I LOVE AFFAIR (CAPITULO 12)

Si señor,que buen capitulo,pobre Castle que paliza le han dado,la caballeria ha llegado justo a tiempo. la 2 no me gusta es de ser un cobarde,yo me quedo con la 1 y la 3,tienen que matarle ellos.
Sigue asi

Ya me estáis otra vez liando con vuestras propuestas. A ver, que solo tengo una neurona y que me da pa poco. Voy a seguir la historia con la propuesta 3. El juez es muy peligroso (por ahora) tanto fuera com
dentro de la cárcel. Para los que queréis matarlo de variadas formas diferentes os desilusionaré diciendo que en principio no estaba en mi pensamiento, pero nunca se sabe.

CAPITULO 7

Kate cogió el transmisor que aquel hombre le pasaba con aire confundido.

K - ¿Si? ¿Agente Shaw? ¿Qué ocurre?

S – Escuche atentamente. No hemos podido impedir que los ecos de la detención del juez Lawford se hagan públicos y los medios de comunicación están dando la noticia por todo el país.

K - ¿Qué quiere decir con eso?

S – No me fío de ese hombre. Ha estado muchos años en uno de los primeros escalafones del crimen organizado y supongo que habrá mucha gente que quiera hacerle un favor. Temo por su vida y por la del señor Castle, así como la de sus familias. Es mejor que por un tiempo desaparezcan ustedes del mapa, así que le ha dado ordenes oportunas al piloto para que no vengan a Nueva York. Ellos les guiarán a un lugar seguro. No es la primera vez que lo hacen. Ni siquiera yo se donde van a ir ustedes por seguridad.

K – Pero, Richard esta muy grave y debemos llevarlo a un hospital. Y… mi padre… Martha y Alexis ¿Qué ocurrirá con ellos?

S – No se preocupe y confíe en mi y en su capitana. Ellos ya están siendo custodiados por agentes del FBI que los llevarán hasta donde ustedes se encuentran. En cuanto al señor Castle me han asegurado que el lugar donde los llevan tiene todos los avances médicos para su pronta recuperación. Y ahora es mejor que cortemos, temo que alguien pueda interferir en lo que hablamos.

Kate se quedo un momento en silencio y miro a Castle con ternura. Este seguía inconsciente y parecía estabilizado, aunque suponía que aquellas primeras horas serían claves para su recuperación o no.

K – De acuerdo. Solo una pregunta más ¿Cuánto tiempo tendremos que estar en esta situación?

S – Lawford se ha creído hasta ahora intocable, pero nosotros vamos a encargarnos de que no sea así. Le embargaremos todas sus posesiones y daremos con todas sus cuentas, por muy escondidas que las tenga. Si no tiene dinero con los que pagar los favores, ya no habrá que temer nada. En realidad suponemos que también se ha ganado sus buenos enemigos entre el mundo del hampa y tampoco es que se vayan a poner a sus pies. Pero antes queremos asegurarnos que no tiene con lo que pagar.

K – Muy bien. Yo… agente Shaw… muchas gracias por todo.

S – Gracias a usted. Cuídese y sobre todo cuide de él.

K – Lo haré. Adiós.

S – Adiós. Nos pondremos en contacto.

Kate volvió a darle el trasmisor al copiloto y durante unos segundos observo como el helicóptero cambiaba ligeramente el rumbo que había llevado hasta ahora. ¿Dónde los llevarían? Volvió a acercarse a Castle y aunque sabía perfectamente que no le oía, le susurro dulcemente al oído.

K – Nos llevan fuera de Nueva York. Tú no te preocupes por nada y descansa. Todo va a salir bien. Alexis y tu madre están a salvo.

En todo este tiempo seguía manteniendo su mano unida a la de Castle. Desde el helicóptero empezó a ver una rica zona agrícola en la que abundaban muchas granjas. Lo que más le sorprendió fue ver desde lejos a una persona con extraña indumentaria que parecía conducir un peculiar coche de caballos. Como vio que el helicóptero empezaba a hacer la maniobra de aterrizaje se acercó al copiloto.

K – Perdone, puede decirme donde estamos.

- Si, detective. Estamos en el condado de Lancaster, en el estado de Pensilvania.

- Dicho de otra forma. Estamos en el condado de los amish.

K - ¿Los amish?

Tanto el piloto como el copiloto asintieron con la cabeza. Kate miro confundida al médico y la enfermera que iba junto a ellos y estos se encogieron de hombros. El helicóptero comenzó a aterrizar. Desde su posición Kate pudo ver una granja de grandes dimensiones. Tres personas, un hombre y dos mujeres, ataviados con las vestimentas propias de los amish, los estaban esperando en la entrada de la misma.

Cuando aterrizaron, las tres personas que había visto se acercaron hacia ellos y abrieron las puertas del helicóptero. El hombre se dirigió hacia Kate y la saludo apretándole la mano con fuerza

- Soy el doctor Salomón Monroe, Estas dos mujeres son mi mujer y mi hija Esther y Raquel Monroe.

K – Yo soy…

- Solo su nombre de pila.

K – Soy Katherine y él (señalando a Castle) es Richard.

- Nosotros les ayudaremos. Vamos.

Entre los cuatro sacaron la camilla donde estaba Castle y empezaron a caminar hacia la granja. Kate saludo con la mano a los del helicóptero en señal de despedida y grito intentando hacerse oír entre el ruido del motor.

K – Gracias por todo.

- Buena suerte.

Una vez dentro de la granja, Kate observo con asombro que era una casa bastante hermosa y coqueta, arreglada con mucho estilo y sencillez. Pero lo más sorprendente fue la habitación que servía como moderno quirófano donde introdujeron a Castle. Una de las mujeres se interpuso entre ella y la habitación

- Lo siento, señorita. No puedo pasar.

K – Pero yo…

- Hágame caso, por favor. Nosotros cuidaremos bien de él.

Kate asintió con tristeza y retiro su mano de la de Castle. Después vio como se cerraban las puertas del quirófano y durante unos segundos se quedo allí de pie sin saber que hacer. Después vio una silla y se sentó en ella agotada por la tensión. Empezó a llorar en silencio mientras esperaba. A los pocos minutos la muchacha más joven se acerco hasta ella.

K - ¿Qué ocurre?

- No se preocupe. Mis padres están atendiendo a su amigo. Me han enviado hasta aquí para ver si usted necesita algo. En esta habitación de la izquierda hay una pequeña cocina. Si quiere venir conmigo puede tomar usted algo ¿Un té, un café?

Kate miro a aquella educada muchacha con curiosidad. No debía de tener más de veinticinco años y se le veía una chica alegre y cariñosa. Kate asintió y fue con ella hasta la cocina. Estuvo tomando un té mientras intentaba estar tranquila mientras esperaba noticias. Cuando termino de tomar el té se sentó de nuevo en la silla de aquella salita. Después sintió sueño (seguramente aquella muchacha le había puesto algún tipo de tranquilizante en el té) y entro en una sopor extraño.

La despertó el ruido de un coche que se acercaba hasta la casa donde se encontraba. Alarmada salió fuera. Un coche negro se acerco hasta la entrada de la casa. Cuando se detuvo un hombre se bajo del vehículo y Kate suspiró con fuerza.

K - ¡Papa!

Jim la saludo sonriendo. Cogió una maleta que había en el maletero y se dirigió hacia su hija. Kate fue corriendo hacía el y le abrazo con fuerza.

J – Hija ¿Estas bien? ¿Qué ha ocurrido? Dos hombres del FBI han venido a por mí y sin darme explicaciones me han traído hasta aquí. ¿Es por tu madre?

Después de separarse de su padre, Kate lo miro a los ojos, mientras el coche que había traído a su padre se iba tan rápidamente como había llegado.

K – Papá, era Peter, yo…

J – Lawford, pero eso es imposible. Era amigo de tu madre.

K – Lo se. Pero mama descubrió que él se había echo rico con los sobornos y los secuestros de la mafia y…

J - ¿Cómo has descubierto eso?

Kate negó con la cabeza.

K – No he sido yo. Ha sido Castle. Es… ahora me resulta muy largo y difícil de explicar.

J – Lo entiendo. ¿Y donde esta él ahora?

K – Esta… (en ese momento volvió a llorar de nuevo y su padre se alarmo)… esta muy mal. Los hombres de Lawford le han dado una paliza brutal. Ahora lo están atendiendo y…

En ese momento la señora más mayor salio de la casa y los llamo a los dos. Kate salio disparada hasta ella.

K – ¿Cómo esta?

- Tranquila y vengan conmigo. Dentro le explicaré la situación.

Kate y su padre la siguieron hasta un pequeño salón donde se sentaron en tres sillas.

- Lo más importante es que hemos conseguido estabilizarle. La conmoción cerebral es muy fuerte y eso junto al daño que ha sufrido su pulmón derecho y la inflamación del hígado es lo que más nos preocupa. Se que se dice mucho en estos casos, pero si consigue superar las próximas cuarenta ocho horas será muy importante.

K – ¿Y su pierna? ¿Y su…mano?

- Ahora mismo no podemos hacer mucho. Hasta que no supere los primeros días estará sedado y le hemos inducido al coma para que sufra lo menos posible. Si la cosa va bien, ya podremos después operarle tanto la rodilla como su mano derecha.

K – Entiendo. ¿Puedo… podemos entrar a verle?

- Sí. Esto es la ventaja de estar en un lugar aislado.

K – Muchas gracias.

Los dos entraron en silencio. El doctor estaba controlando los niveles de Castle y les hizo un gesto para que se acercaran. Empezó a hablar con ellos en un susurro. Al verle, Jim no pudo más que sentir un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Castle estaba ligado a un montón de cables y aparatos. Kate estuvo a punto de desfallecer, pero su padre le agarro el brazo con fuerza para darle ánimos.

- Supongo que mi mujer le habrá contado la situación.

K – Si doctor.

- Se que ahora mismo tiene usted la necesidad de estar aquí, pero tanto mi mujer, como mi hija y yo vamos a estar siempre pendientes de él en esta habitación. Vaya con su padre a descansar un poco.

Kate lo miro un rato en silencio y asintió con tristeza. Cuando salieron del quirófano Raquel les acompaño a la planta de arriba de la casa donde había unas habitaciones bastante acogedoras. Cuando se quedo sola en su habitación, Kate se echo en la cama y suspiro fatigada. Estaba empezando a anochecer en aquel día que recordaría como uno de los más largos de su vida. Aunque no quería quedarse dormida la fatiga pudo con ella y durante un par de horas consiguió descansar un poco.

Despertó sobresaltada por un ruido que venia de fuera. Cuando se incorporo vio como un helicóptero aterrizaba cerca de la granja. Dos personas se bajaron y empezaron a caminar hacia la casa. No había que ser muy lista para saber de quienes se trataban. Bajo las escaleras corriendo. Su padre estaba en el pequeño tomando un te con la hija del doctor Monroe y se habían levantado a abrir la puerta.

K – Martha y Alexis ya están aquí.

J – Lo sé. Hemos oído el helicóptero. Cariño…

Kate miro a la muchacha.

K - ¿Sigue igual?

- Por ahora así, pero es normal. Todavía han pasado pocas horas para ver si hay algún tipo de mejoría.

Kate miro a su padre aterrada.

K – Yo… no se que decirles. Estoy muy asustada.

J – No te preocupes hija mía. Verás como todo sale bien.

Martha y Alexis entraron en ese momento en la casa acompañadas por Raquel que había salido a recibirlas. Las dos miraron a Kate con aprensión y extremada preocupación.

M - ¿Cómo esta mi hijo?

K – Yo... no esta bien. Martha… yo…

- Si quieren pueden venir conmigo a verle.

A – Por supuesto.

Las dos fueron acompañadas por Raquel mientras que Kate se quedaba con su padre.

K – Ni siquiera he podido decirles nada.

A los pocos minutos las dos salieron de nuevo al pequeño salón. Alexis lloraba con rabia y miro a Kate confundida y con odio.

A – Yo… ¿Dónde esta mi padre? ¿Qué… has hecho con mi padre?

Y salió corriendo hacia fuera.

CONTINUARA

Por favor que la pregunta es muy fácil. No me liéis con las propuestas. ¿Qué ocurre ahora?

1. Kate sale a hablar con Alexis para intentar que la niña no este enfadada con ella.

2. Martha sale a por su nieta para intentar convencerla de que no esté enfadada con Kate.

3. No sale ninguna de las dos y después de pensarlo más tranquilamente Alexis entiende que no puede estar enfadada con Kate y entra de nuevo en la casa para reconciliarse con ella.

increible capi

3


gracias por la fic

La 1 o la 3 me gustan mucho las dos y no me decido jeje , me encanta me encanta me encanta!!!! dios mio que interesante está!!!!!!!

pd: en cuanto puedas sube el siguiente capi.

las tres opciones juntas y terminan abrazadas las tres!!!!!!!!!!
fantastico el capitulo
gracias por continuarlo

Antes que nada gracias por otro capítulo!! Esta historia cada vez se pone más interesante!!
Sin duda elijo la tercera opción, Alexis en un momento de rabia es normal que diga eso y se enfade con Kate, pero es demasiado madura como para recapacitar y enteder..........

Ah!! me ha encantado! te ha quedado magnífico el capi!
Vale, no te lio, la 3.
Conocemos a Alexis, el enfado le va a durar un asalto porque sabe que Kate no es culpable y sabe que su padre no querría que la tratase así.
Gracias!!

Comprendo que te lies y demas y perdon,pero aun asi vaya capitulos que te marcas,en serio,estan muy currados.sigue asi de bien

PD: opcion 3 claramente

Intenta salir Kate para pedirle perdon y bla bla, pero la frena martha diciendole que ya se le pasara sola... Que la deje llorar tranquila... Y al rato vuelve Alexis... O sea, la 3

Genial cpaítulo!!!

Estoy de acuerdo con Jorja, la 3!!!!
Gran capitulo

RICK... MEJORATE TE PRONTO... POBRECITO...

ME ENCANTAAAAA..!!! ESTE FICS

ME GUSTA LA OPCION 3 AUNQUE ALEXIS ESTE MUY DOLIDA SABE COMO ES SU PAPA Y CREA QUE HAY UN CULPABLE Y ESA FUERA KATE NO SE LO DIRIA... HAY QUE DEJARLA QUE LLORE, SE DESAHOGUE Y DESPUES VENGA A PEDIR EXPLICACIONES SIN NECESIDAD DE OFENDER...

Bueno, la decisión es bien clara por vuestras opiniones. La tres es la opción elegida.

CAPITULO 8

En ese momento Kate y Martha hicieron la intención de salir detrás de ella pero Jim Beckett las interrumpió.

J – Se que no soy nadie para meterme en este asunto. Pero creo que lo mejor es que dejen a la chica respirar un poco. La situación deber ser muy difícil para ella en este momento.

Kate y Martha asintieron al unísono y sin mediar más palabras entre ellas se abrazaron fuertemente. Kate empezó a llorar sin desconsuelo.

M – Salgamos un momento fuera para hablar tu y yo.

Cuando ya estaban fuera, Martha intento consolar a Kate pero esta no dejaba de llorar.

K – Lo siento. Todo esto ha sido por… mi culpa.

M – Cariño, tranquila, tú no tienes la culpa de nada. En esta historia solo hay un culpable y es ese maldito hombre que mato a tu madre y esos hijos de puta que han dejado así a mi hijo.

K – Alexis debe odiarme.

M – Estoy segura de que no te odia. Ahora solo está muy dolorida y triste por Richard. Mi nieta es una chica muy madura y recapacitará. Ya lo verás. Quiero que dejes de llorar y me escuches atentamente.

Poco a poco Kate se fue calmando y dejo de llorar. Las dos se sentaron en un banco que había en el porche de aquella casa y observaron durante un rato el cielo estrellado en silencio de aquella noche.

M – Este espectáculo no lo vemos en Nueva York.

K – No.

M – Kate, escúchame. Necesito que seas fuerte. Todas necesitamos ser fuertes ahora. Alexis, tú y yo. Cuando Richard empiece a recuperarse, porque estoy segura de que empezará a hacerlo, va a necesitar que nosotras le ayudemos para salir adelante. Si nos ve tristes o lo que es peor enfadadas entre sí, no podremos hacerlo. ¿Lo entiendes?

K – Pues claro.

M – Bien, pues entonces deja atrás esa absurda idea de que tú has tenido la culpa de algo. Si me aprietas, la culpa también ha sido en parte del cabezota de mi hijo por haber querido averiguar todo esto solo. Si Alexis, tú y yo somos culpables de algo es de no habernos dado cuenta de lo que estaba pasando con Richard y de su extraña actitud en los últimos meses. Solo de eso…

Kate asintió y se abrazo con fuerza a Martha. En ese momento apareció Alexis. Había estado llorando y se sentía derrotada. Martha se volvió hacia ella.

M - ¿Has oído todo lo que le he dicho a Kate?

Alexis asintió con la cabeza.

M – Pues lo mismo sirve para ti.

Durante unos segundos las tres estuvieron en silencio en aquella noche estrellada. Después Alexis se acerco hasta Kate y las dos se abrazaron con fuerza. Martha se acerco hasta ellas y les cogió las manos a ambas.

M – Eso es. Ahora debemos estar más unidas que nunca. Ya veréis como todo sale bien. Se que todo va a salir bien.
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Durante los siguientes once días la nueva vida que les había tocado llevar poco a poco comenzó a convertirse en una extraña rutina. Prácticamente no salían de aquella casa y si alguna vez salían al pueblo era acompañado por alguien de la familia Monroe y siempre debían hacerlo como un habitante amísh más del pueblo. Aquello había causado algunos problemas entre ellos, bueno en realidad el problema lo había causado Martha que se negaba a ponerse aquellas ropas que según ella mataban el buen gusto y el estilo. Pero el doctor Monroe fue tajante con ella. Si quería salir al pueblo y desintoxicarse un poco de aquella especie de encierro debía ponerse aquellas ropas y no tuvo más remedio que claudicar. Alexis, Kate y Jim Beckett se acostumbraron más deprisa a estos cambios dadas sus naturalezas más tranquilas. Incluso Jim Beckett había empezado a dejarse barba como las que llevan la mayoría de los hombres de aquel pueblo.

La familia Monroe a la que habían conocido en aquellas peculiares circunstancias era una familia bastante particular. Tadeo Monroe, el cabeza de familia había sido uno de los mejores cirujanos de Chicago y el y su familia eran una de las más influyentes de aquella ciudad. Pero se rodeo de amistades poco aconsejables y acabaron implicados en una trama con la mafia de aquella ciudad. Fueron protegidos por el FBI por testificar en contra de algunos miembros de aquella trama corrupta y acabaron en Lancaster donde cambiaron radicalmente de vida. Desde hacía unos años y en complicidad con el sistema de protección de testigos del FBI habían acogido a varias familias en su idéntica situación, sobre todo si necesitaban los servicios médicos del doctor y sus dos ayudantes.

Castle seguía inconciente aunque su evolución era cada vez más favorable y hacía un par de días que el doctor estaba comenzando a bajarle la sedación y ya no estaba en coma inducido. Tanto sus lesiones en la cabeza como la que había sufrido en el pulmón y en su hígado evolucionaban favorablemente. Una semana después de llegar hasta allí le había operado la rodilla y le había puesto una ferula para que empezara a recuperarse. Lo de la mano era más complicado. Las fracturas sufridas en la muñeca habían dañado gravemente a los huesos más importantes de aquella zona y el doctor temía graves problemas de movilidad a partir de ahora.

Aunque el doctor y su familia tenían como norma no saber mucho de las personas a las que ayudaban si sabía que Richard era escritor y que tanto Alexis y Kate estaban muy preocupadas no solo por su situación actual sino por su respuesta cuando estuviera consciente. En este caso Martha era la que se mostraba más juiciosa y les decía que su hijo escribía con la cabeza y con el corazón, no escribía con las manos, aunque en privado también estaba muy preocupada por este hecho y sobre toda por la reacción de su hijo.

Aquella soleada mañana, después de que se cumplieran once días de que estaban allí, Alexis se levanto de su cama y se dirigió a desayunar. Aquella mañana le tocaba a ella estar junto a su padre, aunque por ella estaría todo el día, pero el doctor Monroe, que era un hombre bastante serio, les había impuesto a las tres mujeres de Richard (por decirlo de alguna forma) un estricto horario para estar con él. No consentía que ninguna de ellas estuviese con Castle por la noche, ya que de ello se encargaba el propio doctor o algún otro miembro de la familia Monroe y ellas tres tenían turnos por el día de no más de dos horas.

Desde la salita donde desayunaban podía ver a Beckett como estaba ejercitándose (solía correr diez kilómetros todos los días) y a Jim Beckett que daba un tranquilo paseo por los alrededores de la casa. Su abuela estará todavía durmiendo.

- Buenos días.

Raquel Monroe salió de la cocina y sonrió a Alexis. A la segunda le daba bastante corte estar desayunando a aquellas horas, porque muchas veces el desayuno de Alexis solía coincidir con la segunda comida de la familia Monroe. Y es que cada uno tiene sus costumbres.

A – Buenos días.

- Mi padre me ha dicho que esta noche el suyo ha reaccionado a estímulos y que incluso le ha apretado la mano durante un tiempo como si entendiera lo que mi padre le contaba.

Alexis se levanto de un salto y pego un pequeño grito de alegría. Se acerco hasta Raquel y le dio un beso en la cara. La joven se puso algo colorada porque no estaba acostumbrada a estos arranques de espontaneidad.

A - ¿Por qué no me habéis avisado antes? ¿Lo sabe Kate y mi abuela? Ya he terminado de desayunar. Voy a ir a verle.

- La reacción de su padre es normal es su actual situación, Kate si lo sabe y ha estado cinco minutos dentro con él antes de empezar a correr y su abuela sigue durmiendo y debería desayunar un poco más.

A – Lo siento, pero es que ustedes toman unos desayunos muy fuertes para mí, y eso que en mi familia siempre hemos sido muy comilones.

Alexis llego hasta la puerta del quirófano e intento tranquilizarse un poco. Cuando entró el doctor Monroe estaba en la sala con su padre que seguía durmiendo tranquilamente. Se acerco a él hablando en un susurro.

A – Buenos días doctor.

- Buenos días. Supongo que mi hija ya le habrá contado las noticias.

A – Si señor.

- Si todo marcha como parece, quizás su padre se decida a unirse a nosotros durante el día y despierte por fin.

En ese momento y sin hacer ruido, Kate entro en el quirófano. Se le notaba el sudor por la carrera. El doctor Monroe hizo un gesto de negación con la mano y Kate puso cara de fastidio.

- Ni se le ocurra entrar así en esta habitación jovencita.

K – Solo cinco minutos.

- Ni cinco minutos ni nada.

K – Bueno, pero…

- Cuando se duche y se vista en condiciones la dejaré entrar (mirando a Alexis) ¿cinco minutos?

A – Bueno… si… cinco minutos.

Kate salió corriendo y subió al cuarto de baño. En treinta segundos se quito la ropa de correr y se metió en la ducha. Mientras lo hacía pensaba en lo que pasaría cuando Castle se despertará. Por un lado estaba deseando que esto ocurriera, sobre todo porque eso significaba que por fin estaba recuperándose, pero por otro tenía miedo a lo que pasaría y cual sería la reacción de Castle.

Cuando termino se seco el pelo y ya con ropa limpia y seca volvió a entrar en el quirófano. En ese momento solo Alexis estaba con su padre.

A – Anda… pasa. Mientras que no aparezca el doctor puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras.

K – Gracias.

Alexis sonrió. En aquellos once días ella y Kate habían intimado bastante y las dos habían hablado mucho, sobre todo de Castle. Su relación había tenido altibajos en los más de tres años que se conocían, pero ahora era consciente de que debía ser más fuerte que nunca. A ella Kate siempre le había gustado y por las conversaciones que había tenido con ella durante estos días ya no tenía ninguna duda. La detective Beckett estaba enamorada de su padre. Que algún día fuese capaz de reconocerlo eso era otra cosa. Y su padre también lo estaba de Kate. Lo venia sospechando desde hacía mucho tiempo, pero la extraña actitud de Richard en los últimos meses le había generado dudas. Pero lo que su padre había hecho por Kate solo tenía una palabra y esa no era otra que AMOR. Que algún día fuese capaz de reconocerlo era otra cosa. Con lo fácil que le resultaba a ella con Ashley.

Ashley. ¿Dónde estaría? ¿Qué estaría haciendo en esos momentos? Por las noches se sentía muy mal y muchas veces lloraba recordándole pero esperaba que aquella situación no fuese muy larga, aunque en aquellos días ni habían recibido información del FBI ni de la policía.

K – Parece que… ¿Alexis, no te has dado cuenta?

A - ¿Qué ocurre?

K – Creo que tu padre ha movido la mano izquierda.

Las dos se acercaron hasta él y Alexis le cogió con suavidad su mano izquierda.

A - ¿Papa? Soy yo. Tu pequeña calabaza. ¿Nos oyes?

Durante un rato estuvieron en silencio pero no ocurrió nada fuera de lo común.

K - ¿Castle? ¿Nos puedes oír?

En ese momento, como un gesto casi imperceptible Castle apretó con suavidad la mano de su hija.

A - ¿Ha sido un espejismo o has visto lo mismo que yo?

K – No ha sido un espejismo.

A – Hazlo otra vez papa.

Y volvió hacerlo esta vez con más fuerza.

K – Eso es. Y ahora para que nosotras seamos las dos mujeres más felices del mundo vas a intentar abrir los ojos.

A – Eso es.

Durante unos segundos que a los dos le parecieron eternos Castle no hizo nada, pero después empezó a mover los ojos y poco a poco los abrió. Durante unos segundos empezó a mover su cabeza lentamente y mirar tanto a Kate como a Alexis que estaban calladas y muy emocionadas.

R – Hola… calabaza… hola… detective.

K y A – Hola.

R – Que… ¿Dónde estoy?

A – Estamos en una granja porque…

R - ¿Una… que?

K – Es muy largo de explicar. Será mejor que llamemos a…

R - ¿Cómo estoy? Recuerdo que… ¿Y mi mano’

CONTINUARA

Ahí va la siguiente pregunta ¿Quién le cuenta a Castle lo de la mano?

1 - Kate y Alexis que están ahí.

2 – Mejor Martha que sabe manejar a su hijo.

3 – Le dejamos el marrón al doctor que para eso es su trabajo.

Buuuuf no se cual elegir lo dejo en las manos de los/as demas. jeje

Me ha encantado este fic esta superbien!!!!

QUE EMOCION YA DESPERTOOOOO...!!!

OPCION 3 DEJEMOS QUE EL DOCTOR ASUMA LA RESPONSABILIDAD DE DECIRSELO

ESCRIBES GENIAL

impresionante capitulo

pobrecito castle a ver quien se lo dice


no se cual elegir mmmm.... 3



escribes estupendo gracias por la fic

la 1, ellas son la mejor medicina para castle!!
felicitaciones!!!!!!!!!!!!
continualo cuando puedas!!!!

Me ha encantado me gusta mucho como escribes y te adaptas a la trama, es genial poder elegir la continuación ^^
creo que la 2, hace falta explorar la relación madre-hijo

Sin lugar a duda la opción 1, Alexis y Kate no pueden rajarse ahora.
Me encanta tu fic, está quedando genial, de muerte.
Continúalo cuando puedas.

Yo voto por la opción 1.
Buen capi, síguelo pronto!

Me parecería mejor que se lo contara Martha, quiero ver esa relación madre-hijo
Gracias por otro capítulo, Genial como siempre, me encanta como escribes y como estás llevando esta historia!!

Aquí desaparece una durante un par de días y después se encuentra con esto. Me encantaron los dos capítulos. El abrazo de Kate, Alexis y Martha una escenaza, y la conversación entre la detective y la actriz lo mismo. Me has hecho imaginarme a la perfección la parte en la que Beckett quiere entrar a ver a Castle después de correr. Y...ahora que ha despertado, ¿qué pasará? (Sí, es una forma de decirte que subas YA el siguiente)

En cuanto a la opción... por primera vez no tengo ni idea. Dejo que los/as demás escojan. Aunque... supongo que si se lo cuentan entre Kate y Alexis estaría bien.