¿Quién controla a quién? (Cont. Una broma del destino)- Capítulo 25... 10/Mar

Hola a todos!! Aquí les traigo el nuevo capítulo! Este es un poquito más largo de lo normal, así que espero que lo disfruten.


Capítulo 23:

-¡Hola, enano! –exclamó Andrea mientras revolvía el cabello rubio de Roy. -“Sí, ya… enano… voy a ver cómo te comportas con mi hermana y ya veremos si dejo que me llames así”.

-¿Y qué tal se porta contigo mi hermanito, Andrea? –le preguntó Alexis al mismo tiempo que se acomodaba mejor a su lado, con el pequeño sentado en su regazo.

-Pues muy bien, la verdad. Roy yo conectamos desde el principio y eso no me suele pasar con todos los niños que he cuidado. Este chaval se hace querer –el chico volvió a acariciar el pelo del bebé. -“Pues mira que del amor al odio hay un paso… así que espero que no hayas “conectado” más de la cuenta con mi hermanita”.

-Me alegro de que este granuja no te haga pasarlo mal –la pelirroja empezó a hacerle cosquillas a su hermano bajo la atenta mirada de Andrea. El pequeño Roy no podía reprimir las carcajadas y la chica tuvo que parar cuando parecía que no le llegaba el aire.


El canguro se encargó de preparar la zona de juegos para Roy. Como los propios Kate y Rick hacían, apartó la mesa del salón y colocó la gran alfombra que tenían para eso. Sacó los juguetes del baúl y los puso a lo largo de ella. Mientras tanto, Alexis preparó unos vasos con refrescos para ellos y el biberón de agua de Roy.

Estuvieron un rato jugando y se lo pasaron realmente bien los tres. De vez en cuando, Roy miraba desconfiado el intercambio de miradas que se producía entre su hermana y Andrea, y fruncía el ceño. Cuando estaban jugando con el barco pirata, sonó el teléfono y Alexis fue a cogerlo.

-¿Diga?

-Cariño, ya has vuelto…

-¿Papá? Eh sí… te dije que como mucho estaría un par de horas fuera… -Andrea miraba interesado la conversación de la pelirroja.

- ¿Y con Andrea, todo bien?-preguntó Castle distraído.

-Sí, claro. Vino antes de irme y se fue cuando llegué… ¿por qué lo dices? –la chica se puso un poco nerviosa.

-No sé, por preguntar… ¿Roy ya cenó?

-Papá, son las siete y media… En un rato lo bañaré y luego le daré la cena…

-Está bien, veo que lo tienes todo bajo control.

-Así es –le respondió con una sonrisa de orgullo y autosuficiencia que su padre no pudo admirar.

-Vale, pues nos vemos mañana. Buenas noches mi niña.

-Buenas noches papá…

-Un beso y otro de parte de Kate.

-Disfrutes. Besos a los dos… -cuando Alexis colgó el teléfono se sentó junto a Andrea, un poco más atrás de donde estaba Roy. El chico la miró durante unos segundos, discutiendo consigo mismo si debía preguntarle o no lo que le estaba rondando por la cabeza. Finalmente, se decidió a hacerlo.

-No creas que me dedico a escuchar todas tus conversaciones telefónicas pero no he podido evitar oírte, ¿por qué le has mentido a tu padre? –él la miró confundido y a la vez temiendo su reacción pero la sonrisa de Alexis lo tranquilizó.

-Pues hay dos motivos… El primero, porque cree que lo estoy pasando mal con lo de Max y quiero que ya se quede tranquilo con ese tema. Y el segundo es porque mi padre es un poco… sobreprotector… si se entera que estoy aquí, contigo, casi a solas –dijo mirando a Roy–, pondría el grito en el cielo y se vendría arrastrando a Kate con él. Creo que es mejor evitar que Kate termine disparándole –los dos rieron sonoramente y, por enésima vez en la tarde, sus ojos se perdieron en los del otro. -“Pues si mi papi estuviera aquí, a este guaperas se le iba a terminar la tontería... En fin, voy a tener que intervenir”-. El pequeño Roy gateó hasta llegar a las piernas de su hermana, provocando que esta se sorprendiera, dando un salto e interrumpiendo el momento íntimo que se había creado. La pelirroja cogió al bebé en brazos y se levantó algo ruborizada.

-Creo que ya es hora de que lo bañe…

-¿Lo has hecho alguna vez? –La chica se sorprendió con la pregunta pero enseguida entendió que se estaba refiriendo al baño.

-Pues… sola no. Pero creo que me defenderé –le dijo con una sonrisa que Andrea respondió de igual forma.

-Estoy convencido, pero en el baño sí que tienes que tener cuidado con Roy. Le encanta el agua y, las veces que he tenido que bañarlo, he terminado empapado…

-No quiero sonar antipática, pero sé que le encanta el agua. Te recuerdo que es mi hermano… -“Toma… chúpate esa…”

-Ya… es cierto… Lo siento, es tarde, debería irme –Alexis se maldijo así misma por haber sonado como una arrogante aunque esa no fuera su intención.

-¡No! –la contundencia de su grito hizo que el chico se detuviera y la mirara expectante. Ella le sonrió tratando de suavizar la situación. –Creo que tienes razón y quizás necesite tu ayuda…

-Claro… -“Oh, vamos… Prepárale la habitación de invitados y que se quede a dormir… Viendo lo visto, sería lo único que faltaba”- el pequeño Roy echaba chispas.


Andrea preparó el baño para que todo estuviese listo, al mismo tiempo que Alexis le quitó la ropa a Roy en su habitación. Cuando empezaron a bañarlo, el chico le iba dando indicaciones a la pelirroja para que todo fuera más fácil, cómo cogerlo para que no se le resbalara, como quitarle el jabón para que no le llegara a los ojos… De vez en cuando, sus manos se rozaban provocando descargas que recorrían por completo el cuerpo de los jóvenes y haciendo que se miraran de reojo sonriendo. Roy jugaba con un barco que flotaba en el agua, mientras hacía ruiditos con la boca.

Llegó el momento de enjabonarle el cuerpo y las manos de Alexis y Andrea fueron a la vez a coger la esponja pero, esta vez, ninguno la apartó. Se miraron con intensidad y la pelirroja sintió como aquellos ojos color miel la atravesaban. En ese momento, no fueron conscientes de dónde estaban ni por qué. Sus rostros se fueron acercando lentamente, sin desviar la mirada de los ojos del otro. Parecía como si una potente fuerza magnética los estuviese atrayendo a los labios del otro. El pequeño Roy estaba surcando los mares con su barco, cuando giró la cabeza y vio lo que estaba a punto de pasar. –“¡¿Es una broma?! Capitán Jones, voy a necesitar la ayuda de tu tripulación… ¡A derribar al enemigoooo!”- Roy agitó la mano en la que tenía el barco salpicando agua y empapando a Andrea. Los jóvenes se miraron y miraron al niño asombrado y Alexis pensó que “definitivamente, se parecía demasiado a Castle”.


El baño terminó y la chica le puso el pijama a su hermano, y lo dejó un momento en el parque para dejarle una camiseta a Andrea. Cuando llegó al salón se lo encontró de espaldas y parecía que temblaba.

-¡Sí que te ha empapado! –dijo divertida.

-Ehh… sí… al final parece que el baño lo he tomado yo… -le contestó de la misma forma.

-Esta camiseta me queda un poco larga y podría pasar como de chico, así que te quedará bien. No quiero que te resfríes por mi culpa. –Sin pensarlo, Andrea se quitó su camiseta para ponerse la seca y cuando fue a cogerla de las manos de Alexis, vio que ella miraba su torso embelesada. Su mirada ascendió desde su abdomen bien definido, hasta llegar a sus ojos.

-Yo… lo siento… no quise incomodarte… -intentó disculparse Andrea sin terminar de coger la camiseta.

-No… yo… no es incómodo… solo… -la pelirroja volvió a pasear su mirada por el torso del chico y sintió como un calor intenso la recorría por completo. Nunca había visto un cuerpo tan perfecto tan cerca de ella, tan cerca que casi lo podía tocar. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la situación estaba adquiriendo otro color. Soltó la camiseta, se mordió el labio y se giró. Andrea se puso la camisa con una rapidez asombrosa y corrió unos pasos hasta poder cogerla de la mano.

-Alexis, espera… -le susurró mientras tiraba de su mano y la hacía girar, quedando muy cerca de él.

-Andrea… -la voz de la pelirroja sonaba a súplica.

-Yo… es tarde y tengo que irme pero… no quiero que esto termine aquí…

-Yo creo que te… -el chico la hizo callar poniendo un dedo sobre sus labios. Ella no pudo evitar estremecerse por ese contacto y cerrar los ojos durante unos segundos. Se acercaron un poco más y le acarició el pelo con suavidad.

-Escúchame… sé que acabas de salir de una relación y que lo menos que te apetece ahora es estar pensando en otra –Andrea hablaba en susurros, con un tono de voz dulce y tranquilizador-. Pero esto que me pasa contigo no me había pasado nunca… y no soy tonto… sé que a ti te pasa exactamente lo mismo… -se acercó tanto que ella pensó que iba a besarla pero se detuvo cuando sus labios estaban a un par de centímetros. Alexis era incapaz de moverse y sentía como su corazón latía tan acelerado que parecía querer salirse del pecho.

-Puede que tengas razón pero… me asusta un poco todo esto –la pelirroja habló tan bajo que él pudo escucharla por lo cerca que estaban.

-Esto me sorprende y me asusta tanto como a ti, pero podría ser algo maravilloso y no me gustaría quedarme con la duda… - las palabras de Andrea la hipnotizaban y sentía que se estaba mareando por estar tan cerca de él durante tanto tiempo. –Te propongo simplemente conocernos y ver qué pasa…

-Está bien… -el chico le sonrió de medio lado y ella le devolvió la sonrisa.

-Vale… pues apúntame tu número y hablamos para vernos…

-Mañana –lo interrumpió ella al mismo tiempo que tomaba el móvil y apuntaba su número de teléfono-. Me iré a la residencia por la noche, así que te aviso para vernos en cuanto vengan Kate y mi padre –a Andrea le cambió la cara.

-¿Tu… padre? Alexis, creo que es mejor que no le digas nada de nuestra… amistad –le dijo con preocupación.

-¿¡Bromeas!? Te mataría… -él la miró ahora asustado y ella soltó una carcajada. – Es broma… ¿Nos vemos mañana?

-Claro… lo estoy deseando –Andrea se giró para irse pero, antes de dar un paso, volvió a la misma posición de antes. Acarició la cintura de Alexis con una de sus manos y luego la apoyó en la parte baja de su espalda, atrayéndola hacia él para besarla en la comisura de los labios. Fue un beso corto, y hasta tímido, pero a los dos los dejó con ganas de más y, especialmente, con ganas de que llegara esa cita al día siguiente.

...............

Mientras, en algún hotel de Nueva York…

-Creo que Alexis me oculta algo… -dijo Castle pensativo mientras se abrochaba la camisa. Beckett se estaba maquillando en el tocador y lo miró a través del espejo.

-¿A qué te refieres?

-No sé… estaba muy extraña… debería haber conectado las cámaras… -la inspectora dejó caer la brocha del colorete y se giró, mirándolo con indignación.

-¿Las qué? ¿Desde cuándo tenemos… cámaras en casa?

-Pues… desde que tuvimos que dejar a Roy con Andrea. No creerás me quedaba tranquilo sólo por sus recomendaciones… - Beckett entrecerró los ojos y lo miró realmente enfadada.

-¿Ah sí? ¿Y para qué más quieres las cámaras? ¿También me observas en la ducha o cuando me cambio? ¿Te das cuenta de que estás violando la intimidad de todos los que vivimos allí? –el tono de Beckett aumentaba a medida que iba hablando.

-¡¡¡¿Qué?!!! No… eso no es así...

-¡¿Ah no?! ¡¿Y cómo es, Castle?!

-Pues… a ver, dos cosas… la primera, sólo hay una cámara en la cocina y otra en el salón, y sólo las conecté los dos primeros días que Andrea fue a trabajar –Castle empezaba a preocuparse por la reacción de su mujer, quizás no había sido la mejor forma de decírselo-. Yo sé que tal vez no está bien pero quería ver cómo se comportaba con Roy cuando nosotros no estábamos, nada más. Y no he tenido tiempo de quitarlas pero será lo primero que haremos al llegar, ¿vale?

-Dijiste dos cosas… ¿cuál es la segunda?

-Que no me hacen falta cámara para verte desnuda – el escritor le habló de la forma más dulce que pudo mientras se iba a cercando a ella. Después de escucharlo, Kate parecía mucho más relajada y él le sonrió de una forma tan irresistible que lo único que ella pudo hacer fue besarlo. El beso sólo duró unos segundos porque Beckett se separó y se giró para seguir arreglándose. Castle la abrazó por detrás y empezó a besarla en la nuca pero ella lo detuvo.

-Se nos va a hacer tarde. Además, no creas que esto se me olvida con una sonrisita y un par de besos. Vas a tener que compensarme por no haberme dicho nada… -le dijo divertida.

-Vale, qué te parece si después de la cena tomamos el postre en la habitación… algo muy, muy dulce –Beckett le sonrió a través del espejo -. Y después si quieres, podemos repetir lo del jacuzzi…

-Es un buen comienzo –la inspectora terminó de maquillarse, le dio un suave beso a su marido y entrelazaron sus manos para bajar a cenar.

Espero que les haya gustado!! No olviden comentar