Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
QUE TIERNO CONTINUALO PRONTO
ME FASCINO.. NO TENGO PALABRAS
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stana_alexis- Actor en Broadway
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
!!chapo¡¡ por tu fic, me tienes enganchadisima, todavia estoy con la boca abierta
Espero que no tardes mucho en poner el siguiente si no mis uñas no lo resistiran
Espero que no tardes mucho en poner el siguiente si no mis uñas no lo resistiran
moth13- Policia de homicidios
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
tardaras en subir el proximo capi????
me encanto me lo lei de nuevo entero!!!sigue!!
me encanto me lo lei de nuevo entero!!!sigue!!
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
siguelo porfavooor!!!!
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Edad : 33
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Vale, sí, sí, sí, sí, esta vez sí que sé de sobra y con razón que no tengo perdón de Dios, pero es que... Pufff, en serio que no era capaz de continuarlo. No tenía ni tiempo, ni, todo hay que decirlo, ganas ni inspiración. He pasado por unos meses que no sabía ni dónde estaba, pero creo que ya he vuelto! xD Espero de verdad que aquellas personas a las que les estuviese gustando el fic que sigan leyéndolo y les siga gustando, porque por mucho que a veces tarde no lo pienso dejar, tenedlo claro Y si volviendo a él consigo algun/a lector@ nuev@, pues ¡Hola! Bienvenido seas, ¡te quiero! ¡I love you so much!
En fin, no me ando más por las ramas que bastante he hecho hasta ahora U.U' Espero que os guste, ¡ya me contaréis! Muchos besos, y gracias a los que seguís ahí!!!!!
- Para mí siempre serás Castle. Me dice mucho más de ti mismo que “Rick”. Ese eres tú, solo Castle. Pero si quieres que te llame por tu nombre de pila solo…
Pero se calló al ver la mirada que le estaba dedicando él.
- ¿Qué pasa? – Dijo, soltando una pequeña risita nerviosa.
- Puedes llamarme Castle el resto de tu vida.
…
Sentado en las penumbras de una pequeña habitación, un hombre revolvía una y otra vez unas fotos que tenía esparcidas por toda la mesa. Cogía una, la miraba, se pasaba la mano por el pelo y la soltaba, exasperado. Sus manos le temblaban incontrolablemente, pero él parecía encontrarlo normal. Con un gruñido se levantó de la silla y empezó a pasearse por la habitación de un lado a otro. Encendió una luz que apenas alumbraba más allá de una pared y se quedó mirando más fotos que tenía por todas partes.
De pronto empezó a arrancar una a una las fotos, sin importarle herirse con las chinchetas que las mantenían sujetas a la pared. Una de ellas llamó su atención, y en lugar de arrancarla la quitó cuidadosamente y se quedó observándola. Pasó la mano con cuidado como si acariciara el rostro de la mujer que salía en un extremo de la fotografía, dejándola manchada de sangre y dándole un aspecto grotesco. Sus ojos vagaron entonces al hombre que salía al lado de la mujer. Era la única en la que aparecía ese hombre. Sintió la rabia apoderarse de él y sin embargo sonrió de una forma macabra. Podía ver el brillo de la vida irradiando a través de los ojos de aquel hombre, y sonrió todavía más, sabiendo que dentro de poco él sería el responsable de que ese brillo desapareciera. Para siempre.
Un delicioso beneficio colateral, pensó.
Dejó la foto encima del escritorio, se limpió las manos heridas y salió por la puerta. El asesino continuaba con el juego, y la siguiente ficha no tardaría en entrar en acción.
Habían pasado dos días desde que las cosas habían cambiado para siempre entre Castle y Beckett. No habían hablado “formalmente” de en qué punto estaban, pero parecía bastante claro a juzgar por las miradas que se dedicaban de vez en cuando. Ellos creían que nadie más se había dado cuenta. Sin embargo era realmente obvio, y Ryan y Esposito se lo estaban pasando en grande fingiendo que no les veían. En este momento, mientras Beckett observaba su pizarra y Castle permanecía de pie tras ella, los dos amigos discutían sobre cómo y cuándo podían hacerles saber que les habían pillado.
En ese momento el capitán se les acercó demandando su inmediata atención sin emitir palabra alguna. Los cinco se acercaron a él.
- Hemos hablado con el laboratorio donde se estaba analizando la carta que el asesino dejó encima del cuerpo de la niña. Ya tienen los resultados de las pruebas, y como sospechábamos no hay ninguna huella que pueda decirnos quién es.
- Pero… - Continuó Beckett, sabiendo que si el capitán en persona venía a darles esa información es porque había algo detrás, algo importante.
- Pero sí que han encontrado algo. Estaba escrito con una tinta diferente, imperceptible al ojo humano a simple vista pero fácil de detectar cuando se realizan las pruebas pertinentes. Lo que había escrito era una dirección de aquí, en Manhattan. Obviamente debemos a ir, pero no podemos arriesgarnos contigo Beckett. El asesino te quiere a ti y si vas ahí posiblemente sea igual a meterte en la boca del lobo – Beckett dirigió una mirada al capitán que a cualquier otro le hubiera costado su placa – Pero sé que no puedo obligarte, a ti no, por lo que te lo digo: no debes ir. Ahora es tu elección.
- Gracias señor, pero iré de todos modos. Este hombre ha hecho demasiado daño a demasiadas personas en mi nombre y no pienso simplemente quedarme sentada sin hacer nada al respecto.
- Me lo imaginaba… - Suspiró Montgomery.
Castle simplemente no daba crédito.
- ¡Alto, alto, alto! ¿Estás diciendo que después de que ese… ese… nos haya dicho claramente que quiere matarte, tú vas a ir directa a donde él quiere que vayas?
- Castle, si lo que estás insinuando es que deje a un lado mi trabajo y lo que se supone que debo hacer simplemente porque un loco se ha empeñado en que quiere matarme, no sigas por ahí. Acepté quedarme en tu casa ya que asegurabais que no estaría segura en otro sitio, acepté no venir a trabajar hasta que no fue indispensable, pero ya está bien. Este es mi trabajo, esto es lo que hago, y no voy a dejarlo siempre que se ponga peligroso.
Los cuatro hombres se quedaron mirando a la inspectora sin saber qué decir. Sin más, Castle la agarró del brazo y se la llevó fuera de la vista del resto. Ella no protestó y cuando él cerró la puerta tras ella y se quedaron solos, simplemente le miró en silencio esperando que hablara. Sabía de qué iba a ir esta conversación, pero no la haría cambiar de idea dijera lo que dijera.
- Kate, en serio, piénsalo. No puedes hacer esto… - Dijo Castle, acercándose al tono suplicante.
- Caslte, por favor, déjalo. No voy a cambiar de idea. Además, ¿por qué todos os preocupáis tanto? Hemos hecho esto un millón de veces, ir a las casas de los sospechosos. Y si sabe que vamos, no va a estar ahí, no hay ningún...
- ¿Pero es que no ves que es una trampa? No sé cómo ni por qué pero te conoce y sabe que vas a ir, quiere que vayas. ¡Kate, por el amor de Dios, estás haciendo exactamente lo que él quiere, y lo que quiere es matarte! Vamos, no puede ser más obvio…
- ¡Hablas como si yo no lo supiera! Sé perfectamente que él quiere que vaya, pero es que ¡no me importa! Ese hombre ha matado a 4 personas y lo va a pagar, Castle. ¡Punto!
- No, no, ¡no! ¡Lo vas a pagar tú! ¿No entiendes que no… no podría soportar que te pasara algo? – Castle dijo esto bajando la voz a la vez que se iba acercando a ella – Estoy muerto de miedo Kate. Tengo mucho, mucho miedo por ti… No…
Kate levantó la mano y le acarició dulcemente la cara. No podía culparle ni enfadarse con él. Simplemente estaba intentando mantenerla a salvo.
- Rick… - El corazón de Castle se aceleró al escuchar su nombre de sus labios – Entiendo por qué me estás pidiendo que no vaya, pero por favor entiéndeme tú a mí. Me conoces, sabes que no me puedo quedar. Necesito, necesito seguir con esto y meter entre rejas a ese tío. No puedo sentir que le estoy dejando actuar a su voluntad. Claro que sé que lo más seguro es que sea una trampa, pero tengo que correr ese riesgo, es lo que he hecho siempre.
Antes de que Castle pudiera rebatir lo que le estaba diciendo, Kate puso un dedo en sus labios para que se callara y continuó hablando.
- Igual que tú siempre has sabido que seguirme en todos mis casos era peligroso y que posiblemente estarías cerca de la muerte día a día, pero aun así siempre has venido. Siempre has estado ahí, corriendo el riesgo.
- Mis motivos no son los mismos que los tuyos, espero… - Bromeó Castle, tratando de relajar la tensión sabiendo que la batalla ya estaba perdida.
- Ya me entiendes – Rió Beckett, siguiéndole la broma. La discusión se había terminado.
Permanecieron un momento en silencio, mirándose el uno al otro sin decir nada pero diciéndolo todo.
- Sólo te pido que por favor tengas cuidado Kate…
- Sabes que siempre lo tengo, no te preocupes… Además, imagino que tendré a mi guardaespaldas personal conmigo, ¿no? – Dijo ella, sonriendo como sólo podía hacerlo con él mientras se acercaban todavía más.
- Siempre – Contestó él, terminando con la distancia que los separaba y besándola con pasión.
Se habían dedicado miradas cargadas de entendimiento, caricias furtivas en la mano cuando él le llevaba el café… pero desde aquella noche que habían pasado juntos no habían vuelto a besarse, y ambos sentían ahora que les había hecho falta como el aire.
Castle la abrazó fuerte contra él sin dejar de besarla, sosteniéndola entre sus brazos como si en cualquier momento fuera a evaporarse para siempre. Ella respondió al abrazo con ternura. Cuando estaban juntos no sentía miedo. Ningún asesino psicópata podía asustarla si estaba con Castle. Él era su salvavidas, su medicina contra todo lo malo que había ocurrido en su vida. Y ya no iba a dejarlo escapar.
Cuando por fin se separaron ella enterró la cabeza en su pecho sin dejar de abrazarle, mientras él la estrechaba fuerte.
- No puedo perderte Katherine Beckett… - Susurró Castle en su oído.
Ella levantó la mirada para encontrarse con sus increíbles ojos azules mirándola.
- Nunca. Te lo prometo – Y volvió a besarle.
- ¡Policía de Nueva York! ¡Abran la puerta!
El grito de Esposito resonó por todo el pasillo y por descontado debió escucharse en el interior de la casa. Sin embargo ni un sonido salió del interior de la misma. Como respuesta a este silencio y a un asentimiento de cabeza de Beckett, Ryan tiró la puerta abajo y todos los presentes se adentraron dentro del apartamento, con la pistola por delante y cien ojos en cada rincón. Castle y Beckett entraron en medio de los demás, casi como escoltados por todos ellos.
- Despejado. No hay nadie en la casa. Registrad todo para asegurarnos de que no haya nada que pueda ponernos en un aprieto.
El Captián Montgomery, que había decidido acudir él personalmente en este caso, dio órdenes a sus hombres y todos se dispersaron.
Castle y Beckett caminaban por la casa observándolo todo, y él el triple de atento que de costumbre a cualquier posible trampa que pudiera ponerles en peligro, en especial a ella. Anduvieron todo el pasillo y entraron en la última puerta que encontraron.
Y entonces ambos tuvieron claro que realmente aquello estaba yendo demasiado lejos.
Decenas, posiblemente centenares de fotografías de Kate poblaban la habitación. Ella en el trabajo, en el coche, en la calle, incluso entrando en su antigua casa, trabajando… Prácticamente todo el día a día de la inspectora estaba reflejado en esa habitación. Mezcladas entre ellas había fotos de los cuatro cadáveres, incluida la niña. Era como una forma más del asesino de decirle a Kate que todo eso era únicamente culpa suya. Un puñado de fotos habían sido arrancadas de la pared y ahora yacían en el suelo hechas pedazos. Se acercó y se percató de que algunas de ellas estaban manchadas de sangre y rodeadas de chinchetas.
Con un gesto, la inspectora llamó a Ryan y Esposito, que se quedaron helados al ver la habitación. Todos habían visto ya algo parecido con el caso en el que el piso de Kate voló por los aires, pero esto superaba aquello con diferencia. En aquella ocasión se vislumbraba en esa habitación una obsesión clara hacia ella, pero no tenía el grado de perturbación que tenía todo esto. Era absoluta y completamente enfermizo.
- Hay sangre manchando la mayoría de estas fotos. Coged unas muestras y mandadlas al laboratorio, a ver a quién pertenecen. Él nos ha traído hasta aquí, quería que lo viéramos y sabía que encontraríamos la sangre: la ha dejado aquí para nosotros – Estableció la inspectora.
Tras eso se separó de los otros chicos, que continuaban observando las fotos del suelo y la pared y recogiendo las muestras de la sangre, y se acercó al escritorio, ya que algo en él le estaba llamando la atención. Encima de él, solitaria, había una única foto. Las manos le temblaban cuando la cogió y la observó. Salía ella, en la calle, y su rostro aparecía manchado de sangre como si alguien hubiese pasado el dedo por la foto.
Pero lo que realmente le puso los pelos de punta fue que a su lado aparecía Castle.
No, no, no. Eso estaba mal, muy mal. Se suponía que la cosa iba con ella, solo con ella, no con él. Se suponía que si alguien podía estar en peligro no sería él. No pensaba meterle en esto. No tenía ni la menor idea de por qué ese hombre iba a por ella, pero no iba a permitir que Castle pagara por lo que fuera que había iniciado toda esa locura…
- Lo siento tanto Castle… - Murmuró Kate cuando le sintió a su lado.
Castle tardó un momento en contestar, ya que la visión de la foto le había perturbado. Ya no porque saliera él, sino por ver el rostro de ella con esa mancha de sangre.
- No tienes nada que sentir, Kate – Le susurró para que solo lo escuchara ella – Estoy contigo en esto, pase lo que pase. Y francamente, si este tío pretendía retratar tu vida en esas fotos me habría sentido muy decepcionado si no pensara que yo merecía estar en ellas, después de todo.
Kate levantó la vista para mirarle y no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa. Él siempre sabía sacar un lado amable a cualquier situación, aunque fuera una como la que estaban viviendo en ese momento.
Castle le devolvió la sonrisa, tratando de darle ánimos con ella y, tras comprobar que nadie les miraba, le dio un furtivo y cariñoso beso en la frente.
De vuelta en comisaría Kate repasaba todo lo que tenían. Cuatro personas habían muerto hasta el momento, aunque algo en su interior le decía que la cosa no iba a quedarse ahí. En las tres primeras víctimas los detalles a destacar eran las rosas encima de los tres cuerpos, con pétalos en las mujeres y solo el tallo con espinas en el hombre, y las 23 puñaladas que habían sufrido ellas (número al que, por la llamada que habían recibido, el asesino le daba bastante importancia). En el cuarto cadáver, el de la niña, habían encontrado una muñeca y la carta que los había conducido hasta la casa. En esa carta, al igual que en la llamada, volvía a amenazarla, pero además le decía que todo lo estaba haciendo por ella, para que… para que pensara en él. Eso desquiciaba a Beckett, porque no podía dejar de culparse a sí misma por todo lo que estaba pasando. No tenía ni idea de por qué, pero ese hombre estaba matando por ella.
Por otro lado, si seguían el patrón que había iniciado con las rosas, la muñeca que había dejado encima del cadáver de la niña tenía que tener algún significado acerca de por qué o cómo la había elegido a ella, pero todavía no habían encontrado nada. No tenía ningún tipo de marca ni nada que les indicase siquiera a qué tienda pertenecía. Tendrían que esperar a que llegase la madre de la niña y hablar con ella a ver si podía aclararles algo…
Y además estaba el asunto de las fotos. Ya habían deducido que tenía una especie de obsesión macabra con ella, pero llegaba a un punto extremo. Y a Beckett no le gustaba nada haber encontrado esa foto de Castle, ya que eso implicaba que de un modo u otro él también estaba en el punto de mira del asesino por el simple hecho de estar con ella… Pero si fuera así, ¿eso no implicaría también que todos los demás estaban igualmente en peligro? Si la había estado siguiendo (y eso parecía) la habría tenido que ver con todos… ¿Por qué solo Castle?
Un café posándose delante de ella en la mesa la sacó de sus pensamientos.
- No entiendo nada… - dijo la detective como saludo – ¡Tengo la sensación de que lo único que hacemos es caminar por donde él nos abre paso intencionadamente! No hemos descubierto prácticamente nada por nuestra cuenta, todo nos lo está diciendo él. Él nos dijo los nombres de las víctimas, cómo las había encontrado, nos condujo hasta su casa, ¡y la única posible muestra de sangre suya que tenemos también nos la ha proporcionado él! Es de risa, está jugando con nosotros y está ganando… Estamos a oscuras Castle, no tenemos nada, vamos cien pasos por detrás de él.
- Eh, eh, eh… Vamos, no, no te rindas, nunca lo has hecho y no vas a hacerlo ahora. Sabes que al final le ganaremos, cometerá algún error y le pillaremos. Nadie es perfecto y tú lo sabes – Trató de animarla el escritor.
- Sí, pero, ¿qué es lo que te asegura a ti que no seremos nosotros los que cometeremos ese error?
- Nunca te he visto fallar Kate, y no voy a verte hacerlo ahora. Eso es lo que me lo dice – Dijo él con solemnidad, mirándola a los ojos.
Ella le devolvió la mirada, agradeciendo al cielo internamente tenerlo con ella. Y se preguntó cuánto haría que habría caído si no le tuviera a él con ella. Era una mujer fuerte y se había sobrepuesto a infinidad de cosas. Pero todo el mundo tiene un límite, y calculaba que el suyo habría estado cerca si no fuera por la fuerza que él le había dado en todo el tiempo que llevaban juntos, e incluso antes.
De pronto, un golpe en una de las mesas de alrededor les hizo volver a la realidad de golpe dando un respingo. Se volvieron y lo que se encontraron fue a Ryan y a Esposito mirando con furia a la pantalla del ordenador. Castle y Beckett se levantaron y se dirigieron a donde estaban los dos detectives para ver qué pasaba.
- ¿A qué ha venido eso, chicos? – Preguntó Castle, mirando él también lo que aparecía en la pantalla. Pero Ryan y Esposito no le contestaron a él, sino que miraron directamente a Kate, la cual tenía la vista fija en la pantalla.
Y lo que Castle vio en sus ojos le dejó petrificado. Miedo, puro y real miedo.
Entonces fue Esposito el que habló, y el tono de su voz detonaba algo que nunca había escuchado en él hasta ahora.
- Es él Beckett… No sé cómo, pero es él…
En fin, no me ando más por las ramas que bastante he hecho hasta ahora U.U' Espero que os guste, ¡ya me contaréis! Muchos besos, y gracias a los que seguís ahí!!!!!
SI TE PIERDO
Capítulo 9
Capítulo 9
- Para mí siempre serás Castle. Me dice mucho más de ti mismo que “Rick”. Ese eres tú, solo Castle. Pero si quieres que te llame por tu nombre de pila solo…
Pero se calló al ver la mirada que le estaba dedicando él.
- ¿Qué pasa? – Dijo, soltando una pequeña risita nerviosa.
- Puedes llamarme Castle el resto de tu vida.
…
Sentado en las penumbras de una pequeña habitación, un hombre revolvía una y otra vez unas fotos que tenía esparcidas por toda la mesa. Cogía una, la miraba, se pasaba la mano por el pelo y la soltaba, exasperado. Sus manos le temblaban incontrolablemente, pero él parecía encontrarlo normal. Con un gruñido se levantó de la silla y empezó a pasearse por la habitación de un lado a otro. Encendió una luz que apenas alumbraba más allá de una pared y se quedó mirando más fotos que tenía por todas partes.
De pronto empezó a arrancar una a una las fotos, sin importarle herirse con las chinchetas que las mantenían sujetas a la pared. Una de ellas llamó su atención, y en lugar de arrancarla la quitó cuidadosamente y se quedó observándola. Pasó la mano con cuidado como si acariciara el rostro de la mujer que salía en un extremo de la fotografía, dejándola manchada de sangre y dándole un aspecto grotesco. Sus ojos vagaron entonces al hombre que salía al lado de la mujer. Era la única en la que aparecía ese hombre. Sintió la rabia apoderarse de él y sin embargo sonrió de una forma macabra. Podía ver el brillo de la vida irradiando a través de los ojos de aquel hombre, y sonrió todavía más, sabiendo que dentro de poco él sería el responsable de que ese brillo desapareciera. Para siempre.
Un delicioso beneficio colateral, pensó.
Dejó la foto encima del escritorio, se limpió las manos heridas y salió por la puerta. El asesino continuaba con el juego, y la siguiente ficha no tardaría en entrar en acción.
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Habían pasado dos días desde que las cosas habían cambiado para siempre entre Castle y Beckett. No habían hablado “formalmente” de en qué punto estaban, pero parecía bastante claro a juzgar por las miradas que se dedicaban de vez en cuando. Ellos creían que nadie más se había dado cuenta. Sin embargo era realmente obvio, y Ryan y Esposito se lo estaban pasando en grande fingiendo que no les veían. En este momento, mientras Beckett observaba su pizarra y Castle permanecía de pie tras ella, los dos amigos discutían sobre cómo y cuándo podían hacerles saber que les habían pillado.
En ese momento el capitán se les acercó demandando su inmediata atención sin emitir palabra alguna. Los cinco se acercaron a él.
- Hemos hablado con el laboratorio donde se estaba analizando la carta que el asesino dejó encima del cuerpo de la niña. Ya tienen los resultados de las pruebas, y como sospechábamos no hay ninguna huella que pueda decirnos quién es.
- Pero… - Continuó Beckett, sabiendo que si el capitán en persona venía a darles esa información es porque había algo detrás, algo importante.
- Pero sí que han encontrado algo. Estaba escrito con una tinta diferente, imperceptible al ojo humano a simple vista pero fácil de detectar cuando se realizan las pruebas pertinentes. Lo que había escrito era una dirección de aquí, en Manhattan. Obviamente debemos a ir, pero no podemos arriesgarnos contigo Beckett. El asesino te quiere a ti y si vas ahí posiblemente sea igual a meterte en la boca del lobo – Beckett dirigió una mirada al capitán que a cualquier otro le hubiera costado su placa – Pero sé que no puedo obligarte, a ti no, por lo que te lo digo: no debes ir. Ahora es tu elección.
- Gracias señor, pero iré de todos modos. Este hombre ha hecho demasiado daño a demasiadas personas en mi nombre y no pienso simplemente quedarme sentada sin hacer nada al respecto.
- Me lo imaginaba… - Suspiró Montgomery.
Castle simplemente no daba crédito.
- ¡Alto, alto, alto! ¿Estás diciendo que después de que ese… ese… nos haya dicho claramente que quiere matarte, tú vas a ir directa a donde él quiere que vayas?
- Castle, si lo que estás insinuando es que deje a un lado mi trabajo y lo que se supone que debo hacer simplemente porque un loco se ha empeñado en que quiere matarme, no sigas por ahí. Acepté quedarme en tu casa ya que asegurabais que no estaría segura en otro sitio, acepté no venir a trabajar hasta que no fue indispensable, pero ya está bien. Este es mi trabajo, esto es lo que hago, y no voy a dejarlo siempre que se ponga peligroso.
Los cuatro hombres se quedaron mirando a la inspectora sin saber qué decir. Sin más, Castle la agarró del brazo y se la llevó fuera de la vista del resto. Ella no protestó y cuando él cerró la puerta tras ella y se quedaron solos, simplemente le miró en silencio esperando que hablara. Sabía de qué iba a ir esta conversación, pero no la haría cambiar de idea dijera lo que dijera.
- Kate, en serio, piénsalo. No puedes hacer esto… - Dijo Castle, acercándose al tono suplicante.
- Caslte, por favor, déjalo. No voy a cambiar de idea. Además, ¿por qué todos os preocupáis tanto? Hemos hecho esto un millón de veces, ir a las casas de los sospechosos. Y si sabe que vamos, no va a estar ahí, no hay ningún...
- ¿Pero es que no ves que es una trampa? No sé cómo ni por qué pero te conoce y sabe que vas a ir, quiere que vayas. ¡Kate, por el amor de Dios, estás haciendo exactamente lo que él quiere, y lo que quiere es matarte! Vamos, no puede ser más obvio…
- ¡Hablas como si yo no lo supiera! Sé perfectamente que él quiere que vaya, pero es que ¡no me importa! Ese hombre ha matado a 4 personas y lo va a pagar, Castle. ¡Punto!
- No, no, ¡no! ¡Lo vas a pagar tú! ¿No entiendes que no… no podría soportar que te pasara algo? – Castle dijo esto bajando la voz a la vez que se iba acercando a ella – Estoy muerto de miedo Kate. Tengo mucho, mucho miedo por ti… No…
Kate levantó la mano y le acarició dulcemente la cara. No podía culparle ni enfadarse con él. Simplemente estaba intentando mantenerla a salvo.
- Rick… - El corazón de Castle se aceleró al escuchar su nombre de sus labios – Entiendo por qué me estás pidiendo que no vaya, pero por favor entiéndeme tú a mí. Me conoces, sabes que no me puedo quedar. Necesito, necesito seguir con esto y meter entre rejas a ese tío. No puedo sentir que le estoy dejando actuar a su voluntad. Claro que sé que lo más seguro es que sea una trampa, pero tengo que correr ese riesgo, es lo que he hecho siempre.
Antes de que Castle pudiera rebatir lo que le estaba diciendo, Kate puso un dedo en sus labios para que se callara y continuó hablando.
- Igual que tú siempre has sabido que seguirme en todos mis casos era peligroso y que posiblemente estarías cerca de la muerte día a día, pero aun así siempre has venido. Siempre has estado ahí, corriendo el riesgo.
- Mis motivos no son los mismos que los tuyos, espero… - Bromeó Castle, tratando de relajar la tensión sabiendo que la batalla ya estaba perdida.
- Ya me entiendes – Rió Beckett, siguiéndole la broma. La discusión se había terminado.
Permanecieron un momento en silencio, mirándose el uno al otro sin decir nada pero diciéndolo todo.
- Sólo te pido que por favor tengas cuidado Kate…
- Sabes que siempre lo tengo, no te preocupes… Además, imagino que tendré a mi guardaespaldas personal conmigo, ¿no? – Dijo ella, sonriendo como sólo podía hacerlo con él mientras se acercaban todavía más.
- Siempre – Contestó él, terminando con la distancia que los separaba y besándola con pasión.
Se habían dedicado miradas cargadas de entendimiento, caricias furtivas en la mano cuando él le llevaba el café… pero desde aquella noche que habían pasado juntos no habían vuelto a besarse, y ambos sentían ahora que les había hecho falta como el aire.
Castle la abrazó fuerte contra él sin dejar de besarla, sosteniéndola entre sus brazos como si en cualquier momento fuera a evaporarse para siempre. Ella respondió al abrazo con ternura. Cuando estaban juntos no sentía miedo. Ningún asesino psicópata podía asustarla si estaba con Castle. Él era su salvavidas, su medicina contra todo lo malo que había ocurrido en su vida. Y ya no iba a dejarlo escapar.
Cuando por fin se separaron ella enterró la cabeza en su pecho sin dejar de abrazarle, mientras él la estrechaba fuerte.
- No puedo perderte Katherine Beckett… - Susurró Castle en su oído.
Ella levantó la mirada para encontrarse con sus increíbles ojos azules mirándola.
- Nunca. Te lo prometo – Y volvió a besarle.
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- ¡Policía de Nueva York! ¡Abran la puerta!
El grito de Esposito resonó por todo el pasillo y por descontado debió escucharse en el interior de la casa. Sin embargo ni un sonido salió del interior de la misma. Como respuesta a este silencio y a un asentimiento de cabeza de Beckett, Ryan tiró la puerta abajo y todos los presentes se adentraron dentro del apartamento, con la pistola por delante y cien ojos en cada rincón. Castle y Beckett entraron en medio de los demás, casi como escoltados por todos ellos.
- Despejado. No hay nadie en la casa. Registrad todo para asegurarnos de que no haya nada que pueda ponernos en un aprieto.
El Captián Montgomery, que había decidido acudir él personalmente en este caso, dio órdenes a sus hombres y todos se dispersaron.
Castle y Beckett caminaban por la casa observándolo todo, y él el triple de atento que de costumbre a cualquier posible trampa que pudiera ponerles en peligro, en especial a ella. Anduvieron todo el pasillo y entraron en la última puerta que encontraron.
Y entonces ambos tuvieron claro que realmente aquello estaba yendo demasiado lejos.
Decenas, posiblemente centenares de fotografías de Kate poblaban la habitación. Ella en el trabajo, en el coche, en la calle, incluso entrando en su antigua casa, trabajando… Prácticamente todo el día a día de la inspectora estaba reflejado en esa habitación. Mezcladas entre ellas había fotos de los cuatro cadáveres, incluida la niña. Era como una forma más del asesino de decirle a Kate que todo eso era únicamente culpa suya. Un puñado de fotos habían sido arrancadas de la pared y ahora yacían en el suelo hechas pedazos. Se acercó y se percató de que algunas de ellas estaban manchadas de sangre y rodeadas de chinchetas.
Con un gesto, la inspectora llamó a Ryan y Esposito, que se quedaron helados al ver la habitación. Todos habían visto ya algo parecido con el caso en el que el piso de Kate voló por los aires, pero esto superaba aquello con diferencia. En aquella ocasión se vislumbraba en esa habitación una obsesión clara hacia ella, pero no tenía el grado de perturbación que tenía todo esto. Era absoluta y completamente enfermizo.
- Hay sangre manchando la mayoría de estas fotos. Coged unas muestras y mandadlas al laboratorio, a ver a quién pertenecen. Él nos ha traído hasta aquí, quería que lo viéramos y sabía que encontraríamos la sangre: la ha dejado aquí para nosotros – Estableció la inspectora.
Tras eso se separó de los otros chicos, que continuaban observando las fotos del suelo y la pared y recogiendo las muestras de la sangre, y se acercó al escritorio, ya que algo en él le estaba llamando la atención. Encima de él, solitaria, había una única foto. Las manos le temblaban cuando la cogió y la observó. Salía ella, en la calle, y su rostro aparecía manchado de sangre como si alguien hubiese pasado el dedo por la foto.
Pero lo que realmente le puso los pelos de punta fue que a su lado aparecía Castle.
No, no, no. Eso estaba mal, muy mal. Se suponía que la cosa iba con ella, solo con ella, no con él. Se suponía que si alguien podía estar en peligro no sería él. No pensaba meterle en esto. No tenía ni la menor idea de por qué ese hombre iba a por ella, pero no iba a permitir que Castle pagara por lo que fuera que había iniciado toda esa locura…
- Lo siento tanto Castle… - Murmuró Kate cuando le sintió a su lado.
Castle tardó un momento en contestar, ya que la visión de la foto le había perturbado. Ya no porque saliera él, sino por ver el rostro de ella con esa mancha de sangre.
- No tienes nada que sentir, Kate – Le susurró para que solo lo escuchara ella – Estoy contigo en esto, pase lo que pase. Y francamente, si este tío pretendía retratar tu vida en esas fotos me habría sentido muy decepcionado si no pensara que yo merecía estar en ellas, después de todo.
Kate levantó la vista para mirarle y no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa. Él siempre sabía sacar un lado amable a cualquier situación, aunque fuera una como la que estaban viviendo en ese momento.
Castle le devolvió la sonrisa, tratando de darle ánimos con ella y, tras comprobar que nadie les miraba, le dio un furtivo y cariñoso beso en la frente.
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De vuelta en comisaría Kate repasaba todo lo que tenían. Cuatro personas habían muerto hasta el momento, aunque algo en su interior le decía que la cosa no iba a quedarse ahí. En las tres primeras víctimas los detalles a destacar eran las rosas encima de los tres cuerpos, con pétalos en las mujeres y solo el tallo con espinas en el hombre, y las 23 puñaladas que habían sufrido ellas (número al que, por la llamada que habían recibido, el asesino le daba bastante importancia). En el cuarto cadáver, el de la niña, habían encontrado una muñeca y la carta que los había conducido hasta la casa. En esa carta, al igual que en la llamada, volvía a amenazarla, pero además le decía que todo lo estaba haciendo por ella, para que… para que pensara en él. Eso desquiciaba a Beckett, porque no podía dejar de culparse a sí misma por todo lo que estaba pasando. No tenía ni idea de por qué, pero ese hombre estaba matando por ella.
Por otro lado, si seguían el patrón que había iniciado con las rosas, la muñeca que había dejado encima del cadáver de la niña tenía que tener algún significado acerca de por qué o cómo la había elegido a ella, pero todavía no habían encontrado nada. No tenía ningún tipo de marca ni nada que les indicase siquiera a qué tienda pertenecía. Tendrían que esperar a que llegase la madre de la niña y hablar con ella a ver si podía aclararles algo…
Y además estaba el asunto de las fotos. Ya habían deducido que tenía una especie de obsesión macabra con ella, pero llegaba a un punto extremo. Y a Beckett no le gustaba nada haber encontrado esa foto de Castle, ya que eso implicaba que de un modo u otro él también estaba en el punto de mira del asesino por el simple hecho de estar con ella… Pero si fuera así, ¿eso no implicaría también que todos los demás estaban igualmente en peligro? Si la había estado siguiendo (y eso parecía) la habría tenido que ver con todos… ¿Por qué solo Castle?
Un café posándose delante de ella en la mesa la sacó de sus pensamientos.
- No entiendo nada… - dijo la detective como saludo – ¡Tengo la sensación de que lo único que hacemos es caminar por donde él nos abre paso intencionadamente! No hemos descubierto prácticamente nada por nuestra cuenta, todo nos lo está diciendo él. Él nos dijo los nombres de las víctimas, cómo las había encontrado, nos condujo hasta su casa, ¡y la única posible muestra de sangre suya que tenemos también nos la ha proporcionado él! Es de risa, está jugando con nosotros y está ganando… Estamos a oscuras Castle, no tenemos nada, vamos cien pasos por detrás de él.
- Eh, eh, eh… Vamos, no, no te rindas, nunca lo has hecho y no vas a hacerlo ahora. Sabes que al final le ganaremos, cometerá algún error y le pillaremos. Nadie es perfecto y tú lo sabes – Trató de animarla el escritor.
- Sí, pero, ¿qué es lo que te asegura a ti que no seremos nosotros los que cometeremos ese error?
- Nunca te he visto fallar Kate, y no voy a verte hacerlo ahora. Eso es lo que me lo dice – Dijo él con solemnidad, mirándola a los ojos.
Ella le devolvió la mirada, agradeciendo al cielo internamente tenerlo con ella. Y se preguntó cuánto haría que habría caído si no le tuviera a él con ella. Era una mujer fuerte y se había sobrepuesto a infinidad de cosas. Pero todo el mundo tiene un límite, y calculaba que el suyo habría estado cerca si no fuera por la fuerza que él le había dado en todo el tiempo que llevaban juntos, e incluso antes.
De pronto, un golpe en una de las mesas de alrededor les hizo volver a la realidad de golpe dando un respingo. Se volvieron y lo que se encontraron fue a Ryan y a Esposito mirando con furia a la pantalla del ordenador. Castle y Beckett se levantaron y se dirigieron a donde estaban los dos detectives para ver qué pasaba.
- ¿A qué ha venido eso, chicos? – Preguntó Castle, mirando él también lo que aparecía en la pantalla. Pero Ryan y Esposito no le contestaron a él, sino que miraron directamente a Kate, la cual tenía la vista fija en la pantalla.
Y lo que Castle vio en sus ojos le dejó petrificado. Miedo, puro y real miedo.
Entonces fue Esposito el que habló, y el tono de su voz detonaba algo que nunca había escuchado en él hasta ahora.
- Es él Beckett… No sé cómo, pero es él…
Última edición por Raaaaaq. el Dom Sep 04, 2011 8:16 am, editado 1 vez
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
genial capitulo
que interesante
gracias por el capi escribes increíble
continua pronto
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
MUY BUEN CAPITULO!
Por favor no nos hagas esperar tanto para el próximo capítulo...
Necesito saber como continua!!!
Por favor no nos hagas esperar tanto para el próximo capítulo...
Necesito saber como continua!!!
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
¡Muchas gracias!
No, no os haré esperar tanto, es algo que ya me he propuesto firmemente, tengo que tomarme esto en serio!!
Además, ahora que estoy estudiando para Septiembre me apetece hacer cualquier cosa antes que estudiar, así que...
No, no os haré esperar tanto, es algo que ya me he propuesto firmemente, tengo que tomarme esto en serio!!
Además, ahora que estoy estudiando para Septiembre me apetece hacer cualquier cosa antes que estudiar, así que...
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
comooo???????? quien demonios es????? me has dejado muy muy muy intrigada
Por favor no tardes mucho
Un excelente capitulo me encanta
Por favor no tardes mucho
Un excelente capitulo me encanta
Duende- Escritor - Policia
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Raaaaaq. escribió:¡Muchas gracias!
No, no os haré esperar tanto, es algo que ya me he propuesto firmemente, tengo que tomarme esto en serio!!
Además, ahora que estoy estudiando para Septiembre me apetece hacer cualquier cosa antes que estudiar, así que...
Estudiar sinónimo de buscar algo para perder el tiempo jajaja... 100% entendible
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Lo dejas muy interesante! espero que no tardes en seguir! Me encanta!!
BrujaAle- Escritor - Policia
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Localización : En el Sur
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
¡¡Es Josh!!
¿O quizás el 3XK?
Dios síguelo pronto por favoooor!
¿O quizás el 3XK?
Dios síguelo pronto por favoooor!
GabiiLovesMela<3- Escritor - Policia
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Localización : Galicia
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
QUIEN???? LOWKPOD???? EL DE LA MADRE DE KATE...AYY SIGUELOOO
castle&beckett..cris- Escritor - Policia
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
me encantaaaaaaaaaaaaaaaaa que hayas vuelto. me has dejado sin uñas, ahora solo espero que no tardes mucho en poner otro capi, aqui estaremos esperandote
moth13- Policia de homicidios
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
como nos hagas esperar tanto, con el cacho final que nos has dejado, me cabreare contigo!!!!!
que pasada!!!! quien es EL???? jajajaja me encanta, lo adoro!!!!
menos mal que volvieste a escribir!!!
un beso!!
que pasada!!!! quien es EL???? jajajaja me encanta, lo adoro!!!!
menos mal que volvieste a escribir!!!
un beso!!
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Verguenza me tendria que dar,haberme leido este fic y no comentarlo,me lo he leido de segundas al ver una actualizacion ya que no me acordaba de la historia.Esta muy bien y sobre todo estoy intrigado por saber quien es el asesino,espero que pronto cojan a ese hijo de ......Por cierto escribes muy bien,asi que sigue pronto
Raúl- Moderador
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Localización : Parla City
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Ya no me acordaba de lo que me gustaba esta historia. He tenido que volver a leerla entera, pero lo has dejado en lo mejor. No seas mala y continuala pronto.
Cata Castillo- Escritor - Policia
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Localización : Al sur del sur
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
Muchas gracias a todos!!! *.* Ya estoy trabajando en el siguiente capítulo, espero tenerlo pronto! Si lo acabo esta noche lo subiré, aunque sea tarde, y si no mañana ^.^
Gracias!
Gracias!
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
continualeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
.:DaNu:.- Policia de homicidios
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Localización : Perú
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
¡Hola! Bueno, he tenido algunos líos en el piso y hemos tenido que pasarnos el día divididas entre estudiar, poner lavavajillas, hacer la compra... Vamos, un día completo en un piso de estudiantes xD por lo que no he podido acabar este capítulo hasta ahora mismo. ¡Pero aquí lo teneis! Me ha costado bastante escribirlo, sabía qué quería contar en general pero se me resistían los detalles. ¡Espero que os guste!
Entonces fue Esposito el que habló, y el tono de su voz detonaba algo que nunca había escuchado en él hasta ahora.
- Es él Beckett… No sé cómo, pero es él…
…
- ¿Quién es él? ¿Quién es ese hombre? ¿Qué está pasando, Kate? – Preguntó Castle, que no entendía absolutamente nada. Miraba al hombre de la pantalla pero por más que lo intentase no lograba reconocerlo, no lo había visto en su vida. Sin embargo por las caras de Beckett, Ryan y Esposito quedaba más que claro que ellos sí sabían quién era. Y también que no les gustaba ni un pelo.
Beckett ignoró la pregunta de Castle y se giró hacia sus dos compañeros.
- ¿Cuándo… cuándo os ha llegado esto?
- Ahora mismo. Los del laboratorio llamaron para decirnos que ya tenían los resultados de la sangre que encontramos en el apartamento y que nos acababan de mandar los resultados. Entramos para ver de quién se trataba y… bueno…
- Iré a hablar con Montgomery. Vosotros llamad a Sing Sing y que os expliquen con pelos y señales por qué ese hijo de puta está en la calle y por qué nadie me ha informado de ello – Ordenó Beckett con un tono de autoridad que Castle nunca le había escuchado antes.
Dicho esto se encaminó hacia el despacho del capitán a paso firme. Castle estaba dispuesta a seguirla pero Esposito se lo impidió.
- No Castle, esta vez no. Déjala.
- ¿Me vais a decir que narices está pasando aquí? Porque no entiendo nada, ¿quién es ese tío? – Dijo Castle ya empezando a exasperarse con todo eso.
- Es mejor que te lo cuente ella misma, nosotros… Nosotros no tenemos derecho a hablarte de eso si ella no ha querido hacerlo hasta ahora, lo siento - Dijo Esposito, comprendiendo el mal rato que debía de estar pasando Castle al no saber lo que ocurría, pero con un tono de protección hacia la inspectora que sorprendió al escritor.
Al cabo de una media hora la detective Beckett salía del despacho del capitán Montgomery con un semblante completamente oscurecido. A la vez Esposito colgaba el teléfono tras hablar con los encargados de la prisión.
- En Sing Sing dicen salió de allí hace tres semanas, pero que no informaron a nadie porque no se escapó. Le dejaron libre.
- ¡¿Qué?! – Exclamó Beckett – No, eso es imposible. Ese tío estaba ahí de por vida prácticamente, no le han podido dejar libre…
- Pues lo han hecho. Al parecer el tío no había perdido todos sus contactos después de todo. Alguien gordo movió los hilos. Ahora ese hijo de puta está en la calle y seguramente alguien por ahí es un par de kilos más rico… Lo siento.
Beckett se dejó en su silla. No podía creérselo, aquello no podía ser… Sin embargo ahora empezaba a preguntarse cómo podía ser que no hubiera reconocido su voz por teléfono. Tal vez su cerebro se había encargado de borrar esa información. Al fin de al cabo, con su historial, pesadillas no le faltaban, eso desde luego.
Castle seguía sin entender nada, pero a pesar de ello no soportaba ver a Kate de esa forma y quiso acercarse a ella para mostrarle que, pasara lo que pasara, él estaba a su lado. Sin embargo alguien se le adelantó.
Esposito se agachó delante de Beckett, que estaba con la mirada fija en el suelo, y esperó a que le mirara. Cuando los ojos de la detective se encontraron con los suyos, el policía le dedicó una mirada cargada de entendimiento.
- Te prometo, te juro Kate, que vamos a encontrar a ese cabrón, y no volverá a pisar la calle en su vida. Le encontramos una vez y lo haremos otra, pero esta vez no vamos a dejar que te toque un solo pelo, ¿de acuerdo? Confía en nosotros.
Kate esbozó una sonrisa triste y Esposito la abrazó con cariño, susurrándole al oído algo que solo ella pudo escuchar, pero que hizo sonriera.
Tras esto él y Ryan se alejaron, dejando solos a Castle y a Beckett.
El escritor se sentó en su silla de siempre, al lado de la inspectora, y esperó a que ella hablara primero cuando lo considerara oportuno.
- Te has debido de sentir un poco fuera de lugar estos últimos momentos. Lo… lo siento, Castle.
Él no dijo nada, simplemente permaneció en silencio. La conocía, y como había ocurrido ya cuando le explicó cómo había conocido sus libros, debía dejar que ella hablara primero cuando estuviera preparada.
Ella tardó un poco en continuar hablando, tal vez tratando de poner en orden sus pensamientos. Había vivido con esto durante años, y creía tenerlo superado. Por eso no se lo había contado a Castle, simplemente no creía que fuera necesario y no le apetecía recordarlo. Pero ahora todo estaba volviendo a surgir, y los sentimientos de miedo que se habían apoderado de ella durante ese tiempo amenazaban con volver.
- Fue uno de mis primeros casos. Llevaba solo un par de meses en homicidios, y Montgomery todavía estaba tratando de enseñarme lo básico para moverme por aquí. Ryan y Esposito llevaban aquí un poco más que yo, también había sido el capitán quien les había traído, por lo que nos puso a trabajar juntos. Sé que ellos me consideran como su jefa, pero las cosas no empezaron así, simplemente trabajábamos juntos, sin jefes.
A Castle no le pasó inadvertida la pequeña sonrisa que asomó a los labios de Kate al recordar esa época. Siempre se había preguntado cómo se habían conocido ellos tres, pero por algún motivo nunca lo había preguntado.
- Cuando aquel caso llegó, Montgomery nos lo adjudicó. Yo siempre me había quejado de que sólo me pasaba los casos más fáciles y le repetía mil veces que estaba preparada para encargarme de un caso más gordo. Así que me pasó ese… Creo que jamás se lo ha perdonado, por eso me protege tanto desde entonces.
Tras una breve mirada al despacho del capitán, siguió hablando.
- Todo empezó como un caso normal y corriente, como tantos que habíamos visto. Una chica había sido asesinada. Luego apareció otra más, una amiga suya que además había sido violada. Y al día siguiente apareció su novio, degollado. El forense dictaminó que había muerto antes que la primera chica.
Castle escuchaba atentamente, sin perder un detalle de lo que ella le decía pero a la vez atento a su estado, ya que parecía realmente a punto de romperse.
- Por lo que averiguamos, el caso se centraba en la segunda chica que había muerto. Dimos con un hombre, un… - Beckett carraspeó - Mark Jones. Era el ex novio de la segunda chica, y era… era la persona más fría, cruel y calculadora que recuerdo. Lo tuvimos encerrado un par de días nada más, pero fue suficiente. Interrogarle fue prácticamente un infierno, no lograba sacar nada de él salvo miradas asquerosas y frases sin sentido. Realmente no teníamos una pista física y factible contra él, por lo que a pesar de que todos estábamos convencidos de que había sido él no pudimos retenerle y le dejamos en libertad…
A Castle se le estaba encogiendo el corazón. Su mente de escritor le gritaba que ya sabía a dónde iba a parar todo esto, pero simplemente se negaba a creer que eso fuera lo que había pasado.
- Unos días después de dejarle en libertad habíamos conseguido hablar con más personas y estábamos a punto de poder encerrarle de nuevo. Durante el tiempo que pasó desde que le dejamos en libertad hasta ese momento contactamos con una ex novia suya que nos contó que, literalmente, Mark Jones estaba loco. Decía que se obsesionaba con las mujeres hasta un punto enfermizo. Ella logró librarse de él antes de que la cosa pasara a mayores, pero tuvo que mudarse debido al miedo. Y juró que estaba segura de que si esas personas habían muerto, había sido él.
- Finalmente – Continuó tras una breve pausa – encontramos lo que buscábamos. Una prueba contra él que nos permitiría encerrarle. Pero nosotros no fuimos los únicos que nos dimos cuenta de la existencia de esa prueba, él también. Nosotros llegamos antes, él lo supo y… bueno, tuvo que vengarse, según dijo.
Castle notó como al llegar a esta parte la voz de la detective se quebraba y comenzaban a temblarle las manos. Internamente, odió a ese hombre más que a nadie en el mundo, estando ya seguro de lo que ella le iba a contar.
- Una noche, dos días después de conseguir esa prueba y cuando la orden de búsqueda y captura de Mark Jones ya estaba en marcha, apareció en mi casa. No… no tengo ni la menor idea de cómo lo hizo, solo sé que cuando me quise dar cuenta estaba allí. No pude defenderme, me pilló completamente de sorpresa y no tenía el arma. No paraba de decirme que yo tenía que ser suya, que había sido el destino… Estaba loco, completamente…
Una lágrima bajó por la mejilla de Kate y a Castle se le partió el alma. No podía creer que eso le hubiera pasado a ella, a su Beckett…
- No sé… no sé cuánto tiempo pasó, simplemente sé que de repente tiraron la puerta abajo y escuché dos disparos. Y entonces Esposito apareció, me cogió en brazos, me tapó con su chaqueta y me sacó de allí.
Kate miró hacia donde Esposito estaba con Ryan y sonrió con tristeza, para luego volver a mirar a Castle. Bueno, más bien volver la cabeza hacia donde estaba Castle, porque no levantó la vista del suelo.
- Él me contó que durante las primeras horas no pronuncié palabra. Yo lo único que recuerdo de todo eso es el dolor y el frío. Y a Esposito a mi lado todo el rato. No me dejó sola ni un momento…
Ahora Castle entendía el por qué de la actitud del detective con ella cuando habían visto de quién se trataba. Y se lo agradeció en el alma.
- Más tarde me contó que les había llegado una llamada del propio Mark diciendo que me había matado. Barajaron dos opciones, Ryan fue a su piso y Esposito vino al mío. Cuando entró los dos disparos que escuché fueron suyos, pero no le mató. Le encerraron en Sing Sing, ahora con los agravantes de agresión y… violación a una policía – A Castle le tembló todo el cuerpo al escuchar esa palabra – y se suponía que pasaría una temporada muy grande en la cárcel… Yo poco a poco me fui recuperando de eso. Siempre tuve a Esposito, Ryan y el capitán conmigo y no me dejaron hundirme como ya lo había hecho con mi madre. Es desde entonces que estamos tan unidos. Por eso no te dije nunca nada Rick, creí que ya lo tenía superado. Yo estaba bien, ya no pensaba en ello, ese hombre estaba encerrado, fin de la historia. Pero...
Kate ya no pudo reprimirse más y rompió a llorar.
Castle se acercó a ella y la envolvió en sus brazos protectoramente, tratando de calmarla. Era horrible, simple y absolutamente horrible. Ella lloró en silencio pegada a su pecho, calmándose poco a poco. Cuando se sintió mejor se separó de él y le miró a los ojos. Al ver su rostro con las marcas de las lágrimas y sus ojos rojos de llorar Castle sintió de pronto que si se encontraba cara a cara con el hijo de puta que le había hecho eso, simplemente le mataría. Con sus propias manos.
- Perdóname por no haberte dicho nada Castle…
- Eh, eh, eh, no te preocupes por eso, no pasa nada, ¿me oyes? – Castle le hablaba dulcemente mientras le acariciaba el rostro, limpiándole el rastro de las lágrimas – Escúchame, voy a estar contigo, siempre, pase lo que pase. No te pienso dejar sola. Vamos a coger a ese cabrón y lo vamos a meter entre rejas para el resto de su vida. Y tú vas a estar bien. No pienso dejar que nadie, jamás, vuelva a hacerte daño. Nunca. Confía en mí.
- Gracias - contestó Kate, esta vez abrazándole ella con fuerza – No sabes cuánto me alegro de que estés conmigo ahora mismo Castle…
Él le besó con ternura el pelo y la apretó más contra él. En ese momento moría por decirle cuánto la quería, cuánto la amaba. Pero no estaba seguro de que ambos estuvieran en ese mismo punto.
- Por cierto, ¿qué te dijo Esposito al oído? – Preguntó Castle con curiosidad – Si puede saberse, claro… - bromeó.
- Simplemente dijo “Y ahora tienes a Castle” – Susurró Kate, con una ternura que a Castle le llegó al alma.
Sí. Él siempre estaría ahí para ella. No dejaría que nadie volviera a tocarle un pelo, no mientras él siguiera vivo.
SI TE PIERDO
Capítulo 10
Capítulo 10
Entonces fue Esposito el que habló, y el tono de su voz detonaba algo que nunca había escuchado en él hasta ahora.
- Es él Beckett… No sé cómo, pero es él…
…
- ¿Quién es él? ¿Quién es ese hombre? ¿Qué está pasando, Kate? – Preguntó Castle, que no entendía absolutamente nada. Miraba al hombre de la pantalla pero por más que lo intentase no lograba reconocerlo, no lo había visto en su vida. Sin embargo por las caras de Beckett, Ryan y Esposito quedaba más que claro que ellos sí sabían quién era. Y también que no les gustaba ni un pelo.
Beckett ignoró la pregunta de Castle y se giró hacia sus dos compañeros.
- ¿Cuándo… cuándo os ha llegado esto?
- Ahora mismo. Los del laboratorio llamaron para decirnos que ya tenían los resultados de la sangre que encontramos en el apartamento y que nos acababan de mandar los resultados. Entramos para ver de quién se trataba y… bueno…
- Iré a hablar con Montgomery. Vosotros llamad a Sing Sing y que os expliquen con pelos y señales por qué ese hijo de puta está en la calle y por qué nadie me ha informado de ello – Ordenó Beckett con un tono de autoridad que Castle nunca le había escuchado antes.
Dicho esto se encaminó hacia el despacho del capitán a paso firme. Castle estaba dispuesta a seguirla pero Esposito se lo impidió.
- No Castle, esta vez no. Déjala.
- ¿Me vais a decir que narices está pasando aquí? Porque no entiendo nada, ¿quién es ese tío? – Dijo Castle ya empezando a exasperarse con todo eso.
- Es mejor que te lo cuente ella misma, nosotros… Nosotros no tenemos derecho a hablarte de eso si ella no ha querido hacerlo hasta ahora, lo siento - Dijo Esposito, comprendiendo el mal rato que debía de estar pasando Castle al no saber lo que ocurría, pero con un tono de protección hacia la inspectora que sorprendió al escritor.
Al cabo de una media hora la detective Beckett salía del despacho del capitán Montgomery con un semblante completamente oscurecido. A la vez Esposito colgaba el teléfono tras hablar con los encargados de la prisión.
- En Sing Sing dicen salió de allí hace tres semanas, pero que no informaron a nadie porque no se escapó. Le dejaron libre.
- ¡¿Qué?! – Exclamó Beckett – No, eso es imposible. Ese tío estaba ahí de por vida prácticamente, no le han podido dejar libre…
- Pues lo han hecho. Al parecer el tío no había perdido todos sus contactos después de todo. Alguien gordo movió los hilos. Ahora ese hijo de puta está en la calle y seguramente alguien por ahí es un par de kilos más rico… Lo siento.
Beckett se dejó en su silla. No podía creérselo, aquello no podía ser… Sin embargo ahora empezaba a preguntarse cómo podía ser que no hubiera reconocido su voz por teléfono. Tal vez su cerebro se había encargado de borrar esa información. Al fin de al cabo, con su historial, pesadillas no le faltaban, eso desde luego.
Castle seguía sin entender nada, pero a pesar de ello no soportaba ver a Kate de esa forma y quiso acercarse a ella para mostrarle que, pasara lo que pasara, él estaba a su lado. Sin embargo alguien se le adelantó.
Esposito se agachó delante de Beckett, que estaba con la mirada fija en el suelo, y esperó a que le mirara. Cuando los ojos de la detective se encontraron con los suyos, el policía le dedicó una mirada cargada de entendimiento.
- Te prometo, te juro Kate, que vamos a encontrar a ese cabrón, y no volverá a pisar la calle en su vida. Le encontramos una vez y lo haremos otra, pero esta vez no vamos a dejar que te toque un solo pelo, ¿de acuerdo? Confía en nosotros.
Kate esbozó una sonrisa triste y Esposito la abrazó con cariño, susurrándole al oído algo que solo ella pudo escuchar, pero que hizo sonriera.
Tras esto él y Ryan se alejaron, dejando solos a Castle y a Beckett.
El escritor se sentó en su silla de siempre, al lado de la inspectora, y esperó a que ella hablara primero cuando lo considerara oportuno.
- Te has debido de sentir un poco fuera de lugar estos últimos momentos. Lo… lo siento, Castle.
Él no dijo nada, simplemente permaneció en silencio. La conocía, y como había ocurrido ya cuando le explicó cómo había conocido sus libros, debía dejar que ella hablara primero cuando estuviera preparada.
Ella tardó un poco en continuar hablando, tal vez tratando de poner en orden sus pensamientos. Había vivido con esto durante años, y creía tenerlo superado. Por eso no se lo había contado a Castle, simplemente no creía que fuera necesario y no le apetecía recordarlo. Pero ahora todo estaba volviendo a surgir, y los sentimientos de miedo que se habían apoderado de ella durante ese tiempo amenazaban con volver.
- Fue uno de mis primeros casos. Llevaba solo un par de meses en homicidios, y Montgomery todavía estaba tratando de enseñarme lo básico para moverme por aquí. Ryan y Esposito llevaban aquí un poco más que yo, también había sido el capitán quien les había traído, por lo que nos puso a trabajar juntos. Sé que ellos me consideran como su jefa, pero las cosas no empezaron así, simplemente trabajábamos juntos, sin jefes.
A Castle no le pasó inadvertida la pequeña sonrisa que asomó a los labios de Kate al recordar esa época. Siempre se había preguntado cómo se habían conocido ellos tres, pero por algún motivo nunca lo había preguntado.
- Cuando aquel caso llegó, Montgomery nos lo adjudicó. Yo siempre me había quejado de que sólo me pasaba los casos más fáciles y le repetía mil veces que estaba preparada para encargarme de un caso más gordo. Así que me pasó ese… Creo que jamás se lo ha perdonado, por eso me protege tanto desde entonces.
Tras una breve mirada al despacho del capitán, siguió hablando.
- Todo empezó como un caso normal y corriente, como tantos que habíamos visto. Una chica había sido asesinada. Luego apareció otra más, una amiga suya que además había sido violada. Y al día siguiente apareció su novio, degollado. El forense dictaminó que había muerto antes que la primera chica.
Castle escuchaba atentamente, sin perder un detalle de lo que ella le decía pero a la vez atento a su estado, ya que parecía realmente a punto de romperse.
- Por lo que averiguamos, el caso se centraba en la segunda chica que había muerto. Dimos con un hombre, un… - Beckett carraspeó - Mark Jones. Era el ex novio de la segunda chica, y era… era la persona más fría, cruel y calculadora que recuerdo. Lo tuvimos encerrado un par de días nada más, pero fue suficiente. Interrogarle fue prácticamente un infierno, no lograba sacar nada de él salvo miradas asquerosas y frases sin sentido. Realmente no teníamos una pista física y factible contra él, por lo que a pesar de que todos estábamos convencidos de que había sido él no pudimos retenerle y le dejamos en libertad…
A Castle se le estaba encogiendo el corazón. Su mente de escritor le gritaba que ya sabía a dónde iba a parar todo esto, pero simplemente se negaba a creer que eso fuera lo que había pasado.
- Unos días después de dejarle en libertad habíamos conseguido hablar con más personas y estábamos a punto de poder encerrarle de nuevo. Durante el tiempo que pasó desde que le dejamos en libertad hasta ese momento contactamos con una ex novia suya que nos contó que, literalmente, Mark Jones estaba loco. Decía que se obsesionaba con las mujeres hasta un punto enfermizo. Ella logró librarse de él antes de que la cosa pasara a mayores, pero tuvo que mudarse debido al miedo. Y juró que estaba segura de que si esas personas habían muerto, había sido él.
- Finalmente – Continuó tras una breve pausa – encontramos lo que buscábamos. Una prueba contra él que nos permitiría encerrarle. Pero nosotros no fuimos los únicos que nos dimos cuenta de la existencia de esa prueba, él también. Nosotros llegamos antes, él lo supo y… bueno, tuvo que vengarse, según dijo.
Castle notó como al llegar a esta parte la voz de la detective se quebraba y comenzaban a temblarle las manos. Internamente, odió a ese hombre más que a nadie en el mundo, estando ya seguro de lo que ella le iba a contar.
- Una noche, dos días después de conseguir esa prueba y cuando la orden de búsqueda y captura de Mark Jones ya estaba en marcha, apareció en mi casa. No… no tengo ni la menor idea de cómo lo hizo, solo sé que cuando me quise dar cuenta estaba allí. No pude defenderme, me pilló completamente de sorpresa y no tenía el arma. No paraba de decirme que yo tenía que ser suya, que había sido el destino… Estaba loco, completamente…
Una lágrima bajó por la mejilla de Kate y a Castle se le partió el alma. No podía creer que eso le hubiera pasado a ella, a su Beckett…
- No sé… no sé cuánto tiempo pasó, simplemente sé que de repente tiraron la puerta abajo y escuché dos disparos. Y entonces Esposito apareció, me cogió en brazos, me tapó con su chaqueta y me sacó de allí.
Kate miró hacia donde Esposito estaba con Ryan y sonrió con tristeza, para luego volver a mirar a Castle. Bueno, más bien volver la cabeza hacia donde estaba Castle, porque no levantó la vista del suelo.
- Él me contó que durante las primeras horas no pronuncié palabra. Yo lo único que recuerdo de todo eso es el dolor y el frío. Y a Esposito a mi lado todo el rato. No me dejó sola ni un momento…
Ahora Castle entendía el por qué de la actitud del detective con ella cuando habían visto de quién se trataba. Y se lo agradeció en el alma.
- Más tarde me contó que les había llegado una llamada del propio Mark diciendo que me había matado. Barajaron dos opciones, Ryan fue a su piso y Esposito vino al mío. Cuando entró los dos disparos que escuché fueron suyos, pero no le mató. Le encerraron en Sing Sing, ahora con los agravantes de agresión y… violación a una policía – A Castle le tembló todo el cuerpo al escuchar esa palabra – y se suponía que pasaría una temporada muy grande en la cárcel… Yo poco a poco me fui recuperando de eso. Siempre tuve a Esposito, Ryan y el capitán conmigo y no me dejaron hundirme como ya lo había hecho con mi madre. Es desde entonces que estamos tan unidos. Por eso no te dije nunca nada Rick, creí que ya lo tenía superado. Yo estaba bien, ya no pensaba en ello, ese hombre estaba encerrado, fin de la historia. Pero...
Kate ya no pudo reprimirse más y rompió a llorar.
Castle se acercó a ella y la envolvió en sus brazos protectoramente, tratando de calmarla. Era horrible, simple y absolutamente horrible. Ella lloró en silencio pegada a su pecho, calmándose poco a poco. Cuando se sintió mejor se separó de él y le miró a los ojos. Al ver su rostro con las marcas de las lágrimas y sus ojos rojos de llorar Castle sintió de pronto que si se encontraba cara a cara con el hijo de puta que le había hecho eso, simplemente le mataría. Con sus propias manos.
- Perdóname por no haberte dicho nada Castle…
- Eh, eh, eh, no te preocupes por eso, no pasa nada, ¿me oyes? – Castle le hablaba dulcemente mientras le acariciaba el rostro, limpiándole el rastro de las lágrimas – Escúchame, voy a estar contigo, siempre, pase lo que pase. No te pienso dejar sola. Vamos a coger a ese cabrón y lo vamos a meter entre rejas para el resto de su vida. Y tú vas a estar bien. No pienso dejar que nadie, jamás, vuelva a hacerte daño. Nunca. Confía en mí.
- Gracias - contestó Kate, esta vez abrazándole ella con fuerza – No sabes cuánto me alegro de que estés conmigo ahora mismo Castle…
Él le besó con ternura el pelo y la apretó más contra él. En ese momento moría por decirle cuánto la quería, cuánto la amaba. Pero no estaba seguro de que ambos estuvieran en ese mismo punto.
- Por cierto, ¿qué te dijo Esposito al oído? – Preguntó Castle con curiosidad – Si puede saberse, claro… - bromeó.
- Simplemente dijo “Y ahora tienes a Castle” – Susurró Kate, con una ternura que a Castle le llegó al alma.
Sí. Él siempre estaría ahí para ella. No dejaría que nadie volviera a tocarle un pelo, no mientras él siguiera vivo.
Última edición por Raaaaaq. el Mar Sep 06, 2011 11:51 am, editado 2 veces
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
guauu te esta quedando increible, lo tenes q continuar!!!
la verdad te re felicito!!
la verdad te re felicito!!
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
DIOS!!!! UN GIRO INESPERADISIMO!!! que pasada, que fuerrrrrteeeeee!!!!!
en serio, super enhorabuena por el fic. esta GENIAL!!!
un beso
en serio, super enhorabuena por el fic. esta GENIAL!!!
un beso
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
pobrecita beckett dios mio que fuerte lo que le paso que triste
alucinante el capitulo dios mio quiero mas cuando puedas
muchas gracias por otra historia
alucinante el capitulo dios mio quiero mas cuando puedas
muchas gracias por otra historia
Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
jo chica despues de ver John Q y leer esto , voy a tener que ir a limpiarme la cara jejejejej muy bueno !
joNATHAN- Ayudante de policia
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Re: Si Te Pierdo - Capítulo 12 (07/11/11)
=O wuau!!! que pasado... pobrecita u.u
.:DaNu:.- Policia de homicidios
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