CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
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CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Hola! Aquí os dejo un nuevo fic caskett que se me ocurrió. Espero que os guste, besooooos!
Capítulo 1
Capítulo 1
“Debiste pensarlo mejor antes de acudir aquí solo- dijo apretando el gatillo de su pistola sin que me diera tiempo a hacer nada”.
Y fin. Fin del capítulo, otro más para completar la historia. Guardo el archivo y apago el ordenador cerrando la pantalla. No había quedado satisfecho con lo que había escrito pero tras varias horas delante de la pantalla no se me ocurría nada mejor, y era tarde.
Me levanto de la silla y empiezo a caminar por la casa en medio de la oscuridad de la noche, estoy solo pero no me hace falta encender las luces, a pesar de mi torpeza habitual me conozco el camino demasiado bien para poder ir hasta a mi habitación a ciegas sin chocar con nada. Y mientras, pienso en la poca inspiración que estaba teniendo esos días para escribir, pero no me culpo debido a todo lo ocurrido, era normal no poder concentrarme. ¡Un fan me acosaba! ¿Fan? Más bien un loco, o loca, pero muy loco, desequilibrado, porque aquello no era normal. Subo las escaleras mientras sigo pensando. Vale que sea un escritor famoso, que casi todos mis libros se hayan convertido en best sellers, pero nada de eso justificaba que alguien se obsesionara de tal forma con mis historias y conmigo, hasta el punto de mandarme anónimos diciendo que quería reproducir los asesinatos de mis libros y finalmente acabar conmigo. Todo ello firmado con un “Te quiero Richard Castle, de tu fan número 1” claro, todo eso tenía mucho sentido, alguien que dice que te va a asesinar porque te quiere.
Entro en la habitación e inevitablemente enciendo la luz al pensar en aquello, un escalofrío me recorre el cuerpo y de repente siento miedo al recordar las veces que había entrado allí y me había encontrado con esos anónimos. Miro hacia todos lados e incluso me asomo ligeramente al cuarto de baño que hay dentro de mi habitación. Nada. De momento parece que podré pasar la noche tranquilamente y en ese momento me alegro de estar solo, no porque me guste sufrir en soledad, si no porque que mi madre, Martha, esté de gira con la obra de teatro de sus alumnos, y que mi hija, Alexis, esté pasando dos semanas de vacaciones con una amiga, las aleja del peligro que ahora mismo conlleva estar en este casa.
Me quito la camiseta, retiro las sábanas de la cama y me tumbo en ella. ¿Debería contarles todo lo ocurrido durante estos días que han estado fuera? Mmm, no, mejor no, eso solo las alarmaría y las traería de vuelta antes de lo previsto, y es mejor que sigan fuera de aquí. Apago la luz y me quedo mirando el techo hasta que el sueño se va apoderando de mí y cierro los ojos.
Ruidos. Me acomodo en el colchón mientras inconscientemente los oigo. Y más ruidos. Abro los ojos de golpe y me concentro en lo que oigo, como si alguien estuviera revolviendo la casa en la planta de abajo. ¿Un ladrón? Me entra pánico de repente al pensarlo. Pero… ¡NO!... peor que eso, mi acosador, y ahora sí que me entra verdadero pánico, miedo, y todos los sentimientos posibles en ese momento. Decido levantarme de la cama y lo hago rápidamente, me acerco al armario y cojo un bate de béisbol que tenía escondido por si algún día ocurría esto. También cojo mi móvil y tecleo el número de emergencias anticipándome a lo que pueda suceder, y comienzo a bajar las escaleras haciendo el menor ruido posible. Cuando llego a la mitad me asomo y lo veo, alguien vestido completamente de negro y con un pasamontañas dándome la espalda y agachado mientras busca en uno de los cajones del salón. Al ser un loft, todas las habitaciones están comunicadas entre sí sin puertas, y esto me permite poder visualizar toda la planta baja por si hay alguien más, y por suerte no es así.
Empiezo a subir marcha atrás lentamente mientras llamo a emergencias pero debido a los nervios y a mi especialidad por liarla en momentos como este, golpeo levemente un escalón con el bate produciendo un pequeño ruido, que en condiciones normales nadie se hubiera percatado de él, pero que ahora mismo alerta al sujeto que se levanta de golpe y mira hacia donde yo estoy.
Le miro y me quedo quieto, congelado, no soy capaz de moverme, como si me hubieran pegado los pies al suelo, ni capaz de articular palabra para contestar a la señorita que está al otro lado del teléfono preguntándome cuál es mi emergencia.
Y de pronto el sujeto empieza a correr, mientras yo empiezo a pensar que viene hacia a mi para torturarme de la peor manera y terminar matándome para poder vender mis órganos a bandas organizadas en ese tema, o bueno, quizás al tratarse de un fan, le gustaría quedárselos de recuerdo, o congelar mi cuerpo… Una expresión de asco se muestra en mi rostro, y cuando me doy cuenta y salgo de las historias que mi fantástica imaginación ha creado en mi mente, se ha ido. Y por la puerta, como si de un invitado se tratase, aunque un invitado un poco mal educado debido al portazo que ha pegado al cerrar.
Parpadeo varias veces ante la situación tan surrealista y mi cuerpo recupera el movimiento haciéndome bajar las escaleras. Suspiro al darme cuenta que todo ha pasado y enciendo la luz aún muerto de miedo. Y tan muerto, pero un muerto de verdad, encima de la mesa de mi salón y rodeado de flores- ¡Joder, joder!- exclamo al verlo asuntándome. Reconozco la escena, nunca la había visto en real, pero la había visualizado muchas veces en mi imaginación, uno de los crímenes de mis libros, y entonces recuerdo esa frase de los anónimos que había estado recibiendo, “Quiero dar vida a tus crímenes, hasta que tú seas el último”. Había dicho que iba a reproducir mis historias y ya había comenzado a hacerlo realidad.
Vuelvo a marcar el número de emergencias con rapidez por el estado de nervios en el que me encuentro y cuento por teléfono todo lo ocurrido.
En pocos minutos mi casa está llena de la policía de Nueva York, con detectives mirando hasta en los últimos rincones. Yo me encuentro sentado en el penúltimo escalón de la escalera con la barbilla apoyada entre mis manos mientras miro a todos lados sin ver nada y oigo varias conversaciones sin escuchar nada en realidad. Aún no me puedo creer que todo esto esté ocurriendo. Miro hacia la mesa donde todavía está el cuerpo y alrededor de él hay cuatro personas que conversan y apuntan en sus libretas. La mujer morena es la forense, lo sé porque ha sido de las primeras en llegar y se ha puesto ha inspeccionar el cuerpo inmediatamente. Los otros tres serán los polis. Hay dos tíos, uno moreno y otro rubio, que atienden a la mujer de pelo entre castaño claro y rubio que está en frente de ellos y apuntan lo que esta les dice. La mujer me da la espalda y no alcanzo a ver su cara, pero por lo que muestra su parte trasera no debe estar nada mal, tiene unas piernas largas que hacen que me pierda durante unos segundos. Y en ese momento, mientras yo la observo, se agacha ligeramente como asomándose para ver algo del cuerpo de la víctima, lo que hace que su culo se curve ligeramente hacia fuera regalándome una visión privilegiada. Y pienso que si esto fuera un espectáculo seguramente mi entrada sería la más cara por tener las mejores vistas desde ahí. Además, esos vaqueros ajustados que lleva puestos son un plus en este “show”, sonrío por mis pensamientos mientras sigo observando a la mujer hasta que otro policía se pone en medio y me roba las buenas vistas aguándome toda la fiesta.
Alcanzo a ver como la misteriosa mujer de las piernas de infarto se va y yo no consigo ver su rostro.
- Mierda –susurro hablándole al cuello de mi camisa, y veo que se acercan a mí los otros dos que estaban con ella.
- Buenos días Sr. Castle, somos los detectives Ryan y Espósito, tenemos que hacerle unas preguntas –dice el moreno señalando su placa que lleva a modo de colgante en el cuello.
Les miro y asiento mientras me levanto.
- Sí, podemos ir a hablar a mi despacho si quieren –les digo mientras camino hacia el despacho y ellos caminan tras de mí.
Y fin. Fin del capítulo, otro más para completar la historia. Guardo el archivo y apago el ordenador cerrando la pantalla. No había quedado satisfecho con lo que había escrito pero tras varias horas delante de la pantalla no se me ocurría nada mejor, y era tarde.
Me levanto de la silla y empiezo a caminar por la casa en medio de la oscuridad de la noche, estoy solo pero no me hace falta encender las luces, a pesar de mi torpeza habitual me conozco el camino demasiado bien para poder ir hasta a mi habitación a ciegas sin chocar con nada. Y mientras, pienso en la poca inspiración que estaba teniendo esos días para escribir, pero no me culpo debido a todo lo ocurrido, era normal no poder concentrarme. ¡Un fan me acosaba! ¿Fan? Más bien un loco, o loca, pero muy loco, desequilibrado, porque aquello no era normal. Subo las escaleras mientras sigo pensando. Vale que sea un escritor famoso, que casi todos mis libros se hayan convertido en best sellers, pero nada de eso justificaba que alguien se obsesionara de tal forma con mis historias y conmigo, hasta el punto de mandarme anónimos diciendo que quería reproducir los asesinatos de mis libros y finalmente acabar conmigo. Todo ello firmado con un “Te quiero Richard Castle, de tu fan número 1” claro, todo eso tenía mucho sentido, alguien que dice que te va a asesinar porque te quiere.
Entro en la habitación e inevitablemente enciendo la luz al pensar en aquello, un escalofrío me recorre el cuerpo y de repente siento miedo al recordar las veces que había entrado allí y me había encontrado con esos anónimos. Miro hacia todos lados e incluso me asomo ligeramente al cuarto de baño que hay dentro de mi habitación. Nada. De momento parece que podré pasar la noche tranquilamente y en ese momento me alegro de estar solo, no porque me guste sufrir en soledad, si no porque que mi madre, Martha, esté de gira con la obra de teatro de sus alumnos, y que mi hija, Alexis, esté pasando dos semanas de vacaciones con una amiga, las aleja del peligro que ahora mismo conlleva estar en este casa.
Me quito la camiseta, retiro las sábanas de la cama y me tumbo en ella. ¿Debería contarles todo lo ocurrido durante estos días que han estado fuera? Mmm, no, mejor no, eso solo las alarmaría y las traería de vuelta antes de lo previsto, y es mejor que sigan fuera de aquí. Apago la luz y me quedo mirando el techo hasta que el sueño se va apoderando de mí y cierro los ojos.
Ruidos. Me acomodo en el colchón mientras inconscientemente los oigo. Y más ruidos. Abro los ojos de golpe y me concentro en lo que oigo, como si alguien estuviera revolviendo la casa en la planta de abajo. ¿Un ladrón? Me entra pánico de repente al pensarlo. Pero… ¡NO!... peor que eso, mi acosador, y ahora sí que me entra verdadero pánico, miedo, y todos los sentimientos posibles en ese momento. Decido levantarme de la cama y lo hago rápidamente, me acerco al armario y cojo un bate de béisbol que tenía escondido por si algún día ocurría esto. También cojo mi móvil y tecleo el número de emergencias anticipándome a lo que pueda suceder, y comienzo a bajar las escaleras haciendo el menor ruido posible. Cuando llego a la mitad me asomo y lo veo, alguien vestido completamente de negro y con un pasamontañas dándome la espalda y agachado mientras busca en uno de los cajones del salón. Al ser un loft, todas las habitaciones están comunicadas entre sí sin puertas, y esto me permite poder visualizar toda la planta baja por si hay alguien más, y por suerte no es así.
Empiezo a subir marcha atrás lentamente mientras llamo a emergencias pero debido a los nervios y a mi especialidad por liarla en momentos como este, golpeo levemente un escalón con el bate produciendo un pequeño ruido, que en condiciones normales nadie se hubiera percatado de él, pero que ahora mismo alerta al sujeto que se levanta de golpe y mira hacia donde yo estoy.
Le miro y me quedo quieto, congelado, no soy capaz de moverme, como si me hubieran pegado los pies al suelo, ni capaz de articular palabra para contestar a la señorita que está al otro lado del teléfono preguntándome cuál es mi emergencia.
Y de pronto el sujeto empieza a correr, mientras yo empiezo a pensar que viene hacia a mi para torturarme de la peor manera y terminar matándome para poder vender mis órganos a bandas organizadas en ese tema, o bueno, quizás al tratarse de un fan, le gustaría quedárselos de recuerdo, o congelar mi cuerpo… Una expresión de asco se muestra en mi rostro, y cuando me doy cuenta y salgo de las historias que mi fantástica imaginación ha creado en mi mente, se ha ido. Y por la puerta, como si de un invitado se tratase, aunque un invitado un poco mal educado debido al portazo que ha pegado al cerrar.
Parpadeo varias veces ante la situación tan surrealista y mi cuerpo recupera el movimiento haciéndome bajar las escaleras. Suspiro al darme cuenta que todo ha pasado y enciendo la luz aún muerto de miedo. Y tan muerto, pero un muerto de verdad, encima de la mesa de mi salón y rodeado de flores- ¡Joder, joder!- exclamo al verlo asuntándome. Reconozco la escena, nunca la había visto en real, pero la había visualizado muchas veces en mi imaginación, uno de los crímenes de mis libros, y entonces recuerdo esa frase de los anónimos que había estado recibiendo, “Quiero dar vida a tus crímenes, hasta que tú seas el último”. Había dicho que iba a reproducir mis historias y ya había comenzado a hacerlo realidad.
Vuelvo a marcar el número de emergencias con rapidez por el estado de nervios en el que me encuentro y cuento por teléfono todo lo ocurrido.
En pocos minutos mi casa está llena de la policía de Nueva York, con detectives mirando hasta en los últimos rincones. Yo me encuentro sentado en el penúltimo escalón de la escalera con la barbilla apoyada entre mis manos mientras miro a todos lados sin ver nada y oigo varias conversaciones sin escuchar nada en realidad. Aún no me puedo creer que todo esto esté ocurriendo. Miro hacia la mesa donde todavía está el cuerpo y alrededor de él hay cuatro personas que conversan y apuntan en sus libretas. La mujer morena es la forense, lo sé porque ha sido de las primeras en llegar y se ha puesto ha inspeccionar el cuerpo inmediatamente. Los otros tres serán los polis. Hay dos tíos, uno moreno y otro rubio, que atienden a la mujer de pelo entre castaño claro y rubio que está en frente de ellos y apuntan lo que esta les dice. La mujer me da la espalda y no alcanzo a ver su cara, pero por lo que muestra su parte trasera no debe estar nada mal, tiene unas piernas largas que hacen que me pierda durante unos segundos. Y en ese momento, mientras yo la observo, se agacha ligeramente como asomándose para ver algo del cuerpo de la víctima, lo que hace que su culo se curve ligeramente hacia fuera regalándome una visión privilegiada. Y pienso que si esto fuera un espectáculo seguramente mi entrada sería la más cara por tener las mejores vistas desde ahí. Además, esos vaqueros ajustados que lleva puestos son un plus en este “show”, sonrío por mis pensamientos mientras sigo observando a la mujer hasta que otro policía se pone en medio y me roba las buenas vistas aguándome toda la fiesta.
Alcanzo a ver como la misteriosa mujer de las piernas de infarto se va y yo no consigo ver su rostro.
- Mierda –susurro hablándole al cuello de mi camisa, y veo que se acercan a mí los otros dos que estaban con ella.
- Buenos días Sr. Castle, somos los detectives Ryan y Espósito, tenemos que hacerle unas preguntas –dice el moreno señalando su placa que lleva a modo de colgante en el cuello.
Les miro y asiento mientras me levanto.
- Sí, podemos ir a hablar a mi despacho si quieren –les digo mientras camino hacia el despacho y ellos caminan tras de mí.
Última edición por Always_ el Mar Mar 04, 2014 10:19 am, editado 13 veces
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Sigueeeeeee , me gusta muchooo porfavor sigue
Aylin_NYPD- Actor en Broadway
- Mensajes : 187
Fecha de inscripción : 03/09/2013
Localización : madrid
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Me ha gustado mucho el comienzo del fic, espero que lo sigas muy pronto, tiene toda la pinta de enganchar
erikal- Actor en Broadway
- Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Sigue esta muy bien! Bastante interesante!
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Me gusta como escribes
Está genial la historia, continuala prontitoooo!
Está genial la historia, continuala prontitoooo!
Aitana- As del póker
- Mensajes : 253
Fecha de inscripción : 25/11/2012
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Holaaaa! Aquí os dejo el segundo capítulo, espero que os guste y muchas gracias por leer =) Besoooos!
Capítulo 2
Capítulo 2
Muchas gracias –sonrío al recepcionista amablemente y subo al ascensor con mi maleta.- Vale, habitación 220 –miro las puertas de las habitaciones caminando por el largo pasillo hasta que encuentro la mía. Meto la tarjeta que me han dado como llave y entro dejando la maleta y tirándome a la cama de golpe.
Estaba agotado mentalmente, todo había ocurrido muy rápido y me había tenido que mudar a la habitación de ese hotel hasta que terminaran de buscar pistas en mi casa y limpiaran el escenario del crimen. Preferiría poder estar en mi casa pero quizás era mejor estar lejos de ahí por si el acosador regresaba, aunque solamente iban a ser dos días. Dos días que iba a aprovechar para relajarme y olvidarme de todo aquello, era lo único que necesitaba. Y espero que resuelvan esto lo antes posible y encierren a ese loco, a ver si todas las preguntas que les he respondido antes a los detectives les ayudan en algo.
Me asomo al balcón que da a la piscina, hace sol y muy buen tiempo, me dan ganas de darme un baño y más al ver a las mujeres que se pasean en bikini por ahí.
- Richard Castle, ya has encontrado distracción –sonrío hablando conmigo mismo y me cambio poniéndome el bañador.
Bajo a la piscina con mi toalla entre los brazos emocionado como un niño pequeño, pero con intenciones que espero que a los niños no se les ocurra a esa edad. Dejo la toalla en una de las hamacas, me acerco al borde de la piscina y observo a varias mujeres. Me fijo en una, rubia, de estatura media, muy buen cuerpo y unos pechos grandes, es en lo que más me fijo, aunque en realidad salta a la vista. Está tumbada en otra de las hamacas tomando el sol. La observo descaradamente, quiero que se de cuenta de que la miro y lo hace, sonrío y me sonríe, y me tiro de cabeza al agua mientras me mira.
Tras nadar durante un rato, salgo del agua revolviendo mi pelo mojado, y miro de reojo hasta el lugar donde estaba aquella rubia. Me sorprende que ahora es ella la que me mira descaradamente, me recorre de arriba abajo y eso me hace sonreír y sentir el triunfo internamente.
Me acerco a ella, me presento y la invito a una copa, acepta, se llama Paola. Tras un largo rato hablando, muchas risas e insinuaciones y varias copas, la invito a mi habitación y acepta encantada. Me siento orgulloso de mi mismo mientras caminamos hacia el ascensor porque siento que soy irresistible, y cuando se cierran las puertas de este no me hace falta hacer nada, es ella la que se lanza. Se lanza a mi boca con desesperación arrinconándome contra la pared, y yo acepto el beso gustoso, poniendo mis manos en sus nalgas y saboreando su boca. Se abren las puertas del ascensor y salimos sin dejar de besarnos. Nos separamos para coger aire hasta que llegamos a mi habitación, abro la puerta y volvemos a besarnos con la misma intensidad. Es rápido y salvaje, no hace falta ser romántico. Noto como posa su mano en mi entrepierna y me acaricia suavemente provocándome por encima del bañador, lo que me descontrola y la empujo a la cama. Se queda tumbada y se quita la parte de arriba del bikini mientras me mira sonriendo y dice –vamos Ricky- invitándome a devorarla. Me pongo sobre ella mordiéndole el cuello y masajeando sus pechos, cuando noto que se ríe levemente y se queja por algo que se clava en su espalda. Se levanta un poco cogiéndolo y es una cartulina del tamaño de medio folio con letras de colores. Lo miro y lo reconozco en seguida, quitándoselo de las manos e incorporándome.
- No puede ser –me paso la mano por el pelo y miro la cartulina- ¿cómo sabe que estoy aquí?
- Venga Ricky, sea lo que sea, déjalo para más tarde –dice Paola con una voz que hubiera sido excitante en cualquier otro momento menos en ese.
La ignoro y empiezo a leer.
“Mi querido escritor, aquí estoy otra vez, sé que aunque lo niegues me has echado de menos. El otro día fue inolvidable al haber tenido ese encuentro fugaz e inesperado contigo. Espero que pronto se repita, y no intentes escapar de mí, no puedes. Te quiero Richard Castle, de tu fan número 1”
Aprieto el papel entre mis manos arrugándolo y cierro los ojos sacudiendo la cabeza sin creer que me esté siguiendo, que sepa todo lo que hago y que esté en peligro constante. Y regresa el miedo, miro el balcón y cierro la puerta de cristal que le da acceso, bajando la persiana inmediatamente después.
Es entonces cuando Paola se incorpora y me mira incrédula- ¿Qué haces? ¿Quieres más intimidad?- y vuelve a sonreír ajena a todo esto y buscándole una explicación lógica.
- Tienes que irte- recojo su bikini del suelo y la miro entregándoselo.
- ¿Qué? ¿Pretendes dejarme así?- me mira esperando una respuesta y al ver que no es así coge su bikini y se lo pone- no das la talla Richard Castle, que decepción- es lo último que escucho que dice antes de que se vaya y se cierre la puerta de la habitación tras ella.
No sé qué hacer, no puedo pensar, estoy atacado de los nervios y entonces me acuerdo de la tarjeta que me dio uno de los detectives con los que hablé por la mañana. Busco entre la ropa que llevaba antes puesta y ahí está, en el bolsillo derecho del pantalón. Detective Espósito. Marco el número de la tarjeta y espero a que alguien descuelgue el teléfono.
- Espósito- oigo la voz al otro lado del teléfono y me aclaro la garganta antes de hablar.
- Bu..buenas tardes, soy Richard Castle, necesito ayuda por favor- mi voz suena altamente desesperada y no soy capaz de controlar los nervios a pesar de que soy consciente de ello.
- ¿Sr. Castle? ¿Qué le ocurre?- noto como su voz se pone en alerta.
- Quiero protección, el acosador ha estado en la habitación del hotel donde me encuentro alojado, ¡me ha dejado otro anónimo¡ Y creo que deberían hacer algo, necesito que alguien vigile por si regresa, creo que es lo mínimo que pueden ofrecerme mientras resuelven el caso- mi tono de voz ha cobrado cierta valentía a lo largo de la frase y espero la respuesta ansioso.
- Sr. Castle, voy a comentarle la situación a mi capitán y en cuanto pueda le daré una solución, pero mantenga la calma.
- Está bien, no tarden demasiado, espero noticias suyas- digo con un ápice de enfado en mi voz, intentando mostrarme fuerte ante el asunto.
Cuelgo la llamada dejando el móvil en la mesa, me tumbo en la cama a esperar e inevitablemente cuando consigo tranquilizarme un poco, me quedo dormido.
Me despierto al oír el sonido de unos nudillos golpeando la puerta de mi habitación y me levanto al instante. Pienso en quién podrá ser y me pongo en alerta ante la posibilidad de que sea de nuevo el acosador.
Me acerco a la puerta- ¿Quién es?- alzo la voz a través de la puerta y acerco mi oído a esta para escuchar la respuesta.
- Policía de Nueva York, busco al Sr. Castle.
Es una voz femenina, y a pesar de conocer a muchas mujeres no me resulta familiar. Y ha dicho policía, debe de ser mi “protectora”. ¿Me fio o será una trampa? Lo pienso durante unos segundos y decido abrir, y justo cuando estoy abriendo la puerta pienso que debería haberme puesto algo más de ropa y no recibir a la policía en bañador. Es entonces cuando la veo, y todo ese pensamiento se esfuma.
Estaba agotado mentalmente, todo había ocurrido muy rápido y me había tenido que mudar a la habitación de ese hotel hasta que terminaran de buscar pistas en mi casa y limpiaran el escenario del crimen. Preferiría poder estar en mi casa pero quizás era mejor estar lejos de ahí por si el acosador regresaba, aunque solamente iban a ser dos días. Dos días que iba a aprovechar para relajarme y olvidarme de todo aquello, era lo único que necesitaba. Y espero que resuelvan esto lo antes posible y encierren a ese loco, a ver si todas las preguntas que les he respondido antes a los detectives les ayudan en algo.
Me asomo al balcón que da a la piscina, hace sol y muy buen tiempo, me dan ganas de darme un baño y más al ver a las mujeres que se pasean en bikini por ahí.
- Richard Castle, ya has encontrado distracción –sonrío hablando conmigo mismo y me cambio poniéndome el bañador.
Bajo a la piscina con mi toalla entre los brazos emocionado como un niño pequeño, pero con intenciones que espero que a los niños no se les ocurra a esa edad. Dejo la toalla en una de las hamacas, me acerco al borde de la piscina y observo a varias mujeres. Me fijo en una, rubia, de estatura media, muy buen cuerpo y unos pechos grandes, es en lo que más me fijo, aunque en realidad salta a la vista. Está tumbada en otra de las hamacas tomando el sol. La observo descaradamente, quiero que se de cuenta de que la miro y lo hace, sonrío y me sonríe, y me tiro de cabeza al agua mientras me mira.
Tras nadar durante un rato, salgo del agua revolviendo mi pelo mojado, y miro de reojo hasta el lugar donde estaba aquella rubia. Me sorprende que ahora es ella la que me mira descaradamente, me recorre de arriba abajo y eso me hace sonreír y sentir el triunfo internamente.
Me acerco a ella, me presento y la invito a una copa, acepta, se llama Paola. Tras un largo rato hablando, muchas risas e insinuaciones y varias copas, la invito a mi habitación y acepta encantada. Me siento orgulloso de mi mismo mientras caminamos hacia el ascensor porque siento que soy irresistible, y cuando se cierran las puertas de este no me hace falta hacer nada, es ella la que se lanza. Se lanza a mi boca con desesperación arrinconándome contra la pared, y yo acepto el beso gustoso, poniendo mis manos en sus nalgas y saboreando su boca. Se abren las puertas del ascensor y salimos sin dejar de besarnos. Nos separamos para coger aire hasta que llegamos a mi habitación, abro la puerta y volvemos a besarnos con la misma intensidad. Es rápido y salvaje, no hace falta ser romántico. Noto como posa su mano en mi entrepierna y me acaricia suavemente provocándome por encima del bañador, lo que me descontrola y la empujo a la cama. Se queda tumbada y se quita la parte de arriba del bikini mientras me mira sonriendo y dice –vamos Ricky- invitándome a devorarla. Me pongo sobre ella mordiéndole el cuello y masajeando sus pechos, cuando noto que se ríe levemente y se queja por algo que se clava en su espalda. Se levanta un poco cogiéndolo y es una cartulina del tamaño de medio folio con letras de colores. Lo miro y lo reconozco en seguida, quitándoselo de las manos e incorporándome.
- No puede ser –me paso la mano por el pelo y miro la cartulina- ¿cómo sabe que estoy aquí?
- Venga Ricky, sea lo que sea, déjalo para más tarde –dice Paola con una voz que hubiera sido excitante en cualquier otro momento menos en ese.
La ignoro y empiezo a leer.
“Mi querido escritor, aquí estoy otra vez, sé que aunque lo niegues me has echado de menos. El otro día fue inolvidable al haber tenido ese encuentro fugaz e inesperado contigo. Espero que pronto se repita, y no intentes escapar de mí, no puedes. Te quiero Richard Castle, de tu fan número 1”
Aprieto el papel entre mis manos arrugándolo y cierro los ojos sacudiendo la cabeza sin creer que me esté siguiendo, que sepa todo lo que hago y que esté en peligro constante. Y regresa el miedo, miro el balcón y cierro la puerta de cristal que le da acceso, bajando la persiana inmediatamente después.
Es entonces cuando Paola se incorpora y me mira incrédula- ¿Qué haces? ¿Quieres más intimidad?- y vuelve a sonreír ajena a todo esto y buscándole una explicación lógica.
- Tienes que irte- recojo su bikini del suelo y la miro entregándoselo.
- ¿Qué? ¿Pretendes dejarme así?- me mira esperando una respuesta y al ver que no es así coge su bikini y se lo pone- no das la talla Richard Castle, que decepción- es lo último que escucho que dice antes de que se vaya y se cierre la puerta de la habitación tras ella.
No sé qué hacer, no puedo pensar, estoy atacado de los nervios y entonces me acuerdo de la tarjeta que me dio uno de los detectives con los que hablé por la mañana. Busco entre la ropa que llevaba antes puesta y ahí está, en el bolsillo derecho del pantalón. Detective Espósito. Marco el número de la tarjeta y espero a que alguien descuelgue el teléfono.
- Espósito- oigo la voz al otro lado del teléfono y me aclaro la garganta antes de hablar.
- Bu..buenas tardes, soy Richard Castle, necesito ayuda por favor- mi voz suena altamente desesperada y no soy capaz de controlar los nervios a pesar de que soy consciente de ello.
- ¿Sr. Castle? ¿Qué le ocurre?- noto como su voz se pone en alerta.
- Quiero protección, el acosador ha estado en la habitación del hotel donde me encuentro alojado, ¡me ha dejado otro anónimo¡ Y creo que deberían hacer algo, necesito que alguien vigile por si regresa, creo que es lo mínimo que pueden ofrecerme mientras resuelven el caso- mi tono de voz ha cobrado cierta valentía a lo largo de la frase y espero la respuesta ansioso.
- Sr. Castle, voy a comentarle la situación a mi capitán y en cuanto pueda le daré una solución, pero mantenga la calma.
- Está bien, no tarden demasiado, espero noticias suyas- digo con un ápice de enfado en mi voz, intentando mostrarme fuerte ante el asunto.
Cuelgo la llamada dejando el móvil en la mesa, me tumbo en la cama a esperar e inevitablemente cuando consigo tranquilizarme un poco, me quedo dormido.
Me despierto al oír el sonido de unos nudillos golpeando la puerta de mi habitación y me levanto al instante. Pienso en quién podrá ser y me pongo en alerta ante la posibilidad de que sea de nuevo el acosador.
Me acerco a la puerta- ¿Quién es?- alzo la voz a través de la puerta y acerco mi oído a esta para escuchar la respuesta.
- Policía de Nueva York, busco al Sr. Castle.
Es una voz femenina, y a pesar de conocer a muchas mujeres no me resulta familiar. Y ha dicho policía, debe de ser mi “protectora”. ¿Me fio o será una trampa? Lo pienso durante unos segundos y decido abrir, y justo cuando estoy abriendo la puerta pienso que debería haberme puesto algo más de ropa y no recibir a la policía en bañador. Es entonces cuando la veo, y todo ese pensamiento se esfuma.
Always_- Escritor novato
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
O.o quiero la continuación yaaaa
_Caskett_- Escritor - Policia
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evaelica2- Ayudante de policia
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Muy bueno me ha gustado. A ver como se desenvuelve Kate con Rick en su faceta de protectora Espero que sigas pronto que ese fic promete mucho.
erikal- Actor en Broadway
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
AAAAHHH! Es Beckett seguro! Me gusta mucho la historiaa! Siguee
Aitana- As del póker
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Continua pronto porfavor!, este fic es ASOMBROSO!!!
MARIAFV- Ayudante de policia
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Hola de nuevo! Os dejo el capítulo 3 y como siempre gracias por leerlo y por los comentarios!
Mil besooooos
Capítulo 3
Mil besooooos
Capítulo 3
Creo que los ojos que tengo en este momento en frente mirándome me están hipnotizando, porque no soy capaz de moverme, ni de decir nada. Son marrones con pequeños destellos verdes, y de repente me parecen los ojos más bonitos que he visto en mi vida. Y me alegro de haber abierto esa puerta, y deja de importarme que a lo mejor sea la acosadora o que realmente sea policía. Me da igual, porque no puedo pensar y me siento imbécil por comportarme así, pero sigo mirándola, no puedo parar de hacerlo hasta que veo que levanta su brazo izquierdo y me enseña la placa.
- Detective Beckett, de homicidios- pronuncia esas palabras sacándome de mis pensamientos pero no logra romper mi hipnotización- ¿Es usted el Sr. Castle? – me mira de arriba abajo con una expresión que no sé traducir, seguramente se deba a que estoy semidesnudo, en bañador.
Me fijo en sus labios al pronunciar mi nombre y sonrío, pero me arrepiento al instante de hacerlo ya que seguramente he debido poner esa cara de completo atontado, y lo sé porque vuelve a llamarme ante la ausencia de respuesta.
- ¿Hola? ¿Se encuentra bien? ¿Richard Castle?- me mira con una expresión de extrañeza en su rostro mientras sigue esperando mi respuesta.
- ¿Eh..? Sí, yo, Castle, em.. –sacudo la cabeza levemente al notar cómo me estoy comportando, siento vergüenza de mi mismo, debe pensar que soy un tío raro- que…soy Richard Castle, encantado señorita Beckett –repito su nombre para intentar demostrarle que algo de atención sí que he prestado a su palabras y extiendo mi mano para saludarla.
- Detective, si no le importa –dice mostrándose autoritaria mientras estrecha su mano con la mía.
Creo que esa actitud me pone, y vuelvo a sonreír ante esto hasta que veo que frunce el ceño mirándome.
- ¡Sí, señor! –digo completamente serio con voz grave como si fuera un militar hablando con su superior evitando que la sonrisa se me escape de los labios.
Veo cómo rueda los ojos ante mi actuación claramente exagerada y sonrío de nuevo, no sé qué me pasa pero no puedo parar de hacerlo. La situación está resultando divertida.
- Con detective es suficiente. Bien, creo que ha pedido una niñera y… ¡aquí la tiene! – dice con falso entusiasmo mientras se señala a sí misma - ¿puedo pasar?
Escucho lo que dice y pienso que en realidad que una mujer como ella me haga de niñera no suena nada mal, ahora mismo estoy encantado con mi buena suerte.
- Claro, por supuesto, adelante –me aparto hacia un lado dejando hueco suficiente para que pase y al girarme la veo caminar de espaldas y en seguida la reconozco. He pasado varios minutos esta mañana observándola y no la iba a olvidar tan rápido. ¿La mujer de las piernas interminables venía para ser mi “niñera”? Me dan ganas de saltar de emoción, pero contengo mis ganas para que no confirme sus sospechas de que soy raro y estoy completamente mal de la cabeza. Solamente sonrío perdiéndome en sus curvas, como había hecho hace unas horas en mi casa, y me decido a hablar de nuevo- He de decir que estoy muy satisfecho con los servicios de elección de niñeras, te ajustas perfectamente a mis expectativas, ¿dónde hay que firmar?
En ese momento, en cuanto termino de pronunciar esas palabras, se gira y me fulmina con la mirada. Si esa mirada fuera una pistola, ya habría vaciado el cargador contra mí. No sé si debería sentir miedo, pero me limito a confirmarme a mi mismo lo que anteriormente sospechaba, ¡me pone!, esa actitud suya me pone inevitablemente.
- Sr. Castle, no sé a qué tipo de juegos está usted acostumbrado pero desde ahora le aclaro que a mi no me gusta ninguno –apoya sus manos en su cintura poniendo los brazos en jarras mientras me mira seria- estoy aquí para trabajar y espero que no me lo ponga difícil, porque le aseguro que no me agrada tener que estar aquí cuidando de un niño grande –tras decir eso, alza su ceja izquierda ligeramente.
Por un momento creo que me ha dejado sin palabras, pero lo pienso mejor y me vengo arriba. Soy Richard Castle, soy un seductor nato, y esa faceta de mujer que se las da de difícil a base de seriedad e indiferencia, la conozco muy bien. En alguna ocasión me he topado con mujeres así, pero al final todas han caído y se han rendido ante mis encantos, y ahora mismo tengo delante a una más de esas, y yo sé cómo hacer que cambie de opinión y que su trabajo conmigo estos días se vuelva mucho más divertido.
- Woow, veo que eres de las que nunca se sueltan el pelo detective –asiento moviendo la cabeza ligeramente como si aceptara todo lo que acababa de decirme - ponte cómoda, yo voy a cambiarme que creo que ya te he impresionado demasiado por hoy –sonrío pasándome la mano por mi pecho desnudo, lo que provoca un suspiro de desesperación en ella.
Y me encanta que se esté desesperando ante mis comentarios impertinentes, es lo que pretendo, a ver cuánto consigue soportarme sin romper su imagen de detective seria y correcta. Mientras pienso en esto, me acerco a mi maleta para coger unos pantalones vaqueros y una camiseta blanca básica bajo la atenta mirada de ella. Y tras esto entro en el baño donde me desnudo y empiezo a ducharme.
Canto en la ducha, canto más alto de lo que lo suelo hacer habitualmente con el fin de que ella me escuche mientras noto cómo el agua moja mi cuerpo y mi pelo. Reconozco que mi voz no es muy agradable de escuchar pero aún así no me puedo resistir a intentar afinar esas notas.
Cuando termino de ducharme y vestirme, salgo del baño y observo que mi detective particular ha montado toda una oficina en la habitación, la cual es lo bastante grande para que pueda trabajar sin problema. Se ha instalado en el sofá del pequeño salón ocupando la mesa de baja altura con carpetas y papeles por todos lados junto con su ordenador portátil, en el cual teclea con soltura frunciendo el ceño.
Me acerco a ella revolviendo mi pelo con la mano haciendo salpicar las últimas gotas de agua que le quedaban y me siento a su lado en el sofá.
- Veo que te has traído la comisaría a mi habitación –me inclino ligeramente hacia la pantalla del ordenador para intentar ver lo que escribe pero ella, al darse cuenta de mis intenciones, la cierra de golpe.
- No estoy de vacaciones Sr. Castle, tengo que continuar con mi trabajo- afirma mirándome- y supongo que no le molesta que use esta zona, no me ha parecido que la esté usando.
- Puedes tutearme por favor… Beckett, ¿verdad?- ella asiente sin dejar de mirarme.
En realidad me acuerdo perfectamente de su apellido pero prefiero hacerme el despistado.
- Sí, está bien, y aunque por lo que veo parece que tú no necesitas mi permiso, pero también puedes tutearme, ¿Castle?
- Así suena mucho mejor, aunque si quieres tomarte más confianzas conmigo llámame Rick, no tengo ningún problema, en absoluto- le guiño mi ojo derecho con picardía.
- Con Castle es más que suficiente, no tengo ninguna intención de tomarme esa confianza de la que hablas- afirma con su seriedad habitual en la voz.
- Y cuéntame, ¿cómo es que una detective de homicidios termina de niñera de un escritor guapo y famoso como yo?- le doy especial énfasis a estos dos últimos adjetivos que me definen y escucho un suspiro salir de su boca, de nuevo la desespero.
- Digamos que no he seguido las órdenes al pie de la letra y este es mi horroroso castigo- noto cómo le da el mismo énfasis que yo he utilizado a esas dos últimas palabras- y espero poder soportarlo durante dos días.
- Mmm, entonces se puede decir que eres de las polis malas y rebeldes- me levanto de golpe y doy un pequeño salto sobre el suelo- te prometo que vas a disfrutar de estos días y no vas a querer volver a tu rutina, vamos.
- ¿Vamos? – me mira extrañada.
- Sí, a cenar, no pretenderás que el niño se te muera de hambre, ¿verdad? Además aprovecha que yo invito, y así me cuentas más cosas sobre ti.
- ¿Sobre mí? No soy una cita Castle, y creo que es más seguro si nos quedamos a cenar aquí, aguanta dos días sin salir, no lo compliques demasiado – vuelve a abrir la pantalla de su ordenador y continúa tecleando.
- De eso nada detective, no va a pasar nada si estoy contigo, yo quiero salir y debes acompañarme, ¿no pretenderás que ponga una queja a tus superiores? –sonrío con ironía mientras cierro la pantalla de su ordenador y la cojo de una mano tirando suavemente de ella para levantarla.
Me resulta agradable el contacto con su piel, y aprovecho para acariciar su mano con mi pulgar pero lo hago con tanta delicadeza que ella no se percata de mi caricia. Está suave, muy suave, y me gusta, no sé qué tiene esta mujer que me atrae tanto tan rápidamente, pero tras levantarse quejándose se suelta de mi mano rompiendo el contacto.
- Vamos Beckett, que te dejo elegir hasta el lugar donde cenar y prometo traerte de vuelta antes del amanecer – me acerco caminando hasta la puerta para abrirla y dejarla pasar y de repente frena en seco girándose hacia a mi.
- ¿No duras ni hasta el amanecer? Me parece que al final voy a tener que ser yo la que tenga que enseñarte… - veo como sus labios se curvan en una sonrisa para continuar caminando después.
Y yo de nuevo me quedo atontado cerrando la puerta mientras la veo alejarse hacia el ascensor. Su último comentario ayuda demasiado a que mi mente se bloquee pensando en que al final puede que esa mujer no sea tan seria como me parecía, pero sin duda, lo que realmente me paraliza durante unos segundos es esa sonrisa, su sonrisa. Es la primera vez que la veo sonreír de verdad desde que entró en mi habitación, y pienso que acabo de ver la sonrisa más hermosa del mundo y del universo, si cabe.
Reacciono ante su voz que me avisa de que el ascensor está en nuestra planta sacándome de mis pensamientos y corro hacia donde está ella para comenzar una noche que sé que me va a sorprender.
- Detective Beckett, de homicidios- pronuncia esas palabras sacándome de mis pensamientos pero no logra romper mi hipnotización- ¿Es usted el Sr. Castle? – me mira de arriba abajo con una expresión que no sé traducir, seguramente se deba a que estoy semidesnudo, en bañador.
Me fijo en sus labios al pronunciar mi nombre y sonrío, pero me arrepiento al instante de hacerlo ya que seguramente he debido poner esa cara de completo atontado, y lo sé porque vuelve a llamarme ante la ausencia de respuesta.
- ¿Hola? ¿Se encuentra bien? ¿Richard Castle?- me mira con una expresión de extrañeza en su rostro mientras sigue esperando mi respuesta.
- ¿Eh..? Sí, yo, Castle, em.. –sacudo la cabeza levemente al notar cómo me estoy comportando, siento vergüenza de mi mismo, debe pensar que soy un tío raro- que…soy Richard Castle, encantado señorita Beckett –repito su nombre para intentar demostrarle que algo de atención sí que he prestado a su palabras y extiendo mi mano para saludarla.
- Detective, si no le importa –dice mostrándose autoritaria mientras estrecha su mano con la mía.
Creo que esa actitud me pone, y vuelvo a sonreír ante esto hasta que veo que frunce el ceño mirándome.
- ¡Sí, señor! –digo completamente serio con voz grave como si fuera un militar hablando con su superior evitando que la sonrisa se me escape de los labios.
Veo cómo rueda los ojos ante mi actuación claramente exagerada y sonrío de nuevo, no sé qué me pasa pero no puedo parar de hacerlo. La situación está resultando divertida.
- Con detective es suficiente. Bien, creo que ha pedido una niñera y… ¡aquí la tiene! – dice con falso entusiasmo mientras se señala a sí misma - ¿puedo pasar?
Escucho lo que dice y pienso que en realidad que una mujer como ella me haga de niñera no suena nada mal, ahora mismo estoy encantado con mi buena suerte.
- Claro, por supuesto, adelante –me aparto hacia un lado dejando hueco suficiente para que pase y al girarme la veo caminar de espaldas y en seguida la reconozco. He pasado varios minutos esta mañana observándola y no la iba a olvidar tan rápido. ¿La mujer de las piernas interminables venía para ser mi “niñera”? Me dan ganas de saltar de emoción, pero contengo mis ganas para que no confirme sus sospechas de que soy raro y estoy completamente mal de la cabeza. Solamente sonrío perdiéndome en sus curvas, como había hecho hace unas horas en mi casa, y me decido a hablar de nuevo- He de decir que estoy muy satisfecho con los servicios de elección de niñeras, te ajustas perfectamente a mis expectativas, ¿dónde hay que firmar?
En ese momento, en cuanto termino de pronunciar esas palabras, se gira y me fulmina con la mirada. Si esa mirada fuera una pistola, ya habría vaciado el cargador contra mí. No sé si debería sentir miedo, pero me limito a confirmarme a mi mismo lo que anteriormente sospechaba, ¡me pone!, esa actitud suya me pone inevitablemente.
- Sr. Castle, no sé a qué tipo de juegos está usted acostumbrado pero desde ahora le aclaro que a mi no me gusta ninguno –apoya sus manos en su cintura poniendo los brazos en jarras mientras me mira seria- estoy aquí para trabajar y espero que no me lo ponga difícil, porque le aseguro que no me agrada tener que estar aquí cuidando de un niño grande –tras decir eso, alza su ceja izquierda ligeramente.
Por un momento creo que me ha dejado sin palabras, pero lo pienso mejor y me vengo arriba. Soy Richard Castle, soy un seductor nato, y esa faceta de mujer que se las da de difícil a base de seriedad e indiferencia, la conozco muy bien. En alguna ocasión me he topado con mujeres así, pero al final todas han caído y se han rendido ante mis encantos, y ahora mismo tengo delante a una más de esas, y yo sé cómo hacer que cambie de opinión y que su trabajo conmigo estos días se vuelva mucho más divertido.
- Woow, veo que eres de las que nunca se sueltan el pelo detective –asiento moviendo la cabeza ligeramente como si aceptara todo lo que acababa de decirme - ponte cómoda, yo voy a cambiarme que creo que ya te he impresionado demasiado por hoy –sonrío pasándome la mano por mi pecho desnudo, lo que provoca un suspiro de desesperación en ella.
Y me encanta que se esté desesperando ante mis comentarios impertinentes, es lo que pretendo, a ver cuánto consigue soportarme sin romper su imagen de detective seria y correcta. Mientras pienso en esto, me acerco a mi maleta para coger unos pantalones vaqueros y una camiseta blanca básica bajo la atenta mirada de ella. Y tras esto entro en el baño donde me desnudo y empiezo a ducharme.
Canto en la ducha, canto más alto de lo que lo suelo hacer habitualmente con el fin de que ella me escuche mientras noto cómo el agua moja mi cuerpo y mi pelo. Reconozco que mi voz no es muy agradable de escuchar pero aún así no me puedo resistir a intentar afinar esas notas.
Cuando termino de ducharme y vestirme, salgo del baño y observo que mi detective particular ha montado toda una oficina en la habitación, la cual es lo bastante grande para que pueda trabajar sin problema. Se ha instalado en el sofá del pequeño salón ocupando la mesa de baja altura con carpetas y papeles por todos lados junto con su ordenador portátil, en el cual teclea con soltura frunciendo el ceño.
Me acerco a ella revolviendo mi pelo con la mano haciendo salpicar las últimas gotas de agua que le quedaban y me siento a su lado en el sofá.
- Veo que te has traído la comisaría a mi habitación –me inclino ligeramente hacia la pantalla del ordenador para intentar ver lo que escribe pero ella, al darse cuenta de mis intenciones, la cierra de golpe.
- No estoy de vacaciones Sr. Castle, tengo que continuar con mi trabajo- afirma mirándome- y supongo que no le molesta que use esta zona, no me ha parecido que la esté usando.
- Puedes tutearme por favor… Beckett, ¿verdad?- ella asiente sin dejar de mirarme.
En realidad me acuerdo perfectamente de su apellido pero prefiero hacerme el despistado.
- Sí, está bien, y aunque por lo que veo parece que tú no necesitas mi permiso, pero también puedes tutearme, ¿Castle?
- Así suena mucho mejor, aunque si quieres tomarte más confianzas conmigo llámame Rick, no tengo ningún problema, en absoluto- le guiño mi ojo derecho con picardía.
- Con Castle es más que suficiente, no tengo ninguna intención de tomarme esa confianza de la que hablas- afirma con su seriedad habitual en la voz.
- Y cuéntame, ¿cómo es que una detective de homicidios termina de niñera de un escritor guapo y famoso como yo?- le doy especial énfasis a estos dos últimos adjetivos que me definen y escucho un suspiro salir de su boca, de nuevo la desespero.
- Digamos que no he seguido las órdenes al pie de la letra y este es mi horroroso castigo- noto cómo le da el mismo énfasis que yo he utilizado a esas dos últimas palabras- y espero poder soportarlo durante dos días.
- Mmm, entonces se puede decir que eres de las polis malas y rebeldes- me levanto de golpe y doy un pequeño salto sobre el suelo- te prometo que vas a disfrutar de estos días y no vas a querer volver a tu rutina, vamos.
- ¿Vamos? – me mira extrañada.
- Sí, a cenar, no pretenderás que el niño se te muera de hambre, ¿verdad? Además aprovecha que yo invito, y así me cuentas más cosas sobre ti.
- ¿Sobre mí? No soy una cita Castle, y creo que es más seguro si nos quedamos a cenar aquí, aguanta dos días sin salir, no lo compliques demasiado – vuelve a abrir la pantalla de su ordenador y continúa tecleando.
- De eso nada detective, no va a pasar nada si estoy contigo, yo quiero salir y debes acompañarme, ¿no pretenderás que ponga una queja a tus superiores? –sonrío con ironía mientras cierro la pantalla de su ordenador y la cojo de una mano tirando suavemente de ella para levantarla.
Me resulta agradable el contacto con su piel, y aprovecho para acariciar su mano con mi pulgar pero lo hago con tanta delicadeza que ella no se percata de mi caricia. Está suave, muy suave, y me gusta, no sé qué tiene esta mujer que me atrae tanto tan rápidamente, pero tras levantarse quejándose se suelta de mi mano rompiendo el contacto.
- Vamos Beckett, que te dejo elegir hasta el lugar donde cenar y prometo traerte de vuelta antes del amanecer – me acerco caminando hasta la puerta para abrirla y dejarla pasar y de repente frena en seco girándose hacia a mi.
- ¿No duras ni hasta el amanecer? Me parece que al final voy a tener que ser yo la que tenga que enseñarte… - veo como sus labios se curvan en una sonrisa para continuar caminando después.
Y yo de nuevo me quedo atontado cerrando la puerta mientras la veo alejarse hacia el ascensor. Su último comentario ayuda demasiado a que mi mente se bloquee pensando en que al final puede que esa mujer no sea tan seria como me parecía, pero sin duda, lo que realmente me paraliza durante unos segundos es esa sonrisa, su sonrisa. Es la primera vez que la veo sonreír de verdad desde que entró en mi habitación, y pienso que acabo de ver la sonrisa más hermosa del mundo y del universo, si cabe.
Reacciono ante su voz que me avisa de que el ascensor está en nuestra planta sacándome de mis pensamientos y corro hacia donde está ella para comenzar una noche que sé que me va a sorprender.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Me encanta el capitulo, a ver que les depara la noche, y el pobre Rick ya se ha quedado prendado de los encantos de Kate. Espero que sigas pronto que me gusta mucho la historia. gracias
erikal- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
¡Muy bueno! Me tienes totalmente encganchada Sigue!
Aitana- As del póker
- Mensajes : 253
Fecha de inscripción : 25/11/2012
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Muy bueno, me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Me encanta! Continua pronto por favor! Adoro tu forma d escribir!! :p
MARIAFV- Ayudante de policia
- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 09/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Que buen capi! Me quede con ganas de mas! Es una lectura muy fluida y agradable! Sigue pronto por favor!
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
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Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Siguee prontooo que esto prometee!!!!
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Heeey! Aquí estoy otra vez, dejo el capítulo 4 que espero que os guste. Muchas gracias por leer y por los comentarios que ponéis! Besooooooooos!
Capítulo 4
Capítulo 4
Estoy en su coche, sentado de copiloto y observo cómo conduce seria mirando al frente. Creo que vamos un poco más rápido de la velocidad permitida pero su seguridad al volante se nota a distancia, y supongo que siendo detective de homicidios tendrá mil técnicas para burlar las posibles multas.
- Enchufada… -murmuro sonriendo.
- ¿Cómo? –gira un poco la cabeza hacia mi para mirarme de reojo con extrañeza.
- Decía que gires en la siguiente calle a la derecha, conozco un sitio que te va a encantar.
- ¿Estás seguro de eso? –hace una mueca a la vez que gira el volante entrando por la dirección que le he indicado.
- Absolutamente –sonrío mientras aparca y tras esto bajo del coche seguido por ella.
Llegamos a la puerta de aquel bar, “Come in”, ese es su nombre. Recuerdo que la primera vez que fui entré porque me llamó la atención el nombre, es como una invitación que no puedes rechazar, su nombre crea intriga sobre qué habrá dentro y, por supuesto, alguien como yo no podría quedarse sin descubrir ese lugar.
Beckett mira el nombre del sitio y después me mira a mí. Saludo al portero y nos deja pasar sin problema.
- Ventajas de salir con un escritor famoso –me paso la mano por el pelo hacia atrás peinándolo- Para que veas que te traigo a lugares exclusivos de Nueva York.
- Ya… si supieras la cantidad de lugares que me abren sus puertas con solo enseñar la placa, te sorprendería –dice mientras mira a todos lados observando el lugar.
Se nos acerca una chica a la que saludo amistosamente ante la atenta mirada de Beckett y guarda nuestros abrigos en el ropero a cambio de una ficha. Caminamos de frente hasta que nos encontramos con un letrero en el que pone “Si te atreves a olvidarte de todo, continúa…”
Sonrío observando como lo lee con cara de extrañeza, a mí la primera vez me pasó exactamente lo mismo, la entiendo.
- ¿A qué clase de sitio me has traído Castle? Esto no parece un restaurante…-me mira con la misma expresión en su rostro que hace unos segundos.
- Digamos que es un lugar innovador, y lo mezcla todo, entre ello también es un restaurante, tranquila que no pensaba dejar morir de hambre a la mujer de mi vida –esbozo una amplia sonrisa al pronunciar eso último y noto cómo se tensa.
- ¿Qu..qué..dices? –enarca su ceja izquierda mirándome atentamente.
- Sí, se supone que me proteges, proteges mi vida y en cierto modo es como si mi vida ahora mismo estuviera en tus manos, por eso, la mujer de mi vida –le guiño un ojo sin dejar de sonreír a lo que ella responde poniendo sus ojos en blanco a modo de desesperación.
Entramos al restaurante y nos indican el camino hacia nuestra mesa. Mi mesa, porque siempre que vengo aquí me sitúo en la misma. Está en la esquina derecha del enorme salón decorado elegantemente, no es muy grande pero lo suficiente para dos personas. El salón está prácticamente lleno, de personas que cenan en sus respectivas mesas, pero no hay jaleo por lo que se puede escuchar con claridad la tranquila música de ambiente del lugar que le da ese encanto especial.
Antes de que me de tiempo a comportarme como un caballero y retirarle la silla para que se siente, Beckett se sienta y empieza a ojear la carta. Sin duda, esta mujer no tiene nada que ver con las que estoy acostumbrado a salir normalmente, cualquiera de ellas se hubiera quedado incluso toda la noche de pie esperando a que retirara la silla, pero ella no, y no sé si es porque le soy indiferente o porque simplemente ella es así. Pienso que la segunda opción es la correcta mientras me siento en la silla frente a ella, tiene que ser la correcta, sí.
- ¿Te gusta la carta o también te vas a quejar de eso detective?
- No está mal, de hecho ya sé lo que voy a pedir, ¿tú? –me mira curvando levemente sus labios en una tímida sonrisa.
En ese momento un camarero se acerca, interrumpiendo, con una cubitera que contiene una botella de champagne y la sitúa a mi lado. Siempre acostumbro a tomar la misma botella y por eso la traen sin necesidad de pedirla. Nos pregunta si hemos decidido qué tomar y pedimos, ella, una lasaña vegetal, y yo, spaghetti carbonara.
Cojo la botella y la abro sin esfuerzo, alcanzo su copa para servirle pero me frena poniendo su mano sobre la mía, lo que me provoca un pequeño escalofrío.
- Estoy de servicio, no voy a beber –dice seria.
- Eso no está dentro de las posibilidades, aquí la única regla que hay es divertirse y por una copa no va a pasarte nada, ¿no? –retiro mi mano de la suya, muy a mi pesar, y vierto el champagne en su copa para hacer lo mismo después en la mía.
- No pienso beber, por mucho que insistas –niega con su cabeza mientras mira la copa.
- Está bien, te doy la noche libre –sonrío mirándola- ya no estás de servicio, puedes beber e incluso emborracharte.
Suelta una pequeña carcajada al escuchar lo que digo, y esto me hace sonreír como un verdadero idiota al pensar que yo he provocado esa risa.
- Castle, si me das la noche libre creo que me voy a ir de aquí, porque te recuerdo que he venido obligada.
- Uf, eso ha sido un golpe bajo… -hago una mueca- pero ya que estás aquí sería de muy mal gusto que te fueras, y más sin probar esa lasaña que has pedido, eso realmente sería un crimen, como uno de los que acostumbras a investigar.
- Está bien, aunque sea solamente por no escucharte… -coge su copa y la alza mirándome- brindamos por que la persona que te persigue aparezca rápido y así yo pueda librarme de ti –se ríe leve al terminar la frase.
-Entonces creo que yo voy a brindar justamente por lo contrario, y no es que me guste que un loco me persiga, pero la compañía actual lo merece –pronuncio esas palabras mirando fijamente a sus ojos mientras alzo mi copa y la choco ligeramente con la suya brindando.
Percibo que se sonroja levemente ante mi comentario y da un sorbo a su copa mientras yo hago lo mismo. Me encanta, a pesar de ser “la tipa dura” que aparenta, se sonroja ante comentarios como el que acabo de hacer y eso le da más encanto, si cabe aún.
El camarero trae la comida y la cena transcurre tranquilamente entre sonrisas y más copas de champagne. Hablamos de cosas sin importancia, aportando mi ingenio y especialidad para decir tonterías cada X tiempo. También conversamos sobre el caso, sobre cuándo empecé a recibir anónimos, y de ahí le cuento la historia de cómo me hice escritor la cual ella escucha atentamente.
- ¿Y tú? ¿Cómo te dio por hacerte policía? –tomo un sorbo de champagne tras terminar mi plato.
Agacha un poco la cabeza al escuchar mi pregunta y acerca su copa para que le sirva más champagne, a lo que yo reacciono cogiendo la botella al instante y vertiendo más líquido en su copa. La verdad que ahora mismo no sé cuántas copas nos hemos tomado cada uno, pero no me importa. Tras esto, miro cómo toma un sorbo y me mira a los ojos.
- Una persona muy querida fue… asesinada… y no se hizo justicia, de ahí decidí que quería dedicarme a esto y hacer justicia yo misma, pero ya no solo en ese caso, sino en todos, no me gustaba la idea de pensar que asesinos se libraran de la cárcel por el trabajo mal hecho de algunos policías.
- Eso es admirable en ti, Kate –vuelve a dar otro trago a su copa- y también convierte mi historia en una absoluta niñería –intento quitar un poco de hierro a la situación con ese comentario pero no lo consigo y retomo el tema- esa persona, ¿era de tu familia?
- Mi madre –pronuncia casi en un susurro sin mirarme.
- Lo siento, tuvo que ser difícil - alargo mi brazo, en un impulso, para coger su mano y acariciarla suavemente intentando tranquilizarla.
Mira las manos durante unos segundos y después me mira a mí esbozando una pequeña sonrisa.
- Normalmente, no suelo contar esto tan fácilmente pero no sé qué pasa contigo Castle, me has inspirado confianza muy rápido, o a lo mejor es que ya he bebido demasiado…
- Me alegro de eso, porque me pasa exactamente lo mismo, y yo estoy seguro de que al menos lo mío no es por el champagne –sonrío sin soltar su mano y ella tampoco hace nada para soltarse.
Tras tomarnos los postres, el camarero se acerca para recoger los platos y me pregunta si queremos pasar a la siguiente sala, a lo que yo respondo que sí, mientras Beckett me mira con cara de que no entiende nada.
Una azafata se acerca y deja dos micrófonos inalámbricos sobre la mesa y tras darle las gracias se retira.
- ¿De qué va esto Castle? –pregunta mirando los micrófonos con cara de horror.
- Ahora lo verás – me levanto de la silla cogiendo los micrófonos y le ofrezco mi brazo- relájate y disfruta.
Sacude la cabeza mientras se levanta y agarra mi brazo dejándose llevar. Cuando estamos apunto de entrar a la nueva sala, nos encontramos con otro letrero parecido al de antes pero en este pone “Ya no puedes escapar, que empiece el espectáculo”.
Kate lo lee y pasea su mirada de los micrófonos a mi rostro sucesivamente durante un par de veces, y cuando se imagina de qué puede tratarse, intenta soltarse de mi brazo pero no la dejo, la tengo bien agarrada, ya que no es una mujer de las que se pueden dejar escapar a la ligera.
- Te prometo que lo vas a pasar bien, tanto que no te vas a querer ir –le doy un fugaz beso en su mejilla provocando que ella abra sus ojos más de lo normal sorprendida, y tiro suavemente de ella entrando a esa misteriosa sala en la que tantas veces he disfrutado y de la que se alcanza a escuchar música.
- Enchufada… -murmuro sonriendo.
- ¿Cómo? –gira un poco la cabeza hacia mi para mirarme de reojo con extrañeza.
- Decía que gires en la siguiente calle a la derecha, conozco un sitio que te va a encantar.
- ¿Estás seguro de eso? –hace una mueca a la vez que gira el volante entrando por la dirección que le he indicado.
- Absolutamente –sonrío mientras aparca y tras esto bajo del coche seguido por ella.
Llegamos a la puerta de aquel bar, “Come in”, ese es su nombre. Recuerdo que la primera vez que fui entré porque me llamó la atención el nombre, es como una invitación que no puedes rechazar, su nombre crea intriga sobre qué habrá dentro y, por supuesto, alguien como yo no podría quedarse sin descubrir ese lugar.
Beckett mira el nombre del sitio y después me mira a mí. Saludo al portero y nos deja pasar sin problema.
- Ventajas de salir con un escritor famoso –me paso la mano por el pelo hacia atrás peinándolo- Para que veas que te traigo a lugares exclusivos de Nueva York.
- Ya… si supieras la cantidad de lugares que me abren sus puertas con solo enseñar la placa, te sorprendería –dice mientras mira a todos lados observando el lugar.
Se nos acerca una chica a la que saludo amistosamente ante la atenta mirada de Beckett y guarda nuestros abrigos en el ropero a cambio de una ficha. Caminamos de frente hasta que nos encontramos con un letrero en el que pone “Si te atreves a olvidarte de todo, continúa…”
Sonrío observando como lo lee con cara de extrañeza, a mí la primera vez me pasó exactamente lo mismo, la entiendo.
- ¿A qué clase de sitio me has traído Castle? Esto no parece un restaurante…-me mira con la misma expresión en su rostro que hace unos segundos.
- Digamos que es un lugar innovador, y lo mezcla todo, entre ello también es un restaurante, tranquila que no pensaba dejar morir de hambre a la mujer de mi vida –esbozo una amplia sonrisa al pronunciar eso último y noto cómo se tensa.
- ¿Qu..qué..dices? –enarca su ceja izquierda mirándome atentamente.
- Sí, se supone que me proteges, proteges mi vida y en cierto modo es como si mi vida ahora mismo estuviera en tus manos, por eso, la mujer de mi vida –le guiño un ojo sin dejar de sonreír a lo que ella responde poniendo sus ojos en blanco a modo de desesperación.
Entramos al restaurante y nos indican el camino hacia nuestra mesa. Mi mesa, porque siempre que vengo aquí me sitúo en la misma. Está en la esquina derecha del enorme salón decorado elegantemente, no es muy grande pero lo suficiente para dos personas. El salón está prácticamente lleno, de personas que cenan en sus respectivas mesas, pero no hay jaleo por lo que se puede escuchar con claridad la tranquila música de ambiente del lugar que le da ese encanto especial.
Antes de que me de tiempo a comportarme como un caballero y retirarle la silla para que se siente, Beckett se sienta y empieza a ojear la carta. Sin duda, esta mujer no tiene nada que ver con las que estoy acostumbrado a salir normalmente, cualquiera de ellas se hubiera quedado incluso toda la noche de pie esperando a que retirara la silla, pero ella no, y no sé si es porque le soy indiferente o porque simplemente ella es así. Pienso que la segunda opción es la correcta mientras me siento en la silla frente a ella, tiene que ser la correcta, sí.
- ¿Te gusta la carta o también te vas a quejar de eso detective?
- No está mal, de hecho ya sé lo que voy a pedir, ¿tú? –me mira curvando levemente sus labios en una tímida sonrisa.
En ese momento un camarero se acerca, interrumpiendo, con una cubitera que contiene una botella de champagne y la sitúa a mi lado. Siempre acostumbro a tomar la misma botella y por eso la traen sin necesidad de pedirla. Nos pregunta si hemos decidido qué tomar y pedimos, ella, una lasaña vegetal, y yo, spaghetti carbonara.
Cojo la botella y la abro sin esfuerzo, alcanzo su copa para servirle pero me frena poniendo su mano sobre la mía, lo que me provoca un pequeño escalofrío.
- Estoy de servicio, no voy a beber –dice seria.
- Eso no está dentro de las posibilidades, aquí la única regla que hay es divertirse y por una copa no va a pasarte nada, ¿no? –retiro mi mano de la suya, muy a mi pesar, y vierto el champagne en su copa para hacer lo mismo después en la mía.
- No pienso beber, por mucho que insistas –niega con su cabeza mientras mira la copa.
- Está bien, te doy la noche libre –sonrío mirándola- ya no estás de servicio, puedes beber e incluso emborracharte.
Suelta una pequeña carcajada al escuchar lo que digo, y esto me hace sonreír como un verdadero idiota al pensar que yo he provocado esa risa.
- Castle, si me das la noche libre creo que me voy a ir de aquí, porque te recuerdo que he venido obligada.
- Uf, eso ha sido un golpe bajo… -hago una mueca- pero ya que estás aquí sería de muy mal gusto que te fueras, y más sin probar esa lasaña que has pedido, eso realmente sería un crimen, como uno de los que acostumbras a investigar.
- Está bien, aunque sea solamente por no escucharte… -coge su copa y la alza mirándome- brindamos por que la persona que te persigue aparezca rápido y así yo pueda librarme de ti –se ríe leve al terminar la frase.
-Entonces creo que yo voy a brindar justamente por lo contrario, y no es que me guste que un loco me persiga, pero la compañía actual lo merece –pronuncio esas palabras mirando fijamente a sus ojos mientras alzo mi copa y la choco ligeramente con la suya brindando.
Percibo que se sonroja levemente ante mi comentario y da un sorbo a su copa mientras yo hago lo mismo. Me encanta, a pesar de ser “la tipa dura” que aparenta, se sonroja ante comentarios como el que acabo de hacer y eso le da más encanto, si cabe aún.
El camarero trae la comida y la cena transcurre tranquilamente entre sonrisas y más copas de champagne. Hablamos de cosas sin importancia, aportando mi ingenio y especialidad para decir tonterías cada X tiempo. También conversamos sobre el caso, sobre cuándo empecé a recibir anónimos, y de ahí le cuento la historia de cómo me hice escritor la cual ella escucha atentamente.
- ¿Y tú? ¿Cómo te dio por hacerte policía? –tomo un sorbo de champagne tras terminar mi plato.
Agacha un poco la cabeza al escuchar mi pregunta y acerca su copa para que le sirva más champagne, a lo que yo reacciono cogiendo la botella al instante y vertiendo más líquido en su copa. La verdad que ahora mismo no sé cuántas copas nos hemos tomado cada uno, pero no me importa. Tras esto, miro cómo toma un sorbo y me mira a los ojos.
- Una persona muy querida fue… asesinada… y no se hizo justicia, de ahí decidí que quería dedicarme a esto y hacer justicia yo misma, pero ya no solo en ese caso, sino en todos, no me gustaba la idea de pensar que asesinos se libraran de la cárcel por el trabajo mal hecho de algunos policías.
- Eso es admirable en ti, Kate –vuelve a dar otro trago a su copa- y también convierte mi historia en una absoluta niñería –intento quitar un poco de hierro a la situación con ese comentario pero no lo consigo y retomo el tema- esa persona, ¿era de tu familia?
- Mi madre –pronuncia casi en un susurro sin mirarme.
- Lo siento, tuvo que ser difícil - alargo mi brazo, en un impulso, para coger su mano y acariciarla suavemente intentando tranquilizarla.
Mira las manos durante unos segundos y después me mira a mí esbozando una pequeña sonrisa.
- Normalmente, no suelo contar esto tan fácilmente pero no sé qué pasa contigo Castle, me has inspirado confianza muy rápido, o a lo mejor es que ya he bebido demasiado…
- Me alegro de eso, porque me pasa exactamente lo mismo, y yo estoy seguro de que al menos lo mío no es por el champagne –sonrío sin soltar su mano y ella tampoco hace nada para soltarse.
Tras tomarnos los postres, el camarero se acerca para recoger los platos y me pregunta si queremos pasar a la siguiente sala, a lo que yo respondo que sí, mientras Beckett me mira con cara de que no entiende nada.
Una azafata se acerca y deja dos micrófonos inalámbricos sobre la mesa y tras darle las gracias se retira.
- ¿De qué va esto Castle? –pregunta mirando los micrófonos con cara de horror.
- Ahora lo verás – me levanto de la silla cogiendo los micrófonos y le ofrezco mi brazo- relájate y disfruta.
Sacude la cabeza mientras se levanta y agarra mi brazo dejándose llevar. Cuando estamos apunto de entrar a la nueva sala, nos encontramos con otro letrero parecido al de antes pero en este pone “Ya no puedes escapar, que empiece el espectáculo”.
Kate lo lee y pasea su mirada de los micrófonos a mi rostro sucesivamente durante un par de veces, y cuando se imagina de qué puede tratarse, intenta soltarse de mi brazo pero no la dejo, la tengo bien agarrada, ya que no es una mujer de las que se pueden dejar escapar a la ligera.
- Te prometo que lo vas a pasar bien, tanto que no te vas a querer ir –le doy un fugaz beso en su mejilla provocando que ella abra sus ojos más de lo normal sorprendida, y tiro suavemente de ella entrando a esa misteriosa sala en la que tantas veces he disfrutado y de la que se alcanza a escuchar música.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
me ha encantado el capitulo, muy divertido eso ultimo de los microfonos, es una historia muy buena, sigue please y gracias .
erikal- Actor en Broadway
- Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Ahhhhhhhhhhhhhhh! Super me encanto, ya me imagino k van a hacer! Pero es quien puede resistirse a este hombre! Sigue pf muy bien!
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
muy buena me dejas intrigada de k va ese nuevo salon! asi continua pronto porfis!
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Muy buen capi, continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
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