Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Como no hay noticias de "Heat Rises" en español me he decido a traducirlo por mi cuenta. Lo que quiere decir que hay cosas que no suenen algo bien o nombres tecnicos que no he sabido traducir. Espero que os sirva de alivio mientras esperamos el libro por estos ladares.
Lo unico que os pido es paciencia.
El primer capitulo lo voy a dividir en dos partes ya que quiero ver si os enterais de esta para luego seguir traduciendo la otra parte y subirla cuando la tenga. Comentar todo lo que querais, para bien o para mal.
No podía hacer menos que editarlo en formato Epub y PDF para que podáis leerlo tranquilamente.
EPUB: http://www.mediafire.com/?c1vcxcdf39j0u5r
PDF: http://www.mediafire.com/view/?nk5k5q5cgq68p2u
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CAPITULO 1-1ª PARTE
La cosa sobre New York es que nunca sabes que hay detrás de una puerta. La Detective de Homicidios Nikki Heat pensó sobre eso como hacia tantas veces mientras aparcaba su Crown Victoria, miraba a la policía circular lentamente y las luces de las ambulancias pintaban los almacenes de enfrente entre 74 con Ámsterdam. Ella sabia, por ejemplo, que la sencilla puerta de la tienda de vino albergaba dentro una cueva de imitación en tonos claros de beige y terra cota con botellas apiladas en muros de moda de piedras de río importadas desde Francia. Al otro lado de la calle, la puerta que una vez había sido un banco FDR-era daba a unas escaleras en espiral que bajaban a una gran variedad de jaulas de bateo bajo techo que se llenaba entre aspirante al MLB y fiestas de cumpleaños los fines de semana por la tarde. Pero en esa mañana, justo después de las 4:00 a.m., la más indescriptible de todas las puertas, la única sin lustre que no tenía ni una señal, simplemente un número de calle encima de la puerta en oro y aluminio negro clavado encima de una tienda de ferretería, seguiría a otra con los más inesperados interiores de la gran manzana.
Un policía uniformado estaba enfrente de la puerta manteniendo la alerta. La silueta de la luz de trabajo de la Unidad de la Escena del Crimen que transformo el cristal de vidrio lechoso en el pórtico ciego cerca de los mostradores. Nikki podría ver su respiración desde cuarenta yardas de lejos.
Ella salió y aunque el aire le entrara por la nariz y le hiciera los ojos llorosos, Nikki no se abrocho el abrigo para remediarlo. En cambio, ella se aficiono a tenerlo abierto con el dorso de la mano por rutina, estando segura de que la tenía libre para el acceso a la pistola Sig Saber que había debajo. Y después, con el frío que tenía, la policía de homicidios se paro y se quedo de pie para realizar su siguiente ritual: una pausa para honrar la muerte sobre la que ella había conocido. Ese pequeño, tranquilo, privado momento que vivía como un intervalo ceremonioso que Nikki Heat se exigía cuando llegaba a una escena del crimen. Su propósito era simple. Reafirmar que, victima o villano, el cadáver que esperaba era humano y merecía ser respetado y tratado individualmente, no como el siguiente número a contar. Nikki respiro lentamente y el aire le cayo a ella de la misma manera que esa noche de hace una década, la noche anterior al día de Acción de Gracias, cuando ella estaba en casa por un descanso de la universidad y su madre fue brutalmente hasta la muerte y dejada en el suelo de la cocina. Ella cerró los ojos para su Momento.
“¿Algo va mal, detective?” El momento se fue.
Heat se giro. Un taxi se paro en un stop y sus pasajeros se estaban dirigiendo a ella desde las ventanas de sus asientos traseros. Ella le reconoció y al conductor y les sonrió.
“No, Randy, Estoy bien” Heat salio del coche y estrecho la mano con el Detective Randall Feller. “¿Te sigues manteniendo fuera de los problemas?”
“Espero que no,” diciendo con la risa que siempre la recordaba a Jon Candy. “Recuérdalo Dutch,” él dijo inclinando la cabeza hacía el Det. Van Meter sentado enfrente del asiento del conductor. Feller y Van Meter trabajaban infiltrados en el pelotón de Taxi de la Policía de Nueva York, un destacamento especial anti-crimen sacado de la División de Operaciones Especiales que circulaban por las calles de New York en customizados taxis amarillos. Las ropas de paisano de este Pelotón de Taxi tenían un pie en la vieja escuela. Ellos estaban fuertemente valorados que no cogían ninguna mierda y hacían lo que querían cuando querían. Los taxistas vagaban libremente para husmear en crímenes en proceso, aunque más científicamente policial, donde finalmente asignaban a dirigir sus patrullas en hacia las área donde los robos, atracos y crímenes callejeros eran el iceberg.
El policía la volante bajo su ventana asintió como en un sin palabras hola, haciéndola preguntarse porque Van Meter se había molestado en abrirlas.“Cuidado, Dutch, vas a dejarla sorda,” dijo el Det. Feller con la sonrisa de Candy otra vez. “Suerte para ti Nikki Heat, al coger en medio de la noche la llamada.”
Dutch dijo “Alguna gente no tiene modales al matar a estas horas.” Heat no se imagino al Det. Van Meter parándose mucho a reflexionar antes de encontrarse con un cuerpo.
“Escucha,” dijo ella. “No es que no me guste pararme con 25 grados, pero tengo una víctima que espera.” “¿Dónde esta tu acompañante de carretera?” Dijo Feller con algo más que un pequeño interés.” “El escritor, ¿Qué es de él?” Feller, pescando otra vez. Simplemente como hacía cada vez que ellos cruzaban, comprobando para ve si Rook todavía seguía en pantalla. Nikki había estado en el radar de Feller desde la noche de hace unos meses atrás cuando ella se escapó de un asesino contratado en el piso de Rook. Después de que Heat se peleara con el Tejano, él y Dutch estaban en la primera oleada de policías que acudieron en su ayuda. Desde entonces, Feller no perdía oportunidad de pretender que no conocían el nombre de Rook y llevar un sondeo de ella. Ella lidiaba con eso, ella no era una extraña en interesar a los hombre, incluso la gustaba si ellos no cruzaban la línea, pero Feller… En el Rom(intuyo que puede ser romance)-Com (puede ser combate), él había sido mas de combate que de romance; el interesante hermano con el que bromear y no el interesante del que enamorarse. Det. Feller era divertido y buen compañero pero más para cervezas en el bar de policías que Saucerre con candelabro. Hace dos semanas ella le había visto salir de la sala de hombres en Plug Uglies con un pañuelo sanitario (puede ser collarín) alrededor de su cuello, preguntando a todo el mundo si ellos también les gustaría un babero de langostas.
“¿Qué que es de él?” repitió Nikki. “Él esta fuera por una misión.” Y después de enviar el mensaje, añadió “estará de vuelta a final de semana, creo.” Pero el detective leyó algo más en su voz.
“¿Eso es bueno o malo?”
“Algo bueno,” Heat dijo un poco más bruscamente. Después ella mostró una gran sonrisa intentado rebajar su tono. “Realmente bueno.” Y después, para convencerse a si misma, añadió “Realmente bueno.”
Lo que Nikki encontró al otro lado de la puerta no fue un típico santuario de enología con artísticas botellas verdes apiladas, ni escuchó el sonido metálico de un bate de aluminio seguido por el golpe de una bola en red acolchada. En cambio, una mezcla de incienso que se te metía en la garganta mezclada con vapores de un disolvente de limpieza de rosas le dieron la bienvenida mientras descendía el tramo de escaleras hacía el sótano. Detrás de ella, el Det. Van Meter se quejaba por lo bajo “Whoa”, y mientras Heat se dirigía hacia el rellano que la hacia bajar el último tramo, ella oyó a Dutch y Feller ajustarse los guantes. Van Meter murmuro a su compañero “He cogido un STD aquí, los voy a demandar hasta poseer la maldita ciudad.”
En el rellano al que llegaron encontraron algo que solo caritativamente podría referirse a esta como un área de recepción. El ladrillo de los muros pintado de color carmesí detrás de un mostrador de Fornica y el catálogo de sillas de Internet la recordaban a ella a una sala de espera de un gimnasio pequeño y privado, y no uno de los de alta gama. Cuatro puertas se esparcían a lo largo del muro. Todas las puertas estaban abiertas. Tres guiaban a cuartos oscuros, iluminadas solo por el haz de luz del CSU que se mantenían para iluminar la sala de espera durante la investigación. Más luces, salpicados de destellos provenían de la puerta, donde el Det. Raley esta de pie viendo la actividad, con los guantes de látex. Vio a Nikki por el rabillo del ojo y salio hacia ella.
“Bienvenida al Límite del Placer, Det. Heat,” dijo.
El sentido del policía le hizo a Nikki alcanzar las otras tres puertas antes de entrar en la de la escena del crimen. Sabía que habían estado despejándolo por Raley y los policías uniformados que respondieron primero, pero ella asomo la cabeza en cada puerta para echar un rápido vistazo. Todo lo que distinguió de la oscuridad fueron las siluetas de equipos y mobiliario del comercio de la esclavitud en la que cada cámara era temática. En orden: un tocador victoriano, un animal para juego de rol; y una habitación de privación de sentidos. En las próximas horas esto sería barrido por el CSU y las pruebas forenses se recogerán, pero por ahora ella estaba satisfecha con su estudio. Heat saco sus guantes y fue hacía la última puerta donde Feller y Van Meter esperaban detrás de Raley. Este era su caso en su territorio y no iba a dejar que vayan por delante de ella.
El cadáver estaba desnudo y atado por las muñecas y los tobillos en forma de X en una estructura de madera conocido como la Cruz de San Andrew. La estructura estaba atornillada al suelo y al techo en el centro de la habitación y el cuerpo del hombre muerto estaba hundido, con las rodillas dobladas, las nalgas pegadas al linóleo. La mayor parte de su peso, que Heat supuso que serían unas 250 libras ahora sin apoyo de los músculos, con las correas de sus muñecas tensas por encima de su cabeza y apretando sus brazos en una tensa Y. El Det. Feller susurro el canto de los coros de YMCA hasta que Nikki le escaldo con una mirada. Castigado, él cruzo sus brazos y miro a lo lejos a su compañero, quien se encogió de hombros.
“¿Qué tenemos, Raley?” Dijo Heat a su detective.
Raley consultó una única página de notas, “no mucho, todavía. Échale un vistazo.” Él extendió la habitación con su brazo. “Nada de ropas por ningún lado, no DNI, nada. Después de que el equipo de limpieza hiciera el descubrimiento. Ellos no hablan inglés por lo que Ochoa esta haciendo los honores en la oficina consiguiendo su declaración. Preliminarmente, creo, dijeron que el lugar cierra a la una, a veces a las dos, que es cuando ellos entran. Ellos estaban haciendo su habitual cosa de portero, creyendo que estaban solos, y cuando entraron aquí, a la, ah…”
“Cámara de Tortura” dijo Nikki. “La habitación es temática. Esta es para la tortura y humillación.” Ella leyó su mirada y dijo “yo trabaje una vez en vicios.”
“Yo también.” Dijo Raley.
“Yo trabaje en eso duramente.” Heat arqueo una ceja y le vio ruborizarse. “A si que nadie más estuvo aquí en el descubrimiento. ¿Vieron a alguien marcharse?”
“Negativo”
“Hay una cámara de vigilancia en la sala de espera,” dijo Van Meter.
Raley asintió. “Estoy en ello.” Y después se giro hacía Nikki. “Hay un armario cerrado en la oficina de la jefa donde los limpiadores dijeron que ella guardaba los registros.”
“Despiértala,” dijo Heat “dile que traiga la llave pero no le digas nada sobre el cuerpo. Simplemente dila que han intentazo forzar la entrada. No quiero que vaya haciendo llamadas de camino a aquí, quiero ver su reacción cuando vea el cuerpo.”
Cuando Raley salio fuera para hacer la llamada, Heat le preguntó al técnico del CSU y al fotógrafo policial si habían buscado algo de ropa o una cartera o DNI en algún lado más de la casa. Ella sabía cual era la respuesta- eran profesionales- pero tenía que estar cubierto. Obviamente, si piensas que algo es tan obvio, lo que conseguirás es pasar por alto cosas y dejar huecos en una investigación si empiezas a asumir y no pararte a comprobar. Ellos confirmaron que nada de ropa, DNI, u otros efectos personales en su barrido inicial.
El Det. Feller dijo “¿Qué te parece si Dutch y yo vamos al bloque de vecinos, ver si alguien ha visto algo?”
Van Meter asintió “a estas horas no mucha gente habrá alrededor pero podemos asaltar a los comerciantes, recolectores de basura, repartidores, quien sea.”
“Seguro,” dijo la Det. Heat “aprecio al ayuda.”
Feller le dio la mirada de cachorrito otra vez. “Por ti ¿Nikki?, vamos.” Él saco su teléfono y se arrodillo para conseguir un ángulo de la cara del hombre muerto con la cámara. “No hará daño mostrar esto por los alrededores para ver si alguien le conoce.”
“Bien pensado,” dijo ella.
De camino a la salida el Det. Feller se paro. “Escucha, lo siento si estuve fuera de lugar con la cosa del Village People. Simplemente rompía la tensión, sabes ¿no?”
Tanto como ella no podía tolerar la falta de respeto a una víctima, le miro y leyó su avergonzamiento. Como una veterana detective del NYPD, ella sabía esto era simplemente era humor de policía fuera de lugar y no significaba ser un monstruo. “Ni siquiera lo recuerdo,” dijo Heat. Él sonrió, asintiendo con la cabeza, y se fue.
Lauren Parry estaba arrodillada en el suelo al lado de la víctima y, mientras rellenaba cada hueco de su informe, la examinadora médica le recito a Nikki, “OK, a si que nosotros tenemos a un John Doe, cuarenta muchos, aproximadamente de 250 o 255 (peso).” La ME les señalo su nariz. “Obviamente fumador, definitivamente bebedor.”
Siempre es difícil con los Dos, pensó Nikki. Sin un nombre con el que apoyarte ya ibas cojeando hacia la primera puerta. Un precioso tiempo en la investigación se gastaría simplemente adivinando quien era él.
“¿Hora de la muerte preliminar?” Lauren Parry leyó el termómetro y continuo, “8 a 10 p.m.”
“¿Hace tanto tiempo? ¿Estas segura?” La amiga de Heat levantó la mirada de la carpeta hacia ella y la miro. La detective dijo, “OK, estas segura.”
“Preliminarmente, Nik. Yo hará los test típicos cuando le llevemos a la calle 13, pero por ahora es una buena ventana para ti.”
“¿Causa de la muerte?”
“Bien, tu simplemente quieres cada pequeño detalle, ¿verdad?” dijo la ME con un parpadeo detrás de un rostro inexpresivo. Después ella creció pensativa y se giro para considerar el cuerpo. “La causa de la muerte puede ser asfixia.”
“¿El collarín?”
“Esa es mi primera mejor conjetura.” Lauren se levantó e indico la postura del collarín mordiéndole en el cuello del hombre, estirado con tanta fuerza que las correas de atrás le causaron que la carne se le diese la vuelta. “Ciertamente es suficiente para restringir la tráquea. Además de que los vasos rotos de los ojos son consecuentes con la asfixia.”
“Rebobinemos, `¿primera mejor conjetura?´” preguntó Heat.
“Vamos, Nikki, sabes que siempre te cuento el primer disparo de información de forma preliminar.” Después Lauren Parry miro de vuelta al cuerpo, reflexionando de nuevo.
“¿Qué?”
“Simplemente marquemos asfixia como preliminar hasta que haga mi autopsia.”
Nikki sabia que no debía empujar a Lauren para conjeturar, al igual que su amiga no la empujaba a ella para especular. “Eso esta bien,” ella dijo, todo el tiempo sabiendo todo el tiempo que su compañera de la Oficina de Medico Forense estaba analizando algo. Lauren abrió una caja de plástico de su kit para algunos algodones y reanudo su comprobación mientras Nikki hacia lo que ella siempre hacia en una escena del crimen. Ella junto sus manos por detrás suya y lentamente ando por la habitación, ocasionalmente en cuclillas o agachada, viendo el cuerpo desde otros ángulos. Esto no era solo un ritual, era un procedimiento habitual para limpiar su cabeza de todas las conclusiones o proyecciones. La idea estaba abriendo su mente para impresiones, dejando que viniera cualquier cosa, y sobre todo, simplemente para darse cuenta de lo que estaba observando.
Su percepción de la víctima era que no era una persona activa físicamente. La importante masa de grasa que rodeaba su cintura sugiere que pasaba mucho tiempo sentado, o por lo menos en una profesión que no implicaba movimiento o fuerza como los deportes, construcciones u otra labor manual. Como mucha gente, la piel de la parte superior del brazo estaba pálida comparada con sus antebrazos pero el contraste no era grande; no un bronceado de granjero. Eso la decía que él no era de estar mucho dentro de los sitios pero que tampoco llevaba largas mangas la mayor parte del tiempo o no le gustaba atender un jardín o jugar al golf en clubs. Incluso después de este largo verano aquí serían más restos de bronceado. Ella se acerco para examinar sus manos, siendo cuidadosa de no respirar en ellas. Estas estaban limpias y suaves, subrayando su sentimiento sobre su vida de interiores. Las uñas estaban arregladas pero no de manicura; ella normalmente veía eso entre hombres de mediana edad que eran ricos o jóvenes peluqueros urbanos que estaban mas en forma. El pelo estaba escaso por la parte de arriba, propio de la edad que le había adjudicado Lauren, al igual que los hilos de color blanco mezclados con su color natural, color clasificado como hierro. Las cejas eran tremendamente espesas, a veces era un indicador para los solteros o viudos, y su perilla de sal y pimienta le daba un aire de academia o artes o letras. Nikki miro otra vez sus dedos y tomo nota de un tinte azulado que parecía esta dentro de la piel, y no típico, como de pintora de aceite o manchas de tinta.
Moratones, ronchas, y abrasiones estaban en todos los lados, por delante, por atrás y en ambos lados. Torso, piernas y brazos. Y manteniendo su enfoque de mente abierta, la detective intento no atribuir las marcas a una noche de sadomasoquismo.
Lo unico que os pido es paciencia.
El primer capitulo lo voy a dividir en dos partes ya que quiero ver si os enterais de esta para luego seguir traduciendo la otra parte y subirla cuando la tenga. Comentar todo lo que querais, para bien o para mal.
No podía hacer menos que editarlo en formato Epub y PDF para que podáis leerlo tranquilamente.
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PDF: http://www.mediafire.com/view/?nk5k5q5cgq68p2u
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CAPITULO 1-1ª PARTE
La cosa sobre New York es que nunca sabes que hay detrás de una puerta. La Detective de Homicidios Nikki Heat pensó sobre eso como hacia tantas veces mientras aparcaba su Crown Victoria, miraba a la policía circular lentamente y las luces de las ambulancias pintaban los almacenes de enfrente entre 74 con Ámsterdam. Ella sabia, por ejemplo, que la sencilla puerta de la tienda de vino albergaba dentro una cueva de imitación en tonos claros de beige y terra cota con botellas apiladas en muros de moda de piedras de río importadas desde Francia. Al otro lado de la calle, la puerta que una vez había sido un banco FDR-era daba a unas escaleras en espiral que bajaban a una gran variedad de jaulas de bateo bajo techo que se llenaba entre aspirante al MLB y fiestas de cumpleaños los fines de semana por la tarde. Pero en esa mañana, justo después de las 4:00 a.m., la más indescriptible de todas las puertas, la única sin lustre que no tenía ni una señal, simplemente un número de calle encima de la puerta en oro y aluminio negro clavado encima de una tienda de ferretería, seguiría a otra con los más inesperados interiores de la gran manzana.
Un policía uniformado estaba enfrente de la puerta manteniendo la alerta. La silueta de la luz de trabajo de la Unidad de la Escena del Crimen que transformo el cristal de vidrio lechoso en el pórtico ciego cerca de los mostradores. Nikki podría ver su respiración desde cuarenta yardas de lejos.
Ella salió y aunque el aire le entrara por la nariz y le hiciera los ojos llorosos, Nikki no se abrocho el abrigo para remediarlo. En cambio, ella se aficiono a tenerlo abierto con el dorso de la mano por rutina, estando segura de que la tenía libre para el acceso a la pistola Sig Saber que había debajo. Y después, con el frío que tenía, la policía de homicidios se paro y se quedo de pie para realizar su siguiente ritual: una pausa para honrar la muerte sobre la que ella había conocido. Ese pequeño, tranquilo, privado momento que vivía como un intervalo ceremonioso que Nikki Heat se exigía cuando llegaba a una escena del crimen. Su propósito era simple. Reafirmar que, victima o villano, el cadáver que esperaba era humano y merecía ser respetado y tratado individualmente, no como el siguiente número a contar. Nikki respiro lentamente y el aire le cayo a ella de la misma manera que esa noche de hace una década, la noche anterior al día de Acción de Gracias, cuando ella estaba en casa por un descanso de la universidad y su madre fue brutalmente hasta la muerte y dejada en el suelo de la cocina. Ella cerró los ojos para su Momento.
“¿Algo va mal, detective?” El momento se fue.
Heat se giro. Un taxi se paro en un stop y sus pasajeros se estaban dirigiendo a ella desde las ventanas de sus asientos traseros. Ella le reconoció y al conductor y les sonrió.
“No, Randy, Estoy bien” Heat salio del coche y estrecho la mano con el Detective Randall Feller. “¿Te sigues manteniendo fuera de los problemas?”
“Espero que no,” diciendo con la risa que siempre la recordaba a Jon Candy. “Recuérdalo Dutch,” él dijo inclinando la cabeza hacía el Det. Van Meter sentado enfrente del asiento del conductor. Feller y Van Meter trabajaban infiltrados en el pelotón de Taxi de la Policía de Nueva York, un destacamento especial anti-crimen sacado de la División de Operaciones Especiales que circulaban por las calles de New York en customizados taxis amarillos. Las ropas de paisano de este Pelotón de Taxi tenían un pie en la vieja escuela. Ellos estaban fuertemente valorados que no cogían ninguna mierda y hacían lo que querían cuando querían. Los taxistas vagaban libremente para husmear en crímenes en proceso, aunque más científicamente policial, donde finalmente asignaban a dirigir sus patrullas en hacia las área donde los robos, atracos y crímenes callejeros eran el iceberg.
El policía la volante bajo su ventana asintió como en un sin palabras hola, haciéndola preguntarse porque Van Meter se había molestado en abrirlas.“Cuidado, Dutch, vas a dejarla sorda,” dijo el Det. Feller con la sonrisa de Candy otra vez. “Suerte para ti Nikki Heat, al coger en medio de la noche la llamada.”
Dutch dijo “Alguna gente no tiene modales al matar a estas horas.” Heat no se imagino al Det. Van Meter parándose mucho a reflexionar antes de encontrarse con un cuerpo.
“Escucha,” dijo ella. “No es que no me guste pararme con 25 grados, pero tengo una víctima que espera.” “¿Dónde esta tu acompañante de carretera?” Dijo Feller con algo más que un pequeño interés.” “El escritor, ¿Qué es de él?” Feller, pescando otra vez. Simplemente como hacía cada vez que ellos cruzaban, comprobando para ve si Rook todavía seguía en pantalla. Nikki había estado en el radar de Feller desde la noche de hace unos meses atrás cuando ella se escapó de un asesino contratado en el piso de Rook. Después de que Heat se peleara con el Tejano, él y Dutch estaban en la primera oleada de policías que acudieron en su ayuda. Desde entonces, Feller no perdía oportunidad de pretender que no conocían el nombre de Rook y llevar un sondeo de ella. Ella lidiaba con eso, ella no era una extraña en interesar a los hombre, incluso la gustaba si ellos no cruzaban la línea, pero Feller… En el Rom(intuyo que puede ser romance)-Com (puede ser combate), él había sido mas de combate que de romance; el interesante hermano con el que bromear y no el interesante del que enamorarse. Det. Feller era divertido y buen compañero pero más para cervezas en el bar de policías que Saucerre con candelabro. Hace dos semanas ella le había visto salir de la sala de hombres en Plug Uglies con un pañuelo sanitario (puede ser collarín) alrededor de su cuello, preguntando a todo el mundo si ellos también les gustaría un babero de langostas.
“¿Qué que es de él?” repitió Nikki. “Él esta fuera por una misión.” Y después de enviar el mensaje, añadió “estará de vuelta a final de semana, creo.” Pero el detective leyó algo más en su voz.
“¿Eso es bueno o malo?”
“Algo bueno,” Heat dijo un poco más bruscamente. Después ella mostró una gran sonrisa intentado rebajar su tono. “Realmente bueno.” Y después, para convencerse a si misma, añadió “Realmente bueno.”
Lo que Nikki encontró al otro lado de la puerta no fue un típico santuario de enología con artísticas botellas verdes apiladas, ni escuchó el sonido metálico de un bate de aluminio seguido por el golpe de una bola en red acolchada. En cambio, una mezcla de incienso que se te metía en la garganta mezclada con vapores de un disolvente de limpieza de rosas le dieron la bienvenida mientras descendía el tramo de escaleras hacía el sótano. Detrás de ella, el Det. Van Meter se quejaba por lo bajo “Whoa”, y mientras Heat se dirigía hacia el rellano que la hacia bajar el último tramo, ella oyó a Dutch y Feller ajustarse los guantes. Van Meter murmuro a su compañero “He cogido un STD aquí, los voy a demandar hasta poseer la maldita ciudad.”
En el rellano al que llegaron encontraron algo que solo caritativamente podría referirse a esta como un área de recepción. El ladrillo de los muros pintado de color carmesí detrás de un mostrador de Fornica y el catálogo de sillas de Internet la recordaban a ella a una sala de espera de un gimnasio pequeño y privado, y no uno de los de alta gama. Cuatro puertas se esparcían a lo largo del muro. Todas las puertas estaban abiertas. Tres guiaban a cuartos oscuros, iluminadas solo por el haz de luz del CSU que se mantenían para iluminar la sala de espera durante la investigación. Más luces, salpicados de destellos provenían de la puerta, donde el Det. Raley esta de pie viendo la actividad, con los guantes de látex. Vio a Nikki por el rabillo del ojo y salio hacia ella.
“Bienvenida al Límite del Placer, Det. Heat,” dijo.
El sentido del policía le hizo a Nikki alcanzar las otras tres puertas antes de entrar en la de la escena del crimen. Sabía que habían estado despejándolo por Raley y los policías uniformados que respondieron primero, pero ella asomo la cabeza en cada puerta para echar un rápido vistazo. Todo lo que distinguió de la oscuridad fueron las siluetas de equipos y mobiliario del comercio de la esclavitud en la que cada cámara era temática. En orden: un tocador victoriano, un animal para juego de rol; y una habitación de privación de sentidos. En las próximas horas esto sería barrido por el CSU y las pruebas forenses se recogerán, pero por ahora ella estaba satisfecha con su estudio. Heat saco sus guantes y fue hacía la última puerta donde Feller y Van Meter esperaban detrás de Raley. Este era su caso en su territorio y no iba a dejar que vayan por delante de ella.
El cadáver estaba desnudo y atado por las muñecas y los tobillos en forma de X en una estructura de madera conocido como la Cruz de San Andrew. La estructura estaba atornillada al suelo y al techo en el centro de la habitación y el cuerpo del hombre muerto estaba hundido, con las rodillas dobladas, las nalgas pegadas al linóleo. La mayor parte de su peso, que Heat supuso que serían unas 250 libras ahora sin apoyo de los músculos, con las correas de sus muñecas tensas por encima de su cabeza y apretando sus brazos en una tensa Y. El Det. Feller susurro el canto de los coros de YMCA hasta que Nikki le escaldo con una mirada. Castigado, él cruzo sus brazos y miro a lo lejos a su compañero, quien se encogió de hombros.
“¿Qué tenemos, Raley?” Dijo Heat a su detective.
Raley consultó una única página de notas, “no mucho, todavía. Échale un vistazo.” Él extendió la habitación con su brazo. “Nada de ropas por ningún lado, no DNI, nada. Después de que el equipo de limpieza hiciera el descubrimiento. Ellos no hablan inglés por lo que Ochoa esta haciendo los honores en la oficina consiguiendo su declaración. Preliminarmente, creo, dijeron que el lugar cierra a la una, a veces a las dos, que es cuando ellos entran. Ellos estaban haciendo su habitual cosa de portero, creyendo que estaban solos, y cuando entraron aquí, a la, ah…”
“Cámara de Tortura” dijo Nikki. “La habitación es temática. Esta es para la tortura y humillación.” Ella leyó su mirada y dijo “yo trabaje una vez en vicios.”
“Yo también.” Dijo Raley.
“Yo trabaje en eso duramente.” Heat arqueo una ceja y le vio ruborizarse. “A si que nadie más estuvo aquí en el descubrimiento. ¿Vieron a alguien marcharse?”
“Negativo”
“Hay una cámara de vigilancia en la sala de espera,” dijo Van Meter.
Raley asintió. “Estoy en ello.” Y después se giro hacía Nikki. “Hay un armario cerrado en la oficina de la jefa donde los limpiadores dijeron que ella guardaba los registros.”
“Despiértala,” dijo Heat “dile que traiga la llave pero no le digas nada sobre el cuerpo. Simplemente dila que han intentazo forzar la entrada. No quiero que vaya haciendo llamadas de camino a aquí, quiero ver su reacción cuando vea el cuerpo.”
Cuando Raley salio fuera para hacer la llamada, Heat le preguntó al técnico del CSU y al fotógrafo policial si habían buscado algo de ropa o una cartera o DNI en algún lado más de la casa. Ella sabía cual era la respuesta- eran profesionales- pero tenía que estar cubierto. Obviamente, si piensas que algo es tan obvio, lo que conseguirás es pasar por alto cosas y dejar huecos en una investigación si empiezas a asumir y no pararte a comprobar. Ellos confirmaron que nada de ropa, DNI, u otros efectos personales en su barrido inicial.
El Det. Feller dijo “¿Qué te parece si Dutch y yo vamos al bloque de vecinos, ver si alguien ha visto algo?”
Van Meter asintió “a estas horas no mucha gente habrá alrededor pero podemos asaltar a los comerciantes, recolectores de basura, repartidores, quien sea.”
“Seguro,” dijo la Det. Heat “aprecio al ayuda.”
Feller le dio la mirada de cachorrito otra vez. “Por ti ¿Nikki?, vamos.” Él saco su teléfono y se arrodillo para conseguir un ángulo de la cara del hombre muerto con la cámara. “No hará daño mostrar esto por los alrededores para ver si alguien le conoce.”
“Bien pensado,” dijo ella.
De camino a la salida el Det. Feller se paro. “Escucha, lo siento si estuve fuera de lugar con la cosa del Village People. Simplemente rompía la tensión, sabes ¿no?”
Tanto como ella no podía tolerar la falta de respeto a una víctima, le miro y leyó su avergonzamiento. Como una veterana detective del NYPD, ella sabía esto era simplemente era humor de policía fuera de lugar y no significaba ser un monstruo. “Ni siquiera lo recuerdo,” dijo Heat. Él sonrió, asintiendo con la cabeza, y se fue.
Lauren Parry estaba arrodillada en el suelo al lado de la víctima y, mientras rellenaba cada hueco de su informe, la examinadora médica le recito a Nikki, “OK, a si que nosotros tenemos a un John Doe, cuarenta muchos, aproximadamente de 250 o 255 (peso).” La ME les señalo su nariz. “Obviamente fumador, definitivamente bebedor.”
Siempre es difícil con los Dos, pensó Nikki. Sin un nombre con el que apoyarte ya ibas cojeando hacia la primera puerta. Un precioso tiempo en la investigación se gastaría simplemente adivinando quien era él.
“¿Hora de la muerte preliminar?” Lauren Parry leyó el termómetro y continuo, “8 a 10 p.m.”
“¿Hace tanto tiempo? ¿Estas segura?” La amiga de Heat levantó la mirada de la carpeta hacia ella y la miro. La detective dijo, “OK, estas segura.”
“Preliminarmente, Nik. Yo hará los test típicos cuando le llevemos a la calle 13, pero por ahora es una buena ventana para ti.”
“¿Causa de la muerte?”
“Bien, tu simplemente quieres cada pequeño detalle, ¿verdad?” dijo la ME con un parpadeo detrás de un rostro inexpresivo. Después ella creció pensativa y se giro para considerar el cuerpo. “La causa de la muerte puede ser asfixia.”
“¿El collarín?”
“Esa es mi primera mejor conjetura.” Lauren se levantó e indico la postura del collarín mordiéndole en el cuello del hombre, estirado con tanta fuerza que las correas de atrás le causaron que la carne se le diese la vuelta. “Ciertamente es suficiente para restringir la tráquea. Además de que los vasos rotos de los ojos son consecuentes con la asfixia.”
“Rebobinemos, `¿primera mejor conjetura?´” preguntó Heat.
“Vamos, Nikki, sabes que siempre te cuento el primer disparo de información de forma preliminar.” Después Lauren Parry miro de vuelta al cuerpo, reflexionando de nuevo.
“¿Qué?”
“Simplemente marquemos asfixia como preliminar hasta que haga mi autopsia.”
Nikki sabia que no debía empujar a Lauren para conjeturar, al igual que su amiga no la empujaba a ella para especular. “Eso esta bien,” ella dijo, todo el tiempo sabiendo todo el tiempo que su compañera de la Oficina de Medico Forense estaba analizando algo. Lauren abrió una caja de plástico de su kit para algunos algodones y reanudo su comprobación mientras Nikki hacia lo que ella siempre hacia en una escena del crimen. Ella junto sus manos por detrás suya y lentamente ando por la habitación, ocasionalmente en cuclillas o agachada, viendo el cuerpo desde otros ángulos. Esto no era solo un ritual, era un procedimiento habitual para limpiar su cabeza de todas las conclusiones o proyecciones. La idea estaba abriendo su mente para impresiones, dejando que viniera cualquier cosa, y sobre todo, simplemente para darse cuenta de lo que estaba observando.
Su percepción de la víctima era que no era una persona activa físicamente. La importante masa de grasa que rodeaba su cintura sugiere que pasaba mucho tiempo sentado, o por lo menos en una profesión que no implicaba movimiento o fuerza como los deportes, construcciones u otra labor manual. Como mucha gente, la piel de la parte superior del brazo estaba pálida comparada con sus antebrazos pero el contraste no era grande; no un bronceado de granjero. Eso la decía que él no era de estar mucho dentro de los sitios pero que tampoco llevaba largas mangas la mayor parte del tiempo o no le gustaba atender un jardín o jugar al golf en clubs. Incluso después de este largo verano aquí serían más restos de bronceado. Ella se acerco para examinar sus manos, siendo cuidadosa de no respirar en ellas. Estas estaban limpias y suaves, subrayando su sentimiento sobre su vida de interiores. Las uñas estaban arregladas pero no de manicura; ella normalmente veía eso entre hombres de mediana edad que eran ricos o jóvenes peluqueros urbanos que estaban mas en forma. El pelo estaba escaso por la parte de arriba, propio de la edad que le había adjudicado Lauren, al igual que los hilos de color blanco mezclados con su color natural, color clasificado como hierro. Las cejas eran tremendamente espesas, a veces era un indicador para los solteros o viudos, y su perilla de sal y pimienta le daba un aire de academia o artes o letras. Nikki miro otra vez sus dedos y tomo nota de un tinte azulado que parecía esta dentro de la piel, y no típico, como de pintora de aceite o manchas de tinta.
Moratones, ronchas, y abrasiones estaban en todos los lados, por delante, por atrás y en ambos lados. Torso, piernas y brazos. Y manteniendo su enfoque de mente abierta, la detective intento no atribuir las marcas a una noche de sadomasoquismo.
Última edición por lastral el Vie Sep 07, 2012 12:28 am, editado 1 vez
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Me encanta que hayas empezado la traducción, hay cosas que no se entienden, pero son puntuales y se puede seguir la historia perfectamente.
Gracias
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mirichan1- Ayudante de policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
gracias por traducir!!!!!!! porque yo ingles el basico del instituto, y esos libros no nos lo mandaba la profe de ingles, nos mandaba uno cutre del cole, asi que mi ingles basico no da para tanto u.u
menphys- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Muchas gracias... no se he hubiera ocurrido jamás de los jamases ^^
Evissima- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡Muchas gracias por la traducción!
NathanFan2011- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡¡Gracias!!
Me estoy desesperando sin poder leerlo
Sigue
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GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Gracias a todos. Ya he empezado a traducir la segunda parte a si que cuando la tenga, la subo enseguida.
Me alegra saber que mi ingles no es tan malo como yo creia.
Me alegra saber que mi ingles no es tan malo como yo creia.
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Yo me he leído los dos primeros capítulos del libro y tranquíla, que tu traducción se entiende muy bien. Hay algunas cosas que te descentran un poco, pero nada. Si necesitas ayuda, avisame;)!
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Gracias por la traducción que acabo de terminar los dos primeros y me quedé con muchas ganas de seguir con el tercero y como parece que queda para que lo publiquen tú harás más llevadera la espera
Carmenlt- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Gracias por la oferta y por tu comentario (se agradece saber que hay gente para ayudar y para alabar ), si me atasco si que pedire ayuda pero de momento lo voy llevando. Que no es poco.fosforesente escribió:Yo me he leído los dos primeros capítulos del libro y tranquíla, que tu traducción se entiende muy bien. Hay algunas cosas que te descentran un poco, pero nada. Si necesitas ayuda, avisame;)!
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Muchos animos y gracias por el peazo de esfuerzo que estas haciendo con la traduccion. He empezado a leerlo en ingles y tu traduccion esta muy bien. Incluso habia un par de frases que no sabia como cojerlas pero gracias a tu traduccion ya las he entendido
Heat Rises promete...empecé a leerlos como complemento a la serie, y resulta que ahora estoy enganchada a Rook y Heat (al menos ellos si avanzan en su historia personal jiajiajiajia).
Heat Rises promete...empecé a leerlos como complemento a la serie, y resulta que ahora estoy enganchada a Rook y Heat (al menos ellos si avanzan en su historia personal jiajiajiajia).
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Aquí os dejo la segunda parte del primer capitulo. Siento si la espera fue algo larga, aunque espero que haya merecido la pena Disfrutarla y como siempre comentar lo bueno y lo malo.
CAPITULO 1-2ª PARTE
CAPITULO 1-2ª PARTE
Posiblemente, incluso probablemente, daba el contexto pero no para una certeza. No había cortes obvios, punciones, agujeros de bala o sangrado que pudiera ver. El resto de la habitación estaba inmaculada, por lo menos para un calabozo de tortura. El CSU paso la aspiradora por si había alguna evidencia forense en el polvo pero no había basura visible, colillas de cigarrillo, o alguna pista como por lo menos una tarjeta convenientemente caída con el número de la habitación del asesino en ella como ves en las películas viejas de la TCM.
Otra vez, manteniendo una mente abierta, Nikki desecho para terminar que allí hubiera incluso un asesino en el sentido tradicional. ¿Homicidio? Posiblemente. ¿Asesinato? Todavía simplemente probable. La puerta tenía que estar abierta para una muerte accidental de una sesión de tortura consentida que se fue demasiado de las manos resultando en un ataque de pánico de la Dom (dominadora) en la relación.
Heat estaba dibujando su propio diagrama de la disposición de la habitación, algo que ella siempre hacia como un ayudante personal que tuviera que presentarse para la Unidad de la Escena del Crimen, cuando el Det. Ochoa llego de su entrevista con el personal de limpieza. Tenía un tono sombrío mientras saludaba a Nikki pero que rápidamente ablando con su mirada a la ME.
“Detective,” dijo Lauren con demasiada formalidad.
“Doctora,” él contesto, acompañando su formalismo.
Entonces Nikki pillo a Lauren sacando algo del bolsillo de su traje y deslizándolo hacia el interior de su mano. El Det. Ochoa no lo miro, simplemente dijo, “Bien, gracias,” y cruzo la habitación, onde giro su espalda y fijo su reloj a su muñeca. Niki podría hacer las matemáticas de donde “El Ochoa” estaba cuando se despertó por la llamada del hombre muerto.
Ver a estos dos ir directos a esta farsa de la no-intimidad le dio remordimientos. Ella levantó su pluma del diagrama y se detuvo, recordando como no hace mucho ella y Rook habían conspirado para mantener su romance de una manera similar, también sin conseguir engañar a nadie. Eso fue el pasado verano en la ola de calor cuando él era un periodista que la acompañaba a investigando al equipo de homicidios de Nikki, y en última instancia a Nikki, para el reportaje que estaba escribiendo para el First Press. Tener su foto en la portada de un respetable magazine era un arma de doble filo para la tímida publicidad de Heat. Incluyendo la molesta e infeliz complicación de sus quince minutos de fama vino algo de inesperado tiempo de calor con Jameson Rook. Y ahora, algún tipo de relación había. Bueno, ella pensó- algo que había estado haciendo mucho últimamente- no tanto como una relación pero una… ¿Qué? Después de que el calor de su romance creciera y se elevara a mayor intensidad, algo más ocurrió en el tiempo y la convivencia. Profundizando en esto al empezar a sentir Nikki que esto era como un verdadero negocio que iba hacia algún lugar. Pero donde terminó fue en un acantilado con un abismo donde te suspendía el aire.
Él se había ido durante cuatro semanas ahora. Hacía un mes desde que Rook desapareció para su investigación sobre el contrabando internacional de armas para revelarlo en el First Press. Un mes fuera del radar mientras él iba de un sitio a otro por los pueblos montañosos de Europa del Este, los puertos de África, las pistas de aterrizaje de México, y dios sabe donde más. Un mes, dejando a Nikki preguntándose donde demonios se encontraban uno con respecto al otro.
Los comunicados de Rook se habían terminado y eso no ayudaba. La había dicho que iba a profundizar de forma encubierta en su investigación e iba a silenciar un poco su radio, pero ¡Vamos! Durante todo este tiempo aislado son ni siquiera una llamada de teléfono la estaba carcomiendo, preguntándose si estaba vivo, pudriéndose en alguna celda de algún señor de la guerra, o ¿Qué? ¿Podría estar fuera de comunicación durante tanto tiempo? ¿O él simplemente no habría hecho un intento lo suficientemente bueno? Nikki desecho esto al principio pero después de días y noches de intentar no pensar sobre ello, ahora luchaba con la idea de que quizás el encanto de Jameson Rook, el pícaro trotamundo, se estaba agotando. Seguro, ella respetaba su carrera como un ganador dos veces del premio Pulitzer como periodista de investigación, y sabía intelectualmente todo lo que ello conllevaba, pero la manera en que salio del Dodge, la manera en que salio tan fácilmente de su vida, la había hecho cuestionarse no solo donde estaban como pareja antes de irse pero también donde él estaba con respecto a ella.
Nikki miró su propio reloj y se preguntó que hora sería donde Jameson Rook estuviera. Después miro en este el calendario. Rook había dicho que estaría de vuelta en cinco días. La pregunta para Nikki era ¿Dónde estarían después de esto?
Heat reflexiono sobre sus recursos y decidió que sería más productivo esperar a que la jefa del club de sexo subterráneo llegara y abriera el armario del vídeo. La manera en que se podría librar de su propio par de investigadores sería engancharse algunos de los agentes uniformados y sondear el vecindario a pie. Desde que el equipo taxista se había ofrecido a sacudir cenas, todos los trabajadores nocturnos y repartidores, ella encargo a Raley y Ochoa (colectivamente y afectivamente apodados como “Roach”) concentrarse en encontrar un DNI o cartera. “Deberías hacer el rastreo habitual, cubos de basura, contenedores, rejillas de metro, debajo de las escaleras de los apartamentos, o cualquier lugar que este a mano para arrojar y correr. No hay muchos porteros en este vecindario pero si vieses alguno, pregunta. Ah, y echa un vistazo a ala Casa Fénix de arriba. Quizás alguno de nuestros amigos en recuperación estaban despiertos y oyeron o vieron algo.”
El teléfono de los Roach interrumpió cerca de dos segundos después. Heat sostuvo su propio móvil y dijo “eso es una foto de la cabeza que te de mandar. Si tienes oportunidad, hazle una foto, nunca se sabe.”
“Bien,” dijo Ochoa. “¿A quién no le encanta tener una foto de una víctima de asfixia en su cara antes del desayuno?”
Mientras ellos subían las escaleras hacia un nivel más alto, ella les llamo, “y toma nota de las cámaras que veas con vistas a la calle. Bancos, joyerías, tu ya sabes el procedimiento. Podemos dejarnos caer y tenerlos a ellos haciendo un chequeo cuando ellos abran tarde esta mañana.”
La Det. Heat tenía que deshacerse de un humor de perros después de hablar con la jefa del “Límite del Placer.” Nikki dudo que la mujer hubiera sido despertada por Raley. Al contrario. Roxanne Paltz parecía que había estado despierta toda la noche, en gran medida y severamente compuesto por su llegada en un traje de vinilo apretado que crujía cada que ella se movía en la silla de la oficina. Sus gafas de lentes azules, su pelo blancamente dañado, que desprendía un inconfundible olor a cannabis. Cuando Nikki le dijo la verdadera razón de que estuviera aquí, el hombre muerto en la cámara de tortura, ella perdió color y se tambaleo. Heat la mostró la foto de su teléfono, y la mujer estuvo cerda de vomitar. Ella se sentó inestablemente y bebió un sorbo del agua que Nikki le había dado de la nevera, pero después de que se recobrara, dijo que nunca había visto al tio.
Cuando Nikki le preguntó si podía echar un vistazo a los vídeos de vigilancia, consiguió argumentarse y Roxanne Paltz se convirtió de repente en una entendida sobre derechos constitucionales. Hablando con autoridad de alguien que ha sido molestado por llevar un negocio de oficio sexual, ella cito simplemente motivos como, ilegitima búsqueda, confidencialidad del cliente, y libertad de expresión. Su abogado estaba en la marcación rápida, e incluso sin pensar que eran las seis de la mañana, ella lo llamo y lo despertó, Nikki estaba lidiando con su deslumbrante máscara de mapache mientras ella parloteaba sobre su certeza de que ninguna cabina podría ser abierta o vídeo visualizado son una orden judicial.
“Simplemente estoy pidiendo un poco de colaboración,” dijo Nikki.
Roxanne se sentó escuchando al abogado en su teléfono, asintiendo y asintiendo, con un vinilo crujiendo con cada movimiento de cabeza. Y después ella se levantó, “él dice que os jodan.”
Nikki Heat se paro y le dio una leve sonrisa. “Juzgando todo el material que tienes aquí, este sería probablemente el único lugar en el que yo podría realmente hacer eso.”
La detective sabía que conseguiría la orden de búsqueda y acababa de terminar su llamada al centro de la cuidad para conseguirla cuando su teléfono vibró en su mano. Era Raley. “Sube arriba. Pienso que tenemos algo.”
Ella llego a la acera esperando sol pero todavía estaba oscuro. Nikki había perdido la noción del tiempo estando allí abajo y quedo reflejado que esa era probablemente toda la idea.
Los Det. Raley, Ochoa, Van Meter, y Feller estaban de pie al otro lado de la acera en un semicírculo debajo de un toldo verde de la tienda de comestibles de la esquina. Cruzando la 74 para encontrarse con ellos Nikki tuvo que pararse para no llevarse por delante a un repartidor en una vieja bici. Ella vio su respiración mientras él pasaba por orden de alguien en el desayuno y rebotando en una canasta de alambre y comprendiendo que probablemente ella no tenía el trabajo más duro de la cuidad. “¿Qué tenéis?” dijo mientras andaba hacia el equipo. “Encontramos algunas ropas y zapatos acuñados entre los dos edificios de aquí,” dijo Ochoa, formando un destello de su Steamlight Stinger en el vacío muro que separaba los comestibles y el spa de uñas de la siguiente puerta. Raley sujeto unos oscuros pantalones y un mocasín negro con bolas para Heat y después los metió en una bolsa de evidencia. “¿Lugares como este? Lugares clásicos para tirar,” dijo Ochoa. “Aprendí eso en Narco.”
“Dame luz, perro sabueso, pienso que hay más aquí.” Raley cogió la linterna de su compañero y se agacho en frente del muro vacío. Unos segundos después saco la pareja del otro mocasín diciendo, “Bien, ¿Qué sabes?”
“¿Qué?” Preguntó Ochoa. “No seas idiota, ¿Qué es eso?”
“Espera un segundo. Si no estuvieses engordando, podrías haberlo hecho en mi lugar.” Raley volvió sus hombros para conseguir un mejor ángulo para su envergadura en la estrecha abertura. “Allá vamos. Otro collar.”
Nikki esperaba ver algo de cuero con tachuelas y anillos en forma de “D” de acero inoxidable pero cuando Raley finalmente levanto y lo sostuvo en su guante, no era un tipo de collar después de todo. Era un alzacuellos (el collar blanco que llevan los curas).
En 2005, la ciudad de New York invirtió once millones de dólares en modernizar la alta capacidad tecnológica para el edificio del Real Time Crime Center, un ordenador central de operaciones que, entre las numerosas capacidades, proporciona informes de crímenes y una base de datos para los policías en el campo con una inmediatez alarmante. Eso hacía que en una ciudad de ocho millones y medio de personas solo le llevaría a la Det. Heat menos de tres minutos en conseguir una probablemente identificación de la víctima de la cámara de la tortura. El acceso a los informes en el RTCC y un aviso en los archivos de los Informes de Personas Desaparecidas sobre la noche anterior por un ama de llaves de la rectoría de una iglesia daba como resultado el Padre Gerald Graf.
Nikki asigno a Roach quedarse y continuar su sondeo mientras ella conducía hacia la ciudad para entrevistar a la mujer del archivo de Personas Desaparecidas. Los Det. Feller y Van Meter habían acabado su turno, pero Dutch se ofreció para ayudar a los Roach para continuar llamando puertas.
Feller apareció en la ventana de su coche y le dijo que si Heat no le importaba la compañía, él estaría feliz acompañándola en el viaje. Ella dudo, entendiendo que era sobre Feller aprovechando su oportunidad para preguntarla sobre tomar una copa o cenar luego. Pero un veterano detective estaba ofreciendo su ayuda en un caso de su propio tiempo y ella no podía decir que no a eso. Si él intentaba inclinarlo en una oferta para una cita, ella simplemente lidiaría con eso.
Nuestra Mujer de los Inocentes estaba en la frontera del norte del recinto, entre un bloque de la 85 y la Avenida West End y Riverside. En ese extremo inicial de la hora punta de esa mañana, una carrera de cinco minutos, si eso. Pero tan pronto como ella salio a Broadway, ella cogió un semáforo rojo en frente del Teatro Beacon.
“Estoy contento de finalmente tener algo de tiempo a solas contigo,” dijo Feller mientras ella esperaba.
“Seguro,” dijo Nikki, quien después, corrió para conducirlo a un tema más alejado. “Aprecio la ayuda, Randy. Poder usar siempre otro par de ojos y orejas.”
“Dame la oportunidad de preguntarte algo sin el mundo entero a nuestro alrededor.”
Ella miro a la luz y considero estirar la cinta “… ¿si?”
“¿Alguna idea de cómo te fue en el examen para teniente?" Preguntó. No la pregunta que ella esperaba. Nikki se giro para mirarle. “En verde,” él dijo y ella siguió conduciendo.
“No lo se, creo que me salio todo bien. Difícil saberlo de seguro.” Ella dijo. “Todavía sigo esperando a que los resultados sean puestos.” Cuando el test del departamento del servicio civil fue ofrecido hace poco, Heat lo había cogido no tanto por su deseo ardiente para la promoción, sino porque no estaba segura de cuando esto volvería a salir otra vez. El recorte de presupuesto por la crisis económica había golpeado a New York tanto como a cualquier otro municipio y una de las respuestas el año pasado había sido reducir la subida aplazando los test para los ascensos.
El Det. Feller aclaro su pregunta. “¿Y si yo te dijera que he oído que lo conseguiste?” Ella le miro de reojo y después se concentro en la conducción del camión que repartía el pan que se había parado en doble fila sin luces. Mientras ella golpeaba la luz del intermitente y esperaba a que el paso estuviera limpio, el siguió. “y se que esto es un hecho.”
“¿Cómo?”
“De fuentes internas. Del centro.” Él alcanzó al panel de mandos. “¿Te importa si bajo la calefacción? Empieza a hacer mucho calor aquí.”
“Tu mismo.”
“Intento mantenerme conectado.” Él lo bajo dando al botón con un click decidiendo después dar una vez más antes de volver a recostarse en su asiento otra vez. “No planeo estar en esa cabina para siempre. ¿Sabes lo que te dijo?”
“Seguro, seguro. “ Nikki había hecho un giro rodeando al camión. “Yo, um, aprecio la información.”
“A si que cuando consigas pasar por todas los aros que te hagan hacer saltar- como enseñarte el apretón de manos secreto, o lo que sea- hazme un favor ¿vale? No te olvides de los amigos que te ayudaron.”
Tonto no es, pensó Nikki. Ella se sentía un poco avergonzada. Todo este tiempo pensando que Feller quería una cita con ella cuando probablemente lo que él quería era conectar con ella. Ella rebobino su imagen mental de él en el bar de policías haciendo el payaso con su babero de culo para las langostas y se pregunto si el bufón era toda la diversión, o si él realmente solo era un cualificado lanzador. Cuanto más hablaba, más esa imagen emergía.
“Cuando consigas tu bar de oro va a ser un trozo de buenas noticias en tu comisaría para un cambio. Y sabes lo que quiero decir.”
“No estoy segura de hacerlo.” Ella dijo. Ellos se encontraron con otro semáforo en rojo en la 79, y desafortunadamente este era de los largos.
“No estoy segura, eso es de risa.” Él dijo. “Quiero decir el Capitán Montrose.”
Nikki sabía muy bien que es lo que quería decir. Su capitán, su mentor, el Capitán Montrose, estaba bajo una creciente presión por el One Police Plaza al estar encima de su actuación como comandante de la 12th comisaría. Ahora la economía iba mal, los desempleados crecían, o una vuelta al desorden los días oscuros del Pre-Guiliane, las estadísticas estaban al borde por todos los cinco municipios. Y peor, ellos estaban en el final de una temporada de elecciones. Serias circunstancias, a si que en respuesta, el papel era toda cuesta abajo para los comandantes de las comisarías. Pero Heat podía ver a su capitán con algún kilo de más. Montrose había estado raro, hablando por lo bajo para extras reuniones y lamiendo culos, pasando mucho más tiempo en HQ que en su oficina. Su personalidad se oscureció bajo la presión y se había vuelto atípicamente distante- no, más que distante, reservado. Esto la hizo a Nikki preguntarse si algo más estaba pasándole a parte de la actuación sobre su comisaría. Ahora lo que le preocupaba a Heat era que su jefe fuese la comidilla del departamento. Si Feller lo sabía, otros también. La lealtad la hacia desviarlo, proteger a su jefe.
“Escucha, Randy, ¿Quién no esta presionado estos días? Yo he oído que las reuniones semanales de los CompStat en la comisaría número uno son brutales para todos los capitanes, no solo el mío.”
“Seriamente,” dijo asintiendo. “Ellos deberían poner un desagüe en el suelo para dejar que la sangre corra. Esta en verde.”
“Si, se acaba de cambiar.” Nikki piso el acelerador.
“Lo siento. La conducción de Dutch es de locura, también. Te lo digo. Tengo que tener mi culo fuera de esa cabina.” Él bajo su ventana y escupió. Cuando la volvió a cerrar, dijo, “esto no es simplemente sobre el rendimiento. Tengo un hombre en Asuntos Internos. Tu hombre esta en su radar.”
“Es una trola.”
“Nada de trola.”
“¿Para qué?”
Él hizo un exagerado encogimiento de hombros. “Es AI. ¿Qué es lo que piensas?”
“No, no lo compraría,” ella dijo.
“Entonces no. Probablemente este limpio pero te digo que él tiene su cuello en el tronco y ellos están afilando el hacha.”
“Probablemente no. Montrose esta limpio.” Ella hizo un giro hacia la derecha hacia la 85. Una manzana y media después, ella podía ver una cruz en el tejado de una iglesia. En la distancia, cruzando el Hudson, los apartamentos y acantalidos estaban colorados por la salida del sol.
Nikki apagó las luces del coche mientras cruzaba la Avenida West End.
“Quien sabe,” dijo Feller, “si consigues el ascenso, estarás en posición de tomar su cargo si él se va.”
“Él no se va. Montrose esta bajo presión pero él esta limpio mientras vienen.”
“Si tu lo dices.”
“Lo digo. Él es intachable.”
Mientras Nikki salía del coche aparcado en frente de la rectoría, ella deseo haber hecho el viaje sola. No, lo que ella deseaba es que Feller simplemente la hubiese preguntado por unas copas, o bolos, o por sexo. Con cualquiera de estos, ella preferiría haber lidiado.
Ella busco el timbre pero antes de que pudiera presionarlo, vio una pequeña cabeza a través de la vidriera de colores de la puerta y se abrió para revelar una menuda mujer en sus sesenta y muchos.
Nikki consultó sus notas del mensaje de RTCC. “Buenas días, ¿Es usted Lydia Borelli?”
“Si, y ustedes son la policía, puedo decir.”
Después de que enseñaran sus identificaciones y se presentaran ellos mismos, Nikki dijo, “¿Y fue usted quien llamo sobre el Padre Graf?”
“Oh, yo he estado preocupada. Entren, por favor.”
Los labios del ama de llaves estaban temblando y sus manos temblaban nerviosamente. Ella perdió el pomo de la puerta en su primer intento de cerrarla. “¿Le han encontrado? ¿Esta bien?”
“Ms. Borelli. ¿Tiene alguna foto reciente que podamos ver?”
“¿Del Padre? Estoy segura que en algún lugar….Lo se.”
Ella les dejo encima de una espesa alfombra que amortiguaba sus pisadas por la sala de estar y luego en el estudio adjunto. En los estantes de la pared, encima del escritorio, estaban puestas algunas fotos en marcos de cristal entre libros y chucherías. El ama de llaves cogió una, golpeando su dedo a lo largo de la parte de arriba del marco para desempolvarlo antes de entregarlo. “Esto es del último verano.” Heat y el Det. Feller se juntaron para examinarla.
La foto fue tomada en algún tipo de reunión de protesta y mostraba a un cura y tres hispanos protestantes, con las manos unidas, guiando una marcha por detrás de una pancarta. La cara del Padre Graf, helada en medio de un recital de canto, era definitivamente la misma que el cuerpo de “El Limite del Placer.”
El ama de llaves llevo las noticias estoicamente, santiguándose con la señal de la cruz y después bajo su cabeza en una silenciosa oración. Cuando hubo terminado venas rojas se mostraron en su sien y lagrimas cayeron por sus mejillas. Había pañuelos al final de la mesa cercana al sofá. Nikki la ofreció uno y ella lo cogió.
“¿Cómo ha ocurrido?” Ella preguntó, empezando a bajar el pañuelo de sus manos.
Frágil como la mujer aparentaba Heat pensó que lo mejor era no darle a ella los detalles de la muerte del cura en la cámara de tortura y humillación. “Estamos investigando eso.”
Entonces ella levantó la mirada. “¿Sufrió?"
El Det. Feller miro de reojo a Nikki y se giro para esconder su cara, de repente se hizo el ocupado reemplazando la foto en la estantería.
“Tendremos más detalles después del informe del juez de primera instancia,” contesto Nikki, esperando que su artística evasiva fuese suficiente para comprarla. “Sabemos que es una pérdida para usted, pero en un tiempo, no ahora mismo, vamos a necesitar hacerle unas cuantas preguntas que nos ayudan.”
“Ciertamente, cualquier cosa que necesiten.”
“Lo que nos ayudaría ahora, Ms. Borelli, es si podríamos echar un vistazo a la rectoría. Ya sabe, buscar a través de los papeles, su habitación.”
“Su armario,” dijo Feller.
Nikki se movió hacia delante. “Queremos buscar cualquier cosa que nos ayude a encontrar quien hizo esto.”
El ama de llaves les dio una mirada de perplejidad. “¿Otra vez?”
“He dicho, nos gustaría buscar-“
“Ya he oído lo que dijo. Quiero decir, ¿Qué si necesitan buscar otra vez?”
Heat se apoyo en el sofá más cerca de la cara de la mujer. “¿Esta diciendo que alguien ya ha buscado aquí?”
“Si, la pasada noche, otro policía. El dijo que estaba siguiendo mi informe de personas desaparecidas.”
“Oh, por supuesto, a veces nosotros cruzamos señales,” dijo Nikki. Eso podría bien ser del caso pero su intranquilidad estaba creciendo. Ella captó una mirada de Feller que decía que su antena estaba levantada, también. “¿Quizás le pueda preguntar quién fue ese policía?”
“No recuerdo su nombre. Lo dijo. Pero estaba molesta. Mal momento.” Ella río entre dientes y después sofoco un sollozo. “Él me mostró una placa como las vuestras, a si que le deje vagar libremente. Yo estuve viendo la televisión mientras él miraba alrededor.”
“Bueno, estoy segura de que realizo un informe.” Nikki abrió su cuaderno de espiral de notas. “Probablemente yo podría abrir camino por alguna carpeta roja si me lo describe.”
“Seguro. Alto. Negro, o ¿Se dice Afroamericanos estos día? Muy agradable, tenía una cara amable. Calvo. Oh, y una pequeña marca de nacimiento o lunar o algo aquí.” Ella señalo su mejilla.
Heat paro de escribir y levanto su pluma. Tenía todo lo que necesitaba. El ama de llaves había acabado de describir al Capitán Montrose.
Otra vez, manteniendo una mente abierta, Nikki desecho para terminar que allí hubiera incluso un asesino en el sentido tradicional. ¿Homicidio? Posiblemente. ¿Asesinato? Todavía simplemente probable. La puerta tenía que estar abierta para una muerte accidental de una sesión de tortura consentida que se fue demasiado de las manos resultando en un ataque de pánico de la Dom (dominadora) en la relación.
Heat estaba dibujando su propio diagrama de la disposición de la habitación, algo que ella siempre hacia como un ayudante personal que tuviera que presentarse para la Unidad de la Escena del Crimen, cuando el Det. Ochoa llego de su entrevista con el personal de limpieza. Tenía un tono sombrío mientras saludaba a Nikki pero que rápidamente ablando con su mirada a la ME.
“Detective,” dijo Lauren con demasiada formalidad.
“Doctora,” él contesto, acompañando su formalismo.
Entonces Nikki pillo a Lauren sacando algo del bolsillo de su traje y deslizándolo hacia el interior de su mano. El Det. Ochoa no lo miro, simplemente dijo, “Bien, gracias,” y cruzo la habitación, onde giro su espalda y fijo su reloj a su muñeca. Niki podría hacer las matemáticas de donde “El Ochoa” estaba cuando se despertó por la llamada del hombre muerto.
Ver a estos dos ir directos a esta farsa de la no-intimidad le dio remordimientos. Ella levantó su pluma del diagrama y se detuvo, recordando como no hace mucho ella y Rook habían conspirado para mantener su romance de una manera similar, también sin conseguir engañar a nadie. Eso fue el pasado verano en la ola de calor cuando él era un periodista que la acompañaba a investigando al equipo de homicidios de Nikki, y en última instancia a Nikki, para el reportaje que estaba escribiendo para el First Press. Tener su foto en la portada de un respetable magazine era un arma de doble filo para la tímida publicidad de Heat. Incluyendo la molesta e infeliz complicación de sus quince minutos de fama vino algo de inesperado tiempo de calor con Jameson Rook. Y ahora, algún tipo de relación había. Bueno, ella pensó- algo que había estado haciendo mucho últimamente- no tanto como una relación pero una… ¿Qué? Después de que el calor de su romance creciera y se elevara a mayor intensidad, algo más ocurrió en el tiempo y la convivencia. Profundizando en esto al empezar a sentir Nikki que esto era como un verdadero negocio que iba hacia algún lugar. Pero donde terminó fue en un acantilado con un abismo donde te suspendía el aire.
Él se había ido durante cuatro semanas ahora. Hacía un mes desde que Rook desapareció para su investigación sobre el contrabando internacional de armas para revelarlo en el First Press. Un mes fuera del radar mientras él iba de un sitio a otro por los pueblos montañosos de Europa del Este, los puertos de África, las pistas de aterrizaje de México, y dios sabe donde más. Un mes, dejando a Nikki preguntándose donde demonios se encontraban uno con respecto al otro.
Los comunicados de Rook se habían terminado y eso no ayudaba. La había dicho que iba a profundizar de forma encubierta en su investigación e iba a silenciar un poco su radio, pero ¡Vamos! Durante todo este tiempo aislado son ni siquiera una llamada de teléfono la estaba carcomiendo, preguntándose si estaba vivo, pudriéndose en alguna celda de algún señor de la guerra, o ¿Qué? ¿Podría estar fuera de comunicación durante tanto tiempo? ¿O él simplemente no habría hecho un intento lo suficientemente bueno? Nikki desecho esto al principio pero después de días y noches de intentar no pensar sobre ello, ahora luchaba con la idea de que quizás el encanto de Jameson Rook, el pícaro trotamundo, se estaba agotando. Seguro, ella respetaba su carrera como un ganador dos veces del premio Pulitzer como periodista de investigación, y sabía intelectualmente todo lo que ello conllevaba, pero la manera en que salio del Dodge, la manera en que salio tan fácilmente de su vida, la había hecho cuestionarse no solo donde estaban como pareja antes de irse pero también donde él estaba con respecto a ella.
Nikki miró su propio reloj y se preguntó que hora sería donde Jameson Rook estuviera. Después miro en este el calendario. Rook había dicho que estaría de vuelta en cinco días. La pregunta para Nikki era ¿Dónde estarían después de esto?
Heat reflexiono sobre sus recursos y decidió que sería más productivo esperar a que la jefa del club de sexo subterráneo llegara y abriera el armario del vídeo. La manera en que se podría librar de su propio par de investigadores sería engancharse algunos de los agentes uniformados y sondear el vecindario a pie. Desde que el equipo taxista se había ofrecido a sacudir cenas, todos los trabajadores nocturnos y repartidores, ella encargo a Raley y Ochoa (colectivamente y afectivamente apodados como “Roach”) concentrarse en encontrar un DNI o cartera. “Deberías hacer el rastreo habitual, cubos de basura, contenedores, rejillas de metro, debajo de las escaleras de los apartamentos, o cualquier lugar que este a mano para arrojar y correr. No hay muchos porteros en este vecindario pero si vieses alguno, pregunta. Ah, y echa un vistazo a ala Casa Fénix de arriba. Quizás alguno de nuestros amigos en recuperación estaban despiertos y oyeron o vieron algo.”
El teléfono de los Roach interrumpió cerca de dos segundos después. Heat sostuvo su propio móvil y dijo “eso es una foto de la cabeza que te de mandar. Si tienes oportunidad, hazle una foto, nunca se sabe.”
“Bien,” dijo Ochoa. “¿A quién no le encanta tener una foto de una víctima de asfixia en su cara antes del desayuno?”
Mientras ellos subían las escaleras hacia un nivel más alto, ella les llamo, “y toma nota de las cámaras que veas con vistas a la calle. Bancos, joyerías, tu ya sabes el procedimiento. Podemos dejarnos caer y tenerlos a ellos haciendo un chequeo cuando ellos abran tarde esta mañana.”
La Det. Heat tenía que deshacerse de un humor de perros después de hablar con la jefa del “Límite del Placer.” Nikki dudo que la mujer hubiera sido despertada por Raley. Al contrario. Roxanne Paltz parecía que había estado despierta toda la noche, en gran medida y severamente compuesto por su llegada en un traje de vinilo apretado que crujía cada que ella se movía en la silla de la oficina. Sus gafas de lentes azules, su pelo blancamente dañado, que desprendía un inconfundible olor a cannabis. Cuando Nikki le dijo la verdadera razón de que estuviera aquí, el hombre muerto en la cámara de tortura, ella perdió color y se tambaleo. Heat la mostró la foto de su teléfono, y la mujer estuvo cerda de vomitar. Ella se sentó inestablemente y bebió un sorbo del agua que Nikki le había dado de la nevera, pero después de que se recobrara, dijo que nunca había visto al tio.
Cuando Nikki le preguntó si podía echar un vistazo a los vídeos de vigilancia, consiguió argumentarse y Roxanne Paltz se convirtió de repente en una entendida sobre derechos constitucionales. Hablando con autoridad de alguien que ha sido molestado por llevar un negocio de oficio sexual, ella cito simplemente motivos como, ilegitima búsqueda, confidencialidad del cliente, y libertad de expresión. Su abogado estaba en la marcación rápida, e incluso sin pensar que eran las seis de la mañana, ella lo llamo y lo despertó, Nikki estaba lidiando con su deslumbrante máscara de mapache mientras ella parloteaba sobre su certeza de que ninguna cabina podría ser abierta o vídeo visualizado son una orden judicial.
“Simplemente estoy pidiendo un poco de colaboración,” dijo Nikki.
Roxanne se sentó escuchando al abogado en su teléfono, asintiendo y asintiendo, con un vinilo crujiendo con cada movimiento de cabeza. Y después ella se levantó, “él dice que os jodan.”
Nikki Heat se paro y le dio una leve sonrisa. “Juzgando todo el material que tienes aquí, este sería probablemente el único lugar en el que yo podría realmente hacer eso.”
La detective sabía que conseguiría la orden de búsqueda y acababa de terminar su llamada al centro de la cuidad para conseguirla cuando su teléfono vibró en su mano. Era Raley. “Sube arriba. Pienso que tenemos algo.”
Ella llego a la acera esperando sol pero todavía estaba oscuro. Nikki había perdido la noción del tiempo estando allí abajo y quedo reflejado que esa era probablemente toda la idea.
Los Det. Raley, Ochoa, Van Meter, y Feller estaban de pie al otro lado de la acera en un semicírculo debajo de un toldo verde de la tienda de comestibles de la esquina. Cruzando la 74 para encontrarse con ellos Nikki tuvo que pararse para no llevarse por delante a un repartidor en una vieja bici. Ella vio su respiración mientras él pasaba por orden de alguien en el desayuno y rebotando en una canasta de alambre y comprendiendo que probablemente ella no tenía el trabajo más duro de la cuidad. “¿Qué tenéis?” dijo mientras andaba hacia el equipo. “Encontramos algunas ropas y zapatos acuñados entre los dos edificios de aquí,” dijo Ochoa, formando un destello de su Steamlight Stinger en el vacío muro que separaba los comestibles y el spa de uñas de la siguiente puerta. Raley sujeto unos oscuros pantalones y un mocasín negro con bolas para Heat y después los metió en una bolsa de evidencia. “¿Lugares como este? Lugares clásicos para tirar,” dijo Ochoa. “Aprendí eso en Narco.”
“Dame luz, perro sabueso, pienso que hay más aquí.” Raley cogió la linterna de su compañero y se agacho en frente del muro vacío. Unos segundos después saco la pareja del otro mocasín diciendo, “Bien, ¿Qué sabes?”
“¿Qué?” Preguntó Ochoa. “No seas idiota, ¿Qué es eso?”
“Espera un segundo. Si no estuvieses engordando, podrías haberlo hecho en mi lugar.” Raley volvió sus hombros para conseguir un mejor ángulo para su envergadura en la estrecha abertura. “Allá vamos. Otro collar.”
Nikki esperaba ver algo de cuero con tachuelas y anillos en forma de “D” de acero inoxidable pero cuando Raley finalmente levanto y lo sostuvo en su guante, no era un tipo de collar después de todo. Era un alzacuellos (el collar blanco que llevan los curas).
En 2005, la ciudad de New York invirtió once millones de dólares en modernizar la alta capacidad tecnológica para el edificio del Real Time Crime Center, un ordenador central de operaciones que, entre las numerosas capacidades, proporciona informes de crímenes y una base de datos para los policías en el campo con una inmediatez alarmante. Eso hacía que en una ciudad de ocho millones y medio de personas solo le llevaría a la Det. Heat menos de tres minutos en conseguir una probablemente identificación de la víctima de la cámara de la tortura. El acceso a los informes en el RTCC y un aviso en los archivos de los Informes de Personas Desaparecidas sobre la noche anterior por un ama de llaves de la rectoría de una iglesia daba como resultado el Padre Gerald Graf.
Nikki asigno a Roach quedarse y continuar su sondeo mientras ella conducía hacia la ciudad para entrevistar a la mujer del archivo de Personas Desaparecidas. Los Det. Feller y Van Meter habían acabado su turno, pero Dutch se ofreció para ayudar a los Roach para continuar llamando puertas.
Feller apareció en la ventana de su coche y le dijo que si Heat no le importaba la compañía, él estaría feliz acompañándola en el viaje. Ella dudo, entendiendo que era sobre Feller aprovechando su oportunidad para preguntarla sobre tomar una copa o cenar luego. Pero un veterano detective estaba ofreciendo su ayuda en un caso de su propio tiempo y ella no podía decir que no a eso. Si él intentaba inclinarlo en una oferta para una cita, ella simplemente lidiaría con eso.
Nuestra Mujer de los Inocentes estaba en la frontera del norte del recinto, entre un bloque de la 85 y la Avenida West End y Riverside. En ese extremo inicial de la hora punta de esa mañana, una carrera de cinco minutos, si eso. Pero tan pronto como ella salio a Broadway, ella cogió un semáforo rojo en frente del Teatro Beacon.
“Estoy contento de finalmente tener algo de tiempo a solas contigo,” dijo Feller mientras ella esperaba.
“Seguro,” dijo Nikki, quien después, corrió para conducirlo a un tema más alejado. “Aprecio la ayuda, Randy. Poder usar siempre otro par de ojos y orejas.”
“Dame la oportunidad de preguntarte algo sin el mundo entero a nuestro alrededor.”
Ella miro a la luz y considero estirar la cinta “… ¿si?”
“¿Alguna idea de cómo te fue en el examen para teniente?" Preguntó. No la pregunta que ella esperaba. Nikki se giro para mirarle. “En verde,” él dijo y ella siguió conduciendo.
“No lo se, creo que me salio todo bien. Difícil saberlo de seguro.” Ella dijo. “Todavía sigo esperando a que los resultados sean puestos.” Cuando el test del departamento del servicio civil fue ofrecido hace poco, Heat lo había cogido no tanto por su deseo ardiente para la promoción, sino porque no estaba segura de cuando esto volvería a salir otra vez. El recorte de presupuesto por la crisis económica había golpeado a New York tanto como a cualquier otro municipio y una de las respuestas el año pasado había sido reducir la subida aplazando los test para los ascensos.
El Det. Feller aclaro su pregunta. “¿Y si yo te dijera que he oído que lo conseguiste?” Ella le miro de reojo y después se concentro en la conducción del camión que repartía el pan que se había parado en doble fila sin luces. Mientras ella golpeaba la luz del intermitente y esperaba a que el paso estuviera limpio, el siguió. “y se que esto es un hecho.”
“¿Cómo?”
“De fuentes internas. Del centro.” Él alcanzó al panel de mandos. “¿Te importa si bajo la calefacción? Empieza a hacer mucho calor aquí.”
“Tu mismo.”
“Intento mantenerme conectado.” Él lo bajo dando al botón con un click decidiendo después dar una vez más antes de volver a recostarse en su asiento otra vez. “No planeo estar en esa cabina para siempre. ¿Sabes lo que te dijo?”
“Seguro, seguro. “ Nikki había hecho un giro rodeando al camión. “Yo, um, aprecio la información.”
“A si que cuando consigas pasar por todas los aros que te hagan hacer saltar- como enseñarte el apretón de manos secreto, o lo que sea- hazme un favor ¿vale? No te olvides de los amigos que te ayudaron.”
Tonto no es, pensó Nikki. Ella se sentía un poco avergonzada. Todo este tiempo pensando que Feller quería una cita con ella cuando probablemente lo que él quería era conectar con ella. Ella rebobino su imagen mental de él en el bar de policías haciendo el payaso con su babero de culo para las langostas y se pregunto si el bufón era toda la diversión, o si él realmente solo era un cualificado lanzador. Cuanto más hablaba, más esa imagen emergía.
“Cuando consigas tu bar de oro va a ser un trozo de buenas noticias en tu comisaría para un cambio. Y sabes lo que quiero decir.”
“No estoy segura de hacerlo.” Ella dijo. Ellos se encontraron con otro semáforo en rojo en la 79, y desafortunadamente este era de los largos.
“No estoy segura, eso es de risa.” Él dijo. “Quiero decir el Capitán Montrose.”
Nikki sabía muy bien que es lo que quería decir. Su capitán, su mentor, el Capitán Montrose, estaba bajo una creciente presión por el One Police Plaza al estar encima de su actuación como comandante de la 12th comisaría. Ahora la economía iba mal, los desempleados crecían, o una vuelta al desorden los días oscuros del Pre-Guiliane, las estadísticas estaban al borde por todos los cinco municipios. Y peor, ellos estaban en el final de una temporada de elecciones. Serias circunstancias, a si que en respuesta, el papel era toda cuesta abajo para los comandantes de las comisarías. Pero Heat podía ver a su capitán con algún kilo de más. Montrose había estado raro, hablando por lo bajo para extras reuniones y lamiendo culos, pasando mucho más tiempo en HQ que en su oficina. Su personalidad se oscureció bajo la presión y se había vuelto atípicamente distante- no, más que distante, reservado. Esto la hizo a Nikki preguntarse si algo más estaba pasándole a parte de la actuación sobre su comisaría. Ahora lo que le preocupaba a Heat era que su jefe fuese la comidilla del departamento. Si Feller lo sabía, otros también. La lealtad la hacia desviarlo, proteger a su jefe.
“Escucha, Randy, ¿Quién no esta presionado estos días? Yo he oído que las reuniones semanales de los CompStat en la comisaría número uno son brutales para todos los capitanes, no solo el mío.”
“Seriamente,” dijo asintiendo. “Ellos deberían poner un desagüe en el suelo para dejar que la sangre corra. Esta en verde.”
“Si, se acaba de cambiar.” Nikki piso el acelerador.
“Lo siento. La conducción de Dutch es de locura, también. Te lo digo. Tengo que tener mi culo fuera de esa cabina.” Él bajo su ventana y escupió. Cuando la volvió a cerrar, dijo, “esto no es simplemente sobre el rendimiento. Tengo un hombre en Asuntos Internos. Tu hombre esta en su radar.”
“Es una trola.”
“Nada de trola.”
“¿Para qué?”
Él hizo un exagerado encogimiento de hombros. “Es AI. ¿Qué es lo que piensas?”
“No, no lo compraría,” ella dijo.
“Entonces no. Probablemente este limpio pero te digo que él tiene su cuello en el tronco y ellos están afilando el hacha.”
“Probablemente no. Montrose esta limpio.” Ella hizo un giro hacia la derecha hacia la 85. Una manzana y media después, ella podía ver una cruz en el tejado de una iglesia. En la distancia, cruzando el Hudson, los apartamentos y acantalidos estaban colorados por la salida del sol.
Nikki apagó las luces del coche mientras cruzaba la Avenida West End.
“Quien sabe,” dijo Feller, “si consigues el ascenso, estarás en posición de tomar su cargo si él se va.”
“Él no se va. Montrose esta bajo presión pero él esta limpio mientras vienen.”
“Si tu lo dices.”
“Lo digo. Él es intachable.”
Mientras Nikki salía del coche aparcado en frente de la rectoría, ella deseo haber hecho el viaje sola. No, lo que ella deseaba es que Feller simplemente la hubiese preguntado por unas copas, o bolos, o por sexo. Con cualquiera de estos, ella preferiría haber lidiado.
Ella busco el timbre pero antes de que pudiera presionarlo, vio una pequeña cabeza a través de la vidriera de colores de la puerta y se abrió para revelar una menuda mujer en sus sesenta y muchos.
Nikki consultó sus notas del mensaje de RTCC. “Buenas días, ¿Es usted Lydia Borelli?”
“Si, y ustedes son la policía, puedo decir.”
Después de que enseñaran sus identificaciones y se presentaran ellos mismos, Nikki dijo, “¿Y fue usted quien llamo sobre el Padre Graf?”
“Oh, yo he estado preocupada. Entren, por favor.”
Los labios del ama de llaves estaban temblando y sus manos temblaban nerviosamente. Ella perdió el pomo de la puerta en su primer intento de cerrarla. “¿Le han encontrado? ¿Esta bien?”
“Ms. Borelli. ¿Tiene alguna foto reciente que podamos ver?”
“¿Del Padre? Estoy segura que en algún lugar….Lo se.”
Ella les dejo encima de una espesa alfombra que amortiguaba sus pisadas por la sala de estar y luego en el estudio adjunto. En los estantes de la pared, encima del escritorio, estaban puestas algunas fotos en marcos de cristal entre libros y chucherías. El ama de llaves cogió una, golpeando su dedo a lo largo de la parte de arriba del marco para desempolvarlo antes de entregarlo. “Esto es del último verano.” Heat y el Det. Feller se juntaron para examinarla.
La foto fue tomada en algún tipo de reunión de protesta y mostraba a un cura y tres hispanos protestantes, con las manos unidas, guiando una marcha por detrás de una pancarta. La cara del Padre Graf, helada en medio de un recital de canto, era definitivamente la misma que el cuerpo de “El Limite del Placer.”
El ama de llaves llevo las noticias estoicamente, santiguándose con la señal de la cruz y después bajo su cabeza en una silenciosa oración. Cuando hubo terminado venas rojas se mostraron en su sien y lagrimas cayeron por sus mejillas. Había pañuelos al final de la mesa cercana al sofá. Nikki la ofreció uno y ella lo cogió.
“¿Cómo ha ocurrido?” Ella preguntó, empezando a bajar el pañuelo de sus manos.
Frágil como la mujer aparentaba Heat pensó que lo mejor era no darle a ella los detalles de la muerte del cura en la cámara de tortura y humillación. “Estamos investigando eso.”
Entonces ella levantó la mirada. “¿Sufrió?"
El Det. Feller miro de reojo a Nikki y se giro para esconder su cara, de repente se hizo el ocupado reemplazando la foto en la estantería.
“Tendremos más detalles después del informe del juez de primera instancia,” contesto Nikki, esperando que su artística evasiva fuese suficiente para comprarla. “Sabemos que es una pérdida para usted, pero en un tiempo, no ahora mismo, vamos a necesitar hacerle unas cuantas preguntas que nos ayudan.”
“Ciertamente, cualquier cosa que necesiten.”
“Lo que nos ayudaría ahora, Ms. Borelli, es si podríamos echar un vistazo a la rectoría. Ya sabe, buscar a través de los papeles, su habitación.”
“Su armario,” dijo Feller.
Nikki se movió hacia delante. “Queremos buscar cualquier cosa que nos ayude a encontrar quien hizo esto.”
El ama de llaves les dio una mirada de perplejidad. “¿Otra vez?”
“He dicho, nos gustaría buscar-“
“Ya he oído lo que dijo. Quiero decir, ¿Qué si necesitan buscar otra vez?”
Heat se apoyo en el sofá más cerca de la cara de la mujer. “¿Esta diciendo que alguien ya ha buscado aquí?”
“Si, la pasada noche, otro policía. El dijo que estaba siguiendo mi informe de personas desaparecidas.”
“Oh, por supuesto, a veces nosotros cruzamos señales,” dijo Nikki. Eso podría bien ser del caso pero su intranquilidad estaba creciendo. Ella captó una mirada de Feller que decía que su antena estaba levantada, también. “¿Quizás le pueda preguntar quién fue ese policía?”
“No recuerdo su nombre. Lo dijo. Pero estaba molesta. Mal momento.” Ella río entre dientes y después sofoco un sollozo. “Él me mostró una placa como las vuestras, a si que le deje vagar libremente. Yo estuve viendo la televisión mientras él miraba alrededor.”
“Bueno, estoy segura de que realizo un informe.” Nikki abrió su cuaderno de espiral de notas. “Probablemente yo podría abrir camino por alguna carpeta roja si me lo describe.”
“Seguro. Alto. Negro, o ¿Se dice Afroamericanos estos día? Muy agradable, tenía una cara amable. Calvo. Oh, y una pequeña marca de nacimiento o lunar o algo aquí.” Ella señalo su mejilla.
Heat paro de escribir y levanto su pluma. Tenía todo lo que necesitaba. El ama de llaves había acabado de describir al Capitán Montrose.
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡Muchísimas gracias! Ya me he guardado esta segunda parte del primer capítulo junto con la primera, jeje...
NathanFan2011- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Os dejo la primera parte del segundo capitulo Siento la tardanza pero he estado un poco liada ultimamente y este capitulo me ha costado bastante Espero que os guste.
CAPITULO 2- PRIMERA PARTE
La Det. Heat no estaba segura cual prefería, si ir a la estación y encontrar al Capitán Montrose en su oficina así poder preguntarle sobre su visita a la rectoría la pasada noche o encontrar su silla vacía y posponer la reunión por un tiempo. Mientras eso ocurría, esa mañana, como tantas otras, ella era la única en golpear las luces para se encendieran en la oficina de Homicidios. La oficina del capitán estaba cerrada y oscura detrás del muro de cristal que le daba una vista de la habitación del pelotón. Sus sentimientos al ver su oficina vacía contestaron sobre sus preferencias; esto la decepcionaba. Nikki no era una indecisa, y especialmente cuando un sujeto era incómodo, su instinto era sacar la molestia fuera muy pronto y después tratarlo.
Ella se dijo a si misma que todo esto no era nada, y que todo lo que necesitaba era aclararse. Encarándolo, la parada del Capitán en Nuestra Señora de los Inocentes no era inapropiada. El informe de una persona desaparecida para un residente de la comisaría daba legítima causa para hablar con la mujer que lo reporto. Eso era el procedimiento estándar. Lo que no era estándar era que un comandante de la comisaría se encargara de una llamada que normalmente recaería en un Detective de rango 3, o incluso en un policía de calle experimentado. Y conducir una investigación-solo-era, otra vez, no inaudito pero seguía siendo inusual.
Una hora antes, Heat y el Det. Feller se habían puesto los guantes y hecho su propio camino a través de premisas y no encontrando signo alguno de lucha, roturas, manchas de sangre, e-mails amenazantes o algo fuera de lo normal para sus ojos. La Unidad Colectivas de Evidencias serían más minuciosos, y, mientras ellos esperaban a que la UCE llegara, Nikki estaba aliviada de que Feller tuviese la discreción de no decir nada, incluso aunque todo esto se le reflejara en la cara. Ella sabía que estaba pensando, Montrose, cogiendo un intenso fuego de sus jefes y bajo una potencial investigación de Asuntos Internos por alegaciones sin sentido se había desviado del procedimiento estándar y había fisgoneado en la casa de una víctima de tortura la noche que este había muerto. Cuando ella bajo a Feller a la parada de metro de la calle 86th todo lo que él dijo fue “Buena suerte….Teniendo Heat.”
Especialmente, desde que ella era la primera en la oficina esta mañana, Nikki hubiese preferido haber sido capaz de coger Montrose temprano y dejarle solo. En la sala de descanso ella le marco desde su teléfono mientras se echaba leche en sus cereales. “Cap, es Heat. 7:29,” ella dijo a su buzón de voz. “Devuélvame la llamada cuando pueda.” Corto y limpio. Él sabía que ella solo llamaba si era importante. Llevo su cuenco del cartón de Mini-Wheats de vuelta a su escritorio, y mientras comía en silencio. Nikki sintió el peso de un mes de mañana a las que se había enfrentado sin Rook. Ella miro su reloj otra vez. Las manecillas habían avanzado, pero el maldito calendario no se había movido.
Ella se preguntó que estaría haciendo en este momento. Nikki visiono a Rook sentada en una caja de munición a la sombra de una cabaña Quonset en una pista de aterrizaje de una remota isla. Colombia o México, por el itinerario que le había dibujado antes del beso de despedida en la puerta de su apartamento. Después de que cerrara, ella fue a su ventana y espero allí, viendo el rastro del vapor del tubo del coche que le esperaba, queriendo un último vistazo de él antes de que desapareciera. Ella sintió un brillo dentro de sus recuerdos de él parándose justo antes de entrar en la cabina. Se había girado y la había lanzado un beso. Ahora esa imagen había desaparecido a un sentimiento. La visión era reemplazada por su imaginación de un Rook en una violenta ciudad, aplastado por los mosquitos, apuntando nombres de indistintos corredores de armas en su Moleskine. Él era sin duda impermeable, barba con lunas de sudor. Ella le quería a él.
Su teléfono brillo con un mensaje del Cap. Montrose. “1PP (Police Precint- Comisaría de Policía). En contacto cuando salga.” Exacto en la forma, él estaba atrapado en el centro de la sede para su habitual reunión de los comandantes de comisaría para dar cuenta. Esto la hizo a Nikki pensar en el lado bajo de su inminente promoción. Un peldaño de más y tu cabeza se muestra por encima del parapeto y te conviertes en un gran y gordo objetivo.
Treinta minutos después, justo después de las ocho a.m., la oficina de homicidios era solo una sala sin sillas donde la Det. Nikki andaba hacía su pelotón, además de unos cuantos extras asistentes que ella había sacado de Robos y patrullaje, a través de los detalles que ella tenía del caso hasta ahora. Se paro enfrente de la gran Pizarra de los Asesinatos y uso imanes para estampar dos fotos del Padre Graf en la parte superior-central del blanco esmalte. La primera, una foto del muerto que había cogido los del CSU, que era de mucha mejor calidad que la que ella había cogido de su teléfono. Además, ella posteo su foto de la marcha protestante, cortada y ampliada para mostrar solo su cara. “Esta es nuestra víctima, Padre Gerald Graf, pastor de Nuestra Señora de los Inocentes.” Ella recapitulo las circunstancias de su muerte y uso un marcador para remarcar con círculo la hora de su desaparición, hora de la muerte estimada, y descubrió una línea de tiempo que ella ya había dibujado a lo largo de la pizarra. “Las copias de estas fotos están siendo víctimas de ti. Como es normal, ellos también lo subirán en el servidor del ordenador, además de otros detalles, para acceder desde teléfonos y portátiles.”
Ochoa se giró al Det. Rhymer, un policía de Robos en préstamos, que estaba sentado de espaldas a un estante. “Ey, Opie, en caso de que te preocupes, eso es la máquina de escribir con todas las luces oscilando.” Dan Rhymer, un ex –MP de las carolinas que había estado en New York después del ejercito, estaba acostumbrado a que le picaran. Devuelta a casa ellos le habían apodado Opie. Él puso algo de espesura en su acento sureño. “Portátiles, ¿Eh? No os extrañéis de que yo no pueda tostar mi sándwich en esa cosa.”
Mientras el coro de “Whoa’s”, Nikki dijo, “¿Perdona? ¿A alguien le importa si hablo un poco sobre la investigación?”
“Ooo.., muñeca de nieve,” dijo la Det. Sharon Hinesburg. Nikki rió entre dientes hasta que ella añadió, “¿Intentas sacar tu nuevo modo comandante para teniente?” El comentario no le sorprendió a Heat, eso era la constancia de que su pendiente ascenso estaba fuera de casa y el rumor en el aire. Naturalmente, provenía de Hinesburg, una única detective modestamente talentosa cuyo principal talento era molestar a Heat. Alguien le debía de haber dicho a Hinesburg una vez que sus salidas de tono eran refrescantes. Nikki pensó que esa persona había hecho mucho daño a la detective.
“¿Qué tenemos de la causa de la muerte?,” dijo Raley, haciendo volver las cosas a los asuntos de Heat y dejando caer la granada que Hinesburg había tirado.
“Los preliminares nos ponen en un área gris.” Ella hizo contacto visual con Raley, quien le había dado un casi imperceptible asentimiento de cabeza que hablaba como signo de camaradería. “De hecho, nosotros no podemos incluso clasificarlo oficialmente eso como un homicidio hasta después de la autopsia. La naturaleza de la muerte deja abiertas muchas puertas para el accidente. Tu tienes los problemas potenciales de la salud de la víctima, la intención del prácticamente…“
“O asesino,” dijo Ochoa.
“O asesino,” ella repitió. “El Padre Graf era una persona desaparecida, que forzó la posibilidad de una muerte violenta.” Involuntariamente, su mirada rápidamente se fue a la oficina vacía del Capitán Montrose, después vuelta al pelotón. “Pero es tiempo para nosotros para mantener las mentes abiertas.”
“¿Era el padre un rarito?” Hinesburg otra vez, subtitulando como siempre. “Quiero decir, ¿Qué demonios estaba haciendo en un calabozo atado?” No la más delicada frase, pero no una mala pregunta.
“Esa es la dirección que por ahora vamos a trabajar, desde el ángulo del BDMS,” dijo Heat. “Todavía necesito entrevistas con el ama de llaves y de los demás de la parroquia sobre el cura. Relaciones, familia, enemigos, exorcismos que hayan salido mal-probablemente también decirlo- monagillos, nunca sabes. Todo esta en la mesa, pero lo que esta claro enfrente de nosotros es la tortura sexual. Tan pronto como consigamos la orden, lo cual será pronto, Det. Raley, ve a ver el vídeo de seguridad. Veamos de donde venía y con quien.”
“Sin mencionar, en que condiciones,” dijo Raley.
“Especialmente eso. Y para todo aquel que entre y salga antes y después, hasta los primeros en responder.” Su rotulador chirrió al escribir “vídeo de seguridad” en pulcras letras en la pizarra en blanca. Cuando ella estaba subrayando, dijo, “Mientras Raley esta en eso, intentemos averiguar si nuestra victima tenía historia en su estilo de vida. Ochoa, Rhymer, Gallagher, Hinesburg, vais a ir a los club y conocer a las Doms, amos y maestros.”
“Si, señor.” Hinesburg saludo, pero no consiguió ninguna risa. Los otros estaban ya caminando, de cabeza al trabajo.
Minutos después, Nikki sostenía su teléfono y llamo cruzando la oficina. “Ochoa, cambio de plan.” Ella cruzo hacía su escritorio, donde él iba con un listado de los clubs infames del Dungeon Alley de Manhattan. “ECU llamo desde la rectoría. El ama de llaves esta diciendo que parece que sus cosas han sido movidas y algunos artículos han desaparecido. Tengo a la jefa del “Límite del Placer” y su abogado esperándome en Interrogatorios, a si que porque no vas allí y ves que es eso.”
Hinesburg captó los ojos de Heat. “Si preguntó amablemente, ¿Hay alguna posibilidad de que pueda olvidar el circuito y maneje lo de la rectoría?”
Desde que Hinesburg parecía estar disculpándose con ella con la boca pequeña por el episodio sarcástico, Nikki sopesaba el beneficio de responder amablemente y quitar poco a poco algo de tensión. “¿Tienes problemas con eso? Ochoa.”
“Déjame ver…,” Ochoa sostuvo sus palmas como si balanceara una escala, “iglesia o calabozo sexual, iglesia o calabozo sexual.” El dejó caer sus brazos. “Enciende una vela por mí mientras estas allí, Sharon.”
“Gracias por eso,” dijo Hinesburg. “y siento haberte interrumpido sonando como toda una bruja. No me di cuenta que estabas lidiando con…,” ella inclino su cabeza conspiratoriamente hacia Heat y dijo “… otros asuntos.”
Cuando Nikki la dio una mirada de desconcierto, la detective le sujeto la edición mañanera del Ledger, plegado por “Buzz Rush”, la sección de cotilleos de las celebridades. “¿Quieres decir que no has visto esto?” Los ojos de Heat se dirigieron a la foto. Debajo de una foto de Anderson Cooper en una función de caridad estaba en cuarto de página una foto de Rook y una impresionante mujer saliendo de Le Cirque. El titulo leía, “¿Cliente feliz? La superestrella periodista Jameson Rook y su alumbrante agente Jeanne Callow son todos sonrisas después de un té-a-té en Le Cirque la pasada noche.”
Como la única sensible, Hinesburg dijo, “Pensaba que dijiste que Rook estaba haciendo un artículo sobre el negocio de armas.” Nikki oyó las palabras pero no podía apartar sus ojos de la fotografía. “El invierno más frío desde 1906, y ella sin mangas. Cuando él dijo que iba a perseguir armas, nunca pensé que ellas fuera así.”
Ellos la necesitaban en Interrogatorios. Nikki ando hacía allí de forma automática todavía reponiéndose del golpe. Ella no podía entenderlo, no quería creerlo. Rook no solo había vuelto sino que había salido a la ciudad mientras ella le esperaba como alguna mujer de un capitán marino pasando andando por una ventana, buscando en el horizonte un mástil. No barba, no dulces lunas, él estaba restregándose, afeitándose, y teniendo sus mangas de Hugo Boss alrededor del codo de su caliente agente.
El Det. Raley la pillo en la puerta de la Sala de Observación mientras ella se preparaba para entrar, y Heat sacaba a Rook fuera de su cabeza, incluso aunque ella todavía e sentía frágil por el shock. “No tan buenas noticias de la cámara de seguridad,” dijo Raley. Él estaba sosteniendo una caja con una negativa de Cadena de Evidencias en un lado.
“Asumo que esta es la cinta, ¿verdad?”
“Cinta, si. La cinta, no. Cuando abrí el armario, la única en el escritorio que había quedado y la etiqueta estaba fechada de hace dos semanas.”
“Encantador,” dijo Heat. “¿Y nada de ayer por la noche?”
“Estas cintas no han registrado nada durante algunas semanas. Lo comprobare, pero tendremos suerte si vemos algo.”
Nikki medito por un momento. “Miras lo que tienes de todas formas y tira de caras. Nunca sabes, nosotros pude que vemos a Graf allí y le conectemos con alguien.” Raley desapareció por el pasillo con su caja de cintas. Nikki continuó con su entrada a Interrogatorios.
“Usted ya ha preguntado esa pregunta a mi cliente,” dijo el viejo hombre. Simmy Paltz empujando con un dedo inclinado por la artritis el legal papel en la mesa enfrente de él. Parecía tener cien años, todo piel y huesos, seco y curtido. Llevaba una corbata Wendon de los setenta con un gran nudo, pero Nikki podía haber encajado una mano derecha hasta su muñeca en el vacío creado entre el collar de la corbata de Simmy y su cuello gallo. Él parecía suficiente astuto sin embargo, y ciertamente un duro abogado. Heat adivino que una manera para mantener tu coste a la baja en un pequeño negocio era contratar a tu abuelo o tio como consejero.
“Quería darle tiempo para volver a pensar su repuesta, dejar a sus recuerdos que funcionen,” replicó la detective. Después se dirigió directamente a Roxanne, que todavía llevaba el mismo vinilo y desprecio que tenía esa mañana en su oficina a las seis. “¿Usted esta absolutamente segura que no había tratado con el Padre Graf?”
“¿Cómo que? ¿En una iglesia? No me haga reír.” Ella se volvió a sentar y asintió de satisfacción por la vieja duda. “Él no era un cliente.”
“¿Ha tenido alguien más acceso a la cerradura con tus cintas de seguridad?”
“Ha,” del abogado “Mucha buena grasa de su orden lo hizo.” Sus ojos parecían grandes a Nikki detrás de las manchadas gafas que le cubrían media cara.
“Ms. Paltz, ¿Quién tenía llaves?”
Roxanne miro a su abogado, que asintió con la cabeza, y ella contesto. “Solo yo. El único juego.”
“¿No hay otras cintas, Roxanne?”
“¿Quién es ella?,” dijo el abogado. “La Tierra Natal de Seguridad.”
Roxanne continuo, “la verdad es, esa burbuja de plástico en el techo hace el trabajo de mantener a todo el mundo a raya de todas formas. Tan lejos como los clientes saben, esta encendida y ellos se comportan. En resumen es como cuando llamas al servicio de clientes y ellos dices ‘esta llamada puede ser grabada.’ Su manera de decir cuida tu boca, gilipollas.”
Heat pasó una página de su cuaderno. “Me gustaría el nombre de cualquiera que estuvo allí la pasada noche, digamos desde las seis en adelante. Dominadores, dominados, clientes.”
“Apuesto que te gustaría,” dijo el abogado. “‘El Límite del Placer’ es un discreto negocio protegido por derechos de privacidad y privilegios de cliente.”
“Perdone, Sr. Paltz, pero la última vez que lo oí, privilegios de cliente probablemente proteja a abogados y doctores, pero no a gente que se viste y juegan a doctor.” Heat se giro otra vez hacía la jefa. “Roxanne, una muerte sucedió en un lugar de su protección. ¿Vas a cooperar, o podemos encerrarte mientras valoramos la seguridad pública y la salud concernientes al “Límite del Placer”?” Nikki solo estaba de farol. Un parón, si ella lo conseguía, solo sería corto, pero su valoración del estado de los negocios- viejas pinturas, muebles baratos, gastados, negligencia en la seguridad vigilada- le decía que Roxanne operaba en un delgado margen y que una semana sin clientes la podría herir. Ella tenía razón.
“Esta bien. Te daré sus nombres,” ella dijo después de otro asentimiento de su abogado. “El hecho es que yo solo tengo una Dominadora ahora. Perdía a la otra hace dos meses por los ilimitados lugares del Midtown.” Roxanne Paltz hizo un audible encogimiento de hombros con sus vinilos. “Se lo digo, el negocio del placer es una lucha.” Nikki instintivamente espero a la broma de Rook. Como ella había hecho muchas veces durante su ausencia. ¿Qué soltaría? Conociéndole, algo como ‘Eso haría un lema pegadizo”. Ella se imagino una mecha girando hacia la foto del Le Cirque de Rook para convertirla en cenizas.
Después de que Roxanne le diera los nombres y número de contacto de las Dominadoras, Heat la pregunto sobre sus clientes. “Esta todo en ella,” contestó la jefa. “Ella me pagaba por usar el espacio, como un tipo de peluquera. La clientela es de su incumbencia.”
“Para el informe, Roxanne, ¿Puedes responder por donde estabas entre las seis y once de ayer por la noche?” Nikki extendió el marco de tiempo desde que no había obtenido la hora oficial de Lauren Parry todavía.
“Si. Puedo. Estuve cenando y después una película con mi marido.”
Después de que Heat escribiera el nombre del restaurante y la película, preguntó, “¿Y tu marido puede responder por esto?”
Simmy Paltz asintió. “Puedes apostar a que yo puedo hacerlo.”
Nikki Heat miro del viejo excéntrico a Roxanne e hizo otra anotación, esta mental. Un recordatorio de no dar por sentado. No en la Ciudad de New York. ¿No había ella acabado de aprender esa dolorosa lección de Rook?
Ella llamo al Det. Ochoa para encontrar a la dominadora mientras Roxanne y su marido estaban todavía en Interrogatorios, por lo que ellos no tendrían una oportunidad para avisarla. Heat les había dado un catálogo de los delincuentes sexuales más violentos, sabiendo que era trabajo para ocuparlos pero del tipo de ocupación que los mantienen fuera de su camino. Ochoa estaba solo a unos pocos bloques de la dirección de Andrea Boam en Chelsea, solo quince minutos después él devolvió la llamada para informarlo que Ms. Boom había estado lejos por vacaciones desde el fin de semana. Nikki preguntó, “¿Dijo la compañera donde?”
“Ámsterdam,” dijo Ochoa. “La ciudad, no la avenida.”
“Imaginaba eso. Ámsterdam. Para una dominadora.”
“Si,” él añadió. “Suena como a unas vacaciones de conductor, si me preguntas.”
“Haz un seguimiento con Aduanas para seguir su pasaporte, solo para que estemos seguros de que se fue,” dijo Heat. “Huele como a sólida coartada, sin embargo. ¿Algo de suerte con la foto del cura?”
“Nada. Pero recorrer estos clubs no ha sido pérdida de tiempo. Mayormente, yo he estado interrogando sumisos, y me esta haciendo maravillas por mi amor propio.”
Heat estaba ansiosa por saber que estaba pasando en la rectoría, pero Lauren Parry la mensajeo de que la autopsia del Padre Graf estaba completaba, a si que espero hasta entrar en su coche de camino hacia la forense antes de llamar a la Det. Hinesburg.
“¿Qué pasa, Nikki?” preguntó Hinesburg.
“Simplemente conduciendo hacia la OCME, preguntándome que descubriste en la última hora y media” Nikki no lo hizo muy bien al mantener la irritación fuera de su voz, pero la alcanzaba a la detective por una simple puesta al día. Una de las dudosas cualidades de Hinesburg era que una cantidad justa iba hacia su cabeza, y si hubo algo de pique en el comentario de Heat, ella no pareció notarlo “¿Que es lo que vas a decirme a ese escritor bastardo? Dijo Hinesburg “Los chicos que lo arruinan conmigo, no se salen con la suya ¿Oyes lo que estoy diciendo?”
Heat quería gritar lo suficientemente para hacer que la sangraran los oídos. En vez de eso, ella contó hasta tres y calmadamente dijo “¿Sharon? ¿El ama de llaves?”
“Si Mrs.……” Páginas dándose la vuelta.
“Borelli,” Nikki puntualizo. “¿Qué te contó Mrs. Borelli sobre los objetos perdidos?”
“Bastante poco, realmente. Ella es algo más. Trata el trabajo como una misión. Conoce cada pulgada de este lugar como si ella hubiera dirigido un museo.” Cuando finalizó Hinesburg giró más páginas. “Por lo que la línea de fondo es una medalla perdida de un joyero.”
“¿Qué tipo de medalla?”
“Una medalla sagrada de algún tipo.” Había parado de hablar mientras Hinesburg cubría el altavoz, después volvió a hablar. “Una medalla de San Christopher.”
“¿Y es la única cosa que dice que ha perdido?” Preguntó Heat.
“Hasta ahora. Nosotras todavía estamos haciendo inventario juntas.” Hinesburg añadió, estando segura de sonar ocupada. “Pero la otra cosa es que Mrs. B. dice que hay cosas que están un poco fuera de lugar. Cosas pequeñas. Cajones con camisas y calcetines no apilados tan cuidadosamente como ella lo hace, libros algo sacados de la alineación, un armario chino cerrado pero no cerrado del todo.”
Nikki estaba empezando a conseguir la foto y no eran pequeñas cosas. Eso sonaba como alguien que había hecho una búsqueda en la rectoría de algo, y fuese metódico, no como un trabajo a parte como ella había visto la mayoría de las veces. Este estaba empezando a tocar lo cuidadoso. Profesionales, quizás. Sus pensamientos se fueron a Montrose. ¿Habría hecho una búsqueda como esa?
CAPITULO 2- PRIMERA PARTE
La Det. Heat no estaba segura cual prefería, si ir a la estación y encontrar al Capitán Montrose en su oficina así poder preguntarle sobre su visita a la rectoría la pasada noche o encontrar su silla vacía y posponer la reunión por un tiempo. Mientras eso ocurría, esa mañana, como tantas otras, ella era la única en golpear las luces para se encendieran en la oficina de Homicidios. La oficina del capitán estaba cerrada y oscura detrás del muro de cristal que le daba una vista de la habitación del pelotón. Sus sentimientos al ver su oficina vacía contestaron sobre sus preferencias; esto la decepcionaba. Nikki no era una indecisa, y especialmente cuando un sujeto era incómodo, su instinto era sacar la molestia fuera muy pronto y después tratarlo.
Ella se dijo a si misma que todo esto no era nada, y que todo lo que necesitaba era aclararse. Encarándolo, la parada del Capitán en Nuestra Señora de los Inocentes no era inapropiada. El informe de una persona desaparecida para un residente de la comisaría daba legítima causa para hablar con la mujer que lo reporto. Eso era el procedimiento estándar. Lo que no era estándar era que un comandante de la comisaría se encargara de una llamada que normalmente recaería en un Detective de rango 3, o incluso en un policía de calle experimentado. Y conducir una investigación-solo-era, otra vez, no inaudito pero seguía siendo inusual.
Una hora antes, Heat y el Det. Feller se habían puesto los guantes y hecho su propio camino a través de premisas y no encontrando signo alguno de lucha, roturas, manchas de sangre, e-mails amenazantes o algo fuera de lo normal para sus ojos. La Unidad Colectivas de Evidencias serían más minuciosos, y, mientras ellos esperaban a que la UCE llegara, Nikki estaba aliviada de que Feller tuviese la discreción de no decir nada, incluso aunque todo esto se le reflejara en la cara. Ella sabía que estaba pensando, Montrose, cogiendo un intenso fuego de sus jefes y bajo una potencial investigación de Asuntos Internos por alegaciones sin sentido se había desviado del procedimiento estándar y había fisgoneado en la casa de una víctima de tortura la noche que este había muerto. Cuando ella bajo a Feller a la parada de metro de la calle 86th todo lo que él dijo fue “Buena suerte….Teniendo Heat.”
Especialmente, desde que ella era la primera en la oficina esta mañana, Nikki hubiese preferido haber sido capaz de coger Montrose temprano y dejarle solo. En la sala de descanso ella le marco desde su teléfono mientras se echaba leche en sus cereales. “Cap, es Heat. 7:29,” ella dijo a su buzón de voz. “Devuélvame la llamada cuando pueda.” Corto y limpio. Él sabía que ella solo llamaba si era importante. Llevo su cuenco del cartón de Mini-Wheats de vuelta a su escritorio, y mientras comía en silencio. Nikki sintió el peso de un mes de mañana a las que se había enfrentado sin Rook. Ella miro su reloj otra vez. Las manecillas habían avanzado, pero el maldito calendario no se había movido.
Ella se preguntó que estaría haciendo en este momento. Nikki visiono a Rook sentada en una caja de munición a la sombra de una cabaña Quonset en una pista de aterrizaje de una remota isla. Colombia o México, por el itinerario que le había dibujado antes del beso de despedida en la puerta de su apartamento. Después de que cerrara, ella fue a su ventana y espero allí, viendo el rastro del vapor del tubo del coche que le esperaba, queriendo un último vistazo de él antes de que desapareciera. Ella sintió un brillo dentro de sus recuerdos de él parándose justo antes de entrar en la cabina. Se había girado y la había lanzado un beso. Ahora esa imagen había desaparecido a un sentimiento. La visión era reemplazada por su imaginación de un Rook en una violenta ciudad, aplastado por los mosquitos, apuntando nombres de indistintos corredores de armas en su Moleskine. Él era sin duda impermeable, barba con lunas de sudor. Ella le quería a él.
Su teléfono brillo con un mensaje del Cap. Montrose. “1PP (Police Precint- Comisaría de Policía). En contacto cuando salga.” Exacto en la forma, él estaba atrapado en el centro de la sede para su habitual reunión de los comandantes de comisaría para dar cuenta. Esto la hizo a Nikki pensar en el lado bajo de su inminente promoción. Un peldaño de más y tu cabeza se muestra por encima del parapeto y te conviertes en un gran y gordo objetivo.
Treinta minutos después, justo después de las ocho a.m., la oficina de homicidios era solo una sala sin sillas donde la Det. Nikki andaba hacía su pelotón, además de unos cuantos extras asistentes que ella había sacado de Robos y patrullaje, a través de los detalles que ella tenía del caso hasta ahora. Se paro enfrente de la gran Pizarra de los Asesinatos y uso imanes para estampar dos fotos del Padre Graf en la parte superior-central del blanco esmalte. La primera, una foto del muerto que había cogido los del CSU, que era de mucha mejor calidad que la que ella había cogido de su teléfono. Además, ella posteo su foto de la marcha protestante, cortada y ampliada para mostrar solo su cara. “Esta es nuestra víctima, Padre Gerald Graf, pastor de Nuestra Señora de los Inocentes.” Ella recapitulo las circunstancias de su muerte y uso un marcador para remarcar con círculo la hora de su desaparición, hora de la muerte estimada, y descubrió una línea de tiempo que ella ya había dibujado a lo largo de la pizarra. “Las copias de estas fotos están siendo víctimas de ti. Como es normal, ellos también lo subirán en el servidor del ordenador, además de otros detalles, para acceder desde teléfonos y portátiles.”
Ochoa se giró al Det. Rhymer, un policía de Robos en préstamos, que estaba sentado de espaldas a un estante. “Ey, Opie, en caso de que te preocupes, eso es la máquina de escribir con todas las luces oscilando.” Dan Rhymer, un ex –MP de las carolinas que había estado en New York después del ejercito, estaba acostumbrado a que le picaran. Devuelta a casa ellos le habían apodado Opie. Él puso algo de espesura en su acento sureño. “Portátiles, ¿Eh? No os extrañéis de que yo no pueda tostar mi sándwich en esa cosa.”
Mientras el coro de “Whoa’s”, Nikki dijo, “¿Perdona? ¿A alguien le importa si hablo un poco sobre la investigación?”
“Ooo.., muñeca de nieve,” dijo la Det. Sharon Hinesburg. Nikki rió entre dientes hasta que ella añadió, “¿Intentas sacar tu nuevo modo comandante para teniente?” El comentario no le sorprendió a Heat, eso era la constancia de que su pendiente ascenso estaba fuera de casa y el rumor en el aire. Naturalmente, provenía de Hinesburg, una única detective modestamente talentosa cuyo principal talento era molestar a Heat. Alguien le debía de haber dicho a Hinesburg una vez que sus salidas de tono eran refrescantes. Nikki pensó que esa persona había hecho mucho daño a la detective.
“¿Qué tenemos de la causa de la muerte?,” dijo Raley, haciendo volver las cosas a los asuntos de Heat y dejando caer la granada que Hinesburg había tirado.
“Los preliminares nos ponen en un área gris.” Ella hizo contacto visual con Raley, quien le había dado un casi imperceptible asentimiento de cabeza que hablaba como signo de camaradería. “De hecho, nosotros no podemos incluso clasificarlo oficialmente eso como un homicidio hasta después de la autopsia. La naturaleza de la muerte deja abiertas muchas puertas para el accidente. Tu tienes los problemas potenciales de la salud de la víctima, la intención del prácticamente…“
“O asesino,” dijo Ochoa.
“O asesino,” ella repitió. “El Padre Graf era una persona desaparecida, que forzó la posibilidad de una muerte violenta.” Involuntariamente, su mirada rápidamente se fue a la oficina vacía del Capitán Montrose, después vuelta al pelotón. “Pero es tiempo para nosotros para mantener las mentes abiertas.”
“¿Era el padre un rarito?” Hinesburg otra vez, subtitulando como siempre. “Quiero decir, ¿Qué demonios estaba haciendo en un calabozo atado?” No la más delicada frase, pero no una mala pregunta.
“Esa es la dirección que por ahora vamos a trabajar, desde el ángulo del BDMS,” dijo Heat. “Todavía necesito entrevistas con el ama de llaves y de los demás de la parroquia sobre el cura. Relaciones, familia, enemigos, exorcismos que hayan salido mal-probablemente también decirlo- monagillos, nunca sabes. Todo esta en la mesa, pero lo que esta claro enfrente de nosotros es la tortura sexual. Tan pronto como consigamos la orden, lo cual será pronto, Det. Raley, ve a ver el vídeo de seguridad. Veamos de donde venía y con quien.”
“Sin mencionar, en que condiciones,” dijo Raley.
“Especialmente eso. Y para todo aquel que entre y salga antes y después, hasta los primeros en responder.” Su rotulador chirrió al escribir “vídeo de seguridad” en pulcras letras en la pizarra en blanca. Cuando ella estaba subrayando, dijo, “Mientras Raley esta en eso, intentemos averiguar si nuestra victima tenía historia en su estilo de vida. Ochoa, Rhymer, Gallagher, Hinesburg, vais a ir a los club y conocer a las Doms, amos y maestros.”
“Si, señor.” Hinesburg saludo, pero no consiguió ninguna risa. Los otros estaban ya caminando, de cabeza al trabajo.
Minutos después, Nikki sostenía su teléfono y llamo cruzando la oficina. “Ochoa, cambio de plan.” Ella cruzo hacía su escritorio, donde él iba con un listado de los clubs infames del Dungeon Alley de Manhattan. “ECU llamo desde la rectoría. El ama de llaves esta diciendo que parece que sus cosas han sido movidas y algunos artículos han desaparecido. Tengo a la jefa del “Límite del Placer” y su abogado esperándome en Interrogatorios, a si que porque no vas allí y ves que es eso.”
Hinesburg captó los ojos de Heat. “Si preguntó amablemente, ¿Hay alguna posibilidad de que pueda olvidar el circuito y maneje lo de la rectoría?”
Desde que Hinesburg parecía estar disculpándose con ella con la boca pequeña por el episodio sarcástico, Nikki sopesaba el beneficio de responder amablemente y quitar poco a poco algo de tensión. “¿Tienes problemas con eso? Ochoa.”
“Déjame ver…,” Ochoa sostuvo sus palmas como si balanceara una escala, “iglesia o calabozo sexual, iglesia o calabozo sexual.” El dejó caer sus brazos. “Enciende una vela por mí mientras estas allí, Sharon.”
“Gracias por eso,” dijo Hinesburg. “y siento haberte interrumpido sonando como toda una bruja. No me di cuenta que estabas lidiando con…,” ella inclino su cabeza conspiratoriamente hacia Heat y dijo “… otros asuntos.”
Cuando Nikki la dio una mirada de desconcierto, la detective le sujeto la edición mañanera del Ledger, plegado por “Buzz Rush”, la sección de cotilleos de las celebridades. “¿Quieres decir que no has visto esto?” Los ojos de Heat se dirigieron a la foto. Debajo de una foto de Anderson Cooper en una función de caridad estaba en cuarto de página una foto de Rook y una impresionante mujer saliendo de Le Cirque. El titulo leía, “¿Cliente feliz? La superestrella periodista Jameson Rook y su alumbrante agente Jeanne Callow son todos sonrisas después de un té-a-té en Le Cirque la pasada noche.”
Como la única sensible, Hinesburg dijo, “Pensaba que dijiste que Rook estaba haciendo un artículo sobre el negocio de armas.” Nikki oyó las palabras pero no podía apartar sus ojos de la fotografía. “El invierno más frío desde 1906, y ella sin mangas. Cuando él dijo que iba a perseguir armas, nunca pensé que ellas fuera así.”
Ellos la necesitaban en Interrogatorios. Nikki ando hacía allí de forma automática todavía reponiéndose del golpe. Ella no podía entenderlo, no quería creerlo. Rook no solo había vuelto sino que había salido a la ciudad mientras ella le esperaba como alguna mujer de un capitán marino pasando andando por una ventana, buscando en el horizonte un mástil. No barba, no dulces lunas, él estaba restregándose, afeitándose, y teniendo sus mangas de Hugo Boss alrededor del codo de su caliente agente.
El Det. Raley la pillo en la puerta de la Sala de Observación mientras ella se preparaba para entrar, y Heat sacaba a Rook fuera de su cabeza, incluso aunque ella todavía e sentía frágil por el shock. “No tan buenas noticias de la cámara de seguridad,” dijo Raley. Él estaba sosteniendo una caja con una negativa de Cadena de Evidencias en un lado.
“Asumo que esta es la cinta, ¿verdad?”
“Cinta, si. La cinta, no. Cuando abrí el armario, la única en el escritorio que había quedado y la etiqueta estaba fechada de hace dos semanas.”
“Encantador,” dijo Heat. “¿Y nada de ayer por la noche?”
“Estas cintas no han registrado nada durante algunas semanas. Lo comprobare, pero tendremos suerte si vemos algo.”
Nikki medito por un momento. “Miras lo que tienes de todas formas y tira de caras. Nunca sabes, nosotros pude que vemos a Graf allí y le conectemos con alguien.” Raley desapareció por el pasillo con su caja de cintas. Nikki continuó con su entrada a Interrogatorios.
“Usted ya ha preguntado esa pregunta a mi cliente,” dijo el viejo hombre. Simmy Paltz empujando con un dedo inclinado por la artritis el legal papel en la mesa enfrente de él. Parecía tener cien años, todo piel y huesos, seco y curtido. Llevaba una corbata Wendon de los setenta con un gran nudo, pero Nikki podía haber encajado una mano derecha hasta su muñeca en el vacío creado entre el collar de la corbata de Simmy y su cuello gallo. Él parecía suficiente astuto sin embargo, y ciertamente un duro abogado. Heat adivino que una manera para mantener tu coste a la baja en un pequeño negocio era contratar a tu abuelo o tio como consejero.
“Quería darle tiempo para volver a pensar su repuesta, dejar a sus recuerdos que funcionen,” replicó la detective. Después se dirigió directamente a Roxanne, que todavía llevaba el mismo vinilo y desprecio que tenía esa mañana en su oficina a las seis. “¿Usted esta absolutamente segura que no había tratado con el Padre Graf?”
“¿Cómo que? ¿En una iglesia? No me haga reír.” Ella se volvió a sentar y asintió de satisfacción por la vieja duda. “Él no era un cliente.”
“¿Ha tenido alguien más acceso a la cerradura con tus cintas de seguridad?”
“Ha,” del abogado “Mucha buena grasa de su orden lo hizo.” Sus ojos parecían grandes a Nikki detrás de las manchadas gafas que le cubrían media cara.
“Ms. Paltz, ¿Quién tenía llaves?”
Roxanne miro a su abogado, que asintió con la cabeza, y ella contesto. “Solo yo. El único juego.”
“¿No hay otras cintas, Roxanne?”
“¿Quién es ella?,” dijo el abogado. “La Tierra Natal de Seguridad.”
Roxanne continuo, “la verdad es, esa burbuja de plástico en el techo hace el trabajo de mantener a todo el mundo a raya de todas formas. Tan lejos como los clientes saben, esta encendida y ellos se comportan. En resumen es como cuando llamas al servicio de clientes y ellos dices ‘esta llamada puede ser grabada.’ Su manera de decir cuida tu boca, gilipollas.”
Heat pasó una página de su cuaderno. “Me gustaría el nombre de cualquiera que estuvo allí la pasada noche, digamos desde las seis en adelante. Dominadores, dominados, clientes.”
“Apuesto que te gustaría,” dijo el abogado. “‘El Límite del Placer’ es un discreto negocio protegido por derechos de privacidad y privilegios de cliente.”
“Perdone, Sr. Paltz, pero la última vez que lo oí, privilegios de cliente probablemente proteja a abogados y doctores, pero no a gente que se viste y juegan a doctor.” Heat se giro otra vez hacía la jefa. “Roxanne, una muerte sucedió en un lugar de su protección. ¿Vas a cooperar, o podemos encerrarte mientras valoramos la seguridad pública y la salud concernientes al “Límite del Placer”?” Nikki solo estaba de farol. Un parón, si ella lo conseguía, solo sería corto, pero su valoración del estado de los negocios- viejas pinturas, muebles baratos, gastados, negligencia en la seguridad vigilada- le decía que Roxanne operaba en un delgado margen y que una semana sin clientes la podría herir. Ella tenía razón.
“Esta bien. Te daré sus nombres,” ella dijo después de otro asentimiento de su abogado. “El hecho es que yo solo tengo una Dominadora ahora. Perdía a la otra hace dos meses por los ilimitados lugares del Midtown.” Roxanne Paltz hizo un audible encogimiento de hombros con sus vinilos. “Se lo digo, el negocio del placer es una lucha.” Nikki instintivamente espero a la broma de Rook. Como ella había hecho muchas veces durante su ausencia. ¿Qué soltaría? Conociéndole, algo como ‘Eso haría un lema pegadizo”. Ella se imagino una mecha girando hacia la foto del Le Cirque de Rook para convertirla en cenizas.
Después de que Roxanne le diera los nombres y número de contacto de las Dominadoras, Heat la pregunto sobre sus clientes. “Esta todo en ella,” contestó la jefa. “Ella me pagaba por usar el espacio, como un tipo de peluquera. La clientela es de su incumbencia.”
“Para el informe, Roxanne, ¿Puedes responder por donde estabas entre las seis y once de ayer por la noche?” Nikki extendió el marco de tiempo desde que no había obtenido la hora oficial de Lauren Parry todavía.
“Si. Puedo. Estuve cenando y después una película con mi marido.”
Después de que Heat escribiera el nombre del restaurante y la película, preguntó, “¿Y tu marido puede responder por esto?”
Simmy Paltz asintió. “Puedes apostar a que yo puedo hacerlo.”
Nikki Heat miro del viejo excéntrico a Roxanne e hizo otra anotación, esta mental. Un recordatorio de no dar por sentado. No en la Ciudad de New York. ¿No había ella acabado de aprender esa dolorosa lección de Rook?
Ella llamo al Det. Ochoa para encontrar a la dominadora mientras Roxanne y su marido estaban todavía en Interrogatorios, por lo que ellos no tendrían una oportunidad para avisarla. Heat les había dado un catálogo de los delincuentes sexuales más violentos, sabiendo que era trabajo para ocuparlos pero del tipo de ocupación que los mantienen fuera de su camino. Ochoa estaba solo a unos pocos bloques de la dirección de Andrea Boam en Chelsea, solo quince minutos después él devolvió la llamada para informarlo que Ms. Boom había estado lejos por vacaciones desde el fin de semana. Nikki preguntó, “¿Dijo la compañera donde?”
“Ámsterdam,” dijo Ochoa. “La ciudad, no la avenida.”
“Imaginaba eso. Ámsterdam. Para una dominadora.”
“Si,” él añadió. “Suena como a unas vacaciones de conductor, si me preguntas.”
“Haz un seguimiento con Aduanas para seguir su pasaporte, solo para que estemos seguros de que se fue,” dijo Heat. “Huele como a sólida coartada, sin embargo. ¿Algo de suerte con la foto del cura?”
“Nada. Pero recorrer estos clubs no ha sido pérdida de tiempo. Mayormente, yo he estado interrogando sumisos, y me esta haciendo maravillas por mi amor propio.”
Heat estaba ansiosa por saber que estaba pasando en la rectoría, pero Lauren Parry la mensajeo de que la autopsia del Padre Graf estaba completaba, a si que espero hasta entrar en su coche de camino hacia la forense antes de llamar a la Det. Hinesburg.
“¿Qué pasa, Nikki?” preguntó Hinesburg.
“Simplemente conduciendo hacia la OCME, preguntándome que descubriste en la última hora y media” Nikki no lo hizo muy bien al mantener la irritación fuera de su voz, pero la alcanzaba a la detective por una simple puesta al día. Una de las dudosas cualidades de Hinesburg era que una cantidad justa iba hacia su cabeza, y si hubo algo de pique en el comentario de Heat, ella no pareció notarlo “¿Que es lo que vas a decirme a ese escritor bastardo? Dijo Hinesburg “Los chicos que lo arruinan conmigo, no se salen con la suya ¿Oyes lo que estoy diciendo?”
Heat quería gritar lo suficientemente para hacer que la sangraran los oídos. En vez de eso, ella contó hasta tres y calmadamente dijo “¿Sharon? ¿El ama de llaves?”
“Si Mrs.……” Páginas dándose la vuelta.
“Borelli,” Nikki puntualizo. “¿Qué te contó Mrs. Borelli sobre los objetos perdidos?”
“Bastante poco, realmente. Ella es algo más. Trata el trabajo como una misión. Conoce cada pulgada de este lugar como si ella hubiera dirigido un museo.” Cuando finalizó Hinesburg giró más páginas. “Por lo que la línea de fondo es una medalla perdida de un joyero.”
“¿Qué tipo de medalla?”
“Una medalla sagrada de algún tipo.” Había parado de hablar mientras Hinesburg cubría el altavoz, después volvió a hablar. “Una medalla de San Christopher.”
“¿Y es la única cosa que dice que ha perdido?” Preguntó Heat.
“Hasta ahora. Nosotras todavía estamos haciendo inventario juntas.” Hinesburg añadió, estando segura de sonar ocupada. “Pero la otra cosa es que Mrs. B. dice que hay cosas que están un poco fuera de lugar. Cosas pequeñas. Cajones con camisas y calcetines no apilados tan cuidadosamente como ella lo hace, libros algo sacados de la alineación, un armario chino cerrado pero no cerrado del todo.”
Nikki estaba empezando a conseguir la foto y no eran pequeñas cosas. Eso sonaba como alguien que había hecho una búsqueda en la rectoría de algo, y fuese metódico, no como un trabajo a parte como ella había visto la mayoría de las veces. Este estaba empezando a tocar lo cuidadoso. Profesionales, quizás. Sus pensamientos se fueron a Montrose. ¿Habría hecho una búsqueda como esa?
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
muchas gracias
chelcas- Escritor - Policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
GRACIAS!!!!! ESTABA Q LO BUSCABA POR TODO LADO! EN MI PAIS NO LO VENDEN Y AQUI FUE EL UNIKO LUGAR!!! GRACIAS X TRADUCIRLO! SI NESECITAS AYUDA CON ALGUNOS TERMINOS O ESO SOLO DIME Y TE COLABORO KN TODO GUSTO
maria_JB_caskett- Ayudante de policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Muchas gracias, de momento me voy arreglando bien Pero si tengo algun problema ya se a quien acudir.maria_JB_caskett escribió:GRACIAS!!!!! ESTABA Q LO BUSCABA POR TODO LADO! EN MI PAIS NO LO VENDEN Y AQUI FUE EL UNIKO LUGAR!!! GRACIAS X TRADUCIRLO! SI NESECITAS AYUDA CON ALGUNOS TERMINOS O ESO SOLO DIME Y TE COLABORO KN TODO GUSTO
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Aqui os dejo la segunda parte del segundo capitulo. Disfrutarlo y comentarlo. espero que os guste.
2º CAPITULO-2ª PARTE
“Sharon, sigue con el inventario, aunque los de Colección de Evidencias estén haciendo lo mismo. Incluida una lista de cualquier cosa que este movida o rota. Aunque sea un espejo. ¿Entendido?” Nikki alcanzó el reloj del coche.
“No parece que yo pueda levantarme de aquí por un tiempo, así que siéntate con Mrs. Borelli, si esta levantada. Consigue cualquier cosa sobre el Padre Graf que levante una bandera. Hábitos inusuales, discusiones, visitantes, tu ya sabes que preguntar.”
Hubo una pausa. “Seguro, seguro,” llegó una contestación distraída de Hinesburg. Heat se arrepintió de no haber enviado al Det. Ochoa como ella había planeado. Lección aprendida. Ella tomo una decisión para parar personalmente y llevar su propia entrevista con el ama de llaves.
El tráfico era horrible por toda la ciudad. Más gente en más coches era un confiado producto derivado de cualquier clima, especialmente en una mañana fría de un solo dígito con remolinos de viento. Esto también hacia que el aparcamiento cambiara. La señal de “Lo sentimos. Lleno.” Estaban sacados por todos los garajes pertenecientes al Centro de la NY Med. de la OCME. En su viaje por la Primera Avenida la Det. Heat podría cortésmente haber incluso aparcado en la entrada donde ya había otros coches de policías. En la calle 34 ella giro hacia su arma secreta, el cercano Hospital de Bellevue con sitios debajo del FDR. Esto significaba un bloque andando con ráfagas árticas, pero era su única oportunidad de no estar dando vueltas. El jefe estaba muy abrigado en su quiosco para salir cuando la vio pararse. Todo lo que vio fueron unos dedos a través de su deslustrada ventana agitando la mano.
Antes de salir de su coche, ella miro fijamente su teléfono. Miro sus e-mails otra vez. No, ella no había recibido uno de Rook y lo echaba de menos. Una vez, se dijo a si misma, solo una vez más. Heat presiono enviados/recibidos y vio el icono arremolinarse. Cuando lo hizo todo lo que dijo fue que todavía estaba en un limbo emocional.
En el momento en que Nikki ascendió el corto tramo de escaleras hacia la sala de espera del OCME, ella no tenía color en sus mejillas y su nariz goteaba. Detrás de la mesa de recepción, Danielle le daba su habitual deslumbrante “hola” y la guiaba a la puerta de seguridad. Cuando entro al pequeño conjunto de habitaciones del NYPD mantenidos para policías visitantes, tres de los cuatro cubículos estaban ocupados por policías hablando por teléfono.
Ellos tenían el termóstato alto y Heat se desprendió de su abrigo. Miró al montón de abrigos en la espalda de una de las sillas y opto por una percha en el vacío perchero cuando su teléfono vibro. El número del identificador de llamadas no le era familiar, pero el prefijo si. La llamada venía de la One Police Plaza. En su mensaje, Montrose había dicho que él estaba en HQ. Nikki no quería meterse con él mientras compartía cercanía con sus oficiales hermanos pero comprendió que ella por lo menos estarían en contacto y establecerían su próxima llamada.
“Heat,” dijo.
“¿Eres la famosa Nikki Heat?” Ella no conocía su voz, pero era toda sonrisa y, para su gusto exagerado como forma de presentarse a un extraño. Ella adopto su tono neutral que usaba en publicidad. “Esta la Det. Heat.”
“No por mucho, he oído,” dijo la persona que llamaba. “Det., es Zach Hamer, Ayudante del Mayor aquí en legal. Estoy llamándola personalmente para felicitarla por su test de teniente.”
“Oh.” Ella quería salir de la entrada, pero en defensa de los familiares y su propio sentido del decoro, Nikki se mantenía en una política estrictamente personal en contra de usar su teléfono en las áreas públicas de ese edificio. A si que Heat se sentó en una silla vacía y se encorvó dentro del cubículo, sabiendo que esto no le permitía mucha privacidad. “Gracias. Lo siento, pero me pillaste con la guardia baja aquí.”
“No es un problema. No solo tuviste una buena puntuación, Det., además veo que tu expediente es excepcional. Nosotros necesitamos buenos polis como tú para mejorar en el departamento.”
Ella cubrió con su mano el auricular. “De nuevo, Mr. Hamer-“
“Zach.”
“-Zach- Aprecio sus amables palabras.”
“Como dije, no es problema. Escuche, la razón por la que la llamo es que quería estar segura que te dejabas caer y decías “hola” cuando bajaras a firmar tu copia de los resultados.”
“Um, seguro,” ella dijo y después tuvo un pensamiento. “Eso es en Personal. Usted no es de Personal, sin embargo, ¿no?”
“Oh, infiernos no. Yo estoy subiendo con la Diputación de Comisión de Asuntos Legales. Confíe en mi, todo pasa a través de mi escritorio, de todas formas.” Él dijo con aire de presumido. “¿Cuándo la espero para verla?”
“Bueno, yo estoy en ME ahora. Estoy en un caso.”
“Bien,” dijo él, “el cura.” La manera en que lo dijo la sacudió a Nikki con la fuerte impresión de que Zach Hamer le gustaba mostrar el conocimiento de todo. El chico con todas las respuestas. El Hombre Esencial. ¿Qué es lo que quería de ella?
Ella mentalmente rodó a través de su horario. Autopsia…Montrose, con optimismo…. Reunión con el pelotón…. la rectoría… “¿Qué tal mañana?”
“Yo esperaba que hoy.” Él paró, cuando ella no replicó a eso, continuó. “Yo tengo una agenda llena mañana. Encontrémonos temprano. Desayuno. Puede ir a firmar después.” Sintiendo más que un pequeño apisonadora. Ella aceptó. Él la dio el nombre de un sitio delicioso en Lafayette, dijo que se encontrarían a las siete, y colgó después de una felicitación más.
“¿Alguna palabra del viajero mundial?” preguntó Lauren Parry. Ella miro a su amiga desde su ordenador en la oficina adyacente a la sala de autopsias. La ME llevaba el traje lunar autorizado de protección y, como normalmente, estaba decorado con manchas de sangre y fluidos. Ella leyó la reacción de Nikki y recogió su máscara de escudo de plexi de la silla detrás de ella. “¿Asiento?”
“Estoy bien.” Heat, que había acabado de ponerse la bata limpia facilitada para los visitantes, se apoyo de espaldas al muro de la antesala estrecha y miro fijamente a través del cristal las fila de tablas que había delante suya. El más cercano, Mat. Nº 8, sostenía la sábana sobre el cuerpo del Padre Gerald Graf.
“Mentirosa,” dijo su BFF (Best Friend Forever- Mejor amigas para siempre.) “Si así es como luces cuando estas bien, nunca me muestres la mala.”
Nikki volvió a mirar fijamente a Lauren. “OK. Déjame corregir eso que dije, yo estaré bien, supongo.”
“Me estas asustando, Nikki.”
“Todo bien, todo bien, entonces…” Heat informó a Lauren de su sorpresa mañanera: La triunfante vuelta de Rook a Gotham para celebrar la completación de su tarea- una celebración a la que él no la había incluido- e incluso añadiendo insultos para dañar, él todavía no había llamado para decir que había vuelto.
“Ouch.” La ceja de Lauren se levantó. “¿Qué piensas que es esto? No pensarás que él…” Ella se paró y sacudió su cabeza.
“¿Qué?” dijo Nikki. “¿Se ha enganchado con alguien más? Puedes decirlo ¿No piensas que no me he preguntado ya eso?” Nikki alejo algunos oscuros pensamientos. “Te marchas el suficiente tiempo, puedes imaginar todo tipo de cosas, Laur. Y un mes después abres el periódico y verlos se convierte en realidad.” Ella se desprendió del muro y se mantuvo derecha.
“Suficiente. Él ha vuelto. Nosotros lo solucionaremos.” Su duda estaba callada pero alta.
“Felicidades por tu y Ochoa, sin embargo.”
Eso llevo a Lauren a parar. Y después ella sonrió. Por supuesto que no escondía su romance de Nikki. “Si, es bueno para mí y Miguel.”
Mientras ellas andaban hacia la puerta, Nikki dijo, “yo puedo aprender a odiarte, lo sabes.”
Otros dos ME habían tenían clientes en la primera y tercera tablas y mientras Nikki entraba a la sala de autopsia, ella silenciosamente repetía el mantra que había aprendido de Lauren en sus novatas visitas años atrás.
“Respira a través de la boca, eso engaña a tu cerebro.” Y como siempre, Heat pensó, casi… pero no tanto.
“Un poco duro-y-rápido encontrado y después unas anomalías para mostrarte,” dijo la ME Parry mientras ellas se aproximaban al cuerpo de Graf.
“La ventana de la hora de la muerte resulta ser como pensaba. De ocho a diez. Yo diría que más cerca del final de eso.”
“¿La hora de la muerte puede ser las nueve y media?”
“Si.” Ella enrollo la página en lo alto de su cuaderno, exponiendo la página de un cuerpo en el cual ella había hecho anotaciones. “Marcas e indicadores. Que cubren los ojos, el cuello, aquí y aquí.” Ella indicó cada uno con su lápiz mientras lo compartía con Heat. “Múltiples abrasiones y contusiones. Dolorosas pero no fatales. No huesos rotos. Todo mucho más consistente con la experiencia B y D.”
Nikki estaba empezando a pensar que esto probablemente ha sido una sesión que se volvió salvaje, después de todo, pero seguía manteniendo su mente abierta.
“Tres pequeños descubrimientos que valen la pena hacer pruebas por algún significado,” dijo la ME. Ella dejo a Nikki cruzando la habitación hacia uno de los almacenes.
Ella deslizo la puerta de cristal hacia un lado y sacó uno de los cubos de cartulina azul de evidencias de un estante. Nikki recordó como, después de su primera visita, Rook vio uno y dijo que nunca compraría un cubo de pollo otra vez. Lauren sacó un pequeño viral de plástico del cubo con código “Graf” y se lo dio a Nikki. “¿Ves esa mota?”
La detective lo sostuvo a la luz. En el fondo del recipiente estaba un oscuro grano del tamaño de un trozo de bacon. “Encontré eso debajo de sus uñas,” Parry continuó. “Debajo del microscopio parece un trozo de cuero, pero no coincide con el cuero de sus muñecas o del collar.” Ella se volvió al cubo. “Llevemos al laboratorio a este cachorro.”
Ella después llevó a Nikki al armario deshumificador donde estaban las ropas de las víctimas para secar, preservando el ADN para examinar. Láminas de papel marrón separaban las ropas ensangrentadas que colgaban allí procedentes de numerosas víctimas. En el final, Heat pudo ver la ropa negra de Graf y su collar blanco Roman. “Cosas divertidas sobre este collar. Hay una mancha minúscula de sangre en ella. Además, considerando todas las abrasiones en él, no tiene piel rota sobre sus hombros o en sus manos.”
“Bien,” dijo Nikki considerando las posibilidades. “Eso podría ser sangre de un asaltante, o asesino.”
“O dominador o dominadora, ¿Quién sabe todavía?” Lauren estaba en lo cierto. Esto podría haber sido del juego sucio pero con la misma facilidad de un practicante con un corte de una sesión de tortura que tiro las ropas y había corrido por el pánico.
“Nosotros también enviaremos a la calle 26 para pruebas de ADN.”
Después Lauren llamó a uno de los ayudantes, que la ayudo a girar el cuerpo del cura hacia un lado, exponiendo su espalda. Se trataba de ronchas y contusiones por un latigo, las señales de eso le causo a Nikki tomar una profunda respiración a través de su nariz, por lo cual ella inmediatamente se arrepintió. Ella lo mantenía cerca, aunque, se inclino más cerca cuando la ME señalaba un dibujo geométrico de un moratón en la espalda. “Una de estas contusiones no es como las otras,” dijo Lauren. Sus ojos para esto detalles habían ayudado a Nikki en numerosos casos. Mas recientemente, por la detección de las marcas dejadas por un anillo usado por un criminal ruso que mato a un desarrollador de bienes famoso. Este moratón de la parte baja de la espalda era como de dos pulgadas de largo, rectangular, y con iguales espacios entre líneas horizontales.
“Parece una marca hecha por una pequeña escalera,” dijo Heat.
“He cogido algunas imágenes que te enviare por e-mail con mi informe.” Parry asintió al enfermero, que gentilmente volvió a Graf boca arriba y dejo la habitación.
“Dulces anomalías,” dijo Nikki.
“No he terminado todavía, detective.” Lauren recogió su cuaderno otra vez.
“Ahora, causa de la muerte. Yo estoy con asfixia por estrangulamiento.”
“Tu dudaste esta mañana, sin embargo,” Nikki la recordó.
“Cierto. Las señales estaban allí, como te dije. Lo obvio son las circunstancias, el collar de cuero, hemorragia petequial, y demás. Pero yo te he hecho llamar porque he visto otros indicadores que podrían significar un infarto agudo de miocardio.”
Heat dijo, “¿El color azulado que yo vi en sus yemas de las manos y su nariz?”
“Perdona, ¿Quién es la ME aquí?”
“Yo cojo el significado, si embargo. Un ataque al corazón podría eliminar el intento de homicidio.”
“Bueno, ¿Adivina que? Él tuvo un ataque al corazón. Resulta que no fue fatal, el fue estrangulado antes de que pudiera ser, pero esto el infierno de una carrera por ver cual le habría matado primero.”
Ella miró a la sábana del cadáver. “Tu dijiste que olías a cigarrillos y alcohol.”
“Y su organismo prueba todo eso. Pero.” Ella le dio a Nikki una mirada llena de significado y levantó la sábana. “Echa un vistazo a estas quemaduras en su piel. Son quemaduras eléctricas. Probablemente de una TENS,” dijo Lauren, refiriéndose a un estimulador eléctrico del nervio transcutáneo (Transcutaneous Electrical Nerve Stimulator en inglés), un generador eléctrico portable usada en juegos de tortura.
“Yo he visto TENS,” dijo Nikki. “Me tope con ellos en vicio.”
“Entonces tú también sabes que ellas avisan en contra de usarlas alguna vez cerca del pecho.” Ella levantó la sábana para exponer el torso de Graf, donde las quemaduras eléctricas eran intensas, especialmente cerca de su corazón, “Parece a mí como si alguien quisiera causarle un gran dolo.”
“La pregunta,” dijo Nikki, “es ¿Por que?”
Ellas fueron juntas a la primera planta. Heat dijo, “tengo una pregunta para ti. ¿Has visto alguna vez algo como esto antes?”
“¿Quemaduras de TENS tan severas como estas? No como eso.” Mientras ellas buscaban la puerta de la oficina del NYPD, Lauren dijo, “¿sabes de quien he oído tener algo? Ese niño actor que estaba siempre en problemas y consiguió que le mataran en 2004 o 2005.”
“¿Gene Huddleston, Jr.?” Dijo Nikki.
“Si, él.”
“Pero él fue disparado a matar. Algún asunto de drogas, ¿verdad?”
Lauren dijo, “si, eso ocurrió antes de yo empezar aquí, pero en las conversaciones era que él también tenía quemaduras TENS. Era un niño rebelde. Ellos entendieron que fue parte de su fenómeno.”
La oficina de NYPD estaba vacía. Nikki cogió su chaqueta del perchero, pero antes de que se fuera, se sentó en uno de los ordenadores. Ella se registró en el servidor del departamento y solicito una copia digital del caso de Gene Huddleston, Jr.
Mientras Nikki hacia su camino a través del vestíbulo a la sala de espera de la comisaría, una mujer parada cerca de la cuerda de terciopelo que azul que adornaba la pared de la lista de honor y placas se metió en su camino.
“Perdone, ¿La Det. Heat?”
“Soy yo.” La detective ser paró pero hizo un rápido chequeo de la mano levantada de la mujer. Alguien había decidido que era una sesión abierta en la policía este año, incluso en las comisarías, y la prudencia natural de Heat era darle un puntapié. Pero todo lo que sostenía la mujer era una tarjeta de negocios. Leía, ‘Tam Svejda, Reportera, New York Ledger.’
“Me estaba preguntando si podría tener unos minutos para preguntarle un par de cuestiones.”
Heat devolvió a la reportera una sonrisa educada pero dijo, “mira, lo siento, Mr…” Ella miro la tarjeta otra vez. Nikki había visto su nombre en la ------ pero no estaba segura de cómo se pronunciaba.
“Shfay-dah,” dijo la asistente. “Mi padre es Checo. No te sientas mal, esto para a todo el mundo es un trayectoria. Dejémoslo en Tam.” Ella le dio a Nikki una amplia sonrisa de alerta, revelando una perfecta fila de relucientes dientes. De hecho, su entera apariencia era de una supermodelo: una culminante melena rubia con genial corte, grandes ojos verdes que mostraban inteligencia y una insinuante travesura, lo suficiente joven para salir sin mucho maquillaje -probablemente no en los treinta-, alta y esbelta. Era una apariencia que asociabas más con una reportera de televisión que con una reportera de periódico.
“Bien. Todo bien, con Tam trabajaremos,” dijo Nikki. “Pero solo puedo estar aquí un minuto y después me pongo en camino de salir. Realmente lo siento.” Ella dio un paso hacia las puertas interiores, pero Tam se movió con ella. Se saco su cuaderno de reportera. Un espiral Ampad, el mismo que Heat usaba.
“Un minuto seria genial, entonces no la entretendré ¿esta clasificando la muerte del Padre Graf como asesinato o accidental?”
“Bueno, yo puedo acortarlo para usted, Ms. Svedja,” ella dijo con una perfecta pronunciación. “Es muy pronto en nuestra investigación para comentar cualquiera de eso todavía.”
La reportera levantó la mirada de sus notas. “Un asesinato escandaloso-un cura es torturado y matada en un calabozo de la esclavitud- ¿Y realmente quiere que yo solo vaya con eso? ¿Un simple ‘sin comentarios’?
“Lo que escribes depende de ti. Esto es todavía una investigación joven. Te prometo que cuanto tentamos algo lo compartiremos, lo haremos.” Como en cualquier buen interrogatorio, Heat se encontró a si misma ganando información incluso cuando ella era la única siendo interrogada. Y lo que ella estaba aprendiendo del interés de Tam Svedja en el caso Graf era que Nikki no era la única que sentía algo más que otro simple homicidio llevado a cabo.
La reportera dijo, “lo tengo,” pero sin perder un latido añadió, “ahora, ¿Qué puede decirme sobre el Cap. Montrose?” Heat la estudio, sabiendo incluso que su siguiente ‘sin comentarios’ tenía que ser cuidadosamente declinado. Tam Svedja estaría escribiendo esto, ella no, y Nikki no quería inspirar a algún reportero sobre un cículo de vagones o policías con los labios apretados. Por último Svedja dijo, “si esto es incómodo podemos dejarlo fuera del informe. Yo simplemente estoy oyendo muchas cosas no halagüeñas, y si pudieras guiarme en mi investigación, podrías estar haciéndole cosas buenas… si los rumores son inciertos.”
La Det. Heat escogió sus palabras. “No pensarás que yo dignifico los rumores ¿verdad? Pienso que lo más productivo que puedo hacer es ir hacia allí y volver a mi trabajo trabajando en el Padre Graf para poder conseguirte información sólida. ¿Suficiente justo, Tam?”
La reportera asintió y puso su cuaderno lejos. “Debo decir, Det., Jamie te hace justicia.” Cuando Nikki levantó su ceja, ella se explicó. “En nuestra historia de investigación, quiero decir. Conociéndote, viendo como te controlas a ti misma. Rook te plasmo bien. Eso por lo que Rook consigue las portadas y los Pulitzer.”
“Si, él es bueno.” Jamie, pensó Nikki. Ella lo había llamado Jamie.
“¿L e has visto en nuestra edición mañanera con esa pieza de trabajo, Jeanne Callow? Ese chico malo seguro que consiguió algo, ¿verdad?” Nikki cerro sus ojos un momento y deseo que Tam Svedja se hubiese ido-¡poof!-cuando los abriera. Pero ella no lo hizo. “Llego tarde, Tam.”
“Oh, adelante. Y di ‘hola’ a Jamie si hablas con él, quiero decir.”
Heat tuvo un claro sentimiento que tenía más en común con Tam Svedja que con un cuaderno de reportera. Bastante posible era una reportera.
Cuando la Det. Heat volvió a la oficina, el Cap. Montrose estaba encorvado en su silla de la oficina con la puerta abierta, dando la espalda al pelotón, mirando fijamente hacia el exterior de su ventana que daba a la calle oeste de la 82. Él probablemente la había visto conducir hacia dentro de la comisaría por debajo de él, pero si lo hizo, no se movió para saludarla. Nikki hizo un rápido escaneo del Mientras Estabas Fuera en su papeleo, viendo nada que no pudiese esperar, y sintiendo su corazón correr mientras andaba hacia la puerta. Cuando oyó su golpeteo en el cristal, él la llamo con señas sin girarse.
Heat cerro la puerta detrás suyo y se quedo de pie mirando la parte de atrás de su cabeza. Después de cinco eternos segundos se sentó derecho y giro en su silla para verla de cara, como si saliera de algún trance y se pusiera manos a la obra.
“Has tenido un día ocupado, he oído,” él dijo.
“Acción-Jauria, Skip.” Él señalo la silla de visitas y ella se sentó.
“¿Quieres un cambio? He pasado mi mañana llevando la gorra de zopenco en el Puzzle Palace,” dijo, usando la jerga policial suave para el One Police Plaza. Y después él sacudió la cabeza. “Lo siento. Prometí no quejarme, pero esto tiene que salir por algún lado.”
La mirada de Nikki se fue al alfeizar de la ventana y el marco de fotos de él y Pauletta. Eso fue cuando ella se dio cuenta que Montrose no estaba mirando hacia fuera de la ventana sino a esa foto. Se había cumplido casi un año desde que un conductor borracho la había matado en un paso de cebra. El dolor de su pérdida fue soportado estoicamente, pero el peaje estaba escrito en su cara. De repente Nikki deseo que ella no hubiera iniciado este encuentro. Pero ella ya lo había hecho.
“¿Tú llamaste por algo?”
“Si, sobre el cura, Padre Graf.” Ella le estudio, pero él estaba pasivo. “Yo estoy trabajando en ángulo BDSM (es ángulo del calabozo sexual) primero.”
“Tiene perfecto sentido.” Todavía seguía escuchando.
“Y hay indicadores de una búsqueda en su rectoría y un objeto u objetos perdidos.” Ella le miro más de cerca, pero no la devolvió nada. “Tengo a Hinesburg en eso.”
“¿Hinesburg?” Al final una reacción.
“Lo se, lo se, una larga historia. Yo haré mi propio seguimiento para detenerla.”
“Nikki, tu eres la mejor que yo he visto en esto. Mejor que yo, y eso es, bueno, eso es bastante bueno. Las palabras del alrededor dice que estas consiguiendo por ti misma una medalla de oro pronto, y no puedo pensar en nadie más que lo merezca. Yo doy mi recomendación, aunque no sea tu mejor carta por la manera en que las cosas están.”
“Gracias, Cap., eso significa mucho para mi.”
“A si que ¿De que necesitabas hablar?”
Heat intento echarlo a un lado y sonar casual. “Simplemente tocando la base de algo, de hecho. Cuando fui a la rectoría esta mañana a confirmar la identidad de la víctima, el ama de llaves dijo que usted había estado allí la pasada noche.”
“Es correcto.” Él se balaceo levemente en su silla de ejecutivo pero manteniendo su mirada. Heat pudo ver el pequeño destello de acero de sus ojos y sintió su resolución desmoronarse. Ella sabía que si pronunciaba la pregunta que quería hacer, eso empezaría algo de movimiento que no sería capaz de devolver.”¿Y?” él dijo.
Caída libre, Nikki estaba en una absoluta caída libre. ¿Qué iba a decir? Eso con todos sus conductas erráticas, los rumores sobe Asuntos Internos –y ahora la presión de los medios- ¿ella quería hacerle justificarse a si mismo? Heat estaba a una pregunta de tratarle como a un sospechoso. Había pensado en todo esta mañana excepto una cosa: Su mala voluntad de dañar una relación por encima de rumores y apariencias. “Yo solo quería preguntarle por su visita. Y ver si ha aprendido algo mientras estaba allí.”
¿Sabía él que había estado en BS-ing? Nikki no podía decir. Ella solo quería salir de allí.
“No, nada útil,” dijo el capitán. “Quiero que sigas la línea en la que estas, la cosa sexual.” Y después, señalando lo que él supo exactamente por lo que ella lo había preguntado, añadió, “sabes, Nikki, esto probablemente parezca inusual para mí, un comandante de comisaría, personalmente respondiendo a un MPR (Missing Persons Report- Informe de personas desaparecidas), pero tan pronto como aprenderás cuando consigas tu promoción, el trabajo se convierte menos sobre la calle y más sobre apariencias y gestos. Ti ignora eso a ti riesgo. A si que. Un alto miembro de mi jurisdicción, un pastor de iglesia, esta perdido. ¿Qué es lo que voy a hacer? Seguro que no voy a mandar a Hinesburg ¿verdad?”
“Por supuesto que no.” Y después ella noto que él jugaba con una tirita de su nudillo. “Esta sangrando.”
“¿Esto? Estoy bien. Penny me mordió esta mañana mientras estaba peinando un remolino de su pata. “Se levantó y dijo, “Esta es la manera en que esto esta yendo para mí, Nikki Heat. Mi propio perro se vuelve contra mí.”
El camino de vuelta a su escritorio la hizo sentir a Heat como si llevara zapatos de plomo bajo el agua. Ella había entrado con el susurro de destruir una relación con su mentor, y solo su orquestación de la incómoda reunión la retuvo de hacer eso. Los errores son humanos pensó Nikki era todo sobre no ser la única en cometer errores. La ira la lleno por permitirse ser distraída por cotilleos, y ella lo resolvió centrándose en volver al trabajo que hacia, trabajo policial sólido, y evitaba conseguir caer en las garras de la Milla de los Rumores.
En su monitor un icono brillo, alertándola que el informe que ella había solicitado de Archivos había llegado. No hacía tanto una solicitud como esa habría llevado todo el día, o una visita personal para agilizar la entrega. Gracias a la informatización del departamento de todos los expedientes, como al Subcomisionado Yarborough, que había traído al NYPD la tecnología de es este siglo, la Det. Heat ahora tenía el PDF de la investigación de 2004 solo minutos después de pedirla.
Ella abrió el archivo detallando el asesinato de Gene Huddleston, Jr., errante hijo de un ganador de Oscar nacional apreciado cuyo único hijo había descendido del derroche privilegios a una trágica espiral dentro de una vida de alcoholismo, expulsado de dos colegios por escándalo sexual y abuso de drogas, después se graduó en comercio y, finalmente, una muerte violenta. Primero ella busco alguna fotografía de las quemaduras de TENS que Lauren Parry había mencionado, pero no encontró ninguna en su primera pasada. Fuera de hábito, ella pincho en la lista de investigadores en el caso para ver si conocía a alguno de ellos. Entonces ella vio el nombre del detective principal y sintió un revuelo en su diafragma.
Ella se desplome en la espalda de su silla y simplemente con la vista fija en la pantalla.
2º CAPITULO-2ª PARTE
“Sharon, sigue con el inventario, aunque los de Colección de Evidencias estén haciendo lo mismo. Incluida una lista de cualquier cosa que este movida o rota. Aunque sea un espejo. ¿Entendido?” Nikki alcanzó el reloj del coche.
“No parece que yo pueda levantarme de aquí por un tiempo, así que siéntate con Mrs. Borelli, si esta levantada. Consigue cualquier cosa sobre el Padre Graf que levante una bandera. Hábitos inusuales, discusiones, visitantes, tu ya sabes que preguntar.”
Hubo una pausa. “Seguro, seguro,” llegó una contestación distraída de Hinesburg. Heat se arrepintió de no haber enviado al Det. Ochoa como ella había planeado. Lección aprendida. Ella tomo una decisión para parar personalmente y llevar su propia entrevista con el ama de llaves.
El tráfico era horrible por toda la ciudad. Más gente en más coches era un confiado producto derivado de cualquier clima, especialmente en una mañana fría de un solo dígito con remolinos de viento. Esto también hacia que el aparcamiento cambiara. La señal de “Lo sentimos. Lleno.” Estaban sacados por todos los garajes pertenecientes al Centro de la NY Med. de la OCME. En su viaje por la Primera Avenida la Det. Heat podría cortésmente haber incluso aparcado en la entrada donde ya había otros coches de policías. En la calle 34 ella giro hacia su arma secreta, el cercano Hospital de Bellevue con sitios debajo del FDR. Esto significaba un bloque andando con ráfagas árticas, pero era su única oportunidad de no estar dando vueltas. El jefe estaba muy abrigado en su quiosco para salir cuando la vio pararse. Todo lo que vio fueron unos dedos a través de su deslustrada ventana agitando la mano.
Antes de salir de su coche, ella miro fijamente su teléfono. Miro sus e-mails otra vez. No, ella no había recibido uno de Rook y lo echaba de menos. Una vez, se dijo a si misma, solo una vez más. Heat presiono enviados/recibidos y vio el icono arremolinarse. Cuando lo hizo todo lo que dijo fue que todavía estaba en un limbo emocional.
En el momento en que Nikki ascendió el corto tramo de escaleras hacia la sala de espera del OCME, ella no tenía color en sus mejillas y su nariz goteaba. Detrás de la mesa de recepción, Danielle le daba su habitual deslumbrante “hola” y la guiaba a la puerta de seguridad. Cuando entro al pequeño conjunto de habitaciones del NYPD mantenidos para policías visitantes, tres de los cuatro cubículos estaban ocupados por policías hablando por teléfono.
Ellos tenían el termóstato alto y Heat se desprendió de su abrigo. Miró al montón de abrigos en la espalda de una de las sillas y opto por una percha en el vacío perchero cuando su teléfono vibro. El número del identificador de llamadas no le era familiar, pero el prefijo si. La llamada venía de la One Police Plaza. En su mensaje, Montrose había dicho que él estaba en HQ. Nikki no quería meterse con él mientras compartía cercanía con sus oficiales hermanos pero comprendió que ella por lo menos estarían en contacto y establecerían su próxima llamada.
“Heat,” dijo.
“¿Eres la famosa Nikki Heat?” Ella no conocía su voz, pero era toda sonrisa y, para su gusto exagerado como forma de presentarse a un extraño. Ella adopto su tono neutral que usaba en publicidad. “Esta la Det. Heat.”
“No por mucho, he oído,” dijo la persona que llamaba. “Det., es Zach Hamer, Ayudante del Mayor aquí en legal. Estoy llamándola personalmente para felicitarla por su test de teniente.”
“Oh.” Ella quería salir de la entrada, pero en defensa de los familiares y su propio sentido del decoro, Nikki se mantenía en una política estrictamente personal en contra de usar su teléfono en las áreas públicas de ese edificio. A si que Heat se sentó en una silla vacía y se encorvó dentro del cubículo, sabiendo que esto no le permitía mucha privacidad. “Gracias. Lo siento, pero me pillaste con la guardia baja aquí.”
“No es un problema. No solo tuviste una buena puntuación, Det., además veo que tu expediente es excepcional. Nosotros necesitamos buenos polis como tú para mejorar en el departamento.”
Ella cubrió con su mano el auricular. “De nuevo, Mr. Hamer-“
“Zach.”
“-Zach- Aprecio sus amables palabras.”
“Como dije, no es problema. Escuche, la razón por la que la llamo es que quería estar segura que te dejabas caer y decías “hola” cuando bajaras a firmar tu copia de los resultados.”
“Um, seguro,” ella dijo y después tuvo un pensamiento. “Eso es en Personal. Usted no es de Personal, sin embargo, ¿no?”
“Oh, infiernos no. Yo estoy subiendo con la Diputación de Comisión de Asuntos Legales. Confíe en mi, todo pasa a través de mi escritorio, de todas formas.” Él dijo con aire de presumido. “¿Cuándo la espero para verla?”
“Bueno, yo estoy en ME ahora. Estoy en un caso.”
“Bien,” dijo él, “el cura.” La manera en que lo dijo la sacudió a Nikki con la fuerte impresión de que Zach Hamer le gustaba mostrar el conocimiento de todo. El chico con todas las respuestas. El Hombre Esencial. ¿Qué es lo que quería de ella?
Ella mentalmente rodó a través de su horario. Autopsia…Montrose, con optimismo…. Reunión con el pelotón…. la rectoría… “¿Qué tal mañana?”
“Yo esperaba que hoy.” Él paró, cuando ella no replicó a eso, continuó. “Yo tengo una agenda llena mañana. Encontrémonos temprano. Desayuno. Puede ir a firmar después.” Sintiendo más que un pequeño apisonadora. Ella aceptó. Él la dio el nombre de un sitio delicioso en Lafayette, dijo que se encontrarían a las siete, y colgó después de una felicitación más.
“¿Alguna palabra del viajero mundial?” preguntó Lauren Parry. Ella miro a su amiga desde su ordenador en la oficina adyacente a la sala de autopsias. La ME llevaba el traje lunar autorizado de protección y, como normalmente, estaba decorado con manchas de sangre y fluidos. Ella leyó la reacción de Nikki y recogió su máscara de escudo de plexi de la silla detrás de ella. “¿Asiento?”
“Estoy bien.” Heat, que había acabado de ponerse la bata limpia facilitada para los visitantes, se apoyo de espaldas al muro de la antesala estrecha y miro fijamente a través del cristal las fila de tablas que había delante suya. El más cercano, Mat. Nº 8, sostenía la sábana sobre el cuerpo del Padre Gerald Graf.
“Mentirosa,” dijo su BFF (Best Friend Forever- Mejor amigas para siempre.) “Si así es como luces cuando estas bien, nunca me muestres la mala.”
Nikki volvió a mirar fijamente a Lauren. “OK. Déjame corregir eso que dije, yo estaré bien, supongo.”
“Me estas asustando, Nikki.”
“Todo bien, todo bien, entonces…” Heat informó a Lauren de su sorpresa mañanera: La triunfante vuelta de Rook a Gotham para celebrar la completación de su tarea- una celebración a la que él no la había incluido- e incluso añadiendo insultos para dañar, él todavía no había llamado para decir que había vuelto.
“Ouch.” La ceja de Lauren se levantó. “¿Qué piensas que es esto? No pensarás que él…” Ella se paró y sacudió su cabeza.
“¿Qué?” dijo Nikki. “¿Se ha enganchado con alguien más? Puedes decirlo ¿No piensas que no me he preguntado ya eso?” Nikki alejo algunos oscuros pensamientos. “Te marchas el suficiente tiempo, puedes imaginar todo tipo de cosas, Laur. Y un mes después abres el periódico y verlos se convierte en realidad.” Ella se desprendió del muro y se mantuvo derecha.
“Suficiente. Él ha vuelto. Nosotros lo solucionaremos.” Su duda estaba callada pero alta.
“Felicidades por tu y Ochoa, sin embargo.”
Eso llevo a Lauren a parar. Y después ella sonrió. Por supuesto que no escondía su romance de Nikki. “Si, es bueno para mí y Miguel.”
Mientras ellas andaban hacia la puerta, Nikki dijo, “yo puedo aprender a odiarte, lo sabes.”
Otros dos ME habían tenían clientes en la primera y tercera tablas y mientras Nikki entraba a la sala de autopsia, ella silenciosamente repetía el mantra que había aprendido de Lauren en sus novatas visitas años atrás.
“Respira a través de la boca, eso engaña a tu cerebro.” Y como siempre, Heat pensó, casi… pero no tanto.
“Un poco duro-y-rápido encontrado y después unas anomalías para mostrarte,” dijo la ME Parry mientras ellas se aproximaban al cuerpo de Graf.
“La ventana de la hora de la muerte resulta ser como pensaba. De ocho a diez. Yo diría que más cerca del final de eso.”
“¿La hora de la muerte puede ser las nueve y media?”
“Si.” Ella enrollo la página en lo alto de su cuaderno, exponiendo la página de un cuerpo en el cual ella había hecho anotaciones. “Marcas e indicadores. Que cubren los ojos, el cuello, aquí y aquí.” Ella indicó cada uno con su lápiz mientras lo compartía con Heat. “Múltiples abrasiones y contusiones. Dolorosas pero no fatales. No huesos rotos. Todo mucho más consistente con la experiencia B y D.”
Nikki estaba empezando a pensar que esto probablemente ha sido una sesión que se volvió salvaje, después de todo, pero seguía manteniendo su mente abierta.
“Tres pequeños descubrimientos que valen la pena hacer pruebas por algún significado,” dijo la ME. Ella dejo a Nikki cruzando la habitación hacia uno de los almacenes.
Ella deslizo la puerta de cristal hacia un lado y sacó uno de los cubos de cartulina azul de evidencias de un estante. Nikki recordó como, después de su primera visita, Rook vio uno y dijo que nunca compraría un cubo de pollo otra vez. Lauren sacó un pequeño viral de plástico del cubo con código “Graf” y se lo dio a Nikki. “¿Ves esa mota?”
La detective lo sostuvo a la luz. En el fondo del recipiente estaba un oscuro grano del tamaño de un trozo de bacon. “Encontré eso debajo de sus uñas,” Parry continuó. “Debajo del microscopio parece un trozo de cuero, pero no coincide con el cuero de sus muñecas o del collar.” Ella se volvió al cubo. “Llevemos al laboratorio a este cachorro.”
Ella después llevó a Nikki al armario deshumificador donde estaban las ropas de las víctimas para secar, preservando el ADN para examinar. Láminas de papel marrón separaban las ropas ensangrentadas que colgaban allí procedentes de numerosas víctimas. En el final, Heat pudo ver la ropa negra de Graf y su collar blanco Roman. “Cosas divertidas sobre este collar. Hay una mancha minúscula de sangre en ella. Además, considerando todas las abrasiones en él, no tiene piel rota sobre sus hombros o en sus manos.”
“Bien,” dijo Nikki considerando las posibilidades. “Eso podría ser sangre de un asaltante, o asesino.”
“O dominador o dominadora, ¿Quién sabe todavía?” Lauren estaba en lo cierto. Esto podría haber sido del juego sucio pero con la misma facilidad de un practicante con un corte de una sesión de tortura que tiro las ropas y había corrido por el pánico.
“Nosotros también enviaremos a la calle 26 para pruebas de ADN.”
Después Lauren llamó a uno de los ayudantes, que la ayudo a girar el cuerpo del cura hacia un lado, exponiendo su espalda. Se trataba de ronchas y contusiones por un latigo, las señales de eso le causo a Nikki tomar una profunda respiración a través de su nariz, por lo cual ella inmediatamente se arrepintió. Ella lo mantenía cerca, aunque, se inclino más cerca cuando la ME señalaba un dibujo geométrico de un moratón en la espalda. “Una de estas contusiones no es como las otras,” dijo Lauren. Sus ojos para esto detalles habían ayudado a Nikki en numerosos casos. Mas recientemente, por la detección de las marcas dejadas por un anillo usado por un criminal ruso que mato a un desarrollador de bienes famoso. Este moratón de la parte baja de la espalda era como de dos pulgadas de largo, rectangular, y con iguales espacios entre líneas horizontales.
“Parece una marca hecha por una pequeña escalera,” dijo Heat.
“He cogido algunas imágenes que te enviare por e-mail con mi informe.” Parry asintió al enfermero, que gentilmente volvió a Graf boca arriba y dejo la habitación.
“Dulces anomalías,” dijo Nikki.
“No he terminado todavía, detective.” Lauren recogió su cuaderno otra vez.
“Ahora, causa de la muerte. Yo estoy con asfixia por estrangulamiento.”
“Tu dudaste esta mañana, sin embargo,” Nikki la recordó.
“Cierto. Las señales estaban allí, como te dije. Lo obvio son las circunstancias, el collar de cuero, hemorragia petequial, y demás. Pero yo te he hecho llamar porque he visto otros indicadores que podrían significar un infarto agudo de miocardio.”
Heat dijo, “¿El color azulado que yo vi en sus yemas de las manos y su nariz?”
“Perdona, ¿Quién es la ME aquí?”
“Yo cojo el significado, si embargo. Un ataque al corazón podría eliminar el intento de homicidio.”
“Bueno, ¿Adivina que? Él tuvo un ataque al corazón. Resulta que no fue fatal, el fue estrangulado antes de que pudiera ser, pero esto el infierno de una carrera por ver cual le habría matado primero.”
Ella miró a la sábana del cadáver. “Tu dijiste que olías a cigarrillos y alcohol.”
“Y su organismo prueba todo eso. Pero.” Ella le dio a Nikki una mirada llena de significado y levantó la sábana. “Echa un vistazo a estas quemaduras en su piel. Son quemaduras eléctricas. Probablemente de una TENS,” dijo Lauren, refiriéndose a un estimulador eléctrico del nervio transcutáneo (Transcutaneous Electrical Nerve Stimulator en inglés), un generador eléctrico portable usada en juegos de tortura.
“Yo he visto TENS,” dijo Nikki. “Me tope con ellos en vicio.”
“Entonces tú también sabes que ellas avisan en contra de usarlas alguna vez cerca del pecho.” Ella levantó la sábana para exponer el torso de Graf, donde las quemaduras eléctricas eran intensas, especialmente cerca de su corazón, “Parece a mí como si alguien quisiera causarle un gran dolo.”
“La pregunta,” dijo Nikki, “es ¿Por que?”
Ellas fueron juntas a la primera planta. Heat dijo, “tengo una pregunta para ti. ¿Has visto alguna vez algo como esto antes?”
“¿Quemaduras de TENS tan severas como estas? No como eso.” Mientras ellas buscaban la puerta de la oficina del NYPD, Lauren dijo, “¿sabes de quien he oído tener algo? Ese niño actor que estaba siempre en problemas y consiguió que le mataran en 2004 o 2005.”
“¿Gene Huddleston, Jr.?” Dijo Nikki.
“Si, él.”
“Pero él fue disparado a matar. Algún asunto de drogas, ¿verdad?”
Lauren dijo, “si, eso ocurrió antes de yo empezar aquí, pero en las conversaciones era que él también tenía quemaduras TENS. Era un niño rebelde. Ellos entendieron que fue parte de su fenómeno.”
La oficina de NYPD estaba vacía. Nikki cogió su chaqueta del perchero, pero antes de que se fuera, se sentó en uno de los ordenadores. Ella se registró en el servidor del departamento y solicito una copia digital del caso de Gene Huddleston, Jr.
Mientras Nikki hacia su camino a través del vestíbulo a la sala de espera de la comisaría, una mujer parada cerca de la cuerda de terciopelo que azul que adornaba la pared de la lista de honor y placas se metió en su camino.
“Perdone, ¿La Det. Heat?”
“Soy yo.” La detective ser paró pero hizo un rápido chequeo de la mano levantada de la mujer. Alguien había decidido que era una sesión abierta en la policía este año, incluso en las comisarías, y la prudencia natural de Heat era darle un puntapié. Pero todo lo que sostenía la mujer era una tarjeta de negocios. Leía, ‘Tam Svejda, Reportera, New York Ledger.’
“Me estaba preguntando si podría tener unos minutos para preguntarle un par de cuestiones.”
Heat devolvió a la reportera una sonrisa educada pero dijo, “mira, lo siento, Mr…” Ella miro la tarjeta otra vez. Nikki había visto su nombre en la ------ pero no estaba segura de cómo se pronunciaba.
“Shfay-dah,” dijo la asistente. “Mi padre es Checo. No te sientas mal, esto para a todo el mundo es un trayectoria. Dejémoslo en Tam.” Ella le dio a Nikki una amplia sonrisa de alerta, revelando una perfecta fila de relucientes dientes. De hecho, su entera apariencia era de una supermodelo: una culminante melena rubia con genial corte, grandes ojos verdes que mostraban inteligencia y una insinuante travesura, lo suficiente joven para salir sin mucho maquillaje -probablemente no en los treinta-, alta y esbelta. Era una apariencia que asociabas más con una reportera de televisión que con una reportera de periódico.
“Bien. Todo bien, con Tam trabajaremos,” dijo Nikki. “Pero solo puedo estar aquí un minuto y después me pongo en camino de salir. Realmente lo siento.” Ella dio un paso hacia las puertas interiores, pero Tam se movió con ella. Se saco su cuaderno de reportera. Un espiral Ampad, el mismo que Heat usaba.
“Un minuto seria genial, entonces no la entretendré ¿esta clasificando la muerte del Padre Graf como asesinato o accidental?”
“Bueno, yo puedo acortarlo para usted, Ms. Svedja,” ella dijo con una perfecta pronunciación. “Es muy pronto en nuestra investigación para comentar cualquiera de eso todavía.”
La reportera levantó la mirada de sus notas. “Un asesinato escandaloso-un cura es torturado y matada en un calabozo de la esclavitud- ¿Y realmente quiere que yo solo vaya con eso? ¿Un simple ‘sin comentarios’?
“Lo que escribes depende de ti. Esto es todavía una investigación joven. Te prometo que cuanto tentamos algo lo compartiremos, lo haremos.” Como en cualquier buen interrogatorio, Heat se encontró a si misma ganando información incluso cuando ella era la única siendo interrogada. Y lo que ella estaba aprendiendo del interés de Tam Svedja en el caso Graf era que Nikki no era la única que sentía algo más que otro simple homicidio llevado a cabo.
La reportera dijo, “lo tengo,” pero sin perder un latido añadió, “ahora, ¿Qué puede decirme sobre el Cap. Montrose?” Heat la estudio, sabiendo incluso que su siguiente ‘sin comentarios’ tenía que ser cuidadosamente declinado. Tam Svedja estaría escribiendo esto, ella no, y Nikki no quería inspirar a algún reportero sobre un cículo de vagones o policías con los labios apretados. Por último Svedja dijo, “si esto es incómodo podemos dejarlo fuera del informe. Yo simplemente estoy oyendo muchas cosas no halagüeñas, y si pudieras guiarme en mi investigación, podrías estar haciéndole cosas buenas… si los rumores son inciertos.”
La Det. Heat escogió sus palabras. “No pensarás que yo dignifico los rumores ¿verdad? Pienso que lo más productivo que puedo hacer es ir hacia allí y volver a mi trabajo trabajando en el Padre Graf para poder conseguirte información sólida. ¿Suficiente justo, Tam?”
La reportera asintió y puso su cuaderno lejos. “Debo decir, Det., Jamie te hace justicia.” Cuando Nikki levantó su ceja, ella se explicó. “En nuestra historia de investigación, quiero decir. Conociéndote, viendo como te controlas a ti misma. Rook te plasmo bien. Eso por lo que Rook consigue las portadas y los Pulitzer.”
“Si, él es bueno.” Jamie, pensó Nikki. Ella lo había llamado Jamie.
“¿L e has visto en nuestra edición mañanera con esa pieza de trabajo, Jeanne Callow? Ese chico malo seguro que consiguió algo, ¿verdad?” Nikki cerro sus ojos un momento y deseo que Tam Svedja se hubiese ido-¡poof!-cuando los abriera. Pero ella no lo hizo. “Llego tarde, Tam.”
“Oh, adelante. Y di ‘hola’ a Jamie si hablas con él, quiero decir.”
Heat tuvo un claro sentimiento que tenía más en común con Tam Svedja que con un cuaderno de reportera. Bastante posible era una reportera.
Cuando la Det. Heat volvió a la oficina, el Cap. Montrose estaba encorvado en su silla de la oficina con la puerta abierta, dando la espalda al pelotón, mirando fijamente hacia el exterior de su ventana que daba a la calle oeste de la 82. Él probablemente la había visto conducir hacia dentro de la comisaría por debajo de él, pero si lo hizo, no se movió para saludarla. Nikki hizo un rápido escaneo del Mientras Estabas Fuera en su papeleo, viendo nada que no pudiese esperar, y sintiendo su corazón correr mientras andaba hacia la puerta. Cuando oyó su golpeteo en el cristal, él la llamo con señas sin girarse.
Heat cerro la puerta detrás suyo y se quedo de pie mirando la parte de atrás de su cabeza. Después de cinco eternos segundos se sentó derecho y giro en su silla para verla de cara, como si saliera de algún trance y se pusiera manos a la obra.
“Has tenido un día ocupado, he oído,” él dijo.
“Acción-Jauria, Skip.” Él señalo la silla de visitas y ella se sentó.
“¿Quieres un cambio? He pasado mi mañana llevando la gorra de zopenco en el Puzzle Palace,” dijo, usando la jerga policial suave para el One Police Plaza. Y después él sacudió la cabeza. “Lo siento. Prometí no quejarme, pero esto tiene que salir por algún lado.”
La mirada de Nikki se fue al alfeizar de la ventana y el marco de fotos de él y Pauletta. Eso fue cuando ella se dio cuenta que Montrose no estaba mirando hacia fuera de la ventana sino a esa foto. Se había cumplido casi un año desde que un conductor borracho la había matado en un paso de cebra. El dolor de su pérdida fue soportado estoicamente, pero el peaje estaba escrito en su cara. De repente Nikki deseo que ella no hubiera iniciado este encuentro. Pero ella ya lo había hecho.
“¿Tú llamaste por algo?”
“Si, sobre el cura, Padre Graf.” Ella le estudio, pero él estaba pasivo. “Yo estoy trabajando en ángulo BDSM (es ángulo del calabozo sexual) primero.”
“Tiene perfecto sentido.” Todavía seguía escuchando.
“Y hay indicadores de una búsqueda en su rectoría y un objeto u objetos perdidos.” Ella le miro más de cerca, pero no la devolvió nada. “Tengo a Hinesburg en eso.”
“¿Hinesburg?” Al final una reacción.
“Lo se, lo se, una larga historia. Yo haré mi propio seguimiento para detenerla.”
“Nikki, tu eres la mejor que yo he visto en esto. Mejor que yo, y eso es, bueno, eso es bastante bueno. Las palabras del alrededor dice que estas consiguiendo por ti misma una medalla de oro pronto, y no puedo pensar en nadie más que lo merezca. Yo doy mi recomendación, aunque no sea tu mejor carta por la manera en que las cosas están.”
“Gracias, Cap., eso significa mucho para mi.”
“A si que ¿De que necesitabas hablar?”
Heat intento echarlo a un lado y sonar casual. “Simplemente tocando la base de algo, de hecho. Cuando fui a la rectoría esta mañana a confirmar la identidad de la víctima, el ama de llaves dijo que usted había estado allí la pasada noche.”
“Es correcto.” Él se balaceo levemente en su silla de ejecutivo pero manteniendo su mirada. Heat pudo ver el pequeño destello de acero de sus ojos y sintió su resolución desmoronarse. Ella sabía que si pronunciaba la pregunta que quería hacer, eso empezaría algo de movimiento que no sería capaz de devolver.”¿Y?” él dijo.
Caída libre, Nikki estaba en una absoluta caída libre. ¿Qué iba a decir? Eso con todos sus conductas erráticas, los rumores sobe Asuntos Internos –y ahora la presión de los medios- ¿ella quería hacerle justificarse a si mismo? Heat estaba a una pregunta de tratarle como a un sospechoso. Había pensado en todo esta mañana excepto una cosa: Su mala voluntad de dañar una relación por encima de rumores y apariencias. “Yo solo quería preguntarle por su visita. Y ver si ha aprendido algo mientras estaba allí.”
¿Sabía él que había estado en BS-ing? Nikki no podía decir. Ella solo quería salir de allí.
“No, nada útil,” dijo el capitán. “Quiero que sigas la línea en la que estas, la cosa sexual.” Y después, señalando lo que él supo exactamente por lo que ella lo había preguntado, añadió, “sabes, Nikki, esto probablemente parezca inusual para mí, un comandante de comisaría, personalmente respondiendo a un MPR (Missing Persons Report- Informe de personas desaparecidas), pero tan pronto como aprenderás cuando consigas tu promoción, el trabajo se convierte menos sobre la calle y más sobre apariencias y gestos. Ti ignora eso a ti riesgo. A si que. Un alto miembro de mi jurisdicción, un pastor de iglesia, esta perdido. ¿Qué es lo que voy a hacer? Seguro que no voy a mandar a Hinesburg ¿verdad?”
“Por supuesto que no.” Y después ella noto que él jugaba con una tirita de su nudillo. “Esta sangrando.”
“¿Esto? Estoy bien. Penny me mordió esta mañana mientras estaba peinando un remolino de su pata. “Se levantó y dijo, “Esta es la manera en que esto esta yendo para mí, Nikki Heat. Mi propio perro se vuelve contra mí.”
El camino de vuelta a su escritorio la hizo sentir a Heat como si llevara zapatos de plomo bajo el agua. Ella había entrado con el susurro de destruir una relación con su mentor, y solo su orquestación de la incómoda reunión la retuvo de hacer eso. Los errores son humanos pensó Nikki era todo sobre no ser la única en cometer errores. La ira la lleno por permitirse ser distraída por cotilleos, y ella lo resolvió centrándose en volver al trabajo que hacia, trabajo policial sólido, y evitaba conseguir caer en las garras de la Milla de los Rumores.
En su monitor un icono brillo, alertándola que el informe que ella había solicitado de Archivos había llegado. No hacía tanto una solicitud como esa habría llevado todo el día, o una visita personal para agilizar la entrega. Gracias a la informatización del departamento de todos los expedientes, como al Subcomisionado Yarborough, que había traído al NYPD la tecnología de es este siglo, la Det. Heat ahora tenía el PDF de la investigación de 2004 solo minutos después de pedirla.
Ella abrió el archivo detallando el asesinato de Gene Huddleston, Jr., errante hijo de un ganador de Oscar nacional apreciado cuyo único hijo había descendido del derroche privilegios a una trágica espiral dentro de una vida de alcoholismo, expulsado de dos colegios por escándalo sexual y abuso de drogas, después se graduó en comercio y, finalmente, una muerte violenta. Primero ella busco alguna fotografía de las quemaduras de TENS que Lauren Parry había mencionado, pero no encontró ninguna en su primera pasada. Fuera de hábito, ella pincho en la lista de investigadores en el caso para ver si conocía a alguno de ellos. Entonces ella vio el nombre del detective principal y sintió un revuelo en su diafragma.
Ella se desplome en la espalda de su silla y simplemente con la vista fija en la pantalla.
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡Muchísimas gracias! Te lo agradezco mucho, de veras!!! Leer el libro así, por entregas, tiene su qué, eso de esperar al siguiente capítulo, a ver qué pasa... jeje...
NathanFan2011- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Enorme curro, felicidades, sigue asi!
lio_scaloni- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
cuando termine los comics y los libros que estoy leyendo !me lo compraré!
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
lastral escribió:Muchas gracias, de momento me voy arreglando bien Pero si tengo algun problema ya se a quien acudir.maria_JB_caskett escribió:GRACIAS!!!!! ESTABA Q LO BUSCABA POR TODO LADO! EN MI PAIS NO LO VENDEN Y AQUI FUE EL UNIKO LUGAR!!! GRACIAS X TRADUCIRLO! SI NESECITAS AYUDA CON ALGUNOS TERMINOS O ESO SOLO DIME Y TE COLABORO KN TODO GUSTO
si! cuando necesites algo solo avisame que te ayudo kn todo gusto xD
maria_JB_caskett- Ayudante de policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Bueno os traigo la primera parte del capitulo 3. espero que os guste y como siempre: disfrutar y comentar lo que querais.
CAPITULO 3-PRIMERA PARTE
La primera cosa que Heat hizo después de pinchar en el pequeño cuadro rojo y cerrar el archivo Huddleston fue llamar a Lauren Parry. Ella intento no pensar mucho sobre eso, primero porque probablemente vacilaría y después se detendría. Eso era la muerte del trabajo policial. Reunir hecho y confiar en tus presentimientos. Especialmente aquellos cuales los hechos llevan a presentimientos.
“¿Tan pronto?” Dijo Lauren cuando ella lo cogió. “¿Dejaste algo aquí? Dime que no dejaste tus llaves. Yo he hecho que eso ocurra, y no quieres saber donde las encontré.”
“Tienes razón, no quiero.” Incluso aunque ella había acabado teniendo la oficina para ella sola en ese momento, Nikki miro por encima de su hombreo antes de continuar. “Escucha, vi como de ocupada estabas allí en B-23 esta mañana.”
“Si, si, ¿Qué necesitas de mí para un rápido rastreo?”
“El collar del cura. El único con la sangre. ¿Lo podrías poner a la cabeza de la clase por mí?”
“¿Estas siguiendo a alguien?”
En los ojos de su mente, Heat seguía viendo la banda en el dedo del Cap. Montrose. Ella quería decir que esperaba que no, pero contestó, “¿Quién sabe? Como mucho eliminar algo.” Nikki oyó papeles crujir antes de que la ME contestara.
“Seguro, puedo expeditarlo. Esto todavía lleva tiempo, ya sabes.”
“Entonces consigamos que esta fiesta empiece.”
“Entonces yo seré goma quemada.” Lauren se río entre dientes y continuó. “Mientras estamos hablando, yo acabo de enviarte mi informe.” Nikki comprobó su monitor y vio que el e-mail estaba puesto allí para ella. “Encabezado con una nota adicional que añadí. CSU (Crime Scene Unit) recogieran evidencias de la sala de tortura- unos cuantos pelos, puedes imaginar- pero ellos también vinieron con algo que parece una astilla o uña. Nikki rememoro su estudio del cura muerto mientras todavía estaba en la estructura y recordó que sus uñas no estaban rotas. Su amiga subrayo eso. “Yo acabo de hacer una doble comprobación del cuerpo, y vi que sus uñas de las manos y de los pies no muestran signos de estar rotas.”
“A si que esto puede ser de quien quiera que trabajo sobre él,” dijo Heat. “Asumiendo que no sea un vestigio de otra sesión.” Esa posibilidad probablemente no lo hacía un juego digno, pero podría abrir una línea de investigación. Antes de que colgaran, Lauren ofreció subir este test en la cadena también.
“¿Cómo va por aquí?” Ella preguntó mientras entraba en la cabina de audiovisual, un transformado surtido de armarios, donde Raley estaba analizando los videos del “Límite del Placer.”
“Mécelo, detective.” Él dijo sin apartar la vista de su monitor.
“Este lugar no esta tan ocupado como piensas, yo estoy volando por esta cintas.”
“Eso es porque eres el Rey de los Visionados.” Ella dio la vuelta por detrás de su mesa y hojeo las imágenes fijas que su detective había sacado. “¿Algunas visitas del Padre Graf?”
“Si,” él dijo. “Hablando de eso, comprueba al tio en la correa en una máscara ajustada con cremallera como boca. Es como ver la película descartada de ‘Pulp Fiction’.
“O ‘Best in Show’,” dijo Heat, examinándolo. No siendo el equipo de limpieza o Roxanne Paltz, Nikki no reconoció a nadie de la docena de gente cuyas caras Raley había capturado. “Quiero llevarle estas al ama de llaves de la rectoría. ¿En cuanto tiempo lo terminaras?”
Él paró la cinta y se giro hacia ella. “Perdóname, pero ¿esto es como alguien llama al rey?”
“OK, bien. ¿En cuanto tiempo lo terminaras… mi señor?”
“Dame veinte.”
Ella miro su reloj. Hora de comer, para aquellos que son lo suficiente afortunados para de hecho tener uno, había venido y se iba. Le preguntó a Raley que tipo de sándwich quería y le dijo que estaría de vuelta en quince minutos. En la entrada, ella sonrió cuando la puerta se cerró y escucho su amortiguado grito, “¿Hola? ¡He dicho veinte!”
Las delicias de Andy estaban entregadas, pero Nikki estaba de humor para un paseo, incluso con el frío. No, especialmente en el frío. El día se había puesto su cabeza en un torbellino blanco, y algo primario aulló siendo sacado y en movimiento. El viento había empezado a disminuir, llevándose un pedazo del dolor del viento de invierno, pero después de bajar todo el día de los cuatro grados, era todavía bastante cortante, y la sensación de esto la vigorizaba. Recorriendo la esquina de Columbus oyó un golpe fuerte detrás de ella y se giro. Un gran SUV avanzaba palmo a palmo desde la 82 hacia la derecha también, y uno de estos monstruos incansables había destruido un pedazo de hielo de un canalón, arrojando trozos de hielo al frenar.
Heat observo para ver quien todavía conducía estos grandes cargadores de gas en la ciudad, pero nunca consiguió una imagen. El tubo del motor disparo, y el SUV se adentró al tráfico y fue pronto ocultado por el propio rugido de la carretera.
“ El coche pene,” dijo un cartero que pasaba, Nikki rió, amaba New York y todos estos íntimos extraños.
Mientras el vendedor en Andy’s hacia un par de BLTS para ella, Nikki comprobó su teléfono y los e-mails otra vez. Nada de Rook desde su última visita –justo después de pedir. Ella consiguió dos paquetes más de miel para el té helado de Raley del condimentado bar y comprobó su teléfono otra vez. Después ella pensó, que le jodan, y presiono la marcación rápida de Rook.
No llego a sonar, simplemente saltaba directo al buzón de voz. Mientras escuchaba su mensaje, no todavía segura que es lo que quería decir, un hombre detrás de ella esperaba para un bocadillo de atún de centeno con su periódico abierto y Nikki fue confrontada otra vez por Rook y su sonriente agente fuera del Le Cirque. Heat colgó sin dejar un mensaje, pago por las comidas y corrió de vuelta al frío congelador, maldiciéndose a si misma por hundirse en perseguir a un tio.
Sharon Hinesburg siempre llevaba sus emociones en su cara, y cuando Heat hizo entrar brisa en la rectoría sin anunciarse, la detective miro como si ella acabase de abrir el congelador y recibieran una bocanada de leche cuajada. A Nikki no le importo. Sensibilidad perdida que había dejado que permitiera una mala asignación. Hinesburg se encargaba de este sitio en primer lugar. Ella no iba a complicar su equivocación preocupándose los grandes pasos de su subordinada.
La decisión de hacerse cargo fue respaldada por el informe que consiguió. Después de bastantes horas en la escena, lo mejor que Hinesburg pudo ofrecer fue un refrito de la información que Heat había conseguido de su propia charla con el ama de llaves y la llamada al equipo de evidencias sobre la sagrada medalla pérdida y la ropa desordenada.
Nikki tenía la impresión no confirmada de que la principal actividad de la Det. Hinesburg había sido sentarse con Mrs. Borelli y ver ‘The View’.
Ella no ataco a su detective, sin embargo. Hinesburg era, y siempre lo sería, Hinesburg. Heat decidió que no tenía sentido sacar su enfado, que estaba en ella misma por no conseguir esta entrevista hasta la tarde gracias a reporteros, departamentos políticos y preocupaciones sobre el jefe.
“Espero que no le importe, Mrs. Borelli,” Nikki empezó mientras se sentaban en la mesa de la cocina, “Pero necesitamos hacerle algunas preguntas mientras las cosas están todavía frescas en su mente. Entiendo que son tiempos difíciles, ¿Pero esta bien para eso?”
El borde de los nervios de los ojos de la vieja mujer estaban hinchados y rojos, pero la mirada de ellos era clara y llena y llena de fuerza. “Quiero ayudarle a encontrar quien quiera que hizo esto. Estoy lista.”
“Revisemos primero el periodo desde la última vez que vio al Padre Graf. Y lo siento si ya ha estado con esto con la Det. Hinesburg.”
“No, ella no me ha preguntado nada de eso,” dijo Mrs. B. Hinesburg hizo una muestra de doblar una página de su cuadernillo. “Usted me dijo que la última vez que le vio fue ayer por la mañana entre las diez y las diez y media,” ella dijo, citando información que ya estaba en el informe de personas desaparecidas.
Pero Nikki solo sonrió a la vieja mujer y dijo, “Bien, empecemos por ahí.” Después de que Heat se pasara media hora interrogándola sobre las últimas horas y días del Padre Graf, una línea de tiempo surgió, no solo de la mañana previa sino de las semanas que conducían a la desaparición del pastor. Él había sido un hombre de hábitos, al menos en la temprana parte de sus días. Se levantaba a las 5:30 para sus plegarias mañaneras, abría las puertas de la iglesia a las 6:30, la puerta al lado del altar para Mass a las 7:00, el desayuno servido por Mrs. Borelli puntualmente a las 7:50. “Él olía el beicon y mantenía el sermón corto,” ella dijo, confortada por los recuerdos.
El resto de un típico día implicaba la administración parroquial, visitas a los enfermos, y reuniones con un puñado de grupos comunitarios en los que servía. El ama de llaves afirmó que él seguía estos pasos los últimos días. Bueno, casi. “Había tenido largas comidas fuera por la tarde. Y llego tarde a cenar unas cuantas veces, lo que no era normal en él.”
Nikki agoto su taza de café y tomo nota. “¿Todos los días?” ella preguntó.
“Déjeme pensar. No, no todos.” Nikki espero mientras la mujer pensaba y después escribió los días y las horas que ella recordaba mientras Mrs. B. la servía otra.
“¿Sobre sus noches?”
“Siempre escuchaba sus confesiones de siete a siete y media, aunque no hay muchos clientes estos días. Los tiempos cambian, detective.”
“¿Y después de las confesiones?”
La cara del ama de llaves se puso roja y reordeno el bol de azúcar y la nata en la mesa. “Oh, él leía a veces o veía viejas películas en la televisión o quedaba con un feligrés si alguien necesitaba consejo –drogas, abuso a mujer, ese tipo de cosas.”
Nikki percibió que lo esquivaba y preguntó de otra manera. “¿Había algún momento en que no estuviera trabajando? ¿Qué es lo que hacia?”
Su cara se coloreo un poco más y lo dijo a la nata. “Detective, no quiero hablar mal de él; era carne, como todos los somos, pero el Padre Gerry, le gustaba la bebida y pasaba sus tardes y la mayoría de sus noches tomando su Cutty en el Brass Harpoon.” Otra nota que seguir. Si había estado en un bar regularmente, incluso si esto no llevaba sospechosos, significaba amigos, o al final a compañeros de bebidas, quien probablemente tenían conocimiento de un lado del padre que la vieja mujer no estaba enterada. Nikki después fue a las incomodas cuestiones que sabía que tenía que preguntar. “Ya le dije esta mañana donde encontramos el cuerpo.” Mrs. Borelli asintió en una pequeña, avergonzada manera. “¿Tiene alguna idea de que el Padre Graf estuviera involucrado en ese estilo de vida?”
Por primera vez, ella vio furia en la mujer. Su cara se convirtió en piedra y sus ojos estaban clavados en los de Heat. “Detective, ese hombre hizo voto de celibato. Era un sagrado hombre haciendo el trabajo de Dios en la Tierra y vivía una vida de pobreza, castidad y obediencia.”
“Gracias,” dijo Nikki. “Espero que lo entienda, tengo que preguntar.”
Nikki después interrumpió su marcha, estudiando las páginas que había generado, y dijo, “He notado que ayer, el día que le vio por última vez, como el día anterior, se fue inmediatamente después del desayuno en vez de conducir su normal encuentro y el trabajo de oficina. “¿Alguna idea de porque cambio sus movimientos?”
“¿Le preguntó?”
“Si, me dijo que no me entrometiera. Bromeando pero no bromeando, tampoco.”
“¿Noto algún cambio en su humor?”
“Si. Estaba astuto conmigo. Como la broma de entrometerme. El Padre Gerry que conocía había dicho eso y yo me habría reído. Y también él.” Sus labios se apretaban. “Él estaba definitivamente esquivo.”
Heat tenía que volver a esto otra vez. “¿Y tiene alguna idea de donde venía esa tensión?” Cuando ella dijo que no, Nikki pregunto, “¿Alguien peleo con él? ¿Le amenazaron?”
“No en los pasados días, que yo recuerde.”
Vaga respuesta de una mujer que parecía recordar todo sobre él. Nikki hizo una nota de volver a eso más tarde.
“¿Algún problema en la iglesia?”
“Siempre hay problemas en la iglesia,” ella dijo con una risa entre dientes. “Pero nada fuera de lo normal.”
“¿Alguien nuevo por los alrededores? ¿Extraños, alguien que venga de viejos tiempos, algo como eso?”
Ella se restregó su barbilla y dio un no otra vez. “Lo siento, detective.”
“No sea tonta,” dijo Nikki. “Lo esta haciendo bien.”
La fatiga y el estrés de un día traumático estaban empezando a hundir a la vieja mujer. Antes de que se apagara, Nikki abrió el sobre manila que Raley había sacado de la cámara de seguridad del “Limite del Placer”. El ama de llaves parecía contenta del cambio de tema. Limpio sus gafas y estudio cada una de las caras cuidadosamente antes de sacudir su cabeza e ir a la siguiente página. A medio camino sin embargo de la colección, Heat la noto que reaccionaba a una –no una gran reacción pero una indecisión.
Nikki hecho una mirada a Hinesburg, que asintió; ella lo había cogido también. “¿Algo, Mrs. Borelli?”
“No, no todavía.” Pero ella miro a la foto una vez más antes de girarla boca abajo e ir a por la siguiente. Cuando finalizo el montón, dijo que ninguno de ellos le resultaba familiar. Nikki tenía un sentimiento de que Mrs. Borelli probablemente iba a confesar pronto.
Ellas anduvieron a la cocina, y Heat le preguntó si a Mrs. Borelli le importaba que andará por la rectoría así ella podría ver de primera mano las cosas que habían sido descolocadas. “¿Dónde la medalla perdida de St. Christopher descansaba?”
Antes de que el ama de llaves contestara, Sharon Hinesburg dijo, “En el dormitorio,” esforzándose por destacar.
“Antes de que vayamos allí,” dijo Mrs. Borelli, “Quiero mostrarle algo.” Les señalo que la siguieran, llevándolas al estudio, donde señalo al armario que doblaba como apoyo de la televisión.
“Le he dicho al equipo del CSU sobre esto. Después de que estuvieron aquí, mire por alrededor y encontré la puerta de este armario abierta solo una rendija. Y eche un vistazo dentro.” Nikki estaba por pararla de tirar para abrirlo pero pudo ver que la puerta y su cristal ya habían sido empolvados para huellas. Había dos baldas dentro. La más baja estaba llena de libros, una mezcla de libros de bolsillo. La balda de encima estaba completamente vacía. “Todos sus vídeos, idos.”
“¿Qué tipo de vídeos había?” Preguntó Heat. Ella noto que la TV descansaba sobre un enorme reproductor de vídeo, y a un lado descansaba una unidad de DVD portable con cables rojo, amarillo y blanco unido a este.
“Un poco de todo. Le gustaban los documentales y alguien le daba la ‘Guerra Civil’ de Ken Burns, todo eso se ha ido. Se que tenía ‘Air Force One’. ‘Bájese de mi avión’, y otra, y otra, y otra vez…” Ella sacudió su cabeza, sin dudar de que esa inclinación era como un recuerdo cariñoso del pastor muerto, después volvió a mirar a la balda vacía. “Déjeme ver, había también unas cuantas cosas de PBS, mayormente ‘Masterpiece Theater’. Lo demás era personal, como vídeos de gentes grabadas en bodas y se lo daban. También algunos vídeos que grabo de algunas de sus protestas y carreras. ¡OH! ¡El funeral del Papa! Él fue al Vaticano para eso. Supongo que se ha ido, también. Sería valioso, detective, ¿Quién querría robar eso?”
Nikki la dijo que cualquier cosa es posible y si podría escribir una lista de todos los vídeos que pudiera recordar, solo para un informe completo o en caso, por alguna circunstancia poco probable, alguno de ellos aparece en posesión de alguien o en el mercado de baja categoría.
El equipo de ECU (Evidence Collection Unit- Unidad de Colección de Evidencias) estaba cerca de terminar la planta de arriba, por lo que tres de ellos eran capaces de ir a través de toda la casa, exceptuando el ático, donde los ECU seguían trabajando. Una observación de la Det. Hinesburg era un ama de llaves que llevaba su trabajo como una misión.
Ella sabía donde iba todo porque era la única que lo ponía allí y se aseguraba que se quedara limpio, desempolvados, y en su lugar. Las anomalías eran sutiles y habían sido perdidos en una visita casual. Pero para la mujer que iba tan lejos con para cuadrar los bordes de las camisas interiores apiladas en los cajones de la cómoda y alineaba relucientes zapatos en el suelo del armario, con la borla delante, cualquier perturbación era una Perturbación en las Fuerzas Armadas. Con la dirección de su ojo clínico, estaba muy claro para la Det. Heat que alguien había definitivamente dado a la rectoría un repaso.
Y eso con un bajo grado de interrupción en la casa, eso seguro parecía como un trabajo profesional. Eso daba una entera nueva frontera. Eso ciertamente arrojaba mayor duda de que la muerte del cura había sido una sesión de dominación que fue mal.
Nikki sabía que lo mejor no era adelantarse en la investigación, pero toda la casa de la tortura, combinada con una búsqueda en la rectoría, apuntaba menos a una proclividad sexual y más a alguien que intentaba encontrar algo. ¿Pero qué?
¿Y sobre que fue la búsqueda del Cap. Montrose la noche anterior? Heat encontró al detective líder del ECU, Benigno DeJesus, saliendo del baño del Padre Graf, donde solo había cogido y embolsado medicamentos del armario. Él recapitulo sus descubrimientos, que correspondían con los de la Mrs. Borelli: vídeos perdidos, ropa movida, puertas entre abiertas, y la ausente medalla sagrada. “Algo más encontramos,” dijo DeJesus. En la parte de arriba del vestidor del cura él indicaba la caja de terciopelo marrón oscura, con la bisagra abierta para exponer la línea marrón sin nada.
“¿Es aquí donde la St. Christopher estaba?”
“Si,” dijo Mrs. Borelli desde detrás de ella. “Eso significaba mucho para el Padre.”
El detective del ECU saco la caja vacía del vestidor. “Conseguí algo un poco inusual.” Heat conocía y le gustaba el Det. DeJesus y había trabajo suficiente escenarios con el para leer su afirmación. Cuando Benigno decía que algo era un poco inusual, era hora de prestar atención a Benigno. “Debajo del mantelito.” Y cuando Heat vacilo, añadió. “Esta bien. Yo he empolvado, catalogado y fotografiado.”
Nikki quito el cordón corredizo que cubría el tope de la caja. Había un pequeño trozo de papel debajo de esto, justo debajo del lugar donde el estuche del St. Christopher había descansado. DeJesus cogió con las pinzas la tira y la sostuvo para que lo leyera. Era un número de teléfono. Heat preguntó, “Mrs. Borelli, ¿Le resulta familiar este número?”
El hombre ECU deslizo el papel dentro de una bolsa de evidencias y la dejo en la palma abierta para que ella lo viera. Ella acerco su cabeza.
“Que hay sobre la escritura,” preguntó Heat. “¿La reconoce?”
“¿Quiere decir si es del Padre Graf? No. Y no es mía. No conozco la escritura.”
Heat estaba apuntando el teléfono en su cuaderno cuando otro de los técnicos del ECU apareció en la puerta y movió la cabeza hacia DeJesus. Él se excuso hacia la entrada y reapareció pronto.
“¿Det. Heat? ¿Un momento?”
El ático tenía una de estas escaleras de madera que se bajaban y se escondían en el techo. Nikki ascendió por estos al piso donde DeJesus y los técnicos que le habían llamado estaban agachados en un círculo de luces portables encima de un viejo mini-frigorífico. Ellos se apartaron para darla una vista mientras se unía a ellos. El técnico dijo, “He notado que el dibujo del polvo en el suelo indica que esto ha sido abierto recientemente, pero no esta tapado.” Ella miro dentro y vio tres latas cuadradas de vacaciones de galletas amontonadas en las blancas baldas.
DeJesus abrió de golpe la tapa de arriba de una de ellas. Estaba llena de sobres. El detective ECU saco uno para que ella lo examinara. Como todos los demás, era una colección de sobres de iglesia. Y estos estaban llenos con dinero.
Benigno dijo, “Esto probablemente sea merecedor de algún estudio.”
CAPITULO 3-PRIMERA PARTE
La primera cosa que Heat hizo después de pinchar en el pequeño cuadro rojo y cerrar el archivo Huddleston fue llamar a Lauren Parry. Ella intento no pensar mucho sobre eso, primero porque probablemente vacilaría y después se detendría. Eso era la muerte del trabajo policial. Reunir hecho y confiar en tus presentimientos. Especialmente aquellos cuales los hechos llevan a presentimientos.
“¿Tan pronto?” Dijo Lauren cuando ella lo cogió. “¿Dejaste algo aquí? Dime que no dejaste tus llaves. Yo he hecho que eso ocurra, y no quieres saber donde las encontré.”
“Tienes razón, no quiero.” Incluso aunque ella había acabado teniendo la oficina para ella sola en ese momento, Nikki miro por encima de su hombreo antes de continuar. “Escucha, vi como de ocupada estabas allí en B-23 esta mañana.”
“Si, si, ¿Qué necesitas de mí para un rápido rastreo?”
“El collar del cura. El único con la sangre. ¿Lo podrías poner a la cabeza de la clase por mí?”
“¿Estas siguiendo a alguien?”
En los ojos de su mente, Heat seguía viendo la banda en el dedo del Cap. Montrose. Ella quería decir que esperaba que no, pero contestó, “¿Quién sabe? Como mucho eliminar algo.” Nikki oyó papeles crujir antes de que la ME contestara.
“Seguro, puedo expeditarlo. Esto todavía lleva tiempo, ya sabes.”
“Entonces consigamos que esta fiesta empiece.”
“Entonces yo seré goma quemada.” Lauren se río entre dientes y continuó. “Mientras estamos hablando, yo acabo de enviarte mi informe.” Nikki comprobó su monitor y vio que el e-mail estaba puesto allí para ella. “Encabezado con una nota adicional que añadí. CSU (Crime Scene Unit) recogieran evidencias de la sala de tortura- unos cuantos pelos, puedes imaginar- pero ellos también vinieron con algo que parece una astilla o uña. Nikki rememoro su estudio del cura muerto mientras todavía estaba en la estructura y recordó que sus uñas no estaban rotas. Su amiga subrayo eso. “Yo acabo de hacer una doble comprobación del cuerpo, y vi que sus uñas de las manos y de los pies no muestran signos de estar rotas.”
“A si que esto puede ser de quien quiera que trabajo sobre él,” dijo Heat. “Asumiendo que no sea un vestigio de otra sesión.” Esa posibilidad probablemente no lo hacía un juego digno, pero podría abrir una línea de investigación. Antes de que colgaran, Lauren ofreció subir este test en la cadena también.
“¿Cómo va por aquí?” Ella preguntó mientras entraba en la cabina de audiovisual, un transformado surtido de armarios, donde Raley estaba analizando los videos del “Límite del Placer.”
“Mécelo, detective.” Él dijo sin apartar la vista de su monitor.
“Este lugar no esta tan ocupado como piensas, yo estoy volando por esta cintas.”
“Eso es porque eres el Rey de los Visionados.” Ella dio la vuelta por detrás de su mesa y hojeo las imágenes fijas que su detective había sacado. “¿Algunas visitas del Padre Graf?”
“Si,” él dijo. “Hablando de eso, comprueba al tio en la correa en una máscara ajustada con cremallera como boca. Es como ver la película descartada de ‘Pulp Fiction’.
“O ‘Best in Show’,” dijo Heat, examinándolo. No siendo el equipo de limpieza o Roxanne Paltz, Nikki no reconoció a nadie de la docena de gente cuyas caras Raley había capturado. “Quiero llevarle estas al ama de llaves de la rectoría. ¿En cuanto tiempo lo terminaras?”
Él paró la cinta y se giro hacia ella. “Perdóname, pero ¿esto es como alguien llama al rey?”
“OK, bien. ¿En cuanto tiempo lo terminaras… mi señor?”
“Dame veinte.”
Ella miro su reloj. Hora de comer, para aquellos que son lo suficiente afortunados para de hecho tener uno, había venido y se iba. Le preguntó a Raley que tipo de sándwich quería y le dijo que estaría de vuelta en quince minutos. En la entrada, ella sonrió cuando la puerta se cerró y escucho su amortiguado grito, “¿Hola? ¡He dicho veinte!”
Las delicias de Andy estaban entregadas, pero Nikki estaba de humor para un paseo, incluso con el frío. No, especialmente en el frío. El día se había puesto su cabeza en un torbellino blanco, y algo primario aulló siendo sacado y en movimiento. El viento había empezado a disminuir, llevándose un pedazo del dolor del viento de invierno, pero después de bajar todo el día de los cuatro grados, era todavía bastante cortante, y la sensación de esto la vigorizaba. Recorriendo la esquina de Columbus oyó un golpe fuerte detrás de ella y se giro. Un gran SUV avanzaba palmo a palmo desde la 82 hacia la derecha también, y uno de estos monstruos incansables había destruido un pedazo de hielo de un canalón, arrojando trozos de hielo al frenar.
Heat observo para ver quien todavía conducía estos grandes cargadores de gas en la ciudad, pero nunca consiguió una imagen. El tubo del motor disparo, y el SUV se adentró al tráfico y fue pronto ocultado por el propio rugido de la carretera.
“ El coche pene,” dijo un cartero que pasaba, Nikki rió, amaba New York y todos estos íntimos extraños.
Mientras el vendedor en Andy’s hacia un par de BLTS para ella, Nikki comprobó su teléfono y los e-mails otra vez. Nada de Rook desde su última visita –justo después de pedir. Ella consiguió dos paquetes más de miel para el té helado de Raley del condimentado bar y comprobó su teléfono otra vez. Después ella pensó, que le jodan, y presiono la marcación rápida de Rook.
No llego a sonar, simplemente saltaba directo al buzón de voz. Mientras escuchaba su mensaje, no todavía segura que es lo que quería decir, un hombre detrás de ella esperaba para un bocadillo de atún de centeno con su periódico abierto y Nikki fue confrontada otra vez por Rook y su sonriente agente fuera del Le Cirque. Heat colgó sin dejar un mensaje, pago por las comidas y corrió de vuelta al frío congelador, maldiciéndose a si misma por hundirse en perseguir a un tio.
Sharon Hinesburg siempre llevaba sus emociones en su cara, y cuando Heat hizo entrar brisa en la rectoría sin anunciarse, la detective miro como si ella acabase de abrir el congelador y recibieran una bocanada de leche cuajada. A Nikki no le importo. Sensibilidad perdida que había dejado que permitiera una mala asignación. Hinesburg se encargaba de este sitio en primer lugar. Ella no iba a complicar su equivocación preocupándose los grandes pasos de su subordinada.
La decisión de hacerse cargo fue respaldada por el informe que consiguió. Después de bastantes horas en la escena, lo mejor que Hinesburg pudo ofrecer fue un refrito de la información que Heat había conseguido de su propia charla con el ama de llaves y la llamada al equipo de evidencias sobre la sagrada medalla pérdida y la ropa desordenada.
Nikki tenía la impresión no confirmada de que la principal actividad de la Det. Hinesburg había sido sentarse con Mrs. Borelli y ver ‘The View’.
Ella no ataco a su detective, sin embargo. Hinesburg era, y siempre lo sería, Hinesburg. Heat decidió que no tenía sentido sacar su enfado, que estaba en ella misma por no conseguir esta entrevista hasta la tarde gracias a reporteros, departamentos políticos y preocupaciones sobre el jefe.
“Espero que no le importe, Mrs. Borelli,” Nikki empezó mientras se sentaban en la mesa de la cocina, “Pero necesitamos hacerle algunas preguntas mientras las cosas están todavía frescas en su mente. Entiendo que son tiempos difíciles, ¿Pero esta bien para eso?”
El borde de los nervios de los ojos de la vieja mujer estaban hinchados y rojos, pero la mirada de ellos era clara y llena y llena de fuerza. “Quiero ayudarle a encontrar quien quiera que hizo esto. Estoy lista.”
“Revisemos primero el periodo desde la última vez que vio al Padre Graf. Y lo siento si ya ha estado con esto con la Det. Hinesburg.”
“No, ella no me ha preguntado nada de eso,” dijo Mrs. B. Hinesburg hizo una muestra de doblar una página de su cuadernillo. “Usted me dijo que la última vez que le vio fue ayer por la mañana entre las diez y las diez y media,” ella dijo, citando información que ya estaba en el informe de personas desaparecidas.
Pero Nikki solo sonrió a la vieja mujer y dijo, “Bien, empecemos por ahí.” Después de que Heat se pasara media hora interrogándola sobre las últimas horas y días del Padre Graf, una línea de tiempo surgió, no solo de la mañana previa sino de las semanas que conducían a la desaparición del pastor. Él había sido un hombre de hábitos, al menos en la temprana parte de sus días. Se levantaba a las 5:30 para sus plegarias mañaneras, abría las puertas de la iglesia a las 6:30, la puerta al lado del altar para Mass a las 7:00, el desayuno servido por Mrs. Borelli puntualmente a las 7:50. “Él olía el beicon y mantenía el sermón corto,” ella dijo, confortada por los recuerdos.
El resto de un típico día implicaba la administración parroquial, visitas a los enfermos, y reuniones con un puñado de grupos comunitarios en los que servía. El ama de llaves afirmó que él seguía estos pasos los últimos días. Bueno, casi. “Había tenido largas comidas fuera por la tarde. Y llego tarde a cenar unas cuantas veces, lo que no era normal en él.”
Nikki agoto su taza de café y tomo nota. “¿Todos los días?” ella preguntó.
“Déjeme pensar. No, no todos.” Nikki espero mientras la mujer pensaba y después escribió los días y las horas que ella recordaba mientras Mrs. B. la servía otra.
“¿Sobre sus noches?”
“Siempre escuchaba sus confesiones de siete a siete y media, aunque no hay muchos clientes estos días. Los tiempos cambian, detective.”
“¿Y después de las confesiones?”
La cara del ama de llaves se puso roja y reordeno el bol de azúcar y la nata en la mesa. “Oh, él leía a veces o veía viejas películas en la televisión o quedaba con un feligrés si alguien necesitaba consejo –drogas, abuso a mujer, ese tipo de cosas.”
Nikki percibió que lo esquivaba y preguntó de otra manera. “¿Había algún momento en que no estuviera trabajando? ¿Qué es lo que hacia?”
Su cara se coloreo un poco más y lo dijo a la nata. “Detective, no quiero hablar mal de él; era carne, como todos los somos, pero el Padre Gerry, le gustaba la bebida y pasaba sus tardes y la mayoría de sus noches tomando su Cutty en el Brass Harpoon.” Otra nota que seguir. Si había estado en un bar regularmente, incluso si esto no llevaba sospechosos, significaba amigos, o al final a compañeros de bebidas, quien probablemente tenían conocimiento de un lado del padre que la vieja mujer no estaba enterada. Nikki después fue a las incomodas cuestiones que sabía que tenía que preguntar. “Ya le dije esta mañana donde encontramos el cuerpo.” Mrs. Borelli asintió en una pequeña, avergonzada manera. “¿Tiene alguna idea de que el Padre Graf estuviera involucrado en ese estilo de vida?”
Por primera vez, ella vio furia en la mujer. Su cara se convirtió en piedra y sus ojos estaban clavados en los de Heat. “Detective, ese hombre hizo voto de celibato. Era un sagrado hombre haciendo el trabajo de Dios en la Tierra y vivía una vida de pobreza, castidad y obediencia.”
“Gracias,” dijo Nikki. “Espero que lo entienda, tengo que preguntar.”
Nikki después interrumpió su marcha, estudiando las páginas que había generado, y dijo, “He notado que ayer, el día que le vio por última vez, como el día anterior, se fue inmediatamente después del desayuno en vez de conducir su normal encuentro y el trabajo de oficina. “¿Alguna idea de porque cambio sus movimientos?”
“¿Le preguntó?”
“Si, me dijo que no me entrometiera. Bromeando pero no bromeando, tampoco.”
“¿Noto algún cambio en su humor?”
“Si. Estaba astuto conmigo. Como la broma de entrometerme. El Padre Gerry que conocía había dicho eso y yo me habría reído. Y también él.” Sus labios se apretaban. “Él estaba definitivamente esquivo.”
Heat tenía que volver a esto otra vez. “¿Y tiene alguna idea de donde venía esa tensión?” Cuando ella dijo que no, Nikki pregunto, “¿Alguien peleo con él? ¿Le amenazaron?”
“No en los pasados días, que yo recuerde.”
Vaga respuesta de una mujer que parecía recordar todo sobre él. Nikki hizo una nota de volver a eso más tarde.
“¿Algún problema en la iglesia?”
“Siempre hay problemas en la iglesia,” ella dijo con una risa entre dientes. “Pero nada fuera de lo normal.”
“¿Alguien nuevo por los alrededores? ¿Extraños, alguien que venga de viejos tiempos, algo como eso?”
Ella se restregó su barbilla y dio un no otra vez. “Lo siento, detective.”
“No sea tonta,” dijo Nikki. “Lo esta haciendo bien.”
La fatiga y el estrés de un día traumático estaban empezando a hundir a la vieja mujer. Antes de que se apagara, Nikki abrió el sobre manila que Raley había sacado de la cámara de seguridad del “Limite del Placer”. El ama de llaves parecía contenta del cambio de tema. Limpio sus gafas y estudio cada una de las caras cuidadosamente antes de sacudir su cabeza e ir a la siguiente página. A medio camino sin embargo de la colección, Heat la noto que reaccionaba a una –no una gran reacción pero una indecisión.
Nikki hecho una mirada a Hinesburg, que asintió; ella lo había cogido también. “¿Algo, Mrs. Borelli?”
“No, no todavía.” Pero ella miro a la foto una vez más antes de girarla boca abajo e ir a por la siguiente. Cuando finalizo el montón, dijo que ninguno de ellos le resultaba familiar. Nikki tenía un sentimiento de que Mrs. Borelli probablemente iba a confesar pronto.
Ellas anduvieron a la cocina, y Heat le preguntó si a Mrs. Borelli le importaba que andará por la rectoría así ella podría ver de primera mano las cosas que habían sido descolocadas. “¿Dónde la medalla perdida de St. Christopher descansaba?”
Antes de que el ama de llaves contestara, Sharon Hinesburg dijo, “En el dormitorio,” esforzándose por destacar.
“Antes de que vayamos allí,” dijo Mrs. Borelli, “Quiero mostrarle algo.” Les señalo que la siguieran, llevándolas al estudio, donde señalo al armario que doblaba como apoyo de la televisión.
“Le he dicho al equipo del CSU sobre esto. Después de que estuvieron aquí, mire por alrededor y encontré la puerta de este armario abierta solo una rendija. Y eche un vistazo dentro.” Nikki estaba por pararla de tirar para abrirlo pero pudo ver que la puerta y su cristal ya habían sido empolvados para huellas. Había dos baldas dentro. La más baja estaba llena de libros, una mezcla de libros de bolsillo. La balda de encima estaba completamente vacía. “Todos sus vídeos, idos.”
“¿Qué tipo de vídeos había?” Preguntó Heat. Ella noto que la TV descansaba sobre un enorme reproductor de vídeo, y a un lado descansaba una unidad de DVD portable con cables rojo, amarillo y blanco unido a este.
“Un poco de todo. Le gustaban los documentales y alguien le daba la ‘Guerra Civil’ de Ken Burns, todo eso se ha ido. Se que tenía ‘Air Force One’. ‘Bájese de mi avión’, y otra, y otra, y otra vez…” Ella sacudió su cabeza, sin dudar de que esa inclinación era como un recuerdo cariñoso del pastor muerto, después volvió a mirar a la balda vacía. “Déjeme ver, había también unas cuantas cosas de PBS, mayormente ‘Masterpiece Theater’. Lo demás era personal, como vídeos de gentes grabadas en bodas y se lo daban. También algunos vídeos que grabo de algunas de sus protestas y carreras. ¡OH! ¡El funeral del Papa! Él fue al Vaticano para eso. Supongo que se ha ido, también. Sería valioso, detective, ¿Quién querría robar eso?”
Nikki la dijo que cualquier cosa es posible y si podría escribir una lista de todos los vídeos que pudiera recordar, solo para un informe completo o en caso, por alguna circunstancia poco probable, alguno de ellos aparece en posesión de alguien o en el mercado de baja categoría.
El equipo de ECU (Evidence Collection Unit- Unidad de Colección de Evidencias) estaba cerca de terminar la planta de arriba, por lo que tres de ellos eran capaces de ir a través de toda la casa, exceptuando el ático, donde los ECU seguían trabajando. Una observación de la Det. Hinesburg era un ama de llaves que llevaba su trabajo como una misión.
Ella sabía donde iba todo porque era la única que lo ponía allí y se aseguraba que se quedara limpio, desempolvados, y en su lugar. Las anomalías eran sutiles y habían sido perdidos en una visita casual. Pero para la mujer que iba tan lejos con para cuadrar los bordes de las camisas interiores apiladas en los cajones de la cómoda y alineaba relucientes zapatos en el suelo del armario, con la borla delante, cualquier perturbación era una Perturbación en las Fuerzas Armadas. Con la dirección de su ojo clínico, estaba muy claro para la Det. Heat que alguien había definitivamente dado a la rectoría un repaso.
Y eso con un bajo grado de interrupción en la casa, eso seguro parecía como un trabajo profesional. Eso daba una entera nueva frontera. Eso ciertamente arrojaba mayor duda de que la muerte del cura había sido una sesión de dominación que fue mal.
Nikki sabía que lo mejor no era adelantarse en la investigación, pero toda la casa de la tortura, combinada con una búsqueda en la rectoría, apuntaba menos a una proclividad sexual y más a alguien que intentaba encontrar algo. ¿Pero qué?
¿Y sobre que fue la búsqueda del Cap. Montrose la noche anterior? Heat encontró al detective líder del ECU, Benigno DeJesus, saliendo del baño del Padre Graf, donde solo había cogido y embolsado medicamentos del armario. Él recapitulo sus descubrimientos, que correspondían con los de la Mrs. Borelli: vídeos perdidos, ropa movida, puertas entre abiertas, y la ausente medalla sagrada. “Algo más encontramos,” dijo DeJesus. En la parte de arriba del vestidor del cura él indicaba la caja de terciopelo marrón oscura, con la bisagra abierta para exponer la línea marrón sin nada.
“¿Es aquí donde la St. Christopher estaba?”
“Si,” dijo Mrs. Borelli desde detrás de ella. “Eso significaba mucho para el Padre.”
El detective del ECU saco la caja vacía del vestidor. “Conseguí algo un poco inusual.” Heat conocía y le gustaba el Det. DeJesus y había trabajo suficiente escenarios con el para leer su afirmación. Cuando Benigno decía que algo era un poco inusual, era hora de prestar atención a Benigno. “Debajo del mantelito.” Y cuando Heat vacilo, añadió. “Esta bien. Yo he empolvado, catalogado y fotografiado.”
Nikki quito el cordón corredizo que cubría el tope de la caja. Había un pequeño trozo de papel debajo de esto, justo debajo del lugar donde el estuche del St. Christopher había descansado. DeJesus cogió con las pinzas la tira y la sostuvo para que lo leyera. Era un número de teléfono. Heat preguntó, “Mrs. Borelli, ¿Le resulta familiar este número?”
El hombre ECU deslizo el papel dentro de una bolsa de evidencias y la dejo en la palma abierta para que ella lo viera. Ella acerco su cabeza.
“Que hay sobre la escritura,” preguntó Heat. “¿La reconoce?”
“¿Quiere decir si es del Padre Graf? No. Y no es mía. No conozco la escritura.”
Heat estaba apuntando el teléfono en su cuaderno cuando otro de los técnicos del ECU apareció en la puerta y movió la cabeza hacia DeJesus. Él se excuso hacia la entrada y reapareció pronto.
“¿Det. Heat? ¿Un momento?”
El ático tenía una de estas escaleras de madera que se bajaban y se escondían en el techo. Nikki ascendió por estos al piso donde DeJesus y los técnicos que le habían llamado estaban agachados en un círculo de luces portables encima de un viejo mini-frigorífico. Ellos se apartaron para darla una vista mientras se unía a ellos. El técnico dijo, “He notado que el dibujo del polvo en el suelo indica que esto ha sido abierto recientemente, pero no esta tapado.” Ella miro dentro y vio tres latas cuadradas de vacaciones de galletas amontonadas en las blancas baldas.
DeJesus abrió de golpe la tapa de arriba de una de ellas. Estaba llena de sobres. El detective ECU saco uno para que ella lo examinara. Como todos los demás, era una colección de sobres de iglesia. Y estos estaban llenos con dinero.
Benigno dijo, “Esto probablemente sea merecedor de algún estudio.”
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
primeramente gracias por la traducciion
no tienes una idea las ansias que tenia por leerlo pero mi ingles es fatal
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