Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
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LeFleur89
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Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
La verdad es que no me ha importado que este capítulo esté centrado en el caso, al contrario, me ha encantado porque lo tienes tan bien montado que es como estar viendo la serie, incluso me hago mis propias suposiciones sobre quien podría ser el asesino
Rachel me da pena, parece una buena chica que quiere ayudar pero que teme ser descubierta por su jefa.
Aunque Saúl tiene pinta de ser el asesino por las grabaciones y su comportamiento con las víctimas, algo me dice que no será él... En cambio, tengo mis dudas con Daisy...
Buena forma de volver a la carga con esta historia, Gema.
Sabiendo que no te olvidarás de nosotros aunque tardes en subir, me quedo más tranquila
Esperaré el siguiente con muchas ganas.
Rachel me da pena, parece una buena chica que quiere ayudar pero que teme ser descubierta por su jefa.
Aunque Saúl tiene pinta de ser el asesino por las grabaciones y su comportamiento con las víctimas, algo me dice que no será él... En cambio, tengo mis dudas con Daisy...
Buena forma de volver a la carga con esta historia, Gema.
Sabiendo que no te olvidarás de nosotros aunque tardes en subir, me quedo más tranquila
Esperaré el siguiente con muchas ganas.
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Por fin se ve algo de luz en el caso, aunque me da a mí que ése no va a ser el asesino.
Muy bueno los chicos enfrentándose a Rick para que no le haga daño a Kate, cuando se entere de los chantajes, los mata.
Espero que puedas continuar pronto.
Muy bueno los chicos enfrentándose a Rick para que no le haga daño a Kate, cuando se entere de los chantajes, los mata.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
muy buen capi espero que continua prontoooo plisss
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanta, continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Que bien que hayas vuelto, me ha encantado el capitulo el caso es...¿?
!!!que imaginación de verdad!!! el talento que algun@s teneis es verdaderamente asombroso, leyendo es como si viesemos un capitulo de la serie pero, la verdad sea dicha, algunas veces mejor... mucho mejor.
Sigue pronto con un poquito de Caskett que tu lo bordas
!!!que imaginación de verdad!!! el talento que algun@s teneis es verdaderamente asombroso, leyendo es como si viesemos un capitulo de la serie pero, la verdad sea dicha, algunas veces mejor... mucho mejor.
Sigue pronto con un poquito de Caskett que tu lo bordas
macucaro- Ayudante de policia
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Fecha de inscripción : 15/02/2013
Localización : Sevilla
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
¡Buenos días! ¡Muuuuchas gracias por esos comentarios tan positivos! Pensaba que os ibaisa tirar a mi cuello porque el capítulo era sólo del caso. Ya veo que me equivocaba xD
Ya va quedando menos para la resolucion completa del caso jeje a partir de ese momento habrá más Caskett y algún que otro caso más sencillo jeje
En cuanto a Ryan y Esposito, ellos siempre van a proteger a Beckett. Aunque suene a tópico (y quizá machista) ella es la chica del grupo (y la mami), y ellos se ven en la obligación de protegerla. Por eso no dudan en ponerle los puntos sobre las ies a Castle jeje
El caso al final, es más sencillo de lo que parece. Ahí lo dejo xD
No sé si hoy podré subir capi, estoy hasta arriba de trabajos (maldita universidad) y, además,tengo unos cuantos capítulos que pasar al ordenador (es la desventaja de escribir en cuadernos cuando estoy fuera de casa xD)
Lo dicho, me encantan vuestros comentarios y como he dicho siempre, las críticas (si son constructivas y no queréis apuñalarme xD) son bien recibidas. Un comentario vuestro hace que quiera seguir escribiendo, porque sé que hay gente que me lee y no escribo en vano xD
¡¡Gracias de nuevo por leer y por comentar!!
P.D: creo recordar que en el siguiente capítulo hay algo más de Caskett =D
Ya va quedando menos para la resolucion completa del caso jeje a partir de ese momento habrá más Caskett y algún que otro caso más sencillo jeje
En cuanto a Ryan y Esposito, ellos siempre van a proteger a Beckett. Aunque suene a tópico (y quizá machista) ella es la chica del grupo (y la mami), y ellos se ven en la obligación de protegerla. Por eso no dudan en ponerle los puntos sobre las ies a Castle jeje
El caso al final, es más sencillo de lo que parece. Ahí lo dejo xD
No sé si hoy podré subir capi, estoy hasta arriba de trabajos (maldita universidad) y, además,tengo unos cuantos capítulos que pasar al ordenador (es la desventaja de escribir en cuadernos cuando estoy fuera de casa xD)
Lo dicho, me encantan vuestros comentarios y como he dicho siempre, las críticas (si son constructivas y no queréis apuñalarme xD) son bien recibidas. Un comentario vuestro hace que quiera seguir escribiendo, porque sé que hay gente que me lee y no escribo en vano xD
¡¡Gracias de nuevo por leer y por comentar!!
P.D: creo recordar que en el siguiente capítulo hay algo más de Caskett =D
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Ahora que voy poniéndome a día y viendo que vas a continuar aprovecho para enviarte ánimos.
Cuando puedas, aquí esperando para leerte.
Cuando puedas, aquí esperando para leerte.
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
De nuevo, siento la tardanza, pero ya sabéis, muchas cosas de la uni y demás jeje
Agradeceros de corazón a todos los que os molestáis en dejar un comentario. ¡Me encanta leeros!
Sobre este capítulo decir que va resolviéndose un poco más el caso y que tendréis una sorpresita que NO os esperáis (espero que sea grata xD)
Lo dicho, disfrutad de la lectura como yo lo he hecho escribiéndolo. Ya sabéis que podéis (debéis ) dejar comentarios con vuestras impresiones, de lo que os ha gustado y de lo que no jeje
Capítulo 13.
El apartamento del sospechoso estaba en pleno Manhattan, cerca de Central Park. Era un bloque de edificios que parecía bastante lujoso desde fuera. Las dos parejas de policía aparcaron cerca de la entrada al edificio. Discretamente, entraron en el edificio. El portero les llamó la atención pero cuando le enseñaron sus placas les dejó pasar sin problemas. Saúl vivía en la planta sexta por lo que decidieron coger uno de los ascensores. Cuando llegaron al piso fueron directos a la puerta de su apartamento. Beckett golpeó varias veces la madera entrada.
- Policía de Nueva York. – Esperó unos segundos antes de volver a llamar. – Saúl Gautier, abra la puerta por favor.
- Parece que no está. – Susurró el escritor. – Y es raro porque en el club tampoco estaba.
- ¡Saúl Gautier! ¡Policía de Nueva York! – La inspectora aporreó de nuevo la puerta.
En ese momento, la puerta que estaba a sus espaldas se abrió.
- ¿Por qué arman tanto escándalo? – Se quejó una señora mayor. - ¿No ven que no hay nadie?
- Señora soy la inspectora Kate Beckett, de la Policía de Nueva York. – Le mostró la placa. - ¿Sabe algo del señor Gautier?
- Lo único que sé es que hará un par de horas le vi marcharse con una gran maleta.
- ¿Y le dijo a dónde iba? – Preguntó Esposito.
- ¿Cómo quiere que se lo pregunte a través de la mirilla de la puerta? – Refunfuñó la señora. – Sólo sé que parecía que se iba para no volver.
- ¿Ha notado algún comportamiento extraño en su vecino? – Castle se metió en la conversación.
- No era un hombre muy hablador. – Comentó la anciana. – Aunque sí que era un hombre de costumbres y muy trabajador.
- ¿A qué se refiere exactamente? – Beckett frunció el ceño.
- Pues a que siempre se iba a trabajar a las ocho de la mañana y no volvía hasta las siete de la tarde. – Se apoyó en el marco de la puerta. – Luego hacia las nueve volvía a irse.
- ¿Y vio si traía a alguna mujer a casa? – Quiso saber Ryan.
- Pues… - Se quedó pensando. - En los cinco años que lleva viviendo aquí no he visto que nadie viniese a visitarle. Ya les dije que es un hombre poco hablador y reservado.
- Gracias señora por su ayuda. – Dijo Beckett.
- ¿Se ha metido en problemas? – Quiso cotillear.
- Lo siento pero no podemos decirle nada. – Contestó Esposito.
- Vaya, qué pena. – La mujer chasqueó la lengua.
- Que tenga un buen día. – Se despidió el escritor.
La señora cerró la puerta y los cuatro volvieron por donde habían venido.
- ¿Soy yo o esa mujer se aburre demasiado? – Comentó Castle.
- Es lo que se llama la típica vecina cotilla. – Respondió la inspectora.
- Pues de vuelta a comisaría. – Esposito resopló.
- A enfrentarse con ‘Iron Gates’… - Dejó caer Ryan.
Cada uno subió a su coche y pusieron rumbo a la 12th. Las puertas del ascensor de la comisaría se abrieron. Fueron directos a sus mesas pero fueron interceptados por Gates, que salía de su despacho.
- ¿Dónde demonios está el sospechoso? – Frunció el ceño.
- No está ni en su casa ni en el club. – Contestó Esposito.
- ¿Cómo que no está? – Gates se cruzó de brazos.
- Ha desaparecido. – Repitió Ryan.
- Sé lo que ha querido decir el detective Esposito. – La capitana le fulminó con la mirada. – Quiero su maldita foto en todos los aeropuertos. – Les señaló con el dedo. – Y también quiero policías en las carreteras de salida de la ciudad. No puede escaparse después de cometer tres asesinatos.
Gates volvió a su despacho y cerró la puerta de un portazo.
- Vaya, sí que se ha enfadado. – Comentó el escritor.
- Chicos hay que hacer todo lo que Gates ha dicho. – Kate cogió el teléfono de su mesa.
- ¿Cómo se habrá enterado de que le estábamos buscando? – Ryan frunció el ceño.
- Me apuesto lo que sea a que la dueña del club se ha ido de la lengua. – Opinó Esposito.
- Es muy posible. – Kate asintió. – Y si fuese así quizá Daisy le haya estado encubriendo todo este tiempo.
- Eso explicaría su recelo a la hora de colaborar. – Apuntó Castle.
- Venga chicos. Tenemos que encontrarle. – Beckett marcó un número de teléfono.
Se pasaron todo el día haciendo llamadas, intentando localizar al sospechoso. De momento no había ni rastro de él. Gates decidió darles unas cuantas horas libres. Era tarde y habían estado trabajando duramente durante todo el sábado. La Navidad se estaba acercando así que Castle y Beckett decidieron que, como tenían esas horas libres, era el mejor momento para empezar con las compras para la cena. Fueron a un gran supermercado a las afueras de Nueva York. Castle era el que llevaba el carrito de la compra mientras Kate iba repasando la lista.
- Rick, ¿has apuntado diez bolsas de ositos de gominola en la lista? – Alzó las cejas, levantando la vista de la hoja de papel.
- Son estrictamente necesarias para la tarta que tengo pensada hacer. – Se encogió de hombros, de manera inocente.
- Ya… - Le miró de reojo y luego volvió a mirar la lista. – Pero, ¿diez bolsas? ¿No pueden ser dos o tres?
- Se necesitan diez. – Dijo tajante. – Además, puede que, mientras se hace la tarta, caiga algún que otro osito en mi poder. – Sonrió con malicia.
- Vamos, que sólo necesitas unas cinco bolsas para el postre y las otras cinco son para ti, ¿no? – Se apoyó en el lateral del carrito de metal.
- Mmmm… - Se quedó pensando. – Sí, algo así. – Terminó por asentir.
- ¿Y todo este chocolate? ¿Es que no hay nada en la lista que no sea dulce? – Repasó de arriba abajo todo lo que estaba escrito en el papel.
- Es que soy un tío muy dulce. – Se encogió de hombros a modo de disculpa.
- Ya… - Ocultó una sonrisa. – Creo que después de estas navidades voy a tener que ir más al gimnasio…
- Por eso no te preocupes. Yo me encargo de que no engordes ni un gramo. – Movió las dejas repetidamente.
- Te estás volviendo muy verde con los años, ¿lo sabías? – Bromeó.
- ¿Con los años? – Repitió. - ¿Se está metiendo con mi edad, señorita Beckett?
- Está bastante claro que sí, señor Castle. – Respondió con picardía. - ¿Va a hacer algo al respecto? – Le miró a través de las pestañas.
- Ya pensaré en algo. – Le pasó el brazo alrededor de la cintura y le dio un beso en la comisura de los labios.
- Eso espero, señor Castle. – Sonrió y le miró de reojo. – Bueno, y además de todo este dulce, ¿tienes pensado algo que podamos poner cómo cena de Navidad?
- Desde luego. – Rick asintió. – Pavo relleno, la especialidad de Richard Castle.
- ¿Y qué necesitas? – Repasó la hoja de papel. – Porque no has apuntado nada en la lista…
- No necesito ninguna lista. Está todo aquí. – Se dio unos golpecitos en la cabeza.
- Bueno, si es así, te sigo. – Hizo un gesto con la mano para que él fuese primero.
- ¿Me dejas ir primero? – Dijo sorprendido.
- Claro, yo no sé qué tienes que comprar. – Respondió algo confusa.
- Kate Beckett dejándome ir en primer lugar. – Se llevó una mano al pecho, de forma dramática. – Esto es algo memorable. – Hizo como si se limpiase una lágrima.
- No seas trágico. – Le dio en el brazo. – Ni que fuese la primera vez.
- Déjame pensar… - Se llevó la mano a la barbilla. – Sí, esta es la primera vez.
- Bueno pues si sigues así quizá sea la última. – Le miró de reojo y escondió una sonrisa.
- Ya me callo. – Hizo como si se cerrase la boca con una cremallera.
- Rick, ¿en serio crees que es buena idea que los chicos vengan a cenar a casa? – Kate estaba poco convencida de ellos.
- MMhuuu… - El escritor empezó a hablar pero no salía de su boca ninguna palabra por culpa de esa “cremallera” que antes había cerrado.
- Por dios Rick… - Se rió mientras negaba con la cabeza. Alargó la mano y abrió esa supuesta cremallera. – Así mejor.
- Ya… - Respiró varias veces por la boca, haciéndose el aliviado. – Lo que te estaba diciendo es que sí, es una buena idea. ¿O prefieres pasar otra noche incómoda por estar sólo con nuestros padres… juntos…?
- Sí. – Asintió. – Tienes razón. Los chicos serán nuestro escudo esa noche.
- Y puede ser que nos libremos de sus arrumacos durante unas horas. – Le dio un escalofrío.
- No me lo recuerdes. – Kate puso cara de desagrado. - ¿Y Alexis va a salir esa noche?
- Eso me ha dicho. – Asintió con la cabeza. – Pero que se iría después de abrir los regalos.
- Entonces al final se ha lanzado… - Dijo para sí en voz alta, con una sonrisa en los labios.
- ¿Lanzarse? – Frunció el ceño. - ¿Lanzarse a qué? ¡¿O a quién?! – Dijo alarmado.
- Nada. Son… cosas de chicas. – Curvó los labios hasta que formaron una pequeña sonrisa.
- La última vez que dijiste eso al final resultó que nuestros padres estaban saliendo… - Se quedó callado un instante. – ¡Oh dios! Es eso, ¿no? Mi pequeña hijita está saliendo con alguien. - Se llevó una mano al pecho. – Creo que me estoy mareando…
- Castle tranquilízate. – Le puso una mano en el hombro. – Que no es para tanto. – Le cogió de la barbilla para que le mirase. – Cuando ella esté preparada te lo contará.
- Entonces es cierto. – Abrió mucho los ojos. – Otro adolescente hormonado me va a arrebatar a mi pequeña niña de mis brazos…
- ¿No estás exagerando un poquito? – Kate alzó las cejas, divertida.
- ¿Exagerando? ¿Exagerando? – Elevó un poco el tono de voz. – Quiero saberlo todo… Bueno no… - Frunció el ceño. – Bueno sí… - Asintió. – No, mejor no, la ignorancia es lo mejor… No, mejor sí, quiero saberlo.
- Yo no puedo contarte nada. – Se encogió de hombros, haciéndose la inocente. Siguió andando por el pasillo del supermercado, seguida por Castle.
- ¿Tiene piercings? ¿Tatuajes? ¿Es gótico? ¿Emo? – Fue diciendo mientras empujaba el carrito.
- ¿No estás sacando un poco las cosas de quicio? – Le sonrió de medio lado. Cogió algo de la estantería y lo echó al carrito. - ¿Un poquito?
- Eso sería si te pidiese que mirases si tiene antecedentes… - Se quedó pensando. – Dime que lo has mirado…
- No Castle, no lo he mirado. No tengo derecho a meterme en su vida privada… y tú tampoco. – Le señaló con el dedo en el pecho. – Ella ya es mayor.
- Soy su padre. – Se justificó. – Tengo derecho a saber quién es el que va a beberse mis cervezas, quién va a sentarse en mi sillón y quién va a jugar con mi perro.
- Nuestro perro. – Puntualizó ella.
- Eso, nuestro perro. – Asintió él. – Así que, estaría mucho más tranquilo si le investigases un poquito… - Hizo un puchero.
- Rick no puedo hacer eso. – Negó con la cabeza. – Además, se supone que esto no deberías saberlo aun.
- Seguro que está buscando el momento adecuado para decirme que está saliendo con un psicópata… - Cogió dos paquetes de donuts.
- ¿Esto es necesario para el pavo? – Alzó una ceja y sacó los bollos del carro.
- Estoy estresado. Necesito dulce. – Se justificó. Kate negó con la cabeza.
- ¿Tanto como para que tengas que correr siete kilómetros en lugar de cinco?
- Mi pequeña niña tiene novio nuevo, y eso implica que no duerma por las noches pensando en qué estarán haciendo…
- Está bien Carrie Bradshaw. ¿Quieres que después vayamos a darnos unos masajes con chocolate y así te desestresas? – Le puso una mano sobre el hombro. – O mejor, sin chocolate. No vaya a ser que te de por comértelo también de lo agobiado que estás… - Ironizó ella.
- Eso, tú búrlate de mí. – Se hizo el digno. – Ya tendrás hijas y sabrás por lo que estoy pasando.
- No lo creo. - Negó con la cabeza. - Para eso estarás tú. Yo seré la que dormirá plácidamente mientras tú estarás despierto en el sofá esperando ansioso a que vuelvan. - Sonrió.
- Así que quieres tener hijos... - Le miró con curiosidad.
- Yo nunca he dicho que no los quiera. - Se encogió de hombros mientras miraba los productos de las estanterías.
- ¿De verdad quieres que tengamos hijos? ¿Conmigo? - Parpadeó varias veces, aun incrédulo.
- Había pensado tenerlos con el portero, o mejor, con Espo... - Le miró de reojo. - Pues claro que contigo, Rick. ¿Con quién si no? - Alzó las cejas.
- Sólo quería asegurarme. - Sonrió tímidamente. - ¿Estarías dispuesta a repetir ésta conversación ante un notario?
- ¡Rick! - Le dio en el brazo.
- Sólo bromeaba... - Levantó las manos. - Pero eso es un no, ¿no? - La cara de Kate lo dijo todo. - Vale, lo tomaré como un 'no'.
Antes de que Castle pudiese contestar tres mujeres de la tercera edad se les quedaron mirando y cuchichearon entre. Una de ellas se armó de valor y se acercó a ellos.
- Disculpe. - Le dijo al escritor. - ¿Es usted Richard Castle? - Tenía sonrisa tonta en los labios.
- El mismo. - Castle sonrió orgulloso. Kate puso los ojos en blanco.
- Betsy, Mary. - Hizo un gesto para que se acercasen. - ¡Es él! - Le señaló con el dedo.
- ¡Me encantan sus libros! - Dijo Betsy. - ¿Podría firmarnos un autógrafo?
- Por supuesto. - Respondió encantado. Sacó un bolígrafo de su chaqueta. -¿Dónde lo quiere?
- Rick, yo voy a seguir con la compra... - Le hizo un gesto señalando el pasillo y luego señaló el carrito.
- Sí, sí. Luego te alcanzo. - Respondió él. Quizá le llevaría algo de tiempo.
Kate intentó recordar qué cosas faltaban en casa. Se paró delante de la estantería que tenía los cafés. Estuvo mirando varios. Cuando iba a coger uno de ellos su mano se chocó con otra.
- Perdone. - Se disculpó él.
- No, lo siento yo. - Le respondió ella.
- ¿Kate? - Preguntó una voz masculina.
- ¿Josh? - La inspectora se quedó sorprendida.
- Vaya... - Ambos se quedaron algo cortados. - Cuanto tiempo...
- Sí, mucho. - Kate sonrió algo incómoda.
- Unos dos años... - Contestó él. - Y... ¿Qué tal todo?
- Bien. - Asintió con la cabeza. - Muy bien. ¿Y tú?
- Muy bien también. - Josh metió las manos en los bolsillos.
- Lanie me dijo que estabas trabajando en el Amazonas...
- Sí aunque tuve que volver porque me necesitaban en el hospital.
- Y, ¿qué tal por allí? - Kate se abrazó a la lata de café que había cogido.
- Muy bien. - Asintió. - La verdad es que reconforta mucho el ver que tu trabajo allí es muy útil.
- Sí. Me imagino que sí. - Asintió con la cabeza.
- Bueno, ¿y tú qué tal en comisaría?
- Bien. - Sonrió. - Lo de siempre, asesinatos y demás.
Josh iba a seguir hablando pero en ese momento apareció Castle.
- Kate, ¿dónde te habías metido? - Hizo acto de presencia con los brazos llenos de cosas. - He encontrado casi todo lo que necesitamos y yo solito. -Dijo orgulloso de sí mismo. Cuando divisó a Kate entre todos los artículos que llevas, los soltó en el carrito.
- Rick... - Dijo para que se diese cuenta de con quién estaba.
- ¿Josh? - Parpadeó varias veces alucinado.
- Castle... - Dijo a modo de saludo.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó el escritor.
- Bueno, creo que es evidente... - Josh señaló el carrito.
- Sí, bueno... Es cierto... - Asintió ante la evidencia. - ¿No estabas en el Amazonas? - Pasó un brazo alrededor de los brazos de Kate.
- Así es pero he tenido que volver por trabajo... - El gesto de Castle hacia la inspectora no pasó desapercibido para ninguno de los dos.
- Vosotros... ¿Estáis... juntos? - Hizo un movimiento con la mano, señalándolos a los dos.
- Desde hace casi un año. - Respondió el escritor, sin darle la oportunidad a la detective de hacerlo.
- Vaya... Me alegro. - Josh asintió. - Se os ve muy bien a los dos.
- Así que has vuelto a la ciudad... - Se le quedó mirando.
- Rick, eso ha dicho. - Contestó Kate entre dientes.
- Eres un tío importante... - Castle asintió despacio.
- Bueno... Lo normal... - Josh se encogió de hombros.
- Un tío que salva vidas... - Continuó el escritor.
Y antes de que la conversación siguiese siendo incómoda, una voz femenina les interrumpió.
- Cariño, ¿has acabado ya con lo del café? - Una mujer morena apareció detrás de ellos.
- Eh, sí. Lo siento, me he entretenido - Josh se dio la vuelta para mirarle. - Te presento a Kate Beckett y a Richard Castle. Ella es Sophie, mi mujer. – Le pasó un brazo alrededor de la cintura.
- Encantada. - Sonrió y les estrechó la mano.
- ¿Tu mujer? - Miró a Sophie y luego a Kate. - ¡Es su mujer!
- Sí, cielo. Lo he oído. - Beckett sonrío de forma algo forzada.
- Y vaya. ¡Estás embarazada! - Dijo el escritor con cierta emoción en la voz.
- Sí, de ocho meses ya. - Se tocó la barriga.
- Me alegro mucho por los dos. - Dijo Kate con sinceridad.
- ¿Y es niño o niña? - Preguntó Rick con curiosidad.
- Es niña. - Respondió Josh. Le dio a Sophie un beso en la cabeza.
- Y se va a llamar Caroline. - Sophie irradiaba felicidad. - Por cierto, ¿Richard Castle el escritor?
- Así es. - Rick asintió con la cabeza.
- Vaya me encantan tus libros. Estoy deseando que salga el siguiente. -Sonrió. Miró a Kate. - Y tú entonces eres la inspiración para Nikki Heat. No sabéis la ilusión que me hace conoceros.
- Siempre es un placer conocer a mis fans. - Castle le devolvió la sonrisa.
- Bueno, nosotros tenemos que seguir... - Josh señaló hacia atrás con el puño cerrado y el pulgar extendido.
- Sí, claro. - Kate asintió. - Nosotros también tenemos que continuar. Me alegro de haberte visto. - Le estrechó la mano a Josh. - Y a ti de haberte conocido. - Hizo lo mismo con Sophie.
- Lo mismo digo. - Le respondió al saludo. - Castle... - Le tendió la mano.
- Josh... - Hizo un gesto con la cabeza y le correspondió al apretón de manos.
- No me perderé la próxima firma de libros. - Le aseguró Sophie.
- Eso espero. - Le sonrió Castle.
- Y encantada de conocerte Kate. Eres mucho más guapa en persona.
- Gracias. - Kate sonrió. - Y de nuevo enhorabuena por lo del bebé.
Cada pareja continuó su camino.
- ¿Puedes decirme a qué ha venido eso antes? - Ahora era Kate quien llevaba el carrito.
- ¿A que ha venido qué? - Castle frunció el ceño sin entender.
- Lo de reclamarme como trofeo delante de Josh. - Dijo algo molesta.
- No sé de qué me hablas... - Se hizo el loco.
- Vamos Richard. No soy tonta. - Alzó una ceja y se paró. - Me he dado cuenta y Josh también. Tu forma de acapararme ha sido muy poco sutil.
- Pues a Christian Grey le funciona muy bien. - Hizo un mohín.
- Puede que a él le funcione e incluso a Rook pero no a Richard Castle. – Le aseguró. - Y, por cierto, ¿has leído los libros? - Se sorprendió.
- Tenía que saber con quién estaba compitiendo. - Se encogió de hombros. - Y no es por nada pero te quejas de las escenas de sexo de mis libros pero las que tú estás leyendo son mucho peores...
- Sí pero hay una diferencia. La gente sabe que yo soy Nikki Heat. - Dijo de forma evidente. – Así que cuando están leyendo tus libros se imaginan que soy yo la protagonista de esas escenas…
- Eso es algo exagerado. – Intentó quitarle hierro al asunto.
- ¿En serio? ¿Es que a caso tú no lo imaginas así? – Alzó una ceja.
- Bueno sí pero eso es porque yo te he visto desnuda. Es algo inevitable. – Se encogió de hombros.
- Y gracias a tus grandes detalles literarios el resto también lo ha hecho… - Beckett siguió empujando el carrito.
- Espera… ¿Qué? – Abrió mucho los ojos.
- Lo que has oído… - Sonrió sin que él le viese. – Y tenemos que darnos prisa. Hay que volver cuanto antes a comisaría.
P.D: ¡¡GRACIAS por leer!! ¡¡Y GRACIAS por comentar!!
Agradeceros de corazón a todos los que os molestáis en dejar un comentario. ¡Me encanta leeros!
Sobre este capítulo decir que va resolviéndose un poco más el caso y que tendréis una sorpresita que NO os esperáis (espero que sea grata xD)
Lo dicho, disfrutad de la lectura como yo lo he hecho escribiéndolo. Ya sabéis que podéis (debéis ) dejar comentarios con vuestras impresiones, de lo que os ha gustado y de lo que no jeje
Capítulo 13.
El apartamento del sospechoso estaba en pleno Manhattan, cerca de Central Park. Era un bloque de edificios que parecía bastante lujoso desde fuera. Las dos parejas de policía aparcaron cerca de la entrada al edificio. Discretamente, entraron en el edificio. El portero les llamó la atención pero cuando le enseñaron sus placas les dejó pasar sin problemas. Saúl vivía en la planta sexta por lo que decidieron coger uno de los ascensores. Cuando llegaron al piso fueron directos a la puerta de su apartamento. Beckett golpeó varias veces la madera entrada.
- Policía de Nueva York. – Esperó unos segundos antes de volver a llamar. – Saúl Gautier, abra la puerta por favor.
- Parece que no está. – Susurró el escritor. – Y es raro porque en el club tampoco estaba.
- ¡Saúl Gautier! ¡Policía de Nueva York! – La inspectora aporreó de nuevo la puerta.
En ese momento, la puerta que estaba a sus espaldas se abrió.
- ¿Por qué arman tanto escándalo? – Se quejó una señora mayor. - ¿No ven que no hay nadie?
- Señora soy la inspectora Kate Beckett, de la Policía de Nueva York. – Le mostró la placa. - ¿Sabe algo del señor Gautier?
- Lo único que sé es que hará un par de horas le vi marcharse con una gran maleta.
- ¿Y le dijo a dónde iba? – Preguntó Esposito.
- ¿Cómo quiere que se lo pregunte a través de la mirilla de la puerta? – Refunfuñó la señora. – Sólo sé que parecía que se iba para no volver.
- ¿Ha notado algún comportamiento extraño en su vecino? – Castle se metió en la conversación.
- No era un hombre muy hablador. – Comentó la anciana. – Aunque sí que era un hombre de costumbres y muy trabajador.
- ¿A qué se refiere exactamente? – Beckett frunció el ceño.
- Pues a que siempre se iba a trabajar a las ocho de la mañana y no volvía hasta las siete de la tarde. – Se apoyó en el marco de la puerta. – Luego hacia las nueve volvía a irse.
- ¿Y vio si traía a alguna mujer a casa? – Quiso saber Ryan.
- Pues… - Se quedó pensando. - En los cinco años que lleva viviendo aquí no he visto que nadie viniese a visitarle. Ya les dije que es un hombre poco hablador y reservado.
- Gracias señora por su ayuda. – Dijo Beckett.
- ¿Se ha metido en problemas? – Quiso cotillear.
- Lo siento pero no podemos decirle nada. – Contestó Esposito.
- Vaya, qué pena. – La mujer chasqueó la lengua.
- Que tenga un buen día. – Se despidió el escritor.
La señora cerró la puerta y los cuatro volvieron por donde habían venido.
- ¿Soy yo o esa mujer se aburre demasiado? – Comentó Castle.
- Es lo que se llama la típica vecina cotilla. – Respondió la inspectora.
- Pues de vuelta a comisaría. – Esposito resopló.
- A enfrentarse con ‘Iron Gates’… - Dejó caer Ryan.
Cada uno subió a su coche y pusieron rumbo a la 12th. Las puertas del ascensor de la comisaría se abrieron. Fueron directos a sus mesas pero fueron interceptados por Gates, que salía de su despacho.
- ¿Dónde demonios está el sospechoso? – Frunció el ceño.
- No está ni en su casa ni en el club. – Contestó Esposito.
- ¿Cómo que no está? – Gates se cruzó de brazos.
- Ha desaparecido. – Repitió Ryan.
- Sé lo que ha querido decir el detective Esposito. – La capitana le fulminó con la mirada. – Quiero su maldita foto en todos los aeropuertos. – Les señaló con el dedo. – Y también quiero policías en las carreteras de salida de la ciudad. No puede escaparse después de cometer tres asesinatos.
Gates volvió a su despacho y cerró la puerta de un portazo.
- Vaya, sí que se ha enfadado. – Comentó el escritor.
- Chicos hay que hacer todo lo que Gates ha dicho. – Kate cogió el teléfono de su mesa.
- ¿Cómo se habrá enterado de que le estábamos buscando? – Ryan frunció el ceño.
- Me apuesto lo que sea a que la dueña del club se ha ido de la lengua. – Opinó Esposito.
- Es muy posible. – Kate asintió. – Y si fuese así quizá Daisy le haya estado encubriendo todo este tiempo.
- Eso explicaría su recelo a la hora de colaborar. – Apuntó Castle.
- Venga chicos. Tenemos que encontrarle. – Beckett marcó un número de teléfono.
Se pasaron todo el día haciendo llamadas, intentando localizar al sospechoso. De momento no había ni rastro de él. Gates decidió darles unas cuantas horas libres. Era tarde y habían estado trabajando duramente durante todo el sábado. La Navidad se estaba acercando así que Castle y Beckett decidieron que, como tenían esas horas libres, era el mejor momento para empezar con las compras para la cena. Fueron a un gran supermercado a las afueras de Nueva York. Castle era el que llevaba el carrito de la compra mientras Kate iba repasando la lista.
- Rick, ¿has apuntado diez bolsas de ositos de gominola en la lista? – Alzó las cejas, levantando la vista de la hoja de papel.
- Son estrictamente necesarias para la tarta que tengo pensada hacer. – Se encogió de hombros, de manera inocente.
- Ya… - Le miró de reojo y luego volvió a mirar la lista. – Pero, ¿diez bolsas? ¿No pueden ser dos o tres?
- Se necesitan diez. – Dijo tajante. – Además, puede que, mientras se hace la tarta, caiga algún que otro osito en mi poder. – Sonrió con malicia.
- Vamos, que sólo necesitas unas cinco bolsas para el postre y las otras cinco son para ti, ¿no? – Se apoyó en el lateral del carrito de metal.
- Mmmm… - Se quedó pensando. – Sí, algo así. – Terminó por asentir.
- ¿Y todo este chocolate? ¿Es que no hay nada en la lista que no sea dulce? – Repasó de arriba abajo todo lo que estaba escrito en el papel.
- Es que soy un tío muy dulce. – Se encogió de hombros a modo de disculpa.
- Ya… - Ocultó una sonrisa. – Creo que después de estas navidades voy a tener que ir más al gimnasio…
- Por eso no te preocupes. Yo me encargo de que no engordes ni un gramo. – Movió las dejas repetidamente.
- Te estás volviendo muy verde con los años, ¿lo sabías? – Bromeó.
- ¿Con los años? – Repitió. - ¿Se está metiendo con mi edad, señorita Beckett?
- Está bastante claro que sí, señor Castle. – Respondió con picardía. - ¿Va a hacer algo al respecto? – Le miró a través de las pestañas.
- Ya pensaré en algo. – Le pasó el brazo alrededor de la cintura y le dio un beso en la comisura de los labios.
- Eso espero, señor Castle. – Sonrió y le miró de reojo. – Bueno, y además de todo este dulce, ¿tienes pensado algo que podamos poner cómo cena de Navidad?
- Desde luego. – Rick asintió. – Pavo relleno, la especialidad de Richard Castle.
- ¿Y qué necesitas? – Repasó la hoja de papel. – Porque no has apuntado nada en la lista…
- No necesito ninguna lista. Está todo aquí. – Se dio unos golpecitos en la cabeza.
- Bueno, si es así, te sigo. – Hizo un gesto con la mano para que él fuese primero.
- ¿Me dejas ir primero? – Dijo sorprendido.
- Claro, yo no sé qué tienes que comprar. – Respondió algo confusa.
- Kate Beckett dejándome ir en primer lugar. – Se llevó una mano al pecho, de forma dramática. – Esto es algo memorable. – Hizo como si se limpiase una lágrima.
- No seas trágico. – Le dio en el brazo. – Ni que fuese la primera vez.
- Déjame pensar… - Se llevó la mano a la barbilla. – Sí, esta es la primera vez.
- Bueno pues si sigues así quizá sea la última. – Le miró de reojo y escondió una sonrisa.
- Ya me callo. – Hizo como si se cerrase la boca con una cremallera.
- Rick, ¿en serio crees que es buena idea que los chicos vengan a cenar a casa? – Kate estaba poco convencida de ellos.
- MMhuuu… - El escritor empezó a hablar pero no salía de su boca ninguna palabra por culpa de esa “cremallera” que antes había cerrado.
- Por dios Rick… - Se rió mientras negaba con la cabeza. Alargó la mano y abrió esa supuesta cremallera. – Así mejor.
- Ya… - Respiró varias veces por la boca, haciéndose el aliviado. – Lo que te estaba diciendo es que sí, es una buena idea. ¿O prefieres pasar otra noche incómoda por estar sólo con nuestros padres… juntos…?
- Sí. – Asintió. – Tienes razón. Los chicos serán nuestro escudo esa noche.
- Y puede ser que nos libremos de sus arrumacos durante unas horas. – Le dio un escalofrío.
- No me lo recuerdes. – Kate puso cara de desagrado. - ¿Y Alexis va a salir esa noche?
- Eso me ha dicho. – Asintió con la cabeza. – Pero que se iría después de abrir los regalos.
- Entonces al final se ha lanzado… - Dijo para sí en voz alta, con una sonrisa en los labios.
- ¿Lanzarse? – Frunció el ceño. - ¿Lanzarse a qué? ¡¿O a quién?! – Dijo alarmado.
- Nada. Son… cosas de chicas. – Curvó los labios hasta que formaron una pequeña sonrisa.
- La última vez que dijiste eso al final resultó que nuestros padres estaban saliendo… - Se quedó callado un instante. – ¡Oh dios! Es eso, ¿no? Mi pequeña hijita está saliendo con alguien. - Se llevó una mano al pecho. – Creo que me estoy mareando…
- Castle tranquilízate. – Le puso una mano en el hombro. – Que no es para tanto. – Le cogió de la barbilla para que le mirase. – Cuando ella esté preparada te lo contará.
- Entonces es cierto. – Abrió mucho los ojos. – Otro adolescente hormonado me va a arrebatar a mi pequeña niña de mis brazos…
- ¿No estás exagerando un poquito? – Kate alzó las cejas, divertida.
- ¿Exagerando? ¿Exagerando? – Elevó un poco el tono de voz. – Quiero saberlo todo… Bueno no… - Frunció el ceño. – Bueno sí… - Asintió. – No, mejor no, la ignorancia es lo mejor… No, mejor sí, quiero saberlo.
- Yo no puedo contarte nada. – Se encogió de hombros, haciéndose la inocente. Siguió andando por el pasillo del supermercado, seguida por Castle.
- ¿Tiene piercings? ¿Tatuajes? ¿Es gótico? ¿Emo? – Fue diciendo mientras empujaba el carrito.
- ¿No estás sacando un poco las cosas de quicio? – Le sonrió de medio lado. Cogió algo de la estantería y lo echó al carrito. - ¿Un poquito?
- Eso sería si te pidiese que mirases si tiene antecedentes… - Se quedó pensando. – Dime que lo has mirado…
- No Castle, no lo he mirado. No tengo derecho a meterme en su vida privada… y tú tampoco. – Le señaló con el dedo en el pecho. – Ella ya es mayor.
- Soy su padre. – Se justificó. – Tengo derecho a saber quién es el que va a beberse mis cervezas, quién va a sentarse en mi sillón y quién va a jugar con mi perro.
- Nuestro perro. – Puntualizó ella.
- Eso, nuestro perro. – Asintió él. – Así que, estaría mucho más tranquilo si le investigases un poquito… - Hizo un puchero.
- Rick no puedo hacer eso. – Negó con la cabeza. – Además, se supone que esto no deberías saberlo aun.
- Seguro que está buscando el momento adecuado para decirme que está saliendo con un psicópata… - Cogió dos paquetes de donuts.
- ¿Esto es necesario para el pavo? – Alzó una ceja y sacó los bollos del carro.
- Estoy estresado. Necesito dulce. – Se justificó. Kate negó con la cabeza.
- ¿Tanto como para que tengas que correr siete kilómetros en lugar de cinco?
- Mi pequeña niña tiene novio nuevo, y eso implica que no duerma por las noches pensando en qué estarán haciendo…
- Está bien Carrie Bradshaw. ¿Quieres que después vayamos a darnos unos masajes con chocolate y así te desestresas? – Le puso una mano sobre el hombro. – O mejor, sin chocolate. No vaya a ser que te de por comértelo también de lo agobiado que estás… - Ironizó ella.
- Eso, tú búrlate de mí. – Se hizo el digno. – Ya tendrás hijas y sabrás por lo que estoy pasando.
- No lo creo. - Negó con la cabeza. - Para eso estarás tú. Yo seré la que dormirá plácidamente mientras tú estarás despierto en el sofá esperando ansioso a que vuelvan. - Sonrió.
- Así que quieres tener hijos... - Le miró con curiosidad.
- Yo nunca he dicho que no los quiera. - Se encogió de hombros mientras miraba los productos de las estanterías.
- ¿De verdad quieres que tengamos hijos? ¿Conmigo? - Parpadeó varias veces, aun incrédulo.
- Había pensado tenerlos con el portero, o mejor, con Espo... - Le miró de reojo. - Pues claro que contigo, Rick. ¿Con quién si no? - Alzó las cejas.
- Sólo quería asegurarme. - Sonrió tímidamente. - ¿Estarías dispuesta a repetir ésta conversación ante un notario?
- ¡Rick! - Le dio en el brazo.
- Sólo bromeaba... - Levantó las manos. - Pero eso es un no, ¿no? - La cara de Kate lo dijo todo. - Vale, lo tomaré como un 'no'.
Antes de que Castle pudiese contestar tres mujeres de la tercera edad se les quedaron mirando y cuchichearon entre. Una de ellas se armó de valor y se acercó a ellos.
- Disculpe. - Le dijo al escritor. - ¿Es usted Richard Castle? - Tenía sonrisa tonta en los labios.
- El mismo. - Castle sonrió orgulloso. Kate puso los ojos en blanco.
- Betsy, Mary. - Hizo un gesto para que se acercasen. - ¡Es él! - Le señaló con el dedo.
- ¡Me encantan sus libros! - Dijo Betsy. - ¿Podría firmarnos un autógrafo?
- Por supuesto. - Respondió encantado. Sacó un bolígrafo de su chaqueta. -¿Dónde lo quiere?
- Rick, yo voy a seguir con la compra... - Le hizo un gesto señalando el pasillo y luego señaló el carrito.
- Sí, sí. Luego te alcanzo. - Respondió él. Quizá le llevaría algo de tiempo.
Kate intentó recordar qué cosas faltaban en casa. Se paró delante de la estantería que tenía los cafés. Estuvo mirando varios. Cuando iba a coger uno de ellos su mano se chocó con otra.
- Perdone. - Se disculpó él.
- No, lo siento yo. - Le respondió ella.
- ¿Kate? - Preguntó una voz masculina.
- ¿Josh? - La inspectora se quedó sorprendida.
- Vaya... - Ambos se quedaron algo cortados. - Cuanto tiempo...
- Sí, mucho. - Kate sonrió algo incómoda.
- Unos dos años... - Contestó él. - Y... ¿Qué tal todo?
- Bien. - Asintió con la cabeza. - Muy bien. ¿Y tú?
- Muy bien también. - Josh metió las manos en los bolsillos.
- Lanie me dijo que estabas trabajando en el Amazonas...
- Sí aunque tuve que volver porque me necesitaban en el hospital.
- Y, ¿qué tal por allí? - Kate se abrazó a la lata de café que había cogido.
- Muy bien. - Asintió. - La verdad es que reconforta mucho el ver que tu trabajo allí es muy útil.
- Sí. Me imagino que sí. - Asintió con la cabeza.
- Bueno, ¿y tú qué tal en comisaría?
- Bien. - Sonrió. - Lo de siempre, asesinatos y demás.
Josh iba a seguir hablando pero en ese momento apareció Castle.
- Kate, ¿dónde te habías metido? - Hizo acto de presencia con los brazos llenos de cosas. - He encontrado casi todo lo que necesitamos y yo solito. -Dijo orgulloso de sí mismo. Cuando divisó a Kate entre todos los artículos que llevas, los soltó en el carrito.
- Rick... - Dijo para que se diese cuenta de con quién estaba.
- ¿Josh? - Parpadeó varias veces alucinado.
- Castle... - Dijo a modo de saludo.
- ¿Qué haces aquí? - Preguntó el escritor.
- Bueno, creo que es evidente... - Josh señaló el carrito.
- Sí, bueno... Es cierto... - Asintió ante la evidencia. - ¿No estabas en el Amazonas? - Pasó un brazo alrededor de los brazos de Kate.
- Así es pero he tenido que volver por trabajo... - El gesto de Castle hacia la inspectora no pasó desapercibido para ninguno de los dos.
- Vosotros... ¿Estáis... juntos? - Hizo un movimiento con la mano, señalándolos a los dos.
- Desde hace casi un año. - Respondió el escritor, sin darle la oportunidad a la detective de hacerlo.
- Vaya... Me alegro. - Josh asintió. - Se os ve muy bien a los dos.
- Así que has vuelto a la ciudad... - Se le quedó mirando.
- Rick, eso ha dicho. - Contestó Kate entre dientes.
- Eres un tío importante... - Castle asintió despacio.
- Bueno... Lo normal... - Josh se encogió de hombros.
- Un tío que salva vidas... - Continuó el escritor.
Y antes de que la conversación siguiese siendo incómoda, una voz femenina les interrumpió.
- Cariño, ¿has acabado ya con lo del café? - Una mujer morena apareció detrás de ellos.
- Eh, sí. Lo siento, me he entretenido - Josh se dio la vuelta para mirarle. - Te presento a Kate Beckett y a Richard Castle. Ella es Sophie, mi mujer. – Le pasó un brazo alrededor de la cintura.
- Encantada. - Sonrió y les estrechó la mano.
- ¿Tu mujer? - Miró a Sophie y luego a Kate. - ¡Es su mujer!
- Sí, cielo. Lo he oído. - Beckett sonrío de forma algo forzada.
- Y vaya. ¡Estás embarazada! - Dijo el escritor con cierta emoción en la voz.
- Sí, de ocho meses ya. - Se tocó la barriga.
- Me alegro mucho por los dos. - Dijo Kate con sinceridad.
- ¿Y es niño o niña? - Preguntó Rick con curiosidad.
- Es niña. - Respondió Josh. Le dio a Sophie un beso en la cabeza.
- Y se va a llamar Caroline. - Sophie irradiaba felicidad. - Por cierto, ¿Richard Castle el escritor?
- Así es. - Rick asintió con la cabeza.
- Vaya me encantan tus libros. Estoy deseando que salga el siguiente. -Sonrió. Miró a Kate. - Y tú entonces eres la inspiración para Nikki Heat. No sabéis la ilusión que me hace conoceros.
- Siempre es un placer conocer a mis fans. - Castle le devolvió la sonrisa.
- Bueno, nosotros tenemos que seguir... - Josh señaló hacia atrás con el puño cerrado y el pulgar extendido.
- Sí, claro. - Kate asintió. - Nosotros también tenemos que continuar. Me alegro de haberte visto. - Le estrechó la mano a Josh. - Y a ti de haberte conocido. - Hizo lo mismo con Sophie.
- Lo mismo digo. - Le respondió al saludo. - Castle... - Le tendió la mano.
- Josh... - Hizo un gesto con la cabeza y le correspondió al apretón de manos.
- No me perderé la próxima firma de libros. - Le aseguró Sophie.
- Eso espero. - Le sonrió Castle.
- Y encantada de conocerte Kate. Eres mucho más guapa en persona.
- Gracias. - Kate sonrió. - Y de nuevo enhorabuena por lo del bebé.
Cada pareja continuó su camino.
- ¿Puedes decirme a qué ha venido eso antes? - Ahora era Kate quien llevaba el carrito.
- ¿A que ha venido qué? - Castle frunció el ceño sin entender.
- Lo de reclamarme como trofeo delante de Josh. - Dijo algo molesta.
- No sé de qué me hablas... - Se hizo el loco.
- Vamos Richard. No soy tonta. - Alzó una ceja y se paró. - Me he dado cuenta y Josh también. Tu forma de acapararme ha sido muy poco sutil.
- Pues a Christian Grey le funciona muy bien. - Hizo un mohín.
- Puede que a él le funcione e incluso a Rook pero no a Richard Castle. – Le aseguró. - Y, por cierto, ¿has leído los libros? - Se sorprendió.
- Tenía que saber con quién estaba compitiendo. - Se encogió de hombros. - Y no es por nada pero te quejas de las escenas de sexo de mis libros pero las que tú estás leyendo son mucho peores...
- Sí pero hay una diferencia. La gente sabe que yo soy Nikki Heat. - Dijo de forma evidente. – Así que cuando están leyendo tus libros se imaginan que soy yo la protagonista de esas escenas…
- Eso es algo exagerado. – Intentó quitarle hierro al asunto.
- ¿En serio? ¿Es que a caso tú no lo imaginas así? – Alzó una ceja.
- Bueno sí pero eso es porque yo te he visto desnuda. Es algo inevitable. – Se encogió de hombros.
- Y gracias a tus grandes detalles literarios el resto también lo ha hecho… - Beckett siguió empujando el carrito.
- Espera… ¿Qué? – Abrió mucho los ojos.
- Lo que has oído… - Sonrió sin que él le viese. – Y tenemos que darnos prisa. Hay que volver cuanto antes a comisaría.
P.D: ¡¡GRACIAS por leer!! ¡¡Y GRACIAS por comentar!!
LeFleur89- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanta muy bueno.
No me esperaba que Josh apareciera en la historia, pero a estado super bian.
Continua pronto.
No me esperaba que Josh apareciera en la historia, pero a estado super bian.
Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Localización : en un mundo feliz
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Vaya sorpresas nos has dado Gema, casi me da algo cuando leí el nombre de Josh, será que le tengo ojeriza que no me gusta nada cuando aparece en los fics, pero tengo que reconocer que en el tuyo me ha encantado ¿Será porque está casado y va a ser papá? jaja
Me encanta la escena de Castle y Beckett haciendo la compra y como al final sale la conversación de los bebés, muy típica de esta temporada que siempre acaba saliendo el tema.
Me ha gustado la forma en la que Castle se ha comportado cuando vio a Josh, la verdad que no me extraña que reclamara a Beckett como un trofeo siendo Josh el que estaba delante. Menos mal que fuiste buena y el Josh de tu historia ya estaba comprometido. Además, Sophie parecía simpática.
Por cierto, me encanta la reseña a Cincuenta Sombras
Con respecto al caso, que decirte que no te haya dicho ya. Me gusta muchísimo, cuando parecía que todo más o menos se estaba aclarando, el sospechoso no aparece. Como no lo encuentren a Gates le va a dar algo jaja
Fantástico Gema.
Con ganas de leer el capítulo de la próxima semana
Me encanta la escena de Castle y Beckett haciendo la compra y como al final sale la conversación de los bebés, muy típica de esta temporada que siempre acaba saliendo el tema.
Me ha gustado la forma en la que Castle se ha comportado cuando vio a Josh, la verdad que no me extraña que reclamara a Beckett como un trofeo siendo Josh el que estaba delante. Menos mal que fuiste buena y el Josh de tu historia ya estaba comprometido. Además, Sophie parecía simpática.
Por cierto, me encanta la reseña a Cincuenta Sombras
Con respecto al caso, que decirte que no te haya dicho ya. Me gusta muchísimo, cuando parecía que todo más o menos se estaba aclarando, el sospechoso no aparece. Como no lo encuentren a Gates le va a dar algo jaja
Fantástico Gema.
Con ganas de leer el capítulo de la próxima semana
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Te ha quedado muy bien el capítulo. Hay que ver lo posesivo que puede llegar a ser Castle algunas veces, no tiene remedio.
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
jajajajaja muy bueno el capítulo Rick muy posesivo con Kate jaja pero la parte final es muy divertida jaja (que en teoria todo lo que dice Kate es cierto)
pues weno sigueee prontooo plisssss que ya quiero leer la contiii
pues weno sigueee prontooo plisssss que ya quiero leer la contiii
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Muyyyyyy bueno, la compra ha resultado de lo más entretenida, menos mal que no tenían prisa que si no el pavo se lo cenan para el día de Reyes, jajajajaja
Me ha encantado que te deshagas de Josh sin tener que meterle un tiro en la cabeza, que sería una lástima, con lo buenorro que está.
Pero todo lo bueno se acaba, igual que el capitulo, así que ya estás subiendo otro, que tú misma has dicho que tienes varios por ahí, y no está mi curiosidad como para andar esperando mucho.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Me ha encantado que te deshagas de Josh sin tener que meterle un tiro en la cabeza, que sería una lástima, con lo buenorro que está.
Pero todo lo bueno se acaba, igual que el capitulo, así que ya estás subiendo otro, que tú misma has dicho que tienes varios por ahí, y no está mi curiosidad como para andar esperando mucho.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Asi me gusta, Castle marcando territorio..xD
CONTINUA PRONTO
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Sé que vuestro odio hacia mi persona es muy grande por dejaros así tanto tiempo, pero es que estoy hasta arriba de trabajos y en nada empezarán los exámenes. Entre eso y que la inspiración viene y va os tengo aquí abandonados
Pero prometo que lo compensaré!! A ver si vuelven a visitarme las musas y vuelve la inspiración! Que yo también quiero saber cómo sigue!! jeje
Mañana sin falta colgaré un nuevo capi!!!
Y por cierto, MUCHAS gracias por los comentarios!! Es de agradecer el ver que hay gente que te lee!!
Pero prometo que lo compensaré!! A ver si vuelven a visitarme las musas y vuelve la inspiración! Que yo también quiero saber cómo sigue!! jeje
Mañana sin falta colgaré un nuevo capi!!!
Y por cierto, MUCHAS gracias por los comentarios!! Es de agradecer el ver que hay gente que te lee!!
LeFleur89- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
LeFleur89 escribió:Sé que vuestro odio hacia mi persona es muy grande por dejaros así tanto tiempo, pero es que estoy hasta arriba de trabajos y en nada empezarán los exámenes. Entre eso y que la inspiración viene y va os tengo aquí abandonados
Pero prometo que lo compensaré!! A ver si vuelven a visitarme las musas y vuelve la inspiración! Que yo también quiero saber cómo sigue!! jeje
Mañana sin falta colgaré un nuevo capi!!!
Y por cierto, MUCHAS gracias por los comentarios!! Es de agradecer el ver que hay gente que te lee!!
Y porqué tenemos que odiarte ???? cuando no se puede hacer algo por motivos tan justificados como los tuyos, nadie se va a enfadar, aquí se escribe para divertirse y divertir, pero siempre de acuerdo a la disponibilidad, no hay obligación, muy loable por tu parte querer seguir, pero si no puedes, pues no puedes.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
¡Buenas noches! Sé que es tarde pero quería "regalaros" por mi cumple un nuevo capítulo!
Los exámenes están cerca así que seguiré tardando en actualizar. Pero que conste que no me he olvidado de vosotros!!
De nuevo gracias por los comentarios que me dejáis siempre!! Es un gusto leerlos!!
Y sin más demora, aquí os dejo el siguiente capítulo. Espero que os guste y me lo hagáis saber!
Capítulo 14.
Tardaron más de lo que pensaban en dar con el sospechoso. Le encontraron en el aeropuerto con un billete con destino a París y una enorme maleta con sus pertenencias. Le detuvieron y fue trasladado a la 12th.
Saúl Gautier llevaba un rato esperando en la sala de interrogatorios. Castle y Beckett le estaban observando a través del cristal.
- ¿Soy yo o está tremendamente tranquilo? – Comentó el escritor.
- Es abogado. – Respondió ella. – Así que viene con la carrera el estar así de calmado.
- ¿Crees que va a hablar? – Se quedó mirando al sospechoso.
- ¿Sinceramente? No lo creo. – Dijo convencida de ellos.
- Así que necesitamos pruebas más sólidas para poder incriminarle.
- Eso es. – Asintió. – Y los chicos ya están en ello. Además de las grabaciones necesitamos encontrar algo más.
- Como las drogas, los sujetadores o una nota que diga “sí, he sido yo. Yo maté a esos hombres malos”. – Puso voz infantil.
- Si encontrásemos algo así sería todo mucho más fácil, sí. – Se rió. - ¿Preparado para un interrogatorio poco esclarecedor?
- Desde luego. – Sonrió.
Salieron de la sala de observación y fueron directos al interrogatorio. Kate abrió la puerta de forma brusca pero Saúl ni se inmutó. Castle entré detrás de ella y fue directo a sentarse en su silla. Beckett se tomó su tiempo. Dejó la carpeta que portaba sobre la mesa de metálica. Se apoyó en la pared de detrás, a un lado del gran espejo. Pasaron varios minutos antes de que ella hablase.
- Así que a París. – Se mojó los labios y asintió lentamente con la cabeza.
El sospechoso le miró a los ojos casi sin pestañear. No abrió la boca.
- ¿Estaba huyendo de algo, señor Gautier? – La inspectora volvió a hablar. – Porque eso es lo que creo. – Se cruzó de brazos.
- Y está muy feo huir dejando tres cadáveres a tus espaldas. - Aseguró el escritor.
Kate se acercó a la mesa. Abrió la carpeta y puso sobre el tablero de metal las fotografías de las tres víctimas.
- ¿Conoce a estas tres personas? – Señaló una a una las imágenes. – Claro que les conoce… - Asintió y le miró a los ojos. – Usted les mató.
- Y de una manera un tanto curiosa. De esas que no se olvidan fácilmente… Con un sujetador nada menos. – Recalcó esto último.
- Conozco mis derechos. – Saúl habló por primera vez. – Y saben que no voy a decir nada.
- Pero eso no impide que yo siga preguntando. – Respondió Kate con seguridad en la voz.
- Haga lo que quiera. - Saúl se encogió de hombros.
- Hemos encontrado unas grabaciones donde usted aparece con las víctimas. – Rick entrelazó los dedos sobre la mesa. - ¿Les drogaba para que no pudiese poner resistencia cuando les matase?
El sospechoso se colocó los puños de su chaqueta.
- Bonito reloj. – Castle se fijó cuando el sospechoso lo dejó, sin querer, al descubierto. – Es un Rólex Sky – Dweller de oro blando. – Recalcó esto último para la inspectora.
- Mmmm… - Beckett se hizo la pensativa. - ¿Oro blanco? ¿No es lo que encontramos en los dos cuerpos?
- Sí. Heridas perimortem, ¿verdad? – Ambos se miraron y sonrieron ligeramente.
- ¿Sabes? Hay algo en lo que tengo mucha curiosidad. – Kate le comentó a Castle como si el sospechoso no estuviese presente. – Por qué un sujetador.
- Yo me he preguntado lo mismo. – Rick asintió.
- Podría haber sido una simple cuerda. – Se encogió de hombros.
- O una pistola. Un disparo a la cabeza y bum. – Gesticuló con las manos. – Están muertos.
- Ya pero eso mancha mucho.
- Sí, cierto. Tienes razón. – Castle asintió con la cabeza. – Además, todas esas vísceras repartidas por todos lados… - Puso cara de desagrado. – Qué asco.
- Por no hablar del ruido que haría un disparo. – Apuntó a detective.
Saúl miró a Castle y luego a Beckett.
- ¿Han acabado ya? – Alzó las cejas. – Porque me gustaría irme a mi casa.
- ¡Huy! ¡Vaya! – Exageró Castle. – Eso ahora no va a ser posible.
- Tenemos un equipo registrando su apartamento. – Le informó Beckett.
- Así que va a tener que seguir escuchando nuestras teorías. – Castle sonrió satisfecho.
- A no ser que tenga algo que añadir… - Kate entrecerró los ojos y miró al sospechoso.
Saúl apoyó la espalda contra la silla y se cruzó de brazos.
- Quiero ver esa orden. – Exigió el sospechoso.
- Ya sabía que diría eso. – Beckett volvió a abrir la carpeta y dejó sobre la mesa la orden de registro.
- Si se fija bien también hemos pedido una orden para registrar su coche. – Señaló el escritor.
El sospechoso no levantó la vista de la hoja.
- Señor Gautier, es mejor que hable. – Le aconsejó Beckett. – Tarde o temprano tendremos las pruebas que necesitamos para encerrarle.
Él hizo caso omiso a lo que la inspectora dijo.
- Muy bien. Usted mismo. – Kate recogió los papeles que estaban sobre la mesa y volvió a guardarlos en la carpeta. – Ya hablará.
Castle y Beckett salieron de la sala, dejando a un Saúl demasiado tranquilo.
- No me gusta esto. – Comentó ella. Dejó la carpeta sobre su mesa.
- ¿Te refieres al hecho de que no ha pestañeado ni un solo momento?
- Ni pestañeado, ni temblado ni nada de nada. – Se dejó caer sobre su silla.
- ¿Crees que le ha podido dar tiempo a deshacerse de las pruebas? – Castle imitó a la inspectora y también tomó asiento.
- A eso me refiero. – Se pasó ambas manos por el pelo. – Sabía que estaría tranquilo pero no me imaginaba que lo iba a estar tanto.
- Y sin las pruebas no tenemos nada de nada. – Castle resopló.
- Eso es. Es todo circunstancial. – Beckett se mordió el labio inferior.
- Como te gusta decir eso. – Sonrió y le miró de reojo.
- Al igual que a ti te encanta decir “no salga de la ciudad”. – Se apoyó en el respaldo y se rió.
- Touché.
Ambos se quedaron mirando embobados. Castle echó un vistazo a su alrededor y vio que todo el mundo estaba demasiado ocupado como para fijarse en ellos.
- No sabes las ganas que tengo de besarte ahora mismo. Susurró el escritor.
- Y yo de que lo hagas. – Admitió ella. Sonrió y bajó la mirada, algo ruborizada. – Pero ya sabes que no podemos.
- Bueno, sé de un cuarto de limpieza donde nadie entra. – Meneó las cejas.
- ¡Castle! – Susurró con los ojos muy abiertos. Luego se rió.
- ¿Qué? – Se encogió de hombros. – No creo que Gates decida ponerse a limpiar su despacho.
- ¿Sabes lo que es la ley de Murphy? – Dijo entre risas. Castle asintió. – Entonces no hace falta que te diga que en el momento en el que nos metamos en ese cuarto Gates aparecerá buscando una escoba…
- Odio cuando tienes razón. – Dijo con fastidio.
- Entonces ese odio será a menudo, ¿no? – Una divertida sonrisa se extendió por los labios de Beckett.
- Bueno, tampoco tienes siempre la razón… - Miró hacia un lado.
- Ya… No intentes arreglarlo. – Sonrió.
En ese momento sonó el móvil de la inspectora.
- Beckett. – Respondió ella.
- No te lo vas a creer pero no hemos encontrado nada. – Contestó Esposito al otro lado del teléfono.
- ¿Nada de nada? – Alzó las cejas y miró a Castle.
- Ni drogas, ni sujetadores. – Negó con la cabeza.
- ¿Qué pasa? – Preguntó el escritor.
- Que tenías razón. – Suspiró. – Se ha deshecho de las pruebas.
Castle pegó su oreja a la de Beckett para poder oír lo que Esposito decía.
- Pero es imposible que le haya dado tiempo. – Castle frunció el ceño. - ¿Y si lo ha escondido todo?
- Hemos mirado hasta el último escondite posible de la casa y nada. – Le respondió Esposito que le había oído.
RJ apareció delante del escritorio de Kate.
- Beckett he encontrado algo. – Le tendió unos papeles.
- Espera un momento Espo. – Apoyó el teléfono entre la oreja y el hombro. – Dime que es algo importante. – Dijo casi como una súplica.
- Ya lo verás. – El policía sonrió.
Había conseguido la lista de las personas que tomaban Flunitrazepam. Uno de los nombres estaba marcado con fosforito amarillo. Kate abrió mucho los ojos y una sonrisa apareció en sus labios. Le pasó la hoja a Castle.
- Gracias RJ. Te debo una. – Le sonrió.
El policía le devolvió la sonrisa y se fue.
- Vale Espo. – Cogió bien el móvil. – Tenemos una lista donde aparece el nombre de Saúl Gautier. Toma Flunitrazepam para el insomnio así que tiene que tener el bote de las pastillas por casa.
- Sí pero ya lo hemos revisado todo y ni rastro de ese bote.
- Puede que haya cambiado las pastillas de recipiente. – Le sugirió la inspectora. – Traedlos todos.
- Como tú digas, jefa. – Respondió el inspector. Se oyó como Esposito ordenaba eso mismo a uno de los policías.
Kate se mantuvo a la espera. Miró a Richard y le observó pensativo.
- ¿Alguna idea está rondándote la cabeza, Castle?
- Estaba pensando… - Miró al infinito. - ¿Cómo iba a deshacerse de las pruebas tan rápido? No puede tirarlas simplemente a un contenedor.
- ¿Y qué sugieres? – Preguntó con curiosidad.
- ¿Y si sólo las ha escondido?
- Espo ya ha dicho que han buscado por todos los escondites posibles y nada. – Kate escuchaba de fondo cómo el inspector seguía dando instrucciones.
- Sí pero algo así no lo vas a esconder en el fondo del armario. – Dijo evidente.
- ¿Entonces? – Beckett se encogió de hombros.
- Si fuese yo lo habría escondido detrás de una librería, por ejemplo.
- ¿Lo has oíd, Espo?
- Afirmativo. – Asintió con la cabeza aunque ellos no pudiesen verle. – Pero hay un problema. La librería no se puede mover. Es de esas que están incrustadas en la pared.
Castle cogió el móvil de las manos de Beckett y puso el manos libres.
- Pero es de madera, ¿no? – Preguntó el escritor.
- Eso sí. – Espo volvió a asentir y echó un vistazo a la librería. - ¿En qué estás pensando?
- En que esos muebles tienen, por detrás, unas planchas de madera que podrían moverse. – Castle miró a Beckett.
- Le diré a los chicos que lo comprueben. Esperad un momento. – Les dijo el detective.
Escucharon cómo Esposito hablaba con los demás policías y los de científica.
- ¿Piensas que detrás puede haber una caja fuerte o algo así? – Beckett dejó el móvil sobre la mesa.
- Así es. – Asintió con la cabeza. – Al igual que pueden esconderse detrás de los cuadros.
- Muy inteligente. – Asintió despacio.
- Bueno, por algo se me ha ocurrido a mí. – Sonrió satisfecho.
- Es el tipo de locura que tú harías. – Entrecerró los ojos. – ¿O es que ya has hecho algo así?
- Sólo contestaré a eso si es en presencia de mi abogado. – Bromeó.
Antes de que Beckett pudiese contestar, Esposito habló.
- Castle, recuérdame que te tengo que invitar a una cerveza.
- ¿No puede ser mejor a una mariscada? – Propuso el escritor.
- No te pases. – Esposito alzó una ceja.
- Vale.
- ¿Qué habéis encontrado? – Beckett estaba emocionada.
- Una preciosa caja fuerte. – El detective sonrió. – Lo malo es que, sin el equipo adecuado, no podemos abrirla.
- No hace falta. Se puede hacer a la antigua usanza. – Beckett le miró y frunció el ceño. – Con un fonendoscopio.
- ¡Ah claro! ¡Cómo no se me habrá ocurrido antes! – Respondió el detective. – Voy a por el que tengo en el coche.
- ¿Llevas uno en el coche? – Castle se sorprendió.
- Pues más bien no, Castle. – Respondió Esposito con sorna.
- Vaya. – Dijo decepcionado el escritor.
- Podemos volver en un rato con el equipo adecuado, Beckett. – Sugirió el detective.
- Me parece bien. – La inspectora asintió. – En cuanto tengáis algo ya sabes. Llámame.
- Descuida.
Ambos colgaron el teléfono. Gates salió de su despacho y fue directa a la mesa de Beckett.
- ¿Y bien? – Victoria se quitó las gafas. - ¿Han hallado algo?
- Han encontrado una caja fuerte. – Le informó la inspectora.
- ¿Y? – Hizo un con las manos para que prosiguiese.
- Y de momento nada. – Respondió ella.
- No pueden abrirla sin el equipo adecuado. – Continuó Castle.
- Maldita sea. – Murmuró la capitana. ¿Y ya está? ¿No hay nada más aparte de la caja?
- Así es. – Asintió Beckett. – De momento sólo tenemos eso y tampoco hay evidencias de que allí encontremos algo.
- Quiero que me informéis en cuanto abran esa caja. – Señaló con el dedo a la detective.
- Así lo haremos, capitán. – Le aseguró.
- Bien. – Gates asintió con la cabeza. - ¿El sospechoso sigue en la sala de interrogatorios? – La detective asintió. - ¿Ha dicho algo?
- Nada. – Beckett jugueteó con el bolígrafo. – Se niega a hablar.
- Pero lleva un reloj de oro. – Apuntó el escritor.
- ¿Un reloj de oro? – Repitió la capitana. - ¿Coincide con las heridas de las dos últimas víctimas?
- Pues… Aun no lo sabemos. – Kate se mojó los labios.
- ¿Cómo que aun no lo sabéis? – Gates frunció el ceño. - ¿Y qué demonios estáis esperando para pedir una orden?
- Ahora mismo iba a pedirla, señor. – Le aseguró Beckett.
- Pues más vale que empiece a hacerlo, inspectora. – Dijo en tono amenazador.
Gates zanjó el tema y volvió a su despacho.
- Menudo humor de perros. – Comentó el escritor.
- El de siempre… - Miró de soslayo el despacho del capitán. – Aunque supongo que están presionándola los de arriba. – Cogió el teléfono y marcó de nuevo el número del juez.
La oficina del juez estaba hasta arriba de trabajos por lo que la orden aun tardaría un poco. Ryan y Esposito volvieron a comisaría a por el equipo adecuado para poder abrir la caja fuerte, luego se fueron de nuevo a casa del sospechoso.
- Estaba pensando… - Castle se llevó la mano a la barbilla.
- ¿Sobre el caso? – Levantó la vista del papeleo.
- No. – Negó con la cabeza. – Estaba pensando en lo que ha ocurrido esta tarde en el supermercado. Fue un poco raro.
- ¿Te refieres a lo de Josh?
- Es lo único raro que nos ha pasado hoy. – Dijo evidente.
- También podrías haberte referido a tu club de fans de la tercera edad. – Se encogió de hombros.
- Nah, eso no es raro. Es mi pan de cada día. – Sonrió.
- Bueno, ¿y qué te pareció tan raro? – Giró la silla para mirarle mejor.
- ¿En serio no te pareció extraño volver a encontrarte con Josh? – Alzó una ceja.
- Bueno, sí. – Volvió a encogerse de hombros. – Pero más raro hubiese sido encontrarnos con Robert De Niro, por ejemplo.
- Kate, hablo en serio. – Dijo con formalidad en la voz.
- Mmmm… Se le quedó mirando y entrecerró los ojos. - ¿Qué pasa, Castle?
- Es sólo que me preguntaba qué sentirse cuando volviste a verle…
- ¿Quieres hablar de esto aquí y ahora? – Parpadeó varias veces.
- Por favor.
- Está bien. – Se levantó de la silla. – Vamos a la sala de descanso.
Una vez en la sala, Kate dejó que Castle pasase primero y luego cerró la puerta detrás de sí.
- ¿Quieres un café? – Le sonrió. Castle asintió. - ¿Qué quieres saber? – Kate comenzó a trastear con la cafetera.
- Ya te lo he dicho. Sólo quiero saber qué fue lo que sentiste al verle. – Se apoyó en la mesa de detrás.
- ¿Sinceramente? – Giró la cabeza para mirarle. – Sorpresa. Eso fue lo que sentí. Me impresionó verle allí después de tanto tiempo.
- ¿Y ya está? – Se le quedo mirando, temeroso de su respuesta.
- Sí. – Asintió y le tendió una de las tazas. - ¿Qué más quieres que sintiese, Rick?
- No lo sé. – Se encogió de hombros. – Estuvisteis juntos.
- Bueno, Gina y tú estuvisteis casados y ahora no sientes nada por ella cada vez que os veis, ¿no? – Alzó las cejas.
- Pero es distinto. – Removió el café. – Nosotros nos separamos porque no nos aguantábamos.
- Y yo rompí con Josh porque me di cuenta de que te quería a ti. – Afirmó Kate.
Castle se quedó tan sorprendido por la declaración de la inspectora que poco faltó para que la taza diese contra el suelo.
- ¿De verdad? – Abrió mucho los ojos.
- Bueno, creo que queda bastante claro con quién duermo por las noches. – Le sonrió con dulzura.
- Eso es cierto. – Sonrió tontamente. Qué estúpido había sido al dudar de aquella manera.
- Supongo que tendré que dejártelo más claro. – Kate dejó su taza sobre la encimera, junto a la cafetera.
Fue hasta donde él estaba. Le rodeó la cintura con los brazos, metiendo las manos en los bolsillos traseros de su pantalón. Él hizo lo mismo y pasó sus manos alrededor de ella y las entrelazó en su espalda. Kate acercó su cara a la de él. Le acarició la punta de la nariz con la suya.
- Te quiero. – Kate le susurró en los labios. Sonrió y terminó por sellar aquellas palabras con un beso. – Así que me da igual encontrarme con Josh, con Demming o con el mismísimo Brad Pitt, porque eso no va a hacer que deje de quererte como hago ahora mismo.
- Es lo más bonito que me ha dicho nunca. – Le miró embelesado.
- Y si para convencerte de lo que siento tengo que repetirte esto todos los días lo haré. – Le aseguró. – Y ahora a trabajar, que hemos quebrantado una de mis reglas. – Le dio otro beso en los labios y se separaron.
- ¿Qué regla? – Dijo aun embobado.
- La de besarnos en el trabajo. – Le sonrió y cogió su taza.
Cuando salió de la sala de descanso vio que Ryan y Esposito habían vuelto.
- Decidme que tenéis buenas noticias. – Suplicó la detective.
- Así es. – Ryan sonrió. – Tenemos la caja fuerte en la sala de reuniones.
- ¿Y cómo es que la habéis traído a comisaría en lugar de abrirla allí mismo? – Preguntó la detective con curiosidad.
- Era más fácil sacarla de la pared que reventarla. – Respondió Ryan.
- Eso y que queríamos que fueses la primera en ver qué hay dentro. – Esposito sonrió.
- ¿Pero no lo habéis abierto? – Dijo Castle.
- No. – Javi negó con la cabeza. – Os estábamos esperando para hacerlo.
- Bueno, ¿y a qué estamos esperando? – Beckett sonrió ampliamente.
La detective se frotó las manos y fue hacia la sala de reuniones.
- Pensaba que no ibais a tardar tanto. – Comentó el escritor.
- Ya, bueno. Llevábamos un rato aquí. – Habló Ryan.
- Pero no queríamos interrumpir ese momento tan romántico en la sala de descanso. – Esposito sonrió con picardía.
- ¿Lo habéis visto? – A Castle se le quedaron los ojos como platos y se quedó parado en mitad de la comisaría.
- Y ha sido muy bonito. – Ryan le dio unas palmaditas en la espalda.
- He de reconocer que aun se nos hace raro veros juntos. – Comentó Esposito.
- Pero nos habéis visto. – Volvió a repetir el escritor. – Y si nos habéis visto vosotros…
- Nos hemos ocupado de que nadie más os viese. – Le aseguró Ryan.
- Para eso están los colegas. – Esposito y Ryan chocaron las manos.
- Gracias chicos. – Dijo Castle muy agradecido.
- No hay problema. – Ryan sonrió.
- Lo que sea con tal de que Gates no te eche de la comisaría. – Esposito alzó las cejas, divertido.
- Te hemos cogido un poco de cariño. – Bromeó el otro inspector.
- Un momento. – Castle miró a uno y luego al otro. - ¿Esta es otra forma de chantaje? – El escritor ya no se fiaba.
- Por eso no te preocupes. Ya haremos cuentas. – Ryan volvió a darle una palmadita en el hombro.
- Me lo temía. – Castle resopló.
Se pusieron en marcha y llegaron a la sala de reuniones. Allí estaba Kate esperándoles.
- La hora de la verdad. – Beckett cogió aire. - ¿Preparados?
Todos asintieron y miraron expectantes cómo la inspectora abría la caja fuerte.
- Premio. – Sonrió Castle.
Dentro de la caja había una bolsa. Beckett la sacó y la abrió. Había dos sujetadores correctamente dolados y aun con sus etiquetas puestas. A simple vista encajaban a la perfección con los que habían encontrado en las escenas del crimen.
- Mirad esto. – Señaló Esposito. – El cabrón guardaba la medicación aquí. – Les señaló el bote.
- ¿Tener que abrir todas las noches la caja fuerte para tomarse las pastillas? – Preguntó Ryan. – Es algo absurdo…
- Seguramente las escondió aquí cuando supo que íbamos detrás de él. – Espo le dio una palmadita en la espalda a su compañero.
- Está claro que es nuestro hombre. – Beckett le echó un vistazo a todas las cosas que había dentro.
- Creo que he encontrado algo interesante. – Castle sujetó un papel y lo leyó detenidamente.
- ¿Qué es, tío? – Esposito se estiró un poco para mirar la hoja por encima del hombro del escritor.
- Es una lista con nombres. – Castle lo dejó sobre la mesa para que le echasen un vistazo.
- ¿Una lista de víctimas? – Beckett alzó una ceja.
- Eso parece. – Respondió el escritor.
- Aparecen los nombres de nuestras tres víctimas. – Esposito frunció el ceño.
- Y mira esto. – Ryan señaló la hoja. – Tienen una equis delante del nombre.
- De “muertos”. – Apuntó Castle.
- ¿Este tío pensaba cargarse a todas estas personas? – Esposito parpadeó varias veces.
- Tiene toda la pinta. – Beckett asintió lentamente con la cabeza.
- Pues menos mal que hemos llegado a tiempo. – Comentó Castle. – Un poco más y se carga a media clientela del club.
- Eso me hace pensar una cosa. – La inspectora escudriñó la lista. - ¿Cómo es posible que tenga los nombres y apellidos de todas estas personas? – Levantó la vista y miró a los tres.
- Parece que tenemos un cómplice. – Dijo Ryan.
- “Partners in crime” – Castle sonrió. Todos se le quedaron mirando. - ¿Qué? Suena mejor así.
- Hay que detener también a la dueña del local. – Esposito se cruzó de brazos.
- Primero quiero hablar con Saúl. – Beckett se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja.
- ¿Por si delata a Daisy? – Preguntó Ryan.
- Así es. – Kate asintió. – Muy buen trabajo chicos.
P.D: ¡Gracias por leer y ya sabéis, comentad mucho!
Los exámenes están cerca así que seguiré tardando en actualizar. Pero que conste que no me he olvidado de vosotros!!
De nuevo gracias por los comentarios que me dejáis siempre!! Es un gusto leerlos!!
Y sin más demora, aquí os dejo el siguiente capítulo. Espero que os guste y me lo hagáis saber!
Capítulo 14.
Tardaron más de lo que pensaban en dar con el sospechoso. Le encontraron en el aeropuerto con un billete con destino a París y una enorme maleta con sus pertenencias. Le detuvieron y fue trasladado a la 12th.
Saúl Gautier llevaba un rato esperando en la sala de interrogatorios. Castle y Beckett le estaban observando a través del cristal.
- ¿Soy yo o está tremendamente tranquilo? – Comentó el escritor.
- Es abogado. – Respondió ella. – Así que viene con la carrera el estar así de calmado.
- ¿Crees que va a hablar? – Se quedó mirando al sospechoso.
- ¿Sinceramente? No lo creo. – Dijo convencida de ellos.
- Así que necesitamos pruebas más sólidas para poder incriminarle.
- Eso es. – Asintió. – Y los chicos ya están en ello. Además de las grabaciones necesitamos encontrar algo más.
- Como las drogas, los sujetadores o una nota que diga “sí, he sido yo. Yo maté a esos hombres malos”. – Puso voz infantil.
- Si encontrásemos algo así sería todo mucho más fácil, sí. – Se rió. - ¿Preparado para un interrogatorio poco esclarecedor?
- Desde luego. – Sonrió.
Salieron de la sala de observación y fueron directos al interrogatorio. Kate abrió la puerta de forma brusca pero Saúl ni se inmutó. Castle entré detrás de ella y fue directo a sentarse en su silla. Beckett se tomó su tiempo. Dejó la carpeta que portaba sobre la mesa de metálica. Se apoyó en la pared de detrás, a un lado del gran espejo. Pasaron varios minutos antes de que ella hablase.
- Así que a París. – Se mojó los labios y asintió lentamente con la cabeza.
El sospechoso le miró a los ojos casi sin pestañear. No abrió la boca.
- ¿Estaba huyendo de algo, señor Gautier? – La inspectora volvió a hablar. – Porque eso es lo que creo. – Se cruzó de brazos.
- Y está muy feo huir dejando tres cadáveres a tus espaldas. - Aseguró el escritor.
Kate se acercó a la mesa. Abrió la carpeta y puso sobre el tablero de metal las fotografías de las tres víctimas.
- ¿Conoce a estas tres personas? – Señaló una a una las imágenes. – Claro que les conoce… - Asintió y le miró a los ojos. – Usted les mató.
- Y de una manera un tanto curiosa. De esas que no se olvidan fácilmente… Con un sujetador nada menos. – Recalcó esto último.
- Conozco mis derechos. – Saúl habló por primera vez. – Y saben que no voy a decir nada.
- Pero eso no impide que yo siga preguntando. – Respondió Kate con seguridad en la voz.
- Haga lo que quiera. - Saúl se encogió de hombros.
- Hemos encontrado unas grabaciones donde usted aparece con las víctimas. – Rick entrelazó los dedos sobre la mesa. - ¿Les drogaba para que no pudiese poner resistencia cuando les matase?
El sospechoso se colocó los puños de su chaqueta.
- Bonito reloj. – Castle se fijó cuando el sospechoso lo dejó, sin querer, al descubierto. – Es un Rólex Sky – Dweller de oro blando. – Recalcó esto último para la inspectora.
- Mmmm… - Beckett se hizo la pensativa. - ¿Oro blanco? ¿No es lo que encontramos en los dos cuerpos?
- Sí. Heridas perimortem, ¿verdad? – Ambos se miraron y sonrieron ligeramente.
- ¿Sabes? Hay algo en lo que tengo mucha curiosidad. – Kate le comentó a Castle como si el sospechoso no estuviese presente. – Por qué un sujetador.
- Yo me he preguntado lo mismo. – Rick asintió.
- Podría haber sido una simple cuerda. – Se encogió de hombros.
- O una pistola. Un disparo a la cabeza y bum. – Gesticuló con las manos. – Están muertos.
- Ya pero eso mancha mucho.
- Sí, cierto. Tienes razón. – Castle asintió con la cabeza. – Además, todas esas vísceras repartidas por todos lados… - Puso cara de desagrado. – Qué asco.
- Por no hablar del ruido que haría un disparo. – Apuntó a detective.
Saúl miró a Castle y luego a Beckett.
- ¿Han acabado ya? – Alzó las cejas. – Porque me gustaría irme a mi casa.
- ¡Huy! ¡Vaya! – Exageró Castle. – Eso ahora no va a ser posible.
- Tenemos un equipo registrando su apartamento. – Le informó Beckett.
- Así que va a tener que seguir escuchando nuestras teorías. – Castle sonrió satisfecho.
- A no ser que tenga algo que añadir… - Kate entrecerró los ojos y miró al sospechoso.
Saúl apoyó la espalda contra la silla y se cruzó de brazos.
- Quiero ver esa orden. – Exigió el sospechoso.
- Ya sabía que diría eso. – Beckett volvió a abrir la carpeta y dejó sobre la mesa la orden de registro.
- Si se fija bien también hemos pedido una orden para registrar su coche. – Señaló el escritor.
El sospechoso no levantó la vista de la hoja.
- Señor Gautier, es mejor que hable. – Le aconsejó Beckett. – Tarde o temprano tendremos las pruebas que necesitamos para encerrarle.
Él hizo caso omiso a lo que la inspectora dijo.
- Muy bien. Usted mismo. – Kate recogió los papeles que estaban sobre la mesa y volvió a guardarlos en la carpeta. – Ya hablará.
Castle y Beckett salieron de la sala, dejando a un Saúl demasiado tranquilo.
- No me gusta esto. – Comentó ella. Dejó la carpeta sobre su mesa.
- ¿Te refieres al hecho de que no ha pestañeado ni un solo momento?
- Ni pestañeado, ni temblado ni nada de nada. – Se dejó caer sobre su silla.
- ¿Crees que le ha podido dar tiempo a deshacerse de las pruebas? – Castle imitó a la inspectora y también tomó asiento.
- A eso me refiero. – Se pasó ambas manos por el pelo. – Sabía que estaría tranquilo pero no me imaginaba que lo iba a estar tanto.
- Y sin las pruebas no tenemos nada de nada. – Castle resopló.
- Eso es. Es todo circunstancial. – Beckett se mordió el labio inferior.
- Como te gusta decir eso. – Sonrió y le miró de reojo.
- Al igual que a ti te encanta decir “no salga de la ciudad”. – Se apoyó en el respaldo y se rió.
- Touché.
Ambos se quedaron mirando embobados. Castle echó un vistazo a su alrededor y vio que todo el mundo estaba demasiado ocupado como para fijarse en ellos.
- No sabes las ganas que tengo de besarte ahora mismo. Susurró el escritor.
- Y yo de que lo hagas. – Admitió ella. Sonrió y bajó la mirada, algo ruborizada. – Pero ya sabes que no podemos.
- Bueno, sé de un cuarto de limpieza donde nadie entra. – Meneó las cejas.
- ¡Castle! – Susurró con los ojos muy abiertos. Luego se rió.
- ¿Qué? – Se encogió de hombros. – No creo que Gates decida ponerse a limpiar su despacho.
- ¿Sabes lo que es la ley de Murphy? – Dijo entre risas. Castle asintió. – Entonces no hace falta que te diga que en el momento en el que nos metamos en ese cuarto Gates aparecerá buscando una escoba…
- Odio cuando tienes razón. – Dijo con fastidio.
- Entonces ese odio será a menudo, ¿no? – Una divertida sonrisa se extendió por los labios de Beckett.
- Bueno, tampoco tienes siempre la razón… - Miró hacia un lado.
- Ya… No intentes arreglarlo. – Sonrió.
En ese momento sonó el móvil de la inspectora.
- Beckett. – Respondió ella.
- No te lo vas a creer pero no hemos encontrado nada. – Contestó Esposito al otro lado del teléfono.
- ¿Nada de nada? – Alzó las cejas y miró a Castle.
- Ni drogas, ni sujetadores. – Negó con la cabeza.
- ¿Qué pasa? – Preguntó el escritor.
- Que tenías razón. – Suspiró. – Se ha deshecho de las pruebas.
Castle pegó su oreja a la de Beckett para poder oír lo que Esposito decía.
- Pero es imposible que le haya dado tiempo. – Castle frunció el ceño. - ¿Y si lo ha escondido todo?
- Hemos mirado hasta el último escondite posible de la casa y nada. – Le respondió Esposito que le había oído.
RJ apareció delante del escritorio de Kate.
- Beckett he encontrado algo. – Le tendió unos papeles.
- Espera un momento Espo. – Apoyó el teléfono entre la oreja y el hombro. – Dime que es algo importante. – Dijo casi como una súplica.
- Ya lo verás. – El policía sonrió.
Había conseguido la lista de las personas que tomaban Flunitrazepam. Uno de los nombres estaba marcado con fosforito amarillo. Kate abrió mucho los ojos y una sonrisa apareció en sus labios. Le pasó la hoja a Castle.
- Gracias RJ. Te debo una. – Le sonrió.
El policía le devolvió la sonrisa y se fue.
- Vale Espo. – Cogió bien el móvil. – Tenemos una lista donde aparece el nombre de Saúl Gautier. Toma Flunitrazepam para el insomnio así que tiene que tener el bote de las pastillas por casa.
- Sí pero ya lo hemos revisado todo y ni rastro de ese bote.
- Puede que haya cambiado las pastillas de recipiente. – Le sugirió la inspectora. – Traedlos todos.
- Como tú digas, jefa. – Respondió el inspector. Se oyó como Esposito ordenaba eso mismo a uno de los policías.
Kate se mantuvo a la espera. Miró a Richard y le observó pensativo.
- ¿Alguna idea está rondándote la cabeza, Castle?
- Estaba pensando… - Miró al infinito. - ¿Cómo iba a deshacerse de las pruebas tan rápido? No puede tirarlas simplemente a un contenedor.
- ¿Y qué sugieres? – Preguntó con curiosidad.
- ¿Y si sólo las ha escondido?
- Espo ya ha dicho que han buscado por todos los escondites posibles y nada. – Kate escuchaba de fondo cómo el inspector seguía dando instrucciones.
- Sí pero algo así no lo vas a esconder en el fondo del armario. – Dijo evidente.
- ¿Entonces? – Beckett se encogió de hombros.
- Si fuese yo lo habría escondido detrás de una librería, por ejemplo.
- ¿Lo has oíd, Espo?
- Afirmativo. – Asintió con la cabeza aunque ellos no pudiesen verle. – Pero hay un problema. La librería no se puede mover. Es de esas que están incrustadas en la pared.
Castle cogió el móvil de las manos de Beckett y puso el manos libres.
- Pero es de madera, ¿no? – Preguntó el escritor.
- Eso sí. – Espo volvió a asentir y echó un vistazo a la librería. - ¿En qué estás pensando?
- En que esos muebles tienen, por detrás, unas planchas de madera que podrían moverse. – Castle miró a Beckett.
- Le diré a los chicos que lo comprueben. Esperad un momento. – Les dijo el detective.
Escucharon cómo Esposito hablaba con los demás policías y los de científica.
- ¿Piensas que detrás puede haber una caja fuerte o algo así? – Beckett dejó el móvil sobre la mesa.
- Así es. – Asintió con la cabeza. – Al igual que pueden esconderse detrás de los cuadros.
- Muy inteligente. – Asintió despacio.
- Bueno, por algo se me ha ocurrido a mí. – Sonrió satisfecho.
- Es el tipo de locura que tú harías. – Entrecerró los ojos. – ¿O es que ya has hecho algo así?
- Sólo contestaré a eso si es en presencia de mi abogado. – Bromeó.
Antes de que Beckett pudiese contestar, Esposito habló.
- Castle, recuérdame que te tengo que invitar a una cerveza.
- ¿No puede ser mejor a una mariscada? – Propuso el escritor.
- No te pases. – Esposito alzó una ceja.
- Vale.
- ¿Qué habéis encontrado? – Beckett estaba emocionada.
- Una preciosa caja fuerte. – El detective sonrió. – Lo malo es que, sin el equipo adecuado, no podemos abrirla.
- No hace falta. Se puede hacer a la antigua usanza. – Beckett le miró y frunció el ceño. – Con un fonendoscopio.
- ¡Ah claro! ¡Cómo no se me habrá ocurrido antes! – Respondió el detective. – Voy a por el que tengo en el coche.
- ¿Llevas uno en el coche? – Castle se sorprendió.
- Pues más bien no, Castle. – Respondió Esposito con sorna.
- Vaya. – Dijo decepcionado el escritor.
- Podemos volver en un rato con el equipo adecuado, Beckett. – Sugirió el detective.
- Me parece bien. – La inspectora asintió. – En cuanto tengáis algo ya sabes. Llámame.
- Descuida.
Ambos colgaron el teléfono. Gates salió de su despacho y fue directa a la mesa de Beckett.
- ¿Y bien? – Victoria se quitó las gafas. - ¿Han hallado algo?
- Han encontrado una caja fuerte. – Le informó la inspectora.
- ¿Y? – Hizo un con las manos para que prosiguiese.
- Y de momento nada. – Respondió ella.
- No pueden abrirla sin el equipo adecuado. – Continuó Castle.
- Maldita sea. – Murmuró la capitana. ¿Y ya está? ¿No hay nada más aparte de la caja?
- Así es. – Asintió Beckett. – De momento sólo tenemos eso y tampoco hay evidencias de que allí encontremos algo.
- Quiero que me informéis en cuanto abran esa caja. – Señaló con el dedo a la detective.
- Así lo haremos, capitán. – Le aseguró.
- Bien. – Gates asintió con la cabeza. - ¿El sospechoso sigue en la sala de interrogatorios? – La detective asintió. - ¿Ha dicho algo?
- Nada. – Beckett jugueteó con el bolígrafo. – Se niega a hablar.
- Pero lleva un reloj de oro. – Apuntó el escritor.
- ¿Un reloj de oro? – Repitió la capitana. - ¿Coincide con las heridas de las dos últimas víctimas?
- Pues… Aun no lo sabemos. – Kate se mojó los labios.
- ¿Cómo que aun no lo sabéis? – Gates frunció el ceño. - ¿Y qué demonios estáis esperando para pedir una orden?
- Ahora mismo iba a pedirla, señor. – Le aseguró Beckett.
- Pues más vale que empiece a hacerlo, inspectora. – Dijo en tono amenazador.
Gates zanjó el tema y volvió a su despacho.
- Menudo humor de perros. – Comentó el escritor.
- El de siempre… - Miró de soslayo el despacho del capitán. – Aunque supongo que están presionándola los de arriba. – Cogió el teléfono y marcó de nuevo el número del juez.
La oficina del juez estaba hasta arriba de trabajos por lo que la orden aun tardaría un poco. Ryan y Esposito volvieron a comisaría a por el equipo adecuado para poder abrir la caja fuerte, luego se fueron de nuevo a casa del sospechoso.
- Estaba pensando… - Castle se llevó la mano a la barbilla.
- ¿Sobre el caso? – Levantó la vista del papeleo.
- No. – Negó con la cabeza. – Estaba pensando en lo que ha ocurrido esta tarde en el supermercado. Fue un poco raro.
- ¿Te refieres a lo de Josh?
- Es lo único raro que nos ha pasado hoy. – Dijo evidente.
- También podrías haberte referido a tu club de fans de la tercera edad. – Se encogió de hombros.
- Nah, eso no es raro. Es mi pan de cada día. – Sonrió.
- Bueno, ¿y qué te pareció tan raro? – Giró la silla para mirarle mejor.
- ¿En serio no te pareció extraño volver a encontrarte con Josh? – Alzó una ceja.
- Bueno, sí. – Volvió a encogerse de hombros. – Pero más raro hubiese sido encontrarnos con Robert De Niro, por ejemplo.
- Kate, hablo en serio. – Dijo con formalidad en la voz.
- Mmmm… Se le quedó mirando y entrecerró los ojos. - ¿Qué pasa, Castle?
- Es sólo que me preguntaba qué sentirse cuando volviste a verle…
- ¿Quieres hablar de esto aquí y ahora? – Parpadeó varias veces.
- Por favor.
- Está bien. – Se levantó de la silla. – Vamos a la sala de descanso.
Una vez en la sala, Kate dejó que Castle pasase primero y luego cerró la puerta detrás de sí.
- ¿Quieres un café? – Le sonrió. Castle asintió. - ¿Qué quieres saber? – Kate comenzó a trastear con la cafetera.
- Ya te lo he dicho. Sólo quiero saber qué fue lo que sentiste al verle. – Se apoyó en la mesa de detrás.
- ¿Sinceramente? – Giró la cabeza para mirarle. – Sorpresa. Eso fue lo que sentí. Me impresionó verle allí después de tanto tiempo.
- ¿Y ya está? – Se le quedo mirando, temeroso de su respuesta.
- Sí. – Asintió y le tendió una de las tazas. - ¿Qué más quieres que sintiese, Rick?
- No lo sé. – Se encogió de hombros. – Estuvisteis juntos.
- Bueno, Gina y tú estuvisteis casados y ahora no sientes nada por ella cada vez que os veis, ¿no? – Alzó las cejas.
- Pero es distinto. – Removió el café. – Nosotros nos separamos porque no nos aguantábamos.
- Y yo rompí con Josh porque me di cuenta de que te quería a ti. – Afirmó Kate.
Castle se quedó tan sorprendido por la declaración de la inspectora que poco faltó para que la taza diese contra el suelo.
- ¿De verdad? – Abrió mucho los ojos.
- Bueno, creo que queda bastante claro con quién duermo por las noches. – Le sonrió con dulzura.
- Eso es cierto. – Sonrió tontamente. Qué estúpido había sido al dudar de aquella manera.
- Supongo que tendré que dejártelo más claro. – Kate dejó su taza sobre la encimera, junto a la cafetera.
Fue hasta donde él estaba. Le rodeó la cintura con los brazos, metiendo las manos en los bolsillos traseros de su pantalón. Él hizo lo mismo y pasó sus manos alrededor de ella y las entrelazó en su espalda. Kate acercó su cara a la de él. Le acarició la punta de la nariz con la suya.
- Te quiero. – Kate le susurró en los labios. Sonrió y terminó por sellar aquellas palabras con un beso. – Así que me da igual encontrarme con Josh, con Demming o con el mismísimo Brad Pitt, porque eso no va a hacer que deje de quererte como hago ahora mismo.
- Es lo más bonito que me ha dicho nunca. – Le miró embelesado.
- Y si para convencerte de lo que siento tengo que repetirte esto todos los días lo haré. – Le aseguró. – Y ahora a trabajar, que hemos quebrantado una de mis reglas. – Le dio otro beso en los labios y se separaron.
- ¿Qué regla? – Dijo aun embobado.
- La de besarnos en el trabajo. – Le sonrió y cogió su taza.
Cuando salió de la sala de descanso vio que Ryan y Esposito habían vuelto.
- Decidme que tenéis buenas noticias. – Suplicó la detective.
- Así es. – Ryan sonrió. – Tenemos la caja fuerte en la sala de reuniones.
- ¿Y cómo es que la habéis traído a comisaría en lugar de abrirla allí mismo? – Preguntó la detective con curiosidad.
- Era más fácil sacarla de la pared que reventarla. – Respondió Ryan.
- Eso y que queríamos que fueses la primera en ver qué hay dentro. – Esposito sonrió.
- ¿Pero no lo habéis abierto? – Dijo Castle.
- No. – Javi negó con la cabeza. – Os estábamos esperando para hacerlo.
- Bueno, ¿y a qué estamos esperando? – Beckett sonrió ampliamente.
La detective se frotó las manos y fue hacia la sala de reuniones.
- Pensaba que no ibais a tardar tanto. – Comentó el escritor.
- Ya, bueno. Llevábamos un rato aquí. – Habló Ryan.
- Pero no queríamos interrumpir ese momento tan romántico en la sala de descanso. – Esposito sonrió con picardía.
- ¿Lo habéis visto? – A Castle se le quedaron los ojos como platos y se quedó parado en mitad de la comisaría.
- Y ha sido muy bonito. – Ryan le dio unas palmaditas en la espalda.
- He de reconocer que aun se nos hace raro veros juntos. – Comentó Esposito.
- Pero nos habéis visto. – Volvió a repetir el escritor. – Y si nos habéis visto vosotros…
- Nos hemos ocupado de que nadie más os viese. – Le aseguró Ryan.
- Para eso están los colegas. – Esposito y Ryan chocaron las manos.
- Gracias chicos. – Dijo Castle muy agradecido.
- No hay problema. – Ryan sonrió.
- Lo que sea con tal de que Gates no te eche de la comisaría. – Esposito alzó las cejas, divertido.
- Te hemos cogido un poco de cariño. – Bromeó el otro inspector.
- Un momento. – Castle miró a uno y luego al otro. - ¿Esta es otra forma de chantaje? – El escritor ya no se fiaba.
- Por eso no te preocupes. Ya haremos cuentas. – Ryan volvió a darle una palmadita en el hombro.
- Me lo temía. – Castle resopló.
Se pusieron en marcha y llegaron a la sala de reuniones. Allí estaba Kate esperándoles.
- La hora de la verdad. – Beckett cogió aire. - ¿Preparados?
Todos asintieron y miraron expectantes cómo la inspectora abría la caja fuerte.
- Premio. – Sonrió Castle.
Dentro de la caja había una bolsa. Beckett la sacó y la abrió. Había dos sujetadores correctamente dolados y aun con sus etiquetas puestas. A simple vista encajaban a la perfección con los que habían encontrado en las escenas del crimen.
- Mirad esto. – Señaló Esposito. – El cabrón guardaba la medicación aquí. – Les señaló el bote.
- ¿Tener que abrir todas las noches la caja fuerte para tomarse las pastillas? – Preguntó Ryan. – Es algo absurdo…
- Seguramente las escondió aquí cuando supo que íbamos detrás de él. – Espo le dio una palmadita en la espalda a su compañero.
- Está claro que es nuestro hombre. – Beckett le echó un vistazo a todas las cosas que había dentro.
- Creo que he encontrado algo interesante. – Castle sujetó un papel y lo leyó detenidamente.
- ¿Qué es, tío? – Esposito se estiró un poco para mirar la hoja por encima del hombro del escritor.
- Es una lista con nombres. – Castle lo dejó sobre la mesa para que le echasen un vistazo.
- ¿Una lista de víctimas? – Beckett alzó una ceja.
- Eso parece. – Respondió el escritor.
- Aparecen los nombres de nuestras tres víctimas. – Esposito frunció el ceño.
- Y mira esto. – Ryan señaló la hoja. – Tienen una equis delante del nombre.
- De “muertos”. – Apuntó Castle.
- ¿Este tío pensaba cargarse a todas estas personas? – Esposito parpadeó varias veces.
- Tiene toda la pinta. – Beckett asintió lentamente con la cabeza.
- Pues menos mal que hemos llegado a tiempo. – Comentó Castle. – Un poco más y se carga a media clientela del club.
- Eso me hace pensar una cosa. – La inspectora escudriñó la lista. - ¿Cómo es posible que tenga los nombres y apellidos de todas estas personas? – Levantó la vista y miró a los tres.
- Parece que tenemos un cómplice. – Dijo Ryan.
- “Partners in crime” – Castle sonrió. Todos se le quedaron mirando. - ¿Qué? Suena mejor así.
- Hay que detener también a la dueña del local. – Esposito se cruzó de brazos.
- Primero quiero hablar con Saúl. – Beckett se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja.
- ¿Por si delata a Daisy? – Preguntó Ryan.
- Así es. – Kate asintió. – Muy buen trabajo chicos.
P.D: ¡Gracias por leer y ya sabéis, comentad mucho!
LeFleur89- Actor en Broadway
- Mensajes : 215
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 35
Localización : Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Jo que pena se ha terminado, con lo interesante que se estaba poniendo la cosa, claro que la escenita de la sala de descanso no ha estado nada pero que nada mal, jajajajajaja
Esto está que cruje, no puedo esperar tanto el próximo capítulo, jajajaja Bueno no te voy a pedir que sigas enseguida, ya se que tienes que estudiar y eso es lo primero, así que por esta vez y sin que sirva de precedente, te dejo que tardes todo lo que necesites, pero los exámenes se acabarán y entonces, jajajajajaja entonces no voy a ser tan benévola, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Esto está que cruje, no puedo esperar tanto el próximo capítulo, jajajaja Bueno no te voy a pedir que sigas enseguida, ya se que tienes que estudiar y eso es lo primero, así que por esta vez y sin que sirva de precedente, te dejo que tardes todo lo que necesites, pero los exámenes se acabarán y entonces, jajajajajaja entonces no voy a ser tan benévola, jajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
- Mensajes : 2971
Fecha de inscripción : 27/12/2012
Localización : En la colina del loco - Madrid
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
sigueeee me encantaaa
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
La cosa se pone interesante, tanto en el final del caso, como en el chantaje que estos dos pretenden hacer al pobre de Castle. A ver si se deciden de una vez y le dicen ya a todos que están juntos (aunque ya casi todos los sepan), jejejeje.
Espero que puedas continuar pronto.
Espero que puedas continuar pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Sorry, con tanto estudio se me pasó que era tu cumpleaños ayer
¡Felicidades! (aunque llegue con un día de atraso...)
Con respecto al capítulo, me encanta el caso como ya sabes y me gusta aun más los giros que le vas dando en cada capítulo.
El momento de los dos en la sala de descanso me encanta, al final Beckett rompió su propia regla jaja Y Ryan y Espo seguro que sacan al final una buena tajada por callarse, estos dos saben mucho.
Me gusta como Beckett le quita todas las dudas que Castle pudiera tener sobre Josh. Si es que son tan monos
¡Mucha suerte con los exámenes Gema! Te estaré esperando a la vuelta para saber como sigue esta historia.
¡Felicidades! (aunque llegue con un día de atraso...)
Con respecto al capítulo, me encanta el caso como ya sabes y me gusta aun más los giros que le vas dando en cada capítulo.
El momento de los dos en la sala de descanso me encanta, al final Beckett rompió su propia regla jaja Y Ryan y Espo seguro que sacan al final una buena tajada por callarse, estos dos saben mucho.
Me gusta como Beckett le quita todas las dudas que Castle pudiera tener sobre Josh. Si es que son tan monos
¡Mucha suerte con los exámenes Gema! Te estaré esperando a la vuelta para saber como sigue esta historia.
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Castlet: What happens if you don’t like what you see?
Beckett: What happens if you don’t let me look?
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Se pone interesante la cosa, espero el siguiente capi me encanta la historia *---*
Mucha suerte con los exámenes.
Felicidades {Aunque sea con atraso}
Mucha suerte con los exámenes.
Felicidades {Aunque sea con atraso}
CaskettGirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 13/12/2012
Edad : 34
Re: Triple Juego (Continuación de La Jugada Perfecta) (Capítulo 16, 20/01)
Me encanta, continua pronto
_Caskett_- Escritor - Policia
- Mensajes : 2936
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Localización : en un mundo feliz
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