Cuando te veo (FIN)
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Castle y Beckett
josemg95
25 participantes
Foro Castle :: OffTopic :: Fan Fics
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Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Vuelvo con otro trozo más de esta pequeña historia! El siguiente está en construcción ya... jijijiji.
Una vez más, gracias por leer y por supuesto, mil gracias también por comentar! A ver si os sigue gustando tanto como hasta ahora... jejeje.
Es un poco cortito, pero prometo recompensaros!
¿Seguimos?
“Pero… no conseguí volver a construir entero el muro. Quedó una brecha en él, una brecha con tu nombre. Aquel te quiero que salió de tus labios se había quedado bien grabado en mi memoria. Quería con todas mis fuerzas volver a verte, pedirte perdón, pero no encontré la manera ni el momento. Volvía a tener miedo. Miedo de que te hubieses olvidado de mí o incluso de que me odiases… Por eso, cuando te ví en La Guarida, con… con esa chica, salí corriendo.. Sé que no tenía derecho a sentirme celosa, ni traicionada, ni nada de eso, pero no pude evitarlo… Lo siento y sólo espero que algún día puedas perdonarme…” Acabó su discurso, susurrando mientras bajaba la mirada hacia sus manos que aún seguían juntas. Dejó escapar las lágrimas que se había guardado durante tanto tiempo, esperando que él hablase, le dijese algo.
Tras unos segundos en los que ninguno de los dos dijo nada, Castle agarró suavemente las manos de Beckett apretándolas con cariño. Y entonces, en un susurro, comenzó a hablar. “Kate… No te voy a negar que no me enfadase, que no me decepcionases… De hecho, hice todo lo posible por intentar olvidarme de ti. Estaba cansado. Llevaba casi cuatro años a tu lado, para todo, siendo el mismo idiota de siempre, esperando que algún día pudieras abrirte un poco a mi. Tras el… accidente me pediste un tiempo, y te lo concedí. A diario llamaba a cualquiera de la comisaría para preguntar por ti, hasta que un día me di por vencido. Supuse que después de dos meses ya no querrías volver a saber nada de mi, que tu vida era mejor sin mi. Y fue entonces cuando retomé esa filosofía de mujeriego que tú dices. Por eso, aquel día en La Guarida, me viste con Mariah… Yo sólo intentaba olvidar, olvidarte; intentaba sentirme mejor…” Paró un momento para mirarla a los ojos mientras le acariciaba lentamente la mano, haciendo círculos. Con la otra mano elevó la cabeza de la inspectora, haciendo que ella lo mirara a los ojos. Entonces, continuó, sin que ninguno de los dos dejase de mirarse intensamente. “Pero yo tampoco lo conseguí. Con aquella actitud sólo estaba consiguiendo hacerme más daño a mi mismo. Y cada día que pasaba, te extrañaba más. Así que ahora que por fin te tengo frente a mí, no tengo nada que perdonarte Kate…”.
Se quedaron un rato callados, mirándose, contemplándose, admirándose. Cada uno se perdió en la mirada del otro, sin separarse, manteniendo sus manos juntas, apretadas en señal de cariño.
“¿Puedo hacerte una pregunta?”. Susurró Castle intentando no romper aquel ambiente mágico que empezaba a crearse entre ellos. Beckett asintió lentamente, sonriéndole un poco. “Ahora que ambos sabemos cómo nos hemos sentido estos meses… ¿Cómo quieres que continuemos? ¿Qué te dicen tu corazón y tu muro Beckett? ¿Qué es lo que quieres?”.
¡No me odiéis por favor...!!! Prometo no dejaros con la duda de Beckett mucho tiempo... jajajaa
Una vez más, gracias por leer y por supuesto, mil gracias también por comentar! A ver si os sigue gustando tanto como hasta ahora... jejeje.
Es un poco cortito, pero prometo recompensaros!
¿Seguimos?
“Pero… no conseguí volver a construir entero el muro. Quedó una brecha en él, una brecha con tu nombre. Aquel te quiero que salió de tus labios se había quedado bien grabado en mi memoria. Quería con todas mis fuerzas volver a verte, pedirte perdón, pero no encontré la manera ni el momento. Volvía a tener miedo. Miedo de que te hubieses olvidado de mí o incluso de que me odiases… Por eso, cuando te ví en La Guarida, con… con esa chica, salí corriendo.. Sé que no tenía derecho a sentirme celosa, ni traicionada, ni nada de eso, pero no pude evitarlo… Lo siento y sólo espero que algún día puedas perdonarme…” Acabó su discurso, susurrando mientras bajaba la mirada hacia sus manos que aún seguían juntas. Dejó escapar las lágrimas que se había guardado durante tanto tiempo, esperando que él hablase, le dijese algo.
Tras unos segundos en los que ninguno de los dos dijo nada, Castle agarró suavemente las manos de Beckett apretándolas con cariño. Y entonces, en un susurro, comenzó a hablar. “Kate… No te voy a negar que no me enfadase, que no me decepcionases… De hecho, hice todo lo posible por intentar olvidarme de ti. Estaba cansado. Llevaba casi cuatro años a tu lado, para todo, siendo el mismo idiota de siempre, esperando que algún día pudieras abrirte un poco a mi. Tras el… accidente me pediste un tiempo, y te lo concedí. A diario llamaba a cualquiera de la comisaría para preguntar por ti, hasta que un día me di por vencido. Supuse que después de dos meses ya no querrías volver a saber nada de mi, que tu vida era mejor sin mi. Y fue entonces cuando retomé esa filosofía de mujeriego que tú dices. Por eso, aquel día en La Guarida, me viste con Mariah… Yo sólo intentaba olvidar, olvidarte; intentaba sentirme mejor…” Paró un momento para mirarla a los ojos mientras le acariciaba lentamente la mano, haciendo círculos. Con la otra mano elevó la cabeza de la inspectora, haciendo que ella lo mirara a los ojos. Entonces, continuó, sin que ninguno de los dos dejase de mirarse intensamente. “Pero yo tampoco lo conseguí. Con aquella actitud sólo estaba consiguiendo hacerme más daño a mi mismo. Y cada día que pasaba, te extrañaba más. Así que ahora que por fin te tengo frente a mí, no tengo nada que perdonarte Kate…”.
Se quedaron un rato callados, mirándose, contemplándose, admirándose. Cada uno se perdió en la mirada del otro, sin separarse, manteniendo sus manos juntas, apretadas en señal de cariño.
“¿Puedo hacerte una pregunta?”. Susurró Castle intentando no romper aquel ambiente mágico que empezaba a crearse entre ellos. Beckett asintió lentamente, sonriéndole un poco. “Ahora que ambos sabemos cómo nos hemos sentido estos meses… ¿Cómo quieres que continuemos? ¿Qué te dicen tu corazón y tu muro Beckett? ¿Qué es lo que quieres?”.
¡No me odiéis por favor...!!! Prometo no dejaros con la duda de Beckett mucho tiempo... jajajaa
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
aaaah!!!!!!!! no nos dejes asii!!!!!!! me encanta como siempree!!! por favoor sigue prontoo!!!
Castle y Beckett- As del póker
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Si mi imaginación y mi inspiración están generosas, prometo volver esta noche con otro capítulo!
Ahora... ¿Qué os gustaría que sucediera? Imaginad vosotros también!!!!!
Ahora... ¿Qué os gustaría que sucediera? Imaginad vosotros también!!!!!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Lo prometido es deuda.. Aquí estoy de nuevo con la continuación jajaja
Espero que de verdad os guste. Es la primera vez que escribo un fanfic con una escena de este tipo. Espero haber plasmado correctamente lo que yo tenía en la cabeza y me iba imaginando... Ya me contaréis!
Allá vamos!
Kate se sonrió, se mordió el labio inferior durante un instante y acercó su cara a la del escritor. “A ti, te quiero a ti Castle…”. Susurró mientras acortaba la distancia que se paraba sus labios y le besó, primero con cierta timidez, para acabar dejando paso a la intensidad y la pasión. “Lo siento, he sido una idiota, lo siento Rick…”. Pasó sus brazos por los hombros de Castle acercándolo más a ella y volvió a besarlo con fuerza, adentrándose en su boca, jugando con su lengua, saboreándolo. Se separó unos centímetros para mirarle a los ojos. “¿Y tú? ¿Qué es lo que quieres tú Castle?”. Alzó una ceja y se mordió el labio de nuevo, provocativamente.
No obtuvo respuesta y tampoco pudo volver a pedirla. Los labios de Castle atraparon los suyos con intensidad mientras una mano del escritor la agarraba de la nuca, haciendo que el beso fuese cobrando cada vez más fuerza. Sus lenguas volvieron a encontrarse, comenzando un juego tan apasionado como excitante. Tuvieron que separarse cuando les faltó el aire, pero sólo lo hicieron lo justo, manteniendo en contacto sus frentes.
“A ti, te quiero a ti… Siempre…”. Susurró Castle mirándola a los ojos acariciando su cabello y su cuello, lenta y sensualmente. Ambos sonrieron ampliamente. Sólo se oían sus respiraciones, rápidas, fuertes y excitadas. Él empezó a desabrochar su blusa, lentamente, mientras iba dejando suaves y húmedos besos a lo largo de su cuello.
“Ummm…” Aquello hizo a Beckett jadear mientras se mordía el labio inferior. Rápidamente le ayudo a soltar su propia blusa, dejando al descubierto su pecho, que subía y bajaba con rapidez. Se acercó a la oreja del escritor, haciendo que su pecho quedase a la altura de los ojos de él. “Ven..” Le susurró al oído para después levantarse del sofá y encaminarse a la habitación de Richard. Fue dejando caer poco a poco su camisa hasta acabar tirándola al suelo. Entonces, justo antes de adentrarse en el cuarto, se desabrochó el pantalón y con lentitud lo hizo resbalar por sus esbeltas y largas piernas, dejándolo junto a la blusa en el suelo. Se quitó los zapatos de tacón mirando de reojo a Castle. Se adentró en el cuarto mordiéndose el labio una vez más.
Castle se había quedado boquiabierto, sentado en el sofá, sin poder dejar de admirarla. Soltó un fuerte suspiró. Se sentía totalmente excitado. Se apresuró a quitarse la camisa y la tiró junto a la ropa de Beckett. Cuando entró en el cuarto, lo encontró vació y supuso que estaría en el cuarto de baño. Sus ojos se iluminaron y su cuerpo comenzó a sentir el mayor de los deseos. Se acercó a la cama soltándose el pantalón, dispuesto a ir a buscarla al baño. De repente, unos brazos finos y fuerte a la vez lo abrazaron por detrás. Una mano lo obligó a girarse para quedar frente a ella.
“Deja que te ayude…” La inspectora agarró el pantalón de Castle y se lo bajó hasta los tobillos, agachándose ella también a medida que lo iba bajando. Castle apoyó sus manos sobre los hombros de Beckett haciéndola que se levantase para quedar cara a cara. La atrajo hacia él y sus cuerpos quedaron completamente pegados. El escritor agarró con una mano la cara de la inspectora y la besó con ímpetu y pasión. Mientras tanto, pasó el otro brazo por la cintura de ella, sentándose en la cama y poniéndola a ella sobre sus piernas, sin dejar de besarse, de saborearse.
¿Cómo va la cosa? jajaja
Intentaré volver mañana!
Id contándome cómo lo veis, por favor. Necesito algo de ánimo jejeje
Espero que de verdad os guste. Es la primera vez que escribo un fanfic con una escena de este tipo. Espero haber plasmado correctamente lo que yo tenía en la cabeza y me iba imaginando... Ya me contaréis!
Allá vamos!
Kate se sonrió, se mordió el labio inferior durante un instante y acercó su cara a la del escritor. “A ti, te quiero a ti Castle…”. Susurró mientras acortaba la distancia que se paraba sus labios y le besó, primero con cierta timidez, para acabar dejando paso a la intensidad y la pasión. “Lo siento, he sido una idiota, lo siento Rick…”. Pasó sus brazos por los hombros de Castle acercándolo más a ella y volvió a besarlo con fuerza, adentrándose en su boca, jugando con su lengua, saboreándolo. Se separó unos centímetros para mirarle a los ojos. “¿Y tú? ¿Qué es lo que quieres tú Castle?”. Alzó una ceja y se mordió el labio de nuevo, provocativamente.
No obtuvo respuesta y tampoco pudo volver a pedirla. Los labios de Castle atraparon los suyos con intensidad mientras una mano del escritor la agarraba de la nuca, haciendo que el beso fuese cobrando cada vez más fuerza. Sus lenguas volvieron a encontrarse, comenzando un juego tan apasionado como excitante. Tuvieron que separarse cuando les faltó el aire, pero sólo lo hicieron lo justo, manteniendo en contacto sus frentes.
“A ti, te quiero a ti… Siempre…”. Susurró Castle mirándola a los ojos acariciando su cabello y su cuello, lenta y sensualmente. Ambos sonrieron ampliamente. Sólo se oían sus respiraciones, rápidas, fuertes y excitadas. Él empezó a desabrochar su blusa, lentamente, mientras iba dejando suaves y húmedos besos a lo largo de su cuello.
“Ummm…” Aquello hizo a Beckett jadear mientras se mordía el labio inferior. Rápidamente le ayudo a soltar su propia blusa, dejando al descubierto su pecho, que subía y bajaba con rapidez. Se acercó a la oreja del escritor, haciendo que su pecho quedase a la altura de los ojos de él. “Ven..” Le susurró al oído para después levantarse del sofá y encaminarse a la habitación de Richard. Fue dejando caer poco a poco su camisa hasta acabar tirándola al suelo. Entonces, justo antes de adentrarse en el cuarto, se desabrochó el pantalón y con lentitud lo hizo resbalar por sus esbeltas y largas piernas, dejándolo junto a la blusa en el suelo. Se quitó los zapatos de tacón mirando de reojo a Castle. Se adentró en el cuarto mordiéndose el labio una vez más.
Castle se había quedado boquiabierto, sentado en el sofá, sin poder dejar de admirarla. Soltó un fuerte suspiró. Se sentía totalmente excitado. Se apresuró a quitarse la camisa y la tiró junto a la ropa de Beckett. Cuando entró en el cuarto, lo encontró vació y supuso que estaría en el cuarto de baño. Sus ojos se iluminaron y su cuerpo comenzó a sentir el mayor de los deseos. Se acercó a la cama soltándose el pantalón, dispuesto a ir a buscarla al baño. De repente, unos brazos finos y fuerte a la vez lo abrazaron por detrás. Una mano lo obligó a girarse para quedar frente a ella.
“Deja que te ayude…” La inspectora agarró el pantalón de Castle y se lo bajó hasta los tobillos, agachándose ella también a medida que lo iba bajando. Castle apoyó sus manos sobre los hombros de Beckett haciéndola que se levantase para quedar cara a cara. La atrajo hacia él y sus cuerpos quedaron completamente pegados. El escritor agarró con una mano la cara de la inspectora y la besó con ímpetu y pasión. Mientras tanto, pasó el otro brazo por la cintura de ella, sentándose en la cama y poniéndola a ella sobre sus piernas, sin dejar de besarse, de saborearse.
¿Cómo va la cosa? jajaja
Intentaré volver mañana!
Id contándome cómo lo veis, por favor. Necesito algo de ánimo jejeje
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
simplemente genial los dos capitulos que pusiste ayer me han gustado. sigue cuando puedas
writerdetective47- Actor en Broadway
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Sorry por no comentar el otro capitulo pero no me enteré de que habías actualizado , tu historia me sigue gustando cada día más. Sigue pronto
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenas noches! Vuelvo con un poquito más... Y si sigo escribiendo, pronto tendréis más jajaja.
Gracias de nuevo por leer y comentar. Gracias Castle y Beckett; Gracias onewritergirl; Gracias writerdetective47 !!!!!!!
¿Seguimos? Espero haber sabido escribir lo que tenía en mente, tal y como yo lo siento. ¡Ahí va!
Ella se sentó a horcajadas sobre él, comenzando a acariciar toda su espalda. Enganchó suavemente su oreja, mordiéndola, lamiéndola y besándola. Aquello provocó que el escritor se excitase aún más de lo que ya lo estaba. Llevó sus manos al cierre del sujetador de Kate y lo soltó con rapidez, deslizándole los tirantes lentamente por los hombros y los brazos, hasta conseguir dejar sus pechos al aire. Se mordió el labio con fuerza. Había soñado tantas veces con ese momento… Suspiró de placer y de emoción y llevó una mano a uno de sus pechos. Lo acarició lentamente provocando que un suave gemido saliera de los labios de la inspectora. Le besó con rapidez en los labios para después centrarse en su cuello. Lo lamió, besó y mordió consiguiendo volver a escuchar varios gemidos de sus labios. Se dedicó a aquello durante unos minutos, mientras sus gruesas manos acariciaban su contorno, su cuerpo, cada rincón de aquel cuerpo. Se detuvo de nuevo en los pechos y los masajeó con suavidad, decidido a llevarla a lo más alto.
“Por Dios Rick…” Volvió a gemir Kate sintiendo cómo cada segundo que pasaba, lo necesitaba más. “Necesito sentirte..” Su voz estaba rota por el deseo.
Castle sonrió al oírle decir aquello. Besó sus labios con pasión, entrelazando sus lenguas mientras jugaba con sus pezones ya erectos. De pronto, bajó sus manos despacio por su espalda, consiguiendo estremecerla. Le bajó las braguitas con suavidad y la tumbó sobre la cama dándole un suave beso en el abdomen. Se quitó él sus calzoncillos y se colocó a su lado, acariciándole la mejilla, mirándola con amor. Bajó la mano por su cuello hasta llegar a sus pechos. Entonces se fijó en la cicatriz de aquel disparo. La acarició con cuidado y se acercó dándole un tierno beso en ella. Subió la mirada para encontrarse con la de Kate. Ambos se sonrieron.
Beckett agarró a Castle por la cintura besándolo con ganas. Con un rápido y ágil movimiento consiguió tumbarlo boca arriba sobre la cama y ponerse sobre él sin dejar de besarse.
“Mmm… ¡Menuda agilidad inspectora! Espero que sea así para todo…” Se rieron con complicidad y siguieron besándose y acariciándose, sin prisas, con pasión y también con amor.
“Hazme tuya Rick…” Susurró ella en su oído y después le mordió el lóbulo de la oreja.
“Sus palabras son órdenes para mí inspectora…” La miró a los ojos con excitación, alargó el brazo hasta su mesita de noche y buscó un condón en el cajón. Con rapidez, lo abrió y se lo puso. Su excitación era palpable. Ninguno podía esperar más.
Castle tumbó a Beckett sobre la cama besándola con ansias. Despacio se colocó sobre ella. Le mordió el labio mientras poco a poco se fue adentrando en ella, con suavidad mirándola a los ojos en todo momento. El cuerpo de Kate se arqueó en cuanto lo notó entrar en ella y no pudo evitar volver a gemir. Se acoplaron perfectamente y comenzaron una danza tan placentera como adictiva.
Hasta aquí de momento!
Gracias de nuevo por leer y comentar. Gracias Castle y Beckett; Gracias onewritergirl; Gracias writerdetective47 !!!!!!!
¿Seguimos? Espero haber sabido escribir lo que tenía en mente, tal y como yo lo siento. ¡Ahí va!
Ella se sentó a horcajadas sobre él, comenzando a acariciar toda su espalda. Enganchó suavemente su oreja, mordiéndola, lamiéndola y besándola. Aquello provocó que el escritor se excitase aún más de lo que ya lo estaba. Llevó sus manos al cierre del sujetador de Kate y lo soltó con rapidez, deslizándole los tirantes lentamente por los hombros y los brazos, hasta conseguir dejar sus pechos al aire. Se mordió el labio con fuerza. Había soñado tantas veces con ese momento… Suspiró de placer y de emoción y llevó una mano a uno de sus pechos. Lo acarició lentamente provocando que un suave gemido saliera de los labios de la inspectora. Le besó con rapidez en los labios para después centrarse en su cuello. Lo lamió, besó y mordió consiguiendo volver a escuchar varios gemidos de sus labios. Se dedicó a aquello durante unos minutos, mientras sus gruesas manos acariciaban su contorno, su cuerpo, cada rincón de aquel cuerpo. Se detuvo de nuevo en los pechos y los masajeó con suavidad, decidido a llevarla a lo más alto.
“Por Dios Rick…” Volvió a gemir Kate sintiendo cómo cada segundo que pasaba, lo necesitaba más. “Necesito sentirte..” Su voz estaba rota por el deseo.
Castle sonrió al oírle decir aquello. Besó sus labios con pasión, entrelazando sus lenguas mientras jugaba con sus pezones ya erectos. De pronto, bajó sus manos despacio por su espalda, consiguiendo estremecerla. Le bajó las braguitas con suavidad y la tumbó sobre la cama dándole un suave beso en el abdomen. Se quitó él sus calzoncillos y se colocó a su lado, acariciándole la mejilla, mirándola con amor. Bajó la mano por su cuello hasta llegar a sus pechos. Entonces se fijó en la cicatriz de aquel disparo. La acarició con cuidado y se acercó dándole un tierno beso en ella. Subió la mirada para encontrarse con la de Kate. Ambos se sonrieron.
Beckett agarró a Castle por la cintura besándolo con ganas. Con un rápido y ágil movimiento consiguió tumbarlo boca arriba sobre la cama y ponerse sobre él sin dejar de besarse.
“Mmm… ¡Menuda agilidad inspectora! Espero que sea así para todo…” Se rieron con complicidad y siguieron besándose y acariciándose, sin prisas, con pasión y también con amor.
“Hazme tuya Rick…” Susurró ella en su oído y después le mordió el lóbulo de la oreja.
“Sus palabras son órdenes para mí inspectora…” La miró a los ojos con excitación, alargó el brazo hasta su mesita de noche y buscó un condón en el cajón. Con rapidez, lo abrió y se lo puso. Su excitación era palpable. Ninguno podía esperar más.
Castle tumbó a Beckett sobre la cama besándola con ansias. Despacio se colocó sobre ella. Le mordió el labio mientras poco a poco se fue adentrando en ella, con suavidad mirándola a los ojos en todo momento. El cuerpo de Kate se arqueó en cuanto lo notó entrar en ella y no pudo evitar volver a gemir. Se acoplaron perfectamente y comenzaron una danza tan placentera como adictiva.
Hasta aquí de momento!
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! Estoy de vuelta, y mi inspiración parece que también jajaja
Me encanta saber que lo leéis y que os gusta! ¡Sigamos!
Escritor e inspectora permanecían en la cama del primero, tumbados, desnudos y tapados solamente con una fina sábana. Llevaban un buen rato callados, abrazados y dedicándose suaves caricias.
Castle atrapó los labios de su compañera y le acarició la mejilla. “Llevaba tanto tiempo deseando esto…” Susurró.
“Lo sé… Yo también aunque no quisiese reconocerlo…” Le sonrió con cariño.
“Entonces, esto significa que… ¿Estamos juntos?” Arqueó las cejas mirándola a los ojos.
“Supongo que sí…” Suspiró con amor y le besó en los labios. “No tengo ni idea de hacia dónde nos llevará todo esto, pero quiero intentarlo; lo necesito, te necesito”. Se acurrucó en sus brazos. Hacía tiempo que no se sentían tan protegida.
Castle apretó el abrazo y le dio un tierno beso en la cabeza. “Yo también te necesito”. Le susurró al oído sin soltarla.
Ninguno de los dos quería levantarse; se encontraban tan a gusto así…
Pero de repente, el móvil de Beckett empezó a sonar y entonces se fue realmente consciente de que se había escapado de la comisaría en mitad de un caso y de que no había vuelto aún. “Mierda, he perdido completamente la noción del tiempo…” Suspiró, se incorporó rápidamente en la cama y cogió la llamada con nerviosismo. “Beckett!”. Escuchó silenciosamente la reprimenda que le estaba cayendo al otro lado de la línea y trató de excusarse como pudo. “Verá señor, estuve intentando localizarlo toda la mañana y al final me decidí a ir a buscarlo… Sí… Vale señor, estaremos ahí enseguida”. Colgó la llamada y apretó los labios dejando el móvil sobre la cama.
Castle había permanecido en silencio con el ceño fruncido sin entender aquella conversación que Beckett había mantenido con la capitana Gates. Se incorporó a su lado y le puso una mano suavemente en el hombro. “¿Qué pasa Kate? ¿Qué quería Gates?”.
Kate se giró quedando frente a él. “Verás… No quiero que pienses que todo lo que te he dicho hace un rato y lo que acaba de pasar en esta cama es por lo que te voy a contar a continuación, ¿vale?” Cogió aire le miró a los ojos. “Estamos investigando el caso de un… francotirador…” Tembló ligeramente al decir aquella palabra, aunque trató de disimular para que Castle no se lo notase. Pero él lo notó, se acercó a ella y le dio un tierno beso en la comisura de los labios. Ella se lo agradeció con una pequeña sonrisa y continuó. “Estamos completamente perdidos. Ha habido dos víctimas que no tiene relación alguna entre sí. No sabemos el motivo por el que han muerto y mucho menos quién se ha encargado de asesinarlos. Gates me mandó esta mañana que te llamase a ti para que volvieras a comisaría a ver si tú podías ayudarnos a ver algo que se nos hubiera escapado…” Vio como Castle fruncía ligeramente el ceño. “Antes de decirte que Gates quería que volvieras a la comisaría… necesitaba explicarme, contarte por qué había actuado así, todo lo que me había pasado.. En definitiva, contarte todo lo que te dije antes… Tal vez lo debería de haber hecho en distinto orden y haberte contado primero lo que Gates quería. Pero lo cierto es que no podía decirte que volvieras a comisaría sin haber hablado antes contigo. ¿Entiendes lo que quiero decirte?”. Lo miró a los ojos con preocupación.
Castle agarró con suavidad las manos de Kate. “Claro que te entiendo, pero… ¿tú también quieres que vuelva a comisaría? Porque sólo lo haré si tú quieres”. Acarició su mejilla bajando por su cuello y continuando por su brazo. Aquello hizo que la inspectora se estremeciera y se acercase más a él. Ambos permanecían aún desnudos.
“Estoy deseando volver a tenerte con nosotros, volver a escuchar tus locas y absurdas teorías, que vuelvas a traerme café cada mañana…” Se acercó a sus labios y en lugar de besarlos, los mordió con sensualidad, acariciando su espalda suavemente. “Me ducho y nos vamos”. Se separó lentamente de él y se levantó de la cama contoneándose a propósito, consciente de que él la miraba. Se acercó al baño y se paró en la puerta antes de entrar, apoyándose en el marco. “¡Ni se te ocurra entrar, que te conozco y tenemos prisa!”. Soltó una carcajada al ver cómo Castle ponía cara de cachorrito triste. Negó con la cabeza y se fue a dar una ducha rápida.
El escritor suspiró fuerte ante aquella explosión de sentimientos que había tenido en tan poco tiempo. ¡Cómo había cambiado su vida de repente! Se sentía tan feliz… Hizo la cama con rapidez y recogió sus ropas dejándolas estiradas y listas para ser puestas sobre una silla. Se fue a la ducha del piso de arriba canturreando.
Veinte minutos después ambos estaban ya vestidos y listos para ir a comisaría. Beckett se ponía la chaqueta mientras Castle cogía el móvil y las llaves del coche.
“¿Estás lista?” Le sonrió abriendo la puerta del loft.
“Lista”. Sonrió y se acercó a él dándole un tierno beso en los labios. “Castle… en comisaría no pueden saber nada de esto, ¿vale?. Ya sé que tú no eres poli y que supuestamente no tendría por qué haber normas para nosotros, pero si Gates se entera, te pone de patitas en la calle. Y no quiero volver a tener que trabajar sin ti…” Le colocó bien el cuello de la americana que se había puesto. Estaba guapísimo y muy sexy.
“No te preocupes, actuaremos con normalidad”. Le robó un beso de sus labios.
“¿Normalidad? ¡Tú no sabes actuar así Castle!”. Rió saliendo ya del loft.
“Me ofende inspectora”. Le sonrió cerrando la puerta con llave y entraron en el ascensor. “¿Vamos en tu coche? Se supone que has venido a buscarme…” Se acercó provocativamente hacia ella, colocando un dedo en su cuello, acariciándoselo.
“Castle…” Cerró los ojos ante la caricia, pero sacó fuerzas para apartarlo suavemente de ella. “¡Normalidad por favor! Cómo alguien note algo, estamos acabados… ¡Los dos! ¿Lo entiendes?”. Abrió los ojos para decirle aquello y le cogió la mano suavemente, apretándosela con cariño.
“De acuerdo inspectora Beckett” Sonrió ante el apretón de manos. Aquello iba a ser divertido. Llevar una relación en secreto, sin que ningún compañero, y mucho menos Gates se enterase… “Vamos”.
Salieron del edificio y fueron en el coche de Kate hasta la comisaría.
¿Cómo lo veis?
Me encanta saber que lo leéis y que os gusta! ¡Sigamos!
Escritor e inspectora permanecían en la cama del primero, tumbados, desnudos y tapados solamente con una fina sábana. Llevaban un buen rato callados, abrazados y dedicándose suaves caricias.
Castle atrapó los labios de su compañera y le acarició la mejilla. “Llevaba tanto tiempo deseando esto…” Susurró.
“Lo sé… Yo también aunque no quisiese reconocerlo…” Le sonrió con cariño.
“Entonces, esto significa que… ¿Estamos juntos?” Arqueó las cejas mirándola a los ojos.
“Supongo que sí…” Suspiró con amor y le besó en los labios. “No tengo ni idea de hacia dónde nos llevará todo esto, pero quiero intentarlo; lo necesito, te necesito”. Se acurrucó en sus brazos. Hacía tiempo que no se sentían tan protegida.
Castle apretó el abrazo y le dio un tierno beso en la cabeza. “Yo también te necesito”. Le susurró al oído sin soltarla.
Ninguno de los dos quería levantarse; se encontraban tan a gusto así…
Pero de repente, el móvil de Beckett empezó a sonar y entonces se fue realmente consciente de que se había escapado de la comisaría en mitad de un caso y de que no había vuelto aún. “Mierda, he perdido completamente la noción del tiempo…” Suspiró, se incorporó rápidamente en la cama y cogió la llamada con nerviosismo. “Beckett!”. Escuchó silenciosamente la reprimenda que le estaba cayendo al otro lado de la línea y trató de excusarse como pudo. “Verá señor, estuve intentando localizarlo toda la mañana y al final me decidí a ir a buscarlo… Sí… Vale señor, estaremos ahí enseguida”. Colgó la llamada y apretó los labios dejando el móvil sobre la cama.
Castle había permanecido en silencio con el ceño fruncido sin entender aquella conversación que Beckett había mantenido con la capitana Gates. Se incorporó a su lado y le puso una mano suavemente en el hombro. “¿Qué pasa Kate? ¿Qué quería Gates?”.
Kate se giró quedando frente a él. “Verás… No quiero que pienses que todo lo que te he dicho hace un rato y lo que acaba de pasar en esta cama es por lo que te voy a contar a continuación, ¿vale?” Cogió aire le miró a los ojos. “Estamos investigando el caso de un… francotirador…” Tembló ligeramente al decir aquella palabra, aunque trató de disimular para que Castle no se lo notase. Pero él lo notó, se acercó a ella y le dio un tierno beso en la comisura de los labios. Ella se lo agradeció con una pequeña sonrisa y continuó. “Estamos completamente perdidos. Ha habido dos víctimas que no tiene relación alguna entre sí. No sabemos el motivo por el que han muerto y mucho menos quién se ha encargado de asesinarlos. Gates me mandó esta mañana que te llamase a ti para que volvieras a comisaría a ver si tú podías ayudarnos a ver algo que se nos hubiera escapado…” Vio como Castle fruncía ligeramente el ceño. “Antes de decirte que Gates quería que volvieras a la comisaría… necesitaba explicarme, contarte por qué había actuado así, todo lo que me había pasado.. En definitiva, contarte todo lo que te dije antes… Tal vez lo debería de haber hecho en distinto orden y haberte contado primero lo que Gates quería. Pero lo cierto es que no podía decirte que volvieras a comisaría sin haber hablado antes contigo. ¿Entiendes lo que quiero decirte?”. Lo miró a los ojos con preocupación.
Castle agarró con suavidad las manos de Kate. “Claro que te entiendo, pero… ¿tú también quieres que vuelva a comisaría? Porque sólo lo haré si tú quieres”. Acarició su mejilla bajando por su cuello y continuando por su brazo. Aquello hizo que la inspectora se estremeciera y se acercase más a él. Ambos permanecían aún desnudos.
“Estoy deseando volver a tenerte con nosotros, volver a escuchar tus locas y absurdas teorías, que vuelvas a traerme café cada mañana…” Se acercó a sus labios y en lugar de besarlos, los mordió con sensualidad, acariciando su espalda suavemente. “Me ducho y nos vamos”. Se separó lentamente de él y se levantó de la cama contoneándose a propósito, consciente de que él la miraba. Se acercó al baño y se paró en la puerta antes de entrar, apoyándose en el marco. “¡Ni se te ocurra entrar, que te conozco y tenemos prisa!”. Soltó una carcajada al ver cómo Castle ponía cara de cachorrito triste. Negó con la cabeza y se fue a dar una ducha rápida.
El escritor suspiró fuerte ante aquella explosión de sentimientos que había tenido en tan poco tiempo. ¡Cómo había cambiado su vida de repente! Se sentía tan feliz… Hizo la cama con rapidez y recogió sus ropas dejándolas estiradas y listas para ser puestas sobre una silla. Se fue a la ducha del piso de arriba canturreando.
Veinte minutos después ambos estaban ya vestidos y listos para ir a comisaría. Beckett se ponía la chaqueta mientras Castle cogía el móvil y las llaves del coche.
“¿Estás lista?” Le sonrió abriendo la puerta del loft.
“Lista”. Sonrió y se acercó a él dándole un tierno beso en los labios. “Castle… en comisaría no pueden saber nada de esto, ¿vale?. Ya sé que tú no eres poli y que supuestamente no tendría por qué haber normas para nosotros, pero si Gates se entera, te pone de patitas en la calle. Y no quiero volver a tener que trabajar sin ti…” Le colocó bien el cuello de la americana que se había puesto. Estaba guapísimo y muy sexy.
“No te preocupes, actuaremos con normalidad”. Le robó un beso de sus labios.
“¿Normalidad? ¡Tú no sabes actuar así Castle!”. Rió saliendo ya del loft.
“Me ofende inspectora”. Le sonrió cerrando la puerta con llave y entraron en el ascensor. “¿Vamos en tu coche? Se supone que has venido a buscarme…” Se acercó provocativamente hacia ella, colocando un dedo en su cuello, acariciándoselo.
“Castle…” Cerró los ojos ante la caricia, pero sacó fuerzas para apartarlo suavemente de ella. “¡Normalidad por favor! Cómo alguien note algo, estamos acabados… ¡Los dos! ¿Lo entiendes?”. Abrió los ojos para decirle aquello y le cogió la mano suavemente, apretándosela con cariño.
“De acuerdo inspectora Beckett” Sonrió ante el apretón de manos. Aquello iba a ser divertido. Llevar una relación en secreto, sin que ningún compañero, y mucho menos Gates se enterase… “Vamos”.
Salieron del edificio y fueron en el coche de Kate hasta la comisaría.
¿Cómo lo veis?
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Jajajaja madre mía, ¿cómo he podido perderme este fic? ¡Buenísimo! No sabes lo que me he podido reír con Espo en la morgue y con la primera discusión como pareja de estos dos. Kate tiene razón, Castle no sabe ser normal xD
Comina- Ayudante de policia
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Edad : 37
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
jajaja me ha encantado el capitulo ha sido genial , siguee pronto
onewritergirl- Ayudante de policia
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Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días!
¡Qué gozada es entrar y ver que os ha gustado y que tenemos nueva lectora! Bienvenida Comina!
Gracias también a los que leéis en la sombra y por supuesto, a las que seguís comentando!
Sólo puedo adelantaros que la cosa se va poniendo interesante... jajaja
Sigamos!!
“Recuerda que supuestamente nuestra AMISTAD no está pasando por su mejor momento”. Recalcó aquella palabra levantando una ceja sin dejar de mirar a Castle. Estaban en el ascensor de la comisaría. “Así que no estés tampoco muy juguetón. Eso, déjalo para esta noche…” Susurró antes de salir del ascensor cuando las puertas se abrieron en su planta. Lo cierto es que estaba nerviosa. Tener que volver a enfrentarse a aquel caso le revolvía las tripas y le hacía temblar. Suspiró de camino a su mesa tratando concentrarse en el caso para acabarlo cuanto antes. Richard tardó un poco en reaccionar y después siguió a la inspectora.
Ryan y Espo se giraron al oír el ascensor y se sorprendieron de ver a Castle allí, y más de verlo con Beckett. Sabían que desde lo del disparo no habían vuelto a tener buena relación y aquello les sorprendía de sobremanera.
“¡Castle! ¡Qué alegría verte! ¿Cómo tú por aquí?” Espo le tendió la mano y Castle se la apretó sonriéndole.
“Eso, ¿qué te trae nuevamente por aquí?” Ryan también le estrechó la mano.
“Bueno, la capitana me ha pedido mi colaboración para el caso que estáis llevando ahora”. Miró de reojo a Beckett. La había notado tensa desde que habían salido del ascensor, y algo le decía que no era por tener que disimular su relación. Había algo más, probablemente relacionado con el caso del francotirador. “Así que de momento aquí estaré hasta que demos con el asesino”.
No dio tiempo a que ningún detective pudiera abrir la boca. En cuanto Castle acabó aquella frase, la capitana Gates salió de su despacho y saludó al escritor.
“Bienvenido de nuevo señor Castle. Gracias por su colaboración”. Torció la boca en una mueca de desagrado por haberse visto obligada a tenerlo de nuevo allí. “Recuerde que esto es una comisaría y no una guardería, ¿está claro?”. Richard asintió divertido al verse enfrentado de nuevo a la capitana. “Bien. Los detectives le pondrán al día del caso. Espero que lo resuelvan cuanto antes. Tengo al alcalde presionándome todo el día para que acabemos con él cuanto antes”. Se encerró de nuevo en su despacho dando un portazo.
“Veo que a esta aún no habéis conseguido cambiarle el mal humor..” Sonrió mirando a Ryan y a Espo.
“Ya sabes cómo es: La Dama de Hierro!”. Los tres rieron como en los viejos tiempos.
Beckett, que había permanecido en un segundo plano hasta entonces, se levantó de su silla y se sentó en la mesa mirando a la pizarra. “Chicos, ya habéis oído, a trabajar! Ryan, Espo, ¿habéis averiguado algo más sobre las víctimas? ¿Alguna conexión? ¿Algún movimiento que implique que estaban metidos en algo?”. Los miró esperanzada.
Ambos detectives negaron. “No hay nada de eso ni en sus cuentas ni en sus trabajos. Eran dos personas totalmente normales, con una casa, un trabajo y una vida. Seguimos sin saber por qué el francotirador los eligió a ellos”.
“Entonces habrá que volver a los dos sitios desde los que se efectuaron los disparos. Hay que repasar todas las cámaras de esas zonas para ver si conseguimos encontrarle, ver su cara”. Dirigió su mirada a la pizarra de nuevo tratando de buscar algo más por dónde seguir investigando.
“Ya estamos mirando lo de las cámaras. Nos llevará un poco de tiempo, pero seguro que conseguimos verlo”. Espo cogió la carpeta con los datos del caso y se dirigió a la sala en la que estaban buscando aquellas imágenes.
“Bien, Ryan, volvamos a los lugares desde los que actuó. A ver si se nos ha pasado algo”. Se levantó cogiendo la chaqueta y miró a Castle. “¿Te vienes o prefieres buscar en las cámaras?”. Se cercioró de que Ryan estuviera ya camino del ascensor y le dedicó una pequeña sonrisa al escritor.
“Eh… no, voy con vosotros”. Se encaminaron los tres al ascensor, en silencio.
Se adentraron en un edificio medio abandonado. Desde el tercer piso se había realizado el primer tiro. La habitación estaba prácticamente vacía. Sólo había una mesa de madera con un saco de tierra encima. Ahí se habría apoyado el francotirador para realizar el disparo. Había un gran ventanal desde donde se veía perfectamente la calle por la que a diario caminaban miles de neoyorquinos, sin ser conscientes de que en cualquier momento, su vida podría acabar.
Ryan y Castle se pasearon por la habitación fijándose bien en cada rincón. Intentaban buscar alguna pista que les dijese quién estaba tras los dos muertos. Beckett había empezado también a buscar cualquier cosa que se les hubiese podido pasar: pelo, sangre, huellas… Miró por la cristalera y se quedó quieta, observando a la gente pasar. Desde que a ella le habían disparado, se sentía muy pequeña y vulnerable. Sentía que en cualquier momento, podrían volver a dispararla. Su respiración empezó a acelerarse y apretó el puño tratando de controlar sus sentimientos. En ese momento, sonó su móvil. Lo sacó con rapidez del bolsillo y contestó la llamada con fuerza, disimulando el mal rato que estaba pasando.
“¡Beckett! Sí, estamos aquí… ¿¡Qué!? Joder… ¿Algún herido o fallecido?... Vale, gracias Espo, estamos allí en 15 minutos”. Colgó la llamada y guardó el móvil en el bolsillo de su abrigo. “Tenemos que irnos” Informó a sus compañeros. “El… francotirador ha vuelto a actuar. Esta vez algo ha salido mal, porque ha disparado pero no ha alcanzado a nadie, gracias a Dios”. Miró a Ryan y a Castle que la miraban atentos. “Espo está ya allí tratando de averiguar desde donde dispararon para saber si le podemos pillar. ¡Vamos!”. Cogió aire con fuerza y con pasos decididos salió de aquel edificio seguida por el escritor y el detective.
Llegaron rápido al lugar en el que habían resonado los disparos. Todo allí era un caos. La gente estaba nerviosa, hablaba alto, iba acelerada… Temían que el francotirador siguiese en su posición y pudiera disparar en cualquier momento. La policía trataba de calmarlos, sin éxito. Todo aquel alborotó hizo que Beckett se pusiera nerviosa también, pero como siempre, se obligó a sí misma a disimularlo, incluso cuando bajaron del coche y Castle acarició levemente su espalda.
Ryan y Castle caminaron con decisión para entrar en aquel edificio que había sido disparado, pero Beckett no los seguía. Se había quedado parada, bloqueada. En su cabeza se repetían una y otra vez las imágenes del día en que ella fue alcanzada por un francotirador. Su cuerpo comenzó a temblar ligeramente e instintivamente se apoyó un poco en el coche y apretó los puños con fuerza. Sentía unas ganas terribles de llorar, pero no iba a dejarse vencer por esos sentimientos. Tenía que superarlo. Aunque el hombre que la disparó a ella aún siguiera suelto, ella debía seguir con su vida. Y eso es lo que haría. Cogió aire con fuerza aunque seguía apoyada en la puerta de su coche.
“Beckett… ¿vienes?” La voz de Ryan la sacó de sus pensamientos, los miró a ambos que la esperaban en las escaleras del edificio y asintió. Se tragó las lágrimas y tratando de aparentar segura y decidida caminó hacia ellos. Pero su mirada estaba apagada y Castle lo notó de inmediato. Esperó a que Ryan entrase y agarró la mano de Beckett suavemente.
“Ya están ellos dentro. Nosotros podríamos ir investigando este lugar, quién trabaja aquí y a quién querrían disparar…” Quiso convencerla para irse de aquel sitio. No quería verla así.
La inspectora se soltó de su mano con cierto enfado, no con él, sino con ella misma por no poder controlarse. “Estoy bien Castle, ¡vamos dentro!”. Caminó siguiendo los pasos de Ryan y se acercó a Espo para que le informara. Castle, decidió no presionarla. De sobra sabía que necesitaba tiempo para asimilar los sentimientos que se agolpaban en su cabeza y en su corazón. Tarde o temprano, acabarían haciéndola explotar, y él estaría ahí con ella.
¿Explotará Beckett de tanto guardarse sus sentimientos? ¿O se abrirá a Castle?
¡Hasta la próxima!
Sed buenas y comentar jejeje.
¡Qué gozada es entrar y ver que os ha gustado y que tenemos nueva lectora! Bienvenida Comina!
Gracias también a los que leéis en la sombra y por supuesto, a las que seguís comentando!
Sólo puedo adelantaros que la cosa se va poniendo interesante... jajaja
Sigamos!!
“Recuerda que supuestamente nuestra AMISTAD no está pasando por su mejor momento”. Recalcó aquella palabra levantando una ceja sin dejar de mirar a Castle. Estaban en el ascensor de la comisaría. “Así que no estés tampoco muy juguetón. Eso, déjalo para esta noche…” Susurró antes de salir del ascensor cuando las puertas se abrieron en su planta. Lo cierto es que estaba nerviosa. Tener que volver a enfrentarse a aquel caso le revolvía las tripas y le hacía temblar. Suspiró de camino a su mesa tratando concentrarse en el caso para acabarlo cuanto antes. Richard tardó un poco en reaccionar y después siguió a la inspectora.
Ryan y Espo se giraron al oír el ascensor y se sorprendieron de ver a Castle allí, y más de verlo con Beckett. Sabían que desde lo del disparo no habían vuelto a tener buena relación y aquello les sorprendía de sobremanera.
“¡Castle! ¡Qué alegría verte! ¿Cómo tú por aquí?” Espo le tendió la mano y Castle se la apretó sonriéndole.
“Eso, ¿qué te trae nuevamente por aquí?” Ryan también le estrechó la mano.
“Bueno, la capitana me ha pedido mi colaboración para el caso que estáis llevando ahora”. Miró de reojo a Beckett. La había notado tensa desde que habían salido del ascensor, y algo le decía que no era por tener que disimular su relación. Había algo más, probablemente relacionado con el caso del francotirador. “Así que de momento aquí estaré hasta que demos con el asesino”.
No dio tiempo a que ningún detective pudiera abrir la boca. En cuanto Castle acabó aquella frase, la capitana Gates salió de su despacho y saludó al escritor.
“Bienvenido de nuevo señor Castle. Gracias por su colaboración”. Torció la boca en una mueca de desagrado por haberse visto obligada a tenerlo de nuevo allí. “Recuerde que esto es una comisaría y no una guardería, ¿está claro?”. Richard asintió divertido al verse enfrentado de nuevo a la capitana. “Bien. Los detectives le pondrán al día del caso. Espero que lo resuelvan cuanto antes. Tengo al alcalde presionándome todo el día para que acabemos con él cuanto antes”. Se encerró de nuevo en su despacho dando un portazo.
“Veo que a esta aún no habéis conseguido cambiarle el mal humor..” Sonrió mirando a Ryan y a Espo.
“Ya sabes cómo es: La Dama de Hierro!”. Los tres rieron como en los viejos tiempos.
Beckett, que había permanecido en un segundo plano hasta entonces, se levantó de su silla y se sentó en la mesa mirando a la pizarra. “Chicos, ya habéis oído, a trabajar! Ryan, Espo, ¿habéis averiguado algo más sobre las víctimas? ¿Alguna conexión? ¿Algún movimiento que implique que estaban metidos en algo?”. Los miró esperanzada.
Ambos detectives negaron. “No hay nada de eso ni en sus cuentas ni en sus trabajos. Eran dos personas totalmente normales, con una casa, un trabajo y una vida. Seguimos sin saber por qué el francotirador los eligió a ellos”.
“Entonces habrá que volver a los dos sitios desde los que se efectuaron los disparos. Hay que repasar todas las cámaras de esas zonas para ver si conseguimos encontrarle, ver su cara”. Dirigió su mirada a la pizarra de nuevo tratando de buscar algo más por dónde seguir investigando.
“Ya estamos mirando lo de las cámaras. Nos llevará un poco de tiempo, pero seguro que conseguimos verlo”. Espo cogió la carpeta con los datos del caso y se dirigió a la sala en la que estaban buscando aquellas imágenes.
“Bien, Ryan, volvamos a los lugares desde los que actuó. A ver si se nos ha pasado algo”. Se levantó cogiendo la chaqueta y miró a Castle. “¿Te vienes o prefieres buscar en las cámaras?”. Se cercioró de que Ryan estuviera ya camino del ascensor y le dedicó una pequeña sonrisa al escritor.
“Eh… no, voy con vosotros”. Se encaminaron los tres al ascensor, en silencio.
Se adentraron en un edificio medio abandonado. Desde el tercer piso se había realizado el primer tiro. La habitación estaba prácticamente vacía. Sólo había una mesa de madera con un saco de tierra encima. Ahí se habría apoyado el francotirador para realizar el disparo. Había un gran ventanal desde donde se veía perfectamente la calle por la que a diario caminaban miles de neoyorquinos, sin ser conscientes de que en cualquier momento, su vida podría acabar.
Ryan y Castle se pasearon por la habitación fijándose bien en cada rincón. Intentaban buscar alguna pista que les dijese quién estaba tras los dos muertos. Beckett había empezado también a buscar cualquier cosa que se les hubiese podido pasar: pelo, sangre, huellas… Miró por la cristalera y se quedó quieta, observando a la gente pasar. Desde que a ella le habían disparado, se sentía muy pequeña y vulnerable. Sentía que en cualquier momento, podrían volver a dispararla. Su respiración empezó a acelerarse y apretó el puño tratando de controlar sus sentimientos. En ese momento, sonó su móvil. Lo sacó con rapidez del bolsillo y contestó la llamada con fuerza, disimulando el mal rato que estaba pasando.
“¡Beckett! Sí, estamos aquí… ¿¡Qué!? Joder… ¿Algún herido o fallecido?... Vale, gracias Espo, estamos allí en 15 minutos”. Colgó la llamada y guardó el móvil en el bolsillo de su abrigo. “Tenemos que irnos” Informó a sus compañeros. “El… francotirador ha vuelto a actuar. Esta vez algo ha salido mal, porque ha disparado pero no ha alcanzado a nadie, gracias a Dios”. Miró a Ryan y a Castle que la miraban atentos. “Espo está ya allí tratando de averiguar desde donde dispararon para saber si le podemos pillar. ¡Vamos!”. Cogió aire con fuerza y con pasos decididos salió de aquel edificio seguida por el escritor y el detective.
Llegaron rápido al lugar en el que habían resonado los disparos. Todo allí era un caos. La gente estaba nerviosa, hablaba alto, iba acelerada… Temían que el francotirador siguiese en su posición y pudiera disparar en cualquier momento. La policía trataba de calmarlos, sin éxito. Todo aquel alborotó hizo que Beckett se pusiera nerviosa también, pero como siempre, se obligó a sí misma a disimularlo, incluso cuando bajaron del coche y Castle acarició levemente su espalda.
Ryan y Castle caminaron con decisión para entrar en aquel edificio que había sido disparado, pero Beckett no los seguía. Se había quedado parada, bloqueada. En su cabeza se repetían una y otra vez las imágenes del día en que ella fue alcanzada por un francotirador. Su cuerpo comenzó a temblar ligeramente e instintivamente se apoyó un poco en el coche y apretó los puños con fuerza. Sentía unas ganas terribles de llorar, pero no iba a dejarse vencer por esos sentimientos. Tenía que superarlo. Aunque el hombre que la disparó a ella aún siguiera suelto, ella debía seguir con su vida. Y eso es lo que haría. Cogió aire con fuerza aunque seguía apoyada en la puerta de su coche.
“Beckett… ¿vienes?” La voz de Ryan la sacó de sus pensamientos, los miró a ambos que la esperaban en las escaleras del edificio y asintió. Se tragó las lágrimas y tratando de aparentar segura y decidida caminó hacia ellos. Pero su mirada estaba apagada y Castle lo notó de inmediato. Esperó a que Ryan entrase y agarró la mano de Beckett suavemente.
“Ya están ellos dentro. Nosotros podríamos ir investigando este lugar, quién trabaja aquí y a quién querrían disparar…” Quiso convencerla para irse de aquel sitio. No quería verla así.
La inspectora se soltó de su mano con cierto enfado, no con él, sino con ella misma por no poder controlarse. “Estoy bien Castle, ¡vamos dentro!”. Caminó siguiendo los pasos de Ryan y se acercó a Espo para que le informara. Castle, decidió no presionarla. De sobra sabía que necesitaba tiempo para asimilar los sentimientos que se agolpaban en su cabeza y en su corazón. Tarde o temprano, acabarían haciéndola explotar, y él estaría ahí con ella.
¿Explotará Beckett de tanto guardarse sus sentimientos? ¿O se abrirá a Castle?
¡Hasta la próxima!
Sed buenas y comentar jejeje.
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Gracias por la bienvenida, livingmylife!
Yo creo que se lo guardará un poco porque ya sabes que ella no es precisamente de la que se lamentan de su vida, pero al final Castle conseguirá que se abra y se desahogue.
Yo creo que se lo guardará un poco porque ya sabes que ella no es precisamente de la que se lamentan de su vida, pero al final Castle conseguirá que se abra y se desahogue.
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 37
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Como siempre genial sigue pronto
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola! ¡Ya estoy de vuelta!
Me alegra tanto ver que os sigue gustando la historia....!!! Y más que os animáis a comentar!!
¡GRACIAS DE NUEVO!
Os advierto... las cosas se ponen complicadas... Pero... no me matéis....
Sigamos!
Ambos detectives, escritor e inspectora hablaron con todo aquel que pudieron. Mucha gente estaba tan nerviosa que tuvo que ser atendida y algunos incluso fueron trasladados a un hospital. Con aquellos hablarían más tarde. Sólo sabían que se trataba de un edificio sólo de oficinas y que los disparos habían entrado por la tercera planta. Investigarían a todos los trabajadores. Castle estaba preguntando qué clase de oficina era, de qué empresa, etcétera. Mientras tanto, Ryan, Espo y Beckett interrogaban a una chica de unos treinta años que en el momento de los disparos estaba cerca de una columna donde impactó la primera bala. Estaba muy nerviosa, pero quería colaborar con la policía cuanto antes para acabar con aquello.
“Yo estaba ordenando unos archivos… justo al lado de aquella columna… Mi… mi compañero me llamó para preguntarme algo y me acerqué a él, pasando por detrás de la columna… En ese momento escuché el disparo y me tiré al suelo, asustada… ¿Me quería dar a mi?”. Aquella chica de ojos azules los miraba terriblemente asustada, queriendo encontrar respuestas. No se le ocurría ningún motivo por el que alguien quisiera asesinarla.
La chica miró con desesperación a Beckett, quien al leer aquella mirada, bajó la cabeza y tragó saliva. Su cuerpo temblaba notablemente y una vez más en aquel día volvió a apretar el puño tratando de controlarse. Por su mente no dejaban de pasar imágenes de ella el día que el francotirador la alcanzó. Se podía imaginar perfectamente por lo que aquella gente estaba pasando. “No… no lo sabemos. Eso tratamos de… averiguar”. Su voz temblaba, empezaba a notar cómo se ahogaba, cómo le faltaba el aire. Miró un segundo a la chica, después de reojo a sus compañeros y a continuación hacia la puerta del aseo. “Perdonadme… un momento”. Salió corriendo hacia el baño, empujó la puerta con rabia y se metió en uno de los aseos, cerró la puerta y puso el pestillo. Sus manos temblaban, todo su cuerpo temblaba y le costaba horrores respirar. Bajó la tapa de retrete y se sentó en él apoyando los codos en sus rodillas y la cabeza en sus manos. Intentaba relajarse pero le era imposible. Cogía aire por la boca. Por la nariz ya no le servía, sentía que no le era suficiente. Empezó a llorar incontrolablemente, lo que dificultó aún más su respiración. Miró al frente, hacia la puerta, sentía que todo le daba vueltas. Se estaba mareando. Se sentía de nuevo vulnerable. Aquella situación le estaba sobrepasando. Trató de levantarse para salir fuera, a la calle y tomar el aire, pero se mareó y tuvo que volver a sentarse.
Castle, a pesar de haber estado preguntando por su cuenta intentando darle espacio a la inspectora, estaba todo el rato pendiente de Kate. Cuando la vio salir corriendo, se excusó con la persona con la que estaba hablando y se acercó a Kevin y Javi. “¿Qué ha pasado?”.
“Creo que este caso le está afectando más de lo que quiere aparentar”. Ryan echó un vistazo a la puerta del baño por la que su compañera había desaparecido. “Ya sabes cómo es, no quiere que nadie note que esto la está matando…” Miró con cierta tristeza y preocupación a Espo. “Espo, ¿por qué no te acercas a ver cómo está? Contigo tiene mejor relación. Y tú sabes perfectamente cómo se está sintiendo ahora mismo…”.
Javier asintió y miró a Castle quien no estaba muy de acuerdo con aquello. Deseaba entrar al baño y llevársela dejos de allí, donde no sufriera. Pero sabía que ella no le dejaría hacer eso. Suspiró y asintió a su compañero. Javier se acercó al bañó y golpeó la puerta un par de veces. “Beckett, ¿estás bien?”. Esperó unos segundos y como no contestaba, volvió a golpear la puerta. “Kate… Por favor, yo sé por lo que estás pasando. Vamos, déjame ayudarte”. Trató de empatizar con ella.
“¡Estoy bien Espo! Sólo necesitaba refrescarme un poco”. La inspectora alzó la voz como pudo, sin moverse. Seguía mareada y sentía que si se movía aunque fuese un centímetro, caería redonda al suelo. “Ahora salgo”. Aunque quería mostrar fuerza en su voz, no pudo. Se notaba su debilidad y aquello le hizo ponerse a llorar más fuerte, sin que su amigo la escuchase desde fuera. Unos segundos después empezó a poder controlar el llanto y pensó que estaba consiguiendo tranquilizarse. Empezó a levantarse lentamente, abriendo el pestillo para salir a los lavabos, pero, de repente, todo se oscureció, perdió el sentido y cayó al suelo golpeándose en la cabeza.
Castle, que se había acercado a Espo para ver si conseguía saber cómo estaba Beckett, escuchó aquel ruido y sin pensárselo dos veces entró en el baño encontrándosela en el suelo tirada, desmayada y con un pequeño golpe en la cabeza. En aquel momento su corazón se paró, pero no se dejó ganar por el miedo. Corrió hacia ella, se arrodilló a su lado tratando de ver dónde se había golpeado. “¡Espo, Ryan! ¡Avisad a los de la ambulancia que está fuera, rápido!”.
Agarró el cuerpo de la inspectora y la incorporó un poco apoyando su cabeza en sus piernas comprobando su pulso y su respiración. “Kate por favor…” Susurró a su lado, acariciándole la mejilla con infinito cariño. Acercó su cara a la de Beckett y cuando fue a darle un ligero beso en los labios, entraron los sanitarios y le hicieron apartarse de ella para poder atenderla con rapidez y eficacia. Tragó saliva y se separó un poco de ella, sin dejar de agarrarle y acariciarle mano. Aquel gesto, junto con el del intento de besarla, no pasó desapercibido por sus compañeros que esperaban nerviosos y preocupados. Pero ninguno dijo nada. No era el momento. Esperarían a que la inspectora estuviera recuperada para hablar con ellos.
Ups...
Me alegra tanto ver que os sigue gustando la historia....!!! Y más que os animáis a comentar!!
¡GRACIAS DE NUEVO!
Os advierto... las cosas se ponen complicadas... Pero... no me matéis....
Sigamos!
Ambos detectives, escritor e inspectora hablaron con todo aquel que pudieron. Mucha gente estaba tan nerviosa que tuvo que ser atendida y algunos incluso fueron trasladados a un hospital. Con aquellos hablarían más tarde. Sólo sabían que se trataba de un edificio sólo de oficinas y que los disparos habían entrado por la tercera planta. Investigarían a todos los trabajadores. Castle estaba preguntando qué clase de oficina era, de qué empresa, etcétera. Mientras tanto, Ryan, Espo y Beckett interrogaban a una chica de unos treinta años que en el momento de los disparos estaba cerca de una columna donde impactó la primera bala. Estaba muy nerviosa, pero quería colaborar con la policía cuanto antes para acabar con aquello.
“Yo estaba ordenando unos archivos… justo al lado de aquella columna… Mi… mi compañero me llamó para preguntarme algo y me acerqué a él, pasando por detrás de la columna… En ese momento escuché el disparo y me tiré al suelo, asustada… ¿Me quería dar a mi?”. Aquella chica de ojos azules los miraba terriblemente asustada, queriendo encontrar respuestas. No se le ocurría ningún motivo por el que alguien quisiera asesinarla.
La chica miró con desesperación a Beckett, quien al leer aquella mirada, bajó la cabeza y tragó saliva. Su cuerpo temblaba notablemente y una vez más en aquel día volvió a apretar el puño tratando de controlarse. Por su mente no dejaban de pasar imágenes de ella el día que el francotirador la alcanzó. Se podía imaginar perfectamente por lo que aquella gente estaba pasando. “No… no lo sabemos. Eso tratamos de… averiguar”. Su voz temblaba, empezaba a notar cómo se ahogaba, cómo le faltaba el aire. Miró un segundo a la chica, después de reojo a sus compañeros y a continuación hacia la puerta del aseo. “Perdonadme… un momento”. Salió corriendo hacia el baño, empujó la puerta con rabia y se metió en uno de los aseos, cerró la puerta y puso el pestillo. Sus manos temblaban, todo su cuerpo temblaba y le costaba horrores respirar. Bajó la tapa de retrete y se sentó en él apoyando los codos en sus rodillas y la cabeza en sus manos. Intentaba relajarse pero le era imposible. Cogía aire por la boca. Por la nariz ya no le servía, sentía que no le era suficiente. Empezó a llorar incontrolablemente, lo que dificultó aún más su respiración. Miró al frente, hacia la puerta, sentía que todo le daba vueltas. Se estaba mareando. Se sentía de nuevo vulnerable. Aquella situación le estaba sobrepasando. Trató de levantarse para salir fuera, a la calle y tomar el aire, pero se mareó y tuvo que volver a sentarse.
Castle, a pesar de haber estado preguntando por su cuenta intentando darle espacio a la inspectora, estaba todo el rato pendiente de Kate. Cuando la vio salir corriendo, se excusó con la persona con la que estaba hablando y se acercó a Kevin y Javi. “¿Qué ha pasado?”.
“Creo que este caso le está afectando más de lo que quiere aparentar”. Ryan echó un vistazo a la puerta del baño por la que su compañera había desaparecido. “Ya sabes cómo es, no quiere que nadie note que esto la está matando…” Miró con cierta tristeza y preocupación a Espo. “Espo, ¿por qué no te acercas a ver cómo está? Contigo tiene mejor relación. Y tú sabes perfectamente cómo se está sintiendo ahora mismo…”.
Javier asintió y miró a Castle quien no estaba muy de acuerdo con aquello. Deseaba entrar al baño y llevársela dejos de allí, donde no sufriera. Pero sabía que ella no le dejaría hacer eso. Suspiró y asintió a su compañero. Javier se acercó al bañó y golpeó la puerta un par de veces. “Beckett, ¿estás bien?”. Esperó unos segundos y como no contestaba, volvió a golpear la puerta. “Kate… Por favor, yo sé por lo que estás pasando. Vamos, déjame ayudarte”. Trató de empatizar con ella.
“¡Estoy bien Espo! Sólo necesitaba refrescarme un poco”. La inspectora alzó la voz como pudo, sin moverse. Seguía mareada y sentía que si se movía aunque fuese un centímetro, caería redonda al suelo. “Ahora salgo”. Aunque quería mostrar fuerza en su voz, no pudo. Se notaba su debilidad y aquello le hizo ponerse a llorar más fuerte, sin que su amigo la escuchase desde fuera. Unos segundos después empezó a poder controlar el llanto y pensó que estaba consiguiendo tranquilizarse. Empezó a levantarse lentamente, abriendo el pestillo para salir a los lavabos, pero, de repente, todo se oscureció, perdió el sentido y cayó al suelo golpeándose en la cabeza.
Castle, que se había acercado a Espo para ver si conseguía saber cómo estaba Beckett, escuchó aquel ruido y sin pensárselo dos veces entró en el baño encontrándosela en el suelo tirada, desmayada y con un pequeño golpe en la cabeza. En aquel momento su corazón se paró, pero no se dejó ganar por el miedo. Corrió hacia ella, se arrodilló a su lado tratando de ver dónde se había golpeado. “¡Espo, Ryan! ¡Avisad a los de la ambulancia que está fuera, rápido!”.
Agarró el cuerpo de la inspectora y la incorporó un poco apoyando su cabeza en sus piernas comprobando su pulso y su respiración. “Kate por favor…” Susurró a su lado, acariciándole la mejilla con infinito cariño. Acercó su cara a la de Beckett y cuando fue a darle un ligero beso en los labios, entraron los sanitarios y le hicieron apartarse de ella para poder atenderla con rapidez y eficacia. Tragó saliva y se separó un poco de ella, sin dejar de agarrarle y acariciarle mano. Aquel gesto, junto con el del intento de besarla, no pasó desapercibido por sus compañeros que esperaban nerviosos y preocupados. Pero ninguno dijo nada. No era el momento. Esperarían a que la inspectora estuviera recuperada para hablar con ellos.
Ups...
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Ay, pobres... una con un ataque de ansiedad, con lo mal que se pasa, y el otro angustiado por su Kate. Si es que es más mono...
¡Qué arte tienes escribiendo, chiquilla!
¡Qué arte tienes escribiendo, chiquilla!
Comina- Ayudante de policia
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Edad : 37
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Perfecto, como siempre!!!!! Sigue pronto por favoor!!!!
Castle y Beckett- As del póker
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Fecha de inscripción : 28/10/2014
Edad : 24
Re: Cuando te veo (FIN)
Pobre Beckett me ha dado penilla , menos mal que siempre estan sus compañeros que le ayudan aunque esta no se deje,porque si dependiera de ella...
sigue
sigue
writerdetective47- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Hola!
Gracias, gracias, gracias, GRACIAS por todos vuestros comentarios! Me anima muchísimo ver que os sigue gustando, que continuáis leyendo esta pequeña historia y que sobre todo, que os animáis a comentarla!
Hoy he podido escribir algo más y me estoy dando cuenta de que me está sirviendo a mi también para plasmar mis sentimientos. Desde luego, estoy disfrutando un montón al escribirla. Espero que vosotros también al leerla.
¿Seguimos?
Estabilizaron a Beckett y después la subieron a la camilla para llevarla hasta la ambulancia. Los sanitarios iban preguntando a Castle qué es lo que le había pasado a la chica para haber acabado así. Richard les contó por encima lo que sabía. Supusieron que la caída y el desmayo se debían a un ataque de ansiedad. Salieron del baño con Kate en la camilla y encaminaron hacia la salida del edificio. Castle iba todo el rato agarrado a su mano, no quería soltarla, y menos ahora que habían hablado sobre ellos y habían abierto sus sentimientos. Iba concentrado mirando y acariciando su mano cuando algo llamó su atención. Una luz roja, un punto rojo recorrió el cuerpo inmóvil de la inspectora hasta posarse en su pecho, encima del corazón. El pulso del escritor se aceleró notablemente y para sorpresa de todos los allí presentes empujó con fuerza y rapidez la camilla de Beckett hasta “esconderla” detrás de una columna mientras gritaba con furia. Se oyó un fuerte disparo justo en el momento en que la camilla desaparecía tras la columna. Castle apretó fuerte los ojos durante unos segundos, refugiándose junto a ella. Después los abrió con rapidez y posó sus manos sobre el cuerpo de Kate tratando de averiguar si la bala la había alcanzado. Soltó el aire con fuerza, aliviado, al comprobar que el amor de su vida no tenía ni un rasguño. Esta vez había conseguido salvarla… Su cuerpo temblaba por los nervios y la rabia. Miró por el ventanal de aquel edificio por el que habían entrado los disparos justo en el momento exacto para ver cómo el láser rojo se apagaba. Pero pudo ver de dónde provenía.
“¡Espo, Ryan! Está en el edificio de enfrente, décima planta!”. Gritó a sus compañeros señalando el lugar.
Ryan y Espo corrieron hacia ellos al darse cuenta de lo que estaba pasando, salieron del edificio en dirección al lugar del que provenían los disparos. Aparentemente, los dos asesinados y el intento de asesinato en aquel edificio no habían sido más que trampas para acercar a Kate a él y poderla disparar una vez más. Cuando recuperaron la calma, sacaron a Beckett con rapidez de allí, metiéndola en la ambulancia en la que la acompañaron dos policías y Castle.
La ambulancia trasladó a Beckett al hospital más cercano. Castle no se movió ni un segundo de al lado de Kate. Fue con ella en la ambulancia, sin soltar su mano, en un silencio absoluto. Cuando llegaron al hospital no le dejaron pasar con ella, así que esperó fuera, apoyado en una pared, jugando nervioso con sus manos. Los policías custodiaban la estancia en la que la mujer estaba siendo atendida. Richard sabía que el golpe que Beckett se había dado no era muy grave. Sin embargo, sus sentimientos podían ser demasiado fuertes, tanto que no pudiese controlarlos como había hecho siempre hasta entonces. Iba a necesitar mucha ayuda, y aunque ella se negaría una y otra vez, él no pensaba apartarse de su lado. Al menos estaba vez no había una bala en su pecho…
Cogió aire varias veces; estaba muy nervioso, tanto que el móvil temblaba en sus manos. Suspiró tratando de calmarse y llamó a Gates para informarle de lo que había ocurrido con Kate. La capitana le pidió que la mantuviera informada. Tras aquella corta conversación buscó el teléfono del padre de Beckett en la agenda. Tenía que avisarle de lo que había pasado. Pero no marcó. Decidió esperar a que el médico le informara del estado de la inspectora. No quería preocupar en exceso a aquel hombre que tanto había sufrido tras el asesinato de su mujer.
La espera se le estaba haciendo eterna. Ya no sabía cómo ponerse. Estaba todo el rato en alerta a causa del disparo que habían presenciado. Miró a su alrededor y vio una máquina de cafés. Se acercó lentamente. Le pesaba todo el cuerpo. Miró a ver si aquella máquina servía también tilas. Para su suerte, así fue. Se preparó una y la tomó con las dos manos, removiéndola suavemente. Volvió a su posición anterior, frente al box en el que estaban tratando a Beckett. Se tomó la bebida poco a poco. Cuando estuvo más calmado pensó en llamar a su madre o a Alexis, pero pronto recordó que ninguna de las dos estaba en casa y que sería una forma tonta de preocuparlas. Entonces llamó a Javier y a Kevin un par de veces. Quería saber si habían conseguido pillar a aquel hijo de… Pero ninguno de los dos contestó a sus llamadas. Les envió un mensaje a cada uno diciéndoles que por favor en cuanto pudieran le informaran.
Poco tiempo después el médico que había estado atendiendo a Kate salió y se dirigió a Castle. “¿Es usted familiar de Katherine Beckett?”
Castle asintió separándose de la pared y poniéndose recto, mirando al doctor. “Soy su pareja”. Sonrió débilmente tras decir aquello. Llevaba tanto tiempo deseando estar al lado de Beckett de esta manera… “Dígame doctor, ¿cómo está?”. Lo miró nervioso y muy preocupado.
“No se preocupe. Le hemos curado la herida de la cabeza y no parece nada grave. De todas formas le haremos un par de pruebas para asegurarnos. Definitivamente sufrió un ataque de ansiedad y aquello le hizo perder el conocimiento. Pronto despertará. La vamos a trasladar a una habitación para que esté más cómoda. Allí podrá pasar a verla”.
Castle soltó el aire que había estado conteniendo, aliviado. “Gracias doctor. Por favor, no la cambien de habitación sin que los policías vayan con ella. Han… intentado asesinarla…” Su voz tembló al decir aquello, pero se obligó a sí mismo a serenarse y a coger fuerzas para ayudar a Kate.
“No se preocupe. Irá acompañada por los agentes en todo momento”. El doctor se despidió de Castle.
Richard, más calmado decidió llamar a Jim, el padre de Beckett. Esperó pacientemente a que el hombre respondiera a su llamada.
“¿Si, diga?”. La voz de Jim sonaba tranquila aunque ligeramente extrañado. No conocía el número de móvil del que le estaban llamando.
“Jim, soy Richard, Richard Castle…” Esperó a que el padre de Kate hablase. No sabía si Kate le habría contado algo sobre sus pequeños desencuentros.
¿Se llevarán bien Jim y Castle?
Gracias, gracias, gracias, GRACIAS por todos vuestros comentarios! Me anima muchísimo ver que os sigue gustando, que continuáis leyendo esta pequeña historia y que sobre todo, que os animáis a comentarla!
Hoy he podido escribir algo más y me estoy dando cuenta de que me está sirviendo a mi también para plasmar mis sentimientos. Desde luego, estoy disfrutando un montón al escribirla. Espero que vosotros también al leerla.
¿Seguimos?
Estabilizaron a Beckett y después la subieron a la camilla para llevarla hasta la ambulancia. Los sanitarios iban preguntando a Castle qué es lo que le había pasado a la chica para haber acabado así. Richard les contó por encima lo que sabía. Supusieron que la caída y el desmayo se debían a un ataque de ansiedad. Salieron del baño con Kate en la camilla y encaminaron hacia la salida del edificio. Castle iba todo el rato agarrado a su mano, no quería soltarla, y menos ahora que habían hablado sobre ellos y habían abierto sus sentimientos. Iba concentrado mirando y acariciando su mano cuando algo llamó su atención. Una luz roja, un punto rojo recorrió el cuerpo inmóvil de la inspectora hasta posarse en su pecho, encima del corazón. El pulso del escritor se aceleró notablemente y para sorpresa de todos los allí presentes empujó con fuerza y rapidez la camilla de Beckett hasta “esconderla” detrás de una columna mientras gritaba con furia. Se oyó un fuerte disparo justo en el momento en que la camilla desaparecía tras la columna. Castle apretó fuerte los ojos durante unos segundos, refugiándose junto a ella. Después los abrió con rapidez y posó sus manos sobre el cuerpo de Kate tratando de averiguar si la bala la había alcanzado. Soltó el aire con fuerza, aliviado, al comprobar que el amor de su vida no tenía ni un rasguño. Esta vez había conseguido salvarla… Su cuerpo temblaba por los nervios y la rabia. Miró por el ventanal de aquel edificio por el que habían entrado los disparos justo en el momento exacto para ver cómo el láser rojo se apagaba. Pero pudo ver de dónde provenía.
“¡Espo, Ryan! Está en el edificio de enfrente, décima planta!”. Gritó a sus compañeros señalando el lugar.
Ryan y Espo corrieron hacia ellos al darse cuenta de lo que estaba pasando, salieron del edificio en dirección al lugar del que provenían los disparos. Aparentemente, los dos asesinados y el intento de asesinato en aquel edificio no habían sido más que trampas para acercar a Kate a él y poderla disparar una vez más. Cuando recuperaron la calma, sacaron a Beckett con rapidez de allí, metiéndola en la ambulancia en la que la acompañaron dos policías y Castle.
La ambulancia trasladó a Beckett al hospital más cercano. Castle no se movió ni un segundo de al lado de Kate. Fue con ella en la ambulancia, sin soltar su mano, en un silencio absoluto. Cuando llegaron al hospital no le dejaron pasar con ella, así que esperó fuera, apoyado en una pared, jugando nervioso con sus manos. Los policías custodiaban la estancia en la que la mujer estaba siendo atendida. Richard sabía que el golpe que Beckett se había dado no era muy grave. Sin embargo, sus sentimientos podían ser demasiado fuertes, tanto que no pudiese controlarlos como había hecho siempre hasta entonces. Iba a necesitar mucha ayuda, y aunque ella se negaría una y otra vez, él no pensaba apartarse de su lado. Al menos estaba vez no había una bala en su pecho…
Cogió aire varias veces; estaba muy nervioso, tanto que el móvil temblaba en sus manos. Suspiró tratando de calmarse y llamó a Gates para informarle de lo que había ocurrido con Kate. La capitana le pidió que la mantuviera informada. Tras aquella corta conversación buscó el teléfono del padre de Beckett en la agenda. Tenía que avisarle de lo que había pasado. Pero no marcó. Decidió esperar a que el médico le informara del estado de la inspectora. No quería preocupar en exceso a aquel hombre que tanto había sufrido tras el asesinato de su mujer.
La espera se le estaba haciendo eterna. Ya no sabía cómo ponerse. Estaba todo el rato en alerta a causa del disparo que habían presenciado. Miró a su alrededor y vio una máquina de cafés. Se acercó lentamente. Le pesaba todo el cuerpo. Miró a ver si aquella máquina servía también tilas. Para su suerte, así fue. Se preparó una y la tomó con las dos manos, removiéndola suavemente. Volvió a su posición anterior, frente al box en el que estaban tratando a Beckett. Se tomó la bebida poco a poco. Cuando estuvo más calmado pensó en llamar a su madre o a Alexis, pero pronto recordó que ninguna de las dos estaba en casa y que sería una forma tonta de preocuparlas. Entonces llamó a Javier y a Kevin un par de veces. Quería saber si habían conseguido pillar a aquel hijo de… Pero ninguno de los dos contestó a sus llamadas. Les envió un mensaje a cada uno diciéndoles que por favor en cuanto pudieran le informaran.
Poco tiempo después el médico que había estado atendiendo a Kate salió y se dirigió a Castle. “¿Es usted familiar de Katherine Beckett?”
Castle asintió separándose de la pared y poniéndose recto, mirando al doctor. “Soy su pareja”. Sonrió débilmente tras decir aquello. Llevaba tanto tiempo deseando estar al lado de Beckett de esta manera… “Dígame doctor, ¿cómo está?”. Lo miró nervioso y muy preocupado.
“No se preocupe. Le hemos curado la herida de la cabeza y no parece nada grave. De todas formas le haremos un par de pruebas para asegurarnos. Definitivamente sufrió un ataque de ansiedad y aquello le hizo perder el conocimiento. Pronto despertará. La vamos a trasladar a una habitación para que esté más cómoda. Allí podrá pasar a verla”.
Castle soltó el aire que había estado conteniendo, aliviado. “Gracias doctor. Por favor, no la cambien de habitación sin que los policías vayan con ella. Han… intentado asesinarla…” Su voz tembló al decir aquello, pero se obligó a sí mismo a serenarse y a coger fuerzas para ayudar a Kate.
“No se preocupe. Irá acompañada por los agentes en todo momento”. El doctor se despidió de Castle.
Richard, más calmado decidió llamar a Jim, el padre de Beckett. Esperó pacientemente a que el hombre respondiera a su llamada.
“¿Si, diga?”. La voz de Jim sonaba tranquila aunque ligeramente extrañado. No conocía el número de móvil del que le estaban llamando.
“Jim, soy Richard, Richard Castle…” Esperó a que el padre de Kate hablase. No sabía si Kate le habría contado algo sobre sus pequeños desencuentros.
¿Se llevarán bien Jim y Castle?
livingmylife- As del póker
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
Muerte al francotirador ya!!
Claro que se llevaran bien! Castle es adorable , y el sabe que cuida a Beckett y que haría lo imposible para que este bien.
PD: Amo tu historia sigueeee
Claro que se llevaran bien! Castle es adorable , y el sabe que cuida a Beckett y que haría lo imposible para que este bien.
PD: Amo tu historia sigueeee
writerdetective47- Actor en Broadway
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Fecha de inscripción : 26/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡¡Holaa!! ¡Os traigo un nuevo capítulo!
Me siento muy halagada con vuestros comentarios!! Me alegra tanto que os esté gustando la historia...
GRACIASSS POR LEERME Y POR COMENTAR!
Sigamos.
“¡Richard! Vaya, no me esperaba tu llamada. ¿Ocurre algo?”. Ser padre de una agente de policía lo hacía estar siempre alerta y no sabía por qué, pero que Castle le llamase le hacía preocuparse por su niña.
“Verás Jim, ella… está bien, pero… hace un rato Kate sufrió un… ataque de ansiedad… debido a un caso que estamos llevando. Se desmayó y se golpeó en la cabeza, pero no parece ser más que una pequeña herida. Está en el hospital, en observación”. Prefirió no darle más información, al menos, no por teléfono. Esperaría a que su padre apareciese en el hospital para contarle todo lo que había pasado.
El padre de Kate le dijo que no tardaría más de 20 minutos en llegar. Cuando lo hizo, ya habían pasado a Beckett a una habitación. Castle le esperó en la entrada del hospital y mientras subían a ver a Kate le informó de todo: el caso del francotirador, el nerviosismo de Kate, su ataque de ansiedad y el intento de dispararla de nuevo. Tras oír todo aquello Jim tuvo que sentarse en el banco del pasillo. Apoyó la espalda y se llevó las manos a la cabeza, frotándose suavemente la sien.
“Van a acabar con ella… El caso de su madre y los que anden detrás de ella van a terminar por llevársela junto a su madre…” Miró a Castle sin poder disimular las lágrimas.
“Jim…” Castle se acercó a él sentándose a su lado y posó su mano sobre el hombro de aquel hombre. “Kate es fuerte. Ambos sabemos que suele cerrar su sentimientos bajo llave, pero esta vez va a tener que ayudarnos a encontrar la llave para ayudarla a soltar todo lo que tiene dentro. Y te prometo que encontraremos a quien esté detrás de todo…” Apretó con cariño el hombro de Jim quien le miró algo más tranquilo.
“Gracias Richard… Te va a necesitar a su lado. No lo dice, pero yo sé que eres muy importante para ella”. Le sonrió secándose las lágrimas. Castle le correspondió. “¿Puedo entrar a verla?” Miró hacia la puerta tras la que se encontraba su hija.
“Sí, el doctor me dijo que no tardaría mucho en despertarse, así que debe de estar a punto de hacerlo”. Miró el también hacia la puerta. Necesitaba verla, saber que estaba bien, decirle que él no se apartaría de ella; pero no sabía si Beckett querría que su padre se enterase de que estaban juntos.
Jim se levantó y se acercó a la puerta cogiendo la manilla con la mano. Miró a Castle que no se había movido del banco. “¿No vienes?”. Bajó la manilla haciendo que la puerta cediera.
Castle se quedó pensativo unos segundos y después negó ligeramente. “No, ve pasando tú. Voy a hacer un par de llamadas a ver si los detectives han descubierto algo nuevo”. Se levantó del banco y con el móvil en la mano se alejó unos pasos de Jim, quien entró despacio al ver que su hija seguía dormida.
Castle marcó el número de Espo y rezó porque le cogiera la llamada. Para su desgracia, no fue así. Empezando a impacientarse, llamó a Ryan, y al fin le respondieron.
“¡Castle! ¿Cómo está Beckett?”. La voz de Kevin sonaba preocupada. Acababan de llegar a comisaría e hizo un gesto a Espo para que se acercase a él indicándole que estaba hablando con Castle. “Espo y yo estamos preocupados tío”.
“Está bien… Parece que el golpe no ha sido nada fuerte aunque aún le tienen que hacer alguna prueba. Creo que está dormida todavía. Iba a entrar a verla pero he querido llamaros primero… Ryan… Dime que lo habéis pillado, ¡por favor!”. Castle necesitaba oír que la persona que estaba intentando matar a Beckett estaba detenida. Tenían diferentes sospechas de quién estaba detrás de todo aquello, pero sólo si pillaban a aquel cabrón, estarían más cerca de descubrir que era lo que había pasado con la madre de Beckett y por qué ahora iban a por ella.
“Lo tenemos Castle, pero él no es el cabecilla… Hay alguien más poderoso por encima de él, mucho más poderoso. En cuanto sepa que tenemos a su francotirador, mandará a otro hombre…”. Ryan sentía una rabia enorme hacia todo aquel caso. Beckett era como una hermana para él y verla sufrir de aquella manera le dolía profundamente a él también. “Seguiremos todas las pistas que la detención del francotirador nos está dando, pero dudo que consigamos llegar al final de todo esto”. Suspiró empezando a frustrarse. “Tal vez tengamos que hacer que Kate se tome un respiro, se aleje de todo esto…”.
Castle mantenía el puño libre apretado. Todo aquello también le superaba a él. “Bueno, ahora lo importante es que Beckett se recupere. Si hace falta que se aleje un poco de todo esto, yo lo conseguiré”. Tomó aire antes de seguir. “Voy a entrar a verla. Ryan, por favor, mantenerme informado. Yo no me voy a separar de ella, ¡esta vez no!”.
“Tranquilo Castle, nosotros te vamos contando todo lo que vaya ocurriendo. Por algún lado tiene que estar la clave de todo esto… Te llamo más tarde para ver cómo está ella”.
Colgaron la llamada y Ryan y Espo continuaron investigando a cerca de aquel tipo que había sido contratado por alguien superior para matar a Katherine Beckett. Castle se quedó pensativo tras aquella llamada. Tenía que encontrar una buena pista para poder agarrarse a ella y tirar hasta dar con el fondo de todo ese caso. Suspiró. No era momento para eso. Primero tenía que saber cómo estaba Beckett. Encaminó sus pasos hacia la habitación 312 en la que estaba ella. Empujó ligeramente la puerta y entró con sigilo. Sonrió a Jim que estaba sentado al lado de su hija, agarrándole la mano con cariño.
Richard se acercó a ellos. “¿Cómo está?”. Fijó su mirada en el rostro tranquilo de la inspectora. Aún permanecía dormida. Sonrió inevitablemente al verla fuera de peligro.
“Se la ve tranquila. Aún no se ha despertado, pero ya ha empezado a moverse”. Jim apretó suavemente la mano de su niña, mirando a Castle. Sonrió al ver cómo el escritor la miraba. Fue a decir algo pero se quedó callado al notar que su hija empezaba a moverse y a despertarse.
Sigo escribiendo!
Me siento muy halagada con vuestros comentarios!! Me alegra tanto que os esté gustando la historia...
GRACIASSS POR LEERME Y POR COMENTAR!
Sigamos.
“¡Richard! Vaya, no me esperaba tu llamada. ¿Ocurre algo?”. Ser padre de una agente de policía lo hacía estar siempre alerta y no sabía por qué, pero que Castle le llamase le hacía preocuparse por su niña.
“Verás Jim, ella… está bien, pero… hace un rato Kate sufrió un… ataque de ansiedad… debido a un caso que estamos llevando. Se desmayó y se golpeó en la cabeza, pero no parece ser más que una pequeña herida. Está en el hospital, en observación”. Prefirió no darle más información, al menos, no por teléfono. Esperaría a que su padre apareciese en el hospital para contarle todo lo que había pasado.
El padre de Kate le dijo que no tardaría más de 20 minutos en llegar. Cuando lo hizo, ya habían pasado a Beckett a una habitación. Castle le esperó en la entrada del hospital y mientras subían a ver a Kate le informó de todo: el caso del francotirador, el nerviosismo de Kate, su ataque de ansiedad y el intento de dispararla de nuevo. Tras oír todo aquello Jim tuvo que sentarse en el banco del pasillo. Apoyó la espalda y se llevó las manos a la cabeza, frotándose suavemente la sien.
“Van a acabar con ella… El caso de su madre y los que anden detrás de ella van a terminar por llevársela junto a su madre…” Miró a Castle sin poder disimular las lágrimas.
“Jim…” Castle se acercó a él sentándose a su lado y posó su mano sobre el hombro de aquel hombre. “Kate es fuerte. Ambos sabemos que suele cerrar su sentimientos bajo llave, pero esta vez va a tener que ayudarnos a encontrar la llave para ayudarla a soltar todo lo que tiene dentro. Y te prometo que encontraremos a quien esté detrás de todo…” Apretó con cariño el hombro de Jim quien le miró algo más tranquilo.
“Gracias Richard… Te va a necesitar a su lado. No lo dice, pero yo sé que eres muy importante para ella”. Le sonrió secándose las lágrimas. Castle le correspondió. “¿Puedo entrar a verla?” Miró hacia la puerta tras la que se encontraba su hija.
“Sí, el doctor me dijo que no tardaría mucho en despertarse, así que debe de estar a punto de hacerlo”. Miró el también hacia la puerta. Necesitaba verla, saber que estaba bien, decirle que él no se apartaría de ella; pero no sabía si Beckett querría que su padre se enterase de que estaban juntos.
Jim se levantó y se acercó a la puerta cogiendo la manilla con la mano. Miró a Castle que no se había movido del banco. “¿No vienes?”. Bajó la manilla haciendo que la puerta cediera.
Castle se quedó pensativo unos segundos y después negó ligeramente. “No, ve pasando tú. Voy a hacer un par de llamadas a ver si los detectives han descubierto algo nuevo”. Se levantó del banco y con el móvil en la mano se alejó unos pasos de Jim, quien entró despacio al ver que su hija seguía dormida.
Castle marcó el número de Espo y rezó porque le cogiera la llamada. Para su desgracia, no fue así. Empezando a impacientarse, llamó a Ryan, y al fin le respondieron.
“¡Castle! ¿Cómo está Beckett?”. La voz de Kevin sonaba preocupada. Acababan de llegar a comisaría e hizo un gesto a Espo para que se acercase a él indicándole que estaba hablando con Castle. “Espo y yo estamos preocupados tío”.
“Está bien… Parece que el golpe no ha sido nada fuerte aunque aún le tienen que hacer alguna prueba. Creo que está dormida todavía. Iba a entrar a verla pero he querido llamaros primero… Ryan… Dime que lo habéis pillado, ¡por favor!”. Castle necesitaba oír que la persona que estaba intentando matar a Beckett estaba detenida. Tenían diferentes sospechas de quién estaba detrás de todo aquello, pero sólo si pillaban a aquel cabrón, estarían más cerca de descubrir que era lo que había pasado con la madre de Beckett y por qué ahora iban a por ella.
“Lo tenemos Castle, pero él no es el cabecilla… Hay alguien más poderoso por encima de él, mucho más poderoso. En cuanto sepa que tenemos a su francotirador, mandará a otro hombre…”. Ryan sentía una rabia enorme hacia todo aquel caso. Beckett era como una hermana para él y verla sufrir de aquella manera le dolía profundamente a él también. “Seguiremos todas las pistas que la detención del francotirador nos está dando, pero dudo que consigamos llegar al final de todo esto”. Suspiró empezando a frustrarse. “Tal vez tengamos que hacer que Kate se tome un respiro, se aleje de todo esto…”.
Castle mantenía el puño libre apretado. Todo aquello también le superaba a él. “Bueno, ahora lo importante es que Beckett se recupere. Si hace falta que se aleje un poco de todo esto, yo lo conseguiré”. Tomó aire antes de seguir. “Voy a entrar a verla. Ryan, por favor, mantenerme informado. Yo no me voy a separar de ella, ¡esta vez no!”.
“Tranquilo Castle, nosotros te vamos contando todo lo que vaya ocurriendo. Por algún lado tiene que estar la clave de todo esto… Te llamo más tarde para ver cómo está ella”.
Colgaron la llamada y Ryan y Espo continuaron investigando a cerca de aquel tipo que había sido contratado por alguien superior para matar a Katherine Beckett. Castle se quedó pensativo tras aquella llamada. Tenía que encontrar una buena pista para poder agarrarse a ella y tirar hasta dar con el fondo de todo ese caso. Suspiró. No era momento para eso. Primero tenía que saber cómo estaba Beckett. Encaminó sus pasos hacia la habitación 312 en la que estaba ella. Empujó ligeramente la puerta y entró con sigilo. Sonrió a Jim que estaba sentado al lado de su hija, agarrándole la mano con cariño.
Richard se acercó a ellos. “¿Cómo está?”. Fijó su mirada en el rostro tranquilo de la inspectora. Aún permanecía dormida. Sonrió inevitablemente al verla fuera de peligro.
“Se la ve tranquila. Aún no se ha despertado, pero ya ha empezado a moverse”. Jim apretó suavemente la mano de su niña, mirando a Castle. Sonrió al ver cómo el escritor la miraba. Fue a decir algo pero se quedó callado al notar que su hija empezaba a moverse y a despertarse.
Sigo escribiendo!
livingmylife- As del póker
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Re: Cuando te veo (FIN)
Pobres... deben estar angustiadísimos. Espero que Kate se despierte pronto.
Un saludo y sigue escribiendo, lo haces genial
Un saludo y sigue escribiendo, lo haces genial
Comina- Ayudante de policia
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Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Gracias por vuestros comentarios!!
He de decir que ahora mismo me siento un poco bloqueada con la historia. Tengo varios frentes abiertos, por así decirlo y aún no me decido por cuál de ellos continuar. Os lo quería contar por si veis que tardo un poco en seguir con la historia. De todas formas, espero aclararme pronto.. jajaja Y prometo no abandonarla!
Sigamos!
“Ummm…” Kate se movió un poco en la cama, girando la cabeza hacia el lado donde estaba su padre. Castle se colocó al otro lado de la cama, observándola en silencio, un poco alejado dejándoles intimidad a padre e hija.
“Katie, cariño. ¿Cómo te encuentras?”. La voz de su padre sonaba tranquila y suave. “¿Te duele algo?”. Le acarició la mano lentamente.
Beckett empezó a abrir lentamente los ojos. Le costó acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana. Poco a poco fue consiguiendo enfocar a su padre y cuando consiguió verlo nítidamente, sonrió un poco, suponiendo que se encontraba en el hospital. “Hola papá…” Se le notaba que aún estaba algo débil. “¿Qué… qué me ha pasado?”. Frunció ligeramente el entrecejo. No recordaba mucho de por qué estaba allí.
“Te desmayaste, pequeña…” Le besó la mano tiernamente. No pensaba decirle lo que había pasado cuando intentaban llevarla a la ambulancia. No de momento. Necesitaba tranquilidad para recuperarse.
Kate cerró los ojos, apretándolos suavemente, tratando de recordar lo que le había pasado. Suspiró cuando comenzó a acordarse del caso, de aquel edificio, de ella encerrada en el lavabo, de lo mareada que estaba… Recordó haber oído la voz de Castle cuando ella ya estaba tirada en el suelo. Castle… No pudo evitar sonreír un poco al acordarse de él, de ella, de ellos.
“¿Do… dónde está Castle?” Llevó su mano a su cabeza. Hasta entonces no había notado cómo le tiraba la herida de la cabeza.
Castle sonrió al oírle preguntar por él y terminó de acercarse a la cama. “Estoy aquí Kate…” Dijo en un susurro mientras agarraba con suavidad la mano que la inspectora había llevado a su cabeza. Beckett giró la cabeza despacio y sonrió al verlo a su lado. “Ten cuidado…” Richard bajó su mano hasta dejarla reposando en la cama, pero no se la soltó. Se dedicó unos segundos a mirarla a los ojos mientras dejaba pequeñas y circulares caricias sobre su mano. “¿Cómo te encuentras?”. Continuó con las caricias en la parte superior de su mano.
Kate sonrió tímidamente ante aquellas caricias. “Bien… supongo. Me duele el pecho y… me tira un poco la herida de la cabeza. Pero estoy bien”. Suspiró llevando su mano libre hacia el pecho.
Castle apretó con amor su mano. “Es normal cariño. Has sufrido un ataque de ansiedad…”. Aquel pequeño calificativo le salió sin poder controlarlo, pero no le importó. La quería y jamás dejaría de demostrárselo. La observó tras decir aquello, viendo cómo la mujer segura que él había conocido, se sentía ahora vulnerable, rota, desesperada… Kate suspiró abatida, cerrando los ojos.
“¿Por qué no descansas un rato?” Su padre le acarició la mejilla. “Aprovecha hasta que venga el doctor para hacerte un par de pruebas para asegurarnos de que todo está bien”. Le besó el pelo.
“Tu padre tiene razón… Descansa un rato anda”. Castle besó su mano con ternura y se apartó unos pasos de la cama, comprobando si tenía algún mensaje o alguna llamada en el móvil.
Beckett les hizo caso e intentó dormir un poco. Su padre, mientras tanto, se sentó en una butaca cerca de ella. Castle, por su parte, mandó un mensaje a sus compañeros recordándoles una vez más que lo mantuvieran informado. Volvió al lado de Kate. Su padre había cerrado los ojos tratando de relajarse él también. Richard se quedó un rato observándola, con ternura. Suspiró recordando, de pronto, que la vida de la inspectora seguía en peligro. Varias lágrimas se asomaron en sus ojos, pero él trató de retenerlas. No quería preocuparla, no más de lo que ya estaba. Se enjuagó los ojos tratando de borrar todo rastro de lágrimas cuando su móvil comenzó a vibrar en su bolsillo. Miró la pantalla y sonrió al ver que se trataba de su hija. Salió cauteloso de la habitación, saludó a los dos policías que vigilaban a la inspectora y cerró la puerta con suavidad. Se alejó unos metros y contestó a la llamada.
“¡Alexis! ¡Hola hija! Dime, ¿qué tal con tu madre?”. No ocultó la ilusión que le hacía la llamada de su hija. Eso le daba cierta calma entre toda la tormenta que estaban viviendo.
“¡Hola papá!. Bien, ya sabes, ella siempre trata de arreglarlo todo comprándome ropa… jajaja. Me ha sorprendido que no estuvieras en casa y por eso te he llamado. ¿Va todo bien?”. Hacía tiempo que su padre no salía de casa más que para lo estrictamente necesario, y que al llegar ella él no estuviera, le sorprendió.
“Sí, sí, no te preocupes. Va todo bien”. Mintió. Pero sólo porque no quería hacer sufrir a su hija. “Me llamaron de comisaría. La capitana Gates quería mi ayuda para un caso que… les está costando resolver. Por eso no estoy en casa”. Dudó al decir aquellas palabras, cosa que no pasó desapercibida por Alexis.
“¡Vaya! ¡Qué sorpresa! Entonces, ¿estás en comisaría? ¿Te espero para cenar?”. Trató de seguirle la corriente. Sabía que le estaba engañando, pero dejaría que fuese él quien le contase la verdad.
“No, no te preocupes. Cenaremos algo aquí”. La voz de Castle se había endurecido. No había pensado en que si quería quedarse esa noche con Kate en el hospital, Alexis estaría sola en casa. Martha seguía de gira.
“Papá… Venga ya, cuéntame qué está pasando, ¡por favor! Que soy yo, te conozco y sé perfectamente que me estás mintiendo. Te cambia la voz cada vez que lo haces”. La pelirroja se estaba empezando a poner nerviosa y a preocuparse por su padre.
Castle optó por contarle, por encima, lo del caso y el ataque de ansiedad de Beckett. Omitió la parte en la que ellos se habían reconciliado, de la mejor de las maneras. Simplemente le dijo que habían solucionado sus diferencias. Y tampoco le contó que habían intentado volver a disparar a la detective. Alexis al oír aquello le dijo a su padre que iría inmediatamente al hospital a acompañarles. Y que le llevaría algo de cena y algo de ropa por si necesitaba quedarse aquella noche.
Tres cuartos de hora después, Alexis llegaba al hospital con todo lo que le había dicho a su padre. Lanie había llegado hacía poco y estaba en la habitación de Beckett, hablando con ella tranquilamente. Kate no quería sacar el tema y Lanie no la obligaría a ello. Jim había bajado a la cafetería a por algo para cenar. Castle estaba afuera, esperando a su hija.
“Hola papá”. La pelirroja se acercó a su padre sonriéndole y le dio un beso en la mejilla. Castle aprovechó aquel beso para abrazar a su hija y quedarse pegada a ella unos segundos. Aquello extrañó a la adolescente. “¿Todo bien?”. Le miró a sus azules ojos, como los suyos.
“Sí cariño, no te preocupes”. Besó el pelo de su hija con ternura. “¿Qué me has traído?” Le sonrió centrando su atención en la bolsa que ella llevaba.
“Algo de ropa y comida china, para dos. Y yo ya he cenado así que compártela con quien quieras”. Tras decir aquello miró y sonrió a Lanie que salía en aquel momento de la habitación de Kate. Castle se quedó mirándola sorprendido, sin entenderla muy bien. Alexis le miró alzando una ceja. “Vamos papá… No soy tonta y ya no soy una cría. He visto las dos copas de vino en casa. Termina de arreglarlo con Kate”. Le guiñó el ojo y se acerco a saludar a la forense.
Y... hasta aquí de momento.
¿Qué os parece?
He de decir que ahora mismo me siento un poco bloqueada con la historia. Tengo varios frentes abiertos, por así decirlo y aún no me decido por cuál de ellos continuar. Os lo quería contar por si veis que tardo un poco en seguir con la historia. De todas formas, espero aclararme pronto.. jajaja Y prometo no abandonarla!
Sigamos!
“Ummm…” Kate se movió un poco en la cama, girando la cabeza hacia el lado donde estaba su padre. Castle se colocó al otro lado de la cama, observándola en silencio, un poco alejado dejándoles intimidad a padre e hija.
“Katie, cariño. ¿Cómo te encuentras?”. La voz de su padre sonaba tranquila y suave. “¿Te duele algo?”. Le acarició la mano lentamente.
Beckett empezó a abrir lentamente los ojos. Le costó acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana. Poco a poco fue consiguiendo enfocar a su padre y cuando consiguió verlo nítidamente, sonrió un poco, suponiendo que se encontraba en el hospital. “Hola papá…” Se le notaba que aún estaba algo débil. “¿Qué… qué me ha pasado?”. Frunció ligeramente el entrecejo. No recordaba mucho de por qué estaba allí.
“Te desmayaste, pequeña…” Le besó la mano tiernamente. No pensaba decirle lo que había pasado cuando intentaban llevarla a la ambulancia. No de momento. Necesitaba tranquilidad para recuperarse.
Kate cerró los ojos, apretándolos suavemente, tratando de recordar lo que le había pasado. Suspiró cuando comenzó a acordarse del caso, de aquel edificio, de ella encerrada en el lavabo, de lo mareada que estaba… Recordó haber oído la voz de Castle cuando ella ya estaba tirada en el suelo. Castle… No pudo evitar sonreír un poco al acordarse de él, de ella, de ellos.
“¿Do… dónde está Castle?” Llevó su mano a su cabeza. Hasta entonces no había notado cómo le tiraba la herida de la cabeza.
Castle sonrió al oírle preguntar por él y terminó de acercarse a la cama. “Estoy aquí Kate…” Dijo en un susurro mientras agarraba con suavidad la mano que la inspectora había llevado a su cabeza. Beckett giró la cabeza despacio y sonrió al verlo a su lado. “Ten cuidado…” Richard bajó su mano hasta dejarla reposando en la cama, pero no se la soltó. Se dedicó unos segundos a mirarla a los ojos mientras dejaba pequeñas y circulares caricias sobre su mano. “¿Cómo te encuentras?”. Continuó con las caricias en la parte superior de su mano.
Kate sonrió tímidamente ante aquellas caricias. “Bien… supongo. Me duele el pecho y… me tira un poco la herida de la cabeza. Pero estoy bien”. Suspiró llevando su mano libre hacia el pecho.
Castle apretó con amor su mano. “Es normal cariño. Has sufrido un ataque de ansiedad…”. Aquel pequeño calificativo le salió sin poder controlarlo, pero no le importó. La quería y jamás dejaría de demostrárselo. La observó tras decir aquello, viendo cómo la mujer segura que él había conocido, se sentía ahora vulnerable, rota, desesperada… Kate suspiró abatida, cerrando los ojos.
“¿Por qué no descansas un rato?” Su padre le acarició la mejilla. “Aprovecha hasta que venga el doctor para hacerte un par de pruebas para asegurarnos de que todo está bien”. Le besó el pelo.
“Tu padre tiene razón… Descansa un rato anda”. Castle besó su mano con ternura y se apartó unos pasos de la cama, comprobando si tenía algún mensaje o alguna llamada en el móvil.
Beckett les hizo caso e intentó dormir un poco. Su padre, mientras tanto, se sentó en una butaca cerca de ella. Castle, por su parte, mandó un mensaje a sus compañeros recordándoles una vez más que lo mantuvieran informado. Volvió al lado de Kate. Su padre había cerrado los ojos tratando de relajarse él también. Richard se quedó un rato observándola, con ternura. Suspiró recordando, de pronto, que la vida de la inspectora seguía en peligro. Varias lágrimas se asomaron en sus ojos, pero él trató de retenerlas. No quería preocuparla, no más de lo que ya estaba. Se enjuagó los ojos tratando de borrar todo rastro de lágrimas cuando su móvil comenzó a vibrar en su bolsillo. Miró la pantalla y sonrió al ver que se trataba de su hija. Salió cauteloso de la habitación, saludó a los dos policías que vigilaban a la inspectora y cerró la puerta con suavidad. Se alejó unos metros y contestó a la llamada.
“¡Alexis! ¡Hola hija! Dime, ¿qué tal con tu madre?”. No ocultó la ilusión que le hacía la llamada de su hija. Eso le daba cierta calma entre toda la tormenta que estaban viviendo.
“¡Hola papá!. Bien, ya sabes, ella siempre trata de arreglarlo todo comprándome ropa… jajaja. Me ha sorprendido que no estuvieras en casa y por eso te he llamado. ¿Va todo bien?”. Hacía tiempo que su padre no salía de casa más que para lo estrictamente necesario, y que al llegar ella él no estuviera, le sorprendió.
“Sí, sí, no te preocupes. Va todo bien”. Mintió. Pero sólo porque no quería hacer sufrir a su hija. “Me llamaron de comisaría. La capitana Gates quería mi ayuda para un caso que… les está costando resolver. Por eso no estoy en casa”. Dudó al decir aquellas palabras, cosa que no pasó desapercibida por Alexis.
“¡Vaya! ¡Qué sorpresa! Entonces, ¿estás en comisaría? ¿Te espero para cenar?”. Trató de seguirle la corriente. Sabía que le estaba engañando, pero dejaría que fuese él quien le contase la verdad.
“No, no te preocupes. Cenaremos algo aquí”. La voz de Castle se había endurecido. No había pensado en que si quería quedarse esa noche con Kate en el hospital, Alexis estaría sola en casa. Martha seguía de gira.
“Papá… Venga ya, cuéntame qué está pasando, ¡por favor! Que soy yo, te conozco y sé perfectamente que me estás mintiendo. Te cambia la voz cada vez que lo haces”. La pelirroja se estaba empezando a poner nerviosa y a preocuparse por su padre.
Castle optó por contarle, por encima, lo del caso y el ataque de ansiedad de Beckett. Omitió la parte en la que ellos se habían reconciliado, de la mejor de las maneras. Simplemente le dijo que habían solucionado sus diferencias. Y tampoco le contó que habían intentado volver a disparar a la detective. Alexis al oír aquello le dijo a su padre que iría inmediatamente al hospital a acompañarles. Y que le llevaría algo de cena y algo de ropa por si necesitaba quedarse aquella noche.
Tres cuartos de hora después, Alexis llegaba al hospital con todo lo que le había dicho a su padre. Lanie había llegado hacía poco y estaba en la habitación de Beckett, hablando con ella tranquilamente. Kate no quería sacar el tema y Lanie no la obligaría a ello. Jim había bajado a la cafetería a por algo para cenar. Castle estaba afuera, esperando a su hija.
“Hola papá”. La pelirroja se acercó a su padre sonriéndole y le dio un beso en la mejilla. Castle aprovechó aquel beso para abrazar a su hija y quedarse pegada a ella unos segundos. Aquello extrañó a la adolescente. “¿Todo bien?”. Le miró a sus azules ojos, como los suyos.
“Sí cariño, no te preocupes”. Besó el pelo de su hija con ternura. “¿Qué me has traído?” Le sonrió centrando su atención en la bolsa que ella llevaba.
“Algo de ropa y comida china, para dos. Y yo ya he cenado así que compártela con quien quieras”. Tras decir aquello miró y sonrió a Lanie que salía en aquel momento de la habitación de Kate. Castle se quedó mirándola sorprendido, sin entenderla muy bien. Alexis le miró alzando una ceja. “Vamos papá… No soy tonta y ya no soy una cría. He visto las dos copas de vino en casa. Termina de arreglarlo con Kate”. Le guiñó el ojo y se acerco a saludar a la forense.
Y... hasta aquí de momento.
¿Qué os parece?
livingmylife- As del póker
- Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Esa es mi Alexis! Por eso la adoro.
Y qué bonica Kate, buscando a su escritor, jejeje. Sigue escribiendo cuando puedas, nosotros esperaremos lo que haga falta ; )
Y qué bonica Kate, buscando a su escritor, jejeje. Sigue escribiendo cuando puedas, nosotros esperaremos lo que haga falta ; )
Comina- Ayudante de policia
- Mensajes : 118
Fecha de inscripción : 15/10/2014
Edad : 37
Localización : Málaga
Re: Cuando te veo (FIN)
Siento no haber comentado tus últimas tres actualizaciones, he estado muy liada estudiando para los exámenes. Solo decirte que tus capitulos son geniales y me encanta como estas desarrollando la historia, sigue pronto plis
onewritergirl- Ayudante de policia
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 04/01/2015
Re: Cuando te veo (FIN)
¡Buenos días! Qué alegría encontrarme con vuestros comentarios y con la presencia de una nueva lectora: ¡Bienvenida!
Gracias por vuestra lectura y por vuestros comentarios!
Parece que mi cabeza está en modo ON en cuanto a inspiración se refiere, así que aquí vengo con otro capítulo!
Espero que os siga gustando y enganchando la historia. Sigamos!
Castle sonrió abiertamente ante las palabras de su hija. Era increíble cómo lo conocía y cómo sabía lo que necesitaba. Cogió la bolsa que Alexis había dejado en el suelo, a su lado, con la comida y algo de ropa. Jim tardaría en volver a la habitación pues después de cenar algo se había ido a casa a por ropa más cómoda. Lanie charlaba con Alexis fuera de la habitación. Sonrió y miró a la puerta de la 312 donde estaba Kate. Sabía que le acababan de llevar la cena, pero también sabía perfectamente que no se la comería. La comida de hospital, ¡es horrible!.
Pasó al lado de su hija y de Lanie y dio un tierno beso en el pelo a la pelirroja susurrándole un pequeño “gracias” que la forense no pudo escuchar. Entró en la habitación y se encontró a una Kate meditabunda, revolviendo la sopa que le habían llevado y la cual no había ni probado.
“Por más que mires la sopa no se va a convertir en una buena chuleta”. Bromeó el escritor acercándose a ella con la bolsa en su mano.
Beckett sonrió abiertamente al verlo entrar y rió por la broma. “Pues ya podría, porque esta comida, ¡está asquerosa!”. Puso los ojos en blanco soltando la cuchara en el plato.
Castle se acercó más a la cama, sonriendo misteriosamente. “Bueno… eso quizás pueda solucionarlo yo…” Bajó su tono de voz sin dejar de sonreír, mirándola a los ojos.
“Uhumm… Y… ¿Cómo? ¿Eres mago? ¿Chef? O… ¡espera, espera! ¡Ya sé! Has asaltado el supermercado de abajo… jajaja”. Beckett soltó una carcajada. Se la veía más animada. Haber estado hablando de cosas banales con Lanie la había relajado.
“Muy graciosa inspectora. Pero… ¿eso es todo lo que se le ocurre?” Fue acercándose suavemente hacia ella hasta rozar sus labios. Kate abrió ligeramente su boca, alternando su mirada entre los ojos azules del escritor y sus gruesos y llamativos labios. En el instante en que Beckett fue a besarle, él se apartó lo justo para que sus labios no chocasen. “Che che che… Primero, intenta adivinar, y si aciertas, te daré un premio”. Sonrió con malicia y acarició sensualmente los labios de Kate con el dedo pulgar.
Kate mordió ligeramente su dedo, mirándolo a los ojos intensamente. “Reto aceptado… A ver, déjame pensar…”. Inclinó la cabeza hacia atrás, mirando al techo, pensativa, sintiendo como el dedo de Castle recorría ahora su cuello, de arriba abajo y vuelta a empezar. Su piel se erizó y él sonrió nuevamente. “Oh, vamos Castle, ¡así no puedo pensar con claridad!” Alargó el cuello alejándolo de su mano, riéndose. “Mmmm… Veamos…” Se mordió el labio, consciente de que aquello provocaba al escritor. “Creo que ya sé lo que me has traído”. Sonrió mirándolo a los ojos. “Lo que no sé es si en el hospital tendrán palillos…” Elevó los hombros mirándolo con una mueca graciosa. “Creo que esta vez me conformaré con comer con tenedor”.
Castle abrió los ojos de par en par, lo que hizo que Beckett se riera. “¿Cómo sabes que tengo comida China?”. Apoyó la bolsa sobre la cama de Kate y apartó la bandeja con la comida del hospital, dejándola en una mesita. Sacó los cuencos de la comida china y los colocó sobre las piernas de Kate.
“Castle, huele toda la habitación a comida china”. Sonrió mirándole con cariño. “Gracias…” Susurró perdiéndose en su mirada.
“Será que con el resfriado que tengo, no lo huelo”. Se rió el escritor. “De nada…” Susurró después acercando sus labios a los de la inspectora. “Siempre…” Volvió a susurrar, esta vez más bajo, terminando por atrapar sus labios. Ambos cerraron los ojos, sintiéndose. Sus humedecidas bocas se acariciaban con lentitud, saboreándose. Dieron rienda suelta a sus lenguas, quienes también se encontraron y bailaron juntas. Hasta que se quedaron sin aire y tuvieron que separarse para respirar.
Cuando Kate abrió los ojos, se encontró con los de Castle que la miraban con un brillo y un sentimiento muy especiales. En aquel momento, sintió que jamás podría apartarse de él y que por mucho que ella tuviera un muro construido para muchas cosas, él siempre sería su punto débil. Por una vez en su vida desde que había perdido a su madre, sentía que podía ser frágil ante alguien, y que no importaba, porque él la entendería y la apoyaría, siempre. Suspiró perdida en sus pensamientos, sin dejar de mirarle.
Castle acarició suavemente su mejilla, preguntándose qué sería lo que le estaba pasando por la cabeza. Pero no preguntó. No quería estropear el buen humor de Kate. Le sonrió, le dio un rápido beso en los labios y se separó ligeramente de ella, empezando a abrir los cacharros de la comida.
“Por cierto, sí que tenemos palillos. Alexis está en todo…”. Sonrió a la inspectora con ternura.
“¿Alexis está aquí? ¿Ha traído ella la cena?”.
“Sí.. Me ha llamado hace un rato preguntándome dónde estaba. No suele hacerlo, pero como este menda llevaba unos cuantos días sin salir apenas de casa…” Levantó los hombros. “Cuando le dije que estaba aquí, quiso venir sí o sí. Enseguida pasará a verte.” Le sonrió con amor y volvió a besar sus labios. “Ummm… Son adictivos…” Ambos se rieron y comenzaron a cenar juntos, entre caricias, miradas, besos y pequeñas risas.
Kate se sentía mejor. El dolor del pecho estaba remitiendo y seguramente las pruebas que le harían al día siguiente dirían que la herida de la cabeza no había causado daños mayores. A pesar de encontrarse en el hospital y de todo lo que le había pasado, se sentía a gusto, con ella misma; y con él también.
Estaban acabando de cenar cuando sonaron unos suaves golpes en la puerta. Castle estaba sentado en el borde de la cama, mirando a Beckett. Así los encontró Alexis cuando entró en la habitación. Beckett enrojeció ligeramente cuando la hija del escritor entró y los vio a los dos sentados en la cama. No se arrepentía de estar con él, en absoluto. Pero no pudo evitar sentir cierta vergüenza de que los viera así.
Hummm... seguiré pronto, lo prometo!
Gracias por vuestra lectura y por vuestros comentarios!
Parece que mi cabeza está en modo ON en cuanto a inspiración se refiere, así que aquí vengo con otro capítulo!
Espero que os siga gustando y enganchando la historia. Sigamos!
Castle sonrió abiertamente ante las palabras de su hija. Era increíble cómo lo conocía y cómo sabía lo que necesitaba. Cogió la bolsa que Alexis había dejado en el suelo, a su lado, con la comida y algo de ropa. Jim tardaría en volver a la habitación pues después de cenar algo se había ido a casa a por ropa más cómoda. Lanie charlaba con Alexis fuera de la habitación. Sonrió y miró a la puerta de la 312 donde estaba Kate. Sabía que le acababan de llevar la cena, pero también sabía perfectamente que no se la comería. La comida de hospital, ¡es horrible!.
Pasó al lado de su hija y de Lanie y dio un tierno beso en el pelo a la pelirroja susurrándole un pequeño “gracias” que la forense no pudo escuchar. Entró en la habitación y se encontró a una Kate meditabunda, revolviendo la sopa que le habían llevado y la cual no había ni probado.
“Por más que mires la sopa no se va a convertir en una buena chuleta”. Bromeó el escritor acercándose a ella con la bolsa en su mano.
Beckett sonrió abiertamente al verlo entrar y rió por la broma. “Pues ya podría, porque esta comida, ¡está asquerosa!”. Puso los ojos en blanco soltando la cuchara en el plato.
Castle se acercó más a la cama, sonriendo misteriosamente. “Bueno… eso quizás pueda solucionarlo yo…” Bajó su tono de voz sin dejar de sonreír, mirándola a los ojos.
“Uhumm… Y… ¿Cómo? ¿Eres mago? ¿Chef? O… ¡espera, espera! ¡Ya sé! Has asaltado el supermercado de abajo… jajaja”. Beckett soltó una carcajada. Se la veía más animada. Haber estado hablando de cosas banales con Lanie la había relajado.
“Muy graciosa inspectora. Pero… ¿eso es todo lo que se le ocurre?” Fue acercándose suavemente hacia ella hasta rozar sus labios. Kate abrió ligeramente su boca, alternando su mirada entre los ojos azules del escritor y sus gruesos y llamativos labios. En el instante en que Beckett fue a besarle, él se apartó lo justo para que sus labios no chocasen. “Che che che… Primero, intenta adivinar, y si aciertas, te daré un premio”. Sonrió con malicia y acarició sensualmente los labios de Kate con el dedo pulgar.
Kate mordió ligeramente su dedo, mirándolo a los ojos intensamente. “Reto aceptado… A ver, déjame pensar…”. Inclinó la cabeza hacia atrás, mirando al techo, pensativa, sintiendo como el dedo de Castle recorría ahora su cuello, de arriba abajo y vuelta a empezar. Su piel se erizó y él sonrió nuevamente. “Oh, vamos Castle, ¡así no puedo pensar con claridad!” Alargó el cuello alejándolo de su mano, riéndose. “Mmmm… Veamos…” Se mordió el labio, consciente de que aquello provocaba al escritor. “Creo que ya sé lo que me has traído”. Sonrió mirándolo a los ojos. “Lo que no sé es si en el hospital tendrán palillos…” Elevó los hombros mirándolo con una mueca graciosa. “Creo que esta vez me conformaré con comer con tenedor”.
Castle abrió los ojos de par en par, lo que hizo que Beckett se riera. “¿Cómo sabes que tengo comida China?”. Apoyó la bolsa sobre la cama de Kate y apartó la bandeja con la comida del hospital, dejándola en una mesita. Sacó los cuencos de la comida china y los colocó sobre las piernas de Kate.
“Castle, huele toda la habitación a comida china”. Sonrió mirándole con cariño. “Gracias…” Susurró perdiéndose en su mirada.
“Será que con el resfriado que tengo, no lo huelo”. Se rió el escritor. “De nada…” Susurró después acercando sus labios a los de la inspectora. “Siempre…” Volvió a susurrar, esta vez más bajo, terminando por atrapar sus labios. Ambos cerraron los ojos, sintiéndose. Sus humedecidas bocas se acariciaban con lentitud, saboreándose. Dieron rienda suelta a sus lenguas, quienes también se encontraron y bailaron juntas. Hasta que se quedaron sin aire y tuvieron que separarse para respirar.
Cuando Kate abrió los ojos, se encontró con los de Castle que la miraban con un brillo y un sentimiento muy especiales. En aquel momento, sintió que jamás podría apartarse de él y que por mucho que ella tuviera un muro construido para muchas cosas, él siempre sería su punto débil. Por una vez en su vida desde que había perdido a su madre, sentía que podía ser frágil ante alguien, y que no importaba, porque él la entendería y la apoyaría, siempre. Suspiró perdida en sus pensamientos, sin dejar de mirarle.
Castle acarició suavemente su mejilla, preguntándose qué sería lo que le estaba pasando por la cabeza. Pero no preguntó. No quería estropear el buen humor de Kate. Le sonrió, le dio un rápido beso en los labios y se separó ligeramente de ella, empezando a abrir los cacharros de la comida.
“Por cierto, sí que tenemos palillos. Alexis está en todo…”. Sonrió a la inspectora con ternura.
“¿Alexis está aquí? ¿Ha traído ella la cena?”.
“Sí.. Me ha llamado hace un rato preguntándome dónde estaba. No suele hacerlo, pero como este menda llevaba unos cuantos días sin salir apenas de casa…” Levantó los hombros. “Cuando le dije que estaba aquí, quiso venir sí o sí. Enseguida pasará a verte.” Le sonrió con amor y volvió a besar sus labios. “Ummm… Son adictivos…” Ambos se rieron y comenzaron a cenar juntos, entre caricias, miradas, besos y pequeñas risas.
Kate se sentía mejor. El dolor del pecho estaba remitiendo y seguramente las pruebas que le harían al día siguiente dirían que la herida de la cabeza no había causado daños mayores. A pesar de encontrarse en el hospital y de todo lo que le había pasado, se sentía a gusto, con ella misma; y con él también.
Estaban acabando de cenar cuando sonaron unos suaves golpes en la puerta. Castle estaba sentado en el borde de la cama, mirando a Beckett. Así los encontró Alexis cuando entró en la habitación. Beckett enrojeció ligeramente cuando la hija del escritor entró y los vio a los dos sentados en la cama. No se arrepentía de estar con él, en absoluto. Pero no pudo evitar sentir cierta vergüenza de que los viera así.
Hummm... seguiré pronto, lo prometo!
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