Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
sii castle sera´ capaz darle unas vacaciones excelentes jojojoj
increíble capitulos :P
increíble capitulos :P
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Me encanto!!! Venia muy enganchada y de repente "el viernes continuo"... no importa, aceptado
Me encantaaaa
Me encantaaaa
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Ha estado genial. Castle ha estado increible. Quiero un psicologo así. Buff hasta el viernes. Bueno, esperare.
amnigl- Autor de best-seller
- Mensajes : 956
Fecha de inscripción : 23/02/2011
Edad : 55
Localización : Córdoba
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Que ganas que tengo de que subas el proximo y descubrir que tipo de vacaciones le ha preparado.
Genial
muy bueno!!!
Genial
muy bueno!!!
IsaVera- Autor de best-seller
- Mensajes : 762
Fecha de inscripción : 10/01/2011
Edad : 40
Localización : Cartagena, Murcia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Perdón por no responderos a todos, pero vuestros comentarios siempre dan ánimos
¡Claro que Castle es un buen psicólogo! Aguantar a dos ex siendo una de ella su jefa, una madre neurótica una hija que es un cielo y una posible esposa que a la mínima te puede encañonar... Hay que ir con pies de plomo.
Claro que le preparará unas buenas vacaciones
¡Claro que Castle es un buen psicólogo! Aguantar a dos ex siendo una de ella su jefa, una madre neurótica una hija que es un cielo y una posible esposa que a la mínima te puede encañonar... Hay que ir con pies de plomo.
Claro que le preparará unas buenas vacaciones
qwerty- Escritor - Policia
- Mensajes : 1631
Fecha de inscripción : 27/04/2011
Localización : En la luna de Valencia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
estoy emocionada y deseando leer esas vacaciones
KateCB- Actor en Broadway
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Seguro que se le ha ocurrido la mejor de las ideas, ¿donde la llevará?
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Quería que llamase Castle porque se sentía en un compromiso si lo llamaba ella. Si le preguntaba por el viaje y luego le decía que no lo había preparado sería incómodo. Pero… no, Castle no le haría eso, seguro que lo tenía preparado. Y… ¿Realmente en un fin de semana daría tiempo a cambiar de ánimos? ¿En dos días Castle podía organizar unas buenas vacaciones?
De pronto suena el móvil. Se acerca a la mesita y ve que es el número de Castle. Realmente no se había olvidado de las vacaciones. Lo deja sonar unos tonos y finalmente lo descuelga.
- Si, dime.
- ¿Qué tal las pruebas? ¿Ya puedes hacerle la competencia a Paula Radcliffe?
(Nota: Paula Radcliffe es o ha sido una corredora de fondo de todas las distancias, desde 5000 metros hasta la maratón, ella ha hecho tiempos de maratón muy parecidos a los conseguidos por los hombres y ganadora ¿3? veces de la maratón de N.York, conseguido por muy pocas personas más y si mi memoria no me falla todavía tiene el récord mundial de maratón. El atletismo no es lo mío)
- No tanto, pero sí.
- Ya sé yo que eres una campeona.
- Gracias. ¿Qué quieres decirme?
- ¿Ya tienes preparada la maleta?
- No. Ni siquiera sé dónde me llevas.
- Ahhhh… Es un secreto.
- Pues ese secreto no me va a orientar qué ropa meter en la maleta.
- A ver… Llévate ropa cómoda, como la que usas para el trabajo. Que la puedas llevar con botas o con esos zapatos de vértigo que tienes.
- ¿Nada más?
- Espera… Un vestido iría bien. Como si fueses a una cita.
- ¿Qué me estas diciendo? ¿Una cita? Tú me habías prometido que…
- ¡Para! Detective Beckett. He dicho “como si fueses”, no que vaya a ser una cita. Donde vamos esa ropa es la normal.
- ¿Dónde me piensas llevar?
- Es un secreto.
- Pues ese secreto se quedará en secreto como no me digas a dónde voy.
- Ehhhh. Está lejos y perdería la gracia el regalo. Comeremos por el camino.
- Dímelo.
- No. Kate, entiéndeme.
- Entiéndeme tú a mí. Ni siquiera sé si va a hacer calor o frío.
- Bastante calor por el día. Así que llévate ropa cómoda para ponerte con botas y camiseta de tirantes y por la noche refrescará. El vestido será para la noche, aunque en el hotel igual no es necesario ponerte una chaqueta.
- Castle… dímelo.
- Ehh… no.
- Mira. La sorpresa no será cuando lleguemos. Por lo que me cuentas nos vamos en avión, así que cuando llegue al aeropuerto sabré a dónde nos dirigimos. Dímelo y sabré que llevarme.
- ¿Ah sí?... También podrías llevarte un bikini.
- ¿Bikini?... ¡Castle! No cambies de tema y dime a dónde vamos.
- Sí, podrías llevarte un bikini, igual te hace falta.
- Ya, y ¿no te da igual un bañador?
- Nop. Ya te he visto en bañador… En Los Ángeles. ¿Recuerdas? Estabas… Eras… Ese bañador te quedaba…
- Deja de babear.
- Si no babeo. Lo único que era… No tengo palabras para describirlo. Querría verte con otro modelito.
- Y tiene que ser bikini.
- Síp. Desde que me dijiste que tenías un tatuaje intento imaginarme dónde está y cómo es. Me acuerdo que cuando entré en tu casa en la explosión de la bomba pude verte la espalda entera y no tenías nada.
- ¿Explosión?... ¿Tú…? – Llevándose la mano a la frente se acordó que la encontró dentro de la bañera completamente desnuda.
- En Los Ángeles. Con el bañador, te vi tooooodas las piernas y nada. Me preguntaba si con el bikini dejarías al descubierto…
- ¡Para Castle! Como sigas no voy a ir. ¡Me dijiste que no me molestarías!
- No te enfades. Es broma. Bueno, a medias. Prometo portarme bien en cuanto lleguemos al destino. Seré un auténtico angelito.
- … - Beckett andaba por el cuarto como un animal enjaulado – Castle… dime ahora mismo dónde me llevas.
- Ehhh…
- Tengo que decirle a mi padre en qué estado debe buscar mi cadáver cuando el lunes no aparezca por comisaría.
- Je, je, je. Cadáver… Está bien, nos vamos a Nevada.
- ¿A dónde?
- A Nevada, a la capital del condado de Clark. Exactamente nos vamos a…
- ¿Las Vegas?
- ¡Sip! ¡Vas bien de geografía!
- ¿Qué demonios piensas que vamos a hacer allí?... ¿Qué?... ¿Cómo se te ocurre…?
- Entonces como mi casa te pilla de camino para ir al aeropuerto, ¿tomas un taxi y me recoges en una hora?
- ¿Las Vegas?
- De acuerdo, te espero en una hora.
- ¿Qué hay en Las Vegas?
- Adiós Beckett. Una hora.
CLACK (Castle cuelga el teléfono)
- ¿Las Vegas? – hablándole al teléfono – Es la peor idea que has tenido en lo que te conozco. ¿Castle…?
Kate lanza el teléfono en la mesita, se sienta de golpe encima de la cama, resopla el largamente mirando el ropero y luego la maleta vacía.
- Esto no va a ir bien… Las Vegas. – tras unos segundos y ya más serena - Je, Las Vegas.
NNNNYYYNRRRYYYGGG!!
- ¡Kate! ¡Que alegría!, Pasa
- Hola Alexis, ¿Cómo estás? – Alexis cierra la puerta y abraza a Kate.
- ¿Tu padre? ¿Está listo? El taxi está abajo esperando.
- ¡Papááááááá! – gritó asomándose a la escalera - ¡KATE YA HA LLEGADO!
- Estoy un poco preocupada, no sé si esto saldrá bien.
- Tanquila Kate. Cuando mi padre se propone lo de los regalos especiales cambia por completo. Además siempre logra sorprenderte, siempre acierta con el regalo. Debería ser así los 365 días del año.
- Esto que me dices me tranquiliza un poco pero no estoy completamente convencida.
- Mira, ¿sabes qué me regaló una vez?
- Cuenta – dándole un golpecito en el antebrazo para animarla a contárselo.
- Hace años… cuando era niña, ya me gustaba mucho leer… En aquella época estaban los libros de Harry Potter y me enganché a ellos, me encantaban… eran… especiales para mí porque con ellos… me gustaban y me siguen gustando.
- Sí, los personajes son un poco mayores que tú pero han crecido en los libros a tu ritmo, es normal que digas eso.
- Sí, sobre todo el personaje de Hermione.
- No me sorprende: pelirroja, listilla, inteligente, más madura de lo normal para su edad…
- Verás, mi padre sabía lo que significaban esos libros para mí, así que… no sé cómo lo hizo. Aún no me lo ha contado, pero… consiguió… me regaló… el manuscrito original de J.K. Rowling, su libro de notas, el original, el del primer libro.
- ¿Qué te regaló…? ¿Qué?
- El libreto. Increíble ¿verdad?
- Pero eso… no puede ser.
- Lo hizo.
- No creo que la autora se quisiera desprender de eso… ¿No sería una copia falsa?
- No. Lo hizo, papá me lo regaló. Lo tengo arriba.
- Eso debió costarle una millonada.
- Realmente nada – Replicó Castle bajando por las escaleras – Sólo la tuve que convencer.
- Nooo… No me lo creo – Girándose hacia Castle escéptica - Tiene que haber algún truco.
- Nada de trucos. Me costó convencerla, pero siendo escritora, logré hacerme con su libro de notas y sin hacer nada ilegal. Eso sí, por agradecimiento, después le di una generosa donación para su fundación. No me parecía justo que se desprendiese del libreto sin nada a cambio. Pero en un principio, y es lo que cuenta, me lo dio sin tener que pagar nada.
- No puedo creerlo. ¿Por qué tendría que dártelo?
- Kate. Créetelo, te lo digo yo y no le preguntes que no te lo dirá – Alexis agarró a Bekett de los hombros para que la mirase y viera que se lo decía en serio. – Si mi padre me dice que quiere hacerme un regalo de los especiales. Yo no lo dudo. Si mi padre te ha dicho que te lleva de vacaciones, yo me iría con los ojos cerrados y sin preguntar. A donde sea.
- Ahora sí me dejas sin palabras.
- ¿Nos vamos detective Beckett? – Preguntó Castle con la maleta en la puerta.
- Vamos, el taxi está esperando.
- Hija, te llamo cuando lleguemos. Cuida la casa que te quedas sola. Y no hagas lo que haría yo.
- Adiós papá. Adiós Kate. Que os divirtáis.
- - - - - - - - - - - - - - -
Gracias a tod@as por comentar. Nos seguimos leyendo
De pronto suena el móvil. Se acerca a la mesita y ve que es el número de Castle. Realmente no se había olvidado de las vacaciones. Lo deja sonar unos tonos y finalmente lo descuelga.
- Si, dime.
- ¿Qué tal las pruebas? ¿Ya puedes hacerle la competencia a Paula Radcliffe?
(Nota: Paula Radcliffe es o ha sido una corredora de fondo de todas las distancias, desde 5000 metros hasta la maratón, ella ha hecho tiempos de maratón muy parecidos a los conseguidos por los hombres y ganadora ¿3? veces de la maratón de N.York, conseguido por muy pocas personas más y si mi memoria no me falla todavía tiene el récord mundial de maratón. El atletismo no es lo mío)
- No tanto, pero sí.
- Ya sé yo que eres una campeona.
- Gracias. ¿Qué quieres decirme?
- ¿Ya tienes preparada la maleta?
- No. Ni siquiera sé dónde me llevas.
- Ahhhh… Es un secreto.
- Pues ese secreto no me va a orientar qué ropa meter en la maleta.
- A ver… Llévate ropa cómoda, como la que usas para el trabajo. Que la puedas llevar con botas o con esos zapatos de vértigo que tienes.
- ¿Nada más?
- Espera… Un vestido iría bien. Como si fueses a una cita.
- ¿Qué me estas diciendo? ¿Una cita? Tú me habías prometido que…
- ¡Para! Detective Beckett. He dicho “como si fueses”, no que vaya a ser una cita. Donde vamos esa ropa es la normal.
- ¿Dónde me piensas llevar?
- Es un secreto.
- Pues ese secreto se quedará en secreto como no me digas a dónde voy.
- Ehhhh. Está lejos y perdería la gracia el regalo. Comeremos por el camino.
- Dímelo.
- No. Kate, entiéndeme.
- Entiéndeme tú a mí. Ni siquiera sé si va a hacer calor o frío.
- Bastante calor por el día. Así que llévate ropa cómoda para ponerte con botas y camiseta de tirantes y por la noche refrescará. El vestido será para la noche, aunque en el hotel igual no es necesario ponerte una chaqueta.
- Castle… dímelo.
- Ehh… no.
- Mira. La sorpresa no será cuando lleguemos. Por lo que me cuentas nos vamos en avión, así que cuando llegue al aeropuerto sabré a dónde nos dirigimos. Dímelo y sabré que llevarme.
- ¿Ah sí?... También podrías llevarte un bikini.
- ¿Bikini?... ¡Castle! No cambies de tema y dime a dónde vamos.
- Sí, podrías llevarte un bikini, igual te hace falta.
- Ya, y ¿no te da igual un bañador?
- Nop. Ya te he visto en bañador… En Los Ángeles. ¿Recuerdas? Estabas… Eras… Ese bañador te quedaba…
- Deja de babear.
- Si no babeo. Lo único que era… No tengo palabras para describirlo. Querría verte con otro modelito.
- Y tiene que ser bikini.
- Síp. Desde que me dijiste que tenías un tatuaje intento imaginarme dónde está y cómo es. Me acuerdo que cuando entré en tu casa en la explosión de la bomba pude verte la espalda entera y no tenías nada.
- ¿Explosión?... ¿Tú…? – Llevándose la mano a la frente se acordó que la encontró dentro de la bañera completamente desnuda.
- En Los Ángeles. Con el bañador, te vi tooooodas las piernas y nada. Me preguntaba si con el bikini dejarías al descubierto…
- ¡Para Castle! Como sigas no voy a ir. ¡Me dijiste que no me molestarías!
- No te enfades. Es broma. Bueno, a medias. Prometo portarme bien en cuanto lleguemos al destino. Seré un auténtico angelito.
- … - Beckett andaba por el cuarto como un animal enjaulado – Castle… dime ahora mismo dónde me llevas.
- Ehhh…
- Tengo que decirle a mi padre en qué estado debe buscar mi cadáver cuando el lunes no aparezca por comisaría.
- Je, je, je. Cadáver… Está bien, nos vamos a Nevada.
- ¿A dónde?
- A Nevada, a la capital del condado de Clark. Exactamente nos vamos a…
- ¿Las Vegas?
- ¡Sip! ¡Vas bien de geografía!
- ¿Qué demonios piensas que vamos a hacer allí?... ¿Qué?... ¿Cómo se te ocurre…?
- Entonces como mi casa te pilla de camino para ir al aeropuerto, ¿tomas un taxi y me recoges en una hora?
- ¿Las Vegas?
- De acuerdo, te espero en una hora.
- ¿Qué hay en Las Vegas?
- Adiós Beckett. Una hora.
CLACK (Castle cuelga el teléfono)
- ¿Las Vegas? – hablándole al teléfono – Es la peor idea que has tenido en lo que te conozco. ¿Castle…?
Kate lanza el teléfono en la mesita, se sienta de golpe encima de la cama, resopla el largamente mirando el ropero y luego la maleta vacía.
- Esto no va a ir bien… Las Vegas. – tras unos segundos y ya más serena - Je, Las Vegas.
NNNNYYYNRRRYYYGGG!!
- ¡Kate! ¡Que alegría!, Pasa
- Hola Alexis, ¿Cómo estás? – Alexis cierra la puerta y abraza a Kate.
- ¿Tu padre? ¿Está listo? El taxi está abajo esperando.
- ¡Papááááááá! – gritó asomándose a la escalera - ¡KATE YA HA LLEGADO!
- Estoy un poco preocupada, no sé si esto saldrá bien.
- Tanquila Kate. Cuando mi padre se propone lo de los regalos especiales cambia por completo. Además siempre logra sorprenderte, siempre acierta con el regalo. Debería ser así los 365 días del año.
- Esto que me dices me tranquiliza un poco pero no estoy completamente convencida.
- Mira, ¿sabes qué me regaló una vez?
- Cuenta – dándole un golpecito en el antebrazo para animarla a contárselo.
- Hace años… cuando era niña, ya me gustaba mucho leer… En aquella época estaban los libros de Harry Potter y me enganché a ellos, me encantaban… eran… especiales para mí porque con ellos… me gustaban y me siguen gustando.
- Sí, los personajes son un poco mayores que tú pero han crecido en los libros a tu ritmo, es normal que digas eso.
- Sí, sobre todo el personaje de Hermione.
- No me sorprende: pelirroja, listilla, inteligente, más madura de lo normal para su edad…
- Verás, mi padre sabía lo que significaban esos libros para mí, así que… no sé cómo lo hizo. Aún no me lo ha contado, pero… consiguió… me regaló… el manuscrito original de J.K. Rowling, su libro de notas, el original, el del primer libro.
- ¿Qué te regaló…? ¿Qué?
- El libreto. Increíble ¿verdad?
- Pero eso… no puede ser.
- Lo hizo.
- No creo que la autora se quisiera desprender de eso… ¿No sería una copia falsa?
- No. Lo hizo, papá me lo regaló. Lo tengo arriba.
- Eso debió costarle una millonada.
- Realmente nada – Replicó Castle bajando por las escaleras – Sólo la tuve que convencer.
- Nooo… No me lo creo – Girándose hacia Castle escéptica - Tiene que haber algún truco.
- Nada de trucos. Me costó convencerla, pero siendo escritora, logré hacerme con su libro de notas y sin hacer nada ilegal. Eso sí, por agradecimiento, después le di una generosa donación para su fundación. No me parecía justo que se desprendiese del libreto sin nada a cambio. Pero en un principio, y es lo que cuenta, me lo dio sin tener que pagar nada.
- No puedo creerlo. ¿Por qué tendría que dártelo?
- Kate. Créetelo, te lo digo yo y no le preguntes que no te lo dirá – Alexis agarró a Bekett de los hombros para que la mirase y viera que se lo decía en serio. – Si mi padre me dice que quiere hacerme un regalo de los especiales. Yo no lo dudo. Si mi padre te ha dicho que te lleva de vacaciones, yo me iría con los ojos cerrados y sin preguntar. A donde sea.
- Ahora sí me dejas sin palabras.
- ¿Nos vamos detective Beckett? – Preguntó Castle con la maleta en la puerta.
- Vamos, el taxi está esperando.
- Hija, te llamo cuando lleguemos. Cuida la casa que te quedas sola. Y no hagas lo que haría yo.
- Adiós papá. Adiós Kate. Que os divirtáis.
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qwerty- Escritor - Policia
- Mensajes : 1631
Fecha de inscripción : 27/04/2011
Localización : En la luna de Valencia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Genial, ya quisiera yo el manuscrito de Rowling!!!
La que le esperara a Kate en Las Vegas, a ver como sigue
La que le esperara a Kate en Las Vegas, a ver como sigue
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajaja como me he reído con el final es la leche. me encanta este fic madre mia estos dos en las vegas. jajaj sube pronto el siguiente capi.
Carla_Bk- Policia de homicidios
- Mensajes : 569
Fecha de inscripción : 14/04/2011
Edad : 26
Localización : L.A.
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
¿Quieeres/queréis saber la historia de cómo castle consiguió el manuscrito?
______________________
http://ficsforocastle.blogspot.com.es/
qwerty- Escritor - Policia
- Mensajes : 1631
Fecha de inscripción : 27/04/2011
Localización : En la luna de Valencia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
jajajjajajjaj me gustaaaa el capituloo
perfecto :P
que pasara en la vegas.... ojojojojojojojo
FELICIDADES POR EL CAPITULOOO
perfecto :P
que pasara en la vegas.... ojojojojojojojo
FELICIDADES POR EL CAPITULOOO
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
qwerty escribió:¿Quieeres/queréis saber la historia de cómo castle consiguió el manuscrito?
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
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CASKETT ALWAYS
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Mataría por verlos a los dos en Las Vegas. Genial capítulo.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
las Vegas....me gusta....
lucia- As del póker
- Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 23/10/2010
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Las Vegas!!!!! Qué pasará esos días??
Porfa, no tardes en subir el próximo
Porfa, no tardes en subir el próximo
rakel- Escritor - Policia
- Mensajes : 1218
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Edad : 32
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
me he leído todos los capis de tu fic del tirón, eres buena qwerty
en serio, hay momentos en los que pareces ver a los auténticos kate y castle en esas conversaciones
¿que sucederá en Las Vegas?
en serio, hay momentos en los que pareces ver a los auténticos kate y castle en esas conversaciones
¿que sucederá en Las Vegas?
Beckito- Escritor - Policia
- Mensajes : 1252
Fecha de inscripción : 19/05/2011
Edad : 30
Localización : Andalucía sólo hay una
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
QUIERO EL CAPITULO DE VACACIONES Y LAS VEGAS!!! ME MUERO POR VER COMO SIGUE ESTO!!!!!!!!!!!
GRACIAS POR CONTINUARLO, POR FAVOR, SUBE PRONTO EL PROXIMO!!!!!!!
GRACIAS POR CONTINUARLO, POR FAVOR, SUBE PRONTO EL PROXIMO!!!!!!!
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
- ¿Nos vamos detective Beckett? – Preguntó Castle con la maleta en la puerta.
- Vamos, el taxi está esperando.
- Hija, te llamo cuando lleguemos. Cuida la casa que te quedas sola. Y no hagas lo que haría yo.
- Adiós papá. Adiós Kate. Que os divirtáis.
A la salida del aeropuerto.
- Vamos Kate, ya tengo el taxi.
- ¿Taxi? me esperaba que alquilases un coche. Un coche tipo Ferrari… para andar por la ciudad.
- ¿Y eso?
- Viniendo en el avión estuve pensando en el viaje que hicimos a Los Ángeles y pensé qué cosas podías tener preparadas para Las Vegas. Creo que lo que quieres es rodearme de lujo o regalarme cosas que no puedo comprar o tener fácilmente. Ya hemos venido en primera, así que imaginaba que ahora alquilarías un Ferrari o una limusina.
- Deja de pensar tanto Kate. Lo de primera es porque es mucho más cómodo, en regular se te acaban durmiendo las piernas. Déjame las sorpresas para mí y disfruta de lo que hagamos. – Castle mete las maletas en el maletero del coche.
- Entonces… ¿la sorpresa no es invitarme a un fin de semana de lujos?
- Ehhh. Sí pero no. Por favor Kate, no me hagas un interrogatorio. Aunque eso sí, si hay algo que quieras ver o hacer aquí en Las Vegas dímelo e intentaré conseguirlo – El taxi arranca en dirección al hotel.
- Me gusta saber lo que voy a hacer. Simplemente.
- Pues en este caso no, relájate y no estés tanto a la defensiva.
Al escuchar “estar a la defensiva”, Beckett se tensó más.
- Castle… No quiero discutir.
- Ni yo tampoco Kate. ¿No puedes dejarte llevar? Ya te dije que me portaría bien, pero también necesito un poco de colaboración por tu parte.
- … - Kate lo miraba indecisa - ¿Te vas a portar bien?
- Si, te lo prometí. No voy a meterme en ningún lío, no voy a provocarte, no voy a mentirte, voy a ser el perfecto acompañante.
- Aún me cuesta creerte. Dices… ¿no vas a provocarme?
- No.
- ¿No vas a mentirme?
- No.
- Entonces… ¿podría preguntarte cualquier cosa y me responderías la verdad?
- Sí, así es.
- Je. Creo que sí puede ser divertido el viaje – Sonrió maliciosamente.
- Kate… me estás empezando a preocupar. Además, si tú te metes en un lío yo no podré ayudarte mucho, tengo antecedentes en este estado.
- De eso ya hablaremos más tarde. Definitivamente sí va a ser divertido.
El taxista siguió con su trayecto, cuando estaban entrando a la ciudad Castle preguntó:
- Kate, ¿has estado alguna vez en Las Vegas?
- Si
- ¿Cuando?
- Cuando me gradué. Vine con mis compañeros a celebrarlo.
- ¡Oh! Dios. Eso tienes que contármelo.
- No. YO no estoy obligada a decirte nada que no quiera.
- Vamos… Tienes que contármelo, seguro que… jo, jo, jo. Te imagino… ja, ja, ja – Castle estaba dejando volar su imaginación de las fechorías que podía haber hecho Beckett – ¿Qué no irías a…? ja, ja, ja.
- Castle…
- Si, si. Perdón Kate. Soy un chico bueno, chico bueno, un angelito… ja, ja, ja - Pensando aún en la celebración de graduación de Becket - No diré nada pero lo que no puedes hacer es que deje de imaginar… Esto va a ser más difícil de lo que había pensado.
- De acuerdo. ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro. Todo lo que quieras.
- ¿Por qué ahora me llamas Kate y no Beckett?
- Bueeeeno, Beckett es más formal. Me parece bien cuando estamos en la comisaría y por inercia ya me estoy acostumbrando a llamarte así… pero… aquí sólo somos dos que están de vacaciones. No hace falta tanto formalismo ¿Te parece bien?
- ¿Entonces yo tendría que llamarte Richard o Castle?
- Richard también es bastante formal. Me gusta para las firmas de libros, y cuando alguien quiere echarme la bronca también lo usa. Estamos de vacaciones ¿no? llámame Rick.
- Bien Rick - Matizó de una forma un poco forzada el nombre de Rick - ¿A que hotel vamos?
- Ahhh… Ya lo verás, de hecho ya lo estoy viendo. Llegamos en un minuto.
- ¿Qué hotel es? ¿Imperial Palace? ¿Mirage? ¿El rosado Flamingo?
- Nop. Ya hemos llegado.
- El… ¿Venetian?
- Sip.
- ¿No tenías otro más caro donde elegir?
- No lo he elegido sólo por ser uno de los más caros. Lo he elegido porque ha ganado varias veces el premio al mejor hotel de Las Vegas, tiene un gran casino, el servicio de habitaciones es de lujo y unas camas estupendas.
- ¿Camas? ¿Castle?
- Eh, eh, eh, eh. ¿Qué te he dicho yo? – En tono de reproche - No imagines más de lo que debes. Yo voy a portarme. Lo que te he dicho es verdad. Las camas son estupendas, ni duras ni blandas, muy buenas para descansar del viaje. Son enormes, parecen una cama elástica. El servicio de habitaciones se comporta muy bien y tiene un casino con más de 200 juegos. ¿Lo ves? Nada indecente ni grosero – Saliendo del coche pasan un grupo de universitarios armando jaleo – Y respecto al posible alboroto en el hotel. He pedido unas suites que estén alejadas de la zona universitaria y gamberril. Por lo que me acabas de decir, sabes cuánto jaleo pueden armar en una noche.
Un par de botones salían a por las maletas y Castle le ofrece el brazo para acompañarla al interior - Así que relájate y empieza a llamarme Rick.
- OK. Rick. ¿Qué me has preparado primero?
- Paso uno: registrarnos. Paso dos: deshacer la maleta en la suite. Paso tres: arreglarse para cenar, es tarde y en el avión no nos dieron mucho ¿Te trajiste el vestido? – Kate afirma con la cabeza – Paso cuatro: nos vemos en el vestíbulo en 30 minutos.
Después de media hora…
- Rick. ¿Cómo puede ser que una suite sea el doble de grande que mi apartamento? ¿Tanto espacio necesita una persona?
Kate se acercaba con un vestido de media pierna y color lila claro ajustado al talle, de escote cerrado al cuello y una gran abertura en la espalda. Tres trencillas asimétricas nacían desde la parte posterior de la tirilla del cuello cruzando la espalda hasta enganchar la tela en tres puntos del ribete del costadillo. El pelo lo tenía recogido en un moño desenfadado con enganches de baquetas de madera, de esta forma dejaba ver el cuello limpio dando una sensación de más altura. El bolso de mano, al igual que los zapatos de aguja combinaban en tonos añiles.
- Fiuuuuu. Estás preciosa Kate. Voy a ser la envidia del restaurante.
- Ehhhh, bien - esperaba la contestación sobre la suite no sobre su apariencia - y… gracias. Tú también estás muy elegante.
- ¿Vamos?
- ¿Al restaurante del hotel? – Salían ya del hotel en dirección al restaurante.
- No. En este hotel se está muy bien, pero tampoco tiene la mejor cocina que digamos. Aquí al lado hay una marisquería, el Aqua Knox creo que te gustará. Está especializada en mariscos y pescado, pide lo que quieras: centollo, cangrejo, ostras, cigalas, gamba rayada, caviar… lo que quieras, está todo fresco.
- Pero ¿Hay que matarlo o nos lo sirven cocinado? – Castle se giró extrañado - Ja, ja, broma... Tú lo que quieres es que me dé un cólico.
- Nooo… ¿Desde cuando hace que no comes una mariscada de verdad?
- Hum… Hace mucho tiempo, en un pueblecito de la costa con mis padres. No era un restaurante de lujo pero los pescadores de la zona les llevaban lo que habían recogido del día. Fue una comida genial, al resto de sitios que he ido creo que parte del género era congelado.
- Pues aquí, no es un restaurante pequeñito al lado de la costa pero está tan fresco como si lo descargasen directamente. Espero que esté a la altura de aquel restaurante. ¿Pasamos?
- - - - - - - - - - - - - - - -
Me estoy dando cuenta que éstos dos siempre los estoy llevando a cenas o comidas...
¿Tendrá algo que ver que suelo escribir justo antes de hacerme la cena? Creo que cuando escribo medio cerebro lo tengo en el estómago.
Pronto más
- Vamos, el taxi está esperando.
- Hija, te llamo cuando lleguemos. Cuida la casa que te quedas sola. Y no hagas lo que haría yo.
- Adiós papá. Adiós Kate. Que os divirtáis.
A la salida del aeropuerto.
- Vamos Kate, ya tengo el taxi.
- ¿Taxi? me esperaba que alquilases un coche. Un coche tipo Ferrari… para andar por la ciudad.
- ¿Y eso?
- Viniendo en el avión estuve pensando en el viaje que hicimos a Los Ángeles y pensé qué cosas podías tener preparadas para Las Vegas. Creo que lo que quieres es rodearme de lujo o regalarme cosas que no puedo comprar o tener fácilmente. Ya hemos venido en primera, así que imaginaba que ahora alquilarías un Ferrari o una limusina.
- Deja de pensar tanto Kate. Lo de primera es porque es mucho más cómodo, en regular se te acaban durmiendo las piernas. Déjame las sorpresas para mí y disfruta de lo que hagamos. – Castle mete las maletas en el maletero del coche.
- Entonces… ¿la sorpresa no es invitarme a un fin de semana de lujos?
- Ehhh. Sí pero no. Por favor Kate, no me hagas un interrogatorio. Aunque eso sí, si hay algo que quieras ver o hacer aquí en Las Vegas dímelo e intentaré conseguirlo – El taxi arranca en dirección al hotel.
- Me gusta saber lo que voy a hacer. Simplemente.
- Pues en este caso no, relájate y no estés tanto a la defensiva.
Al escuchar “estar a la defensiva”, Beckett se tensó más.
- Castle… No quiero discutir.
- Ni yo tampoco Kate. ¿No puedes dejarte llevar? Ya te dije que me portaría bien, pero también necesito un poco de colaboración por tu parte.
- … - Kate lo miraba indecisa - ¿Te vas a portar bien?
- Si, te lo prometí. No voy a meterme en ningún lío, no voy a provocarte, no voy a mentirte, voy a ser el perfecto acompañante.
- Aún me cuesta creerte. Dices… ¿no vas a provocarme?
- No.
- ¿No vas a mentirme?
- No.
- Entonces… ¿podría preguntarte cualquier cosa y me responderías la verdad?
- Sí, así es.
- Je. Creo que sí puede ser divertido el viaje – Sonrió maliciosamente.
- Kate… me estás empezando a preocupar. Además, si tú te metes en un lío yo no podré ayudarte mucho, tengo antecedentes en este estado.
- De eso ya hablaremos más tarde. Definitivamente sí va a ser divertido.
El taxista siguió con su trayecto, cuando estaban entrando a la ciudad Castle preguntó:
- Kate, ¿has estado alguna vez en Las Vegas?
- Si
- ¿Cuando?
- Cuando me gradué. Vine con mis compañeros a celebrarlo.
- ¡Oh! Dios. Eso tienes que contármelo.
- No. YO no estoy obligada a decirte nada que no quiera.
- Vamos… Tienes que contármelo, seguro que… jo, jo, jo. Te imagino… ja, ja, ja – Castle estaba dejando volar su imaginación de las fechorías que podía haber hecho Beckett – ¿Qué no irías a…? ja, ja, ja.
- Castle…
- Si, si. Perdón Kate. Soy un chico bueno, chico bueno, un angelito… ja, ja, ja - Pensando aún en la celebración de graduación de Becket - No diré nada pero lo que no puedes hacer es que deje de imaginar… Esto va a ser más difícil de lo que había pensado.
- De acuerdo. ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro. Todo lo que quieras.
- ¿Por qué ahora me llamas Kate y no Beckett?
- Bueeeeno, Beckett es más formal. Me parece bien cuando estamos en la comisaría y por inercia ya me estoy acostumbrando a llamarte así… pero… aquí sólo somos dos que están de vacaciones. No hace falta tanto formalismo ¿Te parece bien?
- ¿Entonces yo tendría que llamarte Richard o Castle?
- Richard también es bastante formal. Me gusta para las firmas de libros, y cuando alguien quiere echarme la bronca también lo usa. Estamos de vacaciones ¿no? llámame Rick.
- Bien Rick - Matizó de una forma un poco forzada el nombre de Rick - ¿A que hotel vamos?
- Ahhh… Ya lo verás, de hecho ya lo estoy viendo. Llegamos en un minuto.
- ¿Qué hotel es? ¿Imperial Palace? ¿Mirage? ¿El rosado Flamingo?
- Nop. Ya hemos llegado.
- El… ¿Venetian?
- Sip.
- ¿No tenías otro más caro donde elegir?
- No lo he elegido sólo por ser uno de los más caros. Lo he elegido porque ha ganado varias veces el premio al mejor hotel de Las Vegas, tiene un gran casino, el servicio de habitaciones es de lujo y unas camas estupendas.
- ¿Camas? ¿Castle?
- Eh, eh, eh, eh. ¿Qué te he dicho yo? – En tono de reproche - No imagines más de lo que debes. Yo voy a portarme. Lo que te he dicho es verdad. Las camas son estupendas, ni duras ni blandas, muy buenas para descansar del viaje. Son enormes, parecen una cama elástica. El servicio de habitaciones se comporta muy bien y tiene un casino con más de 200 juegos. ¿Lo ves? Nada indecente ni grosero – Saliendo del coche pasan un grupo de universitarios armando jaleo – Y respecto al posible alboroto en el hotel. He pedido unas suites que estén alejadas de la zona universitaria y gamberril. Por lo que me acabas de decir, sabes cuánto jaleo pueden armar en una noche.
Un par de botones salían a por las maletas y Castle le ofrece el brazo para acompañarla al interior - Así que relájate y empieza a llamarme Rick.
- OK. Rick. ¿Qué me has preparado primero?
- Paso uno: registrarnos. Paso dos: deshacer la maleta en la suite. Paso tres: arreglarse para cenar, es tarde y en el avión no nos dieron mucho ¿Te trajiste el vestido? – Kate afirma con la cabeza – Paso cuatro: nos vemos en el vestíbulo en 30 minutos.
Después de media hora…
- Rick. ¿Cómo puede ser que una suite sea el doble de grande que mi apartamento? ¿Tanto espacio necesita una persona?
Kate se acercaba con un vestido de media pierna y color lila claro ajustado al talle, de escote cerrado al cuello y una gran abertura en la espalda. Tres trencillas asimétricas nacían desde la parte posterior de la tirilla del cuello cruzando la espalda hasta enganchar la tela en tres puntos del ribete del costadillo. El pelo lo tenía recogido en un moño desenfadado con enganches de baquetas de madera, de esta forma dejaba ver el cuello limpio dando una sensación de más altura. El bolso de mano, al igual que los zapatos de aguja combinaban en tonos añiles.
- Fiuuuuu. Estás preciosa Kate. Voy a ser la envidia del restaurante.
- Ehhhh, bien - esperaba la contestación sobre la suite no sobre su apariencia - y… gracias. Tú también estás muy elegante.
- ¿Vamos?
- ¿Al restaurante del hotel? – Salían ya del hotel en dirección al restaurante.
- No. En este hotel se está muy bien, pero tampoco tiene la mejor cocina que digamos. Aquí al lado hay una marisquería, el Aqua Knox creo que te gustará. Está especializada en mariscos y pescado, pide lo que quieras: centollo, cangrejo, ostras, cigalas, gamba rayada, caviar… lo que quieras, está todo fresco.
- Pero ¿Hay que matarlo o nos lo sirven cocinado? – Castle se giró extrañado - Ja, ja, broma... Tú lo que quieres es que me dé un cólico.
- Nooo… ¿Desde cuando hace que no comes una mariscada de verdad?
- Hum… Hace mucho tiempo, en un pueblecito de la costa con mis padres. No era un restaurante de lujo pero los pescadores de la zona les llevaban lo que habían recogido del día. Fue una comida genial, al resto de sitios que he ido creo que parte del género era congelado.
- Pues aquí, no es un restaurante pequeñito al lado de la costa pero está tan fresco como si lo descargasen directamente. Espero que esté a la altura de aquel restaurante. ¿Pasamos?
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Me estoy dando cuenta que éstos dos siempre los estoy llevando a cenas o comidas...
¿Tendrá algo que ver que suelo escribir justo antes de hacerme la cena? Creo que cuando escribo medio cerebro lo tengo en el estómago.
Pronto más
qwerty- Escritor - Policia
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Localización : En la luna de Valencia
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Genial!!!!!!! Me muero por saber que pasará en Las Vegas!!
Gracias por otro capítulo!!
Gracias por otro capítulo!!
rakel- Escritor - Policia
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Edad : 32
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
hay quiero más please...... me encanta este fic
Carla_Bk- Policia de homicidios
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Localización : L.A.
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
estupendo capitulo
jajjajjajajjaja
jajjajjajajjaja
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
Cena en las vegas!!! quiero ver como sigue esto!!
gracias por subirlo, es genial tu fics
gracias por subirlo, es genial tu fics
silvanalino- Escritor - Policia
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Edad : 51
Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
CAPÍTULOS DEDICADOS A YOCASTLE_NYPD Y A JORJA
[quote="yocastle_NYPD"]
ES UN CAPÍTULO MÁS LARGO DE LO NORMAL
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- Pues aquí, no es un restaurante pequeñito al lado de la costa pero está tan fresco como si lo descargasen directamente. Espero que esté a la altura de aquel restaurante. ¿Pasamos?
- Claro.
Castle ya tenía las reservas realizadas y entraron directamente al comedor. Les sirvieron una ensalada de rape y un marinado de ahumados para cada uno, además un centollo y una docena de ostras.
- Rick ¿No crees que te has pasado pidiendo?
- No, ya verás que con buena conversación esto entra sin darte cuenta. Aún queda bastante noche.
- Je, bueno. Hablando de conversación, ¿realmente si te pregunto algo me dirás la verdad?
- Si.
- ¿Por qué ahora?
- Porque te prometí que sería un compañero ideal.
- Pero para ser un compañero ideal no es necesario que me contestes a todo y sin mentir. Es más, simplemente puedes negarte a contestar y aún así no lo estarías incumpliendo.
- Bueno. Piensa que es parte del regalo especial. Piensa que me estoy descubriendo a ti, por completo y sin trabas. Te dejo de par en par las puertas de mi vida para que entres a fisgonear cualquier cosa de mí. – Castle vio que la expresión apacible de Beckett se trastornaba ligeramente.
- No tienes que hacer eso.
- Pero quiero hacerlo. Sólo depende de ti el aceptar esta parte del regalo. Sólo tienes que preguntar.
- ¿Cualquier cosa?
- Claro. Inténtalo. ¿Quieres conocer mis antecedentes en el estado de Nevada? – Castle buscó un tema con el que Beckett se encontraba más cómoda.
- Nop. Eso ya lo sé - sonrió - Lo leí en tu expediente cuando te detuve: Escándalo público, te pillaron con más bien poca ropa y acompañado de una señorita de dudosa reputación.
- No es lo que parece.
- Si. Eso dicen todos.
- Ese día había ganado las apuestas de béisbol, las de carreras de caballos, la ruleta y las de baloncesto y esa señorita no era una… Era una… vamos, que la conocí donde se realizan las apuestas y como los dos apostamos a lo mismo y ganamos fuimos a celebrarlo y… al final,… ese día hacía mucho calor… no es lo que parece.
- Ya. Eso dicen todos. No quería preguntarte sobre los detalles de tus macabros antecedentes penales.
- ¿Y bien?
- Es que todavía no me creo que no vayas a mentirme en nada.
- Sólo tienes una manera de averiguarlo. Pregunta algo.
- Veamos – Kate se piensa unos segundos qué pregunta podría hacerle – Algo que no hayas contado a nadie y que no tenga pinta de obsceno… es complicado… - se calla unos segundos más pensando – Realmente es muy difícil… ¡Ah! Ya sé. Para empezar estaría bien: ¿Cómo conseguiste el regalo de Alexis? El libreto de Harry Potter.
- Empiezas fuerte. ¿Realmente quieres saberlo?
- Me interesa. Me demostrarías que no me mientes a la vez que me darías pistas de qué haces para hacer estos “regalos especiales”
- Veras… Es un secreto.
- Cuéntamelo. Ya va siendo hora que yo conozca algún asunto privado de Richard Castle. Acabas de decirme que puedo entrar en tu vida a fisgonear.
- Bueno, pero… ¿Y si te digo que no me creerías la verdad?
- Inténtalo.
- Es que si te digo una mentira. Una mentirijilla pequeñita, creo que sería más creíble.
- No. Quiero la verdad.
- De acuerdo. Pero tienes que prometerme que esto no saldrá de aquí.
- Prometido.
- Ya sabes. Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas.
- Ja, ja. Muy bien, prometido. Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas.
- Veamos… Si te digo que al ser ella una escritora como yo y que además es mujer... pude sacar mi encanto más irresistible y después de varios intentos y razonamientos le saqué el manuscrito ¿me creerías?
- No.
- Piensa un poco. Tengo una buena psicología femenina. Sé como adular a las damas… y no me mires así que no siempre me he acostado con ellas. Es algo innato, de alguna manera u otra sé engatusarlas, embaucarlas… convencerlas. Por eso mis libros se venden tan bien. Más del 55% de mis lectores son mujeres. Además, tú misma eres un ejemplo ¿cómo crees que he conseguido traerte hasta aquí?
- ¡Richard! – Aún resonaban en la cabeza de Kate las palabras “engatusarlas” y “embaucarlas”.
- ¿Qué? Me has pedido la verdad. Si quieres puedo intentar suavizar la verdad. Sólo tengo que encontrar el equilibrio entre verdad y complacencia.
- ¡Castle!
- ¿Qué? ¡Es verdad! Y bien… ¿Te crees que la pude convencer con mi encanto? – Kate se quedó mirándolo intentando saber si le mentía o no. En esta ocasión Castle no tenía ningún gesto que lo delatase.
- No sé. Quizás. Pero tratándose del manuscrito sería mucho más complicado que lo que me estás intentando decir.
- OK. Lo que te acabo de contar es la mentirijilla.
- De acuerdo. Mentirijilla poco creíble ¿Y la verdad?
- La verdad es que yo soy coautor intelectual, la ayudé a definir la idea original de Harry Potter. Ella la transcribió, la transformó, ella es el autor material del cuento infantil que es hoy en día, la que firma los libros. Pero en la idea básica… yo también participé. Me dio el libreto original como recuerdo de lo que hice yo por ella.
- Esto sí que no me lo creo. ¿Tú coautor intelectual de Harry Potter? ¿No se te ocurre otra cosa mejor? Esfuérzate en contarme otra cosa más creíble… ¿Sabes que ella es de Gran Bretaña y tú de USA?
- Ya te he dicho que la verdad no te la creerías. Pero puedo intentar explicártelo.
- Ahora sí debes sacar todo tu encanto porque no me lo creo.
- Muy bien, verás. Aunque para esto tengo que ponerte en antecedentes. Se juntan varias cosas que todo relacionado dio lugar a esto.
- Te escucho. Tengo todo el fin de semana por delante.
- Espero que no sea necesario tanto. Es largo pero voy a hacerte un resumen. Hay que remontarse allá por el 92. En esa época, yo no era muy famoso, había tenido un par de éxitos muy buenos pero por novato dilapidé pronto el dinero, confié que siempre tendría éxito. Luego escribí un par de libros que no dieron el resultado que esperaba y por ese año casi se me habían acabado las reservas.
- Vamos, que estabas arruinado.
- Me faltaba muy poco para números rojos.
- Por otra parte, en aquel año ya empecé a ir con Meredith y la sorpresa fue mayor cuando me dijo que estaba embarazada. Esto sí fue una losa, feliz por una parte y asustado por otra: bebé más miseria sin poderlo mantener.
- ¿Esto tiene que ver con Harry Potter?
- Si. Es para que te sitúes. A la desesperada, viendo lo que se me venía terminé sacando otro libro, y fue otro fracaso. Conseguí dinero para pasar un tiempo pero la editorial ya se estaba cansando que Richard Castle no fuera lo rentable que esperaba. Así que con eso y los pocos trabajos de columnista que me sacaba podía pasar un tiempo más.
- ¿Escribiste en un periódico? ¿Cual?
- No llegaba a la categoría de periódico. No sé si será para enorgullecerse pero me sacó de apuros durante una temporada.
- Vale, bien. Bebé a la vista, más ruina económica.
- Y bloqueo literario. Después de esos fracasos, me empecé a plantear si debía seguir o buscar un trabajo más estable para mi niña.
- ¿Te planteaste hacer un trabajo serio? Por Alexis lo que fuera ¿no? – Kate tanteó si podía empezar a hacerle algún comentario mordaz del tipo que él solía hacerle a ella.
- ¿Trabajo serio? Ser novelista es algo serio ¿OK?… - meditó un par de segundos - más o menos serio, aunque te niegues a considerarlo. He dicho trabajo estable ¿Continúo?
- Sí, continúa.
- Así que ese año quería volver a escribir un libro, pero tenía que ser bueno, ya no me quedaba margen de error. No podía permitirme otro fracaso, ya que en unos meses nacería Alexis. En ese tiempo, tenía la idea de mi próxima novela, sabía cómo quería que se desarrollase pero cada capítulo que escribía era horrible. Como cuando una película con un buen guión se la cargan con una mala puesta en escena. Estaba completamente bloqueado.
Dentro de esa desesperación lo único que me sacaba del ahogo era pensar en mi futura niña. Tengo que decirte que Meredith también tuvo paciencia conmigo, dentro de lo que se puede decir de Meredith… creo que en ese momento empezamos a ver lo que luego no pudimos salvar y nos separaría. Un día, y prácticamente sin pensar, empecé a escribir una historia para distraerme, también la escribí para mi niña, una historia infantil. La acabé unas semanas más tarde de nacer Alexis. Cambié algunos detalles de un personaje para que fuese lo más parecido a ella: pelirroja, tranquila en su cuna… Es increíble cómo puedes intuir el carácter que va a tener una personita con sólo unas semanas.
- Eso es más orgullo de padre que la realidad.
- No. Perdona – Levantando el dedo - Tú no eres madre, no lo entiendes. Eso lo ves cuando tienes a tu niña en brazos. Además, las matronas también saben bastante de esto. Una vez, en el colegio los padres nos contamos la primera impresión que nos dieron las matronas y si se habían equivocado ahora que nuestros hijos estaban crecidos. Excepto un niño, al resto nos acertaron con el carácter de nuestro niño o niña.
- ¿Vuelves a lo del libro?
- Claro. Todavía me quedaba mucho para finalizar la novela. Cada vez que la leía me parecían los capítulos peores. Así que intenté probar suerte con el cuento infantil. Se lo presenté a mi editor y me dijo que no quería cuentos infantiles ya que era una editorial para público adulto, no tenían sección infantil. Ya que mi contrato era para novelas adultas, le pedí permiso para presentarlo en otras editoriales. Me dijo que sí. Así que volví a recorrerme todas las editoriales para ver si me lo publicaban, necesitaba el dinero. Ya casi a la desesperada, me fui a ver a otras editoriales de habla inglesa. Me fui a Gran Bretaña.
- ¿Fuiste a la vieja Europa? – Castle la miró reprochándole el parón - Ups. Perdón no quería interrumpir. Sigue.
- En la otra parte del charco me dijeron más de lo mismo. La historia era pasable pero no tenía el formato adecuado para el público infantil. Me tuve que convencer que yo era… yo soy un escritor para adultos, soy un novelista de misterio. No llegaría a nada con los cuentos por mucho cariño que le hubiese puesto. De paso me llevé mi novela para seguir desarrollándola, a ver si con el cambio de aires conseguía algo más.
- ¿Lo conseguiste?
- No.
- Pues no parece que tuvieras muchas expectativas.
- No. No las tenía. Me paseé por muchas ciudades, y si tenían editoriales mejor: Londres, Manchester, Birmingham, Ipswich, Dublín, Glasgow, Edimburgo. Ya convencido que no servía como escritor infantil me dispuse para regresar.
- ¿Qué pasó Rick? Me está empezando a gustar este cuento, esta historia – Quería desquiciar a Castle, de la misma forma que él le hacía a ella.
- ¿Cuento? ¡Kate es mi vida! No es una historia inventada.
- Prosigue – Le animó con una sonrisa.
- Bien. ¿Te acuerdas que te dije que escribí prácticamente mi primera novela en el Old Haunt?
- Si.
- Pues para no perder la costumbre, también iba a tabernas y cafeterías de la vieja patria.
- Ei, ei, ei, ei. Creo que ya sé por dónde vas. ¿La conociste en una cafetería? Sé que Rowling escribió o… desarrolló su novela en una cafetería.
- Ajá. Eso sí fue una casualidad. Así que ya puedes imaginarte a dos novelistas atascados con su inventiva, cada uno con su mamotreto de novela sin saber cómo continuar. Bueno, lo mío era un mamotreto, lo de ella más liviano.
- ¿Ella estaba atascada?
- Algo menos que yo, pero sí. La idea la tuvo sobre el 90 y estábamos en el 94, eso ya es mucho tiempo para presentar algo más que unos capítulos. Ella ya tenía parte hecha y la idea general del resto de libros bastante desarrollada pero faltaba perfilarla, pulir detalles. Así que imagínate, ella en una parte de la cafetería, yo en otra. Y al levantar la vista nos fijamos que éramos del mismo ramo. No me acuerdo exactamente pero al final acabamos charlando. Ella una escritora de cuentos infantiles atascada y yo un escritor de novelas de misterio atascado. Nos propusimos leer los escritos del otro y volver a vernos en 2 días – Tomó una pausa y una ostra – Tengo que decirte que eso no se debe hacer por si te plagian, pero vista la necesidad… De paso le di mi cuento infantil para que lo leyera por si a ella le servía de algo. Estaba claro que yo no iba a sacar nada.
- No me lo creo – Le dijo con una medio sonrisa mientras tragaba unos bocados de la ensalada.
- Créetelo. A los dos días nos volvimos a ver. Empezamos a hablar de los manuscritos del otro. Yo le di mi punto de vista y ella me dio el suyo. Después nos volvimos a ver durante 3 días más. Fueron unos días más que productivos. Hablar con otra persona del negocio pero con otro punto de vista completamente distinto me sirvió para volver a rescribir, reordenar ideas y plantearlo de otra manera. A ella le pasó lo mismo, y además utilizó un par de nombres de mi historia – Inmediatamente Kate levantó la vista de su plato a su acompañante.
Ella estaba a punto de devorar la porción del marinado de caballa con vinagreta verde de alcaparra y cebollino y se quedó con el bocado a mitad morder al oír lo de los nombres. Terminó de partir el trozo con los dientes, se lo acomodó en una parte de la boca y tapándosela con la mano preguntó sin poder esperar a masticar y tragarse la porción.
- Cuales – Castle satisfecho esperó unos segundos para dar más suspense a la respuesta.
- Ron, Ronald y Hermione.
- ¡Anda ya! – Farfulló entre dientes - Ja, ja, ja – Ya había conseguido tragar el bocado completo - ¿Me quieres decir que dos de los protagonistas los bautizaste tú?
- Sí.
- Saca más de tu encanto que no me lo creo.
- Créetelo. Mujer, no cuesta tanto.
- Ya. – Sarcásticamente - ¿Me puedes decir de dónde vienen esos nombres?
- Claro. Ronald porque cuando creé a mi personaje me estaba comiendo una hamburguesa del McDonald’s. Ya sabes. Ronald McDonald’s.
- Oh! Dios. – Casi atragantándose con una ostra - ¿No se te ocurre nada mejor? Eso es destrozar la leyenda.
- Es cierto. Ya te contaré en otro momento cómo surgen otras ideas geniales.
- ¿Y para Hermione? Me da miedo preguntar.
- De mis peces.
- ¿Qué? ¿Peces?
- Cuando creé al personaje de Hermione de mi historia quería inspirarlo en mi niña, pero no sabía que nombre ponerle, tenía que ser especial. Así, después de nacer, un día levanté la vista y paré a mirar la pecera de casa. Mirar peces relaja mucho.
- Sigue.
- Yo tenía a todos los peces bautizados: Démeter, Zeus, Eolo, Ilitía, Pan, Eros, Apolo, Hera, Eos, Perséfone, Hermes, Aquiles y su hijo Pirro, Heracles y su primo Euristeo, Helena, Ulises, Menelao, Perseo... En fin, me encanta la literatura clásica: La Odisea, dioses griegos, las guerras de Troya, la Ilíada. Es genial.
- ¿Bautizas a los peces con nombres de héroes y dioses?
- ¿Por qué no? Nunca se acaban los nombres en la tragedia griega. Total, se me ocurrió ponerle un nombre de una diosa o heroína griega. Así que allí mirando el acuario asomó aquel pececillo naranja tirando a rojo, del mismo color de pelo que mi pequeña. Apareció entre Dionisio y Beleforonte, ese pececillo era Hermione: hija de Menelao y Helena. Esposa de Pirro, hijo de Aquiles, renombrado como Neoptolemo y posterior esposa de su primo Orestes, hijo de Agamenón con quien se tenía que haber casado desde un principio porque se la prometieron a Orestes. ¿Quién quiere telenovelas si la tragedia griega es una completa? Amores, desamores, luchas, engaños, batallas, violaciones, aventuras, honor, usurpaciones, venganzas, asesinatos. Es complicado aprenderse los nombres pero una vez empiezas te deja enganchado.
- Ya. Tú si que estás enganchado pero no sé a qué.
- Kate, no me pongas el chiste fácil. Soy un chico bueno ¿recuerdas?
- Céntrate Richard, estamos con Hermione la del libro, no el pez.
- Pues eso, en mi cuento le puse a una niña Hermione y Rowling ya tenía hecho un personaje parecido a mi Hermione así que cambió un par de detalles y la rebautizamos como Hermione.
- ¡Oh Rick! – se tapaba la boca para ocultar el nuevo bocado que llevaba - Es demasiado surrealista para que inventes algo así. Me lo estoy empezando a creer.
- Después de esos días me volví a NY. Con sus indicaciones y la charla que tuve con ella, volvió la inspiración a mis dedos y comenzaron a escribir rápidamente, ahora los capítulos salían como yo quería. Luego me enteré que un año más tarde Rowling presentó su libro y dos años más tarde, en el 97 fue cuando lo publicó en su país. Así que imagínate mi sorpresa cuando me enteré que ese libro y su saga se convirtió en un superventas. Más que lo que yo he hecho.
- ¿Volviste a hablar con ella?
- Años más tarde. Pero antes tengo que decirte otra cosa. Alexis tuvo un pequeño trauma, su madre y yo nos habíamos separado. Ella necesitaba de un padre y una madre unidos. Tanto Meredith como yo la adorábamos pero aún era joven y no terminaba de admitir que unos padres que la quieren por separado no pueden estar juntos en la misma casa con ella. Me dolía no poder ayudarla durante ese tiempo. Ya empezaba a tener edad para leer Harry Potter así que le regalé el primer libro y comprobé que era lo que más la distraía. Para Alexis, al entrar en ese mundo de magia se disuadía de la realidad, por unas horas no pensaba en que su mamá y su papá no estaban juntos a pesar que ambos seguían queriéndola. Alexis dejaba de pensar que ella tenía la culpa de eso. Empezó por el primero y al final, aunque ya no le hacía falta, siguió siendo fiel a la autora.
- La entiendo muy bien.
- Sabiendo lo que significó los libros para Alexis, un día me propuse hacerle mi regalo especial. Volví a Gran Bretaña, localicé a Rowling le conté lo que quería hacer y el por qué. Así, en lugar de dedicarme el libro o hacer una pequeña historieta en la contraportada que era lo yo tenía planeado, ella me dio algo de mucho más valor, me regaló para Alexis el libro de notas del primer libro, el que le ayudé a perfilar aquella vez. Cuando nos encontramos en la cafetería yo le di el último empujoncito a la novela que estaba escribiendo para ser un best-seller y ella me lo dio a mí porque aquella novela en la que estaba atascado al final resultó otro número uno de ventas. Fue un intercambio muy lucrativo para los dos.
- Ahora en serio. No sé que decirte.
- Aún así no quise irme con el libro de notas y sin agradecer. Entonces hice una donación a su fundación.
- Y Alexis… ¿no sabe nada de esto?
- No.
- ¿No piensas contárselo?
- Ehhh… quizás para cuando me dé algún nieto y tenga que contarle una bonita historia porque no estoy seguro que me crea. ¿Y tú? ¿Me has creído?
[quote="yocastle_NYPD"]
qwerty escribió:¿Quieeres/queréis saber la historia de cómo castle consiguió el manuscrito?
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Jorja escribió:Genial, ya quisiera yo el manuscrito de Rowling!!!
ES UN CAPÍTULO MÁS LARGO DE LO NORMAL
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- Pues aquí, no es un restaurante pequeñito al lado de la costa pero está tan fresco como si lo descargasen directamente. Espero que esté a la altura de aquel restaurante. ¿Pasamos?
- Claro.
Castle ya tenía las reservas realizadas y entraron directamente al comedor. Les sirvieron una ensalada de rape y un marinado de ahumados para cada uno, además un centollo y una docena de ostras.
- Rick ¿No crees que te has pasado pidiendo?
- No, ya verás que con buena conversación esto entra sin darte cuenta. Aún queda bastante noche.
- Je, bueno. Hablando de conversación, ¿realmente si te pregunto algo me dirás la verdad?
- Si.
- ¿Por qué ahora?
- Porque te prometí que sería un compañero ideal.
- Pero para ser un compañero ideal no es necesario que me contestes a todo y sin mentir. Es más, simplemente puedes negarte a contestar y aún así no lo estarías incumpliendo.
- Bueno. Piensa que es parte del regalo especial. Piensa que me estoy descubriendo a ti, por completo y sin trabas. Te dejo de par en par las puertas de mi vida para que entres a fisgonear cualquier cosa de mí. – Castle vio que la expresión apacible de Beckett se trastornaba ligeramente.
- No tienes que hacer eso.
- Pero quiero hacerlo. Sólo depende de ti el aceptar esta parte del regalo. Sólo tienes que preguntar.
- ¿Cualquier cosa?
- Claro. Inténtalo. ¿Quieres conocer mis antecedentes en el estado de Nevada? – Castle buscó un tema con el que Beckett se encontraba más cómoda.
- Nop. Eso ya lo sé - sonrió - Lo leí en tu expediente cuando te detuve: Escándalo público, te pillaron con más bien poca ropa y acompañado de una señorita de dudosa reputación.
- No es lo que parece.
- Si. Eso dicen todos.
- Ese día había ganado las apuestas de béisbol, las de carreras de caballos, la ruleta y las de baloncesto y esa señorita no era una… Era una… vamos, que la conocí donde se realizan las apuestas y como los dos apostamos a lo mismo y ganamos fuimos a celebrarlo y… al final,… ese día hacía mucho calor… no es lo que parece.
- Ya. Eso dicen todos. No quería preguntarte sobre los detalles de tus macabros antecedentes penales.
- ¿Y bien?
- Es que todavía no me creo que no vayas a mentirme en nada.
- Sólo tienes una manera de averiguarlo. Pregunta algo.
- Veamos – Kate se piensa unos segundos qué pregunta podría hacerle – Algo que no hayas contado a nadie y que no tenga pinta de obsceno… es complicado… - se calla unos segundos más pensando – Realmente es muy difícil… ¡Ah! Ya sé. Para empezar estaría bien: ¿Cómo conseguiste el regalo de Alexis? El libreto de Harry Potter.
- Empiezas fuerte. ¿Realmente quieres saberlo?
- Me interesa. Me demostrarías que no me mientes a la vez que me darías pistas de qué haces para hacer estos “regalos especiales”
- Veras… Es un secreto.
- Cuéntamelo. Ya va siendo hora que yo conozca algún asunto privado de Richard Castle. Acabas de decirme que puedo entrar en tu vida a fisgonear.
- Bueno, pero… ¿Y si te digo que no me creerías la verdad?
- Inténtalo.
- Es que si te digo una mentira. Una mentirijilla pequeñita, creo que sería más creíble.
- No. Quiero la verdad.
- De acuerdo. Pero tienes que prometerme que esto no saldrá de aquí.
- Prometido.
- Ya sabes. Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas.
- Ja, ja. Muy bien, prometido. Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas.
- Veamos… Si te digo que al ser ella una escritora como yo y que además es mujer... pude sacar mi encanto más irresistible y después de varios intentos y razonamientos le saqué el manuscrito ¿me creerías?
- No.
- Piensa un poco. Tengo una buena psicología femenina. Sé como adular a las damas… y no me mires así que no siempre me he acostado con ellas. Es algo innato, de alguna manera u otra sé engatusarlas, embaucarlas… convencerlas. Por eso mis libros se venden tan bien. Más del 55% de mis lectores son mujeres. Además, tú misma eres un ejemplo ¿cómo crees que he conseguido traerte hasta aquí?
- ¡Richard! – Aún resonaban en la cabeza de Kate las palabras “engatusarlas” y “embaucarlas”.
- ¿Qué? Me has pedido la verdad. Si quieres puedo intentar suavizar la verdad. Sólo tengo que encontrar el equilibrio entre verdad y complacencia.
- ¡Castle!
- ¿Qué? ¡Es verdad! Y bien… ¿Te crees que la pude convencer con mi encanto? – Kate se quedó mirándolo intentando saber si le mentía o no. En esta ocasión Castle no tenía ningún gesto que lo delatase.
- No sé. Quizás. Pero tratándose del manuscrito sería mucho más complicado que lo que me estás intentando decir.
- OK. Lo que te acabo de contar es la mentirijilla.
- De acuerdo. Mentirijilla poco creíble ¿Y la verdad?
- La verdad es que yo soy coautor intelectual, la ayudé a definir la idea original de Harry Potter. Ella la transcribió, la transformó, ella es el autor material del cuento infantil que es hoy en día, la que firma los libros. Pero en la idea básica… yo también participé. Me dio el libreto original como recuerdo de lo que hice yo por ella.
- Esto sí que no me lo creo. ¿Tú coautor intelectual de Harry Potter? ¿No se te ocurre otra cosa mejor? Esfuérzate en contarme otra cosa más creíble… ¿Sabes que ella es de Gran Bretaña y tú de USA?
- Ya te he dicho que la verdad no te la creerías. Pero puedo intentar explicártelo.
- Ahora sí debes sacar todo tu encanto porque no me lo creo.
- Muy bien, verás. Aunque para esto tengo que ponerte en antecedentes. Se juntan varias cosas que todo relacionado dio lugar a esto.
- Te escucho. Tengo todo el fin de semana por delante.
- Espero que no sea necesario tanto. Es largo pero voy a hacerte un resumen. Hay que remontarse allá por el 92. En esa época, yo no era muy famoso, había tenido un par de éxitos muy buenos pero por novato dilapidé pronto el dinero, confié que siempre tendría éxito. Luego escribí un par de libros que no dieron el resultado que esperaba y por ese año casi se me habían acabado las reservas.
- Vamos, que estabas arruinado.
- Me faltaba muy poco para números rojos.
- Por otra parte, en aquel año ya empecé a ir con Meredith y la sorpresa fue mayor cuando me dijo que estaba embarazada. Esto sí fue una losa, feliz por una parte y asustado por otra: bebé más miseria sin poderlo mantener.
- ¿Esto tiene que ver con Harry Potter?
- Si. Es para que te sitúes. A la desesperada, viendo lo que se me venía terminé sacando otro libro, y fue otro fracaso. Conseguí dinero para pasar un tiempo pero la editorial ya se estaba cansando que Richard Castle no fuera lo rentable que esperaba. Así que con eso y los pocos trabajos de columnista que me sacaba podía pasar un tiempo más.
- ¿Escribiste en un periódico? ¿Cual?
- No llegaba a la categoría de periódico. No sé si será para enorgullecerse pero me sacó de apuros durante una temporada.
- Vale, bien. Bebé a la vista, más ruina económica.
- Y bloqueo literario. Después de esos fracasos, me empecé a plantear si debía seguir o buscar un trabajo más estable para mi niña.
- ¿Te planteaste hacer un trabajo serio? Por Alexis lo que fuera ¿no? – Kate tanteó si podía empezar a hacerle algún comentario mordaz del tipo que él solía hacerle a ella.
- ¿Trabajo serio? Ser novelista es algo serio ¿OK?… - meditó un par de segundos - más o menos serio, aunque te niegues a considerarlo. He dicho trabajo estable ¿Continúo?
- Sí, continúa.
- Así que ese año quería volver a escribir un libro, pero tenía que ser bueno, ya no me quedaba margen de error. No podía permitirme otro fracaso, ya que en unos meses nacería Alexis. En ese tiempo, tenía la idea de mi próxima novela, sabía cómo quería que se desarrollase pero cada capítulo que escribía era horrible. Como cuando una película con un buen guión se la cargan con una mala puesta en escena. Estaba completamente bloqueado.
Dentro de esa desesperación lo único que me sacaba del ahogo era pensar en mi futura niña. Tengo que decirte que Meredith también tuvo paciencia conmigo, dentro de lo que se puede decir de Meredith… creo que en ese momento empezamos a ver lo que luego no pudimos salvar y nos separaría. Un día, y prácticamente sin pensar, empecé a escribir una historia para distraerme, también la escribí para mi niña, una historia infantil. La acabé unas semanas más tarde de nacer Alexis. Cambié algunos detalles de un personaje para que fuese lo más parecido a ella: pelirroja, tranquila en su cuna… Es increíble cómo puedes intuir el carácter que va a tener una personita con sólo unas semanas.
- Eso es más orgullo de padre que la realidad.
- No. Perdona – Levantando el dedo - Tú no eres madre, no lo entiendes. Eso lo ves cuando tienes a tu niña en brazos. Además, las matronas también saben bastante de esto. Una vez, en el colegio los padres nos contamos la primera impresión que nos dieron las matronas y si se habían equivocado ahora que nuestros hijos estaban crecidos. Excepto un niño, al resto nos acertaron con el carácter de nuestro niño o niña.
- ¿Vuelves a lo del libro?
- Claro. Todavía me quedaba mucho para finalizar la novela. Cada vez que la leía me parecían los capítulos peores. Así que intenté probar suerte con el cuento infantil. Se lo presenté a mi editor y me dijo que no quería cuentos infantiles ya que era una editorial para público adulto, no tenían sección infantil. Ya que mi contrato era para novelas adultas, le pedí permiso para presentarlo en otras editoriales. Me dijo que sí. Así que volví a recorrerme todas las editoriales para ver si me lo publicaban, necesitaba el dinero. Ya casi a la desesperada, me fui a ver a otras editoriales de habla inglesa. Me fui a Gran Bretaña.
- ¿Fuiste a la vieja Europa? – Castle la miró reprochándole el parón - Ups. Perdón no quería interrumpir. Sigue.
- En la otra parte del charco me dijeron más de lo mismo. La historia era pasable pero no tenía el formato adecuado para el público infantil. Me tuve que convencer que yo era… yo soy un escritor para adultos, soy un novelista de misterio. No llegaría a nada con los cuentos por mucho cariño que le hubiese puesto. De paso me llevé mi novela para seguir desarrollándola, a ver si con el cambio de aires conseguía algo más.
- ¿Lo conseguiste?
- No.
- Pues no parece que tuvieras muchas expectativas.
- No. No las tenía. Me paseé por muchas ciudades, y si tenían editoriales mejor: Londres, Manchester, Birmingham, Ipswich, Dublín, Glasgow, Edimburgo. Ya convencido que no servía como escritor infantil me dispuse para regresar.
- ¿Qué pasó Rick? Me está empezando a gustar este cuento, esta historia – Quería desquiciar a Castle, de la misma forma que él le hacía a ella.
- ¿Cuento? ¡Kate es mi vida! No es una historia inventada.
- Prosigue – Le animó con una sonrisa.
- Bien. ¿Te acuerdas que te dije que escribí prácticamente mi primera novela en el Old Haunt?
- Si.
- Pues para no perder la costumbre, también iba a tabernas y cafeterías de la vieja patria.
- Ei, ei, ei, ei. Creo que ya sé por dónde vas. ¿La conociste en una cafetería? Sé que Rowling escribió o… desarrolló su novela en una cafetería.
- Ajá. Eso sí fue una casualidad. Así que ya puedes imaginarte a dos novelistas atascados con su inventiva, cada uno con su mamotreto de novela sin saber cómo continuar. Bueno, lo mío era un mamotreto, lo de ella más liviano.
- ¿Ella estaba atascada?
- Algo menos que yo, pero sí. La idea la tuvo sobre el 90 y estábamos en el 94, eso ya es mucho tiempo para presentar algo más que unos capítulos. Ella ya tenía parte hecha y la idea general del resto de libros bastante desarrollada pero faltaba perfilarla, pulir detalles. Así que imagínate, ella en una parte de la cafetería, yo en otra. Y al levantar la vista nos fijamos que éramos del mismo ramo. No me acuerdo exactamente pero al final acabamos charlando. Ella una escritora de cuentos infantiles atascada y yo un escritor de novelas de misterio atascado. Nos propusimos leer los escritos del otro y volver a vernos en 2 días – Tomó una pausa y una ostra – Tengo que decirte que eso no se debe hacer por si te plagian, pero vista la necesidad… De paso le di mi cuento infantil para que lo leyera por si a ella le servía de algo. Estaba claro que yo no iba a sacar nada.
- No me lo creo – Le dijo con una medio sonrisa mientras tragaba unos bocados de la ensalada.
- Créetelo. A los dos días nos volvimos a ver. Empezamos a hablar de los manuscritos del otro. Yo le di mi punto de vista y ella me dio el suyo. Después nos volvimos a ver durante 3 días más. Fueron unos días más que productivos. Hablar con otra persona del negocio pero con otro punto de vista completamente distinto me sirvió para volver a rescribir, reordenar ideas y plantearlo de otra manera. A ella le pasó lo mismo, y además utilizó un par de nombres de mi historia – Inmediatamente Kate levantó la vista de su plato a su acompañante.
Ella estaba a punto de devorar la porción del marinado de caballa con vinagreta verde de alcaparra y cebollino y se quedó con el bocado a mitad morder al oír lo de los nombres. Terminó de partir el trozo con los dientes, se lo acomodó en una parte de la boca y tapándosela con la mano preguntó sin poder esperar a masticar y tragarse la porción.
- Cuales – Castle satisfecho esperó unos segundos para dar más suspense a la respuesta.
- Ron, Ronald y Hermione.
- ¡Anda ya! – Farfulló entre dientes - Ja, ja, ja – Ya había conseguido tragar el bocado completo - ¿Me quieres decir que dos de los protagonistas los bautizaste tú?
- Sí.
- Saca más de tu encanto que no me lo creo.
- Créetelo. Mujer, no cuesta tanto.
- Ya. – Sarcásticamente - ¿Me puedes decir de dónde vienen esos nombres?
- Claro. Ronald porque cuando creé a mi personaje me estaba comiendo una hamburguesa del McDonald’s. Ya sabes. Ronald McDonald’s.
- Oh! Dios. – Casi atragantándose con una ostra - ¿No se te ocurre nada mejor? Eso es destrozar la leyenda.
- Es cierto. Ya te contaré en otro momento cómo surgen otras ideas geniales.
- ¿Y para Hermione? Me da miedo preguntar.
- De mis peces.
- ¿Qué? ¿Peces?
- Cuando creé al personaje de Hermione de mi historia quería inspirarlo en mi niña, pero no sabía que nombre ponerle, tenía que ser especial. Así, después de nacer, un día levanté la vista y paré a mirar la pecera de casa. Mirar peces relaja mucho.
- Sigue.
- Yo tenía a todos los peces bautizados: Démeter, Zeus, Eolo, Ilitía, Pan, Eros, Apolo, Hera, Eos, Perséfone, Hermes, Aquiles y su hijo Pirro, Heracles y su primo Euristeo, Helena, Ulises, Menelao, Perseo... En fin, me encanta la literatura clásica: La Odisea, dioses griegos, las guerras de Troya, la Ilíada. Es genial.
- ¿Bautizas a los peces con nombres de héroes y dioses?
- ¿Por qué no? Nunca se acaban los nombres en la tragedia griega. Total, se me ocurrió ponerle un nombre de una diosa o heroína griega. Así que allí mirando el acuario asomó aquel pececillo naranja tirando a rojo, del mismo color de pelo que mi pequeña. Apareció entre Dionisio y Beleforonte, ese pececillo era Hermione: hija de Menelao y Helena. Esposa de Pirro, hijo de Aquiles, renombrado como Neoptolemo y posterior esposa de su primo Orestes, hijo de Agamenón con quien se tenía que haber casado desde un principio porque se la prometieron a Orestes. ¿Quién quiere telenovelas si la tragedia griega es una completa? Amores, desamores, luchas, engaños, batallas, violaciones, aventuras, honor, usurpaciones, venganzas, asesinatos. Es complicado aprenderse los nombres pero una vez empiezas te deja enganchado.
- Ya. Tú si que estás enganchado pero no sé a qué.
- Kate, no me pongas el chiste fácil. Soy un chico bueno ¿recuerdas?
- Céntrate Richard, estamos con Hermione la del libro, no el pez.
- Pues eso, en mi cuento le puse a una niña Hermione y Rowling ya tenía hecho un personaje parecido a mi Hermione así que cambió un par de detalles y la rebautizamos como Hermione.
- ¡Oh Rick! – se tapaba la boca para ocultar el nuevo bocado que llevaba - Es demasiado surrealista para que inventes algo así. Me lo estoy empezando a creer.
- Después de esos días me volví a NY. Con sus indicaciones y la charla que tuve con ella, volvió la inspiración a mis dedos y comenzaron a escribir rápidamente, ahora los capítulos salían como yo quería. Luego me enteré que un año más tarde Rowling presentó su libro y dos años más tarde, en el 97 fue cuando lo publicó en su país. Así que imagínate mi sorpresa cuando me enteré que ese libro y su saga se convirtió en un superventas. Más que lo que yo he hecho.
- ¿Volviste a hablar con ella?
- Años más tarde. Pero antes tengo que decirte otra cosa. Alexis tuvo un pequeño trauma, su madre y yo nos habíamos separado. Ella necesitaba de un padre y una madre unidos. Tanto Meredith como yo la adorábamos pero aún era joven y no terminaba de admitir que unos padres que la quieren por separado no pueden estar juntos en la misma casa con ella. Me dolía no poder ayudarla durante ese tiempo. Ya empezaba a tener edad para leer Harry Potter así que le regalé el primer libro y comprobé que era lo que más la distraía. Para Alexis, al entrar en ese mundo de magia se disuadía de la realidad, por unas horas no pensaba en que su mamá y su papá no estaban juntos a pesar que ambos seguían queriéndola. Alexis dejaba de pensar que ella tenía la culpa de eso. Empezó por el primero y al final, aunque ya no le hacía falta, siguió siendo fiel a la autora.
- La entiendo muy bien.
- Sabiendo lo que significó los libros para Alexis, un día me propuse hacerle mi regalo especial. Volví a Gran Bretaña, localicé a Rowling le conté lo que quería hacer y el por qué. Así, en lugar de dedicarme el libro o hacer una pequeña historieta en la contraportada que era lo yo tenía planeado, ella me dio algo de mucho más valor, me regaló para Alexis el libro de notas del primer libro, el que le ayudé a perfilar aquella vez. Cuando nos encontramos en la cafetería yo le di el último empujoncito a la novela que estaba escribiendo para ser un best-seller y ella me lo dio a mí porque aquella novela en la que estaba atascado al final resultó otro número uno de ventas. Fue un intercambio muy lucrativo para los dos.
- Ahora en serio. No sé que decirte.
- Aún así no quise irme con el libro de notas y sin agradecer. Entonces hice una donación a su fundación.
- Y Alexis… ¿no sabe nada de esto?
- No.
- ¿No piensas contárselo?
- Ehhh… quizás para cuando me dé algún nieto y tenga que contarle una bonita historia porque no estoy seguro que me crea. ¿Y tú? ¿Me has creído?
qwerty- Escritor - Policia
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Re: Vuelta al Trabajo - [Actualizado 18-04-2012]
¡Que buena la historia!, la verdad que yo no sé si creerlo, nuestro Ricky es tan bromista. Gracias por un nuevo capítulo.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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