Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
lo dicho..se iba a llevar una sorpresa...vamos a ver si en el siguiente tenemos mas sorpresasss..sigue
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Capítulo 18
Buenos días, os dejo un nuevo capítulo. Seguro que estáis un poco decepcionados por la aparición de Meredith en el peor momento, pero tened paciencia, solo prometo que no queda mucho para que estén juntos.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 18
POV KATE
Me desperté con un hambre atroz. No podía aguantar más. Había dormido bastante bien pero apenas eran las siete y ya estaba de pie. Recordé el día de ayer y me dieron ganas de quedarme tumbada en la cama y no levantarme, pero el sonido de mi estómago me obligo a lo contrario.
Ir al baño fue lo primero. Era una de la consecuencia del embarazo, iba al aseo más seguido. Luego a la cocina. De camino, pase por el comedor donde estaba Rick dormido. Me hizo sonreír el verlo de ese modo, espatarrado, con el pelo alborotado y la boca un poco abierta, supuse que era síntoma de que esa noche había roncado.
Parecía mentira como la mente guardaba cosas tan curiosas, porque solo cerrar los ojos venía a mi memoria la primera vez que lo vi así, y una mueca divertida se dibujaba en mi rostro. No pude evitarlo y le acaricie con cuidado el pelo para no despertarlo, mientras lo veía dormir plácidamente.
Con un gran esfuerzo conseguí moverme de su lado para ir hacia mi destino, la cocina. Mientras el café se preparaba, empecé pelando fruta y sacando cosas del frigorífico, zumo, leche y vi la mermelada, lo que avivo mi apetito y decidí prepararme también un par de tostadas porque estaba hambrienta.
Estaba tan concentrada en hacerme el desayuno, que cuando me gire y vi a Meredith detrás de mí, no pude evitar sobresaltarme. Casi olvidaba lo de anoche. Ella me sonrió y se acercó al café recién hecho con intención de robo, cosa que me molesto claramente.
- Buenos días inspectora.
- Ya soy capitana - dije con cara de pocos amigos.
- ¡Ah! Pues eso. ¿La futura mama se despertó con las tripas rugiendo? – Dijo entre risas exageradas, esa mujer parecía que no podía dejar de actuar, hasta recién levantada debía ser grandilocuente – Recuerdo cuando estaba embarazada de Alexis, no paraba de comer a todas horas.
- Imagino - dije casi sin ánimo, solo quería comerme mis tostadas tranquilamente y desaparecer.
- Vas a necesitar ayuda querida, a mi Alexis, de pequeña, a veces, me sacaba de quicio – y volvió a reír exageradamente – aunque claro, ahora también – aclaro - Menos mal que has elegido un buen padre, para mi Richard fue indispensable.
- Sí, Rick será un buen padre, pero yo pienso ocuparme de mi hijo – le aclare enojada, pero cuando levante la mirada, vi que había hecho un daño innecesariamente - lo siento no quería decir que…
- No déjalo, quizás tengas razón. Solo hablaba de Rick como padre… no quería insinuar nada. No me quiero meter en vuestras cosas, pero ese hombre es un cielo y se portó de forma increíble conmigo. Imagino que contigo será aún mejor - la miré con cara de extrañeza - lo digo porque de ti además está enamorado – y sentí como mi cara se teñía de un rojo intenso.
- Meredith, veras, yo…
- Sé que no estáis juntos, me lo contó ayer cuando llegue, se le notaba mal y se lo sonsaque fácilmente – dijo dando sorbos a la taza de café que se había servido después de que yo le lanzara una mirada asesina cuando quiso coger la mía – Yo, la verdad, es que no lo entiendo, pero no me meto, pero la que se quede con Rick conseguirá llevarse un buen premio ¿no crees? - dijo picándome y lo consiguió - yo si estuviera en tu situación no lo dejaría escapar, pero eso sería si estuviera en tu pellejo.
Hizo una pausa dramática, de esas que solía usar mientras parecía que se escribía su propio guion de la vida. Cualquiera diría que estaba escribiendo un discurso, mientras sorbía ruidosamente el café y miraba fijamente a la lejanía. En el último sorbo, pensó que ya tenía suficiente y acabo soltando todo lo que ese café le había inspirado.
- Bueno será mejor que me vaya, ya os he molestado demasiado. Espero que os vaya muy bien - dijo besándome en la mejilla con naturalidad, como si fuera mi mejor amiga desde la infancia y desapareciendo de mi vista sin dejarme decir ni una sola palabra.
- Mmm… huele a café - dijo Castle apareciendo de la nada frotándose los ojos como un niño chico - ¿me he perdido algo? - dijo señalando hacia la dirección por la que acababa de desaparecer su ex mujer.
- Nada - dije cabeceando. Y aunque siguió mirándome esperando más explicaciones, no quise complacerlo, por lo que desistió.
Se sirvió una taza de café que intente quitarle, pero enseguida sacudió la mano alejándola de mí, le mire con cara de enfado, pero no hubo suerte.
- Nada de café.
Refunfuñe por lo bajo, pero no conseguí nada con eso, así que me centré en volver a mi desayuno aunque el hambre ya se me había pasado un poco, o al menos eso pensaba. Pero comprendí que estaba equivocada cuando coloque el plato vacío en el fregadero.
- Rick, Capitana - dijo mirándome - gracias por la estancia, pero tengo que marcharme.
- Pero no has visto a Alexis – le dijo Rick sin comprender.
- Si, lo sé, pero tengo que irme. En unos días volveré y podre pasar más tiempo con ella. Suerte querido - dijo besando a Rick cerca de la boca mientras con un gesto de la mano y sin decir nada más desapareció por donde había venido.
Era el poder de esa mujer, entraba y salía de nuestras vidas, sin dar demasiadas explicaciones, dando su opinión sin ser preguntada y consiguiendo alterar la vida de los demás a tu total antojo. Después de haber sembrado discordia o lo que a ella le pareciera oportuno, volvía a desaparecer, dejando secuelas, tan profundas como las de los huracanes.
- Tan dramática como siempre - dijo Rick riéndose - ¿Qué quieres hacer hoy?
- Pensaba quedarme en casa, no sé… hacer algo tranquilo.
- ¡Aja! Pues si no te molesta, me gustaría acompañarte.
- Como quieras – respondí sin darle importancia, aunque en realidad me alegraba de pasar el tiempo juntos.
Pasamos un día tranquilo, hablando, viendo películas, jugando al póker. Lo cierto, es que para estar todo el día en casa, no fue aburrido, normalmente en su compañía, el aburrimiento desaparecía de cualquier lugar, a pesar de hacer cosas tan normales como ver una película.
Estábamos agotados de no hacer nada y después de una gran cena, me tumbe en el sofá y él lo hizo en el suelo apoyando su cabeza sobre mis piernas.
- Tengo unas ganas de verle la cara a nuestro pequeñajo - dije casi soñando.
- ¿Pequeñajo?
- Es una forma de hablar – le aclare, simplemente me salió así la frase.
- ¿Seguro?
- Deja de indagar si no quieres saber – le recrimine riendo.
- ¿Sabes?
- ¿Qué?
- Tengo ganas de hacer una cosa.
- ¿Qué?
- Espera - dijo levantándose y saliendo hacia la habitación de arriba. Llego con una especie de Mp3 y se acercó a mí con una sonrisa grande en la cara.
- ¿Para qué es eso? – le interrogue.
- Para ponerle música a nuestro pequeñajo.
- ¿Qué dices?
- Dicen que es bueno para los bebes. Vamos a intentarlo, por probar no pasa nada - dijo al ver mi cara de extrañeza.
- Como quieras - dije mientras me recostaba cómodamente.
Rick, con cuidado me levanto la camisa hasta dejarla justo debajo de mis pechos. La piel se me erizo al sentir el frío de los cascos sobre mi estomago desnudo, sin duda ya empezaba a tener una bonita barriguita de embarazada y me sentía increíblemente orgullosa de ella. Rick sin dejar de mirarme a los ojos empezó a ponerle música a nuestro bebe. Sentí unas cosquillitas muy curiosas cuando la música empezó a sonar sobre mi vientre. Ambos nos miramos y nos sonreímos con orgullo del momento, orgullo por ser padres de este luchador.
De repente y sin previo aviso, empecé a sentir algo, al principio no supe que era, parecían una especie de burbujas que se movían dentro de mi vientre. Al tiempo, también vi por unos segundos un bultito moverse y dar una extraña forma a mi tripa.
- Mira Rick, mira… se ha movido, le gusta, son sus primeras pataditas - y después de girarse inmediatamente, y poner la mano sobre mi piel, vi como sus ojos se empañaban con lágrimas de emoción.
No pude evitar emocionarme por sentir esas pequeñas pataditas de mi pequeño, esos pequeños síntomas de que estaba bien, de que un ser vivo estaba creciendo en mi interior, era lo más bonito que me había pasado en la vida.
No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí las dulces y grandes manos de Rick sobre mi cara limpiándomelas con un cariño especial, con un cariño único de él.
- Esto es de lo mejor que me ha pasado en la vida - dijo con una amplia sonrisa mientras movía suavemente su mano sobre mi barriga y sentía como me acariciaba como si con ello pudiera tocar a nuestro pequeño, lo que hizo que me estremeciera de la emoción. Momentos como estos, eran los que me recordaban por qué lo quería tanto, por qué a pesar de todo lo que habíamos pasado en este último tiempo no podía dejar de quererlo, porque no conseguía arrancarlo de mi mente, olvidarme de él, y eso era debido a que sin duda, era el hombre de mi vida.
Y ahora mucho más, ahora teníamos un pequeño ser en común pero no era solo eso, nunca sería solo eso; pasará lo que pasara, siempre sería algo más que el padre de mi hijo, pasara lo que pasara siempre seria el hombre que más querría.
Tras este momento especial, nos relajamos y cuando note que el sueño me invadía, me levante para ir a dormir a la habitación. Él se había quedado dormido en una butaca a media película. Allí me puse cómoda y me tumbe en la cama, tenía ganas de leer algo pero estaba cansada para hacerlo. De repente se abrió la puerta y entró Rick.
- ¿Todo bien? ¿Necesitas algo? Me quede traspuesto y al mirar ya no estabas
- No, todo bien - dije sonriéndole.
- Si necesitas algo, lo que sea… ya sabes que puedes llamarme - dijo dispuesto a irse por donde había venido.
- Rick… - le llame susurrando su nombre.
- ¿Si?
- Podrías, si no te molesta… leer un poco para nosotros - dije tocando mi abultada tripa de embarazada.
- Claro - dijo con una sonrisa mientras se acercaba y sentaba en el otro lado de la cama.
Se puso contra el respaldo y empezó a narrar como solo él sabía hacerlo. Me relajé con sus palabras y su preciosa voz, tanto es así que cuando quise darme cuenta estaba dormida con una sonrisa en la cara, sin duda el día había sido de los más especiales de mi vida y él tenía mucha culpa de ello.
CONTINUARÁ…
Nuevo acercamiento, creo que Meredith al final le ha venido bien a Kate para darse cuenta de que es lo que quieres y de que tiene que dar un paso cuanto antes si no quiere perderlo. El acercamiento está claro veremos cómo avanzan a partir de ahí.
El viernes nuevo capítulo, hasta entonces espero vuestros comentarios
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 18
POV KATE
Me desperté con un hambre atroz. No podía aguantar más. Había dormido bastante bien pero apenas eran las siete y ya estaba de pie. Recordé el día de ayer y me dieron ganas de quedarme tumbada en la cama y no levantarme, pero el sonido de mi estómago me obligo a lo contrario.
Ir al baño fue lo primero. Era una de la consecuencia del embarazo, iba al aseo más seguido. Luego a la cocina. De camino, pase por el comedor donde estaba Rick dormido. Me hizo sonreír el verlo de ese modo, espatarrado, con el pelo alborotado y la boca un poco abierta, supuse que era síntoma de que esa noche había roncado.
Parecía mentira como la mente guardaba cosas tan curiosas, porque solo cerrar los ojos venía a mi memoria la primera vez que lo vi así, y una mueca divertida se dibujaba en mi rostro. No pude evitarlo y le acaricie con cuidado el pelo para no despertarlo, mientras lo veía dormir plácidamente.
Con un gran esfuerzo conseguí moverme de su lado para ir hacia mi destino, la cocina. Mientras el café se preparaba, empecé pelando fruta y sacando cosas del frigorífico, zumo, leche y vi la mermelada, lo que avivo mi apetito y decidí prepararme también un par de tostadas porque estaba hambrienta.
Estaba tan concentrada en hacerme el desayuno, que cuando me gire y vi a Meredith detrás de mí, no pude evitar sobresaltarme. Casi olvidaba lo de anoche. Ella me sonrió y se acercó al café recién hecho con intención de robo, cosa que me molesto claramente.
- Buenos días inspectora.
- Ya soy capitana - dije con cara de pocos amigos.
- ¡Ah! Pues eso. ¿La futura mama se despertó con las tripas rugiendo? – Dijo entre risas exageradas, esa mujer parecía que no podía dejar de actuar, hasta recién levantada debía ser grandilocuente – Recuerdo cuando estaba embarazada de Alexis, no paraba de comer a todas horas.
- Imagino - dije casi sin ánimo, solo quería comerme mis tostadas tranquilamente y desaparecer.
- Vas a necesitar ayuda querida, a mi Alexis, de pequeña, a veces, me sacaba de quicio – y volvió a reír exageradamente – aunque claro, ahora también – aclaro - Menos mal que has elegido un buen padre, para mi Richard fue indispensable.
- Sí, Rick será un buen padre, pero yo pienso ocuparme de mi hijo – le aclare enojada, pero cuando levante la mirada, vi que había hecho un daño innecesariamente - lo siento no quería decir que…
- No déjalo, quizás tengas razón. Solo hablaba de Rick como padre… no quería insinuar nada. No me quiero meter en vuestras cosas, pero ese hombre es un cielo y se portó de forma increíble conmigo. Imagino que contigo será aún mejor - la miré con cara de extrañeza - lo digo porque de ti además está enamorado – y sentí como mi cara se teñía de un rojo intenso.
- Meredith, veras, yo…
- Sé que no estáis juntos, me lo contó ayer cuando llegue, se le notaba mal y se lo sonsaque fácilmente – dijo dando sorbos a la taza de café que se había servido después de que yo le lanzara una mirada asesina cuando quiso coger la mía – Yo, la verdad, es que no lo entiendo, pero no me meto, pero la que se quede con Rick conseguirá llevarse un buen premio ¿no crees? - dijo picándome y lo consiguió - yo si estuviera en tu situación no lo dejaría escapar, pero eso sería si estuviera en tu pellejo.
Hizo una pausa dramática, de esas que solía usar mientras parecía que se escribía su propio guion de la vida. Cualquiera diría que estaba escribiendo un discurso, mientras sorbía ruidosamente el café y miraba fijamente a la lejanía. En el último sorbo, pensó que ya tenía suficiente y acabo soltando todo lo que ese café le había inspirado.
- Bueno será mejor que me vaya, ya os he molestado demasiado. Espero que os vaya muy bien - dijo besándome en la mejilla con naturalidad, como si fuera mi mejor amiga desde la infancia y desapareciendo de mi vista sin dejarme decir ni una sola palabra.
- Mmm… huele a café - dijo Castle apareciendo de la nada frotándose los ojos como un niño chico - ¿me he perdido algo? - dijo señalando hacia la dirección por la que acababa de desaparecer su ex mujer.
- Nada - dije cabeceando. Y aunque siguió mirándome esperando más explicaciones, no quise complacerlo, por lo que desistió.
Se sirvió una taza de café que intente quitarle, pero enseguida sacudió la mano alejándola de mí, le mire con cara de enfado, pero no hubo suerte.
- Nada de café.
Refunfuñe por lo bajo, pero no conseguí nada con eso, así que me centré en volver a mi desayuno aunque el hambre ya se me había pasado un poco, o al menos eso pensaba. Pero comprendí que estaba equivocada cuando coloque el plato vacío en el fregadero.
- Rick, Capitana - dijo mirándome - gracias por la estancia, pero tengo que marcharme.
- Pero no has visto a Alexis – le dijo Rick sin comprender.
- Si, lo sé, pero tengo que irme. En unos días volveré y podre pasar más tiempo con ella. Suerte querido - dijo besando a Rick cerca de la boca mientras con un gesto de la mano y sin decir nada más desapareció por donde había venido.
Era el poder de esa mujer, entraba y salía de nuestras vidas, sin dar demasiadas explicaciones, dando su opinión sin ser preguntada y consiguiendo alterar la vida de los demás a tu total antojo. Después de haber sembrado discordia o lo que a ella le pareciera oportuno, volvía a desaparecer, dejando secuelas, tan profundas como las de los huracanes.
- Tan dramática como siempre - dijo Rick riéndose - ¿Qué quieres hacer hoy?
- Pensaba quedarme en casa, no sé… hacer algo tranquilo.
- ¡Aja! Pues si no te molesta, me gustaría acompañarte.
- Como quieras – respondí sin darle importancia, aunque en realidad me alegraba de pasar el tiempo juntos.
Pasamos un día tranquilo, hablando, viendo películas, jugando al póker. Lo cierto, es que para estar todo el día en casa, no fue aburrido, normalmente en su compañía, el aburrimiento desaparecía de cualquier lugar, a pesar de hacer cosas tan normales como ver una película.
Estábamos agotados de no hacer nada y después de una gran cena, me tumbe en el sofá y él lo hizo en el suelo apoyando su cabeza sobre mis piernas.
- Tengo unas ganas de verle la cara a nuestro pequeñajo - dije casi soñando.
- ¿Pequeñajo?
- Es una forma de hablar – le aclare, simplemente me salió así la frase.
- ¿Seguro?
- Deja de indagar si no quieres saber – le recrimine riendo.
- ¿Sabes?
- ¿Qué?
- Tengo ganas de hacer una cosa.
- ¿Qué?
- Espera - dijo levantándose y saliendo hacia la habitación de arriba. Llego con una especie de Mp3 y se acercó a mí con una sonrisa grande en la cara.
- ¿Para qué es eso? – le interrogue.
- Para ponerle música a nuestro pequeñajo.
- ¿Qué dices?
- Dicen que es bueno para los bebes. Vamos a intentarlo, por probar no pasa nada - dijo al ver mi cara de extrañeza.
- Como quieras - dije mientras me recostaba cómodamente.
Rick, con cuidado me levanto la camisa hasta dejarla justo debajo de mis pechos. La piel se me erizo al sentir el frío de los cascos sobre mi estomago desnudo, sin duda ya empezaba a tener una bonita barriguita de embarazada y me sentía increíblemente orgullosa de ella. Rick sin dejar de mirarme a los ojos empezó a ponerle música a nuestro bebe. Sentí unas cosquillitas muy curiosas cuando la música empezó a sonar sobre mi vientre. Ambos nos miramos y nos sonreímos con orgullo del momento, orgullo por ser padres de este luchador.
De repente y sin previo aviso, empecé a sentir algo, al principio no supe que era, parecían una especie de burbujas que se movían dentro de mi vientre. Al tiempo, también vi por unos segundos un bultito moverse y dar una extraña forma a mi tripa.
- Mira Rick, mira… se ha movido, le gusta, son sus primeras pataditas - y después de girarse inmediatamente, y poner la mano sobre mi piel, vi como sus ojos se empañaban con lágrimas de emoción.
No pude evitar emocionarme por sentir esas pequeñas pataditas de mi pequeño, esos pequeños síntomas de que estaba bien, de que un ser vivo estaba creciendo en mi interior, era lo más bonito que me había pasado en la vida.
No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí las dulces y grandes manos de Rick sobre mi cara limpiándomelas con un cariño especial, con un cariño único de él.
- Esto es de lo mejor que me ha pasado en la vida - dijo con una amplia sonrisa mientras movía suavemente su mano sobre mi barriga y sentía como me acariciaba como si con ello pudiera tocar a nuestro pequeño, lo que hizo que me estremeciera de la emoción. Momentos como estos, eran los que me recordaban por qué lo quería tanto, por qué a pesar de todo lo que habíamos pasado en este último tiempo no podía dejar de quererlo, porque no conseguía arrancarlo de mi mente, olvidarme de él, y eso era debido a que sin duda, era el hombre de mi vida.
Y ahora mucho más, ahora teníamos un pequeño ser en común pero no era solo eso, nunca sería solo eso; pasará lo que pasara, siempre sería algo más que el padre de mi hijo, pasara lo que pasara siempre seria el hombre que más querría.
Tras este momento especial, nos relajamos y cuando note que el sueño me invadía, me levante para ir a dormir a la habitación. Él se había quedado dormido en una butaca a media película. Allí me puse cómoda y me tumbe en la cama, tenía ganas de leer algo pero estaba cansada para hacerlo. De repente se abrió la puerta y entró Rick.
- ¿Todo bien? ¿Necesitas algo? Me quede traspuesto y al mirar ya no estabas
- No, todo bien - dije sonriéndole.
- Si necesitas algo, lo que sea… ya sabes que puedes llamarme - dijo dispuesto a irse por donde había venido.
- Rick… - le llame susurrando su nombre.
- ¿Si?
- Podrías, si no te molesta… leer un poco para nosotros - dije tocando mi abultada tripa de embarazada.
- Claro - dijo con una sonrisa mientras se acercaba y sentaba en el otro lado de la cama.
Se puso contra el respaldo y empezó a narrar como solo él sabía hacerlo. Me relajé con sus palabras y su preciosa voz, tanto es así que cuando quise darme cuenta estaba dormida con una sonrisa en la cara, sin duda el día había sido de los más especiales de mi vida y él tenía mucha culpa de ello.
CONTINUARÁ…
Nuevo acercamiento, creo que Meredith al final le ha venido bien a Kate para darse cuenta de que es lo que quieres y de que tiene que dar un paso cuanto antes si no quiere perderlo. El acercamiento está claro veremos cómo avanzan a partir de ahí.
El viernes nuevo capítulo, hasta entonces espero vuestros comentarios
XXOO
Twitter: tamyalways
tamyalways- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 04/09/2015
Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
genial sigueee
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
Que tiernos!! cuantos capítulos tendrá esta historia?? que suerte que ya tienes otra en mente y no tendremos que esperar tanto para ello
Ruth Maria- Policia de homicidios
- Mensajes : 565
Fecha de inscripción : 14/11/2012
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
capítulo 19
Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo, espero que os guste.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 19
POV KATE
Me desperté y me estiré en la cama hasta que sentí su olor, comprendí que había dormido a mi lado y le abrace fuertemente. Con los ojos cerrados disfruté de su cercanía, de tenerlo a mi lado, de lo cómodo que era sentirse así entre sus brazos, hasta que abrí los ojos y recordé que esto no era algo normal, al menos ya no lo era. Estaba cansada de sentirme así cada vez que despertaba, asustada, teniendo que recordarme que ya nada era como antes y me dolía. Eso conseguía amargarme el día, enfadarme incluso conmigo misma.
Lo contemple dormir, como cuando estábamos juntos, era todo un placer para mí y sonreí al recordar lo mal que me sentaba que se quedara mirándome mientras trabajaba. Ahora no podía dejar de hacerlo yo. Ahí, dormido encima de las sábanas, mirando hacia mí. Seguramente ayer, tras leer, se quedaría dormido mientras me miraba, y debería estar enfadada pero no lo estaba, al menos no con él.
Toque mi barriga recordando como ayer mi pequeño se movió por primera vez, tras sentir la música que su padre le había puesto y comprendí desde ese instante, que esa criatura iba a adorar a su padre, porque quien no podría adorar a este gran hombre.
Tenía unas enormes ganas de ir al baño y aunque quería quedarme más tiempo en esta posición mi cuerpo no me lo permitía. Me levanté y tras hacer mis necesidades empecé a acicalarme un poco. No tenía pensado salir, ni nada por el estilo, pero ese día me sentía bien y quería verme bonita, pero por desgracia hoy parecía que el color había huido de mi cara.
Me lavé y me pinté un poquito, tras arreglarme el pelo salí hacia la habitación donde hacia solo unos minutos estaba Rick tumbado a mi lado, pero por lo visto tardé más de lo esperado porque ya no estaba. Salí fuera y lo encontré preparando el desayuno, uno de esos con todo que a él le encantaban.
- Buenos días - dijo con esa sonrisa suya y sentí que me derretía como un helado en verano.
- Buenos días - respondí sonrojada, entonces recordé mi palidez y pensé que acababa de solucionarlo.
- Estoy preparando el desayuno.
- Ya veo.
- ¿Sabes? He pensado en que hoy podemos hacer una comida todos juntos.
- ¿Todos juntos?
- Sí, mi madre, Alexis, tu padre, Lanie, los chicos… ya sabes, todos los que nos importan.
- Me parece bien - dije sonriéndole.
- Entonces prepararé todo y llamaré a todos, mientras tanto tú desayuna fuerte por los dos –dijo mientras se acercaba y colocaba su mano sobre mi barriga acariciando a nuestro bebe, se agacho, la beso y luego hizo lo mismo con mi mejilla, donde también dejo un simple beso. Esos hechos eran los que me descolocaban de él, era tan tierno.
¿Qué digo? ¿Un simple beso? Sus besos no eran simples, eran únicos, cada uno de ellos incluso un simple beso en la mejilla hacia que aflorara mi sonrisa. Y sabía que lo quería y que tenía que decírselo, lo sabía, pero ese no era un buen momento, así que pensé esperar un poco más. Quizá esa noche, si, después del intenso día, esta noche le diría que le quería y que no quería perderlo.
La comida fue perfecta, como cada cosa que hacía Rick, pero era un increíble cocinero, eso estaba claro. Después de la magnífica comida, vi alrededor a todas las personas que queríamos, que formaban parte de nuestra vida y eso hizo que me sintiera feliz, muy feliz. Pensé en nuestro pequeño, en lo que le esperaba cuando naciera, cuando llegara a este mundo. No sabía lo que se iba a encontrar, y eso me inspiraba miedo, pero de algo que no tenía miedo era de la gente que le iba a rodear, toda la gente que lo iba a querer, iba a ser el niño mimado de todos nosotros.
- Entonces… ¿Qué voy a tener? Un nieto o una nieta.
- Papa, Rick no quiere saberlo.
- Pero yo sí.
- Bueno será…
- Lalalalalala - empezó a gritar Rick con los ojos tapados y saltando como un niño pequeño.
- Rick para ya no…
- ¿Qué? No te oigo – decía aun saltando y tapándose los oídos, hasta que Espo se acercó y le dio una colleja. Eso nos hizo gracia a todos y reímos un buen rato a gusto recordando collejas varias de ese tipo.
- Ya está.
- ¿Ya lo has dicho?
- Si - digo mintiéndole.
- Entonces Jim… ¿estas contento con lo que viene?
- Sí, mientras se parezca a mi hija.
- Oye que yo también estoy muy bien.
- ¿Que dices? ¿Con ese cabezón tuyo? - dijo Espo haciéndonos reír.
- Está bien, no me quejare si se parece del todo a su madre – dijo mirándome fijamente y sacándome el rubor.
- Rick, ¿Por qué no le enseñas a mi padre y a los chicos la habitación del bebe?
- Claro, queréis quedaros las chicas solas, muy bien, pero no se os ocurra hablar mal de mí. Nuestro hijo está escuchando – dijo mientras se levantaba y todos le seguían.
- Bueno, ¿Qué es eso tan importante que no puedes contar delante de los chicos? - preguntó Lanie ansiosa por saber algún chinchorreo.
- Nada importante – dije restándole importancia a la situación.
- Venga ya, eso no se lo cree nadie - dijo Lanie ofuscada por mi silencio mientras me hacia reír.
- He pensado en lo que he hablado alguna vez con cada una de vosotras.
- ¿Sobre ponerle mi nombre al bebe? – exclamo Lanie bromeando.
- No mujer.
- ¿Entonces?
- Es algo que me parece importante.
- ¿Es sobre mi padre? - pregunto Alexis sentándose más cerca de mí.
- Bueno, sí, creo que todas teníais razón y…
- Habéis vuelto es eso ¿no? ya os veía yo mejor, veía algo distinto entre vosotros desde que entré – dijo Martha moviendo las manos de forma cómica.
- No, pero es de lo que quiero hablaros. Quiero intentarlo, sé que he sido una idiota, por mi culpa estamos así y encima no he hecho nada para solucionarlo. Ahora no sé cómo… como hacerlo.
- Hija, ambos lo habéis hecho mal, mi hijo también ha cometido sus errores y ha sido un poco cobarde ¿sabes? No creo que necesites mucho. Llévatelo a cama y ya sabes.
- Abuela… - dijo Alexis casi escandalizada.
- Quizás Martha se ha pasado un poco, porque está aquí Alexis pero que estoy completamente de acuerdo – aclaro dándome un suave toque en el hombro de forma picara.
- Chicas, hablo en serio, de verdad quiero hacerlo bien. Quiero decirle lo que siento y porque actué así aunque a veces me cueste a mí incluso entenderme y saber porque lo hice. Quiero hacerle entender que creo en nosotros por encima de todo y que por eso quiero luchar.
- Pues ya está. No necesitas nuestra ayuda. Sabes muy bien lo que tienes que hacer.
- Lo tienes muy claro, así que lo mejor será que os dejemos solos, después de soltar ese discursito, funcione o no pasa a nuestro plan, ese seguro que le deja claro lo que sientes y quieres - comento Lanie haciéndonos reír.
- ¿De qué os reís? – pregunto Rick bajando el primero mientras me miraba fijamente.
- Cosas de chicas Castle, nosotros nos vamos ya. Seguro que queréis estar solos un rato – se apresuró a decir Lanie, mientras yo me aguantaba las ganas de matarla.
Me sonroje y mientras le miraba, comprobé que él también lo había hecho y eso me relajo, me hizo recordar los primeros momentos de nuestra relación, cuando empezamos, cuando me daba vergüenza mirarle a los ojos porque sabía leer perfectamente en ellos, cuando me acercaba y quería besarle y me daba cuenta de que ya podía hacerlo y lo hacía, quería que llegara ese momento de nuevo así que no tuvieron que decirlo dos veces me levanté enseguida para retirar la mesa y adecentar el comedor, cosa que hicimos en un momento gracias a la ayuda de todos.
Después de las despedidas, entre besos y abrazos, volví cansada al sofá. Me deje caer sobre él y enseguida Rick se dejó caer a mi lado exhausto por el largo día. Cerró los ojos y con una sonrisa se quedó allí parado hasta que le hable.
- ¿Qué tal con los chicos?
- Bien, ya sabes, haciendo cosas de chicos - respondió subiendo las cejas picándome por lo de antes.
- Muy bien, entonces ¿les ha gustado la habitación?
- Sí, aunque tu padre dice que como voy a pintarla si no sé el sexo del bebe. Le he dicho que me da igual.
- ¿Pondrás un tono neutro?
- Creo que sí, sino podemos esperar a que nazca.
- Si claro, como quieras.
- ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre?
- ¿En serio? He comido por cinco o seis - dije riendo - no creo que pueda comer nada más.
- ¿Te apetece ver un rato la televisión?
- Si, bueno, pero antes, me gustaría hablar de algo.
- Claro, lo que quieras – dijo mientras se ponía cómodo.
- Bien ¿me esperas un minuto? Quiero cambiarme y ponerme más cómoda.
- Claro… te espero.
Me levanté con ayuda de él y me fui hacia el baño, necesitaba hacer mis necesidades pero antes me entretuve en la habitación recogiendo algo de ropa. De repente sentí una punzada fuerte en el vientre, normal con la comida que me había metido dentro. Seguí recogiendo ropa hasta que volví a sentir un nuevo pinchazo y decidí dirigirme al baño. Allí me di cuenta de que algo no estaba bien, algo andaba mal muy mal y solo pude gritar su nombre.
- Rick…Rick…
CONTINUARÁ…
Siento dejaros así todo el fin de semana pero es lo que hay jaja. Espero que aguantáis hasta el lunes XXOO
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Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 19
POV KATE
Me desperté y me estiré en la cama hasta que sentí su olor, comprendí que había dormido a mi lado y le abrace fuertemente. Con los ojos cerrados disfruté de su cercanía, de tenerlo a mi lado, de lo cómodo que era sentirse así entre sus brazos, hasta que abrí los ojos y recordé que esto no era algo normal, al menos ya no lo era. Estaba cansada de sentirme así cada vez que despertaba, asustada, teniendo que recordarme que ya nada era como antes y me dolía. Eso conseguía amargarme el día, enfadarme incluso conmigo misma.
Lo contemple dormir, como cuando estábamos juntos, era todo un placer para mí y sonreí al recordar lo mal que me sentaba que se quedara mirándome mientras trabajaba. Ahora no podía dejar de hacerlo yo. Ahí, dormido encima de las sábanas, mirando hacia mí. Seguramente ayer, tras leer, se quedaría dormido mientras me miraba, y debería estar enfadada pero no lo estaba, al menos no con él.
Toque mi barriga recordando como ayer mi pequeño se movió por primera vez, tras sentir la música que su padre le había puesto y comprendí desde ese instante, que esa criatura iba a adorar a su padre, porque quien no podría adorar a este gran hombre.
Tenía unas enormes ganas de ir al baño y aunque quería quedarme más tiempo en esta posición mi cuerpo no me lo permitía. Me levanté y tras hacer mis necesidades empecé a acicalarme un poco. No tenía pensado salir, ni nada por el estilo, pero ese día me sentía bien y quería verme bonita, pero por desgracia hoy parecía que el color había huido de mi cara.
Me lavé y me pinté un poquito, tras arreglarme el pelo salí hacia la habitación donde hacia solo unos minutos estaba Rick tumbado a mi lado, pero por lo visto tardé más de lo esperado porque ya no estaba. Salí fuera y lo encontré preparando el desayuno, uno de esos con todo que a él le encantaban.
- Buenos días - dijo con esa sonrisa suya y sentí que me derretía como un helado en verano.
- Buenos días - respondí sonrojada, entonces recordé mi palidez y pensé que acababa de solucionarlo.
- Estoy preparando el desayuno.
- Ya veo.
- ¿Sabes? He pensado en que hoy podemos hacer una comida todos juntos.
- ¿Todos juntos?
- Sí, mi madre, Alexis, tu padre, Lanie, los chicos… ya sabes, todos los que nos importan.
- Me parece bien - dije sonriéndole.
- Entonces prepararé todo y llamaré a todos, mientras tanto tú desayuna fuerte por los dos –dijo mientras se acercaba y colocaba su mano sobre mi barriga acariciando a nuestro bebe, se agacho, la beso y luego hizo lo mismo con mi mejilla, donde también dejo un simple beso. Esos hechos eran los que me descolocaban de él, era tan tierno.
¿Qué digo? ¿Un simple beso? Sus besos no eran simples, eran únicos, cada uno de ellos incluso un simple beso en la mejilla hacia que aflorara mi sonrisa. Y sabía que lo quería y que tenía que decírselo, lo sabía, pero ese no era un buen momento, así que pensé esperar un poco más. Quizá esa noche, si, después del intenso día, esta noche le diría que le quería y que no quería perderlo.
La comida fue perfecta, como cada cosa que hacía Rick, pero era un increíble cocinero, eso estaba claro. Después de la magnífica comida, vi alrededor a todas las personas que queríamos, que formaban parte de nuestra vida y eso hizo que me sintiera feliz, muy feliz. Pensé en nuestro pequeño, en lo que le esperaba cuando naciera, cuando llegara a este mundo. No sabía lo que se iba a encontrar, y eso me inspiraba miedo, pero de algo que no tenía miedo era de la gente que le iba a rodear, toda la gente que lo iba a querer, iba a ser el niño mimado de todos nosotros.
- Entonces… ¿Qué voy a tener? Un nieto o una nieta.
- Papa, Rick no quiere saberlo.
- Pero yo sí.
- Bueno será…
- Lalalalalala - empezó a gritar Rick con los ojos tapados y saltando como un niño pequeño.
- Rick para ya no…
- ¿Qué? No te oigo – decía aun saltando y tapándose los oídos, hasta que Espo se acercó y le dio una colleja. Eso nos hizo gracia a todos y reímos un buen rato a gusto recordando collejas varias de ese tipo.
- Ya está.
- ¿Ya lo has dicho?
- Si - digo mintiéndole.
- Entonces Jim… ¿estas contento con lo que viene?
- Sí, mientras se parezca a mi hija.
- Oye que yo también estoy muy bien.
- ¿Que dices? ¿Con ese cabezón tuyo? - dijo Espo haciéndonos reír.
- Está bien, no me quejare si se parece del todo a su madre – dijo mirándome fijamente y sacándome el rubor.
- Rick, ¿Por qué no le enseñas a mi padre y a los chicos la habitación del bebe?
- Claro, queréis quedaros las chicas solas, muy bien, pero no se os ocurra hablar mal de mí. Nuestro hijo está escuchando – dijo mientras se levantaba y todos le seguían.
- Bueno, ¿Qué es eso tan importante que no puedes contar delante de los chicos? - preguntó Lanie ansiosa por saber algún chinchorreo.
- Nada importante – dije restándole importancia a la situación.
- Venga ya, eso no se lo cree nadie - dijo Lanie ofuscada por mi silencio mientras me hacia reír.
- He pensado en lo que he hablado alguna vez con cada una de vosotras.
- ¿Sobre ponerle mi nombre al bebe? – exclamo Lanie bromeando.
- No mujer.
- ¿Entonces?
- Es algo que me parece importante.
- ¿Es sobre mi padre? - pregunto Alexis sentándose más cerca de mí.
- Bueno, sí, creo que todas teníais razón y…
- Habéis vuelto es eso ¿no? ya os veía yo mejor, veía algo distinto entre vosotros desde que entré – dijo Martha moviendo las manos de forma cómica.
- No, pero es de lo que quiero hablaros. Quiero intentarlo, sé que he sido una idiota, por mi culpa estamos así y encima no he hecho nada para solucionarlo. Ahora no sé cómo… como hacerlo.
- Hija, ambos lo habéis hecho mal, mi hijo también ha cometido sus errores y ha sido un poco cobarde ¿sabes? No creo que necesites mucho. Llévatelo a cama y ya sabes.
- Abuela… - dijo Alexis casi escandalizada.
- Quizás Martha se ha pasado un poco, porque está aquí Alexis pero que estoy completamente de acuerdo – aclaro dándome un suave toque en el hombro de forma picara.
- Chicas, hablo en serio, de verdad quiero hacerlo bien. Quiero decirle lo que siento y porque actué así aunque a veces me cueste a mí incluso entenderme y saber porque lo hice. Quiero hacerle entender que creo en nosotros por encima de todo y que por eso quiero luchar.
- Pues ya está. No necesitas nuestra ayuda. Sabes muy bien lo que tienes que hacer.
- Lo tienes muy claro, así que lo mejor será que os dejemos solos, después de soltar ese discursito, funcione o no pasa a nuestro plan, ese seguro que le deja claro lo que sientes y quieres - comento Lanie haciéndonos reír.
- ¿De qué os reís? – pregunto Rick bajando el primero mientras me miraba fijamente.
- Cosas de chicas Castle, nosotros nos vamos ya. Seguro que queréis estar solos un rato – se apresuró a decir Lanie, mientras yo me aguantaba las ganas de matarla.
Me sonroje y mientras le miraba, comprobé que él también lo había hecho y eso me relajo, me hizo recordar los primeros momentos de nuestra relación, cuando empezamos, cuando me daba vergüenza mirarle a los ojos porque sabía leer perfectamente en ellos, cuando me acercaba y quería besarle y me daba cuenta de que ya podía hacerlo y lo hacía, quería que llegara ese momento de nuevo así que no tuvieron que decirlo dos veces me levanté enseguida para retirar la mesa y adecentar el comedor, cosa que hicimos en un momento gracias a la ayuda de todos.
Después de las despedidas, entre besos y abrazos, volví cansada al sofá. Me deje caer sobre él y enseguida Rick se dejó caer a mi lado exhausto por el largo día. Cerró los ojos y con una sonrisa se quedó allí parado hasta que le hable.
- ¿Qué tal con los chicos?
- Bien, ya sabes, haciendo cosas de chicos - respondió subiendo las cejas picándome por lo de antes.
- Muy bien, entonces ¿les ha gustado la habitación?
- Sí, aunque tu padre dice que como voy a pintarla si no sé el sexo del bebe. Le he dicho que me da igual.
- ¿Pondrás un tono neutro?
- Creo que sí, sino podemos esperar a que nazca.
- Si claro, como quieras.
- ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre?
- ¿En serio? He comido por cinco o seis - dije riendo - no creo que pueda comer nada más.
- ¿Te apetece ver un rato la televisión?
- Si, bueno, pero antes, me gustaría hablar de algo.
- Claro, lo que quieras – dijo mientras se ponía cómodo.
- Bien ¿me esperas un minuto? Quiero cambiarme y ponerme más cómoda.
- Claro… te espero.
Me levanté con ayuda de él y me fui hacia el baño, necesitaba hacer mis necesidades pero antes me entretuve en la habitación recogiendo algo de ropa. De repente sentí una punzada fuerte en el vientre, normal con la comida que me había metido dentro. Seguí recogiendo ropa hasta que volví a sentir un nuevo pinchazo y decidí dirigirme al baño. Allí me di cuenta de que algo no estaba bien, algo andaba mal muy mal y solo pude gritar su nombre.
- Rick…Rick…
CONTINUARÁ…
Siento dejaros así todo el fin de semana pero es lo que hay jaja. Espero que aguantáis hasta el lunes XXOO
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capítulo 20
Buenos días, quiero daros las gracias a todos por vuestros mensajes y por esperar hasta este día, por esperar un largo fin de semana sin matarme. Gracias a todos de verdad por seguir ahí. Empecemos…
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 20
POV RICK
No sabía que quería hablar Kate pero estaba algo inquieto, tenía buenas vibraciones por como estábamos últimamente pero no quería precipitarme para evitar ilusionarme en vano, quería ver qué pasaba, como surgían las cosas y desde ahí actuar. Lo cierto es que estaba agotado por el día con los invitados, me tumbe cerré los ojos e intenté relajarme mientras Kate se ponía cómoda, pero de repente.
- Rick…Rick... - escuché como me llamaba con voz de pánico y sentí una fuerte presión en el pecho mientras corría a su ayuda.
La encontré sentada en el baño llorando de forma desconsolada mientras se agarraba el vientre de forma protectora.
- Kate…Kate ¿Qué sucede? - pregunté tirándome a su lado hasta que me di cuenta como su pantalón estaba manchado de sangre y no sé como pero me levanté corriendo y la ayude a levantarse - vamos tienes que ayudarme, tenemos que ir al hospital, vamos - dije cogiéndola en brazos como pude y salí corriendo hacia el coche.
Intentaba hablarle para que se relajara, pero no lo conseguía, por mucho que dijera, ella no paraba de llorar y se quejaba de dolor. Estaba muerto de miedo, pero tenía que intentar mantener la calma, aunque no era realmente el mejor momento para ello.
Marque el número del médico de Kate para avisar que íbamos de camino, quería que estuvieran preparados, no quería que perdieran ni un solo minuto, tenían que ayudar a Kate, tenían que salvar a nuestro pequeño.
Cuando llegamos, enseguida los médicos y las enfermeras me ayudaron a sacar a Kate del coche. Seguía como en estado de shock, no paraba de llorar y yo sentía como mi corazón se rompía en mil pedazos.
- Vamos a quirófano ahora.
- Rick…Rick… - escuché como Kate me llamaba y me acerque a ella justo antes de que pudiera desaparecer entre aquellas puertas.
- Estoy aquí.
- Nuestro bebe - dijo entre lágrimas.
- Tranquila cariño… - dije limpiándole las lágrimas - todo va a estar bien, déjate ayudar. Estaré aquí esperándote, no me moveré de aquí – le prometí, depositando un beso en su mejilla saboreando el sabor salado de sus lágrimas.
Los vi partir a través de las puertas correderas, esas por las que desagradablemente la había visto pasar demasiadas veces, para mi gusto. Y mirando ese lugar, hizo que toda mi fuerza se fuera con ella y me derrumbara de dolor. Me apoye en la pared hasta que acabe sentado en el suelo llorando desconsoladamente como un niño, no podía perderlo, no ahora, no después de todo lo que habíamos luchado.
No sé cuánto tiempo paso hasta que sentí como una mano se apoyaba en mi hombro y me lo apretaba con cuidado. Cuando levanté la mirada allí estaba el doctor de Kate. Me levanté rápidamente para poder escuchar lo que él me tenía que contar.
- Doctor… - tenía miedo a preguntar porque sabía que no quería saber la respuesta.
- Rick yo… no puedo engañarte. La cosa no está bien.
- Entonces… - dije con lágrimas en los ojos.
- A ver, está vivo. Ahora mismo los dos están estables.
- Entonces…
- El embarazo no va bien.
- Pero…
- El niño no está creciendo bien y Kate está empezando a tener problemas. Lo que quiero decir que sin duda el parto se va a adelantar.
- Pero eso no es tan malo ¿no? Es algo más o menos normal ¿no?
- Si, pero el problema es que Kate esta solo de seis meses y la niña es muy pequeña aún, no se desarrolló lo suficiente para nacer.
- ¿Niña?
- Disculpa, olvide que no querías saber el sexo. Lo siento.
- Eso da igual, eso ahora no me importa. ¿Qué me está queriendo decir?
- Kate se tendrá que quedar aquí, estaremos preparados para cuando la niña quiera nacer. Solo que tenemos que intentar alargarlo lo máximo posible para que él bebe pueda crecer y desarrollarse un poco más antes de venir al mundo. Necesitamos tiempo, cuanto más tiempo lo retrasemos mejor será para él bebe.
- Bien, seguro que aguantará, tiene una madre impresionante - dije con determinación.
- Bien, pero hay algo más.
- ¿Qué? No me asuste doctor, se lo suplico.
- Tenemos que estar preparados para cuando venga, por eso se quedara ingresada, pero si tarda mucho en salir…
- ¿El niño estará en peligro?
- No solo el niño. La madre también correrá peligro.
- Pero…
- Tenemos que ganar tiempo pero no pasarnos. Sin aguantamos mucho tiempo y nos pasamos puede ser peligroso tanto para la madre como para él bebe.
- Bueno, estaremos preparados. Pero antes de nada… prométeme que ante todo la salvara a ella.
- Rick… yo haré mi trabajo.
- Ya, pero la conozco, diga lo que diga ella, sálvela a ella si es preciso.
- Rick…
- Suplico que no le suceda nada, no puedo vivir sin ella, no puedo - dije pasándome las manos por el pelo intentando calmarme, pero sin conseguirlo.
- ¿Quieres ir a verla?
- ¿Puedo?
- Claro, solo tómatelo con calma, estará un poco cansada la pérdida de sangre.
- Claro - dije siguiéndole hasta la sala donde tenían a Kate.
Cuando entré y la vi allí, tumbada en la cama, pálida, con mala cara, y los ojos casi cerrados pero abriéndolos con mucho esfuerzo.
- Hola.
- Hola - dijo casi susurrando.
- ¿Cómo te encuentras?
- Como una porquería – respondió intentando sonreír, pero estaba muy asustada, el miedo estaba claramente en su mirada, asustada, pero con ganas de saber lo sucedido.
- Esta bien – le dije colocando mi mano sobre su barriga, sobre nuestra niña - nuestra pequeña es una luchadora como su madre – le explique sonriendo y su mirada cambio.
- Ya sabes lo que es…
- Si.
- Que pena, ya no podré divertirme con la ambigüedad.
- Muy graciosa – le dije acariciándole suavemente la cabeza.
- ¿Qué es lo que pasa? – me pregunta ya más seria, mirándome.
- Será mejor que te lo explique el médico – le dije dando paso a su doctor quien empezó a explicarle.
- Verás Kate… él bebe sigue creciendo demasiado poco a poco. El problema es que vamos a tener que adelantar el parto, porque no puede estar más tiempo dentro, vamos a intentar alargarlo lo máximo posible pero no podremos hacerlo demasiado.
- Pero estará bien.
- Esperemos que el tiempo que este ahí dentro lo aproveche, haremos lo imposible para que crezca lo más rápido posible y aguantaremos el tiempo máximo.
- Aguanten hasta que sea seguro para él.
- Kate si aguanta tanto puede ser peligroso para ambos.
- Lo importante es la niña me oyen…
- Kate… - dije agarrándole la mano.
- Rick – dijo llamándome la atención el doctor.
- Bien, Kate tienes que descansar vamos paso a paso ¿vale? Ahora lo importante es que descanses - dije acariciándola para poder relajarla lo máximo posible.
- Rick… no te vayas – dijo llorando - quédate conmigo, no me dejes sola.
- No me voy a ningún lado - dije besando su frente - no me separaré de ti, nunca Kate, nunca.
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo para no haceros esperar demasiado. Toca luchar pero son unos luchadores y seguro que salen adelante. Gracias por leer y espero vuestros comentarios.
XXOO
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Capítulo 20
POV RICK
No sabía que quería hablar Kate pero estaba algo inquieto, tenía buenas vibraciones por como estábamos últimamente pero no quería precipitarme para evitar ilusionarme en vano, quería ver qué pasaba, como surgían las cosas y desde ahí actuar. Lo cierto es que estaba agotado por el día con los invitados, me tumbe cerré los ojos e intenté relajarme mientras Kate se ponía cómoda, pero de repente.
- Rick…Rick... - escuché como me llamaba con voz de pánico y sentí una fuerte presión en el pecho mientras corría a su ayuda.
La encontré sentada en el baño llorando de forma desconsolada mientras se agarraba el vientre de forma protectora.
- Kate…Kate ¿Qué sucede? - pregunté tirándome a su lado hasta que me di cuenta como su pantalón estaba manchado de sangre y no sé como pero me levanté corriendo y la ayude a levantarse - vamos tienes que ayudarme, tenemos que ir al hospital, vamos - dije cogiéndola en brazos como pude y salí corriendo hacia el coche.
Intentaba hablarle para que se relajara, pero no lo conseguía, por mucho que dijera, ella no paraba de llorar y se quejaba de dolor. Estaba muerto de miedo, pero tenía que intentar mantener la calma, aunque no era realmente el mejor momento para ello.
Marque el número del médico de Kate para avisar que íbamos de camino, quería que estuvieran preparados, no quería que perdieran ni un solo minuto, tenían que ayudar a Kate, tenían que salvar a nuestro pequeño.
Cuando llegamos, enseguida los médicos y las enfermeras me ayudaron a sacar a Kate del coche. Seguía como en estado de shock, no paraba de llorar y yo sentía como mi corazón se rompía en mil pedazos.
- Vamos a quirófano ahora.
- Rick…Rick… - escuché como Kate me llamaba y me acerque a ella justo antes de que pudiera desaparecer entre aquellas puertas.
- Estoy aquí.
- Nuestro bebe - dijo entre lágrimas.
- Tranquila cariño… - dije limpiándole las lágrimas - todo va a estar bien, déjate ayudar. Estaré aquí esperándote, no me moveré de aquí – le prometí, depositando un beso en su mejilla saboreando el sabor salado de sus lágrimas.
Los vi partir a través de las puertas correderas, esas por las que desagradablemente la había visto pasar demasiadas veces, para mi gusto. Y mirando ese lugar, hizo que toda mi fuerza se fuera con ella y me derrumbara de dolor. Me apoye en la pared hasta que acabe sentado en el suelo llorando desconsoladamente como un niño, no podía perderlo, no ahora, no después de todo lo que habíamos luchado.
No sé cuánto tiempo paso hasta que sentí como una mano se apoyaba en mi hombro y me lo apretaba con cuidado. Cuando levanté la mirada allí estaba el doctor de Kate. Me levanté rápidamente para poder escuchar lo que él me tenía que contar.
- Doctor… - tenía miedo a preguntar porque sabía que no quería saber la respuesta.
- Rick yo… no puedo engañarte. La cosa no está bien.
- Entonces… - dije con lágrimas en los ojos.
- A ver, está vivo. Ahora mismo los dos están estables.
- Entonces…
- El embarazo no va bien.
- Pero…
- El niño no está creciendo bien y Kate está empezando a tener problemas. Lo que quiero decir que sin duda el parto se va a adelantar.
- Pero eso no es tan malo ¿no? Es algo más o menos normal ¿no?
- Si, pero el problema es que Kate esta solo de seis meses y la niña es muy pequeña aún, no se desarrolló lo suficiente para nacer.
- ¿Niña?
- Disculpa, olvide que no querías saber el sexo. Lo siento.
- Eso da igual, eso ahora no me importa. ¿Qué me está queriendo decir?
- Kate se tendrá que quedar aquí, estaremos preparados para cuando la niña quiera nacer. Solo que tenemos que intentar alargarlo lo máximo posible para que él bebe pueda crecer y desarrollarse un poco más antes de venir al mundo. Necesitamos tiempo, cuanto más tiempo lo retrasemos mejor será para él bebe.
- Bien, seguro que aguantará, tiene una madre impresionante - dije con determinación.
- Bien, pero hay algo más.
- ¿Qué? No me asuste doctor, se lo suplico.
- Tenemos que estar preparados para cuando venga, por eso se quedara ingresada, pero si tarda mucho en salir…
- ¿El niño estará en peligro?
- No solo el niño. La madre también correrá peligro.
- Pero…
- Tenemos que ganar tiempo pero no pasarnos. Sin aguantamos mucho tiempo y nos pasamos puede ser peligroso tanto para la madre como para él bebe.
- Bueno, estaremos preparados. Pero antes de nada… prométeme que ante todo la salvara a ella.
- Rick… yo haré mi trabajo.
- Ya, pero la conozco, diga lo que diga ella, sálvela a ella si es preciso.
- Rick…
- Suplico que no le suceda nada, no puedo vivir sin ella, no puedo - dije pasándome las manos por el pelo intentando calmarme, pero sin conseguirlo.
- ¿Quieres ir a verla?
- ¿Puedo?
- Claro, solo tómatelo con calma, estará un poco cansada la pérdida de sangre.
- Claro - dije siguiéndole hasta la sala donde tenían a Kate.
Cuando entré y la vi allí, tumbada en la cama, pálida, con mala cara, y los ojos casi cerrados pero abriéndolos con mucho esfuerzo.
- Hola.
- Hola - dijo casi susurrando.
- ¿Cómo te encuentras?
- Como una porquería – respondió intentando sonreír, pero estaba muy asustada, el miedo estaba claramente en su mirada, asustada, pero con ganas de saber lo sucedido.
- Esta bien – le dije colocando mi mano sobre su barriga, sobre nuestra niña - nuestra pequeña es una luchadora como su madre – le explique sonriendo y su mirada cambio.
- Ya sabes lo que es…
- Si.
- Que pena, ya no podré divertirme con la ambigüedad.
- Muy graciosa – le dije acariciándole suavemente la cabeza.
- ¿Qué es lo que pasa? – me pregunta ya más seria, mirándome.
- Será mejor que te lo explique el médico – le dije dando paso a su doctor quien empezó a explicarle.
- Verás Kate… él bebe sigue creciendo demasiado poco a poco. El problema es que vamos a tener que adelantar el parto, porque no puede estar más tiempo dentro, vamos a intentar alargarlo lo máximo posible pero no podremos hacerlo demasiado.
- Pero estará bien.
- Esperemos que el tiempo que este ahí dentro lo aproveche, haremos lo imposible para que crezca lo más rápido posible y aguantaremos el tiempo máximo.
- Aguanten hasta que sea seguro para él.
- Kate si aguanta tanto puede ser peligroso para ambos.
- Lo importante es la niña me oyen…
- Kate… - dije agarrándole la mano.
- Rick – dijo llamándome la atención el doctor.
- Bien, Kate tienes que descansar vamos paso a paso ¿vale? Ahora lo importante es que descanses - dije acariciándola para poder relajarla lo máximo posible.
- Rick… no te vayas – dijo llorando - quédate conmigo, no me dejes sola.
- No me voy a ningún lado - dije besando su frente - no me separaré de ti, nunca Kate, nunca.
CONTINUARÁ…
Mañana nuevo capítulo para no haceros esperar demasiado. Toca luchar pero son unos luchadores y seguro que salen adelante. Gracias por leer y espero vuestros comentarios.
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
deseemos que sigan luchando...y ahora en este mal momento rick y kate se confiesen y eso ayude la bebe...Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee Sigueee
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Localización : BOGOTA
Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
Ke salga todo bieenn
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capítulo 21
Buenos días, os dejo un nuevo capítulo veremos cómo afrontan el problema juntos. Gracias por seguir ahí sin vosotros esto no tendría sentido.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 21
POV KATE
Hice que se tumbara a mi lado, quería sentirlo, lo necesitaba cerca, siempre lo necesitaba, pero cuando tenía tanto miedo como en este instante lo precisaba más aún, porque él era el único que podía hacerme sentir segura. Estaba abrazada a él y ya me daba igual estar así, me daba igual que me viera mal, destruida por el dolor porque necesitaba esto para aliviarlo un poco, necesitaba sentirme protegida entre sus brazos.
- Rick…
- ¿Si? – dijo apoyando su cabeza sobre la mía que estaba escondida en su pecho escuchando su tranquilo latido.
- Necesito que me prometas que va a salir adelante. Nunca antes he tenido tanto miedo en mi vida, no desde que mi madre murió. Y aun así, esto es diferente.
- Es amor de madre cariño. Es normal sentirse así, es el mayor miedo posible. Pero todo va a estar bien – me decía mirándome a los ojos mientras me acariciaba el pelo dándome tranquilidad a pesar de que veía en sus ojos el mismo miedo. Quería creer, necesitaba creer por mi bien y por el del bebe de que todo iba a salir bien.
- ¿Has avisado a alguien?
- Sí, he llamado a todos. Querían venir pero les pedí un poco de tiempo, pensé que querrías estar tranquila.
- Sí, gracias – le dije acomodándome de nuevo en sus brazos - Me conoces tan bien que sabes que es lo que necesito y quiero a cada momento. Ahora no puedo estar rodeada de gente que este atosigándome porque estén preocupados por mí, no puedo aguantar eso en estos momentos.
- Kate tienes que intentar descansar – me pedía mientras besaba suavemente mi mejilla y recordé la conversación frustrada y me di cuenta de que no quería esperar más, que no quería seguir siendo una idiota, que no quería estar lejos de él ni un solo minuto más.
- Rick… quiero decirte una cosa, algo que iba a contarte pero que…
- Kate podemos dejarlo para luego ahora…
- Necesito hacerlo – le dije alzando la voz todo lo que mi voz me permitió, mirándole casi suplicante y pareció entender la urgencia en mi mirada porque asintió y se colocó para que pudiera apoyarme sobre su pecho, para que pudiera estar más cómoda, para poder hablar y ya no quise esperar más - fui una idiota Rick. No debería haberte alejado.
- Kate yo…
- Déjame acabar por favor. Fui una idiota y lo peor es que tuve la oportunidad de arreglarlo cuando te enfrentaste a mí y no lo hice. Tenías razón quería salvarte, pero lo estaba haciendo mal, todo lo estaba haciendo fatal. Perdí mucho con aquello, te perdí a ti Rick y casi me vuelvo loca. Te quiero Rick y no quiero ni puedo esperar más tiempo para decírtelo.
Levante la cabeza para decirle esto último mirándole a los ojos y vi que se quedaba mirándome sin decir nada y empecé a ponerme nerviosa y tanto él como yo lo notamos al escuchar como el aparato que seguía mi ritmo cardiaco empezó a acelerarse.
Sonreí por lo sucedido mientras vi cómo se acercaba a mis labios y me besaba con esa ternura con la que siempre me trataba, esa ternura que me enamoro.
- Te quiero Kate, y tú no fuiste la única culpable. Yo sabía que pasaba, te conocía y sabía porque lo hacías. Tenía que haberme quedado y haber luchado por nosotros, cualquier lucha por un nosotros valía la pena y no lo hice. Lo siento Kate.
- No hay nada que perdonar.
- No, no hay nada. Solo prométeme que no va a volver a pasarnos.
- ¿Qué no vamos a volver a discutir?
- No, no me refiero a eso. Pero sí que si pasa, hablaremos de ello sin huir.
- Eso creo que puedo prometerlo.
- Bien, con eso me vale. Ahora descansa, ¿sí?
- Sí, pero no te vayas.
- No me voy, a donde iba a querer ir – dijo con esa sonrisa suya que me derretía.
No sé cuánto tiempo había pasado. Cuanto tiempo había estado dormida pero desperté aún más cansada de lo que me había acostado pero no pude evitar sonreír al verlo allí dormido a mi lado.
Le acaricié el pelo, ese suave pelo que tanto me gustaba, adoraba su pelo y desde que me entere del embarazo no podía dejar de pensar en cómo sería nuestro bebe, si tuviera su pelo, sería un gran acierto de la naturaleza. La verdad es que daba igual como fuera, sería lo más bonito del universo. Aún no había nacido y nunca antes había querido a alguien así, a nadie. Ni a mi madre, ni a mi padre, ni a Rick. Eso era un amor completamente diferente, un amor que dolía. Y estando allí, pensando en que algo pudiera sucederle, me mataba.
- ¡Ey! que gran manera para despertar.
- ¡Ey! - dije casi sin poder mantener los ojos abiertos.
- ¿Estas bien? - pregunto mirándome con preocupación haciéndome sentir querida.
- Solo un poco cansada.
- Supongo que es normal. Pero estas bien ¿no?
- Sí, creo que si – le respondí recostándome sobre él de nuevo.
- Si necesitas algo…
- No, solo necesito estar así, tranquila, un buen rato.
- Bien, pero dentro de poco vendrá la visita.
- Puf.
- ¿Qué?
- No me apetece nada, estoy cansada.
- ¿Muy cansada?
- Si.
- Eso… ahora vengo ¿sí? Quédate aquí.
- ¿A dónde podría ir? - dije mirándole mientras le dedicaba una sonrisa.
Me quede tumbada sintiendo alguna molestia pero mucho mejor que hace apenas unas horas. Empecé a sentir algo de frio, era por haber perdido su calor. Sentía que mis ojos se cerraban más y más y escuché a los lejos como Rick hablaba con alguien.
- Hola.
- Hola.
- ¿Cómo está?
- Bueno… algo cansada a pesar de acabar de despertarse. ¿Es normal?
- Sí, es normal. Ahora mismo tiene las defensas bajas y es normal. No es malo que duerma, al revés le vendrá bien.
- Bien.
- ¿Y de lo demás? - dijo la otra voz que enseguida reconocí, era Lanie.
- No lo sé. Supongo que aunque quiera hacerse la fuerte pues… no estará muy bien.
- ¿Y tú?
- ¿Cómo quieres que este? Yo no sé muy bien que hacer.
- Tu solo tienes que estar con ella, y descansar tampoco te hará mal. Vete a tomar un café, yo me quedo con ella - escuché como le decía Lanie y vi que ambos entraban por la puerta con una sonrisa para hacerme sentir bien, hacerme sentir que todo esto iba a salir bien aunque no las tenía todas conmigo.
- Hola chica.
- Hola Lanie.
- Anda vete, toca charla de chicas ¿a qué si? - dijo Lanie guiñándome el ojo y aunque no quería alejarme de él sabía que necesitaba desconectar un poco sino se iba a volver loco. Asentí con la cabeza y él se acercó a la cama cogiéndome de la mano.
- ¿Estas segura? Si quieres…
- Sí, vete anda - dije sonriéndole, se acercó y me beso de forma natural.
Cuando salió por la puerta, Lanie se acercó corriendo hacia la cama sentándose a mi lado y mirándome como una posesa me interrogo.
- ¿Qué?
- Que ha sido eso. Ya has hablado con él. ¿Todo está bien entre vosotros?
- Sí, todo está fenomenal.
- ¡Ays! como me alegro de que por fin dejarais de comportaros como unos idiotas.
- Gracias Lanie - dije de forma irónica aunque sabía que tenía razón.
- Dejad de hacer tonterías y ya está. ¿Cómo te encuentras?
- Físicamente cansada…
- ¿Y emocionalmente?
- ¿Cómo quieres que este? Nunca antes he tenido más miedo en mi vida. Tengo tanto miedo por perderla… no puedo ni pensar en ello – le dije con lágrimas saliendo a borbotones de mis ojos.
- Venga cariño, todos estamos contigo, tienes a unos padres increíbles, luchadores y verás como todo va bien – dijo tocándome la tripa hablando con su futura sobrina.
- No quiero estar mal, quiero ser fuerte por esta pequeña que crece en mi interior y por Rick, pero no puedo… siento una presión aquí en el pecho y…
- Es normal Kate. No tienes que guardarte todo eso. Sácalo, te vendrá bien. Ahora estáis juntos apóyate en él y él en ti. Sois una familia y juntos lucharéis para que todo salga bien.
- Sé que puedo confiar en nosotros pero esto… no depende solo de nosotros.
- Kate deja de pensar mal. Piensa en positivo y todo irá bien, no dejes de creer.
- Nunca dejaré de creer… no puedo hacerlo, no quiero hacerlo.
CONTINUARÁ…
Bueno prometí que no quedaría ya mucho para volver a juntarlos pero no dije nada de acabar con el drama esperemos que juntos consigan que todo salga bien. Gracias a todos por leer y nos vemos mañana con otro nuevo.
XXOO
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Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 21
POV KATE
Hice que se tumbara a mi lado, quería sentirlo, lo necesitaba cerca, siempre lo necesitaba, pero cuando tenía tanto miedo como en este instante lo precisaba más aún, porque él era el único que podía hacerme sentir segura. Estaba abrazada a él y ya me daba igual estar así, me daba igual que me viera mal, destruida por el dolor porque necesitaba esto para aliviarlo un poco, necesitaba sentirme protegida entre sus brazos.
- Rick…
- ¿Si? – dijo apoyando su cabeza sobre la mía que estaba escondida en su pecho escuchando su tranquilo latido.
- Necesito que me prometas que va a salir adelante. Nunca antes he tenido tanto miedo en mi vida, no desde que mi madre murió. Y aun así, esto es diferente.
- Es amor de madre cariño. Es normal sentirse así, es el mayor miedo posible. Pero todo va a estar bien – me decía mirándome a los ojos mientras me acariciaba el pelo dándome tranquilidad a pesar de que veía en sus ojos el mismo miedo. Quería creer, necesitaba creer por mi bien y por el del bebe de que todo iba a salir bien.
- ¿Has avisado a alguien?
- Sí, he llamado a todos. Querían venir pero les pedí un poco de tiempo, pensé que querrías estar tranquila.
- Sí, gracias – le dije acomodándome de nuevo en sus brazos - Me conoces tan bien que sabes que es lo que necesito y quiero a cada momento. Ahora no puedo estar rodeada de gente que este atosigándome porque estén preocupados por mí, no puedo aguantar eso en estos momentos.
- Kate tienes que intentar descansar – me pedía mientras besaba suavemente mi mejilla y recordé la conversación frustrada y me di cuenta de que no quería esperar más, que no quería seguir siendo una idiota, que no quería estar lejos de él ni un solo minuto más.
- Rick… quiero decirte una cosa, algo que iba a contarte pero que…
- Kate podemos dejarlo para luego ahora…
- Necesito hacerlo – le dije alzando la voz todo lo que mi voz me permitió, mirándole casi suplicante y pareció entender la urgencia en mi mirada porque asintió y se colocó para que pudiera apoyarme sobre su pecho, para que pudiera estar más cómoda, para poder hablar y ya no quise esperar más - fui una idiota Rick. No debería haberte alejado.
- Kate yo…
- Déjame acabar por favor. Fui una idiota y lo peor es que tuve la oportunidad de arreglarlo cuando te enfrentaste a mí y no lo hice. Tenías razón quería salvarte, pero lo estaba haciendo mal, todo lo estaba haciendo fatal. Perdí mucho con aquello, te perdí a ti Rick y casi me vuelvo loca. Te quiero Rick y no quiero ni puedo esperar más tiempo para decírtelo.
Levante la cabeza para decirle esto último mirándole a los ojos y vi que se quedaba mirándome sin decir nada y empecé a ponerme nerviosa y tanto él como yo lo notamos al escuchar como el aparato que seguía mi ritmo cardiaco empezó a acelerarse.
Sonreí por lo sucedido mientras vi cómo se acercaba a mis labios y me besaba con esa ternura con la que siempre me trataba, esa ternura que me enamoro.
- Te quiero Kate, y tú no fuiste la única culpable. Yo sabía que pasaba, te conocía y sabía porque lo hacías. Tenía que haberme quedado y haber luchado por nosotros, cualquier lucha por un nosotros valía la pena y no lo hice. Lo siento Kate.
- No hay nada que perdonar.
- No, no hay nada. Solo prométeme que no va a volver a pasarnos.
- ¿Qué no vamos a volver a discutir?
- No, no me refiero a eso. Pero sí que si pasa, hablaremos de ello sin huir.
- Eso creo que puedo prometerlo.
- Bien, con eso me vale. Ahora descansa, ¿sí?
- Sí, pero no te vayas.
- No me voy, a donde iba a querer ir – dijo con esa sonrisa suya que me derretía.
No sé cuánto tiempo había pasado. Cuanto tiempo había estado dormida pero desperté aún más cansada de lo que me había acostado pero no pude evitar sonreír al verlo allí dormido a mi lado.
Le acaricié el pelo, ese suave pelo que tanto me gustaba, adoraba su pelo y desde que me entere del embarazo no podía dejar de pensar en cómo sería nuestro bebe, si tuviera su pelo, sería un gran acierto de la naturaleza. La verdad es que daba igual como fuera, sería lo más bonito del universo. Aún no había nacido y nunca antes había querido a alguien así, a nadie. Ni a mi madre, ni a mi padre, ni a Rick. Eso era un amor completamente diferente, un amor que dolía. Y estando allí, pensando en que algo pudiera sucederle, me mataba.
- ¡Ey! que gran manera para despertar.
- ¡Ey! - dije casi sin poder mantener los ojos abiertos.
- ¿Estas bien? - pregunto mirándome con preocupación haciéndome sentir querida.
- Solo un poco cansada.
- Supongo que es normal. Pero estas bien ¿no?
- Sí, creo que si – le respondí recostándome sobre él de nuevo.
- Si necesitas algo…
- No, solo necesito estar así, tranquila, un buen rato.
- Bien, pero dentro de poco vendrá la visita.
- Puf.
- ¿Qué?
- No me apetece nada, estoy cansada.
- ¿Muy cansada?
- Si.
- Eso… ahora vengo ¿sí? Quédate aquí.
- ¿A dónde podría ir? - dije mirándole mientras le dedicaba una sonrisa.
Me quede tumbada sintiendo alguna molestia pero mucho mejor que hace apenas unas horas. Empecé a sentir algo de frio, era por haber perdido su calor. Sentía que mis ojos se cerraban más y más y escuché a los lejos como Rick hablaba con alguien.
- Hola.
- Hola.
- ¿Cómo está?
- Bueno… algo cansada a pesar de acabar de despertarse. ¿Es normal?
- Sí, es normal. Ahora mismo tiene las defensas bajas y es normal. No es malo que duerma, al revés le vendrá bien.
- Bien.
- ¿Y de lo demás? - dijo la otra voz que enseguida reconocí, era Lanie.
- No lo sé. Supongo que aunque quiera hacerse la fuerte pues… no estará muy bien.
- ¿Y tú?
- ¿Cómo quieres que este? Yo no sé muy bien que hacer.
- Tu solo tienes que estar con ella, y descansar tampoco te hará mal. Vete a tomar un café, yo me quedo con ella - escuché como le decía Lanie y vi que ambos entraban por la puerta con una sonrisa para hacerme sentir bien, hacerme sentir que todo esto iba a salir bien aunque no las tenía todas conmigo.
- Hola chica.
- Hola Lanie.
- Anda vete, toca charla de chicas ¿a qué si? - dijo Lanie guiñándome el ojo y aunque no quería alejarme de él sabía que necesitaba desconectar un poco sino se iba a volver loco. Asentí con la cabeza y él se acercó a la cama cogiéndome de la mano.
- ¿Estas segura? Si quieres…
- Sí, vete anda - dije sonriéndole, se acercó y me beso de forma natural.
Cuando salió por la puerta, Lanie se acercó corriendo hacia la cama sentándose a mi lado y mirándome como una posesa me interrogo.
- ¿Qué?
- Que ha sido eso. Ya has hablado con él. ¿Todo está bien entre vosotros?
- Sí, todo está fenomenal.
- ¡Ays! como me alegro de que por fin dejarais de comportaros como unos idiotas.
- Gracias Lanie - dije de forma irónica aunque sabía que tenía razón.
- Dejad de hacer tonterías y ya está. ¿Cómo te encuentras?
- Físicamente cansada…
- ¿Y emocionalmente?
- ¿Cómo quieres que este? Nunca antes he tenido más miedo en mi vida. Tengo tanto miedo por perderla… no puedo ni pensar en ello – le dije con lágrimas saliendo a borbotones de mis ojos.
- Venga cariño, todos estamos contigo, tienes a unos padres increíbles, luchadores y verás como todo va bien – dijo tocándome la tripa hablando con su futura sobrina.
- No quiero estar mal, quiero ser fuerte por esta pequeña que crece en mi interior y por Rick, pero no puedo… siento una presión aquí en el pecho y…
- Es normal Kate. No tienes que guardarte todo eso. Sácalo, te vendrá bien. Ahora estáis juntos apóyate en él y él en ti. Sois una familia y juntos lucharéis para que todo salga bien.
- Sé que puedo confiar en nosotros pero esto… no depende solo de nosotros.
- Kate deja de pensar mal. Piensa en positivo y todo irá bien, no dejes de creer.
- Nunca dejaré de creer… no puedo hacerlo, no quiero hacerlo.
CONTINUARÁ…
Bueno prometí que no quedaría ya mucho para volver a juntarlos pero no dije nada de acabar con el drama esperemos que juntos consigan que todo salga bien. Gracias a todos por leer y nos vemos mañana con otro nuevo.
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
estan juntossssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.........genial..espero el proximo con ansias....
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
Bravoooo ha sido hermosooo siguee
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capítulo 22
Buenos días, y gracias por leer y por vuestros comentarios me alegro saber que os gusta que ya estén juntos, por fin. Bueno pues seguimos en el hospital veremos a ver qué pasa con el embarazo de Kate y como le va juntos.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 22
POV KATE
Conseguí que Rick se fuera un rato a casa a darse una ducha rápida. Me gustaba tenerlo cerca, es más lo necesitaba pero precisaba de un tiempo a solas para hacer algo en lo que él nunca estaría de acuerdo. Pero tenía que hacerlo porque lo importante en estos momentos era mi pequeña y su bienestar, tenía que nacer, y tenía que nacer bien.
Ansiosa esperaba al médico que pasaba a verme, como cada día. Suplicaba no se retrasara mucho, porque Rick tardaría poco en volver y no quería que se enterara, no todavía.
- ¿Cómo está la paciente más guapa? - dijo el doctor con una sonrisa porque sabía que me molestaba que me hablara así.
- Bien, doctor.
- Parece que todo va bien. Van a hacerte unos análisis para saber el motivo de tus perdidas, pero de momento parece que aguanta y todo va bien.
- Quiero hablar con usted de una cosa.
- Le agradecería me tuteara.
- Gracias, veras... Quiero hablar contigo sobre una cosa.
- Tú dirás.
- Quiero… deseo, necesito, que anteponga la vida de mi bebe a la mía.
- ¿Qué quieres decir?
- Que si sucede algo, cualquier cosa que ponga en peligro nuestras vidas, prefiero que hagas lo que más convenga para que viva él bebe.
- Kate yo…
- Lo pondré por escrito si hace falta. Si pasa algo y él bebe aún no está bien para enfrentarse al mundo exterior no quiero que me provoquen el parto.
- Kate eso puede matarte.
- Y si lo hace puede matar al bebe. Por eso, lo pondré por escrito si hace falta. Pero quiero su bienestar por encima del mío.
- ¿Has hablado de esto con Rick?
- No, y tú tampoco lo harás. Quiero que quede entre nosotros, entre doctor y paciente.
- Bien, si estas segura te traeré lo papeles. Pero quiero que lo pienses, puedes cambiar de opinión hasta el último momento. Podemos salvaros a las dos.
- Si lo consigue perfecto, pero si no primero será su bienestar y no el mío - dije tocándome de forma protectora mi barriga.
- Vale, ahora vengo, pero piénsalo.
- ¿Pensar qué? - dijo Rick en ese mismo instante, entrando por la puerta con una sonrisa que me dejo claro que no sabía de qué estábamos hablando, miré al doctor y gracias a Dios estuvo rápido con su respuesta.
- Sobre cuando quiere que le hagamos la prueba. Dice que ahora no está bien para ella.
- ¿No? ¿Qué te pasa?
- Nada Rick, solo estoy sin ganas.
- Vengo en un rato con eso.
- Claro, gracias doctor.
En cuanto el medico se fue, vi cómo Rick me miraba de forma acusatoria, sabía que algo no iba bien, que algo no le estaba contando pero sabía que no podía decírselo, solo quería estar bien todo el tiempo que pasara con él y sabía que eso no ayudaría a volver a empezar como queríamos.
- Anda ven – le dije estirándolo para que acabara tumbado a mi lado.
- Kate…
- Silencio… solo quiero estar así, contigo - dije besándole suavemente porque necesitaba sentirlo, necesitaba verlo bien.
- Sé que algo…
- Por favor, podemos dejar a un lado todo eso… necesito dejar de pensar en que algo va mal, necesito…
- Está bien. ¿Qué quieres hacer?
- Me encantaría estar tirados en la playa, los dos, sin hacer nada, solo dándonos compañía.
- Bien y algo que pueda hacer en este momento - dijo mirándome triste.
- Rick de verdad estoy bien… solo frustrada por tener que estar en esta cama, pero no me cuesta porque sé que le viene bien a nuestra pequeña - dije cogiéndole su mano y colocándola sobre mi vientre - por verle la carita vale la pena hacer cualquier cosa - lo vi sonreír y con eso me relaje.
- Una niña… ni siquiera he tenido tiempo de pensar en ello. Una niña… - dijo sonriendo.
- ¿Preferías un niño?
- No, me daba igual. Está claro que tengo que estar rodeado de mujeres en mi vida, y para mí no es ningún castigo, me siento bien - dijo con esa sonrisa conquistadora.
- Yo tampoco pensé en que quería. Primero me asusté y cuando me hice a la idea me daba igual solo sabía que iba a ser la persona más importante en mi vida. Estoy tan feliz de que seas su padre…
- ¿Ah sí?
- Sí, me alegro de que nos encontráramos aquel día, el camino ha sido duro Rick pero mereció la pena por estar así contigo, por haber creado entre los dos este ser que crece en mi interior. Por eso, sé que será todo increíble cuando esto acabe, porque el camino está siendo largo y duro como nuestra relación y ahora estoy feliz por estar como estamos.
- Me alegro que pienses así.
- Tengo esperanzas, eso no quiere decir que no esté muerta de miedo en muchos momentos, pero sé que juntos lo conseguiremos.
- Juntos - dijo mientras sonreía y luego me beso suavemente la cabeza - ¿Cómo te la imaginas?
- No lo sé… muy pequeñita - dije con una sonrisa - tengo miedo porque no sé cómo voy a hacerlo, menos mal que te tengo a ti.
- Eso se aprende con práctica, verás cómo enseguida te apañaras.
- Va a ser perfecta.
- Sin duda, con la madre que tiene…
- Bueno, el padre tampoco está mal - respondí haciéndole reír.
- ¡Dios mío! Que tontos hemos sido, con lo bien que podíamos haber estado estos meses…
- Sí, pero aun así, estuviste ahí cuidando de mí, cuidando de los dos, Rick, tú lo hiciste bien. Yo tardé demasiado en reaccionar, porque sabía lo que sentía, sabía lo que tenía que hacer pero siempre pasaba algo.
- ¿Algo?
- Como Meredith…
- ¡Oh! lo siento mucho, me sentía mal y supongo que necesitaba no estar solo… quizás no fue la mejor solución para superar la soledad.
- No la verdad… aunque me dio un buen empujón para no querer esperar más.
- Entonces… al final vas a tener que admitir que tomo buenas decisiones.
- Bueno, porque por una vez sirviera para algo, no significa que cada vez que venga tengas que meterla en casa.
- Te prometo que no volverá a pasar, no volverá a quedarse en casa, en nuestra casa.
- No tienes que prometer nada, aunque…
- Evitaré hacer cosas que te molesten.
- No quiero que dejes de hacer cosas por mí.
- Cuando quieres a alguien dejas de hacer cosas que sabes que le molestan, así que no me cuesta nada.
- Gracias.
- No tienes que dármelas. Te quiero y eso quiero que lo tengas claro.
- No sé, creo que necesito alguna prueba más - dije sonriéndole y enseguida se acercó a mí y me beso. Necesitaba tanto este acercamiento, su tacto, sentir sus labios sobre los míos, saber que estaba ahí, era lo único que me relajaba.
Un golpe en la puerta consiguió que nos separáramos y de repente empezó a entrar todo el mundo, Lanie, los chicos, mi padre, Martha y Alexis con un gran ramo de flores que repartieron por la habitación.
- ¿Tenemos algo que celebrar? - preguntó Martha acercándose para darme un beso mientras Rick se levantaba para abrazar a su hija.
- Hay mucho que celebrar - dije mirando a Rick y ambos sonreímos.
- Me alegro por vosotros chicos.
- Gracias Martha - dije mientras abrazaba a mi padre que se sentó a mi lado en la cama mientras me preguntaba qué tal estaba.
- Somos demasiados aquí dentro. Será mejor que salgamos algunos - dijo Rick sacando a todos para dejarme a solas con mi padre y yo se lo agradecí con una sonrisa.
- ¿Cómo estas cariño?
- Bien - dije sonriéndole, pero me conocía lo suficiente como para saber que había algo detrás de ese “bien” que le acababa de soltar.
- No me mientas.
- Papa no lo hago. Estoy bien y Rick tiene mucha culpa de eso.
- Si, ¿pero?
- Pero la niña… lo sé. No puedo estar bien hasta que la tenga entre mis brazos, estoy deseando tenerla en mis brazos, besarla y abrazarla. La necesito tanto papa.
- Lo sé cariño, pero todo saldrá bien. Cuando te vi por primera vez en brazos de tu madre… esa imagen la tengo aquí guardada, es la imagen de mi vida, no recuerdo un momento más feliz de mi vida.
- He visto esa foto.
- Sí, está un poco desenfocada porque no podía dejar de llorar - dijo haciéndonos reír a ambos - eras preciosa, bueno, eres preciosa. Una niña increíble, fuerte, bonita, especial para nosotros eras nuestra niña. Sé cómo te sientes cariño.
-Gracias papa por esto. Me has ayudado mucho. De verdad – le dije sonriendo, pero de repente vi que su imagen empezara a nublarse, exactamente igual a la foto que nos sacó a mi recién nacida y a mi madre que me sostenía en brazos. Me estaba mareando e iba a decir algo pero… no podía hablar, no podía moverme, solo escuchaba el sonido de mi corazón cada vez más y más rápido.
- Kate… Kate… Cariño… - oía a mi padre pero ya no podía enfocarlo y no podía hablarle, no podía hacer nada - Rick…Rick…
- ¿Qué pasa? Kate… Kate… - podía sentirlo a mi lado, quería decirle que estaba todo bien, que cuidara de nuestra pequeña, que no se preocupara por nada pero no debía hacerlo, y me sentí mal por pensar eso, por verlo, por escucharlo mal a él y sentí como las lágrimas caían por mi mejillas y eso fue lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento.
CONTINUARÁ…
Y aquí seguimos con el drama sé que me queréis matar una vez más y más cuando os diga que nos vemos el viernes con un nuevo capítulo, habrá que esperar para ver qué es lo que pasa. Esperemos que todo vaya bien.
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Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 22
POV KATE
Conseguí que Rick se fuera un rato a casa a darse una ducha rápida. Me gustaba tenerlo cerca, es más lo necesitaba pero precisaba de un tiempo a solas para hacer algo en lo que él nunca estaría de acuerdo. Pero tenía que hacerlo porque lo importante en estos momentos era mi pequeña y su bienestar, tenía que nacer, y tenía que nacer bien.
Ansiosa esperaba al médico que pasaba a verme, como cada día. Suplicaba no se retrasara mucho, porque Rick tardaría poco en volver y no quería que se enterara, no todavía.
- ¿Cómo está la paciente más guapa? - dijo el doctor con una sonrisa porque sabía que me molestaba que me hablara así.
- Bien, doctor.
- Parece que todo va bien. Van a hacerte unos análisis para saber el motivo de tus perdidas, pero de momento parece que aguanta y todo va bien.
- Quiero hablar con usted de una cosa.
- Le agradecería me tuteara.
- Gracias, veras... Quiero hablar contigo sobre una cosa.
- Tú dirás.
- Quiero… deseo, necesito, que anteponga la vida de mi bebe a la mía.
- ¿Qué quieres decir?
- Que si sucede algo, cualquier cosa que ponga en peligro nuestras vidas, prefiero que hagas lo que más convenga para que viva él bebe.
- Kate yo…
- Lo pondré por escrito si hace falta. Si pasa algo y él bebe aún no está bien para enfrentarse al mundo exterior no quiero que me provoquen el parto.
- Kate eso puede matarte.
- Y si lo hace puede matar al bebe. Por eso, lo pondré por escrito si hace falta. Pero quiero su bienestar por encima del mío.
- ¿Has hablado de esto con Rick?
- No, y tú tampoco lo harás. Quiero que quede entre nosotros, entre doctor y paciente.
- Bien, si estas segura te traeré lo papeles. Pero quiero que lo pienses, puedes cambiar de opinión hasta el último momento. Podemos salvaros a las dos.
- Si lo consigue perfecto, pero si no primero será su bienestar y no el mío - dije tocándome de forma protectora mi barriga.
- Vale, ahora vengo, pero piénsalo.
- ¿Pensar qué? - dijo Rick en ese mismo instante, entrando por la puerta con una sonrisa que me dejo claro que no sabía de qué estábamos hablando, miré al doctor y gracias a Dios estuvo rápido con su respuesta.
- Sobre cuando quiere que le hagamos la prueba. Dice que ahora no está bien para ella.
- ¿No? ¿Qué te pasa?
- Nada Rick, solo estoy sin ganas.
- Vengo en un rato con eso.
- Claro, gracias doctor.
En cuanto el medico se fue, vi cómo Rick me miraba de forma acusatoria, sabía que algo no iba bien, que algo no le estaba contando pero sabía que no podía decírselo, solo quería estar bien todo el tiempo que pasara con él y sabía que eso no ayudaría a volver a empezar como queríamos.
- Anda ven – le dije estirándolo para que acabara tumbado a mi lado.
- Kate…
- Silencio… solo quiero estar así, contigo - dije besándole suavemente porque necesitaba sentirlo, necesitaba verlo bien.
- Sé que algo…
- Por favor, podemos dejar a un lado todo eso… necesito dejar de pensar en que algo va mal, necesito…
- Está bien. ¿Qué quieres hacer?
- Me encantaría estar tirados en la playa, los dos, sin hacer nada, solo dándonos compañía.
- Bien y algo que pueda hacer en este momento - dijo mirándome triste.
- Rick de verdad estoy bien… solo frustrada por tener que estar en esta cama, pero no me cuesta porque sé que le viene bien a nuestra pequeña - dije cogiéndole su mano y colocándola sobre mi vientre - por verle la carita vale la pena hacer cualquier cosa - lo vi sonreír y con eso me relaje.
- Una niña… ni siquiera he tenido tiempo de pensar en ello. Una niña… - dijo sonriendo.
- ¿Preferías un niño?
- No, me daba igual. Está claro que tengo que estar rodeado de mujeres en mi vida, y para mí no es ningún castigo, me siento bien - dijo con esa sonrisa conquistadora.
- Yo tampoco pensé en que quería. Primero me asusté y cuando me hice a la idea me daba igual solo sabía que iba a ser la persona más importante en mi vida. Estoy tan feliz de que seas su padre…
- ¿Ah sí?
- Sí, me alegro de que nos encontráramos aquel día, el camino ha sido duro Rick pero mereció la pena por estar así contigo, por haber creado entre los dos este ser que crece en mi interior. Por eso, sé que será todo increíble cuando esto acabe, porque el camino está siendo largo y duro como nuestra relación y ahora estoy feliz por estar como estamos.
- Me alegro que pienses así.
- Tengo esperanzas, eso no quiere decir que no esté muerta de miedo en muchos momentos, pero sé que juntos lo conseguiremos.
- Juntos - dijo mientras sonreía y luego me beso suavemente la cabeza - ¿Cómo te la imaginas?
- No lo sé… muy pequeñita - dije con una sonrisa - tengo miedo porque no sé cómo voy a hacerlo, menos mal que te tengo a ti.
- Eso se aprende con práctica, verás cómo enseguida te apañaras.
- Va a ser perfecta.
- Sin duda, con la madre que tiene…
- Bueno, el padre tampoco está mal - respondí haciéndole reír.
- ¡Dios mío! Que tontos hemos sido, con lo bien que podíamos haber estado estos meses…
- Sí, pero aun así, estuviste ahí cuidando de mí, cuidando de los dos, Rick, tú lo hiciste bien. Yo tardé demasiado en reaccionar, porque sabía lo que sentía, sabía lo que tenía que hacer pero siempre pasaba algo.
- ¿Algo?
- Como Meredith…
- ¡Oh! lo siento mucho, me sentía mal y supongo que necesitaba no estar solo… quizás no fue la mejor solución para superar la soledad.
- No la verdad… aunque me dio un buen empujón para no querer esperar más.
- Entonces… al final vas a tener que admitir que tomo buenas decisiones.
- Bueno, porque por una vez sirviera para algo, no significa que cada vez que venga tengas que meterla en casa.
- Te prometo que no volverá a pasar, no volverá a quedarse en casa, en nuestra casa.
- No tienes que prometer nada, aunque…
- Evitaré hacer cosas que te molesten.
- No quiero que dejes de hacer cosas por mí.
- Cuando quieres a alguien dejas de hacer cosas que sabes que le molestan, así que no me cuesta nada.
- Gracias.
- No tienes que dármelas. Te quiero y eso quiero que lo tengas claro.
- No sé, creo que necesito alguna prueba más - dije sonriéndole y enseguida se acercó a mí y me beso. Necesitaba tanto este acercamiento, su tacto, sentir sus labios sobre los míos, saber que estaba ahí, era lo único que me relajaba.
Un golpe en la puerta consiguió que nos separáramos y de repente empezó a entrar todo el mundo, Lanie, los chicos, mi padre, Martha y Alexis con un gran ramo de flores que repartieron por la habitación.
- ¿Tenemos algo que celebrar? - preguntó Martha acercándose para darme un beso mientras Rick se levantaba para abrazar a su hija.
- Hay mucho que celebrar - dije mirando a Rick y ambos sonreímos.
- Me alegro por vosotros chicos.
- Gracias Martha - dije mientras abrazaba a mi padre que se sentó a mi lado en la cama mientras me preguntaba qué tal estaba.
- Somos demasiados aquí dentro. Será mejor que salgamos algunos - dijo Rick sacando a todos para dejarme a solas con mi padre y yo se lo agradecí con una sonrisa.
- ¿Cómo estas cariño?
- Bien - dije sonriéndole, pero me conocía lo suficiente como para saber que había algo detrás de ese “bien” que le acababa de soltar.
- No me mientas.
- Papa no lo hago. Estoy bien y Rick tiene mucha culpa de eso.
- Si, ¿pero?
- Pero la niña… lo sé. No puedo estar bien hasta que la tenga entre mis brazos, estoy deseando tenerla en mis brazos, besarla y abrazarla. La necesito tanto papa.
- Lo sé cariño, pero todo saldrá bien. Cuando te vi por primera vez en brazos de tu madre… esa imagen la tengo aquí guardada, es la imagen de mi vida, no recuerdo un momento más feliz de mi vida.
- He visto esa foto.
- Sí, está un poco desenfocada porque no podía dejar de llorar - dijo haciéndonos reír a ambos - eras preciosa, bueno, eres preciosa. Una niña increíble, fuerte, bonita, especial para nosotros eras nuestra niña. Sé cómo te sientes cariño.
-Gracias papa por esto. Me has ayudado mucho. De verdad – le dije sonriendo, pero de repente vi que su imagen empezara a nublarse, exactamente igual a la foto que nos sacó a mi recién nacida y a mi madre que me sostenía en brazos. Me estaba mareando e iba a decir algo pero… no podía hablar, no podía moverme, solo escuchaba el sonido de mi corazón cada vez más y más rápido.
- Kate… Kate… Cariño… - oía a mi padre pero ya no podía enfocarlo y no podía hablarle, no podía hacer nada - Rick…Rick…
- ¿Qué pasa? Kate… Kate… - podía sentirlo a mi lado, quería decirle que estaba todo bien, que cuidara de nuestra pequeña, que no se preocupara por nada pero no debía hacerlo, y me sentí mal por pensar eso, por verlo, por escucharlo mal a él y sentí como las lágrimas caían por mi mejillas y eso fue lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento.
CONTINUARÁ…
Y aquí seguimos con el drama sé que me queréis matar una vez más y más cuando os diga que nos vemos el viernes con un nuevo capítulo, habrá que esperar para ver qué es lo que pasa. Esperemos que todo vaya bien.
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
Porfavooor no la mateees a ninguna de las doos siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
hasta el vierneeeeeeeeeeeeeeeeeeeesssssssssssssssssssss es ,mucho tiempo y este drama no da mas espera..que no le pase nada a kate ni a la bebe y que no tengan que escojer entre la vida de alguna...sigueeee
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Capítulo 23
Buenos días, espero que la espera no haya sido muy larga. Os dejo ya con el siguiente capítulo, a ver si averiguamos ya que pasa con Kate y con la niña. Gracias a todos por seguir leyendo, ya os contaré que la semana que viene por ser Semana Santa será especial, quizás no mucho para vosotros pero no podré subir tanto como me gustaría. Pero ya os iré explicando ahora disfruten del capítulo.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 23
POV RICK
Cuando escuché como Jim me llamaba a gritos, sentí una fuerte presión en mi pecho, pero al entrar en la habitación y verla allí sin responder mientras su pulso aumentaba de forma desproporcionada pensé que mi vida se iba con la de ella. Solo podía gritarle que se quedara tranquila, que estaba con ella, que no me dejara… estaba muerto de miedo de imaginarme estar sin ella, no, no podía hacerlo.
Me coloque a su lado llorando, mientras intentaba que me mirara, que se quedara conmigo pero cuando vi sus ojos llenos de lágrimas cerrarse no pude más, me derrumbe en el suelo.
- Cariño, por favor… mírame Kate… por favor…
- Por favor Rick, déjanos a nosotros ocuparnos - dijo el doctor que acababa de entrar en la habitación alertado por el controlador cardiaco de Kate. Me quito para poder atenderla pero yo no quería separarme de ella, se lo había prometido. Pasaron unos minutos, unos minutos eternos hasta que el médico se acercó a mí.
- Rick… tenemos que sacar a la niña ya…
- Pues hágalo, sálvelas doctor.
- Kate… Kate no quería.
- ¿Qué?
- Traía los papeles para que los firmara. No quería que en caso de que pasara esto que le provocáramos el parto. Quería aguantar el máximo posible.
- Me da igual. No quiero que haga eso, quiero que las salve.
- Rick… era su última voluntad.
- Me da igual ¿vale? - dije gritando - no puedo vivir sin ella, sé que me lo terminara echando en cara si le pasa algo a la niña pero… no podré vivir el resto de mi vida si no hago todo lo posible para salvarlas a las dos.
- Pero tengo que hacerlo… es lo que ella quería.
- No llego a firmar los papeles.
- Pero le di mi palabra. Eran sus deseos y…
- ¿Y qué? Me da igual, es mi hija, es mi mujer, yo decido. Y las necesito a las dos.
- Ninguna de las opciones garantizan eso.
- Pero el parto garantiza la vida de Kate y da opciones a nuestra pequeña. Sé que sobrevivirá en la incubadora, es como su madre, sé que luchara y saldrá adelante. Pero necesito a Kate en mi vida… no pudo vivir sin ella - dije casi a media voz y sentí los brazos de mis hija sobre los míos.
- Señor Beckett, usted es su padre, creo que su opinión también cuenta - dijo el doctor a sabiendas de que yo tenía razón, pero entendía que su paciente era Kate y ella le había pedido lo contrario.
Jim miraba a su hija pensando en que era lo que tenía que hacer. Tenía que pensar era la vida de su hija, era de ella de la que estabas hablando. Prefería que me odiara el resto de mi vida a perderla, no podría vivir sin ella, no podría hacerlo.
- Estoy con Rick… sálvela - dijo Jim por fin y sentí como soltaba todo el aire que había retenido esperando lo que tuviera que hacer.
- Bien, lo haré, pero si pasa algo…
- Nosotros seremos los responsables. Sálvelas doctor.
- Haré todo lo que esté en mis manos para traerles a ambas sanas y salvas.
- Gracias.
- El parto será largo así que será mejor que vayáis a la cafetería o la sala de espera. Será una tarde larga y dura.
Asentí con la cabeza mientras me abrazaba a Jim, porque sabía que ahora mismo era la persona que mejor me entendía, la persona que estaba pasando por algo parecido. Si pudiera, daría mi vida por la de ambas, haría lo que fuera porque pudieran estar las dos bien, hasta mi propia vida.
- Ojala pudiera hacer algo… daría mi vida porque ambas estuvieran bien - dije dejándome caer sobre el sillón cerca de la cama de Kate a la que habían conseguido estabilizar por un tiempo.
- Papa no digas eso. ¿Has pensado en el daño que harías a lo que te queremos?
- Cariño lo haría igual por ti.
- No es por eso. No tengo celos de lo que sientes por Kate o por mi hermana. Es por como lo dices. Yo, la abuela, Kate, mi hermana todos te necesitamos así que no digas esas tonterías.
- Lo siento, solo… sería más fácil para mi. Siento ser un egoísta y tan débil.
- Hijo no lo eres - dijo Jim sentándose a mi lado - todos estamos preocupados en estos momentos, Alexis, tu padre no quiere dejarte ni a ti ni a nadie solo, lo que dice es fruto del miedo y la preocupación que todos sentimos en este momento. Rick todo va a salir bien, conozco a mi hija y saldrá de esta y esa niña ya ha demostrado que es muy fuerte y seguirá demostrándolo.
- Eso espero… eso espero - dije echándome hacia adelante buscando su mano, su contacto que tanto necesitaba.
- Tenemos que llevárnosla para prepararla Rick.
- Bien, dejémoslos solos cinco minutos - dijo Jim levantándose y quedándome a solas con Kate.
- Te quiero tanto Kate… me arrepiento tanto de haber perdido estos meses, de no habértelo dicho más. Ahora no sé si tengo tiempo y tengo tanto miedo… solo espero que llegues a entenderme cuando despiertes… solo espero que entiendas que no puedo vivir sin ti, que he hecho lo mejor para todos… o eso espero. Sé fuerte cariño, sé fuerte. Yo estaré aquí esperando por la dos, no me rendiré nunca… nunca….
Me levanté y deposité un suave beso sobre su cabeza. Parecía que estaba bien, que solo dormía que no nos estaba pasando esto. No podía pensar en que algo pudiera salir mal. En estos momentos tenía que ser valiente por las dos. Tenía que luchar por ellas, tenía que estar fuerte para cuando salieran para cuando pudiera volver a verlas, tenía que ser así.
- Rick ¿estás listo? - preguntó el médico y asentí tragando saliva.
Vi como se la llevaba e intenté de verdad aguantar, pero al verla desaparecer, que quizá podía no volver a verla, hizo que me derrumbara por completo. Sentí como mi cuerpo se quedaba sin fuerzas y acabe en el suelo completamente roto. Todo el esfuerzo, todas las ganas por estar fuerte se habían venido abajo solo de pensar…
- Rick cariño… levántate hijo. Kate es fuerte… tú también tienes que serlo.
- Pero no puedo… no puedo serlo… la necesito para ser fuerte… sin ella no lo soy… no puedo serlo.
- Cariño levanta ahora mismo. Tu mujer está luchando por ella y por tu hija. Tú tienes que hacer lo mismo. No puedes quedarte ahí tirado, tienes que estar apoyándolas, tienes que ser fuerte como ellas son. Levántate ahora mismo - dijo mi madre de forma autoritaria nunca antes la había visto así, pero tenía razón. Hundiéndome ahora no solucionaba nada.
Me levanté con la intención de ser el hombre que ella se merecía aunque no pudiera verme, necesitaba mandarle mi fuerza, necesitaba que supiera que estaría aquí siempre para ella, siempre.
Estuvimos durante mucho tiempo, no sé cuánto pero se me hizo eterno. La espera era lo peor del mundo en situaciones como está. Necesitaba poder ayudar, necesitaba verla, necesitaba tener a mi hija entre mis brazos, necesitaba tantas cosas en estos momentos que no sé cómo no me estaba volviendo loco.
De repente empezó a salir un montón de gente del quirófano y todos corrían de un lado a otro sin decirme nada. Empecé a ponerme nervioso, necesitaba saber y nadie se paraba para decirnos nada, era como si no existiéramos y la vida que estaba en peligro era la de mi mujer y mi hija, yo no podía seguir así.
- ¿Qué es lo que pasa? - dije ya enfadado.
- Ahora mismo no podemos decir nada.
- Pero…
- Rick, tienen que hacer su trabajo - dijo Lanie intentando calmarme, pero consiguió lo contrario.
- Pero pueden decirme algo al menos… necesito saber. Es mi mujer y mi hija la que están ahí dentro necesito saber… no puedo seguir así. No puedo.
-Lo sé, es difícil. Pero no pueden perder el tiempo en hablar si quieren ayudar a Kate… ¿prefieres que hablen contigo a que ayuden a Kate?
- Lanie… claro que quiero que la ayuden.
- Pues eso hacen. Cuando puedan hablar contigo lo harán. Tranquilo ¿vale?
- Es fácil decirlo - dije separándome un poco del grupo, en este momento no me sentía comprendido, sentía como si no tuviera derecho a tener miedo, a quejarme de nada, parece que no tenía derecho a preocuparme de perder…
- Rick - escuché que me llamaban y cuando me giré allí estaba el médico. Salí casi corriendo para preguntarle qué había pasado pero las palabras no me salían. Solo podía mirarle y con mi mirada rogarle que me diera buenas noticias.
- Rick…tuvimos problemas allí dentro… yo…
- Déjese de rodeos… por favor dime que están bien - dije casi suplicando y sin poder evitar que las lágrimas cayeran con fuerza por mi cara.
CONTINUARÁ…
Y una vez más me querréis matar. Prometo que no lo hago queriendo, cuando escribo no sé cuándo va a tocar el capítulo pero de nuevo os toca esperar. Y sé que es demasiado tiempo todo el fin de semana, por eso y como la semana que viene no podré subir los cuatro diarios y para que no me matéis por dejarlo así, intentaré subir mañana otro capítulo. Lo intentaré no puedo prometer nada pero por si acaso meteros que quizás haya una nueva actualización.
Gracias por estar ahí.
XXOO
Twitter: tamyalways
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 23
POV RICK
Cuando escuché como Jim me llamaba a gritos, sentí una fuerte presión en mi pecho, pero al entrar en la habitación y verla allí sin responder mientras su pulso aumentaba de forma desproporcionada pensé que mi vida se iba con la de ella. Solo podía gritarle que se quedara tranquila, que estaba con ella, que no me dejara… estaba muerto de miedo de imaginarme estar sin ella, no, no podía hacerlo.
Me coloque a su lado llorando, mientras intentaba que me mirara, que se quedara conmigo pero cuando vi sus ojos llenos de lágrimas cerrarse no pude más, me derrumbe en el suelo.
- Cariño, por favor… mírame Kate… por favor…
- Por favor Rick, déjanos a nosotros ocuparnos - dijo el doctor que acababa de entrar en la habitación alertado por el controlador cardiaco de Kate. Me quito para poder atenderla pero yo no quería separarme de ella, se lo había prometido. Pasaron unos minutos, unos minutos eternos hasta que el médico se acercó a mí.
- Rick… tenemos que sacar a la niña ya…
- Pues hágalo, sálvelas doctor.
- Kate… Kate no quería.
- ¿Qué?
- Traía los papeles para que los firmara. No quería que en caso de que pasara esto que le provocáramos el parto. Quería aguantar el máximo posible.
- Me da igual. No quiero que haga eso, quiero que las salve.
- Rick… era su última voluntad.
- Me da igual ¿vale? - dije gritando - no puedo vivir sin ella, sé que me lo terminara echando en cara si le pasa algo a la niña pero… no podré vivir el resto de mi vida si no hago todo lo posible para salvarlas a las dos.
- Pero tengo que hacerlo… es lo que ella quería.
- No llego a firmar los papeles.
- Pero le di mi palabra. Eran sus deseos y…
- ¿Y qué? Me da igual, es mi hija, es mi mujer, yo decido. Y las necesito a las dos.
- Ninguna de las opciones garantizan eso.
- Pero el parto garantiza la vida de Kate y da opciones a nuestra pequeña. Sé que sobrevivirá en la incubadora, es como su madre, sé que luchara y saldrá adelante. Pero necesito a Kate en mi vida… no pudo vivir sin ella - dije casi a media voz y sentí los brazos de mis hija sobre los míos.
- Señor Beckett, usted es su padre, creo que su opinión también cuenta - dijo el doctor a sabiendas de que yo tenía razón, pero entendía que su paciente era Kate y ella le había pedido lo contrario.
Jim miraba a su hija pensando en que era lo que tenía que hacer. Tenía que pensar era la vida de su hija, era de ella de la que estabas hablando. Prefería que me odiara el resto de mi vida a perderla, no podría vivir sin ella, no podría hacerlo.
- Estoy con Rick… sálvela - dijo Jim por fin y sentí como soltaba todo el aire que había retenido esperando lo que tuviera que hacer.
- Bien, lo haré, pero si pasa algo…
- Nosotros seremos los responsables. Sálvelas doctor.
- Haré todo lo que esté en mis manos para traerles a ambas sanas y salvas.
- Gracias.
- El parto será largo así que será mejor que vayáis a la cafetería o la sala de espera. Será una tarde larga y dura.
Asentí con la cabeza mientras me abrazaba a Jim, porque sabía que ahora mismo era la persona que mejor me entendía, la persona que estaba pasando por algo parecido. Si pudiera, daría mi vida por la de ambas, haría lo que fuera porque pudieran estar las dos bien, hasta mi propia vida.
- Ojala pudiera hacer algo… daría mi vida porque ambas estuvieran bien - dije dejándome caer sobre el sillón cerca de la cama de Kate a la que habían conseguido estabilizar por un tiempo.
- Papa no digas eso. ¿Has pensado en el daño que harías a lo que te queremos?
- Cariño lo haría igual por ti.
- No es por eso. No tengo celos de lo que sientes por Kate o por mi hermana. Es por como lo dices. Yo, la abuela, Kate, mi hermana todos te necesitamos así que no digas esas tonterías.
- Lo siento, solo… sería más fácil para mi. Siento ser un egoísta y tan débil.
- Hijo no lo eres - dijo Jim sentándose a mi lado - todos estamos preocupados en estos momentos, Alexis, tu padre no quiere dejarte ni a ti ni a nadie solo, lo que dice es fruto del miedo y la preocupación que todos sentimos en este momento. Rick todo va a salir bien, conozco a mi hija y saldrá de esta y esa niña ya ha demostrado que es muy fuerte y seguirá demostrándolo.
- Eso espero… eso espero - dije echándome hacia adelante buscando su mano, su contacto que tanto necesitaba.
- Tenemos que llevárnosla para prepararla Rick.
- Bien, dejémoslos solos cinco minutos - dijo Jim levantándose y quedándome a solas con Kate.
- Te quiero tanto Kate… me arrepiento tanto de haber perdido estos meses, de no habértelo dicho más. Ahora no sé si tengo tiempo y tengo tanto miedo… solo espero que llegues a entenderme cuando despiertes… solo espero que entiendas que no puedo vivir sin ti, que he hecho lo mejor para todos… o eso espero. Sé fuerte cariño, sé fuerte. Yo estaré aquí esperando por la dos, no me rendiré nunca… nunca….
Me levanté y deposité un suave beso sobre su cabeza. Parecía que estaba bien, que solo dormía que no nos estaba pasando esto. No podía pensar en que algo pudiera salir mal. En estos momentos tenía que ser valiente por las dos. Tenía que luchar por ellas, tenía que estar fuerte para cuando salieran para cuando pudiera volver a verlas, tenía que ser así.
- Rick ¿estás listo? - preguntó el médico y asentí tragando saliva.
Vi como se la llevaba e intenté de verdad aguantar, pero al verla desaparecer, que quizá podía no volver a verla, hizo que me derrumbara por completo. Sentí como mi cuerpo se quedaba sin fuerzas y acabe en el suelo completamente roto. Todo el esfuerzo, todas las ganas por estar fuerte se habían venido abajo solo de pensar…
- Rick cariño… levántate hijo. Kate es fuerte… tú también tienes que serlo.
- Pero no puedo… no puedo serlo… la necesito para ser fuerte… sin ella no lo soy… no puedo serlo.
- Cariño levanta ahora mismo. Tu mujer está luchando por ella y por tu hija. Tú tienes que hacer lo mismo. No puedes quedarte ahí tirado, tienes que estar apoyándolas, tienes que ser fuerte como ellas son. Levántate ahora mismo - dijo mi madre de forma autoritaria nunca antes la había visto así, pero tenía razón. Hundiéndome ahora no solucionaba nada.
Me levanté con la intención de ser el hombre que ella se merecía aunque no pudiera verme, necesitaba mandarle mi fuerza, necesitaba que supiera que estaría aquí siempre para ella, siempre.
Estuvimos durante mucho tiempo, no sé cuánto pero se me hizo eterno. La espera era lo peor del mundo en situaciones como está. Necesitaba poder ayudar, necesitaba verla, necesitaba tener a mi hija entre mis brazos, necesitaba tantas cosas en estos momentos que no sé cómo no me estaba volviendo loco.
De repente empezó a salir un montón de gente del quirófano y todos corrían de un lado a otro sin decirme nada. Empecé a ponerme nervioso, necesitaba saber y nadie se paraba para decirnos nada, era como si no existiéramos y la vida que estaba en peligro era la de mi mujer y mi hija, yo no podía seguir así.
- ¿Qué es lo que pasa? - dije ya enfadado.
- Ahora mismo no podemos decir nada.
- Pero…
- Rick, tienen que hacer su trabajo - dijo Lanie intentando calmarme, pero consiguió lo contrario.
- Pero pueden decirme algo al menos… necesito saber. Es mi mujer y mi hija la que están ahí dentro necesito saber… no puedo seguir así. No puedo.
-Lo sé, es difícil. Pero no pueden perder el tiempo en hablar si quieren ayudar a Kate… ¿prefieres que hablen contigo a que ayuden a Kate?
- Lanie… claro que quiero que la ayuden.
- Pues eso hacen. Cuando puedan hablar contigo lo harán. Tranquilo ¿vale?
- Es fácil decirlo - dije separándome un poco del grupo, en este momento no me sentía comprendido, sentía como si no tuviera derecho a tener miedo, a quejarme de nada, parece que no tenía derecho a preocuparme de perder…
- Rick - escuché que me llamaban y cuando me giré allí estaba el médico. Salí casi corriendo para preguntarle qué había pasado pero las palabras no me salían. Solo podía mirarle y con mi mirada rogarle que me diera buenas noticias.
- Rick…tuvimos problemas allí dentro… yo…
- Déjese de rodeos… por favor dime que están bien - dije casi suplicando y sin poder evitar que las lágrimas cayeran con fuerza por mi cara.
CONTINUARÁ…
Y una vez más me querréis matar. Prometo que no lo hago queriendo, cuando escribo no sé cuándo va a tocar el capítulo pero de nuevo os toca esperar. Y sé que es demasiado tiempo todo el fin de semana, por eso y como la semana que viene no podré subir los cuatro diarios y para que no me matéis por dejarlo así, intentaré subir mañana otro capítulo. Lo intentaré no puedo prometer nada pero por si acaso meteros que quizás haya una nueva actualización.
Gracias por estar ahí.
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
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Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Capítulo 24
Buenas y lluviosas tardes, como lo prometido es deuda aquí tenéis un nuevo capítulo para que no me matéis por el de ayer. Recordad que la semana que viene solo podré subir tres capítulos pero ya os avisaré. Gracias a todos por estar ahí.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo24
POV RICK
Estaba mirándole fijamente, no sabía si quería o no saber. Tenía tanto miedo que no sabía cómo me mantenía en pie.
- Hemos tenido problemas Rick, pero ahora mismo ambas están estables.
- Entonces… ¿Están bien?
- Lo están. Al principio la niña no respondía. Creía que no iba a salir pero… conseguimos recuperarla y ahora esta en la sala de incubadoras. A Kate la vamos a llevar en cuanto la preparen a una habitación, allí podréis estar con ella aunque tardará un poquito en despertar.
-Están bien - dije con una sonrisa más para mi mismo que para nadie. No podía creérmelo ambas estaban bien, todo estaba bien.
- ¿Cuándo podremos ver a la pequeña? - dijo Alexis con una sonrisa y yo la atraje hacia mí con un fuerte abrazo.
- Tendréis que esperar…
- No puedo…
- Está bien, podrás verla solo tú un ratito. Los demás tendréis que esperar. Pero antes será mejor que vayáis con Kate.
- ¿Cuándo despertará?
- Tardará unas horas, por lo menos un par.
- Gracias doctor.
- He hecho mi trabajo.
- No, ha hecho mucho más - dije con una sonrisa feliz de que ambas estuvieran bien. Nos abrazamos todos felices por la gran noticia. Todo estaba bien, parecía que la cosa estaba mucho mejor de lo que había pensado.
Pasados unos minutos llegaron los médicos con Kate. Estaba muy blanca pero aun así estaba guapa. Les dejamos hacer y cuando nos dejaron a solas me acerque a la cama y tras cogerle la mano le bese suavemente la frente. Se le veía muy cansada, sin duda había tenido que ser muy duro todo. Pero había salido bien y con eso de momento me bastaba.
- Ha sido toda una campeona.
- Si lo ha sido - contesté a mi madre mientras no dejaba de acariciar a Kate, no podía dejar de tocarla, no quería volver a alejarme de ella.
- Has tomado una buena decisión - dijo Jim dándome una palmadita en el hombro y se lo agradecí con una sonrisa. Estaba tan asustado ante la decisión tomada, por haber contradicho a la decisión de Kate, pero tenía que hacerlo, necesitaba que ella estuviera conmigo aunque sabía que si le llega a pasar algo a nuestra pequeña no me lo hubiera perdonado en la vida, pero con lo que no hubiera podido vivir era con saber que no la iba a volver a ver en la vida, que la iba a perder. Con eso nunca hubiera podido vivir.
Ahora tenerla aquí de nuevo, conmigo y sabiendo que nuestra pequeña seguía luchando me hizo sentir algo más tranquilo aunque no podía estarlo del todo hasta que ella despertara y hasta que podamos tener a nuestro bebe con nosotros, hasta que podamos empezar a vivir como una familia normal.
- Rick… - dijo el médico apareciendo por la puerta.
- ¿Si?
- ¿Quieres conocer a tu hija?
- Claro… - dije con cara de tonto mientras seguía al doctor rápidamente para conocer a mi niña.
Estaba nervioso, no pude evitar recordar el primer momento en ver a Alexis, la primera vez que la tuve en brazos y sabía que sería un poco distinto pero que sentiría lo mismo el amor que siente un padre por un hijo.
- Mary, este es el señor Castle. ¿Puedes prepararle para que vea a su hija?
- Claro doctor - dijo la enfermera con una sonrisa mientras me dirigía hacia una habitación donde me hizo ponerme un mono, una mascarilla y un gorro y me insto a lavarme las manos con un jabón que tenía allí.
- ¿Está listo?
- Si.
- ¿Nervioso?
- Si.
- ¿Es su primera vez?
- No, ya tengo una hija pero nunca…
- Tranquilo, gracias a los avances médicos la esperanza de vida de estos niños ha mejorado notablemente. Verá como todo sale bien.
- Eso espero-dije sonriendo mientras pasábamos por la gigante ventana donde estaban todos los niños recién nacidos.
- Miré, esa de allí, de la derecha, es la suya. Pero entremos para que pueda verla mejor.
Yo trague saliva y la seguí hacia el interior. Estaba muy emocionado por lo que significaba el poder conocerla.
Cuando entré en el interior y vi un montón de cunas e incubadoras llenas de niños no pude evitar ponerme nervioso pero nada comparado a cuando la enfermera me miro y me acompaño a una urna de cristal trasparente donde apenas se veía a mi pequeña hija.
- Esta es su hija.
Cuando la mire y la vi tan chiquitina, sentí como el corazón se me aceleraba a mil por hora. Eran tan diminuta, mucho más de lo que fue Alexis cuando nació y tampoco fue muy grande. Pero a pesar de eso era muy guapa, mi pequeña era preciosa a pesar de tener unos cables que cubrían mucha parte de su pequeño cuerpo.
- Si quiere puede tocarla.
- ¿Puedo?
- Si claro - dijo separándome un poco para poder meter la mano por un pequeño agujero por donde toco a la niña – ¿Ve? así.
- Gracias - dije tragando saliva mientras metía la mano del mismo modo que había hecho la auxiliar. Tenía tanto miedo de tocarla, era como si fuera a romperse de lo chiquitina que era, pero al sentir el roce de su piel en mis dedos, al sentir como se movía, como estaba viva, me emocione de tal modo que rompí a llorar.
- Le dejo unos minutos a solas con ella. Pero solo unos minutos. Ahora volveré.
- Si claro. Gracias - dije sonriendo, pero sin quitar la vista a mi pequeña, que parecía reconocer mi voz y mi tacto.
Tenía unas ganas terribles de protegerla. Antes cuando estaba en el vientre de su madre podía hacer poco para ayudarla, pero ahora… ahora podía hacer menos. No podía hacer nada para que su seguridad y su salud mejoraran, no podía hacer nada para mantenerla a salvo aunque en el mundo en que vivimos es muy difícil mantener a alguien a salvo. Era algo que había aprendido ya con Alexis pero era distinto. Ahora solo ella podía luchar por su vida, yo no le servía de nada, solo esperaba que tuviera los genes de su madre.
Pasé unos minutos con ella sin dejar de mirarla, se me caía la baba de verla allí por fin y poder tocarla. Tenía miedo de perderla y mucho más ahora, después de verla, pero estaba feliz porque ahora que la había visto y tocado, sabía que todo saldría bien, tenía que salir bien.
- Señor Castle, tenemos que salir ya.
- Sí, claro – respondí echándole una última mirada a mi hija.
Cuando salimos de la sala, me encontraba mucho más feliz y tranquilo que cuando entre. Estaba radiante de felicidad. Deseaba que Kate pudiera verla, seguro que se le caería la baba y sabía que una vez que la viera, su vida cambiaría por completo.
Me despedí de una enfermera y me dirigí hacia la ventana para verla de nuevo y allí me encontré con mi otra pequeña, aunque ya hubiera crecido, para mí siempre lo sería.
- Hola cariño.
- Hola. ¿Ya la has visto?
- Sí, es muy pequeña - dije abrazándola con fuerza – mira - dije señalando hacia donde estaba su hermanita - ¿Ves aquella última?
- Si.
- Pues esa es tu hermanita.
- ¿Cómo la has visto?
- Es muy pequeña. La he podido tocar y me he sentido… no sé… es algo que no sé puede definir. Recuerdo el primer día que te cogí en mis manos y fue un sentimiento parecido. Me sentía nervioso porque no sabía cómo hacerlo. No sabía cómo iba a conseguir ser alguien que pudiera sacarte adelante, como iba a ser un bastón para algo tan pequeño. Ahora quizás esté más preparado pero…
- Es distinto - dijo sonriéndome.
- Sí, estoy igual de emocionado y de asustado. Creo que nunca me voy a sentir preparado.
- Pues lo estás y mucho, te lo prometo. Además esta vez tienes a Kate. Ella también va a ser una gran madre.
- Si, lo será. Tengo unas ganas de ver su cara cuando conozca a nuestra niña - dije con una sonrisa en la cara.
- Será muy feliz, vais a ser todos muy felices.
- Si, vamos a serlo todos cariño - dije abrazándola con todas mis fuerzas.
- Rick - dijo una voz a mi espalda y cuando me giré me encontré con Jim - Kate ha despertado -dijo y yo no necesité escuchar nada más. Besé en la cabeza a mi Alexis y salí disparado en busca de la mujer de mi vida.
CONTINUARÁ…
Gracias por seguir leyendo y como siempre los comentarios son bienvenidos.
Nos vemos el lunes hasta entonces disfrutad…
XXOO
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Los personajes no me pertenecen…
Capítulo24
POV RICK
Estaba mirándole fijamente, no sabía si quería o no saber. Tenía tanto miedo que no sabía cómo me mantenía en pie.
- Hemos tenido problemas Rick, pero ahora mismo ambas están estables.
- Entonces… ¿Están bien?
- Lo están. Al principio la niña no respondía. Creía que no iba a salir pero… conseguimos recuperarla y ahora esta en la sala de incubadoras. A Kate la vamos a llevar en cuanto la preparen a una habitación, allí podréis estar con ella aunque tardará un poquito en despertar.
-Están bien - dije con una sonrisa más para mi mismo que para nadie. No podía creérmelo ambas estaban bien, todo estaba bien.
- ¿Cuándo podremos ver a la pequeña? - dijo Alexis con una sonrisa y yo la atraje hacia mí con un fuerte abrazo.
- Tendréis que esperar…
- No puedo…
- Está bien, podrás verla solo tú un ratito. Los demás tendréis que esperar. Pero antes será mejor que vayáis con Kate.
- ¿Cuándo despertará?
- Tardará unas horas, por lo menos un par.
- Gracias doctor.
- He hecho mi trabajo.
- No, ha hecho mucho más - dije con una sonrisa feliz de que ambas estuvieran bien. Nos abrazamos todos felices por la gran noticia. Todo estaba bien, parecía que la cosa estaba mucho mejor de lo que había pensado.
Pasados unos minutos llegaron los médicos con Kate. Estaba muy blanca pero aun así estaba guapa. Les dejamos hacer y cuando nos dejaron a solas me acerque a la cama y tras cogerle la mano le bese suavemente la frente. Se le veía muy cansada, sin duda había tenido que ser muy duro todo. Pero había salido bien y con eso de momento me bastaba.
- Ha sido toda una campeona.
- Si lo ha sido - contesté a mi madre mientras no dejaba de acariciar a Kate, no podía dejar de tocarla, no quería volver a alejarme de ella.
- Has tomado una buena decisión - dijo Jim dándome una palmadita en el hombro y se lo agradecí con una sonrisa. Estaba tan asustado ante la decisión tomada, por haber contradicho a la decisión de Kate, pero tenía que hacerlo, necesitaba que ella estuviera conmigo aunque sabía que si le llega a pasar algo a nuestra pequeña no me lo hubiera perdonado en la vida, pero con lo que no hubiera podido vivir era con saber que no la iba a volver a ver en la vida, que la iba a perder. Con eso nunca hubiera podido vivir.
Ahora tenerla aquí de nuevo, conmigo y sabiendo que nuestra pequeña seguía luchando me hizo sentir algo más tranquilo aunque no podía estarlo del todo hasta que ella despertara y hasta que podamos tener a nuestro bebe con nosotros, hasta que podamos empezar a vivir como una familia normal.
- Rick… - dijo el médico apareciendo por la puerta.
- ¿Si?
- ¿Quieres conocer a tu hija?
- Claro… - dije con cara de tonto mientras seguía al doctor rápidamente para conocer a mi niña.
Estaba nervioso, no pude evitar recordar el primer momento en ver a Alexis, la primera vez que la tuve en brazos y sabía que sería un poco distinto pero que sentiría lo mismo el amor que siente un padre por un hijo.
- Mary, este es el señor Castle. ¿Puedes prepararle para que vea a su hija?
- Claro doctor - dijo la enfermera con una sonrisa mientras me dirigía hacia una habitación donde me hizo ponerme un mono, una mascarilla y un gorro y me insto a lavarme las manos con un jabón que tenía allí.
- ¿Está listo?
- Si.
- ¿Nervioso?
- Si.
- ¿Es su primera vez?
- No, ya tengo una hija pero nunca…
- Tranquilo, gracias a los avances médicos la esperanza de vida de estos niños ha mejorado notablemente. Verá como todo sale bien.
- Eso espero-dije sonriendo mientras pasábamos por la gigante ventana donde estaban todos los niños recién nacidos.
- Miré, esa de allí, de la derecha, es la suya. Pero entremos para que pueda verla mejor.
Yo trague saliva y la seguí hacia el interior. Estaba muy emocionado por lo que significaba el poder conocerla.
Cuando entré en el interior y vi un montón de cunas e incubadoras llenas de niños no pude evitar ponerme nervioso pero nada comparado a cuando la enfermera me miro y me acompaño a una urna de cristal trasparente donde apenas se veía a mi pequeña hija.
- Esta es su hija.
Cuando la mire y la vi tan chiquitina, sentí como el corazón se me aceleraba a mil por hora. Eran tan diminuta, mucho más de lo que fue Alexis cuando nació y tampoco fue muy grande. Pero a pesar de eso era muy guapa, mi pequeña era preciosa a pesar de tener unos cables que cubrían mucha parte de su pequeño cuerpo.
- Si quiere puede tocarla.
- ¿Puedo?
- Si claro - dijo separándome un poco para poder meter la mano por un pequeño agujero por donde toco a la niña – ¿Ve? así.
- Gracias - dije tragando saliva mientras metía la mano del mismo modo que había hecho la auxiliar. Tenía tanto miedo de tocarla, era como si fuera a romperse de lo chiquitina que era, pero al sentir el roce de su piel en mis dedos, al sentir como se movía, como estaba viva, me emocione de tal modo que rompí a llorar.
- Le dejo unos minutos a solas con ella. Pero solo unos minutos. Ahora volveré.
- Si claro. Gracias - dije sonriendo, pero sin quitar la vista a mi pequeña, que parecía reconocer mi voz y mi tacto.
Tenía unas ganas terribles de protegerla. Antes cuando estaba en el vientre de su madre podía hacer poco para ayudarla, pero ahora… ahora podía hacer menos. No podía hacer nada para que su seguridad y su salud mejoraran, no podía hacer nada para mantenerla a salvo aunque en el mundo en que vivimos es muy difícil mantener a alguien a salvo. Era algo que había aprendido ya con Alexis pero era distinto. Ahora solo ella podía luchar por su vida, yo no le servía de nada, solo esperaba que tuviera los genes de su madre.
Pasé unos minutos con ella sin dejar de mirarla, se me caía la baba de verla allí por fin y poder tocarla. Tenía miedo de perderla y mucho más ahora, después de verla, pero estaba feliz porque ahora que la había visto y tocado, sabía que todo saldría bien, tenía que salir bien.
- Señor Castle, tenemos que salir ya.
- Sí, claro – respondí echándole una última mirada a mi hija.
Cuando salimos de la sala, me encontraba mucho más feliz y tranquilo que cuando entre. Estaba radiante de felicidad. Deseaba que Kate pudiera verla, seguro que se le caería la baba y sabía que una vez que la viera, su vida cambiaría por completo.
Me despedí de una enfermera y me dirigí hacia la ventana para verla de nuevo y allí me encontré con mi otra pequeña, aunque ya hubiera crecido, para mí siempre lo sería.
- Hola cariño.
- Hola. ¿Ya la has visto?
- Sí, es muy pequeña - dije abrazándola con fuerza – mira - dije señalando hacia donde estaba su hermanita - ¿Ves aquella última?
- Si.
- Pues esa es tu hermanita.
- ¿Cómo la has visto?
- Es muy pequeña. La he podido tocar y me he sentido… no sé… es algo que no sé puede definir. Recuerdo el primer día que te cogí en mis manos y fue un sentimiento parecido. Me sentía nervioso porque no sabía cómo hacerlo. No sabía cómo iba a conseguir ser alguien que pudiera sacarte adelante, como iba a ser un bastón para algo tan pequeño. Ahora quizás esté más preparado pero…
- Es distinto - dijo sonriéndome.
- Sí, estoy igual de emocionado y de asustado. Creo que nunca me voy a sentir preparado.
- Pues lo estás y mucho, te lo prometo. Además esta vez tienes a Kate. Ella también va a ser una gran madre.
- Si, lo será. Tengo unas ganas de ver su cara cuando conozca a nuestra niña - dije con una sonrisa en la cara.
- Será muy feliz, vais a ser todos muy felices.
- Si, vamos a serlo todos cariño - dije abrazándola con todas mis fuerzas.
- Rick - dijo una voz a mi espalda y cuando me giré me encontré con Jim - Kate ha despertado -dijo y yo no necesité escuchar nada más. Besé en la cabeza a mi Alexis y salí disparado en busca de la mujer de mi vida.
CONTINUARÁ…
Gracias por seguir leyendo y como siempre los comentarios son bienvenidos.
Nos vemos el lunes hasta entonces disfrutad…
XXOO
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
que gran momento...esperemos a ver como reacciona kate cuando le digan lo de la bebe---
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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capítulo 25
Buenos días, os dejo con un nuevo capítulo de la historia, espero que os esté gustando. Gracias a todos por leer y por comentar y por supuesto gracias a mi compañera por su trabajo.
Los personajes no me pertenecen…
Capítulo 25
POV RICK
Llegue en unos segundos a verla, por un momento, solo por un momento pensé que podía perderla y eso me lleno de un miedo indescriptible. Tenía que tocarla, que hablar con ella, necesitaba sentirla para saber que todo iba a ir bien. Además teníamos que hablar. El que hubiera hablado a escondidas con el médico para que el parto se alargara lo máximo posible poniendo su vida en peligro no me había gustado igual que a ella no le iba a gustar que le dijera que había pasado por encima de sus deseos y que gracias a el karma imagino, estaban ambas bien, eso era lo único bueno de todo esto.
Llegue casi corriendo hasta la puerta donde estaba Kate y allí estaban todos fuera con sonrisas en la cara.
- ¿La habéis visto?
- Si. Pregunta por ti – dijo Lanie con una sonrisa y yo me dispuse para entrar.
- Rick… - dijo mi madre y cuando la mire me quiso advertir de lo que iba a encontrarme - aún no lo sabe. Pensamos que era mejor que tu…
- Está bien, gracias madre - dije haciendo acopio de valor para abrir la puerta y hablar con mi mujer para explicarle todo lo que había pasado.
Entré y vi a Kate tumbada en la cama pero con los ojos abiertos mirando a la nada, no pude evitar sonreír. Me acerque despacio y eso hizo que su mirada se centrara en mi por primera vez desde que… desde que casi la pierdo.
- ¡Ey!
- Hola amor - contesté con una sonrisa mientras me sentaba en la cama cerca de ella. Me agache lo justo para dejar un suave beso sobre sus labios.
- ¿Qué…que ha pasado?
- Te pusiste fatal. No sabía que pasaba y tenía tanto miedo - dije tragando saliva y me agarró la mano dándome apoyo - tuvieron… tuvieron que… - no tuve que decir nada más. Vi como Kate se destapaba mirando su estómago donde ya no se encontraba nuestra pequeña. Me miró descompuesta con mucho miedo, con terror.
- ¿Qué ha sucedido…? ¿Qué has hecho?
- Kate…
- Yo no quería… yo quería que la salvaran, yo…
- Kate para. Ya sé lo que querías. Pero quien estaba aquí era yo. Yo era el que tenía que decidir y no me arrepiento de lo que hice.
- Pero…
- Nuestra niña está bien Kate.
- ¿Lo está?
- Si.
- ¿La has visto?
- Acabo de verla. Es muy pequeña pero está bien Kate. Es fuerte, tiene tus genes.
- Entonces…
- Todo ha salido bien.
- Quiero verla.
- Es pronto. Primero tienes que descansar Kate.
- Pero puedo verla…
- Claro, en cuanto los médicos lo encuentren oportuno. Pero antes… quiero, necesito saber por qué.
- ¿Por qué?
- Sí, porque decidiste eso. Por que querías alejarte de mí.
- No quería alejarme de ti Rick. Nunca haría eso - dijo acariciándome la mano pero sin mirarme a los ojos, aunque casi prefería que así fuera - tenía miedo de dejaros aquí solos, pero sabía que si me pasaba algo estará bien cuidada porque siempre te tendría a ti. Solo buscaba lo mejor para ella.
- Para ella, no era lo mejor perder a su madre, tú más que nadie tienes que saber eso.
- Rick… necesitaba que viviera, necesitaba dejar algo en este mundo de lo que me sintiera orgullosa.
- Has hecho más por este mundo de lo que tú piensas Kate. Gracias a ti y a gente como tú tenemos una ciudad más segura. Tienes que sentirte orgullosa de todo lo que has hecho. No necesitas tener una hija para ello, eres una mujer increíble que has dado al mundo seguridad y a mí… Kate me lo has dado todo…no sé qué haría sin ti, así que no vuelvas a pensar que irte y dejarnos solos es lo mejor porque no lo es ni de lejos.
- Gracias – dijo sin mirarme, aunque luego si lo hizo y se disculpó - lo siento.
-No hace falta que digas más, solo quería que supieras que no me gusto que pensaras así y que me dejaras fuera otra vez.
- Compréndelo, sabía que no me hubieras apoyado.
- Porque os necesito a las dos, Kate - dije tocándole suavemente la mejilla para que me mirase a los ojos - te quiero y necesito que estés conmigo. Juntos somos mejores y vamos a sacar a esta familia adelante, te lo prometo - dije con una sonrisa que ella me correspondió.
- ¿Cómo es? - dijo mirándome con un brillo especial en los ojos, el de una madre cuando habla de su hija, o al menos así tendría que ser.
- Es pequeñita, mucho, es preciosa Kate. He podido tocarla y… ha sido increíble, me ha dado más fuerzas ella a mí, que yo a ella. Es especial, lo he notado solo con verla.
- Me muero de ganas de conocerla.
- Verás cómo pronto podremos llevárnosla a casa - dije sentándome y atrayéndola hacia mi dejando su cabeza sobre mi pecho - Tenemos que ir pensando en un nombre.
- ¡Oh! Es cierto.
- ¿No tenías nada pensado?
- La verdad es que no.
- ¿Te gustaría ponerle el nombre de tu madre? ¿Johanna?
- ¡Ay Rick! - dijo sorprendida por mi elección - la verdad es que no lo había pensado.
- Pues yo sí, pensé que te gustaría.
- No, no quiero. Prefiero un nombre que tenga que ver con nosotros. Con nuestra relación.
- ¿Cómo cuál?
- Como Allison.
- ¿Allison?
- Sí, nuestro primer caso. Así nos conocimos.
- No se…
- ¿No te gusta? - dijo mirándome a los ojos y yo no pude evitar sonreírle.
-No pensaba que fueras…
- ¿Cómo? Romántica, sentimental…
- Si algo así - dije riéndome mientras recibía un pequeño golpe en el costado por parte de ella.
- No te rías. ¿Entonces te gusta o no? si quieres puedes dar tu ideas.
- No, me encanta. Me encantara contarle la historia que hay detrás de su nombre, de cómo conocí a su madre y me sorprendió tanto que ya no pude dejarla marchar.
- ¿Has visto? fuiste tú quien se enamoró antes.
- No he dicho eso.
- Pero... – dijo enfurruñada consiguiendo con ello sacarme una sonrisa.
- Me encanta cuando te enfadas. No tengo miedo a admitir que me volviste loco desde el primer día. No me cuesta admitir que cuando empecé a conocerte me di cuenta que había más que atracción, mucho más que una simple sorpresa. No me da miedo a admitir que me enamoré y caí en tus redes - dije mirándola fijamente a los ojos y vi cómo se empañaban por la emoción de mis palabras.
- Yo también te quiero Rick - dijo llena de emoción.
- Siento interrumpir - dijo el doctor entrando por la puerta con una sonrisa en la cara y haciéndome reír de nuevo al ver como Kate se sonrojaba por haber sido sorprendidos.
- Por hoy te lo permito pero que sea la última vez - dije en tono de broma haciendo reír a nuestro doctor.
- Bien, ¿Cómo te encuentras Kate?
- Cansada; pero bien.
- De acuerdo. Te haremos unas últimas pruebas pero creo que no habrá problemas.
- ¿Cuándo podré ver a mi pequeña?
- Bueno, si te sientes bien por mí… podrás verla mañana. ¿Qué te parece?
- Me gustaría verla ahora, pero si no se puede.
- Preferiría que no. Prefiero que descanses todo el tiempo posible. Quiero que cojas fuerzas Kate por lo que has pasado no ha sido fácil y necesitas recuperarte.
- ¿Y nuestra pequeña…?
- Está bien. Tuvimos problemas en el parto pero fue muy fuerte y salió de esa. Tengo que ser sincero con vosotros. Aún no está fuera de peligro. Está bien, y tengo buenas sensaciones pero eso no significa que puedan surgir algunos problemas. Es muy pequeña aún y tiene que pasar mucho tiempo aquí en el hospital antes de poder empezar una vida normal.
- Esperaremos lo que haga falta - dije besando la cabeza de Kate con delicadeza - estoy seguro de que saldremos de esta.
- Tengo muchas esperanzas, de verdad, ya ha demostrado en varias ocasiones las ganas de vivir que tiene y lo fuerte que es. Yo haré todo lo posible para que así sea. Cuando te recuperes y te demos el alta tendréis que iros a casa.
- No, no puedo alejarme de ella - dijo Kate casi con pánico en la cara.
- Tienes que hacerlo. No puedes pasarte aquí un mes o dos. No sabemos cuánto necesitara la niña. Podrás estar aquí todo el tiempo que quieras pero como mínimo tienes que ir a dormir a casa. Y los próximos días Kate no puedes estar de pie mucho tiempo, necesitarás reposo.
- Puedo hacerlo aquí.
- Kate, si queremos ayudar a la niña tendremos que hacer lo que los médicos nos digan. No puedes estar aquí metida las 24 horas del día durante dos meses. Si enfermas no la podremos ayudar. Vendremos y pasaremos aquí todas las horas que quieras pero…
- Pero solo la podréis ver tres veces al día durante una hora. Así que es un poco tonto estar ahí sentados en una sala de espera - dijo el médico intentándome ayudar pero sabía que a Kate se le haría difícil entender porque no podía estar con su hija, temía incluso que se rompiera una pierna para que no pudieran echarla.
- Pero…
- Bueno es pronto para pensar en ello. De momento te voy a hacer esas pruebas y luego a descansar.
- Así lo haremos, yo me ocuparé de ello - dije al doctor antes de que se fuera - Anda ven, todo va a salir bien, ya veremos cómo lo hacemos pero seguro que pasa el tiempo rápido y antes de que te des cuentas la tendremos en casa, con nosotros.
- Eso espero - dijo con la mirada perdida y la atraje hacia mí para poder tranquilizarla aunque sabía que este tiempo de espera iba a ser muy duro.
CONTINAURÁ…
Como ya sabéis esta semana va a ser más corta, habrá capítulo mañana y pasado pero ya no podré volver a subir hasta el martes que viene por motivos de descanso. Gracias a todos y a tener paciencia que ya queda muy poquito para acabar la historia.
Nos vemos mañana XXOO
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Capítulo 25
POV RICK
Llegue en unos segundos a verla, por un momento, solo por un momento pensé que podía perderla y eso me lleno de un miedo indescriptible. Tenía que tocarla, que hablar con ella, necesitaba sentirla para saber que todo iba a ir bien. Además teníamos que hablar. El que hubiera hablado a escondidas con el médico para que el parto se alargara lo máximo posible poniendo su vida en peligro no me había gustado igual que a ella no le iba a gustar que le dijera que había pasado por encima de sus deseos y que gracias a el karma imagino, estaban ambas bien, eso era lo único bueno de todo esto.
Llegue casi corriendo hasta la puerta donde estaba Kate y allí estaban todos fuera con sonrisas en la cara.
- ¿La habéis visto?
- Si. Pregunta por ti – dijo Lanie con una sonrisa y yo me dispuse para entrar.
- Rick… - dijo mi madre y cuando la mire me quiso advertir de lo que iba a encontrarme - aún no lo sabe. Pensamos que era mejor que tu…
- Está bien, gracias madre - dije haciendo acopio de valor para abrir la puerta y hablar con mi mujer para explicarle todo lo que había pasado.
Entré y vi a Kate tumbada en la cama pero con los ojos abiertos mirando a la nada, no pude evitar sonreír. Me acerque despacio y eso hizo que su mirada se centrara en mi por primera vez desde que… desde que casi la pierdo.
- ¡Ey!
- Hola amor - contesté con una sonrisa mientras me sentaba en la cama cerca de ella. Me agache lo justo para dejar un suave beso sobre sus labios.
- ¿Qué…que ha pasado?
- Te pusiste fatal. No sabía que pasaba y tenía tanto miedo - dije tragando saliva y me agarró la mano dándome apoyo - tuvieron… tuvieron que… - no tuve que decir nada más. Vi como Kate se destapaba mirando su estómago donde ya no se encontraba nuestra pequeña. Me miró descompuesta con mucho miedo, con terror.
- ¿Qué ha sucedido…? ¿Qué has hecho?
- Kate…
- Yo no quería… yo quería que la salvaran, yo…
- Kate para. Ya sé lo que querías. Pero quien estaba aquí era yo. Yo era el que tenía que decidir y no me arrepiento de lo que hice.
- Pero…
- Nuestra niña está bien Kate.
- ¿Lo está?
- Si.
- ¿La has visto?
- Acabo de verla. Es muy pequeña pero está bien Kate. Es fuerte, tiene tus genes.
- Entonces…
- Todo ha salido bien.
- Quiero verla.
- Es pronto. Primero tienes que descansar Kate.
- Pero puedo verla…
- Claro, en cuanto los médicos lo encuentren oportuno. Pero antes… quiero, necesito saber por qué.
- ¿Por qué?
- Sí, porque decidiste eso. Por que querías alejarte de mí.
- No quería alejarme de ti Rick. Nunca haría eso - dijo acariciándome la mano pero sin mirarme a los ojos, aunque casi prefería que así fuera - tenía miedo de dejaros aquí solos, pero sabía que si me pasaba algo estará bien cuidada porque siempre te tendría a ti. Solo buscaba lo mejor para ella.
- Para ella, no era lo mejor perder a su madre, tú más que nadie tienes que saber eso.
- Rick… necesitaba que viviera, necesitaba dejar algo en este mundo de lo que me sintiera orgullosa.
- Has hecho más por este mundo de lo que tú piensas Kate. Gracias a ti y a gente como tú tenemos una ciudad más segura. Tienes que sentirte orgullosa de todo lo que has hecho. No necesitas tener una hija para ello, eres una mujer increíble que has dado al mundo seguridad y a mí… Kate me lo has dado todo…no sé qué haría sin ti, así que no vuelvas a pensar que irte y dejarnos solos es lo mejor porque no lo es ni de lejos.
- Gracias – dijo sin mirarme, aunque luego si lo hizo y se disculpó - lo siento.
-No hace falta que digas más, solo quería que supieras que no me gusto que pensaras así y que me dejaras fuera otra vez.
- Compréndelo, sabía que no me hubieras apoyado.
- Porque os necesito a las dos, Kate - dije tocándole suavemente la mejilla para que me mirase a los ojos - te quiero y necesito que estés conmigo. Juntos somos mejores y vamos a sacar a esta familia adelante, te lo prometo - dije con una sonrisa que ella me correspondió.
- ¿Cómo es? - dijo mirándome con un brillo especial en los ojos, el de una madre cuando habla de su hija, o al menos así tendría que ser.
- Es pequeñita, mucho, es preciosa Kate. He podido tocarla y… ha sido increíble, me ha dado más fuerzas ella a mí, que yo a ella. Es especial, lo he notado solo con verla.
- Me muero de ganas de conocerla.
- Verás cómo pronto podremos llevárnosla a casa - dije sentándome y atrayéndola hacia mi dejando su cabeza sobre mi pecho - Tenemos que ir pensando en un nombre.
- ¡Oh! Es cierto.
- ¿No tenías nada pensado?
- La verdad es que no.
- ¿Te gustaría ponerle el nombre de tu madre? ¿Johanna?
- ¡Ay Rick! - dijo sorprendida por mi elección - la verdad es que no lo había pensado.
- Pues yo sí, pensé que te gustaría.
- No, no quiero. Prefiero un nombre que tenga que ver con nosotros. Con nuestra relación.
- ¿Cómo cuál?
- Como Allison.
- ¿Allison?
- Sí, nuestro primer caso. Así nos conocimos.
- No se…
- ¿No te gusta? - dijo mirándome a los ojos y yo no pude evitar sonreírle.
-No pensaba que fueras…
- ¿Cómo? Romántica, sentimental…
- Si algo así - dije riéndome mientras recibía un pequeño golpe en el costado por parte de ella.
- No te rías. ¿Entonces te gusta o no? si quieres puedes dar tu ideas.
- No, me encanta. Me encantara contarle la historia que hay detrás de su nombre, de cómo conocí a su madre y me sorprendió tanto que ya no pude dejarla marchar.
- ¿Has visto? fuiste tú quien se enamoró antes.
- No he dicho eso.
- Pero... – dijo enfurruñada consiguiendo con ello sacarme una sonrisa.
- Me encanta cuando te enfadas. No tengo miedo a admitir que me volviste loco desde el primer día. No me cuesta admitir que cuando empecé a conocerte me di cuenta que había más que atracción, mucho más que una simple sorpresa. No me da miedo a admitir que me enamoré y caí en tus redes - dije mirándola fijamente a los ojos y vi cómo se empañaban por la emoción de mis palabras.
- Yo también te quiero Rick - dijo llena de emoción.
- Siento interrumpir - dijo el doctor entrando por la puerta con una sonrisa en la cara y haciéndome reír de nuevo al ver como Kate se sonrojaba por haber sido sorprendidos.
- Por hoy te lo permito pero que sea la última vez - dije en tono de broma haciendo reír a nuestro doctor.
- Bien, ¿Cómo te encuentras Kate?
- Cansada; pero bien.
- De acuerdo. Te haremos unas últimas pruebas pero creo que no habrá problemas.
- ¿Cuándo podré ver a mi pequeña?
- Bueno, si te sientes bien por mí… podrás verla mañana. ¿Qué te parece?
- Me gustaría verla ahora, pero si no se puede.
- Preferiría que no. Prefiero que descanses todo el tiempo posible. Quiero que cojas fuerzas Kate por lo que has pasado no ha sido fácil y necesitas recuperarte.
- ¿Y nuestra pequeña…?
- Está bien. Tuvimos problemas en el parto pero fue muy fuerte y salió de esa. Tengo que ser sincero con vosotros. Aún no está fuera de peligro. Está bien, y tengo buenas sensaciones pero eso no significa que puedan surgir algunos problemas. Es muy pequeña aún y tiene que pasar mucho tiempo aquí en el hospital antes de poder empezar una vida normal.
- Esperaremos lo que haga falta - dije besando la cabeza de Kate con delicadeza - estoy seguro de que saldremos de esta.
- Tengo muchas esperanzas, de verdad, ya ha demostrado en varias ocasiones las ganas de vivir que tiene y lo fuerte que es. Yo haré todo lo posible para que así sea. Cuando te recuperes y te demos el alta tendréis que iros a casa.
- No, no puedo alejarme de ella - dijo Kate casi con pánico en la cara.
- Tienes que hacerlo. No puedes pasarte aquí un mes o dos. No sabemos cuánto necesitara la niña. Podrás estar aquí todo el tiempo que quieras pero como mínimo tienes que ir a dormir a casa. Y los próximos días Kate no puedes estar de pie mucho tiempo, necesitarás reposo.
- Puedo hacerlo aquí.
- Kate, si queremos ayudar a la niña tendremos que hacer lo que los médicos nos digan. No puedes estar aquí metida las 24 horas del día durante dos meses. Si enfermas no la podremos ayudar. Vendremos y pasaremos aquí todas las horas que quieras pero…
- Pero solo la podréis ver tres veces al día durante una hora. Así que es un poco tonto estar ahí sentados en una sala de espera - dijo el médico intentándome ayudar pero sabía que a Kate se le haría difícil entender porque no podía estar con su hija, temía incluso que se rompiera una pierna para que no pudieran echarla.
- Pero…
- Bueno es pronto para pensar en ello. De momento te voy a hacer esas pruebas y luego a descansar.
- Así lo haremos, yo me ocuparé de ello - dije al doctor antes de que se fuera - Anda ven, todo va a salir bien, ya veremos cómo lo hacemos pero seguro que pasa el tiempo rápido y antes de que te des cuentas la tendremos en casa, con nosotros.
- Eso espero - dijo con la mirada perdida y la atraje hacia mí para poder tranquilizarla aunque sabía que este tiempo de espera iba a ser muy duro.
CONTINAURÁ…
Como ya sabéis esta semana va a ser más corta, habrá capítulo mañana y pasado pero ya no podré volver a subir hasta el martes que viene por motivos de descanso. Gracias a todos y a tener paciencia que ya queda muy poquito para acabar la historia.
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Re: Mucho más que algo en común-Tamyalways-Epílogo subido
a estado geniallllllllllll....
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