Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
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Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Cuando pense que eramos todos felices terminamos todos muertos y separados....
Ya no tengo fuerzas para seguir comentando....
Ya no tengo fuerzas para seguir comentando....
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
nooooooooooooooo, porque lo dejas asi,
porque haces que se peleen????????????
muy bueno, continua pronto
porque haces que se peleen????????????
muy bueno, continua pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
pobre castle esque beckett no se da cuenta de que lo hace por ella porfa arregla esto pronto
castlelover- As del póker
- Mensajes : 307
Fecha de inscripción : 26/02/2012
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Ufff.... aqui estoy... he sobrevivido (jeje). Bueno, como siempre de nuevo muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Como yo no soy muy mala (que no es mala dice la puñe...) voy a empezar a solucionar las cosas poco a poco. Espero que el capitulo os guste.
Capitulo 52
Durante las siguientes dos semanas tanto Kate como Castle se acostumbraron a una maldita rutina que lo único que conseguía era llevarlos a la autodestrucción y a la locura si no lograban pararla. Kate parecía un mueble… un autómata… comía… dormía… de vez en cuando daba largos paseos sin rumbo fijo y apenas hablaba lo estrictamente necesario. En cuanto a Castle el agotamiento tanto físico como psíquico que todo aquello le ocasionaba parecía que de un momento a otro podía acabar con él. Abría la tienda en el pueblo, atendía a los pocos clientes diarios que entraban en la misma, cerraba la tienda, hacia todas las comidas, arreglaba la casa y lo único que recibía eran miradas llenas de reproche y odio.
Los primeros días intentó animarse asimismo y deseaba comprender lo que Kate estaba sufriendo y no tomarse en serio sus duras palabras con él… era normal… ella es inteligente y lo comprenderá… tiene que hacerlo… si no vivimos esto juntos nos desmoronaremos… tengo que ayudarla en estos momentos estando ahí… sin exigencias… como ella estuvo conmigo en mis peores momentos después de reintegrarme al trabajo en la 12. Pero poco a poco los días se le fueron echando encima… apenas dormía y los dolores habían vuelto a volver y el se sentía cada vez más triste y solo.
Pero hay cosas que ni la oscuridad más absoluta puede detener y aquellas dos vidas que poco a poco seguían creciendo dentro de Kate los unía irremisiblemente ligados por un filo hilo lo suficientemente fuerte para tener esperanzas. Kate comenzaba a sentir sus primeros movimientos, sus pataditas y eso le hacía recordar todos los días el inmenso amor que ella y Castle se habían profesado durante todos estos meses y que tenia como consecuencia aquellas dos pequeñas vidas que iban creciendo en ella. En esos momentos tenía una necesidad imperativa de acercarse a Castle, de sentirse unida de nuevo junto a él, pero había una horrible pared que se lo impedía y comenzaba a desesperarse porque quería arrancar de ella todo ese odio y rabia que la retenía.
Hasta que un día llegó la hora de que Castle volviese de la tienda y no lo hizo. Una abundante nevada había estado cayendo durante toda la jornada y Kate empezó a preocuparse cada vez más por él. La noche cayó y ella sintió su ausencia más fuerte que nunca y comprendió que si no era juntos nunca podrían salir de aquel infierno. Durante toda la noche estuvo prácticamente en vela y cada vez más preocupada pero tenia miedo a quedarse bloqueada o aislada si intentaba llegar al pueblo en el coche y buscarle. Cuando el día llego y la nevada dejo paso a una fría y soleada mañana desayuno y cogió uno de los dos coches que les habían proporcionado y fue hasta el pueblo a buscarle. Pensó que quizás Castle había decidido quedarse a dormir en la tienda y no regresar a la casa por la nevada, pero allí no estaba, ni tampoco en los lugares den los que le busco. Hasta que llego a un pequeño y viejo bar que abría las veinticuatro horas del día, donde sabía que iban muchos turistas que venían a pescar y allí… lo encontró.
Castle estaba sentado en la última mesa del establecimiento. Su cara denotaba un inmenso agotamiento físico y psíquico… y sus ojos estaban visiblemente enrojecidos por lo muchas horas que Kate suponía había estado llorando. Se acercó hasta él lentamente y se sentó en una silla junto a él. En la mesa había una botella de güisqu y un vaso medio vacío y Kate interrogó al camarero preocupada, pero este solo le transmitió una palabra en voz baja “ninguna”. Aunque Castle estaba con los ojos cerrados Kae intuía que no dormía… su debilidad, su angustia reflejada en aquella cara y su miedo provoco en ella una oleada de ternura y Kate pudo sentir realmente lo que Castle estaba viviendo y era… horrible.
Kat – Richard…
Castle seguía sin abrir los ojos abatido y resignado y Kate comenzó a llorar en silencio mientras con cuidado empezó a acariciarle la cara.
Kat – Richard… yo… mírame por favor… necesito que me ayudes… sin ti no puedo continuar… tu eres mi fuerza… tu eres mi roca… te necesito y… te amo tanto.
Castle abrió los ojos y durante unos minutos se miraron. Aunque sus caras reflejaban todo el horror que llevaban vivido en aquellas dos últimas semanas un atisbo de esperanza empezó a reflejarse en ellos y por fin… comprendieron que juntos… si.
Ric - ¡Oh Kate! Yo… también eran mis amigos… eran mis amigos.
Kate comenzó a acariciar de nuevo su cara con ternura y a recoger las lágrimas del escritor que comenzo a llorar desconsoladamene con sus manos.
Kat – Lo se cariño… lo se.
Ric – Si hubiésemos tenido una oportunidad no la habría dudado, pero si volvíamos…
Kat – No teníamos ninguna posibilidad. Perdóname… yo…
Ric – Lo se Kate y… te entiendo. Soy yo el que no supo transmitirte… no quiero que entre nosotros haya mas… esto duele.
Kat – Te prometo que a partir de ahora seremos capaces de vivirlo todo siempre juntos. Habrá peleas y problemas, eso te lo garantizo, pero seremos capaces de afrontarlo unidos. Porque he aprendido que somos dos personas individuales… con nuestros defectos y nuestras virtudes, pero también somos uno y si no estamos juntos estamos incompletos.
Ric – Y nos sostenemos el uno al otro… y nos completamos el uno al otro.
Kat – Y vamos a tener dos hijos que son nuestra esperanza y el mejor testigo de que lo nuestro es de verdad y es para siempre.
Kate ayudo a Castle a levantarse, porque físicamente lo veía muy debilitado y juntos, abrazados y llorando en silencio salieron del bar y fueron hasta lo que ahora era su pequeño hogar. Después Kate preparo la cena y comieron en silencio. Recogieron los platos de la cocina juntos y Kate cogió a su compañero de la mano y lo guío hasta el cuarto de baño.
Una vez allí comenzó a besarle tiernamente mientras lo desnudaba lentamente… Castle se dejaba hacer cada vez más excitado y de vez en cuando correspondía a los besos de Kate susurrándole al oído…
Ric – Te quiero… te deseo…
Una vez el escritor estaba totalmente desnudo y su cuerpo ya bastante excitado, Castle comenzó a desnudar a su compañera con manos expertas… poco a poco fue tomando la iniciativa y empezó a besar a Kate en la boca y en el cuello dulce y apasionadamente. Una vez estuvieron los dos desnudos Castle pudo comprobar con emoción como Kate se presentaba ante él y ésta guió su mano hasta su vientre…
Kat – Ahora… no te lo pierdas… ¿Lo sientes?
Ric - ¡Oh Kate! Es increíble… si… si…
Siguieron besándose tiernamente y juntos entraron en la ducha templada… continuaron con su ritual de besos y poco a poco Castle fue bajando con sus besos hasta los pezones de la detective que gemía con gran placer. Castle siguió bajando y con cuidado se arrodillo delante de ella y comenzó su viaje hasta abajo con sus caricias, su boca y su lengua…
Kat – Cas… Richard… sube… sube…
Castle miro a la detective y rió maliciosamente negando lentamente con la cabeza. Siguió durante unos minutos dándole placer a la detective por todo su cuerpo hasta que ésta le cogió del pelo con cierta violencia y le obligó a subir de nuevo hasta su boca… una vez allí…
Ric – No voy a… no quiero hacerte daño y yo…
Kat – Busquemos otra forma…
Después de un largo y profundo beso Kate se volvió de espaldas, cogió las manos del escritor y las guió de nuevo hasta su pecho… mientras Castle comenzó a sentir su excitación cada vez más fuerte al contacto del roce de su miembro con la piel de la detective. Esta comenzó a guiar las manos del escritor por toda su zona más intima hasta que los dos estuvieron enloquecedoramente mojados y excitados… en eso momento y tras juntar sus manos con fuerza Castle entro dentro de ella lentamente por detrás… sin prisas… profundamente…
Kat – No pares… no pares…
Ric – Kate… Kate…
Rítmicamente comenzaron a moverse en lentas y profundas embestidas… sus gemidos eran cada vez más apremiantes y…
Kat – Te quiero… te deseo…
Castle recibió las palabras de la detective como una maravillosa señal y derramo todo lo que llevaba dentro de ella teniendo el orgasmo prácticamente al mismo tiempo. Después poco a poco salió de ella y la detective se volvió de espaldas. Los dos estaban cansados y sudorosos y entre las gotas de agua también se podían adivinar lágrimas en los ojos tanto de uno como del otro.
Kat – Todo saldrá bien… ya lo verás… a partir de ahora todo saldrá bien… te quiero.
Ric – Yo también te quiero Kate.
CONTINUARA…
Capitulo 52
Durante las siguientes dos semanas tanto Kate como Castle se acostumbraron a una maldita rutina que lo único que conseguía era llevarlos a la autodestrucción y a la locura si no lograban pararla. Kate parecía un mueble… un autómata… comía… dormía… de vez en cuando daba largos paseos sin rumbo fijo y apenas hablaba lo estrictamente necesario. En cuanto a Castle el agotamiento tanto físico como psíquico que todo aquello le ocasionaba parecía que de un momento a otro podía acabar con él. Abría la tienda en el pueblo, atendía a los pocos clientes diarios que entraban en la misma, cerraba la tienda, hacia todas las comidas, arreglaba la casa y lo único que recibía eran miradas llenas de reproche y odio.
Los primeros días intentó animarse asimismo y deseaba comprender lo que Kate estaba sufriendo y no tomarse en serio sus duras palabras con él… era normal… ella es inteligente y lo comprenderá… tiene que hacerlo… si no vivimos esto juntos nos desmoronaremos… tengo que ayudarla en estos momentos estando ahí… sin exigencias… como ella estuvo conmigo en mis peores momentos después de reintegrarme al trabajo en la 12. Pero poco a poco los días se le fueron echando encima… apenas dormía y los dolores habían vuelto a volver y el se sentía cada vez más triste y solo.
Pero hay cosas que ni la oscuridad más absoluta puede detener y aquellas dos vidas que poco a poco seguían creciendo dentro de Kate los unía irremisiblemente ligados por un filo hilo lo suficientemente fuerte para tener esperanzas. Kate comenzaba a sentir sus primeros movimientos, sus pataditas y eso le hacía recordar todos los días el inmenso amor que ella y Castle se habían profesado durante todos estos meses y que tenia como consecuencia aquellas dos pequeñas vidas que iban creciendo en ella. En esos momentos tenía una necesidad imperativa de acercarse a Castle, de sentirse unida de nuevo junto a él, pero había una horrible pared que se lo impedía y comenzaba a desesperarse porque quería arrancar de ella todo ese odio y rabia que la retenía.
Hasta que un día llegó la hora de que Castle volviese de la tienda y no lo hizo. Una abundante nevada había estado cayendo durante toda la jornada y Kate empezó a preocuparse cada vez más por él. La noche cayó y ella sintió su ausencia más fuerte que nunca y comprendió que si no era juntos nunca podrían salir de aquel infierno. Durante toda la noche estuvo prácticamente en vela y cada vez más preocupada pero tenia miedo a quedarse bloqueada o aislada si intentaba llegar al pueblo en el coche y buscarle. Cuando el día llego y la nevada dejo paso a una fría y soleada mañana desayuno y cogió uno de los dos coches que les habían proporcionado y fue hasta el pueblo a buscarle. Pensó que quizás Castle había decidido quedarse a dormir en la tienda y no regresar a la casa por la nevada, pero allí no estaba, ni tampoco en los lugares den los que le busco. Hasta que llego a un pequeño y viejo bar que abría las veinticuatro horas del día, donde sabía que iban muchos turistas que venían a pescar y allí… lo encontró.
Castle estaba sentado en la última mesa del establecimiento. Su cara denotaba un inmenso agotamiento físico y psíquico… y sus ojos estaban visiblemente enrojecidos por lo muchas horas que Kate suponía había estado llorando. Se acercó hasta él lentamente y se sentó en una silla junto a él. En la mesa había una botella de güisqu y un vaso medio vacío y Kate interrogó al camarero preocupada, pero este solo le transmitió una palabra en voz baja “ninguna”. Aunque Castle estaba con los ojos cerrados Kae intuía que no dormía… su debilidad, su angustia reflejada en aquella cara y su miedo provoco en ella una oleada de ternura y Kate pudo sentir realmente lo que Castle estaba viviendo y era… horrible.
Kat – Richard…
Castle seguía sin abrir los ojos abatido y resignado y Kate comenzó a llorar en silencio mientras con cuidado empezó a acariciarle la cara.
Kat – Richard… yo… mírame por favor… necesito que me ayudes… sin ti no puedo continuar… tu eres mi fuerza… tu eres mi roca… te necesito y… te amo tanto.
Castle abrió los ojos y durante unos minutos se miraron. Aunque sus caras reflejaban todo el horror que llevaban vivido en aquellas dos últimas semanas un atisbo de esperanza empezó a reflejarse en ellos y por fin… comprendieron que juntos… si.
Ric - ¡Oh Kate! Yo… también eran mis amigos… eran mis amigos.
Kate comenzó a acariciar de nuevo su cara con ternura y a recoger las lágrimas del escritor que comenzo a llorar desconsoladamene con sus manos.
Kat – Lo se cariño… lo se.
Ric – Si hubiésemos tenido una oportunidad no la habría dudado, pero si volvíamos…
Kat – No teníamos ninguna posibilidad. Perdóname… yo…
Ric – Lo se Kate y… te entiendo. Soy yo el que no supo transmitirte… no quiero que entre nosotros haya mas… esto duele.
Kat – Te prometo que a partir de ahora seremos capaces de vivirlo todo siempre juntos. Habrá peleas y problemas, eso te lo garantizo, pero seremos capaces de afrontarlo unidos. Porque he aprendido que somos dos personas individuales… con nuestros defectos y nuestras virtudes, pero también somos uno y si no estamos juntos estamos incompletos.
Ric – Y nos sostenemos el uno al otro… y nos completamos el uno al otro.
Kat – Y vamos a tener dos hijos que son nuestra esperanza y el mejor testigo de que lo nuestro es de verdad y es para siempre.
Kate ayudo a Castle a levantarse, porque físicamente lo veía muy debilitado y juntos, abrazados y llorando en silencio salieron del bar y fueron hasta lo que ahora era su pequeño hogar. Después Kate preparo la cena y comieron en silencio. Recogieron los platos de la cocina juntos y Kate cogió a su compañero de la mano y lo guío hasta el cuarto de baño.
Una vez allí comenzó a besarle tiernamente mientras lo desnudaba lentamente… Castle se dejaba hacer cada vez más excitado y de vez en cuando correspondía a los besos de Kate susurrándole al oído…
Ric – Te quiero… te deseo…
Una vez el escritor estaba totalmente desnudo y su cuerpo ya bastante excitado, Castle comenzó a desnudar a su compañera con manos expertas… poco a poco fue tomando la iniciativa y empezó a besar a Kate en la boca y en el cuello dulce y apasionadamente. Una vez estuvieron los dos desnudos Castle pudo comprobar con emoción como Kate se presentaba ante él y ésta guió su mano hasta su vientre…
Kat – Ahora… no te lo pierdas… ¿Lo sientes?
Ric - ¡Oh Kate! Es increíble… si… si…
Siguieron besándose tiernamente y juntos entraron en la ducha templada… continuaron con su ritual de besos y poco a poco Castle fue bajando con sus besos hasta los pezones de la detective que gemía con gran placer. Castle siguió bajando y con cuidado se arrodillo delante de ella y comenzó su viaje hasta abajo con sus caricias, su boca y su lengua…
Kat – Cas… Richard… sube… sube…
Castle miro a la detective y rió maliciosamente negando lentamente con la cabeza. Siguió durante unos minutos dándole placer a la detective por todo su cuerpo hasta que ésta le cogió del pelo con cierta violencia y le obligó a subir de nuevo hasta su boca… una vez allí…
Ric – No voy a… no quiero hacerte daño y yo…
Kat – Busquemos otra forma…
Después de un largo y profundo beso Kate se volvió de espaldas, cogió las manos del escritor y las guió de nuevo hasta su pecho… mientras Castle comenzó a sentir su excitación cada vez más fuerte al contacto del roce de su miembro con la piel de la detective. Esta comenzó a guiar las manos del escritor por toda su zona más intima hasta que los dos estuvieron enloquecedoramente mojados y excitados… en eso momento y tras juntar sus manos con fuerza Castle entro dentro de ella lentamente por detrás… sin prisas… profundamente…
Kat – No pares… no pares…
Ric – Kate… Kate…
Rítmicamente comenzaron a moverse en lentas y profundas embestidas… sus gemidos eran cada vez más apremiantes y…
Kat – Te quiero… te deseo…
Castle recibió las palabras de la detective como una maravillosa señal y derramo todo lo que llevaba dentro de ella teniendo el orgasmo prácticamente al mismo tiempo. Después poco a poco salió de ella y la detective se volvió de espaldas. Los dos estaban cansados y sudorosos y entre las gotas de agua también se podían adivinar lágrimas en los ojos tanto de uno como del otro.
Kat – Todo saldrá bien… ya lo verás… a partir de ahora todo saldrá bien… te quiero.
Ric – Yo también te quiero Kate.
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
- Mensajes : 956
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Localización : Córdoba
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Por fin estan juntos de nuevo!
KBCAlways- As del póker
- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 11/03/2012
Edad : 29
Localización : Granada
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
QUE LINDO, GRACIAS POR
MEJORAR SU RELACIÓN, MUY BONITO
CONTINUA PRONTO
MEJORAR SU RELACIÓN, MUY BONITO
CONTINUA PRONTO
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
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Localización : México
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
K buen capitulo!!! , me alegra saber k ya arreglaron las cosas!!!, xk me estaban matando a mi tambien!!
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
qué bien que hayan arreglado las cosas! me dio mucha pena lo de javi y kevin ;(
bueno, a lo que iba.. GENIAL FIC! sigue así
bueno, a lo que iba.. GENIAL FIC! sigue así
castleaddictedforlife- Actor en Broadway
- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 01/04/2012
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Capitulo mas corto de lo habitual... pero especial. Espero que os guste.
Capitulo 53
Durante los siguientes meses Castle y Kate fueron preparando poco a poco la venida de aquellas dos nuevas personas a su vida. Aunque seguían teniendo muchas dudas y miedos en cuanto a su situación cada uno servía de apoyo y roca al otro y la rutina se hizo más llevadera porque compartían y disfrutaban del amor sin barreras del otro. Todos los defectos que existían para que su vida juntos no fuese una realidad para siempre se fueron puliendo en aquellos meses.
El último mes de embarazo Kate se sentía cada vez más cansada y pesada y apenas salía de la casa. El doctor la visitaba de manera asidua para intentar pasar lo mas desapercibidos posible, todo lo compartía con su compañero, incluso las clases de preparación al parto que suponían una bendición y una alegría compartida para los dos en aquellos duros momentos. Aunque Castle seguía yendo a la tienda…. Siempre intentaba mantenerse en contacto con Kate diariamente y se llamaban cada par de horas.
Dos falsas alarmas y una semana después de haber salido de cuentas según pensaba Kate, ésta sintió de nuevo dolores mientras cenaban, pero no quiso decirle nada a Castle fuese a ser otra vez una falsa alarma. Cuando se acostaron el escritor se durmió en seguida porque estaba muy cansado y Kate siguió despierta mientras miraba el techo y… otra vez… las contracciones son cada siete minutos… bueno, la última vez fueron igual y no era nada… ten paciencia… y… y… ahora son cada cinco minutos ¿Debería despertarlo ya? Estaba muy cansado… otra vez cada ¿Cuatro minutos? Y ahora… ya vienen…
Kat – Castle…
Ric – Mmm…
Kat – Despierta. Ahora si ha llegado el momento…
Ric - ¿Qué momento?
Kat – Las contracciones son cada cuatro minutos y creo que… he roto aguas…
Ric – Pues vale…
Kat - ¡Richard!
Castle se levantó rápidamente y todavía medio dormido y con pánico en la cara comenzó a dar vueltas por la habitación sin rumbo fijo.
Ric - ¡Dios mío! ¡Los niños! ¡Las contracciones! ¿Has roto aguas? No hay que ponerse nervioso… yo ya lo estoy por los dos… ¿Estás segura?
Kate comenzó a levantarse con cuidado y fue a recoger la bolsa que tenía preparada desde hacía semanas mientras miraba resignada el histerismo de su compañero.
Kat – Ahora si… venga… vístete ¿No pretenderás ir en pijama al hospital? Yo cojo las cosas necesarias… ve a poner el coche en marcha ¡Date prisa!
Ric – Si… el coche… las contracciones…
Una vez en el coche Castle acomodo a Kate en la parte de atrás y comenzó a conducir con precaución hasta el pequeño hospital del pueblo. Entre contracción y contracción llamaron a su médico para que todo estuviese preparado. Mientras manejaba el volante con la mano izquierda, con la derecha Castle tenía cogida a Kate para ayudarla en las contracciones…
Ric - ¿Viene una? Se te cambia la cara… tranquila… lo estás haciendo muy bien… respira… respira…
Kat – No quiero hacerte daño.
Ric – Y no lo haces. Esto no puede hacerme daño. Eso es… eso es… ya ha pasado.
Apenas doce minutos después llegaron al pequeño hospital local e ingresaron a Kate rápidamente. Una vez en la habitación el doctor llegó enseguida y los saludo sonriendo.
Doc – Bueno… señora Reynolds (jeje) esto ya viene. Todo va muy bien… ya casi ha dilatado lo suficiente y como era su deseo va a tener a sus hijos de forma natural, sin necesidad de practicar una cesárea. Es su primer hijo…
Ric – Para mi… si… es nuestro primer hijo.
Doc - ¿Quiere estar presente y ayudarle?
Ric – Por supuesto.
Unos diez minutos después trasladaron a Kate al paritorio… y durante los siguientes veinte minutos Richard Castle y Catherine Beckett compartieron el momento más mágico y único en sus vidas. Primero con la aparición de un chico grande y llorón al que sus padres había decidido llamar James Malcolm (no he podido resistir la tentación) y unos minutos después a una niña más pequeña y calladita cuyo nombre sería Anne Martha. Castle ayudo a contar el cordón umbilical de sus hijos mientras en todo momento compartía miradas de emoción y ternura con su compañera. Unas horas después y ya mas descansados todos, Castle sostenía con ternura a su hija mientras veía embobado como Kate intentaba que su hijo comiera por primera vez.
Kat – Es… increíble… no se como describirlo.
Ric – Como si de repente tu corazón se hubiese ensanchado de manera desorbitada y ahora hubiese sitio para dos huecos nuevos a los que solo has conocido desde hace unas horas, pero que sabes amaras con locura durante el resto de su vida.
Kat – Muy literario… pero me sirve.
Castle se acercó hasta ella y con cuidado le beso dulcemente en los labios mientras sostenían a sus hijos en brazos.
Kat – Yo… gracias… me has dado lo mejor que me ha podido suceder en la vida. Te quiero.
Ric – Te quiero Kate…
CONTINUARA…
Capitulo 53
Durante los siguientes meses Castle y Kate fueron preparando poco a poco la venida de aquellas dos nuevas personas a su vida. Aunque seguían teniendo muchas dudas y miedos en cuanto a su situación cada uno servía de apoyo y roca al otro y la rutina se hizo más llevadera porque compartían y disfrutaban del amor sin barreras del otro. Todos los defectos que existían para que su vida juntos no fuese una realidad para siempre se fueron puliendo en aquellos meses.
El último mes de embarazo Kate se sentía cada vez más cansada y pesada y apenas salía de la casa. El doctor la visitaba de manera asidua para intentar pasar lo mas desapercibidos posible, todo lo compartía con su compañero, incluso las clases de preparación al parto que suponían una bendición y una alegría compartida para los dos en aquellos duros momentos. Aunque Castle seguía yendo a la tienda…. Siempre intentaba mantenerse en contacto con Kate diariamente y se llamaban cada par de horas.
Dos falsas alarmas y una semana después de haber salido de cuentas según pensaba Kate, ésta sintió de nuevo dolores mientras cenaban, pero no quiso decirle nada a Castle fuese a ser otra vez una falsa alarma. Cuando se acostaron el escritor se durmió en seguida porque estaba muy cansado y Kate siguió despierta mientras miraba el techo y… otra vez… las contracciones son cada siete minutos… bueno, la última vez fueron igual y no era nada… ten paciencia… y… y… ahora son cada cinco minutos ¿Debería despertarlo ya? Estaba muy cansado… otra vez cada ¿Cuatro minutos? Y ahora… ya vienen…
Kat – Castle…
Ric – Mmm…
Kat – Despierta. Ahora si ha llegado el momento…
Ric - ¿Qué momento?
Kat – Las contracciones son cada cuatro minutos y creo que… he roto aguas…
Ric – Pues vale…
Kat - ¡Richard!
Castle se levantó rápidamente y todavía medio dormido y con pánico en la cara comenzó a dar vueltas por la habitación sin rumbo fijo.
Ric - ¡Dios mío! ¡Los niños! ¡Las contracciones! ¿Has roto aguas? No hay que ponerse nervioso… yo ya lo estoy por los dos… ¿Estás segura?
Kate comenzó a levantarse con cuidado y fue a recoger la bolsa que tenía preparada desde hacía semanas mientras miraba resignada el histerismo de su compañero.
Kat – Ahora si… venga… vístete ¿No pretenderás ir en pijama al hospital? Yo cojo las cosas necesarias… ve a poner el coche en marcha ¡Date prisa!
Ric – Si… el coche… las contracciones…
Una vez en el coche Castle acomodo a Kate en la parte de atrás y comenzó a conducir con precaución hasta el pequeño hospital del pueblo. Entre contracción y contracción llamaron a su médico para que todo estuviese preparado. Mientras manejaba el volante con la mano izquierda, con la derecha Castle tenía cogida a Kate para ayudarla en las contracciones…
Ric - ¿Viene una? Se te cambia la cara… tranquila… lo estás haciendo muy bien… respira… respira…
Kat – No quiero hacerte daño.
Ric – Y no lo haces. Esto no puede hacerme daño. Eso es… eso es… ya ha pasado.
Apenas doce minutos después llegaron al pequeño hospital local e ingresaron a Kate rápidamente. Una vez en la habitación el doctor llegó enseguida y los saludo sonriendo.
Doc – Bueno… señora Reynolds (jeje) esto ya viene. Todo va muy bien… ya casi ha dilatado lo suficiente y como era su deseo va a tener a sus hijos de forma natural, sin necesidad de practicar una cesárea. Es su primer hijo…
Ric – Para mi… si… es nuestro primer hijo.
Doc - ¿Quiere estar presente y ayudarle?
Ric – Por supuesto.
Unos diez minutos después trasladaron a Kate al paritorio… y durante los siguientes veinte minutos Richard Castle y Catherine Beckett compartieron el momento más mágico y único en sus vidas. Primero con la aparición de un chico grande y llorón al que sus padres había decidido llamar James Malcolm (no he podido resistir la tentación) y unos minutos después a una niña más pequeña y calladita cuyo nombre sería Anne Martha. Castle ayudo a contar el cordón umbilical de sus hijos mientras en todo momento compartía miradas de emoción y ternura con su compañera. Unas horas después y ya mas descansados todos, Castle sostenía con ternura a su hija mientras veía embobado como Kate intentaba que su hijo comiera por primera vez.
Kat – Es… increíble… no se como describirlo.
Ric – Como si de repente tu corazón se hubiese ensanchado de manera desorbitada y ahora hubiese sitio para dos huecos nuevos a los que solo has conocido desde hace unas horas, pero que sabes amaras con locura durante el resto de su vida.
Kat – Muy literario… pero me sirve.
Castle se acercó hasta ella y con cuidado le beso dulcemente en los labios mientras sostenían a sus hijos en brazos.
Kat – Yo… gracias… me has dado lo mejor que me ha podido suceder en la vida. Te quiero.
Ric – Te quiero Kate…
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 23/02/2011
Edad : 55
Localización : Córdoba
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
AHhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, corto pero tannnn dulce....
Y Castle poniendose nervioso y caminando sin rumbo...ese es mi chico....
Felicitaciones....
Y Castle poniendose nervioso y caminando sin rumbo...ese es mi chico....
Felicitaciones....
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
preciosoooo siguee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
oooh el final Sigue pronto!
KBCAlways- As del póker
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Fecha de inscripción : 11/03/2012
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Localización : Granada
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Muy, muy lindo, ya
Nacieron, jajaja,
Continua pronto
Nacieron, jajaja,
Continua pronto
chelcas- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
q guai... que bonitooo
James quejica como Castle y Anne calladita como Kate
jejej adorable
sigue prontoo
James quejica como Castle y Anne calladita como Kate
jejej adorable
sigue prontoo
anaforo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1090
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Edad : 31
Localización : Murcia. Y en una de las 20 manzanas que hay entre la casa Rick y la de Kate :)
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
¡Ohhh, que bonito!
Ahora a criar a esos bebés.
Ahora a criar a esos bebés.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
hoy no tengo palabras
mery_caskett- Actor en Broadway
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Localización : Cordillera Cantábrica p'arriba
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Mi capitulo diario de esta historia que poco a poco esta llegando a su fin. Espero que os guste. Muchas gracias por vuestros comentarios.
Capitulo 54
Seis meses después del nacimiento de los mellizos y en pleno verano de Alaska, Castle miraba con atención el periódico de la mañana. Desde hacía tres semanas él y Kate miraban con esperanza el New York Times todos los días porque habían intuido tras una noticia sobre drogas que el amigo periodista de Castle y el FBI estaban poniendo en marcha una compleja trama para desmantelar a todos los implicados en el caso de Johanna Becektt y muchos más. Y no se equivocaban… y eso los tenía esperanzados.
Mientras tanto Jimmy y Anne crecían alegre y saludablemente, aunque no podía haber dos niños tan diferentes y tan encantadores a la vez. El pequeño príncipe de ojos azules de su madre era un chico alegre y con una sonrisa permanente en su cara, a no ser que el hambre o el sueño se apoderaran de él y entonces se convertía en un llorón insoportable que era capaz de tener a sus padres en vela durante la noche. En esos momentos un pequeño paseo en el coche hasta el pueblo era la mejor medicina. En cuanto a la niña de su padre era mucho mas callada que su hermano pero muchísimo más despierta y espabilada y con sus verdes ojos curiosos comenzaba a entenderlo y comprenderlo todo muchos antes que su hermano.
En cuanto a sus padres, Kate había recuperado la figura y se turnaba con Castle en la tienda y el escritor había recuperado totalmente sus ganas de escribir aunque debía hacerlo con cautela debido a sus problemas físicos. Sobre todo lo hacía en la tienda, ya que no eran mucho los clientes y además en casa solo quería disfrutar de Kate y de sus hijos. Eso sí… tanto Kate como Castle suspiraban por el día que volvieran a tener una relación sexual plena, ya que ahora esta consistía en un aquí te pillo… aquí te mato cuando sus hijos o el trabajo los dejaban.
Kat – Cariño… ¿Estas ahí?
Kate y Castle se comunicaban por medio de un pequeño sistema de cámaras instaladas en la tienda y en su casa para no perderse nada de los niños aquel que estuviese en la tienda y ese día era Castle.
Ric – Dime amor.
Kat – Tu hijo ha vuelto a dejar más comida fuera que dentro antes de dormirse y nos ha puesto perdidos a los dos. Añade detergente a la lista del supermercado porque se esta acabando.
Ric – Ok ¿Qué hace mi princesa?
Kat – Aquí esta mirando lo que hago en la cocina con ojos curiosos e inquisitivos… me pone de los nervios… parece que esta…
Ric – Interrogándote… no se a quien habrá salido la niña.
Kat – Ja… y el llorón colorado…
Ric – No te quejes… el llorón colorado como tu le dices te tiene comiendo de su mano desde que nació.
Kat – Muy gracioso.
Una hora después Castle se dispuso a cerrar la tienda pero intuyo que alguien entraba en la misma.
Ric – Lo siento, pero estamos a punto de cerrar, sino es mucho puedo atenderle, pero…
En ese momento Castle se quedo callado y petrificado ante su interlocutor que lo miraba sonriendo tímidamente. Aunque mostraba una incipiente barba y unos kilos de menos a su ya delgado cuerpo, Castle creyó por unos segundos que era víctima de una aparición fantasmal y balbuceo incoherentemente.
Rya – Hola bro ¿Cómo estas?
Ric – Tú… tú… estas muerto… estas muerto… él lo dijo ¿Estás muerto?
Rya – No hermano… no lo estoy. No soy una aparición fantasmal.
Justo detrás de él aparecieron Javier y Lanie sonriendo…
Exp – Y nosotros…
Lan – Tampoco lo somos.
Ric – Yo… vosotros… estáis vivos ¿Estáis vivos?
Y entonces Castle en un gesto instintivo descargo toda su adrenalina arreándole un mamporro a Kevin en la cara.
Ric - ¡Hijos de puta!
Exp – Pero ¿Qué haces?
Lan – Hala… ¡Que bestia!
Ric - ¿Qué hago? ¿Qué hago? Esto… por estar vivos y no te arreo más porque me he hecho daño en la mano, que si no…
Lan – Tranquilo Castle… tranquilo… siéntate.
Ric - ¡Que me siente! ¡Que me siente! No… no me siento… pero vosotros sabéis lo mal que Kate y yo lo hemos pasado… si no fuera por…
Lan – Claro que lo sabemos, pero no podíamos hacer otra cosa. Era lo más seguro para todos.
Rya – A mi me hirieron gravemente y estuve…
Ric - ¡Me importa un bledo! ¡Esto no se hace, joder! Yo…
Y después de unos segundos donde Castle fue mirando de manera alternativa a cada uno de sus amigos relajo el semblante y nerviosamente comenzó a repartir besos alternativamente a unos y a otros.
Exp - ¡Pero tío! ¡Quita! ¡Estás loco!
Ric - ¡Estáis vivos! ¡Estáis vivos! Pero que alegría… no me lo puedo creer…
Lan – Y Kate… ¿Esta bien? ¿Y los niños… nacieron?
Ric – Pues claro que nacieron y son increíbles, pero… ¡Oh Dios! Kate… me había olvidado de ella… ¡Estáis muertos! ¡Estáis muertos! Ella os va a matar.
Rya – Jo, tío…no digas eso.
Lan – Por eso hemos venido primero a tu encuentro… para que tú…
Ric - ¿Qué yo que? No, no, no… no contéis conmigo… si soy vuestro cómplice me matará también a mí.
Lan – Exagerado.
Ric – Como si no la conocieras. No os va a dejar pasar de la puerta de la casa… si no os mata antes.
Lan - ¿Y los niños?
Ric – A esos los vas a tener que conocer en fotografías, porque Kate no te va a dejar ni que te acerques a cien…no… a doscientos metros de ellos.
Lan - ¡Jo Castle!
Después de un par de discusiones que no llevaban a nada en concreto, dejaron la tienda, compraron las cosas que necesitaban en el supermercado y se dirigieron a la casa.
Ric – No se como me estoy dejando convencer por vosotros. Me va a matar a mi también… entonces ¿Alexis y mi madre están bien?
Exp – Por enésima vez desde que nos hemos encontrado. Están muy bien. Ellas y el señor Beckett llevan todo este tiempo protegidos por el FBI y están…
Ric - ¿En…?
Exp – En Hawai… en una pequeña y paradisíaca isla.
Ric – Mira que bien… yo aquí pasando tanto frío que hay días que se me congelan hasta los… y ellas entre cocos y palmeras y… mi madre estará encantada.
Todos rieron ante el comentario de Castle y se miraron cómplicemente viendo que el escritor seguía siendo el mismo de siempre. Sacarlo del coche y convencerle para que el entrar como avanzadilla fue más complicado. Una vez dentro de la casa Castle se quedo en medio del pequeño salón con las bolsas del supermercado todavía en las manos, mientras Kate iba de un lado para otro. Había estado ensayando que decirle durante el paseo en coche, pero ahora e sentía presa del bloqueo…no del terror del escritor.
Kat – Hola cariño (beso rápido)
Ric – Kate yo…
Kat - ¿Qué haces ahí parado como una estatua?
Ric – Es que…
Kat – Deja las cosas en la nevera y… Richard ¿Me estas escuchando?
Ric – Es que…
Kat – Humm… ¿Qué has hecho?
Ric - ¿Yo? Nada… (a grito pelado)… Tíos… salir del coche ya… esto es muy difícil… temo por mi vida…
Kat – Pero que tonterías dices y quien esta…
CONTINUARA…
Capitulo 54
Seis meses después del nacimiento de los mellizos y en pleno verano de Alaska, Castle miraba con atención el periódico de la mañana. Desde hacía tres semanas él y Kate miraban con esperanza el New York Times todos los días porque habían intuido tras una noticia sobre drogas que el amigo periodista de Castle y el FBI estaban poniendo en marcha una compleja trama para desmantelar a todos los implicados en el caso de Johanna Becektt y muchos más. Y no se equivocaban… y eso los tenía esperanzados.
Mientras tanto Jimmy y Anne crecían alegre y saludablemente, aunque no podía haber dos niños tan diferentes y tan encantadores a la vez. El pequeño príncipe de ojos azules de su madre era un chico alegre y con una sonrisa permanente en su cara, a no ser que el hambre o el sueño se apoderaran de él y entonces se convertía en un llorón insoportable que era capaz de tener a sus padres en vela durante la noche. En esos momentos un pequeño paseo en el coche hasta el pueblo era la mejor medicina. En cuanto a la niña de su padre era mucho mas callada que su hermano pero muchísimo más despierta y espabilada y con sus verdes ojos curiosos comenzaba a entenderlo y comprenderlo todo muchos antes que su hermano.
En cuanto a sus padres, Kate había recuperado la figura y se turnaba con Castle en la tienda y el escritor había recuperado totalmente sus ganas de escribir aunque debía hacerlo con cautela debido a sus problemas físicos. Sobre todo lo hacía en la tienda, ya que no eran mucho los clientes y además en casa solo quería disfrutar de Kate y de sus hijos. Eso sí… tanto Kate como Castle suspiraban por el día que volvieran a tener una relación sexual plena, ya que ahora esta consistía en un aquí te pillo… aquí te mato cuando sus hijos o el trabajo los dejaban.
Kat – Cariño… ¿Estas ahí?
Kate y Castle se comunicaban por medio de un pequeño sistema de cámaras instaladas en la tienda y en su casa para no perderse nada de los niños aquel que estuviese en la tienda y ese día era Castle.
Ric – Dime amor.
Kat – Tu hijo ha vuelto a dejar más comida fuera que dentro antes de dormirse y nos ha puesto perdidos a los dos. Añade detergente a la lista del supermercado porque se esta acabando.
Ric – Ok ¿Qué hace mi princesa?
Kat – Aquí esta mirando lo que hago en la cocina con ojos curiosos e inquisitivos… me pone de los nervios… parece que esta…
Ric – Interrogándote… no se a quien habrá salido la niña.
Kat – Ja… y el llorón colorado…
Ric – No te quejes… el llorón colorado como tu le dices te tiene comiendo de su mano desde que nació.
Kat – Muy gracioso.
Una hora después Castle se dispuso a cerrar la tienda pero intuyo que alguien entraba en la misma.
Ric – Lo siento, pero estamos a punto de cerrar, sino es mucho puedo atenderle, pero…
En ese momento Castle se quedo callado y petrificado ante su interlocutor que lo miraba sonriendo tímidamente. Aunque mostraba una incipiente barba y unos kilos de menos a su ya delgado cuerpo, Castle creyó por unos segundos que era víctima de una aparición fantasmal y balbuceo incoherentemente.
Rya – Hola bro ¿Cómo estas?
Ric – Tú… tú… estas muerto… estas muerto… él lo dijo ¿Estás muerto?
Rya – No hermano… no lo estoy. No soy una aparición fantasmal.
Justo detrás de él aparecieron Javier y Lanie sonriendo…
Exp – Y nosotros…
Lan – Tampoco lo somos.
Ric – Yo… vosotros… estáis vivos ¿Estáis vivos?
Y entonces Castle en un gesto instintivo descargo toda su adrenalina arreándole un mamporro a Kevin en la cara.
Ric - ¡Hijos de puta!
Exp – Pero ¿Qué haces?
Lan – Hala… ¡Que bestia!
Ric - ¿Qué hago? ¿Qué hago? Esto… por estar vivos y no te arreo más porque me he hecho daño en la mano, que si no…
Lan – Tranquilo Castle… tranquilo… siéntate.
Ric - ¡Que me siente! ¡Que me siente! No… no me siento… pero vosotros sabéis lo mal que Kate y yo lo hemos pasado… si no fuera por…
Lan – Claro que lo sabemos, pero no podíamos hacer otra cosa. Era lo más seguro para todos.
Rya – A mi me hirieron gravemente y estuve…
Ric - ¡Me importa un bledo! ¡Esto no se hace, joder! Yo…
Y después de unos segundos donde Castle fue mirando de manera alternativa a cada uno de sus amigos relajo el semblante y nerviosamente comenzó a repartir besos alternativamente a unos y a otros.
Exp - ¡Pero tío! ¡Quita! ¡Estás loco!
Ric - ¡Estáis vivos! ¡Estáis vivos! Pero que alegría… no me lo puedo creer…
Lan – Y Kate… ¿Esta bien? ¿Y los niños… nacieron?
Ric – Pues claro que nacieron y son increíbles, pero… ¡Oh Dios! Kate… me había olvidado de ella… ¡Estáis muertos! ¡Estáis muertos! Ella os va a matar.
Rya – Jo, tío…no digas eso.
Lan – Por eso hemos venido primero a tu encuentro… para que tú…
Ric - ¿Qué yo que? No, no, no… no contéis conmigo… si soy vuestro cómplice me matará también a mí.
Lan – Exagerado.
Ric – Como si no la conocieras. No os va a dejar pasar de la puerta de la casa… si no os mata antes.
Lan - ¿Y los niños?
Ric – A esos los vas a tener que conocer en fotografías, porque Kate no te va a dejar ni que te acerques a cien…no… a doscientos metros de ellos.
Lan - ¡Jo Castle!
Después de un par de discusiones que no llevaban a nada en concreto, dejaron la tienda, compraron las cosas que necesitaban en el supermercado y se dirigieron a la casa.
Ric – No se como me estoy dejando convencer por vosotros. Me va a matar a mi también… entonces ¿Alexis y mi madre están bien?
Exp – Por enésima vez desde que nos hemos encontrado. Están muy bien. Ellas y el señor Beckett llevan todo este tiempo protegidos por el FBI y están…
Ric - ¿En…?
Exp – En Hawai… en una pequeña y paradisíaca isla.
Ric – Mira que bien… yo aquí pasando tanto frío que hay días que se me congelan hasta los… y ellas entre cocos y palmeras y… mi madre estará encantada.
Todos rieron ante el comentario de Castle y se miraron cómplicemente viendo que el escritor seguía siendo el mismo de siempre. Sacarlo del coche y convencerle para que el entrar como avanzadilla fue más complicado. Una vez dentro de la casa Castle se quedo en medio del pequeño salón con las bolsas del supermercado todavía en las manos, mientras Kate iba de un lado para otro. Había estado ensayando que decirle durante el paseo en coche, pero ahora e sentía presa del bloqueo…no del terror del escritor.
Kat – Hola cariño (beso rápido)
Ric – Kate yo…
Kat - ¿Qué haces ahí parado como una estatua?
Ric – Es que…
Kat – Deja las cosas en la nevera y… Richard ¿Me estas escuchando?
Ric – Es que…
Kat – Humm… ¿Qué has hecho?
Ric - ¿Yo? Nada… (a grito pelado)… Tíos… salir del coche ya… esto es muy difícil… temo por mi vida…
Kat – Pero que tonterías dices y quien esta…
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
- Mensajes : 956
Fecha de inscripción : 23/02/2011
Edad : 55
Localización : Córdoba
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
Estan vivos!! Sigue!! Me da pena que se acabe t.t
KBCAlways- As del póker
- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 11/03/2012
Edad : 29
Localización : Granada
Re: Everything I Do (i Do It For You) Epilogo
ke bien !!!!!!!!!!! estan vivitos y colenado jejejjejejje todo sea ke acaben en el hoyo cuando kate los vea jajajajajajajajja sigue
castleaddict- As del póker
- Mensajes : 268
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 37
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