Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]

3 capitulos que me han sabido a poco,no me jodas 8 dias sin mas capitulos noooooooooooooooooooooooo,cuantas confesiones por dios,espero que cuando vuelvas nos traigas mas capitulos jejje

woouu woouuuu wouuu menudos capitulazos!!!!!!!
joder me has dejado muerta!!!!
y pretendias que lo leyesemos poco a poco??? esto es imposible
por favor vuelve pronto y actualiza me encanta.
Esta genial la conversacion es impresionante
apesar de todo deseo que disfrutes de tus dias de vacaciones!! xDD

Increíble! vaya tres capítulos, lo malo es todo lo que hay que esperar ahora...
Tienes que compensarlo!

genial capitulos


gracias por los capitulos

Tres capítulos, que regalooo!
Muy buenos los tres, seguilo pronto que quiero ver como sigue!

Que larga se hace la espera... pero valdrá la pena. te está quedando genial!

¡ME CONECTÉ!!!!
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Fue deslizando sus manos de los hombros de Castle hacia las muñecas, esperaba que ocurriese algo que rompiera del todo ese abrazo o que la dejase ir sin ser incómodo para ambos. Los dos se resistían a separarse del todo pero sabían que el estrujón que había dado Castle a Beckett había llegado a su fin.

Al fin ese algo sucedió. Notaron una vibración en las ingles e inmediatamente miraron hacia abajo, un móvil estaba recibiendo una llamada. Un par de segundos más tarde empezó a sonar el tono de llamada.

- Es el mío – dijo Castle.

Quitó una mano de la cintura de Beckett y sacó el móvil, la pantalla mostraba la foto de su mujercita. Beckett sólo pudo oír las respuestas de Castle.

- Ei… calabaza.
- No, tranquila… puedo hablar, no interrumpes nada. ¿Qué tal todo por ahí?

Beckett se separó completamente de Castle y desapareció en el cuarto del dormitorio.

- Podrías descansar un poco más, no sólo media hora antes de la cena.
- Por aquí ha sido genial, a Beckett le ha encantado lo del paracaídas, incluso yo me he lanzado.
- ¿Calabaza?
- ¿Alexis? ¿Sigues ahí? – Mira la pantalla para confirmar que aún está con la llamada.
- ¿Alexis? ¿Me oyes bien? Yo no te oigo nada – Golpea la pantalla del móvil y se lo pone de nuevo en escucha.
- Creí que se había cortado la llamada.
- Eiii. Tengo pruebas: el vídeo y fotos del salto. Pero te advierto que sólo lo verás una vez. Se quedará como material clasificado.
- Estoy seguro que te impresionará ver el vídeo.
- Noooo. No es un montaje. Te lo aseguro.

Beckett salió de la habitación con una pequeña mochila de cuero y se sentó en un taburete del minibar. Aunque había entrado en la habitación estaba escuchando toda la conversación.

- Que te digo que no es un montaje… Tengo a Beckett de testigo. Ya lo verás.
- ¡NO! Nada de amigas.
- ¡NO! La abuela menos.
- Cuando me devuelva mi foto de jockey le enseño estas del paracaídas.

Beckett gesticuló una sonrisa sin lanzar ningún sonido en voz alta. Se estaba imaginando a Castle con botas altas, medias de cuadros hasta la rodilla, pantalones bombachos y suéter estrafalario, gafas de cuero, fusta y casco… Debería ser parecido a la tortuga ninja de esa mañana o incluso peor para querer recuperar esa foto.

- Ya lo verás.
- Ajá. Muy bien Alexis.
- ¿Qué vas a cenar?
- Pizza…
- Mañana nos vemos.
- Te recuerdo que llegaré tarde. Son seis horas y el cambio horario, serán sobre las nueve de N.Y. cuando aterrice, luego facturar y volver a Manhatan… no me esperes a cenar. De todos modos cuando salga del aeropuerto te llamo.
- Te quiero.
- Bye.

Castle se dejó caer en el sofá mirando el móvil. Al levantar la vista vio a Beckett en la puerta de entrada de la habitación esperándole.

- ¿Y bien? – Preguntó Beckett
- Y bien qué.
- ¿Te quedas en el sofá?... ¿No vienes? – Abriendo la puerta.
- ¿A dónde?
- A hacer cosas de chicas. A las tiendas de abajo – Castle recordó los planes para esa tarde.
- Sí, sí… Vamos… – Se levantó y cerró la puerta tras ella.

Mientras bajaban a la galería comercial Castle también meditó sobre la propuesta de Beckett y pensó que había hecho bien en querer bajar, estar rodeados de gente sería la mejor manera de eliminar la pequeña incomodidad que se había creado entre ellos al final del abrazo y que aún persistía. Todavía tenían que pasar el resto de la tarde, noche y la mañana del domingo juntos, si se quedaban más tiempo en la habitación la sensación de incomodidad crecería y no era un fin de semana para que cada uno lo tomara por su cuenta.

Fue sincero cuando le dijo que en ese momento ella era su hogar, pero también le surgieron las dudas si había dicho eso por impulso de la reacción anterior. Lo que había pasado en la habitación había sido algo inesperado, relevante e intenso. Y aunque le habría gustado permanecer un rato más le encantó la idea que Beckett aún quisiera su compañía y le pidiera que la acompañase abajo. En otras ocasiones no lo habría esperado y se habría marchado dejándolo a solas.

Bajaron a la calle y empezaron por entrar en algunas tiendas externas, después se pasaron a otras de la galería comercial. Rebuscaron discos en una tienda que también vendía instrumentos musicales y pronto dejaron atrás la sensación de malestar de la habitación del hotel. Sobretodo en cuanto Castle empezó a curiosear entre los álbumes antiguos y a manosear los instrumentos expuestos de la tienda. Beckett lo reprendió varias veces para que no tocara los instrumentos expuestos.

- Rick… Castle deja eso. ¿Quieres que nos llamen la atención?
- Si los dejan tan a mano será para que la gente los pueda probar ¿no?
- Pero… ¿vas a comprarte alguno?
- No.
- Entonces ¿para qué quieres probarlo?
- Porque quiero saber cómo va.
- Pero si no lo vas a tocar en tu vida.
- Pues… quizás me lo plantee.
- Casi te prefería en la sección de vinilos.
- Pero si nos fuimos de allí porque me lo ordenaste.
- Porque estabas sacando todos los vinilos de sus fundas.
- ¿Y quien te dice que entre medias no habría encontrado una partitura inédita de algún compositor famoso que dejó su último legado escrito antes de fallecer para que fuera difundido gratuitamente a la humanidad para exonerar su alma atormentada y porque no quería que sus mezquinos herederos lo encontrasen e hicieran una fortuna póstuma a costa de su sufrido talento?
- ¿Lo dices en serio?
- Sí.
- ¿Distingues realidad de ficción?
- Sí. ¿Por qué no podría ocurrir?
- Ehhhh… ¿Porque antes de colocar los vinilos en las estanterías los dueños revisan el material que compran? Supongo que recibirían reclamaciones si alguno de los discos está rayado, o…
- Hum. Chafa-historias.
- O… ¿Dejaste cada vinilo con la funda correspondiente?
- Sí… Creo que sí… ¿Kate?
- ¿Sí?
- ¿Puedes venir?
- Qué pasa ahora. Ya me gustaría saber porqué sacaste los dis…cos...
- ¿Sabrías cómo se pone esto? - Enseñándole unas piezas de metal en sus manos.
- ¿Has desmontado las clavijas del saxo? ¿En qué demonios estabas pensando?
- Investigación. He pensado que Rook podría tener un don para la música, para el jazz. Pero para eso tengo que ver de cerca los instrumentos. ¿Por qué un saxo tendrá más agujeros que dedos tiene una mano?
- ¿Por la misma razón que un piano tiene más de diez teclas? Date prisa en poner…
- Ejem…

Se giraron hacia la voz que los había interrumpido.

- Yo sí sé cómo se montan las clavijas del saxo – Dijo uno de los dueños, quitándoselas de las manos.
- Ehh… yo… verá soy novelista de mist…
- ¿Va a comprar algún instrumento señor? ¿Puedo ayudarle? – Le cortó el dueño mientras volvía a montar el saxo.
- Ehh… sí. Esto – Se acercó a una de las estanterías y cogió una cajita pequeña.
- Puede pasar por el mostrador de la entrada y le cobrarán la armónica antes de irse. Gracias.
- Gracias.

En cuanto salieron por la puerta Beckett se giró preguntando:

- ¿Nos han echado de la tienda, verdad?
- Con buenos modales… Pero sí.
- ¿Cuando vas de tiendas siempre pasa esto?
- No siempre.
- Cuando vas de tiendas con tu hija y tu madre, ¿Qué hacéis?
- Normalmente las dejo en la entrada con una tarjeta y quedamos en el mismo lugar después de un tiempo. Por ejemplo, dos horas.
- Ya. No me extraña.
- No les gusta ir a las tiendas de ropa de caballeros. Bueno… sí les gusta pero no a mirar precisamente la ropa de caballero. Cada uno va a sus tiendas y luego nos reunimos en un punto, así las compras se hacen más rápido.
- Ya.
- ¿Entramos en esta tienda?
- Souvenir – Leyó el cartel que colgaba en la fachada.
- ¿Compramos algún recuerdo para los chicos?
- Creo que una de las fichas del casino les gustaría más que… llaveros-linterna del Luxor – volviendo a dejar el llavero que había cogido del expositor.
- ¿Y esto? ¿Qué tal me queda? Es alucinante.

Castle se volvió con un sombrero de cow-boy encasquetado en la cabeza. Por todo el ala del sombrero se repartían cientos de minibombillas de colores parpadeantes que seguían un sincronismo parecido a los portalones que adornaban las entradas de los casinos.
- Alucinante es que te quejases de la vestimenta esta mañana ante los instructores de vuelo que estarán cansados de poner el mono a sus clientes y además estábamos solos en el desierto y ahora no te sientas ridículo con esa… feria ambulante en la cabeza con toda esta gente alrededor.
- Es que… brilla mucho. Hipnotiza.
- Quítatelo.
- Pero quiero comprar algo.
- Toma – Beckett tenía al lado un expositor de gafas cogió unas al azar y se las dio.
- Bueno… Tampoco me quedan mal - mirándose al espejito del mostrador - ¿Puedo ver otros modelos?
- Pero deja ya el dichoso sombrero.
- De acuerdo. Tú ganas, pero te advierto que realmente eres tú la que pierdes, hipnotizarías a los delincuentes si lo usas en los interrogatorios. Les sacarías toda la información.
- La pena es que no se puede usar técnicas de hipnosis en los interrogatorios, es ilegal… ¿Sabes? Aún me cuesta distinguir cuando hablas en serio y cuando bromeas.
- Yo también… ¿Estas gafas?
- Son ideales para Martha.
- Hum… - mirando el modelo - ¿y estas otras?
- Si las cambias con montura blanca creo que le gustaría a Alexis.
- Vale. ¿Y para mí?
- Creo que éstas – Esta vez las escogió pensando cual le quedarían mejor.
- ¡Hum, sí! Me gustan… Parezco David Hasselhoff, el hijo de David Hasselhoff pero con gafas de este siglo – matizó las palabras “el hijo” porque no se quería echar los años del actor.
- Sí, ya – Sarcásticamente – clavaitos. Dime Michael Knight, ¿dónde has aparcado a KITT?

Al ver la burla de Beckett se acercó a ella a escasos centímetros de su cara y con la misma sonrisa y con un tono divertido pero convincente le contestó.

- Luego iremos a por él – Beckett tiró la cabeza un poco para atrás arqueando interrogativamente el ceño porque le pareció entender que en lugar de burla se lo estaba diciendo en serio.

Castle es como un niño,no puede estarse quieto,tiene que liarla alla por donde vaya xd,cuando se besaran???
Sigue pronto

genial capi

Qué buen capítulo! me encantan los diálogos entre los dos, son muy reales. A Castle le encanta hacer el payaso y a Kate regañarle siempre! Qué bien que te pudiste conectar!

woooo esta genial!!!!!me encantaaaa

Buen capítulo!!!

- Luego iremos a por él – Beckett tiró la cabeza un poco para atrás interrogativamente porque le pareció entender que en lugar de burla se lo estaba diciendo en serio.

Recorrieron el resto de la tienda y Beckett quiso regalarle a Lanie una pulsera de bisutería de plata de la que colgaban unas pequeñas figuritas con forma de dados fichas y cartas de póquer.

Salieron de la tienda de souvenirs y marcharon hacia el interior de la galería comercial. Allí se encontraban la mayoría de las tiendas de joyería, moda y complementos. Para Alexis escogieron un discreto colgante en oro y nácar de una góndola y para Martha unos aretes no tan discretos con incrustaciones azabaches de diferentes tamaños.

Quince minutos más tarde se pararon frente a un escaparate:

- Creo que esta tienda podría estar bien. En el escaparate tienen vestidos más normales.
- ¿Qué?
- Sí, todas las tiendas que hemos visto hasta ahora tenían vestidos demasiado…
- ¿Demasiado?
- Poca tela. Incluso mi vestido lila de ayer es demasiado discreto con los que hemos visto hasta ahora.
- Pues ese rojo te quedaba genial.
- Sí. Si quiero a clientes como los de ayer.
- Je, je. Pues te quedaba genial.
- Quiero ir más normal. Aún estoy cansada de todo el día y quiero estar más cómoda.
- Cómoda pero sexy.
- Castle…
- Perdón, sí… Rectifico: Cómoda pero elegante.
- Mejor.
- Y sugerente – Beckett se giró para decirle algo pero Castle se adelantó - ¿Qué tal éste?
- Está bien pero tampoco quiero ir de picnic. Un poco más… sugerente.
- ¿Y éste?
- Tal vez. Dame.
- No sé… No veo muchos más.
- Tranquilo, ya llevo yo tres más. Voy a los probadores.
- ¿Te acompaño?

Beckett se giró para aniquilarlo y se encontró a un Castle con las manos en alto desternillándose.

- ¡Paz! No haré más bromas en esta tienda.
- Lo que yo te diga: Infantil hasta la médula – Dirigiéndose a los probadores.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * *

- Pues éste también te lo veo bien.
- ¡Castle! Es horrible ir de tiendas contigo.
- ¿Por qué? Ahora no te he hecho nada.
- ¿No sabrías decir cual me queda mejor?
- No. Con todos ellos te ves genial.
- No me digas eso y elige uno.
- Los cuatro.
- Uno.
- ¿Y a ti cual te gusta más?
- Yo ya me he decidido pero quiero saber antes tu opinión.
- ¿Y eso? Tú no eres de las que pide opinión.
- Ya que… - Tomó aire y resopló antes de continuar – me vas a pagar el vestido… también quiero que lo elijas tú. Dentro de lo que es mi estilo y yo doy el veredicto final, pero también quiero saber tu opinión.
- Bien.

Se levantó del sillón y se dirigió a Beckett examinándola de arriba a abajo dándole una vuelta completa. Le daba la sensación que estaba en una rueda de reconocimiento y que además la estaba desnudando con la mirada.

- Este granate te queda genial.
- ¿Entonces me lo llevo?
- No. Aún. ¿Puedes volver a ponerte el amarillo? A ti te gusta ir con tonos más discretos pero creo que ése es el que mejor te sienta.
- OK.

Entra al vestidor y sale con el amarillo. Castle la mira detenidamente y hace que se dé una vuelta completa.

- Sí. Definitivamente es el que más me gusta. Mírate al espejo.
- ¿Sabes? Con los vestidos en la mano el que prefería era el estampado. Pero al probármelos éste es el que mejor me sienta, es con el que más cómoda voy.
- ¿Coincidimos?
- Sí.

Beckett, sonriente se paseó delante del espejo, contorneándose se miró por detrás, de lado, volvió a ponerse de frente y deslizó las manos por sus costados, los tirantes y el escote. Estaba terminando de revisarse cuando al llegar al centro del escote se dio cuenta que la cicatriz quedaba al descubierto. Paró sus movimientos y dio un paso hacia atrás frente al espejo. Ahora se vio a sí misma reflejada en el espejo, vio a una Beckett asustada tocándose una cicatriz en el centro del pecho. Y Castle se dio cuenta de todo.

- No quiero este vestido. – Dirigiéndose a los probadores.
- Espera – La agarró del brazo e hizo que se parara.
- Suelta. No lo quiero.
- Toma. Éste vestido se acompaña de esta chaquetilla – Hizo que se acercase al espejo para verse mientras se la ponía.
- No, Castle.
- Se puede llevar abrochada. Tiene un botón – Reflejados en el espejo Castle le terminó de acomodar la chaquetilla y abrochó el botón central – Ahora puedes abrir los ojos.
- No quiero.
- Hazlo.

Castle le masajeó los hombros para animarla a que los abriera.

- Ayer llevaste un vestido precioso y ya sé por qué lo elegiste… cuello alto.
- Y escote en la espalda.
- Te veías fantástica. Éste te sienta igual de bien.
- Yo…
- Abre los ojos y verás lo hermosa que estas.

Beckett abrió los ojos y pudo verse en ese vestido amarillo pastel ajustado al busto y con un poco de vuelo en la falda. Una chaquetilla que parecía un chal de hilo con grandes canaladuras de color naranja amarillento acompañaba al vestido haciendo juego. Esa torera era completamente de adorno ya que no cubría nada ni protegía del frío por lo que dejaba que se mostrara el vestido por los agujeros. Sin embargo, el botón central y el entramado de hilos de las orillas hacían que quedara oculta la cicatriz del centro del pecho.

- Si ayer pudiste llevar el lila hoy podrás llevar éste – Le retiró las manos de los hombros y dejó que se cerciorase en el espejo que no se veía nada de la cicatriz.
- Yo…
- No te lo quites, vamos a la caja y llévatelo puesto.

Castle recogió los pantalones y camiseta de Beckett y se dirigió a la caja para pagar. Una vez fuera de la tienda la convenció para ir a una tienda de caballeros. Ahora era su turno de ponerse elegante para esa noche y además quería ir en consonancia con ella.

Estaba siendo un viaje de contrastes pero en general era positivo, A pesar de la última contrariedad, Castle veía a Beckett más serena que en Nueva York, en su casa estaba más inquieta y no sonreía tanto, ahora se dejaba llevar sin hacer tantas preguntas como al principio. No estaba tan a la defensiva y le dejaba gastar más bromas de lo que era habitual.

Dentro de la tienda de caballeros dejó que ella opinara y escogiera la ropa para él. Al principio escogieron una camisa también en amarillo y una corbata a juego pero Castle no se la veía puesta con el traje negro que se había llevado a Las Vegas. Así que acabó comprándose uno en chocolate oscuro.

Para hacer que Beckett volviera a estar como en la tienda de música y de souvenirs le gastó un par de bromas mezclada con algún piropo hacia los dos. Una de las veces, cuando Beckett le colgó unos trajes dentro del probador fue tras ella y empezó a desabotonarse la camisa, antes que llegase al cuarto botón ella se dio cuenta que no estaba sola y al girarse y darse cuenta de lo que estaba haciendo salió velozmente del probador mordiéndose el labio inferior mientras mascullaba “Impulsivo narcisista infantil”

- Bueno Kate. ¿Ya hemos acabado las compras?
- Ehhh. Sólo faltan los regalos para los chicos.
- Eso es fácil. Mañana les compramos algo y listo.
- ¿Entonces? ¿Salimos de la galería?
- Si. ¿O te apetece dar una vuelta en góndola?
- Je, je, je. No.
- ¿Por qué?
- No es más que un minicanal de 1 metro de profundidad. Las barcas de Central Park son mejores.
- OK. Entonces vámonos.
- ¿Al hotel?
- No.
- ¿Donde?
- Adivina
- ¿Es una sorpresa?
- Exacto.
- Y no me la dirás.
- Exacto.
- Pues vámonos a la sorpresa – Beckett tornó medio segundo la vista y prosiguió – supongo que iremos bien vestidos.
- ¿Qué ha sido eso?
- ¿El qué?
- Jo, jo, jo, jo. He ido demasiadas veces de compras como para no saber lo que significa esa mirada.
- ¿Qué mirada?
- La que has hecho antes – Paró en medio de la galería.
- No te entiendo.
- Ya lo creo que me entiendes, ¿qué has visto?
- Nada.
- Nada por aquí… - Castle parado en medio de la galería empezó a girar alrededor de Beckett para que lo siguiera con la vista e intentar que hiciera el mismo gesto – Nada por allá… Venga vamos no uses tu cara de póquer que al final te delatarás.
- No te entiendo. ¿Estás loco? Vámonos.
- ¡Eh, eh, eh, eh! Lo has vuelto a hacer ¿entonces es por aquí? – Se acercó a los escaparates de la derecha.
- ¡Castle! Te he dicho…
- Que has visto algo en algún escaparate que quieres comprar y no te atreves a decírmelo.
- ¡Castle! Eso es…
- La verdad. Eres una gran detective pero también eres persona, querer algo de un escaparate no te hace menos ¿Podrías volver a mirar lo que quieres?
- ¡No! – Intentó mirarle sólo a los ojos pero notó que rodó la vista de nuevo.
- ¡Ahhhh! Estamos cerca.
- Castle vámonos.
- Un momentito. Aquí alrededor tenemos… una casa de video-juegos, no creo que sea éste… Una tienda de deporte, creo que tampoco… Una joyería, no porque antes ya me has convencido que no querías nada y… ¡BINGO! Una zapatería, jo, jo, jo.
- Vámonos.
- ¡Es verdad! Tus zapatos eran violeta oscuro ¿no? Con el amarillo y naranja no le van muy bien. ¿Qué zapatos has visto? – Mirando al interior del escaparate.
- Ninguno.
- Alza tu dedo y di “Esos son los que quiero”
- No.
- A ver… y si van a juego con el vestido serán… ¿Esos amarillos? Son planos, tú no llevas esos. Y lo que llevas ahora… sandalias blancas, van bien pero has visto algo que te gusta más.
- No.
- Vamos… se nota a la legua que les has echado el ojo y son… - Beckett de espaldas al escaparate hacía un esfuerzo por no mirar a Castle, no quería decírselo pero la había “pillado”.
- Ninguno – Ahora lo dijo sin ningún tipo de convicción.
- Tienes debilidad por los zapatos. ¿Cuáles son…?
- Las… sandalias naranja claro.
- Ajá. Como siempre muy buen gusto. Algún día te caerás de cabeza. ¿Pasamos y te las pruebas? Por lo que veo también tienen bolsos.

Beckett se separó del cristal del escaparate y dando una última mirada a las sandalias y con una voz de derrota añadió.

- Vamos a comprarlas.

jajajaja genial tarde de compras!!!
que bien que ganas tenia de capitulo tuyo!!!!
esta muy bien me he reido mucho y el detalle de Castle con el vestido de Beckett para que no se le viera la cicatriz ha sido un detallazo!!
Genial como siempre

El es el unico para ella!
Gracias por tan lindo capitulo!

excelente

como siempre


gracias por otro capi

COMO MOLAAAAAAA

Muy chulo! menos mal que la convenció para el vestido... y lo de los zapatos ha sido genial!

Quiero ir de compras con Castle!!!

Solo digo una cosa,Kate no puede poner ningun pero a nada,lo que daria yo por verla con ese vestido amarillo

me tienes enganchadiiiiiisima....me encatan estos dos personajes, lo escribes realmente bien....

Beckett se separó del cristal del escaparate y dando una última mirada a las sandalias y con una voz de derrota añadió.

- Vamos a comprarlas.

* * * * * * * * * * * * * *
- Ahora sí hemos acabado de las compras ¿verdad? O… ¿has visto alguna cosa más?
- No, ya está todo. Y las sandalias te las podrías haber ahorrado.
- Pero las deseabas. Es uno de los pocos caprichos que te permites, seguro que perdonas cualquier cosa antes que unos zapatos. Bien… Siguiente parada… ¡TAXI!
- ¿Vamos a la sorpresa?
- Sí. Bueno, no va a ser una sorpresa del todo ya que… por favor llévenos al Imperial Palace.
- ¿A otro hotel?
- Ajá. Sabes que es un hotel de temática oriental. Tienen todo tipo de comida asiática. Chino, Tailandés, Japonés, Koreano… lo que quieras.
- ¿Y las bolsas?
- Haremos que nos las lleven.
- Je. Solución para todo.
- Eso es.
- Hum. Aún es un poco temprano para cenar ¿no?
- No he reservado mesa. Eliges el restaurante, reservamos y luego podemos dar una vuelta alrededor.
- OK.

* * * * * * * * * * * * * *
- Tenemos la reserva en el tailandés para dentro de una hora. Las bolsas nos las están llevando al hotel y si te apetece podemos dar una vuelta por fuera, aunque creo que en la exposición tienen aire acondicionado. Yo recomendaría ir a la exposición.
- ¿Exposición? ¿De indumentaria oriental? ¿Armaduras y armas de ataque con las que puedas jugar?
- Nooo.
- ¿Acaso hay alguna exposición de obras de arte?
- Obras de arte… Sí. Desde luego que hay obras de arte ahí dentro.
- Esto sí que no me lo esperaba. ¿De qué se trata?
- Ya lo verás.
- ¿Cuadros?
- No.
- ¿Esculturas?
- No.
- ¿Cerámica?
- No.
- ¿Fotografía?
- No.
- Ehh… ¿Obras de arte hecha con residuos reciclados?
- Esa es buena, nop. Ya hemos llegado.

A la entrada de la exposición Castle enseña su identificación a la señorita de la entrada, al pasarla por el registrador la señorita se la devuelve saludándolo cortésmente:

- Es un placer que nos visite de nuevo, señor Castle – Beckett se queda extrañada por esas palabras.
- Gracias. ¿Pasamos Kate?
- “¿Es un placer que nos visite de nuevo?”… ¿Qué clase de exposición es para que te saluden así? – Castle le abre la puerta para que entre dentro.
- Pasa y verás, yo ya he estado otras veces – En cuanto Beckett ve la otra parte de la puerta se queda parada en el vestíbulo mirando a su alrededor.
- Ah, ya. Entiendo… Coches… Exposición de coches.
- Ajá.
- Y son una obra de arte.
- Ajá – Continúa emocionado - Alguno de ellos están hechos a mano, otros son réplicas de los auténticos, otros son únicos en su fabricación. Alguno de estos vehículos son verdaderas obras de arte.
- Ja, ja, ja. Esto sí es más propio de ti. Esto es un capricho tuyo.
- Bueeeeno. A medias. Tú también tienes la culpa.
- ¿A sí?
- Ayer me dijiste que esperabas que una limusina nos recibiese en el aeropuerto, esperabas un coche de lujo y hace un rato me retaste preguntando dónde tenía aparcado a KITT – Enganchó a Beckett y la dirigió a una de las salas de la exposición – vamos a ver a KITT.
- ¿Qué?
- Donde está… ¡Ah! Ya lo veo.
- No puedo creer lo que estás haciendo.
- Unos metros más… - Llevó a Kate junto a la réplica del coche – Kate, te presento a KITT – Se sacó las gafas que se había comprado en la tienda de souvenirs y se las colocó - ¿Soy o no soy la versión renovada de Michael Knight?
- Ja, ja, ja, ja. Esta vez me dejas sin palabras. ¿Y es el verdadero KITT?
- Hummm. Creo que no. Creo que éste es una réplica. Pero muy bien conseguida. Si no recuerdo mal, de todos los KITT que se crearon sobrevivieron 5 y ahora están en manos privadas.
- Te sabes muy bien la historia… Demasiado bien diría yo.
- Digamos que cuando me compré el Ferrari estuve buscando varios tipos de coches hasta decidirme. Los KITT ya estaban fuera del alcance de mis manos y éste aunque es una réplica muy buena no deja de ser eso, una réplica. Prefería el Ferrari. ¿Lo intentamos alquilar, Bonnie?
- A KITT… ¿Alquilan coches aquí?
- Normalmente son de exposición y venta pero a estos coches siempre les viene bien ponerlos en marcha alguna vez que otra y darles un pequeño rodaje. Así, si alguien los quiere rodar, se lo alquilan por unas horas.
- ¿Tan fácil?
- Para mí sí, porque yo ya soy cliente, tengo cuenta. Además, puedo pagar el seguro en caso de accidente.
- Buenas noches, Sr. Castle ¿Puedo ayudarle? – Se acercó un representante del hotel y de la exposición.
- ¿Podemos alquilar este coche?
- Deje que me informe – Saca una agenda electrónica y busca la información sobre el coche – Tengo que decirle que está reservado para las 24 h de mañana. Así que si desean un vehículo para alquilar pueden ver otros modelos de nuestra vasta colección. ¿Desean que les acompañe y les indico algún modelo?
- Gracias. Creo que es mejor nosotros miremos los vehículos, tomamos nota y luego lo llamamos para que nos indique.
- Como desee caballero.
- Gracias – El representante se alejó de ellos pero sin perderles de vista
- Rick ¿Quieres alquilar un coche? Apenas queda un día.
- Claro que sí. ¿O prefieres llegar en taxi a las discotecas?
- ¿Eh?
- Kate. Esta noche. Discotecas. Baile. ¿Recuerdas? ¿Qué prefieres coche de lujo o taxi?
- Taxi. Así puedo beber.
- Seguro que alguna vez has conducido con alguna copa encima – Beckett se giró contrariada - Con alguna copa… no borracha. Si vamos en taxi haremos cola. Si llegamos en coche de lujo pasas enseguida.
- Yo no suelo hacer cola.
- Sí, bueno. Con este aspecto te abren las puertas de par en par. Piensa que donde vamos a ir son sitios más exclusivos, hay mujeres más ensiliconadas y con faldas más cortas. Si vamos como pareja normal haremos colas, si vamos con este tipo de vehículo pasamos directamente. ¿En serio que no te apetece conducir un bólido de éstos?
- Un poco, sí. Pero… ¿y si le hacemos una raya? ¿Un bollo?
- En muchos sitios hay aparcacoches. Y donde no los hay lo aparcas como si fuera tu coche. Y mientras no te choques con nadie, no hay problema. Vamos a ver otros modelos – Dan un paseo entre los coches de la sala - ¿Te gustaría conducir alguna marca en especial? Porsche… Lotus… Dodge… Los clásicos Mustang y Chevrolet…
- No sé… así de cabeza no te sé decir. No los conozco todos.
- Paseemos. Dime que estilo prefieres. ¿El clásico Rolls Royce de la época de la ley seca?
- No. ¿A que te gustaría ser un gángster? – Castle afirmó con la cabeza - ¿No prefieres que corra más?
- ¡Eiii! Estoy viendo uno que va que ni pintado a un poli: El Porsche 911. Con éste serías la primera en llegar a los escenarios.
- Je. No. Muy gracioso… este lo veo más para los chicos. Es más, tiene un aire al coche de Starsky y Hutch.
- Aún no me has dicho nada de los clásicos estadounidenses, como el Chevrolet Corvette de 1968 o el AC Cobra 427 o el MGA de 1956 o el Lincoln Mark II.
- Son demasiado clásicos.
- Pues uno con talla más futurista el Lexus LFA, el Bugatti EB 110, un Buick, Lotus Exige. Son los de esta otra parte del cristal.
- Muy… modernos, casi grotescos.
- Veamos que hay por aquí… ¿Algún Ferrari parecido al mío? Como el F430 o el 599.
- Como dices, para eso ya está el tuyo. Aunque éstos tienen mejor pinta.
- Son más actuales que el mío ¿Algún vehículo con corte más clásico? Como… ¿Aston Martin, Mercedes, Mc Laren, Jaguar?
- Esos sí son más bonitos.
- ¿Descapotable?
- Ehhh. Creo que mejor con techo metálico. Si acabamos corriendo, la capota es menos aerodinámica.
- No tenemos que acabar corriendo entre el tráfico ¿eh? Si quieres correr podemos ir mañana al Izod. Creo que allí alquilan vehículos de la Nascar. (El Izod es el velódromo de Las Vegas)
- Es que… me da la sensación que acabaremos corriendo con el coche que alquiles.
- Si es sin tráfico… bien. Estaría bien sacarle parte de los caballos que llevan dentro. – Se aleja a una zona de limusinas. - ¿Y una limusina? Aquí también podemos contratar a un conductor.
- Ehhh.
- Tienes las clásicas… Las de tipo hummer. O… incluso un todo terreno como el Cadillac Escaladel. Es ese de allá.
- Es que… Prefiero llevar a que me lleven.
- Ok, lógico. Entonces volvemos al corte clásico. ¿Qué te gusta más? Este… Mercedes SLK… Ahí al lado tienen el Jaguar E-type y el Porsche Carrera GT. Ven, asómate dentro…
- La verdad es que son preciosos… Y tus caprichos son más caros que los míos. Yo con unos zapatos me conformo pero tú… - oliendo el salpicadero del Jaguar - no tienes medida.
- Nah. Estos son los caprichos que me hago sólo cuando son necesarios. Puedo comprar alguno de estos modelos pero tampoco tengo una petrolera. Alguno de estos modelos sí haría temblar mis finanzas.
- ¿Estoy viendo el límite de Richard Castle?
- Ehhh… Sólo sería un pequeño socavón. Tú quédate a mi lado, yo escribo más Nikki Heats y creo que podré comprar alguno de estos sin que me suponga ningún esfuerzo.
- Je. ¿A ti que te gusta más?
- En este corte clásico… - Con una mirada traviesa añade - Castle. Richard Castle.
- Ja, ja. No me acordaba. Querrás decir Bond. James Bond.
- Al servicio de su majestad – haciéndole una reverencia a Beckett.
- Solía utilizar los Aston Martin ¿O prefieres algún Mercedes de sus últimas películas?
- Nah. Vamos a la marca de toda la vida. Creo que están allá al fondo.


- Buah. Qué pasada Rick. No es lo mismo verlo en pantalla que tenerlos tan cerca.
- No podrás negar que éstos sí son una obra de arte. Uno de los que usó en sus películas fue este modelo, el DB5.
- Que se queda en nada comparado con éste.
- El… ONE 77. Muy buen ojo. Tiene más caballos que toda Texas junta.
- También hay dos más: el DB9 y el Vanquish.
- Pero… te ha gustado más el ONE. ¿Lo alquilamos?
- Entonces lo decías más que en serio.
- Claro – dirigiéndose al encargado de la sala - ¿Puede venir?
- ¿Y si lo roban?
- Nah. Las Vegas es una ciudad segura.
- ¿Segura? Como N.York. Abre los ojos y no te emociones.
- Este coche es demasiado caro como para que lo roben.
- ¿Lo dices en ser…?
- ¿Ya se han decidido los señores?
- Sí. ¿Está libre éste? El ONE 77.
- Sí lo está. ¿Cuánto tiempo lo alquilarían?
- 2 días. Hoy y mañana.
- Si esperan unos minutos podremos hacer las comprobaciones de siempre y puede pasar a firmar el contrato de alquiler.
- Tenemos una reserva en el restaurante. Si le parece, nos vamos a cenar y así puede realizar todas sus gestiones y prepararnos el vehículo tranquilamente.
- Conforme.

Se aleja el encargado hacia su despacho y Castle y Beckett se dirigen al restaurante.

- Me has dicho que es demasiado caro como para robarlo… Explícate, porque este vehículo lo dejas aparcado en cualquier barrio de N.Y y en menos de 1 día te lo han desguazado.
- Este vehículo en particular es de serie limitada. Sólo se han hecho 77 unidades. De ahí lo de ONE 77. ¿Cuántos vehículos como este andarán en USA? Muy pocos, ya te lo digo, lo localizarías enseguida. Cuando compras este vehículo tienes garantía de por vida. A la larga es mejor llevarlo a mantenimiento a la fábrica que buscar las piezas en el mercado negro.
- Aún así lo pueden robar para salir… pitando… Lo abandonan y escapan con otro coche normal. Es complicado seguir a un coche de éstos.
- Piensas demasiado. Tienen más seguridad que lo que parece. Además si pasa algo… soy yo el que paga. ¿Recuerdas? Vienes a gastos pagados.
- Je. Bueno… Hablando de pagar… Por curiosidad ¿Puedo saber cuanto cuesta?
- El alquiler… ni idea. La compra… creo que está alrededor de millón y pico… impuestos aparte. Es como 5 veces mi Ferrari.
- Ja, sólo milón y pico.
- De libras, al cambio en dólares sube hasta…
- Déjalo, con esas cifras no veo la diferencia.
- Prácticamente está hecho a mano. Lo vale. ¡Ei! La reserva está lista. Se me ha abierto el apetito. Si cenamos pronto antes cogeremos el coche para irnos al casino y luego… a lucirse por las discotecas.

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Este capítulo no es de los que más me haya gustado. Me imagino que escribirlo a las 4 de la mañana y que los coches no son una de mis pasiones... habrá influido. Para mí, conque me lleve a donde quiero suficiente y si no que se lo pregunten a mi coche de 2ª mano, Ford sin AA, sin elevalunas eléctricas, sin cinturones atrás... pero con volante, 4 ruedas, cambio de marchas y frenos. Yo no necesito más.

Quería hacer esto porque "creo" que en la cultura yankie se conocen los coches y las alineaciones deportivas como nosotros conocemos los bares donde se come mejor y es más barato... que sé que nos conocemos los de los pueblos y ciudades de alrededor.

Para curiosidad de los que no sepáis cuál es el ONE 77
http://www.motorpasion.com/deportivos/aston-martin-one-77

Yo quiero alguien como Castle para que me lleve de vacaciones así!!!
Espero la continuación!!!

yo lo tengo claro,quiero las llaves del Corvette ZR1!!!!!!!!!!!!!!!!
Mal coche no han elegido,un v12 700 cv,fan a fardar seguro con el aston martin.
Sigue asi