Mr. Brightside (Terminado)

Ryan había encontrado una pista sólida y los tres detectives, incluso el capitán Montgomery, se sentían entusiasmado de que algo tuviera sentido.

Esposito y Ryan llevaban horas sin dormir, el hecho de que Blaine se hubiera escapado y las contusiones de Beckett, les hacía sentirse como hermanos mayores aunque no fueran a decirlo ni a vanagloriarse por ello.

Después de la charla con el capitán decidieron enfocar el caso desde otro punto y empezar desde el principio. Así que repasando sus notas, se aferraron a anotaciones ridículas o carentes de fundamento para encontrar algo nuevo:

- Hablé con una colega de la universidad, y me dijo que un compañero en la cafetería estaba un “poco” – Recalcó esa palabra con guasa – obsesionado con la victima.
- Ryan y yo iremos a echar un vistazo – Dijo Esposito esperando que ella accediera a pasar más tiempo en comisaría y menos en la calle.

Beckett sabía que ambos detectives estaban preocupados por lo ocurrido pero ya habían notificado una orden de búsqueda contra Blaine Criss por lo que solo les quedaba esperar.

Prefirió quedarse y hacer unas llamadas, había algo apuntado en la pizarra blanca que daba vueltas en su cabeza, así que decidió llamar a un contacto que tenía en el departamento para conseguir un nombre.

Se equivocó pensando que al tener un par de días a Castle lejos se sentiría más serena y tranquila, pero nada de eso. Arrastraba horas de sueños, y tenía que tomarse la medicación que le recomendó Lanie, además no tenía a nadie que le arrancara una sonrisa, y eso era bastante duro de llevar.

Kurt Watson era bajito y regordete, todo lo contrario a Mike Southgam, parecía que llevaba una vida demasiado sedentaria y que le costaba el solo hecho de servir los cafés, pero tenía amabilidad y era agradable. Les sirvió un par de cafés a los detectives y siguió con su relato:

- La cuestión es que Sam estaba llena de prejuicios y encima tenía a ese bruto todo el día encima.
- ¿Mike Southgam? – Dijo Ryan para cerciorarse.
- Si, el mismo, ¿Saben? el tío es un cazurro de mucho cuidado, solo sirve para levantar pesas en el gimnasio – Asintió indignado – Además era un maldito mantenido y ahora ella no está – Se entristeció y agacho la cabeza.
- Hemos oído que la acosabas… - Dejo caer Esposito.
- Solo quería asegurarme de que estaba bien y miren… - Parecía ofendido.
- Estuvo a punto de ponerte una denuncia varias veces.
- Pero no lo hizo – Le corto - ¿Y quieren saber porqué? – No espero una respuesta – Porque ella también sentía algo, pero ese engreído… - Resopló – Ella era demasiado para él, y parecía que ninguno de los dos lo quería ver…
- ¿Viste algo raro?
- No más allá de una pareja “normal” – recalcó – Donde una chica increíble se lía con un matón de colegio que pasa de los 25 – Pensó un instante – Aunque últimamente estaba más baja de moral y distraída.

Esposito le hizo un gesto a Ryan para que se terminara el café y volvieran a comisaría:

- Bueno, será mejor que nosotros nos vayamos – El camarero realmente parecía afectado por la muerte de la chica y a Esposito le recordó a un amor no correspondido en el instituto, pero también era cierto que de aquel tipo de amores a la obsesión y el asesinato había una delgada línea.
- Esperen… - Sacudió la cabeza – No sé si les servirá de algo, pero el tal Mike – Sonó con total desprecio – Andaba trapicheando con un tipo con malas pintas.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Teníamos una pequeña cena de empresa, aquí, en la cafetería, el jefe nos dejó cerrarla para nosotros, Samantha vino con Mike, y poco antes del postre, un tipo con malas pintas vino reclamándole dos de los grandes, salieron fuera y estuvieron discutiendo.
- ¿Podría identificar a ese tipo? – Ryan parecía ansioso.
- Mejor, tengo un video.

Ella por su parte, colgó el teléfono y esbozó algo parecido a una sonrisa, por fin parecía que algo salía bien, salió de la comisaría para verse con su contacto.

quiero a Castleeeeeeee!!!!!!!!!!
sigue estando genial tu fic y gracias x otro cap

de verdad que me dejas enganchadita con cada capi....

esta estupendoo


continuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa



felicidades fic xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Alexis estaba en el comedor leyendo cuando sus padres atravesaron la puerta principal entre risas de complicidad, dejó el libro a un lado y bajó los pies del sofá extrañada por el cambio repentino de actitud. Fue hacía la cocina donde ellos seguían riendo y se preparaban algo para beber:

- Alexis cielo, te hemos traído tu helado favorito – Sonrió Meredith

Le lanzó una mirada confusa a su padre que dejó de sonreír al darse cuenta:

- Será mejor que me ponga a trabajar, voy con retraso – Se disculpó y se fue a su despacho.

Se dejó caer sobre la silla y revisó su móvil por enésima vez; ningún mensaje ni llamada de Beckett, revisó el correo, por si acaso, pero tampoco nada.

Trabajó hasta casi la madrugada, estaba tan enfrascado que tuvo que venir Alexis con un sándwich y un zumo a recordarle que tomarse unos segundos de descanso no le harían daño.

Un par de veces había estado tentando de llamar a Beckett solo para preguntarle que tal estaba, nada de trabajo, solo para saber como había ido el día y si estaba muy cansada. Pero desechó la idea en seguida, incluso volvió a encenderse esa especie de antipatía al hecho de que le mandara a casa sin tener ni siquiera valor de llamarle después.

Estaba seguro de que a esas horas debería de estar ya en la cama después de haber tomado un baño caliente en aquella enorme bañera, con velas y un poco de vino. Incluso se sintió cómodo cerrando los ojos e imaginándose la escena, es más, imaginando estar allí con ella; preparando los albornoces, y comprobando la temperatura del agua. Aquello le hizo sonreír.

Aquella noche, cuando la vio delante de su puerta, con aquellos ojos claros sobre los suyos y esa sonrisa de medio lado, como si temiera lo que podría hacer estando a solas con él en un lugar que no fuera la comisaría, le dio valor para iniciar un acercamiento. Y más tarde en el sofá, con un poco de vino y la luz justa, supo que no podría dejar pasar la oportunidad, así que lo hizo, la besó, y el resto fue rodado.

Su contacto la había llevado a uno de los barrios bajos de la ciudad, un falsificador de poca monta que estaba seguro de saber quien había falseado los documentos de Blaine Criss.

Un hombre calvo, con bigote espeso y dientes de color ocre, insistía, agitando sus poco musculazos brazos, que él no tenía nada que ver, pero que conocía a alguien que por una buena suma podría hacer un trabajo como ese. Ella solo deseó volver a casa, por suerte no se iba con las manos vacías.

Cuando entró en el coche, se miró en el retrovisor el labio partido y el moratón de su mequilla, suspiró y antes de poner el motor en marcha recibió una llamada de la comisaría.

Al llegar Esposito y Ryan ya estaban alrededor de uno de los técnico de la comisaría, enfrente de su ordenador, con varias pantallas, y un montón de resto de comida y café encima del escritorio.

Si algo sabía después de tantos años en el cuerpo es que los técnicos informáticos no son gente muy pulcra pero si verdaderos genios en cosas que al resto se les pasaba por alto:

- Tenías razón – Dijo Ewan, después de trabajar en varios casos juntos ya había confianza suficiente – La grabación que me pasaste tiene truco.

Ella llegó a su altura, viendo la sonrisa de Ewan, y las caras de confusión de los detectives. Dejó una lata de soda para el técnico encima del escritorio y este le hizo un gesto de gratitud con la cabeza:

- Son dos pistas distintas empalmadas – Esposito no entendía nada – Quiero decir, que son dos grabaciones distintas unidas, esta es una – Puso el mensaje del contestador donde hablaban Samantha y su compañera Quinn diciendo que no estaban en casa – Y esta es otra – Hizo lo mismo con la parte de las amenazas de Blaine.
- ¿Para qué? – Pregunto Ryan confundido.
- Quien lo ha hecho tiene idea pero es un chapuzas, el ruido de fondo, del segundo mensaje esta grabado en la calle, han omitido el fondo, pero no del todo, mira – Puso una pista donde se eliminaba el sonido de la voz de Blaine y al subirlo a tope se oía el pasar de un par de coches y algo de ruido ambiental por estar cerca de un bar.
- ¿Qué se necesita para hacer algo así?
- Un ordenador, un programa y paciencia – Abrió la soda y dio un trago.
- No entiendo nada.
- Muchas gracias – Dijo Beckett sonriendo haciendo que Esposito y Ryan se levantaran y se despidieran también.
- A mandar.

Salieron y se metieron en el ascensor en silencio:

- Yo solo saco una conclusión, pero parece algo disparatado – Dijo Esposito.
- Adelante – Propuso la detective.
- Se trata de dos casos distintos – Sonrió satisfecho y Kate con él, dándole a entender que llevaba razón.
- Pero, ¿Quién se beneficia de acusar al señor Criss? – Casi antes de que Ryan terminara, Esposito recibió un mensaje.
- Creo que tenemos un ganador – Sonrió – En el laboratorio ya tienen el resultado de lo que sacamos de casa de Blaine Criss.

El ascensor llegó a su piso y cuando los tres salieron se encontraron con un sonriente Castle que sostenía un café para él mientras le tendía otro a Beckett:

- Buenos días – Pero la sonrisa se le borró de repente cuando vio la parte de la cara magullada de Beckett y su labio roto –¿Qué demonios…?

en serio, me encanta este fic....a ver que hace este hombre ahora y a ver que es lo que se trae con meredith....
cuentanos mas de esa noche, anda....

Esta genial
gracias x otro cap

oh dios necesito otro capitulo que le dirá castle a beckett y viceversa.

Me esta gustando mucho este fic pero meredith no me da ninguna buena sensación.
Continualo pronto, me he quedado con la intriga de saber q le dira Castle a Beckett

ahora se va a ponerme en modo escritor protector!!! o eso espero

Continuó andando como si no le hubiera visto, Ryan y Esposito se quedaron desconcertados pero se fueron a sus respectivos escritorios. Castle la siguió de cerca, casi pisándole los talones:

- Espera un momento, ¿Es que ni siquiera me vas a dar una explicación?
- No te tengo que dar ninguna explicación – Dijo borde.
- Oh, ya veo – Sonrió sarcástico – Vamos a tener tu mal genio por aquí.

Se giró dispuesta a decirle algo que le hiriera de verdad, pero se dio cuenta de donde estaba y de las miradas poco disimuladas que les seguían, y le arrastró de la manga de la camisa hasta la sala de descanso, cerrando tras de ella:

- No sé quien te crees que eres para intentar controlarme… - Se mordió la lengua para no alzar más la voz.
- Vale que te vayas de mi casa sin decir nada, que actúes como si entre nosotros no hubiera pasado nada, y que me mandes a casa sin motivos, pero podrías decirme ¿Qué desgraciado ha sido capaz de ponerte la mano encima? – Casi no le importaba la absoluta falta de interés de ella hacía él, ahora lo que más le preocupaba es que estaba herida.

Se acercó a ella esperando poder analizar esos golpes más de cerca, pero ella no estaba dispuesta a mostrarse más cercana de lo que venia siendo habitual:

- Sabes de sobra que no soy una cría, y que no espero que me protejas, ni ninguna de esas tonterías que seguro que se te han pasado por la cabeza.
- Pero ¿Qué pasa contigo? – Se quejó molesto de que se empañará tanto en alejarle – Creí que un poco de distancia, de profesionalidad haría que… - Vagó buscando las palabras.
- ¿Acabará en tus brazos? – Aquella manía de herirle se estaba convirtiendo en una costumbre.
- No sé que piensas que significo para mi lo de aquella noche, pero no tienes ni idea – Se estaba ofendiendo con toda la razón.
- ¿Por qué no actúas como un adulto? – Bajo la voz para continuar – Nos acostamos ¿Y qué? Pensé que ya estarías acostumbrado a los rollos de una noche – Se veía incapaz de parar y él empezó a sentirse incomodo con aquella falta de tacto.
- Kate yo… - Balbuceó débilmente, pero ella no iba a detenerse.
- Pasamos un buen rato, y ya está, no es algo de lo que me sienta orgullosa y mucho menos es algo que vaya a volver a pasar, ¿Lo entiendes?

Normalmente le parecía atractiva su postura erguida y autoritaria, serena pero controladora. Pero aquello le estaba consumiendo. Se había auto convencido de que, en el tiempo que llevaba trabajando con ella, se había acercado, que eran camaradas, e, incluso, algo más:

- Así que creo que te ha quedado lo bastante claro como para que no te vuelvas a poner pesadito – Mantuvo la mirada fría – Y espero no tener que escuchar chismes por ahí, ya tengo bastante con tus malditos libros.

Acto seguido salió de la sala dando un portazo, y él se quedó cabizbajo pensando en cada una de esas palabras.
Cuando la detective Beckett y Ryan salieron en busca de los resultados y Esposito se quedó repasando algunos puntos. Él aún tardó unos minutos en reponerse, por suerte nadie había entrado en la salita, porque detrás de la imagen de Richard Castle preparándose un café sin demasiadas ganas, se podía ver, si te fijabas bien, que tenía las manos temblorosas y un nudo en la garganta.

Por eso mismo decidió salir, despedirse sin muchas ganas de Esposito e ir a dar una vuelta, cualquier cosa menos volver a sentirse encerrado en casa.


Cuando llegó a casa ya era tarde, pero Alexis estaba despierta, delante de una taza de leche caliente. Castle cruzó la puerta arrastrando los pies, dejó las llaves y la chaqueta y se dispuso a subir las escaleras:

- ¿Papa? – No quería confesar que le estaba esperando, pero al verle con esa cara tan triste y escuchar ese suspiro largo se preocupó más – He llamado a comisaría y me han dicho que no estabas allí.
- Me he ido pronto – Ella se levantó y fue hasta él.
- ¿Va todo bien?
- No lo sé – Suspiro agachando la cabeza y ella instintivamente le abrazó.

Castle se aferró a ese abrazo y se dejó guiar hasta el taburete de la barra americana de su cocina, para someterse a una sesión de charla con su hija, sin tener claro si iba a ser del todo sincero con ella.





Gracias por leer y por los comentarios; que sepáis que es agradable escribir sabiendo que hay alguien que espera para leer.

Me encanta tu fic!!!!!!pero por favor no hagas sufrir tanto a castle, pobrecito la caña que le esta dando Beckett sin razon
Gracias x otro capitulo.

vaya bronca que le echo kate al pobre castle

me ha gustado mucho ahora la intriga es como lo arreglaran, por que lo arreglaran no????

pero pq Beckett se porta tan mal con el pobre castle, esperemos que recapacite y le pida disculpas como es debido pronto.

diossssssssssss miooooooo


pobreciko castle que cruel beckett jouuuu


pero que le paso a beckett x diossss que intrigaaaaaaaaaaaaaaa



continuaaaa



esta genial el capiiii


gracias por darnos otrooooo xDDDDDDDDDDDDDDD

Kate te estas comportando como una bruja en toda la extensión de la palabra.....que es normal que cuando uno aparece con una cara nueva se preocupen ....
Lo tuyo no es normal... pq vamos aqui Castle parece un pobre muñeco de trapo en tus manos...y las personas tienen sentimientos....
Vamos que te puede cambiar por dos rubias.....pero te quiere a ti o al menos lo intenta
Que coraje me ha dado!!
Me encanta la historia!!!

¡¡Que borde es Beckett!! Pobrecito Castle...
Me encanta este fic, síguelo pronto!!!!

AhHHHh por favor que Puñeteramente borde esta Beckett jod_r!!! ains mira nose dara cuenta que esta loquita por sus huesos!!!
El Fic esta estupendo, espero ansiosa el siguiente capitulo!!!!
bsss

pues aqui me tienes ansiosa esperando para leer mas....

POBRE CASTLE.. SE LA ESTA VIENDO NEGRAS...

KATE ESTAS MAL Y PASADA DE ESTUPIDAAA..!! DEJA DE TRATAR MAL AL POBRE DE CASTLE EL NO SE MERECE LO QUE LE ESTAS HACIENDO

SIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEELOOOOOOOOO PRONTOOOOOOOO ESTOY INTRIGADA

- ¿No crees que te has pasado? – Lanie cogió su copa y le dio un trago.

Beckett intentaba terminar de preparar la cena, necesitaba desahogarse después de lo que había pasado y ella era la única que no la juzgaría del todo:

- No empieces – Murmuraba sacando la carne de la sartén.
- ¿Para qué me has traído aquí? ¿Quieres que te diga que has hecho bien?
- No, quiero que me digas que… - Resopló sirviendo la guarnición en los platos – Que es Castle, que no pasa nada y que mañana se olvidará de que me he comportado como un monstruo.
- No sé que decirte, quizás has dado muchas cosas por sentado con él – Cogió los platos y los acercó a la mesa.
- No quiero pasar a engrosar su lista de conquistas, una de esas que se dejan impresionar por su sonrisa y su encanto o peor, de las que se dejan firmar en las tetas – Se sentaron en la mesa.
- ¡Oh vamos! – Rió – Te encanta que sea un egocéntrico encantador – Ambas sonrieron.
- Cuando creo que bajo esa capa de egoísmo y talento irritable hay algo por lo que merece la pena dejarse arrastrar, suelta alguna de sus tonterías y estropea cualquier momento.
- ¿Y no prefieres hablar con él?
- Esta demasiado crecido para cambiar y yo demasiado estricta para tolerarle.
- ¿Pero no para irte a la cama con él? – Sonrió malvada y Beckett hasta se sonrojó – Porque tiene que ser igual de divertido fuera como dentro…
- Lo pasamos bien – Sonrió tímida cuando Lanie la miró fijamente – Muy bien, pero eso no compensa que sea tan cretino.
- Dale una oportunidad…
- No quiero ser su tercera ex mujer – Le cortó ella.
- Puede que seas la definitiva.



Durante toda la mañana del lunes Richard Castle no apareció por la comisaría y Beckett tuvo que prepararse ella misma el café, quizás el desencanto de ese detalle hizo que el resto del día tuviera esa expresión de estar ausente.

Ryan, Esposito y ella se reunieron frente a la pizarra blanca, y aunque los detectives preguntaron por él ella no supo que contestar, porque no tenía ninguna noticia:

- Bien – Se aclaró Ryan la garganta – Kurt nos traerá hoy la cinta de video, lo llevaré para que saquen una imagen nítida de con quien discutía y nos ponemos manos a la obra – Sacó su libreta de notas y pasó un par de páginas – Seguimos sin rastro del señor Criss pero tenemos a alguien vigilando la casa de su madre en Nueva Jersey.
- De lo que recogimos en el incendio hemos sacado algunas cosas en claro – Esposito siguió con su turno – Tenemos cinco mil más del robo, dos armas más con las huellas de Southgam y Criss, una grabadora que tienen en el departamento de informática y esperamos los resultados porque quedó algo estropeada por el fuego.
- Después me pasaré para hablar con Ewan y meterle un poco de prisa y a ver que dicen en el laboratorio, a ver si hay huellas.


Terminó de preparar la mesa de póker esperando que sus amigos estuvieran a punto de caer, Meredith pasó detrás de él y sonrió al verlo entusiasmado:

- Vaya, pensaba que después del atracón de sushi con Alexis ya no volverías a sonreír – Le pasó la mano por la espalda.
- Sabes que no me gusta darle demasiadas vueltas a las cosas.
- Esta mañana te has quedado durmiendo hasta tarde, pensaba que tenías que salir.
- Creo que me voy a tomar unas pequeñas vacaciones, disfrutar de las pequeñas cosas; terminar mi libro, partidas de póker, jugar a la videoconsola, pasar más tiempo con Alexis y comer más helado de yoghurt – Aquello era una doble intención en toda regla y apenas se había dado cuenta.

Tenía que deshacerse de ese sentimiento de culpabilidad, al fin y al cabo Beckett había dejado bien claro su punto de vista, y él no iba a volver a insistir.

Alexis y Meredith fueron a cenar y al cine, y él y sus amigos invadieron el salón, whisky, ganchitos, y buenos temas de conversación:

- ¿Cómo llevas el libro Rick?
- Creo que he encontrado un nuevo punto de vista para continuar.
- Si algo no sale busca otras opciones.
- Voy a intentar una trama de falsificación, tu escribiste algo parecido para tu anterior libro ¿No? – Su colega le miró con la ceja levantada.
- ¿Ya estamos tramando? - Rió sarcástico.
- Tu siempre conoces a alguien que conoce a alguien que conoce a alguien, ya me entiendes – Rió.
- Te daré un nombre y tu me contarás algo más de tu libro.