Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
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Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Aquí vengo con un nuevo fic aunque aun está sin acabar. Iré publicando poco a poco, teniendo margen para poder seguir escribiéndolo jeje. Espero que este os guste un poco más que el anterior ya que me está saliendo mucho más largo.
Ante todo dar las gracias a Gabby (Dra. Beckett), a Patri y a Maite, porque me animaron a escribir una continuación y, además, me han ayudado en momentos de bloqueo.
He intentado seguir en la misma línea que el anterior, humor, algo de amor y crímenes jeje
Os agradezco los comentarios pero no seáis muy malos jeje
Lo dicho, espero que os guste!
Capítulo 1.
Ya estaban en diciembre. Habían pasado unos meses desde el caso de la nuera vengativa. Todo seguía más o menos igual, bueno no todo. Kate prácticamente se había mudado al apartamento de Richard aprovechando que Alexis se había trasladado ya definitivamente a universidad y que Martha pasaba poco tiempo en el piso porque se había echado un nuevo novio aunque, de vez en cuando, decidía hacerles alguna visita.
Eran las seis de la mañana del martes. Richard y Kate dormían plácidamente, ella en el lado de la izquierda de la cama, tumbada de lado dando la espalda al escritor, y él estaba durmiendo boca arriba. Royal entró en la habitación, se acercó a Castle y empezó a olisquearle la cara para luego darle algún que otro lametazo.
- Mmm… Cinco minutos más… - Suplicó con los ojos cerrados. – Mmmm… Kate tienes la lengua muy húmeda y áspera… - Se pasó la mano por la cara aún sin abrir los ojos.
Al oír esto la inspectora se dio la vuelta, extrañada por el comentario del escritor.
- Cariño no te ofendas pero… te huele muy mal el aliento… - Castle apretó los ojos y puso cara de desagrado. Kate, ofendida, le dio un golpe en el brazo. - ¡Au! – Se llevó la mano al brazo y abrió los ojos.
- Con que me huele el aliento. – Alzó una ceja, se cruzó de brazos y se le quedó mirando con cara de pocos amigos.
- Sí bueno… yo sólo… - Miró a Kate y luego al otro lado, de donde procedían los lametones. - ¡Has sido tú Royal! – Se limpió la boca con la mano. - ¡Qué asco!
- ¿Tienes algo qué decir? – Preguntó Beckett sentándose en la cama.
- Si, no tenía que haberle enseñado a abrir la puerta. – Ella le dio con la almohada. - ¡Ay! Hoy te has levantado de mal humor, ¿no? ¿Y mi beso de buenos días?
- No, que me huele el aliento. – Dijo Kate con recochineo y le miró de reojo. Se estiró, se levantó de la cama y se fue directa al cuarto de baño.
- ¡No me refería a ti sino a Royal! – Se defendió. - Voy a hacer café a ver si así cambia tu humor. – Se puso en pie.
- ¡Acuérdate de que te toca a ti sacar a Royal! – Gritó ella desde el otro lado de la puerta.
- Sí sí sí… - Asintió con la cabeza aunque Kate no pudiese verle. –Pero al menos deja que me tome un café. Vamos chico. – Royal ladró y siguió a Castle hasta la cocina.
Un rato después, Kate, recién duchada, se fue a la cocina donde una taza humeante de café le estaba esperando.
- Buenos días. – Dijo la inspectora sin mirarle. Se sentó en uno de los taburetes y le dio un largo trago a su café.
- ¿Vas a estar así mucho tiempo o sólo hasta que la cafeína haga su trabajo?
- No sé, dímelo tú… - Le miró de reojo. - ¿Vas a seguir confundiéndome con el perro?
- Oh vamos Kate, no ha sido para tanto… - Intentó defenderse. – Además lo dices como si me ocurriese todos los días… Sólo han sido una o dos veces…
- Una o dos docenas. – Bebió de nuevo.
- Sí bueno… Puede… Es que aún no me acostumbro a tenerle aquí.
- Lleva ya dos meses con nosotros, digo yo que podrías diferenciar entre sus besos y los míos, ¿no? – Le tiró el trapo de cocina a la cara.
- Vale, vale, prometo no volver a hacerlo, palabra de escritor. – Levantó la mano derecha a modo de juramento. - ¿Me perdonas ya? Que tú necesitas tu café de por las mañanas y yo necesito mí beso de buenos días. – Puso cara de perrito abandonado al igual que Royal, que estaba tumbado en el suelo junto a ellos.
- Anda ven aquí. – Se estiró hacia delante, cogiéndole la cara con ambas manos, dándole un tierno beso en los labios. - ¿Mejor?
- Wow mejor, mucho mejor. – Sonrió. Ella se levantó del asiento con la taza en la mano y fue detrás de la barra donde él estaba.
- Anda, vístete que mira qué carita te está poniendo Royal. – Ambos miraron al perro. – Te está esperando. – Le dio a Castle una palmada en el trasero. – Mientras estáis fuera voy preparando el desayuno.
- Vale mandona… - Se dio la vuelta para mirarla y puso sus manos sobre la cintura de ella. – Podrías hacer tortitas… - Sugirió.
- Bueno tú vete y ya veremos si luego tienes una sorpresa. – Le rodeó el cuello con sus brazos.
- ¿Qué tipo de sorpresa? – Dijo con picardía, sonriendo como un niño pequeño, elevando repetidamente las cejas.
- ¿Sabes Rick? A veces pienso que lo tuyo ya es enfermedad. – Contestó ella entre risas.
- Hay que recuperar mucho tiempo perdido. – Le recordó. – Cuatro años dan para mucho y pienso cobrarme todos y cada uno de esos días.
- No tienes remedio. – Kate negó con la cabeza.
- Y por eso te gusto. – Puso su sonrisa irresistible. Ella alzó los ojos y sonrió tímidamente.
- Ya… Venga prepárate ya que hasta que lleguéis al parque tenéis un buen paseo y no quiero llegar tarde a comisaría. – Le dio un rápido beso y se fue hacia la nevera para preparar el desayuno.
- Vooooy… Pero me da mucha pereza ir a correr. – Dijo con fastidio yendo hacia la habitación.
- Ya, pero no fui yo quien dijo que estabas echando tripa. – Dejó los huevos sobre la encimera.
- ¿Tripa? – Se asomó por la puerta de su habitación sin camiseta. – ¡Pero mira que vientre más plano! – Señaló su abdomen. - ¡Es una tabla de planchar!
- ¡Rick venga! – Le regañó desde la cocina.
- Sí, sí… Ya voy… - Volvió al cuarto y un rato después ya se había cambiado de ropa. – Pero quiero tortitas… - Le señaló con un dedo mientras sostenía la puerta de la salida. – Vámonos Royal.
Una media hora después, Kate estaba terminando de preparar el desayuno cuando la puerta se abrió.
- ¿A qué no ha sido tan horrible? – Puso las tortitas en un plato sin levantar la vista hacia la entrada.
- Que no ha sido tan horrible ¿el qué querida? – Martha cerró la puerta tras de sí.
- Ah, hola Martha. – Sonrió. – Perdona, pensaba que eras Rick.
- No pasa nada. – Se quitó el abrigo y se fue a la barra donde se sentó en uno de los taburetes. – ¡Qué bien huele!
- Gracias. ¿Quieres que te sirva unas pocas? – Señaló el plato con la espátula.
- Ya he desayunado aunque, no te diré que no a un par de ellas. – Sonrió con picardía. – Y, a todo esto, ¿dónde está Richard?
- Oh, salió a correr por el parque con Royal. – Dijo Kate mientras cogía otro plato para servir a la actriz.
- ¿Richard? ¿Correr? – Se sorprendió. - ¿En serio? – La inspectora asintió. – Querida, no sé qué estás haciendo con mi hijo pero te felicito.
- ¿Por qué? – Preguntó ella extrañada ante aquel comentario.
- Pues porque mi hijo nunca, jamás en la vida, ha hecho deporte. – Confesó Martha.
- No puede ser, pero si tiene un cuerpo atlético. – Comento Kate algo asombrada.
- Pues no, lo que tiene es muy buena genética, como su madre. – Dijo en tono confidente mientras se señalaba el cuerpo. Ambas se sonrieron. - ¿Y por qué le ha entrado ahora esa afición por el ejercicio?
- Dice que está echando tripa. – Kate se encogió de hombros. – Yo ya le he dicho que no es verdad, que está muy bien pero ni caso. – Sonrió.- Aunque en el fondo no le viene nada mal hacer algo de deporte, que cada vez que nos toca perseguir a alguien él acaba casi sin aliento.
- Me parece muy buena idea. – Martha asintió. - Tiene que empezar a cuidarse que ya no es ningún chiquillo. – Se llevó a la boca un trozo de tortita. – ¡Están buenísimas querida!
- Gracias Martha. – Sonrió la inspectora. - ¿Quieres un poco de café?
- ¿Quién en su sano juicio despreciaría un buen café? – Kate sacó una taza del armario y sirvió a Martha. – Por cierto, ¿llamó ayer Alexis?
- Sí, dijo que este fin de semana vendría por aquí a hacernos una visita.
- Perfecto, entonces este viernes me quedaré a dormir. Estoy deseando poder abrazar a mi nieta.
En ese momento la puerta volvió a abrirse dejando paso a un exhausto Castle y a un Royal feliz. Nada más entrar el perro fue corriendo a saludar a Martha.
- Madre, ¿qué haces aquí? Pensaba que estabas en casa de tu nuevo y misterioso novio. – Le dio un beso en la mejilla.
- Yo también me alegro de verte querido. – Dijo con ironía. - ¿Es que una madre no puede echar de menos a su hijo y a su encantadora novia? Parece que sólo me extrañaban Kate y el perro…
- No es eso, es que pensaba que ibas a venir el fin de semana cuando vuelve Alexis. – Se sirvió un café. - ¡Tortitas! – Cuando fue a coger una Kate le dio con la espátula en la mano. - ¡Au! Hoy te has levantado un poco agresiva… - La miró de reojo.
- Y tú sabes por qué… - Alzó una ceja. - Primero dúchate y luego desayunas.
- Eh… ¿Me he perdido algo? – Preguntó Martha.
- Sí. – Respondió Beckett.
- No. – Contestó Castle a la vez que la inspectora.
- Bueno, me abstendré de preguntar. – Martha miró a uno y a otro respectivamente.
- Me voy a la ducha. – Anunció el escritor yendo hacia la habitación.
- ¿Ha pasado algo que tenga que saber? – Curioseó la actriz.
- Nada importante, no tienes por qué alarmarte. – Kate le restó importancia al asunto.
- ¿Seguro? Mira que yo de crisis de pareja sé mucho. – Confesó.
- ¿Crisis? – Kate se rió. – Nada de crisis Martha. – Negó con la cabeza. - Es sólo una pequeña confusión de Rick con el perro… Al parecer aún no sabe diferenciarnos.
- ¿Cómo? – La miró con cara de póker. – Querida como no te expliques mejor… - En ese momento sonó el teléfono de la detective.
- Discúlpame Martha. – Descolgó el móvil. – Beckett… Sí… - Cogió papel y bolígrafo de encima de la mesa del comedor. - Vale, ahora mismo llamo a Castle y vamos para allá. – Colgó.
- ¿Tenéis un nuevo caso? – Dio un largo trago a su café.
- Eso parece. – Puso cara de fastidio. – Habrá que dejar las tortitas y la charla para otro momento.
- Cariño el trabajo es el trabajo. Ya tendremos otro momento para seguir con nuestras confidencias. – Le sonrió.
- Voy a prepararme y a ver cómo va Castle. – Dejó la taza sobre la encimera. - ¡Rick! ¡Tenemos un caso! - Gritó mientras se dirigía hacia el baño.
Eran ya las siete y media de la mañana cuando Castle y Beckett llegaron a la escena del crimen. La víctima había aparecido en un descampado al lado un edificio en construcción. Kate aparcó a lado de los vehículos de la policía y los de científica. Ambos se bajaron del coche y fueron directos a ver a Lanie, la cual estaba en cuclillas junto al cuerpo.
- Hola Lanie, ¿qué tenemos? – Beckett se situó detrás de la forense.
- Tú al parecer un novio del que no quieres hablarme. – Contestó la doctora sin levantar la vista del informe.
- No empieces otra vez con eso. - Kate puso los ojos en blanco y Castle se quedó parado ante la respuesta de la forense. – La víctima, ¿qué ha pasado?
- Varón de unos cuarenta. A juzgar por la hemorragia de petequias en los ojos murió asfixiado con… esto. – Señaló lo que rodeaba al cuello.
- ¿Tiene un sujetador atado al cuello? – Preguntó Castle sorprendido.
- Al parecer es lo que le causó la muerte. – Respondió Lanie terminando de apuntar algo en el informe.
- Eso sí que es una lencería de muerte. – Ironizó el escritor llevándose miradas reprobadoras por parte de la inspectora y la forense.
- Sí pero, ¿un sujetador? ¿Por qué no una cuerda o algo así? – Dijo Beckett para sí en voz alta, Lanie se encogió de hombros.
- Quizá es lo que tenía más a mano nuestra asesina. – Opinó el escritor.
- ¿Por qué das por hecho que ha sido una mujer? – La inspectora alzó una ceja.
- No conozco a muchos hombres que lleven sujetador. – Declaró de forma evidente.
- Es más común de lo que te imaginas. – Lanie se metió en la conversación. – Te sorprendería la de cosas así que he visto en mis cadáveres. – A Castle le dio un escalofrío y puso cara de desagrado.
- Ya… - Miró a Castle y a la forense. - ¿Algún signo de lucha?
- Negativo. – Negó con la cabeza. – Es posible que la víctima pensase que se trataba de algún tipo de juego sexual.
- Sí pero un tío tan grande debió de poner resistencia. – Habló el escritor. Lanie se encogió de hombros.
- Sabré más en cuanto me lo lleve al laboratorio.
- ¿Y la hora aproximada de la muerte? – Preguntó la inspectora.
- Entre la una y las tres de la mañana. – Contestó la forense.
- Gracias Lanie. – Se despidió Kate.
Castle y Beckett se dirigieron hacia donde estaba Esposito.
- ¿Sabemos quién es? – Interrogó la inspectora.
- Según su carnet de conducir es Norman Johnson. – Sacó el documento de la cartera y se lo mostró. – Era el propietario de una inmobiliaria. – Les enseñó una tarjeta de visita.
- ¿Ha sido un robo? – Preguntó Castle.
- No, no falta nada, tiene las tarjetas de crédito y el dinero. – Apuntó el detective. – Unos doscientos pavos.
- ¿Y qué hacía un empresario con tanto dinero en metálico a esas horas de la madrugada en mitad de un descampado? – Beckett dio una vuelta examinando el lugar.
- ¿Drogas? ¿Prostitución? ¿Una reunión con los extraterrestres? – Kate se giró para mirarle y levantó una ceja incrédula. - ¿Qué? Quizá quería venderles un piso. – Se justificó Castle.
- ¿Algún testigo? ¿Hay cámaras de seguridad en la obra?
- No a las dos preguntas. Al parecer nadie ha visto nada. – Dijo Esposito.
- ¿Y quién encontró el cuerpo? – Habló Rick.
- Andy Flint. – Señaló al hombre que estaba hablando con uno de los policías. – Salió con su perro a dar un paseo. El animal se alejó demasiado y cuando fue a buscarlo le encontró olfateando el cadáver.
- Beckett, hemos encontrado algo. – Le llamó Ryan e hizo un gesto con la mano para que se acercase. – Parecen marcas de neumáticos. – Kevin y Kate se agacharon para poder observarlo mejor.
- Sí… - La detective frunció el ceño. – Aunque no se distingue muy bien el dibujo. – Kate se fijó en cierto punto del suelo. - ¿Y esto?
- También te llamaba por eso. Parece como si hubieran arrastrado el cuerpo y luego hubiesen intentado borrar las huellas…
- Que fotografíen todo y que lo analicen en el laboratorio. – Pidió Beckett. – A ver si podemos sacar algo en claro de todo esto.
- Ahora mismo aviso a los técnicos. – Fue a buscarlos. En ese momento Castle apareció.
- ¿Dónde te habías metido? – Preguntó Kate.
- Estaba jugando con el perro. Se llama Mike. – Beckett intentó ocultar una sonrisa y puso cara seria. - ¿Qué? Me recordaba a Royal. – Se encogió de hombros. - ¿Alguna novedad?
- Hay marcas que indican que el cuerpo fue movido hasta aquí. – Señaló la tierra removida. – Y huellas de neumáticos.
- Así que lo mataron en otro lugar y luego tiraron aquí el cadáver…
- Esta no es nuestra escena del crimen. – Contestó la detective asintiendo con la cabeza a lo que Castle dijo.
Ante todo dar las gracias a Gabby (Dra. Beckett), a Patri y a Maite, porque me animaron a escribir una continuación y, además, me han ayudado en momentos de bloqueo.
He intentado seguir en la misma línea que el anterior, humor, algo de amor y crímenes jeje
Os agradezco los comentarios pero no seáis muy malos jeje
Lo dicho, espero que os guste!
Capítulo 1.
Ya estaban en diciembre. Habían pasado unos meses desde el caso de la nuera vengativa. Todo seguía más o menos igual, bueno no todo. Kate prácticamente se había mudado al apartamento de Richard aprovechando que Alexis se había trasladado ya definitivamente a universidad y que Martha pasaba poco tiempo en el piso porque se había echado un nuevo novio aunque, de vez en cuando, decidía hacerles alguna visita.
Eran las seis de la mañana del martes. Richard y Kate dormían plácidamente, ella en el lado de la izquierda de la cama, tumbada de lado dando la espalda al escritor, y él estaba durmiendo boca arriba. Royal entró en la habitación, se acercó a Castle y empezó a olisquearle la cara para luego darle algún que otro lametazo.
- Mmm… Cinco minutos más… - Suplicó con los ojos cerrados. – Mmmm… Kate tienes la lengua muy húmeda y áspera… - Se pasó la mano por la cara aún sin abrir los ojos.
Al oír esto la inspectora se dio la vuelta, extrañada por el comentario del escritor.
- Cariño no te ofendas pero… te huele muy mal el aliento… - Castle apretó los ojos y puso cara de desagrado. Kate, ofendida, le dio un golpe en el brazo. - ¡Au! – Se llevó la mano al brazo y abrió los ojos.
- Con que me huele el aliento. – Alzó una ceja, se cruzó de brazos y se le quedó mirando con cara de pocos amigos.
- Sí bueno… yo sólo… - Miró a Kate y luego al otro lado, de donde procedían los lametones. - ¡Has sido tú Royal! – Se limpió la boca con la mano. - ¡Qué asco!
- ¿Tienes algo qué decir? – Preguntó Beckett sentándose en la cama.
- Si, no tenía que haberle enseñado a abrir la puerta. – Ella le dio con la almohada. - ¡Ay! Hoy te has levantado de mal humor, ¿no? ¿Y mi beso de buenos días?
- No, que me huele el aliento. – Dijo Kate con recochineo y le miró de reojo. Se estiró, se levantó de la cama y se fue directa al cuarto de baño.
- ¡No me refería a ti sino a Royal! – Se defendió. - Voy a hacer café a ver si así cambia tu humor. – Se puso en pie.
- ¡Acuérdate de que te toca a ti sacar a Royal! – Gritó ella desde el otro lado de la puerta.
- Sí sí sí… - Asintió con la cabeza aunque Kate no pudiese verle. –Pero al menos deja que me tome un café. Vamos chico. – Royal ladró y siguió a Castle hasta la cocina.
Un rato después, Kate, recién duchada, se fue a la cocina donde una taza humeante de café le estaba esperando.
- Buenos días. – Dijo la inspectora sin mirarle. Se sentó en uno de los taburetes y le dio un largo trago a su café.
- ¿Vas a estar así mucho tiempo o sólo hasta que la cafeína haga su trabajo?
- No sé, dímelo tú… - Le miró de reojo. - ¿Vas a seguir confundiéndome con el perro?
- Oh vamos Kate, no ha sido para tanto… - Intentó defenderse. – Además lo dices como si me ocurriese todos los días… Sólo han sido una o dos veces…
- Una o dos docenas. – Bebió de nuevo.
- Sí bueno… Puede… Es que aún no me acostumbro a tenerle aquí.
- Lleva ya dos meses con nosotros, digo yo que podrías diferenciar entre sus besos y los míos, ¿no? – Le tiró el trapo de cocina a la cara.
- Vale, vale, prometo no volver a hacerlo, palabra de escritor. – Levantó la mano derecha a modo de juramento. - ¿Me perdonas ya? Que tú necesitas tu café de por las mañanas y yo necesito mí beso de buenos días. – Puso cara de perrito abandonado al igual que Royal, que estaba tumbado en el suelo junto a ellos.
- Anda ven aquí. – Se estiró hacia delante, cogiéndole la cara con ambas manos, dándole un tierno beso en los labios. - ¿Mejor?
- Wow mejor, mucho mejor. – Sonrió. Ella se levantó del asiento con la taza en la mano y fue detrás de la barra donde él estaba.
- Anda, vístete que mira qué carita te está poniendo Royal. – Ambos miraron al perro. – Te está esperando. – Le dio a Castle una palmada en el trasero. – Mientras estáis fuera voy preparando el desayuno.
- Vale mandona… - Se dio la vuelta para mirarla y puso sus manos sobre la cintura de ella. – Podrías hacer tortitas… - Sugirió.
- Bueno tú vete y ya veremos si luego tienes una sorpresa. – Le rodeó el cuello con sus brazos.
- ¿Qué tipo de sorpresa? – Dijo con picardía, sonriendo como un niño pequeño, elevando repetidamente las cejas.
- ¿Sabes Rick? A veces pienso que lo tuyo ya es enfermedad. – Contestó ella entre risas.
- Hay que recuperar mucho tiempo perdido. – Le recordó. – Cuatro años dan para mucho y pienso cobrarme todos y cada uno de esos días.
- No tienes remedio. – Kate negó con la cabeza.
- Y por eso te gusto. – Puso su sonrisa irresistible. Ella alzó los ojos y sonrió tímidamente.
- Ya… Venga prepárate ya que hasta que lleguéis al parque tenéis un buen paseo y no quiero llegar tarde a comisaría. – Le dio un rápido beso y se fue hacia la nevera para preparar el desayuno.
- Vooooy… Pero me da mucha pereza ir a correr. – Dijo con fastidio yendo hacia la habitación.
- Ya, pero no fui yo quien dijo que estabas echando tripa. – Dejó los huevos sobre la encimera.
- ¿Tripa? – Se asomó por la puerta de su habitación sin camiseta. – ¡Pero mira que vientre más plano! – Señaló su abdomen. - ¡Es una tabla de planchar!
- ¡Rick venga! – Le regañó desde la cocina.
- Sí, sí… Ya voy… - Volvió al cuarto y un rato después ya se había cambiado de ropa. – Pero quiero tortitas… - Le señaló con un dedo mientras sostenía la puerta de la salida. – Vámonos Royal.
Una media hora después, Kate estaba terminando de preparar el desayuno cuando la puerta se abrió.
- ¿A qué no ha sido tan horrible? – Puso las tortitas en un plato sin levantar la vista hacia la entrada.
- Que no ha sido tan horrible ¿el qué querida? – Martha cerró la puerta tras de sí.
- Ah, hola Martha. – Sonrió. – Perdona, pensaba que eras Rick.
- No pasa nada. – Se quitó el abrigo y se fue a la barra donde se sentó en uno de los taburetes. – ¡Qué bien huele!
- Gracias. ¿Quieres que te sirva unas pocas? – Señaló el plato con la espátula.
- Ya he desayunado aunque, no te diré que no a un par de ellas. – Sonrió con picardía. – Y, a todo esto, ¿dónde está Richard?
- Oh, salió a correr por el parque con Royal. – Dijo Kate mientras cogía otro plato para servir a la actriz.
- ¿Richard? ¿Correr? – Se sorprendió. - ¿En serio? – La inspectora asintió. – Querida, no sé qué estás haciendo con mi hijo pero te felicito.
- ¿Por qué? – Preguntó ella extrañada ante aquel comentario.
- Pues porque mi hijo nunca, jamás en la vida, ha hecho deporte. – Confesó Martha.
- No puede ser, pero si tiene un cuerpo atlético. – Comento Kate algo asombrada.
- Pues no, lo que tiene es muy buena genética, como su madre. – Dijo en tono confidente mientras se señalaba el cuerpo. Ambas se sonrieron. - ¿Y por qué le ha entrado ahora esa afición por el ejercicio?
- Dice que está echando tripa. – Kate se encogió de hombros. – Yo ya le he dicho que no es verdad, que está muy bien pero ni caso. – Sonrió.- Aunque en el fondo no le viene nada mal hacer algo de deporte, que cada vez que nos toca perseguir a alguien él acaba casi sin aliento.
- Me parece muy buena idea. – Martha asintió. - Tiene que empezar a cuidarse que ya no es ningún chiquillo. – Se llevó a la boca un trozo de tortita. – ¡Están buenísimas querida!
- Gracias Martha. – Sonrió la inspectora. - ¿Quieres un poco de café?
- ¿Quién en su sano juicio despreciaría un buen café? – Kate sacó una taza del armario y sirvió a Martha. – Por cierto, ¿llamó ayer Alexis?
- Sí, dijo que este fin de semana vendría por aquí a hacernos una visita.
- Perfecto, entonces este viernes me quedaré a dormir. Estoy deseando poder abrazar a mi nieta.
En ese momento la puerta volvió a abrirse dejando paso a un exhausto Castle y a un Royal feliz. Nada más entrar el perro fue corriendo a saludar a Martha.
- Madre, ¿qué haces aquí? Pensaba que estabas en casa de tu nuevo y misterioso novio. – Le dio un beso en la mejilla.
- Yo también me alegro de verte querido. – Dijo con ironía. - ¿Es que una madre no puede echar de menos a su hijo y a su encantadora novia? Parece que sólo me extrañaban Kate y el perro…
- No es eso, es que pensaba que ibas a venir el fin de semana cuando vuelve Alexis. – Se sirvió un café. - ¡Tortitas! – Cuando fue a coger una Kate le dio con la espátula en la mano. - ¡Au! Hoy te has levantado un poco agresiva… - La miró de reojo.
- Y tú sabes por qué… - Alzó una ceja. - Primero dúchate y luego desayunas.
- Eh… ¿Me he perdido algo? – Preguntó Martha.
- Sí. – Respondió Beckett.
- No. – Contestó Castle a la vez que la inspectora.
- Bueno, me abstendré de preguntar. – Martha miró a uno y a otro respectivamente.
- Me voy a la ducha. – Anunció el escritor yendo hacia la habitación.
- ¿Ha pasado algo que tenga que saber? – Curioseó la actriz.
- Nada importante, no tienes por qué alarmarte. – Kate le restó importancia al asunto.
- ¿Seguro? Mira que yo de crisis de pareja sé mucho. – Confesó.
- ¿Crisis? – Kate se rió. – Nada de crisis Martha. – Negó con la cabeza. - Es sólo una pequeña confusión de Rick con el perro… Al parecer aún no sabe diferenciarnos.
- ¿Cómo? – La miró con cara de póker. – Querida como no te expliques mejor… - En ese momento sonó el teléfono de la detective.
- Discúlpame Martha. – Descolgó el móvil. – Beckett… Sí… - Cogió papel y bolígrafo de encima de la mesa del comedor. - Vale, ahora mismo llamo a Castle y vamos para allá. – Colgó.
- ¿Tenéis un nuevo caso? – Dio un largo trago a su café.
- Eso parece. – Puso cara de fastidio. – Habrá que dejar las tortitas y la charla para otro momento.
- Cariño el trabajo es el trabajo. Ya tendremos otro momento para seguir con nuestras confidencias. – Le sonrió.
- Voy a prepararme y a ver cómo va Castle. – Dejó la taza sobre la encimera. - ¡Rick! ¡Tenemos un caso! - Gritó mientras se dirigía hacia el baño.
Eran ya las siete y media de la mañana cuando Castle y Beckett llegaron a la escena del crimen. La víctima había aparecido en un descampado al lado un edificio en construcción. Kate aparcó a lado de los vehículos de la policía y los de científica. Ambos se bajaron del coche y fueron directos a ver a Lanie, la cual estaba en cuclillas junto al cuerpo.
- Hola Lanie, ¿qué tenemos? – Beckett se situó detrás de la forense.
- Tú al parecer un novio del que no quieres hablarme. – Contestó la doctora sin levantar la vista del informe.
- No empieces otra vez con eso. - Kate puso los ojos en blanco y Castle se quedó parado ante la respuesta de la forense. – La víctima, ¿qué ha pasado?
- Varón de unos cuarenta. A juzgar por la hemorragia de petequias en los ojos murió asfixiado con… esto. – Señaló lo que rodeaba al cuello.
- ¿Tiene un sujetador atado al cuello? – Preguntó Castle sorprendido.
- Al parecer es lo que le causó la muerte. – Respondió Lanie terminando de apuntar algo en el informe.
- Eso sí que es una lencería de muerte. – Ironizó el escritor llevándose miradas reprobadoras por parte de la inspectora y la forense.
- Sí pero, ¿un sujetador? ¿Por qué no una cuerda o algo así? – Dijo Beckett para sí en voz alta, Lanie se encogió de hombros.
- Quizá es lo que tenía más a mano nuestra asesina. – Opinó el escritor.
- ¿Por qué das por hecho que ha sido una mujer? – La inspectora alzó una ceja.
- No conozco a muchos hombres que lleven sujetador. – Declaró de forma evidente.
- Es más común de lo que te imaginas. – Lanie se metió en la conversación. – Te sorprendería la de cosas así que he visto en mis cadáveres. – A Castle le dio un escalofrío y puso cara de desagrado.
- Ya… - Miró a Castle y a la forense. - ¿Algún signo de lucha?
- Negativo. – Negó con la cabeza. – Es posible que la víctima pensase que se trataba de algún tipo de juego sexual.
- Sí pero un tío tan grande debió de poner resistencia. – Habló el escritor. Lanie se encogió de hombros.
- Sabré más en cuanto me lo lleve al laboratorio.
- ¿Y la hora aproximada de la muerte? – Preguntó la inspectora.
- Entre la una y las tres de la mañana. – Contestó la forense.
- Gracias Lanie. – Se despidió Kate.
Castle y Beckett se dirigieron hacia donde estaba Esposito.
- ¿Sabemos quién es? – Interrogó la inspectora.
- Según su carnet de conducir es Norman Johnson. – Sacó el documento de la cartera y se lo mostró. – Era el propietario de una inmobiliaria. – Les enseñó una tarjeta de visita.
- ¿Ha sido un robo? – Preguntó Castle.
- No, no falta nada, tiene las tarjetas de crédito y el dinero. – Apuntó el detective. – Unos doscientos pavos.
- ¿Y qué hacía un empresario con tanto dinero en metálico a esas horas de la madrugada en mitad de un descampado? – Beckett dio una vuelta examinando el lugar.
- ¿Drogas? ¿Prostitución? ¿Una reunión con los extraterrestres? – Kate se giró para mirarle y levantó una ceja incrédula. - ¿Qué? Quizá quería venderles un piso. – Se justificó Castle.
- ¿Algún testigo? ¿Hay cámaras de seguridad en la obra?
- No a las dos preguntas. Al parecer nadie ha visto nada. – Dijo Esposito.
- ¿Y quién encontró el cuerpo? – Habló Rick.
- Andy Flint. – Señaló al hombre que estaba hablando con uno de los policías. – Salió con su perro a dar un paseo. El animal se alejó demasiado y cuando fue a buscarlo le encontró olfateando el cadáver.
- Beckett, hemos encontrado algo. – Le llamó Ryan e hizo un gesto con la mano para que se acercase. – Parecen marcas de neumáticos. – Kevin y Kate se agacharon para poder observarlo mejor.
- Sí… - La detective frunció el ceño. – Aunque no se distingue muy bien el dibujo. – Kate se fijó en cierto punto del suelo. - ¿Y esto?
- También te llamaba por eso. Parece como si hubieran arrastrado el cuerpo y luego hubiesen intentado borrar las huellas…
- Que fotografíen todo y que lo analicen en el laboratorio. – Pidió Beckett. – A ver si podemos sacar algo en claro de todo esto.
- Ahora mismo aviso a los técnicos. – Fue a buscarlos. En ese momento Castle apareció.
- ¿Dónde te habías metido? – Preguntó Kate.
- Estaba jugando con el perro. Se llama Mike. – Beckett intentó ocultar una sonrisa y puso cara seria. - ¿Qué? Me recordaba a Royal. – Se encogió de hombros. - ¿Alguna novedad?
- Hay marcas que indican que el cuerpo fue movido hasta aquí. – Señaló la tierra removida. – Y huellas de neumáticos.
- Así que lo mataron en otro lugar y luego tiraron aquí el cadáver…
- Esta no es nuestra escena del crimen. – Contestó la detective asintiendo con la cabeza a lo que Castle dijo.
Última edición por LeFleur89 el Lun Ene 20, 2014 8:34 am, editado 16 veces
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
siguelooooooo me encantaaaaaa
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me gusta mucho, pobre Kate, confundirla con el perro tiene delito >.<
Sigue pronto por favor =)
Sigue pronto por favor =)
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
No había leído nada tuyo, escribes genial ¿me puedes pasar el enlace de el fic anterior a éste? espero la continuación
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muchas gracias por los comentarios! Iré subiendo poco a poco que, como ya he dicho, está sin acabar y últimamente estoy un poco bloqueada jeje
Claro! Aquí lo tienes!
https://forocastle.forosactivos.com/t2596-la-jugada-perfecta-capitulo-12-ultimo-capitulo-27-09
No había leído nada tuyo, escribes genial ¿me puedes pasar el enlace de el fic anterior a éste? espero la continuación
Claro! Aquí lo tienes!
https://forocastle.forosactivos.com/t2596-la-jugada-perfecta-capitulo-12-ultimo-capitulo-27-09
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Ya echaba de menos tus historias Gema,una buena dosis de diversión al día viene genial. Me alegro que decidieras continuar "La jugada perfect" con este fic, presiento que me lo voy a pasar en grande por aquí.
Me encanta el comienzo, mira que Castle confundir los besos del perro con los de Kate, si que es torpecito para eso Y Martha tan curiosa como siempre, me encanta.
Me encanta el comienzo, mira que Castle confundir los besos del perro con los de Kate, si que es torpecito para eso Y Martha tan curiosa como siempre, me encanta.
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Yo e reí mucho con el anterior, y éste está empezando muy bien...
Espero que se te vaya el bloqueo pronto ...
Sigue.
Espero que se te vaya el bloqueo pronto ...
Sigue.
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanto ... sigue!!!
Fanny_123- Autor de best-seller
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Localización : Chile!!! c:
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me he leido el otro fic en un momento y me ha encantado.
Este tiene un buen comienzo. Me parece mentira que aun no le hayan dicho nada de que estan juntos, y, de que estos tres (Lanie, Javi y Espo) no les hayan hecho una jugarreta de las suyas para hacerlos cantar, jejejejeje.
Continúa pronto.
Este tiene un buen comienzo. Me parece mentira que aun no le hayan dicho nada de que estan juntos, y, de que estos tres (Lanie, Javi y Espo) no les hayan hecho una jugarreta de las suyas para hacerlos cantar, jejejejeje.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muchas gracias por los comentarios!! Me alegro un montón de que os esté gustando! Esto me anima aun más a seguir con la escritura jeje
A medida que avancen los capítulos veréis cómo se comportan los chicos con la parejita. No lo dejarán correr así como así
Me he leido el otro fic en un momento y me ha encantado.
Este tiene un buen comienzo. Me parece mentira que aun no le hayan dicho nada de que estan juntos, y, de que estos tres (Lanie, Javi y Espo) no les hayan hecho una jugarreta de las suyas para hacerlos cantar, jejejejeje.
Continúa pronto.
A medida que avancen los capítulos veréis cómo se comportan los chicos con la parejita. No lo dejarán correr así como así
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muchas gracias por hacer una continuación de "La jugada perfecta". Me encanta como has empezado, me he divertido mucho leyendo este capítulo. Castle mira que confundir a Royal con Kate jajajaja
Estoy segura de que disfrutaré mucho leyendo esta historia! Sigue pronto
Estoy segura de que disfrutaré mucho leyendo esta historia! Sigue pronto
cris_beckett- Autor de best-seller
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Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
cris_beckett escribió:Muchas gracias por hacer una continuación de "La jugada perfecta". Me encanta como has empezado, me he divertido mucho leyendo este capítulo. Castle mira que confundir a Royal con Kate jajajaja
Estoy segura de que disfrutaré mucho leyendo esta historia! Sigue pronto
Muchas gracias a ti por leerlo!
Iré viendo cuando puedo subir más capítulos jeje
LeFleur89- Actor en Broadway
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Ya estoy aquí de nuevo con otro capítulo más! Muchas gracias por todos los comentarios. Me encanta saber si os gusta o si estoy perdiendo el tiempo jeje
Por eso os pido (Habla mi parte insegura) que dejéis algún que otro comentario para que me anime a seguir con el fic
Lo dicho, espero que os guste!!
Capítulo 2
Hacia un rato que habían llegado a la comisaria después de seguir las investigaciones pertinentes. Beckett, estaba apoyada en su mesa mirando la pizarra del caso cuando Castle se acercó con dos cafés.
- ¿Qué tendría este tío para que lo odiasen tanto? – Lanzó la pregunta al aire. – ¿Envidia? - Richard le tendió una de las tazas, se sentó a su lado en la mesa e imitó la postura de ella.
- Se puede odiar a alguien sin que haya celos de por medio. – Contestó Kate de forma evidente.
- Es posible, aunque siempre hay un halo de codicia en casi todos los asesinatos. – Dijo con convicción. – Crímenes pasionales, por dinero, por éxito, los que matan porque “tú eres más guapo que yo”… Siempre hay un “por qué tú sí y yo no” – Declaró con seguridad.
- Bueno, visto así puede que tengas razón.
- Creo que vamos a necesitar otra pizarra. Empieza a faltar espacio con tanto sospechoso. – Observó el tablero blanco lleno de fotografías.
- Sí, creo que es la primera vez que tenemos tantos sospechosos en un solo asesinato. – Dio un trago al café.
- Y quizá habría que añadir otro sospechoso más. – Esposito y Ryan se unieron a ellos.
- ¿Alguna novedad más? – Preguntó la inspectora. Dejó la taza sobre la mesa.
- Hemos hablado con su ex mujer y nos ha dicho que llevaba más de dos años de juicios con él porque no le pasaba la pensión a sus dos hijos. – Javier miró sus notas. – En definitiva, se nota que no le tenía mucho aprecio.
- Así que no es que se haya apenado mucho por su muerte. – Comentó Kate mientras se llevaba el pulgar a los labios.
- Bueno, sus palabras textuales fueron “ese cabrón al final se ha salido con la suya, no me va a pagar todo lo que me debe.” – Leyó Ryan de su libreta, luego la cerró.
- Entonces no tendría sentido que ella lo matase. – El escritor se encogió de hombros.
- Yo no iría tan rápido. – Esposito le dio unos golpecitos en el hombro. – Si él moría, tres millones de dólares serían para los hijos de ambos. – Sonrió.
- Eso ya es un motivo para matar. – Señaló la inspectora. - ¿Tiene coartada para la hora del asesinato? – Se cruzó de brazos.
- Sí, estuvo en una despedida de soltera hasta las cuatro y media de la mañana. – Ryan apoyó ambas manos sobre el respaldo de la silla que solía usar Richard.
- Entonces queda descartada. – Castle puso cara de fastidio. – Me gustaba eso de la ex mujer despechada.
- Hoy estas algo negativo bro. – Opinó Esposito mientras echaba un vistazo a su pequeña libreta. – Hemos hablado con sus amigas y han confirmado su coartada pero…
- Ninguna recuerda haberla visto durante la franja horaria en la que se cometió el asesinato. – Ryan dio unos pequeños golpes con el bolígrafo sobre la libreta mientras se le dibujaba una sonrisa en la cara.
- Muy bien, traedla aquí, creo que tiene que responder a unas cuantas preguntas. – Concluyó Beckett.
Un rato después Beckett estaba en la sala de descanso preparándose otro café y esperando a que sus chicos trajesen a la Señora Johnson a la comisaría. Aún tenía que bajar al laboratorio a ver si Lanie tenía alguna novedad.
- ¿Pensando? – Richard apoyó el hombro derecho en el marco de la puerta mientras observaba como Kate daba vueltas al café con una cuchara.
- Como siempre. – Le miró y sonrió. - ¿Sabes? Había pensado que podríamos preparar algo para cuando vuelva Alexis, ¿qué te parece? – Se apoyó en la encimera, de espaldas a la máquina de café.
- Me parece una gran idea. – Asintió y sonrió. – Podríamos ir a cenar los cuatro a su restaurante favorito.
- Y además así le puedo dar su regalo de cumpleaños. – Castle frunció el ceño sorprendido. – Sí, sé que es dentro de dos semanas pero como no lo pasará aquí pues… así aprovecho. – Kate se extrañó al ver la forma que tenía él ahora mismo de observarla. - ¿Por qué me miras así?
- No, es solo que no tenías por qué regalarle nada. – Dijo sorprendido y a la vez halagado. Le gustaba mucho ver que Kate y su hija se llevaban tan bien.
- Claro que sí Rick, somos amigas y las amigas hacen estas cosas. – Contestó casi ofendida. - ¿Por qué no iba a hacerle un regalo?
- Vale, siento haber dicho nada. – Levantó las manos en son de paz. – Puedes regalarle todo lo que tú quieras que yo no diré nada.
- Así me gusta, porque no querría tener de nuevo esta conversación por su regalo de navidad. – Le dio un trago a su café.
- ¿Sabes qué? En este momento me encantaría besarte. – Se fue acercando a ella.
- Rick, para. – Le puso una mano en el pecho. – Estamos en comisaría y podrían verlos. – Se puso nerviosa y echó un vistazo por la ventana de la sala. Nadie parecía estar pendiente de ellos.
- Sólo un beso rápido… - Le quitó la taza de las manos y la dejó sobre la encimera, al lado de la máquina de café. Estaban tan cerca que sus labios casi podían rozarse.
- Oye Beckett que… - En ese momento entró Esposito en la sala, haciendo que la pareja se separase a la velocidad de la luz. - ¿Interrumpo algo? – Preguntó con una sonrisa en los labios.
- ¿Interrumpir? – Castle forzó una risita. - ¡Qué va! Es solo que se me ha movido la… la… ¡La lentilla! Y Beckett me estaba ayudando. – Kate le miró de reojo. - ¿Verdad?
- Sí, eso es. – Asintió rápidamente la inspectora.
- ¿Lentilla? Tío no sabía que utilizases lentillas… - Les miró con curiosidad, primero a uno y luego a otro.
- Sí, sí que las llevo, ¿algún problema? – Intentó defenderse.
- Ninguno tío. – Negó Esposito con la cabeza sin poder reprimir la risa.
- ¿Alguna novedad Espo? – Beckett intentó cambiar de tema.
- Sí, ya está aquí la señora Johnson. La hemos pasado a la sala de interrogatorios. – Señaló Javier con el pulgar.
- Vale. Vamos Castle. – Le miró de reojo y salió de la salita.
- Tranquilo, que luego haremos cuentas. – Dijo Esposito a Castle en bajito mientras le despedía con la mano y una sonrisa en la cara.
De camino a la sala de interrogatorios.
- Te voy a matar. – Dijo Beckett algo enfadada.
- Bueno, tampoco ha sido para tanto, podría haber entrado cinco segundos después y pillarnos. – Sonrió intentando ver el lado positivo.
- A ti hay veces que se te olvida que voy armada, ¿verdad? – Se paró delante de la puerta de la sala.
- Tú tranquila que yo me encargo de sobornarlo para que no diga nada de lo que casi ve. – Le aseguró.
- Eso no me deja mucho más tranquila Castle. – Le fulminó con la mirada.
- Sólo preocúpate del caso que yo lo tengo todo controlado.
- Más te vale porque en cualquier momento puedo pegarte un tiro en la rodilla. – Le advirtió y entró en la sala de interrogatorios.
- Uuuuf… - Resopló el escritor antes de seguir a Kate.
Cuando entraron se encontraron con Marie Johnson, una mujer rubia de unos treinta y tantos casi cuarenta, bastante maquillada teniendo en cuenta las horas de la mañana que eran.
- Buenos días señora Johnson, sabe por qué está aquí, ¿verdad? – Castle y Beckett tomaron asiento. Ella dejó sobre la mesa una carpeta oscura.
- Sí, aunque pensaba que ya les había contado todo lo que querían saber. – Respondió Marie, cruzando las manos sobre la mesa.
- Es algo rutinario. – Habló Richard. – Son sólo unas preguntas. – La mujer asintió.
- ¿Cómo era la relación con su ex marido? – Quiso saber la inspectora.
- ¿Qué cómo era? – Marie se rió. – Era un cerdo cabrón que no podía tener la bragueta cerrada. ¿Saben? En el fondo me alegro de que lo hayan matado. Así no engañará a más mujeres inocentes.
- ¿Seguro que se alegra por eso o porque, con su muerte, usted recibiría tres millones de dólares? – Beckett abrió la carpeta y le enseñó el papel donde ponía dicha información.
- ¿Qué? – La mujer cogió la hoja y la leyó detenidamente. - ¿De dónde ha salido esto?
- Esta es la herencia del señor Johnson. – Dijo Castle señalando el folio. - ¿De verdad va a hacernos creer que no tenía ni idea de que esto existía? – Comentó con incredulidad.
- Les juro que no sabía nada de esto. – Se rió y negó con la cabeza. – Menudo cabrón, me ha hecho perder miles de dólares luchando por la pensión para nuestros hijos y luego me sale con estas.
- ¿Dónde estuvo entre la una y las tres de la mañana señora Johnson? – Beckett se acomodó en su asiento.
- Ya se lo dije, tenía una despedida de soltera. – Puso la hoja de papel sobre la mesa.
- ¿Está usted segura? Porque hemos hablado con sus amigas y nos han dicho que a esas horas usted, casi por arte de magia, desapareció. – Castle apoyó ambos brazos sobre la mesa.
- ¿Están insinuando que yo maté a ese cerdo? – Marie alzó una ceja incrédula.
- Bueno tenía un buen motivo para hacerlo. – Contestó Kate seria. – Le estaba arrebatando dinero que, por orden del juez, pertenecía a sus hijos.
- Sí bueno pero no por eso iba a mancharme las manos con la sangre de ese cabrón. – Se cruzó de brazos. – Además, era cuestión de tiempo que algo así ocurriese.
- ¿Lo dice por sus incontables enemigos? – Preguntó Castle.
- Así es. Norman iba haciendo “amigos” por cada sitio que pasaba. No soy la única a la que debía dinero y tampoco la única que se alegra de que esté muerto.
- Aún así, no nos ha dicho dónde se encontraba usted entre la una y las tres de la mañana. – Persistió Beckett.
- Bueno, total, ya está muerto. – Suspiró. – Estaba con Matt, mi novio.
- ¿A esas horas? – Quiso saber Rick.
- Era el único momento en el que podíamos vernos. Llevamos nuestra relación en secreto. Es lo que mi abogado me aconsejó, por lo menos hasta que hubiese ganado el juicio a ese cabrón.
- ¿Y eso por qué? Usted ya era una mujer divorciada, podía salir con quien quisiera. – Kate alzó una ceja.
- Lo sé pero es que nuestra relación es algo… ilegal. – Declaró. – Matt es el juez que lleva nuestro caso en los juzgados.
- ¡Ay va! – Castle se sorprendió y miró a Beckett. - ¿Así que se acostaba con él para que le diese un empujoncito en el juicio?
- Exacto, no he estado aguantando al cerdo de mi ex marido durante quince años para acabar en la ruina por su culpa. – Declaró la señora Johnson. – Tenía que asegurarme que ese juicio estaba ganado.
- ¿Sabe qué podía estar haciendo el señor Johnson a esas horas el día de su asesinato? – Kate cambió de tema.
- A saber, cualquier cosa. – Se encogió de hombros. – Quizá fue a celebrar la venta de un piso, no lo sé.
- ¿Sabe si había alguien nuevo en su vida? – Castle se echó un poco hacia delante en la mesa. - ¿Si salía con alguien?
- Bueno, es posible. Norman siempre tenía que tenerla metida en alguna parte. – Cruzó los brazos delante del pecho. – No me extrañaría que estuviese con alguien.
- ¿Y qué puede decirnos sobre los enemigos de su marido? – Preguntó Beckett.
- Ex marido. – Recalcó. – Y tenía demasiados enemigos.
- Eso lo sabemos pero, ¿por qué? – Habló el escritor.
- Para empezar llevaba dos meses sin pagar a sus empleados, según él porque el negocio iba mal y no tenía dinero. – Cruzo las piernas. – Pero todos sabían que eso no era así. Para sus caprichos sí que había dinero.
- ¿Y alguno de ellos podría estar tan enfadado con él cómo para matarlo? – Kate jugueteó con su bolígrafo.
- Supongo que sí, pero no lo sé seguro. A nadie le gusta que le roben su dinero. – Dijo de forma evidente.
- Muy bien, gracias señora Johnson por su ayuda. – Kate cerró la carpeta y se levantó de la silla.
- Pero no salga de la ciudad. – Castle se puso en pie y salió detrás de Beckett, dejando a la señora Johnson algo descolocada.
Una vez fuera de la sala de interrogatorios.
- ¿Qué no salga de la ciudad? – Kate alzó una ceja y fue hacia su mesa.
- Sí, me gusta mucho esa frase. – Se encogió de hombros.
- Ya veo. – Dejó la carpeta sobre el escritorio y miró la pizarra. – Parece que hay que descartar a la ex mujer. – Quitó la foto de la señora Johnson de “sospechosos” y la puso a un lado.
- Lo que reduce la búsqueda a cuantos, ¿unos seis sospechosos? – Se apoyó en la mesa.
- Eso parece. – Beckett se llevó el pulgar a los labios mientras repasaba la información que tenían en la pizarra blanca. – Espo, ¿habéis encontrado algo sobre el arma homicida? – Javier se levantó de su silla y fue hacia donde estaba ella y Castle.
- Sí y no. – Miró sus notas. – Al parecer es un sujetador de lo más corriente. Hemos hablado con el fabricante y nos ha dicho que producen miles de esos sujetadores al día. – Se sentó en la silla que Castle utilizaba. – Y se distribuyen por prácticamente todas las tiendas de lencería de la ciudad.
- Así que no tenemos nada concluyente. – Kate chasqueó la lengua a modo de fastidio.
- Y las cuentas tampoco nos dicen nada. – Ryan se unió a ellos. – No hay movimientos extraños de dinero. Todo parece bastante limpio.
- Hay que averiguar si estaba saliendo con alguien. – Concluyó la inspectora.
- Quizá su nuevo ligue fue quién le mató. – Opinó el escritor.
- Chicos a ver si alguno de sus compañeros o amigos saben si había alguien nuevo en su vida. – Pidió Beckett.
- Ahora mismo nos ponemos a ello. – Los dos inspectores fueron a sus escritorios a realizar las llamadas pertinentes.
- ¿Y si es un asesinato al azar? – Preguntó Castle.
- Espero que no porque si es así entonces lo vamos a tener más complicado, a no ser que el asesino cometa algún error. – Kate se pasó las manos por el pelo. En ese momento sonó el móvil de la inspectora. – Beckett. – Dijo al descolgar. – Ah hola Martha. – Sonrió. – Sí claro… Me parece muy buena idea.
- ¿Mi madre? – Susurró Castle algo sorprendido. Kate asintió y se retiró un poco para hablar.
Rick iba a protestar pero sonó el teléfono de la inspectora.
- Eh… ¿Teléfono de la Inspectora Beckett? – Contestó.
- ¿Castle qué haces tú cogiendo el teléfono de Beckett? – Lanie se extrañó.
- Eh, es que ahora mismo ella está hablando por el móvil.
- ¿Y sabe ella que estás contestando tú a sus llamadas? – Hizo hincapié en “sus”.
- Bueno… No… - Se quedó pensando y miró de reojo a Beckett la cual se había metido en la sala de reuniones a hablar. - ¡Eh! Si no hubiera cogido el teléfono ahora mismo no estaríamos teniendo esta conversación. – Protestó.
- Vale, es tu problema. – La forense se encogió de hombros. – Pero no quiero saber nada si luego Beckett te mata por tocar sus cosas.
- Sí, lo sé, lo sé… - Asintió con la cabeza. - ¿Y en qué puedo servirte? – Se sentó en la silla de Kate.
- Quería que os pasaseis por el laboratorio, tengo novedades.
- ¿Y no puedes darme un adelanto? – Preguntó él con curiosidad.
- No, aunque… Si tú me dices con quién está saliendo Beckett es posible que cambie de idea y te avance algo. – La forense sonrió al otro lado del teléfono.
- ¿Beckett? ¿Saliendo con alguien? – Se pasó una mano por el pelo. – Es la primera noticia que tengo. – Intentó hacerse de nuevas.
- Tú sigue disimulando que sé que sabes algo. – Jugueteó con el cable del teléfono. – En fin, tendré que averiguarlo yo sola. Dile a Beckett que cuando acabe os paséis por el laboratorio. – Colgó el teléfono.
Beckett se acercó a él después terminar de hablar con Martha.
- ¿Has cogido mi teléfono? – Kate alzó una ceja y se cruzó de brazos esperando una respuesta.
- Tú estabas ocupada. – Se encogió de hombros.
- Ya, ¿y quién era? – Dejó el móvil sobre la mesa.
- Lanie. Que bajemos al laboratorio que ha encontrado algo. – Esperó a que la inspectora le contase qué es lo que quería Martha pero, al ver que no iba a contárselo se lo preguntó. – Y… ¿Qué quería mi madre? – Curioseó Castle.
- Hemos quedado para almorzar. – Miró unos papeles y luego los metió en una carpeta.
- ¿Y por qué te llama a ti y no a mí? - Dijo para sí en voz alta. - ¿Y qué quiere ahora de nosotros?
- De nosotros no, de mí. Tú no vienes. – Cogió la chaqueta. Castle la miró sin entender nada.
- Espera, espera… ¿Cómo qué yo no voy? – Parpadeó varias veces incrédulo. - ¿Y por qué yo no puedo ir? – Dijo con cierta envidia.
- Ha dicho que quería hablar conmigo a solas. – Se encogió de hombros.
- ¿Sobre qué? ¿Y por qué yo no lo puedo saber?
- No lo sé. – Sonrió de medio lado al verle así. – Tranquilo que seguro que no pasa nada.
- Viniendo de mi madre no sé yo qué esperar. – Castle se levantó de la silla. – Seguro que se ha metido en algo ilegal y quiere consejo policial. - Dio por hecho.
- En cuanto hable con ella sabré de qué se trata. – Fue hacia el ascensor con Richard detrás.
- Y en cuanto lo sepas me lo dirás, ¿no? – Dijo él de forma obvia.
- Eso depende de si tu madre me deja que te lo diga. – Se metió en el ascensor y pulsó el botón de la morgue. – O puede que luego sea ella misma la que te lo cuente.
- Sigo sin entender por qué no habla conmigo. – La imitó y subió al elevador. – Soy su hijo, se supone que confía en mí.
- Puede que sea precisamente eso, que eres su hijo y habrá cosas que no pueda contarte. – Ella se encogió de hombros.
- ¿Y qué no puede contarme? – Se quedó pensando unos segundos. – Espera, mejor no me contestes a esa pregunta, no quiero tener pesadillas. – Puso cara de desagrado. Kate se rió.
El ascensor abrió las puertas en la planta de la morgue. Entraron en el laboratorio donde la forense les estaba esperando.
- Hola Lanie, ¿qué tienes para nosotros? – Ambos se acercaron a la mesa metálica donde estaba el cuerpo del señor Johnson.
- Acabo de recibir el informe de toxicología. – Echó un vistazo al dosier.
- ¿Y? – Alzó las cejas esperando que la doctora continuase. - ¿Consumía drogas?
- ¿Sabes qué? – Lanie la señaló con el dedo. – No puedo creerme que, siendo tu mejor amiga, aún no me hayas contado con quién te estás acostando. – Se abrazó a la carpeta.
- ¿Qué? – Kate abrió mucho los ojos. - ¿Crees qué eso es relevante ahora mismo Lanie?
- Lo es. – Asintió la forense con la cabeza. – Y que el chico escritor lo sepa y yo no me parece aún más fuerte. – Dijo tajante. Ambas mujeres miraron a Castle.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¡Pero si yo no sé nada! – Él se defendió rápidamente. – Estoy igual que tú, intentando que me lo cuente pero nada… Se niega… - Kate le miró de reojo a modo de advertencia.
- ¿Podemos dejar mi vida privada a un lado y hablar sobre el caso? – Señaló el cuerpo que estaba sobre la mesa.
- Como quieras, pero que sepas que pienso averiguarlo. – Contestó Lanie desafiante.
- ¿Qué has encontrado? – Volvió a repetir Kate.
- Flunitrazepam. – Contestó la forense.
- ¿Fluni qué? – Castle frunció el ceño.
- Flunitrazepam. Es un fármaco hipnótico de la familia de las benzodiacepinas. – Castle y Beckett no entendieron ni una palabra. – Su nombre comercial es Rohypnol, aunque seguro que las conocéis más por el nombre de “Roofies”. Es un medicamento que se utiliza para tratar la ansiedad, el insomnio y, si se inyecta, tiene un efecto anestésico, aunque esto último aquí está prohibido.
- ¿Las “Roofies” no son lo que llaman la droga de la violación? – Preguntó Castle.
- Así es pero, antes de que me preguntéis no, no hay signos de agresión sexual en el cuerpo. Pero… - Lanie echó un vistazo a su dosier. – Tenía un alto contenido de alcohol en sangre y eso, junto con el flunitrazepam causa un efecto incapacitante.
- Por eso había signos de lucha. – Comentó Kate en voz alta. – Le drogaron antes de matarlo.
- Exacto y, además… - Fue hasta una mesa auxiliar de donde cogió una bolsita de pruebas con algo dentro. – He encontrado esto en la suela de su zapato. – Se lo entregó a la inspectora. – Parecen unas fibras de moqueta o algo así. Aún tengo que analizarlo.
- Quizá sea del lugar donde le mataron. – Dijo Castle, cogiendo la mano de Kate para ver mejor la prueba.
- Es posible. – Asintió la inspectora. – Cuando sepas de qué es llámame Lanie. – Le pidió y le devolvió la prueba.
- Dalo por hecho. – Contestó la forense. – Y que sepas que me debes una conversación. – La señaló con el dedo antes de que salieran del laboratorio.
Ya fuera de la morgue.
- ¿Se puede saber qué le has contado a Lanie? – Le cogió de la oreja
- ¡Manzanas! ¡Manzanas! ¡No le he dicho nada! ¡Lo juro! – Ella le soltó.
- ¿Entonces? ¿Por qué ha dicho que tú lo sabías? – Presionó el botón del ascensor.
- No lo sé. – Se llevó la mano a la oreja que ella había pellizcado. – Es demasiado lista. Puede que se huela algo y me esté tanteando. – Se encogió de hombros.
- Pues tenemos dos opciones. – Miró hacia la puerta del laboratorio. – O le contamos la verdad o nos inventamos algo.
- Sólo te digo que si termina pillándonos estate alerta para hacer frente a su bisturí. – Contestó el escritor. – Y yo iré preparando mi talonario… - Dijo esto último en bajito.
- ¿Qué has dicho? – Frunció el ceño ya que no había oído bien lo que dijo Castle.
- Nada, nada, que yo prepararé mi rosario. – Intentó disimular. Al ver que Kate no se había dado cuenta resopló.
P.D: Gracias por leer!!
Por eso os pido (Habla mi parte insegura) que dejéis algún que otro comentario para que me anime a seguir con el fic
Lo dicho, espero que os guste!!
Capítulo 2
Hacia un rato que habían llegado a la comisaria después de seguir las investigaciones pertinentes. Beckett, estaba apoyada en su mesa mirando la pizarra del caso cuando Castle se acercó con dos cafés.
- ¿Qué tendría este tío para que lo odiasen tanto? – Lanzó la pregunta al aire. – ¿Envidia? - Richard le tendió una de las tazas, se sentó a su lado en la mesa e imitó la postura de ella.
- Se puede odiar a alguien sin que haya celos de por medio. – Contestó Kate de forma evidente.
- Es posible, aunque siempre hay un halo de codicia en casi todos los asesinatos. – Dijo con convicción. – Crímenes pasionales, por dinero, por éxito, los que matan porque “tú eres más guapo que yo”… Siempre hay un “por qué tú sí y yo no” – Declaró con seguridad.
- Bueno, visto así puede que tengas razón.
- Creo que vamos a necesitar otra pizarra. Empieza a faltar espacio con tanto sospechoso. – Observó el tablero blanco lleno de fotografías.
- Sí, creo que es la primera vez que tenemos tantos sospechosos en un solo asesinato. – Dio un trago al café.
- Y quizá habría que añadir otro sospechoso más. – Esposito y Ryan se unieron a ellos.
- ¿Alguna novedad más? – Preguntó la inspectora. Dejó la taza sobre la mesa.
- Hemos hablado con su ex mujer y nos ha dicho que llevaba más de dos años de juicios con él porque no le pasaba la pensión a sus dos hijos. – Javier miró sus notas. – En definitiva, se nota que no le tenía mucho aprecio.
- Así que no es que se haya apenado mucho por su muerte. – Comentó Kate mientras se llevaba el pulgar a los labios.
- Bueno, sus palabras textuales fueron “ese cabrón al final se ha salido con la suya, no me va a pagar todo lo que me debe.” – Leyó Ryan de su libreta, luego la cerró.
- Entonces no tendría sentido que ella lo matase. – El escritor se encogió de hombros.
- Yo no iría tan rápido. – Esposito le dio unos golpecitos en el hombro. – Si él moría, tres millones de dólares serían para los hijos de ambos. – Sonrió.
- Eso ya es un motivo para matar. – Señaló la inspectora. - ¿Tiene coartada para la hora del asesinato? – Se cruzó de brazos.
- Sí, estuvo en una despedida de soltera hasta las cuatro y media de la mañana. – Ryan apoyó ambas manos sobre el respaldo de la silla que solía usar Richard.
- Entonces queda descartada. – Castle puso cara de fastidio. – Me gustaba eso de la ex mujer despechada.
- Hoy estas algo negativo bro. – Opinó Esposito mientras echaba un vistazo a su pequeña libreta. – Hemos hablado con sus amigas y han confirmado su coartada pero…
- Ninguna recuerda haberla visto durante la franja horaria en la que se cometió el asesinato. – Ryan dio unos pequeños golpes con el bolígrafo sobre la libreta mientras se le dibujaba una sonrisa en la cara.
- Muy bien, traedla aquí, creo que tiene que responder a unas cuantas preguntas. – Concluyó Beckett.
Un rato después Beckett estaba en la sala de descanso preparándose otro café y esperando a que sus chicos trajesen a la Señora Johnson a la comisaría. Aún tenía que bajar al laboratorio a ver si Lanie tenía alguna novedad.
- ¿Pensando? – Richard apoyó el hombro derecho en el marco de la puerta mientras observaba como Kate daba vueltas al café con una cuchara.
- Como siempre. – Le miró y sonrió. - ¿Sabes? Había pensado que podríamos preparar algo para cuando vuelva Alexis, ¿qué te parece? – Se apoyó en la encimera, de espaldas a la máquina de café.
- Me parece una gran idea. – Asintió y sonrió. – Podríamos ir a cenar los cuatro a su restaurante favorito.
- Y además así le puedo dar su regalo de cumpleaños. – Castle frunció el ceño sorprendido. – Sí, sé que es dentro de dos semanas pero como no lo pasará aquí pues… así aprovecho. – Kate se extrañó al ver la forma que tenía él ahora mismo de observarla. - ¿Por qué me miras así?
- No, es solo que no tenías por qué regalarle nada. – Dijo sorprendido y a la vez halagado. Le gustaba mucho ver que Kate y su hija se llevaban tan bien.
- Claro que sí Rick, somos amigas y las amigas hacen estas cosas. – Contestó casi ofendida. - ¿Por qué no iba a hacerle un regalo?
- Vale, siento haber dicho nada. – Levantó las manos en son de paz. – Puedes regalarle todo lo que tú quieras que yo no diré nada.
- Así me gusta, porque no querría tener de nuevo esta conversación por su regalo de navidad. – Le dio un trago a su café.
- ¿Sabes qué? En este momento me encantaría besarte. – Se fue acercando a ella.
- Rick, para. – Le puso una mano en el pecho. – Estamos en comisaría y podrían verlos. – Se puso nerviosa y echó un vistazo por la ventana de la sala. Nadie parecía estar pendiente de ellos.
- Sólo un beso rápido… - Le quitó la taza de las manos y la dejó sobre la encimera, al lado de la máquina de café. Estaban tan cerca que sus labios casi podían rozarse.
- Oye Beckett que… - En ese momento entró Esposito en la sala, haciendo que la pareja se separase a la velocidad de la luz. - ¿Interrumpo algo? – Preguntó con una sonrisa en los labios.
- ¿Interrumpir? – Castle forzó una risita. - ¡Qué va! Es solo que se me ha movido la… la… ¡La lentilla! Y Beckett me estaba ayudando. – Kate le miró de reojo. - ¿Verdad?
- Sí, eso es. – Asintió rápidamente la inspectora.
- ¿Lentilla? Tío no sabía que utilizases lentillas… - Les miró con curiosidad, primero a uno y luego a otro.
- Sí, sí que las llevo, ¿algún problema? – Intentó defenderse.
- Ninguno tío. – Negó Esposito con la cabeza sin poder reprimir la risa.
- ¿Alguna novedad Espo? – Beckett intentó cambiar de tema.
- Sí, ya está aquí la señora Johnson. La hemos pasado a la sala de interrogatorios. – Señaló Javier con el pulgar.
- Vale. Vamos Castle. – Le miró de reojo y salió de la salita.
- Tranquilo, que luego haremos cuentas. – Dijo Esposito a Castle en bajito mientras le despedía con la mano y una sonrisa en la cara.
De camino a la sala de interrogatorios.
- Te voy a matar. – Dijo Beckett algo enfadada.
- Bueno, tampoco ha sido para tanto, podría haber entrado cinco segundos después y pillarnos. – Sonrió intentando ver el lado positivo.
- A ti hay veces que se te olvida que voy armada, ¿verdad? – Se paró delante de la puerta de la sala.
- Tú tranquila que yo me encargo de sobornarlo para que no diga nada de lo que casi ve. – Le aseguró.
- Eso no me deja mucho más tranquila Castle. – Le fulminó con la mirada.
- Sólo preocúpate del caso que yo lo tengo todo controlado.
- Más te vale porque en cualquier momento puedo pegarte un tiro en la rodilla. – Le advirtió y entró en la sala de interrogatorios.
- Uuuuf… - Resopló el escritor antes de seguir a Kate.
Cuando entraron se encontraron con Marie Johnson, una mujer rubia de unos treinta y tantos casi cuarenta, bastante maquillada teniendo en cuenta las horas de la mañana que eran.
- Buenos días señora Johnson, sabe por qué está aquí, ¿verdad? – Castle y Beckett tomaron asiento. Ella dejó sobre la mesa una carpeta oscura.
- Sí, aunque pensaba que ya les había contado todo lo que querían saber. – Respondió Marie, cruzando las manos sobre la mesa.
- Es algo rutinario. – Habló Richard. – Son sólo unas preguntas. – La mujer asintió.
- ¿Cómo era la relación con su ex marido? – Quiso saber la inspectora.
- ¿Qué cómo era? – Marie se rió. – Era un cerdo cabrón que no podía tener la bragueta cerrada. ¿Saben? En el fondo me alegro de que lo hayan matado. Así no engañará a más mujeres inocentes.
- ¿Seguro que se alegra por eso o porque, con su muerte, usted recibiría tres millones de dólares? – Beckett abrió la carpeta y le enseñó el papel donde ponía dicha información.
- ¿Qué? – La mujer cogió la hoja y la leyó detenidamente. - ¿De dónde ha salido esto?
- Esta es la herencia del señor Johnson. – Dijo Castle señalando el folio. - ¿De verdad va a hacernos creer que no tenía ni idea de que esto existía? – Comentó con incredulidad.
- Les juro que no sabía nada de esto. – Se rió y negó con la cabeza. – Menudo cabrón, me ha hecho perder miles de dólares luchando por la pensión para nuestros hijos y luego me sale con estas.
- ¿Dónde estuvo entre la una y las tres de la mañana señora Johnson? – Beckett se acomodó en su asiento.
- Ya se lo dije, tenía una despedida de soltera. – Puso la hoja de papel sobre la mesa.
- ¿Está usted segura? Porque hemos hablado con sus amigas y nos han dicho que a esas horas usted, casi por arte de magia, desapareció. – Castle apoyó ambos brazos sobre la mesa.
- ¿Están insinuando que yo maté a ese cerdo? – Marie alzó una ceja incrédula.
- Bueno tenía un buen motivo para hacerlo. – Contestó Kate seria. – Le estaba arrebatando dinero que, por orden del juez, pertenecía a sus hijos.
- Sí bueno pero no por eso iba a mancharme las manos con la sangre de ese cabrón. – Se cruzó de brazos. – Además, era cuestión de tiempo que algo así ocurriese.
- ¿Lo dice por sus incontables enemigos? – Preguntó Castle.
- Así es. Norman iba haciendo “amigos” por cada sitio que pasaba. No soy la única a la que debía dinero y tampoco la única que se alegra de que esté muerto.
- Aún así, no nos ha dicho dónde se encontraba usted entre la una y las tres de la mañana. – Persistió Beckett.
- Bueno, total, ya está muerto. – Suspiró. – Estaba con Matt, mi novio.
- ¿A esas horas? – Quiso saber Rick.
- Era el único momento en el que podíamos vernos. Llevamos nuestra relación en secreto. Es lo que mi abogado me aconsejó, por lo menos hasta que hubiese ganado el juicio a ese cabrón.
- ¿Y eso por qué? Usted ya era una mujer divorciada, podía salir con quien quisiera. – Kate alzó una ceja.
- Lo sé pero es que nuestra relación es algo… ilegal. – Declaró. – Matt es el juez que lleva nuestro caso en los juzgados.
- ¡Ay va! – Castle se sorprendió y miró a Beckett. - ¿Así que se acostaba con él para que le diese un empujoncito en el juicio?
- Exacto, no he estado aguantando al cerdo de mi ex marido durante quince años para acabar en la ruina por su culpa. – Declaró la señora Johnson. – Tenía que asegurarme que ese juicio estaba ganado.
- ¿Sabe qué podía estar haciendo el señor Johnson a esas horas el día de su asesinato? – Kate cambió de tema.
- A saber, cualquier cosa. – Se encogió de hombros. – Quizá fue a celebrar la venta de un piso, no lo sé.
- ¿Sabe si había alguien nuevo en su vida? – Castle se echó un poco hacia delante en la mesa. - ¿Si salía con alguien?
- Bueno, es posible. Norman siempre tenía que tenerla metida en alguna parte. – Cruzó los brazos delante del pecho. – No me extrañaría que estuviese con alguien.
- ¿Y qué puede decirnos sobre los enemigos de su marido? – Preguntó Beckett.
- Ex marido. – Recalcó. – Y tenía demasiados enemigos.
- Eso lo sabemos pero, ¿por qué? – Habló el escritor.
- Para empezar llevaba dos meses sin pagar a sus empleados, según él porque el negocio iba mal y no tenía dinero. – Cruzo las piernas. – Pero todos sabían que eso no era así. Para sus caprichos sí que había dinero.
- ¿Y alguno de ellos podría estar tan enfadado con él cómo para matarlo? – Kate jugueteó con su bolígrafo.
- Supongo que sí, pero no lo sé seguro. A nadie le gusta que le roben su dinero. – Dijo de forma evidente.
- Muy bien, gracias señora Johnson por su ayuda. – Kate cerró la carpeta y se levantó de la silla.
- Pero no salga de la ciudad. – Castle se puso en pie y salió detrás de Beckett, dejando a la señora Johnson algo descolocada.
Una vez fuera de la sala de interrogatorios.
- ¿Qué no salga de la ciudad? – Kate alzó una ceja y fue hacia su mesa.
- Sí, me gusta mucho esa frase. – Se encogió de hombros.
- Ya veo. – Dejó la carpeta sobre el escritorio y miró la pizarra. – Parece que hay que descartar a la ex mujer. – Quitó la foto de la señora Johnson de “sospechosos” y la puso a un lado.
- Lo que reduce la búsqueda a cuantos, ¿unos seis sospechosos? – Se apoyó en la mesa.
- Eso parece. – Beckett se llevó el pulgar a los labios mientras repasaba la información que tenían en la pizarra blanca. – Espo, ¿habéis encontrado algo sobre el arma homicida? – Javier se levantó de su silla y fue hacia donde estaba ella y Castle.
- Sí y no. – Miró sus notas. – Al parecer es un sujetador de lo más corriente. Hemos hablado con el fabricante y nos ha dicho que producen miles de esos sujetadores al día. – Se sentó en la silla que Castle utilizaba. – Y se distribuyen por prácticamente todas las tiendas de lencería de la ciudad.
- Así que no tenemos nada concluyente. – Kate chasqueó la lengua a modo de fastidio.
- Y las cuentas tampoco nos dicen nada. – Ryan se unió a ellos. – No hay movimientos extraños de dinero. Todo parece bastante limpio.
- Hay que averiguar si estaba saliendo con alguien. – Concluyó la inspectora.
- Quizá su nuevo ligue fue quién le mató. – Opinó el escritor.
- Chicos a ver si alguno de sus compañeros o amigos saben si había alguien nuevo en su vida. – Pidió Beckett.
- Ahora mismo nos ponemos a ello. – Los dos inspectores fueron a sus escritorios a realizar las llamadas pertinentes.
- ¿Y si es un asesinato al azar? – Preguntó Castle.
- Espero que no porque si es así entonces lo vamos a tener más complicado, a no ser que el asesino cometa algún error. – Kate se pasó las manos por el pelo. En ese momento sonó el móvil de la inspectora. – Beckett. – Dijo al descolgar. – Ah hola Martha. – Sonrió. – Sí claro… Me parece muy buena idea.
- ¿Mi madre? – Susurró Castle algo sorprendido. Kate asintió y se retiró un poco para hablar.
Rick iba a protestar pero sonó el teléfono de la inspectora.
- Eh… ¿Teléfono de la Inspectora Beckett? – Contestó.
- ¿Castle qué haces tú cogiendo el teléfono de Beckett? – Lanie se extrañó.
- Eh, es que ahora mismo ella está hablando por el móvil.
- ¿Y sabe ella que estás contestando tú a sus llamadas? – Hizo hincapié en “sus”.
- Bueno… No… - Se quedó pensando y miró de reojo a Beckett la cual se había metido en la sala de reuniones a hablar. - ¡Eh! Si no hubiera cogido el teléfono ahora mismo no estaríamos teniendo esta conversación. – Protestó.
- Vale, es tu problema. – La forense se encogió de hombros. – Pero no quiero saber nada si luego Beckett te mata por tocar sus cosas.
- Sí, lo sé, lo sé… - Asintió con la cabeza. - ¿Y en qué puedo servirte? – Se sentó en la silla de Kate.
- Quería que os pasaseis por el laboratorio, tengo novedades.
- ¿Y no puedes darme un adelanto? – Preguntó él con curiosidad.
- No, aunque… Si tú me dices con quién está saliendo Beckett es posible que cambie de idea y te avance algo. – La forense sonrió al otro lado del teléfono.
- ¿Beckett? ¿Saliendo con alguien? – Se pasó una mano por el pelo. – Es la primera noticia que tengo. – Intentó hacerse de nuevas.
- Tú sigue disimulando que sé que sabes algo. – Jugueteó con el cable del teléfono. – En fin, tendré que averiguarlo yo sola. Dile a Beckett que cuando acabe os paséis por el laboratorio. – Colgó el teléfono.
Beckett se acercó a él después terminar de hablar con Martha.
- ¿Has cogido mi teléfono? – Kate alzó una ceja y se cruzó de brazos esperando una respuesta.
- Tú estabas ocupada. – Se encogió de hombros.
- Ya, ¿y quién era? – Dejó el móvil sobre la mesa.
- Lanie. Que bajemos al laboratorio que ha encontrado algo. – Esperó a que la inspectora le contase qué es lo que quería Martha pero, al ver que no iba a contárselo se lo preguntó. – Y… ¿Qué quería mi madre? – Curioseó Castle.
- Hemos quedado para almorzar. – Miró unos papeles y luego los metió en una carpeta.
- ¿Y por qué te llama a ti y no a mí? - Dijo para sí en voz alta. - ¿Y qué quiere ahora de nosotros?
- De nosotros no, de mí. Tú no vienes. – Cogió la chaqueta. Castle la miró sin entender nada.
- Espera, espera… ¿Cómo qué yo no voy? – Parpadeó varias veces incrédulo. - ¿Y por qué yo no puedo ir? – Dijo con cierta envidia.
- Ha dicho que quería hablar conmigo a solas. – Se encogió de hombros.
- ¿Sobre qué? ¿Y por qué yo no lo puedo saber?
- No lo sé. – Sonrió de medio lado al verle así. – Tranquilo que seguro que no pasa nada.
- Viniendo de mi madre no sé yo qué esperar. – Castle se levantó de la silla. – Seguro que se ha metido en algo ilegal y quiere consejo policial. - Dio por hecho.
- En cuanto hable con ella sabré de qué se trata. – Fue hacia el ascensor con Richard detrás.
- Y en cuanto lo sepas me lo dirás, ¿no? – Dijo él de forma obvia.
- Eso depende de si tu madre me deja que te lo diga. – Se metió en el ascensor y pulsó el botón de la morgue. – O puede que luego sea ella misma la que te lo cuente.
- Sigo sin entender por qué no habla conmigo. – La imitó y subió al elevador. – Soy su hijo, se supone que confía en mí.
- Puede que sea precisamente eso, que eres su hijo y habrá cosas que no pueda contarte. – Ella se encogió de hombros.
- ¿Y qué no puede contarme? – Se quedó pensando unos segundos. – Espera, mejor no me contestes a esa pregunta, no quiero tener pesadillas. – Puso cara de desagrado. Kate se rió.
El ascensor abrió las puertas en la planta de la morgue. Entraron en el laboratorio donde la forense les estaba esperando.
- Hola Lanie, ¿qué tienes para nosotros? – Ambos se acercaron a la mesa metálica donde estaba el cuerpo del señor Johnson.
- Acabo de recibir el informe de toxicología. – Echó un vistazo al dosier.
- ¿Y? – Alzó las cejas esperando que la doctora continuase. - ¿Consumía drogas?
- ¿Sabes qué? – Lanie la señaló con el dedo. – No puedo creerme que, siendo tu mejor amiga, aún no me hayas contado con quién te estás acostando. – Se abrazó a la carpeta.
- ¿Qué? – Kate abrió mucho los ojos. - ¿Crees qué eso es relevante ahora mismo Lanie?
- Lo es. – Asintió la forense con la cabeza. – Y que el chico escritor lo sepa y yo no me parece aún más fuerte. – Dijo tajante. Ambas mujeres miraron a Castle.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¡Pero si yo no sé nada! – Él se defendió rápidamente. – Estoy igual que tú, intentando que me lo cuente pero nada… Se niega… - Kate le miró de reojo a modo de advertencia.
- ¿Podemos dejar mi vida privada a un lado y hablar sobre el caso? – Señaló el cuerpo que estaba sobre la mesa.
- Como quieras, pero que sepas que pienso averiguarlo. – Contestó Lanie desafiante.
- ¿Qué has encontrado? – Volvió a repetir Kate.
- Flunitrazepam. – Contestó la forense.
- ¿Fluni qué? – Castle frunció el ceño.
- Flunitrazepam. Es un fármaco hipnótico de la familia de las benzodiacepinas. – Castle y Beckett no entendieron ni una palabra. – Su nombre comercial es Rohypnol, aunque seguro que las conocéis más por el nombre de “Roofies”. Es un medicamento que se utiliza para tratar la ansiedad, el insomnio y, si se inyecta, tiene un efecto anestésico, aunque esto último aquí está prohibido.
- ¿Las “Roofies” no son lo que llaman la droga de la violación? – Preguntó Castle.
- Así es pero, antes de que me preguntéis no, no hay signos de agresión sexual en el cuerpo. Pero… - Lanie echó un vistazo a su dosier. – Tenía un alto contenido de alcohol en sangre y eso, junto con el flunitrazepam causa un efecto incapacitante.
- Por eso había signos de lucha. – Comentó Kate en voz alta. – Le drogaron antes de matarlo.
- Exacto y, además… - Fue hasta una mesa auxiliar de donde cogió una bolsita de pruebas con algo dentro. – He encontrado esto en la suela de su zapato. – Se lo entregó a la inspectora. – Parecen unas fibras de moqueta o algo así. Aún tengo que analizarlo.
- Quizá sea del lugar donde le mataron. – Dijo Castle, cogiendo la mano de Kate para ver mejor la prueba.
- Es posible. – Asintió la inspectora. – Cuando sepas de qué es llámame Lanie. – Le pidió y le devolvió la prueba.
- Dalo por hecho. – Contestó la forense. – Y que sepas que me debes una conversación. – La señaló con el dedo antes de que salieran del laboratorio.
Ya fuera de la morgue.
- ¿Se puede saber qué le has contado a Lanie? – Le cogió de la oreja
- ¡Manzanas! ¡Manzanas! ¡No le he dicho nada! ¡Lo juro! – Ella le soltó.
- ¿Entonces? ¿Por qué ha dicho que tú lo sabías? – Presionó el botón del ascensor.
- No lo sé. – Se llevó la mano a la oreja que ella había pellizcado. – Es demasiado lista. Puede que se huela algo y me esté tanteando. – Se encogió de hombros.
- Pues tenemos dos opciones. – Miró hacia la puerta del laboratorio. – O le contamos la verdad o nos inventamos algo.
- Sólo te digo que si termina pillándonos estate alerta para hacer frente a su bisturí. – Contestó el escritor. – Y yo iré preparando mi talonario… - Dijo esto último en bajito.
- ¿Qué has dicho? – Frunció el ceño ya que no había oído bien lo que dijo Castle.
- Nada, nada, que yo prepararé mi rosario. – Intentó disimular. Al ver que Kate no se había dado cuenta resopló.
P.D: Gracias por leer!!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanta, es como la serie misma(pero mejor te o aseguro)...sigue!
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
- Mensajes : 502
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Edad : 26
Localización : Ceuta (España)
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanta...
Continua!!!
Continua!!!
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muy bueno, estos no hacen más que picarlos y como siempre, todas law culpas a Castle por si se le ha escapado algo, jejeje.
Continúa pronto.
Continúa pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Millones de gracias por los comentarios!! Me alegra mucho que os esté gustando!
Y que sepáis que vuestros comentarios me alegran el corazón!
Y que sepáis que vuestros comentarios me alegran el corazón!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Pues nada, vamos a mantener ese corazón contentó!!!
Muy bueno, sigue!!!
Muy bueno, sigue!!!
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encantaaaa! Casi los pillan por no poder contenerse! Al pobre Castle le va a salir más caro mantener su relación en secreto...
Escribes genial!! Los capítulos son muy divertidos, interesantes y, a la vez, con un puntito picante
Sigue pronto!
Escribes genial!! Los capítulos son muy divertidos, interesantes y, a la vez, con un puntito picante
Sigue pronto!
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Estaba deseando tener tiempo para poder leer el segundo capítulo y por fin he podido.
Me encanta pasarme por aquí a leer porque paso un rato divertidiísimo, tu historia siempre me hace reir.
Castle siempre esta amenazado el pobre, sino es por Kate y su pistola es por Lanie y su bisturí
Lo que me he podido reír cuando Espo casi los pilla besándose o cuando Lanie le dice a Castle que sabe que él sabe con quien está Kate; solo de imaginarme la cara de Castle no podía parar de reírme.
Me encanta el caso, me gusta como lo desarrollas, parece un diálogo de la serie, es muy profesional.
Estupendo, como siempre Gema
Me encanta pasarme por aquí a leer porque paso un rato divertidiísimo, tu historia siempre me hace reir.
Castle siempre esta amenazado el pobre, sino es por Kate y su pistola es por Lanie y su bisturí
Lo que me he podido reír cuando Espo casi los pilla besándose o cuando Lanie le dice a Castle que sabe que él sabe con quien está Kate; solo de imaginarme la cara de Castle no podía parar de reírme.
Me encanta el caso, me gusta como lo desarrollas, parece un diálogo de la serie, es muy profesional.
Estupendo, como siempre Gema
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muchas gracias por los comentarios!!
Alba como me animan tus pedazo comentarios!!! jejeje Es un GRAN placer tenerte como lectora!!!
La verdad es que vosotros os reís leyéndolo y yo me parto de risa escribiéndolo!!
Yo creo que las demás situaciones os van a gustar también jeje
Y sobre el caso hay muuuuucho más
Lo dicho, vuestros comentarios me alegran el día! MIL GRACIAS!
Estaba deseando tener tiempo para poder leer el segundo capítulo y por fin he podido.
Me encanta pasarme por aquí a leer porque paso un rato divertidiísimo, tu historia siempre me hace reir.
Castle siempre esta amenazado el pobre, sino es por Kate y su pistola es por Lanie y su bisturí
Lo que me he podido reír cuando Espo casi los pilla besándose o cuando Lanie le dice a Castle que sabe que él sabe con quien está Kate; solo de imaginarme la cara de Castle no podía parar de reírme.
Me encanta el caso, me gusta como lo desarrollas, parece un diálogo de la serie, es muy profesional.
Estupendo, como siempre Gema
Alba como me animan tus pedazo comentarios!!! jejeje Es un GRAN placer tenerte como lectora!!!
La verdad es que vosotros os reís leyéndolo y yo me parto de risa escribiéndolo!!
Yo creo que las demás situaciones os van a gustar también jeje
Y sobre el caso hay muuuuucho más
Lo dicho, vuestros comentarios me alegran el día! MIL GRACIAS!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Esta muy bien espero que puedas continuar lo antes posible
rubiodav- Actor en Broadway
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 04/03/2012
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