¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Siento no haber comentado en el capi anterior, lo lei pero como me han quitado el ordenador es muy cumplicado comentar desde el movil
Como siempre ME ENCANTA y estoy deseando leer la continuacion
CONTINUA PRONTO
Como siempre ME ENCANTA y estoy deseando leer la continuacion
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Me encanta, esta genial.
Continua asi de bien.
Continua asi de bien.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
angela_kate.b escribió:Me gusta!!!
Se va poniendo cada vez mas interesante. aunque es cortito tiene contenido que eso es lo importante.
Esperare la continuacion
BESOSS
Muchas gracias por comentar!!
Siento de veras haber estado tanto tiempo sin dar señales de vida pero intentare subir más capitulos pronto.
Un beso y espero que te guste!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Bueno si de momento no tienes nada que hacer y te aburres, me parece bien que mates el tiempo escribiendo, que al fin y a la postre no es mala forma de hacerlo, jajajajaja
Me parece estupendo el capitulo, a pesar de avanzar en la investigación y de aportar más datos, veo que no nos has dado mucho más que rascar, jajajajaja ya estas aprendiendo las tácticas de los mayores, escribir mucho dar poco, para después sorprender, jajajaja muy bien que te vayas soltando al escribir y que cojas tablas en el oficio, eso demuestra que no te conformas con poner lo primero que se te ocurre y ya, por lo que te tengo que felicitar, pues estás haciendo un fic muy interesante y ameno de seguir, sigue así que estás en el buen camino.
Ya sólo decirte que por supuesto sigo expectante para ver en qué termina todo esto, no te digo tiempo pues veo que lo haces cuando no entorpeces tus otras actividades y eres una alumna aplicada, solo decirte que espero que las notas sean buenas y este verano lo tengas para hacer todo lo que te apetezca, pues te mereces disfrutar ahora lo que has conseguido.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS[/quote]
Muchas gracias por tus grandes tocho-comentarios!! La verdad es que a pesar de ser largos me encanta leerlos!!
Mis notas han sido todo sobresalientes jajajja y siento haber tardado tanto en seguir con el fic pero entre las fiestas de mi pueblo y las inesperadas vacaciones de las que he vuelto hace dos días.... jajajaja de veras que lo siento
Muchas gracias por todas las cosas buenas que me dices, la verdad es que si que noto mejoría desde los primeros capitulos a estos últimos.
Espero que te guste el siguiente capitulo, Besos
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
treinta y uno escribió:RcKb si era la primera vez que comentaba en tu fic, pero esque me cree la cuenta hace poco, me encanta tu fic sigue pronto porfavorrr!
Muchas gracias por comentar =) Me alegra ver que hay nueva gente que lee mi fic.
Un beso y espero que te guste el siguiente1!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
AlwaysSerenity escribió:Siento no haber comentado en el capi anterior, lo lei pero como me han quitado el ordenador es muy cumplicado comentar desde el movil
Como siempre ME ENCANTA y estoy deseando leer la continuacion
CONTINUA PRONTO
No pasa nada =) Y ahora siento yo no haber subido el capitulo antes
Muchas gracias por comentar y espero que te guste el siguiente!!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
_Caskett_ escribió:Me encanta, esta genial.
Continua asi de bien.
Muchas gracias!! Ahora subire el siguiente, espero que te guste"!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Jjajajaja despues de casi un mes sin dar señales de vida, vuelvo a aparecer por el foro!! Siento de veras no haber subido el capitulo antes pero entre el final de temporada que me dejó algo en SHOCK, las fiestas de mi pueblo que no pase ni 2 horas en casa y las inesperadas vacaciones a las que me mandaron mis padres de las cuales acabo de volver hacer 2 días, no he tenido tiempo. Nada más ññegar me puse a escribir como una loca y esto es hasta donde he podido estrujar mis neuronas en dos días !! Espero que no os sepa a poco y que disfrutéis leyendolo. Un beso a todos los que comentan y gracias por leer!!!
Después de tres cafés y una hora de trabajo sin parar, la detective encontró varias personas que podían ser el sospechoso que estaban buscando. Uno era un policía del departamento de secuestros que no había vuelto de la luna de miel con su esposa. Otro era un exmilitar que vivía con su hija. Y el último era un hombre que trabajaba como empresario en unas oficinas en Manhattan. Descartó al último porque tal y como decía la agenda de la víctima, tenía que saber disparar con un rifle y este no tenía ningún indicio de saber manejarlo. Sacó las fotos de los dos sospechosos y los colgó en la pizarra con un pequeño imán para después apoyarse en la mesa que tenía detrás para pensar.
Castle que no había quitado el ojo desde que empezaron a buscar, pensó en cuál de los dos hombres podía ser el que buscaban. Pidió la agenda a la detective y busco el texto del día de la muerte. Cuando lo encontró, lo leyó varias veces y la chispa le saltó de inmediato.
- Ya sé cómo podemos averiguar quién es el desaparecido que estamos buscando.
- ¿Cómo? – Preguntó frustrada Beckett pues no encontraba nada.
- Según la agenda, el hombre estaba siendo apuntado con un arma. Lo que quiere decir que estaba siendo obligado a disparar al globo – Empezó a narrar – Probablemente los hombres que le estaban apuntando se percataron de la presencia de Alexandra y la mataron para que no pudiera decir nada.
- Si Castle, eso ya me lo suponía – Contestó de mala gana.
- Todavía no he terminado. Si alguien quiere obligarte a hacer algo… ¿Qué haría para conseguirlo? – La preguntó para ver si se daba cuenta de lo que hace pocos minutos se había fijado él.
- No sé. Me amenazaría con matarme o…
- O… - Continuó Castle.
- ¡O secuestrarían a alguien cercano a mí! – Exclamó ella – Vale, por un lado tenemos a Arthur Jones que no regresó de la luna de miel con su esposa y por otro a Albert Gray que vive con su hija.
- Tanto Arthur como su mujer están desaparecidos ¿verdad? – Preguntó el escritor.
- Si – Contesto Kate después de mirar en una carpeta.
- Comprobemos si la hija de Gray está bien. Y si es así, solo nos queda Arthur y Alison Jones – Sonrió. Ya habían le habían encontrado y presentía que estaban a punto de encontrar a los asesinos.
*****
- De acuerdo, muchas gracias – Colgó el teléfono y giró la silla para quedar enfrente de Castle – La hija de Gray dice que no ha recibido ninguna llamada de amenaza ni nada por el estilo. Dice que es normal que su padre desaparezca de este modo. Que lo lleva haciendo desde que su madre murió.
- Entonces ¿Por qué ha puesto la desaparición?
- Tiene miedo de que alguna vez le paso algo serio. Y la entiendo. Yo pasé el mismo miedo cuando mi padre desapareció durante todos esos años… - La vista de Beckett se nubló y Castle en un intento de animarla cambió de tema.
- Vale, con lo cual el desaparecido que estamos buscando es Arthur y habrán secuestrado a Alison para obligarle a hacer lo que quieren.
- Exacto, pero todavía tenemos que descifrar esos números. Estoy segura de que son la clave para resolver este caso.
- ¡Hey Beckett! – Exclamó Esposito nada más salir del ascensor – Hemos encontrado una carretera parecida al rio y en un cartel cercano pone 162. Puede que sea esa.
- ¿Qué hora es? – Preguntó Castle.
- Las doce y veinte – Respondió Ryan después de mirar el reloj.
- Alexandra escribió en el diario a la una y diez. Lo que quiere decir que el tiro al globo se produjo a la una. El verdadero ataque será también a esa hora. Solo nos queda averiguar el día – Razonó Castle.
- Vayamos a aquella carretera. Puede que el día sea hoy, no quiero arriesgarme a que sea así y un hombre pierda la vida. Espósito, Ryan id a la casa de los padres de Ayrton. Hay una cosa en la declaración del vecino que no me cuadra. El sonido de algo metálico golpeándose contra el suelo. Esperad a que los padres salgan de la casa y entrar al jardín con cuidado.
- De acuerdo jefa – Y se fue a buscar a esposito quien estaba en la sala de descanso preparándose un café.
- Castle, vayamos a la carretera – Dijo Beckett
- Voy – Cogió el abrigo y se marcharon.
**********
Media hora después, los dos detectives llegaron a la casa. Ryan, quien iba conduciendo, aparcó el coche en la acera de enfrente del edificio y sacó la llave de la cerradura de arranque. Se acomodó en el asiento y su compañero le imitó.
- ¿Hasta cuando tenemos que estar aquí? – Preguntó Esposito.
- Hasta que los padres salgan de la casa – Contestó su compañero apartándose el pañuelo que se había puesto en la cabeza para que no le diera el sol.
- ¿Y por qué no entramos ahora? Si no montamos ruido seguro que no se dan cuenta. Además solo es mirar a ver si hay alguna marca en el suelo del jardín.
- No creo que debamos hacerlo – Se acobardó Ryan, negando con la cabeza.
- Venga, seguro que no se enteran – Y sin esperarle, salió del coche, cerrando la puerta de un portazo. El otro detective le siguió, muy a su pesar, cogiendo antes de salir del coche la cámara de fotos y presintiendo que algo malo iba a ocurrir.
*****
En otra parte de la ciudad…
- Las doce y cincuenta y tres. Quedan siete minutos para el ataque – Exclamó la detective mirando el reloj de muñeca.
- No creo que el ataque sea aquí – Comentó tranquilo Castle mientras miraba por la ventana.
- ¿Por qué no? – Se extrañó Beckett – La carretera es parecida al río y tal y como dijeron Ryan y Esposito, diez metros más adelante hay un cartel en el que pone el número 162.
- Prácticamente todas las carreteras de Manhattan se parecen al río. Y me apuesto lo que quieras a que en más de una está el 162 en alguna parte. Además, la barca motorizada iba a gran velocidad y a la una de la tarde mucha gente sale del trabajo y se forman atascos de gran tamaño. El objetivo de los asesinos es alguien que está montado en un vehículo rápido en algún lugar con el suficiente espacio como para alcanzar altas velocidades. No aquí – Relató el escritor su teoría.
- ¿Sabes qué? Llevas razón, es inútil esperar aquí pero no quiero arriesgarme. Total, solo son siete minutos. Iremos a comisaría a intentar averiguar algo más sobre… -Pero la melodía de su móvil la distrajo – Arthur y Alison Jones – Dijo sacándole del bolsillo. Vio que era Lanie y contestó enseguida – Hola Lanie.
Durante la conversación entre la forense y la detective, Castle intentó escuchar algo los primeros dos minutos pero después se rindió porque apenas oía lo que decía Lanie. Así que se entretuvo mirando por la ventana.
- Vale, gracias – Y colgó el teléfono – Era Lanie – Se dirigió a Castle – Dice que no ha encontrado ningún resto de droga o veneno en el cuerpo de Alexandra.
- ¿Y ha tardado tanto en contarte solo eso? – Objetó.
- No. Hemos quedado para comer.
- Oh… Mira, ya es la una y cinco. ¿Nos vamos?
- Claro – Arrancó el coche y pusieron rumbo a comisaría.
*****
El escritor y su musa llegaron a la comisaría poco tiempo después. Beckett se puso a investigar a Arthur y Alison mientras Castle iba a preparar dos tazas de café.
- Tanto Arthur como su mujer llevan desaparecidos desde hace 2 semanas – Narró la detective cuando Castle apareció en su mesa con los dos cafés – En el informe de la investigación pone que en la casa no había ningún rastro de ellos ni ninguna nota que hubieran dejado. También pone que interrogaron a la hermana de Alison. Dijo que su hermana y su cuñado tenían pensado volver un día antes de la reincorporación de Arthur al trabajo y que desde el día antes de irse de luna de miel no había vuelto a saber nada de ellos.
- Vaya, no pinta bien la cosa – Resopló el escritor mientras la ofrecía el café.
- La verdad es que no, puede que… - Pero una sonrisa burlona en la cara de su novio la hizo distraerse y mirar al mismo sitio que él.
Dos detectives salían del ascensor nada más abrirse las puertas. Ambos estaban con heridas en la cara y las extremidades, y con las ropas rotas.
- ¿Qué os ha pasado? – Preguntó Castle después de una gran carcajada. Ryan miró con ira a su compañero hispano, y este comenzó a hablar.
- Entramos en la casa de los padres de Ayrton en busca de alguna pista tal y como nos dijiste – Miró a Beckett – Pero hubo un encuentro inesperado.
- Apareció un perro de este tamaño – Narró el otro compañero y colocó su mano por encima de su cintura – Y se lanzó a por nosotros.
- Veo que los tres tenéis tendencia por los perros – Se burló la detective.
- ¿Cómo que los tres? – Se defendió rápidamente Castle – Ellos dos lo entiendo – Les echó un vistazo rápido y volvió a poner su sonrisa que los dos detectives odiaban - ¿pero yo?
- Oh, ¿es que no lo recuerdas? Hubo un caso en el que acabaste con el pantalón roto porque un perro te persiguió. Tuviste que subirte al coche para que no te hiciera pu-pa – Kate estalló en risa y se dirigió hacia la sala de descanso a buscar el botiquín para curar a sus dos compañeros.
Mientras curaba, les explicaba lo que habían descubierto que aunque no era mucho, serviría de algo. Ellos a su vez, les contaron lo ocurrido. Cuando entraron al jardín miraron debajo de todas las ventanas y en una encontraron una marca en el suelo. Era bastante profunda lo que significaba que aquel sonido metálico que escuchó el vecino era un objeto golpeándose contra el suelo, provocando un hundimiento en la tierra. Esperaron en ese lugar a que los padres salieran de la casa y cuando lo hicieron entraron aprovechando que la puerta no se había cerrado. Una vez dentro fueron hasta la habitación de Ayrton con la esperanza de encontrar algo pero no tuvieron suerte. Cuando salieron de la casa, el perro les estaba esperando en la puerta y nada más verles empezó a ladrar. Ellos echaron a correr y el perro les persiguió hasta que consiguieron montar en el coche. Mientras se dirigían a la comisaría, Ryan vio unos contenedores y pararon el coche. Allí encontraron varias sábanas viejas manchadas de barro y una barra de plomo, también embarrada.
- Así que Ayrton escapó de casa lanzando por la ventana la barra de plomo atada a varias sábanas – Resumió el Castle.
- Eso creemos.
- Vale, id a buscar a… - Dijo Beckett, pero se lo pensó mejor – Iré a buscar a Ayrton – Los dos detectives asintieron mientras el escritor y su musa salían de la sala de descanso en busca de Samuel Ayrton, con la esperanza de que fuera el asesino.
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Después de tres cafés y una hora de trabajo sin parar, la detective encontró varias personas que podían ser el sospechoso que estaban buscando. Uno era un policía del departamento de secuestros que no había vuelto de la luna de miel con su esposa. Otro era un exmilitar que vivía con su hija. Y el último era un hombre que trabajaba como empresario en unas oficinas en Manhattan. Descartó al último porque tal y como decía la agenda de la víctima, tenía que saber disparar con un rifle y este no tenía ningún indicio de saber manejarlo. Sacó las fotos de los dos sospechosos y los colgó en la pizarra con un pequeño imán para después apoyarse en la mesa que tenía detrás para pensar.
Castle que no había quitado el ojo desde que empezaron a buscar, pensó en cuál de los dos hombres podía ser el que buscaban. Pidió la agenda a la detective y busco el texto del día de la muerte. Cuando lo encontró, lo leyó varias veces y la chispa le saltó de inmediato.
- Ya sé cómo podemos averiguar quién es el desaparecido que estamos buscando.
- ¿Cómo? – Preguntó frustrada Beckett pues no encontraba nada.
- Según la agenda, el hombre estaba siendo apuntado con un arma. Lo que quiere decir que estaba siendo obligado a disparar al globo – Empezó a narrar – Probablemente los hombres que le estaban apuntando se percataron de la presencia de Alexandra y la mataron para que no pudiera decir nada.
- Si Castle, eso ya me lo suponía – Contestó de mala gana.
- Todavía no he terminado. Si alguien quiere obligarte a hacer algo… ¿Qué haría para conseguirlo? – La preguntó para ver si se daba cuenta de lo que hace pocos minutos se había fijado él.
- No sé. Me amenazaría con matarme o…
- O… - Continuó Castle.
- ¡O secuestrarían a alguien cercano a mí! – Exclamó ella – Vale, por un lado tenemos a Arthur Jones que no regresó de la luna de miel con su esposa y por otro a Albert Gray que vive con su hija.
- Tanto Arthur como su mujer están desaparecidos ¿verdad? – Preguntó el escritor.
- Si – Contesto Kate después de mirar en una carpeta.
- Comprobemos si la hija de Gray está bien. Y si es así, solo nos queda Arthur y Alison Jones – Sonrió. Ya habían le habían encontrado y presentía que estaban a punto de encontrar a los asesinos.
*****
- De acuerdo, muchas gracias – Colgó el teléfono y giró la silla para quedar enfrente de Castle – La hija de Gray dice que no ha recibido ninguna llamada de amenaza ni nada por el estilo. Dice que es normal que su padre desaparezca de este modo. Que lo lleva haciendo desde que su madre murió.
- Entonces ¿Por qué ha puesto la desaparición?
- Tiene miedo de que alguna vez le paso algo serio. Y la entiendo. Yo pasé el mismo miedo cuando mi padre desapareció durante todos esos años… - La vista de Beckett se nubló y Castle en un intento de animarla cambió de tema.
- Vale, con lo cual el desaparecido que estamos buscando es Arthur y habrán secuestrado a Alison para obligarle a hacer lo que quieren.
- Exacto, pero todavía tenemos que descifrar esos números. Estoy segura de que son la clave para resolver este caso.
- ¡Hey Beckett! – Exclamó Esposito nada más salir del ascensor – Hemos encontrado una carretera parecida al rio y en un cartel cercano pone 162. Puede que sea esa.
- ¿Qué hora es? – Preguntó Castle.
- Las doce y veinte – Respondió Ryan después de mirar el reloj.
- Alexandra escribió en el diario a la una y diez. Lo que quiere decir que el tiro al globo se produjo a la una. El verdadero ataque será también a esa hora. Solo nos queda averiguar el día – Razonó Castle.
- Vayamos a aquella carretera. Puede que el día sea hoy, no quiero arriesgarme a que sea así y un hombre pierda la vida. Espósito, Ryan id a la casa de los padres de Ayrton. Hay una cosa en la declaración del vecino que no me cuadra. El sonido de algo metálico golpeándose contra el suelo. Esperad a que los padres salgan de la casa y entrar al jardín con cuidado.
- De acuerdo jefa – Y se fue a buscar a esposito quien estaba en la sala de descanso preparándose un café.
- Castle, vayamos a la carretera – Dijo Beckett
- Voy – Cogió el abrigo y se marcharon.
**********
Media hora después, los dos detectives llegaron a la casa. Ryan, quien iba conduciendo, aparcó el coche en la acera de enfrente del edificio y sacó la llave de la cerradura de arranque. Se acomodó en el asiento y su compañero le imitó.
- ¿Hasta cuando tenemos que estar aquí? – Preguntó Esposito.
- Hasta que los padres salgan de la casa – Contestó su compañero apartándose el pañuelo que se había puesto en la cabeza para que no le diera el sol.
- ¿Y por qué no entramos ahora? Si no montamos ruido seguro que no se dan cuenta. Además solo es mirar a ver si hay alguna marca en el suelo del jardín.
- No creo que debamos hacerlo – Se acobardó Ryan, negando con la cabeza.
- Venga, seguro que no se enteran – Y sin esperarle, salió del coche, cerrando la puerta de un portazo. El otro detective le siguió, muy a su pesar, cogiendo antes de salir del coche la cámara de fotos y presintiendo que algo malo iba a ocurrir.
*****
En otra parte de la ciudad…
- Las doce y cincuenta y tres. Quedan siete minutos para el ataque – Exclamó la detective mirando el reloj de muñeca.
- No creo que el ataque sea aquí – Comentó tranquilo Castle mientras miraba por la ventana.
- ¿Por qué no? – Se extrañó Beckett – La carretera es parecida al río y tal y como dijeron Ryan y Esposito, diez metros más adelante hay un cartel en el que pone el número 162.
- Prácticamente todas las carreteras de Manhattan se parecen al río. Y me apuesto lo que quieras a que en más de una está el 162 en alguna parte. Además, la barca motorizada iba a gran velocidad y a la una de la tarde mucha gente sale del trabajo y se forman atascos de gran tamaño. El objetivo de los asesinos es alguien que está montado en un vehículo rápido en algún lugar con el suficiente espacio como para alcanzar altas velocidades. No aquí – Relató el escritor su teoría.
- ¿Sabes qué? Llevas razón, es inútil esperar aquí pero no quiero arriesgarme. Total, solo son siete minutos. Iremos a comisaría a intentar averiguar algo más sobre… -Pero la melodía de su móvil la distrajo – Arthur y Alison Jones – Dijo sacándole del bolsillo. Vio que era Lanie y contestó enseguida – Hola Lanie.
Durante la conversación entre la forense y la detective, Castle intentó escuchar algo los primeros dos minutos pero después se rindió porque apenas oía lo que decía Lanie. Así que se entretuvo mirando por la ventana.
- Vale, gracias – Y colgó el teléfono – Era Lanie – Se dirigió a Castle – Dice que no ha encontrado ningún resto de droga o veneno en el cuerpo de Alexandra.
- ¿Y ha tardado tanto en contarte solo eso? – Objetó.
- No. Hemos quedado para comer.
- Oh… Mira, ya es la una y cinco. ¿Nos vamos?
- Claro – Arrancó el coche y pusieron rumbo a comisaría.
*****
El escritor y su musa llegaron a la comisaría poco tiempo después. Beckett se puso a investigar a Arthur y Alison mientras Castle iba a preparar dos tazas de café.
- Tanto Arthur como su mujer llevan desaparecidos desde hace 2 semanas – Narró la detective cuando Castle apareció en su mesa con los dos cafés – En el informe de la investigación pone que en la casa no había ningún rastro de ellos ni ninguna nota que hubieran dejado. También pone que interrogaron a la hermana de Alison. Dijo que su hermana y su cuñado tenían pensado volver un día antes de la reincorporación de Arthur al trabajo y que desde el día antes de irse de luna de miel no había vuelto a saber nada de ellos.
- Vaya, no pinta bien la cosa – Resopló el escritor mientras la ofrecía el café.
- La verdad es que no, puede que… - Pero una sonrisa burlona en la cara de su novio la hizo distraerse y mirar al mismo sitio que él.
Dos detectives salían del ascensor nada más abrirse las puertas. Ambos estaban con heridas en la cara y las extremidades, y con las ropas rotas.
- ¿Qué os ha pasado? – Preguntó Castle después de una gran carcajada. Ryan miró con ira a su compañero hispano, y este comenzó a hablar.
- Entramos en la casa de los padres de Ayrton en busca de alguna pista tal y como nos dijiste – Miró a Beckett – Pero hubo un encuentro inesperado.
- Apareció un perro de este tamaño – Narró el otro compañero y colocó su mano por encima de su cintura – Y se lanzó a por nosotros.
- Veo que los tres tenéis tendencia por los perros – Se burló la detective.
- ¿Cómo que los tres? – Se defendió rápidamente Castle – Ellos dos lo entiendo – Les echó un vistazo rápido y volvió a poner su sonrisa que los dos detectives odiaban - ¿pero yo?
- Oh, ¿es que no lo recuerdas? Hubo un caso en el que acabaste con el pantalón roto porque un perro te persiguió. Tuviste que subirte al coche para que no te hiciera pu-pa – Kate estalló en risa y se dirigió hacia la sala de descanso a buscar el botiquín para curar a sus dos compañeros.
Mientras curaba, les explicaba lo que habían descubierto que aunque no era mucho, serviría de algo. Ellos a su vez, les contaron lo ocurrido. Cuando entraron al jardín miraron debajo de todas las ventanas y en una encontraron una marca en el suelo. Era bastante profunda lo que significaba que aquel sonido metálico que escuchó el vecino era un objeto golpeándose contra el suelo, provocando un hundimiento en la tierra. Esperaron en ese lugar a que los padres salieran de la casa y cuando lo hicieron entraron aprovechando que la puerta no se había cerrado. Una vez dentro fueron hasta la habitación de Ayrton con la esperanza de encontrar algo pero no tuvieron suerte. Cuando salieron de la casa, el perro les estaba esperando en la puerta y nada más verles empezó a ladrar. Ellos echaron a correr y el perro les persiguió hasta que consiguieron montar en el coche. Mientras se dirigían a la comisaría, Ryan vio unos contenedores y pararon el coche. Allí encontraron varias sábanas viejas manchadas de barro y una barra de plomo, también embarrada.
- Así que Ayrton escapó de casa lanzando por la ventana la barra de plomo atada a varias sábanas – Resumió el Castle.
- Eso creemos.
- Vale, id a buscar a… - Dijo Beckett, pero se lo pensó mejor – Iré a buscar a Ayrton – Los dos detectives asintieron mientras el escritor y su musa salían de la sala de descanso en busca de Samuel Ayrton, con la esperanza de que fuera el asesino.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muy bueno, es genial, me encanta.
Continua pronto.
Continua pronto.
_Caskett_- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Me encanta , continua pronto
stanathan_caskett- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Cuanto tiempo!!
Continua
Continua
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Vaya enhorabuena por las notas, de esas si que puedes presumir, jajajajaja Ahora a descansar y relajarte con la pandilla, que te lo mereces.
Me has pillado en fuera de juego no esperaba las vacaciones sorpresa, jajajajaja espero que lo hayas pasado muy bien, y que no pases el calor que estoy pasando por mis lares, jajajajajajaja
Pues claro que me gustan tus capítulos, a pesar de lo que te dije de escribir mucho y dejar poco para rascar, jajajaja es una buena forma de reconducir las historias, es un truco de escritor que veo que has aprendido a utilizar, jajajaja
Ante todo en verano se tiene que disfrutar y más tú que te has estado esforzando tanto para sacar esas magníficas notas, así que emplees más tiempo en disfrutar de tus amigos y familiares no me parece mal, por lo que tampoco te voy a exigir nada de escribir, sálvo cuando te apetezca, pues la historia siempre estará ahí para terminarla, pero las ocasiones de divertite no. jajajajaja y a tu edad, lo primero es lo primero, toca diversión y exparcimiento, jajajaja
Repito mis felicitaciones por las excelentes notas y que lo pases estupendamente. El capítulo me a recordado el mordisco que se llevó Castle en el trasero y me he reído mucho, pero me has vuelto a dejar con la miel en los lábios, jajajajajaja
Pues hasta que te apetezca, ya sabes que siempre leeré lo que tengas a bien escribir, aunque casi te me escapas ésta vez. jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Me has pillado en fuera de juego no esperaba las vacaciones sorpresa, jajajajaja espero que lo hayas pasado muy bien, y que no pases el calor que estoy pasando por mis lares, jajajajajajaja
Pues claro que me gustan tus capítulos, a pesar de lo que te dije de escribir mucho y dejar poco para rascar, jajajaja es una buena forma de reconducir las historias, es un truco de escritor que veo que has aprendido a utilizar, jajajaja
Ante todo en verano se tiene que disfrutar y más tú que te has estado esforzando tanto para sacar esas magníficas notas, así que emplees más tiempo en disfrutar de tus amigos y familiares no me parece mal, por lo que tampoco te voy a exigir nada de escribir, sálvo cuando te apetezca, pues la historia siempre estará ahí para terminarla, pero las ocasiones de divertite no. jajajajaja y a tu edad, lo primero es lo primero, toca diversión y exparcimiento, jajajaja
Repito mis felicitaciones por las excelentes notas y que lo pases estupendamente. El capítulo me a recordado el mordisco que se llevó Castle en el trasero y me he reído mucho, pero me has vuelto a dejar con la miel en los lábios, jajajajajaja
Pues hasta que te apetezca, ya sabes que siempre leeré lo que tengas a bien escribir, aunque casi te me escapas ésta vez. jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
agecastbet- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
_Caskett_ escribió:Muy bueno, es genial, me encanta.
Continua pronto.
Me alegro de que te guste. Un beso enorme Y muchas gracias por comentar =)
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
stanathan_caskett escribió:Me encanta , continua pronto
Muchas gracias por comentar. Un beeso
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
AlwaysSerenity escribió:Cuanto tiempo!!
Continua
La verdad es que si... jejeje espero que te haya gustado y que te guste el siguiente!! Un beeso
RcKb- As del póker
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Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 25
Localización : NY, Sacramento & Tokyo
Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
agecastbet escribió:Vaya enhorabuena por las notas, de esas si que puedes presumir, jajajajaja Ahora a descansar y relajarte con la pandilla, que te lo mereces.
Me has pillado en fuera de juego no esperaba las vacaciones sorpresa, jajajajaja espero que lo hayas pasado muy bien, y que no pases el calor que estoy pasando por mis lares, jajajajajajaja
Pues claro que me gustan tus capítulos, a pesar de lo que te dije de escribir mucho y dejar poco para rascar, jajajaja es una buena forma de reconducir las historias, es un truco de escritor que veo que has aprendido a utilizar, jajajaja
Ante todo en verano se tiene que disfrutar y más tú que te has estado esforzando tanto para sacar esas magníficas notas, así que emplees más tiempo en disfrutar de tus amigos y familiares no me parece mal, por lo que tampoco te voy a exigir nada de escribir, sálvo cuando te apetezca, pues la historia siempre estará ahí para terminarla, pero las ocasiones de divertite no. jajajajaja y a tu edad, lo primero es lo primero, toca diversión y exparcimiento, jajajaja
Repito mis felicitaciones por las excelentes notas y que lo pases estupendamente. El capítulo me a recordado el mordisco que se llevó Castle en el trasero y me he reído mucho, pero me has vuelto a dejar con la miel en los lábios, jajajajajaja
Pues hasta que te apetezca, ya sabes que siempre leeré lo que tengas a bien escribir, aunque casi te me escapas ésta vez. jajajajajaja
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Muchas gracias jejeje Creo que ya he descansado lo suficiente... ademas, queria quue este capitulo quedara bien y bueno... la verdad es que estoy bastante satisfecha con como a quedado. Por mi zona la verdad es que hace un calor horrible pero un buen bañito en la piscina con tus amigos es genial.
Para mi parecer,si que he mejorado bastante desde el primer capitulo. Estoy aprendiendo muchas cosas que antes ni me imaginaba que llegaria a utilizar. Y la verdad es que me gusta.
Aprovecho el verano a tope para estar con mis amigos y familiares. Porque hay algunos a los que no veo desde hace varios años. Y me encanta reunirnos todos juntos.
Lo del mordisco, se me ocurrió mientras lo escribía. Y muchas veces la improvisación da lugar al éxito.
Espero que te guste el siguiente capitulo.
Un beso enorme y muchas gracias por comentar!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Hola otre vez!! Jjajaj ya he vuelto despues de unas semanitas.... he pasado 7 días en el pueblo de mi abuela y alli no hay ni cobertura ni internet ni na... es muy viejillo A si que cuando volví me puse a escribir y como quería que este capitulo quedara bien pues he tardado mas en subirlo... espero que haya quedado bien y que disfruteis leyendolo. Un beso enorme para todos los que leeis
- ¿Qué hago aquí? – Pregunto el sospechoso.
- Nos mintió Samuel. No pasaste toda la noche en casa de tus padres – Respondió Beckett.
- Sí que la pasé. Pregúnteselo a algún vecino.
- Eso hicimos. ¿Y sabe que nos dijo? Que oyó un portazo y un objeto metálico golpeándose contra el suelo – La cara de Ayrton empalideció al oir aquello y empezó a mover la pierna con impaciencia y nerviosismo – Además, encontramos esto – La detective tomó dos bolsas. Una con una barra de plomo y otra con varios cachos de sábana y las colocó en la mesa – En un contenedor cercano a la casa de tus padres. ¿Vas a empezar a contarme la verdad o vas a seguir con tus mentiras? Y piénsatelo bien, porque esta es tu última oportunidad.
- Esta bien. Es verdad, escapé de casa de mis padres ¡Pero yo no la maté! – Dijo Samuel.
- ¿Espera que me lo crea? Porque si es así estas muy equivocado – La detective se mantenía firme. Quería acabar con este caso cuanto antes. Debía hablar con su padre y con su hermano. Y las dos cosas eran importantes.
- Escapé de casa de mis padres con la intención de ir a ver a Alexandra y contarle que había decidido contarle a su hermano nuestra relación. Pero cuando miré la hora vi que era demasiado tarde y opté por irme a casa y descansar.
- ¿Hay alguien que pueda confirmarlo? – Preguntó frustrada. Le creía.
- No lo sé. Era muy tarde y mis vecinos estarían durmiendo. Aunque, ahora que lo pienso, hay un vagabundo en mi calle. Aquella noche estaba allí y me vio llegar a casa.
- Más te vale que se acuerde de ti – Tomó las dos bolsas que depositó en la mesa y salió de la sala de interrogatorios.
Media hora más tarde, Esposito regresaba afirmando la coartada del sospechoso.
- El vagabundo confirma la coartada. Dice haber visto a Samuel entrar en su casa hacia las 00:30 y que no le volvió a ver salir hasta las 9:30 de la mañana.
- Entonces no puede ser él – Dijo Ryan.
- No. Pero es el único sospechoso que teníamos – Comentó Beckett sin quitar la vista de la pizarra blanca.
- Ese número…. Estoy seguro de que es la clave para resolver el caso – Habló Castle por primera vez en toda la mañana. Había entrado a la sala de interrogatorios pero no dijo nada, cosa rara en él.
- Yo también lo creo. Pero no podemos hacer nada si no sabemos lo que significan – Declaró la detective mientras se acercaba a la pizarra. El escritor por su parte, cogió una calculadora de uno de los cajones de la mesa de Beckett y empezó a teclear los números. Kate al oír el ruido del cajón abrirse se dio la vuelta.
- Castle, cuantas veces te he dicho que no habrás mis cajones… - Pero poco a poco su voz disminuía mientras miraba atentamente la calculadora al revés. Tenía de frente a Castle y mientras en la pantalla de la calculadora los números iban apareciendo, si lo miras del revés aparecen letras - ¿Te acuerdas de cómo se llama el expreso al que me invitaste a ir hace unos días?
- Si, era… Hei Sei – Dijo Castle cerrando los ojos para recordar mejor. La detective al oír el nombre tomó la calculadora y se la mostró a sus amigos al revés. Todos sonrieron. Habían descifrado el número - ¿Cómo no me di cuenta antes? Los números en las calculadoras aparecen rectos y algunos si los giras forman letras - Beckett cogió un bolígrafo rojo y escribió en la pizarra en letras grandes 291 HEI SEI E.
- Arthur debió de escribir esto cuando se encontraba prisionero en el tejado. Se percató de la presencia de Alexandra y aprovecho el tiempo para escribirlo y que la víctima lo leyera al revés. – Comenzó la teoría Kate.
- Y Alexandra lo escribió en su diario por si la pasaba algo. Los secuestradores la vieron y decidieron matarla para que no pudiera decir nada – Siguió Castle, mientras sus otros dos compañeros les miraban con una sonrisa.
- Lo que significa que 291 es el 29 a la una. Y Hei Sei es el lugar donde efectuaran el ataque – Finalizó Beckett con una amplia sonrisa en su rostro.
- ¿Qué día es hoy? – Preguntó el escritor girándose hacía Ryan y Esposito.
- 27- Contestaron los dos a la vez.
- El ataque es dentro de dos semanas. Tenemos tiempo suficiente para prepararnos.
****
Dos semanas más tarde, a las 12 horas en punto, un equipo entero de la policía se reunía en el departamento de homicidios mientras Beckett les explicaba todo. El mismo día que descubrieron el significado del mensaje, esta se lo contó a Gates y ambas estuvieron de acuerdo en mandar a una gran cantidad de gente. Ya había muerto una persona y dos estaban secuestradas por el mismo motivo. Ninguna quería otra muerte más. Y sino, la muerte de Alexandra hubiera sido en vano.
Durante esos dos días, buscaron lugares parecidos a donde indicaba la agenda de la víctima y encontraron una azotea desde la cual las vías del tren se veían igual que el rio. Desplegaron varios helicópteros cerca de la zona y algunos policías encubiertos alrededor del edificio mientras que el resto del equipo se colocó en las dos estaciones donde paraba el expreso.
A las doce y treinta minutos, dos hombres vestidos de negro con pasamontañas salieron a la azotea por la puerta que daba a ella, tirando de Arthur mientras le apuntaban con un arma. Dos minutos más tarde, otro hombre vestido igual que los anteriores entraba apuntando a Alison. Estos se quedaron cerca de la puerta, en cambio los otros se colocaron en el borde de la azotea y Arthur sacaba de un maletín negro un rifle. El hombre no paraba de mirar hacia atrás para comprobar que su amada estaba bien e indeciso observaba la vía con la mira del rifle.
Mediante wakie-talkies, el equipo de la policía se comunicaba para informar de lo que veía cada uno. Castle y Beckett, quienes se hacían pasar por una pareja que estaba de paseo vieron llegar a los secuestradores y asesinos al lugar. Estos ni se inmutaron de su presencia y subieron las escaleras con los dos rehenes. Beckett comunicó lo que había visto y pocos minutos más tarde desde el helicóptero confirmaron que habían subido a la azotea. Todo el equipo se reunió en la entrada del edificio y encabezados por Kate, Ryan y Esposito fueron subiendo uno a uno los pisos hasta llegar a la puerta de la azotea. La detective entró de golpe gritando ¡Policía! Y los “hombres de negro” se giraron asustados. Arthur aprovechó la confusión para arrear un buen golpe a uno de los hombres que le estaban vigilando y Ryan disparó al otro cuando vio que iba a apretar el gatillo apuntando a Arthur. Esposito por su parte se encargó del hombre que tenía a Alison y le asesto un fuerte golpe en la cabeza quedándolo inconsciente. Arthur y su esposa corrieron a abrazarse mientras el resto miraban a la pareja con una sonrisa en sus rostros.
Cuando el ajetreo se esfumó, el matrimonio dio las gracias a todos por haberlos salvado y charlaron durante un rato hasta que los dos hombres que habían quedado inconscientes despertaron y fueron a comisaría para tomarles declaración. Kate se quedó en su mesa pensando que palabras utilizaría para hablar con su padre, mientras que Ryan y Esposito se ocupaban de la sala de interrogatorios.
- Los secuestradores eran antiguos miembros de una banda llamada “Los tigres diabólicos” – empezó a contar Esposito mientras se acercaba a la mesa de Beckett junto con Ryan y con Castle – el año pasado el jefe de la banda y la mayoría de los jefecillos fueron arrestados y la organización desapareció. Pero todavía quedaban algunos miembros. Querían matar al fiscal del caso quien volvía a casa con su familia de un viaje. Querían vengarse matándole.
- Vaya… ¿Siguen los secuestradores en la sala de interrogatorios? – Preguntó Beckett.
- No, ¿Por qué? – Respondió Ryan.
- Necesito que me hagáis un favor.
****
Una hora después, un impacientado Jim Beckett veía como la puerta de la sala se habría dejando pasar a su hija.
- Katie, ¿Qué hago aquí?
- Hola papá – Contestó ella, con la voz triste. Y fue entonces cuando supo que la conversación que tendría con ella no sería agradable.
- ¿Por qué mandaste a los chicos que vinieran a por mí?
- ¿Por qué crees que les mandé yo?
- Bueno, eres tú la que ha entrado aquí y no ellos – Razonó el hombre.
- Buena observación.
- Y ahora, ¿Me vas a decir que hago aquí?
- ¿Es que hay alguna razón? ¿Y si solo he querido traerte aquí para molestarte y que perdieras tu tiempo? – Siguió preguntando la detective algo más cabreada que al principio.
- Kate – Subió el volumen su padre.
- Vaya, he pasado de ser Katie a ser Kate en… - miró su reloj – dos minutos – Volvió a fijar su vista en él.
- ¡¿Se puede saber que he hecho para estar aquí?!
- No es lo que has hecho papá, es lo que NO has hecho – Dijo resaltando la palabra. Esperó dos minutos en silencio para ver si hacía algún gesto y continuó – He estado en España pasando las Navidades con mis amigos y con Aarón. Y rebuscando encontré unos papeles.
- ¿Unos papeles? – Preguntó tragando saliva. La detective observó esa acción y sonrió para sí misma. Lo estaba consiguiendo.
- Si, unos papeles. Guardados cuidadosamente en una carpeta azul con tu nombre y el de mamá en la portada. Junto a una fecha. Aunque no me acuerdo que año era… 1980… 1985… ¡Oh si! Era el 1988 – Clavó su mirada de nuevo en su padre. Este empalideció enseguida.
- No sé de qué me hablas Katie – Se intentó defender.
- Uy, vuelves a llamarme Katie, ¿Te acobardas papá? – Detrás del cristal, Ryan, Espósito y Castle observaban la escena – Eso significa que ya sabes de lo que te hablo ¿verdad?
- No. Sigo sin saber de qué me hablas. Es solo que por tu mirada presiento que no es nada bueno – Se excusó pero no le sirvió de nada.
- ¿Sabes papá? – Dijo ella levantándose de la silla lentamente – Cuando murió mamá y tú desapareciste, pensé que nunca volvería a verte. Lo pase mal. Era una cría de 14 años – Se tomó una pausa y continuó - Yo la quería. Jamás quise que la pasara nada.
- Yo también la quería Katie, pero alguien la arrebató la vida y no pudimos hacer nada para evitarlo – Minutos antes, Aarón entró en la sala de observación. Cuando llegó a la comisaría y no vio a nadie conocido preguntó al primer policía que pasó cerca de él y les dijo que estaban allí.
- Creo que lo único que sabes es decir mentiras. Sabes de sobra de lo que estoy hablando pero no me lo quieres decir por si acaso no es eso. Tu no la querías papá. Admítelo. Os ibais a divorciar – Iba a seguir pero Jim la interrumpió.
- ¡Sí que la quería! – Gritó – Pero un día tu madre apareció por casa con esos papeles. Me pidió el divorcio y ni siquiera me dijo por qué.
- Si mamá te lo pidió, será por algo. Pero no estoy enfada por eso. Muchas parejas se divorcian. Es normal – Explicó Kate derrotada, sentándose en la silla y colocándose la mano derecha sobra los ojos para disimular la pequeña lagrimilla que salía de su ojo. Sabía que sus amigos la estaban viendo a través del cristal y lo último que quería era que la vieran llorar. Esperó varios minutos con el fin de que se diera cuenta. Pero al ver que su cara seguía igual decidió seguir – Estoy enfadada porque fuisteis incapaces de decírnoslo. Yo tenía once años, no era muy mayor pero sabía lo suficiente como para entenderlo. Aun así comprendo que no me lo quisierais contar. Pero ¿Qué hay de Aarón? Él tenía catorce.
- Los dos eráis unos críos. No podíamos contároslo – Rebatió su padre.
- ¿Acabas de decir que con catorce años se es un crío? Curioso. Entonces, ¿Por qué me dejaste sola cuando mamá murió? Porque yo tenía catorce – Dijo mirándole fijamente.
- Katie, eso es muy diferente – Pero no le dejó terminar.
- Déjalo papá. Nos abandonaste y sabes que lo que digas para excusarte no te servirá de nada. No quiero hablar de esto ahora. Simplemente quiero saber porque os ibais a divorciar – Había decidido terminar la conversación. No la llevaría a ninguna parte y lo único que conseguiría sería enfadarse y llorar.
- Ya te he dicho que no lo sé – Se tranquilizó con el fin de conseguir que su hija le creyese.
- Esta bien, adiós papá – Cerró la carpeta que contenía los documentos y se levantó de la silla. Abrió la puerta y salió de la sala dirigiéndose a su escritorio. Pocos segundos después, su hermano, el escritor y los dos detectives salieron de la sala de observación y se acercaron a ella. La observaron guardar la carpeta en el cajón superior de su mesa y después de limpiarse la cara con las manos y cruzarse de brazos miró a los cuatro hombres – ¿Lo habéis oído todo verdad? – Castle iba a contestar pero oyeron la puerta de la sala abrirse y de ella salió Jim. Aarón le miró con odio, desde que salió hasta que las puertas del ascensor se cerraron. Kate al ver a su hermano, intentó llamar su atención para evitar aquella situación pero le fue inútil.
- Cada día, mi odio hacía él aumenta – Comentó.
- Aarón, déjalo. Lo echo, echo está. Vamos a dar una vuelta, quiero despejarme un rato – Dijo mirando hacia Gates.
- No te preocupes por eso, nosotros te cubrimos – Aseguró Esposito. Ryan asintió con la cabeza y ambos la sonrieron. Ella se sintió acogida por sus dos compañeros y les devolvió la sonrisa.
- ¿Quieres que me quede o…? – Preguntó Castle no muy seguro de qué hacer.
- Vente con nosotros – Le respondió ella y los tres marcharon a dar un paseo por las agradables calles de Nueva York.
****
La noche calló temprano y con ella, la luna alumbraba la ciudad. Los hermanos acompañaron a Castle a su casa y después tomaron un taxi para ir a la suya. Allí les estaba esperando Avril, tumbada sobre el sofá con una manta extendida por encima.
- Buenas – Dijo Aarón al entrar por la puerta.
- Hola cielo, ¿Dónde estabais? – Preguntó preocupada.
- Dando un paseo – Contestó Kate – Aarón, ¿Podemos hablar?
- Entonces será mejor que me vaya – Avril puso rumbo a las escaleras.
- No hace falta. Puedes quedarte si quieres. Ya eres de la familia – Sonrió la detective.
- Tranquila, además tengo sueño. Te espero en la cama – Dijo mirando a su novio. Este asintió con la cabeza y miro a su hermana cuando Avril desapareció por la escalera.
- He tomado una decisión – Empezó Kate sentándose en el sofá. Su hermano la imitó y esperó a que ella continuara – Voy a abandonar el caso de mama. Cerraré el caso por falta de pruebas y evitaré que nadie lo vuelva a abrir.
- Pero Kate…
- Pero nada – Interrumpió – Lo único que ha hecho el caso es crear problemas. Primero casi muere Castle, después intentan matarme y por último tú. Si no paramos ya acabaremos todos muertos – Aarón intentó volver a hablar pero ella levantó la mano para indicarle que no había terminado – Hablé hace unos días con Gates. Está de acuerdo en cerrar el caso siempre y cuando nuestra vida esté a salvo. Me ha dicho que a la mínima amenaza sobre cualquiera de nosotros volverá a abrirle.
- Entonces no lo cierres. Antes o después volverán a atacarnos y mejor estar preparados.
- No. No lo harán. Cuando me dispararon en el funeral de Montgomery, alguien llamó a Castle y le dijo que mientras estemos apartados del caso él nos protegerá. Era un viejo amigo de Roy que le debía la vida. Por esa razón he tomado la decisión de apartarme del caso de mamá. Además…
- Además – La interrumpió – Castle se ha metido de por medio para protegerte arriesgando su propia vida y no quieres que le pase nada. ¿Me equivoco? – Sonrió.
- No – Sonrió ella también – Pero eso no quiere decir que tú me des igual – Dijo nerviosa.
- Tranquila enana, lo entiendo. Yo ya estaba metido en esto pero él no – Se levantó del sofá. Su hermana le imitó y la abrazó. Sabía lo duro que era para ella cerrar el caso de su madre pero para ser sincero sabía que era lo mejor. Llevaba un tiempo pensándolo y estaba esperando el momento adecuado para contarla su opinión y que ella haya decidido eso le había alegrado un montón. Por fin podrían ser felices. Por fin podrían dejar atrás todo el pasado.
Por fin, volverían a ser ellos otra vez.
52
- ¿Qué hago aquí? – Pregunto el sospechoso.
- Nos mintió Samuel. No pasaste toda la noche en casa de tus padres – Respondió Beckett.
- Sí que la pasé. Pregúnteselo a algún vecino.
- Eso hicimos. ¿Y sabe que nos dijo? Que oyó un portazo y un objeto metálico golpeándose contra el suelo – La cara de Ayrton empalideció al oir aquello y empezó a mover la pierna con impaciencia y nerviosismo – Además, encontramos esto – La detective tomó dos bolsas. Una con una barra de plomo y otra con varios cachos de sábana y las colocó en la mesa – En un contenedor cercano a la casa de tus padres. ¿Vas a empezar a contarme la verdad o vas a seguir con tus mentiras? Y piénsatelo bien, porque esta es tu última oportunidad.
- Esta bien. Es verdad, escapé de casa de mis padres ¡Pero yo no la maté! – Dijo Samuel.
- ¿Espera que me lo crea? Porque si es así estas muy equivocado – La detective se mantenía firme. Quería acabar con este caso cuanto antes. Debía hablar con su padre y con su hermano. Y las dos cosas eran importantes.
- Escapé de casa de mis padres con la intención de ir a ver a Alexandra y contarle que había decidido contarle a su hermano nuestra relación. Pero cuando miré la hora vi que era demasiado tarde y opté por irme a casa y descansar.
- ¿Hay alguien que pueda confirmarlo? – Preguntó frustrada. Le creía.
- No lo sé. Era muy tarde y mis vecinos estarían durmiendo. Aunque, ahora que lo pienso, hay un vagabundo en mi calle. Aquella noche estaba allí y me vio llegar a casa.
- Más te vale que se acuerde de ti – Tomó las dos bolsas que depositó en la mesa y salió de la sala de interrogatorios.
Media hora más tarde, Esposito regresaba afirmando la coartada del sospechoso.
- El vagabundo confirma la coartada. Dice haber visto a Samuel entrar en su casa hacia las 00:30 y que no le volvió a ver salir hasta las 9:30 de la mañana.
- Entonces no puede ser él – Dijo Ryan.
- No. Pero es el único sospechoso que teníamos – Comentó Beckett sin quitar la vista de la pizarra blanca.
- Ese número…. Estoy seguro de que es la clave para resolver el caso – Habló Castle por primera vez en toda la mañana. Había entrado a la sala de interrogatorios pero no dijo nada, cosa rara en él.
- Yo también lo creo. Pero no podemos hacer nada si no sabemos lo que significan – Declaró la detective mientras se acercaba a la pizarra. El escritor por su parte, cogió una calculadora de uno de los cajones de la mesa de Beckett y empezó a teclear los números. Kate al oír el ruido del cajón abrirse se dio la vuelta.
- Castle, cuantas veces te he dicho que no habrás mis cajones… - Pero poco a poco su voz disminuía mientras miraba atentamente la calculadora al revés. Tenía de frente a Castle y mientras en la pantalla de la calculadora los números iban apareciendo, si lo miras del revés aparecen letras - ¿Te acuerdas de cómo se llama el expreso al que me invitaste a ir hace unos días?
- Si, era… Hei Sei – Dijo Castle cerrando los ojos para recordar mejor. La detective al oír el nombre tomó la calculadora y se la mostró a sus amigos al revés. Todos sonrieron. Habían descifrado el número - ¿Cómo no me di cuenta antes? Los números en las calculadoras aparecen rectos y algunos si los giras forman letras - Beckett cogió un bolígrafo rojo y escribió en la pizarra en letras grandes 291 HEI SEI E.
- Arthur debió de escribir esto cuando se encontraba prisionero en el tejado. Se percató de la presencia de Alexandra y aprovecho el tiempo para escribirlo y que la víctima lo leyera al revés. – Comenzó la teoría Kate.
- Y Alexandra lo escribió en su diario por si la pasaba algo. Los secuestradores la vieron y decidieron matarla para que no pudiera decir nada – Siguió Castle, mientras sus otros dos compañeros les miraban con una sonrisa.
- Lo que significa que 291 es el 29 a la una. Y Hei Sei es el lugar donde efectuaran el ataque – Finalizó Beckett con una amplia sonrisa en su rostro.
- ¿Qué día es hoy? – Preguntó el escritor girándose hacía Ryan y Esposito.
- 27- Contestaron los dos a la vez.
- El ataque es dentro de dos semanas. Tenemos tiempo suficiente para prepararnos.
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Dos semanas más tarde, a las 12 horas en punto, un equipo entero de la policía se reunía en el departamento de homicidios mientras Beckett les explicaba todo. El mismo día que descubrieron el significado del mensaje, esta se lo contó a Gates y ambas estuvieron de acuerdo en mandar a una gran cantidad de gente. Ya había muerto una persona y dos estaban secuestradas por el mismo motivo. Ninguna quería otra muerte más. Y sino, la muerte de Alexandra hubiera sido en vano.
Durante esos dos días, buscaron lugares parecidos a donde indicaba la agenda de la víctima y encontraron una azotea desde la cual las vías del tren se veían igual que el rio. Desplegaron varios helicópteros cerca de la zona y algunos policías encubiertos alrededor del edificio mientras que el resto del equipo se colocó en las dos estaciones donde paraba el expreso.
A las doce y treinta minutos, dos hombres vestidos de negro con pasamontañas salieron a la azotea por la puerta que daba a ella, tirando de Arthur mientras le apuntaban con un arma. Dos minutos más tarde, otro hombre vestido igual que los anteriores entraba apuntando a Alison. Estos se quedaron cerca de la puerta, en cambio los otros se colocaron en el borde de la azotea y Arthur sacaba de un maletín negro un rifle. El hombre no paraba de mirar hacia atrás para comprobar que su amada estaba bien e indeciso observaba la vía con la mira del rifle.
Mediante wakie-talkies, el equipo de la policía se comunicaba para informar de lo que veía cada uno. Castle y Beckett, quienes se hacían pasar por una pareja que estaba de paseo vieron llegar a los secuestradores y asesinos al lugar. Estos ni se inmutaron de su presencia y subieron las escaleras con los dos rehenes. Beckett comunicó lo que había visto y pocos minutos más tarde desde el helicóptero confirmaron que habían subido a la azotea. Todo el equipo se reunió en la entrada del edificio y encabezados por Kate, Ryan y Esposito fueron subiendo uno a uno los pisos hasta llegar a la puerta de la azotea. La detective entró de golpe gritando ¡Policía! Y los “hombres de negro” se giraron asustados. Arthur aprovechó la confusión para arrear un buen golpe a uno de los hombres que le estaban vigilando y Ryan disparó al otro cuando vio que iba a apretar el gatillo apuntando a Arthur. Esposito por su parte se encargó del hombre que tenía a Alison y le asesto un fuerte golpe en la cabeza quedándolo inconsciente. Arthur y su esposa corrieron a abrazarse mientras el resto miraban a la pareja con una sonrisa en sus rostros.
Cuando el ajetreo se esfumó, el matrimonio dio las gracias a todos por haberlos salvado y charlaron durante un rato hasta que los dos hombres que habían quedado inconscientes despertaron y fueron a comisaría para tomarles declaración. Kate se quedó en su mesa pensando que palabras utilizaría para hablar con su padre, mientras que Ryan y Esposito se ocupaban de la sala de interrogatorios.
- Los secuestradores eran antiguos miembros de una banda llamada “Los tigres diabólicos” – empezó a contar Esposito mientras se acercaba a la mesa de Beckett junto con Ryan y con Castle – el año pasado el jefe de la banda y la mayoría de los jefecillos fueron arrestados y la organización desapareció. Pero todavía quedaban algunos miembros. Querían matar al fiscal del caso quien volvía a casa con su familia de un viaje. Querían vengarse matándole.
- Vaya… ¿Siguen los secuestradores en la sala de interrogatorios? – Preguntó Beckett.
- No, ¿Por qué? – Respondió Ryan.
- Necesito que me hagáis un favor.
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Una hora después, un impacientado Jim Beckett veía como la puerta de la sala se habría dejando pasar a su hija.
- Katie, ¿Qué hago aquí?
- Hola papá – Contestó ella, con la voz triste. Y fue entonces cuando supo que la conversación que tendría con ella no sería agradable.
- ¿Por qué mandaste a los chicos que vinieran a por mí?
- ¿Por qué crees que les mandé yo?
- Bueno, eres tú la que ha entrado aquí y no ellos – Razonó el hombre.
- Buena observación.
- Y ahora, ¿Me vas a decir que hago aquí?
- ¿Es que hay alguna razón? ¿Y si solo he querido traerte aquí para molestarte y que perdieras tu tiempo? – Siguió preguntando la detective algo más cabreada que al principio.
- Kate – Subió el volumen su padre.
- Vaya, he pasado de ser Katie a ser Kate en… - miró su reloj – dos minutos – Volvió a fijar su vista en él.
- ¡¿Se puede saber que he hecho para estar aquí?!
- No es lo que has hecho papá, es lo que NO has hecho – Dijo resaltando la palabra. Esperó dos minutos en silencio para ver si hacía algún gesto y continuó – He estado en España pasando las Navidades con mis amigos y con Aarón. Y rebuscando encontré unos papeles.
- ¿Unos papeles? – Preguntó tragando saliva. La detective observó esa acción y sonrió para sí misma. Lo estaba consiguiendo.
- Si, unos papeles. Guardados cuidadosamente en una carpeta azul con tu nombre y el de mamá en la portada. Junto a una fecha. Aunque no me acuerdo que año era… 1980… 1985… ¡Oh si! Era el 1988 – Clavó su mirada de nuevo en su padre. Este empalideció enseguida.
- No sé de qué me hablas Katie – Se intentó defender.
- Uy, vuelves a llamarme Katie, ¿Te acobardas papá? – Detrás del cristal, Ryan, Espósito y Castle observaban la escena – Eso significa que ya sabes de lo que te hablo ¿verdad?
- No. Sigo sin saber de qué me hablas. Es solo que por tu mirada presiento que no es nada bueno – Se excusó pero no le sirvió de nada.
- ¿Sabes papá? – Dijo ella levantándose de la silla lentamente – Cuando murió mamá y tú desapareciste, pensé que nunca volvería a verte. Lo pase mal. Era una cría de 14 años – Se tomó una pausa y continuó - Yo la quería. Jamás quise que la pasara nada.
- Yo también la quería Katie, pero alguien la arrebató la vida y no pudimos hacer nada para evitarlo – Minutos antes, Aarón entró en la sala de observación. Cuando llegó a la comisaría y no vio a nadie conocido preguntó al primer policía que pasó cerca de él y les dijo que estaban allí.
- Creo que lo único que sabes es decir mentiras. Sabes de sobra de lo que estoy hablando pero no me lo quieres decir por si acaso no es eso. Tu no la querías papá. Admítelo. Os ibais a divorciar – Iba a seguir pero Jim la interrumpió.
- ¡Sí que la quería! – Gritó – Pero un día tu madre apareció por casa con esos papeles. Me pidió el divorcio y ni siquiera me dijo por qué.
- Si mamá te lo pidió, será por algo. Pero no estoy enfada por eso. Muchas parejas se divorcian. Es normal – Explicó Kate derrotada, sentándose en la silla y colocándose la mano derecha sobra los ojos para disimular la pequeña lagrimilla que salía de su ojo. Sabía que sus amigos la estaban viendo a través del cristal y lo último que quería era que la vieran llorar. Esperó varios minutos con el fin de que se diera cuenta. Pero al ver que su cara seguía igual decidió seguir – Estoy enfadada porque fuisteis incapaces de decírnoslo. Yo tenía once años, no era muy mayor pero sabía lo suficiente como para entenderlo. Aun así comprendo que no me lo quisierais contar. Pero ¿Qué hay de Aarón? Él tenía catorce.
- Los dos eráis unos críos. No podíamos contároslo – Rebatió su padre.
- ¿Acabas de decir que con catorce años se es un crío? Curioso. Entonces, ¿Por qué me dejaste sola cuando mamá murió? Porque yo tenía catorce – Dijo mirándole fijamente.
- Katie, eso es muy diferente – Pero no le dejó terminar.
- Déjalo papá. Nos abandonaste y sabes que lo que digas para excusarte no te servirá de nada. No quiero hablar de esto ahora. Simplemente quiero saber porque os ibais a divorciar – Había decidido terminar la conversación. No la llevaría a ninguna parte y lo único que conseguiría sería enfadarse y llorar.
- Ya te he dicho que no lo sé – Se tranquilizó con el fin de conseguir que su hija le creyese.
- Esta bien, adiós papá – Cerró la carpeta que contenía los documentos y se levantó de la silla. Abrió la puerta y salió de la sala dirigiéndose a su escritorio. Pocos segundos después, su hermano, el escritor y los dos detectives salieron de la sala de observación y se acercaron a ella. La observaron guardar la carpeta en el cajón superior de su mesa y después de limpiarse la cara con las manos y cruzarse de brazos miró a los cuatro hombres – ¿Lo habéis oído todo verdad? – Castle iba a contestar pero oyeron la puerta de la sala abrirse y de ella salió Jim. Aarón le miró con odio, desde que salió hasta que las puertas del ascensor se cerraron. Kate al ver a su hermano, intentó llamar su atención para evitar aquella situación pero le fue inútil.
- Cada día, mi odio hacía él aumenta – Comentó.
- Aarón, déjalo. Lo echo, echo está. Vamos a dar una vuelta, quiero despejarme un rato – Dijo mirando hacia Gates.
- No te preocupes por eso, nosotros te cubrimos – Aseguró Esposito. Ryan asintió con la cabeza y ambos la sonrieron. Ella se sintió acogida por sus dos compañeros y les devolvió la sonrisa.
- ¿Quieres que me quede o…? – Preguntó Castle no muy seguro de qué hacer.
- Vente con nosotros – Le respondió ella y los tres marcharon a dar un paseo por las agradables calles de Nueva York.
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La noche calló temprano y con ella, la luna alumbraba la ciudad. Los hermanos acompañaron a Castle a su casa y después tomaron un taxi para ir a la suya. Allí les estaba esperando Avril, tumbada sobre el sofá con una manta extendida por encima.
- Buenas – Dijo Aarón al entrar por la puerta.
- Hola cielo, ¿Dónde estabais? – Preguntó preocupada.
- Dando un paseo – Contestó Kate – Aarón, ¿Podemos hablar?
- Entonces será mejor que me vaya – Avril puso rumbo a las escaleras.
- No hace falta. Puedes quedarte si quieres. Ya eres de la familia – Sonrió la detective.
- Tranquila, además tengo sueño. Te espero en la cama – Dijo mirando a su novio. Este asintió con la cabeza y miro a su hermana cuando Avril desapareció por la escalera.
- He tomado una decisión – Empezó Kate sentándose en el sofá. Su hermano la imitó y esperó a que ella continuara – Voy a abandonar el caso de mama. Cerraré el caso por falta de pruebas y evitaré que nadie lo vuelva a abrir.
- Pero Kate…
- Pero nada – Interrumpió – Lo único que ha hecho el caso es crear problemas. Primero casi muere Castle, después intentan matarme y por último tú. Si no paramos ya acabaremos todos muertos – Aarón intentó volver a hablar pero ella levantó la mano para indicarle que no había terminado – Hablé hace unos días con Gates. Está de acuerdo en cerrar el caso siempre y cuando nuestra vida esté a salvo. Me ha dicho que a la mínima amenaza sobre cualquiera de nosotros volverá a abrirle.
- Entonces no lo cierres. Antes o después volverán a atacarnos y mejor estar preparados.
- No. No lo harán. Cuando me dispararon en el funeral de Montgomery, alguien llamó a Castle y le dijo que mientras estemos apartados del caso él nos protegerá. Era un viejo amigo de Roy que le debía la vida. Por esa razón he tomado la decisión de apartarme del caso de mamá. Además…
- Además – La interrumpió – Castle se ha metido de por medio para protegerte arriesgando su propia vida y no quieres que le pase nada. ¿Me equivoco? – Sonrió.
- No – Sonrió ella también – Pero eso no quiere decir que tú me des igual – Dijo nerviosa.
- Tranquila enana, lo entiendo. Yo ya estaba metido en esto pero él no – Se levantó del sofá. Su hermana le imitó y la abrazó. Sabía lo duro que era para ella cerrar el caso de su madre pero para ser sincero sabía que era lo mejor. Llevaba un tiempo pensándolo y estaba esperando el momento adecuado para contarla su opinión y que ella haya decidido eso le había alegrado un montón. Por fin podrían ser felices. Por fin podrían dejar atrás todo el pasado.
Por fin, volverían a ser ellos otra vez.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Gran capítulo , me encanta
Continuaaaa pronto
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stanathan_caskett- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Jim
COOOONTINUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUA
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AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muy, muy bien, es un capítulo que sin hacer grandes descubrimientos, ni ser de los que tienen intriga continua o bien encuentros interesante, nos ha dado la solución al problema, esto es, Kate ha decidido dejar de investigar y cerrar el caso de su madre, para evitar que nadie salga perjudicado, eso sí ellos no se si van a salir tan indemnes. No se trata de sus vidas que corran peligro o simplemente que estén en el punto de mira, también las de aquellos que quieren y eso siempre es de entender, pero además las relaciones con su padre no va a ser fácil que consigan arreglarlas, eso sí tendrán que hacerlo.
Muy interesante como has vuelto a reubicar toda la historia y es por lo que tengo la sensación de que ahora biene lo más interesante, jajajajajaja
Lo haces cada vez mejor, y estás adquiriendo soltura con el paso del tiempo, si sigues así pronto serás una de las mejores del foro.
Pero tampoco hay que tener prisa, pues el verano es para disfrutar, así que ya puedes seguir pasándolo bien con tus amigos.
Eso sí sin olvidar que te seguimos esperando, para ver como termina todo este enredo, jajajaja la curiosidad es algo que no se puede controlar fácilmente.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
Muy interesante como has vuelto a reubicar toda la historia y es por lo que tengo la sensación de que ahora biene lo más interesante, jajajajajaja
Lo haces cada vez mejor, y estás adquiriendo soltura con el paso del tiempo, si sigues así pronto serás una de las mejores del foro.
Pero tampoco hay que tener prisa, pues el verano es para disfrutar, así que ya puedes seguir pasándolo bien con tus amigos.
Eso sí sin olvidar que te seguimos esperando, para ver como termina todo este enredo, jajajaja la curiosidad es algo que no se puede controlar fácilmente.
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agecastbet- Escritor - Policia
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muchas gracias. Se que he tardado en continuar pero espero que te guste el siguiente capitulo!stanathan_caskett escribió:Gran capítulo , me encanta
Continuaaaa pronto
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muchas gracias por el comentario!!AlwaysSerenity escribió:Jim
COOOONTINUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUA
A pesar de no tener muchos seguidores me alegro de saber que hay gente a la que le gusta y lo comenta cada vez que subo un capitulo nuevo!
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Muchas gracias por tus enormes comentarios!agecastbet escribió:Muy, muy bien, es un capítulo que sin hacer grandes descubrimientos, ni ser de los que tienen intriga continua o bien encuentros interesante, nos ha dado la solución al problema, esto es, Kate ha decidido dejar de investigar y cerrar el caso de su madre, para evitar que nadie salga perjudicado, eso sí ellos no se si van a salir tan indemnes. No se trata de sus vidas que corran peligro o simplemente que estén en el punto de mira, también las de aquellos que quieren y eso siempre es de entender, pero además las relaciones con su padre no va a ser fácil que consigan arreglarlas, eso sí tendrán que hacerlo.
Muy interesante como has vuelto a reubicar toda la historia y es por lo que tengo la sensación de que ahora biene lo más interesante, jajajajajaja
Lo haces cada vez mejor, y estás adquiriendo soltura con el paso del tiempo, si sigues así pronto serás una de las mejores del foro.
Pero tampoco hay que tener prisa, pues el verano es para disfrutar, así que ya puedes seguir pasándolo bien con tus amigos.
Eso sí sin olvidar que te seguimos esperando, para ver como termina todo este enredo, jajajaja la curiosidad es algo que no se puede controlar fácilmente.
BESOTESSSSSSSSSSSSSSSSSS
He cerrado algunas cosas que tenía durante el fic, pero si se cierran algunas quiere decir que se abren otras...
lo cierto es que me ha costado decidir que hacer con el caso de Johanna. No sabía si hacer que la detective le siguiera investigando por su cuenta o hacer que todos la ayudasen o encontrar al culpable o cerrar el caso tal cual he echo. Creo que he tomado la mejor decisión de todas las que tenía, pero te prometo que no quedará ahí. Supongo que con algún suceso le volveré a abrir pero tampoco lo tengo claro. ya veré que hago con el paso del tiempo.
Sobre su padre... todavía quedan cosas por suceder. Cosas de las que estoy segura que no os imaginais ni tú ni nadie de los que leen mi fic. Pero la idea se a desarrollado en mi cabeza y aunque el final con Jim no es como me esparaba para mi fic, creo que hará que los personajes tomen las decisiones que deben tomar. No quiero explicarme del todo porque sino te daría más pitas de las que ya te he dado y se iria la sorpresa jajja
Muchas gracias por tus halagos y eso de las mejores el foro lo llevo un poco dificil porque aqui hay gente que escribe realmente bien y jamás estaré a su altura. Pero me alegra saber que poco a poco voy mejorando.
Beesos
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Bueno, pues después de todo el tiempo que llevo sin aparecer por aquí, os dejo otro capitulo más. AVISO: Este es bastante más largo que otros por la simple razón de que el día 28 es el cumple de mi madre, el sabado son las fiestas de mi pueblo y despues me voy 15 días de vacaciones. Volveré sobre el día 16 de septiembre y tengo que preparar las cosas para el Instituto (Hay, que se me ha acabado el veranito ) Y los primeros días de clase a pesar de no tener muchas cosas que hacer, para mí, son los más ajetreados por el cambio de clases y profesores y todo eso (Pff me estoy desanimando solo de pensarlo). Bueno, dejo de pensar en el instituto y aquí os dejo un capitulo más. Espero que os guste y que lo disfrutéis porque hasta casi dentro de un mes no creo que vuelva a subir nada más! Lo siento de veras
Habían pasado dos meses desde el caso de Alexandra. Desde entonces, no había vuelto a aparecer otro cadáver y eso era raro. Nueva York no es que se conozca como la ciudad tranquila. El índice de asesinatos había bajado bruscamente y los detectives mataban el tiempo como podían. Una mañana, Beckett apareció por el precinto sola. Sin Castle. Cosa que resulto extraña a los dos hombres que se entretenían intentando poner de pie un huevo.
- ¿No tenéis nada mejor que hacer? – Preguntó pasando a su lado en dirección a su mesa.
- No, la verdad es que no – Contesto Ryan mientras el huevo se escurría de sus manos y caía al suelo - ¡Mierda! – Hizo un gesto de rabia y saco cinco dólares de su bolsillo.
- Te dije que no lo conseguirías – Exclamó el moreno, extendiendo su mano para coger el billete.
- ¿Dónde está Castle? – Preguntó mientras se agachaba para recoger los restos del huevo que anteriormente se habían caído.
- En casa, durmiendo – Se limitó a decir ella. Tal y como suponía sus dos compañeros se acercaron a su mesa. Esposito se sentó en la silla de Castle y Ryan se acercó con la suya – Su cumpleaños es en tres semanas y quiero hacerle algo especial. Tengo algunas ideas pero necesito ayuda.
Kate empezó a contarles lo que tenía planeado y ambos hombres asintieron. Les parecía una gran idea pero les resultaría muy complicado hacerlo. Durante gran parte de la mañana los tres detectives hablaron sobre cómo lo harían y quien se encargaría de cada cosa. Poco después, el escritor apareció por el recinto con dos cafés de la mano. Cuando cruzó las puertas del ascensor les vio a los tres hablando animadamente y se apresuró a llegar a la mesa de su novia para apuntarse a la conversación. Pero Beckett se dio cuenta de su presencia y nada más llegar a su mesa, esta se volvió para saludarle.
- Buenos días Castle – Le sonrió.
- Buenos días – Le tendió el vaso de café y la sonrió también- ¿no hay ningún caso?
- No – Contestó Ryan mientras miraba con asco a su mano, que estaba llena de clara de huevo. El escritor le miró extrañó – No preguntes.
- Mirarlo por el lado bueno – Exclamó de nuevo Castle – Dentro de dos horas y quince minutos seréis libres – Gates les había dado más días de descanso. Desde el viernes a partir de las tres de la tarde hasta el lunes a las siete de la mañana podían abandonar la comisaría. Siempre y cuando no hubiera ningún caso.
- Voy a llamar a mi hermano a ver que está haciendo – Kate se levantó de la silla y puso rumbo a la sala de descanso, no sin coger antes el café recién echo que le trajo Castle.
A través del cristal, los tres hombres veían como la joven detective sonreía al hablar con su alma gemela. Se imaginaban que la costaría separarse del caso de su madre. Fue lo que la dio fuerzas para seguir adelante y entrar en la comisaría. Pero desde que guardó los papeles en su cajón, junto a la carpeta con los papeles de divorcio de sus padres, parecía como si todo lo ocurrido hubiera desaparecido. Sonrieron casi a la vez cuando pensaron que la tortura diaria había acabado. Ya no tendrían que preocuparse de la vida de su amiga, confidente o novia, estaba a salvo. Ya no tendrían que intentar estar por delante de ella en las investigaciones por si salía algo que pudiera tener relación con el caso de Johanna. Por fin podrían llegar a la comisaria y estar tranquilos.
Kate volvió con sus amigos media hora después. Siempre que hablaba con su hermano se la iba el tiempo y aunque ahora vivieran en la misma casa, sabía que en unos meses este se tendría que volver a Sacramento y le iba a echar mucho de menos.
Casi como si el destino lo tuviera preparado, nada más sentarse la detective en su silla, el móvil de Castle empezó a sonar. Cuando miro el nombre suspiro y se levantó, resignado por tener que responder a la llamada.
- ¿Gina? – Preguntó Beckett al ver los gestos de su novio. Este asintió con la cabeza y deslizó el dedo por la pantalla para responder a su segunda exmujer, no con muchas ganas.
- Mi hermano se apunta al plan – Dijo ella en cuanto el escritor despareció por la puerta de la sala de descanso – Dice que hablará con Avril y que lo más seguro es que entre ella y Alexis mantengan entretenido a Rick mientras nosotros nos encargamos del resto.
Los dos detectives sonrieron. Les quedaban menos de dos horas para empezar a preparar todo. Y la verdad es que tenían muchas ganas.
******
Cuando Gates les dejó libres se fueron a comer todos juntos. Ryan fue a buscar a su mujer y Esposito a Lanie, mientras Castle y Beckett fueron a por Aarón y Avril. Quedaron en un restaurante pequeño y sencillo y comieron todos juntos. Alexis había quedado con ellos a las seis de la tarde ya que antes no podía debido a la universidad y Martha les vería a la noche, tenía que ir al teatro.
Alrededor de las cinco, Aarón recibió una llamada del médico que le atendió en el hospital cuando recibió las apuñaladas. Este le dijo que en unos días sería conveniente que se realizara una revisión para ver si las heridas habían cicatrizado del todo. Como el hombre se encontraba en Nueva York, el médico le dijo que no había problema que tenía un amigo allí que también era médico y que se encargaría de todo. Aarón se lo agradeció y quedaron en que le volvería a llamar cuando hubiera acordado todo con el otro médico.
Beckett escuchaba atentamente a su hermano que le estaba contando todo y se ofreció a llevarle al hospital para la revisión. El hombre aceptó pero se extrañó que Avril no dijera nada. Se apuntó mentalmente preguntarla más tarde pues delante de todos no creía que le contara nada. Por su parte, Kate también se fijó en el comportamiento extraño que tenía su futura cuñada y en pocos segundos tramó un plan perfecto para poder hablar con ella.
- Oh mierda, me he dejado el móvil en la comisaría – Dijo tocándose los bolsillos del pantalón. Obviamente era mentira y cuando simulaba que miraba a ver si lo tenía se encargó de cogerlo y esconderlo para que nadie lo viese – Avril, ¿Te importaría acompañarme? Está a diez minutos de aquí – Sonrió.
- Claro, ahora volvemos – Se levantó de la mesa y se dirigió hacia la salida, seguida por Kate. Todos vieron a las dos mujeres a través del cristal, andando con paso relajado hacia la comisaria. Se extrañaron del comportamiento de la detective pues nunca se olvidaba el móvil. Se imaginaron que tramaba algo pero lo dejaron estar, no era cosa suya.
Mientras en el restaurante los amigos conversaban animadamente, las dos mujeres cruzaban un paso de peatones. Kate la miraba de vez en cuando. En cambio, otra se limitaba a quedarse mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Se dio cuenta de que la seguía así que puso rumbo hacia un parque cercano para sentarse en un banco y poder hablar tranquilamente. Cuando llegaron, Avril se extrañó pero imitó a la detective, quien se sentó en el banco de madera.
- ¿No íbamos a por tu móvil a la comisaría? – Preguntó. Kate se limitó a sacar su móvil del bolsillo trasero del pantalón.
- Íbamos – Respondió ella – En realidad quería hablar contigo y la única excusa que se me ocurrió fue esa. Verás – Dijo después de unos minutos en silencio – Te noto nerviosa e incluso a veces preocupada.
- No me pasa nada – La interrumpió sonriendo intentando quitar hierro al asunto.
- Entiendo que no me lo quieras contar, no tienes por qué hacerlo, pero deberías hablarlo al menos con mi hermano. Estoy segura de que él te ayudara – La guiñó un ojo intentado darla un poco de calma, se había puesto realmente nerviosa.
- Ese es el problema – Se rindió Avril comenzando a hablar – Que no sé cómo va a reaccionar.
- ¿Reaccionar a qué? – Preguntó la detective algo nerviosa. La otra mujer suspiro y la miró a los ojos por primera vez durante aquella conversación.
- Estoy embarazada – Soltó de repente. Kate abrió los ojos incrédula a lo que le acababa de decir. No sabía que decir ni que hacer, pero casi sin notarlo, una sonrisa de oreja a oreja se reflejó en su rostro.
-¿Voy… voy a ser tía? – Dijo con entusiasmo sin borrar la sonrisa.
- Si – Contestó más tranquila.
- Y por lo que has dicho antes, me imagino que Aarón no lo sabe.
- No. Tengo miedo. No sé si él está dispuesto a… - Pero la detective la interrumpió.
- Ah no, no sigas. Estoy segura de que mi hermano se alegrará tanto o incluso más que yo. Créeme, que le harás muy feliz en cuanto se lo cuentes – Volvió a sonreír, felicitándole por ser mamá mientras se abrazaban.
- Gracias – Dijo cuándo se separaron. Una lágrima corría por la mejilla de la joven y Kate no pudo hacer otra cosa que emocionarse. Su sobrino iba a tener a una madre perfecta. Su hermano había escogido bien. Negó con la cabeza como contestación y pusieron rumbo al restaurante. Las dos muy felices.
****
Pasaron varios días desde la conversación entre Avril y Kate. El plan apodado “MRC” (Misión Regalo de Cumpleaños) ya estaba en marcha y poco a poco iban teniendo terminadas algunas cosas. Habían decidido tener todo listo y el mismo día del cumpleaños lo montarían por la mañana. Kate no había vuelto a preguntarla pero se imaginaba que Aarón ya sabía que iba a ser padre pues la pareja les habían invitado a una cena diciendo que tenían que contarles algo. Aunque se conocían desde hace poco, la confianza entre ellos había crecido enormemente desde que convivieron todos juntos en España y para la pequeña familia neoyorkina, Aarón y Avril pasaron a formar parte de ella también. La detective por su parte se hizo la muda y no le dijo a su hermano que ya lo sabía. Quería ver su rostro de felicidad cuando se lo contase a todos y también ver la sorpresa de sus amigos. Por esa razón tampoco se lo contó a nadie. Sería su secreto. El secreto de las dos mujeres.
Ese mismo día habían quedado en el loft del escritor a las ocho para celebrar la cena. Castle ofreció su casa ya que sería un lugar espacioso y privado para lo que les quisiesen contar y Kate se lo agradeció besándole delante de todos. Cosa que desde que volvieron de España hacían muy poco.
Beckett quedó con el escritor y juntos decidieron preparar la cena. Al principio iban bien pero, por hacer la cosa más amena, a Kate se le ocurrió tirar un poco de harina por encima de su novio. Este no se lo esperaba y se quedó inmóvil, notando como el polvo blanco se colaba por su ropa. La mujer explotó en risas cuando Castle se giró y quedó enfrente suyo. Se veía tan mono con el delantal puesto y con la ropa que llevaba blanca que cuando quiso darse cuenta, se encontraba aprisionada por uno de los brazos de su novio. Intentó zafarse de él pero la tenía fuertemente agarrada de la cintura, sin llegar a hacerla daño. Con el brazo que tenía libre, Rick se sacudió el pelo llenándola de harina a ella también.
- Así aprenderás a no jugar con comida – El escritor se rio pensando que había ganado pero su musa susurró un casi inaudible “Esto es la guerra” Tomó el primer frasco que pillo de la encimera y sin ver cuál era, pues seguía agarrada por el brazo de Castle, se lo volvió a tirar por encima. La sustancia pastosa estaba fría y el hombre no pudo evitar soltar a su novia pues la “cosa” roja se estaba escurriendo por su espalda e intentaba quitársela - ¡Se puede saber que me has echado! – Dijo encorvando la espalda como si así pudiera evitar que la salsa de tomate se deslizase – ¡Ahh! ¡Esta frío! ¡Esta frío! – La detective volvió a soltar una carcajada, más grande que la anterior y empezó a correr por el loft al ver como Richard buscaba algo en concreto por la cocina. Cuando lo encontró, cerró el cajón del armario y sonrió como un niño pequeño. Más la valía correr porque le iba a pagar haberle tirado tomate por encima. Fue a la habitación de su hija y cogió su traje de esgrima. Les habían plastificado pues hacía unos años Alexis y él hicieron una pequeña guerra de pintura y así podrían quitarla sin ningún problema. Se le puso y tomó el pequeño frasco que había dejado encima de la mesilla de noche de su hija. Le abrió y se preparó para la venganza.
Empezó a buscar a su querida detective por la casa, gritando su nombre de vez en cuanto. Esta aunque le oía prefería no contestar pues sabía que había preparado algo. Algo malo. Optó por esconderse en su despacho. Pensó que allí no la encontraría, pero fue todo lo contrario. Cuando el escritor iba a subir las escaleras, encontró el control remoto de su tanque y mientras el buscaba en el piso de arriba, el tanque buscaría por abajo. Kate olvidó cerrar la puerta y el pequeño aparato dirigido por el hombre entró sin problemas. Se abrió paso entre los cojines colocados estratégicamente por la mujer y llegó hasta el pequeño fortín que se había creado en pocos minutos detrás del escritorio. Castle al verlo por la pantalla del control remoto volvió a sonreír y se puso el casco, preparado para la batalla. Bajó las escaleras silenciosamente y se colocó justo delante de la puerta entre abierta del despacho armado con el pequeño frasco en su mano izquierda. Se coló por el hueco entre la puerta y el umbral y se tiró al suelo sin hacer el mínimo ruido. Se fue arrastrando por el suelo como un militar hasta llegar al escritorio y se levantó con cuidado. Dio la vuelta al mueble y se agachó para asomarse por el hueco donde debería estar la silla pero que ahora ocupaba la joven detective. Esta se asustó al verle y, como acto reflejo se levantó dándose un gran golpe en la cabeza contra el mueble. El escritor comenzó a reírse y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. Ya había tenido suficiente castigo dándose contra el mueble así que decidió no tirarle el colorante en polvo que había traído. Ella le dio un ligero puñetazo en el pecho para que dejara de reírse mientras se frotaba con la otra en la cabeza. Pero el timbre sonó y Castle se sobresaltó tirando el botecillo de azafrán abierto por encima de los dos, haciendo que los polvillos cayeran sobre ellos. Beckett le miró con ira al ver que estaba cubierta con dos tipos de polvos, uno blanco y otro granate pero rio al ver a su novio quitarse el traje de esgrima y dejando verse blanco y rojo, provocado por la harina y el tomate. Empezaron a reír los dos sin control hasta que el sonido del timbre les volvió a sobresaltar. El escritor se dirigió a la puerta, dejando el traje sobre el sofá y cuando abrió, Aarón y Avril empezaron a reír.
- ¿Mi hermana? – El escritor asintió y les dejó pasar. Vieron como del despacho salía la detective cubierta de blanco y granate - ¿Pero que habéis hecho?
- ¿Una… guerra de comida? – Dijo Kate con el mismo tono de un niño pequeño al que acababan de pillar haciendo una trastada.
- ¿Qué os habéis echado por encima? – Preguntó Avril riendo. Había venido muy nerviosa pero esto la había tranquilizado un poco.
- Pues a mí, tu querida hermana – Dijo mirando a Aarón – Me ha echado harina y salsa de tomate – Castle puso cara de asco mientras se tocaba el pelo.
- ¿Salsa de tomate? – Preguntó mirando a su hermana.
- En mi defensa diré que estaba atrapada por uno de sus brazos y era el único bote que estaba abierto en la encimera.
- ¿Y tú que tienes? – Volvió a decir la rubia.
- Pues… harina y… ¿Qué es lo último que me has echado Rick?
- Pues… colorante – Dijo entrando a su despacho. Tragó saliva al ver la etiqueta del envoltorio y salió al recibidor mientras sus manos temblaban. Le iba a matar – Kate… No era colorante.
- ¿Entonces qué es?
- A.. Aza… Azafrán – Atinó a decir. Aarón comenzó a reír descontroladamente mientras que Kate estaba eligiendo entre dos opciones, pegarle un tiro ahí mismo o esperar a que todo el mundo estuviera delante para hacerlo – Lo.. Lo.. Lo siento, No… no… no… no… sabía que era Azafrán. Pensé que era colorante. ¡Lo juro! – Gritó levantando los brazos al ver como la detective se acercaba a él hecha una furia.
- Más te vale que se quite – Fue lo único que dijo y se metió en el baño para lavarse. Richard tragó saliva sonoramente.
- Creo, creo que yo también me iré a.. a lavarme – Dijo y se dirigió al otro baño tocándose el pelo a la vez que soltaba un “Bag”.
La pareja se quedó sola en el recibidor. Se miraron mutuamente y empezaron a reírse. Cuando se tranquilizaron, decidieron ayudarles un poco y recogieron el suelo y las encimeras y terminaron de hacer la cena. Los invitados estaban a punto de llegar y todo debía ser perfecto.
Media hora después, el escritor aparecía por la cocina vestido con unos vaqueros, una camiseta de manga corta y una camisa larga con las mangas recogidas en los codos. A pesar de que afuera hacía un frío helador, en la casa la calefacción estaba encendida y hacía más bien calor. Les ayudó a terminar de hacer la cena y se disculpó porque tuvieran que recoger ellos. La pareja negó con la cabeza y entre los tres pusieron la mesa. Poco después Kate se dejaba ver vestida con un pantalón de chándal de su novio y una sudadera también de él que la quedaban enormes. Pero su piel estaba anaranjada.
- No quiero ninguna risa ¿Entendido? Y mucho menos tuya. – Señaló hacia su novio y le echo una de sus típicas miradas – Por cierto, te he cogido esto – Dijo señalando a su cuerpo – Ya que la única ropa que traía esta manchada de… naranja.
Aarón iba a decir algo pero el timbre volvió a asustarles. Oyeron como Kate suspiraba y Castle fue a abrir la puerta. De ella entraron el resto de invitados, animados pero se pararon en seco al ver a su compañera.
- Vaya, sabía que hoy nos ibais a dar una sorpresa, pero no me esperaba esto – Se burló Esposito riendo a carcajada limpia.
- ¿Qué te ha pasado? – Preguntó Ryan intentando tragarse su propia risa.
- Castle. No se le ocurre otra cosa que tirarme Azafrán por encima – Hizo una mueca y miró al escrito.
- Ya te he dicho que lo siento – Se volvió a disculpar, esta vez delante de todos.
- Renacuaja – Kate negó con la cabeza al escuchar aquello. Solo una persona en todo el mundo la llamaba así. Se giró para mirarle y su hermano le lanzó una pequeña mochila – Ahí tienes ropa para cambiarte. Me imaginaba que harías alguna trastada de las tuyas así que te traje ropa de repuesto.
- ¿Y me lo dices ahora? – Replicó ella – Además el de las trastadas sueles ser tú – Se cruzó de brazos, colocándose la mochila a la espalda.
- Que le voy a hacer, me encanta picarte – Se rio él.
- Pues no disfrutes tanto – Dijo ella poniendo rumbo al baño. Cuando pasó al lado de su hermano se arrimó a su oído y le susurró – Felicidades Papá – Y en el momento en el que se encontraba subiendo las escaleras le gritó – ¡Algún día te las devolveré todas!
Aarón esbozó una sonrisa cuando su hermana le felicitó. No pensaba que ella lo sabía y si él no se lo contó solo quedaba Avril. Al principio la idea de decírselo pasó por su cabeza pero en seguida la borró. Si se lo había contado sería por alguna razón y, bueno, es su hermana. Quería que fuese la primera en enterarse.
- ¡Aarón! – Gritó la joven detective desde el piso de arriba. Se notaba que estaba enfadada. – ¡Sube ahora mismo!
- Si no vuelvo en cinco minutos, por favor, id a buscarme – Les dijo y se dirigió al piso de arriba en busca de su hermana. - ¿Qué quieres? – Preguntó entrando al baño.
- ¿Se puede saber qué es esto? – Levantó la camiseta de tirantes y la sudadera con una mano y el pantalón corto con la otra y señaló con el pie las converse que había en el suelo.
- La ropa que te he traído.
- Sabes que estamos en Abril ¿no? – El hombre sintió – No pienso ponerme esto.
- Vale, ponte la ropa de Castle si lo prefieres – Accedió si hermano y eso la hizo sospechar. Algo tramaba.
- Vale, lo haré – Y cuando se giró para coger la ropa que anteriormente tenía puesta su expresión cambió por completo - ¡Aarón devuélvemela! – Gritó enfadada.
- ¿No decías que te ibas a poner la ropa de tu novio? – Dijo enmarcando la última palabra – Pues vete a su habitación a por ella.
Kate soltó algunos improperios mientras veía como su hermano bajaba las escaleras. Siempre se salía con la suya. Si quería coger más ropa del armario de Castle, tenía que atravesar todo el comedor y el salón donde se encontraban sus amigos y no pensaba salir medio desnuda por ahí. Al final se decidió y se puso la ropa que su hermano le había traído de casa.
- Será… - Volvió a decir con más ira todavía mientras se ataba los playeros. La había traído de casa. De su casa en España. Ella ya no tenía ropa como esa en su apartamento en Nueva York. Y como había adelgazado bastante y no había crecido mucho la valía su ropa antigua. Se recogió el pelo en una coleta alta y se miró al espejo. La verdad, estaba muy cómoda con eso puesto. La recordó a cuando estaba en su pueblo y sonrió. Aunque la picara, su hermano siempre hacía las cosas con buena intención.
Cuando Aarón bajó al comedor con la ropa de Castle de la mano todos le miraron extraño. El negó con la cabeza quitándole importancia y le tendió la ropa a su dueño. Este se fue a su despacho a dejarlo encima de la mesa y a los pocos segundos estaba de nuevo en la sala con todos sus amigos. Poco después Kate bajó las escaleras y se sentó en la mesa bajo la atenta mirada de los presentes.
- Jamás te había visto con ese estilo de ropa – Se atrevió a decir Rick.
- Ya bueno, no suelo ponérmela mucho ¿Verdad Aarón? - Miró a su hermano quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
- Verdad – Dijo él sin quitar la sonrisa burlona de su cara. El escritor que en ese momento entendió un poco lo ocurrido sonrió también.
- ¿Qué tal si empezamos a comer? – Propuso Castle al ver como su novia estaba perdiendo los nervios.
Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a degustar la deliciosa comida que empezaron a preparar Castle y Beckett pero que acabaron los futuros padres. Conversaron sobre varias cosas, pero ninguna importante y en el postre decidieron hacer pública la noticia.
-Veréis – Empezó Aarón levantándose de la silla – Hemos celebrado esta cena porque Avril y yo tenemos algo que anunciaros – Todos les miraban expectantes. Hasta Kate quien ya sabía la noticia. Se tomaron unos minutos y siguió hablando – Avril y yo vamos a ser padres – Todos sonrieron y se acercaron a ellos para abrazarles y felicitarles. Todos menos la detective. Castle, al verla terminó rápidamente de darles la enhorabuena y se dirigió a ella.
- ¿Qué te pasa? – Preguntó tomando su mano con delicadeza.
- Nada. Es solo que… - Pero se calló.
- Kate, ya nos conocemos. Te pasa algo – Dijo el tranquilo.
- Todavía recuerdo cuando éramos unos críos saltando de alcantarilla en alcantarilla por las calles de Valladolid y ahora, se va a casar y va a ser padre y … - Dijo mientras una pequeña lagrimilla recorría su mejilla. Solo que esta, era de felicidad. El escritor la acurrucó entre sus brazos y cuando se separaron, la mujer se levantó y se lanzó a los brazos de otro hombre. De su hermano. Se aferró a él con todas sus fuerzas y le susurró al oído cosas que solo ellos pudieron oír, pero que sacaron dos sinceras sonrisas en sus rostros.
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Habían pasado dos meses desde el caso de Alexandra. Desde entonces, no había vuelto a aparecer otro cadáver y eso era raro. Nueva York no es que se conozca como la ciudad tranquila. El índice de asesinatos había bajado bruscamente y los detectives mataban el tiempo como podían. Una mañana, Beckett apareció por el precinto sola. Sin Castle. Cosa que resulto extraña a los dos hombres que se entretenían intentando poner de pie un huevo.
- ¿No tenéis nada mejor que hacer? – Preguntó pasando a su lado en dirección a su mesa.
- No, la verdad es que no – Contesto Ryan mientras el huevo se escurría de sus manos y caía al suelo - ¡Mierda! – Hizo un gesto de rabia y saco cinco dólares de su bolsillo.
- Te dije que no lo conseguirías – Exclamó el moreno, extendiendo su mano para coger el billete.
- ¿Dónde está Castle? – Preguntó mientras se agachaba para recoger los restos del huevo que anteriormente se habían caído.
- En casa, durmiendo – Se limitó a decir ella. Tal y como suponía sus dos compañeros se acercaron a su mesa. Esposito se sentó en la silla de Castle y Ryan se acercó con la suya – Su cumpleaños es en tres semanas y quiero hacerle algo especial. Tengo algunas ideas pero necesito ayuda.
Kate empezó a contarles lo que tenía planeado y ambos hombres asintieron. Les parecía una gran idea pero les resultaría muy complicado hacerlo. Durante gran parte de la mañana los tres detectives hablaron sobre cómo lo harían y quien se encargaría de cada cosa. Poco después, el escritor apareció por el recinto con dos cafés de la mano. Cuando cruzó las puertas del ascensor les vio a los tres hablando animadamente y se apresuró a llegar a la mesa de su novia para apuntarse a la conversación. Pero Beckett se dio cuenta de su presencia y nada más llegar a su mesa, esta se volvió para saludarle.
- Buenos días Castle – Le sonrió.
- Buenos días – Le tendió el vaso de café y la sonrió también- ¿no hay ningún caso?
- No – Contestó Ryan mientras miraba con asco a su mano, que estaba llena de clara de huevo. El escritor le miró extrañó – No preguntes.
- Mirarlo por el lado bueno – Exclamó de nuevo Castle – Dentro de dos horas y quince minutos seréis libres – Gates les había dado más días de descanso. Desde el viernes a partir de las tres de la tarde hasta el lunes a las siete de la mañana podían abandonar la comisaría. Siempre y cuando no hubiera ningún caso.
- Voy a llamar a mi hermano a ver que está haciendo – Kate se levantó de la silla y puso rumbo a la sala de descanso, no sin coger antes el café recién echo que le trajo Castle.
A través del cristal, los tres hombres veían como la joven detective sonreía al hablar con su alma gemela. Se imaginaban que la costaría separarse del caso de su madre. Fue lo que la dio fuerzas para seguir adelante y entrar en la comisaría. Pero desde que guardó los papeles en su cajón, junto a la carpeta con los papeles de divorcio de sus padres, parecía como si todo lo ocurrido hubiera desaparecido. Sonrieron casi a la vez cuando pensaron que la tortura diaria había acabado. Ya no tendrían que preocuparse de la vida de su amiga, confidente o novia, estaba a salvo. Ya no tendrían que intentar estar por delante de ella en las investigaciones por si salía algo que pudiera tener relación con el caso de Johanna. Por fin podrían llegar a la comisaria y estar tranquilos.
Kate volvió con sus amigos media hora después. Siempre que hablaba con su hermano se la iba el tiempo y aunque ahora vivieran en la misma casa, sabía que en unos meses este se tendría que volver a Sacramento y le iba a echar mucho de menos.
Casi como si el destino lo tuviera preparado, nada más sentarse la detective en su silla, el móvil de Castle empezó a sonar. Cuando miro el nombre suspiro y se levantó, resignado por tener que responder a la llamada.
- ¿Gina? – Preguntó Beckett al ver los gestos de su novio. Este asintió con la cabeza y deslizó el dedo por la pantalla para responder a su segunda exmujer, no con muchas ganas.
- Mi hermano se apunta al plan – Dijo ella en cuanto el escritor despareció por la puerta de la sala de descanso – Dice que hablará con Avril y que lo más seguro es que entre ella y Alexis mantengan entretenido a Rick mientras nosotros nos encargamos del resto.
Los dos detectives sonrieron. Les quedaban menos de dos horas para empezar a preparar todo. Y la verdad es que tenían muchas ganas.
******
Cuando Gates les dejó libres se fueron a comer todos juntos. Ryan fue a buscar a su mujer y Esposito a Lanie, mientras Castle y Beckett fueron a por Aarón y Avril. Quedaron en un restaurante pequeño y sencillo y comieron todos juntos. Alexis había quedado con ellos a las seis de la tarde ya que antes no podía debido a la universidad y Martha les vería a la noche, tenía que ir al teatro.
Alrededor de las cinco, Aarón recibió una llamada del médico que le atendió en el hospital cuando recibió las apuñaladas. Este le dijo que en unos días sería conveniente que se realizara una revisión para ver si las heridas habían cicatrizado del todo. Como el hombre se encontraba en Nueva York, el médico le dijo que no había problema que tenía un amigo allí que también era médico y que se encargaría de todo. Aarón se lo agradeció y quedaron en que le volvería a llamar cuando hubiera acordado todo con el otro médico.
Beckett escuchaba atentamente a su hermano que le estaba contando todo y se ofreció a llevarle al hospital para la revisión. El hombre aceptó pero se extrañó que Avril no dijera nada. Se apuntó mentalmente preguntarla más tarde pues delante de todos no creía que le contara nada. Por su parte, Kate también se fijó en el comportamiento extraño que tenía su futura cuñada y en pocos segundos tramó un plan perfecto para poder hablar con ella.
- Oh mierda, me he dejado el móvil en la comisaría – Dijo tocándose los bolsillos del pantalón. Obviamente era mentira y cuando simulaba que miraba a ver si lo tenía se encargó de cogerlo y esconderlo para que nadie lo viese – Avril, ¿Te importaría acompañarme? Está a diez minutos de aquí – Sonrió.
- Claro, ahora volvemos – Se levantó de la mesa y se dirigió hacia la salida, seguida por Kate. Todos vieron a las dos mujeres a través del cristal, andando con paso relajado hacia la comisaria. Se extrañaron del comportamiento de la detective pues nunca se olvidaba el móvil. Se imaginaron que tramaba algo pero lo dejaron estar, no era cosa suya.
Mientras en el restaurante los amigos conversaban animadamente, las dos mujeres cruzaban un paso de peatones. Kate la miraba de vez en cuando. En cambio, otra se limitaba a quedarse mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Se dio cuenta de que la seguía así que puso rumbo hacia un parque cercano para sentarse en un banco y poder hablar tranquilamente. Cuando llegaron, Avril se extrañó pero imitó a la detective, quien se sentó en el banco de madera.
- ¿No íbamos a por tu móvil a la comisaría? – Preguntó. Kate se limitó a sacar su móvil del bolsillo trasero del pantalón.
- Íbamos – Respondió ella – En realidad quería hablar contigo y la única excusa que se me ocurrió fue esa. Verás – Dijo después de unos minutos en silencio – Te noto nerviosa e incluso a veces preocupada.
- No me pasa nada – La interrumpió sonriendo intentando quitar hierro al asunto.
- Entiendo que no me lo quieras contar, no tienes por qué hacerlo, pero deberías hablarlo al menos con mi hermano. Estoy segura de que él te ayudara – La guiñó un ojo intentado darla un poco de calma, se había puesto realmente nerviosa.
- Ese es el problema – Se rindió Avril comenzando a hablar – Que no sé cómo va a reaccionar.
- ¿Reaccionar a qué? – Preguntó la detective algo nerviosa. La otra mujer suspiro y la miró a los ojos por primera vez durante aquella conversación.
- Estoy embarazada – Soltó de repente. Kate abrió los ojos incrédula a lo que le acababa de decir. No sabía que decir ni que hacer, pero casi sin notarlo, una sonrisa de oreja a oreja se reflejó en su rostro.
-¿Voy… voy a ser tía? – Dijo con entusiasmo sin borrar la sonrisa.
- Si – Contestó más tranquila.
- Y por lo que has dicho antes, me imagino que Aarón no lo sabe.
- No. Tengo miedo. No sé si él está dispuesto a… - Pero la detective la interrumpió.
- Ah no, no sigas. Estoy segura de que mi hermano se alegrará tanto o incluso más que yo. Créeme, que le harás muy feliz en cuanto se lo cuentes – Volvió a sonreír, felicitándole por ser mamá mientras se abrazaban.
- Gracias – Dijo cuándo se separaron. Una lágrima corría por la mejilla de la joven y Kate no pudo hacer otra cosa que emocionarse. Su sobrino iba a tener a una madre perfecta. Su hermano había escogido bien. Negó con la cabeza como contestación y pusieron rumbo al restaurante. Las dos muy felices.
****
Pasaron varios días desde la conversación entre Avril y Kate. El plan apodado “MRC” (Misión Regalo de Cumpleaños) ya estaba en marcha y poco a poco iban teniendo terminadas algunas cosas. Habían decidido tener todo listo y el mismo día del cumpleaños lo montarían por la mañana. Kate no había vuelto a preguntarla pero se imaginaba que Aarón ya sabía que iba a ser padre pues la pareja les habían invitado a una cena diciendo que tenían que contarles algo. Aunque se conocían desde hace poco, la confianza entre ellos había crecido enormemente desde que convivieron todos juntos en España y para la pequeña familia neoyorkina, Aarón y Avril pasaron a formar parte de ella también. La detective por su parte se hizo la muda y no le dijo a su hermano que ya lo sabía. Quería ver su rostro de felicidad cuando se lo contase a todos y también ver la sorpresa de sus amigos. Por esa razón tampoco se lo contó a nadie. Sería su secreto. El secreto de las dos mujeres.
Ese mismo día habían quedado en el loft del escritor a las ocho para celebrar la cena. Castle ofreció su casa ya que sería un lugar espacioso y privado para lo que les quisiesen contar y Kate se lo agradeció besándole delante de todos. Cosa que desde que volvieron de España hacían muy poco.
Beckett quedó con el escritor y juntos decidieron preparar la cena. Al principio iban bien pero, por hacer la cosa más amena, a Kate se le ocurrió tirar un poco de harina por encima de su novio. Este no se lo esperaba y se quedó inmóvil, notando como el polvo blanco se colaba por su ropa. La mujer explotó en risas cuando Castle se giró y quedó enfrente suyo. Se veía tan mono con el delantal puesto y con la ropa que llevaba blanca que cuando quiso darse cuenta, se encontraba aprisionada por uno de los brazos de su novio. Intentó zafarse de él pero la tenía fuertemente agarrada de la cintura, sin llegar a hacerla daño. Con el brazo que tenía libre, Rick se sacudió el pelo llenándola de harina a ella también.
- Así aprenderás a no jugar con comida – El escritor se rio pensando que había ganado pero su musa susurró un casi inaudible “Esto es la guerra” Tomó el primer frasco que pillo de la encimera y sin ver cuál era, pues seguía agarrada por el brazo de Castle, se lo volvió a tirar por encima. La sustancia pastosa estaba fría y el hombre no pudo evitar soltar a su novia pues la “cosa” roja se estaba escurriendo por su espalda e intentaba quitársela - ¡Se puede saber que me has echado! – Dijo encorvando la espalda como si así pudiera evitar que la salsa de tomate se deslizase – ¡Ahh! ¡Esta frío! ¡Esta frío! – La detective volvió a soltar una carcajada, más grande que la anterior y empezó a correr por el loft al ver como Richard buscaba algo en concreto por la cocina. Cuando lo encontró, cerró el cajón del armario y sonrió como un niño pequeño. Más la valía correr porque le iba a pagar haberle tirado tomate por encima. Fue a la habitación de su hija y cogió su traje de esgrima. Les habían plastificado pues hacía unos años Alexis y él hicieron una pequeña guerra de pintura y así podrían quitarla sin ningún problema. Se le puso y tomó el pequeño frasco que había dejado encima de la mesilla de noche de su hija. Le abrió y se preparó para la venganza.
Empezó a buscar a su querida detective por la casa, gritando su nombre de vez en cuanto. Esta aunque le oía prefería no contestar pues sabía que había preparado algo. Algo malo. Optó por esconderse en su despacho. Pensó que allí no la encontraría, pero fue todo lo contrario. Cuando el escritor iba a subir las escaleras, encontró el control remoto de su tanque y mientras el buscaba en el piso de arriba, el tanque buscaría por abajo. Kate olvidó cerrar la puerta y el pequeño aparato dirigido por el hombre entró sin problemas. Se abrió paso entre los cojines colocados estratégicamente por la mujer y llegó hasta el pequeño fortín que se había creado en pocos minutos detrás del escritorio. Castle al verlo por la pantalla del control remoto volvió a sonreír y se puso el casco, preparado para la batalla. Bajó las escaleras silenciosamente y se colocó justo delante de la puerta entre abierta del despacho armado con el pequeño frasco en su mano izquierda. Se coló por el hueco entre la puerta y el umbral y se tiró al suelo sin hacer el mínimo ruido. Se fue arrastrando por el suelo como un militar hasta llegar al escritorio y se levantó con cuidado. Dio la vuelta al mueble y se agachó para asomarse por el hueco donde debería estar la silla pero que ahora ocupaba la joven detective. Esta se asustó al verle y, como acto reflejo se levantó dándose un gran golpe en la cabeza contra el mueble. El escritor comenzó a reírse y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. Ya había tenido suficiente castigo dándose contra el mueble así que decidió no tirarle el colorante en polvo que había traído. Ella le dio un ligero puñetazo en el pecho para que dejara de reírse mientras se frotaba con la otra en la cabeza. Pero el timbre sonó y Castle se sobresaltó tirando el botecillo de azafrán abierto por encima de los dos, haciendo que los polvillos cayeran sobre ellos. Beckett le miró con ira al ver que estaba cubierta con dos tipos de polvos, uno blanco y otro granate pero rio al ver a su novio quitarse el traje de esgrima y dejando verse blanco y rojo, provocado por la harina y el tomate. Empezaron a reír los dos sin control hasta que el sonido del timbre les volvió a sobresaltar. El escritor se dirigió a la puerta, dejando el traje sobre el sofá y cuando abrió, Aarón y Avril empezaron a reír.
- ¿Mi hermana? – El escritor asintió y les dejó pasar. Vieron como del despacho salía la detective cubierta de blanco y granate - ¿Pero que habéis hecho?
- ¿Una… guerra de comida? – Dijo Kate con el mismo tono de un niño pequeño al que acababan de pillar haciendo una trastada.
- ¿Qué os habéis echado por encima? – Preguntó Avril riendo. Había venido muy nerviosa pero esto la había tranquilizado un poco.
- Pues a mí, tu querida hermana – Dijo mirando a Aarón – Me ha echado harina y salsa de tomate – Castle puso cara de asco mientras se tocaba el pelo.
- ¿Salsa de tomate? – Preguntó mirando a su hermana.
- En mi defensa diré que estaba atrapada por uno de sus brazos y era el único bote que estaba abierto en la encimera.
- ¿Y tú que tienes? – Volvió a decir la rubia.
- Pues… harina y… ¿Qué es lo último que me has echado Rick?
- Pues… colorante – Dijo entrando a su despacho. Tragó saliva al ver la etiqueta del envoltorio y salió al recibidor mientras sus manos temblaban. Le iba a matar – Kate… No era colorante.
- ¿Entonces qué es?
- A.. Aza… Azafrán – Atinó a decir. Aarón comenzó a reír descontroladamente mientras que Kate estaba eligiendo entre dos opciones, pegarle un tiro ahí mismo o esperar a que todo el mundo estuviera delante para hacerlo – Lo.. Lo.. Lo siento, No… no… no… no… sabía que era Azafrán. Pensé que era colorante. ¡Lo juro! – Gritó levantando los brazos al ver como la detective se acercaba a él hecha una furia.
- Más te vale que se quite – Fue lo único que dijo y se metió en el baño para lavarse. Richard tragó saliva sonoramente.
- Creo, creo que yo también me iré a.. a lavarme – Dijo y se dirigió al otro baño tocándose el pelo a la vez que soltaba un “Bag”.
La pareja se quedó sola en el recibidor. Se miraron mutuamente y empezaron a reírse. Cuando se tranquilizaron, decidieron ayudarles un poco y recogieron el suelo y las encimeras y terminaron de hacer la cena. Los invitados estaban a punto de llegar y todo debía ser perfecto.
Media hora después, el escritor aparecía por la cocina vestido con unos vaqueros, una camiseta de manga corta y una camisa larga con las mangas recogidas en los codos. A pesar de que afuera hacía un frío helador, en la casa la calefacción estaba encendida y hacía más bien calor. Les ayudó a terminar de hacer la cena y se disculpó porque tuvieran que recoger ellos. La pareja negó con la cabeza y entre los tres pusieron la mesa. Poco después Kate se dejaba ver vestida con un pantalón de chándal de su novio y una sudadera también de él que la quedaban enormes. Pero su piel estaba anaranjada.
- No quiero ninguna risa ¿Entendido? Y mucho menos tuya. – Señaló hacia su novio y le echo una de sus típicas miradas – Por cierto, te he cogido esto – Dijo señalando a su cuerpo – Ya que la única ropa que traía esta manchada de… naranja.
Aarón iba a decir algo pero el timbre volvió a asustarles. Oyeron como Kate suspiraba y Castle fue a abrir la puerta. De ella entraron el resto de invitados, animados pero se pararon en seco al ver a su compañera.
- Vaya, sabía que hoy nos ibais a dar una sorpresa, pero no me esperaba esto – Se burló Esposito riendo a carcajada limpia.
- ¿Qué te ha pasado? – Preguntó Ryan intentando tragarse su propia risa.
- Castle. No se le ocurre otra cosa que tirarme Azafrán por encima – Hizo una mueca y miró al escrito.
- Ya te he dicho que lo siento – Se volvió a disculpar, esta vez delante de todos.
- Renacuaja – Kate negó con la cabeza al escuchar aquello. Solo una persona en todo el mundo la llamaba así. Se giró para mirarle y su hermano le lanzó una pequeña mochila – Ahí tienes ropa para cambiarte. Me imaginaba que harías alguna trastada de las tuyas así que te traje ropa de repuesto.
- ¿Y me lo dices ahora? – Replicó ella – Además el de las trastadas sueles ser tú – Se cruzó de brazos, colocándose la mochila a la espalda.
- Que le voy a hacer, me encanta picarte – Se rio él.
- Pues no disfrutes tanto – Dijo ella poniendo rumbo al baño. Cuando pasó al lado de su hermano se arrimó a su oído y le susurró – Felicidades Papá – Y en el momento en el que se encontraba subiendo las escaleras le gritó – ¡Algún día te las devolveré todas!
Aarón esbozó una sonrisa cuando su hermana le felicitó. No pensaba que ella lo sabía y si él no se lo contó solo quedaba Avril. Al principio la idea de decírselo pasó por su cabeza pero en seguida la borró. Si se lo había contado sería por alguna razón y, bueno, es su hermana. Quería que fuese la primera en enterarse.
- ¡Aarón! – Gritó la joven detective desde el piso de arriba. Se notaba que estaba enfadada. – ¡Sube ahora mismo!
- Si no vuelvo en cinco minutos, por favor, id a buscarme – Les dijo y se dirigió al piso de arriba en busca de su hermana. - ¿Qué quieres? – Preguntó entrando al baño.
- ¿Se puede saber qué es esto? – Levantó la camiseta de tirantes y la sudadera con una mano y el pantalón corto con la otra y señaló con el pie las converse que había en el suelo.
- La ropa que te he traído.
- Sabes que estamos en Abril ¿no? – El hombre sintió – No pienso ponerme esto.
- Vale, ponte la ropa de Castle si lo prefieres – Accedió si hermano y eso la hizo sospechar. Algo tramaba.
- Vale, lo haré – Y cuando se giró para coger la ropa que anteriormente tenía puesta su expresión cambió por completo - ¡Aarón devuélvemela! – Gritó enfadada.
- ¿No decías que te ibas a poner la ropa de tu novio? – Dijo enmarcando la última palabra – Pues vete a su habitación a por ella.
Kate soltó algunos improperios mientras veía como su hermano bajaba las escaleras. Siempre se salía con la suya. Si quería coger más ropa del armario de Castle, tenía que atravesar todo el comedor y el salón donde se encontraban sus amigos y no pensaba salir medio desnuda por ahí. Al final se decidió y se puso la ropa que su hermano le había traído de casa.
- Será… - Volvió a decir con más ira todavía mientras se ataba los playeros. La había traído de casa. De su casa en España. Ella ya no tenía ropa como esa en su apartamento en Nueva York. Y como había adelgazado bastante y no había crecido mucho la valía su ropa antigua. Se recogió el pelo en una coleta alta y se miró al espejo. La verdad, estaba muy cómoda con eso puesto. La recordó a cuando estaba en su pueblo y sonrió. Aunque la picara, su hermano siempre hacía las cosas con buena intención.
Cuando Aarón bajó al comedor con la ropa de Castle de la mano todos le miraron extraño. El negó con la cabeza quitándole importancia y le tendió la ropa a su dueño. Este se fue a su despacho a dejarlo encima de la mesa y a los pocos segundos estaba de nuevo en la sala con todos sus amigos. Poco después Kate bajó las escaleras y se sentó en la mesa bajo la atenta mirada de los presentes.
- Jamás te había visto con ese estilo de ropa – Se atrevió a decir Rick.
- Ya bueno, no suelo ponérmela mucho ¿Verdad Aarón? - Miró a su hermano quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
- Verdad – Dijo él sin quitar la sonrisa burlona de su cara. El escritor que en ese momento entendió un poco lo ocurrido sonrió también.
- ¿Qué tal si empezamos a comer? – Propuso Castle al ver como su novia estaba perdiendo los nervios.
Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a degustar la deliciosa comida que empezaron a preparar Castle y Beckett pero que acabaron los futuros padres. Conversaron sobre varias cosas, pero ninguna importante y en el postre decidieron hacer pública la noticia.
-Veréis – Empezó Aarón levantándose de la silla – Hemos celebrado esta cena porque Avril y yo tenemos algo que anunciaros – Todos les miraban expectantes. Hasta Kate quien ya sabía la noticia. Se tomaron unos minutos y siguió hablando – Avril y yo vamos a ser padres – Todos sonrieron y se acercaron a ellos para abrazarles y felicitarles. Todos menos la detective. Castle, al verla terminó rápidamente de darles la enhorabuena y se dirigió a ella.
- ¿Qué te pasa? – Preguntó tomando su mano con delicadeza.
- Nada. Es solo que… - Pero se calló.
- Kate, ya nos conocemos. Te pasa algo – Dijo el tranquilo.
- Todavía recuerdo cuando éramos unos críos saltando de alcantarilla en alcantarilla por las calles de Valladolid y ahora, se va a casar y va a ser padre y … - Dijo mientras una pequeña lagrimilla recorría su mejilla. Solo que esta, era de felicidad. El escritor la acurrucó entre sus brazos y cuando se separaron, la mujer se levantó y se lanzó a los brazos de otro hombre. De su hermano. Se aferró a él con todas sus fuerzas y le susurró al oído cosas que solo ellos pudieron oír, pero que sacaron dos sinceras sonrisas en sus rostros.
RcKb- As del póker
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Re: ¿Por qué tenia que pasar? Cap. 57 (26 Oct)
Que bonito Aaron y Avril van a ser papas
Me gustaaria ver a Kate y a Rick de niñeros
CONTINUA PRONTO
Me gustaaria ver a Kate y a Rick de niñeros
CONTINUA PRONTO
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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