Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
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Escena 32: La venganza del Lado oscuro.
Como lo prometí, durante la semana tendrían historia nueva.
Aviso que no es la historia con Meredith. Aunque esa está en camino tuve algo así como un momento de inspiración y empecé a crear esto que empieza siendo una muy divertida y delirante escena para luego cambiar completamente.
Para que vayan teniendo una idea les cuento que es la continuación del 5x06: The final frontier. No sé ustedes, pero yo me quedé con gusto a poco luego de ver a Kate con la máscara y entonces me dije: '¿Por que no hacer una continuación?' Así que la hice, y aquí estoy. Espero que les guste.
Advertencia: Calificación AM+
- ¿Te gusta? – preguntó Kate. Castle se levantó del piso, todavía impresionado.
- Eso no es lo que... eso no... – intentó decir pero el shock era muy grande.
- ¿Quieres unos besitos, Castle? – se burló ella.
- No, yo... – dijo empezando a caminar hacia atrás.
- Vamos... sólo un besito, aquí, en los labios... – dijo Kate señalando los labios de la máscara. Castle siguió retrocediendo y se metió en el armario. - ¿No soñabas con esto? – preguntó Kate burlonamente mientras él cerraba la puerta. - Castle... – lo llamó tocando la puerta. - ¿Nos vamos a besar?
- Quizás deberíamos empezar con el maratón de "Nebula-9". – le dijo Castle desde dentro.
Actualmente no estoy en condiciones de subir una escena por día. Intentaré por lo menos poner una por semana. Se que no es mucho pero bueno. Recién comienzo las vacaciones y siento que tengo que ponerme al día con mil cosas y hacer cosas que tenía postergadas desde hace mucho así que todavía me cuesta un poco sentarme a escribir.
Saludos a todos y gracias por seguir leyéndome.
Aviso que no es la historia con Meredith. Aunque esa está en camino tuve algo así como un momento de inspiración y empecé a crear esto que empieza siendo una muy divertida y delirante escena para luego cambiar completamente.
Para que vayan teniendo una idea les cuento que es la continuación del 5x06: The final frontier. No sé ustedes, pero yo me quedé con gusto a poco luego de ver a Kate con la máscara y entonces me dije: '¿Por que no hacer una continuación?' Así que la hice, y aquí estoy. Espero que les guste.
Advertencia: Calificación AM+
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Anteriormente, en Castle:- ¿Te gusta? – preguntó Kate. Castle se levantó del piso, todavía impresionado.
- Eso no es lo que... eso no... – intentó decir pero el shock era muy grande.
- ¿Quieres unos besitos, Castle? – se burló ella.
- No, yo... – dijo empezando a caminar hacia atrás.
- Vamos... sólo un besito, aquí, en los labios... – dijo Kate señalando los labios de la máscara. Castle siguió retrocediendo y se metió en el armario. - ¿No soñabas con esto? – preguntó Kate burlonamente mientras él cerraba la puerta. - Castle... – lo llamó tocando la puerta. - ¿Nos vamos a besar?
- Quizás deberíamos empezar con el maratón de "Nebula-9". – le dijo Castle desde dentro.
LA VENGANZA DEL LADO OSCURO
- Castle, ¿vas a salir o no? – preguntó Kate divertida desde fuera del armario.
- Empieza con la maratón si quieres. – le dijo él desde dentro sin abrir la puerta.
- Me prometiste que la verías conmigo si te mostraba el traje. – le recordó ella.
- La máscara… no era parte del atuendo. – le reprochó. Su voz sonaba un poco ausente, como si estuviera concentrado en otra cosa. – Así que no estoy—
La frase fue interrumpida por un fuerte ruido que se produjo en el interior. Parecía que algo se había caído. Kate apoyó la oreja en la puerta intentando escuchar.
- Maldición... – maldijo Castle en silencio.
- Castle, ¿está todo bien? – dijo intentando abrir la puerta. Pero él se lo impidió.
- Si, si, todo bien. Dame un segundo, prepara los capítulos. – le pidió. Su voz sonaba más animada. Kate se quedó unos segundos dubitativa. Pero luego cedió.
- Bien, de acuerdo. – dijo finalmente.
Se volteó y comenzó a caminar hacia el televisor que habían traído con la idea de ver la maratón en la cama. Kate apenas había recorrido menos de la mitad del camino cuando Castle abrió la puerta del armario y se acercó rápidamente a ella para rodearle la cintura con los brazos, aprisionándola contra él fuertemente.
- ¡Cas—
Empezó a decir pero fue interrumpida por un sonido, un sonido inconfundible. Esa forma de respirar tan particular solo podía pertenecer a un personaje, a aquel que se había pasado al lado oscuro… Darth Vader. Kate todavía llevaba puesta la máscara y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Él había decidido vengarse por su pequeña broma y la había tomado por sorpresa, no sabía cómo reaccionar.
Castle aflojó un poco su agarre al ver que ella no oponía resistencia, y comenzó a bajar una de sus manos hasta llegar a su cadera, llegando hasta el final de la minifalda del traje y un poco más, acariciándole el muslo, y después comenzó a subir lentamente, deslizando su mano suavemente levantándole apenas la falda para luego dejarla caer mientras seguía subiendo su mano de nuevo hasta su estómago. Y entonces empezó de nuevo, mientras su respiración continuaba sonando audiblemente en su oído.
- Le informo, teniente… - comenzó. Su voz sonaba igual a la del personaje. Seguramente debía de estar equipado con un desvirtuador de voz. - …que como su superior, le ordeno que se quite la máscara. – le dijo sin dejar de acariciarla. ‘¡Dios! ¿Tan mal estoy que esto me excita?’, pensó ella mientras lo escuchaba y lo sentía tocarla. Pero se obligó a mantenerse en personaje. Sacudió la cabeza a los lados.
- No lo haré. – le dijo firmemente. Castle la dio vuelta para enfrentarla y por un momento solo se miraron, era la primera vez que Kate lo veía con ese casco, era muy bueno. Castle, por dentro, sonreía. A pesar de que ella llevaba la máscara, la cercanía permitía verle los ojos, y esos ojos le decían exactamente lo que estaba pensando. En cambio, el casco de Darth Vader lo cubría por completo haciéndole imposible a ella ver algo.
- No me deja otra alternativa. – dijo, y se escuchó una vez más su pesada respiración. Castle mantuvo una mano apoyada en su hombro y la otra la blandió lentamente por delante del rostro de ella. – “Lo siente mucho y se quitará la máscara.” – fue lo que dijo usando la persuasión de la Fuerza. Kate se mordió el labio para contener una sonrisa, ella lo sabía. Intentó ponerse seria, lo cual le llevó unos segundos, que hicieron dudar a Castle. Justo cuando él estaba por mover la mano de nuevo, Kate se llevó la suya a la máscara.
- “Lo siento mucho, me quitaré la máscara.” – dijo ella mientras se la sacaba y luego la tiraba a un costado.
Y cuando lo hizo, volvieron a quedarse mirando. Ahora era Castle quien la miraba a ella. Vio que a pesar de haberse puesto la máscara, se había maquillado como la teniente Cloe. Estaba hermosa, impactante. Con la cola de caballo en el pelo, sus hermosos ojos marrones resaltaban más que nunca y su sonrisa… ¡qué sonrisa…! Castle sonrió dentro del casco. Ella no lo veía pero escuchaba perfectamente como variaba su respiración, eso le permitía adivinar sus reacciones.
Castle volvió a acercarse a ella aunque esta vez solo la rodeó con un brazo.
- Me resulta familiar teniente, ¿nos conocemos? – le preguntó con esa voz tan mecánica y particular, seguido por su respiración.
- Tal vez de alguna convención. – sugirió ella con una sonrisa.
- No tiene un hermano llamado Luke, ¿cierto? – le preguntó dubitativo.
- No, soy hija única. – le contestó.
- Entonces puedo decirle esto con seguridad... – hizo una pausa.
- ¿Qué cosa?
- ¡Yo no soy tu padre! – le contestó él.
- ¡Oh, qué alivio! – exclamó. – Pero lo veo raro, ¿qué le sucede? – quiso saber.
- Es solo que… puedo sentir la Fuerza dentro de ti. – le dijo muy serio.
- Las Fuerzas de la ley tal vez… Soy policía. – le aclaró ella. Él suspiró aliviado.
- ¡Oh, sí! Debe ser eso. – exclamó y luego la abrazó. Ambos habían aguantado lo mejor que habían podido pero cuando se abrazaron no pudieron más y ambos rompieron en carcajadas.
Parecía que todo el juego terminaría ahí pero una vez que ambos se calmaron, sus miradas se cruzaron y entonces un movimiento cambió el rumbo de las cosas. Castle carraspeó y se obligó a enfocarse en el personaje y al ver esto, ella lo siguió.
- Venga conmigo teniente y llegará muy lejos. – dijo él.
- ¿A dónde? – preguntó Kate.
- Déjese tentar por el lado oscuro. – le dijo. A pesar del tono mecánico, podía notarse su tono sugestivo.
- La tentación es grande... puedo sentir que me llama. – dijo ella recorriendo su torso con ambas manos y mirándolo fijamente. - …pero mi lealtad está con mis compañeros de la nave.
- Dígame que necesita y lo tendrá. – le dijo tomando una de sus manos.
- Solo necesito una cosa. – dijo dubitativa. – Sus ojos. – le dijo muy seriamente mientras tocaba el casco. – Pero si se lo saca, lo matará.
- Si es lo que necesita, lo haré. Si algo sucede, haga respiración boca a boca. – le avisó. Kate no pudo evitar sonreír pero enseguida se serenó y asintió.
- Bien. Pondré todo de mí. – dijo ella decidida.
- Eso espero. – dijo él.
Castle le mostró como sacarlo pidiéndole que lo ayudara, y ella obedeció. Cuando se lo sacó él suspiró aliviado. Tenía la cara mojada, el casco le daba calor. Kate dejó el casco sobre la cómoda y luego se volteó para mirarlo. Él le sonrió sugestivamente y se acercó a ella para abrazarla.
- Ahora tiene todo lo que necesita. Pásate al lado oscuro. – le dijo Castle mientras le soltaba el pelo. Kate sonrió ampliamente y sacudió la cabeza para acomodar su cabello ahora suelto.
- Nada me gustaría más. – le dijo ella acercando su rostro al de él.
- Tendrá que hacer lo que yo le ordene o no lo lograra. – le advirtió seriamente.
- Como le dije, pondré todo de mi. – le repitió. Castle amplió su sonrisa y asintió conforme.
Castle acercó su boca a los suyos y la besó lenta pero profundamente, mientras fue bajando sus manos hasta sus glúteos y los apretó haciendo que Kate exhalara un gemido. Pero no se separaron sino que por el contrario, ella colocó sus manos en la parte alta de su espalda y en su cabeza y lo presionó más cerca mientras invadía su boca con su lengua, en busca de la suya.
Mientras se besaban sin prisa y sin pausa, Castle fue moviéndose en dirección a la cama y cuando llegaron a los pies de ella, rompió el beso. Ambos respiraban entrecortadamente. Sus ojos estaban oscuros por el deseo y no se sacaban la mirada de encima que alternaba entre los ojos y la boca del otro.
Castle se sentó en el borde de la cama y mientras la acercaba más a él, le acarició la pierna derecha. Después le hizo señas para que levantara la pierna, colocando el pie sobre la cama, su lado. Y ella obedeció. Castle le sacó la sandalia y comenzó a recorrer su pierna desde su pie, pasando por la rodilla, el muslo y llegando peligrosamente cerca de su entrepierna, y luego bajando. Lo hizo repetidas veces y en cada ocasión, cada vez que subía, ella se quedaba casi sin respiración. Luego le sumó a las caricias, los besos. Desde la rodilla para arriba, haciendo que ella se tensara aun más. Incluso había colocado sus manos acariciando su cuero cabelludo, casi como intentando llevarlo más allá… y él lo sabía, podía sentirlo en la presión de sus manos sobre su cabeza. Él accedía en parte, acercándose un poco más cada vez pero solo un poco. Y después paró y levantó la cabeza para mirarla. Le pidió que bajara la pierna y subiera la otra, y repitió los mismos pasos, tan lentos, tan torturantes.
Pero esta vez él si avanzó más, llegando a acariciarla por arriba de la ropa. Subió sus manos por sus glúteos pasando por debajo de la falda del vestido mientras la provocaba besando y lamiendo el borde externo de su ropa interior, sin realmente llegar a estimularla pero aun así volviéndola loca. Entonces volvió a detenerse, y se paró frente a ella.
La tomó rápidamente del mentón y volvió a besarla apasionadamente. Pero no duró porque él rompió el beso enseguida. Ambos se miraron fijamente. Él la tomó de las manos y se las llevó hasta el comienzo de los botones de la camisa, donde Kate podía sentir lo rápido que le latía el corazón, y la otra hasta su cinturón. El mensaje era claro y Kate no dudó un segundo. Y mientras se comían con la mirada, Kate le abrió la camisa y se la deslizó por los hombros aprovechando para acariciarlo y luego fue a su cinturón. Y mientras le abría el pantalón y se lo bajaba junto con el bóxer, se mordió el labio al sentir el roce de su erección, expectante, deseando tenerlo cuanto antes dentro de ella. Él no dijo nada, solo sonrió suavemente… deliciosamente. Kate le miró la boca y se lamió los labios para luego devolverle el beso impetuosamente. Castle le respondió con la misma energía abrazándola y casi levantándola del suelo presionando su miembro contra su cuerpo. Al sentirlo, Kate sintió una holeada de calor que recorrió todo su cuerpo y mientras se besaban, le mordió el labio intentando ahogar un jadeo. Castle rompió el beso unos instantes y se pasó la lengua por el labio y ella sin perder tiempo hundió la cabeza en su cuello y comenzó a besarlo hambrientamente. Él la tomó de la cara de nuevo y volvió a besarla.
Y entonces rompió el beso y volvió a sentarse en la cama. Colocó ambos manos en la cintura de ella para acercarla otra vez y comenzó a bajar hasta llegar a sus muslos, donde se detuvo, para comenzar el ascenso pero esta vez por debajo de la falda. En todo momento mantenían el contacto visual, usaban los ojos para mirarse y las manos para sentirse. Llegó a sus bragas y colocando un dedo por debajo de cada lado comenzó a bajarlas lentamente y luego las soltó dejando que cayeran al suelo. Por momentos estaban muy agitados y por otros, como estos, donde la atmósfera de sensualidad era tan fuerte, apenas respiraban. Él le indicó que volviera a llevar una pierna sobre la cama y mientras ella lo hacía se mordió el labio ardiendo de deseos por sentir su contacto. Entonces Castle apoyó la punta de la lengua en el costado de su rodilla y la deslizó suavemente subiendo por su muslo y una vez más se detuvo.
- Un poco más… - rogó Kate sin poder evitarlo mientras lo agarraba del pelo. – Solo un poco más… - le pidió. Castle la miró con una sonrisa y sin sacarle la mirada se acercó lentamente. – Si, solo un poco… - repitió. Y él le dio un beso en el límite de su muslo, donde comenzaba su vello púbico, pero luego se separó.
Kate estaba por decir algo cuando él le señaló que colocara la otra pierna arriba y se sentara a horcajadas suyo así que se calló y lo hizo sin pensarlo veces. Se sentó justo sobre su miembro, sin penetrarla, pero podía sentirlo presionando contra su entrepierna. Él a su vez pudo notar lo húmeda que estaba, lo cual lo excitó aun más.
Apenas se colocó sobre él comenzaron a besarse sin perder tiempo y mientras lo hacían Castle le abrió el cierre del vestido y comenzó a levantárselo para sacárselo. Ella lo ayudó y muy pronto estuvieron los dos completamente desnudos. Sin perder tiempo, Castle bajó la cabeza y comenzó a estimular sus pechos con la boca y la lengua al mismo tiempo que colocaba las manos en sus caderas y las movía suavemente hacia adelante y atrás ahondando el roce de su miembro. Kate apenas podía controlar el acumulo de sensaciones que recorrían por todas partes de su cuerpo. Se aferró a él, clavándole los dedos en la espalda mientras seguía el ritmo de sus manos en sus caderas.
Castle hizo una pequeña pausa para acomodarse y eso le dio la oportunidad a ella para hacer su jugada. Cuando él quiso volver a perderse entre sus pechos, ella lo empujó tumbándole sobre el colchón, sorprendiéndolo. Sin darle tiempo a levantarse se inclinó sobre él apoyando todo su cuerpo sobre él y comenzó a besarle el cuello y debajo del mentón, y luego bajando por su torso, por sus pectorales, mientras sus manos acariciaban y apretaban sus fuertes brazos, llegando hasta sus manos y luego subiendo rozándolo con las uñas. Siguió bajando hasta su estómago y luego se bajó de la cama para poder llegar al comienzo de su vello púbico, mientras acariciaba sus piernas. Castle la dejó hacer mientras se sujetaba de las sábanas y respiraba entrecortadamente. Ella estaba a punto de llegar a su miembro cuando Castle repentinamente la interrumpió y se levantó haciendo que ella también lo hiciera.
- ¿Qué pasa? – le preguntó ella un poco alarmada.
- No aguanto más. – le dijo simplemente. La agarró directamente de los glúteos levantándola del suelo haciendo que ella se aferrara a él y la llevó hasta la cómoda dónde la apoyó para penetrarla sin perder un segundo. - ¡Oh, si! – exclamó aliviado. – Esto es la gloria. – le dijo apoyando su boca contra su oído a lo que ella contestó pasando sus brazos por los costados de su torso para colocarlos en sus caderas y presionar aun más.
- Solo un poco más… - le susurró ella en el oído para luego morderle el lóbulo de la oreja.
Castle comenzó a moverse dentro de ella suavemente sintiendo el húmedo contacto entre ellos que lo ponía aun más loco. Kate lo acompañó en el ritmo con sus manos aun en sus caderas. Ambos gemía, suspiraban y jadeaban en cada embestida, y cada una era cada vez más profunda y más rápida que la anterior, haciendo que se acercaran cada vez más al orgasmo hasta que finalmente llegaron juntos, sintiendo el estallido de placer y descontrol que los embargó a tal punto que Castle tuvo que sujetarse a la cómoda para no perder el balance.
Se quedaron en esa posición unos minutos para recuperar el aliento. Kate se apoyó contra la pared y él contra su pecho mientras ella le acariciaba suavemente la nuca. Cuando sus respiraciones se normalizaron un poco, Castle se separó de ella y se tiró de espaldas en la cama. Entonces, Kate rompió el silencio.
- ¿Qué piensa Comandante? – le preguntó ella todavía un poco agitada pero se la notaba divertida. Castle levantó la cabeza y la miró.
- ¡Que es Muy bienvenida al lado oscuro Teniente! – exclamó él abriendo los brazos con una sonrisa. Kate sonrió y luego soltó una risa mientras se bajaba de la cómoda para abalanzarse sobre él perdiéndose en sus brazos y su boca.
- Empieza con la maratón si quieres. – le dijo él desde dentro sin abrir la puerta.
- Me prometiste que la verías conmigo si te mostraba el traje. – le recordó ella.
- La máscara… no era parte del atuendo. – le reprochó. Su voz sonaba un poco ausente, como si estuviera concentrado en otra cosa. – Así que no estoy—
La frase fue interrumpida por un fuerte ruido que se produjo en el interior. Parecía que algo se había caído. Kate apoyó la oreja en la puerta intentando escuchar.
- Maldición... – maldijo Castle en silencio.
- Castle, ¿está todo bien? – dijo intentando abrir la puerta. Pero él se lo impidió.
- Si, si, todo bien. Dame un segundo, prepara los capítulos. – le pidió. Su voz sonaba más animada. Kate se quedó unos segundos dubitativa. Pero luego cedió.
- Bien, de acuerdo. – dijo finalmente.
Se volteó y comenzó a caminar hacia el televisor que habían traído con la idea de ver la maratón en la cama. Kate apenas había recorrido menos de la mitad del camino cuando Castle abrió la puerta del armario y se acercó rápidamente a ella para rodearle la cintura con los brazos, aprisionándola contra él fuertemente.
- ¡Cas—
Empezó a decir pero fue interrumpida por un sonido, un sonido inconfundible. Esa forma de respirar tan particular solo podía pertenecer a un personaje, a aquel que se había pasado al lado oscuro… Darth Vader. Kate todavía llevaba puesta la máscara y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Él había decidido vengarse por su pequeña broma y la había tomado por sorpresa, no sabía cómo reaccionar.
Castle aflojó un poco su agarre al ver que ella no oponía resistencia, y comenzó a bajar una de sus manos hasta llegar a su cadera, llegando hasta el final de la minifalda del traje y un poco más, acariciándole el muslo, y después comenzó a subir lentamente, deslizando su mano suavemente levantándole apenas la falda para luego dejarla caer mientras seguía subiendo su mano de nuevo hasta su estómago. Y entonces empezó de nuevo, mientras su respiración continuaba sonando audiblemente en su oído.
- Le informo, teniente… - comenzó. Su voz sonaba igual a la del personaje. Seguramente debía de estar equipado con un desvirtuador de voz. - …que como su superior, le ordeno que se quite la máscara. – le dijo sin dejar de acariciarla. ‘¡Dios! ¿Tan mal estoy que esto me excita?’, pensó ella mientras lo escuchaba y lo sentía tocarla. Pero se obligó a mantenerse en personaje. Sacudió la cabeza a los lados.
- No lo haré. – le dijo firmemente. Castle la dio vuelta para enfrentarla y por un momento solo se miraron, era la primera vez que Kate lo veía con ese casco, era muy bueno. Castle, por dentro, sonreía. A pesar de que ella llevaba la máscara, la cercanía permitía verle los ojos, y esos ojos le decían exactamente lo que estaba pensando. En cambio, el casco de Darth Vader lo cubría por completo haciéndole imposible a ella ver algo.
- No me deja otra alternativa. – dijo, y se escuchó una vez más su pesada respiración. Castle mantuvo una mano apoyada en su hombro y la otra la blandió lentamente por delante del rostro de ella. – “Lo siente mucho y se quitará la máscara.” – fue lo que dijo usando la persuasión de la Fuerza. Kate se mordió el labio para contener una sonrisa, ella lo sabía. Intentó ponerse seria, lo cual le llevó unos segundos, que hicieron dudar a Castle. Justo cuando él estaba por mover la mano de nuevo, Kate se llevó la suya a la máscara.
- “Lo siento mucho, me quitaré la máscara.” – dijo ella mientras se la sacaba y luego la tiraba a un costado.
Y cuando lo hizo, volvieron a quedarse mirando. Ahora era Castle quien la miraba a ella. Vio que a pesar de haberse puesto la máscara, se había maquillado como la teniente Cloe. Estaba hermosa, impactante. Con la cola de caballo en el pelo, sus hermosos ojos marrones resaltaban más que nunca y su sonrisa… ¡qué sonrisa…! Castle sonrió dentro del casco. Ella no lo veía pero escuchaba perfectamente como variaba su respiración, eso le permitía adivinar sus reacciones.
Castle volvió a acercarse a ella aunque esta vez solo la rodeó con un brazo.
- Me resulta familiar teniente, ¿nos conocemos? – le preguntó con esa voz tan mecánica y particular, seguido por su respiración.
- Tal vez de alguna convención. – sugirió ella con una sonrisa.
- No tiene un hermano llamado Luke, ¿cierto? – le preguntó dubitativo.
- No, soy hija única. – le contestó.
- Entonces puedo decirle esto con seguridad... – hizo una pausa.
- ¿Qué cosa?
- ¡Yo no soy tu padre! – le contestó él.
- ¡Oh, qué alivio! – exclamó. – Pero lo veo raro, ¿qué le sucede? – quiso saber.
- Es solo que… puedo sentir la Fuerza dentro de ti. – le dijo muy serio.
- Las Fuerzas de la ley tal vez… Soy policía. – le aclaró ella. Él suspiró aliviado.
- ¡Oh, sí! Debe ser eso. – exclamó y luego la abrazó. Ambos habían aguantado lo mejor que habían podido pero cuando se abrazaron no pudieron más y ambos rompieron en carcajadas.
Parecía que todo el juego terminaría ahí pero una vez que ambos se calmaron, sus miradas se cruzaron y entonces un movimiento cambió el rumbo de las cosas. Castle carraspeó y se obligó a enfocarse en el personaje y al ver esto, ella lo siguió.
- Venga conmigo teniente y llegará muy lejos. – dijo él.
- ¿A dónde? – preguntó Kate.
- Déjese tentar por el lado oscuro. – le dijo. A pesar del tono mecánico, podía notarse su tono sugestivo.
- La tentación es grande... puedo sentir que me llama. – dijo ella recorriendo su torso con ambas manos y mirándolo fijamente. - …pero mi lealtad está con mis compañeros de la nave.
- Dígame que necesita y lo tendrá. – le dijo tomando una de sus manos.
- Solo necesito una cosa. – dijo dubitativa. – Sus ojos. – le dijo muy seriamente mientras tocaba el casco. – Pero si se lo saca, lo matará.
- Si es lo que necesita, lo haré. Si algo sucede, haga respiración boca a boca. – le avisó. Kate no pudo evitar sonreír pero enseguida se serenó y asintió.
- Bien. Pondré todo de mí. – dijo ella decidida.
- Eso espero. – dijo él.
Castle le mostró como sacarlo pidiéndole que lo ayudara, y ella obedeció. Cuando se lo sacó él suspiró aliviado. Tenía la cara mojada, el casco le daba calor. Kate dejó el casco sobre la cómoda y luego se volteó para mirarlo. Él le sonrió sugestivamente y se acercó a ella para abrazarla.
- Ahora tiene todo lo que necesita. Pásate al lado oscuro. – le dijo Castle mientras le soltaba el pelo. Kate sonrió ampliamente y sacudió la cabeza para acomodar su cabello ahora suelto.
- Nada me gustaría más. – le dijo ella acercando su rostro al de él.
- Tendrá que hacer lo que yo le ordene o no lo lograra. – le advirtió seriamente.
- Como le dije, pondré todo de mi. – le repitió. Castle amplió su sonrisa y asintió conforme.
Castle acercó su boca a los suyos y la besó lenta pero profundamente, mientras fue bajando sus manos hasta sus glúteos y los apretó haciendo que Kate exhalara un gemido. Pero no se separaron sino que por el contrario, ella colocó sus manos en la parte alta de su espalda y en su cabeza y lo presionó más cerca mientras invadía su boca con su lengua, en busca de la suya.
Mientras se besaban sin prisa y sin pausa, Castle fue moviéndose en dirección a la cama y cuando llegaron a los pies de ella, rompió el beso. Ambos respiraban entrecortadamente. Sus ojos estaban oscuros por el deseo y no se sacaban la mirada de encima que alternaba entre los ojos y la boca del otro.
Castle se sentó en el borde de la cama y mientras la acercaba más a él, le acarició la pierna derecha. Después le hizo señas para que levantara la pierna, colocando el pie sobre la cama, su lado. Y ella obedeció. Castle le sacó la sandalia y comenzó a recorrer su pierna desde su pie, pasando por la rodilla, el muslo y llegando peligrosamente cerca de su entrepierna, y luego bajando. Lo hizo repetidas veces y en cada ocasión, cada vez que subía, ella se quedaba casi sin respiración. Luego le sumó a las caricias, los besos. Desde la rodilla para arriba, haciendo que ella se tensara aun más. Incluso había colocado sus manos acariciando su cuero cabelludo, casi como intentando llevarlo más allá… y él lo sabía, podía sentirlo en la presión de sus manos sobre su cabeza. Él accedía en parte, acercándose un poco más cada vez pero solo un poco. Y después paró y levantó la cabeza para mirarla. Le pidió que bajara la pierna y subiera la otra, y repitió los mismos pasos, tan lentos, tan torturantes.
Pero esta vez él si avanzó más, llegando a acariciarla por arriba de la ropa. Subió sus manos por sus glúteos pasando por debajo de la falda del vestido mientras la provocaba besando y lamiendo el borde externo de su ropa interior, sin realmente llegar a estimularla pero aun así volviéndola loca. Entonces volvió a detenerse, y se paró frente a ella.
La tomó rápidamente del mentón y volvió a besarla apasionadamente. Pero no duró porque él rompió el beso enseguida. Ambos se miraron fijamente. Él la tomó de las manos y se las llevó hasta el comienzo de los botones de la camisa, donde Kate podía sentir lo rápido que le latía el corazón, y la otra hasta su cinturón. El mensaje era claro y Kate no dudó un segundo. Y mientras se comían con la mirada, Kate le abrió la camisa y se la deslizó por los hombros aprovechando para acariciarlo y luego fue a su cinturón. Y mientras le abría el pantalón y se lo bajaba junto con el bóxer, se mordió el labio al sentir el roce de su erección, expectante, deseando tenerlo cuanto antes dentro de ella. Él no dijo nada, solo sonrió suavemente… deliciosamente. Kate le miró la boca y se lamió los labios para luego devolverle el beso impetuosamente. Castle le respondió con la misma energía abrazándola y casi levantándola del suelo presionando su miembro contra su cuerpo. Al sentirlo, Kate sintió una holeada de calor que recorrió todo su cuerpo y mientras se besaban, le mordió el labio intentando ahogar un jadeo. Castle rompió el beso unos instantes y se pasó la lengua por el labio y ella sin perder tiempo hundió la cabeza en su cuello y comenzó a besarlo hambrientamente. Él la tomó de la cara de nuevo y volvió a besarla.
Y entonces rompió el beso y volvió a sentarse en la cama. Colocó ambos manos en la cintura de ella para acercarla otra vez y comenzó a bajar hasta llegar a sus muslos, donde se detuvo, para comenzar el ascenso pero esta vez por debajo de la falda. En todo momento mantenían el contacto visual, usaban los ojos para mirarse y las manos para sentirse. Llegó a sus bragas y colocando un dedo por debajo de cada lado comenzó a bajarlas lentamente y luego las soltó dejando que cayeran al suelo. Por momentos estaban muy agitados y por otros, como estos, donde la atmósfera de sensualidad era tan fuerte, apenas respiraban. Él le indicó que volviera a llevar una pierna sobre la cama y mientras ella lo hacía se mordió el labio ardiendo de deseos por sentir su contacto. Entonces Castle apoyó la punta de la lengua en el costado de su rodilla y la deslizó suavemente subiendo por su muslo y una vez más se detuvo.
- Un poco más… - rogó Kate sin poder evitarlo mientras lo agarraba del pelo. – Solo un poco más… - le pidió. Castle la miró con una sonrisa y sin sacarle la mirada se acercó lentamente. – Si, solo un poco… - repitió. Y él le dio un beso en el límite de su muslo, donde comenzaba su vello púbico, pero luego se separó.
Kate estaba por decir algo cuando él le señaló que colocara la otra pierna arriba y se sentara a horcajadas suyo así que se calló y lo hizo sin pensarlo veces. Se sentó justo sobre su miembro, sin penetrarla, pero podía sentirlo presionando contra su entrepierna. Él a su vez pudo notar lo húmeda que estaba, lo cual lo excitó aun más.
Apenas se colocó sobre él comenzaron a besarse sin perder tiempo y mientras lo hacían Castle le abrió el cierre del vestido y comenzó a levantárselo para sacárselo. Ella lo ayudó y muy pronto estuvieron los dos completamente desnudos. Sin perder tiempo, Castle bajó la cabeza y comenzó a estimular sus pechos con la boca y la lengua al mismo tiempo que colocaba las manos en sus caderas y las movía suavemente hacia adelante y atrás ahondando el roce de su miembro. Kate apenas podía controlar el acumulo de sensaciones que recorrían por todas partes de su cuerpo. Se aferró a él, clavándole los dedos en la espalda mientras seguía el ritmo de sus manos en sus caderas.
Castle hizo una pequeña pausa para acomodarse y eso le dio la oportunidad a ella para hacer su jugada. Cuando él quiso volver a perderse entre sus pechos, ella lo empujó tumbándole sobre el colchón, sorprendiéndolo. Sin darle tiempo a levantarse se inclinó sobre él apoyando todo su cuerpo sobre él y comenzó a besarle el cuello y debajo del mentón, y luego bajando por su torso, por sus pectorales, mientras sus manos acariciaban y apretaban sus fuertes brazos, llegando hasta sus manos y luego subiendo rozándolo con las uñas. Siguió bajando hasta su estómago y luego se bajó de la cama para poder llegar al comienzo de su vello púbico, mientras acariciaba sus piernas. Castle la dejó hacer mientras se sujetaba de las sábanas y respiraba entrecortadamente. Ella estaba a punto de llegar a su miembro cuando Castle repentinamente la interrumpió y se levantó haciendo que ella también lo hiciera.
- ¿Qué pasa? – le preguntó ella un poco alarmada.
- No aguanto más. – le dijo simplemente. La agarró directamente de los glúteos levantándola del suelo haciendo que ella se aferrara a él y la llevó hasta la cómoda dónde la apoyó para penetrarla sin perder un segundo. - ¡Oh, si! – exclamó aliviado. – Esto es la gloria. – le dijo apoyando su boca contra su oído a lo que ella contestó pasando sus brazos por los costados de su torso para colocarlos en sus caderas y presionar aun más.
- Solo un poco más… - le susurró ella en el oído para luego morderle el lóbulo de la oreja.
Castle comenzó a moverse dentro de ella suavemente sintiendo el húmedo contacto entre ellos que lo ponía aun más loco. Kate lo acompañó en el ritmo con sus manos aun en sus caderas. Ambos gemía, suspiraban y jadeaban en cada embestida, y cada una era cada vez más profunda y más rápida que la anterior, haciendo que se acercaran cada vez más al orgasmo hasta que finalmente llegaron juntos, sintiendo el estallido de placer y descontrol que los embargó a tal punto que Castle tuvo que sujetarse a la cómoda para no perder el balance.
Se quedaron en esa posición unos minutos para recuperar el aliento. Kate se apoyó contra la pared y él contra su pecho mientras ella le acariciaba suavemente la nuca. Cuando sus respiraciones se normalizaron un poco, Castle se separó de ella y se tiró de espaldas en la cama. Entonces, Kate rompió el silencio.
- ¿Qué piensa Comandante? – le preguntó ella todavía un poco agitada pero se la notaba divertida. Castle levantó la cabeza y la miró.
- ¡Que es Muy bienvenida al lado oscuro Teniente! – exclamó él abriendo los brazos con una sonrisa. Kate sonrió y luego soltó una risa mientras se bajaba de la cómoda para abalanzarse sobre él perdiéndose en sus brazos y su boca.
Actualmente no estoy en condiciones de subir una escena por día. Intentaré por lo menos poner una por semana. Se que no es mucho pero bueno. Recién comienzo las vacaciones y siento que tengo que ponerme al día con mil cosas y hacer cosas que tenía postergadas desde hace mucho así que todavía me cuesta un poco sentarme a escribir.
Saludos a todos y gracias por seguir leyéndome.
nato_kine- Policia de homicidios
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Edad : 39
Localización : Argentina
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Al fiiiiiiinnn!! se te extrañabaaaa!! a ti y a tus fics... gracias por actualizar
exelente!!!!
exelente!!!!
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Siguiese me encantaaaaaaaa
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
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Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Levantarse por la mañana y leer esto, hace que empiezes el día con unos calores que son normales.
¡POR FIN! Fabuloso, me ha encantado, creo que está continuacion es la que má me ha gustado de todas, ha sido fantastica, picante pero super graciosa y romántica. Ha tenido un poco de todo. Tal y como hicieron referencia en dicho episodio el era Darth Vader y bueno si lo era. Me ha encancatado. _
Es una pena que solo sea una semana, pero ese valdrá la pena por los otros 6 días.
¡POR FIN! Fabuloso, me ha encantado, creo que está continuacion es la que má me ha gustado de todas, ha sido fantastica, picante pero super graciosa y romántica. Ha tenido un poco de todo. Tal y como hicieron referencia en dicho episodio el era Darth Vader y bueno si lo era. Me ha encancatado. _
Es una pena que solo sea una semana, pero ese valdrá la pena por los otros 6 días.
Invitado- Invitado
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Muy bien, sigue.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Tengo que decir que, a parte del evidente momento caliente del capítulo que como siempre está maravillosamente, Me he reído un rato largo con el momento no soy tu padre a tus pies antes eso (y todo lo demás).
Luara- As del póker
- Mensajes : 434
Fecha de inscripción : 17/04/2012
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Me alegra volver a leer otra de tus escenas!!!! Me ha encantado! Ha sido muy original y no le ha faltado nada
Sigue pronto!!
Sigue pronto!!
cris_beckett- Autor de best-seller
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Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Precioso muy divertido , con esa chispa que falta en la serie , de verdad una delicia para los sentidos , comedia , erotismo.
Muchas gracias por hacer que me encandile , estaba empezando a desencantarme de la serie y escritoras como tu haceis que lo vea con otro punto de vista.
De corazon muchas gracias , un lector agradecido
Muchas gracias por hacer que me encandile , estaba empezando a desencantarme de la serie y escritoras como tu haceis que lo vea con otro punto de vista.
De corazon muchas gracias , un lector agradecido
roy-rogers- Ayudante de policia
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 04/12/2012
Edad : 41
Localización : bilbao
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Por fin... devuelta y escribiendo una historia WOW... besos...
sigue!!!
sigue!!!
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Escena 33: En busca de la salvación
Justo cuando me disponía a escribir la escena de la semana me he engripado terriblemente.
Para no dejarlos sin historia les subiré esta que escribí para mi Secret Santa que como ya me descubrió calculo que no habrá problema.
Es bastante extensa pero me ha gustado mucho como quedó.
Por el momento, les deseo una hermosa nochebuena rodeados de seres queridos y una muy feliz navidad para todos.
En estas fechas estoy de acá para allá pero espero poder mejorar rápido y hacerme un tiempito para finalmente poder escribir tranquila y terminar de una vez por todas la historia que les prometí hace más de un mes. Ufff, como pasa el tiempo. Todavía siento que no empecé mis vacaciones, jeje.
Para no dejarlos sin historia les subiré esta que escribí para mi Secret Santa que como ya me descubrió calculo que no habrá problema.
Es bastante extensa pero me ha gustado mucho como quedó.
EN BUSCA DE LA SALVACIÓN
¡Maldita sea! ¿Qué estoy haciendo? Tendría que pedir refuerzos en vez de ir sola... Pero si lo hago Castle podría… No, no debo pensar en eso, tengo que concentrarme en lo que estoy haciendo. Solo así podré lograr que volvamos los dos a salvo.
Mientras tanto…
¡Dios! Me duele la cabeza… ¿Dónde demonios estoy? No veo nada… tengo una especie de capucha en la cabeza… Estoy atado, tanto en los pies como en las manos, creo que a una silla… ¿Cómo terminé aquí?... El caso… parece que íbamos por la pista correcta.
- ¡Kate! – me escucho gritar, mi boca es más rápida que mi mente.
No oigo nada. ¿La habrán atrapado también? Recuerdo que nos habíamos separado. Espero que esté bien.
- ¡Kate! ¿Estás ahí? ¿Hay alguien? – grito de nuevo.
Necesito estar seguro. Kate no responde… pero oigo pasos, ¿serán mis captores?
- ¿Quién anda ahí? – pregunto disimulando el miedo que empieza a crecer dentro mío. – Dé la cara, no sea cobarde. – lo provoco. Quiero que me saque la capucha, necesito ver dónde estoy.
Lo escucho cada vez más cerca. Intento pararme para hacerle frente pero las ataduras me devuelven al suelo, apenas puedo moverme.
- ¡Mierda! – maldigo sin poder evitarlo.
Escucho su risa resonando por el lugar… es un hombre y está a escasos metros de distancia, aunque no puedo precisar en qué dirección, la capucha me cubre los oídos y me confunde. Hay eco… eso significa que es un lugar grande, pero vacío.
- Veo que ha despertado. – dice. Su acento no es de acá, no me suena familiar.
- ¿Dónde estoy? – pregunto. Sé que no me contestará pero tal vez logre sacarle algo de información. Se ríe.
- Si piensa que se lo diré, está muy equivocado. – me contesta finalmente.
- ¿Por qué estoy aquí?
- Por meter las narices dónde no debe.
- Si quiere dinero, puedo dárselo. – le ofrezco. Otra vez la risa.
- No nos tome por idiotas, Sr. Castle. – me dice. Sabe quién soy… y por lo visto no está solo.
- ¿Qué harán conmigo? – quiero saber.
- Su destino todavía no está decidido así que lo mejor será que se porte bien. Ahora… dígame donde está su amiga.
Kate… qué bueno que no la atraparon, pero saben de ella, la están buscando… Esto no me gusta.
- No sé de qué me habla… - le digo simulando ignorancia.
- Sr. Castle, es inútil que lo niegue, los tenemos grabados. Sabemos que vinieron juntos.
- Debe ser una fan que me vio y me siguió para pedirme un autógrafo. – Su estruendosa risa llena el lugar.
- ¿Realmente piensa que creeré eso? ¡No sea imbécil! ¡Dígame dónde está! – su tono empieza a elevarse aunque todavía no llega a ser un grito.
- ¿Acaso sus fabulosas cámaras no logran encontrarla? – me burlo. – ¡Si cree que le diré algo el imbécil es usted!
Apenas termino la frase siento su mano en mi cuello... Siento como me levanta de la silla… me está ahorcando, me cuesta respirar.
- ¡Aaaggg! – murmuro. - ¡Si me mata… no… conseguirá… nada… - le advierto. Y creo que no cederá… empiezo a ver estrellas, estoy a punto de desmayarme… pero entonces me suelta y lo hace con tal brutalidad que me tira al suelo y caigo con la silla de espaldas. Toso una y otra vez mientras intento recuperar el aire.
- Volveré cuando esté más cooperativo. – dice, su voz suena tranquila de nuevo.
- ¡Entonces no vuelvas nunca, maldito hijo de perra! – grito con todas mis fuerzas.
Escucho sus pasos cerca y firmes.
- ¡Ya verás lo que te sucede por impertinente! – me dice y entonces mi mejilla estalla de dolor.
- ¡¡Ah!! – grito y siento como el dolor se irradia a todo mi rostro. ¡Me ha pegado una patada! - ¡Maldito maniático! ¡Espera sentado!
Sé que podría pegarme de nuevo pero no me importa.
- Eso haré… - dice repentinamente calmado. - Y cuando se muera de hambre y sed, o cuando quiera ir al baño rogará por hablar. – me dice confiado.
- Puedes meterte la comid— ¡Ah! – el dolor interrumpe mi frase. Es muy fuerte, me obliga a cerrar los ojos.
Escucho su risa de nuevo, que empieza a desvanecerse, me siento mareado… todo se pone nebuloso…
A varios cientos de metros de allí
Todavía me falta para llegar a él. Sé que está en alguno de los galpones que se divisan al fondo pero todavía no sé en cual.
Esto es más grave de lo que pensé. Los galpones están lejos de aquí y ya veo guardias. Creo que Castle tenía razón, encontramos el centro de operaciones. Si aquí ya hay guardias, no quiero imaginar lo que hay más adelante. No puedo seguir, tengo que pedir refuerzos o no llegaré a ningún lado.
¡Maldito sea el guardia que me encontró! Si tan solo hubiese podido inmovilizarlo antes de que me sacara las cosas y las tirara al agua. Por suerte pude quedarme con su arma pero no tenía teléfono. Ahora tendré que buscar uno.
Creo recordar haber visto una gasolinera a un kilómetro de aquí cuando veníamos para acá. Son sólo 10 manzanas, si me apuro no tardaré tanto. Pero debo ir con cuidado o será todo en vano.
De vuelta en el galpón, una hora después
¡Maldición! – vuelvo a la realidad exaltado, desorientado – ¿Qué me despertó?... ¡Mi teléfono está vibrando! ¡Tengo mi teléfono!… Pero la sensación de alivio es arrasada por otra… Impotencia… Si tan solo pudiera atenderlo…
Dejo caer mi cabeza… El dolor ya no es tan malo… pero siento gusto a sangre en la boca, creo que me mordí cuando me pateó. Por suerte, parece que eso es todo, no me rompió la mandíbula, y mi nariz parece estar bien también.
Todavía estoy tirado en el suelo apoyado sobre mi lado izquierdo. Puedo ver un halo de luz por la parte inferior de la capucha. Tal vez pueda intentar sacármela del todo deslizando la cabeza por el suelo.
Veamos… levanto la cabeza y me estiro… la apoyo de nuevo y arrastro hacia abajo… lentamente… ¡Mmgg! – me muerdo el labio para no gritar - ¡La cabeza me está matando!... debo hacer más fuerza contra el suelo… ¡Si, se desliza! No ha sido mucho, pero es algo. Vuelvo a levantar la cabeza y repito la acción. El dolor aumenta, siento miles de agujas en el lado derecho del rostro, es intolerable… pero veo que la capucha se desliza un poco más y parte del dolor se disipa… debo seguir, debo ver.
Lo repito una vez más, y luego otra… ya falta poco. Uno más y podré… ¡Si, puedo ve-- ¡Mierda! La luz me encandila, necesito unos segundos para acostumbrarme.
¿Qué es esto? - recorro el lugar con la mirada – Por el tipo de material de las paredes parece un galpón… pero no es ni de cerca lo alto de uno… la estructura del techo es diferente, debe haber otro piso arriba. Las paredes, el techo, incluso el suelo son blancos… este debe ser el centro de operaciones. Las luces se concentran en mi y en algunos puntos, el resto está a oscuras. A mi derecha, en una esquina, puedo divisar lo que parece una oficina que tiene las luces encendidas. Allí deben estar reunidos mis captores.
Tengo que buscar la manera de salir de aquí.
Traslado mi vista a mis ataduras. Me ataron con precintos… manos en la espalda… teniendo en cuenta la poca movilidad que tengo, debo estar atado al respaldo de la silla… piernas sujetas, una en cada pata…
Debo explorar mis alternativas… Todavía tengo el teléfono así que significa que no revisaron mis bolsillos. Eso me da una esperanza. Muevo el cuerpo lo más que me permiten las ataduras y puedo sentirla… el peso de mi navaja suiza. Todavía está allí. La llevo encima desde que Maddox nos atrapó aquella vez. El problema es que siempre había contado con que estuviera Kate conmigo para poder tomarla… Kate, ¿dónde estarás?
Mientras todo esto pasaba…
Ya casi llego… solo unos metros más…
Me asomo por detrás de un auto y recorro el lugar. Parece desierto. Empiezo a salir pero de repente veo guardias y me escondo rápidamente. Me maldigo internamente. Calmo mi respiración y vuelvo a asomarme para observarlos. No parecen estar de servicio, se dirigen a la tienda.
¡Un teléfono, si!
Miro a los guardias, parecen absortos en su conversación. No puedo esperar, tengo que acercarme.
- ¿Crees que si le pides un autógrafo te lo dará? Lo podríamos vender. – escucho cuando paso por detrás de ellos… y me paralizo. ¿Autógrafo? ¿Castle?... Mi cabeza se nubla y mis pies se mueven automáticamente en dirección a ellos.
- Aunque quisiera no podría, lo tienen atado de pies y manos. – ambos se ríen y siento como la rabia llena mi cuerpo. ¡Bastardos!
- Tal vez una foto… Podríamos cortarle las manos si se niega. - ¿Qué? No puedo creer lo que escuchan mis oídos. Aprieto los puños para obligarme a controlarme.
- No… mejor primero los dedos, uno por uno. – dice el segundo y ambos vuelven a estallar en carcajadas.
¿Cómo eso les puede provocar gracia? ¡Maldita sea! Tengo que apresurarme. Me doy la vuelta para irme.
- No perdemos nada con intentar, ¿en qué galpón estaba? – Me detengo bruscamente, mi corazón se para de repente. ¿En cuál está? ¡Dilo!
- En el 8, el anteúltimo. – lo oigo decir por fin antes de que entren a la tienda.
¡Mierda! Tendré que atravesar todo el maldito puerto para llegar allí.
No puedo perder más tiempo… Corro hacia el teléfono y lo descuelgo. Siento que las piernas se me aflojan del alivio… pero no tiene tono, está muerto. Dejo caer el teléfono, mis piernas ya no pueden sostenerme y caigo de rodillas al suelo… Van a matarlo… Siento las lágrimas acumularse en mis ojos, un nudo en la garganta.
- Señorita, ¿se encuentra bien? – me dice una voz. Temo levantar la cabeza y que sea uno de los guardias… pero su voz es distinta.
- Si, yo… - empiezo a decir mientras me paro y lo recorro con la vista, no es un guardia… Y sigo subiendo la vista y cuando llego a la altura de la cabeza una sensación de alivio recorre mi cuerpo, ¡tiene un teléfono! – ¡Soy policía, necesito su teléfono! – le digo mientras prácticamente me abalanzo sobre él. Sueno desesperada.
- ¿Qu-- ¡No! – me dice horrorizado apartándose de mí y guardando el teléfono. - ¡Muéstreme una identificación! – mi mano instintivamente va a mi cintura pero no la encuentro.
- No la tengo, está en el fondo del río. – digo casi en un susurro. – Necesito que llame a la policía.
- ¿No era usted policía? – me pregunta cada vez más extrañado.
- Estoy sola, necesito refuerzos. – le explico. Hace el intento de salir corriendo pero estoy lo suficientemente cerca para hacerle una llave y lo tiro al suelo. - ¡Mi compañero está en peligro! – le grito exasperada mientras saco el arma en un movimiento casi automático. Abre la boca para gritar pero se la tapo. – Lo siento. – me disculpo. - No voy a hacerle nada, solo haga la llamada. – le ruego mientras guardo el arma.
Él asiente y saca de nuevo el teléfono. Entonces me levanto y lo ayudo. Marca 911 y se pone el teléfono en el oído. Tiembla como una hoja.
Puedo escuchar el tono por la corta distancia… Alguien atiende… pero él está paralizado. Si no habla van a cortar. Le sujeto la mano y me acerco el teléfono.
- Soy la detective Kate Beckett, placa 41319. Solicito refuerzos de inmediato, en el puerto. Tienen a mi compañero secuestrado en el galpón número 8, corre grave peligro. Hay guardias fuertemente armados. – me escucho decir casi sin respirar.
- De acuerdo detective. Los refuerzos van en camino, ¿dónde se encuentra?
- En una gasolinera a un kilómetro del área.
- Bien, espere allí por instrucciones.
- Negativo, no pue—
Me interrumpo al oír las voces de los guardias a mis espaldas.
- ¡Maldición! – exclamo sin poder evitarlo.
Salgo corriendo con todas mis fuerzas, sin mirar atrás. Corro y corro sin parar hasta que repentinamente veo un grupo de 3 guardias. Me detengo bruscamente y me oculto tras un contenedor mientras recupero el aliento y trato de analizar mis alternativas.
Llegar hasta el galpón sin que me vean no es imposible pero me llevará mucho tiempo. Y así y todo no creo poder llegar a Castle así nomás, debe estar vigilado por guardias. Tendré que arriesgarme, tengo que llegar a él.
Una vez que recupero el aliento, me paro y tomo aire.
No quiero usar el arma, llamaré la atención de todos. Salgo corriendo directamente hacia los guardias y me abalanzo contra el primero que se me cruza. Los agarro completamente desprevenidos y logro reducir a dos, pero el tercero intenta disparar… y falla. El sonido del disparo retumba por las paredes, justo lo que no quería. Veo que intenta apuntarme de nuevo. Entonces saco rápidamente mi arma y disparo. El sujeto cae al suelo.
Miro a mí alrededor y no veo a nadie. Al parecer, no salió tan mal.
Camino algunos metros y diviso otro grupo, solo son 2. Vuelvo a tomar aire y me dispongo a correr hacia ellos— Y entonces todo se vuelve negro.
De vuelta en el galpón… y luego de varios intentos
Es inútil, no puedo sacar la navaja del bolsillo. He intentado de todas las maneras posibles y nada. Si tan solo pudiera moverme un poco más…
La puerta de la oficina se abre repentinamente y alguien sale en dirección hacia mí.
- Alguien ha estado ocupado. – dice un hombre mientras me rodea. Es la misma voz. – Parece que alguien quiere otra paliza. – me amenaza agachándose para tomar la capucha. Lo escupo y doy en el blanco. Lleno su rostro de mi saliva mezclada con sangre, y no puedo evitar sonreír… pero la alegría dura poco. Su cara se transforma mientras se limpia con la capucha. - ¿Te atreves a provocarme? – me grita mientras se para y apenas termina la frase me da otra patada, esta vez en el tórax dejándome sin aire. Escupo sangre al sentir el impacto y siento un puntazo en las costillas… creo que me fracturó una.
- ¡Agg! – intento quejarme… pero el dolor me invade de nuevo. Me cuesta respirar.
- Tengo muy buenas noticias. – lo oigo decir, suena muy lejos. Algo me dice que no son buenas para mí. – Te hemos conseguido compañía. Ahora mismo viene en camino. – su voz suena triunfante.
- Kate… - es lo único que sale de mi boca, no tengo fuerzas.
- ¡Bingo! – grita con regocijo. Siento que un torrente de adrenalina llena mis venas. El dolor parece disminuir y eso me renueva las fuerzas. Si le hace algo, lo mataré.
Abro la boca para advertirle pero me agarra rápidamente del pelo y la silla, y jala hacia arriba para levantarme del suelo.
- ¡Aaahhh! ¡Suélteme! – le grito. Y una vez que estabiliza la silla, lo hace.
- Ahora que tenemos a su amiguita, pasaremos al siguiente tema. – me advierte. – Así que mejor suelte la lengua si no quiere que haga lo mismo con ella.
De sólo pensarlo me horrorizo, pero puede estar mintiendo.
- ¿Cómo sé que no miente? – le pregunto mirándolo fijamente.
- No lo sabe, ¿está dispuesto a arriesgar su vida por ello? – me dice. Mi experiencia me dice que no miente, pero puede haber sido entrenado para ello. No puedo estar seguro. - ¿Y bien? – me apura levantando la voz.
Algo es seguro, debo hacer tiempo.
- Bien. – acepto. - ¿Qué quiere saber?
- Dígame todo lo que sabe.
- Por donde empiezo… mi especialidad es escribir, sé cocinar, soy un experto en el Guitar Hero—
- ¡Suficiente! – grita exasperado. Tengo que hacer un esfuerzo por aparentar inocencia. – Será mejor que conteste lo que le pregunto o apenas llegue su compañerita le romperé los brazos. – me amenaza. No grita, su tono de voz es tranquilo pero seguro y eso me aterroriza más.
- Si quiere que le conteste algo en específico, pregúntelo. – le aclaro.
- Bien. ¿Cómo llegaron aquí?
- En auto. – le contesto. Sé que me estoy arriesgando a otra paliza pero el odio que tengo es imposible de frenar.
Me mira unos segundos, su enojo es palpable, lo cual hace que internamente me regocije. Toma aire y lo suelta, parece relajarse, y por un momento pienso que lo dejará pasar… pero entonces hace un rápido movimiento y hunde su puño en mi estómago haciéndome escupir más sangre seguido por un ataque de tos. Cuando me calmo continúa.
- ¿Qué saben de nosotros? ¿Qué pista los condujo hasta aquí? ¿Con quién hablaron? – me pregunta.
- Esas son muchas preg—
Pero me interrumpo al escuchar que las puertas del galpón se abren. Se me corta la respiración por unos instantes… y entonces la veo, es Kate. Por un lado siento un tremendo alivio porque está bien, pero por otro, me aterra lo que puedan hacerle.
Kate viene acompañada de un hombre que la sigue de cerca. Algo me dice que ella vino a buscarme y sonrío… pero hubiese preferido que simplemente huyera. Por su expresión no parece que esté aquí en contra de su voluntad. Camina tranquila y por lo visto no se resistió porque el sujeto que la acompaña no ha sentido la necesidad de atarla. Gran error cuando se trata de Kate. Se me ocurre una idea.
Cuando me mira, noto que su expresión cambia, está preocupada y es entendible. Debo lucir fatal, con el rostro y la ropa salpicados de sangre, la ropa llena de tierra de estar en suelo y con dificultades para respirar. A pesar de todo se contiene. Puedo ver como aprieta los puños y se muerde el labio sutilmente.
- Bienvenida a la fiesta. – le digo de la mejor forma que puedo. Necesito que sepa que estoy bien, dadas las circunstancias. Ambos siguen acercándose. – Espero que traigas comida, tengo un gran antojo de suiza. – le digo esperando que recuerde mi navaja. – ¿Recuerdas ese lugar?... ¡Maddox’s!... Así se llamaba… - le digo respirando agitadamente. Ella me sonríe, lo recuerda, lo entiende.
- Si, lo recuerdo bien. – me dice cuando están casi a un metro de distancia.
Y justo antes de que lleguen a mi lado, Kate se detiene y le da un fuerte golpe al sujeto que viene detrás de ella haciéndolo volar hacia atrás. Cae inconsciente. Y rápidamente levanta su pierna y le pega una patada en la cabeza a mi captor tirándolo a suelo detrás mío. No puedo verlo pero creo que solo está atontado. Kate se acerca a mí para ver como estoy.
- ¿Estás bien? – me pregunta mientras me saca la navaja del bolsillo de la campera y veo que la oculta dentro de su manga.
- Creo que me fracturó una costilla pero estoy bien. – le digo casi en un susurro. – Tienes que irte. – le pido.
- No lo haré… La familia viene en camino. – me dice y con su mirada me hace entender, la policía es como su familia. Le sonrío.
- Tenemos qu—
Me interrumpo al ver el arma apoyada contra su sien. Mi captor está de pie junto a nosotros y le apunta con el arma. Mi respiración se detiene. Ruego para que no le dispare por haberle pegado.
- Manos a la cabeza. – le pide.
Kate lo hace con tal tranquilidad que puedo saber que esto es parte de su plan. El movimiento de sus brazos lleva la navaja hasta su brazo y de esta forma no caerá.
- Tranquilo, no haré nada. Me asusté al ver la sangre. Quería ver si estaba bien. – le dice.
- Ya ha visto suficiente. – Mi captor se mueve alejándose de nosotros, dejando a Kate entre él y yo. Mueve el arma. – Siéntese entre sus piernas. – Kate me mira y luego a él, parece no entender porque su expresión cambia. - ¡Hágalo! – insiste levantando la voz. Kate duda pero lo hace, recostándose sobre mí. Mientras esto sucede aparece otro sujeto con algo en las manos. – Lleve las manos hacia atrás. – le pide y ella lo hace. El sujeto nuevo tira de sus muñecas presionándola contra mí. Dejo escapar un quejido al sentir una punzada en las costillas. Puedo sentir sus manos rozando las mías. La están atando. – Bien… Ahora ella será su escudo. Ya veremos si tiene ganas de seguir jugando. – me dice con una sonrisa perversa.
- ¡¿Qué?! ¡No! – grito desesperado de solo imaginar que algo malo podría pasarle. – ¡Déjela ir! ¡Voy a hablar, le diré todo! – sigo gritando mientras me remuevo en el asiento. El dolor es intenso y me saca el aire pero no me importa.
- Castle, no te preocupes, no digas nada. – me dice tranquilamente pero haciendo fuerza con su cuerpo para contenerme.
- No puedo permitir que algo te pase… Pregúnteme lo que quiera. – digo finalmente mirándolo a él.
- No, cállate. – interrumpe Kate.
- Lo voy a hacer.
- ¡No, no lo harás!
- ¡Sí!
- ¡No!
- ¡Kate!
- ¡Castle!
- ¡Basta! – grita el hombre. – Les daré 10 minutos para que se pongan de acuerdo. Cuando vuelva pueden pasar dos cosas: Si deciden hablar, no habrá problema. Si no lo hacen, ambos morirán… y ella será la primera. – dice mirándome directamente a los ojos mientras le apunta con el arma.
Quiero gritarle pero justo en el momento en el que abro la boca ella me toca la mano y enreda sus dedos con los míos… Entonces me callo, me muerdo la lengua para contener la rabia que siento hacia ese sujeto.
Mi captor le hace una seña al otro sujeto y ambos se acercan al que está inconsciente y lo cargan hasta la oficina dejándonos solos. Ambos los seguimos con la mirada, esperando a que desaparezcan de nuestra vista. Cuando lo hacen, dejamos escapar el aire que estábamos conteniendo.
Kate recuesta unos segundos su cabeza en mi hombro.
- Menos mal que me seguirte la corriente. – me dice.
- ¿Qué corriente? – le pregunto serio. Ella me mira extrañada pero luego sonríe, sabe que bromeo. Le devuelvo la sonrisa y le doy un pequeño beso en los labios.
- Mejor salgamos de aquí. – me dice levantando la cabeza y poniendo manos a la obra. – Vigila la oficina mientras saco la navaja.
- Bien. – le digo y llevo mi mirada hacia la puerta.
- Soltarnos será fácil pero salir será algo totalmente diferente.
- ¿Tan malo es? – pregunto sin apartar la mirada.
- Bastante. Apenas podía acercarme, por eso dejé que me atraparan. No había forma de llegar aquí.
- Tendrías que haberte ido.
- Sabes perfectamente que no lo haría.
Dejo de mirar unos segundos la puerta para observarla. Ella sigue concentrada con sus brazos, moviéndolos para llevar la navaja a su mano.
- Perdóname. – le digo. – No estaríamos aquí si no fuera por mi insistencia. – ella se detiene y me mira.
- No digas tonterías… Tenías razón, resolviste el caso. – me sonríe y golpea su cabeza suavemente contra la mía. – Sigue vigilando. – me pide, y yo lo hago.
- Esta es una de las pocas veces en donde no me gusta tener razón.
- Primero salgamos de aquí. Después podr-- ¡Mierda! – maldice en silencio mientras veo que se remueve bruscamente en el asiento.
- ¿Qué pasa? – le susurro alarmado.
- La navaja… bajó muy rápido… se me zafa de las manos… no puedo sujetarla… - me dice. Siento alarma en su tono de voz.
- ¿Qué? ¡No!
- Intenta agarrarla. – me pide.
Mi mente quiere entrar en pánico pero hago mi mayor esfuerzo por controlarme. Si me muevo muy rápido o mal podría terminar tirando la navaja al suelo y sería nuestra perdición. Ellos la verían y sabrían que intentábamos escapar.
- ¡Vamos! – me grita en un susurro desesperado.
- ¡No llego! – le digo mientras me esfuerzo por estirarme. – No pued-- ¡Sirenas! ¡Ya vienen!
- ¡Si salen nos mataran! ¡Castle…!
- ¡Maldición!
Al mismo tiempo, dentro de la oficina…
- Marc, ¿por qué no los matas directamente? – dice uno mientras dejan al sujeto inconsciente sobre un sofá.
- No es tan fácil. Necesito saber cómo llegaron aquí. – le explica Marc mientras se sienta en una silla cercana.
- No lo entiendo. – dice el primero mientras se sienta.
- Apareció uno de los cuerpos…
- ¿Qué? – exclama parándose bruscamente. - Pero… ¿no estaban todos juntos?
- Exactamente. Necesito saber qué los trajo aquí para eliminar los cabos sueltos. Si aparecen los demás estaremos muertos. Una vez que lo sepa los mataré con gusto.
- ¡Maldición! ¿Cómo pudo pasar esto? – exclama mientras camina de un lado al otro de la habitación frotándose la cabeza.
- No lo sé. Tengo que asegurarme de que no tengamos un soplón aquí dentro.
- Si es así, yo mismo lo mataré. – asegura golpeando el puño contra su palma.
- Estoy seguro que sí Shul. – dice Marc con una leve sonrisa.
- ¿Por qué no los seguimos presionando? – pregunta dirigiendo su mirada hacia la puerta.
- Ahora no llegaríamos a nada. Si les doy tiempo verán que— ¡¿Sirenas?!
- ¡Esa perra llamó a la policía! – grita Shul mientras va en busca de su arma.
- ¡Esa maldita perra! ¡La mataré ahora mismo! – grita Marc totalmente fuera de sí levantándose bruscamente de su asiento.
Ambos se abalanzan hacia la puerta con sus armas listas.
- ¡Malditos hijos de—
Marc, que iba adelante, se detiene bruscamente haciendo que Shul casi pierda el equilibrio y se choque con él. Apenas logra estabilizarse se dirige a Marc.
- ¿Por qué te detie—
- No están…
- ¿Qué? – Marc lo agarra fuertemente de la cara y le hace mirar la silla… vacía.
- ¡Que no están! – le grita en el oído. - ¡¿Qué hiciste imbécil?! ¡Los dejaste escapar! – le dice levantando el arma.
- ¿Qu-- ¿Yo? ¡Yo no fui! ¡Tú fuiste el que quiso dejarlos solos! – lo acusa soltándose de su mano y retrocediendo para luego confrontarlo.
Ambos levantan las armas y se apuntan.
Castle y Kate miraban toda la escena desde uno de los rincones más alejados y más oscuros del galpón. Ambos sabían que era imposible salir vivos de allí así que solo les quedaba esperar a que llegara la caballería.
- ¿Crees que deberíamos hacer algo? – pregunta Castle en un susurro.
- ¿Después de lo que nos costó soltarnos? ¿Quieres que nos maten? – le dice Kate incrédula.
- Buen punto. – admite él. Kate rueda los ojos y luego lo recorre con la mirada.
- ¿Cómo te sientes? – le pregunta viendo cómo respira.
- Cuesta respirar… pero sobreviviré. – le dice y luego le sonríe, tranquilizándola.
- Me alegra escuchar eso. – le contesta y le sujeta la mano.
Segundos después se escucha un estruendo ensordecedor seguido de una gran cantidad de policías fuertemente armados entrando al galpón gritando órdenes al mismo tiempo.
- ¡NYPD!
- ¡Suelten las armas!
- ¡Las manos donde pueda verlas!
- ¡Pateen las armas hacia aquí!
- ¡Las manos a la cabeza!
Castle y Kate se miran.
- Llego la familia… - dice Kate aliviada.
- ¿Hora de conocer a los suegros? – bromea Castle y ambos se ríen.
- ¿Quién está ahí? Salgan con las manos en alto. – grita un oficial que está cerca.
Ambos se miran y asienten. Suben las manos y se levantan tranquilos… La pesadilla acabó, ahora están a salvo… juntos… una vez más.
Mientras tanto…
¡Dios! Me duele la cabeza… ¿Dónde demonios estoy? No veo nada… tengo una especie de capucha en la cabeza… Estoy atado, tanto en los pies como en las manos, creo que a una silla… ¿Cómo terminé aquí?... El caso… parece que íbamos por la pista correcta.
- ¡Kate! – me escucho gritar, mi boca es más rápida que mi mente.
No oigo nada. ¿La habrán atrapado también? Recuerdo que nos habíamos separado. Espero que esté bien.
- ¡Kate! ¿Estás ahí? ¿Hay alguien? – grito de nuevo.
Necesito estar seguro. Kate no responde… pero oigo pasos, ¿serán mis captores?
- ¿Quién anda ahí? – pregunto disimulando el miedo que empieza a crecer dentro mío. – Dé la cara, no sea cobarde. – lo provoco. Quiero que me saque la capucha, necesito ver dónde estoy.
Lo escucho cada vez más cerca. Intento pararme para hacerle frente pero las ataduras me devuelven al suelo, apenas puedo moverme.
- ¡Mierda! – maldigo sin poder evitarlo.
Escucho su risa resonando por el lugar… es un hombre y está a escasos metros de distancia, aunque no puedo precisar en qué dirección, la capucha me cubre los oídos y me confunde. Hay eco… eso significa que es un lugar grande, pero vacío.
- Veo que ha despertado. – dice. Su acento no es de acá, no me suena familiar.
- ¿Dónde estoy? – pregunto. Sé que no me contestará pero tal vez logre sacarle algo de información. Se ríe.
- Si piensa que se lo diré, está muy equivocado. – me contesta finalmente.
- ¿Por qué estoy aquí?
- Por meter las narices dónde no debe.
- Si quiere dinero, puedo dárselo. – le ofrezco. Otra vez la risa.
- No nos tome por idiotas, Sr. Castle. – me dice. Sabe quién soy… y por lo visto no está solo.
- ¿Qué harán conmigo? – quiero saber.
- Su destino todavía no está decidido así que lo mejor será que se porte bien. Ahora… dígame donde está su amiga.
Kate… qué bueno que no la atraparon, pero saben de ella, la están buscando… Esto no me gusta.
- No sé de qué me habla… - le digo simulando ignorancia.
- Sr. Castle, es inútil que lo niegue, los tenemos grabados. Sabemos que vinieron juntos.
- Debe ser una fan que me vio y me siguió para pedirme un autógrafo. – Su estruendosa risa llena el lugar.
- ¿Realmente piensa que creeré eso? ¡No sea imbécil! ¡Dígame dónde está! – su tono empieza a elevarse aunque todavía no llega a ser un grito.
- ¿Acaso sus fabulosas cámaras no logran encontrarla? – me burlo. – ¡Si cree que le diré algo el imbécil es usted!
Apenas termino la frase siento su mano en mi cuello... Siento como me levanta de la silla… me está ahorcando, me cuesta respirar.
- ¡Aaaggg! – murmuro. - ¡Si me mata… no… conseguirá… nada… - le advierto. Y creo que no cederá… empiezo a ver estrellas, estoy a punto de desmayarme… pero entonces me suelta y lo hace con tal brutalidad que me tira al suelo y caigo con la silla de espaldas. Toso una y otra vez mientras intento recuperar el aire.
- Volveré cuando esté más cooperativo. – dice, su voz suena tranquila de nuevo.
- ¡Entonces no vuelvas nunca, maldito hijo de perra! – grito con todas mis fuerzas.
Escucho sus pasos cerca y firmes.
- ¡Ya verás lo que te sucede por impertinente! – me dice y entonces mi mejilla estalla de dolor.
- ¡¡Ah!! – grito y siento como el dolor se irradia a todo mi rostro. ¡Me ha pegado una patada! - ¡Maldito maniático! ¡Espera sentado!
Sé que podría pegarme de nuevo pero no me importa.
- Eso haré… - dice repentinamente calmado. - Y cuando se muera de hambre y sed, o cuando quiera ir al baño rogará por hablar. – me dice confiado.
- Puedes meterte la comid— ¡Ah! – el dolor interrumpe mi frase. Es muy fuerte, me obliga a cerrar los ojos.
Escucho su risa de nuevo, que empieza a desvanecerse, me siento mareado… todo se pone nebuloso…
A varios cientos de metros de allí
Todavía me falta para llegar a él. Sé que está en alguno de los galpones que se divisan al fondo pero todavía no sé en cual.
Esto es más grave de lo que pensé. Los galpones están lejos de aquí y ya veo guardias. Creo que Castle tenía razón, encontramos el centro de operaciones. Si aquí ya hay guardias, no quiero imaginar lo que hay más adelante. No puedo seguir, tengo que pedir refuerzos o no llegaré a ningún lado.
¡Maldito sea el guardia que me encontró! Si tan solo hubiese podido inmovilizarlo antes de que me sacara las cosas y las tirara al agua. Por suerte pude quedarme con su arma pero no tenía teléfono. Ahora tendré que buscar uno.
Creo recordar haber visto una gasolinera a un kilómetro de aquí cuando veníamos para acá. Son sólo 10 manzanas, si me apuro no tardaré tanto. Pero debo ir con cuidado o será todo en vano.
De vuelta en el galpón, una hora después
¡Maldición! – vuelvo a la realidad exaltado, desorientado – ¿Qué me despertó?... ¡Mi teléfono está vibrando! ¡Tengo mi teléfono!… Pero la sensación de alivio es arrasada por otra… Impotencia… Si tan solo pudiera atenderlo…
Dejo caer mi cabeza… El dolor ya no es tan malo… pero siento gusto a sangre en la boca, creo que me mordí cuando me pateó. Por suerte, parece que eso es todo, no me rompió la mandíbula, y mi nariz parece estar bien también.
Todavía estoy tirado en el suelo apoyado sobre mi lado izquierdo. Puedo ver un halo de luz por la parte inferior de la capucha. Tal vez pueda intentar sacármela del todo deslizando la cabeza por el suelo.
Veamos… levanto la cabeza y me estiro… la apoyo de nuevo y arrastro hacia abajo… lentamente… ¡Mmgg! – me muerdo el labio para no gritar - ¡La cabeza me está matando!... debo hacer más fuerza contra el suelo… ¡Si, se desliza! No ha sido mucho, pero es algo. Vuelvo a levantar la cabeza y repito la acción. El dolor aumenta, siento miles de agujas en el lado derecho del rostro, es intolerable… pero veo que la capucha se desliza un poco más y parte del dolor se disipa… debo seguir, debo ver.
Lo repito una vez más, y luego otra… ya falta poco. Uno más y podré… ¡Si, puedo ve-- ¡Mierda! La luz me encandila, necesito unos segundos para acostumbrarme.
¿Qué es esto? - recorro el lugar con la mirada – Por el tipo de material de las paredes parece un galpón… pero no es ni de cerca lo alto de uno… la estructura del techo es diferente, debe haber otro piso arriba. Las paredes, el techo, incluso el suelo son blancos… este debe ser el centro de operaciones. Las luces se concentran en mi y en algunos puntos, el resto está a oscuras. A mi derecha, en una esquina, puedo divisar lo que parece una oficina que tiene las luces encendidas. Allí deben estar reunidos mis captores.
Tengo que buscar la manera de salir de aquí.
Traslado mi vista a mis ataduras. Me ataron con precintos… manos en la espalda… teniendo en cuenta la poca movilidad que tengo, debo estar atado al respaldo de la silla… piernas sujetas, una en cada pata…
Debo explorar mis alternativas… Todavía tengo el teléfono así que significa que no revisaron mis bolsillos. Eso me da una esperanza. Muevo el cuerpo lo más que me permiten las ataduras y puedo sentirla… el peso de mi navaja suiza. Todavía está allí. La llevo encima desde que Maddox nos atrapó aquella vez. El problema es que siempre había contado con que estuviera Kate conmigo para poder tomarla… Kate, ¿dónde estarás?
Mientras todo esto pasaba…
Ya casi llego… solo unos metros más…
Me asomo por detrás de un auto y recorro el lugar. Parece desierto. Empiezo a salir pero de repente veo guardias y me escondo rápidamente. Me maldigo internamente. Calmo mi respiración y vuelvo a asomarme para observarlos. No parecen estar de servicio, se dirigen a la tienda.
¡Un teléfono, si!
Miro a los guardias, parecen absortos en su conversación. No puedo esperar, tengo que acercarme.
- ¿Crees que si le pides un autógrafo te lo dará? Lo podríamos vender. – escucho cuando paso por detrás de ellos… y me paralizo. ¿Autógrafo? ¿Castle?... Mi cabeza se nubla y mis pies se mueven automáticamente en dirección a ellos.
- Aunque quisiera no podría, lo tienen atado de pies y manos. – ambos se ríen y siento como la rabia llena mi cuerpo. ¡Bastardos!
- Tal vez una foto… Podríamos cortarle las manos si se niega. - ¿Qué? No puedo creer lo que escuchan mis oídos. Aprieto los puños para obligarme a controlarme.
- No… mejor primero los dedos, uno por uno. – dice el segundo y ambos vuelven a estallar en carcajadas.
¿Cómo eso les puede provocar gracia? ¡Maldita sea! Tengo que apresurarme. Me doy la vuelta para irme.
- No perdemos nada con intentar, ¿en qué galpón estaba? – Me detengo bruscamente, mi corazón se para de repente. ¿En cuál está? ¡Dilo!
- En el 8, el anteúltimo. – lo oigo decir por fin antes de que entren a la tienda.
¡Mierda! Tendré que atravesar todo el maldito puerto para llegar allí.
No puedo perder más tiempo… Corro hacia el teléfono y lo descuelgo. Siento que las piernas se me aflojan del alivio… pero no tiene tono, está muerto. Dejo caer el teléfono, mis piernas ya no pueden sostenerme y caigo de rodillas al suelo… Van a matarlo… Siento las lágrimas acumularse en mis ojos, un nudo en la garganta.
- Señorita, ¿se encuentra bien? – me dice una voz. Temo levantar la cabeza y que sea uno de los guardias… pero su voz es distinta.
- Si, yo… - empiezo a decir mientras me paro y lo recorro con la vista, no es un guardia… Y sigo subiendo la vista y cuando llego a la altura de la cabeza una sensación de alivio recorre mi cuerpo, ¡tiene un teléfono! – ¡Soy policía, necesito su teléfono! – le digo mientras prácticamente me abalanzo sobre él. Sueno desesperada.
- ¿Qu-- ¡No! – me dice horrorizado apartándose de mí y guardando el teléfono. - ¡Muéstreme una identificación! – mi mano instintivamente va a mi cintura pero no la encuentro.
- No la tengo, está en el fondo del río. – digo casi en un susurro. – Necesito que llame a la policía.
- ¿No era usted policía? – me pregunta cada vez más extrañado.
- Estoy sola, necesito refuerzos. – le explico. Hace el intento de salir corriendo pero estoy lo suficientemente cerca para hacerle una llave y lo tiro al suelo. - ¡Mi compañero está en peligro! – le grito exasperada mientras saco el arma en un movimiento casi automático. Abre la boca para gritar pero se la tapo. – Lo siento. – me disculpo. - No voy a hacerle nada, solo haga la llamada. – le ruego mientras guardo el arma.
Él asiente y saca de nuevo el teléfono. Entonces me levanto y lo ayudo. Marca 911 y se pone el teléfono en el oído. Tiembla como una hoja.
Puedo escuchar el tono por la corta distancia… Alguien atiende… pero él está paralizado. Si no habla van a cortar. Le sujeto la mano y me acerco el teléfono.
- Soy la detective Kate Beckett, placa 41319. Solicito refuerzos de inmediato, en el puerto. Tienen a mi compañero secuestrado en el galpón número 8, corre grave peligro. Hay guardias fuertemente armados. – me escucho decir casi sin respirar.
- De acuerdo detective. Los refuerzos van en camino, ¿dónde se encuentra?
- En una gasolinera a un kilómetro del área.
- Bien, espere allí por instrucciones.
- Negativo, no pue—
Me interrumpo al oír las voces de los guardias a mis espaldas.
- ¡Maldición! – exclamo sin poder evitarlo.
Salgo corriendo con todas mis fuerzas, sin mirar atrás. Corro y corro sin parar hasta que repentinamente veo un grupo de 3 guardias. Me detengo bruscamente y me oculto tras un contenedor mientras recupero el aliento y trato de analizar mis alternativas.
Llegar hasta el galpón sin que me vean no es imposible pero me llevará mucho tiempo. Y así y todo no creo poder llegar a Castle así nomás, debe estar vigilado por guardias. Tendré que arriesgarme, tengo que llegar a él.
Una vez que recupero el aliento, me paro y tomo aire.
No quiero usar el arma, llamaré la atención de todos. Salgo corriendo directamente hacia los guardias y me abalanzo contra el primero que se me cruza. Los agarro completamente desprevenidos y logro reducir a dos, pero el tercero intenta disparar… y falla. El sonido del disparo retumba por las paredes, justo lo que no quería. Veo que intenta apuntarme de nuevo. Entonces saco rápidamente mi arma y disparo. El sujeto cae al suelo.
Miro a mí alrededor y no veo a nadie. Al parecer, no salió tan mal.
Camino algunos metros y diviso otro grupo, solo son 2. Vuelvo a tomar aire y me dispongo a correr hacia ellos— Y entonces todo se vuelve negro.
De vuelta en el galpón… y luego de varios intentos
Es inútil, no puedo sacar la navaja del bolsillo. He intentado de todas las maneras posibles y nada. Si tan solo pudiera moverme un poco más…
La puerta de la oficina se abre repentinamente y alguien sale en dirección hacia mí.
- Alguien ha estado ocupado. – dice un hombre mientras me rodea. Es la misma voz. – Parece que alguien quiere otra paliza. – me amenaza agachándose para tomar la capucha. Lo escupo y doy en el blanco. Lleno su rostro de mi saliva mezclada con sangre, y no puedo evitar sonreír… pero la alegría dura poco. Su cara se transforma mientras se limpia con la capucha. - ¿Te atreves a provocarme? – me grita mientras se para y apenas termina la frase me da otra patada, esta vez en el tórax dejándome sin aire. Escupo sangre al sentir el impacto y siento un puntazo en las costillas… creo que me fracturó una.
- ¡Agg! – intento quejarme… pero el dolor me invade de nuevo. Me cuesta respirar.
- Tengo muy buenas noticias. – lo oigo decir, suena muy lejos. Algo me dice que no son buenas para mí. – Te hemos conseguido compañía. Ahora mismo viene en camino. – su voz suena triunfante.
- Kate… - es lo único que sale de mi boca, no tengo fuerzas.
- ¡Bingo! – grita con regocijo. Siento que un torrente de adrenalina llena mis venas. El dolor parece disminuir y eso me renueva las fuerzas. Si le hace algo, lo mataré.
Abro la boca para advertirle pero me agarra rápidamente del pelo y la silla, y jala hacia arriba para levantarme del suelo.
- ¡Aaahhh! ¡Suélteme! – le grito. Y una vez que estabiliza la silla, lo hace.
- Ahora que tenemos a su amiguita, pasaremos al siguiente tema. – me advierte. – Así que mejor suelte la lengua si no quiere que haga lo mismo con ella.
De sólo pensarlo me horrorizo, pero puede estar mintiendo.
- ¿Cómo sé que no miente? – le pregunto mirándolo fijamente.
- No lo sabe, ¿está dispuesto a arriesgar su vida por ello? – me dice. Mi experiencia me dice que no miente, pero puede haber sido entrenado para ello. No puedo estar seguro. - ¿Y bien? – me apura levantando la voz.
Algo es seguro, debo hacer tiempo.
- Bien. – acepto. - ¿Qué quiere saber?
- Dígame todo lo que sabe.
- Por donde empiezo… mi especialidad es escribir, sé cocinar, soy un experto en el Guitar Hero—
- ¡Suficiente! – grita exasperado. Tengo que hacer un esfuerzo por aparentar inocencia. – Será mejor que conteste lo que le pregunto o apenas llegue su compañerita le romperé los brazos. – me amenaza. No grita, su tono de voz es tranquilo pero seguro y eso me aterroriza más.
- Si quiere que le conteste algo en específico, pregúntelo. – le aclaro.
- Bien. ¿Cómo llegaron aquí?
- En auto. – le contesto. Sé que me estoy arriesgando a otra paliza pero el odio que tengo es imposible de frenar.
Me mira unos segundos, su enojo es palpable, lo cual hace que internamente me regocije. Toma aire y lo suelta, parece relajarse, y por un momento pienso que lo dejará pasar… pero entonces hace un rápido movimiento y hunde su puño en mi estómago haciéndome escupir más sangre seguido por un ataque de tos. Cuando me calmo continúa.
- ¿Qué saben de nosotros? ¿Qué pista los condujo hasta aquí? ¿Con quién hablaron? – me pregunta.
- Esas son muchas preg—
Pero me interrumpo al escuchar que las puertas del galpón se abren. Se me corta la respiración por unos instantes… y entonces la veo, es Kate. Por un lado siento un tremendo alivio porque está bien, pero por otro, me aterra lo que puedan hacerle.
Kate viene acompañada de un hombre que la sigue de cerca. Algo me dice que ella vino a buscarme y sonrío… pero hubiese preferido que simplemente huyera. Por su expresión no parece que esté aquí en contra de su voluntad. Camina tranquila y por lo visto no se resistió porque el sujeto que la acompaña no ha sentido la necesidad de atarla. Gran error cuando se trata de Kate. Se me ocurre una idea.
Cuando me mira, noto que su expresión cambia, está preocupada y es entendible. Debo lucir fatal, con el rostro y la ropa salpicados de sangre, la ropa llena de tierra de estar en suelo y con dificultades para respirar. A pesar de todo se contiene. Puedo ver como aprieta los puños y se muerde el labio sutilmente.
- Bienvenida a la fiesta. – le digo de la mejor forma que puedo. Necesito que sepa que estoy bien, dadas las circunstancias. Ambos siguen acercándose. – Espero que traigas comida, tengo un gran antojo de suiza. – le digo esperando que recuerde mi navaja. – ¿Recuerdas ese lugar?... ¡Maddox’s!... Así se llamaba… - le digo respirando agitadamente. Ella me sonríe, lo recuerda, lo entiende.
- Si, lo recuerdo bien. – me dice cuando están casi a un metro de distancia.
Y justo antes de que lleguen a mi lado, Kate se detiene y le da un fuerte golpe al sujeto que viene detrás de ella haciéndolo volar hacia atrás. Cae inconsciente. Y rápidamente levanta su pierna y le pega una patada en la cabeza a mi captor tirándolo a suelo detrás mío. No puedo verlo pero creo que solo está atontado. Kate se acerca a mí para ver como estoy.
- ¿Estás bien? – me pregunta mientras me saca la navaja del bolsillo de la campera y veo que la oculta dentro de su manga.
- Creo que me fracturó una costilla pero estoy bien. – le digo casi en un susurro. – Tienes que irte. – le pido.
- No lo haré… La familia viene en camino. – me dice y con su mirada me hace entender, la policía es como su familia. Le sonrío.
- Tenemos qu—
Me interrumpo al ver el arma apoyada contra su sien. Mi captor está de pie junto a nosotros y le apunta con el arma. Mi respiración se detiene. Ruego para que no le dispare por haberle pegado.
- Manos a la cabeza. – le pide.
Kate lo hace con tal tranquilidad que puedo saber que esto es parte de su plan. El movimiento de sus brazos lleva la navaja hasta su brazo y de esta forma no caerá.
- Tranquilo, no haré nada. Me asusté al ver la sangre. Quería ver si estaba bien. – le dice.
- Ya ha visto suficiente. – Mi captor se mueve alejándose de nosotros, dejando a Kate entre él y yo. Mueve el arma. – Siéntese entre sus piernas. – Kate me mira y luego a él, parece no entender porque su expresión cambia. - ¡Hágalo! – insiste levantando la voz. Kate duda pero lo hace, recostándose sobre mí. Mientras esto sucede aparece otro sujeto con algo en las manos. – Lleve las manos hacia atrás. – le pide y ella lo hace. El sujeto nuevo tira de sus muñecas presionándola contra mí. Dejo escapar un quejido al sentir una punzada en las costillas. Puedo sentir sus manos rozando las mías. La están atando. – Bien… Ahora ella será su escudo. Ya veremos si tiene ganas de seguir jugando. – me dice con una sonrisa perversa.
- ¡¿Qué?! ¡No! – grito desesperado de solo imaginar que algo malo podría pasarle. – ¡Déjela ir! ¡Voy a hablar, le diré todo! – sigo gritando mientras me remuevo en el asiento. El dolor es intenso y me saca el aire pero no me importa.
- Castle, no te preocupes, no digas nada. – me dice tranquilamente pero haciendo fuerza con su cuerpo para contenerme.
- No puedo permitir que algo te pase… Pregúnteme lo que quiera. – digo finalmente mirándolo a él.
- No, cállate. – interrumpe Kate.
- Lo voy a hacer.
- ¡No, no lo harás!
- ¡Sí!
- ¡No!
- ¡Kate!
- ¡Castle!
- ¡Basta! – grita el hombre. – Les daré 10 minutos para que se pongan de acuerdo. Cuando vuelva pueden pasar dos cosas: Si deciden hablar, no habrá problema. Si no lo hacen, ambos morirán… y ella será la primera. – dice mirándome directamente a los ojos mientras le apunta con el arma.
Quiero gritarle pero justo en el momento en el que abro la boca ella me toca la mano y enreda sus dedos con los míos… Entonces me callo, me muerdo la lengua para contener la rabia que siento hacia ese sujeto.
Mi captor le hace una seña al otro sujeto y ambos se acercan al que está inconsciente y lo cargan hasta la oficina dejándonos solos. Ambos los seguimos con la mirada, esperando a que desaparezcan de nuestra vista. Cuando lo hacen, dejamos escapar el aire que estábamos conteniendo.
Kate recuesta unos segundos su cabeza en mi hombro.
- Menos mal que me seguirte la corriente. – me dice.
- ¿Qué corriente? – le pregunto serio. Ella me mira extrañada pero luego sonríe, sabe que bromeo. Le devuelvo la sonrisa y le doy un pequeño beso en los labios.
- Mejor salgamos de aquí. – me dice levantando la cabeza y poniendo manos a la obra. – Vigila la oficina mientras saco la navaja.
- Bien. – le digo y llevo mi mirada hacia la puerta.
- Soltarnos será fácil pero salir será algo totalmente diferente.
- ¿Tan malo es? – pregunto sin apartar la mirada.
- Bastante. Apenas podía acercarme, por eso dejé que me atraparan. No había forma de llegar aquí.
- Tendrías que haberte ido.
- Sabes perfectamente que no lo haría.
Dejo de mirar unos segundos la puerta para observarla. Ella sigue concentrada con sus brazos, moviéndolos para llevar la navaja a su mano.
- Perdóname. – le digo. – No estaríamos aquí si no fuera por mi insistencia. – ella se detiene y me mira.
- No digas tonterías… Tenías razón, resolviste el caso. – me sonríe y golpea su cabeza suavemente contra la mía. – Sigue vigilando. – me pide, y yo lo hago.
- Esta es una de las pocas veces en donde no me gusta tener razón.
- Primero salgamos de aquí. Después podr-- ¡Mierda! – maldice en silencio mientras veo que se remueve bruscamente en el asiento.
- ¿Qué pasa? – le susurro alarmado.
- La navaja… bajó muy rápido… se me zafa de las manos… no puedo sujetarla… - me dice. Siento alarma en su tono de voz.
- ¿Qué? ¡No!
- Intenta agarrarla. – me pide.
Mi mente quiere entrar en pánico pero hago mi mayor esfuerzo por controlarme. Si me muevo muy rápido o mal podría terminar tirando la navaja al suelo y sería nuestra perdición. Ellos la verían y sabrían que intentábamos escapar.
- ¡Vamos! – me grita en un susurro desesperado.
- ¡No llego! – le digo mientras me esfuerzo por estirarme. – No pued-- ¡Sirenas! ¡Ya vienen!
- ¡Si salen nos mataran! ¡Castle…!
- ¡Maldición!
Al mismo tiempo, dentro de la oficina…
- Marc, ¿por qué no los matas directamente? – dice uno mientras dejan al sujeto inconsciente sobre un sofá.
- No es tan fácil. Necesito saber cómo llegaron aquí. – le explica Marc mientras se sienta en una silla cercana.
- No lo entiendo. – dice el primero mientras se sienta.
- Apareció uno de los cuerpos…
- ¿Qué? – exclama parándose bruscamente. - Pero… ¿no estaban todos juntos?
- Exactamente. Necesito saber qué los trajo aquí para eliminar los cabos sueltos. Si aparecen los demás estaremos muertos. Una vez que lo sepa los mataré con gusto.
- ¡Maldición! ¿Cómo pudo pasar esto? – exclama mientras camina de un lado al otro de la habitación frotándose la cabeza.
- No lo sé. Tengo que asegurarme de que no tengamos un soplón aquí dentro.
- Si es así, yo mismo lo mataré. – asegura golpeando el puño contra su palma.
- Estoy seguro que sí Shul. – dice Marc con una leve sonrisa.
- ¿Por qué no los seguimos presionando? – pregunta dirigiendo su mirada hacia la puerta.
- Ahora no llegaríamos a nada. Si les doy tiempo verán que— ¡¿Sirenas?!
- ¡Esa perra llamó a la policía! – grita Shul mientras va en busca de su arma.
- ¡Esa maldita perra! ¡La mataré ahora mismo! – grita Marc totalmente fuera de sí levantándose bruscamente de su asiento.
Ambos se abalanzan hacia la puerta con sus armas listas.
- ¡Malditos hijos de—
Marc, que iba adelante, se detiene bruscamente haciendo que Shul casi pierda el equilibrio y se choque con él. Apenas logra estabilizarse se dirige a Marc.
- ¿Por qué te detie—
- No están…
- ¿Qué? – Marc lo agarra fuertemente de la cara y le hace mirar la silla… vacía.
- ¡Que no están! – le grita en el oído. - ¡¿Qué hiciste imbécil?! ¡Los dejaste escapar! – le dice levantando el arma.
- ¿Qu-- ¿Yo? ¡Yo no fui! ¡Tú fuiste el que quiso dejarlos solos! – lo acusa soltándose de su mano y retrocediendo para luego confrontarlo.
Ambos levantan las armas y se apuntan.
Castle y Kate miraban toda la escena desde uno de los rincones más alejados y más oscuros del galpón. Ambos sabían que era imposible salir vivos de allí así que solo les quedaba esperar a que llegara la caballería.
- ¿Crees que deberíamos hacer algo? – pregunta Castle en un susurro.
- ¿Después de lo que nos costó soltarnos? ¿Quieres que nos maten? – le dice Kate incrédula.
- Buen punto. – admite él. Kate rueda los ojos y luego lo recorre con la mirada.
- ¿Cómo te sientes? – le pregunta viendo cómo respira.
- Cuesta respirar… pero sobreviviré. – le dice y luego le sonríe, tranquilizándola.
- Me alegra escuchar eso. – le contesta y le sujeta la mano.
Segundos después se escucha un estruendo ensordecedor seguido de una gran cantidad de policías fuertemente armados entrando al galpón gritando órdenes al mismo tiempo.
- ¡NYPD!
- ¡Suelten las armas!
- ¡Las manos donde pueda verlas!
- ¡Pateen las armas hacia aquí!
- ¡Las manos a la cabeza!
Castle y Kate se miran.
- Llego la familia… - dice Kate aliviada.
- ¿Hora de conocer a los suegros? – bromea Castle y ambos se ríen.
- ¿Quién está ahí? Salgan con las manos en alto. – grita un oficial que está cerca.
Ambos se miran y asienten. Suben las manos y se levantan tranquilos… La pesadilla acabó, ahora están a salvo… juntos… una vez más.
Por el momento, les deseo una hermosa nochebuena rodeados de seres queridos y una muy feliz navidad para todos.
En estas fechas estoy de acá para allá pero espero poder mejorar rápido y hacerme un tiempito para finalmente poder escribir tranquila y terminar de una vez por todas la historia que les prometí hace más de un mes. Ufff, como pasa el tiempo. Todavía siento que no empecé mis vacaciones, jeje.
Última edición por nato_kine el Dom Dic 23, 2012 5:48 pm, editado 3 veces
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Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Se me hizo bien corto... me encanto y sobretodo como expresabas los sentimientos de los dos... y el final me encanto... y me gusto q dijieran q NYPD era como su familia...
Sigue!!! q escribes de maravilla
Feliz Navidad
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Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
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Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Feliz navidad Nato
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Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Compartir algo bueno con los demas nunca es un problema y este relato que es mi regalo de Secret Santa es algo que debemos tener todos.
Pero yo he sido la primera en leerlo y eso me ha encantado.
Bueno, creo que estos dias vamos a estar todas un poco liadas, pero siempre nos quedara un rato para pasarnos por el foro y ver si hay cosas nuevas.
FELIZ NAVIDAD PARA TOD@S
Pero yo he sido la primera en leerlo y eso me ha encantado.
Bueno, creo que estos dias vamos a estar todas un poco liadas, pero siempre nos quedara un rato para pasarnos por el foro y ver si hay cosas nuevas.
FELIZ NAVIDAD PARA TOD@S
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Mi reacción ante tu nuevo capítulo;
1.-¡CAPÍTULO NUEVO!
2.- Comienzo a leer,
3.- Ya lo había leído y sabía que eras tu,
Me gusto cuando lo leí, me alegro que también lo alla colgado aquí, así de ese modo más personas podrán leerlo.
Por cierto, te ha quedado genial, desde el primer párrafo me has mantenido en espectación.
1.-¡CAPÍTULO NUEVO!
2.- Comienzo a leer,
3.- Ya lo había leído y sabía que eras tu,
Me gusto cuando lo leí, me alegro que también lo alla colgado aquí, así de ese modo más personas podrán leerlo.
Por cierto, te ha quedado genial, desde el primer párrafo me has mantenido en espectación.
Invitado- Invitado
Escena 34: Tres son multitud
Como regalo de Año nuevo... Finalmente he aquí el capítulo de Meredith.
Realmente espero que les guste. Es un capítulo bastante largo y aunque tiene sus buenos momentos en realidad no se cómo me ha quedado. Tengo esta sensación de que podría hacerlo mejor pero en estos momentos no me siento con mucha inspiración para empezarlo de cero.
Aparte, mañana me voy de viaje a unas vacaciones de un mes y quiero descansar un poco de todo. Más que escribir actualmente quiero leer. Así que por lo menos hasta febrero no subiré más nada. Si llego a armar algo lo subiré pero no puedo prometer nada. Por lo pronto, estaré 15 días sin conexión a internet.
Sé que me dirán que lo dejé en la mejor parte pero prefiero dejarlo ahí.
Ya habrá tiempo para hacer una escena acuática, jejeje.
Feliz año para todos.
Realmente espero que les guste. Es un capítulo bastante largo y aunque tiene sus buenos momentos en realidad no se cómo me ha quedado. Tengo esta sensación de que podría hacerlo mejor pero en estos momentos no me siento con mucha inspiración para empezarlo de cero.
Aparte, mañana me voy de viaje a unas vacaciones de un mes y quiero descansar un poco de todo. Más que escribir actualmente quiero leer. Así que por lo menos hasta febrero no subiré más nada. Si llego a armar algo lo subiré pero no puedo prometer nada. Por lo pronto, estaré 15 días sin conexión a internet.
TRES SON MULTITUD
Castle estaba en su loft escribiendo, junto con Alexis que descansaba en su dormitorio. Kate estaba en una escena del crimen pero él no había ido con ella porque…
Alguien tocó la puerta. Castle levantó la vista de la pantalla y, desde la isla de la cocina, miró la puerta. ¿Habían golpeado o solo había sido su imaginación?... A continuación sonó el timbre. Se levantó extrañado. ‘¿Quién podría ser a esa hora de la mañana?’, se preguntó mientras se acercaba a la puerta. Kate tenía llave desde que se había mudado temporalmente a su apartamento debido a que estaban fumigando el suyo. Su madre tampoco podría ser porque había decidido volver a los Hamptons y continuar con el viaje que había interrumpido hace meses por venir a buscar a Alexis luego de su graduación.
Caminó tranquilamente hasta la puerta y la abrió. Al ver quien era sintió como si le hubiesen tirado un baldazo de agua helada.
- Hola gatito. – dijo Meredith con su tono tan peculiar de voz. Entró animadamente al loft, sin haber sido invitada y cargando una gran maleta con ella.
- Me— ¿Meredith? ¿Qué haces aquí? – preguntó Castle apenas pudo.
- Me llevaré a Alexis a un viaje por Europa. – le contestó como si fuera algo normal. - ¿Dónde está? – preguntó recorriendo el lugar con la vista.
- ¡Enferma! – exclamó Castle. – Te lo dije hace una semana. Tiene mononucleosis. – le recordó sin poder creerlo todavía.
- Oh, si… ahora recuerdo. – dijo haciendo memoria pero sin que eso afectara su ánimo.
- Así que… si no te molesta tengo que seguir trabajando y… - comenzó él queriendo conducirla de nuevo hacia la puerta. No quería ser grosero con ella pero si Kate la veía, suponía que no le gustaría nada. En ocasiones anteriores las cosas habían sido muy diferentes entre ellos. Habían seguido teniendo relaciones esporádicas incluso luego de separarse y Kate lo sabía. Y no quería que ella pensara que él todavía pensaba en esa posibilidad cuando no lo hacía.
- Claro que no me molesta. – dijo Meredith.
- Grandioso. – dijo Castle aliviado.
- Sigue trabajando, yo cuidaré a Alexis.
- Gen-- ¿Qué? – exclamó sorpresivamente.
- Así podrás ir a trabajar con la detective. – aclaró ella.
- No puedes quedarte, Alexis está bien cuidada. – le explicó él.
- No digas tonterías, ella necesita a su madre.
- ¿Y desde cuándo te interesa lo que ella necesita? – preguntó levantando el tono sin poder evitarlo.
Meredith, que se estaba sacando el abrigo, se detuvo y lo miró extrañada por su comentario. Él nunca le había hablado así. Pero luego se relajó.
- Gatito, tu siempre tan bromista. – le dijo restándole importancia. – Hazme una lista con los medicamentos y las horas. – le pidió mientras comenzaba a caminar hacia la escalera.
- ¡Es que no entiendes!... Beckett—
- Si, si, si… Beckett te debe estar esperando. Mándame la lista al teléfono entonces.
- No… es que ella está viv—
- Vamos, deja de dar tanta vuelta y vete o pensará que no quieres trabajar.
- ¡No, espera! – le dijo caminando hacia ella. - ¡Meredith! – le dijo exasperado desde la escalera.
- ¿Mamá? – se escuchó desde el piso de arriba. Era Alexis.
- ¡Si hija, ya subo! – gritó ella. – Adiós gatito. – le saludó mientras se perdía por las escaleras.
Castle estuvo a punto de soltar un grito de frustración pero se contuvo mordiéndose el puño. Maldijo por dentro que Alexis los oyera, ahora no podía simplemente echar a Meredith. Y encima parecía que su hija estaba contenta de oír a su madre, y no era para menos, hace meses que no se veían. Se quedó pensativo mirando las escaleras unos minutos viendo si Meredith bajaba pero no pasó nada. Tal vez no sería tan malo que la cuidara, pero tendría que aclararle que solo sería por ese día y luego tendría que irse a otro lado.
Así y todo, había algo que no terminaba de cerrarle. En situaciones anteriores a esas, Meredith nunca se había quedado, simplemente había dado media vuelta y se había marchado a otro lugar. ¿Por qué ahora se quedaba? ¿Por qué ese repentino afán por cuidar a su hija?
Castle pensó en la posibilidad de no decirle a Kate de la presencia de Meredith en su casa pero suponía que sería peor porque tarde o temprano se enteraría y si encima él le había mentido sería muy sospechoso. Kate tendría que entender, después de todo Meredith era la madre de su hija. No podía simplemente echarla… ¿cierto? Sacudió la cabeza para ahuyentar esos pensamientos. Todavía no había motivos para preocuparse así que para qué martirizarse.
Finalmente, llevó su laptop a su escritorio, se cambió y luego de dejarle algunas indicaciones a Meredith, recogió algunas cosas y se fue.
Castle miró la hora y vio que todavía era temprano para comer. Pasó por una cafetería y compró dos cafés. No se le ocurrió otra mejor idea para suavizar su llegada y la noticia con Kate.
Cuando llegó a la comisaría enseguida la divisó sentada en su escritorio mirando algo en la pantalla. No había señal de los muchachos por ningún lado.
Caminó hasta el escritorio y se acercó a ella como si su presencia allí fuera de lo más normal. Estiró el brazo dejando el café suspendido delante de sus ojos y esperó a que ella lo tomara. Kate miró el café e inmediatamente lo agarró y lo miró con una sonrisa en sus labios.
- ¿Dónde están los muchachos? – le preguntó a modo de distracción.
- Eh… Fueron a buscar a un sospechoso.
- Genial. Así que el caso va avanzando. ¿Estabas buscando algo en especial? – quiso saber acercándose a la pantalla.
- Estaba chequeando unos registros del banco-- ¿No ibas a cuidar a Alexis? – le preguntó repentinamente. Castle estaba distraído viendo la pantalla.
- Alexis tiene quien la cuide. – dijo él casi sin darse cuenta de lo que estaba diciendo.
- ¿No me digas que hiciste volver a tu madre otra vez de los Hamptons? – le dijo en tono de reproche.
- Mi madre sigue de viaje.
- ¿Entonces?
- ¿Podrías bajar más la página?
- ¡Castle! – le gritó ella queriendo llamar su atención. Él se sobresaltó y sacó la mirada de la pantalla. - ¿Quién está cuidando a Alexis?
- Bueno… Yo… Ella… - titubeó. – Verás… No vas a creerlo. Vino—
- Hey, Beckett. – gritó Esposito mientras se acercaba a ellos. Detrás venían Ryan junto con un sujeto, posiblemente el sospechoso. Se detuvo al ver que lo miraban y les hizo una seña con la cabeza en dirección a la sala de interrogaciones.
Kate asintió y se levantó para seguirlo. Castle se quedó un momento quieto. Había estado muy cerca y el corazón le latía rápido. Probablemente ahora tendría un poco más de tiempo para prepararse. Sabía que cuanto antes se lo contara sería mejor pero una parte de él no quería hacerlo.
- Castle, ¿vienes? – le preguntó Kate deteniéndose unos metros más adelante. Castle salió de su ensimismamiento y se apresuró a seguirla.
Ambos entraron en la sala de observación para ver el interrogatorio de los muchachos. Estuvieron un momento en silencio viendo del otro lado del vidrio hasta que Kate rompió el silencio.
- ¿Entonces…?
- ¿Entonces qué? – preguntó él sin dejar de mirar el vidrio.
- ¿Qué es lo que no voy a poder creer? – le recordó girándose en su dirección.
Castle sintió que todo su cuerpo se tensaba y su corazón se aceleraba de nuevo. Había llegado la hora de la verdad. Respiró hondo y tragó saliva.
- Bueno… Verás…
Mientras, en la sala de interrogación, Espo y Ryan seguían con las preguntas.
- ¿Dónde estuviste ayer, entre las 4 y las 6 de la tarde?
- Les juro que yo no fui. Yo estaba en—
- ¡¿QUÉ?! ¡¿Cómo que Meredith— - se escuchó a través del vidrio. Los tres miraron el vidrio y luego Espo y Ryan cruzaron miradas.
Espo rodeó la mesa y se colocó junto al sospechoso para distraer su atención continuando con el interrogatorio. A su vez, Ryan se acercó al vidrio y lo golpeó suavemente para hacerles una seña a ellos de que bajaran la voz.
En la sala de observaciones estaba Kate parada junto al vidrio y Castle la abrazaba mientras le tapaba la boca porque se había dado cuenta de que los otros escucharon. Cuando vio que ella no forcejeaba para liberarse le destapó la boca y luego la soltó del todo.
- Mira, no es para tanto. Luego se irá a otro lugar. – le explicó.
- ¿Ella lo sabe? – le preguntó acusadoramente.
- Eh… no exactamente. Pero se lo diré hoy sin falta. – le aseguró rápidamente.
- Eso espero porque si no dormirás en el sofá. – le advirtió ella de mala gana cruzándose de brazos. Castle sonrió aliviado y se acercó a ella.
- ¿Está celosa detective? – la provocó.
- Mejor concentrémonos en el interrogatorio. – le dijo, eludiendo la pregunta y girándose para mirar el vidrio. Castle agrandó su sonrisa tomándolo como un sí.
- Bien. – dijo simplemente mientras retrocedía un poco y se giraba. Como estaban las cosas, era mejor no presionar.
El resto del interrogatorio se quedaron en silencio observando. De vez en cuando alguno miraba al otro sutilmente pero ninguno hablaba. Cuando terminó ambos salieron y como el sospechoso había aportado pistas nuevas Kate agarró sus cosas y se dirigió al ascensor, con Castle pisándole los talones.
- ¿Cuándo vas a decirle? – preguntó sorpresivamente Kate mientras iban en el auto antes de que Castle siquiera pudiera articular palabra.
- Me iré temprano para hablar con ella.
- ¿Por qué no le dices por teléfono?
- Prefiero hacerlo personalmente y podré ver cómo está Alexis.
- Bien. – contestó escuetamente. Castle la miró, iba concentrada en el tráfico. Podía notar que estaba tensa por como agarraba el volante.
- Kate, ya sé que ella es mi ex pero no pasa nada entre nosotros.
- Yo no dije que lo hubiera. – dijo sin sacar la vista del camino. Pararon en un semáforo.
- No con palabras pero si sigues apretando el volante vas a terminar rompiéndolo. – le dijo haciendo que ella bajara la vista a sus manos y las aflojara. Después suspiró y apoyó la cabeza en el respaldo. Por un segundo se miraron y ella suavizó su mirada pero enseguida volvió a mirar el camino porque el semáforo había cambiado.
- Habla con ella y después veremos dónde duermes. – Castle sonrió un poco más aliviado pero entonces se dio cuenta de algo.
- ¿Qué le digo sobre el hecho de que te estés quedando en casa?
- Si no va a quedarse no tienes que contarle nada.
- Si… Supongo que tienes razón. – dijo pensativo, no muy convencido.
- No es la primera vez que me quedo en tu casa. Si pregunta le dices simplemente que como buen compañero me estás prestando un techo mientras fumigan mi apartamento.
- Buen compañero con beneficios. – le dijo él con una gran sonrisa. Kate quiso hacerse la ofendida pero falló en el proceso.
- Cállate si no quieres dormir afuera. – le amenazó. Pero eso sólo hizo que él sonriera más.
El resto del día transcurrió tranquilo. La investigación avanzaba y al final de la tarde tenían evidencias sólidas contra un sospechoso que estaban trayendo para interrogar. Castle miró la hora y decidió que era hora de enfrentar a Meredith y pedirle que se buscara otro lugar donde pasar la noche.
- Será mejor que vaya yendo. – le informó a Kate que estaba mirando la pizarra.
- ¿No te quedas al interrogatorio? – le preguntó.
- Prefiero irme para poder hablar tranquilo con Meredith. Cuanto antes mejor. Así tendrá tiempo de buscar otro lugar.
- Bien. Nos vemos en unas horas.
Castle asintió y le tendió una mano para estrechársela, su beso secreto. Kate miró su mano y luego lo miró a los ojos, pensativa.
- Sabes que no te lo mereces. – le dijo muy seria. La sonrisa de Castle comenzó a disiparse y entonces vio que ella levantaba su mano y se la estrechaba. Por un momento, ambos contuvieron la respiración. A pesar de todo, la conexión entre ellos seguía allí.
- Lo sé. Te compensaré. – le dijo con una leve sonrisa mientras comenzaba a caminar hacia el ascensor. Ella no dijo nada, solo lo siguió con la vista unos segundos y luego volvió a concentrarse en la pizarra. Tenía que revisar todas las evidencias para prepararse para el interrogatorio.
Cuando Castle llegó encontró a Meredith en la cocina preparando algo en una bandeja. Recorrió la sala con la vista y no vió su maleta por ningún lado.
- Hola gatito. Llegas temprano. – le dijo Meredith muy contenta.
- Hola. ¿Eso es para Alexis? ¿Cómo está?
- Bien, aunque tiene algo de hambre.
- Eso es bueno.
- No para su silueta, querido.
- Supongo… ¿Podemos hablar? – le dijo repentinamente, cambiando el tono.
- Claro, solo espera que le lleve esto a Alexis. – le dijo levantando la bandeja y caminando hacia las escaleras.
Castle asintió. Cuando ella subió, caminó hasta su habitación y como temía, allí estaba su maleta. ‘¡Mierda!’, pensó. Se quedó mirando la maleta decidiendo si llevarla a la sala o no cuando la voz de Meredith lo sacó de sus pensamientos.
- Richard, Alexis pregunta por ti. – le dijo asomando la cabeza por la puerta de la habitación.
- Oh, bien. – dijo y se dirigió a la habitación de Alexis para saludarla.
Alexis parecía estar mejor de lo que estaba en la mañana y muy contenta teniendo a sus dos padres cuidándola. Normalmente no solía aguantar mucho a su madre pero el que ella la cuidara parecía haber cambiado su forma de pensar. Castle se sintió levemente culpable por tener que pedirle a Meredith que se fuera pero también sabía que no estaba bien que Alexis se acostumbrara a la presencia de su madre porque más temprano que tarde volvería a irse. Además, ellos estaban separados y él estaba con Kate, la cual estaba viviendo allí momentáneamente.
Pensar en esto le recordó la conversación. Tenía que hablar con Meredith. Cuando ambos bajaron a la cocina, Castle decidió que era momento de hablar.
- Está tan crecida… - dijo Meredith sin darle tiempo a decir nada.
- Eh… Si… - fue todo lo que pudo decir. – Meredith—
- Extraño tanto a Alexis a veces… Bueno, a ambos… - lo interrumpió. Castle estaba desconcertado, su mente estaba en blanco. ¿Dónde iba con esto? – Extraño el movimiento de la ciudad…
- Los Ángeles debe tener lo suyo también.
- Me siento tan sola… - siguió diciendo. De a poco se fue acercando a él. A Castle se le dispararon todas las alarmas internas, no le gustaba dónde estaba yendo la conversación. Comenzó a retroceder.
- No puedes quedarte aquí. – le dijo Castle repentinamente. Meredith se detuvo un poco sobresaltada.
- ¿Lo dices por la mujer que se queda en tu cuarto? – le preguntó ella. El desconcertado fue él esta vez.
- ¿Cómo sabes…?
- Vi su ropa. ¿Tienes una nueva amiga? – dijo con una leve sonrisa como si pensara ‘Otra de tus tantas…’
- No… Yo… Ka— Beckett… están fumigando su apartamento. – Y pensar que había planeado toda la conversación y de repente se veía incapaz de seguir el libreto. – Solo le estoy prestando un lugar dónde dormir. - Tenía que decirle que se fuera. – Por eso no puedes quedarte.
Algo en la mirada de Meredith cambió y una leve sonrisa se formó en su rostro.
- No hay problema Richard. – comenzó diciendo haciendo que él se relajara por unos segundos. - Me quedaré en la habitación de huéspedes contigo. – le dijo con total naturalidad, peligrosamente cerca. – No creo que a Beckett le importe. Después de todo es tu casa. – Castle soltó una risa nerviosa mientras intentaba retroceder pero se le acaba el espacio, casi estaba contra la isla de la cocina.
- Te sorprendería las cosas que— Digo, no me parece correcto.
- Vamos gatito… Por los viejos tiempos. – le dijo casi pegada a él con una mirada sugestiva.
Kate estaba en el pasillo del apartamento buscando la llave.
Justo antes meter la llave en la cerradura recordó que Castle tenía que hablar con Meredith. ¿Estaría ella todavía allí? Frunció el ceño. Por más que fuera la madre de Alexis, no le gustaba la idea. Desde el primer día que las presentaron hubo cierta tensión entre ellas. Meredith había sido todo sonrisas y encanto aquella vez en la comisaría hace ya 4 años pero algo en su tono de voz le había hecho ver que no le gustaba que Castle hubiera encontrado otra musa. Podía notar que todavía sentía algo por él y eso no le gustaba nada. No le había gustado cuando ella apenas lo conocía, mucho menos ahora que estaban saliendo.
Metió la llave lentamente y abrió la puerta lo más despacio que pudo. Cuando entró en la sala sus ojos se centraron enseguida en lo que pasaba en la cocina.
Castle estaba apoyado contra la isla de la cocina y Meredith estaba a escasos centímetros de él, demasiado cerca, demasiado “todavía en el apartamento”. Sintió una punzada de celos que apenas pudo contener. ¿Por qué estaba todavía aquí?
Kate cerró la puerta de un golpe sobresaltando tanto a Castle como a Meredith. Él aprovechó para salir de dónde estaba y se dirigió a Kate que le estaba echando una mirada asesina de “¿Qué demonios hace ella todavía acá?”
- ¡Kate! ¿Todo bien con el interrogatorio? – preguntó él intentando alivianar el ambiente.
- No lo sé, dímelo tú. – le dijo acusadoramente.
- Yo—
- Detective Beckett, Richard me contó que se está quedando aquí. – interrumpió Meredith mientras se acercaba a ellos.
- Meredith… Si, están fumigando mi apartamento. – dijo escuetamente.
- Que horror, espero que pronto esté solucionado. – Kate estuvo a punto de preguntarle qué quería decir con eso cuando Castle interrumpió.
- Por eso te decía que no puedes—
- ¡Mamá! – se escuchó desde arriba.
- Alexis me llama. Mi hija me necesita querido, no puedo irme. Estoy segura de que Beckett entenderá. – le dijo mirando a Kate para luego ir escaleras arriba.
Inmediatamente que desapareció de su vista, Castle se volteó para hablar con Kate pero ella ya estaba de camino a la habitación. ‘Demonios, ¡la maleta!’, recordó. Salió corriendo tras ella.
- Te juro que lo intenté… Le dije pero no me escucha, nunca me escucha, siempre hace lo que quiere. – dijo Castle mientras entraba con ella a la habitación.
- ¿Qué es lo que tengo que entender? – preguntó Kate mientras miraba la maleta.
- Eh… Ella… vio tu ropa y piensa que te dejo dormir acá mientras yo duermo arriba y… Bueno…
- ¿Y? – le dijo clavándole la mirada de nuevo.
- Dijo que dormiría conmigo arriba y le dije que no me parecía bien estando tú aquí. – dijo rápidamente. Kate no dijo nada y Castle no sabía si era peor eso o que le gritara. – Mira Kate, será mejor que le diga la verdad sobre nosotros y entonces—
- Ni se te ocurra. Si llega a aparecerse de nuevo en la comisaría y dice algo estamos fritos. No puede enterarse de lo nuestro. – le advirtió ella poniéndose delante de la puerta.
- No se me ocurre otra forma… - le dijo mientras agarraba la maleta para llevarla arriba. – No quiero estar mal contigo. – le aclaró. Kate subió la mirada hacia él y suspiró intentando relajarse.
- Yo tampoco. – le dijo abrazándolo unos segundos. - Dile que le dejarás el cuarto de huéspedes y que dormirás en el sofá. – Una sonrisa se dibujó en el rostro de Castle.
- Y entonces durante la noche vengo a…
- Darme las buenas noches y vuelves a dormir al sofá. – le aclaró ella.
- ¡Oh, vamos Kate! – rezongó como un niño.
- Ve a llevar eso arriba y habla con Meredith. Necesito desesperadamente un baño relajante. – le dijo. Castle se mordió el labio imaginándola en el hidromasaje y se odió por no poder manejar el carácter de Meredith. Si ella no estuviera se estarían dando ese baño los dos juntos. Soltó un gruñido de frustración.
- Bien. – dijo finalmente y salió por la puerta cargando la maleta.
Cuando Castle bajó, después de hablar con Meredith y de ver como estaba su hija encontró sobre el sofá un juego de sábanas y cobijas para taparse. Soltó un bufido de desilusión. Miró la sala y no vio a Kate pero la luz de la habitación estaba prendida así que suponía que estaría ahí todavía. Pensó un momento y se asomó por la puerta que estaba apoyada. Kate estaba en ropa interior y una remera de él, hurgando en su armario en busca de algo que ponerse. Castle entró dentro del armario y cerró la puerta quedando los dos adentro tomando desprevenida a Kate que pegó un salto de la sorpresa.
- ¿Qué estás haciendo? – le retó. Castle la acorraló contra la pared del armario y le rodeó la cintura con los brazos.
- Venía a pedirte que me ayudes con la comida. – le dijo levantándole suavemente la remera.
- Alguien puede vernos. – le advirtió.
- Son solo unos segundos. ¿Quién va a buscarnos acá? – le preguntó mientras la abrazada y la estrechaba contra su cuerpo. – No te enojes conmigo. Te voy a extrañar en el sofá frío y demasiado grande para mí solo. – Kate sonrió dándose cuenta de su manipulación. Soltó un suspiro y finalmente le rodeó el cuello colocando las manos en su nuca y su cabello. Castle hundió su nariz en su cuello y aspiró. – Mmmm… hueles rico… - le dijo suavemente cerca del oído mientras sus manos empezaban a explorar debajo de la ropa recorriendo su espalda.
- Castle… - le dijo ella queriendo pedirle que se detuviera pero una parte quería quedarse allí hasta que Meredith se fuera.
- Mmmm… - le contestó él perdido en ella.
- Tenemos que salir…
- Mmmm… Ya sé… - le dijo sin ganas lo cual la hizo sonreír.
- Déjame buscar algo de ropa y te ayudo con la comida.
- Así estás bien. – le dijo respirando sobre su cuello. Kate soltó una pequeña risa.
- Vamos, déjame cambiarme. – le dijo cambiando el tono. Castle soltó un gruñido y se separó un poco para mirarla.
- Bien, pero no tardes. - Se acercó lentamente dándole tiempo a reaccionar pero como ella no se movió, le dio un suave aunque muy sentido beso. Después se separó y salió sin mirar atrás dejándola sola para que se vistiera.
Kate no tardó mucho pero para cuando entró en la sala y vio la cocina pudo ver a Castle cocinando y a Meredith, otra vez demasiado cerca. Castle parecía nervioso pero a la vez no hacía nada para cortar a Meredith, lo cual le molestaba. Caminó decidida a la cocina y cuando él la vio, pudo notar que su expresión cambiaba y eso le gustó. Se acercó a él del otro lado de donde estaba Meredith, haciendo caso omiso de su presencia.
- ¿Ayudo? – preguntó Kate como si ese no hubiese sido el plan original.
- Sí, claro. – le dijo agradecido pasándole algunas cosas para que picara.
Mientras, Meredith parecía hacer lo mismo que ella y seguía hablando con Castle como si no estuviera.
- En serio no hace falta que duermas aquí. Por los viejos tiempos gatito. – le dijo, y Castle pudo ver como Kate cortaba las verduras con más brusquedad de la necesaria. ‘Tal vez darle un cuchillo no fue la mejor elección’ pensó.
- Ya te dije que no Meredith, no insistas.
- ¿Es por Beckett? Porque no creo que ella tenga problema, ¿no es cierto Beckett? – preguntó. Kate casi clava el cuchillo en la tabla pero se contuvo a tiempo.
- Por supuesto que—
- No es por eso. – interrumpió Castle. Dejó lo que estaba haciendo y se giró hacia Meredith. – Mira, estoy saliendo con alguien. – Kate se tensó repentinamente. – Ella es la razón por la que no podías quedarte. Cuando se entere me matará y realmente quiero que esta relación funcione. – Kate apenas podía disimular la sonrisa de satisfacción que se había formado en su rostro.
- Pero no tiene que enterarse dónde dormiste. – la sonrisa de Kate se borró instantáneamente y de la rabia clavó el cuchillo en la tabla.
- ¡Ya es suficiente! – exclamó Kate exasperada haciendo que ambos se giraran. Castle la miró pidiéndole que se controlara y ella pareció entender. – Creo que he cortado bastante. ¿Ya está tu parte Castle? Mataría por comer cuanto antes. – le dijo con una mirada que lo decía todo. Castle tragó saliva.
- Eh… Si, ya casi. Meredith, ¿por qué no vas a decirle a Alexis que baje?
- Claro, querido. – le contestó de lo más contenta.
- Claro, “querido”. – la imitó Kate burlonamente cuando estuvieron solos.
- Kate, tienes que calmarte. No puedes ponerte así por cada cosa que diga. Ella… es así. – quiso excusarla.
- Si realmente quieres que lo nuestro funcione será mejor que le pongas un freno cuanto antes. – le advirtió firmemente. Castle estuvo a punto de decir algo pero se contuvo y luego reflexionó sobre lo que estaba ocurriendo.
- Tienes razón. No sé qué le pasa. Primero lo de quedarse a cuidar a Alexis y ahora esto. Hay algo que no entiendo. Te prometo que hablaré con ella apenas pueda.
Kate iba a abrir la boca cuando vio que Alexis y Meredith bajaban así que se calló. Castle inmediatamente terminó con lo que estaba haciendo y preparó lo que quedaba. No era comida muy elaborada así que enseguida estuvo todo listo para comer.
A la hora de dormir Alexis le pidió a la madre que le hiciera compañía. Así que Alexis y Meredith se despidieron y subieron mientras Castle terminaba de alistar su cama en el sofá. Cuando desaparecieron de la vista salió disparado hacia la habitación y en cuanto la vio a Kate a lado de la cama preparando su ropa para ir a trabajar se acercó a ella rápidamente y la abrazó por detrás hundiendo la nariz en su pelo.
- Tengo que aspirar lo suficiente para que me dure toda la noche. – le dijo sin mover la cabeza del lugar. Kate se movió y se giró para quedar frente a frente. – Vine a darte las buenas noches como pediste. – le recordó y le dio un casto beso.
- Buenas noches. – le contestó ella. Apoyó su frente en la suya por unos segundos y luego se separó. – Vete a dormir antes de que a Meredith se le ocurra bajar. – le indicó.
- Todavía tenemos tiempo, le pedí a Alexis que la entretenga.
- Chico listo. – le dijo con una sonrisa y luego fue ella quien lo besó, esta vez más largo y más profundo dejando en ese beso todo el estrés del día y todo lo que habían tenido que contenerse. Se separaron agitados y se quedaron unos minutos más disfrutando de la cercanía antes de separarse.
- Hasta mañana. – le dijo Castle caminando hacia la puerta y luego desapareció tras ella.
Kate lo observó irse y luego terminó de acomodar su ropa y se dispuso a acostarse. Castle en la sala, apagó todo y también se acostó, con la vista en dirección a la puerta de su habitación.
Cerca de las 2 de la mañana Castle sintió un movimiento y que alguien se sentaba en el sofá junto a él. Se esforzó lo mejor que pudo para parecer todavía dormido pensando que podría ser Meredith.
- ¿Estás despierto? – susurró una voz que hizo que todos sus músculos se aflojaran. Era Kate.
- Si, porque me despertaste. – le reprochó abriendo los ojos y apoyándose sobre su codo.
- Perdón, si te molesto me voy. – le dijo ofendida intentando levantarse del sofá pero Castle la tomó del brazo para evitarlo.
- Yo no dije eso. ¿Qué pasa? – quiso saber. Parecía preocupado. Kate lo miró en la oscuridad dubitativa.
- ¿Me haces un lugar? – le preguntó tímidamente. Castle no se movió inicialmente debido a la sorpresa pero después de varios segundos se corrió un poco para hacerle lugar.
- ¿No te preocupa que baje Meredith? – le susurró mientras ella se acomodaba a su lado.
- Si no bajó hasta ahora, no lo hará. Me iré temprano.
- ¿Por qué no vamos los dos a la habitación?
- Porque estás castigado. – le recordó. – Y acuéstate si no quieres que me arrepienta. – dijo. Castle esbozó una sonrisa que ella no podía ver por la oscuridad y sin decir más se recostó. Kate hizo lo mismo a su lado y él la rodeó con las cobijas abrazándola. – Buenas noches. – susurró despacio acurrucándose entre sus brazos.
- Las mejores. – le dijo él, haciéndole sonreír.
A las 7 de la mañana un ruido sobresaltó a Castle haciéndole abrir los ojos y sentarse. Miró a su alrededor, la luz del día se filtraba por las ventanas. En la cocina había un desayuno en proceso pero no había nadie. Se removió en el sofá y se dio cuenta de que estaba solo, Kate ya no estaba. Le dijo que se iría temprano así que supuso que el desayuno era de ella. Se levantó del sofá y dobló la ropa de cama y luego se dirigió a la habitación donde Kate estaba terminándose de vestir.
- Hola. – dijo asomándose por la puerta para luego caminar hacia ella. Kate levantó la vista de los botones de su camisa y le dedicó una sonrisa.
- Hey.
- ¿Te ayudo? – le dijo agarrando las solapas de la camisa y empezando a abrocharle los botones.
- Ya que insistes. – bromeó ella al ver que ni había esperado a que le contestara. Castle agrandó la sonrisa y la miró seductoramente para luego volver a concentrarse en los botones.
- Es la segunda vez que me despiertas en la noche. – Kate la miró extrañada. – La alarma de la cafetera… el café está listo. – siguió y entonces entendió.
- ¿No te gusta que te despierte? – le preguntó insinuante. Castle bajó al siguiente botón y le rozó el vientre con los dedos haciéndole sentir un leve cosquilleo.
- Debo decir que tiene sus ventajas. – Terminó con el último botón y la abrazó fuertemente. – Listo. – le dijo y luego la besó intensamente.
Cuando se separaron Kate tomó distancia y caminó en dirección a la sala.
- ¿Por qué te vas tan temprano? – le preguntó mientras caminaba tras ella.
- Tengo papeleo por hacer. – le aclaró. – Y tú tienes que hablar con Meredith.
- Quédate un rato más. – Kate se frenó dónde estaba y se dio la vuelta.
- Sabes, si tu ex no estuviera en este mismo techo en estos momentos, lo haría. Pero lo está y no es mi culpa. Ahora te la aguantas. – dio media vuelta de nuevo y siguió camino a la cocina. Castle rezongó para sus adentros pero prefirió no decir nada más.
Ambos se prepararon el desayuno y mientras desayunaban bajó Meredith, apenas vestida lo cual hizo que ambos casi escupieran el café. La cara de Kate era asesina y Castle no sabía dónde meterse o si podría sobrevivir a ello.
Meredith saludó a ambos como si nada y se acercó a Castle para saludarlo con un beso, prácticamente abrazándolo. Kate no le sacaba la vista de encima.
- Mi cama estuvo fría durante la noche. – le susurró Meredith pero lo dijo con suficiente voz como para que Kate escuchara. Castle se levantó repentinamente de su asiento y se fue del otro lado de la barra.
- ¿Café? – le preguntó buscando una excusa por su comportamiento.
- Si, gracias gatito. Siempre tan caballero. – dijo Meredith que hablaba mirándola a Kate con una sonrisa casi burlona. – No entiendo cómo pudiste dormir en ese sofá, Richard. – sentenció incrédula.
- A decir verdad, pocas veces dormí tan bien en un sofá. – dijo él con una sonrisa mientras le pasaba el café a Meredith mientras que con su otra mano acariciaba suavemente la espalda de Kate lo cual le provocó un escalofrío. - ¿Qué haces despierta tan temprano? – preguntó queriendo cambiar de tema.
- Porque Alexis… ¡Alexis, cierto! Me despertó para pedirme si le podía llevar el desayuno. Esta chica se despierta muy temprano, incluso enferma.
- Así es Alexis. – dijo Castle con una sonrisa. – Yo me encargo del desayuno.
- ¿En serio? – Castle asintió. – Entonces iré a recostarme un rato más. – dijo con un pie en la escalera. Pero antes de subir frenó y se dio vuelta. – Detective, ¿ya se va a trabajar?
- Si, efectivamente. – afirmó Kate.
- ¡Oh! En ese caso… – exclamó Meredith muy contenta. Se acercó a Castle y le susurró. – Te espero arriba. – Y se lo dijo lo suficientemente alto como para que Kate escuchara.
Sin esperar a que él respondiera, Meredith se dirigió escaleras arriba dejando a un Castle perplejo y a una Kate echa una furia contenida. Cuando no hubo señales de ella, Kate se acercó a Castle con una mirada asesina.
- ¡Más te vale que hables con ella cuanto antes y le aclares las cosas! – le dijo en voz baja pero firme. Después siguió caminando hacia la puerta.
- Kate, no es fácil, ya sabes como es. – se excusó siguiéndola con la vista. Ella frenó y se dio vuelta para mirarlo.
- No me vengas ahora con esa excusa. Si no hablas con ella, esta noche me voy a dormir con Lanie. – le amenazó.
- ¡No! No me hagas esto. Prometo que haré lo posible. – le dijo.
- Mejor haz lo imposible. Si no lo haces, no eres el hombre que pensé que eras. – le dijo y sin darle tiempo a nada, se dio la vuelta para abrir la puerta y salió.
Castle se quedó mirando la puerta cerrada unos momentos. Sentía la imperiosa necesidad de correr tras ella y pedirle que se olvidaran de todo, que Meredith no era nada, que no hacía falta que se fuera… pero sabía que no serviría, que las palabras no servirían de nada sin los hechos. Tomó aire pensativo mientras miraba la escalera pensando si subir y hablar con ella en la habitación… pero lo descartó, sería mejor hablar abajo, en terreno neutral. Mientras tanto, sería mejor que le preparara el desayuno a Alexis.
Castle pasó las siguientes dos horas intentando escribir en vano. Le era imposible concentrarse en otra cosa que no fuera lo que le diría a Meredith.
Cuando ella se levantó él salió del estudio decidido a aclarar todo y pedirle que se busque otro lugar.
- Meredith, tenemos que hablar. – le dijo directamente. Cuanto antes encaminara la conversación, mejor.
- ¿Le llevaste el desayuno a Alexis? ¿Cómo está?
- Si. Alexis está bien. Quería que hablemos de—
- Oh, creo que iré a verla. – dijo Meredith, pero Castle le cortó el paso.
- Puedes verla después. Necesito que hablemos.
- ¿No podemos hablar después? Tengo muchas ganas de verla. – insistió queriendo pasar por su lado.
- ¿Desde cuándo tienes tantas ganas? ¿Qué es lo que sucede? – le preguntó haciendo que ella se detuviera.
- No sé a qué te ref—
- Desde que Alexis nació, nunca te importó cuidarla. ¿Por qué ahora? – insistió Castle.
- ¿No puedo interesarme por mi hija? – le preguntó ofendida.
- Sí pero tú no eres así. En 18 años, cada vez que Alexis se enfermaba simplemente te volvías a Los Ángeles, ¿qué cambió?
Meredith se mantuvo unos minutos en silencio, sin saber si hablar o no.
- Yo… Me siento sola… Extraño la ciudad… - balbuceó, sin saber muy bien por dónde empezar.
- ¿Qué pasó con el sujeto con el que salías? – Ella no dijo nada, simplemente bajó la vista. Castle la miró sin decir nada y luego de unos segundos suspiró intentando calmarse. – Mira Meredith, como te dije no estoy solo. Ya no puedes simplemente venir aquí cada vez que quieras. Puedes venir a ver a Alexis pero nada más.
- Yo solo pensé que… Tal vez…
- Lo siento Meredith, pero tengo que pedirte que busques otro lugar donde pasar la noche. No puedes quedarte aquí.
- ¿Así que es seria la cosa?
- Lo es. – aceptó él inmediatamente. Ella asintió, parecía pensativa.
- Iré a ver a Alexis… quiero estar un rato con ella antes de irme. Será mejor que vuelva a Los Ángeles. – dijo finalmente.
- Si quieres pasar más tiempo con Alexis puedes quedarte en un hotel, no es necesario que vuelvas allá.
- Lo sé pero… creo que será lo mejor. Los Ángeles no espera a nadie. – dijo intentando sonar alegre.
- Está bien. Estaré en el estudio. – le dijo al ver que ella caminaba hacia las escaleras.
- De acuerdo, Richard. - dijo Meredith mientras subía la escalera.
Castle la observó subir y luego se quedó un momento pensativo. Sabía que Meredith no se quedaba por nada. Lo lamentó mucho por su hija pero ella siempre había sido así y esperaba que Alexis entendiera.
Sopesó la idea de decirle a Kate que Meredith se iba pero prefirió hacerle una sorpresa. De todas maneras, cuando Meredith se fuera, él se tendría que quedarse a cuidar a Alexis así que mientras lo hacía se entretendría con los preparativos. Tendría que ser algo especial… Tal vez podrían retomar lo del hidromasaje… Una sonrisa se dibujó en su rostro, todo estaría bien.
Alguien tocó la puerta. Castle levantó la vista de la pantalla y, desde la isla de la cocina, miró la puerta. ¿Habían golpeado o solo había sido su imaginación?... A continuación sonó el timbre. Se levantó extrañado. ‘¿Quién podría ser a esa hora de la mañana?’, se preguntó mientras se acercaba a la puerta. Kate tenía llave desde que se había mudado temporalmente a su apartamento debido a que estaban fumigando el suyo. Su madre tampoco podría ser porque había decidido volver a los Hamptons y continuar con el viaje que había interrumpido hace meses por venir a buscar a Alexis luego de su graduación.
Caminó tranquilamente hasta la puerta y la abrió. Al ver quien era sintió como si le hubiesen tirado un baldazo de agua helada.
- Hola gatito. – dijo Meredith con su tono tan peculiar de voz. Entró animadamente al loft, sin haber sido invitada y cargando una gran maleta con ella.
- Me— ¿Meredith? ¿Qué haces aquí? – preguntó Castle apenas pudo.
- Me llevaré a Alexis a un viaje por Europa. – le contestó como si fuera algo normal. - ¿Dónde está? – preguntó recorriendo el lugar con la vista.
- ¡Enferma! – exclamó Castle. – Te lo dije hace una semana. Tiene mononucleosis. – le recordó sin poder creerlo todavía.
- Oh, si… ahora recuerdo. – dijo haciendo memoria pero sin que eso afectara su ánimo.
- Así que… si no te molesta tengo que seguir trabajando y… - comenzó él queriendo conducirla de nuevo hacia la puerta. No quería ser grosero con ella pero si Kate la veía, suponía que no le gustaría nada. En ocasiones anteriores las cosas habían sido muy diferentes entre ellos. Habían seguido teniendo relaciones esporádicas incluso luego de separarse y Kate lo sabía. Y no quería que ella pensara que él todavía pensaba en esa posibilidad cuando no lo hacía.
- Claro que no me molesta. – dijo Meredith.
- Grandioso. – dijo Castle aliviado.
- Sigue trabajando, yo cuidaré a Alexis.
- Gen-- ¿Qué? – exclamó sorpresivamente.
- Así podrás ir a trabajar con la detective. – aclaró ella.
- No puedes quedarte, Alexis está bien cuidada. – le explicó él.
- No digas tonterías, ella necesita a su madre.
- ¿Y desde cuándo te interesa lo que ella necesita? – preguntó levantando el tono sin poder evitarlo.
Meredith, que se estaba sacando el abrigo, se detuvo y lo miró extrañada por su comentario. Él nunca le había hablado así. Pero luego se relajó.
- Gatito, tu siempre tan bromista. – le dijo restándole importancia. – Hazme una lista con los medicamentos y las horas. – le pidió mientras comenzaba a caminar hacia la escalera.
- ¡Es que no entiendes!... Beckett—
- Si, si, si… Beckett te debe estar esperando. Mándame la lista al teléfono entonces.
- No… es que ella está viv—
- Vamos, deja de dar tanta vuelta y vete o pensará que no quieres trabajar.
- ¡No, espera! – le dijo caminando hacia ella. - ¡Meredith! – le dijo exasperado desde la escalera.
- ¿Mamá? – se escuchó desde el piso de arriba. Era Alexis.
- ¡Si hija, ya subo! – gritó ella. – Adiós gatito. – le saludó mientras se perdía por las escaleras.
Castle estuvo a punto de soltar un grito de frustración pero se contuvo mordiéndose el puño. Maldijo por dentro que Alexis los oyera, ahora no podía simplemente echar a Meredith. Y encima parecía que su hija estaba contenta de oír a su madre, y no era para menos, hace meses que no se veían. Se quedó pensativo mirando las escaleras unos minutos viendo si Meredith bajaba pero no pasó nada. Tal vez no sería tan malo que la cuidara, pero tendría que aclararle que solo sería por ese día y luego tendría que irse a otro lado.
Así y todo, había algo que no terminaba de cerrarle. En situaciones anteriores a esas, Meredith nunca se había quedado, simplemente había dado media vuelta y se había marchado a otro lugar. ¿Por qué ahora se quedaba? ¿Por qué ese repentino afán por cuidar a su hija?
Castle pensó en la posibilidad de no decirle a Kate de la presencia de Meredith en su casa pero suponía que sería peor porque tarde o temprano se enteraría y si encima él le había mentido sería muy sospechoso. Kate tendría que entender, después de todo Meredith era la madre de su hija. No podía simplemente echarla… ¿cierto? Sacudió la cabeza para ahuyentar esos pensamientos. Todavía no había motivos para preocuparse así que para qué martirizarse.
Finalmente, llevó su laptop a su escritorio, se cambió y luego de dejarle algunas indicaciones a Meredith, recogió algunas cosas y se fue.
Castle miró la hora y vio que todavía era temprano para comer. Pasó por una cafetería y compró dos cafés. No se le ocurrió otra mejor idea para suavizar su llegada y la noticia con Kate.
Cuando llegó a la comisaría enseguida la divisó sentada en su escritorio mirando algo en la pantalla. No había señal de los muchachos por ningún lado.
Caminó hasta el escritorio y se acercó a ella como si su presencia allí fuera de lo más normal. Estiró el brazo dejando el café suspendido delante de sus ojos y esperó a que ella lo tomara. Kate miró el café e inmediatamente lo agarró y lo miró con una sonrisa en sus labios.
- ¿Dónde están los muchachos? – le preguntó a modo de distracción.
- Eh… Fueron a buscar a un sospechoso.
- Genial. Así que el caso va avanzando. ¿Estabas buscando algo en especial? – quiso saber acercándose a la pantalla.
- Estaba chequeando unos registros del banco-- ¿No ibas a cuidar a Alexis? – le preguntó repentinamente. Castle estaba distraído viendo la pantalla.
- Alexis tiene quien la cuide. – dijo él casi sin darse cuenta de lo que estaba diciendo.
- ¿No me digas que hiciste volver a tu madre otra vez de los Hamptons? – le dijo en tono de reproche.
- Mi madre sigue de viaje.
- ¿Entonces?
- ¿Podrías bajar más la página?
- ¡Castle! – le gritó ella queriendo llamar su atención. Él se sobresaltó y sacó la mirada de la pantalla. - ¿Quién está cuidando a Alexis?
- Bueno… Yo… Ella… - titubeó. – Verás… No vas a creerlo. Vino—
- Hey, Beckett. – gritó Esposito mientras se acercaba a ellos. Detrás venían Ryan junto con un sujeto, posiblemente el sospechoso. Se detuvo al ver que lo miraban y les hizo una seña con la cabeza en dirección a la sala de interrogaciones.
Kate asintió y se levantó para seguirlo. Castle se quedó un momento quieto. Había estado muy cerca y el corazón le latía rápido. Probablemente ahora tendría un poco más de tiempo para prepararse. Sabía que cuanto antes se lo contara sería mejor pero una parte de él no quería hacerlo.
- Castle, ¿vienes? – le preguntó Kate deteniéndose unos metros más adelante. Castle salió de su ensimismamiento y se apresuró a seguirla.
Ambos entraron en la sala de observación para ver el interrogatorio de los muchachos. Estuvieron un momento en silencio viendo del otro lado del vidrio hasta que Kate rompió el silencio.
- ¿Entonces…?
- ¿Entonces qué? – preguntó él sin dejar de mirar el vidrio.
- ¿Qué es lo que no voy a poder creer? – le recordó girándose en su dirección.
Castle sintió que todo su cuerpo se tensaba y su corazón se aceleraba de nuevo. Había llegado la hora de la verdad. Respiró hondo y tragó saliva.
- Bueno… Verás…
Mientras, en la sala de interrogación, Espo y Ryan seguían con las preguntas.
- ¿Dónde estuviste ayer, entre las 4 y las 6 de la tarde?
- Les juro que yo no fui. Yo estaba en—
- ¡¿QUÉ?! ¡¿Cómo que Meredith— - se escuchó a través del vidrio. Los tres miraron el vidrio y luego Espo y Ryan cruzaron miradas.
Espo rodeó la mesa y se colocó junto al sospechoso para distraer su atención continuando con el interrogatorio. A su vez, Ryan se acercó al vidrio y lo golpeó suavemente para hacerles una seña a ellos de que bajaran la voz.
En la sala de observaciones estaba Kate parada junto al vidrio y Castle la abrazaba mientras le tapaba la boca porque se había dado cuenta de que los otros escucharon. Cuando vio que ella no forcejeaba para liberarse le destapó la boca y luego la soltó del todo.
- Mira, no es para tanto. Luego se irá a otro lugar. – le explicó.
- ¿Ella lo sabe? – le preguntó acusadoramente.
- Eh… no exactamente. Pero se lo diré hoy sin falta. – le aseguró rápidamente.
- Eso espero porque si no dormirás en el sofá. – le advirtió ella de mala gana cruzándose de brazos. Castle sonrió aliviado y se acercó a ella.
- ¿Está celosa detective? – la provocó.
- Mejor concentrémonos en el interrogatorio. – le dijo, eludiendo la pregunta y girándose para mirar el vidrio. Castle agrandó su sonrisa tomándolo como un sí.
- Bien. – dijo simplemente mientras retrocedía un poco y se giraba. Como estaban las cosas, era mejor no presionar.
El resto del interrogatorio se quedaron en silencio observando. De vez en cuando alguno miraba al otro sutilmente pero ninguno hablaba. Cuando terminó ambos salieron y como el sospechoso había aportado pistas nuevas Kate agarró sus cosas y se dirigió al ascensor, con Castle pisándole los talones.
- ¿Cuándo vas a decirle? – preguntó sorpresivamente Kate mientras iban en el auto antes de que Castle siquiera pudiera articular palabra.
- Me iré temprano para hablar con ella.
- ¿Por qué no le dices por teléfono?
- Prefiero hacerlo personalmente y podré ver cómo está Alexis.
- Bien. – contestó escuetamente. Castle la miró, iba concentrada en el tráfico. Podía notar que estaba tensa por como agarraba el volante.
- Kate, ya sé que ella es mi ex pero no pasa nada entre nosotros.
- Yo no dije que lo hubiera. – dijo sin sacar la vista del camino. Pararon en un semáforo.
- No con palabras pero si sigues apretando el volante vas a terminar rompiéndolo. – le dijo haciendo que ella bajara la vista a sus manos y las aflojara. Después suspiró y apoyó la cabeza en el respaldo. Por un segundo se miraron y ella suavizó su mirada pero enseguida volvió a mirar el camino porque el semáforo había cambiado.
- Habla con ella y después veremos dónde duermes. – Castle sonrió un poco más aliviado pero entonces se dio cuenta de algo.
- ¿Qué le digo sobre el hecho de que te estés quedando en casa?
- Si no va a quedarse no tienes que contarle nada.
- Si… Supongo que tienes razón. – dijo pensativo, no muy convencido.
- No es la primera vez que me quedo en tu casa. Si pregunta le dices simplemente que como buen compañero me estás prestando un techo mientras fumigan mi apartamento.
- Buen compañero con beneficios. – le dijo él con una gran sonrisa. Kate quiso hacerse la ofendida pero falló en el proceso.
- Cállate si no quieres dormir afuera. – le amenazó. Pero eso sólo hizo que él sonriera más.
El resto del día transcurrió tranquilo. La investigación avanzaba y al final de la tarde tenían evidencias sólidas contra un sospechoso que estaban trayendo para interrogar. Castle miró la hora y decidió que era hora de enfrentar a Meredith y pedirle que se buscara otro lugar donde pasar la noche.
- Será mejor que vaya yendo. – le informó a Kate que estaba mirando la pizarra.
- ¿No te quedas al interrogatorio? – le preguntó.
- Prefiero irme para poder hablar tranquilo con Meredith. Cuanto antes mejor. Así tendrá tiempo de buscar otro lugar.
- Bien. Nos vemos en unas horas.
Castle asintió y le tendió una mano para estrechársela, su beso secreto. Kate miró su mano y luego lo miró a los ojos, pensativa.
- Sabes que no te lo mereces. – le dijo muy seria. La sonrisa de Castle comenzó a disiparse y entonces vio que ella levantaba su mano y se la estrechaba. Por un momento, ambos contuvieron la respiración. A pesar de todo, la conexión entre ellos seguía allí.
- Lo sé. Te compensaré. – le dijo con una leve sonrisa mientras comenzaba a caminar hacia el ascensor. Ella no dijo nada, solo lo siguió con la vista unos segundos y luego volvió a concentrarse en la pizarra. Tenía que revisar todas las evidencias para prepararse para el interrogatorio.
Cuando Castle llegó encontró a Meredith en la cocina preparando algo en una bandeja. Recorrió la sala con la vista y no vió su maleta por ningún lado.
- Hola gatito. Llegas temprano. – le dijo Meredith muy contenta.
- Hola. ¿Eso es para Alexis? ¿Cómo está?
- Bien, aunque tiene algo de hambre.
- Eso es bueno.
- No para su silueta, querido.
- Supongo… ¿Podemos hablar? – le dijo repentinamente, cambiando el tono.
- Claro, solo espera que le lleve esto a Alexis. – le dijo levantando la bandeja y caminando hacia las escaleras.
Castle asintió. Cuando ella subió, caminó hasta su habitación y como temía, allí estaba su maleta. ‘¡Mierda!’, pensó. Se quedó mirando la maleta decidiendo si llevarla a la sala o no cuando la voz de Meredith lo sacó de sus pensamientos.
- Richard, Alexis pregunta por ti. – le dijo asomando la cabeza por la puerta de la habitación.
- Oh, bien. – dijo y se dirigió a la habitación de Alexis para saludarla.
Alexis parecía estar mejor de lo que estaba en la mañana y muy contenta teniendo a sus dos padres cuidándola. Normalmente no solía aguantar mucho a su madre pero el que ella la cuidara parecía haber cambiado su forma de pensar. Castle se sintió levemente culpable por tener que pedirle a Meredith que se fuera pero también sabía que no estaba bien que Alexis se acostumbrara a la presencia de su madre porque más temprano que tarde volvería a irse. Además, ellos estaban separados y él estaba con Kate, la cual estaba viviendo allí momentáneamente.
Pensar en esto le recordó la conversación. Tenía que hablar con Meredith. Cuando ambos bajaron a la cocina, Castle decidió que era momento de hablar.
- Está tan crecida… - dijo Meredith sin darle tiempo a decir nada.
- Eh… Si… - fue todo lo que pudo decir. – Meredith—
- Extraño tanto a Alexis a veces… Bueno, a ambos… - lo interrumpió. Castle estaba desconcertado, su mente estaba en blanco. ¿Dónde iba con esto? – Extraño el movimiento de la ciudad…
- Los Ángeles debe tener lo suyo también.
- Me siento tan sola… - siguió diciendo. De a poco se fue acercando a él. A Castle se le dispararon todas las alarmas internas, no le gustaba dónde estaba yendo la conversación. Comenzó a retroceder.
- No puedes quedarte aquí. – le dijo Castle repentinamente. Meredith se detuvo un poco sobresaltada.
- ¿Lo dices por la mujer que se queda en tu cuarto? – le preguntó ella. El desconcertado fue él esta vez.
- ¿Cómo sabes…?
- Vi su ropa. ¿Tienes una nueva amiga? – dijo con una leve sonrisa como si pensara ‘Otra de tus tantas…’
- No… Yo… Ka— Beckett… están fumigando su apartamento. – Y pensar que había planeado toda la conversación y de repente se veía incapaz de seguir el libreto. – Solo le estoy prestando un lugar dónde dormir. - Tenía que decirle que se fuera. – Por eso no puedes quedarte.
Algo en la mirada de Meredith cambió y una leve sonrisa se formó en su rostro.
- No hay problema Richard. – comenzó diciendo haciendo que él se relajara por unos segundos. - Me quedaré en la habitación de huéspedes contigo. – le dijo con total naturalidad, peligrosamente cerca. – No creo que a Beckett le importe. Después de todo es tu casa. – Castle soltó una risa nerviosa mientras intentaba retroceder pero se le acaba el espacio, casi estaba contra la isla de la cocina.
- Te sorprendería las cosas que— Digo, no me parece correcto.
- Vamos gatito… Por los viejos tiempos. – le dijo casi pegada a él con una mirada sugestiva.
Kate estaba en el pasillo del apartamento buscando la llave.
Justo antes meter la llave en la cerradura recordó que Castle tenía que hablar con Meredith. ¿Estaría ella todavía allí? Frunció el ceño. Por más que fuera la madre de Alexis, no le gustaba la idea. Desde el primer día que las presentaron hubo cierta tensión entre ellas. Meredith había sido todo sonrisas y encanto aquella vez en la comisaría hace ya 4 años pero algo en su tono de voz le había hecho ver que no le gustaba que Castle hubiera encontrado otra musa. Podía notar que todavía sentía algo por él y eso no le gustaba nada. No le había gustado cuando ella apenas lo conocía, mucho menos ahora que estaban saliendo.
Metió la llave lentamente y abrió la puerta lo más despacio que pudo. Cuando entró en la sala sus ojos se centraron enseguida en lo que pasaba en la cocina.
Castle estaba apoyado contra la isla de la cocina y Meredith estaba a escasos centímetros de él, demasiado cerca, demasiado “todavía en el apartamento”. Sintió una punzada de celos que apenas pudo contener. ¿Por qué estaba todavía aquí?
Kate cerró la puerta de un golpe sobresaltando tanto a Castle como a Meredith. Él aprovechó para salir de dónde estaba y se dirigió a Kate que le estaba echando una mirada asesina de “¿Qué demonios hace ella todavía acá?”
- ¡Kate! ¿Todo bien con el interrogatorio? – preguntó él intentando alivianar el ambiente.
- No lo sé, dímelo tú. – le dijo acusadoramente.
- Yo—
- Detective Beckett, Richard me contó que se está quedando aquí. – interrumpió Meredith mientras se acercaba a ellos.
- Meredith… Si, están fumigando mi apartamento. – dijo escuetamente.
- Que horror, espero que pronto esté solucionado. – Kate estuvo a punto de preguntarle qué quería decir con eso cuando Castle interrumpió.
- Por eso te decía que no puedes—
- ¡Mamá! – se escuchó desde arriba.
- Alexis me llama. Mi hija me necesita querido, no puedo irme. Estoy segura de que Beckett entenderá. – le dijo mirando a Kate para luego ir escaleras arriba.
Inmediatamente que desapareció de su vista, Castle se volteó para hablar con Kate pero ella ya estaba de camino a la habitación. ‘Demonios, ¡la maleta!’, recordó. Salió corriendo tras ella.
- Te juro que lo intenté… Le dije pero no me escucha, nunca me escucha, siempre hace lo que quiere. – dijo Castle mientras entraba con ella a la habitación.
- ¿Qué es lo que tengo que entender? – preguntó Kate mientras miraba la maleta.
- Eh… Ella… vio tu ropa y piensa que te dejo dormir acá mientras yo duermo arriba y… Bueno…
- ¿Y? – le dijo clavándole la mirada de nuevo.
- Dijo que dormiría conmigo arriba y le dije que no me parecía bien estando tú aquí. – dijo rápidamente. Kate no dijo nada y Castle no sabía si era peor eso o que le gritara. – Mira Kate, será mejor que le diga la verdad sobre nosotros y entonces—
- Ni se te ocurra. Si llega a aparecerse de nuevo en la comisaría y dice algo estamos fritos. No puede enterarse de lo nuestro. – le advirtió ella poniéndose delante de la puerta.
- No se me ocurre otra forma… - le dijo mientras agarraba la maleta para llevarla arriba. – No quiero estar mal contigo. – le aclaró. Kate subió la mirada hacia él y suspiró intentando relajarse.
- Yo tampoco. – le dijo abrazándolo unos segundos. - Dile que le dejarás el cuarto de huéspedes y que dormirás en el sofá. – Una sonrisa se dibujó en el rostro de Castle.
- Y entonces durante la noche vengo a…
- Darme las buenas noches y vuelves a dormir al sofá. – le aclaró ella.
- ¡Oh, vamos Kate! – rezongó como un niño.
- Ve a llevar eso arriba y habla con Meredith. Necesito desesperadamente un baño relajante. – le dijo. Castle se mordió el labio imaginándola en el hidromasaje y se odió por no poder manejar el carácter de Meredith. Si ella no estuviera se estarían dando ese baño los dos juntos. Soltó un gruñido de frustración.
- Bien. – dijo finalmente y salió por la puerta cargando la maleta.
Cuando Castle bajó, después de hablar con Meredith y de ver como estaba su hija encontró sobre el sofá un juego de sábanas y cobijas para taparse. Soltó un bufido de desilusión. Miró la sala y no vio a Kate pero la luz de la habitación estaba prendida así que suponía que estaría ahí todavía. Pensó un momento y se asomó por la puerta que estaba apoyada. Kate estaba en ropa interior y una remera de él, hurgando en su armario en busca de algo que ponerse. Castle entró dentro del armario y cerró la puerta quedando los dos adentro tomando desprevenida a Kate que pegó un salto de la sorpresa.
- ¿Qué estás haciendo? – le retó. Castle la acorraló contra la pared del armario y le rodeó la cintura con los brazos.
- Venía a pedirte que me ayudes con la comida. – le dijo levantándole suavemente la remera.
- Alguien puede vernos. – le advirtió.
- Son solo unos segundos. ¿Quién va a buscarnos acá? – le preguntó mientras la abrazada y la estrechaba contra su cuerpo. – No te enojes conmigo. Te voy a extrañar en el sofá frío y demasiado grande para mí solo. – Kate sonrió dándose cuenta de su manipulación. Soltó un suspiro y finalmente le rodeó el cuello colocando las manos en su nuca y su cabello. Castle hundió su nariz en su cuello y aspiró. – Mmmm… hueles rico… - le dijo suavemente cerca del oído mientras sus manos empezaban a explorar debajo de la ropa recorriendo su espalda.
- Castle… - le dijo ella queriendo pedirle que se detuviera pero una parte quería quedarse allí hasta que Meredith se fuera.
- Mmmm… - le contestó él perdido en ella.
- Tenemos que salir…
- Mmmm… Ya sé… - le dijo sin ganas lo cual la hizo sonreír.
- Déjame buscar algo de ropa y te ayudo con la comida.
- Así estás bien. – le dijo respirando sobre su cuello. Kate soltó una pequeña risa.
- Vamos, déjame cambiarme. – le dijo cambiando el tono. Castle soltó un gruñido y se separó un poco para mirarla.
- Bien, pero no tardes. - Se acercó lentamente dándole tiempo a reaccionar pero como ella no se movió, le dio un suave aunque muy sentido beso. Después se separó y salió sin mirar atrás dejándola sola para que se vistiera.
Kate no tardó mucho pero para cuando entró en la sala y vio la cocina pudo ver a Castle cocinando y a Meredith, otra vez demasiado cerca. Castle parecía nervioso pero a la vez no hacía nada para cortar a Meredith, lo cual le molestaba. Caminó decidida a la cocina y cuando él la vio, pudo notar que su expresión cambiaba y eso le gustó. Se acercó a él del otro lado de donde estaba Meredith, haciendo caso omiso de su presencia.
- ¿Ayudo? – preguntó Kate como si ese no hubiese sido el plan original.
- Sí, claro. – le dijo agradecido pasándole algunas cosas para que picara.
Mientras, Meredith parecía hacer lo mismo que ella y seguía hablando con Castle como si no estuviera.
- En serio no hace falta que duermas aquí. Por los viejos tiempos gatito. – le dijo, y Castle pudo ver como Kate cortaba las verduras con más brusquedad de la necesaria. ‘Tal vez darle un cuchillo no fue la mejor elección’ pensó.
- Ya te dije que no Meredith, no insistas.
- ¿Es por Beckett? Porque no creo que ella tenga problema, ¿no es cierto Beckett? – preguntó. Kate casi clava el cuchillo en la tabla pero se contuvo a tiempo.
- Por supuesto que—
- No es por eso. – interrumpió Castle. Dejó lo que estaba haciendo y se giró hacia Meredith. – Mira, estoy saliendo con alguien. – Kate se tensó repentinamente. – Ella es la razón por la que no podías quedarte. Cuando se entere me matará y realmente quiero que esta relación funcione. – Kate apenas podía disimular la sonrisa de satisfacción que se había formado en su rostro.
- Pero no tiene que enterarse dónde dormiste. – la sonrisa de Kate se borró instantáneamente y de la rabia clavó el cuchillo en la tabla.
- ¡Ya es suficiente! – exclamó Kate exasperada haciendo que ambos se giraran. Castle la miró pidiéndole que se controlara y ella pareció entender. – Creo que he cortado bastante. ¿Ya está tu parte Castle? Mataría por comer cuanto antes. – le dijo con una mirada que lo decía todo. Castle tragó saliva.
- Eh… Si, ya casi. Meredith, ¿por qué no vas a decirle a Alexis que baje?
- Claro, querido. – le contestó de lo más contenta.
- Claro, “querido”. – la imitó Kate burlonamente cuando estuvieron solos.
- Kate, tienes que calmarte. No puedes ponerte así por cada cosa que diga. Ella… es así. – quiso excusarla.
- Si realmente quieres que lo nuestro funcione será mejor que le pongas un freno cuanto antes. – le advirtió firmemente. Castle estuvo a punto de decir algo pero se contuvo y luego reflexionó sobre lo que estaba ocurriendo.
- Tienes razón. No sé qué le pasa. Primero lo de quedarse a cuidar a Alexis y ahora esto. Hay algo que no entiendo. Te prometo que hablaré con ella apenas pueda.
Kate iba a abrir la boca cuando vio que Alexis y Meredith bajaban así que se calló. Castle inmediatamente terminó con lo que estaba haciendo y preparó lo que quedaba. No era comida muy elaborada así que enseguida estuvo todo listo para comer.
A la hora de dormir Alexis le pidió a la madre que le hiciera compañía. Así que Alexis y Meredith se despidieron y subieron mientras Castle terminaba de alistar su cama en el sofá. Cuando desaparecieron de la vista salió disparado hacia la habitación y en cuanto la vio a Kate a lado de la cama preparando su ropa para ir a trabajar se acercó a ella rápidamente y la abrazó por detrás hundiendo la nariz en su pelo.
- Tengo que aspirar lo suficiente para que me dure toda la noche. – le dijo sin mover la cabeza del lugar. Kate se movió y se giró para quedar frente a frente. – Vine a darte las buenas noches como pediste. – le recordó y le dio un casto beso.
- Buenas noches. – le contestó ella. Apoyó su frente en la suya por unos segundos y luego se separó. – Vete a dormir antes de que a Meredith se le ocurra bajar. – le indicó.
- Todavía tenemos tiempo, le pedí a Alexis que la entretenga.
- Chico listo. – le dijo con una sonrisa y luego fue ella quien lo besó, esta vez más largo y más profundo dejando en ese beso todo el estrés del día y todo lo que habían tenido que contenerse. Se separaron agitados y se quedaron unos minutos más disfrutando de la cercanía antes de separarse.
- Hasta mañana. – le dijo Castle caminando hacia la puerta y luego desapareció tras ella.
Kate lo observó irse y luego terminó de acomodar su ropa y se dispuso a acostarse. Castle en la sala, apagó todo y también se acostó, con la vista en dirección a la puerta de su habitación.
Cerca de las 2 de la mañana Castle sintió un movimiento y que alguien se sentaba en el sofá junto a él. Se esforzó lo mejor que pudo para parecer todavía dormido pensando que podría ser Meredith.
- ¿Estás despierto? – susurró una voz que hizo que todos sus músculos se aflojaran. Era Kate.
- Si, porque me despertaste. – le reprochó abriendo los ojos y apoyándose sobre su codo.
- Perdón, si te molesto me voy. – le dijo ofendida intentando levantarse del sofá pero Castle la tomó del brazo para evitarlo.
- Yo no dije eso. ¿Qué pasa? – quiso saber. Parecía preocupado. Kate lo miró en la oscuridad dubitativa.
- ¿Me haces un lugar? – le preguntó tímidamente. Castle no se movió inicialmente debido a la sorpresa pero después de varios segundos se corrió un poco para hacerle lugar.
- ¿No te preocupa que baje Meredith? – le susurró mientras ella se acomodaba a su lado.
- Si no bajó hasta ahora, no lo hará. Me iré temprano.
- ¿Por qué no vamos los dos a la habitación?
- Porque estás castigado. – le recordó. – Y acuéstate si no quieres que me arrepienta. – dijo. Castle esbozó una sonrisa que ella no podía ver por la oscuridad y sin decir más se recostó. Kate hizo lo mismo a su lado y él la rodeó con las cobijas abrazándola. – Buenas noches. – susurró despacio acurrucándose entre sus brazos.
- Las mejores. – le dijo él, haciéndole sonreír.
A las 7 de la mañana un ruido sobresaltó a Castle haciéndole abrir los ojos y sentarse. Miró a su alrededor, la luz del día se filtraba por las ventanas. En la cocina había un desayuno en proceso pero no había nadie. Se removió en el sofá y se dio cuenta de que estaba solo, Kate ya no estaba. Le dijo que se iría temprano así que supuso que el desayuno era de ella. Se levantó del sofá y dobló la ropa de cama y luego se dirigió a la habitación donde Kate estaba terminándose de vestir.
- Hola. – dijo asomándose por la puerta para luego caminar hacia ella. Kate levantó la vista de los botones de su camisa y le dedicó una sonrisa.
- Hey.
- ¿Te ayudo? – le dijo agarrando las solapas de la camisa y empezando a abrocharle los botones.
- Ya que insistes. – bromeó ella al ver que ni había esperado a que le contestara. Castle agrandó la sonrisa y la miró seductoramente para luego volver a concentrarse en los botones.
- Es la segunda vez que me despiertas en la noche. – Kate la miró extrañada. – La alarma de la cafetera… el café está listo. – siguió y entonces entendió.
- ¿No te gusta que te despierte? – le preguntó insinuante. Castle bajó al siguiente botón y le rozó el vientre con los dedos haciéndole sentir un leve cosquilleo.
- Debo decir que tiene sus ventajas. – Terminó con el último botón y la abrazó fuertemente. – Listo. – le dijo y luego la besó intensamente.
Cuando se separaron Kate tomó distancia y caminó en dirección a la sala.
- ¿Por qué te vas tan temprano? – le preguntó mientras caminaba tras ella.
- Tengo papeleo por hacer. – le aclaró. – Y tú tienes que hablar con Meredith.
- Quédate un rato más. – Kate se frenó dónde estaba y se dio la vuelta.
- Sabes, si tu ex no estuviera en este mismo techo en estos momentos, lo haría. Pero lo está y no es mi culpa. Ahora te la aguantas. – dio media vuelta de nuevo y siguió camino a la cocina. Castle rezongó para sus adentros pero prefirió no decir nada más.
Ambos se prepararon el desayuno y mientras desayunaban bajó Meredith, apenas vestida lo cual hizo que ambos casi escupieran el café. La cara de Kate era asesina y Castle no sabía dónde meterse o si podría sobrevivir a ello.
Meredith saludó a ambos como si nada y se acercó a Castle para saludarlo con un beso, prácticamente abrazándolo. Kate no le sacaba la vista de encima.
- Mi cama estuvo fría durante la noche. – le susurró Meredith pero lo dijo con suficiente voz como para que Kate escuchara. Castle se levantó repentinamente de su asiento y se fue del otro lado de la barra.
- ¿Café? – le preguntó buscando una excusa por su comportamiento.
- Si, gracias gatito. Siempre tan caballero. – dijo Meredith que hablaba mirándola a Kate con una sonrisa casi burlona. – No entiendo cómo pudiste dormir en ese sofá, Richard. – sentenció incrédula.
- A decir verdad, pocas veces dormí tan bien en un sofá. – dijo él con una sonrisa mientras le pasaba el café a Meredith mientras que con su otra mano acariciaba suavemente la espalda de Kate lo cual le provocó un escalofrío. - ¿Qué haces despierta tan temprano? – preguntó queriendo cambiar de tema.
- Porque Alexis… ¡Alexis, cierto! Me despertó para pedirme si le podía llevar el desayuno. Esta chica se despierta muy temprano, incluso enferma.
- Así es Alexis. – dijo Castle con una sonrisa. – Yo me encargo del desayuno.
- ¿En serio? – Castle asintió. – Entonces iré a recostarme un rato más. – dijo con un pie en la escalera. Pero antes de subir frenó y se dio vuelta. – Detective, ¿ya se va a trabajar?
- Si, efectivamente. – afirmó Kate.
- ¡Oh! En ese caso… – exclamó Meredith muy contenta. Se acercó a Castle y le susurró. – Te espero arriba. – Y se lo dijo lo suficientemente alto como para que Kate escuchara.
Sin esperar a que él respondiera, Meredith se dirigió escaleras arriba dejando a un Castle perplejo y a una Kate echa una furia contenida. Cuando no hubo señales de ella, Kate se acercó a Castle con una mirada asesina.
- ¡Más te vale que hables con ella cuanto antes y le aclares las cosas! – le dijo en voz baja pero firme. Después siguió caminando hacia la puerta.
- Kate, no es fácil, ya sabes como es. – se excusó siguiéndola con la vista. Ella frenó y se dio vuelta para mirarlo.
- No me vengas ahora con esa excusa. Si no hablas con ella, esta noche me voy a dormir con Lanie. – le amenazó.
- ¡No! No me hagas esto. Prometo que haré lo posible. – le dijo.
- Mejor haz lo imposible. Si no lo haces, no eres el hombre que pensé que eras. – le dijo y sin darle tiempo a nada, se dio la vuelta para abrir la puerta y salió.
Castle se quedó mirando la puerta cerrada unos momentos. Sentía la imperiosa necesidad de correr tras ella y pedirle que se olvidaran de todo, que Meredith no era nada, que no hacía falta que se fuera… pero sabía que no serviría, que las palabras no servirían de nada sin los hechos. Tomó aire pensativo mientras miraba la escalera pensando si subir y hablar con ella en la habitación… pero lo descartó, sería mejor hablar abajo, en terreno neutral. Mientras tanto, sería mejor que le preparara el desayuno a Alexis.
Castle pasó las siguientes dos horas intentando escribir en vano. Le era imposible concentrarse en otra cosa que no fuera lo que le diría a Meredith.
Cuando ella se levantó él salió del estudio decidido a aclarar todo y pedirle que se busque otro lugar.
- Meredith, tenemos que hablar. – le dijo directamente. Cuanto antes encaminara la conversación, mejor.
- ¿Le llevaste el desayuno a Alexis? ¿Cómo está?
- Si. Alexis está bien. Quería que hablemos de—
- Oh, creo que iré a verla. – dijo Meredith, pero Castle le cortó el paso.
- Puedes verla después. Necesito que hablemos.
- ¿No podemos hablar después? Tengo muchas ganas de verla. – insistió queriendo pasar por su lado.
- ¿Desde cuándo tienes tantas ganas? ¿Qué es lo que sucede? – le preguntó haciendo que ella se detuviera.
- No sé a qué te ref—
- Desde que Alexis nació, nunca te importó cuidarla. ¿Por qué ahora? – insistió Castle.
- ¿No puedo interesarme por mi hija? – le preguntó ofendida.
- Sí pero tú no eres así. En 18 años, cada vez que Alexis se enfermaba simplemente te volvías a Los Ángeles, ¿qué cambió?
Meredith se mantuvo unos minutos en silencio, sin saber si hablar o no.
- Yo… Me siento sola… Extraño la ciudad… - balbuceó, sin saber muy bien por dónde empezar.
- ¿Qué pasó con el sujeto con el que salías? – Ella no dijo nada, simplemente bajó la vista. Castle la miró sin decir nada y luego de unos segundos suspiró intentando calmarse. – Mira Meredith, como te dije no estoy solo. Ya no puedes simplemente venir aquí cada vez que quieras. Puedes venir a ver a Alexis pero nada más.
- Yo solo pensé que… Tal vez…
- Lo siento Meredith, pero tengo que pedirte que busques otro lugar donde pasar la noche. No puedes quedarte aquí.
- ¿Así que es seria la cosa?
- Lo es. – aceptó él inmediatamente. Ella asintió, parecía pensativa.
- Iré a ver a Alexis… quiero estar un rato con ella antes de irme. Será mejor que vuelva a Los Ángeles. – dijo finalmente.
- Si quieres pasar más tiempo con Alexis puedes quedarte en un hotel, no es necesario que vuelvas allá.
- Lo sé pero… creo que será lo mejor. Los Ángeles no espera a nadie. – dijo intentando sonar alegre.
- Está bien. Estaré en el estudio. – le dijo al ver que ella caminaba hacia las escaleras.
- De acuerdo, Richard. - dijo Meredith mientras subía la escalera.
Castle la observó subir y luego se quedó un momento pensativo. Sabía que Meredith no se quedaba por nada. Lo lamentó mucho por su hija pero ella siempre había sido así y esperaba que Alexis entendiera.
Sopesó la idea de decirle a Kate que Meredith se iba pero prefirió hacerle una sorpresa. De todas maneras, cuando Meredith se fuera, él se tendría que quedarse a cuidar a Alexis así que mientras lo hacía se entretendría con los preparativos. Tendría que ser algo especial… Tal vez podrían retomar lo del hidromasaje… Una sonrisa se dibujó en su rostro, todo estaría bien.
Sé que me dirán que lo dejé en la mejor parte pero prefiero dejarlo ahí.
Ya habrá tiempo para hacer una escena acuática, jejeje.
Feliz año para todos.
nato_kine- Policia de homicidios
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/02/2012
Edad : 39
Localización : Argentina
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Siiiii en lo mejor pero creo que será si, no podrá manejar la situación y esto llevará a grandes problemas...
Muy bueno, continualo que viene lo mejorrrrr
Feliz año!!!!!
Muy bueno, continualo que viene lo mejorrrrr
Feliz año!!!!!
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Buen regalo de año nuevo . Me ha gustado y espero que lo sigas cuando puedas... estoy intrigada.
Un saludo y feliz año!
Un saludo y feliz año!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Perfecto. Muy bien redactado y muy pero que muy interesante. Sigue así y continúalo pronto para que podamos ver que sorpresa se le ocurre
suika- Escritor novato
- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 26/03/2012
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Me ha encantado, aunque despues del comentario del principio me ha dado mucha pena, espero que disfrutes esos 30 días, gracias por este regalo, con cosas como estas daan ganas de comenzar el año. Se te echara de menos, gracias por acabarlo te ha quedado esplendido.
Creo que el capítulo se parecera bastante por lo que nos han dejado ver en los Sneak Peek, el unico pero, es que Meredith si sabrá lo de ellos dos. Pero encantaría ver a ellos durmiendo juntos, sería de lo más tierno.
Espero que tu vuelta se me haga cercana, para volver a leer cosas como estas. Fantastico. ¡Qué lo disfrutes!
Creo que el capítulo se parecera bastante por lo que nos han dejado ver en los Sneak Peek, el unico pero, es que Meredith si sabrá lo de ellos dos. Pero encantaría ver a ellos durmiendo juntos, sería de lo más tierno.
Espero que tu vuelta se me haga cercana, para volver a leer cosas como estas. Fantastico. ¡Qué lo disfrutes!
Invitado- Invitado
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
anda yaaaaaa sigueloooo
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Sigue!!!! son bien laarrrgos pero se me hacen bien cortos... jajja
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Llevo 2 trozos sin comentar y no puede ser.
Maravilloso como siempre es un placer tener esos momentos puramente Caskett .
Disfruta tu merecido descanso
Maravilloso como siempre es un placer tener esos momentos puramente Caskett .
Disfruta tu merecido descanso
Luara- As del póker
- Mensajes : 434
Fecha de inscripción : 17/04/2012
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Pues te ha quedado estupendamente, siguelo.
Delta5- Escritor - Policia
- Mensajes : 10286
Fecha de inscripción : 30/07/2012
Localización : Ciudadano del Mundo
Re: Tan solo, mi imaginación y yo - ACTUALIZADO 02/01
Me encanta, siguelo pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
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