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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por Scully Lun Mar 19, 2012 2:10 am

gracias por el trabajo de traducirlo, para las que no tenemos ni idea de inglés nos viene muy bien.
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por lastral Dom Mar 25, 2012 12:06 am

Bueno aqui os dejo la segunda parte del terce capitulo. Espero que os guste. Disfrutarlo y comentarlo. Gracias a todos los que lo siguen. Happy Clap Very Happy Esta parte viene con sorpresa la final ¿que sera? Razz

CAPITULO 3-SEGUNDA PARTE

Al final del día la Det. Heat reunió a su pelotón en la oficina para una revisión de la Pizarra del Asesinato. Era un ritual que servía no solo como una oportunidad para ella de recapitular información, sino que también como una oportunidad para Nikki y su equipo para hacer teorías.
Ella ya había añadido los movimientos del Padre Graf a la línea de tiempo, incluyendo la anotación de las inexplicables horas del día anterior y del día de su desaparición. “No hay nada en este calendario que ayude. Si tuviéramos su cartera, seguiríamos su Tarjeta del Metro para ver que paradas de metro él hizo, pero eso sigue estando perdido.”
“¿Qué hay de los e-mails?”
“Allí mismo junto a ti,” dijo Heat. “Tan pronto como los Forenses terminen con su ordenador. ¿Por qué no las recoges y empiezas a leerlos? Sabes todo para buscar, no necesitas que te lo diga.” Ella intento no dejar su mirada de barrido en Hinesburg, pero ella lo hizo, y registro la mirada antes de girarse de espaldas para escribir ‘e-mails de Graf’ en la pizarra.
Raley hizo su informe. En la dirección Heat, él había ido al “Limite del Placer” para mostrar las copias de los inmóviles a Roxanne Paltz, quien identifico a tres de las dominadoras que trabajaban allí, dos pasadas y una presente.
Como para el hombre, el manager tampoco conocía o no lo dijo. Más tarde, de su propia iniciativa, el Det. Raley había andado al cercano área del subsuelo, enseñando las fotos en las tiendas locales de venta al por menor y a los porteros. “No tuve éxito,” él dijo, “pero probablemente haya conseguido un agradable caso de congelación. La sensación térmica estaba por debajo de cero hoy.”
El sondeo del Alley Dungeon había salido también sin nada. El Det.Ochoa, Rhymer y Gallagher cubrieron los principales clubs de BDSM extendiéndose como veinte bloques desde el Midtown a Chelsea, y ninguno de los trabajadores o invitados que habían encontrado dijo que reconocían la foto del cura. El Det. Rhymer dijo, “Puede significar que alguien esta mintiendo o que Graf era discreto.”
“O no era su estilo de vida,” dijo Gallagher.
“O,” añadió Nikki, “no hemos hablado con la persona correcta todavía.” Ella les dijo sobre el trozo de papel que estaba escondido debajo del nudo corredero. “Nosotros levamos un rastro del número de teléfono. Era de un club de strip-tease masculino.”
“¿Un club de strip-tease masculino? ¿Con quien llevasteis el rastreo- Rhymer?”
Cuando las risas acabaron Ochoa continuo, “Tu niégalo, Opie, pero siempre es de los únicos sanos.”
Raley repico. “No le escuches, Opie. Miguel solo esta molesto porque tú solo pusiste un dólar en su ropa interior la última vez.”
Heat declaró que desde que Raley y Ochoa parecían los más inteligentes, ellos podrían tener el detalle de ir al club de strip para enseñar la foto de Graf. Después de que los Roach se llevaran un coro de burla del pelotón, ella terminó su recopilación de objetos en la rectoría.
El Det. Rhymer, que era un préstamo de Robos, se preguntó si los vídeos fueron robados porque tuvieran grabaciones sexuales en ellas. “Si el cura estaba metido en algo…anticura… probablemente haya algo embarazoso de alguien más que estuviese en esos vídeos.”
Heat reconoció que podría ser y lo apunto debajo de “Teorías” en la pizarra como ‘¿evidencias sexuales en los vídeos?’ Que no obstante, Nikki dijo que algunas cosas la hacían querer aumentar el alcance de la investigación. Tan pronto como ella dijo estas palabras detrás del pelotón vio movimiento en el cristal de la oficina. El Cap. Montrose se levanto de su escritorio y se quedo de pie apoyado en el marco de su puerta para recibir su informe.
“Empezaremos mañana,” dijo Heat, “Quiero cavar profundo en la parroquia. No solo mirar en los feligreses que hayan tenido motivos, también en cualquiera de las otras actividades en los que el Padre Graf haya estado involucrado. Clubs, protestas de inmigración, incluso unidades de caridad y la recaudación de fondos.”
Después ella les dijo sobre los alijo de dinero en el ático, que venían a ser unos ciento cincuenta mil. Todos en billetes por debajo de los cien, todo en una colección de sobres de iglesia.
“Yo buscare en la archidiócesis para ver si tenían conocimiento sobre malversación. Lo que sea esta cerca, o una herencia, o no lo se, una lotería secreta ganada –como sea que ese dinero llego para estar en su ático- no podemos excluir la posibilidad de que alguien quería conseguir e intento forzarle para que dijera donde estaba. Pero,” ella advirtió, “es muy pronto para correr a por esa pieza de caramelo, porque hay otras cosas para mirar también. Simplemente digamos que es una de las muchas razones para hacer este caso más grande.” Después ella retransmitió las recomendaciones de la autopsia. “Lo que era particularmente chocante fue el grado de electricidad que la víctima tuvo antes de morir. Las TENS, en pequeñas dosis, se usaban en algunos juegos de tortura. Pero sus quemaduras, el ataque al corazón, no parecían un juego.”
La habitación se silencio, todos los silenciosos que la oficina había tenido desde que Nikki había llegado para encender las luces esa misma mañana. Ella sabía que es lo que cada miembro del pelotón estaba pensando. Cada uno estaba rememorando los últimos minutos de la vida del Padre Graf en ese cruce de St. Andrew.
Heat los miro, sabiendo que incluso en este grupo de bocas inteligentes, no había cantidad de humor policial que superara la compasión que ellos sentían por el sufrimiento de otro humano.
Consciente del humor colectivo, Nikki resumió tranquilamente. “Como cualquier asalto, los asaltantes usan patrones de conducta. Yo estoy buscando otro asalto como este, especialmente involucrado electricidad.
“Det. Heat.” Todas las cabezas se giraron a la voz del final de la habitación. Para muchos, era la primera vez que ellos habían oído esa voz en semanas de hecho.
“¿Capitán?”
“Me gustaría verte en mi oficina.” Y antes de que se metiera, añadió, “Ahora mismo.”
Nikki giro su pierna alrededor, cogiendolo por la parte de atrás de su pantorrilla, y él cayo. Don aterrizó duro en la azul alfombra de lucha en el gym y dijo, “Joder, Nikki, ¿Qué has comido esta noche?” Ella alargo una mano para levantarle, y a medio camino de la subida, Don pensó que sería listo y la dio la vuelta. Pero él telegrafío su movimiento con sus ojos y ella rodó hacia su lado débil, todavía agarrada de su mano, retorció su dedo gordo, rodó sobre su estómago, y puso una rodilla en su espalda.
Esa tarde, cuando ella había recibido el mensaje de su una vez entrenador personal de combate y ahora compañero regular de entrenamiento, Nikki declino la oferta de Don. Su día había sido una comida pesada, y todo lo que quería era llegar a casa y hundirse en una bañera, esperando que el irse pronto a la cama la permitiese escapar de la carga del caso, y de Rook, durmiendo. Pero después de tener esa última reunión con Montrose. Heat salio de su jaula de sentimientos, frustrada, y sobre todo, en conflicto. La primera cosa que hizo fue coger su teléfono y mensajera al ex-Naval SEAL que quería una salida después de todo.
El pobre Don estaba sobre su pie como dos segundos antes de que Heat le hiciera caer otra vez.
La reunión había sido con un Montrose que Nikki no conocía. Él cerró su puerta, y mientras andaba hacia su escritorio rodeándola por detrás, la había acusado de perder el enfoque en el caso. Ella escuchaba pero no podía apartar sus ojos de la tirita de su dedo, preguntándose de quién seria la sangre del collar del cura sino era de este.
Don fue a la esquina del gym y con la toalla se quito el sudor de su cara. Nikki saltaba sobre sus pies en el centro de la alfombra, enérgica, ansiosa resumiendo. Su capitán había dicho, “Nosotros acordamos esta tarde que te mantendrías trabajando en la línea de la esclavitud en este caso. ¿Qué ocurrió? ¿Comiste alguna divertida seta para comer y se te ha subido a la cabeza cambiandola?”
¿Quién era este hombre?, se preguntó, ¿hablándola a ella así? Su mentor, consejero y protector todos estos años. No tanto como el padre que nunca tuvo pero ciertamente sí el tio.
Don intento simular su salida. Sacudió sus brazos flojamente, llevando todo a la goma,. Trabajando en sus debilidades para pillarla dormida. Pero después él arremetió, yendo por lo bajo con su hombro izquierdo hacia su cadera, intentando agarrarla derecha. Ella avanzó hacia un lado y rió cuando él no cogió nada más que aire y aterrizaba sobre su cara.
“Yo he empezado a conseguir información que a abierto mi pensamiento, Capitán.” Ella le había dicho, todo el tiempo preguntándose que decirle y que guardarse para si- algo que nunca le ocurrió a ella hacer con este hombre.
“¿Cómo que? ¿Hablando con sus feligreses para ver quien piensa que su sermón tiene faltas de humor? ¿Interrogando a los miembros de su Knights de Columbus? ¿Yendo a la archidiócesis?”
“Esta ese dinero que encontramos,” ella dijo.
“Esta el acuerdo al que llegamos,” él dijo. Después Montrose se había calmado un poco, un destello de la vejez de la piel llego a visitarle.
“Nikki, soy el responsable de la supervisión aquí y veo que tú giras tus ruedas en programas secundarios. Eres una gran detective. Ya te lo he dicho antes. Eres inteligente, intuitiva, trabajadora… No he visto nunca a nadie mejor encontrando el calcetín desparejado. Si hay un aspecto de un caso o una escena del crimen que no suene verdadero, parezca sacado de lugar, lo ves.” Y después de que esa frase terminara. “Pero no se que demonios haces de lo que estas haciendo hoy. Has llegado media día tarde para la entrevista de un testigo clave, y eso después de tu pobre juicio mandando a Hinesburg. Es verdad, lo dije, tu pobre juicio.”
Los pies de Don hicieron la bicicleta en el aire en su vuelo por encima de los hombros de Heat. Ella giro su espalda y cayo sobre una de sus rodillas mientras le liberaba, manteniendo su cabeza baja y la ponía hacia su vientre en la trayectoria. Girando de esa manera, ella no podía verle caer. Pero el suelo tembló.
“Estoy de acuerdo en que debería haber estado en la rectoría más pronto.” Heat había parado allí, no diciendo más sobre eso. Ella reflexiono sobre su viaje al OCME, pesado tráfico incluido, consiguiendo retrasarse por esa llamada del asistente administrativo de la 1PP, y por supuesto, ese expediente que se paro a leer sobre el viejo homicidio. Pero yendo más lejos, explicándose, solo sería para sonar defensiva. Esto era suficiente duro.
Suficiente duro intentar pretender que ella no había visto lo que vio en ese expediente. Que el detective el jefe en el asesinato de 2004 de Huddleston había sido el Detective en Primer Grado Charles Montrose.
“Si, deberías haber estado allí pero no estabas. Eso no suena a ti, detective. ¿Esta distraída por todos estos asuntos de la promoción?” Entonces después de que hubiera dejado ese trabajo en ella, se inclino hacia delante en su papel del escritorio, las manos estrechadas por lo que ella no podía evitar ver la tirita justo ahí. Y después él soltó, ¿O es que estas demasiado ocupada con otras cosas? Como contando cosas a reporteras de periódicos.”
Privacidad de la Casa Cuartel Regla nº1: No hay privacidad en una casa cuartel.
“Déjeme asegurarle una cosa, Capitán. La extensión de mi conversación con esa reportera fue básicamente diferentes formas de decir, ‘Sin comentarios’.” Ella mantuvo la mirada de él para que pudiera ver la verdad escrita en sus ojos.
En ese momento, ella también tomo una decisión. Saco la conclusión que ese no era la reunión para preguntarle sobre el viejo caso Huddleston. Por ahora, tan lejos como su jefe estuviese interesado, ella nunca iba a preguntarle por ese expediente.
Sea como sea esta tormenta, ella solo esperaba que pasara para centrarse en el trabajo y operar abiertamente otra vez en su propia casa.
“Asegúrate que mantienes esto por ese camino,” él finalmente dijo. “Se que la prensa puede gustar. Especialmente la Prensa Gotcha ¿No piensas que yo los tengo a todos encima? Te diré lo que no necesito, Det. Heat, una razón más para que alguien se suba a mi espalda, y mejor que no venga de ti.” Su tono había sido moderado, que hacia que sus palabras dolieran todavía más. “Que sepas esto. Te pondré fuera del caso si no te centras. Quédate en el camino de BDSM y nada más. ¿Soy claro?” Ella no tenía palabras y solo asintió.
Cuando se dirigía hacia el pomo de la puerta, él añadió, “Quemas este caso y eso seria malo para mí. Malo para ti, también.”
Heat se marcho preguntándose si eso era un consejo o una amenaza.
Don, quien la había preguntado para entrenar esa noche, había hecho una adicional invitación. Y era dormir juntos. Tenía historia de eso, pero esto se había convertido una atenuación. En algún lugar de la línea, años atrás y sin mucho trompeteo, el entrenador brasileño en jujitsu de Nikki se había convertido en su entrenador con beneficios. Cuando esto empezó, ellos estaban perfectamente igualados para eso. Ninguno estaba en una relación seria; se gustaban, eran sumamente físico, e igualmente felices de dejar de esforzarse por no ir más lejos que el gym o la habitación. El sexo era ocasional, energético y mutualmente sin pasión. Todo esto cambio para Nikki cuando Rook se metió en la mezcla. Ni siquiera era sobre la seria monogamia para ella tanto como algo más. Algo que ella no podría –o no sabría- exactamente poner en palabras. Desde la ola de calor, Don y Nikki habían limitado sus luchas a la alfombra. Él había lanzado invitaciones cada poco tiempo, que se habían declinado sin explicaciones, también parte de sus reglas no habladas.
Esa noche, después de la paliza que ella le había dado, antes que ellos partieran a sus respectivas casas, la volvió a preguntar. Y esta vez, por primera vez en mucho tiempo, Nikki estuvo tentada. No, más que meramente tentada. Ella estaba muy cerca del si.
En el camino de vuelta a su apartamento, ordeno sus sentimientos. Lo más cerca que había estado de decir, “Mi lugar”, ella lo había cogido enderezándolo hacia la línea de su imaginación y declinado. El mes sin Rook había sido uno largo emocionalmente y psicológicamente. Ella podría haber fácilmente tenido una noche con Don, y ni él o Rook habrían tenido voz en su elección. Pero ella no venía del mismo lugar como todos los anteriores que lo precedían. ¿Pero porque? ¿Estaba en una relación seria con Rook ahora? Ella probablemente hubiera contestado diferentemente antes de irse él. Y ciertamente esto se asomaba como una gran cuestión después de la foto del Le Cirque y todo lo que suponía. El tema para ella era que tipo de relación, si hubiera alguna, ella tendría con Rook cuando –si- ellos se volvieran a ver otra vez. Durmiendo con Don esta noche podría haber sido una venganza sexual. Cual seguramente a Don no le importaría, o incluso si lo supiera. Aunque ella podría. Esa no era su razón, sin embargo. Su ‘no’ a Don había sido sobre aplazar una definición.
O quizás era más transparente que eso. Probablemente ella sabía que la última cosa que quería era tener una complicación más añadida al estrés de su vida. Demonios, su día. Lo que ella necesitaba era una noche de dejarlo ir, liberarse.
Ella ya tenía el baño en mente, burbujas de lavanda por supuesto. Una cosa más que le daría la claridad que necesitaba. En Park Avenue South, Nikki paro en el quiosco al final de su bloque y cogió los tabloides y revistas de celebridades. Hok, el vendedor, le dio un ‘hola’ especial, el único con un guiño que le empezó a dar a Heat el día que ella estaba en la portada del First Press con la exasperante historia de Jameson Rook, “La Ola de Crímenes coincide con la Ola de Calor.”
Sacando el cambio para Hok, que sonrió alegremente cuando iba a conseguir el cambio exacto, Nikki olio humo de un motor en marcha.
“Hok, ¿Cómo soportas eso?” él puso una cara y desparramo el aire en frente de su nariz. Ella miro la dirección de los gases. Venía de un gran SUV a unas cuantas plazas por debajo del camino. Ella giro para darle al vendedor sus monedas cuando la frase ‘coche pene’ entro en sus pensamientos.
Ella giro otra vez hacia el SUV. Ciertamente parecía el mismo como el que ella se había encontrado en su camino hacia Andy’s Deli –grafito gris con grandes tiras- pero algo era diferente. Las placas. Ella había registrado esas placas como Jersey. Estas tenían las etiquetas del Estado de New York. Hok la ofreció una bolsa de plástico, que ella declino. Avanzo desde el quiosco y se sorprendió al ver que el SUV se había ido.
Nikki avanzó hacia la acera a tiempo para ver sus luces delanteras desaparecer mientras dejaba atrás la calle hacia el tráfico y desaparecía en un lado de calle.
¿Atrasado?
Nikki se giro en círculo, consiguiendo una vista de su alrededor. No vio nada inusual. Nada más inusual. Esta solo a un bloque de su casa. Heat desabrocho su abrigo, se quito su guante derecho, y empezó a andar con ojos y oídos en alerta.
Su calle estaba tranquila. No choches en movimiento, y en la quietud de la noche bajo cero, ella se paro brevemente para esforzarse por oír cualquier indicio de un bajo sonido de motor. Nada. Ella se movió rápidamente hacia sus escaleras de enfrente hacia el vestíbulo, llaves ya en la mano. Vestíbulo, limpio.
Heat abrió y se metió. Siguiendo un instinto de no conseguir atraparse en ningún sitio, ella paso del ascensor y subió las escaleras hacia su planta, parando ocasionalmente para escuchar y después moverse hacia arriba. En su planta, ella alcanzo el tramo a medio camino entre las dos direcciones. Estaba vacío. Se permitió entrar en su apartamento, tirando del cerrojo detrás suyo, y exhalo. Nikki se interrogo a si misma. ¿Otra paranoia? ¿El estrés responsable del final de una exponencialmente mierda de día? ¿O ella tenía un acosador? Y si así era, ¿Por qué? Y ¿Quién?
En el armario de la entrada, buscando una percha para su abrigo, ella oyó un ruido de la esquina de la cocina. Un pequeño ruido. ¿Quizás crujido de un zapato? Heat desenfundo su Sig. Sosteniéndola en su mano derecha, se movió hacia allí, llevando su abrigo en la derecha. Nikki paró, dibujando una lenta respiración, mentalmente contando tres, después paso el abrigo alrededor de la esquina. Ella lo siguió agachada con su arma llevándola en ambas manos, llamando, “Policía, quieto.”
El hombre atrapado bajo su abrigo paro de luchar con este y levantó sus manos por dentro.
Heat lo conocía antes incluso de que hablara.
Nikki quito el abrigo de su cabeza, y él sonrió tímidamente.
“¿Sorpresa?” dijo Rook.
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por GabiiLovesMela<3 Dom Mar 25, 2012 3:02 am

Gracias por subirlo!! Very Happy
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por lastral Dom Abr 01, 2012 1:14 am

Os traigo la primera parte del cuarto capitulo. Este me ha costado algo más por eso hay algunas cosas que os pueden no cuadrar, pero no encontraba otra manera de darle algo de sentido. Espero que no os causen molestias para seguir la historia. Facepalm
Como siempre, disfrutadlo y comentad. Gracias por leerlo. Very Happy

CAPITULO 4-PRIMERA PARTE

“Baja tus manos, Rook, pareces ridículo,” dijo Heat. “¿Qué demonios pensabas que estabas haciendo?”
“Correr hacia tus amados brazos. Al final yo pensaba que estaba.”
“Podría haberte disparado. ¿Lo sabes?” Ella dijo mientras enfundaba su Sig.
“Eso se me acaba de ocurrir,” él dijo. “Eso habría frenado mi regreso. Sin mencionar el montón de papeleo para ti. Pienso que es mejor para ambos que no lo hicieras.”
Él avanzó un paso desde la cocina para abrazarla, pero cuando se cruzo de brazos, paro. “Viste el periódico.”
“Por supuesto, vi el maldito periódico. Y si no, la mitad de New York estaba feliz de seguir mostrándolo debajo de mi nariz. ¿Qué demonios pasa contigo?”
“Ves, esto es por lo que vine. Para poder explicarlo cara a cara.”
“Esto va a ser bueno.”
“OK,” él dijo. “Mi agente y yo tuvimos una muy importante cena de negocios la pasada noche. Un gran estudio ha elegido mi pieza en Chechenia para una película.” Cuando Nikki no pareció muy emocionada por eso, continuó, “a si que… desde que justo llegue a la cuidad… fuimos a cenar para que pudiera firmar el contrato. No tenia ni idea de que alguien estaba tomando una foto.”
“¿Cuándo exactamente acabas de volver?” ella preguntó.
“Ayer. Tarde. Rastree ese dinero y el envío de armas todo el camino desde Bosnia a África a Colombia a México.”
“Bien por ti,” dijo Heat. “Ahora, eso convierte los último treinta días maravillosamente. ¿Y sobre las últimas treinta horas?”
“Dios, una vez un interrogador…” Él rió y se encontró con un muro helado. “Yo puedo contarte sobre eso.”
“Soy toda oídos.”
“Bien, ya sabes sobre la cena.”
“En Le Cirque, si, adelante.”
“El resto es simple, realmente. Mayormente yo caigo. Pienso que dormí trece, quince horas del tirón. Primera cama de verdad en semanas.” Estaba hablando más deprisa entonces, eliminando pausas que le hacen vulnerable. “Y después, yo he estado escribiendo como un loco –teléfono y televisión apagados- escritor. Después vine directo aquí”
“¿No pudiste llamar?” Nikki odio el cliché incluso cuando salio de su boca, pero después decidió que si alguna vez alguien tenía permiso para decirlo, era ella.
“Ves, eso es lo que no sabes sobre mí. Este es mi proceso, sabes, secuestrarme a mi mismo. Ponerlo todo mientras todavía esta fresco en mi cabeza y mis notas todavía tienen sentido para mí. Es como trabajo.” Él dijo, a partes igual de explicación y justificación. “Pero esta tarde cuando finalmente vi el periódico, supe como te sentirías, a si que deje todo para correr hacia ti en una verdadera moda de no-hay-río-lo-suficientemente-ancho. Muy bien, quizás en lugar de una balsa hecha a mano fue un taxi, pero ¿No cuenta eso para nada?”
“No estoy muy segura de que sea suficiente.” Ella recogió su abrigo y lo dejo en la espalda del mueble bar, ganando tiempo para arreglar sus pensamientos. El hecho era, para Nikki, que eso no borraba el mes de soledad y las emocionales espinas y crudas abrasiones que venían con su viaje. Pero el lado razonable de ella, el que crecía a la par, estaba buscando en el horizonte los días y semanas y lo que viniera después de este momento.
Rook aclaro su garganta. “Hay una cosa más que necesito decir. Y se que no hay forma de que podamos avanzar hasta que esto lo consiga sacar.”
“OK…”
“Quiero disculparme contigo, Nikki. No simplemente, ‘hey, lo siento’, pero realmente. Disculparme.” Él paro, ni la dejo absorberlo o encontrar la manera, cuando él siguió. “Todo esto sigue siendo nuevo para los dos. Tú y yo venimos cada uno con sus propias vidas, maleta del pasado, carreras, el trabajo. Ambos. Yo tengo la ventaja de haber ido fuera –según, por lo que– yo conseguí entrar en tu vida, dentro y fuera. Yo, soy un periodista de investigación. Si lo estoy haciendo bien, yo estoy pasando grandes periodos de tiempo en lugares en los que nadie más tiene pelotas de ir y bajo condiciones en las que muchos reporteros no se pondrían. Eso explica porque yo me caigo del radar en mi historia. Te dije que probablemente ocurriría antes de irme. Pero no es excusa para no llamarte cuando conseguí aclararme. La única explicación que puedo darte probablemente suene débil, pero es la verdad.
Cuando yo suelto la tarea, tengo una rutina. Duermo como un muerto y escribo como el demonio, como conclusión. Es la manera en que siempre lo he hecho. Durante años. Pero ahora –me he dado cuenta de que algo es diferente ahora. No soy el único involucrado.
Ahora, si pudiera devolver las últimas veinticuatro horas, lo haría, pero no puedo. Lo que puedo hacer, sin embargo, es decir que cuando te miro ahora y veo el daño en ti –el daño que he causado por ser insensible- veo el dolor que nunca quise traerte otra vez.” Él dejo eso asentarse allí, después dijo, “Nikki, me disculpo. Estaba equivocado y lo siento.”
Después de que terminara, ellos se quedaron allí así, frente a frente en su vestíbulo, ambos silenciosamente mirándose por encima apenas una yarda de lejos –uno esperando la desavenencia que estaba detrás de ellos, y el otro intentando decidir- cuando el calor que de repente atizó por dentro a Nikki se hizo más grande, tomo una decisión. Esto se llevo el control, extendiéndose por ella hasta que el esparcido calor creció y no podía ser parado, haciendo el ‘aquí, ahora’ más grande –y más poderoso- que nada más.
Rook lo sintió en ella, o quizás lo estaba sintiendo en él, también. Eso no importaba –nada más que quien voló hacia el otro primero, boca abierta en una boca abierta, alcanzándose hambrientos, buscándose para estar más cerca. Sin mirar, ella saco su pistolera con una mano y la dejo en la encimera. Todavía besándose, presionándole hacia ella, sus dedos desabrochaban su blusa.
Cuando ellos finalmente jadearon en busca de aire, cada respiración se convirtió en una compartida lujuria, dando tan bien como recibiendo; una búsqueda de pasión, de labios cerrados y urgentes lenguas. Él empezó a guiarla hacia la cama con pequeños pasos. Pero Nikki tenía uno más en ella que demoler esa noche. Ella rodó a Rook por encima de la espalda del sofá y aterrizó encima de él. Este alcanzó detrás de ella, atrayéndola por la espalda hacia él. Ella presiono más allá, yendo con él. Después Nikki se pudo de rodillas y empezó a desabrocharle el cinturón.
Y después de eso todo fue sobre quedarse sin aliento otra vez.
Nikki durmió después, todo debiéndose a ella misma una amontonada lujuria dentro del ozono, hundiéndose profundamente en los cojines del sofá, su muslo desnudo descansaba por encima del magnifico culo de Jameson Rook.
Ella se despertó lentamente sobre una hora después y holgazaneo unos pocos momentos viéndole mientras se sentaba en el escritorio trabajando en su portátil en solo su camiseta y Calvins. “No he sentido incluso que te levantaras,” ella dijo. “¿Has dormido?”
“Demasiado conectado para estar cansado. Incluso no se que zona horaria es todavía.”
“¿El sexo te ayuda a escribir?”
“Seguro que no hace daño:” Él paro y giro su cara hacia ella con un guiño, después volvió a su ordenador. “Pero no estoy de hecho escribiendo-escribiendo. Simplemente me estoy bajando y guardando algunos documentos que me mande a mi mismo. No sería un sex- quiero decir sec… ¿o si?”
“¿Te envías a ti mismo? Rook, si estabas solo, podría mandarte algo.”
Él continuo trabajando marcando teclas mientras explicaba, “Yo siempre respaldo mis documentos iPad y notas Smartphone mandándomelas a mi mismo. De esa manera, si mi iPad toma un trago en un pantano o mi móvil consigue confiscarse algún antiguo traficante de armas de Eastern Bloc o lo dejo en el tren como un idiota… No pierdo todo mi trabajo.”
Con un movimiento, pulsando doble sobre la almohadilla del pórtatil. “Terminado.”
Después de hacer el amor otra vez, por todos los lugares, en la habitación, Heat y Rook se pegaron el uno al otro en la oscuridad. Una gota de sudor corría por uno de los pechos de Nikki y se preguntaba -¿De él o de ella? Ella siguió el rastro de la sensación de esto despacio, vagando rumbo entre ellos y sonrió. Después de un mes separados, como de maravilloso era estar lo suficientemente cerca para que ella no pudiera decir de quien era el sudor de quien.
Cuando ambos decidieron que tenían hambre, ella se preguntó en voz alta quien estaría todavía repartiendo después de media noche, pero Rook ya estaba en su maleta sacando un par de pantalones. “Tu no vas a salir,” ella dijo.
“10-10 gana diciendo esto en menos tiempo esta noche.” Él no dijo nada, simplemente cogiendo a Nikki de su bata y llevándola a la cocina. Abrió la puerta de la nevera y salio con media docena sacada de una bandeja.
“Rook, ¿Qué haces?”
“Enganchar SushiSamba de camino.” Él coloco un contenedor de cada en la encimera. “Veamos, tienes panecillos del Samba Park, tu Bobo Brazil, tu Green Envy…;” él paro para ronronear como tigre. “… tu Shasami de atún.”
“Oh Dios Mio,” dijo Nikki, “Y, ¿conseguirás un tubo amarillo de ceviche?”
“¿Te conozco? ¿Margarita, señorita?”
“Sí,” río, recordando cuanto tiempo había pasado desde que ella había hecho eso.
Rook ajusto el tubo donde había hecho la mezcla y, mientras él ponía sal en dos vasos, dijo, “considerándolo irónicamente potencial. Cuatro semanas sobreviviendo noches en junglas terminando en bahías de cargamento de innumerables lugares, múltiples detenciones por guardas corruptos fronterizos, consiguiendo una paliza en el baúl de algún paranoico señor de las drogas Colombiano de El Dorado por su adicción al crack, solo para ser apuntado en el apartamento de su novia.”
“No te rías, Rook. Me estaba sintiendo nerviosa. Pensaba que alguien me seguía.”
“¿De verdad? ¿Viste quien?”
“No. Y no estando al cien por cien segura sobre ello.”
“Si, lo estas,” él dijo. “¿Deberías haber llamado a Montrose?” Hubo un tiempo que era exactamente lo que habría hecho. La Det. Heat habría dejado a su capitán saberlo y después vehementemente declinaría el aparcar un coche enfrente (que él habría hecho poner de todas maneras, ignorando sus protestas). No era la incertidumbre sobre el seguimiento lo que la paro, sin embargo. Esa era la incertidumbre en la cara de él cuestionando su juicio y liderazgo. Además de su incómoda relación con el capitán con tantas sospechas arremolinándose.
“No,” ella dijo. “Es muy raro con Montrose ahora. Algo de tensión.”
“¿Con Montrose? ¿Y tú? ¿Qué pasa?”
El día había sido como un trabajo pesado, y este respiro era como un bienvenido oasis, ella dijo, “el camino es largo para profundizar ahora. No te estoy dejando fuera, pero ¿Podemos dejarlo hasta mañana?”
“Absolutamente.” Él sujetaba su vaso. “Por las reuniones.”
Ellos dijeron salud y bebieron. El sabor de la margarita siempre la recordaba la primera noche que tuvieron sexo en el verano de la ola de calor. “Espero que aprendieras tú la lección sobre entrar a hurtadillas aquí sin avisar.”
“Me diste una llave. ¿Y que tipo de sorpresa seria esa, si llamo?”
“La sorpresa habría sido para ti si hubiera tenido compañía.”
Él sirvió la comida, poniendo rollos cortados de sushi en su plato y después en el suyo con los palillos. “Tienes razón. Eso me habría sorprendido.”
“¿Qué?” ella dijo. “¿Quieres decir que te sorprendería si hubiera estado con alguien?”
“No lo estarías.”
“Seguro que podría.”
“Podrías, si. ¿Lo harías? No. Esa no es quien eres, Nikki Heat.”
“Un poco presuntuoso.” Ella comió algo del ceviche, y mientras probaba el cidro y el cilantro, saboreando como esto hacia al pescado incluso más fresco, Nikki reflexiono en como de cerca ella había estado en traer a Don a casa con ella esa noche. “¿Y como sabes que esa no soy yo, Jameson Rook?”
“Esto no es sobre conocimiento. Tú nunca puedes conocer a alguien. Esto es realmente sobre confianza.”
“Curioso. Nosotros nunca hemos realmente definido nuestra…”
“¿Exclusividad?” Él dijo, terminando por ella.
Ella asintió. “Si, eso. ¿Y todavía confías en mi? Él mastico un Green Envy y asintió. “Y que hay sobre ti, Rook, ¿Supongo que tengo que confiar en ti?”
“Ya lo haces.”
“Ya veo. ¿Y como de lejos esta confianza se extiende?” Ella preguntó, cogiendo con el palillo un dado de Masabi comos u próxima víctima. “¿Qué hay sobre viajes? ¿Cómo se llama? ¿La Regla de las Cien Millas?”
“¿Quieres decir la única que dice que puedes hacer lo que quieras –con quien quieras- si estas a más de cien millas de lejos? ¿La variación de la Regla ‘¿Qué paso en las Vegas?’?”
“Esa es,” ella dijo.
“Desde que sacastes esto, los lugares en los que he estado, situaciones que hacen exponerse a si mismas. Hacerlo cada vez. Y si, yo absolutamente suscribo la Regla de las Cien Millas.” Ella dejo sus palillos a un lado de su plato, paralelamente entre ellos, y le estudio. El siguió, “pero aquí esta la cosa. Acorde con la Regla de Rook, no importa donde este en el mundo, a cien millas o mil, la Milla Cero empieza aquí.” Él puso dos dedos en su pecho.
Nikki pensó un momento, después cogió un trozo de sushi con sus dedos. “¿Cuando yo termine este rollo de Samba? Quiero que finjas que la Milla Cero esta en un playa en Fiji… y estamos solos.” Ella lo puso en su boca en un bocado y levantó sus cejas a él mientras masticaba.
Un rápido paseo mañanero al día siguiente cogió un nuevo significado mientras ella y Rook cogían sus caminos sobre las placas de hielo a dos grados bajo cero según Fahrenheit. Por lo menos la bofetada de frío en su cara la despertó. Heat tuvo que arrastrarse fuera de esa cama calentita con él para hacer que ella llegará a tiempo a esa reunión de desayuno. Él ayudo levantándose con ella y preparando café mientras ella se duchaba. Cuando salió, él estaba empacando sus cosas para poder entrar en su loft de Tribeca y tener un día de escritura. La fecha límite para su artículo de contrabando de armas llegaba, y la dijo que en sus tacones él debía corregir su novela romántica como escritor fantasma, ‘her Needles Knight.’
“Siento como si acabara de tener una de esas,” ella dijo mientras se besaban en las escaleras que conducían al tren 6 en la 23.
“¿Alguna queja?”
“Solo una,” dijo Heat. “Es sobre el final.”
Nikki hecho un vistazo más en Park Avenue South y estuvo satisfecha de que no estaba siendo seguida. Y mientras Rook se quedaba de pie sujetando la puerta del taxi que había parada, esperando en la calle mientras la veía, su pausa confirmo la sospecha de Nikki de que su pronto despertar para trabajar era una excusa para escoltarla sin decirlo. La acera vibró como un trueno lejano, y ella pudo oír el chirriar del metro frenando mientras paraba en la estación. Le dio un asentamiento de cabeza y corrió para cojerlo.
El deli que Zach Hamner había elegido no podría haber sido más conveniente.
La tienda de Corte Café daba frente a la salida del metro en Lafayette entre Duane y Reada, justo al otro lado de la calle de Edificio Municipal, y justo detrás de esto, One Police Plaza. Heat empujo la puerta de cristal detrás de un trío de constructores que tiro los cascos en el mostrador, llamando para ordenar para desayunar burritos y jamón y huevos en un filete. Ella no conocía a Hamner, pero el delgado hombre en un traje negro y una corbata de oro en una mesa en la ventana era un buen candidato. Él se levantó para saludarla con una mano; sujetando su BlackBerry en su oído con la otra. Mientras ella se dirigía hacia allí, él dijo a su teléfono, “escucha, tengo que irme, mi reunión para desayunar esta aquí. OK, después, adiós.” Dejo su teléfono en la mesa y estrecho una mano.
“Det. Heat, Zach Hamner, sientate, sientate.”
Nikki tomó la silla en frente de él y notó que había pedido por ella. Café y una tostada con dos cajas de crema de queso. “El café debe de estar todavía caliente,” él dijo. “esto consigue atascarse ahora, y no quería gastar toda nuestra mañana en la cola detrás de los constructores.” En la mesa de al lado, un casco co un bigote de cepillo levantó su mirada de su Sudoku, resopló y después volvió a su puzzle. Si Zach Hamner lo noto –o le importo- no lo pareció. “De todas formas, me alegra que pudieras hacerlo. Espero que no fuera demasiado inconveniente.”
Ella sintió el costado de su taza de café. Estaba frío. Intento que no la doliera mucho la hora extra que probablemente habría tenido con Rook, sin mencionar conseguir un salto en su caso. “Soy madrugadora,” ella dijo.
“Además de que es muy insistente.”
“Gracias,” él dijo, haciendo preguntarse a Nikki si había habido algún no intencionado halago en su tono. “Yo lo alargue para estar seguro que tenemos oportunidad para conectar temprano en tu proceso. No solo para permitir que sepas que estamos aquí –ese Legal esta aquí- sino por si necesitas una ayuda a lo largo del camino, pero también porque pensamos que es importante tener una relación con lo alto-y-esquinas del departamento.”
Heat estaba consiguiendo la imagen bastante rápido… ¿Cómo no? Zach, este -¿Cómo decía que era su título?- Ayudante Administrativo en la Diputada Comisión de Asuntos Legales, era un profesional de la red. Uno de estos funcionarios que comen y duermen en el trabajo, disfrutaba en la gloria reflejada de su jefe, y atrajo el poder de la proximidad que él forjo de los rangos superiores. De aquí la realeza que somos. Ella decidió que él probablemente mantendría una foto de Ramh Emanuel puesta en el espejo de su baño para poder verla cuando se afeitara.
“Deberías saber que tengo informado a la Comisión de tu estelar puntuación. También deslice una copia de esa impresionante pieza tuya. Él esta muy impresionado.”
“Es agradable saberlo.” Ella arrancó un trozo de la tostada y, mientras ponía algo de crema de queso en ella, continuo, “aunque, sabes, si solo consiguiera quince minutos, esperaba que fuesen míos.”
“Interesante. Asumo que has mantenido una cercana relación con la prensa.” Si supiera, pensó Nikki. Ella recordó la sorpresa al despertar que la había dado Rook esa mañana. Hamner continuó, “Desde el artículo, tengo la impresión que ya sabes como manejar a los periodistas.”
“Es una habilidad que yo he aprendido a desarrollar,” dijo Heat, ahogando una falsa sonrisa. “Pero no soy una que vaya buscando ser el centro de atención.”
“Oh, por favor, somos adultos aquí,” él dijo. “La ambición no es una mala palabra. No en esta mesa, se lo aseguro.” Claramente, ella pensó. “Tu decisión de coger el test para teniente, ¿Eso no era ambición?”
“En un sentido.”
“Si. Y estamos agradecidos de que lo hicieras. Necesitamos más Nikki Heats. Y menos malas manzanas.” Se recostó en su silla y metió sus manos en sus bolsillos, estudiando la reacción de ella mientras añadía, “Cuéntame que pasa con el Cap. Montrose.”
Nikki sintió su pequeño trozo de tostada empujando contra el interior de su esternón. Cualquier agenda que Heat hubiese percibido para esta reunión, puramente de trabajo no era. Ella todavía no sabía cuanto peso Zach Hamner acarreaba, pero la precaución la llevo a elegir sus palabras cuidadosamente.
Ella bebió algo del café frío y dijo, “he estado oyendo que el Cap. Montrose ha estado pasando una mala racha por allí.”
Nikki alzó un dedo gordo detrás de su hombre derecho en dirección del 1PP. “Pero estoy un poco pérdida de entenderlo. Quizás después de tantos años trabajando juntos, mi experiencia con él ha sido diferente.”
Heat pensó sobre dejarlo aquí, pero había una desagradable corriente de algo hambriento y astuto saliendo del joven abogado. A pesar de los variables sentimientos de Nikki sobre lo que sea que este pasando con el Cap., su lealtad era fuerte y algo sobre ver toda la aleta dorsal rota al subir a la superficie últimamente la hacía añadir un poco de retroceso.
“¿Con todo respeto?”
“Por favor.”
“Si me invitaste a desayunar esperando que le diera algo sucio o fuera a los expedientes y despreciara a mi comandante, vas a estar decepcionado. Yo trato en hechos, no indirectamente.”
Hamner rompió con una amplia sonrisa. “Eres buena. No, yo querría decir eso. Bien manejado.”
“Porque es la verdad.”
Él asintió y se inclinó hacia delante, casualmente presionando su índice dentro de un montón de pepitas de sésamo de su plato antes de mordisquearlas.
“Pero todos sabemos, especialmente un detective veterano sabe, que hay muchas verdades. Es realmente solo otro valor, ¿no? Como la discreción. El trabajo duro. Lealtad.” Su BlackBerry vibró en la mesa. Él miro a la pantalla, haciendo una agria mirada, y presiono un botón para silenciarlo. “La cosa sobre la lealtad, Det. Heat, es que esta sale en críticos momentos cuando una persona razonable tiene que ser objetiva. Tomando una dura mirada en la verdad. Para estar seguro de que las viejas lealtades no han sido de repente reemplazadas. O cegadas.” Después él sonrió. “O, ¿Quién sabe? Para ver si es hora de hacer unas nuevas.”
Él se levanto para irse y le dio una tarjeta de negocios. “Él número de la oficina suena en mi BlackBerry después de horas. Vamos a volar cerca.”
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Mensaje por lovercastle Dom Abr 01, 2012 8:58 am

me ha encantado la escena entre nikki y rook despues de tanto tiempo sin verse
y las palabras de rook pidiendole una disculpa
m encanta
gracias x la traduccion
Clap
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Mensaje por lastral Dom Abr 15, 2012 7:30 am

Aquí os traigo la segunda parte del cuarto capitulo. Espero que os guste y agradezco los comentarios. Very Happy Gracias por leerlo Clap

CAPITULO 4-SEGUNDA PARTE

Era todavía temprano para que su pelotón estuviese en su turno, a si que la Det. Heat hizo una llamada rápida a sus móviles de camino del deli al HQ. De las nubes que venían de New Jersey empezó a descender copos de nieve que picaban su cara y rebotaban entrelazándose entre los ladrillos del Edificio Municipal y la sede central de policía.
A medio comino de allí Nikki paro para refugiarse debajo de la escultura de Tony Rosenthol y escuchar a la lluvia congelada caer como puñados de arroz en discos de rojo metal mientras hacia sus llamadas.
El club de strip masculino no abría hasta las once, a si que su plan era separar a los Roach, asignando a Ochoa que se concentrara en conseguir el ordenador del Padre Graf de los Forenses para comprobar sus e-mails y Raley fuese a comprobar los registros telefónicos del cura. Sin embargo, cuando ella le localizo, Ochoa le informo que él y Raley yo había alcanzado el club de la noche anterior. “Tú todavía estabas a puerta cerrado con Montrose y no queríamos molestaros desde que parecía que estuvierais pasando un gran rato allí.” El detective paro para dejar su humor seco descansar y después continuó, “a si que nosotros bajamos por el One Hot Mess en la hora feliz para ver si podíamos conseguir algo del caso.”
“Eso es una mentira. Vosotros dos solo queríais una excusa para ir por el lado salvaje.” Ella podía haber simplemente dicho lo que sentía y expresar su genuino aprecio por su iniciativa, pero eso habría sido una brecha del UCRAP –Protocolo de Evitar Cumplidos y Amistades no Habladas (Unspoken Compliment and Relationship Avoidance Protocols) observado entre policías. A si que Heat dijo lo opuesto. Como si lo quisiera decir.
“Lo hice por Raley,” él dijo, respondiendo amablemente. “Mi compañero, él es un curioso pony que no se romperá.” Ellos habían tenido éxito. Después de mostrar la foto del Padre Graf, uno de los stripper lo reconoció. El Vaquero Nekked (cuyo nombre y pronunciación, él señalo, hubo por el precio de un baile de rodillas sido legalmente evitado registrar como marca), dijo que el cura de la foto había estado en el club hacia una semana y había tenido una discusión con otro de los bailarines. Esta fue tan calurosa que el jefe echo al padre.
“¿Oyó tu vaquero sobre lo que estaban discutiendo?” preguntó Heat.
“No, eso debe haber sido antes de que ellos bajaran. Pero él oyó una cosa antes de que el jefe interviniera. El bailarín agarro al cura por el cuello y dijo que le mataría.”
“Tráele para hablar. Ahora.”
“Tenemos que encontrarle primero,” Ochoa replicó. “Él renuncio hace tres días y limpio su apartamento. Raley esta haciendo un rastreo ahora.”
Su siguiente llamada fue para Sharon Hinesburg. Ella había estado con Heat cuando Mrs. Borelli vació sobre una de las fotos de la cámara, a si que ella hizo la llamada para trabajar en encontrar la identidad del hombre. Cuando Nikki alcanzó al Det. Rhymer, le dijo que pasara la palabra a Gallagher para que ambos volvieran a la zona de la esclavitud. Ella quería que ellos generaran una lista de las dominadoras independientes que habían perdido el día anterior. “No quiero que ninguno se escape a través de las grietas solo porque ellos no tengan relación con los club en The Alley.” Ella explicó.
“Esto es una sorpresa,” dijo Rhymer. “Pensaba que íbamos a trabajar más líneas que solo da del ángulo del BDSM.”
“Nuevas ordenes por ahora,” fue todo lo que ella dijo, mientras se frotaba la parte de atrás del cuello y salía a la cascada de copos de nieve se preguntaba que recursos estaba derrochando siguiendo el edicto de Montrose. Su teléfono sonó mientras el guardia limpiaba la cabaña que había fuera del vestíbulo. Raley había ganado una reciente gas-y-electricidad cuenta del bailarín. Su nuevo apartamento estaba en Brooklyn Height, justo encima del puente de donde ella estaba. Nikki le dijo a Raley que ella habría terminado en quince minutos y la recogieran en el coche de los Roach de camino.
Personalmente, Heat firmo su petición para los resultados del examen, comprobando los espacios para ambos e-mails y la dura copia. Era Digital o no, había algo sobre tener el documento en la mano que la tranquilizaba. En blanco-y-negro todavía lo hacia real. La secretaria se alejo y volvió después de un rato deslizando un sobre cerrado por el mostrado hacía ella. Nikki firmó el documento y se alejo con el aura de ser demasiado cool para sacarlo allí mismo en la oficina. Esa demora de gratificación se vaporizo precisamente dos segundos después de entrar en el hall y abrir la puerta.
“Perdone, ¿Det. Heat?” En el vestíbulo Nikki se giro a la mujer que ella había pasado al salir del ascensor mientras esta entraba. Ella nunca había conocido personalmente a Phyllis Yarborough, pero Nikki ciertamente sabía quien era. Ella había vislumbrado a la administradora de Desarrollo Tecnológico en el departamento de ceremonias y, solo un año antes, en ’60 minutos’. Eso era cuando Yarborough había celebrado el quinto aniversario del Centro del Crimen a Tiempo Real dando un raro tour por el centro neurológico de datos en el había colaborado como una contratista externa para diseñarlo y ahora convertida como civil asignada a la Comisión de Policías.
La administradora estaba en sus cincuenta y pocos, una moneda de dos caras entre guapa y atractiva. A vista de Nikki, el atractivo ganaba el día. Era la sonrisa. La sonrisa real de una persona –el tipo que tu ves más en un CEO’s empresarial que en oficiales gubernamentales. Heat también noto que mientras muchas mujeres de rango se armaban ellas mismas en poderosos trajes o tapicería de St. Johns, el estilo de negocio de Phyllis Yarborough era accesible y femenino. Aunque ella era más rica que la riqueza de su vestido que solo parecía caro. Una rebeca hecha a medida de Jones New York y una falda de tuvo que Nikki podría haberse permitido, y viendo esto en ella, pensó seriamente en conseguirla.
“Tu nombre ha salido unas pocas veces últimamente por aquí, Det. ¿Te han pitado mucho los oídos?” Después de que ella extendiera una mano para estrechar la de Nikki, Yaborough dijo, “¿Tienes tiempo para subir a mi oficina para una copa?”
Nikki intentó no mirar su reloj. La otra mujer lo leyó y dijo, “por supuesto probablemente este en un ajustado horario.”
“De hecho, eso es bastante cierto. Ya sabes como es esto, seguro.”
“Lo se. Odio perder esta oportunidad. ¿Tienes tres minutos para una charla rápida?” Ella ladeo la cabeza, indicando las dos sillas que cruzaban el vestíbulo.
Nikki lo considero, después dijo a la administradora, “por supuesto.”
Cuando ellas se sentaron, Phyllis Yaborough miro su propio reloj. “Manteniéndome honesta,” dijo ella. “A si que. Nikki Heat. ¿Sabes la razón por la que tu nombre ha estado saltando? Esta en tus manos, justo ahí.” Cuando Nikki miro al sobre descansando en sus rodillas, la administradora continuó, “déjame poner esto en contexto para ti. En el Examen Promocional para Teniente de este año más de ciento mil detectives hicieron el examen. ¿Sabes cuantos pasaron? 15%. 85% se quedaron fuera. Del 15% que paso, ¿Sabes cual fue la puntuación más alta? 88.” Ella paro. “Excepto por ti, Det. Heat.”
Nikki había acabado de ver su puntuación y sintió unas pequeñas mariposas al oírlo repetido.
“Tu puntuación es de un 98%. Eso es lo que yo llamo tirar la casa por la ventana de forma excepcional.”
¿Qué más había que decir? “Gracias.”
“Tú vas a encontrar que esto es una bendita mezcla, haciéndolo tan bien. Esto te va a poner en el radar como una estrella alzándose. Lo que eres. La cuestión es que todo el mundo con una agenda va a intentar conseguir anzuelos para ti.” Justo cuando Nikki pensó en su desayuno, Yarborough hablo a través de sus pensamientos. “Esperarás una llamada de Zachary Hammner. Oh, veo por tu cara que él ya la ha hecho. El Hamner no es una fuerza para el mal, pero vigila tu espalda. Estarás citada.” Ella rió y añadió, “la maldita cosa es, él cita con precisión a si que se doblemente precavida.”
Nikki asintió y pensó, El Hamner, ¿no? Perfecto.
“Yo tengo mi agenda, también. Simplemente no pretendo otra cosa. ¿Sabes porque la transparencia es una cosa buena? La transparencia significa no vergüenza. A si que seré descarada. Hay un futuro en las filas para una inteligente detective que tiene su corazón en el sitio correcto. Prepárate, yo incluso probablemente te pida para trabajar conmigo.”
Esta mujer, tan poderosa y ocupada como era, tenía la cualidad de hacer que Nikki sintiera como que ella era la única en su mente ese día.
Heat no era tonta, por supuesto que la administradora estaba siguiendo una agenda, igual que El Hamner hizo, pero más que sentir cautela, Nikki se sentía comprometida, enérgica. Esas son las mismas cualidades de liderazgo que la habían hecho ganar una fortuna años atrás en la industria privada. Heat dijo, “estoy ciertamente abierta para ver donde todo esto va. Mientras tanto, estoy halagada.”
“Esto no es solo porque tu puntuación sea de 98. Tengo mis ojos en ti desde tu artículo en el magazine. Somos dos mujeres con mucho en común.” Ella leyó la expresión de Nikki y dijo, “lo se, lo se, tú eres policía, y yo soy una civil –y una administradora- pero donde yo realmente conecte contigo en ese artículo fue cuando leí que ambas somos víctimas de asesinatos familiares.” Heat noto que ella usaba el presente en la frase, un signo de alguien que conoce el dolor que nunca cicatriza.
Mirando a Phyllis Yarborough, Nikki se encontró a sí misma mirando en un espejo que llevaba la impronta de una agonía lejana. Las almas gemelas de por ahí no dejan de reconocer al fiador de la suerte entre ellas y en él una marca invisible que marca el nexo de sus vidas no finalizadas. Para Nikki había sido su madre, apuñalada hasta la muerte hacia una década.
La pérdida de Yargorough fue su única hija en 2002: arrastrada, violada, golpeada, y tirada en una playa en las Bermudas, donde había estado en un Descanso de Primavera de la universidad. Todo el mundo supo la historia. Fue inescapable para los principales noticieros y después se llevo más allá de su propia vida por los tabloides mucho después de que el asesino de la alumna confesara y fuese a prisión de por vida.
Nikki rompió el corto silencio con una sonrisa afirmativa. “Todavía nosotras seguimos.”
La cara de la administradora se alegro, “Si, lo hacemos.” Y después ella miro profundamente a Nikki, como si cogiera sus medidas. “Esto te impulsa ¿no? ¿Pensar sobre el asesino?”
Heat dijo, “Yo me preguntaba por él, si eso lo que quieres decir, ¿Quién? ¿Por qué?”
“¿Quieres venganza?”
“La quería.” Nikki había pensado mucho sobre esto durante años, y dijo, “ahora no es tanto venganza como justicia. O quizás cerrarlo. ¿Qué hay sobre ti?”
“Puramente teórico. Mis cuentas están saldadas. Pero déjame decirte lo que yo he aprendido. Con optimismo, te ayuda.” Ella se inclinó más cerca de Nikki y dejo, “hay justicia. Pero no hay mejor cosa como cerrarlo.” Entonces ella dio una exagerada mirada a su reloj. “Bien ahora. Estoy a diez segundos tarde de no ser una mujer de palabra.” Ella se levantó, y Nikki también, ellas estrecharon sus manos otra vez.
“Patea algunos culos allá fuera hoy, Nikki Heat.”
“Lo haré. Y ha sido un placer conocerte, Administradora.”
“Phyllis. Y estate segura que esta solo será nuestra primera reunión.”
Heat dejo el One Police Plaza con la segunda tarjeta de negocios que ella había conseguido en hora y media. Esta sentía como que iba a ser la única que ella de hecho mantendría a mano.
Un bombero salía de la estación de la Engine 205 en Middaugh Street en Brooklyn Heights y a trote, encogiéndose en contra de la helada lluvia, iba hacia su camioneta en la acera. El Det. Raley dijo, “whoa, whoa, párate, aquí. Chico parece que él este huyendo.”
El Det. Ochoa le dio al Roach Coach algunos frenazos y giro el espejo retrovisor para ver a Nikki en el asiento trasero. “¿Ves lo que paso día a día? ‘Gira aquí, para allí, ves a buscar al chico sin hogar…’ Es como si tuviera al tio Felix Unger de ‘Dos hombres y medio’ como mi GPS parlante.”
“Vamos antes de que alguien lo coja,” dijo Raley mientras la camioneta se iba.
Después de que Ochoa aparcara, los tres detectives se sentaron en el Crown Vic con las luces intermitentes para poder observar el apartamento-casa donde el stripper se acababa de mudar. Era un edificio de ladrillos histórico de los años 20’ rodeado de andamios para su renovación.
Ningún trabajador estaba a la vista, por lo que Raley dijo que podría haber sido debido al extremo tiempo invernal.
“Comprendo porque un stripper se instalaría en una estación de bomberos,” dijo Ochoa. “En caso de que necesitase una barra para practicar.”
“¿Cuál es su nombre otra vez?” Preguntó Heat.
Raley consultó su cuaderno. “Horst Meuller. Él es de Hamburgo, Alemania. Mi testigo en el club dijo que cuando Meuller empezó, bailaba en una Guerra Mundial que yo entendí como El Barón Rojo. Ahora él hacia un strip Europeo como Hans Alloffur.” Él se medio giro hacia Nikki. “Todos estos tios tienen actuaciones temáticas, ya lo ves.”
“Dile el nombre de ese stripper de la pasada noche.” Ochoa río entre dientes. “Te va a encantar este.”
“Marty Python,” dijo Raley.
Nikki movió su cabeza. “No voy ni siquiera a preguntar.”
El super les dejo entrar por lo que no tuvieron que alertan a Meuller al marcar en su portero. Ellos se posicionaron fuera de su puerta y Ochoa llamo.
“¿Quién esta ahí?” Llego la voz con acento desde el interior.
Raley sujeto su placa en la mirilla. “NYPD para hablar con Horst Meuller.”
“Por supuesto. Solo un momento, por favor.”
Nikki pudo oler la evasión y ya estaba bajando la mitad de las escaleras en el momento que oyó el cerrojo de Meuller encajar en su puerta, seguido por la patada de los Roach a la madera. Ella fue con facilidad hacia el vestíbulo y salio a la acera, buscando la salida de incendios.
“¡Por ahí!” Llamo Ochoa saliendo por la ventana del tercer piso.
La mirada de Heat siguió el gesto de Ochoa hacia el final del edificio, donde el bailarín estaba deslizándose y bajándose a través de la barra de la esquina de andamios, hacia la acera. Heat le llamo para que se parara, pero él salto del último peldaño, aterrizando con ambos pies. Meuller tropezó y empezó a correr, su largo, rubio pero falso pelo revoloteaba detrás de él.
Mientras que la Det. Heat fue detrás de él, Raley cargo contra la puerta principal llamando a las unidades para pedir refuerzos por su walkie-talkie mientras se unía a la persecución. La carrera era traicionera con unos ocho pies de hielo por debajo suyo y más caídas. Cuando Meuller se fugo hacia la intersección en Henry Street, un auto de reparto piso el freno para evitar golpearle y se deslizo irremediablemente hacia la acera, chocando contra un coche aparcado. Heat no cruzo Henry para perseguirle. Su lado de la calle era una acera abierta. La de ella eran grandes restaurantes y venta al por menor con numerosos toldos colgantes por el camino, lo que significaba que ella tenía un disparo por correr sobre suelo en vez de hielo.
Por la siguiente intersección, ella estaba paralela a él. Heat hizo un rápido chequeo a la calle por encima de su hombro izquierdo. La carretera estaba limpia excepto por el edificio, donde ella vio al Roach Coach viniendo por la esquina con las luces puestas. Despacio para evitar caerse, ella corrió hacia la intersección, diciendo, “¡NYPD, Meuller, deténgase!”
Él se giro, asustado por la cercanía de su voz, y cuando lo hizo, su movimiento cambió su centro de gravedad de sus pies y tropezó. Meuller habría caído limpiamente, pero se agarro a la barandilla de alguna escalera que conducía a un paseo marítimo de algunos apartamentos de gran altura y solo cayo con una rodilla. Él se acababa de levantar cuando Nikki, agarrando la barandilla, saltó por encima de esta, cayendo encima de él y haciéndole caer.
El golpe que ella oyó mientras Meuller caía fue seguido de un “¡Sheiss!” y un gemido. Se retorció, quejándose sobre las escaleras mientras Heat le esposaba. Por entonces Raley había llegado y volvían sobre sus pasos. “Cuidado,” dijo Nikki, “creo que he oído algo romperse.”
“Ja, mi cuello, ¿Por qué me hiciste eso?”
Ochoa tenía el Crown Victoria aparcado en doble fila con la puerta abierta, y ellos dirigían a su prisionero hacia allí. “¿Por qué corrías?”
Horst Meuller nunca respondió. La bala desgarro a través del cuello de su camisa, y Heat y Raley fueron salpicados con sangre. Él cayo otra vez pero sin quejarse. O hacer algún ruido.
Heat grito, “¡Abajo, abajo, todo el mundo abajo!” y golpeó el suelo, cubriendo el cuerpo de Meuller mientras sacaba su Sig, escaneando el apartamento, el rascacielos, el tejado al otro lado de la calle. Al otro lado del bailarín caído, Raley tenía su arma y estaba haciendo lo mismo; incluso mientras él llamaba en el 10-13, disparos despedidos.
En Henry Street, el estruendo de un motor y el girar de unos neumáticos, gemían para asentarse en el hilo. Heat corrió agachada para cubrirse detrás de Ochoa en el Roach Coach, pero fue demasiado tarde. El SUV giro sobre sus ruedas y salio a toda velocidad, tocando la acera mientras giraba por Orange y se perdía de vista.
Heat reconoció el SUV. Ella lo recordaba de un gris grafito con pesados neumáticos, pero está era la mejor descripción que podría dar.
Esta vez, sin matriculas.
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por lastral Miér Abr 25, 2012 3:22 am

Aqui os traigo el primer capitulo del quinto capitulo. Clap
Me gustaria decir algo antes de ponerlo.
Me gustaria que de vez en cuando alguien comentase como voy, practicamente solo estoy escribiendo yo para subir los capitulos y si nadie me dice que tal lo hago pienso que no lo estais entendido porque no es buena la traducción. Si eso es asi prefiero que me lo digais que seguir haciendolo para nada, ya que puedo emplear el tiempo de traducir en hacer otras cosas.
Como siempre gracias leerlo. Very Happy Disfrutarlo Very Happy

CAPITULO 5-PARTE 1
Los dos paramédicos en la parte de atrás de la ambulancia todavía seguían trabajando en mantener a Horst Meuller para que no se fuera cuando los uniformados le metieron por la puerta trasera y se fueron de la escena. Nikki Heat todavía contenía su respiración contra su humo diesel que salía del tubo de escape y mirándolo a través del aguanieve, siguiendo la misma ruta que el SUV hizo no hacia ni media hora. Un bloque menos de Orange Street, en el perímetro de la escena del crimen, la sirena estaba encendida, un señal de que, al menos por el momento, había todavía vida en esa camilla.
El Det. Feller tendía a Heat y Raley una taza de café a cada uno. “No puedo garantizar esto, es del lugar Chino de por allí. Pero todavía esta caliente.”
La llamada de socorro de Raley había congregado una multitud. El primero en la escena había estado el equipo de Bravest de New York de la 205 del bloque de arriba. Si el bailarín alemán se recobraba, les debería esto a sus vecinos bomberos por disminuir la sangre en minutos. Los de la Comisaría 84 y los vecinos del 76 fueron los primeros policías en la escena, seguido inmediatamente por Feller y Van Meter en su taxi encubierto. Con su ambulante estatus, era típico para los policías del Escuadrón del Taxi ser los primeros en responder a una llamada de socorro de oficiales, y Ochoa lanzo un dardo a la pareja por dejar que la casa azul-y-blanca les ganara.
Dutch Van Meter guiño un ojo a su compañero y lanzaron uno de vuelta. “Oh, de todas formas detective, ¿Cómo harías deteniendo el vehículo después de tu persecución?”
Ochoa volvía de vacío. La persecución fue superficial ya que la mejor opción podía empezar con un disparo en la cabeza, y todos lo sabían. Pero él había dado en esto su mejor esfuerzo, siendo capaz al final de seguir el rastro en el aguanieve fresco hasta que los perdió en Old Fulton Street, que era más pesado de recorrer. Él condujo el Roach Coach por el nido de abejas de las calles vecinas en su regreso solo para asegurarse, pero no SUV.
En el otro lado de la cinta amarilla, los primeros camiones de noticieros se estaban acomodando. Nikki vio un objetivo apuntándola desde de bajo de un Gore-Tex azul para cubrirse de la tormenta y oyó su nombre. Ella se giro para dar la espalda a la prensa y una vez más refunfuñar una maldición mental sobre su portada.
Feller tomo un trago de su propio café e hizo una mueca. “¿A si que ninguno vio al tirador?” El humo ascendió mientras él lo echaba al canalón.
Heat, Raley y Ochoa se miraron entre ellos y negaron con la cabeza. “Esto fue una de aquellas cosas que pasa en una fracción de segundo,” dijo Raley. “Todos estábamos centrados en nuestro prisionero, ya sabes, y saliendo de ninguna parte, bang.”
“Más como una bomba,” dijo Ochoa. Todos asintieron para darle la razón. “Yo le hice un saqueo.”
“Boom,” dijo Van Meter. “No mucho con lo que seguir.”
Heat dijo, “yo conozco el vehículo.” Todos se guiraron para mirarla. “Lo vi ayer. Dos veces. Una por la tarde en Columbus de camino a Andy’s y después la pasada noche por mi vecindario.”
“¿Qué es eso, Detective?” Heat se giro. El Cap. Montrose había aparecido detrás de ella. Él debe de haber leído su sorpresa, y explicó. “Estaba de camino a 1PP para una reunión y oí el 10-13. Ahora, ¿Tengo que deducir que estabas siendo seguida pero no lo reportaste?” Él no espera una respuesta. “Podría haber llamado para protección.”
“No estaba segura. Y no quería tirar recursos sin más certeza.” Heat dejo fuera la parte sobre como la tensión entre ellos la había hecho guardarse secretos.
El viejo Montrose la habría llevado a un lado para una charla. Pero el nuevo Montrose la golpeo justo allí, en frente de sus compañeros.
“Esa no era una llamada que te tocara hacer. Sigo siendo tu comandante. Mi trabajo no es tuyo… todavía.” Y así, el capitán se giro y cruzo la acera para hablar con el equipo de CSU reunidos alrededor del agujero de bala en la puerta de servicio del rascacielos.
Una patada en el culo en frente de la familia era una cosa inconfortable para todos, y al aire muerto que siguió, los otros detectives se entretuvieron en ellos mismos intentando no hacer contacto visual con Heat. Ella giro su cara hacia la nevisca de arriba y cerró sus ojos, sintiendo los cientos de pequeños aguijones cayendo del cielo.
Cuando volvió a subir a la ciudad, Nikki hizo una rápida parada para hacer una aparición y comprobar desde afuera la puerta de las oficinas, donde un fluorescente elevado creaba el espejo de un pobre hombre en la ventana de la oficina oscura de Montrose. Esto no era sobre vanidad, es sobre sangre seca. En la escena del disparo en Brooklyn Height, los EMT la habían dado un trapo para limpiar su cara y cuello, pero sus ropas eran otra historia.
La camisa y pantalones de emergencia que ella normalmente mantenía doblados en su escritorio estaban todavía en la tintorería después de un accidente de café con leche, a si que la sangre en el cuello de su blusa y el patrón en ‘V’ de abajo donde su abrigo había estaba abierto tendría que seguir.
Mientra Nikki hacia su valoración, oyó la voz cansina y lenta del Det. Rhymer viniendo de alrededor de la esquina de la sala.
Heat no podía oír todo lo que él decía, solo retazos porque estaba hablando en voz baja. Ella cogía frases como “… ruedas girando y hacer trabajar.” y “él dijo, ‘joder, la vida es demasiado corta’” y después “…Heat esta más preocupada sobre su maldita promoción…”
Entrar era tentador pero hizo a Nikki sentir peor, como si ella estuviese en una telenovela. ¿Qué es lo que había dicho Phyllis Yarborough hacia unas horas antes? ¿Algo como que ‘la transparencia significa no vergüenza’? A si que Heat se giro hacia la esquina para afrontar lo que sea que afrontara.
Lo que ella encontró fue al Det. Rhymer inclinado modo cotilla con Sharon Hinesburg en el escritorio de esta. Ambos sentados verticalmente en sus sillas giratorias cuando la vieron andar hacia allí. “Maldición, mírate,” dijo Hinesburg, saltando hacia sus pies. “¿Quién se llevo la bala, tú o el bailarín?” ella fue extra fuerte, la manera en que la gente lo es cuando son una atención divertida. O esperan serlo.
Nikki la ignoro y le dio una misteriosa mirada a Rhymer. “¿Estáis tú y Gallagher terminando de trabajar en la lista de las dominadoras ya?”
Él se levanto, también, aunque más tentativamente. “No mucho. Volvimos para yo poder dejar a Gallagher.”
Nikki escaneo la sala y no vio a su compañero. “¿Qué? ¿Esta enfermo?”
“Gallagher, él, ah… Pidió una reasignación de vuelta a Robos.”
El detective se giro hacia Hinesburg como si fuese a encontrar algo de ayuda, pero Sharon le dejo lidiar su propia mano. Los cuchicheos que Nikki tenía justo sobre su cabeza la bastaron para hacer sus matemáticas. Otro día hablando a dominadoras sentía como una pérdida de tiempo para Gallagher y se desapunto.
Aparentemente con algunas opiniones expresadazas sobre la Det. Heat en su salida. “Ya sabes,” continuó Rhymer, “nosotros tenemos algunos casos parados que necesitan alguna atención, y él debe haber solo sentido, ya sabes, obligado a ocuparse de ellos.”
Heat sabía que solo estaba mintiendo pero no espero que Opie sacase a su compañero. Esta última pieza de malestar creada por su reciente promoción la sabía amarga, pero ella lo coloco a un lado. Su inmediata preocupación era que ella de repente estaba bajo una investigación. “En ese caso, estoy contenta de que tu te quedaras, Opie.”
En la Pizarra del Asesinato unos minutos después Heat escogió un nuevo rotulador y puso el nombre del bailarín en la esquina superior izquierda donde había mucho espacio en blanco. “Probablemente siento que no lo es para él, pero es el día de suerte de Horst Meuller,” ella dijo al pelotón. “El casquillo que ellos sacaron de esa puerta era un Magnum 338.”
Raley dijo, “¿Algún rastro?”
Ella negó. “Mi suposición es que o él nunca tiro el casquillo ya que era un tiro, o si él lo hizo, se quedo dentro del vehículo y se lo llevo con él.”
Ochoa dejo salir un bajo silbido. “Magnum 338. Hombre… los cazadores usan esas cargar para hacer caer a los osos pardos.”
“Y, aparentemente, bailarines de barra,” dijo Heat. “Quiero averiguar el porqué. Det. Rhymer, indaga profundo en Horst Meuller.”
“Pensé que me querías para comprobar las dominadoras independientes,” él dijo.
Nikki se paro a si misma y por los cientos de veces que pensó sobre su contenida reunión con el capitán y todas las líneas de su investigación que había cerrado. Ella apretó sus dientes y dio marcha atrás, intentando no tragarse sus propias palabras. “Sigue con el BDMS. Cuando termines, dímelo. Después veremos donde estamos con Meuller.”
“¿Estas segura que Meuller era el objetivo?” pregunto Raley.
“Si el SUV estaba siguiéndote, parece como que quizás tú eres la única que ha conseguido suerte esta mañana.”
“Como una detective formada esa posibilidad no escapara a mi atención,” dijo Nikki, recolocándose el cuello de la blusa y desencadenando unas risas del pelotón. Heat se giro a la pizarra y dibujo una línea desde el nombre de Meuller hacia el del Padre Graf. “Lo que realmente quiero hacer es ver cuál es la conexión, si la hay, entre estas dos víctimas. Con esperanza, nuestro bailarín sobrevivirá y será capaz de derramar algo de luz. Mientras tanto, tratemos estos dos incidentes como relacionados.”
“¿Entrevistando dominadoras al azar?” dijo Rhymer.
Sus instintos estaban en lo cierto; eran sus órdenes las que estaban mal, y ella lo sabía. Pero seguía el edicto. “Dominadoras por ahora, Opie. ¿Entendido?”
“¿Y sobre el dinero en la lata de galletas” pregunto Raley. “¿Quieres que contacte con la archidiócesis, ver si hay alguna sospecha sobre el padre haciendo descremados?”
Una vez más, Heat se dio con la nariz en contra de uno de los muros de ladrillo que Montrose había puesto. Era un obvio tren a seguir; ¿Por qué tenía el capitán que obstruirla? “Déjame eso a mí por ahora,” ella dijo.
Hinesburg informo que ella no había encontrado todavía al hombre de la foto de la cámara de vigilancia por la cual el ama de llaves del Padre Graf reacciono. “Lo que solo significa que él probablemente no tenga antecedentes criminales.”
Nikki dijo, “yo llamare a Mrs. Borelli y la insistiré. Pero sigue trabajando en ello y en todo lo demás.”
Heat abrió la carpeta de fotos y saco una. Era un hombre y una mujer joven bajando las escaleras hacia el vestíbulo del ‘Límite del Placer.’ La mujer estaba riendo con su cara girada hacia la de su acompañante, pero el suyo estaba oscurecido por gorra de aviones. Nikki lo puso en la pizarra con un imán.
“Tuve un pensamiento sobre este. Ves allí en su brazo, ¿el tattoo?” Primero Raley y después los demás se levantaron para mirar más de cerca. El tattoo es de una serpiente enrollándose en la parte alta de su brazo izquierdo. “El Centro del Crimen a Tiempo Real mantiene un banco de datos de cicatrices y tattoos. ¿Por qué no le haces al RTCC llevarlo. Sharon, a ver si consigues alguna coincidencia.”
“¿Detective?” dijo Ochoa. “Conozco a esa mujer.”
Raley dijo, “¿Algo que quieras decirnos, tigre? ¿Algo sobre tu estilo de vida y que escondas?”
“No, de verdad. Hable con ella ayer. ¿Sabes esa dominadora que esta en Amsterdan? ¿Cuál era su nombre… Boam? ¿Andrea Boam?” Él señalo la foto con su Boli. “Esa es la compañera de piso con la que hable.”
“Hazla otra visita,” Nikki dijo. “Veamos lo que esta compañera sabe sobre serpientes encantadoras.”
Heat tuvo que escuchar con dificultad una docena de mensajes en su buzón de voz de gente que la había visto en las noticias de televisión esa mañana en la escena del disparo y esperaban que estuviera bien. Una era de Roo, que también insistía en invitarla a una cena, “en un restaurante sentada como una respetable mujer”. Zach Hamner dejo palabras, como hizo Phyllis Yarborough. Nikki apreciaba el sentimentalismo pero podría ver como de fácil eso sería para mantener todo el lazo de unión con la 1PP y nunca conseguir que su trabajo se acabara. Ella guardo los mensajes para responderlos después.
Lauren Parry bajaba al OCME, sin embargo, consiguió inmediatamente una llamada de vuelta. Lauren empezó, “solo quiero que sepas que voy a estar seriamente molesta si llego aquí alguna mañana y te encuentro tumbada en una de mis mesas.”
“Odiaría eso, también,” dijo Nikki. “Quisiera una semana para digerirlo también.”
“Ya, bien,” su amiga río, “como si lo necesitases, mujer de acero.” Nikki pudo oír los golpes en el teclado e imagino a la ME en la estrecha oficina, en el escritorio que daba a la sala de autopsias. “OK, interesante descubrimiento sobre la uña que ellos recogieron en la sala de tortura. No era uña después de todo, pero la prueba a dado como poliéster curtido.”
“¿Plástico? ¿Eso que parece como una uña?”
“Exactamente como una uña cortada. Incluso del mismo color. ¿Pero sabes de hecho que es?” Lauren, siempre feliz de poner algo de show, dijo, “espera para esto… Una pieza de un botón. Una cinta pequeña en forma de media luna rota de un botón.”
“A si que no hay ADN que ayude.”
“No, pero si encuentras el botón, nosotros siempre podremos hacerlo coincidir.”
La detective no vio muchas esperanzas aquí. “¿Qué más tienes?”
“Algo inconsistente salio del barrido del ECU en la rectoría. Estoy mirando en las cosas que ellos recogieron del cajón del baño de la víctima. Hay un Vidal adefovir dipivokil. Es un inhibidor recetado para contrarrestar usado para tratar el VIH, tumores, cáncer, y hepatitis-B. La cosa es que, Nikki, el cura no tenía ninguna de estas condiciones. Y ninguna sale en su examen toxicológico.”
Un verdadero calcetín desparejado, Heat pensó mientras ella terminaba de apuntaba la lista de enfermedades. “¿Pero era su receta?”
“Hecha para Gerald Francis Graf, 10 miligramos. El conteo de pastillas dice que estaba lleno.”
“¿Quién es el doctor?” Nikki escribió Raymond Colabro en su Ampad de espiral.
“Y una cosa más,” Lauren añadió, “El test de ADN esta todavía en proceso de esa sangre del cuello de Graf.”
“¿Y sobre esa pequeña mota que me mostraste en ese vial?”
“Como yo pensaba, una escama de cuero de un laminado. Pero no es consistente con ningún equipamiento del ‘Límite del Placer’, incluyendo los otros estudios, o cualquiera de los aparatos en sus cajas de almacenamiento. He ordenado más test forenses para identificar la fuente. Cuando consigamos algo, te llamo.” Antes de que ella colgara, añadió, “y recuerda, Det. Heat, ¿Apareces en una mesa de autopsia? Te mato.”
La primera cosa que la vieja mujer dijo cuando vio a Heat fue “Señor, ¿es eso sangre?” Heat se las había arreglado para hacer un encomiable trabajo con una toalla de papel mojado en su abrigo en los baños de la comisaría pero se salto la blusa. Su cuello estaba cubierto con una bufanda, y ella tenía su abrigo abrochado hasta arriba, algo del cuello de su blusa debe haber sido visible. Mrs. Borelli parecía menos animada por la idea de sangre y más centrada en la misión de lavandería. “Déme media hora, puedo conseguir que salga.”
Carrera de cuidador, pensó Nikki, sonriéndola a ella. “Gracias, pero no tengo tanto.” Heat se ajusto la bufanda para ocultar la mancha.
Cuando se dirigieron a la cocina, el ama de llaves dijo, “vas a asarte en ese abrigo. Si te lo vas a dejar por mi, no lo hagas.”
Nikki lo mantuvo de todas formas y se sentó en la mesa donde había una taza de café caliente esperando por ella y tartitas caseras descansando en el plato.
Mrs. Borelli todavía parecía frágil, a si que la detective decidió no apurarla justo ahora sobre la foto. En vez de eso ella empezó diciendo, “yo he bajado para ver si puede aclararme algo. Ayer nosotros encontramos prescripciones de medicinas del Padre Graf en el cajón, y alguna de ellas son algo llamado adefovir. Lo que es confuso si él no tenía ninguna en su sistema y no tenía ninguna de las enfermedades para la que se prescribe.”
“Yo no se que es lo que tenía en ese cajón. Yo limpio, pero lo personal es personal, y eso no es nada más que una medicina para el pecho.”
Nikki mordisqueo una tartita. Estaba extraordinaria. Si el cielo estaba hecho de vainilla, esto era a lo que sabría. Para Nikki, esta era su comida. Ella se lo termino y dijo, “quisiera preguntar si quizás el adefovir era suyo.”
“No. Y confíe en mí, la última cosa que necesito es otra pastilla para tomar.”
“Bien entonces. Ya que estoy aquí,” dijo Heat, de repente sintiendo como si su segundo nombre fuese Colombo -¿Por qué no? Ella ya llevaba el abrigo- “Quisiera preguntarle si tuvo alguna nueva idea sobre las fotos que la enseñe.” Cuando la mujer negó, Nikki la pasó el teléfono otra vez y la pidió que le diera un segundo vistazo. Ella limpió sus gafas en su suéter y las examinó. Esta vez ella las fue pasando sin reaccionar a aquella que había dudado antes.
“Lo siento,” ella dijo y devolvió el teléfono sobre la mesa. Nikki estaba intentando imaginar una aproximación que no traumatizase todavía más, cuando Mrs. Borelli dijo, “Oh, tengo otra cosa que mencionarle. Pensé en ello esta mañana e iba a llamarla, pero aquí estas.” Ella parecía arrollada por las circunstancias.
“Me preguntó si el Padre Gerry tuvo algún problema con alguien.”
“Por favor, adelante.” Nikki paso a una hoja limpia.
“Teníamos un cura aquí hace un tiempo. Hubo acusaciones de que había sido…. indecente con dos monaguillos en un viaje al campo de fin de semana. Ahora, yo no se lo que ocurrió, y tampoco el Padre Graf, pero como pastor, tan pronto como lo oyó, hizo lo correcto e informo inmediatamente a la archidiócesis. Ellos transfirieron al Padre Shea y comenzó una investigación. Pero uno de los padres de los chicos, Mr. Hays, contrato un abogado – lo que estaba bien ¿Quién no? Pero él también hostigo al Padre Graf.
“¿Acosar como?”
“Llamadas de teléfono al principio, y después apareciendo aquí en la rectoría, sin anunciarse. Él siguió más y más enojado.”
“¿Alguna vez se puso violento o amenazo al Padre Graf?”
Mrs. Borelli sacudió su cabeza de lado a lado. “Él lo hacia algo. Gritaba mucho, culpándole por dejarlo correr, y después acusándole de intentar encubrirlo. Pero nunca amenazó, hasta hace tres meses.”
“¿Qué dijo, Mrs. Borelli? ¿Oyó sus exactas palabras?”
“Si. Fue la única vez que no grito. Estaba tranquilo, ¿sabe? Una miedosa tranquilidad. Dijo…” La vieja mujer inclino su cabeza hacia atrás como si leyese las palabras en el techo. “ … ‘He terminado de hablar. Tu iglesia puede protegerte pero no de mí.’ Oh, y también dijo, ‘no sabes con quién estas tratando.’” Ella miro a Heat escribiendo la cita y después continúo. “Lo siento por no pensar en eso ayer. En parte fue porque Mr. Hays no ha estado por aquí desde entonces, a si que lo deje ir. Y también ayer estaba un poco, ya sabe…”
Ella lo dijo con un encogimiento de hombros y jugando con el crucifijo alrededor de su cuello. La pobre mujer parecía agotada. Nikki decidió dejarla descansar.
Pero primero ella tenía que conseguir el nombre y la dirección del hombre indignado del registro de la iglesia, también el nombre del cura acusado. En la puerta de la entrada ella tranquilizo al ama de llaves diciéndola que había hecho lo correcto en compartir la información y añadió puntualmente, “es siempre de ayuda decirlo sin importar cuando tus recuerdos traen un detalle a la mente.”
Después ella devolvió la foto a Mrs. Borelli y se fue.
El azul-y-blanco que la había seguido a la rectoría estaba esperando con su motor encendido cuando salió. Heat ando en dirección al conductor, un uniformado profesional algo guapo cuyo apodo entre los de la 2 era El Desalentador porque cuando le apostaban en la entrada de una escena del crimen nadie cruza la línea.
“Harvey, ¿No tienes nada más que hacer?” Ella preguntó cuando él bajo la ventanilla.
“Ordenes del capitán,” dijo con una voz acentuada por papel de lija y grava.
“Me dirijo hacia la comisaría. Cogeré West End en vez de Broadway.”
“No te preocupes, Det., no la perderé.” Él dijo casualmente, pero el hecho era que El Desalentador era exactamente el pit bull que querías tener cubriéndote. Ella le tendió la pequeña bolsa de tartitas que Mrs. Borelli la había dado. Cuando miro dentro estuvo cerca de sonreír.
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Mensaje por lio_scaloni Miér Abr 25, 2012 11:35 am

Yo estoy al dia recopilandolo!!!
Pero no te puedo decir como va, porque lo estoy reservando para cuando acabe la temporada 4 para leerlo.

No obstante, si es por mi, sigue asi que es un fenomenal trabajo y te lo estas currando

ANIMO!
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por Isana Miér Abr 25, 2012 11:50 am

Yo me fijo todos los dias se subiste algo!!! prefiero esperar a haya varios xq si no despues me olvido lo fue pasando y tengo q volver a leer todo de nuevo, pero los leo y gracias x la traduccion!!
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Mensaje por lastral Jue Abr 26, 2012 1:25 am

Muchas gracias otra vez a los que lo leeis. Me alegra saber que al menos los vais guardando,jajaja.
Solo lo decia para saber como iba.
Muchas gracias por los animos Happy Clap seguire subiendo a medida que vaya traduciendo. Very Happy
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Mensaje por insecto Jue Abr 26, 2012 6:51 am

wow..Puppy Eyes Menuda labor que haces.. Te deberían dar un Nóbel.Reverence Gracias por el sacrificio.
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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por Allan Poe Jue Abr 26, 2012 10:53 am

Yo lo estoy leyendo... todo perfecto... un pedazo de trabajo, mil gracias... reconozco que estoy enganchado a todo lo relacionado con la serie. Thumb
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Mensaje por lastral Mar Mayo 01, 2012 5:58 am

Aqui os traigo la segunda parte del capitulo 5. Espero que os guste Very Happy Como siempre disfrutadlo y gracias por leerlo y seguirlo. Clap

CAPITULO 5-SEGUNDA PARTE
Más tarde, de vuelta a la oficina, la Det. Heat empujo su silla lejos de su escritorio y miro fijamente a la Pizarra del Asesinato esperando que la hablara. Esto no ocurría en cada investigación, pero con extraordinaria frecuencia, si ella estaba lo suficientemente centrada, lo suficientemente tranquila por dentro, y alerta a la correcta pregunta que preguntarse a ella misma, todos los hechos desconocidos –las notas, la línea de tiempo, la víctima y las fotos de los sospechosos- ellos se entretejían juntos en una armoniosa voz que la decía la solución. Pero ellos lo hacían a su tiempo, no al de ella. Ellos no estaban listos todavía.
“Det. Hinesburg,” ella dijo, todavía de cara a la pizarra. Cuando ella oyó los pasos pararse detrás suyo, Heat se levantó y señalo la escritura azul que decía, ‘registros telefónicos Graf’. No había ninguna marca de verificación debajo de la anotación. “¿No era de tu asignación?”
“Si, bueno, por si no lo has notado. He conseguido un número de tareas para limpiar.”
“¿Cuándo?” fue todo lo que Nikki dijo. Era todo lo que tenía que decir. Hinesburg saludo de una forma que irrito considerablemente a Heat y volvió a su escritorio. Heat volvió a la pizarra, esta vez no viendo nada en ella, simplemente necesitando algún lugar donde mirar mientras dejaba a su enojo bajar. Raley colgó su teléfono y cruzo con la tapa de su boli en sus dientes y la libreta en su mano. “He conseguido algo de información del Papa Enojado,” él dijo, refiriéndose al padre irritado del monaguillo.
“Lawrence Joseph Hays. Un asalto con agravante en ’07 contra un vecino por un ladrido de perro, en el edificio de este. Charges de repente retiro la petición de demanda. Sin decir porque.”
“¿Es ese su único delito?”
“Afirmativo.”
Heat dijo, “deberíamos hacerle una visita esta tarde.”
“Eso sería rudo. Ya llame a su oficina para concretar una reunión –sin decir porque, por supuesto. Esta en Ely, Nevada, de negocios.” Antes de que Nikki pudiera responder, él dijo, “yo me estuve preguntando donde era, también. Ely es como estos puntos perdidos en el mapa en medio del desierto.”
“¿En que tipo de negocios esta?” ella preguntó.
“Él es el CEO de Lancer Stander.”
“¿El contratista de la CIA en Afganistán?”
“El único e inigualable,” dijo Raley. “Negros helicópteros, comandos independientes, y saboteadores para contratar.”
Heat dijo, “Ely debe ser su centro de entrenamiento.”
“Te diría que estas en lo cierto, pero tendría que matarte.”
“Tronchante, Rales. Averigua cuando Hays vuelve. Quiero hablar con él yo misma.”
Ochoa llamo para informar que su visita a la compañera de piso de la dominadora fue infructuosa. “Ha salido, y lo ha limpiado. El conserje dice que saco un par de maletas la pasada noche.”
“¿Dejo una dirección?” Pregunto Heat.
“No tendremos esa suerte, me temo. Yo hice una llamada al hotel en Amsterdan para que su compañera de piso hiciese un listado con aduanas, solo por si acaso de que ella supiera donde se dirigia. Desde el escritorio dijo que Andrea Boam todavía estaba registrada pero no había estado por allí en dos días. Él piensa que ella y algún chico se engancharon.”
Se río entre dientes. “Interesante elección de palabras, considerando que ella esta en el sado.”
“Bueno saber que si no aclaramos este caso, Miguel, por lo menos tenemos algún material para el show de talentos de Navidad.” Heat vio las luces parpadear en la oficina del Cap. Montrose y una pequeña mariposa batió sus alas en su pecho. “Mira, tengo que irme. Pero los Forenses están terminando con el ordenador de Graf. Cuando vuelvas, ve a ver que encuentras.”
La Det. Heat se mantuvo a una discreta distancia pero vio que aunque Montrose estaba de vuelta, no estaba solo. Estaba detrás de las puertas cerradas con dos serios trajeados que ella no reconoció. Esto no parecía como una feliz reunión.
Más tarde, después de haber pasado algo de tiempo con el ordenador del Padre Graf, los Roach fueron al escritorio de Heat en equipo. “¿Qué es lo que hacía los de traje?” dijo Ochoa. “¿Asuntos Internos?”
Raley dijo, “yo apuesto por los Hombres de Negro. Si hay un gran destello de luz, ponte tus gafas de sol.”
Para Nikki, la apariencia y la no discreción asustaban a AI. Pero ya había suficientes chismorreos alrededor de la doce sin añadir esto, a si que ella lo dejo en ese punto y preguntó que habían sacado del ordenador. Roach la dirigió hacia la línea de tiempo de la Pizarra del Asesinato.
“La primera cosa que sacamos,” dijo Ochoa, “fue que el cura necesita un nuevo ordenador. Ese fósil tardo diez minutos solo para arrancar. Primero abrimos su historia y Favoritos.”
“Siempre revelador,” añadió Raley.
“Nada sorprendente aquí. Unos cuantos sitios católicos, televisión pública, best sellers online –todos corrientes, no eróticos. De acuerdo a sus recomendaciones y recientes compras, él estaba loco por los misterios…”
“Cannell, Conelly, Lehane, Patterson…”
“Había otros sitios favoritos,” Ochoa continuó. “Un número de organizaciones de derechos humanos y caridad. Una china y la mayoría latino-americanas.”
Raley dijo, “aquí es donde nosotros probablemente tengamos algo de tracción. Abrimos su Outlook para comprobar su calendario.”
“Él nunca lo usaba,” Ochoa repico.
Raley lo recogió con “a si que comprobamos los e-mails. Tenía un mensaje sobre una reunión urgente de un grupo activista en el que estaba envuelto, Justicia a Guarda.” La mirada de Nikki se fue a la foto en la parte de arriba de la pizarra, a Graf en una protesta.
“Literalmente, ‘Justicia a Guardar’,” tradujo Ochoa. Él señalo la línea de tiempo. “La reunión fue a las diez y media de la mañana que desapareció.”
“Cierto,” dijo Nikki. “El ama de llaves dijo que la última vez que le vio, el Padre Graf rompió la rutina y se fue justo después del desayuno hacia algún lugar desconocido.”
“Creo que ahora lo sabemos,” dijo Raley.
“¿Y le llevo dos horas la reunión? Esto es otro intervalo de tiempo,” dijo ella. “De todas formas, la gente de ‘Justicia a Guarda’ probablemente hayan sido los últimos en ver al Padre Graf vivo. Chicos, coger el Roach e ir a ver que saben.”
Justo después de las seis de la tarde, Rook entro campante dentro de la oficina y dio una vuelta sobre si mismo.
“Dios mio, he estado fuera mucho tiempo. Es como volver a visitar mi antiguo colegio. Todo parece más pequeño.”
Nikki se levantó de su escritorio e hizo una rápida comprobación de la oficina de Montrose, pero había cerrado las persianas para su anterior reunión con AI.
“Rook, ¿No tienes incluso un teléfono?”
“Ya sabes, hay una compañera aquí. Nikki es una mujer que no ama las sorpresas. Debidamente anotado. Recuerda eso en tu treinta cumpleaños, ¿vale?”
Él sostenía una bolsa de ropa para ella. “¿Qué es eso?” preguntó.
“En riesgo de ofender, otra sorpresa. En las noticias pareció como que probablemente necesitases un cambio de ropa. Algo un poco menos, ¿Cómo diría? ¿Tipo A?” Él dejo la bolsa en la percha. “Había una tienda Teoría en Columbus. Esto probablemente sea del estilo de coger a asesinos a sangre fría, pero ellos solo se tendrán que ajustar.”
Ella quería abrazarle pero dejo a su gran sonrisa que lo dijera. Después, que demonios, le beso en la mejilla. “Gracias, me encantan las sorpresas.”
“Chica, tienes mi cabeza dando vueltas.” Se sentó en su vieja silla de los días de paseo. “No tenemos que irnos si estas ocupada.”
“Ocupada difícilmente describe esto.” Ella miro alrededor para asegurarse que no era difundido. “Las cosas están incluso más difíciles entre mí y Montrose.” Ella se acerco más y susurro, “él tiene a Asuntos Internos aquí por alguna razón. Además, hoy tuve a uno de mis detectives prestados de Robos transferido fuera. Con rabieta.”
“Déjame adivinar. Rhymer. Que comadreja. Nunca me trague toda esa actuación de Opie.”
“No, sólido de Rhymer. Su compañero, Gallagher, dimitió.”
“¿En un soplo?”
“Para.”
“¿O conseguiré un golpe?”
“Cuenta con ello.”
“¿No… bromeas?” Mientras ellos reían, el teléfono de él sonó. Hizo una misteriosa mirada al mirar el identificador de llamadas. “No me dejes colgado, coger esto.” Mientras se marchaba de la sala, ella le oyó exclamar, “O Dios Mio, ¿eres Tam Svedja, la checa que ama alardear.”
Él llevo a Nikki a Bouley en Tribeca, todavía una de las mejores cocinas en una ciudad de geniales cocinas. Los Roach llamaron justo cuando ellos estaban entrando, y Heat y Rook pararon mientras ella cogía su llamada en el vestíbulo –no el mejor lugar para esperar, rodeados de muros que estaban decorados con baldas de manzanas frescas aromáticas.
Entre pedir bebidas y la selección de pan ella informo a Rook de los principales puntos de investigación de Graf, incluyendo algunos de los problemas que estaba teniendo con el Cap. Montrose. Ella dejo fuera su conexión con el viejo caso Huddleston, desde que incluso ella no sabía que hacer con eso. Además estaban en público. Ellos tenían un hueco para ellos solos, pero nunca sabes. Él escucho atentamente, y ella disfrutaba viéndole suprimir su deseo de dejar escapar teorías prematuras basadas en su imaginación de escritor en vez de en hechos. Hizo una interrupción cuando ella le dijo que Raley y Ochoa acababan de dejar el cuartel general de ‘Justicia a Guarda’.
“Esos son militares Marxistas,” él dijo. “No son en absoluto manifestantes Kumbaya calidos y confusos. Unos pocos de ellos son excolombianos rebeldes de la FARC que estarían más felices con rifles que con señales de piquetes.”
“Tengo que mirar eso,” y Heat saco su cuaderno. “Los Roach dicen, de acuerdo con el personal de la oficina de allí, que el Padre Graf fue un firme apoyo de su causa, y ellos están de luto por él. Aunque uno de los lideres le saco fuera de la reunión la otra mañana cuando apareció borracho.” Ella medito sobre una conexión con rebeldes armados. “¿Cómo son de violentos? Quiero decir, ¿Aquí en Nueva York?”
“Probablemente no más que, digamos, la vuelta IRA en Los Problemas.” Corto un trozo de pan de pasas. “Ellos están frescos en mi mente porque presencie algunas entregas de rifles de asalto y granadas a ellos en Colombia.”
“Rook, ¿Estuviste en Colombia?”
“Lo sabrías si alguna vez me hubieras preguntado como fue mi mes.” Él se limpio una lágrima falsa de su ojo con su servilleta. Después se volvió pensativo. “¿Conoces a Faustino Vélez Arango?”
“Claro, el escritor disidente que desapareció.”
“’Justicia a Guarda’ son los grupos cuya pequeña armada le saco de su prisión política y le colaron bajo tierra el pasado otoño. Si tu cura estaba mezclado con estos tios, empezaría tomando una dura mirada en ellos.”
Nikki termino su cosmo. “Me tenías preocupada, Rook. Pensaba que íbamos a pasar toda la noche sin una alocada, mal pensada teoría.”
De camino de vuelta al loft había subido la temperatura lo justo para que la lluvia se mezclara con las bolitas de hielo. La patrulla que les estaba siguiendo se puso al lado, y La Oposición bajo la ventanilla del pasajero. “¿Estáis seguros que no queréis que os lleve?” Ella se lo agradeció y agito su mano. Heat podía aceptar protección, pero no un chofer.
Ella abrió una botella de vino mientras él saltaba sobre las noticias de las once. El reportero en la escena de una gran explosión en el East Village decía, “cuando la lluvia ha caído, ha arrastrado sal por la carretera y ha corroído una caja de conexiones, causando la explosión.”
“Y la araña pequeñita voló en mil pedazos,”dijo Rook. Nikki le sujeto su copa, después mato a la televisión mientras lo del asunto del tiroteo en Brooklyn Height. “No puedo creer que no lo quieras ver. ¿Sabes lo que algunas personas hacen solo para estar en las noticias?”
“Lo vivo todos los días,” ella dijo, soltando sus zapatos. “No lo necesito ver por la noche.”
Él abrió sus brazos, y Nikki se arrimo dentro de ellos en el sofá, hundiendo su nariz en la parte abierta del cuello de su camisa, oliéndole.
“¿Cómo vas a trabajar las cosas con Montrose?”
“Demonios si lo supiera.” Ella se levantó, cruzando sus piernas por encima del cojín al lado de él, tomando un sorbo de su vino y descansando su palma en el muslo de él.
“No se ni siquiera que hacer con él, no es Montrose para mí. La actitud, y la conducta –esa es la cosa rara. Investigando en la rectoría, obstaculizando mi caso. No lo entiendo.”
“O, ¿Y si lo entiendes y tienes miedo de lo que pueda significar?”
Ella asintió, más para si misma que para él, y dijo, “pensaba que le conocía.”
“Ese no es el tema. ¿Confías en él?” eso es lo importante. Él tomo un sorbo, y cuando ella no contesto, dijo, “es como lo que dije ayer por la noche. Nunca conoces a alguien realmente. Quiero decir de verdad, ¿Te conozco? ¿Cómo de bien me conoces?”
Tam Svedja, la checa alardeadora, vino a su mente. Otra vez. “Verdad. Supongo que no puedes conocer todo sobre alguien. ¿Cómo podrías?”
“Tú eres policía. Podrías interrogarme.”
Él salto de su sitio. “Quédate ahí. Me diste una idea.”
Fue a su rincón de lectura en su lado del salón. Desde detrás de la librería, ella oyó teclear y después imprimir algo. Volvió con algunas páginas. “¿Alguna vez lees Vanity Fair?”
“Si. Mayormente por los anuncios.”
“En la parte de atrás cada mes ellos entrevistan a una famosa usando un cuestionario estándar que ellos llaman ‘La Entrevista Proust’. Esto viene de un juego salón que causaba furor en la era de Marcelo Proust como una forma de que los invitados a fiestas se conocieran entre ellos. Supongo que esto fue la pre-baile de la Revolución del Baile. Proust no lo invento, él solo fue uno de los más famosos en jugarlo. Esta es una versión colgada en Internet.” Él sostenía las páginas con una maliciosa sonrisa. “¿Quieres jugar?”
“No estoy segura. ¿Qué tipo de preguntas son?”
“Reveladoras, Nikki Heat. Revelan quien eres realmente.” Ella fue a alcanzar las páginas pero él las alejo. “Sin anticipaciones.”
“¿Y si no quiero contestar algunas de ellas?” ella preguntó.
“Hmmm.” Él golpeó el rollo de páginas contra su barbilla. “Te dire que. Puedes evitar contestar alguna pregunta si… te quitas una prenda de ropa.”
“Estas de broma. ¿Quieres decir como el strip póker?”
“Incluso mejor ¡Es strip Proust!”
Ella lo medito y dijo, “zapatos fuera, Rook. Si vamos a hacerlo, vamos a empezar ya.”
“Bien, aquí vamos.” Él puso las páginas en su muslo y leyó, “¿Quién es tu favorito autor o autores?”
Nikki soplo una exclamación y frunció el ceño, pensando. Rook dijo, “jugando por tu blusa. Sin presiones.”
“Iré con dos. Jean Austen y Harper Loe.” Y después dijo, “tienes que contestar, también.”
“Seguro, sin problemas. Diré a un cierto Charles Dickens y tirare por Dr. Hunter S. Thompson.” Él volvió a las páginas. “Nómbrame tu favorito héroe literario.”
Heat reflexiono y se encogió de hombros. “Odiseo.”
“Él mío también,” dijo Rook. “Apretón de meñiques.” Alzo su pequeño dedo y ella engancho el suyo con el de él y entonces ellos tiraron y rieron.
“Nadie se ha desnudado todavía. Intento con esta ¿Quién es tu poeta favorito?”
“Keats,” ella contesto. “Por ‘Oda en una urna griega’.”
Rook replico, “Seuss. Por ‘un pez, dos peces’” Él volvió a las páginas para su próxima pregunta. “¿Cómo desearías morir?”
Ellos se miraron. Entonces Nikki se quito su blusa. Él tuvo similares pensamientos y se quito su suéter.
“Te dije que probablemente no quisiera contestar a algunas de estas.”
“Y ahí está el juego, Det. Heat. Pasando a ¿Qué músico más te ha impactado en tu vida?”
“Más impactante músico…” ella dijo, meditando. “Chumbawamba.”
“Tienes que estar de broma. ¿No Bono? ¿O Sting? ¿O Alanis Morissette? O- ¿de verdad? ¿Chumbawamba? ¿Tubthumping Chumbawamba?”
“Pues de hecho, si. Cuando mi entrenador de la escuela de teatro me dijo que un estudiante de primer año no podría tocar Christine en ‘Phantom’, una canción sobre derrumbarte y volverte a levantar otra vez, resonó fuertemente en mí.” Y todavía lo hace, pensó. “¿Y sobre ti?”
“Steely Dan por ‘Deacon Blues’. Y James Taylor por todo, especialmente por ‘Secret O’ Life’” Después Rook se dio en la frente, “Oh, oh, no, ¡espera! Olvidaba a AC/DC”
Heat hizo un sonoro zumbido. “Ambivalente respuesta, Rook. No vale, pantalones fuera.” Después de quejarse, él miro al cuestionario, hizo una pequeña sacudida de cabeza, y paso a la siguiente página.
“Whoa, whoa, bandera de penalti,” Nikki dijo. “No puedes evitar preguntas, oigámosla.”
Él volvió la página y leyó, “¿Qué cualidades buscas en una mujer?” Rook paro. “Campo de minas. No voy a contestarla.” Después ella le hizo quitarse su camiseta, él dijo, “esto no es como yo veía ir el juego,” después volvió a la parte de arriba de la siguiente página. “Hora de devolverla. ¿Qué cualidades buscas en un hombre?”
“Puedo contestar a eso. Honestidad. Y sentido del humor.”
“Extraño como yo tengo la cualidad de ser ambos, honesto y divertido. Como si me preguntaras sobre tu ropa y dices, ‘oye, ¿este color sangre me hace parecer mi culo gordo? Yo te diría que si.”
“¿Estas molesto porque estas perdiendo?”
“Bien.” Después leyó, “¿Quién te hubiese gustado ser? Bien, voy a contestar a esta el primero. Una corista para Aretha Franklin. El vestido de lentejuelas podría ser un problema, pero eso sería en otra vida. ¿Tú? ¿Quién serías?”
Ella ni dudo. “Meryl Street.” Él le dio una simpática mirada porque ambos sabían que ella había dejado la escuela de teatro cuando su madre fue asesinada.
“Sigamos. ¿Cuál es tu estado mental ahora?”
Todo lo que Heat podía hacer era pensar sobre el desorden que ella estaba experimentando. No contesto y se quito sus pantalones.
“¿Mi estado mental…?” dijo Rook. “El curso del Strip Proust esta dando la vuelta. ¡Si! Siguiente pregunta. ¿Cuál es tu idea de miseria?”
“Paso. No me gusta el curso de estas cuestiones.” Mientras se desabrochaba el sujetador y lo dejaba en la mesa de café, ella dijo, “también tienes que contestar, Chuck Woolery.”
“Simple. Miseria para mí es lo que siento después de herirte por no llamarte después de mi viaje.”
“Para idear una frase, buena respuesta,” ella dijo. “¿Siguiente?”
“Déjame ver… ¿Cuál es tu lema?” Él sacudió su cabeza. “Yo no tengo un lema. ¿Quién tiene un lema?”
“Tuviste una oportunidad, calzoncillos o calcetines.”
“Espera. Ese es mi nuevo lema.”
“Buen intento,” ella dijo.
“De hecho tengo un lema,” ella dijo. “Es ‘nunca olvides para quien trabajas’.” Y mientras oía las palabras, Nikki sintió una inquietud progresiva. No era exactamente vergüenza, pero se acercaba. Por primera vez sonaba vacío. Falso ¿Por qué? Ella se examino, intentando ver que era diferente. La tensión, eso era nuevo. Y cuando ella miro eso, reconoció que la parte más dura a última hora de su día fue en trabajar para evitar confrontarse con el Cap. Montrose. Eso es cuanto se le ocurrió. En ese momento, sentada semi desnuda en el salón de Rook, jugando a algún tonto juego del siglo diecinueve, que llego a una idea inesperada. En ese momento Nikki despertó y vio con claridad en lo que ella se había convertido –y quien ella había dejado de ser. Sin notarlo, Heat se empezaba a ver a ella misma como trabajaba para su capitán y había perdido señal de su principal guía, que ella trabajaba para la víctima.
Justo en ese momento Nikki lo resolvió acordando su propia reunión con Montrose como la primera cosa que hacer al día siguiente. Y dejar la maldita astilla caer.
“¿Hola?” dijo Rook, trayéndola de vuelta. “¿Preparada para la siguiente?” Ella le miro con ojos claros y asintió. “Allá vamos entonces. ¿Cuál es tu sueño ideal de felicidad terrenal?”
Heat se paro solo un momento para pensar. Después no dijo nada, pero se levanto y se quito sus bragas. Rook la miro desde el sofá con una cara que ella no podía resistir, a si que no lo hizo. Ella se agacho, tomando la boca de él con la suya. Él la encontró ansiosamente y la puso entre sus brazos. Pronto, la rítmica de sus cuerpos contesto la última pregunta. Ella no pensaba sobre esto pero encontró sus labios en la oreja de él, susurrando, “esto…esto…esto…”
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Mensaje por lovercastle Mar Mayo 01, 2012 2:33 pm

WOOW me encanta como va esta historia
muchas gracias por la traduccion Clap
continua pronto pliss
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Mensaje por lastral Vie Mayo 11, 2012 3:11 am

Hola chic@s. Aqui os dejo la primera parte del sexto capitulo. Very Happy Como siempre, comentad y disfrutad leyendolo. Gracias por hacerlo. Happy Clap

CAPITULO 6-PRIMERA PARTE
A las 6 de la mañana siguiente Nikki se sentó en la mesa de la ventana en Luncheonette, soplando a su gran café y esperando a que Lauren Parry cogiera el teléfono. En vez del Jazz corporativo o Hits suaves de los ’80 y ’90, la programación para cualquier atrapado en espera en la OCME era una espiral de cortos mensajes sobre las oportunidades y servicios municipales de la ciudad de New York. Mejor que ‘Kiss from a rose’ de Seal o ‘Men! I feel like a woman!’ de Shania Twain el alcalde te invitaba a llamar al 311 para toda la información que necesitases y algún administrador monótono del DOT exaltaba las virtudes del Día Alternativo, Aparcar en un lado Alternativo. ¿Dónde estaba el ‘Sweet Dreams’ de Annie Lennox cuando lo necesitabas?
“Tengo una pregunta para ti,” dijo Heat cuando Lauren finalmente cogió su teléfono. De fondo ella podía oír el chasquido de guantes y la tapa de un cubo de metal sonando al abrirse contra un muro. “Es sobre ese cardenal en la parte baja de la espalda del Padre Graf. ¿Lo recuerdas?”
“Claro. ¿Qué pasa?”
Esto la había venido estando en la cama con Rook –suficientemente apropiado- al amanecer. Heat había estado sin dormir, meditando sobre la confrontación que planeaba tener con su capitán en las próximas horas. Al lado de ella, Rook se giro de lado y Nikki giro la cara a su espalda, usando sus dedos para peinar el nacimiento del pelo en su coronilla. Le pareció más delgado que cuando se fue. Los músculos de los hombros revelaban más líneas, e incluso a la luz de las velas sus costillas estaban definidas por profundas sombras entre ellas. Sus ojos recorrieron sus vértebras hacia lo pequeño de su espalda, donde vio el cardenal casi desaparecido. Mientras se estaban secando entre ellos de su ducha, ella le preguntó qué de que era.
Rook le dijo que hace dos semanas, le habían paseado por un barco de carga de Rijeka, en el Mar Adriático, a Monrovia en la costa oeste de África, donde fue testigo de lo que considero una descargar a plena luz del día de armas del mercado negro. El comerciante, que estaba en el muelle para supervisar la transferencia de 30 toneladas de armas, hacia camiones que esperaban, manteniendo la mirada de su Range Rover a la torre de navegación del barco, donde estaba Rook escondido, intentando no llamar la atención. Pero después de que se sacara el pesado convoy fuera del puerto, Rook fue llevado a su cuartel general, solo para ser cogido por tres de los matones del comerciante.
Ellos pusieron una capucha por su cabeza y le condujeron durante una hora, a una plantación en las colinas. Allí, le quitaron la capucha pero lo esposaron mientras esperaba, encerrado en el establo vacío en el granero.
Cuando cayó la noche, fue llevado a un gran césped detrás de la amarilla plantación de la casa, donde el comerciante de armas, un formado operativo MI6 llamado –o al menos usando el nombre de- Gordon McKinnon, estaba en una mesa de picnic girando de un lado a otro una Caipirinha debajo de una cadena de luces de fiesta en forma de chicles rojos. Rook decidió no revelar cuanto sabía sobre McKinnon de su investigación… del hombre entrenado por el SIS que había acumulado una fortuna interceptando armas en el mercado negro de embargo nacional en África… esa sangre que mano desde Angora, Rwanda, el Congo, y recientemente Sudan y podría ser rastreada al hombre pelirrojo, borracho, y quemado por el sol que estaba justo detrás de él.
“Tome asiento, Jameson Rook,” él dijo, y señalo un taburete de madera al otro lado de la mesa. “Oh, vamos. Supe que eras tú cuando embarcaste en Croacia.” Rook se sentó pero no hablo. “Llámame Gordy.” Después rió y añadió. “Pero supongo que eso ya lo sabes muy bien, ¿verdad? Eh, ¿tengo razón?” Deslizo un vaso alto de madera hacia Rook. “Bebé, es la mejor jodida Caipirinha en todo este maldito continente. Mi camarero y mi cachaza lo traen desde Brasil.” Quizás él estuviese demasiado borracho para recordar que las manos de su invitado estaban esposadas detrás de él y no pudiera alcanzar el vaso.
“He leído todo tu material. No muy malo. Bono y Mick. Bill Clinton. Bien hecho. Pero vamos, ¿Tony jodido Blair? ¿Y Aslan Maskhadov? Estoy absolutamente seguro de que hay más de esas chorradas de lo que escribiste sobre la maldita Cheche. Maskhadov, ¡hah! De lo único que me arrepiento es de no vender la granada que le mato.” Él inclino el culo del vidrio y algo de este se derramo sobre su camiseta de Ed Hardy. El camarero replazo el vidrio por otro nuevo, y continuo, “Y ahora, apura la copa. Va a ser tu última bebida.”
Y entonces él se levanto, apuntando la mayor pistola que Rook jamás haya visto, una israelí Desert Eagle, calibre 50, justo delante él. Pero después se giro, apuntando hacia la izquierda, y disparando a la noche. El trueno del Eagle fue seguido inmediatamente por silbidos y resplandor del rojo vivo lleno el suelo con el brillo de un rayo congelado. Rook miro justo detrás de él. El brillo ardiente que podía ver de magnesio se alineo a lo largo de la valla del gran césped. McKinnon disparo otra vez. Su bala encendió otra llamarada, que centelleaba por vivir, jadeando y templando mientras que se salía de la valla hacia el pasto, iluminando a caballos que huyen y un par de IVs Gulfstream aparcados en la distancia.
El comerciante de armas levanto ambos puños en el aire y declaro la guerra al cielo de Liberia. Él apuro su bebida y dijo en una ronca voz, “¿Sabes lo que me encanta? Disfrutar mi propia vida. ¿Sabes que tengo el suficiente dinero sangrado como para comprar mi propia ciudad?” Después él rió. “Oh, espera, ¡si ya lo hice! ¿Eres consciente Rook, de que he estado recibiendo-¿estas preparado para esto?- inmunidad diplomática? Ellos me han hecho ministro de alguna mierda u otro tipo. De verdad. Hago lo que quiero y nadie puede tocarme.”
Él levantó la Desert Eagle y se acerco más, apuntando a Rook otra vez. “Esto es lo que pasa cuando te metes donde no te llaman.”
Rook miro con la boca de la pistola y dijo, “¿Fue que yo vine aquí en una Range Rover? Haga que su ayudante de cámara lo ponga en la parte de atrás. Creo que estoy listo para irme.” McKinnon sacudió su mano para amenazarle con la pistola. “Pon esa maldita cosa lejos, no vas a dispararme.”
“¿No? ¿Qué te hace pensar eso?”
“Porque lo habrías hecho en el puerto y me habrías dejado flotando en las Islas Canarias. Porque me muestras todo este… espectáculo para mi. Porque si me matas, ¿Quién escribirá tu historia, Gordon? Y me dijiste fantásticas citas. ¿’Disfrutar tu vida’? ¿’Ministro de alguna mierda’? Brillante. Es duro ser un chico malo y no tener club de fan, ¿verdad? No me has traído aquí para matarme, me has traído para hacer de ti una leyenda.”
McKinnon corrió hacia Rook, cerrando su codo alrededor de su cuello. “¿Qué pasa contigo? ¿Tienes alguna fascinación por la muerte que te hace pensar que puedes tomarme el pelo? ¿Eh? ¿Eh?” Él presiono la boquilla contra su sien y miro a Rook con ojos salvajes bailando con la luz demente del fuego demoniaco de las llamas.
Rook suspiro y dijo, “todavía sigo esperando por ese Range Rover.”
McKinnon puso el arma en la mesa después de empujar a Rook hacía atrás de su taburete hacia el patio de piedra, donde cayó sobre sus manos esposadas.
En el tiempo le llevo a la Det. Heat ir del Ej’s en Ámsterdam a la acera de enfrente de la comisaría, Lauren Parry la había devuelto la llamada. “Acabo de comprobar la foto del moratón. Definitivamente puede de esposas. Hare un test pero los puños con bisagras definitivamente contaría para el moratón en escalera en la parte baja de su espalda.” Después preguntó, “¿Qué se supone que significa eso?”
Heat dijo, “significa que esperamos que sea algo.”
El Cap. Montrose le dijo que estaba ocupado cuando toco el marco de la puerta y dijo que necesitaba hablar con él.
Heat entró de todas formas y empujo el pomo detrás de ella hasta que se cerró. Él levanto su mirada hacia ella de algunos impresos. “He dicho que estaba ocupado.”
“Yo dije que necesito que hablemos.” La Det. Heat, el objeto inamovible.
Montrose la miro desde debajo del surco de una poblada ceja. “Esto es hacia lo que vida se dirige. Números. Primero ellos critican mis estadísticas, diciéndome que las aumente, pague mi renta. Ahora me mandan esto.” El capitán levantó la hora del cálculo fuera de su alcance y lo dejo caer con desprecio desenmascarado. “Blancos números. Minidirigiendome. Diciéndome al número de violaciones de Clase C para redactar esta semana por bloquear aceras y basuras. Convocatorias Clase B, también. Veamos…” Él deslizo sus dedos a lo largo de una lista. “Ellos quieren ocho violaciones del cinturón de seguridad y seis entradas de teléfonos móviles. No cinco, no siete. Seis. Yo no hago mis números, ellos hacen un número por mí. Por lo que, ¿Cuál es mi elección? ¿Hacerlo mal en mis libros? ¿Decir a los uniformados no llevar ciertos informes de robos y asaltos para que las estadísticas no trabajen contra ti? Si no se escribe, nunca paso. ¿Quién sabe? ¡Una caída de crímenes en la doce!” Él cerró su subrayador y lo tiro al escritorio. Rodó hacia el suelo, pero no hizo ningún intento para pararlo. “Si estas decidida a interrumpirme, siéntate.” Ella cogió una silla de invitado y él dijo, “¿Qué es lo que traes para iluminarme mí ya día perfecto?”
Nikki sabía por donde empezar. Con su meta, simplemente exponiendo por lo que no se perdería. Ella dijo, “quiero extender el caso Graf.”
“¿Completaste las comprobaciones del BDMS como te dije?”
“No todavía, pero-“
Él la corto. “Entonces esta reunión ha acabado.”
“Capitán, con todos mis respetos, estamos siguiendo un mal balón. Prometedoras líneas están surgiendo y me siento obstaculizada no siendo capaz de seguirlas.”
“¿Cómo?”
“OK,” ella dijo, “el dinero escondido en esas cajas de galletas. ¿Por qué me dijo que no para ir a la archidiócesis enseguida?”
“Porque no es relevante.”
Nikki estaba asombrada por su sentido de la certeza. “¿Cómo puede saberlo?”
“¿Estás cuestionando el juicio de tu comandante?”
“Es una pregunta legítima, señor.” Ella hizo que el ‘señor’ llevase respeto. Nikki quería su caso de vuelta, no para que él se atrincherase en sus tacones para comprobar su lista.
“Tu víctima fue asesinada en un sótano de la esclavitud –trabajando.”
“Esto se siente como una barricada.”
“Dije que lo trabajes.”
Ella decidió avanzar, esperando encontrar un flanco abierto. “También tengo una víctima disparada con conexión con el cura.”
“Y tu negligencia por no informar por el seguimiento.”
Para Nikki esto empezaba a sentirse como sus combates de entrenamiento de jujitsu con Don. Ella reunión un hecho, el capitán tiro una treta. Heat no cogió su cebo. “Podemos discutir eso luego, pero no conseguirás desviarte. El Padre Graf tenía el número de teléfono de un club de strip escondido en su habitación. Testigos oculares le vieron discutir con el bailarín. Quiero trabajar ese ángulo, pero tienes mi investigación acorralada.”
“Vas a ser una buena teniente en este departamento,” él dijo. “Ya sabes como echar la culpa a otro.”
“Perdone, pero estoy haciendo exactamente lo contrario. Estoy cogiendo responsabilidades. Quiero que me deje llevar mi caso a mi manera.” Desde que Nikki había aclarado su mente la noche anterior para recuperar el sentido de su misión, ella apretó hacia delante, haciendo su más terrible salto… Ella se dirigió al elefante. “¿Qué pasa con usted, Capitán?”
Él apretó el dedo lo suficiente en la pila de hojas como para hundirlo. “Sabes muy bien que es lo que está pasando conmigo.”
“Desearía hacerlo. Tengo presión,” ella dijo, “lo se. Pero hay muchas otras cosas que no entiendo. Cosas que he observado. Cosas que he aprendido. Y, francamente, me preocupa.”
Hubo un cambio de aires en esa habitación. Su ira e irritación común dio paso a una férrea cautela. Él la estudio con una intensa concentración que hizo a Nikki incomodarse. Su cabeza estaba brillando y en la ventana detrás de él que daba a la calle noto un aura de condensación formándose en el cristal, probablemente de su elevado calor corporal. Esto señalaba a Montrose como su propio fantasma. “¿Aprendido? ¿Cómo que?” él dijo.
Su lengua parecía como si tuviese un calcetín en ella. “Su investigación en la rectoría la noche del asesinato de Graf, por ejemplo.”
“Pregunta y afirmación a la vez.” Su voz era escalofriantemente calmada y su rostro había adquirido un llamo afecto. “Si tienes más, oigámoslo. ¿Hay más?”
“Capitán, no vamos a ir por ese camino ahora mismo.”
“¿Qué camino? ¿El único que te guía a implicar que tengo algo que ver con su muerte?” Debajo de su tono moderado Nikki pudo sentir la siguiente ola de furia construyéndose. “¿Es eso lo que piensas?”
Cuando ella vaciló, el interrogador la golpeo. Nikki siempre había estado impresionada por como intimidaba su mentor al estar trabajando en un sospechoso contra las cuerdas. Excepto que ahora todo esto estaba sobre ella. “Tú ya estas hasta las rodillas., Detective, a si que será mejor que lo saques -a no se que quieras ir a los informes para una revisión formal de la conducta.”
Heat recorrió la corta lista de su mente. Ella miro a la reciente tirita de su dedo y dibujo la sangre en el collar del cura. Después ella pensó en las cicatrices de TENS en Graf y como similares quemaduras habían también aparecido en el caso de 2004 de Montrose que este había investigado. Y ahora la última revelación, que los moratones en la parte baja de la espalda del cura provenían de esposas… Si, habían salido muchas preguntas, y a Nikki no le gustaba la manera en que la balanza se estaba inclinando mientras ella lo sopesaba. Aunque, nada de esto probaba nada. Y ella ciertamente no podría expresarlas. No sin herir mortalmente una relación ya frágil. A si que ella dijo, “nada que merezca la pena hablar.”
Él golpeo la palma de su mano en su escritorio y ella saltó. “¡Mentirosa!” En su periferia, Nikki vio cabezas girarse en la oficina hacia su camino. “Esta todo sobre ti. Vamos, Detective, póngalo sobre la mesa. ¿O te lo estas guardando para tus nuevos amigos de la 1PP?”
“Capitán…no, yo…” Ella calló, ahora a la defensiva.
“Oh, quizás te lo estas quedando para tu próximo artículo.” Él leyó su reacción y dijo, “¿no lo has visto todavía?” alcanzó su cartera y sacó el ejemplar matutino del ‘Ledger’. “Sección Metro, página tres.” Él arrojó el periódico al escritorio justo enfrente de ella. Esté se abrió por la historia, un corto titular: ‘agitación en las comisarías del Upper West Side’. Informado por Tam Svedja. “¿Todavía afirmas que no hablaste con la periodista?”
“No lo hice.”
“Alguien lo hizo. Y le dio detalles, incluido el rescate de Gallagher frustrado. Me preguntó quien.”
La llamada de Rook de esa Checa se la jugo de vuelta, pero Nikki lo desecho como una posibilidad. No hay manera de que ella pudiera imaginar haciendo eso. “No tengo idea.”
“Tonterías.”
“Capitán, lo que sea que este pasando aquí, espero que sepa…”
Pero él la paro, sosteniendo su mano entre el espacio que había entre ellos. “Hemos acabado,” él dijo. Había gravedad, una global finalidad en el peso de sus palabras. Montrose se levantó. Ella sentada mirándole. ¿Cómo esta reunión se había salido de las manos? Nikki solo quería una cosa cuando había entrado allí, y había desembocado en una niebla tóxica. “Y si tienes de que hablar sobre este caso, dímelo, sin informes, y no especialmente a los tiburones del centro. Tentador mientras vas a pulir esta barra de oro, recuerda, trabajas para mí.”
“No necesita decirme para quién trabajo.” Heat levantó su cara hacia él, sintiéndose que recuperaba el significado perdido de un lema olvidado. “Hay un asesino fuera, y por el bien de su víctima, quiero cogerle.”
“Maldición, Heat, cada víctima no es tu madre.”
Su viejo amigo probablemente también la habría abofeteado en su cara. Él sabía de su vulnerabilidad, y eso la dolía más. Pero ella no retrocedió. Nikki lo absorbió y hablo con guiadora verdad. “No, pero cada víctima es la madre de alguien. O su padre, o hija. Un hijo, o una mujer.”
“Te lo estoy diciendo. Esta vez, déjalo así.”
Ella dijo, “si conoce algo de mí, sabrá que no lo voy a dejar.”
“Podría despedirte.”
“Lo tendrás que hacer.” Y entonces, dando la vuelta a la tortilla, ella le dio con su propia tarjeta de vulnerabilidad.
“¿Cómo explicaría eso en el centro? Porque debe saber que no soy la única haciendo preguntas.”
Los músculos de su mandíbula se tensaron. Él inclino su cabeza a la de ella, igualando un reto. “¿Me estas diciendo que no puedo pararte?”
“No puede.” Heat le devolvió la mirada, sin pestañear. “Haga su llamada, capitán.”
Él medito un momento. Después, infeliz pero resignado, dijo, “adelante entonces.” Y mientras se giraba para irse, dijo, “Det. Heat. Vigile su espalda. Probablemente estés hurgando dentro de algo donde desearías no haberte metido.”
En su camino por la oficina, Hinesburg dijo, “Det. Heat, ¿tiene un segundo?”
“De hecho, Sharon, no es el mejor momento.”
“Creo que debe hacer tiempo.” Hubo algo en la manera que Hinesburg se expuso a si misma que parecía diferente. El farol de arrogancia no estaba. Reemplazado por una no característica urgencia.
“Esta bien. ¿Qué es?”
Por respuesta la Det. Hinesburg tendió a Nikki las fotocopias de los registros telefónicos el Padre Graf. No había muchas llamadas al mes, por lo que Heat fue capaz de echarle un vistazo rápidamente. Ella se paro abruptamente, sin embargo, cuando llego a la última página, que cubría la semana del cura… la última antes de que el Padre Graf fuese asesinado. Había numerosas llamadas de y para dos números de teléfonos que reconocía –porque había llamado a ellos muy frecuentemente por si misma. Eran de la oficina y número de teléfono del Cap. Montrose.
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Mensaje por Allan Poe Lun Mayo 14, 2012 11:13 am

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GENIAL, mil gracias por tu tiempo y dedicación... estaremos
pendientes para ver como continua.
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Mensaje por lio_scaloni Lun Mayo 14, 2012 11:22 pm

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Mensaje por lastral Mar Mayo 15, 2012 8:23 am

Gracias. Thumb Me alegra que os guste.
Ya estoy pasando a limpio la segunda parte por lo que en un par de días como mucho tendreis la continuacion. Very Happy
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Mensaje por lastral Miér Mayo 16, 2012 8:13 am

Lo prometido es deuda. Aqui teneis la segunda parte del sexto capitulo. Cada vez mas interesante. Happy Clap
Como siempre, espero que lo disfruteis y comentad. Muchas gracias por seguirlo. Very Happy

CAPITULO 6-SEGUNDA PARTE

Heat miraba por encima de la página a la oficina. Él estaba parado en el muro de cristal mirándola. Justo cuando hicieron contacto visual, Montrose cerró las persianas de golpe.
En menos de cinco minutos Nikki había reunido a su pelotón en la Pizarra del Asesinato. La Det. Heat se movió rápidamente antes de que el capitán cambiara de corazón sobre romper las restricciones que él había puesto sobre su investigación. Ella también quería dar energía a su gente ilustrando que este era un nuevo día.
La revelación sobre Montrose saliendo en los registros telefónicos de la víctima era grande. Heat decidió no sacarlo en una reunión abierta. Ella había recogido los expedientes de Hinesburg y le dijo que lo llevaría desde aquí. Eso significaría otra confrontación, pero el capitán ya había apagado sus luces e ido, a si que eso tendría que salir a su vuelta. Tan doloroso como la reunión con su asediado comandante había acabado siendo, la próxima sesión podría hacer que esa pareciera un té fuerte.
Todos cogieron notas mientras ella reportaba que los moratones de la parte baja de la espalda del Padre Graf parecían haber sido causados por esposas. “¿Eso no es consistente con todo el tema de la tortura-esclavitud?” Preguntó Rhymer.
“Podría ser,” dijo Heat. “Podía ser la mejor evidencia de que fue llevado allí en contra de su voluntad.” Ochoa subió un dedo. “¿Pregunta, Miguel?”
“Él era un gran bebedor. Borracho la mañana en que desapareció, de acuerdo con su grupo activista. ¿Hemos comprobado informes para ver si él consiguió que le esposaran por Desorden y Ebriaded en los últimos días?”
“Bien pensado,” dijo Heat. “Sharon, cuando contactes con RTCC por ese tatto de serpiente, pregúntales por llevar las ciento cincuenta quejas de esta semana y ver si Graf aparece.”
Ella asigno a Ochoa que mirase lo del Dr. Colabro sobre la misteriosa prescripción. “Después quiero que tu y Raley hagáis otra visita a ‘Justicia a Guarda’. He oído que tienen conexiones paramilitares. Averiguad cuales son sus lideres e invítales a una charla. Usa la sala de espera en vez de la de Interrogatorios. No les quiero tratar como sospechosos, pero les quiero en nuestro terreno, en un ambiente formal.”
Ella puso a la Det. Hinesburg sobre el dinero encontrado en el ático de la rectoría. “Alcanza a los Forenses y trabaja en un completo diagnóstico diferencial en ese dinero. Todo. ¿Y Sharon? Como ayer.” Hinesburg arqueó una ceja, tomándolo como la tentativa que era. Ella continuó. “Quiero hacer una visita a la archidiócesis a última hora de hoy para preguntarlos si tienen algún informe concerniente a Nuestra Señora de los Inocentes. A si que cualquier cosa que puedas conseguir antes de que vaya –consíguelo.”
“Rhymer. Estas fuera de las dominadoras. Indaga en Horst Meuller. Él ya es capaz de hablar esta mañana, por lo que voy a hacer una llamada al hospital. Mientras tanto, aprende todo lo que puedas. Obviamente algo más en su conexión con Graf, pero también su historial de trabajo, financiero, alguna conexión con Esclavitud Placentera,… También pásale por Interpol y la policía Hamburg.”
Rhymer apuntó una frase en su libreta y dijo, “agradable ver que nos salimos de las latitudes de caballos.”
“Ambos,” ella dijo. “Díselo a tu compañero, Gallagher. Si él quiere volver, puedo dejar el pasado en el pasado.”
Desde donde ella estaba mirando de pie en las ventanas del décimo piso del Hospital Central de New York, Nikki podía escoger un punto a lo largo del East River donde el tiroteo tuvo lugar el día anterior. La cadena de edificios del sur de Brooklyn Bridge bloqueaba su vista a pie de calle de la localización exacta en Henry, pero en su lejanía ella era capaz de señalar el rascacielos donde todos se fue abajo. Desordenadas, nubladas nubes fluían dejando un reguero de nieve y fría lluvia que caía sobre la parte de arriba del edificio de apartamentos mientras ella miraba, oscureciendo el vecindario hasta que desaparecía en una cortina de tiempo horrible.
“¿Perdone?” Nikki se giro. Un enfermero con una cara joven y una mata de rizos la estaba sonriendo. “¿Esta esperando a la Dr. Armani?”
“Si, soy la Det. Heat.”
Él se acerco y su sonrisa se ensancho. Nikki pensó que tenía la más brillante dentadura que había visto desde el Dawn de Bieber. “Soy Craig.” Este la hecho un rápido vistazo desde la cabeza a los pies que estaba aprobando todavía sin ser de algún modo espeluznante. Apostaba a que el enfermero Craig conseguía tumbar a muchas. “Dr. Armani esta ocupada en rondas. Estamos enseñando el hospital, ya sabes, y ella es, bueno, no es definitivamente de las que se dan prisa.” Craig la dijo con la intimidad de un amante paciente.
“¿Cuándo tiempo estará?”
“Si tuviese un níquel… Pero buenas noticias, me ha dicho personalmente que la escolte a la habitación de Mr. Meuller.” Él mostró sus dientes otra vez.
“Mi día de suerte.”
El agente fuera de la puerta se levantó de su silla plegable de metal cuando Heat se aproximo. Ella le señalo para que se sentara y lo hizo. La detective se giro a su guía y dijo, “lo puedo llevar desde aquí.”
“Craig,” él contestó.
Nikki dijo, “si, lo tengo,” y eso no pareció complacerle al final. Se puso en camino pero sin girarse a decirla adiós antes de girar la esquina.
El bailarín tenía sus ojos cerrados en el momento en que ella entro en la habitación. Por su herida no podía girar la cabeza, a si que Heat se paro a los pies de su cama para ayudarlo. “¿Cómo se siente?”
Él gazno algo que ella no pudo entender. O era en alemán, o los espesos vendajes puestos alrededor de su mandíbula le hacían difícil hablar. “Tienes suerte, Horst. Una pulgada o dos mas bajo, no estarías aquí.”
Heat se había informado por teléfono de su cirugía. La bala había pinchado completamente su músculo trapecio pero no tocó la arteria carótida. Si el tiro hubiese venido de algo más alto, digamos de una azotea o un balcón, en vez de una ventana de un coche, la trayectoria podría haber sido más abajo con fatales consecuencias.
“¿Suerte?” él dijo. “Me rompes la clavícula y ahora esto.” Meuller paró y pulsó el botón de morfina conectado a su goteo. “Mi carrera de bailarín esta acabada. ¿Qué quieres ahora?”
“Hablar,” ella dijo. “¿Por qué huiste de nosotros?”
“¿Quién dice que lo hice?”
“Horst, bajaste tres pisos de un andamiaje para alejarte. ¿Por qué?” Él no podía girarse por lo que levantó la mirada al techo.¿”Alguna idea de quien quería dispararte?” Él mantuvo su mirada por encima de ella.”Dime sobre el Padre Graf.”
“¿Quién?”
“Este hombre.” Ella sostuvo la foto por encima de él para que pudiera verla. “Padre Gerarld Graf.” Él apretó sus labios e hizo una media sacudida de cabeza, que obviamente el dolió. “Testigos oculares te vieron discutir con el cura en One Hot Mess. El portero intervino cuando intentaste asfixiarlo. También le amenazaste con matarle.”
“No lo recuerdo.” Con el acento, lo soltó sonando como el Sargento Schultz’s. “No se nada.” El Hogan de Héroes. Y sobre credibilidad.
“Lo pregunto porque esta muerto ahora. Asfixiado.” Ella omitió los demás detalles, dejándolos para corroborarlos, en caso de que decidiera confesar. “¿Es eso por lo que huiste? ¿Por qué le mataste?” Él presiono su botón de morfina repetidamente y giro sus ojos otra vez. “Andemos hacia atrás. ¿Cuál era tu relación con el Padre Graf?”
Esta vez cerró los ojos. Y los mantuvo cerrados, las esquinas de los ojos se movían nerviosamente por el esfuerzo para hacer que se callara.
“Descanse, Mr. Meuller. Lo necesitara. Volveré para hablar más tarde.”
El enfermero Craig estaba quejándose por medicamentos con un carro fuera de la puerta, fingiendo que no estaba esperando a Nikki. “Te veré otra vez. Espero.” Él dijo.
“Nunca se sabe, Craig. Es un hospital pequeño.”
“A veces pienso que quizás debería hacer algo de baile profesional.” Nikki le miro de reojo e incluso con la bata, comprendió que él podría.
“He oído que hay mucho dinero para enfermeros en fiestas de solteros,” ella dijo y presiono el botón de bajada, esperando que el coche llegara pronto.
“Quizás. No quisiera hacer los clubs, sin embargo.”
“Después de ver a ese tio, la barra de stripper es mala para ti.”
“¿Cómo?”
“Tuve que bañarle esta mañana. No creerías todas las cicatrices. Parecen quemaduras de cuerdas por ambas piernas y pecho.”
Las puertas del ascensor se abrieron, pero Heat no entró.
“Muéstrame.”
La Det. Heat no quería esperar para volver a la dos para lidiar con el descubrimiento de las quemaduras de TENS en el bailarín. Ella salió del FDR por la salida de la calle 61 y cogió First Avenue para subir a la ciudad. En el primer semáforo, ella llamo a la línea directa del Cap. Montrose. Cuatro tonos, ella podía imaginar la solitaria luz parpadeando en la oscura oficina, y después, salto al buzón de voz. Nikki solo dejo su nombre y hora, intentando mantener la tirantez fuera de su voz. Sabía que tendría que señalar el número de él en los registros telefónicos del cura, pero ella había planeado esto para el final de los turnos, cuando la oficina estuviese despejada. Pero encontrando esas marcas de quemaduras eléctricas en Meuller forzaba su mano. Era hora de preguntarle sobre el asesinato de Huddleston que había llevado en 2004. Heat no sabía si era relevante, pero la experiencia la había hecho cautelosa de las coincidencias.
Perdida en los pensamientos, giro a la izquierda por la 79, ella corrió al final de la luz amarilla e inmediatamente vio luces policiales en su espejo retrovisor. Por un pequeño segundo su corazón salto –incluso los policías consiguen un -------- si piensan que van a ser multados- pero era La Oposición alertando al tráfico por lo que estaba moviendo la luz hacía ella. Él torció su luz detrás de ella en la siguiente parada y ella bajo su ventanilla. Una mezcla de agua nieve y nieve golpeo su manga. “No se preocupe por mi,” él dijo, “tengo seguro de vida.”
“Simplemente mantente sobre tus pies, Harvey,” ella dijo con una carcajada y se alejó.
Un intento más con Montrose. Nikki intento su móvil. Este incluso ni sonó, pero fue directamente al buzón de voz. Heat dejo otro rápido mensaje y tiro su teléfono en el asiento del pasajero. Ella lo intentaría otra vez en cinco minutos, de vuelta a su escritorio.
Ella cruzo Fifth Avenue por su atajo hasta Central Park, cogiendo el Transverse. Como siempre, la mirada de Nikki se desvió a la izquierda para una apreciada vista momentánea de uno de sus edificios favoritos de la ciudad, el Metropolitan. En ese crudo día de invierno le pareció como un gran casco, húmedo y cubierto de hielo, en hibernación entre los árboles desnudos de un invierno significativo.
El resonar de las bocinas de los coches la trajo de vuelta a la realidad, donde vio una furgoneta blanca, decorada con graffiti, sacudiéndose hasta pararse a lo largo de la carretera detrás de ella, bloqueando esta. Más bocinas.
Después ella pudo oír el doble chirrido de una sirena y el comando de voz de La Oposición en su PA. “Mueva el vehículo… Ahora.”
La calle 79 Transverse es una carretera de doble sentido cortada como un estrecho cañón de diez pies por debajo del nivel del suelo por Central Park. Un compromiso urbano, su inmersión permite que el tráfico fluya sin echar a perder la vista. Mientras que la calle perdía volumen descendiendo por debajo del parque del East Drive, Heat entró al abrigo del paso subterráneo y la corona de hojas del Crown Victoria castañeaban por el limpiaparabrisas. Mientras que salía, un sonoro ruido se hizo eco en túnel y su volante se sacudió en sus manos. No un neumático pinchado, pensó. Pero instantáneamente vinieron otra serie de ruidos, y la parte trasera del coche derrapo en la nieve. Ella saco su pie del acelerador y lo corrigió lo mejor que pudo en la carretera helada, pero sin aire en ninguno de sus neumáticos, va a ser más como esquiar que conducir. Su coche se deslizo por la acera hasta que el morro término golpeándose duramente en el muro de rocas que limitaba la carretera. En el impacto, Nikki se sacudió en contra del cinturón, y papeles, bolis, su teléfono –todo soltado en el coche- volado. Aturdida pero no herida, Heat no podía comprender como ella tenía cuatro neumáticos pinchados. Ella estiro el cuello para mirar atrás. Desde que su coche estaba diagonalmente a lo largo de la carretera, ella tuvo que mirar por la parte trasera de la ventanilla del pasajero. Justo cuando ella puesta a lo largo del paso subterráneo, la ventana de atrás exploto. Una bala golpeó en el lado de su reposacabezas, arrancándolo fuera del asiento y haciendo añicos la ventana del conductor al lado suyo.
Nikki se hundió, agachándose tan rápido como pudo, arañando los dos brazos de soporte. “One-Lincon-Forty, (1-L-40), 10-13, 79 Transverse en East Drive, disparos de fuego. ¿Me copia?” Silencio. Estaba tumbada en el suelo intentando encontrar su teléfono otra bala desgarro a través del asiento de atrás y entro en el mando de control justo por encima de su cabeza. Si el tirador era un profesional, el siguiente seria más abajo. Tenía que salir del coche, rápido.
En ángulo del coche trabajaba a su favor: la puerta del lado del conductor estaba lejos de la dirección de los disparos. Se tiro al hielo, pavimento mojado y giro debajo de la puerta del coche para refugiarse detrás del neumático y el motor. Así es cuando la tercera bala fracturo el volante.
Con los cuatro neumáticos del Crown Victoria tirando a la baja ella podía tumbarse boca abajo y conseguir una vista sin tener que levantarse y convertirse en un objetivo. Heat sacó su Sig Sauer y presiono su mejilla contra la nieve. Detrás de ella, en el paso subterráneo, un SUV apareció. No el gris grafito, este era azul naval. En la oscuridad del túnel, era imposible saber cuantos eran. La puerta del conductor seguía abierta y la ventana bajada, por lo que supuso que el conductor también era el tirador, usando el marco de la ventana como un apoyo. Ella hecho una rápida ojeada de la calle detrás suyo y tuvo un mal presentimiento. No había tráfico saliendo. El Transverse cortaba a través de Central Park, conectando las dos ocupadas avenidas. La única manera de no haber coches era si de algún modo ambas terminaban en la carretera que había sido bloqueada.
Había movimiento en el SUV cuando miro atrás. Un destello –probablemente el reflejo de una mirilla- brilló brevemente en la ventana abierta de la puerta del conductor. Heat hizo un movimiento isósceles, presiono la culata de su arma en el suelo, y apretó. El sonido fue ensordecedor mientras que el disparo retumbo bajo el chasis. Nikki no espero a ver si le había dado. Ella todavía seguía oliendo a pólvora mientras se alejaba andando agachada manteniendo el Crown Victoria entre ella y el SUV.
Después de veinte yardas, la carretera se curvaba y ella fue capaz de correr en posición vertical. El mismo muro alto que la atrapo bajando el cañón del Transverse la estaba sirviendo como abrigo. Detrás suyo podía oír el gruñido del motor del SUV y después un breve chirrido de frenos. Su coche abandonado estaba en diagonal cruzando la línea y tendría que ser movido a no ser que el tirador quisiera tener la oportunidad de ir andando.
Nikki intensifico su ritmo, deseando al infierno que ella hubiera localizado su móvil. Llego a un punto donde la curva que la había ocultado empezaba a enderezarse. Redujo la marcha y luego se detuvo antes de redondear la curva y arriesgarse a exponerse. Tumbada en la nieve y apretándose contra las heladas rocas del muro, se arrastro hacia delante hasta que tuvo una vista de la lejanía.
Lo que estaba viendo Heat la heló más que el hielo sobre el que estaba tumbada. A unas cien yardas, tres hombres con pasamontañas y con capuchas para la lluvia estaban caminando lentamente en línea por la carretera hacía ella. Todos sujetaban rifles.
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Mensaje por Allan Poe Jue Mayo 17, 2012 1:30 am

Con suspense nos deja el capítulo 6, acción e intriga, muy interesante se está poniendo el caso.

Por supuesto, mil gracias por la traducción de los capítulos, Clap
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Mensaje por lastral Sáb Mayo 19, 2012 7:50 am

Aqui os traigo la primera parte del septimo capitulo. La continuacion de la persecucion de Heat. Espero que os guste. Como siempre disfrutad y comentad lo que querais. Very Happy

CAPITULO 7-PRIMERA PARTE
Para Nikki Heat todo se convertía en cálculo. No había lugar para el pánico excepto para conseguir que te maten. Mientras que los extraños seguían caminando, ellos acortaban, pero manteniendo su cabeza ganaría a la mayoría de ellos. Las operaciones de comunicaciones en cada curso de combate de supervivencia que alguna vez hubo tomado tenían todos el mismo mensaje. Pon tu miedo en tu bolsillo de atrás y entrénate a ti misma para confiar en tu entrenamiento.
Valorar, calcular, buscar oportunidad, actuar.
Su rápida valoración era simple: ella estaba en la peor posición táctica posible, atrapada en un muro subterráneo de carretera a medio camino entre un tirador en un vehículo que venía detrás de ella y tres hombres con fusiles avanzando a pie por delante. La siguiente valoración de Heat era poco prometedora.
Había un aire de experiencia en los tres hombres que estaba mirando ir hacia ella. Ellos andaban con una paciente tranquilidad, con un porte militar, armas en posición –alerta pero no en tensión. Eran profesionales que no eran idiotas o asustadizos.
Mientras ellos avanzaban de frente, extendiéndose a la anchura de la carretera, ella calculo sus posibilidades de poner una bala en cada uno, de izquierda a derecha, a una distancia de cien yardas. Pum, pum y pum. Pero mientras Heat sopesaba los riesgos de disparar tres tiros mortales sucesivos con un arma de mano, ellos se ajustaron, como si leyeran su mente, a una única fila cerca del muro y las oportunidades se evaporaron. Ella gateo hacia atrás antes de que pudieran verla.
Por la curva detrás de ella, oyó un motor acelerarse y metal con metal mientras el SUV empujaba su coche abandonado fuera del camino. El sonido aterrorizaba por sus implicaciones. Por lo que ella peleó con su miedo y valoro. Eso significaba que el tirador vendría en el SUV, no a pie. ¿Qué más? Que probablemente estaría solo. Si no lo estaba, su compañero simplemente habría sacado su choche del camino para él. Cálculos: Al parecer, los tres a pie estarían allí en veinte segundos. Antes que el SUV.
Nikki miró hacia arriba, sus ojos la escocieron por el agua nieve que caía. El muro tenía unos diez pies de alto, más o menos lo mismo que un techo medio de una casa. Sin olvidar el ramal de arbustos de la parte baja de dos pies. Ella se enfundó su Sig, sacó sus guantes de los bolsillos de su abrigo y empezó a escalar.
Los espacios entre las rocas eran los suficientemente anchos para apoyar los pies, pero tenía que manejar el encontrar el suficiente hueco para empujarse con su pie derecho y que los dedos de su mano izquierda se agarrasen a la roca encima de su cabeza. Ella alcanzó con su derecho a un saliente, y al cambiar de peso, su zapato perdió su apoyo en la helada roca y aterrizó con sus extremidades en el hielo, pavimento espeso.
Diez segundos perdidos.
Diez segundos hasta que los tiradores rodearon la esquina y la vieran.
El motor del SUV paró de acelerar y ronronear. Estaba viniendo por su camino. Nikki estaba atrapada en un clásico movimiento de pinza.
Incluso aunque fuese capaz de escalar las orcas heladas, no había Manero de hacerlo en diez segundos. Sin oportunidad de actuar sobre, lo hizo por si misma. En una milésima de segundo de ordenar a los hombres y la parte física. La Det. Heat creo lo que sus oficiales de entrenamiento llamaban un plan SWAG – acrónimo de Estimación Científica para Cabrones Salvajes (Scientific Wild Ass Guess). Ella cogió su arma y empezó a correr hacia el SUV.
El conductor la estaría buscando, por lo que tenía que ir a por él lo suficientemente inesperado para asustarle y lo suficientemente deprisa para no ser un objetivo. El mediodía encapotado estaba tan oscuro que podría ver sus luces delanteras brillar apuntando a través de la nieve y agua nieve que caía. Precipitándose rápida alrededor de la esquina, Nikki cayó y rodó justo para ponerse en el camino del SUV, poniendo dos vueltas en el parabrisas y después estrechando la distancia entre las dos ruedas de delante, lo dejo conducir justo hacia ella. En el momento que él frenó, su cabeza estaba debajo de su parachoques trasero. Ella salió de debajo y empezó a correr de vuelta hacia Fifth Avenue.
Heat sabía que no había sitio para que el SUV girase, lo que era el corazón de su plan SWAG, cargar contra algo en vez de huir de esto. Lo que no esperaba era que el conductor improvisara a la inversa y no diera la vuelta para perseguirla
El motor gimió y las ruedas se desviaban por la nieve medio derretida mientras que la parte trasera se iba acercando a ella. Perdiendo un paso de rapidez crítica, Nikki giró y disparo a la carrera hacia un neumático trasero. El disparo se perdió y dio en el parachoques. Ella lo intentó otra vez y el neumático exploto. El vehículo se balanceo violentamente. El conductor lo sobrecorrigio y se mando dentro de un rampa. Sus neumáticos giraban sin sentido en la nieve medio derretida y él golpeó la parte trasera en el muro. Nikki seguía moviéndose, pero cuando oyó la puerta abrirse, ella se giro, apuntando, disparando cuatro balas en la ventana del lado del conductor, haciéndola añicos. Una cabeza enmascarada se hundió contra el alfeizar, sin sentido.
Por la esquina llego el sonido de pies andando por la húmeda carretera de doble sentido. Heat sería una presa fácil, si hacia una carrera hacia Fifth Avenue. Una vez más ella cambio sus movimientos, haciéndolo hacía sus atacantes, pero ella se paró en el SUV. Nikki desenfundo, amarrándose al portaequipajes y se subió encima. Desde esa altura, era capaz de echar mano de una rama desnuda de un arbusto caído del parque. Ella se inclinó por encima del muro, poniendo la mitad de su cuerpo por encima de este, el borde de la roca se la clavó en su cintura mientras que sus piernas colgaban.
Una bala golpeó la roca de al lado de su pierna izquierda y sacó una gran cantidad de astillas. Nikki casi pierde su apoyo en el arbusto pero aguanto, enganchando su rodilla en la repisa. Cuando ella se alzó y terminó, oyó algo duro golpear el techo del SUV con un resonante bum. Ella fue hacia su pistolera. Estaba vacía.
Abajo, una protesta en el aire silbante de un amortiguador, y Nikki escucho el sonido de múltiples botas en la lámina de metal. Estaban subiendo detrás de ella.
Ella se levantó y corrió a máxima velocidad. Sus piernas peleaban a través de arbustos sin hojas, cuya altura era por la cintura.
Las ramas le pinchaban en los muslos y se azotaban detrás de ella mientras que se abría paso hacía el este paralelamente a Transverse. El pánico aumento cuando ella reflexiono sobre el sonido a la espalda de allí. Botas en el metal. Ellos ni siquiera se habían parada para hablar o inspeccionar al conductor, simplemente avanzaban. Fifth Avenue, si ella simplemente pudiera conseguir llegar a Fifth Avenue.
A un descanso en los árboles justo antes de que llegara al parque de East Drive, ella paró. Era una organizaba fiesta de cacería, y si ella era también organizaba, podría cubrir la ruta de escape del objetivo en caso de que algo se torciese. Lo mucho que odiaba Nikki era volver a acortar su ventaja, ella se agachó, jadeando en la espesura, para estudiar la línea de árboles en el otro extremo del claro. Cuando ella determino el mejor punto panorámico, le vio. A través del desorden visual de aguanieve y copos de nieve, una forma oscura contra una roca en un terreno alto. Ella no necesitaba ver el rifle para saber que estaba allí.
Tiempo de volver a pensar. Bloqueado el este, los otros tres se estarían acercando pronto por el oeste. El Transverse la cortaba a ella hacía el sur. Pero incluso siete bloques al norte, cerca del pantano, se asentaba la casa de la comisaría de NYPD de Central Park. Este probablemente también serían siete millas. ¿Qué más había? Heat visiono un mapa del parque, y una palabra apareció en su mente: Castillo.
Había una cabina telefónica de policía cerca del castillo Belvedere.
La Det. Heat, mojada, con frío, y desarmada, se dirigió hacia esa dirección, doblando su ruta un poco hacia el norte mientras se movía en paralelo a los tres perseguidores que se le acercaban que, con suerte, no esperarían que diese marcha atrás en su camino.
Ella salió del bosque en el sendero que conducía hacia el castillo. Cogiendo ese camino presentaba un riesgo que ella aceptaba, comerciando con la exposición para darle la rapidez que ella necesitaba. No había más senderos que el suyo mientras que ella corría con una nueva nevada cayendo. Desafortunadamente, el tiempo había limitado la población de corredores y caminantes ese día –y se oscurecían sus esperanzas de conseguir ayuda o móvil al azar.
Los copos caían intensamente pero no lo suficiente para cubrir sus pisadas. No importaba. Estos hombres serían capaces de cazarla de todas formas. Ese pensamiento la hizo aumentas su velocidad y lanzar una mirada por encima de su hombro. Mientras que lo hacía, Nikki resbalo en una placa de hielo. El duro aterrizaje la dejo sin respiración. Su rótulo irradiaba dolor como si hubiese sido golpeada con un martillo. Mientras que se tranquilizaba, una rama congelada se rompió en el bosque que acababa de dejar.
Ellos estaban viniendo. Ella se levantó. Los pulmones le ardían. Heat siguió corriendo.
El castillo de Belvedere fue construido en los años ’60 como torre de observación con vistas a la vieja reserva de Central Park.
Sus torres ornamentadas, arcos, y la torre principal, mazonados de granito y pizarra nativa, replica de la sensación del castillo de La Bella Durmiente justo aquí, en Manhattan. Heat raramente se fijaba en él.
Ella se centró en un poste de luz de la cabina de policía en la lejanía. Nikki camino a trote lentamente, cuidándose de no caer en el hielo que se había formado en los ladrillos del patio.
Ahí fue cuando una bala de calibre 50 voló la cabina de policía limpiando el puesto.
El estallido del rifle se hizo eco en la cara del castillo, enviando olas de casquillos a los árboles. Heat no espero al siguiente disparo. Ella se tiro al muro de piedras bajo que bordeaba el patio. La siguiente bala rebotó en el granito justo encima de su cabeza mientras ella se agachó presionando su espalda contra la piedra. Nikki tuvo que hundir sus tacones en el hielo para evitar deslizarse cuatro pisos por abajo del precipicio de roca pura a la que estaba encaramada. Un resbalón la garantizaría un cráneo roto en su caída.
Ellos se dividirían para capturarla. Ella sabía que sus cazadores eran disciplinados y tácticos, por lo que se abrirían en abanico para franquearla. El tercero esperaría a los demás para alcanzar sus posiciones después de ir por la parte superior. Eso le daba tiempo a Nikki pero solo un poco más. Incluso si ella sobreviviese a descender por Vista Rock, correr por el blanco suelo con sus ropas oscuras sería un suicidio. La única diferencia entre ella y la silueta de un objetivo sería que ella sería de carne y no de papel. No, ella tendría que jugar de forma nueva otra vez, tendría que luchar con ellos.
Pero no a todos ellos. Esa era su pequeña posibilidad. Si ellos se hubieran dividido como ella anticipaba, uno de ellos estaría solo, cerca y esperado. Nikki avanzó de espaldas lateralmente a lo largo del muro, cuidadosa de mantener sus pasos. Una caída sería el final de todo. Alcanzo a un grupo de chinos y uso un arbusto desnudo como refugio cuando ella echo una mirada curiosa sobre la pared.
Él estaba de pie, solo, presentando su lado hacia ella a diez yardas, acunando su rifle, los ojos fijos a través de su máscara en el lugar donde ella había salido por encima del muro. Ella golpeó, se agacho y cerro sus ojos, acumulando detalles de la imagen que había acabado de ver. La posición de él era en una explanada abierta del patio, sin refugio para ella. A su izquierda –y más atractivo, detrás de él- estaba el pabellón… una cubierta al aire libre del patio rodeado por muros bajos en sus tres lados, con el cuarto abierto hacia el patio.
Conscientes de que sus compañeros podrían tenerla en su vista en cualquier segundo, ella se tiro más allá del borde de la roca hacia la parte posterior. A lo largo del camino, ella selecciono la piedra más grande suelta que pudo encontrar. Tenía la talla y peso de un lanzamiento de disparo. Heat lo deslizo hacia el bolsillo de su abrigo.
Levantándose y subiendo por encima del muro del pabellón sería difícil. Grandes hielos bordeaban todo el tejado, y sus gotas se habían helado bajo el muro. Ella miro hacia abajo. Un desliz ahora sería fatal. A si que esperaría.
Nikki se estiro en una posición de yoga, desplegándose por la longitud del peso de la parte de arriba del muro. Después, intentando evitar excesivos movimientos o ruidos, ella se deslizo por la parte de arriba y bajo a descansar en el área del patio. Heat tomo una larga bocanada de aire para tranquilizar la frecuencia de su pulso, después se quito su abrigo.
Ella se arrastró por el muro acercándose al patio y miro por encima. Su cazador estaba todavía ahí, pero el ángulo de su espalda estaba hacia ella. Con la roca de pesada carga en el bolsillo, arrojó el abrigo sobre el precipicio y chillo mientras se agachaba.
Pisadas. Corriendo hacia su camino.
Pero se pararon secamente en el pabellón. Cuando lo hicieron, Nikki saltó por encima del muro del patio y le cogió mirando hacia debajo del precipicio a su abrigo caído. Él la oyó venir, girando, intentando nivelar el rifle hacia ella. Pero ella ya estaba dentro de la boca del arma con su mano izquierda agarrando el guardamanos, usándole para empujarle hacia ella mientras traía su puño derecho hacia la manzana de Adám de él (lo que comúnmente se llama nuez). Este estaba intentando un combate más cercano, sin embargo, y él dejo caer la barbilla para proteger la tráquea. El puño de ella golpeo en la máscara en su lugar. El respondió al instante, girando su cuerpo en un duro eje, usando su cadera y el control de ella sobre el rifle para quitársela de encima.
Heat aterrizó en los ladrillos helados, pero todavía agarraba el rifle. Ella tiró hacia atrás. Su dedo índice estaba atrapado en la protección del gatillo, y oyó un hueso que se rompía mientras ella tiraba. Un fuego salió mientras él caía de espaldas a su lado. La bala golpeó el tejado del pabellón, dando en una fila de gotas de hielo del patio que estaba alrededor de ellos. Ella se levantó, intentado quitarle el arma, pero él la hizo una tijera en las piernas por las rodillas, cayendo de espaldas.
Ella se levantó con una rodilla, quejándose mientras él sacudía su dedo roto quitándolo de la guardia. Heat se lanzó a por el rifle.
Debería haber ido a por él en su lugar; este simplemente levantó el arma y, mientras que su impulso la llevo, empujándola con su antebrazo, la envió arrastrando hacia los escombros del hielo.
Con su antebrazo derecho colgando dentro de su guante, él paso el rifle a su lado izquierdo y fue hacia el gatillo con su mano buena. Pero justo mientras giraba para apuntar a Nikki, ella fue a por él, metiendo la punta de una gota helada en lo profundo de sus entrañas. El arma cayó de sus manos y se agarro su herida, los ojos brillantes de incredulidad cruzaron los agujeros de su máscara. Heat cogió el rifle con ambas manos y martilleo la tráquea con la culata. Él cayó de espaldas, buscando su cuello, gorgoteando y sangrando por su estómago en la nieve.
A través del patio, uno de los otros cazadores entró en su visión y se puso de cuclillas detrás de una roca. Nikki cogió el rifle y se metió de nuevo dentro del pabellón. Todavía la superaban en número, pero al menos tenía un arma. Las sirenas se aproximaban. No estaban todavía cerca, pero estaban viniendo.
Mientras que se posicionaba, dejo el rifle en la parte de arriba del muro. Casi preparada para su acción posesiva, una mancha de dos figuras se movía entre los árboles, huyendo.
El cuerpo de Nikki empezó a temblar pero ella se mantenía cerca, mirando.
Solo cuando las sirenas sonaron más fuerte y ella podía ver las intermitentes luces se dejó caer. Todavía sujetando su arma. Heat apoyo la espalda contra el muro, mirando hacia arriba, hacia el castillo que había sido su salvación.
El tiempo corría mas despacio primero y después se paró para Nikki.
Los siguientes minutos no tenían definición. Y extrañamente tampoco secuencia. Un psicólogo probablemente diría que ella no se cerró, se rindió. Después de la tensa prueba de ser cazada, disparada, evadida, y después haciendo algo de cacería por su propia cuenta. Heat descargo control. Para ella esto había sido el mayor lujo de supervivencia.
Los eventos perdieron su tejido conectivo y para Nikki Heat ellos---------. En un momento, una cara nadó dentro de su vista, tranquilizándola. Después, unas manos cubiertas por guantes de látex le quitaron el rifle de su agarre y lo metieron en un plástico. Sus propios guantes de cuero se los quitaron, revelando unas manos húmedas con hielo derretido y sangre. Se encontró a si misma sentada en la parte de atrás de una ambulancia sin recordar el viaje. ¿Había andado hacia allí? Arbustos moviéndose lentamente mientras sus dos atacantes huían. Espera, eso fue antes de…. Ella alucinó cuando encontró a Elmer Fudd allí.
Elmer Fudd con orejeras y `prismáticos gigantes se sujetaba el cuello y copos de nieve se acumulaban en sus cejas.
El café del vaso ondulaba en sus temblorosas manos. Un EMT hizo brillar su pequeña linterna por sus ojos y asintió, complacido.
Ella se ajusto la manta alrededor de sus hombros. ¿De donde había venido la manta?
Cuando los dos investigadores del tiroteo del centro se unieron a ella en la parte trasera de la ambulancia. Nikki arrojó el resto de su café para rechazar su brusquedad. Ella se aclaro en el momento ando hacia ellos hasta todo el maldito asunto. Ellos cogieron notas e hicieron preguntas.
Preguntas para aclarar al principio, y después las mismas preguntas hechas de diferentes formas para ver si sus respuestas coincidían. Ella había estado en este vals antes y también los había hecho. Ellos querían determinar si ella había matado de acuerdo al protocolo. Ella quería capturar a los bastardos, y su entrevista era algo que tenía que hacer para poder volver al trabajo y simplemente hacerlo.
Elmer Fudd no era una lumbrera, después de todo –aunque él tuviera un nombre diferente. El viejo hombre llevaba los binoculares y la capucha de L.L. Bean del cazador que era de hecho de Theodore Hobart. Un observador de aves que había pasado la mañana en la torre del castillo esperando por una lechuza a que volviera a su hueco en un árbol cercano al de Turtle Pond, Hobart presencio el acoso de debajo y llamó al 911 con su móvil. Heat le agradeció que la salvara. Él se ruborizo y arranco la pluma de halcón de cola roja del bolsillo del pecho de su abrigo Barbour y se lo dio. Para Nikki eso era como una rosa.
Zach Hamner apareció en un Crown Victoria negro y fue dando zancadas hacia los trajeados del centro. Heat les vio hablar brevemente, uno de los detectives señalaba hacia el pabellón y el otro hacia el bosque donde un perro de unidad de K-9 estaba guiando a su compañero hacia la maleza. En el camino de El Hamner hacia la parte de atrás de la ambulancia, él miro fijamente por encima del cuerpo que estaba bajo la lona. “Agradable ver que lo has conseguido, Det.,” él dijo, quedándose de pie sobre los ladrillos y levantando la mirada hacia ella.
“Un buen sentimiento sobre mi misma.” Nikki doblo sus brazos fuertemente dentro de la manta, sin levantarlos mucho para un apretón de manos con el abogado.
“Los chicos dicen que esto se va a dejar como un justo asesinato. Tu historia coincide con el ornitólogo, también.”
Heat intento que le gustara pero no tuvo mucho éxito. Ella dijo, “a si que puedes relajarte. ¿Ninguna responsabilidad para el departamento?”
“Ni de lejos,” él replico, no leyendo el mensaje oculto.
Nikki se preguntó donde habían ido todos los hombres con ironía en esta ciudad. “Suenas como si fueras completamente la heroína. Esto no va a hacer daño a cosas para tu ascenso.”
“Dada la elección, yo más bien lo hubiese hecho a la manera anticuada,” dijo Heat.
Él dijo, “ya veo,” pero estaba con la mirada en la lejanía mientras lo hacia, más interesado en el cuerpo bajo la lona.
“¿Quién era?”
“Hombre hispano, veintiocho para treinta, sin identificación. Estamos llevando las huellas.”
“¿Viste a alguno de ellos?” Nikki sacudió su cabeza. “¿Alguna idea de quién eran?”
“No todavía.”
Él estudio a Nikki y no pudo perderse su resolución.
“Ellos vieron al SUV bajo por Transverse y se fue. Sin señas del otro tio, el conductor que dices que disparaste.” Después él dijo, “estos tios eran profesionales.”
Algo que siempre la molestaba era tener funcionarios de oficina liando después de la acción y jugando a policías. Todo lo que ella dijo fue,” cuéntame.”
Él miro a su reloj y después se giro a la escena del crimen.”De todas formas ¿Dónde demonios esta tu jefe? ¿Dónde cojones esta Montrose?”
El Hamner la irritaba, pero no estaba equivocado. Los comandantes de las comisarías siempre aparecían en cada incidente mayor involucrada su gente. El Cap. Montrose no estaba en el castillo de Belvedere. Tampoco estaba en su oficina cuando volvió a la doce.

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Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo - Página 2 Empty Re: Traducción 3º Nikki Heat - HEAT RISES - Completo

Mensaje por Allan Poe Dom Mayo 20, 2012 2:59 am

Genial, un poco de acción y adrenalina para esta tarde de domingo triste y lluviosa. Muchas gracias.
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Mensaje por lio_scaloni Lun Mayo 21, 2012 2:06 am

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Mensaje por lastral Mar Mayo 22, 2012 8:53 am

Os pongo la segunda parte (esta es algo mas corta) del capitulo siete. Con un impactante final. Confused
Como voy a estar de examenes de ingles durante semana y algo no se si podre subirlo tan a menudo como estos dias. Pero bueno, son pocos dias por lo que en un par de semanas como mucho tendreis una nueva parte Happy Clap
Como siempre disfrutadlo. Gracias por leerlo y vuestros comentarios, me hacen seguir traduciendo con mucha alegria. Very Happy Clap
Y sin mas dilacion:

CAPITULO 7- SEGUNDA PARTE
Todo el mundo sabía de su penosa experiencia, y todos los ojos recayeron en ella cuando entró en la oficina. En otras profesiones Nikki habría sido forzada a pasar el resto del día siendo acosada por simpáticos compañeros de trabajo absorbiendo cada detalle de su historia y presionándola para compartir sus sensaciones.
No en Copland. Ochoa ajusto el tono cuando ella alcanzo su escritorio y él se acerco sigilosamente, comprobando el reloj de la pared. “Sobre la hora en la que entras,” él dijo. “Algunos de nosotros hemos estado trabajando en este caso.”
Raley giró en la silla de su oficina para encararlos. “Espero que tengas una buena razón para hacernos esperar.”
Heat pensó un momento y dijo, “cometí el error de coger el parque. El Transverse era un asesinato.”
El Det. Ochoa tenía una bola de cuerda de cometa en su mano. Él lo puso en su emborronador. “¿Qué es esto?” ella preguntó.
“Un viejo truco. Átalo al extremo de tu arma a esto.” Él guiño un ojo y chasqueó la lengua.
Después de que pararan cinco segundos, dejando que el silencio expresara la amistad. Al final del intervalo, Raley se levantó. “¿Dispuesta a oír lo que tenemos?”
“Siempre estoy dispuesta,” dijo Heat. Ella no solo estaba buscando consuelo en el trabajo, Nikki ahora tenía más altas apuestas personales en cerrar este caso incluso que antes.
Lancer Standard, el contratista de la CIA, había finalmente devuelto la llamada a Raley para concretar una cita con Lawrence Hays, que estaba devuelta mañana de su entrenamiento en el desierto de Nevada. “Raro,” él dijo. “Su secretaria dice que solo se entrevistara contigo, por el nombre, él específicamente menciono a la Det. Heat. Yo nunca te saque a colación.”
“Agresivo, pero eso solo significa que ha hecho sus deberes,” dijo Nikki. “Él es un militar y probablemente quiera tratar con el líder del pelotón.”
Ochoa dijo a su compañero, “es un hombre ocupado. No puede perder el tiempo con un perdedor como tú.”
“¿Perdedor?” dijo Raley. “Compañero, estas hablando con el Rey de Todos los Medios de Vigilancia, ahora incluyendo pen drives.”
“¿Qué tienes, sire?” Preguntó Nikki.
“Eché otro vistazo por el ordenador del Padre Graf y encontré un enlace a una segunda cuenta de e-mail. Que no se remitía a su Outlook. Accedí y encontré una única carpeta. Está etiquetada como ‘EMMA’. No había e-mails guardados, nada en la bandeja de entrada. Tampoco estaba inactiva,” Raley especulo, “o ha sido limpiada.”
“Llama a Mrs. Borelli a la rectoría,” dijo Heat. “Mira si ese nombre significa algo para ella.” Ella lanzó otra mirada a la oscura oficina del otro lado de la oficina. “¿Alguna señal de Montrose?”
“Nada,” dijo Hinesburg, uniéndose mientras se cruzaba. “Y su teléfono esta saltando al buzón de voz. ¿Qué piensas que significa?”
“El capitán ha estado fuera del cuadro últimamente, pero tengo que decir que esto me perturba la cabeza.” Nikki recordó la advertencia hacia una hora para vigilarse la espalda, y se preguntó si había más que un sabio consejo. El hambre salaz en la mirada de Hinesburg alertó a Nikki de que ese no era el foro para pensar en alto sobre su jefe, y ella avanzo.
“¿Algo en el dinero de la caja de galletas todavía?”
“Oh, si, y tengo esto,” ella dijo. “El rastro del número de serie del dinero se uso en un timo del DEA años atrás.”
Ochoa preguntó, “¿Cómo un alijo de un negocio de alimentación de droga termina en el ático de un cura?”
“¿Sabemos con quién la DEA estaba tratando?” dijo Heat.
“Si, un Alejando Martínez.” Hinersburg consultó sus notas.
“Él rebajo con una declaración de culpabilidad para un demonio en Ossining y está fuera. Limpia chaquetas desde su liberación en ’07.”Nikki cruzo hacia la pizarra y empezó a escribir su nombre al lado de la anotación para el dinero encontrado. “Veamos como de limpio esta Alejando Martínez. Traedle para hablar.”
Ellos se acababan de dispersar para trabajar en sus tareas cuando una voz familiar llamo desde la puerta de la oficina.
“¿Entrega para Nikki Heat?”
Jameson Rook avanzo portando ropa seca en una percha colgada de su mano. “Ya sabes, no puedo dejar todo y seguir viniendo aquí cada vez que te pones toda de sangre.”
Heat miro a la ropa de su armario, después a Rook, y después a los Roach, arqueando una ceja a ellos. Ochoa dijo, “nosotros entendimos, ya sabes, que querría saber como fue tu día.”
Rook preguntó, “¿Realmente le apuñalaste con unas gotas congeladas?”
Cuando ella asintió, él dijo, “por favor, dime que dijiste ‘congelado’, porque eso sería únicamente perfecto.” Rook estaba bromeando, pero había preocupación detrás de esto. Él puso su mano libre alrededor de su cintura. “Detective, ¿Lo llevas bien?”
“Bien, estoy bien. No puedo creer que hicieras esto.” Ella le cogió la ropa.
“Creo que coinciden… Parece que tienes esta cosa de tipo monocromático en tu armario, que yo no juzgo. Está bien, juzgo. Necesitamos llevarte de compras.”
Ella rió y saco un paro de cosas de la selección que él había traído. “Esto estará bien.” Ella beso su mejilla, olvidándose de la manifestación poco común en la oficina.
“Gracias.”
“Pensé que tenías protección. ¿Qué ocurrió con tu Oposición?”
“Pobre, Harvey, deberías haberle visto. Humillado. En todos los años nunca fue bloqueado así.”
“Como… de desalentador. Lo que sea que este pasando, necesitas mejorar. Cuando fui a tu apartamento, había un coche asentado en el bloque. Conozco la mirada.”
Nikki tuvo un fresco escalofrío y cubrió con las ropas el respaldo de su silla. “¿Cómo sabías que estaba mirando?”
“Porque cuando camine para subir, él acelero. Yo grite para que parase, pero siguió moviéndose.”
“Los gritos para parar, eso nunca funciona,” dijo Raley.
“¿Les vistes? ¿Conseguiste una descripción?” Ochoa tenía su cuaderno abierto. Después dijo, “no conseguiste una descripción, ¿verdad?”
“No,” dijo Rook. Y después sacó su cuaderno de notas Moleskine. “¿Pero una matricula ayudaría?”
“Lo tengo,” dijo Raley, colgando el teléfono. “El vehículo que vistes estaba registrado a Firewall Security Inc., una división de protección doméstica de… ¿estáis preparados? …Lancer Standard.”
“Deberíamos cogerles. Ir allí ahora mismo,” dijo Rook. “Estos tienen que ser los tios que te tendieron una emboscada. Tiene sentido, la vigilancia, las tácticas militares, venga vamos.”
Nikki terminó de ponerse su chaqueta y dijo, “primero de todo, no hay ningún ‘nosotros’ o ‘venga’, Rook. Tus días de carreras se han acabado. Segundo, no hay ningún ‘vamos’. Tercero, si ellos estuviesen haciendo algo, yo no quiero dejar de saberlo…”
Rook se sentó. “Cuando llegues a la décimo quinta razón, házmelo saber. Yo creo que esto es como la Pequeña Liga; ¿No hay una regla de clemencia?”
Ella puso una mano en su hombro. “No estas del todo equivocado. Por supuesto que este tio Hays y Lancer Standard tiene mi atención, pero vamos a hacerlo de la manera correcta.”
“¿Dijiste ‘vamos’? Porque yo he oído un ‘vamos’.
Ella rió empujándolo mientras él daba una vuelta en la silla. Después Nikki sintió la presencia de Ochoa, de pie en mitad de la oficina, pálido. La sonrisa dejó su cara.
“¿Miguel?”
El detective hablo en una voz tan baja que no habría sido audible si la sala no hubiese estado completamente en silencio.
“El Capitán Montrose…esta muerto.”

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Mensaje por lio_scaloni Mar Mayo 22, 2012 9:33 am

Suerte con esos examenes!!! Que lo primero es lo primero...
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