Sorpresas - Capítulo 13 - Final
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Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Es muy triste, pero muy buena historia
Ahora que se acerquen Castle y Beckett y tengan sus propios hijos.
Pero poniendo mi mente en modo telenovelesco, esa enfermera me pareció sospechosa, y tal vez Josh esté detrás de esto y le hagan creer a Beckett que su hijo murió para en realidad robarselo, ¿Suena muy culebrón verdad?
Ahora que se acerquen Castle y Beckett y tengan sus propios hijos.
Pero poniendo mi mente en modo telenovelesco, esa enfermera me pareció sospechosa, y tal vez Josh esté detrás de esto y le hagan creer a Beckett que su hijo murió para en realidad robarselo, ¿Suena muy culebrón verdad?
casbeckiss- Ayudante de policia
- Mensajes : 96
Fecha de inscripción : 15/01/2011
Edad : 41
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Gracias por seguir traduciendo. Hay una gran diferencia entre leerlo bien o en el traductor de google . Me gusta mucho este fic, es uno de los pocos que me tienen enganchada. Gracias de nuevo. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Definitivamente y con mucho pesar, no voy a poder este FIC sobrepasa lo trágico. Aunque me encanta la forma de escribir y describir no puedo con ello.
Invitado- Invitado
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
He estado leyendo esta historia, y me encantaba por lo tierna que era, con ese Castle ejerciendo de padre, aunque el niño no fuese suyo. Pero despues de leer el último capítulo, me ha dado mucha penita de Kate y el pobre bebé. Espero que Castle la ayude a salir de la depresión en la que seguro va a caer.
Muchas gracias por traducir y compartir la historia.
Muchas gracias por traducir y compartir la historia.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
MelaD7- Moderador
- Mensajes : 732
Fecha de inscripción : 27/12/2011
Edad : 34
Capítulo 6
Disculpen la demora en la traducción pero he tenido una semana complicadita. Aquí les dejo el siguiente capi.
1Término original = brunch. Sería una mezcla entre breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo)
CAPÍTULO 6
Ella no quería comer. No quería caminar. No quería estar viva. Quería estar sola, pero Castle nunca se apartó de su lado. Estaba a su lado mientras ella lloraba, mientras ambos lloraban. La sostuvo mientras sus lágrimas disminuian y se convertían en agotamiento. Él sólo salía de la habitación cuando ella dormía. Cuando estaba despierta, estaba allí. Ayer era una mancha negra. Su mundo se estrelló en torno a ella y no se acordaba ni de la mitad. Tendría que permanecer en el hospital mientras la observaban. Estaría en ese infierno por las próximas dos o tres semanas.
Castle le ayudó a sentarse en la silla de ruedas que estaba al lado de su cama. Era la primera vez que iba a salir de su habitación. Los médicos la habían desconectado de sus cables y cordones eléctricos. Tenía un vendaje alrededor de su bajo vientre, donde estaban los puntos de sutura, pero le dejaron ponerse su ropa. Castle trajo un pantalón de chándal de la casa de ella y una de camiseta de él para que no tironeara del vendaje. Llevaba el pelo recogido en un moño desordenado. No estaba planeado que se diera una ducha en el corto plazo. Y si lo hacía, no involucraba su pelo. Él la agarró del brazo y la bajó en el asiento. Sus pies cayeron dentro de los soportes. Estaba débil, en más de un sentido. Su cuerpo dejó que la silla se hiciera cargo. Castle la vio caer lentamente en la silla como si se hubiera dado por vencida.
Salieron de la habitación del hospital sin decir una palabra. El exterior azul pálido del pasillo la perseguía. Las paredes se veían sombrías. Su mundo estaba vacío. Doblaron por un pasillo, más allá de la UCIN (Unidad de Cuidados Intesivos Neonatales), bajando por otro pasillo.
Castle iba despacio. No quería hacer frente a lo que iban a hacer. Pero Kate insistió en que quería ir y él iba a estar ahí para ella, en cada paso del camino. Entró en una gran habitación que antes se usaba para cirugías. Se les permitió utilizarla siempre que quisieran. Nadie necesitaba nada de esa sala, nadie aparte de Kate. Castle detuvo la silla de ruedas frente a la incubadora gigante desconectada que estaba colocada delante de ellos. No estaba a nivel de su vista. Kate tendría que levantarse para ver el interior. Castle no podía mirar. Quería, pero mantuvo los ojos en la parte posterior de la cabeza de Kate. No podía ver su rostro, pero él sabía cómo se veía y se sentía de la misma manera.
"Está bien", dijo Kate en voz baja: "Estoy lista."
Castle puso una mano bajo su brazo y la sostuvo mientras ella se levantaba para ver a su hijo.
Era hermoso. Tenía la cabeza llena de cabello. Marrón oscuro, y perfecto. Una sonrisa asomó en su rostro, no podía evitarlo. Era perfecto. Parecía que estaba durmiendo, envuelto en una cálida manta. Una lágrima escapó de su ojo y actuó como un catalizador para el resto que siguió. No podía controlarlo. Sus ojos se inundaron con las emociones que estaba sintiendo. Metió la mano y tomó su pequeña cabeza en su mano. Le frotó el pelo por primera y última vez.
Castle dio la vuelta y puso sus brazos sobre los hombros de Kate. Era la mujer más fuerte que conocía capaz de hacer esto. Ella le rogó que la llevara a verlo, a su hijo. Quería ver cómo era. Ponerle un rostro al amor que sentía. Los brazos de Castle descansaban a sus costados mientras ella miraba hacia abajo. Sabía que sólo podía manejar esto por un poco más de tiempo.
Su llanto se volvió un sollozo. Se estaba viniendo abajo. No podía permitirse dejar a ese niño atrás. Su pequeño niño. Puso sus brazos alrededor de la caja incubadora. Eso fue todo. No podía soportarlo. ¿Cómo pudo pasarle esto a ella? ¿A él? ¿A ellos? Ellos eran perfectos. Ese era su pequeño niño perfecto. Kate deslizó la tapa de la incubadora, dejando que cayera hacia atrás. Su pequeño cuerpo estaba solo en esa habitación, en esa jaula. Tomó a su hijo en sus brazos y lloró. Lo abrazó contra su pecho. Castle la rodeó para ponerse frente a ella. La vio hacerle frente a todo. Sus lágrimas caían en la sábana alrededor de su niño. Necesitaba esto. Podría ser demasiado para algunos, pero esto es exactamente lo que Kate necesitaba para comenzar a sanar. Pero se estaba haciendo demasiado. Dejó que abrazara a su hijo, pero cuando supiera que había terminado, tenía que hacerlo. La conocía, y sabía cuanto podía manejar.
"Kate", dijo entre lágrimas: "Es tiempo.”
"No, no. ¡Por favor no! Castle, no. No puedo— No puedo dejarlo ir. Me necesita."
Castle tomó el bulto de entre sus brazos, sacándolo de su agarre. Lo puso de nuevo en la cama de la incubadora, y cerró la tapa. Lo hizo tan rápido como pudo, pero con cuidado, porque sabía que tenía que darse vuelta y agarrarla a ella. Kate se desplomó frente a él. Bajó al suelo y lloró con ella. Ella lloraba en sus brazos en el suelo de la habitación. Tenía los ojos cerrados dentro de su camisa mojada. Estaba esperando por él para que la sacara. Sacarla de ese ambiente que ya no podía manejar. No podía hacerlo por si misma. Si fuera por ella se sentaría en esa habitación hasta que finalmente estuviera con su hijo. Él puso un brazo alrededor de ella y el otro debajo de sus piernas y la cargó fuera de la habitación. Dejó la silla de ruedas. Hizo caso omiso de las miradas de la gente en el pasillo. No permitió que las enfermeras la apartaran de él. La dejó quedarse en sus brazos. Cuando regresaron a la habitación la puso en la cama, apagó la luz, y se recostó a su lado. Después de un rato el sollozo se detuvo, y luego lo hizo el llanto. Ella cedió ante su cansancio y se durmió por primera vez.
2 meses después.
Castle, técnicamente, no se había mudado. Seguía viviendo en su casa. Sin embargo, vivir era un término inexacto. Desde el hospital, pasaba todas las noches en el apartamento de Kate. Iba a cenar cada noche. Almuerzo, cuando Kate se lo comía. Ella se quedaba en la cama la mayor parte del tiempo. La había sacado dos veces para que fuera a la tienda de comestibles con él. La sacó para que se arreglara el cabello. Sonrió una vez. Había informado a la peluquería antes de ir y Kate nunca lo supo. Le estaba costando mucho tiempo conseguir más de eso, por lo que significaba que ella estaba luchando, sufriendo, aún más. Ayer había alquilado una película para ellos, algo minúsculo. En realidad no le mportaba, pero consiguió que la viera. Se rió una vez. Era un paso. Progreso. Y eso era todo lo que le importaba. Actualmente era un sábado. Quería sacarla de la casa de nuevo. Tal vez irían a un parque, algo más que ese apartamento. El cuarto del bebé ya no era una habitación para niños. Cuando ella estaba durmiendo se deshizo de la cuna, la cómoda. No las vendió. En su lugar, lo puso dentro de su unidad de almacenamiento, solo por si acaso. No sabía qué hacer con la habitación. Lo único que sabía era que él era el único que entraba en ella. Se levantó esa mañana antes que Kate, algo que ahora ya era cosa habitual. Ella nunca quería salir de la cama. Castle estaba empezando a preocuparse. Estaba viendo a un terapeuta una vez a la semana, pero no iban a ninguna parte. Eran las once y estaba cocinando un desalmuerzo1. La puerta de la habitación de Kate se abrió. Ella salió de su oscuro dormitorio y se apoyó en la mesada.
"¿Qué estás haciendo?"
"Haciendo un desalmuerzo, ¿quieres un poco?"
"En realidad no, creo que solo voy a tomar una ducha y acostarme. Estoy cansada."
Él sabía que había dormido lo suficiente.
"¿Hey Kate?", le preguntó mientras empezaba a alejarse.
"Sí."
"Tengo que ir al parque hoy. ¿Quieres venir?"
"¿Tienes que ir al parque?"
"Está bien, no tengo que ir, pero voy a ir. ¿Puedes venir conmigo? No quiero caminar por allí solo. Esas madres, están por todas partes sobre mí. ¿Qué puedo decir? Soy una presa." dijo Castle con sarcasmo. Una sonrisa se deslizó por un lado de la cara de Kate. Esa leve mejoría llenó a Castle de satisfacción. Estaba llegando a alguna parte.
"Sí, voy a ir. Déjame tomar una ducha."
El sol estaba alto en el cielo. Era primavera y el aire estaba ventoso. La mayoría lo consideraría un día hermoso. Kate se puso unos vaqueros, una perdida de sus habituales pantalones. Llevaba el pelo recogido hacia atrás, pero había hecho algo más. Puso un poco de tiempo a su apariencia. Su cola de caballo estaba hondulada en el extremo y se desviaba por encima de su hombro. Tenía una vieja sudadera y zapatillas de deporte. Estaba mejorando, lentamente, y eso era todo lo que él podía pedir. Decidieron ir a por todas y se aventuraron al Central Park. Cambiaron de escenario de los parques y tiendas cerca de su apartamento.
Caminaron durante horas. Fue perfecto. Cuando el estado de ánimo de Kate decaía, Castle le pasaba un brazo por los hombros y la atraía cerca de él. La comodidad parecía ayudar porque nunca lloraba. Aun cuando se cruzaban a una madre con un cochecito. Miraba al bebé, pero no pasaba nada. Mejoría. Eran las dos de la tarde así que todo el mundo estaba en el parque. Algunas personas estaban de picnics, algunos jugaban a la pelota. Los niños estaban jugando en las rocas gigantes. Había gente en los barcos en el lago. Castle había llevado una pelota de béisbol en un bolso con cosas que había traído, esperando conseguir jugar con ella a las atrapadas. Llegaron a un claro en el pasto y se sentaron.
"Está bien", dijo Castle agarrando su bolso. "Tengo bocadillos, agua, una pelota de béisbol, damas... tú eres la que elige."
"¿No podemos solo quedarnos sentados aquí?" dijo Kate, sus ojos le suplicaba. Se sentía culpable. Ellos la habían salvado a ella antes de salvar a su hijo. Habría muerto agradecida. Ella lo habría preferido. Su hijo tendría una vida. No le había contado a Castle, pero había hecho un testamento y un acuerdo de custodia cuando Josh se fue; cuando supo que iban a ser solo ella y el bebé. Le iba a decir a Castle cuando tuviera al bebé. Iba a decirle que si algo le sucedía a ella, él sería su tutor. Y él lo habría aceptado. Ella lo sabía y él habría sacado adelante a ese bebé. Su hijo habría tendido una vida. No podía estar jugando béisbol o a las damas cuando su hijo no respiraba.
"Esto es lo que podemos hacer. Si jugamos al béisbol por cinco minutos - sólo atrapadas - nada más, entonces podemos volver y sentarnos aquí. Simplemente disfrutando del aire fresco. ¿Trato?" dijo Castle. Él la miró como si fuera una niña. Y a ella no le importaba. Necesitaba que alguien tomara las decisiones por ella.
"De acuerdo, está bien."
Pasaron cinco minutos de agonía. Pero entonces la agonía se volvió aceptación. La aceptación se volvió disfrute. Antes de que Kate se diera cuenta de que se estaba divirtiendo, habían pasado 15 minutos. Estaba sonriendo y riendo. Castle perdió la pelota cuando ella se la lanzó. Un perro la cogió y corrió de vuelta con su dueño. Castle persiguió al perro que estaba buscando a su dueño. Cuando regresó y le lanzó la pelota a Kate, ella le erró.
"¡Rápido, agárrala!" dijo Castle riendo.
Pero no duró mucho. Ella sintió la tristeza entrar sigilosamente, insospechada. Su rostro se convirtió, enojado, pero triste.
"¿Podemos ir a sentarnos ahora?"
"Sí, Kate, podemos ir a sentarnos."
Castle movió su pierna. No quería molestar a la mujer que dormía recostada en su regazo, pero había estado sentado por mucho tiempo. Estaba apoyado contra un árbol, no estaba cansado en lo absoluto. Pero utilizó ese tiempo para observar a la gente. Estaba feliz por una vez, y pensaba que Kate también lo estaba. Tan feliz como pudiera esperar que lo fuera. Se estaba acercando la hora de cenar y quería llevarla a alguna parte. Nada del otro mundo, pero no quería que ese día terminara. Había llegado tan lejos con ella. Había sonreído, incluso reído. Era más de lo que podía haber esperado de la mujer que nunca salía de su habitación. Miró su reloj. Las 5 PM. Sabía que se estaba haciendo tarde. La gente empezaba a dejar el parque. Le apartó el pelo de la cara y se lo colocó detrás de la oreja. Ella se removió ante su tacto, pero no se despertó.
"Kate", dijo mientras le acariciaba el hombro.
Ella despertó después de la tercera vez que dijo su nombre. Se sentó y lo miró. ¿Cuánto tiempo había estado dormida?
"Lo siento por esto."
"¿Sobre qué?"
"Quedarme dormida sobre ti, y me refiero a literalmente sobre ti."
"Está todo bien. Hicimos mucho hoy, está bien. Estaba pensando. Tenemos que encontrar donde cenar. ¿Para qué estás de humor?"
"Castle, no tengo hambre." dijo Kate mientras se levantaba. Su peso estaba más cercano a su tamaño normal, pero su estómago todavía estaba dolorido. Algo que con el tiempo se iría. Tenía una cicatriz, pero los médicos dijeron que debería desaparecer tarde o temprano. Nunca se iría completamente. Pero, debido a la rapidez con que se había hecho la cesárea, iba a tener un poco de dolor por un tiempo. Castle se puso de pie junto a ella. Empacó todo lo que había traído.
"Nada grande, sólo algo de comer. Entonces podemos regresar."
"Está bien."
Acuerdo. Sin pelear, solo acuerdo. Castle sabía que Kate todavía estaba en el infierno, pero finalmente estaba consiguiendo lo que quería.
Se decidieron por una pizzería. No habían comido pizza en mucho tiempo. No había pizzerías cerca de su apartamento que fueran lo suficientemente buenos. Ordenaron su comida y se sentaron en una cabina vacía. Kate comió toda su comida, al igual que Castle. No hablaron, y estaban de acuerdo con eso. Cada cosa a su tiempo. Cuando terminaron tomaron el metro de vuelta hasta su parada y caminaron el resto del camino de vuelta a su apartamento. Fue bueno que saliera hoy de la casa. Llegaron a su apartamento y en vez de ir directamente a su habitación, Kate se sentó en el sofá. Castle dejó sus cosas, y movió las mantas que doblaba cada mañana y desdoblaba cada noche. Tomó su lugar al lado de Kate y buscó el control remoto.
"Espera, no enciendas la TV."
"Está bien." Castle parecía confundido.
"Finalmente me estoy sintiendo mejor, por una vez, solo quiero sentarme aquí y dejar que suceda."
"De acuerdo, ¿qué quieres que haga?"
"Nada, no quiero hacer nada por una vez. No quiero llorar. No quiero sentirme culpable. Quiero sentarme aquí y no sentir nada."
Castle lo aceptó y puso su brazo alrededor de sus hombros y la dejó caer en su pecho. Se sentaron en el sofá. Hablaron acerca de cosas de aquí y allá. De cuando ella debería volver a trabajar. De cómo Alexis y su madre se las arreglaban en el loft. Era lo más ligero a lo que sus conversaciones podían llegar.
Kate tenía algo en mente. En realidad, varias cosas estaban en su mente. Sin embargo, sólo iba a sacar una. Sin moverse, decidió que lo mejor era pedirle su consejo ahora.
"¿Crees que debería decirle a Josh?"
Castle fue sorprendido con la guardia baja. Ella había perdido todo contacto con él. Ni siquiera sabía que ella aún siguiera pensando en él. Pero, ¿cómo no iba a hacerlo? Su hijo había muerto. El hijo de ellos. Por mucho que él no estuviera involucrado Castle pensó que tenía derecho a saberlo.
"No creo que pueda hacerle frente. Quiero que lo sepa, pero no quiero su respuesta. Si fuera allí querrá consolarme, abrazarme, y no quiero que haga eso. Si fuera por teléfono terminará siendo simplemente horrible. No quiero decirle, pero creo que debería saberlo."
Castle vaciló, pero sabía lo que tenía que hacer.
"Si quieres, yo podría decirle."
El silencio de Kate resonó en la habitación. Ella estaba pensando. Se sentó y lo miró.
"¿Eso sería raro? Quiero decir, no lo sería para mí, ¿pero para él? ¿Sabes qué? No me importa. Él no estaba allí, tú lo estabas. Y creo que me gustaría que se lo digas por mí. Será más fácil."
"Está bien, entonces lo haré."
"Gracias Castle.”
"No hay problema."
"No, Gracias. Castle. Por todo."
"Siempre".
Castle le ayudó a sentarse en la silla de ruedas que estaba al lado de su cama. Era la primera vez que iba a salir de su habitación. Los médicos la habían desconectado de sus cables y cordones eléctricos. Tenía un vendaje alrededor de su bajo vientre, donde estaban los puntos de sutura, pero le dejaron ponerse su ropa. Castle trajo un pantalón de chándal de la casa de ella y una de camiseta de él para que no tironeara del vendaje. Llevaba el pelo recogido en un moño desordenado. No estaba planeado que se diera una ducha en el corto plazo. Y si lo hacía, no involucraba su pelo. Él la agarró del brazo y la bajó en el asiento. Sus pies cayeron dentro de los soportes. Estaba débil, en más de un sentido. Su cuerpo dejó que la silla se hiciera cargo. Castle la vio caer lentamente en la silla como si se hubiera dado por vencida.
Salieron de la habitación del hospital sin decir una palabra. El exterior azul pálido del pasillo la perseguía. Las paredes se veían sombrías. Su mundo estaba vacío. Doblaron por un pasillo, más allá de la UCIN (Unidad de Cuidados Intesivos Neonatales), bajando por otro pasillo.
Castle iba despacio. No quería hacer frente a lo que iban a hacer. Pero Kate insistió en que quería ir y él iba a estar ahí para ella, en cada paso del camino. Entró en una gran habitación que antes se usaba para cirugías. Se les permitió utilizarla siempre que quisieran. Nadie necesitaba nada de esa sala, nadie aparte de Kate. Castle detuvo la silla de ruedas frente a la incubadora gigante desconectada que estaba colocada delante de ellos. No estaba a nivel de su vista. Kate tendría que levantarse para ver el interior. Castle no podía mirar. Quería, pero mantuvo los ojos en la parte posterior de la cabeza de Kate. No podía ver su rostro, pero él sabía cómo se veía y se sentía de la misma manera.
"Está bien", dijo Kate en voz baja: "Estoy lista."
Castle puso una mano bajo su brazo y la sostuvo mientras ella se levantaba para ver a su hijo.
Era hermoso. Tenía la cabeza llena de cabello. Marrón oscuro, y perfecto. Una sonrisa asomó en su rostro, no podía evitarlo. Era perfecto. Parecía que estaba durmiendo, envuelto en una cálida manta. Una lágrima escapó de su ojo y actuó como un catalizador para el resto que siguió. No podía controlarlo. Sus ojos se inundaron con las emociones que estaba sintiendo. Metió la mano y tomó su pequeña cabeza en su mano. Le frotó el pelo por primera y última vez.
Castle dio la vuelta y puso sus brazos sobre los hombros de Kate. Era la mujer más fuerte que conocía capaz de hacer esto. Ella le rogó que la llevara a verlo, a su hijo. Quería ver cómo era. Ponerle un rostro al amor que sentía. Los brazos de Castle descansaban a sus costados mientras ella miraba hacia abajo. Sabía que sólo podía manejar esto por un poco más de tiempo.
Su llanto se volvió un sollozo. Se estaba viniendo abajo. No podía permitirse dejar a ese niño atrás. Su pequeño niño. Puso sus brazos alrededor de la caja incubadora. Eso fue todo. No podía soportarlo. ¿Cómo pudo pasarle esto a ella? ¿A él? ¿A ellos? Ellos eran perfectos. Ese era su pequeño niño perfecto. Kate deslizó la tapa de la incubadora, dejando que cayera hacia atrás. Su pequeño cuerpo estaba solo en esa habitación, en esa jaula. Tomó a su hijo en sus brazos y lloró. Lo abrazó contra su pecho. Castle la rodeó para ponerse frente a ella. La vio hacerle frente a todo. Sus lágrimas caían en la sábana alrededor de su niño. Necesitaba esto. Podría ser demasiado para algunos, pero esto es exactamente lo que Kate necesitaba para comenzar a sanar. Pero se estaba haciendo demasiado. Dejó que abrazara a su hijo, pero cuando supiera que había terminado, tenía que hacerlo. La conocía, y sabía cuanto podía manejar.
"Kate", dijo entre lágrimas: "Es tiempo.”
"No, no. ¡Por favor no! Castle, no. No puedo— No puedo dejarlo ir. Me necesita."
Castle tomó el bulto de entre sus brazos, sacándolo de su agarre. Lo puso de nuevo en la cama de la incubadora, y cerró la tapa. Lo hizo tan rápido como pudo, pero con cuidado, porque sabía que tenía que darse vuelta y agarrarla a ella. Kate se desplomó frente a él. Bajó al suelo y lloró con ella. Ella lloraba en sus brazos en el suelo de la habitación. Tenía los ojos cerrados dentro de su camisa mojada. Estaba esperando por él para que la sacara. Sacarla de ese ambiente que ya no podía manejar. No podía hacerlo por si misma. Si fuera por ella se sentaría en esa habitación hasta que finalmente estuviera con su hijo. Él puso un brazo alrededor de ella y el otro debajo de sus piernas y la cargó fuera de la habitación. Dejó la silla de ruedas. Hizo caso omiso de las miradas de la gente en el pasillo. No permitió que las enfermeras la apartaran de él. La dejó quedarse en sus brazos. Cuando regresaron a la habitación la puso en la cama, apagó la luz, y se recostó a su lado. Después de un rato el sollozo se detuvo, y luego lo hizo el llanto. Ella cedió ante su cansancio y se durmió por primera vez.
2 meses después.
Castle, técnicamente, no se había mudado. Seguía viviendo en su casa. Sin embargo, vivir era un término inexacto. Desde el hospital, pasaba todas las noches en el apartamento de Kate. Iba a cenar cada noche. Almuerzo, cuando Kate se lo comía. Ella se quedaba en la cama la mayor parte del tiempo. La había sacado dos veces para que fuera a la tienda de comestibles con él. La sacó para que se arreglara el cabello. Sonrió una vez. Había informado a la peluquería antes de ir y Kate nunca lo supo. Le estaba costando mucho tiempo conseguir más de eso, por lo que significaba que ella estaba luchando, sufriendo, aún más. Ayer había alquilado una película para ellos, algo minúsculo. En realidad no le mportaba, pero consiguió que la viera. Se rió una vez. Era un paso. Progreso. Y eso era todo lo que le importaba. Actualmente era un sábado. Quería sacarla de la casa de nuevo. Tal vez irían a un parque, algo más que ese apartamento. El cuarto del bebé ya no era una habitación para niños. Cuando ella estaba durmiendo se deshizo de la cuna, la cómoda. No las vendió. En su lugar, lo puso dentro de su unidad de almacenamiento, solo por si acaso. No sabía qué hacer con la habitación. Lo único que sabía era que él era el único que entraba en ella. Se levantó esa mañana antes que Kate, algo que ahora ya era cosa habitual. Ella nunca quería salir de la cama. Castle estaba empezando a preocuparse. Estaba viendo a un terapeuta una vez a la semana, pero no iban a ninguna parte. Eran las once y estaba cocinando un desalmuerzo1. La puerta de la habitación de Kate se abrió. Ella salió de su oscuro dormitorio y se apoyó en la mesada.
"¿Qué estás haciendo?"
"Haciendo un desalmuerzo, ¿quieres un poco?"
"En realidad no, creo que solo voy a tomar una ducha y acostarme. Estoy cansada."
Él sabía que había dormido lo suficiente.
"¿Hey Kate?", le preguntó mientras empezaba a alejarse.
"Sí."
"Tengo que ir al parque hoy. ¿Quieres venir?"
"¿Tienes que ir al parque?"
"Está bien, no tengo que ir, pero voy a ir. ¿Puedes venir conmigo? No quiero caminar por allí solo. Esas madres, están por todas partes sobre mí. ¿Qué puedo decir? Soy una presa." dijo Castle con sarcasmo. Una sonrisa se deslizó por un lado de la cara de Kate. Esa leve mejoría llenó a Castle de satisfacción. Estaba llegando a alguna parte.
"Sí, voy a ir. Déjame tomar una ducha."
El sol estaba alto en el cielo. Era primavera y el aire estaba ventoso. La mayoría lo consideraría un día hermoso. Kate se puso unos vaqueros, una perdida de sus habituales pantalones. Llevaba el pelo recogido hacia atrás, pero había hecho algo más. Puso un poco de tiempo a su apariencia. Su cola de caballo estaba hondulada en el extremo y se desviaba por encima de su hombro. Tenía una vieja sudadera y zapatillas de deporte. Estaba mejorando, lentamente, y eso era todo lo que él podía pedir. Decidieron ir a por todas y se aventuraron al Central Park. Cambiaron de escenario de los parques y tiendas cerca de su apartamento.
Caminaron durante horas. Fue perfecto. Cuando el estado de ánimo de Kate decaía, Castle le pasaba un brazo por los hombros y la atraía cerca de él. La comodidad parecía ayudar porque nunca lloraba. Aun cuando se cruzaban a una madre con un cochecito. Miraba al bebé, pero no pasaba nada. Mejoría. Eran las dos de la tarde así que todo el mundo estaba en el parque. Algunas personas estaban de picnics, algunos jugaban a la pelota. Los niños estaban jugando en las rocas gigantes. Había gente en los barcos en el lago. Castle había llevado una pelota de béisbol en un bolso con cosas que había traído, esperando conseguir jugar con ella a las atrapadas. Llegaron a un claro en el pasto y se sentaron.
"Está bien", dijo Castle agarrando su bolso. "Tengo bocadillos, agua, una pelota de béisbol, damas... tú eres la que elige."
"¿No podemos solo quedarnos sentados aquí?" dijo Kate, sus ojos le suplicaba. Se sentía culpable. Ellos la habían salvado a ella antes de salvar a su hijo. Habría muerto agradecida. Ella lo habría preferido. Su hijo tendría una vida. No le había contado a Castle, pero había hecho un testamento y un acuerdo de custodia cuando Josh se fue; cuando supo que iban a ser solo ella y el bebé. Le iba a decir a Castle cuando tuviera al bebé. Iba a decirle que si algo le sucedía a ella, él sería su tutor. Y él lo habría aceptado. Ella lo sabía y él habría sacado adelante a ese bebé. Su hijo habría tendido una vida. No podía estar jugando béisbol o a las damas cuando su hijo no respiraba.
"Esto es lo que podemos hacer. Si jugamos al béisbol por cinco minutos - sólo atrapadas - nada más, entonces podemos volver y sentarnos aquí. Simplemente disfrutando del aire fresco. ¿Trato?" dijo Castle. Él la miró como si fuera una niña. Y a ella no le importaba. Necesitaba que alguien tomara las decisiones por ella.
"De acuerdo, está bien."
Pasaron cinco minutos de agonía. Pero entonces la agonía se volvió aceptación. La aceptación se volvió disfrute. Antes de que Kate se diera cuenta de que se estaba divirtiendo, habían pasado 15 minutos. Estaba sonriendo y riendo. Castle perdió la pelota cuando ella se la lanzó. Un perro la cogió y corrió de vuelta con su dueño. Castle persiguió al perro que estaba buscando a su dueño. Cuando regresó y le lanzó la pelota a Kate, ella le erró.
"¡Rápido, agárrala!" dijo Castle riendo.
Pero no duró mucho. Ella sintió la tristeza entrar sigilosamente, insospechada. Su rostro se convirtió, enojado, pero triste.
"¿Podemos ir a sentarnos ahora?"
"Sí, Kate, podemos ir a sentarnos."
Castle movió su pierna. No quería molestar a la mujer que dormía recostada en su regazo, pero había estado sentado por mucho tiempo. Estaba apoyado contra un árbol, no estaba cansado en lo absoluto. Pero utilizó ese tiempo para observar a la gente. Estaba feliz por una vez, y pensaba que Kate también lo estaba. Tan feliz como pudiera esperar que lo fuera. Se estaba acercando la hora de cenar y quería llevarla a alguna parte. Nada del otro mundo, pero no quería que ese día terminara. Había llegado tan lejos con ella. Había sonreído, incluso reído. Era más de lo que podía haber esperado de la mujer que nunca salía de su habitación. Miró su reloj. Las 5 PM. Sabía que se estaba haciendo tarde. La gente empezaba a dejar el parque. Le apartó el pelo de la cara y se lo colocó detrás de la oreja. Ella se removió ante su tacto, pero no se despertó.
"Kate", dijo mientras le acariciaba el hombro.
Ella despertó después de la tercera vez que dijo su nombre. Se sentó y lo miró. ¿Cuánto tiempo había estado dormida?
"Lo siento por esto."
"¿Sobre qué?"
"Quedarme dormida sobre ti, y me refiero a literalmente sobre ti."
"Está todo bien. Hicimos mucho hoy, está bien. Estaba pensando. Tenemos que encontrar donde cenar. ¿Para qué estás de humor?"
"Castle, no tengo hambre." dijo Kate mientras se levantaba. Su peso estaba más cercano a su tamaño normal, pero su estómago todavía estaba dolorido. Algo que con el tiempo se iría. Tenía una cicatriz, pero los médicos dijeron que debería desaparecer tarde o temprano. Nunca se iría completamente. Pero, debido a la rapidez con que se había hecho la cesárea, iba a tener un poco de dolor por un tiempo. Castle se puso de pie junto a ella. Empacó todo lo que había traído.
"Nada grande, sólo algo de comer. Entonces podemos regresar."
"Está bien."
Acuerdo. Sin pelear, solo acuerdo. Castle sabía que Kate todavía estaba en el infierno, pero finalmente estaba consiguiendo lo que quería.
Se decidieron por una pizzería. No habían comido pizza en mucho tiempo. No había pizzerías cerca de su apartamento que fueran lo suficientemente buenos. Ordenaron su comida y se sentaron en una cabina vacía. Kate comió toda su comida, al igual que Castle. No hablaron, y estaban de acuerdo con eso. Cada cosa a su tiempo. Cuando terminaron tomaron el metro de vuelta hasta su parada y caminaron el resto del camino de vuelta a su apartamento. Fue bueno que saliera hoy de la casa. Llegaron a su apartamento y en vez de ir directamente a su habitación, Kate se sentó en el sofá. Castle dejó sus cosas, y movió las mantas que doblaba cada mañana y desdoblaba cada noche. Tomó su lugar al lado de Kate y buscó el control remoto.
"Espera, no enciendas la TV."
"Está bien." Castle parecía confundido.
"Finalmente me estoy sintiendo mejor, por una vez, solo quiero sentarme aquí y dejar que suceda."
"De acuerdo, ¿qué quieres que haga?"
"Nada, no quiero hacer nada por una vez. No quiero llorar. No quiero sentirme culpable. Quiero sentarme aquí y no sentir nada."
Castle lo aceptó y puso su brazo alrededor de sus hombros y la dejó caer en su pecho. Se sentaron en el sofá. Hablaron acerca de cosas de aquí y allá. De cuando ella debería volver a trabajar. De cómo Alexis y su madre se las arreglaban en el loft. Era lo más ligero a lo que sus conversaciones podían llegar.
Kate tenía algo en mente. En realidad, varias cosas estaban en su mente. Sin embargo, sólo iba a sacar una. Sin moverse, decidió que lo mejor era pedirle su consejo ahora.
"¿Crees que debería decirle a Josh?"
Castle fue sorprendido con la guardia baja. Ella había perdido todo contacto con él. Ni siquiera sabía que ella aún siguiera pensando en él. Pero, ¿cómo no iba a hacerlo? Su hijo había muerto. El hijo de ellos. Por mucho que él no estuviera involucrado Castle pensó que tenía derecho a saberlo.
"No creo que pueda hacerle frente. Quiero que lo sepa, pero no quiero su respuesta. Si fuera allí querrá consolarme, abrazarme, y no quiero que haga eso. Si fuera por teléfono terminará siendo simplemente horrible. No quiero decirle, pero creo que debería saberlo."
Castle vaciló, pero sabía lo que tenía que hacer.
"Si quieres, yo podría decirle."
El silencio de Kate resonó en la habitación. Ella estaba pensando. Se sentó y lo miró.
"¿Eso sería raro? Quiero decir, no lo sería para mí, ¿pero para él? ¿Sabes qué? No me importa. Él no estaba allí, tú lo estabas. Y creo que me gustaría que se lo digas por mí. Será más fácil."
"Está bien, entonces lo haré."
"Gracias Castle.”
"No hay problema."
"No, Gracias. Castle. Por todo."
"Siempre".
1Término original = brunch. Sería una mezcla entre breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo)
Última edición por nato_kine el Vie Oct 12, 2012 12:13 pm, editado 1 vez
nato_kine- Policia de homicidios
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Pobre kate....ninguna.madre puede recuperarse de la perdida de in hijo.....
siguee
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castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Bien, otro capi!
Gracias por traducir nato. Esta historia la estoy leyendo dos veces, una en ingles y otra en castellano . Me gusta, me gusta. Gracias de nuevo por la traducción. Un saludo!
Gracias por traducir nato. Esta historia la estoy leyendo dos veces, una en ingles y otra en castellano . Me gusta, me gusta. Gracias de nuevo por la traducción. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
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Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Me he emocionado, ha sido muy triste la verdad, dije que no leería pero es como las drogas, sabes que es malo pero no puedes evitar dejar de tomarlas jajajajaja. Me ha encantado la forma de describir, los pelos de punta cuando ella lo sostiene en sus brazos.
Continua pronto...
Continua pronto...
Invitado- Invitado
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
(Muriendo) Estas cosas me deshacen...
Libou- Ayudante de policia
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Localización : Madrid
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Pobre Kate, va a tardar en recuperarse, tener que pasar por la muerte de un hijo es antinatural. Menos mal, que San Castle Bendito, está ahí para ayudarla en todo.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Pobre Kate, no la hagas sufrir.. bueno, tiene a Castle , por lo menos
Shura-chan- Policia de homicidios
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Edad : 26
Localización : Por ahí.
Capítulo 7
Finalmente mi semana empieza a normalizarse. Aquí les dejo otro capítulo.
CAPÍTULO 7
3 semanas después (Casi 4 meses después)
Castle dejó a Kate sola el fin de semana. Estaba mejorando. Salió de su casa por su cuenta. Se hizo las comidas por sí misma. Castle comenzó a pasar más tiempo en su apartamento con su familia, donde estaba ahora. Alexis había estado fuera haciendo sus propias cosas. Era su verano. Marta había estado cuidándola mientras él estaba ausente, pero siempre hablaba con su hija cada noche y nunca pasaba dos días sin verla.
Hoy Kate había dicho que quería estar sola. No de una manera que hiciera que Castle se preocupara por lo que pensó que podría volver a casa. No llamó a Alexis y volvió a su casa a un apartamento vacío. Alexis se estaba quedando en la casa de una amiga y Marta estaba en alguna parte. Nunca lo supo, pero cuando ella se enteró de que vendría a casa para el fin de semana, lo aprovechó. Él se pasaba el día poniéndose al día, en la lavandería, comprando. Los últimos tres meses que pasó cuidando de otra persona fácilmente le hacían olvidarse de todo lo que era responsable. Gina entendió cuando se tomó un descanso de escribir. Le explicó lo sucedido y ella le permitió tomar el tiempo que fuera necesario. Por lo general dejaba que sus propias experiencias alimentaran su escritura, pero esto era algo que dejaría de lado. No quería revivir esa sensación nunca más ni deseaba que lo hicieran sus personajes.
Kate se despertó la mañana del lunes por su cuenta. Circuló alrededor de su apartamento sin el estímulo de otra persona para sonreír o ducharse. Se sentía aliviada, pero aún deprimida. Se miró en el espejo. Su cabello era un desastre, sus pijamas eran los mismos que ayer. Decidió que necesitaba rearmarse. Hoy iba a ser el día. Suficiente de las ropas viejas y las tendencias infantiles. No estaba lista para volver a trabajar todavía, pero decidió que era hora de ir a ver a sus amigos. Lanie, Ryan y Esposito sabían por Castle de la tragedia, pero ella nunca habló con ninguno. Ignoró sus llamadas, pero aceptó sus flores que habían sido enviadas por correo a su casa.
Tomó una ducha, una ducha real esta vez, no el enjuague habitual y listo. Cuando terminó se secó el pelo y se lo ató. Tomó su maquillaje de la parte inferior de la encimera y se lo puso. Estaba empezando a lucir como ella misma de nuevo. Fue a su armario y sacó un atuendo casual, nada elegante. No quería ser una detective hoy, sólo una amiga. Kate salió de la casa en su rutina normal.
Cuando llegó a la comisaría el guardia de la entrada la dejó pasar. Los oficiales a su alrededor se quedaron en silencio. Cruzó los ojos con unos pocos, pero rápidamente salió de la habitación mirando sus pies. Tomó el ascensor hasta su piso, pero cuando salió fue recibida con la misma reacción. Silencio. Incomodidad. Tristeza. No quería nada de eso. ¿Por qué la gente no podía simplemente seguir adelante? Estaba empezando a sentirse normal otra vez. No quería ver a nadie en ese estado de ánimo. Estaba tratando de ser fuerte. Esposito y Ryan estaban fuera en un caso. Saludó agradecida los comentarios de bienvenida de sus otros compañeros de trabajo, pero decidió que lo mejor sería ir directamente a la morgue.
Lanie estaba inclinada sobre un cuerpo cuando la vio desde la ventana. Había pasado demasiado tiempo desde que había visto a su mejor amiga. Normalmente venía a la morgue sin avisar, pero esta vez vaciló. Sentía como si se estuviera entrometiendo en algo. Se puso frente a la puerta mirando sus pies. Necesitaba ganar confianza para entrar en la habitación y hablar con su amiga. Las lágrimas necesitaban quedarse donde estaban. Ellas no podían dominar su vida hoy. Empujó la puerta abierta.
"Hey Lanie."
"¡¿Beckett?!" dijo Lanie con los brazos abiertos. Se frenó antes de abrazarla, mirando los guantes blancos en sus manos–
"Te lo daré más tarde. ¿Cómo has estado? – Lo siento, esa fue una pregunta estúpida."
"Está bien. He estado mejor. Pero, estoy mejor hoy de lo que estaba ayer."
"Me gustaría que me hubieras dejado visitarte. Odiaba pensar que estabas sola."
"No lo estaba. Castle estaba allí. Estamos bien."
Lanie miró a su amiga. Estaba intrigada, pero estaba caminando por una línea muy fina. No la ha visto desde que la forzaron a tomarse la licencia. No sabía si algo más que una amistad se había desarrollado y no sabía si estaba bien preguntar.
"Que bueno. Así que, ¿dónde está él ahora?"
"De vuelta en su lugar. Tenía que ponerse al día con algunas cosas en su apartamento. Me ha estado ayudando a salir tanto que pensé que necesitaría ir a su casa por un rato."
"Ir a su casa—"
"Sí, ha estado durmiendo en mi sofá."
Lanie sabía que algo estaba pasando. Podía sentirlo. Pero lo dejó estar. Kate no podía mirarla a los ojos. Se dio cuenta de que su amiga había sido lastimada. Su nivel de confianza estaba agotado. Su sonrisa natural ya no estaba allí.
"Salgo en treinta. ¿Quieres ir a almorzar?" preguntó Lanie, pescando en busca de respuestas sobre cuán lejos podía presionar a Kate.
"Sí, claro. Te veré afuera."
Kate se bajó de la mesa sobre la que estaba sentada y salió de la habitación.
Era la una en punto y Castle no había hablado con Kate en dos días. Le había dejado el viernes por la noche y ya era lunes. Buscó a tientas su teléfono que había hundió en el sofá. ¿Debería llamarla? Necesitaba comprobar como estaba. Una repentina ola de inquietud cayó sobre él. ¿Y qué si ella estaba mintiendo y no estaba bien sola? Parecía estar bien, pero entonces una vez más, ella había parecido estar bien varias veces antes de derrumbarse. Encontró la marcación rápida en su teléfono y marcó.
"Hey."
"Hey..." dijo él como una pregunta.
"¿Qué tal tu fin de semana?" preguntó Kate.
Ella sonaba bien. Oyó coches en el fondo. ¿Estaba fuera?
"Bien. Alexis y Martha están fuera, pero tenía algunas cosas que realmente necesitaba terminar. ¿Dónde estás?"
"Me voy a almorzar con Lanie."
Una sonrisa irrumpió en su rostro. No podía ocultar su felicidad. Se sentó repentinamente en el sofá y se quedó allí mientras hablaba. Podía haberse reído de la emoción.
"¡Eso es genial! ¡Estoy tan orgulloso de ti!"
"Lo haces sonar como si fuera una niña." dijo Kate alegremente.
"Estoy muy emocionado."
Mientras hablaban Castle comenzó a sentirse un poco decepcionado. Tal vez Kate no lo necesitaba más. ¿Cómo saber si necesitaba que fuera después? Y ahora había un incómodo silencio en el teléfono. La necesitaba para romperlo. Ella estaba por almorzar. Esto probablemente parecería grosero…
"Entonces, ¿te veré esta noche?" le preguntó Kate casualmente.
Gracias a Dios.
"Sí, te veré esta noche."
Kate entró a su apartamento y cerró la puerta. Dejó las llaves en su lugar. No se dio cuenta de la normalidad de su rutina hasta que la había completado. Había hecho esto todos los días – su bolso apoyado al lado de la entrada. Sus zapatos al lado de su bolso. Estaba programada para hacer eso. Pero luego la golpearon. No había hecho esto en meses. Una ola de emoción inundó de nuevo su mente. Las lágrimas brotaron. ¿De dónde estaban viniendo? No había sentido nada en todo el día y fue un alivio. No estaba cansada. Su dolor no había estado en todo el día ni en su vida. ¿Por qué ahora? Su corazón se volvió pesado. Sintió el peso de todo presionando sobre sus hombros. El vacío dentro de ella salió a la luz de nuevo. Se acercó al sofá y se sentó, con los codos en las rodillas y las manos en la cabeza. Las lágrimas cayeron por su rostro contra su voluntad, sus emociones aumentaron. Ella necesitaba algo. Había ido de su cuarto a la cocina desde que había llegado a su casa desde el hospital. Volvió la cabeza para mirar la puerta. Las lágrimas pasaron por delante de su oreja izquierda hasta su pelo. Necesitaba algo que la consolara.
Abriría la puerta que le permitiría entrar a su cuarto para niños. El mobiliario sería el mismo, esperando por un bebé que usara la cama de la cuna. Los animales de peluche que decoraban las paredes, todos preparados para ayudar a criar un niño. Giró la manija, cerró los ojos para prepararse. Abrió la puerta y miró hacia adentro.
No había nada allí. Se quedó de pie en el umbral. La cuna, el cambiador, la silla. Todo había desaparecido. Se sintió vacía. ¿Por qué la despojaban de todo sin que ella lo supiera? Entró en la habitación y se paró donde solía estar el cambiador. Pasó las manos contra la pared y vio los estantes vacíos. Lágrimas silenciosas teñían su rostro. Pasó junto a la ventana y se detuvo. Se dejó caer al suelo, donde la cuna se posaba. Con la cabeza contra la pared, se agarró las rodillas y lloró.
Castle se detuvo y fue a conseguir la cena para ambos antes de ir a lo de Kate por la noche, aunque probablemente fuera por esa semana. El portero lo dejó entrar, su rostro era muy familiar a esas alturas. Esperó el ascensor y saludó a la gente al pasar. Hoy era un buen día. Y la gente estaba de un extraño buen humor. Las puertas se abrieron y se metió junto con dos mujeres de edad avanzada. Las dejó presionar primero sus números y luego apretó el suyo. La bolsa de comida china descansaba en su brazo izquierdo y se apoyó contra la pared con el derecho. Las mujeres salieron, cada una iba a un piso diferente. Pasaron unos minutos despidiéndose, pero a Castle no le importó. Unos momentos más tarde las puertas se abrieron en el piso de Kate. Sacó sus llaves que era donde se encontraba la llave de ella mezclada entre las suyas. Agarró la única plateada y abrió la puerta. Todas sus cosas estaban allí. Dejó sus llaves en el cuenco junto a las de ella.
"¿Kate?" dijo mientras dejaba la bolsa de comida en la cocina y empezaba a descargarla.
"¿Kate?" dijo un poco más alto.
¿Tal vez estaba dormida? Pero eran solo las seis. Debería estar despierta. Se dirigió a la puerta de su dormitorio y golpeó, pero no obtuvo respuesta. Llamó de nuevo. Finalmente abrió la puerta a una habitación vacía. No estaba en el baño...
A Castle se le hizo un nudo en el estómago. Le estaba yendo tan bien, no podía retroceder. Caminó a la habitación vacía y la vio apoyada contra la pared de lado. Estaba sentada, con las rodillas soportando su cabeza. Su cara estaba roja y su camisa estaba húmeda. Había estado llorando. Se acercó y se sentó a su lado.
"Kate", dijo mientras le frotaba el hombro.
Ella se despertó y su rostro registró quién estaba frente a ella. Kate trató de ser fuerte, pero su cara se arrugó y las lágrimas comenzaron a caer de nuevo. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lloró. Se sentaron en silencio por un momento, hasta que Kate habló entre sus sollozos cada vez más fuertes.
"No sé por qué estoy llorando." dijo Kate entre respiraciones.
"Está bien. Estás bien."
Castle le frotó la espalda mientras su cuerpo se estremecía.
"Pensé que estaba mejor. Pensé que las cosas finalmente estaban cambiando."
Castle apoyó la espalda contra la pared y dejó que sus piernas pasaran por sobre él. La sostuvo como a una niña en el cuarto oscuro que se suponía que sería para su bebé. Su muro estaba completamente derrumbado y ella estaba sucumbiendo a las emociones con las que había estado tratando de pelear demasiado duro.
"Es sólo que lo extraño tanto." dijo Kate permitiendo que esa afirmación fuera un catalizador para todo lo que sentía.
"Sé que lo extrañas, yo también lo hago."
"¡No es justo! ¿Por qué tiene que pasar esto? Yo no he hecho nada. Él no se merecía ser arrancado de este mundo. Ni siquiera tuvo la oportunidad de vivir. ¿Por qué todavía estoy aquí? ¡Deberías haberme dejado morir en lugar de él!"
Castle descansó la barbilla sobre su cabeza. No tenía una respuesta de por qué este tipo de cosas le pasaba a algunas personas.
Kate se puso de pie con furia. Se acercó a la ventana y luego a la puerta. Sus brazos ondulaban mientras hablaba a través de sus lágrimas. Castle no podía entender qué palabras estaba formando, pero entendía todo lo que decía. Se puso de pie y caminó a su lado.
"¡No, no me abrazes más Castle! Estoy cansada de sentirme así. No quiero necesitar a nadie nunca más. Yo estaba bien antes de todo esto y voy a estar bien después. ¡No te necesito!"
Castle sabía que no quería decir eso. Estaba molesta y enojada.
"Voy a estar bien", dijo entrecortadamente.
"Kate, vuelve. Vamos a sentarnos."
"No, ¿sabes qué? Estoy bien. Estoy perfectamente bien."
Ahora estaba en la sala de estar. Rodeó el sofá y encontró los zapatos de él y agarró sus llaves. Su actitud estaba mostrándose claramente. Se sonó la nariz y se limpió la cara.
"¿Ves? No más llanto. Así que simplemente puedes irte de este apartamento y volver con tu familia y déjame hacer lo que tengo que hacer. No puedes estar cuidándome como a un bebé por siempre. Vete a casa." dijo Kate mientras le empujaba fuera de su apartamento y ponía sus cosas en sus manos.
"Adiós, Castle. Te veré más tarde." dijo cerrando la puerta con llave.
Castle esperó unos minutos, dejó los zapatos en el suelo y se los puso en los pies. Hizo caso omiso de las miradas que recibió de otras personas en el pasillo. Deben de haber oído a Kate y le vieron de pie en el pasillo. Les dedicó una sonrisa amable, chata y levantó una mano para mostrar que tenía todo bajo control. Kate se alejó de la puerta porque oyó unos pasos alejarse cada vez más. Él se puso el teléfono celular en el bolsillo y tomó sus llaves. Abrió la puerta y entró en el apartamento una vez más. Puso las llaves en el cuenco otra vez y rodeó el sofá para encontrar la cara de Kate enterrada en una almohada. Oyó su llanto ahogado y se sentó en el borde del sofá.
"Lo siento. No quise decir nada de eso."
"Lo sé."
Castle dejó a Kate sola el fin de semana. Estaba mejorando. Salió de su casa por su cuenta. Se hizo las comidas por sí misma. Castle comenzó a pasar más tiempo en su apartamento con su familia, donde estaba ahora. Alexis había estado fuera haciendo sus propias cosas. Era su verano. Marta había estado cuidándola mientras él estaba ausente, pero siempre hablaba con su hija cada noche y nunca pasaba dos días sin verla.
Hoy Kate había dicho que quería estar sola. No de una manera que hiciera que Castle se preocupara por lo que pensó que podría volver a casa. No llamó a Alexis y volvió a su casa a un apartamento vacío. Alexis se estaba quedando en la casa de una amiga y Marta estaba en alguna parte. Nunca lo supo, pero cuando ella se enteró de que vendría a casa para el fin de semana, lo aprovechó. Él se pasaba el día poniéndose al día, en la lavandería, comprando. Los últimos tres meses que pasó cuidando de otra persona fácilmente le hacían olvidarse de todo lo que era responsable. Gina entendió cuando se tomó un descanso de escribir. Le explicó lo sucedido y ella le permitió tomar el tiempo que fuera necesario. Por lo general dejaba que sus propias experiencias alimentaran su escritura, pero esto era algo que dejaría de lado. No quería revivir esa sensación nunca más ni deseaba que lo hicieran sus personajes.
Kate se despertó la mañana del lunes por su cuenta. Circuló alrededor de su apartamento sin el estímulo de otra persona para sonreír o ducharse. Se sentía aliviada, pero aún deprimida. Se miró en el espejo. Su cabello era un desastre, sus pijamas eran los mismos que ayer. Decidió que necesitaba rearmarse. Hoy iba a ser el día. Suficiente de las ropas viejas y las tendencias infantiles. No estaba lista para volver a trabajar todavía, pero decidió que era hora de ir a ver a sus amigos. Lanie, Ryan y Esposito sabían por Castle de la tragedia, pero ella nunca habló con ninguno. Ignoró sus llamadas, pero aceptó sus flores que habían sido enviadas por correo a su casa.
Tomó una ducha, una ducha real esta vez, no el enjuague habitual y listo. Cuando terminó se secó el pelo y se lo ató. Tomó su maquillaje de la parte inferior de la encimera y se lo puso. Estaba empezando a lucir como ella misma de nuevo. Fue a su armario y sacó un atuendo casual, nada elegante. No quería ser una detective hoy, sólo una amiga. Kate salió de la casa en su rutina normal.
Cuando llegó a la comisaría el guardia de la entrada la dejó pasar. Los oficiales a su alrededor se quedaron en silencio. Cruzó los ojos con unos pocos, pero rápidamente salió de la habitación mirando sus pies. Tomó el ascensor hasta su piso, pero cuando salió fue recibida con la misma reacción. Silencio. Incomodidad. Tristeza. No quería nada de eso. ¿Por qué la gente no podía simplemente seguir adelante? Estaba empezando a sentirse normal otra vez. No quería ver a nadie en ese estado de ánimo. Estaba tratando de ser fuerte. Esposito y Ryan estaban fuera en un caso. Saludó agradecida los comentarios de bienvenida de sus otros compañeros de trabajo, pero decidió que lo mejor sería ir directamente a la morgue.
Lanie estaba inclinada sobre un cuerpo cuando la vio desde la ventana. Había pasado demasiado tiempo desde que había visto a su mejor amiga. Normalmente venía a la morgue sin avisar, pero esta vez vaciló. Sentía como si se estuviera entrometiendo en algo. Se puso frente a la puerta mirando sus pies. Necesitaba ganar confianza para entrar en la habitación y hablar con su amiga. Las lágrimas necesitaban quedarse donde estaban. Ellas no podían dominar su vida hoy. Empujó la puerta abierta.
"Hey Lanie."
"¡¿Beckett?!" dijo Lanie con los brazos abiertos. Se frenó antes de abrazarla, mirando los guantes blancos en sus manos–
"Te lo daré más tarde. ¿Cómo has estado? – Lo siento, esa fue una pregunta estúpida."
"Está bien. He estado mejor. Pero, estoy mejor hoy de lo que estaba ayer."
"Me gustaría que me hubieras dejado visitarte. Odiaba pensar que estabas sola."
"No lo estaba. Castle estaba allí. Estamos bien."
Lanie miró a su amiga. Estaba intrigada, pero estaba caminando por una línea muy fina. No la ha visto desde que la forzaron a tomarse la licencia. No sabía si algo más que una amistad se había desarrollado y no sabía si estaba bien preguntar.
"Que bueno. Así que, ¿dónde está él ahora?"
"De vuelta en su lugar. Tenía que ponerse al día con algunas cosas en su apartamento. Me ha estado ayudando a salir tanto que pensé que necesitaría ir a su casa por un rato."
"Ir a su casa—"
"Sí, ha estado durmiendo en mi sofá."
Lanie sabía que algo estaba pasando. Podía sentirlo. Pero lo dejó estar. Kate no podía mirarla a los ojos. Se dio cuenta de que su amiga había sido lastimada. Su nivel de confianza estaba agotado. Su sonrisa natural ya no estaba allí.
"Salgo en treinta. ¿Quieres ir a almorzar?" preguntó Lanie, pescando en busca de respuestas sobre cuán lejos podía presionar a Kate.
"Sí, claro. Te veré afuera."
Kate se bajó de la mesa sobre la que estaba sentada y salió de la habitación.
Era la una en punto y Castle no había hablado con Kate en dos días. Le había dejado el viernes por la noche y ya era lunes. Buscó a tientas su teléfono que había hundió en el sofá. ¿Debería llamarla? Necesitaba comprobar como estaba. Una repentina ola de inquietud cayó sobre él. ¿Y qué si ella estaba mintiendo y no estaba bien sola? Parecía estar bien, pero entonces una vez más, ella había parecido estar bien varias veces antes de derrumbarse. Encontró la marcación rápida en su teléfono y marcó.
"Hey."
"Hey..." dijo él como una pregunta.
"¿Qué tal tu fin de semana?" preguntó Kate.
Ella sonaba bien. Oyó coches en el fondo. ¿Estaba fuera?
"Bien. Alexis y Martha están fuera, pero tenía algunas cosas que realmente necesitaba terminar. ¿Dónde estás?"
"Me voy a almorzar con Lanie."
Una sonrisa irrumpió en su rostro. No podía ocultar su felicidad. Se sentó repentinamente en el sofá y se quedó allí mientras hablaba. Podía haberse reído de la emoción.
"¡Eso es genial! ¡Estoy tan orgulloso de ti!"
"Lo haces sonar como si fuera una niña." dijo Kate alegremente.
"Estoy muy emocionado."
Mientras hablaban Castle comenzó a sentirse un poco decepcionado. Tal vez Kate no lo necesitaba más. ¿Cómo saber si necesitaba que fuera después? Y ahora había un incómodo silencio en el teléfono. La necesitaba para romperlo. Ella estaba por almorzar. Esto probablemente parecería grosero…
"Entonces, ¿te veré esta noche?" le preguntó Kate casualmente.
Gracias a Dios.
"Sí, te veré esta noche."
Kate entró a su apartamento y cerró la puerta. Dejó las llaves en su lugar. No se dio cuenta de la normalidad de su rutina hasta que la había completado. Había hecho esto todos los días – su bolso apoyado al lado de la entrada. Sus zapatos al lado de su bolso. Estaba programada para hacer eso. Pero luego la golpearon. No había hecho esto en meses. Una ola de emoción inundó de nuevo su mente. Las lágrimas brotaron. ¿De dónde estaban viniendo? No había sentido nada en todo el día y fue un alivio. No estaba cansada. Su dolor no había estado en todo el día ni en su vida. ¿Por qué ahora? Su corazón se volvió pesado. Sintió el peso de todo presionando sobre sus hombros. El vacío dentro de ella salió a la luz de nuevo. Se acercó al sofá y se sentó, con los codos en las rodillas y las manos en la cabeza. Las lágrimas cayeron por su rostro contra su voluntad, sus emociones aumentaron. Ella necesitaba algo. Había ido de su cuarto a la cocina desde que había llegado a su casa desde el hospital. Volvió la cabeza para mirar la puerta. Las lágrimas pasaron por delante de su oreja izquierda hasta su pelo. Necesitaba algo que la consolara.
Abriría la puerta que le permitiría entrar a su cuarto para niños. El mobiliario sería el mismo, esperando por un bebé que usara la cama de la cuna. Los animales de peluche que decoraban las paredes, todos preparados para ayudar a criar un niño. Giró la manija, cerró los ojos para prepararse. Abrió la puerta y miró hacia adentro.
No había nada allí. Se quedó de pie en el umbral. La cuna, el cambiador, la silla. Todo había desaparecido. Se sintió vacía. ¿Por qué la despojaban de todo sin que ella lo supiera? Entró en la habitación y se paró donde solía estar el cambiador. Pasó las manos contra la pared y vio los estantes vacíos. Lágrimas silenciosas teñían su rostro. Pasó junto a la ventana y se detuvo. Se dejó caer al suelo, donde la cuna se posaba. Con la cabeza contra la pared, se agarró las rodillas y lloró.
Castle se detuvo y fue a conseguir la cena para ambos antes de ir a lo de Kate por la noche, aunque probablemente fuera por esa semana. El portero lo dejó entrar, su rostro era muy familiar a esas alturas. Esperó el ascensor y saludó a la gente al pasar. Hoy era un buen día. Y la gente estaba de un extraño buen humor. Las puertas se abrieron y se metió junto con dos mujeres de edad avanzada. Las dejó presionar primero sus números y luego apretó el suyo. La bolsa de comida china descansaba en su brazo izquierdo y se apoyó contra la pared con el derecho. Las mujeres salieron, cada una iba a un piso diferente. Pasaron unos minutos despidiéndose, pero a Castle no le importó. Unos momentos más tarde las puertas se abrieron en el piso de Kate. Sacó sus llaves que era donde se encontraba la llave de ella mezclada entre las suyas. Agarró la única plateada y abrió la puerta. Todas sus cosas estaban allí. Dejó sus llaves en el cuenco junto a las de ella.
"¿Kate?" dijo mientras dejaba la bolsa de comida en la cocina y empezaba a descargarla.
"¿Kate?" dijo un poco más alto.
¿Tal vez estaba dormida? Pero eran solo las seis. Debería estar despierta. Se dirigió a la puerta de su dormitorio y golpeó, pero no obtuvo respuesta. Llamó de nuevo. Finalmente abrió la puerta a una habitación vacía. No estaba en el baño...
A Castle se le hizo un nudo en el estómago. Le estaba yendo tan bien, no podía retroceder. Caminó a la habitación vacía y la vio apoyada contra la pared de lado. Estaba sentada, con las rodillas soportando su cabeza. Su cara estaba roja y su camisa estaba húmeda. Había estado llorando. Se acercó y se sentó a su lado.
"Kate", dijo mientras le frotaba el hombro.
Ella se despertó y su rostro registró quién estaba frente a ella. Kate trató de ser fuerte, pero su cara se arrugó y las lágrimas comenzaron a caer de nuevo. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lloró. Se sentaron en silencio por un momento, hasta que Kate habló entre sus sollozos cada vez más fuertes.
"No sé por qué estoy llorando." dijo Kate entre respiraciones.
"Está bien. Estás bien."
Castle le frotó la espalda mientras su cuerpo se estremecía.
"Pensé que estaba mejor. Pensé que las cosas finalmente estaban cambiando."
Castle apoyó la espalda contra la pared y dejó que sus piernas pasaran por sobre él. La sostuvo como a una niña en el cuarto oscuro que se suponía que sería para su bebé. Su muro estaba completamente derrumbado y ella estaba sucumbiendo a las emociones con las que había estado tratando de pelear demasiado duro.
"Es sólo que lo extraño tanto." dijo Kate permitiendo que esa afirmación fuera un catalizador para todo lo que sentía.
"Sé que lo extrañas, yo también lo hago."
"¡No es justo! ¿Por qué tiene que pasar esto? Yo no he hecho nada. Él no se merecía ser arrancado de este mundo. Ni siquiera tuvo la oportunidad de vivir. ¿Por qué todavía estoy aquí? ¡Deberías haberme dejado morir en lugar de él!"
Castle descansó la barbilla sobre su cabeza. No tenía una respuesta de por qué este tipo de cosas le pasaba a algunas personas.
Kate se puso de pie con furia. Se acercó a la ventana y luego a la puerta. Sus brazos ondulaban mientras hablaba a través de sus lágrimas. Castle no podía entender qué palabras estaba formando, pero entendía todo lo que decía. Se puso de pie y caminó a su lado.
"¡No, no me abrazes más Castle! Estoy cansada de sentirme así. No quiero necesitar a nadie nunca más. Yo estaba bien antes de todo esto y voy a estar bien después. ¡No te necesito!"
Castle sabía que no quería decir eso. Estaba molesta y enojada.
"Voy a estar bien", dijo entrecortadamente.
"Kate, vuelve. Vamos a sentarnos."
"No, ¿sabes qué? Estoy bien. Estoy perfectamente bien."
Ahora estaba en la sala de estar. Rodeó el sofá y encontró los zapatos de él y agarró sus llaves. Su actitud estaba mostrándose claramente. Se sonó la nariz y se limpió la cara.
"¿Ves? No más llanto. Así que simplemente puedes irte de este apartamento y volver con tu familia y déjame hacer lo que tengo que hacer. No puedes estar cuidándome como a un bebé por siempre. Vete a casa." dijo Kate mientras le empujaba fuera de su apartamento y ponía sus cosas en sus manos.
"Adiós, Castle. Te veré más tarde." dijo cerrando la puerta con llave.
Castle esperó unos minutos, dejó los zapatos en el suelo y se los puso en los pies. Hizo caso omiso de las miradas que recibió de otras personas en el pasillo. Deben de haber oído a Kate y le vieron de pie en el pasillo. Les dedicó una sonrisa amable, chata y levantó una mano para mostrar que tenía todo bajo control. Kate se alejó de la puerta porque oyó unos pasos alejarse cada vez más. Él se puso el teléfono celular en el bolsillo y tomó sus llaves. Abrió la puerta y entró en el apartamento una vez más. Puso las llaves en el cuenco otra vez y rodeó el sofá para encontrar la cara de Kate enterrada en una almohada. Oyó su llanto ahogado y se sentó en el borde del sofá.
"Lo siento. No quise decir nada de eso."
"Lo sé."
nato_kine- Policia de homicidios
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Pobre kate..sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Lo hechaba muchisimo de menos la verdad, espero que lo supere y que tengo un bebé con Castle
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Invitado- Invitado
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
esta muy bien, muy tierno
rubiodav- Actor en Broadway
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Dios este fic va a poder conmigo.. es tan tan taaaaan y a la vez tan
Me da penilla de Kate..mucha, debe de ser muy duro y dificil superar eso.. y supongo que es necesario desahogarse aunque sea tratando mal a Castle , es la unica persona que entenderia que Kate le dijese eso y aun asi no enfadarse ...
Continua pronto
PD( Lau pa que digas que no comento )
Me da penilla de Kate..mucha, debe de ser muy duro y dificil superar eso.. y supongo que es necesario desahogarse aunque sea tratando mal a Castle , es la unica persona que entenderia que Kate le dijese eso y aun asi no enfadarse ...
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PD( Lau pa que digas que no comento )
MelaD7- Moderador
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Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
ahhhh muy bueno. Realmente me gusta mucho la historia k se an montado.
Y muchas gracias a nato por las traducciones. Eres un sol
Y muchas gracias a nato por las traducciones. Eres un sol
suika- Escritor novato
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Fecha de inscripción : 26/03/2012
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
Continua lo antes posible porque es realmente bueno
rubiodav- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 04/03/2012
Capítulo 8
Por fin, un capítulo más de esta historia.
CAPÍTULO 8
Una semana después (casi 4 meses después)
Castle sintió su teléfono en el bolsillo junto a su billetera. Rebisó por cuarta vez para asegurarse de que todavía estaban en su bolsillo desde que bajó del taxi. Estaba haciendo esto nervioso. Su energía estaba por las nubes y tenía que mantener la calma. Dio un paso a la vez. Tenía que llegar al banco, esa era la primer parte. Entonces podría tomar asiento y actuar amablemente, saludar. En tercer lugar, debía contener su ira. Él no había estado allí, no conocía toda la historia. Tenía un solo trabajo que hacer. Se acercó al banco de madera que estaba parcialmente en la luz del sol y bajo un árbol.
"Hey," dijo con una sonrisa incómoda. En realidad, a él nunca le gustó ese hombre.
"Hey Rick", dijo Josh mientras se levantaba y le tendía una mano para estrechársela.
Castle le estrechó la mano y le tendió la otra indicando que se sentaran. Ambos hombres se sentron en ángulo entre sí con una pared de incomodidad extendiéndose entre ellos. Niños montaban en sus bicicletas y scooters mientras sus padres caminaban a lado de ellos. Perros estaban siendo perseguidos. Había personas que corrían. Era otro día normal de verano.
"Sabes, cuando llamaste y me pediste para reunirnos, no sabía qué era lo que querías. Estuve a punto de no venir, pero no he visto a Kate en tanto tiempo—"
"Ella no va a estar aquí."
El rostro de Josh mostró desilusión. Castle se dio cuenta de que lo sucedido era algo que también lo había lastimado profundamente a él.
Josh no era estúpido. Sabía que tenía que ser educado con el tema sobre el que tratarían. Castle y Kate siempre fueron cercanos. Ella podría no estar aquí, pero sabía por qué Castle estaba.
"Mira, creo que podemos evitar esto sin hacer una citación de la corte. Tengo dinero, puedo pagar por lo que sea que ella necesite."
Castle lo miró confundido.
"No, no estoy aquí por dinero." dijo Castle mientras miraba a sus rodillas. Deseaba que la necesidad de hablar con Josh fuera por dinero. "Tengo que decirte algo."
Castle le contó toda la historia. Vio su rostro registrar la información. La mano de Josh fue hasta su frente y se frotó los ojos. Sus codos se apoyaron sobre sus rodillas y dejó que su espalda se encorvará. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y luego empezaron a caer de ellos. El agua se deslizó bajando por su cuerpo. Se recostó en el respaldo del banco y se sentó. Castle sabía que era una gran cantidad de información, pero continuó con la historia. Terminó con la conversación que él y Kate habían tenido. Cómo ambos habían decidido que Josh necesitaba saber.
"Así que, - Espera, ¿cómo - um..."
"Está bien. Tómate un minuto."
"Así que, mi hijo está muerto."
Castle no sabía cómo responder a eso. Quería mirar a ese hombre y decirle que no, que su hijo no estaba muerto, que el hijo de Kate lo estaba. Pero no podía. Incluso aunque Josh no conociera al niño y actuó como uno cuando se fue, él acababa de descubrir que su hijo estaba muerto. Castle miró al hombre frente a él y simplemente respondió que sí. Se quedaron por un momento en silencio. Castle quería irse y volver con Kate, pero se quedó para asegurarse de que él estaba bien.
"¿Cómo ella pudo hacer esto?" susurró Josh para sus adentros.
Castle estaba confundido otra vez. ¿Cómo pudo hacer quién qué cosa?
"¿A qué te refieres?"
"¿Cómo Kate pudo hacerme esto a mí? Yo debería haber estado allí. Nunca debería haber permitido que ella me echara. Conseguí un trabajo en Seattle. ¿Sabías eso? Por supuesto que no. Me voy la próxima semana. Estaba dispuesto a dejar que el bebé creciera sin mí."
"Mira, ya se acabó. Sólo quería que lo supieras."
Castle se removió en el banco preparándose para irse.
"¿Tú estabas allí? ¿Estabas allí cuando ella fue al hospital?"
"Sí", dijo Castle, vacilante.
Josh hizo una pausa y miró al suelo. La cantidad de información que acababa de recibir era demasiada para procesarla. Su mente estaba disparando todo lo que tenía de vuelta. Todas las dudas que tenía en la mente. Cada emoción que había sentido desde el inicio de su relación hasta ahora.
"¿Te estás acostando con ella?"
"¿Perdón?" Castle fue sorprendido con la guardia baja. Él estaba tratando de hacerle saber que su hijo había muerto en Marzo y Josh estaba tocando ese tema.
"¿Te estás acostando con ella?... ¿Están juntos?" dijo Josh con enojo.
"No creo que nada de eso sea de tu incumbencia."
Castle pudo notar que ese hombre estaba herido. Los tres estaban heridos.
"Ya sabes... Como sea. Ella puede tenerte." dijo mientras se levantaba.
Castle había visto una situación similar y se puso de pie. Sacar la ira en vez del dolor. Culpar a alguien por algo, incluso aunque realmente no te importa. Había pasado por esto antes y lo vio en Kate hace apenas una semana atrás.
"Mejor me voy.” dijo Castle. Haciendo un quiebre en la discusión en aumento.
"Si, está bien."
Castle se volvió para alejarse.
"Espera. Tengo una pregunta." dijo Josh, mirando la espalda de Castle con esperanza, pero se detuvo. "¿Cuál era su nombre?"
"Aiden", dijo Castle sin darse vuelta. "Ella lo nombró Aiden."
2 meses después (5 meses después)
"¿Dónde está mi zapato?"
"¿Qué?"
"Mi zapato. No lo puedo encontrar." dijo Kate desde el piso de su armario.
"Sí, escuché eso. Tienes muchos zapatos Kate."
"Tú sabes cuál... el que me puse para ir a cenar la otra noche."
"Kate, yo realmente no veo tus zapatos."
Kate ignoró el comentario y siguió buscando.
"¡Lo encontré!"
Castle llegó de su dormitorio improvisado en la sala. La cama de Kate estaba repleta de ropa de todo tipo.
"Kate, vamos a la playa, no a la semana de la moda."
"Lo sé, pero no he ido a la playa en mucho tiempo."
"Bueno, vamos a salir a comer una noche durante la semana y el resto nos quedaremos en casa. Seremos tú y yo durante los primeros dos días y luego Alexis se unirá a nosotros cuando termine en la casa de su amiga. Ella ya está allá. El código de vestimenta se compone de pantalones cortos y camisetas." dijo Castle mientras recogía un vestido que estaba tendido en la cama.
"¿No tienes que ir a tu casa a empacar?" dijo Kate con una sonrisa.
"Ventajas de tener una casa en la playa. La mayoría de mis cosas ya está allá.”
Llegaron a los Hamptons, ya tarde, la mañana siguiente. Castle tenía una cena prevista para la noche. Ya lo había preparado cuando fue a principios de esa semana. Kate tenía planeado un fin de semana con su padre y él lo utilizó en su beneficio. Había escondido todo para que ella pudiera husmear y aún así no encontrar nada.
Pasaron el día en la playa. Kate disfrutaba del sol y Castle disfrutaba de la compañía. Estuvieron en el agua un par de veces, pero terminaron cayendo dormidos en la playa. La relajación era algo que ambos ansiaban. A pesar de que ambos estaban en casa, igualmente nunca habían estado tan exhaustos. Ambos querían estar libres de ese peso dentro de su pecho. Parecía que nunca se iría, hasta el momento.
Kate rodó sobre su costado y le dio un codazo a Castle para despertarlo.
"Estaba pensando que me gustaría volver a trabajar pronto."
Castle rodó sobre su costado en dirección a Kate.
"¿Sí? Eso es genial. ¿Crees que estás lista?"
"Creo que lo estoy. Ya no puedo quedarme sentada en mi apartamento. Necesito volver a la rutina que tenía antes de..." Kate todavía no lo podía mencionar o ponerle un nombre a la muerte de su hijo.
"Creo que es una gran idea. Incluso pienso que mi compañía se merecía un premio. Pero, supongo que sólo unos pocos pueden disfrutar del verdadero arte del acompañamiento."
"¿Lo crees? De acuerdo. Bien. Y he disfrutado cada segundo de ella. No te preocupes."
"¿Crees que puedes manejar todo eso? El contenido de los casos."
"Creo que puedo. Todavía voy a seguir viendo a mi terapeuta una vez a la semana. Y puedo hablar con los chicos y tomar un caso a la vez. Vas a estar allí conmigo, ¿verdad?", preguntó Kate, más como una cuestión de seguridad que como una pregunta de compañeros. Necesitaba que él estuviera allí para apoyarla más que cualquier otra cosa. Sí, siempre sería su compañero, pero ella necesitaba más de él ahora.
"Voy a estar allí, sólo házme saber cuándo."
Kate rodó sobre su espalda y dejó que el sol cayera sobre su estómago.
"Ah, y Kate. Nikki no oirá nada de esto."
Kate sonrió. "Gracias."
Salieron de la playa alrededor de las cuatro y media. El camino de vuelta a la casa estaba a sólo unos pocos minutos, algo que Castle amaba de tener su propiedad frente a la playa. Cuando llegaron a la casa utilizaron la ducha exterior para enjuagarse, por separado, y decidieron pasar el resto de la tarde por su cuenta y volver a reunirse para la cena.
Kate fue a su habitación y se puso unos pantalones cortos y una camiseta. Buscó las zapatillas de deporte en el fondo de su maleta y se fue a dar un paseo. Con cada paso que daba su cabeza parecía aclararse más. El estrés se deslizó a través de sus zapatillas de deporte y hacia el mundo. No sabía hacia dónde estaba yendo y eso le gustaba, el sutil misterio de un barrio desconocido a su alrededor. Cuando regresó una hora más tarde, Castle no estaba por ninguna parte. Hizo caso omiso de la curiosidad que le rogaba por saber dónde se encontraba y subió a su habitación.
Su ducha duró más de lo debido. Algo sobre estar en la playa y ducharse después hizo que todo fuera más agradable. Su piel era suave por la arena y su pelo se sentía increíble por el agua salada. El color debajo de su tono que a veces brillaba en su pelo se destacó por haber estado en el sol todo el día. Y el shampoo que estaba en la ducha tenía un aroma adictivo. Después de ponerse un chándal, su vestimenta antes de su traje de noche, enchufó su secador de pelo y sacó su rizador de pelo y el maquillaje.
El agua salada realmente hacía maravillas con su pelo porque tenía los rizos bien formados pero se relajaban en sus hombros. Sabía que se veía increíble y no podía esperar para juntarlo con su vestido de verano que había traído. Lo había cambiado por el que estaba en la cama en su casa, porque quería que Castle no lo viera, o pusiera sus manos sobre él. Era un patrón tribal que hacía juego con su complexión. Y era uno de esos vestidos salmonete, cortos en el frente y largos por detrás. Por lo tanto, no sólo lograba que su piel se viera extraordinariamente sorprendente, también mostraba su mejor característica, sus piernas. No sabía que estarían haciendo para la cena, así que dejó las cuñas atadas a su tobillo y quedaron listas para ponerlas cuando tuvieran que estar. Cuando había pasado otra hora desde que ella y Castle se habían separado decidió bajar. Se acercaban las siete en punto y el sol se estaba poniendo. Caminó hacia afuera, hacia las puertas del patio para encontrar a Castle.
Kate se quedó helada.
Las barandillas del patio tenían luces blancas de Navidad que se alineaban en el perímetro. Había una mesa de madera delante de ella con flores en un florero pequeño. La puerta de la playa estaba abierta así que podía ver el mar y la arena. Se acercó a su izquierda y vio que el árbol al lado de ellos también tenía luces alrededor. Luces diferentes. Cada una era de una forma única y patrón, pero todas ellas eran luces de papel. Linternas para ser exactos. El sol se estaba poniendo detrás de ella y las luces iluminaban el patio. Había música que sonaba en el fondo, pero Kate no pudo ver ningún altavoz. Caminó un poco más acercándose al borde del patio y se apoyó en la barandilla. La vida parecía perfecta. Se sentía relajada. Tranquila. Sentía como si pudiera vivir allí por el resto de su vida y olvidarse de todo lo demás.
"¿Te gusta?"
Kate se dio vuelta y vio a Castle en la puerta.
"¿Hiciste esto por mí?" dijo con una sonrisa.
"Te lo mereces." dijo él con tranquilidad.
Comieron una cena similar a la que Castle había preparado para su cena en la azotea. Kate pensó en todo lo que había cambiado desde entonces. Hacía sólo cinco meses, pero que habían sido unos largos y agitados cinco meses. Y estaba empezando a entender y a aceptarlo finalmente. Miró a Castle que estaba mirando su plato. Estaba muy agradecida por tener a alguien con quien compartir esto. Alguien que había estado allí para todo. Le había dicho cosas que no había compartido con nadie. Sonrió para sí misma y fue atrapada cuando él levantó la vista hacia ella.
Castle vio a la mujer sentada frente a él. Su sonrisa lo agarró con la guardia baja y envió un escalofrío a través de él. La mujer más fuerte que había conocido estaba a dos metros suyo. Él siempre admiraría su coraje. Finalmente, tuvo la certeza de que había encontrado a la mujer con quien quería pasar el resto de su vida.
"¿Qué estás mirando?" dijo Kate con una risa.
"Nada. A tí. A todo."
Kate deslizó una mano a su cabeza y se acomodó el pelo detrás de la oreja. Trató de alejar el comentario, pero no lo logró. No quería alejar nada más. Tal vez cuando estuvieran de regreso en casa, pero ahora mismo no tenía ningún remordimiento o segundo pensamiento.
Después de la cena que ambos dejaron sus platos adentro y caminaron un poco más hasta que llegaron a la arena. Se sentaron y miraron las olas. Todavía podían oír la música detrás de ellos. El sol estaba a punto de desaparecer de su lado del mundo. Kate se acercó más a Castle mientras hundía sus pies en la arena. Su cabeza cayó lentamente sobre su hombro. Él la siguió poniendo su brazo alrededor de ella y permitiendo a Kate caer en él. Jugó con los mechones de pelo que se extendían sobre su espalda. Ella estaba a punto de cerrar los ojos cuando una canción familiar empezó a sonar.
Oh, mi amor. Mi cariño. He tenido hambre de tu toque...
"Kate, pónte de pie."
"¿Qué?"
"Vamos. Pónte de pie." dijo Castle mientras se levantaba y le agarraba la mano.
Y el tiempo pasa tan lentamente. Y el tiempo puede hacer tanto...
Kate hizo lo que le pidió y se puso de pie con Castle. Él agarró sus manos y las puso alrededor de su cuello y movió sus pies con la música.
"Ah, al estilo de la escuela media. Está bien."
Kate, se descalzo, se apoyó en el pecho del Castle y se balanceó con la música junto con él. Ella cerró los ojos y dejó que una sonrisa se arrastra sobre su rostro. La canción parecía no tener fin, y cuando lo hizo, se quedaron allí. Dejaron que la siguiente canción hiciera su aparición. Las olas se estrellaban en el fondo y la música era incomprensible, pero aunque estuvieran unos metros más lejos, no serían capaces de escucharla. No había nadie alrededor de ellos. La ciudad estaba desierta de gente que volvía de su trabajo y de niños que volvían de la escuela. Sin contar con que la casa de Castle estaba lo suficientemente lejos de las otras casas. Eran ellos dos y una playa.
"Gracias", dijo Kate en su pecho.
"¿Por qué?"
"Por todo. Todo esto."
"Por supuesto." dijo Castle mientras se movía hacia atrás y la miraba a la cara. Kate alzó la vista para encontrarse con sus ojos.
"No puedo saber por lo que has estado pasando, tanto como me gustaría. Sé lo mucho que me duele a mí. Cuánto querría sólo tenerlo en mis brazos y ver su sonrisa. Quería saber de qué color eran sus ojos. Quería verlo crecer. Descubrir qué alimentos eran sus favoritos o qué encontraba gracioso en la televisión; todas las cosas que hice con Alexis porque, Kate, lo sentía como si fuera una parte de mí a pesar de que no lo era. Y lo extraño. Y eso significa que lo que siento es sólo una fracción de lo que debes sentír tú. Traté de entender y pensar lo que sentiría si nunca hubiera llegado a ver a Alexis o escucharla hablar. Y no podía hacerlo."
Él miró sus ojos, que estaban acuosos.
"Kate, esas pocas horas en las que todavía estabas en un mundo desconocido, yo rezaba. Nunca rezo. Jamás. Pero rezaba para, de alguna forma, cambiar de lugar contigo. Para poder sacarte el dolor y sufrirlo yo, pero sabía que no podía. Tuve que ser el que te dejó saber que tu mundo estaba a punto de colapsar. Tenía que ver como sentías que tu entera existencia se estrellaba a tu alrededor. Y fue el infierno. Cuando no estábamos juntos todo lo que hacía era llorar. Fue muy duro estos últimos meses ser fuerte por ti, pero lo hice. Y, si tuviera que hacerlo todo de nuevo, tomar la decisión de decírtelo en lugar de las enfermeras, de cuidar de ti cuando no querías dejar tu cama, lo haría sin pensarlo."
Kate vio que sus ojos comenzaban a estar como los de ella. El amor que él tenía por su hijo, por ella, por fin se estaba volviendo real. No se había dado cuenta cuando él la había llevado de compras, le compraba ropa. Quedándose con ella cuando no podía moverse del sofá. Él era más padre del que jamás nadie pudiera ser para ese bebé.
"Rick, cuando miro hacia atrás a todo lo que pasó, también me di cuenta de algo. Si tuviera que pasar por esto otra vez, te elegiría a ti. Eso era algo que le ocurriría a mi cuerpo sin importar quién estuviera sentado en esa sala de espera o junto a mi cama de hospital. Si tuviera que hacerlo todo de nuevo no me gustaría que nadie más sujetara mi mano."
Castle envolvió sus brazos alrededor de ella. Su barbilla descansaba sobre su cabeza mientras ella también envolvía sus brazos alrededor suyo. Le dio un beso en la cabeza y la dejó hundirse en él.
"Gracias a ti también."
"Siempre."
Se quedaron dormidos en la playa esa noche. Cuando Castle se despertó tenía una sonrisa en su cara, porque cuando miró a su lado, la mujer que dormía allí todavía estaba tendida en sus brazos.
Castle sintió su teléfono en el bolsillo junto a su billetera. Rebisó por cuarta vez para asegurarse de que todavía estaban en su bolsillo desde que bajó del taxi. Estaba haciendo esto nervioso. Su energía estaba por las nubes y tenía que mantener la calma. Dio un paso a la vez. Tenía que llegar al banco, esa era la primer parte. Entonces podría tomar asiento y actuar amablemente, saludar. En tercer lugar, debía contener su ira. Él no había estado allí, no conocía toda la historia. Tenía un solo trabajo que hacer. Se acercó al banco de madera que estaba parcialmente en la luz del sol y bajo un árbol.
"Hey," dijo con una sonrisa incómoda. En realidad, a él nunca le gustó ese hombre.
"Hey Rick", dijo Josh mientras se levantaba y le tendía una mano para estrechársela.
Castle le estrechó la mano y le tendió la otra indicando que se sentaran. Ambos hombres se sentron en ángulo entre sí con una pared de incomodidad extendiéndose entre ellos. Niños montaban en sus bicicletas y scooters mientras sus padres caminaban a lado de ellos. Perros estaban siendo perseguidos. Había personas que corrían. Era otro día normal de verano.
"Sabes, cuando llamaste y me pediste para reunirnos, no sabía qué era lo que querías. Estuve a punto de no venir, pero no he visto a Kate en tanto tiempo—"
"Ella no va a estar aquí."
El rostro de Josh mostró desilusión. Castle se dio cuenta de que lo sucedido era algo que también lo había lastimado profundamente a él.
Josh no era estúpido. Sabía que tenía que ser educado con el tema sobre el que tratarían. Castle y Kate siempre fueron cercanos. Ella podría no estar aquí, pero sabía por qué Castle estaba.
"Mira, creo que podemos evitar esto sin hacer una citación de la corte. Tengo dinero, puedo pagar por lo que sea que ella necesite."
Castle lo miró confundido.
"No, no estoy aquí por dinero." dijo Castle mientras miraba a sus rodillas. Deseaba que la necesidad de hablar con Josh fuera por dinero. "Tengo que decirte algo."
Castle le contó toda la historia. Vio su rostro registrar la información. La mano de Josh fue hasta su frente y se frotó los ojos. Sus codos se apoyaron sobre sus rodillas y dejó que su espalda se encorvará. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y luego empezaron a caer de ellos. El agua se deslizó bajando por su cuerpo. Se recostó en el respaldo del banco y se sentó. Castle sabía que era una gran cantidad de información, pero continuó con la historia. Terminó con la conversación que él y Kate habían tenido. Cómo ambos habían decidido que Josh necesitaba saber.
"Así que, - Espera, ¿cómo - um..."
"Está bien. Tómate un minuto."
"Así que, mi hijo está muerto."
Castle no sabía cómo responder a eso. Quería mirar a ese hombre y decirle que no, que su hijo no estaba muerto, que el hijo de Kate lo estaba. Pero no podía. Incluso aunque Josh no conociera al niño y actuó como uno cuando se fue, él acababa de descubrir que su hijo estaba muerto. Castle miró al hombre frente a él y simplemente respondió que sí. Se quedaron por un momento en silencio. Castle quería irse y volver con Kate, pero se quedó para asegurarse de que él estaba bien.
"¿Cómo ella pudo hacer esto?" susurró Josh para sus adentros.
Castle estaba confundido otra vez. ¿Cómo pudo hacer quién qué cosa?
"¿A qué te refieres?"
"¿Cómo Kate pudo hacerme esto a mí? Yo debería haber estado allí. Nunca debería haber permitido que ella me echara. Conseguí un trabajo en Seattle. ¿Sabías eso? Por supuesto que no. Me voy la próxima semana. Estaba dispuesto a dejar que el bebé creciera sin mí."
"Mira, ya se acabó. Sólo quería que lo supieras."
Castle se removió en el banco preparándose para irse.
"¿Tú estabas allí? ¿Estabas allí cuando ella fue al hospital?"
"Sí", dijo Castle, vacilante.
Josh hizo una pausa y miró al suelo. La cantidad de información que acababa de recibir era demasiada para procesarla. Su mente estaba disparando todo lo que tenía de vuelta. Todas las dudas que tenía en la mente. Cada emoción que había sentido desde el inicio de su relación hasta ahora.
"¿Te estás acostando con ella?"
"¿Perdón?" Castle fue sorprendido con la guardia baja. Él estaba tratando de hacerle saber que su hijo había muerto en Marzo y Josh estaba tocando ese tema.
"¿Te estás acostando con ella?... ¿Están juntos?" dijo Josh con enojo.
"No creo que nada de eso sea de tu incumbencia."
Castle pudo notar que ese hombre estaba herido. Los tres estaban heridos.
"Ya sabes... Como sea. Ella puede tenerte." dijo mientras se levantaba.
Castle había visto una situación similar y se puso de pie. Sacar la ira en vez del dolor. Culpar a alguien por algo, incluso aunque realmente no te importa. Había pasado por esto antes y lo vio en Kate hace apenas una semana atrás.
"Mejor me voy.” dijo Castle. Haciendo un quiebre en la discusión en aumento.
"Si, está bien."
Castle se volvió para alejarse.
"Espera. Tengo una pregunta." dijo Josh, mirando la espalda de Castle con esperanza, pero se detuvo. "¿Cuál era su nombre?"
"Aiden", dijo Castle sin darse vuelta. "Ella lo nombró Aiden."
2 meses después (5 meses después)
"¿Dónde está mi zapato?"
"¿Qué?"
"Mi zapato. No lo puedo encontrar." dijo Kate desde el piso de su armario.
"Sí, escuché eso. Tienes muchos zapatos Kate."
"Tú sabes cuál... el que me puse para ir a cenar la otra noche."
"Kate, yo realmente no veo tus zapatos."
Kate ignoró el comentario y siguió buscando.
"¡Lo encontré!"
Castle llegó de su dormitorio improvisado en la sala. La cama de Kate estaba repleta de ropa de todo tipo.
"Kate, vamos a la playa, no a la semana de la moda."
"Lo sé, pero no he ido a la playa en mucho tiempo."
"Bueno, vamos a salir a comer una noche durante la semana y el resto nos quedaremos en casa. Seremos tú y yo durante los primeros dos días y luego Alexis se unirá a nosotros cuando termine en la casa de su amiga. Ella ya está allá. El código de vestimenta se compone de pantalones cortos y camisetas." dijo Castle mientras recogía un vestido que estaba tendido en la cama.
"¿No tienes que ir a tu casa a empacar?" dijo Kate con una sonrisa.
"Ventajas de tener una casa en la playa. La mayoría de mis cosas ya está allá.”
Llegaron a los Hamptons, ya tarde, la mañana siguiente. Castle tenía una cena prevista para la noche. Ya lo había preparado cuando fue a principios de esa semana. Kate tenía planeado un fin de semana con su padre y él lo utilizó en su beneficio. Había escondido todo para que ella pudiera husmear y aún así no encontrar nada.
Pasaron el día en la playa. Kate disfrutaba del sol y Castle disfrutaba de la compañía. Estuvieron en el agua un par de veces, pero terminaron cayendo dormidos en la playa. La relajación era algo que ambos ansiaban. A pesar de que ambos estaban en casa, igualmente nunca habían estado tan exhaustos. Ambos querían estar libres de ese peso dentro de su pecho. Parecía que nunca se iría, hasta el momento.
Kate rodó sobre su costado y le dio un codazo a Castle para despertarlo.
"Estaba pensando que me gustaría volver a trabajar pronto."
Castle rodó sobre su costado en dirección a Kate.
"¿Sí? Eso es genial. ¿Crees que estás lista?"
"Creo que lo estoy. Ya no puedo quedarme sentada en mi apartamento. Necesito volver a la rutina que tenía antes de..." Kate todavía no lo podía mencionar o ponerle un nombre a la muerte de su hijo.
"Creo que es una gran idea. Incluso pienso que mi compañía se merecía un premio. Pero, supongo que sólo unos pocos pueden disfrutar del verdadero arte del acompañamiento."
"¿Lo crees? De acuerdo. Bien. Y he disfrutado cada segundo de ella. No te preocupes."
"¿Crees que puedes manejar todo eso? El contenido de los casos."
"Creo que puedo. Todavía voy a seguir viendo a mi terapeuta una vez a la semana. Y puedo hablar con los chicos y tomar un caso a la vez. Vas a estar allí conmigo, ¿verdad?", preguntó Kate, más como una cuestión de seguridad que como una pregunta de compañeros. Necesitaba que él estuviera allí para apoyarla más que cualquier otra cosa. Sí, siempre sería su compañero, pero ella necesitaba más de él ahora.
"Voy a estar allí, sólo házme saber cuándo."
Kate rodó sobre su espalda y dejó que el sol cayera sobre su estómago.
"Ah, y Kate. Nikki no oirá nada de esto."
Kate sonrió. "Gracias."
Salieron de la playa alrededor de las cuatro y media. El camino de vuelta a la casa estaba a sólo unos pocos minutos, algo que Castle amaba de tener su propiedad frente a la playa. Cuando llegaron a la casa utilizaron la ducha exterior para enjuagarse, por separado, y decidieron pasar el resto de la tarde por su cuenta y volver a reunirse para la cena.
Kate fue a su habitación y se puso unos pantalones cortos y una camiseta. Buscó las zapatillas de deporte en el fondo de su maleta y se fue a dar un paseo. Con cada paso que daba su cabeza parecía aclararse más. El estrés se deslizó a través de sus zapatillas de deporte y hacia el mundo. No sabía hacia dónde estaba yendo y eso le gustaba, el sutil misterio de un barrio desconocido a su alrededor. Cuando regresó una hora más tarde, Castle no estaba por ninguna parte. Hizo caso omiso de la curiosidad que le rogaba por saber dónde se encontraba y subió a su habitación.
Su ducha duró más de lo debido. Algo sobre estar en la playa y ducharse después hizo que todo fuera más agradable. Su piel era suave por la arena y su pelo se sentía increíble por el agua salada. El color debajo de su tono que a veces brillaba en su pelo se destacó por haber estado en el sol todo el día. Y el shampoo que estaba en la ducha tenía un aroma adictivo. Después de ponerse un chándal, su vestimenta antes de su traje de noche, enchufó su secador de pelo y sacó su rizador de pelo y el maquillaje.
El agua salada realmente hacía maravillas con su pelo porque tenía los rizos bien formados pero se relajaban en sus hombros. Sabía que se veía increíble y no podía esperar para juntarlo con su vestido de verano que había traído. Lo había cambiado por el que estaba en la cama en su casa, porque quería que Castle no lo viera, o pusiera sus manos sobre él. Era un patrón tribal que hacía juego con su complexión. Y era uno de esos vestidos salmonete, cortos en el frente y largos por detrás. Por lo tanto, no sólo lograba que su piel se viera extraordinariamente sorprendente, también mostraba su mejor característica, sus piernas. No sabía que estarían haciendo para la cena, así que dejó las cuñas atadas a su tobillo y quedaron listas para ponerlas cuando tuvieran que estar. Cuando había pasado otra hora desde que ella y Castle se habían separado decidió bajar. Se acercaban las siete en punto y el sol se estaba poniendo. Caminó hacia afuera, hacia las puertas del patio para encontrar a Castle.
Kate se quedó helada.
Las barandillas del patio tenían luces blancas de Navidad que se alineaban en el perímetro. Había una mesa de madera delante de ella con flores en un florero pequeño. La puerta de la playa estaba abierta así que podía ver el mar y la arena. Se acercó a su izquierda y vio que el árbol al lado de ellos también tenía luces alrededor. Luces diferentes. Cada una era de una forma única y patrón, pero todas ellas eran luces de papel. Linternas para ser exactos. El sol se estaba poniendo detrás de ella y las luces iluminaban el patio. Había música que sonaba en el fondo, pero Kate no pudo ver ningún altavoz. Caminó un poco más acercándose al borde del patio y se apoyó en la barandilla. La vida parecía perfecta. Se sentía relajada. Tranquila. Sentía como si pudiera vivir allí por el resto de su vida y olvidarse de todo lo demás.
"¿Te gusta?"
Kate se dio vuelta y vio a Castle en la puerta.
"¿Hiciste esto por mí?" dijo con una sonrisa.
"Te lo mereces." dijo él con tranquilidad.
Comieron una cena similar a la que Castle había preparado para su cena en la azotea. Kate pensó en todo lo que había cambiado desde entonces. Hacía sólo cinco meses, pero que habían sido unos largos y agitados cinco meses. Y estaba empezando a entender y a aceptarlo finalmente. Miró a Castle que estaba mirando su plato. Estaba muy agradecida por tener a alguien con quien compartir esto. Alguien que había estado allí para todo. Le había dicho cosas que no había compartido con nadie. Sonrió para sí misma y fue atrapada cuando él levantó la vista hacia ella.
Castle vio a la mujer sentada frente a él. Su sonrisa lo agarró con la guardia baja y envió un escalofrío a través de él. La mujer más fuerte que había conocido estaba a dos metros suyo. Él siempre admiraría su coraje. Finalmente, tuvo la certeza de que había encontrado a la mujer con quien quería pasar el resto de su vida.
"¿Qué estás mirando?" dijo Kate con una risa.
"Nada. A tí. A todo."
Kate deslizó una mano a su cabeza y se acomodó el pelo detrás de la oreja. Trató de alejar el comentario, pero no lo logró. No quería alejar nada más. Tal vez cuando estuvieran de regreso en casa, pero ahora mismo no tenía ningún remordimiento o segundo pensamiento.
Después de la cena que ambos dejaron sus platos adentro y caminaron un poco más hasta que llegaron a la arena. Se sentaron y miraron las olas. Todavía podían oír la música detrás de ellos. El sol estaba a punto de desaparecer de su lado del mundo. Kate se acercó más a Castle mientras hundía sus pies en la arena. Su cabeza cayó lentamente sobre su hombro. Él la siguió poniendo su brazo alrededor de ella y permitiendo a Kate caer en él. Jugó con los mechones de pelo que se extendían sobre su espalda. Ella estaba a punto de cerrar los ojos cuando una canción familiar empezó a sonar.
Oh, mi amor. Mi cariño. He tenido hambre de tu toque...
"Kate, pónte de pie."
"¿Qué?"
"Vamos. Pónte de pie." dijo Castle mientras se levantaba y le agarraba la mano.
Y el tiempo pasa tan lentamente. Y el tiempo puede hacer tanto...
Kate hizo lo que le pidió y se puso de pie con Castle. Él agarró sus manos y las puso alrededor de su cuello y movió sus pies con la música.
"Ah, al estilo de la escuela media. Está bien."
Kate, se descalzo, se apoyó en el pecho del Castle y se balanceó con la música junto con él. Ella cerró los ojos y dejó que una sonrisa se arrastra sobre su rostro. La canción parecía no tener fin, y cuando lo hizo, se quedaron allí. Dejaron que la siguiente canción hiciera su aparición. Las olas se estrellaban en el fondo y la música era incomprensible, pero aunque estuvieran unos metros más lejos, no serían capaces de escucharla. No había nadie alrededor de ellos. La ciudad estaba desierta de gente que volvía de su trabajo y de niños que volvían de la escuela. Sin contar con que la casa de Castle estaba lo suficientemente lejos de las otras casas. Eran ellos dos y una playa.
"Gracias", dijo Kate en su pecho.
"¿Por qué?"
"Por todo. Todo esto."
"Por supuesto." dijo Castle mientras se movía hacia atrás y la miraba a la cara. Kate alzó la vista para encontrarse con sus ojos.
"No puedo saber por lo que has estado pasando, tanto como me gustaría. Sé lo mucho que me duele a mí. Cuánto querría sólo tenerlo en mis brazos y ver su sonrisa. Quería saber de qué color eran sus ojos. Quería verlo crecer. Descubrir qué alimentos eran sus favoritos o qué encontraba gracioso en la televisión; todas las cosas que hice con Alexis porque, Kate, lo sentía como si fuera una parte de mí a pesar de que no lo era. Y lo extraño. Y eso significa que lo que siento es sólo una fracción de lo que debes sentír tú. Traté de entender y pensar lo que sentiría si nunca hubiera llegado a ver a Alexis o escucharla hablar. Y no podía hacerlo."
Él miró sus ojos, que estaban acuosos.
"Kate, esas pocas horas en las que todavía estabas en un mundo desconocido, yo rezaba. Nunca rezo. Jamás. Pero rezaba para, de alguna forma, cambiar de lugar contigo. Para poder sacarte el dolor y sufrirlo yo, pero sabía que no podía. Tuve que ser el que te dejó saber que tu mundo estaba a punto de colapsar. Tenía que ver como sentías que tu entera existencia se estrellaba a tu alrededor. Y fue el infierno. Cuando no estábamos juntos todo lo que hacía era llorar. Fue muy duro estos últimos meses ser fuerte por ti, pero lo hice. Y, si tuviera que hacerlo todo de nuevo, tomar la decisión de decírtelo en lugar de las enfermeras, de cuidar de ti cuando no querías dejar tu cama, lo haría sin pensarlo."
Kate vio que sus ojos comenzaban a estar como los de ella. El amor que él tenía por su hijo, por ella, por fin se estaba volviendo real. No se había dado cuenta cuando él la había llevado de compras, le compraba ropa. Quedándose con ella cuando no podía moverse del sofá. Él era más padre del que jamás nadie pudiera ser para ese bebé.
"Rick, cuando miro hacia atrás a todo lo que pasó, también me di cuenta de algo. Si tuviera que pasar por esto otra vez, te elegiría a ti. Eso era algo que le ocurriría a mi cuerpo sin importar quién estuviera sentado en esa sala de espera o junto a mi cama de hospital. Si tuviera que hacerlo todo de nuevo no me gustaría que nadie más sujetara mi mano."
Castle envolvió sus brazos alrededor de ella. Su barbilla descansaba sobre su cabeza mientras ella también envolvía sus brazos alrededor suyo. Le dio un beso en la cabeza y la dejó hundirse en él.
"Gracias a ti también."
"Siempre."
Se quedaron dormidos en la playa esa noche. Cuando Castle se despertó tenía una sonrisa en su cara, porque cuando miró a su lado, la mujer que dormía allí todavía estaba tendida en sus brazos.
nato_kine- Policia de homicidios
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/02/2012
Edad : 39
Localización : Argentina
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
has tardado pero ha merecido la pena genial, me encanta, siguee
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
- Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Edad : 26
Localización : Ceuta (España)
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
es fantastico
rubiodav- Actor en Broadway
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 04/03/2012
Re: Sorpresas - Capítulo 13 - Final
¡Que historia más bonita! Describe muy bien, algo tan angustioso como la pérdida de un hijo.
Muchas gracias por traducirla y compartirla.
Muchas gracias por traducirla y compartirla.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
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