Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
ya ves que buen capitulo pero por favor quiero maaaaasssss!!!!!!
que bien que esta, Felicidades!!!!!!
que bien que esta, Felicidades!!!!!!
IsaVera- Autor de best-seller
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Me he leído los tres últimos capis juntos! Genial! Me tienes engancha'!
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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lucia- As del póker
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Levantó la vista y vio a cuatro personas, dos de ellos los reconoció enseguida, prácticamente se le olvidó volver a respirar y sintió que sus manos se quedaban heladas por momentos, lo mismo que sintió que probablemente se estaba quedando pálida.
Cuatro personas, dos hombres y dos mujeres estaban en el ascensor mirándola con cara de asombrados. Beckett oyó otra vez el “Ding” indicando que las puertas se iban a cerrar y uno de ellos echó la mano al detector infrarrojos para que no se cerrasen y comenzaron a salir.
Dos de los compañeros de mesa de póquer de la pasada noche de Beckett salían del ascensor. Thomas Karlenton, el ferretero y Henry McDouglas, el broker. Iban acompañados de dos señoritas de cuerpo espectacular y que seguro que no eran sus esposas. De camino a sus respectivas habitaciones y después de una agradable noche, uno de ellos besó a su pareja en el ascensor e hizo que se apoyara en la pared de la caja, lo que provocó que la presión de la espalda de la chica junto con su mano en la espalda de ella tocasen varios botones de llamada. Al darse cuenta que paraban en pisos en los que no había nadie, prefirió esperar a la habitación porque ese abrir y cerrar de puertas estaban haciendo la espera mucho más insoportable.
La sorpresa de ellos fue que al abrirse las puertas del séptimo piso vieron una escena que sólo la habían practicado en la intimidad. Un hombre estaba tendido de bruces en el suelo y una mujer estaba sentada encima de su cadera sujetando las dos manos de él. Ella llevaba un vestido amarillo cortísimo y con unas trecillas naranjas sobre los hombros. Al ver dicha escena y a la mujer que apenas tenía tapada la parte delantera de su ropa interior con las manos, los dos no pudieron reprimir un “wow” de excitación. Y cuando la mujer levantó la cabeza y vieron que era su compañera de juego de la pasada noche supusieron que debía estar trabajando.
Resulta que a Beckett, debido a la carrera, al último salto y a su pose sentada a horcajadas encima del sospechoso se le había subido el vestido. El talle, al ser ajustado aún lo mantenía en el sitio pero la parte inferior del vestido era más desahogada. La parte correspondiente de la cadera se le había subido hasta la cintura por lo que el poco vuelo de la falda que en condiciones normales cubría lo justo para dejar a la imaginación que figurase el resto, ahora apenas cubría delante y detrás su ropa interior, dejando el lateral de sus piernas tan a la vista como si llevase un biquini minúsculo.
- ¡Vaya! Si es nuestra jugadora de póquer favorita. ¿Y tu amigo? ¿Te ha dejado libre? – le preguntó Henry McDouglas.
Beckett sintió palidecer un instante. La noche anterior, cuando se despidió de Castle en la puerta de la habitación creía que no los volvería a ver y mucho menos en esa situación. Quería gritarles que era policía y que los iba a detener por prostitución ya que ahora iban acompañados, pero su rehén se adelantó.
- Te voy a dar lo que te mereces. ¡Puta!
- Eh, eh, eh, eh, eh – Quería gritar como un poli, quería detener sobretodo a los dos que estaban en pie por insinuar y pensar lo que no era pero en lugar de gritar con la voz de mando, sin pretenderlo a conciencia sacó la vena más sensual – Tu ya sabes lo que te voy a dar luego, así que calladito – le dijo al detenido, al fin encontró las esposas y las cogió para ponérselas, pero antes se las enseñó a los dos que tenía en pie provocadoramente.
- ¿Trabajando? – Preguntó Thomas.
- Sí, ¿A vosotros os las han puesto alguna vez? – Volvió a preguntar Beckett juguetonamente mientras esposaba una de las muñecas.
- Sí, ¿Tú lo haces muy a menudo?
- No tienes idea de cuantas veces hago esto – Le colocó la segunda y volvió a mirar felinamente hacia arriba. Los dos estaban en pie estupefactos y las chicas estaban volviendo hacia atrás, retrocediendo hacia el ascensor.
- Pues me encantaría que me las pusieras – Siguió Henry.
- Eso tiene fácil solución, lo único que aquí sólo tengo unas. ¿Lleváis vosotros?
- Ei chicas – preguntó Thomas animado hacia el interior del ascensor - ¿Por qué no hacemos una fiestecita arriba con nuestra amiga?
- No – contestaron las dos apretando uno de los botones del ascensor.
- ¿No? – Ahora Thomas se extrañó porque las chicas estaban dentro, serias y con pocas ganas de trabajo.
- No – y levantando el dedo una de ellas hacia Beckett añadió – Poli.
Ellas sí habían esposado a clientes pero también habían sido esposadas por policías cuando habían sido detenidas. Conocían de sobra la técnica de uno y otro oficio. Así que en cuanto Beckett inmovilizó la primera mano al tipo del suelo vieron que usaba la técnica policial y no la de ellas. Se miraron entre sí y pausadamente volvieron al ascensor, no querían pasar la noche en un catre.
- ¿Qué has dicho? – Volvió a preguntar Thomas.
- Que es policía – Señalando aún a Beckett… “Ding” y se cerraron las puertas.
- ¿Policía? – Se giró Thomas interrogativamente hacia Beckett.
- Sí, soy policía… de homicidios para ser más exactos – dijo ya con su voz normal pero sonriente.
Al esposar al detenido se dio cuenta que el vestido lo tenía bastante subido, así que antes de soltar completamente las manos del detenido se sujetó el borde de la falda y conforme se levantaba tiró de él hacia abajo. Ya de pie y adecentándose del todo les dijo en guasa.
- Ya os lo dije ayer, soy… funcionaria, servicio de atención al ciudadano, doy un… servicio público – Se les estaba acercando y ellos aún no reaccionaban. No tenía claro si pegarles o intimidarlos para que se les quitasen las ganas de volver a contratar chicas en una buena temporada. De prontó oyó que la llamaban tras de sí.
- ¡Kate!, ¡Kate!
- Estoy aquí – girándose a su espalda.
- ¿Estás bien? – Castle empezaba a asomar por la esquina y Beckett oyó unos pasos rápidos que se alejaban, se giró y vió que los dos tipos se alejaban rápidamente.
- Ahora, ya no.
- ¿Cómo? Has… atrapado al tipo. ¿Es que te has hecho daño?
- No. Y… - cambió a la expresión de resentida que le estaba guardando - ¿Pero qué te pasa? Te pedí que estuvieras preparado.
- Y lo estaba.
- ¿Entonces por qué lo dejaste huir? – Señalando el suelo.
- Porque quería ver cómo te encontrabas.
- ¿Qué? ¿No sabías que había que atraparlo si yo fallaba?
- Sabía que no tendrías problemas en inmovilizarlo por eso cuando te empujó contra la pared y caiste creí que te había hecho daño.
- ¿Cómo crees que me puede hacer daño un tipo como éste? Tú tenías que ayudarme.
- ¿Porque es la primera vez que detienes a alguien después de tanto tiempo? Podías haberte resentido de la herida, no quería dejarte ahí tirada.
- Pero… – Beckett entendió por qué lo había hecho – pero es mi sospechoso.
- No, no es tu sospechoso. Es de Shaw.
- Pero…
- En condiciones normales lo habrías reducido en un segundo. ¿Te encuentras bien? – La estaba mirando de arriba abajo para ver si encontraba alguna señal que indicara lo contrario.
- Sí, estoy bien – Le contestó más relajada - Gracias.
- ¿Y quienes eran esos?
- ¿Quienes?
- Esos que se han largado, creí que estabas hablando con ellos.
- Ah! – Esbozó una sonrisa – Eran dos de los degenerados de ayer.
- ¿Degenerados?
- Sí, de los de la mesa de póquer. Me has quitado la diversión – Se gachó y cogió el móvil y la linterna.
- ¿Diversión?
- Sí. Quería hacerles pagar lo de ayer. Quería… escarmentarlos.
- Ja, ja, ja, ja.
- Da igual – Dijo resignada, girándose en dirección por donde habían huido – En otro momento.
- Si tú lo dices…
- Si yo digo… qué.
- Que quieres echar detrás de ellos para darles un capón.
- Pero… eso no debería hacerlo.
- No he dicho lo que deberías hacer, sólo digo lo que quieres hacer.
- Pero… eso sería una tontería – Volvió a mirar a Castle.
- A mí no me mires que yo soy de los que hacen tonterías.
- Pero… yo no soy como tú.
- Lo sé – dijo ya burlonamente - ¿y te vas a quedar con las ganas?
- Pero…
- Yo me quedo con éste hasta que llegue Shaw.
- Tú…
- ¿A qué esperas? se te van a escapar.
- Yo…
- ¿Qué es más grande? ¿Tu sentido de la responsabilidad o tu amor propio? – Beckett se quedó mirándolo un par de segundos, luego miró al pasillo tras de sí y volvió de nuevo a Castle.
- Amor propio – se giró y tomó pasillo adelante corriendo para ver si aún podía ver alguno de ellos por algún rincón de los pasillos laterales.
Castle, al ver a Beckett correr, retorció un poco el cuello para tomar mejor vista de la parte trasera y de la falda de Beckett.
- Sip. Ya me había parecido antes que eran blancas – Se dijo para sí mismo y al ver que el sospechoso miraba en la misma dirección y que además tenía mejor perspectiva que él se plantó delante de su cara increpándole – Eh! Tú a mirar a la pared.
Cuatro personas, dos hombres y dos mujeres estaban en el ascensor mirándola con cara de asombrados. Beckett oyó otra vez el “Ding” indicando que las puertas se iban a cerrar y uno de ellos echó la mano al detector infrarrojos para que no se cerrasen y comenzaron a salir.
Dos de los compañeros de mesa de póquer de la pasada noche de Beckett salían del ascensor. Thomas Karlenton, el ferretero y Henry McDouglas, el broker. Iban acompañados de dos señoritas de cuerpo espectacular y que seguro que no eran sus esposas. De camino a sus respectivas habitaciones y después de una agradable noche, uno de ellos besó a su pareja en el ascensor e hizo que se apoyara en la pared de la caja, lo que provocó que la presión de la espalda de la chica junto con su mano en la espalda de ella tocasen varios botones de llamada. Al darse cuenta que paraban en pisos en los que no había nadie, prefirió esperar a la habitación porque ese abrir y cerrar de puertas estaban haciendo la espera mucho más insoportable.
La sorpresa de ellos fue que al abrirse las puertas del séptimo piso vieron una escena que sólo la habían practicado en la intimidad. Un hombre estaba tendido de bruces en el suelo y una mujer estaba sentada encima de su cadera sujetando las dos manos de él. Ella llevaba un vestido amarillo cortísimo y con unas trecillas naranjas sobre los hombros. Al ver dicha escena y a la mujer que apenas tenía tapada la parte delantera de su ropa interior con las manos, los dos no pudieron reprimir un “wow” de excitación. Y cuando la mujer levantó la cabeza y vieron que era su compañera de juego de la pasada noche supusieron que debía estar trabajando.
Resulta que a Beckett, debido a la carrera, al último salto y a su pose sentada a horcajadas encima del sospechoso se le había subido el vestido. El talle, al ser ajustado aún lo mantenía en el sitio pero la parte inferior del vestido era más desahogada. La parte correspondiente de la cadera se le había subido hasta la cintura por lo que el poco vuelo de la falda que en condiciones normales cubría lo justo para dejar a la imaginación que figurase el resto, ahora apenas cubría delante y detrás su ropa interior, dejando el lateral de sus piernas tan a la vista como si llevase un biquini minúsculo.
- ¡Vaya! Si es nuestra jugadora de póquer favorita. ¿Y tu amigo? ¿Te ha dejado libre? – le preguntó Henry McDouglas.
Beckett sintió palidecer un instante. La noche anterior, cuando se despidió de Castle en la puerta de la habitación creía que no los volvería a ver y mucho menos en esa situación. Quería gritarles que era policía y que los iba a detener por prostitución ya que ahora iban acompañados, pero su rehén se adelantó.
- Te voy a dar lo que te mereces. ¡Puta!
- Eh, eh, eh, eh, eh – Quería gritar como un poli, quería detener sobretodo a los dos que estaban en pie por insinuar y pensar lo que no era pero en lugar de gritar con la voz de mando, sin pretenderlo a conciencia sacó la vena más sensual – Tu ya sabes lo que te voy a dar luego, así que calladito – le dijo al detenido, al fin encontró las esposas y las cogió para ponérselas, pero antes se las enseñó a los dos que tenía en pie provocadoramente.
- ¿Trabajando? – Preguntó Thomas.
- Sí, ¿A vosotros os las han puesto alguna vez? – Volvió a preguntar Beckett juguetonamente mientras esposaba una de las muñecas.
- Sí, ¿Tú lo haces muy a menudo?
- No tienes idea de cuantas veces hago esto – Le colocó la segunda y volvió a mirar felinamente hacia arriba. Los dos estaban en pie estupefactos y las chicas estaban volviendo hacia atrás, retrocediendo hacia el ascensor.
- Pues me encantaría que me las pusieras – Siguió Henry.
- Eso tiene fácil solución, lo único que aquí sólo tengo unas. ¿Lleváis vosotros?
- Ei chicas – preguntó Thomas animado hacia el interior del ascensor - ¿Por qué no hacemos una fiestecita arriba con nuestra amiga?
- No – contestaron las dos apretando uno de los botones del ascensor.
- ¿No? – Ahora Thomas se extrañó porque las chicas estaban dentro, serias y con pocas ganas de trabajo.
- No – y levantando el dedo una de ellas hacia Beckett añadió – Poli.
Ellas sí habían esposado a clientes pero también habían sido esposadas por policías cuando habían sido detenidas. Conocían de sobra la técnica de uno y otro oficio. Así que en cuanto Beckett inmovilizó la primera mano al tipo del suelo vieron que usaba la técnica policial y no la de ellas. Se miraron entre sí y pausadamente volvieron al ascensor, no querían pasar la noche en un catre.
- ¿Qué has dicho? – Volvió a preguntar Thomas.
- Que es policía – Señalando aún a Beckett… “Ding” y se cerraron las puertas.
- ¿Policía? – Se giró Thomas interrogativamente hacia Beckett.
- Sí, soy policía… de homicidios para ser más exactos – dijo ya con su voz normal pero sonriente.
Al esposar al detenido se dio cuenta que el vestido lo tenía bastante subido, así que antes de soltar completamente las manos del detenido se sujetó el borde de la falda y conforme se levantaba tiró de él hacia abajo. Ya de pie y adecentándose del todo les dijo en guasa.
- Ya os lo dije ayer, soy… funcionaria, servicio de atención al ciudadano, doy un… servicio público – Se les estaba acercando y ellos aún no reaccionaban. No tenía claro si pegarles o intimidarlos para que se les quitasen las ganas de volver a contratar chicas en una buena temporada. De prontó oyó que la llamaban tras de sí.
- ¡Kate!, ¡Kate!
- Estoy aquí – girándose a su espalda.
- ¿Estás bien? – Castle empezaba a asomar por la esquina y Beckett oyó unos pasos rápidos que se alejaban, se giró y vió que los dos tipos se alejaban rápidamente.
- Ahora, ya no.
- ¿Cómo? Has… atrapado al tipo. ¿Es que te has hecho daño?
- No. Y… - cambió a la expresión de resentida que le estaba guardando - ¿Pero qué te pasa? Te pedí que estuvieras preparado.
- Y lo estaba.
- ¿Entonces por qué lo dejaste huir? – Señalando el suelo.
- Porque quería ver cómo te encontrabas.
- ¿Qué? ¿No sabías que había que atraparlo si yo fallaba?
- Sabía que no tendrías problemas en inmovilizarlo por eso cuando te empujó contra la pared y caiste creí que te había hecho daño.
- ¿Cómo crees que me puede hacer daño un tipo como éste? Tú tenías que ayudarme.
- ¿Porque es la primera vez que detienes a alguien después de tanto tiempo? Podías haberte resentido de la herida, no quería dejarte ahí tirada.
- Pero… – Beckett entendió por qué lo había hecho – pero es mi sospechoso.
- No, no es tu sospechoso. Es de Shaw.
- Pero…
- En condiciones normales lo habrías reducido en un segundo. ¿Te encuentras bien? – La estaba mirando de arriba abajo para ver si encontraba alguna señal que indicara lo contrario.
- Sí, estoy bien – Le contestó más relajada - Gracias.
- ¿Y quienes eran esos?
- ¿Quienes?
- Esos que se han largado, creí que estabas hablando con ellos.
- Ah! – Esbozó una sonrisa – Eran dos de los degenerados de ayer.
- ¿Degenerados?
- Sí, de los de la mesa de póquer. Me has quitado la diversión – Se gachó y cogió el móvil y la linterna.
- ¿Diversión?
- Sí. Quería hacerles pagar lo de ayer. Quería… escarmentarlos.
- Ja, ja, ja, ja.
- Da igual – Dijo resignada, girándose en dirección por donde habían huido – En otro momento.
- Si tú lo dices…
- Si yo digo… qué.
- Que quieres echar detrás de ellos para darles un capón.
- Pero… eso no debería hacerlo.
- No he dicho lo que deberías hacer, sólo digo lo que quieres hacer.
- Pero… eso sería una tontería – Volvió a mirar a Castle.
- A mí no me mires que yo soy de los que hacen tonterías.
- Pero… yo no soy como tú.
- Lo sé – dijo ya burlonamente - ¿y te vas a quedar con las ganas?
- Pero…
- Yo me quedo con éste hasta que llegue Shaw.
- Tú…
- ¿A qué esperas? se te van a escapar.
- Yo…
- ¿Qué es más grande? ¿Tu sentido de la responsabilidad o tu amor propio? – Beckett se quedó mirándolo un par de segundos, luego miró al pasillo tras de sí y volvió de nuevo a Castle.
- Amor propio – se giró y tomó pasillo adelante corriendo para ver si aún podía ver alguno de ellos por algún rincón de los pasillos laterales.
Castle, al ver a Beckett correr, retorció un poco el cuello para tomar mejor vista de la parte trasera y de la falda de Beckett.
- Sip. Ya me había parecido antes que eran blancas – Se dijo para sí mismo y al ver que el sospechoso miraba en la misma dirección y que además tenía mejor perspectiva que él se plantó delante de su cara increpándole – Eh! Tú a mirar a la pared.
qwerty- Escritor - Policia
- Mensajes : 1631
Fecha de inscripción : 27/04/2011
Localización : En la luna de Valencia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajjaaja que bueno!!!!!!!
"Ya me había parecido antes que eran blancas " ajajajajaja
muy muy bueno enhorabuena
"Ya me había parecido antes que eran blancas " ajajajajaja
muy muy bueno enhorabuena
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajajjajajajjajajjajaj
me encanta
me encanta
maria_castle_love- Ayudante de policia
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 12/09/2011
Edad : 34
Localización : En casa de Castle
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Buen capi, muy divertido!
BrujaAle- Escritor - Policia
- Mensajes : 1361
Fecha de inscripción : 08/07/2011
Edad : 41
Localización : En el Sur
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
grandisimo final de capi, para un grandisimo capi jejee
lucia- As del póker
- Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 23/10/2010
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajaja
Sólo castle le puede ver el culo a Beckett!! Muy bueno!
Sólo castle le puede ver el culo a Beckett!! Muy bueno!
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
- Mensajes : 1195
Fecha de inscripción : 24/07/2011
Edad : 29
Localización : Galicia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
- Sip. Ya me había parecido antes que eran blancas – Se dijo para sí mismo y al ver que el sospechoso miraba en la misma dirección y que además tenía mejor perspectiva que él se plantó delante de su cara increpándole – ¡Eh! Tú a mirar a la pared.
En unos pocos segundos Castle oyó unos rápidos pasos por donde había venido. También oyó un “Ding” apareciendo por otro ascensor el sheriff y la agente Shaw.
- Asombroso ¿Tú has hecho esto? – Preguntó la agente Shaw a Castle.
- No. Fue Beckett. Yo sólo os estoy guardando la presa.
- ¿Y dónde está ahora? – Miró a ambos lados – No la veo.
- Tras los degenerados de ayer – Los definió tal como había hecho Beckett.
- ¿Qué quieres decir?
- Se ha topado con dos de los tipos de ayer de la mesa de póquer y se ha ido a ajustarles las cuentas.
- ¿Es que no sabéis estaros quietos?
- Vamos mujer. Déjala que se divierta un rato, hace tiempo que no la veía tan animada ni tan decidida. No va a hacer nada malo.
- Entiendo que no es agradable pasar por lo que ha pasado ella. Pero eso no es motivo para andar haciendo lo que se le dé la gana cuando quiera y como quiera. Vete a buscarla y tráela que os voy a recordar lo que es ser unos invitados en una investigación. ¡Y PARA TI Y PARA TODO EL MUNDO SOY LA AGENTE SHAW!
- Entendido.
- Agente Shaw – Puntualizó la agente especial.
- Entendido, agente Shaw.
- ¿A qué esperas? Ve a por ella.
Inmediatamente Castle se encaminó en dirección hacia donde había desaparecido Beckett. Llegó al final del pasillo principal y no la vio por ninguna parte, así que la llamó por el teléfono móvil.
- Beckett.
- ¿Puedes hablar? ¿Estás con los tipos?
- Ehh… Sí y no.
- Ok. Vente que ya ha llegado la agente Shaw y nos quiere de vuelta.
- Ya voy, creo que se me han escapado.
- Por cierto, deberías ir pensando en una excusa para darle a la agente Shaw. No le ha sentado muy bien que te fueras tras los tipos de ayer.
- No me lo puedo creer. ¿Le has dicho la verdad? ¿No podías mentirle?
- Ehh… Sí y no.
- Podías haberle dado alguna de tus excusas. Al fin y al cabo tú me metiste en esto.
- Sí, pero es que aquí lo tienen todo grabado. Si les da por revisar el vídeo, los verán.
- Ya… En fin, ya veré si se me ocurre algo.
- ¿Por dónde estás? Aún no te veo.
- Ya voy para allá. Por el pasillo de las habitaciones 768.
- 768… 768… Vale ya he llegado al cruce.
- Ya te veo.
- ¡Ah! Y yo a ti.
Castle se giró hacia donde estaban los agentes. Habían levantado al tipo dispuestos a bajarlo. Tanto el sheriff como la agente Shaw estaban con el teléfono y el walkie dando instrucciones. De reojo vio una figura por la otra parte del pasillo, justo por el que enfrentaba de donde venía Beckett.
- Creo… Un momento – Castle se alejó por el pasillo de la sombra.
- ¡Ei, Rick! ¿No me has dicho que hay que ir con Shaw? ¿A dónde vas?
- Es que… Sí, lo es… Mi amor propio también es más grande que mi sentido de la responsabilidad, cuelgo.
- Rick, ¡Castle!... Demonios, ha colgado. ¿Qué bicho le ha picado ahora?
Beckett veía a Castle encaminarse hacia el fondo del pasillo. Estaba mirando a los lados a través de algunas puertas. Cuando ella llegó al pasillo central, él ya estaba prácticamente al fondo del pasillo, estaba curioseando algo de allá del fondo. No quiso hacer esperar a la agente Shaw y se encaminó hacia donde estaba ella.
- Ya era hora detective Beckett. ¿Qué tal la excursión?
- Sólo estaba dando una vuelta por la planta – Intentó parecer tranquila pero temía la reacción de la agente Shaw.
- ¿Y has encontrado a alguien?
- No.
- ¿Qué es eso de abandonar al sospechoso y andar tras esa gente?
- Yo no he abandonado al sospechoso, lo he dejado custodiado por mi compañero. Y esa gente han aparecido con prostitutas, estaban cometiendo un acto delictivo – Intentó excusarse.
- ¿Ahora Castle es tu compañero? ¿Se ha hecho policía?
- Ahora mismo él no es más policía que yo. Sólo somos dos ciudadanos ayudando a las fuerzas de seguridad.
- ¿Te estás burlando de mí?
- Eso nunca.
- Así que no eres policía para estarte quieta vigilando al detenido pero sí lo eres para detener a esa gente.
- Si los encuentro los habría… retenido… para vosotros, no los habría detenido. Yo no puedo detener a nadie, ni siquiera le he leído los derechos al tipo del suelo.
- ¿Me estás intentando enredar con tecnicismos?
- No – Mintió.
- Entonces Srta. Beckett, ya que no eres policía – Comenzó amenazadoramente la agente Shaw - ¿Puedes recordarme por qué os estoy dejando colaborar y en qué medida me ayuda atrapar a esos tipo con mi caso?
- Estamos colaborando porque… móvil – le enseña que está recibiendo una llamada de Castle.
- Dile a ese que lo envié para que te trajera, pero no para que él se fuera. ¿Qué está haciendo?
- Dijo algo sobre amor propio, no lo entendí bien. Dime Castle… ¿Castle?... ¿Rick?
Beckett mira el móvil y comprueba que la llamada es de Castle, vuelve a ponerse el móvil en la oreja. Sonríe tras unos segundos de escucha por el auricular y aprieta un par de botones.
- Pongo el móvil con el altavoz. Sheriff Cornwell, creo que Castle va a hacer que uno de esos tipos se inculpe y acuse a los otros de prostitución. Podrá arrestar a otros tres esta moche. Ésos son de los que pagan la fianza antes de quedarse una noche en la celda, así que le irá bien a su departamento.
- ¿Y crees que se lo va a decir así de fácil?
- Escuche.
Resulta que mientras Beckett volvió al pasillo central Castle se dirigió hacia una sombra que había visto. Comenzó a tararear en voz baja y al llegar prácticamente al final del pasillo pudo ver que una persona se encontraba escondida en el rincón de una columna. Se paró con un gesto sorprendido y se dirigió a esta persona
- ¡Ei! ¿Usted no es…? ¿Thomas? Thomas Karlenton, el ferretero.
- Pero si usted es… el de anoche. El escritor con la chica.
- Sí. ¿La has visto? La he perdido hace un rato.
- ¿Estás loco? Está por los pasillos ¿De dónde demonios la has sacado?
- Ehhh, no le entiendo. Venimos de N.York, ya se lo dijimos anoche.
- ¿Y sabes que es policía?
- ¿Policía? ¡No jodas! Ella es una… yo llamé a la agencia.
En unos pocos segundos Castle oyó unos rápidos pasos por donde había venido. También oyó un “Ding” apareciendo por otro ascensor el sheriff y la agente Shaw.
- Asombroso ¿Tú has hecho esto? – Preguntó la agente Shaw a Castle.
- No. Fue Beckett. Yo sólo os estoy guardando la presa.
- ¿Y dónde está ahora? – Miró a ambos lados – No la veo.
- Tras los degenerados de ayer – Los definió tal como había hecho Beckett.
- ¿Qué quieres decir?
- Se ha topado con dos de los tipos de ayer de la mesa de póquer y se ha ido a ajustarles las cuentas.
- ¿Es que no sabéis estaros quietos?
- Vamos mujer. Déjala que se divierta un rato, hace tiempo que no la veía tan animada ni tan decidida. No va a hacer nada malo.
- Entiendo que no es agradable pasar por lo que ha pasado ella. Pero eso no es motivo para andar haciendo lo que se le dé la gana cuando quiera y como quiera. Vete a buscarla y tráela que os voy a recordar lo que es ser unos invitados en una investigación. ¡Y PARA TI Y PARA TODO EL MUNDO SOY LA AGENTE SHAW!
- Entendido.
- Agente Shaw – Puntualizó la agente especial.
- Entendido, agente Shaw.
- ¿A qué esperas? Ve a por ella.
Inmediatamente Castle se encaminó en dirección hacia donde había desaparecido Beckett. Llegó al final del pasillo principal y no la vio por ninguna parte, así que la llamó por el teléfono móvil.
- Beckett.
- ¿Puedes hablar? ¿Estás con los tipos?
- Ehh… Sí y no.
- Ok. Vente que ya ha llegado la agente Shaw y nos quiere de vuelta.
- Ya voy, creo que se me han escapado.
- Por cierto, deberías ir pensando en una excusa para darle a la agente Shaw. No le ha sentado muy bien que te fueras tras los tipos de ayer.
- No me lo puedo creer. ¿Le has dicho la verdad? ¿No podías mentirle?
- Ehh… Sí y no.
- Podías haberle dado alguna de tus excusas. Al fin y al cabo tú me metiste en esto.
- Sí, pero es que aquí lo tienen todo grabado. Si les da por revisar el vídeo, los verán.
- Ya… En fin, ya veré si se me ocurre algo.
- ¿Por dónde estás? Aún no te veo.
- Ya voy para allá. Por el pasillo de las habitaciones 768.
- 768… 768… Vale ya he llegado al cruce.
- Ya te veo.
- ¡Ah! Y yo a ti.
Castle se giró hacia donde estaban los agentes. Habían levantado al tipo dispuestos a bajarlo. Tanto el sheriff como la agente Shaw estaban con el teléfono y el walkie dando instrucciones. De reojo vio una figura por la otra parte del pasillo, justo por el que enfrentaba de donde venía Beckett.
- Creo… Un momento – Castle se alejó por el pasillo de la sombra.
- ¡Ei, Rick! ¿No me has dicho que hay que ir con Shaw? ¿A dónde vas?
- Es que… Sí, lo es… Mi amor propio también es más grande que mi sentido de la responsabilidad, cuelgo.
- Rick, ¡Castle!... Demonios, ha colgado. ¿Qué bicho le ha picado ahora?
Beckett veía a Castle encaminarse hacia el fondo del pasillo. Estaba mirando a los lados a través de algunas puertas. Cuando ella llegó al pasillo central, él ya estaba prácticamente al fondo del pasillo, estaba curioseando algo de allá del fondo. No quiso hacer esperar a la agente Shaw y se encaminó hacia donde estaba ella.
- Ya era hora detective Beckett. ¿Qué tal la excursión?
- Sólo estaba dando una vuelta por la planta – Intentó parecer tranquila pero temía la reacción de la agente Shaw.
- ¿Y has encontrado a alguien?
- No.
- ¿Qué es eso de abandonar al sospechoso y andar tras esa gente?
- Yo no he abandonado al sospechoso, lo he dejado custodiado por mi compañero. Y esa gente han aparecido con prostitutas, estaban cometiendo un acto delictivo – Intentó excusarse.
- ¿Ahora Castle es tu compañero? ¿Se ha hecho policía?
- Ahora mismo él no es más policía que yo. Sólo somos dos ciudadanos ayudando a las fuerzas de seguridad.
- ¿Te estás burlando de mí?
- Eso nunca.
- Así que no eres policía para estarte quieta vigilando al detenido pero sí lo eres para detener a esa gente.
- Si los encuentro los habría… retenido… para vosotros, no los habría detenido. Yo no puedo detener a nadie, ni siquiera le he leído los derechos al tipo del suelo.
- ¿Me estás intentando enredar con tecnicismos?
- No – Mintió.
- Entonces Srta. Beckett, ya que no eres policía – Comenzó amenazadoramente la agente Shaw - ¿Puedes recordarme por qué os estoy dejando colaborar y en qué medida me ayuda atrapar a esos tipo con mi caso?
- Estamos colaborando porque… móvil – le enseña que está recibiendo una llamada de Castle.
- Dile a ese que lo envié para que te trajera, pero no para que él se fuera. ¿Qué está haciendo?
- Dijo algo sobre amor propio, no lo entendí bien. Dime Castle… ¿Castle?... ¿Rick?
Beckett mira el móvil y comprueba que la llamada es de Castle, vuelve a ponerse el móvil en la oreja. Sonríe tras unos segundos de escucha por el auricular y aprieta un par de botones.
- Pongo el móvil con el altavoz. Sheriff Cornwell, creo que Castle va a hacer que uno de esos tipos se inculpe y acuse a los otros de prostitución. Podrá arrestar a otros tres esta moche. Ésos son de los que pagan la fianza antes de quedarse una noche en la celda, así que le irá bien a su departamento.
- ¿Y crees que se lo va a decir así de fácil?
- Escuche.
Resulta que mientras Beckett volvió al pasillo central Castle se dirigió hacia una sombra que había visto. Comenzó a tararear en voz baja y al llegar prácticamente al final del pasillo pudo ver que una persona se encontraba escondida en el rincón de una columna. Se paró con un gesto sorprendido y se dirigió a esta persona
- ¡Ei! ¿Usted no es…? ¿Thomas? Thomas Karlenton, el ferretero.
- Pero si usted es… el de anoche. El escritor con la chica.
- Sí. ¿La has visto? La he perdido hace un rato.
- ¿Estás loco? Está por los pasillos ¿De dónde demonios la has sacado?
- Ehhh, no le entiendo. Venimos de N.York, ya se lo dijimos anoche.
- ¿Y sabes que es policía?
- ¿Policía? ¡No jodas! Ella es una… yo llamé a la agencia.
qwerty- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajaj Gran capitulo, que gusto entrar al trabajo y encontrarse joyitas de estas!!!!!
Muuuuyy Bueno
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IsaVera- Autor de best-seller
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajaja Buen capi! Castle como siempre!
BrujaAle- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
¿policía?¡No jodas! Ella es una... yo llamé a la agencia
Qué buenoo!! Jajaja
Me encanta! Síguelo
Qué buenoo!! Jajaja
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GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Gran capitulo!!! Continua!!!
amy_beckett- Escritor novato
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Localización : ... ()()¡¡¡En mI MUnDo!!!()()...
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
- Ehhh, no le entiendo. Venimos de N.York, ya se lo dijimos anoche.
- ¿Y sabes que es policía?
- ¿Policía? ¡No jodas! Ella es una… yo llamé a la agencia.
- No, no, no, no. Es policía ¿En serio que no lo sabías?
- ¿Cómo iba a saberlo? Yo llamé a la central y quedé en… nos encontraríanos en el aeropuerto… más bien en el avión del aeropuerto. Reservé otro pasaje para ella.
- Igual por eso no te detiene aquí, esperará a que estéis de regreso. Escóndete que puede vernos.
- Pues yo he estado con ella todo el tiempo y no me ha parecido que sea policía. No tengo que esconderme.
- Tal vez tú no, pero cuando la he visto antes tenía toda la pinta de querer ir a por nosotros.
- ¿Nosotros?
- Sí, Henry y yo. Contratamos a dos chicas y nos ha visto con ellas.
- ¿Y?... ¿Qué pasa?... Ayer intentaste contratarla.
- Esas chicas la han reconocido. No sé cómo, pero han dicho que es policía y ella lo ha confirmado.
- ¿No se confundirían?
- No, ellas nunca nos han engañado ni estafado.
- ¿Es que no es la primera vez que las contratáis?
- No. Ya lo venimos haciendo un tiempo.
- ¿Y nunca os ha pillado la seguridad del hotel? ¿Ni vuestras mujeres?
- No.
- ¿Cómo lo hacéis? Porque yo ya tengo antecedentes en Nevada, por eso la contraté desde N.York. Para que se hiciese pasar por mi pareja actual.
- No es complicado, verás – Thomas se asomó por un lateral de Castle para inspeccionar el pasillo – No veo a nadie, pero tampoco quiero hablar aquí en medio.
- Pues… - En ese instante dos de los agentes de Shaw pasaban por el pasillo principal en dirección a los ascensores.
- Escondámonos, hay gente por ahí…
- Vale, pero… ¿puedo grabarte la conversación?
- No ¿Por qué?
- Tengo mala cabeza, si me das la dirección o el teléfono de la agencia que tú contratas lo tendré grabado. Y si es un buen argumento para despistar a la seguridad y a tu mujer incluso lo podría utilizar de base en alguna novela, sin nombres reales, claro. Este tipo de conversaciones me sirven de mucho en las novelas.
- Ehhh. Vale, bien. Pero escondámonos.
Ante el consentimiento de Thomas, Castle empezó a toquetear rápidamente el teléfono. Primero llamaría a Beckett para que también oyese la conversación y después buscó la herramienta de la grabadora de voz.
- De acuerdo, Sr. Karlenton ¿Entonces me va a permitir grabar la conversación?
- Sí, puedes hacerlo y llámame Thomas no Karlenton.
- De acuerdo – Castle sonrió ya tenía nombre y apellido del tipo.
- Creo que aquí podremos estar un rato sin que nos molesten, de paso se lo cuento.
- Lencería – Leyó Castle en voz alta. A unos metros Beckett estaba escuchando por el móvil, ahora sabía dónde encontrarlos: En el cuarto de servicio de las sábanas.
- Pero… no creo que sea para tanto que me grabes la conversación.
- Sí, tengo esa costumbre, esto es tomar notas, lo único que en lugar de utilizar lápiz y papel uso la grabadora. Ahora con estos chismes – enseñando el móvil – ya no hace falta ir con más aparatos. ¿Cómo habéis conseguido burlar la seguridad del hotel y traer a esas prostitutas? – en cuanto oyó esto, Beckett puso el altavoz del móvil.
- Bueno… en realidad no es muy complicado, sólo tienes que aliarte con otros con las mismas intenciones de contratar a las profesionales… ¿Seguro que tu amiga no es policía y es una profesional?
- A mí no me consta que sea policía. Y por lo que me está costando este fin de semana aquí en Las Vegas, te puedo asegurar que no te lo gastas con una mujer normal.
- Y ¿merece la pena?
- Claro que sí – Beckett empezó a dudar si esa especie de interrogatorio iba por el camino correcto. Castle se había echado el farol de que ella era una “pro”. Sabía que la mejor manera de mentir es decir las justas mientras se habla con la verdad, pero empezó a sentirse como un objeto.
- ¿Entonces cómo explicas lo del tío esposado?
- No sé. Se estaría divirtiendo. Aunque en un principio yo la traje para que se divirtiera conmigo.
- Pero… si es así, la detendrían los de seguridad.
- Me dijo que nunca la han detenido. No sé qué excusa les pone pero dice que es infalible.
- Pues porque lo será… ¿Y las chicas? Enseguida dijeron que era policía.
- Se podían haber equivocado. ¿Cómo las contrataste? – Castle intentó desviar el tema a lo que le interesaba.
- ¿Equivocarse ellas? No sé… Pero tu amiga se identificó como policía… y de homicidios.
Castle pensó que el tío le iba a costar soltar prenda un poco más de lo que imaginaba, le seguiría el tema hasta que no tuviese preguntas y luego empezaría de nuevo.
- ¿De homicidios? Nah, si ha dicho que es de homicidios entonces estás equivocado ¿Qué pinta una poli de homicidios esposando a un tío en medio de un pasillo? ¿Y dónde está el muerto? Sa habría armado un revuelo si hay algún fiambre en el hotel – tomó un poco de aire para pensar - Mira, suponiendo que lo sea. Primero, las pintas que lleva no son para ir esposando a nadie… bueno en la habitación sí.
La sensación de objeto iba creciendo en Beckett.
- Ella viene de N.York – prosiguió Castle - no tendría jurisdicción aquí. Depués si es policía… ¿dónde está la policía real de aquí? ¿acaso no hay seguridad ni agentes en Las Vegas para atrapar a un tío? ¿Acaso los policías de Las Vegas son tan ineptos que no pueden atrapar a un sólo tío y tiene que ser alguien de fuera la que lo atrape? – Ante la definición de ineptitud hacia el Sheriff, sus subordinados y de paso los agentes de Shaw, Beckett se pellizcó el entrecejo con los dedos increpándole mentalmente “BOCAZAS”
- Buff. No sé. Podría estar de encubierto o algo así. Como Bruce Willis en La jungla de cristal.
- ¿Te estás oyendo? Eso es una película y esto es la vida real. Y no los compares, por favor. No se parecen en nada.
- ¿Entonces por qué se identificó como policía?
- Estaría interpretando el papel… ya sabes… el dejar que te espose… o el “separa las piernas” y que te cachee completamente de arriba abajo, oooo el “arriba las manos, no te muevas… para desnudarte mejor”, oooo – el sheriff y la agente Shaw pasaron de mirar del móvil a una abochornada Beckett – oooo el “Tienes derecho a guardar silencio, cualquier gemido que hagas podrá ser utilizado en tu contra”…
“Pervertido” oyó débilmente por el auricular del móvil. Castle confió en que Thomas no oyera la voz de Beckett porque estaba más alejado. De paso puso el dedo gordo en el auricular para que no se oyera nada más.
- ¿Y sabes que es policía?
- ¿Policía? ¡No jodas! Ella es una… yo llamé a la agencia.
- No, no, no, no. Es policía ¿En serio que no lo sabías?
- ¿Cómo iba a saberlo? Yo llamé a la central y quedé en… nos encontraríanos en el aeropuerto… más bien en el avión del aeropuerto. Reservé otro pasaje para ella.
- Igual por eso no te detiene aquí, esperará a que estéis de regreso. Escóndete que puede vernos.
- Pues yo he estado con ella todo el tiempo y no me ha parecido que sea policía. No tengo que esconderme.
- Tal vez tú no, pero cuando la he visto antes tenía toda la pinta de querer ir a por nosotros.
- ¿Nosotros?
- Sí, Henry y yo. Contratamos a dos chicas y nos ha visto con ellas.
- ¿Y?... ¿Qué pasa?... Ayer intentaste contratarla.
- Esas chicas la han reconocido. No sé cómo, pero han dicho que es policía y ella lo ha confirmado.
- ¿No se confundirían?
- No, ellas nunca nos han engañado ni estafado.
- ¿Es que no es la primera vez que las contratáis?
- No. Ya lo venimos haciendo un tiempo.
- ¿Y nunca os ha pillado la seguridad del hotel? ¿Ni vuestras mujeres?
- No.
- ¿Cómo lo hacéis? Porque yo ya tengo antecedentes en Nevada, por eso la contraté desde N.York. Para que se hiciese pasar por mi pareja actual.
- No es complicado, verás – Thomas se asomó por un lateral de Castle para inspeccionar el pasillo – No veo a nadie, pero tampoco quiero hablar aquí en medio.
- Pues… - En ese instante dos de los agentes de Shaw pasaban por el pasillo principal en dirección a los ascensores.
- Escondámonos, hay gente por ahí…
- Vale, pero… ¿puedo grabarte la conversación?
- No ¿Por qué?
- Tengo mala cabeza, si me das la dirección o el teléfono de la agencia que tú contratas lo tendré grabado. Y si es un buen argumento para despistar a la seguridad y a tu mujer incluso lo podría utilizar de base en alguna novela, sin nombres reales, claro. Este tipo de conversaciones me sirven de mucho en las novelas.
- Ehhh. Vale, bien. Pero escondámonos.
Ante el consentimiento de Thomas, Castle empezó a toquetear rápidamente el teléfono. Primero llamaría a Beckett para que también oyese la conversación y después buscó la herramienta de la grabadora de voz.
- De acuerdo, Sr. Karlenton ¿Entonces me va a permitir grabar la conversación?
- Sí, puedes hacerlo y llámame Thomas no Karlenton.
- De acuerdo – Castle sonrió ya tenía nombre y apellido del tipo.
- Creo que aquí podremos estar un rato sin que nos molesten, de paso se lo cuento.
- Lencería – Leyó Castle en voz alta. A unos metros Beckett estaba escuchando por el móvil, ahora sabía dónde encontrarlos: En el cuarto de servicio de las sábanas.
- Pero… no creo que sea para tanto que me grabes la conversación.
- Sí, tengo esa costumbre, esto es tomar notas, lo único que en lugar de utilizar lápiz y papel uso la grabadora. Ahora con estos chismes – enseñando el móvil – ya no hace falta ir con más aparatos. ¿Cómo habéis conseguido burlar la seguridad del hotel y traer a esas prostitutas? – en cuanto oyó esto, Beckett puso el altavoz del móvil.
- Bueno… en realidad no es muy complicado, sólo tienes que aliarte con otros con las mismas intenciones de contratar a las profesionales… ¿Seguro que tu amiga no es policía y es una profesional?
- A mí no me consta que sea policía. Y por lo que me está costando este fin de semana aquí en Las Vegas, te puedo asegurar que no te lo gastas con una mujer normal.
- Y ¿merece la pena?
- Claro que sí – Beckett empezó a dudar si esa especie de interrogatorio iba por el camino correcto. Castle se había echado el farol de que ella era una “pro”. Sabía que la mejor manera de mentir es decir las justas mientras se habla con la verdad, pero empezó a sentirse como un objeto.
- ¿Entonces cómo explicas lo del tío esposado?
- No sé. Se estaría divirtiendo. Aunque en un principio yo la traje para que se divirtiera conmigo.
- Pero… si es así, la detendrían los de seguridad.
- Me dijo que nunca la han detenido. No sé qué excusa les pone pero dice que es infalible.
- Pues porque lo será… ¿Y las chicas? Enseguida dijeron que era policía.
- Se podían haber equivocado. ¿Cómo las contrataste? – Castle intentó desviar el tema a lo que le interesaba.
- ¿Equivocarse ellas? No sé… Pero tu amiga se identificó como policía… y de homicidios.
Castle pensó que el tío le iba a costar soltar prenda un poco más de lo que imaginaba, le seguiría el tema hasta que no tuviese preguntas y luego empezaría de nuevo.
- ¿De homicidios? Nah, si ha dicho que es de homicidios entonces estás equivocado ¿Qué pinta una poli de homicidios esposando a un tío en medio de un pasillo? ¿Y dónde está el muerto? Sa habría armado un revuelo si hay algún fiambre en el hotel – tomó un poco de aire para pensar - Mira, suponiendo que lo sea. Primero, las pintas que lleva no son para ir esposando a nadie… bueno en la habitación sí.
La sensación de objeto iba creciendo en Beckett.
- Ella viene de N.York – prosiguió Castle - no tendría jurisdicción aquí. Depués si es policía… ¿dónde está la policía real de aquí? ¿acaso no hay seguridad ni agentes en Las Vegas para atrapar a un tío? ¿Acaso los policías de Las Vegas son tan ineptos que no pueden atrapar a un sólo tío y tiene que ser alguien de fuera la que lo atrape? – Ante la definición de ineptitud hacia el Sheriff, sus subordinados y de paso los agentes de Shaw, Beckett se pellizcó el entrecejo con los dedos increpándole mentalmente “BOCAZAS”
- Buff. No sé. Podría estar de encubierto o algo así. Como Bruce Willis en La jungla de cristal.
- ¿Te estás oyendo? Eso es una película y esto es la vida real. Y no los compares, por favor. No se parecen en nada.
- ¿Entonces por qué se identificó como policía?
- Estaría interpretando el papel… ya sabes… el dejar que te espose… o el “separa las piernas” y que te cachee completamente de arriba abajo, oooo el “arriba las manos, no te muevas… para desnudarte mejor”, oooo – el sheriff y la agente Shaw pasaron de mirar del móvil a una abochornada Beckett – oooo el “Tienes derecho a guardar silencio, cualquier gemido que hagas podrá ser utilizado en tu contra”…
“Pervertido” oyó débilmente por el auricular del móvil. Castle confió en que Thomas no oyera la voz de Beckett porque estaba más alejado. De paso puso el dedo gordo en el auricular para que no se oyera nada más.
qwerty- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
“Pervertido” oyó débilmente por el auricular del móvil. Castle confió en que Thomas no oyera la voz de Beckett porque estaba más alejado. De paso puso el dedo gordo en el auricular para que no se oyera nada más.
- ¿Entonces era eso lo que pasaba?
- Claro. No se me ocurre otra cosa. ¿Me vas a contar cómo trajiste a las chicas? ¿Son de alguna agencia?
- Sí, son de agencia. Luego te dejo el teléfono que no lo llevo encima. El negocio lo tienen cubierto de varias formas, así entre todas las áreas camuflan esta otra parte de ingresos. Fiestas, restaurantes, alquiler de viviendas, rutas turísticas… todo tiene un precio más elevado, de esa forma cuando alquilas o compras algo lo haces con la chica incluida.
- Pero eso es bastante fácil de seguir, me extraña que aún no hayan denunciado a la empresa.
- Es que lo tienen bien organizado. Yo sólo te he hecho el resumen.
- Ah… ¿Y cómo engañas a tu pareja? ¿A tu mujer?
- Para eso tienes que aliarte con otros que buscan lo mismo.
- ¿Cómo?
- Cada uno de nosotros hace un viaje de negocios con los otros y nos reunimos aquí en Las Vegas. Unas veces en ese paquete podemos pagarnos nosotros a las chicas como si fueran gastos no contables. Otras veces, si estamos apurados nos toca hacer pequeños contratos unos con otros, así el otro te paga a la chica y tu se lo devuelves contratando algo de su compañía.
- Eso es fraude.
- Realmente… no. Si contratas a Beau y Perry pueden “hacerte” una pequeña remodelación de la casa. Luego lo único que hace es poner el material y la mano de obra más cara o porque son unos… chapuzas y tardan más de lo debido o lo tienen que hacer varias veces, así incluye más horas.
- ¿Y ellos cómo lo justifican?
- No sé, cada uno en su oficio ya lo sabe justificar a su manera.
- ¿Cómo lo haces tú?
- Diciendo a lo largo del año algunas partidas de material las he comprado defectuosas y las he tenido que tirar.
- Te podrían pillar.
- Bueno, de momento no tiene caso que me investiguen, así que de momento es suficiente.
- Has dicho a Beau y Perry, ¿ellos eran…? Beau el constructor ¿no?
- Sí Beau, Beau Killmessan, el constructor y Perry Wilkes es el arquitecto.
- Ah… Beau te reforma la vivienda y Perry la diseña.
- Sí, Perry hace más planos de los que debe. Te cambia muchas veces el diseño final ¿entiendes?
- Ajá. El cuarto era el broker ¿verdad?
- Sí.
- Se llamaba… ¿cómo era?
- Henry.
- ¡Es verdad! Henry McDouglas ¿me equivoco?
- No.
- Así que entre los cuatro, cuando venís a Las Vegas contratáis a… prostitutas.
- No nos gusta llamarlas así, pero sí. Los hacemos los cuatro, a veces uno o dos de nosotros y el resto está de viaje para cubrirle los pasos… a veces quedamos para los cuatro.
- ¡Vaya! ¿Y tu mujer no se entera?
- Más me vale que no. También es mi abogada.
- Jo, jo, jo. Pues deberías contratar a otro con alguna excusa y bien rápido. Ja, ja, ja, ja.
- Lo tenía, pero tuve que despedirlo hace poco. Mi mujer me vigila demasiado y como profesional es capaz de llevar todos mis asuntos. Tengo que encontrar otra excusa.
TOC – TOC – TOC – TOC.
- Sshhhh. Calla.
TOC – TOC – TOC – TOC.
- Sr. Thomas Karlenton. Salga, por favor – Se oyó con una voz masculina.
- ¿Pero, qué? – Thomas no entendía.
- ¿Quiere hacer el favor de salir? Y usted también, Castle.
- ¿Cómo sabe?
Castle se acercó a la puerta y la abrió. Por la puerta asomaba el Sheriff.
- ¡Sheriff Cornwell! ¡Encantado de verle de nuevo! Creí que sería Beckett la que tocaría la puerta.
- ¿Lo conoces?... ¿Sheriff?
- Ehh. Sí. Te presento. Thomas Karlenton, te presento al Sheriff Cornwell de Las Vegas y allí al fondo – Thomas dio un par de pasos para ver mejor – son la agente especial Shaw y la detective Kate Beckett. Y… sí, es policía de homicidios de N.York.
- ¿Tú no has dicho…?
- Es que me he acordado de repente. Así que… - Castle salió al pasillo - ¿sales a saludarlos?
- ¿Qué?
- Al final sí te van a poner unas esposas, pero creo que lo hará el sheriff y no ninguna de las señoritas que has visto hoy.
- ¿Qué?
- Vas a pasar la noche en otra cama – añadió el sheriff.
- ¿Qué?
- Que tengo la conversación en el móvil. Lo grabé ¿te acuerdas?
- ¿Qué?... ¿Y ellos?
- ¿Ves a la detective que tú ya conoces? ¿Ves su teléfono? – Kate levanta el móvil para que lo vea.
- Sí.
- Estaban escuchándolo todo.
- ¿Qué? – El sheriff lo estaba esposando mientras gesticulaba a alguno de sus hombres que andaban por el pasillo que se lo llevasen.
- Vamos, a ti aún te queda un paseo hasta comisaría.
- ¿Por qué has hecho esto? – Preguntó Thomas.
- ¡Ah, sí! Cuando llames a tu abogado. Era tu mujer ¿verdad?
- ¿Qué?
- Le dices que te traiga también la copia de Nikki Heat que tiene. Tendrás tiempo de sobra para leer el libro y verás que lo de dentro es tan interesante como la modelo desnuda de fuera. ¿La ves? – señalando a Beckett - Nikki está basada en ella. Sólo la parte policial ¿eh? Y dile a tu mujer que si alguna vez nos vemos se lo dedicaré encantado, tiene un gran gusto.
- ¿Qué?
Un par de agentes del sheriff se lo llevaron a la salida.
- ¿Volvemos a lo nuestro? – Preguntó la agente Shaw encaminándose a los ascensores.
- Por supuesto, agente Shaw – Replicó Castle.
Beckett se esperó unos pasos detrás de todos para preguntar.
- ¿Amor propio? Te has pasado denunciándolo. ¿Cómo reaccionas cuando recibes una mala crítica?
- Yo te llamé a ti, fuiste tú quien avisó al sheriff y lo pusiste a la escucha. Dijiste que tu amor propio era más grande que tu sentido de la responsabilidad… Ya que tú no lo escarmentaste, pues… lo hice yo… Te confundió con una prostituta.
- Ya, y tu amor propio es más grande que tu ego. Ése no leyó tu libro. Lo ha tenido en las manos porque es de su esposa, ha visto la portada de la chica y le ha gustado pero no ha abierto ni una página. Eso también te molestó.
- Sí. Amor propio.
Última edición por qwerty el Miér Oct 12, 2011 7:06 pm, editado 1 vez
qwerty- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Grandee Gracias por estos dos capitulo!!!!!
Grandioso!!!!!!!
Grandioso!!!!!!!
IsaVera- Autor de best-seller
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
IsaVera escribió:Grandee Gracias por estos dos capitulo!!!!!
Grandioso!!!!!!!
GRACIAS, a vosotros
Hace tiempo que no posteo ni respondo a vuestro mensajes. La verdad es que no suelo hacerlo mucho porque apenas tengo tiempo, cuando lo hago siempre es 20 minutos. Sólo de vez en cuando tengo tiempo de hacerlo un par de horas y eso lo dedico a leeros por lo que siempre se me queda pendiente el escribir.
También es una falta de consideración no responderos más a menudo. Aún así, desde aquí siempre he leído las contestaciones y si alguna cosa me habéis comentado siempre lo he tenido presente.
He puesto el mensaje de IsaVera como introducción, pero mi mensaje lo escribo pensando en todos los que gastáis 5, 10 minutos en seguir esta historia.
Respecto al fan-fic, espero retomar pronto el ritmo que llevaba y no estar con esta sequía de semana, semana-y-media y luego lanzar 2 de golpe.
Saludos
qwerty- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Gracias por los nuevos capis! es una suerte que el poco tiempo libre lo dediques a escribirnos fic como este.
BrujaAle- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Estupendo como siempreeee!
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
- Ya, y tu amor propio es más grande que tu ego. Ése no leyó tu libro. Lo ha tenido en las manos porque es de su esposa, ha visto la portada de la chica y le ha gustado pero no ha abierto ni una página. Eso también te molestó.
- Sí. Amor propio.
- Ese tío se va a acordar de nosotros en una buena temporada.
- No creo que compre ningún libro pero te aseguro que el escritor “Richard Castle” no se le va a olvidar en la vida. Ahora cualquiera que le pregunte dirá que sí lo conoce.
- Pero ese hará todo lo posible para que no te compren ningún libro.
- Bueeeeno. En este caso es publicidad negativa. Pero publicidad al fin y al cabo. Seguro que su mujer lo compensa, je, je, je, je.
- Hablando de amor propio… Como vuelvas a decir, insinuar, contar, escribir, relatar, lo que sea… de mí lo que le has dicho a ese tipo no te va a librar nadie. Ni aunque te refugies tras un manzano entero.
- Era mentira ¿Lo sabes? – Beckett lo miró aún molesta – No lo repetiré.
- Eso espero.
Entraron en el ascensor y pasaron al fondo de la caja. Al pasar entre el sheriff y la agente Shaw, Castle percibió que lo miraban de una manera distinta, más bien acusadora. Aunque no le preguntaron nada, de camino hacia los pisos inferiores intentó aclarar sus dudas.
- A mí nunca me ha hecho falta contratar a nadie. Tengo los suficientes… recursos, como para conseguir lo que necesito y sin tener que pagar a ninguna profesional.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * *
- Ya lleva 20 minutos metida ahí adentro. ¿Eso es bueno o malo?
- Más que el tiempo que lleva ahí metida, lo preocupante es que la agente Shaw ha pasado varias veces por las dos habitaciones. Eso suele significar que está corroborando las historias y si cambia tan a menudo es porque no se ajusta a lo que ella esperaba que le confesasen. Por ambas partes está insistiendo en el interrogatorio.
- Entonces… después de todo… ¿Esos dos pueden no ser el enlace del asesino?
- Eso parece.
- Eso sí sería frustrante.
- ¡Vaya! Me sorprende que le pongas tantos ánimos al caso.
- No es eso. Es que estoy pensando en el Aston Martin. Si no son esos, no nos van a dejar salir.
- Ah, ya. Era eso.
En cinco minutos más, la agente Shaw salió de uno de los despachos improvisados como sala de interrogatorios bastante exasperada.
- ¡Ladrones de poca monta! – Exclamó en voz alta – Traedme a los otros dos. No me importa que esta vez nos vean. Traedlos rápido y sin armar revuelo.
- ¿Las personas que tenemos no son los sospechosos que busca? – Preguntó el gerente.
- No. Esos dos habían montado un negocio de falsificación de tarjetas de crédito y robo. Por eso huían. No son los que buscamos. Buffff – resopla – se nos echa la noche encima.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Al cabo de 10 minutos más le habían traído a los otros dos sospechosos. La agente especial Shaw pasó a interrogar a los dos nuevos y salió con la misma cara de frustración.
- Son inocentes. Todas sus coartadas son ciertas… Estamos igual que al principio… o peor porque ya no tenemos sospechosos.
- ¿Qué hacemos ahora? – Preguntó el sheriff.
- Pues… de momento no deje salir a esos cuatro. Diga a sus hombres que mantengan la posición, avisen si ven algo raro. No quiero las salas de vigilancia vacías, pero podéis descansar o dar una vuelta por si veis algo. Yo tengo que pensar – Y salió por la puerta.
- Bien, Rick. Ya has oído. ¿Quieres quedarte o damos una vuelta?
- Vuelta. ¿Nos podremos ir del hotel?
- No creo.
Beckett preguntó al sheriff si podían dar una vuelta. Antes de poder preguntar más éste les advirtió que no salieran del hotel. Les tomó nota de los números de teléfono para poderlos localizar y subieron al quinto piso. A una zona con mesas y sillones de descanso, ideales para un intermedio en una noche de juego en el casino. Esa sala tenía un mirador con vistas a la ciudad.
- Qué quieres que te diga Rick. Me extraña la agente Shaw se equivoque.
- Sí es extraño. Quizás haya alguien más que encaje con las características que ella busca.
- No sé. O quizás tengan algo que aún no lo haya descubierto.
Estaban sentados dejando pasar el tiempo. El tintineo de unas pocas máquinas tragaperras se oían cerca pero el sonido ya no era tan atrayente como hacía unas horas.
- Bufff. Ahora sí me estoy empezando a sentir cansada. Vaya día ¿eh?
- Sí ha sido bastante completo. Pero aún falta…
- Irnos a bailar. Lo recuerdo. Pero la sesión de paracaidismo me ha dejado bastante cansada.
- Pero… ¿te encuentras bien? ¿te resientes de algo?
- Estoy bien. Aún podría darte una paliza en la sala de fiestas.
- Con que bailemos juntos me conformo… ¡Ei, mira! – señalando detrás de Beckett – La agente Shaw también ha salido a estirar las piernas.
Beckett se gira para mirar y a la vez la agente Shaw se da cuenta que están sentados. Cambia de dirección y se sienta con ellos.
- ¿Tan mal está la investigación? – Pregunta Beckett.
- Sí. Estaba segura que había una relación con alguno de esos cuatro pero no hay nada. Dos de ellos son timadores y los otros trabajadores normales. ¿Qué se me ha pasado por alto? – Se preguntó para sí misma.
- Siento no poderla ayudar – Se disculpó Beckett – apenas leímos los informes.
- Bueno, no es cosa vuestra. Atrapasteis a la lagartija… y mandasteis a cuatro al calabozo. Ya habéis hecho más que yo en toda la noche… Por más vueltas que le doy aún no encuentro la relación con el asesino.
- Ya que no podemos ayudarte – interrumpió Castle – por lo menos pongámonos cómodos. Tengo sed. Kate, ¿champagne?
- Está bien.
- ¿Agente?
- Agua con gas.
- Ahora vengo.
Tras unos minutos en los que la agente Shaw los pasó pensando y Beckett viéndola pensar ya que sentía que no podía hacer nada, llegó Castle con las bebidas. Deja dos copas de champagne, una para Beckett y otra para él. El agua con gas con una rodaja de limón frente a la agente Shaw.
- Gracias.
- Gracias.
- No hay de qué y….
Castle se abre la chaqueta y saca dos capullos de rosa envueltos en celofán. Se sienta y los ofrece a las damas que lo acompañan.
- Una flor para una flor… - Castle huele una rosa y se la entrega a la agente Shaw con una dulce sonrisa.
- ¿A qué viene esto? – Le pregunta Shaw escéptica.
- Y otra flor para otra flor – Castle vuelve a hacer el mismo gesto con la misma sonrisa y se la entrega a Beckett.
- Es todo un detalle.
- No sé cómo se cuelan. Pero había uno de esos vendedores de rosas pesados cerca de la barra y hasta que no le he comprado unas rosas no me ha dejado en paz. Apenas huelen, así que os las podéis quedar.
- Ah, ya – Ambas se sintieron un poco defraudadas con la respuesta.
- Rick, podrías de vez en cuando usar esa galantería que usas para empezar las frases para también acabarlas. Sobre todo para las conversaciones normales que no tengan que ver con un caso.
- Pero vosotras sois de las que no queréis que os mienta. ¿Qué hago?
- Diferenciar el momento para cada cosa. ¿Eso tengo que enseñártelo también?
- Sí. Amor propio.
- Ese tío se va a acordar de nosotros en una buena temporada.
- No creo que compre ningún libro pero te aseguro que el escritor “Richard Castle” no se le va a olvidar en la vida. Ahora cualquiera que le pregunte dirá que sí lo conoce.
- Pero ese hará todo lo posible para que no te compren ningún libro.
- Bueeeeno. En este caso es publicidad negativa. Pero publicidad al fin y al cabo. Seguro que su mujer lo compensa, je, je, je, je.
- Hablando de amor propio… Como vuelvas a decir, insinuar, contar, escribir, relatar, lo que sea… de mí lo que le has dicho a ese tipo no te va a librar nadie. Ni aunque te refugies tras un manzano entero.
- Era mentira ¿Lo sabes? – Beckett lo miró aún molesta – No lo repetiré.
- Eso espero.
Entraron en el ascensor y pasaron al fondo de la caja. Al pasar entre el sheriff y la agente Shaw, Castle percibió que lo miraban de una manera distinta, más bien acusadora. Aunque no le preguntaron nada, de camino hacia los pisos inferiores intentó aclarar sus dudas.
- A mí nunca me ha hecho falta contratar a nadie. Tengo los suficientes… recursos, como para conseguir lo que necesito y sin tener que pagar a ninguna profesional.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * *
- Ya lleva 20 minutos metida ahí adentro. ¿Eso es bueno o malo?
- Más que el tiempo que lleva ahí metida, lo preocupante es que la agente Shaw ha pasado varias veces por las dos habitaciones. Eso suele significar que está corroborando las historias y si cambia tan a menudo es porque no se ajusta a lo que ella esperaba que le confesasen. Por ambas partes está insistiendo en el interrogatorio.
- Entonces… después de todo… ¿Esos dos pueden no ser el enlace del asesino?
- Eso parece.
- Eso sí sería frustrante.
- ¡Vaya! Me sorprende que le pongas tantos ánimos al caso.
- No es eso. Es que estoy pensando en el Aston Martin. Si no son esos, no nos van a dejar salir.
- Ah, ya. Era eso.
En cinco minutos más, la agente Shaw salió de uno de los despachos improvisados como sala de interrogatorios bastante exasperada.
- ¡Ladrones de poca monta! – Exclamó en voz alta – Traedme a los otros dos. No me importa que esta vez nos vean. Traedlos rápido y sin armar revuelo.
- ¿Las personas que tenemos no son los sospechosos que busca? – Preguntó el gerente.
- No. Esos dos habían montado un negocio de falsificación de tarjetas de crédito y robo. Por eso huían. No son los que buscamos. Buffff – resopla – se nos echa la noche encima.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Al cabo de 10 minutos más le habían traído a los otros dos sospechosos. La agente especial Shaw pasó a interrogar a los dos nuevos y salió con la misma cara de frustración.
- Son inocentes. Todas sus coartadas son ciertas… Estamos igual que al principio… o peor porque ya no tenemos sospechosos.
- ¿Qué hacemos ahora? – Preguntó el sheriff.
- Pues… de momento no deje salir a esos cuatro. Diga a sus hombres que mantengan la posición, avisen si ven algo raro. No quiero las salas de vigilancia vacías, pero podéis descansar o dar una vuelta por si veis algo. Yo tengo que pensar – Y salió por la puerta.
- Bien, Rick. Ya has oído. ¿Quieres quedarte o damos una vuelta?
- Vuelta. ¿Nos podremos ir del hotel?
- No creo.
Beckett preguntó al sheriff si podían dar una vuelta. Antes de poder preguntar más éste les advirtió que no salieran del hotel. Les tomó nota de los números de teléfono para poderlos localizar y subieron al quinto piso. A una zona con mesas y sillones de descanso, ideales para un intermedio en una noche de juego en el casino. Esa sala tenía un mirador con vistas a la ciudad.
- Qué quieres que te diga Rick. Me extraña la agente Shaw se equivoque.
- Sí es extraño. Quizás haya alguien más que encaje con las características que ella busca.
- No sé. O quizás tengan algo que aún no lo haya descubierto.
Estaban sentados dejando pasar el tiempo. El tintineo de unas pocas máquinas tragaperras se oían cerca pero el sonido ya no era tan atrayente como hacía unas horas.
- Bufff. Ahora sí me estoy empezando a sentir cansada. Vaya día ¿eh?
- Sí ha sido bastante completo. Pero aún falta…
- Irnos a bailar. Lo recuerdo. Pero la sesión de paracaidismo me ha dejado bastante cansada.
- Pero… ¿te encuentras bien? ¿te resientes de algo?
- Estoy bien. Aún podría darte una paliza en la sala de fiestas.
- Con que bailemos juntos me conformo… ¡Ei, mira! – señalando detrás de Beckett – La agente Shaw también ha salido a estirar las piernas.
Beckett se gira para mirar y a la vez la agente Shaw se da cuenta que están sentados. Cambia de dirección y se sienta con ellos.
- ¿Tan mal está la investigación? – Pregunta Beckett.
- Sí. Estaba segura que había una relación con alguno de esos cuatro pero no hay nada. Dos de ellos son timadores y los otros trabajadores normales. ¿Qué se me ha pasado por alto? – Se preguntó para sí misma.
- Siento no poderla ayudar – Se disculpó Beckett – apenas leímos los informes.
- Bueno, no es cosa vuestra. Atrapasteis a la lagartija… y mandasteis a cuatro al calabozo. Ya habéis hecho más que yo en toda la noche… Por más vueltas que le doy aún no encuentro la relación con el asesino.
- Ya que no podemos ayudarte – interrumpió Castle – por lo menos pongámonos cómodos. Tengo sed. Kate, ¿champagne?
- Está bien.
- ¿Agente?
- Agua con gas.
- Ahora vengo.
Tras unos minutos en los que la agente Shaw los pasó pensando y Beckett viéndola pensar ya que sentía que no podía hacer nada, llegó Castle con las bebidas. Deja dos copas de champagne, una para Beckett y otra para él. El agua con gas con una rodaja de limón frente a la agente Shaw.
- Gracias.
- Gracias.
- No hay de qué y….
Castle se abre la chaqueta y saca dos capullos de rosa envueltos en celofán. Se sienta y los ofrece a las damas que lo acompañan.
- Una flor para una flor… - Castle huele una rosa y se la entrega a la agente Shaw con una dulce sonrisa.
- ¿A qué viene esto? – Le pregunta Shaw escéptica.
- Y otra flor para otra flor – Castle vuelve a hacer el mismo gesto con la misma sonrisa y se la entrega a Beckett.
- Es todo un detalle.
- No sé cómo se cuelan. Pero había uno de esos vendedores de rosas pesados cerca de la barra y hasta que no le he comprado unas rosas no me ha dejado en paz. Apenas huelen, así que os las podéis quedar.
- Ah, ya – Ambas se sintieron un poco defraudadas con la respuesta.
- Rick, podrías de vez en cuando usar esa galantería que usas para empezar las frases para también acabarlas. Sobre todo para las conversaciones normales que no tengan que ver con un caso.
- Pero vosotras sois de las que no queréis que os mienta. ¿Qué hago?
- Diferenciar el momento para cada cosa. ¿Eso tengo que enseñártelo también?
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Estooooo, para seguir el fan fic cambié algo de la última parte. Poca cosa
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