Everything I Do (i Do It For You) Epilogo

como siempre para 10 se me hacen cortisimos y siempre me quedo con ganas de mas

tal y como has dicho, el momento esta cerca, q ganas de que llegue!!!

Pues aqui sigo con mi capitulo siguiente y dandole vueltas a las fotos del 4x23 (mañana dios mediante comentare lo que me parecen).

Capitulo 42

Durante la noche Kate y Alexis compartieron una simple cama – mueble donde descansaron a intervalos… mientras que en otros charlaban animadamente (de Castle naturalmente). Mientras, Paul y Castle no durmieron prácticamente nada atentos a cualquier necesidad por muy pequeña que fuese de las personas que se encontraban allí, incluso Castle hablo animadamente con John Clayton durante una hora prácticamente.

Eran prácticamente las ocho de la mañana cuando Kate se despertó y con cuidado se sentó en la cama para no despertar a Alexis. Desde donde se encontraba podía ver a Castle y a Paul. Parecía que estaban preparando el desayuno entre los dos para todo los allí presentes. Mientras lo hacían, Kate observaba como Castle hablaba… hablaba y… hablaba, mientras que Paul asentía de vez en cuando y le hacía algún inciso. Al fin y al cabo parecía que aquella tormenta iba a traer algo bueno…

Ale - ¿Qué crees que le está contando?

Kate miro a Alexis, que se había sentado a su lado sin que ella se diera cuenta y sonrió a la vez que negaba con la cabeza.

Kat – No lo se. Llevo cinco minutos despierta y ya estaban así.

Ale - Como tenga que contar todos sus pecados la cuestión va para largo.

Kat – Alexis, que es tu padre.

Las dos rieron cómplicemente y siguieron mirando la escena con curiosidad.

Ale – Desde aquí me es imposible leerle los labios ¿Captas tú algo?

Kat - ¡Alexis!

Ale – Lo siento. Pero como últimamente está así pues…

Kat – Lo se cariño, lo sé. Pero… yo tampoco soy capaz de leer nada en sus labios. Ninguna de las dos parece que tengamos esa habilidad.

Las dos volvieron a sonreír y se levantaron. En ese preciso instante, el padre Boniowski las saludo y le dijo algo a Castle. Los dos siguieron trabajando preparando el desayuno pero dejaron de hablar mientras ellas se acercaban, cosa que ni a Kate ni a Alexis les paso desapercibida. Después de desayunar y una vez que Paul informó a todos los presentes de que deberían pasar más horas allí, aquella especie de mini – ciudad se puso en marcha de nuevo y Kate, Castle y Alexis echaron una mano a las personas que mas lo necesitaban. Llego la hora del almuerzo y siguieron con la misma rutina.

Sin embargo Paul estaba cada vez más preocupado. Aunque tenía suficiente comida para pasar el almuerzo… la cena podría ser un problema. Mientras preparaban el almuerzo… apareció Esther, la madre de Sarah, con semblante preocupado.

Est – Paul… tenemos un par de problemas.

Pau - ¿Qué ocurre?

Est - Billy Sánchez, el chico de Juan y Eva Sánchez. Parece que su asma se ha agravado. Aunque tengo suficiente inhalador, temo que pueda sufrir un fuerte ataque que no podamos controlar. Necesitaría conseguir algún anti – inflamatorio infantil para protegerle de un posible ataque más grave. Además tengo a tres indigentes que ya llegaron con problemas y se han agravado aún más. No han comido apenas y necesitaría algo de suero para suministrarles.

Kat - Pero, dentro de un par de horas todo acabara y…

Ric – Se ve que no has mirado todavía fuera. Las previsiones que las autoridades municipales habían echo se han quedado cortas. Lo hemos oído hace un par de horas por la radio porque la televisión no funciona.

Ale - ¿Qué quieres decir con eso?

Pau - Que lo peor todavía no ha acabado. Hasta dentro de doce o dieciocho horas no parece que las cosas empiecen a mejorar.

Kat - ¿Pero entonces?

Pau - Creo que tenemos lo suficiente para pasar un día y una noche más pero no estoy muy seguro de ello. Debería salir fuera e intentar…

Ric - Nada de eso. El Hospital Central del Harlem esta a solo diez minutos de aquí. Cogeré la ranchera e intentaré llegar hasta allí. De algo me tiene que servir tener coches caros y equipados con todo tipo de detalles. Uno de los médicos que trabaja allí es amigo mío de la universidad. Hace bastante tiempo que no nos vemos, yo me dedique a ser rico y famoso y el trabaja doce horas en un hospital… no frecuentamos los mismos sitios… pero podrá ayudarme. Supongo que estará allí porque habrán convocado en los hospitales a casi todo el personal. Él sabrá lo que puede sernos más útil para pasar las horas que nos queden aquí. Señora Clayton hágame una lista. También intentaré conseguir algo de víveres.

Durante unos instantes todos se quedaron callados. La determinación con que Castle había hablado les había sorprendido.

Pau - De acuerdo. Pero lo primero que tienes que conseguir es arrancar tu coche. Puede que con el frío…

Ric – Eso esta hecho.

Castle se dirigió hacia la puerta por donde el día anterior él y Alexis habían llegado y salio fuera. Kate lo seguía a distancia. En aquel momento la nevada no parecía muy fuerte, pero el coche debido a la nieve de la noche anterior estaba semienterrado. Kate empezó a hablar a gritos con él.

Kat – Va a ser imposible que saques el coche de aquí.

Ric – Tú empuja cuando yo te lo diga.

No sin esfuerzo Castle consiguió introducirse en el coche e intentaba arrancarlo sin conseguirlo. Fuera Kate, John y el padre Boniowski empujaban por detrás e intentaban despejar las ruedas de tanta nieve. Por fin Castle arrancó el coche y salió de la nieve. Paul llego hasta él y le entregó un papel.

Pau - Aquí tienes la lista. Y la señora Clayton te ha hecho un bocadillo por si tardas… come algo…

Ric – De acuerdo. Intentaré estar aquí lo más pronto posible.

Pau – Mucho me temo que las tres o cuatro horas no te las quita nadie. Debe haber mucha gente en nuestra misma situación. Ten mucho cuidado.

Ric - Lo tendré.

Justo cuando iba a arrancar Kate abrió la puerta del copiloto.

Ric - ¿Pero que haces?

Kat – Ir contigo.

Ric – De eso nada. Mientras más espacio tenga en la ranchera más cosas podré traer. Y tú eres un espacio. Pequeño, pero espacio.

Kat – Pero Castle…

Ric – Pero nada. Por favor… Kate… déjame hacer esto… yo… necesito hacer esto.

Castle miró a Kate con una profundidad que dolía y Kate no supo que decir para rebatirle.

Kat – De acuerdo, pero ten mucho cuidado. Alexis y yo estaremos aquí… esperándote.

Kate cerró la puerta y vio como Castle empezaba a conducir el coche con precaución por el callejón hasta que por fin pudo salir a la calle. Kate volvió a entrar en el albergue. Antes de cerrar miró el lugar por donde Castle se había ido con preocupación.

CONTINUARA…

Espero que ya se arreglen las cosas con el padre paul y castle, porfin encontro a su padre...

me encantaaa
....esperandote, esperandote estaremos nosotra para un nuevo capi

sigueee

Yo se que tiene que afrontar las cosas solo perocon ella como compañia es mucho mas facil...
Buen capi, pero eso ya hace 29 paginas que te lo vengo diciendo.
Besoss y gracias

Y ahora Castle se queda atorado en la tormenta y congelado...
Gran capítulo =)

muy lindo, continua pronto

Porque demonios no hay un icono mordiendose las uñas?
Estoy impaciente por saber como sigue!!!
Gracias por escribirlo. Me encanta la historia y como la escribes

De nuevo gracias por vuestros comentarios. Aqui teneis vuestra racion diaria de fic...

Capitulo 43

Castle conducía todo lo más despacio que podía en medio de una semivacía y desolada Nueva York. De vez en cuando veía alguna persona que se movía con esfuerzo o algún coche (sobre todo de la policía) que deambulaba sin aparente rumbo definido. Cuando vislumbró el hospital pudo intuir que tendría problemas. No sin esfuerzo consiguió aparcar el coche cerca de las zonas de urgencias y después de abrigarse bien se acerco hasta allí. El caos en el hospital era evidente. Una cantidad ingente de personas estaban colapsando la zona de urgencias y otros tantos médicos y enfermeras intentaban hacerse oír entre tanto jaleo.

Ric – Perdón, enfermera, estoy buscando al doctor Michael…

Enf - No ve la cola que tengo. Quédese usted aquí y cuando le toque le atenderemos…

Ric – No, pero si yo solo quiero…

Mic - ¿Richard? ¿Richard Castle? ¿Pero que haces tú aquí?

Castle se volvió hacia la persona que lo había llamado… un afro americano más o menos de su misma edad y sonrió esperanzado.

Ric – Michael. Vaya, esperaba encontrarte aquí.

Mic - ¿No está tú casa bastante lejos de este caos? ¿Le ha ocurrido algo a tú madre o…?

Ric – No, no. Verás… estoy echando una mano en el comedor social que se encuentra…

Mic – ¿El del padre Boniowski…? ¡Le conozco! ¿Un gran tipo? ¡Eh!

Ric – Un gran… ya… bueno… sabrás que llevo bastante tiempo colaborando con la policía y mi compañera y yo estamos en un caso que…bueno… necesitamos algunas cosas ya que la tormenta sigue y…

Mic - No tienes porque darme explicaciones. Se perfectamente de tu vida… no se si tu madre te lo ha comentado, pero llame al hospital preguntando por ti un par de veces…

Ric – No… no me lo había comentado.

Mic - ¿Necesitas algo?

Castle saco la lista que Paul y la señora Clayton le habían hecho y se la dio a su amigo. Este la miró con atención durante unos segundos.

Mic - Tendrás que esperar. Como todo el mundo. Tres o cuatro horas… entiendo que tenéis un par de problemas bastante graves pero no puedo hacer excepciones.

Ric – Lo se, lo se.

Mic - Dentro de cuatro horas vuelve aquí. Mientras tanto te aconsejo que intentes llegar hasta la biblioteca municipal que hay en esta misma calle. El ayuntamiento lo ha habilitado y están repartiendo algo de comida entre las personas que se acerquen. Ten mucho cuidado. Ya ha habido varias victimas de saqueo y la gente anda un tanto alterada.

Ric – No te preocupes. Lo tendré en cuenta.

Castle volvió a su coche (que milagrosamente seguía arrancando) y se fue donde le había dicho su amigo. Allí guardo religiosa cola y pudo observar algunos momentos de tensión entre la gente que se congregaba. No es que le dieran mucho, a pesar de intentar convencerles de que no era solo para él, pero algo consiguió. Después volvió al hospital donde su amigo ya estaba esperando y le dio lo que le había solicitado.

Mic - No es mucho suero, pero espero que tengas suficiente. En cuanto a lo del chico con asma las dosis deben ser suficientes para las horas que quedan.

Ric – Muchas gracias, Michael. Te debo una.

Mic - Ya encontraré la forma para que me la devuelvas.

Los dos se despidieron con un fuerte y sincero apretón de manos. Castle volvió a arrancar el coche y con cautela empezó de nuevo a dirigirse hacia el albergue. La nieve había empezado a arreciar con más fuerza. Justo cuando estaba doblando la esquina de la calle donde se encontraba el albergue sintió un fuerte golpe por detrás. Un coche negro había chocado con él. Castle salió del coche enfurecido y se fue acercando al coche con el que había chocado. Tres chavales con malas pintas empezaron a bajar del coche y Castle se mosqueo enseguida.

Chi 1 - ¿Estas seguro de que es ese tipo?

Chi 2 - Segurísimo. Esta con la poli esa y con Sarah en el albergue…

R - ¡Joder! ¡Mierda! ¡Joder!

Castle intentó volver a meterse en el coche pero uno de los chavales le estampo con un bate de béisbol un golpe en las costillas que la ropa que llevaba mitigo. Como un acto reflejo Castle envió una especie de patada de karate al chico que le dio en toda la cara partiéndola la nariz. Castle volvió a intentar meterse en el coche y por fin lo consiguió.

Otros dos chicos intentaron a abrir el coche para introducirse y sacar a la fuerza a Castle de allí. El que estaba cerca de la puerta del copiloto la rompió con otro bate de béisbol e intentaba forzar a Castle a salir del coche agarrándolo del cuello. Mientras el otro coche se introdujo en el coche y le volvió a lanzar un golpe con el bate a las costillas que Castle soportó como pudo. Se deshizo del cinturón de seguridad y empezó a lanzar patadas en dirección al segundo chico. Mientras con una de sus manos intentaba soltarse del otro que le estaba apretando el cuello. Con la mano y la pierna libre intentaba arrancar la ranchera, pero esta no se decidía a hacerlo. Por fin lo consiguió y empezó a manejar el coche adelante y atrás chocando incluso de nuevo con el coche negro.

Chi 1 - Vamos, joder, que se nos escapa.

Por fin pudo deshacerse del que lo tenía agarrado al cuello y comenzó a lanzarse con el coche calle abajo patinando y dando bandazos con el volante. Se sentía algo mareado por los golpes que le habían dado e intentaba no estrellarse. Paso como un rayo por la puerta principal del comedor social y bloqueando las ruedas torció hacia el callejón. Los dos chicos que habían intentado cogerlo se habían lanzado en su persecución caminando con dificultad por la tormenta que en ese momento estaba en su máximo apogeo.

Uno de ellos saco una automática y empezó a tirar una ráfaga contra el coche de Castle. Los cristales de la parte de atrás saltaron echo añicos y Castle se agacho todo lo que pudo. Al final acabo estrellando el coche contra unas cajas. En ese momento Kate apareció de la nada por la puerta lateral del albergue y empezó a disparar contra los pandilleros. Estos recularon torpemente e intentaron parapetarse detrás de unas cajas. Kate consiguió ponerse a la altura del coche.

Kat - ¡Castle! ¡Richard! ¿Estás bien?

Ric – Si… Kate. Son los gatos negros… sabían que Sarah y tú estabais en el comedor… vienen a por Sarah. Tienes que…

En ese momento aparecieron cuatro policías de uniforme por el callejón.

Pol – NYPD (no NPYD Castle jeje) Deténgase.

Sintiéndose atrapados entre Kate y los policías los tres pandilleros se rindieron dejando sus armas en el suelo ante los gritos que le instigaban de Kate y los dos policías. Mientras tanto, Paul salio del callejón y se acerco hasta Castle que respiraba con dificultad…

Pau – Richard… ¿Estás bien?

Ric – Si… esos bestias me han atizado con un bate. No vea lo que eso duele. Menos mal que llevo más pieles que un oso polar, sino hubiese dolido más.

Paul ayudo a Castle a salir del coche y fueron hasta la puerta del albergue. En ese momento se les unió Kate que lo miraba con preocupación.

Kat - ¿Estás seguro de estar bien?

Ric – Mas… o menos. No veas lo que duele un bate de béisbol en tus costillas.

Cuando entraron en el albergue, Alexis fue hacia ellos corriendo con preocupación.

Ale - ¡Papá! ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien?

Ric – Estoy bien… ya casi no me duele.

Paul se acerco hasta el y lo miro desconfiando.

Pau – Tengo que examinarte… así que…

Ric – Ya le he dicho que estoy bien… yo…

CONTINUARA…

Noooooo!!!!!!
Me lo quieres matar!!!!!
No se me va a curar nunca asi!!!! Kate lo tiene que curar no el padreeeee
LOS QUIERO JUNTOSSSSSSSS y sanos...porfi

Joder, pobre castle, todo lo malo le toca a el xd

Castle no pega una definitivamente

Me encanta tu fic =)

sigueeeeee

muy bueno, continua pronto

Jorja escribió:Castle no pega una definitivamente

Nop! no pega una pobrecillo

El proximo!!! el proximo!!!!

¡¡Jo!! pobrecillo Castle, no termina de salir de una y ya lo estas metiendo en otra si es que to se lo tiene que encontrar el, a ver si por lo menos Kate le da unos pocos de mimitos y lo anima un poco que normal que este depre, no hace mas que recibir por todos lados

Habrá capítulo nuevo dentro de nada??? Venga va que nos tienes en ascuas

Lo de este hombre es salir de Malaga para meterse en Malagón!!
En fin espero que la que le cure las costillitas sea Kate y entre un poco de pomadita aqui y una vendita allá . . . . . tengamos algo de tema entre estos dos
Gracias por escribirla. Es genial
Estoy impaciente ya por el siguiente capitulo..

Después de 44 capitulos y 45 días...

Capitulo 44

Tanto Kate como Paul se dieron cuenta inmediatamente que Castle tenia tanto miedo a que alguien viese… sus secuelas que prefería aguantar el dolor aunque tuviese un par de costillas rotas… y tanto uno como otro pensó que aquel era el momento exacto en que debían dar un paso adelante… aunque Castle sufriese mucho con ello.

Pau – Me da igual como lo hagamos pero tengo que ver si tienes alguna costilla rota o… algo peor. Si no quieres que sea aquí… entre tanta gente lo entenderé… pero lo hacemos en mi habitación y… se acabo el problema.

Ric – De verdad… por favor…

A pesar de mostrarse reticente Castle accedió a que Kate le ayudase a caminar hasta las dependencias domésticas de Paul, que se encontraban entre la parroquia y el comedor social. Alexis decidió quedarse en un segundo plano y vio como los tres se marchaban… Kate podía sentir físicamente como Castle temblaba mientras caminaban, aunque no sabía si era debido al dolor físico por la paliza o… a otra cosa. Cuando llegaron a la habitación Paul insto a Castle a que se sentara en el borde de su cama y…

Pau – Venga…

Ric – Por favor… no… ya le he dicho…

Paul se agacho un poco para poner sus ojos a los de Castle, que se mostraban huidizos y temerosos.

Pau – No te lo voy a repetir más… en la guerra vi cosas que me han acompañado toda mi vida, así que no voy a asustarme por…

Kat – Y yo…

Castle miro hacia Kate suplicante y Kate decidió que era ahora o nunca…

Kat – Yo… estaba allí… en la ambulancia… contigo… cuando ellos empezaron a quitarte la ropa para… y lo vi todo… y estoy aquí.

En ese momento algo dentro de Castle hizo “click” y toda la tensión de aquellos meses, la angustia, los buenos y malos momentos, los dolores, los temores, las caricias afloraron en su cuerpo y empezó a llorar desconsoladamente…

Ric -¡Oh Kate…! Perdóname… yo… lo siento. Debo haberte echo sufrir tanto… yo…

Kate le cogió la cara con suavidad con ambas manos y lo miro con emoción.

Kat - ¿Qué tengo que perdonar? Que me salvaras la vida a mí y a los chicos por enésima vez en aquella maldita explosión o que me la salvaras con Tyson junto a Alexis, que volvieses después del daño que todos te habíamos hecho a trabajar con nosotros para que no nos echaran… que no hayas fallado ningún día desde ese momento a pesar de tener dolores, que sigas siendo capaz a pesar de todo de seguir inventando situaciones inimaginables que me hacer reír y… yo no tengo que perdonar nada… a alguien que me da tanto todos los días.

Ric – Pero yo… te oculte lo de tu madre… debí…

Kat – Y yo debería haber comprendido desde el principio porque lo hiciste y porque…

Kate empezó también a llorar y con infinita ternura empezó a besar a Castle delicadamente… primero su frente… sus parpados… su cara… su boca en un beso tierno y prolongado.

Ric – No… Kate… por favor…tengo tanto miedo… yo no se como darte…

Kat – Calla amor mío… no sufras más… yo estoy aquí… para siempre… y te ayudaré… todos los que te queremos te ayudaremos a seguir… ya lo verás.

Castle seguía llorando y aceptando las caricias y besos que Kate le ofrecía mientras ella poco a poco y con delicadeza había empezado a desnudarle. En ningún momento desvió sus bellos ojos verdes de la mirada de Castle… no le hacía falta… cuando llegase el momento vería su cuerpo desnudo… solo cuando el estuviese preparado y solo… para amarlo con pasión y ternura. Mientras tanto, Paul, mudo testigo de aquel momento entre los dos, exploró rápidamente a Castle y pudo corroborar con alivio que aunque le saldrían dos buenos moratones… las cuatro o cinco capas de ropa que Castle llevaba cuando lo atacaron lo habían protegido.

Pau – No parece muy grave… un par de costillas contusionadas y quizás alguna rota. Voy a vendarte la zona bien fuerte para… ¿Puede usted hacerlo por mí, detective?

Kate y Castle alzaron su mirada hacia el padre Boniowski que los miraba con una tímida sonrisa en los labios. Ni siquiera se habían dado cuenta en todo momento de su presencia…

Kat – Si… yo lo haré. Creo que es mejor que vuelva usted ahí fuera… por si ahí algún problema.

Pau – Si quieres… no… te ordeno que en cuanto la detective Beckett termine te quedes aquí en mi cama y descanses y usted… creo que será más necesaria en esta habitación… que ahí fuera. Aquí le dejo un analgésico. Cuando termine de vendarle… se lo da.

Ric – Yo… gracias.

Paul se levanto y se dirigió hacia la puerta de su habitación. En cuanto salió al comedor social vio que todo parecía seguir en orden y como Alexis se aproximaba hacia él con aspecto preocupado…

Ale - ¿Todo… bien?

Pau – Si. Todo bien… muy bien… no tiene usted porque preocuparse.

Ale - ¡Gracias a Dios!

Mientras tanto Kate vendaba cuidadosamente el torso de Castle y este la miraba con infinita ternura. De vez en cuando una lágrima seguía recorriendo su mejilla, pero ya su cuerpo no temblaba y aquellas lágrimas estaban teniendo un efecto sanador en él. Cuando Kate terminó le volvió a poner la camiseta y su camisa y cogió la pastilla y un vaso de agua. Castle se lo tomó sin rechistar y Kate le ayudo a acostarse en la cama de Paul. Busco una silla junto a la cama y se sentó lo más cerca que pudo de ella. Suavemente le cogió la mano derecha con ternura y durante unos minutos los dos se quedaron así… mirándose mutuamente… casi sin pestañear…

Ric – No te vayas.

Kat – No voy a hacerlo… ya has oído a Paul. Si aparezco por el comedor me echara de allí y además… no quiero hacerlo. Y tú deberías dormir algo… tienes que descansar…

Poco a poco Castle fue quedándose dormido plácidamente. Kate intentó zafarse de su mano, pero a pesar de haberse quedado profundamente dormido, Castle la tenía bien sujeta. Sin otra opción que la de quedarse allí, se levanto, se sentó en la cama, se quito las botas y un par de prendas de ropa y cuidadosamente se hizo un sitio en la amplia cama del padre Boniowski. Unos minutos después… también se quedo dormida.

Durante las siguientes horas, la ola de frío y nieve más importante y tardía en Nueva York desde hacía mas de veinte años tenía a la ciudad patas arriba. En cambio para el escritor / adjunto de la policía de Nueva York Richard Castle y para la detective de homicidios de la 12 Katherine Beckett aquellas horas fueron las más tranquilas, las más felices y las más deseadas en mucho tiempo y eso que solo hicieron una cosa… dormir. Y durante nada mas y nada menos que unas quince horas… un par de ocasiones tanto Alexis como Paul entraron en la habitación, pero viendo que tanto uno como el otro parecían haber caído en brazos de Morfeo durante bastante tiempo no quisieron molestarles. Incluso cuando llegó la noche algunas personas dejaron el albergue ya que el tiempo había mejorado bastante…y al día siguiente…

CONTINUARA…