio un paso hacia delante, pero el dolor de su tobillo, provocó que se tambalease y que tuviese que hacer un esfuerzo para mantener el equilibrio y no volver a caer. Con la emoción del momento no se había percatado del dolor de su pie, con el que pisó la piedra, y el intenso dolor de su muñeca derecha, con la mano que había aguantado su peso para no caer encima de su hija.

El escritor, que había escuchado el gemido de dolor de la abogada, la miró. Por primera vez se fijaba en ella desde que había entrado en el parque. Sabía que andaba por allí pero había decidido ignorarla. Cuando la ayudó a levantarse no le había prestado mucha atención, no mucho más de mirar si estaba bien y, luego, se había concentrado en su pequeña amiga.

¿Estás bien? –le preguntó más por educación que por otra cosa.

-Sí, -mintió–gracias –sonrió tímidamente, pero Rick no le devolvió la sonrisa. Su rostro estaba serio y su mirada era fría.  El miedo y la angustia resurgieron en su interior.  

Intentó volver a caminar sin éxito. Gimoteó. Esta vez, el dolor había sido más intenso y el esfuerzo por seguir de pie fue mayor.

-Creo que te has doblado el tobillo. –Vaticinó Castle. -¿Puedes caminar? –Kate asintió y con los labios apretador, a causa del dolor que estaba sintiendo en el tobillo, dio dos pasos.  -¿Segura?

-Sí, -pero al apoyar de nuevo el pie, su rostro se contrajo  en una dolorosa mueca.

-Creo que no. –Soltó a la niña en el suelo y colocó sus manos en la cintura de su exnovia y la guio hasta el banco más próximo.  –Déjame que te vea el pie. –Kate no dijo nada y Castle le quitó el zapato de tacón para vérselo mejor. –No lo tienes hinchado, puede que no sea nada. Que solo sea el tropiezo –Beckett asintió y Rick se fijó en la mano que, la abogada, inconscientemente, tenía levantada hasta la altura de su pecho. La tomó entre sus manos. –¿Te has dado también en la mano? –inquirió al ver su muñeca bastante inflamada.

-Supongo que intenté parar la caída con ella. No sé –contestó sin mirarlo a los ojos. No se atrevía a enfrentarse con su fría mirada.

-Será mejor que vayas al hospital para que te hagan una radiografía. –Kate negó. –Creo que es mejor que vayas –le aconsejó.

-No, no creo que sea nada. El golpe solo.

-Okay, haz lo que quieras entonces. –Rick se puso de pie.  Ella se desilusionó al ver que, el escritor, no iba a insistir más. En otras circunstancias… hubiera sido muy distinto. Se colocó el zapato y se levantó, volviendo a sentir aquel dolor en su tobillo.  -¿Habéis venido en coche?

-Sí. –Suspiró a darse cuenta de que conducir en su estado era muy complicado.

-Bien, os acompañaré a casa. No creo que estés para conducir. –Beckett asintió. No quería rechazar su ayuda después de todo, además, su hija ya estaba festejando el poder pasar más tiempo con su amigo.

Rick tomó a Sophie en brazos, ésta no paraba de hablar sin parar. Estaba muy contenta. Radiaba felicidad. Caminaba charlando con la niña sin percatase que Kate se había quedado atrás. No podía seguirles el ritmo con semejante dolor en su tobillo. Tomó aire para después expulsarlo despacio y se volvió.

-Te ayudo –y diciendo esto, pasó su brazo, con el que no sujetaba a la niña, alrededor de su cintura para sujetarla.

Al sentir la cercanía de su cuerpo, Kate suspiró y lo miró a los ojos, encontrándose con indiferencia y frialdad en ellos. Tan cercas y tan lejos a la vez. Una tortura. Agachó la mirada, clavándola en el suelo y se concentró en caminar hasta su coche. Aguantándose no solo las ganas de llorar, sino de hacer de ese agarre un abrazo. Ese abrazo que llevaba esperando meses y del que nunca quería volver a soltarse.  


El trayecto hasta el departamento de la abogada fue, cuanto menos, tenso. Solo la risa y las intervenciones de la pequeña, lo hicieron más cómodo.

Kate, había estado durante todo el camino con su mirada fija en el paisaje, tratando de ocultar sus ojos acuosos.

Por el contrario, Castle, había estado charlando con su amiga y mirando de vez en cuando a Beckett. No era la misma mujer que había conocido ni que había visto por última vez en aquel parque.

-Ven –le dijo Sophie a Rick, cogiendo su mano para empujar de él hasta el portal de su edificio. –Te tengo que enseñar mis juguetes nuevos y presentarte a mis nuevas hijas. –Reía feliz.

-Yo… Sophie, yo… será mejor que me vaya, solo he venido a acompañaros. –La pequeña hizo un mohín y sus labios se curvaron hacia abajo.

-Yo quería jugar contigo y ver pelis y… –la niña se mordió el labio inferior mientras sus ojos se humedecían. –Yo quiero estar contigo más rato, Rick. –Le suplicó.

El escritor suspiró. Era una situación complicada. Él también quería pasar más tiempo con su pequeña amiga pero eso conllevaba subir hasta el departamento y estar cerca de Kate, cosa que quería evitar y más sabiendo que el novio, o lo que fuera de ella en esos momentos, podría estar allí o llegar más tarde. Castle se arrodilló para intentar igualar las alturas.

-Pequeña, -la llamó suavemente.

-Rick –Sophie colocó sus manitas a cada lado del rostro de su amigo –solo un ratito más, por fa. –le pidió con voz llorosa. Éste exhaló y miró hacia arriba, su mirada se encontró con la de Kate, que cabizbaja los observaba, apoyada en la pared. Ésta asintió levemente, sin cambiar su semblante triste.

-Vale, -aceptó el escritor –pero solo un ratito, ¿ok? –La niña asintió con una sonrisa y volvió a tirar de su amigo, nada más que éste estuvo de pie.




Sophie y Castle jugaban animadamente en la habitación de la niña. Kate, en cambio, se había sentado en el sofá nada más pisar su casa, aunque lo que ella, verdaderamente, quería era encerrarse en su cuarto y llorar. Pero no lo podía hacer, no aún.

De vez en cuando, una lágrima resbalaba por su mejilla para morir en el dorso de su mano o el pantalón que vestía.

Por una parte, se sentía feliz de ver a su hija tan contenta por haber recuperado a su amigo pero, por la otra, la indiferencia de Rick hacia ella, le hacía ver que no tenía posibilidades. Tan solo pedirle perdón y esperar a que él la perdonarse. Pero nada más allá de eso. Aunque pensándolo bien, esperar su perdón, era ser demasiado optimista.


Un rato más tarde, con algo de esfuerzo, logró ponerse de pie de nuevo. Era hora de empezar a preparar la cena, tal vez eso, la ayudaba a mantener su mente ocupada y no pensar durante unos minutos.

No sabía si Rick aceptaría a quedarse a cenar, si su hija podría convencerlo o no, pero por si acaso, prepararía ese plato que a Castle le gustó tanto. No es que fuera a perdonarla por eso, no, pero, al menos, quería compensarlo un poco.

Intentó una y otra vez cortar todos los ingredientes con la mano izquierda, sujetando el tomate, o lo que fuese, con la derecha. Al principio le costó bastante, pero al final logró hacerlo, más mal o más bien. Cada poco tenía que cerrar los ojos para aguantar el agudo dolor de su muñeca, lo que hacía que tardarse más tiempo en hacer cualquier cosa para la que tenía que utilizar la mano. Agradeció que no fuese un plato demasiado elaborado.

Cuando lo tuvo todo preparado en el horno, listo para que se cocinase, fue a la habitación de su hija.

Sonrió inconscientemente al ver la escena que tenía ante sus ojos. Rick, con una muñeca entre sus brazos, estaba sentado en el suelo mientras que su hija lo maquillaba con sus pinturas. Le había puesto dos pequeñas colas en su cabeza. Castle tenía los ojos cerrados y la niña pintaba sus párpados de color lila. Rio al fijarse en la cara del escritor. Hasta un payaso iba mejor maquillado que él. Sacudió la cabeza, ¿quién en su sano juicio se dejaba maquilla por una niña de 4 años? Pero era Rick, ese hombre que sentía una gran devoción por su hija.

-Hola, mami –la saludó su hija sonriéndole cuando se percató de su presencia.

-Hola, cariño, -le devolvió la sonrisa.

-¿Has visto lo guapo que está Rick? –le pregunto con una gran sonrisa, orgullosa de su trabajo. El mencionado abrió los ojos a tiempo para ver carcajear a Kate. La niña achicó sus ojos.

-Sí, cariño, está muy guapo –le respondió cuando se hubo repuesto, intentando controlar sus ganas de volver a reír.

Castle torció la boca, en otro momento le había contestado y se habría fingido estar ofendido, se limitó a ignorar su risa y cerró los ojos para que la niña acabase su trabajo. La abogada, suspiró con tristeza.

-Sophie, la cena está casi lista, ponte el pijama, ¿vale? –le pidió, tratando que su voz sonara normal.  La niña asintió, y Kate regresó a la cocina todo lo deprisa que el dolor de su tobillo le permitió. Por suerte, cada vez era menor, al contrario que el de su muñeca.


Escuchó como su hija arrastraba sus pies descalzos por el suelo mientras intentaba convencer a su amigo de que cenara con ellas, a lo que Castle se negaba como podía.

-Lo siento, Sophie, pero no puedo comer aquí. Ya he jugado contigo un rato, -la niña se cruzó de brazos, agachando la cabeza –Te prometo que mañana iré a jugar contigo al parque de siempre, ¿vale?

-Pero yo quiero que te quedes y que me cuentes un cuentos antes de dormir y…

-Sophie, otro día –le dijo suavemente.

Richard apareció en la sala con la cara lavada y sin las colas en su cabeza. Se fijó en la mesa preparada para tres y en lo que Kate había cocinado. La miró serio y Beckett agachó la cabeza.  Se arrodilló y le dio un beso en la mejilla a su amiga, en forma de despedida, antes de irse.

Beckett se dejó caer en la silla, haciendo un esfuerzo sobre humano para no romper a llorar delante de su hija. Todo el esfuerzo había sido en balde.

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En el próximo, ya sí que hablarán y Castle sabrá hasta que punto están informadas de su vida. Iba a ser en este pero mi casa está en obras... He preferido subir hasta aquí que haceros esperar otra semana más...

El capítulo no me termina de convencer, no me gusta, pero bueno, no me sale nada mejor (y mira que es fácil)

¡Buenas noches!

Que bonita la reconciliación con la pequeña, su frustración por no poderle decir que no a nada de lo que le pide.
Por otro lado la indiferencia y frialdad con la que trata a Kate se lo tiene merecido, le ha hecho mucho daño y eso no se olvida fácilmente, pero espero, que poco a poco vayan retomando una relación normal de "amistad" aunque sea por la niña y que Kate intente conseguir su perdón.
No se por que dices que no te gusta el capítulo, para mí está genial!!. Deseando leer el próximo

Sigueee

Al fin rick se arregló con Sophie pues la niña no tiene la culpa de nada, kate tendrá que seguir sufriendo la consecuencia de sus errores no puede pretender que todo se solucione a la primera

Sigueee

Esperando el siguiente!!!!!!

Ahora solo falta que hablen los dos y intenten entenderse el uno al otro

que lindo y triste ala vez, espero la platica entre rick y kate

Yaye escribió:Que bonita la reconciliación con la pequeña, su frustración por no poderle decir que no a nada de lo que le pide.
Por otro lado la indiferencia y frialdad con la que trata a Kate se lo tiene merecido, le ha hecho mucho daño y eso no se olvida fácilmente, pero espero, que poco a poco vayan retomando una relación normal de "amistad" aunque sea por la niña y que Kate intente conseguir su perdón.
No se por que dices que no te gusta el capítulo, para mí está genial!!. Deseando leer el próximo

Sí, se lo merece pero he de reconocer que me da pena escribirlo xD (pero sería lo lógico). Difícil parece tener su perdón desde luego.
Gracias!!

treinta y uno escribió:Sigueee

Intentaré que sea pronto.

Ruth Maria escribió:Al fin rick se arregló con Sophie pues la niña no tiene la culpa de nada, kate tendrá que seguir sufriendo la consecuencia de sus errores no puede pretender que todo se solucione a la primera

No, ni a la primera ni a la segunda me parece a mí, tal y como está Rick con ella. Sí, la niña no tenía culpa de nada.

castle&beckett..cris escribió:Sigueee

Lo haré!

colombianita escribió:Esperando el siguiente!!!!!!

Gracias! Espero que no tarde yo mucho jeje

trolido escribió:Ahora solo falta que hablen los dos y intenten entenderse el uno al otro

sí, falta eso pero es un poco difícil, no?

moxaCaSkett(sariita) escribió:que lindo y triste ala vez, espero la platica entre rick y kate

Eso ya está escrito jeje Gracias!

Pues pobre ahora si que ni la pelo! Pero el tambien tiene k enterarse del porque del cambio de ella tal vez asi logre entender porque actuo de esa manera! Por fa no tardes mucho ok?

Es lógico que se debe enterar pero más bien le demuestra que no le tenía ni una poca de confianza! Se que se debe sentir mal pero a lo hecho pecho!! Seré masoquista pero que sufra otro tanto igual aunque se que al final habrá reconciliación de la buena!!

Verispu escribió:Pues pobre ahora si que ni la pelo! Pero el tambien tiene k enterarse del porque del cambio de ella tal vez asi logre entender porque actuo de esa manera! Por fa no tardes mucho ok?

En el próximo capi se entera de porqué actuó ella así. No sé cuánto, pero espero que para el finde esté

Ruth Maria escribió:Es lógico que se debe enterar pero más bien le demuestra que no le tenía ni una poca de confianza! Se que se debe sentir mal pero a lo hecho pecho!! Seré masoquista pero que sufra otro tanto igual aunque se que al final habrá reconciliación de la buena!!

Sí, ese es otro problema, la confianza. Qué de tanto quieres que sufras? Espero no pasarme, ni quedarme corta

tan genial como siempre! amo como se comporta con sofi, es tan lindo   
por el otro lado esa indiferencia con kate   esperemos k en el proximo capitulo puedan hablar como "gente normal" (dependiendo del punto de vista de k es lo normal) y k por lo menos ya no la trate con tanta frialdad! continua pronto porfis! dile a los maestros k se apuren   

Escribes genial así que no pongo en duda que te lucirás con su castigo!! Sólo el hecho de insinuar que estuvo con el por lástima no se perdona así no mas

Ruth Maria escribió:Escribes genial así que no pongo en duda que te lucirás con su castigo!! Sólo el hecho de insinuar que estuvo con el por lástima no se perdona así no mas

Esos es relativo... y no sé si lo haré bien, tengo dudas en cómo seguirlo ahora mismo..
No, como tú dices, solamente eso es difícil de perdonar.. así que, a ver qué sale.

Estaremos esperando la continuación.

Ruth Maria escribió:Estaremos esperando la continuación.

Pues ya se acabó la espera

Capítulo 26

Observó cómo la puerta se cerraba tras de su amigo. No se había quedado a cenar con ella ni a contarle un cuento antes de dormir, pero estaba feliz por haber podido compartir ese rato junto a él jugando.

Corrió arrastrando sus pies descalzos por el suelo, trepó y se sentó en su silla. Lista para empezar a cenar.

Miró a su madre con una gran sonrisa, tan grande era, que se le achicaron los ojos. Kate le devolvió la sonrisa, forzada, pero estaba feliz por su hija al fin y al cabo.

-¡Tengo mucha hambre! –exclamó riendo la pequeña.

-Pues a comer ya, entonces –le acercó más el plato, le dio el tenedor y colocó la silla lo más pegada a la mesa para que pudiese comer con comodidad. –Hay de sobra –le sonrió y le acarició la mejilla con la mano que no le dolía.

Durante la cena, Beckett, estuvo escuchando   con entusiasmo a su hija. Ésta le contaba ilusionada lo que había estado haciendo con Rick.

-¡Y mañana va a ir al parque a jugar conmigo! –Gritó, dando con el tenedor en la mesa.

Kate le dedicó una sonrisa antes de llevarse a los labios el vaso de refresco. Se estaba pasando la cena, dándole vueltas con el tenedor a la comida sin llevarse nada a la boca. No tenía apetito. De vez en cuando, dirigía su mirada hasta el lugar que hubiese ocupado Rick, encontrándose con el plato intacto encima de la mesa.

-¿Qué hay de postre, mami? –preguntó su hija cuando se hubo comido el último bocado de su plato.

-Hay yogures, fruta, tarta,… -enumeró – lo que tú quieras.

-¿Tarta de chocolate? –Kate asintió. -¡Tarta!

Se levantó con cuidado de no plantar mal el pie, casi no le dolía ya, pero prefería tener cuidado. Recogió con una mano todo lo que pudo y se marchó a la cocina a por el postre de su hija.



Sentada en el banco de siempre, Kate, esperaba, junto a una impaciente Sophie, la llegada del escritor. Aunque intentaba controlar los nervios, cada vez se le hacía más difícil mantenerlos bajo control.

La niña, movía sus piernas, que quedaban colgando del banco. -¿Falta mucho para que llegue, mami?

-No lo sé, cariño. –Kate la miró y en ese mismo instante, su hija salió corriendo.

-¡Rick! –gritó, abrazándose a las piernas del escritor. -¡Por fin viniste! Castle la tomó en sus brazos y besó su mejilla.  

-Lo siento se me ha hecho un poquito tarde, arreglando unas cosas. –Le sonrió. -¿Vamos a jugar? –preguntó, caminado hacia la zona de juegos.

Kate agachó la cabeza, tratando de controlar las lágrimas. Ni siquiera la había mirado. Era como si no existiese para él.

Dos horas más tardes, vio cómo Rick se despedía de su hija, o eso le parecía. Se levantó dubitativa y caminó despacio hacia ellos. Cada paso que daba, la hacía sentirse más y más nerviosa. Las manos le sudaban y tuvo que respirar hondo varias veces para coger fuerzas y no volverse.

Castle se irguió después de depositar un beso en la frente de la niña y se giró dispuesto a irse.

-Rick, -lo llamó Beckett, sujetándolo del brazo para que no se fuera -¿podemos hablar? –le pidió de forma suplicante. Castle miró primero el agarre y luego a los ojos duramente. Se zafó rápidamente de la mano de Kate.

-No. –Negó antes de girarse de nuevo.

Volvió a cogerlo del codo, ahora con más fuerza. –Por favor. –Le pidió.

Suspiró antes de darse la vuelta. –No –su mirada se encontró con la de Sophie que lo miraba con el entrecejo arrugado. –Tengo que irme ya. –Añadió. –Voy tarde. –Mintió.

-No será mucho tie… -Antes de que pudiese acabar la frase, el escritor la interrumpió.

-No puedo. Tengo algo que hacer. –Siguió mintiendo. Kate asintió tristemente y tras volver a darle un beso a la niña, Castle, se fue.


Al día siguiente, nada más pisar el parque, los ojos de Richard se encontraron con los de Kate. Estos lo miraban triste, mientras los de él, lo hacían fríamente. Kate se puso de pie y él aligero sus pasos para llegar lo más rápido posible a donde estaba la niña. No quería hablar con ella.

Beckett, que se había dado cuenta de su actitud, se volví a sentar con pesadez.  

-¡Tú no tienes papá! No vas a poder jugar en el cole – le decía una niña, varios años mayor, a Sophie. La pequeña estaba abrazada fuertemente a su muñeca con los ojos aguados.

-¡Sí que tengo! –gritó. Las primeras lágrimas salieron de sus ojos, descendido por sus mejillas.

-No, no tienes y no podrás a jugar porque es un juego con los papás. –Se burlaba la niña. –Nunca va al colegio como los demás ni el primer día. Eres mala y fea por eso no tienes papá. –Sophie comenzó a llorar con más fuerza. –Y tu mamá también te va a dejar de querer porque nadie quiere a niñas como tú. –La empujó riéndose, provocando que la pequeña Beckett cayese al suelo de culo.

Richard, que había presenciado la escena mientras se acerca, corrió hasta llegar a su amiga. La levantó del suelo, cogiéndola en brazos.  Rápidamente, Sophie, se abrazó a su amigo, llorando en su hombro. Hundió su cara en su cuello.

-Deberías meterte con gente de tu edad. –le espetó Rick antes de irse con la niña en brazos.

Kate, que también había salido disparada a ver cómo la otra niña tiraba a su hija, llegó hasta ellos.

-Sophie, cariño, -la llamó, pero la niña no le hizo caso.

-Rick –sollozó la pequeña, ignorando a su madre

-Yo hablo con ella –dijo el escritor, alejándose con la niña en brazos. Subiéndose a una de las pequeñas casitas del parque.  Se sentó en suelo, esperando a que la niña se separase y ella misma le empezase a contar lo que había pasado.

Pero eso no llegaba.

-Ey, pequeña, –la llama suavemente - ¿vas a contarme porque esa niña te estaba molestando?

La niña dio un largo suspiro. –Porque no tengo papá. –Dijo entre sollozos.

Rick la tomó por los hombros y la separó de él para mirarla a los ojos. –No tienes papá, pero me tienes a mí, pequeña. Ya lo sabes. Yo siempre estaré aquí para ti. –La niña asintió. –Además, -continuó – yo te escuché llamar papi al novio de tu mamá.

Sophie negó. –Yo no quería que fuese mi papá –la niña se pasó la manga de su abrigo verde por la nariz. – Y Will ya no es el novio de mami. Desde hace mucho tiempo –agitó la mano exageradamente.  

Dejó de mirar a su amiga por varios segundos para asimilar la nueva información. La pequeña se abrazó a él de nuevo, escondiendo su cara en el pecho de su amigo. –Yo solo quiero que tú seas mi papá. –le confesó.

El escritor abrió la boca sin saber qué decir pero su corazón se llenó de felicidad al escuchar aquellas palabras salir de la boca de esa niña, de la niña que le había robado el corazón. A él también le gustaría que Sophie fuese su hija, pero tal y cómo estaban las cosas con la madre de la niña, no sabía qué decir.

-Te quiero mucho, pequeña.

-Yo también te quiero, Rick. –La niña se separó e aupándose un poco, besó la mejilla de Richard. Luego, él hizo lo mismo y le sonrió.

-¿Te ha dicho algo más? –La niña asintió triste y su rostro volvió a llenarse de dolor. -¿Qué? –inquirió.

-Me ha dicho que no tengo papá porque soy fea y mala y que mami también va dejarme de querer. –Sophie rompió a llorar de nuevo.

-¡Eh! Pequeña, -le acarició la mejilla –eso no es verdad. Eres la niña más guapa y más buena del mundo. Y tu mami nunca va dejar de quererte. Ella te quiere mucho, Sophie. ¿A que ella siempre está pendiente de ti? –Asintió -¿Ves? Cómo va dejarte de querer si tú lo eres todo para ella.

-Sí, mami me da besos y abrazos siempre. –Aseguró.

-¿Ves? Si es imposible no quererte. –Tras decir eso, le dio varios besos por toda la cara, haciéndola reír, y la abrazó.

La niña se volvió a poner seria.

-¿Hay algo más Sophie?

-sí, es que… mañana… –la pequeña se quedó callada, dudosa de seguir o no.

-¿Mañana? –le preguntó sonriendo.

-Mañana van al colegio todos los papás con sus hijos para un juego y… -la niña agachó la cabeza.

Richard la tomó por la barbilla e hizo que lo mirara. -¿Quieres que yo vaya contigo? –se ofreció.

Sus labios, rápidamente, se curvaron hacia arriba, formando una gran sonrisa en la carita de la pequeña. -¡Sí! –Gritó antes de abalanzarse sobre él.

Castle rio y la apretó contra él.

-Ey, pequeña –llamó su atención, cogiendo la bolsa que traía con él y que había quedado olvidada. –Te he traído un regalo.

Sophie tomó la cajita entre sus manos y la abrió sin cuidado, rompiendo el papel de regalo. -¿qué es? -le preguntó curiosa.

-Es un Walkie, yo también tengo uno. Así, podremos hablar siempre que queramos, como si fuese un móvil. –La niña sonrió contenta. -¿Quieres saber cómo funciona? –Sophie asintió.


Preocupada, así estaba desde que había visto a su hija sentada en el suelo por el empujón de la niña. Kate no paraba de moverse. Dejando caer todo su peso en uno de sus pies para luego hacer lo mismo con el otro. Pasándose la mano, que no le dolía, por la cara.

-¡Mami! –gritó la pequeña corriendo hacia ella, como si no hubiese pasado nada.

Beckett dio varios pasos para acortar también ella la distancia, cuando la tuvo justo en frente, intentó cogerla, levantándola por las axilas pero su mano derecha se resintió. Rodeó el pequeña cuerpo de su hija con la mano izquierda y la cogió en brazos.

-Mira lo que me ha regalado, Rick –Dijo enseñándole el aparato –es para que hablemos siempre que queramos, como los móviles. –Sonrió.

Castle, que había llegado hasta ella, se quedó a una cierta distancia. Observando.

-¡Mami! ¡Mami! –exclamó la pequeña sin dejarla hablar. –Rick va a venir al cole mañana para jugar al juego conmigo –se giró para mirar a su amigo y sonreírle.

-Si no te importa –añadió Castle a darse cuenta de la intensa mirada de Kate.

-No, claro que no. –Le sonrió tímidamente pero solo obtuvo un seco “Bien” por parte del escritor.

-Sophie, cariño, -volvió a centrarse en su hija –antes… ¿qué pasó?

-La niña me estaba molestando porque no tenía papá y… -la felicidad desapareció del rostro de Sophie.

Kate cerró los ojos durante unos segundos. –Sophie, me tienes a mí y siempre me tendrás a mí –la niña asintió.

-¿No vas a dejarme de querer? La niña dijo que tú tampoco me ibas a querer más por ser fea y mala.

-No, cariño, claro que no –besó su mejilla. –Yo nunca podría dejar de quererte. ¿Sabes por qué? –Sophie sacudió la cabeza. –Porque tú eres mi vida, porque sin ti yo no podría vivir. Necesito tus besos y tus abrazos para respirar, cariño. –Kate se limpió una lágrima traicionera que se había escapado de sus ojos y su hija la abrazo, susurrándole un “Te quiero, mami” en el oído.


Castle estaba sentado sobre la cama de su pequeña amiga mientras hablaba con ella.

-Rick… -titubeó.

-Dime, enana –le hizo cosquillas.

-Para, para  -le pidió Sophie sin poder parar de reír. Cuando reguló más o menos su respiración, habló: -¿Tú vas a ser otra vez el novio de mi mami? –le preguntó mirándolo a los ojos.

El adulto suspiró. –Es complicado, Sophie. –Fue lo único que supo contestarle a la niña.

-¿Por qué? –inquirió. –¿Es por tu mamá? ¿Por qué murió? –Al ver el cambio en el rostro de su amigo y cómo Rick había agachado la mirada, se arrepintió de haberlo dicho. Se llevó las manos a la boca y se la tapó. –Rick, ¿estás enfadado? –le preguntó nerviosa después de ver que Castle se había quedado callado por un largo rato.

-No –negó sin mirarla.

La pequeña colocó sus manitas a cada lado del rostro de su amigo, obligándola a que lo mirara. Cuando sus ojos se encontraron, vio que el escritor los tenía anegados en lágrimas.

-¿Estás triste? –Acarició su mejilla. Richard asintió. -¿Por tu mami?

-Sí –Carraspeó para aclararse la garganta.

-Mi mami me dice que no tengo que estar triste porque tu mamá está en el cielo y está muy feliz, como mi conejito Bigotitos. –Rick sonrió amargamente ante la inocencia de la niña. –Además, mi mami me enseñó un truco para no echarla de menos y jugar cada vez que quiera con ella. ¿Quieres que te lo enseñe para que tú tampoco la eches de menos?

-Vale. –Colocó un mechón de pelo detrás de la oreja de su amiga.

-Cierra los ojos –la pequeña puso sus manitas en los ojos de Richard, para que no viese nada. –ahora tienes que pensar lo que tú quieras hacer con ella. Yo pienso que hago pase de modelos, que me da besos y abrazos,… tú puedes hacer lo que quieras. ¿A qué funciona? –le preguntó entusiasmada.

Rick asintió y abrió los ojos cuando su amiga quitó sus manos. –Eres un ángel. –le sonrió y le dio un sonoro beso en la frente.

La niña le devolvió la sonrisa. -¿Quieres que te cuente un cuento? –Castle rio, lo había pillado por sorpresa. –Es lo que tú hacías conmigo cuando yo estaba triste. –Le recordó.

-Vale. –aceptó.

Sophie se quitó de encima de sus piernas y se acostó en su cama. –Ven –le pidió a su amigo. –Ponte aquí conmigo –hizo que él también se recostara y puso sus manos en su rostro para que Castle lo apoyase en su hombro. Cuando ya estaban listos, le preguntó. -¿De qué quieres que te lo cuente?

-A ver, que piense…

-¿Quieres que sea de tu mamá? –Richard asintió.

-Bien –la niña se pasó la mano por la cara para quitarse un mechón de cabello rebelde antes de empezar con su historia: -Había una vez un príncipe… no, no un rey –se corrigió-, que vivía con su mamá Martha. –Sophie se quedó pensando. – Un día su mamá murió pero el rey Rick no tenía que estar triste porque su mamá estaba el cielo jugando y riendo con todos los que estaban allí, como el conejo de la amiga de Rick que se llamaba Bigotitos. Bigotitos y la mamá de Rick eran amigos y jugaban mucho. Además, Sophie le había enseñado a su amigo, el rey Rick, un truco para no echar de menos a su mami. Sophie siempre le iba a dar besos y abrazos a su amigo Rick para que no estuviese triste, porque Sophie quiere mucho a Rick –le sonrió cómplice y Castle le guiñó un ojo.

-Y Rick quiere mucho a Sophie –dijo, dándole un beso en la mejilla. La niña sonrió y le devolvió el besó. Aprovechó que Castle había colocado su cabeza en la almohada y se acostó de lado. Pasó su brazo derecho alrededor del cuello de su amigo y le sonrió.  Richard, también, rodeó el cuerpo de su amiga con su brazo izquierdo.

Kate, que había observado toda la escena escondida detrás de la puerta semicerrada, sonreía muy orgullosa de su hija. Cuando había visto a Rick llorar, había deseado entrar pero él llevaba desde su regreso ignorándola y las cosas podrían haber ido a peor, además, su hija lo estaba haciendo bien, muy bien.



Castle salió de la habitación de la pequeña, tras contarle un cuento y esperar a que se durmiese.

Caminó deprisa por toda la casa hasta llegar a la puerta de salida. Quería salir de allí lo antes posible, ya no tenía caso pasar más tiempo en ese casa. Su amiga estaba dormida.

-Rick, ¿podemos hablar? –le preguntó sujetándolo del brazo para que no se marchara. –Por favor –le suplicó con los ojos llenos de lágrimas. Castle la miró duramente. –Por favor, solo escúchame –pidió con la voz rota.

-¿Por qué, Kate? ¿Por qué debería escucharte? Tú no lo hiciste conmigo aquel día en el parque.  –Tiró fuerte de su brazo para escaparse del agarre de Beckett. –Te besaste con otro delante de mí, sin importarte nada. –Elevó considerablemente la voz. Se giró para irse pero Kate se abrazó a él por la espalda. Apoyando su frente en el centro de ésta.

-Por favor, no te vayas, Rick. Yo… yo tengo que explicarte… yo… perdóname. Yo no sabía. –Confesó.

Castle tomó aire para darse fuerza antes de volverse. –No, tú no sabías. Sabías algo y me alegro que no supieras todo. ¿Para qué? ¿Para qué sintieras más lástima por mí? No –y acto seguido, la tomó por los hombros para separarla de él.

Completamente deshecha, Kate, lloraba sin poder controlar el llanto, sin poder articular palabra por culpa del gran nudo que se había formado en su garganta.

-Nunca te importé, Kate. Me lo dejaste bien claro aquel día en el parque. Cuando dejaste de contestar a mis llamadas, a no responder a mis mensajes. Mi madre estaba enferma y te necesitaba, Kate. Te necesitaba más de lo que te puedas a llegar a imaginar, pero tú no estabas. Tú preferías estar con otro, haciendo Dios sabe qué –Rick respiró profundamente. –¿Sabes cómo me hiciste sentir ese día? Yo… Yo quería hablar contigo y explicarte todo, pero tú…

-Rick, yo siento mucho no haber estado. Lo siento mucho –repitió mirándolo a los ojos. –Yo estuve llamándote varios días y no contestabas y…

-Esos días estuve con mi madre en el hospital. Había tenido otra recaída. No llevaba el móvil por lo que no pude llamarte. –Aclaró, interrumpiéndola.

-Yo no lo sabía.

-Claro, no me dejaste explicarme –ladeó la cabeza, mordiéndose la lengua. –Además, ¿qué te importaba a ti? Tú no sentías nada por mí. Solo agradecimiento y lástima, como muy bien me dijiste. –Dejó caer sus brazos, golpeando sus manos sobre sus muslos fuertemente.  Exasperado.

-No, no digas eso, Rick. Yo mentí, yo… Claro que me importabas, ¡claro que me importas! –exclamó. –Solo me equivoqué. Cometí el error más estúpido de mi vida. –No pudo seguir hablando. Agachó la cabeza, mirándose las manos, que temblaban por el nerviosismo.  

-Me mentiste, claro –ironizó. –A lo mejor también me estás mintiendo ahora. No puedo creerte. ¿Por qué ahora sí y antes no? ¿Por qué te dejaste besar por otro hombre? Aún estábamos juntos, o, al menos, para mí sí lo estábamos. Me echaste de tu vida de la peor forma y ahora quieres que yo te deje entrar en la mía. ¿Con qué derecho, Kate?

Ésta no contestó, su llanto incesante no la dejaba hablar. Sus lágrimas recorrían sus mejillas, una detrás de otra. Kate sollozó, y esto provocó que todo su cuerpo temblara.

-Yo sé que es muy difícil que me perdones –tomó aire para seguir –ni yo misma puedo hacerlo. No después de saber la verdad. Solo te pido que me dejes explicarte porqué hice todo eso. –Después de acabar retiró su mirada de sus ojos. Castle no dijo nada y ella se lo tomó como una afirmación. –Los días que estuviste con tu madre en el hospital –dijo poco segura –yo intenté localizarte, estaba preocupada. Habíamos pasado un fin de semana increíble y de pronto desapareciste. El miércoles, me acuerdo que era miércoles, fui a la cafetería que nos conocimos. Ese mismo día había decidido pasar por el loft al salir del trabajo pero no hizo falta, te vi allí y te estabas besando con una mujer. Ella. –Castle abrió la boca para hablar, pero Beckett levantó la mano para que la dejase hablar. –Yo salí corriendo de allí, antes de que me pudieseis ver. Eso y tu desaparición me hicieron pensar que tú solo querías acostarte conmigo, y como ya lo habías conseguido, te habías olvidado de mí. Por eso estaba tan enfadada contigo, por eso me comprometí con Will y dejé que me besara en el parque.

-¿Qué? –preguntó cuando se hubo recuperado por la sorpresa. -Primero, yo nunca te haría eso, contigo era diferente, Kate. Yo nunca te mentí. Segundo, me besó ella a mí y cuando reaccioné, la separé. Y tercero, ¿por qué saliste corriendo? ¿No hubiese sido mejor que me enfrentaras? –Castle dio una vuelta sobre sí mismo confundido.

-Lo sé. Lo sé todo Rick. Ella me lo contó.

-¿Ella te contó? –inquirió sorprendido.

-Sí, me la encontré un día por la calle y me preguntó por ti. No sabía nada de lo que había pasado. Ella fue quién me contó lo de tu madre… y lo que pasó en la cafetería. Fui a buscarte pero no estabas ya. –El llanto que había desaparecido durante ese tiempo, volvió con más fuerza.

-Ahora que ya te escuché… me voy –Giró sobre sus talones. Kate lo miró, ella esperaba otro tipo de reacción.

-Rick –lo llamó con la voz quebrada.

-Lo siento, Kate, me pediste que te escucharas y eso he hecho.

-Pero…

-No me pidas que te perdone porque, simplemente, no puedo. Me hiciste mucho daño.

-Rick, por favor. Yo ya te expliqué. Me confundí –confesó, llevándose las manos a la cara con frustración. Nerviosa. Muy nerviosa.

-¿Y pensaste que con eso ya está? No, Kate. Si me hubieses escuchado tú a mí, cosa que no quisiste, todo hubiera sido diferente. No me pidas más porque no puedo dártelo. No confiaste en mí. Te comprometiste con otro. Estuve solo, Kate, solo.

–Yo lo siento mucho, Rick, de verdad. Si yo lo hubiese sabido…-Yo… yo necesito que me perdones, por favor –le suplicó entre sollozos.

-Lo siento pero no. Perdónate tú si puedes, yo no puedo –Abrió la puerta y la cerró después de salir, antes de que Kate pudiese responderle.

Que duro!! Rick esta bastante resentido con kate y con razón! Ella quiere su perdón pero en estos momentos lo veo difícil, sólo una personita los puede lograr unir y esa es Sophie!! Excelente capítulo no esperaba menos

Rick como que se esta pasando de ca#&%@* ya es mucho odio contra Kate! Pero bien dicen k del odio al amor solo hay un paso y espero se de un buen tropezon que lo mande directo a Kate! Continua pronto pf!

Que dulcura de niña, mas tierna no puede ser.
Por fin ha hablado, o mejor dicho casi discutido. Rick está siendo un poco duro con ella, me da pena. Seguro que si ella trata de evitarlo a toda costa e intenta no encontrarse con el lo hace reaccionar un poco y cambiar de actitud.
Esperemos que la niña consiga que ese enfado disminuya.