Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
De nuevo estoy aqui con un nuevo capitulo de esta historia. ¿Habrá escperanza para el escritor? ¿Si? ¿No? ¿Temo por mi vida? JAJA
Capitulo 5
Mar - … débil… muy débil…vamos... ¡Vamos!
Con un rápido gesto con sus manos el doctor apremió al otro hombre, un joven afro – americano de unos veinte años de más de dos metros y muy fuerte para que cogiera a Castle en brazos, mientras Kate miraba angustiada a uno y al otro.
Mar- Kate… ¡Kate! Suéltale… yo me encargo ahora… ¡Kate!
Kat – Si…
El muchacho cogió a Castle en sus brazos como un peso muerto mientras el doctor sustituía rápidamente la toalla totalmente empapada en la sangre del escritor por otra limpia. Mientras hacían el trayecto hasta la casa Kate los seguía…
Mar – Kate… ¡Kate! ¿Cuánto tiempo hace?
Kat – Quince… veinte minutos… yo… por favor… por favor.
Cuando llegaron dentro el muchacho traslado a Castle hasta una habitación seguido por el doctor…Kate hizo intención de entrar con ellos, pero el hombre la detuvo.
Mar - ¡Quédate aquí!
Kat - ¡No! Debo estar con él… debo…
Mar – No… ahora es cosa mía…
Mark cerro la puerta con fuerza dejando a Kate en el salón de aquella casa… la detective miro angustiada sus manos y parte de sus ropas que estaban impregnadas con la sangre de él… se arrodillo en el suelo y comenzó a llorar sin consuelo.
Ric - ¡Ahhhhh! ¡Kate!
Al escuchar aquel grito desgarrador la detective se levantó como un resorte y entró en tromba en la habitación.
Mar – ¡Fuera de aquí! ¡Fuera de aquí!
Castle era víctima de terribles convulsiones y su cuerpo temblaba sin control mientras el doctor y el muchacho intentaban calmarlo sin conseguirlo…
Kat - ¿Qué le pasa? ¿Qué le pasa?
Mar – Ha perdido demasiada sangre y va a entrar en shock si no consigo cerrarle la herida… no puedo esperar a que un anestésico le haga efecto… la fiebre le esta subiendo de manera descontrolada… pero de eso y de la infección tendré que encargarme después si es que consigo…
Ric – Ahhh…
Mar – Si sigue así la herida se le abrirá más y llegará hasta una vena importante y ya no podré hacer nada por él… ¡Vete! ¡Vete!
Kat – No… yo… puedo ayudarle…
Entonces Kate se acercó hasta ellos y cogió la mano izquierda de Castle con fuerza…
Kat – Cas… Richard… cariño…si me oyes… tienes que calmarte… si no lo haces no te podremos ayudar…
Ric – Ahh…
Kat – Vamos… venga… se que me oyes… estoy aquí contigo… no te voy a abandonar… no me dejes por favor… venga… eso es… venga…
A pesar de que su cuerpo seguía temblando por culpa de la fiebre y un sudor frío le recorría todo el cuerpo… las palabras de Kate comenzaron a hacer efecto y Castle fue calmándose poco a poco… Mark comenzó a cerrarle la herida abierta y durante los siguientes minutos solo se oía la respiración agitada del escritor… cuando Mark termino le aplicó un apósito limpio que cubría la herida. Después le abrió una vía para suministrarle suero y...
Kat - ¿Necesitará una transfusión?
Mar – Si….
Kat – Yo puedo…
Mar – Ya lo se Kate. Pero mi hijo es un muchacho joven, 0 negativo y muy sano aunque sea sordomudo. Salgamos un momento. Tom estará pendiente de él.
Kate salió de la habitación no muy convencida. Necesitaba… deseaba estar junto a él…
Mar – Escúchame. No voy a engañarte. Las siguientes horas serán cruciales. Ha perdido demasiada sangre y si no logramos bajar la fiebre y controlar la infección no podremos salvarlo.
Kat – Yo quiero…
Mar – Estar con él. De acuerdo, no voy a negarte eso. Pero tienes que hacerme caso. Quítate esas ropas, date una ducha, te buscaré algo de mi difunta esposa e intenta tranquilizarte.
Kate asintió resignada y obedeció todas las ordenes sin rechistar. Mientras se duchaba su cuerpo temblaba sin poder controlarse y las lágrimas corrían por su cara sin poder evitarlo. Pero Mark tenía razón, debía tranquilizarse si quería ser útil y ayudar a Richard aunque solo fuera estando junto a él. Una y otra vez recordaba todo lo que habían compartido durante las últimas horas desde que ella llego hasta su casa y… no… tengo que pensar en él… no debo desfallecer ahora… que tanto me necesita.
Cuando salió de nuevo se dirigió a la habitación donde el doctor y su hijo seguían pendientes del escritor. Castle continuaba tiritando visiblemente debido a la fiebre y el sudor empapaba todo su cuerpo. Kate pudo ver como ya estaba recibiendo la transfusión de sangre…
Kat - ¿Cómo…puedo?
Mar – Si la fiebre sigue subiendo… podría sufrir un shock en cualquier momento… le he suministrado un fuerte antipirético pero no parece que le haga mucho efecto por ahora. Quiero que llenes un cacharro con agua tibia y un paño limpio y le vayas mojando la piel a intervalos… su frente… su cara… el torso… es un método de lo más antiguo pero eficaz y ayudará al medicamento a surtir efecto.
Kat – De acuerdo.
Kate se entrego a esta tarea durante las siguientes horas con total entrega. Castle seguía en un estado de semi inconsciencia que no le dejaba descansar y tenía momentos en los que deliraba llamando débilmente a su madre… a su hija… y a Kate. En las siguientes quince horas el escritor libró la mayor batalla de su vida… contra la muerte. Pero gracias a su fuerza de voluntad, la sapiencia del doctor, la sangre del muchacho y la abnegación de Kate que no se aparto de él en ningún momento poco a poco la fiebre fue remitiendo y Castle comenzó a respirar más sosegadamente, los temblores desaparecieron y por fin pudo comenzar a descansar de verdad… primer paso necesario para que la recuperación fuese por buen camino.
Mar – Kate… Kate…
La detective alzó la cabeza y miro al doctor. Hacia un par de horas que la detective parecía sumida en un estado de sopor y había descansado su cabeza sobre la cama donde Castle estaba durmiendo.
Kat - ¿Qué ocurre?
Mark sonrió y después de tantas horas de horror Kate creyó ver en el veterano doctor un atisbo de esperanza y todo su cuerpo suspiro relajado.
Mar – La fiebre esta bajando. Lo estamos consiguiendo. De todas formas deberán pasar un par de días para que todo el peligro pase. Se que vas a protestar, pero estas agotada, no has comido nada en todo el día y es la una de la madrugada. Por favor… quiero que cenes algo y que los dos nos vayamos a descansar. Tom estará pendiente toda la noche de él y no quiero que te vayas a poner enferma y tener que cuidar también de ti.
Kate sonrió tristemente y asintió. Antes de abandonar la habitación se acerco hasta el escritor y le dio un dulce beso en la frente mientras le susurraba.
Kat – Lo estas haciendo muy bien… y estoy muy orgullosa de ti… yo… te quiero tanto…
Cuando salieron de la habitación fueron hasta la cocina y Kate consintió solo en comer algo de fruta y un vaso de leche. Después fue a la habitación de invitados donde ya tenía la cama preparada y se acostó sin ni siquiera quitarse la ropa. Sería por el cansancio o quizás porque Mark le había suministrado algo en la leche se durmió más pronto de lo que ella pensaba y consiguió descansar. Al día siguiente… en cuanto los primeros rayos de sol se asomaron por la ventana de su habitación, Kate se levanto enseguida y fue hasta la habitación donde Mark ya estaba con Castle. El escritor parecía descansar tranquilamente y su semblante era más esperanzador que el del día anterior.
Kat - ¿Cómo esta?
Mar – Bastante mejor. Tiene un corazón fuerte y eso le esta ayudando. Ve a desayunar y por favor… que sea algo más que lo de anoche. Después quiero que me cuentes todo lo que os ha ocurrido para encontraros en esta situación.
Una vez Kate desayuno se dirigió de nuevo hasta la habitación y le contó a Mark todo lo que había vivido durante aquellos días sin omitir ningún detalle (no seáis mal pensadas).
Kat – Os estamos poniendo a Tom y a ti en peligro con todo esto y no quisiera… por un lado esa gente y por otro la policía… yo…
Mar – Te conozco desde que eras una niña y se que me estás contando la verdad. No te preocupes… esto esta en mitad de la nada… en un bosque perdido y Tom y yo no tenemos muchas visitas… aquí estaréis seguros.
Kat – Por ahora… tenemos unos documentos que implican a gente muy poderosa con el caso de mi madre o al menos eso creo. Por fortuna la mochila donde Castle los tenía estaban en nuestro coche y no se quedaron en el hotel como nuestras ropas y su dinero. Yo no he querido ni siquiera verlos… Castle les echo un vistazo y…
Mar – No pienses ahora en eso.
Kat – Pero es que yo… quería dejarlo… solo quería ser feliz con… él. Y ahora esto.
Mark se acerco hasta Kate y le dio un suave beso en la frente.
Mar – Todo se solucionará… ya lo verás.
Durante los siguientes dos días Castle continúo postrado en la cama inconsciente mientras se recuperaba poco a poco. A la mañana del cuarto día desde que llegaron allí y después de que Kate desayunara se sentó a los pies de la cama donde el escritor descansaba mientras leía el periódico. No había encontrado nada sobre la muerte de Madoxx ni nada parecido… alguien lo había ocultado de eso estaba segura, pero por cada día que pasaba se sentía más segura estando allí, aunque tenía la firme idea de que en cuanto Richard…
Ric – Mmm… yo… Kate…
Castle ladeo la cabeza despacio con los ojos aún semi cerrados mientras buscaba el bello rostro de la detective que lo esperaba con emoción…
Kat – Richard… Richard…
Ric – ¿Que ha… pasado?
Kat – Has estado muy grave… Madoxx estuvo a punto de… pero ahora no te preocupes por eso… todo va salir bien a partir de ahora.
Ric - ¿Dónde… estamos?
Kat – En casa de un amigo de mi padre… a unos cincuenta kilómetros de Saint John… aquí estamos seguros de momento…
Ric – Yo… siento… mi plan…
Kate se acerco hasta la cara del escritor y le dio un dulce beso en la mejilla.
Kat – Tranquilo… no tienes porque disculparte. Tu plan era bueno… creo que Madoxx nos encontró por el dinero que fuimos gastando… de alguna forma… son gente con muchos recursos y los subestimamos, pero a partir de ahora no será así.
Ric – Gracias… salvarme… vida y no abandonarme.
Kat – Has sido tú el que has luchado y has vencido… los demás solo te hemos ayudado en la batalla. Y ahora será mejor que vuelvas a dormir y descanses. Necesitas hacerlo para reponer fuerzas.
Ric – Bien… pero… no te vayas. Yo… te quiero Kate.
Kat – Yo también a ti.
CONTINUARA…
Capitulo 5
Mar - … débil… muy débil…vamos... ¡Vamos!
Con un rápido gesto con sus manos el doctor apremió al otro hombre, un joven afro – americano de unos veinte años de más de dos metros y muy fuerte para que cogiera a Castle en brazos, mientras Kate miraba angustiada a uno y al otro.
Mar- Kate… ¡Kate! Suéltale… yo me encargo ahora… ¡Kate!
Kat – Si…
El muchacho cogió a Castle en sus brazos como un peso muerto mientras el doctor sustituía rápidamente la toalla totalmente empapada en la sangre del escritor por otra limpia. Mientras hacían el trayecto hasta la casa Kate los seguía…
Mar – Kate… ¡Kate! ¿Cuánto tiempo hace?
Kat – Quince… veinte minutos… yo… por favor… por favor.
Cuando llegaron dentro el muchacho traslado a Castle hasta una habitación seguido por el doctor…Kate hizo intención de entrar con ellos, pero el hombre la detuvo.
Mar - ¡Quédate aquí!
Kat - ¡No! Debo estar con él… debo…
Mar – No… ahora es cosa mía…
Mark cerro la puerta con fuerza dejando a Kate en el salón de aquella casa… la detective miro angustiada sus manos y parte de sus ropas que estaban impregnadas con la sangre de él… se arrodillo en el suelo y comenzó a llorar sin consuelo.
Ric - ¡Ahhhhh! ¡Kate!
Al escuchar aquel grito desgarrador la detective se levantó como un resorte y entró en tromba en la habitación.
Mar – ¡Fuera de aquí! ¡Fuera de aquí!
Castle era víctima de terribles convulsiones y su cuerpo temblaba sin control mientras el doctor y el muchacho intentaban calmarlo sin conseguirlo…
Kat - ¿Qué le pasa? ¿Qué le pasa?
Mar – Ha perdido demasiada sangre y va a entrar en shock si no consigo cerrarle la herida… no puedo esperar a que un anestésico le haga efecto… la fiebre le esta subiendo de manera descontrolada… pero de eso y de la infección tendré que encargarme después si es que consigo…
Ric – Ahhh…
Mar – Si sigue así la herida se le abrirá más y llegará hasta una vena importante y ya no podré hacer nada por él… ¡Vete! ¡Vete!
Kat – No… yo… puedo ayudarle…
Entonces Kate se acercó hasta ellos y cogió la mano izquierda de Castle con fuerza…
Kat – Cas… Richard… cariño…si me oyes… tienes que calmarte… si no lo haces no te podremos ayudar…
Ric – Ahh…
Kat – Vamos… venga… se que me oyes… estoy aquí contigo… no te voy a abandonar… no me dejes por favor… venga… eso es… venga…
A pesar de que su cuerpo seguía temblando por culpa de la fiebre y un sudor frío le recorría todo el cuerpo… las palabras de Kate comenzaron a hacer efecto y Castle fue calmándose poco a poco… Mark comenzó a cerrarle la herida abierta y durante los siguientes minutos solo se oía la respiración agitada del escritor… cuando Mark termino le aplicó un apósito limpio que cubría la herida. Después le abrió una vía para suministrarle suero y...
Kat - ¿Necesitará una transfusión?
Mar – Si….
Kat – Yo puedo…
Mar – Ya lo se Kate. Pero mi hijo es un muchacho joven, 0 negativo y muy sano aunque sea sordomudo. Salgamos un momento. Tom estará pendiente de él.
Kate salió de la habitación no muy convencida. Necesitaba… deseaba estar junto a él…
Mar – Escúchame. No voy a engañarte. Las siguientes horas serán cruciales. Ha perdido demasiada sangre y si no logramos bajar la fiebre y controlar la infección no podremos salvarlo.
Kat – Yo quiero…
Mar – Estar con él. De acuerdo, no voy a negarte eso. Pero tienes que hacerme caso. Quítate esas ropas, date una ducha, te buscaré algo de mi difunta esposa e intenta tranquilizarte.
Kate asintió resignada y obedeció todas las ordenes sin rechistar. Mientras se duchaba su cuerpo temblaba sin poder controlarse y las lágrimas corrían por su cara sin poder evitarlo. Pero Mark tenía razón, debía tranquilizarse si quería ser útil y ayudar a Richard aunque solo fuera estando junto a él. Una y otra vez recordaba todo lo que habían compartido durante las últimas horas desde que ella llego hasta su casa y… no… tengo que pensar en él… no debo desfallecer ahora… que tanto me necesita.
Cuando salió de nuevo se dirigió a la habitación donde el doctor y su hijo seguían pendientes del escritor. Castle continuaba tiritando visiblemente debido a la fiebre y el sudor empapaba todo su cuerpo. Kate pudo ver como ya estaba recibiendo la transfusión de sangre…
Kat - ¿Cómo…puedo?
Mar – Si la fiebre sigue subiendo… podría sufrir un shock en cualquier momento… le he suministrado un fuerte antipirético pero no parece que le haga mucho efecto por ahora. Quiero que llenes un cacharro con agua tibia y un paño limpio y le vayas mojando la piel a intervalos… su frente… su cara… el torso… es un método de lo más antiguo pero eficaz y ayudará al medicamento a surtir efecto.
Kat – De acuerdo.
Kate se entrego a esta tarea durante las siguientes horas con total entrega. Castle seguía en un estado de semi inconsciencia que no le dejaba descansar y tenía momentos en los que deliraba llamando débilmente a su madre… a su hija… y a Kate. En las siguientes quince horas el escritor libró la mayor batalla de su vida… contra la muerte. Pero gracias a su fuerza de voluntad, la sapiencia del doctor, la sangre del muchacho y la abnegación de Kate que no se aparto de él en ningún momento poco a poco la fiebre fue remitiendo y Castle comenzó a respirar más sosegadamente, los temblores desaparecieron y por fin pudo comenzar a descansar de verdad… primer paso necesario para que la recuperación fuese por buen camino.
Mar – Kate… Kate…
La detective alzó la cabeza y miro al doctor. Hacia un par de horas que la detective parecía sumida en un estado de sopor y había descansado su cabeza sobre la cama donde Castle estaba durmiendo.
Kat - ¿Qué ocurre?
Mark sonrió y después de tantas horas de horror Kate creyó ver en el veterano doctor un atisbo de esperanza y todo su cuerpo suspiro relajado.
Mar – La fiebre esta bajando. Lo estamos consiguiendo. De todas formas deberán pasar un par de días para que todo el peligro pase. Se que vas a protestar, pero estas agotada, no has comido nada en todo el día y es la una de la madrugada. Por favor… quiero que cenes algo y que los dos nos vayamos a descansar. Tom estará pendiente toda la noche de él y no quiero que te vayas a poner enferma y tener que cuidar también de ti.
Kate sonrió tristemente y asintió. Antes de abandonar la habitación se acerco hasta el escritor y le dio un dulce beso en la frente mientras le susurraba.
Kat – Lo estas haciendo muy bien… y estoy muy orgullosa de ti… yo… te quiero tanto…
Cuando salieron de la habitación fueron hasta la cocina y Kate consintió solo en comer algo de fruta y un vaso de leche. Después fue a la habitación de invitados donde ya tenía la cama preparada y se acostó sin ni siquiera quitarse la ropa. Sería por el cansancio o quizás porque Mark le había suministrado algo en la leche se durmió más pronto de lo que ella pensaba y consiguió descansar. Al día siguiente… en cuanto los primeros rayos de sol se asomaron por la ventana de su habitación, Kate se levanto enseguida y fue hasta la habitación donde Mark ya estaba con Castle. El escritor parecía descansar tranquilamente y su semblante era más esperanzador que el del día anterior.
Kat - ¿Cómo esta?
Mar – Bastante mejor. Tiene un corazón fuerte y eso le esta ayudando. Ve a desayunar y por favor… que sea algo más que lo de anoche. Después quiero que me cuentes todo lo que os ha ocurrido para encontraros en esta situación.
Una vez Kate desayuno se dirigió de nuevo hasta la habitación y le contó a Mark todo lo que había vivido durante aquellos días sin omitir ningún detalle (no seáis mal pensadas).
Kat – Os estamos poniendo a Tom y a ti en peligro con todo esto y no quisiera… por un lado esa gente y por otro la policía… yo…
Mar – Te conozco desde que eras una niña y se que me estás contando la verdad. No te preocupes… esto esta en mitad de la nada… en un bosque perdido y Tom y yo no tenemos muchas visitas… aquí estaréis seguros.
Kat – Por ahora… tenemos unos documentos que implican a gente muy poderosa con el caso de mi madre o al menos eso creo. Por fortuna la mochila donde Castle los tenía estaban en nuestro coche y no se quedaron en el hotel como nuestras ropas y su dinero. Yo no he querido ni siquiera verlos… Castle les echo un vistazo y…
Mar – No pienses ahora en eso.
Kat – Pero es que yo… quería dejarlo… solo quería ser feliz con… él. Y ahora esto.
Mark se acerco hasta Kate y le dio un suave beso en la frente.
Mar – Todo se solucionará… ya lo verás.
Durante los siguientes dos días Castle continúo postrado en la cama inconsciente mientras se recuperaba poco a poco. A la mañana del cuarto día desde que llegaron allí y después de que Kate desayunara se sentó a los pies de la cama donde el escritor descansaba mientras leía el periódico. No había encontrado nada sobre la muerte de Madoxx ni nada parecido… alguien lo había ocultado de eso estaba segura, pero por cada día que pasaba se sentía más segura estando allí, aunque tenía la firme idea de que en cuanto Richard…
Ric – Mmm… yo… Kate…
Castle ladeo la cabeza despacio con los ojos aún semi cerrados mientras buscaba el bello rostro de la detective que lo esperaba con emoción…
Kat – Richard… Richard…
Ric – ¿Que ha… pasado?
Kat – Has estado muy grave… Madoxx estuvo a punto de… pero ahora no te preocupes por eso… todo va salir bien a partir de ahora.
Ric - ¿Dónde… estamos?
Kat – En casa de un amigo de mi padre… a unos cincuenta kilómetros de Saint John… aquí estamos seguros de momento…
Ric – Yo… siento… mi plan…
Kate se acerco hasta la cara del escritor y le dio un dulce beso en la mejilla.
Kat – Tranquilo… no tienes porque disculparte. Tu plan era bueno… creo que Madoxx nos encontró por el dinero que fuimos gastando… de alguna forma… son gente con muchos recursos y los subestimamos, pero a partir de ahora no será así.
Ric – Gracias… salvarme… vida y no abandonarme.
Kat – Has sido tú el que has luchado y has vencido… los demás solo te hemos ayudado en la batalla. Y ahora será mejor que vuelvas a dormir y descanses. Necesitas hacerlo para reponer fuerzas.
Ric – Bien… pero… no te vayas. Yo… te quiero Kate.
Kat – Yo también a ti.
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
- Mensajes : 956
Fecha de inscripción : 23/02/2011
Edad : 55
Localización : Córdoba
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Estupendo , pobre Castle, entre todos los fic vamos a acabar matandolo -.-
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
diooos sigueeee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Que buen capitulo!!! Me tuviste nerviosa hasta el final!!!
Sigueeee necesito masssss
Sigueeee necesito masssss
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Muy bueno, que bueno
Que Castle se encuentra
Bien, continua pronto
Que Castle se encuentra
Bien, continua pronto
chelcas- Escritor - Policia
- Mensajes : 1437
Fecha de inscripción : 27/01/2012
Edad : 31
Localización : México
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
capitulazoooo !!!!!!!!!!!! sigue
castleaddict- As del póker
- Mensajes : 268
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 37
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
que bien q has citado el fic en tu otro fic!!! me lo he leido de golpe y me encanta!!!
mery_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Edad : 36
Localización : Cordillera Cantábrica p'arriba
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Sexto capitulo de mi historia... lenta convalecencia y... espero que os guste.
Capitulo 6
Una semana después de haber llegado hasta allí y con mas quejas que buenas palabras, Castle consintió que lo incorporaran en la cama para atenderlo cuando el lo que quería era… salir de esa habitación de una maldita vez. Pero el doctor sabía que el escritor todavía no debía hacerlo porque continuaba débil y apenas había comido en todos estos días… era como si se le hubiese cerrado el estómago. Ante las continúas quejas del escritor que era un pésimo enfermo, Kate se había armado de una asombrosa paciencia extraña en ella e intentaba paliar los arrebatos de frustración de su compañero.
Kat – Por enésima vez… come algo más… otra cucharada… venga… mira que te hago el avioncito como los niños.
Castle puso cara de fastidio y se trago la cucharada de sopa que Kate le daba con cara de asco.
Ric - ¿Por qué no puedo levantarme un poco? Quiero andar… quiero…
Kat – Ya lo se… pero con lo débil que estás todavía seguramente después del primer paso te nos caerías redondo al suelo y… vuelta a empezar. Otra…sin rechistar…
Ric – Eres una enfermera muy estricta. ¿No puedo contratar a otra?
Kat – Muy gracioso… pero estamos escasos de personal en este hospital y…
Ric - ¡Ay! Me tira… tú también eres muy graciosa.
Cuando Castle se terminó la sopa y una manzana que Kate le pelo pacientemente esta se dispuso a curarle la herida. Después de mucho insistir… insistir… insistir pesadamente detrás de Mark… había conseguido que este le enseñara a hacer las curas y por lo menos así Castle se quejaba men…
Ric - ¡AY!
Kat – No te quejes… pero si ni siquiera he empezado todavía.
Ric – Como que no… ¡AY!
Kat – Así… despacio… tú respira tranquilo y relájate.
Ric – Como si fuera fácil… que me estás curando una herida de varios centímetros… que no estamos… haciendo otra cosa.
Kat – Esa cosa en la que estás pensando creo que debemos olvidarla por un tiempo los dos… no tienes tu el cuerpo para… mambo.
Ric – No tengo el cuer… ay… para nada.
Kat – Esto ya está… ahora un besito de buenas noches y hasta mañana.
Ric – Solo un besito… mi cochambroso cuerpo cree que puede aguantar dos (besito) o tres (besito, besito) besos más.
Tres días después Castle por fin consiguió su propósito y se dispuso a levantarse ayudado por Tom y Kate.
Mar – Despacio… despacio…
Ric - ¡Uy! ¡Que mareo! ¡Que me caigo! ¡Que me caigo!
Kat – No te caes… no seas exagerado… Tom y yo te sostenemos bien… venga… un pie… otro…
Ric - ¿Puedo arrepentirme de…?
Kat – No… venga.
Poco a poco y después de otros dos amagos de vahídos consiguieron llegar con el pésimo enfermo hasta el porche y sentarlo en un pequeño balancín de madera.
Ric – Hasta aquí he llegado hoy.
Kat – Pues si que estamos buenos… a este paso nos tiramos aquí meses.
Castle hizo un gesto hacia Tom hablando con él por medio del lenguaje de signos y el chico sonrió. Kate se sentó al lado del escritor y suspiro pacientemente.
Kat - ¿Cuándo me lo vas a contar?
Ric - ¿Qué?
Kat - ¿Por qué sabes comunicarte con Tom? ¿Quién te ha enseñado…?
Ric – Nadie… lo aprendí yo solo durante un verano. No se si te has dado cuenta pero tengo ciertas habi…
Kat – No empieces a engordar tu ego. Que yo recuerde en ninguna de tus novelas…
Ric - ¿Lo reconoces por fin, eh? ¿La has leído todas…?
Kat – No me cambies de tema.
Ric – Esta bien. Durante unas navidades el alcalde me engatuso para que fuese a un centro de acogida de menores y me disfrace de Papa Noel para repartir regalos entre los niños y eso…
Kat - ¿Y?
Ric – Y… todos los niños estaban entusiasmados… gritaban… chillaban y casi me vuelven loco… menos uno de unos sietes años y pensé que no quería acercarse a mi porque me tenía miedo… yo estaba allí en plan JOJOJO y todo eso… después pregunte y es que el niño era sordo mudo y… era un problema de comunicación. Aquel verano termine la novela de turno antes de lo habitual y durante unas semanas me dedique a aprender el lenguaje de signos… las navidades siguientes.
Kat – ¿Si?
Ric – Volví al mismo sitio y él también estaba allí. Kate… tenías que haber visto su cara cuando comencé a hablar con él comunicándome con mis manos… yo…
Kate se acerco hasta Castle y le dio un profundo y tierno beso en los labios emocionada.
Kat – Eres… eres…
Ric – No me digas algo de lo que después puedas arrepentirte. No engordes mi ego. Recuerda que soy el mismo tipo que tiene una parcela en la luna.
Kat – Lo tendré presente.
Durante los siguientes días y poco a poco… primero bajar los tres escalones de la entrada… y subirlos porque no daba para más… unos metros alrededor de la casa… más metros… casi tres semanas después de llegar allí Castle era capaz de andar durante una hora a ritmo pausado siempre acompañado por Kate en todo momento. Tanto uno como otro habían hablado durante varias veces lo que debían hacer a partir de ahora y seguían… sin ponerse de acuerdo. En uno de aquellos paseos matutinos volvió a surgir el tema.
Ric – Kate… puede que me llames cabezón por enésima vez pero creo que mi plan sigue siendo válido y esto ha sido un… obstáculo en el camino.
Kat - ¿Obstá…? Richard… estoy de acuerdo contigo en que no podemos quedarnos aquí durante mucho tiempo más. Temo poner las vidas de Mark y Tom en peligro después de ayudarnos tanto, pero…
Ric - ¿Pero que…?
Kat – No se si es buena idea seguir huyendo… quizás deberíamos entregarnos a la policía y…
Ric - ¿Y? Que nos maten en la cárcel… o en el camino a ella… o… Kate sabes que esa gente esta en todos lados y entregarnos sería ahora mismo nuestra sentencia…
Kat – Ya lo se. Pero tiene que haber otra forma para…
Ric – Dime cual… y te seguiré en ello. Pero no la tienes, reconócelo… de verdad ¿Qué es lo que temes?
Kat – Estas convaleciente… hace apenas unos días aún tenías unas décimas de fiebre cada vez que llegaba la tarde y quieres que nos embarquemos en un velero rumbo a Europa en un viaje de días por el Atlántico sin…
Ric – Se que parece una locura pero estamos en verano y la travesía no tiene porque suponer mucho esfuerzo físico por mi parte… además si eres paciente y no la cabezona que…
Kat - ¿Cómo dices?
Ric – Quiero decir… te enseñaré para que me ayudes a llevar el velero.
Kat – De eso no te quepa la menor duda.
Ric - ¿Es eso un sí?
Kat – Es un… esta bien… pero al menos estemos aquí una semana mas para que la recuperación sea mas evidente… y come.
Ric – De acuerdo. Lo hacemos así…yo prometo comer todo lo que me pongas encima de la mesa durante una semana y si empiezo a recuperarme mejor cuando pase la semana hablaremos con Mark y nos iremos hasta Halifax para coger el barco como teníamos planeado…
Kat – Trato hecho. Pero a Mark no le va a gustar.
Ric – Tú le convencerás con esa labia que tienes.
Kat – No me adules… no me adules.
CONTINUARA…
Capitulo 6
Una semana después de haber llegado hasta allí y con mas quejas que buenas palabras, Castle consintió que lo incorporaran en la cama para atenderlo cuando el lo que quería era… salir de esa habitación de una maldita vez. Pero el doctor sabía que el escritor todavía no debía hacerlo porque continuaba débil y apenas había comido en todos estos días… era como si se le hubiese cerrado el estómago. Ante las continúas quejas del escritor que era un pésimo enfermo, Kate se había armado de una asombrosa paciencia extraña en ella e intentaba paliar los arrebatos de frustración de su compañero.
Kat – Por enésima vez… come algo más… otra cucharada… venga… mira que te hago el avioncito como los niños.
Castle puso cara de fastidio y se trago la cucharada de sopa que Kate le daba con cara de asco.
Ric - ¿Por qué no puedo levantarme un poco? Quiero andar… quiero…
Kat – Ya lo se… pero con lo débil que estás todavía seguramente después del primer paso te nos caerías redondo al suelo y… vuelta a empezar. Otra…sin rechistar…
Ric – Eres una enfermera muy estricta. ¿No puedo contratar a otra?
Kat – Muy gracioso… pero estamos escasos de personal en este hospital y…
Ric - ¡Ay! Me tira… tú también eres muy graciosa.
Cuando Castle se terminó la sopa y una manzana que Kate le pelo pacientemente esta se dispuso a curarle la herida. Después de mucho insistir… insistir… insistir pesadamente detrás de Mark… había conseguido que este le enseñara a hacer las curas y por lo menos así Castle se quejaba men…
Ric - ¡AY!
Kat – No te quejes… pero si ni siquiera he empezado todavía.
Ric – Como que no… ¡AY!
Kat – Así… despacio… tú respira tranquilo y relájate.
Ric – Como si fuera fácil… que me estás curando una herida de varios centímetros… que no estamos… haciendo otra cosa.
Kat – Esa cosa en la que estás pensando creo que debemos olvidarla por un tiempo los dos… no tienes tu el cuerpo para… mambo.
Ric – No tengo el cuer… ay… para nada.
Kat – Esto ya está… ahora un besito de buenas noches y hasta mañana.
Ric – Solo un besito… mi cochambroso cuerpo cree que puede aguantar dos (besito) o tres (besito, besito) besos más.
Tres días después Castle por fin consiguió su propósito y se dispuso a levantarse ayudado por Tom y Kate.
Mar – Despacio… despacio…
Ric - ¡Uy! ¡Que mareo! ¡Que me caigo! ¡Que me caigo!
Kat – No te caes… no seas exagerado… Tom y yo te sostenemos bien… venga… un pie… otro…
Ric - ¿Puedo arrepentirme de…?
Kat – No… venga.
Poco a poco y después de otros dos amagos de vahídos consiguieron llegar con el pésimo enfermo hasta el porche y sentarlo en un pequeño balancín de madera.
Ric – Hasta aquí he llegado hoy.
Kat – Pues si que estamos buenos… a este paso nos tiramos aquí meses.
Castle hizo un gesto hacia Tom hablando con él por medio del lenguaje de signos y el chico sonrió. Kate se sentó al lado del escritor y suspiro pacientemente.
Kat - ¿Cuándo me lo vas a contar?
Ric - ¿Qué?
Kat - ¿Por qué sabes comunicarte con Tom? ¿Quién te ha enseñado…?
Ric – Nadie… lo aprendí yo solo durante un verano. No se si te has dado cuenta pero tengo ciertas habi…
Kat – No empieces a engordar tu ego. Que yo recuerde en ninguna de tus novelas…
Ric - ¿Lo reconoces por fin, eh? ¿La has leído todas…?
Kat – No me cambies de tema.
Ric – Esta bien. Durante unas navidades el alcalde me engatuso para que fuese a un centro de acogida de menores y me disfrace de Papa Noel para repartir regalos entre los niños y eso…
Kat - ¿Y?
Ric – Y… todos los niños estaban entusiasmados… gritaban… chillaban y casi me vuelven loco… menos uno de unos sietes años y pensé que no quería acercarse a mi porque me tenía miedo… yo estaba allí en plan JOJOJO y todo eso… después pregunte y es que el niño era sordo mudo y… era un problema de comunicación. Aquel verano termine la novela de turno antes de lo habitual y durante unas semanas me dedique a aprender el lenguaje de signos… las navidades siguientes.
Kat – ¿Si?
Ric – Volví al mismo sitio y él también estaba allí. Kate… tenías que haber visto su cara cuando comencé a hablar con él comunicándome con mis manos… yo…
Kate se acerco hasta Castle y le dio un profundo y tierno beso en los labios emocionada.
Kat – Eres… eres…
Ric – No me digas algo de lo que después puedas arrepentirte. No engordes mi ego. Recuerda que soy el mismo tipo que tiene una parcela en la luna.
Kat – Lo tendré presente.
Durante los siguientes días y poco a poco… primero bajar los tres escalones de la entrada… y subirlos porque no daba para más… unos metros alrededor de la casa… más metros… casi tres semanas después de llegar allí Castle era capaz de andar durante una hora a ritmo pausado siempre acompañado por Kate en todo momento. Tanto uno como otro habían hablado durante varias veces lo que debían hacer a partir de ahora y seguían… sin ponerse de acuerdo. En uno de aquellos paseos matutinos volvió a surgir el tema.
Ric – Kate… puede que me llames cabezón por enésima vez pero creo que mi plan sigue siendo válido y esto ha sido un… obstáculo en el camino.
Kat - ¿Obstá…? Richard… estoy de acuerdo contigo en que no podemos quedarnos aquí durante mucho tiempo más. Temo poner las vidas de Mark y Tom en peligro después de ayudarnos tanto, pero…
Ric - ¿Pero que…?
Kat – No se si es buena idea seguir huyendo… quizás deberíamos entregarnos a la policía y…
Ric - ¿Y? Que nos maten en la cárcel… o en el camino a ella… o… Kate sabes que esa gente esta en todos lados y entregarnos sería ahora mismo nuestra sentencia…
Kat – Ya lo se. Pero tiene que haber otra forma para…
Ric – Dime cual… y te seguiré en ello. Pero no la tienes, reconócelo… de verdad ¿Qué es lo que temes?
Kat – Estas convaleciente… hace apenas unos días aún tenías unas décimas de fiebre cada vez que llegaba la tarde y quieres que nos embarquemos en un velero rumbo a Europa en un viaje de días por el Atlántico sin…
Ric – Se que parece una locura pero estamos en verano y la travesía no tiene porque suponer mucho esfuerzo físico por mi parte… además si eres paciente y no la cabezona que…
Kat - ¿Cómo dices?
Ric – Quiero decir… te enseñaré para que me ayudes a llevar el velero.
Kat – De eso no te quepa la menor duda.
Ric - ¿Es eso un sí?
Kat – Es un… esta bien… pero al menos estemos aquí una semana mas para que la recuperación sea mas evidente… y come.
Ric – De acuerdo. Lo hacemos así…yo prometo comer todo lo que me pongas encima de la mesa durante una semana y si empiezo a recuperarme mejor cuando pase la semana hablaremos con Mark y nos iremos hasta Halifax para coger el barco como teníamos planeado…
Kat – Trato hecho. Pero a Mark no le va a gustar.
Ric – Tú le convencerás con esa labia que tienes.
Kat – No me adules… no me adules.
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Menos mal que esta mejor!!!! Es que Kate es su enfermera!!!
Pero como quedaron ellos ante la policia? Como asesinos???? Ella lo hizo en defensa propia
Sigueloooo
Pero como quedaron ellos ante la policia? Como asesinos???? Ella lo hizo en defensa propia
Sigueloooo
silvanalino- Escritor - Policia
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Jajajaja, muy bueno, continua
Pronto
Pronto
chelcas- Escritor - Policia
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KBCAlways- As del póker
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
No me duele lo que te pasó, sino la guasa que te quedó.
Menudo petardo Castle convaleciente, claro que yo me plantaba la cofia y sacaba el maletín de enfermera de la Srta. Pepis y lo cuidaba gustosa
Menudo petardo Castle convaleciente, claro que yo me plantaba la cofia y sacaba el maletín de enfermera de la Srta. Pepis y lo cuidaba gustosa
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
jajaja estoy con Cata Castillo, Castle convaleciente es genial
mery_caskett- Actor en Broadway
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
castle es aun mas niño enfermito me encanta jajjjajajaja sigue te esta kedando de rechupete
castleaddict- As del póker
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
De nuevo muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Antes de que leais el capitulo de hoy confesaros que no tengo ni la mas remota idea de que como diablos se maneja un barco. Soy de las que se marean hasta con una cosa de esas que la llevas con los pies en el agua y de las que si le asfaltasen la playa sería feliz porque odio la arena po to el cuerpo y las pocas veces que he viajado en un avioin casi hago lo del anterior papa (besar tierra firme)... lo se... lo se... soy un bicho raro que le voy a hacer. Si cometo errores garrafales en la direccion de un barco lo siento para los entendidos en la materia. Despues de tanta tonteria por mi parte hay va el siguiente capitulo de la historia.
Capitulo 7
Mar – Siempre le había dicho a tu padre que estabas un poco loca. Pero es que el escritor esta peor que tú.
Kat – Por favor Mark, no lo hagas más difícil. Tenemos que irnos… no queremos poneros a ti y a Tom…
Mar - ¿No podéis investigar esos documentos aquí mientras que ese cabezota de hombre que tienes como compañero se recupera?
Kat – Mientras más lejos estemos de los Estados Unidos para investigar el caso, más seguros estaremos. Seguramente tendremos que buscar algunas cosas por Internet y… aquí seria más fácil localizarnos que al sito donde vamos…
Mar – El cual no quiero saber… por supuesto. Pero escúchame atentamente. Continúa con las curas diarias… no le consientas hacer esfuerzos físicos muy continuados ni violentos… y eso incluye… ya sabes…
Kate se ruborizo ante las palabras de Mark y el viejo doctor sonrió avergonzado.
Mar – Te suministraré algo de suero… has aprendido lo suficiente para saber como abrir una vía por si hubiese algún problema o contratiempo en alta mar… de todas formas te escribiré las instrucciones en una libreta.
Un par de días después un Richard Castle que había adelgazado unos diez kilos en aquel último mes y lucía una espesa barba y un pelo más largo de lo habitual y una Catherine Beckett que se había recortado el cabello y lucía unas gafas de sol y unas zapatillas planas muy lejos de los tacones que solía utilizar estaban dispuestos a marchar de nuevo hacia Halifax en la vieja ranchera de Mark. El doctor les había proporcionado el dinero suficiente para los gastos que les podrían surgir por el camino y Castle hablaba con él mientras Kate y Tom terminaban de meter todas las cosas en la ranchera.
Ric – Si salimos de esta le devolveré el dinero en cuanto volvamos a Nueva York.
Mar – Eso… por supuesto.
Castle sonrió ante las palabras del doctor y le dio un fuerte y sincero apretón de manos.
Mar – Tengan mucho cuidado los dos ahí fuera.
Ric – Lo tendremos. Esta… experiencia creo que nos ha hecho a los dos lo suficientemente precavidos para que esto no se vuelva a repetir.
Mar – Es usted una persona… muy peculiar. ¿Quiere que le hable en confianza?
Ric – Por supuesto.
Mar – Conozco a Kate desde que nació. Hasta que ocurrió lo de su madre era una chica alegre, inteligente, aventurera, un poco loca… después todo eso se acabo. No se como lo ha hecho…
Ric - ¿Hacer que?
Mar – Usted le ha devuelto la sonrisa.
Castle se ruborizó ante las palabras de Mark y miro hacia donde Kate y Tom se encontraban.
Ric – Yo… no he hecho nada. Estaba ahí… es Kate la que lo ha cambiado y transformado todo. Yo tampoco soy… el mismo.
Mark se quedo mirando al escritor y pudo comprobar que a pesar de que éste pareciese un hombre extrovertido y algo superficial en realidad no lo era…
Mar – Cuide de ella.
Ric – Lo haré. Se lo prometo. Y de nuevo muchas gracias por todo.
Una vez se despidieron del doctor y de su hijo salieron para Halifax en la ranchera. Mientras Kate conducía Castle observaba el paisaje… con cierto aire de preocupación.
Kat - ¿Vas bien?
Ric – Por enésima vez desde que hemos salido. Estoy bien… no te preocupes por mí. Ahora nuestra mayor preocupación es que cuando lleguemos a Halifax el Alexis V esté en el muelle y no haya nada sospechoso esperándonos.
Kat - ¿Tú eras el optimista en esta aventura? ¿Recuerdas?
Castle se volvió hasta ella y le dio una dulce beso en la mejilla.
Ric – Y lo soy. Pero tengo una cicatriz de varios centímetros para siempre en mi pecho que me recuerda que debo ser un poquito… precavido.
Cuando llegaron a Saint John se dirigieron hasta el puerto para coger el ferry y cruzar hasta Nueva Escocia. Nada extraño ocurrió durante el trayecto hasta la provincia y una vez allí comieron en un restaurante antes de coger el coche de nuevo hasta Halifax. Cuando llegaron hasta la capital y primera ciudad de la provincia de Nueva Escocia Kate pudo observar como Castle se iba emocionando cada vez más.
Ric – El barco te va a encantar… estaremos muy cómodos durante toda la travesía, aunque supongo que tendremos que limpiar bastantes telarañas… pero lo haremos después de zarpar. Parece que el viento es favorable y tendremos una cómoda salida… ahora iremos a una tienda donde… no mejor ahí no porque allí me conocen y pueden…
Kat – Para… para… ¿Se puede saber que mosca te ha picado?
Ric – Perdona, es que… estoy emocionado. ¿Nunca has…?
Kat – La verdad es que… no. Bueno con mis padres de pequeña recuerdo que alguna vez dimos algún paseo por Nueva York en barco con algunos amigos de mi madre… pero mis padres han sido siempre más de montaña y…
Después de parar en una tienda donde Castle se encargo de la intendencia que a Kate le pareció desmesurada… los dos se fueron acercando al muelle.
Ric – ¡Ahí esta! ¿Lo ves? Entre ese tan grande y…
Kat – Si… es precioso Richard. ¿Cuánto tiempo crees que tardaremos?
Ric - No lo se. Aunque si todo marcha mas o menos con normalidad y sin ningún contratiempo en diez días o dos semanas estaremos en Inglaterra.
Cuando llegaron hasta el barco Kate hizo ademán de entrar en él, pero Castle le detuvo suavemente con las manos.
Ric – Alto ahí… jovencita.
Kat – ¿Qué pasa ahora?
Castle se puso en medio… entre ella y el barco y ceremoniosamente alzo su mano derecha.
Ric – Tienes que hacer un juramento.
Kat - ¡Oh, por favor!
Ric – No, no, no… no entras. Este es mi… mi barco, y yo soy su capitán.
Kat – Bla, bla, bla…
Ric – No se ría de este momento grumete que es muy serio.
Kat - ¿Cómo me has llamado?
Ric – Eje… gru… grumete. Quiero un juramento de que una vez dentro del barco me harás caso en todo lo que te pida en cuanto al funcionamiento y las decisiones importantes sobre el mismo. No quiero insubordinaciones ni cabezonerías por tu parte. Sin rechistar y sin llevarme la contraria en cada decisión que tome…
Kat – Pero tengo que ayudarte… estas convaleciente…
Ric – Eso ya lo se y me ayudarás… pero con tranquilidad… yo tendré que enseñarte poco a poco… no quieras saberlo todo en un día.
Kat – Vale… bueno… de acuerdo.
Ric – Tu mano derecha. Álzala…
Kat -¡Jesús! Pero esto hace falta. Está bien.
Ric – Prometo solemnemente…
Kat – Prometo solemnemente…
Una vez terminado el juramento Castle consintió en que de una vez por todas Kate entrara en el barco.
Ric – Esta es la vela mayor… esta es la proa…
Kat – Que no haya navegado… no significa que sea una ignorante. Las partes del barco más o menos las conozco. ¿Zarpamos de una vez o no?
Ric – Si… me pondré al timón… solo izaré la dos velas menores… la mayor no hace falta porque no hay mucho viento. Abajo encontrarás una pequeña cocina – comedor, dos habitaciones y un cuarto de baño. Si no te importa…
Kat – Iré colocando todo en su sitio. Y tú me llamas si hago falta…
Ric – Que si… que si.
Desde que Castle puso un pie en el barco Kate pudo comprobar lo emocionado que el escritor parecía encontrarse con todo aquello… parecía un niño… pero también reconoció que se desenvolvía con una increíble habilidad por todo el barco… sabía lo que hacía… y empezó a sentirse muy segura allí. Aunque durante un par de veces Castle hizo un gesto de dolor al izar las velas… se sentía bien al aire libre y no tardo mucho en sacar el barco y comenzó a navegar en alta mar. Cuando Kate subió de nuevo se sorprendió al ver lo lejos que ya comenzaban a encontrarse del puerto…
Kat - ¿Pero ya hemos…? Podías haberme avisado…
Ric – Yo… lo siento… no pensaba que te gustara…
Kat – No es por eso… es por ayudarte.
Ric – No empecemos… estoy bien… de verdad. Eso si… ¿Podrías hacer algo por mí… grumete?
Kat – Humm… ¿Qué?
Ric – La cena… este ajetreo me ha dado un hambre canina.
Kate se acerco hasta Castle y le dio un suave y tierno beso en los labios… a la vez que cogía sus partes pudendas con…
Ric – Kate… Kate ¿Qué… haces?
Kat - ¿Cómo me llamo yo?
Ric – Grum… ¡Ahhhh! Kate… Kate… detecti… ex – detective Kate Beckett… por favor… que me dejas eunuco.
Kate volvió a soltar a Castle y sonrío picaronamente…
Kat – Yo he hecho un juramento e… intentaré cumplirlo. Pero como me vuelvas a llamar grumete te corto… y te dejo voz de soprano… para toda la vida… ¿Capisci?
Ric – Yo… si… capisci.
Kate le volvió a dar un profundo y tierno beso y volvió a bajar para hacer la cena mientras Castle suspiraba con fuerza y se tocaba… uff… esta vez ha estado cerca… muy cerca… es una pena… con la bonita fantasía sexual que el tenía para un capitán y su… grumete. Pero con esa mujer…
CONTINUARA…
Capitulo 7
Mar – Siempre le había dicho a tu padre que estabas un poco loca. Pero es que el escritor esta peor que tú.
Kat – Por favor Mark, no lo hagas más difícil. Tenemos que irnos… no queremos poneros a ti y a Tom…
Mar - ¿No podéis investigar esos documentos aquí mientras que ese cabezota de hombre que tienes como compañero se recupera?
Kat – Mientras más lejos estemos de los Estados Unidos para investigar el caso, más seguros estaremos. Seguramente tendremos que buscar algunas cosas por Internet y… aquí seria más fácil localizarnos que al sito donde vamos…
Mar – El cual no quiero saber… por supuesto. Pero escúchame atentamente. Continúa con las curas diarias… no le consientas hacer esfuerzos físicos muy continuados ni violentos… y eso incluye… ya sabes…
Kate se ruborizo ante las palabras de Mark y el viejo doctor sonrió avergonzado.
Mar – Te suministraré algo de suero… has aprendido lo suficiente para saber como abrir una vía por si hubiese algún problema o contratiempo en alta mar… de todas formas te escribiré las instrucciones en una libreta.
Un par de días después un Richard Castle que había adelgazado unos diez kilos en aquel último mes y lucía una espesa barba y un pelo más largo de lo habitual y una Catherine Beckett que se había recortado el cabello y lucía unas gafas de sol y unas zapatillas planas muy lejos de los tacones que solía utilizar estaban dispuestos a marchar de nuevo hacia Halifax en la vieja ranchera de Mark. El doctor les había proporcionado el dinero suficiente para los gastos que les podrían surgir por el camino y Castle hablaba con él mientras Kate y Tom terminaban de meter todas las cosas en la ranchera.
Ric – Si salimos de esta le devolveré el dinero en cuanto volvamos a Nueva York.
Mar – Eso… por supuesto.
Castle sonrió ante las palabras del doctor y le dio un fuerte y sincero apretón de manos.
Mar – Tengan mucho cuidado los dos ahí fuera.
Ric – Lo tendremos. Esta… experiencia creo que nos ha hecho a los dos lo suficientemente precavidos para que esto no se vuelva a repetir.
Mar – Es usted una persona… muy peculiar. ¿Quiere que le hable en confianza?
Ric – Por supuesto.
Mar – Conozco a Kate desde que nació. Hasta que ocurrió lo de su madre era una chica alegre, inteligente, aventurera, un poco loca… después todo eso se acabo. No se como lo ha hecho…
Ric - ¿Hacer que?
Mar – Usted le ha devuelto la sonrisa.
Castle se ruborizó ante las palabras de Mark y miro hacia donde Kate y Tom se encontraban.
Ric – Yo… no he hecho nada. Estaba ahí… es Kate la que lo ha cambiado y transformado todo. Yo tampoco soy… el mismo.
Mark se quedo mirando al escritor y pudo comprobar que a pesar de que éste pareciese un hombre extrovertido y algo superficial en realidad no lo era…
Mar – Cuide de ella.
Ric – Lo haré. Se lo prometo. Y de nuevo muchas gracias por todo.
Una vez se despidieron del doctor y de su hijo salieron para Halifax en la ranchera. Mientras Kate conducía Castle observaba el paisaje… con cierto aire de preocupación.
Kat - ¿Vas bien?
Ric – Por enésima vez desde que hemos salido. Estoy bien… no te preocupes por mí. Ahora nuestra mayor preocupación es que cuando lleguemos a Halifax el Alexis V esté en el muelle y no haya nada sospechoso esperándonos.
Kat - ¿Tú eras el optimista en esta aventura? ¿Recuerdas?
Castle se volvió hasta ella y le dio una dulce beso en la mejilla.
Ric – Y lo soy. Pero tengo una cicatriz de varios centímetros para siempre en mi pecho que me recuerda que debo ser un poquito… precavido.
Cuando llegaron a Saint John se dirigieron hasta el puerto para coger el ferry y cruzar hasta Nueva Escocia. Nada extraño ocurrió durante el trayecto hasta la provincia y una vez allí comieron en un restaurante antes de coger el coche de nuevo hasta Halifax. Cuando llegaron hasta la capital y primera ciudad de la provincia de Nueva Escocia Kate pudo observar como Castle se iba emocionando cada vez más.
Ric – El barco te va a encantar… estaremos muy cómodos durante toda la travesía, aunque supongo que tendremos que limpiar bastantes telarañas… pero lo haremos después de zarpar. Parece que el viento es favorable y tendremos una cómoda salida… ahora iremos a una tienda donde… no mejor ahí no porque allí me conocen y pueden…
Kat – Para… para… ¿Se puede saber que mosca te ha picado?
Ric – Perdona, es que… estoy emocionado. ¿Nunca has…?
Kat – La verdad es que… no. Bueno con mis padres de pequeña recuerdo que alguna vez dimos algún paseo por Nueva York en barco con algunos amigos de mi madre… pero mis padres han sido siempre más de montaña y…
Después de parar en una tienda donde Castle se encargo de la intendencia que a Kate le pareció desmesurada… los dos se fueron acercando al muelle.
Ric – ¡Ahí esta! ¿Lo ves? Entre ese tan grande y…
Kat – Si… es precioso Richard. ¿Cuánto tiempo crees que tardaremos?
Ric - No lo se. Aunque si todo marcha mas o menos con normalidad y sin ningún contratiempo en diez días o dos semanas estaremos en Inglaterra.
Cuando llegaron hasta el barco Kate hizo ademán de entrar en él, pero Castle le detuvo suavemente con las manos.
Ric – Alto ahí… jovencita.
Kat – ¿Qué pasa ahora?
Castle se puso en medio… entre ella y el barco y ceremoniosamente alzo su mano derecha.
Ric – Tienes que hacer un juramento.
Kat - ¡Oh, por favor!
Ric – No, no, no… no entras. Este es mi… mi barco, y yo soy su capitán.
Kat – Bla, bla, bla…
Ric – No se ría de este momento grumete que es muy serio.
Kat - ¿Cómo me has llamado?
Ric – Eje… gru… grumete. Quiero un juramento de que una vez dentro del barco me harás caso en todo lo que te pida en cuanto al funcionamiento y las decisiones importantes sobre el mismo. No quiero insubordinaciones ni cabezonerías por tu parte. Sin rechistar y sin llevarme la contraria en cada decisión que tome…
Kat – Pero tengo que ayudarte… estas convaleciente…
Ric – Eso ya lo se y me ayudarás… pero con tranquilidad… yo tendré que enseñarte poco a poco… no quieras saberlo todo en un día.
Kat – Vale… bueno… de acuerdo.
Ric – Tu mano derecha. Álzala…
Kat -¡Jesús! Pero esto hace falta. Está bien.
Ric – Prometo solemnemente…
Kat – Prometo solemnemente…
Una vez terminado el juramento Castle consintió en que de una vez por todas Kate entrara en el barco.
Ric – Esta es la vela mayor… esta es la proa…
Kat – Que no haya navegado… no significa que sea una ignorante. Las partes del barco más o menos las conozco. ¿Zarpamos de una vez o no?
Ric – Si… me pondré al timón… solo izaré la dos velas menores… la mayor no hace falta porque no hay mucho viento. Abajo encontrarás una pequeña cocina – comedor, dos habitaciones y un cuarto de baño. Si no te importa…
Kat – Iré colocando todo en su sitio. Y tú me llamas si hago falta…
Ric – Que si… que si.
Desde que Castle puso un pie en el barco Kate pudo comprobar lo emocionado que el escritor parecía encontrarse con todo aquello… parecía un niño… pero también reconoció que se desenvolvía con una increíble habilidad por todo el barco… sabía lo que hacía… y empezó a sentirse muy segura allí. Aunque durante un par de veces Castle hizo un gesto de dolor al izar las velas… se sentía bien al aire libre y no tardo mucho en sacar el barco y comenzó a navegar en alta mar. Cuando Kate subió de nuevo se sorprendió al ver lo lejos que ya comenzaban a encontrarse del puerto…
Kat - ¿Pero ya hemos…? Podías haberme avisado…
Ric – Yo… lo siento… no pensaba que te gustara…
Kat – No es por eso… es por ayudarte.
Ric – No empecemos… estoy bien… de verdad. Eso si… ¿Podrías hacer algo por mí… grumete?
Kat – Humm… ¿Qué?
Ric – La cena… este ajetreo me ha dado un hambre canina.
Kate se acerco hasta Castle y le dio un suave y tierno beso en los labios… a la vez que cogía sus partes pudendas con…
Ric – Kate… Kate ¿Qué… haces?
Kat - ¿Cómo me llamo yo?
Ric – Grum… ¡Ahhhh! Kate… Kate… detecti… ex – detective Kate Beckett… por favor… que me dejas eunuco.
Kate volvió a soltar a Castle y sonrío picaronamente…
Kat – Yo he hecho un juramento e… intentaré cumplirlo. Pero como me vuelvas a llamar grumete te corto… y te dejo voz de soprano… para toda la vida… ¿Capisci?
Ric – Yo… si… capisci.
Kate le volvió a dar un profundo y tierno beso y volvió a bajar para hacer la cena mientras Castle suspiraba con fuerza y se tocaba… uff… esta vez ha estado cerca… muy cerca… es una pena… con la bonita fantasía sexual que el tenía para un capitán y su… grumete. Pero con esa mujer…
CONTINUARA…
amnigl- Autor de best-seller
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Localización : Córdoba
Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Me muero como la llama a ella!!! Esta chica si que odia mas lo sobrenombres que yo!!!
Muy buenooo, espero que puedan llegar bien
Muy buenooo, espero que puedan llegar bien
silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Estupendo, ya iniciamos la travesía.
Me llama la atención que no sabemos que inventarnos para que Castle adelgace, que si secuestros, disparos, puñaladas.
Nathan Fillion debería leer estos fics y ponerse las pilas con su figura porque me veo a una horda de fans españolas locas queriendo hacerle mucha pupa para que adelgace de una pajolera vez.
Vamos a tener que decirle a Carmen Sevilla, que lo amadrine en la Clínica Buchinger y así de paso lo tenemos unos días por Marbella.
Me llama la atención que no sabemos que inventarnos para que Castle adelgace, que si secuestros, disparos, puñaladas.
Nathan Fillion debería leer estos fics y ponerse las pilas con su figura porque me veo a una horda de fans españolas locas queriendo hacerle mucha pupa para que adelgace de una pajolera vez.
Vamos a tener que decirle a Carmen Sevilla, que lo amadrine en la Clínica Buchinger y así de paso lo tenemos unos días por Marbella.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
me ha encantado continuaa
anaforo- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Que conste en acta que yo siempre he sido la que ha defendido que a mi Nathan me parece maravilloso mas gordo, mas flaco, mas como lo que el quiera y que si adelgaza en mis historias es por simple logica (aunque quizas Cata tengas algo de razon y mi subconsciente me traiciona)
Eso si lo de la clinica de la Carmen Sevilla me parece perfecto, donde hay que apuntarlo (a el a mi no me hace falta jeje) y me voy to el verano a casa de mi hermana que vive en Marbella y le enseñamos la Costa del Sol y to eso.
Eso si lo de la clinica de la Carmen Sevilla me parece perfecto, donde hay que apuntarlo (a el a mi no me hace falta jeje) y me voy to el verano a casa de mi hermana que vive en Marbella y le enseñamos la Costa del Sol y to eso.
amnigl- Autor de best-seller
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Me gusta mucho grumete
alwaysloveCaskett- Policia de homicidios
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
amnigl escribió:Que conste en acta que yo siempre he sido la que ha defendido que a mi Nathan me parece maravilloso mas gordo, mas flaco, mas como lo que el quiera y que si adelgaza en mis historias es por simple logica (aunque quizas Cata tengas algo de razon y mi subconsciente me traiciona)
Eso si lo de la clinica de la Carmen Sevilla me parece perfecto, donde hay que apuntarlo (a el a mi no me hace falta jeje) y me voy to el verano a casa de mi hermana que vive en Marbella y le enseñamos la Costa del Sol y to eso.
Que conste que a mi también me gusta tal cual, y que quitando algunas fotos en que más que gordo, lo veo hinchado, como abotargado (he llegado a pensar en algun tipo de tratamiento médico o algo así, porque a pesar de que ha engordado últimamente, le veo que cambia de peso y hay veces que parece más delgado que otras), siempre me parece un tío tremendamente atractivo, es más, en algunas fotos que sale de muy jovencito y canijillo no me gusta tanto (será que no tengo madera de asaltacunas).
Pero me ha llamado la atención, porque yo también lo he adelgazado en mis historias, lógicamente por necesidades del guión.
Si consigues que vaya a la Costa del Sol, traételo de paseo a la Costa de la Luz que tampoco tiene desperdicio.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Una huida desesperada (Capitulo 25). FINAL.
Cata Castillo escribió:amnigl escribió:Que conste en acta que yo siempre he sido la que ha defendido que a mi Nathan me parece maravilloso mas gordo, mas flaco, mas como lo que el quiera y que si adelgaza en mis historias es por simple logica (aunque quizas Cata tengas algo de razon y mi subconsciente me traiciona)
Eso si lo de la clinica de la Carmen Sevilla me parece perfecto, donde hay que apuntarlo (a el a mi no me hace falta jeje) y me voy to el verano a casa de mi hermana que vive en Marbella y le enseñamos la Costa del Sol y to eso.
Que conste que a mi también me gusta tal cual, y que quitando algunas fotos en que más que gordo, lo veo hinchado, como abotargado (he llegado a pensar en algun tipo de tratamiento médico o algo así, porque a pesar de que ha engordado últimamente, le veo que cambia de peso y hay veces que parece más delgado que otras), siempre me parece un tío tremendamente atractivo, es más, en algunas fotos que sale de muy jovencito y canijillo no me gusta tanto (será que no tengo madera de asaltacunas).
Pero me ha llamado la atención, porque yo también lo he adelgazado en mis historias, lógicamente por necesidades del guión.
Si consigues que vaya a la Costa del Sol, traételo de paseo a la Costa de la Luz que tampoco tiene desperdicio.
¡Ay hija! ¿Y como me lo traigo para aca? Si tuvieramos una varita magica. Yo tambien he llegado a pensar muchas veces que el tema de Nathan debe ser algún problema de tiroides y medicacin porque incluso en el mismo capitulo parece mas gordo, mas delgado, con mas bolsas (que las ha tenido practicamente siempre) con menos... eso si hay una cosa que si tiene y las ha tenido siempre ¡TETAS! Solo hay que ver Firefly y Serenity para dar cuenta de ellas y el mismo ya lo dijo en el capitulo del cementerio cuando lo de Royce (jeje). Por ciero aprovechando que el pisuerga pasa por valladolid aconsejo a todos/as los miembros del foro que no han visto ni Firefly ni Serenity que lo hagan este verano. Quizas sea ese mi problema, que al pobre de Mal le pasaba de todo en 14 episodios y una pelicula y... estaba tan guapo (Pero que mala soy). Hay gente que ha visto los capitulos en ingles subtitulado pero yo incluso me los llegue a descargar de una pagina en latino (no me pregunteis cual porque no me acuerdo) y una vez te acostumbras esta bien. Pero que chapa os he contado.
amnigl- Autor de best-seller
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