Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
gracias por subir mas como molaaaaaaaaaaaaaaaaa
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CASKETT ALWAYS
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Gracias por traducir!! A mi me viene genial; me lo estoy leyendo en ingles un par de veces y luego voy al castellano para acabarle de entender. Mil graciasssssssssssss
Castleadicta1- Actor en Broadway
- Mensajes : 167
Fecha de inscripción : 04/03/2012
Edad : 35
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
HOLA GRACIAS X LA TRADDUCCION SIGUE SUBIENDO LOS CAPITULOS Q STAN GENIALES TUS TRADDUCIONES YO TENGO OLA DE CALOR, CALOR DESNUDO Y ME FALTA EL CALOR SUBE Q ESTE Q TU STA TRADUCCIENDO Y ES GENIAL BUENO SEGUIRE ESPERANDO A Q LLEGUE AQUI EN ESPAÑA EN ESPAÑOL MIENTRA SEGUIRE SIGUIENDO TUS TRADUCIONES SIGUE ASI VAS BIEN
RUHANNA- Ayudante de policia
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Final del capitulo!!!! Seguro que os va a recordal a algo
Os dejo la segunda parte del capitulo diez. Como siempre disfrutadlo y comentad como lo estais haciendo hasta ahora. Muchas gracias por todos ellos, me alegran el día. Y muchas gracias por seguirlo.
CAPITULO DIEZ-SEGUNDA PARTE
En la parte de arriba de una escalera de caracol alfombrada ellos llegaron al penúltimo piso de la antesala de la habitación ejecutiva de Lawrence Hays. De una manera muy natural, uno de los escoltas dijo, “me gustaría coger sus armas de fuego.”
“Me gustaría ver como lo intentas,” dijo Ochoa, con igual naturalidad. De ninguna manera Heat iba a dejar su arma, tampoco, y de alguna manera ella se preguntó como esto acabaría –tres policías de New York haciendo frente a dos guardaespaldas con la mirada baja.
La puerta se abrió y Hays dijo, “retírense, ellos pueden entrar como están.”
Heat le reconoció de la búsqueda en Internet que había hecho así como de un perfil de 20/20 que había visto de Hays el año pasado, después él personalmente lideró una atrevida misión con helicópteros para rescatar a uno de sus contratistas que había sido secuestrado por los Talibaneses. Él fue un atractivo Top Gun pero menos tiempo del que ella hubiese esperado. En el vídeo del perfil se había reído y descrito a si mismo como “Cinco pies con ocho de cobra cabreada,” y él era todo eso, particularmente con su ojos alerta y ese músculo sin grasa flexionado debajo de su polo negro y esos estrechos vaqueros Gap.
Él recogió su lona de viaje del sofá, arrojándola detrás de su escritorio, y haciéndoles señas para que sentaran. Se sentó en la cómoda silla de cuero de color canela enfrente de ellos, que se complementaba con su pelo rubio rojizo al estilo Steve McQueen y su bronceado de desierto. Relajadamente paso una pierna encima de otra, el típico colgante de los aviadores en la ‘V’ de su camiseta, y la sonrisa de corazón la estaban ganando lo suficiente a Nikki, pero mientras se sentaba entre Raley y Ochoa, se recordó a si misma que ese era el hombre que probablemente hubo matado –u ordenado para matar- al Padre Graf y enviado un pelotón de operativos a Central Park para anular su día. Aquellos eran dos temas sobre los que Nikki quería averiguar. O al menos oír sus respuestas y ponerlas a prueba.
“¿Qué puedo hacer por ustedes Detectives?”
Heat decidió tirar de la manta en una pose relajada. “Para empezar, puede contarme como se siente al matar al Padre Graf.”
La respuesta de Hays fue curiosa. No, extraña.
Más que sobresaltarse, él descansó su cabeza hacía atrás en la silla y sonrió. Como si narrara un vídeo de naturaleza, él hablo al techo. “Por lo que el detective principal empieza con un débil intento para dirigir el tema de la entrevista fuera de la balanza. Clásica táctica de apertura, que hay que decir…” él llevo su cabeza hacía delante para mirarla a los ojos y dijo, “cliché.”
“No ha contestado a mi pregunta, Mr. Hays.”
“Tendrás que ganarte mi respuesta, señorita.” Y después volviendo a narrar otra vez, dijo, “Ouch.¡En el hoyo de la primera ‘Q’! Frustrada por la respuesta; distraía por la burla del sexismo implícito. ¿Qué es lo que ella hará?”
Heat sabía exactamente hacia donde iba. Hays estaba empleando algún tipo de juego mental para rechazarla y secuestrar la entrevista. Probablemente alguna técnica de interrogatorio de contrainteligencia que aprendió en Ely, Nevada. Ella se dijo a si misma que dejara fuera su ruido psicológico y se ciñera a su agenda.
“¿Dónde estaba la noche en que su pastor fue asesinado?”
“¿Por qué?”
“Porque sospecho que usted probablemente le haya matada y quiero confirmar su paradero.”
“Estrategia dos empleada,” él anunció. “Bajando paso a paso desde la absoluta ‘como se siente’ al ‘usted probablemente tenga’. ¿Por qué, oh, porqué ellos me envían aficionados?”
“Sus paraderos, Mr. Hays.”
“¿Dónde? Oh… Aproximadamente.” Él rió. “Podrían ser tanto lugares. Ella va a estar mucho tiempo comprobando eso.”
Nikki decidió cambiar de marcha con él. Ella sacó la foto de Sergio Torres y la sostuvo. “¿Reconoce a este hombre?”
“Esto no es un hombre. Esto es una fotografía.” Él la quiño un ojo. “Oh, dígame que la doncella glorificada contadora no tiene sentido del humor.”
“Su nombre es Sergio Torres,” continuó Heat, “y quisiera saber si alguna vez ha trabajado como uno de sus contratistas.”
Él asintió. “Esa la voy a contestar.” Hays esperó hasta que hubo saboreado el momento. “…diciendo esto no confirmo o niego al personal de mi servicio por razones de su propia seguridad. Y de seguridad nacional.” Él rió otra vez y dijo a Raley, “puede preguntar a Julian Assangre.”
Heat persistió. “¿A sí que nunca le ha visto?”
“Mm. Todos ellos me parecen iguales.” Ochoa se tensó detrás suya. Ella presionó gentilmente un codo contra él y este se colocó.
Hays levantó su brazo como un estudiante. “¿Puedo preguntar ahora?”
Ella esperó y él dijo, “¿Por qué me está preguntando sobre este hombre?
“Porque el mismo día que intento matarme, uno de sus operativos fue visto haciendo vigilancia en mi apartamento.”
Fue la primera vez que le había visto caer. No mucho, pero los ojos de cobra se llevaron de golpe.
“Déjame decirla algo, Oficial. Si yo fuese a llevar la vigilancia de usted, nunca sabría.”
Esta vez Heat suministró la narración. Ella levantó la mirada hacia el techo y dijo, “general mercenario invencible se cubre el culo por un mal trabajo con valentía, incluso aunque él haga nota mental para buscar y poner fin al conductor.” Ella bajo su mirada hacia él y dijo, “novato.”
Mientras lo estaba digiriendo ella sacó el e-mail de la archidiócesis y recitó, “¿Has oído alguna vez hablar del Trikit Tune-up? Yo sí, padre. Sufrirás hasta que reces por morir y después sufrirás algo más. Mucho más. La mejor parte es cuando tú llamarás a Dios por clemencia y él te mirará hacía abajo y escupirá sobre tu seca bolsa del cuerpo de un alma.”
“Él tapó a ese bicho raro que tocó a mi hijo.” La arrogancia del consejero delegado se estaba desmoronando. La tapa se estaba deslizando fuera de la ira del padre.
“¿No niega haber escrito esto?” ella preguntó.
“¡No está escuchando! Estos tios despojan la inocencia y se esconden detrás de sus hábitos y se cubren unos a otros.”
Nikki sujetó la página. “Porque esta descripción es muy parecida a como él murió.”
“Dios. Un santurrón bastardo menos protegiendo a los abusadores de menores del mundo.” Él se movió en el asiento, echándose hacia delante en sus muslos.
Nikki se puso de pie. “Mr. Hays, le daré mi tarjeta pero seguro que ha hecho una completa búsqueda de las formas de encontrarme. Cuando tenga una coartada para esa noche, será mejor que me la de. O volveré y le arrestaré. En sus…paraderos.”
Ellos esperaron hasta que salieron a la acera en Vanderbilt, los tres detectives asumieron que el lugar probablemente sería cableado por el sonido, tal vez incluso por la imagen.
“¿Qué le pasaba a ese tio?” dijo Raley.
“Todo cálculo, Rales. Operaciones psicológicas basadas en cortinas de humo.” Después Heat dijo, “os quiero indagando en Sergio Torres. Volved a su jardín de infancia si hace falta. Novias, miembros de bandas, compañeros de celda, todo el mundo. Averiguad con quién estaba conectado y tendremos a nuestro asesino.”
Ochoa levantó la vista hacia la zona de arriba del rascacielos negro. “Estábamos tan cerca.”
Heat dijo, “no lo suficiente. Hays no nos ha dado nada sólido. Solo dijo que estaba contento de que ocurriera –no que lo hiciera.”
“¿Y sobre el e-mail, sin embargo?” preguntó Raley.
Nikki sacudió su cabeza. “Ningún abogado haría agujeros debido a que nunca dijo técnicamente que iba a llevarlo a cabo. Su verborrea es retórica. La amenaza es implícita.”
Ochoa dijo, “díselo al Padre Graf.”
“Parece que estamos en minoría, pero todos sabemos que esto es un infierno de algo más grande que el Padre Graf, chicos,” dijo Heat. “Hubo el ataque hacia mí, además de en lo que sea que el Capitán Montrose estuviese metido.”
“¿No crees que sea parte del asesinato? ¿Verdad?” dijo Raley.
“En mi corazón, por supuesto que no. Pero necesitamos mantener esto sin dejarnos llevar para que podamos ver a donde va.”
Ochoa dijo, “muy mal porque nuestro nuevo comandante no lo ve de la misma manera.”
El teléfono de Heat vibró. Ella comprobó la pantalla y era un mensaje de Zach Hamner. “x favor ven a 1PP sala conferencia 10 en 30 m.” Una oleada de euforia barrio el pecho de Nikki.
Ella contestó con un sí y dijo a los Roach. “Mantened la fe, chicos. Recordad, Irons es solo un interno.”
La nieve empezaba a caer en gordos grumos, haciendo la experiencia de Nikki con el tráfico hacia el centro por Park Row una pesadilla. Si ella solo hubiese cogido el metro, hubiese sido un chasquido para zambullirse en Grand Central para la reunión con Hays y cogiendo el expreso 4 ó 5 hacia Centre Street. Quince, quizás veinte minutos, y hecho. Pero con el resto del equipo de disparos que la persiguieron en el parque todavía libres, Raley y Ochoa insistieron y ella se lo dio, lo que permitió a La Oposición llevarla hasta el 1PP en su Unidad de Radió Móvil.
Harvey no era muy hablador, lo que estaba bien para ella; estaba intentando aclarar su cabeza para su gran momento y no lo podía hacer sin ello. La única conversación que tuvieron fue cuando le ofreció para iluminar la barra de la parte de arriba del camino cuando parecía que iba tarde y ella dijo que no. Lo compensó con un afirmativo trabajo de la rueda y el uso liberal de su bocina.
Cuando Nikki salió al Edificio Central Municipal, estaba tensa y luchando contra el mareo del coche. Se dirigió hacia el vestíbulo del 1PP con diez minutos que nunca pensó que tendría que evitar. Necesitaba ese tiempo para reunirse a sí misma, ella probablemente sería llamada para hablar al comité y no quería ir agotada. Especialmente si, como Phyllis la dijo, ellos quizás la golpearían para capitanear y darla un mandato, ella no quería decir tonterías y hacerles replantearse su decisión. Ella deseaba que Rook pudiera estar allí, y el hecho de que ella pensara en él compartiendo ese momento con ella la trajo un grado de calma. Ellos podrían celebrarlo luego. Sacudiendo la nieve de su abrigo, ella buscó un tranquilo lugar para sentarse y pensar.
Los sitios donde ella había disfrutado su conversación con la Administradora estaban libres, pero en su camino hacia ellos se paró. Tam Svedja se puso en su camino. Su espalda era para Heat mientras ella plegaba su cuaderno de notas y estrechaba las manos con el oficial de información pública. Nikki hizo un fuerte giro hacia los ascensores antes de que ella fuese descubierta, pero fue demasiado tarde.
“¿Detective Heat? Nikki Heat, espera.” Nikki se paró y se giró.
“Tam, lo siento pero tengo una importante reunión a la que no puedo llegar tarde.” Nikki presionó el botón y añadió, “sin ser grosera.” Después ella presionó el botón dos veces más.
“Escucha, esto no será registrado.” La reportera abrió sus manos. “Mira, Ma, sin bolígrafo. Completamente fuera de expediente. ¿Algún pensamiento?”
“Mi único comentario es que desearía que pensaras un poco sobre el daño que haces con un artículo como ese, especialmente a la reputación de un buen hombre.”
Infantil, como si ella no estuviese escuchando, Tam Svedja dijo, “Uh-huh… Pero fue exacto ¿Verdad? Quiero decir que te pregunte para ayudar, pero dijiste que no.”
“No es algo que haga,” dijo Nikki. El ascensor se abrió y subió a bordo.
“Pero esto se ha resuelto igual de bien, ¿Verdad?”
“¿El qué?”
“Jamie, por supuesto. No puedes hablar, por lo que utilizas a Jamie.”
Heat se salió antes de que las puertas se cerrasen. “¿De qué estás hablando? Tus fuentes para ese artículo fue Ja- Rook?”
Heat se preguntó si ella estaba jugando. Ella entendía que Hinesburg o quizás Gallagher, o ambos, habían filtrado la historia. En su incredulidad ella dijo más para ella que para la reportera, “¿Lo conseguiste esto de Rook?”
“Sí, Jamie me envió sus notas, incluso. Oh Dios Mio, pensé que lo sabías.” Nikki estaba sin discurso y simplemente la miró.
“Nikki Heat, no te preocupes eres una gran detective. Acabas de hacerme revelar mi fuente.” Tam se golpeó su propia frente con el talón de su mano. “¿Algunos periodistas, eh?”
Rook. Ella necesitaba hablar con Rook. Pero no ahora. Ella no podía. Tan pronto como Nikki rodeó la esquina del pasillo de fuera de la décima planta de la sala de conferencias, un agente dijo, “¿Det. Heat?”
En su salida, ella contestó, “aquí.”
“Por aquí,” dijo el oficial, “si está lista.”
Nikki no podía sentir menos eso. El trauma de la semana fue suficiente para poner su intestino en el ciclo de centrifugado. Ahora, añadiéndolo a su ansiedad, saliendo esta asombrosa noticia de que Rook había sido la fuente de una filtración a Tam Svedja. Y ¿Quién era esta reportera joven, guapa y poco inteligente para Rook? Con todos estos fragmentos irregulares de distracción remoloneando en su cabeza, haciéndola mucho querer girarse y correr, Heat levantó su cortafuego. Ella se centró en el ascenso esperando en el otro lado de la puerta, con eso, su oportunidad de de encargarse de la 20 y, finalmente, arrebatar el control del caso Graf y llevarlo. Ella asintió al policía y dijo, “lista.”
No había un comité de promoción esperándola. Había solo una persona en la sala y era Zach Hamner, sentado en el lado más alejado de la mesa de conferencia, de frente a ella mientras entraba. Las otras quince sillas en la sala estaban vacías, pero ella pudo ver dispersos indicios de anillos de cafés en servilletas y sillas giradas no alineadas de que había habido una gran reunión allí recientemente.
El siguiente corregidor dijo que algo andaba mal por su expresión plana. Además, él no la invitó a sentarse. En vez de eso, cruzó sus dedos en la superficie de la mesa y dijo, “Nikki Heat, por la presente se la releva del caso, hasta nuevo aviso.”
Sorprendida, Nikki sintió que se iba a desmoronar. Sus ojos revoloteaban, y empezó a tener la sensación de tambalearse, de perder su equilibrio después de ser golpeada por la fuerza del shock. Mientras que intentaba mejorar su equilibrio, la puerta de al lado se abrió y Lovel y DeLongpre, los Hombres de Negro de Asuntos Internos, entraron y esperaron. El Hamner dijo, “Por favor entregué su placa y su arma a estos hombres.”
Os dejo la segunda parte del capitulo diez. Como siempre disfrutadlo y comentad como lo estais haciendo hasta ahora. Muchas gracias por todos ellos, me alegran el día. Y muchas gracias por seguirlo.
CAPITULO DIEZ-SEGUNDA PARTE
En la parte de arriba de una escalera de caracol alfombrada ellos llegaron al penúltimo piso de la antesala de la habitación ejecutiva de Lawrence Hays. De una manera muy natural, uno de los escoltas dijo, “me gustaría coger sus armas de fuego.”
“Me gustaría ver como lo intentas,” dijo Ochoa, con igual naturalidad. De ninguna manera Heat iba a dejar su arma, tampoco, y de alguna manera ella se preguntó como esto acabaría –tres policías de New York haciendo frente a dos guardaespaldas con la mirada baja.
La puerta se abrió y Hays dijo, “retírense, ellos pueden entrar como están.”
Heat le reconoció de la búsqueda en Internet que había hecho así como de un perfil de 20/20 que había visto de Hays el año pasado, después él personalmente lideró una atrevida misión con helicópteros para rescatar a uno de sus contratistas que había sido secuestrado por los Talibaneses. Él fue un atractivo Top Gun pero menos tiempo del que ella hubiese esperado. En el vídeo del perfil se había reído y descrito a si mismo como “Cinco pies con ocho de cobra cabreada,” y él era todo eso, particularmente con su ojos alerta y ese músculo sin grasa flexionado debajo de su polo negro y esos estrechos vaqueros Gap.
Él recogió su lona de viaje del sofá, arrojándola detrás de su escritorio, y haciéndoles señas para que sentaran. Se sentó en la cómoda silla de cuero de color canela enfrente de ellos, que se complementaba con su pelo rubio rojizo al estilo Steve McQueen y su bronceado de desierto. Relajadamente paso una pierna encima de otra, el típico colgante de los aviadores en la ‘V’ de su camiseta, y la sonrisa de corazón la estaban ganando lo suficiente a Nikki, pero mientras se sentaba entre Raley y Ochoa, se recordó a si misma que ese era el hombre que probablemente hubo matado –u ordenado para matar- al Padre Graf y enviado un pelotón de operativos a Central Park para anular su día. Aquellos eran dos temas sobre los que Nikki quería averiguar. O al menos oír sus respuestas y ponerlas a prueba.
“¿Qué puedo hacer por ustedes Detectives?”
Heat decidió tirar de la manta en una pose relajada. “Para empezar, puede contarme como se siente al matar al Padre Graf.”
La respuesta de Hays fue curiosa. No, extraña.
Más que sobresaltarse, él descansó su cabeza hacía atrás en la silla y sonrió. Como si narrara un vídeo de naturaleza, él hablo al techo. “Por lo que el detective principal empieza con un débil intento para dirigir el tema de la entrevista fuera de la balanza. Clásica táctica de apertura, que hay que decir…” él llevo su cabeza hacía delante para mirarla a los ojos y dijo, “cliché.”
“No ha contestado a mi pregunta, Mr. Hays.”
“Tendrás que ganarte mi respuesta, señorita.” Y después volviendo a narrar otra vez, dijo, “Ouch.¡En el hoyo de la primera ‘Q’! Frustrada por la respuesta; distraía por la burla del sexismo implícito. ¿Qué es lo que ella hará?”
Heat sabía exactamente hacia donde iba. Hays estaba empleando algún tipo de juego mental para rechazarla y secuestrar la entrevista. Probablemente alguna técnica de interrogatorio de contrainteligencia que aprendió en Ely, Nevada. Ella se dijo a si misma que dejara fuera su ruido psicológico y se ciñera a su agenda.
“¿Dónde estaba la noche en que su pastor fue asesinado?”
“¿Por qué?”
“Porque sospecho que usted probablemente le haya matada y quiero confirmar su paradero.”
“Estrategia dos empleada,” él anunció. “Bajando paso a paso desde la absoluta ‘como se siente’ al ‘usted probablemente tenga’. ¿Por qué, oh, porqué ellos me envían aficionados?”
“Sus paraderos, Mr. Hays.”
“¿Dónde? Oh… Aproximadamente.” Él rió. “Podrían ser tanto lugares. Ella va a estar mucho tiempo comprobando eso.”
Nikki decidió cambiar de marcha con él. Ella sacó la foto de Sergio Torres y la sostuvo. “¿Reconoce a este hombre?”
“Esto no es un hombre. Esto es una fotografía.” Él la quiño un ojo. “Oh, dígame que la doncella glorificada contadora no tiene sentido del humor.”
“Su nombre es Sergio Torres,” continuó Heat, “y quisiera saber si alguna vez ha trabajado como uno de sus contratistas.”
Él asintió. “Esa la voy a contestar.” Hays esperó hasta que hubo saboreado el momento. “…diciendo esto no confirmo o niego al personal de mi servicio por razones de su propia seguridad. Y de seguridad nacional.” Él rió otra vez y dijo a Raley, “puede preguntar a Julian Assangre.”
Heat persistió. “¿A sí que nunca le ha visto?”
“Mm. Todos ellos me parecen iguales.” Ochoa se tensó detrás suya. Ella presionó gentilmente un codo contra él y este se colocó.
Hays levantó su brazo como un estudiante. “¿Puedo preguntar ahora?”
Ella esperó y él dijo, “¿Por qué me está preguntando sobre este hombre?
“Porque el mismo día que intento matarme, uno de sus operativos fue visto haciendo vigilancia en mi apartamento.”
Fue la primera vez que le había visto caer. No mucho, pero los ojos de cobra se llevaron de golpe.
“Déjame decirla algo, Oficial. Si yo fuese a llevar la vigilancia de usted, nunca sabría.”
Esta vez Heat suministró la narración. Ella levantó la mirada hacia el techo y dijo, “general mercenario invencible se cubre el culo por un mal trabajo con valentía, incluso aunque él haga nota mental para buscar y poner fin al conductor.” Ella bajo su mirada hacia él y dijo, “novato.”
Mientras lo estaba digiriendo ella sacó el e-mail de la archidiócesis y recitó, “¿Has oído alguna vez hablar del Trikit Tune-up? Yo sí, padre. Sufrirás hasta que reces por morir y después sufrirás algo más. Mucho más. La mejor parte es cuando tú llamarás a Dios por clemencia y él te mirará hacía abajo y escupirá sobre tu seca bolsa del cuerpo de un alma.”
“Él tapó a ese bicho raro que tocó a mi hijo.” La arrogancia del consejero delegado se estaba desmoronando. La tapa se estaba deslizando fuera de la ira del padre.
“¿No niega haber escrito esto?” ella preguntó.
“¡No está escuchando! Estos tios despojan la inocencia y se esconden detrás de sus hábitos y se cubren unos a otros.”
Nikki sujetó la página. “Porque esta descripción es muy parecida a como él murió.”
“Dios. Un santurrón bastardo menos protegiendo a los abusadores de menores del mundo.” Él se movió en el asiento, echándose hacia delante en sus muslos.
Nikki se puso de pie. “Mr. Hays, le daré mi tarjeta pero seguro que ha hecho una completa búsqueda de las formas de encontrarme. Cuando tenga una coartada para esa noche, será mejor que me la de. O volveré y le arrestaré. En sus…paraderos.”
Ellos esperaron hasta que salieron a la acera en Vanderbilt, los tres detectives asumieron que el lugar probablemente sería cableado por el sonido, tal vez incluso por la imagen.
“¿Qué le pasaba a ese tio?” dijo Raley.
“Todo cálculo, Rales. Operaciones psicológicas basadas en cortinas de humo.” Después Heat dijo, “os quiero indagando en Sergio Torres. Volved a su jardín de infancia si hace falta. Novias, miembros de bandas, compañeros de celda, todo el mundo. Averiguad con quién estaba conectado y tendremos a nuestro asesino.”
Ochoa levantó la vista hacia la zona de arriba del rascacielos negro. “Estábamos tan cerca.”
Heat dijo, “no lo suficiente. Hays no nos ha dado nada sólido. Solo dijo que estaba contento de que ocurriera –no que lo hiciera.”
“¿Y sobre el e-mail, sin embargo?” preguntó Raley.
Nikki sacudió su cabeza. “Ningún abogado haría agujeros debido a que nunca dijo técnicamente que iba a llevarlo a cabo. Su verborrea es retórica. La amenaza es implícita.”
Ochoa dijo, “díselo al Padre Graf.”
“Parece que estamos en minoría, pero todos sabemos que esto es un infierno de algo más grande que el Padre Graf, chicos,” dijo Heat. “Hubo el ataque hacia mí, además de en lo que sea que el Capitán Montrose estuviese metido.”
“¿No crees que sea parte del asesinato? ¿Verdad?” dijo Raley.
“En mi corazón, por supuesto que no. Pero necesitamos mantener esto sin dejarnos llevar para que podamos ver a donde va.”
Ochoa dijo, “muy mal porque nuestro nuevo comandante no lo ve de la misma manera.”
El teléfono de Heat vibró. Ella comprobó la pantalla y era un mensaje de Zach Hamner. “x favor ven a 1PP sala conferencia 10 en 30 m.” Una oleada de euforia barrio el pecho de Nikki.
Ella contestó con un sí y dijo a los Roach. “Mantened la fe, chicos. Recordad, Irons es solo un interno.”
La nieve empezaba a caer en gordos grumos, haciendo la experiencia de Nikki con el tráfico hacia el centro por Park Row una pesadilla. Si ella solo hubiese cogido el metro, hubiese sido un chasquido para zambullirse en Grand Central para la reunión con Hays y cogiendo el expreso 4 ó 5 hacia Centre Street. Quince, quizás veinte minutos, y hecho. Pero con el resto del equipo de disparos que la persiguieron en el parque todavía libres, Raley y Ochoa insistieron y ella se lo dio, lo que permitió a La Oposición llevarla hasta el 1PP en su Unidad de Radió Móvil.
Harvey no era muy hablador, lo que estaba bien para ella; estaba intentando aclarar su cabeza para su gran momento y no lo podía hacer sin ello. La única conversación que tuvieron fue cuando le ofreció para iluminar la barra de la parte de arriba del camino cuando parecía que iba tarde y ella dijo que no. Lo compensó con un afirmativo trabajo de la rueda y el uso liberal de su bocina.
Cuando Nikki salió al Edificio Central Municipal, estaba tensa y luchando contra el mareo del coche. Se dirigió hacia el vestíbulo del 1PP con diez minutos que nunca pensó que tendría que evitar. Necesitaba ese tiempo para reunirse a sí misma, ella probablemente sería llamada para hablar al comité y no quería ir agotada. Especialmente si, como Phyllis la dijo, ellos quizás la golpearían para capitanear y darla un mandato, ella no quería decir tonterías y hacerles replantearse su decisión. Ella deseaba que Rook pudiera estar allí, y el hecho de que ella pensara en él compartiendo ese momento con ella la trajo un grado de calma. Ellos podrían celebrarlo luego. Sacudiendo la nieve de su abrigo, ella buscó un tranquilo lugar para sentarse y pensar.
Los sitios donde ella había disfrutado su conversación con la Administradora estaban libres, pero en su camino hacia ellos se paró. Tam Svedja se puso en su camino. Su espalda era para Heat mientras ella plegaba su cuaderno de notas y estrechaba las manos con el oficial de información pública. Nikki hizo un fuerte giro hacia los ascensores antes de que ella fuese descubierta, pero fue demasiado tarde.
“¿Detective Heat? Nikki Heat, espera.” Nikki se paró y se giró.
“Tam, lo siento pero tengo una importante reunión a la que no puedo llegar tarde.” Nikki presionó el botón y añadió, “sin ser grosera.” Después ella presionó el botón dos veces más.
“Escucha, esto no será registrado.” La reportera abrió sus manos. “Mira, Ma, sin bolígrafo. Completamente fuera de expediente. ¿Algún pensamiento?”
“Mi único comentario es que desearía que pensaras un poco sobre el daño que haces con un artículo como ese, especialmente a la reputación de un buen hombre.”
Infantil, como si ella no estuviese escuchando, Tam Svedja dijo, “Uh-huh… Pero fue exacto ¿Verdad? Quiero decir que te pregunte para ayudar, pero dijiste que no.”
“No es algo que haga,” dijo Nikki. El ascensor se abrió y subió a bordo.
“Pero esto se ha resuelto igual de bien, ¿Verdad?”
“¿El qué?”
“Jamie, por supuesto. No puedes hablar, por lo que utilizas a Jamie.”
Heat se salió antes de que las puertas se cerrasen. “¿De qué estás hablando? Tus fuentes para ese artículo fue Ja- Rook?”
Heat se preguntó si ella estaba jugando. Ella entendía que Hinesburg o quizás Gallagher, o ambos, habían filtrado la historia. En su incredulidad ella dijo más para ella que para la reportera, “¿Lo conseguiste esto de Rook?”
“Sí, Jamie me envió sus notas, incluso. Oh Dios Mio, pensé que lo sabías.” Nikki estaba sin discurso y simplemente la miró.
“Nikki Heat, no te preocupes eres una gran detective. Acabas de hacerme revelar mi fuente.” Tam se golpeó su propia frente con el talón de su mano. “¿Algunos periodistas, eh?”
Rook. Ella necesitaba hablar con Rook. Pero no ahora. Ella no podía. Tan pronto como Nikki rodeó la esquina del pasillo de fuera de la décima planta de la sala de conferencias, un agente dijo, “¿Det. Heat?”
En su salida, ella contestó, “aquí.”
“Por aquí,” dijo el oficial, “si está lista.”
Nikki no podía sentir menos eso. El trauma de la semana fue suficiente para poner su intestino en el ciclo de centrifugado. Ahora, añadiéndolo a su ansiedad, saliendo esta asombrosa noticia de que Rook había sido la fuente de una filtración a Tam Svedja. Y ¿Quién era esta reportera joven, guapa y poco inteligente para Rook? Con todos estos fragmentos irregulares de distracción remoloneando en su cabeza, haciéndola mucho querer girarse y correr, Heat levantó su cortafuego. Ella se centró en el ascenso esperando en el otro lado de la puerta, con eso, su oportunidad de de encargarse de la 20 y, finalmente, arrebatar el control del caso Graf y llevarlo. Ella asintió al policía y dijo, “lista.”
No había un comité de promoción esperándola. Había solo una persona en la sala y era Zach Hamner, sentado en el lado más alejado de la mesa de conferencia, de frente a ella mientras entraba. Las otras quince sillas en la sala estaban vacías, pero ella pudo ver dispersos indicios de anillos de cafés en servilletas y sillas giradas no alineadas de que había habido una gran reunión allí recientemente.
El siguiente corregidor dijo que algo andaba mal por su expresión plana. Además, él no la invitó a sentarse. En vez de eso, cruzó sus dedos en la superficie de la mesa y dijo, “Nikki Heat, por la presente se la releva del caso, hasta nuevo aviso.”
Sorprendida, Nikki sintió que se iba a desmoronar. Sus ojos revoloteaban, y empezó a tener la sensación de tambalearse, de perder su equilibrio después de ser golpeada por la fuerza del shock. Mientras que intentaba mejorar su equilibrio, la puerta de al lado se abrió y Lovel y DeLongpre, los Hombres de Negro de Asuntos Internos, entraron y esperaron. El Hamner dijo, “Por favor entregué su placa y su arma a estos hombres.”
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
lastral muchas gracias por continuar sos una dura
Sigue pronto!!!!!!
Sigue pronto!!!!!!
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
GRACIASSSSS SIGUE ASIII
RUHANNA- Ayudante de policia
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Habéis visto el titulo que le han puesto a la novela en español????
"Aumenta el calor" puffff..... vaya bodrio..... (ya podrían haber puesto otra cosa...no sé..."Calor Infernal" hubiera estado bien.....
"Aumenta el calor" puffff..... vaya bodrio..... (ya podrían haber puesto otra cosa...no sé..."Calor Infernal" hubiera estado bien.....
007Castle- As del póker
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Localización : Madrid
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Desde luego no han escogido nada bien ese título, En inglés suena perfetamente pero en español no, creo que "Calor Infernal" tal como tú has dicho sería mucho mejor. También podría decirse "Calor Creciente", que sigue más en la línea de las dos palabras del título, jeje...007Castle escribió:Habéis visto el titulo que le han puesto a la novela en español????
"Aumenta el calor" puffff..... vaya bodrio..... (ya podrían haber puesto otra cosa...no sé..."Calor Infernal" hubiera estado bien.....
NathanFan2011- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Bueno chicos. Os traigo el capitulo once completo . Creia que iba a ser largo como los anteriores para dividirlo pero cuando me he dado cuenta ya lo tenia traducido practicamente entero al ser mas corto
Como siempre, disfrutar y comentar. Muchas gracias a todos por seguir esta historia que me tiene enganchada hasta a mi ( y eso que ya me se el final )
CAPITULO ONCE
Cuando Nikki descansó una mano en la espalda de la silla ejecutiva que tenía enfrente de ella para su estabilidad, esta se sacudió en su bisagra giratoria y el resultado fue solo incrementar su sentido de desorientación. Ella había entrado con pasos seguros para tomar su ascenso y todo lo que venía con eso, pero en la mera travesía de un umbral ella se encontró a si misma a la deriva.
Virando en un tobogán emocional enfermizo, Heat fue girando como uno de los coches a los que ella había pasado en su camino hacia allí: sin tracción, luchando por el control, a toda velocidad hacia el inevitable choque.
Det. DeLongpre quería su placa. Nikki se esforzó por reclamar su centro y erguirse. Después ella se quejo. Su compañero de Asuntos Internos, Lovel, se paró al otro lado de ella con su mano abierta. Heat ni siquiera le miró. Ella retiró su Sig de su funda y se la entregó, agarrándola primero, pero con su mirada en los de Zach Hamner. “¿Sobre qué va esto, Zach?”
“Es sobre ti siendo suspendida del deber mientras estas bajo una amonestación oficial. ¿Suficientemente claro?”
Todas las implicaciones se estrellaron contra Nikki mientras ella sentía sus rodillas débiles. “¿Una amonestación? ¿Por qué?”
“Para empezar, por ir a la prensa. Tienes un problema, nos hablas a nosotros. No vas fuera de la familia.”
“No hable con la prensa.”
“Mierda. Ayer me diste en el culo sobre el funeral de Montrose, y cuando no lo conseguiste a tu manera, me amenazaste con hacerlo público. Y después, esto.” Él sostenía la copia del ‘Ledger’ que estaba marcado con comentarios en tinta roja.
“Esta es la copia del comandante de policía.”
“Estaba molesta. Perdí los papeles.” Nikki bajo su voz para transmitir la racionalidad de la que el día anterior él no fue testigo. “Pero fue una amenaza vacía. Nunca debí haberlo dicho.”
“El tiempo de pensar ya paso. Tú arrastraste a este departamento, te deshonraste a ti misma, y dejaste pasar una oportunidad que solo pasa una vez en la carrera. ¿Piensas que vas a ascender ahora? Tendrás suerte si sales de aquí con un trabajo de tiza de neumático. ¿Cómo demonios vamos a confiar en que dirijas si no eres de confianza?” Él dejo que se fijara y dijo, “mira, esto es para los mayores. La ambición no es una mala palabra. Pero nunca, jamás, a costa de este departamento, Heat. Porque una cosa que no tolero aquí es la deslealtad. Nos traicionaste.”
“Yo no lo hice.”
“Alguien seguro que sí. ¿Tienes alguna idea de los problemas que has causado?”
Nikki pensó cuidadosamente. Señalando que Rook no sería de mucha ayuda y solo haciendo una fuga parecería más orquestado. Incluso Tam Svedja asumió que Heat estaba utilizando a Rook como canal de respaldo. The Hamner iría allí antes de que terminara la frase. Por lo que repitió la verdad, “no fui yo.”
“Te has pegado a eso, Heat. Mira cuanto esto te conforta mientras estas sentada en casa.” Zach se levantó para irse.
“Pero estoy en un caso.”
“Ya no.” Y después The Hamner dejó la sala con los dos hombres de Asuntos Internos.
Nikki estaba muy aturdida, tan perdida en su propia mente, que serpenteaba a través de la nevada pasando justo por el azul-y-blanco de La Oposición. Harvey la llamó desde su ventana del conductor, usando el título que ella técnicamente ya no honraba. Ella se volvió, tambaleándose en sus inestables pies, sintiendo como si ella no pudiera pasar un control de alcoholemia, y entró.
“Las cosas se están realmente desmoronado,” él dijo. La llevó un segundo darse cuenta de que estaba describiendo la tormenta. “Incluso no puedes ver a través de esto.” Él dio a los limpiaparabrisas. Estos chirriaron pesadamente, húmedos grupos se quedaron a los lados, pero los limpiaparabrisas lo llenaron, convirtiéndose en algo coagulado antes de la siguiente pasada. El tiempo se estaba convirtiendo justo como su vida. Esta seguía desmoronándose.
Nikki quería estar fuera de esto. Quería vagar por la nieve y desaparecer. “¿A dónde?” él dijo. “¿De vuelta a tu brigada?”
Su inocente pregunta la abofeteó con la Nueva Realidad. Nikki Heat no tenía brigada. Ella giró su cara lejos, haciendo una proyección de manchar la condensación de su ventana del pasajero para que él no pudiera ver las lágrimas acumularse.
“A casa,” ella dijo. “Por ahora.”
Rook corrió a encontrarse con ella, arrastrándose en sus calcetines tan pronto como ella abrió la puerta. “No te vas a creer lo que acabo de aprender.” Si él hubiese esperado, quizás tomando una respiración, lo habría sentido, habría visto el daño, reduciría la marcha y ladería su cabeza y preguntaría qué pasaba.
En vez de eso, ella agarró su espalda, retirando el portátil de su mesa del comedor, disparando puños de poder en el aire y rugiendo, “¡Siii!” Nikki entró a su apartamento detrás de él, no oyendo o incluso sintiendo sus propias pisadas. La sensación era como si ella estuviese flotando, o mejor dicho –suspendida.
Con las narices metidas en el MacBook Pro de él, Rook crepitaba con energía. “Esto ha estado consumiéndome. Recuerdo oír algo sobre Lancer Standard-Lancer Standard: Mercenarios hacia las estrellas.” Él se giró hacia ella para reír, pero Heat le sorprendió cerrando de golpe la tapa de su portátil.
“¿Por qué lo hiciste?” ella dijo.
Él la alcanzó, con el ceño fruncido. “… ¿Nik?”
“No puedes negar el hecho. Tam Svedja me lo dijo.”
Él la miró sorprendido. “¿Tam? ¿Hablaste con Tam? ¿Sobre qué?”
Ella se movió hacia la encimera y volvió blandiendo la copia del ‘Ledger’. “Esto. El artículo por el que me acaban de suspender porque piensan que yo lo filtre.”
“Oh, Dios Mio, “ Rook se puso de pie, “¿Ellos te suspendieron?” Él dio un paso hacia ella.
“¡No!” Ella levantó ambas manos para detenerle y él paro. “Simplemente… mantente alejado de mí.”
La mente de él estaba corriendo, por lo que le llevo unos segundos poner todas las piezas juntas, y por entonces, ella estaba caminando hacia la cocina. Él corrió a seguirla, agarrándola mientras ella abría la nevera. “¿Realmente piensas que tengo algo que ver con esto?”
“No tengo que pensarlo. Te lo dije. Por tu checa saltarina.” Ella todavía tenía el periódico en sus manos y se lo arrojó. Por reflejos, él lo cogió.
“¿Tam? ¿Tam te dijo que yo soy el origen de esto?” Rook se dio cuenta que todavía tenía el ofensivo ‘Ledger’ en sus manos y lo tiró a la otra habitación. “De ninguna manera.”
“Genial. ¿Ahora me estas llamando mentirosa?” dijo Heat.
“No, no, te creo. Lo que no entiendo es porque ella diría eso.” Él sintió que todo estaba girando fuera de control y dijo, “Nikki, escúchame. Yo no le filtre eso a ella.”
“Sip, claro. Como si lo fueras a admitir ahora.”
“¿Cómo puedes pensar que fui yo?”
Heat retiró el Sancerre y sacó el Pellegrino. Este era un momento para aclarar su cabeza. “Primero, yo he estado buscando esa prosa que tú dices que era tan… ¿Cómo lo llamaste?... ¿de tabloide? Bueno yo huelo unos cuantos Rook-ismos en ella. Llamando al tema del funeral un ‘problema que no puede ser enterrado’. ¿Qué más? Oh, ¿NYPD negro y azul?”
“Vamos, yo…” Él se paró y parecía que estaba probando algo asqueroso.
“Así que esas son tus palabras.” Ella dejo el agua y sacó el vino.
“En cierta manera. Pero nunca las comparto. Eso suena como sincronía.”
“Suena como a mentira. Tam dice que le enviaste notas a ella.”
“No. No lo hice.”
Nikki señaló a su portátil de la mesa del comedor. “¿Cuál es esa escritura secreta que has estado haciendo.”
“Bien, divulgación completa. Sí, he estado escribiendo algunas notas por un artículo que he planeado escribir por la cosa de Montrose.”
“¿Tú qué?”
“¿Ves? Eso es por lo que no te lo dije. No estaba seguro de cómo te sentirías sobre eso después de la pieza de portada que hice de ti.”
“Rook, esto es incluso más intrincado. ¿Estabas escondiéndolo de mí porque sabias muy bien que yo estaría en contra?”
“No… Si. Pero iba a decírtelo. Eventualmente.”
“Te estás hundiendo más cuanto más hablas.”
“Mira, soy un periodista de investigación y esta es una historia legítima.”
“Esta que Tam Svedja dice que tú la dejaste caer.”
“No.”
“¿Qué más la dejaste caer?”
“Oh. ¡Oh, ho! Ahora estoy viendo que es lo que está pasando aquí,” él dijo. “Este es el monstruo verde alzándose en su cabeza.”
Nikki estrelló la botella en la encimera con un sonoro ‘crack’. “No minimices lo que estoy pasando poniéndome una etiqueta barata.”
“Lo siento, eso estaba fuera de lugar.”
“Maldición, claro que estaba. Ahora es mi turno.” La emoción reprimida de su semana de agonía y salió. “Coge tus cosas y sal de aquí.”
“Nikki, yo…”
“Ahora.”
Él vaciló y dijo, “pensé que confiabas en mí.”
Pero ella ya estaba arrojándose a medio camino con la botella en su mano. La última cosa que Rook oyó de Heat fue el cierre de la puerta de su dormitorio.
A la mañana siguiente, aunque sabía que no tenía razón para hacerlo, ella se levantó a su habitual temprana hora, se ducho, y se vistió para trabajar. Mientras ella estaba en la ducha, Raley y Ochoa la dejaron un mensaje de apoyo “entre líneas”. Ellos sabían de la suspensión como todo el mundo ya y dejaron lo que ellos llaman un Roach-mensaje. “Hey, uh, Detective, o…lo que sea que debería llamarte ahora,” dijo Ochoa. Raley estaba en la otra línea y dijo, “hey, compañera, ¿Qué tal un poco de sensibilidad? Hola, somos los Roach llamándote. ¿Te permiten llamar en el área de castigo? De todas maneras tu taza de café sucia todavía está en el fregadero de aquí abajo de la comisaría:”
“Eso es cierto,” dijo Ochoa, “y si piensas que vamos a lavarlo por ti, sigue soñando. Por lo que si quieres la taza, sabes lo que hay que hacer… Lo ves, ¿Verdad?”
Ella pensó en devolverles la llamada, pero en vez de eso Nikki se sentó en los cojines del asiento de su ventana mientras miraba un equipo sanitario remover la nieve de la noche de su calle.
Eso la dio a ella algo que hacer. Mientras holgazaneaba allí, Nikki se preguntó si ella debería grabar un vídeo con su teléfono, en caso de que tuviera una oportunidad para subir el último viral de coche aparcado consiguiendo el guardabarros desprendido por un quitanieves de la cuidad.
Eso la ayudaría a volver a su trabajo, bien. El vídeo de fuga de un bochorno municipal.
Su solicitud era todo menos pacífica. Las acusaciones de Zach Hamner insistían en visitar su percha en la ventana de la bahía. Él la había llamado desleal. Ella rechazó eso pero entonces se preguntó, ¿Lo había sido? Nikki no había hecho nada engañoso, pero la parte objetiva de ella –la parte que estaba en medio de los controles de noche del intestino y del auto reproche- quería picotear en la herida. Por lo que lo hizo. Hear se preguntó a sí misma, ¿Había causado daño a otros por su relación con Rook? Esperaba que no. Y después había ambición.
El Hamner también la regañó por eso, y ella se preguntó si su sentido del derecho de un nuevo rango la había envalentonado para amenazar a Zacha con hacerlo público lo del funeral.
Lo que más le comía era el tema de la confianza. Él la había dicho que no puedes dirigir si no puedes ser de confianza. Nikki no se había molestado por lo que las cucarachas pensaran de ella. Pero lo que carcomía a Heat era su propia percepción. ¿Confiaba en ella misma para dirigir?
Su teléfono vibró para traerla de vuelta al presente. El identificador de llamadas era de la 1PP, Nikki le dio al botón verde tan deprisa, que el teléfono se deslizó fuera de su mano, pero ella lo agarró antes de que se golpeara en el suelo. “¿Hola? ¿Está ahí?”
“Nikki Heat, es Phyllis Yarborough. Espero que no te importe que te llame a tu número personal.”
“Es la única manera de encontrarme hoy,” Heat intentó no ilusionarse sin poner ninguna pista en ello. Como si ella estuviese tomandolo con calma.
“Eso he oído,” dijo la Administrativa. “¿Puedo decirte algo? Esto apesta.”
Nikki rió, y aunque la llamada no sonara como que iba a ser el indulto que ella había esperado, estaba contenta por ello. “No vas a conseguir sacarme muchos argumentos.”
“Solo quiero que sepas, si no estabas al corriente, la decisión no fue unánime. Hubo un voto disidente, y estas hablando con ella.”
“Oh… no sabía eso. Pero gracias. Eso significa mucho.”
“Tengo que decir. No soy una fan de El Hamner de todas formas, y esta vez él no defraudo. Convocó la reunión, abanicó las llamas, presionó para la sanción, él estaba obsesionado.” Yaborough paró.
Nikki entendió que era su turno. “Tengo que admitir que entiendo que Zach lo tomara como una ofensa, la manera en que yo le encendí sobre el funeral del capitán.”
“Oh, boo-hoo, él necesita crecer un poco. Te diré algo, Nikki. No solo creo que no filtraras esto, creo que esto es pura política. Zach y su red de trabajo de hombres comadreja estaban conformes cuando yo estaba interesada en capacitarte para mi equipo en el Centro a Tiempo Real del Crimen, pero hubo un cambio definitivo de mareas después de la muerte del Cap. Montrose.” Ella calmó su tono y añadió, “siento eso, de todas maneras, sé que es una pérdida para ti.”
“Gracias.” La curiosidad de Nikki se despertó. “¿Por qué supones el cambio?”
“Porque, si mi candidata –que serías tú, querida- conseguía por la vía rápida reemplazar a Montrose eso debilitaría su confianza. Mira a quién ellos pusieron. Floyd el Barbero. Ellos no quieren a un comandante de comisaría, ellos quieren a un títere.”
“Aprecio mucho tu apoyo hacia mí.”
“Considerando los resultados, no pienso que te hiciera ningún favor.”
Nikki dijo, “creo que trabajando en la calle es más seguro que en el 1PP.”
“Eso es política, un juego sucio.”
“Y uno al que no me importa no jugar, gracias,” dijo Heat. “No porque no haya hecho juramento.”
“De hecho, eso es por lo que llamo,” dijo la Administradora. “Desde que las puñaladas por la espalda no son tu deporte favorito, te dejo saber que mantendré mis ojos abiertos por ti. No puedo prometerte que no vaya a ver más sorpresas, pero quizás pueda desviarlas, o al menos pueda avisarte.”
“Wow, eso es muy generoso.”
“Te lo mereces. Por lo que, ¿Qué es de ti? ¿Día de dramas? ¿Álbumes de recortes?” Cuando la pausa de Nikki fue la respuesta, Yaborough continuo, “por supuesto que no. Eres Nikki Heat. Escucha, haz lo que tengas que hacer. Pero si necesitas algo, cualquier cosa, por favor llámame.”
“Lo haré,” dijo Heat. ¿Y Phyllis? Gracias.”
Como una hora después, impaciente con el exilio en su apartamento, incapaz de escapar de la punción de pensamientos de la televisión durante el día, Nikki se abrigó. Incluso el proceso de estar lista fue una confrontación con su infeliz situación: Por reflejo, ella alcanzó a su funda –vacía- murmurando una silenciosa maldición, y, por primera vez en lo que Heat pudo recordar en años, tuvo que salir por su puerta desarmada.
La mejor manera para cubrir el terreno en Manhattan durante una nevada es ir por debajo de esta. Nikki cogió el tren de la línea 6 en Park Avenue South y la llevo hacia Bleecker para un transbordo en la parte alta de la cuidad de la B. Esperando en el andén, ella hizo el ritual del pasajero de inclinarse por encima del borde de la vía cada sesenta segundos, explorando por encima del borde de la vía cada sesenta segundos, explorando el oscuro túnel para el brillo de unos faros que se aproximan reflejándose en las vías. Esto no hacía que el tren viniese más rápido, pero era algo que hacer mejor que mirar a ratas escurridizas en la mugre de debajo.
Nikki hizo su comprobación de luces delanteras, hizo su comprobación de rata, y también hizo su comprobación de la plataforma. No había ningún viajero estacionado en la parte de abajo esa mañana –no Oposición que le dé un saludo de dos dedos o le traiga un café. Ellos habían retirado su protección cuando retiraron su placa. Heat no vio ninguna amenaza y se metió en su coche para una carrera hacia la 20, y fuese capaz de relajarse un poco.
Pero sus demonios internos entraron con ella y se sentaron en el asiento de al lado. Siempre una pensadora clara que podía tomarse las cosas con calma y navegar por las distracciones más salvajes debajo del fuego. Nikki no podía liberarse de sus pensamientos de cómo su vida entera había sido puesta patas arriba en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué demonios estaba pasando? Se enorgullecía de ser escéptica, no paranoica, pero Heat seriamente creía que estaba siendo injusta. Pero ¿Por qué? Y ¿Por quién?
Esto lo dibujo ella en unas cuantas cientos de palabras en un periódico del montón que pudo conseguir su expulsión.
Ese maldito artículo.
Y Rook.
Su más aguda agonía. Ella había invertido en este tio. Esperado por este tio. Sentido algo por este tio que fue más allá de la habitación…o en cualquier otro lugar donde se llevaran el uno al otro. Nikki no se había entregado tan fácilmente a un hombre, y esta traición de Rook era el porqué. Heat reflexionó su respuesta en los exámenes orales sobre su mayor defecto y admitió que su respuesta era una máscara. Sí, su dedicación al trabajo era total. Pero su mayor defecto no era el exceso de inversión en su carrera. Era su reticencia para ser vulnerable. Desarmada como ella estaba –literalmente- ella había sido emocional con Rook.
Ese era el disparo que había pasado limpio a través de su alma.
¿Qué demonios estaba haciendo de vuelta allí en la oficina? Los otros no la estaban preguntando eso, Nikki Heat se lo preguntaba a ella misma.
Cuando se había puesto su abrigo y se abría paso por las aceras no limpiadas desde su apartamento al metro, Nikki había decidido que necesitaba algunas cosas para su escritorio. Sin saber cuánto tiempo esta suspensión duraría –o si sería permanente- había materiales que ella necesitaba y quería en casa.
En el momento en que subió las escaleras del tren B de debajo del Museo Americano de Historia Natural y avanzaba hacia Columbus Avenue, se había convencido a si misma que entrar en la sala de su pelotón era todo dignidad. Y esa taza de café sucia que los Roach la habían alertado era para eso.
La verdad detrás de su visita era que la detective en Heat anhelaban información. Y lo que Nikki aprendió solo servía para ahondar en sus sospechas sobre su revocación. Al pasar justo al aldo de los Roach, ellos la atrajeron a una esquina tranquila.
“¿Qué demonios?” dijo Ochoa.
“Si, ¿Por qué has tenido que ir y conseguir tú misma que te despidan?” Añadió Raley. “Las coincidencias apestan.”
“No es que nos importes mucho,” dijo su compañero, “pero la investigación de Graf esta boca abajo con cuatro ruedas arañando el cielo.”
“¿Necesito peguntar porqué?” Nikki sabía de su reunión el día de antes.
“Por Iron Man,” dijo Ochoa. Heat tenía una apuesta mental que sería el mango del que ellos habían puesto al Cap. Irons. Ella también apostó que ellos no eran los primeros. “Él está poniendo todos los recursos en el tio muerto sin hogar, aunque va a acabar como una accidental sobredosis.”
“Aún todos los intentos, este caso está muerto.” Raley a su lado señaló a la Pizarra del Asesinato del Padre Graf, que había sido cuidadosamente borrada y colgada allí, suspendida en el caballete con las únicas rayas fantasmas de los rotuladores de colores de Nikki para aludir a sus más importantes propósitos.
“Eso también parecía conveniente,” ella dijo.
Ochoa rió entre dientes. “¿Conociendo como nosotros siempre abusamos de Rook sobre sus salvajes teorías conspiratorias?” Heat asintió aunque ella escondió su dolor al oír su nombre. “Nada comparado con lo que Rales y yo hemos estado pensando.”
“¿Alguna petición?” preguntó Heat.
Raley dijo, “solo una. En tu tiempo libre, haznos saber que necesitas.”
“En tu ‘tiempo libre’,” repitió Ochoa, completándolo con comillas en el aire.
La única satisfacción que ella podía sacar de estas desalentadoras noticias sobre el arrinconamiento del caso Graf fue que Sharon Hinesburg estaba encargada por el Cap. Irons a ir infiltrada como una mujer sin hogar y tenía que pasar la noche en los túneles peatonales del Riverside Park. “Deja que nieve,” Nikki dijo.
En un antojo –si, un antojo, se dijo a sí misma- Heat inició sesión en su ordenador para poder imprimir un PDF del expediente de homicidio de Huddleston, el caso de 2004 que por aquel entonces el Det. Montrose había llevado. Incredulidad.
Su contraseña no funcionaba.
Acceso denegado.
Nikki llamó al Departamento de Informática para ayudarla. Después de un pequeño momento, el técnico volvió y se disculpó. Él dijo que debido a su nueva clasificación, ella estaba en estos momentos desautorizada para usar el servidor del NYPD.
Después de que ella devolviese el teléfono a su lugar, Heat se dio cuenta de lo equivocada que ella había estado. Había pensado erróneamente que no era posible sentirse más agitada y sola.
Saliendo a la West 82 Street, Nikki giró su cara del viento helado que corría cruzando del Hudson. Pero ella sabía que no importaba el tiempo que estuviese parada allí, esto nunca podría venir lo suficientemente frío para adormecerla. Ella giró con su espalda en contra del viento que soplaba con fuerza y camino pesadamente hacia el metro para irse a casa.
“¡Señora-señora!,” fue la última cosa antes de la colisión. Ella se volvió en la dirección del grito una fracción de segundo antes que el repartidor y su bicicleta la golpearan, tirándola abajo en Columbus Avenue. Ellos aterrizaron en una enredo –brazos, piernas, y una bicicleta- rodeados de roturas de cajas de cartón para llevar, brócoli con salsa de ostras, y una pierna de pato. “Mi pedido esta arruinado,” él dijo.
Todavía en el suelo, con el manillar contra su pecho, Nikki se levantó de la cuneta y dijo, “estabas yendo por el mal camino por ese carril.”
Su respuesta fue, “hey, también tú, señora.” Él arrancó la bicicleta a Nikki y salió corriendo, dejándola a ella y a su pedido perdido en el paso de peatones del lado de la avenida. Durante una fracción de segundo mientras Heat veía el camino de nieve sucia y sal bajo su cara enrojecerse con su sangre, ella de hecho se preguntó si quién quiera que hubiese matado a Montrose también había enviado al repartidor loco en bicicleta. Tal era el hoyo de conejo de pensamiento conspiratorio. ¿Cuándo realmente pararás y mirarás alrededor y te preguntarás…? ¿En quién puedo confiar en el mundo?
Cuando Rook abrió la puerta, su expresión fue una mezcla de conmoción y vigilancia. Primero él reacciono hacia la cara de ella con sus afluentes de sangre seca como tentáculos esparciéndose desde el cuero cabelludo donde Nikki sostenía un pañuelo arrugado.
Después, fuera de su campo, él comprobó la entrada para asegurarse que no estaba en una carrera o siendo perseguida. “Nikki, demonios, ¿Qué ha pasado?”
Ella pasó junto a él a través de la entrada para entrar en la cocina. Él cerró la puerta y se unió a ella. Nikki levantó una mano. “Cállate y no digas nada.”
La boca de él se abrió y después se cerró.
“Soy una poli muy buena. Estaba en camino de dejar de ser teniente para convertirme en capitán. Iba a llevar la comisaría. Y, como policía, una cosa que yo entiendo es el motivo. Y cuando buscó tu motivo en filtrar ese artículo… no tengo nada. Esto no tiene sentido. ¿Por qué darías tus notas que es tu exclusiva a alguien más? ¿Por sexo? Por favor, puedo decirte, Tam esta demasiado necesitada para ser buena en la cama.” Él empezó a hablar pero ella dijo, “Cállate. Sin motivo, yo simplemente no se porque demonios habrías hecho eso. Por lo que voy a tomar la decisión de creerte. No solo quiero, sino que tengo. Porque lo que sea que esta pasando con este caso, se está levanto hacia un nuevo nivel y no hay nadie en quien pueda confiar excepto tú. Todo está cediendo. Estoy bloqueada y la investigación de asesinato que he estado llevando por cielo y tierra esta ahora en los contenedores de basura porque el torpe jinete de un lápiz con el que ellos reemplazaron al Cap. Montrose es básicamente el Inspector Clouseau. No digas nada. Ahora… Mientras estaba tumbada allí hace unos minutos en el carril sur de Columbus, acribillada por un repartidor ciclista por el camino equivocado y sin arrepentimientos, temblando, sangrando, haciendo un balance de mi nueva baja vida que había logrado, pensé, ¿Nikki Heat? ¿Simplemente te vas a quedar tumbada aquí? Y, tentada mientras esto podía ser mi receso forzado en Starbucks jugando a Angry Birds, esperando que el 1PP me llame y pida perdón, esa no era una opción. Soy demasiado terca y personalmente he invertido demasiado para dejar que este caso muera. Pero –tecnicismos menores- no soy más un miembro activo de NYPD. Sin arma, sin placa, sin acceso a informes, sin pelotón. Oh, y gente esta intentando matarme. Por lo que, ¿Qué es lo que necesito? Necesito ayuda. Para empujar esta investigación hacia delante necesito un compañero. Necesito a alguien con experiencia, con pelotas, alguien con altas cualidades de investigación que sabe como quedarse fuera de mi camino y no tener miedo de ponerlo en malas horas. Lo cual es por lo que yo estoy aquí en tu cocina sangrando en tu suelo de pizarra personalizada. OK, puedes hablar ahora, ¿Qué dices?”
Rook no contestó. A su vez, él la giró gentilmente para mirar por encima de la encimera de la cocina a su gran habitación. Y ella vio la Pizarra del Asesinato que Rook había reconstruido en su loft. No todo estaba allí –por ejemplo, sin fotografías- pero los principales elementos estaban en su lugar; la línea de tiempo, los nombres de las víctimas y sospechosos, pistas que rastrear. Esto necesitaba un gran empujón, pero la base estaba toda allí.
Heat se giró hacia Rook y dijo, “¿Bien? ¿Estás interesado o no?”
Como siempre, disfrutar y comentar. Muchas gracias a todos por seguir esta historia que me tiene enganchada hasta a mi ( y eso que ya me se el final )
CAPITULO ONCE
Cuando Nikki descansó una mano en la espalda de la silla ejecutiva que tenía enfrente de ella para su estabilidad, esta se sacudió en su bisagra giratoria y el resultado fue solo incrementar su sentido de desorientación. Ella había entrado con pasos seguros para tomar su ascenso y todo lo que venía con eso, pero en la mera travesía de un umbral ella se encontró a si misma a la deriva.
Virando en un tobogán emocional enfermizo, Heat fue girando como uno de los coches a los que ella había pasado en su camino hacia allí: sin tracción, luchando por el control, a toda velocidad hacia el inevitable choque.
Det. DeLongpre quería su placa. Nikki se esforzó por reclamar su centro y erguirse. Después ella se quejo. Su compañero de Asuntos Internos, Lovel, se paró al otro lado de ella con su mano abierta. Heat ni siquiera le miró. Ella retiró su Sig de su funda y se la entregó, agarrándola primero, pero con su mirada en los de Zach Hamner. “¿Sobre qué va esto, Zach?”
“Es sobre ti siendo suspendida del deber mientras estas bajo una amonestación oficial. ¿Suficientemente claro?”
Todas las implicaciones se estrellaron contra Nikki mientras ella sentía sus rodillas débiles. “¿Una amonestación? ¿Por qué?”
“Para empezar, por ir a la prensa. Tienes un problema, nos hablas a nosotros. No vas fuera de la familia.”
“No hable con la prensa.”
“Mierda. Ayer me diste en el culo sobre el funeral de Montrose, y cuando no lo conseguiste a tu manera, me amenazaste con hacerlo público. Y después, esto.” Él sostenía la copia del ‘Ledger’ que estaba marcado con comentarios en tinta roja.
“Esta es la copia del comandante de policía.”
“Estaba molesta. Perdí los papeles.” Nikki bajo su voz para transmitir la racionalidad de la que el día anterior él no fue testigo. “Pero fue una amenaza vacía. Nunca debí haberlo dicho.”
“El tiempo de pensar ya paso. Tú arrastraste a este departamento, te deshonraste a ti misma, y dejaste pasar una oportunidad que solo pasa una vez en la carrera. ¿Piensas que vas a ascender ahora? Tendrás suerte si sales de aquí con un trabajo de tiza de neumático. ¿Cómo demonios vamos a confiar en que dirijas si no eres de confianza?” Él dejo que se fijara y dijo, “mira, esto es para los mayores. La ambición no es una mala palabra. Pero nunca, jamás, a costa de este departamento, Heat. Porque una cosa que no tolero aquí es la deslealtad. Nos traicionaste.”
“Yo no lo hice.”
“Alguien seguro que sí. ¿Tienes alguna idea de los problemas que has causado?”
Nikki pensó cuidadosamente. Señalando que Rook no sería de mucha ayuda y solo haciendo una fuga parecería más orquestado. Incluso Tam Svedja asumió que Heat estaba utilizando a Rook como canal de respaldo. The Hamner iría allí antes de que terminara la frase. Por lo que repitió la verdad, “no fui yo.”
“Te has pegado a eso, Heat. Mira cuanto esto te conforta mientras estas sentada en casa.” Zach se levantó para irse.
“Pero estoy en un caso.”
“Ya no.” Y después The Hamner dejó la sala con los dos hombres de Asuntos Internos.
Nikki estaba muy aturdida, tan perdida en su propia mente, que serpenteaba a través de la nevada pasando justo por el azul-y-blanco de La Oposición. Harvey la llamó desde su ventana del conductor, usando el título que ella técnicamente ya no honraba. Ella se volvió, tambaleándose en sus inestables pies, sintiendo como si ella no pudiera pasar un control de alcoholemia, y entró.
“Las cosas se están realmente desmoronado,” él dijo. La llevó un segundo darse cuenta de que estaba describiendo la tormenta. “Incluso no puedes ver a través de esto.” Él dio a los limpiaparabrisas. Estos chirriaron pesadamente, húmedos grupos se quedaron a los lados, pero los limpiaparabrisas lo llenaron, convirtiéndose en algo coagulado antes de la siguiente pasada. El tiempo se estaba convirtiendo justo como su vida. Esta seguía desmoronándose.
Nikki quería estar fuera de esto. Quería vagar por la nieve y desaparecer. “¿A dónde?” él dijo. “¿De vuelta a tu brigada?”
Su inocente pregunta la abofeteó con la Nueva Realidad. Nikki Heat no tenía brigada. Ella giró su cara lejos, haciendo una proyección de manchar la condensación de su ventana del pasajero para que él no pudiera ver las lágrimas acumularse.
“A casa,” ella dijo. “Por ahora.”
Rook corrió a encontrarse con ella, arrastrándose en sus calcetines tan pronto como ella abrió la puerta. “No te vas a creer lo que acabo de aprender.” Si él hubiese esperado, quizás tomando una respiración, lo habría sentido, habría visto el daño, reduciría la marcha y ladería su cabeza y preguntaría qué pasaba.
En vez de eso, ella agarró su espalda, retirando el portátil de su mesa del comedor, disparando puños de poder en el aire y rugiendo, “¡Siii!” Nikki entró a su apartamento detrás de él, no oyendo o incluso sintiendo sus propias pisadas. La sensación era como si ella estuviese flotando, o mejor dicho –suspendida.
Con las narices metidas en el MacBook Pro de él, Rook crepitaba con energía. “Esto ha estado consumiéndome. Recuerdo oír algo sobre Lancer Standard-Lancer Standard: Mercenarios hacia las estrellas.” Él se giró hacia ella para reír, pero Heat le sorprendió cerrando de golpe la tapa de su portátil.
“¿Por qué lo hiciste?” ella dijo.
Él la alcanzó, con el ceño fruncido. “… ¿Nik?”
“No puedes negar el hecho. Tam Svedja me lo dijo.”
Él la miró sorprendido. “¿Tam? ¿Hablaste con Tam? ¿Sobre qué?”
Ella se movió hacia la encimera y volvió blandiendo la copia del ‘Ledger’. “Esto. El artículo por el que me acaban de suspender porque piensan que yo lo filtre.”
“Oh, Dios Mio, “ Rook se puso de pie, “¿Ellos te suspendieron?” Él dio un paso hacia ella.
“¡No!” Ella levantó ambas manos para detenerle y él paro. “Simplemente… mantente alejado de mí.”
La mente de él estaba corriendo, por lo que le llevo unos segundos poner todas las piezas juntas, y por entonces, ella estaba caminando hacia la cocina. Él corrió a seguirla, agarrándola mientras ella abría la nevera. “¿Realmente piensas que tengo algo que ver con esto?”
“No tengo que pensarlo. Te lo dije. Por tu checa saltarina.” Ella todavía tenía el periódico en sus manos y se lo arrojó. Por reflejos, él lo cogió.
“¿Tam? ¿Tam te dijo que yo soy el origen de esto?” Rook se dio cuenta que todavía tenía el ofensivo ‘Ledger’ en sus manos y lo tiró a la otra habitación. “De ninguna manera.”
“Genial. ¿Ahora me estas llamando mentirosa?” dijo Heat.
“No, no, te creo. Lo que no entiendo es porque ella diría eso.” Él sintió que todo estaba girando fuera de control y dijo, “Nikki, escúchame. Yo no le filtre eso a ella.”
“Sip, claro. Como si lo fueras a admitir ahora.”
“¿Cómo puedes pensar que fui yo?”
Heat retiró el Sancerre y sacó el Pellegrino. Este era un momento para aclarar su cabeza. “Primero, yo he estado buscando esa prosa que tú dices que era tan… ¿Cómo lo llamaste?... ¿de tabloide? Bueno yo huelo unos cuantos Rook-ismos en ella. Llamando al tema del funeral un ‘problema que no puede ser enterrado’. ¿Qué más? Oh, ¿NYPD negro y azul?”
“Vamos, yo…” Él se paró y parecía que estaba probando algo asqueroso.
“Así que esas son tus palabras.” Ella dejo el agua y sacó el vino.
“En cierta manera. Pero nunca las comparto. Eso suena como sincronía.”
“Suena como a mentira. Tam dice que le enviaste notas a ella.”
“No. No lo hice.”
Nikki señaló a su portátil de la mesa del comedor. “¿Cuál es esa escritura secreta que has estado haciendo.”
“Bien, divulgación completa. Sí, he estado escribiendo algunas notas por un artículo que he planeado escribir por la cosa de Montrose.”
“¿Tú qué?”
“¿Ves? Eso es por lo que no te lo dije. No estaba seguro de cómo te sentirías sobre eso después de la pieza de portada que hice de ti.”
“Rook, esto es incluso más intrincado. ¿Estabas escondiéndolo de mí porque sabias muy bien que yo estaría en contra?”
“No… Si. Pero iba a decírtelo. Eventualmente.”
“Te estás hundiendo más cuanto más hablas.”
“Mira, soy un periodista de investigación y esta es una historia legítima.”
“Esta que Tam Svedja dice que tú la dejaste caer.”
“No.”
“¿Qué más la dejaste caer?”
“Oh. ¡Oh, ho! Ahora estoy viendo que es lo que está pasando aquí,” él dijo. “Este es el monstruo verde alzándose en su cabeza.”
Nikki estrelló la botella en la encimera con un sonoro ‘crack’. “No minimices lo que estoy pasando poniéndome una etiqueta barata.”
“Lo siento, eso estaba fuera de lugar.”
“Maldición, claro que estaba. Ahora es mi turno.” La emoción reprimida de su semana de agonía y salió. “Coge tus cosas y sal de aquí.”
“Nikki, yo…”
“Ahora.”
Él vaciló y dijo, “pensé que confiabas en mí.”
Pero ella ya estaba arrojándose a medio camino con la botella en su mano. La última cosa que Rook oyó de Heat fue el cierre de la puerta de su dormitorio.
A la mañana siguiente, aunque sabía que no tenía razón para hacerlo, ella se levantó a su habitual temprana hora, se ducho, y se vistió para trabajar. Mientras ella estaba en la ducha, Raley y Ochoa la dejaron un mensaje de apoyo “entre líneas”. Ellos sabían de la suspensión como todo el mundo ya y dejaron lo que ellos llaman un Roach-mensaje. “Hey, uh, Detective, o…lo que sea que debería llamarte ahora,” dijo Ochoa. Raley estaba en la otra línea y dijo, “hey, compañera, ¿Qué tal un poco de sensibilidad? Hola, somos los Roach llamándote. ¿Te permiten llamar en el área de castigo? De todas maneras tu taza de café sucia todavía está en el fregadero de aquí abajo de la comisaría:”
“Eso es cierto,” dijo Ochoa, “y si piensas que vamos a lavarlo por ti, sigue soñando. Por lo que si quieres la taza, sabes lo que hay que hacer… Lo ves, ¿Verdad?”
Ella pensó en devolverles la llamada, pero en vez de eso Nikki se sentó en los cojines del asiento de su ventana mientras miraba un equipo sanitario remover la nieve de la noche de su calle.
Eso la dio a ella algo que hacer. Mientras holgazaneaba allí, Nikki se preguntó si ella debería grabar un vídeo con su teléfono, en caso de que tuviera una oportunidad para subir el último viral de coche aparcado consiguiendo el guardabarros desprendido por un quitanieves de la cuidad.
Eso la ayudaría a volver a su trabajo, bien. El vídeo de fuga de un bochorno municipal.
Su solicitud era todo menos pacífica. Las acusaciones de Zach Hamner insistían en visitar su percha en la ventana de la bahía. Él la había llamado desleal. Ella rechazó eso pero entonces se preguntó, ¿Lo había sido? Nikki no había hecho nada engañoso, pero la parte objetiva de ella –la parte que estaba en medio de los controles de noche del intestino y del auto reproche- quería picotear en la herida. Por lo que lo hizo. Hear se preguntó a sí misma, ¿Había causado daño a otros por su relación con Rook? Esperaba que no. Y después había ambición.
El Hamner también la regañó por eso, y ella se preguntó si su sentido del derecho de un nuevo rango la había envalentonado para amenazar a Zacha con hacerlo público lo del funeral.
Lo que más le comía era el tema de la confianza. Él la había dicho que no puedes dirigir si no puedes ser de confianza. Nikki no se había molestado por lo que las cucarachas pensaran de ella. Pero lo que carcomía a Heat era su propia percepción. ¿Confiaba en ella misma para dirigir?
Su teléfono vibró para traerla de vuelta al presente. El identificador de llamadas era de la 1PP, Nikki le dio al botón verde tan deprisa, que el teléfono se deslizó fuera de su mano, pero ella lo agarró antes de que se golpeara en el suelo. “¿Hola? ¿Está ahí?”
“Nikki Heat, es Phyllis Yarborough. Espero que no te importe que te llame a tu número personal.”
“Es la única manera de encontrarme hoy,” Heat intentó no ilusionarse sin poner ninguna pista en ello. Como si ella estuviese tomandolo con calma.
“Eso he oído,” dijo la Administrativa. “¿Puedo decirte algo? Esto apesta.”
Nikki rió, y aunque la llamada no sonara como que iba a ser el indulto que ella había esperado, estaba contenta por ello. “No vas a conseguir sacarme muchos argumentos.”
“Solo quiero que sepas, si no estabas al corriente, la decisión no fue unánime. Hubo un voto disidente, y estas hablando con ella.”
“Oh… no sabía eso. Pero gracias. Eso significa mucho.”
“Tengo que decir. No soy una fan de El Hamner de todas formas, y esta vez él no defraudo. Convocó la reunión, abanicó las llamas, presionó para la sanción, él estaba obsesionado.” Yaborough paró.
Nikki entendió que era su turno. “Tengo que admitir que entiendo que Zach lo tomara como una ofensa, la manera en que yo le encendí sobre el funeral del capitán.”
“Oh, boo-hoo, él necesita crecer un poco. Te diré algo, Nikki. No solo creo que no filtraras esto, creo que esto es pura política. Zach y su red de trabajo de hombres comadreja estaban conformes cuando yo estaba interesada en capacitarte para mi equipo en el Centro a Tiempo Real del Crimen, pero hubo un cambio definitivo de mareas después de la muerte del Cap. Montrose.” Ella calmó su tono y añadió, “siento eso, de todas maneras, sé que es una pérdida para ti.”
“Gracias.” La curiosidad de Nikki se despertó. “¿Por qué supones el cambio?”
“Porque, si mi candidata –que serías tú, querida- conseguía por la vía rápida reemplazar a Montrose eso debilitaría su confianza. Mira a quién ellos pusieron. Floyd el Barbero. Ellos no quieren a un comandante de comisaría, ellos quieren a un títere.”
“Aprecio mucho tu apoyo hacia mí.”
“Considerando los resultados, no pienso que te hiciera ningún favor.”
Nikki dijo, “creo que trabajando en la calle es más seguro que en el 1PP.”
“Eso es política, un juego sucio.”
“Y uno al que no me importa no jugar, gracias,” dijo Heat. “No porque no haya hecho juramento.”
“De hecho, eso es por lo que llamo,” dijo la Administradora. “Desde que las puñaladas por la espalda no son tu deporte favorito, te dejo saber que mantendré mis ojos abiertos por ti. No puedo prometerte que no vaya a ver más sorpresas, pero quizás pueda desviarlas, o al menos pueda avisarte.”
“Wow, eso es muy generoso.”
“Te lo mereces. Por lo que, ¿Qué es de ti? ¿Día de dramas? ¿Álbumes de recortes?” Cuando la pausa de Nikki fue la respuesta, Yaborough continuo, “por supuesto que no. Eres Nikki Heat. Escucha, haz lo que tengas que hacer. Pero si necesitas algo, cualquier cosa, por favor llámame.”
“Lo haré,” dijo Heat. ¿Y Phyllis? Gracias.”
Como una hora después, impaciente con el exilio en su apartamento, incapaz de escapar de la punción de pensamientos de la televisión durante el día, Nikki se abrigó. Incluso el proceso de estar lista fue una confrontación con su infeliz situación: Por reflejo, ella alcanzó a su funda –vacía- murmurando una silenciosa maldición, y, por primera vez en lo que Heat pudo recordar en años, tuvo que salir por su puerta desarmada.
La mejor manera para cubrir el terreno en Manhattan durante una nevada es ir por debajo de esta. Nikki cogió el tren de la línea 6 en Park Avenue South y la llevo hacia Bleecker para un transbordo en la parte alta de la cuidad de la B. Esperando en el andén, ella hizo el ritual del pasajero de inclinarse por encima del borde de la vía cada sesenta segundos, explorando por encima del borde de la vía cada sesenta segundos, explorando el oscuro túnel para el brillo de unos faros que se aproximan reflejándose en las vías. Esto no hacía que el tren viniese más rápido, pero era algo que hacer mejor que mirar a ratas escurridizas en la mugre de debajo.
Nikki hizo su comprobación de luces delanteras, hizo su comprobación de rata, y también hizo su comprobación de la plataforma. No había ningún viajero estacionado en la parte de abajo esa mañana –no Oposición que le dé un saludo de dos dedos o le traiga un café. Ellos habían retirado su protección cuando retiraron su placa. Heat no vio ninguna amenaza y se metió en su coche para una carrera hacia la 20, y fuese capaz de relajarse un poco.
Pero sus demonios internos entraron con ella y se sentaron en el asiento de al lado. Siempre una pensadora clara que podía tomarse las cosas con calma y navegar por las distracciones más salvajes debajo del fuego. Nikki no podía liberarse de sus pensamientos de cómo su vida entera había sido puesta patas arriba en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué demonios estaba pasando? Se enorgullecía de ser escéptica, no paranoica, pero Heat seriamente creía que estaba siendo injusta. Pero ¿Por qué? Y ¿Por quién?
Esto lo dibujo ella en unas cuantas cientos de palabras en un periódico del montón que pudo conseguir su expulsión.
Ese maldito artículo.
Y Rook.
Su más aguda agonía. Ella había invertido en este tio. Esperado por este tio. Sentido algo por este tio que fue más allá de la habitación…o en cualquier otro lugar donde se llevaran el uno al otro. Nikki no se había entregado tan fácilmente a un hombre, y esta traición de Rook era el porqué. Heat reflexionó su respuesta en los exámenes orales sobre su mayor defecto y admitió que su respuesta era una máscara. Sí, su dedicación al trabajo era total. Pero su mayor defecto no era el exceso de inversión en su carrera. Era su reticencia para ser vulnerable. Desarmada como ella estaba –literalmente- ella había sido emocional con Rook.
Ese era el disparo que había pasado limpio a través de su alma.
¿Qué demonios estaba haciendo de vuelta allí en la oficina? Los otros no la estaban preguntando eso, Nikki Heat se lo preguntaba a ella misma.
Cuando se había puesto su abrigo y se abría paso por las aceras no limpiadas desde su apartamento al metro, Nikki había decidido que necesitaba algunas cosas para su escritorio. Sin saber cuánto tiempo esta suspensión duraría –o si sería permanente- había materiales que ella necesitaba y quería en casa.
En el momento en que subió las escaleras del tren B de debajo del Museo Americano de Historia Natural y avanzaba hacia Columbus Avenue, se había convencido a si misma que entrar en la sala de su pelotón era todo dignidad. Y esa taza de café sucia que los Roach la habían alertado era para eso.
La verdad detrás de su visita era que la detective en Heat anhelaban información. Y lo que Nikki aprendió solo servía para ahondar en sus sospechas sobre su revocación. Al pasar justo al aldo de los Roach, ellos la atrajeron a una esquina tranquila.
“¿Qué demonios?” dijo Ochoa.
“Si, ¿Por qué has tenido que ir y conseguir tú misma que te despidan?” Añadió Raley. “Las coincidencias apestan.”
“No es que nos importes mucho,” dijo su compañero, “pero la investigación de Graf esta boca abajo con cuatro ruedas arañando el cielo.”
“¿Necesito peguntar porqué?” Nikki sabía de su reunión el día de antes.
“Por Iron Man,” dijo Ochoa. Heat tenía una apuesta mental que sería el mango del que ellos habían puesto al Cap. Irons. Ella también apostó que ellos no eran los primeros. “Él está poniendo todos los recursos en el tio muerto sin hogar, aunque va a acabar como una accidental sobredosis.”
“Aún todos los intentos, este caso está muerto.” Raley a su lado señaló a la Pizarra del Asesinato del Padre Graf, que había sido cuidadosamente borrada y colgada allí, suspendida en el caballete con las únicas rayas fantasmas de los rotuladores de colores de Nikki para aludir a sus más importantes propósitos.
“Eso también parecía conveniente,” ella dijo.
Ochoa rió entre dientes. “¿Conociendo como nosotros siempre abusamos de Rook sobre sus salvajes teorías conspiratorias?” Heat asintió aunque ella escondió su dolor al oír su nombre. “Nada comparado con lo que Rales y yo hemos estado pensando.”
“¿Alguna petición?” preguntó Heat.
Raley dijo, “solo una. En tu tiempo libre, haznos saber que necesitas.”
“En tu ‘tiempo libre’,” repitió Ochoa, completándolo con comillas en el aire.
La única satisfacción que ella podía sacar de estas desalentadoras noticias sobre el arrinconamiento del caso Graf fue que Sharon Hinesburg estaba encargada por el Cap. Irons a ir infiltrada como una mujer sin hogar y tenía que pasar la noche en los túneles peatonales del Riverside Park. “Deja que nieve,” Nikki dijo.
En un antojo –si, un antojo, se dijo a sí misma- Heat inició sesión en su ordenador para poder imprimir un PDF del expediente de homicidio de Huddleston, el caso de 2004 que por aquel entonces el Det. Montrose había llevado. Incredulidad.
Su contraseña no funcionaba.
Acceso denegado.
Nikki llamó al Departamento de Informática para ayudarla. Después de un pequeño momento, el técnico volvió y se disculpó. Él dijo que debido a su nueva clasificación, ella estaba en estos momentos desautorizada para usar el servidor del NYPD.
Después de que ella devolviese el teléfono a su lugar, Heat se dio cuenta de lo equivocada que ella había estado. Había pensado erróneamente que no era posible sentirse más agitada y sola.
Saliendo a la West 82 Street, Nikki giró su cara del viento helado que corría cruzando del Hudson. Pero ella sabía que no importaba el tiempo que estuviese parada allí, esto nunca podría venir lo suficientemente frío para adormecerla. Ella giró con su espalda en contra del viento que soplaba con fuerza y camino pesadamente hacia el metro para irse a casa.
“¡Señora-señora!,” fue la última cosa antes de la colisión. Ella se volvió en la dirección del grito una fracción de segundo antes que el repartidor y su bicicleta la golpearan, tirándola abajo en Columbus Avenue. Ellos aterrizaron en una enredo –brazos, piernas, y una bicicleta- rodeados de roturas de cajas de cartón para llevar, brócoli con salsa de ostras, y una pierna de pato. “Mi pedido esta arruinado,” él dijo.
Todavía en el suelo, con el manillar contra su pecho, Nikki se levantó de la cuneta y dijo, “estabas yendo por el mal camino por ese carril.”
Su respuesta fue, “hey, también tú, señora.” Él arrancó la bicicleta a Nikki y salió corriendo, dejándola a ella y a su pedido perdido en el paso de peatones del lado de la avenida. Durante una fracción de segundo mientras Heat veía el camino de nieve sucia y sal bajo su cara enrojecerse con su sangre, ella de hecho se preguntó si quién quiera que hubiese matado a Montrose también había enviado al repartidor loco en bicicleta. Tal era el hoyo de conejo de pensamiento conspiratorio. ¿Cuándo realmente pararás y mirarás alrededor y te preguntarás…? ¿En quién puedo confiar en el mundo?
Cuando Rook abrió la puerta, su expresión fue una mezcla de conmoción y vigilancia. Primero él reacciono hacia la cara de ella con sus afluentes de sangre seca como tentáculos esparciéndose desde el cuero cabelludo donde Nikki sostenía un pañuelo arrugado.
Después, fuera de su campo, él comprobó la entrada para asegurarse que no estaba en una carrera o siendo perseguida. “Nikki, demonios, ¿Qué ha pasado?”
Ella pasó junto a él a través de la entrada para entrar en la cocina. Él cerró la puerta y se unió a ella. Nikki levantó una mano. “Cállate y no digas nada.”
La boca de él se abrió y después se cerró.
“Soy una poli muy buena. Estaba en camino de dejar de ser teniente para convertirme en capitán. Iba a llevar la comisaría. Y, como policía, una cosa que yo entiendo es el motivo. Y cuando buscó tu motivo en filtrar ese artículo… no tengo nada. Esto no tiene sentido. ¿Por qué darías tus notas que es tu exclusiva a alguien más? ¿Por sexo? Por favor, puedo decirte, Tam esta demasiado necesitada para ser buena en la cama.” Él empezó a hablar pero ella dijo, “Cállate. Sin motivo, yo simplemente no se porque demonios habrías hecho eso. Por lo que voy a tomar la decisión de creerte. No solo quiero, sino que tengo. Porque lo que sea que esta pasando con este caso, se está levanto hacia un nuevo nivel y no hay nadie en quien pueda confiar excepto tú. Todo está cediendo. Estoy bloqueada y la investigación de asesinato que he estado llevando por cielo y tierra esta ahora en los contenedores de basura porque el torpe jinete de un lápiz con el que ellos reemplazaron al Cap. Montrose es básicamente el Inspector Clouseau. No digas nada. Ahora… Mientras estaba tumbada allí hace unos minutos en el carril sur de Columbus, acribillada por un repartidor ciclista por el camino equivocado y sin arrepentimientos, temblando, sangrando, haciendo un balance de mi nueva baja vida que había logrado, pensé, ¿Nikki Heat? ¿Simplemente te vas a quedar tumbada aquí? Y, tentada mientras esto podía ser mi receso forzado en Starbucks jugando a Angry Birds, esperando que el 1PP me llame y pida perdón, esa no era una opción. Soy demasiado terca y personalmente he invertido demasiado para dejar que este caso muera. Pero –tecnicismos menores- no soy más un miembro activo de NYPD. Sin arma, sin placa, sin acceso a informes, sin pelotón. Oh, y gente esta intentando matarme. Por lo que, ¿Qué es lo que necesito? Necesito ayuda. Para empujar esta investigación hacia delante necesito un compañero. Necesito a alguien con experiencia, con pelotas, alguien con altas cualidades de investigación que sabe como quedarse fuera de mi camino y no tener miedo de ponerlo en malas horas. Lo cual es por lo que yo estoy aquí en tu cocina sangrando en tu suelo de pizarra personalizada. OK, puedes hablar ahora, ¿Qué dices?”
Rook no contestó. A su vez, él la giró gentilmente para mirar por encima de la encimera de la cocina a su gran habitación. Y ella vio la Pizarra del Asesinato que Rook había reconstruido en su loft. No todo estaba allí –por ejemplo, sin fotografías- pero los principales elementos estaban en su lugar; la línea de tiempo, los nombres de las víctimas y sospechosos, pistas que rastrear. Esto necesitaba un gran empujón, pero la base estaba toda allí.
Heat se giró hacia Rook y dijo, “¿Bien? ¿Estás interesado o no?”
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Buenisimo!!! Gracias por la tradccion, esto se esta poniendo cada vrz mas interesante!!!
Isana- As del póker
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Localización : Argentina
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Hola chicos!!!! Ultimamente tengo muy olvidado el foro pero como compensacion vuelvo a subir un capitulo completo (este es tambien algo corto para dividirlo).
Como siempre, espero que lo disfruteis y sigais comentando
Muchas gracias por estos y por seguirlo
Y lo subo antes de irme a ver el partido en familia. ¡LA EUROCOPA ES NUESTRA!
CAPITULO DOCE
Mientras ella se sentaba encima de la tapa cerrada del inodoro en el baño principal de Rook, él se inclino sobre ella, cuidadosamente apartando mechones de pelo para examinar su corte. Nikki miró fijamente a su cara cubierta de sangre en el espejo y dijo, “esto parece peor de lo qué es.”
“Oh, si simplemente tuviera cinco centavos por cada vez que dije eso en mi vida.”
“¿A quién, Rook? ¿Novias desprevenidas que te pillan en un bar con alguien en la barra?”
“Me mancillas con tus supuestos de mal gusto.” Después él añadió,” normalmente, era en la habitación.” Él se giró al espejo mientras Nikki podía ver su sonrisa de orgullo. “Una vez en un armario. Dios, echo de menos el instituto.” Él se movió a la encimera y recogió el plato de agua tibia y jabón que había preparado.
“¿Qué piensas, Doctor? ¿Puntos de sutura o no?”
Rook sumergió una bola de algodón en la solución y gentilmente secó su cuelo cabelludo. “Afortunadamente, es abrasión más que catalogarlo de laceración, por lo que sin puntos de sutura. Aunque, ¿Cuándo fue tu última inyección del tétano?”
“Recientemente,” ella dio. “Justo después de ese asesino en serie que trabajo en mí con su herramienta dental en tu comedor.”
“Tenemos recuerdos, ¿Verdad, Nikki?”
Veinte minutos después, duchada y vestida con una fresca blusa y unos vaqueros que habían sido colgados en el armario de él, Heat apareció en la encimera de la cocina. “Transformación completada,” ella dijo.
Él deslizó un espresso doble hacia ella. “No estabas bromeando. Cuando te derriban, te vuelves a levantar otra vez.”
“Simplemente mira.”
“¿Puedo decirte que has tenido un buen comienzo?”
Nikki le llamó mientras daba a la Pizarra del Asesinato de él un vistazo. Rook emergió del pasillo de detrás de su loft llevando una caja de plástico de leche de material de oficina y un caballete de tubo de aluminio para sostener la gigantesca plataforma de presentación que estaba sentada en la silla de invitados, esperando a ser invitada para unirse a la fiesta. “La mayoría en lo que necesitamos centrarnos está justo aquí.”
“Has sacado un tema que nosotros –quiero decir tú-necesitas recordar. No puedo arrestar a nadie. ¿Recuerdas? ¿Sin placa? ¿Sin arma?”
Él procesó eso y dijo, “no necesitamos horribles placas. Y por el arma, ¿Qué es una banda errante de asesinos para ti, siempre que haya un trozo de hielo en forma de cono?”
Nikki le tendió un bolígrafo, apuntándole primero. “Serías sabio si recordases eso.”
“Apuntado.”
“Dado que nosotros solo somos un carrusel tirado por dos caballos, necesitamos establecer prioridades.” Ella dejo la pantalla de presentación en el caballete y arrancó la cubierta, exponiendo una página en blanco. “Aquí está el principal objetivo mientras yo los veo. “ Heat quitó la tapa de un marcador y puso su Lista-A, dando a Rook una razón fundamental para cada opción:
“Sergio Torres… Si él no era el asesino de Graf, está unido al asesino de alguna manera –y sus habilidades son muy buenas para su hoja de acusación- Lawrence Hays… no solo tiene razones y motivo, amenazó al Padre Graf. ¿Y de qué estabas tan emocionado anoche de decirme sobre Lancer Standard justo antes de que te arrancara la cabeza la pasada noche?”
“Recordé oír algo sucio sobre el grupo de Hays, por lo que ayer conseguí una mina de fuente en el The Hague de una artículo que yo hice de Slobodan Milosevic, entre comillas, un ataque al corazón justo antes de su veredicto. Resultado. Échale un vistazo.” Él señaló a la pantalla de su portátil y citó, “ ‘Un grupo de perros guardianes de los derechos humanos internacionales presentó una demanda para que trajeran a Lancer Standard a la Corte Suprema por cargos de abuso de sus contratistas en Iraq y Afganistan implicando vejaciones sexuales, torturas por ahogamiento (submarino), y…’ espera a esto: ‘torturas a través del uso de TENS’,” Él levantó la mirada hacia ella y dijo, “Y ¿Dónde nosotros hemos oído eso antes, chicos y chicas?”
“Agradable,” ella dijo. “Definitivamente tiene mi interés.” Heat continuó con su Lista-A. “Horst Meuller… Nuestro bailarín alemán amenazó a Graf, y se llevó una bala por alguna razón. Incluso si era para mí, quiero saber porqué corrió; Alejandro Martinez… era su dinero de narcóticos escondido en la rectoría, y quiero saber porqué; ‘Justicia a Garda’… militantes con un feligres revolucionario violento y, sin olvidarse, que el Padre Graf fue visto por última vez con ellos. Emma… no sé quien es Emma –nunca tuve oportunidad de averiguarlo- pero Graf tenía un archivo eliminado de correo electrónico con su nombre en este. Emma está en mi lista. El Hombre Tattoo… Un desconocido visto en una cámara de seguridad con una de las dominadoras. Un cabo suelto que no pude seguir. Capitán Montrose… OK, dos maneras de mirarle. Primero, su sospechoso comportamiento antes de que muriera relacionado con Graf. ¿En qué estaba metido? Y ¿Por qué? Segundo, su así llamado suicidio. No me lo creo.” Ella puso la tapa al marcador y se alejó del caballete.
“¿Eso se está estrechando?” dijo Rook.
“Hey, no sabes la de cosas que he dejado. Por ejemplo, detrás de las evidencias físicas que los Forenses están llevando, estoy muy interesada sobre dos calcetines desparejados de la rectoría: la prescripción en el armario de las medicinas de Graf, y ¿Cuál es el significado de esa medalla perdida de St. Christopher?” Ella escribió ‘Rx’ y ‘St. Christopher’ en la pizarra, después Nikki se tocó la sien con la tapa del marcador.
“Bueno, esto es bastante para empezar,” dijo Rook. “Buen trabajo.”
“Tú también.” Y después ella no pudo resistirse a lanzarle un dardo. “De todas formas, Rook, yo no voy a ver nada de esto en el periódico, ¿Verdad?”
“Hey…”
“Vamos, tranquilo, estoy bromeando.” Él la miró de reojo. “…Bueno,” ella admitió, “medio bromeando.” Rook reflexionó un momento y agarró el abrigo de ella del taburete. “¿Estas echándome?”
Pero después él también agarro el suyo. “No, ambos vamos a salir.”
“¿Dónde?”
“Para arreglar la mitad con la que no estás bromeando.”
Ascendiendo en el ascensor de las oficinas de Midtown del ‘Ledger’, Heat insistía que el viaje no era necesario. “Coge la broma y déjalo. Te he dicho que confío en ti.”
“Lo siento. Puedo decirte que todavía no has hecho las paces con creerme. Y quiero ambos. Confianza y creencia. Y paz.”
Nikki sacudió su cabeza. “¿Pulitzer, eh? ¿Por escribir?”
El ascensor les dejo en la sexta planta en la Sección de Metro, una luz fluorescente, un diáfano mar de cubículos llenos de hombres y mujeres tecleando en ordenadores o hablando por teléfono con sus auriculares, o ambas cosas. Excepto por el hecho de que el espacio era de media cuidad de tamaño, el ruido de la actividad le recordaba a la oficina de la 20.
Tam Svedja estaba en el extremo de la sala y sacudió ambas manos por encima de su cabeza tan pronto como los vio.
Cuando ellos llegaron a su cubículo, ella se arrancó su auricular, cantando un “hola,” y dando un gran abrazo a Rook.
Nikki disfrutaba y no disfrutaba viendo a la checa saltarina golpeando su tacón derecho detrás de ella durante el abrazo como las aspirantes de estrella hacían cuando ellos saludaban a la anfitriona en los shows de charla de por la noche, aunque distracciones apartarte esto estaba haciendo que Tam sonriera de alegría a Rook durante este.
“Estaba tan emocionada cuando dijisteis que ambos ibais a venir aquí. ¿Sobre qué es? Por favor, dime que tienes algunas cosas más de dentro.”
“De hecho, estamos aquí por otra cosa de dentro,” dijo Rook. “Nikki… La Det. Heat dice que la dijiste que lo conseguiste de mi.”
“Es correcto,” Tam dijo.
Nikki le enarcó una ceja después de girarse para inspeccionar la sala de redacción repleta mientras Rook se revolvía. “Bueno, eso es un poco difícil de imaginar,” él dijo. “Desde que nosotros nunca hablamos sobre nada de esto. De hecho, cuando me preguntaste el otro día por teléfono, ¿específicamente no te dije que no podía darte ninguna ayuda?”
“Eso es verdad…,” dijo la reportera. Eso trajo de vuelta la atención de Heat al cubículo.
Rook dijo, “¿Cómo puedes decir entonces que esto es mío?”
“Yo,” murmuró Heat en voz baja al escritor.
“Simple.” Tam se sentó y se giró hacia su ordenador. Después de unos cuantos tecleos su impresora empezó a sacar páginas. Ella sujetó la primera a Rook. “¿Ves? Este es el e-mail que me enviaste.”
Heat se movió más cerca de él y ellos lo leyeron a la vez. Era un e-mail dirigido de Rook a Tam. El asunto decía, “la 20, por dentro.” Lo que seguía era a espacio simple, páginas llenas de notas detallando hechos sobre el problemático caso Graf como los controvertidos problemas sobre el Cap. Montrose. Las últimas tres páginas se terminaron de imprimir y ella también se las tendió a Rook.
Él simplemente hecho una ojeada, pero los últimos tres párrafos eran sobre el conflicto alrededor del funeral de Montrose. Rook bajo las páginas y sintió la mirada de Nikki. Él dijo, “esto parece peor de lo que realmente es.”
“¿Quieres apostar?”
Magoo estaba esperándoles en el vestíbulo del loft cuando volvieron a Tribeca. Si el guru de los ordenador de Rook no fuese de edad universitaria, se acercaba, en forma de pera, de cinco por dos, y teniendo una de esas barbas escasas, rizadas, y con la única promesa de un bigote, eso la hizo preguntarse a Nikki, ¿Por qué preocuparse? La cara pálida y seria de él dominada por unas gafas con montura negra y lentes tan gruesas cuando llegaron, eliminaron cualquier duda de cómo Don Revert consiguió el apodo de Mister Magoo. La pregunta, que permanecería sin respuesta, era la que él guardaba.
“No has perdido el tiempo llegando aquí,” dijo Rook mientras su consultor abría de golpe una caja de tapa dura y empezaba a instalarse en el escritorio de la oficina.
“Proyectaste la BatSeñal en el cielo, tenía que contestar.”
Magoo sacó cables y el equipo de diagnóstico –pequeñas cajas negras con medidores- y los ponía al lado del portátil de Rook. Durante su instalación, él levantaba la mirada hacia Heat de vez en cuando, haciendo la visión de sus ojos gigantes por sus gruesas gafas.
“Es un bonito estuche,” ella dijo, no sabiendo que más ofrecer.
“Oh, sí. Es el Protector Pelican. Por supuesto, lo conseguí con espuma de revestimiento en la tapa y separadores acolchados. Como puedes ver, puedes utilizar además las pestañas de Velcro para ajustarlo a medida para cualquier carga.” Nikki estaba bastante segura de que había acabado de ajustarlos.
Rook explicó a su empollón profesional el e-mail que Tam Svedja recibió y después le mostró la copia en papel. “La cosa es que, nunca lo mande.” Él dijo esto tanto como información para Magoo como por reiteración para Heat.
“Sssssi,” dijo Magoo. “Vamos a echar un vistazo a eso.”
Él y Nikki se pusieron alrededor para flanquearlo, pero la pantalla del portátil de Rook estaba rellena con una cadena de códigos y comandos personales que no tenían sentido para ninguno de ellos.
“Vas a tener que recurrir a al puro English, mi hombre,” dijo Rook.
“Genial, ¿Qué tal un ‘tio, te debo una’? ¿Es mucho pedir?”
“Se está calentado.”
“OK, términos de lego. ¿Sabes de esos anuncios en TV y radio para los servicios que te permiten suscribirse al ACR? ¿Acceso de Control Remoto?”
“Seguro,” dijo Nikki, “tú pagas una cuota y ellos te lo configuran para que seas capaz de acceder a tu trabajo del ordenador desde cualquier parte. Especialmente orientado para gente de negocios que viaja. Puedes navegar desde un portátil en tu habitación en el Cedar Rapids Holiday Inn y puedes trabajar y transferir archivos en el ordenador de la oficina en New York o LA… ¿Es eso?”
“Absolutamente. Es básicamente una cuenta de acceso que deja que cualquier ordenador remoto que tú elijas haga lo que tu otro ordenador dice que hagas.” Él se giró a Heat y Rook.
“Alguien irrumpió en tu portátil e instalo su propia cuenta ACR.”
“¿He sido jaqueado?” Rook se enderezó de estar encorvado sobre el escritorio y sonrió a Nikki. “¡Esto es maravilloso!... Quiero decir, no tan bueno para el ordenador pero… Oh, tio, excelentes noticias. Pero también malas. Es complicado. Me voy a callar.”
Heat se centró en otras ramificaciones. “¿Puedes decir quién instaló su ACR?”
“No, está excesivamente encriptada. Quien quiera que escondió esto en el disco duro realmente tiene habilidades.”
“Rook estuvo fuera de la cuidad recientemente, ¿Pudo haber sucedido entonces?”
Magoo sacudió su cabeza. “Esto fue instalado estos días. ¿Alguien estuvo en tu loft? Quizás dejaste tu portátil en algún lugar desatendido”
“Mn, no. Lo he tenido conmigo todo el tiempo. Trabajando en casa de ella.” El mismo pensamiento le vino a Heat, pero Rook lo dijo en alto.
“El agua en el alféizar de la ventana del baño. Quien quiera que fue no entro para robar algo. Ellos entraron para examinarme. Bueno, mi ordenador. Me siento tan…violado.”
“Escucha,” dijo Magoo, “puedo intentar meterme dentro y ver quien fue. De hecho, me encantaría el reto. Pero tienes que saber algo. Si lo quiebro, probablemente mande una alerta para decirle a quien quiera que fuera que han sido descubiertos. ¿Quieres que haga eso?”
“No,” dijo Nikki. Después se giró hacia Rook. “Consigue por ti mismo otro ordenador.”
Magoo les dejo con un cheque que incluía un pago por sus servicios además del precio por un nuevo y limpio portátil que él prometió devolver en menos de una hora. Nikki dijo, “siento haber dudado de ti.”
Rook hizo un pequeño encogimiento de hombros. “No lo veo tanto como dudar de mi. Pienso que fue más como verter ácido sulfúrico en mi carácter y casi me destroza como ser humano.”
Ella sonrió. “¿Por lo que estamos bien ahora?”
“Vamos por buen camino.” Después él dijo, “maldición, soy muy fácil.”
Ella se acercó y puso sus brazos alrededor de él, presionando su ingle contra la suya. “Oye, lo haré por ti.”
“Cuenta con ello.”
“Después.”
“Diversión.”
“A trabajar.”
“¡Qué pena!”
Heat empezó con su Lista de Prioridades en la pantalla de presentación.
El primero en la lista fue Sergio Torres. Ella probablemente no ha tenido los activos del NYPD a su disposición, pero tenía recursos en el FBI. Hace unos meses, mientras el asesino en serie de Texas que la pegó a una silla en esa misma habitación. Nikki había contactado con el Centro de la Oficina Nacinal de Análisis de Delitos Violento en Quantico, Virginia. Durante el proceso de investigación de ese caso, ella había forjado una amistad con un analista del ONADV. Heat se puso al teléfono con ella.
La belleza de una relación profesional en la ejecución de la ley son esas pequeñas necesidades que son dichas para hacer negocios. Nikki supuso que era el residuo del código, atribuido a John Wayne, de ‘nunca se quejan, nunca se explican.’ Heat dijo que estaba trabajando en un caso por su cuenta y quería llevar un nombre sin ir a través del NYPD. “¿Te importa si te pregunto por tu interés en el sujeto?” preguntó su amiga analista.
“Él intentó matarme y quiero cogerle.”
“Dame todo lo que tengas, Nikki,” ella dijo sin pausa. “Nosotros llevaremos a este SOB por lo que conocerás hasta el sabor de su helado favorito.”
Heat luchó contra una genial emoción en la demostración y con un atenuado agradecimiento a la analista y dijo que ella estaría interesada en lo que sea que ella aprendiese.
Creciendo una sensación de buena voluntad por la amabilidad de otros, Nikki abrió su teléfono en las llamadas recientes y se desplazo hasta el número de Phyllis Yaborough de la llamada que ella le había hecho esa mañana. “Voy a cogerte tu oferta. Necesito un favor.”
“Dime.”
“Ese tio que intento matarme en Central Park el otro día. Su hoja de antecedentes subestima su conjunto de habilidades. Si no es éticamente comprometedor para ti dado mi estatus laboral, me preguntaba si podrías pasarle por la base de datos de tu CCTR y ver si algo salta.”
Mientras que con su contacto del FBI en Quantico, Phyllis Yaborough no se saltaba un latido. “Díctame el nombre,” fue su réplica.
Rook ya estaba levantado y corriendo en su nuevo MacBook Air y pegando saltos cuando ella termino sus llamadas y entro en su oficina. “He seguido una muy interesante pieza de información de uno de nuestros jugadores,” él dijo.
“Dilo.” Nikki se sentó en una silla de invitados y se dejó a si misma fundirse con los suaves cojines, sintiendo un nuevo optimismo y admitiendo para sus adentros que ella estaba disfrutando de este nuevo acuerdo de trabajo con Rook.
“He pasado por Google y Bing algunos de los nombres que tenemos en La Pizarra del Asesinato Sur. No exactamente el chico malo Philip Marlowe en ‘The Big Sleep’, pero esto ha tenido sus recompensas. Puedo merendar, por ejemplo. De todas maneras, yo he llegado a comprobar a nuestros activistas de derechos humanos en ‘Justicia a Garda’. Milena Silva, como se presentó, es una abogada. Sin embargo, Pascual Guzmán… ¿Sabes en qué trabajo antes de dejar Colombia? Profesor en la Universidad Nacional en Bogota. ¿Y qué enseñaba?”
Nikki hizo un intento. “¿Filosofía marxista?”
“Intenta con ciencias informáticas.” Rook se sentó de vuelta en su escritorio y aludió a su pantalla. “Pero el Profesor Guzman dejo la universidad. ¿Por qué? Fue en protesta porque revindicaba que el programa informático que estaba utilizando en su departamento estaba siendo utilizado por la policía secreta para espiar disidentes.”
Rook pegó al aire con su puño y se levantó. “Eso es. Este es el tio que jaqueo mi ordenador.”
“¿Pero porque?”
“OK…” Él rodeó el escritorio andando de un lado a otro. “¿Quieres oír mi teoría? Guzman…y un grupo de radicales que reclutó aquí en New York abrazando demasiado la violencia para su amigo y aliado, el Padre Gerry Graf, que estaba de acuerdo con las protestas pero no con el derramamiento de sangre que seguía. Ellos discutieron. Graf tuvo que irse. Ellos mataron a Graf, dicho y hecho. Pero no. Aquí viene la Det. Nikki Heat con toda su inteligencia y tenacidad y ellos dicen, Heat tiene que irse. Ellos intentan golpearte en el parque, profundamente subestimando el calor que es Heat. Y cuando eso no funciona, ellos intentan sacarte de otra manera: jaqueando para meterte en problemas con 1PP y sacándote del caso. Boom.”
“Vamos a arrestarles ahora mismo,” dijo Nikki.
El entusiasmo de Rook se desinfló y se hundió en el borde de su escritorio. “Cuando dices eso, es como si dijeras que mi teoría es alocada y sin fundamento.”
Heat sonrió. “Lo sé.”
“Bueno, vamos, ¿No tiene sentido?”
“Partes de eso si. Especialmente Guzman siendo un chico informático. Pero…” Ella se paró, bajándose al modelo de comportamiento de él, “pero esta todo basado en conjeturas. Rook, ¿Alguna vez has pensado en escribir crímenes ficticios en su lugar?”
“No,” él dijo. “Estoy interesado en mantenerlo real.”
Ellos estuvieron planeando sus siguientes movimientos cuando el impacto de un severo frío invernal trazaba en una carta su camino inmediato. Todas las noticias de la TV y la radio estaban con una gran historia de última hora en la central eléctrica del East Side, donde uno de los gigantes, calderas de 95 pies de alto bombeaban miles de grados de vapor a través de tuberías subterráneas donde se habían calentado en el Bajo Manhattan y habían explotado.
Un mecánico estaba herido y se esperaba que sobreviviese, pero la consecuencia fue que había un escape de vapor en toda la zona afectada por esa planta. Las espectaculares fotos del helicóptero de la TV de la planta afectada estaban en pantalla dividida mientras en el otro lado se mostraba un mapa del área afectada que se quedaría sin vapores en los próximos dos o tres días.
Nikki dijo, “mira, mi apartamento esta justo en medio de la zona.”
“Tio,” dijo Rook. “Voy a sentir pena por los edificios que no tienen sus propias calderas porque los propietarios son demasiado mezquinos para mejorar la zona de vapor, ¿eh?” Él se rió entre dientes y después leyó por su expresión que ella vivía en uno de estos. “Estas de broma. Oh, amo la ironía, Nikki: sin calor. Y con menos grados de temperatura esta noche. Vamos a conseguir algo de tu ropa y señorita-lo que sea y traigámoslas aquí.”
“Usas cualquier cosa para conseguir que me acomode aquí. ¿No?”
“Fallo de vapor, golpe de ariete, acto de Dios, yo no he hecho nada.”
Ya se estaba sintiendo frío en el vestíbulo del edificio del apartamento de Nikki mientras ellos entraban. Las puertas del ascensor se abrieron y varios de sus vecinos bajaron con maletas y bolsas de viaje. Alguien dijo que ellos estaban destinados a los hoteles del Upper West Side; otros iban con parientes en Westchester Country. Cuando Heat y Rook estaban para entrar y subir, una mano separo las puertas. Era el jefe del edificio de Nikki, un jovial polaco llamado Jerzy. “Hola, Miss Nikki, y hola a ti, señor.”
“Va a hacer frío esta noche, Jerzy,” ella dijo.
“Oh, mucho frío. Estate contenta de no tener peces de colores,” él dijo. “Mrs. Nathan, ella tiene que mover su pez de colores a Flushing.”
Rook dijo, “¿Soy yo o hay algo triste sobre oír pez de colores y Flushing en la misma frase?” Cuando Jerzy le miro fijamente sin comprender, él dijo, “es probablemente una cosa de traducción.”
“De todas formas, Miss Nikki, me paro para decirla que esta todo cubierto. Deje al hombre de la compañía de la línea entrar para arreglar el cable de la TV.”
Por reflejo, ella casi dice gracias, pero se contuvo. Nikki no había contratado el servicio de ningún técnico para el cable de la TV. “¿Está allí ahora?”
El jefe dijo, “no lo se. Subió hace una hora.”
Heat salió del ascensor de vuelta al vestíbulo y Rook la siguió. “Cojamos las escaleras, ¿Quieres?” Mientras ella le guiaba en su ascenso a su piso, Nikki abrió su abrigo y buscó una vez más el arma que no estaba allí.
Como siempre, espero que lo disfruteis y sigais comentando
Muchas gracias por estos y por seguirlo
Y lo subo antes de irme a ver el partido en familia. ¡LA EUROCOPA ES NUESTRA!
CAPITULO DOCE
Mientras ella se sentaba encima de la tapa cerrada del inodoro en el baño principal de Rook, él se inclino sobre ella, cuidadosamente apartando mechones de pelo para examinar su corte. Nikki miró fijamente a su cara cubierta de sangre en el espejo y dijo, “esto parece peor de lo qué es.”
“Oh, si simplemente tuviera cinco centavos por cada vez que dije eso en mi vida.”
“¿A quién, Rook? ¿Novias desprevenidas que te pillan en un bar con alguien en la barra?”
“Me mancillas con tus supuestos de mal gusto.” Después él añadió,” normalmente, era en la habitación.” Él se giró al espejo mientras Nikki podía ver su sonrisa de orgullo. “Una vez en un armario. Dios, echo de menos el instituto.” Él se movió a la encimera y recogió el plato de agua tibia y jabón que había preparado.
“¿Qué piensas, Doctor? ¿Puntos de sutura o no?”
Rook sumergió una bola de algodón en la solución y gentilmente secó su cuelo cabelludo. “Afortunadamente, es abrasión más que catalogarlo de laceración, por lo que sin puntos de sutura. Aunque, ¿Cuándo fue tu última inyección del tétano?”
“Recientemente,” ella dio. “Justo después de ese asesino en serie que trabajo en mí con su herramienta dental en tu comedor.”
“Tenemos recuerdos, ¿Verdad, Nikki?”
Veinte minutos después, duchada y vestida con una fresca blusa y unos vaqueros que habían sido colgados en el armario de él, Heat apareció en la encimera de la cocina. “Transformación completada,” ella dijo.
Él deslizó un espresso doble hacia ella. “No estabas bromeando. Cuando te derriban, te vuelves a levantar otra vez.”
“Simplemente mira.”
“¿Puedo decirte que has tenido un buen comienzo?”
Nikki le llamó mientras daba a la Pizarra del Asesinato de él un vistazo. Rook emergió del pasillo de detrás de su loft llevando una caja de plástico de leche de material de oficina y un caballete de tubo de aluminio para sostener la gigantesca plataforma de presentación que estaba sentada en la silla de invitados, esperando a ser invitada para unirse a la fiesta. “La mayoría en lo que necesitamos centrarnos está justo aquí.”
“Has sacado un tema que nosotros –quiero decir tú-necesitas recordar. No puedo arrestar a nadie. ¿Recuerdas? ¿Sin placa? ¿Sin arma?”
Él procesó eso y dijo, “no necesitamos horribles placas. Y por el arma, ¿Qué es una banda errante de asesinos para ti, siempre que haya un trozo de hielo en forma de cono?”
Nikki le tendió un bolígrafo, apuntándole primero. “Serías sabio si recordases eso.”
“Apuntado.”
“Dado que nosotros solo somos un carrusel tirado por dos caballos, necesitamos establecer prioridades.” Ella dejo la pantalla de presentación en el caballete y arrancó la cubierta, exponiendo una página en blanco. “Aquí está el principal objetivo mientras yo los veo. “ Heat quitó la tapa de un marcador y puso su Lista-A, dando a Rook una razón fundamental para cada opción:
“Sergio Torres… Si él no era el asesino de Graf, está unido al asesino de alguna manera –y sus habilidades son muy buenas para su hoja de acusación- Lawrence Hays… no solo tiene razones y motivo, amenazó al Padre Graf. ¿Y de qué estabas tan emocionado anoche de decirme sobre Lancer Standard justo antes de que te arrancara la cabeza la pasada noche?”
“Recordé oír algo sucio sobre el grupo de Hays, por lo que ayer conseguí una mina de fuente en el The Hague de una artículo que yo hice de Slobodan Milosevic, entre comillas, un ataque al corazón justo antes de su veredicto. Resultado. Échale un vistazo.” Él señaló a la pantalla de su portátil y citó, “ ‘Un grupo de perros guardianes de los derechos humanos internacionales presentó una demanda para que trajeran a Lancer Standard a la Corte Suprema por cargos de abuso de sus contratistas en Iraq y Afganistan implicando vejaciones sexuales, torturas por ahogamiento (submarino), y…’ espera a esto: ‘torturas a través del uso de TENS’,” Él levantó la mirada hacia ella y dijo, “Y ¿Dónde nosotros hemos oído eso antes, chicos y chicas?”
“Agradable,” ella dijo. “Definitivamente tiene mi interés.” Heat continuó con su Lista-A. “Horst Meuller… Nuestro bailarín alemán amenazó a Graf, y se llevó una bala por alguna razón. Incluso si era para mí, quiero saber porqué corrió; Alejandro Martinez… era su dinero de narcóticos escondido en la rectoría, y quiero saber porqué; ‘Justicia a Garda’… militantes con un feligres revolucionario violento y, sin olvidarse, que el Padre Graf fue visto por última vez con ellos. Emma… no sé quien es Emma –nunca tuve oportunidad de averiguarlo- pero Graf tenía un archivo eliminado de correo electrónico con su nombre en este. Emma está en mi lista. El Hombre Tattoo… Un desconocido visto en una cámara de seguridad con una de las dominadoras. Un cabo suelto que no pude seguir. Capitán Montrose… OK, dos maneras de mirarle. Primero, su sospechoso comportamiento antes de que muriera relacionado con Graf. ¿En qué estaba metido? Y ¿Por qué? Segundo, su así llamado suicidio. No me lo creo.” Ella puso la tapa al marcador y se alejó del caballete.
“¿Eso se está estrechando?” dijo Rook.
“Hey, no sabes la de cosas que he dejado. Por ejemplo, detrás de las evidencias físicas que los Forenses están llevando, estoy muy interesada sobre dos calcetines desparejados de la rectoría: la prescripción en el armario de las medicinas de Graf, y ¿Cuál es el significado de esa medalla perdida de St. Christopher?” Ella escribió ‘Rx’ y ‘St. Christopher’ en la pizarra, después Nikki se tocó la sien con la tapa del marcador.
“Bueno, esto es bastante para empezar,” dijo Rook. “Buen trabajo.”
“Tú también.” Y después ella no pudo resistirse a lanzarle un dardo. “De todas formas, Rook, yo no voy a ver nada de esto en el periódico, ¿Verdad?”
“Hey…”
“Vamos, tranquilo, estoy bromeando.” Él la miró de reojo. “…Bueno,” ella admitió, “medio bromeando.” Rook reflexionó un momento y agarró el abrigo de ella del taburete. “¿Estas echándome?”
Pero después él también agarro el suyo. “No, ambos vamos a salir.”
“¿Dónde?”
“Para arreglar la mitad con la que no estás bromeando.”
Ascendiendo en el ascensor de las oficinas de Midtown del ‘Ledger’, Heat insistía que el viaje no era necesario. “Coge la broma y déjalo. Te he dicho que confío en ti.”
“Lo siento. Puedo decirte que todavía no has hecho las paces con creerme. Y quiero ambos. Confianza y creencia. Y paz.”
Nikki sacudió su cabeza. “¿Pulitzer, eh? ¿Por escribir?”
El ascensor les dejo en la sexta planta en la Sección de Metro, una luz fluorescente, un diáfano mar de cubículos llenos de hombres y mujeres tecleando en ordenadores o hablando por teléfono con sus auriculares, o ambas cosas. Excepto por el hecho de que el espacio era de media cuidad de tamaño, el ruido de la actividad le recordaba a la oficina de la 20.
Tam Svedja estaba en el extremo de la sala y sacudió ambas manos por encima de su cabeza tan pronto como los vio.
Cuando ellos llegaron a su cubículo, ella se arrancó su auricular, cantando un “hola,” y dando un gran abrazo a Rook.
Nikki disfrutaba y no disfrutaba viendo a la checa saltarina golpeando su tacón derecho detrás de ella durante el abrazo como las aspirantes de estrella hacían cuando ellos saludaban a la anfitriona en los shows de charla de por la noche, aunque distracciones apartarte esto estaba haciendo que Tam sonriera de alegría a Rook durante este.
“Estaba tan emocionada cuando dijisteis que ambos ibais a venir aquí. ¿Sobre qué es? Por favor, dime que tienes algunas cosas más de dentro.”
“De hecho, estamos aquí por otra cosa de dentro,” dijo Rook. “Nikki… La Det. Heat dice que la dijiste que lo conseguiste de mi.”
“Es correcto,” Tam dijo.
Nikki le enarcó una ceja después de girarse para inspeccionar la sala de redacción repleta mientras Rook se revolvía. “Bueno, eso es un poco difícil de imaginar,” él dijo. “Desde que nosotros nunca hablamos sobre nada de esto. De hecho, cuando me preguntaste el otro día por teléfono, ¿específicamente no te dije que no podía darte ninguna ayuda?”
“Eso es verdad…,” dijo la reportera. Eso trajo de vuelta la atención de Heat al cubículo.
Rook dijo, “¿Cómo puedes decir entonces que esto es mío?”
“Yo,” murmuró Heat en voz baja al escritor.
“Simple.” Tam se sentó y se giró hacia su ordenador. Después de unos cuantos tecleos su impresora empezó a sacar páginas. Ella sujetó la primera a Rook. “¿Ves? Este es el e-mail que me enviaste.”
Heat se movió más cerca de él y ellos lo leyeron a la vez. Era un e-mail dirigido de Rook a Tam. El asunto decía, “la 20, por dentro.” Lo que seguía era a espacio simple, páginas llenas de notas detallando hechos sobre el problemático caso Graf como los controvertidos problemas sobre el Cap. Montrose. Las últimas tres páginas se terminaron de imprimir y ella también se las tendió a Rook.
Él simplemente hecho una ojeada, pero los últimos tres párrafos eran sobre el conflicto alrededor del funeral de Montrose. Rook bajo las páginas y sintió la mirada de Nikki. Él dijo, “esto parece peor de lo que realmente es.”
“¿Quieres apostar?”
Magoo estaba esperándoles en el vestíbulo del loft cuando volvieron a Tribeca. Si el guru de los ordenador de Rook no fuese de edad universitaria, se acercaba, en forma de pera, de cinco por dos, y teniendo una de esas barbas escasas, rizadas, y con la única promesa de un bigote, eso la hizo preguntarse a Nikki, ¿Por qué preocuparse? La cara pálida y seria de él dominada por unas gafas con montura negra y lentes tan gruesas cuando llegaron, eliminaron cualquier duda de cómo Don Revert consiguió el apodo de Mister Magoo. La pregunta, que permanecería sin respuesta, era la que él guardaba.
“No has perdido el tiempo llegando aquí,” dijo Rook mientras su consultor abría de golpe una caja de tapa dura y empezaba a instalarse en el escritorio de la oficina.
“Proyectaste la BatSeñal en el cielo, tenía que contestar.”
Magoo sacó cables y el equipo de diagnóstico –pequeñas cajas negras con medidores- y los ponía al lado del portátil de Rook. Durante su instalación, él levantaba la mirada hacia Heat de vez en cuando, haciendo la visión de sus ojos gigantes por sus gruesas gafas.
“Es un bonito estuche,” ella dijo, no sabiendo que más ofrecer.
“Oh, sí. Es el Protector Pelican. Por supuesto, lo conseguí con espuma de revestimiento en la tapa y separadores acolchados. Como puedes ver, puedes utilizar además las pestañas de Velcro para ajustarlo a medida para cualquier carga.” Nikki estaba bastante segura de que había acabado de ajustarlos.
Rook explicó a su empollón profesional el e-mail que Tam Svedja recibió y después le mostró la copia en papel. “La cosa es que, nunca lo mande.” Él dijo esto tanto como información para Magoo como por reiteración para Heat.
“Sssssi,” dijo Magoo. “Vamos a echar un vistazo a eso.”
Él y Nikki se pusieron alrededor para flanquearlo, pero la pantalla del portátil de Rook estaba rellena con una cadena de códigos y comandos personales que no tenían sentido para ninguno de ellos.
“Vas a tener que recurrir a al puro English, mi hombre,” dijo Rook.
“Genial, ¿Qué tal un ‘tio, te debo una’? ¿Es mucho pedir?”
“Se está calentado.”
“OK, términos de lego. ¿Sabes de esos anuncios en TV y radio para los servicios que te permiten suscribirse al ACR? ¿Acceso de Control Remoto?”
“Seguro,” dijo Nikki, “tú pagas una cuota y ellos te lo configuran para que seas capaz de acceder a tu trabajo del ordenador desde cualquier parte. Especialmente orientado para gente de negocios que viaja. Puedes navegar desde un portátil en tu habitación en el Cedar Rapids Holiday Inn y puedes trabajar y transferir archivos en el ordenador de la oficina en New York o LA… ¿Es eso?”
“Absolutamente. Es básicamente una cuenta de acceso que deja que cualquier ordenador remoto que tú elijas haga lo que tu otro ordenador dice que hagas.” Él se giró a Heat y Rook.
“Alguien irrumpió en tu portátil e instalo su propia cuenta ACR.”
“¿He sido jaqueado?” Rook se enderezó de estar encorvado sobre el escritorio y sonrió a Nikki. “¡Esto es maravilloso!... Quiero decir, no tan bueno para el ordenador pero… Oh, tio, excelentes noticias. Pero también malas. Es complicado. Me voy a callar.”
Heat se centró en otras ramificaciones. “¿Puedes decir quién instaló su ACR?”
“No, está excesivamente encriptada. Quien quiera que escondió esto en el disco duro realmente tiene habilidades.”
“Rook estuvo fuera de la cuidad recientemente, ¿Pudo haber sucedido entonces?”
Magoo sacudió su cabeza. “Esto fue instalado estos días. ¿Alguien estuvo en tu loft? Quizás dejaste tu portátil en algún lugar desatendido”
“Mn, no. Lo he tenido conmigo todo el tiempo. Trabajando en casa de ella.” El mismo pensamiento le vino a Heat, pero Rook lo dijo en alto.
“El agua en el alféizar de la ventana del baño. Quien quiera que fue no entro para robar algo. Ellos entraron para examinarme. Bueno, mi ordenador. Me siento tan…violado.”
“Escucha,” dijo Magoo, “puedo intentar meterme dentro y ver quien fue. De hecho, me encantaría el reto. Pero tienes que saber algo. Si lo quiebro, probablemente mande una alerta para decirle a quien quiera que fuera que han sido descubiertos. ¿Quieres que haga eso?”
“No,” dijo Nikki. Después se giró hacia Rook. “Consigue por ti mismo otro ordenador.”
Magoo les dejo con un cheque que incluía un pago por sus servicios además del precio por un nuevo y limpio portátil que él prometió devolver en menos de una hora. Nikki dijo, “siento haber dudado de ti.”
Rook hizo un pequeño encogimiento de hombros. “No lo veo tanto como dudar de mi. Pienso que fue más como verter ácido sulfúrico en mi carácter y casi me destroza como ser humano.”
Ella sonrió. “¿Por lo que estamos bien ahora?”
“Vamos por buen camino.” Después él dijo, “maldición, soy muy fácil.”
Ella se acercó y puso sus brazos alrededor de él, presionando su ingle contra la suya. “Oye, lo haré por ti.”
“Cuenta con ello.”
“Después.”
“Diversión.”
“A trabajar.”
“¡Qué pena!”
Heat empezó con su Lista de Prioridades en la pantalla de presentación.
El primero en la lista fue Sergio Torres. Ella probablemente no ha tenido los activos del NYPD a su disposición, pero tenía recursos en el FBI. Hace unos meses, mientras el asesino en serie de Texas que la pegó a una silla en esa misma habitación. Nikki había contactado con el Centro de la Oficina Nacinal de Análisis de Delitos Violento en Quantico, Virginia. Durante el proceso de investigación de ese caso, ella había forjado una amistad con un analista del ONADV. Heat se puso al teléfono con ella.
La belleza de una relación profesional en la ejecución de la ley son esas pequeñas necesidades que son dichas para hacer negocios. Nikki supuso que era el residuo del código, atribuido a John Wayne, de ‘nunca se quejan, nunca se explican.’ Heat dijo que estaba trabajando en un caso por su cuenta y quería llevar un nombre sin ir a través del NYPD. “¿Te importa si te pregunto por tu interés en el sujeto?” preguntó su amiga analista.
“Él intentó matarme y quiero cogerle.”
“Dame todo lo que tengas, Nikki,” ella dijo sin pausa. “Nosotros llevaremos a este SOB por lo que conocerás hasta el sabor de su helado favorito.”
Heat luchó contra una genial emoción en la demostración y con un atenuado agradecimiento a la analista y dijo que ella estaría interesada en lo que sea que ella aprendiese.
Creciendo una sensación de buena voluntad por la amabilidad de otros, Nikki abrió su teléfono en las llamadas recientes y se desplazo hasta el número de Phyllis Yaborough de la llamada que ella le había hecho esa mañana. “Voy a cogerte tu oferta. Necesito un favor.”
“Dime.”
“Ese tio que intento matarme en Central Park el otro día. Su hoja de antecedentes subestima su conjunto de habilidades. Si no es éticamente comprometedor para ti dado mi estatus laboral, me preguntaba si podrías pasarle por la base de datos de tu CCTR y ver si algo salta.”
Mientras que con su contacto del FBI en Quantico, Phyllis Yaborough no se saltaba un latido. “Díctame el nombre,” fue su réplica.
Rook ya estaba levantado y corriendo en su nuevo MacBook Air y pegando saltos cuando ella termino sus llamadas y entro en su oficina. “He seguido una muy interesante pieza de información de uno de nuestros jugadores,” él dijo.
“Dilo.” Nikki se sentó en una silla de invitados y se dejó a si misma fundirse con los suaves cojines, sintiendo un nuevo optimismo y admitiendo para sus adentros que ella estaba disfrutando de este nuevo acuerdo de trabajo con Rook.
“He pasado por Google y Bing algunos de los nombres que tenemos en La Pizarra del Asesinato Sur. No exactamente el chico malo Philip Marlowe en ‘The Big Sleep’, pero esto ha tenido sus recompensas. Puedo merendar, por ejemplo. De todas maneras, yo he llegado a comprobar a nuestros activistas de derechos humanos en ‘Justicia a Garda’. Milena Silva, como se presentó, es una abogada. Sin embargo, Pascual Guzmán… ¿Sabes en qué trabajo antes de dejar Colombia? Profesor en la Universidad Nacional en Bogota. ¿Y qué enseñaba?”
Nikki hizo un intento. “¿Filosofía marxista?”
“Intenta con ciencias informáticas.” Rook se sentó de vuelta en su escritorio y aludió a su pantalla. “Pero el Profesor Guzman dejo la universidad. ¿Por qué? Fue en protesta porque revindicaba que el programa informático que estaba utilizando en su departamento estaba siendo utilizado por la policía secreta para espiar disidentes.”
Rook pegó al aire con su puño y se levantó. “Eso es. Este es el tio que jaqueo mi ordenador.”
“¿Pero porque?”
“OK…” Él rodeó el escritorio andando de un lado a otro. “¿Quieres oír mi teoría? Guzman…y un grupo de radicales que reclutó aquí en New York abrazando demasiado la violencia para su amigo y aliado, el Padre Gerry Graf, que estaba de acuerdo con las protestas pero no con el derramamiento de sangre que seguía. Ellos discutieron. Graf tuvo que irse. Ellos mataron a Graf, dicho y hecho. Pero no. Aquí viene la Det. Nikki Heat con toda su inteligencia y tenacidad y ellos dicen, Heat tiene que irse. Ellos intentan golpearte en el parque, profundamente subestimando el calor que es Heat. Y cuando eso no funciona, ellos intentan sacarte de otra manera: jaqueando para meterte en problemas con 1PP y sacándote del caso. Boom.”
“Vamos a arrestarles ahora mismo,” dijo Nikki.
El entusiasmo de Rook se desinfló y se hundió en el borde de su escritorio. “Cuando dices eso, es como si dijeras que mi teoría es alocada y sin fundamento.”
Heat sonrió. “Lo sé.”
“Bueno, vamos, ¿No tiene sentido?”
“Partes de eso si. Especialmente Guzman siendo un chico informático. Pero…” Ella se paró, bajándose al modelo de comportamiento de él, “pero esta todo basado en conjeturas. Rook, ¿Alguna vez has pensado en escribir crímenes ficticios en su lugar?”
“No,” él dijo. “Estoy interesado en mantenerlo real.”
Ellos estuvieron planeando sus siguientes movimientos cuando el impacto de un severo frío invernal trazaba en una carta su camino inmediato. Todas las noticias de la TV y la radio estaban con una gran historia de última hora en la central eléctrica del East Side, donde uno de los gigantes, calderas de 95 pies de alto bombeaban miles de grados de vapor a través de tuberías subterráneas donde se habían calentado en el Bajo Manhattan y habían explotado.
Un mecánico estaba herido y se esperaba que sobreviviese, pero la consecuencia fue que había un escape de vapor en toda la zona afectada por esa planta. Las espectaculares fotos del helicóptero de la TV de la planta afectada estaban en pantalla dividida mientras en el otro lado se mostraba un mapa del área afectada que se quedaría sin vapores en los próximos dos o tres días.
Nikki dijo, “mira, mi apartamento esta justo en medio de la zona.”
“Tio,” dijo Rook. “Voy a sentir pena por los edificios que no tienen sus propias calderas porque los propietarios son demasiado mezquinos para mejorar la zona de vapor, ¿eh?” Él se rió entre dientes y después leyó por su expresión que ella vivía en uno de estos. “Estas de broma. Oh, amo la ironía, Nikki: sin calor. Y con menos grados de temperatura esta noche. Vamos a conseguir algo de tu ropa y señorita-lo que sea y traigámoslas aquí.”
“Usas cualquier cosa para conseguir que me acomode aquí. ¿No?”
“Fallo de vapor, golpe de ariete, acto de Dios, yo no he hecho nada.”
Ya se estaba sintiendo frío en el vestíbulo del edificio del apartamento de Nikki mientras ellos entraban. Las puertas del ascensor se abrieron y varios de sus vecinos bajaron con maletas y bolsas de viaje. Alguien dijo que ellos estaban destinados a los hoteles del Upper West Side; otros iban con parientes en Westchester Country. Cuando Heat y Rook estaban para entrar y subir, una mano separo las puertas. Era el jefe del edificio de Nikki, un jovial polaco llamado Jerzy. “Hola, Miss Nikki, y hola a ti, señor.”
“Va a hacer frío esta noche, Jerzy,” ella dijo.
“Oh, mucho frío. Estate contenta de no tener peces de colores,” él dijo. “Mrs. Nathan, ella tiene que mover su pez de colores a Flushing.”
Rook dijo, “¿Soy yo o hay algo triste sobre oír pez de colores y Flushing en la misma frase?” Cuando Jerzy le miro fijamente sin comprender, él dijo, “es probablemente una cosa de traducción.”
“De todas formas, Miss Nikki, me paro para decirla que esta todo cubierto. Deje al hombre de la compañía de la línea entrar para arreglar el cable de la TV.”
Por reflejo, ella casi dice gracias, pero se contuvo. Nikki no había contratado el servicio de ningún técnico para el cable de la TV. “¿Está allí ahora?”
El jefe dijo, “no lo se. Subió hace una hora.”
Heat salió del ascensor de vuelta al vestíbulo y Rook la siguió. “Cojamos las escaleras, ¿Quieres?” Mientras ella le guiaba en su ascenso a su piso, Nikki abrió su abrigo y buscó una vez más el arma que no estaba allí.
lastral- Policia de homicidios
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Como siempre muchas gracias
Felicidades por el título en la Eurocopa
Espero lo puedas continuar traduciendo muy pronto porque cada vez está más interesante
Felicidades por el título en la Eurocopa
Espero lo puedas continuar traduciendo muy pronto porque cada vez está más interesante
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡Gracias por seguir con la traducción! Ya había empezado a leerla cuando empezaste, y ahora la vuelvo a leer. Estoy en el CAPITULO 5-SEGUNDA PARTE y me ha dado el ataque de risa con lo del strip-poker, jajajaja!!!!
NathanFan2011- As del póker
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Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Siento mucho la espera, este capitulo me ha costado lo suyo y no estoy muy contenta de todas formas pero no queria darle mas vueltas que sino lo lio mas. Pero lo he terminado y como os dije este lo subo tambien completo. Ademas me voy a la playa una semana y no creo que me de tiempo a subir ninguno antes. Por ese motivo tambien tardare algo mas en subir el proximo. Sorry
Como siempre, muchas gracias por todos los comentarios y por seguir esta historia traducida. Disfrutarla y comentar.
CAPITULO TRECE
Heat y Rook alcanzaron el rellano de su piso y se pararon para ver la amplitud del pasillo, que estaba vacío.
Rook susurro, “¿no deberíamos llamar a la policía?” Nikki lo pensó profundamente y sabía en el fondo que debería. Pero también había algo de orgullo que ella guardaba, una policía experimentada, moviendo los recursos de las respuestas actuales a los crímenes en mitad de una emergencia en la ciudad por una sospecha que podría no ser nada.
“Yo soy la policía,” ella se lo devolvió susurrando. “De algún modo.” Clasificando hasta las llaves de su puerta, ella deslizó una por el hueco del cerrojo dividido. De esa manera, ella podía evitar hacer sonar la puerta y ser capaz de insertar una llave simultáneamente en cada cerradura para hacer su entrada rápida y sorprendente.
Pisando ligeramente por el pasillo, estando cerca del muro todo el camino, ellos llegaron a su puerta y se pararon. Nikki le hizo señas a Rook para se quedara donde estaba, después hizo un movimiento fluido de bailarina, agachada bajo el hueco de vigilancia, al otro lado de la puerta y aterrizando sin hacer ruido. Ella permaneció agachada, escuchando en el marco de la puerta, después ella le hizo un movimiento de cabeza a él. Levantándose un poco y balanceándose sobre los talones para que los músculos de las piernas estuviesen juntos, Heat preparó cada llave en la abertura de su cerradura respectivamente. Ella articuló con la boca una cuenta hasta tres, asintiéndole con la cabeza para marcarle el ritmo, después giro la llave, girando el candado para abrir, y se tiro por el suelo de su apartamento, gritando, “¡NYPD, no te mueves!”
Rook voló dentro justo detrás de ella, siguiendo los procedimientos que había observado cuando volvió s sus días de carrera –manteniéndose cerca pero no en una línea que te haga un objetivo fácil, después él se disperso al otro lado para poder ser los ojos de ella allí y proteger su flanco de una sorpresa.
No había nadie en el vestíbulo, el comedor, o el salón. Mientras Rook la seguía pasando la cocina e iban al final del pasillo para inspeccionar las dos habitaciones, baños, y armarios, él se dio cuenta de que en algún punto del camino ella había cogido su Sig Sauer de refuerzo. Después de que inspeccionaran el apartamento, ella devolvió la Sig Sauer a su escondite en el cajón del escritorio del salón y dijo, “oye, bonita entrada.”
“Gracias.” Y entonces él le dio una traviesa mirada. “Si te gusta, puedo demostrarte unas pocas variaciones.”
Ella puso sus ojos en blanco. “Oh si, enséñame, Rook. Enséñame todas las formas.”
Jameson Rook estaba muy satisfecho consigo mismo sobre su viaje a la tienda de espías cuando el monitor inalámbrico salió de la bodega y él reprodujo el vídeo de su NannyCam. Él rebobinó por las imágenes fantasmas, no teniendo que irse muy lejos, solo sobre una hora, hasta que llego a algo con movimiento. Era un hombre con un logo de una compañía de cable entrando con una gran caja de herramientas, después dejó el equipo mientra vagaba por el pasillo, “gran protección,” dijo Nikki. “Podrías trabajar para C-SPAN.”
Pero un momento después el hombre volvía y se dirigía hacia el salón, donde se arrodillaba y abría su caja de herramientas enfrente de la televisión. “Mira eso,” dijo Rook. “Punto muerto en el marco. Soy mejor que C-SPAN. Podría trabajar para C-SPAN2.”
Ellos zapearon durante los siguientes quince minutos mientras el visitante trabajaba en la caja de cables. Cuando hubo terminado, él fijó el complemento en su caja de herramientas y dejó el apartamento a la cuádruple velocidad del intervalo de tiempo del vídeo. Rook golpeó el stop y vagó desde la encimera hasta el salón. “Quien sabe. Es como Freud dijo. Un tio del cable es solo un tio del cable.” Él recogió el mando y dijo, “a no ser que sea Jim Carrey, y entonces-“
Nikki hizo un placaje a Rook, en su caída paso su mano por su brazo y extrajo el mando de su agarre. Cuando ambos golpearon el suelo, él dijo, “¿A qué demonios venía eso?”
Nikki anduvo de vuelta a la encimera, moviendo el mando, y dijo, “esto.”
Rook se levantó y se unió a ella mientras esta volvía al vídeo de la NannyCam y lo congelaba en la cara del tio del cable a su paso por debajo de la cámara a su salida. La imagen congelada era el hombre que Heat y su pelotón habían intentado identificar y localizado en el vídeo de seguridad del ‘Límite del Placer”.
El hombre con el tatuaje de la serpiente enroscada.
Una hora después, cuando el equipo de bombas hubo limpiado su edificio y aquellos del área que lo rodeaba, un héroe en un traje de explosivos de treinta seis kilos de peso emergió con la caja de cables y lo situó en el tráiler de la Unidad Móvil de Contención en el centro de la calle. Cuando él estaba lejos de la abertura, su sargento presionó un botón de control remoto y el transmisor de fuerza zumbó, lentamente cerrando la escotilla blindada y sellando la caja de cables dentro.
Heat se dirigió al policía que estaba siendo ayudado a salir de su traje de protección por un destacamento de los Servicios de Emergencia. Tan pronto como tuvo su mano derecha libre de su pesado guante, ella se la estrecho y le dio las gracias. A pesar de su despreocupado “oye, de nada,” su pelo estaba sudado por encima de su frente. La mirada en sus ojos fue suficiente para decirla que el manejo del verdadero asunto nunca fue tomado a la ligera por estos chicos, sin importar cuantos de ellos perdiesen. Mientras que él le describía la bomba, Rook se unió al círculo, como lo hacían Raley y Ochoa, que habían oído la llamada y habían dejado todo para llegar hasta allí.
Después de que su K-9 hubiese olfateado su apartamento y confirmado que la caja de cables fuera el detonante, él hizo su Rayos-X. El dispositivo de disparo fue un simple interruptor de mercurio listo para ser detonado por una batería cuando alguien presionara el botón de encendido del mando de la televisión.
“¿Qué tipo de explosivo?” preguntó Nikki.
“La señal de la muestra de los vapores dio positivo en C-4.”
Ochoa silbó, “explosivo plástico.”
“Si, eso definitivamente habría estropeado la noche de alguien,” dijo el hombre del equipo de bombas mientras tomaba un largo sorbo de agua de una botella. “Ellos lo llevarán al laboratorio, pero, por mis cálculos, esto se va a aprobar como un grado militar. No es fácil de conseguir.”
Rook se giró hacia Nikki. “No por lo que yo he aprendido en el último mes. Especialmente si tienes conexión con militares –sin embargo no oficial.”
Consolidando su rango como Rey de Toda la Vigilancia Multimedia, el Det. Raley cogió el pendrive de la NannyCam para que pudiese extraer una foto de su cara del tio del cable y hacerla circular. Antes de que se fueran, les previno a él y Ochoa de no meterse en problemas con el Cap. Irons. Los dos compañeros compartieron una mirada y se burlaron. Raley dijo, “Mmm, déjame ver… Iron Man o la Det. Heat… Iron Man o la Det. Heat...”
“Solo tened cuidado,” ella dijo.
“Tú también,” dijo Ochoa. “Eres la única trabajando con Rook.”
No fue hasta después de unas horas que Heat comprendió que Lancer Standard estaría cerrado por la noche, por lo que ella averiguo la dirección de Lawrence Hays de la información que Mr. Borelli la había dado de la lista de parroquianos. “¿Realmente piensas que vas a sacarle algo?” dijo Rook después de darle a su taxista el número de la calle en West End Avenue.
“Si quieres decir alguna respuesta directa a alguna de mis preguntas, no. Pero quiero apretar a este tio. Mantener la presión en él. Alguien con un ego tan alto como este, nunca sabes lo que harás temblar.”
Heat había acabado de presionar el interruptor de lo alto de las escaleras de la casa cerca de la 78 cuando la voz detrás de ellos dijo, “¿Puedo ayudarles?” Era Lawrence Hays.
Él no llevaba un abrigo, por lo que ella comprendió que les debía de haber visto aproximarse por sus cámaras de seguridad y salir por un lado de la puerta para sorprenderles. “Tengo una oficina, ya sabe, no necesitan acosarme en mi casa.”
“Buenas tardes a usted también, Mr. Hays. Este es Jameson Rook.”
“Si, le conozco, el escritor. Los doctores dicen que soy alérgico a la prensa, por lo que me disculpara si no le doy la mano.”
“Y yo a la sangre, a si que esto lo resuelve,” dijo Rook.
Antes de que el espectáculo de machos se intensificara, Nikki sacó la foto de vigilancia que todavía tenía del tio del cable del ‘Límite del Placer’. “¿Alguna vez ha visto a este hombre?”
“¿Este otra vez?” dijo Hays. Él la puso hacia la luz, dándole un rápido vistazo, y devolviéndosela. “Nop, ¿Quién es? ¿Algún amante de la lista de Craig con el que usted se pegó por la cuenta del motel, Mrs. Heat?
Ella ignoró la distracción. “Él intentó volar mi apartamento.”
“Y una nueva pantalla plana HD,” añadió Rook. “Usando C-4 de grado militar. ¿Significa algo para usted?”
Hays sonrió sin alegría a Nikki. “Le diré algo que parece que no entender. Si yo quiero hacerla volar, no estaría aquí. Ahora mismo habría piezas de usted volviendo a bajar en Gramercy Park como confeti.”
Heat dijo, “por lo que usted esta diciendo sabe donde vivo, eso es interesante.”
“Le diré lo que no sé. ¿Es por que usted esta en una sagrada cruzada con algún cura que no solo protegía a ese cabrón que se metió con mi hijo -¡mi hijo!- pero que además estaba ayudando y era cómplice de terrorismo?”
“¿Por qué?,” dijo Rook, “¿Solo porque era un activista social?”
“Despierte. Graf estaba hasta el cuello con esos revolucionarios colombianos.”
Nikki no le cortó para que no perdiera su enfado. “¿’Justicia a Garda’? Déme un respiro, ellos no son terroristas.”
“¿No? ¿Les ha visto en acción? ¿Cuántos de sus hombres han muerto y volado por estos cobardes? Use su cabeza. Si ellos atacan sus propias prisiones gubernamentales solo para romper su lavado de cerebro de los escritores socialistas, ¿Cuánto tiempo cree que pasará antes de que esa actuación se consiga importa aquí?”
“Mr. Hays,” dijo Heat, “¿Esta usted diciendo que algunos de sus contratistas fueron asesinados en Colombia por miembros de la organización a la que el Padre Graf apoyaba?”
“No estoy diciendo nada.” Demasiado tarde. Él se dio cuenta de que había dejado caer y expresado un motivo más para el asesinato de Graf y empezó a caminar hacia atrás. “Por algunas razones de seguridad nacional, no puedo confirmar o negar las acciones de mi firma de consultaría del Gobierno.”
“Creo que lo acaba de hacer,” dijo Nikki.
“¿Sabe lo que pienso? Creo que será mejor que se pierdan. Porque sé algo más sobre usted, Nikki Heat, además de su dirección. No es usted policía nunca más. Eso es cierto.” Él empezó a reírse entre dientes y dijo, “por lo que fuera de mi propiedad. Antes de que llame a la policía –a la verdadera policía.”
Ellos todavía podían oírle reír cuando se giraron y se deslizaron hacia la noche.
Heat se despertó la mañana siguiente con la cara de Rook en la suya. De rodillas a un lado de la cama con su camiseta y sus boxer, todo lo que él necesitaba era una correa en sus dientes para parecer a un perro esperando para su viaje al parque. “¿Qué hora es?”
“Casi las siete.”
Ella se levantó. “¿He dormido hasta tan tarde?”
“Yo he estado levantado desde hace dos hora,” él dijo. “Llamando por teléfono a algunos de los nobles personajes con los que me he asociado en mi viaje a través del oscuro mundo del tráfico de armas.”
“¿Por qué?”
“Eso me golpeó en nuestro resplandor crepuscular la pasada noche. Oh, si, fue un resplandor crepuscular… Me puse a pensar sobre el C-4. Y después empecé a pensar, apuesto a que conozco a gente –fuera de los militares, por supuesto- que lo suministre.”
El sueño fue lentamente levantándose de ella. “¿Quieres decir a Lancer Standard?”
“No. Hays tendría su propio suministro y no necesitaría volver al mercado negro. Yo pregunté por otra organización que pusimos en la Pizarra del Asesinato Norte.”
“’Justicia a Garda’.”
“Correcto. Y lo que acabo de aprender de un tio al que deberíamos llamar T-REX –aludiendo al puerto de contrabandistas de su elección, Buenaventura- es que un cargamento de una naturaleza sin especificar dejo Colombia y fue entregada hace tres semanas, fuera de los libros, en Perth Amboy, New Jersey, a un tal Pascual Guzman.” Él levantó su mano. “Vamos, choca por el Rookster.”
En vez de chocar los cinco, Nikki cruzó sus piernas y se pasó ambas manos por su pelo para despertarse. “¿Dijo este T-REX que fuera C-4?”
“Mm, no. Las palabras exactas de T fueron que, algún tipo de cargamento, sin saber cuál.”
“Entonces no sabemos el origen. A no ser que confirmemos si era C-4.”
“¿No deberíamos al menos hablar con Guzman?”
Heat negó. “Primera regla que aprendí del Cap. Montrose sobre como son los interrogatorios, no iniciar una reunión a ciegas. Sabiendo qué es lo que quieres o lo que quieres conseguir. Lo que sé sobre Pascual Guzman es que es un muro de piedra que no responderá nada en el mejor, o en el peor de los casos, al tropezarme en el radar de Zach Hamner cuando él presente otra denuncia de acoso. Tenemos que ir hacia él de otra manera.”
Rook estuvo imperturbable. “Yo pienso que este tio jaqueo mi ordenador. Además que él admitió que tuvo un altercado con Graf el día que murió. Creo que deberíamos sacudir a Pascual Guzman y preguntarle por el cargamento secreto. Me huele como nuestro asesino.”
“La pasada noche estabas seguro de que era Lawrence Hays.”
“Lo sé. Me emocione. Hays era el puente, el objeto brillante del momento.”
Nikki dijo, “¿Y qué es Guzman?”
Él levantó su cabeza. “De nuevo, me castigas con tu necesidad de razones.”
Dos horas después, Nikki tenía un taxi esperándoles entre la Décima Avenida y la 41, solo a un bloque de Times Square. La previsión prometía que sería un día más cálido, pero eran las nueve de la mañana y todavía estaban bajo los cinco grados y las sombras del un sol bajo corrían largas y frías en el West Side de Manhattan. Mientras los Roach trabajaban en la foto del tio del cable. El plan de Heat era intentar encontrarle localizando a la mujer que aparecía en el ‘Límite del Placer’ con él. De acuerdo con el casero de la mujer perdida, Shayne Watson trabajaba como prostituta en ‘La Cocina del Infierno’.
La ex compañera de cuarto de la dominadora estaba todavía fuera del radar, y la agenda de Heat para ese día era golpear las calles y mostrar su foto a otras prostitutas, esperando conseguir una pista para ella.
“Me pido esta,” dijo Rook. Él cogió una fotocopia de la foto de vigilancia y se aproximo a una mujer apoyada contra un muro y fumando fuera de una cafetería. “Buenos días, señorita.” Ella le miró de arriba abajo y empezó a alejarse. “Por favor, esto solo la llevará un segundo. Estoy intentando encontrar a una de sus colegas, una prostituta compañera y –“
La mujer apagó su cigarrillo delante de él y rebotó contra su frente. “Gilipollas. Llamarme a mí una prostituta…” Ella se fue corriendo, gritando algo sobre llamar a la policía mezclado con más maldiciones hasta que giró la esquina.
Tan divertido como le parecía a Nikki era la metedura de pata de Rook, ella tampoco tuvo mucha más suerte. Seguro, Nikki era mejor en el reconocimiento del trabajo de las chicas, habiendo trabajado en vicios, pero ellas olían la policía en ella por lo que se cerraban ó corrían tan pronto como ella se aproximaba. “Esto nos puede llevar la eternidad,” dijo Rook.
“Es demasiado temprano para la mayoría de ellas para salir; lo haremos mejor mientras consigamos hablar con más.” Era fácil de decir, pero Nikki todavía estaba golpeando al mediodía cuando las aceras se empezaron a llenar en frente de los moteles de láminas calientes.
Ellos se metieron en una cafetería para calentarse y Rook continuó con su escepticismo sobre el plan. “Todo lo que ellas hacen es correr. Y tú no tienes ninguna autoridad para detenerlas.”
“Gracias por definir mi nuevamente impotente rango,” ella dijo.
“Tengo la solución,” dijo Rook. “Es ingeniosa.”
“Eso me preocupa.”
“Una palabra: medias de red.” Mientras ella empezaba a decir que no, él bajo su voz y continuó. “Tú siempre hablas sobre como trabajabas de encubierto en vicios, ¿verdad? Recorrer el camino. Pon tus cosas en la calle…A no ser que tengas un mejor plan.”
Nikki consideró eso durante un momento y dijo, “Supongo que hay una tienda de ropa cursi por algún lado cerca de aquí.”
“Ahí lo tienes,” él dijo de una forma más alta. “Serás una prostituta genial.” Nikki no tenía que girarse para saber que toda la cafetería estaba mirándola.
Rook alquiló una habitación para la tarde en ‘The Four Diamond’, en el que él observo que era la única manera de que el número de diamantes alguna vez se atribuyese a ese establecimiento. Olía a fuerte desinfectante y hielo sin límite, sin duda para ir junto con las ilimitadas quemaduras de nicotina moteadas por la encimera del baño y de la mesita de noche. Nikki se cambió a su nueva ropa, y mientras ella se ponía el maquillaje que había elegido, Rook gritó desde la habitación, “me siento como si estuviéramos en ‘Pretty Woman’. Te llevaría ahora mismo a la bañera de burbujas excepto porque las cucarachas todavía la están usando.”
“¿Qué piensas?” preguntó Heat. Ella salió del baño y poso, mostrando su pesado maquillaje, pendientes de aro, sus imitaciones Uggs con estampado de leopardo, medias rasgadas, y un impermeable de plástico verde lima.
Rook se aproximó a ella desde su asiento en la esquina de la cama y dijo, “a si que, ¿Esto es en lo que tu vida se ha convertido?”
En la acera Nikki mantenía su distancia de las otras chicas del bloque, dándolas tiempo para que se acostumbraran a ella. Algunas de las mujeres eran territoriales, viendo a Nikki como una amenaza para sus ingresos, y dándola dificultades o movimientos bruscos, precavidas por el ambiente encubierto que todavía salía a través de la máscara y las falsas pestañas. La mayoría eran amables, sin embargo.
Presentándose ellas mismas, preguntando como ella llego allí.
Después cuando ella tuvo su confianza, Nikki dijo que estaba buscando a su mejor amiga perdida y estaba preocupada. Fuera de la imagen, la cuál fue estudiada y pasada alrededor, pero sin conseguir respuesta.
La parte más dura fue defenderse de los johns. Simplemente diciéndoles mientras se dirigían –algunos silbando o dando palmaditas en el techo de sus coches con la palma de sus manos- hacia ella que no estaba interesada porque no era suficiente. Unas cuantas veces ella se tuvo que deslizar hacia el vestíbulo de ‘Los Cuatro Diamantes’, y encargarse de ello. Una vez, un tio persistente, un apasionado obrero que decía que estaba fuera de su ruta y tenía un gran viaje a Long Island, aparcó en doble fila su camioneta de reparto y la siguió dentro del vestíbulo. Allí, Rook apareció, anunciando felicitaciones, de que él estaba en el piloto de un nuevo reality show, ‘Atrapar a John’.
Problema resuelto.
Nikki estaba de pie en una esquina con unas pocas chicas cuando su teléfono vibró. Era la Administradora Yaborough. “¿Es un mal momento?”
“No, Phyllis, nunca es un mal momento para ti.” Nikki estaba contenta de que no fuese por Skype.
“Solo quería que supieras que los he tenido a ellos pasando a Sergio Torres por la base de datos. Lo siento, pero sin sorpresas detrás de lo que aparece en su hoja de acusaciones.”
“Oh, bueno, gracias por intentarlo.” Era difícil enmascarar su decepción.
Yaborough dijo, “no parece ser que Torres sea tu problema, de todas formas. Vi en las noticias de la mañana que tuviste una visita del grupo de las bombas.” Después de que Heat la informara brevemente de esos eventos, la Administradora preguntó, “¿Alguna idea de quién es tu hombre?”
“No por su nombre,” dijo Heat. “Es un desconocido al que he puesto mis ojos en el caso de Graf. De hecho tiene un distintivo tatuaje al que pasamos por tu CCTR pero no salió nada.”
“Encontraré la solicitud y les volveré a poner a ello otra vez. Y te aseguro que lo pasaremos por todas las piedras, supervisare la búsqueda yo misma.”
Nikki estaba justamente agradeciéndoselo cuando un cuerno sonaba y un carro lleno de muchachos de fraternidad borrachos gritaba, “Aw-woo, ¡Oye baby! ¡Oye, prostituta!”
“¿Dónde demonios estás Nikki?”
“Oh, solo pegada con algunos amigos. Estamos viendo ‘Jerry Springer’.”
Sobre las cuatro de la tarde, cuando Nikki estaba desanimada, con frío, y lista para empacar, una joven mujer con agradable cara y un hematoma verde debajo de un ojo miro la foto y dijo, “esa es Shayna. No le hace justicia, pero es Shayna, segura.” Nikki giró la foto plegada y preguntó si ella reconocía el hombre que iba con ella, aquel con el tatuaje de una serpiente enrollada en su bicep. No lo reconocía. Pero ella había visto a su amiga recientemente. Shayna Watson esta en una pensión en la ‘Ronda de Motel’ en Chelsea.
A veces ellas corrían, a veces ellas se escondían, otras veces ellas simplemente no contestaban a la puerta, esperando que te fueras. Shayna Watson, deslizó la cadena, abriendo, e invitándoles a pasar. Ella parecía consumida de emociones –o medio medicada, Nikki no lo podía determinar. Pero cuando la ojerosa mujer movió alguna ropa limpia de la cama para que pudieran sentarse, Nikki se dio cuenta de que esto parecía que no sería una pelea.
Rook se desvaneció al fondo, dejándolo para que Nikki conectara. Consciente de su fragilidad, Heat habló suavemente y dirigiendo lejos cualquier información que posiblemente la asustara. Por ejemplo, omitiendo que esto era parte de una investigación de asesinato íntegramente. Shayna Watson no necesitaba este informe detallado para decirle a Nikki dos simples cosas. “No estas en ningún problema, Shayna. ¿Vale? Simplemente estoy buscando a esta hombre,” ella dijo sosteniendo la foto. “Me gustaría sabes su nombre y donde puedo encontrarlo, después saldremos de aquí.”
“Es un mal tio,” ella dijo en una voz distante. “Cuando Andrea…ella es mi compañera…dejo Amsterdan, él me hizo robar sus llaves del lugar de la esclavitud en donde ella trabaja. Eso es por lo que yo abandone mi apartamento. Y me gusta ese lugar. Me tuve que esconder de él. Oh Dios Mio…” Su cara palideció y su ceja se arqueó con preocupación mientras inspeccionaba la puerta como si ella estuviese representando el final de una pesadilla privada. “Me encontrasteis. ¿Piensan que él lo hará ahora?”
Nikki la dio una tranquilizadora mirada. “No si me ayudas a encontrarle a él primero.”
En su carrera en el taxi de camino a Hunts Point, que esta no era una misión para engañar a través de máscara y agallas. Ella llamó a la policía. El protocolo hubiese sido llamar primero a la comisaría de la 41, desde que ese era su territorio. Pero eso requeriría algunas explicaciones incómodas de su rango departamental a no ser que ella quisiera mentir y fingir que ella todavía estaba oficialmente trabajando. Por lo que a la policía que llamó eran los Roach.
“El tio de la foto con la serpiente enroscada ser llama Tucker Steljess, sin segundo apellido todavía,” dijo Heat. Ella deletreó el apellido para que lo pudieran pasar y ver si salía algún resultado o segundo apellido. “Rook y yo estamos saliendo del Bruckner ahora de camino a la dirección que tenemos de él. Es una tiendo de reparación de motos en Hunts Point Avenue donde se cruza con Spofford. No tenemos el número de la calle, pero podéis averiguarlo.”
“Lo haremos,” dijo Ochoa. “Y eres una buena civil para llamar con este chivatazo.”
“Oye, apoyo a la policía local,” Nikki dijo. “Hablando de eso, probablemente hagáis un acto de cortesía a la 41 al dejarles encabezarlo.”
“Raley esta en ello ahora. ¿Cuál es tu plan?”
“Estoy a dos minutos de la localización. Como buena civil que soy, Rook y yo vamos a observar hasta que lleguéis. No quiero que este sujeto se nos escape.”
Ochoa dijo, “simplemente vigila tu espalda, civil. Deja a los profesionales manejarlo.”
La oscuridad del invierno cayó antes de tiempo, y desde sus asientos en la ventana en el Golden Dip’d Donuts, Heat y Rook vieron las luces cerrando al otro lado de la calle, en la parte de atrás de la tienda de reparaciones de motos. Después ellos vieron movimiento. Las camisas cortas estaban fuera de temporada, por lo que ellos no podían conseguir una identificación positiva del tatuaje de serpiente bajo la larga manga de la camiseta, pero el corazón de Nikki dio un doble salto cuando el gran hombre derribo la puerta laminada ondulada y su ojo vio a Tucker Steljess.
“Se escapa,” dijo Rook.
Heat marcó a Ochoa. “¿Cuál es tu TEL (Tiempo Estimado de Llegada)?”
“Acabamos de pasar el RFK (Robert F. Kennedy) por el toll plaza.”
“El sujeto esta preparado para irse en movimiento,” ella dijo.
“Nosotros ya nos hemos puesto en el aire,” dijo Ochoa. “Deberías ver unidades en cualquier minuto.”
Cuando ella colgó, Rook ya estaba fuera de la puerta, cruzando la calle. Ella se maldijo a si misma y le atrapó fuera de la puerta ondulada. “¿Dónde te crees que vas?”
“Frenar su bajada. Tú no puedes, te conoce. Yo puedo entrar y actuar como un perdido conductor buscando unas direcciones. O mejor aún, un ortodoncista de mediana edad buscando consejo sobre las Harleys contra las BMWs.”
Detrás de Rook, llaves en mano. Steljess salía de la oficina. Y vio a Nikki.
Él empujó a Rook contra ella y ambos se tambalearon contra la puerta de metal ondulada, que tronó y sacudió mientras ellos se estrellaban contra ella. Steljess estaba girando la esquina cuando se recobraron. Heat deslizó su teléfono a Rook y, mientras ella corría, gritó, “vuelve a marcar. Dile a Ochoa que estoy persiguiendo hacia el este por Spofford.”
Él estaba a un bloque de ella en el momento en que giró la esquina.
Para ser un gran hombre corría rápido, pero Nikki corría más. Ella se echó a la carrera y pronto estuvo ganando. Desde que estaba desarmada, su estrategia era estar solo lo suficientemente cerca para mantenerle a la vista hasta que los refuerzos llegaran, por lo que ella daba el suficiente tiempo para ajustar la distancia pero lo suficientemente lejos para invadir si él llevaba adelanto.
Steljess hizo lo que muchos sospechosos que huyen hacen, perder velocidad por mirar hacia atrás para ver como él lo estaba haciendo, y pronto Heat tuvo un suave de veintidós metros para mantener el ritmo. A él no le gustaba la compañía y trato de eludir la invisible correa. En Drake él hizo un brusco giro a la izquierda, abriéndose a lo largo de la calle a través del tráfico en hora punta. Nikki perdió unos metros de él esquivando coches pero le volvió a pillar mientras se metía dentro del camino de un desguace de coches.
Ella se paró fuera de la puerta y escucho. Este sería un buen lugar para perderse, especialmente si él conocía la disposición y podía usar una salida por la parte de atrás. Este también sería un buen lugar para convertirse en vulnerable si ella cometía un error desarmada. Por lo que ella se situó más cerca de la puerta abierta para escuchar si pudiese pillar algunas pisadas.
Heat atrapo el haz de luz en movimiento por un espejo convexo encima de su cabeza, pero era demasiado tarde. Tucker Sveljess giró sobre su propio eje por el límite de la verja de detrás en la que ella estaba escondida, agarrando la parte delantera de su abrigo con ambas manos, oscilando su peso, levantando a Nikki y lanzándola por el suelo. Ella aterrizó de nuevo contra una puerta de coche separada que estaba apoyada contra un armario de metal pintado. Él la tiró con tal fuerza que el armario de acero se inclino hacia delante, deslizando pequeños botes de pintura y cayendo encima de ella.
Nikki agarró algunos botes y se los tiró, perdidos, pero su retroceso la dio unos preciosos segundos para deshacerse de los otros botes para poderse levantarse antes de que él viniese a por ella. Pero no vino. En su lugar, Sveljess estaba empezando a agacharse en lo que ella reconoció como una posición de tirador mientras buscada dentro de su chaleco. Ella tiró otro bote que le dio en el hombro, pero no le desalentó.
De hecho, sonreía.
Heat vio la Glock claramente en su chaleco y se sintió estúpida e indefensa. En un rápido movimiento ella agarró la puerta del coche, con la esperanza de esto como un escudo que por lo menos ralentizara las balas.
Tan pronto como Nikki se puso esto sobre si misma, ella oyó el sonido de los disparos.
Como siempre, muchas gracias por todos los comentarios y por seguir esta historia traducida. Disfrutarla y comentar.
CAPITULO TRECE
Heat y Rook alcanzaron el rellano de su piso y se pararon para ver la amplitud del pasillo, que estaba vacío.
Rook susurro, “¿no deberíamos llamar a la policía?” Nikki lo pensó profundamente y sabía en el fondo que debería. Pero también había algo de orgullo que ella guardaba, una policía experimentada, moviendo los recursos de las respuestas actuales a los crímenes en mitad de una emergencia en la ciudad por una sospecha que podría no ser nada.
“Yo soy la policía,” ella se lo devolvió susurrando. “De algún modo.” Clasificando hasta las llaves de su puerta, ella deslizó una por el hueco del cerrojo dividido. De esa manera, ella podía evitar hacer sonar la puerta y ser capaz de insertar una llave simultáneamente en cada cerradura para hacer su entrada rápida y sorprendente.
Pisando ligeramente por el pasillo, estando cerca del muro todo el camino, ellos llegaron a su puerta y se pararon. Nikki le hizo señas a Rook para se quedara donde estaba, después hizo un movimiento fluido de bailarina, agachada bajo el hueco de vigilancia, al otro lado de la puerta y aterrizando sin hacer ruido. Ella permaneció agachada, escuchando en el marco de la puerta, después ella le hizo un movimiento de cabeza a él. Levantándose un poco y balanceándose sobre los talones para que los músculos de las piernas estuviesen juntos, Heat preparó cada llave en la abertura de su cerradura respectivamente. Ella articuló con la boca una cuenta hasta tres, asintiéndole con la cabeza para marcarle el ritmo, después giro la llave, girando el candado para abrir, y se tiro por el suelo de su apartamento, gritando, “¡NYPD, no te mueves!”
Rook voló dentro justo detrás de ella, siguiendo los procedimientos que había observado cuando volvió s sus días de carrera –manteniéndose cerca pero no en una línea que te haga un objetivo fácil, después él se disperso al otro lado para poder ser los ojos de ella allí y proteger su flanco de una sorpresa.
No había nadie en el vestíbulo, el comedor, o el salón. Mientras Rook la seguía pasando la cocina e iban al final del pasillo para inspeccionar las dos habitaciones, baños, y armarios, él se dio cuenta de que en algún punto del camino ella había cogido su Sig Sauer de refuerzo. Después de que inspeccionaran el apartamento, ella devolvió la Sig Sauer a su escondite en el cajón del escritorio del salón y dijo, “oye, bonita entrada.”
“Gracias.” Y entonces él le dio una traviesa mirada. “Si te gusta, puedo demostrarte unas pocas variaciones.”
Ella puso sus ojos en blanco. “Oh si, enséñame, Rook. Enséñame todas las formas.”
Jameson Rook estaba muy satisfecho consigo mismo sobre su viaje a la tienda de espías cuando el monitor inalámbrico salió de la bodega y él reprodujo el vídeo de su NannyCam. Él rebobinó por las imágenes fantasmas, no teniendo que irse muy lejos, solo sobre una hora, hasta que llego a algo con movimiento. Era un hombre con un logo de una compañía de cable entrando con una gran caja de herramientas, después dejó el equipo mientra vagaba por el pasillo, “gran protección,” dijo Nikki. “Podrías trabajar para C-SPAN.”
Pero un momento después el hombre volvía y se dirigía hacia el salón, donde se arrodillaba y abría su caja de herramientas enfrente de la televisión. “Mira eso,” dijo Rook. “Punto muerto en el marco. Soy mejor que C-SPAN. Podría trabajar para C-SPAN2.”
Ellos zapearon durante los siguientes quince minutos mientras el visitante trabajaba en la caja de cables. Cuando hubo terminado, él fijó el complemento en su caja de herramientas y dejó el apartamento a la cuádruple velocidad del intervalo de tiempo del vídeo. Rook golpeó el stop y vagó desde la encimera hasta el salón. “Quien sabe. Es como Freud dijo. Un tio del cable es solo un tio del cable.” Él recogió el mando y dijo, “a no ser que sea Jim Carrey, y entonces-“
Nikki hizo un placaje a Rook, en su caída paso su mano por su brazo y extrajo el mando de su agarre. Cuando ambos golpearon el suelo, él dijo, “¿A qué demonios venía eso?”
Nikki anduvo de vuelta a la encimera, moviendo el mando, y dijo, “esto.”
Rook se levantó y se unió a ella mientras esta volvía al vídeo de la NannyCam y lo congelaba en la cara del tio del cable a su paso por debajo de la cámara a su salida. La imagen congelada era el hombre que Heat y su pelotón habían intentado identificar y localizado en el vídeo de seguridad del ‘Límite del Placer”.
El hombre con el tatuaje de la serpiente enroscada.
Una hora después, cuando el equipo de bombas hubo limpiado su edificio y aquellos del área que lo rodeaba, un héroe en un traje de explosivos de treinta seis kilos de peso emergió con la caja de cables y lo situó en el tráiler de la Unidad Móvil de Contención en el centro de la calle. Cuando él estaba lejos de la abertura, su sargento presionó un botón de control remoto y el transmisor de fuerza zumbó, lentamente cerrando la escotilla blindada y sellando la caja de cables dentro.
Heat se dirigió al policía que estaba siendo ayudado a salir de su traje de protección por un destacamento de los Servicios de Emergencia. Tan pronto como tuvo su mano derecha libre de su pesado guante, ella se la estrecho y le dio las gracias. A pesar de su despreocupado “oye, de nada,” su pelo estaba sudado por encima de su frente. La mirada en sus ojos fue suficiente para decirla que el manejo del verdadero asunto nunca fue tomado a la ligera por estos chicos, sin importar cuantos de ellos perdiesen. Mientras que él le describía la bomba, Rook se unió al círculo, como lo hacían Raley y Ochoa, que habían oído la llamada y habían dejado todo para llegar hasta allí.
Después de que su K-9 hubiese olfateado su apartamento y confirmado que la caja de cables fuera el detonante, él hizo su Rayos-X. El dispositivo de disparo fue un simple interruptor de mercurio listo para ser detonado por una batería cuando alguien presionara el botón de encendido del mando de la televisión.
“¿Qué tipo de explosivo?” preguntó Nikki.
“La señal de la muestra de los vapores dio positivo en C-4.”
Ochoa silbó, “explosivo plástico.”
“Si, eso definitivamente habría estropeado la noche de alguien,” dijo el hombre del equipo de bombas mientras tomaba un largo sorbo de agua de una botella. “Ellos lo llevarán al laboratorio, pero, por mis cálculos, esto se va a aprobar como un grado militar. No es fácil de conseguir.”
Rook se giró hacia Nikki. “No por lo que yo he aprendido en el último mes. Especialmente si tienes conexión con militares –sin embargo no oficial.”
Consolidando su rango como Rey de Toda la Vigilancia Multimedia, el Det. Raley cogió el pendrive de la NannyCam para que pudiese extraer una foto de su cara del tio del cable y hacerla circular. Antes de que se fueran, les previno a él y Ochoa de no meterse en problemas con el Cap. Irons. Los dos compañeros compartieron una mirada y se burlaron. Raley dijo, “Mmm, déjame ver… Iron Man o la Det. Heat… Iron Man o la Det. Heat...”
“Solo tened cuidado,” ella dijo.
“Tú también,” dijo Ochoa. “Eres la única trabajando con Rook.”
No fue hasta después de unas horas que Heat comprendió que Lancer Standard estaría cerrado por la noche, por lo que ella averiguo la dirección de Lawrence Hays de la información que Mr. Borelli la había dado de la lista de parroquianos. “¿Realmente piensas que vas a sacarle algo?” dijo Rook después de darle a su taxista el número de la calle en West End Avenue.
“Si quieres decir alguna respuesta directa a alguna de mis preguntas, no. Pero quiero apretar a este tio. Mantener la presión en él. Alguien con un ego tan alto como este, nunca sabes lo que harás temblar.”
Heat había acabado de presionar el interruptor de lo alto de las escaleras de la casa cerca de la 78 cuando la voz detrás de ellos dijo, “¿Puedo ayudarles?” Era Lawrence Hays.
Él no llevaba un abrigo, por lo que ella comprendió que les debía de haber visto aproximarse por sus cámaras de seguridad y salir por un lado de la puerta para sorprenderles. “Tengo una oficina, ya sabe, no necesitan acosarme en mi casa.”
“Buenas tardes a usted también, Mr. Hays. Este es Jameson Rook.”
“Si, le conozco, el escritor. Los doctores dicen que soy alérgico a la prensa, por lo que me disculpara si no le doy la mano.”
“Y yo a la sangre, a si que esto lo resuelve,” dijo Rook.
Antes de que el espectáculo de machos se intensificara, Nikki sacó la foto de vigilancia que todavía tenía del tio del cable del ‘Límite del Placer’. “¿Alguna vez ha visto a este hombre?”
“¿Este otra vez?” dijo Hays. Él la puso hacia la luz, dándole un rápido vistazo, y devolviéndosela. “Nop, ¿Quién es? ¿Algún amante de la lista de Craig con el que usted se pegó por la cuenta del motel, Mrs. Heat?
Ella ignoró la distracción. “Él intentó volar mi apartamento.”
“Y una nueva pantalla plana HD,” añadió Rook. “Usando C-4 de grado militar. ¿Significa algo para usted?”
Hays sonrió sin alegría a Nikki. “Le diré algo que parece que no entender. Si yo quiero hacerla volar, no estaría aquí. Ahora mismo habría piezas de usted volviendo a bajar en Gramercy Park como confeti.”
Heat dijo, “por lo que usted esta diciendo sabe donde vivo, eso es interesante.”
“Le diré lo que no sé. ¿Es por que usted esta en una sagrada cruzada con algún cura que no solo protegía a ese cabrón que se metió con mi hijo -¡mi hijo!- pero que además estaba ayudando y era cómplice de terrorismo?”
“¿Por qué?,” dijo Rook, “¿Solo porque era un activista social?”
“Despierte. Graf estaba hasta el cuello con esos revolucionarios colombianos.”
Nikki no le cortó para que no perdiera su enfado. “¿’Justicia a Garda’? Déme un respiro, ellos no son terroristas.”
“¿No? ¿Les ha visto en acción? ¿Cuántos de sus hombres han muerto y volado por estos cobardes? Use su cabeza. Si ellos atacan sus propias prisiones gubernamentales solo para romper su lavado de cerebro de los escritores socialistas, ¿Cuánto tiempo cree que pasará antes de que esa actuación se consiga importa aquí?”
“Mr. Hays,” dijo Heat, “¿Esta usted diciendo que algunos de sus contratistas fueron asesinados en Colombia por miembros de la organización a la que el Padre Graf apoyaba?”
“No estoy diciendo nada.” Demasiado tarde. Él se dio cuenta de que había dejado caer y expresado un motivo más para el asesinato de Graf y empezó a caminar hacia atrás. “Por algunas razones de seguridad nacional, no puedo confirmar o negar las acciones de mi firma de consultaría del Gobierno.”
“Creo que lo acaba de hacer,” dijo Nikki.
“¿Sabe lo que pienso? Creo que será mejor que se pierdan. Porque sé algo más sobre usted, Nikki Heat, además de su dirección. No es usted policía nunca más. Eso es cierto.” Él empezó a reírse entre dientes y dijo, “por lo que fuera de mi propiedad. Antes de que llame a la policía –a la verdadera policía.”
Ellos todavía podían oírle reír cuando se giraron y se deslizaron hacia la noche.
Heat se despertó la mañana siguiente con la cara de Rook en la suya. De rodillas a un lado de la cama con su camiseta y sus boxer, todo lo que él necesitaba era una correa en sus dientes para parecer a un perro esperando para su viaje al parque. “¿Qué hora es?”
“Casi las siete.”
Ella se levantó. “¿He dormido hasta tan tarde?”
“Yo he estado levantado desde hace dos hora,” él dijo. “Llamando por teléfono a algunos de los nobles personajes con los que me he asociado en mi viaje a través del oscuro mundo del tráfico de armas.”
“¿Por qué?”
“Eso me golpeó en nuestro resplandor crepuscular la pasada noche. Oh, si, fue un resplandor crepuscular… Me puse a pensar sobre el C-4. Y después empecé a pensar, apuesto a que conozco a gente –fuera de los militares, por supuesto- que lo suministre.”
El sueño fue lentamente levantándose de ella. “¿Quieres decir a Lancer Standard?”
“No. Hays tendría su propio suministro y no necesitaría volver al mercado negro. Yo pregunté por otra organización que pusimos en la Pizarra del Asesinato Norte.”
“’Justicia a Garda’.”
“Correcto. Y lo que acabo de aprender de un tio al que deberíamos llamar T-REX –aludiendo al puerto de contrabandistas de su elección, Buenaventura- es que un cargamento de una naturaleza sin especificar dejo Colombia y fue entregada hace tres semanas, fuera de los libros, en Perth Amboy, New Jersey, a un tal Pascual Guzman.” Él levantó su mano. “Vamos, choca por el Rookster.”
En vez de chocar los cinco, Nikki cruzó sus piernas y se pasó ambas manos por su pelo para despertarse. “¿Dijo este T-REX que fuera C-4?”
“Mm, no. Las palabras exactas de T fueron que, algún tipo de cargamento, sin saber cuál.”
“Entonces no sabemos el origen. A no ser que confirmemos si era C-4.”
“¿No deberíamos al menos hablar con Guzman?”
Heat negó. “Primera regla que aprendí del Cap. Montrose sobre como son los interrogatorios, no iniciar una reunión a ciegas. Sabiendo qué es lo que quieres o lo que quieres conseguir. Lo que sé sobre Pascual Guzman es que es un muro de piedra que no responderá nada en el mejor, o en el peor de los casos, al tropezarme en el radar de Zach Hamner cuando él presente otra denuncia de acoso. Tenemos que ir hacia él de otra manera.”
Rook estuvo imperturbable. “Yo pienso que este tio jaqueo mi ordenador. Además que él admitió que tuvo un altercado con Graf el día que murió. Creo que deberíamos sacudir a Pascual Guzman y preguntarle por el cargamento secreto. Me huele como nuestro asesino.”
“La pasada noche estabas seguro de que era Lawrence Hays.”
“Lo sé. Me emocione. Hays era el puente, el objeto brillante del momento.”
Nikki dijo, “¿Y qué es Guzman?”
Él levantó su cabeza. “De nuevo, me castigas con tu necesidad de razones.”
Dos horas después, Nikki tenía un taxi esperándoles entre la Décima Avenida y la 41, solo a un bloque de Times Square. La previsión prometía que sería un día más cálido, pero eran las nueve de la mañana y todavía estaban bajo los cinco grados y las sombras del un sol bajo corrían largas y frías en el West Side de Manhattan. Mientras los Roach trabajaban en la foto del tio del cable. El plan de Heat era intentar encontrarle localizando a la mujer que aparecía en el ‘Límite del Placer’ con él. De acuerdo con el casero de la mujer perdida, Shayne Watson trabajaba como prostituta en ‘La Cocina del Infierno’.
La ex compañera de cuarto de la dominadora estaba todavía fuera del radar, y la agenda de Heat para ese día era golpear las calles y mostrar su foto a otras prostitutas, esperando conseguir una pista para ella.
“Me pido esta,” dijo Rook. Él cogió una fotocopia de la foto de vigilancia y se aproximo a una mujer apoyada contra un muro y fumando fuera de una cafetería. “Buenos días, señorita.” Ella le miró de arriba abajo y empezó a alejarse. “Por favor, esto solo la llevará un segundo. Estoy intentando encontrar a una de sus colegas, una prostituta compañera y –“
La mujer apagó su cigarrillo delante de él y rebotó contra su frente. “Gilipollas. Llamarme a mí una prostituta…” Ella se fue corriendo, gritando algo sobre llamar a la policía mezclado con más maldiciones hasta que giró la esquina.
Tan divertido como le parecía a Nikki era la metedura de pata de Rook, ella tampoco tuvo mucha más suerte. Seguro, Nikki era mejor en el reconocimiento del trabajo de las chicas, habiendo trabajado en vicios, pero ellas olían la policía en ella por lo que se cerraban ó corrían tan pronto como ella se aproximaba. “Esto nos puede llevar la eternidad,” dijo Rook.
“Es demasiado temprano para la mayoría de ellas para salir; lo haremos mejor mientras consigamos hablar con más.” Era fácil de decir, pero Nikki todavía estaba golpeando al mediodía cuando las aceras se empezaron a llenar en frente de los moteles de láminas calientes.
Ellos se metieron en una cafetería para calentarse y Rook continuó con su escepticismo sobre el plan. “Todo lo que ellas hacen es correr. Y tú no tienes ninguna autoridad para detenerlas.”
“Gracias por definir mi nuevamente impotente rango,” ella dijo.
“Tengo la solución,” dijo Rook. “Es ingeniosa.”
“Eso me preocupa.”
“Una palabra: medias de red.” Mientras ella empezaba a decir que no, él bajo su voz y continuó. “Tú siempre hablas sobre como trabajabas de encubierto en vicios, ¿verdad? Recorrer el camino. Pon tus cosas en la calle…A no ser que tengas un mejor plan.”
Nikki consideró eso durante un momento y dijo, “Supongo que hay una tienda de ropa cursi por algún lado cerca de aquí.”
“Ahí lo tienes,” él dijo de una forma más alta. “Serás una prostituta genial.” Nikki no tenía que girarse para saber que toda la cafetería estaba mirándola.
Rook alquiló una habitación para la tarde en ‘The Four Diamond’, en el que él observo que era la única manera de que el número de diamantes alguna vez se atribuyese a ese establecimiento. Olía a fuerte desinfectante y hielo sin límite, sin duda para ir junto con las ilimitadas quemaduras de nicotina moteadas por la encimera del baño y de la mesita de noche. Nikki se cambió a su nueva ropa, y mientras ella se ponía el maquillaje que había elegido, Rook gritó desde la habitación, “me siento como si estuviéramos en ‘Pretty Woman’. Te llevaría ahora mismo a la bañera de burbujas excepto porque las cucarachas todavía la están usando.”
“¿Qué piensas?” preguntó Heat. Ella salió del baño y poso, mostrando su pesado maquillaje, pendientes de aro, sus imitaciones Uggs con estampado de leopardo, medias rasgadas, y un impermeable de plástico verde lima.
Rook se aproximó a ella desde su asiento en la esquina de la cama y dijo, “a si que, ¿Esto es en lo que tu vida se ha convertido?”
En la acera Nikki mantenía su distancia de las otras chicas del bloque, dándolas tiempo para que se acostumbraran a ella. Algunas de las mujeres eran territoriales, viendo a Nikki como una amenaza para sus ingresos, y dándola dificultades o movimientos bruscos, precavidas por el ambiente encubierto que todavía salía a través de la máscara y las falsas pestañas. La mayoría eran amables, sin embargo.
Presentándose ellas mismas, preguntando como ella llego allí.
Después cuando ella tuvo su confianza, Nikki dijo que estaba buscando a su mejor amiga perdida y estaba preocupada. Fuera de la imagen, la cuál fue estudiada y pasada alrededor, pero sin conseguir respuesta.
La parte más dura fue defenderse de los johns. Simplemente diciéndoles mientras se dirigían –algunos silbando o dando palmaditas en el techo de sus coches con la palma de sus manos- hacia ella que no estaba interesada porque no era suficiente. Unas cuantas veces ella se tuvo que deslizar hacia el vestíbulo de ‘Los Cuatro Diamantes’, y encargarse de ello. Una vez, un tio persistente, un apasionado obrero que decía que estaba fuera de su ruta y tenía un gran viaje a Long Island, aparcó en doble fila su camioneta de reparto y la siguió dentro del vestíbulo. Allí, Rook apareció, anunciando felicitaciones, de que él estaba en el piloto de un nuevo reality show, ‘Atrapar a John’.
Problema resuelto.
Nikki estaba de pie en una esquina con unas pocas chicas cuando su teléfono vibró. Era la Administradora Yaborough. “¿Es un mal momento?”
“No, Phyllis, nunca es un mal momento para ti.” Nikki estaba contenta de que no fuese por Skype.
“Solo quería que supieras que los he tenido a ellos pasando a Sergio Torres por la base de datos. Lo siento, pero sin sorpresas detrás de lo que aparece en su hoja de acusaciones.”
“Oh, bueno, gracias por intentarlo.” Era difícil enmascarar su decepción.
Yaborough dijo, “no parece ser que Torres sea tu problema, de todas formas. Vi en las noticias de la mañana que tuviste una visita del grupo de las bombas.” Después de que Heat la informara brevemente de esos eventos, la Administradora preguntó, “¿Alguna idea de quién es tu hombre?”
“No por su nombre,” dijo Heat. “Es un desconocido al que he puesto mis ojos en el caso de Graf. De hecho tiene un distintivo tatuaje al que pasamos por tu CCTR pero no salió nada.”
“Encontraré la solicitud y les volveré a poner a ello otra vez. Y te aseguro que lo pasaremos por todas las piedras, supervisare la búsqueda yo misma.”
Nikki estaba justamente agradeciéndoselo cuando un cuerno sonaba y un carro lleno de muchachos de fraternidad borrachos gritaba, “Aw-woo, ¡Oye baby! ¡Oye, prostituta!”
“¿Dónde demonios estás Nikki?”
“Oh, solo pegada con algunos amigos. Estamos viendo ‘Jerry Springer’.”
Sobre las cuatro de la tarde, cuando Nikki estaba desanimada, con frío, y lista para empacar, una joven mujer con agradable cara y un hematoma verde debajo de un ojo miro la foto y dijo, “esa es Shayna. No le hace justicia, pero es Shayna, segura.” Nikki giró la foto plegada y preguntó si ella reconocía el hombre que iba con ella, aquel con el tatuaje de una serpiente enrollada en su bicep. No lo reconocía. Pero ella había visto a su amiga recientemente. Shayna Watson esta en una pensión en la ‘Ronda de Motel’ en Chelsea.
A veces ellas corrían, a veces ellas se escondían, otras veces ellas simplemente no contestaban a la puerta, esperando que te fueras. Shayna Watson, deslizó la cadena, abriendo, e invitándoles a pasar. Ella parecía consumida de emociones –o medio medicada, Nikki no lo podía determinar. Pero cuando la ojerosa mujer movió alguna ropa limpia de la cama para que pudieran sentarse, Nikki se dio cuenta de que esto parecía que no sería una pelea.
Rook se desvaneció al fondo, dejándolo para que Nikki conectara. Consciente de su fragilidad, Heat habló suavemente y dirigiendo lejos cualquier información que posiblemente la asustara. Por ejemplo, omitiendo que esto era parte de una investigación de asesinato íntegramente. Shayna Watson no necesitaba este informe detallado para decirle a Nikki dos simples cosas. “No estas en ningún problema, Shayna. ¿Vale? Simplemente estoy buscando a esta hombre,” ella dijo sosteniendo la foto. “Me gustaría sabes su nombre y donde puedo encontrarlo, después saldremos de aquí.”
“Es un mal tio,” ella dijo en una voz distante. “Cuando Andrea…ella es mi compañera…dejo Amsterdan, él me hizo robar sus llaves del lugar de la esclavitud en donde ella trabaja. Eso es por lo que yo abandone mi apartamento. Y me gusta ese lugar. Me tuve que esconder de él. Oh Dios Mio…” Su cara palideció y su ceja se arqueó con preocupación mientras inspeccionaba la puerta como si ella estuviese representando el final de una pesadilla privada. “Me encontrasteis. ¿Piensan que él lo hará ahora?”
Nikki la dio una tranquilizadora mirada. “No si me ayudas a encontrarle a él primero.”
En su carrera en el taxi de camino a Hunts Point, que esta no era una misión para engañar a través de máscara y agallas. Ella llamó a la policía. El protocolo hubiese sido llamar primero a la comisaría de la 41, desde que ese era su territorio. Pero eso requeriría algunas explicaciones incómodas de su rango departamental a no ser que ella quisiera mentir y fingir que ella todavía estaba oficialmente trabajando. Por lo que a la policía que llamó eran los Roach.
“El tio de la foto con la serpiente enroscada ser llama Tucker Steljess, sin segundo apellido todavía,” dijo Heat. Ella deletreó el apellido para que lo pudieran pasar y ver si salía algún resultado o segundo apellido. “Rook y yo estamos saliendo del Bruckner ahora de camino a la dirección que tenemos de él. Es una tiendo de reparación de motos en Hunts Point Avenue donde se cruza con Spofford. No tenemos el número de la calle, pero podéis averiguarlo.”
“Lo haremos,” dijo Ochoa. “Y eres una buena civil para llamar con este chivatazo.”
“Oye, apoyo a la policía local,” Nikki dijo. “Hablando de eso, probablemente hagáis un acto de cortesía a la 41 al dejarles encabezarlo.”
“Raley esta en ello ahora. ¿Cuál es tu plan?”
“Estoy a dos minutos de la localización. Como buena civil que soy, Rook y yo vamos a observar hasta que lleguéis. No quiero que este sujeto se nos escape.”
Ochoa dijo, “simplemente vigila tu espalda, civil. Deja a los profesionales manejarlo.”
La oscuridad del invierno cayó antes de tiempo, y desde sus asientos en la ventana en el Golden Dip’d Donuts, Heat y Rook vieron las luces cerrando al otro lado de la calle, en la parte de atrás de la tienda de reparaciones de motos. Después ellos vieron movimiento. Las camisas cortas estaban fuera de temporada, por lo que ellos no podían conseguir una identificación positiva del tatuaje de serpiente bajo la larga manga de la camiseta, pero el corazón de Nikki dio un doble salto cuando el gran hombre derribo la puerta laminada ondulada y su ojo vio a Tucker Steljess.
“Se escapa,” dijo Rook.
Heat marcó a Ochoa. “¿Cuál es tu TEL (Tiempo Estimado de Llegada)?”
“Acabamos de pasar el RFK (Robert F. Kennedy) por el toll plaza.”
“El sujeto esta preparado para irse en movimiento,” ella dijo.
“Nosotros ya nos hemos puesto en el aire,” dijo Ochoa. “Deberías ver unidades en cualquier minuto.”
Cuando ella colgó, Rook ya estaba fuera de la puerta, cruzando la calle. Ella se maldijo a si misma y le atrapó fuera de la puerta ondulada. “¿Dónde te crees que vas?”
“Frenar su bajada. Tú no puedes, te conoce. Yo puedo entrar y actuar como un perdido conductor buscando unas direcciones. O mejor aún, un ortodoncista de mediana edad buscando consejo sobre las Harleys contra las BMWs.”
Detrás de Rook, llaves en mano. Steljess salía de la oficina. Y vio a Nikki.
Él empujó a Rook contra ella y ambos se tambalearon contra la puerta de metal ondulada, que tronó y sacudió mientras ellos se estrellaban contra ella. Steljess estaba girando la esquina cuando se recobraron. Heat deslizó su teléfono a Rook y, mientras ella corría, gritó, “vuelve a marcar. Dile a Ochoa que estoy persiguiendo hacia el este por Spofford.”
Él estaba a un bloque de ella en el momento en que giró la esquina.
Para ser un gran hombre corría rápido, pero Nikki corría más. Ella se echó a la carrera y pronto estuvo ganando. Desde que estaba desarmada, su estrategia era estar solo lo suficientemente cerca para mantenerle a la vista hasta que los refuerzos llegaran, por lo que ella daba el suficiente tiempo para ajustar la distancia pero lo suficientemente lejos para invadir si él llevaba adelanto.
Steljess hizo lo que muchos sospechosos que huyen hacen, perder velocidad por mirar hacia atrás para ver como él lo estaba haciendo, y pronto Heat tuvo un suave de veintidós metros para mantener el ritmo. A él no le gustaba la compañía y trato de eludir la invisible correa. En Drake él hizo un brusco giro a la izquierda, abriéndose a lo largo de la calle a través del tráfico en hora punta. Nikki perdió unos metros de él esquivando coches pero le volvió a pillar mientras se metía dentro del camino de un desguace de coches.
Ella se paró fuera de la puerta y escucho. Este sería un buen lugar para perderse, especialmente si él conocía la disposición y podía usar una salida por la parte de atrás. Este también sería un buen lugar para convertirse en vulnerable si ella cometía un error desarmada. Por lo que ella se situó más cerca de la puerta abierta para escuchar si pudiese pillar algunas pisadas.
Heat atrapo el haz de luz en movimiento por un espejo convexo encima de su cabeza, pero era demasiado tarde. Tucker Sveljess giró sobre su propio eje por el límite de la verja de detrás en la que ella estaba escondida, agarrando la parte delantera de su abrigo con ambas manos, oscilando su peso, levantando a Nikki y lanzándola por el suelo. Ella aterrizó de nuevo contra una puerta de coche separada que estaba apoyada contra un armario de metal pintado. Él la tiró con tal fuerza que el armario de acero se inclino hacia delante, deslizando pequeños botes de pintura y cayendo encima de ella.
Nikki agarró algunos botes y se los tiró, perdidos, pero su retroceso la dio unos preciosos segundos para deshacerse de los otros botes para poderse levantarse antes de que él viniese a por ella. Pero no vino. En su lugar, Sveljess estaba empezando a agacharse en lo que ella reconoció como una posición de tirador mientras buscada dentro de su chaleco. Ella tiró otro bote que le dio en el hombro, pero no le desalentó.
De hecho, sonreía.
Heat vio la Glock claramente en su chaleco y se sintió estúpida e indefensa. En un rápido movimiento ella agarró la puerta del coche, con la esperanza de esto como un escudo que por lo menos ralentizara las balas.
Tan pronto como Nikki se puso esto sobre si misma, ella oyó el sonido de los disparos.
lastral- Policia de homicidios
- Mensajes : 747
Fecha de inscripción : 10/04/2011
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
¡Muchísimas gracias por continuar con la traducción! Te lo agradezco mucho.
Disfruta de tu semana en la playa, te la mereces!!!
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NathanFan2011- As del póker
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Localización : Soy de Barcelona, Cataluña y en los foros suelo utilizar el nombre de Dana aunque me llamo Maria Victòria.
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
muchas gracias como siempre por al traducción....
Ten una semana increíble de vacaciones
Espero lo continues pronto y no nos dejes tan abandonados
Ten una semana increíble de vacaciones
Espero lo continues pronto y no nos dejes tan abandonados
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Guau, que currada. Yo compré el libro en inglés ( obvio en español no está ) y intento leerlo pero hay partes bastante complejas para el nivel de inglés que yo tengo, pero gracias a ti puedo entenderlas . Muchísimas gracias!
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Gx. Gran labor.
lestatlion- Escritor novato
- Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 12/07/2012
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Hola chicos
ya estoy de vuelta y con ello la traduccion del libro. espero poder tener el siguiente capitulo completo para la semana que viene como compensacion. I promise.
ya estoy de vuelta y con ello la traduccion del libro. espero poder tener el siguiente capitulo completo para la semana que viene como compensacion. I promise.
lastral- Policia de homicidios
- Mensajes : 747
Fecha de inscripción : 10/04/2011
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
graciasssssssssssss por subir mas
______________________
CASKETT ALWAYS
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Hey Lastral!!!!!!!!!!!!!
Primero que nada quería felicitarte por el gran labor que estas haciendo; ya que hace poco termine de leer Naked Heat (Calor Desnudo) y quede mas enganchada a esta Historia de Nikki y Rook así que empece a buscar en Internet la 3ra entrega de Nikki Heat y veo que solo esta en ingles; y veo que tu te estas tomando la molestia en traducirlo para nosotros los fans; eso es maravilloso de verdad que te agradezco muchísimo!!!!!!!
lo que te quería comentar que mientras vas subiendo capitulo por capitulo estoy guardándolo en un formato word ya que quiero leerlo con calma; y si me parece muy bien que lo pase a un archivo de libro electrónico; o si también pudieras cuando lo finalices me lo envies ya que en mi formato word no esta bien configurado y estoy tratando de hacer magia para arreglarlo pero que va!!!!!!
así que espero que vayas subiendo capitulo por capitulo y cuando lo termines me lo envíes!!!!!
Primero que nada quería felicitarte por el gran labor que estas haciendo; ya que hace poco termine de leer Naked Heat (Calor Desnudo) y quede mas enganchada a esta Historia de Nikki y Rook así que empece a buscar en Internet la 3ra entrega de Nikki Heat y veo que solo esta en ingles; y veo que tu te estas tomando la molestia en traducirlo para nosotros los fans; eso es maravilloso de verdad que te agradezco muchísimo!!!!!!!
lo que te quería comentar que mientras vas subiendo capitulo por capitulo estoy guardándolo en un formato word ya que quiero leerlo con calma; y si me parece muy bien que lo pase a un archivo de libro electrónico; o si también pudieras cuando lo finalices me lo envies ya que en mi formato word no esta bien configurado y estoy tratando de hacer magia para arreglarlo pero que va!!!!!!
así que espero que vayas subiendo capitulo por capitulo y cuando lo termines me lo envíes!!!!!
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
marialebuffygsr escribió:Hey Lastral!!!!!!!!!!!!!
Primero que nada quería felicitarte por el gran labor que estas haciendo; ya que hace poco termine de leer Naked Heat (Calor Desnudo) y quede mas enganchada a esta Historia de Nikki y Rook así que empece a buscar en Internet la 3ra entrega de Nikki Heat y veo que solo esta en ingles; y veo que tu te estas tomando la molestia en traducirlo para nosotros los fans; eso es maravilloso de verdad que te agradezco muchísimo!!!!!!!
lo que te quería comentar que mientras vas subiendo capitulo por capitulo estoy guardándolo en un formato word ya que quiero leerlo con calma; y si me parece muy bien que lo pase a un archivo de libro electrónico; o si también pudieras cuando lo finalices me lo envies ya que en mi formato word no esta bien configurado y estoy tratando de hacer magia para arreglarlo pero que va!!!!!!
así que espero que vayas subiendo capitulo por capitulo y cuando lo termines me lo envíes!!!!!
Muchas gracias por el comentario, la verdad que me dan animos para continuar traduciendo. El tema de subir los capitulo cuando haya terminado de traducirlos lo lleva la compañera del foro llamada Beckett y lo esta haciendo para formato epub juntandolos todos y haciendo en un solo archivo. Si prefieres en formato word, dimelo y cuando termine te los paso todos juntos.
De nuevo gracias por comentar.
lastral- Policia de homicidios
- Mensajes : 747
Fecha de inscripción : 10/04/2011
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo
Ola chicos.
Ya se que os dije que os iba a subir un capitulo completo como compensacion pero es algo largo a si que para que la espera no sea tan larga os voy a subir la primera parte.
Muchas gracias por vuestros comentarios sobre la traduccion y sobre las vacaciones, (han sido geniales, jajajaja) Disfrutad y comentad. Muchas gracias de nuevo.
CAPITULO CATORCE-PRIMERA PARTE
Ella no sintió la bala golpear la puerta o en su cuerpo. En el pestañeo entre sinapsis, en el cual Nikki se preguntó si ella no lo sentía porque ya estaba muerta, oyó dos familiares voces gritar, “¡NYPD, quieto!” después tres rápidos disparos siguieron a un cuerpo caer pesadamente contra su improvisado escudo. Mientras ella tumbada allí, clavada, unos pies se acercaron hacia ella. Después llegó el familiar sonido de un arma siendo alejada y no dando lejos contra el asfalto.
“Limpio.” La relajada voz pertenecía a Dutch Van Meter.
El Det. Feller dijo, “Heat, ha caído, ¿Estás bien? ¿Heat?”
Feller enfundó su arma y la saco de la pila de cubos. Aunque Nikki insistía en que estaba bien, él la hizo sentarse en una andrajosa silla de oficina que estaba pudriéndose en el patio detrás de un tuvo de plástico de una máquina expendedora de cigarrillos.
Coches de la 41 se pararon fuera de la puerta detrás del taxi encubierto. Las luces de emergencia brillaban en la entrada de los objetos del patio, dando a la noche una irrela cualidad, especialmente mientras los colores de la luces estroboscópicas daban en Van Meter. Todavía sosteniendo su Smith & Wesson 5906, él se levantó de al lado del cuerpo de Tucker Steljess, después de intentar en vano buscar pulso. Hizo un suave movimiento con la palma golpeando a su compañero, señalando una lisa línea.
“No te preocupes por mí, caídas a parte, estoy bien. Simplemente soy el único al que dispararon.” Rook salió de su lugar de escondite detrás de una corroída cartulina de cartón que ponía en marcador negro ‘Discos de freno-justo para revisar’.
Rook se puso en un show de fingida indignación, pero Nikki conocía las señales, habiéndolas visto,… habiéndolas experimentado en si misma… Él estaba temblando. Conseguir que te disparen hace estas cosas.
En su declaración al comandante de incidentes, Rook dijo que él había llamado a Ochoa mientras estaba corriendo detrás de Heat, dando bloque a bloque la exploración que los Roach iban transmitiendo por la radio. Después de seguirla por Spofford Avenue, él vio a Nikki retirarse hacia el patio de objetos. Eso fue lo último de su jugar-por-jugar. Él guardó el móvil de ella y se coló para echar un vistazo por la puerta justo cuando el armario con pinturas se derramó sobre ella. Sin dudarlo, él empezó a dirigirse hacia Steljess, calculando que podría hacerle frente por su lado ciego. Pero a media distancia, justo cuando Heat lanzó al gran hombre un bote de pintura, Rook vio el arma claramente en su chaleco. Y después Steljess le debe de haber visto por el rabillo del ojo porque él se giro, empezando a traer la Glock en su dirección. Sin saber que más hacer, Rook cayó en picado detrás de algunas cajas justo cuando él disparo. Los policías de la 41, además de Raley y Ochoa, que estaban también en el semicírculo alrededor de Rook, se giraban como uno para mirar a una de las cajas. En efecto, había un gran agujero de bala por valor de nueve milímetros en ella.
Rook había pensado que tanto él como Nikki habían terminado, pero después él oyó al Det. Feller y Van Meter identificarse, seguidos por tres disparos en una rápida sucesión.
Cuando ellos acabaron con él, Rook se unió a Rook y Feller, que ya había hecho su declaración. Dutch Van Meter había disparado los tres disparos y todavía seguía siendo interrogado. “Pastel,” dijo Feller. “Esto se vendrá abajo como justificado.”
Nikki dijo, “te lo digo, si no hubiese sido por ti…”
“Gracias,” dijo Rook. Él vio sus divertidas expresiones. “… ¿Qué? Si esa caja hubiese estado rellena con filtros de aire en vez de frenos rotos, probablemente no estaría aquí ahora mismo.”
“La verdad es que Rook le distrajo lo suficiente para darnos tiempo a nosotros para entrar,” dijo el Det. Feller. “No fue la jugada más inteligente que yo alguna vez haya visto hacer, pero efectiva.”
Rook le dio a Nikki una mirada de reivindicación y dijo, “gracias, Detective. Y a partir de ahora, no volveré a ver otro episodio de ‘Crash Crab’ sin pensar en ti y en Dutch. Para mí, el grito móvil será para siempre el disparo móvil.”
Feller se giro hacia Nikki. “¿No podría haber sido una caja llena de filtros de aire?”
“En serio, Feller,” ella dijo, tocando su hombro. “Vuestra sincronización no apesta.”
“Entrando en nuestra principal misión, Heat, salvándote el culo. “¿Esto es lo que llamas suspensión?”
“No se lo que quieres decir,” Heat dijo. “Solo estaba siendo un buen civil.”
Raley y Ochoa les llevaron de vuelta a Tribecca en el Roach Móvil. Tan pronto como ellos dejaron la escena, Ochoa salto hacia su móvil para marcar a la comisaría para conseguir los resultados para la comprobación de antecedentes que él había pedido de Steljess.
“Si, puedo esperar.” Después él se giro sobre su hombro hacia Nikki. “No te importa si hago esto contigo en el coche, ¿Verdad? Se que no estas haciendo ningún tipo de trabajo policial, a si que si recoges alguna información, confió en que no pondrás atención en ella.”
“Oh, claro,” dijo Nikki, devolviéndole su guiño.
Raley le dio algo de gas mientras se dirigía hacia Bruckner y dijo, “¿Qué pasa contigo, Rook? Quiero decir, ¿Te crees que tienes algún tipo de poder supernatural? ¿Qué tú simplemente puedes dar un súper-salto en la línea de fuego y repeler las balas?”
“Alguien tenía que saltar a la acción, viendo como su caballero se tomo su tiempo de llegada. Dime, si yo mirara al piso de arriba, ¿Vería los muros de algún castillo blanco desde tu parada en el camino?”
Nikki se estaba entreteniendo como de fácil Rook se sentía dentro de entender la jerga policial, comerciando con dardos en vez de elogios abiertos o dar las gracias. Pero ella no estaba sintiendo bastante como siendo tan indirecta en su gratitud por lo que él hizo tratando de salvarla. Ella deslizo su mano por encima de la de él y la apretó. Y después ella se dejo ir y la deslizó hacia abajo por dentro de su muslo. Ellos todavía estaban manteniendo su contacto visual cuando Ochoa terminó la llamada.
“Como dije, no prestes atención a esto mientras informo a mi compañero, ¿de acuerdo?” El detective termino de escribir una nota en su cuaderno y se giro hacia Raley. “Tucker Lee Sletjess, hombre caucásico, treinta-tres años, tiene unos cuantos asaltos en su chaqueta. Mayormente quejas en las barras de bicicletas además de que recientemente consiguió una libertad anticipada sirviendo quince días de sus cuarenta días de sentencia por romper el cristal del escaparate en una tienda de licuadoras. De todas formas, ¿Sabes que utilizó para romper la ventana?”
Raley dijo, “me encanta cuando especias la historia, compañero. ¿Qué utilizó?”
“Un bote de pintura.”
“Simplemente impresionante.”
“Solo espera. ¿Estás preparado? Indagando más, Mr. Steljess fue una vez policía.” Ochoa le dio a Nikki una rápida mirada por encima de su hombro. “Es cierto. Un agente durante bastante tiempo antes de que finalmente hiciese un D-3, después trabajó de encubierto para Narco en el Bronx.” Él consultó sus notas otra vez. “Los informes dicen que era inestable y bastante más que un solitario. Su apodo era Mad Dog (Perro Rabioso). El servicio de desempeño dice que él, y cito ‘se identificaba excesivamente con sus trabajos encubiertos en narcóticos’. También saben que acosaba a prostitutas. A pesar de ese informe estelar, ellos le liberaron en 2006.”
“Figúrate,” dijo Raley.
Ochoa dijo, “espero que ninguno de vosotros oyera eso.” Después él sostuvo sus notas por encima del asiento para Nikki.
Ninguno de los dos dijo nada en el camino por el ascensor hacia el apartamento de Rook. Ellos simplemente se miraron mientras estaban en el asiento de atrás del Roach Móvil. El aire entre ellos fluía tenso con un ansia que no tenía palabras, y ellos sabían que intentar encontrarlas o decirlas solo debilitaría el magnetismo arrollador que les empujaba a cada uno a sentir.
Ellos estaban cerca, sin tocarse –eso también rompería el hechizo. Solo lo suficientemente cerca para casi tocarse… solo lo suficiente para probar la respiración del otro mientras el movimiento del traqueteo de la carrera les llevaba a casi frotar sus cuerpos.
Cuando él cerró la puerta, ellos se tiraron hacia el otro. La fuerza del calor que les sumergía además de la ola de estimulación de su cercanía impulsó a Heat y Rook ha hundirse en una dimensión de anhelo sexual que era tan imparable como primaria. Jadeando, Nikki alejo su boca de la de él y le salto encima, enganchando sus piernas detrás suyo. Rook flexionó los músculos de las piernas para equilibrarse y estabilizarse, empujándola fuertemente contra él. Ella presiono su cara contra su oreja y mordió. Él gimió con sorpresa y excitación y la giró para sentarla en la encimera de la cocina.
Mientras él la deshacía el nudo del abrigo, Nikki se reclinó hacía atrás sobre sus codos para poder verle, finalmente hablando.
“Ahora,” ella dijo “Te necesito justo ahora.”
“Aquí es donde acaricio el avance,” él dijo después.
“¿Acariciar? ¿De qué siglo vienes?” Ella se desquitó de su pereza, enredándose desnuda en el sofá de él y sirviendo a cada uno otro vaso de vino de la botella de la mesa de café.
“No te burles de mí porque sea un artífice de las palabras. ¿O preferirías que yo llamase a esto meter mano? Porque eso es lo que hiciste en el Roach Móvil, ya sabes.”
“Oh, lo sé.” Nikki le tendió su vaso y estas tintinearon. “Estas diciendo que nunca has metido mano en un coche de policía.”
“Bueno, solo en el vuestro.” El teléfono de ella sonó, y mientras ella se levantaba para recuperarlo del nudo de abrigo, él continuó, “pero si tienes algún capricho sobre iniciar algún morboso juego sexual donde nosotros lo hacemos en un coche de policía, me tienes a tu disposición.”
Lauren Parry dijo, “espero no estar interrumpiendo nada. Miguel dice que por la mirada de ustedes dos cuando él y Raley os dejaron, yo debía esperar un intervalo decente. De hecho, él lo llamo un intervalo indecente.” Nikki se miro a si misma, no llevando una puntada, y Rook, igual, su buen culo estaba haciendo su camino hacia el pasillo.
“No, nosotros estábamos simplemente relajándonos.”
Su amiga dijo, “pantalones ardiendo.”
“¿Qué pantalones?”
Las dos tuvieron una agradable risa sobre eso, después Lauren dijo, “escucha, apuesto a que no tienes ningún bolígrafo en ti, a si que te daré un segundo para encontrar uno. Tengo algunas cosas fuera de registro para compartir… Aunque el Det. Ochoa me ha dicho que no estas ocupada excepto en seguir envuelta en casos del trabajo debido a tu suspensión.”
Nikki cogió un rotulador de una de las numerosas tazas de café que Rook había convertido en tazas de bolígrafos y repartidos por su loft. Uno de los beneficios de acostarse con un escritor. “Estoy lista.”
“Primero,” empezó la ME, “y esto es por lo que realmente te llame, porque sé que te dará algo de paz mental… El análisis de sangre en el cuello Roman del Padre Graf se analizó y dio negativo para el Cap. Montrose.”
“Siiiiiii.”
“Sí, pensé que eso sería una ayuda. Yo ya lo estoy llevando con Sergio Torres, y ahora añadiría que este tio que cogiste esta noche –desarmada.” Lauren subrayó la palabra y eso la hizo sonar tan audazmente cómica como locura.
El punto de vista objetivo de su mejor amiga no era perder a Heat. “Ok, tengo que admitir que tuve un pequeño descuido. Todavía ajustándome a toda esta cosa del ciudadano sin arma.”
“No se que decir, Nikki. Te diría que tuvieras un hobby, pero ambas sabemos que las posibilidades están en eso.”
“No estés tan segura,” dijo Heat. “¿Es la vigilancia considerada un hobby?”
“Has estado pasando el rato con Rook demasiado tiempo; empiezas a hablar como él.” Eso la dio a Nikki la segunda razón para sonreír en esa conversación. Lauren continuó, “también tengo los resultados de laboratorio que entraron en ese pequeña astilla de cuero. ¿Lo recuerdas?”
Heat lo imaginó, se parecía a un pequeño trozo de beacon en la parte inferior del vial cuando Lauren se lo mostró en la sala de autopsias. “Seguro, el fragmento que encontramos bajo las uñas del Padre Graf.”
“Ese mismo. Que regresó de la marca comercial de cuero.”
“¿De los trajes de la esclavitud?” preguntó Nikki.
“No. La manufacturación debe ser familiar para ti. Bianchi.”
La marca era muy bien conocida por Heat como por cualquiera que se preparara para hace cumplir la ley. “¿Eso viene del cinturón de un policía?”
Siempre precisa, Lauren aclaró, “o al de un guardia de seguridad. Eso proviene de una funda de pistola o de esposas. Eres la única que me recomendó los moratones de esposas en la parte baja de la espalda de la víctima, por lo que, si quieres especular, la funda de las esposas es una buena apuesta.”
“Me preguntó… eso es, si conoces de alguien que podría posiblemente tener unas palabras con el Det. Ochoa a estas horas de la noche…”
“Adelante,” ella dijo, disfrutando del contraataque de Nikki hacia ella por burlarse sobre Rook.
“Me preguntaba si una búsqueda en la casa de un cierto ex-policía muerto o en su tienda de reparar motos mostraría una vieja funda de esposas de Biachi con un nuevo arañazo en ellas.”
Heat oyó el auricular cubrirse y voces silenciosas. Una de ellas era de Miguel Ochoa. “Lo haremos,” dijo Lauren cuando regresó. “Él y Raley irán a la casa de Steljess mañana a primera hora. ¿También quieres que le diga que mire en el caso y funda del Cap. Montrose?”
La pregunta de Lauren era la única que Heat tenía miedo de responder en alto. “Lo supongo. Quiero decir, sería agradable eliminar esa posibilidad.” Y después, sintiéndose desleal a su memoria, ella añadió, “sin embargo remota.” Mientras Rook aparecía de nuevo en la sala con un albornoz puesto y llevando otro para ella. Nikki dijo, “y Lauren, mientras que hablamos sobre el capitán, ¿Te importaría si te importuno con otra cosa?”
“Dime.”
“Sé que ellos ya deben de haber pasado su arma.”
“Es correcto. Ha sido disparada, pero ellos no han recuperado la bala. Fue paso a paso y saliendo por el tejado.”
Heat recordó el hoyo alrededor del agujero del Crown Victoria de Montrose. “¿Y eso es todo?”
“Por supuesto que no,” dio la ME. “El arma tiene su sangre y tejido en ella. También su mano da positivo para residuos de pólvora y trazas de metal.”
“¿Cuántas balas en la recámara?”
“El informe dice que todas excepto una… creó.”
“Compláceme, Ms. Parry. ¿Preguntarías a Miguel que lo mirara el mismo? Y por el mismo, no estoy diciendo que no confíe en las pruebas. Solo estoy diciendo que nadie se acerque a un Det. Ochoa altamente cualificado.” Y después Nikki dijo con diversión. “Y tú debes saber a lo que me refiero con eso, ¿Verdad, Laur?”
“Si, lo entiendo,” ella dijo con una risa. “Él es un muy exhaustivo investigador.” Lauren todavía se seguía riendo cuando colgó.
Ya se que os dije que os iba a subir un capitulo completo como compensacion pero es algo largo a si que para que la espera no sea tan larga os voy a subir la primera parte.
Muchas gracias por vuestros comentarios sobre la traduccion y sobre las vacaciones, (han sido geniales, jajajaja) Disfrutad y comentad. Muchas gracias de nuevo.
CAPITULO CATORCE-PRIMERA PARTE
Ella no sintió la bala golpear la puerta o en su cuerpo. En el pestañeo entre sinapsis, en el cual Nikki se preguntó si ella no lo sentía porque ya estaba muerta, oyó dos familiares voces gritar, “¡NYPD, quieto!” después tres rápidos disparos siguieron a un cuerpo caer pesadamente contra su improvisado escudo. Mientras ella tumbada allí, clavada, unos pies se acercaron hacia ella. Después llegó el familiar sonido de un arma siendo alejada y no dando lejos contra el asfalto.
“Limpio.” La relajada voz pertenecía a Dutch Van Meter.
El Det. Feller dijo, “Heat, ha caído, ¿Estás bien? ¿Heat?”
Feller enfundó su arma y la saco de la pila de cubos. Aunque Nikki insistía en que estaba bien, él la hizo sentarse en una andrajosa silla de oficina que estaba pudriéndose en el patio detrás de un tuvo de plástico de una máquina expendedora de cigarrillos.
Coches de la 41 se pararon fuera de la puerta detrás del taxi encubierto. Las luces de emergencia brillaban en la entrada de los objetos del patio, dando a la noche una irrela cualidad, especialmente mientras los colores de la luces estroboscópicas daban en Van Meter. Todavía sosteniendo su Smith & Wesson 5906, él se levantó de al lado del cuerpo de Tucker Steljess, después de intentar en vano buscar pulso. Hizo un suave movimiento con la palma golpeando a su compañero, señalando una lisa línea.
“No te preocupes por mí, caídas a parte, estoy bien. Simplemente soy el único al que dispararon.” Rook salió de su lugar de escondite detrás de una corroída cartulina de cartón que ponía en marcador negro ‘Discos de freno-justo para revisar’.
Rook se puso en un show de fingida indignación, pero Nikki conocía las señales, habiéndolas visto,… habiéndolas experimentado en si misma… Él estaba temblando. Conseguir que te disparen hace estas cosas.
En su declaración al comandante de incidentes, Rook dijo que él había llamado a Ochoa mientras estaba corriendo detrás de Heat, dando bloque a bloque la exploración que los Roach iban transmitiendo por la radio. Después de seguirla por Spofford Avenue, él vio a Nikki retirarse hacia el patio de objetos. Eso fue lo último de su jugar-por-jugar. Él guardó el móvil de ella y se coló para echar un vistazo por la puerta justo cuando el armario con pinturas se derramó sobre ella. Sin dudarlo, él empezó a dirigirse hacia Steljess, calculando que podría hacerle frente por su lado ciego. Pero a media distancia, justo cuando Heat lanzó al gran hombre un bote de pintura, Rook vio el arma claramente en su chaleco. Y después Steljess le debe de haber visto por el rabillo del ojo porque él se giro, empezando a traer la Glock en su dirección. Sin saber que más hacer, Rook cayó en picado detrás de algunas cajas justo cuando él disparo. Los policías de la 41, además de Raley y Ochoa, que estaban también en el semicírculo alrededor de Rook, se giraban como uno para mirar a una de las cajas. En efecto, había un gran agujero de bala por valor de nueve milímetros en ella.
Rook había pensado que tanto él como Nikki habían terminado, pero después él oyó al Det. Feller y Van Meter identificarse, seguidos por tres disparos en una rápida sucesión.
Cuando ellos acabaron con él, Rook se unió a Rook y Feller, que ya había hecho su declaración. Dutch Van Meter había disparado los tres disparos y todavía seguía siendo interrogado. “Pastel,” dijo Feller. “Esto se vendrá abajo como justificado.”
Nikki dijo, “te lo digo, si no hubiese sido por ti…”
“Gracias,” dijo Rook. Él vio sus divertidas expresiones. “… ¿Qué? Si esa caja hubiese estado rellena con filtros de aire en vez de frenos rotos, probablemente no estaría aquí ahora mismo.”
“La verdad es que Rook le distrajo lo suficiente para darnos tiempo a nosotros para entrar,” dijo el Det. Feller. “No fue la jugada más inteligente que yo alguna vez haya visto hacer, pero efectiva.”
Rook le dio a Nikki una mirada de reivindicación y dijo, “gracias, Detective. Y a partir de ahora, no volveré a ver otro episodio de ‘Crash Crab’ sin pensar en ti y en Dutch. Para mí, el grito móvil será para siempre el disparo móvil.”
Feller se giro hacia Nikki. “¿No podría haber sido una caja llena de filtros de aire?”
“En serio, Feller,” ella dijo, tocando su hombro. “Vuestra sincronización no apesta.”
“Entrando en nuestra principal misión, Heat, salvándote el culo. “¿Esto es lo que llamas suspensión?”
“No se lo que quieres decir,” Heat dijo. “Solo estaba siendo un buen civil.”
Raley y Ochoa les llevaron de vuelta a Tribecca en el Roach Móvil. Tan pronto como ellos dejaron la escena, Ochoa salto hacia su móvil para marcar a la comisaría para conseguir los resultados para la comprobación de antecedentes que él había pedido de Steljess.
“Si, puedo esperar.” Después él se giro sobre su hombro hacia Nikki. “No te importa si hago esto contigo en el coche, ¿Verdad? Se que no estas haciendo ningún tipo de trabajo policial, a si que si recoges alguna información, confió en que no pondrás atención en ella.”
“Oh, claro,” dijo Nikki, devolviéndole su guiño.
Raley le dio algo de gas mientras se dirigía hacia Bruckner y dijo, “¿Qué pasa contigo, Rook? Quiero decir, ¿Te crees que tienes algún tipo de poder supernatural? ¿Qué tú simplemente puedes dar un súper-salto en la línea de fuego y repeler las balas?”
“Alguien tenía que saltar a la acción, viendo como su caballero se tomo su tiempo de llegada. Dime, si yo mirara al piso de arriba, ¿Vería los muros de algún castillo blanco desde tu parada en el camino?”
Nikki se estaba entreteniendo como de fácil Rook se sentía dentro de entender la jerga policial, comerciando con dardos en vez de elogios abiertos o dar las gracias. Pero ella no estaba sintiendo bastante como siendo tan indirecta en su gratitud por lo que él hizo tratando de salvarla. Ella deslizo su mano por encima de la de él y la apretó. Y después ella se dejo ir y la deslizó hacia abajo por dentro de su muslo. Ellos todavía estaban manteniendo su contacto visual cuando Ochoa terminó la llamada.
“Como dije, no prestes atención a esto mientras informo a mi compañero, ¿de acuerdo?” El detective termino de escribir una nota en su cuaderno y se giro hacia Raley. “Tucker Lee Sletjess, hombre caucásico, treinta-tres años, tiene unos cuantos asaltos en su chaqueta. Mayormente quejas en las barras de bicicletas además de que recientemente consiguió una libertad anticipada sirviendo quince días de sus cuarenta días de sentencia por romper el cristal del escaparate en una tienda de licuadoras. De todas formas, ¿Sabes que utilizó para romper la ventana?”
Raley dijo, “me encanta cuando especias la historia, compañero. ¿Qué utilizó?”
“Un bote de pintura.”
“Simplemente impresionante.”
“Solo espera. ¿Estás preparado? Indagando más, Mr. Steljess fue una vez policía.” Ochoa le dio a Nikki una rápida mirada por encima de su hombro. “Es cierto. Un agente durante bastante tiempo antes de que finalmente hiciese un D-3, después trabajó de encubierto para Narco en el Bronx.” Él consultó sus notas otra vez. “Los informes dicen que era inestable y bastante más que un solitario. Su apodo era Mad Dog (Perro Rabioso). El servicio de desempeño dice que él, y cito ‘se identificaba excesivamente con sus trabajos encubiertos en narcóticos’. También saben que acosaba a prostitutas. A pesar de ese informe estelar, ellos le liberaron en 2006.”
“Figúrate,” dijo Raley.
Ochoa dijo, “espero que ninguno de vosotros oyera eso.” Después él sostuvo sus notas por encima del asiento para Nikki.
Ninguno de los dos dijo nada en el camino por el ascensor hacia el apartamento de Rook. Ellos simplemente se miraron mientras estaban en el asiento de atrás del Roach Móvil. El aire entre ellos fluía tenso con un ansia que no tenía palabras, y ellos sabían que intentar encontrarlas o decirlas solo debilitaría el magnetismo arrollador que les empujaba a cada uno a sentir.
Ellos estaban cerca, sin tocarse –eso también rompería el hechizo. Solo lo suficientemente cerca para casi tocarse… solo lo suficiente para probar la respiración del otro mientras el movimiento del traqueteo de la carrera les llevaba a casi frotar sus cuerpos.
Cuando él cerró la puerta, ellos se tiraron hacia el otro. La fuerza del calor que les sumergía además de la ola de estimulación de su cercanía impulsó a Heat y Rook ha hundirse en una dimensión de anhelo sexual que era tan imparable como primaria. Jadeando, Nikki alejo su boca de la de él y le salto encima, enganchando sus piernas detrás suyo. Rook flexionó los músculos de las piernas para equilibrarse y estabilizarse, empujándola fuertemente contra él. Ella presiono su cara contra su oreja y mordió. Él gimió con sorpresa y excitación y la giró para sentarla en la encimera de la cocina.
Mientras él la deshacía el nudo del abrigo, Nikki se reclinó hacía atrás sobre sus codos para poder verle, finalmente hablando.
“Ahora,” ella dijo “Te necesito justo ahora.”
“Aquí es donde acaricio el avance,” él dijo después.
“¿Acariciar? ¿De qué siglo vienes?” Ella se desquitó de su pereza, enredándose desnuda en el sofá de él y sirviendo a cada uno otro vaso de vino de la botella de la mesa de café.
“No te burles de mí porque sea un artífice de las palabras. ¿O preferirías que yo llamase a esto meter mano? Porque eso es lo que hiciste en el Roach Móvil, ya sabes.”
“Oh, lo sé.” Nikki le tendió su vaso y estas tintinearon. “Estas diciendo que nunca has metido mano en un coche de policía.”
“Bueno, solo en el vuestro.” El teléfono de ella sonó, y mientras ella se levantaba para recuperarlo del nudo de abrigo, él continuó, “pero si tienes algún capricho sobre iniciar algún morboso juego sexual donde nosotros lo hacemos en un coche de policía, me tienes a tu disposición.”
Lauren Parry dijo, “espero no estar interrumpiendo nada. Miguel dice que por la mirada de ustedes dos cuando él y Raley os dejaron, yo debía esperar un intervalo decente. De hecho, él lo llamo un intervalo indecente.” Nikki se miro a si misma, no llevando una puntada, y Rook, igual, su buen culo estaba haciendo su camino hacia el pasillo.
“No, nosotros estábamos simplemente relajándonos.”
Su amiga dijo, “pantalones ardiendo.”
“¿Qué pantalones?”
Las dos tuvieron una agradable risa sobre eso, después Lauren dijo, “escucha, apuesto a que no tienes ningún bolígrafo en ti, a si que te daré un segundo para encontrar uno. Tengo algunas cosas fuera de registro para compartir… Aunque el Det. Ochoa me ha dicho que no estas ocupada excepto en seguir envuelta en casos del trabajo debido a tu suspensión.”
Nikki cogió un rotulador de una de las numerosas tazas de café que Rook había convertido en tazas de bolígrafos y repartidos por su loft. Uno de los beneficios de acostarse con un escritor. “Estoy lista.”
“Primero,” empezó la ME, “y esto es por lo que realmente te llame, porque sé que te dará algo de paz mental… El análisis de sangre en el cuello Roman del Padre Graf se analizó y dio negativo para el Cap. Montrose.”
“Siiiiiii.”
“Sí, pensé que eso sería una ayuda. Yo ya lo estoy llevando con Sergio Torres, y ahora añadiría que este tio que cogiste esta noche –desarmada.” Lauren subrayó la palabra y eso la hizo sonar tan audazmente cómica como locura.
El punto de vista objetivo de su mejor amiga no era perder a Heat. “Ok, tengo que admitir que tuve un pequeño descuido. Todavía ajustándome a toda esta cosa del ciudadano sin arma.”
“No se que decir, Nikki. Te diría que tuvieras un hobby, pero ambas sabemos que las posibilidades están en eso.”
“No estés tan segura,” dijo Heat. “¿Es la vigilancia considerada un hobby?”
“Has estado pasando el rato con Rook demasiado tiempo; empiezas a hablar como él.” Eso la dio a Nikki la segunda razón para sonreír en esa conversación. Lauren continuó, “también tengo los resultados de laboratorio que entraron en ese pequeña astilla de cuero. ¿Lo recuerdas?”
Heat lo imaginó, se parecía a un pequeño trozo de beacon en la parte inferior del vial cuando Lauren se lo mostró en la sala de autopsias. “Seguro, el fragmento que encontramos bajo las uñas del Padre Graf.”
“Ese mismo. Que regresó de la marca comercial de cuero.”
“¿De los trajes de la esclavitud?” preguntó Nikki.
“No. La manufacturación debe ser familiar para ti. Bianchi.”
La marca era muy bien conocida por Heat como por cualquiera que se preparara para hace cumplir la ley. “¿Eso viene del cinturón de un policía?”
Siempre precisa, Lauren aclaró, “o al de un guardia de seguridad. Eso proviene de una funda de pistola o de esposas. Eres la única que me recomendó los moratones de esposas en la parte baja de la espalda de la víctima, por lo que, si quieres especular, la funda de las esposas es una buena apuesta.”
“Me preguntó… eso es, si conoces de alguien que podría posiblemente tener unas palabras con el Det. Ochoa a estas horas de la noche…”
“Adelante,” ella dijo, disfrutando del contraataque de Nikki hacia ella por burlarse sobre Rook.
“Me preguntaba si una búsqueda en la casa de un cierto ex-policía muerto o en su tienda de reparar motos mostraría una vieja funda de esposas de Biachi con un nuevo arañazo en ellas.”
Heat oyó el auricular cubrirse y voces silenciosas. Una de ellas era de Miguel Ochoa. “Lo haremos,” dijo Lauren cuando regresó. “Él y Raley irán a la casa de Steljess mañana a primera hora. ¿También quieres que le diga que mire en el caso y funda del Cap. Montrose?”
La pregunta de Lauren era la única que Heat tenía miedo de responder en alto. “Lo supongo. Quiero decir, sería agradable eliminar esa posibilidad.” Y después, sintiéndose desleal a su memoria, ella añadió, “sin embargo remota.” Mientras Rook aparecía de nuevo en la sala con un albornoz puesto y llevando otro para ella. Nikki dijo, “y Lauren, mientras que hablamos sobre el capitán, ¿Te importaría si te importuno con otra cosa?”
“Dime.”
“Sé que ellos ya deben de haber pasado su arma.”
“Es correcto. Ha sido disparada, pero ellos no han recuperado la bala. Fue paso a paso y saliendo por el tejado.”
Heat recordó el hoyo alrededor del agujero del Crown Victoria de Montrose. “¿Y eso es todo?”
“Por supuesto que no,” dio la ME. “El arma tiene su sangre y tejido en ella. También su mano da positivo para residuos de pólvora y trazas de metal.”
“¿Cuántas balas en la recámara?”
“El informe dice que todas excepto una… creó.”
“Compláceme, Ms. Parry. ¿Preguntarías a Miguel que lo mirara el mismo? Y por el mismo, no estoy diciendo que no confíe en las pruebas. Solo estoy diciendo que nadie se acerque a un Det. Ochoa altamente cualificado.” Y después Nikki dijo con diversión. “Y tú debes saber a lo que me refiero con eso, ¿Verdad, Laur?”
“Si, lo entiendo,” ella dijo con una risa. “Él es un muy exhaustivo investigador.” Lauren todavía se seguía riendo cuando colgó.
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