Problemas 5 terminado (15/02/2014)
+23
yamicastkett
monsta
Caskett(sariita)
_Caskett_
Teresita_yocastle$$NYPD
anfrig
ZOMAtitos&Oreos
Laura413192
katebeckett78
Anita-C&Kalways
dcastle
caskett_10fogue
agecastbet
castle&beckett..cris
rikala
Yaye
Verispu
Carelyn
AlwaysSerenity
trinity640
RcKb
Ruth Maria
okusak
27 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 2 de 4.
Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Alá, pero cuánto odia Kate a Castle???? Jejejejeje, espero que lo conozca pronto, seguro que luego no piensa lo mismo
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Muy bueno. Me he divertido cuando Jim se va a la cocina cuando una pelea se avecina...
Alexis, ai Alexis, porque no hablas?
Me ha encantado, continúa así de bien
Alexis, ai Alexis, porque no hablas?
Me ha encantado, continúa así de bien
rikala- Escritor - Policia
- Mensajes : 2043
Fecha de inscripción : 16/07/2012
Localización : Conquistando el mundo ù.ú
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Soy una pesada pero es que es verdad!!!!!!!! a mi me gusta mucho pero mucho mucho, a Kate no le gustan los niños pero justo alegra a una que resulta ser quien ya todos sabemos y a la ves odia al padre de ésta pero su madre lo adora, es que no puedes negar que es buena, joe yo quiero más!! Y ni se te ocurra dejar de escribir nunca eh. Un beso y espero que estés mejor de las muelas.
dcastle- As del póker
- Mensajes : 494
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Edad : 28
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
sigue porfavor
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
jess me encanta!! quiero mas! jajaj me gusta el personaje de alexis de pequeña! y kate de jovencita es un corso ya me gusta todo!! espero continues prontito no te cuelgues!! pero como te dije hoy te entiendo cuando las musas se van no hay vuelta atras
besos
besos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Jajajajaja ya ves que raro que no lo dijera(con las prisas por ser la prinera no me dio tiempo y por eso te lo pregunte luego )okusak escribió:Gracias angela, que raro que no menciones un premio por comentar primera...EL ZOMAtitooooo escribió:ME ENCANTAAAA (aunque ya te lo he dicho muchas veces)
Johanna parece estar muy enganchada a los libros, a ver como se toma la noticia de Richard castle
Y eso de que le puede afectar a su salud.....
Continuaa prontitoo porfiss que quiero saber como va a continuar
BESOSSS
Bueno emm.... premio por ser la prinera en comentar y en contestar? Que siiiiiiiiiii
BESOOOSSS
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Muy biennnn, me encanta... Espero q puedas continuar pronto (con 7777 tb, estoy deseando ver como continúa, aunq esta tb me encanta) bueno, un saludo y hasta pronto
anfrig- Ayudante de policia
- Mensajes : 68
Fecha de inscripción : 08/02/2013
Localización : VIGO
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Gracias por los comentarios, de verdad. En unos minutos entro al curro así que voy al grano. Subo capítulo pero no creo que tenga tiempo para escribir en una buena temporada, en Diciembre se me acumulará trabajo, encargos navideños y proyectos y con el poco tiempo que tengo, debo hacer los encargos cuando tengo un hueco en el trabajo y los proyectos en mi hora libre (o cuando hablo por el chat jaja). Se que jode mucho que un fic no se actualice regularmente porque a veces hay que leerse toda la historia para saber de que iba, pero no veo la forma, tenedme paciencia.
Esto va para todos mis fics, aunque lo diga solo por aquí. Dadme unos meses. Pero intentaré ir escribiendo cuando tenga tiempo y ganas (importante, porque ando cansada de inspiración, concepto raro, lo se xD). Un saludo!
Esto va para todos mis fics, aunque lo diga solo por aquí. Dadme unos meses. Pero intentaré ir escribiendo cuando tenga tiempo y ganas (importante, porque ando cansada de inspiración, concepto raro, lo se xD). Un saludo!
3
“Rogers ya no es Castle”
“Rogers ya no es Castle”
No había pasado ni una hora desde que Richard dejó a su hija en el colegio, y nada más llegar había formado aquél desastre. Su madre lo iba a matar.
La mesa de la cocina y el mármol estaban llenos de harina, salsa, paquetes abiertos, envases por abrir, algún trozo de carne suelto, algo que parecía ser hamburguesas descongelándose en un rincón, decenas de potes expandidos por toda la cocina y todas las puertas de los armarios abiertas haciendo de aquella cocina un campo de minas que no estaba dispuesto a recoger hasta que diera con el secreto, con aquella receta mágica que hiciera comer a su niña.
―Quizás unas galletas.
Chasqueó los dedos mirando hacia uno de los estantes que hacían esquina. Se acercó y sacó tres paquetes de harina, mirándolos con cierto desespero.
―Necesito un libro de cocina.
Giró sobre sus pasos y caminó hacia su despacho. Al regresar colocó dos libros sobre la mesa americana, sin importarle llenar las tapas de salsa. Ni si quiera se limpió las manos para consultarlos.
Fue entonces cuando la puerta del loft se abrió. Pero a Rick no le hizo falta preguntar quien era.
―¡Richard Alexander Rogers! -escuchó la voz de su madre antes de que ésta cerrara la puerta. Nombre, segundo nombre y apellido. Aquello sonaba a enfado monumental―. ¿Se puede saber que es ésto?
Antes de que pudiera contestar a la primera pregunta, Martha arrojó cuatro ejemplares de periódicos diferentes sobre los libros que Rick estaba leyendo. Rick no tardó en tirarlos a la basura. Ni si quiera se molestó en mirar la cara de indignación de su madre.
―¿De verdad? ¿Vas a renunciar a tu trabajo tan fácilmente? Pensé que era tu sueño, vivir de la escritura. ―levantó sus manos al cielo―. Escogiste un nombre ficticio, hiciste famoso ese seudónimo como autor sin desvelar tu identidad y ahora te lo cargas así, ¿sin más?
Rick se paseó por la cocina con uno de los libros en mano, analizando las estanterías en busca de ingredientes.
―Es temporal. -dijo él, aunque por su tono de voz no parecía nada seguro.
―Si estás mucho tiempo sin escribir anularan tu contrato.
―Lo se, me dieron seis meses.
―¡Richard!
Como si escuchase llover, Rick le dio la espalda a su madre, centrándose en los ingredientes que necesitaba. Metió una brazo en el armario superior e investigó a ciegas, moviendo la mano hasta el fondo. Entonces, y solo entonces, Martha se percató del escándalo que tenía en la cocina.
―¿Qué ha pasado aquí?
―Cocino.
―¿Para un ejercito?
―Para Alexis. Voy a hacer algo que le guste y le apetezca comer más de tres bocados. ―contestó, acercándose al libro de cocina con los brazos llenos de paquetes de harina, levadura, azúcar y demases.
Martha observó a su hijo con el delantal de “gran papá oso” mal atado, las mangas de la camisa remangadas torpemente hasta los codos y el pelo revuelto lleno de grasa. De hecho, todo él estaba lleno de grasa y manchurrones de salsa. Pero él no daba importancia a eso, es más, ponía especial detalle en el libro que tenía delante, pasando las páginas con desesperación y Martha se dio cuenta. Para su hijo, Alexis estaba por encima de todas las cosas. Incluido su trabajo.
Con un suspiro, Martha se acercó a su hijo y cogió uno de los muchos paquetes de harina que sostenía este entre sus brazos.
―¿Has probado con un pastel?
La mesa de la cocina y el mármol estaban llenos de harina, salsa, paquetes abiertos, envases por abrir, algún trozo de carne suelto, algo que parecía ser hamburguesas descongelándose en un rincón, decenas de potes expandidos por toda la cocina y todas las puertas de los armarios abiertas haciendo de aquella cocina un campo de minas que no estaba dispuesto a recoger hasta que diera con el secreto, con aquella receta mágica que hiciera comer a su niña.
―Quizás unas galletas.
Chasqueó los dedos mirando hacia uno de los estantes que hacían esquina. Se acercó y sacó tres paquetes de harina, mirándolos con cierto desespero.
―Necesito un libro de cocina.
Giró sobre sus pasos y caminó hacia su despacho. Al regresar colocó dos libros sobre la mesa americana, sin importarle llenar las tapas de salsa. Ni si quiera se limpió las manos para consultarlos.
Fue entonces cuando la puerta del loft se abrió. Pero a Rick no le hizo falta preguntar quien era.
―¡Richard Alexander Rogers! -escuchó la voz de su madre antes de que ésta cerrara la puerta. Nombre, segundo nombre y apellido. Aquello sonaba a enfado monumental―. ¿Se puede saber que es ésto?
Antes de que pudiera contestar a la primera pregunta, Martha arrojó cuatro ejemplares de periódicos diferentes sobre los libros que Rick estaba leyendo. Rick no tardó en tirarlos a la basura. Ni si quiera se molestó en mirar la cara de indignación de su madre.
―¿De verdad? ¿Vas a renunciar a tu trabajo tan fácilmente? Pensé que era tu sueño, vivir de la escritura. ―levantó sus manos al cielo―. Escogiste un nombre ficticio, hiciste famoso ese seudónimo como autor sin desvelar tu identidad y ahora te lo cargas así, ¿sin más?
Rick se paseó por la cocina con uno de los libros en mano, analizando las estanterías en busca de ingredientes.
―Es temporal. -dijo él, aunque por su tono de voz no parecía nada seguro.
―Si estás mucho tiempo sin escribir anularan tu contrato.
―Lo se, me dieron seis meses.
―¡Richard!
Como si escuchase llover, Rick le dio la espalda a su madre, centrándose en los ingredientes que necesitaba. Metió una brazo en el armario superior e investigó a ciegas, moviendo la mano hasta el fondo. Entonces, y solo entonces, Martha se percató del escándalo que tenía en la cocina.
―¿Qué ha pasado aquí?
―Cocino.
―¿Para un ejercito?
―Para Alexis. Voy a hacer algo que le guste y le apetezca comer más de tres bocados. ―contestó, acercándose al libro de cocina con los brazos llenos de paquetes de harina, levadura, azúcar y demases.
Martha observó a su hijo con el delantal de “gran papá oso” mal atado, las mangas de la camisa remangadas torpemente hasta los codos y el pelo revuelto lleno de grasa. De hecho, todo él estaba lleno de grasa y manchurrones de salsa. Pero él no daba importancia a eso, es más, ponía especial detalle en el libro que tenía delante, pasando las páginas con desesperación y Martha se dio cuenta. Para su hijo, Alexis estaba por encima de todas las cosas. Incluido su trabajo.
Con un suspiro, Martha se acercó a su hijo y cogió uno de los muchos paquetes de harina que sostenía este entre sus brazos.
―¿Has probado con un pastel?
***
Jim asomó la cabeza por la puerta del despacho de su mujer, carraspeando levemente para llamar su atención.
―¿Cariño?
Al otro extremo, detrás del escritorio de roble oscuro lleno de papeles y documentos desordenados, la silla de cuero miraba hacia la pared con la cabeza de Johanna sobresaliendo por la parte alta.
―¿Qué quieres Jim? ―preguntó la abogada con voz ronca.
―Bueno... tu secretaria, Melisa, me ha dicho que casi te comes a un cliente. ―empezó con voz suave y precavida. Johanna gruñó―. Pero si sigues con hambre me voy.
Johanna giró su silla de ruedas para mirarlo con los dientes apretados. Sus ojos reflejaban una serie de emociones que él no esperó ver. Pero ella pronto desvió la mirada, observando un periódico que tenía en las manos.
Preocupado por el estado de su mujer, Jim dio un paso adelante.
―¿Johanna, estás bien?
―¡Es un imbécil! ―espetó de repente, tirando el diario sobre los papeles desordenados de su escritorio.
Jim retrocedió el paso que había avanzado.
―¿Qué?
―¡Ese tal Tom Smith!
―¿Smith? ¿El cliente?
―¡El cliente! ―afirmó con un asentimiento brusco de cabeza―. Es un imbécil así que no lo defiendas. ―lo señaló con el dedo, amenazándolo con la mirada.
Cerrando la puerta, Jim negó con la cabeza.
―No tengo intención de defenderlo.
―Bien, porque es un imbécil.
―¿Y por qué es un imbécil? ―preguntó suavemente. Johanna lo fulminó con la mirada―. Pregunto. ―levantó las manos como si lo estuviera apuntando con una pistola.
Johanna rebufó y volvió a coger el periódico, extendiéndolo hacia su marido.
―Entró riéndose de eso. ―aclaró la abogada señalando la portada. ―¿Cómo se puede reír de algo así? No lo quiero en mi despacho Jim, me da igual lo que diga.
Esperando ver una tragedia en primera página, una injusticia o el fin del mundo, Jim desplazó su vista por los titulares hasta que encontró el que había afectado a su mujer.
―¿Richard Castle puede retirarse? ―preguntó con la boca abierta, remplazando su sorpresa por una sonrisa que intentó disimular―. ¿De verdad?
Por alguna razón no se lo podía creer. Pero Johanna se sentó en su silla, poniendo los codos sobre la mesa para hundir su cara entre sus manos y Jim miró el periódico nuevamente. Si que era cierto.
―Lo siento Johanna. ―aquello había sonado a pésame―. ¿Quieres tomarte un descanso? Yo me ocuparé de lo que tengas pendiente.
Pensó que iba a decir que no, que lo echaría del despacho y trabajaría día y noche para olvidarse de cierto escritor, pero Johanna se levantó y cogió su chaqueta.
―Creo que me tomaré el día libre. ¿Puedes ocuparte de revisar lo que tengo encima de la mesa?
Con la boca abierta, Jim asintió y dejó que Johanna saliera. Cuando el sonido de sus tacones desapareció por completo, Melisa asomó su cabeza por el despacho.
―¿Se encuentra bien? ―preguntó la secretaria señalando hacia la salida con el bolígrafo rosa que ella solía usar. Uno que tenía un pompón al final de éste y que a más de uno ponía nervioso.
Jim se quedó allí, en medio del despacho de su mujer con la boca desencajada y los ojos clavados en la secretaria.
―Se va a tomar el día libre.
Melisa dejó caer el bolígrafo al suelo.
―¿El día libre?
Cerrando los ojos, Jim asintió y ladeó su cabeza para mirar el periódico que descansaba sobre la mesa, rezando para que aquél titular solo fuera un rumor.
―¿Cariño?
Al otro extremo, detrás del escritorio de roble oscuro lleno de papeles y documentos desordenados, la silla de cuero miraba hacia la pared con la cabeza de Johanna sobresaliendo por la parte alta.
―¿Qué quieres Jim? ―preguntó la abogada con voz ronca.
―Bueno... tu secretaria, Melisa, me ha dicho que casi te comes a un cliente. ―empezó con voz suave y precavida. Johanna gruñó―. Pero si sigues con hambre me voy.
Johanna giró su silla de ruedas para mirarlo con los dientes apretados. Sus ojos reflejaban una serie de emociones que él no esperó ver. Pero ella pronto desvió la mirada, observando un periódico que tenía en las manos.
Preocupado por el estado de su mujer, Jim dio un paso adelante.
―¿Johanna, estás bien?
―¡Es un imbécil! ―espetó de repente, tirando el diario sobre los papeles desordenados de su escritorio.
Jim retrocedió el paso que había avanzado.
―¿Qué?
―¡Ese tal Tom Smith!
―¿Smith? ¿El cliente?
―¡El cliente! ―afirmó con un asentimiento brusco de cabeza―. Es un imbécil así que no lo defiendas. ―lo señaló con el dedo, amenazándolo con la mirada.
Cerrando la puerta, Jim negó con la cabeza.
―No tengo intención de defenderlo.
―Bien, porque es un imbécil.
―¿Y por qué es un imbécil? ―preguntó suavemente. Johanna lo fulminó con la mirada―. Pregunto. ―levantó las manos como si lo estuviera apuntando con una pistola.
Johanna rebufó y volvió a coger el periódico, extendiéndolo hacia su marido.
―Entró riéndose de eso. ―aclaró la abogada señalando la portada. ―¿Cómo se puede reír de algo así? No lo quiero en mi despacho Jim, me da igual lo que diga.
Esperando ver una tragedia en primera página, una injusticia o el fin del mundo, Jim desplazó su vista por los titulares hasta que encontró el que había afectado a su mujer.
―¿Richard Castle puede retirarse? ―preguntó con la boca abierta, remplazando su sorpresa por una sonrisa que intentó disimular―. ¿De verdad?
Por alguna razón no se lo podía creer. Pero Johanna se sentó en su silla, poniendo los codos sobre la mesa para hundir su cara entre sus manos y Jim miró el periódico nuevamente. Si que era cierto.
―Lo siento Johanna. ―aquello había sonado a pésame―. ¿Quieres tomarte un descanso? Yo me ocuparé de lo que tengas pendiente.
Pensó que iba a decir que no, que lo echaría del despacho y trabajaría día y noche para olvidarse de cierto escritor, pero Johanna se levantó y cogió su chaqueta.
―Creo que me tomaré el día libre. ¿Puedes ocuparte de revisar lo que tengo encima de la mesa?
Con la boca abierta, Jim asintió y dejó que Johanna saliera. Cuando el sonido de sus tacones desapareció por completo, Melisa asomó su cabeza por el despacho.
―¿Se encuentra bien? ―preguntó la secretaria señalando hacia la salida con el bolígrafo rosa que ella solía usar. Uno que tenía un pompón al final de éste y que a más de uno ponía nervioso.
Jim se quedó allí, en medio del despacho de su mujer con la boca desencajada y los ojos clavados en la secretaria.
―Se va a tomar el día libre.
Melisa dejó caer el bolígrafo al suelo.
―¿El día libre?
Cerrando los ojos, Jim asintió y ladeó su cabeza para mirar el periódico que descansaba sobre la mesa, rezando para que aquél titular solo fuera un rumor.
***
Una semana después.
Rick corrió las cortinas de la habitación de su hija, dejando que la luz iluminara las paredes rosas llenas de dibujos colgados. Los muñecos abundaban el colchón de la niña, rodeándola como si fuera una muralla. Con un suspiro, Rick caminó hacia ella, pasando por la mesa redonda llena de plastidecors y hojas garabateadas para llegar a su cama.
―Calabaza, es hora de levantarse. ―susurró intentando mostrar un tono lo suficientemente alegre como para animar a su niña―. Vamos calabaza, es sábado, podemos salir, ir al zoo, comer lo que quieras...
La niña no se movió ni ronroneó.
Con cuidado, Rick se sentó en el borde de la cama y apartó un par de osos de peluche acariciando su carita. Pero ella no se movió. Apartó la manta y la zarandeó un poco. Nada. La llamó repetidas veces pero no contestaba. Su nivel de preocupación aumentó cuando, al voltearla para verle la cara, la niña seguía con los ojos cerrados, con una línea de sangre surgiendo de su nariz.
―¡Madre, llama a una ambulancia!
Cinco días después de encontrar a su hija inconsciente en la cama, Peón Negro confirmó que Richard Castle se retiraba.
Rick corrió las cortinas de la habitación de su hija, dejando que la luz iluminara las paredes rosas llenas de dibujos colgados. Los muñecos abundaban el colchón de la niña, rodeándola como si fuera una muralla. Con un suspiro, Rick caminó hacia ella, pasando por la mesa redonda llena de plastidecors y hojas garabateadas para llegar a su cama.
―Calabaza, es hora de levantarse. ―susurró intentando mostrar un tono lo suficientemente alegre como para animar a su niña―. Vamos calabaza, es sábado, podemos salir, ir al zoo, comer lo que quieras...
La niña no se movió ni ronroneó.
Con cuidado, Rick se sentó en el borde de la cama y apartó un par de osos de peluche acariciando su carita. Pero ella no se movió. Apartó la manta y la zarandeó un poco. Nada. La llamó repetidas veces pero no contestaba. Su nivel de preocupación aumentó cuando, al voltearla para verle la cara, la niña seguía con los ojos cerrados, con una línea de sangre surgiendo de su nariz.
―¡Madre, llama a una ambulancia!
Cinco días después de encontrar a su hija inconsciente en la cama, Peón Negro confirmó que Richard Castle se retiraba.
Continuará
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
NUEVOOOO CAAAAPIIII
ME ENCANTAAAAA (ahora toy con el novil asi que luego ya comento bien)
Besoss
Premiooo?
ME ENCANTAAAAA (ahora toy con el novil asi que luego ya comento bien)
Besoss
Premiooo?
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Que mal parece que le ha sentado a Johana la retirada de Richard Castle. Qué será lo que le pasa a Alexis??? Me has me has dejado muy intrigada.
Espero que todo te vaya bien y no te agobies si te ves muy saturada con todo, estos últimos meses son asi
Espero que todo te vaya bien y no te agobies si te ves muy saturada con todo, estos últimos meses son asi
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
No me extraña que Castle, bueno ahora Rogers esté tan preocupado por su hija, no es nada mío y yo también lo estoy. Gracias por el esfuerzo que has hecho para escribir este nuevo capítulo, sé que no estás sobrada de tiempo y cada vez se te complica más. Pues tendré que encerrar a mi curiosidad en un cajón, pues después de lo que has escrito, a ver quién es el guapo que la domina. En fin no me importa esperar, si tengo la promesa de que los vas a seguir y rematar.
Eso sí de vez en cuando lo mismo te hago algún recordatorio, para que no los olvídes en un cajón. jajajajajajaj
Digas lo que digas sabes escribir cosas interesantes, y muy bien encadenadas, no son tonterías lo que describes, SON SENTIMIENTOS y lo haces de una forma magistral, así que no te extrañe tener tantas seguidoras, los trabajos bien echos siempre tienen adeptos, si no fuera así no te insistiríamos tanto, jajajajajaa
Pues lo dicho cuando puedas o tengas ganas, pero no lo dejes.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Eso sí de vez en cuando lo mismo te hago algún recordatorio, para que no los olvídes en un cajón. jajajajajajaj
Digas lo que digas sabes escribir cosas interesantes, y muy bien encadenadas, no son tonterías lo que describes, SON SENTIMIENTOS y lo haces de una forma magistral, así que no te extrañe tener tantas seguidoras, los trabajos bien echos siempre tienen adeptos, si no fuera así no te insistiríamos tanto, jajajajajaa
Pues lo dicho cuando puedas o tengas ganas, pero no lo dejes.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
genial jess! me dejaste sin palabras!
espero que te sea leve se que los ultimos meses del año son dificiles! asi que aca esperamos!!
mucha suerte!!! y segui escribiendo que lo haces muy bien!
besooooooss
espero que te sea leve se que los ultimos meses del año son dificiles! asi que aca esperamos!!
mucha suerte!!! y segui escribiendo que lo haces muy bien!
besooooooss
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
que final de capi mas desastroso. Muy bueno, me encanta. Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
pobrecita Alexis!!!
Caskett(sariita)- Policia de homicidios
- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Edad : 24
Localización : En el mundo de los sueños
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Al ver que no te había comentado jess me e pegado latigazos pero bueno creo que te lo e dicho unas millones de veces escribes D.P.M y que te quierooo loca a por cierto conituaaaaaaaaaaa jajajajja
monsta- Actor en Broadway
- Mensajes : 170
Fecha de inscripción : 24/04/2012
Edad : 32
Localización : madrid
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
No estoy nada... "conforme" con este capítulo. Pero como no creo que se vuelva a obrar el milagro de tener tiempo para reescribirlo lo subo y me excuso. El próximo saldrá mejor (ja, ja, cuanta fe). Gracias por corregir angela (y no vale pedir premio). Un saludo!
Has tardado mucho. Suspiró Johanna sin su típico tono animado anti problemas.
Por contra Kate se encogió de hombros sonriéndole de lado a lado, con una energía insólita a pesar de estar trabajando desde las cinco de la mañana, y Johanna empezó a caminar calle abajo.
Solo han sido unos minutos. ―le restó importancia, siguiendo a su madre. La abogada se limitó a caminar sin soltar palabra, mirando al frente como los caballos―. ¿Y qué tal el día? ―preguntó Kate con tono alegre, ese que su madre no utilizaba desde que Peón Negro confirmó la retirada de Richard Castle.
Pararon en un semáforo y Kate se puso a su lado, mirándola con esa felicidad innata.
―Bien.
La respuesta fue muy escueta, pero la policía la aceptó con una sonrisa. Cuando el semáforo se puso en verde, las dos caminaron hacia un pequeño parque. Era una zona verde con unas cuantas mesas y bancos, lo suficientemente lejos de los columpios y toboganes de la zona de niños como para que Kate aceptara comer allí.
Se sentaron en una de las mesas con bancos de madera y sacaron las cajas de fideos que Kate había comprado. Empezaron a comer. La única que hablaba era Kate, como en los últimos doce días que habían quedado para comer sin una objeción de la abogada por tener algún caso pendiente. Johanna se limitó a escucharla sin quitar ojo de su comida, hasta que no aguantó más.
―Deja de hacer eso. ―le pidió la abogada, con la vista fija en sus fideos.
― ¿Hacer qué?
―Sonreír.
―No estoy sonriendo.
Johanna alzó su cabeza y levantó sus palillos chinos, señalándola acusadoramente; Kate sonrió succionando los fideos.
―¿Te divierte verme triste?
―Para nada. ―contestó la policía sin dejar de comer―. Solo estoy feliz.
―Te gusta verme sufrir. ―afirmó la abogada omitiendo su segundo comentario.
―Vamos mamá, llevas dos semanas así, como si se hubiera muerto alguien. Solo se ha retirado.
De repente, Johanna dejó de comer mirando a su hija con los ojos extremadamente abiertos, tambaleando el paquete de fideos que sujetaba en un tembleque que asustó a la policía.
―¿Qué?
―Puede que haya muerto.
Kate rodó los ojos, llevándose una mano a la frente.
―Oh por Dios...
―Piénsalo, sería una buena razón. Quizás estaba en el hospital, gravemente herido y...
―Mamá ―la interrumpió elevando una mano en forma de stop―, es solo un escritor. Los escritores se retiran, es ley de vida. Podrías leer otras novelas. ―suspiró en el mismo instante en el que unos niños gritaron no muy lejos. Kate se estremeció apretando el paquete de fideos, mirando hacia los lados hasta encontrar a un matrimonio con trillizos caminando hacia una de las mesas vacías de la zona.
Ahora la que sonreía era Johanna.
―Son solo unos niños. ―imitó el tonó de su hija―. Es ley de vida casarse y tener hijos. Podrías mentalizarte.
Kate achicó los ojos hacia su madre y negó con la cabeza, cogiendo su gorro policial que reposaba sobre la mesa.
―No es lo mismo, yo no tendré hijos, ya lo sabes. Me tengo que ir, es tarde. ¿Mañana a la misma hora? ―se levantó poniéndose el gorro, pero cuando estaba alejándose se giró hacia su madre con una sonrisa de medio lado―. Ahora que lo pienso... ―empezó en voz alta―, Sí que puede haberle pasado algo a ese escritor, quien sabe.
Y mientras caminaba hacia la comisaría, aún sin verla, Kate supo que la sonrisa de su madre había desaparecido. Gané. Pensó saliendo de la zona.
Johanna se levantó y tiró los envases de comida en una de las tantas papeleras verdes del parque. Miró hacia los trillizos que saltaban alrededor de sus padres y sonrió de medio lado.
―Esta me la guardo cariño, esta me la guardo.
El hombre sonrió, le dio las gracias a la niña y salió de la habitación.
―¿Cómo está? ―preguntó Rick nada más ver al doctor saliendo de la habitación de su hija.
El hombre le sonrió de medio lado.
―Mejor. ―contestó sacando una hoja de su maletín―. Está mejor que cuando salió del hospital, que ya es algo, pero hay que controlar que coma regularmente. ―le extendió el papel―. Le preparé una lista de alimentos que debe tomar. Son de altas proteínas, le ayudarán.
Rick asintió, mirando el papel de arriba a bajo con cierta dificultad. Desde que habían ingresado a su hija siete días después de detectarle un episodio de desnutrición, no había dormido apenas, por no decir nada. Ni si quiera cuando le dieron el alta consiguió descansar un poco, no quería separarse de su hija y se pasaba las noches viéndola dormir, sentado en la mesa redonda que ella solía usar para dibujar.
―Gracias... ―dijo con sinceridad Rick al cabo de un rato.
―De nada. ―contestó el hombre echando un último vistazo a su paciente―. Debería ir al psicólogo con regularidad. La depresión, aunque mucha gente lo desconozca, también es una enfermedad si se agrava como en el caso de su hija. ―informó suavemente―. Ahora come algo, por obligación, pero si sigue así...
Enmudeció de repente. Rick tragó saliva cerrando los ojos, sabiendo como continuaba la explicación del doctor.
―Ya va al psicólogo. Pero no mejora, solo... solo empeora.
El doctor le palmeó el hombro.
―Intente llevarla más regularmente, yo vendré una vez por semana para comprobar su estado.
Tras un asentimiento de Rick, el hombre pronunció una despedida y pasó por el lado del escritor, dirigiéndose escaleras a bajo. Cuando el sonido de la puerta cerrarse se escuchó, Rick entró a la habitación de su hija. Estaba en penumbra por las persianas bajadas. Un cúmulo de peluches rodeaba la cama de su niña y, en un rincón de la habitación, la mesa redonda que su hija utilizaba para dibujar estaba ordenada, con los plastidecors en su caja y un pequeño montículo de papeles a su lado. Martha lo había puesto así semanas atrás, cuando su nieta estaba hospitalizada, alegando que así, cuando Alexis regresara, tendría todo ordenado para seguir dibujando. Pero llevaban cuatro días en casa y la pequeña ni si quiera había mirado la mesa.
Normalmente hacía un gesto, señalaba los plastidecors o algo similar para hacer ver a su padre que quería dibujar. Pero llevaba semanas sin hacerlo.
Con un suspiro, Rick se acercó lentamente hacia su niña y se sentó en el borde de la cama, acariciando su frente con cuidado. Tenía la piel blanca como la nieve y los pómulos marcados. Sus ojitos estaban cerrados a causa del sueño y, a pesar de la poca luz de la habitación, se distinguía perfectamente el color apagado bajo sus parpados.
―¿Qué tengo que hacer? ―siseó casi inaudiblemente pasando sus dedos por las ojeras de su niña―. Si lo supiera...
Pero por más que leía sus anotaciones no encontraba nada.
Dejando el cuaderno sobre el escritorio, Nicole se quitó las gafas y se frotó el tabique de la nariz. Llevaba semanas desesperada con ese caso. Era evidente que no había ni una sola mejoría y la niña empeoraba en salud.
Un golpe seco se escuchó por el despacho haciendo que la psicóloga diera un salto sobre su asiento. Se puso las gafas de nuevo y vio a un hombre despeinado, con el abrigo sin abrochar y una barba de más de una semana mirándola desde la puerta.
―Señor Rogers...
―¡Ya ni siquiera dibuja! ―replicó Rick hacia la psicóloga de su hija. Esa a la que habían visitado tres veces por semana desde que él pidió aumentar las sesiones de su hija, sin resultado alguno―. Hoy no ha querido venir hacia aquí y ha desayunado un tercio de tostada.
Nicole cerró los ojos brevemente, levantándose de su asiento. Se acercó hacia él y cerró la puerta.
―He solicitado una segunda opinión a profesionales de la misma rama. Todos coinciden conmigo en que hay que hacer que la niña vuelva a dibujar. ―Rick la miró sin interrumpirla―. Esa es su forma de comunicarse, sin eso no podremos hacer nada e irá empeorando. Sus dibujos hasta ahora han sido pequeños, cada vez más, en una esquina del papel. Suele dibujarlo a usted y a su abuela. Rara vez se dibuja así misma. Yo voy leyendo esos mensajes e intento encaminarla. Pero necesito que siga dibujando.
Rick asintió, no muy conforme.
―Déjeme un par de sesiones más, luego, si sigue igual le diré un par de psicólogos que han aceptado llevar su caso. ―le leyó la mente al ex escritor―. Pero tiene que traerla, si voy a su casa a hacerle la sesión retrocederá.
Tras un asentimiento Rick la miró poniendo la mano en el pomo de la puerta, con una mirada que Nicole consideró de adevertencia.
―Lo intentaré. ―dijo él, saliendo de allí sin mirar atrás.
Y Nicole arrastró sus pasos hacia el asiento sin molestarse en cerrar la puerta. Se quitó las gafas y hundió su cabeza entre sus manos. Estaba claro que necesitaba un milagro.
―Ya estamos llegando. ―informó Rick con un hilo de aire, aliviado de ver el edificio de psicólogos a apenas unos metros. Le costó Dios y ayuda sacar a la pequeña del loft. De hecho, fue Martha la que la cogió en brazos y se la dio a su hijo. Porque él no tuvo corazón para molestarla cuando la niña se fue a un rincón, abrazando a su oso “boh” contra su pecho, llorando.
Entró al edificio y caminó raudo hacia el ascensor, fijándose en el reloj de recepción antes de picar a la segunda planta. Llegaba tarde. Veintisiete minutos más tarde para ser exactos.
Alexis volvió a sollozar agudamente, separando su cabecita del hombro de su padre para mirar al suelo. Rick vio al pequeño oso “boh” en el suelo y se agachó para recogerlo.
―Ya está cariño... ―siseó besando su pelo, dándole el oso al que ella abrazó con los ojos cerrados.
El timbre del ascensor sonó y las puertas se abrieron.
Rick caminó hacia el despacho de la psicóloga, pero paró al ver a Nicole en medio de la sala de espera, mirando su reloj.
―Siento llegar tarde... ―dijo Rogers, pero ella negó con la cabeza.
―En realidad lo suponía, así que no tengo ningún otro paciente hasta la tarde. ―se encogió de hombros, mirando a la pequeña. ―¿Qué pasa Alexis? ¿Hoy trajiste a tu oso “boh”? ―preguntó con una sonrisa suave.
Alexis no contestó.
―¿Podría hablar con tu papá un momento mientras te quedas con Lisa? ―señaló a la secretaria, que los miraba desde su mesa con una sonrisa―. Ella te dará un lápiz y una hoja si quieres dibujar.
La niña no movió ni un músculo y Nicole hizo un gesto al padre de esta para que la dejara en la pequeña mesa de madera de la sala de espera.
Obedeciendo, Rick dejó a su hija con su oso “boh”, la besó en la frente con un “cuida de oso “boh” calabaza” y siguió a la psicóloga hasta su despacho.
Cuando la puerta del despacho se cerró, la niña abrazó a su oso contra su pecho.
―Volverán enseguida. ―dijo la secretaria acercándose a ella con un manojo de folios blancos y una caja de colores de madera. Dejó las hojas sobre la mesa y abrió la caja de colores. La mitad no tenía punta―. Voy a por una maquineta para sacar punta a estos colores tan bonitos. De mientras, puedes dibujar con los colores que tienen punta. ―le sonrió antes de levantarse para caminar hacia su mesa. Solo fueron unos segundos los que utilizó para rebuscar entre los cajones de su mesa, pero cuando se giró con la maquineta en la mano la niña ya no estaba.
Así que hay estaban por segunda semana consecutiva, comiendo juntas.
Una ráfaga de aire les tocó, haciendo volar una hilera de hojas marrones sobre sus cabezas. Johanna se abrochó un botón de su abrigo, temblando ligeramente.
―Hace frío.
Kate se encogió de hombros comiendo un par de patatas.
―Se acerca invierno. Es lo más...
―Disculpe. ―la interrumpió una mujer mayor con un chihuahua en brazos―. Disculpe agente, pero creo que la necesitan.
Continuará
Capítulo 4
Kate salió del restaurante chino con su gorro policial debajo del brazo y un par de bolsas colgando de su mano derecha. Se despidió de la camarera desde la puerta y sonrió a la persona que le estaba esperando de pié a unos pasos del establecimiento, comprimiendo un maletín de cuero contra su pecho con los brazos cruzados.Has tardado mucho. Suspiró Johanna sin su típico tono animado anti problemas.
Por contra Kate se encogió de hombros sonriéndole de lado a lado, con una energía insólita a pesar de estar trabajando desde las cinco de la mañana, y Johanna empezó a caminar calle abajo.
Solo han sido unos minutos. ―le restó importancia, siguiendo a su madre. La abogada se limitó a caminar sin soltar palabra, mirando al frente como los caballos―. ¿Y qué tal el día? ―preguntó Kate con tono alegre, ese que su madre no utilizaba desde que Peón Negro confirmó la retirada de Richard Castle.
Pararon en un semáforo y Kate se puso a su lado, mirándola con esa felicidad innata.
―Bien.
La respuesta fue muy escueta, pero la policía la aceptó con una sonrisa. Cuando el semáforo se puso en verde, las dos caminaron hacia un pequeño parque. Era una zona verde con unas cuantas mesas y bancos, lo suficientemente lejos de los columpios y toboganes de la zona de niños como para que Kate aceptara comer allí.
Se sentaron en una de las mesas con bancos de madera y sacaron las cajas de fideos que Kate había comprado. Empezaron a comer. La única que hablaba era Kate, como en los últimos doce días que habían quedado para comer sin una objeción de la abogada por tener algún caso pendiente. Johanna se limitó a escucharla sin quitar ojo de su comida, hasta que no aguantó más.
―Deja de hacer eso. ―le pidió la abogada, con la vista fija en sus fideos.
― ¿Hacer qué?
―Sonreír.
―No estoy sonriendo.
Johanna alzó su cabeza y levantó sus palillos chinos, señalándola acusadoramente; Kate sonrió succionando los fideos.
―¿Te divierte verme triste?
―Para nada. ―contestó la policía sin dejar de comer―. Solo estoy feliz.
―Te gusta verme sufrir. ―afirmó la abogada omitiendo su segundo comentario.
―Vamos mamá, llevas dos semanas así, como si se hubiera muerto alguien. Solo se ha retirado.
De repente, Johanna dejó de comer mirando a su hija con los ojos extremadamente abiertos, tambaleando el paquete de fideos que sujetaba en un tembleque que asustó a la policía.
―¿Qué?
―Puede que haya muerto.
Kate rodó los ojos, llevándose una mano a la frente.
―Oh por Dios...
―Piénsalo, sería una buena razón. Quizás estaba en el hospital, gravemente herido y...
―Mamá ―la interrumpió elevando una mano en forma de stop―, es solo un escritor. Los escritores se retiran, es ley de vida. Podrías leer otras novelas. ―suspiró en el mismo instante en el que unos niños gritaron no muy lejos. Kate se estremeció apretando el paquete de fideos, mirando hacia los lados hasta encontrar a un matrimonio con trillizos caminando hacia una de las mesas vacías de la zona.
Ahora la que sonreía era Johanna.
―Son solo unos niños. ―imitó el tonó de su hija―. Es ley de vida casarse y tener hijos. Podrías mentalizarte.
Kate achicó los ojos hacia su madre y negó con la cabeza, cogiendo su gorro policial que reposaba sobre la mesa.
―No es lo mismo, yo no tendré hijos, ya lo sabes. Me tengo que ir, es tarde. ¿Mañana a la misma hora? ―se levantó poniéndose el gorro, pero cuando estaba alejándose se giró hacia su madre con una sonrisa de medio lado―. Ahora que lo pienso... ―empezó en voz alta―, Sí que puede haberle pasado algo a ese escritor, quien sabe.
Y mientras caminaba hacia la comisaría, aún sin verla, Kate supo que la sonrisa de su madre había desaparecido. Gané. Pensó saliendo de la zona.
Johanna se levantó y tiró los envases de comida en una de las tantas papeleras verdes del parque. Miró hacia los trillizos que saltaban alrededor de sus padres y sonrió de medio lado.
―Esta me la guardo cariño, esta me la guardo.
***
Rick esperaba en el pasillo de la planta superior del loft, sin quitar ojo a la habitación de su hija, donde un hombre le tomaba el pulso mientras ella abrazaba uno de sus ositos de peluche.El hombre sonrió, le dio las gracias a la niña y salió de la habitación.
―¿Cómo está? ―preguntó Rick nada más ver al doctor saliendo de la habitación de su hija.
El hombre le sonrió de medio lado.
―Mejor. ―contestó sacando una hoja de su maletín―. Está mejor que cuando salió del hospital, que ya es algo, pero hay que controlar que coma regularmente. ―le extendió el papel―. Le preparé una lista de alimentos que debe tomar. Son de altas proteínas, le ayudarán.
Rick asintió, mirando el papel de arriba a bajo con cierta dificultad. Desde que habían ingresado a su hija siete días después de detectarle un episodio de desnutrición, no había dormido apenas, por no decir nada. Ni si quiera cuando le dieron el alta consiguió descansar un poco, no quería separarse de su hija y se pasaba las noches viéndola dormir, sentado en la mesa redonda que ella solía usar para dibujar.
―Gracias... ―dijo con sinceridad Rick al cabo de un rato.
―De nada. ―contestó el hombre echando un último vistazo a su paciente―. Debería ir al psicólogo con regularidad. La depresión, aunque mucha gente lo desconozca, también es una enfermedad si se agrava como en el caso de su hija. ―informó suavemente―. Ahora come algo, por obligación, pero si sigue así...
Enmudeció de repente. Rick tragó saliva cerrando los ojos, sabiendo como continuaba la explicación del doctor.
―Ya va al psicólogo. Pero no mejora, solo... solo empeora.
El doctor le palmeó el hombro.
―Intente llevarla más regularmente, yo vendré una vez por semana para comprobar su estado.
Tras un asentimiento de Rick, el hombre pronunció una despedida y pasó por el lado del escritor, dirigiéndose escaleras a bajo. Cuando el sonido de la puerta cerrarse se escuchó, Rick entró a la habitación de su hija. Estaba en penumbra por las persianas bajadas. Un cúmulo de peluches rodeaba la cama de su niña y, en un rincón de la habitación, la mesa redonda que su hija utilizaba para dibujar estaba ordenada, con los plastidecors en su caja y un pequeño montículo de papeles a su lado. Martha lo había puesto así semanas atrás, cuando su nieta estaba hospitalizada, alegando que así, cuando Alexis regresara, tendría todo ordenado para seguir dibujando. Pero llevaban cuatro días en casa y la pequeña ni si quiera había mirado la mesa.
Normalmente hacía un gesto, señalaba los plastidecors o algo similar para hacer ver a su padre que quería dibujar. Pero llevaba semanas sin hacerlo.
Con un suspiro, Rick se acercó lentamente hacia su niña y se sentó en el borde de la cama, acariciando su frente con cuidado. Tenía la piel blanca como la nieve y los pómulos marcados. Sus ojitos estaban cerrados a causa del sueño y, a pesar de la poca luz de la habitación, se distinguía perfectamente el color apagado bajo sus parpados.
―¿Qué tengo que hacer? ―siseó casi inaudiblemente pasando sus dedos por las ojeras de su niña―. Si lo supiera...
***
Nicole Lopeer leía las anotaciones con atención. Normalmente utilizaba una misma libreta para todos sus casos, una que dividía en secciones con la fecha y el nombre de los pacientes como encabezado. Era un método simple que le ahorraba libretas y al que ya estaba acostumbrada. Normalmente no anotaba demasiado, solo cosas puntuales. Pero la libreta que tenía en sus manos era diferente. Más bien era una carpeta llena de hojas y hojas de apuntes ordenados por orden de fecha, y una pila de fotocopias de dibujos con la fecha escrita en un lateral. Esa era la carpeta de su caso más difícil, ese por el que había pedido la segunda opinión de otros profesionales sin hallar la solución.Pero por más que leía sus anotaciones no encontraba nada.
Dejando el cuaderno sobre el escritorio, Nicole se quitó las gafas y se frotó el tabique de la nariz. Llevaba semanas desesperada con ese caso. Era evidente que no había ni una sola mejoría y la niña empeoraba en salud.
Un golpe seco se escuchó por el despacho haciendo que la psicóloga diera un salto sobre su asiento. Se puso las gafas de nuevo y vio a un hombre despeinado, con el abrigo sin abrochar y una barba de más de una semana mirándola desde la puerta.
―Señor Rogers...
―¡Ya ni siquiera dibuja! ―replicó Rick hacia la psicóloga de su hija. Esa a la que habían visitado tres veces por semana desde que él pidió aumentar las sesiones de su hija, sin resultado alguno―. Hoy no ha querido venir hacia aquí y ha desayunado un tercio de tostada.
Nicole cerró los ojos brevemente, levantándose de su asiento. Se acercó hacia él y cerró la puerta.
―He solicitado una segunda opinión a profesionales de la misma rama. Todos coinciden conmigo en que hay que hacer que la niña vuelva a dibujar. ―Rick la miró sin interrumpirla―. Esa es su forma de comunicarse, sin eso no podremos hacer nada e irá empeorando. Sus dibujos hasta ahora han sido pequeños, cada vez más, en una esquina del papel. Suele dibujarlo a usted y a su abuela. Rara vez se dibuja así misma. Yo voy leyendo esos mensajes e intento encaminarla. Pero necesito que siga dibujando.
Rick asintió, no muy conforme.
―Déjeme un par de sesiones más, luego, si sigue igual le diré un par de psicólogos que han aceptado llevar su caso. ―le leyó la mente al ex escritor―. Pero tiene que traerla, si voy a su casa a hacerle la sesión retrocederá.
Tras un asentimiento Rick la miró poniendo la mano en el pomo de la puerta, con una mirada que Nicole consideró de adevertencia.
―Lo intentaré. ―dijo él, saliendo de allí sin mirar atrás.
Y Nicole arrastró sus pasos hacia el asiento sin molestarse en cerrar la puerta. Se quitó las gafas y hundió su cabeza entre sus manos. Estaba claro que necesitaba un milagro.
***
Rick caminaba con su hija en brazos. La pequeña lloraba en el hombro de su padre, sollozando de vez en cuando mientras su padre intentaba hablarle lo más calmadamente posible. Tenía al pequeño oso “boh” en su manita derecha, agarrándolo sin demasiada fuerza, pero lo suficiente como para que el peluche no cayera rodando por el suelo. ―Ya estamos llegando. ―informó Rick con un hilo de aire, aliviado de ver el edificio de psicólogos a apenas unos metros. Le costó Dios y ayuda sacar a la pequeña del loft. De hecho, fue Martha la que la cogió en brazos y se la dio a su hijo. Porque él no tuvo corazón para molestarla cuando la niña se fue a un rincón, abrazando a su oso “boh” contra su pecho, llorando.
Entró al edificio y caminó raudo hacia el ascensor, fijándose en el reloj de recepción antes de picar a la segunda planta. Llegaba tarde. Veintisiete minutos más tarde para ser exactos.
Alexis volvió a sollozar agudamente, separando su cabecita del hombro de su padre para mirar al suelo. Rick vio al pequeño oso “boh” en el suelo y se agachó para recogerlo.
―Ya está cariño... ―siseó besando su pelo, dándole el oso al que ella abrazó con los ojos cerrados.
El timbre del ascensor sonó y las puertas se abrieron.
Rick caminó hacia el despacho de la psicóloga, pero paró al ver a Nicole en medio de la sala de espera, mirando su reloj.
―Siento llegar tarde... ―dijo Rogers, pero ella negó con la cabeza.
―En realidad lo suponía, así que no tengo ningún otro paciente hasta la tarde. ―se encogió de hombros, mirando a la pequeña. ―¿Qué pasa Alexis? ¿Hoy trajiste a tu oso “boh”? ―preguntó con una sonrisa suave.
Alexis no contestó.
―¿Podría hablar con tu papá un momento mientras te quedas con Lisa? ―señaló a la secretaria, que los miraba desde su mesa con una sonrisa―. Ella te dará un lápiz y una hoja si quieres dibujar.
La niña no movió ni un músculo y Nicole hizo un gesto al padre de esta para que la dejara en la pequeña mesa de madera de la sala de espera.
Obedeciendo, Rick dejó a su hija con su oso “boh”, la besó en la frente con un “cuida de oso “boh” calabaza” y siguió a la psicóloga hasta su despacho.
Cuando la puerta del despacho se cerró, la niña abrazó a su oso contra su pecho.
―Volverán enseguida. ―dijo la secretaria acercándose a ella con un manojo de folios blancos y una caja de colores de madera. Dejó las hojas sobre la mesa y abrió la caja de colores. La mitad no tenía punta―. Voy a por una maquineta para sacar punta a estos colores tan bonitos. De mientras, puedes dibujar con los colores que tienen punta. ―le sonrió antes de levantarse para caminar hacia su mesa. Solo fueron unos segundos los que utilizó para rebuscar entre los cajones de su mesa, pero cuando se giró con la maquineta en la mano la niña ya no estaba.
***
Kate comía con una sonrisa en sus labios. Frente a ella, enfundada en su abrigo oscuro y sin quitar ojo de su hija, Johanna sostenía la hamburguesa que la policía había comprado. “Hoy toca comida basura” le dijo su hija cuando la fue a recoger a su despacho. Y Johanna se dejó llevar al mismo parque que la vez anterior.Así que hay estaban por segunda semana consecutiva, comiendo juntas.
Una ráfaga de aire les tocó, haciendo volar una hilera de hojas marrones sobre sus cabezas. Johanna se abrochó un botón de su abrigo, temblando ligeramente.
―Hace frío.
Kate se encogió de hombros comiendo un par de patatas.
―Se acerca invierno. Es lo más...
―Disculpe. ―la interrumpió una mujer mayor con un chihuahua en brazos―. Disculpe agente, pero creo que la necesitan.
Continuará
Última edición por okusak el Mar Nov 26, 2013 8:47 pm, editado 2 veces
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa por cierto continua cuando puedas pero piensa quiero massssssssss del fic mal pensada
monsta- Actor en Broadway
- Mensajes : 170
Fecha de inscripción : 24/04/2012
Edad : 32
Localización : madrid
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
[color=#663399]Aunque ya lo sabes nunca me canso de decirtelo
ME ENCAAAANTAAAAAA ME ENCAAAAAAAANTAAAAAAAAAAAAAAAA
pero quiero maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas y massssssssssssssssssssssssssss y mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssss y massssssssssssss....
Por cierto, de nada por corregir y losiento pero no se leer los parentesis asi qeu PREMIOOO??[/font]
ME ENCAAAANTAAAAAA ME ENCAAAAAAAANTAAAAAAAAAAAAAAAA
pero quiero maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas y massssssssssssssssssssssssssss y mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssss y massssssssssssss....
Por cierto, de nada por corregir y losiento pero no se leer los parentesis asi qeu PREMIOOO??[/font]
ZOMAtitos&Oreos- Autor de best-seller
- Mensajes : 863
Fecha de inscripción : 02/02/2013
Edad : 25
Localización : Con los ZOMAtes parlantes XD
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Me encanta! Cooontinua pronto!!! ¿Para cuando el siguiente cap? ESCRIBES FENOMENAL:)
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Dios!! jess sos una genia! me dejas con ganas de mas y mas y mas jajajja que decirte este fic es increible tiene eso de gracia entre madre e hija nadie se anima a pintar esa relacion (o por lo menos los fic que lei hasta ahora) ahora quiero saber como continua porque la buscan a kate? aunque tengo el presentimiento de que es por la niña!!! y que ella la va a ayudar!
segui pronto (aunque no creo que tan pronto) no nos dejes sin fic hasta enero
besos
segui pronto (aunque no creo que tan pronto) no nos dejes sin fic hasta enero
besos
katebeckett78- Ayudante de policia
- Mensajes : 142
Fecha de inscripción : 19/10/2013
Edad : 34
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
Me ha encantado el capítulo. Espero que Kate no salga corriendo al ver a la niña y tenga que quedarse con Johana, jejejejeje, como le da tanto pánico los niños
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Problemas 5 terminado (15/02/2014)
continuaaaaa
Anita-C&Kalways- Ayudante de policia
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» ●Sólo contigo● ~Beckett y Castle~ (13/04/2014) ►Capítulo: 9◄
» "Always." (FINALIZADO CON 7 CAPÍTULOS) 26/02/2014 [Fan Fic ~Beckett & Castle]
» Problemas en el dormitorio
» Me fui Cap 6 TERMINADO ( 4/12/13)
» Mr. Brightside (Terminado)
» "Always." (FINALIZADO CON 7 CAPÍTULOS) 26/02/2014 [Fan Fic ~Beckett & Castle]
» Problemas en el dormitorio
» Me fui Cap 6 TERMINADO ( 4/12/13)
» Mr. Brightside (Terminado)
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
Página 2 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.