Back to the past

trolido escribió:Que curiosilla es Madison, sigue

Mucho jajajaja

Aunque ya te comenté en FanFiction, lo haré por aquí tambien porque se lo que es emocionarse por recibir comentarios cuando subes un capítulo nuevo y porque se que es lo que te motiva a seguir escribiendo.
Es una historia estupenda. Me encanta. Esa manera que tuviste de juntarles a los dos, y las "peleas" de los padres porque Rick es demasiado mayor, aunque la madre parece que ha cedido y se ha dado cuenta de que es buena persona. (Y tan buena... ni te imaginas la cantidad de cosas que le haría si le tuviera a mi lado) Pues lo dicho, una historia estupenda. Espera que puedas subir otro nuevo pronto tanto aquí, como en FanFiction.
Un beso enorme  

RcKb escribió:Aunque ya te comenté en FanFiction, lo haré por aquí tambien porque se lo que es emocionarse por recibir comentarios cuando subes un capítulo nuevo y porque se que es lo que te motiva a seguir escribiendo.
Es una historia estupenda. Me encanta. Esa manera que tuviste de juntarles a los dos, y las "peleas" de los padres porque Rick es demasiado mayor, aunque la madre parece que ha cedido y se ha dado cuenta de que es buena persona. (Y tan buena... ni te imaginas la cantidad de cosas que le haría si le tuviera a mi lado) Pues lo dicho, una historia estupenda. Espera que puedas subir otro nuevo pronto tanto aquí, como en FanFiction.
Un beso enorme  

jajaja La verdad es que sí, las Reviews motivan MUCHO!  

Me alegro que te guste toda la historia!! A ver si sigo escribiendo más capitulos

PD: ojalá encontremos todas un Rick Castle      

Essstupendo! SIGUE

OOOOOOOOOHHHHHHH DIOS

Gracias por tooooodas las Reviews!!  

Capítulo 12

- ¿Quién es ese Kate? ¿Y cómo se atreve a hablarte de esa forma? – pregunté. Kate continuaba estática a mi lado.
No sabía que había pasado. Todo iba bien, nos íbamos a besar y ambos estábamos sonriendo. Hasta que oí alguien decir “puta” en algún lugar cercano, y Beckett se quedó de piedra. No tenía ni idea de por qué alguien le podía decir eso a ella. Es Kate! Mi Kate! De nadie más! Excepto quizás de sus padres… pero era mi novia. Veía el miedo en su cara, y me preocupé mucho. Me daban ganas de abrazarla y llevármela de aquí. A un lugar seguro, muy lejos.
Miré otra vez al tío que se encontraba delante de nosotros en posición de macho alfa: los puños cerrados, apretando la mandíbula, clavando la mirada a su víctima (Kate),… Iba con una camiseta y unos pantalones piratas anchos y olía a tabaco. De cara era bastante guapo y con el pelo oscuro. Había otra chica detrás de él. Iba vestida con ropa provocativa: una camiseta que muestra hasta arriba del ombligo y unos mini shorts. A parte, se había pasado con la sombra de ojos. Él habló, ignorándome.
- ¿Así que ese cabrón es mi sustituto, eh Becks? Tu gusto va empeorando – se rió. Noté como Beckett se encogía a mi lado.
¿Era su ex? ¿Pero no me dijo Kate que le había puesto los cuernos y por eso rompieron? ¿Qué hacía reclamando lo que ya no le pertenecía? ¿O es que ella fue quien primero le puso los cuernos conmigo? Eso explicaría muchas cosas, como por qué nunca me ha querido contar lo que pasó el lunes antes de llamarme, y sobre todo por qué ahora está muerta de miedo. Pero no me importa, se que ella me quiere. O eso creo.
Pasé mi brazo por su hombro de forma posesiva. ¿Su ex quiere pelea? Pues tendrá pelea.
- Lárgate si no quieres terminar mal. – ella levantó la vista mirándome. Vi un brillo extraño es sus ojos.
La mirada del chico se cruzó con la mía.
- ¿De verdad crees que le importas? – se rió de mi- Esa zorra se lia con el primero que pasa.
Me daba igual lo que me dijera. Había insultado a Kate y no podía permitirlo. Cerré el puño y le di con toda mi rabia en su cara.
Todo el local se giró hacia nosotros para saber que estaba pasando, pero yo ni me di cuenta. Estaba cegado por la ira y porque ese cabrón era el ex de Beckett. Ella me miraba con los ojos muy abiertos y la otra chica igual.
- Escúchame bien tio, ni se te ocurra volver a insultar a Kate ni acercarte a nosotros – dije cogiéndolo por la camiseta, amenazándolo con la mirada. Le sangraba la nariz por mi puñetazo, y eso me provocó un extraño sentimiento de superioridad. Pero él volvió a hacer su sonrisita, provocándome.
- Así que realmente has caído en los encantos de “Kate” –dijo despectivamente riéndose- ¡Está jugando contigo! Luego no vengas llorando porque te lo advertí. – hizo un movimiento desasiéndose de mi agarro y retrocedió un paso sin dejar de mirarme.
Iba a replicar con furia cuando un encargado nos interrumpió echándonos a todos del local. Madison y Matt vinieron hacia nosotros y salimos todos.
Hacía frio y era oscuro. Solo los coches que pasaban y las luces de la hamburguesería iluminaban la calle. No había mucha gente alrededor, y nos reunimos los cuatro en una esquina.
Kate fue hacia Madison y rompió a llorar en sus brazos. Su amiga la consolaba acariciándole la espalda. Ver esa escena me rompía el corazón, e intenté acercarme a ellas, pero Matt me aconsejó que las dejara un momento y me preguntó que había pasado exactamente.
- No lo sé… ese gilipollas de ahí era el ex de Kate y… - no pude terminar la frase porque me empujaron por detrás. Me giré y le vi otra vez.
- Eh! Pero que te crees que haces, tio? – gritó Matt defendiéndome.
- Uy si, otro marica que quiere defender a “Kate” – se rió y alzó más la voz para que las chicas lo escucharan – si que te lo has montado bien, eh Becks!
- ¡Hijo de puta! – Dije volviendo hacia él y embistiéndolo hasta estamparlo contra la pared del edificio– Te he advertido que nos dejases en paz, pero ya que se ve que no puedes mantener tu puta boca cerrada tendré que cerrártela yo- y le di otro puñetazo en la cara.
- ¡Castle, contrólate! – Me dijo Matt poniéndome una mano en el hombro.
- Sí, contrólate –rebufó ese idiota – No querrás que tu angelito Kate te deje por ser violento.
Las chicas recorrieron los pocos metros hacia nosotros y Kate se puso a mi lado separándonos.
- Rick da igual. – tenía los ojos enrojecidos – no vale la pena pelear con un idiota. – se giró hacia su ex y le dijo – Tom, no tengo ni idea de porque me haces esto, porque debería ser yo quien te estuviese insultando por ser un cabrón. ¡Me dejaste TÚ! ¿Es que ya no te acuerdas? Me humillaste delante de todo el instituto – se le rompió la voz – ¡Y encima ahora vienes reclamando! – dijo con sarcasmo – Si tienes celos vete con tu “novia”. – lo empujó contra la pared igual como había hecho yo hacia un rato, pero esta vez él se había quedado callado.
Notaba como ella temblaba. Realmente estaba muerta de pánico. Las lágrimas volvieron a brotar en sus ojos, pero se aguantaba los sollozos. Miré como Tom volvía a ponerse bien y alargaba sus manos hacia Beckett como si quisiera consolarla. Ella se apartó esquivándolo.
- Becks… yo… Lo siento… - suspiró – sí, estoy celoso. Me importas más de lo que creía y verte con alguien no me gusta. Por favor piénsatelo…
- ¡Qué piense… ¿Qué?! – exclamó – No querrás que vuelva contigo, no?
- Bueno… si tu quieres a mi me gustaría…
- ¿¡Estas de broma verdad!? – verbalizó otra voz procedente de detrás nuestro
- Verónica no es lo que parece…
- ¡Eres un cabrón! ¡No tienes sentimientos! ¡No quiero saber nada de ti! – y corrió calle arriba hasta desaparecer de nuestro campo de visión.
- ¿Ahora ya no eres tan gallito, eh? – dije burlándome.
Me fulminó con la mirada y vi como empezaba preparar su puño, pero en ese momento Kate me abrazó por el costado dejando claro a quien quería.
- Tom será mejor que te vayas; y no vuelvas a molestarnos.
Él se encogió de hombros intentando parecer indiferente y pasó por el lado de Kate, depositando un leve beso en su mejilla, y luego continuó su camino encendiendo un cigarrillo que sacó del bolsillo.
Pronto quedamos los cuatro juntos otra vez.
Kate me estrujó más recuperándose de ese encuentro no deseado. Intenté consolarla, mientras miraba a Madison y Matt a nuestro lado dándose la mano. Sonreí imperceptiblemente. Sabía que había sido idea de él hacer esta cena de “parejitas” aunque aún no estuviera con la amiga de Kate, se notaba que terminarían juntos por cómo se miraban.
- ¿Y ahora qué hacemos? – preguntó mi amigo.
- Yo casi que voto por volver a casa… se me han pasado las ganas de salir.
- ¿Quieres que te acompañe hasta casa Madison? –le preguntó Matt.
- Por favor... – suplicó ella - ¿Vosotros que vais a hacer?
Miré a Kate para que ella escogiera.
- Yo tengo hambre. ¿Comemos algo y luego vamos a casa?
- Perfecto – añadí sonriendo - Hasta mañana parejita – dije imitándolos y haciendo que se sonrojen. Beckett se rió a mi lado.
- Buenas noches chicos
Se marcharon caminando por la calle cogidos de la mano. Podría jurar que aunque no se hubieran besado delante nuestro, mientras nos esperaban debieron hablar sobre ellos y ahora estaban juntos. Kate apoyó su cabeza en mi hombro y me rodeó por la cintura. Le dirigí mi mirada sonriendo, pero en verla dejé de hacerlo. Estaba ausente, pensativa.
- ¿Estás bien?
Ella asistió- vamos…
Fuimos hacia la entrada del establecimiento, pero me detuve antes de entrar.
- Antes nos han echado… ¿Crees que nos dejarán entrar?
- Ni idea… Siempre podemos ir por la ventanilla de los coches.
- ¿Voy a por la moto?
- A por la moto – sonrió.
Subimos los dos y nos pusimos a la cola. Pedimos nuestros menús (otra vez) por el micrófono. La verdad es que yo también tenía hambre. No suelo pelearme con gente, así que supongo que la adrenalina del momento me dejó agotado. En el momento de recoger la comida, el tipo que había en la caseta era el encargado que nos había echado. Tratamos de disimular mirando a otro lado para no vivir una situación incómoda, pero aparte de una mirada de odio, no hizo ningún comentario.
Otra vez en la calle propuse de ir a comernos las hamburguesas en mi casa y mirar una peli. Ella aceptó, así que conduje hasta allí. Me estaba acostumbrando a la adorable sensación de cuando Kate me rodea con los brazos y se apoya en mi espalda mientras conduzco. La siento tan cerca, tan cálida… me hace feliz.
Aparqué la moto y caminamos hacia dentro. Estaba cerca, así que no tardamos ni diez minutos. Su mirada era curiosa. Nunca la había traído a mi apartamento y debía intentar imaginarse como era. Era un apartamento modesto en un ático. Me gustaría tener un loft grande, pero por el momento eso ya me servía.
Dejé las llaves en la mesilla del recibidor, mientras ella echaba un vistazo al piso. Estaba sonriendo, así que supuse que le gustaba. Hoy estaba más o menos bien ordenado y limpio, porqué mañana viene a verme mi madre, y se pondría hecha una furia si se lo encuentra hecho un lio. Más de una vez me ha pasado, y por experiencia, prefiero que no vuelva a ocurrir.
- ¿Qué te parece?
- Es acogedor. Muy de tu estilo… - me guiñó el ojo – y tienes muchísimos libros – dijo dirigiéndose en la librería.
- Me gusta leer. Pero también tengo un estante con películas, uno con CDs y casetes, y otro con mis videojuegos – dije señalando cada uno.
- ¡Como no! Videojuegos… si no los tuvieses sería muy extraño en un chico – rió.
- Si te pones en plan graciosilla no te dejaré jugar a mi Pokémon Amarillo.
- No sé si podré soportarlo… - dijo con sarcasmo.
Fuimos hacia el sofá y comimos los menús mientras veíamos una película que hacían en la tele. En terminar dejamos todos los embases en la mesilla del lado, y nos pusimos cómodos. Sabía que ella tendría que marcharse dentro de poco, pero con todo lo que había pasado hoy, quería quedarme todo lo posible a su lado. La estreché entre mis brazos besándole el pelo y ella se acurrucó más pegándose a mí.
Poco a poco nos fuimos quedando dormidos…


--Continuará--

SIIIIIGUE!!

Sigyeee

sigue

FUCK YOU TOM

Graciaaas por las reviews!!!     


Capítulo 13


*riing* *riing* *riing*

Medio abrí un ojo. Estaba cansada y me sentía desorientada. Volví a cerrar los ojos y me removí. Sentí de nuevo el ruido que me había despertado. Poco a poco me di cuenta de que estaba sentada y envuelta por los brazos de alguien. Inspiré a hondo. El aroma me era muy familiar. Sonreí. Intenté abrir otra vez los ojos y me encontré con Castle sentado a mi lado durmiendo como un niño pequeño. Recordé que vinimos después del incidente en Remy’s.
Volví a sentir el sonido y me di cuenta de que era mi móvil que estaba dentro del bolso. Empecé a levantarme, pero un Castle inconsciente me apretó hacia él. La situación me hacía feliz. Incluso en sueños no quería despegarse de mí.
Finalmente pude levantarme, pero para entonces ya había dejado de sonar. Suspiré. Miré hacia otro lado y me fijé en que la tele continuaba encendida. Estaban echando AstroTV, y un adivino estaba hablando con una señora mayor que no se enteraba ni de lo que le preguntaban. Me reí. ¿Cómo podía la gente estar despierta a las tantas de la madrugada y no tener nada mejor que llamar a un estafador en la TV? Eso hizo darme cuenta de una cosa: ¿Qué hora era?
Puse las manos en la cabeza. ¡Mierda! ¡Me había quedado dormida en casa de Rick! Tengo que volver a casa, mis padres estarán desesperados por saber donde estoy!
Paré la tele y corrí hacia mi bolso. Cogí el móvil. Dos llamadas pérdidas de mis padres. Me he metido en un lio de los buenos. Pulsé llamar y esperé a que sonara.
Lo cogieron al primer tono con una voz desesperada. Parecían muy preocupados.
- ¿Katherine estas bien? ¿Donde estas?
- Tranquila mamá, estoy bien. Me quedé dormida en el sofá de Rick viendo una peli.
- ¿En el sofá de Rick…? ¿Qué diablos hacías en casa de Rick?
Respiré hondo. – En la hamburguesería pasó un incidente y nos echaron, así que tuvimos que replantearnos la noche, y decidimos ir aquí a ver una peli.
- ¿Madison y el otro chico están aquí?
- Nop... ellos… bueno, se marcharon antes…
- ¿Y estas tu sola con tu novio? – preguntó un poco alterada
- Bueno… ahora mismo está durmiendo como una marmota, pero si… - miré un momento a Rick y luego volví a hablar antes de que ella continuase – pero tranquila mamá, no hemos hecho nada, solo miramos una peli mientras cenábamos y nos quedamos dormidos.
- Eso ya lo hablaremos. – Mierda. No quiero hablar con ella de “eso” – Katherine, vuelve a casa. Mañana tienes clase.
- Sí mamá.
- Por cierto: ¿no se te ocurrió en ningún momento de la noche llamarnos para saber dónde estabas?
- No estaba mucho por pensar la verdad… - me debatí interiormente por si debía contarle lo que pasó o no – Eso que te dije que pasó en el restaurante…
- ¿Por qué os echaron?
- Ejem… nos encontramos a Tom y su… novia… allí, y él se puso a insultarme. Estaba celoso de Castle, y Rick quiso defenderme y se pelearon.
- ¡Oh dios Katie! ¿Estás bien?
- si si, es solo que me asusté por la actitud de Tom… - una angustia se apoderó de mi corazón mientras se lo contaba – Tenías razón mamá… siempre la tuviste y no te hice caso. Tom es una mala persona. Lo siento…
- Tranquila cariño, ahora ya está solucionado. – me tranquilizó – ahora tienes a Rick que te quiere y es buena persona.
- ¿De verdad lo crees? – no pude evitar sonreír
- Por supuesto, eso las madres lo saben.
- Gracias mamá.
- Siempre. – suspiré. Esas palabras me habían hecho muy feliz. – Oye hija, -captó de nuevo mi atención- quédate con él hasta mañana.
- ¿Puedo..? – pregunté sorprendida y emocionada.
- Si quieres, sí, pero prométenos volver a casa por la mañana a cambiarte y a buscar tus cosas para ir al instituto –añadió.
- Nos vemos allí.
- Buenas noches Katie, que descanses un poco.
- Buenas noches mamá. Muaak – contesté tirando un beso.

Colgamos y miré el móvil con una sonrisa. Puse la alarma una hora antes de lo que me despierto normalmente y volví hacia el sofá.
Castle continuaba dormido profundamente, pero ahora estaba estirado. Me arrodillé a su lado para mirarlo dormir. Estaba adorable. Pero ocupaba todo el sofá y no podía tumbarme por ningún sitio. Intenté despertarlo.
- Rick – dije sacudiéndolo – Rick despierta. -Nada. No se levantaba.
Se me ocurrió una idea. Pasé mis manos por su torso subiendo hacia su cuello. Acerqué mi rostro al suyo y le besé. Mientras mis manos lo sujetaban por los lados de la cara.
Me separé un poco. Estaba alterado, pero seguía durmiendo. Decidí levantarme e intentar ponerme a horcajadas encima de él. Una vez arriba, sus manos se movieron un poco. Sonreí. No tardaría mucho en despertarse. Me incliné sobre él y volví a besarle. Esta vez atrapé su labio inferior entre mis dientes. Seguí besándole con ganas hasta que empezó a devolverme el beso. Abrí los ojos y encontré a los suyos que también me miraban. Sonreí con picardía y continuamos entrelazando nuestras bocas.
Nos separamos con la respiración entrecortada.
- Por fin te despiertas, eh?
- ¿Cómo no iba a hacerlo? Eres mejor que un despertador - sonrió agitado
- No si yaa... he intentado de todo! – dije indignada - Tienes el sueño muy profundo.
- Mi madre me lo suele decir –rió mientras me acariciaba por los costados – bueno… ahora que ya me tienes despierto, que quieres hacer?
- Quiero ir a la cama, al sofá no cabemos los dos. – me quejé.
- Tus deseos son órdenes para mí – y dicho eso se incorporó y se levantó llevándome, aún a horcajadas sobre él, hasta su habitación. – Tachan – me reí de su pose al entrar, y continuó hasta depositarme en su cama.
- Mmm… me gusta tu cama. – dije recostándome mejor.
- Pues puedes quedarte todas las veces que quieras – dijo colocándose a mi lado y acercándose para besarme. De golpe se detuvo. - ¿¡Y tus padres Kate!? ¡Nos van a matar!
Me reí de su expresión de horror y de pánico. Era único; mira que acordarse de ellos precisamente ahora..
- Rick – dije aún riendo y mirándome confuso – han llamado hace un rato y me dejan quedar aquí, pero mañana tengo que estar temprano a casa. Por eso te he despertado.
- ¿Por qué no me has dicho nada? ¿Tú sabes el susto que he tenido? –exclamó poniéndose una mano en el pecho.
- Lo siento – dije y le di un pequeño beso en los labios – Ahora será mejor que aprovechamos el tiempo que tenemos los dos juntos…
- Si, será mejor. Odio levantarme temprano…
Y volvió hacia mí para besarme. Nos acariciamos intensamente y poco a poco nuestra ropa fue desapareciendo. El deseo nos invadió totalmente a los dos y al cabo de unos minutos estábamos haciendo el amor.
Se sentía increíble. Ya no me dolía en absoluto. Me parecía imposible creer que hasta ayer en los Hamptons no lo hubiera hecho. Aunque sin Rick no sería lo mismo. Le quiero con locura, nuestros sentimientos son muy fuertes y hacen que el sexo sea perfecto.
Terminé gimiendo su nombre entre besos, roces y caricias, y él me acompañó al cabo de unos instantes.
Nos sonreímos satisfechos después de ese orgasmo compartido y nos acurrucamos abrazados debajo de las sabanas.




- ¿¡Richard!? ¡Ya estoy aquí!
Se oyeron unos pasos por el piso. Fruncí el entrecejo. ¿Quién podría ser a estas horas?
- ¡Richard levántate, que te estoy esperando! ¿No tienes basuras que has tenido que dejar la porquería de las hamburguesas en la mesa? – los pasos se acercaron hasta la habitación y la puerta se abrió – Richard, te he dicho que te levante…
Dejó la frase a medias. Yo ya había abierto los ojos, y estaba mirando directamente a la mujer pelirroja que había en la puerta. Rick continuaba durmiendo.
- ¿Hola? – dijo ella- ¿Quién eres tú?


--continuará--

Siguee

OHHHH MEREDITH. Estooooo promete.
No los separes plllllssssssss.
Sigueeeee

como siempre esta genial a la espera de mas

JJAJAJAJAJJAJAJAJA y aparece Marta jajjajjajaja SIGUE

muy padre sobretodo el final

Aquí tenéis el siguiente y enseguida resolvereis si es Meredith o Martha     !! Gracias por las reviews!!   

Capítulo 14

- ¿Hola? – dijo ella- ¿Quién eres tú?
La situación era bastante incómoda. No sabía quién era ella, y Castle no se despertaba ni que hubiese un terremoto. Aparte de que estaba desnuda en la cama con él, abrazados, y la ropa tirada por el suelo. En ese momento mi móvil, que estaba en la mesilla de noche, se puso a sonar anunciando que ya era hora de levantarse. Las dos miramos hacia allí, y yo, poco a poco, intentando que la sabana me cubriese todo lo posible, me deshice del abrazo y cogí el móvil para parar la alarma. Mis movimientos hicieron que Castle se removiese y terminó abriendo los ojos. Primero me vio a mí, pero no se dio cuenta de mi cara de espanto, así que me agarró de la cintura por debajo de la sabana y me acercó a él depositándome un tierno beso en los labios. La mujer de la puerta que continuaba observándonos volvió a llamarlo.
- ¡Richard!
Él se separó instantáneamente de mí y se incorporó
- Yo… esto… emmm… ¿Madre? ¿Qué haces aquí tan temprano?
¿Madre? ¿Esa mujer era su madre?
- Te dije que me pasaría antes de mi audición para esa nueva obra de Broadway.
- ¿No dijiste que era a las diez?
- ¡Por eso me paso ahora!
- ¡¡Pero si son las seis y media!! – dijo mirando el despertador de su mesilla exasperado.
- Ay hijo, tu no lo entiendes… - e hizo un movimiento de cabeza dando por terminado ese tema. - ¿Quién es tu amiga? – preguntó con curiosidad.
Mi cara estaba más roja que un tomate y me moría de vergüenza. Esa quizá no era la mejor situación para conocer a su madre…
- Ella es Kate, mi novia. – luego me miró a mi – Kate, esta es Martha, mi madre.
- Encantada de conocerte querida – me dijo con una sonrisa enorme.
- Igualmente… -balbuceé – Buenos días.
- ¿Os preparo el desayuno?
- Haz lo que quieras mientras no me incendies el piso.

Suspiró diciendo algo inteligible y salió de la habitación cerrando la puerta detrás suyo. Aún estaba medio en shock y confusa por lo que acababa de pasar. ¿Su madre nos había pillado en la cama y se iba tan tranquila a preparar el desayuno? Si fuesen mis padres probablemente los dos ya estaríamos muertos… Pero supongo que el hecho de que Rick tenga 22 años y que ese es su apartamento hace que la situación sea distinta. ¡Dios! Para mí la situación continúa siendo muy embarazosa y mi mente empieza a crear teorías de que quizá no es la primera vez que le sucede eso a él. ¿Y si no soy la única que su madre ha pillado en la cama de su hijo?
De golpe esa pasa a ser mi mayor preocupación. Él sabe que yo salí con Tom antes, pero yo no sé nada de sus ex. ¿Con cuantas mujeres se habrá acostado antes de estar conmigo? ¿Sus relaciones han sido serias, o más bien royos de una noche? Él dice y muestra que me quiere, pero ¿a cuántas ha querido antes que yo? Me entra miedo de que yo sea solo una más.
Él me nota en ese estado de reflexión y me acaricia la cara. Lo miro y no puedo evitar sonreír ante su mirada llena de amor.
- Hey… siento esta situación, de verdad – me dice – no tenía ni idea de que aparecería por aquí tan temprano.
- No, es que… ha sido raro… - esposo – ¡Por dios! ¡Nos ha encontrado desnudos en la cama! ¡TU MADRE! – me tapo la cara con las manos tumbándome boca arriba- Es muy embarazoso, me siento fatal…
- No pasa nada Kate – se puso de lado apoyándose en un codo mirándome- peor fue para mí encontrarla en plena acción a los ocho años con un desconocido. – Sacudió la cabeza – No me puedo quitar la imagen de mi mente…
- Pero Rick… -empecé, poniéndome yo también de cara a él
- Shhtt – me silenció con un beso rápido – ella es así. No importa, estoy seguro que le caerás igual de bien que si te hubiera conocido en… otra situación.
- ¿Seguro? – pregunté dubitativa
- Seguro – y besó la punta de mi nariz.
Sonreí y lo besé en los labios cariñosamente. Quizá no hay nada de qué preocuparse. Él me quiere, y eso es lo principal. Me devolvió el beso y luego nos separamos.
- ¿Por qué no te das una ducha, mientras yo hablo con ella? –propuso acariciándome la cintura.
- Genial, así al menos estaré un poco presentable…
- Siempre estas preciosa – dijo poniendo morritos y eso me hizo reír.
- De acuerdo – le di un último beso y nos levantamos. Recogí mi ropa esparcida por toda la habitación mientras él se vestía, y me fui hacia la puerta donde me había indicado que era el baño.

Me encerré allí con el pastillo para tener más intimidad. El lavabo era sencillo, había una bañera con un champú de hombre en el mármol, y al lado un patito de goma con gafas de sol. Ese detalle me hizo reír, pero en realidad no me sorprendía. Era muy de Rick. Cogí una toalla del armario y doblé mi ropa dejándola bien puesta sobre el inodoro. Me metí en la bañera y corrí la cortina. No la había llenado, porqué solo sería una ducha rápida. No era el momento de un largo baño como los que a mi me gustaban. Abrí el agua y gradué la temperatura. Cogí un poco de su champú y empecé a lavarme. No pude evitar cantusear una canción como siempre hacía. Su aroma me envolvía y deseé que estuviera aquí conmigo. Acariciándome, acariciándole, piel contra piel, con sus grandes manos… Cambié el agua a fría para quitarme el jabón y calmar mis pensamientos. Ahora no era el momento.
Terminé la ducha y me sequé con su toalla. Intenté peinarme un poco el pelo mojado y luego me vestí con la ropa de ayer.

En salir de su habitación me los encontré en la barra de la cocina desayunando. Él fue el primero en girarse hacia mí y se levantó hasta donde estaba para besarme un momento. Estaba un pelín nerviosa por conocer a su madre, pero él pasó su brazo por mi hombro y me acompañó hasta donde estaba ella.
- Hola querida – dijo levantándose y dándome dos besos en la mejilla como saludo.
- Hola Martha – respondí un poco sorprendida.
- Por fin te puedo ver bien, que antes no había casi luz. -miré hacia abajo sonrojándome - Vamos siéntate, he hecho tortitas y Richard ha decorado la tuya especialmente para ti – me senté donde me indicó, y Rick trajo un plato con una tortita. Había dibujado un gran corazón de chocolate con nata alrededor. Me sonrojé e hice una tímida sonrisa.
- ¿Te gusta? –dijo ilusionado
- ¡Muchas gracias Rick! – se sentó a mi lado para terminarse también su desayuno.
- Pues cuando la pruebes aún te gustara más - me guiñó el ojo.
Corté un bocado y lo tasté. -Mmmm, está realmente delicioso.
- Eso es por el ingrediente secreto Castle - me susurró su madre y la miré con curiosidad - el amor -dijo con misterio.
No pude evitar sonreír. Martha me caía cada vez mejor, era una mujer especial.
- Pues noto que realmente hay mucho - y los tres sonreímos.

Rick al cabo de un rato se disculpo y fue a ducharse y cambiarse, para luego llevarme a casa. Yo me quedé con su madre, la cual estaba metiendo los trastos del desayuno al lavaplatos. Yo la ayudé con mi parte aunque insistió en que no hacía falta. Luego nos sentamos las dos en el sofá donde ayer cené con Rick, y me continuó explicando una anécdota de cuando él era más pequeño.
- ¿Es verdad que solo hace una semana que estáis juntos? - me preguntó para confirmar la historia que su hijo le había contado.
-Sip, nos conocimos el viernes pasado y el domingo empezamos a salir.
- Vaya, pues parecéis muy enamorados - comentó.
Yo me sonrojé, a mi también me parecía increíble los sentimientos mutuos que tuvimos desde el principio. Me daba la sensación de que había pasado mucho más tiempo, pero supongo que eso es bueno.
- Si, es que su hijo es muy buena persona, y también muy guapo.
- Espero que os vaya bien, querida, porque ya le rompieron el corazón una vez y lo vuestro parece realmente importante.
Vaya... ¿Alguien le ha roto el corazón antes? Me muero de curiosidad por saber cómo fue, pero en cierto modo tampoco quiero saberlo. Algún día si sale el tema ya interrogare a Rick.
- Lo intentaremos - sonreí, y en ese momento Castle entró en la sala.
- Espero que no hayas aburrido a Kate con todas las historias de mi infancia.
- Hijo, solo hemos tenido una pequeña charla, así que no te preocupes, tu madre aún le quedan muchas anécdotas para explicar.
- Oh no... Eso me temía...
- No pasa nada Rick, a mi me gustan, ¿Enserio atropellaste una tarta de cumpleaños yendo con tu bici nueva? -me reí.
- ¿Le has contado eso? -dijo indignado hacia su madre.
- Tienes suerte de que las fotos estén en mi casa. - dijo también riéndose.
-Dioss... - se tapo la cara con una mano.
Me levanté del sofá para ir a recoger mi bolso. Él continuaba discutiéndose con Martha hasta que regresé.
- Bueno Castle, mejor vamos tirando hacia mi casa.
- Tienes razón, que un día al final tus padres me van a matar de verdad. -Reí
- ¡Anda ya! En el fondo les caes bien - le guiñe un ojo.
- De verdad? - preguntó ilusionado.
- ¿Tenéis problemas con sus padres? - se metió Martha.
- Bueno, ellos piensan que Rick es demasiado mayor para mí y cosas así, pero ya lo van asumiendo. -dije quitándole importancia.
- Sip, siempre recordare la primera vez que vi a tu padre... Su mirada a lo "no toques a mi niña" no fue precisamente agradable.
- Oh vamos Richard, no te preocupes. Si Katherine dice que ya se están acostumbrando a ti no hay de qué preocuparte - luego se dirigió a mi – al menos por una vez me alegro de que mi hijo no tenga padre, así no tenemos problemas con hombres sobreprotectores. - nos sonreímos. Rick ya me había dicho que nunca había tenido padre, pero él dice que no le importaba. Que su madre ya le quería por dos. - Hey, ¿os importaría que os acompañase? Lo digo por conocernos ya toda la familia...
- No madre, Kate luego se irá al instituto. Mejor quedamos toda la "familia" - dijo poniendo énfasis - otro día.
- Vosotros os lo perdéis. - dijo, y nos dio un par de besos de despedida a cada uno.

Nos marchamos bajando por el ascensor hasta donde Rick tenía la moto.
- Espero que no te haya incomodado mucho tener a mi madre en casa…
- No, tranquilo, me cae bien. Es una mujer muy simpática. – dije por tranquilizarlo.
- Me alegro – dijo y acercó su rostro al mío y nos besamos. – Ah, y Kate, debo decirte que, aunque hayamos sido interrumpidos por ella, me ha gustado mucho dormir contigo y despertar a tu lado.
- A mi también, aunque tengas el sueño muy profundo – me burlé, y nos reímos mientras subíamos a su moto.

[i][SIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE                   

Prexiosooo

Me alegro muchisimo que os guste este fic, y muchas gracias por las reviews     

Capítulo 15

El trayecto en moto se me nos hizo corto, y enseguida llegamos a mi casa. En entrar mis padres estaban desayunando.
- Buenos días - dije sonriente caminando hacia ellos y con Rick pisándome los talones.
- Buenos días - dijo tímido Rick.
- Hola Kate, Rick, buenos días - mi madre se levanto para recibirnos, mientras que mi padre nos miro de reojo con cara enfadado. - ¿Qué tal?
- Bien, lo siento si no volví ayer y os preocupasteis. Os juro que no fue mi intención, simplemente... no se… me quedé dormida - baje la cabeza encogiéndome de hombros. No me iba a librar de una bronca aunque al final ella me diese permiso.
- Tranquila cielo, no te culpo.. – mi padre la cortó enojado.
- ¡Como que no! - gritó- ¡Tienes idea de lo preocupados que nos tenías! No sabíamos ni donde coño estabas, y de golpe de madrugada te dignas a llamar y nos pones de excusa que te quedaste dormida en casa de ese!??- se acerca hasta nosotros amenazadoramente - si te queríais acostar con tu novio al menos no te inventes historias. – esa última frase me cayó como un jarrón de agua fría. De acuerdo que nos acostamos, pero más tarde; realmente me había quedado dormida, pero supongo que no va a ceder… Noté como Rick también le había afectado la bronca de mi padre.
- ¡Jim! ¡Déjalo! Ya lo hemos hablado, yo confío en Katie – se metió mi madre
- ¡Me da igual! No voy a permitir que haga lo que quiera cuando quiera.
- ¡Papá, eso no es verdad! ¡Fue solo un accidente! No volverá a pasar… - eso no lo haría tranquilizar. Necesitaba que volviera a confiar en mí… De golpe se me encendió la bombilla – A parte, su madre también estaba en casa, así que no te inventes cosas sobre que solo queríamos acostarnos. ¡Por dios! ¿Tan mal piensas de mí?
Rick me miró de reojo un poco sorprendido por meter a su madre como excusa.
- ¿Es eso cierto? – inquirió mi padre mirando hacia él
- Sí – me siguió el hilo – ahora aún está en casa, si queréis la llamo…
- ¿No vivías solo? – preguntó Johana.
- Si, pero mi madre viene a verme cuando le da la gana y hoy se ha quedado a dormir allí. – dijo cambiando de tema - ¡Por cierto! Os quiere conocer, así que he pensado que un día podríamos ir a cenar todos juntos…
- Es una buena idea, no creéis? Martha es muy agradable, seguro que os llevaréis bien – me añadí yo.
- A mi me parece perfecto, así conocemos a la familia
- Eso mismo dijo ella – exclama Rick en respuesta a mi madre.
- ¿Papá? – digo, él suspira con resignación. Se nota que aún le cuesta asimilar que yo y Rick vamos enserio.
- Está bieen…
- ¡Perfecto! Ya se lo diré y quedamos – sonríe Rick esperanzado. – Bueno, Kate, me voy ya, que sino te entretendré y llegarás tarde al instituto. – me dio un beso y luego se dirigió hacia mis madres.
- Adiós Johana, y Jim.
Lo acompañé hasta la puerta y nos prometimos llamar más tarde. Luego se marchó.
- ¿Quieres algo para desayunar, Katie? - me preguntó mi madre una vez había vuelto al comedor después de cambiarme de ropa. Mi padre ya se había ido.
- No gracias, Martha nos ha hecho tortitas. -contesto con una sonrisa, luego respiro hondo -Mamá, gracias por confiar en mí.
- No hay de que cielo, ya eres lo suficientemente mayor para poder darte un poco de libertad. Pero avisa antes, no sabes el susto que tuve cuando vi que no volvías y no respondías al teléfono.
- Lo intentaré... es que con lo que pasó con Tom yo... me olvidé.
- ¿Que te hizo?
Le explique rápidamente toda mi noche hasta que me dormí en el sofá de Rick.
- Su madre en realidad no estaba, no? - preguntó divertida después.
- No, - admití - nos despertó esta mañana, pero pensé que decir que estuvo toda la noche haría que papá se calmase...
- No pasa nada, no se lo diré - me guiño el ojo - pero sí que me gustaría preguntarte una cosa y que me fueras sincera, aunque sea un tema personal.
-¿Que..? - dijo con la voz temerosa.
- ¿Has... alguna vez? -dejo la frase al aire. Oh no... La charla sobre "eso". Bajé la mirada.
- Yo... emm... Sí… - me moría de vergüenza y sentía como mis mejillas estaban ardiendo.
- ¿Hace cuando? -insistió avergonzándome más.
- ¡Mamá! ... este sábado... - confesé finalmente en voz baja.
- Vale... -soltó un suspiro- perdona si te he hecho pasar un mal momento, Katie, pero hacia meses que me tenías preocupada, desde que empezaste a salir con Tom. ¡Y soy tu madre! tengo que preguntarte estas cosas. Pero me alegro que te esperases hasta encontrar a alguien mejor, aunque podrías haber esperado unas semanas más...
- ¿Mamá has terminado? - interrumpí deseando marcharme y desaparecer.
- Sí cariño, me alegro que hayas sido sincera, gracias. Y ahora vete, llegaras tarde al instituto.
Me marché de casa toda ruborizada, y no pude dejar ir un suspiro hasta que ya estaba en la calle. ¡Por dios! No me podía creer aún que había tenido la famosa charla madre-hija sobre sexo. Y aunque por suerte no profundizase en el tema ni me preguntase si usaba protección debo decir que ha sido uno de los momentos más incómodos de mi vida. Fui caminando hacia el instituto. El aire frío de la mañana me ayuda a pensar, y en esos momentos tenía mucho para reflexionar.
En el instituto me fue bien. No sé porqué pero esta última semana me había aplicado más. Quizá gran parte era por qué había estado castigada por la tarde, pero eso era lo de menos.
Hablé con Madison y evidentemente, como sospechaba, ayer empezó a salir con Matt. Me contó que besa de maravilla y me dio un montón de detalles de conversaciones que tuvieron antes y después de la cena. Yo también le conté mi noche con Rick y la bronca de mis padres. También ese momento tan embarazoso con su madre, y la charla madre-hija.
Todos los sucesos positivos de ayer por parte de ambas eclipsaron la disputa con Tom, a quien no había visto hoy por el instituto. Mientras hablábamos sentimos una voz detrás nuestro que me llamaba.
- Becks – en girar me encontré con Verónica. La notaba un poco incomoda y con los ojos enrojecidos por haber llorado durante horas. Me daba un poco de pena que Tom la haya utilizado como me utilizó a mí.
- ¿Si Verónica?
- Emm.. –se le atragantaban las palabras – siento haberte robado a Tom…
- Hey, no pasa nada, no sé cómo no me di cuenta antes de que era un idiota y no me quería en realidad. Soy yo la que siento que lo vuestro no funcionase por culpa de la conversa de ayer.
- En realidad fue mejor darme cuenta entonces de que me utilizaba, que no malgastar tiempo en una relación que no daba a ningún lado.
Nos sonreímos, y quedamos perdonadas por todo. Ahora éramos del mismo bando: las exs enfurecidas de Tom. Antes de nosotras ya había muchas otras chicas engañadas por ese.
La verdad es que Verónica era simpática. Nos pusimos a hablar de él y criticarlo. Se ve que nos decía las mismas palabras cariñosas, y nos llevaba a los mismos lugares. Como sospechaba, sí que se acostaba con ella y por eso me dejó. Según las palabras textuales que él había dicho “Becks me aburre, no es tan apasionada como tú, cari.” Me daba rabia oír que eso pensaba de mí, después de la cantidad enorme de besos que nos dimos y haber admitido que sentía celos porque yo estaba con Castle.
Aún estaba muy afectada por los recientes sucesos, e intenté animarla diciéndole que seguro que encontraba a alguien mejor como yo había hecho.
A la salida apareció él con su moto y una nueva chica en brazos. Miró hacia nosotras con su chulería habitual, y le devolvimos una mirada de puro odio. El giró la vista enseguida y continuó toqueteando a su nueva conquista. Rubia y con un escote enorme. Parecía sacada de una revista porno.
Cogí la mano a Verónica para darle ánimos, y me devolvió una tímida sonrisa.

-- Continuará--

Sigueee

desde luego que preguntitas tiene Johana, un buen capisigue

Jooo que cortoooo Sr me a echo, ero esta muy bieeen , escribes de maravilla.
No hace falta que te diga que sigas no?

Gracias por las reviews!!!     
Aviso que de esta historia solo tengo escrito hasta el 20, y que luego tardaré mucho más a actualizar. Pero de momento aún quedan unos cuantos capis     

Capítulo 16

Íbamos caminando por la calle cogidos de la mano. Ya era viernes por la tarde y habíamos quedado para ir a pasear por Central Park. Habíamos comido unos bocadillos de bacon y queso deliciosos que mi madre nos había hecho, mientras pasábamos el rato tumbados en la orilla del lago, observando como otra gente iba en barquitas por el agua, corría por los senderos, jugaba al futbol, etc.
Hacía buen día, el sol resplandecía por entre los altos edificios y hasta quemaba un poco. Estábamos a principios de Mayo y todas las previsiones apuntaban a un verano caluroso.
Ya estábamos llegando a su casa después de salir de la boca del metro, cuando, en pasar junto a un solar en obras, oímos un maullido.
Rick se detuvo y me soltó. Lo miré un poco extrañada, pero fue corriendo hacia el descampado y, de detrás de unas cajas, salió con un gatito gris entre sus brazos. La verdad es que estaban adorables. Parecía sacado de una foto. Un hombre fuerte, robusto y adulto (entre comillas), salvando a un pequeño gatito frágil y delgado. El animal seguía maullando, y Rick le acariciaba la cabecita con mucho cariño para calmarlo. Estaba hecho una bolita de pelo gris.
- Mira Kate que preciosidad – dijo cuando volvió a estar a mi lado.
- Sí, es muy mono – dije alzando la mano para poder acariciarlo también.
- El pobre estaba solo allí detrás. Se llamará Bigotitos – parecía un niño pequeño - ¿Quieres cogerlo? – y me lo pasó con cuidado.
- Tendrá que ser Bigotitas, porque es una gata. – dije observándola. La verdad es que ahora que la tenía en mis brazos me parecía aún más mona e indefensa. Estaba muy delgada y no pesaba casi nada. Quien fuese que la había abandonado era muy cruel.
- No me gusta Bigotitas… - soltó un gruñido – tendré que pensar otro nombre – continué acariciando al pequeñajo, mientras él pensaba. – ¡Ya se! ¡Se llamará Nikki!
- ¿Nikki? – pregunté curiosa, y el asintió - ¿Cómo has pasado de Bigotitos, un nombre normal de gato, a Nikki, un nombre de stripper?
- A mí me gusta –dijo poniendo ojitos.
- Esta bieen… - y le pasé otra vez la gata - ¿Te lo vas a quedar?
- ¿Bromeas? ¡Por supuesto que sí! Es la cosita más guapa que he visto en mi vida, excluyéndote a ti, claro. – Aclaró como si yo me fuera a sentir ofendida por eso – Ese será nuestro gatito.
Suspiré – Bueno, pues ve tirando hacia casa y prepárale una cama y una caja de arena, mientras yo voy a comprarle algo comida para gatos en el super…
- Gracias – me besó rápidamente sin dejar la gata- seremos unos buenos padres.
- ¿Padres? –Alcé las cejas- Rick, es un gato, no un niño.
- Lo sé, pero la vamos a cuidar muy bien.- cogió una patita del gato y empezó a hablarle con voz tonta- a que xi pequeñaja, a que xii.
- Madre mía lo que hay que ver -Puse los ojos en blanco – mejor voy tirando –dije empezando a andar hacia el super de la esquina.
- Cómprale también algún juguete para que no se aburra – dijo a distancia- ya sabes, una pelotita con un cascabel, un ratón de goma,… algo así! – decidí ignorarle y no contestar.
Se estaba tomando eso muy enserio. Espero que le durase y no se cansara de la gata. Sonreí para mis adentros. Esta especie de faceta de padre que tenía le hacía aún más adorable, y mi subconsciente no pudo evitar preguntarse si con un niño también se comportaría así. Empecé a imaginarme un pequeño Rick, con los ojos azules y el pelo castaño en mis brazos dentro de unos años. Sacudí la cabeza. No tenía aún ni dieciocho años. ¿Cómo podía pensar eso?
Entré en el supermercado y compré pienso para gatos pequeños, un bol para la comida y otro para el agua, y luego también una pelota con un cascabel de las que había dicho Rick. Pagué y me fui hacia su casa.
En llamar a la puerta oí como Rick corría por la casa. Abrió a puerta de golpe y sin darme tiempo a articular un solo “hola” echó a correr otra vez hacia la cocina. Yo me quedé de piedra hasta que me llamó a lo lejos.
- Kate, tienes que verla ¡corre!
Entré cerrando su puerta a mi paso, y fui caminando con la bolsa de comida hasta allí. Lo vi tirado al suelo observando atentamente la gata.
- ¡Mira que mona es! ¿Has visto la carita que pone cuando bebe leche? – El animal bebía la leche que él le había puesto en una vieja lata de atún usada.
- Rick, -dejé las cosas en la encimera y saqué un bol de los que había comprado - ¿Es que quieres que se corte la lengua bebiendo de ahí? – Me acerqué y le quité la lata al pobre gato, vertí la leche que quedaba en el bol y se la volví a dar antes de que protestara. Luego le di una suave caricia entre las orejas, mientras continuaba bebiendo la leche. Debo reconocer que Rick tenía rezón: con los ojos cerrados y sacando la lengua estaba adorable.
- Perdón no era mi intención. – se disculpó.
- Lo sé, pero tienes que ir con cuidado y pensar.
- ¿Te das cuenta que ahora mismo estas sacando tu instinto maternal?
Le lancé una mirada acusadora. - ¿Enserio?
- Ya te digo…
- Pues levanta y ayúdame a preparar todo lo que Nikki necesitará para vivir.
- Lo que yo decía… –sonrió e hizo ademán de levantarse, pero volvió a su posición – Kate, pero ¿Quién la vigilará de mientras? No la puedo dejar sola en un lugar desconocido.
Puse los ojos en blanco. – Es un gato. A los gatos les gusta explorar. Déjala tranquila que se acostumbre a tu casa y ven a ayudarme si quieres que la gata pueda vivir aquí.
- A sus órdenes – suspiró. Dejamos a la gata relamiendo el cuenco y fuimos a preparar su “cama” y su caja de arena.
Para la cuna usamos una caja y unos trapos viejos. Era provisional, ya que Rick quería ir a comprar una de verdad acolchada especial para gatos otro día. También se animó y dijo que le compraría un parque de juegos para gatos para que pudiera usar sus uñas en un lugar que no sea el sofá o algún otro mueble.
Luego le preparamos la cajita de arena para hacer sus cositas. La tierra la sacamos de una maceta que tenía Rick con una planta muerta. Cuando le pregunté por qué sé murió, me puso de excusa que no le gustaba la planta, aunque estaba convencida de que se había olvidado de regarla y por eso estaba muerta.
Una vez terminado, lo colocamos en una esquina del salón. Rick quiso poner su nombre en las cajas y los boles, y cogió un permanente. En mirar el resultado final me puse a reír. Había intentado hacer una huella de gato y parecían unos topos aleatorios. También había intentado hacer la silueta de una cara de un gato, pero parecía una patata.
- ¿De qué te ríes?
- Será mejor que te dediques solo a ser escritor. Las letras son la única parte aceptable.
- ¡Qué va! Pero si me ha quedado bien el gato. -protestó
- Claaaroo – dije aún riendo – Anda vamos a ver qué está haciendo Nikki antes de que continúes con tus “dibujos”.
En llegar a la cocina Nikki no estaba. El bol continuaba en el suelo vacío, pero no había el gato.
- Te dije que tenía que vigilarla.
- Castle, no puede andar muy lejos.
Nos pusimos a buscarlo y al lado de la nevera encontré una mancha de pis. Me agaché y miré por alrededor. Luego ya lo limpiaríamos, pero ahora lo importante era encontrar a Nikki.
Vi una sombra moverse por el agujero que quedaba entre la nevera y la pared.
- ¡Kate, en el dormitorio no está! – gritó Castle.
- Shhh ¡Castle! Se ha escondido detrás de la nevera. No hagas ruido o se espantará más.
Castle vino hacia donde estaba y se agachó para intentar verla.
- ¡Nikki! ¡Nikki guapa ven aquí! - empezó a llamarla haciendo señales con las manos.
Giré mi cabeza y me quedé mirándole. Estábamos cerca.
- Rick, no sabe su nombre aún. Y no es un perro.
- Bueno así se lo aprenderá. ¿Alguna idea mejor, señorita Beckett? – acercó su cara a la mía.
- Por supuesto, señor Castle, eso siempre – Y antes de que pudiera contestar le di un sonoro beso en los labios y me levanté.
Volví con la pelotita de cascabel que le había comprado.
- Mira y aprende – dije, y empecé a sacudirla para hacer ruido. Tal como supuse, la gatita se sintió atraída por ese sonido y enseguida salió de su escondite. La cogí en brazos y la llevé hacia su cama en el salón. Castle me seguía de cerca. A medio camino me paré y me di la vuelta. - Por cierto Rick, tienes que limpiar su pis.
- ¿¡Yo!? – se quejó.
- ¿Crees que yo sé donde guardas la fregona? Aparte de que la gata vive en tu apartamento. - Suspiró y se fue a limpiar.
Nikki se había arropado muy bien a mi cuerpo y me dio pena dejarla en la caja, así que me la llevé hasta el sofá y encendí la tele mientras la acariciaba hecha una bola en mí regazo. Cuando Rick volvió se sentó también con nosotras al sofá.
- Hemos hecho bien en acogerla –dijo.
- Sí, Nikki se merece a alguien que la cuide y la mime.
- Va a ser la gata más feliz del mundo.
- Espero que ahora no te canses de mí y solo la cuides a ella. – dije con sarcasmo.
- ¿Cansarme de ti? ¿De dónde has sacado eso? – nos miramos a los ojos y puso un mano en mi mejilla – Te quiero Kate.
- Y yo a ti - dije, y nos besamos tierna y profundamente hasta quedarnos sin aire. Nos sonreímos y luego miramos a la gata. Estaba ronroneando de felicidad entre nosotros dos. Definitivamente, todos éramos felices.


Espero que os gusten los gatos   

Ke monadaaaa sigueee