¿Quién controla a quién? (Cont. Una broma del destino)- Capítulo 25... 10/Mar

Hola a todos!! Siento mi ausencia pero aquí tenéis el nuevo capítulo. No me convence mucho, ya dije que estoy poco inspirada últimamente. Pero bueno, espero que no les decepcione.

Capítulo 24: Noche romántica

Después de la cena en el restaurante del hotel, en la que Kate había intentado mostrarse más fría de lo normal para castigar a su marido, la pareja volvió a la habitación. Castle tenía todo perfectamente preparado para lograr el perdón de su mujer. Mientras ellos cenaban, empleados del hotel se habían encargado de dejar la habitación lista para el cometido del escritor.

Al entrar, la inspectora se quedó sorprendida. Había velas y pétalos de rosa situados estratégicamente y sin resultar demasiado abrumador. Castle la tomó de la mano y la hizo sentarse sobre la cama. Junto a ella, había una bandeja con trozos de fruta y chocolate. El escritor cogió uno de los pinchos, clavó una fresa, la bañó de chocolate y la llevó a los labios de la inspectora. Ella no pudo evitar cerrar los ojos y soltar un gemido de satisfacción cuando la mezcla de sabores explotó en su boca. Su marido la miraba extasiado, atento a su reacción y deseoso de probar la fruta de sus labios. Cuando abrió los ojos, se topó de frente con los ojos azules de su escritor y le parecieron más llenos de vida que nunca.

-¿Quieres probar? –le susurró ella en un tono que a él le pareció lo más sexy y erótico del mundo.

Sólo fue capaz de asentir con la cabeza. Observó atentamente como ahora Kate repetía el proceso que él había hecho antes. Antes de introducirle la fruta en la boca, manchó sus labios de chocolate y sonrió con malicia. Castle saboreó la fruta y le devolvió la sonrisa.

-Te manchaste… -le dijo en tono seductor.

-¿Ah sí? ¿Dónde? –preguntó él con falsa inocencia.

-Justo aquí… -susurró ella pasando su dedo pulgar por el labio inferior de él y llevándoselo luego a su boca para chuparlo. El escritor sintió como temblaba todo su cuerpo, esa anticipación lo estaba matando.

Sin perder el tiempo, la inspectora llevó sus manos a los botones de la camisa de su marido y empezó a desabrochársela. Al ver sus intenciones, él la ayudó en su tarea y después le quitó su vestido. En cuestión de segundos, los dos estaban en ropa interior sentados en el borde de la cama, así como habían estado un rato antes.

-Túmbate…-Beckett sonrió por el tono de autoridad que pocas veces solía utilizar su marido pero que le parecía realmente excitante y se dejó hacer.

El escritor dibujó un trazo de chocolate desde el ombligo hasta el sujetador de su inspectora. Le clavó la mirada en los ojos y llevó su boca hasta el comienzo del dulce camino marcado en su vientre para luego borrarla haciendo uso de sus labios, su lengua y hasta sus dientes. Kate no pudo dejar de suspirar durante todo el proceso, deseando más y más.

Castle la hizo incorporarse lo justo para poder meter la mano por debajo de la espalda de ella y desabrocharle el sujetador. Dejó caer chocolate sobre sus pechos y los saboreó, succionando hasta hacerla gritar. Fue el turno después de la detective de comer chocolate sobre el torso de su marido, avivando cada vez más el deseo que sentían.

Jugaron con la fruta y el chocolate hasta que ninguno de los dos aguantó más y terminaron rendidos a la pasión, amándose y disfrutando del otro como hacía tiempo que no lo hacían. Después de eso, decidieron darse un baño en el jacuzzi para eliminar los restos de dulce.

-Entonces… ¿Ya me perdonaste? –le susurró en tono meloso mientras acariciaba la parte alta de su espalda y sus hombros. Beckett giró la cabeza para sonreírle de forma juguetona.

-Casi… pero mejor no me lo recuerdes…

-Está bien… mejor aprovechamos el tiempo en otra cosa… -Castle reemplazó sus manos por sus labios y comenzó a besarle la nuca, pasando luego a su cuello y haciéndole girar el rostro para llegar al perfil de su mandíbula. Al mismo tiempo que la besaba, sus manos jugaban bajo el agua, buscando y acariciando aquellas zonas del cuerpo de Kate que sabía que la volverían loca.
Cuando ella sintió que la temperatura de su cuerpo había aumentado al máximo, especialmente en su centro de placer, se giró por completo, quedando a horcajadas sobre su marido.

-Eres insaciable, inspectora… -le susurró Castle sobre los labios al tenerla otra vez frente a frente.

-La culpa es tuya que me vuelves loca… -después de decir esto, Beckett se lanzó a sus labios y empezó a moverse creando fricción entre sus intimidades. Castle soltó un fuerte gruñido de placer que provocó la risa de ella.

Segundos después, Kate descendió sobre él e hizo que fueran solo uno. El escritor llevó sus manos a las caderas de ella para ayudarla a establecer el ritmo, que primero fue lento y luego fue cobrando mucha más intensidad. Segundos antes del clímax, se miraron a los ojos para compartir ese momento.

Kate se dejó caer agotada, deslizándose por el cuerpo del escritor hasta apoyar su cabeza en la parte alta de su torso. Castle la abrazó con fuerza y la besó con dulzura en la cabeza.

-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Kate. Te quiero –ella se separó un momento para mirarlo a los ojos, le acarició la mejilla con el dorso de la mano y le dio un beso corto en los labios.

-Yo también te quiero –le contestó al separarse y antes de volver a recostarse sobre él.

Estuvieron en la bañera hasta que el agua se enfrió. De allí, pasaron a la cama para seguir dando rienda suelta a todo lo que sentían el uno por el otro. Tenían que disfrutar las últimas horas de aquellas minivacaciones que habían conseguido darse. Al día siguiente tenían que volver a casa después del almuerzo, así que debían aprovechar el tiempo.

Despertaron enredados entre las sábanas y las piernas y brazos del otro, desayunaron y pasaron la mañana en la cama. Más tarde prepararon todo para volver a casa y comer con Alexis y Roy.

Sé que tal vez es corto, pero necesito volver a coger el hábito poco a poco Mañana intentaré (y estoy casi segura de que podré) subir el siguiente, la cita de Alexis y Andrea.
Mil gracias!!