CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
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Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
¡Me encanta esta historia!
Al final Kate se va ablandando a los encantos de Rick
Ya me imagino lo que van a hacer... jajaja
Muy bueno el capi, me gusta mucho como escribes
¡Sigue prontitoo!
Al final Kate se va ablandando a los encantos de Rick
Ya me imagino lo que van a hacer... jajaja
Muy bueno el capi, me gusta mucho como escribes
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Aitana- As del póker
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Fecha de inscripción : 25/11/2012
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Hooooola! De nuevo por aquí para dejar el capítulo 5 de esta historia. Como siempre, muchas gracias por leerlo y por comentar Besoooos!
Capítulo 5
Capítulo 5
Cuando entramos a la sala, el ambiente me invade provocándome una sonrisa. Hay una pareja de chicas encima del enorme escenario situado al fondo que ríen divertidas mientras intentan cantar la canción que suena ahora mismo. Es “I don’t wanna miss a thing” de Aerosmith, me gusta pero creo que la mala afinación de las voces que ahora la cantan la está estropeando por completo. Al lado de las chicas hay dos chicos que cantan la misma canción con intensidad, como si estuvieran haciendo una batalla contra ellas, alternando sus voces graves con las agudas de ellas, pero todas insoportablemente desafinadas.
La sala esta rodeada por una larga barra y llena de pequeñas mesas redondas donde la gente conversa animadamente, disfruta de sus copas y, si es posible, del espectáculo.
Giro la cabeza para mirar a Kate y suelto una carcajada al descubrir la expresión de horror de su rostro observando a los personajes que hay en el escenario. Me acerco un poco a su oído para asegurarme de que me escucha debido al ruido del lugar.
- Estoy seguro de que tú lo vas a hacer mucho mejor –aprovecho mi cercanía hacia ella para aspirar su aroma, huele realmente bien, otro punto enloquecedor que debo añadir.
- No, no, ¡no! – se suelta de mi brazo alejando su rostro del mío para mirarme fijamente- yo no pienso cantar Castle y mucho menos ahí arriba –dice señalando con su dedo en dirección al escenario.
- ¿Cantar solo? Si supieras que también te voy a hacer bailar… -sonrío divertido y le cojo de la mano empujándola a caminar conmigo hasta una de las mesas.
- Ni lo sueñes – se queja mientras se sienta en la silla que esta vez me da tiempo a retirar gentilmente para ella.
Me siento a su lado en la otra silla, de tal forma que ambos quedamos de frente al escenario. Un camarero se acerca y pregunta qué vamos a tomar.
- ¿Tequila? – miro a Kate esperando una respuesta.
Ella me mira incrédula con expresión seria.
- Agua –dice en un murmuro manteniendo la seriedad en su rostro, lo que hace que yo sonría.
- Una botella de tequila, por favor –digo mirando al camarero que asiente con la cabeza y se retira - No estamos de funeral Beckett, no va a pasar nada si cambias esa cara.
- ¿Tequila? Creo que con el champagne ya es suficiente, he cedido antes a tomarm..-no continúa porque le interrumpo.
- Kate, relájate, es parte del juego, y recuerda que te he dado la noche libre así que no te preocupes –muevo un poco mi silla pegándola a la de ella un poco más mientras noto que me observa.
- Me quiero ir Castle, estoy cansada y..- de nuevo le interrumpo.
- De eso nada señorita, ¿quién va a evitar si no que alguien me arroje un micrófono a la cabeza? Eso no sería nada apropiado –hago una mueca ante la idea- imagina que a lo mejor este sitio está lleno de admiradores locos del irresistible escritor Richard Castle – le añado exageración a mi voz- si tú no estás me siento desprotegido – me doy cuenta del doble sentido que tiene esa última frase y sonrío dulcemente mirándola.
Se remueve ligeramente en su asiento girándose hacia a mi para mirarme atentamente. Me da la sensación de que estudia mi rostro durante unos segundos hasta que comienza a hablar.
- Dices que me das la noche libre, pero pretendes que me quede para seguir ejerciendo de niñera, interesante lógica la tuya, señor irresistible –dice de forma burlona sin dejar de mirarme hasta que curva sus labios en esa sonrisa que tanto me gusta – Pero está bien, me quedo porque no quiero que se produzca ninguna guerra de micrófonos aquí – y vuelve a sonreír, esta vez mostrando su dentadura perfecta y blanca, parece de anuncio.
Y me pierdo en mis pensamientos, admirando su belleza. Creo que debería ser modelo, por lo menos. Quizás lo hubiese llegado a ser si no fuera por la historia que me contó antes sobre su madre. Aunque mejor que no lo sea, así puedo admirarla yo en exclusividad.
- ¿Sales en el calendario? – suelto de repente cuando me asalta un pensamiento en la mente, cambiando radicalmente de tema.
- ¿Qué calendario? –me mira sin saber de lo que hablo.
En ese momento el camarero se acerca sin darme tiempo a responder a su pregunta y deja la botella de tequila junto con dos vasos de chupito en la mesa, le doy las gracias y vuelve a alejarse.
La música ahora mismo es mucho mejor, nadie está cantando en el escenario y nuestros oídos pueden disfrutar de las versiones originales de las canciones.
- ¿La policía de Nueva York no hace calendario? –pregunto mientras alcanzo la botella para abrirla- Sé que los bomberos hacen uno muy… sugerente –alzo las cejas mientras lleno los vasos de tequila- para recaudar fondos, pensé que a lo mejor hacíais lo mismo.
Ella se ríe mientras sacude la cabeza negando divertida.
- Pues es una verdadera lástima, yo lo compraría, solo si salieras tú claro, estoy seguro de que a muchos les alegrarías la vista –digo completamente seguro mientras imagino a la detective posando para esas fotos de forma sugerente. Un escalofrío me recorre la espalda al pensarlo.
- ¿Muchos? ¿O a ti Castle? – sonríe observándome.
- A todos, sin duda –le acerco el pequeño vaso lleno de tequila y lo señalo- Te voy a explicar de qué va esto –ella apoya un codo en la mesa mirándome atentamente- Son rondas de cinco canciones, empiezan a sonar con la letra en las pantallas hasta que desaparece la letra y tienes que seguir cantando. Competimos entre nosotros y si fallas, rebote para mí, pero como esto sería muy aburrido sin castigo, mi regla es que el que falla, bebe –sonrío observando la botella- espero que no seas muy mala y no haga falta pedir otra botella…
- Yo no quiero subir ahí Castle, en serio, y tampoco quiero seguir bebiendo –me mira con ojos de súplica.
- A todo el mundo le entra el miedo escénico la primera vez –levanto mi vaso para brindar- Tómate el primero y vamos, que una mujer que lleva pistola y se enfrenta a asesinos todos los días, no me creo que se raje en algo así –digo provocándola.
Entonces choca su vaso contra el mío y se toma el chupito de un trago. Yo hago lo mismo y ambos hacemos guiños con la cara por el fuerte sabor del tequila. Se levanta de la silla cogiendo los micrófonos y dirigiéndose hacia el escenario, y yo, tras coger la botella y los vasos, voy tras ella.
Sube decidida al escenario y entonces se para la música para dar comienzo a nuestra ronda de canciones. Le doy su vaso para que lo sostenga, ella me da el micrófono y dejo la botella en el suelo. Y ahora sí, “Que empiece el espectáculo”, sonrío recordando el cartel de la entrada. Nuestros nombres aparecen en la pantalla, “Kate y Rick”, se ven bien juntos, y ella me mira extrañada al verlo. Se los dije al camarero durante la cena en un momento que ella no se percató.
“Rick”, me toca empezar el juego, aparece mi nombre en la pantalla y empieza a sonar la música. En seguida reconozco la canción, es “Heaven” de Bryan Adams, fácil, la conozco muy bien. Sonrío triunfante y comienzo a cantar al unísono con el cantante mezclando nuestras voces, la mía ligeramente desafinada y más vergonzosa se camufla con la otra. Y entonces la letra desaparece de la pantalla así como la voz que me acompañaba y continúo cantando yo solo sin problema.
- “Baby you’re all that I want when you’re lying here in my arms”- canto intentando entonar la frase lo mejor que puedo y oigo como Kate suelta una carcajada haciéndome sonreír- “I’m finding it hard to believe were in heaven, and love is all that I need and I found it there in your heart, it isn’t too hard to see were in heaven”- y correcto, punto para mí.
Algunas personas de la sala aplauden, y miro a Kate sonriendo, ella también aplaude sonriendo hasta que se da cuenta de que llega su turno.
Aparece “Kate” en la pantalla y la música empieza a sonar. Ella se concentra mirando la pantalla y yo reconozco la canción rápidamente, “Angels” de Robbie Williams. ¿Se la sabrá? Me impaciento mientras empieza a cantar, no muy alto y de forma tímida, pero suena bien, dulce. Entonces la letra y la voz desaparecen, como había pasado antes durante mi turno, y ella continúa cantando sin problema. Lo hace realmente bien, tiene una bonita voz, definitivamente esta mujer es una caja de sorpresas. Sonrío sin parar de observarla, no puedo despegar mis ojos de ella, y entonces termina, la gente aplaude y yo contagiado por esta también lo hago. Punto para Kate.
- ¡Guau Beckett! No lo has hecho nada mal – digo completamente sincero y ella sonriendo se tapa la cara con sus manos, vergonzosa, durante unos segundos.
- Creo que voy a matarte por haberme hecho cantar –me mira sin dejar de sonreír.
Y cuando me doy cuenta la música comienza otra vez y miro rápidamente la pantalla. Me resulta familiar pero no sé cual es, hasta que sale el título y lo leo, “Teenage Dream” de Katy Perry. ¡Mierda!, pienso para mí mismo ya que no me la sé, aunque me suena, seguramente mi hija Alexis la haya puesto alguna vez en casa. A partir de hoy prestaré más atención a la música que pone. Y entonces la voz de la famosa Katy Perry desaparece y yo me quedo solo ante el peligro. Invento una frase intentando ajustarla al tono que he podido percibir de la canción y lo que provoco es la risa de Kate y que de un pequeño salto triunfante sobre el escenario. Me contagia y yo también empiezo a reír, definitivamente he perdido. Rebote para ella, que agarra el micrófono firmemente con su mano y comienza a cantar.
- “No regrets, just love. We can dance until we die, you and I, we’ll be young forever” –me señala sonriente mientras canta eso último y continua- “You make me feel like I’m living a teenage dream”.
De nuevo lo hace bien y la gente presente vuelve a aplaudir.
Perfectamente correcto, punto para ella, que corre hasta donde está la botella para alcanzarla y llenarme el vaso de tequila. Me lo bebo de un trago, sin quejas, y me estiro teatralmente preparándome para la próxima canción.
Y así va transcurriendo la noche, entre canciones, unas más desafinadas que otras, algunas conocidas y otras que parecen que han sido inventadas esa misma noche. Y sonrisas, muchas sonrisas entre nosotros, miradas cómplices, carcajadas, chupitos de tequila e incluso algún que otro baile sobreactuado. Hacemos varias rondas seguidas ya que parece que esa noche no hay mucha gente animada a jugar y nosotros ya le hemos cogido el gusto. No sé quién gana y quién pierde, he perdido la cuenta hace rato, pero lo que sí noto levemente es el efecto del alcohol en mi cuerpo, esa chispa que no permite que mi sonrisa desaparezca en ningún momento.
Por su parte, Kate está mas afectada que yo por el alcohol, lo noto porque no para de reír y se ha tambaleado ligeramente en alguna que otra ocasión. Y es normal, la botella está prácticamente vacía cuando la miro y entonces Kate se acerca a mi oído para decirme algo, lo que hace que mi cuerpo se ponga rígido.
- Rick, estoy un poco mareada, creo que es mejor que nos vayamos –pronuncia las palabras despacio, como concentrándose en lo que dice, pero con un tono divertido en la voz.
Yo me estremezco sintiendo su cálido aliento en mi oreja y al escuchar por primera vez mi nombre salir de sus labios. Ha dicho “Rick”, y sin duda me encanta como suena con su voz. Afirmo a lo que me dice y sujetándola por la cintura con mi brazo bajamos del escenario para regresar a nuestra mesa.
Ahora la sala está más vacía que al principio, el tiempo se ha pasado volando, y la música de ambiente vuelve a sonar por todos los rincones. Es “The scientist” de Coldplay, aún no he soltado a Kate de la cintura y me apetece bailar con ella.
- ¿Me daría el placer de concederme este baile detective? –digo de forma caballerosa pero divertida, ofreciéndole la mano que tengo libre y ella hace una mueca mirando mi mano- Vamos, solamente esta canción.
Entonces acepta agarrando mi mano y sosteniéndola en el aire junto con la suya. Yo aferro mi brazo alrededor de su cintura acercando un poco su cuerpo al mío y ella posa su otra mano en mi hombro. Comenzamos a bailar lentamente al ritmo de la música, dejándonos llevar mientras nos miramos fijamente a los ojos.
La sala esta rodeada por una larga barra y llena de pequeñas mesas redondas donde la gente conversa animadamente, disfruta de sus copas y, si es posible, del espectáculo.
Giro la cabeza para mirar a Kate y suelto una carcajada al descubrir la expresión de horror de su rostro observando a los personajes que hay en el escenario. Me acerco un poco a su oído para asegurarme de que me escucha debido al ruido del lugar.
- Estoy seguro de que tú lo vas a hacer mucho mejor –aprovecho mi cercanía hacia ella para aspirar su aroma, huele realmente bien, otro punto enloquecedor que debo añadir.
- No, no, ¡no! – se suelta de mi brazo alejando su rostro del mío para mirarme fijamente- yo no pienso cantar Castle y mucho menos ahí arriba –dice señalando con su dedo en dirección al escenario.
- ¿Cantar solo? Si supieras que también te voy a hacer bailar… -sonrío divertido y le cojo de la mano empujándola a caminar conmigo hasta una de las mesas.
- Ni lo sueñes – se queja mientras se sienta en la silla que esta vez me da tiempo a retirar gentilmente para ella.
Me siento a su lado en la otra silla, de tal forma que ambos quedamos de frente al escenario. Un camarero se acerca y pregunta qué vamos a tomar.
- ¿Tequila? – miro a Kate esperando una respuesta.
Ella me mira incrédula con expresión seria.
- Agua –dice en un murmuro manteniendo la seriedad en su rostro, lo que hace que yo sonría.
- Una botella de tequila, por favor –digo mirando al camarero que asiente con la cabeza y se retira - No estamos de funeral Beckett, no va a pasar nada si cambias esa cara.
- ¿Tequila? Creo que con el champagne ya es suficiente, he cedido antes a tomarm..-no continúa porque le interrumpo.
- Kate, relájate, es parte del juego, y recuerda que te he dado la noche libre así que no te preocupes –muevo un poco mi silla pegándola a la de ella un poco más mientras noto que me observa.
- Me quiero ir Castle, estoy cansada y..- de nuevo le interrumpo.
- De eso nada señorita, ¿quién va a evitar si no que alguien me arroje un micrófono a la cabeza? Eso no sería nada apropiado –hago una mueca ante la idea- imagina que a lo mejor este sitio está lleno de admiradores locos del irresistible escritor Richard Castle – le añado exageración a mi voz- si tú no estás me siento desprotegido – me doy cuenta del doble sentido que tiene esa última frase y sonrío dulcemente mirándola.
Se remueve ligeramente en su asiento girándose hacia a mi para mirarme atentamente. Me da la sensación de que estudia mi rostro durante unos segundos hasta que comienza a hablar.
- Dices que me das la noche libre, pero pretendes que me quede para seguir ejerciendo de niñera, interesante lógica la tuya, señor irresistible –dice de forma burlona sin dejar de mirarme hasta que curva sus labios en esa sonrisa que tanto me gusta – Pero está bien, me quedo porque no quiero que se produzca ninguna guerra de micrófonos aquí – y vuelve a sonreír, esta vez mostrando su dentadura perfecta y blanca, parece de anuncio.
Y me pierdo en mis pensamientos, admirando su belleza. Creo que debería ser modelo, por lo menos. Quizás lo hubiese llegado a ser si no fuera por la historia que me contó antes sobre su madre. Aunque mejor que no lo sea, así puedo admirarla yo en exclusividad.
- ¿Sales en el calendario? – suelto de repente cuando me asalta un pensamiento en la mente, cambiando radicalmente de tema.
- ¿Qué calendario? –me mira sin saber de lo que hablo.
En ese momento el camarero se acerca sin darme tiempo a responder a su pregunta y deja la botella de tequila junto con dos vasos de chupito en la mesa, le doy las gracias y vuelve a alejarse.
La música ahora mismo es mucho mejor, nadie está cantando en el escenario y nuestros oídos pueden disfrutar de las versiones originales de las canciones.
- ¿La policía de Nueva York no hace calendario? –pregunto mientras alcanzo la botella para abrirla- Sé que los bomberos hacen uno muy… sugerente –alzo las cejas mientras lleno los vasos de tequila- para recaudar fondos, pensé que a lo mejor hacíais lo mismo.
Ella se ríe mientras sacude la cabeza negando divertida.
- Pues es una verdadera lástima, yo lo compraría, solo si salieras tú claro, estoy seguro de que a muchos les alegrarías la vista –digo completamente seguro mientras imagino a la detective posando para esas fotos de forma sugerente. Un escalofrío me recorre la espalda al pensarlo.
- ¿Muchos? ¿O a ti Castle? – sonríe observándome.
- A todos, sin duda –le acerco el pequeño vaso lleno de tequila y lo señalo- Te voy a explicar de qué va esto –ella apoya un codo en la mesa mirándome atentamente- Son rondas de cinco canciones, empiezan a sonar con la letra en las pantallas hasta que desaparece la letra y tienes que seguir cantando. Competimos entre nosotros y si fallas, rebote para mí, pero como esto sería muy aburrido sin castigo, mi regla es que el que falla, bebe –sonrío observando la botella- espero que no seas muy mala y no haga falta pedir otra botella…
- Yo no quiero subir ahí Castle, en serio, y tampoco quiero seguir bebiendo –me mira con ojos de súplica.
- A todo el mundo le entra el miedo escénico la primera vez –levanto mi vaso para brindar- Tómate el primero y vamos, que una mujer que lleva pistola y se enfrenta a asesinos todos los días, no me creo que se raje en algo así –digo provocándola.
Entonces choca su vaso contra el mío y se toma el chupito de un trago. Yo hago lo mismo y ambos hacemos guiños con la cara por el fuerte sabor del tequila. Se levanta de la silla cogiendo los micrófonos y dirigiéndose hacia el escenario, y yo, tras coger la botella y los vasos, voy tras ella.
Sube decidida al escenario y entonces se para la música para dar comienzo a nuestra ronda de canciones. Le doy su vaso para que lo sostenga, ella me da el micrófono y dejo la botella en el suelo. Y ahora sí, “Que empiece el espectáculo”, sonrío recordando el cartel de la entrada. Nuestros nombres aparecen en la pantalla, “Kate y Rick”, se ven bien juntos, y ella me mira extrañada al verlo. Se los dije al camarero durante la cena en un momento que ella no se percató.
“Rick”, me toca empezar el juego, aparece mi nombre en la pantalla y empieza a sonar la música. En seguida reconozco la canción, es “Heaven” de Bryan Adams, fácil, la conozco muy bien. Sonrío triunfante y comienzo a cantar al unísono con el cantante mezclando nuestras voces, la mía ligeramente desafinada y más vergonzosa se camufla con la otra. Y entonces la letra desaparece de la pantalla así como la voz que me acompañaba y continúo cantando yo solo sin problema.
- “Baby you’re all that I want when you’re lying here in my arms”- canto intentando entonar la frase lo mejor que puedo y oigo como Kate suelta una carcajada haciéndome sonreír- “I’m finding it hard to believe were in heaven, and love is all that I need and I found it there in your heart, it isn’t too hard to see were in heaven”- y correcto, punto para mí.
Algunas personas de la sala aplauden, y miro a Kate sonriendo, ella también aplaude sonriendo hasta que se da cuenta de que llega su turno.
Aparece “Kate” en la pantalla y la música empieza a sonar. Ella se concentra mirando la pantalla y yo reconozco la canción rápidamente, “Angels” de Robbie Williams. ¿Se la sabrá? Me impaciento mientras empieza a cantar, no muy alto y de forma tímida, pero suena bien, dulce. Entonces la letra y la voz desaparecen, como había pasado antes durante mi turno, y ella continúa cantando sin problema. Lo hace realmente bien, tiene una bonita voz, definitivamente esta mujer es una caja de sorpresas. Sonrío sin parar de observarla, no puedo despegar mis ojos de ella, y entonces termina, la gente aplaude y yo contagiado por esta también lo hago. Punto para Kate.
- ¡Guau Beckett! No lo has hecho nada mal – digo completamente sincero y ella sonriendo se tapa la cara con sus manos, vergonzosa, durante unos segundos.
- Creo que voy a matarte por haberme hecho cantar –me mira sin dejar de sonreír.
Y cuando me doy cuenta la música comienza otra vez y miro rápidamente la pantalla. Me resulta familiar pero no sé cual es, hasta que sale el título y lo leo, “Teenage Dream” de Katy Perry. ¡Mierda!, pienso para mí mismo ya que no me la sé, aunque me suena, seguramente mi hija Alexis la haya puesto alguna vez en casa. A partir de hoy prestaré más atención a la música que pone. Y entonces la voz de la famosa Katy Perry desaparece y yo me quedo solo ante el peligro. Invento una frase intentando ajustarla al tono que he podido percibir de la canción y lo que provoco es la risa de Kate y que de un pequeño salto triunfante sobre el escenario. Me contagia y yo también empiezo a reír, definitivamente he perdido. Rebote para ella, que agarra el micrófono firmemente con su mano y comienza a cantar.
- “No regrets, just love. We can dance until we die, you and I, we’ll be young forever” –me señala sonriente mientras canta eso último y continua- “You make me feel like I’m living a teenage dream”.
De nuevo lo hace bien y la gente presente vuelve a aplaudir.
Perfectamente correcto, punto para ella, que corre hasta donde está la botella para alcanzarla y llenarme el vaso de tequila. Me lo bebo de un trago, sin quejas, y me estiro teatralmente preparándome para la próxima canción.
Y así va transcurriendo la noche, entre canciones, unas más desafinadas que otras, algunas conocidas y otras que parecen que han sido inventadas esa misma noche. Y sonrisas, muchas sonrisas entre nosotros, miradas cómplices, carcajadas, chupitos de tequila e incluso algún que otro baile sobreactuado. Hacemos varias rondas seguidas ya que parece que esa noche no hay mucha gente animada a jugar y nosotros ya le hemos cogido el gusto. No sé quién gana y quién pierde, he perdido la cuenta hace rato, pero lo que sí noto levemente es el efecto del alcohol en mi cuerpo, esa chispa que no permite que mi sonrisa desaparezca en ningún momento.
Por su parte, Kate está mas afectada que yo por el alcohol, lo noto porque no para de reír y se ha tambaleado ligeramente en alguna que otra ocasión. Y es normal, la botella está prácticamente vacía cuando la miro y entonces Kate se acerca a mi oído para decirme algo, lo que hace que mi cuerpo se ponga rígido.
- Rick, estoy un poco mareada, creo que es mejor que nos vayamos –pronuncia las palabras despacio, como concentrándose en lo que dice, pero con un tono divertido en la voz.
Yo me estremezco sintiendo su cálido aliento en mi oreja y al escuchar por primera vez mi nombre salir de sus labios. Ha dicho “Rick”, y sin duda me encanta como suena con su voz. Afirmo a lo que me dice y sujetándola por la cintura con mi brazo bajamos del escenario para regresar a nuestra mesa.
Ahora la sala está más vacía que al principio, el tiempo se ha pasado volando, y la música de ambiente vuelve a sonar por todos los rincones. Es “The scientist” de Coldplay, aún no he soltado a Kate de la cintura y me apetece bailar con ella.
- ¿Me daría el placer de concederme este baile detective? –digo de forma caballerosa pero divertida, ofreciéndole la mano que tengo libre y ella hace una mueca mirando mi mano- Vamos, solamente esta canción.
Entonces acepta agarrando mi mano y sosteniéndola en el aire junto con la suya. Yo aferro mi brazo alrededor de su cintura acercando un poco su cuerpo al mío y ella posa su otra mano en mi hombro. Comenzamos a bailar lentamente al ritmo de la música, dejándonos llevar mientras nos miramos fijamente a los ojos.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Muy bueno. Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
un buen capitulo! siguelo pronto saludos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
guauuuuu sigueeew
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Ah ya sabia k se lo pasarian de lo lindo k par de parranderos! Sigue pronto pf!
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Que capítulo más tierno
Al final Kate ha acabado un tanto... achispada
¡SIGUE PRONTO POR FAVOR! Me tienes super enganchada a la historia, enserio. Y como ya te he dicho alguna vez, me encanta como escribes.
Al final Kate ha acabado un tanto... achispada
¡SIGUE PRONTO POR FAVOR! Me tienes super enganchada a la historia, enserio. Y como ya te he dicho alguna vez, me encanta como escribes.
Aitana- As del póker
- Mensajes : 253
Fecha de inscripción : 25/11/2012
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
sigue pronto porfavor que los has dejado nuy interesante
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
no ubiera estado nada mal una bachatita para k entren en calor! pero me encanto el capitulo continua pronto k kiero ver como sigue esto!
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Holaaaaaaaa! Vengo a dejar el capítulo 6 que espero que os guste y os siga enganchando a esta historia. Gracias por comentar y por leerlo Mil besooos!
Capítulo 6
Capítulo 6
La música sigue sonando y yo creo que estoy flotando. Hace un rato que me he atrevido a soltar su mano para así poder rodearle la cintura con ambos brazos, a lo que ella ha respondido rodeando mi cuello con los suyos mientras continuamos bailando lentamente.
Durante el baile he notado como se tambaleaba ligeramente entre mis brazos, lo que provocaba que soltáramos alguna carcajada, así como cuando me ha pisado en algún pie y yo empezaba a odiar esos tacones tan altos que lleva.
Definitivamente el alcohol le ha hecho demasiado efecto. Ahora coloca su cabeza en mi hombro rozando inevitablemente la punta de su nariz en mi cuello y suelto un leve suspiro involuntario ante esto por mi boca. Estamos completamente pegados, tanto que puedo sentir el roce de sus erguidos pechos contra mi torso, y creo que me estoy empezando a excitar, a pesar de que mi razón luche contra esto, no me quiero aprovechar de la situación. Decido relajarme y disfrutar de su abrazo cerrando los ojos y pegando mi nariz a su pelo, su aroma es realmente enloquecedor. Y entonces me doy cuenta de que la canción se ha acabado y da paso a la siguiente, “Say you say me” de Lionel Richie, pero ninguno de los dos hacemos amago de separarnos. Me decido a cantar en su oído la primera frase de la canción, “Say you, say me, say it for always”, y ella se ríe levantando la cabeza para mirarme divertida.
- Ya has perdido, no hace falta que sigas cantando.
- ¿Yo? Yo no he perdido, más bien creo que la única perdedora que hay aquí eres tú- sonríe sin decir nada y apoya la barbilla en mi hombro.
- Perdedor…-susurra haciéndome sonreír.
Y en un acto de valentía, retiro unos mechones de su pelo colocándolos detrás de su oreja para depositar un suave beso en su mejilla. Tras esto, sin notar ningún tipo de reacción por parte de ella, beso despacio su oreja, con delicadeza, tanta como si aquella mujer se pudiera romper de un momento a otro entre mis brazos, y alcanzo a escuchar un leve suspiro que sale de su boca. Entonces Kate se separa un poco para mirarme y a mi se me para el corazón durante unos segundos hasta que habla rompiendo el momento.
- Creo que es mejor que nos vayamos, estoy cansada y debe ser muy tarde – dice mientras retira los brazos de mi cuello separándose y pasa una de sus manos por su frente y pelo intentando peinarlo.
Asiento con mi cabeza dándole la razón, y la verdad es que no tengo la más remota idea de qué hora puede ser, no he tenido la necesidad de consultarla en toda la noche, pero me molesta que el tiempo haya corrido tan rápido.
Salimos del lugar riendo a carcajadas, rompiendo el silencio de la nocturna calle, por haber tropezado con el escalón de la puerta de salida, a lo que Kate no ha podido evitar burlarse de mí. Es de madrugada, pasadas las cuatro, y hace bastante frío ante lo que Kate se cruza de brazos intentando guardar su propio calor corporal. Por suerte, antes de salir del hotel he cogido mi cazadora negra de cuero y me la quito colocándosela en los hombros.
- Gracias – me agradece el gesto e introduce sus brazos en las mangas de la cazadora.
- Te sienta bien el look motero – digo completamente sincero y me acerco al borde de la acera parando un taxi que frena ante mi señal con la mano.
- Pero… ¿y mi coche? – me observa desconcertada acercándose con paso lento hasta donde estoy.
- Mañana podemos venir a por él, ninguno estamos en condiciones de conducir – abro la puerta del taxi y ella entra sin rechistar, por primera vez creo que está de acuerdo con lo que digo.
Entro tras ella sentándome a su lado e informo al conductor del hotel al que nos dirigimos. No hablamos durante el trayecto, ella tiene la cabeza apoyada en el asiento con los ojos cerrados, creo que se ha dormido. Yo también cierro los ojos durante un rato, hasta que siento su cabeza apoyada en mi hombro. Sonrío mirándola de reojo y levanto despacio mi brazo para rodearla con él y que pueda apoyarse en mi pecho. Se revuelve un poco ante el movimiento pero no lo suficiente para despertarse.
No sé qué me pasa, me siento realmente bien estando así, de repente me apetece dar vueltas durante toda la noche en este taxi, escuchando cómo respira tranquilamente dormida contra mí, usándome de almohada. Acaricio su pelo, jugando con algunos de sus mechones, con cuidado de no despertarla, mientras alterno mi mirada entre ella y la calle a través de la ventanilla del coche.
El taxi se detiene frente a la puerta del hotel e intentando no moverme demasiado, saco la cartera del bolsillo de mi pantalón para pagarle al conductor. Tras esto, regreso mi mirada hacia ella, sigue plenamente dormida y sonrío con ternura.
- Kate –susurro mientras le doy unos suaves toques en el brazo sin obtener respuesta – Kate…ya hemos llegado…Kate…- me lamenta tener que despertarla.
Abre los ojos y me mira desconcertada incorporándose, le doy unos segundos hasta que se sitúa y abro la puerta saliendo del taxi para ofrecerle mi mano. Entramos al hotel de forma patosa, su cintura se encuentra rodeada por mi brazo para evitar que se caiga debido a la mezcla de alcohol y sueño. Ella ríe, no se muy bien por qué, pero hace que yo también me ría, y el chico que está de guardia tras el mostrador de la recepción levanta la mirada para ver de dónde vienen esas carcajadas que crean escándalo en medio del completo silencio de la noche en ese hotel. Finalmente el chico esboza una sonrisa al vernos y sacude la cabeza.
Kate decide quitarse los zapatos para llevarlos en la mano caminando descalza hacia el ascensor. Apoya su espalda en el enorme espejo del ascensor y miro cómo juega con las mangas de mi cazadora con la cabeza agachada. De repente me entran unas ganas inexplicables de parar el ascensor, lanzarme a sus labios y besarla como nunca, pero me resisto a mi propio deseo, aunque no sé ni cómo lo consigo. Que las puertas del ascensor se abran en ese momento, sin duda me ayudan mucho a contenerme.
Cuando entramos a la habitación, le indico a Kate que duerma en la cama, yo dormiré en el sofá que hay en el salón. Como no esperaba a nadie, pensé que no era necesario reservar una suite ya que con una cama sería suficiente para mí, pero creo que mañana ordenaré el cambio a otra más grande.
- No Castle, yo bebo en el sofá – dice con los ojos entreabiertos sin darse cuenta de lo que dice.
- ¿Bebes? – suelto una carcajada al escucharla.- ¿Te has quedado con ganas de más? –alcanzo su mano y la llevo a la cama mientras intenta resistirse tirando de su mano hacia el lado contrario.- Venga, siéntate y espérame mientras traigo tu pijama para que puedas cambiarte.
Se da por vencida y misteriosamente me obedece, sentándose en el borde de la cama. Doy vueltas por el salón buscando su maleta, cuando la encuentro empiezo a rebuscar en su interior. Me detengo por un momento mirando la ropa interior y sacudo la cabeza sonriendo apartando los pensamientos indebidos de mi mente. Cojo una camiseta ancha y un pantalón corto, que es lo que me resulta lo más parecido a un pijama y regreso a la habitación donde está la cama. Y entonces veo a Kate tumbada a lo largo de la cama y totalmente dormida, acurrucada sobre sí misma y escondiendo un poco su cara en el cuello de mi cazadora, que aún tiene puesta. Dejo su ropa sobre la mesita que hay al lado de la cama y la arropo hasta el cuello con la manta.
- Buenas noches niñera – susurro sonriendo y me inclino despacio para depositar un beso en su frente. A pesar de ser la primera vez ya me encanta verla dormir. Se ve tan frágil que me entran ganas de cuidarla, aunque se supone que está aquí para cuidarme a mí no me importaría cambiarnos los papeles con respecto a eso. Suspiro ante este pensamiento y salgo de la habitación cerrando la puerta sin hacer ruido.
Me quito la camiseta y el pantalón, tirando ambas prendas al suelo, y tras coger una manta y apagar la luz, me tiro de golpe al sofá tumbándome boca arriba. Estoy agotado, tanto metal como físicamente, ha sido un día muy extraño y muy completo, demasiado diría yo. Han pasado muchas cosas y muy rápido. Y empiezo a sentir miedo de mí mismo, de mi actitud en las últimas horas, de mis pensamientos. Los últimos pensamientos que he tenido con respecto a la mujer que duerme ahora mismo en la habitación de al lado. Nunca me ha pasado esto, no me reconozco. He estado con muchas mujeres, realmente se puede decir que soy un triunfador en ese tema, me he llevado a muchas a la cama nada más conocerlas y me he lanzado sin problema, pero en cambio hoy, he sido diferente. Hoy no tenía ningún tipo prisa, me apetecía disfrutar de cada gesto y de cada sonrisa que me regalaba. Sonrío en medio de la oscuridad al recordar sus labios curvados en esa enloquecedora sonrisa, tengo su imagen grabada en mi mente y no puedo sacarla de ahí.
Giro en el sofá quedándome tumbado de lado, mirando todo pero sin ver nada, sin que cesen los pensamientos sobre Kate. A pesar de tener que contenerme las ganas, esta noche me ha apetecido comportarme como un verdadero caballero, tratarla diferente, definitivamente ella es diferente. Puf, no entiendo qué demonios me ocurre, eso de ser paciente con una mujer hace mucho tiempo que lo dejé atrás. Soy del pensamiento que si una no quiere, habrá otras mil dispuestas, es lo fácil, sin complicaciones. Y en condiciones normales, hubiese intentado llevarme a la cama a la detective Beckett esta misma noche, pero lo máximo que me he atrevido a hacer ha sido besar su oreja y su mejilla, además de algunas caricias por su cintura, y todo con sumo cuidado, porque he sentido ese miedo de que se asustara y saliera corriendo, o miedo a recibir un no por respuesta.
Me paso las manos por el pelo y rasco mis ojos intentando dar lucidez a mi mente, porque está claro que algo extraño me está pasando. Realmente el alcohol me ha afectado para mal y no estoy pensando con claridad. Esto es lo que puede llamarse un “lapsus”, y estoy seguro de que mañana cuando despierte volveré a ser el mismo, con el mismo comportamiento engreído e indiferente de siempre con respecto a las mujeres. Me convenzo a mí mismo de esto y decido cerrar los ojos para intentar dormir.
Me tapo con la manta hasta la cintura y unos minutos después, mientras lucho por apartar cualquier pensamiento relacionado con Kate de mi mente, me duermo plácidamente.
El sonido de una puerta al cerrarse me despierta y empiezo a abrir los ojos lentamente luchando contra la claridad del salón. Me cuesta ubicarme por unos segundos y me incorporo sentándome y estirando mi cuerpo, el sofá no está nada mal pero no es ni la mitad de cómodo que la cama. Su voz me saca de mis pensamientos.
- Buenos días, he pedido el desayuno –me dice señalando el carrito lleno de comida- pensé que tendrías hambre al despertar, pero viendo la hora que es, creo que es mejor que pases directamente a comer.
Está sentada en el suelo, sobre la moqueta que lo cubre, junto a la mesa baja que hay frente al sofá, mirando la pantalla de su ordenador y tecleando concentrada.
- Buenos días –atino a decir mientras bostezo-. ¿Es muy tarde?
- Más de medio día –dice sin prestarme mucha atención mientras bebe algo de una taza que supongo que será café.- Ah, he dejado tu cazadora en la habitación, gracias por prestármela anoche.
- No hay de qué- me levanto haciendo caer la manta al suelo y noto que su mirada se fija en mí disimuladamente.
- ¿Te ponen mis bóxer? –pronuncio con malicia mientras sonrío.
Ella, que continuaba bebiendo, escupe un poco el café al escucharme para no atragantarse y me mira incrédula mientras limpia sus labios y barbilla con sus dedos.
- Creo que sigues completamente borracho- dice regresando la mirada a la pantalla.
Me acerco al carrito donde está el desayuno y cojo un croissant dándole un bocado. Vierto un poco de café en una taza mientras le pregunto.
- ¿Y tú cuánto llevas despierta? Porque si yo tengo resaca, no me quiero imaginar cómo debes estar tú…
- Un par de horas, y estoy bien, gracias – me responde bastante seca y concentrada en su trabajo.
- Hoy podríamos salir a comer, conozco un sitio de comida italiana que te va a encant..-me interrumpe antes de terminar la frase.
- Castle –esta vez levanta la mirada para fijarla directamente a mis ojos- tengo que trabajar, es mejor que nos quedemos aquí, y si no tienes nada más importante qué decir, me gustaría poder concentrarme de lleno en el caso – me enseña una carpeta señalándola.
Asiento completamente desilusionado, todo vuelve a la normalidad y es como si lo de anoche no hubiese pasado. ¿Lo de anoche? Por dios Rick, si no pasó absolutamente nada, deja de comportarte como un idiota. Me autoconvenzo de esto y tras dar un sorbo al café, me dirijo al cuarto de baño para ducharme, aún un poco molesto por su actitud borde al hablarme.
La ducha me ayuda a despejarme, y como bien dije anoche, salgo decidido a comportarme como siempre, ella es una más, no tengo por qué actuar diferente.
Durante el baile he notado como se tambaleaba ligeramente entre mis brazos, lo que provocaba que soltáramos alguna carcajada, así como cuando me ha pisado en algún pie y yo empezaba a odiar esos tacones tan altos que lleva.
Definitivamente el alcohol le ha hecho demasiado efecto. Ahora coloca su cabeza en mi hombro rozando inevitablemente la punta de su nariz en mi cuello y suelto un leve suspiro involuntario ante esto por mi boca. Estamos completamente pegados, tanto que puedo sentir el roce de sus erguidos pechos contra mi torso, y creo que me estoy empezando a excitar, a pesar de que mi razón luche contra esto, no me quiero aprovechar de la situación. Decido relajarme y disfrutar de su abrazo cerrando los ojos y pegando mi nariz a su pelo, su aroma es realmente enloquecedor. Y entonces me doy cuenta de que la canción se ha acabado y da paso a la siguiente, “Say you say me” de Lionel Richie, pero ninguno de los dos hacemos amago de separarnos. Me decido a cantar en su oído la primera frase de la canción, “Say you, say me, say it for always”, y ella se ríe levantando la cabeza para mirarme divertida.
- Ya has perdido, no hace falta que sigas cantando.
- ¿Yo? Yo no he perdido, más bien creo que la única perdedora que hay aquí eres tú- sonríe sin decir nada y apoya la barbilla en mi hombro.
- Perdedor…-susurra haciéndome sonreír.
Y en un acto de valentía, retiro unos mechones de su pelo colocándolos detrás de su oreja para depositar un suave beso en su mejilla. Tras esto, sin notar ningún tipo de reacción por parte de ella, beso despacio su oreja, con delicadeza, tanta como si aquella mujer se pudiera romper de un momento a otro entre mis brazos, y alcanzo a escuchar un leve suspiro que sale de su boca. Entonces Kate se separa un poco para mirarme y a mi se me para el corazón durante unos segundos hasta que habla rompiendo el momento.
- Creo que es mejor que nos vayamos, estoy cansada y debe ser muy tarde – dice mientras retira los brazos de mi cuello separándose y pasa una de sus manos por su frente y pelo intentando peinarlo.
Asiento con mi cabeza dándole la razón, y la verdad es que no tengo la más remota idea de qué hora puede ser, no he tenido la necesidad de consultarla en toda la noche, pero me molesta que el tiempo haya corrido tan rápido.
Salimos del lugar riendo a carcajadas, rompiendo el silencio de la nocturna calle, por haber tropezado con el escalón de la puerta de salida, a lo que Kate no ha podido evitar burlarse de mí. Es de madrugada, pasadas las cuatro, y hace bastante frío ante lo que Kate se cruza de brazos intentando guardar su propio calor corporal. Por suerte, antes de salir del hotel he cogido mi cazadora negra de cuero y me la quito colocándosela en los hombros.
- Gracias – me agradece el gesto e introduce sus brazos en las mangas de la cazadora.
- Te sienta bien el look motero – digo completamente sincero y me acerco al borde de la acera parando un taxi que frena ante mi señal con la mano.
- Pero… ¿y mi coche? – me observa desconcertada acercándose con paso lento hasta donde estoy.
- Mañana podemos venir a por él, ninguno estamos en condiciones de conducir – abro la puerta del taxi y ella entra sin rechistar, por primera vez creo que está de acuerdo con lo que digo.
Entro tras ella sentándome a su lado e informo al conductor del hotel al que nos dirigimos. No hablamos durante el trayecto, ella tiene la cabeza apoyada en el asiento con los ojos cerrados, creo que se ha dormido. Yo también cierro los ojos durante un rato, hasta que siento su cabeza apoyada en mi hombro. Sonrío mirándola de reojo y levanto despacio mi brazo para rodearla con él y que pueda apoyarse en mi pecho. Se revuelve un poco ante el movimiento pero no lo suficiente para despertarse.
No sé qué me pasa, me siento realmente bien estando así, de repente me apetece dar vueltas durante toda la noche en este taxi, escuchando cómo respira tranquilamente dormida contra mí, usándome de almohada. Acaricio su pelo, jugando con algunos de sus mechones, con cuidado de no despertarla, mientras alterno mi mirada entre ella y la calle a través de la ventanilla del coche.
El taxi se detiene frente a la puerta del hotel e intentando no moverme demasiado, saco la cartera del bolsillo de mi pantalón para pagarle al conductor. Tras esto, regreso mi mirada hacia ella, sigue plenamente dormida y sonrío con ternura.
- Kate –susurro mientras le doy unos suaves toques en el brazo sin obtener respuesta – Kate…ya hemos llegado…Kate…- me lamenta tener que despertarla.
Abre los ojos y me mira desconcertada incorporándose, le doy unos segundos hasta que se sitúa y abro la puerta saliendo del taxi para ofrecerle mi mano. Entramos al hotel de forma patosa, su cintura se encuentra rodeada por mi brazo para evitar que se caiga debido a la mezcla de alcohol y sueño. Ella ríe, no se muy bien por qué, pero hace que yo también me ría, y el chico que está de guardia tras el mostrador de la recepción levanta la mirada para ver de dónde vienen esas carcajadas que crean escándalo en medio del completo silencio de la noche en ese hotel. Finalmente el chico esboza una sonrisa al vernos y sacude la cabeza.
Kate decide quitarse los zapatos para llevarlos en la mano caminando descalza hacia el ascensor. Apoya su espalda en el enorme espejo del ascensor y miro cómo juega con las mangas de mi cazadora con la cabeza agachada. De repente me entran unas ganas inexplicables de parar el ascensor, lanzarme a sus labios y besarla como nunca, pero me resisto a mi propio deseo, aunque no sé ni cómo lo consigo. Que las puertas del ascensor se abran en ese momento, sin duda me ayudan mucho a contenerme.
Cuando entramos a la habitación, le indico a Kate que duerma en la cama, yo dormiré en el sofá que hay en el salón. Como no esperaba a nadie, pensé que no era necesario reservar una suite ya que con una cama sería suficiente para mí, pero creo que mañana ordenaré el cambio a otra más grande.
- No Castle, yo bebo en el sofá – dice con los ojos entreabiertos sin darse cuenta de lo que dice.
- ¿Bebes? – suelto una carcajada al escucharla.- ¿Te has quedado con ganas de más? –alcanzo su mano y la llevo a la cama mientras intenta resistirse tirando de su mano hacia el lado contrario.- Venga, siéntate y espérame mientras traigo tu pijama para que puedas cambiarte.
Se da por vencida y misteriosamente me obedece, sentándose en el borde de la cama. Doy vueltas por el salón buscando su maleta, cuando la encuentro empiezo a rebuscar en su interior. Me detengo por un momento mirando la ropa interior y sacudo la cabeza sonriendo apartando los pensamientos indebidos de mi mente. Cojo una camiseta ancha y un pantalón corto, que es lo que me resulta lo más parecido a un pijama y regreso a la habitación donde está la cama. Y entonces veo a Kate tumbada a lo largo de la cama y totalmente dormida, acurrucada sobre sí misma y escondiendo un poco su cara en el cuello de mi cazadora, que aún tiene puesta. Dejo su ropa sobre la mesita que hay al lado de la cama y la arropo hasta el cuello con la manta.
- Buenas noches niñera – susurro sonriendo y me inclino despacio para depositar un beso en su frente. A pesar de ser la primera vez ya me encanta verla dormir. Se ve tan frágil que me entran ganas de cuidarla, aunque se supone que está aquí para cuidarme a mí no me importaría cambiarnos los papeles con respecto a eso. Suspiro ante este pensamiento y salgo de la habitación cerrando la puerta sin hacer ruido.
Me quito la camiseta y el pantalón, tirando ambas prendas al suelo, y tras coger una manta y apagar la luz, me tiro de golpe al sofá tumbándome boca arriba. Estoy agotado, tanto metal como físicamente, ha sido un día muy extraño y muy completo, demasiado diría yo. Han pasado muchas cosas y muy rápido. Y empiezo a sentir miedo de mí mismo, de mi actitud en las últimas horas, de mis pensamientos. Los últimos pensamientos que he tenido con respecto a la mujer que duerme ahora mismo en la habitación de al lado. Nunca me ha pasado esto, no me reconozco. He estado con muchas mujeres, realmente se puede decir que soy un triunfador en ese tema, me he llevado a muchas a la cama nada más conocerlas y me he lanzado sin problema, pero en cambio hoy, he sido diferente. Hoy no tenía ningún tipo prisa, me apetecía disfrutar de cada gesto y de cada sonrisa que me regalaba. Sonrío en medio de la oscuridad al recordar sus labios curvados en esa enloquecedora sonrisa, tengo su imagen grabada en mi mente y no puedo sacarla de ahí.
Giro en el sofá quedándome tumbado de lado, mirando todo pero sin ver nada, sin que cesen los pensamientos sobre Kate. A pesar de tener que contenerme las ganas, esta noche me ha apetecido comportarme como un verdadero caballero, tratarla diferente, definitivamente ella es diferente. Puf, no entiendo qué demonios me ocurre, eso de ser paciente con una mujer hace mucho tiempo que lo dejé atrás. Soy del pensamiento que si una no quiere, habrá otras mil dispuestas, es lo fácil, sin complicaciones. Y en condiciones normales, hubiese intentado llevarme a la cama a la detective Beckett esta misma noche, pero lo máximo que me he atrevido a hacer ha sido besar su oreja y su mejilla, además de algunas caricias por su cintura, y todo con sumo cuidado, porque he sentido ese miedo de que se asustara y saliera corriendo, o miedo a recibir un no por respuesta.
Me paso las manos por el pelo y rasco mis ojos intentando dar lucidez a mi mente, porque está claro que algo extraño me está pasando. Realmente el alcohol me ha afectado para mal y no estoy pensando con claridad. Esto es lo que puede llamarse un “lapsus”, y estoy seguro de que mañana cuando despierte volveré a ser el mismo, con el mismo comportamiento engreído e indiferente de siempre con respecto a las mujeres. Me convenzo a mí mismo de esto y decido cerrar los ojos para intentar dormir.
Me tapo con la manta hasta la cintura y unos minutos después, mientras lucho por apartar cualquier pensamiento relacionado con Kate de mi mente, me duermo plácidamente.
El sonido de una puerta al cerrarse me despierta y empiezo a abrir los ojos lentamente luchando contra la claridad del salón. Me cuesta ubicarme por unos segundos y me incorporo sentándome y estirando mi cuerpo, el sofá no está nada mal pero no es ni la mitad de cómodo que la cama. Su voz me saca de mis pensamientos.
- Buenos días, he pedido el desayuno –me dice señalando el carrito lleno de comida- pensé que tendrías hambre al despertar, pero viendo la hora que es, creo que es mejor que pases directamente a comer.
Está sentada en el suelo, sobre la moqueta que lo cubre, junto a la mesa baja que hay frente al sofá, mirando la pantalla de su ordenador y tecleando concentrada.
- Buenos días –atino a decir mientras bostezo-. ¿Es muy tarde?
- Más de medio día –dice sin prestarme mucha atención mientras bebe algo de una taza que supongo que será café.- Ah, he dejado tu cazadora en la habitación, gracias por prestármela anoche.
- No hay de qué- me levanto haciendo caer la manta al suelo y noto que su mirada se fija en mí disimuladamente.
- ¿Te ponen mis bóxer? –pronuncio con malicia mientras sonrío.
Ella, que continuaba bebiendo, escupe un poco el café al escucharme para no atragantarse y me mira incrédula mientras limpia sus labios y barbilla con sus dedos.
- Creo que sigues completamente borracho- dice regresando la mirada a la pantalla.
Me acerco al carrito donde está el desayuno y cojo un croissant dándole un bocado. Vierto un poco de café en una taza mientras le pregunto.
- ¿Y tú cuánto llevas despierta? Porque si yo tengo resaca, no me quiero imaginar cómo debes estar tú…
- Un par de horas, y estoy bien, gracias – me responde bastante seca y concentrada en su trabajo.
- Hoy podríamos salir a comer, conozco un sitio de comida italiana que te va a encant..-me interrumpe antes de terminar la frase.
- Castle –esta vez levanta la mirada para fijarla directamente a mis ojos- tengo que trabajar, es mejor que nos quedemos aquí, y si no tienes nada más importante qué decir, me gustaría poder concentrarme de lleno en el caso – me enseña una carpeta señalándola.
Asiento completamente desilusionado, todo vuelve a la normalidad y es como si lo de anoche no hubiese pasado. ¿Lo de anoche? Por dios Rick, si no pasó absolutamente nada, deja de comportarte como un idiota. Me autoconvenzo de esto y tras dar un sorbo al café, me dirijo al cuarto de baño para ducharme, aún un poco molesto por su actitud borde al hablarme.
La ducha me ayuda a despejarme, y como bien dije anoche, salgo decidido a comportarme como siempre, ella es una más, no tengo por qué actuar diferente.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Jajaja que te lo crees Rick, ya es tarde para comportarte como siempre porque estas enamorado de esa mujer hasta las trancas . Muy bueno el capitulo, como siempre, y sigo estando completamente enganchada a la historia y me parece cada vez mejor. Sigue pronto please y no nos hagas sufrir con la espera. Como siempre gracias por compartir el fic.
erikal- Actor en Broadway
- Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Pefecta la redacción y el contenido, escribes muy bien, y me gusta mucho este fic. Continua cuando puedas.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
muy buen capitulo! consulta siempre vas a relatar desde el punto de vista de castle? me encanto el capitulo continua pronto porfa!
cururi- As del póker
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 15/03/2013
Edad : 36
Localización : World Citizen
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Me encanta me encanta, sencillamente me encanta! Como cree que va a poder comportarse como siempre? Ya esta mas enamorado de ella que nada! Me fascina tu manera de narrar me imagino perfectamente cada escena! Continua pf!
Verispu- As del póker
- Mensajes : 437
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Edad : 46
Localización : Mexico, Oaxaca
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
muy buen capitulo sigue asi!! me encanto besos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
muyyy bueno sigue cuando puedass
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
OMG Me muero esta super lindo seme hizo tan romantico ..... ay!!!
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Edad : 24
Localización : En el mundo de los sueños
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Hooooola, aquí estoy de regreso con el capítulo 7, que espero que os guste. De nuevo gracias por leerlo y por todos los comentarios. En respuesta a la pregunta de cucuri, sí, esta historia la he orientado desde el punto de vista de Castle y de momento creo que va a seguir así Lo dicho, que disfrutéis, besoooos!
Capítulo 7
Capítulo 7
El sonido del móvil me despierta. Estoy en la habitación, tumbado en la cama y no sé ni qué hora es. Estiro mi brazo para alcanzar el aparato que no deja de sonar y miro la pantalla con los ojos entreabiertos, molestos por la luz que esta desprende. Es Alexis, mi hija, hace un par de días que no hablamos, quería dejarla libertad y que fuera ella quien me llamara cuando quisiera. Pulso el botón para descolgar la llamada.
- ¡Buenos días cielo! – saludo con entusiasmo- ¿cómo lo estás pasando?
- ¿Buenos días? Papá, es casi la hora de cenar, ¿qué te has tomado? –escucho su voz al otro lado de la línea, confuso.
- Eh… nada Alexis, ¿por quién me tomas? –alcanzo a escuchar su leve risa-. Solo es que creo que he perdido un poco la noción del tiempo –respondo aún desorientado- pero ya me la has devuelto. Y ahora dime, ¿no echas de menos a tu adorable padre?
- Bueno, la verdad es que lo estoy pasando genial, he conocido mucha gente nueva, pero a pesar de eso… sí papá, te echo de menos –sonrío al escuchar eso- y espero que tú también, aunque estarás entretenido en tus habituales fiestas, seguro.
- ¡Por supuesto que echo de menos a mi niña! Y me estoy portando bien, lo juro, y espero seriamente que tú estés haciendo lo mismo –digo intentando sonar serio.
- Recuerda quién es la persona madura de los dos… -frunzo el ceño escuchándola- Tengo que dejarte papá, vamos a salir, prometo llamarte pronto.
- Está bien, disfruta mucho y piensa en lo que yo haría, y no lo hagas – ríe leve y se despide.
- Te quiero, no te sientas solo.
- Yo también a ti – digo y cuelgo.
Sonrío, hablar con mi hija siempre es gratificante, me alegra el día. Realmente ahora la echo de menos, pero me alegro de que lo esté pasando bien.
Decido mirar la hora para verificar lo que Alexis ya me había dicho, es casi la hora de cenar. Pero, ¿cuánto he dormido? Me dolía la cabeza, seguramente por el alcohol que tomé anoche, y decidí intentar dormir. Definitivamente lo he conseguido, tanto que la siesta se me ha ido de las manos y por poco empalmo con la noche. Giro en la cama quedándome de lado y en ese momento veo mi cazadora de cuero sobre el colchón, ahí sigue tal y como la dejó. Pienso en ella, Kate, ¿seguirá trabajando? Lo último que hicimos fue pedir algo de comer y ella seguía inmersa en el caso, apenas me hacía caso por lo que la conversación ha sido prácticamente nula, ni si quiera me ha dejado ayudarla. Sin duda no parece la misma mujer de anoche. Sonrío al recordar lo mucho que disfruté de su compañía, ella también parecía que lo pasó bien. Acerco la cazadora a mi rostro y aspiro el aroma, aún conserva su olor, creo que me estoy volviendo adicto. Me entran ganas de repetir la salida de la otra noche y me levanto de la cama saliendo de la habitación.
Ahí está, medio tumbada en el sofá leyendo una carpeta, que supongo que será el caso, ¿nunca para de trabajar?
- Qué aguante tiene detective –murmuro descarado desde el marco de la puerta y me acerco a ella mientras levanta su vista para mirarme- ¿eres igual en todos los aspectos?
- No te haces una idea –susurra con voz sensual mirándome a los ojos y termina mordiéndose levemente su labio inferior.
Su respuesta me deja completamente desarmado, no me la esperaba, creo que me tiemblan las piernas al ver la forma en la que muerde su labio, y me quedo congelado en la misma posición durante unos segundos hasta que mi ingenio reacciona y respondo.
- Entonces me encantaría comprobarlo – digo manteniendo el contacto visual mientras me siento en el sofá obligándola a encoger un poco sus piernas.
No dice nada, pero me regala esa sonrisa que tanto me gusta bajando su vista a los papeles que tiene delante para apuntar algo con el bolígrafo. Parece que se le ha pasado el “momento antipático”, y ahora está mucho menos arisca conmigo.
- ¿Podemos salir a cenar? – pongo cara de niño bueno intentando convencerla y vuelve a mirarme.
- Castle… -sonríe de nuevo viendo la expresión de mi rostro- no me vas a convencer con esa cara.
- Oh vamos, llevo todo el día encerrado y no puedo soportarlo, me voy volver loco, más loco que mi acosador de hecho. Yo necesito salir a respirar aire fresco. ¿De qué quieres que viva? Yo necesito inspiración, la inspiración de la calle, de la noche, de las estrellas… -continúo hablando sin saber muy bien la clase de tonterías que estoy diciendo- de…de… ¡de todo!... para escribir, porque no sé si lo sabes pero hace unos días que no consigo escribir mucho más que unas líne…
- ¡Castle, Castle! Dios, ¡para! –me interrumpe y consigue hacerme callar-. Está bien, salimos a cenar, pero hoy solo cenar y que sea rápido, no me voy a dejar enredar como ayer, te lo advierto, además tenemos que ir a por mi coche.
Sonrío ampliamente y asiento entusiasmado, como si fuera un niño y me hubiesen dado el mejor regalo de mi vida. Y en un impulso que no sé muy bien de dónde viene, me levanto y le doy un beso sonoro en su mejilla.
- Gracias, gracias a ti voy a recuperar la inspiración, recuérdalo –digo sonriendo mientras me acerco a la habitación- pondré tu nombre en los agradecimientos –la señalo con mi dedo y cierro la puerta para comenzar a arreglarme, dejándola desconcertada.
Estoy contento, en este momento ha desaparecido cualquier pensamiento de los que tuve esta mañana sobre tratarla como una más y seguir siendo el mujeriego de siempre. No puedo hacerlo, no puedo controlarme, y tampoco quiero hacerlo, me siento genial a su lado.
Ya estoy listo, me he duchado y vestido elegante pero a la vez informal. Llevo un pantalón de vestir marrón claro con un cinturón de un marrón más oscuro, una camisa azul cielo metida por dentro de este, una americana azul marino y zapatos. El pelo lo llevo como siempre y ahora me perfumo ligeramente, yo también quiero intentar tener un aroma enloquecedor, como ella.
Salgo de la habitación y la encuentro de espaldas rebuscando en su maleta, pero apenas envuelta en una toalla que deja sus largas piernas al descubierto. Me quedo atontado mirándola de arriba abajo y mi imaginación que ya había empezado a correr a mil por hora pierde el control cuando se gira y me mira de frente. Trago saliva siguiendo el recorrido de una gota de agua que cae desde su cuello para perderse por su escote.
- Perdón, es que se me había olvidado… coger… eh, sí, bueno… -dice atropellando unas palabras con otras mientras va al baño y cierra la puerta.
Suspiro y parpadeo varias veces por lo que acabo de presenciar. Se veía tan sexy… He de felicitar a mi autocontrol, de nuevo no sé cómo he conseguido no lanzarme y besarla. Intento apartar ese pensamiento de mi mente y me acerco a la puerta del baño golpeándola con mi mano.
- Beckett, voy a bajar un momento a recepción mientras terminas, regreso en seguida.
- ¡No, Castle! – se apura en contestar al otro lado de la puerta-. Espérame y te acompaño, no me queda casi nada.
- No pasa nada, solamente voy a bajar un momento, no voy ni a salir del hotel. Tú preocúpate de ponerte guapa, bueno, más guapa, si es que eso es posible –sonrío al lanzarle el piropo- Ahora vuelvo.
Tras bajar a la recepción del hotel y pedir el cambio de habitación a la suite, estoy sentado en el sofá, ansioso, esperando a que Kate salga del cuarto de baño. Y en ese momento se abre la puerta y aparece deslumbrándome, dejándome con cara de idiota, otra vez, siempre lo consigue. Empiezo observándola desde abajo, lleva unos zapatos negros de tacón, muy, muy altos. Subo por sus interminables piernas que el vestido deja al descubierto y me pierdo en ellas durante unos segundos. El vestido es negro y corto, pero no demasiado, ajustado, resaltando sus curvas, y sus pechos… el escote en forma de V deja mucho a la imaginación y entonces escucho cómo hace un ruido con su garganta para llamar mi atención. Mierda, me ha pillado mirándola sin ningún pudor.
- Ya estoy lista, aunque veo que ya te has dado cuenta –ríe levemente y coge su abrigo y bolso, ambos de color fucsia a juego con el color del que se ha pintado labios- ¿Nos vamos?
Me levanto del sofá fijando mi mirada en su rostro, se ha
maquillado más de lo habitual pero sigue siendo natural, lo que más destaca es el color de sus labios, el pelo lo lleva suelto, ligeramente ondulado.
- Estás… impresionante, has dejado a un escritor sin palabras y no sé si eso es bueno –sonrío ofreciéndole mi brazo- Vamos.
Ella se agarra a mi brazo sonriendo pero sin decir nada y mientras salimos vuelvo a entablar la conversación.
- Por lo visto viniste bien preparada de ropa en tu maleta –menciono mientras bajamos en el ascensor-. Esperabas una buena fiesta conmigo, ¿no?
- En realidad es cuestión de trabajo, nunca sé cómo voy a tener que vestirme para poder infiltrarme –responde con seguridad-. No te imaginas la cantidad de cosas que he tenido que hacer… -dice sugerente, casi en un susurro, antes de salir del ascensor provocando que mis pensamientos de nuevo echen a volar.
Estamos sentados en la mesa del restaurante mexicano en el que había reservado. Hemos ido en taxi a recoger el coche de Kate y ahora estamos uno frente al otro pero cada uno atento, leyendo la carta, aunque yo estoy dedicándome a mirarla disimuladamente. No puedo parar de adorarla mentalmente, me parece increíble, tiene que ser de otro planeta, de Marte por lo menos.
- Si quieres pedimos un poco de todo, y así puedes probar, te aseguro que está todo delicioso, y picante –guiño un ojo sonriendo al pronunciar esta última palabra haciendo que sonría.
- Me parece bien –dice acercando la copa llena de vino a su boca para beber.- Has debido tener muchas citas para conocer tanto restaurante elegante y de “parejitas” –noto la ironía en su voz.
- He tenido muchas conquistas, no te voy engañar pero… -el camarero me interrumpe al acercarse para saber si hemos decidido, y tras apuntarlo todo se retira y yo continúo hablando.- Como te decía, ha habido muchas mujeres pero con la mayoría no me molesto en invitarlas a ningún restaurante, hace mucho que no me tomo nada en serio.
Kate hace una mueca mientras me mira prestando atención a mis palabras.
- De hecho, con las últimas con las que he salido a cenar son mi madre y mi hija.
- Espera… ¿tienes una hija? –pregunta expresando sorpresa.
- Sí, Alexis, ya tiene 16 años y la verdad, no es porque sea mi niña, pero está preciosa, además es la lista de la familia – respondo completamente orgulloso, sonriendo.
- En comparación contigo no me extraña… -dice por lo bajo sonriendo pero alcanzo a escucharla y frunzo el ceño.
- No dudas ni un segundo en meterte conmigo, ¿verdad? Disfrutas.- finjo estar dolido y lo único que consigo es que se ría para terminar contagiándome a mí.
- ¿Y la madre de Alexis? ¿Estás… estás casado? –noto que le cuesta decir la última palabra.
- No, no, ahora mismo soy un soltero de oro, pero sí, lo estuve, y dos veces.
En ese momento el camarero se acerca y empieza a dejar los platos sobre la mesa. Todo tiene una pinta estupenda y Kate también lo nota pero parece ser que no quiere perder el hilo de la conversación que estamos manteniendo.
- ¿Y te puedo preguntar qué paso?
- Con la madre de Alexis, fue un error, éramos muy jóvenes, se quedó embarazada y simplemente la boda fue más obligación que otra cosa. Nunca se ha preocupado demasiado de su hija, siempre está de viaje y yo tengo la custodia, pero somos muy felices así. Aunque Alexis prácticamente se haya criado sin madre, creo que la he educado bien, es una de las mejores cosas que he hecho en la vida –sonrío contándole la historia-. Y mi otra ex mujer es Gina, es mi editora, al principio nos complementábamos muy bien, hasta que me di cuenta de que no estaba enamorado, me aportaba diversión pero cuando eso acabó, nos quedamos sin nada, y a ella le pasaba igual que a mí.
- Bueno, dicen que a la tercera va la vencida, ¿no? –sonríe llevándose el tenedor a la boca.
- Pues sí, y ¿qué hay de ti y de tus conquistas? Ya sabes mi historia, te toca.
- Bueno, mi lista no es tan amplia, no tengo ex maridos, ni hijos, aunque ahora estoy saliendo con alguien, es médico, apenas llevamos tres meses, pero de momento va bastante bien- acompaña esto último con una sonrisa, la que me encanta pero que en este momento odio porque sé que no es por mí.
Me he quedado helado. Tiene novio. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes? Soy un completo imbécil, ¿cómo he podido pensar que alguien como ella estaría soltera? Cualquier hombre caería rendido a sus pies, y es lógico que estuviera con alguno de ellos. Intento disimular y parecer normal.
- Y ese alguien… ¿tiene nombre? – es lo único que atino a decir.
- Josh, le conocí… -suena su móvil interrumpiéndola-. Disculpa –coge el móvil del bolsillo de su abrigo y contesta- Beckett.
Me alegro de que haya sonado su móvil, no tengo ninguna gana de saber como le conoció, ni nada de su historia con su novio. Además es un buen tiempo que utilizo para intentar recuperarme de lo que me ha dicho y poder comportarme normal, sin levantar sospechas de que… de que me… puf, de que me gusta, sí, me encanta, me encanta en apenas dos días. Pero eso ya no importa, ella ya tiene a alguien, y yo soy un simple desconocido. Ahora mismo me arrepiento de haberla invitado a salir, tengo ganas de irme de allí y tirarme en la cama a dormir hasta que mañana sea otro día. Cuando me doy cuenta ella ha terminado su llamada y me mira.
- Castle tenemos que irnos, al parecer ha habido un nuevo asesinato y está relacionado con tu caso –dice mientras se levanta de la silla poniéndose su abrigo rápidamente.
- ¿Tenemos? Yo prefiero ir al hotel, te espero allí… – me levanto mientras dejo dinero sobre la mesa para pagar y le hago un gesto al camarero para que lo recoja.
- No, de ninguna manera, no te pienso dejar solo, es mi obligación protegerte así que te vienes conmigo, vamos.
No me da tiempo ni a contestar, comienza a caminar a paso rápido hacia la salida del restaurante y yo voy tras ella, refunfuñando, y aún intentando asimilar lo que me ha contado hace unos minutos.
- ¡Buenos días cielo! – saludo con entusiasmo- ¿cómo lo estás pasando?
- ¿Buenos días? Papá, es casi la hora de cenar, ¿qué te has tomado? –escucho su voz al otro lado de la línea, confuso.
- Eh… nada Alexis, ¿por quién me tomas? –alcanzo a escuchar su leve risa-. Solo es que creo que he perdido un poco la noción del tiempo –respondo aún desorientado- pero ya me la has devuelto. Y ahora dime, ¿no echas de menos a tu adorable padre?
- Bueno, la verdad es que lo estoy pasando genial, he conocido mucha gente nueva, pero a pesar de eso… sí papá, te echo de menos –sonrío al escuchar eso- y espero que tú también, aunque estarás entretenido en tus habituales fiestas, seguro.
- ¡Por supuesto que echo de menos a mi niña! Y me estoy portando bien, lo juro, y espero seriamente que tú estés haciendo lo mismo –digo intentando sonar serio.
- Recuerda quién es la persona madura de los dos… -frunzo el ceño escuchándola- Tengo que dejarte papá, vamos a salir, prometo llamarte pronto.
- Está bien, disfruta mucho y piensa en lo que yo haría, y no lo hagas – ríe leve y se despide.
- Te quiero, no te sientas solo.
- Yo también a ti – digo y cuelgo.
Sonrío, hablar con mi hija siempre es gratificante, me alegra el día. Realmente ahora la echo de menos, pero me alegro de que lo esté pasando bien.
Decido mirar la hora para verificar lo que Alexis ya me había dicho, es casi la hora de cenar. Pero, ¿cuánto he dormido? Me dolía la cabeza, seguramente por el alcohol que tomé anoche, y decidí intentar dormir. Definitivamente lo he conseguido, tanto que la siesta se me ha ido de las manos y por poco empalmo con la noche. Giro en la cama quedándome de lado y en ese momento veo mi cazadora de cuero sobre el colchón, ahí sigue tal y como la dejó. Pienso en ella, Kate, ¿seguirá trabajando? Lo último que hicimos fue pedir algo de comer y ella seguía inmersa en el caso, apenas me hacía caso por lo que la conversación ha sido prácticamente nula, ni si quiera me ha dejado ayudarla. Sin duda no parece la misma mujer de anoche. Sonrío al recordar lo mucho que disfruté de su compañía, ella también parecía que lo pasó bien. Acerco la cazadora a mi rostro y aspiro el aroma, aún conserva su olor, creo que me estoy volviendo adicto. Me entran ganas de repetir la salida de la otra noche y me levanto de la cama saliendo de la habitación.
Ahí está, medio tumbada en el sofá leyendo una carpeta, que supongo que será el caso, ¿nunca para de trabajar?
- Qué aguante tiene detective –murmuro descarado desde el marco de la puerta y me acerco a ella mientras levanta su vista para mirarme- ¿eres igual en todos los aspectos?
- No te haces una idea –susurra con voz sensual mirándome a los ojos y termina mordiéndose levemente su labio inferior.
Su respuesta me deja completamente desarmado, no me la esperaba, creo que me tiemblan las piernas al ver la forma en la que muerde su labio, y me quedo congelado en la misma posición durante unos segundos hasta que mi ingenio reacciona y respondo.
- Entonces me encantaría comprobarlo – digo manteniendo el contacto visual mientras me siento en el sofá obligándola a encoger un poco sus piernas.
No dice nada, pero me regala esa sonrisa que tanto me gusta bajando su vista a los papeles que tiene delante para apuntar algo con el bolígrafo. Parece que se le ha pasado el “momento antipático”, y ahora está mucho menos arisca conmigo.
- ¿Podemos salir a cenar? – pongo cara de niño bueno intentando convencerla y vuelve a mirarme.
- Castle… -sonríe de nuevo viendo la expresión de mi rostro- no me vas a convencer con esa cara.
- Oh vamos, llevo todo el día encerrado y no puedo soportarlo, me voy volver loco, más loco que mi acosador de hecho. Yo necesito salir a respirar aire fresco. ¿De qué quieres que viva? Yo necesito inspiración, la inspiración de la calle, de la noche, de las estrellas… -continúo hablando sin saber muy bien la clase de tonterías que estoy diciendo- de…de… ¡de todo!... para escribir, porque no sé si lo sabes pero hace unos días que no consigo escribir mucho más que unas líne…
- ¡Castle, Castle! Dios, ¡para! –me interrumpe y consigue hacerme callar-. Está bien, salimos a cenar, pero hoy solo cenar y que sea rápido, no me voy a dejar enredar como ayer, te lo advierto, además tenemos que ir a por mi coche.
Sonrío ampliamente y asiento entusiasmado, como si fuera un niño y me hubiesen dado el mejor regalo de mi vida. Y en un impulso que no sé muy bien de dónde viene, me levanto y le doy un beso sonoro en su mejilla.
- Gracias, gracias a ti voy a recuperar la inspiración, recuérdalo –digo sonriendo mientras me acerco a la habitación- pondré tu nombre en los agradecimientos –la señalo con mi dedo y cierro la puerta para comenzar a arreglarme, dejándola desconcertada.
Estoy contento, en este momento ha desaparecido cualquier pensamiento de los que tuve esta mañana sobre tratarla como una más y seguir siendo el mujeriego de siempre. No puedo hacerlo, no puedo controlarme, y tampoco quiero hacerlo, me siento genial a su lado.
Ya estoy listo, me he duchado y vestido elegante pero a la vez informal. Llevo un pantalón de vestir marrón claro con un cinturón de un marrón más oscuro, una camisa azul cielo metida por dentro de este, una americana azul marino y zapatos. El pelo lo llevo como siempre y ahora me perfumo ligeramente, yo también quiero intentar tener un aroma enloquecedor, como ella.
Salgo de la habitación y la encuentro de espaldas rebuscando en su maleta, pero apenas envuelta en una toalla que deja sus largas piernas al descubierto. Me quedo atontado mirándola de arriba abajo y mi imaginación que ya había empezado a correr a mil por hora pierde el control cuando se gira y me mira de frente. Trago saliva siguiendo el recorrido de una gota de agua que cae desde su cuello para perderse por su escote.
- Perdón, es que se me había olvidado… coger… eh, sí, bueno… -dice atropellando unas palabras con otras mientras va al baño y cierra la puerta.
Suspiro y parpadeo varias veces por lo que acabo de presenciar. Se veía tan sexy… He de felicitar a mi autocontrol, de nuevo no sé cómo he conseguido no lanzarme y besarla. Intento apartar ese pensamiento de mi mente y me acerco a la puerta del baño golpeándola con mi mano.
- Beckett, voy a bajar un momento a recepción mientras terminas, regreso en seguida.
- ¡No, Castle! – se apura en contestar al otro lado de la puerta-. Espérame y te acompaño, no me queda casi nada.
- No pasa nada, solamente voy a bajar un momento, no voy ni a salir del hotel. Tú preocúpate de ponerte guapa, bueno, más guapa, si es que eso es posible –sonrío al lanzarle el piropo- Ahora vuelvo.
Tras bajar a la recepción del hotel y pedir el cambio de habitación a la suite, estoy sentado en el sofá, ansioso, esperando a que Kate salga del cuarto de baño. Y en ese momento se abre la puerta y aparece deslumbrándome, dejándome con cara de idiota, otra vez, siempre lo consigue. Empiezo observándola desde abajo, lleva unos zapatos negros de tacón, muy, muy altos. Subo por sus interminables piernas que el vestido deja al descubierto y me pierdo en ellas durante unos segundos. El vestido es negro y corto, pero no demasiado, ajustado, resaltando sus curvas, y sus pechos… el escote en forma de V deja mucho a la imaginación y entonces escucho cómo hace un ruido con su garganta para llamar mi atención. Mierda, me ha pillado mirándola sin ningún pudor.
- Ya estoy lista, aunque veo que ya te has dado cuenta –ríe levemente y coge su abrigo y bolso, ambos de color fucsia a juego con el color del que se ha pintado labios- ¿Nos vamos?
Me levanto del sofá fijando mi mirada en su rostro, se ha
maquillado más de lo habitual pero sigue siendo natural, lo que más destaca es el color de sus labios, el pelo lo lleva suelto, ligeramente ondulado.
- Estás… impresionante, has dejado a un escritor sin palabras y no sé si eso es bueno –sonrío ofreciéndole mi brazo- Vamos.
Ella se agarra a mi brazo sonriendo pero sin decir nada y mientras salimos vuelvo a entablar la conversación.
- Por lo visto viniste bien preparada de ropa en tu maleta –menciono mientras bajamos en el ascensor-. Esperabas una buena fiesta conmigo, ¿no?
- En realidad es cuestión de trabajo, nunca sé cómo voy a tener que vestirme para poder infiltrarme –responde con seguridad-. No te imaginas la cantidad de cosas que he tenido que hacer… -dice sugerente, casi en un susurro, antes de salir del ascensor provocando que mis pensamientos de nuevo echen a volar.
Estamos sentados en la mesa del restaurante mexicano en el que había reservado. Hemos ido en taxi a recoger el coche de Kate y ahora estamos uno frente al otro pero cada uno atento, leyendo la carta, aunque yo estoy dedicándome a mirarla disimuladamente. No puedo parar de adorarla mentalmente, me parece increíble, tiene que ser de otro planeta, de Marte por lo menos.
- Si quieres pedimos un poco de todo, y así puedes probar, te aseguro que está todo delicioso, y picante –guiño un ojo sonriendo al pronunciar esta última palabra haciendo que sonría.
- Me parece bien –dice acercando la copa llena de vino a su boca para beber.- Has debido tener muchas citas para conocer tanto restaurante elegante y de “parejitas” –noto la ironía en su voz.
- He tenido muchas conquistas, no te voy engañar pero… -el camarero me interrumpe al acercarse para saber si hemos decidido, y tras apuntarlo todo se retira y yo continúo hablando.- Como te decía, ha habido muchas mujeres pero con la mayoría no me molesto en invitarlas a ningún restaurante, hace mucho que no me tomo nada en serio.
Kate hace una mueca mientras me mira prestando atención a mis palabras.
- De hecho, con las últimas con las que he salido a cenar son mi madre y mi hija.
- Espera… ¿tienes una hija? –pregunta expresando sorpresa.
- Sí, Alexis, ya tiene 16 años y la verdad, no es porque sea mi niña, pero está preciosa, además es la lista de la familia – respondo completamente orgulloso, sonriendo.
- En comparación contigo no me extraña… -dice por lo bajo sonriendo pero alcanzo a escucharla y frunzo el ceño.
- No dudas ni un segundo en meterte conmigo, ¿verdad? Disfrutas.- finjo estar dolido y lo único que consigo es que se ría para terminar contagiándome a mí.
- ¿Y la madre de Alexis? ¿Estás… estás casado? –noto que le cuesta decir la última palabra.
- No, no, ahora mismo soy un soltero de oro, pero sí, lo estuve, y dos veces.
En ese momento el camarero se acerca y empieza a dejar los platos sobre la mesa. Todo tiene una pinta estupenda y Kate también lo nota pero parece ser que no quiere perder el hilo de la conversación que estamos manteniendo.
- ¿Y te puedo preguntar qué paso?
- Con la madre de Alexis, fue un error, éramos muy jóvenes, se quedó embarazada y simplemente la boda fue más obligación que otra cosa. Nunca se ha preocupado demasiado de su hija, siempre está de viaje y yo tengo la custodia, pero somos muy felices así. Aunque Alexis prácticamente se haya criado sin madre, creo que la he educado bien, es una de las mejores cosas que he hecho en la vida –sonrío contándole la historia-. Y mi otra ex mujer es Gina, es mi editora, al principio nos complementábamos muy bien, hasta que me di cuenta de que no estaba enamorado, me aportaba diversión pero cuando eso acabó, nos quedamos sin nada, y a ella le pasaba igual que a mí.
- Bueno, dicen que a la tercera va la vencida, ¿no? –sonríe llevándose el tenedor a la boca.
- Pues sí, y ¿qué hay de ti y de tus conquistas? Ya sabes mi historia, te toca.
- Bueno, mi lista no es tan amplia, no tengo ex maridos, ni hijos, aunque ahora estoy saliendo con alguien, es médico, apenas llevamos tres meses, pero de momento va bastante bien- acompaña esto último con una sonrisa, la que me encanta pero que en este momento odio porque sé que no es por mí.
Me he quedado helado. Tiene novio. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes? Soy un completo imbécil, ¿cómo he podido pensar que alguien como ella estaría soltera? Cualquier hombre caería rendido a sus pies, y es lógico que estuviera con alguno de ellos. Intento disimular y parecer normal.
- Y ese alguien… ¿tiene nombre? – es lo único que atino a decir.
- Josh, le conocí… -suena su móvil interrumpiéndola-. Disculpa –coge el móvil del bolsillo de su abrigo y contesta- Beckett.
Me alegro de que haya sonado su móvil, no tengo ninguna gana de saber como le conoció, ni nada de su historia con su novio. Además es un buen tiempo que utilizo para intentar recuperarme de lo que me ha dicho y poder comportarme normal, sin levantar sospechas de que… de que me… puf, de que me gusta, sí, me encanta, me encanta en apenas dos días. Pero eso ya no importa, ella ya tiene a alguien, y yo soy un simple desconocido. Ahora mismo me arrepiento de haberla invitado a salir, tengo ganas de irme de allí y tirarme en la cama a dormir hasta que mañana sea otro día. Cuando me doy cuenta ella ha terminado su llamada y me mira.
- Castle tenemos que irnos, al parecer ha habido un nuevo asesinato y está relacionado con tu caso –dice mientras se levanta de la silla poniéndose su abrigo rápidamente.
- ¿Tenemos? Yo prefiero ir al hotel, te espero allí… – me levanto mientras dejo dinero sobre la mesa para pagar y le hago un gesto al camarero para que lo recoja.
- No, de ninguna manera, no te pienso dejar solo, es mi obligación protegerte así que te vienes conmigo, vamos.
No me da tiempo ni a contestar, comienza a caminar a paso rápido hacia la salida del restaurante y yo voy tras ella, refunfuñando, y aún intentando asimilar lo que me ha contado hace unos minutos.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
woow pobre castle ,pero se la tiene que robar a josh obvio
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
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Edad : 24
Localización : En el mundo de los sueños
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
sigue porfavor!!!! :-)
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
ayer lo empecé de leer tu fic y me ha gustado mucho
continua pronto , muchas gracias por darnos esta fic
continua pronto , muchas gracias por darnos esta fic
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Dios Josh NOOOOO, pero que tio mas plasta . Buen capitulo como siempre, gracias y sigue please
erikal- Actor en Broadway
- Mensajes : 153
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Holaaa! Os dejo el siguiente capítulo y como siempre, gracias por los comentarios, no me voy a cansar de decirlo jajaja Besooos!
Capítulo 8
Capítulo 8
Estamos en su coche, camino al lugar donde se ha producido el nuevo asesinato que dicen que tiene que ver con el caso de mi acosador. ¿Realmente alguien puede estar tan trastornado con mis libros para llegar a matar? Apoyo la cabeza en el asiento del copiloto mientras miro al frente, la carretera iluminada por los faros del coche, marcando el camino. Yo escribo porque me gusta, disfruto haciéndolo e imaginando nuevas historias, de hecho creo que no podría dedicarme a otra cosa. Y también espero que la gente disfrute de la misma forma leyendo, que viva la historia, ese es el sentimiento que intento crear cuando en los lectores, y no despertar la curiosidad por asesinar, porque eso es lo que he conseguido en este caso. No puedo evitar sentirme relativamente culpable, esa gente ha muerto por un “fan” que se dedica ha reproducir mis crímenes, y eso hace que piense que indirectamente han muerto por mi culpa.
Sacudo la cabeza intentando alejar estos pensamientos de mi mente, no quiero darle más vueltas. Miro de reojo a Kate, está concentrada conduciendo, con una expresión seria pero que no le resta belleza, en absoluto. No hemos mencionado palabra desde que entramos en el coche, y sigo sin tener ganas de decir nada, ni si quiera mis habituales chorradas. Lo de su novio me ha dejado un poco afectado, estoy enfadado conmigo mismo por haberme hecho ilusiones con ella, cuando Kate no ha mostrado ningún tipo de interés en mí. Me siento imbécil, seguramente el más grande que hay suelto ahora mismo en Nueva York. Cierro los ojos y dejo escapar un lento suspiro de mis labios, tanto pensamiento va a terminar por volverme más loco de lo que ya estoy.
- ¿Va todo bien? –pregunta Kate mirándome fugazmente al escuchar mi suspiro.
- Sí –afirmo de forma seca y ella asiente para dejar paso al silencio de nuevo.
Vuelvo a mirar fijamente la carretera, creo que mañana la dejaré libre, ya no quiero que nadie me haga de “niñera”, y prefiero evitar pasar algún minuto más junto a ella. Lo mejor en estos casos es alejarse lo más rápido posible, así se evita que después la herida sea peor. Sí, definitivamente mañana pediré que me quiten la protección.
- Castle… -titubea rompiendo el silencio- lo vamos a encontrar –aparta la mirada unos segundos de la carretera para mirarme, es una mirada sincera-. No voy a dejar que te pase nada, te lo prometo –y estira su brazo derecho para coger mi mano y darme un suave apretón.
Me sorprende este gesto, no es habitual en ella, pero me agrada y respondo acariciando su mano con mi pulgar. En realidad no es mi seguridad lo que me preocupa, pero me gusta que diga que no va a dejar que me ocurra nada, me encanta. Si supiera que lo que realmente me angustia es haber perdido la esperanza de cualquier oportunidad con ella…
- Gracias –digo mirándola y suelta su mano de la mía para ponerla en la palanca de cambios.
- Hemos llegado –pronuncia mientras aparca-. Si no quieres verlo puedes quedarte aquí, pero por favor no te muevas, que nos conocem…
- No, voy contigo –digo sin darle tiempo a acabar la frase y salgo del coche a la vez que ella.
Nos acercamos caminando el uno junto al otro hasta que llegamos a un grupo de personas que reconozco en seguida, son el mismo equipo que estuvo el otro día inspeccionando mi casa.
- Hola chicos –saluda Kate-. Él es Richard Castle –me señala- el niño que estoy cuidando –me sonríe burlona y yo frunzo el ceño.
Los dos chicos, el rubio y el moreno, me dan la mano saludándome, ya nos conocemos, son los detectives Ryan y Espósito.
- ¡Vaya chica, por fin apareces! ¿Qué estabais haciendo, eh? -dice la morena dirigiéndose a mí y extiende su mano-. Encantada, yo soy Lanie, la forense.
- ¡Nada! Solo habíamos salido a cenar… -se adelanta Kate a decir.
- Es un placer –agarro la mano de Lanie para llevarla a mis labios y hacer que la beso caballerosamente a modo de saludo, mientras suelto una de mis sonrisas de seductor mirándola.
Alcanzo a ver cómo Kate pone los ojos en blanco ante este gesto.
- Lanie, ¿qué tenemos? –dice Kate mirando a la morena que no le hace caso y sonríe mirándome.
- ¡Qué encantador!–dice Lanie emocionada dejando escapar una risilla nerviosa.
- ¡Lanie! –repite Kate elevando un poco la voz.
- ¿Qué!? –dirige la mirada hacia Kate y cuando ve su expresión de fastidio se acerca al cuerpo inerte que posa sobre una camilla y nosotros junto a ella.
Al principio me cuesta mirar el cadáver pero poco a poco me voy acostumbrando, no lo estoy pasando tan mal como pensaba.
- Hombre de 53 años, fue apuñalado en repetidas ocasiones pero estoy casi segura de que su muerte fue causada por algo que le inyectaron, tiene en la nuca una marca –dice Lanie señalándola- cuando le realice la autopsia lo sabré seguro.
- La víctima se llamaba Andrew Davis, trabajaba en un banco y se ha divorciado recientemente –comienza a decir Ryan.
- Lo encontramos colgado de la escalera de incendios –dice Espósito señalando esta- y con varios pétalos de flores en sus bolsillos- al escuchar eso me tenso-. Se los hemos dado a los técnicos para que busquen posibles huellas.
- Yo… -me tiembla un poco la voz y me aclaro la garganta cuando todos me miran-. Yo conozco esa escena, es otra de mis libros –digo agachando un poco la cabeza.
- Lo sé Castle –dice Kate con voz tranquilizadora y yo me sorprendo.
¿Acaso lee mis libros? ¿Katherine Beckett pertenece al magnífico grupo de seguidoras de Richard Castle? Me emociono solamente de pensarlo.
- Quiero que habléis con los familiares de la víctima, con su ex mujer, si tenía pareja reciente, con sus compañeros del trabajo –ordena Kate pero sin tono autoritario-. Nosotros tenemos que volver y quedarnos en el hotel –hace una mueca que parece de fastidio- mientras buscaré la relación con la víctima del otro asesinato, y mandadme todo lo que consigáis.
- ¡Sí jefa! –dicen los detectives a la par asintiendo.
- Y tú y yo nena tenemos que hablar –dice Lanie mirando a Kate fijamente- urgentemente –esboza una sonrisa mientras asiente a lo que dice y me mira disimuladamente.
Kate suelta una carcajada e ignora el comentario de la que además de compañera de trabajo parece su amiga. Yo no he terminado de entender ese comentario y me entra mucha curiosidad pero creo que se va a quedar en eso.
Tras despedirnos, nos dirigimos al coche para regresar al hotel.
- No sabía que era usted la jefa detective – digo con tono divertido.
- Hay muchas cosas que aún no sabe, Sr. Escritor… -me guiña un ojo sonriendo y entra en el coche para comenzar nuestro camino al hotel.
Estamos en el pasillo del hotel, en la planta donde está nuestra habitación, “nuestra”, sacudo la cabeza pensándolo cuando me doy cuenta de que había pedido el cambio a la suite, que está una planta más arriba. Alcanzo a Kate que va unos pasos por delante de mí y la cojo de la mano.
- ¿Qué pasa? –se gira para mirarme parándose y desvía la vista ligeramente hacia nuestras manos pero no se suelta.
- Que antes pedí el cambio a la suite, es más grande, tiene dos camas y seguro que estaremos más cómodos, pero está en la planta de arriba –tiro suavemente de su mano para volver al ascensor.
- ¿Y nuestras cosas?
- También he pedido que las lleven a la suite.
Una vez dentro del ascensor, ella libera su mano de mi agarre, provocándome una mueca de desagrado que no percibe.
- Mañana puedes volver a tu trabajo –digo en medio del silencio del ascensor- no voy a seguir molestándote y no va a pasar nada como para necesitar protección.
Ella me mira extrañada mientras las puertas del ascensor se abren. Salgo escapándome de su respuesta, pero ella me sigue y agarra mi brazo frenándome y haciéndome girar para mirarla.
- ¿Qué bicho te ha picado? –continúa mirándome incrédula-. A ver, acepto que al principio no era de mi agrado tener que hacer esto, pero ya lo estoy haciendo y ahora lo termino, ya te he dicho antes que no voy a dejar que te ocurra nada. Además tampoco eres tan mal compañero de habitación –sonríe al decir esto pero ni si quiera su sonrisa hace que cambie de opinión.
Me doy la vuelta ignorándola, no sé qué contestar porque nada de lo que se me ocurre tiene que ver con alejarla de mí. Voy hacia la puerta de la suite, entro y me dirijo al salón, buscando mi habitación pero antes de encontrarla Kate me frena agarrándome del brazo de nuevo.
- ¡Castle! –fija su mirada en mis ojos intentando descifrar la mía-. ¿Qué pasa? –su tono es dulce, me tranquiliza, pero a la vez en sus ojos noto cierto enfado.
Trago saliva mirándola, estamos demasiado cerca, ella continúa sujetando mi brazo con su mano, mirándome, esperando una respuesta por mi parte. Mi corazón empieza a acelerarse y regresan esas irresistibles ganas de besarla, pero en este momento parece que mi fuerza de voluntad para evitarlo se ha esfumado. Dirijo mi mirada hacia sus labios, carnosos, aún conservan el fuerte color rosa del que se los pintó, están entreabiertos y casi puedo sentir su aliento, demasiado apetecibles.
- Kate, yo… -no lo soporto más y en un impulso, sin pensar en nada, me abalanzo sobre ella, pongo una mano en su mejilla acariciándola y la beso. Poso mis labios sobre los suyos, besándola lentamente, ella se limita a dejarse hacer sin responder a mis besos pero no se aleja y en eso baso mi esperanza. Atrapo su labio inferior entre mis dientes y a Kate se le escapa un leve suspiro que mis oídos perciben perfectamente. Sonrío ante esto y sigo besando sus labios pero esta vez ella empieza a responder a mis besos, se deja llevar y yo con ella. Abre sus labios dándome el acceso que tanto he soñado y disfruto con mi lengua de su boca, jugando con la suya. Nos separamos un poco para coger aire y tras ese corto descanso, vuelvo a besarla cogiéndola de la nuca y empujándola contra la pared, Kate suelta un leve gemido al apoyarse en esta mientras rodea mi espalda con sus brazos. El beso se torna más apasionado y desesperado, bajo mis manos acariciando su cintura y entonces pone una mano en mi hombro separándome un poco. Me mira respirando agitada y temo que se arrepienta de lo que acaba de pasar.
- ¿Qué ha sido eso? ¿Lo has oído? –susurra, aún intentando recuperar la respiración.
Sonrío, no ha dicho nada de que se arrepienta, ni si quiera me ha pedido que me aleje o pare. Así que si ella no ha dicho nada que lo impida, en lo único que puedo pensar ahora mismo es en seguir besándola y disfrutar de sus caricias.
- Shhh, Kate, no ha sido nada, calla… –intento tranquilizarla y cuando poso mis labios sobre su cuello cierra los ojos dejándose llevar de nuevo. Gime levemente al notar mis dientes en su cuello y continúo regalándole besos por esa zona, bajando a sus clavículas y disfrutando de sus suspiros y sus caricias en mi pelo.
Cuando levanto la cabeza para regresar a sus labios, me empuja bruscamente separándome de ella de golpe.
- ¡Castle! –grita mientras coge su pistola y sale corriendo hacia fuera de la suite.
Tardo en reaccionar, sus besos todavía me tienen en la octava nube del cielo, pero cuando lo consigo salgo corriendo detrás. Veo el pasillo del hotel vacío. ¡Mierda! ¿Cómo ha podido correr tanto con esos taconazos? No es posible… Camino por el pasillo en busca de alguna pista que me diga hacia dónde ha ido, y entonces lo escucho, freno en seco, un disparo. Parece que viene de la escalera de incendios. Corro hacia la puerta donde pone “Salida de emergencia” y me asomo por el hueco de la escalera. Alcanzo a ver a Kate unas cuantas plantas más abajo, bajando los escalones a gran velocidad. Me dispongo a hacer lo mismo, llegando al límite de mi velocidad, estoy preocupado por ella. Llego al parking, está todo oscuro y no consigo escuchar nada.
- ¡Kate! –alzo la voz llamándola y me desespero al no obtener respuesta- ¡Kate! –repito gritando más fuerte.
Nada, no se escucha nada, estoy realmente angustiado. Y de repente escucho cómo unas llantas chirrían contra el suelo del parking y unos faros de un coche me ciegan dirigiéndose contra mí. Logro quitarme del medio antes de que me atropelle pero no consigo ver el número de la matrícula. Corro hacia el lugar del que ha salido el coche, gritando su nombre y entonces la veo. Está tirada en el suelo con su pistola en la mano, se me pone un nudo en la garganta al notar que no se mueve. Me acerco tirándome al suelo, junto a ella, no me atrevo ni a tocarla pero busco desesperadamente la herida por su cuerpo, la sangre… Nada, no encuentro nada.
- Kate –susurro cogiéndole con cuidado de la cabeza- preciosa, háblame –veo que tiene un golpe en el moflete izquierdo y su labio ligeramente hinchado, seguramente eso la ha dejado inconsciente.
Me dispongo a levantarla del suelo entre mis brazos cuando noto que despierta y abre lentamente los ojos para mirarme completamente desconcertada.
Sacudo la cabeza intentando alejar estos pensamientos de mi mente, no quiero darle más vueltas. Miro de reojo a Kate, está concentrada conduciendo, con una expresión seria pero que no le resta belleza, en absoluto. No hemos mencionado palabra desde que entramos en el coche, y sigo sin tener ganas de decir nada, ni si quiera mis habituales chorradas. Lo de su novio me ha dejado un poco afectado, estoy enfadado conmigo mismo por haberme hecho ilusiones con ella, cuando Kate no ha mostrado ningún tipo de interés en mí. Me siento imbécil, seguramente el más grande que hay suelto ahora mismo en Nueva York. Cierro los ojos y dejo escapar un lento suspiro de mis labios, tanto pensamiento va a terminar por volverme más loco de lo que ya estoy.
- ¿Va todo bien? –pregunta Kate mirándome fugazmente al escuchar mi suspiro.
- Sí –afirmo de forma seca y ella asiente para dejar paso al silencio de nuevo.
Vuelvo a mirar fijamente la carretera, creo que mañana la dejaré libre, ya no quiero que nadie me haga de “niñera”, y prefiero evitar pasar algún minuto más junto a ella. Lo mejor en estos casos es alejarse lo más rápido posible, así se evita que después la herida sea peor. Sí, definitivamente mañana pediré que me quiten la protección.
- Castle… -titubea rompiendo el silencio- lo vamos a encontrar –aparta la mirada unos segundos de la carretera para mirarme, es una mirada sincera-. No voy a dejar que te pase nada, te lo prometo –y estira su brazo derecho para coger mi mano y darme un suave apretón.
Me sorprende este gesto, no es habitual en ella, pero me agrada y respondo acariciando su mano con mi pulgar. En realidad no es mi seguridad lo que me preocupa, pero me gusta que diga que no va a dejar que me ocurra nada, me encanta. Si supiera que lo que realmente me angustia es haber perdido la esperanza de cualquier oportunidad con ella…
- Gracias –digo mirándola y suelta su mano de la mía para ponerla en la palanca de cambios.
- Hemos llegado –pronuncia mientras aparca-. Si no quieres verlo puedes quedarte aquí, pero por favor no te muevas, que nos conocem…
- No, voy contigo –digo sin darle tiempo a acabar la frase y salgo del coche a la vez que ella.
Nos acercamos caminando el uno junto al otro hasta que llegamos a un grupo de personas que reconozco en seguida, son el mismo equipo que estuvo el otro día inspeccionando mi casa.
- Hola chicos –saluda Kate-. Él es Richard Castle –me señala- el niño que estoy cuidando –me sonríe burlona y yo frunzo el ceño.
Los dos chicos, el rubio y el moreno, me dan la mano saludándome, ya nos conocemos, son los detectives Ryan y Espósito.
- ¡Vaya chica, por fin apareces! ¿Qué estabais haciendo, eh? -dice la morena dirigiéndose a mí y extiende su mano-. Encantada, yo soy Lanie, la forense.
- ¡Nada! Solo habíamos salido a cenar… -se adelanta Kate a decir.
- Es un placer –agarro la mano de Lanie para llevarla a mis labios y hacer que la beso caballerosamente a modo de saludo, mientras suelto una de mis sonrisas de seductor mirándola.
Alcanzo a ver cómo Kate pone los ojos en blanco ante este gesto.
- Lanie, ¿qué tenemos? –dice Kate mirando a la morena que no le hace caso y sonríe mirándome.
- ¡Qué encantador!–dice Lanie emocionada dejando escapar una risilla nerviosa.
- ¡Lanie! –repite Kate elevando un poco la voz.
- ¿Qué!? –dirige la mirada hacia Kate y cuando ve su expresión de fastidio se acerca al cuerpo inerte que posa sobre una camilla y nosotros junto a ella.
Al principio me cuesta mirar el cadáver pero poco a poco me voy acostumbrando, no lo estoy pasando tan mal como pensaba.
- Hombre de 53 años, fue apuñalado en repetidas ocasiones pero estoy casi segura de que su muerte fue causada por algo que le inyectaron, tiene en la nuca una marca –dice Lanie señalándola- cuando le realice la autopsia lo sabré seguro.
- La víctima se llamaba Andrew Davis, trabajaba en un banco y se ha divorciado recientemente –comienza a decir Ryan.
- Lo encontramos colgado de la escalera de incendios –dice Espósito señalando esta- y con varios pétalos de flores en sus bolsillos- al escuchar eso me tenso-. Se los hemos dado a los técnicos para que busquen posibles huellas.
- Yo… -me tiembla un poco la voz y me aclaro la garganta cuando todos me miran-. Yo conozco esa escena, es otra de mis libros –digo agachando un poco la cabeza.
- Lo sé Castle –dice Kate con voz tranquilizadora y yo me sorprendo.
¿Acaso lee mis libros? ¿Katherine Beckett pertenece al magnífico grupo de seguidoras de Richard Castle? Me emociono solamente de pensarlo.
- Quiero que habléis con los familiares de la víctima, con su ex mujer, si tenía pareja reciente, con sus compañeros del trabajo –ordena Kate pero sin tono autoritario-. Nosotros tenemos que volver y quedarnos en el hotel –hace una mueca que parece de fastidio- mientras buscaré la relación con la víctima del otro asesinato, y mandadme todo lo que consigáis.
- ¡Sí jefa! –dicen los detectives a la par asintiendo.
- Y tú y yo nena tenemos que hablar –dice Lanie mirando a Kate fijamente- urgentemente –esboza una sonrisa mientras asiente a lo que dice y me mira disimuladamente.
Kate suelta una carcajada e ignora el comentario de la que además de compañera de trabajo parece su amiga. Yo no he terminado de entender ese comentario y me entra mucha curiosidad pero creo que se va a quedar en eso.
Tras despedirnos, nos dirigimos al coche para regresar al hotel.
- No sabía que era usted la jefa detective – digo con tono divertido.
- Hay muchas cosas que aún no sabe, Sr. Escritor… -me guiña un ojo sonriendo y entra en el coche para comenzar nuestro camino al hotel.
Estamos en el pasillo del hotel, en la planta donde está nuestra habitación, “nuestra”, sacudo la cabeza pensándolo cuando me doy cuenta de que había pedido el cambio a la suite, que está una planta más arriba. Alcanzo a Kate que va unos pasos por delante de mí y la cojo de la mano.
- ¿Qué pasa? –se gira para mirarme parándose y desvía la vista ligeramente hacia nuestras manos pero no se suelta.
- Que antes pedí el cambio a la suite, es más grande, tiene dos camas y seguro que estaremos más cómodos, pero está en la planta de arriba –tiro suavemente de su mano para volver al ascensor.
- ¿Y nuestras cosas?
- También he pedido que las lleven a la suite.
Una vez dentro del ascensor, ella libera su mano de mi agarre, provocándome una mueca de desagrado que no percibe.
- Mañana puedes volver a tu trabajo –digo en medio del silencio del ascensor- no voy a seguir molestándote y no va a pasar nada como para necesitar protección.
Ella me mira extrañada mientras las puertas del ascensor se abren. Salgo escapándome de su respuesta, pero ella me sigue y agarra mi brazo frenándome y haciéndome girar para mirarla.
- ¿Qué bicho te ha picado? –continúa mirándome incrédula-. A ver, acepto que al principio no era de mi agrado tener que hacer esto, pero ya lo estoy haciendo y ahora lo termino, ya te he dicho antes que no voy a dejar que te ocurra nada. Además tampoco eres tan mal compañero de habitación –sonríe al decir esto pero ni si quiera su sonrisa hace que cambie de opinión.
Me doy la vuelta ignorándola, no sé qué contestar porque nada de lo que se me ocurre tiene que ver con alejarla de mí. Voy hacia la puerta de la suite, entro y me dirijo al salón, buscando mi habitación pero antes de encontrarla Kate me frena agarrándome del brazo de nuevo.
- ¡Castle! –fija su mirada en mis ojos intentando descifrar la mía-. ¿Qué pasa? –su tono es dulce, me tranquiliza, pero a la vez en sus ojos noto cierto enfado.
Trago saliva mirándola, estamos demasiado cerca, ella continúa sujetando mi brazo con su mano, mirándome, esperando una respuesta por mi parte. Mi corazón empieza a acelerarse y regresan esas irresistibles ganas de besarla, pero en este momento parece que mi fuerza de voluntad para evitarlo se ha esfumado. Dirijo mi mirada hacia sus labios, carnosos, aún conservan el fuerte color rosa del que se los pintó, están entreabiertos y casi puedo sentir su aliento, demasiado apetecibles.
- Kate, yo… -no lo soporto más y en un impulso, sin pensar en nada, me abalanzo sobre ella, pongo una mano en su mejilla acariciándola y la beso. Poso mis labios sobre los suyos, besándola lentamente, ella se limita a dejarse hacer sin responder a mis besos pero no se aleja y en eso baso mi esperanza. Atrapo su labio inferior entre mis dientes y a Kate se le escapa un leve suspiro que mis oídos perciben perfectamente. Sonrío ante esto y sigo besando sus labios pero esta vez ella empieza a responder a mis besos, se deja llevar y yo con ella. Abre sus labios dándome el acceso que tanto he soñado y disfruto con mi lengua de su boca, jugando con la suya. Nos separamos un poco para coger aire y tras ese corto descanso, vuelvo a besarla cogiéndola de la nuca y empujándola contra la pared, Kate suelta un leve gemido al apoyarse en esta mientras rodea mi espalda con sus brazos. El beso se torna más apasionado y desesperado, bajo mis manos acariciando su cintura y entonces pone una mano en mi hombro separándome un poco. Me mira respirando agitada y temo que se arrepienta de lo que acaba de pasar.
- ¿Qué ha sido eso? ¿Lo has oído? –susurra, aún intentando recuperar la respiración.
Sonrío, no ha dicho nada de que se arrepienta, ni si quiera me ha pedido que me aleje o pare. Así que si ella no ha dicho nada que lo impida, en lo único que puedo pensar ahora mismo es en seguir besándola y disfrutar de sus caricias.
- Shhh, Kate, no ha sido nada, calla… –intento tranquilizarla y cuando poso mis labios sobre su cuello cierra los ojos dejándose llevar de nuevo. Gime levemente al notar mis dientes en su cuello y continúo regalándole besos por esa zona, bajando a sus clavículas y disfrutando de sus suspiros y sus caricias en mi pelo.
Cuando levanto la cabeza para regresar a sus labios, me empuja bruscamente separándome de ella de golpe.
- ¡Castle! –grita mientras coge su pistola y sale corriendo hacia fuera de la suite.
Tardo en reaccionar, sus besos todavía me tienen en la octava nube del cielo, pero cuando lo consigo salgo corriendo detrás. Veo el pasillo del hotel vacío. ¡Mierda! ¿Cómo ha podido correr tanto con esos taconazos? No es posible… Camino por el pasillo en busca de alguna pista que me diga hacia dónde ha ido, y entonces lo escucho, freno en seco, un disparo. Parece que viene de la escalera de incendios. Corro hacia la puerta donde pone “Salida de emergencia” y me asomo por el hueco de la escalera. Alcanzo a ver a Kate unas cuantas plantas más abajo, bajando los escalones a gran velocidad. Me dispongo a hacer lo mismo, llegando al límite de mi velocidad, estoy preocupado por ella. Llego al parking, está todo oscuro y no consigo escuchar nada.
- ¡Kate! –alzo la voz llamándola y me desespero al no obtener respuesta- ¡Kate! –repito gritando más fuerte.
Nada, no se escucha nada, estoy realmente angustiado. Y de repente escucho cómo unas llantas chirrían contra el suelo del parking y unos faros de un coche me ciegan dirigiéndose contra mí. Logro quitarme del medio antes de que me atropelle pero no consigo ver el número de la matrícula. Corro hacia el lugar del que ha salido el coche, gritando su nombre y entonces la veo. Está tirada en el suelo con su pistola en la mano, se me pone un nudo en la garganta al notar que no se mueve. Me acerco tirándome al suelo, junto a ella, no me atrevo ni a tocarla pero busco desesperadamente la herida por su cuerpo, la sangre… Nada, no encuentro nada.
- Kate –susurro cogiéndole con cuidado de la cabeza- preciosa, háblame –veo que tiene un golpe en el moflete izquierdo y su labio ligeramente hinchado, seguramente eso la ha dejado inconsciente.
Me dispongo a levantarla del suelo entre mis brazos cuando noto que despierta y abre lentamente los ojos para mirarme completamente desconcertada.
Always_- Escritor novato
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/09/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Dios te ha quedado genial!!! Espero una continuación pronto por favor!!
MARIAFV- Ayudante de policia
- Mensajes : 90
Fecha de inscripción : 09/10/2013
Re: CUANDO MENOS TE LO ESPERAS (CAPÍTULO 14- ACTUALIZADO 04/03/14)
Buenisimo. Me encanta.
evaelica2- Ayudante de policia
- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 05/07/2013
Edad : 49
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