¿Quién controla a quién? (Cont. Una broma del destino)- Capítulo 25... 10/Mar

Hola a todos!! Primero que nada, muchas gracias a todos los que siguen leyendo y comentando. Ustedes son los que me animan a escribir
Aquí les traigo el nuevo capítulo! Es un poco más largo que el anterior. Espero que les guste y no olviden comentar.
Gracias


Capítulo 25: Cita de dos adolescentes

-Hola preciosa –Alexis se sobresaltó al sentir al chico tan cerca de su nuca. Sonrió y lo saludó con un beso en la mejilla. -¿Llevas mucho tiempo esperando? –le preguntó mientras se sentaba junto a ella.

-No te preocupes, acabo de llegar… -los dos se sonrieron con timidez y miraron la carta para pedir. Habían quedado en una cafetería a unas calles del loft de Castle. Alexis le había dicho a su padre que había quedado con una amiga para despedirse antes de volver al campus.

Pidieron un par de batidos de chocolate y un trozo de tarta para compartir. Siguieron contándose cosas sobre ellos. Hablaron de cómo habían sido sus infancias y sus primeros años como adolescentes.

-¿Entonces has vivido siempre con tu padre?

-Sí. Mi madre se divorció de mi padre y se mudó a Los Ángeles para seguir con su carrera. Yo me quedé con mi padre en Nueva York y él siempre ha sido el que se ha encargado de mí –Andrea la miraba con interés.

-Y… ¿le guardas rencor a tu madre por eso? –la pelirroja se quedó observándolo en silencio durante un momento. –Yo… lo siento… siempre meto la pata. No debí…

-Tranquilo –lo interrumpió la chica sonriéndole para transmitirle confianza. –Sólo estaba pensando porque esa pregunta me cuesta respondérmela a mí misma. A ver… mi madre es mi madre y la quiero mucho. Nuestra relación ha sido de la misma forma desde que yo recuerde y quizás por eso no echo en falta que sea diferente. Además, mi padre ha sabido ser padre y madre a la vez y mi relación con él es mucho mejor que normal –los dos sonrieron. –Siempre pienso que una cosa compensa la otra y que no puedo quejarme por cómo es mi madre teniendo al mejor padre del mundo, no sería justo que lo hiciera.

-Tienes mucha razón y me parece una actitud muy madura por tu parte –Andrea llevó su mano a la mejilla de Alexis y se la acarició con ternura.

El chico le contó lo que aún le quedaba por contar de su historia familiar y ella lo escuchaba muy atenta. Riendo cada vez que él hacía una broma con alguna anécdota o alguno de sus familiares. Cuando terminaron de comer, Andrea pagó la cuenta y decidieron ir a dar un paseo. Caminaron durante un rato y se entraron en un parque cercano para seguir conversando.

-¿Cuántas relaciones has tenido? –Andrea la miró divertido.

-Pues… tres.

-Y… ¿Estuviste enamorado de ellas? –la pelirroja le hizo la pregunta con timidez, sin mirarlo a la cara y mientras seguían andando uno junto al otro. Andrea se detuvo un momento y esperó a que ella lo mirara para responderle.

-Sinceramente, solo de Sofía, la primera.

-¿Y por qué estuviste con las otras dos? –volvieron a caminar.

-Yo… no lo sé. Supongo que en su momento me gustaban mucho y estaba bien con ellas. Pero lo cierto es que no llegué a estar realmente enamorado. ¿Y qué hay de ti? ¿Alguna vez has estado enamorada?

-Sí…

-¿Max? –volvieron a detenerse uno frente al otro.

-Sinceramente, de Max no llegué a estar realmente enamorada. Me gustaba mucho y estaba bien con él... -se sonrieron con complicidad-. Fue de Ashley, mi primer novio...

-Y… ese amor que sentiste… ¿se parece en algo a esto? –El chico se acercó a ella con decisión, la tomó del rostro con las dos manos y la besó. Alexis se estremeció por el contacto y sintió como su corazón empezaba a latir con fuerza. En un primer momento se quedó estática y no supo qué hacer, pero al final se dejó llevar. Andrea envolvió la cintura de ella con los brazos y ella enredó una de sus manos en el cabello del chico, y se aferró a uno de sus brazos con la otra. Fue un beso de película y los dos sentían que el mundo había dejado de existir.

Se separaron cuando necesitaron respirar pero se quedaron con los cuerpos y las frentes juntas.

-Lo siento… Me dejé llevar… No debí hacerlo… -Susurró Andrea y la miró un poco avergonzado mientras se separaba un poco.

-No me pidas perdón… Aunque tú lo empezaras, yo lo seguí. Así que si pasó fue porque los dos quisimos que pasara… -Los dos se sonrieron con ternura. Andrea volvió a acercarse a ella, tomó su mano y se la besó con cariño, manteniendo sus labios sobre ella unos segundos.

-Entonces quiero que sepas que me gustó mucho… -cogió aire –que me gustas mucho.

-A mí también… -sus rostros volvieron a acercarse poco a poco pero, cuando estaban a escasos centímetros, el móvil de Alexis sonó y los dos se sobresaltaron. La chica sacó el aparato de su bolso y la voz de su padre apareció en la pantalla, lo que hizo que Andrea tragara saliva sonoramente.

-Hola, papá
…

-¿Sí?
…

-Lo siento, estaba distraída y no me había dado cuenta de la hora.
…

-Está bien. Voy para allá.
…

-No es necesario. Estoy cerca y puedo ir andando o tomar un taxi.
…

-Chao, un beso.

Cuando Alexis colgó los dos se miraron sin saber qué decir, hasta que Andrea rompió el hielo.

-Entonces… ¿ya te vas? –la pelirroja pudo notar decepción en su tono de voz y eso la hizo sonreír.

-Sí… es un poco tarde y tengo que irme ahora a Columbia.

-Bueno… pues… que te vaya bien la semana…

-Gracias… Ya hablamos… -la chica le dedicó una última sonrisa, le dio un beso en la mejilla y se giró para empezar a caminar pero la mano de Andrea en su brazo la detuvo, y sintió como su corazón de volvió a acelerar.

-¿Cuándo puedo volver a verte? –Alexis volvió a girarse y quedó frente a él.

-Pues… yo no tengo pensado volver hasta el viernes… Podemos vernos ese día o… si quieres y tienes una tarde libre, puedes ir al campus y vernos allí –el chico sonrió.

-Vale… hablamos y te aviso… -los dos se quedaron mirándose unos segundos y el chico tiró de ella y le dio un beso en los labios. Esta vez fue un beso más breve que el anterior pero que les hizo sentir el mismo cúmulo de sensaciones.

-Adiós –susurró Alexis sobre sus labios justo antes de girarse y salir prácticamente corriendo.


Cuando entró en el loft, cerró la puerta y apoyó la espalda en ella suspirando y con una sonrisa en los labios. Kate estaba en la cocina y la miraba divertida hasta que la chica se percató de su presencia y cambió su expresión.

-Supongo que esa cara tiene que ver con la camisa de Andrea que encontré en tu cubo de la ropa sucia… -le dijo Kate sonriendo. Alexis abrió los ojos y la miró sin saber qué decir.

-Esto… ayer… se le mojó y yo solo le di una limpia… no… no pasó nada… -Kate soltó una carcajada.

-Si no quieres que tu padre los mate, deberías aprender a mentir mejor…

-¿Tanto se me nota? –Kate asintió sonriendo. -¿Y mi padre? –bajó la voz al darse cuenta que podría haberlas escuchado.

-Está arriba bañando a Roy…

-¿Él vio la camisa? –preguntó asustada.

-No… tranquila. Yo quise lavar la ropa sucia que te quedaba por si querías llevártela hoy… No te preocupes que la camisa de Andrea también está entre las tuyas por si quieres devolvérsela… -La inspectora la guiñó el ojo.

-Gracias… -Se sonrieron- Y Kate… no sé qué decirte… no hay nada entre Andrea y yo… todavía… No sé cómo explicarte…

-No tienes que explicarme nada… Yo creo que ya eres una mujer y Andrea es un chico muy guapo, es normal que se hayan gustado… Lo que si te aconsejo es que vayas pensando en cómo manejar este tema con tu padre porque no creo que le haga mucha gracia. Él y Andrea no empezaron lo que se dice con buen pie y, justo ahora, estaba empezando a aceptarlo… -la pelirroja la miró extrañada.

-¿Y eso por qué?

-Digamos que tu padre pensó que Andrea intentaría seducirme –Las dos se miraron y empezaron a reír a carcajadas. En ese momento, Castle empezó a bajar por las escaleras con Roy en brazos.

-Vaya… ¡Cuánta alegría! –dijo el escritor mientras se acercaba.

-Sí, cariño… Alexis me estaba contando algo que le pasó con sus amigas… -las dos se miraron con complicidad.

-¿Y yo puedo saber? –preguntó Castle con voz inocente.

-¡No! –dijeron las dos a la vez y volvieron a reír. –“A mí no hace falta que me digan nada. Me apuesto mi colección completa de playmobil a qué esa “anécdota” está relacionada con el tonto de Andrea… Entonces mi mamita se está haciendo cómplice… ¡No puede ser!” –pensó Roy enfadado.