(¿+18?) Continuación de La Tormenta

Skyscraper escribió:Dios el próximo espero esperarlo con muchisima impaciencia, que me temo que va a ser un muy buen capitulo de los tuyos "tu ya me entiendes" JAJAJAJAJAJA
Bueno que voy a seguir un poco dando la lata hasta leerlo, fabuloso este con nervios de saber que sucedera a continuacion

maria_cs escribió:

Skyscraper escribió:Dios el próximo espero esperarlo con muchisima impaciencia, que me temo que va a ser un muy buen capitulo de los tuyos "tu ya me entiendes" JAJAJAJAJAJA
Bueno que voy a seguir un poco dando la lata hasta leerlo, fabuloso este con nervios de saber que sucedera a continuacion

dios! con la ola de calor del viento sahariano y todavía quieres subir mas las temperaturas??? eres insaciable eh?? XDD

GRACIAS A TODOS POR LEER!!!

maria_cs escribió:

Espero que os guste, me he divertido mucho haciéndolo. Se lo dedico a mi hermano, feliz cumpleaños =)

CAPITULO 12

-¿Cómo has podido hacerme esto?...
-Yo… lo siento… no sé que me ha pasado… estoy tan… cansado…
-Tú y yo siempre hemos sido un equipo… siempre hemos estado de acuerdo…
-No te volveré a fallar… te lo juro…
-Ya no puedo confiar en ti…
-No me digas eso…

(Unas horas antes)

Estaba esperando en el pasillo, impaciente. A su lado Esposito intentaba calmarla.

-Vamos Beckett, se pondrá bien.
-Lo voy a matar.
-Tú eres la que dice que son buenos… ha sido un accidente.
-¿Un accidente?, ¿Qué clase de inútil lleva su pistola en el pantalón sin seguro?
-A mi detective…, pero está tan avergonzado…
-Mas lo va estar… voy a tenerlo haciendo papeleo hasta que me jubile.
-Ya está. –Lanie sonrió, Beckett entró en el laboratorio, donde Castle, con una venda en la parte superior del brazo, se estaba vistiendo. Se acercó a él y lo ayudó. -¿Cómo estás?
-¡Bah!, no ha sido nada, solo me ha rozado, no te preocupes. Lanie me la ha desinfectado y mañana me tengo que cambiar el vendaje, nada más.
-Si te hubiera…
-¡Eh!, he sobrevivido a una cuchillada y a un disparo, bueno con este tres, soy inmortal, no te preocupes. –Ella lo miró exasperada, Castle acarició suavemente su rostro y murmuró un estoy bien, te quiero.

-Vámonos a casa, necesito que este día termine de una vez.

Cuando llegaron a casa Sarah y Ryan se echaron a los brazos de su padre, que gimió dolorido. Alexis lo miró intentando disimular una sonrisa.

-¿En serio?, ¿te ha disparado un detective papá?
-Hola, estoy bien, gracias por preguntar. –La pelirroja se rio y se acercó, dándole un beso en la mejilla. –Te quiero papá.
-Y yo a ti. Me falta una princesita, ¿Dónde está Lucía?
-Bueno… fue llegar a casa y ponerse a buscar el anillo de Kate por toda la casa… y aun sigue. –Beckett miró a su hijastra y fue al dormitorio, donde oía a su hija revolver. La niña estaba metida debajo de la cama, solo asomaban sus pies. Se metió debajo con ella.

-Hola cielo.
-Mami…-La pequeña tenía lágrimas en la cara.
-Me ha dicho Alexis que llevas un buen rato buscando.
-Si… pero no está… -Murmuró.
-Bueno… no pasa nada cariño, mañana buscaremos las dos juntas, ¿vale?, ahora vamos con papá.
-No, yo voy a seguir buscando. –Dijo, testaruda.

La capitana acarició con ternura la carita de su niña. –Cielo esta mañana estaba muy enfadada, ese anillo es muy importante para mí, pero no más que tu. Mañana buscaremos juntitas y seguro que lo encontramos, venga, salgamos de aquí. –Llevó a la niña de la mano hasta el salón. Lucía abrazó a su padre, que volvió a gemir. –Niños, tened cuidado con papá, le podéis hacer daño.

Unas horas después Castle y Beckett estaban sentados en el sofá, mirando una película. El escritor se incorporó y la miró a los ojos. –Kate, dime una cosa, ¿Por qué se te ha pasado tan rápido el enfado con Lucía?
-Bueno… antes cuando te oí gritar por lo del disparo, se me saltó el corazón del pecho… no he podido evitar pensar en todo lo que hemos sufrido y… aunque el anillo de mi madre es muy importante para mí, es un recuerdo, vosotros estáis aquí, sois mi familia, sois lo que más quiero en este mundo, más que cualquier anillo… y después de ver a nuestra hija bajo la cama, con una pelusa en el pelo, buscando desesperada me he dicho a mí misma, ¿de verdad estas tan enfadada con ella? –Castle la miró y acercó su rostro al suyo, tomándola delicadamente de la nuca, se miraron a los ojos, era increíble como después de siete años juntos seguían brillándoles de esa manera, besó la comisura de su boca, despacio, disfrutando del momento y la besó. Comenzó lento, pero se volvió apasionado, llevaban mucho tiempo sin hacer el amor como a ellos más les gustaba, sin prisas, tranquilos, disfrutando el uno del otro, regalándose besos y caricias, mirándose a los ojos. Beckett se levantó y le ofreció su mano, allí en la habitación, desnudó lentamente al escritor, pero lo miró preocupada. –Rick… tú brazo…
-Shhh, estoy bien, solo, tomémoslo con calma. –Ella asintió y se sentó a horcajadas sobre él, rozando su pelvis con la suya. Castle suspiró. Fue besándolo, en el cuello, en el torso, bajando lentamente, acariciando su miembro con sus manos, pero…

-¿Cómo has podido hacerme esto?...
-Yo… lo siento… no sé que me ha pasado… estoy tan… cansado…
-Tú y yo siempre hemos sido un equipo… siempre hemos estado de acuerdo…
-No te volveré a fallar… te lo juro…
-Ya no puedo confiar en ti…
-No me digas eso…
-Rick, cariño, ¿estás bien? –Beckett lo llamó, preocupada, llevaba en el baño mas de cuarto de hora.
-Me tocaba con esas manos, tan suaves, pero no sé que me ha pasado… dame otra oportunidad…
-¿Acaso te he tratado mal?, ¿es que tienes quejas sobre mi?
-¡No!, siempre me has atendido como me merezco…
-Entonces… ¿Por qué? –Beckett se acercó a él. –Vamos cielo, no pasa nada, no te preocupes. Ha sido un día agotador…
-Yo… lo siento Kate, debo de estar cansado…
-No importa, vamos, ven a la cama, no le des más vueltas. –Lo miró cariñosamente. El la malinterpretó. –No me mires asi.
-¿Asi como?
-Con lástima. –Dijo y fue hasta la cama, malhumorado.
-No digas tonterías, no te miro de ninguna manera, no siento ninguna lástima hacia ti. Esto es normal, Rick, le pasa a muchos hombres.
-¿Normal? ¿A muchos hombres?, a mi no me había pasado jamás, jamás.
-Bueno… te han disparado.
-Solo me han rozado. –Objetó.
-Pero el susto te lo has llevado igual y ayer lo hicimos de forma tan apasionada...
-¿Y qué?, ¿desde cuándo es eso impedimento para mí?
-Rick… por favor, estas sacando esto de quicio, seguro que no vuelve a pasar, vamos a dormir, por favor.
-¿Y si vuelve a pasar?
-Rick…
-No, contesta, ¿qué pasa si me vuelve a pasar?
-Pues pediremos ayuda…
-¿Ayuda?
-Hay médicos que tratan esos problemas…
-¿Médicos?, no pienso decirle a ningún extraño que mi… mi… ha dejado de ser el Empire State y ha pasado a ser como la Torre de Piza.
-Rick, por favor, no digas más tonterías. Los médicos te pueden ayudar.
-¿Ayudar? O sea, que tengo un problema, ¿no?
-¡Yo no he dicho eso!, solo digo que si lo tuvieras tendría solución,
-O me podría tomar una pastilla, ¿no?, ¡como un viejo!
-Rick, hay muchos hombres de tu edad que toman viagra. –Castle la miró furibundo. Se puso los bóxers y el pantalón del pijama y cogió su almohada.
-¿Pero a dónde vas?
-¡A dormir al sofá!
-Rick ¿hablas en serio?
-Muy en serio, mira que llamarme viejo… -Masculló entre dientes.
-¡Rick! –Se dejó caer en la cama, cabreada. –Serás idiota. –Murmuró.
-¿En serio me ves como la torre de Piza?...
-¡Calla, inútil!, ¡mira la que me has montado!