La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
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LeFleur89
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Me gusta mucho como vas desarrollando la historia. Sigue así.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Bueno como os he dicho esta mañana os traigo un segundo capítulo hoy en compensación porque ayer no subí ninguno y por lo corto que ha sido el capítulo de hoy. ¡Gracias de nuevo por vuestros comentarios! ¡Espero que os guste!
Capítulo 8:
Unas horas después, Ryan y Esposito aparecieron en la comisaría junto con Simon Baker. Lo llevaron a la sala de interrogatorios donde lo tuvieron un rato esperando hasta que Beckett y Castle entraron. Ryan y Esposito los observaban detrás del cristal.
-No entiendo qué estoy haciendo aquí. Ya les dije que no sé nada. – Simon se cruzó de brazos mientras Rick y Kate tomaron asiento.
-Sólo queríamos hacerle unas cuantas preguntas más señor Baker. – Dijo Beckett. - Hay algo que no nos cuadra de sus cuentas.
-¿Han estado mirando mis cuentas? – Preguntó sorprendido. - ¿Y qué no les cuadra, que no llegamos casi a fin de mes? – Simon se molestó.
-No nos referimos a ésa cuenta sino a ésta otra. – Castle le acercó una de las hojas. – La que tiene usted sólo y de la que su mujer no tiene ni idea.
-¿Cómo es posible que un vendedor de enciclopedias gane al mes más de 4000 dólares? – Kate alzó una ceja. – Eso es demasiado dinero.
-Eh… Soy buen vendedor… - Respondió algo nervioso.
-Verá, hemos hablado con su jefe y nos ha dicho que hace más de un año que no trabaja para ellos… Así que será mejor que empiece a decirnos la verdad si no quiere que le detenga por obstrucción a la justicia. – Amenazó Beckett.
-Está bien, está bien… - Se pasó las manos por el pelo algo alterado. – Yo… me dedico a… a hacer compañía a las mujeres… - Tragó despacio.
-¿Prostitución? – Castle abrió mucho los ojos sorprendido por la declaración.
-No no… yo las hago compañía… y… bueno… - Lo dejó caer.
-Sexo a cambio de dinero, eso, señor Baker, es prostitución y es un delito así que podría acabar en la cárcel… - Le metió miedo la inspectora. – Pero si colabora todo sería distinto. – Simon asintió. – Hace cinco días sacó 50.000 dólares de su cuenta, ¿para qué los quería? ¿Contrató a alguien para que acabase con la vida de su padrastro?
-¡No! ¡No! – Negó con la cabeza. – Eso era para… para… la entrada de una casa…
-¿Estaba pensando mudarse sin que su mujer lo supiese? – Habló Castle.
-Es que… Bueno, sí… Iba a dejarla… Lleva varios años muy rara… No es la mujer con la que me casé… - Resopló. – Y hace un par de años conocí a alguien y… Estábamos planeando fugarnos juntos… Empezar de nuevo en otro lugar. – Castle y Beckett se miraron.
-¿Cómo era la relación entre su mujer y su padrastro? – Preguntó Beckett mientras tomaba notas es una libreta.
-Pues… No sé… Ni bien ni mal… - Simon se encogió de hombros. – No es que hayan tenido mucha relación.
-¿Dónde estuvo usted el día del asesinato? – Volvió a preguntar el escritor.
-Ya se lo dije, estaba en casa… - Tragó despacio.
-¿Y estuvieron usted y su mujer todo el rato juntos? – Habló Kate mirándole directamente a los ojos.
-Pues… - Tragó saliva. – En realidad no. – Beckett y Castle se miraron de reojo. – Ésa noche estuve yo solo en casa. Rebecca estuvo trabajando. – Admitió.
-Así que nos mintió… - Dijo Kate en voz alta. - ¿Por qué?
-A mí también me sorprendió lo que contestó y cuando le pregunté ella me dijo que lo hizo porque no quería que sospechasen de mí.
-¿Y sabe dónde estuvo su mujer a ésas horas? – Interrogó Castle.
-Trabajando. Es limpiadora en la residencia de ancianos Santa Rosa.
-Está bien. De momento eso es todo. – Kate se levantó de la silla y Castle la imitó. – Estese localizable en todo momento por si surgen más preguntas.
Salieron de la sala de interrogatorios dejando allí a Simon Baker. El equipo se reunió en el pasillo.
-Ryan, quiero que averigües si es cierto que ésa noche la señora Baker estuvo trabajando en la residencia Santa Rosa.
-Ahora mismo me pongo con ello jefa. – Ryan fue directo a su mesa.
-Y tú Espo, intenta encontrar a algunas de ésas mujeres de las que nos ha hablado Simon. – Dijo Kate. – A ver si nos ha vuelto a mentir. – Esposito asintió y se puso a ello.
-¿Y nosotros qué hacemos? – Preguntó Castle.
-Por lo pronto necesito un café. – Pusieron rumbo a la sala de descanso. – Luego volveremos a repasar todo un poco.
Ya en la sala de descanso ambos estaban con sus cafés.
-Oye, estaba pensando… ¿Por qué no te vienes ésta noche a cenar a casa con nosotros? – En ése momento Kate se atragantó con el café.
-¿Con tu madre y con Alexis? – Él asintió. - No sé… ¿No es un poco pronto? – Dijo no muy convencida.
-¿Pronto? – Alzó las cejas. – Pero si os conocéis desde hace cuatro años…
-Sí ya, pero no es lo mismo… Ahora las cosas son distintas de como lo eran antes. – Le miró de reojo.
-Ya… Lo que pasa es que no quieres pasar por el bochorno de las esposas, ¿eh? – Le sonrió queriendo hacerle ver que no iba a presionarla.
Kate iba a contestarle cuando sonó su móvil.
-Un momento… - Le dijo a Castle mientras descolgaba. – Beckett.
-Hola cariño. – Habló con ternura la forense. - Acabo de analizar la katana y el cuchillo que me trajisteis y ambas coinciden. El cuchillo de cocina fue el que acabó con la vida de la víctima, y la katana fue utilizada para desmembrarle.
-Bueno por lo menos tenemos algo seguro. – Beckett apoyó la espalda contra la mesa de la sala. - ¿Y hay alguna huella?
-He encontrado algo verdaderamente extraño… En el mango del cuchillo hay una pequeña mancha de sangre y lo que parece ser una huella… Pero no es una huella común.
-¿A qué te refieres con eso? – Preguntó la inspectora intrigada.
-Pues a que no tiene las líneas características de todas las huellas sino lo que parecen ser pequeños cuadrados.
-¿Y eso que puede significar? – Kate frunció el ceño intentando hacerse una idea de lo que decía su amiga.
-Pues no estoy segura todavía, tendría que seguir investigando pero al menos es una pequeña pista.
-Gracias Lanie. Llámame en cuanto averigües algo. – Colgó el teléfono y se volvió hacia Castle. - ¿Y a qué hora quieres que vayamos a cenar?
-¿En serio? – Se sorprendió por ése cambio de idea. Ella asintió a su pregunta. – Pues… en cuanto acabemos con esto hoy. Ahora mismo la llamo. – Fue a darle un beso pero ella rápidamente le frenó.
-Castle, la comisaría… - Hizo un gesto con los ojos.
-Sí, sí, cierto… - Asintió como un niño pequeño.
P.D: ¡Gracias por leer!
Capítulo 8:
Unas horas después, Ryan y Esposito aparecieron en la comisaría junto con Simon Baker. Lo llevaron a la sala de interrogatorios donde lo tuvieron un rato esperando hasta que Beckett y Castle entraron. Ryan y Esposito los observaban detrás del cristal.
-No entiendo qué estoy haciendo aquí. Ya les dije que no sé nada. – Simon se cruzó de brazos mientras Rick y Kate tomaron asiento.
-Sólo queríamos hacerle unas cuantas preguntas más señor Baker. – Dijo Beckett. - Hay algo que no nos cuadra de sus cuentas.
-¿Han estado mirando mis cuentas? – Preguntó sorprendido. - ¿Y qué no les cuadra, que no llegamos casi a fin de mes? – Simon se molestó.
-No nos referimos a ésa cuenta sino a ésta otra. – Castle le acercó una de las hojas. – La que tiene usted sólo y de la que su mujer no tiene ni idea.
-¿Cómo es posible que un vendedor de enciclopedias gane al mes más de 4000 dólares? – Kate alzó una ceja. – Eso es demasiado dinero.
-Eh… Soy buen vendedor… - Respondió algo nervioso.
-Verá, hemos hablado con su jefe y nos ha dicho que hace más de un año que no trabaja para ellos… Así que será mejor que empiece a decirnos la verdad si no quiere que le detenga por obstrucción a la justicia. – Amenazó Beckett.
-Está bien, está bien… - Se pasó las manos por el pelo algo alterado. – Yo… me dedico a… a hacer compañía a las mujeres… - Tragó despacio.
-¿Prostitución? – Castle abrió mucho los ojos sorprendido por la declaración.
-No no… yo las hago compañía… y… bueno… - Lo dejó caer.
-Sexo a cambio de dinero, eso, señor Baker, es prostitución y es un delito así que podría acabar en la cárcel… - Le metió miedo la inspectora. – Pero si colabora todo sería distinto. – Simon asintió. – Hace cinco días sacó 50.000 dólares de su cuenta, ¿para qué los quería? ¿Contrató a alguien para que acabase con la vida de su padrastro?
-¡No! ¡No! – Negó con la cabeza. – Eso era para… para… la entrada de una casa…
-¿Estaba pensando mudarse sin que su mujer lo supiese? – Habló Castle.
-Es que… Bueno, sí… Iba a dejarla… Lleva varios años muy rara… No es la mujer con la que me casé… - Resopló. – Y hace un par de años conocí a alguien y… Estábamos planeando fugarnos juntos… Empezar de nuevo en otro lugar. – Castle y Beckett se miraron.
-¿Cómo era la relación entre su mujer y su padrastro? – Preguntó Beckett mientras tomaba notas es una libreta.
-Pues… No sé… Ni bien ni mal… - Simon se encogió de hombros. – No es que hayan tenido mucha relación.
-¿Dónde estuvo usted el día del asesinato? – Volvió a preguntar el escritor.
-Ya se lo dije, estaba en casa… - Tragó despacio.
-¿Y estuvieron usted y su mujer todo el rato juntos? – Habló Kate mirándole directamente a los ojos.
-Pues… - Tragó saliva. – En realidad no. – Beckett y Castle se miraron de reojo. – Ésa noche estuve yo solo en casa. Rebecca estuvo trabajando. – Admitió.
-Así que nos mintió… - Dijo Kate en voz alta. - ¿Por qué?
-A mí también me sorprendió lo que contestó y cuando le pregunté ella me dijo que lo hizo porque no quería que sospechasen de mí.
-¿Y sabe dónde estuvo su mujer a ésas horas? – Interrogó Castle.
-Trabajando. Es limpiadora en la residencia de ancianos Santa Rosa.
-Está bien. De momento eso es todo. – Kate se levantó de la silla y Castle la imitó. – Estese localizable en todo momento por si surgen más preguntas.
Salieron de la sala de interrogatorios dejando allí a Simon Baker. El equipo se reunió en el pasillo.
-Ryan, quiero que averigües si es cierto que ésa noche la señora Baker estuvo trabajando en la residencia Santa Rosa.
-Ahora mismo me pongo con ello jefa. – Ryan fue directo a su mesa.
-Y tú Espo, intenta encontrar a algunas de ésas mujeres de las que nos ha hablado Simon. – Dijo Kate. – A ver si nos ha vuelto a mentir. – Esposito asintió y se puso a ello.
-¿Y nosotros qué hacemos? – Preguntó Castle.
-Por lo pronto necesito un café. – Pusieron rumbo a la sala de descanso. – Luego volveremos a repasar todo un poco.
Ya en la sala de descanso ambos estaban con sus cafés.
-Oye, estaba pensando… ¿Por qué no te vienes ésta noche a cenar a casa con nosotros? – En ése momento Kate se atragantó con el café.
-¿Con tu madre y con Alexis? – Él asintió. - No sé… ¿No es un poco pronto? – Dijo no muy convencida.
-¿Pronto? – Alzó las cejas. – Pero si os conocéis desde hace cuatro años…
-Sí ya, pero no es lo mismo… Ahora las cosas son distintas de como lo eran antes. – Le miró de reojo.
-Ya… Lo que pasa es que no quieres pasar por el bochorno de las esposas, ¿eh? – Le sonrió queriendo hacerle ver que no iba a presionarla.
Kate iba a contestarle cuando sonó su móvil.
-Un momento… - Le dijo a Castle mientras descolgaba. – Beckett.
-Hola cariño. – Habló con ternura la forense. - Acabo de analizar la katana y el cuchillo que me trajisteis y ambas coinciden. El cuchillo de cocina fue el que acabó con la vida de la víctima, y la katana fue utilizada para desmembrarle.
-Bueno por lo menos tenemos algo seguro. – Beckett apoyó la espalda contra la mesa de la sala. - ¿Y hay alguna huella?
-He encontrado algo verdaderamente extraño… En el mango del cuchillo hay una pequeña mancha de sangre y lo que parece ser una huella… Pero no es una huella común.
-¿A qué te refieres con eso? – Preguntó la inspectora intrigada.
-Pues a que no tiene las líneas características de todas las huellas sino lo que parecen ser pequeños cuadrados.
-¿Y eso que puede significar? – Kate frunció el ceño intentando hacerse una idea de lo que decía su amiga.
-Pues no estoy segura todavía, tendría que seguir investigando pero al menos es una pequeña pista.
-Gracias Lanie. Llámame en cuanto averigües algo. – Colgó el teléfono y se volvió hacia Castle. - ¿Y a qué hora quieres que vayamos a cenar?
-¿En serio? – Se sorprendió por ése cambio de idea. Ella asintió a su pregunta. – Pues… en cuanto acabemos con esto hoy. Ahora mismo la llamo. – Fue a darle un beso pero ella rápidamente le frenó.
-Castle, la comisaría… - Hizo un gesto con los ojos.
-Sí, sí, cierto… - Asintió como un niño pequeño.
P.D: ¡Gracias por leer!
LeFleur89- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡¡Ooooooh!! ¡Qué genial! Me tiene intrigada lo de la huella... cuadrados... ¿es la huella de la palma? Mmm. Y lo de la cena ya, ¡va a estar divertido! Y más si lo escribes tú. Enhorabuena Gema, el fic va de fábulas
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Dra. Beckett escribió:¡¡Ooooooh!! ¡Qué genial! Me tiene intrigada lo de la huella... cuadrados... ¿es la huella de la palma? Mmm. Y lo de la cena ya, ¡va a estar divertido! Y más si lo escribes tú. Enhorabuena Gema, el fic va de fábulas
Jajajaja lo de la huella es una ida de olla que se me ocurrió intentando dormir xD
Y con lo de la cena me reí bastante sobretodo imaginándome las caras de todos jejeje
LeFleur89- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
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Localización : Madrid
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
jajajajaja el bochorno de las esposas,Martha seguro que no se muerde la lengua
choleck- Escritor - Policia
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Localización : en la parra
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Que bien me lo pasa leyendo tu fic Gema, es divertidísimo, me he leído los dos últimos capítulos seguidos y han sido muy buenos. Me quedo con ese momento cuando Espósito y Ryan descubren la colonia de cerezas de Beckett en Castle, lo que me pude reír imaginándome esa escena y la entrada de Beckett sin saber que pasaba jaja
Estupendo, leer tu fic siempre me saca una sonrisa
Estupendo, leer tu fic siempre me saca una sonrisa
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
me has dejado con ganas de cena!!!! sigue prontito por fi!!
mery_caskett- Actor en Broadway
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Edad : 36
Localización : Cordillera Cantábrica p'arriba
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Me encanta este fic, es como un caso de la serie. Me muero de ganas por saber que pasará en esa cena . Esto se pone interesante. Sigue pronto. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
- Mensajes : 749
Fecha de inscripción : 03/05/2012
Edad : 34
Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Siento no haber tenido tiempo para comentar antes....
Muy bueno, espero que continues pronto.
Muy bueno, espero que continues pronto.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Me he leído esta historia en un solo tiro y me ha encantado, escribes muy bien hay que decir...
Espero que continúes pronto y por favor no les hagas pasar mucha vergüenza en la cena a esta nueva parejita
Continua pronto
3 díaaasss falta tan solooooo xD
Espero que continúes pronto y por favor no les hagas pasar mucha vergüenza en la cena a esta nueva parejita
Continua pronto
3 díaaasss falta tan solooooo xD
Maku_Stanathan- Policia de homicidios
- Mensajes : 652
Fecha de inscripción : 07/10/2011
Edad : 30
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡Buenas noches! ¡De nuevo millones de gracias por todos los comentarios! ¡Qué ánimos me dais! Aquí os traigo un nuevo capitulito... la cena... ¡A ver qué os parece!
Capítulo 9:
La pareja llegó a casa de Castle, y antes de que él pudiese utilizar la llave la puerta se abrió de pronto.
-¡Kate querida! – Martha la estrujó entre sus brazos. – ¡Cómo me alegro de verte! ¡Estás preciosa!
-Lo mismo digo Martha. – Sonrió tímidamente.
-No sabes lo contenta que estoy de que por fin estéis juntos… - Se lo dijo en un tono confidente y la cogió del brazo. – No sabes lo insoportable que estuvo Richard durante una temporada…
-¡Madre! – La regañó el escritor. Kate le miró de reojo.
-Oh Richard sabes que es completamente cierto lo que he dicho. – Se giró para mirarle. - ¿Una copa de vino? – Ofreció a la inspectora.
-Sí… - Asintió.- O mejor la botella entera… - Dijo esto en voz baja.
-Tranquila… - Rick se sentó a su lado y le cogió la mano. – Todo va a salir bien. – Intentó reconfortarla. – Unas cuentas preguntas indiscretas y ya estará contenta.
En ése momento Martha apareció con un par de copas de vino y el teléfono.
-Ten querida. – Le dio la copa a Kate. – Por cierto Richard, Alexis me ha dicho que en cuanto llegases la llamaras por teléfono.
-No le pasa nada, ¿no? – Su madre negó con la cabeza. – Disculpadme. – Se fue a su despacho para hablar con más tranquilidad.
-Bueno, ¿y qué tal? ¿Estáis con algún caso? – Se acomodó en el sofá.
-Sí, la verdad es que tenemos uno algo complicado y… - Iba a seguir hablando pero Martha la cortó.
-Ya, ya… pero vamos a lo importante… ¿Cómo se está portando mi Richard contigo?
-Eh… Pues… Bien, bien…- La pregunta le había pillado por sorpresa. – Muy bien la verdad. – Asintió con una sonrisa.
-Eso está bien. – Dio un sorbo a su copa. - Pero si no se porta como debe sólo tienes que decírmelo y ya le pegaré yo un buen tirón de orejas.
-No creo que haga falta Martha. – Eso le sacó una sonrisa a la inspectora que estaba algo cortada.
-Eso espero… Y bueno, así en confianza, ¿cuánto lleváis juntos? Porque mi hijo no suelta prenda.
-Eh… - Se quedó casi sin habla. Estas cosas le daban mucha vergüenza y más con Martha. – Pues… casi seis meses…
-¡Caray! ¿Y cómo he podido yo estar tanto tiempo sin enterarme? – Dijo para sí en voz alta. – Se os ha dado muy bien jugar al escondite… - Le dio un ligero codazo cariñoso. - ¿Y hay alguien más que lo sepa?
-No, no… - Negó con la cabeza. – Bueno, mi padre también lo sabe pero nadie de la comisaría está al tanto, y me gustaría que siguiese siendo así… Al menos de momento…
-Oh por mí no tienes que preocuparte cariño, soy una tumba. – Hizo un gesto como si se cerrase la boca con una cremallera.
-Muchas gracias Martha. – La cogió de la mano con cariño y la sonrió.
-Y, por cierto, ¿cuándo vais a empezar a darme nietos? – Alzó las cejas y sonrió, Beckett se atragantó con el vino.
En ése momento llegó Castle a tiempo para responder por Kate.
-¡Madre por favor! ¡La estás avergonzando!
-¿Qué? Sólo preguntaba. Quiero seguir siendo una abuela joven y guapa que presume de sus nietos. – Se defendió Martha.
-Ya tienes a Alexis para eso madre. – Castle se sentó en uno de los sillones.
-Sí pero no es lo mismo. Ya es demasiado mayor para ponerle lacitos en el pelo y vestidos.
Kate se había quedado casi sin habla y se aferró a su copa de vino. Aquella iba a ser una noche muy larga.
-¿Por qué no vamos a cenar ya? – Castle se levantó del asiento y cogió a Kate de la mano. – Alexis me ha dicho que llegará tarde y que no la esperemos.
-Creo que tu madre me da miedo. – Le dijo Kate en bajito.
-Llevas tu arma, ¿no? – La sonrió y ella asintió. – Entonces estamos a salvo.
-Por cierto Kate, te quedas a dormir, ¿no? – Dijo Martha dándolo por hecho. Castle y Beckett me miraron.
P.D: Sé que es cortito, si hago otro fic prometo que los capítulos serán más largos y que no volveré a dejarme engañar por el word
Capítulo 9:
La pareja llegó a casa de Castle, y antes de que él pudiese utilizar la llave la puerta se abrió de pronto.
-¡Kate querida! – Martha la estrujó entre sus brazos. – ¡Cómo me alegro de verte! ¡Estás preciosa!
-Lo mismo digo Martha. – Sonrió tímidamente.
-No sabes lo contenta que estoy de que por fin estéis juntos… - Se lo dijo en un tono confidente y la cogió del brazo. – No sabes lo insoportable que estuvo Richard durante una temporada…
-¡Madre! – La regañó el escritor. Kate le miró de reojo.
-Oh Richard sabes que es completamente cierto lo que he dicho. – Se giró para mirarle. - ¿Una copa de vino? – Ofreció a la inspectora.
-Sí… - Asintió.- O mejor la botella entera… - Dijo esto en voz baja.
-Tranquila… - Rick se sentó a su lado y le cogió la mano. – Todo va a salir bien. – Intentó reconfortarla. – Unas cuentas preguntas indiscretas y ya estará contenta.
En ése momento Martha apareció con un par de copas de vino y el teléfono.
-Ten querida. – Le dio la copa a Kate. – Por cierto Richard, Alexis me ha dicho que en cuanto llegases la llamaras por teléfono.
-No le pasa nada, ¿no? – Su madre negó con la cabeza. – Disculpadme. – Se fue a su despacho para hablar con más tranquilidad.
-Bueno, ¿y qué tal? ¿Estáis con algún caso? – Se acomodó en el sofá.
-Sí, la verdad es que tenemos uno algo complicado y… - Iba a seguir hablando pero Martha la cortó.
-Ya, ya… pero vamos a lo importante… ¿Cómo se está portando mi Richard contigo?
-Eh… Pues… Bien, bien…- La pregunta le había pillado por sorpresa. – Muy bien la verdad. – Asintió con una sonrisa.
-Eso está bien. – Dio un sorbo a su copa. - Pero si no se porta como debe sólo tienes que decírmelo y ya le pegaré yo un buen tirón de orejas.
-No creo que haga falta Martha. – Eso le sacó una sonrisa a la inspectora que estaba algo cortada.
-Eso espero… Y bueno, así en confianza, ¿cuánto lleváis juntos? Porque mi hijo no suelta prenda.
-Eh… - Se quedó casi sin habla. Estas cosas le daban mucha vergüenza y más con Martha. – Pues… casi seis meses…
-¡Caray! ¿Y cómo he podido yo estar tanto tiempo sin enterarme? – Dijo para sí en voz alta. – Se os ha dado muy bien jugar al escondite… - Le dio un ligero codazo cariñoso. - ¿Y hay alguien más que lo sepa?
-No, no… - Negó con la cabeza. – Bueno, mi padre también lo sabe pero nadie de la comisaría está al tanto, y me gustaría que siguiese siendo así… Al menos de momento…
-Oh por mí no tienes que preocuparte cariño, soy una tumba. – Hizo un gesto como si se cerrase la boca con una cremallera.
-Muchas gracias Martha. – La cogió de la mano con cariño y la sonrió.
-Y, por cierto, ¿cuándo vais a empezar a darme nietos? – Alzó las cejas y sonrió, Beckett se atragantó con el vino.
En ése momento llegó Castle a tiempo para responder por Kate.
-¡Madre por favor! ¡La estás avergonzando!
-¿Qué? Sólo preguntaba. Quiero seguir siendo una abuela joven y guapa que presume de sus nietos. – Se defendió Martha.
-Ya tienes a Alexis para eso madre. – Castle se sentó en uno de los sillones.
-Sí pero no es lo mismo. Ya es demasiado mayor para ponerle lacitos en el pelo y vestidos.
Kate se había quedado casi sin habla y se aferró a su copa de vino. Aquella iba a ser una noche muy larga.
-¿Por qué no vamos a cenar ya? – Castle se levantó del asiento y cogió a Kate de la mano. – Alexis me ha dicho que llegará tarde y que no la esperemos.
-Creo que tu madre me da miedo. – Le dijo Kate en bajito.
-Llevas tu arma, ¿no? – La sonrió y ella asintió. – Entonces estamos a salvo.
-Por cierto Kate, te quedas a dormir, ¿no? – Dijo Martha dándolo por hecho. Castle y Beckett me miraron.
P.D: Sé que es cortito, si hago otro fic prometo que los capítulos serán más largos y que no volveré a dejarme engañar por el word
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¿Te he dicho ya cuanto me gusta este fic? Muy buena la charla con Martha . Ahora a ver como transcurre la cena... continúa pronto. Un saludo!
okusak- Policia de homicidios
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Localización : Entre la nebulosa Nervitana y el país de nunca jamás.
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
estoy deseando ver el resto de esa cena =9 La pareja va a pagar muy caro no haberle dicho nada a Martha durante seis meses!!
Sigue, eres genial!!
Sigue, eres genial!!
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡Muchas gracias por los comentarios! Para seros sincera la verdad es que no tenía escrita la parte de la cena pero viendo que lo estáis esperando esta tarde intentaré escribir algo decente jeje
Así que quizá hoy tarde más de lo normal en subir el capítulo o quizá lo suba ya mañana. Depende todo de su mi inspiración quiere echarme un cable jeje
Así que quizá hoy tarde más de lo normal en subir el capítulo o quizá lo suba ya mañana. Depende todo de su mi inspiración quiere echarme un cable jeje
LeFleur89- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
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Localización : Madrid
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
cortito pero intenso!!!! porque hasta yo me he atragantado cuando he leido lo del baby jajajajaj!!
continua prontito pliiis
continua prontito pliiis
mery_caskett- Actor en Broadway
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Localización : Cordillera Cantábrica p'arriba
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡Buenas tardes! Aquí os traigo un nuevo capítulo, a ver qué os parece la cena jeje
Capítulo 10:
Unos minutos más tarde ya estaban a la mitad de la cena cuando Alexis entró por la puerta.
-Hola, siento llegar tarde, tenía que acabar unas cosas para la universidad. – Dejó la chaqueta sobre el respaldo de uno de los sillones.
-No te preocupes. – Su hija le dio un beso en la mejilla. - ¿Has podido terminar el trabajo? – Se metió el tenedor en la boca.
-Sí, ya está acabado. – Besó a su abuela en la mejilla y se sentó a su lado, teniendo a su padre enfrente y a Kate en diagonal.- Me alegro de verte Kate. – Sonrió a la detective.
-Lo mismo te digo. – Contestó ella. - ¿Qué tal en la universidad? ¿Te gusta? – Bebió de su copa.
-La verdad es que muy bien aunque algo agobiada con las clases, los trabajos y las prácticas con Lanie. – Se puso un poco de ensalada en el plato. – Qué buena pinta tiene todo abuela. – Martha le sonrió.
-Ya te he dicho que sería mejor dejar las prácticas por ahora Alexis. – Habló Castle. – Tienes que centrarte en tus estudios.
-Oh Richard déjala, Alexis sabe perfectamente lo que hace. – Hizo un gesto con la mano restándole importancia al asunto. - ¿Tú creer que sí tu hija no pudiese con todo no lo habría dejado ya?
-Yo sólo digo que así estaría menos agobiada. – Apuntó el escritor. A todo esto Kate estaba observando la conversación mientras seguía comiendo en silencio.
-No te preocupes papá, ya hablé con Lanie de esto y quedamos en que, sí no podía con todo, seguiría con las prácticas en verano.
-¿Lo ves? – Martha alzó las cejas mirando a su hijo. – Que tú no seas responsable no significa que tú hija no lo sea Richard.
-Sí madre. – Puso los ojos en blanco.
-Y esto me recuerda que aún no llevas escrito ni la mitad del nuevo libro y que como sigas así tendrás de nuevo a Gina persiguiéndote día y noche y yo no estoy dispuesta a aguantar sus insistentes llamadas. – Dijo Martha de forma tajante.
-Sí madre sí… - Castle suspiró. – Tú preocúpate de tu escuela que yo lo haré sobre mis libros.
Kate intentó cambiar de tema.
-Y… - Kate carraspeó. - ¿Qué tal tus clases Martha?
-Ah muy bien querida. – Se sirvió un poco más de vino. – La verdad es que no me puedo quejar. Deberíais venir un día a ver alguna de las obras que representamos.
-La verdad es que suena muy bien eso. – Kate asintió y sonrió a Martha, luego miró de reojo a Castle.
-Además así puedo ir presumiendo de nuera. – Alzó una ceja y sonrió con picardía.
-Madre… - Dijo Richard en tono de advertencia. - ¿Recuerdas que ibas a guardar el secreto?
-¿Secreto? – Preguntó la pelirroja. - ¿Es que lo vuestro es un secreto?
-Eh… sí… - Sonrió algo nerviosa e incómoda. – Al menos de momento, no queremos que se enteren en comisaría.
-Está bien, no iré presumiendo, pero lo de que vengáis a la escuela sigue en pie. – Levantó la copa de vino y luego le dio un sorbo. –
-Claro Martha iremos a verte. – Sonrió Beckett.
-Oh por cierto, ¿qué vais a hacer estas navidades?
-Madre… - Castle iba a continuar pero Martha siguió hablando.
-Porque había pensado que podríamos celebrarlas aquí en familia, con tu padre desde luego – Le dijo a Kate. – podríamos ir a patinar sobre hielo a Rockefeller Center y luego ver el árbol de navidad. – Se llevó un dedo a la mejilla mientras pensaba.
-Abuela… - Dijo Alexis pero de nuevo Martha no les dejó cortarla.
-Después podemos hacer las compras de navidad e ir a cenar a algún sitio…
-Sí… pero… - A Kate también le cortó.
-Oh y tenemos que ir a ver el espectáculo de El Cascanueces o el Radio City Christmas Spectacular Music Hall, ¡a recordar viejos tiempos! – Hizo aspavientos con las manos y sonrió.
-Eh… Madre, aún quedan unos tres meses para navidades, creo que es un poco pronto para hacer tantos planes. – Lo que le faltaba, que su madre empezase a asustar a Kate.
-¿Y qué son tres meses? Eso no es nada. – Alzó la ceja, dándole a entender que el tiempo pasaba muy deprisa. – Y por cierto, tengo que hablar con tú padre Kate, que me muero por tener una relación de consuegros. Va a ser muy divertido. – Sonrió.
-Eh, sí, claro Martha. – Contestó Kate. Castle se sirvió mucho más vino. – Podíamos hacer una cena en mí casa. – Propuso.
-¡Es una excelente idea querida! – Dijo Martha elevando la voz. – Y cambiando de tema, ¿recuerdas el anillo de la abuela, Richard?
-Sí, el que habías perdido.
-Pues lo he encontrado y había pensado que podrías dárselo a Kate… - Martha sonrió y a Castle, de la impresión, se le cayó la copa, derramando el vino sobre Kate.
-¡Castle! – Instintivamente Beckett se echó hacia atrás levantando las manos.
-¡Papá! – Se alarmó Alexis.
-¡Por dios Richard! – Martha negó con la cabeza. – Espero que en la cama seas más cuidadoso…
-¡Madre! – Le regañó mientras intentaba secar con una servilleta el vino derramado sobre la inspectora.
-Bueno… ¿Alguien quiere postre? – Preguntó la actriz.
-¡No! – Dijeron los tres al unísono.
-Vale vale… Kate querida, ve al armario de Richard, que en el segundo cajón he acomodado toda tu ropa. – Todos se quedaron mirando a la abuela. – No me gustaba nada verla en esa bolsa debajo de la cama.
-¿Has estado hurgando en mi habitación? – Su hijo no daba crédito al igual que los demás.
-¿Hurgar? Yo lo llamaría más bien ser una madre preocupada. – Se excusó. – Que llevabas muchos meses muy raro… Una madre tiene que saber qué le ocurre a su hijo…
-¿Tú ya lo sabías? – Preguntó Alexis.
Kate se había quedado petrificada con la servilleta en la mano ante aquella declaración.
-Por supuesto que lo sabía. – Admitió.
-¿Y desde hace cuanto? ¿Y cómo? – Richard se había quedado helado.
-Oh pues desde hace un par de meses. – Sonrió. – Y el cómo es porque encontré un sujetador asomándose por debajo de la cama. Prácticamente me obligasteis a ser la “Detective Rodgers”
-Y… ¿Cómo es que no dijiste nada? – Habló Kate.
-Porque estaba esperando a que fueseis vosotros los que me lo contaseis. – Se cruzó de brazos. – Y porque encontramos a Richard ahí esposado a la cama que si no a saber cuándo os dignáis a dar la noticia.
-Sí ya lo sabías, ¿a qué ha venido todo lo que hoy? – Quiso saber su hijo.
-Oh una pequeña venganza por haberme mantenido al margen. – Declaró.
-Ya podías haberme contado algo abuela… - Dijo Alexis.
-No quería estropear mi gran actuación de hoy. – Sonrió. Ahora sí, ¿postre? – Todos se miraron y terminaron por asentir.
Después de la cena y de haber recogido todo, Alexis se fue a dormir alegando que estaba muy cansada. Martha subió a su habitación a leer un rato para dejar algo de intimidad a la pareja. Richard y Kate habían decidido ver una película en el salón. Después de una hora más o menos, Castle se había acomodado, tumbándose en el sofá y con la cabeza en las piernas de Kate mientras ella le acariciaba el pelo. Al rato Richard se quedó dormido y Beckett iba por el mismo camino cuando el ruido de alguien bajando por las escaleras la sobresaltó.
-Siento haberte asustado querida. – Martha iba con una bata de seda burdeos. –Sólo quería decirte que me alegro mucho que por fin formes parte de esta familia. – Se acercó a la inspectora y le dio un beso en la frente.
-Muchas gracias Martha. – Sonrió tímidamente. – Yo también me alegro de teneros.
-Descansa. – Le sonrió. Fue a la cocina a por algo y luego subió de nuevo las escaleras.
Al día siguiente Castle y Beckett hicieron lo de siempre, ella llegó un poco antes que él a la comisaría. Llevaban un rato repasando informes y todavía no habían llegado a ninguna conclusión. Castle estaba algo aburrido y, aprovechando que Beckett se había ido a por un café, sacó su móvil y se puso a hurgan en él. Algo llamó la atención de Esposito.
-¿Llevas una foto con Beckett de fondo de pantalla? – Alzó las cejas sorprendido por dicho hecho e intentó cogerle el móvil pero Castle lo impidió.
-¿Eh? ¿Qué? ¡No! – Negó rotundamente guardándose el teléfono en el bolsillo.
-Sí… - Ryan frunció el ceño y se llevó el boli a los labios. – Yo también he visto algo.
-No… Jeje… - Se rió nervioso. – Es el cansancio que os está jugando una mala pasada, nada más.
-Tío, sé lo que he visto – Esposito se recostó en la silla. – y tienes una foto con Beckett de lo más… extraña.
-Cien dólares a cada uno y os dejo el Ferrari si hacéis como que no habéis visto nada. – Les chantajeó Castle.
-Y un par de entradas para los Knicks – Añadió Ryan. – a pie de pista.
-Vale, vale… Trato hecho. – Asintió el escritor a regañadientes. – Pero de esto ni una palabra a nadie.
-Nuestros labios están sellados. – Le aseguró Esposito.
Los chicos siguieron a lo suyo cuando Beckett se unió a ellos. En ése momento sonó el teléfono de Ryan y todos le miraron con expectación.
-Muy bien… Sí… Vale, gracias. Si se acuerda de algo más no dude en llamarme. – Y colgó el teléfono. – Rebecca sí que fue ésa noche a trabajar, la vieron por la residencia aunque no tienen el mismo control por las noches que por las mañanas. Además tuvo un percance con el coche.
-¿Qué clase de percance? – Preguntó Esposito.
-Al parecer tenía el coche mal estacionado y otro vehículo le dio un golpe. – Relató Ryan. – Según me han dicho suele dejar el coche mal aparcado.
-¿Puedes averiguar si tienen cámaras de seguridad en el aparcamiento de la residencia? Sólo por curiosidad. – Comentó la inspectora.
-¿Crees que tiene algo que ver? – Preguntó Castle.
-Aún no lo sé pero no quiero descartar nada.
Al cabo de un rato Ryan volvió con novedades. Le habían mandado el vídeo del aparcamiento de la residencia y había algo si no esclarecedor, extraño.
-Acabo de ver la grabación. – Ryan puso el vídeo en la sala de reuniones. – Y se ve cómo Rebecca llega al trabajo a las siete de la tarde.
-Así que no nos han mentido. – Chasqueó la lengua Kate.
-Yo no me anticiparía… - Ryan adelantando el vídeo hasta las 23:00. – Ahí se ve cómo Rebecca se va antes de que acabe su turno. – El detective sonrió.
-¿Se ve hacía dónde va? – Preguntó Castle apoyándose en la mesa. Ryan negó con la cabeza.
-Pues seguimos sin nada. Todo lo que digamos es circunstancial. – Contestó Beckett.
-No necesariamente… - Intervino Esposito. – Podemos utilizar el GPS de su móvil para saber dónde fue.
-Eso es una gran idea Esposito. – Le felicitó Beckett.
-Creo que debería ir pensando en quitarle el GPS a mi móvil… - Dijo Castle. – A ver si un día os va a dar por ser un par de marujas y empezáis a controlar todos y cada uno de mis movimientos.
-Lo único que veríamos es que estás todo el día pegado a nosotros. – Contestó Ryan. – Y más a alguien que sabemos… - Dijo en bajito, llevándose un codazo por parte del escritor.
-Pues pongámonos a ello. – Dijo Beckett.
Salieron de la sala de reuniones y fueron todos directos a la mesa de Esposito. Después de introducir en el ordenador una serie de parámetros en el programa del ordenador, dieron con la señal del GPS de Rebecca Baker. En ésos momentos, al parecer, se encontraba en su casa. Esposito toqueteó algunas teclas del ordenador y aparecieron los distintos itinerarios de la señora Baker.
-Vale… Aquí está lo que buscábamos. – Dijo Esposito mostrando la trayectoria de aquel día.
-Bien, aquí se la ve llegando al trabajo a la hora que nos han confirmado… - Señaló Beckett. – Y aquí saliendo a las once de la residencia…
-No puede ser… - Castle se sorprendió por el recorrido que estaba tomando el GPS.
-Eso está a un par de manzanas de la casa de la víctima. – Añadió Ryan. – Debió de aparcar lejos del domicilio para que nadie pudiese verla.
-Creo que con esto queda claro que es nuestra asesina. – Comentó Esposito.
-Necesitamos algo más. Cualquier abogado podría alegar que le robaron el móvil y que fue otra persona la que cometió el asesinato. – Beckett se estaba desesperando. – Quiero saber todo sobre Rebecca Baker. Todo hasta la marca de la papilla que comía de niña.
Beckett estaba en la sala de descanso dándole vueltas con una cucharilla al café cuando Castle hizo presencia.
-Éste caso es una locura. – Admitió la inspectora.
-Pero no ha habido ninguno aún que no hayamos podido resolver. Ni siquiera el de los zombies, el vampiro o el del fantasma asesino. – Ella le sonrió.
-Sólo espero que no tengamos un asesinato así en mucho tiempo. – Le dio un trago al café.
-Deberíamos tomarnos unas pequeñas vacaciones. – Ella le miró. – La casa de los Hamptons está vacía… ¿Qué te parece?
-Me parece una gran idea pero… ¿Qué vamos a decir aquí? Que desaparezcamos los dos así por las buenas…
-Seguro que se te ocurre algo. – Se preparó un café. – Siempre puedes decir que te vas unos días con tu padre y yo tengo que ponerme a seguir con mi libro. – Propuso Castle.
-Sí… - Asintió agarrando con ambas manos la taza. – Algo así podemos decir. Además, seguro que tu madre nos echa un cable.
-Cierto… Aunque por el módico precio de unos cuantos nietos. – Bromeó el escritor al ver la cara de pánico que puso Beckett.
-Menos mal que llegaste a tiempo porque si no me hubiese puesto un foco en la cara y me habría interrogado hasta hacerme confesar todos mis secretos. – Sonrió la inspectora. - ¿Duermes hoy en casa?
-Por supuesto. – Asintió Rick.
P.D: No seáis muy malos con la parte de la cena porque la escribí ayer casi deprisa y corriendo jeje Por cierto, gracias Dra. Beckett por las ideas!
Capítulo 10:
Unos minutos más tarde ya estaban a la mitad de la cena cuando Alexis entró por la puerta.
-Hola, siento llegar tarde, tenía que acabar unas cosas para la universidad. – Dejó la chaqueta sobre el respaldo de uno de los sillones.
-No te preocupes. – Su hija le dio un beso en la mejilla. - ¿Has podido terminar el trabajo? – Se metió el tenedor en la boca.
-Sí, ya está acabado. – Besó a su abuela en la mejilla y se sentó a su lado, teniendo a su padre enfrente y a Kate en diagonal.- Me alegro de verte Kate. – Sonrió a la detective.
-Lo mismo te digo. – Contestó ella. - ¿Qué tal en la universidad? ¿Te gusta? – Bebió de su copa.
-La verdad es que muy bien aunque algo agobiada con las clases, los trabajos y las prácticas con Lanie. – Se puso un poco de ensalada en el plato. – Qué buena pinta tiene todo abuela. – Martha le sonrió.
-Ya te he dicho que sería mejor dejar las prácticas por ahora Alexis. – Habló Castle. – Tienes que centrarte en tus estudios.
-Oh Richard déjala, Alexis sabe perfectamente lo que hace. – Hizo un gesto con la mano restándole importancia al asunto. - ¿Tú creer que sí tu hija no pudiese con todo no lo habría dejado ya?
-Yo sólo digo que así estaría menos agobiada. – Apuntó el escritor. A todo esto Kate estaba observando la conversación mientras seguía comiendo en silencio.
-No te preocupes papá, ya hablé con Lanie de esto y quedamos en que, sí no podía con todo, seguiría con las prácticas en verano.
-¿Lo ves? – Martha alzó las cejas mirando a su hijo. – Que tú no seas responsable no significa que tú hija no lo sea Richard.
-Sí madre. – Puso los ojos en blanco.
-Y esto me recuerda que aún no llevas escrito ni la mitad del nuevo libro y que como sigas así tendrás de nuevo a Gina persiguiéndote día y noche y yo no estoy dispuesta a aguantar sus insistentes llamadas. – Dijo Martha de forma tajante.
-Sí madre sí… - Castle suspiró. – Tú preocúpate de tu escuela que yo lo haré sobre mis libros.
Kate intentó cambiar de tema.
-Y… - Kate carraspeó. - ¿Qué tal tus clases Martha?
-Ah muy bien querida. – Se sirvió un poco más de vino. – La verdad es que no me puedo quejar. Deberíais venir un día a ver alguna de las obras que representamos.
-La verdad es que suena muy bien eso. – Kate asintió y sonrió a Martha, luego miró de reojo a Castle.
-Además así puedo ir presumiendo de nuera. – Alzó una ceja y sonrió con picardía.
-Madre… - Dijo Richard en tono de advertencia. - ¿Recuerdas que ibas a guardar el secreto?
-¿Secreto? – Preguntó la pelirroja. - ¿Es que lo vuestro es un secreto?
-Eh… sí… - Sonrió algo nerviosa e incómoda. – Al menos de momento, no queremos que se enteren en comisaría.
-Está bien, no iré presumiendo, pero lo de que vengáis a la escuela sigue en pie. – Levantó la copa de vino y luego le dio un sorbo. –
-Claro Martha iremos a verte. – Sonrió Beckett.
-Oh por cierto, ¿qué vais a hacer estas navidades?
-Madre… - Castle iba a continuar pero Martha siguió hablando.
-Porque había pensado que podríamos celebrarlas aquí en familia, con tu padre desde luego – Le dijo a Kate. – podríamos ir a patinar sobre hielo a Rockefeller Center y luego ver el árbol de navidad. – Se llevó un dedo a la mejilla mientras pensaba.
-Abuela… - Dijo Alexis pero de nuevo Martha no les dejó cortarla.
-Después podemos hacer las compras de navidad e ir a cenar a algún sitio…
-Sí… pero… - A Kate también le cortó.
-Oh y tenemos que ir a ver el espectáculo de El Cascanueces o el Radio City Christmas Spectacular Music Hall, ¡a recordar viejos tiempos! – Hizo aspavientos con las manos y sonrió.
-Eh… Madre, aún quedan unos tres meses para navidades, creo que es un poco pronto para hacer tantos planes. – Lo que le faltaba, que su madre empezase a asustar a Kate.
-¿Y qué son tres meses? Eso no es nada. – Alzó la ceja, dándole a entender que el tiempo pasaba muy deprisa. – Y por cierto, tengo que hablar con tú padre Kate, que me muero por tener una relación de consuegros. Va a ser muy divertido. – Sonrió.
-Eh, sí, claro Martha. – Contestó Kate. Castle se sirvió mucho más vino. – Podíamos hacer una cena en mí casa. – Propuso.
-¡Es una excelente idea querida! – Dijo Martha elevando la voz. – Y cambiando de tema, ¿recuerdas el anillo de la abuela, Richard?
-Sí, el que habías perdido.
-Pues lo he encontrado y había pensado que podrías dárselo a Kate… - Martha sonrió y a Castle, de la impresión, se le cayó la copa, derramando el vino sobre Kate.
-¡Castle! – Instintivamente Beckett se echó hacia atrás levantando las manos.
-¡Papá! – Se alarmó Alexis.
-¡Por dios Richard! – Martha negó con la cabeza. – Espero que en la cama seas más cuidadoso…
-¡Madre! – Le regañó mientras intentaba secar con una servilleta el vino derramado sobre la inspectora.
-Bueno… ¿Alguien quiere postre? – Preguntó la actriz.
-¡No! – Dijeron los tres al unísono.
-Vale vale… Kate querida, ve al armario de Richard, que en el segundo cajón he acomodado toda tu ropa. – Todos se quedaron mirando a la abuela. – No me gustaba nada verla en esa bolsa debajo de la cama.
-¿Has estado hurgando en mi habitación? – Su hijo no daba crédito al igual que los demás.
-¿Hurgar? Yo lo llamaría más bien ser una madre preocupada. – Se excusó. – Que llevabas muchos meses muy raro… Una madre tiene que saber qué le ocurre a su hijo…
-¿Tú ya lo sabías? – Preguntó Alexis.
Kate se había quedado petrificada con la servilleta en la mano ante aquella declaración.
-Por supuesto que lo sabía. – Admitió.
-¿Y desde hace cuanto? ¿Y cómo? – Richard se había quedado helado.
-Oh pues desde hace un par de meses. – Sonrió. – Y el cómo es porque encontré un sujetador asomándose por debajo de la cama. Prácticamente me obligasteis a ser la “Detective Rodgers”
-Y… ¿Cómo es que no dijiste nada? – Habló Kate.
-Porque estaba esperando a que fueseis vosotros los que me lo contaseis. – Se cruzó de brazos. – Y porque encontramos a Richard ahí esposado a la cama que si no a saber cuándo os dignáis a dar la noticia.
-Sí ya lo sabías, ¿a qué ha venido todo lo que hoy? – Quiso saber su hijo.
-Oh una pequeña venganza por haberme mantenido al margen. – Declaró.
-Ya podías haberme contado algo abuela… - Dijo Alexis.
-No quería estropear mi gran actuación de hoy. – Sonrió. Ahora sí, ¿postre? – Todos se miraron y terminaron por asentir.
Después de la cena y de haber recogido todo, Alexis se fue a dormir alegando que estaba muy cansada. Martha subió a su habitación a leer un rato para dejar algo de intimidad a la pareja. Richard y Kate habían decidido ver una película en el salón. Después de una hora más o menos, Castle se había acomodado, tumbándose en el sofá y con la cabeza en las piernas de Kate mientras ella le acariciaba el pelo. Al rato Richard se quedó dormido y Beckett iba por el mismo camino cuando el ruido de alguien bajando por las escaleras la sobresaltó.
-Siento haberte asustado querida. – Martha iba con una bata de seda burdeos. –Sólo quería decirte que me alegro mucho que por fin formes parte de esta familia. – Se acercó a la inspectora y le dio un beso en la frente.
-Muchas gracias Martha. – Sonrió tímidamente. – Yo también me alegro de teneros.
-Descansa. – Le sonrió. Fue a la cocina a por algo y luego subió de nuevo las escaleras.
Al día siguiente Castle y Beckett hicieron lo de siempre, ella llegó un poco antes que él a la comisaría. Llevaban un rato repasando informes y todavía no habían llegado a ninguna conclusión. Castle estaba algo aburrido y, aprovechando que Beckett se había ido a por un café, sacó su móvil y se puso a hurgan en él. Algo llamó la atención de Esposito.
-¿Llevas una foto con Beckett de fondo de pantalla? – Alzó las cejas sorprendido por dicho hecho e intentó cogerle el móvil pero Castle lo impidió.
-¿Eh? ¿Qué? ¡No! – Negó rotundamente guardándose el teléfono en el bolsillo.
-Sí… - Ryan frunció el ceño y se llevó el boli a los labios. – Yo también he visto algo.
-No… Jeje… - Se rió nervioso. – Es el cansancio que os está jugando una mala pasada, nada más.
-Tío, sé lo que he visto – Esposito se recostó en la silla. – y tienes una foto con Beckett de lo más… extraña.
-Cien dólares a cada uno y os dejo el Ferrari si hacéis como que no habéis visto nada. – Les chantajeó Castle.
-Y un par de entradas para los Knicks – Añadió Ryan. – a pie de pista.
-Vale, vale… Trato hecho. – Asintió el escritor a regañadientes. – Pero de esto ni una palabra a nadie.
-Nuestros labios están sellados. – Le aseguró Esposito.
Los chicos siguieron a lo suyo cuando Beckett se unió a ellos. En ése momento sonó el teléfono de Ryan y todos le miraron con expectación.
-Muy bien… Sí… Vale, gracias. Si se acuerda de algo más no dude en llamarme. – Y colgó el teléfono. – Rebecca sí que fue ésa noche a trabajar, la vieron por la residencia aunque no tienen el mismo control por las noches que por las mañanas. Además tuvo un percance con el coche.
-¿Qué clase de percance? – Preguntó Esposito.
-Al parecer tenía el coche mal estacionado y otro vehículo le dio un golpe. – Relató Ryan. – Según me han dicho suele dejar el coche mal aparcado.
-¿Puedes averiguar si tienen cámaras de seguridad en el aparcamiento de la residencia? Sólo por curiosidad. – Comentó la inspectora.
-¿Crees que tiene algo que ver? – Preguntó Castle.
-Aún no lo sé pero no quiero descartar nada.
Al cabo de un rato Ryan volvió con novedades. Le habían mandado el vídeo del aparcamiento de la residencia y había algo si no esclarecedor, extraño.
-Acabo de ver la grabación. – Ryan puso el vídeo en la sala de reuniones. – Y se ve cómo Rebecca llega al trabajo a las siete de la tarde.
-Así que no nos han mentido. – Chasqueó la lengua Kate.
-Yo no me anticiparía… - Ryan adelantando el vídeo hasta las 23:00. – Ahí se ve cómo Rebecca se va antes de que acabe su turno. – El detective sonrió.
-¿Se ve hacía dónde va? – Preguntó Castle apoyándose en la mesa. Ryan negó con la cabeza.
-Pues seguimos sin nada. Todo lo que digamos es circunstancial. – Contestó Beckett.
-No necesariamente… - Intervino Esposito. – Podemos utilizar el GPS de su móvil para saber dónde fue.
-Eso es una gran idea Esposito. – Le felicitó Beckett.
-Creo que debería ir pensando en quitarle el GPS a mi móvil… - Dijo Castle. – A ver si un día os va a dar por ser un par de marujas y empezáis a controlar todos y cada uno de mis movimientos.
-Lo único que veríamos es que estás todo el día pegado a nosotros. – Contestó Ryan. – Y más a alguien que sabemos… - Dijo en bajito, llevándose un codazo por parte del escritor.
-Pues pongámonos a ello. – Dijo Beckett.
Salieron de la sala de reuniones y fueron todos directos a la mesa de Esposito. Después de introducir en el ordenador una serie de parámetros en el programa del ordenador, dieron con la señal del GPS de Rebecca Baker. En ésos momentos, al parecer, se encontraba en su casa. Esposito toqueteó algunas teclas del ordenador y aparecieron los distintos itinerarios de la señora Baker.
-Vale… Aquí está lo que buscábamos. – Dijo Esposito mostrando la trayectoria de aquel día.
-Bien, aquí se la ve llegando al trabajo a la hora que nos han confirmado… - Señaló Beckett. – Y aquí saliendo a las once de la residencia…
-No puede ser… - Castle se sorprendió por el recorrido que estaba tomando el GPS.
-Eso está a un par de manzanas de la casa de la víctima. – Añadió Ryan. – Debió de aparcar lejos del domicilio para que nadie pudiese verla.
-Creo que con esto queda claro que es nuestra asesina. – Comentó Esposito.
-Necesitamos algo más. Cualquier abogado podría alegar que le robaron el móvil y que fue otra persona la que cometió el asesinato. – Beckett se estaba desesperando. – Quiero saber todo sobre Rebecca Baker. Todo hasta la marca de la papilla que comía de niña.
Beckett estaba en la sala de descanso dándole vueltas con una cucharilla al café cuando Castle hizo presencia.
-Éste caso es una locura. – Admitió la inspectora.
-Pero no ha habido ninguno aún que no hayamos podido resolver. Ni siquiera el de los zombies, el vampiro o el del fantasma asesino. – Ella le sonrió.
-Sólo espero que no tengamos un asesinato así en mucho tiempo. – Le dio un trago al café.
-Deberíamos tomarnos unas pequeñas vacaciones. – Ella le miró. – La casa de los Hamptons está vacía… ¿Qué te parece?
-Me parece una gran idea pero… ¿Qué vamos a decir aquí? Que desaparezcamos los dos así por las buenas…
-Seguro que se te ocurre algo. – Se preparó un café. – Siempre puedes decir que te vas unos días con tu padre y yo tengo que ponerme a seguir con mi libro. – Propuso Castle.
-Sí… - Asintió agarrando con ambas manos la taza. – Algo así podemos decir. Además, seguro que tu madre nos echa un cable.
-Cierto… Aunque por el módico precio de unos cuantos nietos. – Bromeó el escritor al ver la cara de pánico que puso Beckett.
-Menos mal que llegaste a tiempo porque si no me hubiese puesto un foco en la cara y me habría interrogado hasta hacerme confesar todos mis secretos. – Sonrió la inspectora. - ¿Duermes hoy en casa?
-Por supuesto. – Asintió Rick.
P.D: No seáis muy malos con la parte de la cena porque la escribí ayer casi deprisa y corriendo jeje Por cierto, gracias Dra. Beckett por las ideas!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡SUBLIME!
No hay palabras suficientes para decir lo bueno que ha sido el capítulo, y lo bueno que es el fic. Me quito el sombrero. Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Pues a mi la parte de la cena me encanta. Esa Martha... Continúa pronto! Un saludo.
okusak- Policia de homicidios
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Me gustó la cena, estuvo divertida, Martha siempre poniendo en compromiso a Kate y Rick
Y me gusta que los capítulos sean máas largos
Y me gusta que los capítulos sean máas largos
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Jajajajajajajjaajajjajajaja
Por favor.....Sube uno nuevo haber que pasa esa noche, o como minimo que harán para poder esconder la escapadita a los Hampstons.
Continua prontto....
Por favor.....Sube uno nuevo haber que pasa esa noche, o como minimo que harán para poder esconder la escapadita a los Hampstons.
Continua prontto....
Invitado- Invitado
Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
¡Buenas noches y feliz Castle Monday! Os dejo otro capítulo a ver si consigo que la espera se haga un poquito más amena jeje
Por cierto, avisaros que este el penúltimo capítulo, mañana posiblemente colgaré el último.
Capítulo 11:
Era ya tarde y Richard y Kate estaban ya metidos en la cama aunque aún no se había dormido. Se encontraban abrazados y tapados únicamente por las sábanas. Ella estaba tumbada sobre su pecho mientras dibujaba círculos imaginarios sobre su pectoral, él mientras le acariciaba el pelo y respiraba su aroma a cerezas.
-Así que… Un anillo, ¿eh? – Beckett rompió el silencio.
-Tonterías de mí madre sin importancia. – Negó él. – Era parte de su pequeña venganza.
-Ya… - Se mordió el labio inferior. – Y… ¿A cuántas mujeres más te ha ofrecido que les des dicho anillo?
-¿Está preguntando por mí número inspectora? – Giró un poco la cabeza para mirarla.
-No… Sólo es curiosidad. – Hizo un gesto con la boca restándole importancia.
-¿Dónde quedó eso de que no íbamos a hablar de nuestras conquistas? ¿De qué todo el mundo tiene sus secretos y que, por el bien de la relación, era mejor no compartirlos? – Recordó la frase que ella misma le había dicho tiempo atrás.
-Sólo era una pregunta sin importancia. Sí no quieres contestar no pasa nada. – Se encogió de hombros haciéndole ver que le daba igual aunque, en realidad, no era así.
-¿Así que ahora sí te interesa mi número? – Alzó una ceja con expresión divertida.
-No es que me interese. – Se incorporó un poco para poder mirarle mejor. – Ya te he dicho que era sólo curiosidad. – Negó con la cabeza. – Olvídalo.
-Ah no no no… - Se cruzó de brazos. – Ya has abierto la caja de Pandora, no intentes cerrarla ahora…
-En serio Rick, era una tontería… Déjalo. – Volvió a morderse el labio inferior. No debía haber preguntado, ahora él insistiría.
-Ya lo sabes, tú me dices el tuyo y yo te digo el mío. – Sonrió.
-Mmmm… - Alzó los ojos pensativa. - ¿Hablamos de parejas o sólo de sexo?
-Pues… ¿En cuál de los dos tienes un número inferior? – Preguntó casi con miedo.
-¿Así que ahora no lo quieres saber? – Se rió. – Tú has sido el que ha insistido… - Le recordó.
-Ya bueno, pero tampoco quiero asustarme.
-¿Estás insinuando algo? – Se le quedó mirando y levantó una ceja.
-¿Qué? No no… - Se apresuró en negar. – Es sólo que me dejaste claro que había muchos… Y ya he conocido a tres de tus novios…
-¡Tú te has casado dos veces! – Se cruzó de brazos. – Y seguro que ha habido un montón de chicas entre medias… Además, te recuerdo que tú eras el que iba firmando el pecho a las mujeres… Quizá quién termine asustándose sea yo…
-Bueno de firmar pechos a acostarme con ellas hay un paso… - Se defendió pero ella le miró dándole a entender que no lo creía. - ¡Eh! Que tampoco me he acostado con todas las mujeres del mundo…
-Ni yo con todos los hombres… - Puntualizó ella.
-Bien – Se acomodó en la cama y apoyó la espalda contra el cabecero. – Prometo no asustarme sí tú prometes lo mismo… - Le tendió la mano para cerrar el pacto.
-Hecho. – Respondió ella dándole la mano sellando así el trato.
-Vale, tú primero.
-¿Y por qué yo? – Se señaló. – Has dicho que sí tú decías los tuyos yo decía los míos… - Levantó una ceja. – Así que te toca ser el primero.
-¿Y quién me asegura que, después de decir los míos, tú digas los tuyos? – Contestó con un tono infantil.
-Rick por favor… - Negó con la cabeza. – A ver, ¿por qué no lo decimos a la vez? Así ninguno se puede echar atrás. – Propuso y él asintió. - ¿Listo?
-Once – Habló Castle.
-Nueve – Contestó Kate.
-¡¿Nueve?! – Dijo el escritor alarmado.
-Y tú once… – Respondió la inspectora. – Te recuerdo que habías dicho que no ibas a asustarte… Además, tampoco son tantos y tú me has “ganado”.
-Sí bueno pero… Espera… - Se quedó pensando. - ¿Nueve contando conmigo? – Ella negó con la cabeza. – Así que soy el número diez en tú lista…
-Ya y yo soy el número doce, ¿no? – Le miró y levantó las cejas.
-Sí pero eres mí número doce y la última. – Le dejó claro y ella le sonrió con cariño y le besó dulcemente.
-¿Sigues demasiado traumatizado por mí vida sexual? – Bromeó. - ¿O también quieres que nos demos todos los detalles? – Se rió.
-¡No no! ¡Nada de detalles! – Negó rápidamente con la cabeza. – Prefiero seguir viviendo en la ignorancia. - Dijo dramáticamente y ella soltó una carcajada.
-Bueno qué, ¿creer que podrás dormir o estarás dándole vueltas toda la noche a este tema? – Dijo con una sonrisa en la boca.
-¿Dormir? ¿Ahora? ¿En serio? – Negó con la cabeza. – Necesitaré muchos mimos para que se me pase el susto. – Ella se rió.
-Anda ven aquí. – Se tumbó en la cama, le atrajo hacia sí y le abrazó. – Que sepas que tienes mucho morro Rick. – Él apoyó la cabeza sobre el pecho de Kate y ella le acarició el pelo.
-Sí, un poco. – Admitió. – Pero ya sabes que necesito tus mimos para poder dormir bien. Bueno… tus mimos y otras cosas… - Dijo con picardía levantando la cabeza para poder mirarla, ella sonrió.
-No vamos a dormir mucho esta noche, ¿verdad? – Él negó con la cabeza. – Me lo temía. – Ambos sonrieron y se fundieron en un beso que comenzó siendo tierno para acabar siendo más apasionado.
A la mañana siguiente ya estaba la señora Baker en la sala de interrogatorios. Como siempre Ryan y Esposito se quedaron detrás del cristal mientras Beckett y Castle eran los responsables del interrogatorio.
-Buenos días señora Baker, tome asiento por favor. – Le pidió la inspectora.
-¿Qué estoy haciendo aquí? – Preguntó Rebecca.
-Sólo queríamos hacerle unas preguntas, nada más. – Contestó Kate.
-Sabemos que no estuvo en su casa la noche del asesinato. – Habló Castle. – Así que nos mintió.
-No quería que sospechasen de mi marido… - Admitió.- Pero lo demás es verdad, él no salió en ningún momento de la casa.
-Pero usted sí. – Dijo Beckett. - ¿Dónde estuvo ésa noche?
-Estuve en la residencia donde trabajo.
-¿Y cuál es su horario? ¿A qué hora salió de trabajar? – Interrogó el escritor.
-Estuve desde las siete hasta las dos de la mañana. – Aseguró la mujer.
-¿Está usted segura? Porque según esto – Puso sobre la mesa una fotografía de la cámara de seguridad. – usted salió del trabajo a las once de la noche. ¿Dónde fue? – Rebecca tragó saliva. – Yo le diré dónde fue, a matar a Andrew Leeds.
-¿Qué? – Rebecca negó con la cabeza. - ¡No! ¡Eso no es verdad! Fui a casa de una amiga.
-¿A ésas horas? – Castle alzó una ceja.
-No se encontraba bien. – Aseguró la señora Baker.
-¿Y por qué el móvil de su GPS la sitúa en el apartamento del señor Leeds? – Kate esperaba tener por fin una declaración.
-Me robaron el móvil. – Afirmó la mujer.
-Qué casualidad que quién le robó el teléfono fuese a matar a su suegro. – Apuntó Rick.
-Ésa es la verdad. – Rebecca seguía en sus trece.
-Bien, le diré lo que creo… Usted mató a su suegro por venganza. Sabía que averiguaríamos lo de la herencia de la señora Leeds y que sospecharíamos de su marido pero no de usted. Se equivocaba. – Aseguró Beckett. – Tarde o temprano siempre damos con la verdad.
-Eso de ahí es un corte, ¿Verdad? – Señaló Castle una pequeña señal en la mano de la mujer. Ella se tapó con la manga del jersey.
-Le voy a contar una historia… Hace treinta años Andrew Leeds fue sospechoso de asesinato. Su primera mujer apareció muerta en lo que pareció ser un robo frustrado. Pero al no haber pruebas de que el señor Leeds estuviese involucrado no fue condenado. – Relató Beckett. – Todo el mundo creyó menos la hija de la víctima, que por aquél entonces tenía unos quince años.
-Años después se casó y volvió a encontrarse con la persona que le había arruinado la vida. Ahora era el padrastro de su marido. – Continuó Castle ante la atenta mirada de Rebecca. – Se pasó todos los años de su matrimonio pensando en cómo podría acabar con la vida de su recién estrenado suegro. Lo preparó todo muy bien de manera que no sospechásemos de usted.
-Esperó a que el portero terminase su turno y cuando vio que su suegro se fue a dar su paseo nocturno, se metió en la casa, dónde cambió las pastillas del corazón por los somníferos que robó en la residencia. – Dijo Beckett. – Esperó dentro de la casa escondida, ¿tal vez debajo de la cama? Y cuando Andrew se durmió usted le mató.
-No tienen ninguna prueba para demostrar que yo lo hice. – Aseguró Rebecca con una mirada fría.
-Oh no se preocupe por eso, las terminaremos encontrando. Nadie es perfecto y usted no es la excepción. – Garantizó Beckett.
Después del interrogatorio consiguieron una orden de registro para la casa de los señores Baker. Ryan y Esposito fueron los encargados de ejecutarla.
-La verdad es que hay que tener mucha sangre fría para hacerle eso a un ser humano. – Dijo Ryan mientras buscaba por detrás de los libros de una estantería.
-Y yo que pensaba que estábamos ante un crimen perfecto. – Habló Esposito mientras revisaba uno de los armarios.
-Por mucho que tardemos siempre acabamos dando con los asesinos. – Aseguró Kevin.
-Aquí no hay nada… - Fue hacia la cocina donde encontró la puerta que llevaba hacia el sótano.
Encendieron las luces y bajaron las escaleras. El sótano estaba lleno de trastos y parecía que no lo limpiaban desde hacía un tiempo.
-¿Cuánto crees que tardarán Castle y Beckett en admitir que están juntos? – Preguntó Ryan.
-Llevan así casi seis meses… Y no creo que digan nada hasta que no se les pille in fraganti… - Aseguró Esposito. – Dejemos que sigan así, hemos conseguido cien pavos cada uno, el Ferrari de Castle y unas entradas para los Knicks… A ver qué más podemos sacarle al escritor. – Sonrió con malicia.
-Me parece una buena idea. – Asintió Ryan mientras se reían. En ése momento Esposito dio un paso y unas de las tablas de madera del suelo crujió de forma extraña y se separó del resto.
-Parece que aquí hay algo. – Javier sacó una linterna, se la puso en la boca, y levantó los tablones. Dentro había una caja de zapatos.
-No es un lugar muy apropiado para guardar el calzado. – Apuntó Ryan. Cuando abrieron la caja ambos inspectores se miraron.
-Hay que llamar a Beckett. – Dijo Esposito.
P.D: ¡Muchísimas gracias por leer!
Por cierto, avisaros que este el penúltimo capítulo, mañana posiblemente colgaré el último.
Capítulo 11:
Era ya tarde y Richard y Kate estaban ya metidos en la cama aunque aún no se había dormido. Se encontraban abrazados y tapados únicamente por las sábanas. Ella estaba tumbada sobre su pecho mientras dibujaba círculos imaginarios sobre su pectoral, él mientras le acariciaba el pelo y respiraba su aroma a cerezas.
-Así que… Un anillo, ¿eh? – Beckett rompió el silencio.
-Tonterías de mí madre sin importancia. – Negó él. – Era parte de su pequeña venganza.
-Ya… - Se mordió el labio inferior. – Y… ¿A cuántas mujeres más te ha ofrecido que les des dicho anillo?
-¿Está preguntando por mí número inspectora? – Giró un poco la cabeza para mirarla.
-No… Sólo es curiosidad. – Hizo un gesto con la boca restándole importancia.
-¿Dónde quedó eso de que no íbamos a hablar de nuestras conquistas? ¿De qué todo el mundo tiene sus secretos y que, por el bien de la relación, era mejor no compartirlos? – Recordó la frase que ella misma le había dicho tiempo atrás.
-Sólo era una pregunta sin importancia. Sí no quieres contestar no pasa nada. – Se encogió de hombros haciéndole ver que le daba igual aunque, en realidad, no era así.
-¿Así que ahora sí te interesa mi número? – Alzó una ceja con expresión divertida.
-No es que me interese. – Se incorporó un poco para poder mirarle mejor. – Ya te he dicho que era sólo curiosidad. – Negó con la cabeza. – Olvídalo.
-Ah no no no… - Se cruzó de brazos. – Ya has abierto la caja de Pandora, no intentes cerrarla ahora…
-En serio Rick, era una tontería… Déjalo. – Volvió a morderse el labio inferior. No debía haber preguntado, ahora él insistiría.
-Ya lo sabes, tú me dices el tuyo y yo te digo el mío. – Sonrió.
-Mmmm… - Alzó los ojos pensativa. - ¿Hablamos de parejas o sólo de sexo?
-Pues… ¿En cuál de los dos tienes un número inferior? – Preguntó casi con miedo.
-¿Así que ahora no lo quieres saber? – Se rió. – Tú has sido el que ha insistido… - Le recordó.
-Ya bueno, pero tampoco quiero asustarme.
-¿Estás insinuando algo? – Se le quedó mirando y levantó una ceja.
-¿Qué? No no… - Se apresuró en negar. – Es sólo que me dejaste claro que había muchos… Y ya he conocido a tres de tus novios…
-¡Tú te has casado dos veces! – Se cruzó de brazos. – Y seguro que ha habido un montón de chicas entre medias… Además, te recuerdo que tú eras el que iba firmando el pecho a las mujeres… Quizá quién termine asustándose sea yo…
-Bueno de firmar pechos a acostarme con ellas hay un paso… - Se defendió pero ella le miró dándole a entender que no lo creía. - ¡Eh! Que tampoco me he acostado con todas las mujeres del mundo…
-Ni yo con todos los hombres… - Puntualizó ella.
-Bien – Se acomodó en la cama y apoyó la espalda contra el cabecero. – Prometo no asustarme sí tú prometes lo mismo… - Le tendió la mano para cerrar el pacto.
-Hecho. – Respondió ella dándole la mano sellando así el trato.
-Vale, tú primero.
-¿Y por qué yo? – Se señaló. – Has dicho que sí tú decías los tuyos yo decía los míos… - Levantó una ceja. – Así que te toca ser el primero.
-¿Y quién me asegura que, después de decir los míos, tú digas los tuyos? – Contestó con un tono infantil.
-Rick por favor… - Negó con la cabeza. – A ver, ¿por qué no lo decimos a la vez? Así ninguno se puede echar atrás. – Propuso y él asintió. - ¿Listo?
-Once – Habló Castle.
-Nueve – Contestó Kate.
-¡¿Nueve?! – Dijo el escritor alarmado.
-Y tú once… – Respondió la inspectora. – Te recuerdo que habías dicho que no ibas a asustarte… Además, tampoco son tantos y tú me has “ganado”.
-Sí bueno pero… Espera… - Se quedó pensando. - ¿Nueve contando conmigo? – Ella negó con la cabeza. – Así que soy el número diez en tú lista…
-Ya y yo soy el número doce, ¿no? – Le miró y levantó las cejas.
-Sí pero eres mí número doce y la última. – Le dejó claro y ella le sonrió con cariño y le besó dulcemente.
-¿Sigues demasiado traumatizado por mí vida sexual? – Bromeó. - ¿O también quieres que nos demos todos los detalles? – Se rió.
-¡No no! ¡Nada de detalles! – Negó rápidamente con la cabeza. – Prefiero seguir viviendo en la ignorancia. - Dijo dramáticamente y ella soltó una carcajada.
-Bueno qué, ¿creer que podrás dormir o estarás dándole vueltas toda la noche a este tema? – Dijo con una sonrisa en la boca.
-¿Dormir? ¿Ahora? ¿En serio? – Negó con la cabeza. – Necesitaré muchos mimos para que se me pase el susto. – Ella se rió.
-Anda ven aquí. – Se tumbó en la cama, le atrajo hacia sí y le abrazó. – Que sepas que tienes mucho morro Rick. – Él apoyó la cabeza sobre el pecho de Kate y ella le acarició el pelo.
-Sí, un poco. – Admitió. – Pero ya sabes que necesito tus mimos para poder dormir bien. Bueno… tus mimos y otras cosas… - Dijo con picardía levantando la cabeza para poder mirarla, ella sonrió.
-No vamos a dormir mucho esta noche, ¿verdad? – Él negó con la cabeza. – Me lo temía. – Ambos sonrieron y se fundieron en un beso que comenzó siendo tierno para acabar siendo más apasionado.
A la mañana siguiente ya estaba la señora Baker en la sala de interrogatorios. Como siempre Ryan y Esposito se quedaron detrás del cristal mientras Beckett y Castle eran los responsables del interrogatorio.
-Buenos días señora Baker, tome asiento por favor. – Le pidió la inspectora.
-¿Qué estoy haciendo aquí? – Preguntó Rebecca.
-Sólo queríamos hacerle unas preguntas, nada más. – Contestó Kate.
-Sabemos que no estuvo en su casa la noche del asesinato. – Habló Castle. – Así que nos mintió.
-No quería que sospechasen de mi marido… - Admitió.- Pero lo demás es verdad, él no salió en ningún momento de la casa.
-Pero usted sí. – Dijo Beckett. - ¿Dónde estuvo ésa noche?
-Estuve en la residencia donde trabajo.
-¿Y cuál es su horario? ¿A qué hora salió de trabajar? – Interrogó el escritor.
-Estuve desde las siete hasta las dos de la mañana. – Aseguró la mujer.
-¿Está usted segura? Porque según esto – Puso sobre la mesa una fotografía de la cámara de seguridad. – usted salió del trabajo a las once de la noche. ¿Dónde fue? – Rebecca tragó saliva. – Yo le diré dónde fue, a matar a Andrew Leeds.
-¿Qué? – Rebecca negó con la cabeza. - ¡No! ¡Eso no es verdad! Fui a casa de una amiga.
-¿A ésas horas? – Castle alzó una ceja.
-No se encontraba bien. – Aseguró la señora Baker.
-¿Y por qué el móvil de su GPS la sitúa en el apartamento del señor Leeds? – Kate esperaba tener por fin una declaración.
-Me robaron el móvil. – Afirmó la mujer.
-Qué casualidad que quién le robó el teléfono fuese a matar a su suegro. – Apuntó Rick.
-Ésa es la verdad. – Rebecca seguía en sus trece.
-Bien, le diré lo que creo… Usted mató a su suegro por venganza. Sabía que averiguaríamos lo de la herencia de la señora Leeds y que sospecharíamos de su marido pero no de usted. Se equivocaba. – Aseguró Beckett. – Tarde o temprano siempre damos con la verdad.
-Eso de ahí es un corte, ¿Verdad? – Señaló Castle una pequeña señal en la mano de la mujer. Ella se tapó con la manga del jersey.
-Le voy a contar una historia… Hace treinta años Andrew Leeds fue sospechoso de asesinato. Su primera mujer apareció muerta en lo que pareció ser un robo frustrado. Pero al no haber pruebas de que el señor Leeds estuviese involucrado no fue condenado. – Relató Beckett. – Todo el mundo creyó menos la hija de la víctima, que por aquél entonces tenía unos quince años.
-Años después se casó y volvió a encontrarse con la persona que le había arruinado la vida. Ahora era el padrastro de su marido. – Continuó Castle ante la atenta mirada de Rebecca. – Se pasó todos los años de su matrimonio pensando en cómo podría acabar con la vida de su recién estrenado suegro. Lo preparó todo muy bien de manera que no sospechásemos de usted.
-Esperó a que el portero terminase su turno y cuando vio que su suegro se fue a dar su paseo nocturno, se metió en la casa, dónde cambió las pastillas del corazón por los somníferos que robó en la residencia. – Dijo Beckett. – Esperó dentro de la casa escondida, ¿tal vez debajo de la cama? Y cuando Andrew se durmió usted le mató.
-No tienen ninguna prueba para demostrar que yo lo hice. – Aseguró Rebecca con una mirada fría.
-Oh no se preocupe por eso, las terminaremos encontrando. Nadie es perfecto y usted no es la excepción. – Garantizó Beckett.
Después del interrogatorio consiguieron una orden de registro para la casa de los señores Baker. Ryan y Esposito fueron los encargados de ejecutarla.
-La verdad es que hay que tener mucha sangre fría para hacerle eso a un ser humano. – Dijo Ryan mientras buscaba por detrás de los libros de una estantería.
-Y yo que pensaba que estábamos ante un crimen perfecto. – Habló Esposito mientras revisaba uno de los armarios.
-Por mucho que tardemos siempre acabamos dando con los asesinos. – Aseguró Kevin.
-Aquí no hay nada… - Fue hacia la cocina donde encontró la puerta que llevaba hacia el sótano.
Encendieron las luces y bajaron las escaleras. El sótano estaba lleno de trastos y parecía que no lo limpiaban desde hacía un tiempo.
-¿Cuánto crees que tardarán Castle y Beckett en admitir que están juntos? – Preguntó Ryan.
-Llevan así casi seis meses… Y no creo que digan nada hasta que no se les pille in fraganti… - Aseguró Esposito. – Dejemos que sigan así, hemos conseguido cien pavos cada uno, el Ferrari de Castle y unas entradas para los Knicks… A ver qué más podemos sacarle al escritor. – Sonrió con malicia.
-Me parece una buena idea. – Asintió Ryan mientras se reían. En ése momento Esposito dio un paso y unas de las tablas de madera del suelo crujió de forma extraña y se separó del resto.
-Parece que aquí hay algo. – Javier sacó una linterna, se la puso en la boca, y levantó los tablones. Dentro había una caja de zapatos.
-No es un lugar muy apropiado para guardar el calzado. – Apuntó Ryan. Cuando abrieron la caja ambos inspectores se miraron.
-Hay que llamar a Beckett. – Dijo Esposito.
P.D: ¡Muchísimas gracias por leer!
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
ayyyy me han encantado los dos capis que tenia pendientes!!! pero.. una caja de zapatos?? me has dejado en jaque, no se por donde vas a tirar ahora (y me encanta )
peeero... (siempre tiene que haber un pero ) me ha dado penita q ya solo quede un capitulo. segura q no lo quieres alargar con como ocultan su escapada a los hamptons??? aunq sea con un 2º fic continuacion de este. yo solo doy ideas
peeero... (siempre tiene que haber un pero ) me ha dado penita q ya solo quede un capitulo. segura q no lo quieres alargar con como ocultan su escapada a los hamptons??? aunq sea con un 2º fic continuacion de este. yo solo doy ideas
mery_caskett- Actor en Broadway
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
mery_caskett escribió:ayyyy me han encantado los dos capis que tenia pendientes!!! pero.. una caja de zapatos?? me has dejado en jaque, no se por donde vas a tirar ahora (y me encanta )
peeero... (siempre tiene que haber un pero ) me ha dado penita q ya solo quede un capitulo. segura q no lo quieres alargar con como ocultan su escapada a los hamptons??? aunq sea con un 2º fic continuacion de este. yo solo doy ideas
Jajajaja pues la verdad es que no lo había pensado pero quizá sí que lo haga en otro fic si tengo ideas y tiempo (Que el próximo lunes empiezo las prácticas jeje)
¡Pero me lo apuntaré!
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: La Jugada Perfecta (Capítulo 12 ¡Último capítulo! 27/09)
Guau Gema, solo puedo decir que fantástico!!! Me he leido los tres últimos capítulos seguidos y ha sido genial, escribes de maravilla y se hace divertido leerte. No me había fijado que este ya es el penúltimo capítulo, que pena, con lo divertido que es, lo echaré de menos, me rio mucho con cada capítulo tuyo. El capítulo de la cena ha sido fantástico, lo mal que se lo ha hecho pasar Martha a Beckett y todo porque no le contó que su hijo y ella estaban juntos. Y lo de Ryan y Espósito me encantó, como Castle no los pare lo van a desplumar jajaja
Espero con muchas ganas ese capítulo final Gema
Espero con muchas ganas ese capítulo final Gema
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