Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Yo estoy algo empanada y no me habia dado cuenta de que habia capi nuevo...
Como seria ver una pequeña discursion entre Laniy y Huesos? Las dos no aguantan callarse nada...
CONTINUA PRONTO!
Como seria ver una pequeña discursion entre Laniy y Huesos? Las dos no aguantan callarse nada...
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AlwaysSerenity- Autor de best-seller
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Sigue prontoo!
forever23- As del póker
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
No puedes sacar tan bien a los personajes de Bones, eres realmente una genia e increíble escritora
La charla con Alexis!!!! Imperdible!!!!
Fantástico, como siempre!!!
Féliz año Ana!!!! Los mejores deseos! Eres una gran persona, Gran año!!!!!!!
La charla con Alexis!!!! Imperdible!!!!
Fantástico, como siempre!!!
Féliz año Ana!!!! Los mejores deseos! Eres una gran persona, Gran año!!!!!!!
silvanalino- Escritor - Policia
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
me encanta tu fic.
FELIZ AÑO!!!!
FELIZ AÑO!!!!
choleck- Escritor - Policia
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Es genial mola mucho espero que sigas pronto
trolido- As del póker
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Me encanta Alexis enfrentandose a Bones y sobretodo me encanta el FIC
=)
¡FELIZ 2013!
=)
¡FELIZ 2013!
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Es impresionante como has sabido captar la esencia de cada personaje, sobre todo de Brennan con su posible síndrome de Asperger, que me parece bastante difícil de plasmar.
También me ha gustado como Alexis ha sabido torearla y ha demostrado lo inteligente que es.
En definitiva, que me gusta mucho la historia, y que esperaré pacientemente a que puedas poner capítulo. ¡Feliz año nuevo!
También me ha gustado como Alexis ha sabido torearla y ha demostrado lo inteligente que es.
En definitiva, que me gusta mucho la historia, y que esperaré pacientemente a que puedas poner capítulo. ¡Feliz año nuevo!
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Es Jueves y veo que de momento, he ido cumpliendo mis previsiones, lo cual me alegra, si es que alguien esta pendiente de mis previsiones, claro.
Gracias a todos por vuestros comentarios. No me gusta contestar uno a uno a todos, no sé que deciros!!! pero os los agradezco siempre, me hace mucha "ilu" encontrar uno nuevo...
Este capi de hoy, quizá lo encontréis un poco fuera de contexto, pero me pareció bonito escribirlo.
Es un guiño a tres enanos a los que adoro, aunque poco a poco vayan creciendo y ya cada día les vea menos, ocupados con su cole y sus actividades extra escolares, pero ante todo es una dedicatoria especial a una de las personas que me ha estado apoyando desde mi primer relato, con sus ánimos y sus análisis profundos sobre cada uno de mis capítulos y que en su primer comentario sobre este relato, me hizo pensar que seguro que le encantaría leer algo así.
Alba, espero que te guste y por supuesto no defraudarte.
*** *** ***
CAPITULO 4.
Kate empezó a despertarse, estaba tapada con el edredón hasta la mitad de su cabeza. Tenía demasiado calor, ella no acostumbraba a taparse así. Se dio cuenta que estaba en la cama de Castle, y frotó su cara contra la almohada, notando la mezcla de olores: su aftershave, su colonia, el suavizante de su ropa… sonrío extrañada de no estar entre sus brazos, sin duda en algún momento de la noche habría tenido calor y se habría separado de él. Se giro sobre la espalda con la intención de arroparse entre sus brazos y al hacerlo descubrió que él no estaba en la cama. Se volvió de nuevo para mirar la puerta del baño, pensando que él estaría allí, y descubriendo que estaba abierta y la luz apagada. Se sentó sobre la cama y un aroma dulce la invadió. Sin duda Castle estaba haciendo el desayuno.
Se levantó y se puso un pantalón de pijama pensando que Martha y Alexis podrían estar allí y no podía salir vestida tan sólo con una camiseta de tirantes. Salió a la sala y abrió la boca para decir buenos días, pero se contuvo al observar la escena de la cocina y volvió a cerrarla, alargando sus labios en una gran sonrisa.
Castle sostenía una sartén en la mano derecha, estaba vestido con un pantalón de pijama y una camiseta de manga corta, el pelo revuelto y tan descalzo como ella. Con la mano izquierda y sujeta contra su cadera, sostenía a Christine que reía a carcajadas cada vez que Castle daba una vuelta en el aire a la tortita que cocinaba en la sartén y le decía cosas absurdas a la pequeña.
Kate les observó por unos segundos tras los cuales comenzó a andar hacía ellos.
- Buenos días – les dijo y ambos la miraron.
- Hola cariño – contestó él - ¿Qué haces descalza? – le dijo inclinándose sobre ella para besarla.
- Lo mismo que tú – contestó respondiendo a su beso y señalándole los pies - ¿Se ha marchado Alexis?
- He venido a por agua y Alexis ha aprovechado para dejarme a Christine mientras se ducha – le dijo mirando a la pequeña – es una preciosidad y muy buena.
- Anda – le dijo Kate – déjame cogerla a mí o se quemará el desayuno – tendió los brazos a la pequeña que no se opuso a cambiar de cuidador – hola pequeña – le dijo cariñosamente dándole un beso en la cabeza y sentándose con ella sobre un taburete.
- También podías haber hecho tú el desayuno – le dijo Castle – y nosotros te mirábamos.
- A mi también me apetece tenerla en brazos – contestó Kate – me encanta como huelen los niños – le dijo hundiendo su nariz en el pelo de Christine y dándole un beso en la frente.
Castle las observó mientras servía las tortitas en varios platos. Christine miraba a Kate y cogió un mechón de pelo con su mano, tirando un poco y haciendo que Kate ladease la cabeza e intentase soltarse con cuidado. A Castle esa escena le pareció adorable. En ese momento, Christine, totalmente concentrada, comenzó a balbucear, repitiendo monosílabos.
- ¿Qué quieres decirnos, cariño? – le dijo Kate sonriendo y la pequeña elevó el tono de su voz repitiendo continuamente “da, da, da”.
- Creo que quiere decir que esta mañana estás preciosa – le dijo Castle acercándose a las dos y dándoles un beso a ambas sobre el pelo.
- Vaya Castle, que dominio del idioma – le dijo riendo.
- No olvides que soy un niño – afirmó él besándola suavemente en los labios.
- ¿Os pensaréis eso de darme un hermanito? – dijo Alexis sonriendo y acercándose – os queda muy bien Christine.
- Es un poco pronto para niños Alexis – contestó Kate sonrojándose.
- Alexis… - dijo Castle reprendiéndola.
- Vale – contestó ella – pero no esperéis demasiado o me pondré a trabajar y no podré ayudaros.
- Lo tendremos en cuenta – contestó Castle sonriendo a Kate.
- Deberíais – dijo Martha bajando por la escalera – el tiempo pasa volando, déjame coger a esa preciosidad – le dijo a Kate tendiendo los brazos a la niña – es tan agradable tener a un bebé en brazos – afirmó Martha mirando a Kate que volvió a sonrojarse.
Los cuatro desayunaron turnándose para tener a Christine en brazos, la pequeña estaba encantada de ir de brazo en brazo, recibiendo mimos y caricias de todos, que reían ante los gestos y sonidos de la pequeña.
- Christine y yo vamos a ir al parque un rato – dijo Alexis cuando la tuvo en brazos.
- ¿Y si vienen sus padres? – preguntó Martha.
- La doctora Brennan me ha llamado hace un rato - contestó la chica – iban a pasar a por ella para ir a la editorial a firmar un contrato, le dije que viniese después de la firma, sobre las doce, volverán a Washington.
- ¿Cuándo pensáis viajar Espo y tú? – preguntó Castle a Kate con un toque de tristeza.
- Eso me recuerda que acordé con Gates que yo me encargaría de la reserva de los vuelos y el hotel – dijo Kate - ¿puedo usar tu portátil?
- ¿No te acompaña Richard? – preguntó extrañada Martha.
- No me importaría Martha – le dijo mirando a Castle – pero en el Jeffersonian y en el FBI tendrían que darle permiso para hacerlo, no depende de nosotros.
- Voy a por el portátil – dijo Castle con entusiasmo – la doctora Brennan y Jack Hodgins me invitaron ayer a visitarles en el Jeffersonian cuando quisiera.
- Creo que finalmente va a acompañarme – dijo Kate jugando con las manitas de Christine.
- Yo no lo habría dudado querida – le dijo Martha.
- Y no lo dudaba, sólo esperaba para ver como se las apañaba para hacerlo – contestó Kate sonriendo.
- ¿Y Ryan no os acompaña? – preguntó Alexis.
- No, él aprovechará que no estamos para tomarse unos días libres – contestó Kate – y eso me recuerda que tengo que llamar a Lanie, ayer quedó con Cam en ir a visitarla y puede que este sea el momento adecuado.
- Aquí esta el portátil – dijo Castle poniéndolo sobre la encimera para alegría de Christine que le lanzó los brazos para que la cogiese.
- Oh no señorita – dijo Alexis – usted y yo nos vamos al parque.
- Cariño – comentó Castle – ir con ella en brazos te cansará enseguida.
- Si, papá, cuando baje le pediré a Edward que me preste el carrito de su nieta – afirmó Alexis confiando que el conserje lo tendría en su casa.
- Voy a llamar a Lanie – dijo Kate dirigiéndose al despacho de Castle.
Alexis abrigó a Christine, cogió una pequeña mochila en la que metió un par de pañales, toallitas, un biberón con agua y una pequeña manta que utilizaba cuando se sentaba en el sofá y se marcho al parque.
Kate salió del despacho de Castle despidiéndose de Lanie con quien hablaba por su móvil.
- Lanie también viene – informó a Castle – pedirá unos días libres.
- Bien… - contestó Castle que estaba mirando una página de un hotel.
- Chicos – dijo Martha – voy arriba a ducharme – les dijo mientras desaparecía escaleras arriba.
- ¿Cuándo queréis que viajemos? – preguntó Castle.
- ¿Esta tarde? – preguntó a su vez Kate – pero que no sea a primera hora, tengo que ir a casa a preparar ropa.
- Voy a buscar vuelo – le dijo él.
- Castle, en turista – le advirtió – o el departamento de policía no nos reintegrará los billetes a Espo y a mi.
- Vale – dijo divertido Castle – entonces primera para Lanie y para mi y vosotros dos en turista.
- No creo que Lanie te autorice a que la reserves en primera – aseguró – trabajamos para el ayuntamiento Castle, no cobramos derechos de autor como tú.
- Bien, pues entonces primera para mí y vosotros en los asientos estrechos – sonrío.
- Castle – le dijo regañándole - ¿Cuánto dura el vuelo? ¿una hora?
- Más o menos – contestó él.
- ¿No crees que puedes aguantar una hora en turista? – preguntó.
- Yo acepto ir en turista, pero tu aceptas el hotel que yo elija – aseguró.
- Castle viendo el hotel que elegiste en Los Ángeles – comenzó ella – imagino que hotel quieres reservar, te recuerdo que Lanie y Espo…
- Por eso no te preocupes – le dijo quitándole importancia – reservaré una doble, como en Los Ángeles, pero esta vez no te escaparás de dormir en mi cama.
- Si claro, y en la otra Lanie y Espo… - dijo Kate.
- ¿Quieres que la llame y la pregunte si la molesta? – le dijo riendo – tengo claro que a Espo no…
- Le enviaré un mensaje – dijo Kate escribiendo en su móvil.
- Voy reservando – dijo él – porque va a decirte que sí…
- No conoces a Lanie – aseguró Kate
- No tanto como tú – afirmó- pero te recuerdo como ayer tonteaba con Espo y si lo unes a que ya han estado juntos…
- Veamos que dice – le informó tras recibir la contestación al mensaje – dice que: “Eso estaría bien”
- Te lo dije – le dijo Castle sacándole la lengua.
- Richard Castle – le reprendió ella – como vuelvas a hacerme eso…
- ¿Qué vas a hacerme? – le dijo cogiéndola por la cintura y atrayéndola contra él hasta quedar con su nariz pegada a la de ella - ¿Mordérmela?
- Pensaba más bien en mandarte a dormir al sofá – le dijo sonriéndole en su boca.
- Hum… ¿no necesitabas mi abrazo para dormir? – dijo picándola.
- Si, eso sería ir en contra mía. Entonces tendré que optar por mordértela – le dijo lanzándose a besarle e intentando atrapar con sus dientes la lengua de Castle.
Al cabo de un rato de besos y caricias y después de que Castle asegurase que tenía todo reservado, llamaron a Espo y a Lanie para confirmarles la hora del vuelo.
Martha volvió de su habitación y se despidió de ambos con un beso y un abrazo. No volvería hasta la hora de cenar.
Castle fue hasta su habitación para hacer su maleta, y Kate le siguió para vestirse y marcharse a su casa.
- ¿Cuántos días crees que tendremos que estar allí? – preguntó él
- Gates nos dijo que no más de una semana – afirmó Kate - ¿comemos juntos?
- Claro – respondió Castle - ¿Voy a buscarte cuando tenga todo preparado?
- Si quieres te espero y nos vamos juntos – contestó ella
- Voy a esperar a que Alexis vuelva – le dijo – quiero verla antes de irme.
- Esta bien – afirmó ella – la esperamos ¿quieres que te ayude?
- Sólo si yo puedo elegir después tu ropa – advirtió él.
- Mmm… creo que puedes hacerlo tú solito – le dijo riendo.
- Vamos, solo bromeaba – le dijo acercándose a ella para abrazarla – ayúdame.
Alexis volvió del parque con una Christine bastante hambrienta, la joven había llamado a la doctora Brennan y había pasado por una farmacia para comprar un tarro de comida preparada para bebés, la pequeña en cuanto vio el tarro, lanzó sus brazos para intentar alcanzarlo.
- Dámelo Alexis – le dijo Castle – yo lo calentaré, busca si en la bolsa que te dejo la doctora hay cubiertos para niños.
- Si papá – le dijo Alexis algo nerviosa por el pequeño llanto de Christine.
- Y busca un babero – añadió Castle mientras ponía el contenido del tarro en un bol de desayuno y lo introducía en el microondas.
- Déjame a Christine – le dijo Kate cogiendo a la pequeña que estaba muy inquieta – ven aquí preciosa.
- ¿Dónde esta el biberón del agua Alexis? – preguntó Castle con una botella de agua mineral en la mano.
- En la mochila papá – contestó la chica – ¿Cómo sabías que había cubiertos para niños? – le dijo mostrándole una cuchara de plástico y goma.
- Alexis cariño – le dijo Castle sonriendo – soy tu padre ¿recuerdas?
- ¿Le puedes poner el babero Kate? – le dijo Alexis mientras se lo daba – me esta sonando el móvil.
- Si claro – contestó ella – ve a contestar, tu padre y yo nos ocuparemos de Christine.
- ¿No os importa? – les preguntó
- Ve a tu cuarto a hablar – le dijo Castle sonriendo.
Castle sacó el bol del microondas, moviendo el contenido con una cuchara y probando un poco del puré para comprobar la temperatura
- Perfecto – aseguró – vamos a ver que tal come esta niña – dijo con voz infantil.
Castle se acercó a ambas, Kate se sentó sobre uno de los taburetes, sentando a la niña encima de su pierna izquierda sujetándola con su antebrazo por la espalda y poniendo la mano sobre la tripa de la pequeña.
- ¿Se lo das tú? – preguntó Castle – voy a limpiar el biberón y llenarlo de agua.
- Claro – contestó Kate acercándose a la encimera donde Castle había dejado el bol – tranquila cariño – le dijo a la pequeña mientras cogía un poco de puré con la cuchara y se lo llevaba a la boca de la pequeña.
- Tiene bastante hambre – comentó Castle mirándolas mientras lavaba el biberón comprobando la avidez con la que la pequeña tragaba cada vez que Kate le metía la cuchara en la boca.
- Es una suerte – contestó Kate – cuando no quieren comer es desesperante.
- ¿Y tú como sabes eso? – preguntó entrecerrando los ojos – y ¿Cómo se te da tan bien darle de comer?
- Imagínatelo – desafío Kate divertida – una loca teoría de esas tuyas…
- ¿Tienes un hijo secreto de tus días universitarios? – le preguntó entusiasmado – seguro… tu amiga Madison me dijo que estaba segura que habías salido con un miembro de la realeza, que será su padre y has tenido que ceder la custodia por que es el heredero de algún pequeño país centroeuropeo – aseguró - ¿me equivoco?
- Por completo – le dijo Kate riendo – pásame el biberón ¿quieres volver a intentarlo?
- Veamos – dijo pensando mientras contemplaba la escena de su novia tratar a la pequeña con gran habilidad - ¿tienes sobrinos de algún hermano o hermana a quien no conozco y con quien ya no te hablas? – preguntó algo más serio.
- Vamos Castle – le dijo – es mucho más sencillo que eso – le dijo volviendo a dar de comer a Christine.
- Ya pero no tiene el mismo encanto – aseguró - ¿hiciste mucho de canguro?
- Yo tenía dos o tres años menos que Alexis – comenzó Kate - nuestra vecina tenía mellizos, niño y niña – confirmó Kate – su marido tuvo un accidente y mi madre se hizo cargo de los pequeños durante dos o tres meses y tuve que ayudar.
- Era más romántico que tuvieses un hijo secreto de la realeza – aseguró dándole un beso en la mejilla.
- Pero eso sería mucho más triste Castle – le dijo – mi vecino se recuperó y todo volvió a ser como era – le dijo pensativa – afortunadamente, porque cambié muchos pañales aquellos días.
- Ya se ha terminado el puré – observó Castle – le daremos un yogurt sin lactosa, de los que toma mi madre – dijo abriendo la nevera y eligiendo uno.
- Toma – le dijo Kate tendiéndole a la niña – veamos como lo haces tú.
- ¿Crees que no sé? – dijo extrañado – ¿Quién crees que daba de comer a Alexis?
- Claro que sabes – le dijo mientras se inclinaba sobre él que se había sentado con Christine en su regazo y le daba un beso en la mejilla – pero mientras lo haces voy a por una toalla para ponerla sobre el sofá y cambiarle ese pañal.
- Si – dijo Castle tocando el pañal – aquí ya no cabe nada más, pequeñaja – le dijo a Christine con voz infantil.
Kate preparó el improvisado cambiador sobre el sofá, echando de vez en cuando miraditas a Castle, que le daba a la niña el yogurt jugando con la cuchara y haciéndola de reír. Buscó las toallitas, un nuevo pañal y la crema y las puso junto al sofá.
- Esto ya esta – le dijo a Kate - ¿quieres que lo haga yo? – preguntó.
- No, dámela – pidió Kate tendiéndole los brazos – yo lo haré, deberías limpiar la cuchara y volver a dejarla en la bolsa.
- ¿Sabes? te pones un poco mandona cuando tienes un niño en brazos – le dijo sonriendo.
- ¿Sólo cuando tengo un niño en brazos? – preguntó Kate riendo.
- Es verdad – confirmó – te pones mandona siempre – dijo inclinándose sobre ella que se había sentado en el sofá y besándola suavemente en los labios.
- Ve a lavar la cuchara – ordenó.
- Voy.
Kate desnudó con facilidad a Christine, quitándole el pañal mojado y limpiándola mientras la hablaba y se inclinaba sobre ella para pegar sus labios en la tripa de la pequeña y soplar, haciendo ruido y provocando las carcajadas de la niña. Después de un breve momento de risas entre ambas con Castle apoyado sobre el respaldo mirándolas, Kate decidió ponerle crema y colocarle el pañal limpio.
- ¿Qué tal ha comido? – preguntó Alexis bajando por la escalera.
- Se lo ha comido todo – aseguró Castle.
- En una niña encantadora – afirmó Kate cogiéndola en brazos y tendiéndosela a Alexis
- Yo iré a abrir – dijo Castle al oír el timbre.
Castle abrió la puerta a Booth y a Brennan, a quienes invitó a pasar.
- Mira quienes están aquí - le dijo Alexis a la pequeña que jugaba de nuevo con su pelo.
- Christine – dijo Brennan acercándose a su hija que le lanzó los brazos – hola pequeña – le dijo besándola entre sus brazos.
- ¿Qué tal se ha portado? – preguntó Booth a Alexis - ¿te ha dado mucha guerra?
- Oh no – contestó de inmediato Alexis – es una niña muy buena.
- Christine es una niña tranquila – afirmó Brennan – muchas gracias por cuidar de ella Alexis.
- Me ha gustado hacerlo – contestó Alexis – aunque he tenido ayuda – dijo sonriendo y mirando a Kate y a su padre.
- Gracias – dijo Booth acariciando a su hija - a los tres. Debemos irnos Huesos – dijo – tenemos aún un largo viaje hasta casa.
- Me ha dicho Booth que iréis a Washington – dijo Brennan.
- Si – le contestó Kate – nuestro vuelo sale esta tarde.
- Bien – dijo Brennan – mañana o pasado tendremos datos suficientes para que podamos atrapar a quien lo hizo – aseguró mirando a Kate fijamente.
- ¿Tan pronto? – preguntó Castle.
- Si señor Castle – le dijo – tal y como le dije, esta invitado para observar nuestro trabajo y comprobarlo por si mismo.
- Será un placer – admitió él.
- Alexis – le dijo Brennan – si en algún momento necesitas hacer prácticas en cualquiera de las áreas en las que trabaja el Jeffersonian, llámame y te conseguiré un tutor – le aseguró poniendo la chaqueta y el gorrito a Christine.
- Oh, muchas gracias – le dijo Alexis.
- Tenemos que irnos – insistió Booth – Kate, Castle, nos vemos mañana. Alexis, muchas gracias de nuevo.
Se despidieron de la pareja y la niña, Alexis hizo un pequeño puchero.
- Creo que me gustan los niños – aseguró mirándoles.
- Alexis, no empieces – reprendió su padre.
- Sólo os informaba – les dijo sonriendo.
- Entendido – contestó Castle.
- Voy a salir a comer fuera – informó Alexis - ¿Cuándo sale el vuelo?
- Esta tarde – se apresuró a responder Castle – nosotros también vamos a marcharnos ya. ¿Cuidarás de tu abuela? – preguntó.
- Papá, tengo que volver a clase – le dijo.
- Si pero podías volver a casa por las tardes y dormir aquí mientras yo no este – le dijo.
- Papá…
- Castle, creo que Martha es perfectamente capaz de cuidarse por si misma – aseguró Kate.
- No me preocupa que no pueda cuidarse sola – les dijo – me preocupa que puede pasarle a la casa mientras esté aquí sola.
- ¡Castle! – le regañó Kate riendo al ver su cara de preocupación.
- Oh vamos papá… - le dijo Alexis – eres…
- Al menos amenázala con venir por las noches, aunque luego no lo hagas – le pidió – así no tendrá tiempo de montar ninguna fiesta – dijo muy deprisa.
- Veré lo que puedo hacer – le dijo besándole en la mejilla – será mejor que me marche, Kate cuida que papá no se meta en líos – le dijo dándole un beso.
- Creo que me pides imposibles – contestó Kate riendo.
- ¡Eh! – se quejó él – que estoy aquí…
*** *** ***
FIN DEL CAPITULO 4
G R A C I A S por leer hasta aquí. Espero no haber aburrido a nadie.
Gracias a todos por vuestros comentarios. No me gusta contestar uno a uno a todos, no sé que deciros!!! pero os los agradezco siempre, me hace mucha "ilu" encontrar uno nuevo...
Este capi de hoy, quizá lo encontréis un poco fuera de contexto, pero me pareció bonito escribirlo.
Es un guiño a tres enanos a los que adoro, aunque poco a poco vayan creciendo y ya cada día les vea menos, ocupados con su cole y sus actividades extra escolares, pero ante todo es una dedicatoria especial a una de las personas que me ha estado apoyando desde mi primer relato, con sus ánimos y sus análisis profundos sobre cada uno de mis capítulos y que en su primer comentario sobre este relato, me hizo pensar que seguro que le encantaría leer algo así.
Alba, espero que te guste y por supuesto no defraudarte.
*** *** ***
CAPITULO 4.
Kate empezó a despertarse, estaba tapada con el edredón hasta la mitad de su cabeza. Tenía demasiado calor, ella no acostumbraba a taparse así. Se dio cuenta que estaba en la cama de Castle, y frotó su cara contra la almohada, notando la mezcla de olores: su aftershave, su colonia, el suavizante de su ropa… sonrío extrañada de no estar entre sus brazos, sin duda en algún momento de la noche habría tenido calor y se habría separado de él. Se giro sobre la espalda con la intención de arroparse entre sus brazos y al hacerlo descubrió que él no estaba en la cama. Se volvió de nuevo para mirar la puerta del baño, pensando que él estaría allí, y descubriendo que estaba abierta y la luz apagada. Se sentó sobre la cama y un aroma dulce la invadió. Sin duda Castle estaba haciendo el desayuno.
Se levantó y se puso un pantalón de pijama pensando que Martha y Alexis podrían estar allí y no podía salir vestida tan sólo con una camiseta de tirantes. Salió a la sala y abrió la boca para decir buenos días, pero se contuvo al observar la escena de la cocina y volvió a cerrarla, alargando sus labios en una gran sonrisa.
Castle sostenía una sartén en la mano derecha, estaba vestido con un pantalón de pijama y una camiseta de manga corta, el pelo revuelto y tan descalzo como ella. Con la mano izquierda y sujeta contra su cadera, sostenía a Christine que reía a carcajadas cada vez que Castle daba una vuelta en el aire a la tortita que cocinaba en la sartén y le decía cosas absurdas a la pequeña.
Kate les observó por unos segundos tras los cuales comenzó a andar hacía ellos.
- Buenos días – les dijo y ambos la miraron.
- Hola cariño – contestó él - ¿Qué haces descalza? – le dijo inclinándose sobre ella para besarla.
- Lo mismo que tú – contestó respondiendo a su beso y señalándole los pies - ¿Se ha marchado Alexis?
- He venido a por agua y Alexis ha aprovechado para dejarme a Christine mientras se ducha – le dijo mirando a la pequeña – es una preciosidad y muy buena.
- Anda – le dijo Kate – déjame cogerla a mí o se quemará el desayuno – tendió los brazos a la pequeña que no se opuso a cambiar de cuidador – hola pequeña – le dijo cariñosamente dándole un beso en la cabeza y sentándose con ella sobre un taburete.
- También podías haber hecho tú el desayuno – le dijo Castle – y nosotros te mirábamos.
- A mi también me apetece tenerla en brazos – contestó Kate – me encanta como huelen los niños – le dijo hundiendo su nariz en el pelo de Christine y dándole un beso en la frente.
Castle las observó mientras servía las tortitas en varios platos. Christine miraba a Kate y cogió un mechón de pelo con su mano, tirando un poco y haciendo que Kate ladease la cabeza e intentase soltarse con cuidado. A Castle esa escena le pareció adorable. En ese momento, Christine, totalmente concentrada, comenzó a balbucear, repitiendo monosílabos.
- ¿Qué quieres decirnos, cariño? – le dijo Kate sonriendo y la pequeña elevó el tono de su voz repitiendo continuamente “da, da, da”.
- Creo que quiere decir que esta mañana estás preciosa – le dijo Castle acercándose a las dos y dándoles un beso a ambas sobre el pelo.
- Vaya Castle, que dominio del idioma – le dijo riendo.
- No olvides que soy un niño – afirmó él besándola suavemente en los labios.
- ¿Os pensaréis eso de darme un hermanito? – dijo Alexis sonriendo y acercándose – os queda muy bien Christine.
- Es un poco pronto para niños Alexis – contestó Kate sonrojándose.
- Alexis… - dijo Castle reprendiéndola.
- Vale – contestó ella – pero no esperéis demasiado o me pondré a trabajar y no podré ayudaros.
- Lo tendremos en cuenta – contestó Castle sonriendo a Kate.
- Deberíais – dijo Martha bajando por la escalera – el tiempo pasa volando, déjame coger a esa preciosidad – le dijo a Kate tendiendo los brazos a la niña – es tan agradable tener a un bebé en brazos – afirmó Martha mirando a Kate que volvió a sonrojarse.
Los cuatro desayunaron turnándose para tener a Christine en brazos, la pequeña estaba encantada de ir de brazo en brazo, recibiendo mimos y caricias de todos, que reían ante los gestos y sonidos de la pequeña.
- Christine y yo vamos a ir al parque un rato – dijo Alexis cuando la tuvo en brazos.
- ¿Y si vienen sus padres? – preguntó Martha.
- La doctora Brennan me ha llamado hace un rato - contestó la chica – iban a pasar a por ella para ir a la editorial a firmar un contrato, le dije que viniese después de la firma, sobre las doce, volverán a Washington.
- ¿Cuándo pensáis viajar Espo y tú? – preguntó Castle a Kate con un toque de tristeza.
- Eso me recuerda que acordé con Gates que yo me encargaría de la reserva de los vuelos y el hotel – dijo Kate - ¿puedo usar tu portátil?
- ¿No te acompaña Richard? – preguntó extrañada Martha.
- No me importaría Martha – le dijo mirando a Castle – pero en el Jeffersonian y en el FBI tendrían que darle permiso para hacerlo, no depende de nosotros.
- Voy a por el portátil – dijo Castle con entusiasmo – la doctora Brennan y Jack Hodgins me invitaron ayer a visitarles en el Jeffersonian cuando quisiera.
- Creo que finalmente va a acompañarme – dijo Kate jugando con las manitas de Christine.
- Yo no lo habría dudado querida – le dijo Martha.
- Y no lo dudaba, sólo esperaba para ver como se las apañaba para hacerlo – contestó Kate sonriendo.
- ¿Y Ryan no os acompaña? – preguntó Alexis.
- No, él aprovechará que no estamos para tomarse unos días libres – contestó Kate – y eso me recuerda que tengo que llamar a Lanie, ayer quedó con Cam en ir a visitarla y puede que este sea el momento adecuado.
- Aquí esta el portátil – dijo Castle poniéndolo sobre la encimera para alegría de Christine que le lanzó los brazos para que la cogiese.
- Oh no señorita – dijo Alexis – usted y yo nos vamos al parque.
- Cariño – comentó Castle – ir con ella en brazos te cansará enseguida.
- Si, papá, cuando baje le pediré a Edward que me preste el carrito de su nieta – afirmó Alexis confiando que el conserje lo tendría en su casa.
- Voy a llamar a Lanie – dijo Kate dirigiéndose al despacho de Castle.
Alexis abrigó a Christine, cogió una pequeña mochila en la que metió un par de pañales, toallitas, un biberón con agua y una pequeña manta que utilizaba cuando se sentaba en el sofá y se marcho al parque.
Kate salió del despacho de Castle despidiéndose de Lanie con quien hablaba por su móvil.
- Lanie también viene – informó a Castle – pedirá unos días libres.
- Bien… - contestó Castle que estaba mirando una página de un hotel.
- Chicos – dijo Martha – voy arriba a ducharme – les dijo mientras desaparecía escaleras arriba.
- ¿Cuándo queréis que viajemos? – preguntó Castle.
- ¿Esta tarde? – preguntó a su vez Kate – pero que no sea a primera hora, tengo que ir a casa a preparar ropa.
- Voy a buscar vuelo – le dijo él.
- Castle, en turista – le advirtió – o el departamento de policía no nos reintegrará los billetes a Espo y a mi.
- Vale – dijo divertido Castle – entonces primera para Lanie y para mi y vosotros dos en turista.
- No creo que Lanie te autorice a que la reserves en primera – aseguró – trabajamos para el ayuntamiento Castle, no cobramos derechos de autor como tú.
- Bien, pues entonces primera para mí y vosotros en los asientos estrechos – sonrío.
- Castle – le dijo regañándole - ¿Cuánto dura el vuelo? ¿una hora?
- Más o menos – contestó él.
- ¿No crees que puedes aguantar una hora en turista? – preguntó.
- Yo acepto ir en turista, pero tu aceptas el hotel que yo elija – aseguró.
- Castle viendo el hotel que elegiste en Los Ángeles – comenzó ella – imagino que hotel quieres reservar, te recuerdo que Lanie y Espo…
- Por eso no te preocupes – le dijo quitándole importancia – reservaré una doble, como en Los Ángeles, pero esta vez no te escaparás de dormir en mi cama.
- Si claro, y en la otra Lanie y Espo… - dijo Kate.
- ¿Quieres que la llame y la pregunte si la molesta? – le dijo riendo – tengo claro que a Espo no…
- Le enviaré un mensaje – dijo Kate escribiendo en su móvil.
- Voy reservando – dijo él – porque va a decirte que sí…
- No conoces a Lanie – aseguró Kate
- No tanto como tú – afirmó- pero te recuerdo como ayer tonteaba con Espo y si lo unes a que ya han estado juntos…
- Veamos que dice – le informó tras recibir la contestación al mensaje – dice que: “Eso estaría bien”
- Te lo dije – le dijo Castle sacándole la lengua.
- Richard Castle – le reprendió ella – como vuelvas a hacerme eso…
- ¿Qué vas a hacerme? – le dijo cogiéndola por la cintura y atrayéndola contra él hasta quedar con su nariz pegada a la de ella - ¿Mordérmela?
- Pensaba más bien en mandarte a dormir al sofá – le dijo sonriéndole en su boca.
- Hum… ¿no necesitabas mi abrazo para dormir? – dijo picándola.
- Si, eso sería ir en contra mía. Entonces tendré que optar por mordértela – le dijo lanzándose a besarle e intentando atrapar con sus dientes la lengua de Castle.
Al cabo de un rato de besos y caricias y después de que Castle asegurase que tenía todo reservado, llamaron a Espo y a Lanie para confirmarles la hora del vuelo.
Martha volvió de su habitación y se despidió de ambos con un beso y un abrazo. No volvería hasta la hora de cenar.
Castle fue hasta su habitación para hacer su maleta, y Kate le siguió para vestirse y marcharse a su casa.
- ¿Cuántos días crees que tendremos que estar allí? – preguntó él
- Gates nos dijo que no más de una semana – afirmó Kate - ¿comemos juntos?
- Claro – respondió Castle - ¿Voy a buscarte cuando tenga todo preparado?
- Si quieres te espero y nos vamos juntos – contestó ella
- Voy a esperar a que Alexis vuelva – le dijo – quiero verla antes de irme.
- Esta bien – afirmó ella – la esperamos ¿quieres que te ayude?
- Sólo si yo puedo elegir después tu ropa – advirtió él.
- Mmm… creo que puedes hacerlo tú solito – le dijo riendo.
- Vamos, solo bromeaba – le dijo acercándose a ella para abrazarla – ayúdame.
Alexis volvió del parque con una Christine bastante hambrienta, la joven había llamado a la doctora Brennan y había pasado por una farmacia para comprar un tarro de comida preparada para bebés, la pequeña en cuanto vio el tarro, lanzó sus brazos para intentar alcanzarlo.
- Dámelo Alexis – le dijo Castle – yo lo calentaré, busca si en la bolsa que te dejo la doctora hay cubiertos para niños.
- Si papá – le dijo Alexis algo nerviosa por el pequeño llanto de Christine.
- Y busca un babero – añadió Castle mientras ponía el contenido del tarro en un bol de desayuno y lo introducía en el microondas.
- Déjame a Christine – le dijo Kate cogiendo a la pequeña que estaba muy inquieta – ven aquí preciosa.
- ¿Dónde esta el biberón del agua Alexis? – preguntó Castle con una botella de agua mineral en la mano.
- En la mochila papá – contestó la chica – ¿Cómo sabías que había cubiertos para niños? – le dijo mostrándole una cuchara de plástico y goma.
- Alexis cariño – le dijo Castle sonriendo – soy tu padre ¿recuerdas?
- ¿Le puedes poner el babero Kate? – le dijo Alexis mientras se lo daba – me esta sonando el móvil.
- Si claro – contestó ella – ve a contestar, tu padre y yo nos ocuparemos de Christine.
- ¿No os importa? – les preguntó
- Ve a tu cuarto a hablar – le dijo Castle sonriendo.
Castle sacó el bol del microondas, moviendo el contenido con una cuchara y probando un poco del puré para comprobar la temperatura
- Perfecto – aseguró – vamos a ver que tal come esta niña – dijo con voz infantil.
Castle se acercó a ambas, Kate se sentó sobre uno de los taburetes, sentando a la niña encima de su pierna izquierda sujetándola con su antebrazo por la espalda y poniendo la mano sobre la tripa de la pequeña.
- ¿Se lo das tú? – preguntó Castle – voy a limpiar el biberón y llenarlo de agua.
- Claro – contestó Kate acercándose a la encimera donde Castle había dejado el bol – tranquila cariño – le dijo a la pequeña mientras cogía un poco de puré con la cuchara y se lo llevaba a la boca de la pequeña.
- Tiene bastante hambre – comentó Castle mirándolas mientras lavaba el biberón comprobando la avidez con la que la pequeña tragaba cada vez que Kate le metía la cuchara en la boca.
- Es una suerte – contestó Kate – cuando no quieren comer es desesperante.
- ¿Y tú como sabes eso? – preguntó entrecerrando los ojos – y ¿Cómo se te da tan bien darle de comer?
- Imagínatelo – desafío Kate divertida – una loca teoría de esas tuyas…
- ¿Tienes un hijo secreto de tus días universitarios? – le preguntó entusiasmado – seguro… tu amiga Madison me dijo que estaba segura que habías salido con un miembro de la realeza, que será su padre y has tenido que ceder la custodia por que es el heredero de algún pequeño país centroeuropeo – aseguró - ¿me equivoco?
- Por completo – le dijo Kate riendo – pásame el biberón ¿quieres volver a intentarlo?
- Veamos – dijo pensando mientras contemplaba la escena de su novia tratar a la pequeña con gran habilidad - ¿tienes sobrinos de algún hermano o hermana a quien no conozco y con quien ya no te hablas? – preguntó algo más serio.
- Vamos Castle – le dijo – es mucho más sencillo que eso – le dijo volviendo a dar de comer a Christine.
- Ya pero no tiene el mismo encanto – aseguró - ¿hiciste mucho de canguro?
- Yo tenía dos o tres años menos que Alexis – comenzó Kate - nuestra vecina tenía mellizos, niño y niña – confirmó Kate – su marido tuvo un accidente y mi madre se hizo cargo de los pequeños durante dos o tres meses y tuve que ayudar.
- Era más romántico que tuvieses un hijo secreto de la realeza – aseguró dándole un beso en la mejilla.
- Pero eso sería mucho más triste Castle – le dijo – mi vecino se recuperó y todo volvió a ser como era – le dijo pensativa – afortunadamente, porque cambié muchos pañales aquellos días.
- Ya se ha terminado el puré – observó Castle – le daremos un yogurt sin lactosa, de los que toma mi madre – dijo abriendo la nevera y eligiendo uno.
- Toma – le dijo Kate tendiéndole a la niña – veamos como lo haces tú.
- ¿Crees que no sé? – dijo extrañado – ¿Quién crees que daba de comer a Alexis?
- Claro que sabes – le dijo mientras se inclinaba sobre él que se había sentado con Christine en su regazo y le daba un beso en la mejilla – pero mientras lo haces voy a por una toalla para ponerla sobre el sofá y cambiarle ese pañal.
- Si – dijo Castle tocando el pañal – aquí ya no cabe nada más, pequeñaja – le dijo a Christine con voz infantil.
Kate preparó el improvisado cambiador sobre el sofá, echando de vez en cuando miraditas a Castle, que le daba a la niña el yogurt jugando con la cuchara y haciéndola de reír. Buscó las toallitas, un nuevo pañal y la crema y las puso junto al sofá.
- Esto ya esta – le dijo a Kate - ¿quieres que lo haga yo? – preguntó.
- No, dámela – pidió Kate tendiéndole los brazos – yo lo haré, deberías limpiar la cuchara y volver a dejarla en la bolsa.
- ¿Sabes? te pones un poco mandona cuando tienes un niño en brazos – le dijo sonriendo.
- ¿Sólo cuando tengo un niño en brazos? – preguntó Kate riendo.
- Es verdad – confirmó – te pones mandona siempre – dijo inclinándose sobre ella que se había sentado en el sofá y besándola suavemente en los labios.
- Ve a lavar la cuchara – ordenó.
- Voy.
Kate desnudó con facilidad a Christine, quitándole el pañal mojado y limpiándola mientras la hablaba y se inclinaba sobre ella para pegar sus labios en la tripa de la pequeña y soplar, haciendo ruido y provocando las carcajadas de la niña. Después de un breve momento de risas entre ambas con Castle apoyado sobre el respaldo mirándolas, Kate decidió ponerle crema y colocarle el pañal limpio.
- ¿Qué tal ha comido? – preguntó Alexis bajando por la escalera.
- Se lo ha comido todo – aseguró Castle.
- En una niña encantadora – afirmó Kate cogiéndola en brazos y tendiéndosela a Alexis
- Yo iré a abrir – dijo Castle al oír el timbre.
Castle abrió la puerta a Booth y a Brennan, a quienes invitó a pasar.
- Mira quienes están aquí - le dijo Alexis a la pequeña que jugaba de nuevo con su pelo.
- Christine – dijo Brennan acercándose a su hija que le lanzó los brazos – hola pequeña – le dijo besándola entre sus brazos.
- ¿Qué tal se ha portado? – preguntó Booth a Alexis - ¿te ha dado mucha guerra?
- Oh no – contestó de inmediato Alexis – es una niña muy buena.
- Christine es una niña tranquila – afirmó Brennan – muchas gracias por cuidar de ella Alexis.
- Me ha gustado hacerlo – contestó Alexis – aunque he tenido ayuda – dijo sonriendo y mirando a Kate y a su padre.
- Gracias – dijo Booth acariciando a su hija - a los tres. Debemos irnos Huesos – dijo – tenemos aún un largo viaje hasta casa.
- Me ha dicho Booth que iréis a Washington – dijo Brennan.
- Si – le contestó Kate – nuestro vuelo sale esta tarde.
- Bien – dijo Brennan – mañana o pasado tendremos datos suficientes para que podamos atrapar a quien lo hizo – aseguró mirando a Kate fijamente.
- ¿Tan pronto? – preguntó Castle.
- Si señor Castle – le dijo – tal y como le dije, esta invitado para observar nuestro trabajo y comprobarlo por si mismo.
- Será un placer – admitió él.
- Alexis – le dijo Brennan – si en algún momento necesitas hacer prácticas en cualquiera de las áreas en las que trabaja el Jeffersonian, llámame y te conseguiré un tutor – le aseguró poniendo la chaqueta y el gorrito a Christine.
- Oh, muchas gracias – le dijo Alexis.
- Tenemos que irnos – insistió Booth – Kate, Castle, nos vemos mañana. Alexis, muchas gracias de nuevo.
Se despidieron de la pareja y la niña, Alexis hizo un pequeño puchero.
- Creo que me gustan los niños – aseguró mirándoles.
- Alexis, no empieces – reprendió su padre.
- Sólo os informaba – les dijo sonriendo.
- Entendido – contestó Castle.
- Voy a salir a comer fuera – informó Alexis - ¿Cuándo sale el vuelo?
- Esta tarde – se apresuró a responder Castle – nosotros también vamos a marcharnos ya. ¿Cuidarás de tu abuela? – preguntó.
- Papá, tengo que volver a clase – le dijo.
- Si pero podías volver a casa por las tardes y dormir aquí mientras yo no este – le dijo.
- Papá…
- Castle, creo que Martha es perfectamente capaz de cuidarse por si misma – aseguró Kate.
- No me preocupa que no pueda cuidarse sola – les dijo – me preocupa que puede pasarle a la casa mientras esté aquí sola.
- ¡Castle! – le regañó Kate riendo al ver su cara de preocupación.
- Oh vamos papá… - le dijo Alexis – eres…
- Al menos amenázala con venir por las noches, aunque luego no lo hagas – le pidió – así no tendrá tiempo de montar ninguna fiesta – dijo muy deprisa.
- Veré lo que puedo hacer – le dijo besándole en la mejilla – será mejor que me marche, Kate cuida que papá no se meta en líos – le dijo dándole un beso.
- Creo que me pides imposibles – contestó Kate riendo.
- ¡Eh! – se quejó él – que estoy aquí…
*** *** ***
FIN DEL CAPITULO 4
G R A C I A S por leer hasta aquí. Espero no haber aburrido a nadie.
Última edición por Anver el Jue Ene 03, 2013 1:11 pm, editado 1 vez
Anver- Policia de homicidios
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Localización : Madrid
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
JaJa.... me he reido tanto con este capitulo, sobre todo por la parte final.
Alexis sigue insistiendo en que quiere un hermanito.
Ya me imagino a Castle y Kate cuidando de Chistine... son tan tiernos
Este capitulo ha sido más Castle que de Bone y me gustó.
Bueno como siempre, aquí estaré esperando hasta el lunes un nuevo capitulo
Ah! Por cierto Nunca aburriras a nadie.... NUNCA
Alexis sigue insistiendo en que quiere un hermanito.
Ya me imagino a Castle y Kate cuidando de Chistine... son tan tiernos
Este capitulo ha sido más Castle que de Bone y me gustó.
Bueno como siempre, aquí estaré esperando hasta el lunes un nuevo capitulo
Ah! Por cierto Nunca aburriras a nadie.... NUNCA
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Oh me encanta Christine. En la serie casi no sale, una de las miles de cosas que he echado de menos en Bones, es todo lo que tiene que ver con la niña, desde su concepción, que parece que salió de un simple abrazo, hasta una escenita como la que has descrito tu, pero con sus padres claro, ver a Booth y Brennan siendo padres. Me ha encantado el capítulo y secundo la idea de Alexis, !necesita un hermanito a la de ya!
Zeny_Mackenzie- Moderador
- Mensajes : 1226
Fecha de inscripción : 07/06/2011
Edad : 41
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Me encanta!! Sigue pronto
forever23- As del póker
- Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Edad : 32
Localización : Bilbao
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Ainnsss me gusto mucho la ultima escena...
Sigue!!!
Sigue!!!
Fanny_123- Autor de best-seller
- Mensajes : 831
Fecha de inscripción : 15/09/2012
Edad : 24
Localización : Chile!!! c:
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
perfecto. un capi de lo mas entretenido
choleck- Escritor - Policia
- Mensajes : 1967
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Localización : en la parra
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Pues a mi este capi me ha encantado...me gusta mucho ver escenas familiares como esta...
CONTINUA PRONTO!!
CONTINUA PRONTO!!
AlwaysSerenity- Autor de best-seller
- Mensajes : 966
Fecha de inscripción : 14/10/2012
Edad : 27
Localización : Málaga (Andalucia) España
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
preciossooooo sigueee
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
- Mensajes : 5471
Fecha de inscripción : 20/03/2011
Edad : 33
Localización : Menorca..I LOVE NEW YORK..NYPD..RICK CASTLE & KATE BECKETT
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Me encantan las escenas familiares y la de este capítulo te ha quedado genial. En esta familia más de uno está deseando que llegue un bebé.
Ya quiero leer como les va a todos en Washington, espero el siguiente capítulo.
Ya quiero leer como les va a todos en Washington, espero el siguiente capítulo.
Cata Castillo- Escritor - Policia
- Mensajes : 1729
Fecha de inscripción : 25/09/2010
Localización : Al sur del sur
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Ana, muchísimas gracias por la dedicatoria, no pude haberme registrado en mejor momento que justo un poco antes de que lo hicieses tú y comenzases a dejarnos historias preciosas.
Cuando leí el primer capítulo de esta historia pensé en como sería ver a Castle y Kate con un bebé en los brazos como tienen Brennan y Booth, y el capítulo de hoy no ha hecho más que sorprenderme.
Te he dicho muchísimas veces que nunca podrías defraudarme, y con el capítulo que has escrito mucho menos, es precioso. Tengo debilidad por los niños, lo sé, cada bebé que sale en alguna serie me vuelve loca y eso me pasa con Christine.
Leer como Kate y Castle se comportaban con Christine como sus padres, cuidando de ella y como a los dos se les caía la baba con la niña ha sido precioso, además, parece que a Castle le ha hecho plantearse aun más el hecho de tener un bebé con Kate al ver lo bien que se maneja con los niños.
Ya sabes que me encanta todo lo que escribes pero este ha sido especial, es precioso y muy tierno. Me encanta Ana.
Cuando leí el primer capítulo de esta historia pensé en como sería ver a Castle y Kate con un bebé en los brazos como tienen Brennan y Booth, y el capítulo de hoy no ha hecho más que sorprenderme.
Te he dicho muchísimas veces que nunca podrías defraudarme, y con el capítulo que has escrito mucho menos, es precioso. Tengo debilidad por los niños, lo sé, cada bebé que sale en alguna serie me vuelve loca y eso me pasa con Christine.
Leer como Kate y Castle se comportaban con Christine como sus padres, cuidando de ella y como a los dos se les caía la baba con la niña ha sido precioso, además, parece que a Castle le ha hecho plantearse aun más el hecho de tener un bebé con Kate al ver lo bien que se maneja con los niños.
Ya sabes que me encanta todo lo que escribes pero este ha sido especial, es precioso y muy tierno. Me encanta Ana.
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Ana, esta historia es demasiado buena! Los personajes son tan fieles a los de las series que cada vez que leo un capítulo es como si los estuviera viendo!! Me encanta
De este último, me ha gustado mucho los momentos de Castle y Beckett con la niña. A los dos se les da muy bien cuidarla, así que a ver si le hacen caso a Alexis y se animan pronto
Eres una artista! Espero el siguiente
De este último, me ha gustado mucho los momentos de Castle y Beckett con la niña. A los dos se les da muy bien cuidarla, así que a ver si le hacen caso a Alexis y se animan pronto
Eres una artista! Espero el siguiente
cris_beckett- Autor de best-seller
- Mensajes : 857
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Edad : 34
Localización : Madrid
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Kate y Castle cuidando de Christine son un amor, yo al igual que Alexis y Martha espero que pronto tengan muchos bebés
Estoy deseando leer el viaje.
Estoy deseando leer el viaje.
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Recién hoy me di cuenta que no comente
Sólo diré una pequeña palabra:
SIGUE
Sólo diré una pequeña palabra:
SIGUE
silvanalino- Escritor - Policia
- Mensajes : 2439
Fecha de inscripción : 01/12/2010
Edad : 51
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Ya es de nuevo Lunes, y ya estoy de nuevo dando guerra. Creo que muchas de vosotras tendréis que meteros pronto en la cama, ya se os han acabado las vacaciones ¿eh?
Como es obligado, os doy las gracias por vuestros comentarios y apoyos. Mil gracias.
Aquí os dejo el siguiente, espero que os guste.
*** *** ***
Capítulo 5.
Kate miro la pantalla de información sobre los vuelos en el aeropuerto.
- ¿Cuál es el número de vuelo Castle? – le preguntó.
- ¿Eh?
- El vuelo Castle – repitió – tengo que hablar con el comandante para que custodie nuestras armas.
- Ah si… ¿Dónde estarán Lanie y Espo? – preguntó él.
- Voy a llamarles – le dijo – haz el favor de buscar el número de vuelo.
El móvil de Castle comenzó a sonar y él se alejó unos metros de Kate, que hablaba con Lanie. Castle comenzó a mirar a su alrededor y Kate le vio levantar la mano y saludar a una mujer vestida de azafata que sonrió y se dirigía a él. Kate torció el gesto, no recordaba con exactitud a aquella azafata, Jacinda, con la que él estuvo saliendo unos días, pero la idea de que fuese ella no le hizo ninguna gracia.
- Más vale que lleguéis cuanto antes – le dijo a Lanie – o creo que voy a matar a Castle.
- Ya te estoy viendo Kate, cuelga, ya te alcanzamos – le contestó Lanie.
Kate se acercó a Castle que acababa de cortar la comunicación por móvil y esperaba a la azafata.
- ¿Qué ocurre? – le preguntó Kate.
- Nada – contestó él con cara de niño bueno.
- ¿Quieres volver a intentarlo? – preguntó enfadada.
- Buenas tardes – dijo la azafata tendiéndole la mano – encantada de conocerle señor Castle, me llamo Miranda y seré su auxiliar de vuelo.
- Encantado de conocerte Miranda – le dijo estrechando su mano – ella es la inspectora Kate Beckett, como ya le dije, viaja con un arma. Estamos esperando a que lleguen las otras dos personas que vendrán con nosotros.
- Hola Miranda – le dijo Kate estrechando la mano que la azafata le tendía - ¿Se puede saber que esta pasando? – le preguntó a él en voz baja.
- Todo tiene una explicación – le contestó él – no te enfades.
- Hola chicos – dijo Lanie con la respiración alterada por las prisas en llegar.
- Lanie Parish y Javier Esposito – dijo Castle – Miranda, nuestra azafata, Esposito también lleva un arma.
- Hola – dijo Lanie dándole la mano y mirando a Kate para pedir una explicación.
- Hola Miranda – dijo Espo.
- ¿Me siguen por favor? – les dijo la chica y Castle asintió.
- ¿Nos vas a explicar que está ocurriendo? – le dijo Kate a Castle enfadada.
- No reserve vuelo – les admitió.
- ¿Cómo? – preguntó Lanie - ¿Qué has hecho Castle?
- Llame a Paula, mi representante – admitió él – en cuanto supe que ibais a ir a Washington y le pedí que me facilitase el avión privado de la editorial.
- ¡Castle! – le regañó Kate – ¿Es tan complicado que viajes como cualquier otro mortal?
- ¡Oh vamos Kate! – dijo Esposito – yo tengo ganas de ver como viajan los millonarios.
- ¡Claro que sí tío! – le dijo chocando sus manos - sabía que tú lo entenderías.
- Y yo también lo haré si nos sirven en vuelo un buen Champagne – añadió Lanie.
- Eso esta hecho – contestó Castle.
- ¡Lanie! – exclamó Kate
- Vamos chica – le contestó ella – ya esta hecho, disfruta del viaje.
- Tu y yo ya hablaremos – le dijo Kate a Castle.
Caminaron detrás de Miranda, hasta llegar hasta una sala VIP.
- Esperen aquí mientras compruebo si su transporte esta listo – les dijo – nos haremos cargo del equipaje – informó haciéndole una seña a un chico para que se hiciese cargo de las maletas.
- Gracias Miranda – le dijo Castle.
- Tomen asiento, les enviaré un camarero – aseguró alejándose.
Se sentaron en unos cómodos sofás. El camarero volvió sirviéndoles champagne, la cara de Kate estaba seria. Castle cogió su mano mirándola.
- ¿Sigues enfadada? – le preguntó.
- Deberías habérmelo dicho –contestó ella.
- No me hubieses dejado hacerlo – le dijo.
- Eso ya no vas a saberlo ¿no crees? – preguntó.
Miranda se acercó a ellos.
- ¿Me acompañan?
Entraron en el pequeño Learjet 75, preparado para que viajasen hasta ocho pasajeros muy cómodamente. Lanie y Esposito se sentaron juntos y frente a ellos Kate y Castle. Los asientos, grandes butacones de piel beige, estaban lo suficientemente separados entre ellos como para que pudiesen reclinarse y elevar el reposapiés y poder dormir en vuelos más largos.
- Esto es una pasada tío – dijo Esposito a Castle.
- ¿A que si? – le contestó él con voz infantil.
Kate negó con la cabeza mirando a Lanie. El comandante les pidió a Espo y a Kate que depositasen sus armas en la caja blindada que existía en la cabina y que él custodiaría durante el vuelo.
- Por favor, abróchense los cinturones de seguridad – les indicó Miranda – ya tenemos permiso para ir a la pista de despegue.
El pequeño avión se puso en marcha y minutos después se elevaba bordeando Nueva York y tomando rumbo a Washington. El capitán les informó que el vuelo tendría una duración de una hora y quince minutos. Miranda apareció para ofrecerles champagne acompañado de un plato de diferentes tipos de queso cortados en pequeños tacos y un plato de fresas.
El vuelo se les hizo muy corto, los cuatro hablaban animadamente sobre la doctora Brennan y la dificultad que suponía tratarla y cuando quisieron darse cuenta, Miranda les apremiaba para que se abrochasen de nuevo el cinturón.
- ¿Y ahora que sorpresa nos tienes preparada Castle? – preguntó Kate mientras entraban al aeropuerto de Washington cogidos de la mano.
- Te prometo que no hay nada más – le contestó él – el hotel lo reservé delante de ti, es el Hay Adams, frente a la casa blanca.
- Pero ese es un hotel de lujo tío – le dijo Esposito empujando el carrito con las maletas.
- Javi, eso no debe preocuparte – advirtió Castle – yo me ocupo de eso, quiero tener a Obama de vecino – dijo divertido.
Salieron del aeropuerto para tomar un taxi, a Kate le extrañó que Castle no hubiese alquilado un coche de lujo para moverse por la ciudad.
- Pensé que también habrías alquilado un coche – le dijo mientras esperaban el turno para poder subir a un taxi
- El Jeffersonian está muy cerca del hotel –respondió él – no creí que fuese necesario ¿Quieres que lo haga? Aún estamos a tiempo – aseguró.
- No Castle – le dijo riendo – mejor así ¿ok? Ya he tenido suficientes lujos y supongo que aún me queda ver el hotel.
Tomaron un taxi por separado, para poder ir más cómodos, para sorpresa de Castle, Kate le dijo que fuese con Espo para que ella pudiese hablar con Lanie. Ellas salieron un par de minutos antes, indicándole al conductor que les llevase hasta el Hay Adams.
- ¿Me puedes contar que te pasaba en el aeropuerto? – le preguntó Lanie.
- Le vi saludar a la azafata y pensaba que era aquella tipa con la que estuvo en primavera – contestó Kate.
- Menos mal que no le mataste – le aseguró Lanie riendo.
- Debería haberlo hecho – dijo Kate – me ha tomado el pelo con lo del vuelo.
- Pero ha estado genial, no puedes negarlo – le dijo Lanie – chica, tienes la suerte de tener un novio con dinero y no sabes disfrutarlo.
- Prefiero disfrutar con él de otras cosas – le dijo seria Kate
- ¡Kate! – exclamó sorprendida Lanie – no pensé que me hablarías de sexo en un taxi – le dijo en bajito para que el conductor no la oyese.
- ¡Lanie por favor! – contestó Kate moviendo la cabeza y en el mismo tono bajo– no me refería al sexo.
- Pero te va bien en esa área, ¿verdad? – le inquirió Lanie – se te nota… no sé… cambiada…
- Lanie no empieces… - le contestó Kate
- ¡Oh vamos chica! – regañó Lanie – no seas tan estirada, te veo alegre, diferente y tan sólo me preocupo por mi amiga.
- Esta bien Lanie – claudicó Kate – esa área esta muy bien cubierta – le dijo provocando una gran sonrisa en Lanie – cuando dije disfrutar de otras cosas me refería a como se preocupa por hacerme sentir cómoda en nuestra relación, a su trato siempre pendiente de mi, de lo que quiero y necesito – continuó Kate – su forma de intentar protegerme ante todo, de lo payaso que puede llegar a ser sólo para hacerme sonreír, de sus palabras, de sus caricias…
- ¡Vale! –espetó Lanie -¡Ya he tenido suficiente! Deja de darme envidia.
- Ahora me toca a mi – devolvió Kate - ¿Qué pasa con Javi? Me sorprendió que quieras compartir habitación… por no decir más bien, que quieras compartir cama…
- Lo nuestro es una relación yo-yo – contestó Lanie – ya sabes, sube y baja por un cordón dependiendo del movimiento…
- Y el movimiento es sólo el de tú muñeca – añadió Kate – porque a Javi le tienes dominado.
- Kate, amo la libertad – confesó la forense – y Javi pide más de lo que puedo darle.
- ¿De momento? – preguntó la detective.
- No lo sé Kate, no lo sé – suspiró la forense – pero mientras – dijo cambiando el tono – no pienso perder el tiempo – confesó y ambas rieron.
Continuaron hablando hasta que el conductor les indicó que habían llegado al hotel, los chicos aún no habían llegado, Lanie salió del coche silbando.
- ¡Guau! Chica – exclamó Lanie mientras entraban al hotel – si yo fuese tú, me acostumbraría a esto rápido.
- Eso es lo que no entiendes Lanie – aseguró – no quiero acostumbrarme por…
- ¡Kate! – regañó Lanie – las dos sabemos que es el hombre de tu vida.
- ¿Lo sabemos? – preguntó Kate frunciendo el ceño con una sonrisa.
- Es más – añadió Lanie – creo que todo el mundo lo sabe.
- Anda, vamos a ver que sorpresita nos ha reservado Castle – le dijo acercándose al mostrador.
Tal y como Kate intuía, el recepcionista en cuanto oyó el nombre de la reserva, mencionó las palabras “suite presidencial” y Kate elevó sus ojos dejándolos en blanco.
- ¿Ves? – le dijo a Lanie – no podía ser una habitación normal.
- ¿Qué les pasa a las habitaciones? – preguntó Castle abrazándola por la espalda – hola Ed – le dijo al recepcionista tendiéndole la mano para saludarle.
- Hola señor Castle – le contestó él – nos alegra verle de nuevo aquí señor, hacía mucho tiempo.
- Si Ed – afirmó Castle - ¿todo sigue igual?
- Si señor – afirmó Ed – me he permitido el atrevimiento de cambiar la habitación de su reserva por la suite presidencial – le dijo – cortesía de la dirección del hotel.
- ¡Ah! – exclamó Castle mirando a Kate – ahora entiendo, gracias Ed, no era necesario hacerlo, prefiero la suite de la reserva.
- Me temo que ya no es posible hacerlo – respondió Ed – estamos al completo.
- Vaya – contestó Castle mirando a Kate – ¿eso es un problema? – preguntó Castle
- No es problema señor Castle – sonrió Ed pensando que se dirigía a él - ¿quiere que reserve mesa para la cena o prefiere que se la sirvamos en la habitación?
- ¿Chicos? – dijo Castle dirigiéndose a los tres
- Yo prefiero cenar en la habitación – se adelantó a responder Kate que no había metido en la maleta ropa adecuada para cenar en aquel lujoso hotel.
- A mi me parece bien – contestó Lanie por la misma razón que Kate.
- Ed, ellas mandan – le dijo.
- Bien señor – asintió sonriendo – me encargaré que les hagan llegar la carta – dijo mientras hacía una señal a un botones y les entregaba las llaves magnéticas – las dos habitaciones son contiguas señor Castle.
- Gracias Ed – le dijo - ¿vamos? – preguntó al resto cogiendo de la mano a Kate y tirando de ella levemente mientras se dirigían al ascensor.
- Vaya tío – le dijo Espo - ¿tanto venías por aquí?
- Y sigo viniendo – confirmó Castle – firmas, presentaciones, entrevistas… promociones, ya sabes.
- No lo sabía – le dijo Kate extrañada.
- Eso es porque últimamente no vengo demasiado, estoy más ocupado en otro tema – respondió divertido.
- Vale, vale – dijo Lanie agitando su mano – ya sabemos cual es tu tema Castle.
- Espero que mi tema no esté enfadada por el cambio de habitación – dijo Castle abrazando contra él a Kate y dándole un pequeño beso.
- A ver chicos – añadió Espo – esas muestras de afectividad…
- ¡Oh no Javi! – respondió de inmediato Kate abrazándose con más fuerza a Castle – no estamos en Nueva York y no tengo que esconderme de nadie aquí – añadió para sorpresa de los tres ganándose un beso más largo de Castle.
Salieron del ascensor riendo, Castle no soltó de la cintura a Kate, no iba a desaprovechar la relajación de la detective, si podía darle así mimos y caricias sin tener que mirar a su alrededor para poder hacerlo. Castle señalo la suite de Espo y Lanie.
- Esa es la vuestra chicos – les dijo señalando una puerta cercana – y esa de ahí, es para mi y para mi tema –añadió riendo – la nuestra tiene una gran mesa donde podremos cenar cómodamente – dijo más serio.
- Vale tío –contestó Espo - ¿a que hora?
- Eh… pues – dijo Castle mirando su reloj.
- Cuando estéis listos – añadió Kate mirando a Lanie que la sonrío.
- Pongamos que en una hora – confirmó Lanie.
- Una hora – repitió Castle mientras andaba de espaldas hacia su habitación arrastrado del brazo por Kate.
- ¿Estáis seguros que es suficiente con una hora? – preguntó casi para sí Espo riendo.
Castle sonrío a Kate mientras abría la puerta y se echaba a un lado para que ella entrase primero. Kate observó la habitación, enmoquetada en su totalidad en tonos beige y marrón claro, un gran salón decorado con estilo clásico, dos sofás de tonos beige y chocolate y dos butacas a juego alrededor de una mesa baja frente a un gran televisor de plasma, sobre una chimenea. Al otro lado una gran mesa ovalada de madera noble con seis sillas conjuntadas en perfecta armonía con el resto de la decoración.
Grandes ventanales por los que se podía ver la casa blanca y el monumento a Washington a través de sus cortinas a juego con la tapicería de los sofás.
Castle entregó al botones una propina mientras cerraba la puerta y llevaba las maletas de ambos hacia la habitación.
- ¿Vienes? – le dijo a Kate y ella asintió siguiéndole por el pasillo hasta la habitación.
Kate se quedo parada en la puerta de la gran estancia, frente a ella una enorme cama cubierta por un grueso edredón blanco, en una de las esquinas junto a la cabecera de la cama, una chimenea con dos butacas, en la misma pared, una gran ventana con las mismas vistas al parque Lafayette y la Casa Blanca. La habitación conservaba el mismo estilo de decoración de la sala y los mismos colores.
Castle llevó las maletas hasta el vestidor de la pared contraria a la ventana, en esa pared un gran tocador con una silla y junto a la puerta donde estaba apoyada Kate se encontraba la puerta del baño, Kate se acercó y miró dentro, doble lavabo, una gran bañera, una cabina de ducha y el inodoro separado por una pequeña pared.
- ¿Todo a tu gusto? – preguntó Castle acercándose.
- ¿Veníamos a trabajar? – devolvió Kate la pregunta - ¿O era otra clase de viaje?
- Recuerda que yo reservé habitaciones diferentes – le dijo abrazándola.
- Nos habría bastado con un hotel de esos funcionales, con una cama, dos sillas y una ducha – le dijo Kate.
- Una cama que no será tan cómoda como esta – advirtió él dándole un beso – creo que tenemos una hora…
- Castle…
Una hora después golpearon la puerta y Kate fue a abrir a Espo y a Lanie, que la miró sonriendo al comprobar que Kate tenía el pijama puesto.
- Vaya chica – le dijo - ¿te hemos pillado en la cama?
- Lanie – regañó Kate – me he puesto cómoda.
- Vale – le dijo Lanie moviendo la mano – supongo que Castle también estará cómodo.
- ¿Qué pasa conmigo? – preguntó Castle saliendo de la habitación mientras terminaba de colocarse una camiseta.
- Nada tío, no le hagas caso – le dijo Espo riendo – vaya pasada de habitación.
- Eso es cierto Castle – añadió Lanie – sabes lo que haces, la nuestra es igual que esta.
- ¿Elegimos que cenamos? – preguntó Kate enseñándoles la carta intentando cambiar de tema.
Eligieron la cena, compartiendo una ensalada de tomates asados caramelizados, queso de cabra, jamón crujiente y piñones tostados. Lanie y Kate se decantaron por tomar un plato de lenguado con verduritas y salsa de limón y alcaparras, mientras que Castle y Espo eligieron un filete acompañado de patatas crujientes y salteado de setas y espárragos. Castle pidió una degustación de postres (mousse de chocolate, tarta de manzana al cardamomo, peras con crema de limón y almendras y tarta de cerezas).
Kate eligió para ella y para Lanie un vino blanco italiano Pinot Grigio y como Castle le pidió también eligió para ellos, un Sonoma Coast californiano.
Mientras esperaban que les subiesen la cena, Castle y Espo abrieron el mini bar y se sirvieron unas cervezas mientras salían al balcón para admirar mejor las vistas.
Lanie se sentó frente a Kate en uno de los sofás y aprovecho para meterse un poco más con Kate.
- ¿Estás cómoda? – le preguntó con énfasis señalando el pijama.
- Lanie…
- Chica, si me parece muy bien – aseguró – tenéis que recuperar cuatro años perdidos esquivándoos mutuamente.
- Vale, Lanie, si – admitió Kate soplando– esa cama tiene las medidas justas ¿contenta?
- Si… - le dijo riendo – yo también he comprobado lo mismo – afirmó y ambas comenzaron a reír.
- ¿Qué os hace tanta gracia? – preguntó Espo mientras Castle cerraba la puerta del balcón.
- Nada – contestaron ambas a la vez haciendo que Espo mirase a Castle y este se encogiese de hombros.
El teléfono de Kate comenzó a sonar en algún lugar y Kate se puso en pie intentando localizarlo pero Castle que sabía donde lo había dejado, se lo entregó mirando el nombre que aparecía en la pantalla: Seeley Booth. Kate le miró sonriendo y deslizó su dedo para contestar a la llamada.
- Beckett – contestó.
- Hola Kate – dijo al otro lado Booth - ¿Ya estáis en Washington?
- Si, llegamos hace un par de horas – contestó ella.
- ¿Dónde estáis alojados? – preguntó él.
- En el Hay Adams – contestó ella con un poco de fastidio.
- Creo que te pasa lo mismo que a mí –le dijo sintiéndose identificado con ella en cuanto oyó el nombre del hotel – tu escritor tiene mucha pasta mientras que tu, como yo, sobrevivimos con sueldos de poli. Te acostumbraras a dejarle que haga lo que quiera – aseguró Booth – para ellos es lo normal.
- ¿No soy la única por lo que oigo? – preguntó Kate – es un alivio.
- No – le dijo riendo – no eres la única. Mañana pasaré a por Espo y a por ti a eso de ¿las ocho os parece bien?
- Si – contestó Kate – perfecto.
- Bien – le dijo Booth – iremos a las oficinas del FBI. ¿Castle y Lanie irán al Jeffersonian mañana?
- La verdad es que no lo tengo claro – le dijo ella – espera un segundo - ¿Lanie has hablado con Cam?
- No Kate – contestó Lanie – luego la llamo, he quedado con ella en ir mañana al Jeffersonian.
- Si Booth – le dijo Kate – mañana irán.
- Bien – afirmó Booth – Huesos me ha preguntado si Castle iría mañana para que le enseñasen a investigar – le dijo con una pequeña risa – para ella los hechos son fundamentales y creo que ha encontrado varios datos en los libros de Castle que no la convencen – continuó Booth - así que esta convencida que tiene que enseñarle a comprender las causas para que no vuelva a fallar en sus libros.
- Ah, bien – contestó ella sorprendida.
- Kate – le dijo Booth en tono más bajo – dile que tenga paciencia, Huesos es… es demasiado lógica, dile que no se moleste con ella y que sea puntual, Huesos estará allí a las ocho.
- No te preocupes Booth – aseguró Kate – él admira su trabajo.
- Gracias Kate – le dijo – nos vemos mañana.
- Adiós – le dijo cortando la comunicación.
Kate miró el teléfono elevando las cejas con sorpresa y lo dejó sobre la pequeña mesa.
- Booth dice que Brennan – comenzó Kate mirando a Castle – te espera mañana para enseñarte a investigar.
- Vale – dijo él sonriendo.
- Me ha pedido que tengas paciencia con ella – le advirtió – porque puede molestarte su lógica, y que seas puntual, mañana en el Jeffersonian a las ocho.
- No hay problema con eso – le dijo él - ¿Lanie vendrás conmigo?
- Voy a llamar a Cam – dijo Lanie buscando su móvil.
- A nosotros nos vendrá a buscar Booth a las ocho para ir al FBI – dijo Kate a Espo que se limitó a sonreír.
Llamaron a la puerta y Castle abrió a los camareros, que pasaron para preparar la mesa y servir la cena. Lanie cortó la comunicación después de hablar con Cam.
- Mañana a las ocho en el Jeffersonian – le dijo a Castle.
- ¿Quieres caminar o prefieres que vayamos en Taxi? – le preguntó a Lanie.
- Eso dependerá de cómo este de cansada – dijo Lanie mirando a Espo con una sonrisa.
- No quiero oír más – le contestó Castle riendo y fingiendo taparse los oídos.
Cenaron hablando del caso y de la forma con la que Castle debía comportarse con Brennan. Los camareros volvieron a la habitación después de una hora para retirar la mesa y servirles la bebida que Castle había pedido y que tomaron sentados en el sofá.
- Creo que deberíamos ir a dormir – dijo Espo mirando su reloj – se hace tarde.
- ¿A las siete y media Castle? –preguntó Lanie.
- ¿Y que tal a las siete en la cafetería y así desayunamos? – preguntó él.
- Si, tienes razón – afirmó Lanie – a las siete en la cafetería.
- No te hagas ilusiones tío – le dijo Espo – yo también bajaré a desayunar.
Acompañaron hasta la puerta a Lanie y Espo, Castle había cogido de la mano a Kate y en cuanto cerró la puerta le dio un tirón acercándola y apretándola contra él.
- Se nos hace tarde – le dijo él en sus labios
- Pues no deberíamos perder más tiempo – contestó Kate y él la cogió en brazos caminando hasta la habitación…
*** *** ***
FIN DEL CAPITULO 5.
G R A C I A S por leer hasta aquí. Como siempre digo espero no defraudaros...
Como es obligado, os doy las gracias por vuestros comentarios y apoyos. Mil gracias.
Aquí os dejo el siguiente, espero que os guste.
*** *** ***
Capítulo 5.
Kate miro la pantalla de información sobre los vuelos en el aeropuerto.
- ¿Cuál es el número de vuelo Castle? – le preguntó.
- ¿Eh?
- El vuelo Castle – repitió – tengo que hablar con el comandante para que custodie nuestras armas.
- Ah si… ¿Dónde estarán Lanie y Espo? – preguntó él.
- Voy a llamarles – le dijo – haz el favor de buscar el número de vuelo.
El móvil de Castle comenzó a sonar y él se alejó unos metros de Kate, que hablaba con Lanie. Castle comenzó a mirar a su alrededor y Kate le vio levantar la mano y saludar a una mujer vestida de azafata que sonrió y se dirigía a él. Kate torció el gesto, no recordaba con exactitud a aquella azafata, Jacinda, con la que él estuvo saliendo unos días, pero la idea de que fuese ella no le hizo ninguna gracia.
- Más vale que lleguéis cuanto antes – le dijo a Lanie – o creo que voy a matar a Castle.
- Ya te estoy viendo Kate, cuelga, ya te alcanzamos – le contestó Lanie.
Kate se acercó a Castle que acababa de cortar la comunicación por móvil y esperaba a la azafata.
- ¿Qué ocurre? – le preguntó Kate.
- Nada – contestó él con cara de niño bueno.
- ¿Quieres volver a intentarlo? – preguntó enfadada.
- Buenas tardes – dijo la azafata tendiéndole la mano – encantada de conocerle señor Castle, me llamo Miranda y seré su auxiliar de vuelo.
- Encantado de conocerte Miranda – le dijo estrechando su mano – ella es la inspectora Kate Beckett, como ya le dije, viaja con un arma. Estamos esperando a que lleguen las otras dos personas que vendrán con nosotros.
- Hola Miranda – le dijo Kate estrechando la mano que la azafata le tendía - ¿Se puede saber que esta pasando? – le preguntó a él en voz baja.
- Todo tiene una explicación – le contestó él – no te enfades.
- Hola chicos – dijo Lanie con la respiración alterada por las prisas en llegar.
- Lanie Parish y Javier Esposito – dijo Castle – Miranda, nuestra azafata, Esposito también lleva un arma.
- Hola – dijo Lanie dándole la mano y mirando a Kate para pedir una explicación.
- Hola Miranda – dijo Espo.
- ¿Me siguen por favor? – les dijo la chica y Castle asintió.
- ¿Nos vas a explicar que está ocurriendo? – le dijo Kate a Castle enfadada.
- No reserve vuelo – les admitió.
- ¿Cómo? – preguntó Lanie - ¿Qué has hecho Castle?
- Llame a Paula, mi representante – admitió él – en cuanto supe que ibais a ir a Washington y le pedí que me facilitase el avión privado de la editorial.
- ¡Castle! – le regañó Kate – ¿Es tan complicado que viajes como cualquier otro mortal?
- ¡Oh vamos Kate! – dijo Esposito – yo tengo ganas de ver como viajan los millonarios.
- ¡Claro que sí tío! – le dijo chocando sus manos - sabía que tú lo entenderías.
- Y yo también lo haré si nos sirven en vuelo un buen Champagne – añadió Lanie.
- Eso esta hecho – contestó Castle.
- ¡Lanie! – exclamó Kate
- Vamos chica – le contestó ella – ya esta hecho, disfruta del viaje.
- Tu y yo ya hablaremos – le dijo Kate a Castle.
Caminaron detrás de Miranda, hasta llegar hasta una sala VIP.
- Esperen aquí mientras compruebo si su transporte esta listo – les dijo – nos haremos cargo del equipaje – informó haciéndole una seña a un chico para que se hiciese cargo de las maletas.
- Gracias Miranda – le dijo Castle.
- Tomen asiento, les enviaré un camarero – aseguró alejándose.
Se sentaron en unos cómodos sofás. El camarero volvió sirviéndoles champagne, la cara de Kate estaba seria. Castle cogió su mano mirándola.
- ¿Sigues enfadada? – le preguntó.
- Deberías habérmelo dicho –contestó ella.
- No me hubieses dejado hacerlo – le dijo.
- Eso ya no vas a saberlo ¿no crees? – preguntó.
Miranda se acercó a ellos.
- ¿Me acompañan?
Entraron en el pequeño Learjet 75, preparado para que viajasen hasta ocho pasajeros muy cómodamente. Lanie y Esposito se sentaron juntos y frente a ellos Kate y Castle. Los asientos, grandes butacones de piel beige, estaban lo suficientemente separados entre ellos como para que pudiesen reclinarse y elevar el reposapiés y poder dormir en vuelos más largos.
- Esto es una pasada tío – dijo Esposito a Castle.
- ¿A que si? – le contestó él con voz infantil.
Kate negó con la cabeza mirando a Lanie. El comandante les pidió a Espo y a Kate que depositasen sus armas en la caja blindada que existía en la cabina y que él custodiaría durante el vuelo.
- Por favor, abróchense los cinturones de seguridad – les indicó Miranda – ya tenemos permiso para ir a la pista de despegue.
El pequeño avión se puso en marcha y minutos después se elevaba bordeando Nueva York y tomando rumbo a Washington. El capitán les informó que el vuelo tendría una duración de una hora y quince minutos. Miranda apareció para ofrecerles champagne acompañado de un plato de diferentes tipos de queso cortados en pequeños tacos y un plato de fresas.
El vuelo se les hizo muy corto, los cuatro hablaban animadamente sobre la doctora Brennan y la dificultad que suponía tratarla y cuando quisieron darse cuenta, Miranda les apremiaba para que se abrochasen de nuevo el cinturón.
- ¿Y ahora que sorpresa nos tienes preparada Castle? – preguntó Kate mientras entraban al aeropuerto de Washington cogidos de la mano.
- Te prometo que no hay nada más – le contestó él – el hotel lo reservé delante de ti, es el Hay Adams, frente a la casa blanca.
- Pero ese es un hotel de lujo tío – le dijo Esposito empujando el carrito con las maletas.
- Javi, eso no debe preocuparte – advirtió Castle – yo me ocupo de eso, quiero tener a Obama de vecino – dijo divertido.
Salieron del aeropuerto para tomar un taxi, a Kate le extrañó que Castle no hubiese alquilado un coche de lujo para moverse por la ciudad.
- Pensé que también habrías alquilado un coche – le dijo mientras esperaban el turno para poder subir a un taxi
- El Jeffersonian está muy cerca del hotel –respondió él – no creí que fuese necesario ¿Quieres que lo haga? Aún estamos a tiempo – aseguró.
- No Castle – le dijo riendo – mejor así ¿ok? Ya he tenido suficientes lujos y supongo que aún me queda ver el hotel.
Tomaron un taxi por separado, para poder ir más cómodos, para sorpresa de Castle, Kate le dijo que fuese con Espo para que ella pudiese hablar con Lanie. Ellas salieron un par de minutos antes, indicándole al conductor que les llevase hasta el Hay Adams.
- ¿Me puedes contar que te pasaba en el aeropuerto? – le preguntó Lanie.
- Le vi saludar a la azafata y pensaba que era aquella tipa con la que estuvo en primavera – contestó Kate.
- Menos mal que no le mataste – le aseguró Lanie riendo.
- Debería haberlo hecho – dijo Kate – me ha tomado el pelo con lo del vuelo.
- Pero ha estado genial, no puedes negarlo – le dijo Lanie – chica, tienes la suerte de tener un novio con dinero y no sabes disfrutarlo.
- Prefiero disfrutar con él de otras cosas – le dijo seria Kate
- ¡Kate! – exclamó sorprendida Lanie – no pensé que me hablarías de sexo en un taxi – le dijo en bajito para que el conductor no la oyese.
- ¡Lanie por favor! – contestó Kate moviendo la cabeza y en el mismo tono bajo– no me refería al sexo.
- Pero te va bien en esa área, ¿verdad? – le inquirió Lanie – se te nota… no sé… cambiada…
- Lanie no empieces… - le contestó Kate
- ¡Oh vamos chica! – regañó Lanie – no seas tan estirada, te veo alegre, diferente y tan sólo me preocupo por mi amiga.
- Esta bien Lanie – claudicó Kate – esa área esta muy bien cubierta – le dijo provocando una gran sonrisa en Lanie – cuando dije disfrutar de otras cosas me refería a como se preocupa por hacerme sentir cómoda en nuestra relación, a su trato siempre pendiente de mi, de lo que quiero y necesito – continuó Kate – su forma de intentar protegerme ante todo, de lo payaso que puede llegar a ser sólo para hacerme sonreír, de sus palabras, de sus caricias…
- ¡Vale! –espetó Lanie -¡Ya he tenido suficiente! Deja de darme envidia.
- Ahora me toca a mi – devolvió Kate - ¿Qué pasa con Javi? Me sorprendió que quieras compartir habitación… por no decir más bien, que quieras compartir cama…
- Lo nuestro es una relación yo-yo – contestó Lanie – ya sabes, sube y baja por un cordón dependiendo del movimiento…
- Y el movimiento es sólo el de tú muñeca – añadió Kate – porque a Javi le tienes dominado.
- Kate, amo la libertad – confesó la forense – y Javi pide más de lo que puedo darle.
- ¿De momento? – preguntó la detective.
- No lo sé Kate, no lo sé – suspiró la forense – pero mientras – dijo cambiando el tono – no pienso perder el tiempo – confesó y ambas rieron.
Continuaron hablando hasta que el conductor les indicó que habían llegado al hotel, los chicos aún no habían llegado, Lanie salió del coche silbando.
- ¡Guau! Chica – exclamó Lanie mientras entraban al hotel – si yo fuese tú, me acostumbraría a esto rápido.
- Eso es lo que no entiendes Lanie – aseguró – no quiero acostumbrarme por…
- ¡Kate! – regañó Lanie – las dos sabemos que es el hombre de tu vida.
- ¿Lo sabemos? – preguntó Kate frunciendo el ceño con una sonrisa.
- Es más – añadió Lanie – creo que todo el mundo lo sabe.
- Anda, vamos a ver que sorpresita nos ha reservado Castle – le dijo acercándose al mostrador.
Tal y como Kate intuía, el recepcionista en cuanto oyó el nombre de la reserva, mencionó las palabras “suite presidencial” y Kate elevó sus ojos dejándolos en blanco.
- ¿Ves? – le dijo a Lanie – no podía ser una habitación normal.
- ¿Qué les pasa a las habitaciones? – preguntó Castle abrazándola por la espalda – hola Ed – le dijo al recepcionista tendiéndole la mano para saludarle.
- Hola señor Castle – le contestó él – nos alegra verle de nuevo aquí señor, hacía mucho tiempo.
- Si Ed – afirmó Castle - ¿todo sigue igual?
- Si señor – afirmó Ed – me he permitido el atrevimiento de cambiar la habitación de su reserva por la suite presidencial – le dijo – cortesía de la dirección del hotel.
- ¡Ah! – exclamó Castle mirando a Kate – ahora entiendo, gracias Ed, no era necesario hacerlo, prefiero la suite de la reserva.
- Me temo que ya no es posible hacerlo – respondió Ed – estamos al completo.
- Vaya – contestó Castle mirando a Kate – ¿eso es un problema? – preguntó Castle
- No es problema señor Castle – sonrió Ed pensando que se dirigía a él - ¿quiere que reserve mesa para la cena o prefiere que se la sirvamos en la habitación?
- ¿Chicos? – dijo Castle dirigiéndose a los tres
- Yo prefiero cenar en la habitación – se adelantó a responder Kate que no había metido en la maleta ropa adecuada para cenar en aquel lujoso hotel.
- A mi me parece bien – contestó Lanie por la misma razón que Kate.
- Ed, ellas mandan – le dijo.
- Bien señor – asintió sonriendo – me encargaré que les hagan llegar la carta – dijo mientras hacía una señal a un botones y les entregaba las llaves magnéticas – las dos habitaciones son contiguas señor Castle.
- Gracias Ed – le dijo - ¿vamos? – preguntó al resto cogiendo de la mano a Kate y tirando de ella levemente mientras se dirigían al ascensor.
- Vaya tío – le dijo Espo - ¿tanto venías por aquí?
- Y sigo viniendo – confirmó Castle – firmas, presentaciones, entrevistas… promociones, ya sabes.
- No lo sabía – le dijo Kate extrañada.
- Eso es porque últimamente no vengo demasiado, estoy más ocupado en otro tema – respondió divertido.
- Vale, vale – dijo Lanie agitando su mano – ya sabemos cual es tu tema Castle.
- Espero que mi tema no esté enfadada por el cambio de habitación – dijo Castle abrazando contra él a Kate y dándole un pequeño beso.
- A ver chicos – añadió Espo – esas muestras de afectividad…
- ¡Oh no Javi! – respondió de inmediato Kate abrazándose con más fuerza a Castle – no estamos en Nueva York y no tengo que esconderme de nadie aquí – añadió para sorpresa de los tres ganándose un beso más largo de Castle.
Salieron del ascensor riendo, Castle no soltó de la cintura a Kate, no iba a desaprovechar la relajación de la detective, si podía darle así mimos y caricias sin tener que mirar a su alrededor para poder hacerlo. Castle señalo la suite de Espo y Lanie.
- Esa es la vuestra chicos – les dijo señalando una puerta cercana – y esa de ahí, es para mi y para mi tema –añadió riendo – la nuestra tiene una gran mesa donde podremos cenar cómodamente – dijo más serio.
- Vale tío –contestó Espo - ¿a que hora?
- Eh… pues – dijo Castle mirando su reloj.
- Cuando estéis listos – añadió Kate mirando a Lanie que la sonrío.
- Pongamos que en una hora – confirmó Lanie.
- Una hora – repitió Castle mientras andaba de espaldas hacia su habitación arrastrado del brazo por Kate.
- ¿Estáis seguros que es suficiente con una hora? – preguntó casi para sí Espo riendo.
Castle sonrío a Kate mientras abría la puerta y se echaba a un lado para que ella entrase primero. Kate observó la habitación, enmoquetada en su totalidad en tonos beige y marrón claro, un gran salón decorado con estilo clásico, dos sofás de tonos beige y chocolate y dos butacas a juego alrededor de una mesa baja frente a un gran televisor de plasma, sobre una chimenea. Al otro lado una gran mesa ovalada de madera noble con seis sillas conjuntadas en perfecta armonía con el resto de la decoración.
Grandes ventanales por los que se podía ver la casa blanca y el monumento a Washington a través de sus cortinas a juego con la tapicería de los sofás.
Castle entregó al botones una propina mientras cerraba la puerta y llevaba las maletas de ambos hacia la habitación.
- ¿Vienes? – le dijo a Kate y ella asintió siguiéndole por el pasillo hasta la habitación.
Kate se quedo parada en la puerta de la gran estancia, frente a ella una enorme cama cubierta por un grueso edredón blanco, en una de las esquinas junto a la cabecera de la cama, una chimenea con dos butacas, en la misma pared, una gran ventana con las mismas vistas al parque Lafayette y la Casa Blanca. La habitación conservaba el mismo estilo de decoración de la sala y los mismos colores.
Castle llevó las maletas hasta el vestidor de la pared contraria a la ventana, en esa pared un gran tocador con una silla y junto a la puerta donde estaba apoyada Kate se encontraba la puerta del baño, Kate se acercó y miró dentro, doble lavabo, una gran bañera, una cabina de ducha y el inodoro separado por una pequeña pared.
- ¿Todo a tu gusto? – preguntó Castle acercándose.
- ¿Veníamos a trabajar? – devolvió Kate la pregunta - ¿O era otra clase de viaje?
- Recuerda que yo reservé habitaciones diferentes – le dijo abrazándola.
- Nos habría bastado con un hotel de esos funcionales, con una cama, dos sillas y una ducha – le dijo Kate.
- Una cama que no será tan cómoda como esta – advirtió él dándole un beso – creo que tenemos una hora…
- Castle…
Una hora después golpearon la puerta y Kate fue a abrir a Espo y a Lanie, que la miró sonriendo al comprobar que Kate tenía el pijama puesto.
- Vaya chica – le dijo - ¿te hemos pillado en la cama?
- Lanie – regañó Kate – me he puesto cómoda.
- Vale – le dijo Lanie moviendo la mano – supongo que Castle también estará cómodo.
- ¿Qué pasa conmigo? – preguntó Castle saliendo de la habitación mientras terminaba de colocarse una camiseta.
- Nada tío, no le hagas caso – le dijo Espo riendo – vaya pasada de habitación.
- Eso es cierto Castle – añadió Lanie – sabes lo que haces, la nuestra es igual que esta.
- ¿Elegimos que cenamos? – preguntó Kate enseñándoles la carta intentando cambiar de tema.
Eligieron la cena, compartiendo una ensalada de tomates asados caramelizados, queso de cabra, jamón crujiente y piñones tostados. Lanie y Kate se decantaron por tomar un plato de lenguado con verduritas y salsa de limón y alcaparras, mientras que Castle y Espo eligieron un filete acompañado de patatas crujientes y salteado de setas y espárragos. Castle pidió una degustación de postres (mousse de chocolate, tarta de manzana al cardamomo, peras con crema de limón y almendras y tarta de cerezas).
Kate eligió para ella y para Lanie un vino blanco italiano Pinot Grigio y como Castle le pidió también eligió para ellos, un Sonoma Coast californiano.
Mientras esperaban que les subiesen la cena, Castle y Espo abrieron el mini bar y se sirvieron unas cervezas mientras salían al balcón para admirar mejor las vistas.
Lanie se sentó frente a Kate en uno de los sofás y aprovecho para meterse un poco más con Kate.
- ¿Estás cómoda? – le preguntó con énfasis señalando el pijama.
- Lanie…
- Chica, si me parece muy bien – aseguró – tenéis que recuperar cuatro años perdidos esquivándoos mutuamente.
- Vale, Lanie, si – admitió Kate soplando– esa cama tiene las medidas justas ¿contenta?
- Si… - le dijo riendo – yo también he comprobado lo mismo – afirmó y ambas comenzaron a reír.
- ¿Qué os hace tanta gracia? – preguntó Espo mientras Castle cerraba la puerta del balcón.
- Nada – contestaron ambas a la vez haciendo que Espo mirase a Castle y este se encogiese de hombros.
El teléfono de Kate comenzó a sonar en algún lugar y Kate se puso en pie intentando localizarlo pero Castle que sabía donde lo había dejado, se lo entregó mirando el nombre que aparecía en la pantalla: Seeley Booth. Kate le miró sonriendo y deslizó su dedo para contestar a la llamada.
- Beckett – contestó.
- Hola Kate – dijo al otro lado Booth - ¿Ya estáis en Washington?
- Si, llegamos hace un par de horas – contestó ella.
- ¿Dónde estáis alojados? – preguntó él.
- En el Hay Adams – contestó ella con un poco de fastidio.
- Creo que te pasa lo mismo que a mí –le dijo sintiéndose identificado con ella en cuanto oyó el nombre del hotel – tu escritor tiene mucha pasta mientras que tu, como yo, sobrevivimos con sueldos de poli. Te acostumbraras a dejarle que haga lo que quiera – aseguró Booth – para ellos es lo normal.
- ¿No soy la única por lo que oigo? – preguntó Kate – es un alivio.
- No – le dijo riendo – no eres la única. Mañana pasaré a por Espo y a por ti a eso de ¿las ocho os parece bien?
- Si – contestó Kate – perfecto.
- Bien – le dijo Booth – iremos a las oficinas del FBI. ¿Castle y Lanie irán al Jeffersonian mañana?
- La verdad es que no lo tengo claro – le dijo ella – espera un segundo - ¿Lanie has hablado con Cam?
- No Kate – contestó Lanie – luego la llamo, he quedado con ella en ir mañana al Jeffersonian.
- Si Booth – le dijo Kate – mañana irán.
- Bien – afirmó Booth – Huesos me ha preguntado si Castle iría mañana para que le enseñasen a investigar – le dijo con una pequeña risa – para ella los hechos son fundamentales y creo que ha encontrado varios datos en los libros de Castle que no la convencen – continuó Booth - así que esta convencida que tiene que enseñarle a comprender las causas para que no vuelva a fallar en sus libros.
- Ah, bien – contestó ella sorprendida.
- Kate – le dijo Booth en tono más bajo – dile que tenga paciencia, Huesos es… es demasiado lógica, dile que no se moleste con ella y que sea puntual, Huesos estará allí a las ocho.
- No te preocupes Booth – aseguró Kate – él admira su trabajo.
- Gracias Kate – le dijo – nos vemos mañana.
- Adiós – le dijo cortando la comunicación.
Kate miró el teléfono elevando las cejas con sorpresa y lo dejó sobre la pequeña mesa.
- Booth dice que Brennan – comenzó Kate mirando a Castle – te espera mañana para enseñarte a investigar.
- Vale – dijo él sonriendo.
- Me ha pedido que tengas paciencia con ella – le advirtió – porque puede molestarte su lógica, y que seas puntual, mañana en el Jeffersonian a las ocho.
- No hay problema con eso – le dijo él - ¿Lanie vendrás conmigo?
- Voy a llamar a Cam – dijo Lanie buscando su móvil.
- A nosotros nos vendrá a buscar Booth a las ocho para ir al FBI – dijo Kate a Espo que se limitó a sonreír.
Llamaron a la puerta y Castle abrió a los camareros, que pasaron para preparar la mesa y servir la cena. Lanie cortó la comunicación después de hablar con Cam.
- Mañana a las ocho en el Jeffersonian – le dijo a Castle.
- ¿Quieres caminar o prefieres que vayamos en Taxi? – le preguntó a Lanie.
- Eso dependerá de cómo este de cansada – dijo Lanie mirando a Espo con una sonrisa.
- No quiero oír más – le contestó Castle riendo y fingiendo taparse los oídos.
Cenaron hablando del caso y de la forma con la que Castle debía comportarse con Brennan. Los camareros volvieron a la habitación después de una hora para retirar la mesa y servirles la bebida que Castle había pedido y que tomaron sentados en el sofá.
- Creo que deberíamos ir a dormir – dijo Espo mirando su reloj – se hace tarde.
- ¿A las siete y media Castle? –preguntó Lanie.
- ¿Y que tal a las siete en la cafetería y así desayunamos? – preguntó él.
- Si, tienes razón – afirmó Lanie – a las siete en la cafetería.
- No te hagas ilusiones tío – le dijo Espo – yo también bajaré a desayunar.
Acompañaron hasta la puerta a Lanie y Espo, Castle había cogido de la mano a Kate y en cuanto cerró la puerta le dio un tirón acercándola y apretándola contra él.
- Se nos hace tarde – le dijo él en sus labios
- Pues no deberíamos perder más tiempo – contestó Kate y él la cogió en brazos caminando hasta la habitación…
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FIN DEL CAPITULO 5.
G R A C I A S por leer hasta aquí. Como siempre digo espero no defraudaros...
Anver- Policia de homicidios
- Mensajes : 711
Fecha de inscripción : 14/06/2012
Localización : Madrid
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Y...otra vez se me antoja corto...te espero...¿El jueves?...bueno...que espero el siguiente con ganas...Continúa Ana, sigue así.
MariaRomn@caskett- Policia de homicidios
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Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Cada vez que leo un capitulo, me encanta cada vez más esta historia.
Ya quiero ver como le va a Castle con Brennan. Esa escena seguro que va ser divertida.
Castle siempre tiene que tener todo de lujo, creo que le sobran las escusas "Se me olvido reservar los boletos para el vuelo" Definitivamente Kate se te tendrá que acostumbrar (Creo que no le va a quedar de otra JaJa)
Me encanta que ya no se tengan que esconder, y que Kate se deje que Castle le de mimos en publico.
Bueno esperare con ansias el próximo capitulo.
Ya quiero ver como le va a Castle con Brennan. Esa escena seguro que va ser divertida.
Castle siempre tiene que tener todo de lujo, creo que le sobran las escusas "Se me olvido reservar los boletos para el vuelo" Definitivamente Kate se te tendrá que acostumbrar (Creo que no le va a quedar de otra JaJa)
Me encanta que ya no se tengan que esconder, y que Kate se deje que Castle le de mimos en publico.
Bueno esperare con ansias el próximo capitulo.
Re: Colaboradores. EPILOGO 21/03/2013
Este capítulo me ha gustado mucho, se ve que Castle sabe elegir muy bien. Me pregunto si todo eso del cambio de habitación no estaría ya preparado, conociendo a Castle no sería de extrañar jajaja
Me gusta mucho la conversación de las chicas en el taxi, siempre he querido ver de nuevo a Lanie con Espo, aunque no fuese una relación muy seria a mi me gustaba mucho.
Me encanta lo relajada que se muestra Kate y como no le importa mostrar su cariño a Castle en público.
Me parece que este viaje a Whasington va a ser de lo más interesante
Estupendo como siempre, Ana
Me gusta mucho la conversación de las chicas en el taxi, siempre he querido ver de nuevo a Lanie con Espo, aunque no fuese una relación muy seria a mi me gustaba mucho.
Me encanta lo relajada que se muestra Kate y como no le importa mostrar su cariño a Castle en público.
Me parece que este viaje a Whasington va a ser de lo más interesante
Estupendo como siempre, Ana
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