(+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ya es 5 de abril, y aún no hay nuevo capitulo
no me parece...capi nuevooooooooooo
no me parece...capi nuevooooooooooo
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ya paso él domingo de resurrección y aun no resucita la dueña de esta historia con un nuevo capitulo..por favorrrrr...actualizaaaaa
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Habrá que seguir esperando. Pero seguro q merece la pena la esperaEmily Claire escribió:me encantoo... no los acortes, esta perfecto así, igual me pareció cortisimo, me meti tanto en la lectura que ni me di cuenta cuando lo termine, sigue pronto, ya quiero ver que pasara con Kate y Rick...
Yaye- Escritor - Policia
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ya han pasado dos meses y aun no hay actualización...Por favor siguelooooo y capítulo nuevo prontoooo
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola gente linda! Espero que no se hayan olvidado de mí. Yo, aunque no parezca, no me olvidé de ustedes! Jajajajaja Estuve muy atareada y se me hizo imposible continuar, pero por suerte he avanzado bastante. Les dejo el capi nuevo y me voy a terminar el siguiente, al cual le falta muy poquito!
Capítulo XXII
-Rick... ¿Estás bien?- se animó a preguntar. Beckett siguió inmóvil, como petrificada, esperando que Castle diese señales de vida.
-Supongo que lo estaré en cuanto me quite a Dick de encima…- dijo con algo de esfuerzo. -¿Me das una mano?
-Coonan ¿Está…?- preguntó sabiendo la respuesta mientras ayudaba a retirar el cuerpo del sicario de encima del escritor.
-Muerto.
-¡Diablos! ¡No puede estar muerto!
-Pues, lo está ¿Tú estás bien?- preguntó el escritor incorporándose lentamente.
-¿Yo…? Creo que sí, sangra un poco ¿Y tú? ¿Estás herido?
-Es solo un rasguño. Debemos irnos de aquí cuanto antes.- explicó al incorporarse con algo de dificultad.
-¡No puedo irme, Castle! ¡Debo informar a mis superiores lo que ha ocurrido!
-¡¿De qué estás hablando?! ¡No puedes reportarte con tu jefe! ¡Debemos irnos, Beckett! Si nos quedamos aquí corremos peligro de que nos descubran y todo por lo que estuvimos trabajando se irá al demonio… Déjame verte el brazo.-pidió al acercarse. –No parece profunda, pero estás sangrando mucho- dijo mientras buscaba un par de toallas: una para envolver el brazo de Kate y la otra para presionar sobre su propia herida.
-¡No puedo creer que lo maté! ¡Justo ahora que estaba tan cerca de…!- la joven no parecía reparar en su herida ni en la de Castle. En lo único que podía pensar era que había matado al hombre que había terminado con la vida de su madre, coartando la posibilidad de saber a pedido de quien lo había hecho.
-¿Cerca de qué?- curioseó el escritor.
-De nada. Olvida lo que dije… No puedo dejar un cadáver en mi departamento y desaparecer, Castle. Soy policía y debo informar lo sucedido.- informó mientras recogía su arma del suelo y se la ponía atrás, en la cintura.
-Yo me encargaré de esto.
-Yo debo encargarme de esto, es mi trabajo. Maté a un hombre y debo dar muchas explicaciones…– afirmó Beckett. Sabía que era su responsabilidad y que debía llamar a mi jefe, aunque todavía no sabía muy bien que decirle. Toda la operación estaba en riesgo y seguramente la sacarían del caso para preservar su integridad física y no le permitirían continuar con la investigación.
-Ya no. Esto te excede como policía. Deberás confiar en mí, aunque te cueste. Prometo explicarte todo cuanto antes.- dijo al regresar junto a ella. Tapó el tajo del brazo de la joven lo mejor que pudo y apretó la tela con fuerza antes de hacer un nudo. Inmediatamente después sacó su teléfono celular mientras se dirigía a la ventana. –Soy yo. Necesito una limpieza, urgente. Sí, lo sé. Ya nos estamos yendo para allá.- el escritor no dijo nada más y colgó el teléfono.
-Si quieres que vaya contigo necesito respuestas.
-Y las tendrás, pero ahora no hay tiempo que perder.
-Necesito armar un bolso con mis pertenencias. No puedo dejar todo aquí…
-No hay tiempo de armar un bolso, Beckett. Ya veremos cómo recuperamos tus cosas.
-Hay cosas que no puedo dejar atrás y debo ir a buscarlas. Puedes ir bajando si quieres.
-¡Pero, Beckett…!- intentó decir Castle.
-Ni lo intentes. No es negociable.- aseguró mientras corría a su habitación en busca del reloj de su padre y del anillo de su madre, el cual todavía colgaba de la cadena que le había regalado el escritor. Eran sus objetos más preciados, las únicas cosas materiales que le importaban en su vida y cada una de ellas le recordaban el profundo amor que tenía por esas tres personas y no podía dejarlas atrás con el resto de sus cosas.
Castle la esperó sin decir más nada y luego bajaron por las escaleras de incendio con rapidez. De la misma forma llegaron hasta la moto.
-¿Es tuya?- preguntó Beckett con asombro.
-Por supuesto ¿Puedes manejar con ese brazo así?
-Absolutamente, pero… ¿Por qué me dejarías manejar a mí?
-Sé que te gustan las motos y quizá no tengas otra oportunidad…
-La verdad, Castle.
-De acuerdo. No puedo manejar porque necesito presionar un poco aquí…- explicó abriéndose la chaqueta para mostrarle la herida.
-¡Diablos! ¡Dijiste que solo era un rasguño!
-¡Estoy bien! Tenemos que irnos ya, Beckett.
-¡Debemos ir a un hospital de inmediato!
-¡De ninguna manera! Tendríamos que explicar demasiadas cosas. Iremos al departamento donde estuvimos hace un rato, ahí tengo lo necesario para curarnos.
-Es una locura…
-Sin dudas, pero es la única opción que tenemos ¿Vas a seguir perdiendo tiempo en discutir o nos vamos antes de que nos atrapen?
-¡De acuerdo! ¡Sube!
-¿Recuerdas como llegar?
-Por supuesto.
-Lo más rápido que puedas.
-Recuerda que tú lo pediste.
La joven conducía estupendamente, y como era de esperarse, iba prácticamente en el aire. Tenía la excusa perfecta para exceder el límite de velocidad y no pensaba desaprovecharlo. El escritor trataba de no pensar en el dolor y concentrarse en la adrenalina que le producía ir a esa velocidad sin estar manejando. En otras circunstancias, lo estaría disfrutando mucho y si no tuviese una bala en su abdomen hasta podría decirse que era un viaje de lujo.
En pocos minutos estaban dentro de la cochera del departamento que Castle tenía como refugio. Ni bien traspasaron la puerta, el escritor se dirigió al baño a juntar lo necesario para las curaciones.
-¿Puedes poner un jarro con agua en la hornalla?- gritó desde el baño.
-Sí, por supuesto.- respondió la joven mientras se dirigía a las alacenas para buscar un recipiente.
El celular del escritor repiqueteó en su bolsillo. Respondió de inmediato. Beckett escuchaba desde la cocina como relataba de forma rápida lo que había sucedido en su departamento. No tenía idea de quien se encontraba del otro lado del teléfono, pero ni siquiera intentó averiguarlo. Sabía que lo único que saldría de la boca de Rick era el pedido de confianza hacia él, seguido de un hermetismo sepulcral en cuanto a explicaciones, por lo que sería en vano preguntar. Podría decirse que confiar en el escritor, de momento, le estaba resultando difícil. No obstante, el único modo de develar el arcano en el que se había convertido la vida de Castle, era sacando conjeturas en base a lo poco que sabía. La única que podría darle una mano con el misterio, sobre una pequeña parte de su pasado al menos, era su amiga Lanie, con la cual no había podido comunicarse aun, pero no tardaría en hacerlo.
Castle regresó a los pocos minutos con una pequeña canasta. De adentro, sacó unas pinzas quirúrgicas y un bisturí que rápidamente tiro dentro del jarro que había puesto a hervir la joven. Luego, abrió la alacena y sacó un frasco pequeño con lo que parecía ser pimienta roja. Lo abrió y echó una cucharada en un vaso de agua tibia, bebiéndolo de inmediato al dejar de revolver.
-¿Eso es pimienta?- preguntó la joven con sorpresa.
-Así es. Pimienta de Cayena. Ayuda a parar la hemorragia.
-¿Dónde aprendiste eso?
-En una de las tantas vidas que he tenido. Siéntate aquí.- le ordenó a Kate señalando la silla.
-¿Qué es lo que piensas hacer? Hay que llamar a un médico.
-No conozco ningún médico que pueda curarnos sin hacer preguntas, ninguno que no esté relacionado con Vulcan, claro. Voy a curarte esa herida yo mismo y no te preocupes, sé cómo hacerlo bien.
-No me preocupa el tajo que tengo en el brazo, lo que me preocupa es el agujero que tienes en tu costado. Estás sangrando mucho, lo primero que tenemos que hacer es curarte a ti.
-Todavía estoy bien, pero no lo estaré por mucho tiempo. La toalla, sujeta por el cinturón que me puse me está ayudando a contener la hemorragia y me dará el tiempo suficiente para curarte. Así que empezamos ya.- aseguró mientras le pasaba una botella de Whiskey de la que acababa de beber. –Ten, pégale un buen trago. Esto va a doler un poco…
Mientras la joven le daba un largo trago a la botella, el escritor le tiraba alcohol sobre la herida para desinfectar. Repitió la acción con sus manos y por último, embebió una gasa y limpió la sangre que quedaba alrededor del corte. Seguidamente, tiró sobre la herida pimienta de cayena y luego apretó con ambas manos el tajo, uniendo la piel por la fuerza ejercida y esperó unos minutos antes de colocar una gasa sobre el tajo y una venda bien apretada para sostener el apósito.
-¡Listo! ¡Eres valiente, Beckett! ¡No se te escapó ni una lágrima!
-Veremos si puedo decir lo mismo de ti. Te toca…
-¿Sabes lo que tienes que hacer?
-Sí, llamar a un médico. No puedo curarte una herida de bala.
-Sí, sí puedes y ya te dije que no podemos conseguir un médico.
-No puedo creer que la CIA no pueda conseguirte un médico a la madrugada.
-¡¿Cómo sabes que es la CIA con la que trabajo?!
-¿Quién más limpiaría un cadáver de mi departamento?
-Buen punto…
-¿Pueden desaparecer un cuerpo pero no conseguirte un médico que te cure?
-No es tan sencillo…
-Explícame, entonces.
-Para hacerlo fácil: toda esta operación no es del todo “oficial” ¿Me explico?
-No mucho…
-Muchas de las operaciones en las que interviene la central de inteligencia no son autorizadas oficialmente hasta que se concretan satisfactoriamente.
-En otras palabras, si no sale bien, no se hacen cargo de nada ¿Correcto?
-Exacto. Por lo que hasta que esto no termine habrá cosas en las que me podrán ayudar y otras que no. Un médico no entra en la lista, por lo que tendrás que hacer tu misma el trabajo. Yo te indicaré como.
Castle se quitó la camisa y después el cinturón, soltando la toalla empapada en sangre que caía al piso como si fuese de plomo. La herida todavía sangraba un poco, por lo que no se podía ver el orificio con claridad. El escritor observaba a la joven mientras se desinfectaba las manos con alcohol. Podía verse la preocupación en su rostro. Lo que estaba por hacer carecía de sensatez, pero en definitiva, todo lo que había ocurrido en los últimos días había sido una verdadera locura y esto no tenía por qué ser la excepción.
-Escucha atentamente. Primero debes tirar alcohol en la herida y luego presionar fuertemente con una gasa. Después, esparce un poco de pimienta de Cayena.
-De acuerdo.- dijo tomando la botella de alcohol con una mano y la gasa con la otra.
-¡Espera!
-¡¿Qué pasa?!
-Necesito beber un largo trago antes de que empieces.- explicó tomando la botella de whiskey. Llenó su boca completamente con la bebida y tragó de golpe. Necesitaba que le hiciera efecto lo antes posible, sabía lo doloroso que sería lo siguiente y quería estar preparado.
Beckett esperó a que tomase un par de tragos y comenzó con la curación. Luego de desinfectar, presionó con toda su fuerza sobre la herida durante unos minutos. Mientras empujaba la gasa sobre el orificio sintió una dureza extraña.
-Castle… No me digas que tienes la bala dentro…- dijo con preocupación.
-¿Y qué esperabas? … no está profunda, por lo que no te costará sacarla. El cuerpo de Coonan absorbió gran parte del impacto. - explicó antes de beber otro trago.
-¡¿Cómo no me dijiste que tenía que sacarte una bala?! ¡Pensé que solo te había rozado!
-Me hubiese costado mucho más convencerte de hacerlo…
-¡No hubiese accedido a semejante locura!
-¿Ves a lo que me refiero? ¡Vamos, Kate! ¡Ya estás metida en esto, debes terminar antes de que me desangre!
-¡Te mataría con mis propias manos!
-Luego de curarme. Ahora que sangra menos es el momento de sacar la bala. Toma el bisturí y las pinzas que están dentro del agua.
Beckett tiró el agua del recipiente y luego tomo los elementos como le había indicado el escritor.
-Ahora, con el bisturí has una cruz sobre el orificio para agrandarlo, de otra forma no podrás introducir la pinza para extraer el proyectil. Ten preparada la gasa con alcohol, la necesitarás después del corte.
Kate respiró hondo, como tomando coraje y de inmediato cortó la piel como le había indicado el escritor. Ni bien quitó el bisturí presionó fuertemente sobre la herida. De la boca de Castle no había salido sonido. No se había quejado ni gritado y ni siquiera un gemido se le había escapado, pero en su rostro se dibujaba todo el sufrimiento que padecía en ese momento. Y ella sabía que la cosa se pondría peor.
Esperó a que bebiera un trago más y entonces procedió a quitar la gasa para poder introducir la pinza dentro del hoyo que había abierto el proyectil. Al momento que la punta del instrumento quirúrgico penetraba dentro de la herida, moviéndose lentamente, el escritor entrecerraba los ojos en un gesto de dolor.
Él ya había pasado por esto. Ya habían curado una herida de bala en su cuerpo, pero en aquella ocasión, el proyectil lo había traspasado de lado a lado, dejándole un agujero en el hombro. Nadie había tenido que escarbar dentro de su carne para lograr atrapar el resbaladizo plomo incrustado, como lo hacía la joven en este momento. Y pese a que su tolerancia al dolor era admirable, no pudo evitar dejar escapar un gemido al momento que la pinza resbalaba sobre el proyectil que intentaba quitar Kate.
-¡Lo siento!- se disculpó inmediatamente.-¡No quise...!
-No fue nada... Continúa...-interrumpió el escritor. No quería ponerla más nerviosa de lo que ya estaba. Sabía lo difícil que era para ella hacer esto y no pretendía preocuparla en demasía para no demorar así el padecimiento ante cada intento de aprisionar la bala.
-¡Es muy difícil atraparla, Castle! ¡No está funcionando y lo único que estoy logrando es lastimarte!
-Debes tranquilizarte, Kate. Sé que podrás hacerlo, confío en ti plenamente. No hay nada que te propongas que no consigas, así que deja de preocuparte por mi dolor. Sé que puedo soportarlo... Ya he estado ahí...
Castle hablaba pausado. Se lo notaba agitado y las gotas de sudor frío resbalaban de su rostro, pero seguía sin quejarse del intenso dolor que sentía, aunque podía suponerse que no estaría consciente mucho tiempo más.
Beckett tragó saliva antes de respirar hondo una vez más, tomando coraje para un nuevo intento. Esta vez, sería la definitiva. Como bien había dicho el escritor, no había nada en este mundo que no pudiese hacer si se lo proponía, por lo que enfrió su cabeza, ignorando el dolor de Rick por unos segundos e introdujo la pinza nuevamente hasta lograr asir fuertemente el plomo incrustado. Cuando se aseguró de que no podría zafarse, retiró la pinza con el pequeño metal ensangrentado.
-¡Lo logré! ¡Pude sacarla, Rick!
-¡Sabía que lo lograrías! Ahora debes cauterizar la herida...-
-¡Cauterizarla! Pensé que debía cocerla.
-No creo que puedas hacerlo. No lograrás juntar la piel para poder cocerla...
-Tienes razón. No podré hacerlo con las manos y no tenemos la pinza adecuada ¿con que debo cauterizarte?
-Con el mango... de metal de un cuchillo...
Beckett obedeció de inmediato, prendiendo una hornalla y buscando un cuchillo adecuado.
-Cuando esté listo apoya el cuchillo caliente... ten cuidado de no ponerlo al rojo vivo. Podrías quemar los tejidos sanos también...
La joven siguió las instrucciones al pie de la letra y cuando el cuchillo estuvo lo suficientemente caliente, se acercó a hasta donde estaba el escritor y le dio un repasador para que muerda. Sabía que el dolor que sentiría sería insoportable y la incomodaba bastante el hecho de estar provocándolo ella.
Cuando Beckett apoyó el hierro caliente sobre la herida, Castle apretó fuertemente la mandíbula al igual que sus ojos, soportando estoicamente, pero estaba débil y no logró tolerar el dolor. Su cuerpo, sin lograr encontrar otro escape, se apagó en un desmayo profundo.
-¿Castle?- preguntó con gran preocupación. Al no recibir respuesta colocó sus dedos en el cuello de él buscando su pulso y solo pudo tranquilizarse cuando encontró el latido. Permaneció unos segundos frente al escritor, preguntándose cómo es que había llegado a semejante situación. Nada de esto hubiese pasado de no haberse reencontrado con él en el Inferno. No estaba dentro de sus planes cuando insistió en participar de la operación como agente encubierto. De haber sabido que Castle trabajaba ahí, no hubiese tentado al destino y probablemente no hubiese aceptado el trabajo, pero la vida siempre tiene un plan propio diferente al que se proyecta y generalmente se sale con la suya.
Luego de lavarse, de enjuagarse la sangre de Rick de las manos, se dirigió al sillón junto al que reposaba el escritor y se desplomó sobre los mullidos almohadones. Estaba exhausta, completamente desecha de cansancio. Su cuerpo y mente se encontraban agotados por todo el trajín que había sufrido en el día. Con la poca conciencia que le quedaba, repasó todo lo acontecido en la jornada. Tantas cosas habían sucedido que le resultaba imposible entender cómo podía haber ocurrido todo en un solo día.
Recibió una propuesta de casamiento a la cual no había respondido, mató al asesino de su madre por casualidad al escaparse un tiro de su arma que atravesó de lado a lado al sicario y esa misma bala tuvo que quitársela al escritor al cual dejó inconsciente. Ninguna de todas esas cosas había aportado nada para ordenar el desastre en el que había convertido su vida desde hacía unos días, sino más bien, todo lo contrario. No sabía muy bien como seguir con todo esto, pero suponía que si quería respuestas, el único que podría proporcionárselas era Castle, y aun no sabía cómo, pero de alguna forma debía hacerlo hablar. Con esa idea en mente sus ojos finalmente se cerraron.
Durmió unas seis horas, descansando su cuerpo más que su cabeza. No había podido hacerlo de corrido, ya que un par de veces se había despertado creyendo escuchar pasos, pero había sido pura sugestión. La muerte de Coonan tendría consecuencias, lo sabía y eso era lo que la tenía enormemente preocupada, impidiéndole descansar como era debido.
Lo primero que hizo al abrir los ojos fue mirarlo. Todavía dormía profundo, pero su respiración parecía normal, lo cual tranquilizó a la joven. Por lo que se podía ver, no había hecho un mal trabajo con la extracción de la bala, después de todo aun se encontraba vivo.
Tratando de hacer poco ruido, se dirigió a la cocina a preparar café. Realmente lo necesitaba. Después de poner a funcionar la cafetera, fue hasta el baño a componerse un poco, aunque sabía que las ojeras impresas bajo sus ojos no serían fáciles de disimular sin una gran cantidad de maquillaje y que, por supuesto, no poseía en ese momento.
-¿Dormiste algo?- preguntó Castle al verla salir del cuarto de baño.
-Poco ¿Cómo te sientes?
-He estado mejor, pero considerando que me sacaste una bala hace unas horas, no me quejo... ¿Huelo café recién hecho?
-Sí, disculpa el atrevimiento, pero lo necesito.
-No tienes porqué pedir disculpas. Ya te dije que este lugar estaba a tu disposición ¿Me convidas un poco?
-¡Por supuesto!- respondió sacando un par de tazas de la alacena.
Tres golpes sonaron en la puerta sobresaltando a la joven. De inmediato giró para mirar al escritor, como buscando alguna explicación. No esperaba que nadie se presentase en el departamento. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, recordándole lo paranoica que estaba desde la muerte del sicario. Sabía que Vulcan no tardaría en enterarse y al hacerlo, vendría por ella con total seguridad, por lo que su temor no era del todo infundado.
Continuará…
Espero que todavía quede alguien para leer (y comentar, obvio! Jajaja). Ojalá que les haya gustado y que haya valido la pena la larguísima espera! Saludos y hasta la próxima.
Capítulo XXII
-Rick... ¿Estás bien?- se animó a preguntar. Beckett siguió inmóvil, como petrificada, esperando que Castle diese señales de vida.
-Supongo que lo estaré en cuanto me quite a Dick de encima…- dijo con algo de esfuerzo. -¿Me das una mano?
-Coonan ¿Está…?- preguntó sabiendo la respuesta mientras ayudaba a retirar el cuerpo del sicario de encima del escritor.
-Muerto.
-¡Diablos! ¡No puede estar muerto!
-Pues, lo está ¿Tú estás bien?- preguntó el escritor incorporándose lentamente.
-¿Yo…? Creo que sí, sangra un poco ¿Y tú? ¿Estás herido?
-Es solo un rasguño. Debemos irnos de aquí cuanto antes.- explicó al incorporarse con algo de dificultad.
-¡No puedo irme, Castle! ¡Debo informar a mis superiores lo que ha ocurrido!
-¡¿De qué estás hablando?! ¡No puedes reportarte con tu jefe! ¡Debemos irnos, Beckett! Si nos quedamos aquí corremos peligro de que nos descubran y todo por lo que estuvimos trabajando se irá al demonio… Déjame verte el brazo.-pidió al acercarse. –No parece profunda, pero estás sangrando mucho- dijo mientras buscaba un par de toallas: una para envolver el brazo de Kate y la otra para presionar sobre su propia herida.
-¡No puedo creer que lo maté! ¡Justo ahora que estaba tan cerca de…!- la joven no parecía reparar en su herida ni en la de Castle. En lo único que podía pensar era que había matado al hombre que había terminado con la vida de su madre, coartando la posibilidad de saber a pedido de quien lo había hecho.
-¿Cerca de qué?- curioseó el escritor.
-De nada. Olvida lo que dije… No puedo dejar un cadáver en mi departamento y desaparecer, Castle. Soy policía y debo informar lo sucedido.- informó mientras recogía su arma del suelo y se la ponía atrás, en la cintura.
-Yo me encargaré de esto.
-Yo debo encargarme de esto, es mi trabajo. Maté a un hombre y debo dar muchas explicaciones…– afirmó Beckett. Sabía que era su responsabilidad y que debía llamar a mi jefe, aunque todavía no sabía muy bien que decirle. Toda la operación estaba en riesgo y seguramente la sacarían del caso para preservar su integridad física y no le permitirían continuar con la investigación.
-Ya no. Esto te excede como policía. Deberás confiar en mí, aunque te cueste. Prometo explicarte todo cuanto antes.- dijo al regresar junto a ella. Tapó el tajo del brazo de la joven lo mejor que pudo y apretó la tela con fuerza antes de hacer un nudo. Inmediatamente después sacó su teléfono celular mientras se dirigía a la ventana. –Soy yo. Necesito una limpieza, urgente. Sí, lo sé. Ya nos estamos yendo para allá.- el escritor no dijo nada más y colgó el teléfono.
-Si quieres que vaya contigo necesito respuestas.
-Y las tendrás, pero ahora no hay tiempo que perder.
-Necesito armar un bolso con mis pertenencias. No puedo dejar todo aquí…
-No hay tiempo de armar un bolso, Beckett. Ya veremos cómo recuperamos tus cosas.
-Hay cosas que no puedo dejar atrás y debo ir a buscarlas. Puedes ir bajando si quieres.
-¡Pero, Beckett…!- intentó decir Castle.
-Ni lo intentes. No es negociable.- aseguró mientras corría a su habitación en busca del reloj de su padre y del anillo de su madre, el cual todavía colgaba de la cadena que le había regalado el escritor. Eran sus objetos más preciados, las únicas cosas materiales que le importaban en su vida y cada una de ellas le recordaban el profundo amor que tenía por esas tres personas y no podía dejarlas atrás con el resto de sus cosas.
Castle la esperó sin decir más nada y luego bajaron por las escaleras de incendio con rapidez. De la misma forma llegaron hasta la moto.
-¿Es tuya?- preguntó Beckett con asombro.
-Por supuesto ¿Puedes manejar con ese brazo así?
-Absolutamente, pero… ¿Por qué me dejarías manejar a mí?
-Sé que te gustan las motos y quizá no tengas otra oportunidad…
-La verdad, Castle.
-De acuerdo. No puedo manejar porque necesito presionar un poco aquí…- explicó abriéndose la chaqueta para mostrarle la herida.
-¡Diablos! ¡Dijiste que solo era un rasguño!
-¡Estoy bien! Tenemos que irnos ya, Beckett.
-¡Debemos ir a un hospital de inmediato!
-¡De ninguna manera! Tendríamos que explicar demasiadas cosas. Iremos al departamento donde estuvimos hace un rato, ahí tengo lo necesario para curarnos.
-Es una locura…
-Sin dudas, pero es la única opción que tenemos ¿Vas a seguir perdiendo tiempo en discutir o nos vamos antes de que nos atrapen?
-¡De acuerdo! ¡Sube!
-¿Recuerdas como llegar?
-Por supuesto.
-Lo más rápido que puedas.
-Recuerda que tú lo pediste.
La joven conducía estupendamente, y como era de esperarse, iba prácticamente en el aire. Tenía la excusa perfecta para exceder el límite de velocidad y no pensaba desaprovecharlo. El escritor trataba de no pensar en el dolor y concentrarse en la adrenalina que le producía ir a esa velocidad sin estar manejando. En otras circunstancias, lo estaría disfrutando mucho y si no tuviese una bala en su abdomen hasta podría decirse que era un viaje de lujo.
En pocos minutos estaban dentro de la cochera del departamento que Castle tenía como refugio. Ni bien traspasaron la puerta, el escritor se dirigió al baño a juntar lo necesario para las curaciones.
-¿Puedes poner un jarro con agua en la hornalla?- gritó desde el baño.
-Sí, por supuesto.- respondió la joven mientras se dirigía a las alacenas para buscar un recipiente.
El celular del escritor repiqueteó en su bolsillo. Respondió de inmediato. Beckett escuchaba desde la cocina como relataba de forma rápida lo que había sucedido en su departamento. No tenía idea de quien se encontraba del otro lado del teléfono, pero ni siquiera intentó averiguarlo. Sabía que lo único que saldría de la boca de Rick era el pedido de confianza hacia él, seguido de un hermetismo sepulcral en cuanto a explicaciones, por lo que sería en vano preguntar. Podría decirse que confiar en el escritor, de momento, le estaba resultando difícil. No obstante, el único modo de develar el arcano en el que se había convertido la vida de Castle, era sacando conjeturas en base a lo poco que sabía. La única que podría darle una mano con el misterio, sobre una pequeña parte de su pasado al menos, era su amiga Lanie, con la cual no había podido comunicarse aun, pero no tardaría en hacerlo.
Castle regresó a los pocos minutos con una pequeña canasta. De adentro, sacó unas pinzas quirúrgicas y un bisturí que rápidamente tiro dentro del jarro que había puesto a hervir la joven. Luego, abrió la alacena y sacó un frasco pequeño con lo que parecía ser pimienta roja. Lo abrió y echó una cucharada en un vaso de agua tibia, bebiéndolo de inmediato al dejar de revolver.
-¿Eso es pimienta?- preguntó la joven con sorpresa.
-Así es. Pimienta de Cayena. Ayuda a parar la hemorragia.
-¿Dónde aprendiste eso?
-En una de las tantas vidas que he tenido. Siéntate aquí.- le ordenó a Kate señalando la silla.
-¿Qué es lo que piensas hacer? Hay que llamar a un médico.
-No conozco ningún médico que pueda curarnos sin hacer preguntas, ninguno que no esté relacionado con Vulcan, claro. Voy a curarte esa herida yo mismo y no te preocupes, sé cómo hacerlo bien.
-No me preocupa el tajo que tengo en el brazo, lo que me preocupa es el agujero que tienes en tu costado. Estás sangrando mucho, lo primero que tenemos que hacer es curarte a ti.
-Todavía estoy bien, pero no lo estaré por mucho tiempo. La toalla, sujeta por el cinturón que me puse me está ayudando a contener la hemorragia y me dará el tiempo suficiente para curarte. Así que empezamos ya.- aseguró mientras le pasaba una botella de Whiskey de la que acababa de beber. –Ten, pégale un buen trago. Esto va a doler un poco…
Mientras la joven le daba un largo trago a la botella, el escritor le tiraba alcohol sobre la herida para desinfectar. Repitió la acción con sus manos y por último, embebió una gasa y limpió la sangre que quedaba alrededor del corte. Seguidamente, tiró sobre la herida pimienta de cayena y luego apretó con ambas manos el tajo, uniendo la piel por la fuerza ejercida y esperó unos minutos antes de colocar una gasa sobre el tajo y una venda bien apretada para sostener el apósito.
-¡Listo! ¡Eres valiente, Beckett! ¡No se te escapó ni una lágrima!
-Veremos si puedo decir lo mismo de ti. Te toca…
-¿Sabes lo que tienes que hacer?
-Sí, llamar a un médico. No puedo curarte una herida de bala.
-Sí, sí puedes y ya te dije que no podemos conseguir un médico.
-No puedo creer que la CIA no pueda conseguirte un médico a la madrugada.
-¡¿Cómo sabes que es la CIA con la que trabajo?!
-¿Quién más limpiaría un cadáver de mi departamento?
-Buen punto…
-¿Pueden desaparecer un cuerpo pero no conseguirte un médico que te cure?
-No es tan sencillo…
-Explícame, entonces.
-Para hacerlo fácil: toda esta operación no es del todo “oficial” ¿Me explico?
-No mucho…
-Muchas de las operaciones en las que interviene la central de inteligencia no son autorizadas oficialmente hasta que se concretan satisfactoriamente.
-En otras palabras, si no sale bien, no se hacen cargo de nada ¿Correcto?
-Exacto. Por lo que hasta que esto no termine habrá cosas en las que me podrán ayudar y otras que no. Un médico no entra en la lista, por lo que tendrás que hacer tu misma el trabajo. Yo te indicaré como.
Castle se quitó la camisa y después el cinturón, soltando la toalla empapada en sangre que caía al piso como si fuese de plomo. La herida todavía sangraba un poco, por lo que no se podía ver el orificio con claridad. El escritor observaba a la joven mientras se desinfectaba las manos con alcohol. Podía verse la preocupación en su rostro. Lo que estaba por hacer carecía de sensatez, pero en definitiva, todo lo que había ocurrido en los últimos días había sido una verdadera locura y esto no tenía por qué ser la excepción.
-Escucha atentamente. Primero debes tirar alcohol en la herida y luego presionar fuertemente con una gasa. Después, esparce un poco de pimienta de Cayena.
-De acuerdo.- dijo tomando la botella de alcohol con una mano y la gasa con la otra.
-¡Espera!
-¡¿Qué pasa?!
-Necesito beber un largo trago antes de que empieces.- explicó tomando la botella de whiskey. Llenó su boca completamente con la bebida y tragó de golpe. Necesitaba que le hiciera efecto lo antes posible, sabía lo doloroso que sería lo siguiente y quería estar preparado.
Beckett esperó a que tomase un par de tragos y comenzó con la curación. Luego de desinfectar, presionó con toda su fuerza sobre la herida durante unos minutos. Mientras empujaba la gasa sobre el orificio sintió una dureza extraña.
-Castle… No me digas que tienes la bala dentro…- dijo con preocupación.
-¿Y qué esperabas? … no está profunda, por lo que no te costará sacarla. El cuerpo de Coonan absorbió gran parte del impacto. - explicó antes de beber otro trago.
-¡¿Cómo no me dijiste que tenía que sacarte una bala?! ¡Pensé que solo te había rozado!
-Me hubiese costado mucho más convencerte de hacerlo…
-¡No hubiese accedido a semejante locura!
-¿Ves a lo que me refiero? ¡Vamos, Kate! ¡Ya estás metida en esto, debes terminar antes de que me desangre!
-¡Te mataría con mis propias manos!
-Luego de curarme. Ahora que sangra menos es el momento de sacar la bala. Toma el bisturí y las pinzas que están dentro del agua.
Beckett tiró el agua del recipiente y luego tomo los elementos como le había indicado el escritor.
-Ahora, con el bisturí has una cruz sobre el orificio para agrandarlo, de otra forma no podrás introducir la pinza para extraer el proyectil. Ten preparada la gasa con alcohol, la necesitarás después del corte.
Kate respiró hondo, como tomando coraje y de inmediato cortó la piel como le había indicado el escritor. Ni bien quitó el bisturí presionó fuertemente sobre la herida. De la boca de Castle no había salido sonido. No se había quejado ni gritado y ni siquiera un gemido se le había escapado, pero en su rostro se dibujaba todo el sufrimiento que padecía en ese momento. Y ella sabía que la cosa se pondría peor.
Esperó a que bebiera un trago más y entonces procedió a quitar la gasa para poder introducir la pinza dentro del hoyo que había abierto el proyectil. Al momento que la punta del instrumento quirúrgico penetraba dentro de la herida, moviéndose lentamente, el escritor entrecerraba los ojos en un gesto de dolor.
Él ya había pasado por esto. Ya habían curado una herida de bala en su cuerpo, pero en aquella ocasión, el proyectil lo había traspasado de lado a lado, dejándole un agujero en el hombro. Nadie había tenido que escarbar dentro de su carne para lograr atrapar el resbaladizo plomo incrustado, como lo hacía la joven en este momento. Y pese a que su tolerancia al dolor era admirable, no pudo evitar dejar escapar un gemido al momento que la pinza resbalaba sobre el proyectil que intentaba quitar Kate.
-¡Lo siento!- se disculpó inmediatamente.-¡No quise...!
-No fue nada... Continúa...-interrumpió el escritor. No quería ponerla más nerviosa de lo que ya estaba. Sabía lo difícil que era para ella hacer esto y no pretendía preocuparla en demasía para no demorar así el padecimiento ante cada intento de aprisionar la bala.
-¡Es muy difícil atraparla, Castle! ¡No está funcionando y lo único que estoy logrando es lastimarte!
-Debes tranquilizarte, Kate. Sé que podrás hacerlo, confío en ti plenamente. No hay nada que te propongas que no consigas, así que deja de preocuparte por mi dolor. Sé que puedo soportarlo... Ya he estado ahí...
Castle hablaba pausado. Se lo notaba agitado y las gotas de sudor frío resbalaban de su rostro, pero seguía sin quejarse del intenso dolor que sentía, aunque podía suponerse que no estaría consciente mucho tiempo más.
Beckett tragó saliva antes de respirar hondo una vez más, tomando coraje para un nuevo intento. Esta vez, sería la definitiva. Como bien había dicho el escritor, no había nada en este mundo que no pudiese hacer si se lo proponía, por lo que enfrió su cabeza, ignorando el dolor de Rick por unos segundos e introdujo la pinza nuevamente hasta lograr asir fuertemente el plomo incrustado. Cuando se aseguró de que no podría zafarse, retiró la pinza con el pequeño metal ensangrentado.
-¡Lo logré! ¡Pude sacarla, Rick!
-¡Sabía que lo lograrías! Ahora debes cauterizar la herida...-
-¡Cauterizarla! Pensé que debía cocerla.
-No creo que puedas hacerlo. No lograrás juntar la piel para poder cocerla...
-Tienes razón. No podré hacerlo con las manos y no tenemos la pinza adecuada ¿con que debo cauterizarte?
-Con el mango... de metal de un cuchillo...
Beckett obedeció de inmediato, prendiendo una hornalla y buscando un cuchillo adecuado.
-Cuando esté listo apoya el cuchillo caliente... ten cuidado de no ponerlo al rojo vivo. Podrías quemar los tejidos sanos también...
La joven siguió las instrucciones al pie de la letra y cuando el cuchillo estuvo lo suficientemente caliente, se acercó a hasta donde estaba el escritor y le dio un repasador para que muerda. Sabía que el dolor que sentiría sería insoportable y la incomodaba bastante el hecho de estar provocándolo ella.
Cuando Beckett apoyó el hierro caliente sobre la herida, Castle apretó fuertemente la mandíbula al igual que sus ojos, soportando estoicamente, pero estaba débil y no logró tolerar el dolor. Su cuerpo, sin lograr encontrar otro escape, se apagó en un desmayo profundo.
-¿Castle?- preguntó con gran preocupación. Al no recibir respuesta colocó sus dedos en el cuello de él buscando su pulso y solo pudo tranquilizarse cuando encontró el latido. Permaneció unos segundos frente al escritor, preguntándose cómo es que había llegado a semejante situación. Nada de esto hubiese pasado de no haberse reencontrado con él en el Inferno. No estaba dentro de sus planes cuando insistió en participar de la operación como agente encubierto. De haber sabido que Castle trabajaba ahí, no hubiese tentado al destino y probablemente no hubiese aceptado el trabajo, pero la vida siempre tiene un plan propio diferente al que se proyecta y generalmente se sale con la suya.
Luego de lavarse, de enjuagarse la sangre de Rick de las manos, se dirigió al sillón junto al que reposaba el escritor y se desplomó sobre los mullidos almohadones. Estaba exhausta, completamente desecha de cansancio. Su cuerpo y mente se encontraban agotados por todo el trajín que había sufrido en el día. Con la poca conciencia que le quedaba, repasó todo lo acontecido en la jornada. Tantas cosas habían sucedido que le resultaba imposible entender cómo podía haber ocurrido todo en un solo día.
Recibió una propuesta de casamiento a la cual no había respondido, mató al asesino de su madre por casualidad al escaparse un tiro de su arma que atravesó de lado a lado al sicario y esa misma bala tuvo que quitársela al escritor al cual dejó inconsciente. Ninguna de todas esas cosas había aportado nada para ordenar el desastre en el que había convertido su vida desde hacía unos días, sino más bien, todo lo contrario. No sabía muy bien como seguir con todo esto, pero suponía que si quería respuestas, el único que podría proporcionárselas era Castle, y aun no sabía cómo, pero de alguna forma debía hacerlo hablar. Con esa idea en mente sus ojos finalmente se cerraron.
Durmió unas seis horas, descansando su cuerpo más que su cabeza. No había podido hacerlo de corrido, ya que un par de veces se había despertado creyendo escuchar pasos, pero había sido pura sugestión. La muerte de Coonan tendría consecuencias, lo sabía y eso era lo que la tenía enormemente preocupada, impidiéndole descansar como era debido.
Lo primero que hizo al abrir los ojos fue mirarlo. Todavía dormía profundo, pero su respiración parecía normal, lo cual tranquilizó a la joven. Por lo que se podía ver, no había hecho un mal trabajo con la extracción de la bala, después de todo aun se encontraba vivo.
Tratando de hacer poco ruido, se dirigió a la cocina a preparar café. Realmente lo necesitaba. Después de poner a funcionar la cafetera, fue hasta el baño a componerse un poco, aunque sabía que las ojeras impresas bajo sus ojos no serían fáciles de disimular sin una gran cantidad de maquillaje y que, por supuesto, no poseía en ese momento.
-¿Dormiste algo?- preguntó Castle al verla salir del cuarto de baño.
-Poco ¿Cómo te sientes?
-He estado mejor, pero considerando que me sacaste una bala hace unas horas, no me quejo... ¿Huelo café recién hecho?
-Sí, disculpa el atrevimiento, pero lo necesito.
-No tienes porqué pedir disculpas. Ya te dije que este lugar estaba a tu disposición ¿Me convidas un poco?
-¡Por supuesto!- respondió sacando un par de tazas de la alacena.
Tres golpes sonaron en la puerta sobresaltando a la joven. De inmediato giró para mirar al escritor, como buscando alguna explicación. No esperaba que nadie se presentase en el departamento. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, recordándole lo paranoica que estaba desde la muerte del sicario. Sabía que Vulcan no tardaría en enterarse y al hacerlo, vendría por ella con total seguridad, por lo que su temor no era del todo infundado.
Continuará…
Espero que todavía quede alguien para leer (y comentar, obvio! Jajaja). Ojalá que les haya gustado y que haya valido la pena la larguísima espera! Saludos y hasta la próxima.
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Uff, lo has dejado en la mejor parte. ¿Quien será el que se presenta en casa de Rick? Los habrán descubierto?
Menudo valor el de Kate al operar de esa forma y sin nada a su alcance a Rick. Menos mal que sabemos que todo puede acabar medianamente bien, jejejeje.
Muchas gracias por la actualización.
Deseando leer el siguiente capítulo.
Menudo valor el de Kate al operar de esa forma y sin nada a su alcance a Rick. Menos mal que sabemos que todo puede acabar medianamente bien, jejejeje.
Muchas gracias por la actualización.
Deseando leer el siguiente capítulo.
Yaye- Escritor - Policia
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Yaye escribió:Uff, lo has dejado en la mejor parte. ¿Quien será el que se presenta en casa de Rick? Los habrán descubierto?
Menudo valor el de Kate al operar de esa forma y sin nada a su alcance a Rick. Menos mal que sabemos que todo puede acabar medianamente bien, jejejeje.
Muchas gracias por la actualización.
Deseando leer el siguiente capítulo.
Pronto te vas a enterar quien será quien está detrás de la puerta, no falta mucho para que suba el próximo capi!
Sabemos de sobra lo osada que es Kate. En el inicio de la octava temporada, se ha cosido ella misma una herida de bala mientras le preguntaba a Virkam que era lo que estaba pasando, no veo por qué no podría sacarle una bala a Castle!
Muchas gracias por la paciencia, por seguir leyendo y comentando siempre! Nos leemos pronto!
Solexite- Policia de homicidios
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
VOLVISTEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!! capítulo intenso...
alba_caskett- Actor en Broadway
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Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Hola a tod@s! Les dejo el siguiente capítulo recién terminado. Ojalá les guste!
Capítulo XXIII
-Tranquila. Es mi “jefa” por decirlo de algún modo…- se apuró a decir al ver la expresión en el rostro de la joven.
-¿Abro?
-Si no le abres, entrará por sus propios medios…
Beckett se acercó a la puerta y la abrió de inmediato, apartándose para darle paso a la imponente morocha.
-Tú debes ser Nikki Heat, o debo decir… ¿Katherine Beckett?- dijo con media sonrisa al ingresar.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Es parte de mi trabajo, aunque confieso que tuve una pequeña ayuda de Rick. No pudo ocultar su pequeño affaire…
-Parece ser que no fui la única que tuvo un affaire contigo ¿verdad, Rick?- preguntó con sorna la joven.
-Eso terminó hace mucho tiempo.- respondió Castle.
-¿Lo nuestro? ¡Expiró hace siglos!- dijo Beckett clavándole sus ojos como puñales al escritor.
-¡No fue hace tanto! ¿Cuándo fue que te comprometiste con tu editora? ¿Un año? Bueno, no lo recuerdo con exactitud, pero fue unos meses después de eso.-explicó Sophia mientras apoyaba un pequeño maletín sobre la mesa.
-¡Felicitaciones, Castle! ¡Espero me invites a la boda!
-Beckett, déjame explicarte…
-¡Ah, casi lo olvido! Será mejor que llames a Gina. Hace unos días que no tiene noticias tuyas y está algo preocupada…- agregó con malicia Sophia. Castle le dedicó una mirada fulminante demostrando cuanto le desagradaba en ese momento.
-Kate, escucha…- intentó nuevamente el escritor, pero ella no quería escuchar sus explicaciones. Solo se limitó a decir por lo bajo: -Me pregunto con que sostiene la cabeza tu prometida. Semejante cornamenta no debe de ser fácil de llevar…
Castle prefirió callar. No tenía sentido intentar explicar nada, sabía que Beckett no escucharía ni una palabra en ese momento. Lo intentaría más tarde, cuando estuviesen solos. Sophia había quedado con la sangre en el ojo cuando Castle le anunció su compromiso con Gina Cowell, finalizando su breve y esporádico acercamiento amoroso. Nunca lo pudo perdonar y hoy había quedado demostrado al develar una parte de su oculto pasado a la joven policía.
Sabía cuánto le importaba Beckett al escritor, ya que él tuvo que someterse a un interrogatorio exhaustivo por parte de la Agencia de Inteligencia cuando regresó al país luego de su desaparición. Sophia Conrad había formado parte del interrogatorio y no se había privado de preguntar nada, conocía la vida de Castle de punta a punta por lo que podía disponer de información sensible con respecto al escritor y no tenía mejor forma de hacerle pagar por su desprecio que poner a la joven policía en contra de él.
-Bueno, ya que nos pusimos al día, podemos continuar…-dijo Conrad al sacar del interior del maletín un tubo plástico con un líquido transparente.- Ten, ponle esto.
-¿Suero?- preguntó la joven.
-Mejor.- respondió antes de entregarle una bolsa sellada conteniendo una manguera y una aguja.
-Perdón, pero no escuché tu nombre…
-Agente Conrad.
-Bien, agente Conrad ¿Por qué no se lo pones tú?
-Tú eres su “doctorcita”… No quiero entrometerme.
-¡¿”Doctorcita” dijiste?!
-¡Sophia! ¿Es necesario?- interrumpió Castle sabiendo lo que se venía.
-Ok, solo intentaba no ser tan formal…- respondió Sophia mirando al escritor con una sonrisa. –Oficial Beckett, póngale el suero. Es una orden.
-Escúchame bien Conrad, no sé quién te piensas que eres, pero yo no tengo por qué seguir tus órdenes ¿Queda claro?
-Lo que me queda claro es que parece ser que no quieres que Rick se sienta mejor. Necesita el suero cuanto antes para reponerse ¿Y tú no quieres colocárselo?
Beckett guardó silencio, solo le dedicó una mirada fulminante mientras se acercaba al escritor para ponerle el suero.
Su mirada no podía disimular la aversión que comenzaba a sentir por Sophia Conrad. Había aparecido con ese aire de superioridad insoportable, haciéndole notar a la joven quien estaba a cargo y no contenta con eso, también había insertado la semilla de la discordia entre ella y el escritor al revelar su compromiso con su editora. Estaba furiosa y eso la perturbaba en demasía ya que no existía nada entre ellos y él podía hacer de su vida lo que quisiera, sea con su prometida o con Sophia, pero su furia radicaba en el hecho de que al enterarse de la propuesta de casamiento de Royce, el escritor le había pedido que no acepte -¿Con que derecho intenta impedir mi casamiento si él mismo ya tiene programada su boda?- se preguntaba para sus adentros intentando que su rostro no la delate.
Lo único bueno que podía sacar de esta situación eran algunas respuestas a sus tantas preguntas pendientes e intentaría por todos los medios obtenerlas.
Mientras agregaba al suero la inyección que le había proporcionado Conrad, escuchaba la conversación que mantenían entre ellos. Le estaba ampliando la información de todo lo que había pasado esa noche: desde su encuentro con Vulcan hasta la infortunada muerte del sicario.
-¿Solo te citó para invitarte a participar?
-También quería mi opinión sobre Heat.
-¿Sospechaba de ella?
-Sospechaba de todos los que trabajaban en el Inferno. Estaba muy paranoico, como nunca. En esta operación está metido un senador importante y si sale mal, muchas puertas se le cerraran a Simmons.
-¿Cual es exactamente el papel del senador en este asunto?- preguntó Beckett.
-Es el consigue las armas y además es el que distribuye y procesa el opio. Un negocio redondo para unos cuantos...
-Y una amenaza terrorista inminente. Si empezamos a negociar con ellos proveyéndole armas sabemos cómo terminará...- aseguró Sophia.
-Nada bien, me temo...
-Hay que detenerlos, Castle. A como dé lugar.- dijo la agente de la CIA con expresión seria en su rostro.
-Lo sé. El problema es que no sé cómo hacerlo. Podemos detener esta operación, pero si no descubrimos quien es el que provee las armas y distribuye y procesa el opio será "pan para hoy y hambre para mañana". Simmons no es el principal interesado.
-No. El Senador lo es.- agregó Beckett.
-Exacto y no tengo idea de quién es el Senador. Si por lo menos tuviésemos alguna pista...
-¿Qué hay de las grabaciones? ¿Podemos sacar algo que nos sirva?-preguntó Sophia
-¡Eso! ¡¿Qué hay de las grabaciones?!-sumó Beckett, preguntando específicamente por la que le había robado el escritor.
-Son muchísimas horas. No las he terminado de revisar. En lo que escuché hasta ahora, han sido muy precavidos, en cuanto a los nombres de los que intervienen en la operación. Y la tuya...- dijo mirando a la joven:-... no contiene nada trascendente...
-Yo te ayudaré a terminar de escucharlas. Debemos encontrar algo que nos ayude.- dijo Kate.
-Eso mismo harán los dos. Y tu Castle, prepárate para esta noche. Debemos neutralizar el intercambio.
-No puede ir. Está herido y todavía se encuentra débil.- protestó Beckett.
-El suero y esta inyección que te di se encargaran de levantarlo. Has hecho un buen trabajo al quitarle el proyectil. No tienes de que preocuparte.- aseguró Sophia.
-Hazme un favor ¿ves el cuadro que está sobre mi cabeza? Detrás de él está la caja fuerte. La combinación es: 4 a la izquierda, 8 a la derecha, 15 a la izquierda, 16 a la derecha, 23 a la izquierda y 42 a la derecha. Fíjate en la caja de madera, adentro están las grabaciones.- le indicó Castle a Beckett, quien de inmediato se dirigió a buscarlas.
-Los dejaré trabajar. Me comunicaré con ustedes luego. Tengo mucho trabajo que hacer gracias al "problemita" que tuvieron en el departamento...
-Con respecto a eso... Tengo que informar a mis superiores sobre el cadáver de Coonan.
-Todavía no. Yo te diré cuando.
-Me van a suspender si no sigo con el procedimiento. Estoy en falta y lo sabes.
-Si lo reportas corremos el riesgo de que el soplón que tiene Vulcan dentro de la policía nos delate y todo se vaya al diablo.- aseguró Castle.
-Cuando todo esto termine, yo misma lo reportaré a tu superior. Si haces lo que yo te digo, nada va a pasarte. No van a suspenderte, créeme.
-¿Es una especie de extorsión? Si no sigo tus órdenes ¿voy a tener problemas?
-Algo así. La idea de seguir mis órdenes es para que nadie más resulte herido.
-¿Estas insinuando que yo tengo la culpa de que Castle esté herido?
-Bueno... técnicamente así fue. El disparo salió de tu arma...
Beckett no respondió, simplemente se limitó a presionar sus mandíbulas en señal de disgusto por las palabras de Sophia. Sabía que tenía razón en lo que decía. Castle estaba convaleciente gracias a un descuido con su arma y se sentía terriblemente culpable por ello, no obstante no podía distraerse con eso. Ahora tenía mucho trabajo que hacer revisando las grabaciones.
Al abrir la caja de madera se encontró con más de una veintena de tarjetas de memoria, llenándola de frustración. Nunca terminarían a tiempo de revisarlas todas antes de esta noche y aunque lograsen hacerlo, no les garantizaba encontrar algo para desenmascarar al senador. Debían trazar un plan B si querían descubrir a la mente maestra detrás de toda la operación.
-No vamos a poder revisar todo esto a tiempo. Debemos recalcular nuestro plan para atraparlos.- afirmó la joven policía.
-Es verdad, son muchas horas de grabación y nos resultaría imposible escucharlas todas ¿Qué tienes en mente, Kate?- preguntó el escritor.
-No creo conveniente interrumpir el intercambio.- dijo con seguridad la joven.
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo vamos a permitir que se realice? ¿Tienes idea de lo peligroso que puede ser que salga bien?- increpó Sophia.
-Lo entiendo perfectamente, pero es nuestra única oportunidad de atrapar al misterioso senador y al mismo tiempo descubrir donde llevarán las armas los terroristas. Sé lo arriesgado que puede parecer y comprendo el riesgo que conlleva seguir adelante con el intercambio...
-Evidentemente, no estás a la altura para comprender lo peligroso de la operación.
-No me trates como si fuese estúpida, Conrad.
-No te considero estúpida, solo te hago notar tu falta de experiencia en este tipo de trabajos.
-Tendrá pocos años como policía, pero su expediente es inmejorable, tanto en la academia como en el precinto. Por algo la pusieron como agente encubierto en el Inferno. Creo que deberíamos tener en cuenta su opinión y escuchar lo que tiene para decir- expresó el escritor frenando los ataques injustificados de Sophia en contra de Beckett.
-No necesito que me defiendas, Castle. Puedo hacerlo sola.- dijo mirándolo de reojo. -Escucha Sophia, entiendo el riesgo que implica el dejarlos salirse con la suya, pero si detenemos la operación no tendremos forma de dar con el senador y probablemente sea el principio de una serie de intercambios a los que no tendremos acceso. Sería una catástrofe, piénsalo.- finalizó la joven, dejando en silencio a la agente por unos segundos.
-Puede que tengas razón, pero necesitamos un plan elaborado y tampoco tenemos tiempo para eso.
-Yo tengo un plan y tú tienes los recursos necesarios para que funcione.
Sophia se la quedó mirando. Sabía que la joven tenía razón en lo que decía y no tenía otra opción que colaborar con ella, pese a que le molestaba que Beckett adquiriese tanto protagonismo en la operación.
-Te escucho.- dijo finalmente Conrad, aceptando una tregua implícita entre ellas dos.
-Necesitamos al menos un par de micrófonos y un par de rastreadores para los autos. Uno de los micrófonos lo llevará Castle, podemos esconderlo fácilmente debajo de la faja que se tendrá que poner para ocultar la herida y el otro debemos ponerlo en el auto de Vulcan al igual que uno de los rastreadores. El otro habrá que plantarlo en el auto donde irán las armas. Después seguimos la señal y nos llevará a los dos extremos de la operación y podremos atrapar a los verdaderos responsables.
-Lo haces parecer sencillo, pero no lo es tanto ¿Cómo colocaremos los dispositivos?- preguntó Conrad.
-Yo me encargaré de eso, tú solo consigue lo que te pedí.
-¿Tú vas a colocarlos? ¿Cómo?
-Escondiéndome y esperando el momento en que estén realizando la transacción.
-¡Es una locura, Beckett! ¡Es muy peligroso! ¡Si te descubren te matan ahí mismo!
-Primero tendrán que atraparme. Confía en mí, Castle. Sabes que puedo lograrlo.
-¿Qué opinas, Sophia? ¿Crees que puede funcionar?- preguntó el escritor.
-Podría, pero debes ser muy precavida o como dice Rick, estarás muerta antes de que llegue la medianoche.
-Lo seré. No hay nada que quiera más en este mundo que ver a Simmons y al senador tras las rejas, créeme.
-De acuerdo, lo haremos a tu modo. Pero si sale mal será tu carrera la que quedará sepultada, no la mía.
-Si sale mal, no viviré para tener que preocuparme por mi carrera, pero… si sale bien ¿Te llevarás todo el crédito?
-¡Lo compartiremos, por supuesto!- respondió Sophia con una enorme sonrisa irritando aun más a la joven policía. -Iré a conseguir las cosas de inmediato. Nos vemos aquí en un rato para terminar de definir el plan.
-De acuerdo.- respondieron los dos al unísono.
-Mientras tanto, vayan revisando las grabaciones. Encuentren algo que pueda incriminar a Vulcan o a alguno de sus cómplices, necesitaremos todas las pruebas posibles si queremos meterlos tras las rejas por mucho tiempo.- ordenó Conrad antes de salir por la puerta.
-Pongámonos a trabajar.- dijo Kate ni bien se fue Sophia.
-Antes tenemos que hablar. Quiero explicarte lo del compromiso con Gina…
-¿Explicarme qué, Castle? ¿Qué tenías pensado casarte con tu editora en cuanto esto termine? No necesito ninguna explicación, lo entiendo perfectamente.
-No es como tú piensas. Déjame que te explique cómo son las cosas…
-No es necesario. Tú puedes hacer con tu vida lo que te plazca, al igual que yo. No necesitamos darnos explicaciones de ningún tipo.
-No voy a casarme con ella, Kate. Mucho menos ahora que el destino ha decidido que nos reencontremos.
-¿Destino? El destino no ha decidido nada. En mi caso, ha sido el trabajo y en el tuyo… supongo que también, aunque no lo tengo muy claro aun. No hay nada más que eso entre nosotros.
-Sabes muy bien que no es así. Quedó demostrado la otra noche cuando estuvimos juntos.
-¿Piensas que un buen polvo fue la confirmación de nuestro amor? ¡Vamos Castle, somos adultos! Tú tienes tu vida y yo la mía y el hecho de que tengamos una excelente química en la cama no significa que tendremos que terminar juntos. Te estás por casar y yo no estoy muy lejos de hacerlo…
-¡No puedes casarte con Royce! ¡Estarías cometiendo un grave error y lo sabes!
-¡¿Con que derecho me dices que no puedo casarme con Mike?! ¡Tú estás comprometido con tu editora!
-¡No estoy comprometido con Gina! ¡La dejé cuando empecé a trabajar con Sophia para atrapar a Vulcan!
-¿Se supone que debo creerte?
-¡Por supuesto! ¿Por qué te mentiría?
-Mmm… No lo sé… ¡¿Será por que tus últimos dos años han sido un engaño?! Todo alrededor de tu vida es una mentira, no veo por qué no seguirías mintiendo…
-¡No es así! No he mentido, he creado un personaje para poder atrapar a un criminal ¡Eso no es mentir!
-¿Y qué hay de cuando me dijiste que la única que sabía que estabas vivo era tu madre? ¿Se te olvidó mencionar que tu prometida también lo sabía?
-No mentí, solo omití información, que no es lo mismo.
-¿Piensas ganar esta discusión con tan pobre argumento? Pongámonos a trabajar ¿quieres?
-Entiendo que estés enojada y que no me permitas hablar, pero tarde o temprano debemos aclarar las cosas entre nosotros.
-¿Crees que estoy enojada? ¡Pues no es así! No tengo porqué estar enojada, Castle. Ya te lo he dicho: no existe nada entre nosotros desde hace mucho tiempo.
-¿Sabes? Podría creerte si alguna vez me hubieses mirado a la cara cuando me lo decías. Inténtalo de nuevo, pero esta vez mírame a los ojos cuando me digas que no hay nada entre nosotros ¿Puedes hacerlo?- desafió el escritor. Y tenía razón: todas y cada una de las veces, había evitado mirarlo. Estaba segura de que su mirada la delataría y al parecer, Rick pudo percibirlo de inmediato.
-¡Vamos Castle, estamos perdiendo tiempo! ¡Debemos ponernos a trabajar de inmediato!- respondió la joven intentando escapar de la situación.
-Lo dicho. No puedes hacerlo…- respondió satisfecho habiendo dado en la tecla. De inmediato agregó: -Trabajaremos ahora, pero esta conversación no se ha terminado. En el cajón del escritorio hay un grabador con entrada para tarjeta de memoria. Con eso y la laptop podremos dividirnos las grabaciones.
-Traeré todo enseguida.
-Y yo serviré más café.
-No deberías levantarte todavía, aun tienes el suero puesto. Yo serviré el café.
-Puedo hacerlo yo, después de todo en unas horas tendré que estar de pie como si nada hubiese pasado. Además, mi cuerpo ya absorbió casi todo el suero.
-¿Siempre haces lo que quieres?
-Lamentablemente, no. Ya deberías saberlo…
Beckett se lo quedó mirando sin entender, y aunque se moría de ganas de saber a qué se refería prefirió no seguir indagando de momento. Si comenzaba a hacerle preguntas no se pondrían a trabajar y tenían mucho por hacer antes de que regresara Sophía.
Después de reunir todas las cosas sobre la mesita ratona, ambos se sentaron en el sillón con un par de auriculares cada uno y se dispusieron a escuchar las grabaciones. Estuvieron trabajando por más de tres horas, en las que solo habían parado para ir al baño y servirse más café.
Por el Inferno habían pasado infinidad de criminales de los más variados cuyos nombres habían llenado unas cuantas hojas de la libreta en donde anotaban el escritor y la joven policía a medida que iban apareciendo. Pero dentro de la veintena de nombres que habían juntado aun no aparecía el del senador, como era de esperarse. No sería nada fácil descubrirlo y pese a que todavía le faltaban más de la mitad de las grabaciones, los dos estaban seguros que no lo encontrarían ahí.
Tres golpes se escucharon en la puerta, tal como los que habían sonado más temprano.
-Es Sophía.- aseguró Castle antes de llegar a la puerta. Estaban seguros de que era ella, por lo que el escritor no espió por la mirilla. Al abrir, se encontró con una gran sorpresa.
-¡¿Gina?! ¡¿Qué haces aquí?!
Continuará…
Bueno, gente, hasta acá llegó el capi. Espero que lo hayan disfrutado y ya saben: espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Hasta la próxima!
Capítulo XXIII
-Tranquila. Es mi “jefa” por decirlo de algún modo…- se apuró a decir al ver la expresión en el rostro de la joven.
-¿Abro?
-Si no le abres, entrará por sus propios medios…
Beckett se acercó a la puerta y la abrió de inmediato, apartándose para darle paso a la imponente morocha.
-Tú debes ser Nikki Heat, o debo decir… ¿Katherine Beckett?- dijo con media sonrisa al ingresar.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Es parte de mi trabajo, aunque confieso que tuve una pequeña ayuda de Rick. No pudo ocultar su pequeño affaire…
-Parece ser que no fui la única que tuvo un affaire contigo ¿verdad, Rick?- preguntó con sorna la joven.
-Eso terminó hace mucho tiempo.- respondió Castle.
-¿Lo nuestro? ¡Expiró hace siglos!- dijo Beckett clavándole sus ojos como puñales al escritor.
-¡No fue hace tanto! ¿Cuándo fue que te comprometiste con tu editora? ¿Un año? Bueno, no lo recuerdo con exactitud, pero fue unos meses después de eso.-explicó Sophia mientras apoyaba un pequeño maletín sobre la mesa.
-¡Felicitaciones, Castle! ¡Espero me invites a la boda!
-Beckett, déjame explicarte…
-¡Ah, casi lo olvido! Será mejor que llames a Gina. Hace unos días que no tiene noticias tuyas y está algo preocupada…- agregó con malicia Sophia. Castle le dedicó una mirada fulminante demostrando cuanto le desagradaba en ese momento.
-Kate, escucha…- intentó nuevamente el escritor, pero ella no quería escuchar sus explicaciones. Solo se limitó a decir por lo bajo: -Me pregunto con que sostiene la cabeza tu prometida. Semejante cornamenta no debe de ser fácil de llevar…
Castle prefirió callar. No tenía sentido intentar explicar nada, sabía que Beckett no escucharía ni una palabra en ese momento. Lo intentaría más tarde, cuando estuviesen solos. Sophia había quedado con la sangre en el ojo cuando Castle le anunció su compromiso con Gina Cowell, finalizando su breve y esporádico acercamiento amoroso. Nunca lo pudo perdonar y hoy había quedado demostrado al develar una parte de su oculto pasado a la joven policía.
Sabía cuánto le importaba Beckett al escritor, ya que él tuvo que someterse a un interrogatorio exhaustivo por parte de la Agencia de Inteligencia cuando regresó al país luego de su desaparición. Sophia Conrad había formado parte del interrogatorio y no se había privado de preguntar nada, conocía la vida de Castle de punta a punta por lo que podía disponer de información sensible con respecto al escritor y no tenía mejor forma de hacerle pagar por su desprecio que poner a la joven policía en contra de él.
-Bueno, ya que nos pusimos al día, podemos continuar…-dijo Conrad al sacar del interior del maletín un tubo plástico con un líquido transparente.- Ten, ponle esto.
-¿Suero?- preguntó la joven.
-Mejor.- respondió antes de entregarle una bolsa sellada conteniendo una manguera y una aguja.
-Perdón, pero no escuché tu nombre…
-Agente Conrad.
-Bien, agente Conrad ¿Por qué no se lo pones tú?
-Tú eres su “doctorcita”… No quiero entrometerme.
-¡¿”Doctorcita” dijiste?!
-¡Sophia! ¿Es necesario?- interrumpió Castle sabiendo lo que se venía.
-Ok, solo intentaba no ser tan formal…- respondió Sophia mirando al escritor con una sonrisa. –Oficial Beckett, póngale el suero. Es una orden.
-Escúchame bien Conrad, no sé quién te piensas que eres, pero yo no tengo por qué seguir tus órdenes ¿Queda claro?
-Lo que me queda claro es que parece ser que no quieres que Rick se sienta mejor. Necesita el suero cuanto antes para reponerse ¿Y tú no quieres colocárselo?
Beckett guardó silencio, solo le dedicó una mirada fulminante mientras se acercaba al escritor para ponerle el suero.
Su mirada no podía disimular la aversión que comenzaba a sentir por Sophia Conrad. Había aparecido con ese aire de superioridad insoportable, haciéndole notar a la joven quien estaba a cargo y no contenta con eso, también había insertado la semilla de la discordia entre ella y el escritor al revelar su compromiso con su editora. Estaba furiosa y eso la perturbaba en demasía ya que no existía nada entre ellos y él podía hacer de su vida lo que quisiera, sea con su prometida o con Sophia, pero su furia radicaba en el hecho de que al enterarse de la propuesta de casamiento de Royce, el escritor le había pedido que no acepte -¿Con que derecho intenta impedir mi casamiento si él mismo ya tiene programada su boda?- se preguntaba para sus adentros intentando que su rostro no la delate.
Lo único bueno que podía sacar de esta situación eran algunas respuestas a sus tantas preguntas pendientes e intentaría por todos los medios obtenerlas.
Mientras agregaba al suero la inyección que le había proporcionado Conrad, escuchaba la conversación que mantenían entre ellos. Le estaba ampliando la información de todo lo que había pasado esa noche: desde su encuentro con Vulcan hasta la infortunada muerte del sicario.
-¿Solo te citó para invitarte a participar?
-También quería mi opinión sobre Heat.
-¿Sospechaba de ella?
-Sospechaba de todos los que trabajaban en el Inferno. Estaba muy paranoico, como nunca. En esta operación está metido un senador importante y si sale mal, muchas puertas se le cerraran a Simmons.
-¿Cual es exactamente el papel del senador en este asunto?- preguntó Beckett.
-Es el consigue las armas y además es el que distribuye y procesa el opio. Un negocio redondo para unos cuantos...
-Y una amenaza terrorista inminente. Si empezamos a negociar con ellos proveyéndole armas sabemos cómo terminará...- aseguró Sophia.
-Nada bien, me temo...
-Hay que detenerlos, Castle. A como dé lugar.- dijo la agente de la CIA con expresión seria en su rostro.
-Lo sé. El problema es que no sé cómo hacerlo. Podemos detener esta operación, pero si no descubrimos quien es el que provee las armas y distribuye y procesa el opio será "pan para hoy y hambre para mañana". Simmons no es el principal interesado.
-No. El Senador lo es.- agregó Beckett.
-Exacto y no tengo idea de quién es el Senador. Si por lo menos tuviésemos alguna pista...
-¿Qué hay de las grabaciones? ¿Podemos sacar algo que nos sirva?-preguntó Sophia
-¡Eso! ¡¿Qué hay de las grabaciones?!-sumó Beckett, preguntando específicamente por la que le había robado el escritor.
-Son muchísimas horas. No las he terminado de revisar. En lo que escuché hasta ahora, han sido muy precavidos, en cuanto a los nombres de los que intervienen en la operación. Y la tuya...- dijo mirando a la joven:-... no contiene nada trascendente...
-Yo te ayudaré a terminar de escucharlas. Debemos encontrar algo que nos ayude.- dijo Kate.
-Eso mismo harán los dos. Y tu Castle, prepárate para esta noche. Debemos neutralizar el intercambio.
-No puede ir. Está herido y todavía se encuentra débil.- protestó Beckett.
-El suero y esta inyección que te di se encargaran de levantarlo. Has hecho un buen trabajo al quitarle el proyectil. No tienes de que preocuparte.- aseguró Sophia.
-Hazme un favor ¿ves el cuadro que está sobre mi cabeza? Detrás de él está la caja fuerte. La combinación es: 4 a la izquierda, 8 a la derecha, 15 a la izquierda, 16 a la derecha, 23 a la izquierda y 42 a la derecha. Fíjate en la caja de madera, adentro están las grabaciones.- le indicó Castle a Beckett, quien de inmediato se dirigió a buscarlas.
-Los dejaré trabajar. Me comunicaré con ustedes luego. Tengo mucho trabajo que hacer gracias al "problemita" que tuvieron en el departamento...
-Con respecto a eso... Tengo que informar a mis superiores sobre el cadáver de Coonan.
-Todavía no. Yo te diré cuando.
-Me van a suspender si no sigo con el procedimiento. Estoy en falta y lo sabes.
-Si lo reportas corremos el riesgo de que el soplón que tiene Vulcan dentro de la policía nos delate y todo se vaya al diablo.- aseguró Castle.
-Cuando todo esto termine, yo misma lo reportaré a tu superior. Si haces lo que yo te digo, nada va a pasarte. No van a suspenderte, créeme.
-¿Es una especie de extorsión? Si no sigo tus órdenes ¿voy a tener problemas?
-Algo así. La idea de seguir mis órdenes es para que nadie más resulte herido.
-¿Estas insinuando que yo tengo la culpa de que Castle esté herido?
-Bueno... técnicamente así fue. El disparo salió de tu arma...
Beckett no respondió, simplemente se limitó a presionar sus mandíbulas en señal de disgusto por las palabras de Sophia. Sabía que tenía razón en lo que decía. Castle estaba convaleciente gracias a un descuido con su arma y se sentía terriblemente culpable por ello, no obstante no podía distraerse con eso. Ahora tenía mucho trabajo que hacer revisando las grabaciones.
Al abrir la caja de madera se encontró con más de una veintena de tarjetas de memoria, llenándola de frustración. Nunca terminarían a tiempo de revisarlas todas antes de esta noche y aunque lograsen hacerlo, no les garantizaba encontrar algo para desenmascarar al senador. Debían trazar un plan B si querían descubrir a la mente maestra detrás de toda la operación.
-No vamos a poder revisar todo esto a tiempo. Debemos recalcular nuestro plan para atraparlos.- afirmó la joven policía.
-Es verdad, son muchas horas de grabación y nos resultaría imposible escucharlas todas ¿Qué tienes en mente, Kate?- preguntó el escritor.
-No creo conveniente interrumpir el intercambio.- dijo con seguridad la joven.
-¿De qué estás hablando? ¿Cómo vamos a permitir que se realice? ¿Tienes idea de lo peligroso que puede ser que salga bien?- increpó Sophia.
-Lo entiendo perfectamente, pero es nuestra única oportunidad de atrapar al misterioso senador y al mismo tiempo descubrir donde llevarán las armas los terroristas. Sé lo arriesgado que puede parecer y comprendo el riesgo que conlleva seguir adelante con el intercambio...
-Evidentemente, no estás a la altura para comprender lo peligroso de la operación.
-No me trates como si fuese estúpida, Conrad.
-No te considero estúpida, solo te hago notar tu falta de experiencia en este tipo de trabajos.
-Tendrá pocos años como policía, pero su expediente es inmejorable, tanto en la academia como en el precinto. Por algo la pusieron como agente encubierto en el Inferno. Creo que deberíamos tener en cuenta su opinión y escuchar lo que tiene para decir- expresó el escritor frenando los ataques injustificados de Sophia en contra de Beckett.
-No necesito que me defiendas, Castle. Puedo hacerlo sola.- dijo mirándolo de reojo. -Escucha Sophia, entiendo el riesgo que implica el dejarlos salirse con la suya, pero si detenemos la operación no tendremos forma de dar con el senador y probablemente sea el principio de una serie de intercambios a los que no tendremos acceso. Sería una catástrofe, piénsalo.- finalizó la joven, dejando en silencio a la agente por unos segundos.
-Puede que tengas razón, pero necesitamos un plan elaborado y tampoco tenemos tiempo para eso.
-Yo tengo un plan y tú tienes los recursos necesarios para que funcione.
Sophia se la quedó mirando. Sabía que la joven tenía razón en lo que decía y no tenía otra opción que colaborar con ella, pese a que le molestaba que Beckett adquiriese tanto protagonismo en la operación.
-Te escucho.- dijo finalmente Conrad, aceptando una tregua implícita entre ellas dos.
-Necesitamos al menos un par de micrófonos y un par de rastreadores para los autos. Uno de los micrófonos lo llevará Castle, podemos esconderlo fácilmente debajo de la faja que se tendrá que poner para ocultar la herida y el otro debemos ponerlo en el auto de Vulcan al igual que uno de los rastreadores. El otro habrá que plantarlo en el auto donde irán las armas. Después seguimos la señal y nos llevará a los dos extremos de la operación y podremos atrapar a los verdaderos responsables.
-Lo haces parecer sencillo, pero no lo es tanto ¿Cómo colocaremos los dispositivos?- preguntó Conrad.
-Yo me encargaré de eso, tú solo consigue lo que te pedí.
-¿Tú vas a colocarlos? ¿Cómo?
-Escondiéndome y esperando el momento en que estén realizando la transacción.
-¡Es una locura, Beckett! ¡Es muy peligroso! ¡Si te descubren te matan ahí mismo!
-Primero tendrán que atraparme. Confía en mí, Castle. Sabes que puedo lograrlo.
-¿Qué opinas, Sophia? ¿Crees que puede funcionar?- preguntó el escritor.
-Podría, pero debes ser muy precavida o como dice Rick, estarás muerta antes de que llegue la medianoche.
-Lo seré. No hay nada que quiera más en este mundo que ver a Simmons y al senador tras las rejas, créeme.
-De acuerdo, lo haremos a tu modo. Pero si sale mal será tu carrera la que quedará sepultada, no la mía.
-Si sale mal, no viviré para tener que preocuparme por mi carrera, pero… si sale bien ¿Te llevarás todo el crédito?
-¡Lo compartiremos, por supuesto!- respondió Sophia con una enorme sonrisa irritando aun más a la joven policía. -Iré a conseguir las cosas de inmediato. Nos vemos aquí en un rato para terminar de definir el plan.
-De acuerdo.- respondieron los dos al unísono.
-Mientras tanto, vayan revisando las grabaciones. Encuentren algo que pueda incriminar a Vulcan o a alguno de sus cómplices, necesitaremos todas las pruebas posibles si queremos meterlos tras las rejas por mucho tiempo.- ordenó Conrad antes de salir por la puerta.
-Pongámonos a trabajar.- dijo Kate ni bien se fue Sophia.
-Antes tenemos que hablar. Quiero explicarte lo del compromiso con Gina…
-¿Explicarme qué, Castle? ¿Qué tenías pensado casarte con tu editora en cuanto esto termine? No necesito ninguna explicación, lo entiendo perfectamente.
-No es como tú piensas. Déjame que te explique cómo son las cosas…
-No es necesario. Tú puedes hacer con tu vida lo que te plazca, al igual que yo. No necesitamos darnos explicaciones de ningún tipo.
-No voy a casarme con ella, Kate. Mucho menos ahora que el destino ha decidido que nos reencontremos.
-¿Destino? El destino no ha decidido nada. En mi caso, ha sido el trabajo y en el tuyo… supongo que también, aunque no lo tengo muy claro aun. No hay nada más que eso entre nosotros.
-Sabes muy bien que no es así. Quedó demostrado la otra noche cuando estuvimos juntos.
-¿Piensas que un buen polvo fue la confirmación de nuestro amor? ¡Vamos Castle, somos adultos! Tú tienes tu vida y yo la mía y el hecho de que tengamos una excelente química en la cama no significa que tendremos que terminar juntos. Te estás por casar y yo no estoy muy lejos de hacerlo…
-¡No puedes casarte con Royce! ¡Estarías cometiendo un grave error y lo sabes!
-¡¿Con que derecho me dices que no puedo casarme con Mike?! ¡Tú estás comprometido con tu editora!
-¡No estoy comprometido con Gina! ¡La dejé cuando empecé a trabajar con Sophia para atrapar a Vulcan!
-¿Se supone que debo creerte?
-¡Por supuesto! ¿Por qué te mentiría?
-Mmm… No lo sé… ¡¿Será por que tus últimos dos años han sido un engaño?! Todo alrededor de tu vida es una mentira, no veo por qué no seguirías mintiendo…
-¡No es así! No he mentido, he creado un personaje para poder atrapar a un criminal ¡Eso no es mentir!
-¿Y qué hay de cuando me dijiste que la única que sabía que estabas vivo era tu madre? ¿Se te olvidó mencionar que tu prometida también lo sabía?
-No mentí, solo omití información, que no es lo mismo.
-¿Piensas ganar esta discusión con tan pobre argumento? Pongámonos a trabajar ¿quieres?
-Entiendo que estés enojada y que no me permitas hablar, pero tarde o temprano debemos aclarar las cosas entre nosotros.
-¿Crees que estoy enojada? ¡Pues no es así! No tengo porqué estar enojada, Castle. Ya te lo he dicho: no existe nada entre nosotros desde hace mucho tiempo.
-¿Sabes? Podría creerte si alguna vez me hubieses mirado a la cara cuando me lo decías. Inténtalo de nuevo, pero esta vez mírame a los ojos cuando me digas que no hay nada entre nosotros ¿Puedes hacerlo?- desafió el escritor. Y tenía razón: todas y cada una de las veces, había evitado mirarlo. Estaba segura de que su mirada la delataría y al parecer, Rick pudo percibirlo de inmediato.
-¡Vamos Castle, estamos perdiendo tiempo! ¡Debemos ponernos a trabajar de inmediato!- respondió la joven intentando escapar de la situación.
-Lo dicho. No puedes hacerlo…- respondió satisfecho habiendo dado en la tecla. De inmediato agregó: -Trabajaremos ahora, pero esta conversación no se ha terminado. En el cajón del escritorio hay un grabador con entrada para tarjeta de memoria. Con eso y la laptop podremos dividirnos las grabaciones.
-Traeré todo enseguida.
-Y yo serviré más café.
-No deberías levantarte todavía, aun tienes el suero puesto. Yo serviré el café.
-Puedo hacerlo yo, después de todo en unas horas tendré que estar de pie como si nada hubiese pasado. Además, mi cuerpo ya absorbió casi todo el suero.
-¿Siempre haces lo que quieres?
-Lamentablemente, no. Ya deberías saberlo…
Beckett se lo quedó mirando sin entender, y aunque se moría de ganas de saber a qué se refería prefirió no seguir indagando de momento. Si comenzaba a hacerle preguntas no se pondrían a trabajar y tenían mucho por hacer antes de que regresara Sophía.
Después de reunir todas las cosas sobre la mesita ratona, ambos se sentaron en el sillón con un par de auriculares cada uno y se dispusieron a escuchar las grabaciones. Estuvieron trabajando por más de tres horas, en las que solo habían parado para ir al baño y servirse más café.
Por el Inferno habían pasado infinidad de criminales de los más variados cuyos nombres habían llenado unas cuantas hojas de la libreta en donde anotaban el escritor y la joven policía a medida que iban apareciendo. Pero dentro de la veintena de nombres que habían juntado aun no aparecía el del senador, como era de esperarse. No sería nada fácil descubrirlo y pese a que todavía le faltaban más de la mitad de las grabaciones, los dos estaban seguros que no lo encontrarían ahí.
Tres golpes se escucharon en la puerta, tal como los que habían sonado más temprano.
-Es Sophía.- aseguró Castle antes de llegar a la puerta. Estaban seguros de que era ella, por lo que el escritor no espió por la mirilla. Al abrir, se encontró con una gran sorpresa.
-¡¿Gina?! ¡¿Qué haces aquí?!
Continuará…
Bueno, gente, hasta acá llegó el capi. Espero que lo hayan disfrutado y ya saben: espero sus comentarios, críticas y sugerencias. Hasta la próxima!
Solexite- Policia de homicidios
- Mensajes : 646
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Localización : America, debo estar en America del Sur ¡Bien al Sur!
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Ohhhhhhhhhhhh problemas a la vista... que hace Gina ahí???????
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Menuda i triga me tienes con el caso, jejejejeje.
Esta Sophia es tremenda, como no ha conseguido nada con Castle lo que quiere es que se enfade Kate con él.¿A cuento de qué viene si no todo?,¿x q manda a Gina para la casa? ¿No supondrá un peligro para todos?. No se xq, pero sigo pensando que Royce es el soplón de todo.
Espero continúes pronto.
Esta Sophia es tremenda, como no ha conseguido nada con Castle lo que quiere es que se enfade Kate con él.¿A cuento de qué viene si no todo?,¿x q manda a Gina para la casa? ¿No supondrá un peligro para todos?. No se xq, pero sigo pensando que Royce es el soplón de todo.
Espero continúes pronto.
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Que alegría que hayas regresado y con dos capítulos.. Espero no te ausentes demasiado para leer un nuevo capitulo se esta gran historia.. Sigue muy pronto..
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Sigo a la espera de un nuevo capitulo de esta gran historia , ya van 3 meses.. Se que es mucho pedir pero espero puedas darle continuidad..
BRIGITTEALWAYSBELIEVE- As del póker
- Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 15/06/2015
Localización : BOGOTA
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Un capítulito antes de que acabe el año?
Felices fiestas!!!!
Felices fiestas!!!!
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Acabamos el año sin nueva actualización vuelve pronto, no nos puedes dejar así... FELIZ AÑO
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
alba_caskett escribió:Acabamos el año sin nueva actualización vuelve pronto, no nos puedes dejar así... FELIZ AÑO
Sigues por aquí Alba!
Rick Castle- Actor en Broadway
- Mensajes : 157
Fecha de inscripción : 01/06/2015
Edad : 25
Localización : Asturias/ Soñando con una vida en Nueva York
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Rick Castle escribió:alba_caskett escribió:Acabamos el año sin nueva actualización vuelve pronto, no nos puedes dejar así... FELIZ AÑO
Sigues por aquí Alba!
Siiiiiiii entro de vez en cuando
alba_caskett- Actor en Broadway
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 20/02/2015
Edad : 32
Localización : Asturias
Re: (+18) Desde el umbral- CAPITULO XXIII (ATENCIÓN!! ACTUALIZADO 22/08/17)
Vuelveeeeeeeeeeeeeeeeee,
Yaye- Escritor - Policia
- Mensajes : 1751
Fecha de inscripción : 05/06/2012
Localización : Huelva
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